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ESTRUCTURAS TRADICIONALES DE LA FAMILIA CHINA: Un ensayo preliminar Maria Angélica Matarazzo de Benavides (Diciembre 2008) Epígrafe: En la antigüedad, los que deseaban hacer lucir la luciente virtud en todo cuanto existe bajo el Cielo, previamente gobernaron sus Principados. Los que deseaban gobernar sus Principados, previamente ordenaron sus familias. Los que deseaban ordenar sus familias, previamente compusieron sus personas. Los que deseaban componer sus personas, previamente rectificaron sus corazones. Los que deseaban rectificar sus corazones, previamente hicieron auténticos sus pensamientos. Los que deseaban hacer auténticos sus pensamientos, previamente extremaron sus conocimientos. El extremar los conocimientos está en percibir la dimensión de las cosas. Cuando se percibe la dimensión de las cosas, entonces se tiene el grado más excelso del conocimiento. Cuando el conocimiento está en su grado más excelso, entonces los pensamientos se hacen auténticos. Cuando los pensamientos son auténticos, entonces los corazones se rectifican. Cuando los corazones están rectificados, entonces las personas se componen.

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ESTRUCTURAS TRADICIONALES DE LA FAMILIA CHINA:

Un ensayo preliminar Maria Angélica Matarazzo de Benavides (Diciembre 2008) Epígrafe: En la antigüedad, los que deseaban hacer lucir la luciente virtud en todo cuanto existe

bajo el Cielo, previamente gobernaron sus Principados. Los que deseaban gobernar sus

Principados, previamente ordenaron sus familias. Los que deseaban ordenar sus

familias, previamente compusieron sus personas. Los que deseaban componer sus

personas, previamente rectificaron sus corazones. Los que deseaban rectificar sus

corazones, previamente hicieron auténticos sus pensamientos.

Los que deseaban hacer auténticos sus pensamientos, previamente extremaron sus

conocimientos. El extremar los conocimientos está en percibir la dimensión de las cosas.

Cuando se percibe la dimensión de las cosas, entonces se tiene el grado más excelso del

conocimiento. Cuando el conocimiento está en su grado más excelso, entonces los

pensamientos se hacen auténticos. Cuando los pensamientos son auténticos, entonces

los corazones se rectifican. Cuando los corazones están rectificados, entonces las

personas se componen.

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Cuando las personas están compuestas, entonces las familias se ordenan. Cuando las

familias están ordenadas, entonces los Principados se gobiernan. Cuando los

Principados están gobernados, entonces cuanto existe bajo el Cielo se pacifica. Desde

el Hijo del Cielo hasta las multitudes de hombres, para la totalidad la raíz está en la

composición de sus personas.

(Da Xue)

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Introducción

En este trabajo me refiero a las familias chinas tradicionales, o sea las de China

continental antes de la República fundada en 1911, y antes de la llamada Liberación, o

gobierno revolucionario comunista liderado por Mao Zedong a partir de 1949. A pesar que

algunos aspectos tradicionales subsisten en la China moderna, la rápida urbanización

durante el siglo XX, la construcción de edificios de departamentos y, a partir de 1980, la

política de un solo hijo por pareja han modificado la estructura familiar especialmente en

las ciudades.

Estructuras básicas de la familia tradicional

Probablemente ninguna sociedad ha dado tanta importancia a la familia como lo ha hecho

la sociedad tradicional china. A pesar de tratarse de una región tan vasta, con una larga

historia y con obvias diferencias regionales, lingüísticas y de clase, es asombrosa la

uniformidad que se detecta en prácticas y costumbres familiares, y es única su

persistencia a través de los siglos (Botton 1993).

La familia tradicional china era patrilineal, patrilocal, patriarcal y exogámica. La herencia

era en línea masculina, igualitaria para los hijos varones. Las mujeres no tenían derechos

a la herencia de sus padres, pero podían heredar del esposo si este fallecía.

La estructura de la familia era jerárquica, teniendo siempre precedencia los de la

generación más anciana y, dentro de cada generación, el que era de mayor edad.

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El jefe de la familia (padre o abuelo) tenía todos los derechos y todas las

responsabilidades de la familia frente a la ley, con un sistema parecido al de la Ley

Romana. Los grados de parentesco se medían por medio de la obligación de guardar luto

por el familiar difunto. El hijo mayor varón tenía el deber y el derecho de oficiar en los

ritos a los difuntos y a los antepasados.

Apellidos y nombres chinos

Los chinos anteponen hasta ahora el apellido a los nombre que llamaríamos “de pila”,

porque la cultura china tiene todavía de las culturas pretéritas que consideraban más

importante a la familia que al individuo.

Además del apellido que pasa de generación a generación por línea masculina, cada

individuo normalmente recibe dos nombres de su abuelo paterno al cumplir dos años de

edad: el primero de estos nombres es igual para todos los de una misma generación,

nietos y nietas. El segundo nombre es diferente para cada uno. Ese nombre refleja una

situación o un acontecimiento. El nombre tiene, por lo tanto, un significado especial. El

abuelo paterno pone el nombre a todos los nietos y nietas, hijos de sus hijos varones;

pues las hijas, al casarse, salen de la familia para ingresar a la familia del esposo.

