elcomercio_2015-04-12_#10 (1)

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10 / EL COMERCIO / PORTAFOLIO / Domingo 12 de abril del 2015 © e Financial Times Limited [2015]. All Rights Reserved. FT and Financial Times are trademarks of the Financial Times Ltd. Not to be redistributed, copied or modified in anyway. El Comercio is solely responsible for providing this transla- tion and the Financial Times Limited does not accept any liability for the accuracy or quality of the translation. A los funcionarios chinos les encantan los eslóga- nes. Recordé esto el mes pasado durante el Foro de Desarrollo de China, una reunión anual de altos funcionarios chinos, empresarios internaciona- les e intelectuales en el campo de la política. El eslogan de este año es “la nueva normalidad”, una noción pre- sentada inicialmente (que yo sepa) por McKinsey en 2009. Los residentes de los países de altos ingresos ahora están acostumbrados a la idea de que el comportamiento de sus economías ha cambiado fundamentalmente. Pe- ro ¿qué significa la nueva normalidad para los chinos? En el foro, Zhang Gaoli, el vicepri- mer ministro y miembro del politbu- ró, la caracterizó de la siguiente ma- nera: en primer lugar, “el desarrollo sigue siendo la meta principal de Chi- na”, a pesar de que haya menores tasas de crecimiento; segundo, el antiguo modelo de crecimiento “con alto apor- te, alto consumo de energía y excesiva dependencia de la demanda externa, ya no es sostenible”; tercero, los chi- nos siguen disfrutando de importan- tes “oportunidades estratégicas” y, por esta razón, “tenemos plena con- fianza en nuestro futuro”. Pero, ¿debiera existir tanta con- fianza? Considero que hay dos razo- nes sustanciales por las cuales la res- puesta debiera ser positiva y dos por las cuales pudiera ser negativa. La primera razón por la cual la res- puesta debiera ser positiva es el de- sempeño pasado. El producto bruto interno per cápita de China (en pari- dad de poder adquisitivo) aumentó tan sólo un poco más de 2 por ciento de los niveles de EE.UU. en 1980 a 24 por ciento el año pasado, según el Fondo Monetario Internacional. El hecho de que un país tan grande haya logrado esto es extraordinario. Inde- pendientemente de nuestra opinión acerca de su política, tenemos que re- conocer la capacidad que constituye la base de tal éxito, el cual ha transfor- mado el mundo económicamente y está en camino de transformarlo polí- ticamente. La segunda razón por la cual la respuesta debiera ser positiva es que el país posee enormes fortalezas y potencial. La población de China es reconocida por ser trabajadora, em- prendedora y por darle enorme im- portancia a la educación. La tasa de ahorro nacional está cercana al 50 por CHINA TENDRÁ DIFICULTAD EN MANTENER SU ÍMPETU A medida que la economía se desacelera, es probable que la demanda de inversión caiga más fuerte. ILUSTRACIÓN: VICTOR AGUILAR MARTIN WOLF Comentarista económico principal ciento del PBI. Por lo tanto, a pesar de su alta tasa de inversión, el país es un gran acreedor. Por otra parte, la productividad se sigue quedando rezagada muy por detrás de los niveles de los países de altos ingresos. Como lo indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un nuevo estudio económico de China: “Teniendo en cuenta que al- rededor de la mitad de la población aún vive en las zonas rurales, se pue- den lograr mayores ganancias en productividad a través de la continua migración a las ciudades, las cuales albergan empleos urbanos más pro- ductivos”. La reforma y liberalización del sistema de inscripción de hogares promoverán dicha migración. Las políticas y prácticas imperfec- tas de la actualidad constituyen otra fuente de oportunidades. Los ren- dimientos de las inversiones están disminuyendo debido a los subsidios excesivos. La contribución al creci- miento de la “productividad total de los factores” – mejoras de la eficiencia con la cual se utilizan el capital y el trabajo – también está disminuyen- do. Los cambios encaminados hacia una mayor dependencia de las fuer- zas del mercado, un sistema jurídico más previsible, y un mayor consumo familiar y público, pueden liberar el potencial de otras dos décadas de cre- cimiento convergente, aunque sea a un ritmo más moderado que en las úl- timas décadas. DUDAS EN EL CAMINO Con este récord y este potencial, ¿por qué debiera dudarse la capacidad de China para crecer rápidamente du- rante años? La primera razón es que el crecer muy rápidamente se asimila a andar en bicicleta: todo va bien siem- pre y cuando se mantenga la veloci-

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10 / el comercio / Portafolio / Portafolio / domingo 12 de abril del 2015

© The Financial Times Limited [2015]. All Rights Reserved. FT and Financial Times are trademarks of the Financial Times Ltd. Not to be redistributed, copied or modified in anyway. El Comercio is solely responsible for providing this transla-tion and the Financial Times Limited does not accept any liability for the accuracy or quality of the translation.

