ernest, wood - curso de concentracion mental

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    E R N E S T OE R N E S T O

    WOODWOOD

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    C U R S O P R C T I C O D EC U R S O P R C T I C O D E

    CONCENTRAC INCONCENTRAC INMENTALMENTAL

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    Ttulo original: "A Practical Course Concentration"Ttulo original: "A Practical Course Concentration"

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    PREFACIOPREFACIO

    Hace cerca de diecisiete aos que escrib este libro. Desde entonces se han hecho diversasediciones en muchos idiomas tantas que he perdido la cuenta, y en total debe haber alcanzado unacirculacin que pasa del cuarto de milln de ejemplares, cantidad que va en continuo aumento por ladiaria demanda en muchos pases. En atencin a la apreciacin que el pblico ha hecho de mi obra,he decidido hace poco revisarla y escribirla casi enteramente de nuevo, pues he visto que hay muchoque mejorar en lo que toca a la exposicin del asunto, si bien poco que aadir al mtodo de ensear,y nada que alterar en la filosofa y teora que contiene.

    En el prefacio de la primera edicin expliqu que el libro era el fruto de unos quince aos deexperiencia. Desde entonces esa experiencia se ha acrecentado todava ms, he adquirido muchoms conocimiento, tanto interno como externo, y he tenido el honor de estar en estrecha asociacincon grandes expertos en esta rama del pensamiento y de la prctica. El resultado ha sido que no he

    hallado nada que eliminar de las instrucciones originales, sino que poseo un incrementadoconocimiento de las verdades contenidas en ellas.No pueden obtenerse sino beneficios al seguir las instrucciones que aqu se dan, porque he eliminadocuidadosamente del curso entero todos los elementos peligrosos que tanto abundan en los librosorientales sobre el yoga. A dichos libros se los estudiaba con un maestro competente, mientras que elpresente es para el uso privado; de aqu la necesidad del cuidado.

    Este libro est destinado a servir de manual prctico, y el estudiante que quiera sacar el mayorbeneficio de l ha de utilizarlo, ms que como libro de texto, como un curso de seis meses. Alfinalizarlo, el estudiante cuidadoso y persistente se encontrar con que ha logrado exactamente loque buscaba. Sin embargo, los que slo desean una ayuda general para su meditacin lograrn granbeneficio al leerlo, y aplicar aquella parte que especialmente les interesa.

    Muchas personas, que se consideran perspicaces, pueden pensar que mis convicciones, en cuanto alas posibilidades a que puede llegarse en un futuro cercano o remoto por la propia cultura interna, sonexcesivamente extravagantes; mas puedo asegurarles que esas convicciones estn de acuerdo conla ley universal e inviolable, y con los asertos de exponentes de elevada categora como Patanjali, yque guardan conformidad con la experiencia y logro efectivos de muchsimos expertos a quienes hetenido el honor de conocer.

    E. W.Sydney, Australia, setiembre de 1925.

    Muy conocido es el seor Ernesto Wood como escritor y conferenciante sobre temas religiosos yeducacionales, y su labor ha sido siempre de lo ms cuidadosa y ponderada. Un curso prctico deconcentracin mental es un asunto para el cual est bien preparado, y esta obrita ha de serie de loms til al estudiante afanoso. Ha sido admirablemente ideada, y llevada a cabo en una forma muyeficaz, y lo que es ms importante en un tratado de esta ndole no se encuentra nada en ella que,al practicarlo, pueda causar el menor dao fsico, mental o moral a quien se esfuerce por conseguir laconcentracin del pensamiento. Puedo, por tanto, recomendarla de todo corazn a los que deseenobtener el dominio de la mente.

    ANNIE BESANT

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    CAPITULO ICAPITULO I

    EL BUEN XITO EN LA VIDAEL BUEN XITO EN LA VIDA

    UNA ILIMITADA OPORTUNIDAD

    Deseis el triunfo en la vida? Queris los medios que infaliblemente lo aseguran? Sois capaz deelegir y deciros: "Yo quiero riquezas; he de ser famoso; quiero ser virtuoso; he de ser poderoso"? Quenuestra imaginacin obre sobre el pensamiento, y observad cmo las confusas nubes de laesperanza van tomando la forma de clicas posibilidades. Dadle alas a vuestra fantasa, porque msesplendoroso que el mejor cuadro que podis hacer con el pensamiento es el futuro que podispretender mediante la voluntad. Una vez que la imaginacin haya obrado, tan pronto hayis escogido,decos: "Yo quiero". Y nada hay en la Tierra que pueda detenemos por ms tiempo, pues sois

    inmortal y el futuro tiene que obedeceros.

    Decs que la muerte puede saliros al paso? No lo har.Decs que la pobreza, la enfermedad o losamigos pueden estorbaros? No ser as. Nada puede ser obstculo, a menos que lo permitis. Perodebis hacer vuestra eleccin, y en adelante ya nunca ms desear otra cosa. Sino que debisdeciros: "Yo quiero". Y debis decirlo siempre en pensamiento y en accin, y ya jams en meraspalabras. Y en adelante ni por un momento debis cambiar de propsito, sino que vuestra constanteintencin debe hacer que todo lo que contis vaya a serviros. Y entonces, si lo que habis escogidono es perjudicial, antes de mucho ser vuestro.

    Hablis de la pequeez del hombre, perdido entre los surcos de la madre tierra, y de esta tierra, unapartcula de polvo en la inmensidad del espacio. No hay tal, pues las grandes cosas no se miden porsu apariencia. Decs de las debilidades y fatigas, de los inmediatos placeres y locuras, las

    conveniencias y accidentes de la vida... de cmo estas cosas confirman y limitan al hombre pequeo.No hay tal, pues todo puede llegar a utilizarse. El cuerpo es slo una vestidura y los sentidos merosagujeros en el velo de la carne, y cuando stos se aquietan y aqul es obediente, y la mentepermanece en contemplacin de sus inmortales posibilidades, se abre una ventana dentro devosotros, y a travs de ella veis y aprendis que seris lo que queris ser... y nada ms.

    Como la dbil semilla enterrada en el suelo irrumpe y lanza un tierno brote, que se abre camino atravs del suelo y consigue verse libre a pleno aire, y llega a convertirse en una poderosa encina quepuebla la tierra con porciones de s misma, o como un gran baniano se extiende sin lmites desde unapequea raz suministrando abundancia y hogar a miles de criaturas, as tambin lanzad en este dael primer brote, tierno mas no incierto, de la voluntad, y elegid lo que habis de ser.Qu escogeris? Queris el poder? Dejad entonces que los dems sean ms libres y poderosos,porque vos tambin lo sois. Queris el conocimiento? Como vos lo sois, que los dems sean

    tambin sabios. Queris amor? Dejad entonces que los dems gocen de l, ya que tenis tanto quedar. De esta suerte estaris acorde con la Gran Voluntad y la Gran Ley, y vuestra vida ser una con laGran Vida, sin la cual no puede haber triunfo permanente.Que cules sern los medios? Todo lo que os salga al paso, grande o pequeo; porque no hay nadaque no podis usar como medio para vuestro fin. Pero recordado una vez ms: que todas laspersonas y las cosas que usis salgan beneficiadas con ello. As vuestro triunfo ser tambin el deellas, y la Gran Ley se habr cumplido.

    EL TRIUNFO MEDIANTE LA CONCENTRACIN

    Mas sea lo que fuere lo que elijis, necesitis de una cosa en todo momento y lugar: la concentracinde propsito, de pensamiento, de sentimiento y de accin, de modo que ella, como un poderoso imn,

    polarice todo aquello en que intervenga. Se necesita para el buen xito en todo lo que se persigue enla vida.

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    Los hombres que han triunfado en los negocios, en la vida social y poltica, en el arte, la ciencia y lafilosofa, en el poder y la virtud, han descollado todos por una inflexible fijeza de propsito y dominiode la mente, si bien muy a menudo, nada cuerdos, han despreciado la Gran Ley.No ha sucedido siempre, no sucede actualmente, y no ha de acaecer en el futuro, que en tanto queel progreso dependa del esfuerzo humano ha de realizrselo mediante la actividad sistemtica ypersistente del dominio de los deseos y la concentracin de la mente, y que sin esto no se lo

    consigue?

    Leed la vida y penetraos de la filosofa de cualquier hombre decidido, o de la sociedad o secta a queperteneci, y encontraris registrado este hecho. Los epicreos de antao concentraban la mente enel presente y trataban de vivir de acuerdo con las leyes naturales. No permitan que la mente sedetuviera a lamentarse en nada ya pasado, ni que tuviera temor o ansiedad por el futuro. Los estoicosfijaban la atencin sobre todo aquello que caa bajo su dominio, y rehusaban molestarse por nada queno estuviera dentro de su poder o propsito, o malgastar el pensamiento y la emocin en ello. Losplatnicos se esforzaban en fijar la mente, en reverente bsqueda, sobre los misterios de la vida.Patanjali, el gran maestro del Yoga hind, declaraba que el hombre slo poda llegar a su verdaderoestado mediante la afortunada prctica del completo dominio de la mente. El devoto religioso hace loposible, llenando para ello su vida y ambiente de ceremonias y smbolos, repitiendo constantementeen el pensamiento los nombres de Dios, por estimular su mente para que mantenga cada vez ms

    devotos sentimientos. El hombre que logra el conocimiento es tan decidido en su propsito queaprende hasta en las cosas ms ftiles. Tal es el poder de la mente, que con su ayuda todo llega aservir a nuestro propsito, y tal el poder del hombre que puede doblegar la mente a su voluntad.

    No vemos que la indecisin, el azoramiento, la ansiedad y la inquietud dan origen a enfermedades,debilidad, indigestin e insomnio? Aun en estos asuntos de pequea importancia la prctica regulardel dominio de la mente, hecha en una forma sencilla, acta como una cura mgica. Es el mejormedio para escapar de la envidia, los celos, el resentimiento, el descontento, la ilusin, el engao, elorgullo, la ira y el temor. Sin ella no puede efectuarse la formacin del carcter, y con ella no puedefracasar. Todo estudio se torna fcil y prspero en proporcin a la concentracin mental con que se lohace, y la prctica incremento enormemente los poderes reproductivos de la memoria.