Mediante este sistema, una vez que se conoce el apellido y el primer nombre, se sabe

que probablemente la persona con el mismo apellido y primer nombre es hermano, o

primo hermano por parte de padre. Digo probablemente, porque en China el número de

apellidos es muy reducido en proporción a la población, y son frecuentes los casos de

homónimos.

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En una familia china tradicional, cuando nacía un niño no se le daba de inmediato un

nombre, sino que se le llamaba por el apellido y con el número que le corresponde en la

secuencia familiar: hijo mayor, hija mayor, segundo hijo, etc.

Aun después de recibir su nombre individual a los dos años, hasta ahora (2008) los

hermanos entre ellos se siguen llamando: “hermano mayor, hermano menor, hermana

mayor, hermana menor”. Si el que habla tiene más de un hermano mayor que él, dirá:

“grande hermano mayor” para el primero, “segundo hermano mayor” para el segundo, etc.

Esto refleja la importancia jerárquica de la edad en el seno de la familia.

A diferencia del sistema occidental, en que decimos abuelo, abuela, tío, tía, primo, prima,

así sea por parte de padre o de madre, en chino se hace una distinción en el nombre de

los abuelos paternos y maternos, así como también para los tíos, tías, primos y primas,

diferenciando los que lo son por parte paterna o materna. Se diferencia los nietos que son

hijos de un hijo y los que son hijos de una hija. Eso porque las mujeres ya no forman parte

de la familia de ego, sino de la familia de su respectivo esposo. Varios de los apelativos

para parientes por parte de madre llevan la silaba wai que significa extranjero, o de

afuera.

Un factor básico en la estructura de la familia tradicional era la autoridad conferida por la

edad. Los miembros de la generación más anciana tenían la máxima autoridad y en cada

generación los miembros de más edad tenían precedencia sobre los más jóvenes. Cada

uno tenía autoridad sobre los que eran de una generación más joven. La relación con los

parientes del lado paterno eran más importantes que con los del lado materno. Cada niño

debía aprender a distinguir el grado de cercanía y de distancia en sus contactos con sus

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parientes para tener la base del nivel de deferencia u obediencia que debía demostrarles.

Este modelo se adaptaba tanto a una familia extensa como a una pequeña familia

conyugal.

La piedad filial requería total obediencia y dedicación a los padres desde el nacimiento

hasta la muerte, que fue refrendada por la ley formal de la dinastía Ching y que fue

observada aún después que esa ley cayó en desuso con la República (1911) y el

Gobierno Comunista (1949).

Actualmente, con la política de un solo hijo por pareja, establecida por Deng Xiaoping a

partir de 1980, dejará de tener vigencia en China continental este sistema; pues los chinos

que tienen menos de treinta años no tendrán hermanos y primos. Pero los chinos en

Taiwán y en otros países del mundo tienen más hijos y en general conservan el sistema

tradicional de los nombres.

Sistema económico de la familia tradicional china

Hasta los primeros años del siglo XX, la mayoría de las actividades económicas,

educacionales, religiosas e inclusive políticas eran estrechamente ligadas a la institución

familiar. El individuo constantemente luchaba con problemas de las relaciones de padres

a hijos, esposo a esposa, hermano mayor y hermano menor, los parientes políticos, y

demás parientes desde los abuelos hasta los nietos.

El individuo podía tener trato con burócratas, con profesores o maestros artesanos, con

colegas, empleador o empleado, con vecinos y amigos; pero esas relaciones

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frecuentemente se presentaban a través de las relaciones de parentesco y funcionaban

de acuerdo al modelo del sistema familiar.

La relación más importante era la de padre a hijo, le seguía la relación entre marido y

mujer y entre los hermanos varones ya que las hermanas mujeres salían de la familia al

casarse e ingresaban a la familia del esposo. Cuando la economía familiar lo permitía, se

integraban a ella todos los hermanos varones con sus esposas, hijos y, eventualmente,

nietos. Las familias pobres necesariamente expulsaban a los hijos varones que seguían al

primero.

El matrimonio

El matrimonio era exogámico, no permitiéndose casar con una persona del mismo

apellido aunque no fuera pariente, pues se suponía que pudiera ser de una misma estirpe

aunque lejana.

Tradicionalmente, el matrimonio no era visto como la unión de dos personas por amor,

sino obedecía a la necesidad de adquirir una mujer para el hijo, para cumplir con el deber

sagrado de producir un heredero varón para perpetuar el linaje ancestral, adquirir una

nuera para el servicio de los padres y obtener hijos para que los cuidaran en la vejez. El

matrimonio no debía significar que el hijo transfiriera su afecto y su lealtad desde los

padres hacía la esposa; luego, no convenía que la pareja manifestara amor y cariño. Los

padres arreglaban el matrimonio del hijo por intermedio de un agente matrimonial.

Cuando el hijo varón era niño, los padres le buscaban la futura esposa, sea directamente

o por intermedio de una casadera. El novio (o su padre) debía hacer una donación a la

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familia de la novia, es decir, en la práctica era una adquisición que se hacia. El matrimonio

se celebraba con grades festejos que frecuentemente dejaban endeudada a la familia

entera.

