entrenamiento en altura y efectos de la hipoxia
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Entrenamiento deportivo en
altura y efectos de la hipoxia
Toni Grima, Miquel Àngel Rosselló,
Javi Sánchez, Alberto García 2ON DE CAFE – GIRONA
Entrenamiento deportivo en altura y efectos de la hipoxia. Grima A, Sánchez J, García Cañabate A, Rosselló M A. 2º CAFE, Año 2010/2011
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SUMARIO
1. RESUMEN ARTÍCULO__________________________________Pág.3
2. INTRODUCCIÓN_______________________________________Pág.4
3. OBJECTIVO PRINCIPAL I OBJECTIVO SECUNDARIO_________Pág.6
4. METODOLOGÍA _______________________________________Pág.6
5. RESULTADOS DE LA BÚSQUEDAS BIBLIOGRÁFICAS________Pág.7
6. DISCUSIÓN __________________________________________Pág.14
7. CONCLUSIÓN ________________________________________Pág.22
8. BIBLIOGRAFIA________________________________________Pág.23
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1. RESUMEN ARTÍCULO
La hipoxia es el estado de falta de oxígeno dentro de un organismo.
Encontramos que montañeros y escaladores de altas montañas deben
enfrentarse a él ya que es su rival más temido en la altura a parte del mal de
altura. A diferencia de estos, encontramos que atletas u otros deportistas usan
esta falta de oxígeno como entrenamiento para mejorar su rendimiento, es
decir, intentan adaptar su cuerpo a un entrenamiento en un ambiente con
menos oxígeno con la finalidad de que su cuerpo se adapte a esta deuda de
oxígeno. Los efectos que encontramos del entrenamiento en altura son:
aumento del VO2, aumento del umbral ventilatorio, aumento de la hemoglobina
y mejora de la capacidad muscular y de la eficiencia muscular energética.
A continuación, encontraremos que tipos de hipoxia existen, los tipos de altura
según Pajarón (2000), las formas de aclimatación y de adaptación a la falta de
oxígeno, adaptaciones musculares entre otros temas a parte de diferentes
casos prácticos.
Algunos de los artículos de los cuales extraemos toda la información del trabajo
son: Alteraciones neurofisiológicas derivadas del stress hipóxico debido al
stress escrito por A. Gutiérrez, C. Melero, J.M. Sánchez y C. De Teresa,
Efectos del entrenamiento en altitud de López Calbet, J.A. (2007),
Entrenamiento en altura de Manuel Pajarón Visciado y, también, de libros como
Fisiología de la altitud y ejercicio físico de López Chicharro J, Fernández
Vaquero A.
PALABRAS CLAVE: Hipoxia, Entrenamiento en altura, Adaptaciones del
organismo, Oxígeno, Rendimiento deportivo, Capacidades.
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2. INTRODUCCIÓN
“Aunque la mayoría de los seres humanos viven a nivel del mar o baja altitud,
más de 40 millones de personas viven por encima de los 3.000 metros de
altura y más de 140 millones viven a altitudes superiores a 2.500 metros. La
ciudad de mayor tamaño que se encuentra a mayor altitud es la ciudad de Alto
en Bolivia, a 4.100 metros de altura, en la que viven unas 800.000 personas.
En la actualidad 7.000 personas viven en el pueblo minero de La Riconada,
que se encuentra a 5.100 metros de altura en Perú. No obstante, algunas
personas han vivido durante al menos diez años a altitudes próximas a los
6.000 metros. Aparte de los seres humanos que habitan permanentemente en
zonas altas del planeta muchos otros se desplazan a la altitud, especialmente
en viajes turísticos o de ocio. No sorprende, pues, que el estudio de las
respuestas agudas y crónicas a la hipoxia en seres humanos haya suscitado el
interés de los fisiólogos desde finales del siglo XIX. Además, de la existencia
de asentamientos humanos en altitud, otros factores han promovido el avance
de esta área del conocimiento. En primer lugar, el desarrollo de la aviación
comercial y militar, especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial. En
segundo lugar, la nominación de ciudad de México (1968) como sede de la
Olimpiada de verano de 1968, que generó un importante debate en la
comunidad científica acerca de la tolerancia de los seres humanos a la falta de
oxígeno y los riesgos que puede entrañar la práctica de esfuerzo en altitud o
hipoxia. En los años anteriores a la Olimpiada de México y en los siguientes se
llevaron a cabo numerosos estudios para determinar cómo se adaptaban las
estructuras y funciones de los órganos y sistemas del cuerpo humano a la
exposición crónica a la altura”. López Calbet (2006:696)
En 1984 Paul Bert, describe los efectos perjudiciales de la altitud sobre el
desempeño físico, y que éstos eran debidos a la disminución de la presión
parcial de oxígeno. El rendimiento de un sujeto se ve afectado ya a 1.200
metros de altitud en el caso de un ejercicio intenso en el que participen dos
minutos o más (Terrados, 1987; citado en Gutiérrez et al 1990). En alturas
superiores la dificultad se incrementa notablemente, y así ya en 1925 describe
Norton la dificultad para la escalada en alta montaña, necesitando una hora
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para superar una distancia de 35 metros a 8.500 de altitud. En alturas donde se
realizan competiciones con una doble finalidad:
Alcanzar una mayor velocidad gracias a una menor resistencia del aire
por la disminución gradual de su densidad, situación de la que se
benefician los ciclistas para mejorar el récord de la hora en altitud.
