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JOAQUÍN TORRES-GARCÍA MADERAS, DIBUJOS, JUGUETES WOODS, DRAWINGS, TOYS

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Exposicion J Torres-Garcia Leandro-Navarro

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  • JOAQUN TORRES-GARCA

    MADERAS, DIBUJOS, JUGUETESWOODS, DRAWINGS, TOYS

  • 2 3

    JOAQUN TORRES-GARCA

  • JOAQUN TORRES-GARCA

    Maderas, Dibujos, Juguetes

    Woods, Drawings, Toys

    Del 22 de enero al 1 de marzo de 2015January 22- 1 March 2015

    GALERIA LEANDRO NAVARROC/ AMOR DE DIOS, N1 28014 MADRID

    Horario: de Lunes a Viernes de 10 a 14h. y de 17 a 20h. Sbado previa cita.

    Gallery opening hours: Monday to Frriday 10-2 and 5 to 8. Saturdays upon request.

    Tel.: 91 429 89 55 Fax: 91 429 91 55

    e-mail: [email protected] www.leandro-navarro.com

  • DE PARS A MONTEVIDEO En 1934 Torres Garca abandona la ten-tadora y dura Babel del Viejo Mundo para regresar a su tierra, el Uruguay, en el lejano sur de Amrica del Sur. Se haba ido cuando era un jovenzuelo de diecisis aos, deseoso de aprender los secretos del antiguo oficio de la pintura europea, y volvi como un hombre de sesenta, lleno de sabidura dispuesto a ensear una nueva -y la ms ambicio-sa- concepcin del arte. Tan ambiciosa fue esa concepcin, el constructivismo, que pretendi ser la sntesis suprema entre los elementos ms fecundos de las principales tendencias de arte mo-derno -cubismo, surrealismo, neoplas-ticismo-- , por un lado, y las creaciones ms permanentes y universales del arte del pasado, por el otro. Torres Garca no slo buscaba su pintura, sino la pintura en si; no una forma ms del arte, sino el Arte Absoluto.Antes de abordar la vida de Torres Gar-ca en Montevideo, es necesario que nos detengamos un poco en el constructi-vismo, despus de hacer una breve re-ferencia al itinerario que recorri para llegar a esa nueva teora.A finales del siglo XIX, cuando tenia poco ms de veinte aos, demostraba dominar, con asombrosa perfeccin el oficio acadmico de la pintura, que ha-ba aprendido en Espaa, la tierra de sus mayores. Muy poco despus, a princi-

    pios del siglo pasado, revela un crecien-te desasosiego ante ese vieja y noble tcnica de pintar, en la que todo ya est hecho y que nada nuevo le dice. Ya se ha pronunciado la terrible pregunta: el pintor ha visto el rostro de su esfinge, y ha visto adems, que ella lo mira con devoradora fijeza, con ojos que no suel-tan. Su bsqueda, nunca satisfecha, fue orientada por Van Gogh, Gauguin, Tou-luse-Lautrec- ms en particular- y, por supuesto, le pre Czanne: en todos ellos estaba la pintura, pero ninguno de ellos, ni nadie, era la pintura misma. Eso lo supo Torres Garca desde el principio y eso fue lo que ense hasta el final: la pintura no es propiedad de alguien. El pintor -al igual que los antiguos poe-tas- debe invocarla como a una esqui-va divinidad; citarla, como el amante a la amada -o como el torero al toro-, y ella concurrir, graciosa o mortalmen-te, a la cita, revelar los misterios y -en una suprema inteligencia mstica- har don de s misma en la medida que el re-querimiento sea una entrega. Esa idea platnica y, cierto modo, neopitagrica del arte del arte es el fundamento, cuasi romntico, del extrao clasicismo per-sonal de Torres Garca, el cual tiene poco que ver con lo que comnmente se co-noce bajo ese nombre y que muchas veces significa todo lo contrario porque el pintor uruguayo lo encuentra ms en

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    Egipto y en la Grecia preclsica que en la Grecia de Pericles; ms en el periodo gtico que en el Renacimiento y ms en el romntico que en el gtico.Cierto es que, en Barcelona, con lejana influencia de Puvis de Chavannes, enca-bez -con la colaboracin de Eugenio dOrs- un arte mediterrneo, inspirado en Grecia y en Roma, y que pint frescos en los que parece flotar el espritu bu-clico gergico de Virgilio. Sin embargo, pronto abandon las tentaciones nos-tlgicas de ese arte arcaico y se lanz a expresar cada vez con ms intensidad la vibracin delirante y feroz de la vida moderna, hasta llegar a 1928, que fue la culminacin de esa etapa. En ese ao -que alguno de sus comentaristas han denominado el divino 28-, Torres Gar-ca pint como nunca, tanto en cantidad como en calidad: creaba varios cuadros por da sin pausa ni sosiego. con el fre-nes luminoso de un visionario entera-mente dedicado a objetivar su resplan-dor interior.Tan fugaz como fecundo, fue el periodo dionisiaco por excelencia, dentro de la trayectoria del gran maestro, y las obras que llevan esa fecha as lo demuestran: clidas, expresivas, vehementes, apa-sionadas -violentas a veces-, de origi-nalidad y sabidura asombrosa siempre, integran un conjunto que ha quedado como uno de los ejemplos ms impor-

    tantes en el siglo pasado, de eso que los pintores -los que no quieren saber de confusiones- denominan la pintura pintura. Se podra decir -empleando la terminologa goethiana- que en 1928 Torres Garca vivi la catarsis romntica que le permiti curarse del romanticis-mo. Poco tiempo despus, entre el final de 1929 y principios de 1930, encontr su estilo clsico propio con la creacin del constructivismo.Por ese entonces, en un francs bastante rudimentario, escribi un libro titulado Dessins, que es, en realidad, el ms anti-guo manifiesto del constructivismo que existe. En dicho manifiesto Torres Gar-ca llega a decir cosas como sta: Algo que yo s bien es que me interesa ms un museo etnogrfico que un museo de pintura. El hombre de las catedrales ha pasado; el hombre de hoy construye mquinas. Grandes puentes metlicos. Grandes transatlnticos. Y usinas.Eso lo dice uno de los ms grandes pin-tores de nuestro tiempo, luchando con-tra s mismo y contra lo que ms quera. La pintura -la que tanto le haba dado y a la que haba entregado su vida-, ese artilugio de nigromancia, que preten-da apresar la luz con el conjuro de sus sombras ilusorias -claras las luces de las sombras vanas- se convirti en la gran tentacin diablica, en el pecado origi-nal de que haba de purificarse para en-

