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    Migracin y DesarrolloRed Internacional de Migracin y [email protected] (Versin impresa): 1870-7599MXICO

    2005Thomas FaistESPACIO SOCIAL TRANSNACIONAL Y DESARROLLO: UNA EXPLORACIN DE

    LA RELACIN ENTRE COMUNIDAD, ESTADO Y MERCADOMigracin y Desarrollo, segundo semestre, nmero 005

    Red Internacional de Migracin y DesarrolloZacatecas, Mxico

    pp. 2-34

    Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina y el Caribe, Espaa y Portugal

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico

    http://redalyc.uaemex.mx

    mailto:[email protected]://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/http://redalyc.uaemex.mx/mailto:[email protected]
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    RESUMEN. Este trabajo aborda el vnculo que establecen grupos y asociaciones trans-

    nacionales con el Estado y el mercado mediante los envos de dinero, conocimiento eideas que hacen los migrantes a sus pases de origen. Bajo lo que se denomina globa-lizacin, reflexiona acerca de los cambios ocurridos en la relacin entre comunidad,Estado y mercado. Adicionalmente, cuestiona cmo el diseo de polticas de de-sarrollo y el trabajo acadmico han moldeado el papel de las formaciones socialestransnacionales y de las organizaciones no estatales?, de qu manera la actividad delas cmaras, grupos y organizaciones transnacionales, que encarnan principios comu-nitarios, resultan complementarias o incompatibles con las de otras instituciones quefuncionan segn la lgica estatal y mercantil?

    PALABRASCLAVE.Transnacionalismo, desarrollo, comunidad, mercado, Estado.

    ABSTRACT. This study deals with the link established by transnational groups and as-sociations with the state and market by the sending of money, knowledge and ideasby migrants to their countries of origin. Under the rubris of globalization it reflectson the changes that have occured in the relations among community, state and mar-ket. It also questions the way that the design of development policies and academicwork in this area have shaped the role of transnational social formations and nonsta-

    te organizations.KEYWORDS. Transnationalism, development, community, market, state.

    ESPACIO SOCIAL TRANSNACIONAL YDESARROLLO: UNA EXPLORACIN DELA RELACIN ENTRE COMUNIDAD,

    ESTADO Y MERCADO

    *

    Traduccin del inglsLuis Rodolfo Morn

    *Centro de Estudios de la Migracin, la Ciudadana y el Desarrollo, Facultad de Sociologa de laUniversidad de Bielefeld, Alemania.

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    INTRODUCCIN

    Las comunidades y organizaciones transnacionales se han situado en elcentro de la atencin de organismos diseadores de las polticas de de-sarrollo econmico, a nivel nacional e internacional. Hay tres elementosen este nuevo entusiasmo. Primero, en las ltimas tres dcadas, el incre-

    mento de las remesas enviadas por los migrantes transnacionales ha generadouna especie de euforia. Las remesas de los migrantes1 constituyen el ms no-vedoso mantra del desarrollo entre instituciones como el Banco Mundial, losgobiernos y las organizaciones no gubernamentales (ONG) francesas y britnicas

    (Kapur, 2004). Las remesas se perciben como fuentes de financiamiento genera-das desde abajo. Efectivamente, al examinar las cifras generales, las remesasanuales percibidas por los pases en desarrollo se incrementaron ms del dobledurante la dcada de los noventa y han sido superiores, en un 20%, a la asistenciaoficial para el desarrollo (AOD) canalizada a estos pases. Sin lugar a dudas, lasremesas han estado a la par de la inversin extranjera directa en muchas partesdel mundo en desarrollo. A medida que se verifica una tendencia ascendente enla tasa de migracin transnacional, las remesas aumentan (ONU, 2004). Segundo,

    el conocimiento transferido a travs de las redes de cientficos, as como expertos,del Norte y Sur es visto, cada vez ms, como una circulacin de cerebros queresulta benfica para todos los involucrados (Findlay, 2003). La transferencia deideas se advierte como una ayuda para el desarrollo y la transformacin de lospases, al participar en la sociedad del conocimiento, base para la innovacin,la productividad y el desarrollo. Tercero, incluso la transferencia de las remesaspolticas, es decir, las ideas concernientes al rgimen de la ley, el buen gobierno, lademocracia y los derechos humanos, han logrado notoriedad en las secuelas de los

    conflictos armados y en los esfuerzos de reconstruccin de los pases devastados

    1Aqu nos centramos en los lazos transnacionales que surgen de la migracin de sur a norte y no enla migracin dentro del mismo sur. Pero ntese que ms de un 40% de los migrantes transnaciona-les se mueven entre los llamados pases en desarrollo. Adems, este artculo aborda a los migrantestransnacionales y no a los nacionales dentro de los Estados, aun cuando despus pueden ser msnumerosos. Para establecer una comparacin: a principios del siglo XXIhaba cerca de 175 millonesde migrantes transnacionales. En contraste, tan slo India tiene 200 millones de migrantes inter-

    nos y China tiene 120 millones. Tmese otro ejemplo: en Vietnam, entre 1994 y 1999, existanunos 4.5 millones de migrantes internos, en contraste con 300 mil que salieron del pas en el mismoperiodo. La migracin de los ms pobres tiene lugar, especialmente, entre y dentro de los pases endesarrollo. Por ejemplo, muchos pases del sur de Asia se basan, fuertemente, en la mano de obrabarata proveniente de pases vecinos, como los trabajadores procedentes de Indonesia, en el caso deMalasia. En cuanto a los refugiados, dos terceras partes viven en pases en desarrollo y ms de unatercera parte se encuentra en los pases menos desarrollados. No obstante, en las ltimas dcadasla proporcin de migrantes transnacionales, en comparacin con la de migrantes internacionales,se ha visto incrementada (ONU, 2004).

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    por la guerra civil, lo cual se ha dejado ver ltimamente en Somalia, Afganistne Irak. A veces las disporas compuestas por exiliados, refugiados y migranteslaborales son convocadas como mediadoras en la resolucin de conflictos, tal esel caso de Sudfrica o Nigeria (Shain y Barth, 2003).

    El papel positivo que se le atribuye a la migracin y la movilidad internacio-nales puede percibirse como sorprendente. Al fin que, desde hace mucho tiempo,la migracin transnacional ha sido considerada como un fracaso en el desarrollo.Puede concebirse como una salida territorial o geogrfica ante el fracaso del estado,junto con otras instituciones, para lograr bienestar y seguridad social (Hirschman,1970). Actualmente las organizaciones internacionales, encabezadas por el BancoMundial, las ONG y los gobiernos de los Estadosnacin califican a las remesas

    capital financiero, conocimiento e ideas polticas como una solucin para eldesarrollo. En las dcadas recientes, hemos sido testigos de un incremento, lentopero sostenido, en la proporcin de migrantes transnacionales como porcentaje dela poblacin mundial, de 1 al 2%, en los aos sesenta, a cerca del 3%, recientemen-te. Siendo as, habra de existir un potencial mayor para los flujos transnacionalescomo las remesas. No obstante que las suposiciones que subyacen a los efectos en eldesarrollo son bastante problemticas. Por ello nos centramos en algo diferente: noen el impacto sobre el desarrollo, sino en el papel de los migrantes y las personas en

    movimiento como sujetos transnacionales. Los acadmicos han reconceptualizadociertas categoras de migrantes como actores transnacionales (Faist, 2004). Actual-mente, las organizaciones internacionales y las ONGhan seguido el ejemplo.

    En este anlisis argumentamos que el nuevo entusiasmo, hacia el papelcrucial de las comunidades transnacionales y organizaciones de migrantes, consti-tuye un esfuerzo por fusionar los principios de la comunidad con los del mercadoglobal. No obstante, existen puntos de compatibilidad e incompatibilidad. Ade-ms, los principios de la comunidad transnacional y del Estadonacin pueden

    entrar en discrepancia en el caso de quienes, habiendo optado por la alternativa dela salida, ejercen su voz porque toman parte en la toma de decisiones en sus luga-res de origen, pero no se ven afectados por las consecuencias de esas medidas.

    La principal inquietud es evidenciar de qu manera, los grupos y asociacio-nes transnacionales, interactan con los principios del Estado y el mercado en losflujos que atraviesan las fronteras. Primero, de qu forma la reflexin acadmicay el diseo de polticas, en torno al tema del desarrollo, han concebido el papelde las comunidades y organizaciones externas al Estado? Segundo, de qu ma-

    nera las actividades de las cmaras, grupos y organizaciones transnacionales, queencarnan algunos principios comunitarios, resultan complementarias o incom-patibles con los de otras instituciones que funcionan segn las lgicas del Estadoy el mercado? En realidad, se entiende poco acerca de qu papel desempean losgrupos y organizaciones transnacionales, frente al Estado y el mercado, cuandoest implcita la transferencia de capital financiero a travs de remesas e inversio-nes, conocimiento e ideas polticas. La perspectiva adoptada no es la del gobierno

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    global, sino la de los sujetos transnacionales, comenzando por los migrantes mis-mos y por los espacios sociales transnacionales en los que habitan. En general, sondignas de atencin las ideas en torno al papel de las comunidades en el desarrolloy de las comunidades frente a otros principios del orden social, como el mercadoy el Estado. El mayor inters por el papel de las disporas y las organizaciones mi-grantes transnacionales refleja los cambios conceptuales del desarrollo, mismosque sirven de gua a las polticas pblicas de las instituciones y ONGnacionalese internacionales. El conjunto de problemas planteados se relaciona con la pre-gunta ms general acerca de la relacin cambiante entre comunidad, Estado ymercado, bajo las condiciones de lo que se denominan globalizacin.

