el sueño de josé bergamín - biblioteca virtual miguel
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EL SUEÑO DE JOSÉ BERGAMÍN,
DIEGO MARTÍNEZ TORRÓN
ÍNDICE:
Prólogo (p. 2)
1. Apuntes biográficos (p. 6)
1.1. El decurso inicial (p. 6)
1.2. Cruz y Raya (p. 10)
1.3. La guerra (p. 26)
1.4. Exilios y regresos. El final (p.
29)
2. Influencias literarias en B. (p. 41)
2.1. Los clásicos áureos (p. 41)
2.1.1. Bergamín y los clásicos (p. 41)
2.1.2. Cervantes (p. 46)
2.1.3. El teatro áureo. Lope. (p. 49)
2.1.4. De Tirso a Calderón (p. 52)
2.1.5. Góngora (p. 55)
2.2. Del romanticismo al realismo (p. 57)
2.2.1. El Don Juan (p. 57)
2.2.2. Ferrán. Bécquer (p. 58)
2.2.3. Galdós (p. 61)
2.3. El noventa y ocho (p. 62)
2.3.1. Unamuno (p. 62)
2.3.2. Azorín (p. 66)
2.3.3. Machado (p. 66)
2.4. Otras referencias: Valle, Cajal, Ortega, Ramón (p. 70)
2.5. Juan Ramón (p. 72)
2.6. El veintisiete (p. 74)
2.7. Fuentes foráneas (p. 77)
2.8. Conclusión sobre las fuentes (p. 79)
3. Características de estilo (p. 82)
3.1. El ensayo de Bergamín (p. 82)
3.2. Aforismos (p. 90)
3.3. Madurez poética (p. 94)
3.4. Poesía popular (p. 96)
3.5. Transparencia (p. 97)
3.6. Visión metafísica (p. 103)
4. Temas en la poesía y obra de José Bergamín (p. 108) 4.1. El sueño (p. 108)
4.2. La muerte (p. 122)
4.3. La propia muerte (p. 130)
4.4. El silencio (p. 131)
4.5. El tiempo (p. 132)
4.6. La angustia (p. 138)
4.7. La infancia (p. 140)
4.8. Religión. Dios. El Diablo (p. 142)
4.9. El amor. Otros temas (p. 153)
4.10. La poesía (p. 160)
4.11. El fantasma. El esqueleto (p. 163)
Bibliografía.
1. Bibliografía de Bergamín (p. 168)
2. Bibliografía sobre Bergamín (p. 175)
3. Bibliografía general (p. 181)
Relación de poemas y textos de Bergamín incluídos en mi Antología poética de
este autor. (p. 185)
Índice (pp. 195-96)
PROLOGO.
José Bergamín es un poeta diáfano y transparente, cuya escritura resulta fácil
amar.
El estudio que tiene el lector en sus manos, parte de un planteamiento
metodológico coherente, expuestos en otros libros míos anteriores.1 Me baso en las
aportaciones de la crítica temática, no sólo de la francesa sino la anterior de Pedro
Salinas, prestando por mi parte una mayor atención a los contenidos ideológicos de la
obra literaria, fijando las categorías interpretativas que se deducen de los textos del
propio autor, y con atención a la documentación objetiva. Identifico miméticamente mi
pensamiento -que no interesa aquí- con dichas categorías interpretativas presentes en
Bergamín.
Soy consciente de que el progresismo de este autor -patente en algunos artículos,
y no necesariamente en los de su época radicalista- puede quedar fácilmente diluído en la
elucidación sistemática de las redes temáticas de su poesía y ensayo, que he realizado en
este trabajo. La poesía de Bergamín se define por su esencialismo atemporal, que parte
de una visión del mundo metafísica, poseedora de un universo poético riquísimo en sus
infinitas variaciones, siempre sorprendentes, acerca de los mismos temas. Pero
justamente este esencialismo poético, es el que puede hacernos olvidar su actitud de
rebeldía profunda ante la sociedad, con la que se comprometió ideológicamente, aunque
ello le abocara a posturas demasiado radicales en su última época, teñida de amargura y
resentimiento.
Personalmente me interesa más la lírica bergaminiana que su postura política. De
todos modos la actitud ideológica de Bergamín es siempre la de un idealista
empedernido, la de un intelectual tentado por lo imposible.
Igualmente soy consciente de que este libro hubiera ganado en talante, si hubiera
incluido, para ilustrar cada epígrafe temático, citas textuales de los poemarios
bergaminianos, con su serena belleza, a cuya búsqueda remito sin embargo en notas
extensas. Para estos capítulos sólo he citado los textos ensayísticos de nuestro autor, ya
que entiendo este libro como un complemento de la Antología poética de Bergamín que
he editado en Clásicos Castalia.
El pensamiento poético de Bergamín contrasta profundamente con el
pragmatismo de la mentalidad moderna. El hombre de hoy gusta de lo efímero, vive en
el presente, sólo ve la materia en lo que le rodea. Bergamín parte de una consideración
de lo sagrado como fundamento de la existencia humana, posee una visión que abarca el
horizonte del más allá, y su obra está teñida de un profundo idealismo -rasgo éste que
considero muy característico de la literatura española en sus mejores épocas.-
1 Cfr. mi "Pedro Salinas y la crítica temática", en mis Estudios de literatura española, Barcelona,
Anthropos, 1987, pp. 157-78, y sobre todo la introducción metodológica a mi Ideología y literatura en
Alberto Lista, Sevilla, Alfar, 1993, pp. 9-21.
En un primer apartado -el epígrafe 1.1.- estudiaré la biografía de Bergamín, con
los factores esenciales que sirvan de aportación para una interpretación de su obra y su
persona. Es la parte menos original de mi planteamiento, por cuanto estos aspectos
habían sido demoradamente tratados por otros críticos a los que aludo puntualmente. La
he construdio sistematizando y entremzclando referencias de esos críticos y añadiendo
algunos datos míos. He pensado que sería fatuo intentar corregir tantos trabajos de
investigación y de tanto interés, como los que se han escrito acerca de la biografía de
Bergamín, que es el aspecto más esclarecido de su obra. Lo más personal de este
epígrafe es lo relativo a la revista Cruz y Raya, que analizo con detenimiento. En este
sentido, como ya he hecho en otros textos míos anteriores, pido paciencia al lector
porque mis libros contienen siempre un motor que tarda en calentarse.2 Estas páginas
primeras constituyen una ubicación general de nuestro autor en su universo ideológico.
Pasaré luego a indicar sus fuentes literarias. Después las características de su
estilo poético. Y en otro apartado, más extenso, una relación de los temas fundamentales
de su poesía.
En todo este decurso crítico seguiré un esquema tripartito. Para cada aspecto en
concreto utilizaré tres referencias sucesivas: en primer lugar resumiré y sistematizaré las
opiniones del propio Bergamín en sus ensayos, que sirven como elementos importantes
de comprensión en cuanto a crítica interna; en segundo lugar indicaré en nota los pasajes
más representativos de su poesía, que el lector interesado puede consultar en mi
Antología poética de Clásicos Castalia, aunque aquí cito por la edición de Poesía de
Turner; en tercer lugar reseñaré brevemente, también en nota, las aportaciones de la
crítica.
No incluyo en este libro citas de los versos de nuestro poeta, salvo algunos
encabezados puntuales a secciones del libro. Para ello remito a mi edición en Clásicos
Castalia.3
Quiero agradecer la generosidad de Nigel Dennis, quien me envió libros suyos
de difícil acceso en España, y copia de En torno a Bergamín cuando aún no se había
editado.
2 Entre ellos citaré, mis últimos estudios sobre el romanticismo: Los liberales románticos españoles ante
la descolonización americana (1808-1834), Madrid, Fundación Mapfre, 1992; Ideología y literatura en
Alberto Lista, Sevilla, Alfar, 1993 -el más profundo de mis estudios-; El alba del romanticismo español.
Con inéditos recopilados de Lista, Quintana y Gallego, Sevilla, Alfar, 1993; Manuel José Quintana y el
espíritu de la España liberal. Con textos desconocidos, Sevilla, Alfar, 1995.
3 José Bergamín, Antología poética, Madrid, Castalia (Clásicos Castalia), 1997.
1. APUNTES BIOGRAFICOS.
1.1. El decurso inicial de Bergamín.
Para este primer epígrafe me limitaré a hacer un estado de la cuestión lo más
completo posible, atendiendo a las fuentes que cito.4
Nació Bergamín en Madrid, el 30 de diciembre de 1895. Su padre fue un
conocido abogado y político de origen malagueño. Vivió en Madrid los cuarenta
primeros años de su vida. Estudió en la Universidad Central de Madrid la carrera de
leyes. Se relacionó hacia 1912 en las tertulias literarias con Valle y Benavente en "El
gato negro", y con Ramón en "Pombo". Dirigió unos meses Los Lunes del Imparcial.
Publica en la revista España. Más tarde en El Sol, Luz, y en el exilio en El Nacional.
Bergamín colaboró en la Verdad y en Verso y Prosa de Murcia.5
A Chabás se debe una primera biografía con comentarios de índole literaria, muy
temprana, de 1952, y muy bien escrita, que apunta ya en esas fechas las claves
interpretativas de nuestro autor.6 Poco más tarde Luis Felipe Vivanco caracterizaría la
poesía bergaminiana, repasando cronológicamente su obra.7 También en la edición de
Litoral de la claridad desierta aparece una biografía de Bergamín -los datos biográficos
de nuestro autor se repiten hasta la saciedad por todos los críticos-, con bibliografía,
referencia a su cristianismo y barroquismo formal, y su anticlericalismo herencia directa
de Unamuno.8 Penalva recoge que Bergamín poseía vastos conocimientos musicales, y
publicó sus primeros artículos con seudónimo sobre este tema. Su vocación inicial fue la
de compositor.9
Al principio de su carrera está en contra de Ortega y de Azorín,10 a quienes les
uniría luego, especialmente con este último, una buena amistad.
4 Este primer apartado 1.1., insisto que el menos original de mi estudio -con excepción del análisis de
Cruz y Raya-, no puede dejar de ser deudor del libro de Gonzalo Penalva Tras las huellas de un fantasma.
Aproximación a la vida y obra de J.B., Madrid, Turner, 1985. Y a Nigel Dennis, J.B. A Critical
Introduction 1920-1936, Toronto, University of Toronto Press, 1986, "'Tras el fantasma': A Biographical
Sketch", en pp. 3-20. No pude manejar, al encontrarse en prensa este libro en el momento de su aparición,
el libro de José Antonio González Casanova, A vista de pájaro, Madrid, Turner, 1996.
5 Para estas dos publicaciones murcianas, cfr. Francisco Javier Díez de Revenga, Revistas murcianas
relacionadas con la generación del 27, Murcia, 1979, 2ª ed. Y N. Dennis, Perfume and Poison, cit., pp. 37-
38.
6 Juan Chabás, "José Bergamín" en Literatura Española Contemporánea (1889-1950), La Habana,
Cultural, 1952, pp. 582-91.
7 Luis Felipe Vivanco, "El aforismo y la creación poético-intelectual de JB", en G. Díaz-Plaja (ed.),
Historia General de las Literaturas Hispánicas, Barcelona, 1968, vol. VI, pp. 599-609.
8 JB, La claridad desierta, Málaga, Litoral, 1973.
9 Gonzalo Penalva, Tras las huellas de un fantasma, Madrid, Turner, 1985, p. 32.
10 Penalva, op. cit., pp. 44-45.
Publica sus primeros ensayos en los años 1921 y 1922 en la revista Índice de
Alfonso Reyes, Enrique Díaz Canedo y Juan Ramón; en esta revista editan sus textos
muchos autores del 27, y según el propio Bergamín en estas páginas de Índice surge toda
la nómina de lo que se llamaría generación del 27.11 En la colección de la revista, en la
que publicaron Pedro Salinas y Antonio Espina, aparece su colección de aforismos El
cohete y la estrella, editada por Juan Ramón en 1923.
En las ediciones Índice de Juan Ramón se publica en 1926 Tres escenas en
ángulo recto y en las separatas de Litoral en 1927, de Prados y Altolaguirre su libro
Caracteres que reeditaría en 1978 Turner, y que recoge caricaturas líricas -algunas
satíricas- de escritores y amigos de la generación.12
En 1928 casó con Rosario Arniches, hija del sainetero Carlos Arniches, y su luna
de miel la pasó en el Báltico visitando Suecia, Dinamarca, Noruega y Rusia. En el curso
de este viaje hizo una fotografía de una niña llamada Eva Gundersen, que enseñó a su
regreso a Alberti, quien quedó prendado de la pequeña con la que estableció abundante
correspondencia a partir de entonces.13 Alberti dedicó un poema a esta niña, a la que no
conocía sino por la foto de Bergamín, en Sobre los ángeles, quizás influido igualmente
por la sonoridad de su nombre nórdico y su belleza.
Se ha señalado la destacada participación de Bergamín, entre 1920 y 1930, en las
actividades de la generación del 27.14 Y se menciona su amistad inicial con Juan Ramón,
y Unamuno. La relación con Unamuno pervivirá a lo largo del tiempo.15 En lo que
respecta a Juan Ramón, esta amistad se convertirá en antipatía y polémica agria.16
Terminados sus estudios trabaja en el bufete de su padre con Manuel
Altolaguirre, también abogado.
En 1929 apareció La cabeza a pájaros y en 1930 El arte de Birlibirloque.
Bergamín fue desde siempre un católico progresista quizás un tanto heterodoxo,
y enemigo de la Dictadura de Primo de Rivera. En la Segunda República es, durante
poco tiempo, Director General de Acción Social Agraria e Inspector de Seguros y
Ahorro en el Ministerio de Trabajo a las órdenes de Francisco Largo Caballero.17
11 Cfr. para estos apuntes biográficos, el estudio preliminar de José Esteban a su edición de J. B., El
cohete y la estrella. La cabeza a pájaros, Madrid, Cátedra, 1981 (Letras Hispánicas, 138).
12 J. B., Caracteres, Madrid, Turner, 1978, facsímil de la edición de Litoral de 1926.
13 Nigel Dennis, "Rafael Alberti, José Bergamín y la Eva Gundersen de Sobre los ángeles", Nueva
Estafeta, nº 15, febrero 1980, pp. 60-70.
14 José Esteban, en su estudio preliminar a El cohete... pp. 11-12. Los artículos de esta época han sido en
parte publicados por Penalva en El pensamiento de un esqueleto.
15 Véase El epistolario. José Bergamín, Miguel de Unamuno (1923-1935), ed. de Nigel Dennis,
Valencia, Pre-Textos, 1993.
16 Nigel Dennis, Perfume and Poison. A Study of the Relationship Between J.B. and Juan Ramón
Jiménez, Kassel, Edition Reichenberger, 1985 (Problemata Semiotica, 5).
17 Esteban est. prel. a El cohete... cit. p. 14.
1.2. Cruz y Raya.
Por su importancia quiero recalar especialmente en la actividad de Bergamín en
la revista Cruz y Raya que en 1933 dirige y funda hasta la guerra civil en 1936.18 Para
Santonja éste es un "frustrado portavoz de un movimiento de renovación religiosa que
despertó la hostilidad de los mayoritarios sectores del catolicismo español".19
Esta revista jugó un papel ideológico muy importante en la España de inmediata
pre-guerra, en favor de la República y defendiendo los ideales de un catolicismo muy
progresista, conectado con una línea afín en Francia y en Alemania.20
En esta revista publicaron artículos Heidegger -cuya influencia en la poesía de
Bergamín me parece evidente-, Ortega, Maritain, Landsberg, Ramón Gómez de la Serna,
Gregorio Marañón, Antonio Marichalar, Max Jacob, José Antonio Maravall, María
Zambrano, Xavier Zubiri, Manuel de Falla, etc. etc.21 Su labor en defensa de la
República fue importante.
Un aspecto importante en la revista de Bergamín es su difusión de los clásicos
áureos españoles, que sirven al poeta también, más tarde, de inspiración para su propia
obra. Antologa a Aldana, Quevedo, Fray Luis de Granada etc.
Para Esteban la revista se estructura en tres aspectos: pensamiento crítico -
ensayos-, pensamiento poético -antologías- y pensamiento polémico con crítica de
actualidad en las secciones "Cristal del tiempo" y "Criba". En las antologías yo
destacaría las traducciones del maestro Eckehart, y de Hölderlin por Gebser y Cernuda, y
Novalis por el propio Gebser.
La actitud de Bergamín se encontraba cercana de la de los escritores franceses
como Maritain.
El último número de la revista, el 39, aparece en junio de 1936 poco antes de la
guerra civil.
A destacar el carácter político del joven Bergamín, quien en sus artículos discute
acerca de la fundación de Falange y la represión de la Revolución Asturiana. En la citada
18 También hay que mencionar una antología de carácter muy político, debida a Gonzalo Santonja: José
Bergamín, Cristal del tiempo (1933-1983), Madrid, Editorial Revolución, 1983. Santonja utiliza el título
que Bergamín impuso a una sección fija de Cruz y Raya, y divide su antología en: Cruz y Raya (1933-36);
El Mono Azul y Hora de España (1936-39); España peregrina en el primer exilio 1939-58; "Al volver"
(1958-63), utilizando el título de una famosa recopilación de artículos bergaminianos a su segundo regreso;
final del franquismo y la transición (Sábado Gráfico, Tricolor, Vanguardia Obrera y Campaña electgoral
(1979); y finalmente "En Euzkadi".
19 Cfr. introd. de Santonja a Cristal del tiempo... p. 6.
20 Existe un índice completo de la revista: Rafael Benítez Claros, Cruz y Raya. Madrid 1933-1936,
Madrid, 1947.
21 Cfr. Cruz y Raya. Antología, prólogo y selección de José Bergamín, Madrid, Turner, 1974. Es la
edición más asequible.
revista denuncia al clero español y al Vaticano.22
Efectivamente, si repasamos los textos de Cruz y Raya encontramos una clara
defensa del republicanismo, y una raíz cristiana sin confesionalismo.23 La revista se
plantea en busca de un "radical tradicionalismo español", que hizo al principio fuera
considerada como una publicación reaccionaria, aunque no tardaría en demostrarse lo
contrario.
La revista se plantea problemas ideológicos como el panteísmo, a través de un
interesante artículo de Antonio Marichalar,24 que resuelve armonizándolo con la religión
cristiana entendida de una manera abierta. Creo que la prosa de Bergamín debió gestarse
en su peculiar estilo, en la forma de ensayo poético de que hacen gala los colaboradores
de la revista.
Deberíamos los filólogos aprender de la frase de Heidegger, en su artículo
"Planteamiento de un interrogante metafísico":
"El conocimiento matemático no es más riguroso que el histórico-
filológico; posee, tan sólo, el carácter de 'exactitud', que no es equivalente
al de rigor. Exigir exactitud de la Historia sería contravenir a la idea del
rigor específico de las ciencias del espíritu."25
Creo que Cruz y Raya es una excelente revista, llena de sugerencias de
pensamiento, que nos ayuda a comprender muchos aspectos de la ideología republicana.
Hay textos densos, soberbios, originales. Baste leer los artículos de Ortega, o de
pensadores cristianos antologados como Newman, San Basilio o Eckehart cuyas ideas se
difunden; o artículos de María Zambrano -siempre brillante-, Imaz, Marañón, Maritain,
Landsberg, las greguerías de Gómez de la Serna, o los textos del propio Bergamín.
María Zambrano por ejemplo, comenta la preocupación de Ortega sobre España.
Este tema sería leitmotiv, no sólo en la obra de Zambrano, y puede consultarse un libro
excelente como su España, sueño y verdad,26 sino también en Bergamín, interesado
siempre en nuestra cultura.
Sobre la revista planea el peso indiscutible de la figura de Ortega, en escritos
suyos o en otros sobre él, algunos espléndidos como el de María Zambrano o el de
Corpus Barga. Hay también una gran incidencia de la obra de pensamiento, con un
trasfondo metafísico -de metafísica fundamentalmente católica-.
Un artículo de E. Imaz asocia marxismo y cristianismo.27 Otro artículo de
Manuel Abril sobre la muerte del abate Brémond y la posibilidad de asociar la poesía
22 Dennis, JB, A Critical... op. cit. p. 13.
23 Cruz y Raya. Antología, selección y prólogo de José Bergamín, Madrid, Turner, 1974, pp. 8-11. Cito
por esta edición.
24 Cruz y Raya, op. cit. pp. 24-25.
25 Cruz y Raya, op. cit., p. 45.
26 María Zambrano, España, sueño y verdad, Madrid, Siruela, 1994. La fecha original es de 1965.
27 Op. cit. p. 147.
pura a la mística cristiana, lo que creo debió influir muchos años más tarde sobre el
peculiar estilo poético bergaminiano.28 Se comenta a escritores católicos como Paul
Claudel.
En toda la revista late un profundo sentido religioso entendido de manera laicista,
sin beatería, lejano del confesionalismo hueco y altisonante; sin embargo hoy al lector
moderno, más materialista, le chocan estos presupuestos teóricos en una publicación de
vanguardia.
Aparece un artículo de Bergamín proclive a la revolución y en contra del
antimarxismo, con críticas a Azaña que no hace lo que dice, y se le llama demagogo.29
Es el constante inconformismo bergaminiano, muy crítico, como fue Larra en su día.
Conforme se avanza en la lectura de esta revista, en los números de hacia 1934,
se encuentra la intranquilidad y desazón ante el futuro, un futuro inseguro e incierto que
culminaría en el estallido del 36. Así, "La revolución para el hombre" de J. A. M., en
donde se plantea "la inseguridad radical de nuestro vivir".30 Pero con una afirmación a
favor de la Iglesia, el cristianismo, de donde surge la nueva cultura.31 Este artículo de J.
A. M. (José Antonio Maravall), de 1934, rechaza explícitamente el Ordre Nouveau
fascista tanto como la revolución marxista. La realidad de los sucesos pienso que se
encargaría de desbaratar estas posturas de los miembros de la revista, con su concepto
idealista y espiritualista de la vida. Dice Maravall: "La revolución, pues, ha de ser un
proceso interno del espíritu, un conflicto lírico del hombre".32
De este modo entre 1933 y 1934 la revista adopta una actitud equidistante entre
el Nouveau Ordre fascista y el marxismo leninismo. En sus páginas se encuentran
resúmenes del pensamiento teológico del cristianismo alemán nacionalista,33 y también
del Nouveau Ordre fascista y los pensadores nacionalsocialistas,34 su resumen de estas
ideas es en realidad una vacuna que culmina en clara crítica, como también del
marxismo leninismo de quien sin embargo están más próximos.
Es ésta una época difícil. Influyen poderosamente las ideas fascistas por un lado
y socialistas por otro, venidas desde fuera a nuestro país, hasta provocar una
confrontación. Creo que la guerra civil supondrá el choque de estas dos formas
antagónicas de idealismo, nacidas en una época convulsa de la que el cristianismo
progresista de Cruz y Raya es un interesante testimonio vital en el filo de la cuerda.
En la revista escriben pensadores católicos franceses como Max Jacob.35 Pero al
28 Op. cit., p. 164.
29 Op. cit., pp. 171-74.
30 Op. cit. p. 193.
31 Op. cit. p. 196.
32 Op. cit. p. 203.
33 "A Dios por razón de Estado" de Eugenio Imaz, pp. 175-193.
34 "La revolución para el hombre" de J. A. Maravall, pp. 193-217.
35 Op. cit. pp. 217-29.
mismo tiempo se manifiesta una actitud abierta por ejemplo hacia la afición al opio del
poeta Francis Thomson (1860-1909), y hacia muchas cuestiones ideológicas a las que ya
he hecho referencia.
La orientación de Cruz y Raya creo debe mucho al llamado movimiento Esprit, y
conecta así con movimientos religiosos de otros países.36 Poseen un concepto
revolucionario del cristianismo que se aleja tanto del capitalismo y fascismo como del
marxismo leninista, como puede verse en el texto de Emmanuel Mounier.37 Pero creo
hay en todos estos planteamientos un idealismo sublimado que ignora el pragmatismo de
los hechos que se impondrán en forma de confrontación.
Además de con Esprit conectan con Vie Intellectuelle. En ambas aparece un
manifiesto firmado por Maritain, E. Mounier, M. Arlaud etc.,38 que reseña Bergamín.
Buscan una amnistía para los socialistas austríacos encarcelados en ese país por un
gobierno católico. Para Bergamín el error del manifiesto es el ignorar que "no es el
catolicismo bandería ni cepo de ningún partido".39
Bergamín encuentra muchas semejanzas entre la situación de la Francia de 6 de
febrero de 1934 y España, con dos partidos enfrentados, uno de ellos de tendencia
totalitaria. Creo en este sentido que las palabras de Bergamín son de una gran lucidez, y
muestran que los movimientos ideológicos que sacudieron nuestro país tuvieron su
germen y semejanza en otros. España nunca fue diferente; con distinta suerte, nuestra
guerra civil no es sino un preludio anticipado de la Guerra Mundial. Sólo choca al lector
moderno la existencia de una cierta palabrería clerical -cesión a la época- en este artículo
de Bergamín.
El origen calderoniano de la frase "Cristal del tiempo", que daría lugar a una
sección fija de la revista, y que también aparece en la poesía última de nuestro autor, es
explicado en estas páginas.40 El término adquiere una dimensión obsesiva en Bergamín,
quien creo está totalmente inserto en el universo poético calderoniano. En el libro Cristal
del tiempo (1983) se recoge un texto de Bergamín de Hora de España donde se explica
esta fijación lingüística por estos dos términos:41
"La verdadera situación crítica del hombre ante el espejo no es la de
contemplarse a sí mismo tan superficialmente reflejado en una imagen
inexistente, es la de contemplar a los demás de ese mismo modo. Hay
palabras-espejos decía Lope: son 'cristales del tiempo'. Los artículos
literarios, políticos, satíricos y de costumbres del romántico Larra, son
'cristales del tiempo' que relampaguean aquí y allá luminosamente 'la
forma de las horas' en vivas palabras-espejos. Son estas palabras-espejos
36 Op. cit. pp. 193-217 y sobre todo pp. 249-58.
37 Op. cit. pp. 252-54.
38 Op. cit. pp. 263-65.
39 Op. cit. p. 265.
40 Op. cit. p. 265.
41 JB, Cristal del tiempo (1933-1983), ed. Gonzalo Santonja, Madrid, Revolución, 1983, p. 117.
las que expresan en Larra ideas más peregrinas."
Bergamín se ocupa de temas muy candentes, que aún siguen vivos en nuestra
patria, como el catalanismo y el españolismo, aludiendo a unas palabras de Maragall de
1908, que funde estas dos tendencias. Se ocupa así del nacionalismo y el espíritu de
patria, que formaba parte del idealismo de época, con una perspectiva integradora. Está
Bergamín contra el nacionalismo reaccionario y advierte que el cristianismo debe volver
la cara hacia el pueblo proletario.42 Presiente nuestro autor la guerra civil, y se manifiesta
en contra del radicalismo de izquierda y de derecha, indicando que la ausencia de Estado
está impidiendo la existencia de orden. Se queja del anarquismo de la vida política
española del momento.43
Y en otro artículo arremete contra el desorden revolucionario provocado por los
anarquistas, en noviembre de 1934;44 cree que el anarquismo del espíritu español,
patente en la derecha tanto como en la izquierda, lucha a la manera de Bakunin contra el
Estado. Bergamín pide paz, acorde con el cristianismo y el precepto de "no matarás", y
recoge el testimonio de cómo los mineros de Asturias trataron a un grupo de burgueses,
respetándolos, y ambas clases sociales se compenetraron ante las dificultades comunes,
triunfando la camaradería humana por encima del fanatismo y la lucha de clases.45
Bergamín termina pidiendo paz, pero al mismo tiempo "una revolución más
honda, un Estado más vivo", censurando a los que matan sin porqué.46
La huella de Unamuno sobre la revista -y también sobre nuestro autor- se
manifiesta en un artículo de P. L. Landsberg, "Reflexiones sobre Unamuno".47 El
pensador vasco imprimió una marca profunda sobre los católicos progresistas del
momento.
Cruz y Raya también realizó una labor de divulgación, antologando textos de
clásicos afines a su pensamiento, por ejemplo las traducciones de Hölderlin que
anticipan Hans Gebser y Luis Cernuda, quien escribe la nota introductoria.48 Y los
fragmentos de Novalis traducidos asimismo por Gebser. Cruz y Raya defiende al
romanticismo alemán, por su mitificación religiosa de la metafísica idealista: "Nada más
accesible al espíritu que lo infinito."49 El tema del sueño, además de la fuente en el
barroco español, tiene también su origen en estos textos de Novalis, que influirán
poderosamente en la poesía de Bergamín: "Nuestra vida no es sueño, pero tiene que
42 Op. cit. pp. 279, p. 281.
43 Op. cit. p. 283.
44 Op. cit. pp. 284-85.
45 Op. cit. pp. 287-88.
46 Op. cit. p. 289.
47 Op. cit. pp. 345-68.
48 Op. cit. pp. 387-98.
49 Op. cit. p. 493, la trad. de Novalis en pp. 491-504.
volverse sueño y quizá llegará a serlo."50
Habría que destacar sus artículos de acendrado cristianismo, bastante clerical
para un lector moderno, refiriéndose a "esta corrupción secular de la actividad religiosa
en España".
"(La) inmensa desmoralización producida en el ambiente religioso
español por la confusión o mixtificación de tantos intereses prácticos con
los espirituales, que debieran serles tan ajenos y tan contrarios. La
invasión que la propaganda política (llamémosla así) y aun de los
intereses económicos ha llevado al ámbito espiritual de la religión
católica, entre nosotros, ha sido tan profunda (...)"51
Como puede verse lo que estaba en liza era la apropiación del marbete religioso,
bien por las fuerzas de derecha o bien por las más progresistas.
En fin, Bergamín protesta por la utilización del pensamiento religioso con fines
políticos, y el descreimiento y falta de fe incluso entre quienes parecen católicos. Puede
comprobarse, creo, que el hondo sentimiento religioso de nuestro autor se fundamenta
tanto en el pensamiento unamuniano, como en el lirismo barroco calderoniano y lopesco,
a quienes hace temprana referencia.
Efectivamente, el que Bergamín sea católico profesante, explica que le interese
tanto la época clásica española del siglo de oro, y que profundice tanto en el verso de
Calderón. Bergamín prolonga el influjo barroco, también en su poesía, que
ideológicamente parte, muchos años después, de la relatividad de la vida como sueño, y
de la existencia de una auténtica realidad que es la espiritual y cristiana. Segismundo es
la clave del pensamiento bergaminiano, con su noción de sueño. Pero al mismo tiempo
la índole de copla popular y canción que tienen muchos de sus poemas, tienen también
como raíz esta preocupación por lo popular y lo auténtico de la nación española.
En sus artículos de Cruz y Raya Bergamín va politizándose cada vez más, y
comenta en 1935 el Congreso Internacional de Escritores de París, y la intervención de
Gide, que intenta aunar comunismo con interés por el individuo. Critica la noción
marxista de literatura como mero reflejo social y propone, con Gide, la búsqueda de lo
humano.52 Parece como si su individualismo de humanista cristiano, no encajara con el
colectivismo marxista. Todavía en esta época simpatiza con el paso de Gide no obstante,
a favor del comunismo y progresismo, pero reafirma su fe cristiana, con su intento de
reconvertirse constantemente en el hombre nuevo.53 Luego vendría la ruptura con Gide
en el congreso de Valencia.
En fin, el pensamiento cristiano de Bergamín se pone reiteradamente de
manifiesto en sus artículos en esta revista, aunque siempre permeable a los valores de
50 Op. cit. p. 494.
51 Op. cit. p. 405.
52 Op. cit. pp. 408-11.
53 Op. cit. p. 414.
progreso social. "La callada de Dios" (1935),54 se refiere al silencio de Dios y el silencio
del hombre. Critica la indiferencia religiosa, y hace un canto a los valores del papado.
Poco a poco Bergamín va adoptando una actitud más beligerante contra el
fascismo: "Paz con paz, guerra con guerra", exclama.55 Pero propugna una paz activa
con idealismo espiritualista típico de la posición cristiana. Se suma a los católicos de
Francia: Gide, Jules Romain, Luc Durtain, Romain Rolland, Alain, André Malraux etc.
Está muy al tanto de lo que ocurre en el país vecino.
Finalmente, Cruz y Raya recoge textos del genial Ramón Gómez de la Serna,
"Historia de medio año", donde éste comenta los sucesos periodísticos de la primera
mitad de 1935. Y en 1936 se incluyen "Greguerías nuevas", donde se señala como
antecedente de este género al hai-ku, la poesía de Shakespeare, Quevedo, Hugo etc.
Dennis ha recogido las dificultades que tuvo Bergamín, pese a contar con una
gran cantidad de dinero para la empresa, en conseguir firmas de primera línea para Cruz
y Raya. E indica cómo la revista choca con el catolicismo oficial porque busca restaurar
el primitivo cristianismo, frente a la corrupción del sentimiento religioso y el espectáculo
de la Iglesia interviniendo en actividades políticas.56
La revista fue considerada al principio por Sánchez Barbudo como una
publicación fascista porque se ocupaba de la cultura española del siglo de oro. Así este
autor arremete contra la publicación en Hoja Literaria, pero luego ambos escritores se
unieron contra el fascismo.57 También en Nueva Cultura (1935) José Herradón acusa a
Cruz y Raya de siniestra conspiración de la clase media católica.58 Las razones del
ataque de Nueva Cultura se encuentran en las relaciones entre Ruiz Senén y los jesuitas,
aunque Bergamín subrayará su independencia.