    contrar el arte verdadero. Torres Garca, que era capaz de contradecirse como el mejor, no insisti mucho tiempo en esas negaciones, aunque conserv algo de su esencia: entre tantas pinturas particu-lares era necesario dar con una pintura universal que contuviera toda la pintura; encontrar una dimensin en la armoni-zaran un catedral, un puente metlico y un transatlntico. En su afn de unir los contrarios, Torres Garca, frente a las ten-dencias que predominaban en aquella poca, invent la sntesis que superaba los trminos, dialcticamente opuestos, del surrealismo y el neoplasticismo, los cuales siempre estuvieron al borde de lo extrapictrico, pues si en el surrealismo predominaba la poesa el neoplastics-mo se orientaba hacia la arquitectura.En ese sentido se puede decir que as como el cubismo est un paso antes de esas dos posturas antitticas, el cons-tructivismo est un paso despus. El pri-mero las anuncia, embrionariamente; el segundo las trasciende y abarca en una unidad superior, en la que coinciden lo particular y lo universal, lo subjetivo y lo objetivo, lo mental y lo sensorial, la l-gica y lo irracional, la esttica y la meta-fsica. Ms cerca, por un momento, del neoplasticismo que de otras escuelas, Torres Garca dedicar ms tarde a su amigo Piet Mondrian el libro Estructura, donde desarrolla las ideas fundamen-

    tales del arte constructivo. No obstante esta relacin con el neoplasticismo, y en particular con Mondrian, Torres Garca rechaz muy pronto la abstraccin total casi con tanta vehemencia como haba rechazado el naturalismo imitativo. Para l ambos extremos eran inventos nrdi-cos, procedimientos brbaros, ajenos al espritu de esa secreta tradicin clsica que siempre anima las creaciones del gran arte universal. Por eso la pintura constructiva -medida por el comps de oro y dentro de un orden rigurosamen-te octogonal-, aunque puede conside-rrsela como arte abstracto, contiene referencias a la realidad mediante gra-fismos, signos o smbolos de las cosas. Pero, contrariamente a lo que se podra suponer, Torres Garca enseaban que no eran los smbolos los que deban de-terminar la estructura de la obra, sino que que era la estructura la que deter-minaba la ndole de los smbolos. Por-que en el constructivismo los smbolos no son de carcter intelectual, pues no expresan tales o cuales mensajes que puedan ser descifrados, sino formas mgicas que deben ser aprehendidas en s mismas, como hechos plsticos puros. Simplificando un poco las cosas, se podra decir que, desde el punto de vista de la pintura y del arte, el cons-tructivismo est en la trayectoria de los grandes cubistas, y que, desde el punto

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    de vista de la abstraccin geomtrica y de la teora, se vincula, lejanamente, a los elementaristas o neoplasticistas. Sin embargo, mientras Mondrian parece, a veces, un gemetra que pinta, Torres Garca es siempre un pintor que a ve-ces -y slo en parte- hace geometra. Es cierto que en el arte constructivo -como en la academia de Platn- nadie entra que no sepa geometra, pero tambin lo es que esa platnica condicin pre-via a la iniciacin artstica est muy le-jos de ser suficiente para la revelacin final de los misterios. Como para Platn, para Torres Garca -platnico ferviente-lo geomtrico no fue, al principio, otra cosa que un punto de partida desde el cual se poda comenzar a establecer las diferencia entre el fenmeno y la esen-cia, entre la apariencia y la verdad, entre el orden sensible y el orden racional, en-tre la doxa y la episteme, entre lo fugi-tivo y lo eterno. Tambin, como Platn, Torres Garca fue acercndose, cada vez ms, suprageometra y a una mstica pitagrica de los nmeros sagrados. El paralelo no termina aqu, pues, de la misma manera que Platn, en su extre-ma vejez, se lanza, desde sus ms altas abstrusas visiones y combinaciones me-tafisiconumricas, a la interpretacin cosmognica del origen de esas mismas cosas, aparentes y fugaces, que tanto tiempo haba despreciado, y se plantea,

    por primera vez, la existencia de la ma-teria en s, coeterna de las ideas y gran receptculo de las formas; de esa misma manera, repito, desde las cumbres hipe-ruranias de la abstraccin geomtrca y simblica, Torres Garca proyecta nada menos que la recuperacin del objeto, proponindose una nueva cercana en-tre la naturaleza y el arte, mayor que la que el constructivismo planteaba.De esta comparacin entre el gran pin-tor y el ms grande de los filsofos surge la preocupacin terica, critica, estti-ca y metafsica de Torres Garca, quien, adems de pintar incansablemente, fue quiz, el escritor ms fecundo de la his-toria de la pintura. Y para explicamos este extrao caso de un pintor filsofo, podemos recordar algunas de las obser-vaciones de Paul Valery sobre Leonardo da Vinci: Esto es, pues, lo que me parece ms maravilloso de Leonardo, aquello que lo opone y lo une a los filsofos mu-cho ms extraamente y ms profunda-mente que todo lo que he venido ale-gando acerca de l y de ellos; Leonardo es pintor; digo que tiene por filosofa la pintura. En verdad, es l mismo quien lo dice, y habla de pintura como se habla de filosofa; es decir, que todo lo refiere a ella. Este arte (que a la mirada del pen-samiento aparece como tan particular y tan alejado de poder satisfacer a toda inteligencia) le merece una opinin ex-

    cesiva; lo considera como fin ltimo del espritu universal. Ms adelante, Valery agrega: En lo que toca a nuestros h-bitos, Leonardo parece una especie de monstruo, un centauro o una quimera, por la ambigedad de la especie que l representa para los espritus demasiado ejercitados en dividir nuestra naturale-za, en considerar a los filsofos sin ma-nos y sin ojos, y a los artistas, de cabeza tan reducida que en ella slo caben ins-tintos ... .Es indudable que si Leonardo y Torres Garca no son filsofos en la acepcin estricta de la palabra, tambin lo es que pertenecen a una clase rarsima de ar-tistas. Como filsofos, piensan que la verdad ltima se obtiene por un acto de creacin reveladora y visionaria, y no por una demostracin lgica; como ar-tistas, hacen del acto creador el resulta-do de una larga meditacin y no la con-secuencia inconsciente de un impulso ciego. Esta clase espritus anfibios -que viven en las profundidades tenebrosas del mar y respiran el aire claro de los cielos- suele aparecer en los momentos culminantes y, a la vez, crticos de una cultura, y aunque son los ms profundos representantes de su tiempo, se sien-ten, en gran medida, extemporneos. Torres Garca se dio cuenta que su arte ya no coincida con aquel mundo cati-co que le rodeaba y que estaba a punto

