Luis Camacho

Erewhon de Samuel Butler (1835-1902)y los orígenes de la filosofía de la tecnología

Erewhon or Over the Range apareció enmarzo de 1872 y tuvo buena acogida, pues el au-tor escribió el prefacio para una segunda edicióna mediados de ese mismo año.

Empieza la novela con un relato autobiográ-fico que sin duda parece corresponder a los pri-meros años de Butler en Nueva Zelanda. La des-cripción del paisaje, de las haciendas de ovejas yde las costumbres no tiene nada de particular pa-ra la época. Nos parece quizá exótica hoy día, pe-ro obviamente corresponde a lo que ocurría enaquella época.

Luego viene el viaje más allá de las monta-ñas, que concluye con el encuentro con los erew-honianos. El título de la novela es, por supuesto,utopiar, pero la obra tiene muy poco que ver conuna sociedad supuestamente perfecta que apare-ce en otras obras que se incluyen en el géneroutópico. Puesto que conocemos como anti-uto-pías aquellas obras que muestran los absurdos alos que llevan con frecuencia las ideas utópicas,tampoco se podría considerar anti-utópica la obrade Butler. Tal vez sea más exacto decir que se tra-ta de una crítica a la sociedad inglesa mostrandolas consecuencias a las que llevan los valores deesa sociedad. Sin embargo, las críticas se hacende una manera indirecta, imaginando primerouna sociedad donde se inviertan ciertos valores ymostrando luego coincidencias con la sociedadtomada como punto de referencia.

Luego viene la progresiva inversión: en elpaís que Butler acaba de descubrir las máquinasdescubiertas en los últimos siglos (que allí sehabían descubierto muchos años atrás) están

Samuel Butler nació en 1835 y estudió enCambridge, donde se graduó en 1858. En su ju-ventud pasó varios años en Nueva Zelanda, regre-só a Londres en 1864, y allí pasó el resto de su vi-da. Se dedicó a la pintura, la música y a escribirsobre muchos temas variados, incluyendo reli-gión y evolución. The Way o/ Al! Flesh (1903),novela autobiográfica póstuma, se considera suobra maestra. Butler expresa el fin de la creenciavictoriana en un progreso indefinido. En rebeldíacontra su padre y abuelo clérigos, se alejó progre-sivamente de todo lo que su padre valoraba (ho-gar, iglesia, corona, Cristiandad). En Nueva Ze-landa se dedicó a la cría de ovejas. Cuando apare-ció El origen de las especies de Darwin en 1859Butler se convirtió en gran admirador del autor ypartidario de las ideas de la evolución. Al princi-pio aceptó a Darwin con entusiasmo porque Diosdesaparecía de la escena, pero luego descubrió supropio dios y rechazó a Darwin por haber dejadode lado toda idea de la divinidad.

Antecedentes de Erewhon 1 son dos artículospublicados en el periódico Press de Nueva Zelan-da: "Darwin among the machines" (1863) y "Lu-cubratio Ebria" (1865). En ambos se plantea elproblema que siempre le preocupó: la relaciónentre mecanismos y vida. En "Darwin among themachines" busca las consecuencias de la idea deque la máquinas son como organismos vivos quecompiten con el ser humano en la lucha por la su-pervivencia. En "Lucubratio Ebria" defiende locontrario: las máquinas son extremidades extra-corpóreas, de modo que cuantas más tenga aso-ciadas un cuerpo humano más evolucionado está.

Rev. Filosofía Univ. Costa Rica, XL (101),173-177, Julio-Diciembre 2002

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prohibidas y es grave delito encontrar a alguienusando alguna de ellas. Se conservan restos de latecnología que conocieron, como por ejemploquedan estaciones y rieles del ferrocarril. La tec-nología que Butler conoció en Inglaterra como lomás avanzado aparece en Erewhon como reliquiade tiempos pretéritos que solo los arqueólogospueden reconstruir, como se ve hacia el final enel episodio de la huida en globo.

Para empezar con la inversión más notable,la salud en Erewhon es sinónimo de bondad mo-ral y la enfermedad es un delito. Esto hace quelos médicos sean figuras en clandestinidad y quela gente trate de ocultar su mala salud usando laexcusa de robar o cometer algún fraude. Buenaconducta y buena apariencia física son sinóni-mos. Cometer un desfalco no parece ser un asun-to grave, y los delitos en general se tratan comosi fueran enfermedades, aunque aquí la analogíaresulta más difícil de seguir. De acuerdo con loanterior, usar máquinas y sufrir de tifus son losdos delitos más graves. Los accesos de mal hu-mor son considerados motivo para que la genteofrezca regalos y se preocupe mucho por quienlos padece. Desde los saludos cotidianos hastalas costumbres relacionadas con la muerte difie-ren de la sociedad conocida, aunque a veces esteprocedimiento literario resulte muy forzado.