    Desde el punto de vista heurstico, cabe distinguir tres principios del orden

    social de manera tipoideal: comunidad, Estado y mercado. El principio de comu-nidad refiere a la nocin de que el orden social presupone o, cuando menos, se be-neficia de los derechos y obligaciones asociados con los miembros de una comuni-dad concreta de personas. Las comunidades constituyen el cemento que integra,a los miembros de colectividades concretas, en lazos de confianza, reciprocidad,lealtad y solidaridad; ligados por derechos y obligaciones mutuos. Los derechosy deberes delimitan los confines de la comunidad, y pueden fundamentarse enmecanismos como parentesco, conocimiento y valores compartidos, la creencia

    en instituciones comunes o la fe religiosa. Los lmites del mercado son bastantediferentes en el sentido de que la competencia dispersa es impulsada, idealmente,por el inters de los agentes sociales en la adquisicin consciente de bienes indi-viduales, sin reparar en las otras personas. El principio del Estado consiste en elcontrol jerrquico, la toma de decisiones vinculadas a la comunidad poltica. Laautoridad debe servir al bien comn, en nuestro caso, relacionado a la nocin dedesarrollo. Mientras que las comunidades se caracterizan por diversas nocioneslimtrofes entre nosotros y otros, al tiempo que los mercados existen sin de-

    marcaciones geogrficas, los Estados al menos en sus encarnaciones modernasdesde la paz de Westfalia se definen por claros lmites territoriales establecidospor su funcin de poner en prctica las decisiones vinculantes de la autoridadpor la fuerza del poder y la legitimidad. En pocas palabras, comunidad, mercadoy Estado son mecanismos maestros del orden social, los cuales se caracterizanpor incompatibilidades que, no obstante, se requieren unos a otros para cumplirsu funcin (Schmitter y Streeck, 1985; Offe, 2001). Empricamente, el principiode comunidad se estudia observando las cmaras, grupos y organizaciones de

    personas en movimiento; el principio del Estado, los actores gubernamentales ypblicos; el principio del mercado, a su vez, las firmas.

    Este trabajo examina los diversos sujetos transnacionales, es decir, los gru-pos y organizaciones de personas en movimiento, incluidas las familias, gruposde oriundez, comunidades epistmicas y disporas. Esas formaciones colectivastransnacionales movilizan formas muy diversas de capital: financiero, como di-nero en forma de remesas o inversiones; conocimiento y experiencia profesional,

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    e ideas polticas, como las referentes a las formas de gobierno, derechos, responsa-bilidades y democracia. El capital financiero, el conocimiento y las ideas polticaspueden movilizarse dentro de los confines del capital social es decir, las diversasformas de reciprocidad y solidaridad (Faist, 2000), llamado algunas veces reme-sas sociales(Levitt y NybergSrensen, 2004).

    El anlisis del papel de los sujetos transnacionales requiere un enfoquetransnacional, ms all del concepto binario tradicional que enfatiza los procesosemigratorios, desde pases concretos, e inmigratorios en otros pases en particular,incluyendo el posible retorno a las naciones de origen. En contraste, la migraciny la movilidad transnacionales han de entenderse como procesos multifacticos,mismos que vinculan a los pases de origen y destino, as como a la migracin que

    prosigue ms all. Esos espacios sociales se caracterizan por transacciones densasy continuas allende las fronteras (Faist, 2000; Baschet al., 1994). Por lo tanto, elconcepto sugiere que no slo se observe a quienes fueron migrantes transnacio-nales que, eventualmente, se establecen en el norte, regresan a su pas de origeno participan en la migracin posterior. En vez de ello, independientemente dednde se establezcan, las personas pueden conservar lazos transnacionales queimpactan sus pases. Por igual, la atencin no ha de centrarse slo en los migran-tes que se establecen en el extranjero por un periodo significativo de tiempo, sino

    tambin en aquellas personas que participan en la movilidad a corto plazo. Sonejemplos de espacios sociales, formados por migrantes y personas en movimien-to, las familias transnacionales, las asociaciones de oriundos, las comunidadesepistmicas de expertos y cientficos, las congregaciones religiosas globales y lascomunidades tnicas e incluso nacionales.2

    Consecuentemente, la nocin de desarrollo se entiende aqu de acuerdoa los diferentes tipos de comunidades transnacionales: en el caso de las familiastransnacionales, como un seguro informal frente a los riesgos econmicos y como

    una inversin para el futuro de los hijos; en las comunidades de oriundos, el me-

    2Cabe matizar que no todos los migrantes transnacionales, o personas con alta movilidad, desarro-llan lazos transnacionales densos y continuos. Algunos realmente se desarraigan, como sucedicon los migrantes alemanes del este de Europa a fines del siglo XX. Otro problema de la investi-gacin transnacional ha sido la agregacin exagerada. En los discursos acadmicos y pblicos, losmigrantes, en cuanto actores que cruzan fronteras, son concebidos principalmente como dis-pora. Este trmino tiende a tratar, a los emigrantes de un determinado Estadonacin, como un

    todo, por ejemplo, la dispora hind o la dispora china. Esto presenta tres problemas: 1)implicauna relacin unilateral, al enfocarse slo en el pas de origen, en adicin al concepto tradicionalde dispora como una dispersin forzada, la cual limita la perspectiva que considera relaciones endos sentidos;2)la dispora religiosa o nacional puede no captar la manera en que se conciben a smismos sus integrantes. Por ejemplo, no todos los migrantes provenientes de Turqua se consideranturcos, algunos se identifican como kurdos, y 3)existen diferentes niveles de agregacin: familias,pueblos, regiones, naciones, lealtades interculturales y prctica de religiones. Es necesario analizarla nocin de dispora y dejar espacio para los diferentes tipos de comunidades transnacionales.Aqu el trmino se reserva para las grandes comunidades polticonacionales de autoadscripcin.

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    joramiento de la infraestructura y la provisin de bienes colectivos en el mbitolocal (p. ej., educacin y salud); en las redes de empresarios, oportunidades deinversin y rentabilidad; en las comunidades epistmicas, el flujo irrestricto deconocimiento, y en las comunidades nacionales, un alto grado de autonoma pol-tica, que a veces implica la formacin de un Estadonacin independiente. Todasestas nociones se asemejan al mnimo comn denominador que, el concepto de-sarrollo, ha significado desde fines de los aos cuarenta del siglo pasado, especfi-camente por lo que hace a la vaga esperanza de progreso y mejora de la zona delmundo que se considera subdesarrollada para una aguda crtica vase (Escobar,1995). El enfoque transnacional significa no slo examinar a los pases en de-sarrollo y transformacin, sino tambin a los pases altamente industrializados.

    En este ltimo caso, lo que importa es la contribucin de los migrantes al segurosocial, la provisin al bienestar, la reduccin del diferencial en el mercado laboralentre la economa informal y los sectores altamente calificados o la difusinde los valores de la democracia y los derechos humanos por los migrantes.

    La primera parte de este trabajo esboza la adopcin, por las organizacionesinternacionales y los gobiernos de los pases de la Organizacin para la Coope-racin y el Desarrollo Econmicos (OCDE), del concepto comunidad como unacategora referencial en el pensamiento del desarrollo a lo largo de las ltimas tres

    o cuatro dcadas. La segunda parte discute el papel de los tres principios del ordensocial, en particular la comunidad frente al Estado y el mercado en los procesosde desarrollo; se examina de qu manera las organizaciones y los grupos migran-tes han complementado, o han sido incompatibles con, los principios del Estadoy del mercado. El anlisis transnacional requiere que se examinen los vnculosentre los pases de emigracin e inmigracin, as como las regiones emisoras yreceptoras, ms all de la interdependencia entre unidades cerradas en la aperturade espacios sociales transnacionales. La tercera parte se refiere a las implicaciones

    para la investigacin futura y argumenta que el concepto de espacios socialestransnacionales es decir, espacios intermedios entre lo local y lo global, ascomo entre Estadosnacin puede utilizarse como un instrumento para ilu-minar los dilemas de la democracia y la ciudadana que cruzan las fronteras, sinrecurrir simplemente a las nociones centradas en el Estadonacin. En contrastecon ideas recientes sobre el equilibrio entre Estado, mercado y comunidad en eldesarrollo, los Estados pueden ser trados a colacin para evidenciar la oportuni-dad de la emergencia de espacios sociales transnacionales y, en consecuencia, el

    papel de los grupos y asociaciones transnacionales en la poltica de desarrollo.

    ELPAPELDELACOMUNIDADENELDESARROLLO

    La importancia de la comunidad, como pilar del desarrollo, se ha incrementadoen las ltimas tres dcadas. El enfoque ms reciente de la poltica de desarrollo

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    basada en los sujetos transnacionales, en el contexto del incremento del flujo deremesas de los migrantes, se ajusta a un patrn en el que los papeles del Estadoy el mercado han sido reevaluados, desde sus cimientos, por las organizacionesinternacionales de desarrollo. Se ha dado un cambio evidente en la reflexin acer-ca de las polticas internacionales de desarrollo, lo que ha llevado al redescubri-miento de la migracin transnacional como un conjunto de procesos que implicala transferencia de recursos, desde los pases desarrollados a pases en desarrollo.Las instituciones internacionales como el Banco Mundial, adems de las organi-zaciones y gobiernos nacionales, atribuyen un papel creciente en los procesos dedesarrollo a las comunidades, particularmente a las comunidades transnacionales(Biao, 2005). Hace aos, John Kenneth Galbraith describi la migracin como

    la accin ms antigua contra la pobreza (Galbraith, 1962; citado en House ofCommons, 2004).3Esta intuicin parece descansar en fundamentos slidos de lateora econmica. Si se liberalizara la migracin transnacional, podran derivarsegrandes ganancias equivalentes, quiz, a la conclusin de la actual ronda de desa-rrollo de la Organizacin Mundial de Comercio (OMC). Idealmente, la migracindescendera bajo un sistema global de libre intercambio de todos los factores dela produccin, incluida la mano de obra, debido al factor de ajuste de precios, esdecir, la tendencia de los salarios a ajustarse en la medida que los trabajadores se

    trasladan de las regiones ms pobres a las ms ricas del mundo. Segn la teoraneoclsica, el comercio y la migracin son sustitutos: los pases con mano de obrarelativamente ms barata exportan bienes de mano de obra intensiva o trabaja-dores. Con el tiempo, las diferencias en los precios de los bienes y los salarios sereduciran gracias a un comercio ms libre (Fischer, Martin y Straubhaar, 1997).Una consecuencia paralela sera una cada significativa en el nivel salarial y, pro-bablemente, en algunos rubros del Estado de bienestar en los pases de inmigra-cin altamente industrializados (Hamilton y Whaley, 1984). sta es tambin una

    de las razones por la que no vemos un movimiento libre, es decir, una migracinsin fronteras y, en cambio, observamos lmites bastante estrictos de los Estadosde bienestar a la inclusin de los recin llegados.

