equinoccio en teotihuacan

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 equinoccio en Teotihuacan es un excelente lugar para apreciarlo. A principios de 1961 los arqueólogos Jorge Acosta y Jorge Canseco inician la exploració n de los edifcios situados en la parte oeste de la plaza de la Pir!ide de la "una. All# reportan$ en %unio de 196&$ el hallazgo de 'un co!plicado palacio( al que pro)isional!ente lla!an 'Palacio de las *ariposas($ en )irtud de que encuentran piedras con relie)es de alas 'co!o de !ariposas(. +stas piedras eran parte de los pilares que sosten#an el techo de )est#,ulos u,icados alrededor de un patio cuyos !uros !ostra,an pinturas con- '...!oti)os de grecas escalonadas en!arcadas por ganchos(. +n ellas ad)irtieron hileras de c#rculos de color )erde$ los cuales resultaron ser huellas de un pega!ento que !anten#a adheridos unos discos de !ica. Acosta concluyó que el palacio ue que!ado por los !is!os teotihuacanos en los /lti!os !o!entos de la gran ciudad. Al Palacio de 0uetzalpaplotl se llega partiendo de la plaza de la Pir!ide de la "una$ hacia su parte suroeste$ de donde$ luego de su,ir por una a!plia escalinata$ se penetra a un recinto techado$ al ondo del cual se halla una puerta que co!unica hacia este ,ello recinto$ posi,le!ente pri)ado. +n 196 Acosta realiza una la,or de reconstrucción que i,a a ser pionera en este ca!po. 2u precisión la constata!os hoy por hoy con el estudio arqueoastronó!ico$ el cual se lle)ó a ca,o en 1993. +l propio Acosta narra en sus escritos el rigor t4cnico de su tra,a%o- los relie)es de los pilares$ un rag!ento del techo$ y la u,icación y n/!ero de las al!enas$ gu#an a los restauradores de !odo !uy preciso. Cuando Jorge Acosta encontró el Palacio de 0uetzalpaplotl la arqueoastrono!#a era una disciplina prctica!ente desconocida. *uchos a5os despu4s de este hallazgo se o,ser)ar#a en Chich4n tz un eecto solar que co,rar#a a!a !undial- en +l Castillo se proyecta,a la or!a cur)a del cuerpo de una serpiente$ con lo que se anuncia,a la llegada el equinoccio$ i!portante e)ento astronó!ico. +n el Palacio de 0uetzalpaplotl$ ta!,i4n se5alando el equinoccio de pri!a)era$ entre las 7-13 y las 7-3 horas$ !ientras el sol se ele)a$ la so!,ra escalonada de las al!enas del lado este del patio )a recorriendo los ngulos de las fguras$ ta!,i4n escalonadas$ pintadas en ro%o so,re el !uro occidental del palacio. "a so!,ra se desplaza de sur a norte$ co!o si ,a%ara unas gradas. "a pintura del palacio so,re la que se proyecta la so!,ra$ se aco!pa5a de una serie de c#rculos de !ica$ a !anera de espe%os que conor!e reci,#an la luz

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Texto de arqueastronomía en el que se establecen las mediciones para demostrar la relación entre la arquitectura teotihuacana y los movimientos celestes.

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equinoccio en Teotihuacan es un excelente lugar para apreciarlo.A principios de 1961 los arquelogos Jorge Acosta y Jorge Canseco inician la exploracin de los edificios situados en la parte oeste de la plaza de la Pirmide de la Luna. All reportan, en junio de 1962, el hallazgo de un complicado palacio al que provisionalmente llaman Palacio de las Mariposas, en virtud de que encuentran piedras con relieves de alas como de mariposas. Estas piedras eran parte de los pilares que sostenan el techo de vestbulos ubicados alrededor de un patio cuyos muros mostraban pinturas con: ...motivos de grecas escalonadas enmarcadas por ganchos. En ellas advirtieron hileras de crculos de color verde, los cuales resultaron ser huellas de un pegamento que mantena adheridos unos discos de mica. Acosta concluy que el palacio fue quemado por los mismos teotihuacanos en los ltimos momentos de la gran ciudad.