Pruebas de velocidad pura o saltos en los que la fuerza de la gravedad
actúa en menor grado sobre los objetos y el propio atleta.
Algunos de los atletas que compitieron en México, sin gran éxito, pero que
permanecieron en alturas de más de 2.000 metros durante más de 2 semanas,
al volver a sus países de origen, algunos de ellos a nivel del mar, o en las
competiciones post-olimpíada, vieron como batían récords personales o de sus
países. Esto hizo reflexionar sobre la adaptación del organismo al esfuerzo
realizado en altitud, las modificaciones que se producen y sus efectos
beneficiosos al volver a una altitud inferior.
Este trabajo sobre el entrenamiento en altura, sus efectos y adaptaciones está
basado en información científica de artículos y estudios que en los últimos años
han buscado mejoras en este tipo de entrenamiento. Se ha relacionado el clima
de regiones de montaña a la salud, con un efecto estimulante que brinda una
sensación de mejor bienestar. Sin embargo, existen dudas y controversias en
el conocimiento científico acerca de los efectos sobre diferentes aspectos del
rendimiento deportivo, lo que nos ha llevado a interesarnos por este tema y a
investigar sobre él.
En este trabajo podremos encontrar varios apartados bien diferenciados:
primero, un resumen en el que se explica la estructura de nuestro trabajo y se
citan las palabras más destacadas y que mejor definen este. A continuación,
encontraremos los objetivos principales y secundarios que se buscan con este
trabajo y la metodología usada en la búsqueda de información, organización
del grupo y redacción del escrito. A partir de aquí aparecerá el grueso y parte
más importante del trabajo, donde encontraremos ya hemos dicho
anteriormente, los efectos y adaptaciones de la hipoxia. Por último, aparece
una discusión en la que se habla de algunos temas aún no muy claros y una
conclusión con las ideas y resultados más destacados en nuestro estudio
acerca del entrenamiento en altura.
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3. OBJECTIVO PRINCIPAL I OBJECTIVO SECUNDARIO
El objetivo principal que teníamos marcado por el grupo de trabajo fue realizar
un estudio sobre el entrenamiento en altura, sus efectos y adaptaciones.
Desde un principio, nos fijamos en la altura ya que nos surgían muchas dudas
sobre el ejercicio aplicado a ésta, i coincidíamos todos los miembros del grupo
en que era un tema de interés.
Otros objetivos destacados que encontramos son: la hipoxia y la aclimatación y
adaptación que necesita el ser humano para adaptarse a la altura y al posterior
entrenamiento en altura. Así como las adaptaciones musculares y
cardiorespiratorias que surgen al entrenar por encima del nivel del mar a
diferentes situaciones o las adaptaciones de los atletas al ejercer sus
entrenamientos en alta latitud.
4. METODOLOGÍA
El grupo trabajo nos hemos distribuido de manera equitativa entre nosotros, en
un comienzo cada uno de nosotros se encargo de buscar un articulo, 2 de ellos
en ingles y 3 restantes en lengua catalana o castellana, siempre compartiendo
ideas en común sobre cada artículo con la resta del grupo.
Una vez encontrada la recesión bibliográfica y justificada según el tema a tratar
por todos los compañeros, fuimos buscando fechas para poder coincidir todo el
grupo y entre todos poder hacer los puntos que marcaban las pautas del
trabajo que venían a continuación.
Entre todos los miembros del grupo realizamos las siguientes tareas de parte
escrita del trabajo como son: introducción, resultados de búsquedas
bibliográficas, acomodación, aclimatación y adaptación. Y otras como la
utilización de la hipoxia como medio para mejorar el rendimiento deportivo,
adaptaciones musculares al entrenamiento en altura, hipoxia intermitente,
discusión, casos prácticos y acabando por una conclusión.
