en busca del tesoro perdido : los valores humanos en el mundo
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Es un libro sobre los valores humanos,elaborado por los alumnos/as como trabajo del valor de la lectura. Se ha realizado con fines educativos.TRANSCRIPT
INTRODUCCIÓN
Queremos encontrar los valores perdidos, queremos encontrar ese tesoro tan valioso para el ser humano, tan necesarios para una vida llena de armonía y paz, nos hemos puesto a trabajar en su búsqueda ese tesoro no se puede quedar perdido y olvidado, hay que rescatarlo sea como sea, nosotros/as alumnos del IES Francisco Garfias, junto con nuestra maestra de logopedia lo estamos recuperando a través de estos cuentos que os vamos a leer, sabemos que esto es sólo un paso para encontrarlo, el mapa del tesoro es muy extenso y se nos quedarán muchas pruebas que pasar hasta encontrar esos valores perdidos, nuestra intención es empezar a dar al mundo una idea de dónde y cómo encontrarlos para que sus vidas sean más felices y hagan felices a los demás.
Comenzaremos definiendo, conceptos y dando idea de los valores que más nos identifican a nosotros/as, escucharéis nuestros cuentos y veréis algunos vídeos relacionados con el valor humano que tratemos.
Esperamos sea de vuestro agrado y pongáis en práctica algunos de ellos, el resultado será encontrar un verdadero tesoro.
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Emilia Bejarano (maestra de logopédia)
Este valor va por mis alumnos/as: por su entusiasmo y ánimo.
LA SUPERACIÓN
Es una acción que requiere inmediatez, planeación, esfuerzo y trabajo
permanente. Por lo que simplemente el tiempo, el deseo y la propia
estimulación, no llegan a un buen puerto.
Las aspiraciones que habitualmente tenemos en la vida, tienen su
centro en aquellas oportunidades, su provecho y la obtención de los
frutos deseados. Por lo tanto, podríamos decir que la superación es
aquel valor que nos motiva a perfeccionarnos, ya sea desde lo
humano, espiritual, profesional, económico. Por lo cual debemos
vencer todos aquellos problemas que se nos presenten. Para ello,
desarrollaremos la capacidad de lograr cada objetivo propuesto. Es
decir, que la verdadera solución no tiene cantidad, sino por el
contrario, calidad.
Los seres humanos tenemos que saber que poseemos un deseo
innato: la superación. Pero a veces, nos paralizamos. ¿Por qué?
Diríamos que el principal freno es nuestra persona, ya que muchas
veces los temores más profundos, nos paralizan y actuamos como
simples conformistas.
Usualmente, nos encontramos con personas que hablan
permanentemente de sus planes y del nuevo rumbo que iniciarán en
sus vidas, pero finalmente todo se desvanece, y quedan en palabras
y deseos, replicando los contratiempos no previstos, los cuales
obstaculizaron sus objetivos. Ello demuestra lo que mencionábamos
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anteriormente, y es que la superación no se logra con tiempo, sino
con acciones inmediatas y cargadas de esfuerzo y arduo trabajo.
El gran cambio lleno de beneficios materiales, no concuerda con la
superación. La capacidad de plantearnos nuevos retos, disponernos a
enfrentar y resolver dificultades, es temida por las personas, ya que
el tiempo y permanencia en un determinado lugar, nos asegura
estabilidad y seguridad.
Justamente, la manera más fácil de medir el progreso, es la
acumulación de recursos económicos y materiales tan necesarios. El
problema es que siempre encauzamos la superación hacia ese punto.
El hecho aquí, es que existen otros aspectos fundamentales que debe
tener en cuenta cualquier persona.
Por ejemplo, como manejamos nuestros hábitos y costumbres (ya
sea desde el cuidado de cosas ajenas y personas, a la amabilidad con
que nos dirigimos hacia otros). Además como nos desenvolvemos en
el ámbito laboral. Si somos padres analizar qué tiempo le dedicamos
a nuestros hijos y la labor que estamos haciendo en la formación de
nuestra familia. Y además ver nuestra cercanía al ámbito espiritual,
ya que es muy frecuente que quede descuidado, sin embargo es un
espacio que ofrece muchas posibilidades para el conocimiento de
valores, preceptos y sacramentos.
