esther diaz
DESCRIPTION
ética, epistemologíaTRANSCRIPT
Diseño de tapa: Horacio OssantIlustración de tapa: fotograma de la pelicula cóndor cntx(2ooo), dirigida porPablo Holcer, Juan Pablo Buscarini y Swan Glecer (Patagonik Films Group S.A.)Armado: HernanDíazCoordinación: Móníca Llrre starazu
@ Editorial Biblos, 2OOOPasaje José M. Giuffra 318, 1064 Buenos AiresHecho el depósito que dispone laLey lI.Z23Impreso en la Argentina
Ninguna parte de esta publicación, incluido el diseño de la cubierta, puede reproducirse,almacenarse o transmitirse en forma alguna, ni tampoco por medio alguno, sea éste eléc-trico, químico, mecánico, óptico de grabación o de fotocopia, sin la preüa autorizaciónescrita por parte de la editorial.
Impreso en Indugraf S.A.,Sánchez de toria 2251, Buenos Aires,República Argentina,en febrero de 2OOO.
INDICE
I. CONOCIMIENTO, INVESTIGACIÓN, PROGRESO EHISTORIA DE LA CIENCIA
l,)l c«¡nocimiento como tecnología de poder, por Esther Díaz......_....15l. Gris es toda teoria, 15; 2. ¿Qué es la posciencia?, 18; 3. En elprincipio no fue el logos, 22; 4. I.r¡s siglos medios y el antropocen-trismo, 27: 5. El proyecto moderno, 29; 6. Dispositivos de saber-poder, 32
Vcrdad e historicidad. El conocimiento científico y susfiacturas, porRubénH. Pardo... ..................52
I. El conocimiento científico: doble sentido y doble origen,BT; 1.1."Cíencia" en sentído amplio: un concepto epocal, 42; 2. Dl proyectofilosófico de la modernidad: razón, verdad y objetividad, 52: 2.1.I-os fundamentos¡filosó-¡frcos de Ia ciencía modentct, 52;2.2. .Cien-
cia" g "progreso": La aparición de las ciencias soc¿ales g la clasifica-ción de la cíencia, 56; 2.3. Facücidad g ualid.ación: La relación entrela cíencia g Lo históríco, 58
Investigación básica, tecnología y sociedad. Kuhn y Foucault,por Esther Día2............ ..............63
1 . Investigación científico-tecnológica , 64; 2. El progreso cientÍficoen Kuhn, 68; 3. La racionalidad en Foucault, Z4: 4. Kuhn y losparadigmas, Foucault y las epistemes, ZZ
II. CIENCTAS FORMALES Y CIENCIAS FÁCTICAS
Las ciencias formales en la era posmoderna, por Silu¿a Ríuera....... g3I . Los comienzos griegos de las ciencias formales, 85; 2. El carácterformal de la lógica, 9O; 3. El objeto de estudio de la lógica, 92; 4.Las estructuras lógicas fundamentales, 94; 4.1. Términos A propo-stciones, 94; 4.2. Razonamientos, 1 O2 ; 5. Tipos de inferencias, 1 O6;6. t ógica y ciencia, 1O8; 7. Hacia la antropologización de la lógicay la matemática, 111
Díaz. EstherLir ¡;oscicnci¿r : el conocimiento científico en las¡roslrirrrt'ríirs clc l¿r nrodernidad. , 1u ed. -
Ilrr<'rros Airt:s : lliltlos, 2OOO. 4O7 p.; 23x16 cm.
ISBN 950,786-243-9
I. TÍtulo - l. Epistemologia
368 Los contextos científicos. la ética y el deseo
Para emprender el diálogo con los pensamientos de HeideggeryVat-timo hay que abandonar toda perspectiva arcaizante o tecnocrática ydisponerse a leer y meditar en las tesis ofrecidas, sobre todo, sin quererreducirlas a cómodos pero casi siempre insuficientes esquemas concep-tuales establecidos.3'
31. Para posibilitar la tarea de análisis y comprensión de los lr:¡rr¿rs tralarlr)s. sr¡11('rlrl()sver la selección cle textos en cl cr¡arl<'rrrillo tlt. t.lt'rcitirciírrr r¡rrr' ;r(r)ntl)¡u¡ir cstt'lllrro.
