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Universidad de la Cuenca del Plata Facultad de Ciencias Sociales Licenciatura en Psicología Trabajo Final Integrador Alumna: Gabriela Mara Schmitman Directora: Dra. Beatriz Udenio 2009

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Page 1: Fe de erratas

Universidad de la Cuenca del Plata

Facultad de Ciencias Sociales Licenciatura en Psicología

Trabajo Final Integrador

Alumna: Gabriela Mara Schmitman Directora: Dra. Beatriz Udenio

2009

Page 2: Fe de erratas

Fe de erratas

Yx de Erratas

Mara Schmitman

Mara Schmitman

Page 3: Fe de erratas

Agradecimientos.

A mis padres por todo el amor, la ética y constancia que solo se heredan con el ejemplo.

A mis hermanos, por enseñarme a amar incondicionalmente.

A mis amigos, por dejarme ser y por el respeto.

A Fed, por el diseño y por aguantar los últimos meses de este parto.

A mis compañeros porque sin las peleas, discusiones, debates no hubiera sido quien soy.

A Beatriz, por enseñarme a tropezar.

Al pasado que me forma (todavía), al presente mío, al futuro… nuestro.

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Índice.

1 Marco Institucional / Condiciones Generales 1

2 Marco Teórico/Condiciones Particulares 4

3 Desarrollo

3.1 La paradoja del comienzo: quien ayuda a quien 8

3.2 La puesta en forma de una interlocución no simétrica: la función del oyente 11

3.3 La puesta en forma de la transferencia: producción de un síntoma 13

3.4 Efectos terapéuticos / Efectos analíticos 18

3.5 Diagnóstico diferencial

3.5.1 Conclusión

20

24

4 Autocrítica 25

5 Bibliografía 30

6 Anexo: Entrevistas 32

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e 1 E

1· Marco Institucional · Condiciones Generales.

La orientación –casi- elegida de residencia fue la de orientación en Psicología Laboral.

La parte práctica del trabajo se llevó a cabo dentro de la Institución “Crecer con Todos”.

La misma tiene en diferentes sedes y diferentes tipos de servicios en discapacidad. La rama

indicada fue el Servicio de Atención a la Integración (SAI), donde se trabaja con personas

con posibilidades de integración en el sistema educativo formal. En el SAI hay diferentes

tipos de población: niños, adolescentes y adultos ciegos, sordos, mudos y disminuidos

visuales. Es de conocimiento común en la Universidad que mientras se cursan las

Residencias debe buscarse un paciente en alguna Institución. La intención primera era

encontrar a una persona ciega de nacimiento, para poder ver como se constituía la

“pulsión escópica” en alguien con esas características. Cuando hablé con la Psicóloga del

SAI, repasó una lista de potenciales alumnos que podrían llegar a cuadrar con mis

expectativas.

Durante el turno tarde funciona el servicio orientado a personas ciegas y disminuidas

visuales. Dentro de éste turno pude realizar la residencia y es en él donde conocí a O.

Todavía no habíamos tenido ninguna clase de contacto, sin embargo me llamó la atención

su historia clínica, donde se hablaba de grandes progresos: en la parte de Educación Física,

mostraba diferencias importantes. Si comparaba mes a mes las planillas de esa área, se

podían ver cuestiones prácticamente contradictorias, si en un mes O había tenido un buen

desempeño en el manejo del bastón, al mes siguiente lo perdía; pero también se notaba

que ese buen desempeño se mudaba a otra de las actividades.

Paralelo a esto un niño del SAI no dejaba de sorprenderme. F, a sus 8 años, mostraba

una capacidad asombrosa de ubicación espacial, corría por los pasillos, jugaba con su

cuerpo sin que esto le produjera alguna frustración. Por momentos, se tropezaba o caía y

eso parecía no importarle. F no dejaba de llamar mi atención y la de mis compañeros, por

lo que despertó esta curiosidad en mí: ¿Cómo era posible que un niño pudiera manejar

tan libremente su cuerpo, contando su discapacidad; y un adulto como O, no pudiera

siquiera seguir una voz? Ambos, F y O se fueron quedando ciegos gradualmente. Ninguno

de los dos nació ciego.

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e 2 E

Decido, finalmente, trabajar con O (pese a que no reunía las condiciones buscadas al

principio). La psicóloga del SAI me orienta, miramos nuevamente la historia clínica y me

cuenta un poco sobre los avances y retrocesos. Al momento, O se destacaba en el área

escolar, pero en cuanto a las actividades físicas, había tenido un notable estancamiento.

Me cuenta que no le cuesta hablar demasiado, pero que su discurso cansa, además

trasmite que a veces hasta se siente fastidiada en las sesiones.

Arreglamos día y hora para el encuentro donde O va a ser quien defina las cosas. En ese

encuentro voy a plantearle a O la propuesta de que trabajemos juntos.

Por condiciones generales del trabajo deben entenderse las situaciones a las que el

entrevistador está expuesto que desentonan con el ambiente particular en el que podría

darse una entrevista corriente.

La forma sugerida para el primer encuentro, por los profesores de la Universidad es la

que se llevó a cabo:

“Mi nombre es Mara Schmitman y me gustaría mucho que puedas ayudarme con este

trabajo final. Necesitaría que tengamos algunos encuentros donde hablemos de lo que vos

quieras. Este lugar está hecho para que conversemos de lo que a vos se te ocurra. De lo que

vos me digas no voy a comentarlo con nadie de la escuela ni tu familia, si vos lo querés

hacer, no hay problema. ¿Te parece?”1

Ésta es básicamente la premisa que la Universidad nos provee. El objetivo de la misma

es no generar una expectativa sobre un posible tratamiento en la persona.