Al Palacio de Quetzalpaplotl se llega partiendo de la plaza de la Pirmide de la Luna, hacia su parte suroeste, de donde, luego de subir por una amplia escalinata, se penetra a un recinto techado, al fondo del cual se halla una puerta que comunica hacia este bello recinto, posiblemente privado. En 1964 Acosta realiza una labor de reconstruccin que iba a ser pionera en este campo. Su precisin la constatamos hoy por hoy con el estudio arqueoastronmico, el cual se llev a cabo en 1995. El propio Acosta narra en sus escritos el rigor tcnico de su trabajo: los relieves de los pilares, un fragmento del techo, y la ubicacin y nmero de las almenas, guan a los restauradores de modo muy preciso.

Cuando Jorge Acosta encontr el Palacio de Quetzalpaplotl la arqueoastronoma era una disciplina prcticamente desconocida. Muchos aos despus de este hallazgo se observara en Chichn Itz un efecto solar que cobrara fama mundial: en El Castillo se proyectaba la forma curva del cuerpo de una serpiente, con lo que se anunciaba la llegada el equinoccio, importante evento astronmico. En el Palacio de Quetzalpaplotl, tambin sealando el equinoccio de primavera, entre las 7:15 y las 7:45 horas, mientras el sol se eleva, la sombra escalonada de las almenas del lado este del patio va recorriendo los ngulos de las figuras, tambin escalonadas, pintadas en rojo sobre el muro occidental del palacio. La sombra se desplaza de sur a norte, como si bajara unas gradas.

La pintura del palacio sobre la que se proyecta la sombra, se acompaa de una serie de crculos de mica, a manera de espejos que conforme reciban la luz solar lanzaban destellos sobre la parte no iluminada del recinto. La figura escalonada es un xicalcoliuhqui, especie de greca cuya evolucin, segn demostr Alfonso Caso, parti de las formas naturalistas de la serpiente. Por tanto, ambos efectos, el de Teotihuacan y el de Chichn Itz, presentan el recorrido de sombras sobre cuerpos serpentinos, y ambos suceden con gran precisin el da del equinoccio. Ya que el palacio teotihuacano se construy antes que el edificio de Yucatn, tenemos aqu la influencia de la ideologa del centro de Mxico en la zona maya.

Las observaciones hechas nos muestran una hierofana en la que se encuentran la oscuridad y el da. De esto ltimo nos habla el simbolismo de las imgenes plasmadas en los dos elementos que intervienen en este efecto de luz y sombra: la pintura y la almena. El reconocido arquelogo Felipe Sols, en un libro editado por Mxico Desconocido, dice que en los pilares del poniente del palacio aparecen bhos, aves asociadas a la oscuridad, mientras que las almenas del techo representan rayos de sol (algo que por nuestra parte habamos destacado aos atrs). En algunos cdices como el Vaticano 3773, el Borbnico y el Borgia vemos xicalcoliuhquis sobre bandas con crculos que recuerdan los que decoran muchos tableros teotihuacanos. En los cdices tambin aparece este motivo relacionado con el calendario y los astros (el Sol y Venus), donde varios templos presentan almenas escalonadas por un solo lado, muy similares a xicalcoliuhquis. La relacin almena-xicalcoliuhquinos parece clara en estos ejemplares. Las aves han sido consideradas en Mesoamrica como smbolo de los astros. Hay ejemplos, tanto del Clsico como del Posclsico, en donde se puede ver la relacin Sol-guacamaya entre los mayas o Sol-guila entre los mexicas. En las almenas, el otro elemento que vemos en el palacio, tenemos como decoracin el smbolo rayo / trapecio, indicador de ao, carcter que debi adquirir desde Monte Albn I (Preclsico). Esta relacin simblica refuerza el aspecto calendrico-astronmico del Palacio de Quetzalpaplotl.

Muchos aos despus de los trabajos de Jorge Acosta, y luego de un anlisis de sus escritos, pudimos realizar observaciones solares en aquel conjunto teotihuacano que da la ms clara idea del aspecto que debieron presentar estas unidades arquitectnicas en la poca de esplendor de la gran metrpoli. Gracias a ello encontramos un probable observatorio solar, donde las figuras decorativas van ms all del simple ornamento y se convierten en un elemento que sobrepasa lo simblico para llegar a una operatividad astronmico-arquitectnica, como instrumento de gran precisin para determinar fechas agrcolas, religiosas o de cualquier evento de importancia econmico-ritual.