Como mencionábamos anteriormente, en los bienes materiales no
encontramos la superación; sino por el contrario, está en nosotros
mismos. Ahora bien, tampoco importa la edad en el que uno se
dispone a superarse, porque renunciar a mejorar, se asemeja a una
vida sin falta de aspiraciones, es decir, solamente a conformarse.
El desánimo, es uno de los aspectos en donde fácilmente podemos
caer, pero recordemos las posibilidades de superación son
innumerables. Para iniciarse en este camino, elabore un pequeño plan
de manera ordenada y trate de ponerlo en práctica consistentemente.
Verá que los resultados pueden llegar a ser los soñados.
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Como sabemos, nada es fácil en esta vida. Existen y siempre
existirán obstáculos, pero justamente la superación consiste en
afrontarlos y sacar de ellos nuevas experiencias. La perseverancia y
la paciencia son dos valores fundamentales para llegar a la meta y a
la cima de todos nuestros objetivos.
VÍDEO SOBRE LA SUPERACIÓN
http://www.famiped.es/volumen-3-no-1-febrero-2010/videos-interesantes/el-circo-
de-la-mariposa-un-video-sobre-la-superacion
http://www.youtube.com/watch?v=BUBPX28_mAE&feature=player_embedded
También este por todos, se ven algunos de los valores que se están perdiendo y
hay que recuperar.
http://www.tu.tv/videos/los-valores-humanos_1
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Estefanía Garrido 2º E.S.O. ‐I.E.S. Francisco Garfias
Resumen del valor: LA BONDAD
La Fuerza de la Bondad
Ser bondadosos perfecciona el espíritu de una persona, porque sabe
dar y darse sin miedos a verse defraudado, dando apoyo y
entusiasmo a todos los que lo rodean. Muchas veces el concepto de
bondad se confunde con el de debilidad, a nadie le gusta ser "el
buenito" de la oficina, de quien todo el mundo se aprovecha. Sin
embargo, Bondad es exactamente lo contrario, es la fortaleza que
tiene quien sabe controlar su carácter, sus pasiones y sus arranques,
para convertirlos en mansedumbre.
Supone una inclinación a hacer el bien, con una comprensión
profunda de las personas y sus necesidades, siempre paciente y con
ánimo equilibrado. Este valor desarrolla en cada persona la
disposición para agradar y complacer, en su justa medida, a todas las
personas en todo momento. Ahora podemos preguntarnos ¿En qué
momentos nos alejamos de una actitud bondadosa? Esto se aprecia
en aquellas actitudes agresivas, cuando adoptamos malos modales o
formas de hablar un tanto soberbias utilizando palabras altisonantes,
con la razón de nuestra parte o sin ella. También cuando adoptamos
una actitud indiferente ante las preocupaciones o inquietudes que
tienen los demás, juzgándolas de poca importancia o como producto
de la falta de entendimiento y habilidad para resolver problemas.
¡Qué equivocados estamos al considerarnos superiores! Al hacerlo,
nos convertimos en seres realmente incapaces de escuchar con
interés y tratar con amabilidad a todos los que acuden a nosotros
buscando un consejo o una solución.
De manera equivocada, nuestro ego puede regocijarse cuando
alguien comete un error a pesar de las advertencias, casi saboreando
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aquellas palabras de: “no quiero decir te lo dije, pero... ¡te lo dije!”
empecinados en poner “el dedo en la llaga”, insistiendo en demostrar
la sabiduría de nuestros consejos... estas actitudes están de más,
porque la persona que cometió el error, ya tiene suficiente con
haberlo reconocido y quizá en ese momento está afrontando las
consecuencias.
La bondad no busca las causas sino que comprende las circunstancias
que han puesto a esa persona en la situación actual, sin esperar
explicaciones ni justificación, procurando encontrar los medios para
que no ocurra nuevamente. A su vez, tiene tendencia a ver lo bueno
de los demás, no por haberlo comprobado, sino porque evita tener
“prejuicios” con respecto a las actitudes de los demás, es capaz de
"sentir" de alguna manera lo que otros sienten, haciéndose solidario
al ofrecer soluciones.