Aquí es donde nos tropezamos con una paradoja: estamos ante una persona que no

demanda. No hay un pedido de escucha o de ayuda.

Si tratamos de proponerle a O un trabajo que se sostiene en un marco psicoanalítico, lo

primero que se plantea es que sin demanda, no es posible concebir la relación analítica.

Incluso, para el psicoanálisis, uno de los objetivos de las llamadas entrevistas preliminares

es la de producir el sujeto preguntón, aquel que demanda saber algo de sus

determinaciones inconscientes, es decir, el sujeto “analizante”. Durante dicho período de

entrevistas debe verificarse quién demanda y qué se demanda. En ello, no hay reciprocidad

1 Entrevista Nº 1. Pág. 32

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e 3 E

entre quien recibe ese pedido –el analista- y quien lo formula – el analizante. En este caso,

en apariencia, puede justamente verse lo contrario. Es el entrevistador quien solicita ayuda

al entrevistado. Sin embargo, esto no obstaculiza que, una vez constituida la relación de

interlocución, se constaten efectos terapéuticos.

Por otra parte, uno de los propósitos de este trabajo es poder encontrar los elementos

necesarios como para poder realizar un diagnóstico diferencial. Freud aconseja establecer

un diagnóstico diferencial dentro de este período de prueba o iniciación del tratamiento,

por lo cual estamos ante una situación favorable para el mismo.

Por lo tanto, en este trabajo nos proponemos desplegar, a la luz de este material clínico, los

movimientos que se produjeron alrededor de esa paradoja del comienzo: la solicitud de “ayuda” al

entrevistado; la puesta en forma de una interlocución donde aparece la función del oyente; la puesta

en forma de una transferencia; la producción de efectos terapéuticos y la propuesta de una hipótesis

diagnóstica.

Por fuera de este antecedente, sólo nos fueron dadas las guías básicas sobre cómo

realizar el trabajo en cuanto a metodología. Más allá de eso, todo se trasforma en

elecciones de cada alumno.

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e 4 E

2· Marco Teórico · Condiciones Particulares.

“Yo no sé y por eso tú debes hablar”2

(J. A. Miller)

Al proponerme realizar el presente trabajo de una manera estrictamente adecuada a los

contenidos dados en la Carrera, surgieron cierta inquietudes que me llevaron desde un

principio a intentar aplicar los contenidos en la cátedra de Psicoterapias, por lo que tuve la

intención de trabajar con las teorías de psicoterapia psicoanalítica de Fiorini. El problema

se presentó cuando al tratar de aplicar la “estructura de foco” un par de condiciones

ausentes se hicieron necesarias: un mínimo de 10 encuentros, y otra tanto más

importante: el propósito de lograr un alivio de la angustia o supresión de algún síntoma,

lo cual es imposible porque sería, justamente, tratar de poner en marcha un tratamiento.

Ambas fueron circunstancias suficientes como para decidir apoyarme en el psicoanálisis

freudiano y lacaniano.

Las condiciones particulares del trabajo están signadas por el Marco Teórico elegido. Esto

exige guiarse por ciertos conceptos básicos que corresponden a la teoría psicoanalítica: sin

los cuales no podría hablarse siquiera de una “lectura” analítica del caso:

En el presente trabajo trataremos de encontrar los elementos del discurso del sujeto

que, acorde a la teoría psicoanalítica, vayan despejando y resaltando los dispositivos

necesarios como para llegar a lograr una aproximación diagnóstica.

El discurso en psicoanálisis es el lugar donde todo sucede, donde se pueden elucidar las

formaciones del inconsciente. Uno de los lugares donde el inconsciente se manifiesta.

La demanda de tratamiento es, sin duda otro de lo conceptos importantes a tratar aquí.

Si bien no estamos ante una persona que demanda tratamiento, esto no es motivo

suficiente como para ignorar la posición del oyente. La persona con quien se ha realizado

este trabajo hablaba con alguien y para alguien. Trataremos de ver para quien hablaba y en

2 Miller, J.A. (1994). Psicoterapia y Psicoanálisis .En: Freudiana Nº 10. Barcelona: Paidós Ediciones.

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e 5 E

función de qué. O no demanda nada –aparentemente- es el entrevistador quien pide ser

ayudado para el trabajo, sin embargo O habla, quiere decir algo y lo dice.

Lacan, en Escritos I hace referencia a esto:

“…lo que quiere decir ese "quiere decir" es también de doble sentido, y depende del

oyente que sea el uno o el otro: ya sea lo que el hablante quiere decirle por medio del

discurso que le dirige, o lo que ése discurso le enseña de la condición del hablante. Así, no

sólo el sentido de ese discurso reside en el que lo escucha, sino que es de su acogida de la

que depende quién lo dice: es a saber el sujeto al que concede acuerdo y fe, o ese otro que

su discurso le entrega como constituido.”3

Allí mismo se menciona cómo el poder discrecional del oyente hace de nexo entre la

perspectiva de intérprete del oyente (para ambas partes) y la regla fundamental de la

asociación libre.

Dentro del dispositivo analítico las entrevistas preliminares tienen un rol importante:

a) instalación del vínculo transferencial, b) aproximación diagnóstica, y c) poder ver si la

persona en cuestión es sensible de producción analítica. Es durante este “período de

prueba” donde existe la necesidad de la producción de un sujeto que quiera saber sobre su

inconsciente. Para lograr esto es absolutamente necesaria la constatación de lo que

denomina transferencia.