II

Desglosemos ahora un mural teotihuacano. Para ello hemos escogido el que se encuentra en el patio posterior del Palacio de las Mariposas, en el Patio de los Jaguares. Se trata de motivos pintados sobre el talud del vestbulo de dos aposentos. Pongamos atencin en la esquina noroeste del vestbulo, en donde se observa un magnfico mural con la representacin de un fe li no caminando, que con una de las patas delanteras toma un caracol adornado con plumas verdes. El caracol emite sonidos, como lo demuestran las vrgulas que salen de l. El lomo del animal se halla recubierto de conchas en tonos verdes y rosas. La cenefa que rodea estos motivos consiste en rostros del dios Tlloc en medio de un corte de caracol o estrella, alternndose con lo que parecen ser tocados con tres gotas de sangre y plumas verdes. Ahora bien, qu quiso representar aqu el artista? Seguramente se trata de una ceremonia por medio de la cual se pretende atraer la lluvia. La presencia de Tlloc en la cenefa es muy significativa, as como el caracol que hace sonar y las conchas smbolos de fertilidad que adornan el lomo y la cola del felino.

Vemos en los diferentes murales de Teotihuacan la presencia constante de rituales relacionados con la tierra, el agua, la lluvia, la fertilidad, etctera. En otro aposento del palacio de Tepantitla, atrs del mural del Tla locan, tenemos un interesante ritual en el que se ve a un sacerdote pro fu sa mente ataviado que porta una pequea bolsa de la cual saca semillas que arroja a la tierra. El tocado del personaje corresponde a un coco dri lo, que como sabemos significaba, en el Mxico pre hisp nico, tierra. Se trata de un ritual al mo mento de iniciar la siembra. Tambin hay murales en que se presenta a Tlloc arrojando las semillas y en otro recolectando la cosecha de maz. En fin, que un pueblo agrario como el teotihuacano tena necesidad de la bondad de los dioses para que no hubiera escasez de alimentos.

Sin embargo, tenemos muchos otros motivos en las pinturas que cubren la vieja ciudad. Hay representaciones de enfermos, como las dos figuras encontradas en las jambas de Ate telco, en donde se ve la enfermedad conocida como pie bot y los ya sealados que se observan junto a los marcadores del juego de pelota en Tepantitla. Hay que hacer hincapi en que la enfermedad no era vista como lo hacemos hoy, sino que revesta caractersticas especiales. Baste decir que el Sol, que con su movimiento hace posible el da y la noche, fuente de energa, era un dios enfermo. Tambin hay escenas rituales en las que un sacerdote ataviado de felino y con un cetro en la mano se encamina hacia un templo (Te ti tla). Por otro lado, vemos figuras de guerreros jaguares, guilas y coyotes, como en Atetelco. Pumas de color naranja tienen frente a s corazones de forma trilobada (Tetitla). En La Ventilla se han encontrado cuchillos curvos de sacrificio con corazones, muy similares a los anteriores, que manan sangre. Y qu decir del mural conocido como de los Animales Mito lgi cos encontrado en la Calle de los Muertos, en donde vemos serpientes empluma das frente a felinos (jaguares, pumas), as como peces dentro de una corriente de agua.

Un tema muy peculiar es aquel encontrado en Tetitla, donde se ve a un individuo sumergido en el agua colectando conchas que guarda en una especie de red. En este mismo lugar tenemos la impresionante representacin de aves que se ven de frente con las alas abiertas y grandes garras. No podemos dejar de mencionar el mural en el que se observa un sacerdote con toda su vestimenta rodeado de marcas de pies, lo que parece ser una danza con los pasos a seguir. Igualmente destaca el mural de La Ventilla, donde un puma camina junto a un individuo con el rostro pintado de amarillo. Cerca de ah tenemos la figura de lo que podra ser un cerro o cueva con una estrella en su interior, smbolo de Venus.

Hemos dicho que el teotihuacano pint hasta los pisos de sus habitaciones. Esto es cierto, pues se cuenta con ejemplos en los que hay diversas figuras plasmadas en ellos. En Tetitla vemos lo que parecen ser huellas de felinos en el piso de un pequeo aposento; en La Ventilla se encontr un personaje en tonos rojos pintado en el piso de un pequeo patio. El individuo parece estar bailando y porta una mscara sobre el rostro, al tiempo que punza su pene, del que manan gotas de sangre que a su vez baan a unas plantas de maguey. En este mismo conjunto, en un patio con un altarcillo en su centro, se localiz un buen nmero de glifos dentro de una retcula, todos pintados de rojo.

