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Felipe Bengoechea Rolón ESCUELA DE MEDICINA EN HUMAITÁ

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Page 1: Escuela de Medicina. Piloto1

Felipe Bengoechea Rolón

ESCUELA DE MEDICINA

EN

HUMAITÁ

– Año 2016 –

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PRÓLOGO

PREFACIO

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Hay que señalar que Don Carlos Antonio López, después de una larga dictadura, la del Dr. Francia, debía literalmente hablando construir todo de nuevo. Esta era una de las razones por la cual había contratado a los técnicos extranjeros; la mayoría de origen inglés, muchos de éstos en diferentes ramos del saber. También cabe destacar la contratación de varios médicos que acrecentaría por demás los profesionales en el ámbito de la medicina.

Desde la conquista, hasta la época de la independencia, la práctica de la medicina en el Paraguay era ejercida, la mayor parte, por los indígenas del lugar que eran conocidos como curanderos o médicos yuyos por el uso de las plantas medicinales. Sin embargo, con la contratación de médicos ingleses y la enseñanza de éstos a los futuros practicantes, hizo que se pudiera contar con profesionales en el ámbito de la medicina.

En su gran mayoría, el plantel de médicos contratados prestaron servicios en los hospitales militares. El ejército paraguayo estaba apostado en tres grandes campamentos a saber: uno era el campamento Cerro León, el otro era el campamento de Paso de la Patria y por ultimo el campamento de Humaitá. Cabe destacar que el mayor contingente del ejército estaba ubicado al sur del país; en Paso de la Patria y en Humaitá. Los médicos contratados fueron puestos al frente de los hospitales con grados militares acompañados de sus ayudantes o practicantes para asistir a la soldadesca.

Desde su fundación, que data del año 1778, Humaitá solo era un puesto de guardia. A partir de la asunción de Don Carlos Antonio López a la magistratura del Gobierno, Humaitá era conocida por su posición estratégica y posteriormente convertida en una fortaleza a raíz de incidentes con países limítrofes como otro país del continente americano.

En Humaitá se hallaba uno de los campamentos militares más importantes del país. Pronto, Humaitá se consideró punto estratégico de defensa por su posición estratégica. Por tal motivo, el lugar se convirtió en un basto campamento militar. Se mejoraron las defensas, se construyó una de las más grandes iglesias en la Villa, se construyó escuelas, hospitales, y lo más significativo, la creación de una escuela de medicina en dicha Villa. Fue un hecho muy significativo la creación de una escuela de medicina en Humaitá. Se podría haber creado en cualquier otro campamento, sin embargo, se hizo en Humaitá. Esto da indicio a que Humaitá era un lugar muy importante para Don Carlos Antonio López. La escuela de medicina aportó servicios tanto a la soldadesca como al conocimiento de los futuros médicos profesionales que egresarían de ella y prestarían servicios a su país.

La creación de una escuela de medicina en dicho lugar, merece varios interrogantes: ¿por qué una escuela de medicina en la Villa de Humaitá?, ¿con que fin se creó dicha escuela de medicina en la Villa de Humaitá?, ¿quiénes fueron los médicos que enseñaban en dicha escuela?, ¿hubo algún egresado de la escuela de medicina?, esto y otros interrogantes a los cuales se estaría dando respuestas a través de la lectura en el presente ensayo.

Con las investigaciones realizadas, se van descubriendo hechos y sucesos históricos muy significativos ocurridos en la Villa de Humaitá. Algunos de merecida importancia son: la destrucción de la iglesia de San Carlos de Borromeo, la fortaleza de Humaitá, y ahora, la Escuela de Medicina creada durante el gobierno de Don Carlos Antonio López, la cual prestó importantes servicios al numeroso contingente apostados en el sur del país, y por sobre todo, cuando acaeció la guerra contra la Triple Alianza, los médicos debían hacer tripas de corazón para paliar la difícil situación y la escasez de insumos a raíz del bloqueo impuesto por los aliados. Sin embargo, haciendo justicia al juramento de Hipócrates, los médicos , como así los practicantes, lucharon como los soldados paraguayos, valientes, unos por la patria, el otro, por salvar la vida del primero.

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PARAGUAY A MEDIADOS DEL SIGLO XIX

Como el tema radica en la Escuela de Medicina creada en Humaitá, no obstante, es crucial realizar una descripción a grandes rasgos de cómo era el Paraguay a mediados del siglo XIX, para así de esa forma, tener conocimientos de la situación socio-política y cultural de la época, y comprender las acciones tomadas por el gobierno de ese entonces. No se puede en una investigación histórica mencionar solamente lo que atañe al tema en cuestión, en este caso a la Escuela de Medicina en Humaitá, siendo que, los sucesos acontecidos en esa época, radicaban en la creación de un ejército para la defensa de la nación ante las posibles amenazas por parte de los países vecinos, sin mencionar el atraso en todos los ámbitos a que el Dr. Francia llevó al Paraguay en la larga dictadura puesta por él, por lo que el gobierno realizó acciones tendientes para la “construcción” del país y creación de un ejército para salvaguarda del mismo.

Corría el año 1840, el dictador Francia dejaba de existir el 20 de setiembre del mismo año sin haber dejado nada dispuesto sobre su sucesión. El Paraguay entró en un peligroso período de anarquía1. Después de la muerte del Dr. Francia, su secretario Policarpo Patiño, intentó asumir el poder supremo, pero fue inmediatamente arrestado por sus colegas, los pocos militares que se encontraban apostados en Asunción. Al poco tiempo Patiño se ahorcó. La muchedumbre apenas pudo ser reprimida de tirar abajo la casa cuando llegó a su conocimiento que él se había suicidado2.

