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"Estado, Democracia y Sociedad: Actores, agendas y desafíos en el SXXI" Revista presentada en el XI Congreso Nacional y IV Congreso Internacional sobre Democracia.

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Lic. Gonzalo Diéguez Lic. Maximiliano Campos Rios Director Académico Director General

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NUESTRAS REDES

QUIÉNES SOMOS? (ACEP) ASOCIACIÓN CIVIL ESPACIOS POLÍTICOS (2014-2018)

PresidenteMaximiliano Ulises Campos Ríos

Vicepresidente 1ºLic. Emilio Vitale

Vicepresidente 2ºMauro Solano

TesoreroGonzalo Diéguez

ProtesoreroLuciano Adolfo Jaúregui

SecretarioCamilo Vedia

ProsecretarioEduardo Mastrostéfano

1º Vocal Daniel Blinder

2º Vocal Federico García

Comisión revisora de cuentas

TitularSilvio Castro

SuplenteRogelio Mariano Rodrigo

Consejo de ExpertosDr. Guillermo O´ Donnell ( ), Dr. Ludolfo Paramio, Dr. Andrés Malamud, Dr. Juan Manuel Abal Medina (h), Dr. Mario Riorda, Mg. Gastón Mutti, Dr. Fabián Repetto, Dr. Arturo Fernández, Dr. Jorge Battaglino, Dr. Lucas González (Phd, Notre Dame)

DirectoresLic. Gonzalo Diéguez Mg. Maximiliano Campos Rios

Coordinadora GeneralLic. Laura Paonessa (UdeSA)

Responsable de ComunicaciónFlorencia Berbery (UdeSA)

Responsable de participación de estudiantesLic. Ayelén Vanegas (UdeSA) Responsable Boletín mensualLic. Cintia Mariana Cabral

Revista "Espacio CBC"Dr. Daniel Blinder y Federico García

Mesa consultivaLic. Camilo Vedia (UBA), Lic. Francisco Aráoz Bugallo (USAL), Lic. Mauro Solano (UCALP), Lic. Emilio Vitale (USAL), Lic. Facundo Cruz (UADE), Lic. Mario Katzenell (UBA), Lic. Romina Sarmiento (UBA), Lic. Natalia Larsen (UBA), Lic. Ángeles Polzella (UBA), Lic. Eduardo Mastrostéfano (UBA), Lic. Ignacio Claut (UTDT), Lic. Mariano Rogelio Rodrigo (UdeSA), Lic. Leandro Signorile (UBA)

Área MetropolitanaCoordinador USAL: Lic. Octavio TesoneCoordinadora UNQ: Gisele ParvanoffCoordinador UdeSA: Uriel KuznieckiCoordinador UNLAM: Lic. Mariano BoieroCoordinador UADE: Lic. Diego UsatinskyCoordinador UBA: Lic. Walter CaamañoCoordinador UCALP: Lic. Matias Hastoy

Áreas RegionalesCoord. Región Cuyo - UNCULic. Walter Cueto, Sebastián SilvaCoordinadora Región Litoral - UNRLic. Sofía PerottiCoordinadora Región NOA - UNSTALic. Alicia CamañoCoordinador Región Patagonia - UNTDFLic. Juan Pablo Ortiz

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Espacios Políticos

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años del Congreso sobre demoCraCia: Reflexiones aceRca

del compRomiso de la UniveRsidad pública con los pRoblemas de nUestRo tiempo.

Franco BartolacciDecano de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales,

Universidad Nacional de Rosario (UNR)[email protected]

“Mi discurso no se dirige a los que están contentos con nues-tras sociedades y con las universidades que las sirven. Escribo para los que están predispuestos a deshacer la América La-tina que existe para edificar aquí y ahora la primera civili-zación solidaria.”

Darcy Ribeiro, La Universidad Nueva: un proyecto (1973).

La presente edición del Congreso sobre Democracia nos en-cuentra celebrando dos hechos fundamentales. Por un lado, nos referimos a las tres décadas de inédita continuidad democráti-ca en nuestro país y la región. Con luces y sombras, marchas y contramarchas, América Latina demuestra que la democracia es hoy un valor compartido por sus sociedades, capaces de ex-presar demandas e inscribir nuevos derechos. Por el otro, es preciso destacar los 40 años de nuestra Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales, cumplidos en octubre del pasado año y celebrados con distintas actividades académi-cas y sociales, de las que participó el conjunto de la comunidad educativa. Tan grato acontecimiento nos permitió homenajear a todos aquellos que desde distintos espacios y responsabilida-des contribuyeron al desarrollo de la institución, y recordar a nuestros grandes maestros y referentes. Porque las institucio-nes están hechas de personas. Y los procesos políticos, en tanto construcciones colectivas, también.

En este marco, resulta oportuno preguntarse, ¿qué significa re-flexionar sobre la democracia desde la Universidad Pública?

En los años ´80, las transiciones concentraron especialmente el interés académico de las ciencias sociales, de acuerdo a un compromiso explícito con la institucionalidad democrática y el estado de derecho. Ya la década del ´90 nos convocó a re-pensar el Estado y las políticas públicas, a preguntarnos por la calidad de esa democracia reconquistada, que empezaba

a mostrar sus limitaciones para contener una diversidad de demandas sociales, especialmente de los sectores más vulne-rables de la población. Nuestro compromiso se plasmó en la defensa de la Universidad Pública. También en el trabajo por superar la retracción de la esfera pública y el rechazo de lo político por parte de la sociedad civil. Nos propusimos dar respuestas, así, a los interrogantes que planteaba la nueva configuración de las relaciones entre representantes y repre-sentados. Tres décadas después, aquel compromiso se renue-va, con la profundización de la democracia, con la inclusión de los sectores más desfavorecidos y con la construcción de amplios consensos en torno a políticas estratégicas para el desarrollo y el fortalecimiento de las instituciones.

En este sentido, nos atrevemos a decir con orgullo que po-demos pensar nuestra historia reciente a la luz de la propia historia del Congreso sobre Democracia. Es decir, considerar los grandes procesos políticos, sociales y culturales latinoa-mericanos de los últimos 30 años, a la luz de la constitución de un espacio crítico dedicado no solo a la reflexión y la dis-cusión, sino también al aporte de ideas y la construcción de propuestas, coyunturales y de largo plazo, ante un escenario en permanente transformación.

Así, en 1994 -año de Reforma Constitucional, auge neoli-beral y serios embates a la Universidad Pública- la primera edición del Congreso proponía como lema “La Democracia entre el realismo y la utopía”. El correr de la década anuncia-ba ya sus efectos, y para 1996, el II Congreso postulaba “La democracia entre la participación y la exclusión” como idea-fuerza. Otra perspectiva se reflejaba para el año 2000, donde el IV Congreso sobre Democracia proponía “La Reforma Política frente a los desafíos actuales: entre el descrédito y la confianza” como leit-motiv. Al poco tiempo, el quiebre de 2001 y el surgimiento de nuevas formas y actores políticos se reflejaba en el lema del V Congreso: “Entre el colapso de la representación y la participación directa”. Avanzando en el tiempo, la consolidación democrática y la continuidad insti-

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tucional favorecieron la ampliación de los horizontes geográ-ficos y temáticos de la reflexión. En este sentido, a partir de 2006, los lemas del Congreso incluyeron siempre la perspec-tiva regional. El VII Congreso se llamó, consecuentemente, “Los desafíos del siglo XXI en América Latina. Democracia, desarrollo e integración”. El año 2008 por su parte fue la pri-mera edición internacional del Congreso sobre Democracia, con una notable ampliación de la asistencia de expositores, tanto nacionales como extranjeros. El IX Congreso, por su parte, habló de los nuevos caminos del continente, reflexionó sobre los obstáculos y potencialidades del llamado “giro a la izquierda” ante el desafío de profundizar la democracia con más y mejor Estado, con más y mejor política. Su lema fue “Los senderos de la democracia en América Latina: Estado, Sociedad Civil y Cambio Político”. En 2012, la consigna del X Congreso “La democracia como proyecto abierto: nuevo orden internacional y desafíos del siglo XXI”, recogía el en-tusiasmo de algunas experiencias democráticas, fundamen-talmente en el mundo árabe, y marcaba el carácter siempre inconcluso de los procesos democratizadores.

En esta oportunidad, la consigna del Congreso es “Entre el malestar y la innovación. Los nuevos retos para la democracia en América Latina.” Como se mencionó anteriormente, la de-mocratización es un proceso dinámico que siempre permane-ce incompleto y no reconoce un punto de llegada. La apuesta por la democracia requiere así un permanente compromiso cotidiano para profundizarla y expandirla. Su permanencia no está asegurada de antemano y está expuesta constante-

mente al riesgo de inversión, de des-democratización. De esta manera, los procesos políticos contemporáneos nos ilustran caminos diversos y evidencian que la potencialidad de algu-nas experiencias convive con marcados signos de agotamiento y malestar en sociedades que perciben los límites de los pro-cedimientos democráticos para procesar los desafíos de un mundo globalizado.

El Congreso se presenta entonces como un ámbito de discu-sión académica, pero también política, para problematizar y debatir acerca de los límites y las tensiones de la democracia, los “malestares”, así como las estrategias posibles para pro-fundizarla y mejorarla, atendiendo al desarrollo, la inclusión y el respeto a los derechos humanos, a partir del reconoci-miento de la complejidad y diversidad de su despliegue en el escenario latinoamericano.

Es por ello que este breve recorrido por la historia del Con-greso sobre Democracia -este acto de memoria- es, necesa-riamente, un posicionamiento hacia el futuro. Fundado en la convicción de que la Universidad Pública debe ser un activo partícipe de los debates y los procesos sociales y políticos de nuestro tiempo, dando cuenta de su inestimable rol como ámbito de formación y transmisión de valores democráticos. Este es el desafío que tenemos, bajo el compromso de ofrecer desde nuestras disciplinas respuestas innovadoras a viejos y nuevos problemas públicos. 5

Reflexiones sobRe los efectos

de la Reelección

Constanza MazzinaDoctora en Ciencias Políticas (UCA), Master en Economía y Ciencias

Políticas (ESEADE). Docente de la Universidad del Salvador. Twitter: @CMazzina.

El tema de la reelección ha ocupado un lugar importante en la agenda polí-tica argentina desde los años noventa, por lo menos, a la fecha. Ya había sido tema de debate en la discusión por la aprobación de la Constitución de Fi-ladelfia en los Estados Unidos. Hacia principios de 1788, Hamilton señala-ba en el Federalista LXXII los perjui-cios que producía la imposibilidad de reelección presidencial. Es así que para él “entre otros perjudiciales resultados, la exclusión disminuiría los alicientes para conducirse correctamente (…) Otro inconveniente que acarrearía la exclusión consistiría en la tentación de

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entregarse a finalidades mercenarias, al peculado y, en ciertos casos, al des-pojo.(…) como tercera desventaja de la exclusión, tenemos que privaría a la comunidad de valerse de la experien-cia adquirida por el primer magistrado en el desempeño de sus funciones.” Otro resultado indeseable sería “que se convertiría en un impedimento cons-titucional para que la administración fuera estable. Al imponer un cambio de hombres en el puesto mas elevado de la nación, obligaría a una variación de medidas”.

Con estos argumentos, en los Esta-dos Unidos no se limitó la reelección presidencial sino hasta 1947, median-te la Enmienda 22 solo es posible ser reelecto una vez (consecutiva o no). Sin embargo, a nivel estadual mu-chos permiten la reelección indefini-da: Connecticut, Idaho, Illinois, Iowa, Massachussets, Minesota, Nueva York, Dakota del Norte, Texas, Utah, Was-hington, Wisconsin, New Hampshire y Vermont.

En años más recientes, hacia mediados de los ochenta, Juan Linz advertía en su ya clásico “Democracia presidencial o parlamentaria. ¿Hace alguna dife-rencia?” que el presidencialismo nega-ba la posibilidad de prolongación del mandato de presidentes con populari-dad más allá de los límites fijados en la constitución. Es así que la mayoría de las constituciones presidencialis-tas prohíben a los presidentes ejercer mandatos consecutivos.

Los presidentes tienen entonces rela-tivamente poco tiempo para realizar sus proyectos y el resultado de ello es que intentan hacer mucho en poco tiempo: “este sentido de urgencia exa-gerado por parte del presidente puede incentivar políticas mal concebidas, intentos de implementación demasia-do precipitados, (…) y una multitud de otros males”.

Un argumento central en defensa de la reelección considera que la misma permite la accountability, esto es, la rendición de cuentas por parte de los funcionarios hacia los ciudadanos, quienes deciden premiarlos o casti-garlos con su voto. En respuesta al de-bate suscitado, muchas constituciones latinoamericanas (aunque no todas) fueron sucumbiendo a los tiempos y necesidades políticas y reformaron sus cartas constitucionales permitiendo alguna forma de reelección. Así en-contramos diferentes diseños institu-cionales según sea el caso.

La reelección inmediata limitada a un período (esto significa que el presiden-te puede ser reelecto por un mandato solamente y este puede ser consecu-tivo) como el caso señalado de Esta-dos Unidos pero también de Brasil o Colombia. Distinto es el caso de paí-ses como Chile, donde hay reelección pero no es consecutiva (tal como era el caso de la Argentina hasta la reforma de 1994). Esto le permite a la ex pre-sidenta Bachelet estar presentándose ahora para un nuevo mandato.

También están los países donde la reelección es indefinida (inmediata e ilimitada): aquí encontramos a Ve-nezuela, Cuba, Nicaragua. También a Bielorrusia si salimos de la región. Podemos señalar que otros países no permiten la reelección ni mediata ni inmediata, es el caso de México, de Guatemala y Honduras. Incluso podemos encontrar casos como el guatemalteco, donde la prohibición de ser candidato se extiende a los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo de afini-dad del Presidente o Vicepresidente de la República, cuando este último se encuentre ejerciendo la Presiden-cia; e incluso el que hubiese sido mi-nistro de Estado, durante cualquier tiempo en los seis meses anteriores a la elección.

Estas disposiciones evitan la tentación del nepotismo pero también la utiliza-ción política de recursos públicos que podría hacer un ministro en el ejerci-cio de su función haciendo campaña electoral al mismo tiempo.

Finalmente, está el caso argentino, cuyo diseño merece párrafo aparte. En nuestro caso además de la posibilidad de reelección inmediata existe cons-titucionalmente la posibilidad de que el primer mandatario regrese luego de un período donde no ocupó el cargo. Esto significa que podría estar 4+4, dejar pasar 4 y volver 4+4.

Ahora bien, interesa señalar las conse-cuencias de este diseño institucional: el fantasma del “eterno retorno” so-brevuela el sistema político e impide la discusión profunda sobre la sucesión. Al mismo tiempo, impide la creación de acuerdos de largo plazo que tras-ciendan el espíritu de un gobierno. Fue así con Menem y lo es hoy con Cristi-na Fernández. Esta posibilidad abierta desvía el debate que sí debería darse: cómo sortear los últimos dos años de mandato y facilitar la transición.

Los efectos no deseados de los diseños institucionales deberían obligarnos a reflexionar sobre los beneficios o per-juicios que los mismos conllevan. El presidencialismo ha mostrado tener ar-gumentos para defender la reelección. La reelección “a la argentina” no. Simón Bolívar había advertido en su discurso de Angostura de 1819: "La continua-ción de la autoridad en un mismo indi-viduo frecuentemente ha sido el térmi-no de los gobiernos democráticos.

Las repetidas elecciones son esenciales en los sistemas populares, porque nada es tan peligroso como dejar permane-cer largo tiempo a un mismo ciudada-no en el poder. El pueblo se acostum-bra a obedecerlo y él se acostumbra a mandarlo”. 5

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a 20 años de la reforma ConstituCional de 1994

Rodolfo C. BarrutiProfesor de “Elementos de Derecho Constitucional” y “Derecho y Economía”

en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA)[email protected]

En el vigésimo aniversario de la reforma de la Constitución Na-cional es tiempo de hacer un balance que permita verificar si los objetivos enunciados se alcanzaron, centrando dicho análisis sobre la proclamada atenuación del presidencialismo, siendo ésta una de las consignas centrales del Núcleo de Coincidencias Básicas que sirvió de base a la ley 24.309 declarativa de la reforma sanciona-da el 29/12/93 que en su Artículo 2° apartado A) estipula la ate-nuación del sistema presidencialista1. En mérito a la brevedad solo enfocaré tres instituciones que considero han controvertido en la práctica este objetivo y que surgen de la propia Asamblea Cons-tituyente Reformadora reunida en la Provincia de Santa Fe, en la cual los convencionales electos efectuaron la Reforma que quedó sancionada a través de la ley 24.4302. Tanto la incorporación de la delegación legislativa, cuanto la promulgación parcial (veto parcial) y los decretos de necesidad y urgencia incorporados en dicha refor-ma constitucional3 implicaron una hipertrofia del presidencialismo. Esta acentuación en lugar de la atenuación de las facultades del Po-der Ejecutivo tuvo como efecto secundario una mutación constitu-cional que opacó la separación e independencia de los poderes con motivo de la hipertrofia del Poder Ejecutivo en desmedro del Poder Legislativo que derivó en una especie de democracia delegativa tal como las describiera Guillermo O’Donnell4.

Tal como reseña José M.A Onaindia en relación a la incorpora-ción de estas instituciones en la convención reformadora describe que… “Los sectores que acordaron la modificación constitucional sostuvieron que su inclusión en la constitución era necesaria a fin de evitar un uso abusivo de estas facultades y permitir un control eficiente por parte del Congreso. También abundaron en las con-veniencias de tales facultades, dadas las frecuentes emergencias sociales, institucionales y económicas que caracterizan el devenir histórico de nuestro país”. Uno de los convencionales constituyen-tes más destacados por el Partido Justicialista fue el Dr. Alberto García Lema quien, como constitucionalista, protagonizó el de-bate sobre la conveniencia de darle rango constitucional a estas modificaciones, y luego volcó en un libro su justificación al res-pecto….. “Para el justicialismo fueron ‘puntos atados’ de reforma los relativos a las regulaciones en materia de decretos de necesidad y urgencia y de legislación delegada, y los referidos a los procedi-mientos para agilizar el trámite de discusión y sanción de las leyes. Por tal motivo su tratamiento fue incluido en un mismo capítulo. De esta manera, los negociadores de ese partido indicaban que el

uso de los decretos de necesidad y urgencia, criticado con fuerza desde la oposición, había sido imprescindible para implementar aceleradamente las reformas económicas y del Estado, ante la len-titud de los procedimientos legislativos”6.

Como es dable observar, se utilizó una herramienta que estaba siendo discutida tanto doctrinaria cuanto jurisprudencialmente.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación alineada absoluta-mente con el Poder Ejecutivo avalaba en sus fallos los decretos de necesidad y urgencia7.

Hubo en la Convención quienes advirtieron con argumentos atendibles su posición negativa respecto de la constitucionaliza-ción, pues se opinó que atacaba la separación y división de pode-res, y otorgarle rango constitucional era totalmente contrario a la idea de morigerar las facultades del Poder Ejecutivo, que haría un uso más frecuente de estas potestades a las que ya habría echado mano pese a que no estaba habilitado a ello. Lamentablemente esas advertencias fueron desoídas y se llegó a incluir estas faculta-des que no respetaban ese núcleo de coincidencias básicas.

La excusa que el Poder Ejecutivo ya las había utilizado tenía una falacia argumental, si lo que se intentaba era atenuar el presiden-cialismo no se lo lograría aumentando la esfera de sus competen-cias. El sofisma partía de la base falsa que como ya existía en la práctica, era mejor controlarlas veremos que a poco que se lean los artículos implicados se denota una contradicción en los propios términos. Es observable que de la lectura e interpretación literal de los artículos mencionados surge una especie de oximorón.

Delegación LegislativaAsí, el artículo 76 de la Constitución en el cual se introduce la figura de la delegación legislativa comienza con el siguiente párrafo:

“Se prohíbe la delegación legislativa, salvo en materias determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases que el Congreso establezca”.

El primer parágrafo establece una prohibición terminante, para luego realizar una salvedad tan amplia que contradice dicha prohibición. En efecto, determinar cuáles serían las materias de administración

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quedaría a expensas de la propia administración. Lo mismo acontece con el veto parcial o promulgación parcial. Resulta así autocontra-dictorio el aserto del enunciado toda vez que será el Poder Ejecutivo quien debe establecer las materias para las cuáles se encuentra habili-tada la delegación siendo el encargado de la administración conforme prescribe el artículo 99 inciso 1°de la Constitución.En cuanto a la noción de emergencia es tan laxo ese vocablo y tan remanido que termina siendo un cliché que valida cualquier situación. Para terminar, pero no menos importante, es preciso mencionar que el plazo de caducidad que el propio artículo 76 es-tablece ha sido prorrogado automáticamente desde 1994 hasta la actualidad enervando entonces su sentido que era limitativo, pero que en la práctica no se cumple en razón de primar un concepto de democracia delegativa que ya hemos descripto.

Promulgación ParcialNuestra Constitución original de 1853-1860 planteaba la posi-bilidad del veto total que puede ser quebrado si ambas cámaras obtienen por el derecho de insistencia de las 2/3 partes de los miembros con el proyecto original. La reforma efectuada en 1994 además de complejizar el tema de los reenvíos de leyes -lo cual excede este trabajo- introduce -en forma solapada- en el artículo 80 el veto parcial o promulgación parcial. Ello es así toda vez que luego de referirse a la aprobación del Poder Ejecutivo, el mismo puede promulgarlo en el Boletín Oficial o esperar los 10 días há-biles tras los cuales la ley se promulga directamente tal como pres-cribe el artículo 80 de la Constitución Nacional.

Los proyectos desechados parcialmente no podrán ser aprobados en la parte restante. Sin embargo, las partes no observadas podrán ser promulgadas si tienen autonomía normativa y su aprobación parcial no altera el espíritu y la unidad del proyecto sancionado por el Congreso….Obsérvese que las condiciones fijadas para el uso discrecional de esta facultad de promulgación parcial tienen el mismo vicio de laxitud e indeterminación que padece las condi-ciones de la delegación legislativa. En otros términos, habría que apelar a un alquimista para verificar cuando se respeta el espíritu de la ley o como determinar la autonomía normativa que además de ser un pleonasmo no establece un parámetro estandarizado como para poder evaluar su cumplimiento.

Decretos de Necesidad y UrgenciaEn cuanto a la facultad otorgada a los decretos de necesidad y urgencia a poco de transcribirlo se denota su falta de coherencia.

Artículo 99 inc. 3°… El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad absoluta e insanable emitir disposiciones de carácter legislativo a continuación y contrariando el precepto que se acaba de enunciar dispone la siguiente “excepción” -sic-

Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposi-ble seguir los trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes…. Podrá dictar decretos de necesidad y urgencia los que serán decididos en acuerdo general de ministros que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete.

Más allá de la pésima técnica legislativa, es notable la contradicción que esta norma implica. En el primer enunciado del inciso 3° ful-mina la posibilidad de emitir disposiciones de carácter legislativo con demasiados adverbios y adjetivos calificativos, vgr. en ningún caso,… bajo pena de nulidad absoluta e insanable. A continuación, la salvedad nuevamente aparece esbozando una contradictio in se cuando refiere que el Poder Ejecutivo podrá dictar decretos de necesidad y urgencia sometidos a la condición de imposibilidad de la sanción de ley. La pregunta de rigor es cuando se plantearía esa hipótesis, y en realidad salvo en caso de guerra para lo cual está el instituto de estado de sitio contemplado en el artículo 23, no es posible imaginar en pleno siglo XXI cuando se podrían dar esas condiciones, porque si existiera algún impedimento fáctico para sancionar una ley, podrían sesionar ambas Cámaras en Asamblea Legislativa convocadas al efecto por el Poder Ejecutivo.

Solo se detraen de los decretos de necesidad y urgencia, aquellas cuestiones penales, tributarias, regímenes electorales y de los par-tidos políticos. Finalmente al igual que la promulgación parcial para escudriñar si se respetan estos límites se deriva su control a una Comisión Bicameral que es integrada en forma mayori-taria por el oficialismo gobernante con lo cual el contralor o la accountability tanto vertical cuanto horizontal en los términos de Guillermo O’Donnell es casi inexistente.

A modo de conclusiónLos veinte años transcurridos desde su consagración constitucio-nal y el uso y abuso de estos institutos y la extensión de la práctica de estas potestades al Poder Ejecutivo Nacional demuestran que la incorporación de estas instituciones han desvirtuado uno de los objetivos de la Reforma pues se ha incrementado el presidencia-lismo haciendo que la excepción se convierta en regla, siendo ella invasiva de la separación de poderes. Ni siquiera el quórum propio ni la mayoría absoluta en ambas Cámaras del Congreso, del que ha gozado durante un decenio el oficialismo gobernante, ha hecho que se disminuya el ejercicio de estas facultades, tornando a esta democracia como aquella que politológicamente se denomina de baja intensidad o de una calidad que no responde a la esencia del republicanismo. 5

referencias1adla liv-a, 892boletín oficial suplemento 1995/01/103artículos 76, 80 y 99 inc.3° de la constitución nacional reformada.4o’donnell, Guillermo “delegative democracy”,Journal of democracy January 1994: 55-69.national the Johns Hopkins University press “las de-mocracias delegativas se basan en la premisa de quien sea que gane una elección presidencial tendrá el derecho a gobernar como él (o ella) con-sidere apropiado restringido sólo por la dura realidad de las relaciones de poder existentes”.5onaindia, José miguel. “separación de poderes y facultades legislativas del presidente”. pensar en derecho n°1 año 1. eUdeba Uba facultad de derecho 2012, pp. 43-58.6García lema, alberto. la Reforma por dentro. editorial planeta 1994, p. 203.7caso peralta, arsenio 1990 csJn ciJ

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ENTREVISTA A: GRACIELA RÖMERLicenciada en sociología en la UBA, especialista en Teoría de la

comunicación social. Directora de Graciela Römer y Asociados, estudio dedicado a la consultoría política y estrategias de campañas políticas.

el electoRado demanda Un nUevo tipo de lideRazGo

1. ¿Cuáles son las principales características de la Opinión Pública argentina?

Pueden señalarse dos: La volatilidad. Si se analizan estos 30 años de democracia se comprueba el alto grado de fluc-tuaciones que ha experimentado la opinión pública en casi todos los temas relevantes: la imagen y evaluación de los dirigentes políticos; la valoración de instituciones como el sistema judicial o el Congreso; las prioridades de la agenda pública (democracia, seguridad, honestidad, inflación); los vectores determinantes del voto; las orientaciones económi-cas (estatismo y proteccionismo vs. liberalismo y desregu-lación); el rol del estado y del mercado; la política exterior (“relaciones carnales con USA” en los 90’vs. integración sudamericana a partir de 2003). Otra característica es la polarización. La opinión pública argentina tiende a or-ganizarse en polos opuestos que constituyen matrices va-lorativas y perceptivas que determinan cómo se evaluarán personajes, medidas, estrategias y políticas.

Ello reduce los espacios de consensos posibles, reivindicados mayoritariamente, ya que en ocasiones (en la Argentina pueden señalarse particularmente el período menemista y, sobre todo, en la era kirchnerista) cada acción o propuesta es evaluada no por sus contenidos o valores propios sino en función de quién las enuncia. Es particularmente in-teresante esta tensión valorativa entre por una parte, la demanda de diálogo y consenso que se le reclama a la di-rigencia política y al mismo tiempo la tendencia a asumir actitudes extremas frente a diferentes temas, por parte de la OP.

2. A nivel regional, ¿compartimos características con otros países de América Latina? ¿Cuáles?

La opinión pública tiende a ser cambiante y desplazarse

bastante rápidamente como efecto de cambios en los modos vida, las coyunturas sociopolíticas, las mutaciones cultura-les y la inestabilidad inherente al mundo contemporáneo, pero en términos generales, y simplif icando extremada-mente la respuesta, puede decirse que en la Argentina se da un mayor grado de volubilidad en lo que respecta a la opinión pública, si se toman como referencia países cerca-nos como Chile, Uruguay o Brasil. Ello se relaciona con la ausencia de consensos explícitos o explícitos a largo plazo que se manif iestan en la sociedad argentina y a la continua pendularidad que ha predominado en la misma y a la que hacíamos referencia.

La respuesta requeriría de un análisis más puntual y de-tallado, pero cabe decir que países como Chile o Brasil han establecido un mínimo común denominador respecto de auto-percepción y visión como país y como sociedad que ha permitido una relativa mayor estabilidad en lo que respecta a demandas, expectativas, y criterios de valoración, que han sido resguardadas (siempre relativa y comparativamente). Por ejemplo, desde al menos la década del ´50, Brasil se ha def inido en pos de un modelo de desarrollo industrial y de construcción de un lugar de potencia planetaria, ple-namente aceptado por una vasta mayoría, que no es puesto en cuestión no obstante los cambios en la situación interna e internacional y las transformaciones culturales y sociales. En dos décadas de dictadura militar, en la hegemonía de las políticas neoliberales de Fernando Enrique y en el modelo socialmente inclusivo de Lula y Dilma estos presupuestos han guiado siempre la acción de gobierno y su política in-ternacional.

3. ¿Cuáles es el rol de la opinión pública en contextos electorales?

Obviamente, todo proceso de confrontación democrática de

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propuestas políticas tiene como eje determinante las incli-naciones y el comportamiento de la opinión pública como decisor f inal. Pero debe decirse que, como sostenía provoca-tivamente el sociólogo Pierre Bourdieu, “la opinión pública no existe”. Ello signif ica que lo que entendemos como tal no es una expresión de una “voluntad general” operativa, vinculante y unif icada, tal como la def inía Rousseau, sino el efecto o resultado, f iccionalmente coherente, de estrategias de medición de opiniones, demandas o valoraciones en una coyuntura dada y que reflejan tendencias predominantes. Por lo tanto, invirtiendo el clásico apotegma francés, debe subrayarse que ese “singulier est bien pluriel ”. La ´”opinión pública” es un efecto estadístico falsamente uniforme que oculta los altos grados de variabilidad que se verif ican al interior de cada sociedad y que responden a colectivos par-ticulares dentro de la misma (clase, género, etnia, estilos de vida, niveles educativos, subculturas de distinto tipo, zonas geográf icas, etc.)

4. De cara a las próximas elecciones, ¿cuáles son las principales demandas del electorado a nivel nacional?

Pueden reconocerse dos ejes de demandas: la exigencia de mayores niveles de seguridad pública (mayor control de la delincuencia de origen social y organizada, así como del narcotráf ico, percibido como una amenaza creciente) y un conjunto de demandas económicas que pueden sinterizarse: la reducción de los actuales niveles inflacionarios, la preser-vación de los niveles de los puestos de trabajo, la recupera-ción de los niveles de crecimiento y consumo prevalecientes en años anteriores antes de la disminución de los niveles de actividad económica.

También se perf ila en los grandes centros urbanos la de-manda de un nuevo tipo de liderazgo, con ef iciente ca-pacidad de gestión y de adaptación al cambiante contexto internacional, de carácter pragmático y que apunte a la construcción de canales ef icaces de diálogo y de generación de políticas de Estado a la largo plazo, y cuya conf iabilidad radicaría en otorgar un piso de previsibilidad y estabilidad en un momento de alta incertidumbre. No se aspira a un líder carismático o a una f igura providencial sino que pre-valece la búsqueda de una f igura que garantice, entonces, estabilidad, previsibilidad, transparencia, diálogo y retor-no a la senda de crecimiento sostenido.

5. ¿Cómo impacta el marketing político en la opinión pública?

Sólo puede hablarse de marketing político en un sentido más bien metafórico y aproximativo. Los partidos políti-cos no son empresas ni los candidatos productos. Tampoco el funcionamiento de los procesos políticos es asimilable al

mercado. Por ello es más adecuado hablar de estrategias de comunicación política que de marketing político. Dicho esto, acerca de la evaluación de la ef icacia potencial y real de estas estrategias no cabe ni subestimarla ni tampoco atri-buirle efectos mágicos.

Ante la falta de estas condiciones, el llamado marketing político podrá obtener éxitos circunstanciales y efímeros, pero no a largo plazo (véase el caso de Francisco de Nar-váez, que pasó de derrotar nada menos a Néstor Kirch-ner y Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires en 2009 como resultado de una muy ef iciente campaña de instalación mediática a un rápido eclipse que desembocó en su irrelevancia política actual como consecuencia de la completa ausencia de un proyecto sólido que sostuviera sus slogans publicitarios). El marketing político influye sobre la opinión pública, pero no está en condiciones de mani-pularla y no está en condiciones de producir cualesquiera efectos y resultados.

6. ¿La comunicación gubernamental ayuda a los can-didatos a posicionarse? ¿Cómo?

Es imposible no comunicar, y menos aún en el espacio pú-blico, que hoy otorga una centralidad sin precedentes al es-cenario mediático. Se comunicará por acción u omisión, más o menos ef icazmente, de maneras directas e indirectas, pero siempre se estará comunicando. La cuestión central, por ende, radica en ejercer un control lo más estricto y ef iciente posible respecto de los contenidos, modos y canales de lo que se comunica y de esforzarse en regular los efectos potenciales de dicha comunicación. Por supuesto, la comunicación no es un proceso lineal: nun-ca existirá un ajuste perfecto entre el discurso y el mensa-je producidos por el enunciador y el mensaje recibido por el destinatario. Para decirlo en términos de la semiótica, existe una “gramática” de producción de discurso y una plu-ralidad de “gramáticas” de recepción de dicho discurso, por lo cual el desfasaje entre una y otras es constitutivo de todo proceso comunicacional. Pero un conocimiento detallado, sistemático y en profundi-dad de las variables expectativas, esquemas de pensamiento, sentimientos y emociones, representaciones, percepciones, va-lores del público al que se dirige (en resumen: su imaginario), posibilitado hoy por las diferentes técnicas comunicaciona-les, permitirá ajustar el mensaje en términos de contenidos, retóricas, líneas de argumentación, apelaciones racionales y emocionales y mecanismos de interpelación y construir con-fiabilidad, credibilidad, comprensión, desarrollando un vín-culo relativamente estable y duradero con su electorado. Un “contrato político”, por denominarlo de esa manera.

Por Lic. Cintia Mariana Cabral

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IntroducciónEl tema de la elección directa de los re-

presentantes del PARLASUR pone de relie-ve un momento de maduración del proceso de integración regional, y también cambios sustantivos en el sistema político nacional.

Haciendo un poco de historia, como ya es sabido, en marzo de 1991 mediante la firma del Tratado de Asunción, se cons-tituyó al Mercado Común del Sur. En su artículo 24 fue previsto el establecimiento de la Comisión Parlamentaria Conjunta, cuyo objetivo era insertar al Poder Legis-lativo en el proceso de implementación del bloque, siendo la Comisión un canal de comunicación entre los Poderes Ejecutivos y los Legislativos de los Estados Parte.

Mediante el Protocolo de Ouro Preto fue creada la estructura institucional del MERCOSUR, que incluyó a la Comisión Parlamentaria Conjunta, compuesta por Representaciones de los Parlamentos Na-cionales de los estados miembros.

En 2004, fue firmada la Decisión del Consejo del Mercado Común dando autonomía a la Comisión Parlamenta-ria Conjunta para redactar el Protocolo Constitutivo del Parlamento del MER-COSUR. Así, el 9 de diciembre de 2005, durante la Cumbre de Presidentes llevada a cabo en Montevideo, se aprobó el "Pro-tocolo Constitutivo del Parlamento del MERCOSUR" (PCPM)1. Este Proto-colo tiene la misma jerarquía jurídica que el Protocolo de Ouro Preto y el Tratado de Asunción, equilibrando los roles de los Poderes Ejecutivos y Legislativos en la construcción del espacio de integración que engloba el MERCOSUR. Sin embar-go, su carácter es consultivo, deliberativo y

tRas la elección diRecta de RepResentantes del paRlasUR

Leandro Enrique SanchezDoctor en Ciencias Sociales. Instituto de Investigaciones en Humanidades

y Ciencias Sociales (UNLP - CONICET). Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de La Plata (UNLP)

[email protected]

de formulación de propuestas, aunque sin capacidad decisoria.

El proceso de negociación giró en torno a las competencias del Parlamento y a la forma de elección y a la cantidad de sus integrantes.

En mayo de 2007, en la sede oficial del Parlamento del MERCOSUR, fue reali-zada la Sesión de Instalación, oportunidad en que tomaron sus cargos los parlamen-tarios del MERCOSUR. Así, se dio inicio a la primera etapa de transición prevista en el Protocolo -del 31 de diciembre de 2006 al 31 de diciembre de 2010- cargos ocupados por 182 representantes por país, indicados por sus respectivos Parlamentos Nacionales. En la segunda etapa (2011-2014), su composición debería ser en base al criterio de representación ciudadana, con miembros elegidos directamente, por voto universal, secreto y obligatorio. Una vez definitivamente conformado, se prevé una elección directa y simultánea3 en todos los Estados Parte, con mandatos únicos e iguales por 4 años.

El mecanismo de elección para la se-gunda etapa se regiría por lo previsto por cada Estado Parte, el cual procurará ase-gurar una adecuada representación por gé-nero, etnias y regiones según las realidades internas. De este modo, se espera que el Parlamento del MERCOSUR represente a los ciudadanos de la región y no a los Es-tados Parte, y que se plasmen en su com-posición las diferencias políticas, ideológi-cas, étnicas, religiosas, etc.

En ese contexto, al interior del Parla-mento del MERCOSUR se suscribió, el 28 de abril de 2009, el "Acuerdo Político para la Consolidación del Mercosur y pro-

posiciones correspondientes". Allí se defi-nió que la cantidad de habitantes de cada estado sería el criterio general para definir el número de parlamentarios que cada país debería elegir.

Dadas las profundas asimetrías de po-blación existentes entre los países del blo-que, la opción de la proporcionalidad plena resultaría inaplicable en el contexto regio-nal, convirtiendo a la integración en una quimera. Por lo tanto, se optó por un cri-terio de proporcionalidad atenuada de re-presentación, teniendo en cuenta el método de representación poblacional decreciente a partir de información suministrada por la División Población de la CEPAL.

De este modo, de acuerdo al método escogido para hacer posible la representa-ción ciudadana, Argentina elegirá 26 par-lamentarios durante la segunda etapa de transición (2010-2014). Posteriormente, cumplida esa etapa, se elegirán 43.

Hasta el momento el único país que ha elegido legisladores comunitarios por el voto popular es Paraguay, pero hasta que el resto del bloque, es decir la Argentina, Uruguay, Brasil y Venezuela no lo resuel-van en elecciones y no por designación di-recta, el cuerpo no tiene soberanía como para dictar leyes que tengan vigencia en todo el Mercosur.

La posibilidad de elegir a los represen-tantes nacionales ante el MERCOSUR generará importantes modificaciones a ni-vel interno e internacional, ya que permiti-rá instalar en la agenda nacional temas re-levantes para la sociedad que tendrán otro impacto al ser concebidos como políticas regionales: la competitividad, la preserva-ción del medio ambiente, la educación, el

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empleo, el respeto a la diversidad cultural y el desarrollo social, entre otros.

Por esta razón es que resulta funda-mental avanzar en el análisis de las normas que dan paso a la elección directa de Parla-mentarios del Mercosur.

Tentativas para la elección de representantes

La Argentina tiene pendiente la aprobación de una ley que disponga la forma de elección de parlamentarios del MERCOSUR, pero existen varios pro-yectos en pugna.

Una alternativa ha sido tomar al país como distrito único, sistema que resulta atractivo si se toma la representación di-recta de los ciudadanos, porque es directa-mente proporcional a la población general del país. Es el que mejor puede garantizar la incorporación de las cuotas y la repre-sentación de etnias, por ejemplo.

Esta posibilidad no es tomada por ningún proyecto puesto que no incorpora el principio del federalismo y la adecuada representación de las provincias, dando lu-gar a sub y/o sobrerepresentaciones.

La única forma de atenuarlo sería poniendo condiciones de representación diversa de las provincias, cada determina-do número de legisladores en la lista. El inconveniente es la subrepresentación de la población de las provincias grandes que en todo sistema electoral por distrito suele darse, en este caso sería de tal magnitud que entraría en colisión con el principio de representación soberana. Al mismo tiem-po, resultaría imposible garantizar las cuo-tas y la representación diversa en las listas.

Los proyectos presentados se basan en sistemas mixtos. Proponen utilizar el criterio de representación por regiones estipulado en el Protocolo constitutivo, y dividir el territorio nacional en regiones conforme a lo estipulado en pactos inter-provinciales preexistentes.

El proyecto del senador Mayans es-tipula dos mecanismos. En el primero, en cada jurisdicción cada Partido o Alianza electoral oficializará una lista que estará integrada con un candidato titular y un su-plente, resultando ganadora la lista que más sufragios obtiene. De esta forma, serán en-tonces electos veinticuatro de los cuarenta y tres Parlamentarios que corresponden a la

Argentina. En el segundo mecanismo, a di-ferencia del anterior, se toma como distrito electoral único a todo el territorio nacional dividido en tres regiones: norte, centro y sur con 7, 8 y 4 escaños respectivamente.

En el proyecto de Asseff (4412-D-2014), se elegirán diputados por cada una de las regiones indicadas: NOA y NEA tres diputados cada una, Centro seis di-putados, Sur tres diputados, Cuyo cuatro diputados y Pampeana siete. Cada elector votará solamente por una lista oficializada de un único candidato con dos suplentes.

Pérez, por su parte, plantea (3002-D-2014) la división del territorio nacional en Nuevo Cuyo, Centro, Patagonia, Nor-te Grande y Buenos Aires. Para calcular cuántos escaños corresponden a cada re-gión se combinan dos criterios. La mitad de los escaños se otorgarían en base al criterio de proporcionalidad en razón de la cantidad de habitantes por región. La otra mitad se distribuiría en razón de un criterio de proporcionalidad poblacional decreciente 5.

El proyecto de Landau (0134-D-2014) concluye que la única alternativa viable para posibilitar la elección de Parlamentarios del Mercosur, conciliando los principios de "re-presentación ciudadana" y el de represen-tación de las unidades geográficas internas relevantes, es la elección por lista en distrito único mediante la reserva de cuotas o cupo por provincias. De manera que veinticua-tro (24) parlamentarios serán elegidos por distrito regional: un parlamentario por cada una de las 23 provincias y un parlamentario por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; y el resto serán elegidos en forma directa por el pueblo de la Nación, por distrito nacional, a cuyo fin el territorio nacional constituye un distrito único.

Larroque propone (7928-D-2014) que las listas de parlamentarios se compongan por candidatos domiciliados en veinticuatro (24) distritos distintos, ordenados consecu-tivamente en las primeras posiciones. La ubicación de los mismos en la lista debe efectuarse de forma tal que no se repitan en los primeros seis (6) lugares candidatos domiciliados en la misma región y así su-cesivamente hasta completar la totalidad de los candidatos. El total de los votos obteni-dos por cada lista que haya alcanzado como mínimo el tres por ciento (3 %) del padrón

electoral nacional será dividido por uno, por dos , por tres y así sucesivamente hasta llegar al número igual al de los cargos a cubrir.

El proyecto de Stolbizer (3663-D-2014) establece que los parlamentarios serán elegidos en forma directa por el conjunto de los ciudadanos argentinos, por un sistema electoral proporcional, a cuyos efectos se tomará a la República Argentina en su con-junto como distrito electoral único con 5 (cinco) secciones electorales: Norte Grande, Región Centro, Patagonia, Cuyo, y Buenos Aires. Para la representación parlamentaria de cada región, se tomará el coeficiente de porcentaje de diputados nacionales que se eligen por cada distrito.