Destacan las tres representaciones de aves, dos de ellas en sus nidos, y el colibr, con su largo pico, que es de una belleza impresionante. El rostro de un anciano, una espina de maguey clavada en una base, una ma za catl o serpiente-venado, un crneo humano, la cabeza de un jaguar, en fin, toda una gama de figuras, algunas de ellas formadas por tres elementos separados, parecen indicar la escritura glfica teoti hua cana. Y no poda faltar el error humano: junto a algunos de estos gli fos se ve que al artista se le derram la pintura, quedando sta salpicando el piso...

Como se puede ver, la pintura mural teotihuacana es una fuente ina gotable para el conocimiento de su sociedad. Desde aspectos de diferenciacin social, religiosos y m ti cos, hasta la presencia de vestimenta, enfermedades y escritura, todo nos permite penetrar un poco ms en el conocimiento de una cultura que supo plasmar magistralmente los actos de la vida cotidiana y la accin de los dioses en los muros de su ciudad.

IIIEn el siglo XVI fray Bernardino de Sahagn recuper un mito que hace referencia al nacimiento del Quinto Sol en la majestuosa Ciudad de los Dioses. He aqu un fragmento:

Se dice que cuando an era de noche, cuando an no haba luz, cuando an no amaneca, dicen que se juntaron, se llamaron unos a otros los dioses, all en Teotihuacan.

Dijeron, se dijeron entre s:Venid, oh dioses! Quin tomar sobre s, quin llevar a cuestas, quin alumbrar, quin har amanecer?Y en seguida all habl aqul, all present su rostro Tecuciztcatl. Dijo:Oh dioses, en verdad yo ser!Otra vez dijeron los dioses:Quin otro ms?En seguida unos y otros se miran entre s, unos y otros se hacen ver, se dicen:Cmo ser, cmo habremos de hacerlo?Nadie se atreva, ningn otro present su rostro. Todos, grandes seores, manifestaban su temor, retrocedan. Nadie se hizo all visible.Nanahuatzin, uno de estos seores, all estaba junto a ellos, permaneca escuchando cuanto se deca. Entonces los dioses se dirigieron a l y le dijeron:T, t sers, oh Nanahuatzin!l entonces se apresur a recoger la palabra, la tom de buena gana. Dijo:Est bien, oh dioses, me habis hecho un bien. (Cdice Matritense del Real Palacio, folios 161 v. y ss.)

El relato contina dicindonos cmo Tecuciztcatl y Nanahuatzin hacen penitencia, en tanto que los dems dioses han encendido una hoguera para que aquel que se arroje se convierta en sol. El resto de la historia lo conocemos: Nanahuatzin, dios enfermizo y buboso, ser quien se lance a la hoguera, transformndose en el sol.

Ahora comenzaba un nuevo sol que alumbrara a la tierra. Pero el sol no se mova. Entonces los dioses deciden sacrificarse y morir para darle movimiento, y es as, por el sacrificio de los dioses, que el sol comienza a desplazarse por el cielo y por lo tanto hay noche y da, en una lucha constante entre los poderes diurnos y nocturnos.

Por qu ubican los grupos nahuas del centro de Mxico el nacimiento del Quinto Sol, el sol del hombre nahua, en Teotihuacan? Recordemos que varios mitos relatan cmo hubo cuatro soles o edades en que los dioses trataron de hacer cada vez mejor al hombre y al alimento que habra de sustentarlo. Pero esos hombres eran imperfectos, al igual que el alimento. Es as que deciden reunirse en Teotihuacan para crear un nuevo sol, un nuevo hombre y dotarlo de alimento. Teotihuacan, ciudad que se haba desarrollado durante ms de siete siglos (0-700 d.C.), fue destruida y abandonada antes de la llegada de estos nuevos grupos, que vieron los grandes montculos cubiertos por el tiempo y seguramente encontraron vestigios regados por aqu y por all que les indicaban que all haba existido una gran ciudad. No saban quin la haba construido, por lo que la atribuyeron a los dioses. El nombre mismo dado a la ciudad Teotihuacan significa en lengua nahua "ciudad donde nacen los dioses". Qu importancia debi tener la antigua ciudad para que estos grupos ubicaran ah el mito de la creacin de su nuevo sol o edad!