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5. RESULTADOS DE LA BÚSQUEDAS BIBLIOGRÁFICAS
Según López Calbet (2006) de todos los elementos desfavorables que tiene la
altura para la vida humana, el más difícil de vencer es el efecto de la hipoxia. El
organismo sometido a hipoxia pone en marcha una serie de mecanismos
compensatorios que a corto plazo (durante los dos o tres primeros días)
provocan cambios, en general reversibles, que configuran lo que denominamos
acomodación. El término aclimatación se emplea para referirse a los cambios
funcionales y/o estructurales que se establecen en las dos o tres primeras
semanas de permanencia en la altitud, aunque el proceso de aclimatación
puede ser mucho más largo, dependiendo de la altitud. El término respuesta
fisiológica hace referencia al cambio ocasionado en el funcionamiento del
organismo por un determinado estímulo. Si la respuesta fisiológica provoca
cambios más o menos permanentes en la estructura o simplemente en el
funcionamiento de algunos de los órganos y sistemas del cuerpo, que facilitan
la vida y la reproducción en el ambiente hipóxico, entonces se considera que se
ha producido una adaptación. A largo plazo, algunas adaptaciones fisiológicas
a la hipoxia pueden ser incorporadas como rasgo genético distintivo de la
especie a través del proceso de selección genética. Esquemáticamente
podemos dividir las respuestas compensatorias producidas por la hipoxia en
cuatro fases, dependiendo de la duración de la hipoxia:
Hipoxia aguda: respuestas observadas desde el inicio de la hipoxia
hasta unas-dos hora de exposición. Hay autores que extienden la fase
de hipoxia aguda hasta cinco días.
Hipoxia crónica: respuestas observadas para exposiciones de
duraciones comprendidas entre unas pocas horas y varios años. Para
otros autores a partir de cinco días de exposición o de más de una
semana se puede hablar de hipoxia crónica.
Hipoxia de toda la vida: cambios observados en personas que fueron
concebidas, nacieron y han vivido toda su vida en altura.
Adaptaciones específicas a la hipoxia, propia de especies que han
evolucionado durante generaciones en altura. Incluye las peculiaridades
fisiológicas específicas de la fauna de altura, como por ejemplo la llama
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andina. No está claro si los indios del Altiplano Boliviano presentan o no
adaptaciones específicas a la altura, más allá de unos volúmenes
pulmonares y una capacidad de difusión pulmonar superiores.
Recientemente se ha demostrado que los nativos del Tibet presentan
rasgos genéticos que les permiten una respuesta fisiológica más eficaz
al esfuerzo en hipoxia aunque no estén aclimatados a la altura,
comparados con las personas con las personas que habitan a nivel del
mar (Marconi y cols., 2004)
Hay muchos estudios que se realizan para mejorar el rendimiento deportivo,
además, los entrenamientos en este ambiente pueden generar alteraciones
perceptivas y cognitivas potenciales por la fatiga y la exposición aguda,
quedando desprevenidos quienes no han tenido experiencia en altura.
Según Pajarón (2000) se encuentran dos clases de clasificación en altura: la
meteorológica y la biológica; si hablamos de altura desde un punto de vista
biológico se encuentran límites relacionados a la altitud dividida de la siguiente
manera: baja altitud (hasta los 1000 metros), aquella en la que los individuos
sanos no sufren ninguna modificación fisiológica ni en reposo ni en ejercicios.
En media altitud (hasta los 2000 metros), se experimentan algunos efectos,
afecta el rendimiento físico. En la llamada altitud, alta altitud (hasta los 5500
metros), se observan modificaciones fisiológicas incluso en reposo. Y la
llamada muy alta altitud (por encima de los 5500 metros), el efecto deletéreo
sobre las funciones fisiológicas es muy marcado.
ACOMODACIÓN, ACLIMATACIÓN Y ADAPTACIÓN
La exposición aguda a la altitud afecta al organismo desde el mismo momento
del ascenso hasta 2 o 3 días después. La exposición crónica comienza a partir
de entonces con ciertas variaciones individuales que dependen de la condición
física, exposiciones previas a ambiente hipóxico, etc. En la fase de hipoxia
aguda el organismo pone en juego mecanismos fisiológicos para asegurar el
flujo suficiente de oxígeno a las células: Aumento del débito ventilatorio y
aumento del débito cardíaco; es la llamada fase de acomodación (Richalet,
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1983; citado en Gutiérrez et al, 1990). La hipoxia crónica comienza cuando el
organismo utiliza procesos más económicos aumentando la capacidad de
transporte de oxígeno en la sangre, modificación del metabolismo celular, etc.,
fenómeno llamado Aclimatación. La intensidad de los diferentes mecanismos
puestos en juego dependen esencialmente de tres factores (Scherer, 1982;
citado en Gutiérrez, 1990):
Velocidad de instalación de la hipoxia (vel. de ascensión)
Intensidad de la hipoxia (altitud alcanzada)
Las características individuales del sujeto.
Algunas etnias (Sherpas, Tibetanos) se benefician de una adaptación genética
que concierne esencialmente a parámetros hematológicos, aunque así mismo
los recién nacidos en grandes altitudes -ambientes hipóxicos- desarrollan
durante su crecimiento características que favorecen su adaptación a la hipoxia
(superficie alveolar aumentada) (Garayoa, 1985).
Procesos de aclimatación
Son los más interesantes para que un deportista se beneficie del entrenamiento
en altitud a su vuelta a nivel del mar.