La transferencia es un vínculo que permite dentro de las entrevistas preliminares poder

hacer una aproximación diagnóstica. Sin instalación del vínculo transferencial, no existe

siquiera la posibilidad del análisis. La transferencia se instala en la relación entre el

paciente y el analista (en este caso, el entrevistador) apoyada en la circulación del deseo.

Algo de esto va a depositarse en la figura del oyente, que va a ocupar algún lugar para esa

persona que habla.

Para poder hacer un Diagnóstico Diferencial en el campo psicoanalítico, es necesario poder

distinguir entre las diferentes estructuras: Neurosis, Psicosis, Perversión.

3 Lacan, J. (1966). De la vía del psicoanalista a su mantenimiento: considerado en su desviación. En: Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI Ediciones.

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e 6 E

Partiendo del Complejo de Edipo revisitado por Lacan, donde se incluyen los registros

simbólicos, imaginario y real, tres posiciones que puede adoptar un padre (funciones), tres

tipos de discurso. Philippe Julien (2002) señala que de acuerdo a como se de la relación

entre agente (como se juega el deseo y el falo), operación, objeto vamos a poder llegar a un

efecto. Es de vital importancia para un diagnóstico diferencial poder entender cómo se

conjugan estos elementos en el sujeto, ya que de esta interacción van a resultar las

diferentes estructuras: Neurosis, Psicosis y las Perversiones.

Para que cada una de las estructuras tenga cabida deben darse lugar diferentes tipos de

mecanismos de formación de síntomas, resultante por supuesto del Complejo de Edipo. Si

pensamos en Perversión, debe hacerse presente el mecanismo de renegación; para Psicosis:

forclusión del Nombre del Padre y para Neurosis, represión.

El motivo personal que me anima a seguir los principios de esta escuela, es que

entiendo al psicoanálisis como uno de los pocos lugares donde el sujeto es respetado en su

singularidad y libertad. Es un poco arriesgado usar la palabra “libertad” desde el principio.

Sabemos que en sí misma es una utopía, no obstante, el sujeto –preso en su inconsciente-

es libre. Pienso al analista como un defensor de esa libertad.

En la sesión psicoanalítica no existe más ética que la del deseo. Siguiendo a J. A. Miller4;

el psicoanalista puede dar ese “lugar de libertad” al que me refiero, debido que para ser

analista hay que estar dispuesto a rechazar el lugar del discurso del amo. Aquí Miller habla

del deseo del analista y de cuánto es necesario que el analista se encuentre abrazando un

deseo que sea más fuerte que el de ser amo:

“… el analista no puede ser siervo de ningún prejuicio. No puede estar al servicio de ninguna

finalidad superior a la misma operación analítica. No puede estar más que al servicio del deseo del

analista. No puede ser el agente de ningún discurso instituido, de ninguna identificación social. Aquí

se plantea la cuestión de saber quién puede decir: ‘Yo soy analista’.”5

Pude aplicar aquí literalmente la premisa que Freud nos dejara hace 100 años de

“abordar cada caso como si fuera el primero”: decido dejarme guiar por un oído incauto

para lograr que la curiosidad, lo que “hace ruido” y la premisa de Kuri: “dejar de

4 Ídem ant. 5 Ídem ant. Pag 16.

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e 7 E

preguntarle al paciente por la razón de sus síntomas, sino mas bien preguntarle al síntoma

sobre la razón de ese paciente”6, me guíen por los textos adecuados.

6 Kuri, C. (1999). Introducción al Psicoanálisis. México: Homo Sapiens Ediciones.

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e 8 E

3· Desarrollo.

3.1 La paradoja del comienzo: quién ayuda a quien.

En la práctica analítica, el concepto de “entrevistas preliminares” establecido por Freud

es de vital importancia. Es allí donde es posible ver si la persona que llega es permeable al

análisis. El presente trabajo, por el tiempo y cantidad de entrevistas puede ser visto con la

dinámica de las entrevistas preliminares, de hecho, considero que es la mejor forma de

situarse ya que el objetivo final del trabajo es trazar un diagnóstico diferencial, una

aproximación diagnóstica aplicando los elementos dados durante la carrera. Freud daba

como consejo tomar a una persona durante un tiempo limitado y además exhortaba a los

futuros analistas a que se le explique por qué se habrían de tomar algunas entrevistas

previas. Este tiempo servía para no generar falsas expectativas de análisis en la persona que

se acercaba al analista o médico y además para poder hacer una aproximación diagnóstica

de la persona y así ver si se podría continuar con el análisis o no.

En nuestra primera entrevista nos encontramos con la paradoja antes nombrada. No

estamos frente a una persona que demanda una escucha, sino que somos nosotros lo que

estamos en posición de demanda. Pedimos una “ayuda” para poder realizar nuestro

Trabajo Final Integrador.

O aparentemente sabe lo que le sucede y al aceptar “ayudarme” muestra un saber sobre

la psicología, algo sobre este hablar y ser escuchado conoce. Este saber va a posicionarlo en

lugar de “ayudante-hablante” y al entrevistador de “ayudado-oyente”.

Entrevistador (E): -Mi nombre es Mara Schmitman y me gustaría mucho que puedas ayudarme

con este trabajo final. Necesitaría que tengamos algunos encuentros donde hablemos de lo que vos

quieras. Este lugar está hecho para que conversemos de lo que a vos se te ocurra. De lo que vos me

digas no voy a comentarlo con nadie de la escuela ni tu familia, si vos lo querés hacer, no hay

problema. ¿Te parece?