    MS ELEVADOS OBJETIVOS

    Uno de los ms elevados esfuerzos y objetivos de la concentracin de la mente ha sido descrito porAnnie Besant en su libro La Sabidura Antigua, con elocuentes palabras:

    El estudiante debe empezar a practicar una extrema temperancia en todas las cosas, cultivando unestado ecunime y sereno de la mente; su vida debe ser limpia y los pensamientos puros,manteniendo el cuerpo en estricta sujecin al alma, y la mente adiestrada para ocuparse en noblesy elevados asuntos; debe habitualmente practicar la compasin, la simpata y la ayuda a losdems, indiferente a las molestias y placeres que puedan afectarlo, y debe cultivar el valor, laconstancia y la devocin. Una vez que por la perseverancia prctica ha aprendido a dominar lamente hasta cierto punto, de modo que puede mantenerla fija en una sola lnea de pensamientopor algn tiempo, debe empezar un adiestramiento ms rgido por la diaria prctica de la

    concentracin sobre algn tema difcil o abstracto, o sobre algn elevado objeto de devocin, Estaconcentracin consiste en el firme fijar de la mente en un solo punto, sin vagar y sin entregarse alas distracciones que causan los objetos externos, la actividad de los sentidos o la mente misma.Se la debe domear hasta conseguir una imperturbable tranquilidad y fijeza, de manera quegradualmente aprenda a retirar su atencin del mundo exterior y del cuerpo, cuyos sentidospermanecen quietos y tranquilos, mientras la mente vive intensamente con todas sus energasrecogidas interiormente, lista para aplicarse a un solo punto del pensamiento, el ms elevado quepueda alcanzar. Cuando es capaz de mantenerse as con relativa facilidad, est lista para unnuevo paso, en que por un poderoso y calmado esfuerzo de la voluntad pueda lanzarse porencima del ms elevado pensamiento a que pueda llegar mientras obra el cerebro fsico, y en talesfuerzo elevarse hasta unirse con la conciencia superior, y as( liberarse del cuerpo.

    De esa vida superior que est ms all del cerebro encontraris detalles en sus valiosos librosteosficos, y de cmo abre ante el hombre infinitas perspectivas de conocimiento y poder, muy por

    encima de todo lo imaginable dentro de las necias limitaciones del cerebro. Pero si persegus la vidaespiritual por mtodos ms devotos, no por eso dejar de seros necesaria la concentracin depropsito. Una antigua escritura dice que el devoto debe ver a Dios en todo y a todo en Dios.

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    Cualquier accin que realicis: el comer, el sacrificaras, el dar, el esforzaras... hacedlo como unaofrenda a El. Y eso slo puede hacerlo el hombre cuando ha adquirido la concentracin. Tambinpara aquellos que llaman al portal del santo sendero encontramos escrito en el famoso libro A lospies del Maestro que el aspirante debe conseguir la unidad de propsito y el dominio de la mente.

    Todava en otro sentido se ha utilizado la concentracin mental. La literatura religiosa est llena de

    notables ejemplos de la visin llevada hasta las cosas invisibles mediante la mente extasiada. Losyoguis y faquires hindes enumeran ocho series de facultades y poderes, que incluyen la visin de loausente, del pasado y del futuro, el telescopio y el microscopio psquicos, el poder de viajarinvisiblemente en el cuerpo sutil y otros... todos alcanzables por medio de la concentracin.Maravillosos como son estos efectos, y fascinantes como son el estudio y la prctica que a ellosconducen, no menos interesante y eficiente es la aplicacin de la concentracin al juego de nuestrossentidos normales, y para extender nuestro poder y conocimiento sobre el mundo que nos rodea en lavida diaria.Qu significa, entonces, esta concentracin, y qu prctica hemos de seguir para obtener el dominiode la mente?

    No quiere decir que debemos estrechar, limitar, confinar nuestros pensamientos y actividades. Nosignifica retirarse a las selvas o a las montaas. Ni tampoco perder la simpata e inters por todo lo

    humano. Ni significa que la corriente de la vida se ha secado en nuestras venas, como el ro deldesierto en el rido esto. Sino que toda nuestra vida est inspirada en un solo propsito. Significapensamiento y actividad siempre crecientes y ms amplias simpatas, pues estamos siempre alertapara usar todas las cosas en un gran y nico objetivo.

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    CAPITULO IICAPITULO II

    LA CAJA MGICALA CAJA MGICA

    EL PRIMER PODER DE LA MENTE

    Imaginaos que estis de pie con una partida de amigos en algn mercado oriental, o en el jardn deun palacio, y que entra un mago con una caja. El hombre extiende sobre el suelo una alfombracuadrada, y coloca sobre ella reverentemente su caja colorada, que es quizs una excelente obra decestera de unas ocho pulgadas por lado. La contempla con fijeza, murmura algo, levanta la tapa ysaca una tras otra, con exquisito cuidado, nueve cajas ms, que parecen ser del mismo tamao quela primitiva, si bien todas de diferentes colores. Pensis que la prueba ha terminado. Mas no es as.Abre una de las nueve cajas y saca otras nueve ms; abre luego las otras ocho, y de cada una saca

    otras nueve... todo ello con oriental premeditacin.Y todava no ha terminado; empieza a abrir lo que podemos llamar la tercera generacin de cajas,hasta que todo el suelo se cubre con montones de ellas hasta donde puede alcanzar el brazo delmago, Las nueve cajas de la primera generacin y la ochenta y una de la segunda han desaparecidode la vista en medio de los montones, antes de que podis pensar que el mago est preparado paracontinuar en esta forma quin sabe hasta cundo y entonces hacis que se detenga y abrsgenerosamente vuestro bolsillo.

    Vuestro yo superior es el espectador, vos el mago; vuestra mente es la alfombra extendida, y cadaidea que tenis, una caja mgica. Una gran voluntad ha de ser el premio que de arriba reciba quiense convierta en un gran mago; y se ponga a producir las ms variadas y hermosas cajas.

    Sentaos en algn tranquilo lugar, y fijad en la mente la idea de algn objeto corriente. Observadla

    cuidadosamente y advertiris que contiene muchas otras ideas, que de ella se pueden extraer o hacerque permanezcan a su alrededor... o bien notaris que inmediatamente empiezan a moverse y actuar.Suponed que pienso en una moneda de plata. Qu es lo que encuentro al mirar en esta caja? Veouna rupia india, media corona britnica, cincuenta centavos americanos. Veo tambin monedasredondas y cuadradas, con estras y con filete, grandes y pequeas, gruesas y delgadas. Veo unamina de plata en Bolivia, y una tienda en Shangai donde cambi unos pesos mexicanos. Veo el guilaamericana y el mote: "E pluribus unum"; veo tambin la efigie del Rey Jorge. Veo la Casa de Monedade Bombay; de cmo al pasar por las mquinas las tiras del metal, se acuan los discos y vanquedando los agujeros.Es suficiente, y debemos detenernos, pues de lo contrario no sabemos adnde ira a parar este magofascinador. Es claro que no continuara eternamente, pero si se lo permits abrira miles de cajasantes de agotar sus poderes. Pronto puede llegar al trmino de las posibilidades de la primera caja,pero le quedan an por abrir las otras que de ella ha sacado.

    Ciertas mentes, de la clase vagabunda y verstil, pueden fcilmente abrir otra caja antes de quehayan sacado todo lo que hay en la primera. Eso no es concentracin. Concentracin en una ideasignifica que habis de vaciar por completo esa caja antes de que la dejis para abrir otra. El valor desemejante prctica es que aclara la mente y la hace adelantar ideas, sobre el asunto escogido, enforma rpida y abundante.

    LAS VAS DEL PENSAMIENTO

    Hay una razn para que deba agotarse lo que contiene una caja determinada. Es la de que las ideasque proceden de ella no salen al azar, sino de acuerdo con leyes definidas: estn encadenadas a ella,por decirlo as, y slo cierta clase de ideas puede salir de una cierta caja. Supongamos, por ejemplo,

    que omos que alguien menciona la palabra "elefante". Muchas ideas, debido a ello, pueden surgir ennuestra mente.Podis pensar en partes determinadas del animal, tales como sus grandes orejas o su peculiarsimatrompa. Podis pensar en su inteligencia y su temperamento filosfico, o en determinados elefantes

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    que habis visto o de que habis ledo. Podis pensar en animales semejantes como el hipoptamo oel rinoceronte, o en los pases de donde proceden los elefantes. Mas hay ciertas cosas en que no esposible que pensis, como son el colibr o un sombrero de felpa, una plegadera o un buque de vapor,Hay ciertas leyes definidas que mantienen enlazadas las ideas en la mente, lo mismo que lagravitacin, el magnetismo, la cohesin y otras leyes semejantes mantienen en relacin los objetosmateriales del mundo fsico.

    Con el fin de servir a nuestro actual propsito voy a indicar las cuatro principales leyes delpensamiento. Ntese primero que, entre los pensamientos que se tengan sobre un elefante, puedehaber imgenes de cosas que se le asemejan muy de cerca, esto es, de otros animales, como son: lavaca, el caballo, la ballena o el camello, Se ve aqu la primera ley de la atraccin ideal, Las ideas decosas similares se enlazan estrechamente, y fcilmente la una sugiere a la otra. A esta primera leypodemos denominarla ley del objeto y clase, y de objetosde la misma clase.

    La segunda ley relaciona el todo con la parte, de modo que cuando pensis en un elefante esprobable que formis cuadros mentales especiales del tronco, las orejas o las patas.La tercera ley expresa la relacin entre el objeto y la cualidad. As se piensa en que el elefante esfilsofo, el perro fiel, y el gato gracioso.La cuarta ley no implica la observacin de las semejanzas y diferencias entre las cosas, o un objeto y

    la clase a que pertenece, o un todo y sus partes, o un objeto y sus cualidades ms prominentes. Estrelacionada con las ms notables experiencias que nos son familiares, y tiene ms que hacer con laimaginacin que con la observacin lgica. Si he visto dos cosas juntas frecuentemente o he pensadoen ellas persistentemente, el enlazado impacto que ellas producen sobre mi conciencia tender adarle permanente asociacin en mi mente.

    Por consiguiente, yo titulara a esta cuarta ley de la experiencia familiar. As, por ejemplo, si piensoen una pluma, es probable que tambin piense en un tintero, y no en un pote de vaselina. Si piensoen la cama, puede que tambin piense en dormir y no en bailar. S pienso en el Brasil, es posible quedespus piense en el caf y en el maravilloso ro Amazonas, y no en el arroz y en la cordillera de losHimalayas. Cada uno de nosotros tiene un fondo independiente de experiencia formado con losrecuerdos de tales relaciones ya vistas, ya odas, ya pensadas, y en forma vvida o repetida.

    Las cuatro vas del pensamiento ya mencionadas se dan de un modo general a fin de servir a nuestroactual objetivo. Si yo formulara en forma ms completa estas leyes tendra que indicar que son nueve,cosa que he hecho en mi libro sobre Educacin de la Memoria. Quien desee estudiar este asuntoms ampliamente encontrar en dicho libro detalles de otras relaciones, como la del contraste (quecae dentro de la primera ley, pues implica semejanza y comparacin) y la de causa y efecto (que estincluida en nuestra cuarta ley por tratarse de contigidad, relacin mutua o secuencia en el tiempo).

    MENTES RPIDAS Y LENTAS

    Hemos llegado al punto en que podemos empezar con el primer ejercicio de concentracin. Debemosconsiderar en qu consiste y qu es lo que nos proponemos hacer, y esto antes que aquello.