Dennis recoge que José Antonio se entrevista con Bergamín para que el segundo
número de la publicación tuviera un carácter fascista, pero nuestro autor se niega porque
fascismo y cristianismo le parecen incompatibles.59 De este modo, Cruz y Raya apoya
decididamente a la República.60 Aunque Bergamín la atacará también, más tarde, por sus
errores, pero siempre dentro de una fidelidad.61 Tras su visita a Rusia combina
cristianismo y socialismo radical y se aproxima a las posiciones marxistas.
Dennis ha estudiado la consideración, fruto en ocasiones de la incomprensión,
54 Op. cit. pp. 419-25.
55 Op. cit. pp. 443-49.
56 N. Dennis, JB. A Critical... op. cit. pp. 159-60.
57 Dennis, JB. A Critical... op. cit. pp. 146-47.
58 Dennis, op. cit. p. 149. Este crítico ha estudiado las polémicas sobre la revista aparecidas en la prensa
de la época.
59 Cfr. Nigel Dennis, J. B. A Critical Introduction 1920-1936, Toronto, University of Toronto Press,
1986, espec. cap. 6, "'Ni más ni menos': B. and Cruz y Raya", pp. 136-81. Cfr. pp. 165-66.
60 Op. cit. p. 167.
61 Op. cit. p. 168.
que nuestro autor -que se encontraba en una difícil posición- mereció a la prensa del
momento. Así, El Socialista le llamó "reaccionario", a lo que en carta a ese periódico
respondió que se consideraba un republicano de izquierdas.62 Y desde el otro lado, Falla,
muy católico, ante el sesgo radical de la revista, malentiende también su postura
ideológica.
En una entrevista con César Alonso de los Ríos en Triunfo (1974), nuestro autor
explica las fuentes de financiación de la revista:63
"Por entonces existía el problema de la enseñanza religiosa. Un grupo de
católicos pensó en montar un colegio, en el que se resolviera el problema
de la enseñanza religiosa de forma opcional. Este grupo estaba formado
por Miguel Maura, Gregorio Marañón, Ruiz Senén y, en fin, por la
mayor parte de los que luego aparecerían como fundadores de la revista.
Decidieron comprar el colegio de los marianistas, pero al fracasar este
proyecto, se pensó en dedicar el dinero que ya habían reunido a otra
actividad. Me llamaron y me encargaron del montaje de una revista."
Se encontró con una cantidad importante de dinero para su proyecto, un millón
de pesetas de la época, que se le concedió por su autoridad y prestigio.64
José Carlos Mainer también ha glosado la importancia de la revista citada.65
No parece existir rivalidad entre Ortega, que ayuda a Cruz y Raya, y nuestro
autor. Parece ser que la revista de Bergamín tenía más medios económicos que la de
Ortega.66 La de éste era más internacional, y la de Bergamín más nacional, con interés
por el barroco y el siglo de oro, pero también gozaba de colaboraciones internacionales.
La de Ortega no era una revista política y la de Bergamín era republicana.
1.3. La guerra.
62 Op. cit. pp. 179-80.
63 César Alonso de los Ríos, "JB y su Cruz y Raya", Triunfo, nº 615, 13 julio 1974, pp. 34-37, la cita en
p. 35. También en Dennis, JB. A Critical... p. 138.
64 Dennis, JB. A Critical... op. cit. p. 139.
65 José Carlos Mainer, La edad de plata (1902-1939). Ensayo de interpretación de un proceso cultural,
Madrid, Cátedra, 1981, p. 315. Sobre Bergamín, pp. 315-18.
66 Nigel Dennis, "La Revista de Occidente y Cruz y Raya: Ortega y Bergamín", Revista de Occidente, v.
72, mayo 1987, pp. 41-62.
Siguiendo el decurso biográfico de Bergamín, debe decirse que actúa en el
Primer Congreso Internacional de Escritores Antifascistas en Defensa de la Cultura, que
se celebró en París en 1935, y en España en febrero de 1936 en la Alianza de
Intelectuales Antifascistas, que presidió desde agosto.
Su poema sobre la lentitud de caracol en el robador de Europa, es una sátira
acerca de la no intromisión europea en nuestra guerra civil, escrito con un tono casi
quevedesco.67
Publica dos almanaques: El Acabóse de 1934, sobre la edad de oro -Valdivielso,
Quevedo, Lope, Fray Luis de Granada- y la vanidad de este mundo frente a la seguridad
que ofrece la fe; y El aviso de escarmentados del año que acaba y escarmiento de
avisados para el que empieza de 1935,68 calificado por Guillermo de Torre como "el
libro más caprichoso del año." Dennis ha estudiado estos almanaques en un artículo de
1977, señalando el carácter de aviso barroco y recuerdo del destino mortal de dichos
textos, y refiriendo los proyectos enjundiosos de edición que tenía Bergamín en
Ediciones del Árbol.69
Penalva se ha referido a las obras de Bergamín perdidas en la guerra civil,
cuando fue saqueada su casa.70 Y señala que hay dos etapas en su vida: una primera feliz
antes del 36 y otra dolorosa después, aunque el poeta sigue siendo el mismo. Creo que
Bergamín se radicalizó mucho en sus posturas políticas después de la guerra, con un
resentimiento justificable por haberlo perdido todo, y las dificultades que hubo de pasar.
Publica Bergamín romances de guerra civil en El mono azul, revista a la que da
nombre.71
Penalva ha indicado que durante la guerra Bergamín está próximo al stalinismo,
como queda de manifiesto en el prólogo a Espionaje en España, y es anti-trotskista.72
Considera en ese prólogo que los trotskistas están a favor de los fascistas y son espías
suyos, apuntando nuestro autor a un radicalismo de que seguiría haciendo gala toda su
vida.
Agregado Cultural de la Embajada Española en París durante la guerra civil.73
Busca apoyo financiero para la República en esta ciudad y en Estados Unidos, Canadá y
Rusia. Funda El Mono Azul y participa en las revistas Hora de España y Madrid.
67 Cfr. JB, Poesía, I, pp. 12ss.
68 En Madrid, Ediciones del Árbol, 1935. Cfr. Dennis, JB. A Critical... pp. 183-89. Hay una reedición
reciente en Alemania, Verlag Detlev Auvermann KG, 1974.
69 N. Dennis, "El aviso de escarmentados y el futuro de Cruz y Raya", Insula, nº 368-369, julio-agosto
1977.
70 Penalva, op. cit., p. 26.
71 Para estos temas cfr. el libro de Serge Salaün, La poesía de la guerra de España, Madrid, Castalia,
1985, espec. pp. 351-52, sobre Bergamín a quien se refiere en otros muchos capítulos. Ver tb. Penalva, pp.
104-5.
72 Penalva, op. cit., pp. 116-21.
73 Sobre Cruz y Raya y la actividad de Bergamín durante la República cfr. Jesús Arana Palacios, "J.B.,
un hombre en su siglo", Revista de Occidente, marzo 1995, nº 166, pp. 29-53.
Cuadernos de la Casa de la Cultura.74
En el Segundo Congreso Internaciomal de Escritores en Defensa de la Cultura
reunido en Valencia a mediados de 1937, que él presidió, trata con diplomacia el caso
Gide, quien se aparta del comunismo soviético por entender merma su libertad de
escritor. Este asunto muestra la división entre trotskistas y stalinistas en el congreso de
Valencia. Gide llevó al congreso un polémico texto, al que respondió Bergamín,
pero suavizando la situación. Creo que el texto de Gide refleja una modernidad de
concepciones políticas a la que es ajeno Bergamín; su crítica del sistema soviético fue de
una gran valentía y posee plena actualidad. Gide actúa como un hombre independiente
que no acepta el imperialismo ideológico de la URSS. Pero el tema está bellamente
tratado por Bergamín, que manifiesta su respeto hacia el escritor francés.75
Es poeta burlesco en versos a Mola y Franco. En 1938 publicó en Hora de
España sus tres sonetos "A Cristo crucificado ante el mar", de espíritu barroco, que
mereció el elogio de Antonio Machado en la misma revista.76
1.4. Los exilios y regresos. El final.
Bergamín se ve obligado, por motivos políticos, a exilarse a París donde es
presidente de la Junta de Cultura Española en el exilio, y publica la revista España
peregrina, trasladándose a México como presidente de dicha Junta y director de la
España Peregrina, con una línea muy combativa. Esta revista será durante mucho
tiempo lazo de unión entre los exilados españoles, una de las principales publicaciones
del exilio español. La revista sale a la luz en México en 1940. Hay un facsímil de esta
colección.77
En el exilio Bergamín colabora en: Romance (febrero 1940), El Hijo Pródigo y
Taller -revistas de Villaurrutia y Octavio Paz-, Aragón, Las Españas, Letras de México,
Ahora, y en los diarios El Nacional y El Popular. Destacan sus artículos: "Noches de la
lírica castellana. La música extremada del maestro Fray Luis de León",78 y "Parábola de
Narciso periclitante, la diablesa bestezuela, el crustáceo, la cacatúa, el oro maltés y la
higuera o El Profesor Inalterable",79 contra Ortega y su actitud ante la República en
74 Sigo las breves notas de José Esteban, que son exposición sintética de la biografía del poeta, y amplío
con otros datos.
75 Penalva, op. cit. pp. 143-147, espec. pp. 145-46.
76 Nigel Dennis, "JB, poeta desconocido de la generación de 1927", en Alan M. Gordon y Evelyn Rugg,
Actas del Sexto Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas, Toronto 22-26 agosto 1977,
Toronto, Dept. of Spanish and Portuguese, University of Toronto, 1980, pp. 207-10.
77 España Peregrina, prólogo de Ramón Xirau, epílogo, sumario e índices de Juan Larrea, México,
Finisterre, 1977.
78 Romance nº 19.
79 Romance 15 mayo 1940.
Ensimismamiento y alteración.80
Durante este tiempo del exilio aparecen en España: Caracteres, Mangas y
capirotes, Enemigo que huye, El arte de birlibirloque, La cabeza a pájaros, Disparadero
español.
Al desterrarse a México en 1939, dirige y funda allí la editorial Séneca en la que
aparecerán las Obras de Machado,81 el primer volumen de La arboleda perdida de
Alberti, España, aparta de mí este cáliz de Vallejo, obras de Prados, Poesías de Gil
Vicente de Dámaso Alonso, Memoria del olvido de Prados y Poeta en Nueva York de
Lorca.82 Respecto al libro de Lorca hay una compleja discusión textual entre los
expertos.83 Esta editorial Séneca se fundará con fondos del Servicio de Emigración de
los Republicanos Españoles (SERE).84
En Editorial Séneca publica sus libros: Disparadero español (1940), Detrás de
la cruz y El pozo de la angustia (1941), El Pasajero. Peregrino español en América
(1943; en tres volúmenes; libro inencontrable) y La voz apagada (1945).
Publica sus obras teatrales La muerte burlada, La hija de Dios, La niña
guerrillera.
En 1943 muere su esposa y queda viudo con tres hijos, lo que aumenta su
aislamiento.
En 1946 sale de México a Venezuela: Caracas (1946-47), y luego a Montevideo
(1948-54), dando cursos sobre nuestros clásicos en la Universidad de Montevideo, en la
Facultad de Humanidades y Ciencias. "Montevideo fue mi más larga estancia americana
y la más feliz, de tal modo que podría decir que fue, con México, mi segunda patria, sólo
que más amable y particularmente cariñosa."85 Pero Penalva se refiere a esta época como
"el infierno americano", debido a las dificultades en Montevideo por ser acusado de
comunista. Bergamín escribe: "América -toda, de extremo a extremo, inglés y español-
es un enorme Infierno moral, con engañosas apariencias bellas."86 Indica que siente "la
necesidad de huir de América. Su atmósfera me ahoga."87 De este modo marcha de
nuevo hacia París.
80 Penalva, op. cit., p. 160-61.
81 Cfr. Nigel Dennis, "Cultura y exilio: B. y la primera edición de las Obras completas de A. Machado
(México, 1940)", en Revista de Occidente, marzo 1995, nº 166, pp. 100-13.
82 Sobre este tema cfr. el interesante artículo de Andrew A. Anderson, "Las peripecias de Poeta en
Nueva York", Boletín de la Fundación Federico García Lorca, febrero 1992, vol. 10-11, pp. 97-123.
83 Cfr. Daniel Eisenberg, "Poeta en Nueva York". Historia y problemas de un texto de Lorca, Barcelona,
Ariel, 1976. Cfr. luego Gonzalo Penalva, "JB y Poeta en Nueva York", en Manojuelo de estudios literarios
ofrecidos a José Manuel Blecua Teijeiro, Madrid, Publicaciones de la Nueva Revista de Enseñanzas
Medias nº 1, 1983, pp. 185-93. Cfr. tb. Cristopher Maurer, "En torno a dos ediciones de poeta en Nueva
York", Revista Canadiense de Estudios Hispánicos, 1985, Winter, v. 9 (2), pp. 251-56.
84 G. Penalva, op. cit. p. 161.
85 Apud N. Dennis, JB A Critical... op. cit. p. 15.
86 Apud Penalva, op. cit. pp. 183-84.
87 Ibíd. p. 184.
Antes, en Montevideo, ha publicado Melusina y el espejo (1952) y Medea, la
encantadora (1954), su obra más representada.
Reside en París de 1954 hasta 1958. En esta ciudad se encierra en la poesía y
compone Duendecitos y coplas, "coplas a la andaluza romántico popular".88 A finales de
1957 se publica La corteza de la letra, escrita entre 1951 y 1952, donde aparecen sus
temas queridos: Don Quijote, Don Juan, Segismundo... Pasó desapercibido para la
crítica.
En 1958 vuelve a España, donde vive hasta 1963 en que vuelve a partir a
Montevideo y luego a París, por siete años más, hasta 1970.
En 1958, utilizando el tema del regreso a España del exilio, publica el poema
"Volver":89
"Volver no es volver atrás.
Lo que yo quiero de España
no es su recuerdo lejano:
yo no siento su nostalgia.
Lo que yo quiero es sentirla:
su tierra bajo mi planta;
su luz, arder en mis ojos
quemándome la mirada;
y su aire que se me entre
hasta los huesos del alma.
Volver no es volver atrás.
Yo no siento la añoranza:
que lo que pasó no vuelve,
y si vuelve es un fantasma.
Lo que yo quiero es volver
sin volver atrás de nada.
Yo quiero ver y tocar
con mis sentidos España,
sintiéndola como un sueño
de vida, resucitada.
(...)"
Durante su estancia en España, a donde llega el 22 de diciembre de 1958, tuvo
una entrevista con su amigo Azorín, quien le dice:90
88 G. Penalva, op. cit. pp. 191-92.
89 JB, Antología periodística. El pensamiento de un esqueleto, op. cit., vol. II, pp. 96-97. El poema
incluido aquí se publica inicialmente en Índice de Madrid y en Entregas de la Lincome nº 11, 1958.
Penalva lo recoge y comenta en op. cit. pp. 206-9. No se encuentra en la edición de Poesía de Turner.
90 Apud Dennis, JB. A Critical... p. 15. Según entrevista con Carlos Gurméndez citada en la bibliografía.
También la reproduce Penalva en su libro, p. 213.
"Voy a hablarle del panorama político para que se entere de la situación
española. Los españoles se dividen en tres clases: los indivisos, los
tolerantes y los réprobos. Yo soy un tolerante, y usted es un réprobo
tolerado, cosa que no le va a durar mucho."
Entre 1958 y 1963, fechas de su primer regreso a España hasta la segunda
expulsión en 1963 escribe ocho obras y alrededor de 140 artículos en El Nacional de
Caracas. Y a partir de su segundo regreso a España desde 1970 publicará más de 250
artículos, 18 obras, cinco reediciones y tres antologías.91
Durante su estancia en España publica Lázaro, Don Juan y Segismundo (1959).
También su antología que recoge los artículos del exilio publicados en Revista de la
Facultad de Humanidades y Ciencias de Montevideo, 1952-1954, Al fin y al cabo;
Fronteras infernales de la poesía (1959). En 1961, Los tejados de Madrid o El amor
anduvo a gatas homenaje a la Gatomaquia de Lope, Al volver (1962) luego reeditado
como Antes de ayer y pasado mañana que es una selección de artículos periodísticos
publicados en El Nacional en 1960. En 1962 aparece su primer libro de poemas Rimas y
sonetos rezagados y en 1963 Duendecitos y coplas, escrito en París en 1955.92
Me parece un contraste enorme la postura política militante de Bergamín frente
al carácter metafísico y esencialista de su poesía, generalmente -salvo pequeñas
excepciones- alejada del compromiso, y siempre preocupada de temas trascendentales e
intemporales. Pero también es verdad que la suya es una poesía de vejez, cuando el
horizonte de la muerte se percibe con más nitidez. Frente al compromiso político de su
obra ensayística en la guerra y el exilio, su poesía se ocupa sólo de temas transcendentes,
lejanos del tráfago político concreto. Cree de todos modos Bergamín que la literatura
española está escrita con sangre.
En su primer regreso a España Bergamín no conecta con los intelectuales del
momento, y se gana la enemistad de los católicos profranquistas.93 Se convierte en un
peregrino en su patria, empleando la expresión de Lope.94
Bergamín realiza un bello alegato contra la censura:
"No hay riesgo mayor para la vida que el tratar de defenderla de ese
propio riesgo. Para la vida y para el pensamiento. El pensamiento vive,
existe (se pone fuera de sí, se enajena, que diría Unamuno), por la
afirmación de su riesgo."95
Se enfrenta en polémica a los Luca de Tena por un artículo suyo aparecido en El
91 Los datos están tomados de Penalva, op. cit., p. 173.
92 Penalva, op. cit. pp. 209-12.
93 Esteban, op. cit. p. 19.
94 Penalva, op. cit. p. 214.
95 Apud Penalva, op. cit. p. 215.
Nacional de Caracas (12 junio 1960) y El Siglo de Santiago de Chile (2 enero 1961).96
Tiene que regresar al exilio a causa de su protagonismo en un manifiesto
redactado para protestar contra la represión de una huelga de mineros asturianos, lo que
le motiva la enemistad de Fraga Iribarne, ministro a la sazón de Información y Turismo.
En la "Carta al Ministro de Información", firmada por Bergamín, Aleixandre,
Laín Entralgo, Aranguren, Celaya, Buero Vallejo, Sastre, Francisco Rabal, José Agustín
Goytisolo, etc. hasta 120 firmas, se habla de la muerte de un minero por los malos tratos
infligidos en la Inspección de Policía, y la castración de otro minero, a otro se indica le
han quemado los testículos, otro sufre desequilibrio mental por las torturas, y otros
golpes en el bajo vientre.
La Contestación del ministro comienza refiriéndose al "profundo respeto a la
función intelectual" que le obliga a una respuesta, aludiendo a que todo es una
orquestación propagandística por parte del comunismo. Indica que el minero muerto
nunca ha existido, de otro no consta detención policial alguna, otro detenido por
actividades comunistas no fue sometido a interrogatorio y se encuentra en Carabanchel
donde puede ser visitado; otro, recluido en un sanatorio psiquiátrico a causa de las
presuntas torturas sufridas, fue detenido por actividades comunistas y ya acusó rasgos de
locura... En fin, Fraga indica que los sucesos que motivan la carta de los intelectuales son
falsos y constituyen un montaje propagandístico, del que se han hecho eco numerosos
medios de comunicación de filiación comunista.97
Pero a partir de entonces Bergamín, que encabezaba la carta citada con su firma,
vive bajo vigilancia policial hasta refugiarse en al embajada de Uruguay, a sus sesenta y
ocho años. Se reciben telegramas de protesta por el trato que recibe, del Vaticano, de
Kennedy, de Malraux, del gabinete de De Gaulle. Se le permite finalmente salir hacia
Montevideo de nuevo.98
A su regreso a París traba amistad con André Malraux y se le concede la Legión
de Honor, como a Picasso y Buñuel.99 Vive muy de cerca la revolución de mayo de
1968, que compara a la FAI española de la guerra.100 Se siente como un fantasma en
París, como un ser sin raíces y sin existencia tangible; este tema del fantasma será
fundamental en su obra.
En los siete años de su segundo exilio sólo publica Beltenebros (Puerto Rico,
1965) y una veintena de artículos. En Montevideo concluye Del otoño y los mirlos,
96 Penalva, op. cit. pp. 201-206.
97 Cfr. la respuesta de Fraga en El Español, nº 52, de 12 de octubre de 1963.
98 Dennis, JB. A Critical... p. 17 y n. 43. La mejor exposición de este tema, que recoge tanto el
manifiesto de Bergamín y sus amigos en protesta contra presuntas torturas a mineros asturianos, y la réplica
de Fraga en la que se estima la falsedad y exageración del manifiesto, se encuentra en Penalva, Tras las
huellas... pp. 218-30, con el texto de la carta a Fraga firmada por los intelectuales, y de la defensa de éste
en pp. 241-48. Penalva recoge los dos textos enfrentados, y Santonja en Cristal del tiempo op. cit. pp. 151-
55 sólo el texto de la protesta.
99 Esteban, op. cit., p. 20.
100 Penalva, op. cit. pp. 236-37. Cfr. el interesante artículo de Bergamín en Historia 16, junio 1976.
publicado en 1975.101
En primavera de 1970 vuelve a España y aparece Antes de ayer y pasado
mañana. Reedita sus primeras obras de teatro con el título de La risa en los huesos.102 Se
presenta como candidato a senador por Izquierda Republicana.
Defiende a Arrabal y se refiere, en evolución interesante de su pensamiento, a los
estados totalitarios del mundo: Rusia, Polonia y Checoslovaquia, en el artículo "Otro
caso concreto".103
En 1974 hay una escasa bibliografía sobre nuestro poeta.104
En 1977 Bergamín había publicado cinco libros de poemas, escritos en su época
de madurez vital y casi ancianidad: Rimas y sonetos rezagados (Santiago de Chile y
Madrid, 1962), Duendecitos y coplas (Santiago de Chile y Madrid, 1963), La claridad
desierta (Málaga, Litoral, 1973), y Apartada orilla (Madrid, 1976). Téngase en cuenta
que no es sino en sus últimos años de vida y tras su muerte cuando se editan sus poesías
completas en Turner.
En este mismo año de 1977 se publica en Cuadernos para el Diálogo una
conversación muy viva con el poeta, delicioso anecdotario que nos sirve para conocer
cómo era el autor en su vida privada.105
En 1978 Dennis vuelve a clamar por el olvido en que ha caído la obra de
Bergamín, estudia su almanaque Aviso de escarmentados (1935), se refiere a la burla y
ludismo como actitud, y recoge textos de nuestro autor en la revista Mediodía.106
Es un agudo y temible satírico, como queda de manifiesto en sus versos a la
muerte de Franco. Estos poemas han sido eliminados de la edición de Turner.
En la revista Sábado Gráfico -en la que también colaboraba Cunqueiro, entre
otros autores- se ocupa de una sección fija, "Las cosas que no pasan" de noviembre de
1973 a abril de 1979. Acaba siendo cesado de Sábado Gráfico, después de unos terribles
ataques contra la monarquía.107
Tras su cese en esta revista se radicaliza aún más. Colabora en la prensa del PCE
(ML). Y luego en el diario, Egin, y en el semanario Punto y Hora, situándose
políticamente al lado de la izquierda radical abertzale de tendencia próxima a la
organización terrorista ETA. En sus últimos artículos se acerca a Herri Batasuna.
101 Penalva, op. cit. p. 231.
102 J. B. La risa en los huesos, Madrid, Nostronomo, 1973.
103 Apud Penalva, op. cit. pp. 237-38. Vid tb. Angel y Joan Berenguer (eds.), Fernando Arrabal, Madrid,
Espiral Fundamentos, 1979, pp. 245-48.
104 Nigel Dennis, "JB y la exaltación del disparate", Cuadernos Hispanoamericanos, nº 288, junio 1974,
pp. 539-56.
105 Luis Suñer y César Antonio Molina, "Entrevista con JB. 'Estoy vivo porque no tengo dónde caerme
muerto'", Cuadernos para el Diálogo, 17 diciembre 1977, pp. 60-63.
106 Nigel Dennis, "JB: ilustración y defensa de la frivolidad", Cuadernos Hispanoamericanos, nº 342,
diciembre de 1978, pp. 603-13.
107 Penalva, op. cit., pp. 282-88.
Escribe Esperando la mano de nieve -que creo posiblemente su mejor poemario-
y Hora última en Fuenteheridos, en casa de su hija, aislado y pobre, recuperándose de
unas heridas producidas por una caída.
Murió en San Sebastián el 28 de agosto de 1983. Su entierro constituyó un acto
político abertzale.108 Como Pedraza y Jiménez han señalado,109 "En los últimos tiempos
se advierte en él la amargura y resentimiento del que se considera incomprendido y
marginado."
Para todos estos aspectos políticos de Bergamín, que como he dicho constituyen
para mí lo menos interesante de su obra, puede consultarse, además del citado Cristal del
tiempo editado por Santonja, la antología de Penalva El pensamiento de un esqueleto.110
Comienzan a aparecer repetidos resúmenes biográficos del poeta, con motivo de
su muerte.111
La editorial Turner publica la edición de sus Poesía completa.
108 Cfr. Penalva, op. cit. pp. 303-5, p. 311.
109 Cfr. Manual de Literatura Española, vol. X, cit. en bibliografía, p. 753. Se trata de un manual que
ofrece mucho más de lo habitual en este tipo de publicaciones, con una clasificación de aspectos y estado
de la cuestión muy completo.
110 José Bergamín, El pensamiento de un esqueleto. Antología periodística, selección y comentarios de
Gonzalo Penalva, Málaga, Litoral/Consjería de Cultura Junta de Andalucía, 1978, 3 tomos en un volumen.
Es un volumen desordenado desde el punto de vista cronólogico y temático, pero de interés por los textos
de Bergamín.
111 Gonzalo Penalva, "JB: un enterrado vivo", Quimera. Revista de Literatura, nov. 1983, nº 33, pp. 8-
11. José Luis Cano: "En la muerte de JB", Insula, sept 1983, v. 38 (442), p. 5.
2. INFLUENCIAS LITERARIAS EN BERGAMIN.
Intentaré sistematizar los apuntes dispersos de Bergamín en sus diversos ensayos
acerca de las influencias literarias que recibió, los libros que apreciaba y amaba, las
referencias que con reiteración obsesiva repite en sus páginas. Citaré cada obra por
abreviaturas, cuya relación se encuentra en la bibliografía final.
2.1. LOS CLASICOS ÁUREOS.
2.1.1. Bergamín y los clásicos.
Bergamín, ante todo, defiende un modo maravilloso de lectura, enamorado de
nuestros clásicos nos hace enamorarnos igualmente de ellos a todos sus lectores. En
Antes de ayer y pasado mañana comenta frases de clásicos unidas las hilo de su propio
pensamiento. Y nos surmerge, con una prosa densa y lírica, en un tenso viaje alrededor
de una idea. Cada capítulo del libro es como un poema en prosa, enormemente sugerente
y denso.
Pero el amor de Bergamín a los clásicos españoles, no le lleva a una actitud
tradicionalista y reaccionaria, sino a fundamentar de modo sólido y sosegado, en paso
hacia adelante, su propia escritura, sin aspavientos vanguardistas, sin fuegos fatuos de
sorpresiva forma. Bergamín enlaza sólidamente con la tradición española, fundamenta su
propia literatura en el pasado, al que aporta una nueva visión de las cosas. Es en este
sentido uno de los escritores del 27 que más firmemente asentaron los cimientos de su
propia obra. Dámaso Alonso, Cernuda, Guillén y Salinas, son otros ejemplos de esta
dimensión crítica de la escritura del poeta, que busca en el pasado las llaves de
comprensión para su presente y su futuro.
Pero Bergamín es uno de nuestros poetas más sinceramente prendado de nuestro
pasado clásico. Notemos que ta los escritores del 98, por ejemplo Azorín, fundamentan
su propia obra en la tradición literaria española; y en el 27 ello se lleva a extremos
magníficos de dedicación crítica. En el caso de Bergamín el tema se lleva a extremos
admirables que fundamentan todo su propio universo poético.
Dentro de esta afición a los clásicos destaca el amor por Lope y Calderón:
"El teatro nacional de Lope se hace nocional en Calderón (...) 'Lope es la
viña -podría decirse rectificando a Goethe-. Calderón es el vino.' Y si en
el vino está la verdad, la viña es la vida."112
Debo indicar que la profunda visión metafísica de Bergamín, enlazada al
112 Mangas y capirotes, p. 21.
pensamiento cristiano y barroco, le hace especialmente apto para valorar y degustar ese
pasado literario, en el que encuentra factores ideológicos de permanencia inalterable en
los que fundar su propia obra creativa.
Gusta de destacar una frase acertada, una metáfora, un conjunto de términos
extraídos de una obra teatral del siglo de oro, y comentarlo. El tema del cristal del
tiempo que diera origen a una sección fija de Cruz y Raya, lo explica en Mangas y
capirotes.113 Frases de Cervantes como "los tiempos mudan las cosas / y perfeccionan
las artes", que comenta en diversos libros de ensayo.114 Hay una degustación lírica en la
lectura de Bergamín, que le lleva a destacar frases y versos de extrema belleza, que
comenta y glosa; esta labor de glosa que realiza en su ensayo, la repetirá de otro modo
igualmente en su poesía.
Considera que "La mística y la picaresca española se diría que, por estos dos
libros iniciales (Lazarillo (1554) y Libro de la oración y la meditación (1554) de Fray
Luis de Granada), nacieron gemelas, como hermanas del mismo parto."115 Esta idea, que
también aparece en Antes de ayer y pasado mañana me parece de interés.
Bergamín considera el tema de lo que queda desde la perspectiva del mirar
eterno, de Calderón a Azorín, Unamuno, Maragall, Valle y Machado.116 Este mirar
eterno, esta profundidad esencialista y metafísica, me parece definitoria del estilo y el
pensamiento de nuestro autor.
Bergamín repasa La Dorotea, que muy tempranamente elogia, las Celestinas de
Silva y Sancho Muñón, y otros muchos libros que quiere descubrir al lector. Realiza de
este modo una importante labor de divulgación de nuestros clásicos, en una época en que
no existía la estructura crítica tan sólida que la filología española ha aportado en los
últimos decenios.
Notemos que Bergamín toma del siglo de oro español no su aspecto ideológico
coercitivo -pero apuntemos: ¿en qué país de la época no había coerción y posible
leyenda negra en esas fechas?- sino su profundidad de conceptos, que adapta a la visión
de un hombre del siglo XX, aprovechando para su propia obra poética esta dimensión
metafísica de una manera amable y humana, con un decir diáfano, sencillo, de canción
popular, un modo de extrema belleza y sumo encanto.
La lección que nos transmite la literatura en prosa y verso de Bergamín es la de
una búsqueda metafísica, humanísima y estremecedora, de lo esencial más allá de las
apariencias que tan superficialmente enredan al hombre del siglo XX. Bergamín busca
siempre lo esencial, lo profundo, y aparta lo relativo, aunque siempre con un gesto de
comprensión humana.
Toma de este modo del siglo de oro lo que hay de eterno e interesante, y lo
adapta al lector actual. Está enraizado profundamente en el Renacimiento y Barroco
españoles, pero con una visión al mismo tiempo muy personal. Desde este punto de vista
el Barroco le parece admirable en su búsqueda de lo esencial eterno frente al mundo
113 Mangas y capirotes, pp. 82-83.
114 Cfr. Mangas...
115 Lázaro... p. 23.
116 Corteza... pp. 28-32.
apariencial de aspectos relativos que nos rodean. 117
Bergamín, en su profunda comprensión de los poetas de siglo de oro español, nos
proporciona la verdadera dimensión de nuestra tradición literaria. Una dimensión honda,
eterna, pletórica de sugerencias para nuestra propia actitud ante el mundo. La metafísica
del catolicismo progresista de Bergamín se radica en la metafísica de nuestro
Renacimiento y Barroco literarios, con su concepto de relatividad de los existente, el
tema del tiempo fugitivo, la necesidad del hombre de adentrarse espiritualmente en el
sosiego de sí mismo para encontrarse con su propio yo.
El maridaje del catolicismo del siglo XX de Bergamín y el de los escritores
áureos españoles es perfecto. Pocos autores han comprendido mejor y más poéticamente
esta época.
Por otro lado la profunda religiosidad de Bergamín, se pone de manifiesto en la
referencia al misterioso temblor -tema kierkegaardiano- de la poesía de San Juan.118
De este modo es como Bergamín hace una interpretación religiosa de Cervantes,
Santa Teresa y Lope, a propósito del disparate de creer ("disparate esencial del
cristianismo. Cristo mató la muerte").119 En este ensayo la muerte aparece como
personaje fundamental en "Disparate de disparates",120 y recoge numerosos versos sobre
los que luego volverá en sus poemas, citándolos en encabezado. Cree que
Cervantes, Santa Teresa y Lope eran enamorados de la vida, y Quevedo, Gracián y
Cervantes, enamorados de la muerte. El texto es anterior a 1936 y se reeditó en Al fin y
al cabo (1981), libro que dedicó Bargamín "Al maestro Azorín", autor de enorme
capacidad de sugerencia personal en sus ensayos literarios.
2.1.2. Cervantes.
Cervantes es otro núcleo temático fundamental en la obra ensayística de
Bergamín. Realiza un cotejo entre la nocturnidad de Don Juan y el carácter solar de Don
Quijote, a propósito del tema del ateísmo y la fe.121
Glosando a Cervantes, se refiere al instante eterno -otro tema de su poesía-, que
tiene como opuesto al simple momento. Alude a un texto cervantino, que le sirve de
fundamento: "No puede escribir cosa que sea de momento el que por instantes está
117 En Fronteras... pp. 53-77, hay un interesante ensayo sobre Rojas y La Celestina, muy bello, donde
aparecen temas aplicables a la poesía del propio Bergamín: tiempo, costumbre, amor y muerte, el tiempo y
el amor en los amantes (pp. 66-72). En Beltenebros p. 41, a través de la referencia a la poética de Fray Luis
y Herrera, nos indica sin decirlo expresamente su propia poética.