¿No esta claro que ciencíay yalores estdn
entielazados de wta msnera complej ag no siem-
Pre transParente?P. FEYERABEND, Anlbígüedad g armonía
1. UNANECESIDAD E"|ICA
La condición éüca es nuestra manera de ser en el mundo' Desde que
nacemossenosComienzaainculcarloquees..bueno''yloquees..malo'',i" ái" áia bien y 1o que está mal. No existe prácücamente ninguna
actividad humana exánta de valoraciones' Porque cuando creemos
encontrarunaacüvidadneutradesdeelpuntodevistam.oral'ponga-mos por caso leer un libro, no solemos ser conscientes de hasta qué
pr.tá el ..simplemente leef está imbuido de valoraciones que hemos
internalizado. En .rrr""t . época, er hecho de reer otorga todavía cierto
"prestigio", pero existen leciuras más recomendables o convenientes
queotras.,ramuicnexistierontiempos(yaúnexistenlugares)enlosqueleer libros qu" ,o .""po.rdieran a la iáeológía dominante implicaba peligro '
y en muchos casos Lsa actividad -aparentemente neutral- se pa§ó con
ía muerte. De modo tal que la ética, o moral (aquí las utilizamos como
sinónimos),esunainstanciaconstituüvaeindeclinabledelaformación;;;;;.";io, a" los su¡etos sociales' independientemente de la tarea
que realicen.No obstante, desde el comienzo de la modernidad' ciertos grupos de-
poder decidieron q; ;" acüvidad profesional gozaba de neutralida.d,
. Dste artículo fue leí¿o como ponencia en el xv congreso Interamericano de Filosofia'
rr';rllzit<lo t:tt I'ttclll¿r (Mtixico) en agosto dc 1999'
I.A ACTTVIDAD CIENTÍFICAY SU INSOPORIABLE CARGA ETICA*
Estlwr DLaz Y Sttuia Ríuera
I :t(il) I
370 Los contextos científicos, la ética y el deseo
étíca. El poder, en estos grupos, se ejercía desde el saber. Nos referimosa los científicos y filósofos de la ciencia que decidieron que la "búsquedade laverdad", en ciencia, no sólo está excluida de responsabilidad éticasino que más bien se moviliza por una obligación cognoscitiva y neutrade búsqueda de la verdad.r La actividad científica que, como se trata demostrar en este libro, es mucho más que mero conocimiento, intentósacarse de encima la insoportable carga ética de su quehacer profesio-nal. "Insoportable", porque agregar planteos morales a la ardua tarea deinvestigar implica, por una parte, sumar esfuerzos al proceso científicoy, por otra, tener que rendir cuentas ante la sociedad respecto de losposibles efectos nocivos de ese proceso. No se deberia olvidar entoncesque la neutralidad otorga cierta impunidad.
En función de ello, los primeros epistemólogos y sus herederos con-temporáneos decidieron que la investigación básica gozara de neutra-lidad ética o, lo que es lo mismo, que estuviera libre de responsabilidadmoral. Es decir, negaron la carga ética de la ciencia. Ahora bien, defen-der esa actitud en la actualidad resulta demasiado forzado. Surgenentonces algunos epistemólogos que deciden ampliar el ámbito de losvalores morales a todo el proceso de la actividad científica, en vez deconcentrar la reflexión ética en la instancia de aplicación tecnológica. Apesar de esta ampliación, el lugar que otorgan a los valores no atraviesael núcleo de los supuestos básicos que definen alarazón moderna: elsaber científico como el más sólido de los conocimientos posibles, elprogreso de la ciencia y su universalidad como indiscutibles y la razoncientÍfica como modelo de racionalidad en general.
De todos modos, que desde el corazón mismo de la concepción racio-nalista surjan cuestionamientos a la supuesta neutralidad ética de laciencia es algo que celebramos y -en la medida de 1o posible- rescata-mos; como la propuesta del filósofo español Javier Echeverría.2 pro-puesta que asumimos con entusiasmo y cautela al mismo tiempo, res-catando la fecundidad analitico-axiológica3 de su reflexión pero esbo-
l. Se equipara, en estos casos, 'verdad' con 'bien' o con Justicia'. Sin embargo, existenmuchos hechos verdaderos, a los que no por ser tales se los podría considerar buenos nijustos; por ejemplo, los genocidios.
2. Esta propuesta está desarrollada en J. EcheverrÍa, Fílosoftade lacrencra (Madrid, AkaI,1995); "Ciencia y valores: propuestas para una axionomía de la ciencia" (en pascualMartÍnez-Freire, Contrastes. Reuüsta Interdisciplinarirt de FilosoficL Ftloso¡fia actttr;.l de Laciencia, suplemento 3, Madrid, 1998) ; "Teletecnologias, espacios de interacción y valores"len Teorema, x\,,rl, 3, 1998) y "Seventeen theses on telepolis" (en Technology in Society,Madrid, 1998).
3. 'Axjológica' significa que tiene que ver con los valores, fundamentalmente con los valoresmorales o éticos.