La disminución de la presión de oxígeno acarrea rápidamente una disminución
de la presión arterial de oxigeno y produce una hiperventilación; ésta a su vez
origina una hipocapnia con alcalosis. Simultáneamente la hipoxia favorece muy
rápidamente la formación de eritropoyetina, derivándose una mayor
concentración de hemoglobina (Hortsman, 1980; Hannon, 1977; citados en
Gutiérrez, 1990). Así aumenta la cantidad de oxígeno transportado mientras
que disminuye la afinidad de la hemoglobina para el oxígeno, produciéndose
una mejor liberación del mismo. La hipoxia acarrea asimismo un aumento de la
presión en la circulación pulmonar, favoreciendo la perfusión y reduciendo de
este modo la diferencia de presión alveolar-presión arterial de oxigeno, esto a
su vez es la génesis probable del mal agudo de montaña (MAM) (Heat, 1981;
Lassen, 1982; citados en Gutiérrez, 1990). La hipoxia tiene por efecto provocar
una vasodilatación del lecho vascular cerebral.
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En tres semanas nos encontramos en un estado estable caracterizado por una
hiperventilación que hallamos en todas las altitudes. Ésta es menor en sujetos
nacidos y residentes en zonas de gran altitud. A esto hay que añadir la
disminución de la afinidad de la hemoglobina por el oxígeno (Koller, 1988;
citado en Gutiérrez, 1990).
Por otra parte, a pesar de la aparición de taquicardia, el rendimiento cardíaco
es inferior al del nivel del mar, pero durante la aclimatación estos valores se
recuperan (Smith, 1984; citado en Gutiérrez, 1990.
UTILIZACIÓN DE LA HIPOXIA COMO MEDIO PARA MEJORAR EL
RENDIMIENTO DEPORTIVO(LÓPEZ CALBET, 2007)
En 1963 ciudad de Méjico fue elegida sede olímpica y despertó el interés en la
comunidad científica y los entrenadores sobre que tipo de respuesta fisiológica
habría en el esfuerzo en condiciones de hipoxia.
Primero se propuso la idea de que en condiciones de hipoxia crónica había un
aumento en las concentraciones de hemoglobina y favorecía el rendimiento a la
vuelta al nivel del mar debido a que la capacidad de suministro de O2 estará
aumentada y por lo tanto el VO2max y la resistencia aeróbica serán superiores
(efectos parecidos a los que produce la eritropoyetina).
Sin embargo, un análisis detallado estaba de acuerdo con lo expuesto, pero
también decía que podía haber unas condiciones contraproducentes. En el
caso de vivir a nivel del mar y entrenar en altura, hay un aumento de la
concentración de hemoglobina que provoca un descenso del volumen
plasmático (que permite elevar el hematocrito 5-10 unidades en 24-48 horas y
aumentar el contenido de 02 en la sangre arterial) durante el proceso de
entrenamiento, pero a la vuelta al nivel del mar se produce un descenso rápido
de esta concentración de hemoglobina hasta valores próximos a los que se dan
de forma natural a nivel del mar, debido a que se retiene agua y se expande el
volumen plasmático hasta alcanzar valores similares. El descenso del volumen
plasmático, que es negativo para las pruebas aeróbicas de larga duración, se
podría evitar si se vive en altura pero se entrena a nivel del mar.
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Si la estancia en altura es corta, menos de 1 mes y la altura moderada (inferior
a 3000 metros) los efectos sobre la concentración de hemoglobina no son tan
marcados y a la vuelta al nivel del mar, el estado inicial vuelve rápidamente.
Si realizamos una competición aeróbica de larga duración entre 24-48 horas
después de la vuelta de los entrenamientos en hipoxia, el problema debido a la
reducción del volumen plasmático que provoca la hipoxia crónica quedaría
solucionado e incluso podría verse en beneficio ya que se produce una
expansión de este volumen plasmático.
Figura 1. Evolución de la concentración de hemoglobina en sangre en esquiadores de élite de
fondo antes, durante y después de pasar 1 mes entrenando y viviendo a 1900 metros de altura.
Svedenhag y col, 1997; en López Calbet, 2007.
La residencia en altura combinada con entrenamiento en altura no permite
aumentar el VO2max en mayor medida que el mismo entrenamiento efectuado
a nivel del mar.
Dicen que los efectos del entrenamiento en altura son dudosos, ya que algunos
estudios demuestran mejoras en las marcas. Pero también dicen que el
entrenamiento en altura no es tan eficaz como el entrenamiento en el mar
debido a que se reduce el volumen de entrenamiento y la intensidad absoluta.
Además, cuando se realiza ejercicio intermitente de alta intensidad, los
descansos deben ser más grandes en altura por tal de mantener la misma
intensidad.
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Hay varios mecanismos para aumentar la masa eritrocitaria, como la estancia
en altura en reposo o el consumo extra de hierro durante la estancia en altura.
En los estudios de entrenamiento en altura donde los sujetos viven a 2500
metros y entrenan a 1250 metros se han observado aumentos del VO2,
correspondientes al umbral ventilatorio, aumento de la concentración de
hemoglobina asociado al descenso de la concentración de lactato durante el
esfuerzo submáximo, aclimatación ventilatoria y aumento de la respuesta
ventilatoria a la hipoxia, mejora de la capacidad tampón muscular y de la
eficiencia energética del pedaleo.