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e 9 E

O: -No hay inconveniente. (…) Eh… no, eh… no se… ¿de qué tema?7

Cuando O acepta, lo hace con una denegación, ¿qué mejor intento de conservar algo que

se dice como no existiendo? En la edición de Amorrortu de las Obras Completas de Freud

(1925), aparece como “negación”: los contenidos reprimidos pueden llegar a tener la

posibilidad de aparecer en la conciencia, en el discurso del sujeto con la condición de que

se “deje negar”.

Es así como la denegación en psicoanálisis está ligada a la represión, lo cual nos habla

–ya desde las primeras palabras- de que podríamos estar ante una neurosis.

O ya estaba en tratamiento terapéutico antes de que comience las entrevistas conmigo,

por lo que entiendo que su “No hay inconveniente” marca la rareza en esta primera

entrevista. Es esta denegación la que va a ponernos en el lugar de “escuchadores”,

“oyentes”. En todo caso, O me ayuda a que lo escuche, pero el hecho de escuchar no es sin

cargo: O tiene un inconveniente y está dispuesto a compartirlo o al menos a comunicarlo,

por lo que pone al entrevistador automáticamente en posición de oyente. Este

“inconveniente” corresponde a un orden del que no sabemos nada. No sabemos si se

refiere a lo inconveniente de participar del Trabajo Final Integrador, al inconveniente de

hablar con una persona nueva que pide su participación o de otro orden.

La posición del entrevistador se reafirma segundos después, cuando luego de haber

aclarado que podría hablar de lo que a él se le ocurra, O pregunta “¿De qué tema?”. Se

puede ver la contradicción: O parece necesitar una guía para hablar de lo que él quiera,

necesita un tema que debe ser procurado por el Otro. Si O pregunta por un tema, ya nos

está diciendo que existe algún tema transitando, una idea, una fantasía, etc., que, por más

que esté alojado en él mismo, es el Otro quien debe decirlo, elegirlo o confirmarlo. O

llama a algún pro-vocador en cuanto a lo que encausa su discurso.

En “Introducción al Método Psicoanalítico”, Miller indica que la persona que llega a un

consultorio trae consigo una avaluación. Una persona acarrea una a-valuación, un valor,

carga, monto; que no es otra cosa que su saber sobre eso que le pasa. Al mismo tiempo va a

buscar la legitimación del oyente sobre eso que le pasa. Aparentemente es esto lo que hace

O; adherida a su pregunta empieza la queja:

7 Entrevista Nº 1. Pág. 32

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e 10 E

O: -Estoy haciendo el Bachiller ahora. Quedarme ciego fue muy duro, al principio lo sentía mucho.

Vine a la Institución, empezaron a hacerme (¿?). Tengo reacciones violentas, es un poco… yo me

defino un poco vago desde movilizarme, usar cosas. Me cuesta mucho. Para mi es difícil, no sé

porque… desde que vengo a la escuela… Me cuesta “ponerle el hombro” y desde que vine acá lo estoy

mejorando. Soy un poco lerdo.

El costo de O (que va a repetirse a lo largo de todas las entrevistas) en este caso viene a

habilitar su posición frente al oyente, el entrevistador. Entiendo que O intenta hacerme

testigo de sus quejas, busca que el entrevistador reivindique su posición “costosa”.

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e 11 E

3.2 La puesta en forma de una interlocución no simétrica: la

función del oyente.

Dentro del dispositivo analítico, las posiciones que ocupan las personas que lo forman

son actores de una puesta en escena donde las palabras son las protagonistas. Pero no

hablamos de palabras sueltas, sino de palabras enunciadas por un sujeto que quiere decir;

un oyente que posee una función, un poder y de una visión holística de esta dinámica.

Cuando hablamos de palabras dichas por una persona cabe hacer la salvedad que

estamos refiriéndonos a un discurso estructurado. Como estructura verbal, un discurso es

una secuencia coherente de oraciones. La coherencia global se define por los temas o

tópicos, estructuras gramaticales (fonología, sintaxis, semántica), el estilo, las estructuras

de la retórica (como metáforas, eufemismos), y las estructuras “esquemáticas” que definen

el formato global del discurso, como la argumentación y la narración.

Desde el psicoanálisis, el inconsciente está estructurado como lenguaje, por lo que

existe una relación de significantes: es a partir de un significante primordial que surge una

cadena. Los significantes de ésta solo adquieren sentido sobre la posición o lugar que

ocupan en esta cadena. Es así como el sentido en toda la cadena, en el texto e historia del

ser hablante, dependen de la posición y acomodación de los significantes. En la psicosis la

cadena significante no está sujetada por un S1, por lo que en lugar de discurso se habla

del “lenguaje del psicótico”.

Cuando un neurótico habla, en su discurso se hace presente el sujeto del inconsciente.

De esta manera, podrán apreciarse las formaciones del inconsciente (chistes, lapsus, actos

fallidos, olvidos, frases interrumpidas, tropiezos del discurso en general), son ellas las que

darán las pistas que deberemos seguir para poder arribar a una aproximación diagnóstica.

¿Podremos considerar el “olvido” de O de concurrir a las citas como un tropiezo del

inconsciente?

E: ¿Qué te pasó el viernes?

O: ¿El viernes?

E: Si. Teníamos que vernos acá a las tres.

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e 12 E

O: (serio) No me acuerdo. ¿No era hoy?

E: Si. Hoy también.

O: Me olvidé. 8

Para que esta situación tenga lugar dentro de las entrevistas preliminares o en el curso

de un análisis, es el sujeto del inconsciente el que va a poner al analista en una posición

precisa, va a proporcionar al entrevistador/analista lo que Lacan llama el “poder

discrecional del oyente”9. Asimismo, es el oyente quien tiene que conseguir ese saber-hacer

con ese poder y maniobrarlo de tal manera de que el dispositivo sea un lugar propicio para

que la regla de la asociación libre pueda surgir.

