estructuras plegadas en madrid españa

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Las estructuras formadas por plegaduras de hormigón armado constituyen un conjunto de formas estructura- les cuya vigencia en cuanto que formas construidas tuvo una duración que apenas superó las dos décadas. En efecto, si consideramos el conjunto de sus realiza- ciones efectivas, éstas se aprietan mayoritariamente entre comienzo de los años 50 y el final de los 60 del siglo XX. Singularmente puede certificarse su final con el Congreso de la Internacional Asociation of Shell Structures (IASS) celebrado en Viena en 1970. En él se presentaron las últimas y más grandes reali- zaciones con este sistema (Sala de Conferencias de la UNESCO, en París de Nervi, Breuer y Zehrfuss y un hangar para la Alleghany Airlines en el aeropuerto Logan de Boston, salvando este último una luz récord de 75,86 m con una lámina plegada simple). No obs- tante las esperanzas puestas en la geometría de plega- duras, en buena parte alentadas por dicho Congreso, apenas se hicieron ya obras destacables a partir de la fecha del mismo. Es llamativo, por otra parte, que aunque pueden considerarse un ciclo prácticamente cerrado apenas se han estudiado en su conjunto, exis- tiendo muy contados trabajos al respecto. (Kramer 2005; García 2006a; García 2006b). 1 En España el periodo de auge de láminas plegadas de hormigón estuvo representado por un relativa- mente limitado número de realizaciones que no obs- tante presentan gran interés en cuanto a su variedad y calidad arquitectónica. El profesor Cassinello hizo de este sistema estructural una presentación clara y sin- tética: «las láminas plegadas, definidas por planos que se cortan, ofrecen indudables posibilidades de aplicación al ser capaces de dar un gran canto, pese a su poco espesor, y una gran rigidez transversal, gra- cias a su forma» (1974, 542) (fig. 1). Está también entre sus ventajas el hecho de que: «la dificultad de encofrar superficies de simple o doble curvatura se elimina con la solución de láminas plegadas. Y así, como superficies poliédricas inscritas en bóvedas o cúpulas pueden resolver gran número de estructuras Láminas plegadas de hormigón armado. Realizaciones en España Rafael García García Figura 1 Laboratorios Alter (Cassinello 1961) Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

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Las estructuras formadas por plegaduras de hormigónarmado constituyen un conjunto de formas estructura-les cuya vigencia en cuanto que formas construidastuvo una duración que apenas superó las dos décadas.En efecto, si consideramos el conjunto de sus realiza-ciones efectivas, éstas se aprietan mayoritariamenteentre comienzo de los años 50 y el final de los 60 delsiglo XX. Singularmente puede certificarse su finalcon el Congreso de la Internacional Asociation ofShell Structures (IASS) celebrado en Viena en 1970.En él se presentaron las últimas y más grandes reali-zaciones con este sistema (Sala de Conferencias de laUNESCO, en París de Nervi, Breuer y Zehrfuss y unhangar para la Alleghany Airlines en el aeropuertoLogan de Boston, salvando este último una luz récordde 75,86 m con una lámina plegada simple). No obs-tante las esperanzas puestas en la geometría de plega-duras, en buena parte alentadas por dicho Congreso,apenas se hicieron ya obras destacables a partir de lafecha del mismo. Es llamativo, por otra parte, queaunque pueden considerarse un ciclo prácticamentecerrado apenas se han estudiado en su conjunto, exis-tiendo muy contados trabajos al respecto. (Kramer2005; García 2006a; García 2006b).1

En España el periodo de auge de láminas plegadasde hormigón estuvo representado por un relativa-mente limitado número de realizaciones que no obs-tante presentan gran interés en cuanto a su variedad ycalidad arquitectónica. El profesor Cassinello hizo deeste sistema estructural una presentación clara y sin-tética: «las láminas plegadas, definidas por planos

que se cortan, ofrecen indudables posibilidades deaplicación al ser capaces de dar un gran canto, pese asu poco espesor, y una gran rigidez transversal, gra-cias a su forma» (1974, 542) (fig. 1). Está tambiénentre sus ventajas el hecho de que: «la dificultad deencofrar superficies de simple o doble curvatura seelimina con la solución de láminas plegadas. Y así,como superficies poliédricas inscritas en bóvedas ocúpulas pueden resolver gran número de estructuras

Láminas plegadas de hormigón armado. Realizaciones en España

Rafael García García

Figura 1Laboratorios Alter (Cassinello 1961)

Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, 2007.