El alcalde y los demás oficiales de la guarnición se erigieron en una suerte de Poder Ejecutivo, hasta que en enero de 1841 Mariano Roque Alonso, Comandante del Cuartel San Francisco, apoyado por el sargento Duré, le convocaron a Carlos Antonio López para deliberar sobre el curso de acción a tomar. López, quien por entonces llevaba una vida retirada socialmente, residía en el campo. Transcurrido un mes de su arribo a Asunción, el 12 de marzo de 1841, se reunió el Congreso Nacional con 500 diputados y nombró a López y Alonso cónsules por tres años. Los cónsules se aseguraron de mantener bajo una prudente vigilancia al sargento Duré y a otros que colaboraron para llevarlos al poder. Pero la memoria de López no era de fiar, y tan pronto como se consolidó en su posición, ordenó el fusilamiento de Duré. López, impaciente por retener todo el poder para sí, comenzó por desvincularse de su colega, convocando al Congreso en noviembre de 1842, ocasión en que le dieron el respaldo pleno a su gestión3.

En relación al sistema de gobierno de la época, hay que mencionar que en muchos de los actos de Carlos Antonio López se ha notado la continuación del gobierno dictatorial y despótico del Dr. Francia4. Tal hecho se puede constatar con el artículo publicado por él en 1845, después de la muerte del Dr. Francia en donde prohibía expresar su opinión respecto a su predecesor5.

La educación, poco y nada ha mejorado. Aunque el pueblo era primitivo, alegre y poseía buenas costumbres, nada se hacía por la instrucción pública. Antes de la guerra Grande (1865-1870), no existía ni universidad ni colegio, excepto el Seminario. En la capital, cincuenta alumnos recibían lecciones de Matemáticas, de Dupré, y de Literatura de Ildefonso Bermejo6. Para una apreciación mejor de la educación, cabe mencionar aquí las 1 CARDOZO, Efraim. Apuntes de Historia Cultural del Paraguay. Asunción. S/F, p. 217.2 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Memorias del Doctor Guillermo Stewart. Asunción, 2015, p. 42. 3 Ibídem, p. 42-43.4 Ibídem, p. 46.5 Ibídem, p. 41.6 Ibídem, p. 47-48.

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expresiones del señor José M. Collar, en una carta dirigida al doctor Guillermo Stewart, en donde menciona que en aquella época en el Paraguay la instrucción superior o de segunda enseñanza sólo alcanzaba a la Gramática Latina. En ningún instituto se tenía noticias y mucho menos idea de lo que son los derechos y deberes del ciudadano de una República7. Este era el cuadro lúgubre en que se encontraba la educación del país. Sin embargo, el panorama del país era mucho mas desalentador cuando falleció el Dr. Francia, lo demuestra Carlos Antonio López al Congreso reunido en el año 1854; en ese entonces ya era Presidente de la República del Paraguay, diciéndoles que por la concentración desmedida que estableció en la administración, no había establecimiento, ni institución alguna de las que en todas partes del mundo sirven a la administración y ayudan la acción del Gobierno. Así es que no habían sino meros escribientes, ni se habían podido formar capacidades administrativas, judiciales, policiales, que pudiesen segundar las miras y trabajos del Gobierno. No había establecimiento ninguno de educación, instrucción elemental, moral y religiosa: había reducido el clero a un número muy diminuto de sacerdotes. En lo material la capital y las villas todas ofrecían el aspecto más desagradable: templos apuntalados y amenazando desplomarse; cuarteles desaseados, incómodos e insalubre; casas particulares rodeadas de escombros, o próximas a arruinarse. Las calles en su mayor parte oponían el tránsito hondos surcos que formaban los torrentes de las copiosas lluvias. El río con sus avenidas socavaba rápidamente la parte de la Capital que miraba al río. En muchos lugares de la Capital, vertientes subterráneas y permanentes de agua hacían poco seguras e insalubres las habitaciones. El exterior e interior de la Casa de Gobierno era indecoroso8. El atraso en que el Dr. Francia sumió al país no tuvo parangón alguno.

Carlos Antonio López asume la presidencia del país

El mismo día en que abrió sus sesiones el Congreso, 13 de marzo de 1844, entre otras cuestiones, sancionó la “Ley que establece la Administración Pública de la República del Paraguay” proyectada por Carlos Antonio López para servir de Constitución a la República.

El Presidente debía durar diez años en el cargo, debía ser del fuero común, y no se prohibía su reelección. El 14 de marzo, Carlos Antonio López fue designado Presidente por aclamación, con lo cual el Congreso dio término a sus funciones9.

Don Carlos Antonio López inicia el período de auge económico y desarrollista del país, abriendo la República a la oferta y la demanda de los países vecinos, y del continente europeo.

Ante la situación calamitosa en que se encontraba el país, todo habría que hacer de nuevo. Para tal efecto, se contrataron técnicos, maestros, ingenieros, médicos del extranjero, además, se enviaron jóvenes becados al exterior para de esa manera adquirir conocimientos y puedan servir a su país. En relación a los jóvenes enviados al exterior, el Congreso de 1844 autorizó al Gobierno para costear por el Tesoro Nacional la educación de seis jóvenes fuera de la República, dos en química y farmacia, dos en dibujo en todos sus ramos y dos en leyes y derecho público. Los becados tenían que ser escogidos por sus talentos y virtudes. La misma ley autorizó al Poder Ejecutivo a costear también por el Tesoro Nacional la contratación de profesores del extranjero destinados a la enseñanza de la medicina, cirugía y arte obstetriz. Con esta ley se buscaba la formación del personal docente de los establecimientos de enseñanza superior que el Gobierno debía fundar conforme a la nueva Constitución. No fue, sin embargo, puesta en práctica por muchos años, debido a la 7 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 50. 8 CARDOZO, Efraim. Obra citada, p. 222.9 Ibídem, p. 233.

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agravación de las relaciones con Buenos Aires que pronto concentró toda la atención y la energía de la República en la lucha por el mantenimiento de la independencia nacional10.

Cabe mencionar que las relaciones con Buenos Aires se agravaron por el hecho de que Juan Manuel de Rosas no reconocía la independencia del Paraguay y por sobre todo tenía la firme decisión de reconstruir el virreinato del Río de la Plata. A tal efecto, prohibió la navegación y el comerció y se aprestó a invadir el Paraguay.