La regla fundamental de la asociación libre va a lograr que el discurso del sujeto

aparezca sin interrupciones ni retenciones. De esta manera, si el sujeto logra atenerse a

esta regla, tratando de decir todo lo que se le ocurra, podrá surgir (a través de lo que Lacan

llama “semántica psicoanalítica”10) el sujeto del inconsciente; objeto de estudio del

psicoanálisis. Nada sucede en este dispositivo que no pase por la función de la palabra,

todo se articula a través de ella. Y el aceite que logra que todo este mecanismo ande tiene –

casi- todo que ver con la relación transferencial.

8 Entrevista Nº 5. Pág. 48 9 Lacan, J. (1966). De la vía del psicoanalista a su mantenimiento: considerado en su desviación. En: Escritos 1. Buenos Aires: Siglo XXI Ediciones. 10 Ídem ant.

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e 13 E

3.3 La puesta en forma de la transferencia: producción de un

síntoma.

¿Qué es la transferencia? ¿Para qué sirve en el dispositivo analítico?

La transferencia es uno de los pilares del dispositivo psicoanalítico. No es del todo

correcto asegurar que es la particularidad del psicoanálisis, si no que la particularidad del

psicoanálisis es que tiende a desplegar la transferencia. Esto se da porque en la relación de

análisis se despliegan ciertos componentes que tienen que ver con el poder del Otro, con el

saber del Otro y con el deseo del Otro. Es éste el lazo entre el sujeto y el analista que se

instaura en la relación clínica.

En Freud podemos enlazar el concepto de transferencia con el concepto de repetición.

Cuando Freud habla de repetición nos da la pauta de que podemos dar cuenta de ella a

través de los puntos libidinales que han quedado fijados a ciertos representantes en el

inconsciente. Dentro del “Mito individual del neurótico”, cada sujeto vivirá de diferentes

maneras cada suceso, esto va a establecer los representantes psíquicos investidos donde el

sujeto queda fijado.

Entonces, se repite eso que insiste, eso que no ha sido reelaborado (o tramitado). Una

de las formas posibles de la repetición es el desplazamiento o falso enlace y es aquí donde

vamos a vincular ambos conceptos. El paciente desplaza este monto de afecto hacia la

figura del analista, es este falso enlace lo que va a habilitar la transferencia. Por lo tanto, la

capacidad de transferencia en la neurosis, está dada por la posibilidad de repetición.

Al ser un representante psíquico, el analista está cargado indefectiblemente con un

monto de afecto. Es uno más en el conjunto; es este encuentro con el analista, investido

por un monto de afecto, lo que va a hacer que se produzca el efecto del desplazamiento y

la transferencia. Retomaremos más adelante el concepto de transferencia, creo importante

empezar por el de repetición para dejar que decante sola la relación transferencial.

La dimensión de la repetición en O es muy importante, esta “voluntad cambio” (o será,

como lo llama Lacan “voluntarismo” que pone en evidencia tal vez un síntoma que viene a

aplastar su deseo) que O expresa se apodera de su discurso una y otra vez; ante un vacío,

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e 14 E

incomodidad o cualquier motivo surge la queja, el decir sobre la penuria que le genera

estar en su situación:

“E: - ¿Qué crees que es lo más importante de lo que dijiste hoy?

O: - Lo último. Sé que vengo y me retan, pero me retan bien. Ahora tengo que ir solo a la escuela.

Tengo que tener una fuerza única de voluntad.”11

O está muy cómodo en esa posición de repetición, en ese no moverse que solo puede

hacernos pensar en la pulsión de muerte (concepto que vaga tranquilamente entre las

palabras escritas de este trabajo desde el principio). Veamos como podemos situar algunos

ejemplos de esta “comodidad” de O:

“O: (…) Mis papás nunca me han tratado mal, al contrario siempre lucharon por mí. Mi papa

siempre me traía juguetes. Mis padres siempre fueron mi contención. El único error fue la

sobreprotección.

E: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando hablas de eso?

O: (…) Eh… comodidad. (…) Eh…hacerle esquivo a la responsabilidad. No, eh… el apego a la

crianza mía… por ahí también egoísmo.”12

O parece estar convenientemente situado en la posición de ese niño pequeño con

meningitis que sus padres sobreprotegían.

Otro momento de extrema pulsión de muerte en O es al momento de quedarse ciego:

E: ¿Cómo te quedaste ciego?

O: A los 10 años… 11… me acercaba mucho al pizarrón. Mis padres han luchado eso también. Ha

sido una guerra por no comunicarme. Los maestros veían que me acercaba mucho. Y ahí me

diagnosticaron miopía. Ahí me comenzaron a hacer estudios. Yo no decía si veía bien o no. Desde ese

momento empecé a usar anteojos. Fui a muchos oftalmólogos. Me decían que estaba bien. Había uno

que me mandaba gotas y gotas. A los 19 se me cayó el glóbulo ocular, por la miopía. Yo era rebelde,

no me ponía las gotas. Iba a veces y otro tiempo no. Este fue el primero que se me cayó. (…)

11 Entrevista Nº 2. Pág. 39 12 Entrevista nº 4. Pág. 45

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e 15 E

E: ¿Y ahí dejaste de ver?

O: Si. De ese ojo. Cuando fui al ejército me dieron de baja porque no veía bien y yo no entendía

porque. Nunca entendí.13

E: ¿Y el otro ojo?

O: Fue a los 19…

E: ¿También?