Debemos aclarar algunas cuestiones antes de proseguir: una persona
con el ánimo de "exaltar" su bondad, puede destacar constantemente
"lo bueno que ha sido", "todo lo que ha hecho por su familia", "cuánto
se ha preocupado por los demás", eso no es ser bondadoso. Al tomar
este tipo de actitudes corremos el peligro de volvernos egoístas, la
bondad es generosidad, no esperar nada a cambio. No necesitamos
hacer propaganda de nuestra bondad, porque entonces pierde su
valor y su esencia. El hacernos pasar por incomprendidos a costa de
mostrar lo malos e injustos que son los demás, denota un gran
egoísmo. Debemos entender que la bondad no tiene medida, es
desinteresada, por lo que jamás espera retribución. Nuestro actuar
debe ir acompañado de un verdadero deseo de servir, evitando hacer
las cosas para quedar bien... para que se hable bien de nosotros.
Pero tampoco ser bondadoso implica ser blando, condescendiente con
las injusticias o indiferente ante la conducta de los que nos rodean.
Por el contrario, el bondadoso es una persona que continua siendo
enérgica y exigente sin dejar de ser comprensiva y amable. Del
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mismo modo, jamás responde con insultos y desprecio ante quienes
así lo tratan, por las circunstancias:
• Tratar a los demás como quisiéramos que nos trataran: con
amabilidad, educación y respeto.
• Corresponder a la confianza y buena fe que se deposita en
nosotros.
• Ante la necesidad de llamar fuertemente la atención (a los
hijos, un subalterno, etc.), hacer a un lado el disgusto, la
molestia y el deseo de hacer sentir mal al interesado: buscar
con nuestra actitud su mejora y aprendizaje.
• Visitar a nuestros amigos: especialmente a los que están
enfermos, los que sufren un fracaso económico o aquellos que
se ven afectados en sus dominio que tiene sobre su persona,
procura comportarse educadamente a pesar del ambiente
adverso.
El valor de la bondad resulta más que un simple ofrecimiento de
cosas materiales a aquellas personas que se encuentran viviendo en
condiciones precarias. Para fomentar este valor en nuestra vida
podemos considerar que debemos:
• Sonreír siempre.
• Evitar ser pesimistas: ver lo bueno y positivo de las personas y
relaciones familiares.
• Procurar dar ayuda a los menesterosos, sea con trabajo o
económicamente.
• Servir desinteresadamente.
Como al principio manifestamos, la bondad perfecciona a la persona
que lo asume como un valor importante en su vida, porque sus
palabras están llenas de aliento y entusiasmo, facilitando la
comunicación amable y sencilla; da sin temor a verse defraudado; y
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sobre todo, tiene la capacidad de comprender y ayudar a los demás
olvidándose de sí mismo.
Vídeo de la bondad.
Pínchalo y verás que maravilla.
http://www.youtube.com/watch?v=02dJBSW9m‐8&feature=player_embedded
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Jennifer Amador Papio – 2º ESO – IES Francisco Garfias
RESUMEN: EL VALOR DE LA SINCERIDAD
A veces, atravesamos malas experiencias... ¿Alguna vez has sentido
la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un
engaño o una mentira? El sentirnos defraudados provoca incomodidad
esta experiencia nos lleva a procurar que nunca nos suceda lo mismo,
y a veces, nos impide volver a confiar en las personas, aún sin ser las
causantes de nuestra desilusión.
Sin embargo, como los demás valores, la sinceridad, no es algo que
debemos esperar de los demás, es un valor que debemos vivir para
tener amigos, para ser dignos de confianza…
La sinceridad es un valor que caracteriza a las personas por su actitud
congruente, que mantienen en todo momento, basada en la
veracidad de sus palabras y acciones.
Si queremos ser sinceros necesitamos decir siempre la verdad... esto
que parece tan sencillo, resulta una tarea muy dificultosa para
algunas personas. ¿Cuántas veces utilizamos esas mentiras piadosas
en circunstancias que consideramos poco importantes?: como el decir
que estamos avanzados en el trabajo, cuando aún no hemos
comenzado, por la suposición de que es fácil y en cualquier momento
podemos estar al corriente. Obviamente, una pequeña mentira,
llevará a otra más grande.