Los novios no se conocían hasta el día del matrimonio. Si la esposa no era fértil, o no

tenía hijo varón, el marido podía tomar una segunda esposa. También podía tener una o

mas concubinas, todo dependiendo de su poder económico de mantener las mujeres y los

niños.

Las familias muy pobres recibían como esposa una esclava que les cedía el terrateniente

del que dependían. Estas esclavas eran niñas de familias pobres que vendían las hijas

para poder sobrevivir. Véase el libro La buena tierra de Pearl Buck para este y otros

ejemplos de la vida campesina en los años previos a la instalación de la República en

1911.

Se consideraba una ventaja tener nietos siendo aún joven y se casaba a los hijos a la

edad más temprana posible. Los varones se casaban entre las edades de 16 y 18 años.

Evidentemente, a esa edad, el hijo dependía económicamente de sus padres a los cuales

estaba sujeto; y la niña, por ser muy joven, se adaptaba más fácilmente a estar sujeta a la

suegra. Todo esto se justificaba mediante el estudio de los horóscopos que, si coincidían,

representaban un buen augurio para la pareja. La ceremonia del matrimonio también

estaba llena de simbolismos religiosos.

La poligamia era reconocida institucionalmente, y la prostitución era aprobada

tácitamente. Por tanto, no había problema para el hombre que enviudaba. Pero la mujer,

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para poder volverse a casar, debía ofrecer dinero a la familia del esposo difunto. En el

caso de que los suegros necesitaran sus servicios, ella estaría obligada a seguir en la

familia del esposo, puesto que la viudez no obviaba las obligaciones de la nuera. Si la

viuda tenía hijos estos pertenecían a la familia del padre y por tanto ella no tenía el

derecho de llevárselos.

Tradicionalmente, la poligamia era practicada en las familias acomodadas, que eran una

pequeña minoría, debido al costo que este sistema requería. El hombre podía tomar una

“esposa paralela”, la que tendría las misma prerrogativas que la primera esposa; o una

“esposa secundaria” de categoría inferior a la primera esposa pero superior a las

concubinas. Más común era el concubinato, que no requería ninguna ceremonia ni

garantía. Como es bien sabido, la poligamia ha sido practicada en muchas culturas, y ha

creado un problema para los misioneros cristinos toda vez que han encontrado esa

costumbre en las tierras de misiones. En algunos casos, los misioneros se han visto

obligados a disimular su oposición al sistema, como en el caso de Irlanda, que aparece en

un Anexo de este artículo.

Hubo casos en que un tío que no tenía hijo varón le proporcionara una concubina al

sobrino para lograr un niño varón que tuviera la función ritual de continuar su linaje. Pero

frecuentemente, el hombre tomaba una concubina para tener variedad sexual o gozar de

un amor romántico que no compartía con la esposa. En el caso que un joven tuviera

relaciones sexuales con una sirvienta tanto antes como después del matrimonio, podía, si

así lo deseaba, tomarla por concubina después del casamiento. En muchos casos, los

hombres tomaban prostitutas como concubinas; si la familia objetaba, podía alojarla en un

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hogar separado, siempre dependiendo de la capacidad económica del hombre. Tanto las

concubinas como sus hijos tenían un estatuto inferior al de la esposa y sus hijos.

Situación de la mujer en la familia china

A partir del décimo siglo de nuestra era, se estableció en China la costumbre de deformar

los pies de las mujeres. Cuando la niña tenía cinco o seis años se envolvía sus pies con

largas tiras de tela estrechamente atadas que impedían el crecimiento normal del pie y lo

deformaba y encogía para lograr lo que se llamaba la forma de loto dorado. Para lograr

que el pie fuera más delgado, se doblaba los cuatro dedos hacia la planta del pie, lo que

con el tiempo rompía el empeine forzándolo hacia arriba, de tal manera que solamente el

talón pudiera sostener el peso del cuerpo. A medida que se fracturaba el empeine, la

planta y el talón se acercaban y su posición pasaba de horizontal a perpendicular, cara a

cara.

El resultado era que la mujer ya no podía correr, y hasta caminar se le volvía difícil. A

medida que los pies crecían, la niña sufría grandes dolores; después que terminaba la

edad del crecimiento ya no había dolor, pero se seguía utilizando las fajas en parte para

sostener los pies y en parte para disimular su deformación monstruosa, la que nadie

debía ver.

El motivo supuestamente era obtener un buen matrimonio, lo que ayudaría a la familia

mediante el buen precio que pagaría el novio. La costumbre y la metodología pasaban de

madre a hija, la madre enseñaba a la niña como lavar y cuidar los pies para que no se

gangrenaran. Había que cortar las uñas de los dedos de los pies para que no se

incrustaran en la carne viva, cambiar las vendas diariamente para mantener pareja la

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presión y lavar para reducir el olor, masajeando las piernas para reducir el dolor y

calzando delicados zapatos para que se notara el logro obtenido. La gran mayoría de las

mujeres en la ciudad y en el campo estaban sujetas a esta deformación que reducía su

capacidad de trabajo activo. Parece ser que las mujeres de la minorías étnicas y de

algunos lugares apartado en el campo no los practicaban, pero a principios del siglo XX,

en las ciudades casi la totalidad de las mujeres tenían los pies deformados, la

musculatura de las piernas atrofiada, y la necesidad de apoyarse contra una pared si

estaban de pie por un periodo que pasaran pocos minutos.