Montero por su parte (2353-S-2012) estipula que las listas se compondrán por candidatos domiciliados en la totalidad de los distritos incluyendo, en las prime-ras treinta (30) posiciones, a candidatos de los veinticuatro (24) distritos. A los fi-nes de la oficialización de la lista, el país se dividirá en seis regiones, debiendo los pri-meros seis (6) candidatos domiciliarse en distritos que pertenezcan a las diferentes regiones, como también los seis (6) can-didatos subsiguientes y así sucesivamente, no pudiendo en ningún caso repetirse dos (2) distritos en las primeras veinte (20) posiciones. A su vez, en cada oficializa-ción de listas se deberá contemplar a los distritos que no hubieran logrado repre-sentación en la elección inmediata ante-rior, incorporándose candidatos de esos distritos en lugares expectables de la lista para garantizar la rotación de los distritos. La lista se completará de forma tal que no haya más de cuatro (4) candidatos domi-ciliados en el mismo distrito.

En definitiva, avanzar en la elección directa de los parlamentarios del MER-COSUR en un contexto internacional en el que la región se presenta con oportuni-dades históricas para el desarrollo econó-mico y social puede contribuir a llevar la discusión de la agenda del bloque regio-nal a una instancia nacional y viceversa. Desde el punto de vista político, social y también económico, es un desafío y parte de la agenda del futuro inmediato. 5

referencias1argentina adoptó en su legislación interna al pcpm, cuando el Honorable congreso de la

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nación lo convirtió en ley 26.146, el 26 de sep-tiembre de 2006.2actualmente los parlamentarios argentinos son diputados y senadores de la nación, según la cláusula transitoria que vence en su segunda etapa el 31 de diciembre de 2014.3la misma se desarrollará en el "día del meR-

cosUR ciudadano", que deberá ser establecido por el consejo del mercado común.4este acuerdo fue aprobado por el consejo mercado común el 18 de octubre de 2010 (dec. nº 28/10), siendo su aplicación obligatoria para los estados parte.5el esquema sería: hasta 2,5 millones de habi-

tantes (6 escaños), más de 2,5 millones y hasta 5 millones de habitantes (1 escaño adicional cada 1 millón de habitantes), más de 5 millones y hasta 10 millones de habitantes (1 escaño adi-cional cada 2 millones de habitantes) y más de 10 millones de habitantes (1 escaño adicional cada 4 millones de habitantes).

la integraCión de nuevos

aCtores al proCedimiento

eleCtoral: el caso de los

extRanJeRos en caba y pRovincia de bUenos aiRes.

Aixa Berchi (USAL/UNLP)[email protected]

Maricel Etchecoin Moro(USAL/UNSAM)[email protected]

María Cecilia Ferrero (UBA/UNSAM)[email protected]

Tomando como punto de partida los resultados electorales de las elecciones legislativas 2013 en CABA y Provincia de Buenos Aires, este trabajo busca abordar el desempeño de los electores extranjeros en las urnas, como eje de monitoreo de la efectividad de la normativa electoral y el alcance de las políticas públicas de integración de la ciudadanía extranjera al mundo de lo electoral.

En CABA, la Ley Electoral nº 334 habilita a votar a extran-jeros que deseen voluntariamente empadronarse, es decir, que el voto para ellos no es obligatorio, sino que adquiere tal carácter una vez que el ciudadano formaliza su ingreso al padrón electoral1. Desde ese momento en adelante, el voto se vuelve obligatorio, aunque el ciudadano posee la facultad de pedir la baja si así lo deseara.

En ocasión de las elecciones legislativas 2013, apenas un 3,48% (13.296) de los extranjeros residiendo en CABA figu-raba empadronado y habilitado para sufragar. Sin embargo, no todos ellos se presentaron a votar, sino que muy por el contrario, se registró un alto nivel de abstención electoral. Se habilitaron 15 locales de votación, una por comuna. Totaliza-ron 35 mesas, en las que se registraron la emisión de 2764 vo-

tos (20,78%). Es decir, hubo una abstención del 79,21%. Son entonces 10.532 ciudadanos extranjeros que han infringido la ley electoral de la ciudad.

En comparación con los datos de 2011, la anterior instancia de votación, los números marcan un retroceso del 45,07% en la participación electoral. Mientras que en 2013 la abstención fue del 79,21%, en 2011 fue del 57% aproximadamente tanto en primera vuelta2 como en el ballotage.

Cuadro nº1. Resultados electorales en mesas de extranjeros en CABA (2000-2013).

Fuente: elaboración propia en base a datos del Tribunal Supremo de Justiciade la CABA y Emmerich (2001a)

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Gráfico nº2. Resultados electorales en mesa de extranjeros en Provincia de Buenos Aires (2000-2013).

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Honorable Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires y Emmerich (2001a).

Se debe analizar entonces qué es lo que impacta en la propensión a la abstención electoral, de modo que luego se diseñen alternativas de acción que logren mitigar estos efectos nocivos para la integra-ción política de los ciudadanos extranjeros.

Diversos autores4 mencionan los siguientes factores como los mayores implicados en la afectación de la motivación a votar:

Disponibilidad de recursos: Dado que la decisión de par-•ticipar requiere una inversión de recursos, se ha tendido a concluir que aquellas personas con mayor tiempo, dinero e información tienen una mayor propensión a participar. El coste relativo de votar disminuye al tener más recursos.Movilización estratégica: Examina los métodos por los •cuales las élites políticas (candidatos, medios de comuni-cación, organizaciones intermedias) buscan concientizar a los electores sobre la necesidad e importancia de su partici-pación. De acuerdo con esta explicación, a mayor grado de movilización, los costos que conlleva la recogida de infor-mación para tomar decisiones disminuyen.Papel que desempeñan las instituciones: Al elevar consi-•derablemente el coste de votar o reducir los beneficios que cabe esperar del acto de votar, las instituciones y reglas elec-torales afectan directamente la probabilidad de participa-ción de los electores.

En base a estas tres variables, podemos identificar claramente que la ciudadanía extranjera es un grupo que se encuentra visi-blemente afectado por la carencia de recursos (la gran mayoría son inmigrantes que buscan un horizonte más próspero que las oportunidades que tenían en sus lugares de origen), son segre-gados de las actividades proselitistas de los partidos políticos en

Gráfico nº1. Evolución en la participación electoral de ex-tranjeros en CABA (2000-2013).

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Tribunal Supremo de Justiciade la CABA y Emmerich (2001a)

En lo que respecta a la Provincia de Buenos Aires, se eviden-cia un notorio crecimiento en la participación electoral de extranjeros, conforme ésta se vuelve obligatoria en la reforma electoral de 20093. Desde 2003, se incrementó la afluencia en la emisión del sufragio en un 92%. Sin embargo, como se verá en el Cuadro nº2, este incremento no representa masiva afluencia de ciudadanía a las urnas, sino que se mantiene una abstención del orden del 80% en las dos últimas instancias electorales.

Cuadro nº2. Resultados electorales en mesa de extranjeros en Provincia de Buenos Aires (2000-2013).

*Nota: en una publicación periodística se informa que la cantidad de votantes fue de alrededor del 10% por lo que se decidió utilizar ese valor.http://www.noticiasmercedinas.com/110721elección.htm

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Honorable Junta Electoral de la Provincia de Buenos Aires y Emmerich (2001a).

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campaña (principalmente, por considerarse un numero reducido de electores); y, en el caso exclusivo de CABA, se ven impacta-dos negativamente en su motivación a votar por una normativa que involucra un procedimiento de empadronamiento volunta-rio que requiere esfuerzo en términos de tiempo y dinero (nue-vamente, en un contexto de estrechez de recursos) y que, a su vez, imposibilita el acceso de su gente a espacios de poder5.

Por otro lado, los resultados de 2013 también arrojan cuestiona-mientos sobre las particularidades de la normativa electoral de cada una de las jurisdicciones, a saber:

Falta de difusión sobre el proceso electoral: el desconoci-1. miento sobre el mecanismo de ejercer el sufragio y lo con-cerniente a su obligatoriedad (en Buenos Aires) desincenti-va a la población a acercarse a las urnas. La complejidad del sistema electoral se incrementa con la adhesión de nuevas modalidades e instancias (como por ejemplo, la incorpora-ción de las PASO en ambos distritos y boleta única en CA-BA6), con lo cual la falta de información es una debilidad para la garantía de asistencia en las elecciones.Características restrictivas del proceso de empadronamien-2. to: en aquellas jurisdicciones en que el empadronamiento es voluntario, implica que el ciudadano debe movilizarse hasta cierto punto para completar el trámite, lo cual genera inversión de tiempo y dinero que, en muchos casos, el ciu-dadano no dispone.Imposibilidad de ejercer como sujeto pasivo en derecho 3. electoral: esto es, ser candidato a algún cargo electivo. El hecho de no poder acceder a lugares de representación aleja la función pública del interés personal.Limitación a la participación solo en categorías locales y 4. provinciales: el hecho de no poder participar en la elección de las autoridades nacionales (sean ejecutivas o legislati-vas), puede ser factor de desinterés en el deber votar.

En el caso de la Provincia de Buenos Aires, los puntos 2 y 3 han sido salvados con la nueva normativa: el empadro-namiento dejó de ser voluntario para ser automático, y los ciudadanos extranjeros pueden ser candidatos a concejales al cumplir 25 años de edad y poseer residencia mínima de 5 años en territorio bonaerense. Sin embargo, en CABA el voto aún se mantiene como voluntario, exigiendo al ciudadano una erogación de recursos individual para empadronarse. Asimis-mo, la normativa es restrictiva en su posibilidad de ejercer algún cargo electivo, lo cual colabora con el desincentivo a participar en las elecciones.

El punto 4, vinculado a la limitación a participar solo en instan-cias locales y provinciales (considerando en esta última también a lo concerniente a la CABA), requiere especial atención. La posibilidad de votar categorías nacionales no ha sido incluida en ninguna jurisdicción puesto que requiere una ley nacional que lo regule. Existen varios proyectos de ley en estudio7, pendientes de alcanzar un tratamiento legislativo definitorio.

Es entonces el factor de la difusión el que mayor impacto ten-dría en la abstención electoral de extranjeros. Se ha evidenciado una ausencia de instancias de capacitación en lo que respecta al procedimiento de votación y las características del sistema electoral de la CABA. En la Provincia de Buenos Aires, se in-formó que la Dirección provincial Electoral y la Dirección de Colectividades recorrieron municipios promoviendo el voto de los extranjeros y explicando su metodología con Jornadas de Ca-pacitación Electoral8.

Como manifiesta Moreira9, “El sufragio transnacional implica una redefinición de los derechos políticos tradicionales enmar-cados dentro de los límites del Estado-nación, con el reconoci-miento de los mismos a inmigrantes y emigrantes, y por tanto se vincula con el desarrollo de la participación política a través de las fronteras”.

Los resultados de las elecciones de 2013 demuestran que aun resta mucho por caminar en la vía de integrar a este grupo ciudadano. Es deber de los distintos responsables en cada jurisdicción plani-ficar estratégicamente políticas públicas que incrementen su par-ticipación dado que debe fortalecerse el vínculo entre ciudadanía y residencia para lograr una verdadera integración cívica en pos del robustecimiento del sistema democrático. 5

referencias1en tanto y cuanto cumpla con los requisitos establecidos por el artículo 2 de la mencionada ley. asimismo, cabe destacar que los jóvenes a partir de los 16 años, también podrán manifestar la voluntad de ejercer el voto, conforme la caba ha adoptado también para extranjeros el denominado “voto Joven”, mediante la ley nº 4515.2boletín oficial suple.2votaron 5032 extranjeros en primera vuelta y 4997 en la segunda.3ley nº 14.086.4boix, carles y Riba, clara (2000). “las bases sociales y políticas de la abstención en las elecciones generales españolas: recursos individuales, movilización es-tratégica e instituciones electorales“, Revista Reis, núm 90, pp. 95-128.5aplicando el derecho comparado, cabe destacar por ejemplo, la ley nº 14.086 de provincia de buenos aires, que habilita a los extranjeros con una edad mí-nima de 15 años a ser candidatos a concejales.6ley nº 4894/13.7el de mayor publicidad ha sido el del senador aníbal fernández, que aspiraba a ser aprobado al momento del tratamiento del denominado “voto Joven”, aunque finalmente se decidió posponerlo. el proyecto de ley incluía un nuevo artículo al código electoral (ley n° 19.945), en el cual se leería: “los extranjeros admitidos en el país como residentes permanentes gozarán de plenos derechos políticos a partir de los veinticUatRo (24) meses de obtenida tal condición”.8según la misma fuente, fueron aproximadamente 100 instancias de capacita-ción, con un alcance de más de 10.000 ciudadanos extranjeros. sin embargo, no se dio a conocer cuáles fueron los puntos de dictado de las mencionadas jornadas, ni en que fechas se han llevado adelante, con lo cual se desconoce el modo de difusión de esta actividad en las comunidades objetivo. http://www.gob.gba.gov.ar/portal/prensa/prensapHp.php?idnoticia=290519moreira, carlos: “sufragio transnacional: la experiencia del voto de los ex-tranjeros en argentina”, Revista encrucijada americana año5 n°2, publicado el 26 de marzo de 2013, versión digital issn 0718-5766.

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discUtiendo la noción de ameRicanización de las campaÑas electoRales y sUs efectos sobRe la ciUdadanía

Abelardo Del PradoLicenciado en Ciencia Política, becario doctoral en CONICET,

Docente de UNER e investigador del [email protected]

Desde Hollywood a McDonald's, la cultura estadounidense termina por llegar a cada rincón del mundo. Ante ello, el ámbito de la comunicación política y la organización y gestión de las campañas electorales no ha salido indemne. En los últimos treinta años hemos asistido a irrupción de innovaciones en las campañas electorales y la subsiguien-te convergencia en ellas de las distintas de-mocracias del globo. Las mismas han sido caracterizadas por gran parte de la biblio-grafía bajo el término americanización.

Con este término se denomina, según Ana Franco Marcos, al "proceso mundial de proliferación de prácticas electorales y de comunicación política en general que, im-plantadas por primera vez en los procesos estadounidenses, son imitadas y adaptadas en el resto de los países democráticos de cultura occidental" (2011:32).

Para Philippe Maarek (1997) esta forma de comunicar la política posee sus orígenes en Estados Unidos en la década del cincuenta e ingresa en su edad adulta desde la déca-da del ochenta en adelante. Se convierten las prácticas de planificación, sondeo y publicidad como las únicas capaces para llevar una campaña exitosa, se consolida el marketing político como una disciplina propia y extiende su práctica hacia el resto del mundo. Afirma además que la veloci-dad de este proceso en cada país dependió del desarrollo y penetración de los medios masivos de comunicación, las normativas gubernamentales en cada uno de ellos, y en menor medida pero igualmente incidente, el grado de desarrollo que poseyeran.En Los efectos de la americanización (2012),

Rodríguez Andrés sostiene que tal proceso conlleva una serie marcada de cambios: 1. En la organización de la campaña, emu-lando la experiencia del mundo comercial; 2. En los candidatos, ya que el proceso de marketinización ha llevado a un proceso de hiperpersonalización de la política; 3. En la forma de diseñar y emitir los mensajes, donde las reglas son la simplificación y efec-tividad y 4. El aumento en la negatividad de las campañas. Tales efectos llevan al autor a afirmar que se imponen lo que él llama tres imperios sobre la comunicación política: el imperio de la brevedad –simplificación de los mensajes, abuso de los argumentarios-; el imperio de la emocionalidad –frente a los argumentos racionales– y el imperio de lo políticamente correcto o neutro. Todo ello tal vez sea producto de la tiranía de las en-cuestas, los partidos catch-all, que intentan pescar votos de electores de ideas diversas.

Por otra parte, Riorda (2011) señala otras características que se han tomado del mo-delo norteamericano en las democracias latinoamericanas. Señala con énfasis el au-mento de la importancia de las encuestas, el predominio de un lenguaje de transmisión de los medios en formatos deportivos, más fundraising de manera profesional y siste-matizada, y un aumento de la visualización la política simbólica y la política en frag-mentos -sound bites-, mediante spots de publicidad electoral por donde fluye gran parte de la comunicación electoral.

Sin embargo, muchos académicos y con-sultores sostienen que la forma de hacer campañas electorales típica de los Estados Unidos no fue adoptada inalteradamen-

te en todo el mundo. Los alemanes Vowe y Wolling (2000) sostienen que la tesis de americanización de las campañas y su con-ducción supone que aumentarán las simili-tudes entre las formas de llevar a cabo tales actividades, para que paulatina se eliminen las diferencias existentes entre las Naciones. Ellos piensan que si bien esta suposición es fácil de entender y contundente, plantea tres grandes problemas: 1. Si realmente to-dos los países ven a Estados Unidos como referencia o si se trata de una simple mo-dernización; 2. Cuál es la razón de dicho proceso, si existen o no factores endógenos en el sistema político del país que lo lleven a eso; 3. Desde un enfoque normativo, se preguntan cuánta crítica cultural contiene el término “americanización”, debido a que suele ser una forma de indicar el liderazgo de ese país en una serie de órdenes, pero que actualmente es difuso y ha adquirido últi-mamente una carga valorativa negativa. Así, descartan que el proceso se dé por simple adopción del modelo, siendo improbable para ellos que la difusión del concepto del marketing político lleve directamente a una homogenización a escala global en las for-mas de hacer campaña electoral.

En esta línea argumentativa, Fritz y Gunda Plasser (2002) estudiaron la proliferación mundial de las técnicas norteamericanas de campaña en su obra “La campaña global”. Ellos matizan este proceso e identifican al menos tres grandes modelos en los que se expresan las herramientas de la comuni-cación política en el mundo. Cada uno de ellos posee características diferentes, tanto en su fundamentación normativa, conteni-do y orientación de su comunicación.

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Además del ya mencionado modelo ameri-cano, de planificación, sondeo y publicidad, entienden que existe un modelo de corte europeo. El mismo se ve caracterizado más por la sustancia, se basa más en una pro-puesta ideológica y en principios políticos, en el cual las descalificaciones, los ataques y las calumnias entre adversarios son mal vistos por los electores. En este sentido, son campañas más propositivas, por lo cual se imponen en su organización los comunica-dores sociales, los profesionales de la ciencia política y economistas.

Asimismo, puede diferenciarse un modelo híbrido: el latinoamericano. Éste adopta algunos aspectos del modelo americano y otros del europeo. En algunos países del continente existen fundamentos legales que tratan de desalentar las campañas negativas, pero de todos modos las pasiones de las contiendas electorales terminan prevale-ciendo por lo que las campañas negativas están siempre presentes. Al igual que en el modelo americano, los spots televisivos son el eje de las campañas, por lo que se impo-nen los publicistas y relacionistas públicos.

No obstante, los puntos que diferencian a cada país están asociados más a restriccio-nes o posibilidades que sus propios sistemas políticos favorecen, que a diferencias de montajes a priori en la concepción de las campañas electorales y sus estilos desde el marketing político.

A modo de conclusión se puede afirmar que, al igual que en cualquiera de otras discipli-nas en discusión, la noción de “americani-zación” encuentra partidarios y detractores. Los primeros sostienen que la profesionali-zación que ha liderado este proceso conlle-va a una mayor apertura democrática, a una mejor relación entre ciudadanos y sus repre-sentantes. Éstos ven que se redunda en una política, cada vez más cercana y accesible a los ciudadanos, que habla en el mismo idio-ma del ciudadano de a pie y pone énfasis en la búsqueda y resolución de las demandas reales de los electores y sus problemas. Los críticos, en cambio, afirman que detrás de este modelo se esconden prácticas que están provocando un aumento indiscriminado de la negatividad en la política, y por tanto ma-yor descreimiento de la actividad por parte

de los ciudadanos, mayor aprovechamien-to por parte de outsiders sin experiencia o conocimiento para incurrir en la política, como también la pérdida de un debate cí-vico más sustantivo. 5

referenciasfRanco maRcos, ana maría (2011). las cam-•pañas de las elecciones generales de españa en 2008, en el marco de la americanización de los procesos electorales. tesis de doctorado, Uni-versidad complutense de madrid.maaReK, philippe J. (1997). marketing político y •comunicación. claves para una buena informa-ción política. barcelona: paidós.plasseR f. y plasseR G. (2002). la campaña •global. los nuevo gurúes del marketing político en acción. buenos aires: ed. temas.RioRda, mario (2011). Relativizando la noción de •norteamericanización i, ii y iii. en marioriorda.com, ingresado por última vez en 05 de agosto de 2014.voWe, G. y WollinG, J. (2000) ¿americaniza-•ción de la campaña electoral o marketing polí-tico? la evolución de la comunicación política, en pRiess, frank (2002). Relación entre políti-ca y medios. buenos aires: ed. temas.

la profesionalizaCión de las buroCraCias, una agenda

pendienteMaximiliano Campos RiosLic. en Ciencia Política Universidad de Buenos Aires (UBA) y Magíster en

Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés (UdeSA). [email protected]

Silvio CastroLic. Ciencia Política de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Maestrando en

Ciencias Sociales, Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). [email protected]

Las burocracias no son tipos ideales, ni modelos exactos, sino que por el contrario, son en tanto aquello que hacen y que producen y las mismas se convierten en un actor importan-te para la administración pública, y por tanto para el proceso de polí-ticas públicas. Desde hace varias décadas, incluso más de un siglo, diferentes autores han intentado definir las burocracias públicas. Es fundamental el aporte de Max We-ber sobre la misma, “la burocracia constituye el tipo técnicamente más puro de la dominación legal” (We-

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ber, 708). Para Weber, la burocracia era considera la forma de organiza-ción más compatible con los reque-rimientos del sistema capitalista, pero como un posible obstáculo en los procesos de democratización. Esto obliga a repensar su rol, pero también varias de las características ya que para Weber era una caracte-rización abstracta.

Oscar Oszlak vuelve sobre estos planteos, e incluye nuevas defini-ciones que se ajustan a la situación actual. Para ello, retoma las defini-ciones de Shafritz y Russel quienes agregan que la burocracia es “la to-talidad de agencias o departamentos gubernamentales que constituyen el gobierno permanente de un esta-do” (Oszlak, 2006: 4). Para Oszlak, esta definición hace referencia a todos los funcionarios públicos del gobierno, ya sean de alto rango, elegidos por medio del voto popu-lar o designados por un superior. Asimismo, retoma los aportes de los teóricos norteamericanos Lin-dblom y Woodhouse, para quienes la burocracia representa “la parte más grande de cualquier gobierno, si s e mide por el número de perso-nas implicadas o el gasto incurrido” (Oszlak, 2006: 3).

Uno de los aporte fundamentales de Oszlak, es la idea que plantea que la burocracia “no es un tipo ideal de organización que realiza o no diver-sas tareas; una burocracia pública es lo que hace” (Oszlak, 2006:2), sino que por el contrario “es un resultado de la política y está determinada por la naturaleza y los contenidos de las políticas públicas que implementa. Es, al mismo tiempo, la expresión material del estado -percibido como un aparato institucional concreto- y el brazo ejecutor que implementa sus políticas”. (Oszlak, 2006:2).

La burocracia adquiere así condi-ciones que la acercan a nuestras rea-lidades, y deja de ser un tipo ideal como lo planteaba Weber, para

convertirse en un posible campo de acción y sobre todo análisis.

Definir la burocracia invita a repen-sar sus funciones, pero también su formación histórica y el desarrollo del Estado. Caracterizar la burocra-cia entonces, es entenderla “como un sistema de producción formalmente investido con la misión de satisfacer ciertos objetivos, valores, expecta-tivas y demandas sociales” (Oszlak, 2006: 8). Podemos entender que el aparato institucional estatal, a partir de su esquema normativo, y de la combinación de estos con los recursos humanos, materiales, fi-nancieros y tecnológicos, produce una serie de resultados, que pueden ser expresados en forma de bienes, servicios, símbolos o regulaciones. (Oszlak, 2006).

La formación de las burocracias res-ponde por tanto, a los procesos de construcción y formación estatales que se produjeron en todo el mundo, sobre todo a partir del siglo XIX, donde los Estado comenzaron a adquirir fun-ciones propias pero también a definir patrones de funcionamiento estanda-rizados.

Los estados comenzaron a adquirir determinados atributos, de estatalidad, que obligaron a la formación y estructu-ración gradual de una maquinaria pro-fesional, que puede ser entendido como el servicio civil o la burocracia pública. Claro que ni el Estado, ni la burocracia son producto de un proceso racional, coherente y planificado, sino que por el contrario el desarrollo y la instituciona-lidad de ambos responde a un camino sinuoso, errático y contradictorio en el que se entrecruza diversas estrategias y programas y acciones políticas. Así las burocracias evolucionan a partir del desarrollo histórico propio de la for-mación de todo Estado y en esta evo-lución adquiere nuevas funciones con estructuras que pueden adquirir mayor diferenciación y complejidad, sumando mecanismos y tecnologías más comple-jas y con mayor grado de coordinación

en el desarrollo de funciones.

No obstante, hay que tener presen-te que tanto la idea de efectividad y eficiencia como modo de compro-bación de la productividad de las burocracias, están ligados mutua-mente por la idea de producto, que como resaltan Oszlak, es altamente abstracto y heterogéneo. Por tanto, pensar la idea de la productividad burocrática, en función de la nece-sidad de profesionalizar y democra-tizar las mismas, nos lleva a incluir las complejidades propias de la bu-rocracia, entendida en función de complejidades estructurales, la dife-renciación de la misma y al desagre-gación de está en unidad inferiores (algo que en muchas oportunidades se convierte en un verdadero labe-rinto), el grado de especialización que estas oficinas, agencias e ins-tituciones adquieran a partir de la especificidad técnica y la división de tareas y, por último, el nivel de interdependencia entre la mismas, y cómo esto permite el desempeño de las demás. Así, la productividad burocrática, en función del tema de este artículo obliga a pensar en procesos complejos, pero también basados en un alto grado de pro-fesionalismo, especialización y so-bre todo un sistema basado en la división funcional del trabajo. Por tanto, la burocracia puede ser siem-pre productiva, si entendemos que las deficiencias o ineficiencias, en determinados tipos de actividades, pueden ser compensadas por otros, pero sobre todo porque aquellas ineficiencias “podrían considerarse formas de satisfacción del interés "sectorial" de los propios burócra-tas, en tanto permiten mantener el nivel de ocupación, el suplemento de ingresos” (Oszlak, 2006, 12).

La burocracia es así unos de los ac-tores más importantes en el Estado, y más aún, en Estados como los que se desarrollan en América Latina, que adquieren nuevas funciones y ocupan un rol central como garantes

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y principales promotores de políticas públicas. Esto obliga a los Estados, pero también a las burocracias, a asu-mir nuevas funciones y avanzar en el desarrollo de políticas públicas inclu-sivas y tendientes a atender nuevas demandas sociales. Lo cierto es que la nueva ola democratizadora de los últimos 30 años, donde se han cruza-do diferentes experiencias de gestión, con diferentes visiones sobre el rol del Estado y las políticas públicas, no ha desarrollado un proceso sostenido de democratización, ni profesionaliza-ción de las burocracias.

En un contexto de complejización de las relaciones sociales, de las nue-vas tecnologías aplicadas a la ges-tión, y de las funciones cada vez más amplias que adquieren los Estados, la característica principal de las bu-rocracias, es la profesionalización de sus agentes que permita una previ-sibilidad en el funcionamiento, pero sobre todo, asegure buenos resulta-dos en materia de políticas públicas, en materia de eficacia y eficiencia.

Hablar de profesionalizar las buro-cracias, es también pensar en una democratización de las mismas, que incluya las ideas desarrolladas por Nuria Cunil Grau, donde se den una interrelación entre la idea de control (especialmente ciudadano), y eficiencia (en materia de procesos, pero también de productividad). Algunos avances, específicamente en materia de servicios públicos y de participación ciudadana, han permitido diferentes experiencias que incluyen proyectos que apuntan a un mayor control y participación social en los procesos públicos, ya sea a través de organizaciones no gubernamentales o de programas públicos específicos. Resta comen-zar a discutir procesos de profe-sionalización para las burocracias, avanzando en mayores grados de eficiencia y que aseguren mejores políticas públicas.

Pensar la democratización de la bu-

rocracia, obliga a reflexionar sobre las vías de acceso y el reclutamien-to de los empleados, asegurando la transparencia que evite convertir al Estado en una bolsa de trabajo para los partidarios de quien ejer-ce la función ejecutiva. Pero aquí es importante reflexionar sobre la posibilidad de democratizar y pro-fesionalizar a partir de procesos si-multáneos. La sola democratización y un acceso meritocrático no será suficiente para profesionalizar la burocracia, aunque si significará un buen punto de partida. Sin lugar a dudar, establecer procesos de acceso a la administración pública basados en el mérito, promueve por un lado la democratización y permite pensar en la profesionalización. Por fuera de estos, la discusión sigue siendo ¿profesionalizar para democratizar o democratizar para profesionalizar?

La burocracia, en tanto actor per-manente de los poderes ejecutivos y el brazo ejecutor de la adminis-tración, obliga a repensar estas ideas pero sobre todo a reflexionar a futuro en nuevas herramientas que aseguren su rol profesional. La experiencia de los Administrado-res Gubernamentales a principios de los ‘80, es un buen ejemplo que permite pensar en cuerpo profesio-nales, con una gran capacitación en manos del Estado. Este cuerpo de elite, estaba pensando para ac-tuar como futuros funcionarios que pudiesen desarrollar tareas en dis-tintos niveles y reparticiones de la administración pública, el objetivo era mejorar los procesos adminis-trativos y por consecuencia mejorar el funcionamiento del Estado. Este sistemas, se basaba en las ideas de la École Nationale D'administration creada en Francia en los años ‘40. Quizás allí habría que ir a buscar respuestas y soluciones que permi-tan pensar en un nuevo tipo de bu-rocracia profesional. Distintas ex-periencias hablan de la importancia de una carrera burocrática estable y meritocrática. Esto asegura por un

lado la estabilidad que fortalece los procesos públicos y por otro la me-ritocracia que marca un punto de importancia, evitando que las buro-cracias sean cooptadas y valorando la capacitación permanente, que permite la actualización constante.

No es menor el desafió de pensar en un proceso de actualización y capacitación constante de todos los agente públicos. El Estado debe ge-nerar nuevos mecanismos a través de articular con organizaciones pú-blicas y privadas y con universidades que aseguren y faciliten el proceso. Se puede intentar mejorar lo actua-do y sobre todo desarrollar nuevos procesos para capacitar y formar a los agentes públicos, aún de forma permanente. Varias opciones se han llevado adelante desde el Estado Nacional, con los ejemplos del SI-NAPA Sistema Nacional de Profe-sión Administrativa) y SINEP (Sis-tema Nacional de Empleo Público), iniciados a comienzos de los ‘90.

Por otro lado, la reforma y actua-lización de los institutos para la administración pública de los dis-tintos distritos y en la creación de nuevos allí donde sea necesario son una herramienta útil para pensar en estos nuevos procesos de profesio-nalización y de formación, y aún pueden ser ellos los encargados de desarrollar cursos específicos para el acceso al Estado, pero no son la única herramienta con la que se cuenta. Una característica impor-tante de las burocracias y algo sobre lo que reparado en varios párrafos es la cuestión del acceso a la bu-rocracia. En los modelos clásicos, como la francesa o la inglesa, el re-clutamiento se daba a partir de las grandes escuelas e institutos edu-cativos (como en el caso francés) o a través del sistema jurídico que permitía cierta selección de los cua-dros burocráticos (como en el caso inglés). Actualmente se hace un uso clientelar de las burocracias, donde la militancia en el partido del go-

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bierno o agrupaciones cercanas, son la puerta de entrada al Estado. Esto vuelve frágil e inestable al sistema, pero no asegura patrones de calidad y aún peor atenta contra la autono-mía de la burocracia. El Instituto Nacional para la Administración Pública (INAP), representa aquí un ejemplo claro de la necesidad de avanzar en esta línea, pero también de reforzar y mejorar estos meca-nismos constantemente y pensando en una lógica federal.

Desde mediados de los ‘80, ha ha-bido importante aportes desde la academia y los organismos interna-cionales en función de la profesiona-lidad del empleo público, que posi-biliten el “diseño de reglas de juego y tecnologías que permitan implan-tar modalidades de gestión cada vez más sofisticadas y efectivas para cada uno de los aspectos y procesos que comprenden una carrera en el sector público” (Oszlak, 2009: 2).

Aquí hay un punto importante que nos permite pensar de manera prác-tica un problema hasta aquí teóri-co. Entender la burocracia, es pen-sar en el servicio civil, que es una de sus formas de objetivación más importantes pero también su prin-cipal actor. Así, el servicio civil es en palabras de Oszlak “un conjunto de reglas, jurídicas e instrumenta-les relativas al modo y condiciones en que el estado asegura la dispo-nibilidad de personal con las apti-tudes y actitudes requeridas para el desempeño eficiente de actividades encuadradas en el cumplimiento de su rol frente a la sociedad” (Oszlak, 2009: 2).

Varios ejemplos podrían plantearse en materia de profesionalización del servicio civil, Bonifacio plantea que uno de ellos es fundamental “la Se-cretaría de la Función Pública tiene un Cuerpo de Administradores Gu-bernamentales que prestan servicios de asesoramiento superior y asis-tencia a distintos niveles de gobier-

no y en otros poderes del Estado, y se forman en el INAP durante dos años, realizando una pasantía adi-cional de seis meses. También por convenio entre el INAP y la Uni-versidad de Buenos Aires se realiza una Maestría en Administración Pública, y si bien sus egresados no se incorporan al gobierno, una bue-na parte ha accedido al mismo por procedimientos convencionales de incorporación”(Bonifacio, 1995: 8).

Una agenda en este sentido, que incluya una reforma a largo plazo, centrada en patrones de meritocra-cia y transparencia; para esto debe-rá darse un proceso secuencial que permita su desarrollo que se aboque a desarrollar procesos que permitan brindar un acceso democrático, pero que aseguren la profesionalización de las burocracias es una de las deu-das más importantes de la demo-cracia, pero sobre todo del Estado, pensándose a sí mismo y buscando mejorar sus procesos internos que aseguren mejores políticas públicas en beneficio de la sociedad. 5

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Pablo ScuticchioLicenciado en Estudios Internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella

[email protected]

militaRes y defensa de RecURsos natURales en sURaméRica

A lo largo de 200 años de existencia, las Fuerzas Arma-das suramericanas han cumplido una variedad de tareas. En la última década y media, revalorizaron una de sus misiones tra-dicionales: la defensa de los recursos naturales. Aunque com-partan esta inquietud, los uniformados de Brasil, Argentina y Bolivia vienen implementando iniciativas muy diferentes. Los proyectos de seguridad regional necesitan considerar el des-empeño de los militares como profesionales de la defensa y su vinculación con los escenarios nacionales.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, las Fuerzas Armadas de la región se prepararon para dos contingencias: hipótesis de conflicto contra países limítrofes y contrainsur-gencia al estilo de la Doctrina de Seguridad Nacional. El fin de la confrontación ideológica que fue la Guerra Fría, el inicio de la democratización y el proceso de la integración regional debilitaron la legitimidad de ambas.

Los uniformados recurrieron entonces a una de las constantes del pensamiento estratégico suramericano: la am-bición de las potencias extrarregionales por los recursos. Con-cretamente, la vulnerabilidad que significa ser una región rica en recursos naturales pero carente de las capacidades bélicas para defenderlos.

Esta extendida impresión trasciende clivajes ideológi-cos. Es posible encontrarla tanto en la teoría de la dependencia como en la geopolítica militar de Meira Mattos y Guglialme-lli. El concepto de “guerra por los recursos”, popularizado por Michael Klare y otros trabajos de divulgación, introdujeron al gran público a lo que muchos militares suramericanos sospe-chan: los recursos naturales irremediablemente atraen la aten-ción (no deseada) de las potencias industrializadas.

La íntima vinculación entre recursos naturales y defensa encontró un foro favorable en UNASUR. El Estatuto del Con-sejo de Defensa Suramericano posiciona como principio “la de-fensa soberana de los recursos naturales”. Y fue en la IV Reunión Ordinaria del 2012 en Lima donde el Consejo se propuso “reco-nocer la importancia de la defensa de los recursos naturales de la región (…) como elaborar políticas y mecanismos de disuasión ante eventuales situaciones extrarregionales.”

Dejando de lado coincidencias básicas, las experiencias nacionales presentan mayor diversidad. Es difícil hallar una re-lación lineal entre amenaza y respuesta estatal. Las institucio-nes domésticas y los valores ideacionales condicionan lo que se decide y efectivamente implementa. Los casos suramericanos se pueden categorizar por el tipo de respuesta predominante: convencional (Brasil), civilista (Argentina) y nacional-desarro-llista (Bolivia).

El caso brasileño se define como convencional en la medida en que sus militares entienden que la defensa efectiva de los recursos naturales requiere de dos pasos. Primero, iden-tificar el origen externo de la amenaza y a las vulnerabilidades domésticas. Segundo, desarrollar las capacidades bélicas apro-piadas para neutralizarla.

La Amazonía cubre aproximadamente el 60% del te-rritorio de Brasil y contiene valiosas fuentes madereras, acuífe-ras y minerales. Una larga tradición de militares y civiles brasi-leños viene alertando sobre la “codicia” que despiertan éstos en el exterior. No obstante, su inclusión en la agenda de defensa es un desarrollo reciente. Mientras que en la Política de Defensa Nacional de 1996 ocupaba una posición menor, la Estrategia Nacional de Defensa de 2008 jerarquiza a la Amazonía y sus recursos como objetos de defensa prioritarios.

Para conceptualizar esta amenaza, los uniformados re-curren al lenguaje del maltusianismo: la demanda mundial de recursos naturales crece más rápidamente que su oferta. Con escasez creciente, aumenta el incentivo para que las potencias industrializadas coaccionen a los Estados ricos en recursos na-turales pero con sistemas de defensa vulnerables.

Tendiendo como contingencia más grave una inter-vención armada extranjera, suponen que tienen que darse dos condiciones para que se efectivice.

Primero, una o más potencias dispuestas a desplegar sus superiores capacidades militares en territorio brasileño. La reactivación de la IV Flota en 2008, poco después de que Pe-trobras anunciara el descubrimiento de yacimientos petroleros submarinos, fue leída con suma suspicacia.

Y segundo, el emplazamiento de pueblos originarios o

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misioneros evangelistas que puedan acusar a Brasilia de vio-laciones de derechos humanos, justificando una intervención humanitaria. Además, no descartan que en el futuro la comu-nidad internacional adopte la protección ambiental como un motivo válido para relativizar la soberanía estatal de los incum-plidores sobre sus recursos. Declaraciones que promueven a la Amazonía como “Patrimonio de la Humanidad” o “Pulmón del Mundo” son vistas con escepticismo.

Frente a este escenario, las Fuerzas Armadas conside-ran que la respuesta más eficiente se basa en el desarrollo de capacidades bélicas convencionales.

La Estrategia Nacional de Defensa llama al Ejército a reforzar su presencia en el norte del país, trasladando el grueso sus efectivos actualmente concentrados en el sur y sudeste. Por ello, la presidente Rousseff autorizó la creación del Comando Militar del Norte. Se espera que incluya numerosas destacamen-tos de armas combinadas, fuerzas especiales de combate de jun-gla y unidades reducidas que prioricen movilidad y flexibilidad.

La Marina se propuso el objetivo de reubicar su principal base de Río de Janeiro a la desembocadura del Río Amazonas. En su programa de reequipamiento, planea sumar dos porta-viones de última generación, modernizar su flota de superficie e incorporar submarinos convencionales y de propulsión nuclear.

La idea es que ambas armas operen conjuntamente como una fuerza de respuesta rápida. El objetivo estratégico de última es mantener una capacidad anti-acceso/denegación de área (A2/AD) contra una fuerza invasora superior.

En el caso de Argentina, sus uniformados partieron de un diagnóstico equivalente al de sus pares brasileños. Sin embargo, se aparta del modelo convencional en la medida en que la respuesta estatal ubica al componente militar en una posición subsidiaria.

Durante este periodo, el proyecto que mejor capturó esta preocupación fue el Plan Ejército Argentino 2025 (PEA 2025). Este proponía modernizar una fuerza basada en unida-des masivas emplazadas en grandes áreas a una con componen-tes más movibles que pudiese ocupar terrenos homogéneos. La idea subyacente era que la mayor especialización por topogra-fía garantizaría un poder disuasorio más eficiente.

El que se ubicó como principal objeto de defensa fue el Acuífero Guaraní en el noreste. Una de las reservas de agua subterránea más grandes del mundo, ocupa aproximadamente 225.000 km2 de territorio argentino. Presumiblemente con este motivo, el PEA 2025 proponía trasladar el comando del II Cuer-po desde Rosario a Curuzú Cuatiá, provincia de Corrientes.

A pesar de contar con el apoyo de funcionarios civiles dentro del Ministerio de Defensa, PEA 2025 nunca prosperó. Desde entonces, el componente militar ocupa un rol secunda-rio en la gestión que el Estado argentino hace de los recursos naturales. Tal es el caso de la iniciativa Pampa Azul que pro-pone fortalecer la supervisión sobre espacios y recursos marí-timos contiguos. Coordinado por el Ministerio de Ciencia, es una iniciativa predominantemente civil. La cartera de Defensa mantiene una participación mínima a través del Servicio de Hidrografía Naval.

Las Fuerzas Armadas de Bolivia también muestran interés por la defensa de los recursos naturales. La Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de 1992 les asigna “la protección del medio am-biente, los recursos naturales y de todo el patrimonio nacional”.

Pero la particularidad de la respuesta nacional-desarro-llista de Bolivia es que no comparte los dos supuestos de la res-puesta convencional. Por un lado, los uniformados entienden que la amenaza tiene origen doméstico. Y por el otro, conside-ran que la respuesta prioritaria pasa por asegurar la explotación estatal de los recursos naturales estratégicos.

La intensidad con la que vinculan la gestión estatal de los recursos naturales con la defensa diferencia a los militares bolivianos de sus contrapartes regionales. Para ellos, la explo-tación de recursos estratégicos por parte de capitales privados, más aun si son de origen foráneo, es inaceptable por razones de seguridad nacional. El argumento principal es que compro-mete el desarrollo autónomo y, por tanto, aumenta la vulnera-bilidad externa.

La decidida participación de las Fuerzas Armadas du-rante la nacionalización de hidrocarburos de mayo del 2006 se puede entender como una operación de defensa del patrimonio nacional. En pocas horas, movilizaron unidades para controlar pozos, gasoductos y refinerías de propiedad extranjera.

Los militares bolivianos sostienen públicamente que la amenaza sobre los recursos naturales se origina fronteras adentro. Consideran que existe el peligro de que funcionarios civiles dispongan su enajenación. De hecho, el presidente Mo-rales declaró que “los únicos que pueden garantizar que nunca más se privaticen los recursos naturales son los movimientos sociales y las Fuerzas Armadas”. A modo de coincidencia, la alta oficialidad se autodefine como parte de “Fuerzas Armadas antiimperialistas” (EL DIARIO, 2013).

Amparándose en el artículo 244 de la Constitución, que les asigna la misión de “participar en el desarrollo integral del país”, los uniformados entienden que tienen la obligación de involucrarse en la explotación de recursos críticos. El caso del litio, mineral esencial para la fabricación de baterías eléctri-cas de última generación, es ilustrativo. La Corporación de las Fuerzas Armadas para el Desarrollo Nacional (COFADENA) tiene a cargo la extracción e industrialización del mismo.