Aunque Rosas no había reconocido la independencia del Paraguay, el Brasil, en un acto cumplido solemnemente el 14 de setiembre de 1844 por el plenipotenciario José Antonio Pimenta Bueno, se hizo el reconocimiento de la independencia por el Imperio del Brasil11.

Ante estas hostilidades que se cernían sobre el Paraguay, Carlos Antonio López consideró que había llegado el momento de tomar medidas antes estas nuevas hostilidades, y en el mes de agosto del año 1845 creó la guardia nacional conformada por los ciudadanos capaces de portar armas. Publicó un decreto con 80 artículos, un verdadero código de ordenanza militar. Contrató del Brasil a varios oficiales muy inteligentes para instruir a sus hombres12.

En resumidas cuentas, en enero de 1852, y en alianza con Brasil, Uruguay y Corrientes, Urquiza inició la campaña contra Rosas cuando fue derrotado en Monte Caseros el 3 de febrero. Con mucha dificultad pudo Rosas llegar hasta Buenos Aires para embarcarse inmediatamente rumbo a Inglaterra donde quedó residiendo, disfrutando de la hospitalidad de ese país al que tanto había insultado13. Finalmente, el ministro argentino Santiago Derqui procedió el 17 de julio de 1852 al solemne reconocimiento de la independencia y soberanía de la República del Paraguay.

Misión de Francisco Solano López a Europa

Continuando Carlos Antonio López con los planes de su gobierno referente al progreso del país y también en lo concerniente a la cultura, a este fin, envió a su hijo, Francisco Solano López a Europa, como ministro plenipotenciario del país, ante los países europeos con el propósito de establecer relaciones de amistad y comercio. De ésta manera, a bordo del buque “Independencia del Paraguay” partía del puerto de Asunción, el 12 de junio de 1853, Solano López y su comitiva, fueron como secretarios los señores Juan Andrés Gelly y Benigno López, y en calidad de agregados el comandante Vicente Barrios, el capitán José María Aguiar, el teniente Rómulo Yegros y el alférez Paulino Alen, con el fin de ratificar tratados de amistad y comercio suscritos con Gran Bretaña, Francia, Cerdeña y Prusia. Pero, al margen de este propósito, su misión era también la de conseguir material de guerra para las fuerzas paraguayas en formación, mandar construir barcos a vapor y contratar técnicos. A éste efecto, se contrato a arquitectos, geólogos, médicos, farmacéuticos, capitán de marina, ingenieros y mecánicos14.

Técnicos extranjeros

Cabe mencionar, que a raíz de los técnicos contratados, el país tuvo un progreso considerable. Sin hacer juicio al sistema de gobierno de Carlos Antonio López, en merecido destacar este logro de su gobierno, cual es, el de exportar personas calificadas en distintos ramos del saber. Un importante números de técnicos fue contratado por Solano López en Europa, asesorado por la Casa Blyth de Londres. Según nóminas tomadas del Archivo 10 CARDOZO, Efraim. Obra citada, p. 234.11 Ibídem, p. 245.12 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 53-54.13 Ibídem, p. 56.14 Véase BENGOECHEA ROLÓN, Felipe E. Humaitá. Estampas de Epopeya. Asunción, 2008, p. 21.

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Nacional por el historiador Juan Francisco Pérez, se incorporaron al país nada menos que doscientos treinta y un técnicos, la mayoría de ellos ingleses. El solo enunciado de esta cifra es tan elocuente y cuesta trabajo concebir siquiera que tal cantidad de técnicos extranjeros hayan actuado en nuestro país en tiempos en que apenas se esbozaba la organización nacional. Merece ser recordado especialmente el ingeniero John William K. Whitehead, redactor de “El Ingeniero” de Londres, sin igual por su talento y preparación en la América del Sur, que en el Paraguay dirigió las principales obras y dejó perdurables recuerdos. También conviene citar al ingeniero ferroviario José Paddison, al ingeniero naval Wats, al ingeniero de minas Twist, los ingenieros de ferrocarriles Percy Burrel, Valpy, Jorge Thompson, el ingeniero telegrafista Roberto von Fisher Treuenfeldt, el geógrafo Mouchez, el arquitecto Taylor, el ingeniero en torpedos Kruger, el químico Domingo Parodi, los arquitectos Ravizza y Taylor, los médicos cirujanos, farmacúticos: Stewart, Barton, Fox, Skiner, Masterman, Banks. Ningún país americano costeó tantos sabios extranjeros para elaborar la grandeza nacional. Los sueldos pagados a estos técnicos y hombres de ciencia eran superiores a los devengados por el Presidente de la República. Whitehead ganaba una onza de oro por día, los cirujanos y médicos mil libras esterlinas por año, y los ingenieros de ferrocarriles ochocientos15.

Ciertamente, no actuaron todos a la vez, pues algunos vinieron en reemplazo de los que iban cumpliendo sus contratos o se retiraban del servicio. Pero con todo, jamás se hubiera creído que tan gran número de competentes profesionales, cuidadosamente seleccionados, casi todos, hubieran llegado a trabajar tan intensamente como lo hicieron en levantar el viejo Paraguay a la asombrosa altura que con razón alcanzó antes de su gran desastre16.

Algunas figuras fueron invitadas para venir al Paraguay, como ser el literato español Ildefonso Antonio Bermejo, quien fue invitado por Solano López estando en Paris, para trasladarse al Paraguay con el objeto de organizar la enseñanza y al mismo tiempo encargarse de la redacción de “El Semanario”17, otra figura importante que fue invitado por Solano López y cuya invitación fue transmitida a través del mayor Milliam Guernesey es el doctor Guillermo Stewart, quien viene en marzo de 1857 al Paraguay18.

Con los técnicos contratados, el gobierno pudo realizar caminos, puentes, iglesias, cementerios, obras arquitectónicas, cuarteles, fortalezas, fundición de hierro, astilleros, ferrocarril, fábricas de papel, azufre, pólvora, etc. En relación a los médicos contratados, les cupo la organización de la estructura médica del país.