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de este tipo» (Cassinello 1974, 542). Desde el puntode vista del comportamiento estructural, F. Candelaclasifica las estructuras prismáticas y losas dobladascomo aquellas que, a diferencia el resto de estructu-ras laminares, están «sometidas a régimen mixto deesfuerzos de membrana y flexión» (Faber 1970, 23).

Siguiendo nuevamente a Cassinello, salvo para loscasos más simples «se produce una tremenda compli-cación de su cálculo por el efecto que ejerce cada ele-mento unitario en sus vecinos, como consecuencia dela solidaridad del conjunto, originándose empujes ymomentos flectores transversales, deformaciones nota-blemente distintas respecto de cada elemento unitario,posible pandeo de sus caras etc» (1961). En realidad,su cálculo exacto era conocido desde los años 30 delsiglo pasado gracias a los trabajos iniciados por Ehlersen Alemania y proseguidos por Gruber, Craemer,Frugge, Girkmann y otros. Sin embargo, dado que es-tos análisis requerían consideraciones matemáticas decierta complejidad, basadas generalmente en el cálculodiferencial y de dificultosa aplicación práctica, no fue-ron accesibles para la mayoría de los calculistas hastala publicación de métodos aproximados, sobre todo enEstados Unidos. Un referente de este tipo de trabajosaproximados es el de Winter y Pei (1947). En Españaun procedimiento de cálculo directo relativamente ac-cesible desarrollado por Parme y Sbarounis fue publi-cado en la revista Informes de la Construcción (1961).No obstante, en opinión de Cassinello no fueron sololas complejidades de cálculo las que frenaron el uso deestas estructuras, «sino los prejuicios estéticos ante unanueva forma que iba a romper con las doctrinas y mol-des en boga», dando como factores favorables para suaceptación «el triunfo espectacular de la arquitecturaagresiva, personal y dinámica de Wright, y el ensayo,en gran escala, desarrollado en la estructuralista Expo-sición de Bruselas». A ello se sumaría, la agresividadde sus formas, la cual «ha venido a dar nueva expre-sión y movimiento a los limpios y puros volúmenes ra-cionalistas, puristas y neoclásicos, en los que el ángulorecto y la línea inclinada no tenía lugar en su invaria-ble credo de paralelismo y ortogonalidad» (1961).

APLICACIONES MENORES EN EL PANORAMA ESPAÑOL

Los principales ejemplos de que tenemos constanciarealizados en suelo español se concentran temporal-

mente en un muy breve espacio de tiempo, práctica-mente entre finales de los 50 y comienzos de los 60.Solo unas pocas láminas de este tipo, como veremos,traspasarán esa década adentrándose en las siguien-tes. Azpiazu Ordóñez señalaba al comienzo de la dé-cada de los 70 que en relación a las cubiertas lami-nares, «llevamos 37 años de experiencias y ahoraempieza a decaer su desarrollo por el coste excesivodel encofrado y por no haber encontrado un sistemade prefabricación adecuado que permita que estas cu-biertas laminares no pierdan su condición de cáscaraal perder su monolitismo y dividirse en una serie deelementos prefabricados» (1971, 42).

