facultad latinoamericana de ciencias sociales · recibida en el 1 programa de maestría en historia...
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FACULTAD LATINOAMERICANA DE CIENCIAS SOCIALES
1 PROGRAMA DE MAESTRIA EN HISTORIA ANDINA
LA ELITE QUITENtildeA EN EL CABILDO
1763-1805
MARIA ELENA PORRAS P
1 9 8 7
bull
INTRODUCCION
1 N D 1 C E
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudadUna etapa en transformacioacuten
11 CONFORMACION DE UNA ELITE LOCAL
Origen y reproduccioacuten de su riquezaFormas de ampliaciloacuten y vinculacioacuten de fortunas- Alianzas familiares La Herencia- La Dote- La Iglesia- Ejeacutercito y Milicias- Compra y arrendamiento de tierras
1
126
42
42494959636567
IIIUN GRUPO HETEROGENEO TERRATENIENTES COMERCIANTES Y MINEROS 89
IV EL EJERCICIO DEL PODER 112
Delimitacioacuten del aacutembito de poder 113Beneficios del ejercicio de poder 123Modificaciones en las relaciones de poder 136
CONCLUSIONES 165
APENDICES 172
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA 185
A Rosemariepor el encuentro
en nuestra Historia de ayer y de hoy
INTRODUCCION
Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas
calles del tradicional casco colonial de Quito no deja
de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy
cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos
Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~
dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy
puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy
cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil
y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate
dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy
todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial
Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu
dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado
Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum
bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy
ben el porqueacute otros simplemente los aceptan
Un estudio que pretenda resolver las varias interro
gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy
quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue
un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de
fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy
con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy
das
i
Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del
largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy
de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~
rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy
riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy
ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio
nales grupos familiares que integraron este sector dominante
acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su
riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron
el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y
las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy
poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli
tica local
Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~
to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica
recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina
organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So
ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~
res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a
cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller
de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy
cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en
todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse
mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D
rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia
sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para
el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis
mi singular agradecimiento
ii
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
INTRODUCCION
1 N D 1 C E
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudadUna etapa en transformacioacuten
11 CONFORMACION DE UNA ELITE LOCAL
Origen y reproduccioacuten de su riquezaFormas de ampliaciloacuten y vinculacioacuten de fortunas- Alianzas familiares La Herencia- La Dote- La Iglesia- Ejeacutercito y Milicias- Compra y arrendamiento de tierras
1
126
42
42494959636567
IIIUN GRUPO HETEROGENEO TERRATENIENTES COMERCIANTES Y MINEROS 89
IV EL EJERCICIO DEL PODER 112
Delimitacioacuten del aacutembito de poder 113Beneficios del ejercicio de poder 123Modificaciones en las relaciones de poder 136
CONCLUSIONES 165
APENDICES 172
FUENTES Y BIBLIOGRAFIA 185
A Rosemariepor el encuentro
en nuestra Historia de ayer y de hoy
INTRODUCCION
Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas
calles del tradicional casco colonial de Quito no deja
de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy
cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos
Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~
dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy
puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy
cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil
y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate
dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy
todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial
Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu
dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado
Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum
bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy
ben el porqueacute otros simplemente los aceptan
Un estudio que pretenda resolver las varias interro
gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy
quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue
un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de
fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy
con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy
das
i
Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del
largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy
de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~
rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy
riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy
ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio
nales grupos familiares que integraron este sector dominante
acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su
riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron
el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y
las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy
poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli
tica local
Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~
to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica
recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina
organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So
ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~
res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a
cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller
de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy
cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en
todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse
mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D
rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia
sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para
el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis
mi singular agradecimiento
ii
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
A Rosemariepor el encuentro
en nuestra Historia de ayer y de hoy
INTRODUCCION
Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas
calles del tradicional casco colonial de Quito no deja
de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy
cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos
Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~
dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy
puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy
cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil
y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate
dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy
todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial
Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu
dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado
Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum
bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy
ben el porqueacute otros simplemente los aceptan
Un estudio que pretenda resolver las varias interro
gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy
quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue
un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de
fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy
con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy
das
i
Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del
largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy
de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~
rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy
riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy
ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio
nales grupos familiares que integraron este sector dominante
acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su
riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron
el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y
las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy
poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli
tica local
Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~
to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica
recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina
organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So
ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~
res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a
cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller
de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy
cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en
todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse
mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D
rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia
sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para
el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis
mi singular agradecimiento
ii
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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~ o
-
~I
~- ~ - -~ - - ~middotmiddot~lt-1 ---~I~ bullbull~ ~_- ~ - ~- Pt--
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
INTRODUCCION
Cuando el ciudadano o visitante recorre las antiguas
calles del tradicional casco colonial de Quito no deja
de sorprenderse ante sus magnificos monumentos y pintoresshy
cos rincones cargados de historia y anecdoacuteticos recuerdos
Alrededor de la otrora plaza Mayor hoy Plaza de la Indepe~
dencia pueden verse reunidos a los principales edificios shy
puacuteblicos que durante siglos han constituido las sedes prinshy
cipales de las poliacuteticas administrativas del gobierno civil
y eclesiaacutestico Alliacute estaacuten el Palacio Presidencial la Cate
dral el Municipio y la Curia Metropolitana lugares casi shy
todos que siguen manteniendo un aire de vivencia colonial
Pero no se trata soacutelo del espacio urbano de esta ciu
dad que guarda tradicioacuten y conserva un celo a su pasado
Son los propios habitantes a quienes el ayer y la costum
bre no se escapan de sus manos De todos ellos muc~os sashy
ben el porqueacute otros simplemente los aceptan
Un estudio que pretenda resolver las varias interro
gantes que guarda una realidad social como la quitentildea reshy
quiere de una amplia investigacioacuten histoacuterica que conjugue
un vasto trabajo empiacuterico -sobre todo por la riqueza de
fuentes documentales con que cuentan los archivos de Quitoshy
con un cuerpo metodoloacutegico acorde a las hipoacutetesis planteashy
das
i
Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del
largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy
de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~
rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy
riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy
ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio
nales grupos familiares que integraron este sector dominante
acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su
riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron
el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y
las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy
poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli
tica local
Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~
to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica
recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina
organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So
ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~
res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a
cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller
de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy
cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en
todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse
mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D
rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia
sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para
el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis
mi singular agradecimiento
ii
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
Por ello hoy soacutelo hemos iniciado la primera ruta del
largo camino y lo hemos hecho a traveacutes del estudio de uno shy
de los sectores que hacen parte de la estructura social imp~
rante en el Quito colonial la eacutelite quitentildea durante el peshy
riacuteodo 1763-1805 Consideramos que en el nivel micro es posishy
ble delinear de manera maacutes concreta a los grandes y tradicio
nales grupos familiares que integraron este sector dominante
acercaacutendonos particularmente al origen y reproduccioacuten de su
riqueza las formas de vinculacioacuten social que establecieron
el tipo de actividades econoacutemicas a las que se dedicaron y
las relaciones de poder que mantuvieron con el resto de la shy
poblacioacuten a traveacutes de su ejercicio en la administracioacuten poli
tica local
Las aproximaciones que se han podido efectuar respe~
to a esta temaacutetica han partido de la formacioacuten acadeacutemica
recibida en el 1 Programa de Maestriacutea en Historia Andina
organizada por la Facultad Latinoamericana de Ciencias So
ciales Sede Quito Para los directivos cuerpo de pr9fes~
res y compantildeeros que hicieron posible que eacutesta se llevara a
cabo mi profundo agradecimiento A las colegas del Taller
de ~studios Histoacutericos que durante la etapa de investigashy
cioacuten documental siempre me dieron su mano y me apoyaron en
todo momento para que el presente trabajo pueda concluirse
mi sincero reconocimiento Una especial gratitud para los D
rectores de los Archivos Municipal y Nacional de Historia
sentildeor Francisco Serrano y Doctor Juan Freile Granizo Para
el doctor Carlos Landaacutezuri Camacho mi director de tesis
mi singular agradecimiento
ii
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Total de MattiTnonios
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
Gracias a una beca obtenida del Instituto de Cooperashy
cioacuten Iberoamericana en Madrid bajo los auspicios de FLAC
SO y la ayuda recibida en el Ministerio de Relaciones Exte
riores el trabajo de sistematizacioacuten de fuentes y redaccioacuten
pudo ser concluido con un mayor reforzamiento Para estas shy
instituciones va mi particular agradecimiento Las tareas
de correccioacuten de borradores y redaccioacuten del texto final ~
fectuadas con el asesoramiento y direccioacuten del Doctor Carshy
los Malamud ha sido una valiosa oportunidad que no olvidashy
reacute Para eacutel un especial agradecimiento Para todos los ami
gas y compantildeeros que me han brindado su apoyo moral y demo~
trado su intereacutes en este trabajo mis eternos agradecimienshy
tos A mi hermana Ligia por su ayuda y comprensioacuten mi es
pecial reconocimiento
iii
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
~7 bull
~ o
-
~I
~- ~ - -~ - - ~middotmiddot~lt-1 ---~I~ bullbull~ ~_- ~ - ~- Pt--
cac_1 _-~-- - ~- -l _
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
l QUITO EN EL SIGLO XVIII
La ciudad
Situada a treinta y cinco leguas del oceacuteano Paciacutefico y
enclavada en los Andes ecuatoriales a una altura de dos mil
ochocientos metros se asienta la ciudad de Quito capital de
la real audiencia Guarnecida por los nevados Cayambe y Cotop~
zi se recoje en las faldas del volcaacuten Pichincha de donde sur
gen los guaycos y colinas que son su fundamento Una gran parshy
te de sus edificios se sustenta sobre arqueriacutea y boacutevedas ha
ciendo irregulares sus calles y formando en su longitud cues
tas que suben o bajan del interior de las quebradas a lo al
to de las lomas Dos espaciosos llanos -Turubamba y Antildeaquitoshy
la limitan al sureste y norte con extensiones que oscilan e~
tre tres y dos leguas cubiertos de granjas y terrenos cultishy
vados colinas esmaltadas de flores grandes hatos de ganado
y suelos feacutertiles en pastos Estos se estrechan proporcionalshy
mente a medida que se acercan a Quito formando una ~gosta
garganta~ en donde se situacutea una parte de la ciudad En las
maacutergenes del ejido de Turubamba hay un pequentildeo cerro conocishy
do como Panecillo~ -por que su figura se asemeja a la de un
pan de azuacutecar- del cual se vierten algunos arroyos que unidos
a los manantiales que destila el Pichincha forman el riacuteo Mashy
chaacutengara al que se le transita por un fuerte puente de pieshy
dra y en el de Antildeaquito existe una laguna cuyo diaacutemetro es
de veinte picas~ formada de subterraacuteneas aguas que se filshy
tran de los cercanos cerros 1 (Veacutease Plano 1)
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
2
Asiacute apareciacutea Quito a los ojos de viajeros y vecinos en
el siglo XVIII Como nuacutecleo central de una audiencia -que du
rante maacutes de un siglo varias veces se dividioacute entre dos vi
rreinatos Peruacute y Nueva Granada- fue entonces la sede de una
burocracia administrativa y el lugar de vecindad de la gran shy
mayoriacutea de pobladores serranos Bajo su jurisdiccioacuten se encon
traron a maacutes de su corregimiento el del asiento de Latacunshy
ga villa de Riobamba gobierno de Macas y Quijos asiento de
Chimbo gobernacioacuten de Guayaquil corregimiento de Cuenca y
Loja gobierno de Jaeacuten de Bracamoros misiones de Mainas coshy
rregimiento de la villa de Ibarra asiento de Otavalo gobe~
nacioacuten de Esmeraldas y gobernacioacuten de Popayaacuten 2
El corregimiento de Quito comprendioacute treinta pueblos 3
en los cuales se concentroacute el mayor porcentaje de poblacioacuten
indiacutegena (Veacutease Anexo 1) Quito y sus cinco parroquias 4 acoshy
gieron a maacutes del 80 de la poblacioacuten blanca residente en el
corregimiento sobre todo en los primeros antildeos de la deurocada
de 1780 Asiacute el total de poblacioacuten osciloacute entre 63 y 65000
habitantes correspondiendo a Quito y sus cinco parroquias shy
aproximadamente un 38 de la poblacioacuten total esto es entre
23 y 25000 habitantes 6 (Veacutease Cuadro NQ 1)
Dentro de la poblacioacuten denominada blanca que residioacute
en la ciudad se encontraban los espantildeoles de distintas cond~
ciones A los ricos terratenientes que integraban la eacutelite de
la ciudad se les conociacutea como gente de distincioacuten y verdade
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
CUADRO NQ 1
POBLACION DE QUITO (1781-1784)