Botica y médicos criollos paraguayosEn la dictadura del doctor Francia, una farmacia pública era administrada por él, y se

mantuvo abierta por un tiempo más durante el gobierno de Carlos Antonio López. En la farmacia se expedían medicamentos tales como el corrosive sublimate y calomel, y otras medicinas empíricas que se enviaban al hospital19.

Antes de la llegada de los médicos contratados, el país contaba con escasos profesionales de la medicina, la mayoría de los que eran practicantes de dicha ciencia fueron indígenas, como manifiesta el doctor Guillermo Stewart en una carta dirigida a Du Graty de fecha 5 de julio de 186120.

Algunos de los antiguos médicos criollos con que contaba el país antes de la llegada de los médicos contratados, merece recordar a don Luis Cálcena Echeverría, profesor de 15 CARDOZO, Efraim. Obra citada, p. 253.16 PEREZ ACOSTA, Juan F. Carlos Antonio López. Obrero Máximo, Asunción, p. 117.17 CARDOZO, Efraim. Obra citada, p. 249.18 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 209.19 Ibídem, p. 38.20 DU GRATY, Alfredo M, La República del Paraguay, Asunción, p. 242.

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medicina y cirugía, a quien se ha visto actuar como médico de la fundición de Ybycuí. En noviembre de 1853 se puede ver avisos del mismo sobre vacunación.

También cabe mencionar la figura de don Juan Vicente Estigarribia quien actuó también como cirujano de tropas antes de la venida de los primeros médicos ingleses. En 3 de setiembre de 1848 figura un pago hecho al mismo en el expresado concepto de dos meses de sueldo a razón de 20 pesos mensuales. En octubre de 1865 volvió a prestar servicios, con motivo de una epidemia de sarampión. En 18 de agosto de 1865 se acordó una pensión vitalicia de 30 pesos mensuales “al antiguo médico y cirujano de tropas”, Juan Vicente Estigarribia21. Fue uno de los médicos de Carlos Antonio López junto con Skiner y Stewart.

LA PRIMERA ESCUELA DE MEDICINA EN PARAGUAY

El país no contaba con una institución donde se enseñaba la medicina, recién esto se pudo dar a la llegada de los extranjeros contratados por Carlos Antonio López. Ya se ha visto en párrafos anteriores de qué facultativos contaban el país en relación a la medicina. Sin embargo, esto cambiaría al poco tiempo. Aquí cabe remarcar a uno de los médicos contratados, quien tendría a su cargo la organización de todo lo concerniente a la salud del país, este afamado doctor era Guillermo Stewart. Sería el propulsor y fundador de la primera escuela de medicina en el país.

El doctor Guillermo Stewart viene en marzo de 1857 al Paraguay. En Asunción, es presentado al Presidente de la República, Don Carlos Antonio López, quien lo contrata para organizar toda la estructura médica del país. Fue médico de las familias López, Carrillo y Escalada, y más tarde atiende a otros pacientes particulares. Su primer paciente particular es el señor González, colector del Ministro de Hacienda y hermano del Ministro, la segunda es la señora Peña, quien habitaba la casa que fue de Francia. Un caso grave22.

Por encargo del Presidente don Carlos Antonio López, funda en 1857 en el destacamento de Humaitá, la primera Escuela de Sanidad Militar del Paraguay (instalada en el edificio cercano al hospital) en donde con su compatriota, el doctor Frederick Skinner, instruye a jóvenes seleccionados en el arte de la medicina incipiente y práctica, que forman luego el Cuerpo de Sanidad Militar en la guerra del Paraguay contra la Triple Alianza23.

Merece especial aclaración respecto a la primera Escuela de Sanidad Militar del Paraguay, siendo que otros actores denominan a ésta como Escuela de Medicina24, o Escuela de Aplicación25, a tal efecto, era más conocida como Escuela de Medicina en Humaitá.

El doctor Stewart era un avezado conocedor de la medicina. Era oriundo de Escocia, especialista en Salud Pública, entonces llamada Higiene, era un experto clínico y médico general, cuya experiencia en patología bélica la trajo como médico mayor al servicio de las fuerzas militares británicas en la Guerra de Crimea, frente a Scurati. Su curriculum era, pues, el ideal para lo que se cernía en el Paraguay26.

Al inicio se había dicho que uno de los interrogantes era por qué una escuela de medicina en Humaitá, siendo que, bien se podría haber hecho en Asunción o en otro lugar, sin embargo, Humaitá fue elegido para tal fin. Por tanto, es significativo realizar una

21 PEREZ ACOSTA, Juan F. Obra citada, p. 308-309.22 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 209.23 Ibídem, p. 209.24 RUBIANI, JORGE, Historias Secretas del Paraguay, Asunción, p. 486.25 DIAZ LEÓN, Dr. Carlos, La Sanidad Militar Paraguaya en la Guerra del Chaco, Asunción, p. 21.26 Ibídem, p. 12.

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descripción amena de cómo era Humaitá en esa época en donde se realizaría la fundación de una institución donde se inculcarían los preceptos de Ipócrates.

La Villa de Humaitá

El gobernador y capitán general de la Provincia del Paraguay Teniente Coronel don Pedro Melo de Portugal había fundado la Villa de Humaitá en el año 1779. Al establecerse los primeros pobladores en la Villa de Humaitá, también se había instalado en el lugar un presidio; entiéndase éstas por guardias27. Dicha fundación estribaba en la conveniencia que traería a la provincia el uso de esas fecundas tierras, como así también para impedir el tránsito de los indios chaqueños que causaban ingentes daños28.

En toda la costa paraguaya se establecieron las guardias para proteger a las poblaciones ante los indios que ocasionaban grandes pérdidas en las haciendas de las familias que empezaban a poblar las villas.

Los indios guaikurus del Chaco, constantemente hacían incursiones hacia las poblaciones cercanas para robar caballos. Era imperioso en ese tiempo que se guardara tres antiguos pasos que era Humaitá, Curupaiti (sic) y Palmas ante las irrupciones de los indios29.