Aunque la primera realización de estructura plega-da española con referencia fiable es ya una soluciónnotable, correspondiente a la cubierta del comedor dela Universidad Laboral de Tarragona terminada en1959 según proyecto de Torroja y De la Vega, vamosa considerar previamente otras láminas de menor en-vergadura ya que ésta será estudiada individualmentecon cierto detalle al final del trabajo. Comenzaremospor tanto con algunos comentarios sobre diversas es-tructuras menores, las cuales, no obstante, marcan unpanorama de incorporación de láminas plegadascomo elementos complementarios dentro de edificioso estructuras de mayor entidad. Así por ejemplo,pueden incluirse aquí algunos trabajos de inicios delos 60 de Miguel Fisac con láminas plegadas de pe-queñas dimensiones y empleadas más bien como ele-mentos expresivos complementarios. Entre ellas se-ría notable, no por su tamaño sino por su cualidadformal, la «airosa y enérgica lámina plegada» que,realizada como marquesina de entrada de los labora-torios Alter en Madrid finalizados en 1961, «recibeal visitante y le sorprende con el cambiante y magní-fico aspecto que proporciona la luz (natural o artifi-cial) al crear sombras y penumbras vaporosas» (Fisac1961) (fig. 1). Aunque no hemos encontrado especi-ficaciones de sus dimensiones, por estimación basadaen los planos publicados, sus ocho pliegues triangu-lares continuos cubren un pequeño vano de 5,20 mentre las dos vigas horizontales sobre las que apoyan,con vuelos por ambos extremos, rondando el delante-ro los 3 m. El canto podría acercarse a los 60 cm.

Para una segunda marquesina en la entrada delCentro de Información y Documentación del Patrona-to «Juan de la Cierva» del CSIC en Madrid terminadoen el mismo año, Fisac empleó otra pequeña láminaplegada, en este caso dispuesta transversalmente y

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empotrada en sendas ménsulas rectangulares de espe-sor, así mismo laminar, y con las que forma un con-junto de gran rigidez (fig. 2). El vuelo de la parte cu-bierta sobrepasa los 3,5 m con una anchura o luz deplegadura cercana a los 6 m. Su espesor es de 6 cm ysu perfil, no formado por Vs de lados simétricos, as-ciende quebradamente hacia el borde libre.

Siguiendo con las aplicaciones relativamente se-cundarias de formas plegadas se tendrían tambiénque citar las de uso como elemento soporte o inclusode contención, aprovechando la rigidez y estabilidadde su configuración como ángulos diedros en posi-ción vertical. En su colaboración para la iglesia deGuadalupe en Madrid comenzada en 1963 según pro-yecto inicial de Enrique de la Mora y Félix Candela,Aspiazu empleó series de diedros-nicho o semipirá-mides en el perímetro como apoyo del borde libre delos paraboloides hiperbólicos de la cubierta. Dichasformas plegadas fueron calculadas por José AntonioTorroja (Madrid 1983) (fig. 3). Un uso muy semejan-te se encuentra también en la iglesia parroquial deNuestra Señora del Valle en Becerril de la Sierra enMadrid (1965–68), obra del dominico arquitecto

Fray Francisco Coello de Portugal. En este caso seemplean dos grandes diedros, también de lados trian-gulares, como soporte de los vértices más altos delúnico paraboloide hiperbólico de la cubierta (fig. 3).Como colaboradores intervinieron en este caso JoséRuiz-Castillo y Ricardo Urgoiti que anteriormentehabían trabajado con Félix Candela (Fernández 2001,113). El mismo Coello de Portugal había empleadoel principio de rigidez derivada del pliegue vertical,pero en este caso con planos no doblados sino inter-secados, en la esbelta torre exenta del Santuario de laVirgen del Camino en León (1955–61). También Fi-sac hizo uso de láminas plegadas como diedros verti-cales en los remates de la torre de los laboratoriosJorba.

Es de advertir aquí que algunas construcciones dela época, estimuladas por el entonces atractivo visualde las formas plegadas y poliédricas, pueden ofrecerimágenes de estructuras de esta clase aunque tantopor construcción como por comportamiento no seanauténticos casos de construcción laminar. Un ejem-plo quizás intrascendente pero significativo a esterespecto son las cubiertas en paraguas de la estaciónde servicio en Gijón (1962) proyectada por MarianoMarín Rodríguez. En efecto, cada una de las pirámi-

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Figura 2Centro de Información y Documentación CSIC (Arqués1996, 165; Cánovas 1997, 136)

Figura 3Nuestra Señora del Valle (Fernández 2001, 112). NuestraSeñora de Guadalupe (Azpiazu 1971, 47)

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des invertidas que en apariencia serían láminas conti-nuas, no son tales sino simples forjados inclinadosapoyados sobre los nervios de las aristas que estáncalculadas y actúan como ménsulas a partir del vás-tago central (Marín 1962) (fig. 4).

