espacio social, mercado y hábitat en casablanca

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Departamento de Proyectos D.P.A. Escuela Técnica Superior de Arquitectura / Universidad Politécnica de Madrid ESPACIO SOCIAL, MERCADO Y HÁBITAT EN CASABLANCA UD. LÓPEZ-PELÁEZ / UD. MANSILLA Y TUÑÓN ESPACIO SOCIAL, MERCADO Y HÁBITAT EN CASABLANCA U.D. López-Peláez José Manuel López-Peláez Iñaqui Carnicero José María Sánchez Javier Fdez. Contreras Moisés Royo Luis Aguilar José Javier González Luis Palacios Nacho Román Ignacio Hornillos Pablo Ramos U.D. López-Peláez / U.D. Mansilla y Tuñón U.D. Mansilla y Tuñón Luis M. Mansilla Emilio Tuñón Ángela Gª de Paredes Ignacio Gª Pedrosa Luis Rojo Juan Ruescas Bárbara Silva Francesca Aulicino Blanca Leal

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Memoria del curso de proyectos arquitectónicos 2011-2012 de las Unidades Docentes López Peláez / Mansilla y Tuñón

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  • Departamento de Proyectos D.P.A. Escuela Tcnica Superior de Arquitectura / Universidad Politcnica de Madrid

    ESPACIO SOCIAL, MERCADO Y HBITAT EN CASABLANCA UD. LPEZ-PELEZ / UD. MANSILLA Y TUN

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    U.D. Lpez-Pelez

    Jos Manuel Lpez-PelezIaqui CarniceroJos Mara Snchez Javier Fdez. ContrerasMoiss Royo Luis Aguilar Jos Javier Gonzlez Luis Palacios Nacho RomnIgnacio Hornillos Pablo Ramos

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    U.D. Mansilla y Tun

    Luis M. Mansilla Emilio Tunngela G de Paredes Ignacio G PedrosaLuis Rojo Juan Ruescas Brbara SilvaFrancesca Aulicino Blanca Leal

  • 2012 De esta edicin, Mairea LibrosMairea LibrosEscuela Tcnica Superior de ArquitecturaAvenida Juan de Herrera, 4. 28040 MADRIDCorreo E: [email protected]: www.mairea-libr os.comDirectores de las Unidades Docentes: Jos Manuel Lpez-Pelez, Emilio Tun, Luis Moreno Mansilla.Autores de la publicacin: Jos Manuel Lpez-Pelez, Emilio Tun, Luis Moreno Mansilla, Luis Rojo, ngela G de Paredes, Ignacio G Pedrosa, Iaqui Carnicero, Jos Mara Snchez.Editores: Ignacio Hornillos, Blanca Leal, Pablo Ramos.

    ISBN: 978-84-940645-6-2Depsito Legal: M-37798-2012

    Queda rigurosamente prohibida, sin la autorizacin escrita de los titulares del Copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproduccin total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informtico, y la distribucin de ejemplares de ella mediante alquiler o prstamo pblicos.Impresin: StockCeroImpreso en Espaa Printed in SpainImagen de cubierta: Nid dabeille, dibujo de Candilis Woods Architectes, Casablanca 1952. Portada de lArchitecture dajourdhui 1953.

  • ESPACIO SOCIAL, MERCADO Y HBITAT EN CASABLANCAUnidad Docente Lpez-Pelez / Unidad Docente Mansilla y Tun

    DEPARTAMENTO DE PROYECTOS ARQUITECTNICOS ESCUELA TCNICA SUPERIOR DE ARQUITECTURA UNIVERSIDAD POLITCNICA MADRID

    Memoria del curso 2011 - 2012 de las asignaturas proyectos arquitectnicos 8 y 9

  • JOS MANUEL LPEZ-PELEZ En Casablanca. Un curso de proyectos.

    LUIS M. MANSILLA Y EMILIO TUN Reduciendo la huella ecolgica. (2000 Watt Architecture)

    Ud. Lpez-Pelez

    IAQUI CARNICERO Sobre la representacin

    JOS MARA SNCHEZ La compacidad lineal. Geometra y terrirtorio.

    JAVIER Fdez CONTRERAS Urbanismo-Evolucin: la trama Ecochard y la Universidad Libre de Berln

    MOISS ROYO Matices del Vaco

    LUIS AGUILAR Estrategias incompletas. Estrategias fallidas. Corviale (1972-1983)

    JOS JAVIER GONZLEZ Razn del cambio.

    LUIS PALACIOS El vaco como soporte urbano.

    NACHO ROMN De escaleras y pinginos (una danza en torno al vaco)

    IGNACIO HORNILLOS Refugios tericos y Ciudades dispersas

    PABLO RAMOS Ojal se oiga este silencio.

    Ud. Mansilla Tun

    LUIS ROJO Colonialismo y Orientalismo : Utopas frente a Heterotopas.

    NGELA G DE PAREDES E IGNACIO G PEDROSA Proyecto y ciudad.

    JUAN RUESCAS El Vaco lquido de la pecera.

    BRBARA SILVA El orden invisible.

    FANCESCA AULICINO La Casa de la Msica de Oporto.Un gran vaco abierto a la ciudad

    BLANCA LEAL Snack-city. La ciudad consumible.

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  • Espacio social y hbitat en Casablanca.

    Estructura urbana y residencia

    Modelos y referentes

    IN MEMORIAM, Luis Moreno Mansilla

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    Eduardo AparisiGabriela BarreraAna CamposEdgar Esteban,Noa GonzlezYolanda Herranz y Elena Martinez Maqueta DemocrticaCristina Martinez Takahito MiyagishimaIsabel MoyaMarina PorroIsabel Snchez

    Alberto AbiaCristina ArenalAurora AvedilloJos BerbielaSara CarbajoFrancisco HerreroAlmudena NavarroElena Nuez Sandra PalauMarta PerellCsar PlataJaime Ramos

  • U.D. Lpez-Pelez

    Jos Manuel Lpez-Pelez // Catedrtico Iaqui Carnicero // Profesor AsociadoJos Mara Snchez // Profesor AsociadoJavier Fdez. Contreras // Profesor InvestigadorMoiss Royo // Profesor InvestigadorLuis Aguilar // AyudanteJos Javier Gonzlez // AyudanteLuis Palacios // AyudanteNacho Romn // AyudanteIgnacio Hornillos // MentorPablo Ramos // Mentor

    U.D. Mansilla y Tun

    Luis M. Mansilla // Profesor Titular Emilio Tun // Profesor Titular ngela G de Paredes // Profesora Asociada Ignacio G Pedrosa // Profesor Asociado Luis Rojo // Profesor AsociadoJuan Ruescas // Profesor InvestigadorBrbara Silva // Profesora InvestigadoraFrancesca Aulicino // MentoraBlanca Leal // Mentora

  • En la segunda parte del curso, dedicada a la vivienda, al realojo progresivo de los habitantes de uno de los Bidonvilles de aquella ciudad, en lugar de intervenir de una sola vez, se propone la sucesin de lo precario a lo nuevo en fases, durante un periodo sostenido de diez aos. As, el profesor Mansilla habla del proceso de transformacin: manteniendo o no la trama original de 8x8m, conservando o aumentando la densidad existente, lo que produce la coincidencia en el tiempo de lo anterior y lo siguiente es una suerte de continuidad. Suspendidos en lugar de suprimidos provisionalmente los vnculos entre pasado y futuro, el movimiento se hace posible teniendo los pies en momentos distintos. Como un organismo que muda sus clulas sin conservar nada del cuerpo original, la intervencin que solapa perodos sucesivos, aun sustituyendo finalmente lo aparente, conserva lo latente, la huella.

    Se conserva esa huella por necesidad, pues la condicin compartida de un mismo espacio lleva al contacto entre estadios ulteriores, y aunque esa huella no sea ni quiera ser la traza mimtica de lo anterior, s permanece como un rastro, como una pista, a caballo entre dos tiempos, como la memoria.

    Durante el curso 2012-2012, dedicado a Casablanca y motivo de esta publicacin, nos deja el profesor Luis M. Mansilla.

  • Jos Manuel Lpez-Pelez

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    Durante un encuentro con Emilio Tun en la Escuela de Arquitectura de Madrid, que se produjo en el mes de junio de 2011 cuando el curso ya haba terminado, hablamos de la posibilidad de compartir un enfoque comn para el programa del siguiente ao lectivo.

    El Taller que Emilio dirige junto a Luis Moreno Mansilla, y tambin el mo, se ocupan de los ltimos niveles de Proyectos Arquitectnicos, los cuatrimestres 8 y 9 aunque en horarios distintos (nosotros por la maana, ellos por la tarde). Pareca una situacin propicia y apetecible: probar diferentes enfoques docentes en nuestra Escuela, que ya es diversa, pero aceptando unas reglas comunes respecto a temas, calendario y clases. Estbamos pensando el programa y, por tanto, todava podamos ajustar nuestros enfoques a una alternativa que fuese satisfactoria para los dos grupos.

    El taller de Emilio y Luis se iba a enfocar en aquel momento sobre la cuestin de la Caada Real de Madrid. La posibilidad de atender mediante propuestas de arquitectura los problemas fsicos y sociales de este enclave ofrecan una posibilidad de indudable inters para realizar el curso en torno a esta situacin.

    En nuestro caso pensbamos continuar una trayectoria de temas vinculados a arquitectos de Team 10, habamos comenzado hace aos con Berln y la Universidad Libre de Candilis, Josic y Woods; despus Londres, Bath y los Smithson; tambin Almere, cerca de Amsterdam nos haba permitido aproximarnos a Aldo van Eyck y sus discpulos y finalmente, el ao pasado, trabajamos en Cadaqus y Torre Valentina, revisando la propuesta que Coderch present ante el Team 10 en la reunin de Oterloo de 1959.

    La decisin de proyectar un Centro Social en Casablanca se presentaba como una oportunidad que poda hacer confluir los enfoques de ambos talleres. Por una parte el programa plantea la reflexin sobre el espacio pblico en un lugar en remodelacin, con densidad de usos, donde confluyen diversos tejidos urbanos y, de hecho, el programa propuesto incluye una escuela junto a las propuestas de espacios de reunin, mercado e intercambio ya que, de hecho, en el lugar existe un edificio escolar que puede sustituirse o remodelarse. El ejercicio que ha finalizado en el primer cuatrimestre pretende ampliarse durante el segundo con el estudio del Hbitat, de la estructura urbana y la residencia vinculados al mismo entorno que ya se ha comenzado a estudiar.