    Como suele suceder, han proliferado voces crticas que cuestionan las ex-pectativas excesivamente simplistas y las causalidades espurias. Sin lugar a du-das, los flujos de remesas que pasan por los migrantes y las comunidades trans-

    3El patrn regional de distribucin es el siguiente: Amrica Latina y el Caribe reciben la mayorparte de las remesas (30 mil millones), seguidos por el sur de Asia (18 mil millones), el oriente y elPacfico de Asia (18 mil millones), el medio oriente y el norte de frica (13 mil millones) as comoel centro y este de Europa (diez mil millones). El frica subsahariana, que incluye a los pases mspobres del mundo, recibe la menor cantidad de remesas (cuatro mil millones). En Amrica Latina,las remesas alcanzan el 2% del PIB. No obstante, en las economas menores la proporcin es muchomayor: el 29% del PIBen Hait y, en El Salvador, Honduras y Repblica Dominicana, cerca del 15%(Orozco, 2002).

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    nacionales no son la panacea para subsanar los problemas del desarrollo. Despusde todo, el despegue y el xito de los procesos de desarrollo dependen, entre otrascosas, de las condiciones macroestructurales, como las reformas en la tenencia dela tierra, un clima favorable a la inversin, una burocracia y forma de gobiernotransparentes e incorruptas, por mencionar entre las ms obvias. En general, laevidencia de los efectos en el desarrollo es contradictoria y fragmentaria. Buenaparte de la investigacin que apoya las creencias acerca de los costos y beneficiosglobales de la migracin se basa en estudios a nivel micro que no pueden demos-trar, de manera convincente, la validez de sus conclusiones a nivel macro. Resultamuy problemtico extrapolar la evidencia micro al nivel macro, sin especificarlos mecanismos del proceso de agregacin. En cuanto a la transferencia de co-

    nocimientos, puede que no sea innovador, simplemente, cambiar el nombre delo que sola llamarse fuga de cerebros (brain drain) por ganancia de cerebros(brain gain) en alusin a todos los involucrados, es decir, los pases de emigracine inmigracin y las personas en movimiento. Ese recurso omite el hecho de quela migracin produce efectos nocivos, debido a la salida de los profesionistas alta-mente calificados, como sucede con el personal de salud en el sur de frica o conlos cientficos e ingenieros de los pases en desarrollo, en donde hay escaso poten-cial para reemplazar a los que se van. En ltimo lugar, en el caso de los exiliados,

    migrantes y refugiados como promotores de los derechos humanos y la democra-tizacin, se olvida el hecho de que algunos de estos grupos se encuentran en elcentro mismo de la perpetuacin de los conflictos violentos y no en su resolucin:por ejemplo, el nacionalismo a larga distancia de los rebeldes Tigres Tamiles de SriLanka. Adems, la Organizacin de las Naciones Unidas (ONU), en sus objetivosde desarrollo del milenio (ODM), no menciona a las migraciones transnacionaleso a las disporas vinculadas con los procesos de desarrollo. Muy pocos de losdocumentos de estrategia de lucha contra la pobreza (DELP) reconocen a la migra-

    cin o el refugio en conexin con el desarrollo. Hasta el momento, el papel de lascomunidades transnacionales ha sido un tema emergente, discutido en foros msespecializados como la Comisin Global sobre la Migracin (CGM) establecida enla ONU. Aun as, estas instancias no han puesto, seriamente, el nfasis en los suje-tos transnacionales como portadores de desarrollo.

    El retorno de la comunidad en el pensamiento sobre las polticas de desa-rrollo puede verse como un proceso acumulativo. Una breve revisin de la histo-ria de las ideas sugiere cuatro etapas sucesivas. La primera refiere al prolongado

    periodo despus de la segunda guerra mundial, en el que se suscit el modelo deindustrializacin sustitutiva de importaciones bajo los auspicios del Estado. Lateora de la modernizacin, de las dcadas de los cincuenta y sesenta, atribua unpapel activo crucial a los grupos y organizaciones pequeos (Huntington, 1966).Ese estado de cosas comenz a cambiar en la segunda etapa, caracterizada por elllamado del Banco Mundial, en 1973, a dirigir los esfuerzos de desarrollo hacia losms pobres de los pobres. Esta proclama desencaden un cambio en el enfoque

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    que lo alejara del crecimiento hacia la redistribucin y la equidad. De maneracomprensible, este cambio conceptual implic un giro hacia un nfasis crecienteen la participacin comunitaria en el desarrollo. Ya fuera que a las estrategias dedesarrollo se les denominara primero el granjero, desde abajo o de las bases,el acento se daba en la descentralizacin, la localizacin y la satisfaccin de lasnecesidades humanas bsicas de alimentacin, refugio, salud y lo que en la actua-lidad llamamos seguridad social.

    El giro hacia la comunidad coincidi con las crticas al Estado desarrollis-ta y, sobre todo, con el creciente rol concedido al mercado. Las organizacionesinternacionales, como el Banco Mundial, convocaron a una mayor participacinen el mercado global (McMichael, 1996), en claro contraste con los conceptos

    inspirados por la teora de la dependencia, la cual abogaba por una disociacinparcial de la participacin en el mercado mundial (Senghaas, 1974). Gracias a lainfluencia de la crisis de la deuda en Amrica Latina, en los setenta y ochenta,as como a la implosin de los Estados poscoloniales en algunas partes de fri-ca y otros lugares, los estudios acadmicos tambin enfatizaron las distorsioneseconmicas efectuadas por las elites en busca de ganancias al mando de los Es-tados depredadores (Bates, 1988). Las instituciones internacionales de desarrollocomenzaron a confiar ms en la operacin de mercados relativamente libres de

    ataduras, as como en los beneficios que el crecimiento impulsado por el mercadopodra llevar a las sociedades, cuyo potencial de crecimiento econmico se habafrenado por las instituciones estatales a las que se consideraba ineficientes. Unresumen de esta tendencia se bautiz como Consenso de Washington. Efectiva-mente, las organizaciones internacionales, como el Fondo Monetario Internacio-nal (FMI), presionaron a los gobiernos deudores para que basaran su poltica en lasseales de los precios del mercado, al tiempo que abogaban por la privatizacin,desregulacin y demolicin de derechos laborales y subsidios sociales (Chang y

    Graebel, 2003). Las agencias internacionales de desarrollo, cada vez ms, sobrepa-saron a los gobiernos de los pases subdesarrollados y optaron por estrechar lazoscon agencias no gubernamentales, locales e internacionales.

    La tendencia a la mercadizacin coincidi, quiz de manera accidentadapero no azarosa, con una nocin antiestatista, la cual planteaba que el desarrolloconllevaba la dotacin de poder (empowerment) a las comunidades e individuospara que ellos realizaran el proyecto de desarrollo. Obviamente, el nfasis en laautonoma local y en la participacin de las bases se diriga a aportar un til co-

    rrectivo a las estrategias de desarrollo desde arriba, instrumentadas en el pasado.En pocas palabras, con la retirada del Estado como mecanismo para la creacindel orden social y de diseo de polticas, la comunidad surgi como mecanismode compensacin. En una paradigmtica innovacin conceptual del desarrollo,las agencias internacionales de este mbito comenzaron a utilizar nuevos con-ceptos que, se supona, impulsaran el desarrollo, al respecto, el concepto capitalsocialfue uno de los ms importantes (Evans, 1996). Conceptualmente, la nocin

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    MIGRACIN Y DESARROLLO10 SEGUNDO SEMESTRE 2005

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    de capital social se acerca a la vinculacin entre los principios del mercado y lacomunidad.4Los recursos inherentes a los lazos sociales reciprocidad, confian-za y solidaridad se conciben como constituyentes de un capital que produceintereses; por ejemplo, el acceso a recursos financieros y otros bienes sociales.Los principales actores en las polticas de desarrollo, como el Banco Mundial yun gran nmero de ONG, propagaron modalidades participativas de desarrollo anivel local. La idea de globalizacin desde abajo se ha enfocado, lgicamente, enlas disporas y las comunidades transnacionales. En este proceso tambin se hatransformado el papel del Estado como principio del orden social en el desarrollo.Ahora se constituye en un proveedor de servicios para los mercados y, en parte,para las comunidades, con lo cual genera las condiciones para el intercambio mer-

    cantil a travs del establecimiento de reglas, una democracia estable y la garantade un mnimo de derechos humanos, civiles y polticos (Nuscheler, 2004). Dichobrevemente, las estructuras polticas y legales proporcionan la infraestructuranecesaria para el crecimiento econmico (North, 1990). Nociones como buen go-biernoy rgimen de la ley, en el contexto posterior a la tercera ola de democratiza-cin (Diamond, 1996), adquieren la mayor jerarqua dentro del universo de losconceptos del desarrollo.

    En sntesis, se ha dado un cambio conceptual al reincorporar a la comuni-

    dad en el discurso sobre el desarrollo y, ms recientemente, a los grupos as comoorganizaciones transnacionales. Aun cuando existe un fuerte vnculo entre losconceptos cambiantes y las polticas reales que se ejecutan, es necesario superarel supuesto papel de la comunidad, del Estado y del mercado para develar los dis-tintos roles de cada conjunto de principios del orden social.

    LACOMUNIDADFRENTEALMERCADOYELESTADO:COMPLEMENTARIEDADESEINCOMPATIBILIDADES

    Aun cuando los Estados vigilan sus fronteras y lmites, en tanto que los mercadosactan en un mundo carente de fronteras, las comunidades ocupan un nichodistinto al crear un orden social que trasciende las lneas divisorias. El centro dela atencin, aqu, se da en la manera en que los grupos de parentesco, las comu-nidades aldeanas, las redes empresariales, los grupos epistmicos y las disporasinteractan con los actores en los Estados y los mercados.

    4El capital social puede entenderse de dos maneras: 1)lazos sociales como recursos disponibles paralas personas (Bourdieu, 1983; Loury, 1985), y2)recursos como la reciprocidad y la solidaridad dis-ponibles para los grupos que permiten la cooperacin (Putnam, 1993; Faist, 2000).