    Aunque todas las mentes actan bajo las mismas leyes, lo hacen sin embargo en grado diverso encuanto a poder y abundancia, Algunas trabajan rpidamente, otras lentamente; unas tienen muchoque ofrecer, otras poco. Supongamos que os sentis a escribir un ensayo sobre los gatos; puede quelos pensamientos afluyan en abundancia de los repliegues de la mente, o bien que, por largo tiempo,permanezcis con la pluma en alto antes de que aparezca un solo pensamiento. Puede que hagisuna acabada descripcin, o bien algo semejante a lo que se cuenta de un pequeo nio de unaescuela de Inglaterra.

    "El gato es un cuadrpedo, que tiene las patas, como de costumbre, en las cuatro esquinas. Nofastidiemos a los gatos porque, en primer lugar, no es conveniente y, en segundo lugar, porque tienenlas uas ms largas de lo que se cree. Los gatos tienen nueve vidas; pero, a causa del Cristianismo,no las necesitan en nuestro pas."

    Considrese a este respecto la diferencia entre la mente de un poeta y la de un jornalero corriente.Para el primero todo aparece sugestivo. Recuerdo el caso de un amigo mo, que es uno de losmejores poetas irlandeses. Cierto da que en Irlanda bajaba en bicicleta por una callejuela vio a unnio, sentado ante una reja, ' haciendo pompas de jabn sirvindose de un tubito de greda. Esto no le

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    habra sugerido nada a una mente comn, pero la de mi amigo empez a trabajar de inmediato y aproducir sus tesoros, de suerte que al llegar a su casa estaba dispuesto a escribir todo un largopoema sobre las pompas de jabn. Escribi no slo sobre el nio de la reja, sino tambin sobre losglobitos de jabn que siempre estamos haciendo en la imaginacin y hasta sobre esos globos queDios sopla en el espacio, los grandes mundos que a l le han de parecer tan fciles de deshacersecomo al nio de esa callejuela de aldea, sus pompas de jabn.

    Algunas mentes son ms brillantes que otras, y necesitis que la vuestra sea exuberante y vigorosa.Necesitis pensar en muchas ideas, y hacerlo bien. Necesitis pensar en forma cabal sobre cualquierobjeto que consideris, y no nicamente en uno de sus aspectos, como lo hacen los pensadorestmidos o dominados por el prejuicio. Mas al dar brillo a la mente, debis sin embargo, tratar de evitarel peligro que por todas partes acosa a las mentes exuberantes. El pensador rpido que va a escribirsobre un tema social, como el de la reforma de la educacin o de la prisin, ve que surgen en sumente velozmente los pensamientos, y muy a menudo se deja llevar por el primero que viene, losigue y escribe en forma brillante en la direccin a que l conduce; pero es probable que deje perderalgo para la mejor comprensin del asunto, por haber abandonado el tema central del pensamientoantes de habero considerado desde todos los puntos de vista.

    Lo mismo que un jugador de ajedrez, cautivado por un plan brillante y atrevido que ha ideado, olvida

    cuidar su defensa y de repente l mismo cae vctima del desastre, A veces una mente ms apagada,y en todo caso ms lenta, es ms equilibrada, y al final llega ms cerca de la verdad. As pues,aunque necesitis una mente viva y rpida, y no una mente tan difcil de poner en movimiento comoun automvil barato en una fra maana de invierno, no necesitis tampoco que parta de un salto y osarrastre consigo, sino que se detenga lo suficiente en el asunto elegido a fin de considerar todos susaspectos, antes de dar comienzo a las variadas exploraciones que el pensamiento debe efectuar endistintas direcciones.

    LA PRCTICA DEL RETORNO

    Podemos ahora empezar con el primer ejercicio.

    EJERCICIO 1 Primera semana.Escoged un lugar apropiado, donde nadie os moleste. Durante unos quince minutos, sentaostranquilamente y enfocad la mente en un pensamiento agradable. Colocad ante vuestra vista un relojque marque los segundos y anotad el tiempo exacto. Cerrad luego los ojos, pensad en el objeto ytratad de no olvidarlo. Despus de un corto, tiempo hallaris que estis pensando en algo muydistinto. Apuntad entonces en las columnas respectivas de vuestro cuaderno: 1, aquello en que osconcentrasteis; 2, el perodo de tiempo, y 3, aquello en que os hallasteis pensando.

    Este procedimiento puede repetirse varias veces, pero si os doliera la cabeza, debe dejrsela por elmomento. Debe escogerse un objeto sencillo y comparativamente sin inters, como una moneda, unreloj, una pluma, una hoja, una flor sencilla, para este experimento preliminar, si bien convienecambiarlo de cuando en cuando. Al terminar la semana de estudio veris en el cuaderno que vuestra

    concentracin ha cesado siempre por una de las siguientes razones: impaciencia, ansiedad sobrealgo, somnolencia, inquietud corporal, dolor de cabeza, detencin de la respiracin o interrupcinexterior. Habis descubierto que la mente es inquieta, y que responde demasiado fcilmente a la msligera perturbacin, ora del mundo exterior, ora del cuerpo, de modo que nada le cuesta abandonar eltema de concentracin y prestar atencin a cualquier otra cosa.

    Esto nos lleva al segundo ejercicio, que ha de integrar a la mente el hbito del retorno, de maneraque su tendencia no consista en abandonar el objeto elegido, sino en volver a l cada vez que por unmomento lo abandone. Acostumbran los estudiantes que desean adquirir la concentracin de modoque puedan mantener la atencin en una sola cosa durante algn tiempo, fijar la mente con firmezasobre el objeto, con determinada voluntad, y hacerla volver de nuevo cada vez que se la encuentravagando. No es ste el mejor medio de llegar a la concentracin.El modo correcto de hacerlo es decidir el objeto en que vuestra atencin ha de fijarse, y luego pensar

    en todo lo que podis, pero sin que en ningn momento lo perdis de vista.

    EJERCICIO 2 Segunda, tercera y cuarta semanas.

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    Antes de sentaros a iniciar la prctica del retorno decidid en forma muy definida cul ha de ser elobjeto de vuestra concentracin, y por cunto tiempo debis sostenerla. Algunas personas se sientany luego deciden lo que van a hacer; empiezan con un objeto y lo cambian por otro porque no lesresulta satisfactorio, y por ltimo se encuentran con que el tiempo ha pasado y no han hecho nada.Es mucho mejor determinar exactamente, antes de sentarse, lo que se va a hacer, y luego decirse as mismo: "Voy a fijar la mente sobre tal o cual cosa durante quince minutos, y en todo este tiempo no

    tendr nada que ver con ninguna otra cosa". Importa mucho que determinis claramente en laimaginacin lo que vais a hacer, y antes de empezar os imaginis hacindolo.

    Practicad todos los das el siguiente ejercicio, durante unas tres semanas, antes de ir ms adelante.No importa qu objeto escojis, si bien conviene evitar al principio todo aquello que sea muy difcil ocomplejo. Debe pensarse en objetos materiales, cuadros o smbolos, teniendo cuidado de cambiarloscada dos o tres das. Demos un ejemplo de este ejercicio: supongamos que decids concentraras enuna vaca. Debis pensar en todo lo que queris o podis, pero sin perder de vista a la vaca. Esto es,debis pensar en todo lo que podis relacionar con la idea de vaca, siguiendo cualquiera de lascuatro lneas de pensamiento que ya se han explicado.

    As, pues, cerrad los ojos, imaginad una vaca y decos: "Primera ley: objeto y clase, y otros objetosde la misma ndole", y pensad: "La vaca es un animal, un cuadrpedo, un mamfero"... (puede haber

    tambin otras clases), "y otros miembros de su especie son las ovejas, caballos, perros, gatos...... yas sucesivamente, hasta que podis educir de la mente todo lo que se pueda pensar a esterespecto. No os sintis satisfecho hasta haber conseguido extraer todo posible pensamiento.Conocemos las cosas por su comparacin con otras, esto es, notando, aunque sea rpidamente, sussemejanzas y diferencias.

    Cuando definimos una cosa mencionamos su clasificacin y luego los aspectos en que se diferenciade otros miembros de la misma clase. As, una silla es una mesa con cierta diferencia, y una mesa esuna silla tambin con cierta diferencia; ambos son muebles, y ambos sirven de apoyo.. Mientras mscomparamos de este modo un objeto dado con otras cosas, mejor le conocemos; de esta suerte, asque hayis aplicado este ejercicio a la primera ley y observado por un momento todas las demscriaturas sin perder de vista a la vaca, habris logrado hacer breves comparaciones que hanperfeccionado vuestra observacin de ese rumiante. Conoceris entonces lo que es una vaca como

    nunca lo supisteis antes.

    Pasad luego a la segunda va del pensamiento de la vaca en su conjunto y en sus detalles: los ojos,la nariz, las orejas, las patas, las pezuas, etc., y tambin en las partes internas si estis al tanto de laanatoma y fisiologa del animal.

    En tercer lugar sigue la ley que interviene en los objetos Y sus cualidades. Pensis en las cualidadesfsicas de la vaca: su tamao, peso, color, forma, modo de andar, costumbres, etctera, y tambin ensus cualidades mentales y sentimentales, en lo que sea posible discernirlas.Se presenta por ltimo la cuarta divisin, la de la experiencia familiar, en que pasis revista a "lasvacas que habis conocido", particularmente las experiencias habidas con vacas que han dejadohuellas en vuestra imaginacin. En esta clase entran tambin cosas comunes relacionadas con estosanimales, como la leche, la manteca, el queso, los potreros, el pasto, y hasta los cuchillos con cacha

    de cuero o de hueso, y los zapatos de cuero.

    Habis as extrado todos los pensamientos de que sois capaz, que en vuestra mente se relacionandirectamente con la idea de vaca. Y esto no debe hacerse en forma descuidada e incierta; sino que alterminar el ejercicio debis tener conciencia de que en cada direccin habis buscado toda posibleidea, mientras que todo el tiempo tuvisteis presente a la vaca y la atencin no se separ de ella.Muchsimas veces la mente se ha sentido tentada de seguir algn interesante pensamiento enrelacin con las ideas que extrais; pero cada vez se le ha hecho retornar al objeto central, la vaca.

    Si realizis esta prctica como es debido se habr producido el hbito del retomo, que viene areemplazar el antiguo hbito de vagar, de manera que llega a ser inclinacin de la mente volver alpensamiento central, y adquirs el poder de fijar la atencin en una sola cosa durante largo tiempo.

    Un smil que puede ayudarnos a descubrir esta prctica del retorno es el de un viaje por ferrocarril atravs de una frtil llanura, con una montaa que descuella en lontananza.

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    Sentados en el vagn, podemos observar los diversos objetos que pasan en rpida fuga; muy cercade la va, las cercas, matorrales, rboles y algunas casas; ms lejos, las aldeas, campos, ros,bosques y lagos; mas todo el tiempo divisamos la montaa, que semeja un pivote alrededor del cualtodas las cosas parecen girar. Esta prctica preliminar de la concentracin es similar a dicho viaje enque inspeccionamos los campos intermedios, mientras el objeto central de la concentracinpermanece siempre descollante.