En toda la época de la colonia, la Villa de Humaitá era un fuerte, una guardia en donde estaba apostada una pequeña guarnición, el cual consistía en un número de catorce hombres con sus familias. Éstos cuando no estaban de servicio, se ocupaban de labrar la tierra para el sustento de sus familias. Recién en la época de la independencia se establecen baterías de cañones en la Villa de Humaitá en defensa de la Independencia Nacional. Esto se origino ante el peligro de una flotilla de guerra española que desde Montevideo atacaba a las embarcaciones patriotas en el río Paraná, y ante la posibilidad de que ingresaran al río Paraguay, la Junta Superior Gubernativa escribió al teniente de gobernador sub delegado de Corrientes, manifestándole: “Nosotros habíamos pensado fijar una batería en Jumaitá (sic) por la estrechura del río y lo suspendimos creyendo con sobrado fundamento que las dos de Rosario eran suficientes para preludir el tránsito de los buques y corsarios”. Sin perjuicio de esta afirmación, en una posterior nota de la Junta Superior Gubernativa a la Excelentísima Junta de Buenos Aires, le comunica “…que aunque habíamos desistido de la idea de fortificarnos en la cima del río, ha sido inevitable levantar dos baterías en las inmediaciones de Humaitá; una de ella concluida y la otra se finalizará en breve…30”

Como se puede constatar, la Villa de Humaitá durante la colonia y la independencia no tuvo grandes cambios, la Villa se reducía a una pequeña población apostada en un fuerte o guardia.

Recién durante el gobierno de don Carlos Antonio López la Villa de Humaitá empezaría a cambiar. Podríamos asumir que don Carlos Antonio López había refundado la Villa de Humaitá, siendo que, durante su gobierno se llevaron a cabo en la Villa mejoras importantes que acapararon la atención de todo el mundo. La idea del primer mandatario era convertir la Villa de Humaitá en una fortaleza por la ubicación estratégica en que se encontraba. Para tal efecto, lo primero que hizo fue hacer desaparecer un pantano mortífero de quince kilómetros de extensión. Don Carlos Antonio López en el acto envió varios batallones que trabajaron en desecarlo. Enseguida el lugar quedó perfectamente higienizado y levantado la fortaleza31.

27 VIOLA, Alfredo, Fundación de Curupayty y Humaitá. Separata de Historia Paraguaya. Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia, Asunción, 1992, p. 105. 28 Ibídem, p. 106.29 A.N.A. Vol.371, Nº: 1, Foj: 48.30 VIOLA, Alfredo. Obra citada, p. 118.31 DOMÍNGUEZ, Manuel. El Paraguay. Sus Grandezas y Sus Glorias, Bueno Aires, 1946, p. 52.

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La fortaleza de Humaitá

A raíz de los incidentes que el Paraguay tuvo con el Brasil en el año 1855, enviando ésta una escuadra compuesta de veinte cañoneras de guerra contra el Paraguay que para alivio de todos, felizmente concluyo con la intervención de los negociadores. En el mismo año, el país se involucraba en otro incidente, esta vez con los Estados Unidos de Norte América a causa de un hecho poco fortuito ocurrido con el hermano del cónsul de los Estados Unidos de Norte América Edward Hopkins. Para agravar aún más la situación, coincidiendo con el incidente de Hopkins, se produjo otro ese mismo año, 1854. El teniente Thomas J. Page, por orden del gobierno estadounidense, conduce al Río de la Plata el cañonero “Water Witch” con propósitos de exploración y levantamiento cartográficos. El 3 de octubre de 1854 el gobierno del Paraguay decreta que todos los buques de guerra extranjeros quedan excluidos de los ríos de Paraguay. Al pasar frente al fuerte paraguayo de Itapirú, el “Water Witch” recibe la voz de alto, desoyeron la orden y a consecuencia de esto, el cañonero norteamericano recibió un disparo del fuerte que causó la muerte del timonel. Esto genero una reacción inmediata de parte de los Estados Unidos de Norte América enviando una escuadra con diecinueve buques que zarpaba de Nueva York el 17 de octubre de 1858. En enero de 1860 la cañonera “Fulton” entraba en la bahía de Asunción. A este hecho los países vecinos ofrecieron sus mediaciones para un acuerdo honorable para ambos países. El Paraguay aceptó las condiciones mínimas del emisario personal del presidente de los Estados Unidos de Norte América, quedando de esta manera el horizonte limpio de barcos americanos32.

En relación a los incidentes que tuvo el Paraguay con los países arriba mencionados, don Carlos Antonio López al tener conocimiento de que la escuadra brasileña se encontraba ya en Corrientes, con dirección al Paraguay, ordenó la inmediata evacuación del campamento militar de Paso de Patria y su traslado a la Villa de Humaitá. Los paraguayos contaban con la fortaleza de Humaitá, todavía en construcción, estratégicamente erguida en una curva estrecha del río. El ejército, fuerte de 6.000 hombres de las tres armas, se movió de su antiguo campamento el 4 de enero. El general Francisco Solano López, sin pérdida de tiempo procedió, con el coronel Franz Wisner von Morgenstern, ingeniero militar contratado por don Carlos, para supervisar la construcción de las fortificaciones sobre el río Paraguay, a la demarcación de todas las baterías que se construyeron rápidamente sobre las barrancas del río. El ejército trabajó en estas obras de día y de noche, turnándose los cuerpos de distintas armas, hasta que las baterías quedaron concluidas y listas, en menos de quince días, para entrar en acción. Todas ellas tenían sus parrillas subterráneas con balas caldeadas, en espera de la escuadra imperial, que entonces era de madera, que ya se hallaba anclada en las Tres Bocas33.

En relación al incidente acontecido con los Estados Unidos de Norte América, el pueblo paraguayo creía ciegamente en las defensas de Itapirú y Humaitá, y no admitía que ninguna escuadra sobrepasara los fuegos cruzados de la artillería de esa última fortaleza. En las barrancas del río, cerca de diez mil hombres de la fuerzas de tierra ayudaban a defenderla con la artillería asentada sobre el río Paraguay34.

