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Sonia Becce: Si se pudiese hacer un zoom out de tu trabajo se verían desde lo alto -como en los mapas del Google Earth- todas tus obras, entre ellas algunas muy celebradas: la cabaña en el patio de la Beca Kuitca, la excavación para buscar oro en algún lugar perdido de San Pablo o la balsa con la planta purificadora de agua flotando en un lago de Porto Alegre. Podría pensarse que se trata de situaciones inconexas, esquivas a la analogía. Pero si se examinan mejor se advierte que arman entre sí una trama tan firme como las fuerzas que mantienen unidos los átomos en las moléculas. Eduardo Navarro: Si pudiese, me gustaría poder entrecerrar los ojos y contemplar todas las obras a la vez. Eso permitiría ver que lo que me lleva de una obra a la otra no es el tiempo, sino la ne- cesidad de encontrar formas que sean ajenas a mi realidad. Estas realidades tenían y tienen cierta carga de promesa y esa promesa aún es la brújula en mi recorrido. Lo que guía mi trabajo es ver qué ocurre si me infiltro en esas prácticas y en contextos de los que no formo parte. Las primeras obras eran muy intuitivas, no sabía qué era lo que buscaba al trabajar con la religión o la terapia. Me tomó mucho tiempo encontrar el núcleo de mi trabajo. Es como tejer un tapiz en cámara lenta, recién ahora empieza a aparecer una imagen más clara de todo. SB: ¿Qué es lo que te atrae en la construcción de situaciones que involucran al espectador y lo hacen parte, cuando me parece que a vos no te interesa que se te vincule al arte relacional? EN: No tengo nada contra del arte relacional. Harrell Fretcher fue profesor mío en Skowhegan y me influenció mucho. Conocerlo y tenerlo cerca me ayudó a darme cuenta de que mi obra tiene un ascendiente en el arte relacional, pero va por otro lado. La dife- rencia que puedo intuir entre mi obra y el arte relacional es que no soy un artista que carga con la moral. Entiendo el servicio como el tercer escalón. El segundo sería el espacio-contexto y, el primero, la creencia y su poder de transformación. Si creemos en la ley, la ley nos transforma. Por otro lado, trato de no pensar mucho en el público. El público es lo que yo proyecto en él. SB: Creer es también un acto de fe. La obra en la que invitaste a un sacerdote a bendecir las aguas de un lago en Italia, ¿fue un modo de meterte de lleno con la religiosidad y la fe? EN: Así fue. Esa obra es muy privada, mi propia búsqueda per- sonal a través de la religión. Hace poco un psicólogo me dijo “A veces, pedirle a los demás que hagan lo que uno no puede hacer, es una forma de hacerlo uno mismo”. Acercarme a la religión me ayudó a entender que los que pueden cambiar su percepción in- terior son capaces de hacer milagros, como transformar un lago en agua bendita. La conciencia es la que derrite el helado y no el fenómeno físico. SB: Estudio Jurídico Mercosur tiene mucho que ver, desde lo es- tructural, con Colleagues, la obra que hiciste durante tu residencia en Skowhegan en el 2006. En Estudio también se ofrece un servi- cio profesional, pero en un semirremolque forrado en machimbre, ¡en el que además se sirven tragos gratis! El conjunto es, cuando menos, sorprendente. EN: En Colleagues lo que hice fue convertir mi taller en un con- sultorio e invitar a una psicóloga a atender a mis compañeros. Al terminar el tratamiento, los que consultaron le pagaron sus ho- norarios con obras. Esos trabajos se mostraron en el consultorio real que se transformó -de ese modo- en una sala de exhibición. La religión, la terapia y la autoayuda son refugios que funcionan si creemos y confiamos en ellos. La creencia tiene un poder ilimitado de transformación que no se entiende desde la razón. SB: Para seguir despegándote de las clasificaciones en las que podría caer tu obra, la maratón en el Parque Tres de Febrero no fue concebida como una performance… EN: En el 2005, en la Primera Maratón Anti-tabaco, los que fueron invitados a ver la obra estaban indirectamente obligados a par- ticipar. Me esforcé para que no se viera como una performance. Quería que la maratón fuese como una de esas situaciones con las que uno se topa en la calle y piensa “Esto es una obra”. Quería que fuera real, que tuviese un podio, un escenario… Hay una frase que me gusta mucho de Duchamp que dice algo así como “el arte no tiene que parecer arte”. SB: En Fabricantes Unidos del 2008 instalaste una fábrica de budi- nes en la galería La Dulce. En Estudio Jurídico Mercosur III preparás cocktails de frutas. Budines para Once y tragos para Puerto Madero. EN: Si bien estas dos obras requieren de la construcción de un ESTUDIO JURÍDICO MERCOSUR III ESTUDIO JURÍDICO MERCOSUR III / MAYO-MAY 2013 SOBRE TRANSFORMACIONES Y OTROS ASUNTOS / CONVERSACIONES CON EDUARDO NAVARRO FAENA ARTS CENTER CURADOR: SONIA BECCE