No obstante, la palabra no constituye el límite único y visible de este
valor, también se evidencia en nuestras actitudes. Como, por
ejemplo, cuando aparentamos ser una persona que no somos,
(normalmente es según el propósito que se persiga: trabajo, amistad,
negocios, círculo social...), existe una tendencia a mostrar una
personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas
costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán
que dice: "dime de que presumes... y te diré de que careces"; gran
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desilusión causa el descubrir a la persona como era en la realidad,
alguna vez hemos dicho o escuchado: "no era como yo pensaba",
"creí que era diferente", "si fuese sincero, otra cosa sería"...
Esto nos demuestra que debemos decir la verdad para ser sinceros,
sino también actuar conforme a la verdad. Ello resulta un requisito
indispensable para la sinceridad.
Si nos mostramos tal cual somos en la realidad, nos hace
congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos. De esta
manera, logramos el conocimiento y la aceptación de nuestras
cualidades, pero también de nuestras limitaciones: los demás nos
quieren y aceptan como somos.
Actuar de forma sincera implica decir la verdad siempre, en todo
momento, aunque le cueste, sin temor al qué dirán. Vernos
sorprendidos en la mentira es más vergonzoso. una manera de ser
confiables en todo lugar y circunstancias.
Además, si somos sinceros aseguramos nuestras amistades,
demostramos ser honestos con los demás y con nosotros mismos,
convirtiéndonos en personas dignas de confianza por la veracidad que
hay en nuestra conducta y nuestras palabras. A medida que pasa el
tiempo, esta norma se debe convertir en una forma de vida,
Pincha en el enlace.
Vídeo de la sinceridad:
http://www.youtube.com/watch?v=NLXSI8-
P8vM&feature=player_embedded
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Moisés Pérez Quintero 3º ESO, I .E .S Francisco Garfias
Resumen de: el valor de la AMISTAD
LA AMISTAD:
El hombre es un hombre social, vive rodeado de personas y necesita
de ellas para su realización y crecimiento. Difícilmente podemos vivir
en soledad y aislamiento. Está claro, que de esta convivencia con los
otros surge lo que llamamos amistad. En este sentido, la amistad es
un valor universal: necesitamos tener en quien confiar, a quien
llamar cuando tenemos problemas y también con quien compartir
actividades como ver una película, disfrutar de un parque, etc.
Ahora bien, ¿Qué es la amistad? ¿De qué se compone? ¿Cómo tener
amistades que duren toda la vida?
A medida que vamos creciendo y desarrollándonos, encontramos de
imprevisto amistades, muchas veces comienzan sin buscarlas:
alguien “nos cae bien” y comenzamos a relacionarnos con esa
persona. Convicciones, sentimientos, gustos, aficiones, opiniones,
ideas políticas, creencias, religión son algunos de las cosas en común,
que pueden hacer que nos hagamos amigos de alguien.
Es importante sentirnos a gusto con una persona, conversar y
compartir sentimientos, es el principio de lo que llamamos amistad.
Es necesario tener algo en común para que la amistad sea verdadera
y estable Ser amigo de alguien es conocerlo bien, saber sobre su
historia pasada, sus quehaceres actuales y de sus planes futuros; y
del sentido que da a su vida, de sus convicciones; y de sus gustos y
aficiones, y de sus defectos y virtudes. Es saber de su vida, de su
forma de ser, de comprenderse; es... comprenderle. Comprender al
amigo es ponerse en su lugar, “meterse en su piel” y hacerse cargo.
No basta con caerse bien, para tener una amistad verdadera, hay que
ayudarse desinteresadamente, sin esperar nada a cambio. Al amigo
se lo quiere tal como es, porque él es él y porque yo soy yo. La
amistad se orienta hacia el tú y consiste más en un servir que en un
sentir.
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La amistad consiste en creer lo que nuestro amigo nos dice y también
creer en él. Significa que tenemos una seguridad y confianza
depositada en esa persona, la que responderá a nuestras
expectativas y esperanzas que pusimos sobre ella. A su vez, la
confianza mutua hace posible la autenticidad.