371La actividad científica y su insoportable carga ética
zandoasimismoalgunosinterrogantescríticosrespectodesusSupues-tos teóricos. Este pensador tratá de rastrear elementos éticos desde el
origen hasta fu "rrf*ittt"iÓn
del desarrollo de una investigación' En su
análisis clasifica tr. á"ti.rla^a científica en cuatro contextos: de educa'
ción, de ínnouacíÓn,*á" rauoluocíÓn g de aplicación' Estipula asimismo
queunaauténticareflexiónéticasobrelaactiüdadcientíficaexigeunaampliacióndelatareavalorativaVigente.Éstasueleregirseporlacon-cepción heredada en filosofia de la ciencia y pretende acotar la reflexión
ética a los productos cientificos, esto es, al ámbito de la tecnología' De
este modo, el debaie acerca de la ética suele iniciarse recién en las
instancias de aptlcalión científica. Es decir, cuando los productos cien-
tíficos ya están siendo utilizados (o circulan) en la sociedad'
Instarar ra dr""rr"to" ""rorativa en er origien mismo de lajnvestigación
científica implica desarrollar una capacidad cútica en un ámbito poco
;;;i;;;;. hásta el áomento: la educación científica y los proyectos e
instancias básicas át tt i"'""tigaciÓn' Implica por lo O"t:':::::1:ldebate ético en et inicio de la acúvidad científica en lugar de en su casr
inmodificablefinal.AloqueEcheverríadenomina..inicio'',nosotroslollamamos "a priori histÓrico"' pues este concepto incluye no sÓlo el
imaginario "o"i.r,ijtt'i" que iniluye,¡obre la acuvidad científica desde
sus comienro" "i.ro?.*bién las prácticas sociales concretas' en las que
el pensador españ;i;;;i;;;; ahondar porque da por descontadas la
excelencia, .."io.rafiá"áfuniversalldad áe la ciencia moderna. No obs-
tante, el presente átti""to es tributario' entre otras' de la lectura de
Echeverria. se pliefr á ""
á.iu"" de la pretendida neutralidad cientifica,
pero toma distancá de su postura acrítica respecto del racionalismo tal
ior.ro lo comprendiÓ la modernidad' -
si entendemos por ciencia una practica sociar compleja que se des-
pliega en distintos contextos insütucionales' es posible identificar en
cada uno de ellos una clara estructura normativa' que ha sido concebida
tradicionalmente im¡ulaa de valores cognoscitivos o instrumentales'
No obstant", "r..ráá "" consideran los distintos elementos de la inves-
ti§aciÓncientifica,esposibledetectarunapluralidaddevaloreséticos.La normaüvida¿ cienüfica no solamente "J
d.t orden del conocimiento
y de la técnica; entraña también una axiología'
2. CRÍTÍCAA LOS DOS CONTEXTOS TRADICIONALES
I,a clasificación dualista del conocimiento cientifico ha sido profusa-
l,r'¡rtt: lritlrttiarla a,,".f" fti""ipios del siglo )o(' Tanto los inte§rantes del
círculo de viena como Karl popper coi.c:idicror) o. I)r1)srr¡r,.cr doscontextos propios de la actividad cientÍfica, pero fue I r¿¡ns Ireicrrenbachquien oficializó esos contextos denominándolos ..de clescubrimiento,, y"de justificación", respectivamente. Estableció asimismo que el primerono tiene posibilidad de validación racional; en camblo, ál segundo esobjeto de análisis privilegiado de la epistemologÍa.a
- sin embargo, mucho antes del siglo xx la idéa de los dos contextos(aunque con otros nombres) habia cáutivado a los teóricos del conoci-miento. Ya en er pensamiento griego ilustrado se diferenciaba el sabercomo simulacro (doxa, opinión) del saber verdadero (episteme, cienciao conocimiento propiamente dicho). Los modernos coniextos de descu-brimiento y de justificación son herederos de esta tradic ión. La doxa(contexto de descubrimiento) no puede ser objeto de validación cognos-citiva. Por el cont.rario, la episteme (contexto de justificación) p-uedefundamentarse racionalmente.5 Esta bipartición di los contextos ado-lece de más de un reduccionismo. Supone, en primer lugar, que laactividad científica es prioritariamente conocimiento científico. En estecaso, se trataria de una reducción de la empresa científica a mero saberconsolidado. Tal reducción ignora o niegá las prácücas económicas,politicas, sociales y tecnológicas con las que interactúa el conocimientocientífico.6
En segundo lugar, se supone que ese conocimiento, para su justifi_cación' no recibe interferencias de ningún ámt¡ito qr" ro sea ei pura-mente metodológico-formal. Aqui se reduciría la impótancia de la cien_cia a su validación rógica, omitiendo la pluralidáa a" intereses queinfluyen en la aceptación o el rechazo de l,as teorÍas.7
Y, por último, desde esa misma posición reduccionista se supone queel desarrollo del conocimiento científico está sujeto sólo a ta uusquáaade laverdad. Esta simplificación de la complejidad científica desestima
4' Véase H. Reichenbach, Experíence andPrediction,Chicago, University of Chicago press,1938, pp. 6-7.5' En esta reflexión no tenemos en cuenta las teorizaciones actuales sobre las lógicas dedescubrimiento, porque aunque se ocupan de ese contexto, en un tiempo despresügiadopor los neopositiüstas, lo hacen desde supuestos que siguen siendo meiodológico_forma_les y sin incluir análisis sobre los dispositivos históricos que están en la base de cualquier*descubrimiento"
científfco. En realidad, esas posturas refuerzan la concepción heredadallevándola a regiones hasta hace poco inexproradas por la compulsión ló^gica.6. Véase J. Echeverría, Fitosofta d.e ta cíencia, p. 52.7. Esto ha sido impugnado desde la epistemologÍa misma porThomas Kuhn en l¡testruc-tura de Las reuolucir¡nes cientificas, qr" s. p.rbli"ó por primera vez en rg62, y por susmúltiples seguidores.