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Page 1: EN: “A ESTUDIO JURÍDICO MERCOSUR III fenómeno físico. .pdf · era lo que buscaba al trabajar con la religión o la terapia. Me tomó mucho tiempo encontrar el núcleo de mi trabajo

Sonia Becce: Si se pudiese hacer un zoom out de tu trabajo se verían desde lo alto -como en los mapas del Google Earth- todas tus obras, entre ellas algunas muy celebradas: la cabaña en el patio de la Beca Kuitca, la excavación para buscar oro en algún lugar perdido de San Pablo o la balsa con la planta purificadora de agua flotando en un lago de Porto Alegre. Podría pensarse que se trata de situaciones inconexas, esquivas a la analogía. Pero si se examinan mejor se advierte que arman entre sí una trama tan firme como las fuerzas que mantienen unidos los átomos en las moléculas.

Eduardo Navarro: Si pudiese, me gustaría poder entrecerrar los ojos y contemplar todas las obras a la vez. Eso permitiría ver que lo que me lleva de una obra a la otra no es el tiempo, sino la ne-cesidad de encontrar formas que sean ajenas a mi realidad. Estas realidades tenían y tienen cierta carga de promesa y esa promesa aún es la brújula en mi recorrido. Lo que guía mi trabajo es ver qué ocurre si me infiltro en esas prácticas y en contextos de los que no formo parte. Las primeras obras eran muy intuitivas, no sabía qué era lo que buscaba al trabajar con la religión o la terapia. Me tomó mucho tiempo encontrar el núcleo de mi trabajo. Es como tejer un tapiz en cámara lenta, recién ahora empieza a aparecer una imagen más clara de todo.

SB: ¿Qué es lo que te atrae en la construcción de situaciones que involucran al espectador y lo hacen parte, cuando me parece que a vos no te interesa que se te vincule al arte relacional?

EN: No tengo nada contra del arte relacional. Harrell Fretcher fue profesor mío en Skowhegan y me influenció mucho. Conocerlo y tenerlo cerca me ayudó a darme cuenta de que mi obra tiene un ascendiente en el arte relacional, pero va por otro lado. La dife-rencia que puedo intuir entre mi obra y el arte relacional es que no soy un artista que carga con la moral. Entiendo el servicio como el tercer escalón. El segundo sería el espacio-contexto y, el primero, la creencia y su poder de transformación. Si creemos en la ley, la ley nos transforma. Por otro lado, trato de no pensar mucho en el público. El público es lo que yo proyecto en él.

SB: Creer es también un acto de fe. La obra en la que invitaste a un sacerdote a bendecir las aguas de un lago en Italia, ¿fue un modo de meterte de lleno con la religiosidad y la fe?