QUITO Y SU CORREGIMIENTO QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
AtlO TOTALES TOTALES PORCENTAJE
1781 65873 25019 381782 84567 36540 4321783 63186 23701 3751784 63565 23726 373
QUITO Y SUS CINCO PARROQUIAS
1781178217831784
B L A N C O S 1 N D 1 G E N A STotalescorregimiento 05 Pa Porcentaje TotalesCorregimiento 05 Pa Porcentaje
19520 16652 85 65572 6110 9326785 21692 809 52935 11321 21319705 16634 844 40645 5008 12319808 16649 84 40838 4406 107
Incluyen Hombres y Mujeres de todos los estados y condici6n
Fuente Padrones de Poblacioacuten con distincioacuten de Sexos Estados Clases y Castas habitantes enla ciudad de San Francisco de Quito y su Corregimiento 1781 1782 1783 Y 1784 AHNBFondo Censos
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
4
ra nobleza de los pobres en cambio se deciacutea quepor ser pr~
suntuosos sentaron la vagancia y ociocidad que tan hondas raiacuteshy
ces ha echado en este suelo7 Sus descendientes nacidos en
Quito conocidos como criollos y tambieacuten miembros de la eacutelite
local fueron en su mayoria poblacioacuten ennoblecida a fuerza
del gran poder que adquirieron a traveacutes de los antildeos Vivieron
alliacute igualmente los mestizos hijos de estos mismos espantildeoles
con mezcla de sangre indigena los indios o naturales de la
tierra y los negros aunque eacutestos en menor proporcioacuten porshy
que no era tan facil su conduccioacuten8
Los espantildeoles y criollos ricos poseyeron haciendas exten
sas y productivas que no soacutelo se ubicaron en el distrito de las
cinco leguas (como tambieacuten se le conocioacute al corregimiento de
Quito) sino en las provincias situadas en el centro y norte
del callejoacuten interandino esto es al sur y norte de la capital
en el asiento de Latacunga villa de Ibarra y asiento de Otavalo
y en algunos casos en aacutembitos mas lejanos como la gQbernacioacuten
de Popayan cuya jurisdiccioacuten tambieacuten le compitioacute a la real aushy
diencia de Quito 10 (Veacutease Mapa NQ 1) De estas haciendas venian
los productos mercancias y ganado con que se abastecia la ciushy
dad En ellas se ubicaron tambieacuten los obrajes que producian b~
yetas jergas y sayales para el vestido de la gente del comuacuten
y que constituidas en mercaderias se intercambiaron con proshy
ductos de las regiones del sur y norte de la audiencia las ma
nufacturas de esta provincia eran tejidos de algodoacuten bayetas y
pantildeos que encontraron oacuteptimo mercado en Lima para el consumo
de todas las provincias interiores del Peruacute El retorno consis-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
tiacutea parte en dinero y parte en vino plomo y plata en bruto Los
patrones de las manufacturas o las vendiacutean a los traficantes o
tambieacuten empleban a eacutestos como sus comisionados para venderlos A
la llegada de los galeones a Cartagena estos traficantes iban
allaacute para proveerse de efectos qe Europa y cuando regresaban
los consignaban a todos los corresponsales de la provinciall
Los propietarios de estas haciendas realizaban sus visitas sobre
todo en tiempos de consechas dejando en manos de mayordomos y
administradores el control de la fuerza de trabajo que la inteshy
graron siempre un sinnuacutemero de indiacutegenas 12 Las relaciones estashy
blecidas entre estos grandes terratenientes -a traveacutes de los la
zas de parentesco y compadrazgo- con miembros de familias dedica
das tambieacutenn a otras actividades econoacutemicas como el comercio y
la mineriacutea permitieron el mantenimiento de poderosos clanes en
donde riqueza econoacutemica prestigio social y poder poliacutetico jugashy
ron un papel fundamental
Los mestizos o tambieacuten llamados cholos13 se dedicaron
al ejercicio de las artes (pintura escultura talla y otras s~
mejantes) siendo pacientes artesanos en cuyos trabajos de lml
tacioacuten y copia sobresalioacute maacutes su habilidad que el nuacutemero de ins
trumentos que utilizaron y a los oficios de sastres ebanistas
mecaacutenicos herreros etc Se ha dicho que frente a sus trabajos
es menester recordar la proverbial habilidad quitena Hecho de
frugalidad y trabajo el cholo es la estatua bronciacutenea que dur~
raacuten maacutes que el maacutermol blanco y bello y que los mestizos se con
tentaban con poco para vivir siendo sus exigencias solo las maacutes
perentorias necesidades de alliacute que su trabajo fuera barato y
5
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
6
que inclusive no lo complieran con cierta disciplina a pesar
de todos estos talentos ellos son tan indolentes y ociosos que
en vez de trabajar pierden todo el diacutea en las calles14 Finalshy
mente tambieacuten llenaron los rangos maacutes inferiores en la iglesia
el ejeacutercito o la administracioacuten puacuteblica
Los indios por su parte fueron la principal fuerza de
trabajo de las haciendas y obrajes ubicados tanto en Quito como
en sus cercaniacuteas En la ciudad la posicioacuten del indiacutegena era la
de sirviente o trabajador manual era el huasicama de las famishy
lias pudientes el barrendero de las calles puacuteblicas el aguateshy
ro que abasteciacutea de agua a instituciones y domicilios privados
el peoacuten de las obras puacuteblicas (reclutado con frecuencia a la fuer
za) el que limpiaba las acequias y el que cargaba toda clase de
bultos15 (Veacutease LamNQ 1) Algunos tambieacuten se dedicaron a los
oficios de zapateros albantildeiles tejedores carniceros y otros
trabajos semejantes como los de barberos y sangradores Entre eacute~
tos los dos uacuteltimos sobresalieron por ser los maacutes razo~ables y
activos que igualan en sus respectivos ejercicios a las maacutes exshy
pertas manos de Europa16 Los zapateros por el contrario se shy
distinguiacutean por ser supinos badulaques~ que muchas veces no hay
otro medio para tener un par de zapatos que les hayan sido ordeshy
nados que el de juntar los materiales y encerrar a los artesanos
en un cuarto hasta que los haya concluido A esto se sumaba el
pago por adelantado del importe de su trabajo con que tomando
el indio lo va empleando en chicha y dura en eacutel la embriaguez shy
cuanto al dinero que despueacutes no es faacutecil resarcir sino en hechu
ras17(Veacutease LamNQ 2)
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
Lam NQ 1
Indios aguateros
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
N
aZ
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
9
En definitiva muchos de estos mestizos e indios conformashy
ron un sector importante de la fuerza laboral urbana trabajando
en talleres en donde se juntaron maestro oficiales y aprendices
Estuvieron agrupados en barrios o lugares determinados y cada
oficio tuvo su gremio correspondiente cuyas actividades fueron shy
vigiladas por el cabildo 18
Los negros muy escasos en la ciudad y la provincia pre~
taran sus servicios en las casas de las grandes familias ya sea
como criados y sirvientes llevando el quitasol bajo el cual se
cobijaba el presidente u oidor o la silla de mano en la que sashy
liacutean a hacer visitas las sentildeoras de distincioacuten19 Mayor nuacutemero
de ellos trabajaron en las plantaciones de la costa o en las tie
rras caacutelidas como el valle del Chota al norte de la provincia
de Quito
Al momento de la celebracioacuten de un servicio religioso shy
una fiesta o un escaacutendalo ciudadano todo este vecindario ~oliacutea
juntarse ya sea en la iglesia la plaza o la calle las fiestas
coloniales recorriacutean todas las escaJascomenzaban por una misa
solemne con la concurrencia de todos los Tribunales y de las shy
personas distinguidas para continuar despueacutes con las represenshy
taciones de comedias danzas de indios toros luminarias fueshy
gos de artificio y concluir con los fandangos que eran el espa~
to de los moralistas por la licencia que se haciacutea uso y la canti
dad de aguardiante de cantildea que se consumia20 Para esa eacutepoca la
ciudad ya contaba con la Catedral el Palacio de la Audiencia
las casas del Ayuntamiento y la Casa Episcopal edificios todos
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
10
que rodeaban a la Plaza Mayor Acudiacutean ademaacutes en toda ocasioacuten a
rogativas y novenarios y maacutes en aquellas situaciones en que los
fenoacutemenos naturales (terremotos sequiacuteas inundaciones) poniacutean shy
en peligro la poblacioacuten y sus bienes Las imaacutegenes de las viacutergeshy
nes de Guaacutepulo y el Quinche eran traiacutedas y paseadas por la ciushy
dad con gran reverencia ademaacutes de nombrarse diputados especiashy
les del cabildopara tales efectos 2 1 En estas celebraciones
asiacute como en las fiestas del Corpus velorios y festejos por el
nacimiento de un priacutencipe en Espantildea o la llegada de un preside~
te las poderosas familias quitentildeas haciacutean grandes ostentacioshy
nes Eran las oportunidades para manifestar su prestigio social
y su riqueza econoacutemica (Veacutease LamNQ 3)
Para la formacioacuten religiosa y educacioacuten de estos habitan
tes se encontraban los conventos de San Agustiacuten Santo Domingo
tres de San Francisco dos de La Merced y otro de los padres b~
tIernitas Existiacutea tambieacuten el Colegio Maacuteximo y noviciado de la shy
Compantildeia de Jesuacutes Entre los conventos de monjas se hallaban
La Concepcioacuten Santa Clara Santa Catalina y dos de carmelitas
Dos eran las universidades la de San Gregorio -de los jesuiacutetasshy
y la de Santo Tomaacutes -de los dominicos a maacutes de dos colegios el
deSan Luis y San Fernando regentados tambieacuten por jesuiacutetas y doshy
minicos respectivamente Para el cuidado de los enfermos exisshy
tiacutea el Hospital en manos de los padres betlemitas quienes al
tomarlo a su cargo en la segunda mitad del siglo XVIII edific~
ron el convento la enfermetia y la iglesia2 2 Cada parroquia
a su vez contaba tambieacuten con una iglesia De la existencia tan
profusa de iglesias y conventos en esta ciudad fue que nacioacute el
