entorno_globalizacion.pdf

16
Reflexión Política Universidad Autónoma de Bucaramanga [email protected] ISSN (Versión impresa): 0124-0781 COLOMBIA 2005 Francisco Roberto García Samaniego ENTORNO A LA GLOBALIZACIÓN. ¿CUÁLES SON LOS CAMBIOS PARA INTERPRETAR LAS INSTITUCIONES POLÍTICAS? Reflexión Política, diciembre, año/vol. 7, número 014 Universidad Autónoma de Bucaramanga Bucaramanga, Colombia pp. 54-68 Red de Revistas Científicas de América Látina y el Caribe, España y Portugal Universidad Autónoma del Estado de México

Upload: oriana

Post on 30-Sep-2015

9 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • Reflexin PolticaUniversidad Autnoma de Bucaramanga [email protected] ISSN (Versin impresa): 0124-0781COLOMBIA

    2005 Francisco Roberto Garca Samaniego

    ENTORNO A LA GLOBALIZACIN. CULES SON LOS CAMBIOS PARA INTERPRETAR LAS INSTITUCIONES POLTICAS? Reflexin Poltica, diciembre, ao/vol. 7, nmero 014

    Universidad Autnoma de Bucaramanga Bucaramanga, Colombia

    pp. 54-68

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Ltina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

  • 54 55

    En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    SumarioDiscusin introductoria; Procesos de globalidad poltica; La frgil soberana Estatal de nuestros das; Los efectos de la globalizacin en la sociedad y la cultura; Los afectos en la vida individual globalizada; La Modernidad reflexiva; Nuevos modos de representacin y participacin poltica en la globalidad.

    Resumen Actualmente existen lneas de investigacin sobre aquellos fenmenos presentes que son producto de la globalizacin, los cambios y los efectos que le siguen producen en la poltica, la sociedad y la cultura. En este caso haremos referencia a lo colectivo, en tanto y en cuanto, trae parejos profundos conflictos afectivos del entorno individual de algunos seres humanos que afrontan dichos cambios que repolitizan lo pblico. Y dichos efectos globales entorno a la democracia, y sus instituciones, replantea las formas de interpretar el conflicto social, su visin poltica y sus efectos sociales a lar-go plazo. Es decir, la globalizacin econmica y tecnolgica de los medios y las redes electrnicas permiten una multiculturalidad que hace desestructurar los referentes tradicionales de identidad. Y al desestructurar el sujeto social unificado que repre-sentaba las figuras del pueblo y de nacin se descubre el carcter conflictivo que hoy adquiere las configuraciones de lo colectivo y de lo pblico-poltico.

    Palabras clave: Globalizacin econmica, Globalidad poltica, Sociedad del riesgo, democracia, Instituciones polticas.

    AbstractNowadays, there are investigation topics about those present phenomenons which are a globalization product, the changes and the effects that follow it and what pro-duce in politics, society and culture. In this case, we will reffer to the collective which bring similar deep affective conflict in the individual contour of some human beings who face those changes that get over politics in the public. Those global effects around democracy and its institutions raise again the ways to interpret the social conflict, its political vision and its social effects for a long period. So, the economic and technologic globalization of the media and electronic nets lead multiculturality that make to explode the traditional relatives of identity. And when the unified social subject who represented the figures of people and a nation explode, it gets bare the problematic character that today acquires the configurations of the collective and the public.

    Key words: Globalization, Political Globality, Risk Society, Democracy, Political Ins-titutions.

    Artculo: Recibido; septiembre 7 de 2005; aprobado octubre 27 de 2005

    Francisco Roberto Garca Samaniego. Politlogo, Magster. Centro de Investiga-ciones de Poltica Comparada de la Universidad de Los Andes. Mrida Venezuela. Miembro del comit editorial de la Revista Venezolana de Ciencia Poltica (CIPCOM-ULA)

    Correo electrnico: [email protected]; [email protected]

  • 54 55

    La globalizacin est reestructurando nuestros modos de vivir, y de forma muy profunda. Est dirigida por Occidente, lleva la fuerte impronta del poder poltico y econmico esta-dounidense y es altamente desigual en sus consecuencias. Pero la globalizacin no es slo el dominio de Occidente sobre el resto; afecta a Estados Unidos igual que a otros pases... La globalizacin influye en la vida diaria tanto como en los acontecimientos que se suceden a escala mundial... Las na-ciones afrontan hoy riesgos y peligros en lugar de enemigos, un cambio enorme en su propia naturaleza. Slo de la nacin se pueden hacer estos comentarios. Dondequiera que miremos vemos instituciones que parecen iguales que siempre desde afuera, y que llevan los mismos nombres, pero que por dentro son bastante diferentes. Seguimos hablando de la nacin, la familia, el trabajo, la tradicin la naturaleza, como si todos fueran iguales que en el pasado. No lo son.

    Anthony Giddens. Un mundo desbocado. Los efectos de la

    globalizacin en nuestras vidas. Taurus, Barcelona, 2000.

    Discusin introductoria

    Como bien sabemos la globalizacin ha cambiado nuestras formas de pensar el mundo, sus entornos culturales, econmicos y polticos. Todos ello de la mano de los medios de comunicacin, las nuevas tecnologas y ONG, que estn permitiendo una mayor informacin sobre la gestin de sus gobiernos. Logrando mayor demanda por parte de la sociedad civil ante las promesas incumplidas de los polticos de turno. Y ello ha venido minando en cierta medida la funcin y confianza en los partidos polticos como puentes idneos entre la sociedad civil y el Estado en busca de una mejor gobernabilidad de los sistemas polticos. Como se ha llamado, la gobernanza poltica entorno a la rendicin de cuentas de los polticos y gobiernos en la globalidad poltica.

    Ello ha generado polticos anti-partidistas o tecncratas alejados de la profesionalizacin poltica. Casos como polticos en Amrica Latina del estilo de Fujimori en el Per; Bucaram, del Ecuador; Carlos Andrs Prez II en Venezuela; Carlos Menem en Argentina; Color de Melo y Lula Da Silva en Brasil, entre otros. En la actualidad, Eduardo Rodrguez de Bolivia, Alfredo Palacio del Ecuador, Toledo del Per y Hugo Chvez de Venezuela.

    De estos polticos extra-partido, neopopulistas y tecncratas, la demo-cracia se enfrenta a las graves crisis sociales, a la que se ven afectados la mayora de los pases en la regin por la desafeccin poltica que generan en las naciones estos liderazgos personalistas. En s, el ciudadano ve, y

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    Francisco Roberto Garca Samaniego

  • 56

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    57

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    siente poca confi anza hacia sus instituciones polticas, y por su puesto hacia los lderes po-lticos y sus partidos.

    Es decir, globalizar la democracia implica polticos y partidos que piensen polticamente de forma global, tanto en los asuntos sobre los Derechos Humanos, la proteccin del medio am-biente, los ajustes econmicos, los movimientos migratorios, las nuevas formas de gestin de la administracin pblica, las nuevas tecnologas, y la infl uencia de los medios de comunicacin en el desarrollo de la sociedad, para la ampliacin de la democracia, buscando mayores niveles de compresin del mundo actual y no ence-rrndose en ideologas polticas y econmicas, ya en desuso. Todo ello de la mano de nuevas e innovadoras formas tericas de interpretar estos cambios en la globalizacin, tanto econmica como poltica y cultural.

    Por su parte los polticos populistas, neo-populistas, autoritarios, generan situaciones de confl icto social y buscan culpar como chivos expiatorios a los mercados internacionales, u organismos internacionales como; BM, FMI, BID, OEA, CAF, o pases desarrollados, entre otros. Cuando sabemos que son las malas ges-tiones clientelares, corruptas y retrgradas, las provocadoras y generadoras de tanta hambre y pobreza para la sana construccin social en Amrica Latina.