    de derrumbarse. Cinco aos antes de la Segunda Guerra Mundial regres al Uru-guay, con muchos cuadros, con muchas ideas y con la ntima conviccin de que ese regreso era fundamental para alcan-zar la plenitud de la madurez artstica y para decir su ltima palabra. As fue, en realidad, porque lo cierto es que Mon-tevideo pint sus obras maestras, desa-rroll ampliamente su pensamiento y ejerci una enseanza que no tiene pa-rangn en lo que va de siglo.Es significativo que, poco despus de terminada la guerra, se negara a expo-ner en una de las ms importantes gale-ras de Pars. Justific su negativa dicien-do: Pars es de Picasso. Yo estoy muy bien en Montevideo.Un ao y medio despus de haber lle-gado a la capital del Uruguay fund la Asociacin de Arte Constructivo, que dur algunos aos y que fracas, en definitiva. La causa de ese fracaso fue que Torres Garca se haba rodeado de una serie de pintores, hombres madu-ros muchos de ellos, entre los cuales los ms avanzados seguan los pasos de los postimpresionistas o imitaban a Andre Lothe. Esos seores respetables y pres-tigiosos no soportaron mucho tiempo que aquel recin venido barriera de un papirotazo con todo lo que saban, bo-rrara todas sus ideas, hasta dejarlos en blanco, y les hiciera hacer cuatro o cinco

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    rayas sobre papel, como si fueran pr-vulos. Pero lo que los hombre hechos y derechos no supieron ver, fue compren-dido, intuitivamente, por varios artistas jvenes, quienes establecieron el Taller Torres Gaca en una vieja casa, casi alia-do de la del maestro, para que ste slo tuviera que caminar unos pocos pasos.Me sum de inmediato a esos jvenes y me dediqu, casi como nica tarea in-telectual, a difundir y defender el cons-tructivismo mediante la palabra habla-da y escrita. Por esa dedicacin pronto fui considerado como un igual por mis compaeros, a pesar de la desconfianza justificada que los pintores suelen tener a los literatos. Ya haca bastante tiempo que las hostilidades haban comenzado contra Torres Garca, quien era ataca-do desde varios ngulos. Para citar un ejemplo recuerdo que, despus de reco-rrer una de sus exposiciones, un psiquia-tra tonto -que los hay- dijo a sus colegas que las obras que haba visto eran prue-bas de un tipo de locura muy interesan-te y digna de anlisis. Otro psiquiatra de talento -que tambin los hay-, el doctor Alfredo Cceres, quiso estudiar directa-mente ese caso de demencia tan origi-nal: se hizo presentar a Torres Garca y se convirti en uno de sus admiradores ms incondicionales.Se podran sealar muchos ejemplos ms para demostrar hasta qu extremos

    puede llegar la mediocridad, la cual, por definicin, deberla permanecer siempre en el medio, pero es suficiente sealar que desde la fundacin del Taller -en 1942- hasta 1945, la batalla por el cons-tructivismo se desencaden con una furia que hoy parece increble. ramos, entre artistas y amigos, un pequeo grupo que deba luchar contra la in-mensa mayora pensante u opinante de Montevideo. Pintores, escultores, arqui-tectos, escritores, crticos, periodistas, polticos, etc., se mancomunaban para combatirnos, como si furamos una banda de jvenes salvajes, soliviantados y acaudillados por un loco peligroso al que era necesario destruir de cualquier manera. Las derechas y las izquierdas -en un conmovedor abrazo- se pusieron de acuerdo en considerarnos enemigos de la sociedad, de la moral y del sentido comn. Por nuestra parte, no nos que-dbamos ni quietos ni mudos y a cada injuria contestbamos con otra peor. Cuando no hubo salas donde exponer, expusimos en el mismo Taller, cuando no hubo peridicos donde escribir -ni siquiera en los que se decan ms avan-zados y liberales-,publicamos nuestra propia revista, el pequeo Removedor, cuyas pginas solan quemar. Determi-nado por mi inclinacin y por mi oficio, me vi obligado a desarrollar el arte del insulto, hasta tal punto que llenara de

    sorpresa a quienes conocen mi natural apacible.Creo que el temperamento tranquilo y conciliador que caracteriza mi madurez se debe a que en la juventud gast jun-tos todos los insultos de que dispona para distribuir a lo largo de mi existencia entera. Dichosos tiempos aqullos!S, dichosos, porque cuanto ms se es-trecha el circulo a nuestro alrededor, ms unidos nos sentamos y ms cons-ciente del pensamiento y de la sensibi-lidad que nos mova. Trabajbamos en la adversidad con una vehemencia, una dedicacin, una sinceridad y una fuer-za que no se ha repetido ni se volver a repetir jams. Y mientras la batalla se recrudeca en su tomo y por su causa, Torres Garca, como si nada sucediera, continuaba enseando el equilibrio, la armona y la Divina Proporcin.Nuestros enemigos terminaron rindin-dose con banderas, armas y bagajes. Se nos dieron todas las distinciones, los premios y los honores. Ser miembro del Taller y entender a Torres Garca se convirtieron en los salvoconductos de la inteligencia, la cultura y la modernidad.Todo fue fcil entonces, y lo difcil, que habamos conquistado, se perdi para siempre. Ganamos la paz y -como po-dra decir Unamuno- perdimos la gloria. Creo que, en definitiva, fuimos vencidos, y que nuestros adversarios obtuvieron

    con los halagos y con una aparente y estratgica rendicin, lo que no haban podido conquistar en el combate. Por encima de los azares de la buena o de la mala fortuna, Torres Garca continua-ba preocupado de sus problemas arts-ticos, filosfico y pedaggicos. Una de sus aspiraciones ms profundas y per-manentes fue la de realizar alguna gran obra monumental en colaboracin con sus discpulos, porque quera revivir en nuestra poca los tiempos en que el arte se hacia con una intima participacin entre lo individual y lo colectivo. Las co-sas sucedieron de tal modo que antes de morir -y en plena lucha- pudo ver cumplido ese sueo que pareca irreali-zable. Gracias a la clarividencia de unos pocos mdicos y arquitectos se hizo cargo, con sus alumnos -y en una forma enteramente gratuita-, de la decora-cin del pabelln Martiren del hospital Saint-Bois. Fui testigo de todo el proce-so de esa gran obra que consisti en la ejecucin de cuarenta y tantos murales de amplias proporciones. Torres Garca pint los siete ms impor-tantes -algunos, si mal no recuerdo, te-nan siete metros de largo por casi dos de altura- y corrigi los que hacan to-dos sus discpulos. Era asombroso ver a aquel hombre, tan frgil, subir y ba-jar andamios -hora tras hora y da tras da- sin dar muestra de fatiga y anima-