ADAPTACIONES MUSCULARES AL ENTRENAMIENTO EN ALTURA
(LÓPEZ CALBET, 2007)
Aumento de las enzimas del metabolismo oxidativo y mioglobina al entrenar en
hipoxia a la misma intensidad absoluta pero si el entrenamiento muscular es
local, ya que no se puede mantener la misma intensidad en altura que a nivel
del mar. Atletas muy bien entrenados previamente a nivel del mar no tienen
adaptaciones enzimáticas en entreno de hipoxia posterior. Hay que comentar
que ni no aumenta la capacidad de suministro de O2, es indiferente la mejora
de la capacidad oxidativa muscular.
La capacidad de extracción de 02 no solo depende de el entrenamiento en
hipoxia, sino de múltiples factores. En altura si que tiene efecto sobre la
mioglobina muscular y la capilarización de las fibras musculares.
La afinidad de la hemoglobina por el 02 disminuye al aumentar la concentración
eritrocitaria de 2.3 – DPG con la hipoxia, lo que debería facilitar la cesión de 02
a nivel muscular, pero no es así porque se produce alcalosis respiratoria que
desplaza la curva de disociación de la hemoglobina hacia la izquierda y
obstaculiza la cesión de 02 a los músculos, pero facilita la captación alveolar de
02. Cualquier efecto de 2.3 – DPG desaparece en 1-2 días tras la vuelta a
nivel del mar. Aumenta la densidad capilar expresada en número de capilares
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por mm2 de sección muscular (muy frecuente en las expediciones a altitudes
elevadas).
¿Mejora la economía de movimiento con el entrenamiento o la permanencia en
altitud? (López Calbet, 2007)
Hay mejoras en la economía del movimiento (cantidad de oxígeno consumido
durante el ejercicio a una determinada intensidad) y en la eficiencia energética
con el entrenamiento en altitud. Sin embargo, a altitudes por debajo de los
5000 metros no se han constatado efectos significativos ni del entrenamiento
en altura, ni de la permanencia en altitud sobre la economía de carrera o
pedaleo.
¿Ofrece alguna ventaja el entrenamiento en altura para la mejora de la
capacidad anaeróbica? (López Calbet, 2007)
El entrenamiento de alta intensidad en altura se asocia a un aumento de la
actividad de las enzimas glicolíticas y de la capacidad tampón. Sin embargo, la
actividad de la bomba sodio-potasio y la reserva total de bicarbonato del
organismo disminuyen. Los efectos del entrenamiento en hipoxia mientras se
vive a nivel del mar no están claros.
HIPOXIA INTERMITENTE Y RENDIMIENTO DEPORTIVO (LÓPEZ CALBET,
2007)
Hipoxia intermitente es cuando los sujetos sólo son sometidos a hipoxia
durante una parte del día. Hay dos tipos:
Hipoxia intermitente continua: Los sujetos pasan una parte del día
viviendo en hipoxia, generalmente la noche, con tiempo de exposición
de entre 8 y 16 horas durante un periodo de entre 10 dias y tres
semanas, con un nivel de hipoxia equivalente a altitudes de entre 2200 y
3000 metros. Cambios hematológicos bajos. Si los atletas entrenan a
nivel del mar, hay mejoras en competiciones de corta duración.
Hipoxia intermitente discontinua: Los sujetos se someten a una o más
sesiones diarias de una o dos horas de duración durante la cual se
repiten ciclos de hipoxia severa (5000, 6500 metros) de corta duración (5
minutos) intercalados con periodos también cortos de normoxia. Pocas
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variables hematológicas, el VO2max o el rendimiento deportivo. Mejoras
de las adaptaciones enzimáticas.
Cabe destacar que la permanencia prolongada en altura conlleva algunos
cambios orgánicos que pueden dificultar la respuesta al entrenamiento y
deteriorar el rendimiento en algunas disciplinas deportivas.
6. DISCUSIÓN
Durante este último tiempo se ha puesto de moda en deportistas, sobre todo de
élite, realizar concentraciones en altura, tanto unas semanas antes de la
competición como durante la pretemporada en un lugar de montaña. Con el
objetivo de realizar sus entrenamientos con menos oxígeno y beneficiarse una
vez el atleta vuelva a su sitio habitual.
Un ejemplo claro son los muchos deportistas nacionales que han estado
preparando determinados Juegos Olímpicos en altura: Chema Martínez (Sierra
Nevada), Reyes Estévez (Marruecos), etc.
Sobre este fenómeno de entrenar en altitud se sabe que la cantidad de oxigeno
es menor a la que tenemos a nivel del mar, el cuerpo humano a esta situación
de reducción de oxigeno tiene un mecanismo de compensación produciendo
más glóbulos rojos con la finalidad de aumentar la capacidad de transportar
poco o menor cantidad de oxigeno. Este mecanismo es desencadenado a
través de la mayor liberación de la hormona renal eritropoyetina (EPO) cuya
función es la fabricación de eritrocitos.