    Pero en el origen de nuestro planteamiento docente Casablanca ya significaba una razn para ser elegida como ciudad a la que aproximarse. Y concretamente atrados por el lugar donde, en 1953, los mismos autores de la Universidad Libre de Berln como encargados de ATBAT-frica (filial para los trabajos en este continente del taller fundado por Le Corbusier unos aos antes) haban colaborado en la propuesta Carrieres Centrales. De esta manera, y junto a la obra de Candilis, Josic y Woods, tambin se cerraba un crculo de referencias que haba comenzado, con ellos mismos, algunos aos antes.

    Esta cercana de nuestros ejercicios de curso al Team 10 no pretende imponer una obligacin de preferencias, o de estilos. Los arquitectos que formaron aquel grupo pretendan la evolucin de la arquitectura mediante una crtica positiva a los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna, y sus enfoques son tan amplios como el nmero de artistas que, de una u otra forma, se acercaron a sus reuniones. Su intencin de incorporar la tcnica como un valor ineludible lleno de posibilidades junto al inters por las ciencias sociales, sobre todo la sicologa, constituye un estmulo que ha atrado y orientado todo un campo de inters, a pesar de que su historia real no haya sido demasiado extensa en el tiempo.Una cualidad que sostuvo a los fundadores del Team 10 fue la confianza en los principios del Movimiento Moderno y en sus maestros mas importantes, fundamentalmente Mies y Le Corbusier: Iniciadores y Sucesores como titularon los Smithson alguna edicin de sus escritos. Aceptaron as una base sobre la que evolucionar formando parte de la misma cadena, sin romperla del todo.

    Otra condicin de ese grupo, indudablemente heterogneo, fue la decisin inicial de reforzar lo que les una sobre lo que les separaba. Esto supuso encauzar una energa que, de otra forma, se hubiese perdido. Todo un ejercicio de determinacin y disciplina que fue sostenido con alternancias.

    El grupo que formamos estos dos talleres tambin es heterogneo, no solo en edades, tambin en ritmos de vida, en aficiones y preferencias, en puntos de vista. Hay diversos grados de experiencia, algunos llevan tiempo como profesores, otros estn empezando. Quiz lo ms importante que podemos intentar como actividad docente durante este curso sea probar la capacidad de afianzar nuestros acuerdos sobre los desacuerdos. Y lo que ello significa como aprendizaje.

    Ser un tiempo ganado.

    EN CASABLANCA. Un curso de proyectos

  • 9Reunin del Team 10 en Bonnieux. Primavera de 1977.

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  • Luis M. Mansilla y Emilio Tuon

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    Mirando hacia atrs es interesante constatar como el concepto de convivencia medioambiental, entre arquitectura y naturaleza, se ha ido modificando a lo largo de los ltimos aos, a partir de los vagos principios romnticos que sobre la ecologa se proponan a finales de los aos ochenta, hacia ms precisas propuestas de actuacin concretas, que suponen una profunda transformacin de los comportamientos individuales y colectivos.

    De aquellos proyectos de construcciones insertas en la naturaleza realizadas con materiales tradicionales, sin ningn tipo de soporte terico ms all de la pura nostalgia, se ha pasado a manifiestos cientficos basados en datos supuestamente ms objetivos y cuantificables que tratan de dar una respuesta a esa verdad incmoda oculta durante muchas dcadas: el sobredimensionamiento de nuestra huella ecolgica.

    La huella ecolgica -entendida como la cantidad de tierra y agua que una poblacin necesita para producir los recursos que consume y eliminar sus desechos- de la poblacin humana es, en la actualidad, un 20% mayor que la superficie de nuestro planeta, lo que supone un evidente sobreconsumo de los recursos existentes y, por lo tanto, una degeneracin progresiva de nuestro habitat.

    En 1998 el Swiss Federal Institute of Technology de Zurich enunci, por primera vez, el conocido programa 2000 watt society, inicindose, en el ao 2001, una experiencia piloto en la regin metropolitana de Basilea, que en la actualidad trata de hacerse extensiva a todo el territorio federal.

    El objetivo del programa 2000 watt society es la reduccin del consumo medio de cada persona a 2000 vatios anuales antes del ao 2050, sin que ello suponga una reduccin drstica del estandar de vida, teniendo en cuenta que, en la actualidad, un ciudadano europeo consume una media de 6.000 vatios, mientras que un ciudadano norteamericano consume una media de 12.000 vatios, siendo la media en Africa de 500 vatios.

    2000 watt society es un programa aparentemente utpico, pero absolutamente viable de acuerdo a los cientficos suizos al cargo del programa, que demanda una transformacin de la totalidad de los recursos de cada territorio, mediante un incremento radical de los sistemas de produccin de energas renovables, un conjunto de drsticas transformaciones en los sistemas de transportes pblicos, la adecuacin del parque edificado de acuerdo a criterios de reduccin del consumo energtico, la limitacin en la produccin de los residuos, etc. Pero sobre todo 2000 watt society tambin reclama una transformacin en los hbitos energticos individuales, empresariales y pblicos.

    Si consideramos necesario que la huella ecolgica de nuestra sociedad se ajuste a las dimensiones geomtricas de nuestro habitat, es necesaria una actuacin colectiva coordinada. La construccin, como cualquier otra actividad de los seres humanos, ha de asumir su parte de responsabilidad en la consecucin de este objetivo, y, por lo tanto, la arquitectura, como fenmeno colectivo, no puede quedar ajena a este problema global.

    Es por ello que la arquitectura de hoy, se integre o no en el pensamiento 2000 watt, debe asumir como necesarias cuestiones tan elementales como son: la optimizacin formal y constructiva, la limitacin de la demanda energtica, la utilizacin de sistemas pasivos, el aprovechamiento de las energas renovables, la recogida y reutilizacin del agua de lluvia, la utilizacin de materiales limpios, la limitacin en la produccin de desechos, el reciclaje y la optimizacin de los procesos durante los procesos de construccin, mantenimiento y desmontaje. Pero sobre todo es misin de la arquitectura el contribuir a la creacin de patrones de comportamiento individuales que asuman la reduccin del consumo y de los residuos como objetivo colectivo prioritario de nuestra sociedad.

    Reduciendo la huella ecolgica.(2000 Watt architecture)

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    PASAPOGA. Baylon. Septiembre 2003.

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  • Iaqui CarniceroU.D. Lpez-Pelez

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    Abelardo Morell es un fotgrafo conocido mundialmente por retratar espacios habitados, convertidos eventualmente y a travs de pequeas modificaciones, en cmaras oscuras. Generalmente son modestas habita-ciones de hotel de ciudades icnicas como Venecia o Nueva York, elegidas cuidadosamente con el fin de encontrar la relacin perfecta entre el objeto a capturar y el espacio donde dicha imagen quedar impresa.

    Una vez elegido el lugar, la preparacin consiste simplemente en cubrir cualquier ventana hasta reducir la entrada de luz a un pequeo orificio estratgicamente situado en la fachada. Finalmente una fotografa de exposicin prolongada recoge en una nueva cmara oscura el proceso anterior.

    Una de las cosas mas sorprendentes de estas imgenes es el resultado de la superposicin que se produce entre los objetos reales que decoran la habitacin y las fachadas exteriores proyectadas en sus paredes, resultan-do muy difcil en algunos casos distinguir entre ambos.

    A esta serie pertenecen fotografas como aquella donde se muestra la silueta del Empire State sobre las sabanas algo arrugadas de una modesta cama de hotel o aquella donde la fachada de un antiguo palacio italiano se superpone con el lienzo interior de una humilde habitacin de alquiler. En este ltimo caso la superposicin produce un doble efecto, por un lado nos incita a la duda de si verdaderamente estamos en un espacio interior y por otro nos confunde respecto a la percepcin del tamao de las cosas. El hecho de recoger en el mismo lienzo la ventana de un palacio y el cuadro que decora la habitacin genera una cierta extraeza dimen-sional. El espacio se percibe con una dimensin distinta simplemente por la incorporacin de estos nuevos objetos.

    En el caso de la fotografa del Baptisterio de Florencia la yuxtaposicin de las texturas de la fachada de la catedral con la colcha que cubre la cama nos hace dudar si dichas formas pertenecen al propio dibujo de la tela o son el reflejo del ornamento de la fachada.

    Resulta emocionante de esta serie de fotografas la naturalidad y economa de medios con la que el artista es capaz de desvelarnos un misterio, el interior de la cmara oscura. Ese lugar oculto e impenetrable en cuyas leyes se basa la fotografa. Morell a travs de estas imgenes no solo nos muestra las entraas de este aparato misterioso sino que tambin nos ofrece la posibilidad de habitarlo mentalmente a travs de los objetos prestados de una vieja habitacin de hotel.

    Su trabajo est ntimamente ligado a la arquitectura. En muchas de sus imgenes encontramos operaciones muy cercanas a nuestra disciplina: el uso de la repeticin, la ambigedad, los cambios de escala, la yuxtaposi-cin exterior e interior o las transparencias entre las diversas texturas y materiales que se encuentran azarosamente en un determinado plano de encuadre. Estas estrategias muy presentes en toda su coleccin de fotografas de la cmara oscura las emplea en las instantneas de espacios interiores.

    Sin embargo la imagen que mejor podramos enmarcar dentro del mundo de la arquitectura la realiza en un espacio exterior. En ella hace uso de la representacin como medio de transformacin de una escena cotidiana. Se trata de una fotografa tomada desde la ventana del primer piso de una casa. Lo sabemos porque la sombra que se ve proyectada en el suelo nos recuerda a ese dibujo infantil que todos hemos hecho alguna vez. Alguien con una rama ha trazado sobre la tierra unos garabatos cuadrados divididos a su vez en cuatro con la intencin de completar las ventanas de ese dibujo imaginario curiosamente comn a todos los nios donde se definen de alguna manera aquellos elementos imprescindibles de la casa. Dos nios completan la composicin en una postura en la que parecen estar dormidos, protegidos bajo la sombra que representa la casa. Tampoco falta la puerta en una posicin ligeramente descentrada unida a los trazos verticales de una valla, aquella que define los lmites con el mundo exterior.