    Estos polticos de micrfono, sin partidos, y sin proyectos de pas, sin acciones claras de gobierno, les resulta sencillo engaar a sus pue-blos hacindose valer de una cnica legitimidad que no se posee. Creyndose con el derecho a violar sus constituciones y pactos polticos

    cada vez que se encuentran acorralados por sus sociedades.

    En efecto, globalizar la democracia lo enten-demos como una forma de reinventar lo poltico y la poltica en funcin de crear mayor confi an-za y desarrollo armnico, tanto en los asuntos concernientes a la funcin de gobierno, como de la economa.

    En fi n, trataremos en este trabajo sobre los cambios en las instituciones polticas a raz de la globalidad poltica, y cmo democracia debe por tanto reinventarse en sus espacios pblicos polticos para poder auto-organizarse entorno a la globalidad poltica y la globalizacin econ-mica, ello implica normalizarse, sancionarse y limitarse. Implica, volver a redescubrir la pol-tica y cmo ella puede volver a institucionalizar la democracia fundamentada en los partidos polticos como formas de gobierno para dirimir el confl icto en la sociedad desbordada y en la globalizacin desbocada para buscar ms confi anza entre los ciudadanos desde amplias posturas tericas en la ciencia poltica actual.

    1. Procesos de globalidad poltica

    La lucha se libra en varios frentes: El primero, en la relacin del Estado Nacional soberano, en la era de la globalidad y la segunda moderni-dad que sobrepasan los lmites del Estado y su soberana tanto poltica como territorial en los aspectos culturales e imaginativos. Explicamos: en el mbito poltico, se est ante procesos de integracin como el ALCA1, Mercosur2, TLC3, Unin Europea4, entre otros, los cuales obliga a

    1 El rea de Libre Comercio de las Amricas (ALCA) para el comercio hemisfrico occidental es un plan que fomentar el crecimiento econmico y las oportunidades econmicas, promover la integracin regional y fortalecer las demo-cracias. El ALCA se constituir en el mercado libre ms extenso del mundo, con un PIB combinado de alrededor de US$.13 billones en 34 pases y cerca de 800 millones de consumidores, desde Alaska hasta el extremo de Amrica del Sur. Fuente, Embajada de los Estados Unidos de Norteamrica.

    2 Tratado de la Asuncin de Paraguay de 1991, pases fi rmantes son: Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Para el libre comercio en la regin del Cono Sur en Amrica del Sur. (MERCOSUR)

    3 Tratado de libre comercio de Amrica del Norte, entre Mxico, EU. y Canad y Chile desde 2003. (TLC, NAFTA) Con la ratifi cacin de Clinton tres das despus de ser elegido entra en vigencia en 1993. Pero existe una larga historia que se remonta a los aos cuarenta. Para un anlisis ms detallado sobre el tema. Vase, Wettstein Morador, Mariana. La integracin latinoamericana: En busca de nuevos caminos? Impreso en IMMECA, Mrida-Venezuela, 1999, pp. 357.

    4 En la actualidad son 15 los pases miembros. Ellos son: Alemania, Austria, Blgica, Dinamarca, Espaa, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Italia, Reino Unido, Luxemburgo, Pases Bajos, Portugal y Suecia. Originariamente se llam Comunidad Econmica Europea (CEE) o Mercado Comn Europeo. Organizacin econmica de carcter supranacio-nal, instituida en el tratado de Roma el 25 de marzo de 1957. Pero es seis (6) aos antes, en 1951, fecha fundacional de la CECA, hasta la fi rma del tratado de Roma, y fueron varios los intentos para la creacin de un mercado comn. Pero fue posible gracias al llamado informe SpaaK de abril de 1956 y la reunin en Venecia de los ministros de los seis (6) de la Repblica Federal Alemana, Blgica, Francia, Holanda, Italia y Luxemburgo. Proceso de larga historia de integracin y cooperacin, en la cual ya cuenta con ms de 15 miembros y en la espera de 13 pases que estn tramitando su ingreso futuro como son: Bulgaria, Chipre, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Hungra, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Repblica Checa, Rumania y Turqua. Luego de las votaciones irlandesas a favor, ratifi cando de esa

  • 56

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    57

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    todos los pases fi rmantes, vivir en democracia, pero de manera transnacional local/global. Por tanto, en lo territorial se desdibujan las fron-teras, adems de una notable necesidad de intercomunicacin para paliar los efectos de la globalizacin econmica en los Estados con economas dbiles.

    En cuanto al segundo frente de lucha, el mismo se da cuando se sobrepasan las otro-ra concepciones culturales tradicionales de la poca industrial de la primera modernidad. Tratndose de un vertiginoso paso dado por el intercambio diario de bienes y servicios de consumo masivo de la poca postindustrial de la modernidad refl exiva.

    Por ejemplo, los smbolos pertenecientes al mundo de la globalidad, los encontramos en los aeropuertos internacionales, en donde se observa gente de todas partes del mundo, o personas de una misma regin interactuando. Obviamente, ya es posible observar los prime-ros efectos de la era global en sitios pblicos de inters privado. Y en cualquier caso, el hecho radica con la rapidez con la cual hoy gentes de todo el mundo se transportan y comunican gracias al alto auge y desarrollo de las tecno-logas. En ese sentido, hacemos tambin refe-rencia a la presencia del Internet como nueva forma comunicativa instantnea. En tal razn, actualmente, las principales actividades eco-

    manera el Tratado de Niza para la expansin entre otros que desean participar. Y tambin la votacin ciudadana por parte de los polacos para la entrada de su pas en el ao 2003. De hecho, su relativo xito econmico los ha llevado a la unifi cacin monetaria, (UE) pero no escapan a la volatilidad e inestabilidad de los mercados internacionales que afectan sus predios. As, como las votaciones para la constitucin Europea de Holanda, Francia (2005) e Inglaterra, que ha dado mucha tela para la discusin poltica entorno a la conformacin de un Estado Europeo. Por el rechazo de grandes poblaciones como los franceses.

    Ulrich Beck en su libro Qu es la globalizacin? Falacias del globalismo, respuestas a la globalizacin, hace un examen acucioso relata que en el mundo de la interconexin y medios masivos de comunicacin, las nuevas ge-neraciones deben pensarse entorno a sus signifi cados e identidades colectivas. Por ello, nos remite a pensar que vivimos desde hace algn tiempo en una sociedad mundial que implica relaciones sociales polticamente organi-zadas fuera del los Estados nacionales, en fi n donde la experiencia de vivir y actuar supera por encima y ms all de las fronteras. Sociedad mundial no signifi ca una sociedad de economa mundial, sino una sociedad no estatal. (Paids, 1998, p 146. ss.).