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    do siempre de una extraa fuerza que por momentos pareca sobrenatural. Cuando no pude contenerme y le co-ment aquel hecho, que a todos dejaba estupefactos, me dijo: Si usted saca del agua al ms fuerte de los peces, se mue-re irremediablemente. Seal los muros ya pintados y algunos que sus alumnos estaban pintando y agreg: Esto es para m el mar, y yo soy fuerte con l, aunque sea dbil en todo lo dems. Un asombro parecido -y quiz mayor- fue el experimentado por los mdicos que lo operaron y comprobaron el terrible mal que padeca. Uno de ellos me dijo que, por su enfermedad y por el estado general de su organismo, Torres Garca tendra que estar muerto desde algn tiempo atrs, y que si continuaba vivo era por una razn desconocida para la medicina. No slo sobrevivi ms de dos aos y medio a su primera opera-cin, sino que trabaj con ms energa que nunca, como si quisiera aprovechar al mximo todo los minutos que le que-daban de vida.Apenas recuperado de esa gravsima intervencin quirrgica, reuni a sus discpulos y les dijo que como se haba considerado muerto y estaba vivo, ya no era el mismo hombre que habamos co-nocido, y que, por tanto, no poda seguir haciendo las mismas cosas que antes haca. A continuacin mostr un cua-

    dro que nos sorprendi a todos, pues aunque predominaba en l una visin geomtrica, la tercera dimensin estaba muy acusada y las lineas de fuga se des-tacaban con trazos gruesos. Coment el cuadro, que haba pintado el dia ante-rior, y nos dio la leccin de perspectiva, que provoc al principio un desconcier-to general, porque pareca contradecir la esencia misma del constructivismo. Sin embargo no haba tal contradiccin, porque aquella manera de concebir la perspectiva era tan mental como visual-o ms-, y porque la profundidad tridi-mensional estaba empleada como valor plstico y no como mera ilusin ptica.Una de sus cualidades ms notables era su espritu proteico, que no dejaba de cambiar nunca y que segua siendo siempre el mismo. En 1948, despus de una segunda operacin y un ao antes de su muerte, hubo un nuevo cambio y nos dio la ltima leccin: la recupe-racin del objeto, a la que ya me he referido brevemente. En ella la relacin entre el arte y la naturaleza era enten-dida de manera que ninguno de los tr-minos de esa relacin deba sacrificar ni deformar al otro. Se planteaba tambin -desde un ngulo muy particular cierta revalorizacin del tema, sin que eso sig-nificara debilitar ninguno de los valores puramente pictricos, que son siempre los que deben predominar, cuando de

    pintura se trata. Oda la leccin, publi-qu de inmediato un articulo entusias-ta sobre ella. Tan entusiasta que Torres Garca dio una nueva leccin en la que se desdijo de algunas de las cosas que en la anterior haba afirmado, porque se dio cuenta que no estbamos sufi-cientemente maduros como para apro-ximarnos demasiado a la naturaleza sin perdernos en ella y sin olvidar las princi-pales conquistas del arte moderno. Vol-vi, por eso, a insistir en los principios fundamentales del constructivismo y, recin unos meses ms tarde, reinici el planteamiento de la recuperacin del objeto, pero con prudente cautela y con un rigor inflexible. Sabiendo que la muerte estaba muy prxima, exigi a sus discpulos los mximos esfuerzos, los corrigi con ms dureza que nunca -con algo muy parecido a la crueldad, a veces-, como si quisiera exprimirles el alma.A modo de despedida, y quiz de tes-tamento, pint un cuadro, Figuras con palomas, en el que parece revivir el es-pritu de Grecia, que haba inspirado los murales que realiz en la Barcelona de su juventud. Sin embargo, mucha distancia hay entre aquellos grandes frescos y ese maravilloso cuadrito final. La razn es muy simple, y rompe los ojos: los fres-cos fueron hechos antes del constructi-vismo y el ltimo cuadro despus. A tal

    punto que slo el creador del construc-tivismo poda ser capaz de pintarlo. En julio de 1949 se llev a cabo, en Amigos del Arte, una exposicin titulada H-roes, hombres y monstruos, en la que sobresalan sus portentosos retratos de hombres clebres, que son las obras que l ms quera, y probablemente las ms importante y significativas de toda su pintura. El da de la inauguracin en-tr Torres Garca sostenido por sus hijos Augusto y Horacio. Estaba amarillo y en su rostro se vea la muerte. Alguien -creo que Jos Bergamn-me dijo, en voz muy baja: Parece un toro enfermo. Era la pura verdad: endeble, consumido y desfalleciente, daba la impresin de una tremenda fuerza moribunda.Diez das despus, el 7 de agosto -cuan-do yo cumpla veintisiete aos- fuimos a esperar que terminara de morir. Al borde de la agona, cuando su mujer y sus hijas lo ayudaban a beber un sorbo de caldo, pudo decir: Estoy como el pobre don Quijote, a quien las mujeres de la venta tenan que ayudar para que comiera y bebiese, porque la celada de cartn se lo impeda. Su celada no era de cartn. No habl ms y al da siguiente muri.

    Guido Castillo

  • MADERAS

    WOODS

  • 1918

    FIGURA MGICA1931

    leo sobre madera44.5 x 16 cm

    Bibliografa y exposiciones: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca, nov. 2003-abril 2004; n 178, pg. 191 rep.

    Procedencia: Marcos Augusto Torres-Andrada.

    1931Oil on wood

    Bibliography and Exhibitions: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca, Nov 2003-Apr. 2004; n 178, pg. 191 Ill.

    Provenance: Marcos Augusto Torres- Andrada

  • 20 21

    CONSTRUCTIVO EN CINCO COLORES1929

    leo sobre madera22,5 x 33,6 cm

    Bibliografa y exposiciones: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca, nov. 2003-abril 2004; n 183, pg. 200. rep.

    Procedencia: Marcos Augusto Torres-Andrada.