    En el ao 1961 Louis kahn y Robert Venturi construyen a escasos metros de distancia dos casas en Chestnut Hill, Philadelphia. Se trata de dos obras manifiesto, donde encontramos algunas claves de sus pensamientos. En el caso de Louis Kahn la condicin protectora de la arquitectura destaca frente a otras cualidades. La volumetra, as como los huecos rasgados de la fachada principal muestran la casa como un cofre donde el habitante se siente protegido.Robert Venturi sin embargo influido por las teoras de la Gestalt entiende que lo importante de la casa es su capacidad para despertar en la memoria del espectador la idea de la misma. La casa queda representada por su tejado a dos aguas, sus ventanas y su puerta de entrada, los mismos elementos que dibujara un nio.

    Abelardo Morell recoge ambas posturas en su fotografa, pero fundamen-talmente nos desvela el poder de la representacin como estrategia compositiva. Si eliminramos de la imagen cualquiera de los elementos enunciados anteriormente la representacin de la casa quedara borrada por completo y el objeto fotografiado pasara a convertirse en un simple lugar con dos nios descansando en el suelo.

    Sobre la representacin.

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    Laura and Brandy in the shadow of our house. Abelardo Morell.

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  • Jos Mara SnchezU.D. Lpez-Pelez

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    El mundo se ha extendido por toda la superficie de la tierra, de un polo a otro y en los polos inclusive; un mundo hecho de yacimientos, de gigantescas potencias de produccin, de gigantescos medios de circulacin y de transporte [1] La ciudad linear sigue, pues, una pista inscrita en la geografa. De dnde parte y a donde va?...Su principio consiste en alinear y no en diseminar [2]

    La compacidad lineal. Geometra y territorio.

    Estas imgenes muestran dos maneras diferentes de afrontar el territorio: en la primera, la geometra se impone al lugar, una lnea recta es la forma ms sencilla de unir la costa este con la oeste dividiendo en dos el continente americano; en la segunda, la forma lineal se va adaptando a las irregularidades geogrficas y a los condicionantes histricos, econmicos y polticos propios del continente europeo. La comparacin de estos dos proyectos utpicos que vertebran, de este a oeste, ambos continentes resume dos modos muy diferentes de entender la arquitectura y su relacin con el lugar.

    Por un lado, el proyecto Ciudad Global, publicado por la revista Domus en 1969, de dos jvenes arquitectos britnicos: Mike Mitchell y Dave Boutwell (Fig.01), propone una ciudad tan slo formada por un edificio que se extiende en lnea recta desde Nueva York a San Francisco. Un nico edificio capaz de albergar en su interior todas las necesidades demandadas por un continente. Por otro lado, la red de ciudades lineales imaginada para Europa por Le Corbusier en la dcada de 1940 (Fig.02) pretende recoger mediante unas inmensas estructuras orgnicas los diferentes centros urbanos e industriales dispersos por el territorio. Le Corbusier, aplicando su regla de las siete V, propone unas grandes arterias capaces de reorganizar el continente. En ambos casos, al concentrar las construcciones dispersas en una nica estructura lineal, se libera una gran extensin de terreno. As, lo compacto se impone a lo disperso: un nico edificio para Norteamrica; un nico edificio para Europa.

    Estas enormes estructuras longitudinales no slo contienen todo el programa necesario, que adems cambiar a lo largo del tiempo, sino que toman una posicin determinada en el plano, una ubicacin precisa frente al resto del territorio sin ocupar; fragmentndolo, enmarcndolo, llegando incluso a dividirlo en dos, siendo tan importante lo ocupado como aquello que se deja libre, o dicho de otro modo, lo artificial como lo natural. Los dos proyectos, aunque muy diferentes a priori, niegan la dispersin del objeto arquitectnico y tan slo con unas pocas lneas acotan y limitan la ocupacin del territorio.

    Estas propuestas responden de un modo crtico al crecimiento masivo e incontrolado, fruto de la revolucin industrial, que durante los ltimos doscientos aos han sufrido las ciudades y sus centros de produccin. La necesidad de respuesta a los procesos industriales y el salvaje crecimiento demogrfico, unido a la falta de conciencia por el espacio libre, han generado un tejido infraestructural y urbano extenso donde lo construido era prioritario. De un modo ingenuo pero radical, en ambas posturas prima la importancia del territorio, de lo natural, pasando lo ocupado a un segundo plano. Creo que estas dos arquitecturas, tan lejanas y a la vez tan prximas, se apoyan en la compacidad lineal para proponer un nuevo modo de operar.

    [1] Le Corbusier, Los Tres Establecimientos Humanos, editorial Poseidon Joan Merli, Barcelona, Espaa 1981, pp130

    [2] Le Corbusier, Los Tres Establecimientos Humanos, editorial Poseidon Joan Merli, Barcelona, Espaa 1981, pp98

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    Fig. 01 y Fig. 02

    Departamento de Proyectos D.P.A. /Universidad Politcnica de Madrid Espacio social, mercado y habitat en Casablanca

  • Javier Fdez. ContrerasU.D. Lpez-Pelez

    Departamento de Proyectos D.P.A. / Universidad Politcnica de Madrid Espacio social, mercado y habitat en Casablanca

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    Pocos proyectos reflejan con tanta precisin lo que fue la evolucin del pensamiento sobre la ciudad en la segunda mitad del s. XX como el barrio de Carrires Centrales en Casablanca y la Universidad Libre de Berln, el primero desarrollado bajo coordinacin de Michel Ecochard, y el segundo obra de Candilis, Josic, Woods y Schiedhelm.

    Tras la Segunda Guerra Mundial, la Arquitectura Moderna comenz a experimentar una profunda refundacin de sus bases en lo que al urbanismo se refiere. Se empez a poner de manifiesto que muchos de los postulados modernos eran herederos de una visin utpica de la ciudad, y ya antes de la aparicin del libro de Rossi La arquitectura de la ciudad, numerosos arquitectos empezaron a cuestionar la idea del urbanismo como algo esttico y definitivo, introduciendo la idea de evolucin como consustancial al concepto mismo de ciudad.

    Uno de ellos fue Michel Ecochard, director del Service de lUrbanisme en Marruecos entre 1946 y 1952, y encargado de plantear una alternativa viable a los desmesurados asentamientos informales los conocidos bidonvilles- en los que se ubicaban los inmigrantes rurales al llegar a la gran ciudad. Ecochard plante una trama de 8x8m como base de su urbanismo, conocida posteriormente como La Trame Ecochard, en la que haca corresponder a cada cuadrcula una casa-patio, generando as un modelo de ciudad tapiz horizontal que se esponjaba en torno a calles y plazas, y en el que la adecuada disposicin de los equipamientos en varias escalas de densidad urbana aseguraba una respuesta realista y viable al crecimiento exponencial de las ciudades marroques, modelo que Ecochard denomin posteriormente Hbitat pour le plus grand nombre.

    Pero, y seguramente ste fuera el aspecto ms sobresaliente de su solucin, Ecochard no plante este modelo como algo esttico, sino destinado a evolucionar en paralelo a las vidas de los propios inmigrantes, a los que llam evolus, habitantes de costumbres rurales pero destinados a adaptarse a la ciudad, en proceso de progresiva aculturacin. Y as, el modelo de ciudad horizontal de casas patio persegua una doble estrategia: por un lado responder a los modos de vida originarios de los inmigrantes que Ecochard investig concienzudamente a travs de la conocida enqute-; y por otro prever que, sobre la base estable de la trama, los propios inmigrantes evolucionaran libremente sus casas hacia modelos ms urbanos al adaptarse a la ciudad.

    El barrio de Carrires Centrales en Casablanca, proyectado por el Service de lUrbanisme, se construy en 1952 en base a estos principios. La planta del proyecto muestra cmo sobre un rea proporcin alargada se despliega la mencionada trama de 8x8m, compuesta por grupos de casas cuyo negativo da lugar a acogedoras plazas y calles. Georges Candilis y Shadrach Woods, integrantes junto con los ingenieros Bodiansky y Piot de la delegacin africana de ATBAT (Atelier des btisseurs, fundado aos antes por Le Corbusier), recibieron de Ecochard el encargo de realizar una zona del proyecto, diseando entonces los clebres edificios Smiramis y Nid dAbeille, dos bloques lineales planteados como una apilacin de casas-patio, verdadero contrapunto vertical al tapiz horizontal de toda la intervencin. Es importante subrayar que fueron los propios autores los que optaron por este tipo edificatorio, siendo sobre todo Candilis quien, tras su participacin en la construccin de la Unidad de Habitacin en Marsella, rechazara cualquier configuracin horizontal como estrategia de proyecto.

    De vuelta a Europa, y asociados con Alexis Josic, Candilis y Woods hicieron del bloque lineal en altura la clave de su investigacin en los aos 50, compactndolo, estirndolo o ramificndolo en escalas y disposiciones diversas. No sera hasta los aos 60 cuando haran acto de presencia en su repertorio unos edificios horizontales, modulares y extensibles, un tipo que aos despus Alison Smithson definira como mat-building, y que tendra en la Universidad Libre de Berln su exponente ms significativo. Qu cambi por tanto entre ambas dcadas?

    En primer lugar el programa de los encargos, ya que Candilis-Josic-Woods emplearon el bloque lineal sobre todo para edificios residenciales, reservando las estructuras horizontales para programas dotacionales, tales como mercados, escuelas o universidades. Y en segundo lugar un progresivo inters hacia el concepto de evolucin como tema de proyecto, haciendo de la horizontalidad un verdadero paradigma de flexibilidad ante el cambio. De hecho, en la memoria del concurso para la Universidad Libre, ganado en 1963 junto a Manfred Schiedhelm, Candilis-Josic-Woods contrapusieron al skyscraper lo que en ese momento definieron como el groundscraper: un zcalo horizontal calado por patios, en cuyo interior convivan usos universitarios con generosas zonas de circulacin, verdaderas calles interiores. Un esquema que defendieron esencialmente por motivos sociolgicos, al permitir la disposicin horizontal la convivencia simultnea de individualidad y colectividad; y evolutivos, al estar la trama interior preparada para expandirse horizontalmente.

    Urbanismo-Evolucin:la trama Ecochard y la Universidad Libre de Berln

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    Universidad Libre de Berln. Candilis, josic, Wood & Schieldhelm. 1963.Carrirres Centrales, Casablanca. 1952. Service de l Urbanisme. Bloques Nid dAbeille y Smiramis. ATBAT-Afrique (Candilis, Woods, Bodiansky, Piot).

