estatua de don pedro if5b03c23-53fd-4310-849b-a04b7090bf2f/... · 2019-12-09 · una imagen regia:...

2
Museo Arqueológico Nacional Departamento de Difusión Serrano, 13. 28001 Madrid. Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840 http://man.mcu.es MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL BIBLIOGRAFÍA: • CÓMEZ RAMOS, R., “Iconología de Pedro I de Castilla”, en Historia, Instituciones, Documentos, Sevilla, 2006, pp. 61-80. • FRANCO MATA, M.A., Catálogo de la escultura gótica, Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 1993. • GÓMEZ BÁRCENA, M.J., “Figura orante de Pedro I”, en Isidro BANGO TORVISO (dir.), Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y Monarquía, (cat. exp., León, Real Colegiata de San Isidoro, 2000-2001), Valladolid, 2001, pp. 142-143. • GONZALEZ DE FAUVE, M.E.; LAS HERAS, I.J. y DE FORTEZA, P., “Espacios de poder femenino en la Castilla bajomedieval: El caso del linaje de los Castilla”. Cuad. Hist. Esp. Vol. 82, Buenos Aires, 2008, pp. 99-122. • GONZÁLEZ ZYMLA, H. “El patrimonio medieval del exclaustrado convento de Santo Domingo El Real de Madrid: Nuevas fuentes y documentos para el estudio de su panteón real”, en Madrid. Revista de arte, geo- grafía e historia. N.º 7. Col. Arte e Historia. Madrid, 2005. pp. 43-93. • REDONDO CANTERA, M.J., El sepulcro en España en el siglo XVI: Tipología e Iconografía, Centro Nacional de Información y Documentación del Patrimonio Histórico, D.L., Madrid, 1987. Texto original: Rosa López, marzo 2010 Adaptación del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión) NIPO: 551-09-006-X ESTATUA de don Pedro I numerosos hermanos bastardos, fruto de la relación que mantuvo su padre con Leonor de Guzmán, lucharon por conseguir la legitimidad en el trono apoyados por los linajes nobiliarios cas- tellanos, y el resultado fue la muerte de Pedro I, con sólo 35 años, a manos de uno de sus hermanos, el futuro rey de Castilla Enrique II Trastámara. Un rey orante El hecho de que al rey se le represente rezando está relacionado con que la oración es el medio más poderoso de salvar el alma del difunto, preocupa- ción muy ligada al hombre medieval que se refleja en los sepulcros. Ninguna dis- posición testamentaria referida al ente- rramiento de Pedro I se cumplió en su momento, ni la petición hecha por el difunto de que se cantaran continua- mente misas por su alma, ni la de su hermano Enrique pidiendo que los frailes rogaran sin cesar a Dios para que el alma de don Pedro saliera del purga- torio; este vacío parece querer llenarlo la representación escultórica. Además, el énfasis por la veracidad del retrato del monarca busca que se perpetúe su recuerdo porque gracias a la fama se consigue el triunfo sobre la muerte. Edad Media Tesoro a tesoro: descúbrelos

Upload: others

Post on 07-Jul-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: ESTATUA de don Pedro If5b03c23-53fd-4310-849b-a04b7090bf2f/... · 2019-12-09 · Una imagen regia: el retrato del rey Pedro I La autorización del monarca Juan II y un epígrafe que

Museo Arqueológico NacionalDepartamento de DifusiónSerrano, 13. 28001 Madrid.

Tel.: 915 777 912; Fax: 914 316 840http://man.mcu.es

MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

BIBLIOGRAFÍA:• CÓMEZ RAMOS, R., “Iconología de Pedro I de Castilla”, en Historia, Instituciones, Documentos, Sevilla, 2006,

pp. 61-80.

• FRANCO MATA, M.A., Catálogo de la escultura gótica, Museo Arqueológico Nacional, Madrid, 1993.

• GÓMEZ BÁRCENA, M.J., “Figura orante de Pedro I”, en Isidro BANGO TORVISO (dir.), Maravillas de la

España Medieval. Tesoro Sagrado y Monarquía, (cat. exp., León, Real Colegiata de San Isidoro, 2000-2001),

Valladolid, 2001, pp. 142-143.

• GONZALEZ DE FAUVE, M.E.; LAS HERAS, I.J. y DE FORTEZA, P., “Espacios de poder femenino en

la Castilla bajomedieval: El caso del linaje de los Castilla”. Cuad. Hist. Esp. Vol. 82, Buenos Aires, 2008, pp.

99-122.