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
-L a m NQ 3
F 1gt roce -1esta del Co SlOO por larpUS (Igle Sla San BIas
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
12
tradicional calificativopara Quitode ciudad conventual
Conviene distinguir de otro lado el papel destacado que
tuvo la iglesia en estos antildeos y durante toda la colonia en la
sociedad quitentildea Ademaacutes de mantener a la poblacioacuten en sus manos
como directora espiritual de su conciencia acaparoacute gran parte
de la riqueza econoacutemica de sus habitantes mediante la concesioacuten
de censos (como parte del sistema crediticio que imperoacute en la so
ciedad colonial) y la fundacioacuten de capellaniacuteas las cuales a shy
pretexto de ser originalmente fundaciones de misas se convirtie
ron con el tiempo en importantes ingresos monetarios de las comu
nidades religiosas 2 3 Auacuten cuando desconocemos todaviacutea cuaacuteles fue
ron las principales oacuterdenes censualistas de la eacutepoca lo cierto
es que al parecer ninguna se eximioacute de tales praacutecticas Estos
hechos bien podriacutean explicar el fenoacutemeno de la relaja6ioacuten que
expliacutecitamente anota el mismo arzobispo Gonzaacutelez Suaacuterez cuando
caracteriza el sector eclesiaacutestico de Quito la falta absolu
ta de vocacioacuten al estado religioso en muchos de los que prqfesashy
ban en los conventos para todos eacutestos el hacerse frailes era
una industria lucrativa mediante la cual alcanzaban comodidades
para la vida temporal y consideracioacuten de parte de la sociedad
A esto se sumaba la falta de observancia de los curas -regulares
y seculares- a los preceptos del decaacutelogo y los tres votos poshy
breza castidad y obediencia los frailes eran ricos acaudal~
dos y poseiacutean bienes que legaban individuos particulares vishy
viacutean en casas particulares y alliacute comiacutean dormiacutean se enfermashy
ban y moriacutean moraban de asiento en el monasterio soacutelo cuando
de muertos les daban sepultura en el convento La autoridad de
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
13
los provinciales era nula ya porque tambieacuten los superiores eran
culpables y su conducta muy reprensible24 De alli que su proc~
der fuese el mal ejemplo para la comunidad de fieles en toshy
das partes en todo tiempo al mal se le ha llamado mal y al e~
caacutendalo escaacutendalo solamente nuestrosfrailes lograron que el
escaacutendalo llegara a tenerse como titulo de honra No estuvieron
exentos de eacutesto los conventos de monjas en donde de igual maneshy
ra la falta de clausura y recogimiento fue el pan de cada dia
las monjas vivian ocupadas constantemente en servir a los frai
les en todo cuanto eacutestos necesitaban o querian 25
Los vinculas tan estrechos que siempre existieron entre
este sector eclesiaacutestico y la sociedad civil estuvieron ademaacutes
marcados por el ingreso de uno a maacutes miembros de las poderosas
familias de la eacutelite quitentildea a las oacuterdenes religiosas en donde
eacutestos pudieron desempentildear altas dignidadeso establecieron imshy
portantes relaciones con las principales autoridades eclesiaacutest~
cas a traveacutes de donativos obras de beneficiencia y caridad r
obras piacuteas o afiliacioacuten a cofradias 2 6 Los conventos de monjas
por su parte acrecentaron sus caudales gracias a las crecidas
dotes entregadas por las mujeres que ingresaron a estas comunishy
dades -en la mayoria de ocasiones- una vez que el enlace matrishy
monial habiacutea sido desechado De la cuantiacutea de dotes entregadas
por ellas dieron cuenta la calidad de celdas que ocupaban el
nuacutemero de criadas-esclavas que teniacutean y el tipo de vida que lle
vaban El convento se convirtioacute asiacute en el lugar de refugio de
mujeres solas ya sea como mon~as residentes seglares beatas
o criadas cumpliendo dos funciones la de permitir a la mujer
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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-
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
14
el maacuteximo posible de independencia y liberacioacuten y albergar al shy
resto de poblacioacuten femenina que no formaba parte del sitema ma
trimonial de la eacutepoca 2 7
De las caracteriacutesticas de moral laxa -tan peculiares del
sector eclesiaacutestico de Quito durante el siglo XVIII- se exoneroacute
la Orden de los jesuiacutetas en quienes se habiacutea acumulado una de
las riquezas maacutes grandes de la sociedad Fueron los duentildeos de shy
las fincas maacutes productivas y sus haciendas no compitieron con
otras ni en extensioacuten ni en rendimient0 28 Su expulsioacuten ocu
rrida en 1767 juzgada por algunos acadeacutemicos ecuatorianos como
muy desfavorable a la economiacutea y sociedad de entonces determishy
noacute -en los hechos- grandes beneficios para aquellos que pudieshy
ron acceder a los bienes dejados por ellos y que pasaron a ser
administrados por la Junta de Temporalidades lo que explica
tambieacuten la praacutectica ya generalizada anotada liacuteneas arriba de
acensuar-hipotecar los fundos en manos de la iglesia y el in
cremento de los precios en las transacciones de compra delas
haciendas que comenzaron a venderse a raiacutez de su expulsioacuten 29
En el aacutembito de lo civil por ser capital de la Audiencia
la ciudad de Quito fue el asiento del gobierno administrativo
Residiacutea en ella el Presidente los oidores fiscales y demaacutes a~
toridades del poder central Al constituirse en Tribunal de ju~
ticia y seguir el compaacutes de las decisiones audienciales en las
frecuentes visitas hechas a los presidentes corregidores goshy
bernadores cabildantes tesoreros o curas tomoacute el aspecto de
una ciudad judicial en donde se realizaban juicios condenas
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
15
arreglos y rectificaciones de toda iacutendole 3 0 La burocracia admi
nistrativa de la Audiencia la integraron por lo general espantildeoshy
les aunque para la eacutepoca el nuacutemero de criollos pudo haber cr~
cido Sin embargo seriacutea en esta instancia de poder en donde con
mayor claridad podriacutea advertirse la ~an reiterada pugna entre p~
ninsulares y criollos 3 1
No acontecioacute lo mismo con la institucioacuten capitular en
donde por el contrario la mayoriacutea de cabildantes fueron crioshy
llos Ademaacutes de contar con los alcaldes ordinarios como jueces
de primera instancia el cabildo tuvo como principales funcion~
rios un procurador general dos alcaldes de la santa hermandad
un fiel ejecutor un depositario general alcalde de aguas alf~
rez real alcalde provincial mayordomo de propios y escribano
del cabild0 32 Mediante la praacutectica de la cooptacioacuten la eacutelite
criolla de Quito mantuvo sus relaciones de poder durante vashy
rias deacutecadas con el resto de sectores de la sociedad El cabil
do significoacute para numerosos grupos familiares la posibilidaq de
reproducir y salvaguardar sus intereses particulares De alliacute
que esta instancia de poder local estuviera maacutes bien distante shy
de proteger los intereses de la comunidad que supuestamente r~
presentaba 33 El poder la riqueza y el prestigio que indistinshy
tamente obtuvieron al ejercer una funcioacuten como regidores conll~
voacute la intervencioacuten del poder metropolitano cuando eacuteste intentoacute
frenar esta privatizacioacuten en los cargos ejerciendo un mayor
control administrativo con su plan de reformas ejecutado -en
parte- a finales del siglo
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
16
En lo que hace a la economia urbana en la cual este c~
bildo tuvo una directa participacioacuten mediante la ejecucioacuten de me
didas tendientes a velar por el bien de la repuacuteblica es neceshy
sario conocer que en virtud de la preponderante participacioacuten
del grupo indigena eacutesta se mantuvo bajo rasgos rurales de org~
nizacioacuten econoacutemica domeacutestica La caracterizacioacuten de los barrios
de la ciudad colonial como parroquias semi-rurales debe destaca~
se las casas poseian sus solares para cultivo y a orillas del
riacuteo Machaacutengara en las afueras de la ciudad se hallaba una cier
ta actividad textil que daba un caraacutecter centriacutefugo a la ciudad
como aacuterea de actividad econoacutemica y polo de consumo de trabajo i~
diacutegena y no indiacutegena34 Por ello se la ha calificado tambieacuten
de economiacutea dual35 por asentarse baacutesicamente en el fuerte peshy
so de la economiacutea campesina circundante a la ciudad Lo que a su
vez da cuenta del tipo y eficiencia de los controles fiscales
que se ejercieron sobre el comercio urbano asiacute como las partic~
laridades del sistema legal y fiscal que operoacute en esta ciudad du
rante la eacutepoca colonial De modo que si los indiacutegenas pa~aron
el tributo algunos servicios eclesiaacutesticos y de otra iacutendole que
requirieron como por ejemplo el protector de indios eacutestos se
financiaron con el ingreso de sus tributos por otra parte ellos
estuvieron exonerados del pago de alcabala Esta distincioacuten deshy
terminoacute la existencia de dos economiacuteas paralelas la indiacutegena y
la espantildeola la primera comprendiendo maacutes productos alimenticios
caros e importaciones de lujo en principio desde la metroacutepoli
la segunda productos de subsistencia que no daban lugar al im
puesto sobre mercanciacuteas 36 Estos rasgos les habriacutea posibilitado
a todos los sectores populares mantener un cierto maacutergen de seg~
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
17
ridad que no tuvo por ejemplo la economiacutea monetaria en sus moshy
mentos de dificultad
De otro lado esta exencioacuten del pago de alcabala a los in
digenas asi como la economia de subsistencia explicaria que toda
una franja de la actividad econoacutemica no haya aparecido en los re