    Departamento de Proyectos D.P.A. / Universidad Politcnica de Madrid Espacio social, mercado y habitat en Casablanca

    Horizontalidad y evolucin, por tanto. Aunque rara vez hayan sido vinculados de manera directa, lo cierto es que existen profundas analogas entre los proyectos de Carrires Centrales y la Universidad Libre de Berln. En primer lugar temticas, al explorar tambin la Universidad Libre la idea de una Universit pour le plus grand nombre, y tomar la flexibilidad evolutiva como leitmotiv. Y en segundo lugar estructurales, destacando en la planta de ambos proyectos su carcter modular, la diferenciacin entre calles principales y secundarias, o la configuracin en torno a patios. De manera que ser posible entender la Universidad Libre de Berln como un fragmento de Carrires Centrales en el que se han interiorizado las calles.

    Sin embargo, semejante comparacin slo ser posible considerando los proyectos originales, ya que su evolucin en el tiempo ha sido diferente e imprevista, mostrando con ello cunto en arquitectura es imposible prever de manera prospectiva la forma del cambio. En Carrires Centrales poco queda del tapiz original de casas patio, la trama ha funcionado como una base sobre la que crecer verticalmente, convirtindose el barrio en una medina en la que cada generacin ha aadido nuevos pisos a la construccin. Por su parte, la Universidad Libre se ha construido de manera secuencial, sin llegar a completarse nunca el diseo original. Ha sufrido varias remodelaciones, una biblioteca cupuliforme ha distorsionado la trama original, y ha sido conectada en uno de sus laterales a un nuevo edificio acadmico.

    Aunque basados en un concepto de evolucin y cambio, Carrires Centrales confiaba la base de su flexibilidad a una fragmentacin fsica y de la propiedad, y la Universidad Libre a una conectividad horizontal del espacio. El primero se ha comportado de manera diacrnica, separando las temporalidades de arquitectura y urbanismo; y el segundo sincrnica, integrndolas; lo que ha determinado que el crecimiento del primero haya sido informal y el del segundo formal. Los dos proyectos priorizan los sistemas sobre los resultados, haciendo de la arquitectura un soporte de procesos y no tanto un fin en s mismo. Como han mostrado sus evoluciones diferenciadas, ambos se insertan en ese frtil territorio entre planificacin e indeterminacin, entre rigidez y cambio, entre la idea de evolucin y su forma real, anticipando con ello las reflexiones ms recientes sobre la ciudad contempornea.

  • Moiss RoyoU.D. Lpez-Pelez

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    El vestbulo del Museo Guggenheim de Nueva York.

    La arquitectura no deriva de una suma de longitudes, anchuras y alturas de los elementos constructivos que envuelven el espacio, sino dimana propiamente del vaco,

    del espacio envuelto, del espacio interior, en el cual los hombres viven y se mueven. Bruno Zevi. Saber ver la arquitectura. Barcelona 1948

    Solidificar el vaco permite entrever su cualidad material ms intensa: sus lmites quedan definidos a travs de la forma y su condicin volumtrica hace perceptible su densidad. Un espacio arquitectnico, por tanto, se construye desde la materia, puede ser medido y pesado y a l afectan un cmulo de fuerzas en equilibrio. La diferencia respecto a la condicin escultrica se haya en la percepcin del gran vaco a travs de los sentidos que permitir no slo verlo, tocarlo, olerlo y orlo, sino recorrerlo, subrayando as su condicin de realidad al incluir el tiempo como una variable ms. Los autores suizos, al proponer el chocolate como elemento principal, pretenden enfatizar ms an su condicin perceptiva a travs de los sentidos mencionados, y del gusto.

    El vaco debe ofrecer, adems de una forma fsica, un tamao concreto que lo determi-ne y equilibre la tensin que mantiene con el lleno que lo envuelve. Su dimensin debe ser un dato fijado previamente, o al menos explorado como herramienta de proyecto. El control de su tamao es un mecanismo que incluso debe trabajarse hasta, como en el Guggenheim, convertirse en protagonista:

    Si vuestra obra de arte no cabe por el tamao de la rampa expositiva, deberis cortarlos por la mitad

    Frank Ll. Wright. Museo Guggenheim de Nueva York

    Ciertas propuestas presentan reminiscencia con el Pinginario londinense (1934) de Berthold Lubetkind, construido un cuarto de siglo antes que el Museo. Los pinginos, como protagonistas, muestran sus habilidades a travs del uso de rampas, espacios de sol y sombra, accesos y refugios. La imagen revela una alegora de carcter circense o vnculo con el arte cintico que nos aproxima al mundo del espectculo. La importancia del recorrido a travs del vaco como evento en s mismo y en su forma abstracta incide sobre la importancia del control de la manera de habitar.

    En el Art-Trap, o arte de atrapar, se observa un grupo de personas que parece haber sido literalmente atrapada por la envolvente del vestbulo. Si nos acercamos, veremos algunas caras de alegra y otras envueltas en pnico, subyarando la condicin de sorpresa que este espacio genera en el espectador. El vaco se opone a cualquier sntoma de indiferencia para explorar un estado de inquietud capaz de activar todos nuestros sentidos:

    Srvete de una unidad especial para engaar al enemigo atrayndole a una falsa persecucin, hacindole creer que el grueso de tus fuerzas est muy lejos; entonces, lanzas unas fuerzas de ataque sorpresa que llega antes, aunque emprendi el camino despus

    Sun Tzu. El arte de la guerra. S. VI a.c.

    En el ao 2010, con motivo del 50 aniversario de la construccin del Guggenheim de Nueva York (1949), tuvo lugar la exposicin Contemplando el vaco. Intervenciones en el Museo . En ella se mostraron 200 propuestas de arquitectos, diseadores y artistas que mostraban su visin sobre cmo rellenar el gran vaco helicoidal del propio Museo y entre las que aparecen estas imgenes.

    Los ejemplos sintetizan una mirada particular capaz de mostrar alguno de los mecanismos proyectuales que determinan su condicin espacial nica. El trabajo de descontextualizacin realizado es un instrumento de proyecto que permite extraer aquellos aspectos ocultos que, sin una mirada crtica, seramos incapaces de percibir en este espacio mgico. La propuestas pretenden revelar en nuestra percepcin cualidades aparentemente inconexas que agiten nuestros sentidos, como lo ocurrido durante la visita de la araa gigante Madre en el Museo.

    Los matices que tienen la capacidad de adjetivar un lugar presentan numerosas maneras de mostrarse. Su manifestacin a travs de un rasgo, a veces poco percepti-ble, ofrece a ese vaco un carcter determinado que lo transforma en arquitectura y donde su uso consigue borrar cualquier connotacin de ausencia.

    Matices del Vaco.

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    fig. 03 fig. 04 fig. 05

    fig. 01 fig. 02

    crditosfig. o1-o4. Contemplando el vaco. Intervenciones en el Museo Guggenheim. Guggenheim de Nueva York. Enero 2010fig.o5. Pareja de Araas Madre de Louis Bourgeois . David Heald, 2008.

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  • Luis J. AguilarU.D. Lpez-Pelez

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    La periferia es un espacio de oportunidad, la frontera donde todo es posible, en oposicin a los centros conservadores e inmovilistas. Juan Freire [1]

    Corviale fue promovido por el Instituto Autonomo delle Case Popolari (IACP), dentro del piano per lEdilizia Economica y Popolare de 1964 para aliviar el aumento de poblacin en el centro de la ciudad de Roma. Una ciudad lineal de 958 metros de largo diseado por un grupo de arquitectos liderados por Mario Fiorentino entre los aos 1972 y 1983. Est situado a lo largo de la Via Portuense, al sur oeste de Roma. Con una superficie total de 680.900 m2, con un rea residencial de 605.300 m2 y una superficie no residencial de 75600 m2, es el ltimo de un legado modernista de ciudades lineales y mega-edificios. Estaba previsto para 8512 familias

    La idea de proyecto era la de ser un elemento nicamente pensado para este sitio, a diferencia de la unidades de habitacin le corbuserianas, pensadas como elementos repetitivos cuya complejidad y funcionalidad las hacia poder ser instaladas en cualquier lugar. Concebido para establecer un modelo de desarrollo urbanstico, claramente desmarcado de las nuevas construcciones modelo ciudades dormitorio fruto del boom de la construccin de los aos 70.

    El proyecto consta de dos edificios paralelos y un tercero en diagonal que deba unir el conjunto con la ciudad existente. Estaban previstas salas de reuniones, anfiteatro, escuelas al aire libre, talleres, etc. Se construye con estructura de hormign armado con prticos cada 6 metros. El edificio principal de 11 plantas, 8 residenciales, 1 servicios, 1 comercios y 1 garaje, mide 960 m de largo, 37 m de alto y 23,6 m de profundo y est dividido en 5 unidades de gestin cada una con una plaza de ingreso. Un anillo viario rodea el edificio dejando una zona central para zonas comunes. El segundo edificio de 6 plantas, 11 m altura por 18,3 de profundo, estaba destinado a la residencia de las cooperativas. El tercer edificio, en ngulo de 45 del principal, una el conjunto a los barrios existentes. De 253,40 m de largo por 18,30 de profundo y con una altura que varia entre 19 y 23 m, debera haber terminado en un supermercado.

    En seccin transversal se revela la distribucin de las unidades residenciales con cuatro viviendas por rellano en los primeros cuatro pisos y viviendas con pasarela en los ltimos cuatro. En el centro se encuentra el piano libero proyectado para acoger los servicios residenciales, las actividades profesionales, comerciales y los espacios de colectividad, creando un complejo sistema de relaciones espaciales a lo largo de este nuevo espacio pblico en toda su longitud, situando la nueva cota cero elevada sobre la calle de acceso. [2]

    El aislamiento de la ciudad real, el contraste con la escala del tejido circundante, la situacin de ilegalidad y la falta de recursos para finalizar el conjunto tal y como se proyecto, propicio el fracaso de Corviale. La mayora de los espacios de relacin han sido ocupados. Los ambientes donde se abren la mayora de los apartamentos han dado lugar a espacios privados transformados por las familias segn sus intereses. Los que aun mantienen su funcin pblica se han convertido en espacios de confluencia de annimos, donde se suceden personas en transito recordando a los no lugares de Marc Auge.