VEAMOS EL VÍDEO SIGUIENTE.
http://www.youtube.com/watch?v=cQ5721Es1W4&feature=player_embedded#at=70
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Antonio Romero 2ºE.S.O – I.E.S Francico Garfias
Resumen del valor humano: La paciencia.
Actualmente, nuestras vidas se desarrollan a un ritmo acelerado. A
tal punto que todo pasa por hacer y llegar con prisa, también para
resolver nuestros asuntos personales y del trabajo, surgiendo muchas
veces roces con personas que a lo mejor pudiéramos evitar.
Lo que ocurre es que todo lo que queremos tiene que ser “ya”,
ocasionando que nuestra vida cotidiana no tenga sensatez y uno sea
menos amable hacia los demás. Tal es así, que todos estamos
inmersos en una época denominada “prisa”. Aquí debemos
detenernos y pensar un poco sobre el valor de la paciencia, ya que si
no nos sentiremos cada vez más molestos con esa carrera que
llevamos, y que es nuestra propia vida, y que es única. Por lo tanto,
podemos definir a la paciencia como el valor que nos hace como
personas: tolerar, comprender, padecer y soportar los contratiempos
y las advertencias con fortaleza y por ende sin lamentos; esto es
posible porque uno aprende a actuar acorde a cada circunstancia,
moderando las palabras y la conducta en esos momentos.
De igual manera no debemos confundir lo que se llama indiferencia e
insensibilidad con las actitudes de paciencia. Esto siempre ocurre
cuando nos encontramos con personas que a nuestro criterio son
molestas y fastidiosas, y escuchamos aparentando tener una actitud
paciente y efectivamente lo que buscamos es evadir de esa situación
lo más rápido posible. Y obviamente tratando de que no se den
cuenta, para no herir sus sentimientos.
Por otra parte, el no detenerse a considerar las posibilidades reales
de éxito, tiempo y esfuerzo que se necesitan para alcanzar un
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determinado fin, es el principal obstáculo del desarrollo de este valor
y se denomina impaciencia. Tal es así, que uno debe moderarse y
entender de nuestros alcances para evitar cargarse de demasiados
compromisos que posiblemente no los podrán efectuar.
Por ejemplo, el ahorrar puede ser una forma de medir nuestra
paciencia, pero si quitamos de vista nuestro objetivo, nuestra meta
será cada vez más inalcanzable y lejana. O bien la paciencia para
educar a nuestros hijos, ya que son más traviesos de lo que uno
muchas veces se espera, pero el verdadero reto es tener la habilidad
para educarlos tolerantemente y de la mejor manera posible.
Sin embargo, podríamos decir que el hecho de soportar y tolerar las
contrariedades más inesperadas, también constituyen retos, aunque
de menor importancia pero que hacen al desarrollo de la paciencia.
Tal es el caso de sobrellevar inclemencias del tiempo, ser
comprensivos en la realización de tareas junto a otras personas, ante
la falta de sus experiencias, conocimientos para realizarlas
efectivamente, entre otras. Si en cualquiera de ellos nos
obsesionamos, el resultado puede ser totalmente el opuesto al
deseado, por lo que se recomienda ser pacientes, ya que ella nos
enseña la manera por la cual debemos hacer las cosas.
Recuerda, ten buena predisposición para acudir a aquellos lugares
donde siempre para ti son pérdidas de tiempo, porque ello puede
disgustarnos innecesariamente .Otra cuestión es no mostrar
impaciencia y hacer cosas de mala gana, ante el pedido de favores.
Ante ello se recomienda que esa actividad se cuente como fija, dentro
de nuestro tiempo y quehaceres, ya que de esa manera será posible
realizarla de manera agradable.
Las reacciones espontáneas no tienen una finalidad precisa, por lo
cual se recomienda tomarse un tiempo para escuchar, razonar y en el
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momento más indicado actuar o emitir la opinión más acertada a la
circunstancia. Si nos olvidamos de esto, nos ganará la desesperación.