O: No, a los 28. Durante un año me trataron de reconstruir. (…) (Silencio muy prolongado).

Tuve un golpe. (…)

E: ¿Cómo fue?

O: Me fui al corso y me tiraron nieve en el ojo y alguien me golpeó y yo no dije nada. A la semana

me comenzó a doler y después se me desprendió. Trataron de reconstruirme, veía muy poco y

después… bueno… perdí el ojo. A los 7 años ya notaba, pero no decía nada. Veía más oscuro… no veía

normal.

E: (interjección) ¿?

O: Por bronca y rebeldía. (…)… hacia mi persona. Tal vez si decía era todo un problema en mi

casa, llevarme al médico… tiempo y todo eso. Era muy retobado. Trato de revertirlo. (…)

O No se hace cargo de su comodidad: prefirió perder los ojos antes que hacer algo para

impedirlo. Esto Implica una elección subjetiva radical: O elige no decir, lo cual lo

responsabiliza de su ceguera, pero a la vez “no entiende”, “no sabe”... y con eso vuelve a su

posición cómoda de no tener (quiere) que hacerse responsable.

Quizás con esto tenga que ver que no viene dos veces seguidas: realiza, en el esbozo de

transferencia, un retiro “cómodo”. O no dice, no avisa (él tenía mis números de teléfono

para avisar en caso de inasistencia) que va a faltar; al no poder ponerlo en palabras o se

quita la responsabilidad. Olvida a propósito su cita. Puedo ver esto como un sentimiento

hostil puesto en el Entrevistador, sin embargo, O no me deja.

13 Entrevista Nº 4. Pág. 47

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e 16 E

La repetición de cambio, sus quejas, aparece por momentos casi como seductoras, O

trata de agradarme y… lo logra. Hemos llegado aquí a un punto importante en nuestro

trabajo: el Engaño.

El analista aloja el engaño, trabaja con él. La palabra (lenguaje) dentro del discurso del

paciente es obstáculo y a la vez provee una viabilidad, el hecho de que sea ambigua es lo

que pone al engaño en protagonista aquí. Dice Lacan: “Por eso, desde el punto en que yo

enuncio, me es perfectamente posible formular de un modo válido que el yo que, en ese

momento, formula el enunciado- está mintiendo que ha mentido poco antes, que miente

después, o incluso, que al decir yo miento afirma que tiene la intención de engañar.”14

O nos lo deja en claro, él dice:

O: (…) Soy muy mentiroso

E: - ¿Si?

O: - Si, soy muy mentiroso, muy falso.15

Todo análisis implica la puesta en juego de la transferencia, ¿cómo podemos descubrir

la transferencia en O?

E: ¿Qué puede pasar si te rechazan?

O: Sentirme mal. Esto es tonto: cuando veo a los demás con pareja o amigos, veo que

me siento inferior. Me supera. Dirás que estoy loco… jaja… como que esa meta no la voy a

alcanzar… en mi casa también me porto mal. Genero mal ambiente. Algo debo tener.(…)

O: (…). Invitar a salir a alguien… como cuando no vine el viernes… jajaja… (Parece

sonrojarse). Trato de escaparme de la psicología como de las chicas. Jajaja... (…) ¿Qué ibas a

preguntar?16

14 Lacan, J. (1987). Análisis y verdad o el cierre del inconsciente. En: Seminario XI. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. 15 Entrevista Nº 1. Pág 34 16 Entrevista Nº 5. Pág. 51

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e 17 E

En la frase subrayada se evidencia una comparación entre el lugar que ocupa el

entrevistador y la posibilidad de una relación amorosa. Además, O no puede evitar

sonrojarse.

En la tercera entrevista puede notarse como O –por primera vez- se dirige al

entrevistador demandando una respuesta, entiendo que este cambio de posición es un

indicador transferencial:

O: - ¿Tengo que asumir lo bueno y lo malo? ¿Hay algo en mí malo?17

Gabriel Lombardi (1990) explica que toda transferencia es de amor. En un sentido

económico, el sujeto desplaza cargas libidinales hacia el analista. Transformando la una

neurosis en neurosis de transferencia. La forma en que lo podemos notar es a través de los

actos del sujeto, como por ejemplo demandas o inasistencias a las entrevistas. En el caso

que nos ocupa, puede notarse como desde un primer momento O hace una demanda

cuando pregunta al entrevistador sobre el tema del que debería hablar.

Pensar en la transferencia y sus efectos en el dispositivo analítico me llevó a reflexionar

si los actos realizados por O era un resultado de la misma. Gracias a esto recorrí el camino

que separa los efectos terapéuticos de los efectos analíticos para poder entender con

mayor precisión que estaba en juego en estos encuentros.

17 Entrevista Nº 3. Pág. 43

Page 22: Fe de erratas

e 18 E

3.4 Efectos terapéuticos · Efectos analíticos.

Puesto que en el presente trabajo se pudieron observar cambios en la conducta de O;

encuentro esencial establecer la diferencia entre efectos terapéuticos y analíticos antes de

arribar a un diagnóstico diferencial.

Hallo dos variaciones importantes en la conducta de O a lo largo de las entrevistas:

La una, entre la cuarta y quinta entrevista donde sucede algo que no puede ser pasado

por alto: O no asiste en una oportunidad a la cita pactada, falta a la entrevista. O dice

haber olvidado que teníamos un acuerdo. El olvido es pauta de represión. Freud dice que

los olvidos son consecuencia de la represión de las representaciones inaceptables para el

sujeto. O podría haber olvidado muchas cosas, pero su represión se encamina hacia

nuestra cita.