118 Importancia pp. 27-29.
119 Al fin... p. 40, pp. 44-45.
120 Al fin... pp. 27-73.
121 Antes... pp. 19-22.
esperando la muerte."122 Esta frase define perfectamente la intención final de Bergamín,
que escribe su poesía en plena madurez y vejez.
En este mismo libro se refiere al silencio mudo de Cervantes, y comenta el verso
de Lope "la música en el aire se aposenta", que está al final del Laurel de Apolo y que en
otro sitio relaciona con Heidegger; este verso lo comentará en diversos libros.123 Frente
al charlatanismo, frente a la elocuencia y la grandilocuencia: la seriedad, la
concentración, la verdad del escritor serio y profundo.124 El tema me parece tiene
resonancias de Rilke y su actitud existencial ante la literatura.125 Creo es éste un texto
clave que nos muestra al Bergamín contemplativo y místico.
Cervantes está siempre presente en el ensayo de Bergamín: la mirada alegre de
Cervantes "De alegres ojos..."). Repara en una breve frase de un clásico que le sirve de
argumento y pie para su reflexión personal y glosa, tanto en su verso como en su ensayo.
La frase "creación creciente que se recrea a sí misma",126 puede definir su propia obra.
Insiste en que hay que releer, y releer a Cervantes.127 La relectura como ejercicio
intelectual.
Está contra el moralismo en literatura, y frente a ello cita el pensamiento
religioso y cristiano de Cervantes, que salva la novela.128
Hay páginas sobre el amor en El Quijote.129 Debo añadir que uno de los textos
más bellos sobre este tema me parece el de María Zambrano.130
Jugando con los elementos literarios, Bergamín opone a Don Quijote y
Segismundo.131
122 Antes de ayer... p. 28.
123 También en Antes de ayer p. 26. Y en Lázaro pp. 34-35, donde relaciona el verso de Lope con
Heidegger. Cfr. tb. España p. 305 donde vuelve sobre el tema. Y en Al fin p. 252.
124 Antes de ayer pp. 33-35.
125 Cfr. Diego Martínez Torrón, "Rainer María Rilke: metamorfosis y alucinación", Cuadernos
Hispanoamericanos, nº 319, enero 1977, pp. 5-36.
126 Antes... p. 59.
127 Corteza... pp. 16-17.
128 Beltenebros, pp. 119-20.
129 Corteza, pp. 34-35.
130 María Zambrano, "Lo que le sucedió a Cervantes: Dulcinea", en España, sueño y verdad, Madrid,
Siruela, 1994 (1965), pp. 38-49.
131 Al fin..., p. 240.
2.1.3. El teatro áureo. Lope.
Pero es el teatro español del siglo de oro lo que más interesa a Bergamín. Recoge
la frase de Meredith, que cita en numerosas ocasiones, de que la lectura de las comedias
españolas áueras recordaban un galopar de caballos en la noche.132 Y enfrenta el arte de
birlibirloque del pensamiento católico tomista, expreso en ese teatro, al positivismo
materialista de Comte.133
El teatro aparece como reflexión del hombre sobre sí mismo y espejo de
costumbres.134 El teatro áureo constituye una especificación figurativa del pensamiento
de la época.135 El teatro como máquina de popularizar y como instrumento poético; el
fundamento cristiano del teatro de Lope.136 La diferencia del teatro de Lope frente al
teatro griego.137
Considera que la poesía católica es transmutación del pensamiento en sueño.138
Creo que ésta podría ser la mejor definición de la poesía del propio Bergamín.
Reiterará constantemente, en diversos libros, el tema que aparece en El arte
nuevo de hacer comedias de Lope, de que el teatro áureo busca calmar la cólera de un
español que ve la comedia. Y, sin venir a cuento, generalmente enlaza la reflexión
literaria con una alusión a aspectos religiosos y cristianos.
"España, soñándose en Historia, como en Lope de Vega, o historiándose
en sueño, como en Calderón, se entraña y se desentraña poéticamente en
sus cielos, en la eternidad de su noche celeste: se pierde y se encuentra,
de nuevo, eternamente, en su laberinto de estrellas."139
España en su laberinto teatral del siglo XVII (Mangas y capirotes) es un canto
maravillado y maravillante de la obra de Lope, tan parecida en sus formas de lírica
popular a la del propio Bergamín. Calderón aparece como una prolongación y
profundización de Lope, como ya señalara el maestro Lista a quien Bergamín no cita.
El tema del peregrino en su patria, que el propio Bergamín se sentía al volver del
132 Laberinto, pp. 25-26. Sobre Lope.
133 Laberinto pp. 53-55.
134 Laberinto pp. 59-60.
135 Laberinto pp. 141-42.
136 Laberinto, pp. 33-35.
137 Laberinto, pp. 42-44. El cuerpo desnudo, para el griego es una respuesta, y para el cristiano una
interrogación (p. 62).
138 Laberinto, pp. 89-90.
139 Laberinto, p. 30.
exilio, lo toma igualmente de Lope, ya en un artículo de 1937 en Hora de España.140
Explica igualmente la frase "siempre mañana y nunca mañanamos" de Lope, el
tema del tiempo tan querido a nuestro autor.141
Hay versos de Lope que recoge Bergamín, y que dan sentido a toda su propia
poesía:
"(...) si al llamarte vida
tú misma estás diciendo que eres ida,
¿qué vanidad tu pensamiento mueve?"142
Considera que la lectura de Lope le deja un recuerdo de ingrávidas y aladas
plumas.143 Lope fue el hombre de pluma por excelencia, y el gran poeta popular y
revolucionario.144 Aprovecha seguidamente para hacer un canto a la revolución popular
y la revolución del analfabetismo de Lope. Lope sería la revolución permanente.145
Define a Lope como el "donaire", el "inteletto d'amore", y a la fe como la razón
lanzada a la velocidad de la luz.146 Bergamín tiene una admiración rendida por Lope, que
es probablemente el escritor español que más elogios hace brotar de su pluma; le parece
figuración viva del catolicismo en persona.147
Se refiere a su verso que tomó como divisa Nietzsche: "yo me sucedo a mí
mismo". Y lo comenta a propósito de la libertad del artista.148
Y comenta otro verso de Lope: "dando voy pasos perdidos por tierra que toda es
aire."149 Sobre el aire en Lope y Calderón escribe también en un libro taurino,150 ya que
la visión que tiene Bergamín del toreo es muy literaria. Creo que nuestro autor propone
adoptar ante la vida la actitud existencial del torero, que se enfrenta a la realidad y la
domina, burlándola en arte birlibirloque, en juego, jugando su juego.
140 Cristal p. 111 y 113.
141 Cristal p. 182.
142 España p. 63.
143 Beltenebros, p. 170.
144 Beltenebros, pp. 172-74.
145 Beltenebros pp. 176, 178, 180-82.
146 Beltenebros pp. 202-4.
147 Beltenebros p. 205.
148 Beltenebros pp. 190-91.
149 Al fin p. 278.
150 Claridad toreo p. 17.
2.1.4. De Tirso a Calderón.
Otro verso que ocupa a Bergamín es el de Tirso: "Vuela el mal con pies de
pluma./ Viene el bien con pies de plomo."151
Y de Calderón: "formas de las horas / que son cristales del tiempo",152 que es
otra de sus obsesiones literarias.153 Se refiere allí al reflejo de la sociedad en el teatro. Y
en otro sitio relaciona el cristal del tiempo y el sueño, siendo los cristales de Calderón la
significación de la vida.154
De Calderón le interesa ante todo el tema de la muerte.155 Menciona
especialmente la hija del aire y la contrasta con la obra de Ruiz de Alarcón, que le
parece realiza una disección naturalista, una degradación del genio de Lope de modo
moralista. Y lo enfrenta al milagro de Lope, que nunca cae en ese moralismo. Indica que
el teatro de Calderón está muy lejos de lo racional.156
De Calderón toma ante todo el tema de la realidad y el sueño:157
"La realidad del mundo es una maravilla cuando creemos en ella como si
no lo fuera, como si fuera otra: esto es, cuando la irrealizamos
poéticamente. Lo maravilloso es que el mundo de la realidad sostenga
por sí solo la irrealidad maravillosa del mundo. El mundo de la realidad
necesita otro mundo de irrealidad en el que apoyarse y sostenerse. Lo
maravilloso también es que ese mundo de la irrealidad sostenga y apoye
la realidad del mundo. Mundo y trasmundo para el hombre es su realidad
que lo irrealiza: su irrealidad que lo realiza. Una y otra lo verifican. Lo
verifican, no solamente por la verdad y con la verdad, sino por la mentira
y con la mentira. Lo verifican y lo mienten. La mentira no es un error, es
un desdoblamiento de la verdad misma. En esta vida, en este mundo -dirá
el segismundeante soliloquear calderoniano- 'todo es verdad y todo es
mentira'. Todo es doblez y desdoblamiento; pero no falsía. La verdad
tiene siempre dos caras: siempre es otra verdad que implica una mentira.
La mentira, ¿es una ilusión verdadera? ¿Cuál es el mundo de verdad o de
mentira, el de la realidad en que cree -por la música de la piedra-
Lazarillo o el de la irrealidad en que creía Amadís -'Amadís sin tiempo'-
151 España, p. 129. Cfr. tb. Claridad toreo p. 13.
152 Antes de ayer, p. 27
153 Cfr tb España pp. 88-89, y p. 116.
154 Al fin, pp. 261-64.
155 Laberinto, pp. 78-80.
156 Laberinto pp. 143-56 y pp. 157-176.
157 Lázaro, p. 28.
entregado al correr del río y mecido por sus aguas, como Lazarillo,
aunque fiel toda su vida -su vida y milagros- a esa canción del agua que
acunó -y acunó de fe- su niñez, y le llevó sin sentir hasta la muerte?"
Este texto clarifica la tensión entre realidad e irrealidad, entre realismo e
idealismo, en la obra toda de Bergamín.158
Versos de Calderón como "lo que nos queda es lo que no nos queda", que hacen
alusión al paso del tiempo y a la relatividad de todo lo apariencial, los recoge igualmente
Bergamín.159
Cree que La vida es sueño es la contrafigura del Burlador de Tirso. Son dos
temas literarios importantes para la configuración de su propio pensamiento poético.
2.1.5. Góngora.
Bergamín defenderá a Góngora, como miembro del 27, en "Patos del aguachirle
castellano, en Verso y Prosa (1927).160
Pero al mismo tiempo se enfrenta al maquillaje femenino, la afectación
gongorina de la poesía. Considera con Nietzsche que "la mejor máscara es el rostro".
Reprocha a Lope la exageración gongorina. Y añade que la poesía de Góngora es "un
fantasma -sonoro y amoroso fantasma- que está entre el sonido y la luz; entre la música y
la pintura." Se refiere luego a la nada de la verdad en Unamuno, y al nihilismo poético
de Góngora.161
También elogia, en otro libro, la obra de Quevedo.162
158 Cfr. tb. El pensamiento del un esqueleto, vol. I, pp. 116-18, y en Revista Nacional de Cultura,
Caracas, 1948.
159 España p. 128.
160 Pensamiento de un esqueleto vol. I, pp. 47-49. "Patos del aguachirle castellana" en Verso y Prosa,
Murcia, nº 6, junio 1927.
161 Beltenebros pp. 64-71.
162 España, p. 285-86.
2.2. DEL ROMANTICISMO AL REALISMO.
2.2.1. El Don Juan.
En plena guerra aún encuentra tiempo Bergamín para glosar bellamente el Don
Juan de Zorrilla en relación al Quijote, en asociación que será luego un modo típico de
su ensayismo. Es un artículo de La Vanguardia de 1938, conversación entre Don Juan y
Don Quijote, símbolo de la necesidad de un diálogo entre posturas contrapuestas, un
velado mensaje pacifista lanzado en plena guerra, una guerra de la que siempre
abominó.163 Este tema lo reitera en El pozo de la angustia: Don Juan y la eternidad, Dios
le entiende y basta -dice él.-164
En otros lugares insistirá en el asunto, así su discurso sobre los Don Juanes.165 En
La corteza de la letra aparece otro breve y bello ensayo sobre Don Juan.166 Y en De una
España peregrina, donde muestra su delicado gusto literario glosando unos hermosos
versos de Lope sobre el alma y el brío del español.167 El tema del misterioso temblor de
Don Juan ante la ultimidad de la muerte, que recoge Bergamín con resonancias
existenciales.168
En El cohete y la estrella escribe: "¿QUIEN QUE ES NO ES ROMANTICO? -
En arte es romántico precisamente, todo lo que no es."169 El arte lo define como
naturalidad. Y en Aforismos de la cabeza parlante describe lo que representan los siglos
XVIII, XIX y XX.170
2.2.2. Ferrán. Bécquer.
En este ámbito no podemos olvidar la extrema importancia de la influencia de
Augusto Ferrán sobre la poesía de Bergamín. Nuestro autor indica el profundo olvido en
que yace este interesante poeta, que le parece más sutil que Bécquer en su verso, si bien
más débil en su prosa. Enlaza este tema con el cante jondo español y la soledad. Así lo
estima en ese magnífico y sobrio libro de ensayos que es Lázaro, Don Juan y
163 El pensamiento de un esqueleto, II, pp. 57-61.
164 El pozo, pp. 52-53 y pp. 54-56.
165 Laberinto pp. 113-179, ej. pp. 138-40.
166 Corteza pp. 136-40.
167 De una España peregrina, pp. 229-79.
168 De una España peregrina, p. 277.
169 El cohete... p. 71.
170 Aforismos pp. 61-62.
Segismundo.171
Efectivamente, si comparamos cualquier poema de Canto rodado con este de
Ferrán, dudo que encontremos diferencia. Véase así este Apéndice a la Soledad:172
"Con el tiempo aprenderás
a saber lo que es el tiempo;
lo malo es que algunas veces
llega muy tarde el remedio."
Y ésta:173
"Me mata poquito a poco
el querer que yo te tengo:
no te asustes, compañera,
pues por lo mismo te quiero."
Sin embargo debe advertirse que la copla bergaminiana es de una transparencia
de estilo peculiarmente nítida, con un código simbólico muy cerrado de conceptos que se
reiteran en diversa posición y sentido, variantes infinitas sobre un mismo tema, y con
una dimensión de profundidad que nunca había tenido este género literario.
Como decía antes, en Lázaro, Don Juan y Segismundo, en el epígrafe
"Romántica de soledades", recoge la relación entre el romanticismo europeo y su
adaptación española en el cante jondo y la soledad de Ferrán, ensalzando a este
interesantísimo autor. Se trata de un libro, Lázaro, Don Juan y Segismundo, muy
imbuído de romanticismo, así en "Pueblo, poesía, romanticismo",174 dentro del epígrafe
más amplio "Al fin y al cabo", que utilizará luego para otro libro de ensayo. También en
De una España peregrina menciona las coplas y cantares de Ferrán, que esperan -quiero
añadir- una edición y estudio modernos después de la ya antigua de Clásicos Castellanos
de Espasa-Calpe.175
Creo que Lázaro... aclara el sentido de su poesía, el último volumen de su Poesía
editado por Turner que contiene los versos populares escritos en el exilio parisino. Y lo
hace siguiendo el hilo de las explicaciones sobre Bécquer, que es, con Ferrán, el otro hito
importante que influye en esta forma de su poesía.
En La corteza de la letra hay una referencia a la "mano de nieve" becqueriana,
que inspiraría luego su mejor poemario, Esperando la mano de nieve.176
171 Lázaro, p. 45, pp. 62-66.
172 Augusto Ferrán, Obras completas, ed. de José Pedro Díaz, Madrid, Espasa-Calpe, 1969 (Clásicos
Castellanos, 164), p. 79, nº XXXIII (CLXI).
173 Ibíd p. 70, nº CXLIII.
174 Lázaro pp. 49-67 y pp. 69-74.
175 De una España peregrina pp. 176-77.
176 Corteza pp. 175-76.
Dada la importancia de la influencia de Bécquer en nuestro poeta, ello requeriría
un tratamiento más pormenorizado que no vamos a hacer aquí. Todos los autores del 27
son influídos, de uno u otro modo, por el arpa becqueriana, pero Bergamín es
probablemente el que más acusa este punto de referencia literaria en su poesía.
Recordemos cómo Juan Ramón y él leían y descubrían a Bécquer juntos, en la casa del
primero.
2.2.3. Galdós.
También hay otros autores del XIX, si bien no muchos, a que se refiere
Bergamín, por ejemplo a Galdós, que podría parecer muy lejano de la estética de nuestro
poeta. Le interesa la España de Galdós, y el tema religioso en su novela, siguiendo los
criterios de Menéndez Pelayo y Azorín.177 Y en otro sitio se refiere a Galdós y el pueblo
español.178 De una España peregrina aporta un bello texto sobre Galdós.179
Obviamente la influencia galdosiana incide más como guía populista y
sentimental que de eficacia en el modo de expresión poética.
177 De una España peregrina pp. 33-77.
178 Corteza p. 96.
179 De una España... pp. 33-77, texto de 1944 y 1959-63.
2.3. EL NOVENTA Y OCHO.
2.3.1. Unamuno.
Pero es Unamuno probablemente la referencia más importante para comprender
el ámbito de las influencias literarias ejercidas sobre nuestro poeta. Ya le dedicó
tempranamente La cabeza a pájaros (1925-1930): "A Don Miguel de Unamuno místico
sembrador de vientos espirituales."
De la amistad entre ambos escritores ha dejado testimonio reciente la publicación
por Dennis de un interesante epistolario.180
La importancia del demonio está lleno de referencias admirativas a Unamuno,
por ejemplo.181
En otro sitio puede verse cómo el tema del sueño lo toma, además de Calderón,
de la poesía unamuniana. Igualmente el tema del pensamiento comprometido
existencialmente, el gritar la propia verdad.182
Y en otro lugar, acerca de la introspección, el "¡adentro!", introspección mística
que creo está, como actitud, en la base también de la poesía de Bergamín.183
Efectivamente Unamuno, con Bécquer y Ferrán, es la gran fuente moderna de Bergamín,
enlazando con el dolorido sentir y el sentimiento trágico de la vida.184 Aunque también
podría mencionarse, volviendo la vista atrás, la huella de Aldana -que Cernuda también
descubriera ya en 1946-:185 el descenso a la interioridad del ser, el "hombre interior".186
Hay alusiones a el Cancionero de Unamuno, editado por Federico de Onís,187 y
el intimismo de estos versos que tanto admiraba Bergamín. Este Cancionero de 1936, es
la obra que prefiere Bergamín de este autor.188
180 El epistolario. José Bergamín-Miguel de Unamuno (1923-1935), ed. de Nigel Dennis, Valencia, Pre-
Textos, 1993.
181 Importancia p. 41 por ej.
182 Laberinto, p. 180 y 182.
183 Lázaro, p. 88.
184 Lázaro p. 91.
185 Cfr. Luis Cernuda, Obra completa, volumen II, Prosa-I, Madrid, Siruela, 1994, el epígrafe "Tres
poetas metafísicos" (1946) en Poesía y Literatura (1960), pp. 502-17. Es un texto de una profundidad y
capacidad de sugerencia y comprensión admirables.
186 Sobre Unamuno en Bergamín, cfr. tb: Lázaro... p. 119; el "se sentir" en Corteza... p. 18; el
cristianismo existencial unamuniano en Corteza pp. 25-26; etc.
187 Añado la refrencia bibliográfica que Bergamín no cita: MU, Cancionero. Diario poético, ed. y pról.
de Federico de Onís, Buenos Aires, Losada, 1953.
188 Epistolario... p. 205.
Toma de Unamuno igualmente el apropiarse del lenguaje común para renovarlo
como lenguaje vivo. El tema del hueso y la carne. Ya he mencionado el tema del
sueño.189
Quizás hasta el ensayo bergaminiano, siendo distinto del de Unamuno,
manifiesta la huella de éste en el intento de bordonear alrededor de una idea atrayéndola
a otras, y descifrar el sentido de un vocablo que se intenta desentrañar desde sus raíces
populares.
La idea de un compromiso existencial que lleva a posturas ideológicas y
políticas, también surge de Unamuno. Así en un artículo de Bergamín de
1948: "Verdad y poesía. El Terrible Oficio del Escritor". "¡Es tan terrible
el oficio!" decía Unamuno. Y Bergamín añade una cita de Ibsen:
"Escribir es pronunciar sobre nosotros mismos un juicio final".190
Temas como el terror a la nada, o el muerto que fue.191 El sueño de España, y
morir soñando.192 También recala en el cristianismo de Machado o Unamuno, que no es
el catolicismo farisaico, con lo que Bergamín autodefine su propio cristianismo.193
Temas como el sueño de la muerte en Unamuno. O el fantasma. Están presentes en los
textos de nuestro poeta.
Pero Bergamín desarrollará personalmente el tema del sueño y lo confronta con
lo que encuentra en su propio interior, una reflexión acerca de la vida y la muerte; la
poesía de nuestro autor surge de una continuada trágica experiencia de la vida, y la
dureza del exilio fue su auténtico maestro.
En fin, El epistolario. José Bergamín, Miguel de Unamuno, que antes he citado,
contiene muchas sugerencias que ilustran la relación entre ambos escritores, con el
testimonio de la rendida admiración de nuestro autor por quien me atrevería a llamar su
maestro.
De la entrañable relación entre ambos y de la confianza que tenían, da idea el
hecho de que Unamuno mandó a Bergamín aforismos para que los publicara en Los
Lunes de El Imparcial.194
Si acudimos a la obra de Unamuno, por ejemplo a Teresa:195
"Sueño despertar un día
y sueño que estoy dormido;
y es mi vida la agonía
189 Cfr. El pensamiento de un esqueleto vol. I, p. 162, 166, 168, 172 (de 1964).
190 El pensamiento de un esqueleto, vol. III, pp. 99-106
191 De una España peregrina, pp. 82-83.
192 De una España peregrina pp. 84-85.
193 De una España peregrina pp. 86-88.
194 Epistolario p. 23.
195 Miguel de Unamuno, Obras completas, vol. VI, Poesía, ed. de Manuel García Blanco, Madrid,
Escelicer, 1969, Teresa nº 21, p. 590.
de recordar el olvido."
Son versos de claro abolengo bergaminiano. Y un poco después:196 "y conjugas
el verbo divino / en el silencio... que es ¡soñar!" Y luego:197 "(...) que ni Muerte ni Amor
son temporales; cosas son de lo eterno."
Pero sobre todo hay influencias de Cancionero. Diario poético (1928-1936),
especialmente de los Poemas y canciones de Hendaya (1928), el tema de "Peregrino,
peregrino",198 las formas breves, el tema del sueño en el último poema...199 Aunque
Bergamín es menos religioso y confesional que Unamuno en su poesía.
2.3.2. Azorín.
Con otros miembros del 98 también mantuvo Bergamín una cordial relación, por
ejemplo dedica Lázaro... "Al maestro Azorín", a quien se refiere en diversos pasajes de
otras obras.200
2.3.3. Machado.
Igualmente Antonio Machado está presente en las páginas de ensayo de
Bergamín.201
Oreste Macrí, en su reciente edición de las obras completas de Machado, se
refiere a que la edición que Bergamín hizo de las Poesías completas del autor
noventayochista es "la menos incorrecta", "agotada y rarísima; en realidad carece de
notas y contiene sólo (pp. 905-914) algunas 'Variantes' sin indicación de la fuente y de la
cronología."202
196 Ibíd. nº 29, p. 595.
197 Ibíd. nº 30, p. 596.
198 Ibíd. p. 949.
199 Ibíd. nº 1755, p. 1424.
200 Cfr. Corteza p. 38, sobre Azorín y Cervantes; Corteza, pp. 31-32, indica que Azorín careció de
arriesgado sentido, frente a Machado; El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 185-86, 187-88, 190-91,
191-92, llama "tonto" a Azorín por su deserción (pp. 185-86) y se refiere a la mística azoriniana (pp. 187-
88).
201 Cfr. El pensamiento de un esqueleto, vol. I, p. 186, sobre vivir y soñar en Machado; ibíd. vol. I, pp.
173-75 evoca a Machado visitando a su casa, artículo de Hora de España (1938). Cfr. tb. Prólogos... pp.
83-90, que muestra quería mucho a Machado, de quien publicó la edición de Obras, México, Seneca, 1940.
202 O. Macrí, en su ed. de A. Machado, Obras completas vol. I, Poesías completas, Madrid, Espasa-
Calpe/Fundación A. Machado, 1988, vol. I, p. 52; y cita la edición en vol. I, p. 254, nº 22.
El tema del sueño en Bergamín, debe tanto a Unamuno como a Machado. Para
este último puede consultarse el estudio de Bernard Sesé.203 Allí se documenta la
obsesión de Machado por el tiempo que pasa y lleva a la muerte, que también se
encuentra en Bergamín, y el tema del fantasma.204 En Bergamín hay influencia creo
igualmente de las Nuevas canciones.205
Recordemos la frase de Juan de Mairena:206
"Todo poeta -dice Juan de Mairena- supone una metafísica; acaso cada
poema debiera tener la suya -implícita-, claro está -nunca explícita-, y el
poeta tiene el deber de exponerla, por separado, en conceptos claros. La
posibilidad de hacerlo distingue al verdadero poeta del mero señorito que
compone versos."
No me cabe ninguna duda de que Bergamín debió tener muy en cuenta esta
importante afirmación, porque lo que precisamente caracteriza a su poesía, que es obra
de madurez, vino añejo de infinitas evocaciones, es la exposición de todo un
pensamiento poético de índole metafísica.
Esta metafísica la expone luego más claramente en sus aforismos y ensayos. Su
aforismo está próximo al de Juan Ramón -Ideolojía, que debió conocer cuando aún
estaba inédito- pero es menos estético y más humano. También está próximo a
Nietzsche, pero Bergamín es mucho más lírico que sesudo, lo que no obsta para la
profundidad de su pensamiento. Sus ensayos son un laberinto de engarces literarios, de
gran originalidad; interesan más por ser de quien es que por lo que dice, ya que carece de
sistema, porque nuestro autor siempre abominó de la crítica universitaria.
203 Bernard Sesé, A. Machado (1875-1939). El hombre, el poeta, el pensador, Madrid, Gredos, 1980, 2
vols, en vol. I, pp. 125-63 "La búsqueda del yo y los espejos del sueño"; en vol. II, pp. 504-58, "Nuevos
espejos del sueño".
204 Sesé, op. cit., vol. I, p. 139 y 147 respectivamente.
205 Cfr. Sesé, op. cit. vol. I, pp. 504-58 y el tema de la muerte (p. 549). Cfr. tb. A. Machado, Nuevas
canciones y De un cancionero apócrifo, ed. de José María Valverde, Madrid, Castalia, 1971 (Clásicos
Castalia, 32). Cfr. también D. L. Shaw, La generación del 98, Madrid, Cátedra, 1977, sobre Machado y la
presencia de la muerte (p. 182), y el sueño (pp. 182-85) en Soledades y Nuevas canciones (p. 197).
206 A. Machado, De un cancionero apócrifo en Nuevas canciones y De un cancionero apócrifo, ed. José
María Valverde, op. cit., pp. 226-27.
2.4. OTRAS REFERENCIAS: VALLE, CAJAL, ORTEGA. RAMON.
También hay en su obra alguna referencia a Valle, aunque de modo menos
frecuente.207
Hay en su obra alusiones a Ramón y Cajal, quien dijera "Sólo por el trabajo
alcanzará nuestra patria su pleno florecimiento."208 Y, más frecuentes, a Ortega.209
Escribe sobre Ramón, al que considera fuente importante de la metáfora brillante
del 27: "Como Charlot, Ramón es razonable, el más razonable de todos: el que ha
encontrado el secreto último, el último refugio de la razón en la incongruencia".210
En El pensamiento de un esqueleto,211 destaca la influencia de Ramón Gómez de
la Serna sobre la generación del 27. Luis Cernuda tomó este tema de Bergamín en sus
Estudios sobre poesía española contemporánea (1957).212 Creo qu el tema es muy
importante porque supone reconocer la fuente de la imaginación poética del 27 en la
riquísima prosa de Ramón.
207 Corteza p. 20-22, sobre el castellanizar del 98 y el quietismo de Valle, creo que anticipando el libro
de Guillermo Díaz-Plaja Las estéticas de Valle-Inclán, Madrid, Gredos, 1966, donde tanta atención se
presta al libro místico de Valle La lámpara maravillosa. No gusta Bergamín del esperpento ni de El ruedo
ibérico sino de El resplandor de la hoguera, Romance de lobos, Flor de santidad.
Cfr. tb. Prólogos pp. 99-107. Y sobre Picasso, pp. 111-21.
208 Corteza p. 119.
209 El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 40-42, que critica la deshumanización del arte y el
pensamiento elitista y minoritario de este autor (originalmente en España, semanario de la vida nacional,
nº 339, 8 diciembre 1923.)
210 Prólogos epilogales p. 70, y luego en pp. 73-76.
211 En El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 50-55, a propósito de una visión muy elogiosa de
Seguro azar de Salinas, artículo originalmente aparecido en La Gaceta Literaria, Madrid, nº 51, 1 febrero
1929, pp. 1 y 5.
212 Cfr. Luis Cernuda, Obras completas, vol. II, ed. de Derek Harris y Luis Maristany, Madrid, Siruela,
1994, pp. 172-81.
2.5. JUAN RAMON.
Otro autor que aparece muy frecuentemente citado por Bergamín es su
inicialmente admirado Juan Ramón Jiménez. La relación de amor inicial y odio posterior
entre ambos, con riquísima documentación, y anécdotas interesantes de la polémica que
más tarde entablaron, puede leerse en el libro de Nigel Dennis Perfume and Poison que
es un completo análisis de la cuestión. Efectivamente en un primer momento Bergamín
consideró a Juan Ramón como su maestro, pero a partir de una temprana fecha se
convierten en enemigos literarios que se zahieren constanemente en su obra.213
Bergamín acabó oponiendo la poesía de verdad, a la manera de Salinas, frente al
esteticismo que inicialmente le impresionó tanto de Juan Ramón.214
Quiero indicar que aunque el pensamiento de Bergamín es propio del siglo de
oro, que tanto admiraba, su estilo es totalmente moderno. Hay en él influencia, es
verdad, de la canción tradicional,215 pues recoge la sabiduría popular unida al lirismo,
aunque en Bergamín la expresión es más intelectual y profunda, con paradojas y
sentencias casi aforísticas en verso.
El estilo poético de Bergamín desarrolla el de la etapa intermedia de Juan
Ramón, en libros como Belleza, Poesía, Eternidades, Piedra y cielo. Pero Bergamín es
menos superficial y cursi, es más profundo -luego Juan Ramón evolucionaría, de un
modo distinto hacia una poesía metafísica de gran hondura e interés que está aún por
valorar correctamente, y no pienso tanto en Espacio, que es lo que más se lee hoy de esa
época, sino en Dios deseado y deseante y los últimos poemas de la Tercera antolojía.216
213 Cfr. una visión positiva de Juan Ramón por Bergamín en Caracteres (1926), Madrid, Turner, 1978,
facsímil, caricatura muy idealizada. Juicio positivo en El pensamiento de un esqueleto, "Pasemos la
página", vol. I, pp. 68-71 (originalmente en Sábado Gráfico nº 1073, 24 de diciembre de 1977, p. 21), lo
que muestra que tardíamente Bergamín volvió a reconsiderar a su antiguo maestro, lo que no recoge
Dennis. Ver tb. en este libro un artículo inicial, de La Gaceta Literaria nº 11, 1 junio 1927, "El idealismo
andaluz", de gran importancia, en el que no sólo elogia a Juan Ramón sino también a Guillén y Cernuda.
Pero en otros puntos censura a Juan Ramón por su esteticismo, que contrasta con La voz a ti debida de
Salinas, en El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 90-93, refiriéndose a la poesía de verdad.
214 Sobre la relación de Bergamín con Juan Ramón cfr. tb. Prólogos pp. 121-25.
215 Véanse los repertorios clásicos sobre la lírica tradicional: Julio Cejador y Frauca, La verdadera
poesía castellana recogida y estudiada por..., Madrid, Arco, 1987, 9 vols, facsímil de la ed. de 1921;
Francisco Rodríguez Marín, Cantos populares españoles recogidos, ordenados e ilustrados por..., Madrid,
Atlas, 1981, 5 vols; y su anterior El alma de Andalucía en sus mejores coplas amorosas escogidas entre
más de 22000 por Francisco Rodríguez Marín, Madrid, 1929 (hay reedición actual con las mismas
planchas en Atlas); y el espléndido libro de Margit Frenk, Corpus de la antigua lírica popular hispánica
(siglos XV a XVII), Madrid, Castalia, 1987 (Nueva Biblioteca de Erudición y Crítica, 1).
216 Cfr. Juan Ramón Jiménez, Tercera antolojía poética, ed. Eugenio Florit, Madrid, Biblioteca Nueva,
1970, 2ª ed. Cfr. tb. Dios deseado y deseante, ed. de Antonio Sánchez Barbudo, Madrid, Aguilar, 1964.
Cfr. tb. Animal de fondo, ed. de Ángel Crespo, Madrid, Taurus, 1981. Hagamos una alusión a la memoria
de Crespo, recientemente desaparecido, hombre íntegro dedicado en cuerpo y alma a la literatura, y que tan
bien trabajaba.