EN: Así fue. Esa obra es muy privada, mi propia búsqueda per-sonal a través de la religión. Hace poco un psicólogo me dijo “A veces, pedirle a los demás que hagan lo que uno no puede hacer, es una forma de hacerlo uno mismo”. Acercarme a la religión me ayudó a entender que los que pueden cambiar su percepción in-terior son capaces de hacer milagros, como transformar un lago en agua bendita. La conciencia es la que derrite el helado y no el fenómeno físico.

SB: Estudio Jurídico Mercosur tiene mucho que ver, desde lo es-tructural, con Colleagues, la obra que hiciste durante tu residencia en Skowhegan en el 2006. En Estudio también se ofrece un servi-cio profesional, pero en un semirremolque forrado en machimbre, ¡en el que además se sirven tragos gratis! El conjunto es, cuando menos, sorprendente.

EN: En Colleagues lo que hice fue convertir mi taller en un con-sultorio e invitar a una psicóloga a atender a mis compañeros. Al terminar el tratamiento, los que consultaron le pagaron sus ho-norarios con obras. Esos trabajos se mostraron en el consultorio real que se transformó -de ese modo- en una sala de exhibición. La religión, la terapia y la autoayuda son refugios que funcionan si creemos y confiamos en ellos. La creencia tiene un poder ilimitado de transformación que no se entiende desde la razón.

SB: Para seguir despegándote de las clasificaciones en las que podría caer tu obra, la maratón en el Parque Tres de Febrero no fue concebida como una performance…

EN: En el 2005, en la Primera Maratón Anti-tabaco, los que fueron invitados a ver la obra estaban indirectamente obligados a par-ticipar. Me esforcé para que no se viera como una performance. Quería que la maratón fuese como una de esas situaciones con las que uno se topa en la calle y piensa “Esto es una obra”. Quería

que fuera real, que tuviese un podio, un escenario… Hay una frase que me gusta mucho de Duchamp que dice algo así como “el arte no tiene que parecer arte”.

SB: En Fabricantes Unidos del 2008 instalaste una fábrica de budi-nes en la galería La Dulce. En Estudio Jurídico Mercosur III preparás cocktails de frutas. Budines para Once y tragos para Puerto Madero.

EN: Si bien estas dos obras requieren de la construcción de un

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SOBRE TRANSFORMACIONES Y OTROS ASUNTOS / CONVERSACIONES CON EDUARDO NAVARRO

FAENA ARTS CENTER

CURADOR: SONIA BECCE

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espacio físico y de generar una atmósfera, los budines y los tragos son parte de esas instalaciones, pero no el objetivo final. El camión se puede pegar a cualquier contexto porque tragos y abogados gratis hacen falta tanto en Puerto Madero como en la Triple Fron-tera. En cambio, Fabricantes fue pensada para ese espacio y para ese momento, y consistió en armar una fábrica de budines en el primer piso de una galería comercial en el barrio de Once, en la que se vendían celulares, ropa interior, anteojos, mochilas. Tenía 80 metros cuadrados, oficina y recepción. Quería que la obra se mimetizase con el contexto sin alterarlo. Me tomó mucho trabajo ganarme la confianza del dueño de la galería. La situación que plantea Estudio Jurídico Mercosur, en cambio, es como la de una burbuja, una situación casi ilusoria.

SB: Parece ser crucial en tu trabajo la poca importancia que tiene lo que solemos entender por “éxito” en una obra de esta natu-raleza. No parece ser nada relevante que acuda mucho público, por ejemplo. Como si trabajaras por las puras ganas de hacerlo… ¿para llegar a un resultado? Al mismo tiempo, es poco lo que ha-cés para conseguir visibilidad, repercusión….

EN: Mi obra no es exhibicionista, pero desde ya que no soy indi-ferente al contexto del arte, a la repercusión o a la visibilidad. Una obra fracasa si no llega a convertirse en un relato oral, por eso el público es intrínseco al trabajo. Con que la vea una persona, ya es suficiente. Quiero que mi trabajo sea valioso y deje un eco al pasar. La paso mal si una obra se autodestruye. Al trabajar en algunos contextos todo es posible y ese vértigo me atrae, pero también me aterra. Es como entrar disfrazado de león a la jaula de un león.