Aún y así no son todos los atletas los que gozan de este beneficio, hay algunos
que necesitan altitudes más elevadas que otros y en cambio otros menores.
Otros por razones genéticas desisten a este tipo de entrenamiento por su
metabolismo. Pajarón (2000)
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Según Svendehag y col (1997); citado en López Calbet (2007), los efectos en
entrenamiento con hipoxia no son significativos en cuanto al aumento de la
hemoglobina si la duración de la estancia es de menos de 1 mes y a una altura
moderada (menos de 3000 metros). Para demostrarlo hicieron un estudio en
estas condiciones con esquiadores de fondo de elite que vivieron y entrenaron
durante 4 semanas a 1900 metros de altitud. Se observa un aumento rápido
durante la estancia pero después volvió a su estado natural. Si que aumento el
volumen sanguíneo después del entrenamiento en altura (7 %) aunque no fue
estadísticamente significativo. Lo único que tuvo un aumento significativo fue la
masa ventricular izquierda que lo hizo en un 10 %. Se dice que esta mejora se
produce en el entrenamiento en general, independientemente de donde sea, y
por lo tanto no se sabe hasta que punto hubo mejora en este aspecto.
Gore y col, 1998; citados en López Calbet, 2007, también hicieron un estudio
similar al de Sevendehag, donde encontraron unos resultados similares,
aunque la marca de la prueba de persecución de 4000 m mejoró en un 4 %.
Levine y Stray – Gundersen; citados en López Calbet (2007), hicieron un
estudio muy interesante en el que dividieron a 39 corredores universitarios en
tres grupos para hacer un entrenamiento durante 4 semanas. El grupo HiHi que
viviría y entrenaría a 2500 metros de altura. El grupo HiLo que viviría a 2500
metros y entrenaría a 1500 metros sobre el mar. Y el grupo LoLo que viviría y
entrenaría a nivel del mar. Los dos grupos que vivieron en altura (HiHi, HiLo),
aumentaron la masa eritrocitaria (masa total de hemoglobina). Un 5.3 % HiLo
debido a que su entrenamiento era mas bajo, y un 10.5 % HiHi debido a que
entrenaba mas alto. También mejoraron el VO2max un 4 y un 3 %, pero solo el
grupo HiLo mejoró resultados en la marca de 5000 metros al volver al nivel del
mar. Los autores decían que el grupo HiHi aumento la masa eritrocitaria pero
su rendimiento no mejoró debido a que durante las sesiones de entrenamiento
el Vo2 tuvo que ser menor debido a la hipoxia. El grupo LoLo tampoco mejoró
porque al entrenar a nivel del mar no aumenta la masa eritrocitaria. En el grupo
HiLo algunos mejoraron un 5 % y otros no. En cuanto a los que no mejoraron,
según Chapman y col, 1998, son deportistas que tienen una desaturación
inicial a nivel del mar, y se ve reflejada a niveles de altitud moderada.
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Figura 2. Esquema de los estudios llevados a cabo en 39 corredores por Levine y Stray-
Gundersen, 1997; en López Calbet, 2007.
Aprovechando el grupo HiLo, Levine y Stary – Gundersen; citados en López
Calbet (2007), estudiaron los efectos del sistema de entrenamiento haciendo
una variante. Los entrenamientos de intensidad serian a 1250 metros y el resto
a una altura más importante. Este modelo le llamaron HiHiLo, por la variedad
de intensidad dependiendo de la altura. Tanto los hombre como las mujeres
mejoraron las marcas en 3000 metros de altura en 1.1 % y el VO2max en 3 %.
Estas mejoras en las marcas, se cree que es debido a una mejora en la
provisión de energía por el metabolismo anaeróbico. Este estudio sugiere que
la permanencia en altura y el entrenamiento en hipoxia moderada es bueno
para las pruebas de 3000 y 5000 metros, ya que aumenta el porcentaje de
concentración de hemoglobina. Llama la atención que este incremento no haya
tenido correlación con el VO2max.
Otra variante del grupo HiLo, la utilizó Ashenden y colaboradores; citado en
López Calbet (2007), y estudiaron el efecto de dormir en hipoxia y entrenar
cerca del nivel del mar (600 metros), pero no se encontraron mejoras en la
masa eritrocitaria.
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Por la tanto, podemos decir que las discrepancias entre los estudios de Levine
y Asheden podrían ser debidas a los procedimientos utilizados para medir la
masa eritrocitaria. Levine y Stray – Gundensen midieron la masa eritrocitaria
indirectamente, usando azul de Evans (un colorante que se fija a la albúmina) y
el hematocrito. Esta sustancia no parece adecuada para medir los efectos de la
hipoxia sobre el volumen plasmático, debido a que la hipoxia se puede producir
por una ligera extravasación de albúmina, lo que lleva a sobrestimar el volumen
plasmático real y por la tanto la masa eritrocitaria. En cambio Ashenden y
colaboradores usaron monóxido de carbono que marca directamente los
hematés. Este último procedimiento es superior al Azul de Evans.
