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Abrazo en familia 2015 Encuentro 3: EN LA FAMILIA PUEDES DESCUBRIR LA ALEGRÍA DEL EVANGELIO

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Abrazo en familia 2015

Encuentro 3:

EN LA FAMILIA PUEDES

DESCUBRIR LA ALEGRÍA

DEL EVANGELIO

1.Descubrir que si Dios está en nuestras familias y

es Él quien la dirige, podremos vivir la alegría del

Proyecto de Salvación que ÉL tiene para cada uno

de nosotros.

2.Tomar conciencia de la responsabilidad que

tenemos como cristianos de evangelizar a

nuestras familias, no sólo de palabra sino con el

ejemplo y sentir la alegría del amor de Cristo en la

cotidianidad de nuestras vidas.

OBJETIVOS

Señor hoy quiero alabarte y bendecirte por las

familias, especialmente por la mía. Ayúdanos a

entender y a poner en práctica la alegría de tu

evangelio, que nos amemos los unos a los otros

como Tú nos amas, porque si hay amor Señor, habrá

comprensión, aceptación, sinceridad, confianza,

justicia, perdón, esperanza y paz en nuestras

familias y así podremos vivir la alegría de tu

evangelio, tanto en los momentos buenos, como en

las dificultades. Amén.

ORACIÓN:

Tiempo: 10 minutos.

Materiales: Papel y marcador a cada grupo.

Dividir en varios grupos de acuerdo al número de participantes.

Cada grupo debe realizar un listado de las cosas y hechos que

consideren deben ser esenciales para cumplir su proyecto familiar

(Por ejemplo: tener casa propia; automóvil ; tener celulares; dedicar

más tiempo al trabajo para ganar más; orar en familia; no tener

tantos lujos pero compartir más en familia; tener a Cristo como

centro de nuestras vidas; perdón; diálogo; etc.).

Al finalizar, cada grupo expondrá su listado.

DINÁMICA DE INICIO:

¿EN TU FAMILIA, DÓNDE ESTÁ LA MAYOR

ALEGRÍA?

Con esta dinámica se pudo observar:

• La diferencia que hay entre las personas en

relación a sus prioridades en la familia.

• La importancia de establecer prioridades no

solo en lo material, sino también en la vida

espiritual.

Leer Mateo 6, 31-34

No anden tan preocupados ni digan: ¿tendremos

alimentos? o ¿qué beberemos? o ¿tendremos ropas para

vestirnos?

Los que no conocen a Dios se afanan por esas cosas,

pero el Padre del Cielo, Padre de ustedes, sabe que

necesitan todo eso.

Por lo tanto, busquen primero el Reino y la Justicia de

Dios, y se les darán también todas esas cosas.

No se preocupen por el día de mañana, pues el mañana se

preocupará por sí mismo. A cada día le bastan sus

problemas.

Mateo 6, 31-34

Reflexionar

En la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, dice

el Papa Francisco:

“La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida

entera de los que se encuentran con Jesús.

Quienes se dejan salvar por Él son liberados del

pecado, de la tristeza, del vacío interior, del

aislamiento.

DESARROLLO

Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. En

esta Exhortación quiero dirigirme a los fieles

cristianos para invitarlos a una nueva etapa

evangelizadora marcada por esa alegría, e indicar

caminos para la marcha de la Iglesia en los próximos

años” (E.G.1).

No podemos dar lo que no tenemos.

Por esto reflexionemos cómo estamos

llevando y proclamando el Evangelio.

Debemos hacerlo con gozo, como cuando

compartimos el júbilo ante la llegada de

un nuevo miembro a la familia, o cuando

un hijo u otro familiar logra éxitos en su

profesión o en sus estudios.

Así es la alegría que debemos transmitir en el

núcleo familiar y en nuestro entorno.

Debemos evitar, como dice el Papa Francisco ”un

evangelizador con cara de funeral”.

Filipenses 4,4:

“Alegraos siempre en el Señor. Os lo repito,

alegraos”

¿Cómo transmitimos esta alegría del

encuentro con Jesús dentro de las familias?