  • 58

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    59

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    nmicas, sociales, polticas y culturales de todo el planeta se estn estructurando por medio de Internet. De hecho, quedar al margen de dichas redes es la forma de exclusin ms grave que se puede sufrir en nuestra economa y en nuestra cultura. (Castells, 2001: 16)

    Este postulado y forma de pensar el mundo es asumido por quienes sostienen que el cambio se ha dado a partir de un factor fenomenolgi-co comunicacional, que provoca la continua y repetitiva reinvencin del imaginario cognitivo cultural de todos aquellos individuos que viven esa experiencia intercomunicativa del riesgo. Porque como bien lo ha sealado Ulrich Beck, en una frmula simple: El capital es global, el trabajo local. En todo el mundo y simultnea-mente, el trabajo frgil aumenta con rapidez, es decir, el trabajo a tiempo parcial, por cuenta propia, los contratos eventuales y otras formas de trabajo para las que apenas hemos encon-trado descripciones adecuadas. (Beck, 2002: 17)

    2. La frgil soberana Estatal de nuestros das

    Ante este fenmeno, digamos entonces, que la soberana estatal cae en desuso (no slo por lo comunicacional y poltico) por aquello de la transnacionalizacin del capital de los pases o empresas transnacionales o multinacionales, ya no dependientes sino intercomunicadas en el mercado de los nuevos smbolos, de la sociedad del consumo masivo. En tal sentido, si esta dinmica prosigue, dentro de diez o quince aos cerca de la mitad de la poblacin activa de occidente trabajar en condiciones de incertidumbre. (Beck, 2002: 17)

    Siguiendo nuestro anlisis, nos encontramos ante una suerte de intercomunicacin interde-pendiente recproca de Estados y gobiernos, ciudadanos, movilizacin social mundial, por trabajo u otros ofi cios, de empresas, divisas y por lo tanto de las culturas. Como resultado de lo anterior, en suma, los ciudadanos comportan tambin sentimientos de rechazo a lo nuevo, a lo no planifi cado nunca observado pero siempre reclamado en el fuero interno de los afectos, y condicionado hacia el fuero externo dentro de las relaciones sociales. Es precisamente all donde es preciso realizar estudios refl exivos so-bre las nuevas condiciones de vida dentro de la segunda modernidad entorno a los problemas internos de muchas sociedades por los efectos de la globalizacin.

    Es decir, Los que viven en esta sociedad posnacional, global, estn constantemente im-plicados en desechar las viejas clasifi caciones y en formular otras nuevas. Las identidades y las culturas hbridas resultantes son precisamente la individualidad, que determina a su vez la integracin social. De este modo, la identidad emerge de la interseccin y combinacin, y, por tanto, del confl icto con otras identidades. (Beck, 2003: 74-75)

    3. Los efectos de la globalizacin en la sociedad y la cultura

    Actualmente existen lneas de investigacin sobre aquellos fenmenos presentes que son producto de la globalizacin, los cambios y los efectos que le siguen producen en la sociedad y la cultura. En este caso, haremos referencia a lo colectivo, en tanto y en cuanto, trae parejos profundos confl ictos afectivos del entorno indi-vidual de algunos seres humanos que afrontan dichos cambios que repolitizan lo pblico. Es decir, la globalizacin econmica y tecnolgica de los medios y las redes electrnicas vehicu-lan una multiculturalidad que hace estallar los referentes tradicionales de identidad. Y al esta-llar el sujeto social unifi cado que representaba las fi guras del pueblo y de nacin se desnuda el carcter problemtico que hoy adquiere las confi guraciones de lo colectivo y de lo pblico. (Martn-Barbero: en De la Roche, 1998:36)

    Autores tales como Anthony Giddens, han sostenido que la globalizacin surge en el mo-mento en que a fi nales de los sesenta, con la puesta en rbita del primer satlite, se produjo la comunicacin instantnea entre dos partes cualesquiera del planeta en momentos instan-tneos.

    De este modo, las comunicaciones y la puesta en uso de las nuevas tecnologas, permitieron, de esos aos ac, la comunicacin de las personas para poder enterarse de lo que suceda en un mismo da al otro extremo del mundo. Para nues-tro trabajo de investigacin, lo ltimo expuesto radica en la globalidad, basada sta en las nue-vas tecnologas como medio de conexin entre los seres humanos en todo el globo; comporta cambios teledirigidos por los medios de comuni-cacin masiva y dicho proceso de globalidad tam-bin toca a las instituciones polticas que deben reacomodarse para satisfacer las necesidades de los ciudadanos, para evitar confl ictos sociales y poder mantener la funcin de la democracia en sus sistemas de gobierno.

  • 58

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    59

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    Niveles de interconexin global y local en la sociedad de la ambivalencia

    De hecho, vivir en la sociedad del riesgo signifi ca plantear un nuevo estilo y tipo de democracia, en donde la poltica y lo poltico se proyectan de abajo hacia arriba. Es decir, la sociedad civil demanda ms y mejores condiciones de bienestar social y se organiza para ello dejando atrs las instituciones tra-dicionales, y creando nuevas formas de parti-cipacin poltica en donde las ONG y sociedad civil organizada demuestran su efi cacia, pero tambin plantea un problema el cual es la falta de instituciones y partidos polticos organiza-dos para satisfacer las demandas sociales. Ello trae como consecuencia un dfi cit de la democracia.

    Asimismo, nuestra sociedad civil ha demos-trado tener capacidad de tolerancia y de cultura

    democrtica a pesar del morbo de nuestros lde-res polticos. En fi n y como lo ha postulado Polly Toynbee: Todos stos son motivos para pensar que gran parte de la globalizacin es fundamen-talmente una fuerza benefi ciosa, algo que merece la pena fomentar. Podemos ser evasivos y enga-arnos a nosotros mismos, pero la verdad es que Occidente tiene razn al pretender extender su cultura por todo el mundo. Aunque no nos guste reconocerlo, todos somos misioneros y creemos que nuestros mtodos son los mejores cuando se trata de asuntos verdaderamente importan-tes: La libertad, la democracia, la liberacin, la tolerancia, la justicia y el pluralismo. Nuestra cultura es la cultura de los derechos humanos universales y no hay concesiones posibles. (Toynbee, 2001)

    Vase para un anlisis ms detallado Appadurai, Arjun, La modernidad desbordada. Dimensiones culturales de la globalizacin. F.C.E, 2002.

  • 60

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    61

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    4. Los afectos en la vida individual globalizada Como veremos a continuacin, Arlie Russell Hochschild, se pregunta en reciente escrito, Cmo debemos entender los efectos de la globalizacin sobre el afecto? Qu sabemos de ello, qu pensamos y sentimos al respecto? Si se forman ms cadenas mundiales de afecto, Los movimientos y las consecuencias se caracteri-zan por la bondad o la crueldad? Dado lo dura que es la pobreza, no son preguntas fciles de responder. Pero no nos hemos ocupado plena-mente de ellas, en mi opinin, porque, para la mayora de nosotros, el mundo se globaliza a ms velocidad que nuestros corazones. Vivimos en el mundo pero tenemos sentimientos loca-les. (Russell, 2001: 189) Como resultado de lo anterior, en s, cabra aplicar aqu, aquella presuncin weberiana segn la cual las teoras y conceptos de anlisis no superan por ms ni ms, a la continua y fundante realidad del mundo en que vivimos.

    Obviamente, el paso de una sociedad tradi-cional-industrial (modernidad clsica, primera modernidad) se debi a un proceso gradual, que supera sus fronteras, hacia una sociedad pos-tindustrial de consumo (segunda modernidad). Esta ltima crea a su vez una globalizacin eco-nmica desigual en todas partes con relacin a los niveles micro y macro econmicos dentro de la sociedad. Lo mismo supone una globalidad poltica en proceso. De esa manera se da paso a una sociedad autnoma de consumidores, cada vez ms necesitados de productos transnaciona-les, por aquello de la infoeconoma de Manuel Castells en redes de distribucin masiva. Es por ello que, Internet es un instrumento fundamen-tal para el desarrollo del tercer mundo, opinin en la que coincido con algunas de las personas que realmente tienen la capacidad para cam-biar las cosas, como Kofi Annan, Thabo Mbeki o Ricardo Lagos. Pero eso no quiere decir que a base de difundir Internet sin alterar el contexto de su utilizacin, conseguiremos transformar la situacin actual, en la que un 50% de la hu-manidad sobrevive con menos de dos dlares al da y la mitad de la poblacin no ha hecho o recibido una llamada telefnica en su vida. (Castells, 2001: 21)

    Desde entonces se han producido algunos cambios en relacin a los efectos que la glo-balizacin tiene sobre los sentimientos y los afectos emocionales de los seres humanos que viven en pobreza y tratan de buscar seguridad tanto social como laboral. Como tambin los cambios que genera la globalidad poltica en las instituciones de la democracia representativa en el Estado de Derecho. Ello trae como conse-cuencia las migraciones masivas hacia pases ms desarrollados.