    Recientemente el colectivo romano Stalker a travs de la Fundacin Adriano Olivetti, han realizado un interesante proyecto de regeneracin del conjunto llamado Immaginare Corviale. Se dieron cuenta de que a parte del claro deterioro arquitectnico del edificio exista un claro problema del imaginario colectivo de sus ocupantes. Consistira entonces en modificar ese conjunto de imgenes de su entorno y transformarlas a travs de un canal de televisin local, a modo de arquitectura inmaterial, iniciando un cambio y asegurando la transmisin de un conocimiento necesario para la continuidad del proyecto, [3] modificando as la percepcin del lugar. IC est impulsado por la voluntad de comprender los espacios del edificio y de las zonas circundantes y como stos se habitan, se imaginan y se transforman. Es a partir del dialogo con los residentes donde nacen las tres dimensiones donde se desarrollara el proyecto: la experiencia real y subjetiva del lugar, la imagen del lugar y el imaginario y la memoria del lugar. [4]

    Como alternativa, se ha presentado recientemente, un proyecto de transformacin del viejo Corviale en el nuevo Barrio Corviale. El proyecto realizado por el arquitecto Ettore Maria Mazzola [5] consiste en la total demolicin de lo existente y la posterior construccin de un nuevo barrio a imagen de las ciudades antiguas. Lo propone como una va para relanzar la economa local, preservar y mejorara el medio ambiente y como gran negocio para la administracin local. Propone, mediante un sistema de fases, el realojo de las familias y una vuelta a la escala de arquitectura de ciudad clsica, segn el autor, ms acorde a los ciudadanos.

    [1] La Ciudad Viva. Ciudades de Cdigo abierto.[2] Arquitextos. Laurentino 38. La cota 0 en el proyecto residencial moderno. Mar Santamara.[3] La Ciudad Viva. Ciudades de Cdigo abierto. Michael Moradielllos (ecosistema urbano).[4] The (un) common place. Bartolomeo Pietromarchi. Fondazione Adriano Olivetti y Actar, 2005[5] ilcorviale.it/scritti/COVILE_588_LR.pdf

    Estrategias incompletas. Estrategias fallidas. Corviale (1972-1983)

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    Corviale (1972-1983)

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  • Jos Javier GonzlezU.D. Lpez-Pelez

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    Latinoamrica lleva varios aos surgiendo como potencia a nivel mundial en el terreno econmico. Desde esa perspectiva, la capacidad de produccin de materias primas y su encarecimiento, y la creacin industrias generadoras de productos acabados han permitido la transformacin de la sociedad en creacin de trabajo, en un aumento de la renta per cpita de sus habitantes y, acto seguido, en sus exigencias ciudadanas. Hecho que contrasta con la enorme diferencia entre clases sociales que siempre ha existido y que con el cambio actual ha provocado el reclamo de un trato justo e igualitario con las, hasta ahora, clases ms pudientes.

    Los cambios sociales, econmicos y polticos que estn teniendo parte en el continente se ven reflejados directamente en la poltica urbana que adoptan sus grandes ciudades, que de forma indirecta son parte en el cambio social desde el momento en el que ciudades como Medelln o Sao Paulo tomaron la iniciativa de dar los mismos servicios a toda la sociedad sin importar su clase social. Surgieron polideportivos, bibliotecas, centros sociales y de trabajo para la comunidad, plazas, parques, colegios, mejores accesos y comunicaciones en la ciudad, nuevos medios de transporte urbano... La introduccin de equipamientos e infraestructuras urbanas est teniendo su mayor repercusin en los barrios que haban sido excluidos social y econmicamente por ser de las clases menos pudientes aun cuando sus habitantes pueden representar ms del 60% de la poblacin en las grandes capitales de Amrica latina.

    Desde su formacin en los aos 50 por el xodo masivo de poblacin rural hacia las ciudades, estos barrios basan su zonificacin en ganar terreno a la naturaleza, situndose en las zonas menos interesantes para los promotores urbanos de cada momento. Ocupando por lo general caadas y cerros en un afn por colonizar la mayor cantidad de terreno con auto-construcciones, mnimas en planta pero sin espacios libres entre ellas. Que son en parte causa y a la vez consecuencia de los niveles de inseguridad y pobreza que reinan en estos asentamientos informales.

    En este estado de mxima densidad construida donde el poco espacio libre responde a las comunicaciones mnimas necesarias para poder acceder a la mayor cantidad de viviendas en funcin del cmo lo permite la orografa del terreno, es donde surgen propuestas urbanas y arquitectnicas de enorme inters por el resultado que estn teniendo entre la poblacin. La estrategia de polticos, arquitectos y urbanistas ha sido generar espacio libre, lugares donde relacionarse, zonas donde albergar distintos usos al aire libre; generar vacos.

    La alta densidad de viviendas y de habitantes requera de equipamientos que permitieran disfrutar a stos de los beneficios de vivir en la ciudad, que les haban sido negados hasta entonces. Y es cuando surgen nuevos polos de atraccin en la mancha urbana que actan como transformadores de su entorno a travs de ms espacios pblicos, de mejorar las vas de comunicacin o incluir transporte pblico. Viendo estos nuevos espacios como terrenos de oportunidad para definir cmo se relacionan los habitantes con su ciudad. Que puede entenderse como que el cambio que se est produciendo en latinoamrica tiene una escala urbana que trata de una relacin entre lo ya construido, muy denso, y su capacidad de transformacin y generacin de mejores espacios, en la medida que nuevos vacos (o el cambio de carcter a uno existente) permiten hacer respirar a tanta densidad de edificios.

    Un acto similar al que Mies Van Der Rohe provoca al retrasar la fachada de la Seagram tower respecto de Park Avenue introduciendo un espacio libre que en el contexto del proyecto otorga ms valor a la torre, pero que en el urbano introduce una pausa en el intenso ritmo de la trama de Manhattan. Como puede entenderse en los proyectos que hacen de vanguardia arquitectnica latinoamericana como en la biblioteca Espaa en Medelln, hecha por Giancarlo Mazzanti, al dejar un gran espacio pblico abierto que sirve de conexin con la estacin de metrocable de Santo Domingo; en cualquiera de los gimnasios verticales realizados por Urban-Think-Tank en distintos barrios de Caracas, donde se utiliza la misma densidad del entorno para apilar pistas deportivas y liberar espacio alrededor; o en la plaza rodeada por las viviendas sociales en continua transformacin de Alejandro Aravena en Iquique, Chile.

    El verdadero valor que podemos darle hoy a un espacio urbano no est slo en la percepcin de dicho espacio condicionada por nuestras experiencias previas, sino en las capacidades que tiene ese envoltorio de definir nuevas conductas entre sus usuarios. Entendido as, esta transformacin de un entorno quizs llevara a perder menos tiempo en desplazamientos, a conseguir mejores trabajos, a una mejora en las relaciones entre los habitantes del barrio, a un sentimiento de pertenencia a una comunidad, a mejora en la seguridad y conseguira mayor calidad de vida para la sociedad.

    Razn del cambio

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    Biblioteca Espaa en Medelln. Foto: Albeiro Rodas

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  • Luis PalaciosU.D. Lpez-Pelez

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    Puede el arquitecto dar forma a una sociedad que de por s carece de forma?(Aldo van Eyck, 1959)

    Con este pregunta, el arquitecto holands Aldo van Eyck (1918-1999) pona en duda la capacidad del arquitecto de construir para la multitud, para dar solucin al gran nmero [1]. Su discurso, recogido en el texto The Story of Another Idea [2], era una crtica abierta a los principios fundamentales del urbanismo promulgado por los CIAM [3], que tanto haban infludo en el desarrollo de las ciudades europeas de posguerra. Durante ese perodo, la preocupacin haba estado centrada en la vivienda y su eficacia segn condiciones de salubridad, como la orienta-cin ms favorable, la ventilacin cruzada y la separacin entre bloques en funcin de un ptimo soleamiento. Primaba la optimizacin de lo construdo frente al entendimiento del vaco que se generaba entre bloques. Ese reduccionismo funcionalista se traslad de igual forma a la planificacin de la ciudad, zonificando su complejidad en 4 funciones: trabajo, vivienda, entretenimiento y circulacin.

    Sin embargo, para Van Eyck la esencia de la ciudad no se poda definir en trminos de funciones, sino en trminos de relaciones humanas. Asocia-ciones entre individuos, entre el individuo y el grupo y entre grupos sociales. Desde 1954, desarroll su teora Configurative Discipline [4] como el arte de humanizar el gran nmero o como dar solucin al diseo de la gran escala mediante un entorno construido para la multitud, donde parte y todo reforzaban mutuamente su identidad en sucesivos niveles de asociacin. Se refera al mismo gradiente de relacio-nes humanas que encontramos en los espacios de la ciudad tradicional. En 1962, Van Eyck expuso su aproximacin al mtodo de configuracin en un artculo para la revista holandesa Forum [5]. En l sintetiz ideas que haba estado madurando en los ltimos aos, como el concepto twin phenomena, la relatividad, la movilidad en las ciudades contemporneas, su teora sobre aesthetics of number o la armona en movimiento.

    De la interpretacin de esos principios podamos obtener nuevas posibilidades para el desarrollo de la ciudad contempornea: la concep-cin de una nueva coherencia urbana, donde todos los componentes, grandes o pequeos, as como el lleno y el vaco, tuvieran el mismo valor [6]; una ciudad concebida como un entrelazado de viviendas con otras funciones urbanas; un nuevo tejido claramente articulado mediante vacos urbanos.

    Los niveles de asociacin se materializaran en forma de plazas, jardines y patios creando una red de espacios libres que recogera la edificacin, construida en torno a ellos, dotando a cada lugar de una identidad propia. El soporte urbano dejara de ser la edificacin para ser su contrario: el espacio vaco, la contraforma de lo construido. Un espacio vaco abierto a la diversidad de actores que participan en la ciudad, sus intereses y diferentes escalas de intervencin.

    De esta forma, el papel del arquitecto cambiara. A escala urbana, el arquitecto no organizara elementos arquitectnicos cerrados intentan-do dar forma a una sociedad que de por s carece de forma, sino que propondra soportes. El vaco sera as el soporte no slo para la edifica-cin, sino para los mltiples procesos que constituyen, una ciudad que se muestra cada vez ms, como una realidad compleja y cambiante.