    Pronto notaris que esta prctica os ha dado no slo poder de concentracin, sino que tambin habeneficiado a la mente de muy diversos modos. La habris as adiestrado en la observacin y en elpensar correcto y consecutivo, y habris organizado en parte ese cmulo de conocimientos quequizs por muchos aos, como ocurre a mucha gente, habis estado arrojando sin ningn orden niconcierto en vuestra mente. Este ejercicio, realizado por tres semanas, exactamente de acuerdo conlas instrucciones, tornar la mente ms lcida y le dar fuerza y calidad evidentes no slo en elmomento del ejercicio, sino en todo tiempo, cualquiera sea el asunto en que el pensamiento estocupado durante el da.

    LA OBSERVACIN

    Uno de sus ms fructferos resultados consistir en el desarrollo de una observacin perspicaz yexacta. Las ideas de muchsima gente sobre cualquier cosa son excesivamente imperfectas. En laspinturas mentales que se forman de las cosas, algunos puntos son claros, otros vagos, y otros faltancompletamente, hasta el extremo que a veces se halla aislado en la mente un fragmento de una cosacomo una especie de smbolo del objeto entero. A un caballero se le pregunt una vez sobre unaseora que l haba conocido muy bien durante muchos aos.

    La Pregunta consista sencillamente en si su cabello era rubio o negro, y no supo decirlo. Al pensaren ella su mente se haba representado nicamente ciertas partes, 0 'bien unas partes en forma vagay otras muy ntidamente. Quizs saba, la forma de su nariz, su aspecto general y la silueta de sucuerpo, pero era muy cierto que en la representacin mental que ella haba hecho el cabello no tenacolor.

    Puede comprobarse la misma verdad si se le hace a un amigo la pregunta tan familiar sobre culesson las cifras que marcan las horas en la esfera de su reloj, o cules la forma y color de losminuteros, Le hice una vez a cierto amigo esta pregunta:

    Puedes decirme si los nmeros de tu reloj Son los romanos antiguos que tanto se han usado, obien los arbigos o corrientes que desde hace poco estn de moda?Ya lo creo! replic sin hesitar, Son los romanos, por supuesto.E inmediatamente sac su reloj, no para confirmar su aserto de ese modo automtico con queprocede la gente cuando piensa en una cosa semejante, as que fij en l la mirada, el ms intensoasombro se pint en su cara.

    Por Jove! exclam. Son nmeros arbigos. Lo creers? He estado usando este reloj durante

    siete aos y nunca lo haba notado.El crea que conoca su reloj, mas slo haba estado pensando en una parte de l, y la parte habaequivalido en su mente al todo. Luego le hice otra pregunta:

    Supongo que sabes andar lo mismo que correr?S, claro que s.Y puedes imaginarte haciendo ambas cosas?Sin duda alguna. le dije, quieresBien, entonces decirme cul es la diferencia que hay entre correr y andar?

    La pregunta le tuvo intrigado por largo tiempo, pues vio que no se trataba de una mera diferencia develocidad. Anduvo de aqu para all por el cuarto, y corri un poco, observndose as muycuidadosamente. Al fin se sent riendo, y me dijo:

    Ya la encontr. Al andar tenemos siempre por lo menos un pie en el suelo, mientras que al correrambos pies estn en el aire. Y tampoco tocan ambos el suelo al mismo tiempo, pues eso sera saltar.Su respuesta era correcta, pero nunca se haba dado cuenta antes de aquel momento.

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    CAPITULO IIICAPITULO III

    DE COMO FACILITAR LA CONCENTRACINDE COMO FACILITAR LA CONCENTRACIN

    EN LA ATENCIN NO DEBE HABER TENSIN

    Muchas personas fracasan en la concentracin porque cometen el error de tratar de asir firmementela imagen mental. No hagis eso. Colocad la idea escogida ante vuestra atencin y contempladacalmosamente, como si observarais vuestro reloj para saber la hora. Este apacible mirar revela losdetalles de una cosa tan bien como puede hacerlo un intenso esfuerzo, y quiz mejor. Tratad dehacerlo ahora por unos cinco minutos, porque una vez que hayis llegado a mirar bien una cosa yverla perfectamente, en todo y en parte, sin poner la mirada fija y escudriadora, sin fruncir el ceo niretener el aliento, sin cerrar los puos ni hacer nada semejante, podris aplicar vuestro poder a la

    prctica mental de la concentracin.

    Tomad un objeto cualquiera: un reloj, una pluma, un libro, una hoja o una fruta, y miradlo con todatranquilidad por unos cinco minutos. Observad en l cuanto detalle podis, como el color, peso,tamao, configuracin, composicin, construccin, ornamentacin, etc., sin efectuar la menor tensin.Es necesario observar bien sin que se presente la ms mnima tensin nerviosa. Una vez que oshayis capacitado en eso, comprenderis por qu la concentracin debe realizarse en perfectaquietud y silencio. Supongamos que necesitamos sostener un objeto pequeo con el brazo estirado elmayor tiempo posible debemos sujetarlo con el mnimo de energa, dejndolo que descanse en lamano, y no agarrndolo fuertemente. No os imaginis que la idea que habis elegido para vuestraconcentracin tiene vida y voluntad propias, y que quiere saltar o alejarse de vos. No es el objeto elvoluble, sino la mente. Confiad en que el objeto ha de permanecer donde lo habis puesto, ante el ojomental, y mantened serena vuestra atencin sobre l, No hay necesidad de asirlo, porque esto tiende

    a destruir la concentracin.

    Por lo general, empleamos la energa mental nicamente en el servicio del cuerpo fsico y en pensaren todo lo relacionado con l. Vemos, as, que el flujo mental no tiene obstruccin y que el pensar esfcil cuando hay un objeto fsico para fijar la atencin, como, por ejemplo, al leer un libro. Elargumentar se hace fcil cuando cada paso se' encuentra determinado en lo escrito, o el pensamientoes estimulado por la conversacin. De la misma manera es fcil jugar al ajedrez cuando vemos eltablero; pero jugar con los ojos vendados ya es cosa ms difcil. El hbito de pensar nicamente enasociacin con la actividad o el estmulo corporales es, por lo general, tan grande que un esfuerzoespecial del pensamiento suele ir acompaado del fruncir de las cejas, el morderse los labios v otrosvarios desrdenes musculares, nerviosos y funcionales. La dispepsia de los filsofos y hombres deciencia es casi proverbial. Cuando un nio aprende algo despliega el ms asombroso juego decontorsiones. Al escribir sigue a menudo los movimientos de la mano con la lengua, aprieta con toda

    su fuerza el lpiz, enrosca el pie en la pata de la silla... y se cansa en tiempo muy escaso.

    Tales cosas deben cesar por completo en la prctica de la concentracin. Un alto grado de esfuerzomental es de todo punto daino al cuerpo, a menos que se haya logrado siquiera parcialmente cesarcon dicha asociacin entre el pensamiento y el cuerpo. La tensin muscular y nerviosa nada tiene quever con la concentracin, y el buen xito en el ejercicio no se mide por ninguna sensacin osentimiento corporal. Algunos creen que se estn concentrando cuando sienten cierta tirantez en elentrecejo o en su parte interna; pero lo que logran nicamente es causarse dolores de cabeza y otrasmolestias. Llega a ser casi notorio en Oriente que el sabio o gran pensador posee un plcidoentrecejo.Hacer variar el rostro o retorcer su forma, y cubrir la frente de arrugas, es comnmente signo de queel hombre trata de pensar ms all de su capacidad, o que no est acostumbrado a ello. Ms biendonde se puede ver en todo su apogeo el ceo fruncido es en los asilos de alienados, y no entre los

    hombres que saben pensar. Debe practicarse siempre la concentracin sin el menor esfuerzo. Eldominio de la mente no se consigue por un frvido esfuerzo de ninguna clase, as como no se tomaagua de un solo trago, sino que se consigue con la prctica constante, calma y tranquila, ydesprendindose de toda agitacin y excitacin de las emociones.

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    La calma constante, pausada y tranquila consiste en el ejercicio continuado, regular y peridico por untiempo suficiente para que sea efectiva. Los resultados de esta prctica son acumulativos. Escasos alprincipio, abundantes despus. El tiempo que se le dedique cada vez no necesita ser grande, porquela calidad de la obra importa ms que la cantidad. Poco y frecuente es mejor que mucho y a largosintervalos. La prctica puede hacerse una o dos veces al da, y hasta tres veces si es por corto

    tiempo. Una vez al da bien ejecutada es mejor que tres veces practicadas con indiferencia. A vecesla gente que tiene ms tiempo disponible consigue un menor logro, porque sabiendo que tiene muchotiempo no se siente compelida a efectuarlo inmediatamente y de la mejor manera; mas el hombre quedispone de corto tiempo para su prctica siente la necesidad de lograrla a la perfeccin. Los ejerciciosdeben hacerse por lo menos una vez al da, y siempre antes y no despus de entregarse al reposo oal placer. Deben practicarse lo ms temprano posible, y no posponerlos hasta despus de habercumplido con otros deberes ms fciles o ms placenteros. Es necesaria cierta estrictez de regla, y esmejor que nos la impongamos nosotros mismos,

    NATURALIDAD DE LAS IMGENES

    Ayudar a nuestra concentracin el cuidado que pongamos en plasmar las imgenes naturales y lascoloquemos en situaciones tambin naturales, No tomis, pongamos por caso, una estatuitaimaginndola colocada en el aire ante vos. En esa posicin hay una tendencia subconsciente a sentirla necesidad de colocarla sobre algo. Ms bien imaginadla que est sobre una mesa delante devosotros en posicin natural dentro de la habitacin. Empezad luego cuidadosamente vuestraconcentracin imaginando primero toda aquella parte del aposento que normalmente cae dentro devuestro campo de visin; prestad despus menos atencin a las cosas ms lejanas y fijadla sobre lamesa que sostiene la estatua. Finalmente estrechad todava ms el crculo hasta que slo quede laimagen de la estatuita y hayis olvidado el resto del cuarto. Aun entonces, si otras cosas volvieran avuestro pensamiento no os molestis por ellas. No podis, como con un cuchillo, separar cualquierimagen de vuestra imaginacin. Siempre tendr que haber un marco de otras cosas que rodea a laprincipal, pero sern dbiles y estarn fuera de foco.

    As como cuando fijis la vista en un objeto fsico, las dems cosas que hay en la habitacin sonvisibles, pero de una manera vaga, as tambin cuando se concentra la visin mental sobre un objeto,pueden surgir otras imgenes en su vecindad. Pero as que el objeto, la estatuita en este caso, ocupael centro de la atencin y es el foco de la visin mental, no necesitis molestaros por los otrospensamientos que se presentan. Haris mejor en emplear la sencilla frmula: "No me importa". Sipermits que ellos os perturben, desplazarn a la estatua del centro del escenario, porque vuestraatencin ir hacia ellos; pero si los percibs accidentalmente, y sin separar los ojos de la estatua,decs: "Ah, sois vosotros? Muy bien, quedaos si queris, o iros si lo prefers; ello no me importa". Yquietamente desaparecern sin que os deis cuenta. No podis tener la satisfaccin de ver cundo sevan, as como no podis tener el placer de veros dormir. Y de qu os servira?