Las mujeres aceptaban el sufrimiento derivado de la deformación de sus pies como un

mal inevitable así como los sufrimientos del alumbramiento y se burlaban de las que

tenían los pies normales. Se cree que las consecuencias de la deformación de los pies

puede haber causado la muerte de un cierto porcentaje de las mismas; pero no se conoce

estadísticas ni estudios sobre la deformación obligada de los pies de las mujeres, es un

tema generalmente evitado por los sinólogos tanto historiadores como antropólogos.

Parece que los emperadores de la dinastía Qing (originarios de las provincias del noreste

de China o Manchuria) se oponían al sistema, pero no lo prohibieron. Los gobiernos

republicanos, tanto nacionalista (1911) como maoísta (1949) prohibieron esta costumbre

(Fairbank 1992). En 1998, conocí a una señora que tenía en esa época 95 años, cuyos

pies eran deformados, pero que se desplazaba prácticamente de manera normal: yo

atribuí su ligera dificultad en caminar a su edad; porque en ese momento no supe que

tenía los pies vendados. Ella decía ser nieta de una concubina del último emperador.

Hay una fecha del año en que la madre de la esposa debe rendirle un homenaje al yerno,

preparando un banquete en su honor y colocándolo a su derecha en la mesa y brindando

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junto con los demás comensales al yerno deseándole larga vida, salud y riqueza. Faltar a

este rito o realizarlo a medias, compartiendo los honores con otra persona es la peor

ofensa que puede hacer la suegra a su yerno.

La nuera tiene que atender a su suegra en todo y especialmente en la enfermedad y vejez

de la suegra. Y se dice que en algunos casos la nuera ha cortado un pedazo de su propio

brazo para hacerle una sopa a la suegra anciana y enferma.

La ley del matrimonio de 1950

La nueva Ley del Matrimonio de 1950 del Gobierno Comunista promulgó la abolición del

concubinato y de la poligamia, y concedió a los hijos de las concubinas la misma

categoría que la de los hijos nacidos de la primera esposa. El Gobierno Comunista

también criticó la tradición según la cual era necesario tener un hijo varón para la

observación de los ritos a los ancestros.

En la familia tradicional china era raro el divorcio. Se sabe de muchos casos en que las

mujeres casadas se suicidaron por no poder soportar los malos tratos que sufrían; y otros,

en que las mujeres murieron por esos malos tratos. Eso representaba una vergüenza para

la familia, pero también un riesgo pues se creía que el espíritu de la suicida podía hacer

daño a la familia y a sus negocios. Pero también había casos de mujeres que dominaban

a los esposos. En 1930, el gobierno nacionalista permitió el divorcio, que fue ratificado por

el gobierno comunista en 1950. La consecuencia de las nuevas disposiciones ha sido una

gran inestabilidad matrimonial en las ciudades, aunque en el campo ha tenido menos

impacto.

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La enseñanza a los niños

El clásico de tres caracteres fue durante siete siglos el punto de arranque de la instrucción

primaria, constituyendo un manual básico para los niños. Con este libro, aprendían a

escribir los caracteres chinos y las normas morales de los valores tradicionales

confucianos.

El libro se compone de frases cortas para ejercitar en la lectura. Se leían en voz alta en

tono rítmico las frases compuestas de tres caracteres. Enseña la piedad filial dando

ejemplos de niños que a los cuatro años ejercitaban la piedad filial y el respeto a los

hermanos mayores. El súbdito debía ser leal al soberano; el hijo debía tener amor filial

para el padre; la mujer debía ser obediente al marido. La cultura tradicional china enseña

las jerarquías. La igualdad o el intercambio de roles son impensables.

Las cuatro orientaciones son: sur, norte, oeste, este. El sur es la primera orientación, la

brújula china marca el sur. En las celebraciones de los ritos, el emperador se situaba

mirando hacía el sur; hoy en día se practica el Tai Chi en posición mirando hacia el sur.

Hay una quinta orientación que es el centro, que desempeña la función de eje.

Los seres humanos se alimentan de seis granos: el arroz, el sorgo, las leguminosas, el

trigo, el mijo glutinoso y el mijo común. En el norte de China que es frío y árido abunda el

trigo, en el sur calido y húmedo predomina el arroz.

El cerdo es el centro de la vida alimentaría de millones de familias campesinas. El

carácter chino de casa o familia trasmite la imagen de un cerdo bajo un techo.

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Tradicionalmente los chinos han convivido en sus casas con las distintas generaciones

que forman la familia extensa y con los difuntos cuyo recuerdo se respeta y se venera. La

familia iba creciendo sin disgregarse. El ideal era que pudieran llegar a convivir a la vez

cinco generaciones.