I,¿r¿tt.tivitlirtlciertt,Í[.ic¿rysuittstlllortit[lltcirrgitétit:ir
(no inocentemente) la multiplicidad de estrategias sociales o luchas de
poder que se ¡.r"g..t "" f^ iáplementaciÓn de las investigiaciones cien-
tificas y sus respectivos desairollos tecnológicos. Niegan, por ejempio'
las decisiorr"" potiti"t" y f"" expectativas econÓmicas que se juegan
tantoenlaobtenciÓnde.unslmpleCargodeasistentedeinwestigaciÓncomo en los desarroU*1""t'o"ientincos-ae los megapoderosos organis-
mos multinacionales'8Una de tas iaeaslue alentaba a los.empiristas lÓgicos' los raciona-
listas críticos y otrasiorrientes neopositivñtas de principio del siglo >o<
era la de expulsar la filosofia del campo intelectual' reduciéndola a su
minima expresiÓn, i"t *irrtt"a que áe¡aba de ser litos:-1l o reflexión
sobre la realidad para ser una mera ásistente de la ciencia. Pues la
filosofia, en esa tarea, tendúa que prescindir de los procesos científicos
reales y dedicarse sólo a la reconstrucciÓn lógica dá las teorías científi-
cas. Dicho "r,
oot" láttutt"' sólo debía unuli'u' el contexto de justifi-
cación, no el de d;ñ;;i"t'tá' "r cual a Io sumo podriaser tratado por
la psicología o Ia sociología' lam9o99 la aplicaciÓn del conocimiento
científico podÍa =*;;;;";;renerin filosófiia' pues como la tecnología
no se puede fbrmalizar' no se valida lógicamente'e
Resulta paradójico que LudwigWittfenstein' quien había inspirado
(a su pesar) ciertás idáizaciont" t""i"" del lenguaje cientifico como
única representa;;-;l'd; del mundo' haya sidó quien estableciÓ las
condiciones de posibilidad teóricas para pensar la ciencia como activi-
dad y no como mero conocimiento ""pr""-.do en un lenguaie formaliza-
ble. Es decir, se comienza a romper con la idea de dos contextos cien-
tift"Á-"r" interrelación efectiva entre ellos'
si bien w*ag"ili"i"-áLpro.o ta interpretaciÓn qr"..lo" empiristas
lógicos hacian de su TlactatLts togíco-philoiophicus' eite libro representÓ
unodelosb."uo.,""t"oricosdeiasposturaÁreduccionistas.Noobstan-te,sielTractafilspodíadarlugaraciertasilusioneslingüistico-formalesdelosepistemÓlogosanglosajones,conlatraducciónalinglésdelnues-tigaciones-lt¿or¿t'á-""-prr"á en total evidencia que Wittgenstein no
B' Ya en el Siglo xx, Nietzsche analizó las relaciones de poder que se esconden detrás de
los conocimie^." o".' ".*" ,. ",..,"'.'
log.a.' lmpo.,.i"" "o"iul*"nte. Actualmente si.
§uenestalÍneaciticavariosautoresprovenientes,sobretodo,delpensamientoeuropeo'y que tienen "o-o
*t"""J*te a las corrie.,t"" r,"rm".,¿uticas' a partir de Max Weber y
Wilhelm Dilthey, pcrt ""*láácr'
V de la Escuela de Frankfurt' por el otro'
9.Enépocasrecientessecomenzaronadesarrollarfilosoñasdelatécnica,tambiéndesdeámbitos .u"ionutista],";;il;t"; y absolutamente positivistas, como los trabajos de
Mario Bunge. *o oustáte,iesde posicion"" "¡t-*" aias posiciones justilicacionistas' la
reflexión sobre estos temas ya existÍa en pensadores de Europa central'
adheria a los sueños reduccionistas de esos t:pistt:nr«ilogos. I,ln Irrucsf igacíones, wittgenstein analiza el lenguaje a partir de s,s dislintos r¿sos,por consiguiente, analiza entre ellos el de la ciencia, en tanto tambiénésta usa un lenguaje determinado. El renguaje científico, entonces, esun juego de lenguaje que, como tantos otros, está relacionado con laforma de vida con la que interactúa., Por consiguiente, es a partir de wittgenstein y su crítica del lenguaje,
de Nietzsche y su crítica a la moderniaaa, de kuhn y su crítica a losahistoricismos epistemológicos, así como de la epistemología francesay de los hermenéuticos, en general, como hoy resulta ind'efendible laartificiosa separación entre contexto de descubrimiento y contexto dejustificación. Actualmente existen varias propuestas de ampliación deesos contextos.
En la presente reflexión se tiende, más bien, a pensar incluso másallá de los contextos aquí considerados. se trata dá una epistemologíaampliada a la reflexión ética y politico-social, en la que no sólo se con-sidere el proceso de invención de teorías y su po"ibt" (y discutible)justificación sino también su carga axiológica, a"i co*o lá interaccióninstitucional y social en la que se producen la investigación científica yla prevención tecnológica.
374 l,os contcxlos r.ir.nlrlicos. lir t.lit,:r v t.l rlr.st.tr
3. LOS CUATRO CONTEXTOS DE LAACTTVIDAD CIBNTÍRICE
La ampliación de contextos propuesta porJavier Echeverría no des-crihe los juegos de poder específicos de las distintas prácticas sociales(o formas de vida) que interactúan con los diferentes¡uegos de lenguajede la actividad científico-tecnológica. pero al consideár la actividadcientífica como transformadora del mundo, Echeverría amplía los limi_tes tradicionales de la refledón epistemológica. No obstante, no pone elacento en las prácticas en sí mismas, sino en losvalores éticos que rigenlos diferentes contextos de dicha actividad.