• GONZÁLEZ ZYMLA, H. “El patrimonio medieval del exclaustrado convento de Santo Domingo El Real

de Madrid: Nuevas fuentes y documentos para el estudio de su panteón real”, en Madrid. Revista de arte, geo-

grafía e historia. N.º 7. Col. Arte e Historia. Madrid, 2005. pp. 43-93.

• REDONDO CANTERA, M.J., El sepulcro en España en el siglo XVI: Tipología e Iconografía, Centro Nacional de

Información y Documentación del Patrimonio Histórico, D.L., Madrid, 1987.

Texto original: Rosa López, marzo 2010 Adaptación del texto: Ángela García Blanco y Dori Fernández (Dpto. de Difusión)

NIPO: 551-09-006-X

ESTATUAde don Pedro I

numerosos hermanos bastardos, frutode la relación que mantuvo su padrecon Leonor de Guzmán, lucharon porconseguir la legitimidad en el tronoapoyados por los linajes nobiliarios cas-tellanos, y el resultado fue la muerte dePedro I, con sólo 35 años, a manos deuno de sus hermanos, el futuro rey deCastilla Enrique II Trastámara.

Un rey oranteEl hecho de que al rey se le representerezando está relacionado con que laoración es el medio más poderoso desalvar el alma del difunto, preocupa-ción muy ligada al hombre medieval que

se refleja en los sepulcros. Ninguna dis-posición testamentaria referida al ente-rramiento de Pedro I se cumplió en sumomento, ni la petición hecha por eldifunto de que se cantaran continua-mente misas por su alma, ni la de suhermano Enrique pidiendo que losfrailes rogaran sin cesar a Dios para queel alma de don Pedro saliera del purga-torio; este vacío parece querer llenarlola representación escultórica. Además,el énfasis por la veracidad del retratodel monarca busca que se perpetúe surecuerdo porque gracias a la fama seconsigue el triunfo sobre la muerte.

Edad Media

Tesoro a tesoro: descúbrelos

Page 2: ESTATUA de don Pedro If5b03c23-53fd-4310-849b-a04b7090bf2f/... · 2019-12-09 · Una imagen regia: el retrato del rey Pedro I La autorización del monarca Juan II y un epígrafe que

yacente que, posteriormente, en épocade los RRCC, fuese retallada y conver-tida en orante, lo que explicaría la rigi-dez de la postura, pues la estatua resultaalgo envarada.

El anónimo autor que realizó el encar-go de la priora pudo formarse en elámbito franco-borgoñón y trabajar enCastilla (Sigüenza y Toledo) en torno a1440. En el caso de que hubiera ejecu-tado la estatua en posición orante, nosencontraríamos ante la primera repre-sentación conservada de esta tipologíaen la escultura funeraria gótica castella-na, relacionándola, por característicascomunes como el manto, el alzacuello,los guantes y cierta desproporción de sucabeza, con la del sepulcro de GómezCarrillo en la catedral de Sigüenza.

Otra posibilidad es que la estatua sehiciera para el nuevo sepulcro delmonarca que encargaron los ReyesCatólicos en 1504, reaprovechandopartes del primero, como la cabeza,pues se piensa que Constanza habríaordenado copiar el verdadero retrato desu abuelo. El hecho de ser un encargode los RRCC vincula al escultor con elentorno burgalés, concretamente con laescuela de Gil Siloe, pudiendo haberseinspirado en dos esculturas orantes rea-lizadas por encargo de los RRCC, la deJuan de Padilla (Museo de Burgos) y ladel infante Alfonso, hermano de Isabella Católica, (Cartuja de Miraflores) conlas que guarda similitudes.

Esta Estatua de don Pedro I fue encontradapor la Comisión de Monumentos en lossubterráneos del convento en 1845,momento en que fue cambiada su ubi-cación y trasladada al coro de la iglesia,colocándose junto al sepulcro de doñaConstanza. En 1869, año de la demoli-ción del convento, ingresa en el MuseoArqueológico Nacional.

La Estatua del rey Pedro I de Castilla es unamuestra de la escultura funeraria delgótico final castellano, período en elque se construyen ostentosos monu-mentos respondiendo al deseo de per-vivencia del difunto, lo que da lugar aun desarrollo de la producción artísticasin precedentes.