Pero, ¿cuáles son los verdaderos estímulos que ganamos de ser
pacientes? La verdad es que son múltiples, desde el mantenimiento y
mejora relacional con nuestra pareja, hijos y compañeros de trabajo;
hasta las amistades más duraderas. Así la persona que vive
pacientemente, logra comprender mejor la naturaleza de los sucesos,
creando paz y armonía a su alrededor. Es decir, que posee la
sensibilidad para afrontar todas aquellas contrariedades conservando
la calma y por ende, su equilibrio interior. Tal es así, que una vez
conocida o presentida una dificultad que es preciso superar o algún
bien deseado que tarda en llegar, soportaremos las molestias
presentes con serenidad. Y nos ayudará a moderar los excesos de
tristeza y a esperar con calma el bien deseado.
Si entras en esta página verás un vídeo muy interesante relacionado
con el valor humano.
La PACIENCIA Y LA TOLERANCIA http://www.youtube.com/watch?v=E1Q1xhy4vUM
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JUAN DIEGO GALVÁN MORGADO. 2º E.S.O. I.E.S. FRANCISCO GARFIAS
RESUMEN DEL VALOR DE: LA ALEGRÍA
Se puede definir a la alegría como algo simple cuya fuente más
grande y profunda es el amor. Sin embargo, no es tan sencilla como
parece. La alegría es un gozo del espíritu. Nosotros somos seres que
experimentamos diferentes sensaciones, el dolor, el sufrimiento, pero
también las emociones opuestas a estas, el bienestar y la felicidad.
La alegría es un gozo opuesto al dolor, ya que la primera proviene del
interior. Es decir, desde el centro de nuestra mente, de nuestra alma.
Todo ello se manifiesta con un bienestar, una paz reflejada en todo
nuestro cuerpo. Por ejemplo, sonreímos, tarareamos, silbamos y por
sobre todas las cosas nos volvemos más afectuosos. Tal es así, que
este estado suele contagiar a quienes nos rodean.
Decidir cómo afrontar con nuestro espíritu las cosas que nos rodean,
es la actitud por la cual surge la alegría. Es decir, no dejarse afectar
por las cosas que los rodean y decir que su paz sea mayor que las
cosas externas, por lo que esta alegría podríamos decir proviene de
adentro.
Como mencionábamos anteriormente, su fuente tradicional, intensa y
grandiosa es el amor, especialmente en pareja. Cabría preguntarnos
¿por qué?, es muy simple. El amor rejuvenece y es una fuente
espontánea y profunda de alegría. Por lo tanto, ese amor es el
principal combustible para estar alegres.
Nuestra alegría es algo que lo pensamos muy poco, sin embargo
surge en aquellos momentos de manera espontánea y por diversos
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motivos. Por lo que dejamos que la vida siga su marcha, sin ser
conscientes de que la alegría se construye, por lo que siempre la
buscamos.
Tomar con poca seriedad nuestras obligaciones y compromisos para
vivir tranquilos y por ende estar alegres, no es la solución más
adecuada. Tal es así, que aquella persona que busca evitar la
realidad, gana una alegría forzada, es decir, vive inmerso en la
comodidad y en la búsqueda de placer, lo cual tiene una corta
duración.
Entonces, para vivir el valor de la alegría, debemos ver lo bueno que
hacemos con voluntad, esfuerzo, energía y cariño. Desde el trabajo
que realizas, por más que sea el mismo todos los días, ya que el
beneficia a otras personas, a tu familia, pero también lo hace a ti.
Por otra parte, la satisfacción de proporcionar educación, alimentos y
cuidados a tu familia; hace que sientas gusto por su júbilo. El tener
amigos y vivir en armonía con la sociedad; mantener buenas
relaciones con tus vecinos, ser aceptado por tu educación y respeto
demostrado ante los demás, el cuidado del medio ambiente y la
participación en iniciativas de ayuda a los más necesitados; son
motivos de gozo y satisfacción interior.
Ayudar con todos nuestros medios y posibilidades a nuestro alcance,
sin interés alguno y por el simple hecho de sólo querer hacerlo, da la
sensación de que el valor de la alegría está totalmente distanciado
del egoísmo. Y esto es así, ya que todas las personas están primero
que la nuestra.
La sensación del deber cumplido, cada vez que realizamos algo
bueno, con sacrificio o no, y con desprendimiento de nuestra persona
y de nuestras cosas, nos excede de paz interior, y eso es alegría.