3.1. contexto de educación. El proceso científico, según Echeverría,se inicia en el contexto de educación. Esta instancia nó se hmita a seruna simple transmisión de conocimiento e información. Es una prácticaconstitutiva de sujetos (aunque el autor no lo enuncia en estos térmi-nos). La educación en general y la formación de tecnocientíficos enparticular implica personal, instrumentos e instituciones residos porcriterios de excelencia. La educación es una acción normalizadora. perose supone que también potencia la independencia, la comunicabílidad" g
L¿r it<'tivitl¿ttl cit:tltilic¿r y slt itrsol)ortitlllt: t:itrgit i:tit'ir .\75
Lr.cnt.ica.Si esto es así' es porque en nuestras comunidades esos con-
ceptos se evalúan dJ;";;;;pásitiva' Es decir' son éticos' surgen de la
definición de un conjunto de valors rectores y de objetivos a ser alcan-
zados, según "q""ult"J;;:";á;ta"me¡oi"' Y' como no existe inte-
lección cientifica sin áprendiza¡e previo,-J"" .pr..rdiz^aie responde al
imaginario moral "tgt;i" "" las sociedades actuales'ro
S.2.Contextodeinnovación.Eltradicionalcontextodedescubrimien.to es redefinido por Echeverria como contexto de innovaciÓn' pues con-
sidera que todo descubrimiento o invento produce una renovaciÓn de Ia
realidad. También este ámbito es rico enrialores tales como Lacoheren-
cía, La cottsujtencrallo *fi*'' -t" uero simíLítud" La Jecundidad g La gene'
ralidad.Estos "u"tott"' lejos d9 ser meramente cognoscitivos' forman
parte del núcleo ti"üg'"" de la ciencia misma' Una hipótesis es vero-
símir a condición oe qué se adecue a rabase empirica. l,os razonamien-
tos deben ""r rariáJ",-a" to contrario son relegados a la despectiva
condición A" ftr""il"]'ro" i"o'"*as deben ser ieneralizables' puesto
que ya desde e,rist3tefes se esupulO q'" "o
e¡steiiencla de 1o particular
v oue las teonas ott"n ""t "oh"t"''tesv consistentes' éste es un requi-
áitt irrai"pensable para el rigor científi'co' Además' las hipótesis deben
ser fecundas, en ei senudo de que permitan la g¡eneración de nuevos
hechos y a. .,,"'á"1'r^üo*"lones tloricas' La cónclusión es eüdente
o or sí misma : to o"tri¡,eoa cíe ntific a, qtue tr adicionollmente s e había con-
'sideradoa"torA"i'll4Zi,.n"r.ofiáad.estacontínttamentemedío,tizo-
,"Éní[ffh?X*rar ocupado por er contexto de innovación, Eche-
verría distingue entre innovaciones que son-descubrimjentos y otras
que son i.r.,"t'"io"""' it"t'y"tao "'lJu'" últimas las máquinas' los
artefactos y I"" t;i;;;;;tt;' considera incluso invenciones las nuevas
notaciones -t'"ááü"á" o formales en general' así com-o^los programas
informáüco"' E;;;"" ;t"n"*iot' "i;;;t de la aplicación señalando
el éxito con el q";;;;i; desarrollar"á .rrr"rr." inveitigaciones tecnoló-
gicas, cuando t"át' '"l""ionadas "o" "on"U"aciones bélicas' en detri-
mento de otros tipos de investi§aci"";";;;;de "hechos naturales"'rr
1O. El propio Kuhn se ha referido al contexto de pedagogía 99mo diferenciado del de
justificaciónya.ra"i""*t,imiento'véasei.xuün'a|ens¡bnesenci¡:l'México'rce'
lil:;Lil3;a investisación cientifica ]ra 1¡tado vinculada a la actiüdad militar' lo cual
ha sucedido co.r -r_i"i?-r.*uencia a lo largo ¿. ru t i"to¡u, estas innovaciones han solido
resurtar mucho -r""j"Lá-rrJ"" p.ru "r
p.Ii..Jc]1o:ieltíñ:: q:e el descubrimiento
de un nuevo t'""n"'iti'ái' J' EcúeverrÍa ' ríbsofir_de Lacíencirt' p' 62'
376 l-os t'ottlt'xltts t it'¡rl¡licos. l;r r.lir'¿r v t'l rlt.sc.
Pero, si trien con fines de análisis se puede diferenciar cntrc descubri-miento e invención, consideramos q.rá en definitiva todo desarroilo cien-tífico es una invención en tanto repiesenta una innovación. porque aunel presunto descubrimiento,
"r.ido no está avalado por la voruntad deverdad de su época (episteme) y por los intereses que constituyen losdispositivos de poder visente, ,,o ii"r" posibiridad áe imponerse. Aris-tarco, en el siglo u antes de cristo, concebía el universo "o*o
r., sistemaheliocéntrico (contra la corriente de ese momento histórico que ro creíageocéntrico). sin embargo, para su época, sus proposiciones no repre-sentaron innovación alguna. Hubo que esperar hásta er siglo xu, p...que penosamente -y no sin derramamiento de sangre- se empezara aaceptar la teoria heriocéntrica. por otra parte, y na¡á otras condicioneshistóricas, Freud inventó el inconsciente; se puede incluso discutirsi lodescubrió o lo inventó. pero es indiscutibre que como innovación cien_tífica lo inventó, instaurando así un punto de inflexión irreversible res_pecto del desarrollo de ras ciencias Áociales. sin embargo unos siglosantes, una teoría como la freudiana podría haber "*pq-Jo a su autoral patíbulo.