    En esas condiciones de riesgo a muchos ciu-dadanos del mundo, y en especial a quienes provienen de los pases subdesarrollados, les resulta difcil dejar atrs sus lugares de naci-miento para buscar fortuna y seguridad dentro de esta sociedad avanzada del riesgo e incer-tidumbre. Por ello, ya podemos observar sus primeros efectos, y es un hecho que relata muy especialmente Arlie Russell Hochschild, cuando nos explica, que las personas del mundo glo-bal; no slo quieren ganar ms sino tambin tener ms seguridad. (Russell, 2001: 191) En s, esa inseguridad generada por las crisis que provoca la misma globalizacin en los pases en vas de desarrollo, ha generado movimientos migratorios que alcanzan a ms del 2% de la poblacin mundial.

    Lo que s se desprende con claridad, es que ese 2% de la poblacin mundial cree que la emigracin es un billete de lotera hacia una vida mejor, pero tambin una pliza de segu-ros contra las devaluaciones de moneda y las bancarrotas empresariales en el pas de origen. (Russell, 2001: 191)

    Nada ms incierto para los ciudadanos del mundo que deben confrontar dicha situacin de inseguridad y riesgo, como una posible solu-cin al paro y la economa informal, del trabajo cvico, en donde las instituciones tradicionales de la poltica no logran dar respuestas coheren-tes. Y ello crea polticos no profesionales de los partidos lo que termina generando populismos y autoritarismos. As, podemos observar cmo, desde la poca del general Boulanger hasta la llegada al poder de Hugo Chvez, ha sido y sigue siendo un fenmeno sinnimo de crisis social, poltica y econmica por la fractura entre los ciudadanos, fractura entre los que se benefi cia-ron y los que fueron vctimas de la modernidad,

    5 Aqu, no pensamos abordar el tema sobre la Consolidacin Democrtica. Pero para un anlisis ms profundo sobre el tema en cuestin, vase en especial, el clsico concepto de Poliarqua de Robert Dahl en su emblemtico libro La Poliarqua. Adems vase, O Donnell, Guillermo en articulo publicado en la Revista Nueva Sociedad, N 144. Ilusiones sobre la consolidacin, Caracas, Julio-Agosto 1996. Vase, tambin, J. Linz: Transitions to democracy, en Washintong Quarterly N 13, 1990, p. 156. En donde hace la afi rmacin, que la nica jugada posible the only in town. Posicin rebatida por O Donnell, en el artculo al que hacemos referencia.

  • 60

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    61

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    en el proceso de establecimiento de la democra-cia y los partidos, que en muchos sentidos se alejaron de las formas modernas de la poltica para satisfacer las demandas sociales por la no rendicin de cuentas hacia la poblacin, que demandaba mejoras sociales, y que el Estado de bienestar, entorno a la social democracia y el social cristianismo, no supli. Mucho menos el comunismo y socialismo de corte totalitario.

    Por ello, los movimientos neo-populistas acuden a una dialctica simplifi cadora y anti-poltica en la cual enlazan argumentos proce-dentes de ideologas tericamente heterog-neas, que para pocas de globalidad poltica y globalizacin econmica no dan respuestas satisfactorias.

    De hecho, ya Klaus Von Beyme lo ha anali-zado muy bien cuando expone: Las relaciones de intercambio entre cultura y economa han pasado a primer plano. (Von Beyme, 1994:155) As pues, como ya se mostr anteriormente, la explicacin aportada por Beyme, se refi ere a la comercializacin de la cultura. Tratase del intercambio que se produce dentro del mbito del estudio de lo cultural y politolgico. Tratase de una suerte de multiculturalismo en donde la primera modernidad se recrea, afectando sin embargo todo lo que toca. Es decir, la globaliza-cin de la segunda modernidad, tambin toca las relaciones afectivas dentro del imaginario valorativo de hombres y mujeres que viven en el mundo del riesgo. Es ms, lo encontramos en la expresin cultural del nuevo sentimiento vital es el pop art, que privilegia la iconografa del mundo cotidiano. (Von Beyme, 1994: 154) Afectando as, las instituciones creadas en la primera modernidad.

    Aunque no debemos pasar por alto el hecho de que en las sociedades en vas de desarrollo, la infoeconoma propuesta por Manuel Cas-tells, est en etapa embrionaria. Porque si algo es evidente es que, los pases con economas dbiles, estn sumamente golpeadas por graves crisis polticas y econmicas en busca, adems de su consolidacin democrtica.5

    Para decirlo en palabras de Alain Touraine, ya no creemos en el progreso (...) La afi rmacin ms fuerte de la modernidad era que somos lo que hacemos; nuestra vivencia ms intensa es que no es as, sino que somos cada vez ms ajenos a las conductas que nos hacen repensar los aparatos econmicos polticos o culturales que organizan nuestra experiencia. (Touraine, 1998: 27)

    Entre otras difi cultades, de lo que se trata, para algunos, es reinsertarse en el fl ujo de las

    nuevas tecnologas. Sin embargo, otros, buscan encerrarse en sus propias vidas de solidaridades dispersas y limitadas. Pero en todo caso, ello depende del telescopio con que observemos, y adems, si lo que vemos nos gusta, atrae y convence, porque ciertamente en nuestros das, vivimos una mezcla de sumisin a la cultura de masas y repliegue sobre nuestra vida privada. (Touraine, 1998: 27)

    5. La Modernidad refl exiva

    Hasta ahora hemos hecho mencin (en gran-des rasgos) de los profundos cambios que se experimenta hoy en la civilizacin a raz de los fenmenos mundiales inscritos dentro de la era postindustrial globalizada, tanto del mercado, las instituciones polticas como de la cultura. Observndose entre otras razones, el hecho de que, no slo la economa est internacionali-zndose. Las relaciones sociales y culturales tambin. Y por su puesto, las formas y los estilos de vida. (Mires, 2001:14) Asimismo, para mu-chos espacios de experiencia extraeuropeos, la globalizacin es un simple eufemismo que sirve para disfrazar una nueva forma de explotacin e imperialismo; es decir, la dictadura del mercado mundial. (Beck, 2002: 10)

    Precisamente esta transformacin lleva al cambio paradigmtico de nuestra sociedad global. Y, en cualquier caso, este quiebre pa-radigmtico del pensamiento moderno y sus prcticas polticas es lo que ampla nuestros criterios de anlisis hacia posiciones auto-re-fl exivas, que por paradjico que nos parezca, es modernidad en sentido refl exivo.