Pero cmo pensaban estos grupos que se haba poblado Teotihuacan? Nuevamente es Sahagn quien nos proporciona la informacin acerca de esto. Dice el relato:

En seguida se pusieron en movimiento, todos se pusieron en movimiento: los niitos, los viejos, las mujercitas, las ancianas. Muy lentamente, muy despacio se fueron, all vinieron a reunirse en Teotihuacan. All se dieron las rdenes, all se estableci el seoro. Los que se hicieron seores fueron los sabios, los conocedores de las cosas ocultas, los poseedores de la tradicin. Luego se establecieron all los principados Y toda la gente hizo all adoratorios, al Sol y a la Luna, despus hicieron muchos adoratorios menores. All hacan su culto y all se establecan los sumos sacerdotes de toda la gente. As se deca Teotihuacan, porque cuando moran los seores, all los enterraban. Luego encima de ellos construan pirmides, que an ahora estn. Una pirmide es como un pequeo cerro, slo que hecho a mano. Por all hay agujeros, de donde sacaron las piedras, con que hicieron las pirmides, y as las hicieron muy grandes, la del Sol y la de la Luna. Son como cerros y no es increble que se diga que fueron hechas a mano, porque todava entonces en muchos lugares haba gigantes y lo llamaron Teotihuacan... (Cdice Matritense de la Real Academia de la Historia, folio 195 v.)

En este relato queda clara la imagen que se tena de Teotihuacan. Es poblada por personas que sern gobernadas por sabios, por quienes poseen la tradicin, el conocimiento. De aqu se desprende el carcter de una sociedad fuertemente estratificada, como lo fue la teotihuacana. Adems, van a obtener la materia prima para sus construcciones de all mismo, y resaltan cmo los edificios sern hechos "a mano", como lo fueron las pirmides del Sol y de la Luna, entre otros. Sin embargo, no fueron hombres comunes los que las hicieron: fueron gigantes, de donde se refuerza lo dicho antes en el sentido de que desconocan en realidad quines haban construido la vieja ciudad. Por cierto, en otros relatos se nos dice que de estos gigantes se haban encontrado sus huesos. Se refieren a los huesos de grandes mamferos como el mamut y otros que miles de aos atrs haban desaparecido, pero cuyos huesos se encontraban en diversos lugares y se atribuan a gigantes.

IVNo es exagerado decir que Teotihuacan era una ciudad totalmente pintada. Se ha encontrado, incluso, que algunos pisos lo estuvieron con diferentes motivos.Pero vayamos por partes. En primer lugar tenemos que resaltar que quienes se dedicaban a esta tarea debieron de tener una preparacin especial que los capacitaba para escoger los pigmentos y aplicarlos sobre los muros pulidos. Por otra parte, la calidad del trazo y la armona del mural, unidos a la captacin de determinados motivos, ya fueran aves, felinos, plantas o dioses, resultan realmente impresionantes. Podemos pensar que debieron de existir escuelas en las que se formaban autnticos escultores y pintores. Para acercarnos a la expresin pictrica teotihuacana lo primero que debemos hacer es olvidarnos de los cnones occidentales. La cultura teotihuacana utiliz sus propios principios, estilos y caractersticas para expresarse.

Veamos los pasos que segua un pintor para la realizacin de su obra. En primer lugar, el trabajo se le en co men da ba por parte de quien habitaba el palacio. Seguramente desde este momento se estableca el motivo principal que quedara plasmado en la pared. No sera extrao que el artista presentara algunos bocetos en papel de amate para la consiguiente aprobacin. Una vez acordado lo anterior, se pona manos a la obra.

El artista tendra que pulir perfectamente la superficie a pintar. Un buen conocimiento de los aplanados era indispensable para lograrlo. Se han encontrado pulidores de piedra con los que obtenan la tersura del muro por medio de un fino estuco, hecho a base de cal, que servira de base para extender sobre l los motivos. Una vez preparado se pasara a la siguiente fase: hacer el trazo con lneas negras de todo el diseo. Lo anterior podemos observarlo, por ejemplo, en el mural de las aves en vuelo del Palacio de los Caracoles Emplumados; ah se advierte claramente este trazo en partes donde se ha cado el color. Una vez logrado el bosquejo se proceda a colocar los pigmentos segn se requiriera.