    1929Oil on wood

    22.5 x 33.6 cmBibliography and Exhibitions: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca,

    Nov. 2003-April 2004; N 183, pg. 200. (ill).Provenance: Marcos Augusto Torres-Andrada

  • 22 23

    MADERA EN FORMA DE T ROJA CON SIGNOS 1932

    Tecnica mixta sobre madera Firmado con inciales en el frente

    31.5 x 17.7 x 10.5 cmProcedencia: Legado Torres-Garca, Montevideo, Royal S. Marks, Nueva York, Subasta: Sothebys, Nueva York, 1992, Galerie Tarica, Ginebra , Hubertus Wald,

    HamburgoExposiciones: New York, Solomon R. Guggenheim Museum,The Planar Dimension

    Europe 1912-1932, 1976, no. 64 (ill, p. 99) Hamburgo, Hamburger Kunsthalle,The Wald Collection, 2002

    1932Mixed media on wood

    Incised on the front with the artists initials TG31.5 x 17.7 x 10.5 cm

    Provenance: The Estate of Joaqun Torres-Garca, Montevideo, Royal S. Marks, New York, Anon. sale: Sothebys, New York, 23rd November 1992, lot 9, Galerie Tarica,

    Geneva, Hubertus Wald, Hamburg (acquired from the above in 1993)Exhibitions: New York, Solomon R. Guggenheim Museum,The Planar Dimension

    Europe 1912-1932, 1976, no. 64 (illustrated, p. 99) Hamburg, Hamburger Kunsthalle,The Wald Collection, 2002

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    TABLA DE MADERA CON TIRA ROJA1932

    leo sobre madera Firmado y fechado al dorso J. Torres Garca 32

    33.5 x 16 cmProcedencia: Legado Joaqun Torres-Garca, Montevideo

    Rose Fried Gallery, Nueva York, Royal S. Marks Gallery, Nueva York, Subasta Sothebys, New York, 1977, Galerie Gmurzynska, Colonia, Hubertus Wald, Hamburgo

    Exposiciones: Hamburgo, Hamburger Kunsthalle,The Wald Collection, 2002

    1932Oil on wood

    Signed and dated on the reverse J. Torres Garca 3233.5 x 16 cm

    Provenance: The Estate of Joaqun Torres-Garca, Montevideo, Rose Fried Gallery, New York, Royal S. Marks Gallery, New York, Anon. sale: Sothebys, New York, 21st October 1977, lot 342, Galerie Gmurzynska, Cologne, Hubertus Wald, Hamburg

    (acquired from the above in 1984)Exhibitions: Hamburg, Hamburger Kunsthalle,The Wald Collection, 2002

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    CONSTRUCCIN CON HOMBRE Y OBJETOS1930

    leo sobre madera39 x 34,5 x 9 cm

    Exposiciones: Madrid, Museo Nacional Reina Sofa, Torres Garca, julio - agosto 1991, N 58, pg. 98 (reprod); Valencia, IVAM Centre Julio Gonzlez, septiembre-noviembre 1991, N 58, pg. 98

    (reprd); Girona, Centre Cultural de Caixa Girona, Torres Garca- Darrera la mscara constructiva, 15 diciembre 2007 13 de enero 2008, pg 130-131 (repr.)

    Houston, The Menil Collection, Joaqun Torres Garca, Constructing abstraction with wood, 25 septiembre 2009 3 enero 2010; San Diego Museum of Art, 20 febrero 30 mayo 2010, pag.

    156 157 (reprd); Porto Alegre, Brasil, Fundaao Iber Camargo, Joaqun Torres Garca: geometra, criao, proporao, 10 de setiembre a 20 noviembre 2011; Sao Paulo, Pinacoteca do Estado de Sao

    Paulo, 3 de diciembre de 2011 a 26 de febrero 2012, pag 132 (reprd)Bibliografa: Mario Gradowczyk, Torres Garca: Utopa y trasgresin, Fundacin Museo Torres

    Garca, Montevideo 2007, N 4.36 p. 122 (reprd)

    1930Oil on Wood

    39 x 34.5 x 9 cmExhibited: Madrid, Museo Nacional Reina Sofia, Torres Garca, July-August 1991, N. 58, page

    98, (ill) Valencia, IVAM Centre Julio Gonzlez, Sept-Nov 1991, N 58, pge. 98 (ill); Girona, Centre Cultural de Caixa Girona, Torres Garca- Darrera la mscara constructiva, 15 December 2007 13

    January 2008, page 130-131 (ill.)Houston, The Menil Collection, Joaqun Torres Garca, Constructing abstraction with wood, 25 Sept

    2009 3 January 2010; San Diego Museum of Art, 20 February 30 May 2010, page . 156 157 (ill; Porto Alegre, Brasil, Fundaao Iber Camargo, Joaqun Torres Garca: geometra, criao, proporao, 10 September-20 November 2011; Sao Paulo, Pinacoteca do Estado de Sao Paulo, 3

    December 2011-26 February 2012, page 132 (ill)Bibliography: Mario Gradowczyk, Torres Garca: Utopa y trasgresin, Fundacin Museo Torres

    Garca, Montevideo 2007, N 4.36 page 122 (ill)