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Las casas tradicionales de las familias chinas

Generalidades

La gran mayoría de las familias chinas hasta recientemente eran campesinas. Había

familias mas pudientes y otras mas pobres, inclusive había terratenientes que tenían a su

servicio los habitantes de aldeas enteras. Nos referiremos aquí a las familias con

suficientes tierras para vivir a un nivel económico aceptable en el campo, y a los

comerciantes, artesanos o burócratas acomodados en las ciudades.

En principio, los hogares consistían en un área en la cual se levantaban las casas de

todos los miembros de una familia extensa, ubicadas en sentido de norte a sur. La

posición ideal ha sido siempre de espaldas al norte (de donde vienen, especialmente en el

norte de China, los vientos fríos del Ártico que atraviesan la Siberia y la Mongolia) y

mirando hacia el sur, donde calienta el sol (pues China esta en el Hemisferio norte). En el

centro de un patio entre las casas, había un gran árbol que daba sombra a toda la familia

cuando esta se reunía en los días de verano.

La casa principal del jefe de la familia, que podía ser el abuelo, estaba ubicada al norte,

con la puerta mirando al sur; las de los hijos varones a los costados, pero en orden de

precedencia por edad, hacia el sur de la casa del abuelo. Teóricamente, podían ser

muchas las casas de los hijos y nietos casados, pero en la practica las familias no eran

muy numerosas por las vidas relativamente cortas (eran pocos los que pasaban los 60

años de edad), por las altas tasas de mortandad infantil y por el hecho que, en algunos

casos, el que tenia muchos hijos varones permitía que un hermano que no tuviera hijo

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varón adoptara un sobrino o un yerno como hijo. Esto por la importancia de que cada

familia tuviera un hijo varón que realizara las ceremonias a los antepasados, y a los

padres, cuando estos morirían.

Al fallecer el abuelo, la herencia se repartía por igual entre todos los hijos, a no ser que el

hijo mayor recibiera una fracción mayor que los hermanos por tener a su cargo la madre

viuda. El hijo mayor ocupaba la casa del jefe de familia fallecido. En principio, los

hermanos menores podían seguir habitando sus casas, pero también podían formar su

propio hogar, especialmente si a su vez ya tenían hijos casados con familias. La

repartición de las tierras entre hermanos hacía que las familias se empobrecieran

paulatinamente. Se procuraba que a lo menos uno de los hijos se presentara a los

exámenes requeridos para tener una función en la gran estructura de la burocracia

estatal.

En Beijing, la capital.

En la antigüedad en Beijing, los siheyuan (solares) se construyeron uno al lado del otro,

formando así hileras paralelas y las callejuelas que separan los siheyuan se llaman

hutong. En la capital china había miles de hutong distribuidos alrededor de la Ciudad

Prohibida (Palacio Imperial), la mayoría de los cuales aparecieron durante las dinastías

Yuan (1206-1368), Ming (1368- 1644) y Qing (1644-1911).

De acuerdo con la planificación urbana de hace 800 años, el hutong tenía una anchura de

9.24 metros para facilitar la iluminación natural y permitir el tráfico. Pero con el paso del

tiempo, los descendientes construyeron sus casas en los espacios entre las dos filas de

siheyuan, formando así numerosos hutong menores.

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Según los datos históricos, se registraron más de 900 hutong en la zona central en la

dinastía Ming, y la cifra subió a 1,800 en la dinastía Qing. En 1990, había más de 4,000

hutong en la capital china.

A la gente les encanta la comodidad que supone vivir en una siheyuan, pues dicen: el

cielo arriba y el suelo abajo, ambos te pertenecen. Si uno se sienta en el patio, la gente

viene a charlar. Son de diferentes edades y de variadas profesiones. El patio es un buen

lugar para charlar, jugar y a veces entonar a viva voz algún párrafo de la ópera de Beijing:

(véase www.spanish.china.org.cn/travel/txt/2006-05/08/content_2236458.htm-9k )

La casa típica de una familia Mosuo (minoría étnica ).

Características: Las ventanas dan a un patio descubierto. La casa esta hecha de troncos

y consta de planta baja y primer piso, las habitaciones dan a un patio central. Los colores

de las paredes exteriores son rojo, azul y amarillo, los techos tienen el estilo pagoda con

los extremos afilados y rizados hacia arriba. El portón que da a la calle es la entrada

general a la vivienda familiar.

El ala más antigua se llama la casa tradicional, es una sala amplia donde arden a toda

hora algunos troncos sobre el piso. El lugar del brasero es de capital importancia. Las

paredes están tiznadas. En el techo, unas hendiduras del tamaño de un dedo le dan al

humo una vía de escape, aquí se cocina en enormes ollas de barro y aquí se come. A un

costado sobre una mesa amplia se acomoda la vajilla. Desde los travesaños cuelgan

piezas enteras de jamón sostenidas por ganchos. Cerca del fuego, en el sector de

privilegio, dos tarimas están cubiertas con cueros de oveja. Parecen más blandas que las

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demás. Sobre ellas duermen las mujeres mayores de la casa. Encima de un mueble

oscuro, un Buda rodeado de ofrendas está dispuesto a recibir la oración. La sala hace las

veces de cocina, comedor, altar y dormitorio, es el sitio obligado de reunión, donde

transcurre la mayor parte de la vida cotidiana y el lugar donde se recibe al visitante con

una taza de té de manteca.