Los colores eran, la mayora de las veces, de origen mineral. El artista deba seleccionar las piedras que le proporcionaran los distintos colores. Esta materia prima se trituraba hasta convertirla en polvo, que a su vez se mezclaba con algn aglutinante especial. De acuerdo con estudios que se han realizado en los murales de sitios como Cacaxtla, parece ser que un buen aglutinante fue la goma del nopal. Los colores ms utilizados en la paleta teotihuacana fueron rojo, en primer lugar, verde, azul, ocre, naranja con distintas tonalidades y negro. La mezcla que se haca del aglutinante con el pigmento seguramente obedeca a la experiencia del artista.

Ya escogidos los colores, se empezaba a pintar. No hay duda de que se utilizaron pinceles, si bien por los materiales con que se fabricaban no ha sido posible reportarlos arqueo l gicamente. Otro aspecto interesante se desprende del uso, cuando era necesario, de una espina de maguey y un hilo para trazar un crculo perfecto. Esto lo vemos en el Palacio de los Caracoles Emplumados, en el adoratorio que est frente a l y que presenta una pared blanca con crcu los rojos. Al excavar este edificio, en 1963, pudieron observarse dichos crcu los, en cuyo centro se notaba muy bien una pequea perforacin y en los bordes la marca para de limitarlos.

Una constante en los murales teotihuacanos es que los motivos principales siempre estn rodeados por una cenefa que les sirve de marco, con motivos que van a tono con los primeros. Por fortuna, contamos con muchos ejemplos de esto. Otro aspecto interesante es la composicin de los murales. En el caso del llamado Tlalocan de Tepantitla vemos que en la parte inferior se halla la conocida escena donde hay personajes pobremente ataviados que juegan, nadan, etctera, junto a parcelas cultivadas. Se trata, como ya se dijo, de una escena rural de gente sencilla, es decir, de un nivel terrestre. En la parte superior de la pared tenemos el nivel celeste representa do por una figura central que tiene atributos del dios del agua, Tlloc, con un enorme tocado de ave con largas plumas verdes. Las manos abiertas a ambos lados dejan caer dones a la tierra. Resulta importante observar que debajo del dios hay semillas de diferentes plantas, resguardadas en el interior de lo que podra interpretarse como una montaa. Esto nos hace recordar la montaa sagrada en donde se esconden los granos del maz, celosamente guardados por los tlaloques, ayudantes de Tlloc. Por cierto, estos personajes aparecen a los lados del dios, caminando sobre la tierra en donde crecen las plantas. Esta distribucin del mural era muy importante, pues se trataba de presentar determinadas ceremonias o caractersticas especficas, por lo que cada cosa debera estar en su lugar. El conocimiento que el pintor tena de su propia religin y la supervisin que seguramente reciba por parte de quienes encargaban la obra, debi ser muy amplia y determinante.

Desglosemos ahora un mural teotihuacano. Para ello hemos escogido el que se encuentra en el patio posterior del Palacio de las Mariposas, en el Patio de los Jaguares. Se trata de motivos pintados sobre el talud del vestbulo de dos aposentos. Pongamos atencin en la esquina noroeste del vestbulo, en donde se observa un magnfico mural con la representacin de un fe li no caminando, que con una de las patas delanteras toma un caracol adornado con plumas verdes. El caracol emite sonidos, como lo demuestran las vrgulas que salen de l. El lomo del animal se halla recubierto de conchas en tonos verdes y rosas. La cenefa que rodea estos motivos consiste en rostros del dios Tlloc en medio de un corte de caracol o estrella, alternndose con lo que parecen ser tocados con tres gotas de sangre y plumas verdes. Ahora bien, qu quiso representar aqu el artista? Seguramente se trata de una ceremonia por medio de la cual se pretende atraer la lluvia. La presencia de Tlloc en la cenefa es muy significativa, as como el caracol que hace sonar y las conchas smbolos de fertilidad que adornan el lomo y la cola del felino.