Una figura orante con armadura ymanto regioEsta estatua representa al rey don PedroI de Castilla (1334-1369), unigénitolegítimo de Alfonso XI y María dePortugal y último rey de Castilla de lacasa de Borgoña desde 1350 hasta 1369,en posición orante con las manos juntaselevadas en una plegaria y arrodilladosobre un cojín. Es de tamaño algomayor que el natural y el cuerpo resultadesproporcionado con relación a lacabeza. Su aspecto corresponde a unhombre de complexión fuerte. Su cara,de expresión dura y altiva, es ancha, conpárpados abultados, pómulos promi-nentes y nariz aguileña; su ángulo facialdenota un ligero prognatismo. Semuestra lampiño, con pelo ondulado ycorto, ceñido por una cinta, divididoen dos mitades que caen sobre las orejasy con algunos cabellos cortos sobre lafrente. Viste armadura de brazales, gre-bas y musleras –que era el traje de galapara ceremonias públicas– y le asomapor el cuello una finísima cota de mallaque se muestra también bajo las ropas.Lleva túnica sin mangas (sobrevesta) debrocado cortada a la manera de escarce-la o quijotes y ceñida por un sencillocinturón que se cierra con una fíbula, ycoraza corta, compuesta de peto y espal-dar; sus manos están enfundadas enguantes que terminan en un adornocon forma de bola y los brazales de loscodos son disimétricos. Por último, secubre con el manto que, al igual que lasobrevesta, tiene adornos en relieve dehojas y flores imitando los brocados ycuya policromía, hoy perdida, repro-

ducía la de las telas que vestían el cuer-po de don Pedro en su sepulcro, conmotivos de lises de oro sobre fondoazul, símbolo de la dinastía real a la quepertenecía. No lleva ningún otro dis-tintivo de realeza, aunque posiblemen-te portaba la corona de hierro doradoencontrada en el cofre que contenía loshuesos del monarca y que pudo habersedesprendido de la estatua en alguno desus traslados.

La estatua es de alabastro, material uti-lizado con más frecuencia en la escultu-ra funeraria del gótico final, por tenerun aspecto cercano al mármol y prestar-se a una buena ejecución. En cuanto alestado de conservación, las piernasestán mutiladas, no se sabe si comoconsecuencia de un accidente o deldeseo de adaptar la estatua a un nuevoemplazamiento. La cabeza ha sufridovarias restauraciones y presenta unagrieta a la altura del cuello. Las falangestambién han sido restauradas.

Una estatua desconcertanteLa Estatua de don Pedro I podría ser la escul-tura de un magnífico sepulcro encarga-do por su nieta doña Constanza, hacia1446, para la capilla mayor de la iglesiadel convento de dominicas de santoDomingo El Real de Madrid, del queera priora. Allí había trasladado los res-tos de su padre y de su abuelo con ladebida autorización regia del bisnietode éste, Juan II, con la intención deconvertir el templo en panteón real enel que dar a sus antepasados un enterra-miento y unas exequias acordes con sulinaje y que en el momento de su muer-te no pudieron recibir, en el caso dedon Pedro, quizás por orden expresa desu hermano parricida.

La estatua pudo haberse ejecutadodesde un principio tal como la vemos,en posición orante, pero también pudohaber sido en origen la estatua de un

Una imagen regia: el retrato del reyPedro I La autorización del monarca Juan II yun epígrafe que estuvo colocado en lacapilla mayor de la iglesia del conventovinculan a don Pedro I con el sepulcroallí ubicado. La estatua, hecha con ver-dadera intención retratística, manifies-ta similitudes con anteriores represen-taciones del monarca. Comparte ras-gos, como la nariz aguileña y la mandí-bula inferior prolongada, con su retra-to del apeadero de la Casa de Pilatos deSevilla, en el que pudo inspirarse elescultor. También se asemeja a la ima-gen del sello de la poridat o sello secreto,por llevar el mismo peinado y el manto,y por la ausencia de corona. De perfil,su ángulo facial recuerda a los retratosregios del manuscrito de la vida deBertrand Duguesclin (1380-1387), ysobre todo a la efigie del rey que apare-ce en la moneda más conocida de sureinado, la dobla de oro, documentoiconográfico más fiable. Además, lacorona regia que luce el monarca en ladobla se asemeja a la encontrada en elcofre.

Sin embargo, en la estatua no se plas-man los datos que sí revela el análisis desus restos óseos: un acortamiento de latibia izquierda que se ha relacionadocon la cojera que padecía don Pedro yun hemicráneo derecho de menortamaño que el izquierdo, debido posi-blemente a una lesión del encéfalo queapunta la posibilidad de que el reyhubiera sufrido una parálisis cerebralinfantil. Esto justificaría su violencia yfalta de escrúpulos, rasgos de su perso-nalidad que le dieron fama y le procu-raron el sobrenombre de “el Cruel”. Suinestabilidad emocional, abulia, y lostrastornos de conducta, propios de unenfermo mental, no le posibilitaron niuna trayectoria política ni una vida nor-males. A esto hay que añadir las difícilescircunstancias de su vida personal: sus