Alos funcionarios chinos les encantan los eslóga-nes. Recordé esto el mes pasado durante el Foro de Desarrollo de China, una

reunión anual de altos funcionarios chinos, empresarios internaciona-les e intelectuales en el campo de la política. El eslogan de este año es “la nueva normalidad”, una noción pre-sentada inicialmente (que yo sepa) por McKinsey en 2009. Los residentes de los países de altos ingresos ahora están acostumbrados a la idea de que el comportamiento de sus economías ha cambiado fundamentalmente. Pe-ro ¿qué significa la nueva normalidad para los chinos?

En el foro, Zhang Gaoli, el vicepri-mer ministro y miembro del politbu-ró, la caracterizó de la siguiente ma-nera: en primer lugar, “el desarrollo sigue siendo la meta principal de Chi-na”, a pesar de que haya menores tasas de crecimiento; segundo, el antiguo modelo de crecimiento “con alto apor-te, alto consumo de energía y excesiva dependencia de la demanda externa, ya no es sostenible”; tercero, los chi-nos siguen disfrutando de importan-tes “oportunidades estratégicas” y, por esta razón, “tenemos plena con-fianza en nuestro futuro”.

Pero, ¿debiera existir tanta con-fianza? Considero que hay dos razo-nes sustanciales por las cuales la res-puesta debiera ser positiva y dos por las cuales pudiera ser negativa.

La primera razón por la cual la res-puesta debiera ser positiva es el de-sempeño pasado. El producto bruto interno per cápita de China (en pari-dad de poder adquisitivo) aumentó tan sólo un poco más de 2 por ciento de los niveles de EE.UU. en 1980 a 24 por ciento el año pasado, según el Fondo Monetario Internacional. El hecho de que un país tan grande haya logrado esto es extraordinario. Inde-pendientemente de nuestra opinión acerca de su política, tenemos que re-conocer la capacidad que constituye la base de tal éxito, el cual ha transfor-mado el mundo económicamente y está en camino de transformarlo polí-ticamente.

La segunda razón por la cual la respuesta debiera ser positiva es que el país posee enormes fortalezas y potencial. La población de China es reconocida por ser trabajadora, em-prendedora y por darle enorme im-portancia a la educación. La tasa de ahorro nacional está cercana al 50 por

china tendrá dificultad en

mantener su ímpetua medida que la economía se desacelera, es probable que la

demanda de inversión caiga más fuerte.

ilustración: victor aguilar

martin wolfcomentarista económico principal

ciento del PBI. Por lo tanto, a pesar de su alta tasa de inversión, el país es un gran acreedor.

Por otra parte, la productividad se sigue quedando rezagada muy por detrás de los niveles de los países de altos ingresos. Como lo indica la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en un nuevo estudio económico de China: “Teniendo en cuenta que al-rededor de la mitad de la población aún vive en las zonas rurales, se pue-den lograr mayores ganancias en productividad a través de la continua migración a las ciudades, las cuales

albergan empleos urbanos más pro-ductivos”. La reforma y liberalización del sistema de inscripción de hogares promoverán dicha migración.

Las políticas y prácticas imperfec-tas de la actualidad constituyen otra fuente de oportunidades. Los ren-dimientos de las inversiones están disminuyendo debido a los subsidios excesivos. La contribución al creci-miento de la “productividad total de los factores” – mejoras de la eficiencia con la cual se utilizan el capital y el trabajo – también está disminuyen-do. Los cambios encaminados hacia una mayor dependencia de las fuer-

zas del mercado, un sistema jurídico más previsible, y un mayor consumo familiar y público, pueden liberar el potencial de otras dos décadas de cre-cimiento convergente, aunque sea a un ritmo más moderado que en las úl-timas décadas.

dudAs en el cAmino Con este récord y este potencial, ¿por qué debiera dudarse la capacidad de China para crecer rápidamente du-rante años? La primera razón es que el crecer muy rápidamente se asimila a andar en bicicleta: todo va bien siem-pre y cuando se mantenga la veloci-