gistros oficiales de alcabala La economiacutea quitentildea estriboacute en pa~
te en la propia produccioacuten de las parcelas urbanas y en dos ca
nexiones con el sector indiacutegena campesino -que le proporcionaba
los productos alimenticios- y la economia urbana dominante37
Estos niveles de abastecimiento y reparticioacuten dentro de la econ~
mia urbana que se interrelacionaron y compitieron entre si ex
plica tambieacuten los repetidos intentos del Cabildo por reglamentar
el sistema de mercados El reacutegimen de intercambio centralizado
que funcionoacute en el antiguo tianguez integrado para esta eacutepoca
al de la economia de mercado se convirtioacute en el lugar propicio
para los abusos cometidos por los grupos dominantes con el secshy
tor indigena y el ejercicio de la presioacuten econoacutemica por parte
del sistema de mercad0 38
Por otra parte la competencia de la produccioacuten casera
(carne de puerco) con los producots vendidos en el mercado pone
a la luz el papel de la produccioacuten domeacutestica para el abastecishy
miento urbano y la existencia de parcelas agriacutecolas en la ciushy
dad 39
En definitiva fueron tres las unidades de produccioacuten p~
ra el consumo dentro del panorama econoacutemico urbano de Quito la
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
18
domeacutestica la rural indiacutegena y la rural blanca -europea o amerishy
cana- todas ellas sujetas a normas oficiales distintas y en las
cuales tambieacuten pudieron participar los mestizos A eacutestas se pu~
de antildeadir la particular de las oacuterdenes religiosas que se comershy
cializoacute en forma independiente 40
La existencia de pulperiacuteas en Quito por su parte nos PQ
nen al tanto del conflicto que se establecioacute entre los propietashy
rios o expendedores de eacutestas con lasgateras o recatonas qui~
nes eran acusadas de no tener licencia para la venta de producshy
tos que haciacutean competencia con los expendidos en las pulperiacuteas
(quesos tocino ojotas jamones vinos entre otros y en cie~
tos casos telas)41~ y de la existencia de un pacto local enshy
tre hacendados e indiacutegenas al vender los primeros sus productos
a los segundos para evitar asiacute el control del mercado a cambio
de una proteccioacuten a los indiacutegenas de las quejas de los pulperos 4 2
Resulta interesante advertir de otro lado lo que anota Minchom
respecto al nuacutemero de pulperiacuteas y su relacioacuten con la prosperidad
o no de la economiacutea global Si la eacutepoca de auge de la economiacutea shy
quitentildea se situoacute en el siglo XVII 4 3 el resultado debiacutea ser una
intensa actividad de las pulperiacuteas cosa que no ocurrioacute Por lo
tanto el nuacutemero tambieacuten bajo del siglo XVIII no refleja neces~
riamente una supuesta decadencia de la economiacutea quitentildea sino al
contrario la vitalidad de la economiacutea subterraacutenea (campesinado
rural parcelas urbanas y abastecimiento independiente de los
controles oficiales)44 A esto se suma el hecho de las transfor
maciones de las pulperiacuteas en chagros con rentas de productos de
subsistencia y luego de chagros a pulperiacuteas enfatizando de es-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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-
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
19
te modo la dimensioacuten ciacuteclica de la actividad urbana como esta
interaccioacuten de la economiacutea urbana con la economiacutea campesina45
Finalmente como otros establecimientos comerciales en la
ciudad existieron en Quito treinta y ocho sombrereriacuteas ocho
tejares veinte olleriacuteas y ciento veinticuatro tiendas los cuashy
les pagaban la alcabala correspondiente a su gravaacutemen En cuanto
a los obrajes ~itenos predominaron en la ciudad los de tipo
tasa-menor ascendiendo su nuacutemero a once sin explicarnos todashy
viacutea el porqueacute del voluacutemen de aquellos que permanecieron cerrados
durante la etapa 1768-1775 4 6
A fin de evaluar la dimensioacuten de esta realidad social y
econoacutemica a nivel local de la ciudad de Quito durante la segu~
da mitad del siglo XVIII es necesario traspasar este aacutembito ha
cia el contexto general
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
- - -- -- -------
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
1
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
MAPA 1
Haciendas a fines de la colonia
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
A N E X O 1 Padrones de poblacioacuten1781- 1 784
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
Pad~on hecho en el antildeO de 17 S3 del nu~o Je Aln1~Ciudad de S E-rancisco del deguito vsraquo COncolmiddottnicnto con al
17 o
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ti~ei~n ele s~os EStado3) ClasesJ C~tas Ha1itantes lirit~lo prevenido en l~R~ o-a de lo de Noviembre de 17 ~6
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Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
--~
TOtal de MalrimoniacuteOs ~ lOta1 de Alma ~~
------- J7S7J ~~
-iexcl
~
i
Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
Una etapa en transformacioacuten
Desde cualquier perspectiva de anaacutelisis que se aplique al
siglo XVIII el resultado seraacute siempre el mismo esta centuria
representoacute tanto para la metroacutepoli espantildeola cuanto para las col~
nias americanas una etapa de grandesmiddot transformaciones cuyo proc~
so fue paulatino pero no por ello menos intenso Auacuten cuando las
regiones americanas asistieron soacutelo como remotas espectadoras de
esa vasta guerra europea que fue la de Sucesioacuten espantildeola (1701shy
1714)47 la cadena posterior de enfrentamientos beacutelicos que lishy
broacute Espantildea con las demaacutes potencias europeas durante el siglo
(guerra de los Siete Antildeos 1756-1763 con Inglaterra y Francia
1779-1795 1795-1805) Y que originoacute graves problemas econoacutemicoshy
fiscales a la corona convirtioacute a Jos territorios de Ultramar en
principales sujetos del nuevo proyecto de relacioacuten metroacutepoli-c~
lonias Mediante el amplio y ambicioso plan de reformas que Esp~
ntildea elaboroacute para Ameacuterica y cuyo proceso de implantacioacuten se incishy
cioacute desde fines del siglo anterior (1680) la corona pretendioacute
satisfacer la necesidad de articular de una nueva forma su ec~
nomiacutea con la de las colonias americanas Los objetivos que se
trazoacute para ello en el campo econoacutemico-mercantil y administrativoshy
militar resultaron ser demasiado complicados y en algunos casos
contradictorios Por su parte las colonias americanas se habiacutean
articulado en un complejo sistema de intercambio econoacutemico inte~
regional cuya principal caracteriacutestica era la satisfaccioacuten de shy
la demanda con sus propios productos 48
La ingerencia de las potencias extranjeras asiacute como del
contrabando en el comercio colonial espantildeol y el menoscabo de
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
27
los intereses estatales por las conquistas econoacutemicas de los se~
tores privados americanos fueron los elementos que motivaron a
la corona a realizar la reconquista de sus posesiones De ahiacute
los significativos cambios jurisdiccionales realizados en este shy
siglo (virreinato de Santa Feacute-1739iexcl virreinato del Riacuteo de la Pla
ta-1776) que buscaron expandir su capacidad gubernativa para shy
frenar la autonomiacutea adquirida por las instancias locales de poshy
der Ademaacutes y en lo que al primero se refiere la decadencia
del centro minero de Potosiacute eje articulador de la economiacutea colo
nial y principal fuente de extraccioacuten de metales preciosos que
iban a Espantildea le llevaron a la metroacutepoli a desplazar su intereacutes
econoacutemico a nuevas fuentes de riqueza minera que aunque no con
nivdes alcanzados en las minas altoperuanas resultaron ser inshy
dispensables en la revitalizacioacuten de la economiacutea colonial La shy
riqueza de las provincias septentrionales de la Sudameacuterica esp~
ntildeola sumada a la potencialidad agriacutecola de esas zonas y la enoE
me importancia de sus puertos en el traacutefico mercantil hispano-~
mericano convirtieron al Nuevo Reino de Granada en objeto ge es
pecial preocupacioacuten sobre todo a partir del restablecimiento de
su virreinat04 9
Dentro de este contexto la Audiencia de Quito se convir
tioacute en un terreno de enfrentamiento de dos fuerzas de poder (la
lucha velada entre el comercio limentildeo y el comercio neogranadishy
no) a las que estuvo supeditada en aquella eacutepoca Nos referimos
a la antigua sujecioacuten al virreinato del Peruacute (hasta 1717) y su
posterior incorporacioacuten al de Nueva Granada (en 1739)50 A parshy
tir de esta fecha la Audiencia amplioacute y reforzoacute sus relaciones
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
28
econoacutemicas y sociales con el virreinato santaferentildeo al estrechaE
se los viacutenculos politico-administrativos Asiacute la poliacutetica de E~
pantildea y la declinacioacuten del centro minero de Potosiacute se habriacutean con
jugado para impactar de distinta manera el panorama econoacutemico y
social de la Audiencia De importante proveedora de textiles al
centro minero altoperuano en el siglo XVII se convirtioacute en la
siguiente centuria en una regioacuten ensambalada al centro minero shy
de Barbacoas supeditando su produccioacuten textil a la agricultura
de la sierra norcentral en una primera fase (1700-1760) y lueshy
go ampliando su panorama agrario interandino gracias a la repe~
cusioacuten del boom cacaotero costentildeo en la fase 1760-1820 5 1 En el
aspecto social se propicioacute el fortalecimiento del sector ecleshy
siaacutestico-terrateniente cuya posicioacuten relevante tuvieron los jeshy
suiacutetas hasta su expulsioacuten la concentracioacuten de la tierra por pa~
te del sector civil-terrateniente despueacutes de 1767 y la reforshy