8.3. contexto de evaluación. Echeverría acepta una instancia dejus-tificación científica, pero ampria er contexto dejustificación agregándolela noción de evaluación, pués ciertament" ""
i"., importante valorar erdescubrimiento de un nuevo hecho como er invento de una nueva sim-bolización. Y agrega:
En el caso de- los ingenieros y de los inventores, sus diseños ysus planos han de servalorados en función de su uiabiridad, de suaplicabílirlad, de su competítiuidad.frente a propuestas arternati-vas' y en general en función de su utitidad.. El progreso de la cienciano sólo está vinculado al avance del conoóim[nto humano: lamejora de la actiüdad científica es otra de ras componentes funda-mentales del progreso de la tecnociencia.r2
como puede constatarse con esta afirmación, a pesar de ampriar lasclasificaciones tradicionales de la ciencia, Echeverria cree en er progresocientífico. su postura axiológica le otorga nuevos aires a la epistemolo_gia tradicional, pero sigue adhiriendo i ella.
Aunque, paradójicamente, también adhiere al primer Kuhn, si bienen todo momento trata de tomar distancia de un ielativismo ar que deningún modo estii dispuesto a plegarse. sin embargo, admite que los
12. Ídem, p.63.
l,ir ;rcllvltl¡ltl t'iclrtilit.ir y stt itlsoll«rrt:tlrk't'ilr{¡t t'tit'it :\77
valores que determinan el éxito o el fracaso de una teoúa no son sola-
mente los tradicio";i;' itt"" "o"'o Ia base empírica' la-capacidad pre-
dictiva, la formaliza"iá", r" ,.elegancia" en la exposiciÓn, la potencialidad
heurística,'' la resoiucán ¿e pioblemas y la slm^plicidad" sino también
la eficacíay la rentabilidad de los p'oy""io"' En función de ello destaca
que la actividad científica está atravesada por sanciones ojuicios mora'
les, que r.r, mr"ho áá" aUa de las decisiónes de la comunidad cientí-
fica.
3.4. Contexto de aplicación' En este caso' Echeverria anitli^i1;;;;;tt"dicionalm'ente relegado a-la reflexión ética' pero que parecra
"contamina." f. ia"tiJtat Uñ"q"eda del conocimiento por el conoci-
miento mismo, que Se le solia atábuir a la investig¡aciÓn básica. Se trata
de la ciencia apticada, "J""it' de la técnica o tecnología' La conversión
del conocimiento cientifico en productos concretos implica' sin lugar a
dudas, una transfá;;;ü" dei mundo. Pero la epistemología tradicio-
nalencontrabaestecontex[odemasiadoteñidodédecisiones,queibanmás allá de 1o formal-metodológico' como para considerarlo seriamente'
No obstante, en la actualidad ya .ro se puede omitir que Ia tecnología
forma parte del p;;;=; tenocienüfico mismo; por una parte' porque
para la formación a"-"iÁun"os, para la justificación de hipótesis y para
la evaluación de las teorías -obviamenté- se necesita tecnología' Y, por
otra, porqu" 1" it;;";;;;"-fl!l"l',ten general' está condicionada a
su posible transferencia tecnologrca"Los valores principales que rigen el contexto de aplicación son del
orden de la rentabiliáad ecónÓmica y de la uülidad social, es decir' de
la eficacia.No oU"táttt" ' cadavezmás' desde la práctica tecnocientífica
se demand^.r r"n"xottás éücas para tratar de salvar lo que' en muchos
Casos,esinsalvable:lainstrumentacióndetecnologíasalserviciodeprácticas "o"i.r"Jq:t';;t;
en conflicto con los valores morales tra-
dicionales.
3.5. Interrelación entre los cuatro contextos' Aunque Echeverría
presenta los cuatro contextos separados con fines analiticos' destaca
asimismo Ia proiunda interacciÓn que se realiza entre ellos' No hay
13..Heuristica,significa..artedeinventar.,enestecontextohacereferenciaalprocesodebúsqueda de caminos que conducen hacia nuevos conocimientos'
14.Sóloeldiezporcientodelainvestigaciónbásicaenelmundoseproducesincondi.cionamientos a."rr.ruj"." p..rrio=. ve.I"" s nichard, Fltoso¡fia y strcialogía de Lo cienckt'
México. Siglo Veintiuno' 1983' pp' I I t-156'
Lr>s cr¡rrtt'xlos r.it.¡tlrlir,r¡s. lir t.lir.¡r y t.l rk.sr.o
educación para la ciencia sin innovaciones, ni innovaciones sin aplica-ción' ni educación, innovación o aplicación sin valoraciones en todos ycada uno de los contextos. pero estos contextos, tal como los elaboraEcheverria, aun cuando tienen en cuenta elementos que van muchomás allá de la simple validación formal exigida por lá epistemologiatradicional, siguen perteneciendo -en ,r, s".rudo ámplio- a la historiainterna de la ciencia. una historia interna cargada de axiología, porcierto, pero vista desde una perspectiva que no áuda de que la cienciaes el modo por excelencia de conocimiento y que, además, cuenta conelementos idóneos para confrontar su validez universal.