SB: Hay un aspecto notable en tu obra y es que no te interesa hacer un culto de lo mal hecho. El aspecto es modesto, usás ma-teriales poco nobles, pero el acabado es siempre digno, prolijo, artesanal. La cabaña -La Sede- que mostraste en la Beca Kuitca en el 2004, Shelter Shelter del 2006 y el interior del semirremol-que, fueron todos construídos por vos. ¿Es por falta de recursos o porque te gusta ser quien va resolviendo las dificultades y dándole forma a la idea a medida que avanza el trabajo? EN: Quiero que mi trabajo se vea vulnerable, pero no pobre. Es importante que se entienda que la elección de los materiales nace de una decisión consciente y no de la falta de recursos. Elijo los materiales en función de la idea. Tardo días en decidir algo que parece una estupidez y luego termina por darle sentido a todo. Decidir que el interior del semi fuera de machimbre me tomó dos meses. Fue como una revelación. En Puerto Iguazú todo está fo-rrado de machimbre. Durante mi primera visita, algo de esa obser-vación me quedó dando vueltas y me llevó a optar por ese material. Inicialmente iba a estar todo cubierto con alfombra negra: daba más a una disco-pub. Cada obra son miles de decisiones que se entretejen. Parece que todas las decisiones nacen juntas, pero en realidad es como un crucigrama, una palabra forma la otra y la primera siempre es la idea. No saber dónde voy a llegar cuando empiezo un trabajo es liberador y muy estresante. SB: Estudio Jurídico Mercosur arrancó como un bar. Pasaste de los de diseño prefabricado, como los que se consiguen en Easy, a bares de cowboys y otras alternativas. ¿Cómo se te ocurrió llevar el bar móvil -con estudio jurídico incluido- a la Triple Frontera? Ha-

bía algo de ese lugar que te atraía y lo tenías un poco reservado para el proyecto de la zapatilla bajando por el Paraná, ¿no?

EN: Fui a la Triple Frontera en el 2010 a conocer las Cataratas y sentí que había llegado a un Twin Peaks tropical. En Puerto Iguazú la ley se interpreta con la imaginación, día a día. Cuando crucé la frontera al Paraguay pensé: ¿que pasaría si llegara un auto con un remolque enganchado que carga una zapatilla enorme? Por suerte no probé. La idea de las tres fronteras me cautivó, sentí que había encontrado un autorretrato familiar (soy hijo único) y que tenía que hacer algo con ese fenómeno. Me gustaba que fuese móvil y cuando pensé en hacer este bar dentro de un camión, la idea de la Triple Frontera volvió a mi cabeza. Así fue como, en un principio, lo concebí como una especie de burbuja ambulante que recorría la región y paraba en cada una de las ciudades de la frontera tripartita.

SB: ¡Me gustó mucho cuando imaginaste la última versión de Es-tudio Jurídico Mercosur III con el subtítulo Puerto Madera! EN: Puerto Madero tiene algo de parque temático, por eso imagi-né Puerto Madera. Es como Tierra Santa (el parque temático reli-gioso que está en Costanera Norte), pero para empresarios. Todo es símil algo, pero nada es real. Y no importa, es un sueño lúcido. Tiene sus propias leyes físicas y hasta el clima es distinto al cruzar Paseo Colón. Todo fue primero una maqueta. Me gusta como el sol renderiza las sombras antes de proyectarlas.

SB: Este es tu único trabajo con tres versiones. En cada una de ellas hubo modificaciones sutiles que tienen que ver con el con-texto. En la explanada de la Facultad de Derecho fue como una aparición, una nave en forma de camión venida de otro planeta.