    ESPACIOTRANSNACIONALYDESARROLLO

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    El capital financiero como remesa:

    pequeos grupos de parentesco

    Para muchas personas que pertenecen al tipo ms pequeo de grupo transnacio-nal, es decir, familias o grupos de parentesco, los lazos que van ms all de lasfronteras y los modos de vida que surgen de la migracin podran servir comouna estrategia de supervivencia, bastante cercana a la de generar ingresos a partirde la migracin como mecanismo de seguridad (Olwig y Srensen, 2002). Elloimplica hogares divididos en diversos Estados y dos lugares de residencia. Las re-mesas monetarias, con frecuencia, vinculan a los inmigrantes con sus parientes,

    trasponiendo grandes distancias por medio de lazos de reciprocidad y solidaridad;por ejemplo, el intercambio intergeneracional, cuando los hijos trabajan en elextranjero y sostienen a sus padres de edad avanzada, adems de otros miembrosde la familia en su pas de origen.

    Las instancias de complementariedad, en las transacciones comunitariascon los principios del Estado y el mercado, son evidentes. Las transferencias quehacen los miembros de la familia son sntoma del doble papel de algunos inmigran-tes, como proveedores para las familias en el pas de origen pero, tambin, para las

    arcas del Estado de bienestar en el pas en que estn empleados. En los sistemas deseguridad social para las pensiones, por ejemplo, el promedio de edad de los inmi-grantes, ms jvenes en comparacin con el resto de la poblacin, generan trans-ferencias sustanciales. Un estudio realizado en Alemania, a fines de los ochenta,evidenci que los inmigrantes generaron beneficios positivos en el corto plazo ensectores seleccionados del Estado de bienestar. De unos 3.6 millones de personas,que inmigraron entre 1988 y 1991, se obtuvieron beneficios muy positivos. Segntal estudio, unos cien mil empleados inmigrantes generaron 30 mil millones de

    marcos para la seguridad social, mientras que los costos alcanzaron tan slo 14 milmillones de marcos, lo que significa un considerable supervit de 16 mil millones(Barabaset al., 1992). Adems, como ya se mencion, los migrantes transnaciona-les pueden sostener a la parentela en el pas de origen. Esas comunidades y pases,con frecuencia, se caracterizan por la ausencia de sistemas de seguridad social orga-nizados por el Estado y, si existen, no permiten niveles mnimos de vida.

    Los lmites de este doble papel se advierten en el flujo de remesas a lo largodel ciclo de vida de los migrantes. Estos flujos no son necesariamente estables.

    Hay una concepcin general, en la literatura, acerca de que las remesas tenderna disminuir con el tiempo, en la medida que los migrantes se comprometan msen el pas donde residen (disminuiran en el caso de que se establezcan en el pasde inmigracin, y seran nulos en caso de regresar). Con frecuencia, se percibe quede tres a cinco aos es el periodo mximo de envo de remesas, al tiempo que esfrecuente que se suscite una cada particular en el momento en que el migranteconsolida un estatus en el extranjero. Sobra decir que ese patrn no es inevitable

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    y que puede verse afectado por el contexto macroeconmico y macropoltico, ascomo por los eventos vitales entre los migrantes y sus familias.

    Un elemento adicional de complementariedad es macroeconmico. Algu-nos pases de emigracin, especialmente los principales receptores de remesas yaquellos en que esas transferencias alcanzan altas proporciones del producto in-terno bruto (PIB), han llegado a utilizar los montos de remesas, actuales y futuros,para aumentar su disponibilidad de crditos en el sector financiero. De esta forma,la solidaridad y reciprocidad de los migrantes, con sus hogares filiales en el pas deorigen, se han convertido en futuros de divisas duras, utilizados como seguridadintercambiable para acceder a prstamos extranjeros, en economas cuyo accesocrediticio se haba deteriorado en el mercado internacional (Guarnizo, 2003).

    La aparente incompatibilidad de esas transacciones no est relacionada,directamente, con la actividad de las familias, sino con la manera en que los pe-queos grupos de parentesco compiten con los bancos y otras instituciones delmercado, en tanto canales formales de remesas. En pocas palabras, los gigantesdel mercado pueden, en algunos casos, competir con los sistemas de solidaridadcomo esquemas de transaccin no oficiales que pueden ser, a veces, ilegales, dehawallay hundi. Estos ltimos estn organizados sobre la confianza entre, porejemplo, los miembros de comunidades religiosas y se utilizan en mltiples situa-

    ciones, como la dispora juda. Bsicamente, los migrantes que desean transferirsus remesas utilizan esos sistemas para trasladar dinero sin pagar altas comisiones.El extremo, el remitente enva informacin al receptor y las remesas se entreganinmediatamente, con base en la confianza mutua. Estas formas de transaccinentran en discordancia con la participacin, ms reciente, de las grandes corpo-raciones financieras en el control de las transferencias de remesas en el mundo.Por ejemplo, Western Union y MoneyGram, en 1996, controlaban ya el 97% delmercado de remesas y el 81% de los locales que, en Estados Unidos, se estimaban

    en 43 mil (Guarnizo, 2003). Mientras que el mercado MxicoEstados Unidosest dominado por las grandes corporaciones, las remesas al sur de Asia parecenbasarse en canales no oficiales. Por ejemplo, un estudio en Bangladesh mostra-ba que el 40% de las remesas se envan a travs de fuentes hundiinformales; el4.6%, por amigos y familiares; el 8%, por los migrantes a su retorno, y el 46%,por fuentes oficiales. Para Pakistn, los altos ejecutivos de los bancos calculan elflujo real entre ocho y 10 mil millones de dlares, de los que slo mil millones seenvan, realmente, a travs de los canales oficiales (Hugo, 2003). En el contexto

    de las secuelas del 11 de septiembre de 2001, diversos gobiernos occidentales hanclausurado los canales no oficiales, bajo el argumento de que se les utilizaba parael lavado de dinero y para propsitos terroristas explcitos (Mellyn, 2003).

    La compatibilidad entre las transacciones comunitarias y los esfuerzosestatales por evitar estas actividades tambin es dudosa. Es frecuente que, losestudios sobre remesas, supongan que los migrantes involucrados emigraron demanera ms o menos voluntaria. Se da escaso nfasis a los refugiados o, ms pre-

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    cisamente, a quienes contaban con escasos grados de libertad al momento de susalida. Las relaciones contenciosas entre el Estado y los ciudadanos, en los pasesde origen de la emigracin, pueden arrojar luz acerca de la resistencia, de los pa-ses de emigracin, a inhibir las remesas, en especial cuando una de las motivacio-nes para emigrar era escapar de la influencia de gobiernos autoritarios. Adems,si los migrantes sienten que los gobiernos, simplemente, buscan establecer un im-puesto sobre su dispora, se cuestiona el cumplimiento de esta imposicin fiscalindirecta. En el caso de Eritrea, el joven Estado intent gravar, a los expatriados,con el 2%, el llamado impuesto de curacin, a fines de los aos ochenta. Mstarde, el Estado utiliz los fondos para financiar la guerra contra Etiopa.

    La proteccin de los derechos humanos, en los pases de inmigracin, puede

    no constituir un problema de incompatibilidad dado que, en la mayora de ellos,se aplican las normas de los derechos humanos y laborales bsicos, aunque condiferencias significativas al compararse a los pases de la Unin Europea (UE) conlos pases del Medio Oriente y con las economas asiticas de rpido crecimiento.En estas ltimas, los derechos de los trabajadores migrantes parecen estar muchomenos protegidos, al menos en lo que respecta a las protecciones formales (Wei-ner, 1986). En lo que toca a los pases de emigracin, no slo hay un problemade instrumentacin. Es claro que hay un inters directo en las remesas. Y algu-

    nos pases, como Filipinas, han ajustado sus sistemas educativos y de salud a laexportacin de trabajadores y servicios (Martin, 2004). Esta estrategia implicauna maximizacin del fenmeno emigratorio. Al mismo tiempo, la legitimacindel rgimen poltico requiere que los pases de emigracin atiendan los derechoshumanos, civiles y sociales de la fuerza de trabajo migrante en el extranjero. Latensin entre los nmeros frente a los derechos incide, claramente, en las condi-ciones bajo las cuales los miembros de los grupos familiares, en especial aquellosempleados en sectores crticos como los servicios domsticos y la construccin,

    son capaces de negociar los trminos de su empleo (Rodrguez, 2002).5Las incompatibilidades afectan de manera notable a los pequeos grupos,

    que se ven transformados como consecuencia del aprendizaje durante el procesomismo de la migracin. En algunos casos, la feminizacin de la migracin hallevado a la transformacin misma de las relaciones de gnero, mismas que cons-tituan la mdula de los arreglos migratorios en los grupos de parentesco grandes

    5Existe una clara distincin entre el empleo legal, bajo el cual los trabajadores pueden recurrir amedios legales, y el empleo ilegal, que no concede derechos sociales. Aun cuando esta diferencia esimportante, las relaciones en el empleo ofrecen distintas oportunidades para las diversas categorasde migrantes. Por ejemplo, para los trabajadores que son enviados al extranjero como mano de obracontratada, los derechos sociales en el pas del empleo temporal pueden no ser muy importantes.Adems, los trabajadores de temporada pueden no tener la flexibilidad que desearan, si se lescontrata bajo programas de empleo, ya que quienes ofrecen el puesto por lo general contratan aquienes consideran los ms dciles (Faist, 2003).

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    y pequeos. En Bangladesh, la migracin de las mujeres hacia Malasia tuvo, comoconsecuencia, el cambio de las prcticas sociales. Una vez que comenz el flujo demujeres desde Bangladesh a Malasia, las mujeres jvenes procuraron emigrar, loque llev a un aumento en la independencia econmica. Quienes participaban enla migracin prestaban a otras mujeres y tambin participaban en la fuerza de tra-bajo en Bangladesh. Malasia, que tambin es un pas musulmn, se considera unmodelo a seguir para Bangladesh. Dado que la participacin femenina en la fuerzade trabajo en Malasia es relativamente alta, las mujeres migrantes, e incluso quie-nes no lo son, adoptaron algunas de las nuevas prcticas de Bangladesh (Dannec-ker, 2005). Empero, asimismo sabemos de algunos otros casos en los que las prc-ticas transnacionales exacerbaron las estructuras de poder asociadas al gnero, en

    especial cuando el control de las remesas financieras permaneca en manos de loshombres (acerca de El Salvador: Mahler y Pessar, 2001). Estos ejemplos sugierenque los grupos transnacionales no siempre deberan verse como actores unitariosen todos los aspectos, sino que, en cambio, deben percibirse como colectivos socia-les formados, algunas veces, por lazos sociales y simblicos conflictivos.