Como los casos anteriores demuestran, los militares suramericanos se vinculan con la defensa de los recursos na-turales de manera contrastante. No es posible inferir si, a pesar de esta heterogeneidad, se podrá llegar a una acción concertada en UNASUR. Mucho depende de la voluntad estatal y la cali-dad del liderazgo. El trabajo de coordinación que se desarrolle durante los próximos años va a determinar si efectivamente el Consejo de Defensa es el mecanismo regional apropiado para una política de defensa común de los recursos naturales. 5

bibliografíael diaRio. (2013, 9 de agosto). fuerzas armadas de bolivia se declara-ron “antiimperialistas”. en: http://www.eldiario.net/noticias/2013/2013_08/nt130808/politica.php?n=96&-fuerzas-armadas-de-bolivia-se-declararon-antiimperialistas.

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El 27 de marzo, el gobierno de Nicolás Maduro, a través del Ministerio del Poder Popular para Vivienda y Hábitat, emitió el Decreto N° 42 que obliga a los propie-tarios de inmuebles que tengan más de veinte años alquilando sus propiedades a vendérselos a los inquilinos.

El Decreto no es nada nuevo. Es tan sólo una manera de formalizar la aplicación de uno de los artículos de la famosa Ley Cabello, o Ley de Arrendamiento que se ejecutó en noviembre de 2011. La nor-ma establecía que los arrendatarios/as que ocupen una vivienda por veinte años o más, tendrían el derecho de adquirirla. Ahora bien, ¿por qué accionar una medi-da tan polémica en un momento de crisis política y conflictividad social como el que atraviesa Venezuela?

Contrario a lo que el Decreto aparenta, su implementación es un intento por calmar las aguas en el conflicto social que sufre el país petrolero. Según Felipe Benites, miembro del Comité Académico del Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (CEDICE) de Venezuela, esta última disposición no es más que una jugada política dirigida a los estratos medios y bajos. “La Ley Ca-bello de 2011 congeló el mercado inmo-biliario oficial y fomentó el ilegal. Ante tal situación, la clase media y baja fueron las más afectadas ya que no pueden mo-verse ni siquiera en el mercado negro por

la pRopiedad pRivada en amÉriCa latina

Ignacio ClautMaestrando de Barcelona Graduate School of

Economics de la Pompeu [email protected]

no disponer de recursos. Junto a ellos, las parejas jóvenes y los recién graduados también se vieron afligidos dado que les resulta imposible independizarse”. Beni-tes sostiene que no debería sorprender que la conflictividad social haya aumen-tado en estos meses dado que la calidad de vida de la gente se pauperizó y, peor aún, se destruyeron sus expectativas de mejora social.

América Latina y la propiedad privada

Los recientes acontecimientos sucedidos en Venezuela que afectan a la propiedad privada; los hechos vinculados a la Ley de tierras que sucedieron en Bolivia años atrás; o las millones de personas que ha-bitan en villas de la Argentina y la región, son un llamado de atención sobre qué es la propiedad privada en la América La-tina; cuánto se respeta; y de qué manera afecta esto al desarrollo de las economías.

Según el Índice Internacional de Dere-chos de Propiedad de 2013 publicado por Americans for Tax Reform, la situación de América Latina no es muy alentado-ra en términos de respeto al derecho a la propiedad privada. De los 131 países relevados por el estudio, no hay ningún Estado latinoamericano dentro del pri-mer quintil. El país mejor posicionado del cono sur en el ranking es Chile y re-cién se ubica en el segundo grupo. Mien-tras tanto, Guatemala y Bolivia ocupan

el puesto 91; Argentina comparte el 96° lugar con Ecuador; Paraguay ostenta la 113° ubicación; y Venezuela es dueña del anteúltimo puesto junto a Libya, Haiti y Burundi, sólo por encima de la República de Yemen.

“Los gobiernos de los países que podría-mos identificar como con afinidad al go-bierno venezolano (entiéndase Ecuador, Argentina y Bolivia) no tienen concep-ción del respeto a la propiedad en cuan-to no esté sometida al interés nacional”, expone, Sofía Ramírez Fionda, ex editora para la sección en español del PanAm Post. Para el caso de la Argentina, Ra-mírez Fionda añade que el país acarrea una historia de gobiernos que dirigieron la vida de la gente, y por este motivo la sociedad acepta políticas perniciosas sin demasiada resistencia.

Por otra parte, en consulta con Richard Stevens, profesor especialista en estu-dios de África, de Strayer University en los Estados Unidos y autor de A Journey Into The World: Reflections of An Iti-nerant Professor, libro que compila sus experiencias en distintos país de África, afirma que la Región del Cono Sur es un caso único en la evolución de la democra-cia y los derechos. “Lo llamativo de Amé-rica Latina es su ambivalencia. Mientras que en África puede percibirse una curva ascendente en lo relacionado al Estado de Derecho y el respeto por la propiedad privada, el cono sur pareciera avanzar tres escalones y retroceder dos”.

Argentina

Como lo demuestran los datos, Argentina

« La medida emitida por el gobierno venezolano que obliga a los ciudadanos a vender las propiedades que estén en alquiler hace más de veinte años se suma a otros acontecimientos similares que ocurrieron en la región. En perspectiva, un análisis del respeto a la propiedad privada en América Latina. »

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no es la excepción de América Latina. El principal problema que el país acarrea es en términos de déficit habitacional dado que un alto porcentaje de la sociedad no goza de una “vivienda digna” y tampoco dispone de la estructura estatal para con-seguirla. Emilio Basavilbaso, Presidente del Instituto de la Vivienda de la ciudad de Buenos Aires y representante por la ciudad en el Consejo Nacional de Vivien-da, afirma que Argentina no ha abordado la cuestión como materia de estado. “El año pasado, el 50% de las adquisiciones de vivienda en el conurbano se hicieron informalmente, por tomas. El camino no es que usurpen y luego se les reconozca el terreno, hace falta una ley de uso del suelo”, sostiene.

Por su parte, el Dr. Gustavo Maurino, profesor de la Universidad Torcuato Di Tella y ex director y fundador de la Aso-ciación Civil por la Igualdad y la Justicia (A.C.I.J.), afirma que antes de garantizar la protección de la propiedad privada en América Latina debería garantizarse el acceso a bienes básicos para una vivien-da digna: “en sociedades muy desiguales como las latinoamericanas, la cuestión del acceso a los bienes genera tensiones, lo que, por ejemplo, aumenta la tasa delicti-va”. En esta línea, Basavilbaso argumenta

que hoy es casi imposible acceder a una vivienda para sectores postergados y muy difícil para la clase media. “El problema es la inexistencia de un mercado hipotecario. En la ciudad, por ejemplo, sólo el 5% de las transacciones inmobiliarias se hicieron a través de créditos”, agrega.

En 2013, Chile y Costa Rica destinaron 19% de su PBI al otorgamiento de crédi-tos para sectores marginales. Estos países son los dos de América Latina con me-nor déficit habitacional. Por su parte, Ar-gentina destinó el 2% de su PBI. Esto se relaciona con el Índice Internacional de Derecho a la Propiedad: en la desagrega-ción de los datos, Argentina se encuen-tra anteúltima, junto con Venezuela, en lo que respecta al respeto a la propiedad privada física.

La propiedad privada y los negocios en América Latina

El Índice Internacional de Derechos de Propiedad ha arrojado resultados coinci-dentes con el Ranking Doing Business 2013 que formula el Banco Mundial, que evalúa la facilidad que las empresas tienen para abrir negocios en los distintos países. Al igual que en el ranking elaborado por Americans for Tax Reform, Venezuela

aparece como el peor país de América Latina para poder comenzar un negocio ubicándose en el puesto 181 de los 189 países relevados. Lo siguen Bolivia, en el puesto 162, Ecuador en el 135 y Argen-tina en el 126.

Si se tiene en consideración el crecimien-to de las economías del cono sur en el último año, los países que más crecieron en 2013 son los mejores rankeados por ambos índices. Por ejemplo, según datos de la CEPAL, Chile, que se encuentra en el puesto 26 del índice de propiedad pri-vada y en el 34 en el que elabora el Banco Mundial, evidenció un crecimiento de su economía de un 4,2%. Lo mismo sucede con Perú que creció en un 5,2% y se ubicó 77° en el índice de propiedad privada y 42° en el Doing Business 2013. En el otro extremo, la economía de Venezuela creció en un 1,2% y es el país con menor creci-miento de la región.

Según Benites, el caso de Venezuela ejemplifica esta situación: “hoy en Vene-zuela ningún empresario tiene certeza so-bre la propiedad de sus activos porque si el Estado posa sus ojos sobre una empre-sa, tiene toda la arquitectura jurídica para adueñársela. La inversión extranjera ha caído a niveles de cero prácticamente”.5

IntroducciónEl cambio climático y los desastres naturales que éste pro-

voca y provocará han sido objeto de creciente atención por parte de la comunidad internacional. En este sentido, los desplaza-mientos de personas que éste podría generar –como estrategia de adaptación por parte de la población (Drolet 2014)-, han co-menzado a debatirse académicamente a lo largo de esta última década y con mayor auge en los últimos 5 años. Sin embargo, aún el conocimiento acerca de la temática se encuentra limitado y fragmentado, y consecuentemente, imposible de universalizar (Piguet, et al. 2011; McAdam 2014).

El presente ensayo se propone sistematizar parte de la bi-bliografía existente, analizando los principales conceptos estu-diados, los puntos en común y las discordancias identificadas.

Desplazados y refugiados ambientalesEl Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refu-

giados2 junto con la Organización Internacional de la Migración, optan por denominar a estos grupos como “personas ambiental-mente desplazadas”, entendiendo que son “personas desplazadas

Cambio ClimátiCo y

desplazamiento de poblaCión:

Un desafío de la política actUal

María Lucrecia Bertelli1

Lic. en Relaciones Internacionales - UCAEstudiante de la Especialización en Gestión Ambiental

de la Universidad Nacional de San Martí[email protected]

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en su propio país o que se han desplazado a través de fronteras internacionales debido a la degradación, el deterioro o la des-trucción del medio ambiente” (Borrás Pentinat, 2006: 93). Otros autores, como Borrás Pentinat, prefiere utilizar el concepto de “refugiados ambientales”, definiéndolos como:

“Aquellos individuos que se han visto forzados a dejar su hábitat tradicional, de forma temporal o permanente, debido a un marcado trastorno ambiental, ya sea a causa de peligros naturales y/o provo-cados por la actividad humana, como accidentes industriales o que han provocado su desplazamiento permanente por grandes proyec-tos económicos de desarrollo, o que se han visto obligados a emigrar por el mal procesamiento y depósito de residuos tóxicos, poniendo en peligro su existencia y/o afectando seriamente su calidad de vida” (2006:89).

La reticencia por parte de los organismos internacionales a incluir a los desplazados ambientales bajo la figura de “refugiado” se debe a dos cuestiones fundamentales (Borrás Pentinat 2011; UNHCR 2009). En primer lugar, su mandato y marco normati-vo3 no involucran estas cuestiones y su incorporación podría ir en detrimento del sistema existente. En segundo término, conside-ran que la mayoría de los desplazamientos de este tipo se darían al interior de las fronteras de un país, por lo que, nuevamente, parte de los involucrados quedarían fuera de su mandato.

A partir de ello, creemos importante enfatizar el hecho de que los desplazamientos de población a causa del cambio climá-tico pueden presentar diversas formas, es decir, incluyen tanto a aquellos que migran dentro de un mismo país, como aquellos que migran hacia otros países (Borrás Pentinat 2011).

Para entender los motivos que dan lugar a estos movimien-tos migratorios se debe considerar que el deterioro ecológico im-plica una menor productividad de la tierra –y por ende, escasez de alimentos-, una creciente urbanización -y competencia por recursos y servicios escasos-, un incremento de enfermedades causadas por vectores y los diversos conflictos que estas situa-ciones pudieran incitar4 (UNHCR 2009; Borrás Pentinat 2011). Lo que resulta evidente es que el cambio climático profundizará las inequidades socioeconómicas de la población, afectando en mayor medida a las poblaciones más vulnerables5 (Drolet 2014; Piguet, et al. 2011).

Cobertura jurídica de refugiados ambientalesLa Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refu-

giados define6 al refugiado como “aquella persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, reli-gión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionali-dad y hallándose, a consecuencia de tales acontecimientos, fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera regresar a él” (Artículo 1. A. 1). Como podemos observar, dicha definición no incorpora la variable ambiental7.

Si bien algunos autores consideran que la solución a esta situación consiste en el establecimiento de la nueva figura para la protección del “refugiado ambiental” (Cicogna 2012), implicaría al menos las dos dificultades mencionadas en el apartado an-

terior. Asimismo, dicha solución carecería de voluntad política (McAdam 2014).

En síntesis, la figura del “refugiado ambiental”8 no se en-contraría amparada por el régimen existente, constituyendo una laguna del derecho internacional.

Cobertura jurídica de desplazados ambientalesEl caso de los desplazados internos presenta una situación

más definida debido a que, al migrar a otras zonas dentro de las fronteras de un mismo país, se encuentran bajo la jurisdicción de dicho país. Por otra parte, también existen los Principios Recto-res de los Desplazamientos Internos, también llamados “Prin-cipios Deng”, los cuales sientan las bases para su protección y asistencia y establecen garantías para su regreso, reasentamiento y reintegración en condiciones de seguridad. Los mismos cons-tituyen un elemento de soft law que regula estas situaciones y si bien no se trata de un instrumento vinculante, en la prácti-ca implica ciertas obligaciones (Borrás Pentinat 2011; Cicogna 2012; Kalin 2010). De hecho, algunos Estados han tomado los Principios como base para el desarrollo de normativa interna.

Los “Principios Deng” involucran la cuestión ambiental dado que definen a los “desplazados internos” como aquellas “personas o grupos de personas que se han visto forzadas u obli-gadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en particular como resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes natu-rales o provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente reconocida” (Introducción, punto 2).

Algunos consensosSi bien, tal como se mencionó en la introducción, resulta

imposible universalizar el conocimiento existente, McAdam (2014:11-12) ha identificado puntos en común. Listaremos al-gunos de ellos -agregando aquellos autores estudiados que po-seen una postura similar- y los modificaremos o ampliaremos en base a la revisión bibliográfica:

La degradación ambiental no puede considerarse la única 1. causa del desplazamiento ya que existe una conexión en-tre cuestiones sociales, económicas, políticas y ambienta-les (McAdam 2014; Borrás Pentinat 2011; Piguet, et al. 2011).Al tratarse de un fenómeno multidimensional surge la difi-2. cultad del reconocimiento jurídico de la figura de refugiado ambiental (Borrás Pentinat 2011; UNHCR 2009).Las migraciones inducidas por el cambio climático poseen 3. diversas formas y requerirán una variedad de respuestas a nivel nacional e internacional (McAdam 2014; Borrás Pen-tinat 2011; Cicogna 2012).Las políticas deben ser proactivas y no solamente remedia-4. doras y debe existir suficiente apoyo presupuestario para una planificación a largo plazo (McAdam 2014; Drolet 2014; Cicogna 2012).

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Las poblaciones afectadas por la degradación ambiental 5. suelen las más vulnerables, cuya subsistencia depende di-rectamente de los recursos naturales (McAdam 2014; Bo-rrás Pentinat 2011; Piguet, et al. 2011; Drolet 2014).Si bien existen normas de protección de los derechos huma-6. nos que deberían ser aplicable en estos casos, son difíciles de implementar, especialmente por la dificultad de designar a los Estados responsables concretos en el caso del cambio climático (Borrás Pentinat 2011; Piguet, et al. 2011).Aún es necesario analizar los escenarios posibles a partir de 7. un sustento empírico (UNHCR 2009, Drolet 2014; Piguet, et al. 2011).

ConclusionesSi bien la mayor parte del análisis de los expertos se centra

en la incorporación –o no incorporación- de la figura de “refu-giado ambiental” en el derecho internacional, consideramos que es importante propiciar instrumentos que puedan proteger tam-bién a los desplazados internos. Aunque se mencionó la existen-cia de los “Principios Deng”, los mismos no son vinculantes y su aplicación a nivel interno del Estado, depende de cada coyuntura social, económica y política. Asimismo, la dependencia de la si-tuación del desplazado interno al propio Estado “incrementa la vulnerabilidad de la población afectada por la degradación am-biental, sobre todo porque no siempre el Estado de origen tiene la capacidad suficiente de respuesta y de reacción ante determi-nados cambios ambientales”9 (Borrás Pentinat 2011:33).

Por su parte, tal como lo expresa Piguet, et al. (2011: 185) “aunque hay consenso en que existen lagunas jurídicas, hay des-acuerdo sobre cómo remediar esta situación”, por lo que coincido con la mayoría de los autores en que aún es necesario estudiar los escenarios posibles sobre una base empírica, que luego permita reformar el marco normativo existente.

Por último, otra de las cuestiones clave a tener en cuenta es que la degradación ambiental siempre va a estar vinculada a la generación de situaciones de vulnerabilidad y pobreza. En este sentido, es importante que los Estados y la comunidad in-ternacional comiencen a pensar respuestas a largo plazo y no simplemente remediales.5

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referencias1agradezco especialmente los comentarios de la dra. carolina Rigattieri, abogada y especialista en gestión ambiental.2acnUR o UnHcR (siglas en inglés).3convención sobre el estatuto del Refugiado, Ginebra, 1951.4de todas maneras, los autores analizados –en particular UnHcR (2009)- reconocen que la creciente tensión política y social es probable pero siem-pre será difícil fundar sus orígenes en el cambio climático.5según piguet, et al. (2011:176) la vulnerabilidad viene conformada por un amplio abanico de variables sociales que determinan la exposición de la población al cambio climático.6artículo 1. a. 27algunos autores, como borrás pentinat (2011) consideran que actualmente existen instrumentos subsidiarios que deberían aplicar a la hora de afron-tar estas cuestiones tales como el pacto internacional de derechos civiles y políticos y el pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales, pero reconoce las dificultades que existen para aplicarlos en estos casos.8la autora reconoce que ello podría ir en detrimento de su economía, ya que los estados deberían crear un sistema de protección, como el de refu-gio, para que estas personas cuenten con un aliciente para poder salir de esa situación y retomar sus vidas de la mejor manera posible.9cicogna (2012) considera que el marco normativo para los desplazados por los efectos del cambio climático que se quedan en su propio país se encuentra mejor desarrollado que el de los desplazados que salen de él porque los principios deng contemplan esta causa. Kalin (2010) también los reconoce suficientes pero afirma que el desafío es incorporarlos al marco normativo doméstico y fortalecer las capacidades de las autoridades na-cionales y locales para implementarlos.

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naturaleza humana y estado: oRiGen y finalidad de la comUnidad política

Lic. Nadia Kreizer (UCA)Instituto Universitario del Ejército

[email protected]

Introducción

Una cuestión que ha atravesado los es-pacios, un debate perpetuado a través de los tiempos, es aquel referido al Estado, su definición, razón de ser y finalidad. Es decir, la manera en que se organiza una sociedad y sus individuos. No obstante casi toda la teoría política ha girado alre-dedor de ese estudio, no se ha alcanzado aún una opinión unánime respecto de su surgimiento. Sea cual fuere la tipología que se utilice o el autor de referencia, las históricas ideas coinciden al posicionar al hombre como el elemento clave en la fundación del Estado.

Aristóteles, por ejemplo, formula su explicación desde la naturaleza social del hombre, respondiendo a una visión antropologicamente positiva del mis-mo. Más adelante en el tiempo, Thomas Hobbes, plantea que el nacimiento del Estado se justificaría en que, en estado de naturaleza, el hombre es malo y se conduce por sus pasiones. Es decir que, a la histórica pregunta sobre si debe o no haber Estado, los autores encuen-tran el punto de partida a su respuesta en posiciones antagónicas. Partiendo de posturas enfrentadas respecto de la

naturaleza del hombre, ambos autores logran justificar la existencia del Estado desde esa naturaleza humana.

Estado como sociedad natural

Al hacer uso del término naturaleza, Aristóteles se refiere a algo propio del género, aquello que cada cosa es, acaba-da su generación.

Los hombres son seres instintivamen-te sociables porque se necesitan unos a otros. Esa misma naturaleza social, los lleva a vivir en comunidades polí-ticas organizadas, como resultante del proceso de perfección y maduración de formas menos perfectas (familia, tri-bu y aldea) que quedan comprendidas dentro de aquella, a fin de satisfacer las necesidades humanas no solo para vivir, sino para vivir bien y alcanzar la virtud. Por consiguiente, la Polis, sería también algo natural, siendo incluso anterior al hombre.

La comunidad primitiva (que se basa en instintos como el sexo o la alimen-tación), si bien alcanza para satisfacer impulsos propios de cualquier ser vivo, no es característica de la vida humana.

La naturaleza humana busca desplegar algo más específico, y sólo puede hacer-lo en un Estado (ver Sabine, p.98). Así, para Aristóteles la ciudad termina sien-do una forma natural de vida humana, que se constituye como “el término de un desarrollo de las asociaciones huma-nas cuyos estadios han sido: la familia, la tribu, la aldea, la ciudad” (Touchard, p.45). Fuera de la ciudad, el hombre no puede vivir. Por lo tanto, queda relega-do a ese espacio todo lo antinatural, las bestias o Dios.

El modelo aristotélico es un modelo evolutivo con una desembocadura natu-ral y necesaria. De acuerdo con su razón y voluntad, el hombre “plasma según las distintas circunstancias las formas po-líticas posibles, por lo que actualiza así su socialidad y su politicidad naturales” (Medrano, p.60).

Sociedad natural vs. Estado

Desde una postura opuesta, el estado de naturaleza hobbesiano es enten-dido como una “guerra de todos con-tra todos”, un reino de competencia y egoísmo, producto de las pasiones de los hombres y la primacía del interés privado. En estado de naturaleza no existen deberes, no hay mandamientos ni prohibiciones. Es una aptitud natural de los hombres para valerse de sus fuer-zas según le parezca conveniente.

En ésta condición, todos los hombres, tienen derecho de hacer cualquier cosa, aún sobre los demás, haciendo imposible

« “(…) si es imposible encontrar en cada hombre una esencia universal que constituya la naturaleza humana, existe sin embargo, una universalidad humana de condición. No es un azar que los pensadores de hoy día hablen más fácilmente de la condición del hombre que de su naturaleza. Por condición entienden, con más o menos claridad, el conjunto de los límites a priori que bosquejan su situación fundamental en el universo” (Sartre, 1963) »

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que exista seguridad entre y para ellos.

Sin embargo, Hobbes no elimina la posi-bilidad de salir de ese estado. Para supe-rar los peligros de esa situación natural, se crea un Estado civil, por el cual los individuos desisten de cualquier derecho fundamental, a excepción del derecho a la vida, esperando recibir a cambio segu-ridad, procurar su conservación y alcan-zar una vida más armónica (causa final del Estado). Esos derechos a los que los hombres renuncian, son conferidos a un soberano (Leviatán), poder común ne-cesario para dirigir a los hombres hacia el beneficio colectivo, y que los defiende contra la invasión de extranjeros, injurias ajenas, además de asegurarles nutrición. Podría considerarse que de ésta manera se crea no sólo un Estado, sino también un gobierno: pactum societatis e pactum subjectionis son las dos caras de una misma moneda.

El Leviatán no es más que un poder visible que sujeta a los hombres que, por temor al castigo, se comportan de acuerdo a las leyes, un hombre artificial imaginado para la defensa del hombre natural. Su poder es algo más que la au-toridad entendida como el derecho y el poder de mandar. Se entiende desde la noción de representación. Todos quie-nes suscribieron el pacto fundacional son representados en una única volun-tad, la del soberano. Ésa es la voluntad del súbdito y sus actos son atribuibles a él. Esto no significa que el soberano sea un medio que represente los intereses de las partes, imposible por la natura-leza divisiva de los intereses (salvo el de la paz y la seguridad). La representati-vidad del soberano consiste en una fic-ción: está autorizado a obrar en nombre de la sociedad, única forma de legitimar una autoridad en una sociedad de hom-bres egoístas (ver Wolin, p.298).

Dentro de la teoría hobbesiana es posi-ble distinguir tres momentos: un estado de naturaleza, un pacto o contrato social y la vida o forma política que resulta de ese pacto. Siguiendo la visión pesimista de la naturaleza humana, es entendible que el resultado del pacto que propone,

sea una sociedad política completamen-te diferente a ese estado original.

Conclusión

A lo largo de la historia, el estudio de la sociedad ha sido un tema al que grandes pensadores han dedicado su tiempo, ya sea para entender cómo se origina, se desarrolla o cambia.

Aristóteles vino a confirmar que el hombre es un ser naturalmente sociable, que tiende a la perfección, y que es esa sociabilidad la que da origen al Estado. Por consiguiente, el que vive fuera de la sociedad es, o un ser degradado o supe-rior al género humano. Posteriormente, y como define Touchard (2000, p.259) “con una filosofía y política anti-aristo-télica”, Thomas Hobbes describió a la sociedad como el fin del estado de natu-raleza de “guerra de todos contra todos” (oponiéndose a la inclinación natural del hombre hacia la sociabilidad), don-de los individuos que compiten entre ellos, se ordenan por medio de un pacto o contrato por el cual ceden parte de su libertad a un soberano, a fin de que éste garantice su libertad (el soberano se origina en la suma de los poderes na-turales de los individuos, es decir, en la suma de la fuerza de cada uno de ellos). Al respecto, es claro que en Aristóteles la violencia y la anarquía son algo anti-natural mientras que en Hobbes están implícitas en la naturaleza del hombre. Así, el Estado tiene su causa formal y necesaria en el orden para Hobbes y en la virtud para Aristóteles.

En ambos la formación del Estado ter-mina siendo una consecuencia natural de la racionalidad del hombre. Para Aristóteles, consecuencia natural para alcanzar la plenitud y perfección que comunidades anteriores no le permiten. Para Hobbes, con la intención de garan-tizar su seguridad y la vida en armonía.

Por último, puede advertirse otra dife-rencia conceptual entre ambos. Aristó-teles consideró al hombre un ser natu-ralmente sociable, que nace en el seno de una sociedad natural que, es también

comunidad política; concepto que se halla en las antípodas del hombre su-jeto a la autoridad y sociedad artificial que plantea Hobbes. Para éste, mien-tras el estado de naturaleza es la nada política, el Estado o sociedad política es un triunfo de la humanidad sobre la naturaleza, por ser el fruto artificial de un pacto voluntario e interesado.

Las ideas de Aristóteles marcan la ten-dencia de su tiempos, el pensamiento de Hobbes (Locke o Rousseau) las de su Edad. En el mundo helenístico, la vida de los griegos estaba enteramen-te condicionada por la existencia de la ciudad o polis, único espacio para que el hombre desarrolle su virtud o are-te. Más adelante en el tiempo, Hobbes adopta una concepción del hombre que se entiende por el caótico orden de su época, caracterizado por guerras civiles y la revolución que llevó a Inglaterra a la anarquía del siglo XVII.

En el siglo XIX la perspectiva se mo-difica, abandonándose ambas ideas naturalistas y contractualistas, enten-diendo que los fenómenos sociales no son naturales, sino que tienen un origen humano. Cierto es que, a cual-quiera de estas visiones, desde la más antigua hasta la contemporánea, les correspondería la siguiente afirmación: sea cual fuere el origen del Estado, su existencia plantea la necesidad de un orden social entre los individuos, para alcanzar la virtud en algún caso, o para mantenerse seguro en otro.5

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Ana Claudia SantanoDoctora y maestra en Derecho Público en la Universidad

de Salamanca, España. Postdoctoranda en Derecho Público en la Pontifícia

Universidad Católica de Paraná, [email protected]

tiempos de desConfianza: los partidos y la demoCraCia

en el estado moderno

Estamos en tiempos de desconfianza hacia la democracia. Una desconfianza que viene construyéndose por algunas décadas y que ya se enseña por medio de crecientes índices de apatía y desafec-ción política. Ante todo este escenario nada favorable al sistema democrático, los partidos son puestos en el centro de la arena de acusaciones como siendo los principales culpables de esta crisis de representatividad. Es por esta ausencia de poder de sanción por parte del ciudadano, como por la falta de controles de los agentes políticos que se culpa a los partidos, que deberían – teóricamente – ejercer dichos roles (Desposato, 2007: 126).

Parece ser que, si hay política, hay partidos, pues su existencia es necesaria para cualquier régimen democrático. Sin embargo, también están directamente vinculados al lado más “nebuloso” de las instituciones públicas, ostentando quizás la posición más “incomoda” dentro de la esfera pública. Si los primeros análisis realizados sobre los partidos eran muy oscuros - como con Os-trogorski y Michels - dichas organizaciones fueron poco a poco siendo insertadas en la sociedad.

El debate que se plantea generalmente está presente en contextos de democracias no consolidadas. Los sentimientos antipartidistas existen en la sociedad de una gran mayoría de los países, aun-que en el caso de las democracias consolidadas y estables, dichas posturas generalmente son sostenidas únicamente por minorías (Linz, 2007: 282). Empero, las crisis que involucran a ciertos as-pectos de la democracia siempre terminan por alcanzar también a los partidos, despertando un cuestionamiento en cuanto a su importancia e imprescindibilidad.

La crisis de representatividad, que generalmente resulta en una crisis de participación política, por lógica alcanza a los partidos, pero que no se refieren exactamente a una crisis en dichas organi-zaciones. Si tomamos en consideración el estudio de La Palomba-ra (2007) y lo traemos a nuestros días, no sólo es posible confirmar sus hipótesis, sino que también es posible negar la supuesta crisis que los partidos están atravesando. Los partidos son omnipresen-tes, están presentes cual sea la forma de Estado. Incluso las dic-taduras y los sistemas totalitarios no serían posibles si no hubiera al menos un partido en su estructura. Se añade la idea que los partidos son, per se, suficientes para la existencia de un régimen democrático (Katz; Crotty, 2006: 1).

Según Maurice Duverger (1980: 89), los partidos son dotados de un doble papel en la representatividad política, ya que encuadran lado a lado representantes y representados. Por otra parte, la fal-ta de consenso en torno a los partidos, aunque histórica, parece estar más evidenciada en el día de hoy. En su faceta negativa, el razonamiento que va en contra de los partidos levanta hipótesis de su declive, o mismo de una crisis que les alcanza de un modo importante (Montero; Gunther, 2007: 18). Existe una imagen de los partidos como organizaciones políticamente incorrectas, que penetran en las instituciones de manera abrupta y que acaban por corromper el propio sistema democrático (Stokes, 2007: 2).

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Las críticas comúnmente utilizadas se conectan con el Estado de partidos que, en su sentido negativo, sería como el refle-jo de cómo las élites políticas utilizan a los partidos para sus intereses privados, camuflados como ideologías. Los partidos, antes instrumentos de representación de los ciudadanos, se han vuelto barreras para el acceso de individuos al Estado y de la reivindicación de sus intereses generales (Daalder, 2007: 53).

Además, factores como el surgimiento de los movimientos sociales que buscan rescatar la identidad de los individuos y que tienen una concepción “negativa” de la política partidista indican que los intereses de la sociedad deberían ser perse-guidos sin la intervención estatal, y esto afecta directamente a los partidos (Offe, 1988: 67). Junto a esto, por más que el sufragio sea universal, no se puede tener la seguridad de su utilización bajo los principios democráticos. Los individuos confían su representación a otros individuos (una élite), que estará restringida a unos profesionales hasta las siguientes elecciones.

Ante dicho panorama, es un hecho que los partidos están enraizados de tal forma en la democracia que no se trata úni-camente de quitarlos de la dinámica política y sustituirlos por otros modelos alternativos. Es difícil imaginar una manera de conducir la política sin que sea por medio de los partidos, y las dificultades históricas para suprimirlos es un indicador de cuánto central ellos son en el gobierno de los Estados mo-dernos (Ware, 1996: 1). Justo en el comienzo de la evolución de los partidos de masa para catch all, ya se presentaban opi-niones que reflejaban la paradoja de los partidos, una vez que eran elementos esenciales a la democracia, pero que, por otro lado, terminaban violando muchos de los preceptos que la propia democracia les había aplicado (Neumann, 1957: 12).

Los problemas surgen cuando existe una cierta premura en la búsqueda de alternativas, promoviendo una situación adecua-da para que actores no tan indicados ejerzan las tareas que los partidos no logran realizar. Ejemplo de esto son los medios, grandes responsables del surgimiento de “enemigos” de los partidos. Esto posibilita la aparición de outsiders, que utili-zándose de una herramienta tan poderosa como los medios, llega a los rincones más olvidados de la sociedad, sin que se necesite de un partido o de una ideología para influir en la opinión pública.

La institucionalización política de los partidos políticos es necesaria, incluso en contextos de crisis del sistema de parti-dos. Los estudiosos de la democracia participativa no renun-ciaron a ellos, y tampoco probaron sustituirlos, lo que podría permitirnos a afirmar que sin partidos, no hay democracia (Alcántara Sáez, 2009: 76). Existe un proceso de desvaloriza-ción de la política democrática por parte de los ciudadanos, generando a su vez desconfianza y un sentimiento de rechazo, aunque ello no los lleva al abandono de dichas organizaciones partidistas (Paramio, 2002: 9).

No parece que la solución sea la completa extinción de los partidos de la democracia, sino que se permita que la socie-dad civil actúe, participe de la democracia, y que también se reformule las bases actuales de los partidos.

El régimen democrático debe mucho a los partidos, de la mis-ma manera que los partidos deben mucho a la democracia. Es cierto que los partidos ya comprobaron que tienen capacidad de adaptación a las nuevas tendencias y transformaciones so-ciales (Yanai, 1999: 14), pero, ¿adaptarse es suficiente?.5

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reforma eleCtoral en entre ríos: ¿cuáles seRían las modificaciones

y beneficios pensando en 2015? análisis de coyuntuRa

Julián ManeiroAbogado, Universidad Nacional del Litoral.

Doctorando en Ciencias Sociales Universidad Nacional de Entre Rí[email protected]

Sabemos que los sistemas electorales, en cuanto instituciones políticas configuran un reglamento para "jugar" electoralmente. Este reglamento puede ser establecido a través de reglas formales adoptadas legalmente como también por reglas informales configuradas a partir de usos, convenciones o tradiciones políticas (Abal Medina (h.) y Suárez Cao, 2003). Las reglas electorales son un instru-mento para distribuir el poder y determinar quién obtiene y en qué cantidad obtiene "porciones" del poder, es decir, quiénes ga-nan y quiénes pierden (Sartori, 1994).

A su vez, en materia electoral, el marco le-gal no es “inocente”, sino que opera favo-reciendo a unos y perjudicando a otros (De Luca, 2007). Una reforma electoral impli-ca entonces la contraposición de intereses entre diversos actores (los que impulsan la reforma respecto a los demás referentes políticos) frente a un determinado contex-to y configuración institucional que sirven para responder a interrogantes referidos a qué y por qué reformar. El principal objeti-vo de una reforma es garantizar un sistema electoral que no perjudique los intereses de la coalición gobernante.

La actual ley 9659 de Entre Ríos estable-ce que ante la disputa en elecciones pri-marias, la distribución de cargos en listas plurinominales, diputados provinciales y concejales, se aplica la ley electoral pro-vincial Nº 2988, que remite a las respecti-vas cartas orgánicas partidarias.

Así, la forma de adjudicación de bancas

será la que contemple los estatutos o car-tas orgánicas partidarias y/o frente electoral constituido. Ésta ha sido la interpretación del tribunal electoral y la práctica en los ca-sos de disputa en primarias.

En la Carta Orgánica del PJ Entre Ríos, se establece un sistema de elección de candi-datos a diputados que se ha vuelto inaplica-ble porque contradice la ley 9659 que exige que quien quiera competir por la candida-tura a gobernador en las primarias deberá presentar conjuntamente y una lista com-pleta de diputados y por lo menos, quince candidatos a senadores sobre diecisiete.

Para salvar la laguna, se aplica el sistema de elección de concejales: “(...) Serán elegidos por voto directo, secreto, por lista incompleta y a simple pluralidad de sufragios. La lista que resulte triunfante se adjudicará la mayoría de los cargos titulares e igual número de suplen-tes. Los restantes lugares serán adjudicados por el sistema proporcional D’Hont entre las listas que hubieren alcanzado un mínimo del 10% de los votos emitidos válidos”. Este sis-tema sí es compatible con la ley 9659 y fue el criterio utilizado en 2011, luego de las primarias, cuando fue rechazada la preten-sión de integrar la minoría por la lista de diputados que lideraba a gobernador el Sr. Gerardo González, y que había obtenido el 4.8% de los votos.

El resultado práctico de ésta ecuación es que dos listas de precandidatos a diputados provinciales que compitan en donde una obtenga el 50% y la otra el 49%, más 1% vo-

tos en blanco, sobre un total de 34 candida-turas a diputados titulares, la lista ganadora tendrá los primeros 18 candidatos a dipu-tados, y de los 16 restantes, se distribuirán proporcionalmente entre ambas listas; así, la lista ganadora otros 8 candidatos a diputa-dos titulares, y la lista perdedora también 8, y su primer candidato irá en el puesto Nº20. Recordemos que aún con la formidable elección de 2011, el FPV obtuvo 18 dipu-tados provinciales, la mitad más uno según establece la Constitución provincial.

El mismo ejercicio puede hacerse con una lista de concejales: sobre 11 candidaturas titulares en disputa, la lista que obtiene 50% en la elección primaria, coloca los primeros 6 candidatos a concejales, de los 5 restantes, se distribuyen entre las dos listas, obteniendo 3 más, haciendo un to-tal de 9 concejales sobre 11.

Otro dato a considerar es que la actual ley 9659 exige que quien quiera competir por la candidatura a gobernador en las primarias deberá presentar conjuntamente, y por lo menos, 15 candidatos a senadores y una lis-ta completa de diputados; en el caso de una postulación de Presidente Municipal en forma conjunta se debe presentar una lista completa de concejales titulares y suplen-tes. En todos los casos, se deben sumar una cantidad de adhesiones o avales equivalen-tes al 4 por mil de la cantidad de afiliados correspondientes en cada distrito.

De esta manera, en el juego interno del peronismo entrerriano, sólo quien tiene manejo del aparato territorial tiene chan-ces de armar una lista completa. Pero aun pudiendo conformar la lista con los requisitos exigidos, los incentivos para la competencia son bajísimos o casi nulos, puesto que si se pierde aún por un voto, se obtiene en listas plurinominales ¼ de las candidaturas en juego, y con el aditamen-to que las chances de ingresar a la legisla-

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tura o al concejo, aún ganando la elección general son remotas o nulas.

Esa es la razón por la que, tanto Julio So-lanas, ex intendente de Paraná en las elec-ciones generales de 2007 y Jorge Busti, ex gobernador hoy Frente Entrerriano Fe-deral, en 2011, compitieron por “fuera” de la estructura del Partido Justicialista, pre-sentando un nuevo partido; los resultados obtenidos en cada caso, fueron mucho más satisfactorios que si hubieran competido en la primaria. En el caso de Solanas obtuvo 5 bancas y en el caso de Busti, fueron 6 di-putados provinciales. Una conducta simi-lar es la del actual intendente de la ciudad de Villaguay, Adrián Fuertes, para dejar el partido y aliarse por fuera adhiriendo a la candidatura nacional de Sergio Massa.

Los dirigentes provinciales del peronismo repiten públicamente la promesa de Urri-barri que no habrá un candidato “bende-cido” y que éste prefiere que se compita en internas las candidaturas. Un análisis rea-lista indica que existen pocas chances de que eso suceda con la legislación vigente.

Competir adhiriendo a otro precandidato a presidente del FPV (ej: Scioli, Randa-zzo, etc.) tampoco es tentador: es muy probable que pierda frente a Urribarri en territorio entrerriano, no obtiene bancas con expectativas y corre el riesgo de que-dar fuera de los límites del peronismo ofi-cial y quedar muy lejos en un esquema de distribución de cargos en el futuro.

Por lo analizado hasta aquí, ¿Qué le convie-ne modificar del sistema electoral al actual gobernador? A pesar del mensaje oficial de Urribarri de reformar el sistema electoral, la reforma electoral no le conviene, o bien que se reforma lo mínimo y necesario para adecuar el proceso electoral a las primarias nacionales: obligatoriedad del voto, edad mínima de 16 años para votar y de carác-ter optativo, plazos formales, y no mucho más. Con respecto a la conformación de las listas, incorporación de las minorías, requi-sitos de presentación conjunta de candida-turas a gobernador, senadores y diputados, que en definitiva es la forma en cómo se puede distribuir el poder, no se dice nada, por lo que se entiende que nada cambia.

No cambiar demasiado el sistema electoral y mantener la incertidumbre le permite al líder peronista mantener su capacidad de gran elector en su sucesión, legisladores y principales figuras en los municipios, para asegurar la supervivencia de su proyecto político más allá de 2015.

En particular, el factor incertidumbre es el juego que más le conviene. Jugar a úl-timo momento sin definir reglas claras y de manera anticipada es el mejor esque-ma para lograr su objetivo de cohesión interna; mientras tanto pasa el tiempo, se precipitan los acontecimientos y ningún dirigente puede “armar” algo nuevo o dis-tinto por fuera del redil oficial.

Existe en este sentido el antecedente del proceso electoral previo al 2011: Urribarri definió su vice, los senadores y el colmo de la incertidumbre fue la definición por sorteo de la lista de candidatos a diputa-dos provinciales.

¿Quién o quiénes se benefician con reglas claras, y que establezcan una distribución proporcional de las minorías, por ejemplo? Con ese esquema se abriría demasiado el juego para los dirigentes medios y locales del peronismo. Muchos podrían explorar diferentes alineamientos a nivel provin-cial e incluso nacional, con la expectativa de obtener réditos políticos suficientes que justifiquen una disputa interna en la primaria. Este proceso incluso podría ace-lerarse drásticamente poniendo en jaque las apetencias de Urribarri de ser un sólido candidato a suceder a Cristina, o al menos a acompañar en una fórmula como vice.

Otros beneficiados serían los partidos de la oposición, a quienes se les despe-jarían las dudas sobre las reglas del juego electoral. Esto tampoco es de interés de la coalición gobernante. Por otro lado, ninguna fuerza política tiene la capaci-dad política ni los votos necesarios en la legislatura para provocar o resistir una reforma política de cualquier tipo que se quiera llevar adelante.

Hay otra hipótesis posible: adelantar las elecciones provinciales y municipales al mes de marzo de 2015 y desdoblar los procesos

electorales nacional y local. Este esquema resulta por ahora impensado si el goberna-dor continúa en su pretensión de ser el úni-co continuador del proyecto kirchnerista, y por tanto necesita que los votos entrerrianos se sumen a una primaria nacional contra los demás precandidatos. Si el escenario cambia, por ejemplo: Urribarri se baja de la carrera o acepta ser segundo de Scioli, el esquema también se puede modificar.

Como afirmó un intendente peronista en un medio digital: “Los antecedentes de 2011, donde se pegó la boleta de una nacional obli-gatoria con una interna provincial con sis-tema optativo, nos hacen preveer que puede pasar cualquier cosa, si no se da con precisión en la ley una fecha de la elección que sea cla-ra y para siempre, y no que se pueda utilizar coyunturalmente y terminemos como en 99, 2003, 2007 y 2011 votando cuando y como conviene” (entrevista a Daniel Rossi en www.paginapolitica.com Lunes 9 de Junio de 2014).