4. LAS CONDICIONES HISTORICO-E"|ICAS DE T,A CIENCI.A
- El aporte axiológico-científico de EcheverrÍa invita a seguir pensan-do. sobre todo por provenir de un autor que toma distancialaunque conrespeto y simpatía, de los relativismos en general. A partir de los ánáIisisde Echeverria se revelan aspectos axiológños de uná acüvidad científicaque, durante mucho tiempo, se consideré neutral desde el punto de üstaético. Pero que, cada vez más, se manifiesta preñada de^deberser. undeber ser cuya acción normalizadora, tradicionalmente, se ha travestidocon los más sofisticados conceptos teóricos, para lucir meramente cog-noscitiva.
señalar que la normatividad cientifica está atravesada por lo axioló-gico marca una fuerte responsabilidad ética, no sólo a lá comunidadcientifica sino también a la sociedad en general. pues la lógica del pro-greso cientifico-técnico, al imponerse como eficaz por sí-misma, haenarbolado el indiscutido principio de que avafrzar en el conocimientosiempre es mejor que no hacerlo. De manera tal que se ha convertido enlegitimadora de decisiones que van mucho más allá del conocimientopor el conocimiento mismo y que no sólo le compete a los expertos. puescomo lo ha destacado Jürgen Habermas, en la modernidád tardia, laciencia y la tecnologÍa se han convertido en ideología, imposibilitandoasi la actiüdad contradogmática que la había
"..u.át".irr.áo.., sus co-
mienzos históricos.r5En la década de 196o rhomas Kuhn produjo, casi a su pesar, una
15. véase J- Habermas, ciencíaa tecnicacomo ideorqío. Madrid, Tecnos, I9g4, pp. g7-g8.
l,;r ¡rt livirla«l t:iclttÍfit:tt y stt ittstt¡r.rlitlrlt' t ittglt t'tit it :l'/\l
ruptura epistemológica respecto de la-visiÓn racional-progresista de la
ciencia. AfirmO q," "i
bien la ciencia progresa d."1tt: O" l,o:^l"t'metrosde la ..ciencia normal,,, no registra._,, pro!.""o global y unñe¡sal. Por un
lado, porqu" ".,
t"ttiaJnoTrlunfan tu's i"otiu'J que más se acercan a la
verdad (como, "rra..
ot.o", pretendía popper) siño las que tienen "más
hterza".Y, por "r
()tt()] pát;;;;" paradig;mas rectores de cada período
;;";"* normal "ot'
it'"ó'*ensurables entre sí'
LaconmociónteÓricaproducidaporlainnovadoratesisdellibrodeKuhn hizo que este epistemó1ogo pasara el resto de su vida tratando de
atemperar tas afirmáiiá.r"= f.rütás de su texto capital (Laestructurade
Lrrs reuolucíones cranlifrcas)' Kuhn se.desdijo un tantode la inconmen-
surabilidad a" ro" Jir"t"lt"" pa'^digmas' que 1o catapultaron a un
relativismo'*r".got"it'i"' v áeránaio tá tot'"ep"ión de intrafurcíbilidad'
quetampo"otop'"ot"á'odeltantemidorelatiüsmo'sucorrecciónafirma que no e>nste un lenguaje común y neutro al que puedan ser
reducidas dos teorias rivales' sin resto de pérdida' Pero aclara que
inconmensurabilidadnoimplica,necesariamente,incomunicabilidad.No obstante, "Ienguajes diferentes imponen al mundo estructuras dife-
*"J;;;"heverria, la clave del relatñismo kuhniano estaría en Ia for-
mulación de las r"v'"" "il"tificas. De ellas depende el significado de los
términos "i".rtiri"JJ,';i;
^;;i;;"cia de esoJ términos se dilucida con
ayuda de las r.y""l?J. io i..rto, su relatiüsmo sería "nómico", es decir
que se referiúa sOlo a las leyes' La preocupaciÓn de Echeverría es dejar
en claro que Ia i;;;;;"";urabilidad entre distintas teorías implica
incompatibilidad ;;;;;;"" cientificas y no entre concepciones cultu-
rales diferentes delmundo' Aunque esto no se cor"responde conlo expre-
sado por "t
p,opiá Kuhn' para quierrlos discursos predeterminan la
realidad.rT s" p"."iu" .n Bcieverúa-un esfuerzo pof relativizar el relati-
üsmo (en este ;;, ;;ñ"hn)' y' desde una póstura-racionalista' tal
esfuerzo es totaulá.rü "or"pi"nsible. porque si se considera el tema
desde ro" "rpr."tJ" .áJ"árr"tas, el relativista comete la falacia que
Karl_otto apet aánomina ..autocontradicciÓn performativa". I 8
16. T. Kuhn, .,conmensurabilidad, comparabilidad y comuniglb^ilidad', en ¿Qué sonlas
reuolucíones '¡"tW"á-l;i I orros ensagos' Barcelona' Paidós' 1996' p' 13l '
lT.o,dichoconpalabrasdeotropensadortildadoderelativista,..elSignificadofluyedesdelas teorias tru"ia t."l"ervacionles,,, e. neyerauend , Amltigüedadu armonírt' Ba¡celona'
Paidós, 1998, P' 147'
18.Estacontradicciónenfrentaelcontenidosemánticodeunaafirmación(loquesedice)con su contenido pragmático (lo que se rru". á.,
"iá"to de afirmar), esto es' la aceptación
Los r.onlt,xlos r.icnlillr,os. lir r,lir.;r V t,l <lt,srvr
La propuesta de una epistemorogia histórica como ra que inicia Kuhnse ha vivido como un "ataque,l, iár0"". Er racionari"á'ur"gu que. enprimer término, si no existiera un ".it".io universal para juzgar con ermismo parámetro cualquier teoría, no existirÍa ra verdad, pues no habrÍacon qué confrontarra' y,-en segundotermino, argumenta que el rerati-vista rechaza ro univer".t, p".o-p."ien9e que su ";;;;,;;;ga universal-mente. He ahí la autocontiaaicóion áet reiativis,". á"
"""lsario recono_cer que' desde ese punto de vista, los racionalistas tienen razón. perotienen razón porque parten der supuesto de una autopostul adarazónuniversal regida por criterios ahistóricos.sin embargo, otra racionaridaJL" po"i¡r". simpremente, se trata depensar desde otro lugar. No irracionut, po.