2.6. EL VEINTISIETE.
En el libro de Bergamín póstumo Prólogos epilogales (1985) hay una gran
cantidad de artículos, prólogos y referencias al 27 por parte de nuestro autor, que
demuestran su labor de constructor fundamental de la idea del 27 entre la crítica
posterior.217
Son muy frecuentes las referencias al 27 en Bergamín, quien con su labor crítica
contribuyó grandemente a dar una imagen cohesionada del grupo, lista para ser analizada
más ampliamente por otros críticos.218
Bergamín no cree -y ello me parece muy importante- en la filiación gongorina
del grupo,219 y destaca la relación de la metáfora del 27 con la imaginación ramoniana,
hecho que anoté en el epígrafe relativo a Ramón. El modelo para el 27 es Ramón Gómez
de la Serna.220 Todo ello vendría a romper muchos tópicos que luego la crítica ha ido
acumulando, respecto a la influencia de Góngora que efectivamente creo se da más
como actitud que como mímesis iamgística y literaria, ya que el 27 me parece muy
alejado del barroco, con la excepción de los primeros versos de Hernández.
Por tanto Bergamín aleja al 27 de Góngora y lo aproxima a Gómez de la Serna y
también a Juan Ramón.221 Con ello creo se perfilan más nítidamente las coordenadas
sobre las cuales vuela esta generación.
Igualmente, y con ello estarán luego Guillén y Cernuda, señala que otra
influencia fundamental sobre el grupo del 27 es la obra de Bécquer, gran padre de la
generación con su poesía evanescente y de sugerencia lírica y sencilla.
En otros sitios elogia a Guillén,222 a Alberti,223 etc.224 en artículos en La Gaceta
217 Cfr. Prólogos, en donde defiende inicialmente a Juan Ramón, pero también a los miembros del 27:
Salinas y Guillén (p. 27), Cernuda (p.28), Alberto (p. 28)... que comenzaban a publicar sus poemas, aunque
algunos como Guillén no habían editado un libro; menciona a Lorca, Dámaso, Prados y Antonio Espina (p.
29). En "La poética de Jorge Guillén" se refiere a Cántico recién publicado, en La Gaceta Literaria nº 49,
1-1-1929, y menciona a Juan Larrea (p. 34). Luego sobre la muerte de Lorca (pp. 37-38 en Homenaje al
poeta FGL, Valencia/Barcelona, 1937; tb. en pp. 39-47, prólogo a Poeta en Nueva York, México, Séneca,
1940). Son textos estremecidos, muy sentidos. Sobre Alberti cfr. pp. 49-56 y en pp. 57-59 explica el título
de Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos, tomado de un verso de Calderón. Sobre
Antonio Espina pp. 61-62 y 63-64. Sobre Altolaguirre pp. 65-67.
218 En El pensamiento de un esuqeleto, vol. I, define la estética del 27 (p. 129); no cree en la filiación
gongorina del grupo; tradicionalismo del grupo frente a los ismos (p. 136). Relación de Bergamín con
Cernuda (pp. 144-46), con Salinas (pp. 146-48), quien publica en Literatura española siglo XX sobre "JB
en aforismos", y escribe "B. es el pensador preocupado que se juega y se lo juega todo". Con Alberti (pp.
148-51), con Gómez de la Serna (pp. 151-55), con Lorca (pp. 155-57), con Aleixandre (pp. 157-61). Sus
maestros fueron Unamuno, Valle, Falla, Antonio Machado, Picasso. Especialmente interesante sobre
Machado y B. (pp. 161-65)
219 El pensamiento de un esqueleto, vol. I, p. 129.
220 El pensamiento... I, p. 137.
221 El pensamiento... I, pp. 138-39.
222 El pensamiento de un esqueleto, vol. I pp. 76-77 y 78-79, texto de La Gaceta Literaria, nº 49, 1 enero
de 1929, p. 3.
Literaria.
223 El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 80-87, en La Gaceta Literaria donde elogia a todos los
jóvenes del 27.
224 Cfr. El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 94-97, p. 99, etc. etc.
2.7. FUENTES FORANEAS.
Entre las fuentes foráneas de Bergamín habría que destacar a Pascal, que le
influye grandemente con su pensamiento religioso,225 y con su referencia al espanto de
"el silencio eterno de los espacios infinitos".
A Goethe, de quien menciona Vicario de Wakefield, Poesía y Verdad y Los años
de viaje de Guillermo Meister entre otras obras.
Se refiere al estremecimiento de la poesía de Hugo, quien dice que el soñador
debe ser más poderoso que su sueño.226
A Tolstoi, de quien menciona numerosas obras.
Y a Mallarmé, musarañero e incomprensible hegeliano, como lo llama.
Es de destacar la relación del aforismo bergaminiano con el de Nietzsche, cuya
La Gaya Ciencia menciona.227 Recuérdese aquel aforismo de este filósofo:
"Los filólogos son hombres que utilizan el sentimiento embotado del
hombre moderno, sobre su propia insuficiencia, para ganar con ello
dinero y pan.
Los conozco; yo soy uno de ellos."228
225 Antes de ayer... p. 88, por ej.
226 Corteza p. 127, p. 129.
227 Cfr. El cohete..., ed. cit., p. 108.
228 Federico Nietzsche, Consideraciones intempestivas, nº 169, p. 173, vol. I de Obras completas,
Buenos Aires, Aguilar, 1966, 6ª ed. en B. Aires (1ª en Madrid, 1932), trad. de Eduardo Ovejero y Maury.
2.8. CONCLUSION SOBRE LAS FUENTES DE BERGAMIN.
En fin, en la obra poética de Bergamín aparecen referencias literarias explícitas.
Nuestro autor gusta de citar numerosos textos de clásicos, generalmente españoles,
también de Dante etc. Y los comenta en sus versos, a manera de glosa poética, como ya
hiciera, glosándolos también en prosa, en sus ensayos.
Sería inútil recoger aquí las numerosas citas de que son objetos estos autores por
parte de Bergamín: San Juan, Cervantes -muy frecuente-,229 Aldana -un autor
espléndido, que descubre tempranamente Bergamín cuando apenas era divulgado, y del
que gustaba también Cernuda-, Lope -otro gran amor de Bergamín, su poesía lírica y
teatro-, Calderón -que en temas como el sueño, la muerte, etc., influye grandemente en
Bergamín, con Segismundo-, Quevedo, Unamuno -mucho Unamuno-,230 Dante -otro
autor muy querido de Bergamín-, Shelley, Mallarmé -quien inspira el título de La
claridad desierta con un verso- Bécquer -mucho Bécquer, con su especial transparencia-
, Baudelaire, Herrera, Antonio y hasta Manuel Machado -pese a la distancia ideológica
con este autor-.
Por supuesto, Juan Ramóm, pese a los avatares de su amistad-enemistad, que es
otra fuente importantísima especialmente en la etapa intermedia, aunque Bergamín tiene
un concepto transcendente de la metafísica que no es inmanente y panteísta, sino de
inspiración clásica, y se dirige a Dios como a un amigo personal; pero también hay en
nuestro autor cierta anulación de la distancia entre sujeto y objeto, a la manera mística
del último Juan Ramón que busca la identidad con el todo, aunque insisto en el
sentimiento transcendente y no inmanente de la poesía bergaminiana.
Unamuno y Bécquer están siempre presentes, con Lope y Calderón. Respecto a
Zorrilla, a quien cita, descubre al lector moderno que no es un organillo, como le
acusaran, sino poeta de inspirado hálito, poesía afluyente y fluyente que trae ecos de
voces misteriosas que llaman en la noche, "la voz de un viento oscuro"; y su Don Juan,
que tanto impresionara a Bergamín siempre.
Destacaré que las citas de clásicos que recoge Bergamín como encabezado de
sus poemas son de una enorme belleza. Nuestro autor tenía una singular capacidad para
extraer de libros extensos de los clásicos la frase acertada, brillante, poética, que destella
sugerencias, y que comenta como he dicho, glosándola tanto en su prosa como en sus
versos. Bergamín tiene un paladar literario exquisito para degustar lo que Barthes
llamaba le plaisir du texte.
En fin, Bergamín es un poeta idealista, como los mejores -y tan numerosos-
229 Por ejemplo Poesía, V, 83, en Esperando la mano de nieve, glosa una bellísima frase del profundo
Cervantes: más allá de lo invisible tiembla otro misterio.
230 Por ejemplo en el modo de desentrañar y rehacer las palabras con neologismo de origen filológico,
típico de Unamuno: "Ya no verán mis ojos como ahora / esta desensoñada noche mía" (Poesía, I, 36).
También en el dolorido sentir unamuniano y el "peso /del sueño sobre la vida" (Poesía, II, 68). El despertar
debajo del sueño, el tema unamuniano del sueño, que relaciona no sólo con este autor sino con Calderón.
Velado desvelo se inicia y termina con una cita de Unamuno.
poetas españoles. Por eso le pesa el sueño sobre la vida. Al mismo tiempo, el tema
calderoniano de que la vida es sueño, y si se libera de éste se liberará de la vida. Hay en
Bergamín, como veremos en seguida, un cierto deseo de la propia muerte a la que se
mira con obsesiva espectativa de futuro, en menciones muy reiteradas en su poesía. Y el
dolorido sentir unamuniano, relacionado igualmente con una frase de Nietzsche: "Le he
dado nombre a mi dolor: le llamo mi perro".231
La crítica literaria habida sobre Bergamín, se ha referido extensamente a las
fuentes e influencias de este autor.232
231 Apud Poesía (II, 72).
232 Cfr. Penalva pp. 32-33, sobre las lecturas de nuestro autor. Cfr. Dennis, JB. A Critical... p. 7 sobre el
mismo tema. Hay un artículo de Garrison sobre B. y la poesía del siglo de oro en En torno... pp. 17-32, en
donde se buscan fuentes clásicas para Hora última por parte de Mazzocchi, pp. 86-104; y Delay analiza el
tema de Beltenebros en la poesía de B., pp. 180-90. Penalva sobre la influencia de Azorín, op. cit. p. 213; y
sobre la de Unamuno en pp. 35-37. La correspondencia de Bergamín y Unamuno se perdió, nos dice
Penalva (p. 126) tras el saqueo de su casa de Madrid, pero creo se ha encontrado recientemente y ha sido
publicada por Dennis, El epistolario... La relación de Bergamín y Unamuno la ha estudiado Dennis en
artículo en Revista Canadiense de Estudios Hispánicos (1987) y remito a la bibliografía final. La relación
con Juan Ramón, Penalva pp. 45-53, y el interesante libro de Dennis ya citado Perfume and Poison, que
refleja un gran conocimiento de la época, y estudia las revistas de Juan Ramón en que colabora nuestro
autor: Índice, Sí. Boletín Bello Español. El Andaluz Universal, Ley etc. (p. 42). La relación entre Juan
Ramón y Bergamín la reconstruye Dennis a través de cartas ya publicadas y datos tomados de revistas. Se
recogen divertidos versos del 27 sobre Juan Ramón (p. 78). Juan Ramón creía que Bergamín había robado
sus documentos en el saqueo que también sacudió su casa, pero Sánchez Barbudo señala lo absurdo de la
hipótesis, ya que nuestro autor no se encontraba en Madrid en 1939, ni en situación de dar órdenas a los
falangistas. Bergamín contesta a los ataques de Juan Ramón hacia sus prólogos: "¿No huele a manicomio y
a hospital, a celda monjil, y a sucia imaginación de interno colegial adolescente, este mía (...)" p. 101
(aparecido en El Hijo Pródigo), pero luego escribirá un artículo elogioso hacia JR por la concesión del
Nobel. Arturo Villar recoge que la revalorización de Bécquer salió de casa de JR y la alentaron poetas del
27.
Sobre la amistad de Alberti y Bergamín cfr. Dennis, Insula (junio 1978), éste dio título a Cal y
canto, influye en su teatro y publican en las mismas revistas como El Mono Azul.
Sobre la edición de Poeta en Nueva York de Bergamín en Séneca, cfr. Maurer, Revista
Canadiense de Estudios Hispánicos (1985), cit. en bbfía, que rebate las hipótesis de Eutimio Martin en su
edición (cfr. FGL, Poeta en Nueva York. Tierra y luna, ed. de Eutimio Martín, Barcelona, Ariel, 1981).
Sobre las cartas entre Lorca y nuestro autor cfr. Gentile-Grillo "L'imposible..." (1989) cit. bbfía. pp. 206-7.
Sobre la amistad de Guillén y B. cfr. Dennis, Revista de Occidente (1993), Bergamín quería
Cántico se llamara Mecánica celeste. Ibídem sobre la conferencia de nuestro autor en el Ateneo de Sevilla
sobre la poética del 27 (p. 67), y los poemas de 1927 que escribe Bergamín aunque se creía era poeta tardío
de 1962 con casi 60 años; la décima de 1927 aparece en Litoral dedicado a Góngora y añade un inédito
"Soneto hermético".
3. CARACTERISTICAS DE ESTILO
3.1. EL ENSAYO DE BERGAMIN.233
Como escribió Cernuda: "Todo poeta es, o debe ser, un crítico; un crítico
silencioso y creador, no un charlatán estéril."234 Toda una lección y programa de vida
para muchos de nosotros. Y desde luego, frase deducible del talante de la obra crítica de
Bergamín.
Sus libros de ensayo están llenos de disquisiciones, fabulaciones, pensamientos
vagabundos y erráticos que giran acercándose y alejándose, como la mariposa a la luz,
de un tema general, que suele estar inspirado en motivos de la literatura y los autores
clásicos españoles que tanto ama. El ensayo de Bergamín es admirable cuando no cae en
la propia trampa del barroquismo alambicado excesivo.
Sus ensayos son a veces divagaciones que conceptualmente parten de
presupuestos erróneos lógicamente, sobre los que especula. Por ejemplo cuando
establece la identidad entre mística y picaresca.235 Aunque la idea de que parte, como en
este caso, sea original y de indudable belleza. A veces carecen de profundidad, pero
reflejan siempre un amor infinito hacia la cultura y la identidad española, con un estilo
tenso y peculiar, perdido en excesivas ramificaciones arbóreas en las que se disipa su
mente, en otras ocasiones atinado y claro, directo a la diana.
En sus ensayos reitera temas como Don Juan y Don Quijote -dos aspectos muy
queridos-, y una serie de leitmotivs típicos a que he tenido ya antes ocasión de referirme.
No cabe duda de que posee un pensamiento propio y original acerca de la literatura
española y de la vida en general. Y es enormemente enriquecedor sumergirse en la
aventura de su lectura.
Procura evitar la lógica y los academicismos. Se basa en la simple recreación y
en la hermenéutica de comentario personal acerca de temas clave de nuestro cultura de
todos conocidos, sobre los que aporta siempre una visión joven y fresca, diferente,
233 Cfr. Penalva, Tras... p. 92, que define "Cristal del tiempo", como llamaba B. a los temas polémicos;
ibíd. pp. 92-95 sobre sus ensayos en los años treinta. Cfr. sobre la obra en prosa de B.: N. Dennis, "'Dueño
en su laberinto'. El ensayista JB (de la Irreal Anti-Academia)", Camp de l'Arpa, nº 23-24, agosto-sept 1975,
pp. 13-19, y "Il laberinto de JB" en Porspettive Settanta, Roma, III, nº 23, abril-sept 1977, pp. 85-91. Tb.
de Dennis, El aposento... pp. 15-16 sobre el ensayo de B. En A Critical... estudia a B. como crítico, aunque
sólo hasta fecha temprana (pp. 49-77) (cfr. tb. pp. 93-110, sobre el conceptismo de B. en su ensayo, tema
que ya tocó Torrente (1964, op. cit.) Dennis en Camp de l'Arpa (1975) estudia su crítica antiacadémica.
Sobre su barroquismo cfr. Dennis, Revista de Occidente (1982, p. 86) y Cuadernos Americanos (1984, pp.
146-47). -doblete: es el mismo artículo-. Dennis igualmente en El País (1995) menciona a B. como escritor
de ideas, de prosa exhuberante y frondosa que da vueltas a las cosas.
No entro en el teatro de B., que me parece interesante sólo como muestra representativa de su
pensamiento y de la actitud de los intelectuales españoles en el exilio, salvando la divertida pieza Los
filólogos. Sobre estos temas hay estudios.
234 Luis Cernuda, Obra completa, vol. 2, Prosa-1, ed. de Derek Harris y Luis Maristany, Madrid,
Siruela, 1994, pp. 18-19.
235 Importancia pp. 19-31.
enriquecedora. Leyéndole nos parece sentir el pulso de su corazón, su presencia de yo
que piensa y late detrás de las líneas que escribe, con una vivacidad y una intensidad
realmente notables. Algo semejante a la experiencia de la lectura de María Zambrano, si
bien esta autora suele ser menos digresiva, más directa, de una formación más académica
y menos divagatoria.
Pero reconociendo los valores indudables de la prosa de Bergamín, me parecen
exageraciones de amigo algunas afirmaciones que se han hecho en su valoración. Porque
creo que es en su obra poética donde aporta la verdadera dimensión de su espíritu, sus
textos más profundos e interesantes.
No creo que Bergamín hubiera gustado ser llamado pensador. Lo suyo es la
divagación, el juego, el embaucamiento, el tratamiento lúdico y enamorado de nuestra
cultura y nuestra literatura. Los grandes temas de España tienen en su ensayo un lugar
privilegiado, aunque también muestra sus lecturas de clásicos foráneos.
Pero el ensayo de Bergamín, que contiene en algunas páginas lacónicos y breves
destellos de genio, ha envejecido mal en su mayor parte. Tal vez es la influencia de la
fenomenología, de la hermenéutica, de las divagaciones ensayísticas o filosóficas -era la
época de Heidegger, de Merleau-Ponty,236 no olvidemos-. Tengamos en cuenta que la
fenomenología ha periclitado para el lector moderno, formado en la Filosofía de la
Ciencia y la lógica matemática.
Nuestro autor exhibe el heideggeriano enredo del lenguaje y es capaz de jugar
con la palabra intrincarse hasta la saciedad, por poner un ejemplo. Pero con todo nos
aporta páginas muy brillantes, y nos introduce en el laberinto reiterado del lenguaje. Si
bien los rendimientos finales de su lectura, desde el punto de vista conceptual, son a
veces un tanto escasos, la aventura de haberse dejado embaucar por su personalidad
originalísima, es siempre gratificante.
Por otro lado debe advertirse que el pensamiento de Bergamín deambula de un
lado a otro en su divagar, interesante y cansino a la vez, por cuestiones literarias, pero
generalmente suele abocar, al final del razonamiento, muchas veces sin venir a qué, a la
idea cristiana de Dios.237
Es capaz de hilar temas tan distintos entrelazados con el teatro griego y el áureo
español, mencionar a Einstein, para pasar luego a Santo Tomás y a conceptos católicos.
O partir de Dante, para seguir con Shakespeare, Cervantes, Maquiavelo, Montaigne, y
culminar en perorata sobre el catolicismo.238 Deambular de la mente, que se sigue no
obstante con fascinación por la propia irregularidad de lo que se nos ofrece, que a veces
son pensamientos de indudable interés y brillo.
Cabe aprender mucho de la actitud de Bergamín respecto a la literatura de
nuestro pasado. Sin erudición, pero con un perfecto conocimiento de causa, ama y se
deleita con citas breves de nuestros clásicos, escogidas con gusto de exquisito gourmet
literario. Y el placer que él siente con los clásicos españoles, nos lo transmite, nos lo
hace percibir vivamente.
236 A Heidegger lo cita con frecuencia. Y a Merleau-POnty, su Sens et non sens en Corteza pp. 54-55 y
p. 89.
237 Ej., Mangas, p. 81 ej.
238 Cfr. Fronteras, p. 48 por ejemplo.
Leer el ensayo de Bergamín es dar un amplio paseo, muy hondamente meditado
y sentido, con la hipersensibilidad de un lector inteligente, por nuestra literatura clásica
de la que está profundamente enamorado. Recrea pasajes, toma frases aisladas de belleza
deslumbrante, comenta incansable. Frente a tantos de nuestros escritores desvinculados
de nuestro pasado cultural, la lección de Bergamín es palpitante, clara, fudamentada en
sólidas raíces que su trato con personajes de la categoría de Juan Ramón o Unamuno,
Azorín o Gómez de la Serna, le hizo valorar.
Prefiero libros más tensos como Lázaro, Don Juan y Segismundo, a algunos
ensayos de los años setenta más cargantes, como Antes de ayer..., La importancia...,
Mangas y capirotes etc. Si bien, como decía antes, la lectura de Bergamín siempre
enriquece.
Libros como Fronteras... manifiestan creo un gusto por lo excesivo, por lo
radical, incluso por lo titánico, así lo que escribe acerca de Byron, que es muy bello, o
sobre la locura de Nietzsche. Recorre sus libros un poderoso aliento de rebeldía
espiritual.239 Este es un libro muy equilibrado, que posee el rigor y sistema que a veces
echamos en falta en otros muchos ensayos de Bergamín, que muestra así su carácter
autodidacta.
Beltenebros compendia una enorme sabiduría vital y aporta un conjunto de
páginas igualmente de gran belleza, con una reflexión acerca del silencio creador del
poeta ensimismado adentro de su ser hombre -Francisco Aldana, el divino capitán- y
sobre la creación expansiva, la libertad del creador -a propósito de Lope.-240
Al fin y al cabo ha evitado los circunloquios indigeribles en largos párrafos sin
punto aparte, separando los textos, en su reedición reciente, con asteriscos para
fraccionar los diversos pensamientos. Así este libro se lee con agrado mayor que en su
edición original. Estos asteriscos jalonan el ritmo de las tiradas del pensamiento fluyente
de Bergamín.
Pero siempre la autenticidad y hondura del hombre que hay detrás de sus
escritos, salva siempre los ensayos de nuestro autor.
Bergamín tiene por otro lado la valentía de ostentar y exhibir su personalidad sin
tapujos, a contra corriente. Es católico, y lo confiesa repetidamente, pero no de los
católicos al uso. Gusta del teatro áureo español y de los valores tradicionales, cuando lo
habitual en muchos de nuestros escritores es la ignorancia de nuestro propio pasado y la
ingenua sumisión a lo que viene de fuera. Es tradicional en la forma de sus versos y
tradicional en el contenido metafísico de su pensamiento, pero profundamente innovador
en sus planteamientos de fondo. Rompe tanto con la reaccionaria visión tradicionalista
como con la fácil progresía epatada de conocimientos superficiales. Fue, siempre,
también en sus posturas políticas, a contracorriente. Un personaje distinto. Un ser único
e irrepetible. Un auténtico personaje de nuestras letras del siglo XX, con todos sus
defectos y todas sus virtudes.
En Fronteras... puede observarse cómo para Bergamín se precisa una actitud casi
mística para enfrentarse con la lectura de un auténtico poética. Y de rechazo nos está
sugiriendo cómo hay que leer igualmente su propia poesía.
239 Fronteras... pp. 177-79 y pp. 200-3 y 211.
240 Beltenebros pp. 151-221.
En fin, el ensayo de Bergamín es una palabrería con calidad poética y arte de
sugerencia y levedad. Una especie de divagación muy peculiar y atractiva. A veces la
profundidad de pensamiento es sólo aparente y cede ante el encanto -y encantamiento- a
que somete la palabra.241
241 Dice Penalva, El pensamiento de un esqueleto, vol. I, pp. 107-8, que el ensayo crítico de Bergamín no
se basa en la lógica sino en la pasión. Pero su antología creo cae en el error de la disposición temática,
cuando lo interesante hubiera sido observar la evolución histórica y cronológica del pensamiento
bergaminiano. Espero y confío que las Obras completas de nuestro autor, que prepara para la Biblioteca
Castro/Turner, permitan este acceso cronológico a su producción literaria, tantas veces reeditada y
refundida.
3.2. AFORISMOS.
Otro aspecto a tener en cuenta sería el del carácter aforístico de parte de la poesía
bergaminiana, además de los aforismos expresos que publicó. En estas colecciones,
Bergamín hace un elogio de la paradoja.242
Aún está necesitando un estudio la relación del aforismo de Bergamín con el de
Juan Ramón. Precisamente la reciente publicación por Antonio Sánchez Romeralo del
volumen IV de Metamórfosis titulado Ideolojía, libro inédito, nos muestra que por las
fechas en que ambos poetas se conocieron Juan Ramón componía frecuentes
aforismos.243 Y creo que seguramente es por la inlfuencia juanramoniana por la que
redacta los suyos Bergamín.
Los de Juan Ramón se escriben desde 1897 hasta 1957, pero son muy distintos
de los de nuestro poeta, que es menos esteticista, más tenso en pensamiento, más
próximo a la paradoja, y más cercano a las preocupaciones intelectuales del hombre, más
allá del tema de la belleza que obsesiona al poeta de Moguer. El de Bergamín es además
menos subjetivo, mantiene una distancia entre el fin perseguido y los medios para
mostrarlo. El de Juan Ramón es casi un diario poético, de enrarecida sensibilidad
narcisista. Pero ambos autores ofrecen una obra aforística, si bien distinta, igualmente
interesante.
También cabría acudir a su epistolario con
Unamuno para comprender mejor la razón de sus aforismos.244 Cuenta cómo Unamuno
le decía que en todo
pensamiento, al
expresarse, iba implícito
un epigrama.
El soneto, en el primer volumen de Poesía se convierte en ingeniosa reflexión
que recuerda a los aforismos iniciales de nuestro poeta. Toda la obra de Bergamín está
en germen en estos primeros escritos, así cuando menciona "la mano de nieve del
olvido".245 Hay en su poesía una gran cantidad de resonancias clásicas de las que se irá
lentamente despegando más tarde para afirmar su personalidad propia. En ella los juegos
de conceptos son frecuentes.246
En el volumen tercero de su Poesía Bergamín alcanza una nueva cota,
transfigura sus temas de siempre y los lanza a una nueva dimensión de profundidad, a
través de la paradoja, la sentencia y el aforismo en verso.247 El volumen sexto, Canto
242 Aforismos... p. 57.
243 Cfr. Juan Ramón Jiménez, Ideolojía, Metamórfosis vol. IV, Barcelona, Anthropos, 1990,
reconstrucción, estudio y notas de Antonio Sánchez Romeralo.
244 El epistolario... pp. 169-70.
245 Poesía, I, 39.
246 Ej., Poesía, III, 52.
247 Ej: III, 54; IV, 28 etc.
rodado, ya es completamente aforístico en sus planteamientos.
En fin, parece claro que la poesía de Bergamín surge del aforismo elevado a la
dignidad de la musicalidad del metro, un metro que se divide en coplas y rimas, con las
influencias de Ferrán, Bécquer, Juan Ramón y Unamuno entre las principales, desde el
punto de vista de la forma, y de Lope, Calderón, Unamuno, desde el punto de vista del
contenido.
Otro aspecto que ya he destacado es que sus poemas vienen antecedidos por una
cita de un verso especialmente intenso y sugerente, de gran belleza, de escritores
españoles o foráneos. Bergamín comenta este texto, que sirve de pie para el suyo propio
en el poema, un poema igualmente breve y sugerente que deja la impresión de una
pincelada tenue, de una gota en el agua que va ampliando sus resonancias en círculos
concéntricos de lectura.248
Los poemas de Bergamín son cada vez más escuetos y sencillos, caminan hacia
una depuración quintaesenciada de la forma. Poemas que tienen que leerse con
atención.249
Es así cómo Bergamín crea una atmósfera lírica en la que tiene lugar el
encuentro con su poema, que es, como la música en al aire, intangible e inasible en su
levedad y sugerencia. Si los artículos políticos de nuestro autor surgen de un desarraigo y
producen la desazón inquietante ante el vacío, por su pesimismo ideológico, su poesía
produce la sensación de un lago azul o de un mar en calma, en belleza tersa. La vida
aparece como un sueño, y el poeta espera la mano de nieve de su propia muerte, a punto
de convertirse en un fantasma enamorado. Hay un abismo del Bergamín ensayista -
cuyos planteamientos casi fenomenológicos y digresivos pueden haber quedado caducos
en cierto modo- al Bergamín poeta -autor de un verso eterno, límpido, claro, exacto,
sugerente, delicadísimo, perfecto aún en su reiterada exposición de una misma verdad
lírica-.250
248 Ej. paráfrasis de Garcilaso en Poesía, I, 258; de Dante en II, 155; de Lope en II, 140, "muerte
perezosa y larga"; II, 11, glosa en paráfrasis a Calderón en sonetos; II, 100; II, 101; II, 102 etc.
249 Cfr. Poesía II, 83, sobre la atención con que quiere sean leídos sus poemas.
250 Cfr. Penalva, Tras... pp. 30-31 que explica la relación entre el aforismo de Bergamín y la greguería
ramoniana. Cfr. ibíd. pp. 86-88. Dennis, A Critical... p. 21, motivos por los que Bergamín prefiere el
aforismo, y p. 22-23 y n. 9 y 10 sobre el título de El cohete...; ibíd. p. 28 sobre La cabeza... de 1934
previamente publicados en Alfar, Mediodía, Verso y Prosa y Carmen, tb. pp. 61-63; ibíd. p. 78 sobre la
greguería y el aforismo de B. Y tb. Vivanco, en HGLH pp. 599-609.
3.3. MADUREZ POETICA.
Debe tenerse en cuenta que Bergamín se inició publicando aforismos, bajo la
tutela de Juan Ramón. Siguiendo con esa tutela, publicó caricaturas líricas que tienen
reflejo igualmente en la obra juanramoniana. Tomó una postura de catolicismo
progresista, muy vinculado a posiciones ideológicas francesas y alemanas de época,
como queda de manifiesto en Cruz y Raya. Luego desnudó su alma en la poesía,
aportando en ella una visión muy madura de la vida, fruto de sus ricas experiencias
vitales, y del azaroso rumbo de su acontecer biográfico.
Salvo algunas breves incursiones en la poesía, la mayor parte por no decir la casi
totalidad de la obra poética de nuestro autor se escribió cuando había sobrepasado la
madurez y se encontraba rumbo a la vejez. Por ello tal vez el tema de la muerte y el de la
propia muerte, al igual que el paso del tiempo -que enlaza con el pensamiento barroco-
es tan importante en su poesía.
Bergamín escribe poesía cuando ya está de vuelta de todo y ha adquirido una
riqueza de experiencias vitales realmente notable. No es su obra el desahogo de un
escritor primerizo recién salido de la adolescencia, sino la obra de un pensador maduro,
que sigue pensando en verso, en versos que se tornan nítidos y claros, sencillos,
transparentes, como la luz que se filtra entre los árboles del otoño de que tanto gustaba
como motivo literario.
Nuestro autor ofrece así una personalísima cosmovisión, aunque efectivamente
reiterada hasta la saciedad en cuanto a temas y motivos recurrentes, representada por
temas fundamentales de la existencia humana: tiempo, vida, muerte, propia muerte,
fantasma, sueño -sueño de la vida-, sombra -platónica- etc.
De este modo a Bergamín le ocurre como a su admirado Cervantes, que dio lo
mejor de sí mismo cuando ya había alcanzado la vejez. Ofrece así lo más hondo de su
ser, la máxima nota de su música interior: una poesía espléndida, que roza las lindes
místicas; una poesía contemplativa, lírica, de una sensibilidad exquisita.
La poesía de Bergamín surge de una metafísica cristiana que adapta de modo
personal. De modo muy original asimila el tamiz del siglo áureo español de Lope y
Calderón, y la expresión nítida de Bécquer que tanto influyera en el 27. Él mismo señaló
la importancia de Bécquer en el 27, infinitamente más relevante que de Góngora.
Bergamín fecunda este pensamiento tradicional, dotándolo de un espíritu rebelde
y personal de que la visión típica del catolicismo de época carece. Y nos ofrece así una
auténtica cosmovisión, que he querido resumir un poco más adelante en un catálogo de
temas que creo aportan una visión bastante completa de nuestro autor.251
251 Sobre B. como autor tardío cfr. Dennis, Aposento... p. 19.
3.4. POESIA POPULAR.
Otro rasgo que creo distintivo de la generación eel 27 es su aproximación a la
poesía popular, patente por ejemplo en Alberti y Lorca, aunque en esta generación haya
también poetas más intelectuales como Guillén, Salinas, Larrea. Pero todos ellos
valoraron la poesía popular. Bergamín recoge en diversos textos su gusto por la copla
popular andaluza, que tanto influirá en su propia poesía.252
La visión metafísica de su poesía se transmite mediante formas poéticas
populares de copla y canción, a las que aporta una nueva dimensión de sabiduría. El
elemento culto y el popular se funden en un maridaje de imprevisibles consecuencias
literarias.
252 Fronteras p. 108. Sobre la poesía popular de B. cfr.: Penalva, Tras... pp. 24-25, que explica su interés
hacia lo popular; ibíd. pp. 76-78, sobre popularismo y conceptismo en B.
3.5. TRANSPARENCIA.
Bergamín defendió siempre en sus ensayos una poesía sencilla, con sentimiento,
no culta, próxima a lo popular:253
"Ha habido un estilística literaturización de la poesía. Por un
alambicamiento sutil, la poesía se pasteuriza literalmente, esterilizándose:
esterilizando imaginativamente el pensamiento. Poesía destilada o
esterilizada no es poesía pura: es poesía letrada o literaturizada. La poesía
se hace literaria, alfabética, buscando en la vocalización exclusivamente
literal de sus consonancias una música para sus letras. Hay toda una
literatura poética, o llamada poética, que tiene letra y música, pero que no
tiene poesía. Es aquella misma de que decía Novalis que una poesía que
se puede poner en música es que necesitaba ponerse primero en poesía.