El nombre del juego es: beneficio, prag-matismo y oportunidad política.5

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Lilia PuigUNL

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Agostina TibaldoCONICET - UNL

[email protected]

paRtidos políticos, alianzas y fRentes electoRales: alGUnas Reflexiones en toRno a la modificación de la Unidad de análisis

Introducción

Los partidos políticos, en tanto actores fundamentales de los regímenes democráticos, se han ido transformando no sólo in-ternamente sino también, en relación a sus objetivos y formas de proceder. En correlación con ello, el escenario político-electoral de la Provincia de Santa Fe (Argentina) da cuenta –en las últi-mas décadas- del surgimiento de nuevas formas de representa-ción política: las alianzas y los frentes electorales reemplazan a los partidos políticos. Este hecho da lugar al surgimiento de un problema metodológico para el análisis electoral que parece no haber sido visualizado: la unidad de análisis se ha modificado pasando del partido político a la alianza o frente electoral y ello no ha sido percibido, otorgándosele el mismo valor a los instru-mentos de análisis que se utilizaban con anterioridad.

En función de estas observaciones el presente artículo se propo-ne dos objetivos: en primer lugar, dar cuenta de esta limitación metodológica utilizando como evidencia empírica una investi-gación desarrollada recientemente que examina la incidencia de los sistemas electorales en el fraccionamiento interno de los par-tidos políticos santafesinos entre 1990 y 2011. Esta investigación de referencia emplea tanto el análisis estadístico para relevar la fragmentación partidaria (cantidad de bloques legislativos en ambas Cámaras, cantidad de listas de candidatos y candidaturas a legisladores provinciales), como el análisis documental con el fin de examinar la conformación de las listas y de los bloques legislativos y así identificar la conformación de alianzas y frentes electorales en detrimento de las etiquetas partidarias.

El segundo objetivo consistirá en presentar instrumentos com-plementarios al análisis estadístico de las elecciones a fin de sub-sanar lo que se entiende como un error de interpretación en el análisis electoral de los comicios santafesinos a partir de 1999.

La incidencia de los sistemas electorales en el fraccionamiento intra-partidario. Análisis del caso de la Provincia de Santa Fe

El objetivo general de la investigación de referencia consistió en avanzar en el estudio y comprensión de la incidencia de los sistemas electorales de Ley de Lemas (N° 10.524) y Ley de Elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (N° 12.367) en el fraccionamiento interno de la Unión Cívica Ra-dical (UCR) y del Partido Justicialista (PJ) durante el período comprendido entre 1990-2011.

Como objetivo específico se pretendió identificar y describir los cambios que se generaron al interior de ambos partidos a partir de la implementación de las denominadas Ley de Lemas en 1990 y Ley de Primarias en 2004, principalmente en lo que refiere a: 1)- cantidad de listas de candidatos presentadas; 2)- cantidad de bloques legislativos en ambas Cámaras; 3)- relación entre las oportunidades de postulación y las posibilidades efecti-vas de acceso a una banca.

Como hipótesis rectora se sostuvo que los sistemas electorales adoptados en la Provincia de Santa Fe en 1990 y 2004 -y sus respectivas modificaciones-, incidieron en forma determinante en el fraccionamiento interno de la Unión Cívica Radical y del Partido Justicialista. Esta fragmentación habría operado sobre dos ámbitos, la “arena partidaria” y la “arena institucional del Es-tado” (Poder Legislativo), tornándose un mecanismo funcional para el acceso y la permanencia en el poder de ciertos candidatos y grupos políticos.

Para testear esta hipótesis, se analizaron una serie de datos em-píricos de los que se obtuvieron algunos resultados prelimina-res. En primer lugar, se observó que ambos sistemas electorales adoptados en Santa Fe efectivamente incidieron en el fracciona-miento interno de los partidos, principalmente al momento de la competencia electoral, ya que a partir de las elecciones legisla-tivas de 1991 hubo un incremento significativo en la cantidad de listas presentadas por los dos partidos. En efecto, se pudo inferir que ambos sistemas electorales no sólo admitieron el fracciona-miento sino que, también, tendieron a promoverlo.

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Posteriormente, se estudió la fragmentación partidaria en rela-ción a la cantidad de bloques legislativos que pertenecieron a cada partido y se advirtió que la Ley de Lemas logró “encauzar” el fraccionamiento de los partidos a través de la presentación de múltiples sublemas en las contiendas electorales. Sin embargo, exceptuando el año 2003, estas divisiones en pocas ocasiones se trasladaron a la Legislatura ya que la cantidad de bloques legis-lativos pertenecientes a cada partido fue mínima. En correspon-dencia con este régimen electoral, la Ley de Primarias también permitió “canalizar” el fraccionamiento partidario a través de la presentación de listas, pero en contraposición a la Ley de Lemas, transfirió esta fragmentación al Poder Legislativo, fundamental-mente a la Cámara de Diputados.

También se evidenció que en las distintas elecciones celebradas desde 1991 a la actualidad, la mayoría de los sublemas y listas de pre-candidatos del PJ y de la UCR incorporaron candidatos de otros partidos aliados que luego de ser electos, conformaron blo-ques legislativos separados, es decir, mantuvieron su autonomía dentro del Poder Legislativo respecto de la etiqueta con la que compitieron. Esto permitiría demostrar que las alianzas/fren-tes se constituyeron con fines meramente electorales y de este modo, se revalidaría uno de los supuestos de partida: las leyes electorales pueden ser diseñadas y utilizadas estratégicamente.

Por último, se pretendió indagar si la adopción de sistemas elec-torales con estas características respondió a una estrategia esgri-mida por los partidos con la intención de asegurar los espacios de poder de ciertos grupos internos. Para ello, se analizaron las posibilidades efectivas de ingreso a la competencia electoral y de acceso al poder que ambos sistemas electorales concedieron. A tales fines, se tuvo en consideración la cantidad y la constitución de las listas de candidatos presentadas en comicios legislativos desde 1990 a 2011 y la composición de ambas Cámaras Legisla-tivas durante ese mismo período.

Los resultados obtenidos evidenciaron que en el caso de la Ley de Lemas, al tiempo que permitió gran cantidad de postulaciones, facilitó que muchas de ellas fueran concentradas en un número bastante más reducido de candidatos. En el caso de la Ley de Pri-marias, si bien evitó la acumulación de candidaturas en una sola persona, posibilitó la presentación de múltiples listas, con lo cual promovió el ingreso a la competencia electoral pero eso no se tra-dujo en iguales oportunidades de acceso a una banca.

Consideraciones finales: un problema metodológico para los investigadores sociales

El trabajo hasta aquí reseñado permite abrir el debate en torno al problema metodológico –y de análisis político- que surge al tener que examinar y comparar partidos políticos con alianzas o frentes electorales. En este sentido, el funciona-miento de la Ley de Primarias y especialmente, de la Ley de Lemas -cuya esencia es el mecanismo de agregación de votos-, tendió a operar principalmente sobre las coaliciones

de partidos en detrimento de los partidos. La legislación electoral santafesina incentivó la concreción de alianzas, llegando a permitir –en el caso de la Ley de Lemas- la coalición entre sublemas de distintos partidos. Así, contri-buyó a diluir las pertenencias partidarias y allanó el camino para la conformación de acuerdos electorales inter-partida-rios. En este sentido, los sistemas electorales orientaron la acción política hacia la conformación de listas integradas por representantes de distintos partidos, haciendo de la elección ciudadana la arena donde se dirimen los conflictos internos de las organizaciones políticas.

En la investigación reseñada, dicho inconveniente aparece con mayor nitidez a fines de los ´90 debido a que los partidos polí-ticos santafesinos –en particular la UCR y el PJ-, introdujeron e incorporaron nuevas prácticas en la competencia electoral, par-ticularmente en lo que refiere a la conformación de coaliciones, alianzas y frentes electorales.

Un claro ejemplo de este hecho se observa en los comicios le-gislativos del año 1999 en los que la UCR compitió coaligada con otros partidos políticos -por ejemplo, el Partido Socialista-, bajo la etiqueta “Alianza Santafesina”. Dicha alianza presentó 12 sublemas para la elección de Diputados Provinciales los cuales se caracterizaron por fusionar y combinar candidatos de los di-ferentes partidos coaligados. De este modo, se tornó imposible identificar y discriminar los sublemas, los candidatos y los votos pertenecientes exclusivamente a cada fuerza política que com-ponía la alianza. Lo mismo sucedió en las elecciones de 2003, 2007 y 2011, donde la UCR y el PJ no sólo se “desvanecieron” como sellos partidarios, sino que pasaron a integrar frentes o alianzas con otros partidos y/o fracciones partidarias, alterando radicalmente la unidad de análisis.

En este nuevo contexto, un análisis basado en la cantidad de votos que obtienen estas alianzas/frentes resulta inadecua-do si lo que se pretende es conocer el “peso” de los partidos políticos dentro de sus respectivas coaliciones. Estos casos exhiben un verdadero problema para los investigadores socia-les sobre todo cuando se intenta, desde los datos electorales, asignar representación a los partidos políticos.

Si el objetivo es examinar cómo funciona el sistema de parti-dos en Santa Fe, es preciso advertir que la unidad de análisis “partido político” se torna insuficiente para captar y explicar la existencia de coaliciones. Paralelamente, surge la necesi-dad de estudiar con mayor precisión y detalle la información disponible y de construir indicadores que permitan corregir estas deficiencias para poder analizar en un pie de igualdad a partidos políticos, frentes y alianzas electorales.

Para subsanar estas dificultades, una primera alternativa sería la de incorporar –cuando se trate del estudio de alianzas y frentes electorales- un análisis pormenorizado de las listas de candida-

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tos. Conocer la composición de dichas listas permitiría explicar con mayor precisión cómo se distribuyen los votos entre las dis-tintas fracciones que constituyen la coalición y el peso relativo de los distintos partidos políticos en cada una de ellas. Esto de-bería ser medido no sólo contando cuántos miembros de cada partido político hay en las listas, sino también, considerando los cargos expectantes y la trayectoria de quienes los ocupan. Este procedimiento posibilitaría la depuración de los datos electo-rales facilitando la comparación entre las distintas unidades de análisis. También sería conveniente estudiar los procesos consti-tutivos de las coaliciones en cada momento.5

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¿sólo el peronismo pUede GobeRnaR la aRGentina?

Walter J. CaamañoLicenciado en Ciencia Política (UBA) y docente e investigador del Instituto de

Cultura, Sociedad y Estado (UNTDF)[email protected]

Cuenta la mitología argentina que los radicales no pueden ni saben gobernar nuestro país y que, por el contrario, los pe-ronistas son los únicos que pueden hacerlo. Esta creencia política muy extendida en el imaginario colectivo, tanto a nivel popular y como a nivel dirigencial, también afirma que desde el retorno de la democracia sólo el Peronismo puede garantizar la goberna-bilidad en nuestro país, entre otras cosas, por su enorme capacidad para controlar la calle. El Peronismo vendría a ser hasta el momento la única fuerza política que dura en el poder. ¿Pero realmente esto es así? ¿Sólo se puede llegar a gobernar con éxito la Argentina bajo el sello del Peronis-mo? ¿Sólo él puede domar a la bestia? En este artículo, buscaremos responder a estas preguntas con el objetivo de reflexionar un poco más sobre esta cuestión y demostrar que dicha creencia tiene más de mito que de realidad. Veamos por qué.

Esta creencia tiene efectos poderosos y está avalada por hechos históricos que pa-recieran darle la razón porque los dos úl-timos gobiernos radicales terminaron antes de tiempo, de mala manera y con escenarios económicos desfavorables (Dimarco, 2011).

Y si nos retrotraemos al período previo a 1983, más avalada estaría porque desde la irrupción de Perón en la escena nacional ningún gobierno constitucional de signo no peronista pudo concluir su mandato legal: además de Alfonsín y De la Rúa, Frondizi e Illia fueron desalojados del poder (Labor-da, 2010). Al mismo tiempo, esta creencia dice sobre el Peronismo muchas cosas. Que es un gran piloto de tormentas por su ca-pacidad de gobernar un país difícil y polí-ticamente inestable como es la Argentina –cualidad que le es reconocida por peronis-tas y por no peronistas–. Que la fortaleza de su aparato está vinculada a su capacidad de formar mayorías (Dimarco, 2011). Que posee el manejo y el apoyo de sindicatos fuertes, gobernaciones provinciales y ban-cas en el Congreso de la Nación, en parti-cular en el Senado, como recursos de gran importancia (Russo, 1995) que le otorgan una capacidad y una ventaja considerable en relación a sus competidores a la hora de gobernar (Depino, 2006). Que cuenta con representantes en todos los poderes fácticos, con lo cual hay peronistas hay en el Campo, en la Industria, en la Iglesia, en los sindi-catos y en las Fuerzas Armadas, lo que le

confiere a diferencia de otras fuerzas políti-cas de un gran fortaleza para hacerse cargo del gobierno y mantenerse en él. Que para cualquier elección cuenta de arranque con una piso garantizado de un 30% de votos. Etcétera. Etcétera.

Pero esta creencia se olvida de un pe-queño detalle. No tiene en cuenta las caó-ticas experiencias de gobierno de Cámpora, Martínez de Perón y el mismísimo Perón durante el trienio 1973-1976, el fugaz paso por la presidencia de Rodríguez Saá y el gobierno interino de Duhalde. En conse-cuencia, no es tan cierto lo que sostiene. El sistema político argentino muestra ten-dencias hacia la ingobernabilidad a raíz del poco apego a los modos institucionales de funcionamiento, pero en todo caso esta ca-racterística de la política argentina la han padecido de un modo bastante repartido tanto radicales como peronistas, porque si bien es cierto que los gobiernos radicales no terminaron su mandato, tampoco lo ter-minaron los gobiernos recién mencionados (Dimarco, 2011). Es cierto, Menem estuvo más de diez años consecutivos en el poder. Kirchner completó su mandato e incluso terminó el que De la Rúa había dejado in-

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concluso, a pesar de haber llegado a la presi-dencia con un bajísimo porcentaje de votos –el 22,24% de los votos, el porcentaje más bajo de la historia–. Y su esposa, Fernández de Kirchner, completó su primer mandato y de no mediar nada extraño, completará el segundo período presidencial para el que resultó electa, totalizando ocho años en el poder. Estos tres presidentes no debieron entregar el mando antes de tiempo, ¿pero qué sucedió con Rodríguez Saá y Duhalde? También eran dirigentes peronistas, pero no concluyeron sus respectivos mandatos en tiempo y forma.

Comencemos por Rodríguez Saá. Este dirigente puntano duró apenas una semana como presidente y no pudo cumplir con los objetivos para los cuales fue designado por la Asamblea Legislativa. En cuanto quiso mantenerse en el poder e incumplir con lo pactado junto a otros referentes peronis-tas, el Peronismo le dio la espalda y cayó. ¿Qué sucedió con Duhalde? Este dirigente bonaerense, por su parte, logró estar más tiempo en el poder, pero debió adelantar la elección presidencial y el traspaso del man-do como consecuencia de las luchas inter-nas del Peronismo. La Masacre de Avella-neda, fruto de esa lucha despiadada, lo llevó a adelantar la entrega del poder para mayo de 2003. Ambos presidentes debieron en-frentar situaciones de partido dividido en el sentido que lo que se conoce como faccio-sidad del oficialismo, esto es, la presencia de facciones en partidos políticos fragmenta-dos que no reconocen ni a un líder nacional ni reglas comunes y que priorizan la facción por encima de lo colectivo, dejando como resultado el surgimiento de varios líderes que confrontan entre sí y también con el presidente (Ollier, 2006b), socavó sus bases de sustento y precipitaron sus salidas. En el caso de Rodríguez Saá, la oposición política anidó dentro de su propio partido político, pues en él se localizaban quienes buscaban sucederlo. Duhalde por momentos logró neutralizar ese obstáculo, al ser el artífice de una coalición más amplia que incluyó a sec-tores de la oposición y al propio Peronismo. No obstante, dentro del Peronismo residió la principal amenaza a su estabilidad lo que terminó impidiendo que pudiera llegar a diciembre de 2003 como originalmente es-taba previsto (Ollier, 2008).

¿Por qué unos llegaron y duraron en el

poder, y otros no? ¿Qué tuvieron en común, por un lado, Menem, Kirchner y Fernández de Kirchner, y Rodríguez Saá y Duhalde, por el otro? Los tres primeros presidentes fueron líderes del Peronismo en su conjunto estando en funciones, mientras que los dos últimos fueron líderes de una de las tantas facciones de un Peronismo dividido. Y ahí reside la clave de porqué unos se mantuvie-ron en el poder y otros vieron con impoten-cia cómo se le escurría de las manos, con lo cual en función de esta variable –ser o no el líder del Peronismo– podemos concluir dos cosas en relación a la creencia aludida en estas líneas.

En primer lugar, si Rodríguez Saá y Duhalde se fueron antes de tiempo, en-tonces no es tan cierto que sólo los pero-nistas pueden gobernar ni tampoco que la inestabilidad política sea algo que afecte exclusivamente a la UCR. La inestabilidad política es un déficit de desempeño de la UCR en el gobierno, pero también afecta al Peronismo y los gobiernos inconclusos de Rodríguez Saá y Duhalde son la mejor prueba de ello. En este sentido, si bien va-rios analistas como Murillo (2002) y Russo (2003) advierten que las dos situaciones de inestabilidad política ocurridas en nuestro país desde la vuelta de la democracia se dieron bajo gobiernos de signo radical –Al-fonsín y De la Rúa–, es porque no prestan suficiente atención a los casos mencionados. El patrón de inestabilidad política también funciona bajo un gobierno peronista, como por ejemplo sucedió entre los años 2001 y 2003 (Ollier, 2004).

Y en segundo lugar, sólo los presiden-tes peronistas que además son líderes de todo el movimiento pueden gobernar sin sobresaltos y terminar sus mandatos, como Menem, Kirchner y Fernández de Kirchner lograron. Caso contrario, se los terminan devorando las internas del Peronismo. La renuncia de Rodríguez Saá y el adelanta-miento del cronograma electoral por parte de Duhalde son señales evidentes de que la pertenencia al Peronismo no garantiza por sí sola la estabilidad de un gobierno (Ollier, 2004), con lo cual se vuelve evidente que no todos los presidentes peronistas están en condiciones de garantizar en nuestro país la gobernabilidad y, en consecuencia, la estabi-lidad política. Lo que sí las garantiza es ser presidente de la Nación y al mismo tiempo

jefe indiscutido del Peronismo.Ahora bien, lo que planteamos es una

aproximación. En efecto, debe ser tomada como el puntapié inicial para construir una hipótesis que luego sea sometida a un tra-bajo de investigación más profundo para ser corroborada. Pero eso ya es otra historia.5

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Cintia PinillosLicenciada en Ciencia Política. Profesora en la Universidad Nacional de

Rosario (UNR) y Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER)

RobeRt daHl: el mUndo como HoRizonte pRóximo

Durante casi un siglo, Roberth Dahl se dedicó a comprender a la democracia, y en ese camino contribuyó de manera decisiva a la constitución de la ciencia política contemporánea.

El joven de Yale que en la década de 1930 estudió en el marco de una ciencia política parroquial, centrada fundamentalmente en el gobierno norteamericano y el de unos pocos países de Europa Occidental, fue capaz de promover un conocimiento situado del fenómeno democrático a través de las décadas y los casos.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, como profesor de una disciplina que necesitaba ampliar su repertorio conceptual y salir a explicar el mundo, Dahl se consolidó como uno de los faros a los que se recurrió para ordenar el campo semántico de las discu-siones teóricas sobre la democracia y para abordar investigacio-nes comparadas. El rol protagónico lo desempeñó su concepto más célebre, poliarquía. Para los estudios de política comparada, este concepto significó una doble ventaja: era a la vez preciso y tenía la capacidad de ser relevante en contextos diversos.

Tal vez por ser uno de los conceptos más citados, resulta opor-tuno volver al texto original. En 1971, salió a la luz “Polyarchy; participation and opposition”. En este libro, el autor exploró las condiciones que podían favorecer o dificultar la transformación de regímenes no democráticos en poliarquías, a partir de analizar dos grandes dimensiones teóricas: el debate público y la participación –ambos aspectos fundamentales de un régimen competitivo.

En las primeras páginas de ese libro, Dahl planteó que no exis-ten regímenes a gran escala completamente democráticos, por lo que el autor introdujo el concepto de poliarquía para los países que presentaban niveles de concreción importantes de ambas dimensiones, y por lo tanto eran los más alejados de la situación de hegemonía cerrada que se daba en los casos que tenían una virtual ausencia de debate público y participación (1989:18).

Es importante tener presente que este texto se produjo unos años antes del ciclo de democratización abierto a partir de la década de 1970. En este sentido, subyace en sus páginas la expectativa de iluminar aquellas condiciones que pudieran favorecer el desa-rrollo de un régimen poliárquico a partir de distintos regímenes históricos no democráticos. Luego, con el ciclo que se inicia con

la democratización en Portugal, Grecia y España, y que luego se extiende a los procesos de democratización en América Latina y Europa Central y Oriental, se promovieron diversas explica-ciones acerca del origen y el destino de los diversos procesos. Algunos de estos estudios se enfocaron más claramente en un área geográfica, mientras que otros promovieron explicaciones en un nivel más alto de generalidad.

A pesar de la variedad de los enfoques comparados, la agenda de investigación de las llamadas “nuevas” democracias incluyó al concepto de poliarquía como una de las herramientas concep-tuales de alcance medio que tenía la capacidad de ordenar el ho-rizonte abierto por la ampliación del universo de democracias.

Como ilustraron David Collier y Steven Levitzky en “Demo-cracia con adjetivos…” (1998), fue a partir del concepto bási-co de poliarquía que se desplegaron estrategias de innovación conceptual para tratar de explicar el fenómeno democrático en distintos casos históricos. Así, se constituyó en un parámetro que permitió el ascenso y el descenso en la escala de abstracción: hacia conceptos más generales, para dar cuenta de situaciones que no reunían completamente las dimensiones incluidas en el concepto de poliarquía, o hacia conceptos más precisos, a través de la adjetivación, para señalar tipos de poliarquía de acuerdo a diversos criterios. También, fue a partir del concepto acuñado por Dahl, que se formularon subtipos disminuidos, en donde los adjetivos que acompañaron al concepto básico, se propusieron iluminar la ausencia de alguno de los rasgos de la poliarquía, en casos de democratización reciente.

En “La democracia y sus críticos”, el autor norteamericano planteó que el proceso democrático no puede entenderse de manera separada de las condiciones históricas y de las personas que están condicionadas también históricamente. Pero a su vez enfatizó en la idea de que fueron justamente las condiciones en las que se desarrollaron las democracias a lo largo de la historia de occidente, las que favorecieron sus grandes transformacio-nes. Primero de un gobierno tradicional de unos pocos a uno de muchos en las ciudades-estado, y, con el correr de los siglos, de una democracia local y con una ciudadanía restringida, a una democracia más amplia en términos jurisdiccionales (el Estado-nación) y con una ciudadanía más inclusiva (1993:374).

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Frente a la tensión entre el ideal democrático y las modestas poliarquías existentes, para Dahl resultó central promover pers-pectivas teóricas que fortalecieran el estudio del campo de las democracias que fue ampliando sus fronteras, a pesar de los pronósticos elaborados por los críticos de distintos vertientes –“opositores” o “benevolentes” (Dahl, 1993:13).

En una entrevista que Gerardo Munk y Richad Snyder le realiza-ron hace unos años, Robert Dahl resaltó las ventajas de la actual ciencia política de carácter mundial, frente al escaso desarrollo –restringido a su vez a unos pocos países-, de la ciencia política en la que él se formó y en el marco de la cual desarrolló sus principa-les aportes. En el diálogo abierto con sus colegas, el autor mencio-na como una oportunidad la expansión del estudio de la política comparada y la ventaja que representa para el estudio comparado de la democracia la disponibilidad de información sobre un nú-mero creciente de casos. Sin embargo, esta oportunidad entraña el importante desafío de lidiar con un exceso de información sobre un conjunto de países cada vez más diverso. Así, plantea que “…la información que no puede vincularse con un marco teórico se convierte rápidamente en un registro de acontecimientos o en co-nocimiento sin sentido” (2005:128).

En el camino, el horizonte se vuelve próximo para el viajero cuan-do logra interpretar las siluetas que lo definen. En el ámbito de la política comparada, los casos se tornan próximos cuando se en-

cuentran las herramientas conceptuales adecuadas para asimilar y diferenciar los procesos históricos, logrando así formular o con-trolar regularidades explicativas sobre los fenómenos políticos.

El concepto de poliarquía, y los argumentos que lo sustentan, serán más longevos que su propio autor. Así como las contribu-ciones de Robert Dahl resultaron fundamentales para orientar el conocimiento del creciente universo de las democracias en las últimas décadas del siglo pasado, continuará siendo útil para orientar el estudio de las nuevas transformaciones que se abrirán en el futuro para las democracias alrededor del mundo.5

bibliografía

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la polítiCa teCnológiCa Como polítiCa exterior: algunas

ConClusiones y propuestasDaniel Blinder

Lic. en Ciencia Política, Universidad de Buenos Aires. Magíster en Defensa Nacional (EDENA). Doctor en

Ciencias Sociales, UBA. Becario Doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

(CONICET). Investigador del Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y de la Técnica José Babini

- Universidad Nacional de San Martín. Profesor de Relaciones Internacionales, Política Exterior Argentina,

Geopolítica, y en Desarrollo Tecnológico en distintas instituciones de grado y posgrado.

El presente artículo tiene por objetivo comentarle al lector algunos de los avances de mi investigación doctoral, en la cual he investi-gado cómo una política tecnológica como la misilística y espacial, está íntimamente relacionada con la política exterior. Es más, son inescindibles: ello se debe al valor que tiene una tecnología a la que podemos denominar “de punta” para un país semi-periférico como la República Argentina. También, hago aquí algunas propuestas de análisis para el futuro con un enfoque geopolítico.

De una política a otra

El misil Cóndor II fue un proyecto de la Fuerza Aérea que comen-zó a idearse y desarrollarse durante la dictadura cívico militar de 1976, y que proviene de la larga y rica trayectoria que tiene dicha fuerza en el desarrollo de tecnologías como aquella. De acuerdo a quien se entreviste, según quién sea la fuente de información, las

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respuestas, las interpretaciones políticas, y hasta las versiones de los sucesos variarán. Lo que coinciden en mayor medida todas ellas es que el Cóndor se potenció tras la derrota de la Argentina durante la Guerra de Malvinas, puesto que existía la necesidad de desarrollar un misil balístico capaz de disuadir a los británicos que ocupaban como potencia victoriosa, las islas. Además, siempre siguiendo a las fuentes, el misil fue continuado por el gobierno de Raúl Alfonsín. Sin embargo, la etapa radical adoleció de un componente esencial para la investigación y desarrollo: el dinero. Por esta razón, se recu-rrió a financiamiento externo, de empresas europeas, que algunos señalan como egipcias o iraquíes. Como resultado de esto, los Esta-dos Unidos comenzaron una seguidilla de presiones de distinta in-tensidad. Como corolario, el proyecto se detuvo, pero no por renun-ciar a la soberanía nacional, sino por falta de presupuesto, debido a la hiperinflación que azotó el valor de la moneda nacional.

Luego llegó la etapa de la presidencia Menem, de corte neolibe-ral y alineada con los Estados Unidos, ahora única superpoten-cia mundial: durante este período presiones sistemáticas por los canales formales e informales tuvieron su protagonismo, en la cual el país del norte le exigía a la Argentina que acabara con el proyecto Cóndor, cosa que finalmente se hizo con el fin de ali-nearse políticamente con el llamado primer mundo, y con el de crear una agencia espacial nacional que regulara a partir de ese entonces, las actividades espaciales de la Argentina. Años más tarde, durante las presidencias Kirchner y Fernández de Kirch-ner, el país mostró logros en materia de producción satelital y por cierto, un proyecto de un lanzador: el Tronador.

Política local e internacional

En mi trabajo, he intentado comprender en primer lugar, los pro-cesos decisorios en torno a la investigación, desarrollo y cancelación del proyecto del misil Cóndor II en Argentina, especialmente du-rante la década de 1990. El proyecto misilístico Cóndor tuvo su origen durante la última dictadura militar, y el gobierno radical de Raúl Alfonsín decidió continuarlo políticamente, disponiendo de los resortes institucionales y económicos para tal fin. No obstante ello, se vio en la práctica restringido –sino detenido- debido a los limitantes económicos que tuvo que afrontar el Estado Nacional, con la hiperinflación y la crisis. Al mismo tiempo, y en parte debido a ello, se recurrió al financiamiento de empresas europeas, pero con vinculaciones con países del Oriente Medio, especialmente Egipto, e Irak, lo cual trasladó el asunto de la agenda de desarrollo econó-mico a una agenda de seguridad internacional.

Conjuntamente, he estudiado y comparado la política misilística a partir de la clausura del proyecto Cóndor II y el surgimiento de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Estos dos sucesos están concatenados entre sí, y responden al vín-culo directo de la política exterior de nuestro país con una política hacia una producción tecnológica como era el Cóndor II. Antes de la creación de dicha agencia para el espacio, existía una lla-mada Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales (CNIE) que se encontraba bajo la órbita de la Fuerza Aérea, y que no

tenía altos niveles de institucionalización. La Fuerza Aérea, había sido una de las tres armas que violó la Constitución, los Derechos Humanos durante la dictadura, pero también aquella que mejor desempeño tuvo en el combate contra Gran Bretaña por las Islas Malvinas, y estaba desarrollando un misil de alcance intermedio. La creación de la CONAE bajo la órbita del Ministerio de Re-laciones Exteriores, sumado a la transparencia de todos las cues-tiones de no proliferación, buscaron la confiabilidad internacional con cierto éxito, sumado a la institucionalización de la agencia, y de sus objetivos, lo que le dieron continuidad a largo plazo. Dicha continuidad, sin embargo, no fue ni es un camino sin escollos. Durante la década de 1990 la Argentina no tuvo un gran desa-rrollo satelital ni desarrollo lanzadores. Con la misma institución, más de una década después, los argentinos desarrollan satélites y están desarrollando lanzador propio, lo cual en sí, constituye una prueba empírica del éxito institucional.

A pesar de ello, aún quedan otras cuestiones importantes para dis-cutir. En mi trabajo, he analizado el rol político y económico de las tecnologías denominadas “de punta” en contextos periféricos. El contexto no es una cuestión baladí. Los países centrales desarrollan tecnologías de punta, que requieren enormes cantidades de recursos humanos y financieros, pero luego, mediante instituciones interna-cionales y diplomacia, se arrogan el derecho monopólico de poseer-las. Parece una verdad de Perogrullo, pero Estados Unidos tiene una importante dotación de misiles balísticos, satélites de múltiples pro-pósitos, cohetes lanzadores, y hasta armas de destrucción masiva. Un país periférico queda afuera por carecer de dinero para invertir en esto, pero un país semi-periférico (si los definimos como tales a aquellos estados de la periferia con capacidad industrial y tecnoló-gica) al contar o desarrollar alguno de estos elementos aparece en la agenda internacional como proliferante. ¿Hasta cuanto no se trata de cuestiones de desarrollo económico las cuestiones de seguridad internacional?

A partir de lo mencionado he conseguido extraer algunas interpre-taciones sobre el rol de los Estados periféricos en la gestión política y diplomática de proyectos de desarrollo de tecnologías llamadas “duales”, y he observado cómo el margen de maniobra está supedi-tado a la coyuntura internacional, los temas de agenda internacio-nal, pero también de la política doméstica. Al final, lo único que nos mostrará indicadores de éxito son los resultados, y ellos sólo pueden explicarse por la continuidad institucional de la política llevada a cabo por la cancillería y la CONAE en materia de cooperación, pero también a la decisión política de hacer tecnología. Los logros de la década menemista están referidos a la institucionalidad, pero los logros de la década kirchnerista radican en, manteniendo la ins-titucionalidad y profundizándola, la decisión política de desarrollar tecnología espacial.

Proyección y desarrollo espacial en Argentina: propuestas

La geopolítica no es necesariamente política internacional, sino que es política con raigambre geográfica. Varios autores con-temporáneos que abordan el tema de la geopolítica llaman la

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atención en sus análisis sobre el siempre importante aspecto de la realidad geográfica, los conflictos por los territorios y los re-cursos naturales (Friedman, 2011; Kaplan, 2012; Klare, 2003). Sin embargo, venimos a destacar aquí un tema que está resal-tado en su importancia actual y su proyección hacia el futuro, a saber, la importancia del espacio exterior en referencia a todos los aspectos de la vida humana en la Tierra. La vida económica, las comunicaciones, los asuntos militares, los efectos del cambio climático, entre otros aspectos, recaen en trabajo para satélites. La cartografía misma ha sido afectada por este fenómeno, pues-to que hoy en día puede ser fotografiada la Tierra desde miles de kilómetros de altura.

Esto llevó a explicar a Everett Dolman, a través de las tecnolo-gías espaciales existentes, y las posibilidades de dicha tecnología en el espacio, a realizar el adagio pensado sólo para potencias tecnológicas: “Quien controla la baja órbita terrestre controla el espacio cercano a la Tierra. Quien controla el espacio cercano a la Tierra, controla la Tierra. Quien controla la Tierra, domina los destinos de la humanidad” (Dolman, 2005: 6-7). Este adagio es una síntesis de pensamiento político desde un punto de vis-ta de Estado del centro del sistema internacional, hegemónico y, por lo tanto, predominante. Geografía es ante todo destino. Países periféricos o semi-periféricos se encuentran aquí ante un destino muy diferente en el orden económico y político mun-dial. Ante esta tendencia a la omnipotencia económica, militar, y tecnológica, parece que, según estas teorías, no hay escapatoria al determinismo geográfico y económico. Con todo, hay países como la Argentina que tienen una política espacial en un mundo en el cual unos pocos países pertenecen al club que pretende tener lanzadores y satélites propios.

A partir del material empírico presentado en la tesis se puede observar cómo la política internacional condicionó el desarrollo de los argentinos a partir de las presiones por la búsqueda de capacidades tecnológicas propias. Conjuntamente, se ha visto cómo la tecnología del Cóndor afectó el rumbo de la política exterior argentina, condicionándola a un esquema internacional como país subalterno que acepta los intereses vitales de las po-tencias hegemónicas como propios, es decir, la aceptación de la visión internacional de una democracia liberal, la economía de libre mercado y, por supuesto, los aspectos de seguridad interna-cional. En suma, hemos observado el rol central que ejercen cier-tas tecnologías de punta en países periféricos (o semiperiféricos), así como la importancia que tienen para el desarrollo económico y para la posesión de recursos de poder político internacional.5

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Marina AcostaDocente e investigadora de la

Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de La Matanza

[email protected]

Silvia DemirdjianDocente e investigadora de la

Universidad de Buenos Aires y la Universidad Nacional de La Matanza

[email protected]

Juan José Solis DelgadoDocente de la Universidad

Iberoamericana Ciudad de Mé[email protected]

el movimiento estUdiantil #yosoy132. la irrupCión de un nuevo aCtor en la demoCraCia mexiCana

IntroducciónEn los últimos años, en el mundo se han

producido algunos procesos de movilización social que tuvieron a los jóvenes como prota-gonistas. Basta recordar su participación en la Primavera Árabe, en el movimiento de los “indignados” en España o su destacada par-ticipación en Chile y México. Estos aconte-cimientos evidencian un resurgimiento de las juventudes, en este caso encarnada en el movimiento estudiantil mexicano.

En este breve ensayo abordaremos la irrupción del movimiento #YoSoy132, na-cido al calor del desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y de la comu-nicación (TICS), factor coadyuvante para la constitución de sujetos políticos de nuevo tipo (Castells, 2011; Vommaro, 2013).

A fines de la década de 1960, en un contexto mundial de conflictividad social, los estudiantes mexicanos aparecen como sujeto social en el escenario mexicano. El acontecimiento que los visibilizó en 1968: la llamada “masacre de Tlatelolco”. A más de cuarenta años de distancia, en 2012, los estudiantes mexicanos despertaron del le-targo histórico y emergieron con vitalidad política, rechazando la imposición de En-rique Peña Nieto (EPN) como candidato presidencial promovido por la poderosa Televisa. Nacía así el #YoSoy132, fruto de un ciclo regional y de la efervescencia mo-vilizadora global iniciada con la Primavera Árabe (Rovira Sancho, 2014: 61-62).

La irrupción del #YoSoy132, a través del uso de las TICS, logró amplificarse rá-

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pidamente por el ámbito universitario e im-primir un nuevo ritmo al proceso electoral. Con su nacimiento, las nuevas generaciones demostraron capacidad para identificar el autoritarismo y el engaño de las alianzas entre el sistema político y los medios de co-municación hegemónicos.

La participación políticaCasi cuatro décadas tuvieron que trans-

currir para que nuevamente un movimiento estudiantil cimbrara las estructuras políti-co-electorales. Desde la huelga de 1999 en la UNAM, producto del conflicto por las reformas al Reglamento General de Pagos, no se registraban dinámicas relevantes en el movimiento estudiantil mexicano. Aún así, como señala Modonesi (2013; 2014), su aparición marca una ruptura y discontinui-dad con el pasado.

El #YoSoy132 tuvo su origen en una universidad jesuita: la Universidad Ibe-roamericana Ciudad de México. Se trata de una institución privada orientada a los sectores socioeconómicos altos. Este hecho, como advierte Enrique Dussel, fue lo que “cambió la fisonomía tradicional de la pro-testa: es que fue la pequeña burguesía de la Ibero la primera que reaccionó” (Estrello y Modonesi, 2013: 159). Al no comenzar en una universidad pública, como había ocurri-do en general en el pasado, el movimiento se constituyó como necesariamente distinto y eso hizo que ampliara su espectro de par-ticipación hacia sectores inimaginados.

En la Ibero, los jóvenes estudiantes re-cibieron con respeto a los cuatro candidatos presidenciales que asistieron al foro universi-tario a presentar sus programas de gobierno; sin embargo, la recepción a EPN fue distinta dado que le reclamaban por su responsabi-lidad en la “masacre de Atenco”. En poco tiempo, el 11 de mayo de 2012 fue conocido como el viernes negro para el candidato.

Los medios intentaron diluir el mal trago del candidato presidencial. La prensa aliada al PRI consignó un boicot orquestado por la izquierda. Sin más, los estudiantes de la Ibero convocaron a que quienes partici-paron en la manifestación revelaran nombre completo y número de cuenta de sus cre-denciales para demostrar que no eran mi-litantes de ningún partido sino simples es-tudiantes. El resultado fue el video llamado “131 alumnos de la Ibero responden”1que se

subió a Youtube. Con el poder de las redes sociales pronto se convirtió en un trending topic mundial. La comunicación que posi-bilitaron las TICS permitió “construir mar-cos para la acción en poco tiempo, símbolos detonadores de enjambres y agregación de múltiples personas hacia un mismo objeti-vo” (Rovira Sancho, 2014: 54).

Los estudiantes convocaron entonces a una marcha hacia las instalaciones de Tele-visa para exigir transparencia y neutralidad en la cobertura informativa. A esta convo-catoria se sumaron estudiantes de otras ins-tituciones públicas y privadas.

El #YoSoy132 ocupó de inmediato un lugar relevante en el escenario polí-tico-electoral y se convirtió en la caja de resonancia para la visibilización de las múltiples luchas sociales que los medios silenciaban a total discreción. Fue la voz de estos estudiantes quien dio un giro ra-dical al proceso electoral.

A modo de cierreOrganizados y comprometidos, los

estudiantes del #YoSoy132 lograron dos cuestiones fundamentales: 1) que el Institu-to Federal Electoral llamara a los aspirantes presidenciales a sostener un debate2 abierto y público con los jóvenes3; y 2) denunciar la escasa neutralidad de los medios de comuni-cación y, en consecuencia, su discrecionalidad en la construcción de la agenda pública.

La semilla del movimiento “impli-có una profundización democrática, así como la participación de miles de jóvenes de México” (Rovira Sancho, 2014: 63), al tiempo que “sancionó un pasaje epocal y generacional en las culturas políticas juve-niles” (Modonesi, 2014: 137). Más aún, si el #YoSoy132 representó, como observa Cas-tillo Berthier (2013), la otra cara del espejo donde aparecieron reflejados los fracasos del gobierno, basta ahora esperar que el mo-vimiento encuentre su verdadero lugar en la escena pública para que su referencia en el proceso democrático mexicano se convierta en insoslayable.

Pablo González Casanova sostiene que los movimientos juveniles, y específicamen-te la transición del ‘68 al #YoSoy132, repre-sentan “el proyecto de México y el mundo al futuro por lo que están en una política de articulación con otros movimientos mun-diales para consolidar su proceso de gesta-

ción ya que es uno de los más avanzados en concepto y organización”4.

La experiencia mundial nos dice que el impacto de los movimientos sociales se tra-duce en la ruptura de estructuras envejeci-das que dan paso a nuevos paradigmas. En el caso mexicano aquí abordado, el #YoS-oy132 contribuyó sin dudas al renacimiento y fortalecimiento de las estructuras demo-cráticas mexicanas.5

bibliografíacastells, manuel. comunicación y poder. madrid: •alianza, 2011. castillo berthier, Héctor. “movimientos juveniles •en méxico: ‘el derecho a la pasión’” en Rodríguez ernesto (ed.). movimientos juveniles en américa latina y el caribe. entre la tradición y la innova-ción. santiago de surco: celaju/Unesco, 2013.estrello, luz y modonesi, massimo. “compromiso •político, tarea teórica y movimientos sociales. en-trevista a enrique dussel” en osal (buenos aires: clacso) año xiv, nº 33, mayo 2013.modonesi, massimo. “de la generación zapatista •al #yosoy132. identidades y culturas políticas ju-veniles en méxico”. osal (buenos aires: clac-so) año xiv, nº 33, mayo 2013.“1968: a 40 años del movimiento estudiantil en •méxico”. aportes del pensamiento crítico latino-americano, año ix, n°24, clacso, octubre de 2008.“postzapatismo. identidades y culturas políticas ju-•veniles y universitarias en méxico”. Revista nueva sociedad n° 251, mayo-junio de 2014, pp. 136-152.Rovira sancho, Guiomar. “el #yosoy132” mexica-•no: la aparición (inesperada) de una red activista”. Revista cidob d’afers internacionls, n°105. abril de 2014. pp 47-66.vommaro, pablo. “las relaciones entre juventu-•des y políticas en la américa latina contempo-ránea: una aproximación desde los movimientos estudiantiles” en Revista sociedad. facultad de ciencias sociales, Uba, 2013, pp 127-144.

1ver video: http://www.youtube.com/watch?v=p7xbocxsfki2este debate fue organizado exclusivamente por el #yosoy132 y transmitido por internet, con la participa-ción interactiva de usuarios de twitter y facebook.3a este debate no asistió epn, quien se excusó por razones de ausencia de neutralidad.4discurso pronunciado por pablo González casano-va al recibir el premio “daniel cosío villegas” véase: http://www.noticiasmvs.com/#!/noticias/entrega-el-colmex-premio-daniel-cosio-villegas-a-gonzalez-casanova-768.html

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pUeblos oRiGinaRios más allá de la

ResistenciaMacarena Del Pilar ManzanelliLicenciada en Ciencia Política, Universidad Nacional

de La Matanza (UNLaM). Cursando la Maestría en Antropología Social (IDAES-UNSAM)

[email protected] conforma un espacio de intervención pública que condensa una serie de reclamos como parte de memorias de lucha (Rodríguez, 2008). Supera la idea de resistencia como mera adaptación o des-viación residual dentro del orden operante o tácticas, como lo plantean otros autores como De Certeau (1996), donde la pro-ducción simbólica es considerada desde un no lugar, y por lo tan-to las posibilidades de tener legitimidad se acotan o requieren de promotores culturales ajenos.