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Por lo tanto, todo lo que apreciamos y valoramos en la vida, se debe
al esfuerzo que pusimos para lograrlo y alcanzarlo, entonces su
consecuencia más inmediata serán los beneficios que obtendremos de
ese desempeño.
Ahora, algo importante a no olvidar, es que un motivo suficiente de
alegría y de fiel agradecimiento, es el poseer vida. Y sin lugar a
dudas, que por más circunstancias adversas que se nos presenten,
siempre sacaremos de nosotros algo positivo y de provecho para
ayudar a los demás.
Y por último, acuérdate de que todas las personas somos capaces de
dispersar desde lo más adentro de nuestro ser: alegría. Simplemente
con una sonrisa o con actitudes serenas de tu persona, exteriorizaras
este goce, lo cual es propio de una persona que sabe apreciar y
valorar todo lo que existe a su alrededor. La capacidad de
experimentarla se aprende, se cultiva, y por ende, se incrementa.
Himno a la alegría
http://www.youtube.com/watch?v=MWm01xM7AJ0
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SERGIO FERNÁNDEZ DELGADO -2º E.S.O.
I.E.S FRANCISCO GARFIAS
EL PERDÓN
Existen momentos en que la amistad o la convivencia se fracturan por
diversas causas, las peleas y las rupturas, originan sentimientos negativos
como la envidia, el rencor, el odio y el deseo de venganza. En estas
situaciones, las personas pierden la tranquilidad y la paz interior, y al
hacerlo, los que están a su alrededor sufren las consecuencias de su mal
humor y la falta de comprensión
De esta manera, debemos saber que los resentimientos nos impiden vivir
plenamente, quizás un acto que provenga del corazón puede cambiar
nuestras vidas y la de aquellos que nos rodean. Así, es necesario pasar por
alto los detalles pequeños que nos incomodan, para alcanzar la alegría en el
trato cotidiano en la familia, la escuela o la oficina. Es más, debemos evitar
que estos sentimientos de rencor nos invadan, por el contrario, es necesario
perdonar a quienes nos han ofendido, como un acto voluntario de grandeza,
disculpando interiormente las faltas que han cometido otros
En ciertos momentos, podemos sentirnos heridos por acciones o actitudes
de los demás, pero también existen ocasiones en que nos sentimos
lastimados sin una razón concreta, por nimiedades que lastiman nuestro
amor propio.
Debemos tener cuidado porque la imaginación o el egoísmo pueden
convertirse en causa de nuestros resentimientos:
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Cuando interpretamos de manera negativa la mirada o la sonrisa de los
demás. Cuando nos molestamos por el tono de voz de una respuesta que
recibimos, que resulta a nuestro juicio, indiferente o molesta. Cuando el
favor que otros nos hacen no se condice con nuestras expectativas.
Cuando se le otorga una encomienda a una persona que consideramos de
una “categoría menor”, para la cual nos considerábamos más aptos,
entonces consideramos esta designación injusta.
Queda claro que al ser susceptibles, creamos un problema en nuestro
interior, y tal vez juzgamos a quienes no tenían la intención de lastimarnos.
Debemos tener en cuenta, que hay conductas y pautas de acción, que al
ponerlas en práctica, construimos herramientas para saber: Evitar
"interpretar" las actitudes. No debemos realizar juicios sin antes
preguntarnos el “por qué” nos sentimos agredidos o lastimados (de esta
forma encontraremos la causa: imaginación, susceptibilidad, egoísmo). Si
ese malentendido se originó en nuestro interior solamente, no hay que
seguir lastimándonos con pensamientos negativos como “no hay que
perdonar”. Porque nos lamentamos cuando descubrimos que no había
motivo de disgusto... entonces, nosotros debemos pedir perdón.
Ahora bien, si efectivamente hubo una causa real o no tenemos claro qué
ocurrió, debemos considerar lo siguiente: Estar dispuestos para aclarar o
arreglar la situación. Buscar la manera de llegar a un acuerdo. Buscar
el momento adecuado para plantear la situación, hacerlo con calma y
tranquilidad, sobre todo de nuestra parte. Al escuchar hacerlo con
paciencia, buscando entender los motivos que hubo. Dar a conocer
nuestras razones y llegar a un acuerdo. Buscar el momento adecuado para
plantear la situación, hacerlo con calma y tranquilidad, sobre todo de
nuestra parte. Al escuchar hacerlo con paciencia, buscando entender los
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motivos que hubo. Dar a conocer nuestras razones y llegar a un acuerdo.