Más interesante es el ejemplo del edificio de gene-radores de la Central Hidráulica de Proaza en Astu-rias (1964–5) realizado por Vaquero Palacios. Aquíla decisión de dar una apariencia de forma generalfacetada, plegada y por momentos cubo-expresionis-ta se consigue no haciendo de las láminas elementosestructurales sino paneles de cerramiento (fig. 4). Eneste caso, «la estructura portante de hormigón arma-do se reviste totalmente, incluso en la cubierta, conpiezas laminares prefabricadas in situ» (Pérez 1992,216). Dicha estructura portante está en este casoconstituida por sólidos pórticos rígidos longitudina-les de hormigón adecuados además para las cargasderivadas del puente grúa interior. Las placas de re-cubrimiento siguen en las fachadas un patrón de plie-gues contrapuestos sobre el que, sin embargo, las ex-cepciones de los portones para acceso de maquinariay de las balconadas para acometidas de conductoreseléctricos conforman soluciones de extraordinariovalor plástico. Formas plegadas a juego con el edifi-

cio sirven también de muro de contención en la partede la ladera de la montaña, también en este caso alparecer con auténtica función resistente.

Como elemento complementario tampoco puededejar de citarse finalmente el depósito dodecaédricode hormigón del Instituto Técnico de la Construccióny el Cemento Eduardo Torroja (ITCCET) finalizadohacia 1959 y ejemplo singular como aplicación a unrecipiente. Inscrito en una esfera de 10 m de diáme-tro alcanzó una altura de 7,95 cm con un espesor decaras laterales de 22 cm (fig. 5).

ESTRUCTURAS PLEGADAS EN ARQUITECTURA

ESCOLAR Y CONVENTUAL

Una serie de soluciones de escala intermedia pero conun papel estructural definido como láminas de cubier-ta se encuentran en varios de los edificios de carácterreligioso del antes mencionado Coello de Portugal.Este arquitecto empleó con frecuencia este tipo de cu-briciones en algunas partes de sus edificios siendouno de los principales arquitectos españoles en el usode plegaduras de hormigón. Se pueden ver por ejem-plo en forma de láminas prismáticas con perfil en Zen la cubierta del salón de actos del Colegio SantoDomingo de Guzmán en Palencia (1962–5). Una uti-lización más sistemática de láminas plegadas para cu-

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Figura 4Estación de servicio en Gijón (Marín 1962). Central eléctri-ca de Proaza (Pérez 1992, 218)

Figura 5Depósito de carbón ITCCET (Archivo Documental ITCCET)

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biertas la realizó en el Monasterio de Santa Catalinade Siena (1966–68) en la localidad madrileña de Al-cobendas a partir de la forma a cuatro aguas con lima-hoyas en las diagonales. Esta sencilla forma, que tam-bién puede verse como la intersección de doscubiertas a dos aguas perpendiculares entre sí, tiene laventaja, al construirse mediante una lámina continua,de que no es desarrollable sobre un plano y por tantoes rígida y estable en sí misma. Su imagen desde arri-ba es tradicional, ya que en nada se diferencia de lascubiertas de faldones convencionales, pero desde suintradós es muy diferente ya que se percibe como unacontraforma en negativo, en la que la naturaleza delos plegamientos cobra un especial protagonismo.

Esta forma base se empleó en la cubierta del claus-tro mediante adición de unidades de planta cuadradade pequeño tamaño, en torno a 4,5 m de lado, perohormigonadas conjuntamente dando lugar a una lá-mina continua (fig. 6). Colaboraba a la sensación ai-rosa y delgada de dichas láminas el sistema de apo-yos, reducido a esbeltos soportes metálicos situadosen sus esquinas.2 Con mayor dimensión la misma lá-mina de planta cuadrada tipo se utilizó como cubiertade la iglesia, jugando en este caso con variaciones en

las pendientes entre unas unidades y otras, y en el re-fectorio. (fig. 6). La misma solución fue empleadabastante más recientemente por el mismo arquitectoen el Monasterio de Jesús y María en Toledo(1980–83) en la que es, hasta tanto como hemos po-dido conocer, el ejemplo más tardío de utilización deláminas plegadas en España.