EN: El semi es una obra nueva en cada parada. Mostrarlo sobre la escalinata de la Facultad de Derecho era un desafío, un “im-posible”. Fue como alunizar sobre la facultad. Cuando el camión empezó a subir por la rampa yo estaba en trance. Lo mejor de exponerlo en diciembre del año pasado fue que, en esos días, se recibían muchos estudiantes que entraban al camión con su diplo-ma en la mano. Fue muy emotivo, como si les entregara la obra a ellos. Mientras atendía en la barra, durante la inauguración, se acercó un abogado recién graduado que parecía muy joven. Me dio la mano y me dijo “Quiero que mi estudio sea así”.

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Sonia Becce: If you could zoom out and see your work from above, like a map on Google Earth, you’d get a picture of your whole œuvre, which includes some very well known works: the pagoda shack on the patio of the Kuitca Studio Program, the gold-prospecting excavations in some backwater of São Paulo, or the raft with the water purifying plant floating on a lake in Porto Alegre. You might think these are disconnected settings, resistant to com-parison. But if you examine them, more closely, you can see that they form a fabric as tightly knit as the forces that bind together the atoms in molecules.

Eduardo Navarro: If I could, I’d like to be able to half-close my eyes and see all my works at once. I think it would let me see that what leads me from one work to another isn’t time, but the need to discover forms outside my reality. These realities have always been loaded with a degree of promise, and that promise is still the com-pass on my journey. What guides my work is to see what happens if I infiltrate practices and contexts I’m not part of. My early works were really intuitive: I didn’t know what I was searching for when I worked with religion or therapy. It took me a long time to find the core of my work. It’s like weaving a tapestry in slow motion: only now is a clearer picture of the whole thing starting to appear.

SB: What does attract you about constructing situations that in-volve the spectator and make them part of it when, as far as I can tell, you don’t like being associated with relational aesthetics?

EN: Actually, I have nothing against relational aesthetics. Harrell Fretcher was my teacher in Skowhegan and influenced me a lot, though I can say that knowing him, and being around him, helped me see that my work has been influenced by relational art, but comes from somewhere else. I think the difference I feel between my work and relational aesthetics is that, as an artist, I don’t take on morality. I understand service as the third level; the second would be space/context and the first, belief and its transforma-tional power. If we believe in the law, the law transforms us. I also try not to think about the audience that much. The audience is what I project on them.

SB: Believing is also an act of faith. Was the work where you invited a priest to bless the waters of a lake in Italy a way of totally immers-ing yourself in piety and faith?

EN: Yes, that’s right. That work is really private. I think it’s my own personal quest through religion. Not long ago, a psychologist told

me: “Sometimes getting others to do what you can’t is a way of doing it yourself.” Approaching religion has helped me to under-stand that people who can change their inner perceptions are capable of performing miracles, like transforming a lake into holy water. I believe it’s our consciousness that melts the ice-cream, not the physical phenomenon.

SB: Structurally speaking, Estudio Jurídico Mercosur has a lot to do with Colleagues, the work you made on your residency in Skowhegan in 2006. Estudio provides another professional service, but in a wainscoted semi-trailer, where free drinks are served! The whole work is striking to say the least.

EN: In Colleagues what I did was to convert my studio into an office and invite a psychologist to meet my fellow artists. At the end of the treatment, the ones who went to see him paid his fees in works of art. These were then displayed in his real office, transforming it into an exhibition room. Religion, therapy, self-help… they’re shelters that work if we believe in them and trust in them. Belief has an unlimited transformational power that can’t be grasped by reason.

SB: To continue detaching your work from labelling, the marathon in Tres de Febrero Park, in Buenos Aires, wasn’t conceived as a performance

EN: In the First Anti-Tobacco Marathon, in 2005, those invited to see the work were indirectly made to participate. I made a real ef-fort for it not to be seen as a performance. I wanted the marathon to be like something you happen upon understood in the street and think ‘This is a work of art.’ I wanted it to be real, to have a podium, a stage… There’s something Duchamp said which I like a lot: “art shouldn’t look like art”, or something to that effect.