Dada la inversión entre enfermedad y delito,los saludos no tienen que ver con la salud sinocon la disposición moral. En vez de "¿cómo estáUd.?" el saludo típico es "Espero que Ud. seabueno hoy". La inversión continúa al considerar-se que la mala fortuna es culpa del individuo quela padece. En otras palabras, los erewhonianoscumplen al pie de la letra aquella máxima de cul-par a la víctima. Hay un Tribunal de la Confian-za Mal Depositada que castiga a las víctimas defraudes y engaños. Butler cita en refuerzo de suidea las costumbres de italianos y maoríes, quie-nes según él castigan a los que han tenido algunadesgracia personal.

Los que estudian en Erewhon se gradúan enalgo llamado Hipotética en unas instituciones co-nocidas como Colegios del Desatino. Se suponeque en estos pasajes Butler está criticando a lasociedad victoriana, pero aquí el autor es dema-siado precipitado y poco sutil en la manera de in-

troducir la crítica social. Aunque muy interesan-te, Erewhon nunca da la impresión de gran suti-leza e ironía. La crítica a los valores de la socie-dad victoriana es con frecuencia confusa al serindirecta. Quizá Erewhon sea la imagen de espe-jo de Inglaterra a fines del siglo XIX, pero el pro-blema es que el espejo parece empañado.

Butler reacciona en todo momento según va-lores religiosos que debieron ser lo habitual en sutiempo, y el efecto a veces es cómico, comocuando bautiza con agua al indígena Chowbokporque le parece que no lo han hecho antes, puesla conducta del indígena no es la apropiada paraun cristiano. Unas pocas horas después del bauti-zo el recién bautizado roba algo y Butler se pre-gunta si tal vez no aplicó el rito del bautismo co-rrectamente, lo cual explicaría una falta tan obviay tan cercana al rito.

Una cuarta inversión se da con la música. Enla casa de Robinson Jones (nombre que apareceinvertido en la novela), el comerciante fraudulen-to tiene batintines que usan las mujeres para gol-pear sin orden ni concierto, produciendo ruidosque pasan por música.

Volvamos a la inversión enfermedad-delitosalud-virtud, dado que esta idea es fundamentalen la novela. Los capítulos 10 al 12 consideranesta extraña manera de asociar la desdicha con eldelito y la dicha con la virtud. Castigar severa-mente la enfermedad como un delito es un aspec-to de la regla general en Erewhon según la cual ladesdicha debe castigarse y la dicha premiarse.Todo el mundo parece convencido de que las le-yes que imponen castigos a los desdichados (en-tre ellos los enfermos) son justas, incluyendo alas víctimas de esas mismas leyes. Desgraciada-mente Butler podía haber sido más claro en estainversión de valores que en realidad sirve paradescubrir lo absurdo de la justicia victoriana (ynuestra). Si nos parece absurdo que se castigue aun tuberculoso, puesto que de ninguna maneratiene la culpa de haber tenido una infancia de pri-vaciones y desnutrición, también nos debería pa-recer absurdo castigar por un delito como el roboa alguien que no tuvo ninguna oportunidad en suinfancia, y que posiblemente no consiga trabajoni ayuda de nadie. Butler se detiene a reflexionarsobre la peculiaridad de considerar virtuoso al

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dichoso y vicioso al desdichado, sin extender sureflexión a la sociedad que conocía y conocemos.Espera que nosotros veamos lo absurdo de consi-derar el delito como algo explicable únicamenteen términos de culpabilidad, y no como resultadode cadenas de causa y efecto.

En el capítulo 12 Butler hace una larga refle-xión en el sentido de que el bien de la sociedades el que se refleja en una justicia aparentementetan extraña. Si en Erewhon no "se castigara seve-ramente al enfermo, la enfermedad se propagaríaal resto de la sociedad. Entre nosotros, si no secastiga severamente al delincuente, la inseguri-dad se extendería entre la sociedad. En uno y otrocaso el bien de la sociedad es la única explica-ción para hacemos creer en algo tan obviamentefalso. La única diferencia entre el público queasiste a la condena del tuberculoso, y éste, es elazar: el tuberculoso nació en una familia pobreque no le pudo dar una buena alimentación yatención médica preventiva, mientras los queasisten a su juicio tuvieron mejor suerte en la in-fancia. El pobre delincuente acusado de robar pa-ra comer nació por azar en una familia pobre,mientras nosotros igualmente por azar nacimosen una familia que nos dio apoyo en la infancia yadolescencia.