En el ala opuesta están las viviendas de las mujeres adultas de la familia. Los hombres

viven en habitaciones comunes en la casa de sus madres.

En el pueblo hay dos o tres hileras de casas, luego los campos de cultivo y atrás están las

montañas. A pocos kilómetros hay otras aldeas mosuo. Hay caballos, cabras y gallinas en

los corrales de las casas. Todas las construcciones son de madera o de piedra.

Cuando una niña cumple trece años es necesario construirle una casa dentro del predio

familiar.

Las puertas son bajas lo que obliga a inclinarse al que ingresa como señal de respeto.

Los mosuos denominan familia a los que tienen entre si un lazo de sangre directo y

conviven en la misma propiedad, la vivienda del clan. La figura principal es la matriarca.

Con ella viven sus hijos, su madre y sus hermanos, tanto varones como mujeres. También

forman parte del grupo los hijos de las hermanas y los nietos. No existen los maridos

(Coler 2006).

Las cavernas de la provincia Shaanxi

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A diferencia de las viviendas de los mosuo y los hakka que son minorías étnicas, los

habitantes de las cavernas en el norte y el noroeste de la China son de la mayoría étnica

han, y su lengua pertenece a la más común que los occidentales llaman mandarín y los

chinos denominan la lengua del pueblo

Aproximadamente setenta millones de chinos viven en cavernas hasta el día de hoy,

siguiendo una tradición de miles de años. La mayoría de los habitantes de cavernas están

en el noroeste del país, donde la tierra fértil y compactada, denominada loess, ha sido

depositada por el río Amarillo y otros ríos durante siglos. Como es bien sabido, las

viviendas en cavernas se han utilizado en muchos lugares del mundo, inclusive en Italia

donde la zona conocida como Sassi, en la ciudad de Matera (Basilicata, Italia del sur) fue

evacuada a la fuerza durante el gobierno fascista en la década de 1930.

Las habitaciones en cavernas son muy confortables: tibias en el invierno y frescas en el

verano. Consisten en excavaciones en la tierra compactada, muy sólida y resistente, de

cuartos que se comunican entre si y que tienen paredes rectas a los costados y techo en

forma de bóveda. La apertura externa, en forma de arco de medio punto, es revestida por

una fachada que puede ser de madera, de ladrillo, o de otros materiales en las cuales se

abre puerta y ventanas. Estas fachadas pueden malograrse con el tiempo por efecto de

las lluvias y del barro que se les puede deslizar. Este problema se puede resolver

cortando la fachada, cavando en más profundidad y colocando una nueva fachada atrás

de la original, también se puede construir un techo sobresaliente de la pared del cerro con

tejas sobresalientes que impidan que la lluvia se deslice sobre la fachada.

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Una ventaja de estas viviendas es que no ocupan las tierras de cultivo sino que se ubican

en los barrancos laterales de los valles.

Algunas de las cavernas antiguas tienen techo bajo, son angostas y oscuras por la

apertura al exterior demasiado reducido. Pero actualmente, a medida que mejora la

economía campesina, los campesinos están cavando cavernas más amplias y cómodas.

Hasta se puede cavar dos pisos conectados entre ellos, con los dormitorios en los altos.

Los habitantes de las cavernas los prefieren a cualquier otro tipo de vivienda. Como

normalmente cocinan en el interior de la caverna, el calor de la hornilla ayuda a mantener

el ambiente seco y a curtir las paredes y la bóveda.

Hay también cavernas de piedra y otras de ladrillo que sobresalen de la pared del cerro o

del barranco.

Generalmente las cavernas yaodong se cortan de una pared vertical. Si la pared no es

vertical se le debe dar un corte vertical. El ancho del piso de la caverna es de tres a cuatro

metros, y el punto más alto de la bóveda tiene tres metros o más. La profundidad puede

ser de cinco metros o más. Las ventanas y las puertas son instaladas en la apertura

externa. La cara interior de la pared externa es empastada de cal para que sea blanca.

Interiormente se construye una plataforma que se llama kang, la que se utiliza como

cama. Una estufa al costado del kang permite que el humo y el aire caliente pasen por los

canales interiores del kang para calentarlo antes de salir al exterior por medio de una

chimenea.

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El cerro cuyo grosor es prácticamente infinito sirve como un aislante efectivo. Por tanto,

se requiere poca calefacción en invierno, y en el verano el ambiente es fresco.

También existen yaodong despegados del cerro, construidos de piedra o ladrillo, en tres

cuerpos, del que el central es la zona de estar, cocinar y comer, y los laterales son

dormitorios.

Casas de tierra

Unas de las minorías étnicas chinas más numerosas son los hakka que migraron desde la

China central en dirección sur hace más de 1,500 años. Con frecuencias fueron tratados

como extranjero y despreciados. Las casas circulares de tierra de la provincia de Fujian

son justamente famosas y protegieron al pueblo hakka del ataque de los bandidos, de los

enemigos y de los animales salvajes.