    El capital financiero como inversin:

    asociaciones de oriundos

    Un enfoque centrado en las comunidades convierte a las transacciones transna-cionales, en su mayora, en transferencias translocales, es decir, relaciones entrelocalidades por encima de las fronteras de los Estadosnacin. Los ejemplos sonnumerosos y las comunidades de los pueblos se presentan en diversas formas,entre ellas, las asociaciones de oriundos en Mxico, las asociaciones de retorno enJamaica o las fundaciones caritativas en Egipto. Esas colectividades proporcionan

    recursos significativos para el desarrollo de la comunidad a nivel local, es decir,participan en el financiamiento de materiales para la construccin del templodel pueblo de origen, recaban dinero para mejorar los sistemas de agua potable yalcantarillado o para optimizar la prestacin de servicios de salud o educativos,adems de ayudar a organizar los esfuerzos de apoyo tras los desastres naturales,as como canalizar las remesas, en especial en el continente americano.

    Mientras que los pases tradicionales de emigracin, como Italia, hace mu-cho tiempo que cuentan con polticas y programas para sus (antiguos) ciudada-

    nos que viven en el extranjero, slo hasta aos relativamente recientes, los pasesde emigracin han remodelado su relacin con las asociaciones de oriundos, confrecuencia de manera reactiva (para el caso de Mxico: Goldring, 2002). Todavams recientemente, las organizaciones internacionales han captado la posibilidadde que las comunidades transplantadas puedan ir ms all de la conservacin dela cultura y dar sentido, en cambio, a una porcin considerable de la estrategiade desarrollo econmico para su pas de origen (Lucas, 2001). La complemen-

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    tariedad de las actividades de las asociaciones de oriundos y del Estado puedeverse, fcilmente, cuando las comunidades y los Estados cooperan para mejorarla infraestructura en las regiones de origen. Un ejemplo bastante conocido es elPrograma Tres por Uno en Mxico, un ejemplo de la asociacin pblicoprivadaen la poltica de desarrollo. Cada dlar de las remesas de las asociaciones de oriun-dos, destinado a proyectos de desarrollo aprobados por el gobierno, recibe undlar de financiamiento de cada uno de los gobiernos federal, estatal y municipal.Otro ejemplo se refiere al turismo proveniente de las comunidades de emigradoshacia su viejo pas, en casos que van desde Irlanda hasta Vietnam. Es claro que,como en el caso de las remesas familiares, las asociaciones de oriundos privilegianciertos lugares. Las fricciones entre las comunidades y los Estados surgen cuando

    las asociaciones persiguen objetivos polticos distintos de los propuestos por losgobiernos locales, regionales o nacionales. Esta respuesta de los Estados ha sido,por una parte, la represin y la vigilancia de los emigrantes en el extranjero, pero,por la otra, tambin esfuerzos ms vigorosos, en ocasiones, por atender los inte-reses de la dispora, por ejemplo, ofreciendo servicios a travs de las institucionesconsulares o de campaas polticas en el extranjero, como sucede en los casos deMxico, Hait y Repblica Dominicana en Estados Unidos.

    No obstante, hay incompatibilidades que van ms all de la divergencia

    de intereses y que plantean dilemas ms fundamentales. Las organizaciones ygrupos transnacionales pueden, simultneamente, salir y expresar su voz, lo quese facilita por la movilidad geogrfica y se fortalece por los lazos transnaciona-les. Aunque la complementariedad, entre la opcin de salida y de voz, puede serplausible desde un punto de vista normativo, como un mayor espacio de manio-bra para quienes se trasladan, la transnacionalizacin de la participacin polticagenera tensiones entre las personas y asociaciones con acceso a la movilidad, conaquellas que no se trasladan. Se suscita el dilema fundamental surgido del princi-

    pio democrtico de que quienes toman las decisiones deben ser parte de quienesse ven afectados por ellas, aunque los transnacionales participan en la toma dedecisiones pero, cuando se trata de las consecuencias de las medidas, actan comoterceros. Este dilema fundamental es particularmente notorio en los pases entransformacin que han establecido una estructura que alcanza a los emigran-tes en el extranjero, como en el caso de Mxico. Existe una amplia variedad deinstrumentos, que van desde el Programa Paisano, las matrculas consulares, elInstituto de los Mexicanos en el Exterior y los esfuerzos por institucionalizar la

    doble ciudadana junto con los derechos polticos, como la iniciativa para la do-ble ciudadana (1996) y la aprobacin del voto extraterritorial para las eleccionesfederales de 2006. Esos programas pueden estimular y promover las asociacionestransnacionales y las formas transnacionales de ciudadana. En el mbito local,sin embargo, esas formas transnacionales no son inocuas porque, muy frecuen-temente, una parte considerable de las llamadas comunidades de origen reside(temporalmente) en el extranjero. Este ltimo es un efecto de la migracin en

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    cadena. El problema no es tan pernicioso a nivel nacional porque, por lo general,un porcentaje mucho menor de la poblacin est involucrado en la migracintransnacional. El patrn dominante, de la migracin transnacional, es que existenpocos migrantes desde la mayor parte de los lugares y muchos de unas cuantaslocalidades, si se toma a los estados como la unidad de anlisis ms amplia. Enesencia, la transnacionalizacin hace que se ensanche la combinacin entre lasalida y el ejercicio de la voz de manera sostenida y, por lo tanto, contribuye a lasoportunidades desiguales para el ejercicio de los derechos polticos.

    Capital financiero en forma de inversiones:

    redes de empresarios

    Algunas veces, los emigrantes que viven en el extranjero, junto con sus hijos, sonvistos por los gobiernos del pas de origen como mediadores efectivos (tal es elcaso de China) que juegan un papel crucial en la intermediacin para las inversionesextranjeras o para invertir directamente. No obstante, tambin hace tiempo quese reflexiona en torno a que el desarrollo definido como crecimiento econmico noincide, principalmente, en el flujo de capital financiero, sino en el espritu empre-

    sarial (Hirschmann, 1947). Los empresarios, en su calidad de comunidad prctica,pueden promover una atmsfera en la que puede crecer ese espritu empresarial delos protestantes y de otro tipo de espritu que desemboca en el xito econmico.Ejemplos a la mano lo constituyen los emigrantes de China continental, Taiwne India. Los hindes en el extranjero, establecidos en el Valle del Silicn, por ejem-plo, contribuyeron al surgimiento de la regin en torno a Bangalore como el centrode la industria hind dedicada a la tecnologa de la informacin. Los emigranteshindes que trabajaron como expertos altamente especializados, en el Valle del

    Silicn, invirtieron en la pujante industria de la tecnologa informtica en India.Los especialistas en programacin, en India, ya contaban con empleo en empresasdel extranjero para procesar datos y desarrollar programas. Los inversionistas hin-des del Valle del Silicn aadieron un espacio adicional para el establecimiento deempresas en India. Otras compaas extranjeras, provenientes de Estados Unidosy Europa, siguieron el ejemplo (Cornelius, Espenshade y Salehyan, 2001). La expe-riencia taiwanesa es similar a este caso (Tseng, 2000).

    En casos como ste, que involucran un amplio sector terciario, es decir, un

    sector de la poblacin migrante que vive en el extranjero educado en universidadesy posgrados, se constituye un potencial para la inversin extranjera. Nuevamente,unos 20 millones de ciudadanos viven en el extranjero. Esta dispora solamente essuperada en tamao por China. Se calcula que el ingreso de esta categora asciendea ms de una tercera parte del PIBde India. Por ello, no sorprende que la denomina-da comunidad de hindes no residentes (HNR) aportara el 10% de la inversin ex-tranjera directa (IED) en India, as como una porcin considerable del capital mixto.

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    La Repblica Popular de China puede servir como un caso por excelencia, ya quecerca del 50% de la IEDproviene de los, aproximadamente, 30 millones de chinosen el extranjero. Los sucesivos gobiernos del pas asitico han generado incentivospara que los chinos, desde el extranjero, inviertan en algunas reas empresarialesselectas (Saxenian, 2002). Sin lugar a dudas, las cadenas productivas globales, eneste caso el desarrollo y procesamiento de programas computacionales, han hechoque inversiones como stas sean ms probables y rentables. No obstante, sabemosmuy poco acerca de las redes y cmaras que sostienen los empresarios entre s, aligual que de los intermediarios que los conectan en el pas de origen. Necesitamossaber ms acerca de cmo los empresarios actan como intermediarios, como co-munidades intermedias, como a veces lo hacen los llamados trabajadores trans-

    nacionales o retornados temporales que laboran en regiones de emigracin einmigracin, al tiempo que desempean el papel de mediadores que vinculan a lasempresas en las dos regiones, adems de hacerlo con sus redes personales, siendoportadores del conocimiento tecnolgico y de mercado. Parece factible suponerque unos cuantos de los expatriados, que invierten en sus pases de origen, tienenlas ventajas de quienes lo hacen desde dentro, como el conocimiento del idiomay las costumbres locales, adems que es probable que gocen de la confianza de losburcratas que administran la planeacin econmica (Rauch, 2001).

    Los gobiernos han puesto en prctica un conjunto de polticas para atraertanto a los emigrantes altamente capacitados, como a quienes retornan, ademsde promover que quienes se quedan en el extranjero conserven lazos productivos.Por ejemplo, el gobierno hind ofrece estmulos impositivos para los expatriadosy trata de utilizar sus conocimientos, consejos e ideas para equipar mejor a lascompaas hindes, a fin de generar oportunidades para las compaas de Indiaen el extranjero. Un instrumento simblico, pero altamente visible, ha sido con-ceder un estatus especial de residente para los empresarios expatriados, muy si-

    milar a la doble ciudadana. Ese estatus ha generado mayores opciones de ingresoa los grupos privilegiados.

    Este ejemplo esboza ya algunas incompatibilidades potenciales entre las co-munidades y los Estados. El Estado chino, por ejemplo, estimula los flujos de capi-tal financiero pero, ciertamente, se opone a la importacin de ideas polticas por losexpatriados. Las ideas de los expatriados, respecto a la liberalizacin del rgimenpoltico y un mayor reconocimiento de los derechos humanos junto con los idealesdemocrticos, evidentemente no han sido bien recibidas; empero, los grupos em-

    presariales que participan en la transferencia de capital econmico, en contrastecon la transferencia de capital poltico, son distintos al de los estudiantes.