Me pregunto si este olvido de O tiene que ver con esa posición cómoda en la que se

encuentra, una posición en donde puede escapar por este “olvido engañoso” a algo de lo

que se vio enfrentado en la cuarta entrevista: el “no me marcaron”, o tal vez, el hecho de

haber relatado por primera vez la historia de su ceguera.

La otra en la séptima entrevista; en ella O expone un lado del que solo teníamos noticia

a través de su relato. Hay toda una situación de cambio de conducta, O se muestra

acelerado, ansioso, cuenta que se ha movido mucho. De pasar a una queja constante

porque “se le cae la iniciativa”18, pasa a hablar con el colectivero que lo llevaba a la

Institución, comprar algo en el supermercado y varias cosas mas.

Mis preguntas aquí se dispararon hacia varios lugares: ¿qué trata de decir O con todo

este movimiento? ¿Es mejor decir en este caso movi-miento? ¿Algo de lo que dijo O

produjo este efecto?

¿Son estos dos momentos respuestas ante efectos del dispositivo analítico? Si así lo

fuera ¿son efectos terapéuticos o efectos analíticos?

Podríamos hacer un paralelo entre el concepto de variación musical y el síntoma: en la

variación musical, sobre un esquema dado, el instrumentista va variando sucesivamente la

18 Entrevista Nº1. Pág. 33

Page 23: Fe de erratas

e 19 E

melodía original. Esta variación existe solo porque hay un lugar sobre el cual se puede

perturbar la melodía base. Con el síntoma es la misma cuestión: O puede variar todas las

veces necesarias algunas notas (síntoma), pero la partitura (inconsciente) se mantiene

inmutable. Tanto el hecho de faltar a una entrevista, como esta demostración de

movilización extrema pueden ser tomados como variaciones del síntoma. Entonces

tenemos un síntoma que es la inhibición (

Jorge Chamorro (2008) dice que se pueden diferenciar los efecto analíticos de los

terapéuticos porque los analíticos generan una división del sujeto, mientras que los

terapéuticos producen un alivio subjetivo. En el caso de O entiendo que no se ha

producido ninguna división subjetiva, si hubiera llamado antes se habría enfrentado

realmente a su división; pero lo acontecido en estas dos entrevistas podría ser tomado

como un alivio subjetivo. El alivio que le produce mantenerse en la posición cómoda de

faltar ante una situación que lo ha movilizado, como el otro extremo: el de creer en su

“voluntarismo” de cambiar su conducta. Hay, en la séptima entrevista, un intento de O de

volver al estado anterior a su ceguera; a ser la persona activa que dice haber sido.

En ese mismo texto Chamorro habla del “voluntarismo” como herramienta de aplastar

el deseo: “Es un desafío para nosotros examinar estas voluntades dado que en muchas

oportunidades el efecto terapéutico reduce lo que obstaculiza la voluntad para dejarla

libre para aplastar el deseo (…) la pregunta es si el síntoma es un obstáculo o encierra una

verdad a escuchar.”19

Me inclino en el caso de O, hacia la segunda opción: hay una verdad que debe ser

escuchada. Una verdad sobre la que el Yo no sabe nada y por eso no puede ser puesta en

palabras y es puesta en variaciones del síntoma de la comodidad y la movilización.

19 Chamorro, J. (2008). Ecos entre efectos analíticos y terapéuticos. En: XVI Jornadas Anuales de la Escuela de la Orientación Lacaniana: Variaciones de la cura analítica, hoy. La relación entre el efecto terapéutico y su más allá. (pp. 61 – 64). Buenos Aires, Argentina: Grama Ediciones.

Page 24: Fe de erratas

e 20 E

3.5 Diagnóstico diferencial.

El diagnóstico diferencial sugerido por las condiciones particulares del Trabajo Final

Integrador apunta a discriminar los elementos constitutivos de la Neurosis y Psicosis

principalmente.

Entiendo que esto encamina al futuro Licenciado a constatar las contrastes existentes

en estas dos estructuras, con el objetivo de hacer saber que (para empezar) uno no sabe

nada.

En el caso que nos corresponde, hacer un diagnóstico diferencial entre Psicosis y

Neurosis es más que suficiente para arribar a una aproximación diagnóstica.

La noción de Diagnóstico diferencial, presupone la de estructuras clínicas y cada

estructura posee un límite que no puede ser eludido. No podríamos pasar por alto un

fenómeno elemental en una entrevista preliminar, así como tampoco algún síntoma

conversivo. Todo indica que el riesgo implícito en un diagnóstico diferencial es muy alto.

Freud (y Lacan retoma esto) destaca la importancia del diagnóstico diferencial en las

entrevistas preliminares. Cuando el analista recibe una persona para ser entrevistada, el

diagnóstico diferencial realizado en un primer momento va a encaminar la dirección de la

cura.

Para poder hacer un diagnóstico diferencial necesitamos poder reconocer en el discurso

del sujeto las pistas que nos van a llevar a arribar a (en primer lugar) una aproximación

diagnóstica. El entrevistador tiene que hace de detective de lo que está ahí pero no se ve,

debe encontrar y seguir las pistas que son dispuestas el camino para arribar a una

aproximación diagnóstica.