Olvidar el incidente, como si nada hubiera pasado. El perdón fortalece al
corazón, porque le otorga mayor capacidad de amar, si perdonamos con
prontitud y sinceramente, podemos comprender faltas de los demás,
ayudando para que las corrijan. Puede llegar a ocurrir, que los sentimientos
negativos (resentimiento, rencor, odio o venganza) pueden ser mutuos
debido a un malentendido. En este sentido, encontramos a familias que
están sumergidas en un torbellino de odios injustificados: “Nosotros no
perdonamos porque los otros no perdonan”. En este caso, es necesario
romper ese círculo vicioso comprendiendo que "Amor saca amor".
Debemos entender que una actitud valiente de perdón y humildad, obtiene
lo que la venganza y el odio nunca pueden: lograr restablecer la armonía.
También debemos tener en claro que una sociedad, una familia o un
individuo lleno de resentimientos impiden el desarrollo hacia una esfera
más alta. Perdonar resulta mucho más sencillo de lo que parece, todo está
en buscar la manera de lograr y mantener una convivencia sana, de la
importancia que le damos a los demás como personas y de no dejarnos
llevar por aquellos sentimientos negativos.
YouTube - Historia del Perdón
http://www.youtube.com/watch?v=8ZiHdUluD9w
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ACTIVIDADES REALIZADAS:
1º Han buscado el término “Valor humano “
2º Han comentado el significado del mismo.
3º Han buscado en las páginas web “ los valores humanos “, la gran pérdida de los
mismos en el mundo.
4º Cada alumno/a se ha identificado con un valor y se ha explicado a nivel oral.
5º Cada alumno/a ha pasado al documento Word el que más le ha gustado, ha elegido
un vídeo relacionado con el valor y lo ha insertado en el documento.
6º Se ha comentado el vídeo y la importancia del valor tratado.
7º Han buscado un cuento relacionado con el valor elegido y lo han grabado.
8º La lectura del cuento ha sido muy trabajada para su posterior grabación: vocabulario,
frases que no comprendían, importancia de la lectura.
9º Finalidad de la lectura mejorar sus dificultades en todos los aspectos tratados en el
aula de Audición y Lenguaje dada sus grandes dificultades en la lectura, en la expresión
y compresión.
RECURSO UTILIZADO EN “ EL VALOR DE LA LECTURA “:
La grabación como medio de autocorrección y mejora de su autoestima al comprobar
cada día su propia evolución.
Este recurso, se utiliza en el aula diariamente con el texto que corresponda en ese
momento.
NIVEL CURRICULAR DEL ALUMNADO
El nivel curricular del alumnado es de 2º,3º y 5º de E.P.
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Teniendo en cuenta sus niveles, esta tarea más especial se ha trabajado en varias
sesiones individuales, realizándola con entusiasmo y ánimo de superación.
En el aula trabajan de forma individualizada.
Las dificultades encontradas no han sido muchas, lo que más dificulta es la falta de
tiempo ya que comparto centro y mis alumnos/as tienen muy pocas horas conmigo.
CONCLUSIÓN
El trabajo ha sido muy fructífero ya que los alumnos/as desconocían muchos de los
valores tratados y que además se están perdiendo por lo que les ha encantado darse
cuenta de que hay que recuperarlos, también les ha gustado mucho la idea de grabarlos
para que otras personas los escuchen a pesar de sus grandes dificultades lectoras, siendo
totalmente conscientes de su problemática y sin temor se han lanzado a la aventura de
ser escuchados a través de esos cuentos cargados de VALORES HUMANOS.
Concluyo con mi más sincero agradecimiento a su labor y a su afán de superación.
DEBAJO DEL DOCUMENTO SE VERÁ LA GRABACIÓN DE LA LECTURA DE
LOS ALUMNOS/AS
Emilia Bejarano Domínguez.
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