Del mismo arquitecto, merece citarse también lacuriosa solución de láminas de la planta superior delclaustro del Monasterio de la Encarnación de Lejonaen Vizcaya también de terminación bastante tardía(1968–76). Corresponden a una cubierta a dos aguaspero con pendiente quebrada y mucho más pronun-ciada en el centro, coincidiendo con su eje longitudi-nal, produciendo un acusado alzamiento en estazona. A ella se le superponen en perpendicular seriesde pliegues triangulares muy peraltados y cruzadostransversalmente, los cuales se manifiestan en el bor-de libre como agudas elevaciones del alero semejan-tes a las producidas por ventanas abuhardilladas encubiertas de montaña (fig. 7).

Lo notable de las cubiertas de claustro referidas esque nuevamente se construyen como láminas delga-das y continuas de hormigón, produciendo un efectode gran complejidad desde el intradós. A ello sesuma la solución de soporte de las mismas, mediante

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Figura 6Monasterio de Sta Catalina de Siena. Claustro e interioriglesia (Fernández 2001, 131–2)

Figura 7Monasterio de la Encarnación (Fernández 2001, 156)

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haces de perfiles de acero inclinados que proporcio-nan apoyos en las cuatro esquinas de los paños defaldón con menor pendiente. Estas «unidades de es-quemas arborescentes» son asimismo estables por suconfiguración geométrica y no producen empujes.

Las realizaciones de De Coello, tienen ciertas si-militudes con lo realizado por el citado José RamónAzpiazu Ordóñez para el Instituto de Enseñanza Se-cundaria Sorolla en Valencia finalizado hacia 1969,aunque en este caso hay un claro alejamiento de lasformas tradicionales. Azpiazu, que debe considerarsecomo el principal practicante de estructuras plegadasen España o al menos el autor de varias de las másdestacadas, empleó aquí para la cubrición de los por-ches y espacios principales del Instituto diferentesvariantes de un tipo de plegamiento que podemos lla-mar con conicidad y que tiene por característica el irdisminuyendo la altura y forma de los pliegues desdeun extremo hacia el otro, pudiendo tender incluso aun borde en el que teóricamente desaparecerían for-mando un línea recta sin quiebros. Esta forma puedeextenderse sobre un plano, lo cual parece en princi-pio contravenir las propias recomendaciones del au-tor: «conviene que no sean desarrollables y que ten-gan inercia variable, comportándose muy bien antelos efectos sísmicos y de viento» (Azpiazu y Cervera1975, 42). Sin embargo, puede verse cómo se con-vierte en no desarrollable sobre un plano al disponer-se de forma combinada junto a otras del mismo tipopero orientadas en forma contrapuesta, tal y como seempleó en los porches del Instituto. La misma clasede lámina sirvió también para marquesinas en voladi-zo que forman los porches de entrada y garaje.3

Para el salón de actos y el gimnasio las láminas,ligeramente modificadas y con luz mayor (12 m), si-guieron otra disposición, doblándose por un lado yformando en su prolongación el muro de cerramien-to de uno de los laterales de dichos espacios (fig. 8).Este muro, también plegado, pero con espesor ma-yor que el de la cubierta, estaba a su vez inclinadohacia el interior. El resultado puede considerarse eneste caso, por tanto, como una lámina continua queforma techo y pared y que es a su vez rigidizada pormúltiples plegamientos menores. En cierto modopodemos decir que se trata de un pórtico laminarcontinuo. El apoyo de la lámina en el lado opuestose realizó directamente sobre muros ciegos dotadosde un babero de plomo o cobre como elemento dearticulación. Para asegurar una total rigidez trans-

versal, todas las láminas se construyeron con ner-vios en el extradós, rompiendo con la percepciónlisa del mismo (fig. 9). Asimismo, las líneas deunión de cada serie de láminas con las de orienta-