    Con la agravante de que modernizacin refl exiva signifi ca que un cambio de la so-ciedad industrial que se produce de forma subrepticia (oculta) y no planeada, a remol-que de la modernizacin normal, de modo automatizado, y dentro de un orden poltico y econmico intacto implica lo siguiente: Una radicalizacin de la modernidad que quiebra las premisas y contornos de la sociedad in-dustrial y que abre vas a una modernidad distinta. (Beck, 1994: 15)

    Verbigracia, decir postmoderno es como de-cir post-medieval, o, post-renacentista o post cualquier cosa que existi en el pasado. Lo que s parece claro, es que, llmese como se quiera, un determinado modo de entender al mundo est siendo reemplazado por otro que fue ima-ginado (o soado). Ese es el quiebre aludido, y, a ese me referir con el nombre de revolucin paradigmtica. (Mires, 1996: 152)

  • 62

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    63

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    Lo que se desprende con claridad cuando hablamos de modernidad es que uno de sus principales ideales especfi cos, era el ideal de la poltica. De all que: La modernidad empieza cuando el espacio y el tiempo se separan de la prctica vital y entre s, y pueden ser teorizados como categoras de estrategia y accin mutua-mente independientes, cuando dejan de ser -como solan serlo en los siglos premodernos- aspectos entrelazados y apenas discernibles de la experiencia viva, unidos por una relacin de correspondencia estable y aparentemente invulnerable. (Bauman, 2003: 14) Porque la poltica y lo poltico cohesionaban el orden den-tro de las sociedades industriales de la primera modernidad.

    En tal sentido, tanto en la primera, como en la segunda modernidad, lo poltico y la poltica siguen siendo fundamentales para establecer las condiciones bsicas para las relaciones sociales tanto en los mbitos internos como a niveles externos, entre los seres humanos en espacios tanto pblicos como en los privados en sus demandas.

    Por ello, el paso de la primera a la segunda modernidad no se efecta- y esto es lo esencial - como un trastorno original ni como una re-volucin, sino como algo no poltico, fuera del Parlamento, del gobierno y de la vida pblica, o incluso como un gran cambio producido por las consecuencias asociadas, cambio que solo se hace visible, de manera paulatina y en toda su profundidad y alcance, en el contraste de las distintas opiniones. (Beck, 2002: 22)

    6. Nuevos modos de representacin y participacin poltica en la globalidad

    Lo que ha sucedido, por tanto, es un cambio con respecto a los modos de establecer las agendas polticas a raz de los cambios en la representacin y participacin de los ciuda-danos. Es decir, entran en juego las nuevas estructuras e instituciones comunicacionales y organizativas como las ONGs para establecer las agendas dentro de la toma de las decisiones como componentes en pugna con los tradicio-nales partidos polticos. Asimismo ya no es la legislacin la principal para la resolucin de los confl ictos sociales dentro de los Estados y los gobiernos. Porque la poltica, fue durante la fase clsica de la modernidad el principal instrumento para establecer la agenda de eleccin, fue la legislacin. Porque la eleccin para el individuo como elector fue su principal motivo de preseleccin a sus legisladores de

    un Estado laico. (Bauman, 1999: 81) Con la entrada de la modernidad, quedan algunos de los pensamientos del mundo pre-moderno y la explicacin social cohesionadora de las rela-ciones sociales como aquellas que eran de tipo y criterio mstico- religioso. Este fenmeno lo observamos an hoy da en aquellos regmenes de corte populista que bajo el supuesto mstico se hacen del poder.

    De hecho, existen tipologas que han perma-necido a lo largo del tiempo y que es comn a cualquier forma tanto de populismo, como de neo-populismo: el culto al jefe. El lder populista reivindica el sentido comn (Roland Barthes, Mythologies, 1957: 87) y se presenta como la alternativa a la crisis. Es el Mesas, que inten-ta simbolizar los valores del pueblo bajo una retrica marginal.

    A cambio del culto al jefe, se propone una vuelta a una mtica edad de gloria, a los equili-brios tradicionales alterados por la corrupcin de los polticos, bajo reformas plesbiscitarias de participacin. El culto al jefe, desde las perspec-tivas mticas, casi religiosas, se presenta como un elemento indispensable para la comprensin del populismo y su vertiente moderna, el neo-populismo.

    En este sentido, aparecen identidades ma-nipuladas por los vnculos mass-mediticos e individuos que se refugian en la fe hacia los poderes polticos personalistas. (Madueo, 2002: 55)

    De tal manera, cuando hacemos alusin a la modernidad refl exiva, o segunda modernidad, la poltica democrtica en torno a los partidos polticos de viejo corte, deja de ser el ideal cohe-sionador en manos del Estado Nacin. De sta manera se recrea una sociedad postindustrial, auto-organizativa, teledirigida en muchos as-pectos imaginativos por las nuevas tecnologas. Pues en esas condiciones, toda interpretacin que intentemos establecer se derrumba en el mismo momento en que las sociedades con economas dbiles no acceden a las nuevas tecnologas de la era postindustrial de cambios polticos y econmicos.

    Pero tambin en el momento en que las so-ciedades desarrolladas se sienten vulnerables a los ataques terroristas y distintos movimientos anti-globalizadores que estn planteando una nueva poltica contra el terrorismo global orga-nizado, y que afecta tanto a pases desarrollados (como el caso de los ataques terroristas el 11 de septiembre de 2001 en E.U, en Madrid 2004 y Londres 2005) como a pases subdesarrola-dos (como el caso de Colombia con los grupos

  • 62

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    63

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    Aspectos que afectan el desarrollo de la democracia

    guerrilleros y paramilitares, Iraq, Afganistn, Bosnia, entre otros en el mundo).

    Como resultado de lo anterior,a los individuos como ciudadanos mundiales, consumidores de bienes y servicios, en esas condiciones (de po-breza) les resulta difcil acceder a unos mejores niveles de vida. Y para los segundos, el temor a sentir la inseguridad ante los movimientos terroristas. Es decir, todos sufrimos en el mundo de la globalizacin econmica y de la globalidad poltica, la desarticulacin institucional, inse-guridad y el riesgo, tanto ciudadanos de pases

    pobres (subdesarrollados) como los ciudadanos de pases ricos (desarrollados). Estamos ante la igualdad de condiciones frente a problemas de la era de la globalidad en la sociedad del riesgo, incluso hasta del riesgo ecolgico.

    En este sentido, el discurso sobre la se-gunda modernidad, o sobre la modernizacin refl exiva, apuntan ante todo a una autocrtica radical de la teora y sociologa de la moder-nizacin occidental. Con l se abre un nuevo espacio para un debate cosmopolita acerca de los objetivos, valores, presupuestos, contextos

    6 Vase, Giddens, Anthony. Un mundo desbocado. Los efectos de la globalizacin en nuestras vidas, Taurus, 2000. Tam-bin Vase, Giddens Anthony. La tercera Va. La renovacin de la social democracia, Taurus, 1999. Para Giddens,La poltica de la vida no es una poltica de oportunidades de vida sino de estilo de vida. Se refi ere a las discusiones y luchas sobre cmo (en tanto que individuos y en tanto que humanidad colectiva) debemos vivir en un mundo en el que lo que solan establecer la naturaleza a la tradicin est sometido ahora a decisiones humanas. Vase, Giddens, Anthony, En defensa de la sociologa, Alianza Editorial, 2000, p 84.

  • 64

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    65

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    y posibles senderos de modernidades alterna-tivas. (Beck, 2002: 22)

    De hecho la gente del mundo que padece la pobreza, (por diferentes motivos: confl ictos polticos, tnicos, religiosos o terroristas, eco-lgicos) generada dentro de sus pases, y con dbiles economas, se ven y se sienten despla-zados de la sociedad del consumo. Son vistos y catalogados por el mercado global, como seres humanos anormales, sociedades subdesarro-lladas anormales. La verdad desnuda es est: sin seguridad material no puede existir liber-tad poltica, ni por tanto democracia alguna; y entonces todos nos sentimos amenazados por nuevos y antiguos regmenes e ideologas tota-litarios. (Beck, 1998: 98)

    Pareciera ser, que las sociedades pobres, son miradas como sociedades folclricas culpa-bles ellas mismas de su propia tragedia poltica y econmica. En donde la culpa viene dada por sus propias clases polticas.