SB: In Fabricantes Unidos, from 2008 you set up a pudding fac-tory in the La Dulce gallery… In Estudio Jurídico Mercosur III you prepare fruit cocktails. Puddings for Once and drinks for Puerto Madero.

EN: Although those two works entail the construction of a physical space and the creation of an atmosphere, the puddings and drinks are part of the installations but not the ultimate goal. The truck can be attached to any context -free drinks and lawyers are needed in both Puerto Madero and Triple Frontera. At least that’s what I think. On the other hand, Fabricantes Unidos was conceived for

that space and that time, and consisted of rigging up a Pudding Factory on the first floor of a shopping arcade in the Once neigh-bourhood that sold mobile phones, underwear, sunglasses, back-packs and so on. It was 80 squares metres, with an office and a reception area. I wanted the work to blend into the context without altering it. It was really hard work to earn the arcade owner’s trust. The situation suggested by Estudio Jurídico Mercosur III, however, is like a bubble, almost an illusion.

SB: The scant importance of what is seen as the ‘success’ of a work of art seems to be crucial in your work. Lots of people turn-ing up appear to have no bearing at all. It’s as if you were working purely out of a desire to make it, to reach an outcome? At the same time, you don’t do much towards making yourself visible or making an impact…

EN: I can safely say that my work isn’t exhibitionist, but obviously I’m not indifferent to the context of art, or to making an impact or being visible. A work has failed if it doesn’t take on an oral afterlife, which is why the audience is intrinsic to the work. If one person sees it, that’s enough. I want my work to be valuable and to leave an echo in its wake. I feel bad if a work self-destructs. Working in some contexts, everything’s possible and it’s that vertigo that attracts me but terrifies me too: it’s like going into a lion’s cage disguised as a lion.

SB: A notable feature in your work is that you aren’t interested in making a cult out of poor workmanship. The appearance of your works is modest: you don’t use noble materials, but the finish is always dignified, orderly, crafted. The pagoda shack, which you exhibited in the Kuitca Studio Program in 2004, Shelter Shelter of 2006 and the interior of the semi-trailer were all built by you. Was that due to a lack of resources or because you like setting about solving the problems and shaping the idea as the work progresses?

EN: I want my work to be vulnerable, but not shabby. It’s important people understand that the choice of materials is born of a con-scious decision, not a lack of resources. I choose the materials on the basis of the idea: I take days to decide on something that ap-pears to be silly, but then ends up infusing everything with meaning. Deciding that the semi’s interior should be covered in cheap wain-scoting took me two months. It was like a revelation. Everything in Puerto Iguazú’s covered with cheap wainscoting. On my first visit there some remnant of that observation stuck and eventually led me to go for that material. Initially it was all going to be decked out in black carpet, more like a disco-pub. Each work is the result of thousands of interwoven decisions. All these decisions are appar-ently born together, but it’s actually like a crossword puzzle: one word forms the next and the first word’s always the main idea. Not knowing where I’ll end up when I start a work is liberating and very, very stressful.

SB: From the images I’ve been looking at Estudio Juridico Mercosur, It started out life as a bar. You went from prefabricated designs, like the ones available in Easy Home Centres, to cowboy bars and other alternatives. Where did you get the idea of taking the mobile bar with a built-in Law Studio to the Triple Frontera? Was there something about the place that attracted you and you’d kind of saved it up for the project of the training shoe floating down the Paraná?

EN: I went to the Triple Frontera in 2010 to visit the Iguazú Falls and felt like I’d landed in some tropical Twin Peaks. I realized that the law in Puerto Iguazú is interpreted with imagination, day to day. When I crossed the border into Paraguay, I thought to myself ‘What would happen if a car rolled up with a trailer hitched to it contain-ing a giant training shoe? Fortunately, I didn’t attempt it. But the idea of the three borders captivated me. I felt like I’d found a family self-portrait (I’m an only child) and I just had to do something with that phenomenon. I liked the idea of it being mobile and, when I thought of making this bar inside a truck, the Triple Frontera idea resurfaced. I initially conceived it as this kind of travelling bubble driving round the region and stopping in each of the towns in the three-way border zone.