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Figura 8Instituto Sorolla. Láminas salón de actos y gimnasio (Az-piazu 1969)

Figura 9Instituto Sorolla. Planos lámina porticada salón de actos ygimnasio (Azpiazu 1969)

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ción opuesta (porches) o con las de muro de cerra-miento (espacios comunes) se reforzaron con planosdiafragma o «tímpanos» que aún rigidizan más elconjunto de las láminas en sentido transversal. Porel contrario, ninguno de estos refuerzos y nervadurases visible desde el intradós.4

GRANDES LÁMINAS DE CUBIERTA

Aunque pueda parecer paradójico, las estructurasmás importantes construidas con láminas plegadas ennuestro país son bastante tempranas y desde luegoanteriores a muchas de las hasta ahora comentadas;si las consideramos en último lugar y no seguimos unorden cronológico es debido a razones expositivas ya que separadas del resto pueden centrar mejor nues-tra atención dada su singularidad. Así, la primera delas dos construidas, la estructura de tribunas del Ca-nódromo de Madrid finalizado en 1962 y erigidatambién bajo la dirección y proyecto de Azpiazu, esanterior en unos siete años a su Instituto y a la vez deun riesgo estructural claramente superior a lo realiza-do posteriormente en aquél.5 Dicha estructura es pro-bablemente la más espectacular de cuantas se han re-alizado en España con este sistema. Sus tribunas, convoladizos de 18 m sobre pórticos separados 8 m,constituyen también una de las estructuras de su cla-se más grandes realizadas internacionalmente(fig. 10). Sin embargo, la solución prevista en unprincipio no era de tipo plegado:

en el proyecto inicial se pensó en construir la cubierta abase de láminas de hormigón armado en forma de para-boloides hiperbólicos, con lo que se obtenía una notableeconomía de construcción al conseguir el comporta-miento como membrana, trabajando el hormigón sólo acompresión y precisándose solamente una armadura de15 kg/m2, pese al fuerte voladizo de la cubierta. La ne-cesidad de adoptar un zuncho pretensado que permitie-se corregir la deformación de las esquinas de los para-boloides para conseguir la deformación de las esquinasde los paraboloides para conseguir una línea de cornisarecta suponía un notable retraso de la obra, lo que obli-gó a huir de esta solución dada la imposibilidad de am-pliar el plazo de ejecución de la misma (Aspiazu et al.1962).6

La solución realizada es una lámina plegada nodesarrollable, de inercia variable y en realidad del

mismo tipo que las comentadas para los porches delInstituto. En efecto, su rigidez e indeformabilidadgeométrica se deben también a la unión contrapues-ta de dos láminas con conicidades opuestas, lo quefavorece por otra parte la disminución del canto ha-cia los bordes y por consiguiente la adecuación a lavariación de los momentos (fig. 11). Se soporta enuna única alineación de soportes y su asimetría escompensada con otra serie de tirantes en V que laanclan en su parte posterior al borde del graderío.Fueron necesarios también nervios transversales derigidización en el extradós y un plano vertical detímpano en la unión entre las láminas de conicida-des opuestas, justo sobre la línea de soportes centra-les. Ninguno de estos elementos marca resalte al-guno desde el intradós. Esta solución de láminatrabaja en régimen de flexiones, exigiendo una ar-madura media de 33 kg/m2.

En cuanto al proceso de su construcción:

la necesidad de construir toda la tribuna en una sola fase,debido a la premura de tiempo, obligó a emplear grannúmero de encofrados y una complicada estructura tubu-lar metálica como cimbra de apoyo de los mismos (As-piazu et al. 1962).

También las operaciones de descimbrado requirie-ron especiales cuidados:

Se desencofró, primeramente, la zona comprendida entrela línea de apoyos y tirantes, tensándose éstos a conti-nuación, operación que se hizo simultáneamente en to-dos ellos. El desencofrado de la parte elevada se realizóel mismo tiempo en toda su longitud, con objeto de evi-tar tensiones producidas por el descenso parcial de laspartes desencofradas. La flecha apropiada en el borde fuede 5 cm (Aspiazu et al. 1962).