Según Rusko y Numela; citado en López Calbet (2007), han demostrado
mejoras mínimas en la capacidad anaeróbica en condiciones de hipoxia.
Hicieron un estudio con corredores de alto nivel de 400 metros, que pasaron 10
noches en un ambiente de 2200 metros pero entrenando a nivel del mar. De
todas maneras no se asegura que las mejoras sean por vivir en altura, ya que
el grupo control no lo hacía y también tuvo unas mejoras similares.
Las variaciones de frecuencia cardíaca y tensión arterial se encuentran en
relación con los datos existentes en la literatura (Brooks, 1985; citado en
Gutiérrez et al, 1990)
Además, según Gutiérrez et al (1990) no han sido apreciadas variaciones en
los valores de TA basales en ambas situaciones, en consonancia con los datos
encontrados en anteriores estudios en similares altitudes.
El grado de afectación sobre el sistema nervioso central causado por la
exposición a un ambiente hipóxico no está aún bien definido, sobre todo en
altitudes intermedias. Un estudio sobre 21 expediciones francesas en altitud,
reagrupando 132 personas de las cuales un 15% eran graves, 48% moderados
y 37% leves (Bouissou, 1987; citado en Gutiérrez et al, 1990). Se describen
además problemas clásicos como diarreas, anorexia, insomnio, epistaxis etc.,
con una incidencia notablemente menor. La hipoxia tiende, en efecto, a
Entrenamiento deportivo en altura y efectos de la hipoxia. Grima A, Sánchez J, García Cañabate A, Rosselló M A. 2º CAFE, Año 2010/2011
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provocar una vasodilatación del lecho vascular cerebral. La mayoría de los
problemas neurológicos se han observado en alturas importantes, sin embargo
se desconoce el umbral de la afectación neurológica. Una gran cantidad de
atletas entrenan y/o compiten en altitudes moderadas, donde los efectos del
MAM no son patentes, pero puede haber ya una incidencia negativa que en el
plano neurológico sea difícil distinguir, mientras que en el aspecto
cardiovascular es claramente perceptible (Fox, 1984; citado en Gutiérrez et al,
1990).
Ryn (1988); citado en Gutiérrez et al (1990) realiza un estudio sobre la
personalidad, motivación y problemas mentales derivados de la estancia en
altitud, evaluados desde un punto de vista psicológico y psiquiátrico,
encontrando en un grupo de 80 alpinistas un 66% de personalidad esquizoide-
psicasténica y un 30% de asténicos-neuróticos. Si al llegar a estos estudios en
profundidad, los disturbios ocasionados sobre determinados parámetros de
interés en el deporte de alto rendimiento, tales como el tiempo de reacción y la
velocidad de reacción, en alturas inferiores a 2.500 no parecen estar presentes,
si bien cuando la tarea es más compleja comienzan a verse influencias
significativas.
Tal vez el edema cerebral que se instaura en altitudes superiores (Whons,
1983; citado en Gutiérrez et al (1990) comienza a manifestarse de manera
imperceptible a mediana altura, siendo tan sólo evaluable a través de tests más
complejos, pero cuya significación puede ser importante en tareas que
requieran alta concentración.
El MAM, causado por la isquemia cerebral temporal, puede ocasionar
problemas de memoria, orientación espacial o temporal y falta de coordinación
en movimientos finos (Legnani, 1955; Milledge, 1984; Rivolier, 1985; citados en
Gutiérrez et al, 1990). En la altitud a la que se desarrollan los entrenamientos
de los atletas en la sierra de Granada no parece haber, pues, alteraciones en
las tareas simples, y sí cuando el nivel de complejidad de los trabajos se
incrementa.
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CASOS PRÁCTICOS
1. ¿Es más efectivo para nadadores entrenar y vivir a 1200 metros que
a 1850 metros en términos de rendimiento y beneficios
hematológicos?
El estudio de B Roels, P Hellard, L Schmitt, P Robach, J-P Richalet, G P Millet
(2006) mostró que 13 días de vida y de formación a baja altitud (1200 m) en
personas que anteriormente no se habían aclimatado producían una mayor
mejoría en el rendimiento de resistencia con el mismo tipo de entrenamiento,
cargas y período de formación a 1850m. Sin embargo, los cambios en las
variables hematológicas en los atletas de vida y formación a 1200m fueron
menores en comparación con los de 1.850m.
Hay muchos sitios de entrenamiento en altitud en el mundo: Thredbo, Australia
(1365m), Font-Romeu, Francia (1850 m), Colorado Springs, EE.UU (1860 m)…
Sin embargo, los efectos de las diferentes altitudes no se han comparado
nunca. Por lo tanto, este es el tema de estes estudio, mostrando que incluso a
baja altitud, el rendimiento de resistencia se mejora mediante la capacitación.