Si bien el Encuentro utiliza dispositivos jurídicos del Estado-nación, principalmente, el Convenio 169 de la OIT acerca de la Consulta Previa, Libre e Informada a los Pueblos Originarios y la Constitución (Art. 75 Inc.17) -aún remarcando sus falen-cias- considerados como los no lugares, el punto central es el lugar propio desde donde piensan sus representaciones, como “Pueblos Originarios” -en contraposición a “indios” o “aboríge-nes”- “identidad”, “territorio” y “preexistencia”. En este sentido, se identifican dos procesos: uno de invisibilidad-visibilidad. Lo invisible compone el núcleo que “nutre” al Encuentro y permite visibilizar las identidades originarias. Alude a la reproducción y continuidad de experiencias ancestrales colectivas como el arte de telar, las formas de curar heridas (medicina ancestral), de ali-mentarse, y diversa simbología, muchas de ellas reproducidas en el ámbito privado. La “identidad territorial” sintetiza el vínculo con la naturaleza que hace que el territorio sea entendido de forma distinta a la occidental; y lo colectivo y lo recíproco, va-lores encontrados tanto en discursos como también en prácticas ubicadas en la provincia de Buenos Aires como la celebración de la Pachamama. El tramo de la invisibilidad a la visibilidad re-fiere a que el mismo espacio político resulta de una continuidad (Scott, 1995) y sedimentación de las luchas históricas encabeza-das por sus antepasados. La visibilidad desde donde transmiten en primera persona su mensaje se registra en diversos discursos y charlas interculturales como torneos de fútbol, celebraciones, música, arte, la participación en actividades académicas en uni-versidades o escuelas secundarias, capacitaciones de Derecho Indígena, Identidad y Proceso Organizativo, propuestas de crear barrios interculturales, entre otras.

Las protestas, cortes de ruta y marchas, especialmente en los te-rritorios originarios, también muestran el proceso de resistencia, ya sean espontáneos u organizados. Cuentan con delegados del ENOTPO en las zonas de conflicto, otorgando fuerza y respaldo en la resolución de los mismos.

Este ensayo sintetiza reflexiones acerca del Encuentro Nacional de Organizaciones Territoriales de Pueblos Originarios (ENO-TPO) de Argentina, que nace en 2009 en un contexto de auge del multiculturalismo en América Latina (Sieder, 2002), y agrupa aproximadamente a cuarenta y cinco organizaciones de mil co-munidades pertenecientes a veintisiete Pueblos Originarios dis-tintos. Las mismas interpelan nociones del proyecto hegemónico del Estado- nación como el régimen de ciudadanía de tipo liberal (Romero, 1998), una identidad nacional homogénea y europei-zante – condición de estaticidad (Oszlak, 1999 citado en Abal Medina y Nejamkis, 2003), que regula los procesos de visibilidad y de enunciación de los que son distintos al “nosotros cívico”. Este espacio de articulación política es parte del proceso de reconstruc-ción y fortalecimiento de la identidad y busca revertir el proceso de sometimiento, negación e invisibilidad llevado a cabo desde la conformación del Estado-nación.

El proyecto nacional de carácter hegemónico engloba un proceso social amplio de experiencias y relaciones entre el sector domi-nante y los grupos dominados, no omnipresente y ambiguo (Hall, 2003; Williams, 1980). El mismo se ejecutó a través de diver-sas tecnologías políticas y tradiciones selectivas (Williams, 1980) como la educación, las políticas de salud pública, la homogeniza-ción de comportamientos urbanos (gestos, formas de vestir y de hablar), entre otras (Grosso 2007).

Las acciones de los Pueblos Originarios refieren a un doble mo-vimiento de resistencia1 y de contención (Hall, 2003). Por ello, es interesante recuperar la doble lectura de alternancia y ambiva-lencia, propuesta por Grignon y Passeron (1991), en la que para analizar las producciones simbólicas de los sectores (sub)alternos se toman elementos del paradigma de la autonomía y del legiti-mista2. Esta perspectiva permite pensar en que las praxis de los Pueblos Originarios cristalizan la tensión que se da a partir de la penetración de códigos y valores dominantes, lo no propio, y, a su vez, a partir de las limitaciones dadas por las cosmovisiones de dichos grupos desde las cuales entienden al mundo–lo auténtico- (Alabarces y Añon, 2008; Míguez y Semán, 2006, Ortner, 1984 y 1995; Williams, 1980).

El Encuentro, con sus comunidades y organizaciones internas,

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Por último, en un contexto de auge de politización de la cultu-ra y de la identidad, y siguiendo las reflexiones de Susan Wright (1998), entiendo que es imprescindible desde la academia y como investigadores, hacer el ejercicio de autocuestionar el tipo de aná-lisis producido y re-direccionar cómo se considera a la resistencia de los grupos considerados (sub)alternos: si como un mero desvío del orden dominante o como la posibilidad de puntos de inflexión que dan cuenta de algo más allá en el proceso complejo de inter-pelación.5

bibliografíaalabarces, p. y añón, v. (2008) ¿popular(es) o subalterno (s)? de la retórica a •la pregunta por el poder. en Resistencias y estudios sobre la cultura popular. alabarces, p., Rodríguez, m.G. (comp) paidós, buenos aires, pp. 281-303.abal medina, J.m. y nejamkis, f. p. (2003) capítulo 3 el estado. en introduc-•ción a la ciencia política. nueva versión, pinto, J. (comp.), eudeba, buenos aires, pp. 185-210.de certeau, m. de (1996) introducción; culturas populares; valerse de: usos •y prácticas. en: la invención de lo cotidiano, i. artes de hacer, méxico df: Universidad iberoamericana, pp. xl-lv, pp. 19-48.Grignon, c y passeron, J c. (1991) simbolismo dominante y simbolismo do-•minado; alternancia y ambivalencia; domino-centrismo y dominomorfismo. en: lo culto y lo popular: miserabilismo y populismo en la sociología y en la literatura,. buenos aires: nueva visión, pp. 15-124.enotpo (encuentro nacional de organizaciones territoriales de pueblos •originarios) http://enotpo.blogspot.com.ar/.Grosso, J. l. (2007) introducción en indios muertos, negros invisibles. Hege-•monía, identidad y añoranza. córdoba: encuentro Grupo editor, 15-19.Hall, s. (1984) ‘notas sobre la deconstrucción de «lo popular»’. en: R. samuel •(ed.), Historia popular y teoría socialista, pp. 93-110. barcelona: crítica, 1984.míguez, d. y semán, p. (2006) diversidad y recurrencia en las culturas popu-•

lares actuales. en entre santos, cumbias y piquetes: las culturas populares recientes en argentina míguez, d. y semán, p (comp.), biblos, buenos aires, pp. 11-32.ortner, s. b. (1991) “Resistance and the problem of etnographic Refusal. en •comparative studies in society and History, 31 (1):173-94.Rodríguez, m. G. (2008) la pisada, la huella y el pie. en Resistencias y media-•ciones: estudios sobre cultura popular p. alabarces; m.G. Rodríguez (comp.), paidós, buenos aires, pp. 307-335.Romero, J. l. (1998) la línea de la democracia doctrinaria. irrupción y crisis •del pensamiento liberal y centralista; la conformación de la argentina alu-vial; la línea del liberalismo conservador. en las ideas políticas en argentina, fondo de cultura económica, buenos aires, pp. 67-100; 173-188; 189-209scott, J. c (1995) exploracao normal, resistencia normal. en Weapons of the •weak: everyday forms of peasant resistence. new Haven: yale University presssieder, R. (2002) introduction. en multiculturalism in latin america. indige-•nous Rights, diversity and democracy, editado por R. sieder, pp 1-24. institu-te of latin american studies, londonWilliams, R. (1980) ‘teoría cultural”. en: marxismo y literatura. península, •barcelona, pp. 91-164.Wright, susan. 2004. [1998] “la politización de la ‘cultura’”. en constructores •de otredad. Una introducción a la antropología social y cultural. boivin, m.; Rosato, a. y arribas, v. (eds). antropofagia, buenos aires.

referencias1ver ortner (1995)2 desde esta perspectiva se concibe a la cultura de forma autónoma, posible de objetivar como si fuera una “cosa” dada per se o a priori. de esta forma, no se consideran las relaciones de poder. en cambio, desde la visión legitimista, si bien se las consideran, se toma a las culturas (sub)alternas como reflejos o mera contestación de lo impuesto por el sector dominante.

propuestas para una ley de partidos de la Ciudad

Danilo DegiusttiLic. Ciencia Política (UBA) – Becario Conicet

[email protected]

su sostenimiento económico; y publicidad de sus fondos y patrimonio.

Estos artículos constitucionales supo-nen una legislación secundaria específica. A nivel nacional, se dictaron sucesivas leyes que modificaron la Ley Orgánica de Par-tidos 23.298/85. En la Ciudad, pese a de-cenas de proyectos, nunca se dictó una ley de partidos, por lo que rige la nacional. No obstante, la carta magna de la Ciudad prevé en el artículo 82 la sanción de dicha ley, con una mayoría especial de dos tercios de los miembros de la legislatura.

En la actualidad se evidencian varios problemas con respecto al sistema de par-tidos, tanto a nivel nacional como local.

Existe un amplio acuerdo, tanto en la academia como en la sociedad, sobre la indispensabilidad de los partidos políticos para el régimen democrático representa-tivo. No obstante, este consenso recién se plasmó en nuestra Constitución Nacio-nal con la reforma de 1994. El artículo 38 establece que “Los partidos políticos son instituciones fundamentales del sistema democrático”. Asimismo, la Constitución de la Ciudad, en su artículo 61, define a

los partidos como “canales de expresión de la voluntad popular e instrumentos de participación, formulación de la política e integración de gobierno”. Además, ambas normas definen para los partidos una serie de derechos, obligaciones y garantías: liber-tad de creación y asociación; organización democrática; representación interna de mi-norías; competencia para la postulación de candidatos; acceso a la información pública; difusión de sus ideas; contribución estatal a

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Desde mediados de los ´90, la sociedad ha perdido confianza en los partidos; su máxi-ma expresión fue la elección legislativa de 2001. Desde allí asistimos a otros fenóme-nos que erosionaron el sistema de partidos: alta volatilidad electoral, debilidad organi-zativa, desinstitucionalización, y fragmen-tación, de la oferta electoral y de los bloques legislativos.

En síntesis, existen diversos motivos que hacen necesaria una ley de partidos para la CABA. En primer lugar, está prevista en la Constitución. Además, la aplicación de la ley nacional constituye un obstáculo para la consolidación de la autonomía de la Ciudad. Finalmente, pero quizás más relevantes, son los problemas que evidencia el sistema de partidos local, tanto en el ámbito electoral como legislativo. Una ley que parta de este diagnóstico puede desarrollar regulaciones para morigerar dichos inconvenientes.

PropuestasSegún Peter Mair1, los partidos tienen

básicamente dos funciones: representati-va y procedimental. La primera refiere al vínculo de los partidos con la sociedad: la representación de intereses, la movilización de la ciudadanía, etc. La función procedi-mental o institucional refiere a la capacidad de los partidos para estructurar el proceso electoral y llevar adelante el gobierno y el proceso legislativo. Por distintas razones, los partidos han visto reducida su función representativa, mientras se incrementó su rol procedimental. La era de los partidos de masas, de fuertes lazos representativos con la sociedad, dejó de existir en casi todas las democracias. Los ciudadanos ya no creen que los partidos puedan representarlos. No obstante, en las encuestas de opinión su rol procedimental no aparece cuestionado, y por eso son entendidos como instituciones fundamentales de la democracia2. Siguien-do a Mair, los partidos deben advertir esta situación y centrarse en su rol procedimen-tal para construir su futuro; mostrarse como garantes de procesos de gobiernos transpa-rentes, responsables y democráticos.

Entonces, los problemas en torno a la función representativa de los partidos res-ponden a un fenómeno social extendido, difícil de revertir a través de regulación. De hecho, la legislación que lo intentó, al promover la apertura del sistema político y

reducir los requisitos cuantitativos, terminó fracasando y generando consecuencias no deseadas, como la fragmentación del sis-tema3. En cambio, los inconvenientes en la función procedimental pueden ser aborda-dos por la regulación con mayor éxito.

Considerando la dificultad hasta el momento para sancionar una ley de parti-dos en la CABA, debido a la exigencia de una mayoría especial de dos tercios de la legislatura, parece recomendable dividir los aspectos a regular, con el fin de facilitar con-sensos. Por lo tanto, el proyecto de ley de partidos dejaría de lado aspectos relevantes, pero que requieren de leyes propias, como el financiamiento y cuestiones del régimen electoral, dado que además ya existe la ley 4894 de primarias y de boleta única.

Retomando a Mair, el crecimiento de la función procedimental ha llevado a que los partidos se recuesten más en el Estado, sin una clara delimitación entre el Estado, el gobierno y el partido, lo que implica el uso de recursos públicos por parte del partido de gobierno. Estas situaciones llevan a generar mayor desconfianza en la sociedad. Por eso, la ley de partidos debería desterrar estos abusos regulando el acceso a la información pública, la publicidad oficial y limitando los actos de gobierno durante las campañas.

Aparte del gobierno, la otra función pro-cedimental de los partidos es la legislativa. En la Legislatura de la Ciudad se evidencia desde hace más de una década, gran frag-mentación de los bloques parlamentarios. Esto se debe a que el número de agrupa-ciones electorales que obtiene bancas, luego se ve aumentado en la cantidad de bloques, producto de prácticas desleales como el transfuguismo (cuando uno o varios legis-ladores dejan su bloque, generalmente para conformar uno nuevo). Así, aparecen varios bloques uni o bipersonales que desvirtúan la expresión del voto popular. Por lo tanto, una ley que tienda al fortalecimiento de los partidos debe evitar el transfuguismo, prin-cipalmente desincentivando la creación de mini-bloques. Para ello, en articulación con el reglamento del cuerpo, se podrían reducir las prerrogativas de aquellos bloques meno-res de tres bancas creados como producto de un desprendimiento.

Otra arista de la función procedimental de los partidos es su capacidad para estruc-

turar las elecciones. Si la democracia mo-derna es una democracia de partidos, resulta lógico que estos cuenten con el monopolio de las candidaturas a cargos públicos. Ade-más, así lo establece la ley vigente 23.298 y casi todos los proyectos presentados en la Legislatura.

Por otro lado, se presenta la cuestión de los requisitos, cuantitativos y cualitativos, para que los partidos obtengan y mantengan la personería. Entre los primeros se suele exigir cierto porcentaje mínimo del padrón como afiliados o adherentes para obtener el reconocimiento, y superar un umbral de votos para mantener la personería. Tenien-do en cuenta que los partidos en todas las democracias están perdiendo afiliados, pa-rece más sensato establecer como requisito adhesiones, con un adecuado control de su veracidad. En cambio, se podría exigir un criterio más estricto de votos necesarios para mantener la personería. De esta forma, se limitaría la atomización de la oferta elec-toral generada por la proliferación de “sellos de goma”, que sólo buscan obtener financia-miento público. Por su parte, los requisitos cualitativos suelen limitarse al respeto por el orden constitucional y un mínimo de de-mocracia interna.

Finalmente, es necesario referirse a la posibilidad de partidos comunales. Dado el diagnóstico de fragmentación del sistema de partidos, la existencia de partidos comuna-les agravaría los problemas, complejizando aún más la oferta electoral. Por ende, sería recomendable la elección de las autoridades comunales a través de los partidos recono-cidos a nivel local. Sin embargo, admitiendo la relevancia de la descentralización, podría agregarse un criterio geográfico para el re-conocimiento y mantenimiento de su per-sonería. Es decir, establecer cierta distribu-ción geográfica mínima para las adhesiones, y superar el umbral de votos válidos en al menos un tercio de las comunas.

ConclusiónA casi dos décadas de su Constitución,

existe una clara necesidad de que la Ciudad tenga su propia ley de partidos. Para con-trarrestar los problemas identificados, el objetivo debe ser fortalecer a las organiza-ciones partidarias y al sistema de partidos, sobre todo en su rol procedimental. Con este objetivo claro, se debe llegar a con-

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sensos mínimos sobre aspectos puntuales, aunque para ello, los actores políticos deben sacrificar el oportunismo inmediato en pos del fortalecimiento partidario a largo plazo. De lo contrario, al debilitamiento actual del rol representativo de los partidos se sumará la insatisfacción ciudadana con su función procedimental. 5

referencias

1mair, peter "¿Hay un futuro para los partidos?" seminario el futuro de los partidos, los partidos del futuro. asociación cRs, Roma, 24 de junio de 1999.2sólo el 17% de los argentinos cree que “la de-mocracia puede funcionar sin partidos políticos”.

latinobarómetro, “informe 2013”. disponible en: http://www.latinobarometro.org/documentos/latbd_infoRme_lb_2013.pdf3scherlis, Gerardo, “political legitimacy, frag-mentation and the rise of party-formation costs in contemporary latin america”, international political science Review, June 2014, vol. 35, no. 3 307-323.

Leonardo PetronilhaDoutor em Ciência Política pela Universidade Federal Fluminense,

Rio de Janeiro, Brasil. [email protected]

o “mandÃo” e o bolsa família: as eleiÇÕes no bRasil em 2014

No dia 11 de junho de 2013 foi publicada, em Folha de S. Paulo, uma manchete intitulada “Bolsa Família enfraquece o coronelismo e rompe cultura da resignação, diz socióloga”. O título se refere às conclusões presentes no livro de Walquiria Leão Rego e Alessandro Pinzani, "Vozes do Bolsa Família".

Fiquei intrigado com tal publicação, porque na pesquisa de doutorado que realizei – “Do Fome Zero ao Bolsa Família: processo decisório, dilemas e desafios de uma política pública de Segurança Alimentar e Nutricional no Brasil” −, defendi-da em outubro de 2013 na Universidade Federal Fluminen-se (UFF), não constatava o aludido na pesquisa de Walquiria Leão Rego e Alessandro Pinzani. A minha pesquisa investigou os critérios decisórios, problemas, avanços e desafios de uma política de Segurança Alimentar e Nutricional (SAN) no Bra-sil, partindo da implementação de uma política pública social prioritária, no primeiro mandato do governo Luiz Inácio Lula da Silva (2003-2006), Programa Fome Zero, e perpassando pe-los governos do Partido dos Trabalhadores (PT).

A tese tem análises totalmente distintas das apresentadas pela matéria (Folha de S. Paulo), até pelo fato de eu considerar grosseira e descabida, do ponto de vista conceitual, a compa-ração do fenômeno coronelismo, estudado por Victor Nunes Leal em “Coronelismo, enxada e voto: o município e o regime representativo no Brasil”1, com um possível enfraquecimento do coronelismo ocasionado pela execução do Programa Bolsa Família, há léguas de distância no tempo. Estamos diante de

um fenômeno de novo tipo e o conceito que poderia ser utili-zado, ainda que de maneira imprecisa e guardadas as propor-ções, seria o de mandonismo2, até porque não se trata de um sistema − como o coronelismo −, e sim uma característica da cultura política brasileira.

José Murilo de Carvalho, em artigo, discutiu os conceitos de mandonismo, coronelismo e clientelismo, onde observa que

“o coronelismo é, então, um sistema político nacional, baseado em barganhas entre o governo e os coronéis. O governo estadual garante, para baixo, o poder do coronel sobre seus dependentes e seus rivais, sobretudo cedendo-lhe o controle dos cargos pú-blicos, desde o delegado de polícia até a professora primária. O coronel hipoteca seu apoio ao governo, sobretudo na forma de votos. Para cima, os governadores dão seu apoio ao presidente da República em troca do reconhecimento deste de seu domínio no estado. O coronelismo é fase de processo mais longo de re-lacionamento entre os fazendeiros e o governo. O coronelismo não existiu antes dessa fase e não existe depois dela. Ele morreu simbolicamente quando se deu a prisão dos grandes coronéis baianos, em 1930. Foi definitivamente enterrado em 1937, em seguida à implantação do Estado Novo e à derrubada de Flores da Cunha, o último dos grandes caudilhos gaúchos”.3

Apresento o seguinte problema na tese: a partir do Fome Zero − que veio a ser “substituído” pelo Bolsa Família − uma políti-ca pública de Segurança Alimentar e Nutricional para o Bra-

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sil pode estar, prioritariamente, ancorada em uma política de transferência direta de renda condicionada?

O trabalho, primeiramente, resgata a contribuição de Josué de Castro em várias vertentes do pensamento do pesquisador, en-tre elas: a denúncia do “tabu da fome” e a desnaturalização da fome, que transferiu para os homens à responsabilidade maior no seu enfrentamento, evidenciando a necessidade de adoção de políticas públicas capazes de tornar efetivo e permanente o combate à fome.

Além de um quadro referencial histórico e a gênese do Fome Zero, a tese investiga a passagem do Fome Zero ao Bolsa Fa-mília. A minha abordagem observa que o Fome Zero se apre-sentou como um “nome forte” para a implantação de uma polí-tica de Segurança Alimentar e Nutricional no Brasil. Contudo, o Fome Zero não foi uma política pública, mas uma estratégia de uma série de políticas públicas de Segurança Alimentar e Nutricional que foram implementadas. Uma dessas políticas de Segurança Alimentar e Nutricional era o Bolsa Família, que suprimiu o “nome forte” Fome Zero. O Bolsa Família, uma política focalizada de transferência direta de renda condicio-nada, é um indício claro da escolha decisória governamental em priorizar uma política em que o critério relevante é a ca-rência de renda. A mais cabal evidência dessa decisão se ex-pressa no orçamento do Bolsa Família em detrimento à outras ações. Nesse sentido, o orçamento do Bolsa Família cresceu em relação a outras ações importantes da política de Segu-rança Alimentar e Nutricional no Brasil – como, por exemplo, Reforma Agrária, Restaurantes Populares, educação alimentar etc. −, demonstrando uma priorização do critério de renda nas políticas de Segurança Alimentar e Nutricional.

Observo que o Bolsa Família se tornou uma estratégia de poder político do PT. O governo federal decidiu extinguir o Ministé-rio Extraordinário de Segurança Alimentar e Combate à Fome (MESA), criado no primeiro suspiro do governo Lula (2003), e unificar os programas sociais, que só foi possível a partir da im-plementação do Cadastro Único. O Cadastro Único foi a fer-ramenta técnica que possibilitou esta unificação, a partir de um programa único de transferência direta de renda condicionada, o Bolsa Família. Por conseguinte, se deu o “miguar” da “marca” Fome Zero e da preocupação com a abrangência conceitual da política de Segurança Alimentar e Nutricional, norteada pelos princípios basilares dos Direitos Humanos.

No Cadastro Único é que se encontra um dos problemas fun-damentais do Bolsa Família: a definição da focalização. A es-colha dos beneficiários é feita com base nos dados do Cadastro Único, que é auto-declaratório. O Brasil possui um percentual altíssimo de trabalhadores informais, que podem se cadastrar declarando a renda que melhor lhes convier para receber o Bol-sa Família. O mercado formal brasileiro não é capaz de incor-porar toda a mão de obra disponível − mesmo em tempos de prosperidade econômica − e quando incorpora é para subem-

pregos, com remuneração baixíssima. Este é um dos principais entraves que dificultam uma boa focalização, abrindo espaço para que pessoas recebam o benefício sem efetivamente pre-cisarem.

É necessário que sejam feitos avanços no monitoramento dos cidadãos que estão tendo acesso ao Programa Bolsa Família, não no sentido de “policiamento” para que não recebam de forma cruzada com uma possível renda, mas que sejam moni-torados no tocante a viabilização da entrada desse cidadão no mercado de trabalho, e que posterior a esse processo, o seu des-ligamento possa ser realizado. O fator a ser comemorado pelo governo não deveria ser o aumento de beneficiários, mas sim a redução de seu quantitativo via entrada no mercado formal de trabalho. Para isso, deve-se ter mais investimento em políticas de inserção no mercado de trabalho. Sendo assim, seria viabi-lizado crescimento econômico via emprego e não via transfe-rência direta de renda. O crescimento impulsionado pela trans-ferência direta de renda é perigoso e pode ocasionar processo inflacionário e convulsão social, caso o governo não disponha mais de tal recurso pelos mais variados motivos, como crise econômica mundial.

O recebimento do Bolsa Família − política de foco − está con-dicionado a políticas universais, tais como: saúde e educação. Tal condicionamento legitima ideologicamente a transferência de renda para famílias determinadas, que devem cumprir com o requisito de manter os filhos na escola e cuidar da saúde. Po-rém, mesmo estando em relação íntima com duas políticas uni-versais, o Bolsa Família continua sendo uma política focalizada de transferência direta de renda condicionada e possuindo um orçamento muito mais alto do que outras políticas universais importantes.

A crítica ao Bolsa Família mais alardeada pelo “senso comum” é a de que “o governo dá o peixe, mas não ensina a pescar”. Ou seja, a redução da desigualdade, da extrema pobreza, não se dá com o crescimento do emprego – por exemplo −, viabilizado por políticas de inserção no mercado de trabalho ou de qua-lificação profissional, o que geraria um crescimento econômi-co via produção. No caso do Bolsa Família, o crescimento se processa via transferência direta de renda, o que não deixa de gerar demanda. A frase “o governo dá o peixe, mas não ensina a pescar”, vela a questão central que é a carência de investi-mentos em políticas universais. As políticas universais como saúde, educação, habitação, saneamento, trabalho etc., seriam as capazes de ensinar aos brasileiros a pescar, e mais ainda, ca-pazes de transformá-los em cidadãos. Ao passo que o governo transfere renda, asfixia o crédito e à reboque a produção, com as taxas de juros altíssimas que por vários anos os brasileiros se habituaram a conviver.

O Bolsa Família é uma política de foco, porque seleciona be-neficiários pelo critério de renda. É importante que existam políticas redistributivas, mas que se invista forte também em

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políticas universais. Com a priorização orçamentária do Bolsa Família em detrimento de outras ações, a política de Segu-rança Alimentar e Nutricional se transformou em política de palanque, com forte interesse na manutenção do poder via do-mínio político-eleitoral. Além disso, o Bolsa Família, enquan-to política de foco, recebe muito mais investimentos do que muitas políticas de cunho universal, que poderiam resultar em mudanças estruturais na sociedade brasileira.

As eleições no Brasil em 2014 estão em candente agitação, com as variáveis mais improváveis acontecendo. Os anos de Bolsa Família e o fato de ser governo dão muito fôlego ao PT na corrida presidencial. Todavia, pode ser que os escândalos de corrupção e a incapacidade de negociação da presidente Dilma Rousseff com setores importantes da sociedade, desgastem a

ideas de gobierno, nanomedio experimental

palmadita en la espalda a ese contenido para que llegue a más personas y aún no generamos contenido propio.

en este tiempo una simple cuenta de twitter me ha per-mitido no sólo mantenerme al tanto de lo que pasa en un área que me interesa, ya que para crearla armé una red de usuarios a los que sigo que hace que cada vez que entre a ver qué material retwittear me quedé leyendo algo, sino que también me ha permitido conocer referentes del área que se interesaron en el backstage de esa simple cuenta de internet.

en el futuro ideas de Gobierno puede crecer, desde el día uno tengo registrado el dominio puntocom, pero también ya cumple con lo que quería hacer desde un comienzo aprovechando que internet nos permite trabajar con el concepto de producto mínimo viable (mvp en la jerga) que hace posible que esta humilde cuenta sea algo que ya cie-rra en sí mismo aunque luego se le puedan hacer mejoras incrementales.

para cerrar no quiero olvidarme que lo que me frenaba a hacer la cuenta era el temor a que alguien pudiese enten-der un retweet a alguna acción puntual de un gobierno determinado como un apoyo al partido político que lidera ese espacio. sobre todo pensando en que soy editor y pe-riodista no valía la pena correr el riesgo por darme el gusto de crear esta cuenta. por eso pensé en la leyenda "comen-tar ideas no equivale a creer en quienes la proponen" que sumé a la bio. la buena noticia es que por suerte y por tra-bajo (trato de no compartir mucho material seguido de un mismo partido) nunca recibí ni una crítica por un retweet. arriesgarse valió la pena así que si alguno de ustedes cree que hay un segmento específico que no está 100% cubierto con buena información quizás la herramienta para darse el gusto está a un tuit de distancia.

pablo m. fernández lic. en comunicación (UBa)

¿Qué se hace cuándo se necesita algo simple, pero no se lo encuentra en la no tan infinita internet?

se ponen manos a la obra y se lo hace para ver si alguien más tenía esa necesidad.

así nació @ideasdeGobierno, una cuenta de twitter que apunta a compartir información sobre temas que me in-teresaban (el cruce entre política, planificación, digital y tecnología), pero no encontraba en ningún usuario de la red social de los 140 caracteres.

¿tiene sentido hacer algo tan básico como una cuenta de internet que en su enorme mayoría se enfoque en compar-tir contenido de terceros mediante un simple retweet?

aunque no he visto muchos casos similares, la recepción nos dio el visto bueno a la propuesta ya que en cuestión de horas este medio minúsculo, nanomedio podríamos decir-le, llegó a los mil seguidores de decenas de países intere-sados en recibir la información que compartimos.

por la lógica de la cuenta, sólo hace retweets de terceros que cuando alguien los retwittea pierden la marca de @ideasdegobierno, los followers crecen sólo boca en boca ya que lo que hacemos desde esta cuenta es apenas una

sua candidatura. Eleição não é só ter “peito de aço”. Tudo pode acontecer, inclusive continuarmos na mesma.Parafraseando o título da matéria jornalística (Folha de S. Pau-lo), se o “Bolsa Família enfraquece o coronelismo e rompe cul-tura da resignação”; a partir de agora, grosso modo, o “mandão” é o PT e cultura da resignação se resolve com políticas de foco e não com políticas universais. 5

referencias:1ver: leal, victor nunes. coronelismo, enxada e voto: o município e o regi-me representativo no brasil. 2ª ed. são paulo: alfa-omega, 1975.2ver: QUeiRoz, maria isaura pereira. o mandonismo local na vida política brasileira. são paulo: instituto de estudos brasileiros/Usp, 1969.3caRvalHo, José murilo de. “mandonismo, coronelismo, clientelismo, uma discussão conceitual”. in: dados, v. 40, n° 2. Rio de janeiro: iuperj, 1997.

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la necesidad de constRUiR Un nUevo mapa del estado

en aRGentina de caRa al 2015

Gonzalo DiéguezDirector Académico de Espacios Políticos

([email protected])

El proceso político iniciado en Argenti-na en el año 2003 por Néstor Kirchner continuado luego por Cristina Fernández deja como saldo una reversión significati-va de las tendencias asociadas a la organi-zación del Estado.

Tanto en su naturaleza, su sofisticación orgánica y en su dimensión estructural, el Estado recuperó un rol protagónico como proveedor de bienes y servicios, que había experimentado entre mediados de siglo XX y la década del 80´tanto en nuestro país como en la región.

Tras el auge de las políticas vinculadas al denominado Consenso de Washington, se dio marcha atrás con varios procesos de privatizaciones emblemáticas, asumiendo desde la órbita estatal responsabilidades y funciones nuevas; también se crearon empresas públicas, fondos fiduciarios y organismos descentralizados; incluso se desdoblaron estructuras gubernamenta-les, dando lugar a nuevos ministerios y secretarías de estado.

Todas estas acciones proyectaron al Sector Público Consolidado a superar la marca histórica de participación del 40% del PBI. En efecto, estos datos estadísticos indica-rían que el entramado organizacional del Estado argentino en el año 2015 reviste una dimensión más compleja y más gran-de que la estructura estatal del año 2003 (Diéguez, Gasparín, Sanchez, 2014).

El camino transitado por estas estructuras de la administración pública gubernamen-tal en los últimos años modificó sustancial-mente la frontera entre el sector público, la sociedad civil y el sector privado, como oportunamente mencionaba Oscar Oszlak 15 años atrás. (Oszlak, 1997)

El Estado argentino recobró su rol pro-tagónico en la sociedad, desempeñando nuevamente un papel relevante en las di-ferentes y numerosas estrategias de desa-

rrollo económico y social. El incremento en los recursos estatales, el crecimiento económico y las mejoras en las condicio-nes sociales de los últimos años se vieron acompañados relativamente con el for-talecimiento de las capacidades públicas y el incremento del empleo público con un promedio de crecimiento del 7% anual (Diéguez, Gasparín, Sanchez: 8).

No obstante esto, buena parte de la agen-da de los estudios realizados sobre el sec-tor público no han logrado dimensionar su tamaño y estructura, así como los re-cursos físicos y monetarios con los que cuenta la administración gubernamental a nivel nacional para brindar una aproxi-mación de los bienes y servicios produci-dos por las esferas estatales.

Por esta misma razón, consideramos de carácter estratégico y de especial rele-vancia, dimensionar el tamaño, la mor-fología y el volumen de recursos que se movilizan a través de la Administración Pública Nacional, luego de transcurri-dos 11 años de la gestión gubernamen-tal K Para ello es necesario compilar, sistematizar y analizar la información producida y publicada por el Estado nacional y construir un nuevo Mapa del Estado, que presumiblemente consti-tuirá una herramienta imprescindible para el diagnóstico de políticas públicas de cualquiera de los candidatos a ocu-par el sillón de Rivadavia en diciembre de 2015.

La tarea exige concentrarse en dilucidar y comprender cómo se efectiviza la dis-tribución de los recursos y los fondos pú-blicos dentro de la administración pública nacional con los principales gerentes pú-blicos y los bienes y servicios producidos por cada una de las dependencias esta-tales; en suma: identificar y mensurar la estructura organizacional y las principales iniciativas que lleva adelante la Adminis-tración Pública Nacional.

La tarea exige concentrarse en registrar y comprender cómo se efectiviza la distribu-ción de los recursos y públicos dentro de la administración pública nacional (contem-plando tanto a los principales gerentes pú-blicos que los administran como así tam-bién los bienes y servicios producidos por cada una de las dependencias estatales)

En síntesis, este nuevo Mapa del Estado permitiría identificar y mensurar la es-tructura organizacional y las principales iniciativas que lleva adelante la adminis-tración gubernamental en la Argentina contemporánea.

Sin embargo, resulta necesario advertir también que un volumen considerable de la información relativa al sector público se encuentra fragmentada y dispersa en distintos organismos, su disponibilidad y publicación no ha sido diagramada para tener una visión comprensiva y evoluti-va de la estructura de la Administración Pública Nacional; en consecuencia el

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emprendimiento reviste esfuerzos de ca-rácter artesanal en la tarea de construc-ción de información fidedigna (Diéguez, 2014)

Si bien es factible identificar algunas agencias estatales que efectivamente pro-veen de información central para este propósito (la Oficina Nacional de Con-trataciones - ONC –, la Oficina Nacional del Empleo Público - ONEP -, la Oficina Nacional de Tecnologías de Información - ONTI – etc.), el denominador común nos muestra una alta heterogeneidad en la información que presentan las distintas agencias públicas.

Mientras algunos organismos desplie-gan generosamente información sobre su historia institucional, un compendio de la normativa vigente, el organigrama, las autoridades con su CV, número e incluso nombres del personal, líneas de contacto, etc., la mayoría de las oficinas estatales ostentan una presencia digital casi nula.

Para quienes entendemos al Estado como un actor protagónico e indispen-sable en la articulación de las relaciones sociales y económicas de la Argentina, la tarea presenta desafíos de gran magni-tud, aunque menores en comparación a la utilidad que provee la construcción de

un bien público de estas características. 5

bibliografía

oszlak, oscar (1997) estado y sociedad ¿nuevas reglas de juego? en revista Reforma y democra-cia, clad, no. 9, 1997, oct.: caracas.diéguez, G, Gasparin, J y sanchez, J (septiem-bre de 2014). vinculación entre planificación y presupuesto en el marco de la gestión pública por resultados. Una reseña en perspectiva com-parada documento de trabajo n°120. buenos aires: cippec.diéguez, G (2014) la innovación en la gestión pública. escenarios y perspectivas, Revista mercado, abril nº 1154.

Juan Francisco Javier DauraLicenciado en Ciencia Política (Universidad Católica Argentina)

pensaR la ciUdad y sU entoRno, Un Rescate de patRicK Geddes

Todo gira en torno a la Cultura

La organización de la sociedad en falansterios de Fourier, el federalismo integral de Proudhon, los principios de la ayuda mutua del príncipe Kropotkin influyeron en Geddes en la con-vicción de que “el espacio idóneo para el ejercicio de la libertad humana eran las pequeñas comunidades que, con un alto grado de autogestión y autonomía, se habían desarrollado en Europa durante la Edad Media”.

Esta concepción necesariamente apunta al hecho de que los problemas que Geddes y estos pensadores consideran más acu-ciantes, además de ser material y palpable, tiene de raíz un mal cultural, no-material.

Se anhela la “armonía con la naturaleza (la) organización gre-mial del trabajo artesano frente al desarrollo del maquinismo”, lo que implica una revalorización del pasado medieval.

Inglaterra fue el primer país afectado por la revolución industrial por lo que, naturalmente, de ahí que muchas de las respuestas a

las consecuencias sociales y culturales giraran en torno a la pro-ducción de las artes y el entorno humano, así como la búsqueda de una estética social alternativa.

En este sentido Eric Hobsbawn ubica a Geddes dentro de la tradición del “Arts and Crafts”. Este movimiento representa el “sueño más duradero del modernismo del siglo XX: la arqui-tectura como construcción de la utopía social”. También estaría en línea con “Ebenezer Howard (quien) se propuso construir las utopías urbano-rurales de sus <<ciudades jardín>>, sin clases sociales; se trataba, a grandes rasgos, de comunidades urbanas verdes, de dimensiones humanas”.

Siguiendo esta línea, el autor antes citado, dice que “en el ta-ller del mundo cubierto de humo, una sociedad de egoísmo y vándalos estéticos, donde los pequeños artesanos, perfectamente visibles en otros lugares de Europa, no podían ser vistos en me-dio de la niebla generada por las fábricas, la Edad Media de los campesinos y artesanos había sido considerada durante mucho tiempo como un modelo de sociedad más satisfactorio tanto desde el punto de vista social como artístico. (…) la Edad Media

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tendió inevitablemente a convertirse en un modelo inspirador de una visión futura más que en algo que podía ser preservado y, menos aún, restaurado”.

Patrick Geddes, al igual que William Morris y el movimiento del “Arts and Crafts”, intentaron restablecer los vínculos que se ha-bían roto entre el arte y el trabajador, transformando así el medio ambiente de la vida cotidiana. Transformación que iba desde la decoración interior, a la casa, la aldea, la ciudad y el paisaje.

El compromiso con el cambio social y cultural naturalmente terminó involucrando a Patrick Geddes y a muchos de su ge-neración con el mundo de las instituciones públicas, con otros reformadores que terminaron traduciéndolo en escuelas artís-ticas y en ciudades y comunidades rediseñadas. Junto con otros formó la “Unión Social de Edimburgo” para darle nueva vida a los slums que había en el interior de la capital escocesa: la pau-perización obrera había tenido su correlato urbano en el centro medieval de la ciudad. Los hombres y su ciudad se degradaban en un círculo vicioso que no parecía tener salida.

“Geddes se ve influido por dos tradiciones complementarias: la romántico-revolucionaria de Ruskin, Carlyle, Morris y la Anar-quista y geográfica de Reclus y Kropotkin. Como fue dicho con anterioridad, todos estos autores consideraban como el espacio más idóneo las pequeñas comunidades que se habían desarro-llado en la Edad Media. De hecho, hasta cierto punto, Geddes acusa de la degeneración de las zonas urbanas antiguas, como el caso del antiguo casco urbano de Edimburgo, a la Modernidad: “toda esta bajeza tiene su origen principal en los tiempos moder-nos y que la planificación urbana del siglo XII fue concebida-no sólo en términos relativos sino también absolutos- con vías que, a su modo, eran más espaciosas que las que se han realizado en nuestra “Nueva Ciudad”(New Town) y su moderno y famoso boulevar de Princes Street”.

Como contrapunto a William Morris “Geddes apeló a la in-fluencia de la Edad Media, aunque no estaba de ánimo para volver a ella como si fuera una edad de oro. Mientras Morris se centraba en la belleza, la pureza, la naturaleza y nobleza del (y en el) arte; Geddes defendía los "Centros de Vida”: la necesidad de la "reforma de las viviendas de las clases trabajadoras”; como prioridad principal frente a la reforma de las escuelas artísticas y museos. Los hogares debían ser los principales depositarios de los esfuerzos encaminados a recuperar la armonía, pureza y nobleza del arte. Y, en este sentido, las ciudades plagadas de con-ventillos podrían ser evitadas si el arte comenzara en el hogar.

Geddes consideraba a la sociedad como un organismo vivo que podía soportar períodos de presión y enfermedad. Para aminorar esos períodos, Geddes implementó “métodos usados relacionados con el movimiento Arts and Crafts, tales como ‘la instrucción y la recreación’, para mejorar la vida de la gente trabajadora.” Pero Geddes no tardaría en comprender que nada en el casco antiguo de Edimburgo- que fue su lugar de actua-

ción- cambiaría a menos que los intelectuales y las clases altas volvieran a habitar en ella, que era la forma más comprometida y sincera de solucionar la problemática. Su opinión era que “las ciudades florecen o declinan de acuerdo con las personas que viven en ellas”. Sin duda alguna, como dice Moro Vallina, “En Geddes encontramos antes al urbanista práctico que al teórico del urbanismo”

Es muy llamativo cómo alguien como Geddes formado origi-nalmente en las “ciencias duras”, tiene una postura culturalista y casi cualitativa de la realidad. El gusto por la identidad, la tra-dición, el desagrado por las revoluciones, según Moro Vallina, lo tomó de Proudhon: “La idea de que la sociedad no podrá ser reconstruida a través de medidas drásticas como la abolición de la propiedad privada, sino mediante el esfuerzo de millones de individuos”. Sin embargo, este es un rasgo típicamente escocés y, propiamente dicho, de la ilustración escocesa. Como afirma Lisa Hill, refiriéndose a otro escocés, Adam Ferguson, la exposición de éste sobre el “orden espontáneo” “resalta una visión respecto a los asuntos humanos como armoniosos, ordenados, progresivos y perfectible”. Pero se puede decir que es una característica de los escoceses clásicos: David Hume y Adam Smith.

En Geddes el progreso proviene de la sumatoria de todas las indi-vidualidades. El cambio es de todos y la regeneración de la sociedad comienza por la acción de todas las células, con la Unión Social de Edimburgo se ocupó de promover variedad de grupos en pos del desarrollo de los obreros que vivían en la zona antigua de la socie-dad. Fue un urbanista que no esperó a la acción estatal para actuar (más allá que todavía en su época los criterios liberales imperantes en la visión estatal pusieran trabas ideológicas a la acción).5

referencia1patrick Geddes, “ciudades en evolución”. “Repensando la ciudad”. KRK ediciones. 2009. pág. 272ibídem.3eric Hobsbawn, “Un tiempo de rupturas. sociedad y cultura en el siglo xx”. editorial crítica. 2013. pág. 122 y 123.4ibídem.5eric Hobsbawn, “la era de la revolución (1789-1848), la era del capital (1848-1875), la era del imperio (1875-1914) – 1ªed.- editorial crítica 2012. pág.900.6en este ambiente Geddes (1854-1932) fue uno de los fundadores de la Unión social de edimburgo en 1884. este tipo de uniones fueron utilizadas para difundir los ideales del movimiento de artes y oficios por todas las islas británicas. ver especialmente: megan ferguson “patrick Geddes and the celtic Renascence of the 1890s”, pág 52. en: file:///c:/Users/Javier/des-ktop/maestria/1er%20a%c3%b1o/Historia%20de%20la%20urbanistica/ferguson_phd_2011.pdf7 en el caso del príncipe Kropotkin puede que haya sido por partida doble: era naturalista.8ibídem. pág, 76.9megan ferguson “patrick Geddes and the celtic Renascence of the 1890s”, pág 224. en: file:///c:/Users/Javier/desktop/maestria/1er%20a%c3%b1o/His-toria%20de%20la%20urbanistica/ferguson_phd_2011.pdf

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¿Cómo es la CompetenCia en el alba?Una Revisión de los sistemas de paRtidos de los países QUe lo inteGRan

Leandro QueridoLic. en Ciencia Política (UBA).