zada diversificacioacuten de actividades econoacutemicas (tierra comercio
y minas) por parte de las grandes familias quitentildeas las cuales
estrecharon sus viacutenculos sociales econoacutemicos y poliacuteticos amp trashy
veacutes del establecimiento de relaciones sociales de parentesco con
familias avecindadas en los territorios neogranadinos 52
Estos nuevos planteamientos nos llevan a pensar que de h~
cho la visioacuten catastrofista con que se ha signado al territorio
de la Audiencia de Quito durante el siglo XVIII requiere de inn~
merables matices necesarios para una mejor comprensioacuten del proc~
so histoacuterico gestado dentro y fuera de este espacio colonial Por
otra parte es necesario advertir que los testimonios de los que
se ha servido la historiografiacutea ecuatoriana para la reconstruccioacuten
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
29
histoacuterica de su periacuteodo dieciochesco han referido -en la mayoriacutea
de c~os soacutelo a una de sus estapas la primera mitad del sigl05 3
De ahiacute que al convertirse eacutestas en principales fuentes de inve~
tigacioacuten sus propuestas hayan sido extendidas a todo el siglo
sin tomar en cuenta que fue precisamente a partir de la segunda
mitad de eacuteste en donde las transformaciones a las que hemos he-
cho referencia liacuteneas arriba fueron paulatinamente modificando el
panorama Si observamos con detenimiento estas narraciones de la
primera mitad de la centuria nos daremos cuenta que las proposi-
ciones relativas a la situacioacuten criacutetica con que se caracteriza a
la Audiencia de Quito durante aquellas deacutecadas son plenamente
coincidentes entre los autores lo que no ocurre con las Visitas
o Informes que se realizaron en las deacutecadas finales del 70 al 90
en las cuales ya se puede advertir algunas modificaciones 54 Uni-
das a las fuentes notariales y a la informacioacuten que reposa en los
archivos municipales de las ciudades (fuera de las actas de cabi1
do)55 siacute podemos afirmar que se pueden realizar estas nuevas pr~
puestas para el anaacutelisis econoacutemico social y poliacutetico de una re-
gioacuten que como la de Quito tuvo un papel muy particular en la
historia andina colonial
Nos interesa resaltar el Informe del presidente Mon y Ve-
larde por ser una fuente un tanto desconocida y que resulta
uacutetil a nuestros propoacutesitos de un estudio de caso Se tratoacute en pri
mer lugar de un informe que durante su gobiern0 5 6 realizoacute Mon y~
Velarde en el mes de junio de 1790 con el fin de poner en conoci
miento del virrey Ezpeleta los medios para promover el laboreo de
las minas en la provincia quitentildea Para tal efecto realizoacute una
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
30
descripcioacuten -aunque no pormenorizada- bastante completa de la si
tuacioacuten econoacutemica y social de la regioacuten La razoacuten por la que su
objetivo se centroacute particularmente en el fomento del sector mine
r0 57 podria explicarse por el hecho de que habiendo sido Visita
dar en la provincia de Antioquia luchoacute alliacute tambieacuten por conseshy
guir reavivar sus minas Sus intentos fueron vanos 58 Ademaacutes shy
siendo oidor de la audiencia de Guadalajara antes de llegar a
Antioquia se habiacutea familiarizado con las fuertes inversiones y
ricas ganancias caracteriacutesticas de la mineriacutea de plata mexicana
cosa que no aconteciacutea con las minas antioquentildeas De alliacute que a
decir de Ann Twiacutenam se percibiacutea en las palabras de Mon y Veshy
larde un matiz de desprecio o de desaliento cuando expresaba shy
apenas hay minas en esta provincia despueacutes de bien operadas y
con su cuadrilla [queJ produzca por cinco antildeos continuos dos mil
pesos anuales de producto 59 Por lo mismo este nuevo propoacuteshy
sito emprendido en la provincia de Quito debioacute sostenerse en a~
gumentaciones contundentes que favorecieran su proyecto y conve~
cieran a la vez al Superintendente General de la Real H~cienda
de Ameacuterica Don Antonio Valdeacutes a quien tambieacuten dirigioacute una copia
del informe
Bajo estas circunstancias el panorama que presentoacute de la
Audiencia aunque para muchos inscrito tambieacuten en la visioacuten catas
trofista de la eacutepoca deja entrever algunos hechos que pueden r~
sultar paradoacutejicos La falta de mano de obra indiacutegena en las hashy
ciendas -de la que tanto se lamentaba porque supuestamente imp~
diacutea el desarrollo de la economiacutea agriacutecola no llegoacute a ser un oacutebi
ce para que se realizara la cobranza de tributos [iacuteos indiosJ
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
31
se entregan a la holgazaneriacutea y errantes de pueblo en pueblo con
abandono de sus familias son viacutectimas de los cobradores de tribu
tos60 Aunque eacutel no explica las razones de este abandono -parti
cularmente de las haciendas obrajeras que eacutel mismo menciona- eacutestas
pueden ser reconocidas en la realidad que aconteciacutea en esos mamen
tos al haberse desestructurado la economia indigena incrementashy
do el voluacutemen de indiosforasteros y producido una fuerte migr~
cioacuten indiacutegena serrana a la costa por la 9ran atraccioacuten de los al
tos salarios 6 1 En palabras de Marchaacuten el eacutexodo indiacutegena a la shy
costa sumado al aumento de la produccioacuten agropecuaria serrana no
implica una baja de la oferta de mano de obra indiacutegena la razoacuten
estriba en que en la fase 1760-1820 el monto de indios forasteshy
ros se aproxima a la cantidad de indios que permanecen en el inshy
terior de las comunidades62
En cuanto a la competencia de textiles extranjeros como shy
causa de la ruina de la industria textil quitentildea en el siglo XVIII
la contradiccioacuten y falta de claridad es auacuten maacutes palpable cuando
el propio Mon y Velarde afirma pues aunque en el diacutea no se shy
haga el comercio abiertamente por los extranjeros se ejercita
por los comerciantes espantildeoles abundando los pantildeos de segunda en
tal extremo que se han envilecido los del pais63 Despueacutes antildeade
es cierto que con motivo de la guerra iquestcon InglaterraJ logroacute
esta provincia alguacuten alivio pues habiendo escaseado los de Euro
pa tuvieron alguna salida los del paiacutes alentados de aquel cor-
to ingreso compraron haciendas y todo ese caudal que debiacutea acshy
tuar su giro interior extrajo en crecidos situados remitidos a
la plaza de Cartagena sin esperanza remota de su reversioacuten64
32
Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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- 01 Iacutendice Introduccioacuten
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Frente al fenoacutemeno de las fincas gravadas con censos tam
poco advierte Mon y Velarde una explicacioacuten muy convincente cuan
do inclusive al hablar de los bienes de Temporalidades expresa
que la venta de fincas de las Temporalidades era inverificable
y ruinosa a esta provincia pues siendo preciso venderlos a ce~
so en un 3 no sufragaban eacutestas deducidos costos otro tanto y
por con s iguiente sucederiacutea ser mayor la pe ns ioacuten que el producto
principio infalible de su ruina pues en el diacutea se estaacuten debien
do por reacuteditos atrasados 20198 pesos y de plazos acumulados
71174LsicJ y aunque maacutes se estrechan y repiten las providencias
para el cobro de estas cantidades no se consiguen y es de te
mer en algunos que se echen con la carga como se suele decir en
frase vulgar sin embargo de todas las seguridades y precaucioshy
nes tomadas por los superiores para su expendio65 Nos hemos
de preguntar entonces iquestsi acaso el presidente no era consciente
del gran poder que habiacutean logrado para entonces censualistas y
censatarios (iglesia y sector civil-terrateniente) que eran los
que haciacutean funcionar el sistema crediticio de la eacutepoca
Con este cuadro caoacutetico planteado por Mon y Velarde es l~
gico suponer que su proyecto de fomentar las minas se asentoacute so shy
bre un panorama prometedor tiene la provincia en su seno shy
otro recurso capaz por siacute solo de enriquecerla Encierra ricas mi
nas de todos metales y especialmente de oro y plata No son imashy
ginarias ni lisonjeras las esperanzas que se prometen de su bene
ficio se han hecho repetidos experimentos de la buena calidad de
sus metales por sujetos instruidos y sabios como Don Josef DElhu
yar 66 Lastimosamente no contamos con la Planilla del nuacutemero
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
33
de minas y sus ventajosos productos que Mon y Velarde supuestashy
mente acompantildeoacute con el informe No obstante eacutel mismo destacoacute que
la mas prominente era la de Sarapullo situada en las inmediacio
nes de Quito con rendimientos muy crecidos 6 7
Nos sorprende finalmente la noticia de que varios vecishy
nos hayan suscrito la formacioacuten de una compantildeia de laboreo con
diversas partidas qaue reducidas a una ascienden a la gruesa de
51000 pesos y ofrecen adelantar hasta cien mil si consiguen la
venida de 2 o 3 sujetos inteligentes que puedan dirigir las lab~
res y el beneficio de los metales a la cual se podriacutean eventua1
mente unir -como accionistas- los empleados en Rentas como los
cleacuterigos y sumarse otros vecinos no solamente quitentildeos sino de
Riobamba Cuenca y Guayaquil de tal modo que puedan llegar a g~
zar de este soberbio negocio que tanto favor ha producido a meshy
xicanos y peruanos 68
iquestQuieacutenes fueron los que conformaron tal compantildeia iquest~uacuteales
fUeron las razones que se adujeron para el fracaso o inexistencia
de estas minas Son preguntas que quedan auacuten sin respuesta por
falta de investigacioacuten Soacutelo nos queda la posibilidad de proponer
una vez mas que se pueden advertir ciertas modificaciones en el
panorama econoacutemico y social de la regioacuten quitentildea durante esta eta