    No olvidemos que la interconexin e inter-comunicacin de la globalidad poltica sucede mucho ms rpido que nuestras vidas diarias. Adems, por muchas vas un tanto confl ictivas, como el terrorismo, narcotrfi co y otros fen-menos no menos importantes.

    De hecho los medios de comunicacin sirven como transmisores de angustias, por la trans-misin diaria de informaciones negativas que en los receptores produce angustia y desconfi anza. Que en muchos sentidos quiebra la confi anza de los mercados internacionales y provoca en el ciudadano la despolitizacin a la democracia como modelo de rgimen poltico. Presuncin palpable con la aparicin de liderazgos outsi-der. Es decir, lderes polticos alejados de la profesionalizacin poltica entorno a partidos polticos. Lo que producen estos liderazgos es; los populismos y neo-populismos de corte anti-polticas, que promueven el quiebre de las instituciones creadas por los procesos democra-tizadores. Aumentando as los confl ictos socia-les, polticos y econmicos en los pases donde se generan y recrean como Mesas, promotores de la anti-poltica, y ello genera una alta tasa de desconfi anza hacia las instituciones de la democracia representativa.

    Sin embargo, muchos de los valores y fi nes de carcter ltimo que parecen orientar la ac-cin de un hombre no los podemos comprender a menudo, con plena evidencia, sino tan slo, en ciertas circunstancias, captarlos intelec-tualmente; ms tropezando con difi cultades crecientes para poder revivirlos por medio de la fantasa endoptica a medida que se aleja ms

    radicalmente en nuestras propias valoraciones ltimas. (Weber, 1992: 7)

    Al mismo tiempo, el elemento de control a individuos panpticamente, comporta un elemento hacia a dentro de s mismo con res-pecto a los dems. Se ve en muchos aspectos ya condicionados por las acciones sociales ya preestablecidas. Esas acciones preconcebidas eran lo que en la modernidad tradicional logra-ba cohesionar. En la poca de la modernidad refl exiva (segunda modernidad), el elemento va-lorativo, panptico ya no limita las conductas sociales, ello nos remite a revivir esos valores, y con hechos a fi nes, desprovistos de signifi cado en la sociedad global de lo heterogneo.

    En tal sentido, en el panptico los internos estaban inmovilizados e impedidos de cualquier movimiento, confinados dentro de gruesos muros y murallas custodiados, y atados a sus camas, celdas o bancos de trabajo. No podan moverse porque estaban vigilados; deban per-manecer todo momento en sus sitios asignados porque no saban, ni tenan manera de saber, dnde se encontraban sus vigilantes, que tenan libertad de movimiento. (Baumam, 2003: 15)

    Otro tanto ha ocurrido en el cual la moder-nidad clsica debe revivirse para comprender el declive de ella misma y poder explicar la segun-da modernidad que es en s, modernidad refl exi-va. Puesto que, la modernidad postmoderna, al no ser puramente moderna, debe pensar de nuevo a la modernidad y de nuevo signifi ca en sentido estricto, desde sus propios orgenes (...) resulta as inevitable en lazar el pensamiento postmoderno, lo que obliga a retornar, es decir, a dialogar con autores que la modernidad dio por superados que tienen mucho todava que decir. (Mires, 2001: 9) Casos como los estudios clsicos de Hobbes, Maquiavelo y en especial Montesquieu, junto con Tocqueville, son de gran relevancia para repensar la democracia como sistema representativo de gobierno. Adems de ver la democracia y la poltica, no nica y exclusivamente como forma de gobierno, sino como forma de vida.6

    Finalmente, bien podramos decir que la accin del individuo no responde ante terce-ros. Pero en realidad, resulta todo lo contrario, porque nuestras acciones que pueden parecer individuales, y pueden en algn momento tener consecuencias en terceros que a su vez tendrn consecuencias en otros y as sucesivamente que los polticos deben estar atentos para poder dar respuestas efectivas en cuanto al cambio global de las instituciones de la democracia. Y adems se ve afectado y obtiene signifi cado en el proceso

  • 64

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    65

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    de socializacin. Por la misma razn, el proceso de socializacin segn Baumam, no tiene fi n; se prolonga durante toda la vida y produce una compleja interaccin entre libertad y dependen-cia. (Bauman, 1990: 38) Y la dependencia es la base social del poder panptico de la primera modernidad.

    Es una suerte de socializacin de la indivi-dualizacin interna que se puede considerar ciertamente desde aspectos tanto religiosos: moralidad, privacidad ntima, entre otros, como la bsqueda de un trabajo (en busca del benefi cio propio) para la obtencin del bien material ms deseado por el hombre como lo es el dinero. El dinero les permite a los hombres (desde su creacin hasta ahora) en su accin social acceder a los bienes de con-sumo y servicios creados por terceros, mejora el sistema de cambio (sociedad capitalista de consumo) pero, en el caso de la accin social que est orientada por otros, por sus acciones y repercusiones en la sociedad. Somos una parte de un todo, que a su vez se relaciona con su entorno, por lo tanto, el individuo (so-cializado) es una parte del todo y, el todo es tambin parte del individuo.

    Asimismo ser parte de un todo implica ade-ms, por los cambios drsticos del mundo de hoy, un proceso de socializacin secundaria producida por razones de mltiples explica-ciones, por condiciones externas que obligan a los individuos a un desconocimiento a su so-cializacin primaria para adaptarse a los nue-vos procesos y estructuras de la vida y de las instituciones. Es precisamente all en donde la globalidad cultural y la globalizacin econmica han entrado en las instituciones polticas de la primera modernidad, sin que los polticos se den cuenta de lo que ello signifi ca. As, los polticos no cosmopolitas se pierden en un mar de ideo-logas pasadas, retricas y borbnicas que nada aportan para los problemas de la sociedad del riesgo en permanente transformacin.

    Desde las posturas crticas a estos plantea-mientos se postula que: lo que induce a tan-tos tericos a hablar del fi n de la historia, de postmodernidad, o articular la intuicin de un cambio radical en la cohabitacin humana y en las condiciones sociales que restringen actual-mente a las polticas de vida, es el hecho de que el largo esfuerzo por acelerar la velocidad del movimiento ha llegado ya a su lmite natural. (Bauman, 2003: 16)

    En s, y como lo propone Bauman: La dia-lctica de la libertad y la dependencia empieza con el nacimiento y termina con la muerte.

    (Bauman, 1990: 39) Es por ello que el proceso de socializacin nunca se agota en la vida de los hombres de distintas sociedades. Y es pre-cisamente ah en donde la globalizacin tiene un rol de importancia porque los cambios que produce, tanto en lo econmico, poltico como en lo cultural, nos remite a una continua so-cializacin y resocializacin de nuestras vidas, tanto colectivas (pblicas) como cotidianas. Es decir, tanto pblicas como privadas. Entre tanto, la desintegracin social es tanto una afeccin como un resultado de la nueva tc-nica del poder, que emplea como principales instrumentos el descompromiso y el arte de la huida. (Bauman, 2003: 19)

    Es un hecho que el individuo responde en su gran mayora a conductas en masa (colectivas) en los asuntos polticos. Diramos entonces que el consumo se manifi esta en una relacin en donde el que no consume no pertenece a la sociedad de consumo. Se corre entonces un estado y situacin de desamparo, tanto social como Estatal. Ello afecta de manera drstica la funcin de la democracia en los Estados que padecen graves crisis, tanto econmicas como polticas.