"r".tá, "r* racional perohistóric o, encarnado, -c onstituiá; ;;;;. q" p;;;i;;"";;; discurs os, yno desde idealizaciones cuasi pr"to.rL". se trata asimismo de rescatarel concepto de verdad, p".o "á
J""rrá r".ard intemporal sino consen-suada según criterios sociales, ""it"..1"", epocales y -fundamentar_mente- sursida desde los dispositi"á" a" poa"., qr" áá¡iu, son dispo_sitivos de verdad. Hasta Ia ob¡etiviaaá es posrue, pero no es absoluta niintemporar. Existen.criterios surgao" a" r"" arstiriáñ;;"" de vida,que garantizartravaridezde los dácursos a partir del prexo de sentidosügentes en cada comunidad histórica.
Desde este marco teórico, .."o.r"iá".amos ra normatividad propia dela actividad científica. Aceptamos q"aá""a. ",".t"
pril" álr"ru, poseeun carácter meramente técnico o i""i."-"ntar (a la manera de un im_perativo hipotético).^p¡ro gue soro áJqri"re pleno sentido en función delos objetivos variosos qr" tu orientan. y que estos objetivos valiosos noson meramente enistémicos sino que perten""", t"*¡ic.rát a-t rto a"la ética' considerámos, además, qr..!to" objetivos se construyen en ermarco de ras diferentes comuniaáá"" irr"to.i"us y no únicamente en elde la comunidad científica. na"¡.. Jr"^t o, que ra comunidad cientificaforma parte asimismo de las ¿irÉrentls comunidades históricas, en lascuales' sin lugara dudas, ""
p.oar""nltrategias de poder reracionadas;:tli:ff",i:1"""i:l:".ai""".so"cá,}a..,io"";;á;J";oquepro_
Por último' no debería perderse de üsta que la ciencia se desarrollamás rápidamente que ra poriti"r"á"i"r, ro "ra ú;;;;;;;s desajus_tes entre Ia of'erta cientifico-t"""orogi"á
v ro" u.io."'""ü:;;;" ." er ima_ginario sociar, la regisración posirvális condiciones concretas de vida
de ciertos principios fundantes del argumento, entre_elros, la búsqueda de consensos.vease K. - o. Apel, semióríca Jirosa¡cf fil"l;;;"". Atmagesto, I ee4.
H
l.ir ¿rt't ivi<latl t:iel tt ilit'¿t y stl illsol)ort itlllt' r';trg;t t't it ;t
de las personas. En lugar de pensar que la ciencia está regida porobjetivos y finalidades cognoscitivos incuestionables que hay que tratarde satisfácer (aunque sea de paso y sin llegar nunca a la meta), nosotrosafirmamos que los objetivos de la ciencia surgen a parlir de valoresprevios. Y éstos, a su vez, se gestan en las prácticas sociales o formasde vida de las que provienen (o con las que interactúan) los saberes que,
como la ciencia, son considerados verdaderos.De manera tal que la axiologia de la ciencia se convierte en la clave
para reflexionar sobre los diversos tipos de praxis científica, incluidaaquella que Lrusca aumentar el conocimiento y desarrollar las potencia-lidades materiales y sociales implícitas en é1. Pretendemos una episte-mologiay una metodología no sÓlo teórica e instrumental, sino tambiénpráctica (en sentido kantiano, es decir, moral) y social. Talvez sea horade instalar la discusión ética desde el origen mismo de las investigacio-nes cientÍficas. Pues la reflexión ética no debería comenzar a posterioride la investigación científica sino en su a priori histÓrico, y continuardurante el desarrollo metodolÓgico y su consumaciÓn técnica.
Frente a un mundo de enfermedades sociales paralizantes, en mediode opulencias técnicas y económicas desproporcionadas, es necesarioque los filósofos de la ciencia se interesen en una reflexión comprome-tida con los conflictos que desencadena el descontrol tecnocientífico. Es
necesario además que esta reflexión se instale también entre los propioscientificos y la comunidad en general, en tanto ese descontrol nos invo-lucra a todos, modificando nuestra vida de manera radical.