Director Ejecutivo de Transparencia Electoral

Fernando Rodríguez SardouLic. en Ciencias Políticas y RR.II. (UCA). Director del Centro de Estudios

e Investigaciones de Transparencia Electoral

La creación en el año 2004 de la Alianza Bolivariana para América –hoy Alianza Bolivariana para los pueblos de nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos- se en-marca en una época signada por el crecimiento electoral sostenido en la región de expresiones políticas de izquierda, que algunos no vacila-ron en llamar “socialismo del siglo XXI”. En los países integrantes de esta alianza, no hubo alternancia del partido de gobierno: Venezue-la lleva un gobierno continuado de 15 años, aunque recién en 2008 se fundó el Partido Único de la Revo-lución Socialista (PSUV); Bolivia 9 años de ininterrumpido gobier-no del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Evo Morales (con fuer-tes posibilidades de tener otro man-dato1); en Ecuador, Rafael Correa y su Alianza País promueven la re-elección indefinida luego de 7 años en el gobierno; en Nicaragua Daniel Ortega y el Frente Sandinista de Liberación Nacional también lle-van 7 años en el gobierno y acaban de establecer la reelección indefini-da; en El Salvador el FMLN lleva 4 años en el gobierno a los que se les

deberá sumar un nuevo período de otros cuatro años producto del re-ciente triunfo de Salvador Sánchez Cerén2. Ante este escenario, este artículo se propone revisar somera-mente el contexto en el que se da esta consolidación de los partidos de gobierno de los países y tratar de caracterizar sus sistemas de par-tidos, siguiendo como eje la evolu-ción de los partidos “tradicionales”. Para ello, se analizarán los resulta-dos de las elecciones presidenciales3 desde el retorno a la democracia en los mencionados países, para hacer hincapié en la relevancia del cargo presidencial4. Exceptuamos de este análisis a Cuba, por poseer un sis-tema de partido único5, lo cual hace que carezca de sentido su evalua-ción; y a Antigua y Barbuda, Domi-nica, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas y Surinam, para anali-zarlos en una instancia posterior.

En Venezuela, el triunfo de Hugo Chávez Frías en 1998 se da en un contexto de fuerte crisis del sistema de partidos. De hecho, las candida-turas de los partidos tradicionales –Acción Democrática y el cen-

tro derechista COPEI- no logran llegar a un lugar expectante en la campaña, lo que motivó el retiro del apoyo a sus candidatos -Luis Alfa-ro Ucero e Irene Sáez, respectiva-mente-, para acompañar a la única alternativa al chavismo: el empresa-rio Henrique Salas Römer. Pese al fuerte descrédito que tenían en la sociedad, AD y COPEI lograron recomponerse. Si bien nunca más presentaron un candidato propio, obtienen importantes resultados en las elecciones legislativas: en el año 2000, AD es la segunda fuerza en la Asamblea Nacional (con 33 es-caños, sobre un total de 165) y CO-PEI la cuarta (con 6 escaños). A partir de las elecciones presidencia-les de 2006, ambos partidos se inte-gran en el bloque de oposición que actualmente conforma la “Mesa de Unidad Democrática”. Aunque las candidaturas presidenciales en este grupo siempre fueron para miem-bros de partidos de menor trayec-toria –Manuel Rosales pertenecía al social-demócrata “Un Nuevo Tiem-po” y Henrique Capriles a “Prime-ro Justicia”-, ambas agrupaciones tradicionales lograron mantener su

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peso en la coalición, y resultados aceptables en las elecciones legisla-tivas. En 2010, Acción Democráti-ca obtuvo el 8% de los votos, siendo la tercera fuerza, mientras que CO-PEI obtuvo el 4,4% (ubicándose en el quinto lugar).

En Bolivia, desde la turbulenta vuelta a la democracia en el año 1982, 3 partidos se convirtieron en los actores principales del sistema: Acción Democrática Nacionalis-ta, del exdictador Hugo Banzer; el Movimiento Nacional Revolucio-nario, con Víctor Paz Estenssoro y Gonzalo Sánchez de Losada como principales referentes; y el Movi-miento de Izquierda Revoluciona-ria, liderado por Jaime Paz Zamora. Debido a la naturaleza del sistema electoral boliviano -que en caso de no obtener mayoría, la elección pre-sidencial queda en manos del Con-greso-, las negociaciones y los go-biernos de coalición, integrados por al menos dos de estos partidos, fue-ron frecuentes. A partir de las elec-ciones de 1989, comienzan a surgir outsiders6 y disidentes7, dando ini-cio a una fuerte fragmentación del sistema de partidos, alcanzando sus puntos más altos en las eleccio-nes de 1997 con una diferencia de poco más de 6 puntos porcentuales entre el ganador de las elecciones –Banzer- y quién se ubicara en el quinto lugar. En el 2002, surgen los movimientos cocaleros e indígenas como nuevos actores de peso: Evo Morales se ubica en el segundo lu-gar, y accede al gobierno Gonzalo Sánchez de Losada, con el apoyo de Jaime Paz Zamora, del MIR. Tras la caída de este gobierno, el sistema de partidos se reformula por completo, surgiendo el Movimiento al Socia-lismo de Evo Morales como prime-ra fuerza, y no lográndose consoli-dar ninguna fuerza alternativa de modo estable, así como también el peso de los partidos tradicionales, es virtualmente nulo.

En Ecuador, desde las elecciones de

1979, no se logró consolidar un pa-trón de competencia estable, y por lo tanto, se dificulta describir un sistema de partidos. Sin embargo, se pueden identificar algunos par-tidos políticos que serían clave en el devenir democrático: el Partido Social Cristiano, el Partido Con-servador Ecuatoriano8; la Con-centración de Fuerzas Populares, Democracia Popular e Izquierda Democrática. Todos estos partidos, en distintas oportunidades ocupa-rían la presidencia –o formarían parte de alianzas de gobierno- hasta 1996. En las elecciones de 1988, la dinámica de la competencia cambia con el surgimiento de un outsider: el empresario-aunque vinculado con la política desde hacía tiem-po- Abdalá Bucaram. El peso de su Partido Roldosista Ecuatoriano fue aumentando, hasta que accede a la presidencia en 1996. Después de la crisis que culmina con la des-titución de Bucaram en 1997, el peso de los partidos “tradicionales” comienza a descender. En el 2002, la segunda vuelta se define entre el Partido Sociedad Patriótica, del mi-litar Lucio Gutiérrez, y el PRIAN, del empresario Álvaro Noboa: estos dos nuevos partidos son los actores clave del sistema hasta la irrupción de la “Alianza PAIS” de Rafael Co-rrea, que se impone en la segunda vuelta de 2006, sin haber presenta-do candidatos legislativos. A partir de la llegada al poder de Correa, el sistema de partidos comienza un proceso de transformación que aún no ha concluido, con la aparición constante de nuevos actores –fun-damentalmente con líderes “outsi-ders”. Un buen ejemplo de esto es el movimiento “SUMA”, liderado por el académico Mauricio Rodas, que en las elecciones de 2013 ob-tuvo poco menos del 4 por ciento de los votos, pero este año obtuvo la alcaldía de Quito.

Nicaragua, tras la revolución san-dinista, y la guerra civil, vuelve a la democracia en 1990. En las pri-

meras elecciones, se enfrentan dos bloques: la Unión Nacional Oposi-tora –liderada por Violeta Barrios de Chamorro- y el Frente Sandinista de Liberación Nacional –que postuló a Humberto Ortega-. Tras el triunfo de la UNO, el sistema de partidos continuará siendo bipolar: sandinis-tas por un lado, y liberales por el otro. El Partido Liberal Constitucionalis-ta logra llevar a la presidencia a Ar-noldo Alemán y a Enrique Bolaños en 1996 y 2001 respectivamente. El FSLN vuelve al gobierno en el 2006, luego de la fractura que sufrieron los liberales en 2006. Si bien el FSLN aumentó su margen electoral, los candidatos que ocuparon el segundo, tercer y cuarto puesto, pertenecían también al grupo liberal. En síntesis, Nicaragua pese a las rupturas y disi-dencias observadas en el liberalismo, y a los cambios en la proporción del electorado que vota a los principales sectores, la “bipolaridad” instalada tras la guerra civil sigue plenamente vigente.

Por último, en El Salvador, el sis-tema de partidos refleja, al igual que en Nicaragua, los bandos par-ticipantes en la guerra civil. En las primeras elecciones democráticas, en 1994, los dos principales parti-dos fueron “Alianza Republicana Nacionalista” (ARENA) –heredero del régimen, fundado por el Mayor Roberto d’Aubuisson en la déca-da del 80- y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) –surgido también en los 80 como expresión política de los grupos izquierdistas participantes en la guerra civil-. Aunque exis-tieron y existen otros partidos de peso9, la estructura bipartidista si-gue vigente, con una fuerte paridad entre ambos sectores, reflejada en el virtual empate que obtuvieron en las últimas elecciones.

Este somero análisis de los sistemas de partidos de los países integrantes del ALBA nos revela que no todos son similares. Por un lado, podemos

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observar casos como el boliviano y el ecuatoriano, donde el ascenso de los partidos “socialistas del si-glo XXI” se dio en el marco de un colapso del sistema de partidos, en el cual se fortaleció la presencia del partido de gobierno y virtualmente desaparecieron los partidos tradi-cionales; el caso venezolano, donde se repite el escenario de colapso del sistema, pero los partidos tradicio-nales siguen teniendo un peso re-levante; y por último los casos de Centroamérica, donde el sistema configurado a partir del legado de las guerras civiles sigue plenamente vigente, y los partidos de gobierno son una expresión del mismo. Si bien este análisis no pretende ser más que un simple ensayo, no es descabellado afirmar que no necesa-riamente la irrupción de los gobier-nos de izquierda implica un colapso del sistema de partidos, o el fin de la alternancia política. Aunque se hayan desarrollado gobiernos –y partidos de gobierno- hegemóni-

cos en estos países, las condiciones de competencia son muy distintas, yendo desde la posibilidad concreta de alternancia hasta la inexistencia de estructuras opositoras con capa-cidad de llegar al gobierno. 5

referencias

1ver:http://www.noticiaselectorales.com/bolivia-danza-de-encuestas-con-un-claro-ganador/2ver:http://www.noticiaselectorales.com/ame-rica-latina-los-partidos-de-gobierno-del-alba-luego-de-una-decada/3solamente en el caso venezolano, debido al carácter coalicional de las candidaturas oposi-toras desde el triunfo de Hugo chávez en 1998.4esta relevancia, y la necesidad de no consi-derar en líneas generales a las elecciones le-gislativas, queda manifiesta en la elección de Rafael correa en ecuador en el 2006, donde no presentó candidatos legislativos, pero se impu-so con poco menos del 57% de los votos.5el art. 6º de la constitución de la República de cuba indica que el partido comunista es la “fuerza dirigente superior de la sociedad y el

estado”, dejando sin lugar a la posibilidad de surgimiento de otros partidos políticos.6el comunicador mediático carlos palenque con su partido “condepa-conciencia de patria”en las elecciones de 1989 y 1993, y el empresario cervecero max fernández Rojas (“Unión cívica solidaridad”) en 1993 son los principales ejem-plos de outsiders.7manfred Reyes villa, quién hasta hace muy poco tiempo estaría en la primera línea de la política boliviana, desertó de adn, para formar la “nueva fuerza Republicana”, que se alió a banzer en las elecciones de 1997, y en 2002 ob-tiene un virtual empate con evo morales -20,9% de los votos-.8el partido social cristiano y el partido con-servador, en alianza, ocupan en 1979 el segun-do lugar y en 1988 el tercero con sixto durán ballén, y en 1984 llevarían a león febrés a la presidencia en la segunda vuelta, mientras que en 1992 se disputarían la segunda vuelta, impo-niéndose durán frente a Jaime nebot del psc.9el partido demócrata cristiano obtuvo el 16 por ciento de los votos en 1994, y “Unidad” (una disidencia de aRena, liderada por el ex presi-dente elías a. saca) obtuvo más del 11% en las elecciones de este año.

Hernán César CataldiLic. en Ciencias Sociales y Humanidades con mención en Historia (Universidad

Nacional de Quilmes) y Maestrando en Historia Económica (UBA)

feRnando pedRosa. la otra izqUierda, la socialdemocracia en américa latina. bUenos aiRes, capital intelectUal, 482 páGinas. 2012. veRsion Kindle, 2013.

El autor, historiador y politólogo profundizó, en el marco de sus investigaciones sobre las transicio-nes a la democracia en América Latina, los estudios sobre el papel que jugó en ella la socialdemocracia europea y, a partir de allí, los vínculos de la misma con partidos políticos afines de América Latina.

Recorriendo los archivos de la otrora poderosa e in-fluyente Internacional Socialista, además de acce-der a los archivos de líderes europeos y entrevistas personales, Pedrosa se adentra en la reconstrucción de las estrategias de esta organización internacional luego de la segunda guerra mundial para expandir su

RE

SE

ÑA

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influencia en América Latina.

Así el trabajo se sitúa rápidamente en el contexto de posguerra europea, en las reuniones de diversos partidos nacionales que disputan el poder en sus paí-ses, pero, al mismo tiempo, van tejiendo una red de contactos y posiciones internacionales que permiten ir asumiendo, la mayoría de las veces conflictivamen-te, posturas comunes sobre determinados temas, principalmente de política internacional, en el delica-do equilibrio de la “guerra fría”.

Pedrosa divide en etapas esta historia, atravesada por liderazgos diversos, del laborismo inglés, los prime-ros años de la posguerra, pasando por la influencia del socialismo escandinavo, con figuras de la dimen-sión de Tage Erlander y Olof Palme, hasta el predomi-nio del potente partido socialdemócrata alemán, con Willy Brandt como articulador de una organización con intereses estratégicos en buena parte del globo y que además integraban Françoise Mitterrand, Betti-no Craxi, Felipe González, Mario Soares entre otros y que en América Latina contaba con figuras como Ró-mulo Betancour, Víctor Raúl Haya de La Torre, Carlos Andrés Pérez, Leonel Brizola y José Figueres.

En el caso de América Latina y el Caribe de fines de los 70’ y principios del 80’, Pedrosa se adentra en las misiones encomendadas por la IS a dirigentes de la trascendencia de Soares o González, y luego primeros ministros de Portugal y España respectiva-mente. En ese sentido, se muestra la importancia de los vínculos personales a la hora de sostener una densa red que integraban organizaciones partidarias, sindicales y no gubernamentales por donde circulaba información y recursos que fueron claves a la hora de entender la apertura de transiciones en la región. A su vez, esta red se caracterizaba por su conflictivi-dad y una llamativa flexibilidad ideológica que permi-tía incorporar desde los liberales colombianos hasta los sandinistas nicaragüenses.

El análisis del autor profundiza en el período 1970-1990, pero no sin antes referirse a los antecedentes de la Internacional Socialista previo y posterior a las guerras mundiales. Esto permite observar como esa compleja red de partidos y líderes intentan, con resul-tado dispar, una sutil diferenciación tanto de EE.UU.

como de la URSS, en el marco del enfrentamiento Este-Oeste, con las tensiones propias que originan las responsabilidades del ejercicio del poder político y el control del Estado en sus propios países.Si bien las relaciones con los partidos políticos lati-noamericanos afines se mantuvieron constantes, los años 70’ marcaron un punto de inflexión, y los diri-gentes socialdemócratas europeos buscaron ampliar la influencia en nuestra región, poniendo en juego diversos recursos políticos, económicos y organiza-cionales en el éxito de sus alianzas internacionales.

De este modo, la década de 1980, signada por las sali-das democráticas en medio de crisis económicas agu-das, será el momento de mayor influencia de la social-democracia europea en la política sudamericana.

Partidos y líderes de la transición a la democracia en América Latina, o de la llamada “tercera ola de de-mocratizaciones”, que incluye las previas de Portugal, Grecia y España, temática sobre la se ha enfocado la Ciencia Política, recogen, en sus discursos y progra-mas de acción, mucho del pensamiento alternativo al mundo bipolar que se había producido en las cum-bres y Congresos de la Internacional Socialista.

Sin embargo, hacia fines de la década del 80’, cuando la organización había alcanzado presencia, influencia y prestigio, la consolidación de las políticas neolibe-rales que socavan las bases del estado benefactor que tan bien se habían conjugado con el ideario so-cialdemócrata, la irrupción de la globalización y el de-rrumbe del mundo comunista colocan, al menos en-tre paréntesis, el despliegue internacional tal como lo habían entendido hasta entonces quienes habían conducido sucesivamente la Internacional Socialista desde 1945.

Como señalaba al comienzo, este libro, inscripto en el marco más general de los trabajos sobre transi-ciones a la democracia, es un aporte a los estudios sobre el alcance de la influencia internacional en los mencionados procesos, no siempre tenidos debida-mente en cuenta y que han generado mucho debate, sobre todo, luego de que las obras canónicas sobre el tema pusieran todo el peso sobre el papel de las élites nacionales y sus acciones, despreciando las influencias externas y de sus agentes.

RE

SE

ÑA

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seCCionhaCkatones

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hackatones… ajá… ¿de hackers? no, ¿no?

experiencias que distintos asistentes -periodistas, desarro-lladores, académicos, organizadores, miembros de orga-nizaciones sociales- fueron relatando en sus blogs, sitios webs y periódicos. Desde las preguntas iniciales a los pro-totipos finales, desde el desconocimiento de los primerizos a la experiencia de los organizadores, distintas historias en primera persona. Esta forma descontracturada, es mucho más fiel a la energía que se respira en un Hackaton.

En las próximas páginas podrán conocer los principales hackatones de los últimos cuatro años: Ciudad de Buenos Aires, Mar del Plata, Bahía Blanca, Neuquén, Litoral, Na-ción y América Latina. Rápidamente notarán éste que no es un fenómeno sólo de las grandes ciudades sino que los municipios también se están sumando a esta tendencia de acercar a los ciudadanos y a las administraciones públicas, promoviendo el uso de datos abiertos.

Existe mucha creatividad e innovación en las aplicaciones producto de la colaboración de los Hackatones. Este dos-sier es una invitación a incorporar estas mejoras o hacks, a sumar estos saberes y miradas a la discusión de políti-cas públicas. Conocimientos y tecnologías que en algunas ocasiones, como decisores de políticas, no tenemos tan disponibles.

por laura paonessa.Coordinadora general de espacios políticos.

Siempre empiezan así las conversaciones cuando uno menciona el término Hackaton. Hasta que lo explica. Entonces la incredulidad del interlocutor se convierte en curiosidad. ¿Y cualquiera puede ir?

El año pasado la Revista incluyó una sección especial de Datos Abiertos, donde intentamos reflejar el ecosistema detrás de esta tendencia creciente de liberar los datos pú-blicos de modo reusable. En esa oportunidad, reconocidos activistas de la sociedad civil, académicos y actores guber-namentales, tanto nacionales como regionales, compar-tieron sus experiencias y reflexiones sobre el impacto de los datos abiertos en la transparencia, la participación y el control ciudadano.

En esta Edición, quisimos ir un paso más allá y nos aden-tramos en el mundo de los hackatones: esas maratones de trabajo colaborativo y creativo donde participan, en su mayoría programadores y diseñadores, pero también activistas cívicos, emprendedores, funcionarios públicos, cientistas políticos, entre otros. En estos encuentros, se presentan ideas, se trabaja en equipos multidisciplinarios, se intercambian experiencias y conocimientos, se explo-ran alternativas a los problemas colectivos y se proponen soluciones. Y en menos de 48 h, entre todos, se terminan distintas aplicaciones.

Pero no queremos contarlo nosotros, queremos que lo vivan como si estuvieran ahí. Para eso, recopilamos las

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El éxito de los “hackatones cívicos” en grandes ciudades como Buenos Aires1, Montevideo2, Santiago de Chile3 o Rio de Janeiro4 han demostrado el potencial de estos eventos para las ciudades. Acer-can a los ciudadanos y a las administracio-nes públicas, promueven el uso de datos abiertos y, pueden dar lugar a aplicaciones útiles para los ciudadanos.

La experiencia de las grandes ciudades abre oportunidades para municipios más pequeños que quieren proyectarse hacia el futuro. Aquí van algunas ideas prelimina-res sobre los hackatones.

¿Qué son los hackatones cívicos?

La palabra ”hackaton” nace de la unión de “hacker” y “maratón”, pero la referencia a “hacker” en este caso no tiene ninguna im-plicación ilegal. Los hackatones cívicos son eventos que reúnen a desarrolladores infor-máticos, especialistas municipales, empren-dedores, diseñadores y ciudadanos interesa-dos en liberar datos y crear aplicaciones que contribuyan a mejorar la ciudad.

¿Qué rol puede jugar el municipio en un hackaton?

En muchos lugares, ya existen comunida-des de jóvenes emprendedores que celebran hackatones por su cuenta, y el municipio puede ayudar a mantener y fortalecer los esfuerzos existentes. Una manera sencilla de empezar a hacerlo es ofreciendo espa-cios para que los desarrolladores locales puedan reunirse.

La ciudad de Chicago ha venido liderando el movimiento de datos abiertos en Es-

HacKatones cívicos: una oportunidad para los muniCipios

[bid]

Federico BasanesGerente de Conocimiento y Aprendizaje BID

Artículo publicado originalmente en Abierto al Público.

tados Unidos, y su experiencia podría ser aplicable a otros muchos casos. Su alcal-de, Emanuel Rahm, incluyó la liberación de datos como un área estratégica para el desarrollo de la ciudad5 y desde entonces se han liberado multitud de bases de datos.

Gracias a esos datos, y a la conexión di-recta de la alcaldía con las comunidades locales de desarrolladores, en Chicago se celebra un “Open Hack Night”6 –un mini hackaton-, todos los martes a las 6 de la tarde y se han desarrollado infinidad de aplicaciones que ayudan a monitorear el crimen en la ciudad, temas de salud o la gestión del mismo hackaton7.

¿Qué puede conseguirse en un hackaton?

En un hackaton hay poco discurso oficial y mucha acción. La gente va a trabajar y lo hace de manera voluntaria. Sin embar-go, en un solo hacakton es muy posible que no se consiga un resultado tangible porque es muy difícil terminar una apli-cación en un solo día.

Durante el hackaton se pueden desarro-llar prototipos o se pueden continuar pro-yectos comenzados en el pasado, pero re-sulta complicado poder completar toda la fase de desarrollo. Estos eventos son más un medio para impulsar el diálogo inicial y fortalecer un ecosistema abierto.

Para ver lo que se puede conseguir en un hackaton, puede ver lo que se consiguió en el último hackaton en Buenos Aires, que se centró en el problema de la ges-tión de los residuos sólidos8. En su página podrá encontrar una descripción de todos los proyectos y su estado actual.

¿Quiénes participan?

Además de expertos temáticos, técnicos del municipio y desarrolladores, cada vez es más común encontrar en los hacka-tones diseñadores gráficos, periodistas y gente del mundo de la comunicación y el markting. La presencia y la diversidad de perfiles ayuda a hacer las aplicaciones más fáciles de usar y mejorar los resulta-dos del hackaton. Al fin y al cabo, para poder resolver los problemas, es necesa-rio que las aplicaciones puedan ser utili-zadas por ciudadanos que no entiendan de informática.

Este artículo es una breve introducción al tema. En futuros artículos seguiremos ex-plicando cómo pueden ser útiles para las ciudades en América Latina y el Caribe y consejos sobre cómo organizarlos. 5

fuenteabierto al público - bid. blog del bid para apren-der sobre "open Knowledge" en américa latina y el caribe. publicado el 23 de mayo de 2014. http://blogs.iadb.org/abierto-al-publico/2014/05/23/hac-katones-civicos-ecosistema-abierto-municipios/

referencias1http://data.buenosaires.gob.ar/2http://www.montevideo.gub.uy//institucional/montevideo-abierto/datos-abiertos3http://datos.gob.cl/4http://rioapps.com.br/5http://gov20.govfresh.com/opening-chicago-in-year-one-open311-and-apps-for-metro-chi-cago-will-launch/6http://opengovhacknight.org/7https://github.com/open-city/open-gov-hack-night8http://buenosaires.gob.ar/hackaton

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Quizá ya hayan oído que organizamos un hackatón en la ciudad de Mar del Plata, Argentina el 22 y 23 de agosto, y quería aprovechar este artículo para comentar-les por qué nos hemos embarcado en esta aventura y cómo entendemos en el BID este proceso.

Los “hackatones ciudadanos” son eventos que reúnen a desarrolladores in-formáticos, técnicos municipales, empren-dedores, diseñadores y ciudadanos intere-sados en liberar datos y sirven para crear aplicaciones que contribuyan a mejorar la ciudad usando datos proporcionados ex profeso por los municipios y gobiernos.

En el BID somos conscientes de que la palabra “hackatón” aún genera algunas reticencias, pues estos eventos están muy ligados al perfil de un pirata informático que persigue romper las normas y atentar contra la seguridad de los sistemas infor-máticos. Pero la verdad es que cada vez observamos más ejemplos de una corriente “ética” o “cívica” en el marco de estas ac-tividades que representa una oportunidad para el desarrollo.

Los hackatónes ciudadanos en Méxi-co DF, Buenos Aires, Santiago de Chile o Rio9 ya han demostrado su potencial para solucionar problemas como la gestión de residuos sólidos, o problemas relacionados con la educación o la sanidad. Sin embar-go, todas estas son ciudades de más de 3 millones de habitantes. ¿Es útil un hacka-tón para una ciudad emergente?

En la Iniciativa de Ciudades Emer-gentes y Sostenibles (ICES) creemos que sí, y que podemos apoyarnos en esta herra-mienta para ayudar a las ciudades emer-gentes de América Latina y el Caribe a solucionar algunos de sus desafíos.

Así que, de manera muy resumida, les dejo aquí cuatro ejemplos de cómo los hac-katones pueden complementar la imple-mentación de la Iniciativa y ayudar a identi-

¿poR QUé los haCkatones CíviCos son útiles paRa las ciUdades emeRGentes?

[bid]

Horacio TerrazaEspecialista de Agua y Saneamiento, BID.

Artículo publicado originalmente en Abierto al Público.

ficar posibles soluciones en cada ciudad.

1. Dan visibilidad a los desafíos de la ciudad.

En el caso del hackatón de Mar del Plata, las líneas temáticas y el enfoque del hackatón se han apoyado en el Plan de Acción que publicamos el año pasado10. La implementación de la metodología ICES determinó que las temáticas relativas a movilidad urbana, energía, agua potable, gestión del gasto y el desarrollo territorial integral de la zona noroeste de la ciudad son prioritarias para la ciudad, y gracias a este hackatón tendremos una oportunidad única para pensar cómo la ciudadanía pue-de contribuir en el diseño de soluciones para estos temas.

2. Son un punto de contacto entre muni-cipio y la ciudadanía de carácter único.

Creo que hay pocos eventos donde los tomadores de decisiones y los ciudadanos se reúnan en la misma sala, y lo hagan para trabajar. Los hackatones son ocasiones únicas para que quienes hacen vida en la ciudad trabajen codo a codo con los orga-nismos públicos11.

En el hackatón de Mar del Plata es-peramos contar con más de cien personas, y entre ellos estarán los miembros de la municipalidad, representantes de empresas del sector tecnológico y muchos jóvenes programadores, comunicadores y diseña-dores con ganas de hacer cosas nuevas.

3. Nos ayudan a definir soluciones con-cretas a los problemas identificados.

Los hackatones son una práctica cada vez más común para encontrar soluciones a problemas puntuales. Ya hemos aprendido mucho al organizar el hackatón de Mar del Plata, y sabemos que aunque no consigamos desarrollar una aplicación completamen-te, por lo menos habremos generado una

oportunidad para discutir sobre los proble-mas del día a día de la ciudad y durante las 36 horas que durará el evento se plantarán muchas semillas que en el futuro podrán dar lugar a iniciativas emprendedoras.

4. Nos ayudan a generar acuerdos con otras contrapartes (sector privado, muni-cipio, internacionales)

Cuando se piensa en un hackatón nor-malmente se piensa en un esfuerzo de mu-chas horas en donde la gente trabaja duro y de manera continuada, y en ocasiones nos olvidamos del proceso en el que se enmar-ca el evento. Gracias al hackatón, durante los últimos meses establecimos contactos con muchas instituciones, personalidades y empresas que jugaron un rol decisivo los días 22 y 23 de agosto.

Si quieres saber más sobre este hacka-tón, te invito a ver la página web: http://hackaton.mardelplata.gob.ar/. Al acceder a la web del evento, verás una sección sobre proyectos en la que podrás ver en qué tra-bajaron los participantes y podrás propo-ner tus ideas. No te preocupes si tu proyec-to no está completo, ¡quizás tu idea anime a otros y consigas formar un equipo para desarrollarlo! . 5

fuenteabierto al público - bid. blog del bid para apren-der sobre "open Knowledge" en américa latina y el caribe. publicado el 22 de Julio de 2014 http://blogs.iadb.org/abierto-al-publico/2014/07/22/por-que-hackatones-civicos-son-utiles-para-ciudades-emergentes/

referencias9http://blogs.iadb.org/abierto-al-publico/2014/05/23/hackatones-civicos-ecosistema-abierto-municipios/ 10http://www.iadb.org/es/proyectos/project-infor-mation-page,1303.html?id=aR-t1109 11http://blogs.iadb.org/abierto-al-publico/2014/02/20/yo-voy-al-open-data-day-te-apuntas/

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haCker, esa palabRa QUe siempRe Usamos mal

Ariel TorresAriel Torres publica su columna de opinión, pistas e ideas sobre

computación personal desde marzo de 1993 en LA NACION.Artículo publicado originalmente en el diario La Nación.

¿Qué es algo nimio? Algo pequeño, sin im-portancia. Nada, una nimiedad. ¿Cierto?

Falso. O, al menos, era falso hasta media-dos del siglo XVIII. No sólo falso. Era lo opuesto. Nimio viene del latín nimius, que quería decir excesivo, desmesurado.

Aunque el Diccionario de la Real Acade-mia menciona, todavía, el sentido original en la segunda acepción de la palabra, en algún momento, hace más de 2 siglos, su significado, simplemente, se invirtió. Una secuencia de hechos fortuitos y, se supo-ne, interpretaciones incorrectas convirtie-ron la altiva nimio en algo insignificante, sin importancia. Tal vez por su parecido con la palabra miniatura.

Algo semejante estamos observando aho-ra, en vivo, en tiempo real, con la palabra hacker . Se la usa como sinónimo de pi-rata informático o equivalente. Y los hac-kers no sólo no eran, en su origen, delin-cuentes informáticos, sino que ni siquiera tenían relación con las computadoras.

Éramos tan jóvenes

Para los que llevamos muchos años invo-lucrados con las tecnologías digitales, que llamen hacker al sujeto que se roba núme-ros de tarjetas de crédito invadiendo un sistema informático es un oprobio. Peor aún, carece por completo de sentido.

Un hacker, en nuestro diccionario mental, es un sujeto que sabe todo sobre cuestio-nes informáticas y encima se las arregla para mejorarlas. Esas mejoras se llaman hacks. Hackear algo, para mí, no significa ni por asomo quebrantarlo. Significa per-

feccionarlo, incluso completarlo y, en una medida no menor, también embellecerlo.

Hackear puede ser también meterse en un sistema, ¡pero no para dañar o robar! Es que el hacker no soporta las cosas mal he-chas. Si el sistema es vulnerable, se meterá para demostrarlo y comunicárselo al admi-nistrador. Aunque no tenga autorización para hacerlo. O precisamente por eso.

Ahora, nos guste o no a los veteranos, la palabra ha ido mutando. Esa transforma-ción no comenzó en la Argentina y no tiene mayor sentido inculpar a los perio-distas por usar el término en un sentido del que se impregnó hace ya más de 20 años. Si buscan hacker en la Wikipedia verán al menos tres apartados para cubrir su actual diversidad semántica1.

Queda escrito

Además, el periodismo tiene sus propias reglas y urgencias. Desde ese punto de vista, la palabra hacker ofrece un número de atractivos.

Primero, en español suena muy bien, es muy potente. El término correcto para hablar de un delincuente informático es cracker , pero entre una palabra que suena a galletitas (en inglés, cracker es un tipo de galleta salada) y otra que suena a poner en jaque, no hay nada que pensar. Usamos hacker.

Pero hay algo más. Los manuales técnicos no sólo deben, sino que además pueden usar el término correcto 96 veces en una carilla. La redundancia no es un proble-ma. Un artículo periodístico es otra clase de criatura. La redundancia está prohibi-

da, punto. Si no la arregla el redactor, lo hará el editor, y si el editor no la vio, el corrector la enmendará.

Dicho fácil: huimos de la redundan-cia como de la peste y, la verdad, no hay 100.000 formas de resolver el intríngulis. Hay una sola: sinónimos y circunloquios.

Cerebro electrónico es un caso típico. Decime qué tiene de cerebro un micro-procesador. Nada.

Sí, hace cuentas y eso, pero las neuronas funcionan de una manera muy diferen-te de los transistores. Nunca vas a ver el humor de un microprocesador alterarse debido a una hormona, vamos.

Pero qué ocurre. Si sólo usamos el térmi-no correcto (microprocesador) llega un punto, más o menos en el segundo párra-fo, en que el lector abandona el texto, fas-tidiado. No podemos exagerar con CPU (Central Processing Unit), porque las si-glas son poco amigables, excepto cuando de tan usadas equivalen a palabras, como ONU o AFA. Si abusás con las siglas, la nota empieza a sonar como el manual de vuelo de un Boeing 747.

Entonces, desesperados, echamos mano del término chip. Pero ya no está tan bien, por-que hay muchas clases de chips, y no todos son microprocesadores. Pero bueno, sale.

Nueva idea: acortamos y decimos micro o procesador . Cualquier cosa con tal de no caer en la redundancia. Pero tampoco alcanza, y entonces empleamos la fra-se cerebro electrónico. No está tan mal. Después de todo la CPU hace cosas que

[ ]HacKeR

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nosotros hacemos con el cerebro.

Con hacker pasa algo semejante. Podremos poner delincuente informático una vez. Dos. Tres. Pero más tarde o más temprano el redactor necesita otra cosa, y la palabra hacker , como dije, es demasiado tentadora.

Ah, y todavía queda un asunto. Los verbos.

Los verbos y las nuevas tecnologías se maridan de formas extravagantes. ¿Cómo se dice invadir un sistema informático de forma remota utilizando herramientas de software que explotan vulnerabilidades -o tal vez un acceso no autorizado concedi-do por un empleado infiel- con el fin de robarse información reservada, contrase-ñas o dinero? Ocurre que no hay un verbo para eso. Bueno, sí, lo hay: hackear. Nos guste o no, por otra larga secuencia de hechos fortuitos y malas interpretaciones, llegamos a que hackear es hacer todo lo que dice arriba. Y mucho más.

Hackear también es desactivar un sitio mediante un ataque DDOS; robar una cuenta de correo electrónico; intervenir el hardware de un punto de ventas para ro-bar números de tarjeta de crédito y otras 6 o 7 millones de cosas más.

En total, la magnitud semántica de este verbo es exorbitante. Evitarlo resulta por completo imposible.

Hace unas semanas, cuando hubo un robo informático más o menos sonado, varios administradores de sistemas se quejaban amargamente de la ignorancia de los me-dios al usar la palabra hacker en el sentido de alguien que invade y roba. Saben que los comprendo, pero la acusación es injusta. Lo que ocurre -y a mí tampoco me complace- es que una palabra se encuentra mutando; ha ocurrido otras veces en la historia de los lenguajes y el proceso es generalmente irre-versible. Basta ver el título de esta nota en el muy respetado sitio The Register2.

Trencitos y computadoras

Nos queda el consuelo, sin embargo, de que la palabra hacker tiene una historia

tan polifónica como su semántica.

Según Brian Harvey, de la Universidad de California en Berkeley, en la década del 60 ya estaba bien instalada en el Massachu-setts Institute of Technology (MIT) para distinguir a los alumnos diligentes, a los que se llamaba tools (herramientas), de los que faltaban a clase y se pasaban la noche de juerga (conocidos como hacks). El texto completo, en inglés, pero imperdible, aquí.

Los hacks del MIT no eran exactamen-te vagos. Eran más bien excesivamente curiosos y poco apegados a las reglas, un rasgo que cualquier universidad decente valora; de esos grupos suelen salir los que descuellan. Las juergas nocturnas, ade-más, no tenían que ver con embriagarse y frecuentar tugurios de mala muerte, sino con investigar lugares que no estaba permitido visitar (¿les suena?) y, even-tualmente, crear instalaciones bromistas (también llamadas hacks) que ocupan un lugar destacado en la cultura del MIT3.

Como explica Harvey, para considerarse un hack era también menester profesar un hobby. El ferromodelismo era uno de los más populares. Hola, Sheldon.

Cuando aparecieron las computadoras fue amor a primera vista. ¡Había tanto por perfeccionar, tanto código por es-cribir, nuevas formas de cablear, de di-señar circuitos! Las tecnologías digitales incorporaron el gen hacker en su ADN desde el principio. Otra que trencitos, las computadoras y las redes eran el paraíso de los hackers.

Creo que tiene razón Harvey cuando dice que un hacker es ante todo un esteta, en el sentido griego del término, el de expe-riencia (de allí viene la palabra anestesia). El hacker no se plantea mejorar el mun-do desde un punto de vista moral o ético. Lo que se propone es que funcione mejor, que la experiencia del mundo sea mejor. Ni el dinero ni la intención de hacer daño figuran entre sus móviles. Diré más: po-cas personas tienden a ser tan benévolas como un hacker . Su manía es que las co-sas marchen bien. ¿Qué puede haber de malo en eso?

Y llegaron los piratas

En algún momento entre mediados de la década del 80 y principios de la del 90, cuando la cultura hacker empezó a aparecer en los medios, de la mano de la popularización de las PC, metió la cola la ética y la palabra hacker se asoció a los asuntos de la seguridad informática. No porque sí.

El 2 de noviembre de 1988, Robert Ta-ppan Morris, estudiante del (adiviná) MIT, quiso hacerse una idea del tamaño de la recién nacida Internet y lanzó uno de los primeros gusanos informáticos de la histo-ria, conocido como gusano Morris (Mo-rris worm). No tenía la intención de hacer daño, según declaró, pero explotaba varias vulnerabilidades de Unix (el sistema domi-nante en esa época). Además, cometió un error de programación. Un error fatal.

En las 99 líneas de código del programa no había ninguna que verificara si en la siguiente máquina por infectar no había ya un gusano Morris corriendo. Por razo-nes obvias el experimento se convirtió en epidemia y al menos el 10% de las com-putadoras que constituían la Internet de entonces (unas 60.000) se infectó. Satu-radas sus memorias con copias del Mo-rris, las máquinas dejaron de funcionar. El incidente fue tan grave que motivó la creación del Computer Emergency Res-ponse Team (CERT4), y Robert Morris fue el primer caso de una sentencia firme por fraude informático.

De modo que un estudiante del MIT, ese lugar lleno de hackers, había causado la primera epidemia electrónica de que se tenga memoria. No se necesitó mucho más para que hackear rotara al cuadrante peyorativo y para vincular hacker con al-guien que se pasa todo el día frente a una computadora comiendo pizza, tomando gaseosas y tratando de invadir sistemas.

Una mala interpretación del significado original, pero bueno, "los hackers son los que andan en eso de las computadoras, ¿no?" Ese, me imagino, fue el proceso mental que disparó la mutación semánti-ca. En 1988 pocas personas sabían de qué

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se trataba eso de la informática; Internet ni siquiera era de acceso público. Eran cosas de hacker. Los medios no hicieron sino reflejar el espíritu de los tiempos y la bella y bondadosa palabra hacker se con-virtió en sinónimo de vandalismo. Una pena, pero no fue lo único. También la sociedad despertaba a un hecho abruma-dor: los hackers poseían un poder notable, casi mágico. Eso suele dar miedo.

En 1991 el tufillo ilegal ya estaba ins-talado en el significado de la palabra hacker. Ese año, por ejemplo, salió un libro titulado Cyberpunk: forajidos y hackers en la frontera informática, de Katie Hafner y John Markoff, ambos de The New York Times. Morris es uno de los tres personajes retratados. Los

otros dos son Kevin Mitnick y Hans Heinrich Hübner, del Chaos Computer Club de Hamburgo.

En 1995 se estrena la película Hackers, un ejercicio en estereotipos espantoso (Rotten Tomatoes le da un 34 por cien-to5), pero sintomático: la película hizo foco en la lucha entre hackers buenos y hackers malos, con lo que terminó de clavar a la espalda de la palabra hacker el componente ético.

***

Sé que las palabras significan lo que las per-sonas quieren que signifiquen. Por eso (o a pesar de eso) seguiré evitando usar hac-ker como sinónimo de delincuente. Tanto

como pueda, digamos. No es fácil. Y lo haré por respeto a los miles de hackers que nos han dado desde Linux hasta la Internet y porque, para mí, la palabra es sinónimo de otra cosa. Es sinónimo de inteligencia. 5

fuentediario la nación. publicado el 5 de octubre de 2013. http://www.lanacion.com.ar/1625973-hacker-esa-palabra-que-siempre-usamos-mal?sitio=desktop

referencias1http://en.wikipedia.org/wiki/Hacker2http://www.theregister.co.uk/2013/10/01/ie_0day_widely_exploited3http://hacks.mit.edu/Hacks/Gallery.html4http://www.cert.org/5http://www.rottentomatoes.com/m/hackers/

lo QUe deJó el pRimeR “haCkaton” de datos públicos y GobieRno abieRto

Martín OnettoPolitólogo y Periodista.

Artículo publicado originalmente en RedUSERS.

Programadores y cientistas sociales se re-unieron en un evento para compartir y crear aplicaciones que ayuden a mejorar la calidad institucional y transparentar y pu-blicitar el gasto público y la gestión en los distintos niveles de gobierno: aquí te con-tamos una experiencia inédita en el país.

La escena es de película. Un grupo de jóvenes vestidos informalmente llega con sus mochilas a un “laboratorio informáti-co” universitario y comienza a desmontar las computadoras de la sala. Despejan las mesas e instalan sus potentes notebooks, de todos los colores y tamaños. Son pro-gramadores, personajes raros que respon-den, de lejos, al estereotipo del héroe nerd norteamericano que todo lo soluciona con su teclado. ¿El motivo? Participar del primer “Hackathon de datos públicos y

[ ]GaRaGelab

Gobierno Abierto”1 en Argentina, orga-nizado por el grupo GarageLab.

Alrededor de 20 programadores y una decena de cientistas sociales -politólo-gos, sociólogos y abogados- se reunieron en el campus de la Universidad de San Andrés (UdeSA) -que auspició el evento- en Victoria (provincia de Buenos Aires), durante los primeros dos días de octubre pasado para aplicar sus conocimientos técnicos en mejorar la calidad institu-cional en distintos niveles de gobierno. Siempre usando software libre, claro.

“Gobierno abierto o 2.0”, sostiene Diego Pando, director del Programa de E-gov de la UdeSA, “es, básicamente, utilizar las tec-nologías de la información y la comunica-ción (TICs) en la administración pública

para mejorar la transparencia, la rendición de cuentas y la participación ciudadana”.

La idea de GarageLab, explica Darío Wai-ner -creador del grupo, junto con Emiliano Kargieman-, es “trabajar en el cruce entre problemas emergentes y tecnologías emer-gentes” para “lograr que las capacidades de generar conocimiento en Argentina se con-tinúen en capacidades de generar riqueza”. Los anteriores eventos organizados por este grupo abordaron cuestiones que van desde la neurorobótica hasta la “post-privacidad”.