pa y que es necesario no perderlas de vista en el analisis deshy
los problemas mas especiacuteficos
Conociendo de cerca a los actores sociales de este proceso
ocurrido en territorio quitentildeo sera posible acercarnos de una ma
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
34
nera maacutes propia a la realidad de entonces Nos ocuparemos por hoy
del sector dominante de la sociedad la eacutelite local que integrashy
da por varios y poderosos grupos familiares manejoacute riqueza econ~
mica prestigio social y poder poliacutetico como instrumentos para la
reproduccioacuten de un sistema acorde a sus intereses de clase En shy
otras palabras es necesario adentrarnos al estudio de una clase
social que por encima de todo constituye una realidad temporal
definida por los hombres al vivir su propia historia69 Y que
soacutelo a traveacutes del anaacutelisis de su praxis podamos derivar tambiacuteen
en una aproximacioacuten a la estructura social del Quito colonial
de modo que su definicioacuten no sea el punto de partida sino el reshy
sultado 7uuml conciliando para ello la dimensioacuten colectiva con los
destinos individuales71
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
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14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
N O T A S
1 Se han consultado las Relaciones de Jorge Juan y Antonio deUlloa (1738) Descripcioacuten de la ciudad de Quito~ de Juan shyPio Montuacutefar y Frasso (1754) Razoacuten sobre el estado y gobe~
nacioacuten politica y militar de la jurisdiccioacuten de Quito deJean Domenico ColetiRelazione inedita della cita di Quitonel Peruacute(1763) en 11 Gazzetiere americano traducida alingleacutes en 1922 por la Sociedad Cientifica de Londres todaseacutestas transcritas por Elieacutecer Enriquez B bull en Quito a trashyveacutes de los siglos Recopilacioacuten y notas bio-bibliograficasImprenta Municipal Quito 1938 p272
2 Juan Pio Montuacutefar Razoacuten en Quito p100
3 Nos hemos servido para esta afirmacioacuten de los Padrones de shypoblacioacuten realizados en 178117821783 y 1784 efectuadosseguacuten Real Orden de 1776 y que reposan en el Archivo Nacional de Bogotaacute por constituir nuevas fuentes para una maacutes =exacta aproximacioacuten del caacutelculo poblacional de Quito en lasdeacutecadas del 80 Confrontando con la relacioacuten de Montuacutefarexiste una diferencia en el nuacutemero de pueblos pues en su shyrelacioacuten anota 28 pueblos incluyendo en eacutestos los de Lulumbamba y San Juan Evangelista~ en los padrones constan 36pueblos difiriendo de la relacioacuten de Montuacutefar en los dos shycitados -que no constan- y antildeadieacutendose los de Chimbacalle=Alangasi San Antonio Santa Clara y Santa Prisca Nanegaly Cachillacta (Veacutease Anexo 1)
4 Seguacuten Antonio de Alcedo y Herrera en su Diccionario Geograacutefico-Histoacuterico de las Indias Occidentales o Ameacuterica Madrid1788 en 1776 Quito tenia siete parroquias el Sagrario shySanta Barbara San BIas San Sebastiaacuten San Roque San Marshycos y Santa Prisca Los padrones de 1781 en adelante soacutelosentildealan cinco Si tomamos en cuenta que estas mismas parroquias corresponden a los barrios de Quito eacutestos a l~ laigo del periacuteodo 1763-1805 se reducen tambieacuten a cinco segUacutenlo fijado en las actas de cabildo para las elecciones de alcaldes de barrios de donde se desprende que posiblemente shyEl Sagrario y Santa Prisca se incluyeron en la jurisdiccioacutende alguno de eacutestos
5 Sorprende en el exaacutemen de los padrones poblacionales el shydel antildeo 1782 en el cual el Resumen General varia ostensishyblemente en relacioacuten a 1781 y a los dos posteriores Al pordfrecer las cifras que mayor aumento sufren son las relatishyvas a los Indios (Hombres y Mujeres) desconociendo cuaacutelespudieron ser las causas de tal ascenso Por otra parte aexcepcioacuten del padroacuten de 1784 los tres restantes tienen eshyrrores en las sumas totales por lo que los caacutelculos que sehan realizado en el Cuadro NQ 1 han tomado en cuenta talesirregular idades que han sido correg idas
6 Para el antildeo 1780 Gonzalo Ortiacutez y Nick MilIs anotan las cishyfras de 24939 y 28000 habitantes para Quito coincidiendopara 1783 con lo estimado en los padrones 23701~ de lo que
36
6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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- 01 Iacutendice Introduccioacuten
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6 se deduce que eacutestas se refieren tambieacuten a Quito y su corregimiento Veacute~se el Anexo 111 de su trabajo Economiacutea y Sacie-shydad en el Ecuador Poscolonial 1759-1859 en Cultura Revi~
ta del Banco Central del Ecuador Vol 11 NQ 6 Quito 1980pp 172 76
7 Jorge Juan y Antonio de Ulloa Descripcioacuten en Isaac Barrera Quito Colonial Siglo XVIII Comienzos del XIX Impre~
ta Nacional Quito 1922 p 21
8 Ibid
9 En efecto todos los valles inmediatos al norte de Quitoson climateacutericamente aptos para la agricultura intensiva y shyno para la ganaderiacutea y todos los valles inmediatos al surde Quito son aptos para ganaderiacutea y agricultura extensivaDe tal manera que por la entrada norte entraraacute a Quito siempre la gran miscelaacutenea de la despensa mientras que por la-shyentrada sur vendraacute la leche la carne y productos en gran valuacutemen El carretero nortefue es y seguiraacute siendo una in-shyterminable feria moacutevil en tanto que el del sur sirvioacute sirve y seguiraacute sirviendo soacutelo de viacutea de acarreto Luciano An~
drade Mariacuten La urbanizacioacuten de Quito en cuatro siglos enE Enriacutequez Quito p 231
10 Popayaacuten era la ciudad maacutes comercial de la real audienciaPaso obligado de geacuteneros y ropas espantildeolas que se dirigiacutean hacia Quito y el resto de la real audiencia era al mismo tiempo el lugar por donde pasaban pantildeos y bayetas provenientes shyde Quito Ademaacutes alliacute se cambiaba el oro del lugar por el dinero que produciacutea el comercioEra una ciudad de gente acaudalada enriquecida con este comercio las minas de oro y lasgrandes haciendas J Kolberg Hacia el Ecuador Relatos deViaje PUCE Quito 1977 citado por Nelson Goacutemez en El manejo del espacio en la Real Audiencia de Quito (Siglos XVII yshyXVIII) Cap 111 en JP Deler y varios El Manejo del Espacio en el Ecuador Etapas Claves Tomo 1 Geografiacutea Hist~
rica IGM Quito 1983 p128
11 Coleti Relaziones en E Enriacutequez Quito p123
12 J Juan y A Ulloa Descriacutepcioacuten en l Barrera Quito CAlonial p21
13 El color de los mestizos es oscuro algo coloreado no tantocomo el de los mulatos claros algunos no obstante no son shytan tostados como los mismos indios y se distinguen de eacutesshytos en que les creece la barba hay otros que degeneranen lo blanco y pudieran tenerse por tales sino les quedaranciertas sentildeas las cuales consisten en ser tan cerrados defrente que es muy corto el aacutembito que les queda libre de p~
lo ademaacutes de esto es aacutespero su cabello lacio grueso ymuy renegrido La nariz pequentildea delegada y con una ligeraeminencia en el hueso desde la cual aunque sigue puntiagudase encorva algo y queda inclinada la punta hacia el labio superior Pueacutedense computar como por una tercera parte del shyvecindario las familias de los mestizos en JJuan y A shyUlloa Descripcioacuten en E Enriacutequez Quit~pp90-91
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
37
14 Cfr las relaciones citadas Las frases son de Is~cc Barrerap22 y de Coleti p116 respectivamente
15 Osvaldo Hurtado El Poder poliacutetico en el Ecuador citado porNick MilIs y Gonzalo Ortiz Economiacutea en Cultura p78
16 Coleti Relazione en EEnriquez Quito p116
17 JJuan y A Ul10a Descripcioacuten en Quito pp92-93 Engeneral existiacutean dos categoriacuteas de indiacutegenas en la ciudadaquellos que eran conciertos de haciendas y otros que siendosueltos no estaacuten adictos a la servidumbre personal ni son shydependientes de amos due~os de obrajes ni heredades CfrEugenio Espejo Defensa de los curas de RiobambaUcitado shypor Nick MilIs y Gonzalo Ortiz en Economia p78
18 Cfr Mills-Ortiz Economiacutea pp81118-119 y las Actasdel Concejo 1763-1805 en AMQ
19 l Barrera Quito Colonial p21
20 Ibid Cap 111 p26
21 Ibid Y AMIQ Actas del Concejo 1763-1805
22 Cfr relaciones citadas
23 Veacutease el trabajo de Francois Chevalier La formacioacuten de loslatifundios en Meacutexico Fondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico1976 principalmente el capiacutetulo VII pp283-322 Para elcaso de Quito puede consultarse el trabajo de Rosemarie Teraacuten N Censos y capellanias en la Audiencia de Quito du-shyrante el siglo XVIII El caso del convento de San FranciscoTesis de Maestriacutea FLACSO 987
24 Federico Gonzaacutelez Suaacuterez Historia General de la Repuacuteblicadel Ecuador VolII Editorial Casa de la Cultura Ecuatoriana Quito 1970 pp1390-1400
25 Ibid pp 1388-1389 1400 Veacutease tambieacuten Alfonso Rumazo Gonzaacutelez Manuela Saacuteenz La Libertadora del Libertador Editoshyrial Mediterraacuteneo Madrid 1979 p12
26 Para el estudio de cofradiacuteas puede consultarse el trabajo shyde Olinda Celestino Las cofradiacuteas en el Peruacute y para Quitoel de Rosemarie Teraacuten y Mariacutea Elena Porras Cofradiacuteas en laco Ion ia (FLACSO mecanograf iado ) 1984
27 Cfr Guillermo Ceacutespedes del Castillo Ameacuterica Hispaacutenica (1492-1898) Editorial Labor Madrid 1985 y Doris Ladd La nobleza mexicana en la eacutepoca de la Independencia 1780-1826 shyFondo de Cultura Econoacutemica Meacutexico 1984
28 Gonzaacutelez Suaacuterez Historia pp1141-1174
29 Veacutease el Cap 11 del presente trabajo
30 Cfr J P Deler y varios El manejo del espacio en el EcuadorEtapas Claves Geografiacutea Baacutesica del Ecuador Tomo 1 Geogr~
fiacutea Histoacuterica Centro Ecuatoriano de Investigacioacuten Geograacutef~