    Haced que el objeto sea perfectamente natural, revistindolo para ello con todas las cualidades que leson comunes. Si es algo slido, hacedlo slido en vuestra imaginacin, y no como un cuadro. Si tiene

    color, hacedlo que brille en el objeto, y haceos sensible a su peso, si se trata de una cosa fsica.Las cosas que por naturaleza son inmviles deben aparecer con positiva inmovilidad en laimaginacin, y las mviles movindose en forma definitiva, as, los rboles deben agitar y entrechocarcon el viento las hojas y ramas, los peces nadar, las aves volar, la gente andar y conversar, y un rodeslizar sus aguas con suave y dulce murmullo mientras la luz se quiebra en ellas.

    CONFIANZA

    La confianza en s mismo es tambin una gran ayuda para la consecucin de la concentracin,especialmente cuando va aliada con algn conocimiento de cmo obra el pensamiento y del hechocierto de que los medios estn all aun cuando no sean visibles por el momento. Tal como lasactividades de manos, pies, ojos, y de toda otra parte del cuerpo fsico, dependen de sus rganos

    internos en cuya funcin confiamos enteramente, asimismo las actividades de la mente, que sonvisibles a nuestra conciencia, dependen de invisibles funciones con las que se puede contar con todaseguridad.

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    Toda actividad mental se perfecciona con la confianza. Una buena memoria, por ejemplo, descansaenteramente en ella, y la menor incertidumbre puede hacerla flaquear muchsimo. Recuerdo quecuando era muy pequeo mi madre me envi, en cierta ocasin, a comprar algo, jabn o manteca, aun pequeo almacn que distaba como una media milla de casa. Me dio una moneda y me indic elnombre del artculo que necesitaba. No tena yo la menor confianza en la competencia de los sastres,y por cierto que no iba a confiar la moneda al bolsillo.

    No poda creer, tratndose de un asunto tan importante, que la moneda estara todava en el bolsilloal llegar al trmino del viaje, de modo que la sujet lo ms fuerte que pude en la mano a fin de sentirlatodo el tiempo. Durante todo el camino repeta el nombre del jabn, o lo que fuera, con la certeza deque si lo apartaba de mi conciencia por un momento lo perdera definitivamente. No tena tampococonfianza en los bolsillos de la mente, aunque en realidad la merecen ms que los fabricados por elsastre. Sin embargo, a pesar de mis esfuerzos, o ms probablemente a causa de ellos, al entrar en elalmacn y ver aparecer ante m al tendero que descollaba como una gran masa, tuve un momento enque me paralic y no pude recordar qu era lo que tena que comprar.

    Esto no es nada inusitado, aun entre los adultos. He conocido muchos estudiantes que seriamentehan comprometido, exactamente por la misma especie de ansiedad, el buen xito en sus exmenes.Empero, si queremos recordar, lo mejor es hacer completamente claro en la mente la idea o el hecho,luego observarlo con inalterable concentracin por algunos segundos y despus dejarlo que se pierda

    de vista en las profundidades de la mente.Esta confianza, junto con el mtodo de la observacin tranquila ha de producir una disposicin paraconcentrarse que puede slo asemejarse a la que se adquiere al aprender a nadar. Ocurre a vecesque una persona se lanza muchas veces al agua, y hasta se agarra con manos y dientes sin otroresultado que hundirse ms y ms; pero llega un momento en que de repente se siente en el aguacomo en su elemento. De aqu en adelante, doquiera que va a entrar en el agua se pone casiinconscientemente en disposicin para nadar, y sta obra sobre el cuerpo para nadar y flotar. De igualmodo ha de llegar un da en la concentracin, si es que ya no ha llegado, en que notaris que habisadquirido la disposicin necesaria y podris en adelante reflexionar sobre un objeto dado delpensamiento tanto tiempo como queris.

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    CAPITULO IVCAPITULO IV

    LAS CADENAS DE OROLAS CADENAS DE ORO

    EL ANDAR DE LA MENTE

    Hemos estudiado la primera operacin de( pensamiento, elmodo en que cada idea se abre caminoen diversas direcciones. Tenemos ahora que considerar la segunda operacin, el modo en quenuestra atencin pasa de una idea a otra y forma una corriente de pensamiento. Es casi un asunto desaber comn que la atencin viaja entre los pensamientos en forma muy parecida a nuestro cuerpo almoverse entre las cosas. Tan estrecha es la semejanza, que podemos decir que la atencin enrealidad va a pie de una idea o imagen mental a otra. Supongamos, por ejemplo, que empiezo apensar en un gato, y pocos momentos despus me encuentro pensando en un magnfico puente de

    hierro que atraviesa el ro lndo entre las ciudades de Sukkur y Rohri.

    Si yo no conociera las leyes que gobiernan las operaciones del pensamiento, podra imaginarme quela mente haba saltado de una de estas ideas a la otra, que por mera casualidad haba olvidado laprimera y que tambin por puro azar pensada en la otra, Pero si me tomo la molestia de revisar lo queha sucedido y de estudiar el asunto, encuentro que hay una ininterrumpida cadena de imgenes queva de la primera a la ltima, y r)ara ello tuve que pasar por una serie definida de peldaos. Pens enun gato, luego en un gato que yaca sobre un felpudo ante el fuego (cosa muy comn en Europa; lohago notar entre parntesis, para ilustracin de los amigos hindes y americanos, para quienes elfenmeno es casi desconocido), despus en el felpudo sin el gato, posteriormente en que el felpudose hace en una fbrica, despus en una fbrica determinada que conozco mucho y que est cerca delro Indo, y por ltimo en una escena ms distante de esta parte del ro en que el gran puente yamencionado parece colgar en el aire.

    El procedimiento es precisamente como el de andar: un pie mental va hacia la idea del gato, mientrasel otro se endereza hacia la idea del felpudo y descansa en ella; luego el primer pie abandona al gatoy avanza hacia la fbrica. Una vez que ste est establecido all, el segundo pie deja la idea delfelpudo y se dirige hacia el ro lndo. Luego el primer pie parte de la idea de la fbrica para dirigirse alpuente del Sukkur, y as sucesivamente.

    La operacin se asemeja tambin al latir del corazn. Se presenta primero un pensamiento, que luegose agranda por la adicin de otro, para despus contraerse por la eliminacin del primero. Laexpansin y la contraccin alternan as tan regularmente como el latir del corazn. Cuando se verificala expansin la conciencia se hace ms vaga, pues la luz de la atencin es ms difusa al abarcarmayor extensin; mas al realizarse la contraccin, el objeto aparece vvidamente iluminado y laconciencia se encuentra en su ms alto grado en punto a calidad. La contraccin es concentracin: la

    expansin es meditacin.

    Ahora bien, dos cosas pueden ocurrir en esta segunda operacin del pensamiento. La atencin puedederivar de una imagen a otra sin ningn definido propsito o direccin tomando a cada paso elsendero ms fcil, siguiendo antiguos hbitos de pensamiento y mantenindose en el camino trillado,recorriendo la va ms fcil, tal como una corriente de agua encuentra su camino colina abajo. Opuede ocurrir que haga trabajo de exploracin y de descubrimiento, en una cierta y definida direccin,la que fue determinada antes de empezar la operacin.

    La primera de estas alternativas es el vagar de la mente: la segunda es el pensar. Algunas mentesapenas hacen otra cosa que vagar, mientras otras son capaces de pensar. Nuestro segundopropsito, una vez efectuados algunos ejercicios de concentracin para la apertura de las cajasmgicas, consiste en practicar otra forma de concentracin tendiente a mantener la atencin en una

    definida lnea de pensamiento. De esta suerte el hombre puede convertir sus actividades mentales encadenas de oro, de corrientes de fango y arena que antes eran.

    Definamos algunos de nuestros trminos, y veamos dnde nos encontramos:

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    1 La atencin es la voluntad, o sea cada uno de nosotros mismos despierto, que se expande ocontrae como el corazn, y recorre porciones del mundo mental como si marchara a pie.

    2 El mundo mental es una regin subjetiva plena de ideas. As que la atencin se posa en una deellas, ya sea simple o compleja (una porcin grande o pequea de ese mundo), puede mirar a sualrededor y ver parte del paisaje mental, o sea las ideas relacionadas con aquella sobre la cual se

    apoya.

    3 Llamase pensamiento la operacin de mover un pie y luego el otro. Las ideas son objetosmentales; y el pensar es un viaje mental, en que la voluntad es el viajero. Examinemos todo esto enforma ms completa.

    EL MUNDO DE LA MENTE

    El cuerpo en que nosotros vivimos es un vehculo en el que el hombre y su mente actan en elmundo. Este vehculo lleva tambin consigo un saco de herramientas, que son los rganos de lossentidos, los que le informan de lo que existe y ocurre dentro del lmite de su capacidad. Supongamos

    que ceso de escribir por un momento y miro a mi alrededor. Frente a m estn la mesa y las sillas, ycolgados de las paredes los estantes Y vitrinas, un reloj, los cuadros, un calendario y muchas otrascosas. Miro a travs de la ventana y veo las copas de palmeras Y mangos, las blandas nubes demarzo en Madrs, destacndose sobre el intenso azul del cielo. Si en lugar de los ojos atiendo losodos, llega a m el graznar de un cuervo hacia la izquierda, el tictac del reloj de pared, los pasos dealguien que anda por el corredor, el murmurar de voces distantes, el chillar de una ardilla no muylejos, el musitar de los pandits all abajo, el golpe seco de una mquina de escribir no s donde, y porltimo el constante rugir de las rompientes de la Baha de Bengala, al quebrarse en la costa de Adyar,a una media milla de distancia.

    Escucho ms atentamente y siento el sordo y prolongado ruido de la sangre en mis odos, y el lento ydistante silbar de alguna oscura funcin fisiolgica. Enfoco la atencin en la epidermis, y siento lapluma que suavemente aprieto entre los dedos, la ropa que cie mi cuerpo, la silla en que me siento

    (ojal fuera ms cmoda), el piso en que descansan mis pies, y la brisa dulcemente tibia que meproduce una agradable sensacin en las manos y en el rostro.De este modo los sentidos, que porta consigo este vehculo de m cuerpo, que es el instrumento de lavoluntad y el foco de la conciencia en el mundo exterior, me ponen en contacto con tina parte de estevasto mundo en que vivimos. Sin embargo, no es ms que un diminuto fragmento del mundo. Pormuchos aos he viajado en este cuerpo, y he visto, odo y sentido doquiera muchsimas cosas, mascun poco de la experiencia que he tenido puede existir en un momento dado en mi conciencia, cuninefablemente pequea ha sido toda ella en comparacin con todo lo que existe y no he visto oconocido!