Sordamente, casi en la intimidad de un garage -lugar mítico en el que arrancaron varias empresas muy exitosas de tecnología como Apple o Google-, pero aprovechan-do la potencialidad de Internet, Garage-Lab puso “programas a la obra”; convocó

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al joven programador bahiense Manuel Aristarán, y así surgió este sexto episodio de la saga en menos de dos años: el “Hac-kathon”, neologismo compuesto por las palabras “hack” + “marathon”. “Es ‘hacker’ en el sentido originario del término: no el que comete delitos informáticos sino el que es capaz de desarmar y transformar para re-solver una tarea compleja”, aclara el progra-mador Ernesto Mislej. “Posiblemente un intendente lo entienda como robo, pero por eso enfatizamos el hecho de que hablamos de datos ya públicos”, completa Aristarán.

Los cuatro “tracks” o temas propuestos para trabajar en el “Hackathon…” fue-ron madurando y compartiéndose desde un Google Group. Como hormigas, cada programador asumió una tarea, que luego sería expuesta en el evento y ensamblada con su correspondiente track.

Ya en la UdeSA, los programadores inter-cambiaron sus “hazañas” creativas para cumplir con la consigna en la que de-cidieron colaborar. Fueron dos días de compartir saberes, de revivir el “paradigma colaborativo” tan pregonado en el mundo tecnológico (y tan poco practicado en el mundo político). Cuadros, grafos, mapeos, facetados, relaciones y patrones o nodos inferidos y enriquecidos con información contextual, líneas multidireccionales; mez-clados con teorías políticas como la ratio-nal choice, el neoinstitucionalismo o sobre la burocracia. Todo parece complicado. Sin embargo, el objetivo central siempre es ha-cer sencillo y accesible el dato público.

GarageLab no está solo en este empren-dimiento. El gobierno de Barack Obama (Estados Unidos) también viene impul-sando actividades de “gobierno abierto”. En el Reino Unido, la iniciativa Data.gov.uk, por ejemplo, utiliza el programa uruguayo Scrapy para scrapear los propios sitios gubernamentales. Y también el go-bierno de Euskadi (País Vasco) propició varios concursos y hackathones.

Programas a la obra

-¿Y vos no vendés estos programitas que inventás? -le preguntó este cronis-ta a Ariel “Futo” Futoransky, programa-

dor, de 28 años.

-Yo vendo los programas que tengo que vender. Pero… Si me la paso hablando de “gobierno abierto”, bueno, acá estoy: para aportar lo que sé.

El segundo día, Aristarán presentó los re-sultados parciales del track 1: “Municipios: herramientas de análisis y visualización del gasto público”. Y planteó de lleno la cuestión de la transparencia en la gestión pública. “Todavía nos queda abierto el pro-blema de crear un buen incentivo para que los gobernantes abran sus datos públicos”.

Aristarán es el creador de Gasto Público Bahiense GPB2, un proyecto de visualiza-ción de datos públicos3 que no depende del municipio de Bahía Blanca. Su intención es que esto se propague. Por eso no esconde sus “trucos” y comparte sus herramientas: “Las aplicaciones que utilicé son Python, Django Project, Postgresql. Y el sistema de extracción de datos, por el que me han escuchado militar tanto, es Scrapy. Úsenlo. Funciona y está creciendo un montón”.

Durante el Hackathon, Aristarán sociali-zó su modelo con su colega “Gera” y, en-tre ambos, lo aplicaron a los municipios de General Pueyrredón y de Morón. Los resultados finales y las ventajas que con-llevan serán expuestos y debatidos en el Foro de Gobierno Electrónico a realizar-se el 5 de noviembre próximo en UdeSA, que tendrá el apoyo de Poder Ciudadano.

El segundo tema fue: “Geolocalización de Documentos y Trazabilidad / Mapeo del Gasto Público”, vinculado a datos sobre la contaminación del Riachuelo y a la pági-na del organismo4 creado a partir del fallo “Mendoza” de la Corte Suprema: la Auto-ridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo.

El arquitecto Pío Torroja, coordinador del track, señala: “El prototipo que es-tamos desarrollando posibilitaría: 1- Un principio de estructuración de la infor-mación dispersa y acceso rápido a ella. 2- Múltiples niveles de usuarios (oficiales y organizaciones sociales). 3- Georefe-renciación de documentos: un mapa que actúa como un ‘paisaje de documentos’ de

la cuenca. 4- Una propuesta de formato para que la futura incorporación de in-formación vaya conformando un sistema integrado”. Cada uno de los puntos res-ponde a requisitos del juez de Quilmes Luis Armella que instruye la causa.

Los otros dos temas desarrollados fueron: “Poder Legislativo: API de la Cámara de Diputados, Text Mining de Proyectos de Ley, Congreso Interactivo” y “Poder Eje-cutivo: Análisis y Visualización de Au-diencias Públicas y Gestión de Intereses”.

“El Hackathon rompe con el prejuicio de pensar que los ‘informáticos’ no tienen interés en lo público, y que los ‘cientistas sociales’ no manejamos ejes que impliquen lógicas matemáticas, números o gráficos”, opina Gabriela Pérez, una de las politó-logas que colaboró con esta experiencia. “Demostramos que se pueden gestar proyectos interesantísimos en muy poco tiempo y con un costo bajísimo”, reflexio-na Aristarán. “Hay mucho por hacer y es bueno haber encendido la chispa”, remata, entusiasmado. Pero GarageLab no para y va por más: un nuevo proyecto en desarro-llo abordará la “ejecución del Presupuesto Público Nacional en tiempo real”.

Al final de la segunda jornada, Pando tui-teó algunos de los resultados parciales del Hackathon. La respuesta no tardó en lle-gar. “Acá un subsecretario de la provincia de Buenos Aires me dice: ‘esos datos no son oficiales’”, interrumpió a un expositor. Desde el otro rincón de la sala se escuchó: “Decile que publique él los datos, enton-ces”. Ése es el espíritu de un hackathon de datos públicos. 5

fuenteRedUseRs. publicado el 2 de noviembre de 2010. http://www.redusers.com/noticias/primer-%e2%80%9chackathon%e2%80%9d-de-datos-publicos-y-gobierno-abierto-en-argentina/

referencias1http://garagelab.tumblr.com/2http://gastopublicobahiense.org/3http://www.redusers.com/noticias/un-bahiense-creo-una-herramienta-para-controlar-el-gasto-publico-de-su-ciudad/4http://www.acumar.gov.ar/

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nUestRo pRimeR haCkaton

Graciela CaldeiroDocente del Diploma Superior en Educación y Nuevas Tecnologías del

PENT) , Ariel Merpert (Dinamización en redes sociales del PENT) y Valeria Odetti (Gestión de contenidos y docente del Diploma Superior del PENT.

Artículo publicado originalmente en pent.org.ar

Es posible que al escuchar la palabra “hackaton” nos imaginemos una reunión de nerds, armados hasta los dientes con compu-tadoras con parte de su hardware al desnudo, enredados entre cables de todo tipo, que conversan en una jerga incomprensible para los profanos. En síntesis, una elite de deportistas de la pro-gramación que se aglutinan para trabajar con música electrónica como ruido de fondo, mientras comparten, discuten, compiten… dejando afuera a todos y a todo.

Por eso, cuando surgió la invitación al segundo BAHackaton1, que afirmaba tener por objetivo la participación ciudadana para resolver problemas puntuales de la ciudad, nos pareció la opor-tunidad ideal para conocer de cerca este tipo de experiencias de trabajo colaborativo. El encuentro se definía esta vez con un perfil abierto, porque no sólo convocaba a desarrolladores sino también a ONG, especialistas en diferentes áreas y, simplemen-te, ciudadanos con inquietudes y vocación de participar. No po-díamos quedar afuera de esta posibilidad de comprometernos con las problemáticas educativas de nuestra ciudad y participar de esta enriquecedora usina de ideas. Hasta allá llegamos, repre-sentando al PENT, Valeria Odetti2, Ariel Merpert3 y Graciela Caldeiro4 con muchas expectativas de conocer el formato de tra-bajo y pensarlo como dispositivo didáctico.

Uno de los afiches de líneas de acción

[ ]HacKatonGcba

ba

El hackaton como espacio de aprendizaje

Cuando llegamos nos encontramos con una sala amplia llena de mesas de trabajo. Durante la apertura del evento, los organizadores preguntaron quiénes traían problemas concretos que querían trabajar en ese espacio. Se presen-taron veintiséis problemas diferentes vinculados a proble-máticas tales como educación, movilidad sustentable, par-ticipación ciudadana, transparencia de la gestión pública y accesibilidad.

Cada una de esas personas, o grupos de personas, se fueron ubicando en las mesas de trabajo y el resto de los participan-tes comenzamos a unirnos a ellos en torno a los temas que nos habían interesado.

Durante los siguientes dos días cada grupo fue discutiendo vías de acción, aportando ideas, desarrollando prototipos tanto en las compus como en papel. (¡Nosotros juntamos cinco afi-ches llenos de líneas de acción!). Finalmente, al atardecer del domingo, dieciséis proyectos se presentaron en estados más o menos avanzados, propuestas para soluciones concretas a los problemas presentados el sábado.

Niños, jóvenes y adultos en las mesas de trabajo

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Escuelas Verdes: nuestra experiencia

Nosotros nos sumamos a una propuesta del Programa Escuelas Verdes del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los representantes del programa plantearon que comenzaban a notar que, por más acciones que desarrollaran con los directivos y docentes de las escuelas, no se percibían cam-bios culturales en los chicos en relación con la sustentabilidad. Entonces habían pensado trabajar a partir de una plataforma lúdica, con un juego de simulación en el que los alumnos debían construir una ciudad sustentable.

La idea que la gente del programa tenía era encontrar desarro-lladores que se sumaran al proyecto y los ayudaran a intervenir una plataforma ya existente llamada Minecraft, o bien a encon-trar otra plataforma que pudieran usar.

Tenían interés en utilizar un juego que ya estuviera instalado previamente entre los chicos de nivel primario, y darle una di-rección educativa. Nos pareció interesante el desafío de pensar cómo articular este juego con una actividad para hacer con los docentes. En este sentido, comenzamos a desarrollar algunas ideas con Celeste Piñera, la coordinadora del programa.

Durante esas primeras horas fueron pasando por nuestra mesa varios desarrolladores, pero ninguno conocía esa plataforma ni otros juegos que pudieran servir. Hasta que encontramos a al-guien que sí estaba al tanto: Álvaro, de 11 años. Nos explicó la lógica del juego y las posibilidades de modificación del mismo.

Entonces surgió la primera idea: para saber qué cosas les intere-san a los chicos, la forma en que están jugando y pensando estra-tegias de solución de problemas y -en relación con eso- pensar políticas públicas que los tengan como destinatarios, ¡hagamos un hackaton para chicos! La idea generó entusiasmo inmediato. Al final del día teníamos diseñado un dispositivo, de grupo focal primero, para probar la dinámica, y un hackaton después.

Pero queríamos más, nos parecía que nos faltaba algo. Además, investigando con nuestros hijos de entre 11 y 15 años, nos dimos cuenta de que el tema no era tan simple y accesible: que mientras unos querían destruir cosas, otros querían tener avatares, otros cumplir misiones, etc. Además la plataforma que se había pro-puesto originalmente era propietaria y, en consecuencia, no era éticamente viable utilizarla. La idea del hackaton para chicos era cada vez más necesaria.

El domingo a la mañana comenzamos compartiendo, entre los miembros del PENT(esta vez se nos sumaron integrantes de nuestras familias: Sissí, Valentina y Luis) y los representantes de escuelas verdes y de Gobierno Abierto (organizadores del hac-katon) los problemas que encontramos en relación a la disponi-bilidad del código fuente de Minicraft, lo que nos llevó a pensar en otras alternativas de código abierto… hasta que de la lluvia de ideas surgió una pregunta que nos condujo nuevamente al

problema inicial: ¿por qué pensar sólo en un juego de simulación como una posibilidad lúdica? Involucrar a los chicos en las pro-blemáticas ambientales era algo que debía tener impacto en el mundo real y no solo en un entorno virtual y simulado. Enton-ces, colocamos sobre la mesa un nuevo afiche y -marcadores en mano- comenzamos a pensar en otra línea de trabajo.

Supimos que Escuelas Verdes es un programa que, entre otros proyectos, aspira a entregar a las escuelas una certificación de “Escuela Verde”. Esta certificación se obtiene mediante el cum-plimiento, por parte de la escuela, de una serie de pasos que la institución debe consignar ante el Ministerio. Pero ¿que una es-cuela sea verde implica que los chicos realicen acciones concretas para ello?, ¿y eso logra modificar conductas en sus casas y en sus barrios? ¡Ahí estaba la clave! Teníamos que lograr que esa certificación tuviese dos partes: la primera, realizada institucio-nalmente por la escuela, y la segunda, el reporte de actividades concretas realizadas por los chicos en favor de un medio am-biente sustentable. ¡Habíamos encontrado la clave!

El resto del día lo dedicamos a diseñar una suerte de red social lúdica en la cual, a través de misiones especiales relacionadas con diferentes problemáticas ambientales de la ciudad (basura, energía y movilidad, en principio), los chicos tenían que registrar -mediante fotos, videos o textos breves- una acción que diera cuenta de: 1. Algo que hicieron. 2. Algo que no pudieron resol-ver. 3. Una nueva idea respecto al tema.

Estos reportes estarán asociados por escuela y nos permiti-rán ir mapeando las acciones sustentables de los chicos de la ciudad. Las misiones son acumulativas, es decir que, para recibir una nueva misión, hay que haber completado todos los niveles de las misiones anteriores. Cada nueva misión tiene un mayor número de niveles y una mayor complejidad en su realización.

Una aclaración importante: no habrá datos públicos de los chi-cos, sus usuarios serán de fantasía y el acceso a la red lo otorgará cada escuela.

De manera privada, esta red ofrecerá al Programa Escuelas Ver-des información para ir adaptando las diferentes líneas de su programa, detectando cuáles son las dudas que los chicos van registrando, o los lugares donde hace falta reforzar un programa o generar nuevos.

Esperamos que la vehiculización del proyecto sea posible, pero lo más valioso de esto fue, como siempre, el proceso vivido. Fue-ron dos jornadas de intenso trabajo en las que creamos, discuti-mos, establecimos contactos con gente interesante, nos reímos y, especialmente, aprendimos.

Para conocer todos los proyectos que se desarrollaron: http://digital.buenosaires.gob.ar/ba-hackaton-2013-todos-los-pro-yectos/

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Poyectos en hashtags

Lo que aprendimos sobre el funcionamiento del hackaton (apuntes personales)

¿Por qué alguien se interesa en formar parte de un evento de estas características? Podemos especular con la idea de que las motiva-ciones son diversas. Desde el punto de vista de los desarrolladores, la posibilidad de alcanzar visibilidad a través del diseño de una app atractiva es, sin duda, una razón potente para sumarse. Otros actores acuden por intereses menos específicos, pero quizá con un común denominador: encontrarse con otros que lo ayuden a resolver el problema que los convoca. De esta forma, la dinámica de trabajo se estructura sobre la búsqueda de soluciones reales a problemas reales. Una de las preguntas más recurrentes durante todo nuestro proceso de trabajo fue: “¿es esto posible?”. Vale aclarar que esta pre-gunta sobre la factibilidad de realización no se restringía tan solo a la dimensión técnica, sino que incluía también aspectos vinculados a la implementación administrativa, los recursos disponibles y hasta las decisiones políticas y pedagógicas.

Es interesante observar que el espacio de trabajo es explícitamen-te horizontal. Algunos saben más que otros, pero casi nadie -ni siquiera los organizadores- conocen el destino final. Y es en este aparente caos en donde se da un trabajo interdisciplinario en el que intervienen especialistas de las más diversas ramas sin más filtro que una presentación profesional en-una-sola-palabra, an-clada en el nombre de pila y colgando de una credencial: educa-dores, ingenieros, politólogos, artistas, ecologistas, programadores y activistas cívicos, discuten sobre ideas y posibilidades, ajustando vocabulario técnico, explicando lo que necesitan y lo que pueden dar. Negociando posibilidades y construyendo soluciones. Todos tienen algo que decir. Todos tienen algo que escuchar.

En los ambientes educativos es un lugar bastante común hablar del enriquecimiento propio de los contextos de intercambio entre profesionales de diversas disciplinas. En este sentido, parece que la experiencia no sería algo especialmente diferente. Sin embargo, el marco distendido de trabajo, en donde no existen jerarquías ni estructuras formales que den algún otro rigor al intercambio que el respeto más elemental de los buenos modales, permite un acer-camiento más básico en donde aprendemos la jerga del otro que, para explicar lo que pensó, transparenta su secuencia de ideas y sus argumentos, sin lo cual sería muy difícil comprendernos y alcanzar

un marco común para avanzar en la discusión. Aprendemos nuevas palabras, otras lógicas, formas diferentes de establecer prioridades. Y si bien de pronto sentimos que el enfoque parece invertir todo su orden, no perdemos de vista que perseguimos el mismo objetivo: resolver el problema.

La solución del problema, en el marco de un hackaton, se orienta al diseño de un producto (una app, una página web) o al menos, de su maqueta, el prototipo. Sin embargo, es justamente esta “presión” por obtener un producto final lo que nutre aceleradamente el proceso de trabajo y lo hace más rico en la búsqueda de alternativas y variantes.

El hackaton impone una ambiente festivo, de celebración creativa y trabajo compulsivo. Es interesante observar lo rápido que fluyeron la gran cantidad de horas dedicadas al trabajo y los escasos que fueron los momentos en que nos “dispersamos” de la meta. Cada uno marca sus tiempos que, a su vez, configuran los tiempos de todos. Los gru-pos se arman, se desarman, se amplían, se concentran y se vuelven a organizar. Explicamos muchas veces lo que buscamos, y en cada explicación, comprendemos mejor nuestro problema. El escenario merece traer al ruedo algunas preguntas sobre el diseño de activi-dades autogestionadas. No se pautan recreos, ni siquiera momentos para comer. Todo forma parte de un continuum productivo ¿Es este esquema de libertad y flexibil1idad extrapolable a otros contextos? En el hackaton todo sucede al mismo tiempo, simultáneamente. Las ideas fluyen, se cuestionan, se retoman, se registran, se ejecutan. Cuando la motivación es muy fuerte, los participantes no parecen tener registro del cansancio hasta que los límites físicos se imponen.

Finalmente, en el momento de la puesta en común, el énfasis sobre la capacidad de síntesis para describir los logros es inflexible. Cinco minutos, ni uno adicional. Y así sucede. Es interesante ver qué han hecho los demás, a dónde llegaron, pero para que esto sea posible es importante poder expresarlo con brevedad. Llevamos dos días de trabajo intenso y el cansancio empieza a sentirse. Algunos proyec-tos están más avanzados que otros. Algunos parecen prometedores. Los trabajos presentados despiertan entusiasmos dispares.

En cualquier caso, el producto final no siempre será una aplica-ción terminada… sino un hito importante en su proceso. Como nos decía un organizador: “Si no estás un poco avergonzado de lo que estás presentando, es porque lo estás presentando demasiado tarde”. En efecto, lo mejor es lo que aún tenemos por hacer. Y además, nosotros, como pedagogos, nos llevamos a casa toda la adrenalina de esta celebración del aprender junto a otros. 5

fuente y referencias: pent proyecto educación y nuevas tecnologías. publicado en mayo 2013. http://www.pent.org.ar/publicaciones/nuestro-primer-hackaton

1http://www.lanacion.com.ar/1580381-haran-una-hackaton-para-promover-alternativas-a-los-problemas-portenos2http://www.pent.org.ar/comunidad/valeria-odetti3http://www.pent.org.ar/comunidad/ariel-merpert4http://www.pent.org.ar/comunidad/graciela-paula-caldeiro

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Entre el 1ro de diciembre y el 13 de septiembre hay algo así como 40 semanas. Lo mismo que en un embarazo. Ese fue el tiempo entre la gestación

y el nacimiento de la aplicación donde.huesped.org.ar que desarrollamos desde Fundación Huésped1 que permite encon-trar los lugares gratuitos de testeo y retiro de preservativos de todo el país.

Ese 1ro de diciembre, además Día Mundial del Sida, se llevó a cabo la hackaton DAL (Desarrollando América Latina)2, organi-zada entre otros por Wingu3, adonde lleva-mos nuestra idea de una aplicación como la que hoy (casi) tenemos. Para entonces con-tábamos con un largo PDF producido por la Dirección Nacional de SIDA del Minis-terio de Salud de la Nación4 que contiene toda esta información de forma estática. El desafío, entonces, era generar un “algo” que fácilmente permitiera localizar el centro de testeo o retiro de forros más cercano.

Allí fuimos junto a Marcelo Lo Guzzo (@chelologu), CM de la Fundación, a presen-tar nuestra idea. Para las 11 de la mañana ya estábamos para irnos, sin programadores, sin equipo y, claro, sin aplicación. Pero el destino nos cruzó con Rudi Borrmann (@donrudi), Director General de Gobierno Abierto de GCBA5, a quien le comentamos la idea y, para la noche del domingo (el hac-katon duró sábado y domingo) me mandó un mail con una URL y un prototipo de la app “Tómalo y Úsalo” desarrollada por Da-vid Galavotti (@pixelbeat), Dan Zajdband (@dzajdband), Mar Canet (@mcanet), Natalia Sampietro (@nasampietro), Matías Saguir (@mativs),Carlos Wydler (@kongo-

board), Dafna Nudelman (@dafnu), Este-ban Bianchi (@estebanbianchi), y de la que también participó la Coordinación SIDA del Ministerio de Salud del GCBA.

El desafío pasaba entonces por tener los datos en un formato “parceable”, es decir, en algún sistema tipo planilla de cálculo para que la app pueda levantar la infor-mación. Allí salimos a la comunidad bus-cando voluntarios que nos ayuden a pasar los datos desde el PDF al Excel. Luego de este post6 en nuestra web y en redes sociales, se sumaron 20 personas.

A partir de allí, en estos nueve meses es-tuvimos trabajando junto a los equipos de Gobierno Abierto (GCBA) y Gobierno Electrónico (GCBA) y Joaquín Magne-res (@joacomagneres) de Cymait, desa-rrolladores con los que trabajamos des-de Fundación Huésped, buscando hacer funcional y simple la aplicación.

Hoy, 9 meses después, presentamos la ver-sión 1.0 de esta app. Sabemos que tiene errores de localización, que hay sitios que ya no entregan preservativos, que faltará información de otros. Por eso los invitamos a que la sigamos creando juntos, sugirien-

do sitios que falten y marcando aquellos que tengan información errónea. Para el 1 de diciembre esperamos tener la versión “empaquetada” para bajar como aplicación gratuita de Google Play y del App Store.

Muchas gracias a todos los que lo hicieron posible. A partir de ahora, buscar dónde hacerse gratuitamente la prueba de VIH o dónde buscar preservativos es más fácil.PD: Para los nerds, la descripción técnica está en https://github.com/fundhuesped/tomalo-y-usaloPD2: Esta aplicación no hubiera sido posible sin toda la gente mencionada además de otros tantos cuyos nombres no aparecen. Como lo mío fue seguir el proceso de manera general, quiero desta-car especialmente a Gonzalo Iglesias (@gonzaloiglesias) y Martín Alalu (@marti-nalalu) de GCBA Data que sufrieron mi ansiedad por terminar esta versión 1.0.PD3: Ahora que la app es app, no quiero ol-vidar que con quienes primero hablamos de esto (hace casi dos años!) fue con Gaston Roi-tberg (@grmadryn), Momi Peralta (@momi-peralta) y Mariano Blejman (@blejman) en una reunión en el Diario La Nación. 5

fuente blog leandro cahn. publicado el 13 de sep-tiembre de 2013. http://leandrocahn.tumblr.com/post/61112558063/app

referencias1http://www.huesped.org.ar/2http://2012.desarrollandoamerica.org/3http://www.winguweb.org/4http://www.msal.gov.ar/sida/5http://data.buenosaires.gob.ar/6http://www.huesped.org.ar/v20-tomalo-y-usalo/

HistoRia de Una aplicación

Leandro CahnDirector de Comunicación y Desarrollo de Recursos de Fundación Huésped @fundhuesped y de la Iniciativa de Medios Latinoamericanos sobre el SIDA

(IMLAS) @pasion_org. Artículo publicado originalmente en el Blog de Leandro Cahn.

dal[ ]desaRRollándo améRica latina

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Se lanzó Qué pasa Bahía Blanca (QPBA) http://quepasabahiablanca.gov.ar/, que permite acceder de manera sencilla a los datos de las mediciones ambientales pro-vistos por los sensores del municipio de esa ciudad. También están disponibles los datos de las empresas monitoreadas por el Comité Técnico Ejecutivo.

Qué Pasa Bahía Blanca (QPBB) es una nueva plataforma de monitoreo ambien-tal que amplía la red de Gobierno Abier-to y brinda la apertura de datos en torno a las mediciones del Polo Petroquímico, establecimientos industriales y sistemas de tratamiento de efluentes cloacales ur-banos cuyo destino final es la ría de Ba-hía Blanca. “Nos sentimos orgullosos de haber formado parte en este desarrollo y de brindar a la población una herra-mienta más para la libre circulación de los datos”, afirmó Adrián Frappichini, integrante de Unixono.

En QPBB se pueden ver todas las me-diciones históricas y en tiempo real de calidad del aire que respiramos, efluentes líquidos, nivel de ruidos de origen indus-trial, así como información general de las diferentes industrias y empresas. “La par-

QUé pasa baHía blancaArtículo publicado originalmente en Fact[TIC]

[ ]baHíablanca

te más desafiante del proyecto fue la tarea de coordinación de los distintos actores en la generación y validación de los da-tos ambientales aportados por el Comité Técnico Ejecutivo (CTE)1, la puesta en formato abierto para el acceso al público. Hay que recordar que este proyecto sur-ge de la mano de GarageLab en el marco de la primera hackaton organizada por el gobierno abierto de Bahía Blanca2 y que posteriormente llevamos a cabo por una cuestión geográfica”, explicó Nicolás Pace, integrante de Unixono que trabajó en la coordinación de las tareas, la obtención de los datos y en el mismo desarrollo.

Cada dato que se ve en QPBB, está es-trictamente monitoreado por el Comité Técnico Ejecutivo del Municipio encar-gado del control ambiental en colabora-ción con la Universidad Nacional del Sur, la Universidad Tecnológica Nacional e institutos especializados como el Institu-to Argentino de Oceanografía (IADO). Este desarrollo conjunto de Unixono, cooperativa integrante de Facttic, junto a GarageLab, permitirá un mayor con-trol por parte de la ciudadanía y la po-sibilidad de utilizarlos por estudiantes y graduados de las universidades.

“Lo que más nos gusto del proyecto es la posibilidad de trabajar en los primeros pasos que se dan en Bahía Blanca ha-cia el movimiento de apertura de datos3 que le permite al ciudadano acceder a la información de manera sencilla, pero a su vez significativa para el mismo. Esta información al estar disponible desde formatos estándares y accesible también mediante gráficos, permite que tanto el investigador que requiera datos, como el ciudadano común pueda hacer uso de los mismos”, contó Gabriel Her-nandez, que también se involucró en la coordinación de tareas y obtención de los datos.

Gracias a la apertura de estas mediciones tanto el Municipio como otros bahien-ses podrán crear estadísticas, software o aplicaciones móviles que informen sobre la contaminación sonora de la ciudad o la calidad del aire que todos respiramos. Así Gobierno Abierto y Qué Pasa Bahía Blanca hacen la vida más segura y más sustentable. 5

fuente fact[tic] publicado el 26 de septiembre de 2013. http://www.facttic.org.ar/noticias/qu-pasa-bah-blanca-un-desarrollo-de-unixono#sthash.bW-niaxfp.dpuf

la federación argentina de cooperativas de tra-bajo de tecnología, innovación y conocimiento (facttic) es un espacio para que las coopera-tivas de trabajo del sector intercambien y cons-truyan en conjunto. el objetivo principal de la federación es ser un espacio de fortalecimiento de sus miembros y de difusión de esta forma de entender el trabajo y las tecnologías.

referencias1 http://bahiablanca.gov.ar/cte/ 2http://gabierto.bahiablanca.gov.ar/1er-hacka-thon-municipalidad-de-bahia-blanca/3http://es.wikipedia.org/wiki/datos_abiertos

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#haCkatonmdQ / maR del plata, Una ciUdad más inteliGente.

Lolo SchauerFundador de SUMA Conectivo.

Artículo publicado originalmente en el Blog de SUMA Conectivo.

Una hackaton es una maratón de trabajo colaborativo y recreativo donde partici-pan, en su mayoría, programadores y dise-ñadores. Se presentan ideas, se trabaja en equipos y de forma explosiva, en menos de 48 horas, se termina un producto. En esta última edición, tuvimos una consigna desa-fiante e inspiradora: intercambiar experien-cias y conocimientos, explorar alternativas creativas a problemas colectivos y cocrear soluciones capaces de transformar Mar del Plata en una ciudad mejor. 48 horas, non stop. Como la temática tenía mucho que ver con la innovación cívica y democrática, participaron también periodistas, aboga-dos, investigadores, estudiantes, miembros de ONGs y muchos ciudadanos con ideas y ganas de tirar para adelante. También re-cibimos la visita y colaboración de muchos miembros de la Municipalidad.

El puntapié inicial, el viernes 12 de Julio a las 19:00 horas, lo dieron Lolo Schauer, fundador de SUMA Conectivo y organi-zador del evento, junto a Rudi Borrmann y Daniel Abadie, Directores de Gobierno Abierto y Gobierno Electrónico de la Ciu-dad de Buenos Aires y coorganizadores del exitoso BAhackaton, hace unos meses atrás. Acto seguido, los participantes pre-sentaron algunas de las ideas, para luego formar libre, espontánea y orgánicamente

[ ]delplata

maR

los diferentes equipos, según los intereses y conocimientos de los participantes. Tam-bién mantuvimos contacto con República Checa, Chile y Bahía Blanca, para recibir feedback de otros países y regiones.

El evento fue una iniciativa 100% priva-da, de entrada libre y gratuita, que salió desde adentro de SUMA Conectivo, de un deseo y necesidad de los propios su-mistas. Recibimos el apoyo incondicio-nal de dos grandes expertos en el tema Gobierno Abierto y Electrónico. Rudi y Daniel viajaron exclusivamente desde Buenos Aires y se pusieron el hackaton al hombro: asistieron a todos los grupos con su experiencia, facilitaron teléfonos y contactos de personas que podían sumar, mantuvieron un clima de optimismo y buena onda en todo momento, práctica-mente no durmieron. También recibimos el apoyo de empresas de software de Mar del Plata y Tandil para poder cubrir los gastos del evento. Hubo cerveza, media-lunas, café, mate y hasta un pernil.

Teníamos dos objetivos con este hacka-ton. Uno de corto plazo, en realidad, casi instantáneo, de 48 horas, que era terminar productos tecnológicos para solucionar problemas y necesidades de la ciudad. Era disfrutar de una jornada de aprendizaje,

trabajo y colaboración. Lo logramos. Más de 120 personas presentes en el kickoff. 8 productos terminados y decenas de ideas por desarrollar. Al final de la jornada, casi 600 personas de todo el mundo siguiendo la presentación en vivo de los proyectos. Fue un éxito.

El segundo objetivo era aportar un grano de arena más a la construcción de un eco-sistema de emprendedores tecnológicos. Un ecosistema donde se compartan valo-res, fundamentalmente la colaboración y la apertura. Un objetivo de mediano plazo sobre el cual venimos trabajando hace más de un año con SUMA Conectivo. Y tam-bién fue un éxito. El hackatonMDQ nos permitó conocer a dos grandes personas dispuestas a seguir apoyando esta iniciati-va desde Buenos Aires. Tuvimos nuestros primeros contactos con la Municipalidad de Mar del Plata. Y también con Barce-lona. Queda mucho por recorrer. Estamos seguros de que “algo pasará”.

Un resumen de los proyectos termina-dos en el #hackatonMDQPersonas sin techo: Es una herramienta multiplataforma creada para unir perso-nas que quieren ayudar con personas que necesitan ayuda. La idea es brindarles herramientas a organismos municipales y fundaciones para coordinar e informati-zar la entrega de ayuda.

Ojos mágicos: Aplicación de bajo costo y código abierto, para detectar el movi-miento de los ojos y permitir a personas con parálisis poder comunicarse. Para pc y tablets, con generación de texto predicti-vo, interactuar con Siri y enviar SMS. Solo funciona con la webcam de la notebook.

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Marcos Jesus VivarAuxiliar de Investigación Alumno Universidad Fasta.

Artículo publicado originalmente en la Cátedra Abierta de Innovación y Emprendedorismo de la Facultad de Ingeniería - Universidad Fasta.

Felicimap: Lograr identificar en un mapa los momentos de felicidad de los marpla-tenses y turistas. Se clasifica o taggea el “tipo” de felicidad para poder hacer un mejor uso del mapa. Funciona con geo-localización vía gps o marcando manual-mente en el mapa.

Parker: Es una app mobile que te permite interactuar con el sistema de estacionamiento medido de Mar del Plata de una forma simple. Un solo tap. Originalmente el proyecto era in-dependiente y no requería integración a ningún sistema vigente. El Municipio desarrolló una api y actualmente están trabajando juntos.

Transparencia municipal: Digitaliza-ción de los boletines oficiales para gene-rar estadísticas e informes. En una base de datos accesible y amigable. Parseo e interpetación de los pdf publicados.

Hipo: Te dice que es lo que podés ha-cer hoy para empezar el día, y nada más. Compartís tus actividades y además podés visualizar lo que otros están haciendo.

Desde Mar del Plata: Resolver a partir de un isologo, una declaración y platafor-ma, la falta de una cultura y una marca común que nos haga sentir orgullosos de la producción y logros generados “Desde Mar del Plata” por nativos y residentes.

Un punto que muestre al mundo la pro-ducción local (pasada, presente y en pro-yección).

Prueba de resistencia: Herramienta que permite visualizar lo que vota un concejal en el HCD y lo que realmente le dijo a la prensa antes o después de la votación. A ver quien resiste el archivo. 5

fuente blog de sUma conectivo. publicado el 15 de julio de 2013.http://sumaconectivo.com/hackatonmdq-mar-del-plata-una-ciudad-mas-inteligentehttp://sumaconectivo.com/los-proyectos-del-hackatonmdq-12-13-y-14-julio

Es 10 de Octubre de 2013 y son las 17:50, mi colectivo, para el cuál no tenía el pasaje retirado de la boletería, salía a las 18:15 desde Mar del Plata para llegar a Retiro a las 23:30 para luego tomar otro colec-

haCkathon litoRal 2013[ ]litoRal

tivo a las 00:30 desde Retiro para llegar a Santa Fé Capital. Habiendo trabajado gran parte del día en la organización de la Hackathon Litoral 2013, no tenía las cosas listas para viajar y estoy seguro que

no voy a lograr llegar a tiempo a mi trans-porte quedándome sin participar de tan mágico evento. Siempre a las corridas.

Volvemos en el tiempo, es 14 de Sep-tiembre de 2013 y después de participar de varias Hackathones en el transcurso de los años con Martín Nahuel Rabaglia, Lucas Rudi y Franco Rabaglia se generó la inquietud de armar una propia.

La temática estaba definida, es muy concreta y actual: “Gobierno Abierto” pero surgieron muchas preguntas, como:

Fila 1: Maximiliano Sosa, Alexis Charytonow, Germán Quiroz, Ramiro Flappo, Pablo Abou Adal, Facundo Droz. Fila 2: Martín Nahuel Rabaglia, Nicolás Farias, Franco Rabaglia, Marcos Vivar, Lucas Rudi, Gastón Martín

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¿Dónde la hacemos que no sea Buenos Aires, Tandil o Mar del Plata? ¿A quiénes invitamos? ¿Cómo nos acercamos a la co-munidad? ¿Querrá participar el gobierno? ¿Querrán participar las empresas locales? ¿Cómo conseguimos sponsors para el evento? Y cada media hora seguían apa-reciendo nuevos interrogantes y más pre-ocupaciones y menos certezas de que lo íbamos a poder llevar adelante.

Cómo Franco estudia en Santa Fé capital, y nunca se había armado ninguna Hacka-thon en el Litoral, la pregunta de “¿Dón-de la hacemos?” estaba resuelta, la íbamos a hacer en alguna ciudad importante del Litoral: Paraná o Santa Fé. Santa Fé fue la decisión del equipo. Entonces dijimos de organizarnos y empezar a anotar todas las cosas que faltaban, que necesitábamos y también aquellas que uno creía poder encarar o resolver. Comenzamos a armar una pizarra de Trello.com con todas las tareas que creíamos convenientes de rea-lizar para la organización del evento, mu-chas más de las que yo había estimado.

Poco a poco fuimos resolviendo varias de las preguntas, contactando por Twitter y después por mail a la gente del Santa Fe Valley para solicitar sponsoring del evento, conseguimos que la Universidad Nacional del Litoral (UNL), más espe-cíficamente la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la mano de Gastón Martín, nos facilitará el lu-gar físico e infraestructura para reali-zarla, pero no logramos llamar el inte-rés de las empresas locales aunque ya contábamos con el apoyo y patrocinio del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fé.

Aún así quedaban muchas tareas para resolver, por ejemplo: conseguir precios de catering, stickers y remeras, registrar el dominio, armar el website, armar el HackDash con las propuestas de proble-máticas a resolver en el evento, armar la cuenta de Twitter, Facebook, Tumblr, ar-mar el keynote para el kick-off, armar la gráfica para la difusión, conseguir zapa-tillas, escritorios y sillas cómodas, armar la topología de red y conseguir switches y routers, muchos etcéteras más.

Fast-forward con los detalles de la orga-nización y es 11 de Octubre de 2013, esta-mos en la FICH de la UNL y tenemos el HackDash, el website, la cuenta de Twit-ter, Facebook, Tumblr andando, la key-note lista, la gráfica resuelta, termos para mates, zapatillas cada dos computadoras, la red levantada con varios access points, el catering listo, stickers para repartir, cintas para las muñecas del brazo etique-tadas alfanuméricamente para identificar personas y stickers númericos que se em-pareja con la persona y cada dispositivo electrónico que ingresó al evento.

Con la gente adentro del Aula Magna de la FICH, hacemos el kick-off con unos veinticinco presentes que iban desde un abogado, varios informáticos, una comunicadora social, varios diseña-dores gráficos, periodistas, empresarios y alumnos de la UNL.

Para ambientarlos con la metodología y estructura dinámica de una Hackathon hacemos un juego para que propongan problemas de la vida cotidiana en cinco minutos anotándolos en un afiche con fi-brones, segregados para que no sean todos grupos de informáticos. Después de rotar los grupos entre las distintas problemáti-cas, la solución propuesta por otro grupo no tardaría más de diez minutos sobre esos mismos afiches. La sorpresa del grupo al ver que se puede hacer algo cooperativo, armonioso, totalmente dinámico y con-creto en tan solo quince minutos disparó la chispa de empezar a resolver problemas y tirar ideas descabelladas y no tanto.

Luego de un coffee break para que la gen-te se relaje y auto-organice se armaron los grupos a partir de las ideas y problemas que surgieron del juego anterior y otros quedaron mirando y estudiando en qué les gustaría participar.

Manteniéndome al margen de las charlas informáticas apasionadas que se susci-tan respecto a qué librería de JQuery es mejor y por qué usar MySQL en vez de SQL Server, PostgreSQL o SQLite, tenía que volver con la difusión del evento en Twitter, Facebook y Tumblr y contestar las preguntas de los curiosos que no se

habían animado a asistir.

Con una cantidad de alrededor de quince proyectos propuestos para el evento era momento de dejar la computadora y par-ticipar de las conversaciones que se esta-ban llevando a cabo en el aula magna.

Estábamos dispuestos a terminar la jorna-da cuando nos dimos cuenta que la gente estaba muy enchufada con las charlas y en medio de las palabras que van y vienen, comenté que pertenecía al Hackspace Ma-tesLab, que fue colaborador del evento. In-mediatamente varios de los participantes se quedaron callados y querían saber que era un “hackspace”: luego de la definición sa-lió un nuevo proyecto para la hackathon, la creación de un hackspace local o regional.

Los días siguientes, Sábado y Domin-go, fueron de mucha actividad cerebral y social: mucha cooperación, colabora-ción entre todos los participantes para la concreción de los proyectos que se habían elegido para llevar a cabo.

Es el Domingo 13 de Octubre y son las 18:30, el resultado de la Hackathon Li-toral 2013 fue algo increíble, se empezó a gestar una comunidad de curiosos y apa-sionados por la tecnología y la ciencia. De ésta pasión salieron muchos proyectos:

1) El Feimman del Lenguaje: una aplicación del tipo bot de Twitter para responder y colaborar con la gente para que escriba gramaticalmente de forma correcta.

2) Hackspace Litoral: espacio de aprendizaje, diversión, educación, ex-perimentación creado por la comuni-dad inquieta del Litoral.

3) Carrera vs. Trabajo: plataforma de contenido web (videos y diapositivas) de clases para que las personas que trabajan y no pueden llegar a horario no se pierdan nada de ellas.

4) Gasto Público Santafesino: pro-puesta de transparencia de los gas-tos públicos para que los ciudadanos puedan seguir movimientos moneta-

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rios de la ciudad de Santa Fé como se hizo con Bahía Blanca y luego en Mar del Plata.

5) Missing Children API + Banners Solidarios: Hack de la información de Missing Children para tener una API que permite hacer cosas útiles para la difusión de casos de personas desaparecidas. La primer implemen-tación son los banners solidarios.

6) MeQuedéSinViajar: Plataforma que ayuda a volver seguro a toda la gente que se queda varada porque perdió un colectivo. La aplicación usa FB y Twitter para ayudar a unir gente que está varada con aquellos que tienen lugares disponibles en su vehículo. Por otro lado se va a gene-rar una base de información que le va a permitir a la ciudad y empresas de transporte mejorar el servicio.

Muchos proyectos quedaron afuera de la realización, porqué la gente sólo trabajó en aquellos que sentía que po-día llevar adelante en el corto lapso de tiempo que se disponía para la Hacka-

thon, dentro de los cuales los más im-portantes y votados fueron:

1) Prevención de la Trata de Perso-nas: plataforma de colaboración para responder a las siguientes incógnitas: Cómo detectar los anuncios engaño-sos? Cómo son los formatos de anun-cios? Cómo detectar si un anuncio es grave? Adónde acudir para la denun-cia efectiva? También crear centro de información de gente desaparecida y automatizar alertas en redes sociales.

2) La ventana – #TurismoLitoral + 3) #EstoSePone: Adónde vamos? Qué hay para hacer hoy en esta ciudad? Quiero ver lo más popular en la ciu-dad. Eventos del fin de semana. Es-fuerzo 0! Automágica!

4) Hack del sistema de Becas del centro de estudiantes de la FICH: optimizar el proceso y armar una pla-taforma web para informatizarlo.

5) Cómo podemos anticiparnos a las inundaciones?: mejorar el siste-ma de alertas de la región ante po-

sibles inundaciones.