La analogía entre enfermedad y crimen seamplía en el capítulo 12 cuando se analiza elcambio de actitud con relación a la severidad delas penas. Antes en Erewhon la justicia era mu-cho más estricta, pero tenía resultados contrapro-ducentes cuando se enviaba a prisión a algún en-fermo leve y regresaba contagiado con una enfer-medad grave. Esto a la larga salía más caro a lasociedad. Aparece entonces un reformador quedivide las enfermedades según el órgano afecta-do (cabeza, tronco, extremidades) y fija distintostratamientos para cada grupo. Además de éste yotros reformadores del pasado hay algunos en elpresente llamados los malcontentos, odiados porla mayoría de la gente, que consideran que lo úni-co defendible es separar a los enfermos de la so-ciedad para evitar el contagio, pero sin que hayacastigo por una condición de la que los enfermosno tienen la culpa.

La quinta inversión aparece en el capítulo13, sobre la muerte. Encontramos un párrafo muy

confuso sobre muertos que no han nacido, peroluego aparece el asunto de las estatuas de suspropias personas que la gente mandaba a hacer yque llegaron a estorbar por su abundancia en to-das partes hasta que hubo una rebelión iconoclas-ta y se destruyeron por miles. Después de untiempo se pasó una ley por la cual las estatuas sedestruirían a los 50 años de construidas, por loque los escultores empezaron a hacerlas feas te-niendo en cuenta que de todos modos no duraríanindefinidamente. La siguiente etapa es cuandoentonces se paga a los escultores para que no ha-gan las estatuas, pues se considera que es mejorque no las hagan antes de que las hagan repulsi-vas. Aquí Butler encaja dentro de la tradición in-glesa de la lógica del absurdo, aunque con menoséxito que Lewis Carroll y otros autores contem-poráneos.

"El libro de las máquinas" está constituidopor los capítulos 23, 24 y 25 de la novela. Se su-pone que el autor, que a su vez es el protagonistade la novela pues escribe en primera persona,transcribe parcialmente un manuscrito cuyo autorfue uno de los más sabios profesores de Hipotéti-ca y en el que se recoge la argumentación que lle-vó a la prohibición y eliminación de todas las má-quinas que no hubiesen estado en uso por lo me-nos en los 271 años previos a la prohibición. A suvez, la eliminación de las máquinas tuvo lugar enErewhon cerca de 400 años antes de la llegada delautor de la novela, lo que quiere decir que en eselugar iban mucho más adelantados que en Ingla-terra antes de que se produjese la prohibición.

"El Libro de las Máquinas" es un modelo deargumentación que podría incluirse en cualquiercurso de Pensamiento Crítico o de Análisis de Ar-gumentación en nuestros días. Curiosamente nosuele citarse, y los filósofos de la tecnología raravez se dignan tener en cuenta a Butler, y menosaun tomarlo en serio. Sin embargo, estos tres ca-pítulos escritos hace tanto tiempo parecen muchomás interesantes que buena parte de lo que pasapor filosofía de la tecnología en nuestros días.

Para que la argumentación en estos capítulossurta efecto se presuponen varias cosas:

l. Hay que estar familiarizado con la teoría dela evolución orgánica de Darwin y aceptarla,

bur Wright en 1903 y el viaje transatlánticode Charles Lindberg en 1927 transcurrieronapenas 24 años. Más cerca de nosotros, bas-ta con recordar que hace apenas diez años noexistía la Internet, que hace veinte apenasempezaban las computadoras personales yque hace solo treinta años no había aparatosde fax ni fotocopiadoras.De paso Butler señala la tendencia de lasmáquinas a hacerse más pequeñas. La minia-turización les da ventajas, de un modo seme-jante a como desaparecieron los grandes di-nosaurios pero sobrevivieron animales máspequeños.

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aunque se podría argüir que estamos en pre-sencia de una interpretación simplista de laevolución orgánica. La idea que se presupo-ne aquí es la de que las especies más avanza-das eliminan a las menos avanzadas.

2. Hay que suponer que las máquinas constitu-yen un conjunto homogéneo de seres con ca-racterísticas comunes y una etapa posterior ala aparición de plantas y animales sobre latierra.

Puesto que en el inicio de la existencia delplaneta nadie hubiera podido imaginar la apari-ción de plantas y animales, la pregunta inicial deesta argumentación es la siguiente:

¿No es posible que existan aun en la actuali-dad nuevos cauces por los que pueda manar laconciencia, aun cuando no podemos describirlosahora?

Obviamente los nuevos cauces son máquinascada vez más perfectas, que eventualmente elimi-narán o esclavizarán a los seres humanos del mis-mo modo que las especies más avanzadas deplantas y animales eliminaron o esclavizaron aotras especies en el pasado.