    Ms an, nuestra vida est incidiendo en la manera como se estn conformando las formas culturales. Siempre ha sido as. Pero cada mo-mento, cada tiempo en particular, ha tenido su manera, sus formas de expresin Cules son hoy da esas formas? Se trata de dar una res-puesta, puramente descriptiva en esta primera aproximacin, porque sabemos que debemos ir hacia la interpretacin/explicacin de por qu es as y no de otra manera. (Bisbal; Pasquale, 1999: 97)

    Es as como los pobres (invalidan los resul-tados de la socializacin anterior y exigen una reestructuracin radical del comportamiento, lo que a su vez requiere nuevas habilidades y nuevos conocimientos) (Bisbal; Pasquale, 1999: 39) se enfrentan a la sociedad que los hace invisibles para no sentirse parte de esa marginacin impuesta. Y, si hemos dicho que somos parte de un todo, tambin esa margina-cin nos afectar de manera negativa ms que de manera positiva en algn momento. Dentro del ejercicio de la gobernabilidad democrtica en el mundo de la globalidad de manejo suma-mente confl ictivo y violento. Porque los margi-nados buscarn a como de lugar ser parte de la sociedad de consumo, o en oposicin a ella, lo llevar hacer cualquier cosa, tanto lcita como ilcita, para alcanzar ese fi n por el medio que tengan disponible.

  • 66

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    67

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    En conclusin, de ah que la globalizacin (en sentido econmico) desdibuja los lindes de inters entre hombres, mujeres, mercados, ca-pitales y gobiernos. En s, descubrir la poltica y redescubrir sus bases, signifi ca interactuar como Homo Videns (Sartori, 1998) en los terre-nos de lo escenogrfi co e interactivo.

    El asunto se torna escabroso por las des-igualdades que ello ocasiona en muchas zonas, e incluso en los propios pases ms desarrolla-dos. Por ejemplo en pases como Estado Unidos, Alemania, Italia, Espaa, Francia, Australia; se encuentran cmulos de sub-culturas en pugna que proliferan cada da ms por las migraciones causadas por las crisis econmicas. Y estas cla-ses migratorias en dichos pases se encuentran separadas por redes de autopistas o zonas ur-banas, que se auto excluyen de la clase social propia en donde se hallan. Y, las clases tradi-cionales los excluyen de diversas formas.

    Por consiguiente, la globalizacin no tiene carcter uniforme en relacin con los movi-mientos migratorios, y los polticos en el mbito local tienen posiciones distintas de enfrentar tanto problemas econmicos, como problemas de clases.

    Asimismo se nos presentan por la crisis de la poltica los liderazgos outsiders de la poltica populistas que como vendedores de milagros, (Popper, Condry, 1998:34-35) aprovechan si-tuaciones de descontento popular en pocas de transicin confl ictiva, para hacer uso de la propaganda populista-fascista, que margina la discusin democrtica.

    Estos neo-lderes hacen del insulto un dis-curso; y la confrontacin su bandera, radicali-zan a los sectores lumpe- y enfrentan clases para hacerse del poder, como trafi cantes de esperanzas.

    Los polticos estn aprovechando y sacando ventaja del video poder, como forma de venta de un producto en el mercado de los teleespectado-res, en contra de sus oponentes polticos. Pero adems, y de esa manera, est naciendo un nuevo tipo de liderazgo no proveniente de los partidos polticos tradicionales, ni mucho menos polticos de carrera poltica. Una suerte de lde-res polticos anti-partido, outsiders (alejados de la forma partido de hacer la poltica y lo poltico) que por medio de su personalidad carismtica (Weber) comienzan a tener relevancia poltica dentro del debate social, por la misma culpa de las promesas incumplidas por los partidos polticos tradicionales. Fenmeno presente en todas las democracias en la actualidad. Y es un problema, ste ltimo, mucho ms acentuado en las dbiles democracias latinoamericanas.

    Grosso modo, afianzaremos entonces la idea en la cual la sociedad de consumo (sin proyeccin social en la democracia de partidos actuales) marginar cada da ms a los seres humanos sin recursos, una suerte de postmo-dernidad perifrica de las desigualdades que en muchos casos olvida la infoeconoma de la modernidad refl exiva. Y se debe tener en claro que los medios de comunicacin, en especial la televisin, desencadenan mltiples confl ic-tos por la publicidad que transmite en todo el mundo de productos y bienes que muchos seres humanos estn limitados a obtener. Ello produce confl ictos sociales que se multiplican debido a las malas gestiones de los gobiernos e instituciones, partidos polticos o lderes que re-presentan a miles de ciudadanos no cumpliendo con un mejoramiento de los sistemas de vida de muchos ciudadanos que padecen ante los riesgos y la inseguridad social y de vida.

    Digamos siguiendo a Bauman que: por otra parte, el equilibrio nunca es el mismo para todos los seres humanos. Recordemos el papel que desempean los recursos disponibles para que una eleccin sea una proposicin realista y via-ble. Recordemos tambin la infl uencia que los horizontes establecidos por la situacin social original tienen sobre los proyectos de vida y los objetivos que nos parece atractivo perseguir... Lo que llamamos privilegios se nos presenta como un mayor grado de libertad y un menor grado de dependencia. (Bauman, 1990)

    Siendo as la situacin que se presenta que en la poca de la segunda modernidad, o de la modernidad refl exiva, debemos pasar ahora hacer anlisis sobre las formas y los nuevos modos explicativos en los lenguajes y smbolos del mundo de la globalizacin y de la globalidad poltica por los cambios polticos y sociales que se presentan en la actualidad en la sociedad occidental.

    Es por ello que, resultan ms responsables de la crisis actual los actores pblicos que los privados, pues la funcin de aquellos es precisa-mente la de asumir la responsabilidad histrica sobre el destino colectivo; pero no por ello dejan estos ltimos de ser tambin responsables, ya que tambin tomaron decisiones relativas a su propio mbito privado (nico sobre el que se asumen responsabilidades exigibles); decisio-nes que, al agregarse colectivamente, determi-naron en buena medida el curso defi nitivo de los acontecimientos. Comencemos, pues, por pedir cuentas a los actores pblicos, sealando su protagonismo de primera fi la en el desen-cadenamiento de la difcil crisis actual. (Gil, Calvo, 1993: 52).

  • 66

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    67

    REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)REFLEXIN POLTICA AO 7 N 14 DICIEMBRE DE 2005 ISSN 0124-0781 IEP - UNAB (COLOMBIA)

    No pensamos profundizar mucho en ste apartado sobre el fenmeno outsiders. Digamos simplemente que el espectculo teledirigido y de cierta manera, las nuevas tecnologas, tambin socavan la funcin poltica, tanto de los partidos polticos como instituciones re-guladoras de los confl ictos sociales, como de los profesionales de la poltica y sus funciones pblicas.

    La nueva imagen del mundo, toca a las mu-jeres, la familia, la educacin y el trabajo en el marco de la globalizacin econmica y de la globalidad poltica entorno a las democracias representativas, y el Estado-Nacin, ese es el cambio al que aludimos como proceso poltico que lleva implcita la globalidad poltica y la globalizacin de los mercados en el cambio institucional presente.

    Referencias

    APPADURAI, Arjun. (2001): La modernidad Desbordada. Dimensiones culturales de la globalizacin, Argentina, F.C.E

    BAUMAN, Zygmunt. (2003): Modernidad liquida, Argentina, F.C.E.

    -------------------------. (2000): Trabajo, consumismo y nuevos pobres, Barcelona, Gedisa Editorial.

    --------------------------. (1999): En busca de la poltica, Argentina, F.C.E.