ca IGM Quito 1983 p 124
38
31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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- 01 Iacutendice Introduccioacuten
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31 No podemos hacer otro tipo de afirmaciones en torno a esteconflicto puesto que hasta la fecha no se cuenta en el Ecu~
dor con ninguacuten tipo de estudio sobre el nuacutemero de peninsulashyres y criollos que integraron la Audiencia Al parecer y porlas pocas evidencias con que contamos para el siglo XVIII sunuacutemero no ~ue tan mayoritario como se piensa Quito no contoacutepara esa eacutepOca con una migracioacuten espa~ola de los niveles alshycanzados enMeacutexico Lima Santa Feacute de Bogotaacute u otras capitashyles coloniales
32 Estos cargos se mantuvieron invariables al menos hasta el shya~o de 1805 Veacutease el Cap IV del presente trabajo
33 Ibid
34 Martin Minchom La Economia Subterraacutenea y el Mercado UrbanoPulperos Indias gateras y Recatonas del Quito Colonial(S ig los XVI-XVI I )1 en Memor ias del Primer S impos io Europeo s~
bre Antropologia del Ecuador Compilador Segundo E MorenoInstituto de Antropologia cultural de la Universidad de BonnEdiciones Abya-Yala Quito Ecuador 1985 p175
35 Cfr B Roberts Cities of Peasants the political economyof urbanization en the Third World London 1978 citado porMinchom en La Economia p176
36 Minchom La Economia p176
37 Ibid Veacutease tcmbieacuten Alfredo Moreno Cebrian la recaudacioacuten shyde alcabalas en Peruacute a imagen de la Nueva Espafta 1730-1778Ponencia presentada al VII Simposio de Historia Econoacutemica Comisioacuten de Historia Econoacutemica del Consejo Latinoamericano de =Ciencias SocialesInstituto de Estudios Peruanos-IEP- Lima25-30 junio de 1986
38 Cfr Frank Salomon Ethnic lords of Quito in the age of theIncas the poli t ical econom y in the north-andean chiefdomsCornelll University 1978 citado por Minchon en La Econoshymia p177
39 Los reiterados intentos del Cabildo de Quito por controlar elingreso de puercos a la ciudad pueden comprobarse en las Acshytas del Concejo del periodo 1763-1805 que reposan en el Archivo Municipal de Quito
40 Resulta interesante lo acontecido en Quito en 1778 cuando elConvento de San Francisco fue sancionado por el cabildo -a pr~
poacutesito de la destruccioacuten de la pila de agua que se hallaba shyfrente a la capilla de Cantufta- cuando le impidioacute mater resesprivadament~ en el convento debiendo eacuteste ocurrir al mat~
dero comuacuten para su abasto Veacutease las Actas del Concejo1777-1781
41 Este conflicto se subraya inclusive en el Anoacutenimo de 1573 ycontinuacutea hasta la segunda mitad del siglo XVIII Veacutease las acshytas del periodo citado Por otra parte Ruggiero Romano aft~
de que no hay que olvidar que las pulperias tambieacuten fueron shycentros de preacutestamos a los consumidoresa tasas usureras Cfrsu trabajo Fundamentos del funcionamiento del sistema econoacute
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
-
- 01 Iacutendice Introduccioacuten
-
39
41 mico colonial Ponencia presentada al VII Simposio de Hist~
ria Econoacutemica Lima 1986La descripcioacuten de los efectos que se expendiacutean en las pulpeshyriacuteas de Quito en las primeras deacutecadas del XVIII contemplaban
velas al menudeo raspaduras paneadas quesos jabon negro shyjaboacuten blanco sal al menudeo sal de Tomabela raspaduras de losYumbos conservas y miel de los Yumbos arroz de Castilla almenudeo estribos costales cabuyas sagulas [sicJ delicadosrosquetes biscochuelos ajiacute colorado maniacute cera negra cerade Nicaragua Almidoacuten de papas almidoacuten de trigo aniacutes chocolate azuacutecar al menudeo pita floja de la negra azafraacuten deshyCastilla al menudeo pimienta cominos almendras pasas beshytuacuten copal incienso bardanay LsicJ canela de Castilla dela de Quijos jaacutequimas albardas sinchas sinchones VeacuteaseANHQ Notariacutea Primera Caja 11 1720-1722
42 Minchom La Economiacutea p181
43 Cfr Javier Ortiz de la Tabla Panorama econoacutemico y socialdel corregimiento de Quito (1768-1775) en Revista de IndiasMadrid 1976 Robson Tyrer The Demographic and Economic History of the Audiencia de Quito Indian Population and the textile industria University of California 1976 (traduccioacuten shyen prensa en AHBCE Quito) y John Leddy PhelanThe Kingdomof Quito in the seventeenth century Bureaucratic politics shyin the Spanish Empire University of Wisconsin Press 1967estos dos uacuteltimos citados por Minchom en La Economiacutea -
44 Minchom La Economiacutea p181
45 Ibid
46 Cfr Ortiacutez de la Tabla Panorama pp96-98
47 Cfr Tulio Halperin Donghi Historia de Ameacuterica Latina 3 Reforma y disolucioacuten de los imperios ibeacutericos 1750-1850 Alianza Editorial Madrid 1985 Primera Parte pp17-102
48 Para el estudio de las reformas borboacutenicas en Espantildea y Ameacuterishyca existe una amplia bibliografiacutea y material documental Sinembargo como importantes obras de consulta se pueden sentildealarel de Halperin Donghi ya citado el de John Lynch Adminisshytracioacuten colonial espantildeola 1782-1810 El sistema de intendencias en el virreinato de la Plata Buenos Aires 1962 el Tomo VI~ Ameacuterica Hispaacutenica de G Ceacutespedes del Castillo obra =ya citada especialmente la Tercera Parte las provincias shyde Ultramar 1750-1808pp311-407 y Gonzalo Anes El Antishyguo Reacutegimen los Borbones Alianza Editorial Alfaguara Madrid 1985 shyPara el anaacutelisis de las economiacuteas americanas coloniales consuacuteltese Carlos Sempat Assadourian El sistema de la economiacuteacolonial mercado interno regiones y espacio econoacutemico Instituto de Estudios Peruanos Lima 1982
49 Veacutease T Halperin Reforma y Rosemarie Teraacuten El Reacutegimenadministrativo en la Real Audiencia de Quito bajo la dinasshytiacutea borboacutenica Tesis Licenciatura PUCE 1984
50 Para un estudio maacutes pormenorizado sobre la audiencia de Quito bajo la dependencia de los virreinatos del Peruacute y Santa
40
50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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- 01 Iacutendice Introduccioacuten
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50 Feacute puede consultarse los trabajos de Rosemarie Teraacuten N Elreacutegimen y Mariacutea Elena Porras La gobernacioacuten y obispadode Mainas Ediciones Abya YalaTEHIS Quito 1987
51 Para el estudio de estas fases veacutease el trabajo de Carlos shyMarchaacuten R El sistema hacendario serrano movilidad y ca~
bio agrarioen Cultura Revista del Banco Central del Ecuadar Vol VIII NQ 19 mayo-agosto Quito 1984
52 Ibid Y el Cap 111 del presente trabajo
53 Nos referimos particularmente a las relaciones escritas por shyJorge Juan y Antonio de Ulloa Juan Pio Montuumlfar y Frassoya citadas Pueden resultar excepciones las de Coleti (1763)o los escritos de Espejo (varios) en las deacutecadas del 80 endonde si se advierten ciertas modificaciones en la visioacuten shyPor otra parte se han utilizado tambieacuten testimonios de vi~
jeras en el siglo XIX como la de William Bennett Stevensonde 1825
54 Se trata de dos documentos importantes la Visita de las shyReales Cajas de la Real Audiencia de Quito realizada porJoseacute Garciacutea de Leoacuten y pizarra (1779-1783) en Fondo JacintoJijoacuten y Caamantildeo Microfilms AGIS AHBCE Quito exhaustivamente analizada por Carlos Marchaacuten R en Repercusioacuten de =la Poliacutetica del Estado metropolitano y de la contraccioacuten dela mineriacutea andina colonial en la Real Audiencia de Quito shySiglo XVIII (libro en prensa) y el [informe del presidente Juan Antonio Mon y Velarde 179Q7 que reposa en el FondoMilicias y Marina del Archivo Nacional de Bogotaacute -ANHB tf9
55 Existen valiosos documentos en el Archivo Municipal de Quitocomo son Censos de Propios del cabildo 1716-1780 Cuentasde Propios 1730-1790 Demandas Juicios de Tierras 1763-1776Demandas Juicios Testamentos 1771-1780 entre otrosLos documentos notariales reposan en el Archivo Nacional deHistoria en Quito
56 Sobre la biografiacutea de este presidente y su gobierno que duroacute de abril de 1790 a marzo de 1791 puede consultarse Gonshyzaacutelez Suaacuterez Historia General pp1254-1259
57 En el siglo XVIII las minas de la Audiencia de Quito se encontraban en decadencia Su auge soacutelo se habriacutea dado en elsiglo XVI y en la regioacuten del Sur
58 Para el estudio de la visita realizada a esta provincia shyconsuumlltese Ann Twinam Mineros comerciantes y labradoreslas raiacuteces del espiacuteritu empresarial en Antioquia 1763-1810FAES Medelliacuten 1985 Cap 1 pp43-87
59 Citado por Ibid p67
60 (Iacutenforme 0 f 635v iexclel subrayado es nuestrg]
61 Cfr Carlos Marchaacuten El sistema
62 Ibid p105
41
63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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63 Informe ~7 f 636 [el subrayado es nuestrQ
64 Ibidp637v iexclel subrayado es nuestro7
65 Ibid f 636v Veacutease tambieacuten el Cap 111 y IV del presentetrabajo
66 Ibid f 639v Algunos datos sobre este personaje anota Alfonso Rumazo en Manuela Saacuteenz p13
67 La primera suerte de metales ha rendido a razoacuten de 3 marcos2 g por qq que corresponden por cajoacuten 156 marcos y 4 q con shy20 libras de cobre que corresponden al cajon mil libs de cabreo La segunda suerte corresponde al cajoacuten de 6 marcos 4 qY el cobre a 900 libs en [Informe ~ f640
68 Ibid
69 Cfr Edward Thompson Tradicioacuten revuelta y conciencia de shyclase Criacutetica Barcelona 1979 p34
70 Cfr Alberto Flores Galindo Aristocracia y Plebe Lima 1760shy1830 mosca azul editores Lima 1984
71 Cfr Bronislaw Geremek Les marginaux parisiens aux XIV etXV siecles Paris Flammarion 1976 citado por Flores Galindo en Aristocracia
- 01 Iacutendice Introduccioacuten Capiacutetulo 1 A Quito en el Siglo XVIII
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