  • DIBUJOS

    DRAWINGS

  • 30 31

    FIGURA CON PIPATinta sobre papel

    10.5 x 7 cm

    Ink on paper10.5 x 7 cm

  • 32 33

    FIGURA CONSTRUCTIVA1929

    Tinta sobre papel10.5 x 5.4 cm

    1929Ink on paper10.5 x 5.4 cm

  • 34 35

    CONSTRUCTIVO ABSTRACTO1928

    Tinta sobre papel11.7 x 8.2 cm

    1928Ink on paper11.7 x 8.2 cm

  • 36 37

    FIGURA CONSTRUCTIVA1929

    Tinta sobre papel14.2 x 10.6 cm

    1929Ink on paper

    14.2 x 10.6 cm

  • 38 39

    FORMAS CONSTRUCTIVAS1928

    Tinta sobre papel15.8 x 12.6 cm

    1928Ink on paper

    15.8 x 12.6 cm

  • 40 41

    PORTADA SUR ESTETOPLSTICALpiz color y lpiz sobre papel

    18 x 14 cm

    Pencil and colour pencil on paper18 x 14 cm

  • 42 43

    PORTADA UNIVERSALISMO CONSTRUCTIVOLpiz sobre papel

    23.7 x 15 cm

    Pencil on paper23.7 x 15 cm

  • 44 45

    CONSTRUCTIVO1928

    Tinta sobre papel11 x 13.2 cm

    1928Ink on paper11 x 13.2 cm

  • 46 47

    FORMA1937

    Tinta sobre papel10.8 x 7.7 cm

    1937Ink on paper10.8 x 7.7 cm

  • 48 49

    CONSTRUCTIVO CON GRAN COPA1935

    Tinta sobre papel19.5 x 11.6 cm

    1935Ink on paper

    19.5 x 11.6 cm

  • 50 51

    HOMBRE CONSTRUCTIVOTinta sobre papel

    10.5 x 7 cm

    Ink on paper10.5 x 7 cm

  • 52 53

    LA SECCIN UREA1935

    Tinta sobre papel13.8 x 21.8 cm

    1935Ink on paper

    13.8 x 21.8 cm

  • 54 55

    FIGURAS ANIMISTAS1935

    Tinta sobre papel13.6 x 10 cm

    1935Ink on paper13.6 x 10 cm

  • 56 57

    FORMAS ABSTRACTAS1936

    Lpiz sobre papel15.5 x 10.5 cm

    1936Pencil on paper15.5 x 10.5 cm

  • 58 59

    CHAF1930

    Tinta sobre papel9,5 x 12 cm

    1930Ink on paper9,5 x 12 cm

  • 60 61

    CONSTRUCTIVO1936

    Tinta sobre papel17.4 x 12.7 cm

    1936Ink on paper

    17.4 x 12.7 cm

  • 62 63

    ESTRUCTURA1932

    Tinta sobre papel18.6 x 15.7 cm

    1932Ink on paper

    18.6 x 15.7 cm

  • 64 65

    CONSTRUCTIVO1932

    Tinta sobre papel9 x 9.4 cm

    1932Ink on paper

    9 x 9.4 cm

  • 66 67

    UNIVERSUS1936

    Tinta sobre papel14.2 x 11.2 cm

    Bibliografa y exposiciones: Madrid. Museo Colecciones ICO Joaquin Torres-Garca Un mundo construido, Oct 2002-enero 2003 Ill. Pg. 224. Barcelona Museo Picasso,

    Torres-Garca 1874-1949, nov. 2003-abril 2004; n 268, pg. 275 rep.

    1936Ink on paper

    14.2 x 11.2 cmBibliography and Exhibitions: Madrid. Museo Colecciones ICO Joaquin Torres-Garca Un mundo construido, Oct 2002-enero 2003 Ill. Pg. 224. Barcelona Museo

    Picasso, Torres-Garca 1874-1949, Nov. 2003-April 2004; n 268, pg. 275 ill.

  • 68 69

    CONSTRUCTIVOTinta sobre papel

    13.3 x 13.7 cm

    Ink on paper13.3 x 13.7 cm

  • 70 71

    CONSTRUCTIVOTinta sobre papel

    13.4 x 22.2 cm

    Ink on paper13.4 x 22.2 cm

  • 72 73

    CONSTRUCTIVO ALMACN1936

    Tinta sobre papel16.3 x 12.7 cm

    Bibliografa y exposiciones: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca 1874-1949, nov. 2003-abril 2004; n 266, pg. 274 rep.

    1936Ink on paper

    16.3 x 12.7 cmBibliography and Exhibitions: Barcelona Museo Picasso, Torres-Garca 1874-1949,

    Nov. 2003-April 2004; n 266, pg. 274 Ill

  • 74 75

    PROYECTO DE MONUMENTO CONSTRUCTIVO1935

    Tinta sobre papel22 x 13.7 cm

    1935Ink on paper22 x 13.7 cm

  • 76 77

    PERSPECTIVA1947

    Tinta sobre papel10.7 x 6.5 cm

    1947Ink on paper10.7 x 6.5 cm

  • 78 79

    PAISAJE CONSTRUCTIVOTinta sobre papel

    20.8 x 13.5 cm

    Ink on paper20.8 x 13.5 cm

  • 80 81

    INTERIOR LOSONE1930

    Ink on paper25.5 x 32.5 cm

    1930Ink on paper

    25.5 x 32.5 cm

  • JUGUETES

    TOYS

  • 84 85

    LORO(3 PIEZAS)

    1924Juguete-madera pintada

    16.5 x 6 x 2.5 cm

    1924Toy - Painted wood

    16.5 x 6 x 2.5 cm

  • 86 87

    PJARO (4 PIEZAS)

    1924Juguete-Madera pintada

    9.8 x 20.5 x 2.3 cm

    1924Toy-Painted wood9.8 x 20.5 x 2.3 cm

  • 88 89

    PJARO1924

    Juguete-Madera Pintada12.8 x 14.8 x 1.1 cm

    1924Juguete-Madera Pintada

    12.8 x 14.8 x 1.1 cm

  • 90 91

    PJARO VERDE(4 PIEZAS)

    1924Juguete-Madera pintada

    16.5 x 6 x 2.5 cm

    1924Toy-Painted wood16.5 x 6 x 2.5 cm

  • 92 93

    CHANCHOJuguete - Madera pintada

    8,5 x 19 x 4 cm

    Toy - Painted wood8,5 x 19 x 4 cm

  • 94 95

    ELEFANTEJuguete - Madera pintada

    13.5 x 16.5 x 3 cm

    Toy - Painted wood13.5 x 16.5 x 3 cm

  • 96 97

    COCHE NEGRO Y ROJO(6 PIEZAS)

    1917-19Juguete-Madera pintada

    6 x 14.5 x 5.4 cm

    Toy - Painted wood6 x 14.5 x 5.4 cm

  • 98 99

    CAMION LECHERO(5 PIEZAS)

    1917-19Juguete - Madera pintada

    14.5 x 7 x 5 cmExposiciones: Barcelona, Museo Picasso, Joaquin Torres-Garcia 1874-1949. fig.

    163,ill pg 172

    1917-19Toy - Painted wood

    14.5 x 7 x 5 cmExhibitions: Barcelona, Museo Picasso, Joaquin Torres-Garcia 1874-1949. fig. 163,ill

    pg 172

  • 100 101

    COCHE ROJO(3 PIEZAS)

    1917-19Juguete - Madera pintada

    4.8 x 9.5 x 5 cm

    1917-19Toy - Painted wood

    4.8 x 9.5 x 5 cm

  • 102 103

    SOLDADO AMERICANO1922-1924

    Juguete - Madera pintada19.5 x 6.6 x 2.1 cm

    1922-1924Toy - Painted wood19.5 x 6.3 x 2.1 cm

  • 104 105

    HOMBRE DE NUEVA YORK1922-1924

    Juguete - Madera pintada28 x 6,8 x 5 cm

    1922-1924Toy - Painted wood

    28 x 6,8 x 5 cm

  • 106 107

    BIOGRAFA 1974 Torres-Garca nace el 28 de julio en Monte-

    video, de padre cataln y madre uruguaya.1891 La familia Torres-Garca parte hacia Cata-

    lua, establecindose primero en Matar con la familia paterna y luego se trasladan a Barcelona en 1892.

    1893 Estudia en la Academia de Bellas Artes y la Academia Baixas- Se asocia el Crculo Arts-tico Sant Lluc. Conoce a Juan y Julio Gonz-lez.

    1899 Realiza su primer viaje a Madrid para visi-tar el Museo del Prado.

    1904-1905 Trabaja para Antonio Gaud en los vi-trales de la catedral de Palma de Mallorca y La Sagrada Familia en Barcelona.