Se puede constatar que los cambios ocurridos en la Villa de Humaitá surgieron a consecuencia de los incidentes ocurridos con el Brasil y con los Estados Unidos de Norte América. Aún así, con el pasar del tiempo, la Villa de Humaitá iba transformándose en una ciudadela militar en la que se empezaron a construir también escuelas tanto para la 32 Véase BENGOECHEA ROLÓN, Felipe E. Obra citada, p. 23-26.33 Ibídem, p. 24.34 Ibídem, p. 28.

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oficialidad militar como para la población civil, además la construcción de una iglesia de colosal porte, en donde contrastaba de sobremanera con las pequeñas edificaciones del lugar que fue inaugurada el 1º de enero de 1861, asimismo, se encontraba otra iglesia que se había construido un tiempo después de la culminación de la primera, para los militares35. Por lo tanto, en la Villa de Humaitá, que contaba con su fortaleza, había edificaciones civiles para uso de la población civil y de los militares. Cabe mencionar también, que en relación a la educación, así como hubo dos iglesias, también se contó con dos escuelas, una para los militares y otra para los civiles36.

En sus memorias, el doctor Guillermo Stewart menciona que, la fortaleza de Humaitá, ya casi concluida, estaba provista de espaciosos cuarteles para las tres Armas, con diez mil hombres, población diezmada por los excesivos trabajos ocasionados por la colocación de baterías, la construcción de trincheras y cuarteles, y la mala alimentación a base de carne, a la que no estaban acostumbrados los reclutas campesinos, habituados al cultivo de la tierra de la que se alimentaban. El cambio a la vida militar con la carne como alimento exclusivo, les resentía la salud37.

Se puede deducir que en la Villa de Humaitá había llegado el progreso, como sucedía en toda la República del Paraguay durante el gobierno de Carlos Antonio López.

Casa de los médicos

Se pudo constatar en párrafos anteriores de las instalaciones con que contaba la Villa de Humaitá, el cambio que se había producido en el lugar convirtiéndose de esa manera en una ciudadela militar. En ese lugar empezaría a funcionar la primera escuela de medicina del Paraguay bajo la dirección del doctor Guillermo Stewart, uno de los más importantes aportes del galeno escoces, el primer centro de estudios médicos del Paraguay y uno de los primeros de Sudamérica38. La escuela de medicina se estableció en un edificio que era bien amplio y próximo al hospital. Se la llamaba “casa de los médicos” y allí se mantenían de día y de noche todos los estudiantes39.

En cuanto a la cantidad de alumnos que comenzaron a estudiar en la referida escuela de medicina, el doctor Stewart menciona en sus memorias que a su arribo a la ciudad de Asunción que se producía en el mes de marzo de 1857, no le fue difícil comunicarse con la ciudadanía, en el lenguaje familiar, gracias a su conocimiento del idioma francés. Sin embargo, dar con 150 jóvenes de la recientemente inaugurada Escuela de Sanidad Militar, ya fue tarea más complicada40. En relación al nombre de dicha institución, donde se formaban a los nuevos profesionales de la medicina, algunos autores lo mencionaba como Escuela de Medicina, otros Escuela de Sanidad Militar, sin embargo, era más conocido como Escuela de Medicina de Humaitá. Concerniente al número de alumnos que habían iniciado el curso, existen diferencias al respecto, algunos autores refieren que el curso había empezado con cincuenta alumnos41, otro en cambio mencionaba que había empezado con 150 jóvenes como se había señalado más arriba.

La experiencia de ese año de docencia, le reveló al doctor Stewart la necesidad de realizar un censo en el Ejército Nacional. El resultado fue que sólo el cinco por ciento sabía leer y escribir relativamente bien. Como Jefe de la Sanidad, él debía de comunicarse – impartir 35 VIOLA, Alfredo. Obra citada, p. 127.36 Ibídem, p. 129.37 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 87.38 Véase BENGOECHEA ROLÓN, Felipe E. Obra citada, p. 47.39 DIAZ LEÓN, Dr. Carlos, Obra citada, p. 21.40 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 229.41 RUBIANI, JORGE, Obra citada, p. 486.

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instrucciones y recibir informes por escrito – con los responsables de los hospitales y centros de salud, y se percató de que aún en los hospitales más cercanos a la capital, tal como el Hospital Militar de Luque, no todos sabían leer y escribir correctamente42.

Ubicación de la casa de los médicos

Insertar mapa.Se pudo ubicar aproximadamente la casa de los médicos que fuera la escuela de medicina

en Humaitá utilizando como referencia un mapa de la época realizada por el ejército brasileño durante la guerra contra la Triple Alianza.

Los campamentos militares

La concentración más importante de efectivos militares se encontraba hacia el triángulo sur del territorio, entre la Villa de Humaitá y la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay; el Campamento militar de Paso de Patria.

Ante la necesidad de proveer de asistencia sanitaria a más de 12.000 soldados y las dificultades de comunicación y transporte de dicha zona con Asunción habrían obligado a instalar un establecimiento hospitalario en Humaitá, además de la creación de la escuela de medicina en el lugar43. Esto da la pauta de cómo se había formado dicha escuela y con qué propósito.

En relación al ejército, se puede decir que la fuerza militar se compone del ejército de tierra y de la marina. La primera se divide en ejército permanente y de reserva. El ejército permanente es de doce mil hombres de las tres armas, bien instruidos, disciplinados, uniformados y armados, de los cuales dos mil quinientos hacen la guarnición de la capital, y los demás permanecen en Humaitá, en el campo de Bella Vista y en las numerosas guardias de la frontera. La reserva se compone de las milicias de los diferentes departamentos, que alcanza el número de cuarenta y seis mil hombres. Grandes depósitos de armas para la infantería, la caballería y artillería, así como pólvora y proyectiles, pueden suministrar fácilmente, en caso de necesidad, cuando pueda precisarse para el armamento completo del ejército y de las baterías de campaña, de costas o de plaza. El Estado posee un gran número de establecimientos rurales, estancias, que suministrarán, en caso necesario, caballos para la caballería, bueyes de carreta para los transportes y ganados, granos, etc., para el consumo de las tropas. Los almacenes de uniformes están bien provistos, el servicio sanitario del ejército compuesto en gran parte de médicos europeos militares, está bien organizado44.

