epidemiología hematozoarios

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9 C O L E C C I O N A B L E FEDERACIÓN COLOMBIANA DE GANADEROS FEDERACIÓN COLOMBIANA DE GANADEROS Epidemiología y control de los hematozoarios y parásitos tisulares que afectan al ganado

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Epidemiología y control de los hematozoarios y parásitos tisulares que afectan al ganado. Benavides, E. (2002). Carta Fedegan Nº 72, enero – febrero, (Anexo coleccionable “Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades en explotaciones ganaderas 9”), pp. 112-134.

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9C O L E C C I O N A B L EF E D E R A C I Ó N C O L O M B I A N A D E G A N A D E R O SF E D E R A C I Ó N C O L O M B I A N A D E G A N A D E R O S

Epidemiología y control de los hematozoarios y parásitos tisulares que afectan al ganado

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1. Introducción

Con este artículo se finaliza la seriedirigida al Control Racional y Soste-nible de los Parasitismos que afectan a

la industria ganadera en las condiciones deltrópico Colombiano. En esta ocasión se exa-minarán las bases epidemiológicas para elcontrol de los parásitos de la sangre (hemo-parásitos) del ganado y se presentará infor-mación actualizada sobre los parasitismostisulares de los bovinos, particularmente enlo relacionado con la Neosporosis, enferme-dad que ha demostrado su asociación comocausa de abortos en el ganado en diversaspartes del mundo.

En el segundo artículo de la serie (CartaFedegán, septiembre- octubre, 2001) sedescribía cómo, las regiones medias y cáli-das del trópico americano proveencondiciones ecológicas favorables para la

multiplicación de garrapatas y otros artró-podos que actúan como vectores de hemo-parásitos de los animales domésticos. EnAmérica Latina, la Babesiosis y la Anaplas-mosis son los hematozoarios de mayor im-portancia para el ganado bovino y en Co-lombia se consideran como una restricciónpara el incremento de la productividadganadera del país (Lobo, 1982; Benavides,1985).

A pesar de que la velocidad de transmisiónde los hemoparásitos es mayor en regionesbajas, debido a las altas poblaciones de vec-tores; el hecho paradójico es que los brotesde enfermedad hemoparasitaria son másfrecuentes en regiones de ladera (climascafeteros) y aún en los altiplanos. Las basesepidemiológicas que explican este fe-nómeno serán ampliadas en la siguientesección.

Epidemiología y control de los hematozoarios y parásitos tisulares

que afectan al ganado

Efraín Benavides Ortiz1

1 Médico Veterinario, MSc., PhD. Investigador principal. Programa Nacional de Salud Animal. Centro de Investigación en Salud yProducción Animal, CEISA. Avenida El Dorado No. 42 - 42 Bogotá, D.C., Colombia. Email: [email protected]

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Por la evidencia anterior, se ha consideradocuestionable, tanto desde el punto de vistateórico, como el económico, el uso intensi-vo de baños acaricidas e insecticidas comométodo de control de las pérdidas ocasio-nadas por los hemoparásitos del ganado,principalmente por posibilidad de crear sub-poblaciones en el hato que no cuentan conla apropiada inmunidad contra las enferme-dades hemoparasitarias (Norval, 1982; Be-navides, 1993).

El objetivo de este artículo es describir demanera breve y sencilla los conocimientos

actualizados disponibles sobre la epidemiolo-gía de estos organismos, conjuntamente conuna discusión sobre la posibles estrategias decontrol que es recomendable aplicar ennuestros sistemas de producción ganadera.

2. Los parásitos hemáticos del ganado, epidemiología y control

Los hemoparásitos son microorganismosque tienen como su hábitat al torrente san-guíneo y se desarrollan dentro o fuera delas células de la sangre (glóbulos rojos) ygeneralmente causan su destrucción. Evolu-tivamente corresponden a microorganismos

Figura 1. Parasitemia experimental del protozoario Babesia bigemina, el parásito se reconoce como parásitos grandes enforma de pera, generalmente ubicados como pares en forma de "V" al interior del glóbulo rojo, peronaturalmente ocurren diversas morfologías, tal como se observa en la lámina (Foto: E. Benavides).

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que existían en el tubo digestivo del vectory al éste alimentarse de sangre se adap-taron a las células sanguíneas del huéspedvertebrado. Estas afecciones se manifiestanclínicamente por fiebre, anemia, disminu-ción del apetito, caída en la producción dela leche, abortos pérdida de la condicióncorporal e incluso pueden causar la muertede algunos animales.

A pesar de producir cuadros clínicos similaresen animales afectados y de que compartenaspectos de su transmisión y epidemiología,existen por lo menos tres diferentes tipos de

enfermedad hemoparasitaria, las que soncausadas por microorganismos que pertene-cen a diferentes grupos parasitarios; es poresta razón que el diagnóstico de laboratoriose torna tan importante en el caso de estetipo de enfermedades; aunque la sinto-matología puede ser similar, la naturaleza delos diversos organismos y sus patrones detransmisión varían y por ende serán dife-rentes las alternativas de control para cadamicroorganismo. Los agentes reconocidoscomo hemoparásitos del ganado, en tér-minos generales pueden agruparse en trescategorías:

Figura 2. Parasitemia experimental del protozoario Babesia bovis, el cual aparece como formas pequeñas al interior delglóbulo rojo, que se ubican formando un ángulo obtuso. En la lámina se observan también formas individuales yanulares (Foto: E. Benavides).

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• Las Babesiosis o ranillas rojas• La anaplasmosis o ranilla blanca• La Tripanosomosis americana

del ganado.

La babesiosis es causada por dos diferentesespecies de protozoarios del genero Babe-sia (Soulsby, 1982); La primera más benig-na, Babesia bigemina, al examinarse bajo elmicroscopio se reconoce por producir típi-camente dentro del glóbulo rojo formasparasitarias en forma de un par de peras (fi-gura 1), mientras la segunda especie, Babe-sia bovis (previamente llamada Babesia ar-

gentina), es más patógena y produce for-mas más pequeñas, que tienden a causarque los glóbulos rojos afectados se agluti-nen en los capilares (figura 2). Ambasespecies son transmitidas por la garrapataBoophilus microplus, pero en diferentesmomentos de su desarrollo.

Por su parte la Anaplasmosis es causada porun agente bien distinto, en este caso setrata de la rickettsia Anaplasma marginale,este microorganismo se caracteriza por seruna bacteria que es transmitida por artró-podos (moscas y garrapatas) y que sólo es

Figura 3. Extendido sanguíneo demostrando una parasitemia experimental de la rickettsia Anaplasma marginale, el cualse observa como una puntuación al borde de los glóbulos rojos (Foto: E. Benavides).

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viable si se encuentra asociada a una célula(Carter & Chengapa, 1991). Este parásitoaparece bajo el microscopio como unas pe-queñas puntuaciones en el borde de losglóbulos rojos (figura 3).

Por último la Tripanosomosis es otro tipo deenfermedad hemoparasitaria causada porun protozoario flagelado; esta enfermedadfue importada de África donde es transmi-tida por la mosca Tsetse; en el continenteamericano donde no existe este tipo demoscas, estos organismos se han adaptadoa la transmisión por tábanos y en el caso de

los bovinos el organismo de mayor ocurren-cia es el Trypanosoma vivax, el cual vive enla sangre por fuera de los glóbulos rojos(figura 4).

La distribución y epidemiología de los he-moparásitos del ganado está regida por ladistribución de sus vectores, principal-mente la garrapata del ganado Boophilusmicroplus, pero también las moscas pica-doras; en Colombia esto corresponde atodas las regiones con una altitud inferioraproximada a los 2200 m.s.n.m. Se debeaclarar, que en la última década, debido al

Figura 4. Presencia del protozoario flagelado Trypanosoma vivax en un extendido sanguíneo de un bovinoexperimentalmente infectado en el laboratorio (Foto: E. Benavides).

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fenómeno de calentamiento global(Martens, Jetten & Focks, 1996), la dis-tribución de esta garrapata ha ido ascen-diendo a regiones que antes se conside-raban inhóspitas para su supervivencia. Enel caso de A. marginale, en el cual esimportante la transmisión asociada con lasactividades de manejo que impone el hom-bre (transmisión iatrogénica), principal-mente el inadecuado uso de agujas y otromaterial contaminado, la dispersión eimpacto en climas fríos, parece ser muchomás importante, que lo que se considerabaen el pasado.

A continuación se realiza una breve descrip-ción de los patrones clínico y epidemiológi-cos de presentación de cada uno de estosparásitos en las regiones ganaderas delpaís; haciendo énfasis en las descripción delfenómeno de estabilidad enzoótica.

2.1. El concepto de estabilidadEnzoótica para enfermedadeshemoparasitarias

La existencia de inmunidad previa, la veloci-dad de transmisión y la edad a la que ocurreel primer contacto con el parásito (primo-infección), determinan el efecto clínico quecausará ese contacto entre el parásito y elhuésped. Por ejemplo, el cuadro clínico típi-co de la infección aguda por Babesia yAnaplasma únicamente ocurre en animalesadultos susceptibles; en condiciones natu-rales esto sólo ocurre en regiones margina-les para la garrapata o cuando se trans-portan animales adultos susceptibles aregiones endémicas. En los sitios donde las

garrapatas son abundantes, la epidemiolo-gía de estas enfermedades se caracterizapor la Estabilidad Enzoótica, este concep-to implica la presencia de un alto porcentajede ganado infectado, pero la rara ocurren-cia de enfermedad clínica (Benavides,1985). Esta relación se mantiene debido ados factores; la inmunidad pasiva (anticuer-pos) proveída por el calostro y la tempranainfección de los terneros, los que se hademostrado, poseen resistencia innata (aúnen ausencia de anticuerpos) hasta cerca delos nueve meses de edad. Durante estaedad, los animales adquieren la infecciónsin presentar signos aparentes de en-fermedad; la inmunidad resultante, una vezestablecida, es mantenida en ganado adul-to mediante re-infecciones, las que son ina-parentes clínicamente.

En regiones donde las condiciones ambien-tales no son favorables para la reproducciónde la garrapata y en sitios donde la pobla-ción se reduce artificialmente por un inten-so control, se rompe este equilibrio, pues notodos los terneros se infectan antes de losnueve meses de edad, creando así un seg-mento de ganado susceptible dentro delhato, animales que muy posiblementedesarrollarán enfermedad clínica aguda (conalta probabilidad de morir) cuando obten-gan contacto con el hemoparásito mesesmás tarde. Esta situación es conocida comoInestabilidad Enzoótica en la cual la en-fermedad se vuelve periódicamente apa-rente, coincidiendo con períodos de tiempofavorables para la reproducción de la garra-pata (Benavides, 1985).

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El factor que determina la presencia deestabilidad o inestabilidad en una finca esla velocidad de transmisión del organismoentre los animales jóvenes (Benavides,1985; Mateus, 1987), lo cual se ilustra enla figura 5. Como en condiciones natu-rales la velocidad de transmisión dependedel número de garrapatas, entonces sepuede graficar la probabilidad de ocurren-cia de brotes de enfermedad, acorde alnúmero promedio de garrapatas en elganado, asumiendo que antes de losnueve meses de edad, los animales con-traerán la infección, pero no desarrollaránenfermedad clínica (Mahoney & Ross,1972). Entonces en la figura, que de-muestra la probabilidad de adquirir la in-fección en animales desde el nacimientohasta los cuatro años de edad, aparecenen color amarillo los terneros que tendráncontacto con el parásito pero no se enfer-marán (infección antes de los nuevemeses); en color rojo, los animales que seenfermarán luego del contacto (infeccióndespués de los nueve meses); y en colorazul, aquellos que no han tenido contactocon el parásito.

Se puede observar, que cuando el númerode garrapatas es muy bajo (ejemplo unagarrapata cada cinco días = 0,2 garrapa-tas/día), la mayoría de animales jamasadquiere la infección y la poca proporciónque lo hace (11%), están a riesgo de sufrirla enfermedad clínica. A medida que se in-crementa el promedio de garrapatas en elhato, el porcentaje de animales que ad-quiere la infección de modo temprano se

aumenta y esta franja de animales, se con-sidera protegida del riesgo de sufrir enfer-medad; por ejemplo bajo las condiciones detransmisión de 2 garrapatas /día, 29%están protegidos, 49% están a riesgo desufrir la enfermedad clínica y 22% no ten-drá contacto con el parásito hasta los cua-tro años de edad. Así hasta llegar al otro ex-tremo (50 garrapatas/día) cuando todos losanimales se infectan antes de los nuevemeses de edad.

Este modelo hipotético, debe considerarseprincipalmente en términos didácticos; bajolas condiciones de las fincas, la situación esmás compleja, ya que los niveles de infec-ción de las garrapatas con el parásito varíany los números de garrapatas en los animalesno se mantienen constantes, debido a lospatrones de movimientos de los animalesentre los potreros, a factores estacionales ya las aplicaciones de garrapaticidas. Sin em-bargo, el modelo sirve para ilustrar elhecho, de que la mejor protección contra laaparición de enfermedad hemoparasitariaen la finca es permitir que los animales jó-venes posean un nivel moderado de garra-patas, el suficiente para asegurar la infec-ción de todos los animales antes de losnueve meses de edad.

Por otra parte, existen una serie de factoresque influenciarán el resultado de esa pri-moinfección del hemoparásito, prin-cipalmente la raza de los animales y la ca-lidad del aporte nutricional. Se hademostrado, por ejemplo bajo las condicio-nes del Caribe Colombiano (Navarrete,

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Sano Muerte No infectado

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39%

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Edad en meses

2 garrapatas / día

Sano Muerte No infectado

29%

22%

49%

1 5 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49

Edad en meses

10 garrapatas por día

Sano Muerte No infectado

74%

26%

1 5 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49

Edad en meses

20 garrapatas / día

Sano Muerte No infectado

1 5 9 13 17 21 25 29 33 37 41 45 49

92%

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Edad en meses

50 garrapatas / día

Sano Muerte No infectado

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Figura 5. Representación gráfica de la probabilidad de adquirir la infección por Babesia bovis entre el nacimiento y elcuarto año de edad en bovinos pastoreando praderas con diferente intensidad de infestación por garrapatas. Elsignificado de los colores se explica en el texto. La línea punteada vertical indica la edad de resistencia innata alparásito (Modificado a partir de Mahoney, 1975).

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1990), que la infección por A. marginale enterneros causó menores tasas de crecimien-to (28 g/día inferior en el grupo infectado);pero también existe el fenómeno de cre-cimiento compensatorio una vez el animalha superado la primoinfección, para lo cuales vital la adecuada nutrición.

Como conclusión, antes de describir elcuadro clínico de cada tipo de afecciónhemoparasitaria se debe afirmar que exis-ten dos posibles resultados del contactoentre el parásito y el huésped; bien, la pro-ducción de enfermedad clínica evidente, ola inducción de un estado subclínico en elcual el animal es aparentemente sano, peroportador del parásito. La comunidad cientí-fica ha aceptado dos tipos de denomi-nación para estas situaciones; en el primercaso se utiliza el sufijo "osis"; entonces alutilizar el termino "babesiosis", aceptamosque ocurre tanto el parásito, como la enfer-medad clínica que él causa; por su parte eluso del sufijo "asis" implica que el parásitoestá presente pero sin causar afección clíni-ca evidente; el termino "babesiasis" implicala circulación del parásito en el ganado,pero sin causar una sintomatología eviden-te (Kassai et al., 1988).

2.2. Las babesiosis del ganadoExisten dos tipo de babesiosis del ganado(también conocidas popularmente como"Piroplasmosis", porque los organismos tie-nen forma de pera, o como"Ranilla roja",debido a que en su forma aguda febrilinduce la producción de orina de tinte roji-zo), las cuales son entidades clínicas dife-

rentes, causadas por dos especies distintasde parásitos; Babesia bigemina (benigna) yBabesia bovis (más patógena), ambas trans-mitidas por la garrapata Bo. microplus; perocada especie de parásito es transmitida porun diferente estadio del ciclo de vida de lagarrapata (Corvin & Nahm, 1997); mientraslas larvas de la garrapata sólo transmiten aB. bovis, las ninfas y adultos podrían sercapaces de transmitir ambas especies deparásito. Esto tiene implicaciones prácticascuando se introducen animales susceptiblesen un área infestada con garrapatas, conrelación al tiempo de aparición de cada tipode enfermedad hemoparasitaria; entonces,primero será evidente B. bovis y luego B.bigemina. El lapso de tiempo que transcurreentre la introducción del ganado suscepti-ble a un potrero infestado con garrapatas yla aparición de síntomas (período de incu-bación), para ambos tipos de Babesia, es dedos a tres semanas.

Los animales afectados por la babesiosispresentan fiebre alta (hasta 41°C en B.bovis), anorexia, depresión del animal,debilidad, cese de la rumia y caída en laproducción de leche; se presenta incremen-to de las frecuencias cardíaca y respiratoriay se observan variados grados de anemia(Blood et al., 1988). En casos agudos de B.bigemina la orina suele adquirir un color ro-jizo con espuma abundante y estable (he-moglobinuria), fenómeno causado por ladestrucción de los glóbulos rojos; por suparte, en algunos animales con infeccionesagudas por B. bovis es común encontrarcasos de Babesiosis cerebral, acompañada

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de síntomas nerviosos, tales como tamba-leo, convulsiones, parálisis de los miembrosy coma (Furie, 1982). El desarrollo de laenfermedad causada por B. bovis es bas-tante rápida y los animales pueden morir alas pocas horas de presentar los primerossíntomas; esto es debido a la acumulaciónde glóbulos rojos infectados en los capilaresde distintos órganos incluido el cerebro(figura 6).

El diagnóstico de babesiosis se confirmademostrando la presencia de parásitos enextendidos sanguíneos obtenidos a partir

de los animales afectados por una enfer-medad con síntomas similares a lo aquídescrito. Sin embargo, como el parásitopuede circular con relativa frecuencia, peroa bajos niveles, en ganado sano de regionesenzoóticas, principalmente animales entreuno y tres años de edad (Benavides, 1993),para la correcta interpretación del diagnós-tico se requiere comparar el nivel de la para-sitemia (porcentaje de células infectadas)con el valor del hematocrito (Tabla 1), di-ferenciando el criterio de diagnóstico si lamuestra proviene de animales enfermos(síndrome agudo) o muertos.

Figura 6. Acumulación de glóbulos rojos infectados por Babesia bovis, en los capilares de un ternero que murió deBabesiosis cerebral; note el taponamiento de los vasos sanguíneos (Foto: E. Benavides).

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Tabla No. 1

Criterios de interpretación diagnóstica para confirmar la Etiología de casos agudos de enfermedad hemoparasitaria

en bovinos adultos en regiones enzoóticas

Fuente de la muestra Hemoparásito Criterio diagnóstico Observaciones

Bien puede tratarse de frotis capilar o venoso, recolectado de animales con cuadro febril

Muestra obtenida de sangre capilar en el examen post-mortem.

Correlacionar hallazgos de laboratoriocon signos clínicos.

Animales vivos

Animales muertos

Anaplasma marginale

Babesia bigemina

Babesia bovis

Anaplasma marginale

Babesia bigemina

Babesia bovis

Parasitemia > 1%

Hematocrito < 20%

Parasitemia > 0,5%

Hematocrito < 20%

Presencia del parásito en

cualquier frotis sanguíneo

Parasitemia > 1%

Parasitemia > 1%

Presencia del parásito en

cualquier frotis sanguíneo

La muestra para el diagnóstico es sangre conanticoagulante (EDTA o citrato de sodio);también se puede recolectar una muestra desangre capilar, realizando un pequeño pin-chazo en la punta de la cola, en cuyo caso sedebe realizar el extendido sanguíneo direc-tamente en el campo (figura 7). Al utilizareste tipo de muestra, se aumenta la proba-bilidad de encontrar los parásitos, pero esimposible determinar el hematocrito; gene-ralmente se recomienda aportar ambostipos de muestra, capilar y venosa.

Se debe observar que para la confirmacióndel diagnóstico no basta el simple hallazgo

de un parásito; para ratificar la ocurrenciade babesiosis causada por B. bigemina serequiere que más del 0,5% de las células seencuentren infectadas (en términos prácti-cos, dos o más parásitos por campo delmicroscopio) y la presencia de anemia(hematocrito inferior a 20%); en otro caso,si se trata de animales de regiones endé-micas, es poco probable que este parásitosea la causa de la enfermedad del ganado.Para confirmar la babesiosis causada por B.bovis la presencia de cualquier parásito enun frotis se considera suficiente para con-firmar el diagnóstico, pero esto debe sercorroborado con la presencia de signos

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clínicos compatibles. Para este parásito esde alto valor el examen de extendidos capi-lares, ya que él tiende a aglutinarse en lospequeños vasos sanguíneos.

2.3. AnaplasmosisLa anaplasmosis es conocida popularmentecomo "Ranilla Blanca", debido a que noinduce la producción de orina con tinte roji-zo. La transmisión de esta bacteria ocurreprincipalmente por garrapatas, pero estádemostrado que también es importante sutransmisión a través de moscas picadoras y

por agujas o material de cirugía (castracio-nes, descornes, etc.) sin adecuada desinfec-ción. Los animales afectados muestrandebilidad, disminución de los movimientosde la panza, mucosas pálidas y la fiebrealcanza a 40,5°C y puede permanece eleva-da o fluctuar durante varios días o semanas.El periodo de incubación para este parásitoluego del contagio o de la introducción deanimales susceptibles a un potrero infesta-do con garrapatas es de entre 25 - 60 días.Las manifestaciones clínicas de anaplasmo-sis son por lo general menos agudas que las

Figura 7.Pasos para la toma correcta la muestra capilar para el análisis de enfermedad hemoparasitaria en el laboratorio.La punta de la cola es depilada con la ayuda de una tijera, una punción es realizada con una aguja estéril y untubo capilar heparinizado es llenado con la sangre que mana de la punción. El frotis es preparado en una láminaportaobjetos limpia y desengrasada (Foto: E. Benavides).

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babesiosis aguda, pero en el tiempo suefecto es más persistente. Los animales quelogran sobrevivir a estas enfermedades setornan inmunes, es decir son resistentes a laenfermedad y pueden permanecer en esteestado por mucho tiempo; sin embargomuchos de ellos (especialmente en el casode anaplasmosis) permanecen en un estadocorporal precario y su vida reproductiva seve comprometida.

El diagnóstico confirmatorio de anaplas-mosis requiere del uso de los criteriosdescritos en la tabla 1, similares a los uti-lizados para Babesiosis; es decir implica enla práctica, demostrar más de cuatroparásitos por campo y la presencia de fran-ca anemia. Se debe anotar adicionalmente,que en las condiciones de los sistemas deproducción de trópico medio y bajo, fre-cuentemente se achaca a la anaplasmosisalgunos problemas de enflaquecimientode animales adultos; sin embargo, conbase en la epidemiología de esta enfer-medad, es muy poco probable que elAnaplasma sea la causa primaria de esaafección del ganado; lo que ocurre es quegeneralmente existe otra causa primaria(por ejemplo, plantas tóxicas o deficienciasminerales) que alteran el equilibrio del ani-mal y su inmunidad, lo cual en animalesportadores conduce al incremento de laparasitemia. En estos animales, obvia-mente el tratamiento específico contra labacteria contribuirá a mejorar la condicióndel animal, pero es imprescindible identi-ficar y controlar la causa primaria de eseestado.

2.4. TripanosomosisLa Tripanosomosis del ganado en el conti-nente americano es una enfermedad aunno completamente explicada; mientras lasdescripciones de los textos de MedicinaVeterinaria (escritos generalmente en paísestemplados) se orientan más a la reseña delos síndromes de "Nagana" y "Surra", quecorresponden a la enfermedad que ocurreen el continente africano, causada por di-versas especies de estos parásitos flagela-dos, que son transmitidos por la moscaTsetse, Glossina palpalis; en Sudamérica,donde no existe ese tipo de mosca, sudescripción clínico epidemiológica distamucho de estar completa, debido principal-mente a la relativa reciente introducción delparásito (Otte, 1991).

La investigación epidemiológica adelantadasobre esta enfermedad en las tres últimasdécadas en el país (Wells et al., 1970;Betancourt & Wells, 1979; Otte, 1991), per-mite conocer que el organismo es endémi-co en zonas cálidas y húmedas (CostaAtlántica, Valles Interandinos, Llanos Orien-tales) guardando relación con la presenciade los vectores, que en Sudamérica se hapodido comprobar son los Tábanos, par-ticularmente las especies Tabanus nebulo-sus y Tabanus claripennis. Sin embargo, lapresencia del parásito no siempre está aso-ciada con enfermedad del ganado; aunquepara Trypanosoma no se ha validado el con-cepto de estabilidad enzoótica, por lo gene-ral animales jóvenes de zonas endémicasson portadores del organismo y no mues-tran los síntomas clínicos de la enfermedad.

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En un estudio epidemiológico a través deltiempo realizado en fincas endémicas paraT. vivax del departamento de Córdoba(Otte, 1991), se demostró que niveles másaltos de transmisión ocurrían en hatos lo-calizados cerca de áreas pantanosas; eldiagnóstico de tripanosomosis clínica fueesporádico y los episodios clínicos se ca-racterizaron por una severa caída en la pro-ducción de leche, pérdida en la condicióncorporal, abortos y mortalidad en ganadoadulto. Esto contrasta con el síndrome deNagana o Renguera descrito en los textos,que es una enfermedad crónica, consunti-va, acompañada de fiebres intermitentes,anemia y edemas. Por su parte en el estudiode Córdoba, la infección en terneros tuvoun efecto subclínico demostrado por laspruebas de laboratorio; terneros infectadospresentaron una reducción en el hematocri-to cercana al 10% en comparación con ani-males no afectados y su ganancia de pesode disminuyó en un 20-25%.

El diagnóstico de tripanosomosis se basa endemostrar estos parásitos flagelados en fro-tis sanguíneos o en aspirados de gangliolinfático; la técnica recomendada es la cen-trifugación es la centrifugación en tubocapilar o técnica de Woo, la cual es cerca de20 veces más sensible que el simple frotissanguíneo. Sin embargo, aun se requiere deinvestigación epidemiológica aplicada enlas fincas, para discernir aspectos del com-portamiento de esta enfermedad; por ejem-plo en el Magdalena Medio se presentanbrotes de enfermedad cada 4 - 6 años y nose conocen cuales son los factores que

desencadenan estos brotes, en ganado quede otra manera es portador sano.

2.5. El control de las pérdidascausadas por los hemoparasitismos

El control de los hematozoarios del ganadodebe estar dirigido a disminuir las pérdidasbuscando un óptimo económico, apoyán-dose en aspectos inmunitarios, más que aerradicar los microorganismos de la explo-tación; la estrategia a utilizar no puede des-ligarse de los planes de control de losectoparásitos del ganado en la finca. Entérminos generales, el objetivo de las medi-das es evitar pérdidas tratando de retornara una situación de equilibro, de tal maneraque se minimice la posibilidad de brotes enlos animales.

En casos de enfermedad clínica aguda deganado joven o adulto, el diagnóstico delaboratorio es imprescindible, para orientarlas urgentes medidas de control. La utiliza-ción de tratamientos con drogas tipo "esco-peta" para estas afecciones, no es recomen-dable, por un lado, porque al no existirclaridad sobre el parásito actuante, no esposible delinear esquemas racionales decontrol; por otro lado, el tratamiento indis-criminado de los animales, puede conducir aesterilizarlos parasitológicamente, afectan-do así el estado de estabilidad enzoótica.

La elección del sistema de control debe teneren cuenta factores relacionados con el sis-tema de producción; raza, valor de cada ani-mal y margen de rentabilidad esperado,

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además de las disponibilidad de recursos,para desarrollar tanto la estrategia de con-trol de artrópodos, como la del hemo-parásito (Lawrence & De Vos, 1990).

2.5.1. Anaplasmosis y fabesiosisLa selección de la mejor estrategia para elcontrol de estas enfermedades dependeráde sí se está en una región enzoótica (esta-ble o inestable), es decir en regiones mediasy cálidas del país, o si se está en una regiónlibre de la enfermedad; lo que correspondea los altiplanos, hoy en día regiones por en-cima de los 2500 msnm. La presencia debrotes de enfermedad hemoparasitaria enel trópico, bajo generalmente indica situa-ciones de inestabilidad, causadas por unmuy intenso control de garrapatas. Laestrategia de control, fuera de atender loscasos clínicos individuales, es tratar de vol-ver a la situación estable, para lo cual es ne-cesario reducir la intensidad de baños ga-rrapaticidas y pensar en inmunizar elganado contra los hemoparásitos.

Existen dos maneras de que el ganado al-cance una adecuada inmunidad contra Ba-besia y Anaplasma, la primera es medianteexposición natural y la segunda mediantevacunación. La exposición natural se lograpermitiendo un incremento en el númerode garrapatas en el ganado, pero esto po-dría no ser aceptable en ciertos sistemas deproducción que trabajan con alto mestizajede sangre Europea, principalmente ganadode doble propósito y de lechería tropical. Enestas situaciones podría requerirse el uso devacunas específicas. En Colombia ya está

disponible comercialmente una vacunacongelada trivalente contra Anaplasmosis yBabesiosis, la cual es resultado de los es-fuerzos de investigación de nuestro grupo(Benavides et al., 2000).

Una situación frecuente asociada con eldesencadenamiento de brotes es la in-troducción de ganado susceptible aregiones donde crece la garrapata, en estecaso es recomendable inmunizar al gana-do dos meses previo a la movilización. Nose recomienda el uso de esquemas dequimioprofilaxis para llevar a cabo estasmovilizaciones de ganado, ya que la drogaprotegerá al ganado por algunas semanas,pero también se impedirá el crecimientodel organismo y por lo tanto la adquisiciónde inmunidad. En estos casos, lo másprobable es que el animal resulte afectadopor el hematozoario unas semanasdespués, cuando haya cesado el efecto delfármaco.

Para el control de casos clínicos agudos,luego de obtener el adecuado diagnósticode laboratorio, se debe proceder a aplicar laterapia farmacológica específica, es decir,Diminazene (3 mg/kg) o Imidocarb (1,2mg/kg) para el caso de babesiosis; y Tetra-ciclinas (20 mg/kg) o Imidocarb (3 mg/kg)para Anaplasmosis. Estos tratamientosdeben ser complementados con antianémi-cos, terapia de líquidos y transfusiones desangre si es necesario. En casos febriles, esimportante controlar el problema de atoníaruminal y timpanismo, mediante el suminis-tro de laxantes suaves.

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2.5.2. TripanosomosisMientras no se finalicen los estudios epide-miológicos tendientes a conocer los fac-tores que inciden en la presencia de brotesde enfermedad será difícil formular unaestrategia valedera de control poblacional yla única alternativa es el control farmacoló-gico de los casos clínicos a medida que vanapareciendo. Una alternativa hacia el futurosería, del mismo modo como se hace enÁfrica, buscar tratamientos profilácticospoblacionales en épocas previstas comocríticas.

El control de la tripanosomosis debe estarbasado en tres aspectos; disminuir la veloci-dad de transmisión, identificar los porta-dores y buscar su tratamiento. En cuanto alprimero, el control de tábanos es difícil dedesarrollar y es poco lo que se conoce sobrela biología de esta mosca; experiencias enotras latitudes demuestran que el uso deinsecticidas es prácticamente inútil y que sucontrol debe basarse en el uso de trampas.Esto requiere de investigación local para serdesarrollado.

La identificación de portadores debe hacer-se con el apoyo de las pruebas de laborato-rio, en particular la prueba del tubo capilar;en las fincas debe buscarse examinar aque-llos animales que presenten abortos, enfer-medad o enflaquecimiento repentino y encaso de confirmarse el diagnóstico procedera su tratamiento con fármacos específicos.

Existen dos tipos de compuestos químicospara el control de la tripanosomosis, pre-

ventivos y curativos; los primeros formandepósitos en el cuerpo y poseen largosperíodos de actividad ya que se liberanlentamente, por esto son recomendadospara proteger al ganado por largos perío-dos, principalmente en épocas de altos ni-veles de transmisión, un ejemplo de estetipo de fármacos es el Cloruro de Isometa-midium; Por otro lado, los fármacos cura-tivos se elimina rápidamente y se usan parael tratamiento de casos confirmados o sos-pechados, un ejemplo de ellos es el Acetu-rato de Diminazene.

Las drogas preventivas protegen al ganado,acorde a la dosis aplicada, por hasta cincomeses; sin embargo son compuestos conalgún efecto hepatotóxico y su uso estáindicado cuando el ganado está bajo cons-tante riesgo de contraer la enfermedad ocuando se presentan brotes continuos. Eluso de drogas curativas es más rentablecuando se presentan casos esporádicos dela enfermedad, la droga actúa rápido y setolera bien, pero los animales podrían rein-festarse dos semanas después del trata-miento.

3. Parasitosis TisularesSe reconoce como parásitos tisulares al gru-po de parásitos internos que se aloja en lostejidos del huésped, particularmente en lamusculatura. Dos grupos de parásitos sedestacan como los más importantes para elganado bovino; primero está la tenia huma-na Taenia saginata que desarrolla sus faseslarvarias en la musculatura del bovino y seconsidera un importante problema de Salud

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Pública, ya que el hombre se infecta al inge-rir carnes contaminadas (Corvin & Nahm,1997); segundo se cuenta con las coccidiastisulares; correspondientes a organismosmicroscópicos (protozoarios) cuyo huéspeddefinitivo es un carnívoro y en los tejidos delherbívoro ocurren fases intermediarias, delas que se recontamina el cazador.

La cisticercosis (como se conoce esta tenia-sis de los bovinos) es un problema de higie-ne y saneamiento ambiental, pero tambiénde calidad del producto cárnico (Soulsby,1982; Corvin & Nahm, 1997); el hombre secontamina al ingerir carnes bovinas infec-tadas con el parásito, crudas o mal cocidas;la tenia adulta se aloja en su tubo digestivoy los huevos salen con las heces. Por suparte, el bovino se infecta al ingerir pas-turas o piensos contaminadas con huevosdel parásito; esto quiere decir que personashan defecado en o los alrededores de po-treros o fuentes de alimentos de los ani-males. La instalación de letrinas y prácticasde higiene en los hatos será el mejor controlpara este problema. Además, la adecuadainspección en mataderos y la refrigeración a-10º C por ocho días de carnes conta-minadas, aportará en la solución de esteproblema.

Las coccidias tisulares son fases intermedia-rias de protozoarios que ocurren en lamusculatura y otros tejidos de herbívoros yotras especies animales; siendo el huéspeddefinitivo los carnívoros, donde ocurrencomo parásitos intestinales. La transmisiónnatural (ciclo heteroxénico) de estos parási-

tos se ajusta a la cadena alimenticia cazador– presa; dentro de las especies de mayorimportancia veterinaria se encuentranSarcocystis cruzi, Toxoplasma gondii yNeospora caninum (Soulsby, 1982; Corvin& Nahm, 1997).

La descripción tanto de las enfermedadescausadas por estos tres microorganismos,como de aspectos de su clasificación esrelativamente reciente; para Sarcocystisspp. se conoce que existen diversas espe-cies que ocurren en diversos huéspedes in-termediarios (bovinos, ovinos, porcinos,equinos), siendo los huéspedes definitivos,los caninos, felinos y aún el hombre, exis-tiendo aparentemente gran especificidaden cuanto al huésped. S. cruzi es la especiemás patógena para el ganado y en su fasetisular en el bovino ocurre en célulasendoteliales, músculo cardiaco y muscula-tura esquelética. Aunque el hallazgo dequistes de parásitos en estos tejidos puedeser un evento de común ocurrencia para unpatólogo (figura 8) en animales aparente-mente sanos; se han descrito brotes deenfermedad aguda en terneros asociadascon este parásito, acompañadas de fiebre,pérdida del apetito, anemia, pérdida depeso y posible muerte; mientras en elhuésped definitivo, el perro, no se detectaningún tipo de sintomatología.

Una segunda y bien renombrada coccidiatisular, debido a los problemas oculares ycongénitos que causa en humanos es laToxoplasmosis, causada por el Toxoplasmagondii, donde el huésped definitivo es el

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Figura 8. Histopatología de músculo cardíaco donde se observa un esquizonte de Sarcocystis bovis insertado al lado de lascélulas y fibras de Purkinje. Hematoxilina y Eosina (Superior X100; inferior X400). (Foto: E. Benavides & D. Ortiz.)

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gato; sin embargo, posiblemente éste no esla fuente de contagio más común para elhumano, ya que las carnes rojas y leches,principalmente de ovinos y caprinos se con-sideran importantes fuentes de la infección;el T. gondii utiliza más de 200 especies ani-males como huésped intermediario, inclu-yendo mamíferos, aves, reptiles y humanos.

Finalmente, la Neosporosis fue descrita porprimera vez como causa de meningoen-cefalitis y miositis en perros en Noruega en1984 y posteriormente se ha ampliado ladescripción de su ciclo de vida involucrandobovinos, caprinos, equinos y ovinos. Hoy endía Neospora caninum es considerada unade las más frecuentes causas de abortoendémico y epidémico en diversas regionesdel mundo, tan diversas como Gran Bretaña(Davison, Otter & Trees, 1999), Nueva Ze-landa (Schares, Conraths & Reichel, 1999) yBrasil (Corbellini et al., 2002); se desconoceel papel que este organismo juega en nues-tro país como causa de abortos.

Dada su importancia, hoy existe investiga-ción activa en muchos países relacionadacon esta enfermedad, incluyendo la deter-minación de patrones de transmisión, eldesarrollo de métodos diagnósticos y aúnde vacunas para su control. Hoy se conoceque el perro es el huésped definitivo delparásito, donde ocurre un ciclo intestinal (elciclo de transmisión se ilustra en la figura9), los ooquistes del parásito contaminan elalimento del ganado quien adquiere la in-fección, alojándose el parásito en cualquiertipo de tejido, principalmente músculo

esquelético y tejido nervioso (Corvin &Nahm, 1997); el perro también puede cons-tituirse en huésped intermediario.

Aparentemente, el parásito se reactiva conla preñez de las vacas y entonces ocurre latransmisión transplacentaria, pudiendoexistir tres posibles resultados de este even-to; la producción de un aborto o de unmortinato, el nacimiento de un terneroaparentemente sano pero con infecciónpersistente, o el nacimiento de un ternerosano sin la infección, en cuyo caso el ciclode transmisión se rompe.

El ciclo heteroxénico, es decir el que se daentre dos o más especies de animales, secompleta cuando los perros ingieren dese-chos infectados, incluyendo, placentas, car-casas u otros materiales fruto de abortos. Elciclo de propagación vertical se completacuando las terneras persistentementeinfectadas llegan a su edad reproductiva,pudiendo ocurrir con la preñez, cualquierade los tres posibles resultados ya descritos.

El diagnóstico de Neosporosis debe estarbasado en el examen microscópico de cier-tos tejidos utilizando coloraciones espe-ciales, principalmente de placentas y fetosabortados (en los que se examina cerebro ycorazón). Existen pruebas serológicas, par-ticularmente las tipo ELISA, para determi-nar la situación del hato, pero se debe sercauto con su interpretación, ya que losniveles de anticuerpos fluctúan y los resul-tados serológicos deben ser evaluados enconjunto con otros criterios. Que unos ani-

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males sean positivos a la presencia deanticuerpos no significa que todos losabortos sean debido a infección porNeospora; se requiere de una evaluaciónepidemiológica y del examen histopa-tológico de los fetos abortados.

En Colombia aun se requiere adelantar in-vestigaciones epidemiológicas para conocerla situación de esta enfermedad como posi-ble causa de abortos; por el momento sepuede afirmar que el control de la Neospo-

rosis debe estar basado en tratar de romperel ciclo de transmisión; esto implica, daradecuada disposición sanitaria de placentasy fetos abortados, evitar que los perrosdefequen en fuentes de agua o de alimen-to para el ganado y el posible examen sero-lógico de las novillas de reemplazo. Sin em-bargo sólo los resultados de la investigaciónepidemiológica aplicada bajo nuestrascondiciones, brindarán apropiada informa-ción para la correcta toma de decisionessobre este particular.

Figura 9. Ciclo de vida del protozoario Neospora caninum, demostrando sus dos más importantes ciclos de transmisión, elque ocurre entre diversas especies animales (heteroxónico) y el ciclo de propagación vertical (madre-hijo).Modificado a partir de McAllister Laboratory, Universidad de Illinois(http://www.cvm.uiuc.edu/faculty/images/neospora.pdf)

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