espacio diseño 216
DESCRIPTION
Espacio Diseño No. 216 Junio - Julio 2013TRANSCRIPT
CON
Editorial Héctor Zavala
Espacio Diseño en un clicJosé Octavio Cuéllar Rodríguez
Ya nos cayó el veinteGerardo Kloss Fernández del Castillo
Educar al diseñador en las artes liberalesAlejandro Tapia Mendoza
Educación y cultura en la universidadpública: Carlos MontemayorElizabeth Cuevas Carrillo
Creando, el hombre se vuelve humanoAmada Margarita Pérez Ponce
Revolución ahoraJohn Holloway
Sensibilización hacia la discapacidadDulce María García Lizárraga
Charla con Bernardo RuizAdrián Hernández
Camino al santuarioFrancisco Haroldo Alfaro Salazar
Galileo GalileiVíctor Muñoz
El color a la luz de diferentes teoríasMaría Teresa del Pando
Lo impuro, un caso: taqueríasVíctor Ortiz
Gratas dualidadesAndrés de Luna
Buscador
TENIDO2361013
1517
2224263436414548
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216
Gerardo Kloss Fernández del Castillo Síntesis Creativa
todos los jóvenes hemos observado que a los que
somos viejos (es decir, jóvenes a quienes el tiempo
fue enredando por sorpresa) nos sorprende descu-
brir cuánto tiempo ha pasado, qué grandotes están
los hijos, cómo ha cambiado la ciudad o qué rápido
Espacio Diseño cumplió 20 años. Ya se sabe: que vein-
te años no es nada y todo eso. Es la misma sorpresa
que la del adolescente cuya infancia se pierde en la
bruma y que la del adulto que ve su juventud en el
espejo retrospectivo.
Pero es una sorpresa engañosa y subjetiva, por-
que nos sorprenden hechos que no tienen nada de
sorpresivos. Aunque nos sorprendamos o no, el tiem-
po pasa siempre a la misma velocidad, de aproxi-
madamente un minuto por cada minuto, y la mejor
manera de cumplir 20 años es esperar a que pasen.
Pronto el boletín Espacio Diseño cumplirá 20 años
por dos razones básicas. Una se debe al tiempo: la
tierra ha seguido girando alrededor del Sol, como
en 1993 y mucho antes, fuera de nuestro control.
La otra se debe al trabajo: una nube de volunta-
des, compromisos y esfuerzos se activa, una y otra
vez, hasta sumar 216 veces, para que nuestra Divi-
sión cuente con su propio boletín.
Porque es engañoso pensar que el boletín existe
continuamente. Vaya que no. Espacio Diseño nace
y muere cada mes, y al mes siguiente hay muchas
personas repitiendo el conjuro que lo hace renacer
con una forma nueva.
También es engañoso pensar que escribo este
texto aquí y ahora; todo lo que ahora digo se ha dicho
cada mes desde 1993, e incluso se ha publicado, en
versiones distintas, cada vez que Espacio Diseño ha
cumplido un número cabalístico de años: uno, dos,
tres, cinco, 10, 15, o, en este caso, 20.
Ya conté la historia de que, a mediados de los
años ochenta, las divisiones de cyad de Azcapot-
zalco y Xochimilco intentaron coeditar la malogra-
da pero muy sabrosona revista académica Diseño
uam, y que por esos tiempos el superserio Boletín
informativo de Xochimilco tuvo el efímero y azul
suplemento Comunicyad, con noticias de nuestra Di-
visión no menos serias.
También ya conté cómo a principios de los años
noventa Raúl Hernández me propuso hacerme car-
go del Programa Editorial, después de haber traba-
jado en el periódico estudiantil El Uamazo, haber
acabado la carrera y haber incursionado profesio-
nalmente en la edición, la tipografía y la publicidad.
La propuesta no podía ser gratuita. Yo tenía 27 años
y fama de insolente. Raúl volvía de un sabático en
la Universidad de Castilla-La Mancha y me mos-
tró unos fanzines bastante "locochones", para que
pensáramos en un órgano informativo audaz, que
rompiera con la solemnidad habitual de los órganos
informativos institucionales, lo que a su vez le per-
mitiría ser más eficaz en el saneo del chisme y del
"radio pasillo".
Ya conté que tardamos un año en encontrar la
fórmula más apropiada para garantizar la periodici-
dad, puntualidad y creatividad del boletín, que re-
sultó ser a través de un proyecto modular, porque
20nos
el cayóveinteYa
7
nunca logramos hacerlo funcionar con servicio so-
cial ni con otros esquemas profesionales más costo-
sos. Por eso celebramos 20 años, no 21. Ya conté que,
desde entonces, cada director y cada responsable
editorial le han impreso un sello propio, pero su
verdadero motor es la pasión comprometida de los
estudiantes: cuarenta generaciones de boletinos.
Llevo una cuartilla y media. Ya sólo me resta
escoger si hablaré acerca de los méritos de la Tierra,
que ha girado veinte veces alrededor del Sol, o acer-
ca del cotidiano milagro del esfuerzo, que permite
que tengamos Espacio Diseño.
Lo del Sol ya se lo saben. En cambio, al cumplir 20
nuestro boletín ya tiene edad para volverse a pre-
guntar: ¿qué es Espacio Diseño? ¿para qué sirve? ¿por
qué la División de cyad necesita un boletín mensual?
Aunque parezcan preguntas tontas u ociosas, con
respuestas sobrentendidas, en una escuela donde
se enseña la edición a nivel superior y se investiga
sobre lo editorial es metodológicamente imposible
omitirlas. Para tratar de contestarlas, o al menos
de poner la mesa para su discusión, empecemos
por lo que marca la normatividad, entendida como
el “deber ser” o el “se supone que es”.
Los Lineamientos Editoriales de cyad, creados
por el Consejo Divisional en 1997 y modificados cua-
tro veces desde entonces, en su numeral 8.6, dicen
que Espacio Diseño es para dar “información y co-
municación a la comunidad de la División” y para
“proyectar la imagen de su trabajo académico hacia
el exterior”. Aunque no se note a simple vista, en esas
dos frases se encierra un enorme reto comunicacio-
nal, pues una de estas dos funciones debe reali-
zarse con la mirada puesta hacia adentro, mientras
que la otra requiere mirar hacia afuera. Parecen
dos encargos contradictorios, pero el boletín ha
logrado realizarlos sin estrabismo, enfocando su
rica mezcla de públicos desde una flexible mirada
camaleónica.
Históricamente, el boletín ha cumplido ambos en-
cargos y varios más. Algunas veces los ha logrado
simultáneamente y otras ha tenido que negociar,
ceder y priorizar, mes a mes, el que sea más importan-
te o más urgente para las estrategias de desarrollo de
nuestra División; entendidas éstas desde las coyun-
turas, las ópticas, los estilos y los planes de trabajo
de seis directores diferentes. No se puede soslayar
el potencial político del boletín Espacio Diseño como
herramienta de la dirección para el ejercicio de sus
propias funciones.
La intención original al crear el boletín era desti-
narlo únicamente al servicio interno de la comuni-
dad, para que funcionara como un espacio de debate
para los problemas cotidianos y como un arma para
restarle poder al chisme y al rumor. Por eso algunos
de los primeros números fueron terriblemente infor-
males, no sólo en su diseño, sino muy especialmente
en el tratamiento de sus contenidos. Un ejemplo
fue la sección denominada “Tendedero”, en la que
se valía ventilar pleitos personales entre profesores.
No obstante, fue la propia comunidad la que empe-
zó a señalar que deseaba y esperaba contar con un
boletín más serio.
Siempre se plantearon diferentes formas de que
el boletín contribuyera a crear comunidad. Si “comu-
nidad” es todo aquello que pertenece en común a
varias personas, y “comunicar” es poner en común
cosas entre ellas, Espacio Diseño quiere ayudar a ge-
nerar identidad, integración, orgullo y cohesión
entre los integrantes de cyad, poniendo a la vista
de todos (comunicando) aquellas cosas que tenemos
en común (comunidad).
Espacio Diseño quiere ayudar a generar
identidad, integración, orgullo y
cohesión entre los integrantes de cyad...
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216 Pienso que la vía más fructífera para crear comu-
nidad es compartirle a cada integrante de la Divi-
sión la verdadera importancia, razón, emoción
y evolución de lo que están haciendo los demás, de
modo que profesores, alumnos, trabajadores, de-
partamentos, áreas, coordinaciones, programas,
laboratorios y talleres salgan de su anonimato
institucional, rostros sin nombre y nombres sin ros-
tro, y aparezcan ante nuestros ojos en relieve, en 3D y
a todo color, con cuerpo, volumen, voz, racionalidad,
sentimientos, trayectoria, méritos y problemas. No
es lo mismo «ese señor raro del cubículo de junto, que
nunca me saluda», que «mi amigo Nombre y Apellido,
que investiga sobre un problema interesantísimo».
De cualquier manera, un problema histórico del bo-
letín ha sido lograr que cada uno de sus públicos, que
no son pocos: profesores, alumnos y trabajadores, de
troncos, de arquitectura, gráfico, industrial, planea-
ción, maestrías y doctorado, se sienta representado en
la identidad plural que proyecta Espacio Diseño.
Desde el primer momento se utilizaron las fechas
y los lugares del pago de nómina de profesores para
agilizar la distribución de Espacio Diseño pues, triste-
mente, sólo así les llegaba a todos. Esta medida fue
de gran utilidad hace 20 años, pero fue perdiendo su
eficacia con la aparición del pago por nómina elec-
trónica; ahora sólo reciben el boletín de esa manera
los profesores temporales o los que prefieren efecti-
vo en mano en vez de nube digital volando.
Fue más difícil atender a los estudiantes, que se
encuentran más dispersos. Para eso se decidió dejar
montoncitos de boletines en las coordinaciones de
estudios y, muchos años después, se desarrollaron
los exhibidores de aluminio que todavía pueden
encontrarse en muchas partes de la División. Debo
confesar que yo encontraba un placer especial en la
distribución, sobre todo en ir a asegurarme perso-
nalmente de que el boletín llegara a lugares especí-
ficos, como a grupos de estudiantes, y a las oficinas
de la Rectoría, de csh y de cbs; lamento que esta
costumbre fuera abandonada en periodos posterio-
res, pues pienso que fortalecía la presencia y la capa-
cidad de interlocución de cyad.
La siguiente prueba que tuvo que pasar el bo-
letín fue la severa crisis económica de 1995, que
lo afectó en forma y contenido. Por la escasez de
recursos, Espacio Diseño dejó de ser una modesta
hazaña quincenal para convertirse en un gran es-
fuerzo mensual. Por otra parte, andábamos muy
cortos de dinero como para dedicar el boletín única-
mente a nuestros asuntos internos. Ya se alcanza-
ba a vislumbrar la aparición de una nueva lógica de
proyección externa, que incluía no solamente la ne-
cesidad de construir vínculos con sectores sociales,
políticos e incluso empresariales, sino también de
someternos a evaluaciones diagnósticas, acredita-
ciones y certificaciones de organismos externos. El
boletín tuvo que cambiar radicalmente sus políti-
cas de contenidos. En ese momento fue cuando a la
función de crear comunidad se agregó la de proyec-
tar hacia afuera la imagen del trabajo académico
de la División.
Esas dos funciones son las que quedaron plas-
madas a partir de 1997 en los Lineamientos Editoriales
de cyad. Desde 1996 se construyó lo que sería el sis-
tema de envíos por correo, pensado para hacerle
llegar el boletín a todos los "conectes" académicos,
políticos y “fuerzas vivas” que fueran de importancia
para nuestra División. Evidentemente, la sola idea
de que el boletín estuviera siendo enviado al escri-
torio del rector de la unam, del subsecretario de
Educación Superior de la sep o del director general
del conacyt, limitaba de manera casi automática la
clase de información que se podía o debía publicar.
Hasta 1998 la presencia física de Espacio Dise-
Por la escasez de recursos, Espacio
Diseño dejó de ser una modesta
hazaña quincenal para convertirse en
un gran esfuerzo mensual.
ño fue muy modesta. No tengo más coartada: ésa
era la intención, pues no aspiraba a ser más que un
boletín. En el esfuerzo por ponerle portada y au-
mentar su calidad gráfica se borró la frontera entre
un boletín y una revista, lo que lo convirtió en una
interesante hibridación que los alumnos llamaron
“bolevista” o “revistín”. En la medida en que empezó
a parecer una revista seria, la comunidad puso más
atención a la calidad de los contenidos y, cuando
la calidad de las portadas llegaba a rebasar por mu-
cho a los interiores, la comunidad le asignó en son
de broma un encargo más: servir como un elegan-
te fólder para guardar el cheque y los talones de la
nómina.
Cuando se puso en boga el chiste del fólder ele-
gante se redobló el esfuerzo por mejorar la calidad
de los contenidos y la presentación gráfica de las
páginas interiores; ya entrado el nuevo siglo, este
esfuerzo lo fue llevando hacia otro encargo adicio-
nal: funcionar como una revista cultural, capaz de
traer a casa las manifestaciones externas del arte
y la cultura.
Por otra parte, hacia finales de la primera década
del siglo xxi la función noticiosa se fue trasladando
poco a poco hacia nuevos espacios y lenguajes in-
ternáuticos, cuya consagración hasta hoy son las
redes sociales. Así es como nos encontramos con
una publicación que es herramienta de dirección,
boletín de noticias internas, constructor de identi-
dad comunitaria, escaparate externo para exhibir
nuestros logros, revista cultural que nos enseña lo
que está pasando en el mundo y, esperamos que
cada vez menos, fólder elegante para la quincena.
Para terminar debo detallar el que, en mi propia
experiencia, ha sido el encargo más fructífero de Es-
pacio Diseño: servir como proyecto modular para la
enseñanza del diseño y la producción editorial en el
último año de la licenciatura.
Espacio Diseño no se volvió proyecto modular
sin antes agotar las demás vías, renegando y des-
confiando de tener que dejar todo un medio oficial
9
de información en manos de alumnos inmaduros
e inexpertos. No conozco ninguna escuela que nos
copie la idea. Sólo en la uam-x puede correrse un
riesgo así.
Fue un proyecto transgresor desde el principio,
porque los alumnos se encargan de todo, desde la
redacción y la edición hasta el engrapado, la dis-
tribución y los análisis de recepción; y porque violó
un canon profesional según el cual los estudiantes
de diseño no tenían por qué leer, escribir y hacer
cosas que les corresponden a los comunicólogos
y periodistas. Sin embargo, en las cuarenta gene-
raciones de boletinos he encontrado más que sufi-
ciente talento y compromiso para seguir amando
la docencia, en medio de tantos profesores que hoy
se quejan de la baja histórica en el nivel académico
y la seriedad de sus alumnos.
Espacio Diseño ya es, por mucho, el proyecto mo-
dular más longevo de toda la historia de la carrera;
sus egresados han copado los puestos de coedición
gráfica en Reforma, El Universal y muchos otros pe-
riódicos importantes en todo el país. Varios de ellos
han ganado premios de la Society for News Design
y algunos han sido contratados en el extranjero. El
perfil híbrido de diseñador-gestor de la edición que
se originó en el boletín ha sido extraordinariamen-
te bien aceptado por los empleadores y ahora se
cultiva con éxito a nivel de posgrado.
La frescura y el compromiso de los alumnos ha-
cen mejor y diferente a Espacio Diseño como órgano
informativo universitario. Si se rompiera el fino lazo
que une al órgano oficial con el proyecto modular,
el boletín dejaría de existir o se volvería un simple
boletín institucional. Son muchos encargos los que
cumple; sigue siendo difícil cumplir con todos y ha-
blarles a tantos públicos distintos, pero creo que a
cyad le sigue haciendo bien tener una estrategia
fresca de comunicación comunitaria. ¡Felices 20,
Espacio Diseño! z
20
17
Remembranza
John Holloway
* Artículo publicado en el número 134 del boletín Espacio Diseño, diciembre-enero de 2005. Transcripción de la conferencia dictada el 29 de septiembre de 2004 en el auditorio Jesús Vírchez dentro del ciclo 30 Años Cultura/Pensamiento/Diseño.Ramsés ReyesDiseño de la Comunicación Gráfica
entiendo porqué estoy aquí, lo que no entiendo muy bien, y me
interesa mucho más, es qué están haciendo ustedes aquí, ¿no entienden
el título de la conferencia?, cambiar al mundo sin tomar el poder, es
un título absurdo, un título loco, entonces, ¿qué están haciendo aquí?
¿están locos?
El problema es que el mundo actual, el mundo capitalista, nos em-
puja hacia la locura, hacia lo absurdo, vemos alrededor de nosotros y
gritamos, gritamos por la injusticia, por la miseria, por la masacre de
la gente en Irak, por la destrucción de la capa de ozono y del ambiente,
por la subordinación de cada aspecto de la vida cotidiana al dinero, a
la capitalización, gritamos porque vemos que la humanidad se está
aniquilando, porque sabemos que una revolución, en el sentido de un
cambio radical, es urgente, pero al mismo tiempo todo nos dice que
es imposible, entonces estamos atrapados. Es obvio que el capitalis-
mo es un desastre espantoso, que está destruyendo a la humanidad
en todos los sentidos y que amenaza con su aniquilación total. Si ve-
mos las revoluciones del siglo xx está claro que fracasaron, en el senti-
do de que no lograron crear la sociedad emancipada que prometieron.
Estamos pues atrapados, estamos ante una imposibilidad urgente,
ante una urgencia imposible, ¿qué podemos hacer?, ¿cómo podemos
romper este dilema?, ¿cómo podemos salir de esta dinámica desas-
trosa? No sé, pero posiblemente hay que empezar ahí donde estamos
y movernos siempre para afuera, en contra y mas allá.
espa
cio
dise
ño ≡
jun
io-ju
lio ≡
núm
. 216 El concepto tradicional de la revolución tiene dos movimientos co-
nectados por un eje y este pivote es la toma del poder estatal, enton-
ces el argumento tradicional es que el movimiento revolucionario se
tiene que concebir en dos fases; primero, nos tenemos que organizar
como partido o como ejército, pero nos organizamos con un objetivo
claro: la toma del poder, sea por la vía armada o por la vía electoral.
Una vez que el centro de la sociedad esté en manos de las fuerzas re-
volucionarias, viene un movimiento desde el centro para transformar
a la sociedad, y este segundo movimiento es el que fracasó en las re-
voluciones del siglo xx, en parte porque el Estado en realidad no es el
centro de la sociedad, es nada más uno entre una multiplicidad de Es-
tados que forman una sociedad capitalista global, entonces ninguno
es el centro de la sociedad.
En segundo lugar, me parece que este concepto fracasó porque la
idea de la revolución en dos movimientos refleja la idea de que la re-
volución sólo se puede hacer de parte de o en nombre de los objetivos
y no por ellos mismos.
Lo que quiero proponer es que en lugar de pensar en la revolución
o en un cambio radical en términos de los movimientos, hay que pen-
sar en un movimiento que empieza ahí donde estamos nosotros y que
se mueve hacia afuera. ¿En dónde estamos nosotros? Estamos, me pare-
ce, en el grito, en un grito en contra de los horrores de la sociedad
actual, contra la organización actual de la actividad humana, del ha-
cer humano, el grito es un no, el punto de partida es la negatividad,
es el rechazo a la explotación y a la injusticia que nos rodea, pero
no simplemente un no, es un no que contiene un sueño de lo que po-
dría ser, un proyecto de otro mundo, es un no que contiene muchos
sí, el proyecto de otro mundo sólo se puede realizar si podemos hacer
las cosas de otra forma, si hacemos lo que nos parece necesario y de-
seable, los muchos sí apuntan a una sola dirección, hacia un mundo
en que nosotros, y no los ricos, no los poderosos, no el dinero y no
Revolución!!!!
Ilustración de Ramiro Pedraza
19
Dios, determinamos lo que hacemos, el movimiento para afuera, que
empieza con el grito se puede entender como un impulso hacia la au-
todeterminación, esto tal vez suene muy abstracto pero no lo es. Al
principio les pregunté qué están haciendo aquí y no me contestaron,
pero me parece, y espero que estén aquí porque existe algo de rebel-
día en todos ustedes, que estamos aquí porque queremos cambiar el
mundo, para decir no al mundo actual y crear uno en el cual lo que se
hace esté determinado por nosotros y no por el dinero, y con este pe-
queño acto de rebeldía ya abrimos una fisura, una grieta en el tejido
de dominación que parece tan perfecto y que pesa tanto sobre noso-
tros. Y si nos enfocamos en las fisuras, en estas rebeldías, nos damos
cuenta de que existen por todos lados, a veces tan pequeñas que no
nos damos cuenta de su existencia, a veces tan grandes como la selva
Lacandona y en medio un millón de proyectos alternativos, un millón
o millones de intentos colectivos, de vivir de otra forma, de hacer otras
cosas, otro tipo de proyectos, proyectos culturales, artísticos o socia-
les, lo que sea. Esta es una realidad llena de fisuras dentro del tejido
de la dominación.
Entonces, ¿cómo podemos pensar en un movimiento hacia afuera
que vaya multiplicando estas fisuras, que supere las estructuras de
la dominación? Un movimiento en contra y más allá de las formas
sociales del capitalismo. Estamos hablando de una dirección, no de un
modelo ni de reglas que se pueden aplicar.
Nosotros somos todos especiales y precisamente por eso no somos
excepcionales, somos gente común y ordinaria o, como dicen los
zapatistas en una expresión: “somos mujeres y hombres, niños y ancia-
nos, bastante comunes, es decir: rebeldes, inconformes, incómodos,
Revolution Now
Ilustración de Edgar Jaramillo
espa
cio
dise
ño ≡
jun
io-ju
lio ≡
núm
. 216 soñadores”. El gran reto que nos plantean los zapatistas es entender
cómo toda esa gente que vemos en la calle o en el supermercado es
rebelde, inconforme, incómoda, soñadora, igual que nosotros, en-
tonces, ¿por qué no se expresa en una rebeldía mayor?
Está claro que no estamos hablando de héroes revolucionarios sino
de sujetos contradictorios, esquizofrénicos; somos y no, rebeldes, te-
nemos nuestros momentos de rebeldía, nuestro lado rebelde, pero no
nos rebelamos todo el tiempo; somos inconformes pero también nos
conformamos con muchas cosas, en una sociedad autocontradictoria
inevitablemente también lo somos, las contradicciones sociales no son
externas a nosotros, sino que nos atraviesan a todos; la lucha de cla-
ses no es un conflicto entre grupos externos el uno del otro, sino que es
un conflicto que nos penetra, que nos atraviesa; estamos compuestos
de diferentes partes, que entran en conflicto, el problema es cómo
articularlas. El capitalismo las articula de una manera que promueve
el individualismo y la agresión hasta un punto que tiende a destruir la
sociabilidad humana. El problema de la organización revolucionaria
es cómo articular estas partes de otra forma, cómo fomentar la rebel-
día, la comunidad, la solidaridad, incluso la amistad.
Si tratamos de pensar en la sociedad en términos de movimientos,
podemos decir que el capital se puede entender como un movimien-
to de separación, que fragmenta lo que producimos, el resultado de
nuestro hacer. Por lo mismo el capital nos separa de las condiciones
necesarias para nuestro hacer, si pensamos que nuestro hacer nunca
es individual, sino social.
Este es un proceso de fragmentación que llega a cada detalle de la
vida, incluso a nuestras formas de pensar en términos de definiciones
y clasificaciones. Podemos pensar también en el Estado como un mo-
vimiento de separación, que nos separa sobre todo a nosotros de la
posibilidad de determinar nuestras vidas. El Estado, por ejemplo, nos
define como ciudadanos y nos separa de los ciudadanos de otros paí-
ses; si pensamos en la historia del último siglo, millones de personas
han matado y han sido asesinadas por el simple hecho de ser ciudada-
nos de países distintos. Entonces uno se da cuenta de que en realidad
esta separación que implica la existencia del Estado es terrible. Pero
no simplemente existe la separación entre ciudadanos de un país y de
otro, el Estado también nos separa en muchos otros sentidos; separa
lo público de lo privado, lo político de lo social, por ejemplo, y esta se-
paración de lo público y lo privado implica también la administración
de lo político o lo privado, se ponen en manos de la administración de
funcionarios de tiempo completo. En otras palabras, el Estado es una
forma de organización que excluye a la gente de la determinación de
su propia vida. Lo importante es que la existencia misma del Estado
sustituye a los funcionarios por la gente, pues lo que hacen los funcio-
narios, lo hacen en nombre de la gente, la excluyen de su propia de-
terminación, y esta exclusión es un paso esencial de la dominación
capitalista.
Así como apostamos que la gente común es rebelde, entonces una
revolución en su nombre implica necesariamente la represión de esta
rebeldía. La tradición partidista, esta tradición estadocéntrica ha sido
dominante en contra del capitalismo, al menos hasta los últimos 10
años. Pero también existe otra tradición, una muy distinta que enfa-
tiza la creación de formas de autorganización, de organización que se
orienta en contra de la separación. Se puede hablar de esta tradición,
una consejista, una que surge y resurge en todas las grandes luchas,
puede pensarse en la Comuna de París, en los Soviets, en la Revolución
Rusa, los consejos de la Revolución Española, los consejos comuni-
tarios de los zapatistas, las asambleas de los Sin Tierra en Brasil y los
piqueteros en Argentina. Lo importante es la orientación en contra de
la separación entre determinación y sociedad, eso implica una orien-
tación en contra del Estado como forma de organización y también
en contra de la representación, de la democracia representativa.
El intento de cambiar el mundo sin tomar el poder es una orienta-
ción en contra y más allá; ese contra es un rechazo a todas las formas
de destrucción y deshumanización capitalista y es al mismo tiempo
un más allá, un intento de construir otras formas de hacer las cosas, un
proceso por lo tanto constante de experimentar e intentar nuevas for-
mas de hacer, nuevas formas de luchar.
El cartel que anuncia esta plática contiene una pregunta: ¿Es po-
sible cambiar el mundo sin tomar el poder? No sé la respuesta. De
lo que sí estoy convencido es que no es posible cambiar el mundo
tomando el poder estatal, porque esto simplemente reproduce más
de lo mismo, reproduce nuevamente la separación entre nosotros
y la determinación de nuestras vidas. Tal vez ya es demasiado tarde
para cambiar el mundo, tal vez ya no hay manera, tal vez ya no es po-
sible evitar la autoaniquilación de la humanidad; pero precisamente
por eso, porque no hay certidumbre, tenemos que buscar la esperan-
za, inventarla para encontrar una salida, para hacer las cosas de otra
forma. z
21
*
39
Imagen 2
Círculo de colores de Isaac Newton, Ca., 1666. Principles of color, Faber Birren, p. 10.
Tener un panorama global de la historia
de las teorías sobre el color es uno de los
propósitos del artículo de Tere del Pan-
do publicado en la revista Diseño en Síntesis
número 37, del cual publicamos aquí un
fragmento como adelanto e invitamos a
los interesados a leer el texto íntegro en
dicha publicación que se encuentra a la
venta en la librería "Luis Felipe Bojalil" de
la Unidad Xochimilco.
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216
espa
cio
dise
ño ≡
juni
o-ju
lio ≡
núm
. 216 Leopoldo Cervantes Ortiz y José Manuel Mateo. La idea de una antolo-
gía semejante es en sí misma afortunada, pues los pechos están frente
a nosotros, junto a nosotros o a la vera de las nostalgias, decepciones
y desafueros. Incluso, pese a sus exuberancias, pueden llegar a causar
terrores.
Por ejemplo, hace algunos años, causaba espanto pasar por el peri-
férico sur a la altura del cine Linterna Mágica, ya que enfrente habían
colocado un anuncio espectacular de la actriz Fabiola Campomanes,
de la telenovela Azul tequila, quien con sus abundantísimos pechos en-
turbiaba las imaginaciones y hacían que los automovilistas tuvieran
la sensación de que el amplio escote iba a dejar salir ese par de protu-
berancias que provocarían una catástrofe de dimensiones, valga la
expresión, mayúsculas.
Ahora bien, los recorridos antológicos por lo general estuvieron liga-
dos a un ánimo académico y a fines cercanos a la erudición, tan invo-
cada por los decimonónicos. Sin embargo, las antologías actuales se
han liberado de sostenes, figura que puede ser correcta si se comenta
Sendos placeres. En el libro aparecen los clásicos al estilo de Villon, Lope
y Shakespeare; un buen número de poetas latinoamericanos, otros
tantos nacionales y también una muestra de las consideraciones fe-
meninas de la india antigua.
De este modo, el criterio obligado fue que el tema erótico se viera
favorecido por la presencia de los pechos. Así, la palabra admite las
celebraciones. Los poetas cantan a pechos específicos, a circunstan-
cias que los han llenado con el goce de tener en sus manos, en su boca
o donde se pueda estos ornamentos corporales femeninos que han
permitido una infinidad de tolerancias y recelos.
Los pechos han sido fundamentales en las construcciones del ima-
ginario erótico. En la Edad Media se les llegó a lacerar con vendas que
los ocultaban. Defensa contra los deseos "insanos" las damas los defen-
dían de las miradas furtivas y salían de sus casas y castillos con admi-
nículos que estaban cercanos a la tortura.
fotografia tomada de:
www.koruphotographyjuanmoro.com
http://bit.ly/19vykth
47