El hospital de Humaitá

Al momento en que se menciona la escuela de medicina, no se puede estar ajeno a lo que ocurre en el hospital militar. Los doctores que enseñaban en la escuela también fueron los que atendían a los enfermos del mencionado hospital. En esa época, se registran algunos hechos ocurridos en el hospital de Humaitá, en relación a un informe proporcionado desde el Campamento de Humaitá por el comandante Wenceslao Robles al Presidente de la República don Carlos Antonio López en lo referente a los pacientes del hospital militar: “Quedan todavía en el hospital ciento diez y ocho apestados en varios cuerpos. El número de enfermos del hospital queda este día en doscientos cuarenta y cuatro individuos y cuatro oficiales”. Fallecieron siete soldados en el hospital desde “el 1º hasta hoy”, 12-X-1855, las 42 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 229.43 Véase BENGOECHEA ROLÓN, Felipe E. Obra citada, p. 46.44 DU GRATY, Alfredo M, Obra citada, p. 137.

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causas de la muerte fueron diarrea y fiebre. Pero en medio de noticias tan poco favorables se informó al Presidente de la República que los soldados amenizaban las horas de descanso tocando la guitarra y relatando cuentos45.

Al coronel mayor de Plaza de Asunción Venancio López le llegó desde el Campamento de Humaitá un informe pavoroso referente a la salud de la tropa, la que se encontraba muy deteriorada. Estaban hospitalizados ocho oficiales y mil hombres de tropa entre veteranos y reclutas. Los síntomas de las enfermedades eran “apestados de la tos, constipación y fiebre con evacuaciones…” Se debe resaltar la buena atención puesta por los médicos, pues grande era la cantidad de pacientes. No se sabía la causa del número excesivo de enfermos. “Solamente se pudiera atribuir al temple sumamente irregular de la estación pues hasta ahora sigue una atmósfera húmeda y fría”. Dicho informe data de la fecha 12-XI-1859.

Continuando con el relato, el número de enfermos posteriormente fue disminuyendo. En el mes de setiembre de 1860, informan varios comandantes, uno de ellos que en su respectivo cuerpo de ejército, existen tres enfermos, y ninguno está hospitalizado. Por su parte otro comandante, en la misma fecha 22-XI-1860, señala que un teniente y un alférez están en el hospital conjuntamente y que los soldados hospitalizados “son ciento ochenta y cinco individuos”. Las enfermedades más frecuentes en ese año fueron “la peste, la calentura, diarrea e hinchazón de garganta”. Médicos extranjeros y paraguayos asistían a los pacientes en el hospital. La vestimenta de los asistentes del hospital era de paño amarillo46. Se habla de los enfermos, no es coherente terminar hablando del color del uniforme

Enfermedades más comunes en el país

Es merecido añadir cuáles eran las enfermedades más comunes en el país, tratándose dicho tema sobre la medicina, las descripciones de las enfermedades más comunes en el país lo había hecho el director de la Escuela de Medicina de Humaitá, el doctor Guillermo Stewart en una carta dirigida al señor Du Graty en donde dice:

Asunción del Paraguay, julio 5 de 1861.Mi estimado Señor, Con vivo placer respondo a la solicitud de Vd., enviándole algunas de mis observaciones

sobre las enfermedades de este país. Mi práctica, por más de cuatro años, se ha circunscrito principalmente a los hospitales militares, que son un vasto campo para las investigaciones de la ciencia.

Este gobierno no ahorra trabajos ni gastos para procurar a las principales guarniciones de la República establecimientos suficientes en donde un personal escogido, bajo la dirección de médicos, dispensa a los enfermos cuidados diligentes.

El cuerpo médico es numeroso, y fuera de los indígenas, que constituyen su mayor parte, existen algunos cirujanos que han servido en el ejército inglés. Hay todavía unos treinta discípulos que han adquirido grandes conocimientos prácticos en anatomía, cirugía y farmacia. Sin duda, dentro del más corto espacio de tiempo posible, y gracias a los sentimientos de humanidad y al espíritu de progreso del gobierno, se establecerá un curso completo de estudios, para proveer los distritos populosos del interior de médicos convenientemente instruidos.

En cuanto al tratamiento de las enfermedades en general, es casi inútil decir que se halla, en teoría, basado en el estado avanzado de la ciencia médica en la época actual, y auxiliado con los resultados de nuestra propia experiencia. Entre las enfermedades que se someten a nuestra observación, las más frecuentes son las que afectan los órganos digestivos: – la ingestión, la diarrea, la disentería que, si no es desde luego tratada con 45 VIOLA, Alfredo. Obra citada, p. 123.46 VIOLA, Alfredo. Obra citada, p. 124.

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cuidado, pasa al estado crónico y degenera en ulceración de los intestinos. Tenemos después, en el orden de frecuencia, la inflamación de los pulmones, acompañada algunas veces de pericarditis, lo que es una complicación funesta.

No estando los prácticos de acuerdo sobre el tratamiento de esta afección, una de las mas frecuentes y de las mas funestas en la República Argentina, traspasaría yo los límites que me he trazado en esta nota, si refiriese los diferentes remedios a que nosotros hemos recurrido. Habiendo sucumbido varios de nuestros enfermos durante un período de recrudescencia de este mal, a pesar del empleo del calomel y del antimonio, hemos ensayado la quina en una veintena de enfermos, desde su entrada en el hospital; pero el resultado ha sido más desconsolador que el proveniente del tratamiento anterior. El empleo del alcohol ha salvado algunos enfermos, reputados como incurables atendido el grado de progreso del mal cuando entraron.

Nuestro método actual en el curso general de la pneumonía, al momento que la advertimos, es administrar el calomel y el antimonio, en tan fuertes dosis como el paciente pueda soportarlo, y casi todos recobran prontamente la salud. La mortalidad es poco más o menos de 1 a 8.

La influencia o la gripa generalmente acometen con fuerza durante algún tiempo de la estación fría.