    1907 Ensea en el Mont dOr, en una escuela ex-perimental para nios. Visita la exposicin de arte francs en la V Exposicin Interna-cional de Bellas Artes e Industria y queda profundamente impresionado por la obra de Puvis de Chavannes.

    1908 Pinta frescos en la Capilla del Sagrado Sa-cramento, iglesia de San Agustn con Juan Gonzlez -quien enferma y fallece antes de terminar la obra- y en la iglesia de la Divina Pastora en Sarri. Tambin en la Cmara del Consejo en Barcelona. Todos estos fres-cos fueron destruidos o pintados por enci-ma.

    1909 El 20 de agosto se casa con Manolita Pia de Rubes.

    1910 Viaja a Pars, donde ve los murales de Puvis de Chavannes en el Panten y a Bruselas

    donde decora el plafn del pabelln urugua-yo de la Feria Mundial. A la vuelta del viaje se instala con su mujer en Vilasar de Mar.

    1911 Nace su hija Olimpia. Participa en la VI Ex-posici Internacional dArt de Barcelona, con la obra Palas introduciendo a la Filosofa en el Helikon como X Musa, siendo muy elogiada como paradigma del Noucentis-me. Al ao siguiente Eugenio DOrs descri-bir la pintura de Torres en La Ben Plantada como ejemplo de este movimiento.

    1912 Viaja a Florencia y Roma a estudiar pintura el fresco.

    1913 Nace su hijo Auusto. Enric Prat de la Riba, presidente de la Mancomunidad de Cata-lua, le encarga la decoracin mural del Saln Sant Jordi en el Palacio de la Gene-ralitat. Este trabajo es interrumpido a la muerte de Prat de la Riba, y los frescos son tapados en 1925 por orden del siguiente presidente Josep Puig y Cadafalch.

    1914 Deja Barcelona y se instala en Terrasa, en la casa Mon Repos. Comienza a construir los primeros juguetes en madera.

    1915 Pinta el 2 fresco del Saln Sant Jordi La Edad de oro de la Humanidad. Decoracin de la casa Badiella. Ejecuta los frescos de su casa Mon Repos. Nace su hija Ifigenia. Publica Dialegs.

    1916 Pinta el 3er y 4 frescos en el Saln Sant Jordi. Este ltimo denominado Lo temporal no es mes que un simbol, provoca una gran polmica.

    1917 Expone en Galera Dalmau. Publica El des-cubrimiento de s mismo. Muere su amigo Prat de la Riba. Cuando se dispone a iniciar el 5 fresco del Saln Sant Jordi La Industria se le comunica la suspensin del encargo. De este 5 fresco slo se conserva el pro-yecto.

    1918 Expone en Galera Dalmau. Participa en el Primer Sal de Tardor en Barcelona.

    1919 Publica LArt en relaci amb lHome Etern i lHome que passa y La Regeneraci de si Ma-teix.

    1920 En mayo, parte hacia Nueva York, pasa an-tes por Pars y Bruselas, para despedirse de su querido amigo Julio Payr. Joan Mir lo espera en la estacin y le encuentra aloja-miento en un hotel donde habitualmente se albergan artistas catalanes y espaoles.

    1920-22 En Nueva York, le brindan apoyo moral y econmico Katherine Drier y Mrs. Whitney, la fundadora del Museo de este nombre. Entre sus amigos cuenta a John Graham, Jean Xceron, Walter Pach, Jospeh Stella y Stuart Davis con quien expone en el Whit-ney y Studio Club.

    1922 Retorna a Europa, vive en Fiesole.1924 Se instalan Livorno donde nace su hijo

    Horacio. Se constituye en Nueva York la Aladin Toy Co. para la produccin de ju-guetes de Torres Garca. El 20 de diciembre se trasladan a a Villefrenche Sur Mer en el sur de Francia. Presenta obras en el Salon dAutomne de Pars.

    1925 La fbrica de juguetes que creara con ilu-sin se destruye en un incendio. Participa en una exposicin colectiva en las Galeries Dalmau.

    1926 El 19 de septiembre se establecen en Pars, compartiendo un atelier con el pintor Jean Helion.

    1928 Conoce a Theo Van Doesburg y al pintor uruguayo Pedro Figari. Visita en mayo una exposicin de arte pre colombino en el Museo de las Artes Decorativas. Comien-za a escribir manuscritos ideogrficos con dibujos en los que desarrolla sus ideas es-tticas. Su pintura cambia radicalmente, se produce una disociacin entre el dibujo y los planos de color.

    1929 Conoce a Piet Mondrian, Georges Braque, Juan Gris, Jacques Lipchitz, Le Corbusier, Csar Domela, Michel Seuphor y se reen-cuentra con Picasso, compaero de aca-demia en Barcelona. Sus hijos Augusto y Olimpia estudian dibujo en la academia de Amde Ozenfant. Visita el Museo del Tro-cadero. Pinta sus primeras telas construc-tivas. Su pintura evoluciona del grafismo sobre el plano de color a una estructura donde inserta signos.

    1930 Colabora en la reciente revista Cercle et Carr en sus tres nmeros. Rencuentro de Torres Garca con Picasso en el estudio de Julio Gonzlez que ambos frecuentaban.

    1931-32 Las consecuencias de la cada de la bol-sa en Nueva York, se hacen sentir en Pars.

  • 109108

    Torres no puede ganarse la vida como ar-tista, viaja con Luis Fernndez a Madrid. Torres pide que se le otorgue una ctedra para ensear arte moderno. La decisin de dejar Pars fue muy difcil para Torres.

    1933 Exposicin retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Madrid que contina en las Salas de la Sociedad de Artistas Ibricos. Estudia el arte ibrico y pre-colombino en el Museo Arqueolgico de Madrid.

    1934 En abril parten para Montevideo. Escribe su autobiografa Historia de mi vida en tercera persona. Entre 1934 y 1937 pinta poco, de-dicando sus energas a dictar conferencias y escribir.

    1935 Crea la Asociacin de Arte Constructivo, es-cuela de arte constructivo y centro intelec-tual.

    Se publica el libro Estructura de Torres Gar-ca editado por Alfar, Montevideo.

    1936 Aparece la publicacin Crculo y Cuadrado en Espaa. (10 nmeros en total)

    1938 Construye el Monumento Csmico en el Par-que Rod.

    1939 Pinta la serie de retratos de Hombres c-lebres (Leonardo, Tiziano, el Greco, Velz-

    quez, Goya, Beethoven, Mozart y Rabelais entre otros), medidos con la regla de oro.