Poner en poesía la poesía, aunque parezca redundancia, es en lo que
consiste todo arte poético espiritual y no literario: arte poético
analfabeto."
Bergamín defiende una poesía analfabeta, la poesía del pueblo.254 Es un texto
provocativo que busca una redención de la ignorancia del pueblo, de la que surge la
verdadera poesía, frente a la culta o esterilizada.
Y en otro libro escribe acerca de la sencillez y el silencioso canto de El Lazarillo,
lo que es aplicable igualmente a su propia poesía:255
"Con lengua de llama -quemante lenguaje castellano- parece estar escrito
este breve librito único. Singular y único. Un lenguaje de fuego que
esconde en sutiles trazos de humo su sombrío diseño. Tan fuerte y
apretado en su trazo, en su línea, que parece arrancar con ella,
dibujándonoslo, el mundo de seres y de cosas que Lazarillo nos va
contando con su desdichada experiencia viva. Y este aparente mundo
real, toma ilusoriamente ante nuestros ojos una rara presencia
enigmática; como si en su profundo silencio, del que nos rodea por la
mirada con una como sordomudez espiritual que lo sustenta y lo
sustancia, se pudiera decir que se enmascara, se disfraza por ese
claroscuro silencio frío, quemante como hielo, una voz o una música
indecible, inaudita, misteriosa, secreta. Un silencioso canto. ¿Una música
de la piedra?"
253 La importancia..., p. 38.
254 La decadencia del analfabetismo. La importancia del demonio, Santiago de Cile/Madrid, Cruz del
Sur, 1961 (Renuevos de Cruz y Raya, 2), reeditado de forma más completa, con otros ensayos añadidos, en
La importancia del demonio y otras cosas sin importancia, Madrid, Júcar, 19774 (La Vela Latina, 8).
255 Lázaro... p. 10.
Y en Aforismos de la cabeza parlante define la poesía como transparencia:256
"La poesía desenmascara la vida de verdad, enmascarándola de
transparencia."
Y más tarde:257
"(...) El lenguaje de la poesía -ya sea en palabras o en formas luminosas y
sonoras de expresión plástica (arquitectura, escultura, pintura, música...)-
transforma su propia afirmación equívoca -que es su misma razón de ser-
en una especie de dialéctica plurivalente. El equívoco natural del
lenguaje, al hacerse poético, se plurivalora de sentidos. Se hace signo y
designio múltiple."
Lo cual vale por el tratado de Umberto Eco entero, Obra abierta.258
Ya en 1927, en Verso y Prosa definía la poesía y la poesía pura.259
* * *
Respecto a la transparencia del estilo del verso bergaminiano, notemos se va
deshaciendo del corsé barroco y camina poco a poco, ya en sus Sonetos, hacia el verso
ligero y claro, su peculiar forma y estilo.260
En efecto, surgiendo del soneto, Bergamín se libera en la rima asonante de las
Rimas.
Creo importante destacar que en Bergamín en su conjunto no hay el brillo
metafórico peculiar del 27 en su conjunto. Algo semejante, de muy distinta manera,
ocurre en la poesía espléndida de Manuel Altolaguirre y Emilio Prados, a las que
Bergamín gana en transparencia.
En efecto, frente a la poesía andalucista de Lorca, Alberti y Aleixandre, en
Bergamín no hay imágenes de estilo sorpresivo. Su palabra es nítida y clara, y trata a
través de un limitado universo de símbolos que se repiten -sombra, sueño, fantasma,
esqueleto, otoño etc.- de transmitirnos una reflexión y una idea. Por eso se aproxima
luego, un paso más en su estilo, dentro de una línea coherente, al aforismo con el que
iniciara su carrera literaria. Su poesía sugiere, y sugiere ideas, en apunte delicado de
256 Aforismos... p. 62.
257 Aforismos... p. 73. Cito fragmento.
258 Umberto Eco, Obra abierta, Barcelona, Seix Barral, 1962. Cfr. tb. Galvalo Della Volpe, Crítica del
gusto, Barcelona, Seix Barral, 1963.
259 El pensamiento de un esqueleto, vol. I, p. 112-13.
260 Cfr. por ej. Poesías, I, 42 y I, 54.
pintura japonesa. Trata de transmitirnos el resultado, en palabras, de la contemplación
del silencio. Por eso su poesía es tan serena, transparente, equilibrada, diáfana, clara.
Bergamín busca una palabra honda y una palabra clara.
Así la poesía de Bergamín está desnuda, mezcla la herencia de la poesía pura
juanramoniana con el calor humano de la canción popular. No importa que carezca de la
riqueza sensorial de imágenes que tienen los andaluces del 27.
Por otro lado, su contenido ideológico es reiterativo, pero posee el interés de lo
verdadera y genuinamente humano. El estilo de Bergamín posee una inconfundible
personalidad y un atractivo encanto para las generaciones que buscan en la poesía la
verdad, la reflexión intensa acerca de lo humano. Bergamín estará por ello en las
antípodas de los experiementos imaginativos del surrealismo, que tienen interés, no cabe
duda, desde el polo opuesto al de su poesía.
Quiero advertir al lector que mi propia poesía, desde presupuestos temáticos
distintos -próximos al tema amoroso fundamentalmente- coincide "avant la lettre" con el
planteamiento estilístico de este autor, lo que he llamado la estética de la sencillez.261
Bergamín también defiende la sencillez de expresión.262
La poesía de Bergamín ofrece siempre una tenue impresión de lectura, muy
bella, con una rica capacidad de sugerencia que en cierto modo recuerda, con forma más
estilizada, a la poesía popular y las coplas.263
261 Cfr. Diego Martínez Torrón: Guiños. Poemas 1974-1976, Barcelona, Ambito Literario, 1981 (ahora
en ed. Anthropos); Alrededor de ti, con prólogo de Jorge Guillén, Barcelona, Anthropos, 1984; Las cuatro
estaciones y el amor, Córdoba, Diputación, 1990; La otra tierra, con prólogo de Luis Alberto de Cuenca y
fotos de Ouka-Lele, Murcia, Universidad, 1990; Una folla di voci. Una multitud de voces, antología
bilingüe español-italiano, Bari, Levante Editore, 1992; Tres pájaros en primavera, con prólogo de Angel
Crespo y fotos de Ouka-Lele, Madrid, Libertarias (ahora Huerga y Fierro), 1995.
262 Poesía, VII, 101.
263 Ej. Poesía, II, 178.
3.6. VISION METAFISICA.
José Bergamín explota el misterio de la palabra poética. Es un metafísico que
busca el sentido de la vida y del ser, y lo encuentra en el límite de la palabra y la
transparencia del silencio.264
El pensamiento poético de Bergamín forma un todo coherente y compacto.
Indaga en la consistencia de su propio y efímero yo de hombre.
Ataca a los poetas sin pensamiento y de palabras huecas.265
Es uno de esos escasos poetas -son los mejores- que provocan en nuestro
espíritu, cuando los leemos despacio, todo un tropel de sensaciones y pensamientos,
debido a que poseen una cosmovisión propia. Bergamín era un poeta que tenía, desde el
principio, algo importante que decir, una poesía con sentido, con pensamiento poético,
fruto de una sabiduría y una reflexión personal y profunda sobre la vida.
Nuestro autor es uno de esos pocos verdaderos, de los poetas que quedan más
allá del tiempo.
Si se reitera es porque se recrea en un mundo propio de símbolos, en un
microcosmos de temas en los que goza con variantes sobre un mismo tema. Siempre el
mismo pensamiento: la fugacidad de la vida -que le conecta al pensamiento barroco
cristiano español-, el sueño de la vida -Segismundo-, el fantasma de sí mismo, etc.
En esta visión metafísica los símbolos poéticos, muchas veces fundados en
versos de otros poetas ajenos que recrea y delecta, sirven para explicitar su pensamiento.
Por ejemplo el término mallarmeano a que aludí, La claridad desierta,266 es explicado en
los propios versos, explicita las razones que dan sentido al título del libro, y cuando éste
está ya avanzado, como suele, nos aporta las claves interpretativas del título. Claridad
desierta porque todo se ha ido, y se siente el vacío y la soledad. También en la luz del sol
en invierno,267 la claridad desierta. Describe el invierno de la vida porque comienza muy
tarde a escribir poesía, y desde la madurez del sol -su mente- en el invierno, ilumina la
claridad desierta de la existencia.
Nos hace subir paulatinamente los escalones de su pensamiento hasta el recinto
de su visión poética. Claridad desierta porque se busca la iluminación, la luz, pero en la
desnudez de una estancia sin objetos. Su poema se torna así esencialista, poblado sólo
por símbolos de pensamiento poético, ajeno a referencias cotidianas epifenoménicas.
Bergamín es, en el mejor sentido del término, un poeta metafísico y esencialista.
Luego, como una sinfonía que retoma el tema original, repite más completas las
citas de Mallarmé y Hugo,268 y si antes se refería a la claridad desierta del vacío en
264 Cfr. Poesía, I, 111.
265 Poesía, I, 175.
266 Poesía, II, 48.
267 Poesía, II, 91.
268 Poesía, II, 112, antes en II, 58.
torno, ahora a la de la página en blanco. Realidad y Escritura son la misma cosa. El
poema se escribe en la ultimidad, ocupándose sólo de los grandes temas -vida, amor,
muerte, soledad-.269
En otro lugar explica el título de Velado desvelo.270 Escribe en duermevela,
ensueños próximos al amanecer. Confusión, el sentido se difumina tenuemente, escribe
el poeta entre la vigilia y el sueño, en velado desvelo, cuando está a punto de dormir su
propia muerte (símbolo) y cuando (metáfora descriptiva) el alma se encuentra en la
frontera tenue de la consciencia. Escribe el poeta en el límite de sí mismo. Al final del
volumen retorna a explicar el título con una referencia al amor, y la mano de la muerte
que le desvela.271
Define la clase de palabra en que consiste su poesía. Palabra fuera del tiempo,
frente a la "palabra en el tiempo" machadiana. Poesía en el límite del silencio.
Detrás de muchos de sus versos hay una metafísica idealista, kantiana, que parte
de una introspección profunda en el propio yo.272
Bergamín vive fuera del tiempo. Las apariencias, la vida, son mentira, y por
tanto, sueña. La verdad es la muerte infinita -Calderón, el barroco-. Pero obviamente
despoja al barroco de su moraleja, y lo inserta en un pensamiento de contemplación
quietista, místico enamorado del sentimiento de muerte.
Las palabras y los nombres son para Bergamín elementos ajenos al universo. En
este sentido su pensamiento se fundamenta en lo inefable, las palabras más allá de la
auténtica realidad del mundo. El poeta, con su incertidumbre y su tristeza vital -más
acusada en el volumen cuarto de su Poesía- cuestiona el maridaje entre lenguaje y
realidad. Profundidad poética de pensamiento en estos versos. La poesía, así, es decir lo
indecible: lo inefable romántico, lo inefable también de los místicos aúreos.273
Como indiqué antes, Bergamín dice siempre lo mismo con infinitas variantes.274
Ello se debe a que para él sñolo es importante expresar una misma cosa, la verdad de la
muerte y el paso inexorable del tiempo que nos lleva a ella, y afirmarla constantemente
desde muchos distintos puntos de vista. Variante sinfónica en torno a un mismo tema,
que nos admira y enriquece.275 Escribe siempre el mismo poema con muy distintos
versos.
Y en verdad resulta comprensible que el poeta se refiera con insistencia a este
tema, porque nada hay más importante en la vida que la existencia de la propia
inexorable muerte. Más que sentido unitario en la poesía de Bergamín, podría decirse
que es siempre el mismo y único poema, pero sus diversas variantes enriquecen siempre
269 Poesía, II, 114, vuelve a "la claridad desierta", "sin sombra de sombra".
270 Poesía, IV, 9.
271 Poesía IV, 187 y 191.
272 Poesía, IV, 70.
273 Poesía, IV, 171.
274 Poesía, I, 131. Cfr. por ej. sobre el leitmotiv de "cristal del tiempo" en III, 186 y 187.
275 Cfr. Poesía, por ej.: IV, 123 y 124 y 125; II, 111.
el sentimiento del lector y le producen una profusión de sensaciones.276
En los últimos tomos de la colección de Poesía de Turner, se accede a una nueva
manera, un nuevo modo en el camino ascendente de la peculiar mística bergaminiana.
Ahora hay menos contemplación, la palabra es más densa, más pensada, menos diáfana
y sencilla. El aforismo, el pensamiento, se muestra como la nueva forma de escritura
expresada en verso. Aunque perviven los mismos temas, se añade la novedad de muy
bellos poemas de asunto amoroso.
Conforme se avanza en la poesía de Bergamín entramos en un universo más
claro, más nítido, más transparente. Su poesía gana en claridad, en agilidad de verso, en
diafanidad de expresión, a partir de las formas de copla popular de exquisita ligereza.
276 En Esperando la mano de nieve hay también variantes muy significativas, desde la edición de Turner
de 1982, hasta la incluida en el volumen quinto de Poesía (1985). Por otro lado en el volumen sexto de esa
colección, Canto rodado, hay una reiteración literal de los mismos poemas, ej pp. 124-25.
4. TEMAS EN LA POESIA Y OBRA DE BERGAMIN.
Realizaré un breve repaso de los temas fundamentales de la poesía bergaminiana,
apoyándome para su elucidación en las referencias que se encuentran en sus ensayos y,
posteriormente, indicaré en nota las principales aportaciones de la crítica al respecto.277
4.1. EL SUEÑO.
"Estoy soñando que sueño
sin despertar todavía,
como si no fuera yo
el soñador de mi vida.
Como si fuera una sombra,
y no lo fuera la mía,
una sombra que se sueña
soñadora de sí misma."
(Poesía, II, 22.)
Dice Erasmo, de quien tanto puede aprenderse, aunque Bergamín no lo cite:278
"Con sentenciosa gravedad expresó su efímera consistencia (de la vida)
Eurípides, que a la vida de los mortales llamaba jornada de breve sol.
Pero mejor calificó Demetrio Falereo, quien, enmendando a Eurípides
dijo no ser ella más que un punto en el tiempo. Y mejor que todos estuvo
Píndaro,279 que llama a la vida humana un sueño de sombra. En esta
definición genial unió Píndaro dos factores que son dos puras nadas:
sombra y sueño, para dar a entender la total inanidad de la vida."
Ante todo debe decirse que este importante tema del sueño, clave de la poesía
bergaminiana, lo toma, tanto de los clásicos áureos españoles -Calderón y el príncipe
Segismundo- como de Unamuno, quien realizó una auténtica labor de magisterio de
277 Sobre la poesía de Bergamín recientemente cfr. Carlos Gurméndez, "Vida, poesía, drama", en
Revista de Occidente, marzo 1995, nº 166, pp. 53-65.
278 Erasmo, Obras escogidas, trad. del latín de Lorenzo Riber, Madrid, Aguilar, 1964, p. 470a, en
Opúsculos juveniles. Declamación sobre la muerte.
279 Bergamín cita a Píndaro a través de Unamuno, como veremos.
nuestro poeta.280
Pero aún hay más. Recuérdense los versos de Bergamín que recogemos, y
compárense con este texto de Unamuno, del Cancionero (1936):281
"Morir soñando, sí, mas si se sueña
morir, la muerte es sueño; una ventana
hacia el vacío; no soñar; nirvana;
del tiempo al fin la eternidad se adueña.
Vivir el día de hoy bajo la enseña
del ayer deshaciéndose en mañana;
vivir encadenado a la desgana
es acaso vivir? Y esto qué enseña?
¿Soñar la muerte no es matar el sueño?
¿Vivir el sueño no es matar la vida?
¿a qué poner en ello tanto empeño
aprender lo que al punto al fin se olvida
escudriñando el implacable ceño
-cielo desierto- del eterno Dueño?"282
Este poema de Unamuno resume la visión de Bergamín acerca del sueño.283 La
diferencia está en el metro: Bergamín se inició escribiendo sonetos, pero luego la mayor
parte de su poesía se compone de rimas y canciones.
Hay referencias al tema del sueño en la prosa bergaminiana, así en España en su
laberinto teatral... que es, todo el libro en sí, una bella logomaquia mental:284
"Todo proceso de honda asimilación poética tiende por razón natural, a
formarse en un laberinto: a intrincarse en la oscuridad laberínticamente,
como hace el sueño. Y es que la figuración poética, como la del sueño,
por ser un afán especulativo del pensamiento, tiende a extenderse en
superficialidad imaginativa, ocupando el menor espacio profundo, o, lo
que es lo mismo, con el menor tiempo posible (...)"
280 El Epistolario. José Bergamín-Miguel de Unamuno (1923-1935), ed. de Nigel Dennis, Valencia, Pre-
Textos, 1993. Para el tema del sueño en la relación entre ambos escritores, cfr. la famosa carta de Unamuno
desde el destierro, 11-4-1926 (pp. 66-67) y cfr. la interesante nota de Dennis, pp. 71-72, n.2.
281 Miguel de Unamuno, Poesías completas, ed. de Manuel García Blanco, Madrid, Escelicer, 1966. p.
1424, es el último poema de Últimas canciones (1936).
282 El poema está fechado en 28, Día de Inocentes, diciembre de 1936.
283 Cfr. tb. El epistolario... pp. 191-197, "Los últimos versos de Unamuno", en El Nacional de Caracas,
15 febrero 1954, donde se refiere explícitamente Bergamín a este soneto.
284 España en su laberinto... p. 50.
En este mismo libro se refiere a que es posible burlar el tiempo con el sueño de la
literatura, y la afirmación me parece importantísima. Así refiriéndose a Lope:285
"La noche eterna con que cierra España de cielo, en su luminoso
laberinto de estrellas, la poesía lopista, es la del sol invisible de su fe, que
le hace a Lope, por la poesía: antípoda de sí mismo. A ese sol sueña, que
no duerme, su pensamiento, abismándose en ese empeño celeste de
burlar y birlar los tiempos por un puro juego espiritual de
prestidigitación, de magia poética. (...)"
En otro libro, La corteza de la letra se refiere a los españoles y la filosofía, el
filosofear.286 Defiende el pensar en las musarañas -como por otro lado está haciendo él
en sus ensayos, divagando al pairo-. Es lo que llama el "pensamiento musarañero", que
intenta asir espejismos, como quiere Mallarmé.
Y en El pozo de la angustia:287
"El tiempo fugitivo es tiempo material. La conciencia que lo refleja y lo
dice, lo canta, como las aguas pasajeras. Espejando, al pasar, en su
corriente como 'sombra de un sueño o sueño de una sombra', nuestra
imagen desnuda.
Silenciosamente, como piedra caída en su remanso que propaga
su sombra en círculos callados. (...) Y al asomar los ojos del pensamiento
por primera vez al brocal de ese oscuro cuévano, con ansia de espejarnos
en su fondo de agua limpia, inmóvil, para gozarnos en ese pozo con el
enigma especular de los cielos, sentimos como un vaho húmedo, con
sabor de sangre, que angustiosamente nos pregunta: ¿quién eres?"
Así pues, influído por el pensar heideggeriano de la pregunta existencial y de la
angustia -recordemos el artículo de Heidegger recogido por Bergamín en el número 6 de
Cruz y Raya, en traducción de Zubiri-, del tema del sueño nos elevamos a la pregunta
por nuestro propio ser. En El pozo... cita Bergamín mucho al filósofo alemán y su
cuestión "¿Por qué ser, y no más bien nada?" Y nuestro poeta pasa luego a glosar a
Pascal para llegar a los grandes temas literarios hilando un tema hermenéutico con otro,
de Don Juan a Don Quijote, para dejarnos esta afirmación: "El hombre no se encuentra
del todo más que cuando se pierde a sí mismo. Porque encuentra a Dios."288
De Dante nos dice que traspasa la muerte con el sueño:289
285 España en su laberinto... p. 116.
286 La corteza de la letra pp. 165-66 y 167-68 y p. 171.
287 El pozo de la angustia pp. 22-24.
288 El pozo... p. 44.
289 Fronteras... p. 41.
"Solo y desterrado, dos veces solo, el poeta cae en el sueño como en la
muerte. ('E caddi como l'uom che'l sonno piglia') - ('E caddi come corpo
mortale cade'.) Traspasa la muerte con el sueño. Porque ha puesto en el
sueño su deseo, su voluntad y pensamiento. El sueño se le hace, de ese
modo, visión poderosa de poesía y profecía: previsión humana. (...) El
solitario, el soñador, le ha abierto el pecho a su llegada (...)"
En este libro abunda en el tema, así en la fuente del despertar soñando en Rivas,
que creo es clave en su propia poesía. Creo se está refiriendo, no hace falta decirlo a El
desengaño en un sueño, de sabor calderoniano.
Y en España en su laberinto...,290 escribe: "a más de soñadas y bien escritas,
deben ser las novelas, verdaderas." Y pasa a hablar del sueño y la literatura, el sueño en
la picaresca.
En Beltenebros... se refiere al sueño calderoniano, de donde toma toda su
reflexión acerca de este tema:291
"Escribe Calderón La vida es sueño cuando ya había declinado hacia su
ocaso definitivo el imperialismo español: ¿frenesí, ilusión, sombra,
ficción y sueño? Sueño es toda la vida, o se la hacía toda aquella vida
española al poeta: y el sueño, sueño; o los sueños, sueños. El ser o
hacerse sueño la vida, ¿nos hizo un despertar de la muerte? 'En el sueño
de la muerte', nos dice el poeta que nos despertamos del sueño del vivir.
¿En el sueño de la muerte se despertó España al ver desvanecido su
sueño imperial de este mundo como ficción y como sombra, como
ilusión y frenesí mortales? ¿Pues no anduvo jugando a estas cuatro
esquinas del soñar su propia vida con la muerte? ¿Y qué fue esta vida,
este sueño?"
Este texto me parece fundamental para comprender a nuestro autor, y cómo
fundamenta su propia metafísica y pensamiento poético en los barrocos españoles que
tanto le influyeron, además de otras lecturas que ya he señalado.
Y también muy importante:292
"'¡Sueño de una sombra el hombre!', clama Píndaro en lengua española
de Unamuno. Y sombra de un sueño: sombra de una sombra. 'Que con
sombras hurtó su luz el día', nos dirá Quevedo al mirar 'ya desmoronados'
los muros de la patria que el empeño frenético de los españoles había
levantado en el aire, a los aires de la aventura imperial y conquistadora.
Pasados los siglos, el romántico Bécquer, melancólico buscador de tales
ruinas, nos trajo de esa misma palabra española 'cadencias que el aire
290 Op. cit. p. 217-18.
291 Beltenebros... p. 143.
292 Beltenebros... p. 148.
dilata en las sombras'- Sombras de un porfiar hasta la muerte que
engendraron entonces, al desdoro secular de aquellas Españas, místicos y
pícaros, diestros en amor y teología; predicadores de moral y ascetismo;
manteos picados y capas pardas de una misma sombra desengañada, bajo
un mismo oscuro y cerrado cielo. Que en esa noche de malos tiempos
españoles todos pardeaban de lo mismo. (...)"
Puede verse que para Bergamín el hombre es sueño de una sombra, y enlaza con
el tema de Segismundo que tanto el impresionara y en el que tanto profundizó, símbolos
del hombre que vuelve hacia adentro la mirada:293
"El soliloquio de Segismundo en La vida es sueño de Calderón nos puso
delante de los ojos aquellas cuatro réplicas a la interrogante del vivir con
que se respondía a sí mismo el desengañado interrogador, enunciándolas
como cuatro verdades o esquinas que los cuatro muros de la prisión del
sueño le ofrecían a su angustiado pensamiento. Si toda la vida es sueño, y
lo sueños lo son de veras, las cuatro paredes de ese soñar se le aparecían
al triste Segismundo esquinándole el pensar y sentir la vida en cuatro
palabras verificadoras de su sueño: frenesí, ilusión, sombra y ficción
mortales. (...) ¿Qué fue del frenesí, de la ilusión de tantos y tantos
españoles, como la de este fingido Segismundo calderoniano, sino espejo
de esa ficción viva de su deseo, sombra de una sombra? Lo que Calderón
nos señala en esta ficticia figura, frenética e ilusionada, sombría imagen
de su Segismundo, es al hombre mismo cuando vuelve hacia dentro su
mirada, cerrados los ojos a la luminosa apariencia de su engaño, para
buscar, a solas consigo, en la tiniebla de su ser, esa otra invisible verdad
que le afirma dentro de sí como expresión veraz de sí mismo. ¿Y qué
encontrará en este empeño de entrar o adentrarse en su ser, de
ensismismarse de ese modo: un nuevo desengaño?"
Estas palabras constituen otra clave fundamental para comprender la poesía de
Bergamín.
Este tema de Segismundo lo recrea igualmente en Lázaro, Don Juan y
Segismundo.294 También en otros muchos artículos. Juega con el tema de realidad e
irrealidad, con alusión a Segismundo, aspecto patente hasta la saciedad en su poesía.295
Y luego pasa a aplicar el tema del sueño a España; pasa del nivel abstracto de la
pregunta metafísica y la indagación en el adentro unamuniano del alma, al compromiso
político, como veremos luego. Este juego entre realidad y sueño, en la mente del hombre
y en la obra de arte, que acaba aplicándolo al problema de España, es típico de la obra de
293 Beltenebros... pp. 151-52. Encuentro que una prolongación de este tema, con parafraseo, se encuentra
en Lázaro, Don Juan... pp. 179-80.
294 Op. cit. pp. 83-87 espec.
295 Lázaro... pp. 154-55.
Bergamín.296
Ya en 1946 era importante el tema calderoniano del sueño para Bergamín.297 Y
en el epistolario con Unamuno, en carta de 1932 aplica el tema del sueño a la situación
política española: importa no estar dormido.298
Hay un bello aforismo sobre este tema:299
"¿Será verdad o no lo que nosotros decimos que nos pasa o nos ha
pasado en nuestra vida? ¿Y decir lo que pasa, no es la historia? ¿Será
verdad o no la historia humana? Aunque la pregunta quijotesca no
supone en sí la posibilidad de la mentira, sino la del sueño. Si de verdad
decimos lo que pasa, con sólo decirlo, ya lo hacemos verdad,
poéticamente: aunque nunca hubiera pasado. Lo que pasa, pasa por
decirlo. La historia pasa de verdad cuando se escribe, que es cuando se
lee: cuando se hace leyenda. ¿Porque pasa o porque se queda? Que así se
escribe la historia: cuando se hace verdad de mentira, de mentiras. Pues
hacer verdad de mentira, hacer de mentira verdad, ¿no es la historia del
pensamiento humano o el pensamiento humano de la historia?"
Y seguidamente:
"El historiador, si no es poeta, miente hasta cuando dice la verdad: pero si
es poeta -si sabe decir, escribir para que se lea, para hacer legendario lo
que pasa- dice la verdad, aunque mienta."300
Y en otro aforismo:301
"'Aprende a ser el que eres', afirmó Píndaro. Y nuestro Calderón, al paño:
aprende a ser el que sueñas. A ser el que sueñas y no a soñar el que eres,
como hacen todos: 'todos sueñan lo que son -aunque ninguno lo
entiende.' No entienden que sueñan porque no entienden lo que son: su
sueño de vida; por soñar lo que son en vez de soñar lo que no son. (...) El
hombre que se despierta soñando, como Segismundo, deja de ser el que
era para aprender a serlo de nuevo; para aprender a ser el que sueña; para
despertar, avivando el seso, su propia alma dormida. Al contemplar lo
pasajero de su sueño, lo efímero y fugitivo de él, una sola verdad le
296 Cfr. tb. La corteza... pp. 164-67.
297 El pensamiento de un esqueleto... vol. I, p. 145 y 149. Cfr. tb. vol. III, p. 76, tema del sueño que une a
Don Quijote y Segismundo.
298 El epistolario... pp. 99-100.
299 Aforismos de la cabeza parlante, pp. 9 y 10.
300 Op. cit. p. 10.
301 Op. cit. pp. 53-55.
queda entre los dedos del recuerdo: la del amor. Y por ese hilillo
sutilísimo va sacando el ovillado afán de su alma soñadora, hasta
prenderlo a aprenderlo de su propio pensar interrogante. Somos lo que
soñamos ser cuando no soñamos lo que somos, sino lo que no somos;
haciéndonos sueño de verdad la verdad del sueño. (...) Y si todavía
soñamos que soñamos, como nos dice Novalis, es, porque estando tan
cerca del despertar, el sueño se defiende a sí mismo, defendiéndonos con
su presencia: que el sueño es guardián del que duerme y no le deja
despertar mientras él puede: el sueño de la vida. Porque 'todo lo que
vemos, añade el griego, es muerte, como todo lo que vemos cuando
dormimos y soñamos es sueño'. Aprende a ser el que eres hasta dejar de
serlo. Aprende a ser sueño, como el Segismundo calderoniano: hasta
despertar, para serlo dejándolo de ser."
Aquí está resumido todo el pensamiento bergaminiano sobre el tema del sueño,
que es central en su poesía.
Y ese mismo libro acaba con estas palabras, parte del aforismo final:302
"Pero si la belleza es esa promesa de felicidad y la felicidad son ganas de
dormir, ¿será la belleza, en definitiva, una ansiedad de sueño?"
El tema del sueño es por tanto fundamental en la obra de Bergamín. Cito en nota
ejemplos que pueden consultarse en su poesía.303 Allí el tema calderoniano del sueño de
la vida, deja paso al tema del sueño de la muerte o la muerte soñada, aspecto en que
entraré en seguida. La crítica se ha ocupado de este tema aunque de pasada.304
302 Op. cit. p. 78.
303 En su teatro aplica el tema del sueño al sueño de España, así en La niña guerrillera (p. 176),
publicada inicialmente en México en 1944 y representada en Montevideo en 1954, tiene fragmentos muy
bellos; la llama "hija del sueño", mitificando a la guerrillera que busca otra España. En los sucesivos
volúmenes de Poesía editados por Turner, aparecen frecuentes referencias al tema del sueño, a que remito
al lector: I, 25; I, 51; I, 78; I, 133; II, 22; II, 133-34; II, 149; III, 17; V, 44; V, 82, etc.
304 Cfr. Garrison, Hispania, 1988: B. escapa del dolor con el sueño (p. 794), la voz del poeta frente al
silencio de la muerte. Y cfr. tb. En torno..., artículo de Francisco Javier Díez de Revenga (pp. 238-59) que
estudia la poesía de senectud de B. y los temas reiterados, entre ellos el sueño de Sgiesmundo y Don
Quijote (p. 248), la relación entre vida y sueño (p. 252) y la relación con la muerte y el tiempo. Cfr. tb. un
temprano y ligero artículo mío: "El sueño de la muerte (José Bergamín)", en el Suplemento de Libros del
diario El País, 29 enero 1984.
4.2. LA MUERTE.
"Todo lo que pasa, pasa
porque se lo lleva el viento.
Lo que no pasa y se queda
sin pasar, queda muerto."
(Poesía, VI, 113)
Frente al tema calderoniano de la vida como sueño, expone Bergamín una
variante en esta influencia: la vida es la verdad. Para el barroco la vida es sueño pasajero.
Para Bergamín es la auténtica verdad, aunque también es sueño. El centro de su
preocupación es la existencia terrena, que no quiere anular, como el hombre barroco, en
pos de una pretendida eternidad más allá. Por eso sufre el poeta Bergamín, porque la
muerte le arrebata lo que más quiere: la vida, la intensidad de vivir, y la compañía de la
amada.
Bergamín, como Cervantes, escribe desde la vejez, en la etapa final de la vida, y
no tiene tiempo que perder en sucesos futiles. Por ello abandonará las veleidades
vanguardistas que caracterizan a muchos compañeros de generación. Escribe poesía
cuando, por otra parte, ya ha pasado el sarampión surrealista.
Del surrealismo toma quizás tan sólo la obsesión por el tema del otro, el doble
interior del yo. La idea se encuentra también en Octavio Paz, a quien conoció en México,
y que estaba muy imbuído de las teorías de Breton.
Un tema querido a nuestro autor, típico de su bello poemario El otoño y los
mirlos,305 es el del otoño, que recoge aspectos tan típicos y tópicos de nuestra literatura
como el de la hoja que cae, pero aquí en referencia a Cervantes.306 Su interés por el
otoño tiene que ver con la situación epigonal de su vida, la ultimidad de la existencia
desde la que escribe; y al mismo tiempo, el otoño de hojas amarillas representa la
naturaleza acorde con el mismo sentimiento humano.
Bergamín ha escrito en sus ensayos sobre la muerte y la intensidad necesaria con
que debe vivirse la vida.307 Y sobre la verdad de la muerte en el teatro español, con
criterio muy barroco.308 Hay en su obra referencias muy bellas respecto al sentir del
pueblo español en el siglo de oro, respecto al concepto de la muerte.
305 José Bergamín, Del otoño y los mirlos, escrito en Madrid, Retiro, 1962, publicado en Barcelona,
Editorial RM, 1975; se puede consultar en el volumen primero de Poesía, Madrid, Turner, 1983.
306 Cfr. Antes de ayer... pp. 63-65. Cfr. en Poesía vol. I, p. 33; I, 43; I, 73 -otoño y fantasmas-; I, 107; I,
125; I, 126; I, 139; I, 215; I, 231; II, 175; III, 113; IV, 172; IV, 185; VI, 43.