SB: I really liked it when you imagined the last version of Estudio Juridico Mercosur III with the subtitle Puerto Madera!

EN: Puerto Madero has something of the theme park about it, which is why I imagined Puerto Madera. It’s like Holy Land, the biblical theme park on the Costanera, but for businessmen. Every-thing’s imitation something or other; nothing’s real, but it doesn’t matter: it’s a lucid dream. It has its own physical laws and even the weather’s different on the other side of Paseo Colón. Everything started out as a model. I like the way the sun renders the shadows before it projects them.

SB: This is your only work that has three versions. In each of them there were subtle modifications to do with the context. It looked like some apparition on the steps of the Facultad de Derecho, this truck-shaped spacecraft from another planet.

EN: Yes, I think the semi becomes a different work at each stop. Exhibiting it on the esplanade of the Facultad de Derecho was an impossible challenge. Like landing on the Moon. When the truck started climbing the ramp I was in a trance. The best thing about displaying it in December last year was that there were lots of stu-dents around then and they’d go inside it clutching their diplomas. It was very moving, as if I were handing the work over to them. While I was waiting the bar during the opening, this very young-looking lawyer who’d just graduated came up to me, shook my hand and said ‘This is what I want my studio to look like.’

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ESTUDIO JURÍDICO MERCOSUR IIION TRANSFORMATIONS AND OTHER MATTERS IN CONVERSATION WITH EDUARDO NAVARRO

CURATOR: SONIA BECCE

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EDUARDO NAVARRO

Nació en 1979 en Buenos Aires, donde vive y trabaja.

En el 2002 inicia su actividad artística en el taller del pintor Sergio Bazán.

Desde 2003 al 2005 participa del Programa de Talleres para las Artes Visua-

les dirigido por Guillermo Kuitca, en colaboración con el Centro Cultural Ri-

cardo Rojas de la Universidad de Buenos Aires. Desde el 2006 ha participado

de distintas residencias internacionales como Skowhegan School of Painting

and Sculpture (Skowhegan, USA, 2006), Off Site Aspex Contemporary Art

(Portsmouth, UK, 2007), Deutsche Börse Residency Program (Frankfurt, Ale-

mania, 2008), Omi International Arts Residency (New York, USA, 2010) y Ad-

vanced Course in Visual Arts-Fondazione Antonio Ratti (Como, Italia, 2012).

Entre sus principales exhibiciones individuales se destacan “Dibujos” en

Galería Belleza y Felicidad (Buenos Aires, 2004), “Fabricantes Unidos” en

Galería Daniel Abate (Buenos Aires, 2008), “Do not Feed” en Frederieke Ta-

ylor Gallery (New York, USA, 2008), “Estudio Jurídico Mercosur” en Galería

Ignacio Liprandi (Buenos Aires, 2012).

También participó en diversas muestras colectivas como “There is

always a cup of sea to sail in” en la 29ª Bienal de Sao Paulo (Brasil, 2010),

“Reading the City” en EV+A Exhibition of Visual Art (Limerik, Irlanda, 2009),

“Grito e Escuta” en la 7ª Bienal do Mercosul (Porto Alegre, Brasil, 2009),

“The Great Transformation-Kunst und Takitsche Magie” en Frankfurten

Kunstverein y en Museo Arte Contemporáneo de Barcelona (Frankfurt,

Alemania y Barcelona, España, 2008), “Young Art” en UBS (Zurich, Suiza,

2007), “From Confrontation to Intimacy” en Americas Society (New York,

USA, 2007), “The Pod Show” en Blanton Museum Art Palace (Austin, USA,

2006), “Civilización y Barbarie, Argentinos Contemporáneos” en Museo del

Canal Interoceánico de Panamá; Museo de Arte Contemporáneo Santiago

de Chile; Espaço Cultural Renato Russo de Brasilia; Museo de Arte Mo-

derno Carlos Mérida de Guatemala; Museo Jacobo Borges de Caracas y

Museo MACRO de Rosario, Argentina.