    ---------------------------. (1990): Pensando sociologicamente, Buenos Aires, Ediciones Nueva Visin.

    BECK, Ulrich/Elisabeth Beck Gernsheim. (2003): La individualizacin. El individualismo institucionalizado y sus consecuencias sociales y polticas, Barcelona, Paids.

    BECK, Ulrich. (2002 b): Libertad o capitalismo. Conversaciones con Johannes Willms, Barcelona, Paids.

    ------------------. (2002a): la sociedad del riesgo global, Espaa, Siglo Veintiuno Editores.

    ------------------. (2000): La democracia y sus enemigos, Barcelona, Paids.

    ------------------. (2000): La Europa del trabajo cvico, Claves de Razn prctica, Madrid, Nm. 106, p 4-14.

    ------------------. (1999): La invencin de lo poltico, Argentina, F.C.E.

    ------------------. (1998): La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad, Barcelona, Paids.

    ------------------. (1998b): Qu es la globalizacin?. Falacias del globalismo, respuestas a la globalizacin, Barcelona, Paids.

    ------------------. (1997): La reinvencin de la poltica: Hacia una teora de la modernizacin reflexiva. En Modernizacin reflexiva. Poltica, tradicin y esttica en el orden social moderno, Madrid, Alianza Universidad.

    BISBAL, Marcelino. (2000): Otros lugares para pensar la poltica. O consecuencias en la poltica de la mediacin comunicativa, Humanitas. Portal temtico en humanidades, N 12 C, Caracas.

    BRNNER, Jos Joaqun. (1999): Globalizacin cultural y postmodernidad, Chile, F.C.E.

    CASTELLS, Manuel. (2001): La galaxia Internet. Reflexiones sobre Internet, empresa y sociedad, Madrid, Plaza & Janes.

    ----------------. (2003): Una seguridad ilusoria. Institut de Cincies Poltiques i Socials de Barcelona.

    DOGAN, Mattei. (2001): La ciencia poltica y las otras ciencias sociales. En Goodin, Robert y Klingemann Hans-Dieter (eds.) Nuevo Manual de Ciencia Poltica, Tomo I, Espaa, ISTMO.

    DE VENANZI, Augusto. (2002): Globalizacin y corporacin. El orden social en el siglo XXI, Barcelona, Anthropos.

    GARCA CANCLINI, Nstor. (2000): la globalizacin imaginada, Argentina, Paids.

    -----------------. (1989): Culturas hbridas. Estrategias para entrar y salir de la modernidad, Mxico, Grijalbo Editorial.

    --------------------. (1995): Consumidores y ciudadanos. Conflictos multiculturales de la globalizacin, Mxico, Grijalbo Editorial.

    GARCA SAMANIEGO, Francisco Roberto. (2004): La poltica y los medios de comunicacin en la modernidad refl exiva. En, Ciudad-Praxis y Poltica..Argentina http://www.ciudadpolitica.com/modules/news/makepdf.php?storyid=336

    -----------. (2003): La globalizacin, modernidad refl exiva y los medios de comunicacin en nuestros imaginarios culturales. Revista Venezolana de Ciencia Poltica. Universidad de Los Andes - Postgrado de Ciencia Poltica. Mrida - Venezuela N.- 23 enero junio.

    ---------------. (2003): Medios de comunicacin y conflicto social en Venezuela. Argentina. En, www.cpolitica.com

    GIDDENS, Anthony y HUTTON, Will (eds.) (2001): En el lmite. La vida en el capitalismo global, Barcelona, Kriterios TusQuest Editores.

  • 68

    Nelson Molina Valencia / Resistencia comunitaria y transformacin de confl ictosFrancisco Roberto Garca Samaniego / En torno a la globalizacin. Cules son los cambios para interpretar las instituciones polticas?

    GIDDENS A., BAUMAN Z., LUHMANN N., BECK U. (1996): Las consecuencias perversas de la modernidad. Barcelona, Anthropos.

    GIDDENS, Anthony. (2000): En defensa de la sociologa, Madrid, Alianza Editorial.

    --------------------------. (2000b): Un mundo desbocado. Los efectos de la globalizacin en nuestras vidas, Madrid, Taurus.

    ---------------------------. (2001): Lecciones globales, NEXOS, N 287, ao 23, Mxico.

    --------------------------. (1999): La tercera va. La renovacin de la socialdemocracia, Madrid, Taurus.

    HELD, David. (2000): Hay que regular la globalizacin?. La reinvencin de la poltica, Claves de Razn prctica, Madrid, nmero 99, enero/febrero.

    JAMESON, Fredric, ZIZEK, Slavoj. (1998): Estudios culturales. Refl exiones sobre el multiculturalismo, Argentina, Paids.

    MAGGI, Claudio, MESSNER, Dirk, LANDMAN, Lucretia. (2002). Gobernanza global desde la perspectiva latinoamericana. Desafos a principios del siglo XXI. En, Maggi, Claudio; Messner, Dirk. (editores.). Gobernanza global. Una mirada desde Amrica latina. El rol de la regin frente a la globalizacin y a los nuevos desafos de la poltica global, Caracas, Nueva Sociedad.

    MIRES, Fernando. (2001): Civilidad. Teora poltica de la postmodernidad, Madrid, Editorial Trotta.

    ------------------------. (1998): El malestar en la barbarie. Erotismo y cultura en la formacin de la sociedad poltica, Caracas, Nueva Sociedad.

    -------------------------. (1996): La revolucin que nadie so o la otra postmodernidad: La revolucin microelectrnica; La revolucin feminista; la revolucin ecolgica; La revolucin paradigmtica, Caracas, Editorial Nueva Sociedad.

    LANZ, Rigoberto (coord.). (1994): El malestar de la poltica, Mrida-Venezuela, Universidad de Los Andes, Consejo de Publicaciones.

    PEA C, Jess. (2001): Sociedad de la informacin y democracia. El impacto de las nuevas tecnologas en el orden poltico, Revista Venezolana de Ciencia Poltica, N 20, julio-diciembre, Universidad de los Andes, Mrida-Venezuela, Postgrado de Ciencia Poltica.

    PASQUALI, Antonio. (1963): Comunicacin y cultura de masas, Caracas, Ediciones de la Universidad Central de Venezuela.

    PASQUINO, Gianfranco. (2000): La democracia exigente. Madrid, Alianza Editorial.

    POPPER, Karl, CONDRY, John. (1998): La televisin es mala maestra, Mxico, F.C.E.

    RAMOS Jimnez, Alfredo. (1999): Comprender el Estado. Introduccin a la politologa, Mrida, Segunda Edicin, Universidad de Los Andes, Centro de Investigaciones de Poltica Comparada.

    -----------------------------. (2000): Homo videns. La sociedad teledirigida, Madrid, Taurus.

    TOURAIN, Alain. (1998): Podremos vivir juntos? La discusin pendiente: El destino del hombre en la aldea global, Argentina, F.C.E.

    VALLESPN, Fernando. (2000): El futuro de la poltica, Madrid, Taurus.

    VON BEYME, Klaus. (1994): Teora poltica del siglo XX. De la modernidad a la postmodernidad, Madrid, Alianza Universidad.

    ----------------------------. (2001): Teora poltica teora: teora poltica emprica. En Goodin, Robert y Klingemann hans-Dieter (eds.) Nuevo manual de Ciencia Poltica Tomo II, Espaa, ISTMO.

    WEBER, Max. (1992): Economa y sociedad, Mxico, F.C.E.

    ZOLO, Danilo. (2000): Cosmpolis. Perspectiva y riesgo de un gobierno mundial, Barcelona, Paids.