    [1] El problema del gran nmero fue tratado con anterioridad por George Candilis en su presentacin: l habitat pour le grand nombre, donde expuso su actuacin en Carrires Centrale, Casablanca, 1953.[2] Primera edicin de la revista holandesa Forum y prlogo para el congreso del Team 10 en Otterlo, 1959.[3] Fundamentos recogidos en la Carta de Atenas en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM).[4] El trmino configurative fue introducido por Van Eyck en referencia a la organiza-cin de varios elementos en una figura coherente, una forma pregnante donde cada elemento adquiere un nuevo significado. Como la alemana Gestalt, la configuracin es un concepto de percepcin en el que el todo es ms que la suma de las partes. [5] Steps towards a Configurative Discipline, Forum, nmero 3, 1962.[6] Para Francis Strauven, crtico de arquitectura holandesa y belga, el pensamiento de Van Eyck se basa fundamentalmente en la reconciliacin de contrarios: pasado y presente, moderno y clsico, arcaico y vanguardia, cambio y permanencia, sencillez y complejidad, orgnico y geomtrico, etc.[7] Palacios, L. Interpretacin de los principios de configuracin. Hiptesis de un fragmento de ciudad basado en el vaco como soporte urbano. Trabajo Fin de Mster. MPAA. ETSAM. UPM. 2011.

    El vaco como soporte urbano.

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    [7]

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  • Nacho RomnU.D. Lpez-Pelez

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    En 1933 la Royal Zoological Society encargar al arquitecto georgiano Berthold Lubetkin un recinto para albergar los gorilas del zoolgico de Londres. Lubetkin proyectara una compleja estructura cilndrica que responda con eficacia a las necesidades de los animales. Un ao despus, tras el xito de la Gorilla House, la sociedad zoolgica vuelve a contar con l para realizar una piscina para pinginos en el mismo zoo. Tanto en la Gorilla House como en la Penguin Pool, Lubetkin descartar un posible enfoque naturalista y de mmesis con los hbitats de los animales. En lugar de esto apostar por un enfoque geomtrico para analizar y generar un escenario desdramatizado que recoja todas las necesidades de sus ocupantes y los muestre de una forma amable al pblico. Lubetkin se refera a estas intervenciones: ...Domesticar la naturaleza, no con un puo, sino con una sonrisa.

    En la Penguin Pool coexisten dos mundos simultneos: tras un cerco elptico y monoltico de hormign, aparece un interior dinmico conseguido con la ayuda de la diagonal y la espiral. Dos rampas exacta-mente iguales se entrelazan y, despus de cruzarse por segunda vez, se sumergen tangencialmente en el agua. Las rampas peraltadas vuelan, sin apoyos intermedios, casi 14 metros. Su delgada seccin oscila entre los 15 y los escasos 8 centmetros de espesor, pudiendo soportar el peso de 24 personas distribuidas a lo largo de la rampa. La disminucin de la seccin de las losas conforme se acercan al plano del agua produce la fusin del plano real con el reflejado crendose cuatro rampas de agua. Cuatro tirabuzones incomprensibles deslizndose en torno a un centro en el que no ocurre nada y se genera todo.

    Esta concentracin de energa en el espacio desocupado ser recurrente en la produccin posterior de Lubetkin. . Tras la posguerra se impusieron una serie de recortes presupuestarios que obligaran a revisar los planteamientos y estrategias de ocupacin adoptados hasta la fecha. La nueva situacin de austeridad no permita la aparicin de servicios bsicos que completaran el programa de viviendas. Desaparecern las piezas destinadas a guarderas, lavanderas, salas vecinales, zonas deporti-vas... tan caractersticas de los estates londinenses anteriores a la guerra. Ni tan siquiera los balcones tendran cabida en los nuevos programas edificatorios. Es en este contexto donde Lubetkin concentra todas sus energas en generar un espacio social en el corazn de los bloques de Bevin Court (Lenin Court para B.L.) de 1946. La configuracin triaxial del edificio se convierte en el motivo de su espacio central. En una sntesis de ejercicio plstico y principios polticos, Lubetkin crear un complejo ncleo de escaleras, de lenguaje constructivista, a modo de condensador social que ser el alma del edificio. Esta valoracin geomtrica del

    espacio de comunicacin vertical mediante escaleras complejas se repetir, a lo largo de los aos 40 y mediados de los 50, en sus trabajos posteriores. De nuevo, el nico espacio vaco, carente de materialidad y contenido especfico, ejerce de nodo energtico y aglutina en torno a l la actividad principal y esencial de su arquitectura: las relaciones humanas.

    Tanto en la piscina para los pinginos como en las escaleras de postgue-rra, Lubetkin se apoya y confa a la geometra el poder de resolver, adems de las cuestiones funcionales, los aspectos espirituales de la arquitectura.El mundo de la arquitectura de Lubetkin es el de la razn, conseguida a travs de la geometra y la precisin. La arquitectura es una tesis... su geometra rigurosa expresa la esperanza de la humanidad de compren-der, explicar y controlar su entorno.

    Ser a travs de la materia_ a veces pinginos, a veces peldaos, personas o rampas..._ bajo las reglas de la geometra, como Lubetkin consiga convertir estos espacios no ocupados en vacos construidos, tal y como los conceba Oteiza: ... ste sitio sin ocupar no es el vaco. El vaco es la respuesta ms difcil y ltima en el tratamiento y transformacin del espacio. El vaco se obtiene, es el resultado de una desocupacin espacial, sta es su energa creada por el escultor (arquitecto), es la presencia de una ausencia formal ().

    Podemos leer la piscina del zoolgico de Londres o los ncleos verticales de Bevin Court, Dorset o Cranbrook, como vacos, resultado de un tratamiento, de una definicin del espacio al que ha traspasado su energa.

    A da de hoy, traspasar las puertas de Bevin Court y ascender por sus escaleras es un ejercicio bastante deprimente. Apenas dos vecinos se cruzan sin mirarse a la cara. Mientras uno toma el ascensor, el otro elige las escaleras.

    En el zoolgico un atractivo artefacto elptico nos invita a asomarnos. Otra nueva decepcin: los alegres pjaros del rtico han sido reemplaza-dos por unos destartalados insectos de alambre que reposan sobre las rampas. Un montn de hojas secas en el lugar que hace unos aos cubra el agua.

    Tal vez estos sumideros de energa hayan vaciado completamente sus recipientes.

    De escaleras y pinginos (una danza en torno al vaco)

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    Piscina para los pinginos en el zoolgico de Londres (1934). Lubetkin, Drake & Tecton. RIBA Library Photographs Collection

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  • Ignacio HornillosU.D. Lpez-Pelez

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    De ahora en adelante ser yo quien describa las ciudades haba dicho el Kan . T en tus viajes verificars si existen.

    Pero las ciudades visitadas por Marco Polo eran siempre distintas de las pensadas por el emperador.

    Y sin embargo he construido en mi mente un modelo de ciudad del cual se pueden deducir todas las ciudades posibles dijo Kublai . Encierra todo lo que responde a la norma.

    Extracto de las conversaciones entre Kublai Kan y Marco Polo. Las ciudades invisibles. Italo Calvino. 1972.

    La idea de la primera casa, arquetipo y origen, est presente ms o menos en el pensamiento de los arquitectos modernos y contemporneos. La casa originaria es tema e imagen de mitos y lenguajes religiosos desde la antigedad. La historia de la cultura occidental nos habla de la primera casa del hombre en referencia al jardn sagrado; huertos, caminos y frutas acompaaban a Adn y Eva en el paraso soado. Joseph Rykwert [1] describe esta evolucin en claves antropolgicas, insistiendo en identificar la casa como tarea humana que construye sociedades. Se tratara de un desarrollo por acumulacin, una sucesin de capas de informacin que se solidifican en la variedad de resultados y soluciones encontradas a lo largo y ancho de nuestro mundo globalizado. Hablamos de la ciudad en trminos evolutivos, no instrumentales.

    Como si se tratara de una dialctica a dos escalas, aqu se abordan las consecuencias que el concepto de refugio ha tenido en la arquitectura, insistiendo en la correlacin entre casa-hombre y ciudad-sociedad. La capacidad y la evolucin surgida a partir de esa primera habitacin supondrn el establecimiento de las ciudades como elementos de relacin para el ser evolucionado. El hombre moderno necesita ese mbito emocional que le aporta su guarida junto con el equilibrio social suministrado por las ciudades contemporneas. Sin embargo, la prdida de los lazos familiares y los nuevos estilos de vida producen la necesidad de generar sinergias con otros sistemas de relacin. De esta manera podemos identificar cmo la habitacin del hombre actual se convierte en infinita a travs de la telemtica y las ciudades se hacen pequeas gracias a la herramienta de la informacin, que posibilita saber qu y cundo est pasando en cualquier parte de nuestras urbes. Estamos ante una suerte de paradoja donde el tamao es relativo, y lo domstico y lo urbano lo podemos encontrar a cualquier escala. La ciudad, en tanto casa del hombre, es fruto de este desdoblamiento entre lo ntimo y lo disperso.

    Casablanca ha sido soporte e infraestructura de este curso de proyectos, organizado en torno a la vivienda y orientado a investigar posibles soluciones puntuales a problemas globales. La introduccin de estrategias tericas para hallar los mecanismos organizativos posibles ha desembocado en la bsqueda de paradigmas domsticos que puedan ser adaptados al solar particular. Casablanca, en su imagen de ciudad dispersa, ha sido la base para la construccin de alternativas habitacionales acordes al siglo XXI. La cita que abre este texto insiste en la capacidad de la norma para generar discursos. Si entendemos el proyectar como una sucesin de actos asociativos, encontramos en su juego los mecanismos precisos que solucionan las demandas sociales. Este proceso desemboca en una repeticin de estrategias reconocibles que desecadenan las asociaciones conocidas. La Ciudad dispersa es el lmite de la ciudad posible. En nuestro caso, podramos vincular este hecho con el ejercicio mismo del curso; entendindolo como una sucesin aleatoria de pautas referenciadas al contexto del proyecto y donde el juego es una partida infinita de soluciones diversas.

    En esta descripcin de hechos dispersos y referencias puntuales, qu mejor que acabar con un ejemplo prctico. Esta imagen (Fig. 1) aglutina los diversos conceptos utilizados a la hora de construir Ciudad a partir de principios asociativos. Peter Root, artista conceptual, despliega en esta serie de ciudades las ideas que hemos ido descubriendo durante el ao. Con tan slo la estrategia de acumular piezas iguales, consigue la diversidad formal que evoca soluciones reconocibles. Las capacidades evolutivas que parten del principio de la asociacin y de la repeticin como pauta para formar mbitos diversos pretende satisfacer las demandas constructivas de un proyecto sostenible; en nuestro caso el nuevo hbitat en Casablanca.

    sta serie de refugios tericos quiz sean los apropiados para levantar las ciudades imaginadas, siempre basadas en experiencias personales y referencias cercanas. Las ciudades acaban siendo como es la mirada de quien las construye [3]. En nuestro caso, el resultado diverso de las ciudades dispersas ha sido ejercicio de este estupendo curso de proyectos.