    1944 Crea el Taller Torres Garca. Junto con los alumnos del taller ejecuta

    murales en el Hospital Saint Bois como un experimento colectivo en arte constructi-vo. (En 1974, la Fundacin Torres-Garca, para restaurar los murales los hizo sacar de las paredes, montar paneles y los don al Museo Nacional de Bellas Artes. En 1978 se perdieron en el incendio del Museo de Arte Moderno de Rio de Janeiro.)

    1945 Comienza la publicacin de Removedor, el rgano del Taller, cuyo redactor es Gui-do Castillo. (26 nmeros, hasta agosto de 1953).

    1948 Comienza la construccin de la casa de Torres Garca en la calle Caramur. Es un ejemplo de constructivismo aplicado a la arquitectura.

    Se publica Lo aparente y lo concreto en el Arte. Recopilacin de fascculos que re-nen el texto de las lecciones dictadas por Torres-Garca en la Facultad de Humanida-des y Ciencias de Montevideo.

    1949 Muere el 8 de agosto en Montevideo a los 75 aos.

  • 111110

    BIOGRAPHY 1874 28 July: Joaquin Torres-Garcia is born in

    Montevideo, Uruguay, of a Catalan father and Uruguayan Mother.

    1891 The Torres-Garcia family leaves for Catalonia, Spain, settling first in Matar (home of Torres-Garcias father family), then in Barcelona in 1892.

    1893 Studies at Academia de Belles Arts and Academia Baixas. Joins Cercle Artstic de Sant Lluc, a conservative artistic group. Meets Joan and Julio Gonzlez.

    1904-05 Works on stained glass windows with Antoni Gaud for the Cathedral in Palma de Mallorca, and for the Sagrada Familia in Barcelona.

    1907 Visits exhibition of French art at the V Exposici Internacional de Belles Arts I Industries in Barcelona. Is impressed by three cartoons by Puvis de Chavannes for the Paris Pantheon murals. Discovers Italian Primitives abd Hellenistic art. Teaches at Mont dOr, a progressive childrens school.

    1908 Paints frescoes in the chapel of the Holy Sacrament, Church of Sant Agust, Barcelona with Joan Gonzlez, and in the Church of the Divine Shepherdess in Sarri. Paints frescoes for the Council Chamber, Barcelona. All of these frescoes will be painted

    1909 20 August: marries Manolita Pia de Rubis.1910 Travels to Paris, where he sees the Puvis de

    Chavannes murals at the Pantheon, and Brussels where he decorates the ceiling of the Uruguayan Pavilion at the Worlds Fair.

    1911 Daughther Olimpia is born.1912 Travels to Florence and Rome to study

    fresco painting. Spends the summer in

    Switzerland, near Geneva. Son Augusto is born.

    1912-13 Commissioned by Enric Prat de la Riba, leader of the Barcelona Provincial Government , to decorate the Sal de Sant Jordi in Barcelonas Palace of the Generalitat. The fresco commission will be interrupted, and work in progress over.

    1913 Writes and publishes his first book of artistic theory, Notes sobre art. In it, he encourages a return to a Graeco-Latin tradition.

    1914 Leaves Barcelona to settle in Tarrasa (until 1919) at Villa Mon Repos. Makes his first wooden toy for children.

    1915 Daughther Ifigenia is born.1920 May: leaves Spain for New York, via Paris

    and Brussels. In Paris, while awaiting the crossing , stays at Htel de Rouen, a hotel run by Catalans where many stary. He is taken there by Joan Mir whom he had known in Barcelona. Meets many members of the Spanish/Catalan artistic community, as well as Jean and Sophie Tauber-Arp.

    July: sails for New York.1920-22 In New York, receives moral and

    financial support from Isabel Whitney. Tries unsuccessfully to get commissions for theatre and interior decorations, and for stained glass windows with Louise Comfort Tiffanny: also tries to market childrens toys. Is friendly with John Graham, Jean Xceron and Walter Pach.

    1922 1 August: after inconclusive stay in New York, returns to Europe. Settles in Italy, first in Genoa, then in Fiesole.

    1924 20 April: moves to Livorno. 20 December: moves to Villefranche-sur-Mer in Southern France. Son Horacio is born.

    1926 19 September: settle in Paris. Jean Hlion lends him a studio for first two months at 1 rue Marcel Sembat. He then takes a studio on the ground floor at 3 rue Marcel Sembat. Through Julio Gonzlez meets Edgar Varse and Luis Fernndez.

    1928 Meets Theo van Doesburg. May-June: visits exhibition of pre-Columbian art, Les Arts anciens de lAmerique, at the Muse des Arts Dcoratifs.

    1929 Meets Piet Mondrian, Georges Braque, Juan Gris, Jacques Lipchitz, Picasso, Le Corbusier, Cesar Domela Michel Seuphor. Interested in Purism. Sends his children to study with Amde Ozenfant. Son Augusto works with Julio Gonzlez on metal sculptures for Picasso, and also at the Muse du Trocadro, making renderings of Nazca pottery for inventory files. Paints his first constructivist works.

    1930 Founds Cercle et Carr with Michel Seuphor; it is dissolved within the year. Spends the Summer in Losone, near Locarno, Switzerland.

    1931 The effects of the New York Stock Market crash hit Paris.

    1932 15 December moves family to Madrid; they live at Calle Maria de Molina 4 for eighteen months. Tries without success to form a school and museum of Living Art, New York.

    1934 April: moves his family back to Montevideo. Writes his autobiography, Historia de mi

    vida. Between 1934 and 1937. Does Little painting. Devotes his energies to lecturing and writing theoretical texts.

    1935 Creates Asociacin de Arte Constructivo (Association of Constructivist Art). It becomes an intellectual centre in Montevideo and an important art school.

    1936 May: begins publication of Circulo y Cuadrado (ten issues, until December 1934), a magazine inspired by the earlier Cercle et Carr in Paris.

    1938 Builds Cosmic monument in Parque Rod, Montevideo, a granite construction with carved symbols closely related to his painting.

    1939 Paints series of Portraits of famous men; the proportions in the paintings are based on the Golden Section.

    1944 Forms Taller Torres-Garca (Torres-Garca Workshop), a working studio for teaching, and for collective commissions and work. The Taller executes an important set of murals for the Hospital of Saint Bois. (In 1974, to restore and conserve them, the murals were removed from the walls and mounted on panels. In 1978, while on exhibition in Rio de Janeiro, they were destroyed in a fire at the Museu de Arte Moderna.)

    1945 January: begins publication of Removedor (twenty-six issues, until August 1953), a periodical issued by the Taller.

    1949 8 August: Torres-Garca dies in Montevideo.

  • Texto: Guido CastilloFotografa: Joaqun Corts

    Diseo Grfico: Iigo NavarroCoordinacin Lourdes Varela

    Maquetacin: Luis Serrano Lasa