Algunas de las casas de tierra tienen 600 años. Son de tres o de cinco plantas, y cada

una pueden albergar entre 200 y 400 familias. El material es tierra compactada,

económica y funcional.

El patio central de una casa circular tiene suelo de piedra y las escaleras y las columnas

son de madera. Las paredes son de tierra prensada y reforzada con cal, arena, arroz y

bambú. El patio se utiliza para cocinar y para las cenas comunales. Paulatinamente, los

habitantes se están mudando a las ciudades y quedan mayormente las personas de edad.

Hace unos años, ha llegado la electricidad a algunas de las casas de tierra. Cada familia

dispone de su propia cocina en la planta baja. Los demás pisos son de vivienda y de

almacenamiento. Hay un pozo de piedra en la parte interior. Los tejados están hechos de

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tejas grises cosidas en el lugar. En la cercanía existen templos dedicados a los

antepasados ya fallecidos.

La parte posterior está orientada hacia la montaña y la parte frontal hacia el agua. El patio

alberga un templo en el centro. Los cinco clanes familiares realizan ofrendas quemando

varillas de incienso.

La población vive del cultivo del arroz y verduras para su propio consumo y de las

orquídeas y té para la venta. Trabajan la tierra con los bueyes y el arado manual.

Conclusión

El culto a los antepasados antecedió a los sistemas filosóficos chinos cuales el Taoísmo,

el Confucianito, y, más tarde, el Budismo (introducido de la India) y todavía se observa

especialmente en Taiwán. Consiste en ritos, altares y templos específicos y a la

preocupación con la ubicación de los túmulos, el cuidado de ellos, las ofrendas, etc. El

confucianismo refrendó la importancia de la piedad filial y de los ritos.

Los ritos y cuidados son la responsabilidad del hijo mayor de cada familia El Maoísmo

trató de suprimir estos ritos y templos y los altares en los hogares, y lo logró hasta un

cierto punto, pero se sigue considerando necesario tener un hijo varón.

El concepto de la autoridad paterna, de la familia extensa, de la supremacía del hombre

sobre la mujer no son exclusivos de la cultura china, sino que son comunes de muchas

tradiciones en el mundo. La importancia de la tradición familiar china radica en su larga

23

duración y en los detalles y las minucias que especifica para cada miembro de la familia,

tanto presente como ausente y tanto viva como muerta o como prevista para el futuro.

En este trabajo se ha considerado la familia desde un punto de vista teórico y, en cierto

sentido, ideal: cinco generaciones viviendo bajo un mismo techo, compartiendo

obligaciones y responsabilidades y funcionando dentro de un sistema económico que

abarca todos los miembros. Por supuesto que en la familia china han existido todas las

variables posibles e imaginables: ausencia de la figura paterna, falta de hijo varón,

subordinación de algún varón a la esposa, quiebra económica, ruptura de los lazos

familiares. Pero ha subsistido durante veinte siglos la imagen de la organización familiar

ideal que recién empezó a disgregarse a principios del siglo XX con la influencia europea,

con la república de 1911 y, mucho más con la doctrina maoísta y con la Ley del

Matrimonio de 1950. Esa ruptura es más evidente en la ciudad que en el campo. Pero en

todo caso la familia tradicional china es específicamente de la cultura han, y no se aplica a

la 56 minorías étnicas que compone aproximadamente cinco por ciento de la población de

China Continental.

En cuanto a los chinos en Taiwán, en Asia Sur Oriental y en los demás países donde han

emigrado, la variedad es grande; pero, por lo general la mujer no desiste de los lazos que

la unen a la familia paterna y no se integra con exclusividad a la familia del marido, como

lo requiere la tradición milenaria.

El sentido de conciencia familiar y honor familiar es probablemente la única forma de

conciencia de grupo en la vida china. Cada miembro de la familia debe cuidar la parte que

le toca para no arriesgar el funcionamiento de la totalidad. Un hijo prodigo es una

24

vergüenza para si mismo y para su familia y el que ha ganado un puesto por medio de los

exámenes burocráticos enaltece la parentela y hasta el pueblo al que pertenece.

El hombre mismo pasa las etapas de niñez, adolescencia, juventud, madurez y vejez;

primero recibiendo cuidados, luego proporcionándolos a otros y en la vejez de nuevo

recibiéndolos; primero obedeciendo y respetando, luego paulatinamente siendo obedecido

y respetado. En cuanto a la mujer su papel no es específicamente una decoración o un

juguete, ni específicamente una esposa pero es la artífice de la continuidad. La fuerza de

la rama de una familia depende de la mujer y de la sangre que contribuye a la herencia

familiar. Un patriarca sabio escoge la mujer adecuada, pues sabe que la vida de un

hombre depende de la esposa como también de ella dependerán los nietos. Este sistema

eugenésico que se basa en la creencia de la herencia de lo que aporta la mujer a la

familia. De allí la obligación de los padres en entrenar a sus hijas para evitar la vergüenza

de entregar a otra familia una esposa incompetente.