307 Mangas y capirotes pp. 63-64.
308 Mangas... p. 136.
En España en su laberinto..., uno de los ensayos más bellos que salieron de su
pluma se refiere a que "la muerte es sueño, como la vida", uniendo el tema al de Don
Juan:309
"El pecado original del español, su originalidad pecadora, la generación
dramática de su caída, era, según Nietzsche, el haber querido demasiado;
y no solamente lo humano, que nunca pudo serle demasiado, ni siquiera
demasiado español, sino hasta divino: el haber querido todo lo divino y lo
humano; el haberlo querido unificar en su voluntad como en su
pensamiento.
Por eso la concepción o ideación lírica de la muerte que en este
teatro se le representa, el concepto de su idea, como diría Calderón, le
templa o atempera la voluntad en su irritabilidad más viva, haciéndole
contemporizar dramáticamente, por así decirlo, consigo mismo. Que no
es cosa fácil esta de contemporizar uno consigo: en un hombre como en
un pueblo. El español se fue haciendo a esa idea, a esa concepción y
nacionalización lírica de su destino; de su destino eterno.
Y esa concepción, esa idea, el concepto de esa idea, el concebir
un ideal por la muerte, es lo que le ha curado de espanto: del espanto de
contemplarla o de contemplarse en una mortal imagen espantosa de lo
eterno: en una mortalidad inmortalizada: en una vida subrayada,
trágicamente, como la del griego, por un infernal margen de sombra.
La idea, el concepto lírico de la muerte, poniéndole o dándole a la
vida, por la fe, como un margen de luz, de cielo, determina en el teatro
español del XVII todo un complejo ideal humano de eternidad del que no
es más que un reflejo, significativo, para comprenderlo, el más claro y
limpio reflejo, la idea de la honra, del honor, que culmina
conceptualmente, como toda esta ideación lírica, en el teatro
calderoniano. (...)"
La muerte es un hecho inevitable a que el hombre debe enfrentarse. La muerte es
el tema omnipresente y más reiterado de la poesía de Bergamín, como lo fuera en Rilke
o en su amado-odiado Juan Ramón. Así, en este mismo libro que he citado, un poco más
adelante, se encuentran estos párrafos:310
"Esta es la paradoja que el sedicente Don Juan sevillano, el Don Miguel
de Mañara, expresaba también, y tan bien, cuando le decía al vivir
amarga muerte, y al morir dulce vida. Esta es el ansia de esa vida de la
muerte que decía y sentía Bécquer como un eco romántico de aquel gusto
español del XVI y XVII. Y es ese mismo ansioso y angustioso afán
eterno que transparente el sombrío verbalismo y conceptismo
quevedesco: sombra que hace tela de una araña; telar juicioso del
309 Cfr. España en su laberinto teatral del siglo XVII (Mangas y capirotes), cito ahora por esta ed. más
antigua, pp. 85-87.
310 España en su laberinto.... pp. 88-89.
pensamiento de la muerte. En la tela de ese juicio pusieron nuestros
místicos su vida entera: entera y verdadera. En el ansia ardiente de esa
vida que quiere soñar y no dormir lo eterno. Al amor tan callado de la
muerte, como Bécquer decía y sentía, recogiendo los últimos ecos de este
lirismo que alienta toda la poesía española durante siglos, se hace sueño
la muerte: se hace sueño la vida. La muerte es sueño, como la vida.
Novalis pensaba que si la vida no fuera sueño, lo debería ser: como la
muerte; y que todo, en la vida, tiende a eso: a hacerse sueño; a conseguir
ser sueño. La muerte es vida que se sueña o sueño vivo de una eternidad,
de una inmortalidad verdadera."
El tema de la muerte sería el abismo en el que se mira el escritor del siglo áureo
español.
En este mismo libro se refiere a burlar la muerte lenta , y toma frases del Don
Juan de Tirso y del de Lope. Y pasa al tema del fantasma, que enlaza con este asunto.
Insistirá en otros sitios en este tema de la sombra, a partir de las referencias a
Lope y Calderón. Gusto de la muerte en el teatro lopesco; el arte "rompe el hechizo
oscuro de la muerte" con la luz.311
Y en La corteza de la letra:312
"La vida se enmascara por dentro. El rostro vivo no es la máscara de una
calavera. Al contrario: es la calavera la máscara del rostro vivo. La vida
no es la que nos enmascara la muerte sino la muerte la que nos
enmascara la vida. La vida nos desenmascara la muerte con el mismo
espejo con que nos desengaña de su ilusión eterna. Detrás del espejo no
hay nada. La profundidad del espejo no está en el misterio invisible que
nos esconde sino en la imagen luminosa que nos revela. Si el rostro se
dice espejo del alma es porque el alma lo enciende de luminoso
espejismo vivo: porque es alma el rostro del espejo. El Arte es espejo de
la vida porque le ha arrancado a la muerte su máscara de espeanto, su
sombrío antifaz, que juega, como el antifaz sobre el rostro, con la
ambigüedad de su hechizo, enmascarando a medias la imagen viva para
subrayarla mejor con la sombre equívoca de la muerte."
En otro sitio se refiere al tema del instante artístico y de la muerte.313 Y
menciona a la "muerte perezosa y larga" a propósito de la de Sánchez Mejías en un
artículo de 1974.314 La inevitabilidad de la muerte.315
311 España en su laberinto... p. 167 y 169-71.
312 La corteza de la letra, pp. 81-82.
313 El pensamiento de un esqueleto, vol. I, p. 20, citado por Penalva.
314 El pensamiento de un esqueleto, vol. II, pp. 120-23.
315 El pensamiento de un esqueleto, vol. III, pp. 34-35.
Y en La cabeza a pájaros (1925-30): "No es la muerte, sino una idea de la
muerte, lo que le inquieta."316
La poesía se plantea como una interrogación sobre la muerte.317 En ese mismo
sitio, a propósito de Dante y de unos versos de Darío sobre él: "el camino de la vida es el
camino de la muerte", dice Bergamín.318 El poeta se siente desterrado de la vida; la
verdadera vida comienza en el lindero de la muerte.319
En otro sitio, el poeta, como Dante y Baudelaire, escucha la melodiosa voz de la
muerte, en frase de Ausias March. Y de la contemplación de la muerte pasa a la de Dios.
De la reflexión del hombre sobre sí mismo (Petrarca) nace la poesía, de la reflexión
sobre el propio ser.320 La muerte no pasa, se queda; en Cervantes no se siente venir la
muerte. Sobre la muerte y los disparates llenos de valentía que la poesía española ha
dicho sobre ella ("por qué el placer de morir"; "que no se sienta venir"). Disparatan
contra la muerte Cervantes, Lope y Santa Teresa.321 El tema de los huesos y del
esqueleto premonitorios de la muerte, lo toma de unas frases de Quevedo.322
En fin, no cabe duda de que el tema de la muerte es el centro de la poesía de
Bergamín, que ocupa páginas importantes en sus ensayos. He tratado de ponerlo en
relación con dicha poesía.323 Los estudiosos de la obra de nuestro poeta han incidido
sobre ello.324
316 El cohete y la estrella. La cabeza a pájaros, ed. cit. p. 94.
317 Fronteras infernales de la poesía, p. 9.
318 Op. cit. p. 33.
319 Op. cit. pp. 36-37.
320 Beltenebros... pp. 57-58, p. 59, p. 62.
321 Beltenebros... pp. 245-48.
322 Beltenebros, pp. 249-50. Cfr. tb. El pensamiento perdido pp. 141-42 sobre el tema de la muerte en el
cristianismo. Y El epistolario... p. 61, sobre el silencio de la muerte.
323 Sobre el tema de la muerte cfr. Poesía: I, 29; I, 92; I, 100; I, 193; II, 19; II, 86; II, 94 la muerte como
"un nombre / vacío de lo eterno"; II, 115; II, 194; III, 21; IV, 154; IV, 195; V, 13; V, 17; V, 27; V, 28; V,
42; V, 47; V, 50; V, 71; V, 73; V, 88; V, 89; V, 93; V, 98; V, 108; V, 147; V, 167; V, 171; V, 182; V, 194;
VI, 113.
324 Cfr. Manuel Mantero, Poetas españoles de posguerra, Madrid, Espasa-Calpe, 1986 (Espasa
Universidad, 3), pp. 92-93 sobre el otoño en Gaos, Blas de Otero, Leopoldo de Luis, José Hierro, Bousoño,
Cano, Montesinos y Miguel Labordeta.
Cfr. Dennis, Aposento... pp. 43-45 sobre el otoño; pp. 33-39; p. 77-78, voluntad de aniquilarse en
Bergamín. Penalva, Tras... pp. 21-22, p. 172, pp. 257-58 (relación de obras entre 1970 y la extensa época
final de su vida). Dennis, "JB 1895-1983", Insula (1983). March, en En torno... p. 262-64.
4.3. LA PROPIA MUERTE.
Es una variante importante del tema anterior. El poeta contempla la propia
muerte con distancia y casi diría que con delectación macabra. Nos enseña una lección
de gusto barroco acerca de la futilidad de todo lo que existe, incluidos nosotros mismos.
De este modo se nos enfrenta, no con la muerte en sentido general y distante, sino con la
peculiar, pequeña, minúscula, verdadera, cierta muerte nuestra, la muerte propia.
En Cristal del tiempo se contiene un texto que explica el tema de los huesos y de
la propia muerte.325 Y en De una España peregrina se refiere al pensamiento
esqueletizado, temeroso desasosiego, en unos versos de Unamuno, los últimos que
escribió antes de morir, y se refiere al propio muerto que fui yo, la propia muerte en
Unamuno.326
En otro sitio comenta una frase de un cementerio católico: "Medido está tu
tiempo y presuroso vuela, ¡ay de ti, eternamente, si lo pierdes!", y se refiere a la
posteridad.327
325 Cristal... pp. 258-59.
326 De una España peregrina pp. 81-82.
327 Beltenebros... p. 170 y 171-72. Sobre el tema de la propia muerte cfr. Poesía: I, 102; I, 184; I, 186; II,
59; II, 117; II, 135 y 136; II, 146; II, 197; II, 203; III, 13; III, 82; III, 92; III, 145; IV, 49; V, 41; V, 52; V,
62; V, 64; V, 72; V, 137; V, 142.
4.4. EL SILENCIO.
"No escuches el ruido mentiroso
de un mundo estrepitoso y palabrero.
Escucha en el silencio de tu alma
tu corazón, que también es silencio."
(Poesía, V, 43)
El tema me parece tiene una influencia directa de los
versos y en prosa de Rainer María Rilke, e incluso tiene concomitancias casi literales
con la espléndida traducción que hizo José María Valverde de este singular poeta.328
Se ocupa Bergamín del silencio a propósito de diversos aspectos, por ejemplo de
la pintura de Velázquez, lo que es aplicable a su poesía.329
En su poesía hay numerosas referencias a este asunto, por cuanto su palabra
poética nace de la ultimidad y la linde con lo inefable.330 El silencio trae presagios,
inminencias de lo invisible, voces sin voz que sugieren. Soledad, sonido y silencio. El
silencio como contemplación callada y quieta.
Los sentimientos de Bergamín son existenciales -muerte, soledad, desesperanza,
etc.- pero despojados de angustia y de tensión. El silencio dota a la poesía de Bergamín
de una serenidad eterna, como las aguas de un lago.
328 Sobre este motivo del silencio creador frente al tráfago y la feria mundana, hay numerosos textos
rilkeanos semejantes a los de Bergamín. Para Rilke el poeta debe estar siempre atento a la naturaleza, cuya
voz debe escuchar. Cfr. Obras de Rainer María Rilke, ed. y trad. de José María Valverde, Barcelona, Plaza
y Janés, 1967, por ejemplo las pp. 297, 283 y 341, entre otras.
329 Lázaro..., pp. 148-50. Lo repetirá en 1974.
330 Cfr. Poesía: I, 81, I, 114; I, 143; I, 152; I, 156; II, 67; II, 74; II, 139; III, 154; III, 177; V, 43; V, 63; V,
69.
4.5. EL TIEMPO.
"¡Ay! El tiempo va pasando
sin que sepamos porqué
es tan corto y es tan largo.
Sin que podamos saber
si el que nos lo va contando
se equivocará tal vez."
(Poesía V, 99)
En Antes de ayer y pasado mañana se lee:331
"'¿Quién oyó las pisadas de los días?', preguntaba Quevedo para decirnos
que el andar del tiempo no se oye; el andar, el correr del tiempo, de los
tiempos. Y menos el volar. Porque parecería que el tiempo, cuyo paso no
oímos, cuyos pasos no podemos oír, unas veces anda -a paso de
andadura, a paso lento-, otras veces corre, otras vuela. Y si no lo oímos,
ni cuando va despacio ni cuando va de prisa, ¿lo vemos pasar? 'Corre el
tiempo, vuela y va ligero', escribía Cervantes; que este tiempo que corre,
que vuela, ligerísimo, que se nos va y nos vuelve, es el mismo tiempo o
son los mismos tiempos que mudan las cosas y que perfeccionan las
artes."
Creo que Bergamín recoge este tema del paso del tiempo del barroco, aunque
también hay una huella -no citada- azoriniana en su obra.
El tema del tiempo es fundamental en nuestro autor. Así en Antes de ayer y
pasado mañana se lee:332
"Y toda la filosofía cristiana nos viene diciendo, hace siglos, que no hay
tiempo sin alma, ni alma sin siempre. Los viejos relojes prodigaron, en
breve escritura refranera que decoraba sus esferas, divisas como ésta:
'Medido está tu tiempo y presuroso vuela, ¡ay de ti, eternamente, si lo
pierdes!' Este perder el tiempo nos dice que lo que perdemos en él y con
él o por él es una eternidad; una duración o perduración infinita,
inacabable, del tiempo mismo, puesto que con él la perdemos."
De aquí al tema del instante y el momento eterno:333
331 Antes de ayer... p. 13.
332 Antes de ayer... p. 14.
333 Antes de ayer... pp. 14-16.
"Por eso en ese tiempo vivo, que 'cabe en la punta de una aguja', como
nos decía una Santa, podemos eternizarnos; en un momento -'cuyo ser
está a las puertas de la nada' que escribió Tirso- podemos percibir o sentir
la eternidad misma. Podemos de tal modo transformar, transfigurar -
como señalábamos otras veces- un momento dado, un momento único,
un momento histórico, en un instante eterno. Podemos instantaneizar de
eternidad un momento, un solo momento pasajero. (...)
'Los tiempos mudan las cosas y perfeccionan las artes' (...)"
Bergamín comenta esta frase final de Cervantes. En meditación lírica pasa del
tema del tiempo al del instante: el arte inmoviliza el tiempo. Es lo que creo recordar
Octavio Paz llamaba el "tiempo arquetípico" peculiar de la poesía, la religión y el
amor.334
El tiempo es el otro gran tema de Bergamín. La eternidad y el sueño de la vida y
de la muerte van asociados a él. Son temas barrocos, existenciales, de poeta cristiano.
Temas importantes, metafísicos, de gran actualidad. Hoy que hemos abandonado la
metafísica por la filosofía de la ciencia y la filosofía del lenguaje, reconocemos sin
embargo la profundidad y valía inusual de estas meditaciones líricas que muestran la
insuficiencia de nuestra visión neopositivista del mundo.
En ese libro más adelante indica: "Justamente lo que intenta el pintor, como el
poeta, es aprisionar el tiempo sin matarlo."335
En otras partes se ha referido igualmente al
instante.336 Creo que la poesía de Bergamín busca provocar en nosotros la reacción ante
un fogonazo; es un destello intenso que nos deja, con la levedad de lo momentáneo, una
impresión poética en el alma; por eso es tan breve su verso, y también sus ensayos por
ejemplo en Antes de ayer y pasado mañana:337
334 Cfr. O. Paz, El arco y la lira, México, FCE, 1967, 2ª ed. Cfr. Diego Martínez Torrón, Variables
poéticas de O. Paz, Madrid, Hiperión, 1979.
335 Antes de ayer... p. 160; cfr. tb. ibíd. pp. 161-62. Remito igualmente a Mangas y capirotes p. 18.
Lázaro... pp. 124-28. La corteza... pp. 68-72; ibíd. pp. 147-52; ibíd. pp. 155-58, sobre el instante eterno,
frente a Unamuno, y tema del cristal del tiempo; ibíd. pp. 160-63. El pozo... pp. 50-51, valoración del
barroco y el tema cervantino, y explica su poesía a propósito de la temporalidad barroca: "La verdad no es
una razón, es una pasión. Y lo menos razonable del hombre es su ser verdadero. Ser en el tiempo; parecer
en el mundo" (p. 50). Versos de una zarzuelilla sainetesca de los Quintero: "Dejad que corra el tiempo a su
sabor,/ que el tiempo es un señor / que dice la verdad (...)", en De una España peregrina p.121. Cfr. tb.
Beltenebros pp. 132-33: lo que le pasa al hombre puede ser trágico, puede ser cómico: lo que le sucede es
siempre dramático", sobre lo que pasa y lo que queda. Cfr. tb. El pensamiento perdido pp. 125-29, sobre el
ser dramático del cristiano, el tiempo y el instante.
336 Antes de ayer... pp. 25-29, un instante que no es como los otros. Velázquez convierte un momento
histórico en un instante eterno. Cfr. tb. ibíd. pp. 63-65 sobre el instante y el momento. Cfr. tb. Lázaro... p.
174.
337 Antes de ayer... pp. 65-66.
"Otras veces, muchas veces, hemos pensado y escrito que la obra de arte
es 'cosa de momento' y de momento histórico, porque sólo el momento
histórico puede convertirse en instante eterno. Y por esa eternidad del
instante entendíamos, entendemos, la permanencia temporal de la obra de
arte y pensamiento. El Quijote, que escribió Cervantes como 'cosa de
momento', tiene para nosotros permanencia e instantaneidad eterna, en su
lectura, que es la que el tiempo mismo le ha dado como la madurez al
fruto. Pero el fruto, como la hoja, como la flor, se instantanizan,
diríamos, en la muerte. La obra de arte en la inmortalidad, en su propia
inmortalidad. Temporal también, pasajera tal vez. Pero con medida de
tiempo mucho más larga; tan larga que se nos aparece como permanente
o eterna. Por esto, mientras Cervantes renunciaba a 'escribir cosa que
fuese de momento' por 'esperar la muerte por instantes', desesperando así
de su vida, aquella otra vida que le había dado a su Persiles, a su Quijote,
empezaba a desesperar de la muerte, arraigando en el tiempo vivo su
esperanza; y más que su esperanza su permanencia, su instantaneidad
imperecedera, o, al parecer, a su propio inmortal parecer, eterna."
Su poesía trata de una manera casi diría que obsesiva, este tema del tiempo.338
En esos textos la nada aparece como final del viaje del tiempo.339
Como dice María Zambrano: "Quizás no exista ninguna experiencia que preste
mayor madurez al hombre que su descubrimiento del tiempo."340
338 Cfr. Poesía: I, 22; I, 48; I, 49; I, 55; I, 56; I, 67; I, 120; I, 158; II, 150; III, 56; III, 120; III, 157; III,
161; III, 164; IV, 51; IV, 98; V, 10; V, 84; V, 90; V, 99; V, 106; V, 184, etc. Entre otros textos. Sobre el
instante: el sol del invierno entre la niebla y el instante en que lo mudable se hace eterno (II, 64); si todo
pasa, fijémonos en el instante de las apariencias y fenómenos (II, 137); el instante de tiempo en el alma (IV,
127) etc.
339 La crítica se ha ocupado de ello: Dennis, Aposento... pp. 57-59; ibíd, pp. 85-88. Dennis, A Critical...
pp. 190-92.
340 María Zambrano, Séneca, Madrid, Siruela, 1994 (Biblioteca de Ensayo, 3), p. 70
4.6. LA ANGUSTIA.
Se refiere en El pozo de la angustia, que versa todo él sobre este tema, a la
angustia cristiana de santa Catalina de Génova, santa Teresa de Avila, santa Teresa de
Lisieux... hasta la de Unamuno, que procede de Kierkegaard y Pascal en su agonismo:
"En todos estos pensamientos nos acecha la misma ansiedad fugitiva: ¿el paso del ser
frente a su nada?"341
El corazón es clave para defenderse de la angustia, de modo que Bergamín se
aproxima a Pascal. Y lo aplica a Don Quijote:342
"La verdad que nos hace pensar, la que más nos hace pensar, es esta
quijotesca que nos hace vivir soñando para hacernos sufrir y padecer y
hasta morir por ella: pues nos hace vivir muriendo y morir viviendo
como a la quijotesca santa Teresa, perdida también por esos derroteros
paradójicos de la verdad más desatinada de razón, más enajenada del
pensamiento. La que nos señalaron sus héroes y sus santos. La verdad
que encontramos como ellos -como Sancho y como Pascal- del fondo del
pozo de la angustia."
Bergamín es profundamente heideggeriano en estos planteamientos. Hay en él
además de la herencia pascaliana señalada, la de su admirado Unamuno.
341 El pozo... p. 21.
342 El pozo... pp. 64-65, 70-71, la cita en p. 72.
4.7. INFANCIA.
"Tú has rechazado un mundo que era el tuyo.
Yo he rechazado un mundo que era el mío.
Y ahora nos encontramos los dos solos
en un mundo vacío.
Un mundo que creemos otro mundo
y sigue siendo el mismo,
y en el que jugaremos a perdernos
como cuanddo jugábamos de niños.
Tú con tus manos cerrarás mis ojos
para guiarme por tu laberinto
y fingir que no estamos donde estamos,
que nos hemos perdido."
(Poesía, V, 118)
Dice Bergamín en Antes de ayer y pasado mañana:343
"El poeta es quien conserva toda la vida un niño, una niñez prodigiosa
dentro de sí que le hace ver y sentir el mundo, la vida maravillosamente
(...) don vivo de maravillarse, de sorprendernos, de admirar
verdaderamente, creadoramente, poéticamente, haciéndosenos así de
nuevo todo un mundo que es y no fue, mundo español pasado y venidero.
Conciencia luminosa de España."
Creo que esto define a Bergamín, que es "conciencia luminosa de España".
Por otro lado, su defensa de la mística visión de la infancia es herencia de su
querido-odiado Juan Ramón, y también de la mística española -el tema tradicional de la
infancia espiritual, en los tratadistas cristianos-.
En La decadencia del analfabetismo critica la cultura y defiende la visión
analfabeta del niño.344 Al defender frente a la cultura el analfabetismo en este texto
epatante, está manifestando por un lado su radicalismo e inconformismo con todo; por
otro el texto tiene importancia ya que explica por qué nuestro poeta escribe en metros
343 Antes... p. 52 y 54.
344 Cfr. la ed. más reciente La importancia del demonio y... pp. 30-55.
populares generalmente. Además defiende la inmediatez del sentimiento en el niño y en
el hombre de pueblo, que asocia e identifica. Para él analfabetismo es "vida espiritual
imaginativa". Recoge una frase de San Ignacio que revela lo siguiente: "No el mucho
saber harta y satisface el ánimo, sino el sentir y gustar las cosas internamente."
En su poesía se refiere a la infancia y a los recuerdos del ayer. La infancia
aparece como tema místico. Y la vida es como un juego en que todo está perdido.345
345 Cfr. Poesía V, 118.
4.8. RELIGION. DIOS. EL DIABLO.
"La sima del ateísmo
no es abismo del no-ser:
es el no-ser del abismo."
(Poesía, VI, 31)
"Si le temes a la muerte
no es porque temes a Dios
ni al Diablo: lo que temes
es muchísimo peor;
temes no encontrar en ella
a ninguno de los dos."
(Poesía, VII, 56)
Creo que tal vez Bergamín percibiera un hecho del que estoy convencido. El
poeta panteísta me parece un místico enamorado de la naturaleza, pero en la actitud de
contemplación de ésta no encuentra respuesta, la naturaleza no habla al corazón del
poeta, se mantiene en un estático silencio. En cambio otro tipo de místico, el cristiano,
halla una contestación a sus afanes a través de la figura de un Dios humanizado, aunque
éste pueda ser si se quiere trasunto del propio yo o imagen especular del mismo. Todo
esto vendría a justificar su sentimiento religioso.
"Dios es lejanía. Dios es intimidad". Hay una visión íntima de la religión en
Bergamín, por ejemplo en sus escritos acerca de Unamuno y Tolstoi.346
Para el hombre religioso, nos dice, detrás del espejo está Dios y no la nada.347
Bergamín, quien aún en plena guerra encontraba un lugar para referirse a la
pintura de Goya, en Hora de España (1937),348 menciona el tema religioso de las
representaciones de Cristo, entre ellas el de Velázquez que relaciona con la obra de
Cervantes siempre.349 A este respecto recuérdense sus "Tres sonetos a Cristo crucificado
ante el mar", que comentara con admiración Antonio Machado; son sus primeros versos,
que Dennis ha fechado.350
346 La importancia... p. 74.
347 De una España peregrina, p. 56.
348 Cfr. Cristal... pp. 88-104. Sobre la pintura cfr. tb. Antes de ayer... p. 167, p. 177; La corteza... p. 49 y
pp. 76-77; El pensamiento de un esqueleto pp. 109-10, con una importante definición de lo que es arte.
349 Antes de ayer... pp. 193-96.
350 Prólogos epilogales, p. 148 y n.38.
El tema religioso es muy importante en nuestro autor, y aunque su enfoque suele
ser muy progresista, la reiteración de estos aspectos confiere a su prosa una cierta
ranciedad, como textos de otro tiempo ajenos a nuestro logicismo cientifista de finales
del siglo XX.351
* * *
Unido a todo ello, el subtema del Demonio, que tanto interesa a nuestro autor:352
"Por eso, si no hay que quitarle al Demonio toda su importancia,
tampoco hay que darle demasiada, que es lo que ha hecho siempre, y se
llama como se llame en la Historia todo materialismo, todo punto de
vista exclusivamente materialista, que es el punto de vista propio del
Demonio (...)"
Es aquí donde veo cierta puerilidad y cierto clericalismo desfasado en el
catolicismo ferviente de nuestro autor, pero también es cierto que históricamente, y basta
con recurrir al arte medieval, las representaciones artísticas del demonio suponen una
fuente de inspiración importante para escultores y pintores.
Una nueva puerilidad se encuentra en su afirmación de que todas las metafísicas,
de Aristóteles a Hegel, son "unas lógicas del Demonio". Pero luego hay cierta belleza en
el texto cuando se refiere a la fe como medio de salvar el tema del Demonio.353 El
Infierno aparece como la Nada del ateo. Creo que había que tener valor para hacer estas
afirmaciones en la España progre de 1974 en que se reedita el libro, que apareció
originalmente en las ediciones de Cruz y Raya (1961).
Leer a Bergamín, podemos comprobarlo, es volver al mundo de la metafísica que
la mentalidad moderna ha abandonado. En este sentido, más que una reflexión, el ensayo
de Bergamín es una figuración especulativa, una maginación.
Indica Bergamín el arte de burlar al Demonio que tiene el pueblo.354 Y que la
351 Para el tema del sentido de la vida y el temblor kierkegaardiano, cfr. Poesía I, 94; I, 122; I, 160; II,
208; IV, 47.
Sobre la angustia: III, 24; VI, 211. Sobre el dolor: V, 51. Sobre la pregunta existencial del yo y la
otredad: I, 34; I, 80; I, 106; II, 28; II, 128; II, 165; II, 172; III, 39; IV, 182; V, 186; VI, 241. Sobre el tú y la
otredad: I, 162; I, 260; I, 248; II, 21; II, 25; IV, 19. Sobre la contemplación evocada en un instante de
intensidad: I, 127; I, 226; I, 229; II, 179; II, 183; III, 32; V, 100. Sobre el alma: III, 50; I, 121. Sobre la
esperanza: I, 251; II, 71; II, 121; IV, 26; IV, 27; V, 14; V, 54; V, 65; V, 74.
Sobre Dios: I, 11; I, 41; I, 151; I, 233; II, 40; II, 43; II, 202; V, 21; V, 163; VI, 31; VI, 117; VI,
121; VII, 56. Sobre Cristo: I, 16; VII, 54.
Sobre el infierno y el diablo: II, 146; IV, 117.
Sobre la religión: I, 171; IV, 80; IV, 108; IV, 109; VII, 48. Sobre la fe: VII, 89.
352 La importancia... p. 109.
353 La importancia... p. 114, p. 117. Cfr. tb. pp. 118-20.
354 La importancia... pp. 131-32.
revolución es Dios y el Diablo está contra el pueblo.355
En otro libro se refiere a Satán divinizado por los románticos.356 Y recoge la
definición de Víctor Hugo del Diablo: "la multiplicidad del mal unida por la sombra."357
También el tema del Infierno le interesa a nuestro autor, que busca las
referencias poéticas a este respecto.358
Unido a todo ello, el tema de la religión, la relación entre el cristiano y Dios.
Bergamín manifiesta una visión muy poética del cristianismo. Indica que el griego atisba
la divinidad, que se logra plenamente en el cristianismo; por ello el estatismo del teatro
griego frente al dinamismo del barroco español.359
Hay numerosas referencias al tema religioso en Bergamín.360 Pero mantiene una
clara distancia de lo que califica "las huestes morunoclericales de la España
nacionalista".361
Define la poesía católica, que encuentra representada en Lope, que tanto amó
pecando y pecó amando.362 No hay poetas católicos sino católicos poetas. Lope es la voz
del pueblo y por tanto la voz humanísima de Dios.
Todo su libro El clavo ardiendo, con prólogo de Malraux, es un intento de
aproximación al tema religioso que tan vivamente se sentía en la Europa de la época.
Allí defiende a Pablo VI y su apertura ecuménica.363
Pero en El pensamiento perdido hay un ataque tremendo contra la jerarquía
reaccionaria de la Iglesia y contra los obispos españoles que predicaron la santa cruzada
en la guerra.364 Es un alegato durísimo contra los nacionales que se piensan católicos, y
frente a ello opone la religión verdadera, recogiendo admirables testimonios de Barbey
d'Aurevilly, Unamuno, Gilson etc. en contra del clericalismo y a favor de la verdadera
religión.
355 Beltenebros... p. 102.
356 Lázaro... pp. 165-66.
357 Al fin... p. 269.
358 Fronteras... pp. 22-23.
359 Mangas... pp. 29-33.
360 Cfr. El pensamiento de un esqueleto, vol. II, pp. 76-80, "Nosotros españoles. Carta abierta a Georges
Bernanos."
361 El pensamiento de un esqueleto, vol. II, p. 78. En ese mismo libro, vol. III, p. 14, se refiere Gonzalo
Penalva a la compatibilidad entre pensamiento cristiano y revolución social, y explica (pp. 19-20) la visión
misticista y espiritualista de los orígenes del pensamiento cristiano de Bergamín, ya en 1935. Cfr. tb. sobre
este tema El pozo... pp. 47-50. De una España peregrina pp. 283-84, sobre la fe y la incredulidad, lo
religioso y lo irreligioso, que dan pie a un proceso final de expresión poética equivalente en el barroco
español.
362 Beltenebros... pp. 224-227.
363 El clavo... p. 65.
364 El pensamiento perdido, pp. 13ss.
En ese mismo libro asocia anarquismo y cristianismo, como formas marginales
de vida.365 Se refiere a la corrupción de la Iglesia institucionalizada, ya desde los
Austrias, y a la necesidad de "libertar a la verdadera Iglesia de Cristo". Y añade:
"La separación de la Iglesia y el pueblo, en nuestra España, era un hecho
de gravedad y trascendencia mucho más honda que la formal separación
entre la Iglesia y el Estado, declarada al advenimiento, aún próximo, de
la República democrática española."
Bergamín llega a justificar, por la corrupción del párroco, el incendio de la
iglesia de San Luis, durante la República.366 Y asocia cierto anarquismo al cristianismo,
a propósito de Don Quijote y Santa Teresa.367
Insiste en su adhesión de fidelidad a la Iglesia, pero a la verdadera, la que no se
corrompe políticamente.368 Está contra Pío XII y su bendición del escándalo de la guerra
de España. Y señala que anarquismo y Falange son extremos que se tocan.369
Busca Bergamín una religión unida al pueblo, y elogia a nuestros místicos y
poetas del pasado cristiano español. El suyo es un ensayo que roza el temblor místico.370
La religión, nos dice, no es opio, sino vino que hace soñar al pueblo, como en el XVII
que tanto ama, y pasa a glosar el sueño de Segismundo, su tema predilecto:371
"Por la certeza viva de la muerte se dramatiza la existencia del hombre, la
personalidad humana. Se hace el hombre persona dramática o teatral al
desenmascararse a sí mismo de su propia vida, de su propio ser, por esa
certeza mortal reveladora. Se queda sin alma. O se queda solo con su
alma. El soñador Segismundo de Calderón apela constantemente a su
alma como a su última referencia viva. Ese alma a la que se incita a soñar
es como una máscara de su desvelo; la máscara luminosa de la muerte. El
alma del hombre enmascara la muerte que le trasciende de su propio
existir, que le empuja más allá de sí mismo: como imagen de su desvelo.
(...)
Este hombre así desnudo, desvelado, revelado, dramáticamente,
por la muerte, no puede vivir de su ilusión mortal, vivir de ilusiones
mortales, de fantasmas. Porque ha aprendido, por sí mismo, por sí solo, el
sabor, y la sabiduría, de la sangre. (...)
365 El pensamiento perdido pp. 44-47.
366 Op. cit. pp. 49-51.
367 Op. cit. pp. 55-56.
368 Op. cit. pp. 87-90.
369 Op. cit. pp. 95-104.
370 El pensamiento perdido pp. 107-29.
371 El pensamiento perdido pp. 117-19, selecciono mucho.
El tiempo no le lleva a la muerte; es la muerte la que,
adelantándose al tiempo, frente a él, contra él, le quita o roba al hombre
el tiempo mismo, su ser temporal, su ser tiempo; lentamente, poco a
poco, o con rapidez, de un solo golpe; es la muerte, el contratiempo y
contrasentido de la muerte, lo que le niega o aniquila. (...)