    De la misma naturaleza es el mundo interno de la mente. Existe tambin una vasta regin deverdaderas ideas, algunas de las cuales conozco ahora con el vehculo de mi mente, pero cuyamayora permanece an para m como lo desconocido y sin' lmite aparente. En ese mundo tengo

    tambin un instrumento, y en obediencia a mi voluntad viaja por el mundo del pensamiento y sigue suderrotero por la vida mental, lo mismo que mi cuerpo vive y se mueve en el mundo exterior. Esevehculo es la mente, el foco de mi conciencia en lo que atae a las cosas mentales. Tomemos otrosmil, y digamos que el cuerpo mental, que me permite prestar atencin a las ideas, es como unpececillo que nada en el vasto ocano de las ideas, y ve y me informa de lo que se halla al alcance desus limitadas facultades, No puede ver ms all de cierta distancia, ni dar grandes saltos en elespacio, sino que debe viajar por los puntos intermedios para ir de un lugar a otro, o sea para pasarde una idea a otra.

    EL DERROTERO DEL PEZ

    Tenis ahora que dirigir este pececillo de la atencin, de modo que: a) siempre nade en la direccin

    que habis escogido, y b) extienda y mejore su campo visual y su habilidad para presentaras, enforma cabal y clara, los sucesos con que se pone en contacto cuando viaja por el mundo delpensamiento. La concentracin ya practicada ha de mejorar su visin, tcanos ahora tratar de supujanza para viajar.

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    Cuando el pie del pensamiento pisa sobre una idea en el mundo de la mente, lo hace como unelefante que se extiende al echarse y cubre un determinado espacio. Por consiguiente, cuandovolvis la atencin hacia una idea no encontris una cosa aislada y claramente definida, sino un algoasociado con muchas otras cosas. El contacto del pie abre la caja mgica. Materialmente es steenteramente el caso, y as nada podis encontrar que est completamente aislado y viva por smismo: libros sin ojos que los lean, plumas sin papel sobre qu escribir, zapatos sin pies que calzar,

    copas sin bocas adonde llevarlas, y casas sin gente que pueda habitarlas, son cosas impensables.Pero toda idea tiene un centro en que la visin es clara, y alejndose del cual gradualmente seoscurece.

    As como cuando fijo la vista en el tintero veo tambin vagamente otras cosas sobre la mesa, losmuebles de derecha e izquierda, los rboles que hay afuera en el jardn, y una multitud de detalles,as tambin cuando fijo la atencin en un pensamiento determinado encuentro una masa depensamientos vagos que le rodean, que gradualmente se nublan y se hacen ms indefinidos mientrasms se alejan, para perderse finalmente en lmites indeterminados. La atencin no halla obstculos alpasar de un objeto a otro en este su propio campo, pues su horizonte siempre retrocede cuando ellase aproxima.

    Ya hemos visto que al pensar en un gato pienso tambin en un felpudo (que es una de las muchas

    ideas que salen de la caja mgica); pero, aparentemente, poda con igual motivo pensar en losbigotes, la leche, las garras, los ratones o en la msica que producen a medianoche. Una de estasideas secundarias es seguro que formar el siguiente paso de mi cadena de ideas o corriente depensamiento. Esta cadena presenta una ininterrumpida sucesin en la vida interna. Cada idea vaseguida de otra, lo mismo que los eslabones concatenados. As como en el tiempo las cosas sesiguen una tras otra, estando slo dos momentos con su contenido directamente entrelazados, astambin en el flujo de la actividad mental las imgenes se siguen una a otra, y slo dos de ellas seenlazan entre s directamente.

    Este fluir de la actividad mental no es otra cosa que el camino que recorre el pez de la atencincuando pasa de una direccin a otra. Hay una especie de eleccin a cada paso que da, y es curiosoobservar a qu distante meta conduce cada uno de los senderos que parten del mismo punto, puestoque cada idea da origen a una gran variedad de asociaciones. Cuando miro al baniano que est cerca

    de m veranda, veo y oigo graznar a cuervos y ardillas; y luego, cada vez que pienso en un baniano,inmediatamente la mente me conduce dentro del crculo de la visin de este rbol particular, con susramas extendidas y sus races colgantes, los maceteros que hay debajo, los audaces cuervos y lascharlatanas cuanto chilladoras ardillas listadas de caf. Pero inmediatamente pensamientos de otraclase de rboles entran tambin en el crculo de la atencin, si bien lejos del centro: la esbelta yelevada palmera, la rugosa encina, el airoso lamo, el triste sauce mocho de la Inglaterra central y elacicalado pino de las nieves del Norte.

    Despus, cuando contemplo sus extendidas ramas y sus muchos troncos que soportan el peso degigantescas ramas de diez siglos de edad, mi mente recorre la historia que podra contarnos: lasavenidas del ro que corre muy cerca, las casas que se han hecho y los caminos que se han trazado,y retrocediendo ms al pasado, el crecer de la lujuriosa selva, los chacales y tigres, las aves y losmonos, y los innumerables escorpiones, hormigas y culebras que han hecho sus nidos entre sus

    oquedades y vivido entre sus ramas desde pretritas centurias.

    Si varo el pensamiento puedo otra vez notar su vasta extensin toda una montaa de madera ypensar cmo todo un ejrcito podra cobijarse a su sombra, cmo sera posible construir unas diezcasas o alimentar unos mil fuegos crepitantes. De esta suerte el baniano despierta diferentes clasesde pensamientos de acuerdo con mi modo de ser.

    LA SEPARACIN DE LOS CAMINOS

    La forma en que ha de conducirse el pensamiento ante los diversos caminos que se presentan antecada uno de sus pasos, depende de las tendencias de cada persona. Consideremos la idea del rbol,con el que se relacionan tantos pensamientos, como los ya indicados ms arriba, o los que aparecen

    en el siguiente diagrama:

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    CONCENTRACIN MENTAL 23

    RBOL

    1. Jardn, campo, etc.2. Baniano, pino, etc.3. Edad, tamao, valor, etc.4. Arbusto, seto, planta, etc.5. Hojas, ramas, corteza, etc.

    6. Cuervos, ardillas, insectos, etc.7. Semillas, brote, fruto, etc.8. X...

    Si yo fuera un arboricultor que comercia en frutas, mi pensamiento seguira la lnea 7 hacia la idea defruta. Esta sera entonces el centro de otro crculo de ideas, quedando enteramente, o casi del todo,sin notar las que pertenecen a las lneas 1 a 6. La mente puede luego pasar a la idea de mercado,Pensamiento que no tiene conexin directa con el rbol, y ste queda ahora olvidado as que lamente prosigue su errante caminar.Si soy comerciante, mi pensamiento ha de detenerse en la lnea 3, interesado en el negocio de lamadera,que est directamente relacionado con el pensamiento sobre el rbol, Y de ah puede pasara los precios corrientes de la madera, o a cuestiones financieras o de banco, y relacionarlas con otrastodava ms remotas.

    Un naturalista pasara a la lnea 6; un cazador, o quien slo busca el placer, se detendra en la lnea1, mientras que un filsofo lo hara en la lnea 3 0 en la 7. Casi todos perderan de vista al rbol altercer paso del pensamiento. Las lneas que aqu se dan se han numerado con el mero propsito deservir de ilustracin, pues no se ha tratado de hacer especialmente ninguna clasificacin cientfica, yporque adems las irradiaciones del pensamiento son mucho ms numerosas que las indicadas.Maravilla hasta qu punto depende el futuro de la eleccin que a cada momento hago en cuanto alsiguiente paso de mi pensar. El siguiente diagrama ilustra sobre cun pequea es en un principio laseparacin de los caminos del pensamiento, y cun lejos se encuentran despus los unos de losotros a medida que se va avanzando:

    LO QUE PUEDE LA TENDENCIA.

    Lo que se ofrece a cada momento no es una eleccin entre dos caminos, sino entre muchos. Laatencin se encuentra solicitada a la vez hacia muchsimas direcciones. Existe una competencia quenunca termina entre los objetos de los sentidos a fin de que los notemos, y lo mismo la hay en elmundo de la mente en lo que se refiere a nuestra atencin. El pececillo se encuentra rodeado de losms tentadores cebos. Cul coger en un momento dado? Preferir el felpudo o la leche? Cules la naturaleza de esa tendencia o disposicin interna que, en la sucesin de ideas, determinaaquella que, prevaleciendo sobre otra, hemos de apropiarnos colocndola en el trono de la mente, enmedio del continuo pasar que all se efecta? Por qu no es alguna otra idea, que tenga tambinestrecha asociacin con la primitiva?Permitidrne presentar la cuestin de otra manera. Supongamos que estando yo sentado a miescritorio, en el centro del cuarto, se abren repentinamente las cuatro puertas a la vez y con laprecisin de los antiguos relojes de cuco mis amigos Smith, Brown, Jones y Robinson entran y

    exclaman a coro: " Hola, Wood, necesito consultarte algo!" Cul de ellos atraer primero misorprendida atencin? Por cierto que esto ha de depender de algo. Depender de la disposicin demi mente, de la direccin en que el pez nadaba en el momento de la sorpresa.

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    La nica otra cosa que podra determinarla sera alguna inusitada particularidad en el vestido o en elgesto, que no hemos supuesto que se haya presentado.Si Brown estuviera vestido a lo turco sera el primero en llamar mi atencin; mas en ausencia de unalgo maravilloso o anormal, nada sino la disposicin de la mente en ese momento podra determinarqu seleccin hara la atencin.Supongamos tambin que estoy ocupado en la publicacin de un libro, y alguien llama a la puerta y

    grita: " Las pruebas!" Tengo entonces la visin de pginas impresas y la molestia de corregirlas. Sihe estado ocupado en estudiar un problemas cientfico las mismas palabras despertarn una serietotalmente diferente de ideas. Aqu se ve claro que la diferencia que determina el resultado seencuentra en la mente, y no en el mundo exterior. De igual manera, si Mr. Lincoln lnn, el eminenteabogado, se encuentra en Londres y alguien lanza a su odo la palabra "bag" * inmediatamente ha depensar en escritos, alegatos y dems asuntos de su profesin; si, por el contrario, est de vacacionesy entregado a su favorito deporte de la caza en los pramos escoceses, la palabra le ha de producirinmediatamente visiones, que para l han de ser dulces, de aves atadas por las patas que miran enforma resignada y desesperada, y le traer agradables recuerdos de su destreza y de pasadostriunfos y proezas en esa rama del deporte.

    LA POLARIZACIN DEL PENSAMIENTO

    En diferentes pocas tambin diferentes disposiciones propsitos, hbitos e intereses dominannuestra mente, y es esta disposicin la causa de que se escoja una idea, y no otra, entre las muchasque circundan todo pensamiento y objeto. Como un poderoso imn polariza el hierro dulce en unaconsiderable rea no slo en la inmediata proximidad, as tambin la disposicin temporal opermanente polariza cada nueva idea tan pronto se acerca a la esfera externa del campo de laatencin.