Aunque llevó más trabajo y esfuerzo de lo que se tenía pensado, se logró lo que se esperaba: conocer personas inquietas, hacer amistades, lograr intercambio intelectual con gente comprometida con sus pasiones, comer un rico asado con unas cervezas bien frías, aprender, cooperar y participar con una comunidad emprendedora muy fuerte. 5

Website:http://hackatonlitoral.herokuapp.com/#/

Twitter:http://twitter.com/hackatonlitoral

Facebook:https://www.facebook.com/pages/Hac-katon-Litoral/645587395485085

Tumblr:http://tumblr.com/hackatonlitoral

fuente cátedra abierta de innovación y emprendedo-rismo de la facultad de ingeniería - Universidad fasta. publicado el 1 de noviembre del 2013 http://www.innovayemprende.net/?p=361

program.ar: foRos ReGionales, HacKatones ytalleRes edUcativos

Matías BrunoLicenciado Comunicación Social – Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).

Publicado originalmente en Política Comunicada

Los días 5 y 6 de junio de este año se llevó a cabo en la Univer-sidad Nacional de Quilmes, con una amplia convocatoria, el pri-mero de una serie de siete foros regionales que se van a producir en todo el país. Estos foros son iniciativa del Estado Nacional en forma conjunta con la Jefatura de Gabinete de Ministros, el portal Educ.ar del Ministerio de Educación, junto con la Fun-dación Sadosky del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innova-ción Productiva de la Nación y el Programa Conectar Igualdad.

El objetivo de Program.AR es acercar a los jóvenes al aprendizaje

[ ]program.aR

de las Ciencias de la Computación y concientizar a la sociedad en general sobre la importancia de conocer estos conceptos. Es-tos foros tienen como premisa discutir con toda la sociedad, de manera amplia, democrática, inclusiva y federal, la estrategia para impulsar el aprendizaje de las Ciencias de la Computación.

El evento inició con la bienvenida de Fernando Schapachnik de la Fundación Sadosky y Ernesto Golom del programa Co-nectar Igualdad quienes dieron lugar a una breve, entretenida y alentadora presentación del Dr. Diego Golombek, director del

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laboratorio de cronobiología de la casa, con el lema “Las ideas no se matan (se programan)”. Golombek destacó que “lo que se está proponiendo en Program.AR es dejar de ser simples usuarios para dar un paso más, con la programación se puede cambiar el mundo”.

Luego comenzó el Debate en grupos con moderadores ya instrumentados por la organización del foro para discutir, reflexionar e intercambiar ideas, a partir del tópico “la es-trategia que debe adoptar el país para acercar a los jóvenes a las Ciencias de la Computación” y con una guía de pre-guntas brindada por el equipo de Program.AR, en la que se planteaban disyuntivas como “¿El sólo uso de la informática, es suf iciente para reducir la brecha digital? ¿Son equiparables la lec-tura, la escritura con las nociones centrales de la computación y la programación? Promover las Ciencias de la Computación, ¿lleva sólo a que los jóvenes pasen más horas frente a las pantallas? La enseñanza de las Ciencias de la Computación y los fundamentos de programación ¿compiten o complementan la formación en otras disciplinas?”, etc.

Los grupos contaban con integrantes de diversas especializacio-nes como ingenieros en sistema, programadores, diseñadores, profesores de informática y computación de diversos niveles, miembros de asociaciones docentes, alumnos tanto universita-rios como de secundarios, etc.

El cierre de la jornada estuvo a cargo de Schapachnik y Golom, nuevamente, quienes leyeron extractos de las diversas conclu-siones alcanzadas por los distintos grupos. Además, remarcaron que el Debate va a seguir en en los siguientes foros regionales, pero también, de manera virtual en el sitio web de Program.AR (http://program.ar/debate.html), donde se podrá seguir traba-jando y discutiendo las diversas premisas abordadas en el foro.

En el segundo día del foro continuo con el Hackatón y los ta-lleres dictados por Educ.ar y la Fundacion Sadosky. Todas las actividades comenzaron por la mañana en diversos puntos de la UNQ.

El Hackatón fue un maratón de programación con 12 horas de duración destinado a hackers, periodistas de datos, diseñadores, investigadores sociales, pero también contó con la participación de docentes y alumnos universitarios y de secundarios. Las pro-puestas elegidas desde la organización del foro eran: educación, fútbol y datos públicos.

También estuvo organizado en grupos de trabajo de los cuales surgieron diferentes proyectos que fueron presentados al finali-zar la jornada. Algunos de estos proyectos son:“tareaguru” una ayuda a los chicos para hacer la tarea; “Aulaton” un espacio de intercambio docente; “Pochoclito” un proyecto que toma conte-nido del Bacua.

Se pueden mirar y seguir todos los proyectos creados en el Hac-

katón de manera online (http://progamba1.hackdash.org/).

En los talleres participaron estudiantes y docentes de escuelas secundarias que fueron convocados por el Programa Conectar Igualdad. Fueron ocho talleres dictados por Educ.ar:

Taller de Video Juegos: un taller teórico-práctico que pro-•puso adentrarse en el lenguaje, el diseño y la producción de videojuegos.

Taller Robótica: los estudiantes obtuvieron los conoci-•mientos básicos para adentrarse en el vasto mundo de la robótica como especialidad.

Taller de Programación y Arte: Programar Rompecabezas: •el objetivo del taller fue darles a los alumnos a través del aprendizaje del lenguaje Processing, las herramientas ne-cesarias para que puedan adentrarse en el universo de la programación aplicada a las artes.

Taller de Música y Programación: En este taller, los estu-•diantes se acercaron, mediante la música, a los elementos fundamentales de la programación.

Taller de Matemáticas y Fútbol Programado: El fútbol y las •matemáticas presentan un entorno y herramientas amiga-bles para aprender a programar.

Taller de Huayra: Desarrollado por Conectar Igualdad, •Huayra es el sistema operativo libre que gestiona los re-cursos de hardware y provee servicios a los programas de aplicación o aplicaciones.

Taller de Videojuegos con Pilas Engine: El objetivo ge-•neral de este curso fue brindar herramientas y conceptos para aprender a programar realizando videojuegos en dos dimensiones usando la herramienta Pilas Engine.

Taller de Programación con Python: En este taller, se vieron •los conceptos básicos de la programación, cómo es la estruc-tura de un programa, conocer los principios de la sintaxis del lenguaje y las estructuras de control (if, else), bucles, etc.

La Fundación Sadosky brindó el taller de introducción a la pro-gramación con Alice para docentes, un enfoque novedoso para la enseñanza de los conceptos introductorios de programación. 5

Además de los siguientes seis foros regionales a realizarse la acti-vidad continúa en el sitio de Program.AR (http://program.ar/)

fuente

política comunicada. publicado el 12 junio de 2014. http://politicacomunica-da.com/se-realizo-el-primer-foro-program-ar/

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El pasado 26 y 27 de Marzo de 2014, la Provincia del Neuquén (Argenti-na), llevó a cabo su primer “Hacka-thon”, maratón de programación que tiene la finalidad de fomentar el uso de datos abiertos mediante el desa-rrollo de soluciones tecnológicas de servicios directos a los ciudadanos, que promuevan un gobierno abier-to y faciliten la relación del ciuda-dano con el Estado. Dicha actividad se realizó en el marco del programa “TECNAP 2014”, organizado por la Secretaría de Gestión Pública de la Provincia del Neuquén, y desa-rrollado por la Oficina Provincial de Tecnologías de la Información y la Comunicación.

La participación fue numerosa, con-formándose 17 equipos de creativos y programadores que representaban al ámbito privado, público, univer-sitario, enseñanza media técnica, y

neUQUén tUvo sU pRimeR "haCkaton"

Daniel Fabricio Muñoz MartiniGobierno de la Provincia del Neuquén

Artículo publicado originalmente en Política Comunicada

familiar; de distintos lugares de la provincia y la región como Neu-quén Capital, Villa La Angostura, San Martin de los Andes, Chos Malal, General Roca (Río Negro) y Villa Regina (Río Negro).

La apertura del Hackathon estuvo a cargo del Secretario de Gestión Pú-blica de la Provincia del Neuquén, Ing. Rodolfo Esteban Laffitte (@relaffitte), quien animó a los partici-pantes a que se permitieran la opor-tunidad de volar y que no se dejaran poner límites en la creatividad del trabajo que fueran a realizar.

Fueron invitados como expositores en este evento los señores Rudi Bo-rrmann (@DonRudi), Director de Información y Gobierno Abierto de la Ciudad de Buenos Aires; Juan Martín Irungaray (@jirungaray), del Google Tecnology User Group

(GTUG); Federico Carrizo (@jus-tfede), ganador del último Google Developer Bus; y el Ing. Gustavo Giorgetti (@Gus_Giorgetti) por ThinkNet; que mediante sus charlas explicaron el contexto en el que se encuentra este tipo de iniciativas y animaron a los participantes en sus trabajos creativos.

Los organismos públicos de la Pro-vincia facilitaron datos a través de su portal CKAN creado al efecto, con información referente a temá-ticas como administración pública, actividad económica, salud y ser-vicios, movilidad y transporte, se-guridad y justicia, infraestructura, empleo, educación, cultura, clima y medio ambiente.

Durante 36 horas los equipos tra-bajaron sin cesar, en una verdadera “maratón de programación”, asisti-dos por el soporte técnico continuo e ininterrumpido de la OPTIC, y del cual surgieron interesantes pro-puestas de aplicaciones informáti-cas en beneficio del ciudadano. Esto fue transmitido en vivo mediante señal de “streaming” en el sitio web del Hackathon, y comentado en las redes sociales.

Las aplicaciones informáticas dise-ñadas por los equipos, trataron en general sobre aspectos vinculados a “seguridad”, abarcando otros como “farmacias”, “turismo”, “transporte”, “búsqueda de información” y “ciu-

[ ]neUQUén

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dades inteligentes”; demostrando un nivel muy alto en el desarrollo de las propuestas, lo que hace evaluar al Hackathon como un verdadero éxito en este tipo de iniciativas en la provincia y la región.

Finalmente, los equipos expusieron sus trabajos, los cuales fueron eva-luados por un jurado conformado por especialistas invitados como los Sres. Rudi Borrmann y Juan Martín Irungaray, y del Estado Provincial como el Sr. Claudio Vai (OPTIC), Ing. Florencia García Rambeaud (Infotecnología UPEFE – Coordi-nadora Integrabilidad), y Sra. Mar-garita Romero (Ingeniería de Soft-ware ISSN).

Equipo Ganador del Hackathón Neuquén 2014

Equipo Ganador del Hackathón Neuquén 2014

Después de una larga definición por parte del jurado, ante la calidad de los trabajos presentados, se entrega-ron menciones a los equipos que se destacaron en diferentes ejes que se evaluaron, en base a los esfuerzos que realizaron en el Hackathon.

Para el final del evento, y con gran expectativa, quedó el anuncio del equipo ganador. KOROVA, un equipo de estudiantes de informá-tica de la Universidad Nacional del Comahue, fue quien consiguió ga-nar esta primera edición del Hacka-thon en la Provincia del Neuquén, mediante su proyecto “Ciudad In-teligente”, el que propone una apli-cación informática que solucionaría diversos requerimientos de la ciu-dadanía, como conocer el estado del clima, transporte, farmacias, turnos en los hospitales, entre otros, a par-tir de una PC o celular.

El equipo ganador se llevó como premio el “apadrinamiento” de su proyecto por parte de la OPTIC, para ser incubado y asistido con los recursos humanos y tecnológicos que dispone dicha organización, además de disponer de un crédito en herramientas de programación y desarrollo que se encuentra en la “nube”, proporcionado por Google. También cada uno de sus integran-tes recibió una suma en pesos.

El cierre, a cargo del Secretario de Gestión Pública, estuvo signado por reconocimientos a la participación y

esfuerzo de los jóvenes, e invitó a continuar con el desarrollo de los proyectos elaborados en este even-to, de caras a la realización de una nueva edición del TecNap 2014, que se desarrollará el próximo mes de mayo en la localidad de Villa La Angostura (Provincia del Neu-quén), para su participación como expositores en él. 5

Todos los trabajos pueden ser visi-tados en el sitio: http://hackathon.neuquen.gov.ar/?page_id=231

fuente

política comunicada. publicado el 31 marzo de 2014. http://politicacomunicada.com/neuquen-tuvo-su-primer-hackathon/

Equipo Ganador del Hackathón Neuquén 2014

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seCCionestudiantes

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Analis Siles LozaEstudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales

de la Universidad Argentina de la [email protected]

Ludmila QuirósEstudiante de Gobierno y Relaciones Internacionales de

la Universidad Argentina de la [email protected]

popUlismo en améRica latina: Una bReve Reflexión sobRe ecUadoR

1. Hacia una definición del populismo

Al abordar el análisis del populismo, partimos de una premisa central: la ambigüedad del concepto. Esto implica que podemos observar al fenómeno desde una perspectiva dicotómica, bien sea como una praxis política o bien como una ideología (Wills, 1969; Fallers, 1964; Worsley, 1970; Ionescu y Gellner, 1969).

De todas las definiciones ofertadas por la academia, sostenemos que la elaborada por Edward Shils es quizás la más próxima a lo que es el populismo en stricto sensu. Para el autor, éste se basa en dos principios fundamentales: la supremacía de la voluntad del pueblo y la relación directa entre el pueblo y el leadership (Shils, 1956).

Siguiendo esta línea, Niels Bjerre-Poulsen sostuvo que las dife-rencias en las interpretaciones del término populismo imposi-bilitan la demarcación y provocan la ausencia de una definición adecuada (Bjerre-Poulsen, 1986), es por esto que el término es caracterizado como un contested concept (Deiwiks, 2009).

La diversidad conceptual de la cual adolece nuestro objeto de es-tudio abreva en la acentuación de distintos aspectos económicos, políticos, culturales y/o sociales, que varían de acuerdo al tipo de análisis y al autor que abordemos. Así, para académicos como Weyland, el populismo es una estrategia política encaminada a competir por ejercer el poder político (Weyland, 2001). Otros, conceptualizan al populismo como una manera “estratégica” de hacer política (Moreano y Donoso; 2006; Lodola, 2004).

Conniff, por su parte, va a definir al populismo como un movi-miento político encabezado por un líder carismático, con seguido-res de todas las clases sociales y cuya actuación produjo una gran expansión electoral (Conniff, 2003). Para este autor, las etapas de desarrollo del fenómeno pueden resumirse en tres niveles: proto-populismo (1900-1920) en América del Sur, Populismo Clásico (1940-1960) desaparecido posiblemente por los regímenes mili-tares de las décadas del ‘70 y ‘80 y un resurgimiento del populismo en los ‘80 y la emergencia del neopopulismo en los ‘90.

Para Angelica Abad Cisneros, existe un elemento central común a todas las definiciones operativas del populismo que no puede ser excluido y que consiste en la relación que se establece entre el líder y sus seguidores.

Las conclusiones finales de su trabajo resaltan los elementos más sustantivos del populismo tales como el patronazgo, el clientelis-mo, la apelación al pueblo, el personalismo y el carisma del líder o el uso del voto y el plebiscito como fuentes de legitimación (Abad Cisneros, 2012), pero además potencia la conclusión a la que llega Freidenberg acerca de pensar el populismo como un estilo de liderazgo (Freidenberg, 2007). Otros enfoques más re-cientes, señalan la posible aparición del populismo como conse-cuencia de la falta de accountability horizontal y la probabilidad de emergencia de gobiernos populistas (Del Tronco, 2013).

En este sentido, nosotros proponemos un enfoque del fenóme-no desde la teoría del poder organizativo. Si bien plantear una propuesta diferenciadora de los estudios sobre el populismo y su versión de neopopulismo de los años ‘80 y ‘90, no resulta una tarea sencilla, creemos posible elaborar una pauta alternativa de análisis a través de la aplicación y adaptación de una de las pers-pectivas utilizadas por Panebianco para el estudio de los parti-dos políticos como organizaciones, esta es, la teoría del poder como “relación de intercambio” (Panebianco, 2009).

Para esto, partimos de la siguiente premisa: el populismo es una forma de ejercer el poder de acuerdo a ciertos recursos (materiales y discursivos) que posee el líder populista, con los cuales consigue la cooptación de seguidores de manera legítima. Nuestro enfo-que plantea que el populismo (o su variante de neopopulismo) se concibe como una relación de intercambio asimétrico, en la cual el líder maneja un gran número de atouts en términos de Crozier y Friedberg o “áreas de incertidumbre” en palabras de Panebianco (Panebianco, 2009), y de recursos materiales de poder que distri-buirá de manera desigual para mantenerse en el cargo.

Así, el populismo se constituye como una organización de poder sin intermediarios institucionales, donde la capacidad del líder de mantenerse en su puesto está en irrestricta relación con sus facul-tades de administrar y crear redes paternalistas, clientelistas o de aplicación de políticas asistenciales que satisfagan rápidamente las necesidades de sus seguidores. Esto indica que existe entre el líder populista y sus seguidores una suerte de imbricada identificación, que como sostiene Conniff, va más allá de factores socioculturales o incluso programáticos de gobierno (Conniff, 2003).

A continuación, se llevará a cabo un análisis específico del caso ecuatoriano donde quedará mejor especificado el sistema de re-

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distribución de beneficios desde la llegada a la presidencia de Rafael Correa Delgado en 2006.

Tomamos el caso del gobierno de Correa porque desde ese año ha ido empleando un estilo de liderazgo populista, interpretado, por Freidenberg, de relación directa con sus seguidores, sin ins-tituciones que medien esa relación, y una radicalización de su posición ante la oposición.

Discursivamente, Correa así como Hugo Chávez en Venezuela, ini-ciaron sus administraciones remarcando el carácter revolucionario que llevarían adelante, el cambio sería profundo e interno, y en el caso ecuatoriano se lo llamó "Revolución ciudadana", y venía a ter-minar con la gran apatía de sus ciudadanos a partir de una estrategia de reconocimiento e inclusión. Asimismo, hicieron uso del discurso anti-oligárquico y con rasgos emotivos, siendo parte de esta trans-formación de la desconcentración del poder en una élite.

La Alianza PAÍS se formó de la unión de movimientos socia-les y políticos que apoyaban la asunción presidencial de Rafael Correa y traían consigo el proyecto social y político de la Revo-lución Ciudadana. Esta Revolución significaría un cambio en 5 ejes para marcar la diferencia con los gobiernos anteriores:

- La Revolución Constitucional: Se convoca a una Asamblea General Constituyente de acuerdo al artículo 104 núm. 2 para reestructurar el Congreso y convertirlo en un poder que real-mente represente a los ciudadanos.- La Revolución Ética: Marcan el fin de la corrupción que había azotado al país históricamente.- La Revolución Productiva: Se apuntó a los pequeños agrarios, microempresario, comerciante, entre otros para terminar con la falta de trabajo de este sector.- La Revolución Social: La promesa de acceso gratuito y de alto nivel a la educación y salud.- La Revolución Soberana: Se cerró la puerta a las intromisiones de organismos internacionales y se resaltó la importancia de for-mar la Patria Grande que Bolívar predicaba.

Es importante analizar el sistema de partidos en Ecuador, ya que nos encontramos con un sistema de partido predominante en tér-minos de Giovanni Sartori, en el cual "Movimiento País, Patria Altiva y Soberana" se caracteriza por la convivencia con otros par-tidos, y con los que puede competir legal y legítimamente, pero la alternancia de poder no ocurre realmente porque quienes gobier-nan se hacen de los mecanismos para evitarlo dentro de los límites legales, llegando a un sistema poco competitivo.

Una de las características del sistema electoral ecuatoriano es que el sufragio es obligatorio, pero que previo al 2006 el porcentaje de asistencia a las urnas fue relativamente bajo y que desde la victoria presidencial de Correa se ha mantenido en niveles superiores del 71% otorgándole mayor respaldo y legitimidad a sus triunfos.

En las elecciones de 2006 los partidos de izquierda se fragmen-

taron como históricamente lo habían hecho por la inestabilidad y contradicciones internas. Unos claros ejemplos se pueden en-contrar en la división del Partido Socialista y el Partido Comu-nista de 1927, o en la fragmentación del Partido Socialista de los 60 en el Partido Socialista Ecuatoriano, el Partido Socialista Unificado y el Partido Socialista Revolucionario. Esto dejaba un espacio para la aparición del partido que pudiera representar los intereses de las clases más desfavorecidas que no se han sentido identificadas por los candidatos históricos.

Si bien el gobierno de Correa ha mantenido la estabilidad polí-tica y participación ciudadana dentro del país, lo ha logrado bajo una premisa centralizadora que deja al Ejecutivo en el centro de la mesa y donde los demás poderes no pueden cumplir su fun-ción de control, y funcionan subordinados al Presidente, desgas-tando la institucionalidad como otra característica del neopopu-lismo, generando una relación directa con el pueblo que conlleva la posibilidad del surgimiento de las redes clientelares que se conforman en esa cercanía como lo hizo el Partido Roldosista Ecuatoriano durante su administración. 5

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Ivana Ortiz RecaldeEstudiante de Relaciones Internacionales de la Universidad de San Andrés

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alemania y aRGentina: políticas y comeRcio exteRioR

En la actualidad, Alemania desempeña un rol de hegemón regional frente a la crisis de la Unión Europea (UE). Webber (2012) entiende por crisis a una situación que ha alcanzado una extrema dificultad o punto de peligro, es decir, un momento de gran desacuerdo, incertezas o sufrimiento. En este sentido, la situación en la que se encuentra actualmente la UE, ya desde el 2008, debería ser entendida como crisis. En efecto, es en este escenario en el que Alemania logró alcanzar un aumento en los niveles de su comercio transnacional y así, de esta forma, también un crecimiento en la interdependencia económica.

Se han hecho varios estudios sobre la pro-babilidad de desintegración de la UE y sobre su economía política en el contexto actual de globalización. Dentro de estos di-versos escritos (Webber 2012; Mckay, 1999; Keohane RO y Hoffmann S, 1990) entre otros, se puede destacar el rol preponderante de Alemania dentro del bloque europeo. En concreto, se resalta su crecimiento económi-co gracias a políticas orientadas al exterior y a efectivas políticas domésticas.

A la luz de esto, en el presente escrito se analizará cómo a partir de una crisis regio-nal es posible aumentar el grado de inter-dependencia económica intercontinental-

mente. En este caso particular, examinaré cómo Alemania y Argentina, a través de una óptica de perspectiva liberal comercial, afianzan sus relaciones internacionales.

A continuación, en primer lugar, detallaré los datos básicos de Alemania y se expon-drá sobre su política y comercio exterior. Luego, se expondrá sobre la República Argentina y tercero, y por último, se dilu-cidará el contexto actual de negociaciones entre Alemania y Argentina y las previ-siones para años próximos.

AlemaniaLa República Federal de Alemania es, en la actualidad, una Democracia parlamen-taria con membrecía por parte de 16 Es-tados Federados.

Actualmente, Alemania es la primera economía y el llamado “motor económi-co” de Europa. Su PBI en el 2013 fue de 2, 735,800 millones de euros con un cre-cimiento de 0,4% respecto del año prece-dente que fue de un 0.7 %. De hecho, su PBI per cápita alcanzó USD 41.512 en el 2012 y USD 44.010 en el 2013.

Particularmente, el sector industrial repre-senta más de 20% del PIB de la economía. Además, Alemania cuenta con un alto

porcentaje de producción extranjera (em-presas del DAX -índice de bolsa alemana- y medianas empresas alemanas).

El país se focaliza en los mercados de expor-tación para asegurar demanda de productos y centralización de ajustes de su oferta frente al cambiante entorno global y a la creciente competencia. Por ende, estas acciones ase-guraron el crecimiento de la renta real para las familias alemanas. Más bien, el escenario económico alemán en los últimos dos años se caracterizó por una baja inflación, un crecimiento del índice salarial sólido, un au-mento de la demanda interna de consumo y un mercado laboral robusto. Esto permitió que el país se mantuviese a flote mientas que otros países europeos fueron afectados más gravemente por la crisis financiera. No obstante, sus políticas domésticas también ayudaron a su crecimiento en el ambiente internacional. Internamente, el país tam-bién supo degustar los diferentes tintes para poder crecer no solo exteriormente. Un factor crucial en el crecimiento interno de Alemania fueron los denominados “Mini Jobs”. Estos son trabajos de sólo 450 euros al mes y libres de impuestos. Estos “Mini Jobs” alcanzan a 7,4 millones de personas. Con esto, parte de la población alemana total de un total de 80.716.000 habitantes pudo aumentar su salario.

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Previsiones económicas para el 2014Se estima que para el año 2014 se presen-te un aumento de la demanda interna y de exportaciones. De la misma forma, se prevé que los principales sectores de cre-cimiento serían el sector automotriz y el de maquinaria. A partir de ello, se espera un alza de tasas de crecimiento económi-co entre 1,5% y 2%. No obstante, se per-cibe también perspectivas pesimistas en el sector financiero debido a la crisis euro-pea. Aunque se estima una flexibilización de las restricciones a la política financiera en la zona euro, hay visiones negativas con respecto a la reestructuración interna del sector energético; principalmente en el sector de minería y de papel.

Ante estos factores, ¿cómo se explica que la economía alemana haya sido menos afec-tada por las dificultades económicas a nivel europeo? Se podría decir que principalmen-te se debe a su orientación al exterior.

“El liberalismo comercial se concentra en los incentivos creados por las oportunidades para llevar a cabo transacciones económicas transnacionales (…) A mayor beneficio eco-nómico para los actores privados poderosos, mayor incentivo, otras cosas siendo igual, para presionar a los gobiernos a facilitar di-chas transacciones” (Moravcsik, 1997).

El país apostó a las transacciones trans-nacionales como detonante para el incre-mento de su capital. En otras palabras, mediante una óptica liberal comercial pudo crecer en medio de plena crisis eu-ropea. Se incrementó la interdependencia tanto internacionalmente como regional-mente, ya que la UE como bloque depen-de casi incondicionalmente de Alemania, y el comercio entre países vecinos sigue predominando.

“Alemania siempre ha cumplido el rol de “paymaster regional” haciendo las contri-buciones mas grandes al presupuesto. La gran dependencia financiera que la UE tiene respecto de Alemania, hace que su supervivencia dependa fuertemente del apoyo alemán al proceso de integración” (Webber, 2012).

En efecto, fueron las instituciones de

Alemania y de la UE las que apoyaron la cooperación para el foco en el comercio exterior, y esto generó una mayor interde-pendencia regional e internacional.

ArgentinaLa política exterior de la República Ar-gentina durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se focalizó en el acercamiento con China e Irán. Con res-pecto a China, la situación de cooperación internacional y de interdependencia eco-nómica se debe a la demanda de soja que precisa China, siendo el principal compra-dor de esta materia en Argentina. Por lo que concierne a Irán, ya el acercamiento a las negociaciones con este país venía gestándose desde los antecesores de la presidencia actual (Corigliano, 2011). En contraste, la agenda de política exterior de Argentina se vio caracterizada por un ale-jamiento relativo de Estados Unidos y un mayor acercamiento a Venezuela.

Asimismo, en relación al MERCOSUR, se experimenta una situación de estanca-miento con respecto a la integración eco-nómica cuya permanencia se caracteriza por restricciones arancelarias que afectan el ingreso de productos argentinos al mercado vecino. En otros términos, estos países se encuentran frente a una crisis económica regional.

Por último, en cuanto a Cuba y a Malvinas y sus cuestiones de derechos humanos, se los ubica en un lugar preponderante en la agenda política externa e interna.

Ergo, ¿qué lugar ocupa Alemania en cuanto a la política y al comercio exterior de Argentina?

Argentina, después de Brasil y México, es el socio comercial más importante de Alemania en América Latina. De hecho, más del 5 % de las importaciones argenti-nas proviene de Alemania, siendo el cuar-to país después de Brasil, China y EEUU. Tradicionalmente, Argentina importa de Alemania productos industriales, como por ejemplo vehículos y autopartes, ma-quinarias, productos farmacéuticos y químicos. Con lo que respecta a las ex-portaciones, Argentina exporta a Ale-

mania principalmente materias primas y productos agrícolas. Además, Alemania es el mayor comprador de carne vacuna argentina en la UE y gran comprador de miel argentina. En efecto, Alemania se encuentra en el 9º lugar de las exporta-ciones argentinas. De hecho, el Grupo parlamentario de amistad Alemania – Sudamérica incluye a Argentina.

Actualmente, la Cámara de Industria y Comercio Argentino-Alemana cuenta con más de 825 miembros, de los cuales aproximadamente 200 son empresas ale-manas. En total, más de 200 empresas de capital alemán desarrollan actividades en la Argentina ocupando en forma directa a más de 22.000 empleados. Particular-mente, es necesario destacar al Estado de Baviera en Alemania como principal agente comercial de Argentina. Por cier-to, Baviera es el segundo Estado econó-micamente más fuerte de Alemania, se lo considera líder industrial y económico no solo en el país sino también en Europa. Sus principales destinos de exportación son EEUU, China, Austria, Francia y Reino Unido. Hoy por hoy, se gesta una intensa y profunda relación comercial en-tre Baviera y Argentina. En efecto, entre las empresas más importantes radicadas en la región se encuentran Adidas, BMW, Siemens, Audi, Allianz y Puma. Y, con-secuentemente, todas ellas con contratos comerciales con Argentina.

En síntesis, el poder económico de Ale-mania está en ascenso y consigo la interde-pendencia económica. Consecuentemente, las relaciones entre este país y Argentina aspiran a fortalecerse en los próximos años. La historia demuestra que tanto en la po-lítica y comercio exterior argentina y ale-mana predominó mucho tiempo la óptica constructivista con respecto a la internali-zación de identidades (Wendt, 1999), y a la vez un matiz realista (Waltz, 1988). Sin embargo, actualmente, ya desde una pers-pectiva liberal comercial mediante el esta-blecimiento de un orden de preferencias domésticas de cada país y un mayor poder otorgado a instituciones para priorizar el comercio exterior, ambos apuntan al mis-mo outcome, y se espera una profundiza-ción en sus relaciones comerciales. 5

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Lucía VinuesaEstudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Rosario

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Reflexiones en toRno a la violencia y la política

En momentos en que la violencia social apa-rece como tópico de discusión con cierta pre-sencia abrumadora en ámbitos académicos y mediáticos, se impone necesariamente un análisis que complejice críticamente senten-cias rápidas y simplistas. Al mismo tiempo, debemos reconocer que frente a un escenario como el actual saltan a la vista las ausencias de la Ciencia Política en relación al análisis y conceptualización de la noción de violen-cia. En este sentido, este escrito se presenta como el resultado tentativo de un conjunto de reflexiones dispersas, cuyo puntapié inicial fue dado por la impotencia diaria de quienes vemos dolor y marginación, así como perma-nentes intentos de subjetivación de la culpa.

Ahora bien, ¿qué rol juega la violencia y la política en esta apreciación? Es justamente la violencia ejercida sobre sujetos vulnerables, el temor de quienes aceptamos el orden im-puesto como natural día a día; la política, que con el devenir histórico reciente en occidente parece querer marginar en sus arcas el recurso a la utilización de la fuerza física, ignorando por completo que la dominación sigue sien-do sanguinaria. Luego entramos nosotros, los estudiosos de la Ciencia Política, que en un contexto de presunta violencia exacerbada nos posicionamos al costado de la discusión, como si el tema no nos correspondiese.

En parte podemos decir que nuestro asom-bro –por adjetivarlo de algún modo- de las ausencias de la teoría política de la violencia, surge a partir del conocimiento efectivo de una tradición de discurso que ha incluido entre sus tópicos primordiales a dicha ca-tegoría. Si bien encontramos diferencias profundas en cuanto al lugar otorgado, o los modos de interpretarla, tenemos la certeza de que ha sido comprendida y abordada en tanto noción propia de la filosofía política. Razón por la cual concibo como tarea im-prescindible la de interrogar a la Ciencia Política en sus propias miserias, al decir de Grüner (2007).

Breve recorrido por la tradición de discur-so políticoEn este punto, resulta válido detenernos en el análisis de la filosofía política en tanto particular forma de indagación. En primer lugar, podemos decir con Wolin (2001) que la filosofía política constituye una reflexión sobre cuestiones que preocupan a la comu-nidad en su conjunto; el autor dirá que su objeto ha versado sobre ciertos temas pro-blemáticos que han reaparecido. Entre ellos, menciona las relaciones de poder entre gobernantes y gobernados, la índole de la autoridad, los problemas planteados por el conflicto social, la jerarquía de ciertos fines o propósitos como objetivos de la acción política y el carácter del conocimiento polí-tico. Si bien los filósofos políticos no se han interesado en la misma medida por todos estos problemas, importa la continuidad de las preocupaciones.

En este entramado, la violencia en tanto categoría política aparece hacia la moderni-dad, será Nicolás Maquiavelo el encargado de develar la importancia de una buena uti-lización de la misma, en tanto instrumento de gobierno. A pesar de que la violencia en sí misma no se menciona entre las presun-tas preocupaciones de la filosofía política nombradas previamente, Wolin advierte que aceptar con demasiada naturalidad la aplicación de la violencia como algo “anor-mal” puede llevarnos a descuidar el hecho primordial de que el núcleo esencial del po-der es la violencia y que ejercerlo suele ser aplicar la violencia sobre la persona o las po-sesiones de alguien. “Con Maquiavelo, fue-ron descartados los eufemismos, y el Estado fue directamente encarado como una suma de poder, cuyo perfil era el de la violencia” (Ibíd.: 238). Al respecto, sabemos que Han-nah Arendt va a refutar tajantemente dicha afirmación, estableciendo con precisión la distinción entre el poder, en tanto capacidad humana para actuar concertadamente; y la violencia, cuya naturaleza es instrumental,

constituye un medio para un fin.

De hecho, Arendt realiza una crítica profun-da al devenir moderno de la política que par-cialmente puede ser leída como un intento por restaurar una tradición de pensamiento que nos permita pensar el poder fuera de las categorías propias de la dominación. Entre sus preocupaciones, reconoce que la teoría política moderna habría estimado que la cuestión política más crucial corresponde a la pregunta por el quién manda a quién. En consecuencia, convierte a las palabras de poder, potencia, fuerza, autoridad y violencia en medios por los que el hombre domina al hombre, olvidando por completo que el espa-cio político por excelencia es el de aparición conjunta de acto y palabra, aquel que sólo el poder puede preservar. De hecho, el poder es realidad “donde las palabras no están vacías y los hechos no son brutales, donde las pa-labras no se emplean para velar intenciones sino para descubrir realidades, y los actos no se usan para violar y destruir sino para es-tablecer relaciones y crear nuevas realidades (1974: 223)”.

Por su parte, Karl Marx nos alerta tem-pranamente sobre el origen sanguinario del capitalismo, al tiempo que asigna jus-tamente a la política un rol protagónico en la confección de un orden jurídico acorde a las necesidades del desarrollo de dicho sistema económico. En un exquisito ca-pítulo de El Capital, titulado “La llamada acumulación originaria”, describe detallada y precisamente el proceso de transforma-ción del dinero y la mercancía en capital, al tiempo que desmiente el mito del tránsito de trabajadores siervos a trabajadores libres. Por el contrario, la transformación fue la del trabajador explotado en el modo feudal a la explotación del trabajador en un modo ca-pitalista; el punto de partida del desarrollo fue el del sojuzgamiento –violento en extre-mo- del trabajador.

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El carácter violento de la expropiación de los medios de producción de las manos del trabajador es resaltado con frecuencia por el propio Marx. A los fines de este escrito no seguiremos ahondando en la exposición del capítulo citado. Sólo queremos resaltar la forma en que la política aparece como necesaria para la reproducción del orden social y económico, al mismo tiempo que creadora del mismo. Y en este proceso, la violencia deviene fundamental para im-plantar, de la mano de la política, un modo capitalista de explotación.

Acerca de las posibilidades de una teoría política de la violenciaLlegados a este punto, se nos presenta el in-cómodo interrogante sobre el estado actual del pensamiento político de la violencia. Aclaremos que cuando pensamos en la vio-lencia en tanto categoría de lo político, no estamos pensando simplemente en el ejer-cicio de las fuerzas represivas de un Estado moderno occidental. Un análisis político de la violencia debe trascender los márgenes predecibles y el avasallador sentido común, y comprender que toda violencia es social y por lo tanto política, en los términos en que la entendemos. Diremos con Robin (2009) que incluso la violencia de un marido gol-peador sobre su mujer o el trabajador ante un patrón cruel, son políticos en tanto de-rivan de injusticias sociales omnipresentes y

ayudan a preservar largas tradiciones de do-minio sobre mujeres y trabajadores. Al mis-mo tiempo, dichas injusticias y tradiciones suelen ser reforzadas, aunque sea indirecta-mente, y creadas, aunque sea remotamente, por políticas gubernamentales. Tras la auto-ridad del marido golpeador o del patrón hay siglos de leyes y doctrinas que les conceden dicho poder coercitivo (Ibíd.: 16).

En este sentido, frente a las sentencias múl-tiples del estado de situación social descrip-to como eminentemente violento, especial-mente en países como el nuestro; la Ciencia Política debe asumir un rol prominente en el análisis teórico (y crítico) de la violencia. Como hemos visto, el pensamiento político –como especial tradición de discurso- por lo menos desde la modernidad, se ha po-sicionado respecto a una concepción de-terminada de la violencia, política y social. Frente a un modo de indagación como el de la filosofía política, nos preguntamos cómo puede ser posible asombrarse actualmente del carácter “disruptivo” de la violencia so-cial. ¿Acaso es viable pensar el orden social y la violencia cual entelequias independientes una de la otra? Sólo reafirmando positiva-mente dicho interrogante podría entender-se la inquietud por excluir discursivamente el conflicto de un presunto orden social pa-cífico. De este modo, ubicamos en los már-genes a los sujetos culpables del “des-orden”,

aquellos que asumen formas distintas a lo largo de la historia y según cada sociedad. El miedo que nos producen dichos suje-tos –como ser el delincuente armado o el terrorista musulmán por sólo nombrar dos casos-, nos abraza con fuerza a la convic-ción apasionada de los valores políticos de-mocráticos liberales, sin permitirnos el más mínimo cuestionamiento del carácter inhe-rente de la violencia respecto al mismo or-den político y social como lo conocemos. 5

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Camilo GioffredaEstudiante de la licenciatura en Ciencia Política Universidad de Buenos [email protected]

la lUcHa poR el lideRazGo:

Reflexiones sobRe el eQUilibRio

de podeR en la antiGüedad y en

la actUalidad

El equilibrio de poder en las relaciones internacionales es una situación en la que cada Estado intenta mantener el denomi-nado statu quo a efectos de prevenir el ejercicio exclusivo del poder por parte de alguno de ellos en particular. La ruptura de ese equilibrio a favor de uno de esos Estados, daría a éste una situación de predominio, dominación o hegemonía.

Si comparamos el mundo que nos toca vivir con los aconte-cimientos de la Grecia Antigua, podremos encontrar en este último período, disposiciones de acción política que en nada se diferencian con los fenómenos que afectan a la polemolo-gía1 de hoy.

Para ilustrar nuestra última hipótesis debemos citar dos con-

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flictos. El primero de ellos, correspondiéndose al mundo an-tiguo, fue la disputa entre Atenas y Megalópolis en el año 353 a.C. por la supremacía del liderazgo regional. El segundo caso, afectando a las sociedades actuales, abordaremos el con-flicto entre Rusia y Ucrania por la Península de Crimea en el año 2014.

Tras la finalización de la Guerra del Peloponeso (431 a.C. - 404 a.C.) la polis ateniense (derrotada ante Esparta) persi-guió la reconstrucción de su hegemonía a partir del estableci-miento de diferentes alianzas regionales. Fue allí donde Ate-nas supo mantener relaciones de afinidad con Megalópolis, una polis en crecimiento.

Advirtiéndose que los megalopolitas estaban dispuestos a ini-ciar una táctica de sometimiento sobre Lacedemonia; Atenas tomará las decisiones necesarias para evitar que su alianza vigente favorezca a la ruptura del statu quo y el incremento del poder de Megalópolis.

En la deliberación ateniense, tomaba la palabra el orador De-móstenes, quien comenzó su discurso sosteniendo que lo más conveniente para la ciudad es que tanto Lacedemonia como Megalópolis sean débiles. Para el disertante, los atenienses no deben ayudar a sus aliados, de lo contrario estarían incre-mentando su poder de manera inoportuna. En consecuencia, propone una alianza con los arcadios. Persuadiendo a estos con el argumento de embellecer la ciudad a partir de la cons-trucción de nuevas obras públicas2.

Así pues, Atenas impedirá la victoria de los megalopolitas tras desproveerlo de su potencial aliado. De cualquier modo, si estos últimos tienen éxito en su empresa (como los hechos muestran que puede ocurrir), tampoco podrán crecer ya que, para entonces, estarán rodeados de enemigos a razón de las alianzas atenienses. Por el contrario si son derrotados, Lace-demonia quedará igualmente debilitada y su salvación pare-cerá ser atribuida a Atenas.

Con todo, podemos abstraer este acontecimiento del mundo antiguo con la era actual. Es evidente que las potencias no quieren que cambie el statu quo, y aquellos que no tienen la misma condición dispongan modificarlo.

La actual política exterior del presidente Vladimir Putin es reubicar a Rusia como potencia hegemónica global. A raíz del conflicto con Ucrania y su disposición hacia la cuestión de Crimea, la prensa occidental no ha dudado en catalogar esta situación como una “aspiración imperialista” del presi-dente ruso.

Si bien la Federación Rusa sigue siendo una potencia, acusa una serie de debilidades económicas, demográficas y socia-les que entorpecen su capacidad de ascenso a una hegemonía global. Es por ello que –y al igual que lo hicieron los Megalo-

politas- intentan ampliar su proyección de poder.Por otra parte, Ucrania está en crisis y se encuentra fragmen-tada entre quienes pretenden formar parte de la Unión Euro-pea y, por otro lado, los que se encuentran cercanos a Rusia. La región en disputa es Crimea, allí se encuentra la base de Sebastopol, la Flota del Mar Negro de la Armada Rusa.

Lógicamente el gobierno de Vladimir Putin decidió operar militarmente en Crimea a los efectos de garantizar la seguri-dad de su flota, argumentando la protección de sus ciudada-nos (de la misma manera que Atenas actuó con el testimonio de embellecer las ciudades griegas). Allí surgió la alternativa de un referéndum que dicte la incorporación de Crimea a la Federación Rusa.

Atenas y Megalópolis eran aliados como actualmente Rusia y Estados Unidos mantienen relaciones de amistad (valga re-cordar que Putin fue el primer Jefe de Estado que se comuni-có con Bush tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 y mostró su disposición a integrar la coalición antiterrorista). Sin embargo Atenas quería mantener su predominio regional y, en consecuencia, no podía permitir que su aliado obtenga poder.

De la misma manera se puede reflejar a Estados Unidos en la actuación de Atenas. Sus esfuerzos para que Rusia no se convierta en la potencia que fue durante Guerra Fría son evi-dentes. Para ello configura su interés destacando, por un lado, la ilegalidad de la convocatoria del referéndum y por otro enfatizando la escalada expansionista de Putin.

Ucrania, en este caso, ocuparía el lugar de Lacedemonia, víctima de un juego de tensiones entre dos grandes actores que disputan la hegemonía global. En definitiva, los tiempos cronológicos son diferentes, lo que no cambia es la lógica de acción política.

bibliografía

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referencias

1polemología (del griego polemos, guerra, y logos, tratado): ciencia de la guerra en general; estudio de sus formas, causas, efectos y funciones como fenómeno social. palabra propuesta en 1946 por Gaston bouthoul en su libro cent millions de morts (cf. larousse mensuel, núm. 401, pág.11.)2Recordemos que para los ciudadanos de la antigua Grecia, representaba una monstruosa perversión la existencia de ciudades en ruinas. en este caso, los arcadios habían sido derrotados por los espartanos en la Guerra del peloponeso. en consecuencia, la reconstrucción de la ciudad represen-taba una óptima oportunidad para una alianza con atenas.