    El espinoso tema de la selectividad del desarrollo, a travs de la transnacio-nalizacin, es aqu, pues, ms evidente que en el caso de las remesas. Los Estadosy las elites econmicas se unen para patrocinar la inversin, quiz en detrimentode otros sectores de la educacin y la economa. El gobierno hind, por ejemplo,ha patrocinado fuertemente a los institutos avanzados de enseanza, los Insti-

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    tutos Hindes de Tecnologa (IHT). Ese esfuerzo concertado no se hace visiblecuando se analiza la educacin bsica. Ciertamente, en este caso los gobiernosfederal y provincial han generado las condiciones para que las comunidades deempresarios ofrezcan servicios e inversin. Por causa de la coalicin de Estadosy comunidades de empresarios, en la planeacin y puesta en prctica de las in-versiones extranjeras directas, sera exagerado considerar a tales procesos comodesarrollo desde abajo (Bhagwati, 2003).

    Para los pases de inmigracin, el espritu empresarial inmigrante o tnicopuede ser parte de los benficos lazos de negocios transnacionales. Los estudiosrealizados en Canad han mostrado que un incremento al doble en la migracincapacitada, procedente de Asia, signific un incremento de 74% en las impor-

    taciones asiticas en Canad (Page y Adams, 2004). Adems, las iniciativas em-presariales tnicas pueden ser instrumentales para la creacin de empleos paralos inmigrantes y los nativos. Los mercados pueden ampliarse en dos direccio-nes. Primero, la nostalgia por parte de los migrantes, en torno a los alimentos yproductos del pas de origen, genera mercados para esos productos en el pas deinmigracin, estimulando la produccin local y el comercio internacional (porejemplo, los inmigrantes turcos en Alemania). Segundo, los empresarios migran-tes pueden invertir en los pases de origen y contribuir as, de manera directa, al

    desarrollo econmico en el extranjero. Aun cuando existe un enrgico desacuerdoacerca de los beneficios exactos que los llamados nichos tnicos, los enclaves ylos mercados tnicos proporcionan a cada categora es decir, los empresariostnicos frente a los trabajadores del mismo grupo tnico (Sanders, 2002), lainiciativa empresarial migrante es un ejemplo por excelencia de cmo el capitalfinanciero sigue a las personas o, ms precisamente, el capital acumulado por lagente que primero fue atrada al extranjero por el capital. En todos estos procesos,el capital social constituye un mecanismo crucial de vinculacin.

    Conocimiento:

    comunidades epistmicas

    Las comunidades epistmicas de acadmicos y expertos constituyen colectivi-dades ejemplares de prctica sin que se de propincuidad. Los cientficos y losexpertos profesionales comparten modelos, teoras e incluso estilos de vida que se

    caracterizan por una marcada movilidad geogrfica. Recientemente, importantesactores polticos, como las organizaciones internacionales y los gobiernos, hancomenzado no slo a considerar la emigracin, reemigracin o retorno de los pro-fesionales altamente calificados, sino tambin la formacin de redes transnacio-nales. Este cambio de perspectiva, en parte, es resultado del hecho de que muchosde quienes estn altamente calificados no regresan a las regiones de origen, aun-que, de cualquier modo, forman redes epistmicas por encima de las fronteras en

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    las que, algunas veces, participan los pases de origen. Por ejemplo, la mitad de losestudiantes extranjeros que obtienen sus doctorados en Estados Unidos perma-necen ah cinco aos despus. La OCDE(1998) calcula que la fuga total de cerebrosde los pases en desarrollo, hacia los pases de la OCDE, es de cerca de 12.9 millonesde personas, con siete de ellas tan slo en Estados Unidos. El reverso de la medallaes el flujo masivo desde las regiones de emigracin. Segn el Banco Mundial, fri-ca perdi a una tercera parte de sus ejecutivos entre 1960 y 1987 (Stalker, 1994).En pocas palabras, el papel del intercambio de conocimientos, para el crecimientoeconmico y el desarrollo, ha recuperado importancia en los ltimos aos. Lastransferencias de recursos de un pas a otro se discuten, actualmente, dentro delmarco de la sociedad del conocimiento (Stehr, 1992). Hay mltiples declaraciones

    acerca de la importancia de la transferencia de conocimientos y la cooperacincientfica para el desarrollo (Banco Mundial, 1999). En relacin con las polticaspblicas, se han aumentado los esfuerzos por conectar las polticas de migracincon las polticas de investigacin en los pases en desarrollo, los pases en trans-formacin y los pases industriales (BMZ, 2001).

    Cabe hacer notar que el anlisis acadmico de las consecuencias para el de-sarrollo, que tiene la movilidad de las personas altamente calificadas, se ha equi-parado con el de las expectativas polticas: en la dcada de los sesenta, la mayora

    de los anlisis sostenan la idea de una ganancia de cerebros, provenientes de lospases en desarrollo, y la movilidad se vea como un recurso para modernizar atales naciones. En las dcadas de los setenta y ochenta, era verdad lo contrario, esdecir, se impuso la visin ms crtica de una fuga de cerebros, con la suposicinsubyacente de que la emigracin perjudicaba a los pases en desarrollo. Esto nosorprende porque esos estudios situaban, al fenmeno, dentro del paradigma dela literatura de la dependencia. En el curso de los aos noventa, de nuevo se trans-form el humor acadmico y poltico de moda. Los expertos y los polticos de los

    pases industriales, que requeran especialistas en tecnologa altamente calificados,afirman que existe una circulacin de cerebros, una expresin aparentementeneutral (Appleyard, 1999). Hay quienes afirman que existen beneficios mutuospara todos los actores involucrados. En los pases altamente industrializados, laspolticas pblicas dirigidas al reclutamiento de migrantes, con una gran capaci-tacin, incluyen esfuerzos por atraer estudiantes internacionales. Subsecuente-mente, algunos pases de la OCDE, como Alemania, recientemente han cambiadosu legislacin para permitir que los estudiantes internacionales permanezcan o

    reingresen una vez que han terminado sus estudios. Adems, los pases de emigra-cin han comenzado a promover iniciativas con el objeto de revertir la fuga decerebros. Los ejemplos incluyen los esfuerzos del gobierno hind por patrocinarlas inversiones, en el sector de la tecnologa de la informacin, de los expatriados.

    Hay diversos resultados posibles de la transferencia de cerebros: 1) fugade cerebros seguida de una ganancia de cerebros; 2)fuga de cerebros, y 3)unacadena global de cerebros. La primera posibilidad es la de una prdida de cere-

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    bros seguida de una ganancia. Es frecuente que, en el momento de la salida, sed un dficit, seguido de algunas posibles ganancias no slo para los migrantes ylos pases de inmigracin, sino tambin para los de emigracin. La emigracin delas personas altamente calificadas puede ser ventajosa para quienes permanecenen el pas de origen, cuando las personas educadas se van y luego reportan, a suregreso, que han tenido xito econmico. Esa comunicacin genera un incentivopara quienes se han quedado para que mejoren su conocimiento y capital socialal invertir, por ejemplo, en educacin superior. Estos procesos pueden suscitarsea gran escala y slo un pequeo porcentaje, de aquellos cuyos bienes de capitalhan mejorado realmente, dejarn el lugar, mientras que el resto se quedar enel pas de origen y se beneficiar de la educacin en el pas natal (Stark y Wang,

    2001). La segunda posibilidad es la fuga de cerebros, en especial en los pases mspobres, que carecen de capacidad de reemplazo. Los ejemplos empricos incluyena la llamada fuga de cuidadores de la salud proveniente de Zambia, Liberia yZimbabwe. Las enfermeras y los mdicos, provenientes de estos y otros pasesdel frica subsahariana, cubren los huecos en los sistemas de salud de los pasesdesarrollados, aunque el dficit en sus pases de origen es muy considerable, msan por casos como la pandemia de VIH/Sida en el sur de frica. Mientras tanto,los sistemas de salud en los pases de la OCDE, como Reino Unido, por ejemplo,

    se benefician de estas salidas: uno de cada diez empleados del sistema de saludprovena de los pases en desarrollo, a principios de los noventa. Para 2002, en unperiodo de diez aos, ms de cinco de cada diez eran originarios de regiones fuerade Reino Unido.6La tercera posibilidad es la de una cadena global de cerebros ocascada en etapas, que podra implicar tanto la prdida como la ganancia decerebros. Un ejemplo notable es el de los mdicos que se van de Canad a EstadosUnidos, quienes, a su vez, son reemplazados por sudafricanos en Canad. En elextremo de la cadena, los mdicos cubanos se trasladan a Sudfrica.

    En los pases de inmigracin, la idea de globalizacin econmica ha condu-cido a un mayor esfuerzo, de las compaas y los Estados, para atraer personasgraduadas al sector terciario. Al captar a los estudiantes internacionales y a losfuturos cientficos, los pases de la OCDEhan modificado su legislacin, cambian-do de una estrategia de tarjeta roja a una de alfombra roja. El mayor recurso alos trabajadores del conocimiento rememora la compra de cuerpos y el robo de

    6Otra posibilidad, asociada con la movilidad de personas altamente calificadas, es el desperdiciode cerebros, es decir, profesionistas que se emplean como trabajadores domsticos en los pasesde inmigracin (por ejemplo, las enfermeras filipinas en los pases del Golfo Prsico en el sectordomstico) o trabajadores altamente calificados que regresan a su pas de origen, pero no puedenemplear sus habilidades, como sucede con los cientficos en las disciplinas naturales que no puedenacceder a los laboratorios apropiados. El peor escenario es llamado desertificacin de cerebros. Eneste caso, las personas altamente capacitadas no regresan y no conservan lazo alguno con quienesse quedaron en el pas de origen.