Otro proyecto de lámina interesante del mismoAzpiazu es la del finalmente no construido «Palaciodel Tenis» para el Club de Tenis Chamartín en Ma-drid, la cual hubiera cubierto una superficie de 59 mpor 58,40 m albergando tres pistas de tenis y gradasde hasta 6000 espectadores. La solución laminar, talcomo se deduce de los planos, hubiera sido franca-mente espectacular con plegaduras porticadas salvan-do 58,40 m entre apoyos y prolongación de las mis-mas en los extremos formando los cerramientos(fig. 12). Dichos apoyos estaban constituidos por so-portes aislados situados en la parte superior de losgraderíos. Entre las partes plegadas de cerramiento

Láminas plegadas de hormigón armado en España 373

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sobre las gradas se dejarían amplios ventanales cerra-dos con plástico traslúcido sobre estructura metálicaadaptándose a los espacios trapezoidales dejados li-bres. Este mismo cerramiento translúcido se aplicaríaa los alzados de los fondos. En éstos, dicha partetraslúcida estaría por encima de las paredes ciegas,también de estructura plegada.

Con todo, de este proyecto quizás lo más singularhubiera sido su gran abertura en el centro de la cu-

bierta para competiciones a cielo abierto sobre lapista central. Ello hubiera sido posible gracias a lainterrupción de las plegaduras centrales, que queda-rían como voladizos bastante semejantes a las delCanódromo, y a una prevista cubierta corrediza su-perpuesta, formada por un entramado metálico yplacas de cloruro de polivinilo. El conjunto de estasolución daría respuesta a «las exigencias de laCopa Davis de no poderse jugar en recintos cubier-

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Figura 10Canódromo de Madrid (Azpiazu 1962)

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tos» por lo que «la pista central se tenía que poderdescubrir a capricho. Este requisito nos hizo elimi-nar el sistema de láminas colgadas, que para estasdimensiones y luces libres son las más indicadas, yoptamos por la solución de lamina plegada, de hor-migón armado pretensado, dejando libre la pistacentral» (Azpiazu 1971, 46).

Como último ejemplo a considerar trataremosbrevemente sobre la ya citada cubierta del pabellónde comedores de la Universidad Laboral de Tarrago-na. Realizada según proyecto de A. de la Vega yEduardo Torroja, como se mencionó, y contandocon la colaboración de los ingenieros Del Pozo yPáez, debe su singularidad no solo a su forma y di-mensiones, sino también a ser la primera de las lá-minas plegadas realizadas en España de que tene-mos constancia. En ella, además, se utilizó la técnicadel postensado, la cual no parece haberse empleado

en casi ninguna de las anteriormente estudiadas. So-lamente sería una excepción el tensado de los sopor-tes en V de la tribuna del Canódromo, siendo el res-to simplemente armado.7

En el caso de Tarragona el espacio a cubrir es de57,6 m × 20 m de luz libre tratándose de:

una cubierta plana, plegada, constituida por una serie deplacas triangulares, de 12 cm de espesor, alternativamen-te inclinadas en uno u otro sentido, y cuyas líneas de in-tersección forman las correspondientes limatesas y lima-hoyas. Las limatesas son horizontales, pero no normalesa los planos de fachada. Las limahoyas, contenidas enplanos perpendiculares a las fachadas, tienen una deter-minada pendiente que facilita la evacuación de las aguaspluviales . . . Todas estas superficies triangulares soniguales entre sí . . . Dada la igualdad de todos estos trián-gulos y su desarrollo plano, el encofrado de la lámina re-sulta muy sencillo (Torroja 1959).