Es interesante que no se mejora el VO2max tanto a 1200 como a 1850 m. Se
sabe que el rendimiento de resistencia puede ser independiente del VO2max
en atletas bien preparados y entrenados. Al parecer hay una limitación en las
posibilidades del sistema de transporte de O2. De acuerdo con el modelo de
Caballero et al, el VO2max es controlado en un 80% por factores centrales.
El flujo cardíaco puede llegar a un valor límite más allá del cual es muy difícil
llegar a la adaptación. La opinión generalizada de que el VO2 max es
determinado básicamente por el transporte de O2 (gasto cardíaco máximo y
capacidad de transporte de O2) es fundamentalmente correcta para ejercicios
con grandes grupos musculares a nivel del mar. Sin embargo, los factores de
altitud, como la ventilación y la capacidad mitocondrial, asumir un papel muy
importante en el establecimiento de VO2max. Sin embargo, como Fulco et al
han mencionado, cabe señalar que las mejoras en la formación pequeña,
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estadísticamente no significativa inducida puede resultar en un aumento
significativo en el rendimiento de resistencia. Por otra parte, en deportistas
entrenados en los que es difícil inducir un aumento en el VO2 max, una
pequeña mejora en el rendimiento puede ser la diferencia entre ganar o perder.
2. Vivir arriba, entrenar abajo. Asociado con incrementos de
hemoglobina como preparación para los campeonatos del mundo
de 2003 en dos corredores de clase mundial Europeos.
Los valores absolutos de sangre (Hbmass, EV, plasma y volumen de sangre)
habían aumentado después de el campo de LHTL, mientras que no hubo
cambios del hematocrito y la concentración de hemoglobina (tabla 1)
Figura 3. Variables hematológicas en dos corredores de clase mundial antes y después de 26
dias viviendo y entrenando en altura. Roels et al (2006).
La figura 3 presenta los resultados del maratón y 5000 m, competiciones antes
y después del campamento LHTL. Tanto el corredor de maratón (14ª posición)
como el de 5000 m (13ª posición) lograron su mejor resultado individual en un
campeonato importante.
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Figura 4. Comparativa entre un corredor de maratón y uno de 5000m después de 26 días de
vivir y entrenar en altura.
Entrenamiento deportivo en altura y efectos de la hipoxia. Grima A, Sánchez J, García Cañabate A, Rosselló M A. 2º CAFE, Año 2010/2011
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7. CONCLUSIÓN
Una vez hemos analizado el trabajo de entrenamiento en hipoxia, podemos
decir que es un tema en el cual los efectos fisiológicos no están del todo
aclarados con exactitud, dependiendo del autor y su exposición, existen
variaciones por pequeñas que sean en estos efectos. Por ejemplo, según
Pajarón (2000), los deportistas empiezan a tener adaptaciones a partir de los
2000 metros, en cambio otros autores ponen el límite a una altura diferente,
como por ejemplo Levine y Stray – Gundersen, dónde con su grupo HiLo,
encuentran cambios en la masa eritrocitaria en el entrenamiento a 1500 metros
sobre el mar.
Lo que si que nos ha quedado claro viendo todos los puntos de vista sobre este
estudio, es que el entrenamiento a una altura importante, produce un aumento
de la concentración de hemoglobina que provoca un descenso del volumen
plasmático (que permite elevar el hematocrito y aumentar el contenido de 02 en
la sangre arterial) durante el proceso de entrenamiento. Pero a la vuelta al nivel
del mar se produce un descenso rápido de esta concentración de hemoglobina
hasta valores próximos a los que se dan de forma natural a nivel del mar,
debido a que se retiene agua y se expande el volumen plasmático hasta
alcanzar valores similares. El descenso del volumen plasmático, es negativo
para las pruebas aeróbicas de larga duración, pero si pasan 48 horas después
del entrenamiento en hipoxia, este volumen plasmático tiene un incremento
importante.
En cuanto a las adaptaciones musculares en el entrenamiento muscular local,
parece estar claro que hay un aumento de las enzimas del metabolismo
oxidativo y mioglobina al entrenar en hipoxia a la misma intensidad absoluta.
Por lo visto, para las pruebas de larga distancia (aeróbicas), un entrenamiento
a una altura importante no es positivo, ya que aumenta la masa eritrocitaria y el
Vo2max, pero durante las sesiones de entrenamiento el Vo2 es menor debido a
la hipoxia. Por lo tanto para largas distancias, es mejor entrenar a una altura
media (1500 m. aprox.) para que el consumo de oxigeno no se reduzca.
En cuanto a la capacidad anaeróbica se han observado mejoras mínimas en
condiciones de hipoxia, pero no esta claro si es por vivir en altura, ya que a
nivel del mar tienen adaptaciones similares.
Entrenamiento deportivo en altura y efectos de la hipoxia. Grima A, Sánchez J, García Cañabate A, Rosselló M A. 2º CAFE, Año 2010/2011
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8. BIBLIOGRAFIA
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Entrenamiento deportivo en altura y efectos de la hipoxia. Grima A, Sánchez J, García Cañabate A, Rosselló M A. 2º CAFE, Año 2010/2011
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