Este criterio lleva a una concepción de la vida de largo término. La continuidad requiere

no avergonzar a los antepasados y engendrar hijos que no causen vergüenza.

La importancia que los chinos dan a la edad es primordial, se considera una prerrogativa

ser mayor de los demás miembros de la familia. Con el sistema tradicional chino los

menores envidian a los mayores. (Lin Yutang, 1937).

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ANEXO 1

Poligamia en Irlanda en la primera época del cristianismo

(Kathleen Hughes 1972)

La ley civil

En los documentos que pertenecen a los primeros siglos de la historia de Irlanda, la ley

civil no estaba necesariamente sujeta a los requisitos de la religión católica. Las leyes

señalaban la importancia de la familia, esencial para las finalidades de la herencia y para

mantener el orden. La antigua estructura familiar que consistía en cuatro generaciones

(600 d.C.), paulatinamente se estaba definiendo como el grupo de tres generaciones (700

d.C.). Dentro del grupo familiar, un miembro de la generación mayor heredaba una

porción específica de la propiedad familiar y desempeñaba ciertas obligaciones como jefe

de la familia. El poder que transmitía por línea masculina: los herederos hombres recibían

las tierras si bien las hijas podían recibir una parte de los objetos. Más tarde, bajo ciertas

circunstancias, las mujeres podían también heredar tierras.

Una mujer podría tener hijos de más de un marido, y el hombre probablemente tenía hijos

con más de una esposa; la sociedad irlandesa era polígama.

Los matrimonios eran cuidadosamente organizados y las uniones ilegales eran

penalizadas. Pero un hombre podía tener una esposa principal y una o más esposas

subordinadas, todas ellas legalmente reconocidas. Probablemente las esposas

secundarias eran permitidas en el caso de que la primera esposa no tuviera hijo varón.

26

También había varias categorías de concubinas, reconocidas por la ley, lo que

probablemente era una costumbre pre-cristiana. Esta discrepancia entre las costumbres y

las enseñanzas de la iglesia eran justificadas mediante la historia bíblica: David, Salomón

y Jacob tuvieron más de una esposa.

Los hijos de las uniones legalmente reconocidas pertenecían al parentesco paterno, pero

la conexión ente la mujer y su familia no se interrumpían. La responsabilidad por los actos

reprensibles de una mujer correspondía parcialmente a los hijos y parcialmente a su

propia familia en proporciones que variaban según la categoría de su vínculo matrimonial.

La sociedad era estratificada: había los terratenientes o nobles, los clientes de varias

categorías, los dependientes o labriegos, los siervos que pertenecían al señor (pág. 46-

49).

La ley canónica

La ley canónica de los años 600 – 800 d.C. demuestra que los primeros siglos de la

cristiandad en Irlanda la sociedad era todavía pagana. El poder de jurisdicción era

principalmente de los abades de los monasterios; los obispos ejercían solamente las

funciones sacramentales. La iglesia irlandesa se mantuvo relativamente independiente de

Roma y del sistema jerárquico que esta heredó del imperio romano. Los monasterios que

adquirieron gran importancia en Irlanda estaban vinculados al sistema de parentesco

tradicional. El sistema canónico procuraba vincularse con el sistema legal nativo: por

ejemplo el hijo mayor de los monjes laicos que cultivaban las tierras del monasterio y

podían casarse era ofrecido a la iglesia e instruido por la iglesia.

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La institución nativa irlandesa que la ley canónica rechazaba era la poligamia. Pero no es

claro cuán exigente fuera la aplicación de la ley canónica en ese punto hasta por lo menos

el año 750 d.C.

Fuentes bibliográficas

BOTTON, Flora (1993) Bajo un mismo techo: la familia tradicional en China y su crisis,

(Cap. 1: "La familia en la sociedad tradicional", pp. 13-98), México, Colegio de México.

COLER, Ricardo (2006) El reino de las mujeres: El último matriarcado. Buenos Aires,

Planeta.

FAIRBANK, John y Merle Goldman (1992) China: A New History, Harvard University

Press.

HUGHES, Katheen (1972) Early Christian Ireland: introduction to the Sources. Ithaca, New

York.

LIN, Yutang (1937) The Importance of Living. New York, John Day

YANG, C.K. (1959) Chinese Communist Society: The Family and the Village, Cambridge,

Massachusetts.

YINGLIN, Wang (2000) Sanzijing: El clásico de los tres caracteres. Introducción,

traducción y notas de Daniel Ibáñez Gomes. Madrid, Trotta.

28

WILLIAMS, C. A. S. (1976 [1931]) Outlines of Chinese Symbolism and Art Motives: An

Alphabetical Compendium of Antique Legends and Beliefs, as Reflected in the Manners

and Customs of the Chinese. New York, Dover Publications, Inc.

Fuentes de Internet:

El encanto del hutong y siheyuan en Beijing 30/07/2004)

www.spanish.china.org.cn/travel/txt/2006-05/08/content_2236458.htm-9k

www.chinadiscover.net/viaje-a-china/Guía-de-Beijing/siheyuan.htm-27k