Vemos en los diferentes murales de Teotihuacan la presencia constante de rituales relacionados con la tierra, el agua, la lluvia, la fertilidad, etctera. En otro aposento del palacio de Tepantitla, atrs del mural del Tla locan, tenemos un interesante ritual en el que se ve a un sacerdote pro fu sa mente ataviado que porta una pequea bolsa de la cual saca semillas que arroja a la tierra. El tocado del personaje corresponde a un coco dri lo, que como sabemos significaba, en el Mxico pre hisp nico, tierra. Se trata de un ritual al mo mento de iniciar la siembra. Tambin hay murales en que se presenta a Tlloc arrojando las semillas y en otro recolectando la cosecha de maz. En fin, que un pueblo agrario como el teotihuacano tena necesidad de la bondad de los dioses para que no hubiera escasez de alimentos.

Sin embargo, tenemos muchos otros motivos en las pinturas que cubren la vieja ciudad. Hay representaciones de enfermos, como las dos figuras encontradas en las jambas de Ate telco, en donde se ve la enfermedad conocida como pie bot y los ya sealados que se observan junto a los marcadores del juego de pelota en Tepantitla. Hay que hacer hincapi en que la enfermedad no era vista como lo hacemos hoy, sino que revesta caractersticas especiales. Baste decir que el Sol, que con su movimiento hace posible el da y la noche, fuente de energa, era un dios enfermo. Tambin hay escenas rituales en las que un sacerdote ataviado de felino y con un cetro en la mano se encamina hacia un templo (Te ti tla). Por otro lado, vemos figuras de guerreros jaguares, guilas y coyotes, como en Atetelco. Pumas de color naranja tienen frente a s corazones de forma trilobada (Tetitla). En La Ventilla se han encontrado cuchillos curvos de sacrificio con corazones, muy similares a los anteriores, que manan sangre. Y qu decir del mural conocido como de los Animales Mito lgi cos encontrado en la Calle de los Muertos, en donde vemos serpientes empluma das frente a felinos (jaguares, pumas), as como peces dentro de una corriente de agua.

Un tema muy peculiar es aquel encontrado en Tetitla, donde se ve a un individuo sumergido en el agua colectando conchas que guarda en una especie de red. En este mismo lugar tenemos la impresionante representacin de aves que se ven de frente con las alas abiertas y grandes garras. No podemos dejar de mencionar el mural en el que se observa un sacerdote con toda su vestimenta rodeado de marcas de pies, lo que parece ser una danza con los pasos a seguir. Igualmente destaca el mural de La Ventilla, donde un puma camina junto a un individuo con el rostro pintado de amarillo. Cerca de ah tenemos la figura de lo que podra ser un cerro o cueva con una estrella en su interior, smbolo de Venus.

Hemos dicho que el teotihuacano pint hasta los pisos de sus habitaciones. Esto es cierto, pues se cuenta con ejemplos en los que hay diversas figuras plasmadas en ellos. En Tetitla vemos lo que parecen ser huellas de felinos en el piso de un pequeo aposento; en La Ventilla se encontr un personaje en tonos rojos pintado en el piso de un pequeo patio. El individuo parece estar bailando y porta una mscara sobre el rostro, al tiempo que punza su pene, del que manan gotas de sangre que a su vez baan a unas plantas de maguey. En este mismo conjunto, en un patio con un altarcillo en su centro, se localiz un buen nmero de glifos dentro de una retcula, todos pintados de rojo.

Destacan las tres representaciones de aves, dos de ellas en sus nidos, y el colibr, con su largo pico, que es de una belleza impresionante. El rostro de un anciano, una espina de maguey clavada en una base, una ma za catl o serpiente-venado, un crneo humano, la cabeza de un jaguar, en fin, toda una gama de figuras, algunas de ellas formadas por tres elementos separados, parecen indicar la escritura glfica teoti hua cana. Y no poda faltar el error humano: junto a algunos de estos gli fos se ve que al artista se le derram la pintura, quedando sta salpicando el piso...

Como se puede ver, la pintura mural teotihuacana es una fuente ina gotable para el conocimiento de su sociedad. Desde aspectos de diferenciacin social, religiosos y m ti cos, hasta la presencia de vestimenta, enfermedades y escritura, todo nos permite penetrar un poco ms en el conocimiento de una cultura que supo plasmar magistralmente los actos de la vida cotidiana y la accin de los dioses en los muros de su ciudad.