    Para la mayora de nosotros es familiar el experimento del tubo de vidrio semirrepleto de limaduras dehierro. Hermticamente tapado y dejado sobre una mesa, se observa a medida que lentamente se lespasa por encima un imn, cmo se levantan las limaduras, giran y se colocan todas en la mismadireccin de modo que se convierten en un conjunto de pequeos imanes que actan juntamente. Y

    poco despus se comprueba experimentalmente que el tubo con las limaduras se ha convertido a suvez en un imn. Al principio las limaduras se hallan en cualquier posicin, sin guardar el menor orden;aunque hubieran estado magnetizadas, la influencia de una habra neutralizado la de su vecina, porcausa de sus diversas direcciones; pero una vez que han tomado una direccin nica obran todascomo un poderoso imn sobre cualquier pedazo de hierro dulce que se les acerque.As tambin ocurre con nuestros pensamientos. Si estn en confusa disposicin y tirando cada uno endireccin distinta, se malogran los unos a los otros.

    Debe entonces practicarse la concentracin a fin de establecer una disposicin o tendenciapreponderante, de modo que todas nuestras ideas se polaricen por ella. Entonces nos convencemosde que los pensamientos que alimentamos cuando no estamos pensando activa o deliberadamente, yque constituyen nuestra base mental, tienen mucha ms importancia que aquellos pensamientosesforzados que sostenemos en los movimientos en que tratamos asuntos que requieren atencin.

    Hemos visto que el curso o flujo del pensamiento sigue una determinada disposicin o tendencia. Esonos capacita para comprender que el triunfo, en la consecucin de algn objetivo, estriba en quesepamos establecer una disposicin permanente en la correspondiente direccin. Una vez logradoesto, hasta el incidente ms trivial y el suceso ms adverso se adaptan y nos sirven en la conquistade nuestros fines. Este hecho fue muy bien expresado por el filsofo romano Epicteto cuando dijo"Dios me ha enviado al mundo con un solo objeto: lograr la perfeccin de mi naturaleza en todo lo quees facultad y virtud, y no hay experiencia alguna en el mundo que no me pueda servir para el logro detal fin".

    La voluntad que dirige el pensamiento puede formar la disposicin o tendencia necesaria a un perodode tiempo o a una empresa determinada. Del mismo modo que lograris despertar a cierta hora en lamaana, si os proponis, as tambin podis imponer a la mente una cierta disposicin para el

    anlisis mental, en una determinada direccin y por un definido perodo de tiempo.

    *Bag significa carpeta, saco de viaje, morral, saco, etc. (N. del T.).

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    EJERCICIO 3 Quinta semana.Practquese, con el convencimiento de llegar a un determinado fin, de la siguiente manera: Abrase unlibro al azar, y tmese nota del primer sustantivo con que se tropiece, el cual ha de ser el punto departida. Abrase luego el libro en una pgina diferente, y antese otra vez el primer nombre que se lea;ste ha de ser nuestra meta. Pasemos luego consecutivamente nuestro pensamiento desde el punto

    de partida hacia la meta. Por ejemplo, he encontrado primero "ley" y despus "portal": debo entoncespensar partiendo de la "ley", y manteniendo en expectativa la idea de "portal" hasta que le llegue elturno en el orden propuesto. Me resulta un asunto sencillsimo, porque pienso en cierto tribunal queconozco, que tiene una entrada notablemente sombra.

    Un segundo caso:"capa" y "resplandor". Tambin es fcil, porque pienso en un rico manto de color oro que a veces hausado mi mujer, y que me sugiere la idea de brillo o resplandor. Supongamos, sin embargo, queencuentro cualquier otra palabra en vez de resplandor. Digamos que sea "fruta". No me sientoinclinado a pensar ahora en el manto. Observo la idea de "capa" pensando a la vez en "fruta", y dejoque esta idea gobierne mi pensar. Algo me llega en un momento, y me encuentro pensando en unacubierta, en la corteza de una naranja, en la fruta misma, Un tercer caso: "estruendo" y "muralla".Puedo pensar en muchsimas cosas relacionadas con estruendo, pero en las presentes condiciones

    me encuentro pensando en una batalla medieval contra las murallas de una antigua fortaleza, cercade la cual tuve una vez un colegio.

    Estos ejercicios os ayudarn a comprender cmo acta en realidad una disposicin o tendenciaimpuesta por la voluntad y os servirn para imponer a la mente una lnea inestable o fija, de modoque vuestra vida pueda concentrarse en un definido propsito. Adems de este objeto general de lavida, encontraris que este poder sirve para imponer a la mente disposiciones muy tiles, que oscapacitan para pasar en forma rpida y efectiva de una clase de trabajo a otra y de la vigilia al sueo.

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    CAPITULO VCAPITULO V

    LA CONCENTRACIN EN LA VIDA DIARIALA CONCENTRACIN EN LA VIDA DIARIA

    EL BUEN XITO INTERIOR Y EXTERIOR

    La concentracin por s misma no es un fin, sino un medio para desarrollar la voluntad a fin de que lavida entera tenga un definido propsito. Polarizad toda vuestra vida todas vuestras acciones,sentimientos y pensamientos, y para ello estableced una disposicin permanente para el triunfo encualquier lnea del humano esfuerzo. Puede ser la disposicin del artista, la del devoto, del cientfico,del poeta, del filsofo o del filntropo; puede relacionarse con el arte, la ciencia, la religin, lahermenutica, la filosofa, los pensamientos y los actos de afecto y bondad, o los asuntosrelacionados con el comercio y el gobierno; puede que pretenda llegar a la destreza en la accin, al

    intenso y dilatado sentimiento, o a la clara y profunda comprensin de la vida; puede intentar eldominio de s mismo, o del ambiente en que viva y el triunfo en las cosas exteriores. La eleccin escosa vuestra; pero escoged algo definido y polarizad toda vuestra vida hacia ese fin. No seis una deesas personas que no se han decidido por ningn camino determinado, y deambulan de aqu paraall, hacia una vejez repleta en su mayor parte de desengaos y arrepentimientos.

    Y este objetivo debe ser humanitario, porque si no el hombre se convierte en esclavo de las cosas.No se puede ser un hombre lleno de calma y fuerza, si el triunfo depende de la posicin, el poder, ladignidad y la seguridad de vuestro yo personal. El ansia de poseer esas cosas exteriores indicacunto dependemos de ellas, y tal dependencia nos lleva a sentir ansiedad por ellas, inquietud yzozobra al ver que con la misma facilidad que vienen se alejan de nosotros. No hay grandeza sinbondad, ni triunfos externos sin el logro interno de una poderosa voluntad plena debenevolencia haca los dems.

    El buen xito exterior sin pujanza interna es una ilusin. Conoc muy bien una familia compuesta decinco hermanos. Tres, son hoy viejos que andan entre los sesenta y setenta anos; los otros dosmurieron a los cuarenta. A estos ltimos se les llamaba los afortunados de la familia. Cuando eranrelativamente jvenes lograron triunfar en los negocios. Pero desgraciadamente, no posean lapotencia interna para aprovechar su prosperidad externa, y su triunfo result ms bien una maldicinque una bendicin. Comieron y bebieron ms de lo deseable; no hicieron ejercicio, y a pesar deconocer muy bien el peligro, entregaron su cuerpo a los excesos. Al llegar a los treinta y cinco aosambos estaban enfermos y excesivamente gordos; a los cuarenta estaban permanentemente enmanos de mdicos, y a los cuarenta y cinco ambos haban muerto, despus de diez aos de una vidacompletamente miserable. Los otros tres hermanos estn todava robustos y sanos, y a cada uno lerodea una familia feliz. De este modo el triunfo exterior sin ir acompaado del interno conduce alfracaso; por el contrario, el buen xito interno lleva tambin al logro exterior.

    El triunfo depende de lo que busquis y de cmo lo busquis. Si os habis propuesto triunfar en algo,lo conseguiris sin duda, no importa cun elevado sea el objetivo, siempre que vuestra voluntad estde acuerdo con la Gran Ley. Si no tenis esto ltimo en cuenta no lo queris en realidad, sents sloatraccin hacia algo exterior, os contentis por el momento con un imperioso deseo.

    Si lo que buscis es la vana satisfaccin del cuerpo o de los sentidos, o siquiera de la mente, nopodis verdaderamente decir: "Yo quiero", porque sois esclavo de los placeres de la vida inferior y losobjetos de los sentidos os llevan por doquiera.Empero, si os decs: "He de tener poder; sentir amor; quiero saber", tenis que escoger el rectocamino para llegar al fin, y cuidar de que los dems sean tambin ms poderosos y libres porque voslo sois; que tengan ms amor, puesto que tenis mucho que dar, y que atesoren un mayorconocimiento, puesto que vos lo habris logrado. El rico que vive entre gente pobre no es realmente

    rico... aunque se haga la ilusin de serio. Si lleno de orgullo retenis el poder a fin de hacer sentirvuestra supremaca sobre los dems, no estis obedeciendo la Gran Ley, y sois un esclavo de la bajaemocin del orgullo.

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    Si al ir en busca del conocimiento vuestro propsito es el de brillar y sentiros superior, o si queris elamor de los dems para vosotros solos, con el objeto de multiplicamos en ellos, a fin de que piensenbien de vosotros, se hagan lenguas de lo que sois y gusten de buscar vuestra compaa, una vezms obris desobedeciendo la Gran Ley, y sois un esclavo de la equvoca emocin del orgullo. Y eseorgullo, cuando se sienta doblegado por los accidentes de la vida, se tornar en envidia, celos, ira ytemor, y seris hechos pedazos por los vientos en conflicto de las circunstancias. Os ahogaris en el

    mar de los deseos, y seris incapaces de decir: "Yo quiero".

    Mayormente ser esto as si lo que procuris es la satisfaccin de los sentidos y el regalo del cuerpo:entonces s que seris un esclavo. Corrompido por los deseos y remordimientos, no habr dentro devosotros ni paz ni poder. Claro est que debis adiestrar todos vuestros vehculos el cuerpo, lossentimientos y la mente para que obren activa y ordenadamente, removiendo en ellos toda huella depereza y pesadez, de agitacin y excitacin, de modo que sean perfectos instrumentos para llevar acabo vuestra voluntad en la regin en que respectivamente trabajan.

    La primera cosa que hay que hacer es determinar la disposicin o tendencia que necesitamos, yluego eliminar todo aquello que puede agitar de cualquier manera la mente. Tenis que tratar deliberaros de todo vestigio de irritacin, enojo, ansiedad, incertidumbre y temor. Cuando se permite quetales cualidades tengan asiento en la mente, no puede haber un real ejercicio de la voluntad, ni la

    disposicin puede ser en verdad permanente, El buen xito en la prctica del dominio de la mentedepende de la persistencia de la disposicin, y si sois todava de carcter tan infantil para que osarrastren la ira, la ansiedad y el temor por causa de los llamados accidentes de la vida, no podristener, hasta que no logris gobernaros, ms que cambiantes disposiciones y una mente vagabunda.Unicamente las cosas puras, buenas, benignas y tranquilas pueden ser permanentes; el orgullo, larabia, el miedo y todas las dems de su calaa son de la naturaleza de la agitacin y de loimpermanente.