Yo no he encontrado fiebres contagiosas: en este país no se ha oído hablar de tifus, de cólera o de fiebre amarilla. En mi tiempo no ha habido epidemia de viruelas, y no acierto a indicar a Vd. la fecha de su última aparición; pero a juzgar por la edad de las personas más jóvenes que he visto marcadas, presumo que ha debido tener lugar 14 años ha. Desde entonces se ha ordenado la vacunación, lo que se practica, una vez al año, en todas las personas que no han sido vacunadas.

Alguna vez se presenta la fiebre en el interior del país, y se adquiere, según se cree, acostándose en el suelo, durante el mayor calor del día, en la estación fría del año como en esta época.

La crisipela, la escarlatina y el sarampión son muy raros. La tisis es frecuente, pero las afecciones escrofulosas son poco conocidas.

La sífilis presenta variedades particulares en el país, pero bajo todas formas es más fácil de tratarse que en Europa; los casos más alarmantes se curan bajo la influencia de remedios simples y dulces, pero esa enfermedad acomete seriamente a los extranjeros. Los reumatismos crónicos son singularmente frecuentes y tenaces, y a menudo seguidos de enfermedades del corazón.

Existe la elefancia; pero en toda la República no hay cien casos, según los mejores datos que he podido obtener. El único enfermo que he tratado está en camino de mejoría, y promete continuar con tal que persevere en el tratamiento. Se cree contagioso este mal, y las personas que lo sufren son degradadas. Carecemos de hospital para los leprosos. En ciertos lugares la papera es endémica, atribuyéndose su causa al agua que se bebe. En circunstancias en que el ejército del Paraguay hacía una expedición a la provincia de Corrientes, resultaron súbitamente afectados de paperas en número considerable de soldados, las que desaparecieron completamente cuando estos abandonaron ese campamento. He visto ceder los casos mas graves al empleo de las preparaciones de yodo. Habitualmente este mal se apodera de una familia entera.

El tétano es generalmente mortal en el niño y en el adulto.Aunque los cambios de temperatura son frecuentes, considerables y súbitos, es notorio

que los individuos acampados en el aire libre, bien vestidos y bien nutridos, se conservan mucho mejor y están menos sujetos a enfermedades que los soldados en guarnición.

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Los accidentes se han multiplicado naturalmente con el desarrollo de las obras públicas, tales como el camino de hierro y el arsenal. Las fracturas graves se curan generalmente sin recurrir a la amputación y las heridas se cicatrizan con facilidad.

En otra ocasión tendré más tiempo para ocuparme del clima del Paraguay, en lo relativo a su influencia sobre la salud y sobre la enfermedad. Por ahora, bástanos decir que es tan sano y saludable como dulce y benéfico.

Siento mucho que, por demás ocupado en los deberes de mi profesión, no haya podido añadir varias otras observaciones, que, no lo dudo, serían al menos mas interesantes que las precedentes, aunque es difícil tratar este asunto de modo que se ponga al alcance de todo el mundo, según me lo ha manifestado Ud.

Deseando a Vd. buena salud y un feliz viaje a Europa.

Quedo de Vd.Su afectísimo.

William Stewart, M.D47.

Con dicha carta se puede observar de cuáles eran las enfermedades más comunes en la población, también qué drogas suministraban a dichos enfermos y el interés del gobierno en proveer todos los recursos necesarios en pos de la salud. Además es meritorio resaltar que Du Graty mencionaba al doctor Stewart como uno de los principales médicos militares del Paraguay.

Francisco Solano López en la presidencia de la República

Don Carlos Antonio López fallecía el 10 de setiembre del año 1862, su hijo Francisco Solano López asume la presidencia en el mismo año, ante la negativa de algunos representantes del pueblo en el Congreso haciendo mención a una ley de noviembre de 1842 en donde decía que el Gobierno de la República no será jamás patrimonio de una sola persona ni familia. Aún así, Francisco Solano López fue aclamado como nuevo presidente de la República del Paraguay.

Hay que reconocer que don Carlos Antonio López había dejado un país en donde el gobierno paraguayo estaba afianzado con caracteres de solidez y continuidad. Las finanzas y el crédito nacional se hallaban en excelente estado. El Ferrocarril, a cargo de los ingenieros Burrell y Valpy se extendía hasta Paraguarí. Los caminos públicos en todo el país se hallaban bien conservados; el Arsenal dirigido por el distinguido ingeniero Whytehead, con unos cien maquinistas ingleses y otros tantos paraguayos, estaba montado con los perfeccionamientos de la época. Había muchos vapores de primera clase y otros construyéndose en el astillero. Las minas de hierro de Ybycuí y Caapucú se explotaban con éxito satisfactorio a cargo de peritos ingleses.

Los cuarteles en todas partes estaban bien organizados; la alimentación y la ropa de los soldados eran de buena calidad. El Ejército estaba constituido y formado de un modo completo a la ordenanza española. El Cuerpo Médico Militar estaba compuesto por ocho médicos contratados en Inglaterra, farmacéuticos, químicos y cincuenta y cuatro practicantes paraguayos de la elección del Cirujano Mayor48. Aca podes poner el tema del color del uniforme Algunos autores consideran que el gobierno de don Carlos Antonio López fue de los mejores que se ha visto en Sud América49.

47 DU GRATY, Alfredo M, Obra citada, p. 242.48 STEWART SELLITTI, Yolanda C. Obra citada, p. 59.49 MASTERMAN, Jorge Federico, Siete Años de Aventuras en el Paraguay, Bs.As, 1911, p. 24.

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Poco tiempo después de su asunción a la presidencia, el país fue envuelto en una guerra que duraría varios años, a lo que es importante resaltar los servicios que habían prestado los médicos contratados, como así los nuevos practicantes y egresados de la escuela de medicina de Humaitá.

SANIDAD MILITAR DURANTE LA GUERRA GRANDE

Primeros egresados de la Escuela de Medicina de Humaitá

Servicios de los médicos extranjeros durante la campaña

Últimos días de la escuela de medicina de Humaitá