La familia es el elemento más cercano que

tenemos para conocer a Dios y entender su

misterio.

Decía San Juan Pablo II:

A través de la familia, descubrimos la

paternidad, la filiación y el amor, elementos

indispensables en toda familia; que nos

orientan hacia la vida de la fe y así nuestra

vida pueda ser una vida plena y feliz.

Pablo VI, en su Exhortación

Evangelii Nuntiandi (71), dice:

“La familia al igual que la Iglesia,

debe ser un espacio donde el

evangelio es transmitido y desde

donde éste se irradia” .

San Juan Pablo II señala que la futura

evangelización depende en gran parte de la

Iglesia doméstica. Esta misión apostólica de la

familia está enraizada en el Bautismo y recibe

con la gracia sacramental del matrimonio una

nueva fuerza para transmitir la fe, para

santificar y transformar la sociedad actual

según el plan de Dios (FC 52).

San Juan Pablo II señala:

la futura evangelización

depende en gran parte de la

Iglesia doméstica.

Esta misión apostólica

de la familia está enraizada

en el Bautismo y recibe

con la gracia sacramental

del matrimonio una nueva

fuerza para transmitir la fe,

para santificar y transformar

la sociedad actual según

el plan de Dios (FC 52).

En la familia se puede descubrir esa alegría

del evangelio, a través del amor que es Dios

(1Jn 4,8).

Y cumpliendo el mandamiento del amor en la

vida familiar.

Les doy un mandamiento nuevo:que se amen los unos a los otros.Ustedes deben amarse unos aotros como yo los he amado.En esto reconocerán todos queson mis discípulos, en que seamen unos a otros (Jn13,34-35).

Siendo la familia la imagen

que proyecta a Dios, a su

amor, entonces el enemigo,

busca destruir nuestras

familias y lo logra arrancando

de ellas, la vida espiritual.

El Papa Francisco en el Capítulo Segundo de Evangelii

gaudium, examina la situación contemporánea:

“ Algunas patologías van en aumento.

El miedo y la desesperación se apoderan del corazón de

numerosas personas, incluso en los llamados países

ricos.

La alegría de vivir frecuentemente se apaga, la falta de

respeto y la violencia crecen, la injusticia es cada vez

más patente.

Hay que luchar para vivir y a menudo, vivir con poca

dignidad” (EG 52).

Estas realidades producen en las familias

desesperanzas, conformismo, baja estima,

miedo, inseguridad, depresiones, olvidando o

haciendo a un lado, la presencia de Dios.

Se ha constituido en prioridad conseguir

cómo vivir, adquirir los alimentos esenciales,

estar atento para resguardar su seguridad.

Con este horizonte, dentro del

núcleo familiar se pierde la

armonía, la relación familiar, el

respeto, la confianza, por lo tanto

se hace difícil vivir “la alegría del

evangelio en la familia”

La verdadera alegría viene de la armonía profunda

entre las personas, que todos experimentan en su

corazón y que nos hace sentir la belleza de estar

juntos, de sostenerse mutuamente en el camino

de la vida.

La familia es la fuente de toda fraternidad, y por

eso es también el fundamento y el camino

primordial para la paz, pues, por vocación, debería

contagiar al mundo con su amor.

El amor se aprende con el

ejemplo de los padres y de las

personas de nuestro entorno,

practicando los mandamientos y

obras de caridad con las

personas con las que convivimos

(padres, hijos), en nuestra

comunidad y con los más pobres

y necesitados.

LOS DIEZ MANDAMIENTOS:

1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.

2. No tomaras el nombre de Dios en vano.

3. Santificarás las fiestas.4. Honrarás a tu padre y a tu

madre.5. No matarás.

6. No cometerás actos impuros.

7. No robarás.8. No darás falsos testimonios

ni mentirás.9. No cometerás

pensamientos ni deseos impuros.

10. No codiciarás los bienes ajenos.

El amor se aprende… Cuando

los miembros de la familia se

preocupan unos por los otros,

especialmente por los niños, los

ancianos, quienes son más

frágiles y que a menudo se

quedan en la periferia de

nuestro corazón.