El desengaño de la muerte verifica la persona del hombre, el alma
humana, como única, como singular y distinta. Por la muerte sabía el
poeta Rilke que iba a verificarse enteramente su vida, su vida personal, la
totalidad única de su ser en el tiempo, de su modo temporal de ser. Por
eso decía que lo único entera y verdaderamente personal del hombre es
su propia muerte (...)"
La crítica se ha ocupado del tema religioso en nuestro autor.372
En El cohete ya la estrella, el primer libro de Bergamín, se contienen numerosos
aforismos sobre el tema religioso: "Poca sensualidad nos aparta de Dios; mucha nos
lleva."373 "La sensualidad sin amor es pecado; el amor sin sensualidad es peor que
pecado."374 "Sensualidad: miraje místico. Misticismo:miraje sensual."375"La mujer no
sobra en la iglesia, porque forma parte del culto."376
Hay muchos aforismos de este libro -cito por la edición de Santonja, aunque
según indica Dennis no recoge las variantes de la primera- sobre el tema de la fe y la
duda, la necesidad de la duda para creer.377 Sobre el silencio de Dios.378 Y sobre el gallo
y la fe, el gallo republicano.379
Resulta curioso que en un escritor tan religioso como nuestro autor, haya pocos
poemas que se refieran directamente a Dios.380 En él el pensamiento barroco
calderoniano es llevado a un extremo. No es que la vida sea tránsito hacia otra vida, es
que la vida es sólo un sueño, pura nada, anonadamiento. Y de la otra realidad, tampoco
372 Cfr.: Penalva, Tras... p. 122 sobre los tres sonetos "A Cristo Crucificado ante el mar"; ibíd sobre el
mismo tema pp. 300-301; pp. 189-91, sobre el tema del cristianismo en Bergamín; Dennis, El aposento... p.
49-54; ibíd. pp. 99-104. Dennis, Insula (1975) sobre El clavo ardiendo, resumen del libro. Dennis, El
aposento... pp. 89-95 sobre la fe. A. Sorel, República... (1983) sobre el tema religioso.
373 El cohete... p. 63.
374 Op. cit. p. 63.
375 Op. cit. p. 63.
376 Op. cit. p. 65.
377 Op. cit. pp. 93-95.
378 Op. cit. p. 117.
379 Op. cit. pp. 134-35.
380 Un caso extraño en este sentido es Poesía I, 151, donde cuestiona a Dios con preguntas, sin
mencionarlo, y concluye que "la vida es un puro / anonadamiento." Otra referencia a Dios en ibíd., vol. I,
171.
sabemos nada. Frente al pensador religioso y cristiano -progresista cristiano- que se
refleja en el ensayo de Bergamín, en su poesía, con toda la serenidad espiritual de un
místico contemplativo, la reflexión sobre la ultimidad de la existencia sólo conduce a la
afirmación de la muerte inevitable y omnipresente, reiterada hasta la saciedad. Pero no a
una ilusión o una esperanza de otra vida. Como si el pensador creyera en algo en lo que
el poeta no está seguro o al menos no llega a intuir.
Por otro lado se tiene la sensación de que el catolicismo que defiende Bergamín
en sus ensayos, de modo proselitista y abiertamente confesional, es un catolicismo
imposible, ajeno a las formas organizativas propias de esta ideología. Pero justamente
aquí reside una parte importante de la paradójica vigencia e interés del pensamiento de
Bergamín.
En fin, su poesía constituye una profunda indagación del yo, expresada en versos
de rima asonante y corta extensión, que buscan dejar una impresión en el corazón del
lector. Un apunte, una sugerencia, un pensamiento breve que se siembra en el verso. Lo
que Bécquer hubiera querido de vivir en el siglo XX.
La poesía de José Bergamín transmite una infinita sensación de profunda
serenidad, pese a que nazca de un desasosiego existencial interno ante la contingente
caducidad humana. Bergamín es un contemplativo.
Véanse por ejemplo estos versos relativos al tema de la fe:
"No se cree porque se espera,
se espera porque se cree:
y se cree si no se ve
lo mismo que si se viera;
pues nace de tal manera
la esperanza de la fe
que no se sabe por qué
se vuelve generadora
de su propia engendradora
que duda de lo que fue."381
381 Poesía, VII, p. 89.
4.9. EL AMOR. OTROS TEMAS.
"Tu corazón es del aire.
Del aire es tu pensamiento.
Como es del aire tu alma.
Como es del aire tu cuerpo.
Toda tú fuiste del viento;
como la llama en la lumbre;
como la nube en el cielo."
(Poesía, V, 15)
Hay escasas referencias al tema del amor en el ensayo de Bergamín.382 Pero en
su poesía el tema está ampliamente tratado. El amor y la muerte son los dos temas
fundamentales de nuestro poeta. Los encuentros y desencuentros amorosos son
profundizados con mano delicada por Bergamín, muchas veces glosando a otros poetas
clásicos, desde Dante a Lope pasando por Apollinaire.383
El tema del amor va entrando poco a poco en su poesía la cual en sus inicios,
como buen discípulo de Juan Ramón, estaba dotada de un cierto narcisismo.
Paulatinamente va aceptando el tema del tú, más allá de la indagación en el propio yo,
sobre todo a partir de La claridad desierta, que representa una primera madurez en la
poesía de Bergamín. El yo necesita completarse en la compañía de la persona amada.384
Cuando el amor luce, nada importa que aboquemos a la nada de la muerte,
porque se exalta el instante eterno de felicidad intensa que sólo puede conseguirse a
través de la iluminación mística del amor, en la claridad desierta en que yace toda la
realidad en silencio.385
El amor en Bergamín siempre bordea el vacío, y es una defensa importante
frente a la realidad de esa nada. El existencialismo de Bergamín, muy influído desde su
juventud de Cruz y Raya por Heidegger, más aún por Unamuno, Kierkegaard y Pascal,
no parte de una visión angustiosa y obsesiva, tensa, de la nada, sino de una aceptación
382 Cfr. Fronteras... p. 61.
383 Cfr. Poesía: I, 44; I, 45; I, 164; I, 166; I, 167; II, 37; II, 39; II, 42; II, 66; II, 141-63; III, 33; III, 35; III,
36; III, 49; III, 53; III, 58; III, 88; III, 95; III, 96; III, 201; IV, 45; IV, 48; IV, 58; IV, 66; IV, 68; IV, 72; IV,
74; IV, 84; IV, 105; IV, 111; IV, 119; IV, 136; IV, 176; IV, 184; IV, 189; V, 12; V, 15; V, 16; V, 34; V,
38; V, 45; V, 46; V, 66; V, 75; V, 86; V, 97; V, 111; V, 119; V, 134; V, 178; VI numerosos poemas.
384 Op. cit., II, 39.
385 Op. cit., II, 42.
serena del fin de la muerte, cuya presencia es constante en su obre. Y el amor es el arma
fundamental ante la muerte, bordeando ese silencio de la ultimidad de la vida humana.
El amor está más allá de la muerte.386 La lejanía del tú y el yo se abole en el amor, donde
ambos se tocan, suprimiendo la distancia, la alteridad, y permiten percibir un imposible
infinito. Son huellas del pensamiento romántico -más aún postromántico, becqueriano-
en Bergamín.387
Hay que recordar que en los últimos años de su vida, Bergamín era un seductor,
siempre rodeado de bellas muchachas jovencísimas, a las que luego dedicaba sus
poemas.
* * *
Hay otros temas interesantes en la poesía de Bergamín, por ejemplo el concepto
de realidad,388 la naturaleza etc.389 También: la sombra,390 la noche,391 etc.
Bergamín glosa y escribe sobre lo ya escrito. Su poesía es un homenaje que
conecta con la línea de la tradición clásica a la que venera y a la que actualiza con una
visión moderna. Constituye así una reflexión de la palabra escrita -su palabra- sobre la
palabra que escribieron los grandes clásicos, predominantemente españoles. A veces de
la glosa pasa incluso a la paráfrasis de versos muy bellos que nos invita a degustar.
Temas como la soledad, que siente profundamente.392 El tema de España.393
386 Op. cit., IV, 58.
387 Sobre la mujer en Bergamín cfr. Penalva, Tras... pp. 34-35. Y sobre el amor, ibíd. p. 235, donde se
identifica a Claudine con Claudine Auger, la bella actriz.
388 Cfr. Poesía, III, 28 y 29; IV, 59; IV, 89; V, 76: la verdad más allá de la apariencia -el noúmeno frente
al fenómeno kantiano, aunque también puede ser la reducción eidética fenomenológica-; la ilusión de
realidad en el hombre; la verdad que se esconde heideggerianamente, etc.
389 Cfr. Poesía, III, 64; IV, 73; IV, 102; V, 77; V, 124; V, 126; V, 127; V, 129. El paisaje: III, 79. Los
árboles que simbolizan la realidad y la naturaleza en torno: I, 145; la acacia que sobrevivirá al poeta, I, 244.
El jardín, I, 150 ("Y en la luz inmóvil / el jardín se queda / como sumergido / en un agua quieta"); cfr. tb.
Del otoño y los mirlos, donde el poeta contempla los símbolos de la vida y la muerte en el silencio del
parque otoñal rodeado de árboles; cfr. IV, 86; IV, 88: la caída de la tarde en el jardín. El poeta, en
contemplación silenciosa, percibe la naturaleza como un organismo vivo (IV, 73); el universo habla al
corazón del poeta (V, 77).
390 La sombra se relaciona con temas tempranos en Bergamín: la muerte, el espectro, la claridad, la
sombra de sí mismo etc. (I, 28; I, 42; I, 46; I, 83; I, 85; VI, 237 -somos sombras-). Aclara este símbolo:
"como si el alma, en realidad, no fuera / más que una sombra, apenas advertida / en la sonrisa de la
primavera" (I, 46).
391 Poesía: I, 26; I, 27; I, 40; II, 106; VII, 12; VII, 21.
Ensayos de Bergamín sobre el tema: Mangas... pp. 16-17; España en su laberinto... pp. 24-25;
etc.
392 Poesía: II, 79 -canto a la soledad con cita de Pascal-; II, 80; II, 81; II, 82; II, 83; II, 84; II, 87; II, 88;
II, 144 -la soledad del viajero, el pasajero de la vida-; III, 30 -miedo a la soledad-; IV, 62; V, 26; etc.
Cfr. tb. El cohete... ed. cit. pp. 117-19: la soledad de la poesía es comunicación.
Madrid.394 El peregrino.395 La música.396
Mención especial merece el tema del toreo. Los escritos ensayísticos de
Bergamín acerca del toreo me parecen singularmente simbólicos: el hombre debe torear
la vida y la muerte, comportarse como un torero, burlar y birlar la desgracia. Frente al
superhombre nietzscheano con su reacción descomunal ante la desgracia, la postura
grácil, española, del torero.397 Gerardo Diego, Lorca, Alberti, trataron también los temas
taurinos, pero de un modo menos metafísico y simbólico.
En La claridad del toreo (1987) se contienen estas dos frases reveladoras de todo
el pensamiento bergaminiano:
"La figuración luminosa del toreo significa ese maravilloso poder de la
inteligencia humana que, por un aparente acto de juego, al matar al toro,
nos dice que se puede matar a la misma muerte."398
393 Cfr. Poesía, I, 59, España amortajada.
Sobre ello en la prosa de Bergamín, cfr.: España en su laberinto... pp. 82-84; El pensamiento de
un esqueleto, vol. I, p. 14; ibíd. II, 82-83 y 83-84 y II, 87-88; Beltenebros, p. 199; Mangas... pp. 74-75; etc.
En la crítica: Penalva, Tras..., pp. 112-13; ibíd. pp. 122-24; ibíd. pp. 272-73, poema satírico sobre
la situación española; Londero, En torno... pp. 1-17; etc.
394 Op. cit. I, 18 y I 19: amor a Madrid, aunque le parece ciudad pretenciosa.
395 Poesía, I, 91, el poeta cuya voz no encuentra aposento, peregrino desarraigado; I, 209; III, 100 -
peregrino en mi patria-; VII, 30; etc.
Cfr. en su ensayo: El pensamiento de un esqueleto, vol. II, pp. 92-93 y 93-94; ibíd. vol. III, p. 81.
La crítica sobre el tema: Wing, En torno... pp. 202-38.
396 Poesía, IV, 13; IV, 46 -la música callada de las esferas, eco de Fray Luis-.
Cfr. tb. Don Lindo de Almería, que recoge el proceso de elaboración de esta parodia de sainete,
texto al que Rodolfo Halffter dio música en forma de suite para ballet en el año 1935 en París,
escenificándola cinco años más tarde la bailarina Ana Sokoloff en México. En el prólogo, Dennis trata muy
bien la relación de Falla con Bergamín (pp. 17-68) y recoge una bellísima carta de Lorca (pp. 20-21). En
Don Lindo creo interesante notar que aparece el símbolo del papagayo, a que hará alusión también en Los
filólogos.
Cfr. en sus ensayos: La corteza... pp. 174-81; Al fin y al cabo pp. 273-75; Aforismos de la
cabeza... pp. 27-33; El cohete..., ed. cit., pp. 121-32.
397 Cfr. Poesía, op. cit. I, 53, y sus libros de ensayo sobre el tema: Ilustración y defensa de toreo, que
incluye El arte de birlibirloque, La estatua de Don Tancredo y El mundo por montera. Luego aparece La
música callada del toreo (Madrid, Turner, 1981), y habría que añadir una treintena de artículos en Sábado
Gráfico y El Nacional de Caracas; cfr. El pensamiento de un esqueleto, vol. I, p. 219, y relación de
artículos sobre el tema por Penalva en vol. I, pp. 253ss
De 1930 es El arte de birlibirloque; de 1981 La música callada del toreo; de 1987 La claridad
del toreo (artículos desde finales de 1950 a 1981).
La crítica sobre el tema: Penalva, Tras... pp. 67-69; ibíd. pp. 201-3; Sabudo, Cuadernos
Hispanoamericanos (1984), la vida como juego torero; etc.
398 La claridad del toreo, p. 11.
Y también:
"El hombre busca la escapatoria del tiempo en el tiempo mismo, como la
de la muerte en la muerte, y la del amor en el amor."399
En fin, más que textos de tauromaquia, los de Bergamín semejan los de un
filósofo que nos hablara de la vida misma a propósito del tema de los toros.
En los símbolos todos de Bergamín hay una tensión de lo material a lo
inmaterial. Una pregunta por el fin y la finalidad del hombre, que es lo espiritual:
convertirse en un sueño.
La poesía de Bergamín constituye un microcosmos simbólico, un pequeño
código autónomo de elementos poco numerosos y constantemente reiterados en diversas
situaciones. Cada poema juega con estos elementos que forman parte del lenguaje
poético del autor, repitiendo insistentemente el mismo mensaje, aunque cada poema
surge de una experiencia vital bien distinta. La caída de la hoja es tratada por ejemplo de
manera muy diferente en Rimas y Del otoño y los mirlos que en La claridad desierta.400
Bergamín juega con las diversas variantes simbólicas combinándolas de distinto modo.
El poeta adopta una actitud de contemplación ante todo lo que le rodea, de donde
surge una postura serena, de aceptación incluso de la muerte, sobre el sentido de cuya
existencia se interroga.
La poesía de Bergamín, con su sereno equilibrio, oculta un sin fin de
interrogantes e inquietantes cuestiones acerca de la ultimidad de la vida humana y su
destino. Y al mismo tiempo surge siempre de una experiencia vital teñida de sentimiento
que se expresa de modo contenido en la suave tersura de unos versos sugerentes, que
apuntan, que despiertan ecos en el corazón del lector.
399 La claridad del toreo, p. 12.
400 Cfr. op. cit., II, 49: la caída de la hoja no es aquí el paso del tiempo, sino la pérdida de un amor que ha
pasado. Cfr. tb. III, 105: el tema del silencio se convierte en el tema del amor.
4.10. LA POESIA.
Bergamín se preocupa en su poesía y ensayo sobre la palabra poética en
reflexión metaliteraria.401
En Prólogos epilogales se refiere al fantasma a propósito de Juan Ramón y
Salinas, en un artículo de La Luz de 30-1-1934, considerando que la poesía es verdad, no
un fantasma.402 Y afirma:
"que la poesía es verdad, que no es un estético artificio ilusorio; porque
no es sombra, ni fantasma, sino verdad la más insospechada, la más
pura."403
Concibe la poesía como verdad. Insiste en el siguiente artículo: "Este amor que
inventamos. Verdad de poesía."404 En ese artículo se refiere en frase de Salinas al
"afanoso sueño / de sombras", que luego desarrollará nuestro autor en su poesía, y lo une
al tema de la sombra y la muerte a propósito de Orfeo y el infierno. Toda la constelación
de temas bergaminianos parece estar contenida en este artículo de 1934.
En Prólogos epilogales se encuentra un prólogo de Bergamín a la obra de
Unamuno Cuenca ibérica (lenguaje y paisaje)405, que recoge la poética y fe literaria de
nuestro autor. Bergamín se identifica con Unamuno de quien dice que escribe para:406
"exprimir su sed de verdad al expresarse ('expresarse es exprimirse' nos
dijo) haciendo oficio de inquirir en 'las entrañas palpitantes del idioma'
401 Sobre la palabra poética en Bergamín cfr. Poesía: II, 129 -bello poema en que se imagina el poeta
está siendo leído en otro tiempo-; II, 195 -al poeta no le queda nada, sólo palabras-. También el tema de la
página blanca, y recordemos "La página está en blanco y nos espera" de Jorge Guillén, que puede
encontrarse en la serie Amor a Silvia de Homenaje de Guillén: en Bergamín, op. cit. III, 122. Quien no le
lee no es su amigo, porque el poeta es su propio texto, nos dice Bergamín: V, 187, etc.
En el ensayo bergaminiano: Antes... pp. 100-101; Mangas... p. 134; y los aforismos de El cohete...
ed. cit. p. 111 -la poesía se sobreentiende-; p. 113 -ideal contra sentimental-; p. 114 -sobre claridad y
oscuridad en poesía.- Cfr. tb.: Mangas... p. 40 -la razón de ser de la poesía es la clarividencia celeste de la
inteligencia-: El pozo... pp. 44-45, frente a la soledad, comunicación; De una España peregrina pp. 181-
203, sobre qué es la poesía; ibíd. pp. 289-90, p. 294, pp. 298-99; Beltenebros pp. 12-13; ibíd. pp. 17-20;
ibíd. pp. 24-27: esquema de la poesía: magia, metafísica, mística, moral, música, la poesía es "tesoro de
duende"; ibíd. pp. 40-42 y 46-48; ibíd. pp. 51-52, frase de Santillana: el poeta "oyó los secretos de la
filosofía"; Prólogos epilogales... p. 16. p. 18.
402 Y antes, en Prólogos... p. 13, artículo de La Gaceta Literaria nº 51, 1-2-1929
403 Prólogos... p. 18.
404 Prólogos... pp. 21-25, en La Luz, 6-2-1934.
405 Publicado en México, Séneca, 1943.
406 Prólogos... pp. 91-92.
como los augures en las bestias despedazadas para eso."
El tema de la palabra poética se encuentra frecuentemente en el ensayo
bergaminiano que intenta explicarse y explicar su obra de creación.407
407 Cfr. Aforismos... pp. 40-41; ibíd. p. 48 -la poesía no es nunca Yo-; De una España peregrina sobre el
"duende" que tiene Andalucía, pp. 161-77, la Andalucía duendística y musarañera, la soledad del andaluz
que necesita estar siempre acompañado.
4.11. EL FANTASMA. EL ESQUELETO.
Un tema fundamental en la obra poética de Bergamín es el del fantasma.
Posiblemente el origen de este concepto se encuentra en su carácter de exilado
desarraigado, como bien explicó Penalva.408 A partir de aquí nuestro autor insistirá una y
otra vez en el tema del fantasma de sí mismo.409
Si rastreamos el tema del fantasma en la obra ensayística de Bergamín nos
encontramos con una enorme profusión de citas.410
Hay una frase de Hugo sobre el fantasma, clave para la obra de nuestro autor:
"'Todo gran espíritu -escribía Víctor Hugo (al dictado 'del Ser que se
llama la Muerte')- tiene dos tareas que realizar en su vida: su tarea de
hombre vivo y su tarea de fantasma.' ¿Cuál es el nombre del fantasma?
Cada cual le da el suyo propio (...)"411
En una carta de Bergamín a Unamuno recientemente publicada, de 20 de abril de
1926 se lee:412
""Yo no sé si es que tengo miedo a agonizar -¿temor divino?- pero cada
vez vacilo más, o vacila más en mí, mi duda -y mis dudas- entre mi
fantasma y mi pensamiento: entre el ser-persona y ser-cosa. Pero no
quiero molestarle con confesiones mías."
408 Cfr. Penalva, Tras... pp. 197-200. Ya el título de su libro es significativo. Otros textos de la crítica:
Penalva, Tras... pp. 232-33, Bergamín se siente fantasma porque no tenía pasaporte al estar exilado.
Dennis, El aposento... pp. 71-72: el fantasma es un estadio intermedio entre el yo y el otro (p. 72); el
fantasma es eco, sombra, espejo, realidad falsa y engañadora. Cfr. tb. Juan Cruz, El País (1978), un
fantasma es el sueño de un esqueleto.
409 Cfr. por ej. Poesía: III, 192 y V, 57.
410 Cfr.: Antes de ayer... pp. 199-200, a propósito de unos versos de Aldana y el fantasma de Carlos V.
La importancia... pp. 13-15, tema del amor y el fantasma, de raíz romántica; ibíd. pp. 145 y 152-53: el
mundo queda aparte como fantasmal; ibíd. pp. 156-68, a propósito de Dalí y Picasso. España en su
laberinto... sentido cristiano del fantasma, p. 28; ibíd. pp. 94-95; ibíd. pp. 103-5, tema del fantasma y el
sueño, el peso de la vida entretenido por el arte; ibíd. p. 292-93 y 303. Lázaro... pp. 107-15, sobre el
fantasma de Rousseau en la tumba de Ermenonville, bella ensoñación literaria. El pozo... pp. 77-78, los
vanos fantasmas de nuestros sueños, en frase de Pascal. Al fin... p. 54 y 57. Aforismos... p. 46. Epistolario
Bergamín-Unamuno, pp. 49-51. En De una España peregrina pp. 264-65 hay un bello texto sobre el
sentido romántico del concepto de fantasma, aplicado a Don Juan en Zorrilla, Tirso, y a la obra de
Calderón; el Burlador es "fantasma del tiempo, de la viva temporalidad que lo trasciende y nos le traza
'siguiendo el dictamen del aire que lo dibuja', que dijo Calderón (...)" (p. 265).
411 De una España peregrina pp. 302-3, sobre el fantasma de Alfonso Reyes; cfr. tb. p. 304 sobre
Velázquez, real aposentador de fantasmas del tiempo.
412 El epistolario... p. 69.
Unido a todo ello, el tema del esqueleto, porque el poeta se siente un animado
muerto del que sólo oye el rechinar de huesos.413 Este tema significa la proximidad del
hombre, en su constitución física última, a la muerte. El hombre lleva dentro de sí
mismo, en su esqueleto, un atisbo y presagio de su fin inevitable, de la existencia de la
muerte. Por ello somos como fantasmas que viven un sueño, sombras que se deslizan por
la vida, seres inasibles, inaprensibles, porque todo -también nuestro cuerpo y nuestra
alma, nuestro esqueleto y nuestro ser fantasmal- se desvanece.
Así interpreto yo este tema importantísimo y muy original de la poesía de
Bergamín, que se basa en el eje: vida-sueño, alma-fantasma.414
Pero frente a la inevitable, reiterada, obsesiva, imperiosa e ineluctable muerte,
nuestro autor adoptará la actitud del torero. Como nos recuerda en este texto:415
"'Saber esperar' -nos dice el poeta-: aprende a esperar. Como espera un
barco en la costa hasta que llegue a él el empuje de la marea. 'Sin que el
partir le inquiete'. Porque el que espera aprende esperando, y
desesperando o sin desesperar, 'que la victoria es suya': aprende a saber
de su propio vencimiento que en eso consiste su victoria. Venciéndose a
sí mismo; convenciéndose a sí mismo con los demás. El saber esto da al
verso andaluz del poeta arraigado sabor senequista. Este vencimiento
victorioso, este convencimiento humano, nos dice por esa voz, tan sabia
y sabrosa del poeta andaluz, sevillano, con elegancia de lance torero, que
todo el que espera, el que aguarda, 'sabe que la victoria es suya: porque la
vida es larga y el arte es un juguete.'"
"Porque la vida es larga y el arte es un juguete": aquí está resumida toda la
actitud de Bergamín ante la vida y la poesía.
En fin, espero que el lector haya recorrido con paciencia este paseo por el amor y
la muerte en la vida y la obra de ese gran poeta que fue José Bergamín. La obra de
nuestro autor se presenta como uno de los intentos más lúcidos, maduros y profundos de
413 El pensamiento de un esqueleto, vol. III, pp. 49-50. De una España peregrina pp. 8-9. Ibíd: el hueso
trágico castellano según Unamuno, se encuentra en el esperpento de Valle (op. cit. p. 100, y antes pp. 98-
99). Al fin... pp. 19-20; ibíd. p. 45, tema de la muerte en Quevedo; ibíd. pp. 50-51; ibíd. pp. 257-58: "el
hombre no nace esqueleto, se hace esqueleto", y lo relaciona con el sueño calderoniano de la vida. El
cohete... tema de la sombra, p. 116; sobre este tema de la sombra cfr. tb. Fronteras infernales... acerca de la
frase de Nietzsche sobre ello, p. 7.
414 Frente a este aspecto inasible y etéreo de la obra bergaminiana, habría que mencionar también su
postura de compromiso vital y político, si bien no me parece lo más destacable de su producción. Para ello
cfr.: La importancia... p. 11, pp. 61-62; Lázaro... pp. 55-67 y 117; ibíd. pp. 165 y 168; El pensamiento de
un esqueleto vol. II, p. 15; ibíd. vol. II, pp. 19-27 y 33-46; ibíd. vol. II, pp. 53-55 y 71-73; ibíd. vol. II, pp.
101-25; ibíd. vol.II pp. 125-29 y 131-35; ibíd. vol. III, pp. 62-70; Cristal del tiempo pp. 71-72 y 81-87;
ibíd. pp. 131-34 y 134-42 y 145-46 y 151 y 151-54 y 157-63 y 174-76 y 184-88 y 193-99 y 209 y 213-15 y
216-21. En este libro, Cristal del tiempo, se contiene documentación sobre su postura política de la última
época, muy radical, en pp. 155-263. Cfr. tb. El cohete... p. 63: "Existir es pensar; y pensar es
comprometerse."
415 De una España pregrina, pp. 93-94.
toda la poesía española de este siglo, con una indagación valiente en los arcanos de la
constitución del ser humano, su entorno y su sentido final, más allá de la propia muerte.
BIBLIOGRAFIA:416
1. BIBLIOGRAFIA DE BERGAMIN:
1.1. POESIA:
Tres sonetos a Cristo Crucificado ante el mar. Rimas y sonetos rezagados, Madrid,
Renuevos de Cruz y Raya, 1962. (Los Tres sonetos... aparecieron inicialmente en Hora
de España, Barcelona, nº XX, agosto 1938, pp. 45-47. Para una relación de la aparición
de los primeros poemas bergaminianos cfr. Poesía vol. 1 (1988, 2ª ed.) pp. 96-100, notas
de G. Penalva).
Rimas y sonetos rezagados, Madrid, Renuevos de Cruz y Raya, 1962
Duendecillos y coplas, Madrid, Renuevos de Cruz y Raya, 1963
La claridad desierta, Málaga, Litoral, 1968, número extra nº 37-40.
Del otoño y los mirlos, Barcelona, Editorial R.M., 1975
Apartada orilla, Madrid, Turner, 1976
Velado desvelo, Madrid, Turner, 1978
Por debajo del sueño. Antología poética, Málaga, Litoral, 1979; 2ª ed., Málaga, Litoral-
UNESCO, 1985
Poesías casi completas, Madrid, Alianza, 1980 (Libro de Bolsillo, 756)
Rafael Alberti-José Bergamín, Correspondencia en verso (inédita), Roma-Madrid. De X
a X, en la revista Litoral, nºs 109-111, Málaga, 1982. (Contiene también el facsímil de
Caracteres (1926))
Esperando la mano de nieve, Madrid, Turner, 1982
Poesía, Madrid, Turner, 1983-1984, siete volúmenes. Segunda edición ampliada del
primero en 1988, por Gonzalo Santonja, con 25 sonetos no publicados en la ed. anterior
y nuevo orden cronológico y reseña bibliográfica de los lugares en que aparecieron
416 Cfr. Carlos Gurméndez, El libro Español, op. cit. luego, a quien corrijo y completo. Utilizo también
los repertorios de la MLA y muy diversas aportaciones bibliográficas personales.
originalmente los poemas.
Los vols. de esta edición fundamental son: I, Sonetos. Rimas. Del otoño y los mirlos
(1983); II, La claridad desierta (1983); III, Apartada orilla (1983); IV, Velado desvelo
(1983); V, Esperando la mano de nieve (1983); VI, Canto rodado (1984); VII, Hora
última (1984). (Cito estos volúmenes aquí por Poesía...)
Antología poética, ed. de Diego Martínez Torrón, Madrid, Castalia, 1999 (Clásicos
Castalia, 227).
1.2. TEATRO.
La hija de Dios, México, Séneca, 1940. Otra ed., Madrid, Hispamarca, 1978.
La niña guerrillera, México, M. Altolaguirre ed., 1945, junto a La hija de Dios,
reeditadas ambas recientemente en facsímil en Madrid, Turner, 1978. Otra edición de La
niña guerrillera, Montevideo, Retablillo Español, 1953.
¿Adónde iré que no tiemble?, la Revista de Guatemala, 2ª época (Guatemala), nº 1, abril-
junio 1951
Melusina y el espejo, Montevideo, Escritura, 1952
Medea la encantadora, Montevideo, Entregas de La Licorne, 1953. Reeditada en Primer
Acto, Madrid, nº 44, febrero 1963.
Los tejados de Madrid o el amor anduvo a gatas, Primer Acto, Madrid, nº 21, marzo
1961
Los filólogos, Madrid, Turner, 1978
La sangre de Antígona. Misterio en tres actos.La cama, la tumba del sueño o el
dormitorio (2ª versión), Madrid, Primer Acto, nº 198, 2ª época, abril 1983
1.3. TEATRO AFORISTICO:
Tres escenas de ángulo recto, Madrid, Índice, 1925. Reeditada en La risa en los huesos,
Madrid, Nostromo, 1974, pp. 9-36, junto a Enemigo que huye.
Enemigo que huye, Madrid, Biblioteca Nueva, 1927. Reed. junto a la anterior en Madrid,
Nostromo, 1974.
1.4. BALLETS:
Don Lindo de Almería, estrenado en México, enero de 1940. Editado en Valencia, Pre-
Textos, 1988, nota preliminar de Nigel Dennis. (Cito por Don Lindo...)
La madrugada del panadero, en colaboración con Rodolfo Halffter, Disco marca
Ensayo, Ministerio de Cultura, Madrid.
1.5. AFORISMOS:
El cohete ya la estrella, Madrdi, Índice, 1923. Reed. recientemente junto a La cabeza a
pájaros, por Gonzalo Esteban (ed.), Madrid, Cátedra, 1981 (Letras Hispánicas 138),
edición criticada por Dennis, cfr. supra., por cuanto no tiene en cuenta el texto de la
primera, más amplio, sino El caballito del diablo (1942), nuevo título de las dos obras
citadas (buenos Aires, Losada, 1942), que además incluía Caracteres. El citado libro de
Esteban contiene interesante bibliografía. (Cito aquí por El cohete...)
Aforismos de la cabeza parlante, Madrid, Turner, 1983. (Cito por Aforismos...)
1.6. PROSA Y ENSAYO:
Caracteres, Málaga, separata de la revista Litoral, 1926. Reed. facsímil, con prólogo
inédito de Bergamín donde aclara algunos de estos retratos, Madrid, Turner, 1978. Tb.
reed facsímil en R. Alberti/J. Bergamín, Correspondencia en verso (inédita), Roma-
Madrid. De X a X, revista Litoral nos 109-111, Málaga, 1982
Enemigo que huye, Polifumo y coloquio espiritual (1925-1926), Madrid, Biblioteca
Nueva, 1927. (Impreso en Segovia)
La cabeza a pájaros, Madrid, Plutarco, 1929; Madrid, Cruz y Raya, 1934
El arte de birlibirloque, Madrid, Plutarco, 1930. Segunda ed. México, Stylo, 1944, con
La estatua de Don Tancredo y El mundo por montera. Reeditado en Madrid, Turner,
1985
Mangas y capirotes, Madrid Plutarco, 1933. Segunda ed. luego cit. España en su
laberinto teatral del siglo XVII, Buenos Aires, Argos, 1950. Tercera ed. con título
original en Madrid, Centro, 1974. (Cito por Mangas...)
La estatua de Don Tancredo, Madrid, Cruz y Raya, 1934
Santa Catalina: Tratado del Purgatorio, trad. y notas de José Bergamín, Madrid, Cruz y
Raya, 1935; 2ª ed., México, Séneca, 1941.
Disparadero español, Madrid, Editorial Cruz y Raya, 1936, 2 vols; tercer volumen publ.
en México, Séneca, 1940. Primer vol. : La más leve idea de Lope (Lope, suelo y vuelo de
España. Un verso de Lope y Lope en un verso. Lope, siguiendo el dictamen del aire que
lo dibuja); segundo vol.: Presencia del espíritu (La importancia del demonio. La
decadencia del analfabetismo. El pensamiento hermético de las artes. Un lenguaje de
fuego de la pintura); tercer vol.: El alma en un hilo. Se transformó en Beltenebros y
otros ensayos sobre literatura española, Barcelona, 1973, citado luego.
El pozo de la angustia, México, Séneca, 1941. Reeditado en Barcelona, Anthropos,
1985, con prólogo de Carlos Gurméndez, con bio-bibliografía pp. 83-91. Se encuentra
incluído este libro de Bergamín en El pensamiento perdido, Madrid, Adra, 1976. (Cito
por la edición de Anthropos, El pozo...)
Detrás de la cruz. Terrorimso y persecución religiosa en España, México, Séneca, 1941.
Reeditado en El pensamiento perdido.
El pasajero. Peregrino español en América, México, Séneca, 1943, 3 vols.
La voz apagada, México, Séneca, 1943; 2ª ed., La Habana, Consejo de Cultura, 1964
La muerte burlada, México, Séneca, 1945
Ahora que me acuerdo (Memorias), Montevideo, Entregas de Licorne, 1953
Porque el diablo tiene cuernos, Buenos Aires, Losada, 1948
España en su laberinto teatral del siglo XVII (Mangas y capirotes), Buenos Aires,
Argos, 1950 (reimpreso en 1974 por ed. del Centro, Madrid, como Mangas y capirotes).
(Incluye epílogo de Unamuno, comentario a El cohete y la estrella publ. en la revista
Nuevo Mundo de 7 marzo 1924). (Cito este libro como España en su laberinto...)
Fronteras infernales de la poesía. (Shakespeare, Cervantes, Quevedo), Montevideo,
Universidad de la República, 1954. Luego en Madrid, Taurus, 1959, (ed. por la que cito
ver infra).
La corteza de la letra, Buenos Aires, Losada, 1958. Reeditado como Calderón y cierra
España, Barcelona, Planeta, 1979. (Cito la primera edición como La corteza...)
Lázaro, Don Juan y Segismundo, Madrid, Taurus, 1959. (Cito como Lázaro...)
Fronteras infernales de la poesía, Madrid, Taurus, 1959. (Cito por Fronteras...)
El arte de birlibirloque. La estatua de Don Tancredo. El mundo por montera, Madrid,
Renuevos de Crzu y Raya, 1961
La decadencia del analfabetismo. La importancia del demonio, Madrid, Cruz y Raya,
1961
Al volver, Barcelona, Seix Barral, 1962. Reeditado como Antes de ayer y pasado
mañana, Barcelona, Seix Barral, 1974
De una España peregrina, Barcelona, Al Borak, 1972. (Cito por De una España...)
Le clou brulant, París, Plon, 1972
Beltenebros y otros ensayos sobre literatura española, Barcelona, Noguer, 1973. (Cito
por Beltenebros...)
La importancia del demonio y otras cosas sin importancia, Madrid, Júcar, 1974.
(Editado antes como La decadencia del analfabetismo en Cruz y Raya nº 3, 15 junio
1933 y La importancia del demonio en Cruz y Raya nº 5, 15 agosto 1933; ambos en libro
luego en Santiago de Chile/Madrid, Cruz del Sur, 1961, Renuevos de Cruz y Raya. La
edición de Júcar que utilizo contiene más ensayos que ésta. (Cito por La importancia...)
El clavo ardiendo, Barcelona, Aymá, 1974. (Trad. de la ed. francesa cit. supra). (Cito por
Clavo...)
Antes de ayer y pasado mañan, Barcelona, Seix Barral, 1974 (es Al volver con otro
título). (Cito por Antes de ayer...)
Mangas y capirotes, Madrid, Ed. del Centro, 1974. (Incluye pp. 7-12, el prólogo de
Pablo Landsberg de París, 1939, a la edición traducida al alemán de Don Tancredo y
Don Quijote de J. B., que se editó en Suiza, Vita Nova, 1940 con el título de España
eterna). (Cito por Mangas...).
Ilustración y defensa del toreo, Málaga, Litoral, 1974. (Contiene: El arte de birlibirloque
(1930), luego tb. en Madrid, Turner, 1985; La estatua de Don Tancredo (Cruz y Raya,
1934), traducido con el título de España eterna, Suiza, Vita Nova, 1940, pról. de Pablo
L. Landsberg que se reproduce tb. en el número de homenaje de Litoral La claridad
desierta, libro de poemas entonces inédito); y El mundo por montera). (Cito por
Ilustración...)
El pensamiento perdido, Madrid, Adra, 1977. (Cito como El pensamiento perdido.)
El arte de birlibirloque, Madrid, Turner, 1978; 2ª ed. Turner, 1985. (Cito por El arte...)
Ilustración y debensa del toreo, Madrid, Turner, 1978
Caracteres, Madrid, Turner, 1978
La confusión reinante. (Libelo), Madrid, Hispamarca, 1979
Calderón y cierra España y otros ensayos disparatados, Barcelona, Planeta, 1979 (es La
corteza de la letra con otro título)
Fronteras infernales de la poesía, Madrid, Taurus, 1980
La música callada del toreo, Madrid, Turner, 1981; 2ª ed., 1982; 3ª ed., 1985. (Cito por
La música...)
Al fin y al cabo, Madrid, Alianza, 1981. (Cito por Al fin...)
Los tres Azañas burlados. (Diseño epigramático), Madrid, Edascal, 1982
Cristal del tiempo (1933-1983). ed. de José Esteban, Madrid, Revolución, 1983 (Cito por
Cristal...)
El pensamiento de un esqueleto. Antología periodística, ed. de Gonzalo Santonja,
Málaga, Litoral, 1984, 3 vols. (Contiene bibliografía importante de artículos de
Bergamín) (Cito como El pensamiento de un esqueleto...)
Prólogos epilogales, con nota preliminar de Nigel Dennis, Valencia, Pre-Textos, 1985.
(Cito por Prólogos...)
La claridad del toreo, Madrid, Turner, 1987. (Cito por La claridad del toreo)
J.B./Miguel de Unamuno. El epistolario, ed. de Nigel Dennis, Valencia, Pre-Textos,
1993. (Con bibliografía interesante sobre la relación de B. con Unamuno, aún por
estudiar, en pp. 221-23). (Cito por El epistolario...).
Correspondencia J.B./Manuel de Falla, ed. de Nigel Dennis, Valencia, Pre-Textos, 1995
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(Editado cuando mi libro y mi edición estaban en prensa)
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Libros, 29 enero de 1984
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MORREALE, Margherita, "I silenzi del Cervantes visti dal saggista e del filologo", en
BELLINI, Giuseppe (ed.), Aspetti e problemi delle letterature iberiche: Studi offerti a
Franco Meregalli, Roma, Bulzoni, 1981, pp. 267-71
PEDRAZA JIMENEZ, Felipe y Milagros RODRIGUEZ CACERES, Manual de
Literatura Española, Tafalla, Cénlit, 1991, vol. X, Novecentismo y vanguardia.
Introducción, prosistas y dramaturgos, pp. 752-71. (Este libro ofrece una clasificación
de los aspectos relativos a cada autor, y una información muy por encima de lo habitual
en manuales de contemporánea)
PENALVA CANDELA, Gonzalo, "J.B.: un enterrado vivo", Quimera. Revista de
Literatura, nov. 1983, vol. 33, pp. 8-11.
PENALVA CANDELA, Gonzalo, "J.B.: Dolor de España", Ínsula, dic. 1985, vol. 40, nº
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PENALVA CANDELA, Gonzalo, apéndice al libro de J. B. Por debajo del sueño.
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vida y obra de J.B., Madrid, Turner, 1985 (estudio biográfico de J. B.). (Cito aquí por
Tras...)
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SAVINI, Silvana, "Tres entrevistas sobre B.", Rassegna Iberistica, sept. 1988, vol. 32,
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prólogo a Poesías casi completas.
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populares antiguas, Madrid, Alianza, 1981; Canciones, Madrid, Alianza, 1982; Poema
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Madrid, Alianza, 1982; Primer romancero gitano (1924-27), Otros romances del teatro
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RELACION DE POEMAS Y TEXTOS DE BERGAMIN INCLUIDOS EN MI
ANTOLOGIA POETICA (EN CLASICOS CASTALIA) DE ESTE AUTOR.
(Incluyo la referencia de la edición de Poesía de Turner con el fin de que el lector pueda
localizar las citas que hago en este estudio.)
1. Del volumen Poesía-1, Madrid, Turner, 1983:
Sonetos:
1. "Soneto a Cristo crucificado ante el mar" (pp. 9-11)
2. "La sombra y la muerte" (p. 29)
3. "¿Quién fui? ¿Quién soy?..." (p. 34)
4. "Si todo lo que fue..." (p. 39)
5. "Cuando al atardecer..." (p. 40)
6. "Herida por la luz..." (p. 42)
7. "Pasa la vida..." (p. 48)
8. "Ecce España" ("Dicen que España...") (p. 59)
9. "Mañana está enmañanado" (p. 67)
Rimas:
10. "-Ese que tú te crees..." (p. 80)
11. "¿Por qué callas...?" (p. 81)
12. "Sombra huída..." (p. 83)
13. "¡Sombras que fuisteis...!" (p. 86)
14. "Una voz que no encuentra" (p. 91)
15. "Cuántas veces..." (p. 92)
16. "Las rosas y los soles" (p. 106)
17. "Vosotros los más altos..." (p. 109)
18. "El misterio está en el aire" (p. 111)
19. "De palabra en palabra..." (p. 114)
20. "Los árboles soñolientos" (p. 117)
21. "Mis huesos ahora ya son" (p. 120)
22. "Cae sobre mi vida la esperanza" (p. 122)
23. "Estoy diciendo siempre el mismo nombre" (p. 131)
24. "Del oscuro abismo..." (p. 133)
25. "Este sosiego..." (p. 139)
26. "Voz del agua..." (p. 152)
27. "Hay silencios que se quedan" (p. 156)
28. "Tú tienes voz de llanto" (p. 162)
29. "Tú eres sombra de una llama" (p. 164)
30. "Sonoridad de luz..." (p. 165)
31. "Me estoy mirando en tus ojos" (p. 167)
32. "Cristal del tiempo..." (p. 172)
33. "Porque habláis sin razón" (p. 175)
34. "Después de haber vivido" (p. 179)
35. "Yo no sé..." (p. 184)
36. "No acortes el camino..." (p. 186)
37. "Cuando esté muerto..." (p. 193)
Del otoño y los mirlos:
38. V. "No es más..." (p. 219)
39. XII. "Parece que..." (p. 226)
40. XVII. "Es una nevada..." (p. 231)
Epílogo de doble estío:
41. VIII. "Tú morirás después que yo me muera" (p. 244)
42. XII. "Hay en el fondo..." (p. 248)
43. XVII. "Desde este silencio" (p. 253)
44. XXIV. "De corazón a corazón" (p. 260)
2. Del volumen Poesía-2, Madrid, Turner, 1983:
La claridad desierta:
45. "Como si a tanto amor" (p. 11)
46. "No todo lo que miras..." (p. 15)
47. "Eres como una sombra..." (p. 21)
48. "Estoy soñando que sueño" (p. 22)
49. "En este sueño..." (p. 23)
50. "Yo quisiera soñar" (p. 25)
51. "Voy huyendo de mi voz" (p. 28)
52. "Me acercaré de nuevo..." (p. 29)
53. "Suspensa el alma..." (p. 37)
54. "Señor yo quiero morirme..." (p. 43)
55. "El otoño como un sueño" (p. 48)
56. "No sé cuándo ni cómo" (p. 59)
57. "Tus palabras, poeta" (p. 65)
58. "Llamas amor" (p. 66)
59. "Tengo miedo al silencio" (p. 67)
60. "¡Cuántas veces como ahora...!" (p. 79)
61. "Esta misteriosa puerta" (p. 89)
62. "¿Qué otoño en llamas...?" (p. 91)
63. "Vengadora de amor..." (p. 94)
64. "Me va pareciendo el tiempo" (p. 100)
65. "Te pregunté..." (p. 103)
66. "No es la penumbra" (p. 112)
67. "Yo te pido, Señor" (p. 115)
68. "Basta..." (p. 121)
69. "Tu voz hace el silencio" (p. 125)
70. "Tu voz es como un eco" (p. 128)
71. "Ahora al leerme..." (p. 129)
72. "Si todo lo que es..." (p. 137)
73. "¿Por qué teme la vida...?" (p. 149)
74. "Tú no sabes que tú eres" (p. 150)
75. "Una sombra en la sombra" (p. 172)
76. "Abres el libro" (p. 178)
77. "Es una caricia oscura" (p. 179)
78. "Morir no es desnacer" (p. 194)
79. "Ya no me queda nada" (p. 195)
80. "Yo he debido morirme" (p. 197)
81. "Después que yo me haya muerto" (p. 203)
82. "Tú que sabes tantas cosas" (p. 208)
3. Del libro Poesía-3, Madrid, Turner, 1983:
Apartada orilla (1971-1972):
83. "No quiero, cuando me muera" (p. 13)
84. "No vendrá..." (p. 21)
85. "Apenas si en el cielo" (p. 29)
86. "Tengo miedo de encontrarme" (p. 30)
87. "Hay un silencio que dice" (p. 32)
88. "Como el cuerpo y su sombra" (p. 33)
89. "Si quieres..." (p. 35)
90. "Tu vida es como una llama" (p. 36)
91. "Me estoy sintiendo morir" (p. 39)
92. "Somos alma..." (p. 50)
93. "Tiempo es remanso del alma" (p. 51)
94. "Mi poesía..." (p. 53)
95. "ARTE POETICA" (p. 54)
96. "Cuando se pierde..." (p. 56)
97. "Cuando pongas..." (p. 58)
98. "Cuando yo vuelva" (p. 72)
99. "Si la muerte me da tiempo" (p. 82)
100. "Como quien oye llover" (p. 83)
101. "No veo..." (p. 88)
102. "Me escondo de mí mismo..." (p. 92)
103. "Soy peregrino..." (p. 100)
104. "Pon tus manos en mis ojos" (p. 103)
105. "Yo siento que mis palabras" (p. 120)
106. "No hay que matar la blancura" (p. 122)
107. "El corazón..." (p. 131)
108. "La muerte te está esperando" (p. 145)
109. "Como el pájaro" (p. 150)
110. "¡Ay! La viva llama" (p. 153)
111. "Las nubes..." (p. 157)
112. "Mi corazón tiene miedo" (p. 161)
113. "Yo estoy en un mundo..." (p. 177)
114. "La noche oscura..." (p. 181)
115. "Un ventecillo suave" (p. 183)
116. "Me parece..." (p. 194)
117. "Yo no tengo..." (p. 201)
4. Del libro Poesía-4 (1973-77), Madrid, Turner, 1983:
Velado desvelo (1973-77):
118. "Se han perdido en la noche..." (p. 9)
119. "Todo parece que está" (p. 10)
120. "Hay una música en ti" (p. 13)
121. "Me he dormido..." (p. 17)
122. "Yo no estoy esperando" (p. 26)
123. "Lo que yo estoy esperando" (p. 27)
124. "Por debajo del sueño de la vida" (p. 29)
125. "La música que en la noche" (p. 46)
126. "El alma tiembla en la noche" (p. 47)
127. "Yo tengo sueño..." (p. 48)
128. "Son tan tontos..." (p. 51)
129. "La vida tendría sentido" (p. 55)
130. "Si alguna vez" (p. 58)
131. "Me siento solo..." (p. 64)
132. "Tú estás muy lejos de ti" (p. 66)
133. "Lo que llamas realidad" (p. 70)
134. "Una caricia oscura" (p. 73)
135. "Tú me darás tu sueño" (p. 74)
136. "Se va apagando mi alma" (p. 80)
137. "Deja de hablar" (p. 84)
138. "Como cae la nieve..." (p. 94)
139. "Las horas que da el reloj" (p. 96)
140. "¿Quién sabe y quién no sabe?" (p. 98)
141. "Cuando tú me miraste" (p. 105)
142. "Pasa el tiempo" (p. 108)
143. "Yo sé que tú nos callas" (p. 111)
144. "Calló tu voz..." (p. 113)
145. "El mar se llama el mar" (p. 124)
146. "La catedral es una jaula" (p. 126)
147. "Siento que el tiempo" (p. 127)
148. "Yo me moriré una noche" (p. 133)
149. "Yo andaba..." (p. 136)
150. "La mano blanda del viento" (p. 141)
151. "Decir de lo indecible es la poesía" (p. 171)
152. "Tengo el otoño en mi mano" (p. 172)
153. "Tú estás hablando un lenguaje" (p. 176)
154. "Me han tomado por otro" (p. 182)
155. "Tú no me quieres querer" (p. 184)
156. "Mírate en mis ojos" (p. 189)
157. "La mano con que llama" (p. 191)
158. "He vivido velado desvelo" (p. 195)
159. "Siente mi corazón" (p. 197)
5. Del libro Esperando la mano de nieve (1978-1981), Madrid, Turner, 1982
(Beltenebros). También en Poesía-5, Madrid, Turner, 1983, edición ésta por la que cito,
pues hay variantes, en la disposición de los poemas y en el texto:
160. "Si la sombra no fuese" (p. 9)
161. "Mi voz se va perdiendo" (p. 10)
162. "Cuando yo de la vida" (p. 11)
163. "Oigo tu voz..." (p. 12)
164. "Todo lo que antes dije" (p. 13)
165. "Tal vez porque no quise" (p. 14)
166. "Tu corazón es del aire" (p. 15)
167. "Te echo de menos" (p. 16)
168. "Se fue la luz" (p. 17)
169. "Siento que se apagan" (p. 21)
170. "El horizonte a mis ojos" (p. 26)
171. "No hay nadie que a mí me diga" (p. 28)
172. "Tú estás pensando en tu vida" (p. 34)
173. "En el paisaje manchego" (p. 37)
174. "Lo que me está diciendo" p. (38)
175. "A la mar..." (p. 40)
176. "Yo me iré lejos" (p. 41)
177. "El paisaje es fantasmal" (p. 42)
178. "No escuches el ruido mentiroso" (p. 43)
179. "Aquí estoy..." (p. 44)
180. "Poco a poco la luz" (p. 46)
181. "Todo lo que sabemos de la muerte" (p. 47)
182. "Eres la sombra" (p. 49)
183. "Primero se pierde la vida" (p. 52)
184. "Esperar, ¿por qué esperar?" (p. 54)
185. "Apenas cierra mis ojos" (p. 57)
186. "Siento que se acerca" (p. 62)
187. "Soñaba que estaba muerto" (p. 64)
188. "Los caminos del tiempo" (p.70)
189. "¿Entiendes cuando escuchas...?" (p. 77)
190. "En la vida todo llega" (p. 84)
191. "Detrás de la noche oscura" (p. 86)
192. "El tiempo que estás perdiendo" (p. 90)
193. "Cierra tú mis ojos" (p. 97)
194. "Por debajo del sueño" (p. 98)
195. "¡Ay! el tiempo" (p. 99)
196. "Saltarines de tinieblas" (p. 103)
197. "Si el sueño es vida" (p. 106)
198. "De una luz" (p. 107)
199. "La sombra de la noche" (p. 108)
200. "Vivir es ver tramarse" (p. 110)
201. "Parece que la luz" (p. 111)
202. "Las cosas que tú dices" (p. 117)
203. "Tú has rechazado un mundo" (p. 118)
204. "Se aleja como un canto" (p. 119)
205. "La sombra de una nube" (p. 126)
206. "Se va apagando la luz" (p. 127)
207. "He vuelto a mirar al cielo" (p. 129)
208. "Viniste a mí" (p. 131)
209. "¡Ay! si tu mano de nieve" (p. 134)
210. "Yo me iré a la media noche" (p. 137)
211. "Siento que voy a morirme" (p. 142)
212. "La Muerte pasó a mi lado" (p. 147)
213. "Hay sombras en la pared" (p. 157)
214. "Me está pareciendo el cielo" (p. 163)
215. "Me olvidaré de ti" (p. 167)
216. "Si está el alma dormida" (p. 171)
217. "Todas las cosas se apagan" (p. 178)
218. "Nada. No es nada." (p. 182)
219. "Ya no tengo alma" (p. 184)
220. "Amigo que no me lee" (p. 187)
221. "Ayer no es más que un nombre" (p. 192)
6. Poesía-6, Madrid, Turner, 1984:
Canto rodado (libro póstumo de 1983):
222. "Dices que no te doy" (p. 9)
223. "En la voz del agua" (p. 15)
224. "Al mar hay que mirarlo" (p. 16)
225. "La soledad de la ola" (p. 17)
226. "Lo que seré, no lo sé" (p. 17)
227. "Siempre que sueño contigo" (p. 23)
228. "No es que tú me hayas dejado" (p. 23)
229. "Tú no tuviste la culpa" (p. 23)
230. "El sueño que arde en tu alma" (p. 25)
231. "Tú eras alma y yo era sueño" (p. 25)
232. "Estoy tan desesperado" (p. 28)
233. "Más que el infierno" (p. 29)
234. "El aire es más puro" (p. 30)
235. "Al silencio y las palabras" (p. 30)
236. "Narciso de tu ateísmo" (p. 31)
237. "La sima del ateísmo" (p. 31)
238. "Si juegas con las palabras" (p. 34)
239. "Jugando con las palabras" (p. 34)
240. "Lo que más vale la pena" (p. 36)
241. "Después que yo me haya muerto" (p. 37)
242. "No quiero que tú ni nadie" (p. 37)
243. "Cuando los silencios hablan" (p. 40)
244. "Es mentira el mundo" (p. 42)
245. "Como en su fuego una llama" (p. 44)
246. "La presencia invisible de otro mundo" (p. 44)
247. "Cada vez siento más hondo" (p. 44)
248. "¿A dónde vas, caminante" (p. 48)
249. "Tú me dices que por ti" (p. 48)
250. "Lo supieron las estrellas" (p. 48)
251. "La muerte elige su hora" (p. 50)
252. "No sé por qué me figuro" (p. 52)
253. "Lo que tú quieres decir" (p. 53)
254. "Se te ahoga el pensamiento" (p. 53)
255. "El silencio no es de oro" (p. 56)
256. "La mentira y la verdad" (p. 56)
257. "Si es un misterio la risa" (p. 57)
258. "Un pensamiento me mata" (p. 58)
259. "Tu querer era mi muerte" (p. 58)
260. "Yo quiero lo que tú quieres" (p. 62)
261. "¿Qué importa que el corazón" (p. 63)
262. "No camines en lo oscuro" (p. 67)
263. "No tener miedo a morir" (p. 67)
264. "No sabe el ave en su vuelo" (p. 68)
265. "Dame la tierra y el mar" (p. 69)
266. "Solos no están ni los muertos" (p. 69)
267. "Aprendizaje del tiempo" (p. 69)
268. "A mí me queda del mundo" (p. 69)
269. "Un inglés es una isla" (p. 70)
270. "Un marxista que habla chino" (p. 70)
271. "Tiene el hombre de verdad" (p. 71)
272. "Tú eres todo y eres nada" (p. 72)
273. "Poeta: tus palabras" (p. 72)
274. "Hay silencios de oro" (p. 73)
275. "Tú andas diciendo que yo" (p. 75)
276. "La muerte te está diciendo" (p. 76)
277. "En tu mirada" (p. 80)
278. "Tu infancia está en tu mirada" (p. 81)
279. "A veces en tu mirada" (p. 83)
280. "La superficie del agua" (p. 83)
281. "Lo que pasó, lo olvidé" (p. 88)
282. "Como el viento que se lleva" (p. 93)
283. "No espero ni desespero" (p. 93)
284. "Andar y andar, siempre andar" (p. 95)
285. "La vida es lo que se pierde" (p. 96)
286. "Si al fin con la muerte empieza" (p. 99)
287. "Lo que yo más he querido" (p. 99)
288. "Me estoy quedando tan solo" (p. 104)
289. "La muerte tiene caminos" (p. 106)
290. "Hay una barca que viene" (p. 106)
291. "Por si era o si no era" (p. 107)
292. "Hay por debajo del sueño" (p. 109)
293. "La noche lo sabe todo" (p. 112)
294. "Todo lo que pasa, pasa" (p. 113)
295."Dios no tiene voz ni nombre" (p. 117)
296. "Todo lo que estoy diciendo" (p. 118)
297. "La irrealidad de la vida" (p. 119)
298. "En tu mirada la luz" (p. 122)
299. "Al seguir su curso el río" (p. 125)
300. "'Quiéreme porque te quiero'" (p. 126)
301. "El corazón siente pena" (p. 128)
302. "Dices que no tienes ganas" (p. 129)
303. "Verde de olivo y de uva" (p. 139)
304. "Como cambian de color" (p. 139)
305. "¡Qué mentirosa es la verdad!" (p. 144)
306. "El neo-nacionalismo" (p. 146)
307. "-¿Poeta yo? ¿Quién lo diría?" (p. 146)
308. "Conforme vas entendiendo" (p. 151)
309. "Para ganar la verdad" (p. 152)
310. "Tú no sabes lo que esperas" (p. 154)
311. "Se me hiela el corazón" (p. 154)
312. "Lo que dijo Campoamor" (p. 154)
313. "Por como me estás mirando" (p. 157)
314. "No te debes de casar" (p. 161)
315. "Yo sueño lo que tú sueñas" (p. 164)
316. "¿Quién sabe si el tiempo pasa?" (p. 165)
317. "Yo le pregunté a la muerte" (p. 167)
318. "Si no hay verdad en la vida" (p. 167)
319. "El rostro no espeja el alma" (p. 168)
320. "Como un pájaro perdido" (p. 170)
321. "Hay en el cielo" (p. 174)
322. "Y si Dios está en el cielo" (p. 174)
323. "Yo no sé lo que quiero" (p. 175)
324. "¡Mira qué solo está el mar!" (p. 176)
325. "Lo más absurdo de todo" (p. 176)
326. "La vida es sueño y no es sueño" (p. 177)
327. "Siento que la esperanza" (p. 177)
328. "Mi camino no es camino" (p. 181)
329. "Ateo, gracias a Dios" (p. 181)
330. "¿Por qué el ser no es..." (p. 182)
331. "Si yo soy yo no soy nada" (p. 182)
332. "Hay una luz en la noche" (p. 182)
333. "¡Con qué amoroso desvío" (p. 187)
334. "El cariño que te tengo" (p. 188)
335. "El ahora de tu vida" (p. 189)
336. "Tú estás enamorada de una sombra" (p. 190)
337. "Tú eres lo mismo que el aire" (p. 190)
338. "A mí no quieras buscarme" (p. 190)
339. "La muerte que yo más temo" (p. 191)
340. "Al mirar de tus ojos" (p. 192)
341. "El tiempo es corto o es largo" (p. 192)
342. "Todo se empieza y se acaba" (p. 192)
343. "En su vuelo y a su aire" (p. 193)
344. "El aire es el aire" (p. 194)
345. "¡Qué poco me va quedando" (p. 194)
346. "Yo de mi mal no me espanto" (p. 195)
347. "Todos morimos de amor" (p. 196)
348. "Cuento de nunca acabar" (p. 197)
349. "Si el querer se quiere o no" (p. 199)
350. "¿Quién sabe lo que es el aire?" (p. 199)
351. "Digas lo que digas" (p. 201)
352. "Por su cauce corre el río" (p. 204)
353. "Quererte como te quiero" (p. 204)
354. "Tanta luz y tanto fuego" (p. 207)
355. "A orilla del olivar" (p. 207)
356. "¡Tristeza de Andalucía!" (p.208)
357. "Lo que espantaba a Pascal" (p. 210)
358. "Si te miro te vuelves sombra" (p. 210)
359. "No sé por qué tengo miedo" (p. 211)
360. "Mentira es el cielo azul" (p. 212)
361. "No sabes lo que es tu vida" (p. 212)
362. "Yo he visto tu sombra huir" (p. 213)
363. "Yo sentí venir la muerte" (p. 213)
364. "La vida es un sueño" (p. 214)
365. "Por los caminos del tiempo" (p. 217)
366. "Todo se esconde de mí" (p. 218)
367. "Del tiempo que va pasando" (p. 219)
368. "De tanto vivir un sueño" (p. 223)
369. "Eco y sombra fue mi vida" (p. 223)
370. "Si el amor fuera más fuerte" (p. 224)
371. "Mi cuerpo es un esqueleto" (p. 226)
372. "A mí me sigue una sombra" (p. 229)
373. "Si te digo 'no seas niña'" (p. 230)
374. "Cuando miro las estrellas" (p. 230)
375. "Decir que es sueño la vida" (p. 231)
376. "Vi una sombra en la pared" (p. 231)
377. "Soñé que estaba llorando" (p. 232)
378. "Soñaba pensando en ti" (p. 232)
379. "No sabes lo que es el tiempo" (p. 233)
380. "Quiero mirarme en tus ojos" (p. 235)
381. "A esa lucecita sola" (p. 240)
382. "Estabas cerca de mí" (p. 241)
383. "Mis palabras son del aire" (p. 243)
7. Poesía-7, Madrid, Turner, 1984:
Hora última (Selección de Rimas y Coplas):
384."Es hora ya" (p. 11)
385. "Esta larga noche" (p. 21)
386. "Montañas de pura sombra (p. 24)
387. "En las sombras de la noche" (p. 26)
388. "Fui peregrino en mi patria" (p. 30)
389. "Con la tristeza en el alma" (p. 32)
390. "Creo que cuando estoy vivo" (p. 34)
391. "La soledad que ahora tengo" (p. 41)
392. "Todo lo que tú me dices" (p. 45)
393. "A Cristo crucificado ante el mar (1937-1983)" (p. 54)
394. "Si le temes a la muerte" (p. 56)
395. "¡Cuántas veces toqué el cielo!" (p. 64)
396. "Yo estoy diciendo palabras" (p. 71)
397. "El tiempo lo hace todo" (p. 75)
Coplas:
398. "No tengo vida ni sueño" (p. 85)
399. "En la noche de tu alma" (p. 86)
400. "Torero muerto de miedo" (p. 87)
401. "Gracias a Dios y al Diablo" (p. 87)
402. "Si no hay Diablo no hay Dios" (p. 87)
403. "No se cree porque se espera" (p. 89)
404. "Cuando aquí se duerme el alma" (p. 90)
405. "En las mareas del mar" (p. 91)
406. "La muerte se está muriendo" (p. 91)
407. "Hay un lorismo lírico" (p. 93)
408. "Lirismo lórico..." (p. 93)
409. "Yo ¡gran Dios!..." (p. 95)
410. "En cuerpo y alma" (p. 96)
411. "En el paisaje manchego" (p. 96)
412. "Las horas huyen del tiempo" (p. 97)
413. "Como el sentir dolorido" (p. 97)
414. "Los árboles son tan altos" (p. 98)
415. "Lo que tú sabes, lo sabes" (p. 98)
416. "El mal que dicen de ti" (p. 99)
417. "El día que yo nací" (p. 99)
418. "Es una música triste" (p. 100)
419. "La copla rara y sencilla" (p. 101)
8. Los filólogos. Comedia, Madrid, Turner, 1978
INDICE:
Prólogo (p. 2)
1. Apuntes biográficos (p. 6)
1.1. El decurso inicial (p. 6)
1.2. Cruz y Raya (p. 10)
1.3. La guerra (p. 26)
1.4. Exilios y regresos. El final (p. 29)
2. Influencias literarias en B. (p. 41)
2.1. Los clásicos áureos (p. 41)
2.1.1. Bergamín y los clásicos (p. 41)
2.1.2. Cervantes (p. 46)
2.1.3. El teatro áureo. Lope. (p. 49)
2.1.4. De Tirso a Calderón (p. 52)
2.1.5. Góngora (p. 55)
2.2. Del romanticismo al realismo (p. 57)
2.2.1. El Don Juan (p. 57)
2.2.2. Ferrán. Bécquer (p. 58)
2.2.3. Galdós (p. 61)
2.3. El noventa y ocho (p. 62)
2.3.1. Unamuno (p. 62)
2.3.2. Azorín (p. 66)
2.3.3. Machado (p. 66)
2.4. Otras referencias: Valle, Cajal, Ortega, Ramón (p. 70)
2.5. Juan Ramón (p. 72)
2.6. El veintisiete (p. 74)
2.7. Fuentes foráneas (p. 77)
2.8. Conclusión sobre las fuentes (p. 79)
3. Características de estilo (p. 82)
3.1. El ensayo de Bergamín (p. 82)
3.2. Aforismos (p. 90)
3.3. Madurez poética (p. 94)
3.4. Poesía popular (p. 96)
3.5. Transparencia (p. 97)
3.6. Visión metafísica (p. 103)
4. Temas en la poesía y obra de José Bergamín (p. 108)
4.1. El sueño (p. 108)
4.2. La muerte (p. 122)
4.3. La propia muerte (p. 130)
4.4. El silencio (p. 131)
4.5. El tiempo (p. 132)
4.6. La angustia (p. 138)
4.7. La infancia (p. 140)
4.8. Religión. Dios. El Diablo (p. 142)
4.9. El amor. Otros temas (p. 153)
4.10. La poesía (p. 160)
4.11. El fantasma. El esqueleto (p. 163)
Bibliografía.
1. Bibliografía de Bergamín (p. 168)
2. Bibliografía sobre Bergamín (p. 175)
3. Bibliografía general (p. 181)
Relación de poemas y textos de Bergamín incluídos en mi Antología poética de este
autor. (p. 185)
Índice (pp. 195-96)