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    trabajadores, una estrategia bien conocida, empleada por muchos pases al emu-lar el xito de los lderes econmicos, por ejemplo, en la Inglaterra del siglo XVIIIque atraa a trabajadores de las tierras bajas (Chang, 2002). La diferencia reside,sin embargo, en que actualmente no son los pases que intentan emparejarse losque se involucran en el robo, sino los que estn ms adelantados. Estados Unidoses, en nuestros das, el nico pas con un saldo positivo frente a todas las demsnaciones del mundo. Las personas de origen extranjero representan el 12% detodo el segmento de personal calificado en el mercado laboral estadounidense.No obstante, esta proporcin es similar en los pases de la OCDE. De ah que, ensimples cifras, la contribucin del mundo en desarrollo al desarrollado es relativa-mente marginal, aun cuando es estratgicamente importante dado que alivia las

    limitaciones del mercado laboral en los pases de destino.Para los pases en desarrollo y algunos en transformacin, el volumen de las

    habilidades involucradas es considerable. Lo que constituye una pequea propor-cin del personal, en el norte, es una muy grande para el sur. Por ejemplo, cerca deun tercio de los investigadores e ingenieros que salen de los pases en desarrollotrabajan en pases de la OCDE. En general, los pases en transformacin tienen msposibilidades de negociacin y pueden atraer de regreso a los intelectuales. Unejemplo es la Repblica Popular China. Adems, una proporcin cada vez me-

    nor de estudiantes chinos se traslada al exterior para estudiar (Meyer, 2005). Entrminos globales, es cada vez mayor la evidencia en el sentido de comunidadesepistmicas, de acadmicos y expertos, que tambin hacen contactos con el pasde origen (Barret al., 2003; Meyer y Charum, 1995). Obviamente, observamosuna complementariedad entre la comunidad, por un lado, y el mercado as comoel Estado, por el otro, en el caso de la ganancia de cerebros; mientras que existeuna incompatibilidad tanto en el caso de la fuga de cerebros, como en la prdidade personal al cuidado de la salud en los pases menos desarrollados.

    Es interesante hacer notar que existen lmites muy claros al patrocinio delEstado y al control jerrquico de las comunidades epistmicas. En la actualidad,estn documentadas unas 40 redes de ese tipo en el mundo, en las que se inclu-yen miembros de 35 pases en desarrollo. Dichas redes establecen actividades talescomo proyectos de investigacin conjuntos, intercambio de informacin, transfe-rencia de tecnologa, iniciativas vinculadas, sesiones de entrenamiento. Muchas deesas comunidades epistmicas se fundamentan en la idea de que el retorno no esla nica alternativa al xodo de capacidades. En cambio, existe una opcin trans-

    nacional. No slo los gobiernos nacionales, sino tambin las organizaciones inter-nacionales estn involucrados en el establecimiento de esas redes. Los programasde polticas existentes incluyen el llamado Transferencia de Conocimiento a travsde Nacionales Expatriados, implementado por la ONU. Se ocupa de la produccinde bases de datos acerca de los nacionales capacitados en el extranjero, quienespodran estar dispuestos a participar en proyectos de desarrollo especficos. Tam-bin existe el programa Migracin para el Desarrollo en frica, de la Organizacin

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    Internacional para las Migraciones (OIM) que busca movilizar las habilidades delos originarios de naciones africanas para el beneficio del desarrollo de frica. Noobstante, la emigracin de quienes estn altamente capacitados slo es positiva siexiste una reserva mnima de personas igualmente calificadas. De otro modo, noexiste una capacidad de reemplazo. Un sntoma es que cerca de 250 mil profesio-nistas, nacidos en frica, trabajan fuera del continente y cien mil profesionistasno africanos, que estn en frica, son empleados por las agencias de la ONUcon elpatrocinio de ONG. Mientras que los sistemas de entrenamiento e investigacin seorganizan, principalmente, siguiendo las lneas nacionales, las comunidades epis-tmicas evaden, con frecuencia, los estrechos principios del inters nacional. Uncaso de importancia, que resulta relevante, es la red denominada Red Caldas, esta-

    blecida por el gobierno de Colombia a principios de la dcada de los noventa (Cha-parroet al., 2004); esta experiencia da una nocin de la importancia de las comu-nidades de investigacin especializadas, construidas siguiendo la lgica de redesdescentralizadas, las que cuentan con una genuina orientacin transnacional. Elgobierno estableci redes radiales descentralizadas, que ms tarde se desarrollaronpara dar lugar a comunidades epistmicas con un carcter descentralizado. Esteproyecto se desenvolvi a partir de nodos nacionales en los noventa. El gobiernoestableci nodos nacionales en todos los pases del mundo que tuvieran una masa

    crtica de estudiantes e investigadores colombianos de posgrado; en total fueron27 pases con 874 investigadores y estudiantes de posgrado. Se formaron grupos detrabajo en los que se reuni a investigadores que se encontraban en Colombia, in-vestigadores colombianos que residan en diversos pases e investigadores de pasesdesarrollados interesados en esos tpicos. La Red Caldas realiz un registro de ta-les proyectos. En la segunda mitad de la dcada de los noventa result claro que losinvestigadores con residencia en Colombia y quienes estaban en el extranjero nose reunan en torno a nodos nacionales, sino que coincidan en comunidades epis-

    tmicas especializadas. De la misma manera, Red Caldas evolucion en una redde redes cuando disminuy el apoyo del centro, es decir, del gobierno. Los nodosnacionales, prcticamente, desparecieron a fines de los noventa. Las comunidadesepistmicas, en las que realmente participaban los investigadores relacionados conColombia, contaban con una membresa y una actividad mucho ms claramentedefinidas, a la vez que se caracterizaban por un modelo ms participativo y menosjerrquico. En sntesis, fracas el esfuerzo centrado en la gestin del Estado porestablecer comunidades epistmicas transnacionales, siguiendo lneas nacionales,

    mientras que las redes descentralizadas tuvieron xito al atraer a cientficos de lasdisciplinas naturales y sociales.

    Las comunidades epistmicas y los flujos asociados de conocimiento pro-porcionan un ejemplo excelente de los diferentes principios para la provisin debienes en las comunidades, mercados y Estados. Las comunidades proporcionanbienes del tipo de los clubes, que han de diferenciarse de los bienes pblicos yprivados. Mientras que los bienes pblicos y por tanto, el bien comn propor-

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    cionado por los Estados de manera tipo ideal se caracterizan por los principiosasociados de no exclusin y acceso para todos, es decir, que no hay exclusividad,los bienes privados se encuentran en el otro extremo. Los bienes tipo club se sitanentre esos extremos, en el sentido de que los no miembros de hecho pueden quedarexcluidos. Sin embargo, con fundamento en la membresa, los bienes que se pro-porcionan son efectivamente colectivos (Breuer, Faist y Jordan, 1995). En pocaspalabras, lo que ms importa en la provisin de bienes del tipo club son los lmitesentre los miembros y los no miembros. En el caso de las comunidades epistmicas,el conocimiento es equiparable a bienes de club, lo que sita al conocimiento entreun bien pblico y un bien privado. Por una parte, los crecientes flujos de cono-cimiento, por encima de las fronteras, han contribuido al rpido esparcimiento

    y adopcin de tecnologas informativas y de comunicacin, lo que sugiere queel conocimiento puede considerarse un bien pblico. Para los actores nacionales,internacionales y transnacionales involucrados en el desarrollo, el conocimientoes un bien pblico global. Por otro lado, el conocimiento es un bien privado, lo quese refleja en la importancia de los derechos de propiedad industrial (DPI) y de otrasformas de apropiacin del conocimiento. Obviamente, la produccin y el accesoal conocimiento son selectivos. Las comunidades epistmicas transnacionales pro-porcionan mecanismos para la traduccin de la ciencia en conocimiento, como

    un factor de produccin y toma de decisiones. Ciertas formas de conocimiento segeneran a travs de comunidades de personas con ideas similares, o de colegas quetrabajan en un cierto campo o dentro de un tema concreto. Las comunidades epis-tmicas tambin estn conectadas con trabajadores dedicados a la extensin y conlos usuarios finales (llamados accionistas). En sntesis, las comunidades epistmi-cas son formas organizacionales para producir y acceder al conocimiento prote-gido que circula libremente slo dentro de estas comunidades y que es accesible,en exclusiva, para los miembros. Quienes pertenecen a esas comunidades ocupan,

    as, la funcin de grupos estratgicos (Evers y Schiel, 1988) que generan el cono-cimiento como bien pblico y como bien privado.

    Ideas e intereses polticos:

    comunidades tniconacionales

    La tercera forma de transferencia de capital se relaciona con las ms visibles ame-

    nazas a la compatibilidad de las comunidades transnacionales y los Estados, esdecir, el capital polticocultural intercambiado en las comunidades tnicona-cionales. Tres categoras de comunidades transnacionales tambin apuntan haciatres grados de desafos potenciales al llamado terruo (homeland), pas de origen opas de emigracin: los refugiados/exilados, las disporas carentes de Estado y lasdisporas con base estatal. El papel de las tres categoras, claramente, se extiendems all del flujo del capital financiero para el financiamiento de ejrcitos re-

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    beldes (Collier y Hoeffler, 2000) y apunta a la definicin del meollo de los inte-reses e identidades de las comunidades polticas. Los Estados no slo se basan enuna infraestructura organizacional y en diversos mecanismos de establecimientode reglas para el gobierno legtimo, as como de la puesta en prctica de la instru-mentacin de estas reglas, sino tambin en los elementos comunes de identidadque subyacen a las comunidades polticas, como son las naciones. Los refugiados,los emigrados y los miembros de las disporas carentes de Estado, a primera vista,pareceran desafiar o incluso competir con los pases de emigracin existentes.Hay diversas formas de transferir el capital polticocultural, las cuales van desdelas actividades de los emigrados hacia el mejoramiento de los derechos humanos,en sus pases de origen, hasta el nacionalismo a distancia, que intenta formar un

    nuevo Estadonacin. El nacionalismo a distancia, en particular, puede rastrearsea los primeros aos del Estadonacin. Uno de sus crticos, Lord Acton, llam alas disporas el semillero de la nacionalidad.

    Con mucha frecuencia, los refugiados y exiliados han tenido un impacto enel desarrollo poltico, cuando median entre grupos en competencia o proporcionanrecursos para la reconciliacin y la reconstruccin. Los ejemplos destacados inclu-yen el papel de la dispora sudafricana en el movimiento de oposicin alApartheid,as como la ms reciente participacin de las disporas de Uganda y Nigeria. La

    retrica en torno a esos esfuerzos ha sido el buen gobierno y el rgimen de la ley,la puesta en prctica de los derechos humanos y la democratizacin. Igualmen-te importantes han sido las comunidades de refugiados y exiliados que, desde elextranjero, han desatado conflictos en los pases de origen, entre ellos los alba-nokosovares (Hockenos, 2003), los mujaidines, en el caso de Irn, o los rebeldeschechenios. Un grado mayor de coherencia polticocultural puede encontrarseentre las disporas carentes de Estado, que tienen la intencin explcita de fun-dar un nuevo Estadonacin o, al menos, lograr un mayor grado de autonoma

    en el territorio declarado como nacin. Esas comunidades son representadas pororganizaciones o movimientos de liberacin que estn en abierto conflicto con laantigua nacin, como atestiguan los casos de las comunidades kurda y tamil.