Los cónyuges se guardan

recíprocamente y luego, como

padres, cuidan de sus hijos, y

con el tiempo, también los hijos

se convertirán en cuidadores de

los padres.

Cuando nos preocupamos por

nuestras familias y sus

necesidades, entendemos sus

problemas y esperanzas, y los

acompañamos en sus

procesos de angustia o

preocupación.

En familia se vive la alegría del

Evangelio cuando unidos se

trabaja la solidaridad, la

fraternidad, se comparten tantos

momentos inolvidables: las

comidas, el descanso, las tareas

de la casa, la diversión, la oración,

las excursiones y peregrinaciones,

la solidaridad con los necesitados,

esos momentos deben ir

acompañados del amor, de la

alegría, ya que el amor auténtico

nos lo da Jesús.

Sabemos que no es fácil vivir la alegría del

evangelio en familia con tantas dificultades y

amenazas que conllevan a la separación y

desunión del núcleo familiar.

Les exhortamos a renovar y mantener la

esperanza, la fe y el amor, para poder

evangelizar con nuestro testimonio de vida

cristiana.

Conclusión :

Estén siempre alegres en el Señor;

se lo repito, estén alegres y den a

todos muestras de un espíritu muy

abierto. El Señor está cerca. No se

inquieten por nada;

antes bien, en toda ocasión

presenten sus peticiones a Dios y

junten la acción de gracias a la

súplica.

Y la paz de Dios, que es mayor de lo

que se puede imaginar, les guardará

sus corazones y sus pensamientos

en Cristo Jesús.

Filipenses 4,4-7

1.- ¿Estás viviendo y transmitiendo tu servicio a

Dios con verdadera alegría?

2.- ¿Cómo padres, llevan adelante su proyecto

familiar teniendo como centro la palabra de Dios,

o lo hacen bajo criterios materiales?

3.- ¿Sus actividades de la vida cotidiana familiar

las realizan con entusiasmo y alegría, confiando

al Señor el desarrollo y bienestar de cada día?

REFLEXIÓN PERSONAL:

Se reúnen los mismos grupos que al principio, y

dialogan sobre el contenido del tema, eligiendo un

vocero que al final informará sobre el resultado de

esta reflexión.

REFLEXION GRUPAL

“A veces podemos ser tentados de

dejarnos llevar por la pereza o, peor aún,

por el desaliento, sobre todo ante las

fatigas y las pruebas de la vida. En estos

casos, no nos desanimemos,

invoquemos al Espíritu Santo, para que

con el don de fortaleza dirija nuestro

corazón y comunique nueva fuerza y

entusiasmo a nuestra vida y a nuestro

seguimiento de Jesús”

Audiencia general del Papa

Francisco el 14-5-2014

¿Estoy dispuesto (a) a vivir con alegría la palabra

de Dios?

¿Qué actitudes o cambios realizaré para vivir

esta alegría en mi hogar?

COMPROMISO:

¿Cómo se sintieron ante el

tema en general?.

Evaluación

Señor, Dios nuestro, Tú nos has elegido para ser tus

santos y tus predilectos. Revístenos de sentimientos de

misericordia, de bondad, de humildad, de dulzura, de

paciencia. Ayúdanos a comprendernos mutuamente

cuando tenemos algún motivo de queja, lo mismo que Tú,

Señor, nos has perdonado. Sobre todo, danos esa caridad,

que es vínculo de perfección. Que la paz de Cristo brille

en nuestros corazones. Esa paz que debe reinar en la

unidad de tu Cuerpo Místico. Que todo cuanto hagamos,

de palabra o de obra, sea en nombre del Señor Jesús, por

quien sean dadas gracias a ti, Dios Padre y Dios nuestro.

Amén.

ORACIÓN FINAL:

Oh que dulce es el hogar de la familia de

Nazaret, donde reina el amor de Dios,

En Jesús, en María y en José (bis)

Como la familia de Nazaret, donde reinaba el

amor de Dios,

Así las nuestras tienen que ser, un templo vivo

donde habite el Señor

CANCIÓN: