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Seminario Bautista del Perú Epistemología/1 EPISTEMOLOGíA 1 El criterio para la verdad en la educación Con este tema, usted, como educador cristiano debe alcanzar los siguientes objetivos: 1) Conocer los distintos criterios ofrecidos por el hombre y por Dios para el conocimiento de la verdad 2) Evaluar los criterios para el conocimiento de la verdad 3) Conocer los métodos para el conocimiento de la realidad 4) Reconocer la revelación como el criterio y método final y absoluto para el conocimiento de la realidad 5) Evaluar con la revelación todo conocimiento a impartir en sus cursos escolares o eclesiásticos 6) Integrar la revelación en su metodología y contenido de enseñanza escolar o eclesiástica Contenido: 1. El criterio para el conocimiento de la verdad 2. El método para el conocimiento de la verdad 3. Los límites del conocimiento humano 4. El conocimiento correcto Introducción general ¿Qué es la verdad? es la pregunta más seria que pudo hacer Pilato y que puede hacer el hombre que piensa. Pilato, como ningún otro hombre en la Biblia, hizo esta pregunta directamente a Jesús. Lástima que Pilato no haya esperado la respuesta. Lástima para él, pero no para nosotros. Porque la palabra verdad estuvo en labios de Jesús muchas otras veces. Nosotros sí podemos escuchar la respuesta de Jesús. Pero ¿es una pregunta legítima? ¿o no tiene el hombre necesidad de saber ni de preguntarse sobre la verdad? ¿Es la verdad evidente para todos por igual? ¿Hay una sola verdad en el mundo? ¿Hay algunos que están equivocados y otros, acertados? ¿Cómo se puede llegar a una conclusión verdadera ? Preguntas como éstas se hace la filosofía cuando trata de conocer el conocimiento y la verdad. A este campo del interrogante filosófico se le llama EPISTEMOLOGÍA . Esta designación procede de dos palabras griegas, , inteligencia, conocimiento, y , estudio. De modo que epistemología es el estudio filosófico del conocimiento. "Muchos pensadores han sostenido que el problema del conocimiento es el gran problema de la filosofía. Que es en extremo importante debe se obvio a todo el mundo. Las interrogaciones: ¿Qué puedo yo conocer? y ¿Cómo puedo yo conocer? tienen que formulárselas en algún momento todos los filósofos. A menos que le sea posible al hombre conocer, le será imposible elaborar menos todavía estar de seguro, de ningún 1 Julio Tresierra, ponencia con ocasión del I Seminario para Educadores Cristianos, SBP, 1991. Este estudio está basado principalmente en el libro de Warren C. Young, UN ENFOQUE CRISTIANO A LA FILOSOFIA , Texas, Estados Unidos; Editorial Mundo Hispano, Sétima Ed., 1986

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Seminario Bautista del Perú Epistemología/1

EPISTEMOLOGíA 1

El criterio para la verdad en la educación

Con este tema, usted, como educador cristiano debe alcanzar los siguientes objetivos:

1) Conocer los distintos criterios ofrecidos por el hombre y por Dios para el conocimiento de la verdad

2) Evaluar los criterios para el conocimiento de la verdad3) Conocer los métodos para el conocimiento de la realidad4) Reconocer la revelación como el criterio y método final y absoluto para el conocimiento

de la realidad5) Evaluar con la revelación todo conocimiento a impartir en sus cursos escolares o

eclesiásticos6) Integrar la revelación en su metodología y contenido de enseñanza escolar o

eclesiástica

Contenido: 1. El criterio para el conocimiento de la verdad2. El método para el conocimiento de la verdad3. Los límites del conocimiento humano4. El conocimiento correcto

Introducción general

¿Qué es la verdad? es la pregunta más seria que pudo hacer Pilato y que puede hacer el hombre que piensa. Pilato, como ningún otro hombre en la Biblia, hizo esta pregunta directamente a Jesús. Lástima que Pilato no haya esperado la respuesta. Lástima para él, pero no para nosotros. Porque la palabra verdad estuvo en labios de Jesús muchas otras veces. Nosotros sí podemos escuchar la respuesta de Jesús. Pero ¿es una pregunta legítima? ¿o no tiene el hombre necesidad de saber ni de preguntarse sobre la verdad? ¿Es la verdad evidente para todos por igual? ¿Hay una sola verdad en el mundo? ¿Hay algunos que están equivocados y otros, acertados? ¿Cómo se puede llegar a una conclusión verdadera?

Preguntas como éstas se hace la filosofía cuando trata de conocer el conocimiento y la verdad. A este campo del interrogante filosófico se le llama EPISTEMOLOGÍA. Esta designación procede de dos palabras griegas, , inteligencia, conocimiento, y , estudio. De modo que epistemología es el estudio filosófico del conocimiento.

"Muchos pensadores han sostenido que el problema del conocimiento es el gran problema de la filosofía. Que es en extremo importante debe se obvio a todo el mundo. Las interrogaciones: ¿Qué puedo yo conocer? y ¿Cómo puedo yo conocer? tienen que formulárselas en algún momento todos los filósofos. A menos que le sea posible al hombre conocer, le será imposible elaborar menos todavía estar de seguro, de ningún sistema de pensamiento."2

Santiago (3.13) utiliza un sustantivo relacionado al conocimiento. "¿Quién es sabio (gr. ) y entendido (gr. ) entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre?" El conocimiento y la sabiduría están relacionadas. La epistemología y la filosofía son base de la conducta. Nuestra conducta es resultado de nuestra verdad. La conducta de nuestros alumnos es resultado del conocimiento que reciben. Vida es filosofía, filosofía es conducta, modo y estilo de vida. Así que vemos que es legítimo preguntarnos sobre la verdad, distinguirla de lo que no es verdad, y vivir conforme a la verdad.

EL CRITERIO PARA EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD

1 Julio Tresierra, ponencia con ocasión del I Seminario para Educadores Cristianos, SBP, 1991. Este estudio está basado principalmente en el libro de Warren C. Young, UN ENFOQUE CRISTIANO A LA FILOSOFIA, Texas, Estados Unidos; Editorial Mundo Hispano, Sétima Ed., 1986

2 Warren C. Young, Ob. Cit.

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Tras la introducción, aunque hayamos hablado mucho sobre la verdad, todavía no hemos respondido a la pregunta de Pilato. Todavía no hemos dicho qué es la verdad, y menos aún cómo se la puede conocer.

En este punto comenzamos con algunos supuestos. El primero es que existe una verdad, de otro modo no estaríamos hablando sobre ella. Otro supuesto es que tenemos capacidad de conocer. La limitación de nuestra capacidad no significa incapacidad, de manera que no damos lugar a creer que no se puede conocer (escepticismo) y a creer que no se puede tener seguridad sobre lo que se pretende conocer (agnosticismo). Escépticos y agnósticos tienen una contradicción mental al creer que no se puede conocer o creer que no se puede estar seguro de lo que se conoce, porque creer es conocimiento afirmado. Fuera de estas contradicciones el hombre ha vivido mayormente con la seguridad de que se puede conocer. Por eso es que podemos atrevernos a enseñar y hasta nos atrevemos a discutir defendiendo nuestro conocimiento ante los que la contradicen, de modo que creemos en una verdad y pretendemos reconocer la falsedad. Pero ¿cómo es que llegamos a esa certeza de que la verdad está con nosotros en tanto que a los otros no les asiste sino la falsedad? Esto se procura responder en la epistemología estudiando el criterio para la verdad. Las respuestas son varias. Antes de verlas necesitamos dar una definición de la verdad que estamos buscando.

La verdad que buscamos no es simplemente una declaración correcta. Se puede expresar el error en forma correcta. Tampoco queremos decir únicamente una declaración que concuerde con los hechos. Esto se puede confundir con nuestra interpretación, y a menudo la interpretación dada por los científicos para no como interpretación sino como hecho. Verdad en un sentido filosófico más amplio coincide con el concepto de realidad total. La realidad en este contexto es todo aquello que existe, que está ahí. Por ello Schaeffer dice que el fastidio de algunos filósofos no es que no hay nada, sino más bien, que hay algo. El filósofo no discurre sobre la nada, sino sobre aquello que existe. "El problema está en saber cuándo el juicio de uno coincide con la realidad misma."3

Aquella expresión verbal o comprensión mental que coincida con la realidad misma será verdad, aquello que no lo haga será la falsedad. ¿Cómo llegar al conocimiento de la verdad? Las principales respuestas dadas son las siguientes:

Por medio del instinto

Instinto quiere decir "un patrón innato de actividad y respuesta, común a un determinado grupo biológico." Se nos quiere decir que los hombres llegamos al conocimiento de la realidad como las gallinas llegan a empollar sus huevos, en forma automática, no aprendida, respondiendo simplemente por nuestro instinto natural a los estímulos que encontramos en el mundo.

Esta respuesta no es admisible porque básicamente degenera al hombre hasta convertirlo en un animal de instinto. Ignora así el mismo hecho de preguntarnos sobre el conocimiento, actividad de la razón y no del instinto. "Tal vez sea posible captar ciertas cosas instintivamente, pero el instinto como único criterio de verdad conduce siempre al fracaso."4

Por medio del sentimiento

"Corazonada" es la mejor ilustración de lo que quiere decir esta respuesta. Se nos dice que el hombre puede llegar a conocer la verdad por un sentimiento repentino e inexplicable. En tal caso conoceríamos la verdad como a veces conocemos a algunas personas, por cuanto nos caen bien o nos caen mal en el momento en que nos las presentan.

Algunas cosas probablemente podemos sentirlas o presentirlas, pero de allí a concluir que por el sentimiento podemos conocer toda la realidad hay una distancia imposible de reducirse. No olvidemos que muchas reacciones emotivas y repentinas llevan a actos que enfrentan los unos a los otros. "Cualquier clase de sentimiento es un criterio de verdad muy

3 Warren C. Young, Op. Cit., p. 544 Warren C. Young, Op. Cit., p. 54

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poco digno de confianza."5

Por medio de la experiencia sensoria

Tenemos cinco sentidos por medio de los cuales penetra la realidad externa en nuestro ser interior. Quienes dan esta respuesta afirman que todo conocimiento y el conocimiento de toda la realidad nos viene únicamente por el ejercicio y la práctica de nuestros cinco sentidos. Es la filosofía de aquel que dice "ver para creer".

Sin embargo éste como todo aquel que cree lo mismo olvida que no todo lo que ve es real, y que no ve todo lo real. "Es un hecho bien conocido que los sentidos fallan con frecuencia. Infinidad de experimentos sencillos pueden realizarse para ilustrarlo. Por ejemplo, el sentido de la vista puede percibir el fenómeno del movimiento cuando realmente no existe ningún movimiento (como en el caso de la sucesión de luces intermitentes de un rótulo), o este mismo sentido puede dejar de percibir movimiento donde el movimiento existe (como en el caso de objetos que rotan rápidamente, la luz fija producida por una corriente alterna, etc.)"6

Pero ¿cómo es que nos damos cuenta que nuestros sentidos nos dan información no coincidente con la realidad? La respuesta se halla en que tenemos algo más que cinco sentidos corpóreos, y que ello nos ayuda a discernir esos errores y a pesar de ellos llegar al conocimiento real de la realidad. Podemos conocer muchas cosas por medio de los sentidos, pero esto no es lo mismo que decir que el conocimiento de toda la realidad nos viene únicamente por esos medios, o que en otras palabras, solo el hombre descubre la realidad y lo hace sólo con sus sentidos.

Por medio de la intuición

"Por intuición se entiende el conocimiento de un objeto cualquiera en forma no determinada previamente por ningún acto de razonamiento." Se dice que la experiencia sensoria únicamente nos permite conocer lo externo de los objetos, pero solo la intuición nos permite conocer la realidad de los objetos.

Lo dicho antes para el instinto y el sentimiento tiene validez aquí. Además las intuiciones de los hombres, al no consentir verificación alguna, lleva al hombre a decidir su propia verdad, aun cuando sea contradictoria a la de otro intuicionista. En tales circunstancias necesitamos recurrir a una verificación más elevada, externa, válida para los demás seres pensantes.

Por medio de la costumbre y la tradición

La costumbre es la práctica común a un grupo determinado. La tradición es la costumbre practicada durante largo tiempo y que se ha integrado con el pueblo practicante. Esta respuesta nos dice que se puede conocer la realidad mediante la observación y práctica de lo que el pueblo hace a través de los tiempos. Con esta respuesta se llega al dogmatismo de la práctica. Para quienes dan esta respuesta verdad es todo aquello que se hace como grupo humano.

El valor de esta respuesta en relación a las anteriores es que pone el criterio de la verdad fuera del individuo. Con ello se quiere tener una norma más objetiva para determinar conocer la realidad. La debilidad de esta respuesta es bastante obvia. Las costumbres varían en el tiempo y en el espacio. El conocimiento antiguo ha probado muchas veces ser un error. Los cambios provocados por la ciencia y la tecnología prueban que la costumbre y la tradición son criterios débiles para conocer la realidad. La realidad no puede ser tan cambiante como lo son las costumbres y tradiciones de los pueblos a través del mundo y del tiempo.

Por medio del consenso universal

5 Warren C. Young, Op. Cit., p. 556 Warren C. Young, Op. Cit., pgs. 55, 56

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Una manera de intentar demostrar la existencia de Dios es hacer notar que en todos los tiempos los grupos humanos han creído en Dios. Si todos creen en algún dios, entonces Dios existe. Esta demostración ilustra lo que nos quiere decir esta respuesta. Es verdad todo aquello que los hombres han creído o aceptado universalmente. En resumen, si todos lo creen, es verdad.

Esta respuesta es insatisfactoria porque siempre será imposible una estadística con un 100% de universo. No conocemos a todos los hombres y a todos los pueblos. El mínimo común denominador no siempre resulta correcto en el conocimiento del hombre. La tierra no es plana, como "todo el mundo" lo creía. Saturno tiene más satélites y anillos de los que "todos nosotros" creíamos. No es verdad que "el pueblo lo quiere", porque algunos de ese "pueblo" no quieren lo que "el pueblo" quiere. El camino ancho no puede ser criterio de la verdad que algunos solitarios mártires del conocimiento han demostrado con su sangre.

Por medio de la correspondencia

Este criterio dice que se puede conocer la realidad cuando se compara la idea o enunciado con la realidad como tal. La verdad sería entonces el descubrimiento humano vía comparación de lo que decimos con lo que observamos; si lo que decimos corresponde a lo que observamos, hemos llegado a la verdad.

Una definición aceptable de verdad es por cierto esta correspondencia o relación exacta entre lo que se dice y aquello de lo que se dice. El problema al que nos enfrentamos con esto, sin embargo, es que solo estamos comparando nuestra observación con nuestra observación, porque la realidad que describimos es la realidad que observamos. "El problema de distinguir entre la verdad y el error gira precisamente alrededor del asunto de mostrar de qué manera una idea corresponde a la realidad, y cómo puede uno saber que tal idea corresponde a esa realidad. No podemos conocer los fenómenos aparte de la experiencia de los sentidos, de modo que es inútil hablar sobre si nuestros juicios corresponden con el objeto o no, como prueba final de la verdad."7

Por medio del pragmatismo

Pragmatismo es la creencia en la practica que conduce a resultados satisfactorios. Según los pragmáticos verdad es aquello que es practicable o realizable y conduce a resultados satisfactorios en la experiencia. Se llega a conocer la realidad por medio de la práctica, es decir, la asimilación, la validación, la corroboración y la verificación de las ideas. Esta respuesta nos dice que llegamos al conocimiento de la realidad total por medio de la confirmación de las ideas en sus obras y consecuencias. Si algo resulta, tiene éxito, entonces es verdadero.

Un resultado satisfactorio de una idea puesta en práctica no es suficiente para conocer la realidad. Ideas contrarias puestas en práctica tienen a menudo resultado exitoso desde el punto de vista del que las pone en práctica: lo que es éxito para un asaltante de bancos no lo es para el guardia que cuida el banco. Esta ejemplo nos daría como resultado que la delincuencia es la realidad (la vida que debe vivirse) y la vigilancia es la violación a ella. Finalmente es imposible poner en práctica la realidad toda y sobre todo la práctica de las ideas son parte de la realidad ya conocida y en base de la cual el hombre piensa y actúa.

Por medio de la coherencia

Coherencia es la armonía lógica de una declaración con un cuerpo de verdades. Con esta respuesta se nos dice que se puede conocer la realidad por medio del estudio científico (no necesariamente materialista) de lo que se quiere conocer. Se parte desde la recolección de datos, se pasa a la hipótesis y se culmina en la verificación. Lo que en este proceso se descubre coherencia entre las ideas y los hechos es lo que constituye la verdad.

Esta atractiva respuesta coloca a la filosofía en el mismo nivel que las ciencias físicas. Independientemente de la valoración de esta nivelación el problema reconocido es que todo

7 Warren C. Young, Op. Cit., p. 61

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conocimiento científico siempre es provisional. "Es así porque el científico no puede estar seguro de nada que esté más allá de sus experimentos. Puede, sobre la base de muchos experimentos, generalizar, formulando una ley científica, pero la misma no puede considerarse como la última palabra porque futuros experimentos pueden cambiar el cuadro."8 Por la experimentación filosófica no se puede llegar al conocimiento de toda la realidad. La coherencia de nuestras hipótesis filosóficas sobre la realidad no pueden ser con la realidad sino con nuestras interpretaciones previas de la realidad. De manera que solo es comparar descubrimiento con descubrimiento o descubrimiento con hipótesis. Pero ¿de dónde surge la veracidad de las hipótesis? Los hechos con los que se pretende relacionar coherentemente las ideas quedan sin conocerse desde las ideas. Lo que único que se relaciona coherentemente son las hipótesis con las interpretaciones antes asumidas de la realidad, no con la realidad misma.

Por medio de la revelación

Revelación es la manifestación de Dios. Se distinguen dos clases de revelación, la general y la especial. La revelación general incluye toda manifestación de Dios como tal en sus obras. La revelación especial designa específicamente a la manifestación proposicional, en palabras, de la realidad desde Dios y por Dios al hombre. Esta respuesta nos dice que se puede conocer toda la realidad por medio la observación del universo y la investigación de la revelación escrita de Dios al hombre.

Los materialistas esto diciendo que por cuanto Dios es espíritu puro Dios no existe, por tanto no puede haber revelación alguna. Los idealistas objetan argumentando que al no haber materia alguna en el universo no hay obras divinas algunas que puedan llamarse revelación y no hay un Dios personal que pueda haberse manifestado al hombre en forma personal.

Esta respuesta implica la existencia de un Dios personal que constituye parte de la realidad y que, sin embargo, es diferente a esa realidad, porque la realidad es la creación de ese Dios personal. Esta respuesta implica también que hay una comunicación establecida entre ese Dios personal y el hombre, aunque no siempre atendida por éste último. Es lógico y coherente afirmar que se puede conocer toda la realidad por la revelación, si es que existe un Dios personal. Si ese Dios personal no existiese, por cierto sería irracional. Pero no solo es lógico y coherente, es decir, filosófico, sino también experimentable y verificable afirmar la revelación como el medio para conocer la realidad porque los hombres lo han experimentado en todas las épocas incluyendo la nuestra y el futuro. Para los que creemos en la revelación, Dios es parte de nuestra realidad y caeríamos en la mayor de las incoherencias e irracionalidades si pretendiéramos conocer e interpretar la realidad ignorando la presencia y actividad de un Dios personal en este universo.

EL METODO PARA EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD

Determinar el criterio para el conocimiento de la verdad es colocar luces de señales alrededor de nuestro objetivo. Ellos determinan si estamos cerca o lejos del objetivo. Anexa a esta determinación necesitamos tomar un camino, establecer una forma por la cual alcancemos nuestro destino. Cualquiera sea nuestro criterio para el conocimiento de la verdad, necesitaremos utilizar algún método para llegar a ese conocimiento.

Cuando se habló del criterio de la coherencia o del pragmatismo se aludió ya a métodos para el conocimiento de la realidad. Cualquiera sea el criterio establecido la filosofía resultante está influida por el método de investigación que utilice. Nótese por tanto con sumo cuidado que toda filosofía tiene su metodología epistemológica. Los siguientes son algunos de los métodos para el conocimiento de la verdad.

8 Warren C. Young, Op. Cit., p. 66

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El método racionalista o deductivo

La razón es una facultad del hombre, sin importar si éste se cree idealista o materialista o realista cristiano. La razón es precisamente el instrumento innato que el hombre utiliza en su quehacer filosófico. Así que todas las escuelas filosóficas usan la razón. Pero hay diferencia entre el uso de la razón y el método racionalista en la filosofía. En el método racionalista el hombre usa la razón y solo la razón para descubrir la verdad. Este método desconoce otras facultades o capacidades como el sentimiento o la experiencia.

Se le llama deductivo porque a partir de una verdad (hipotética) establecida por la razón se procede a inferir o deducir las implicaciones o consecuencias de esa verdad general para los fenómenos específicos bajo estudio.

"Un ejemplo clásico de la historia del pensamiento sobre el uso del método racional(ista) se encuentra en la filosofía de Renato Descartes."9 El quería demostrar la existencia de Dios por la pura razón. Para hacerlo descartó por completo la validez de los sentimientos y de la información procedente de los cinco sentidos. Lo razonable es lo innegable, lo indudable, lo indiscutible. A partir de este postulado, Descartes dudó de todo hasta encontrar algo de lo cual no pudiera dudar. Con la duda universal llegó a afirmar su propia existencia sin lugar a dudas. Si dudaba de su propia existencia -razonaba Descartes-, él debía existir, porque la capacidad de dudar requiere la existencia. "Pienso, luego existo." De allí pasó a demostrar con la sola razón que Dios existe. Si pensaba en un ser infinito, ese ser infinito debía de existir, por cuanto una mente infinita no pudo crear lo infinito; esto último sería irrazonable. Luego, por el mismo camino de la razón, sin tocar para nada la experiencia física ni los sentimientos ni ningún otro camino, razonó la existencia real del universo físico. Si se cree que Dios es perfecto, y que ese Dios perfecto ha creado al hombre con la capacidad de conocer el universo físico, el universo físico debe existir. De otro modo Dios no sería perfecto, porque de no existir el universo físico los sentidos humanos serían engañosos, y Dios habría hecho un hombre con sentidos que le engañan.

Este método es una deleitosa demostración de la asombrosa capacidad intelectual del hombre. La razón puede hacer maravillas en el mundo de las ideas. La debilidad de este método está precisamente en esta asombrosa capacidad de hacer maravillas. Estas maravillas pueden ser también falsedades, necedades y maldades como lo demuestra cualquier observación de la naturaleza y la conducta humanas.

"Aunque Descartes (y los racionalistas) falló al tratar de hacer que su método probara más de lo que podía realmente demostrar, eso no quiere decir que el método deba descartarse del todo. El método racionalista tiene su lugar en la búsqueda de la verdad, pero no hay que llevarlo más allá de sus límites. El proceso deductivo (racionalista) puede hacer explícita la verdad que está implícita en los principales supuestos de un sistema, pero no puede extenderse más allá de esos supuestos. Conocer significa entender; y entender significa utilizar el único instrumento con el cual ha sido dotado el hombre para tal fin."10

El método racionalista es útil, pero no se puede con él conocer toda la realidad. La realidad total es racional, pero la razón sola no puede conocer toda la realidad. Aceptemos lo que es razonable, pero no identifiquemos toda la realidad con nuestro imperfecto y limitado raciocinio.

El método experimental o inductivo

Este es el método más difundido y aceptado del momento. Comúnmente se le llama método científico o de laboratorio. En su naturaleza última este método es naturalista y materialista, porque acepta como verdad válida solo aquello que se puede demostrar en laboratorio o en la observación directa y personal de la naturaleza.

Se le llama inductivo porque las muchas observaciones conducen (inducen) al investigador a concluir una verdad general que explica todos los fenómenos observados.

9 Warren C. Young, Op. Cit., p. 2910 Warren C. Young, Op. Cit., pgs. 30-31

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"Aunque este método se usa especialmente en el campo de las ciencias y más especialmente en el de las ciencias físicas, también es valioso en muchos otros campos de estudio, tales como la psicología, la sociología y la ética. No puede ser exclusivo de la filosofía porque siempre se está ocupando en investigaciones particulares y específicas y no en la realidad como un todo."11 Lo cual en otras palabras significa que el método experimental no es suficiente para la filosofía, específicamente cuando ésta trata los asuntos metafísicos. Aquí es donde el método experimental tiene su limitación. Este método como máxima pretensión nos puede decir lo que hay para los sentidos corpóreos y su funcionamiento pero no nos puede decir lo que hay más allá y el significado último de la realidad.

Si se toma este método conscientemente con esta limitación, el método adquiere legitimidad en el universo creado por Dios para ser observado y conocido a través de los sentidos y la razón. El método experimental o científico tiene validez limitada a lo observable. Hay que recordar asimismo que la explicación científica empírica no es sino verdad provisional hasta que se conozcan más datos para interpretar mejor la realidad en estudio. En consecuencia el método experimental requiere el auxilio de la razón y de la revelación para que sea un conocimiento final auténtico de la realidad.

El método romántico

"El método romántico no se cimienta sobre la razón ni sobre la experiencia, sino sobre los sentimientos y los instintos."12 Obviamente este método no seguirá pasos definidos sino que confiará únicamente en las repentinas reacciones emotivas.

Aquí yace la extrema limitación de este método. Las emociones son repentinas, impredecibles y variables. La verdad no puede llegar por esta vía tan solo e ignorando la razón y la experimentación.

El método dialéctico

Dialéctico viene de la misma raíz que la palabra diálogo. Por ello "es el método del debate y de la argumentación." Sócrates es el filósofo que popularizó este método. El creía que el hombre venía con el conocimiento en forma innata, de manera que solo era necesario un diálogo para hacer que el hombre descubra la verdad. Sócrates "creía que haciendo preguntas podía extraer el conocimiento que se encontraba preexistente en todas las mentes humanas."13

En la actualidad este método goza de mucha preferencia entre los materialistas seguidores de Hegel (aunque él mismo fue idealista). Hegel desarrolló este método sistematizándolo en 3 fases. La verdad, según Hegel, se encuentra en el movimiento siempre constante de una experiencia a otra. A la experiencia inicial la llamó tesis. Toda tesis, enseñaba Hegel, tiene una experiencia opuesta, a la cual él llamó antítesis. La verdad no es ni la experiencia inicial ni la experiencia opuesta, sino el momento resultante de ambas experiencias a la cual denominó síntesis. Nuestra experiencia inicial no es la verdad, tampoco lo es la experiencia opuesta con la que nos enfrentamos. La verdad la constituye momentáneamente la conclusión resultante del enfrentamiento lógico entre las dos experiencias. La síntesis es una verdad solo momentánea, provisional, porque ella se convierte a su vez en una nueva experiencia, una nueva tesis. A esta tesis le seguirá un nuevo movimiento de oposición, una nueva antítesis, de donde surgirá una nueva síntesis, y así sucesivamente en forma indefinida. "El proceso continúa, repitiéndose indefinidamente, porque es mediante el método dialéctico que la razón humana avanza por el camino del descubrimiento."14

Marx utilizó este mismo método, pero con una filosofía materialista, a distinción de Hegel, que era idealista. La conclusión a la que ambos arribaron es de esperarse. Hegel, con la dialéctica y el idealismo llegó al panteísmo idealista. "Hegel creía que por este proceso (el de la dialéctica) se llega al fin a la más alta síntesis posible, el Espíritu Absoluto, que incluye

11 Warren C. Young, Op. Cit., p. 3212 Warren C. Young, Op. Cit., p. 3213 Warren C. Young, Op. Cit., p. 3314 Warren C. Young, Op. Cit., p. 33

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toda la experiencia. Sin embargo Karl Marx, usando el mismo método, llegó a la conclusión de que la última síntesis era la materia, no el Espíritu, de modo que su sistema recibe el nombre de materialismo dialéctico."15 "Mi método dialéctico -dice Marx- no sólo es diferente del de Hegel sino también completamente opuesto. Para Hegel el proceso pensante es el demiurgo del mundo real, y el mundo real es tan sólo la manifestación externa de 'la Idea.' Para mí -sigue Marx- en cambio, el ideal no es más que el mundo material reflejado por la mente humana y traducido en términos de pensamiento." Lo de diferente no significa que no sea la misma dialéctica, sino que lo de opuesto explica con claridad que el punto de partida de Marx es totalmente diferente, opuesto, al de Hegel. Para éste el punto de partida era la Idea, para Marx, la Materia. Para Marx, Hegel únicamente distorsionó, invirtió el proceso dialéctico. Por esto, Engel, colaborador de Marx, dice "En la dialéctica hegeliana reina la misma inversión de todas las conexiones reales que en las demás ramificaciones del sistema de Hegel. Pero, como dice Marx: "El hecho de que la dialéctica sufra en manos de Hegel una mistificación (espiritualización), no obsta para que este filósofo fuese el primero que supo exponer de un modo amplio y consciente sus formas generales de movimiento. Lo que ocurre es que la dialéctica aparece, en él (Hegel), invertida, puesta de cabeza. No hay más que darle vuelta, mejor dicho, ponerla de pie, y enseguida se descubre bajo la corteza mística la semilla racional.""16

Al lector debe parecerle claro que la dialéctica no proporciona en ningún momento la verdad definitiva. Si toda síntesis se convierte en una tesis que está destinada al encuentro dialéctico para convertirse en otra síntesis/tesis ¿cuándo se llegará a la verdad final y cómo se sabrá que se ha llegado a ella? La conclusión extrema de esta espiral hegeliana es la desesperación agnóstica o escéptica. A esta posición pesimista, llamada nihilista (del latín, nihilo, la nada) llegaron algunos filósofos. "Este movimiento pesimista, encabezado por hombres como Martín Heidegger y Juan Pablo Sartre, es un tipo de existencialismo ateo y sádico. Es producto del caos de nuestra era actual, y representa el pensamiento de hombres que han perdido la esperanza."17 Como proceso lógico es un método adecuado de estudio, pero la conclusión de sus propios filósofos es suficiente para negar validez total a este método, al menos como método para alcanzar la verdad final y total.

El método sinóptico

Este método sostiene que el conocimiento de la realidad total se da con el auxilio de todos los métodos de investigación. "No hay duda de que la sinopsis es necesaria para poder llegar a una visión correcta del mundo. La contemplación coherente de la vida puede encontrarse tan sólo si no se deja nada al margen."18

Los métodos anteriores a éste, principalmente el racionalista, el inductivo y el dialéctico, aportan valiosos datos en la búsqueda de la verdad. Si dichos métodos no se toman en forma absoluta y única para descubrir toda la verdad, sino que se utilizan con la salvedad de que son limitados e imperfectos, se ayudarán mutuamente a dar un conocimiento más completo de la realidad. Sin embargo, esta síntesis tampoco puede ser la verdad final, porque hay que recordar que parte de la realidad total es Dios y su revelación, y si bien éstos nos vienen en forma racional y se pueden experimentar y discurrir lógicamente (dialécticamente) nos vienen sin embargo desde fuera de nuestra realidad personal, individual o universal. Dios está tanto dentro de la realidad como diferente a ella, y la mediación entre ambos es su revelación especial, la Biblia. El conocimiento total de la realidad final se alcanzará sólo si se utilizan todos los métodos en forma legítima (reconociendo sus campos limitados de validez y acción) y si se toma en cuenta, como norma final, la Palabra de Dios.

LOS LIMITES DEL CONOCIMIENTO HUMANO

El conocimiento ha sido el primer objeto que despertó la pasión humana. Tras la

15 Warren C. Young, Op. Cit., p. 3316 ENGELS, Federico, DIALECTICA DE LA NATURALEZA, México: Editorial Grijalbo, S.A. 1ra. edición,

196117 Warren C. Young, Op. Cit., p. 3418 íd.

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primera tentación, la primera mujer vio "que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría." La tentación había venido con las siguientes palabras: "serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal." (Gn. 3.5-6) La capacidad de conocer es la mayor distinción inherente al hombre. Esto lo aleja por completo de los seres inferiores y lo acerca a Dios. Si el hombre tiene capacidad para conocer ¿cuán legítimo es entonces ejercitar esta capacidad? ¿Aprueba Dios el conocimiento cualquiera sea el método y el objetivo de tal conocimiento?

El hombre tiene capacidad de conocer

Afirmamos la capacidad cognoscitiva del hombre. El hecho mismo de la prohibición referente al fruto del árbol del conocimiento indica la capacidad racional del hombre. Antes de la prohibición ya el hombre tenía capacidad sensorial y racional de conocimiento. Además de estas el hombre tenía capacidad de conocimiento moral. Esa es la razón por la que la prohibición enfatiza los polos del conocimiento moral, el bien y el mal. La figura literaria empleada revela la capacidad moral del hombre. El hombre como ninguna otra criatura puede aprender las matemáticas (conocimiento racional) y con ellas a estafar (perversión). El hombre puede amar y al mismo tiempo odiar, puede calumniar y también consolar.

El modo en que Dios trató con el hombre revela también la diferencia volitiva con los seres inferiores. Puede haber conocimiento innato, llamado instinto, en los animales. El hombre también los tiene, pero por encima de ellos el hombre tiene la capacidad de conocer y decidir en función de su conocimiento y hacia un fin determinado volitivamente por él mismo. La capacidad de conocimiento está en el hombre, pero también lo está su voluntad para decidir sobre el método y el fin para dicho conocimiento. Esto no es algo innato al hombre, ni está predeterminado en su composición química o biológica. En tal caso la prohibición no tendría sentido.

Dios ha puesto límites al modo de conocimiento

Esta capacidad moral y volitiva es la que conduce a Dios a establecer límites al conocimiento. Conocemos ya que el hombre fue contra esos límites y los rebasó. En consecuencia, y según Dios mismo (Gn. 3.22), el hombre llegó a conocer el bien y el mal. Este conocimiento fue tanto el ofrecimiento tentador como la ambición del hombre en el huerto del Edén. La prohibición había sido el comer del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si esa era la prohibición, y no hubo otra, podemos asegurar que no hubo prohibición alguna acerca de la adquisición de conocimiento. El conocer es legítimo porque Dios nos hizo con esa capacidad. Pero hay límites claros que se revelan en la prohibición y se hacen patentes en los resultados de la transgresión.

La transgresión le llevó al hombre conocer el bien y el mal. El sentido de ese conocimiento obviamente es personal, experimental, existencial. Por la transgresión conoció lo que era hacer el mal, y por ella misma aprendió el bien que pudo haber hecho si hubiera rechazado la tentación. De no haber comido del fruto el hombre también hubiera alcanzado el conocimiento del bien y del mal. Pero aquí se establece una distinción que resulta clave para nuestra epistemología. El resultado dado tras la transgresión es igual al que se hubiera dado tras el rechazo a la tentación solo en apariencia. El resultado final, el que afecta al hombre y al universo, de conocer el bien y el mal desde el mal, es decir por la experiencia de la transgresión, es totalmente distinto del de conocer el bien y el mal desde el bien, es decir por la experiencia de la obediencia a la prohibición. Esto nos lleva a la conclusión de que el límite puesto por Dios es el bien, es decir, que la ley es buena y favorable al hombre.

Dios nos hizo con capacidad para conocer, y quiere que conozcamos. Pero El quería que conociéramos todo desde el bien, desde la vida de obediencia y sujeción a Dios, desde la compañía y el compañerismo de Dios.

El hombre peca y sufre consecuencias negativas cuando trata de conocer en forma autónoma.

La narración del Génesis no es un relato legendario ni una novela aleccionadora. Ella es narración histórica y verídica. Al mismo tiempo ella no es narración histórica con valor turístico o de exhibición en un museo de historia natural. El relato bíblico de la caída de Adán

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y Eva es la publicación histórica de las normas legales de Dios para nuestras vidas en todos los tiempos. El fracaso de nuestros primeros padres no legitima el conocimiento autónomo, mas bien lo advierte. La narración es el mensaje de advertencia para que nosotros nos volvamos a Dios en nuestra epistemología. Nosotros debemos abordar el universo con la obediencia a Dios, tomando en cuenta a Dios, honrando a Dios.

La ciencia y la filosofía que investiga con Dios es una bendición paradisíaca. Pero cuanto daño y muerte se ha dado en el mundo desde los descubrimientos e inventos aislados o hasta en rebeldía a Dios. La energía atómica puede ser una bendición tan potente como su propio poder nuclear, pero cuanta maldición y pesadillas ha traído hasta ahora.

La ciencia y la filosofía tienen lugar benéfico en el universo si se dan dentro de los límites puestos por Dios. No traspases los límites de Dios para tu conocimiento. Nuestros primeros padres adquirieron conocimiento traspasando los límites divinos, y toda la tragedia y muerte que vivimos es resultado directo de dicha adquisición. ¡Qué precio tan alto por una lección tan pobre!

El hombre contemporáneo no está libre. Su conocimiento más caro es aquel que lo va adquiriendo lejos de Dios. Cuando se decide conocer poniendo de lado los límites puestos por Dios las consecuencias personales y presentes y las futuras y sociales son más dañinas que la explosión de una bomba atómica.

De aquí se deriva una consecuencia práctica y directa para nuestra epistemología. Investiga, estudia, experimenta, razona respetando las leyes divinas. "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad."19. La educación no tiene que ser con experimentación del bien y del mal. Solo tiene que ser con directa experimentación del bien. El conocimiento de la sexualidad no tiene que ser con fornicación y adulterio. El conocimiento del mundo satánico no tiene que ser con sesiones de espiritismo. El conocimiento de las emociones de un drogadicto no tiene que ser con una inyección de heroína. El conocimiento de la pornografía no tiene que ser con textos pornográficos. El conocimiento de la realidad no tiene que ser con experimentación de toda la realidad, buena y mala. No tiene que animar a los alumnos a experimentar con el cigarro, el alcohol, el teatro, la hechicería, el enamoramiento prematuro, etc. Que ninguna filosofía o sutileza o tradición mundana e inmunda suplante la enseñanza de Jesucristo, revelación de Dios que puede darnos el real conocimiento de la realidad total.

EL CONOCIMIENTO CORRECTO

En páginas anteriores se ha establecido la posibilidad del conocimiento, su validez, y la validez de los diferentes métodos para abordar la realidad intentando conocerla en su última esencia y finalidad.

Los métodos que usan las distintas filosofías no son intrínsecamente malos. De otro modo no darían ningún conocimiento de la realidad. Pero el hecho es que por dichos métodos sí se llega a conocer algo de la realidad. El error no está en el método empleado por la filosofía, sino en su punto de partida (la idea, la materia, etc.) y su absolutismo en cuanto a su método. En final análisis, lo que pervierte el conocimiento de la realidad (en una determinada filosofía) es su pretensión de conocimiento absoluto a través y sólo a través de su método y la ignorancia de Dios en esa realidad. Por lo tanto, es legítimo usar los distintos acercamientos y usar las diferentes capacidades de estudio humanas (la razón, los sentidos, etc.), pero deben hacer tomando en consideración ciertas verdades reveladas es decir dentro de un marco ya establecido por Dios. El modo en que debemos conocer la realidad está determinado por lo que Dios ha revelado de esa realidad.

Un ejemplo de esa revelación se encuentra en Génesis 6.4-8, relato introductorio del evento transformador más grande de la historia humana, el diluvio.

Cualquier estudio de la realidad debe hacerse reconociendo la perversión humana y sintiendo la tragedia humana con el fin de salvar la sociedad humana. Entonces nuestro conocimiento no será simple ejercicio teórico, sino bueno por su utilidad para el hombre.

19 Filipenses 4.8

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¿Qué puede el hombre conocer?

El hombre puede conocer su miseria humana. Este fue el primer conocimiento adquirido por el hombre tras su transgresión. Se conoció culpable judicial ante Dios, reo de muerte, y sintió culpabilidad sicológica que lo hizo alejarse de su prójimo y esconderse de Dios. Hasta ahora el hombre sabe lo que es andar a sobresalto, siempre temiendo a los que representan la justicia y la rectitud. El hombre, por el pecado, conoce su frustración y culpabilidad ante Dios y los hombres (Gn. 3.7, 10). En el siglo XIII se introdujo en el mundo un error epistemológico que abrió las puertas de casi la totalidad de las herejías cristianas y desviaciones filosóficas contemporáneas.

Santo Tomás de Aquino enseñó que si bien el hombre estaba caído, permanecía intacta su capacidad racional, de manera que, según Santo Tomás, el ejercicio de la razón le era suficiente para llegar al conocimiento de Dios y de toda la realidad. Esto en sí mismo es ya racionalismo, y de aquí al naturalismo (o materialismo) no hay sino un paso. La transgresión, sin embargo, no resultó solo en depravación moral, porque tal transgresión no fue solo moral, sino también legal. Además la transgresión trajo una degeneración en la racionalidad humana, ya que la transgresión intentaba una superación racional. Las consecuencias sociales e individuales de esto no tardaron en verse, y así en Génesis 6 vemos cómo, según la percepción divina, "la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal."20

Es bastante iluminador darnos cuenta que en este versículo la palabra vio tiene un significado epistemológico más que biológico. El hebreo har tiene los sentidos de percibir, sentir, comprender, aprender. Así que Dios, descrito en un proceso epistemológico al modo humano, percibió la maldad humana. Asimismo, en este mismo versículo la palabra "designio" tiene una connotación de actividad racional por la cual hombre diseña el mal. "La palabra hebraica encierra la imaginación, el propósito y el deseo del corazón", es decir, de la mente, puesto que corazón en la mentalidad hebrea es el hombre pensante y volitivo, antes que una figura sentimental como es el significado de corazón en nuestro hemisferio.

Aun si estas palabras no se tomaran como degeneración de la racionalidad del individuo tendría que admitirse que el hombre cuyo designio racional es solo el mal no puede pensar bien a Dios. ¿Qué puede hablar sobre Dios y sobre el bien el hombre que está alejado de Dios y viviendo en maldad? La sociología, la sicología, la antropología hablan mal de Dios y del hombre cuando fallan en reconocer que el hombre no puede conocer bien ni a Dios ni al hombre.

Esto nos lleva a la clara necesidad de que el conocimiento nos venga desde fuera de nuestra realidad. La manera correcta y segura de conocer nuestro universo es teniendo como parámetro la revelación especial de Dios, la Biblia. Esto no quiere decir que la religión sea la reina sobre las ciencias y tengamos que volver a desafortunados tiempos en que la religión (usurpando el lugar de la Biblia) censuraba a la ciencia. La ciencia y la filosofía tienen su lugar legítimo porque lo que la ciencia estudia no es sino la revelación general de Dios. Lo que estudian las ciencias físicas no es sino el mundo creado por Dios, la realidad que debe revelarnos al Ser Supremo y de quien nos habla la revelación especial. Por esto la revelación escrita nos dice que "los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos"21, y "lo que de Dios se conoce (a los hombres) les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él (esto es), su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo."22

La filosofía asimismo es la reflexión última sobre esa realidad creada por Dios. Una filosofía correcta, sumisa a la revelación de Dios, le honra, porque es un tributo a la racionalidad divina y el reconocimiento de la espiritualidad (y por tanto distinción) de Dios. Pero reafirmemos que el ejercicio de la ciencia y de la filosofía debe realizarse en el alejamiento del mal, con el reconocimiento de la realidad de Dios y el juicio de la revelación escrita de Dios. Solo así tendremos seguridad de que nuestro conocimiento de la realidad concuerda con la realidad porque concuerda con lo que Dios ha dicho sobre esa realidad.

20 Génesis 6.521 Salmos 19.1.22 Romanos 1.19-20

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Dios dijo, y fue hecho; y si nuestro decir es un eco fiel de lo que él dijo, nuestro decir será verdad porque describirá fielmente aquello que Dios ha hecho.

Hay una realidad por conocer. El hombre pensante está en esa realidad y es parte de esa realidad. La racionalidad humana coloca al hombre por encima de toda esa realidad, pero jamás lo puede sacar de ella, seguirá siendo parte de este universo. Parte de la realidad siempre actual del universo es entonces esa limitación, esa finitud del hombre. Su finitud, sin embargo, no es sentencia de agnosticismo o de escepticismo. Todo lo contrario. El reconocimiento de esa finitud es la puerta al conocimiento verdadero de la realidad. Si el hombre reconoce su finitud, desconfiará de sí mismo. Si en esta duda de sí mismo recurre, no como Descartes, a su sola razón, ni como Marx, a la sola experimentación, sino a Aquel otro, el no limitado, el que se encuentra fuera de esta realidad y al mismo tiempo comparte nuestra realidad porque se comunica con nosotros, y le cree, el hombre podrá aceptar su revelación escrita, la Biblia, como norma para el conocimiento, y esa palabra verdadera le conducirá a la verdad que es Dios mismo y al conocimiento cierto y verdadero de la realidad creada por ese Dios.

Que esto es verdad se prueba por las siguientes palabras de Jesús el Mesías, "Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis LA VERDAD, y la verdad os hará libres."23 En la epistemología, Jesús también es "el camino (el método), la verdad (por hallarse) y la vida (que vivirse)."

23 Juan 8.31-32