Actualmente dicta un Taller que forma parte del Programa de Artistas del

Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella.

Durante el 2013 su obra formará parte de la exhibición “Si el clima lo

permite” de la 9ª Bienal do Mercosul (Porto Alegre, Brasil 2013), curada por

Sofia Hernández Chong Cuy y de una exposición colectiva en el Parque de

la Memoria, Buenos Aires, con la curaduría de Inés Katzenstein y Javier Villa.

EDUARDO NAVARRO

He was born in 1979 in Buenos Aires, where he lives and works.

He began his career as an artist in 2002, at the studio of the painter Ser-

gio Bazán. From 2003 to 2005 he took part in the Guillermo Kuitca Studio

Program in collaboration with Ricardo Rojas Cultural Centre of Universidad

de Buenos Aires (UBA). Since 2006 he has attended international resi-

dences as Skowhegan School of Painting and Sculpture (Skowhegan, USA,

2006), Off Site Aspex Contemporary Art (Portsmouth, UK, 2007), Deutsche

Börse Residency Program (Frankfurt, Germany, 2008), OMI International

Arts Residency (New York, USA, 2010) and the Advanced Course in Visual

Arts - Fondazione Antonio Ratti (Como, Italy, 2012).

His main solo exhibitions include ‘Dibujos’ at Belleza y Felicidad Gal-

lery (Buenos Aires, 2004), ‘Fabricantes Unidos’ at Daniel Abbate Gallery

(Buenos Aires, 2008), ‘Do Not Feed’ at Frederieke Taylor Gallery (New York,

USA, 2008), ‘Estudio Jurídico Mercosur’ at Ignacio Liprandi Art Gallery

(Buenos Aires, 2012).

His works have appeared in numerous group shows including ‘There

is always a cup of sea to sail in’ at 29th São Paulo Biennial (Brazil, 2010),

‘Reading the City’ at EV+A Exhibition of Visual Art (Limerick, Ireland, 2009),

‘Screaming and Hearing’ at 7th Bienal do Mercosul (Porto Alegre, Brazil,

2009), ‘The Great Transformation-Kunst und Takitsche Magie’ at Frank-

furter Kunstverein and Barcelona Museum of Contemporary Art (Frankfurt,

Germany and Barcelona, Spain, 2008), ‘Young Art’ at UBS (Zurich, Swit-

zerland, 2007), ‘From Confrontation to Intimacy’ at Americas Society (New

York, USA, 2007), ‘The Pod Show’ at The Blanton Museum-Art Palace

(Austin, USA, 2006) and ‘Civilización y Barbarie, Argentinos Contemporá-

neos’ at Museo del Canal Interoceánico from Panamá; Museo de Arte

Contemporáneo Santiago de Chile, Espaço Cultural Renato Russo at Bra-

silia, Museo de Arte Moderno Carlos Mérida at Guatemala; Museo Jacobo

Borges from Caracas and Museo MACRO at Rosario (Argentina).

He currently teaches a workshop as part of the Artists Program at the Art

Department of Torcuato Di Tella University.

In 2013 his work is going to appear at ‘Si el clima lo permite’ at 9th Bienal

do Mercosul (Porto Alegre, Brazil) curated by Sofía Hernández Chong Cuy;

and at a group exhibition at Parque de la Memoria Buenos Aires, curated

by Inés Katzenstein and Javier Villa.

W W W . F A E N A . C O M

Directora Ejecutiva / Executive Director

Ximena Caminos

Relaciones Institucionales y Prensa / Institutional Relations & Press

Florencia Binder

Producción / Production

Angeles Lanusse

Diseño y Comunicación / Design & Comunication

Departamento Creativo Faena Group

Fotografías páginas 4 y 10 / Photos pages 4 & 10: Nicolas GoldbergEduardo Navarro es artista de la galería Ignacio Liprandi