    [1] RYKWERT, Joseph. La casa de Adn en el Paraso. Ed. Gustavo Gili.1974. Pg. 11[2] M. MANSILLA, Luis. Apuntes de viaje al interior del tiempo. Arquithesis, Caja de Arquitectos. 2002. Pg. 53

    Refugios tericos y Ciudades dispersas.

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    Fig. 1. Ephemicropolis. Peter Root. 2010

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  • Pablo RamosU.D. Lpez-Pelez

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    "Ojal se oiga este silencio"Arnold Schenberg. Prefacio de para las Seis Bagatelas para cuarteto de cuerdas, de Anton Webern. 1913

    Cuando a Lina Bo Bardi le encargaron en 1959 la rehabilitacin del Solar de Unho, en Bahia, Brasil, para un nuevo Museo de Arte Moderno este maravilloso lugar situado a los pies del Ocano era un conjunto de construcciones yuxtapuestas, catico, desordenado y confuso. Ella, ante este montn de cosas supo, simplemente, hacer silencio, callar: crear un vaco. Lina Bo Bardi encontr en la intimidad del lugar el secreto de su espacio porque supo escuchar (El silencio es para escuchar, dira John Cage, citado tantas veces por Lina Bo Bardi y quizs uno de los ms afamados discpulos de Schenberg). Aparece, pues, un espacio que no se vea, que estaba tapado, esperando como espera la materia a los escultores talladores. Con una concentracin de medios exquisita (Concentracin significa extensin, dice Webern) Lina mantiene y rehabilita aquellas construcciones con valor y que podan recuperarse (solamente construir una escalera en el interior del museo en un intento de poner en movimiento el espacio existente) y, sobre todo, construye un vaco, construye destruyendo, haciendo la nada. Qu gran leccin para un arquitecto. Aparece entonces una plaza que en su propia vacuidad alcanza toda su fuerza. Todo puede ocurrir en esta plaza. Su propio silencio no es sino una invitacin a todo. Y ahora ya vemos, u omos, lo que antes no era perceptible.

    Jos ngel Valente hablar en trminos similares de algo incluso ms importante: la disposicin del creador, la actitud del artista (arquitecto) a la hora de enfrentarse a la obra. Escribe Valente: La matriz de la creacin es la nada, o dicho de otro modo, la creacion de la nada es el acto que procede a toda creacin. El artista ha de volver una y otra vez al origen - re-volver, re-volucin, recorrido completo de una rbita - para que el mundo recomience ex nihilo como en el momento de su creacin primera. La nada no es una carencia; es toda la posibilidad o seminalidad del ser. Es una invitacin a deshacerse de equipaje, ms bien, a seguir buscando, a no conformarse nunca. Cada obra para nosotros, cada referencia que miramos, todo lo que leemos, se convierte en conocimiento que una y otra vez debe ser superado en ese ciclo de ida y vuelta. En el momento en que aparecen las certezas, los automatismos, dejamos de pensar. Nada hay peor para un estudiante de arquitectura. Es necesario el silencio, la contemplacin, el vaco, para que, como en la plaza de Lina Bo Bardi, todo pueda suceder. Partiendo desde ah, toda creacin que salga de nuestras manos ser universalizadora y entonces podr ser comunicada, y sobre todo escuchada, por las personas, verdaderas receptoras de nuestro trabajo.

    Tambin podemos encontrar en la plaza de Lina Bo Bardi ese afn dignificador de las personas, de las personas en un lugar, del lugar en s mismo, afn dignificador que proviene de la fecundacin del vaco antes creado. Quizs la expresin ms clara de esto sea el pavimento de la plaza. Una plaza de forma irregular, que parece que se derrite por los bordes, resultado de una operacin de limpieza, de pronto contiene las trazas de una geometra que no es la suya pero de la que se apropia. El dibujo de las trazas geomtricas es algo muy caracterstico de las plazas italianas: desde la plaza del Capitolio de Miguel ngel hasta el patio de San Ivo de Borromini o el claustro de Santa Mara de la Pace de Bramante. Estas trazas subrayaban la perfecta geometra de ese espacio, su exquisita disposicin armnica, casi divina, su correspondencia con un orden csmico universal. Sin embargo la plaza de Lina no tiene esos bordes tan regulares ni esa geometra perfecta. Por qu entonces esas trazas en el suelo, esa estrella regular en la que ni el centro est en el centro ni las esquinas coinciden con las de la plaza y ni siquiera la entrada (la entrada!) del edificio coincide con ninguna de las lneas de las trazas? Porque la plaza ha entrado en contacto con un orden superior y no est sujeta a las contingencias de borde. Se seala el lugar concreto como gran vrtice (o vrtice) del ocano, se carga de dignidad: todo lo que pase aqu es especial, sigue el orden del mar, de la geometra, de las plazas italianas, del hombre. En uno de los croquis iniciales, Lina marca el lugar como un punto a nivel geogrfico, casi terrestre. Incluso la pequea escultura del cabestrante mirando al mar, haciendo referencia a los viejos viajes en barco, parece que nos quiera decir: callad, escuchad: desde aqu, desde este lugar, partimos.

    Ojal se oiga este silencio.

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    El conjunto de Solar de Unho en 1963, despus de la restauracin llevada a cabo por Lina Bo Bardi

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  • Luis Rojo U.D. Mansilla y Tun

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    La tensin entre el pensamiento utpico y el modelo operativo del ready-made atraviesa, de lado a lado, el pensamiento del siglo XX. Se trata del enfrentamiento de dos modelos contrapuestos: el de los sistemas abstractos frente a las acciones humanas o, dicho de otro modo, entre el racionalismo y el surrealismo.

    Le Corbusier visita Alger por primera vez en 1931, invitado de forma particular no institucional- por un grupo de ciudadanos agrupados en Les Amis dAlger, para impartir una conferencia como exponente del nuevo pensamiento de la arquitectura y el planeamiento. El motivo de su invitacin y visita es alterar los planes de transformacin de la ciudad que el gobierno colonial francs ha puesto en marcha: los grand travaux asociados con las celebraciones del Centenario y la reforma del Barrio de la Marina, es decir, la ciudad francesa.

    Para 1933, cuando realiza su segundo viaje a Alger con motivo de la Exposition dUrbanisme et dArchitecture, Le Corbusier ya ha dibujado el Plan A para la ciudad, iniciando con l una larga relacin no solo con Alger sino con una o varias- ideas sobre su significado. Una relacin construida, improbable y cargada de tal complejidad que abre numero-sas interpretaciones.

    Es evidente que la experiencia real de la ciudad cortocircuita muchos de los recursos intelectuales y arquitectnicos que ocupan el pensamiento y las respuestas contemporneas de Le Corbusier a problemas similares de renovacin congestin de los centros urbanos o de la higiene en la concepcin de la vivienda. Sea por los tpicos de la oculta presencia femenina o del laberinto opaco de sus calles azuzados por el orientalismo colonial, o sea por cualquier otra razn o figura potica que seamos capaces de construir, el hecho cierto es que la ciudad transforma, al menos temporalmente, su pensamiento.

    Prueba de ello es que, la Carta de Atenas y el Plan A para Alger son contemporneos y, sin embargo, suficientemente distintos como para plantear mas de una pregunta. La Carta de Atenas propone un medio de anlisis simplificado, capaz de superponerse sobre la realidad para uniformizarla, para hacerla mas coherente pero mas simple. Las coorde-nadas que establece favorecen la sntesis homognea, borrando las huellas de una realidad variopinta y arbitraria. Una realidad de objetos y situaciones que favorece lo particular frente a lo general, y que despresti-gia la idea abstracta del plan.

    Alger era, en 1930, algo ms que pintoresca: era otro mundo, otro modo de vivir, otra cultura de habitar, de estar en la ciudad. Y su imponente imagen vertical fruto de una topografa inusual-, ya visible desde el barco tal y como muestran los dibujos de Le Corbusier-, fue solo la

    primera de una larga serie de experiencias imprevistas que encontraron un profundo acomodo en el discurso de Le Corbusier. Un acomodo que, si nos atenemos a la naturaleza del pensamiento arquitectnico, no debera parecernos inesperado.

    La Medina de Alger y su sistemtica inversin de las formas de habitar proporcionaron a Le Corbusier un ejemplo ms de la complejidad de los hechos reales frente a la rigidez de los modelos abstractos. La experiencia de deambular por la Medina cuya exploracin realiz durante das y en solitario-, supuso el encuentro con una realidad formada por un sistema social, religioso e histrico ajeno que, ya en los dibujos que realiz all mismo en su cuaderno de bolsillo, se reconfigur necesaria y profunda-mente en relacin con su forma de pensamiento. Fue apropiado, captura-do, transformado.

    Estamos ante una realidad y dos entendimientos dispares lo oriental frente al orientalismo, es decir, el original frente a la distorsin cultural de Occidente- o asistimos a la fractura literal entre dos mundos sorprenden-temente reconciliados en una imagen sinttica?

    Paul Eluard, uno de los poetas afines al surrealismo, escribi:Pas un jeu de mots. Tout est comparable tout, tout trouve son cho, sa raison, sa ressemblance, son opposition, son devenir partout. Et ce devenir est infini.* *(No son juegos de palabras. Todo es comparable a todo, todo encuentra su eco, su razn, su semejanza, su oposicin, su devenir por todas partes. Y este devenir es infinito.)Traduccin del autor.

    El collage, segn Max Ernst, es la explotacin sistemtica de la coinciden-cia, casual o artificialmente provocada, de dos o ms realidades de diferente naturaleza sobre un plano en apariencia inapropiado. Trasladndolo a la experiencia de la realidad, la tcnica del montaje propia del collage nos descubre la importancia del objet trouve en la produccin de lo moderno: el encuentro con un objeto o realidad ajena e inesperada para cuya comprensin sera ms adecuado decir apropia-cin- es necesaria una re-contextualizacin.

    En la estructura domestica y medieval de los riads de la Medina de Argel, cuyo interiorizacin obligada de la restrictiva vida social en la verticalidad del patio y en la horizontalidad de la terraza es la expresin sintomtica de una implosin de la experiencia urbana una fragmentacin de lo publico en reductos privados-, Le Corbusier encuentra las pautas de una espacialidad contempornea. El Plan A para Argel es un montaje de diversas realidades no coincidentes, dispares entre s, sobre un plano inapropiado que nos revela, a pesar de su aparente unidad grfica, las fracturas entre sus componentes.