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Figura 11Canódromo. Planos del modelo reducido para ensayo (Azpiazu 1962)

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De ello se deduce que se trata de una lámina conpliegues contrapuestos y, por tanto, desarrollable, cuyadisposición facilita naturalmente la evacuación delagua de lluvia (fig. 13). Como apoyos se construyeronsendos pórticos longitudinales de perfil triangular,desplomados hacia el interior y de sección variable,aumentando ésta hacia el vértice. Se consideró que es-tos elementos eran suficientes para la rigidización dela lámina. Su cálculo se complica fundamentalmentepor la forma de su sección transversal, que es variable.Transversalmente se trató de la forma habitual, consi-derada como viga continua (Antuña 2002, 204–5). Loscables de pretensado seguían un trazado curvo sobrelas placas triangulares con anclajes sobre el canto librey las limatesas. El resto de la armadura era bastantesencilla con un mallazo uniforme que se plegaba fácil-mente al ser la superficie desarrollable.

Es de interés el encofrado, que se hizo:

independiente de los muros de fachada, colocado sobreunas bielas o aparatos provisionales de apoyo. De estaforma, al no existir coacción exterior alguna, la cubiertapuede acortarse libremente bajo la acción el esfuerzo depretensado . . . Una vez fraguado y suficientemente en-durecido el hormigón, se efectuó el tesado de esta arma-dura principal, durante el cual la estructura se despegó,automáticamente, de su encofrado (Torroja 1959)

También es digno de mención que, tras lo anterior,toda la cubierta, pórticos de borde incluidos, se ele-vara temporalmente con unos gatos para colocar bajoella unos rodillos metálicos como apoyos definitivos(fig. 14).

Tanto esta lámina como la del Canódromo fueronobjeto de análisis complementario mediante modelosa escala realizados con mortero en el Laboratorio deCentral de Materiales de Construcción de Madrid di-rigido por Carlos de Benito. En ambos casos se llegóa la rotura de los mismos, corroborándose las hipóte-sis de comportamiento previamente establecidas.Para el Canódromo se hizo también un modelo deplexiglás.

NOTAS

1. Sobre la cuestión general de las estructuras plegadasrealizadas en el ámbito internacional hemos tenidoocasión de exponer recientemente el estado de la cues-tión en la conferencia «Dos décadas de estructuras ple-gadas de hormigón armado: inicio y ocaso de un movi-miento», dictada en la Fundación del Colegio Oficialde Arquitectos de Madrid dentro del segundo ciclo delAula de Historia de la Construcción (21 de febrero de2007).

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Figura 12Palacio del Tenis (Azpiazu 1971, 44–5)

Figura 13Universidad Laboral de Tarragona (Torroja 1959)

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2. Nótese que aunque en la fase de construcción podríanproducirse algunos empujes al hormigonar si el enco-frado no está suficientemente rigidizado mediante unatirantado u otro sistema de análogo efecto, una vezendurecido el hormigón desaparecen los empujes y lalámina solo proporciona acciones verticales sobre lossoportes.

3. A este respecto, y según la opinión de los autores lasláminas plegadas «son las más indicadas para emplearen voladizos, ya que se las calcula para soportar esfuer-zos de flexión y, por tanto, no suelen fisurarse» (Azpia-zu y Cervera 1975, 81).

4. También según los autores, la misma disposición inter-na de pliegues hace que estas láminas sean «las de me-jores condiciones acústicas, siempre que se proyectenracionalmente» (Azpiazu y Cervera 1975, 81)

5. Realizado en colaboración con el arquitecto Pedro Pin-to y los ingenieros José Antonio Torroja, Florencio delPozo y Rafael López Palanco.

6. Existe a veces gran similitud entre determinadas dispo-siciones de paraboloides hiperbólicos y láminas plega-das, lo que las convierte casi en versiones planas o ala-

beadas de ideas formales muy semejantes. Esta coinci-dencia se da especialmente en láminas plegadas con co-nicidad como es el caso del Canódromo.

7. Esto en efecto coincide con las preferencias del mismoAspiazu respecto a las cubiertas laminares: «como hor-migón pretensado se pueden aumentar mucho las luces;sin embargo el hormigón pretensado lo considero másadecuado para elementos prefabricados que se dispo-nen yuxtapuestos y actúan por separado» (Aspiazu yCervera 1975, 80). El tensado del Canódromo se reali-zó directamente sobre las armaduras sin hormigonarmediante casquillos roscados.

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