    A primera vista, un grado ms alto de complementariedad se da en el casode las disporas establecidas y basadas en un Estado, como sucede con las dis-poras armenia, china y palestina, en Estados Unidos as como en Europa. Algunasveces, estas disporas establecidas son consideradas, por Orin, como recursosestratgicos, como sucede con la visin del gobierno de China de los chinos en el

    extranjero poseedores de altas calificaciones. La nocin de que el pas de origen yla dispora constituyen un slo pueblo es, de manera especial, fuerte entre aque-llos relativamente dbiles, nuevos o reconstituidos, en conflicto con otros paseso grupos, como los armeniosazeri (Shain, 2002). Se podra argumentar que lasdisporas nacionales, que participan en los asuntos exteriores de un pas receptor,pasan de ser grupos carentes de derechos a ser poseedores de un boleto de entradaen la principal corriente de la sociedad y la poltica (sobre la poltica exterior de

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    Estados Unidos, vase Shain, 1999). Empero, las disporas fuertes y los Estadoscon escasa experiencia producen una compleja situacin de poltica internacionaly transnacional, que va ms all de la nocin de juegos de dos niveles (Putnam,1988). El concepto de juegos de dos niveles considera tanto las demandas mni-mas de los actores polticos dentro de la nacin, como las de sus contrapartes.La intervencin de las disporas fuertes implica una extensin hacia un juego detres niveles, en especial en la perpetuacin y resolucin del conflicto. Adems, lasdisporas establecidas pueden jugar un papel crucial en la definicin del interse identidad nacionales. Tanto las identidades como los intereses colectivos, indu-dablemente, son constructores dinmicos y flexibles. Los intereses de la disporay del pas de origen pueden divergir de manera significativa y no constituyen un

    todo unificado. Las formas de la identidad transnacional pueden conectar a lospases de origen con los de destino. Existen instancias de identidades transnacio-nales de tipo nacionalista, como en el caso de Polonia e Irlanda y sus disporas enEstados Unidos, formadas en el siglo XIXy principios del siglo XX. En casos excep-cionales, algunas interpretaciones de la identidad transnacional pueden separarsede la identidad nacional y competir, as, con el transnacionalismo estatista, comoen la idea de una dispora juda que no se centre en el Estado israel, sino en unadispora transnacional o incluso global (Boyarin, 1994).

    Todo ello sugiere que una perspectiva transnacional, en torno a los intere-ses y las identidades nacionales, puede apoyar, competir e, incluso, presentar undesafo a la congruencia de un pueblo, un territorio y una autoridad en un Estado.Uno de los desafos va ms all de esta trinidad. Si las comunidades transnacio-nales se conciben a s mismas como disporas conectadas con un proyecto deconstruccin de nacin, como los albanokosovares a fines de los aos noventa,por lo general se representan a s mismos como entidades tnicamente homog-neas; en pocas palabras, un Volkque se basa en una herencia cultural comn y no

    tanto en las predisposiciones subjetivas de sus ciudadanos respecto a un Estado yuna constitucin. Existe una tensin inherente entre el concepto de Estado quese define, por un lado, por las disporas nacionalistas segn el cual los miembrosconstituyen un Volky, por el otro, un concepto democrtico que percibe a la co-munidad poltica compuesta por todos sus ciudadanos.

    PERSPECTIVA: LOSESPACIOSSOCIALES

    TRANSNACIONALESYLOSESTADOS

    Este anlisis ha intentado sugerir algunas de las formas en que las comunida-des desempean un papel en la transnacionalizacin y el desarrollo, al sealarla interaccin con otros principios del orden social, en especial, el mercado y elEstado. Las unidades a las que se hace referencia con el trmino comunidad y lospropios espacios colectivos transnacionales estn bajo constante reconstruccin.

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    Adems, la cambiante relacin y la lnea de demarcacin entre mercado, Estadoy comunidad es, en s misma, producto de unas polticas pblicas contenciosas(Stratton y Orchard, 1994). En la investigacin futura habrn de considerarse dostemas: i) la reconstruccin de los grupos, asociaciones, redes y organizacionestransnacionales; ii)el cambiante papel de la manera en que los Estados abren yrestringen los espacios sociales. El primer tema ayuda a evitar la esencializacinde los sujetos transnacionales y a contrarrestar la tendencia, tanto de la investiga-cin acadmica como del diseo de polticas, a reconstruir a los sujetos colectivostransnacionales como actores unitarios. El segundo es necesario para clarificar elmudable papel de los Estados. Habr que prestar ms atencin a la manera enque los Estados estructuran los espacios sociales transnacionales, por ejemplo, a

    travs de la regulacin de la migracin transnacional.7Como sugieren los ejemplos empricos discutidos, los colectivos trasnacio-

    nales, como grupos, asociaciones, organizaciones y disporas, no pueden tratarsecomo actores unitarios, si lo que se desea es comprender las tensiones inherentesa los espacios trasnacionales y las implicaciones para la concepcin de la transna-cionalizacin. Sin duda alguna, con el proceso de globalizacin se han modificadolas oportunidades para los actores transnacionales, no slo para las colectividadesbasadas en los migrantes (Evans, 2000). Gracias al aparente incremento en la

    interconexin a larga distancia, las facilidades de la comunicacin cara a cara y lainteraccin que permiten los viajes as como la difusin de las ideas y el conoci-miento, la vida social que atraviesa las fronteras estatales se ha tornado ms densay amplia. Los espaciosentrelos Estados se han multiplicado. Algunos de los mspreciados conceptos del estudio de la migracin deben ponerse en duda porque,quiz, ya no sean los ms adecuados para captar, de manera ms fluida, los esti-los de vida, los modos de accin y el comportamiento colectivo. Las vidas de losmigrantes no necesariamente se caracterizan por un establecimiento nico y un

    slo compromiso con una sociedad o un conjunto de asociaciones o de grupos so-ciales. Por lo tanto, las distinciones dicotmicas, como origen frente a destino,emigracin frente a inmigracin ya no se sostienen ms, aunque sea porquemuchos de los pases tradicionales de emigracin se han convertido en pases, a lavez, de trnsito y de inmigracin, con el caso de Turqua como un ejemplo tpico.Otras dicotomas menos obvias, como temporal frente a permanente o migrantelaboral frente a refugiado, tampoco se sostienen si de lo que se trata es de haceruna cartografa de las poblaciones en movimiento. Un primer paso ha sido el re-

    novado inters en la nocin de espacio social. Ello ha implicado, entre otras cosas,concebir a la migracin, ms all de su construccin demogrfica, como flujos oreservas de personas y examinar los lugares intermedios. Este tren de reflexin

    7Para un anlisis de cmo los procesos del mercado interactan con la migracin, en el caso de doseconomas fuertemente entrelazadas, vase Delgado Wise y Mrquez Covarrubias (2005).

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    no habra de limitarse ante otras nociones importantes, como la de ciudadana. Esclaro que los espacios sociales transnacionales no forzosamente implican que lascomunidades de origen y las comunidades de destino sean congruentes, en trmi-nos de sus intereses e ideas. Como se mencion antes, los actores transnacionalesque no residen, de manera permanente, en la comunidad de origen pueden tenernociones muy diferentes de desarrollo, en comparacin con los que estn en elterruo. Este problema de incongruencia no ha recibido la suficiente atencin,en trminos de sus implicaciones conceptuales. Por ejemplo, nociones como lade ciudadana transnacional se utilizan para describir la participacin, derechos,pertenencia y deberes polticos de los migrantes transnacionales por medio demecanismos como las asociaciones de oriundos. Sin embargo, un elemento im-

    portante de la ciudadana es una equitativa libertad poltica, el principio de lademocracia. Este principio sostiene que quienes toman las decisiones (voz) no de-beran tener la necesidad de salir voluntariamente. Mientras que es probable quetodava quisiramos utilizar el trmino ciudadana en un contexto transnacional,querramos evitar la falacia de, simplemente, transponer conceptos del nivel delEstadonacin a los espacios sociales transnacionales.

    No obstante, el concepto de Estadonacin tiene un importante papel enla definicin de las estructuras de oportunidad, en los espacios sociales y las tran-

    sacciones transnacionales relacionadas con el desarrollo. Muy al contrario de lassuposiciones acerca del detrimento del principio del Estado frente al mercado yla comunidad, los Estados desempean un papel activo para configurar las con-diciones mismas de los sujetos transnacionales que participan en los temas deldesarrollo. La relacin de la comunidad, con lo que se denomina globalizacin, sehace an ms evidente en los esfuerzos de los gobiernos nacionales por modificarlas polticas de inmigracin. A diferencia de las polticas pblicas de los aos se-senta, no slo se centran en la migracin de retorno, como forma de desarrollo,

    sino tambin en el patrocinio de las redes transnacionales. Los diseadores depolticas en los Estados de bienestar avanzados y en los pases de la OCDEhanrelacionado a la inmigracin con el futuro de las provisiones sociales. Al enfrentaruna transicin de magnitud considerable, una lnea de razonamiento percibe, a lainmigracin, como un aporte al rejuvenecimiento de los mercados de trabajo, ala conservacin del tamao de la poblacin para asegurar el crecimiento econ-mico futuro y para suavizar la transicin a otras formas de plantear los esquemaspara las pensiones en la edad avanzada y para rejuvenecer los mercados labora-

    les. En pocas palabras, el tema de la migracin de reemplazo (DPNU, 2000) ha as-cendido, en la escala de los instrumentos de poltica, en la actual reestructuracinde los Estados de bienestar. Una de las justificaciones para utilizar la inmigracincon propsitos econmicos, y por tanto definir con claridad el inters nacionalen los pases europeos, es el esfuerzo por modificar los efectos de la migracininternacional en los pases en desarrollo. Esta tendencia se hace ms visible quenunca en el tema de los migrantes con una escolaridad de tercer nivel.

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    La poltica contempornea de inmigracin en el mundo de la OCDE, comohemos visto, en parte se preocupa por la competencia para obtener los mejo-res cerebros del planeta, no slo por atraer a trabajadores altamente calificadoscomo colonos, permanentes o