    COLONIALISMO Y ORIENTALISMO: Utopas frente a Heterotopas.

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    Excavacin arqueolgica en Tell Halaf 1913, Siria.

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  • ngela Garca de Paredes e Ignacio G. PedrosaU.D. Mansilla y Tun

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    Un edificio, independientemente de su funcin o de su construccin, es una parte integrante de la ciudad. Y precisamente es la ciudad quien debera dictar lo que hay que hacer en cada lugar, qu debe considerarse en lo que all se proyecta y tambin qu debe evitarse.

    Lo que es necesario debera conducir el proceso d e cada proyecto y no imponer, importando caprichosamente, otras soluciones por muy eficaces que hayan sido en otros lugares.

    Los edificios deben manifestarse en la ciudad con su capacidad de intensificar lo construido, colaborando a la densidad urbana, mejorando lo que ya existe y sustituyendo aquello que, sin valor, est aceptado por el mero hecho de estar presente.

    De ah la necesidad de conocer el lugar donde se va a proyectar. Esta es la forma de averiguar las cualidades y las relaciones entre las cosas. Incluso si el lugar es conocido debe convertirse de nuevo en territorio de exploracin, con una nueva mirada. As se podr distinguir lo proyectado como necesario frente a lo arbitrario.

    Es por tanto a la ciudad a quien hay que interrogar sobre las decisiones que tomamos en el proyecto, porque van a afectar a su propia organizacin, para saber adoptar aquellas que sean mas adecuadas a nuestra capacidad intelectual de proyectar y a nuestro conocimiento tcnico de construir.

    Si queremos que el edificio pertenezca a la ciudad, que forme parte de su carcter, es preciso confrontar el proyecto con ella. Si somos capaces de aproximarnos a conocer su propia realidad, podremos idealizar las necesidades y reaccionar intelectualmente para inventar su formalizacin.

    Encontrar el camino a seguir en el proyecto para precisar su singularidad, hallar la manera en que finalmente contenga todos los objetos sensibles e ideales que coexisten en el lugar sin someterse a ellos y contribuir a mejorar la atmosfera en la que se inserta, es nuestro trabajo.

    Hoy tambin es necesario reflexionar sobre cual es el ritmo de construccin que hace sostenible un crecimiento cualitativo de la ciudad, no basado en la ocupacin de nuevo suelo, repensar su equilibrio con el territorio y con las energas de la naturaleza.

    Tambin la arquitectura puede colaborar a satisfacer las necesidades que imponen la situaciones sociales, ordenar con claridad el espacio y valerse de su capacidad de crear un orden para satisfacer adecuadamente la relacin entre las personas que habitan el espacio urbano y crean ciudad.

    Reutilizar con nuevos usos infraestructuras y edificios obsoletos o infrautilizados, reanimar, mediante la calidad, reas degradadas o enquistadas que alteran el pulso y la actividad de la ciudad, siempre ha formado parte de los mecanismos que dan vitalidad a los procesos econmicos que garantizan su supervivencia.

    Los procesos de crecimiento urbano siguen un desarrollo permanente en el tiempo y continuo en el espacio, donde el planteamiento originario se enfrenta y enriquece a lo largo del tiempo con los trminos innovadores de nuevas propuestas en un continuo hacer-deshacer la ciudad.

    Los espacios abiertos, vacos entre los muros construidos de las nuevas edificaciones, son las habitaciones de la ciudad y rehacen el tejido urbano. La trama existente quiz es ya indeleble, pero la nueva arquitectura que est por venir, tiene la responsabilidad de redibujar unos espacios colectivos mejores.

    Proyecto y ciudad.

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    Nils Ole Lund, First the buiding then the site, 1982.

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  • Juan RuescasU.D. Mansilla y Tun

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    Cada campesino conoce el hambre del desierto, esa hambre voraz que ninguna maquinaria agrcola moderna, ni mtodos avanzados de agricultura, puede destruir. No importa can bien preparado sea el terreno, can bien mantenidos estn los cercos, can bien pintados se vean los edificios, si el dueo es negligente por un tiempo de sus hectreas preciosas y valiosas, se las traga de nuevo [...] el rido desierto. La tendencia de la naturaleza es hacia el desierto, nunca hacia el campo fructfero. Eso, lo repito, lo saben todos los campesinos.[1]

    Sin aporte de energa y, por pura probabilidad, las cosas que colisionan al azar tienden a igualarse en una distribucin homognea de elementos cuyo resultado es la prdida de tensin entre opuestos, el equilibrio estable de la sopa fra. La lnea que va desde la mxima separacin entre elementos de distinto potencial (LEY) hasta su mxima dispersin o fusin (CAOS), es un espectro donde cabe situar cualquier realidad material acotada. Si bien la tendencia natural (anablica) es de la ley al caos, el proceso inverso, el integrador (catablico), puede darse mediante la intervencin, la obra.

    El caso de la ciudad (entendida como superposicin densa y compacta de actividades heterogneas) se puede caracterizar por su situacin dentro de este espectro o, lo que es lo mismo, por la capacidad estructurante de las leyes que lo gobiernan. En los extremos del espectro encontramos, de un lado, la ciudad muerta de ley por exceso de intervencin o falta de mezcla: el aislamiento de sus componentes o simplicidad extrema. En el otro, est la ciudad muerta de caos por contaminacin, por fusin total, donde todo queda igualado: el desierto. Exceso y ausencia de estructura revelan lo que define la ciudad como organismo vivo: el cambio / el inter-cambio.

    Si la premisa de la ciudad es la ocupacin (fsica, energtica, de informacin de un entorno), lo que hace posible la relacin, el conjunto, el inter-cambio, es la ausencia, al menos virtual, de esa ocupacin. Conceptualmente, la condicin urbana se da precisamente por la des-ocupacin parcial del medio. La estructura que define la ciudad es la que gestiona la cantidad, concentracin y situacin de esos cuerpos des-ocupados, es decir, sus vacos. Y es la arquitectura la que trata, en gran medida, de su definicin, especialmente all donde vaco y ocupacin se encuentran como distintos grados de lo mismo.

    El proyecto de la ciudad pasa por la definicin de la lnea que delimita el lugar liberado; una lnea tenaz pero intermitente, pues debe gestionar separacin y permeabilidad en su grado justo. Se trata, adems, de una lnea blanda y difusa: blanda porque debe adecuarse a las presiones expansivas de las actividades del entorno sin negarlas; difusa porque su lmite debe permitir la transicin de una a otra condicin. El resultado es un mbito super-solicitado que se resuelve mediante un cierto grado de indeterminacin, pero de una indeterminacin densa, donde sobre-programacin se convierte en des-programacin. Es, en definitiva, el espacio de posibilidad, el de la ciudad entera, abierto, verdadero lugar pactado y recuperado para el uso comn, es decir, espacio pblico. Pero no se olvide que este campo fructfero se mantiene por el aporte peridico de energa en forma de estructura interpuesta que permite, sin que se anulen, posiciones diversas.

    En el interior del cuerpo des-ocupado del vaco se encuentra el campo denso de los hechos. Virtuales por cuanto estn sujetos a una condicin espacio-temporal, los hechos habitan el espacio pblico como los recuerdos pueblan la memoria: de forma incierta, desigual. Se trata de un medio lquido, con espesor, donde los vnculos entre las cosas quedan temporalmente suspendidos, como el volumen conquistado de la casa Latapie en Floirac, de Lacaton y Vassal, donde los objetos ocupan un lugar circunstancial y contingente dentro de un mbito cargado de episodios; el lugar pblico de las individualidades privadas. O como el espacio literalmente ahuecado de un vidrio plano entre dos curvos de la pared-luz (1956) de Oteiza. En l, como si la luz y la penumbra se hubieran licuado, quedan suspendidas las formas las circunstancias y los acontecimientos en un medio de vaco espeso, profundo, donde esas formas, como peces sumergidos, viven, se desplazan, se expresan y se definen...[2]

    [1] A. W. Tozer, The Root of the Righteous. Christian Publications, Camp Hill, PA, 1955, pg. 119. (Versin espaola: Dorothy Bucher Haller)[2] Jorge Oteiza, IV Bienal de Sao Paulo, 1957. Escultura de Oteiza. Catlogo [Propsito Experimental 1956-1957].

    El Vaco lquido de la pecera

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    Jorge Oteiza_Pared-luz,1956.

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  • Brbara SilvaU.D. Mansilla y Tun

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    Imaginemos la existencia de un lugar dibujado por una cuadrcula emocional, trazada por un conjunto de reglas que se han perdido en el tiempo. Donde las calles, inundadas por el ruido de la gente y por el calor intenso del medio da, se encuentran y terminan en la orilla del mar. Donde todas las cosas tienen permiso para desplegar emociones, para conmover y para fascinar. Donde cada objeto tiene la tonalidad tenue de la arena del desierto, que cambia cada vez que las nubes se tien de otro color.

    En todas las ciudades hay algo que lo conecta todo a la vez que hay algo que todo distancia, por mltiples influencias. Casablanca es una cuadricula apretada de calles, atravesadas por un hilo de aire, que endulza la violencia de la luz y del calor. Una cuadrcula que remite al tema del laberinto, donde cada espacio se desvela a travs de una sucesin de movimientos inconsciente. Es entonces cuando surgen los fantasmas, seres o cosas anacrnicas, memorias y temores pertenecientes al mundo laberntico. Ese mundo que tanto ha seducido a arquitectos y pensadores, como un sistema insaciable de direcciones y repeticiones, donde las reglas se suspenden en el tiempo. Un sistema donde el pasado es presente, donde todo tiene el misterio y la fascinacin de lo desconocido, donde no hay lmites entre lo que existe y lo que podra, algn da, existir.

    Es dentro de este espacio, intuitivo, inconsciente y emocional, donde la arquitectura se mueve, hasta conquistar la razn, el equilibrio y la armona. Sin esto nos arriesgamos a un desprendimiento que roza el vaco y se acerca al gratuito. Es preocupacin de la arquitectura definir la fusin de un mundo imaginario y otro real, donde el espacio est dependiente de los juegos de luz y de sombra, y de los caprichos de la mirada. Como si la planta pudiera ser dibujada a travs de una trama de rayos de luz y hilos visuales invisibles. Mlnikov deca que la luz, el aire, y el agua, eran los nicos materiales para la construccin de sus obras; la ,materializacin est anclada en lo amorfo y en lo continuo, en la inmovilidad. Y entonces nos preguntamos Que es lo que ocurre cuando intentamos interp