La argumentación que se sigue utiliza unadoble estrategia:

1. Una analogía entre evolución de plantas yanimales por un lado y evolución de máqui-nas por otra. Así como hubo una célula pri-mordial de la que proceden plantas y anima-les, también hay una célula primordial en laevolución de nuevas formas de conciencia,que son las máquinas más desarrolladas yque siguen evolucionando. Esta analogía esla base de la tesis que se defiende, y se com-pleta con observaciones fácticas tomadas dela historia de la tecnología y que hoy nossorprenden por lo acertadas. Así por ejem-plo, se insiste en que las máquinas han evo-lucionado a una velocidad incomparable-mente mayor que las plantas y animales. SiButler hubiera vivido más años habría podi-do señalar ejemplos más espectaculares.Téngase en cuenta, por ejemplo, que entre elfamoso vuelo de los hermanos Orville y Wil-

2. La otra estrategia es la respuesta a las obje-ciones. Recogeremos algunas de estas obje-ciones y las respectivas respuestas:

a. Se ve poca conciencia en las máquinasen la actualidad. La conciencia, replicael autor del manuscrito, es asunto degrado. Hay plantas que comen insectos:¿tienen conciencia o no? Una patata enun sótano oscuro sabe buscar la luz y lahumedad para germinar. En ambos ca-sos tenemos manifestaciones de la con-ciencia, aunque primitivas.

b. Los procesos físico-químicos ("quí-mico-mecánicos" dice Butler) en lasmáquinas son muy diferentes a los pro-cesos en seres actualmente dotados deconciencia. Pero ¿hay algo más que pro-cesos físico-químicos en esos seres do-tados- de conciencia en nuestros días?No lo parece.

c. La reproducción de las máquinas solo sepuede hacer con la intervención huma-na. Por supuesto, pero así es como se re-producen ahora provisionalmente, delmismo modo que otras especies anterio-res en la evolución se reproducían usan-do intermediarios, y sin duda esto cam-biará en el futuro. ¿No necesitan acasolas plantas de hoy insectos que polini-cen sus flores?

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d. Las máquinas más avanzadas permitena unos seres humanos dominar a losotros, luego no son las máquinas sinolos seres humanos los que dominan lasituación. A esta objeción tan interesan-te la respuesta sorprende por su agude-za: eso es lo que creen los seres huma-nos, pero en realidad la ventaja socialque dan las máquinas es lo que permitea éstas evolucionar rápidamente.

e. La transmisión de impresiones se da porintermedio de los sentidos del ser huma-no. Así por ejemplo, las locomotoras secomunican mediante sonidos de pitos ac-cionados por seres humanos. Respuesta:en el futuro se comunicarán directamen-te, sin intermediario. Butler obviamentequedaría fascinado con "loque ocurre ennuestros días entre las computadora s quese comunican entre sí.

En el último de los capítulos dedicados a lasmáquinas Butler incluye argumentos a favor deéstas presentado por otro profesor de Hipotética.Desgraciadamente no destaca esta argumenta-ción, que resulta insulsa, ni establece una claracontraposición entre los dos supuestos conten-dientes. Pero está claro que el único argumentousado a favor de las máquinas en esta sección esque éstas constituyen extensiones de los órganos

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humanos, y que en realidad nosotros usamosnuestras extremidades como si fueran máquinas.Esta es justamente la argumentación que se en-cuentra en la obra de Emst Kapp Grundlinien ei-ner Philosophie der Technik de 1877, cinco añosdespués de la aparición de Erewhon. Suponer in-fluencias entre autores es un asunto riesgoso, so-bre todo cuando las ideas en que coinciden po-drían surgir en la mente de muchos. Sin embargo,es extraño que se considere habitualmente a Kappel primer filósofo de la tecnología en tiempos re-cientes cuando por lo menos una de sus ideas bá-sicas se encuentra ya en otro autor anterior.

La novela Erewhon no ha pasado a la histo-ria como una gran obra literaria, y no es de extra-ñar que así sea: Pero los tres capítulos tituladosen conjunto "El libro de las máquinas" merecenmejor suerte. Cuando se señala el origen de la fi-losofía de la tecnología hay que mencionarlos, sopena de cometer una grave injusticia.

Notas

l. Utilizamos la traducción al español hecha porOgier Preteceille en la edición titulada Erewhon oAllende las montañas (Barcelona: Editorial Bru-guera, 1982).

2. "Erewhon" es nowhere al revés, y como se sabeutopía en griego significa lo mismo que nowhereen inglés.

Luis CamachoApartado 388-2050

San Pedro de Montes de Oca, Costa Rica