    Por tanto, la disposicin que debis escoger tiene que ser compatible con vuestro mejor y msaltruista idea... sin egosmo, no slo por lo que toca a vos, sino tambin a. los dems. No podis yaconsiderar la vida como una batalla con vuestro prjimo a favor de unos pocos, ni tampoco desearvuestra preponderancia sobre los dems; y si vuestro propsito es la gradual conquista del yo y elpleno desarrollo de vuestros poderes, vuestra nica posible actitud hacia los dems, hacia todo ser en

    todo momento de la vida, debe ser la de la benvola intencin para compartir con ellos la libertad y elpoder, que son vuestra adquisicin ms preciada.

    LA LOCURA DEL DESEAR

    Luego debis abandonar todo deseo, porque no podis desear y querer a la vez. Las dos cosas sondel todo incompatibles. Esto puede ser demostrado por un sencillo argumento. Supongamos queestoy considerando si he de tomar o no la pluma. En este asunto no puede haber deseo, sino quedebo decidir si la tomo o la dejo donde est. S perfectamente bien que pesa apenas unos cuantosgramos, y que tengo la libertad y el poder suficiente para cogerla, y por tanto me digo: "La tomo", o"No la tomo". Pero si yo supiera o pensara que pesa media tonelada, me dira: " Oh, deseara tomar

    esa pluma!" El deseo implica reconocimiento de nuestra incapacidad. Es una demostracin de quedependemos de los acontecimientos externos. Es esperar, no trabajar, y malgastar tiempo y energamientras se espera, y abrir la puerta a toda clase de debilidades que han de inutilizar la oportunidadcuando se presente.Los hombres cuerdos no buscan la oportunidad, sino que tratan de prepararse para ella. Querer esponer en uso nuestros poderes; y el hombre de voluntad no utiliza los deseos, que no hacen sinomalgastar su tiempo y minar su fuerza moral y espiritual. De aqu que no se queja de su ambiente, nimurmura de las cosas que la fortuna le trae sin aparente accin de su pare, Como el sabio quemenciona el Bhagavad Gitapermanece "contento con lo que le llega sin esfuerzo", y est siempredecidido a hacer el mejor uso posible de todo lo que de esta suerte le llega a la mano.

    Os atrevis a afrontar el choque mental y emocional de que habis de aceptar los hechos de la viday no desear que la naturaleza y la Gran Ley hayan puesto un diferente material a vuestro alcance? Al

    menos decos, cada vez que os encontris deseando: " Concluyamos con eso; no lo quiero!Es bueno detenerse un rato a pensar en lo que este cambio d c, actitud ha de significar para nuestravida. Qu significar para nosotros al levantarnos a la maana, al comer o cuando vamos a dormir?

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    Qu, cuando nos encontremos con nuestros amigos, con nuestros compaeros, o con nuestrosllamados enemigos?Qu resultado dar cuando perdamos nuestra ocupacin o nuestro dinero, cuando tengamos unincidente desagradable, o caigamos enfermos, o nuestra familia sufra? Sentaos y pensad en todas lascosas desagradables que os pueden acaecer dentro de la semana prxima, y ved en cada caso ques lo que ello puede significar para vos, No debis abatiros y decir: "Estoy triste..." o "Yo deseo...",

    sino que debis levantamos afirmando: "Yo quiero..." o bien "Yo no quiero..." En esta disposicin nohay para vos esperanza, sino certeza. No hay expectacin, sino conocimiento. No hay tampocotemor, sino confianza en la Gran Ley que acta dentro de vos y en todas las cosas.

    Todas las maanas, por una semana, antes de empezar a trabajar, ocupad unos cinco minutos enpensar en este vigoroso modo de considerar la vida. Cada noche, antes de ir a reposar, disponed deotros cinco minutos para echar una mirada retrospectiva y ver en qu forma cumplisteis con vuestradeterminacin durante el da, No os preguntis especialmente: "En qu he errado?", sino "En quhe triunfado?" Cada da tiene que contaros sus hazaas. No deseis, no os lamentis ni osentreguis a la esperanza. Mas cuando vayis a dormir, decos muy suave y dulcemente: "Yo quiero".Y al despertar repetid tambin con igual nobleza: "Yo quiero".

    ECONOMA DE LAS FUERZAS

    Si queris convertiros en un hombre o mujer de vigorosa concentracin, vuestra nueva tareaconsistir por el momento en vigilar las cosas pequeas, en economizar todos vuestros poderes, y nomalgastar ninguno en ociosos pensamientos, emociones o acciones,Durante el da no hagis ninguna cosa mientras estis pensando en otra. El pensamiento y la accindeben ir unidos: no pensis nada, sin referirlo a la accin o a una posible accin; no realicis tampoconinguna accin sin intencin. Por esta prctica de todo el da la mente y el cuerpo aprenden a actuarjuntos, sin malgasta,, energa fsica o mental, y de esta manera llegaris a suprimir todo pensamientointil.Con respecto a la accin Intil o superflua, evtense todas esas pequeas pero dainas actividadesy amaneramientos a que la gente se entrega casi inconscientemente, como el entrechocar las

    rodillas, el hacer oscilar un pie ponindolo sobre la otra rodilla, el usar frases intiles, como "ya lo veusted", "por supuesto", y otras ms que son las muletillas de tanta gente: el retorcerse los bigotes, elroerse o morderse las uas, el jugar con los botones y cadena del reloj, el sostener conversacionessin objeto, etc.

    Tras de cada accin o palabra debiera haber un propsito. Deben tambin proscribiese las quepodemos llamar las grandes actividades perjudiciales, como el quedarse hasta tarde en la cama porla maana, el malgastar tiempo en la noche, el comer ms de lo necesario y el luchar por conseguiralgo que realmente no necesitamos. Igualmente deben evitarse en lo posible toda excitacin corporaly toda tensin nerviosa y muscular. Estos malos hbitos son difciles de cambiar de golpe, y es mejorformarse la resolucin de dedicarse una hora diaria a su extirpacin e ir aumentando gradualmente eltiempo, que resolverse a cambiarlos inmediatamente y fracasar as en la tarea.

    En lo que toca al pensamiento ocioso, evtese el hbito de quedarse despierto en la cama o elponerse a pensar en el momento de irse a dormir, y el quedarse en un estado de semisomnolencia aldespertar. El pensar debe hacerse en una posicin positiva y con intencin, y no medio dormido.Adems, no os mantengis una y otra vez en el mismo pensamiento o argumento, Si es necesarioresolver algo, hacedlo considerando todos los hechos que tienen que ver con ello; llegad a unaconclusin, y luego alejad el asunto de la mente; y nunca ms lo volvis a considerar a no ser quehaya nuevos hechos que con l se relacionen. Si las razones que hay en pro y en contra de unaaccin parecen ser iguales, la decisin que tomis no tiene importancia; tirad entonces una moneda alaire, y solucionad as la duda, no permitiendo que la mente se preocupe ms en ello. Si surge unadificultad, no la dejis para despus, sino tratad de resolverla inmediatamente, sin que dejis nadapara su ulterior consideracin, o bien determinad de antemano un momento para solucionarla; y porningn motivo permitis que la ansiedad, el temor o el desasosiego ronden alrededor de la mente,emponzondola y debilitndola.

    Evitad tambin el pensar demasiado en lo que vais a hacer. Tratad, por el contrario, de llevarloinmediatamente a la prctica. No pensis en lo que otros dicen de vosotros, a no ser para extraer deello el elemento de verdad que en todo existe.

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    No; hay insectos, aves, flores, rboles, arroyos, nubes en el cielo, campos, casas, animales y gente, ypor ltimo la misma bendita tierra, en la cual echarse por un momento como si fuera en la suavidadde divinos brazos. Oh, Cielos!Cun poco sabe el hombre blanco de la vida y cunto del fatigoso trabajo! Los hindes hansustentado desde antiguo la idea de que los dioses se divierten y juegan. Cuando la. gentecomprenda esta verdad cesar de desear el descanso, o de desear el fin de la jornada.

    Organizad sabiamente vuestra vida, de modo que sea pura delicia y felicidad sin mezcla. Talcondicin hace rpido el progreso y mayor el triunfo. El trabajo cansador y fatigoso no es meritorio niespecialmente provechoso, y slo muy raramente es necesario.

    LOS CUATRO GRANDES OBSTCULOS

    Se dice en un antiqusimo libro hind que hay cuatro grandes obstculos que dificultan todo humanotriunfo: un corazn irresoluto, las pasiones humanas, una mente confusa y el apegarse acualquier cosa que no sea Brahman. Por la palabra Brahman se da aqu a entender la Gran Ley.Un corazn irresoluto significa que el cuerpo es de tendencias perezosas y sibarticas y que sus

    actividades son flojas, mal reguladas o llenas de excitacin.Las pasiones humanas indican que los sentidos o las emociones estn mal condicionadas en suaccin.Una mente confusa da a entender que es todava indolente o incoherente y que no se la hadominado.

    Al buscar el dominio de estas tres cosas no debis llegar a la represin o a la destruccin, sino a labien regulada actividad, que es cultura. La cultura fsica implica la supresin de las actividadesirregulares del cuerpo. Exige una vida ordenada, con un ejercicio, alimento y descanso adecuados. Elgobierno de los apetitos naturales que ello requiere no anula su poder, sino que los armoniza; y estecontrol no disminuye, sino que incrementa el sentimiento de la vida vigorosa.Estas cosas son tambin ciertas en lo que atae a la mente. Ella tambin requiere ejercicios, alimentoy descanso regulares y proporcionados. Sus apetitos naturales necesitan tambin ser controlados y

    gobernados, y una vez que esto se hace ya no hay prdida de vigor mental, sino ms bien unacrecentamiento.

    El ejercicio es algo ms que el mero uso de la facultad. El hombre que parte piedras en el caminohace uso de sus Msculos y seguramente al cabo de un tiempo esos msculos se tornarn vigorosos.El hombre que sigue un definido sistema de ejercicios fsicos, por un corto tiempo cada da, pronto sehace ms fuerte que el hombre que maneja el martillo todo el da. De la misma manera, el hombreque pasa su tiempo en el estudio de las matemticas, la literatura, los idiomas, la ciencia, la filosofa,o cualquier otro asunto, hace uso de su mente, y el pensar puede llegar a ser fcil para l. Pero elhombre que deliberadamente sigue un sistema determinado de ejercicio mental, por unos cuantosminutos diarios, pronto adquiere un mayor dominio de su mente que el que meramente lee o piensasin mtodo durante todo el da.

    En realidad, la necesidad de la educacin y adiestramiento de la mente, del ejercicio mental regular,ordenado y con un objeto determinado, es mucho mayor que en lo que toca al cuerpo en lageneralidad de los casos; porque en la etapa en que nos encontramos las actividades corporales delos hombres estn bien, ordenadas y controladas, y el cuerpo es obediente a la voluntad, mientrasque la mente es por lo general del todo desobediente, floja y voluptuosa.En el sexto captulo de este libro se encuentran prescritos diversos ejercicios para el cuerpo, quetienen por fin regularlo y calmarlo.