En la Psicosis, cuyo principal mecanismo es la forclusión de Nombre del Padre, lo

primero que debemos buscar son los fenómenos elementales: ilusiones de la percepción,

ilusiones de la memoria, sentimientos de trasformación del mundo exterior, fenómenos

borrosos de despersonalización, seudo-alucinaciones, e incluso alucinaciones episódicas,

Page 25: Fe de erratas

e 21 E

delirios, alucinaciones, entre otros. El único momento donde llegué a pensar en algo

“loco” en el discurso de O fue cuando dijo:

O: “(…) Estuve en incubadora. Recuerdo que me dolía la cabeza y miraba hacia atrás (…)

Después salí adelante, evolucioné, no sé como… no me quedó ninguna secuela.”20

¿Cómo es posible que O recuerde cuando estaba en la incubadora? La respuesta llegó de

la mano de Freud: a través de los recuerdo encubridores. Según el Diccionario Laplanche –

Pontalis (1994) un recuerdo encubridor es un recuerdo infantil que posee una claridad

importante y un significado aparentemente nimio. Al Igual que el síntoma, el recuerdo

encubridor constituye una formación de compromiso entre los elementos reprimidos y la

defensa.

Esto nos lleva sin dudar a la siguiente conclusión: si hay formaciones de compromiso,

hay represión lo que evidencia la existencia del sujeto del inconsciente. Si a esto le

sumamos las negaciones realizadas por O a lo largo de todas las entrevistas, por ejemplo,

en la primera entrevista:

O: -“No hay inconveniente. (…) Eh… no, eh… no se… ¿de qué tema?”

Esta negación pone en evidencia el mecanismo de la represión. Aquella que retorna de

lo reprimido es la que produce efecto, entonces, es la represión fallida; la represión de la

cual se puede decir algo –porque “habla”- es clínicamente la fracasada, la que da lugar a un

retoño (en términos de Freud). En este retoño hay algo que quiere decirse, algo que

molesta.

En la Neurosis existe la metáfora paterna. En la psicosis es la falla esencial, originaria.

¿Cómo se ve la inscripción del Nombre del Padre en la Neurosis? Si no hubiera metáfora

paterna no habría posibilidad de que se dé el mecanismo de formación de síntoma

neurótico: la represión.

Otro punto a destacar en O es que él se pregunta y se pregunta y se pregunta y necesita

esa certeza y verificación… es justamente porque lleva hasta el límite el hecho de sostener

la división esencial del sujeto, se empuja hasta los últimos efectos para no tener que lidiar

con la idea de no estar dividido. Necesita al máximo la represión. Necesita de este tipo de

20 Entrevista Nº 4. Pág. 45

Page 26: Fe de erratas

e 22 E

pensamiento sistematizado, elíptico, reafirmativo para poder oponerse al deseo reprimido,

o mejor: del deseo como imposible, que se evidencia en la siguiente frase de O:

O: (...) Cuando fui al ejército me dieron de baja porque no veía bien y yo no entendía porque.

Nunca entendí.21

El más apegado al discurso es el neurótico. Si bien el hombre se humaniza a través del

lenguaje, no es lo mismo hablar de lenguaje y discurso. El psicótico es el más apegado al

lenguaje. Aquí está una de las diferencias fundamentales. La psicosis queda fuera del

orden del discurso, inmerso en el lenguaje, realiza neologismos. El discurso es la

articulación lógica –cultural si se quiere- del lenguaje. La neurosis lo logra, la psicosis no.

El discurso de O tiene la particularidad de ser repetitivo, insistente. Arriesgo un poco más

aquí y digo: el obsesivo vuelve a lo mismo por una necesidad de corroboración, de

reaseguramiento. En las entrevistas podemos corroborar sólo con leer las primeras páginas

como el sujeto tiene ese discurso elíptico, abrumador.

En la estructura de la neurosis obsesiva la duda ocupa un lugar primordial en el

discurso. El sujeto se pregunta “¿Qué estoy haciendo aquí?, ¿lo que estoy haciendo será lo

que debo hacer?, ¿qué estarán pensando los otros de mí?, ¿estaré haciendo bien las cosas

que estoy haciendo? La duda en el obsesivo, en las entrevistas o sesiones se traspone en un

debate. El sujeto quiere al Otro solo como una escucha, no quiere a un “entrometido”. Él

se cuestiona y se responde. No deja al otro que se meta con su “cuestión”. Si el otro

cuestiona peligra esa elipsis cerrada, es el discurso reafirmativo del obsesivo, peligra el

hecho de que deje de alimentar su deseo imposible. El lugar donde se inscribe el síntoma

del neurótico obsesivo es en el pensamiento.

El Obsesivo conoce el texto de las representaciones obsesivas que lo atormentan, y no

solo las conoce si no que no concede demasiado lugar a ser ayudado. Creo que este punto

es fundamental, porque como hemos visto, O es demandado. Es el entrevistador quien

solicita ayuda, lo cual deja a O en una excelente posición de saber. O no pregunta, él

afirma con sus preguntas.

Esto puede verse claramente cuando O hace preguntas retóricas:

21 Entrevista Nº 4. Pág. 47

Page 27: Fe de erratas

e 23 E

E: - ¿Confianza?

O: - En mí. El miércoles estaba ansioso porque no me fui a una semana a la escuela. Cuando uno

es grande, uno ya no está contento. A mí me gusta aprender, me da ansiedad volver a estudiar, es

desbordante.

E: - ¿Desbordante?

O: - De alegría. Me gusta. Aparte me cuesta la coordinación, caminar derecho… ¿Tiene que ver

con lo emocional? (…)

E: - Y… las emociones son parte nuestra…

O: - Y si! Y uno debe relajarse también. Y salir a caminar no me gusta. Mi mamá quiere que

salgamos pero a mi me cuesta. El otro día noté que salir solo a mí me cuesta. ¿Será que me pegué

mucho a mis padres o profes? (…)

E: - No se…

O: - Yo creo que sí. Hasta ahora, si no me marcan algo soy muy inseguro… me mando macanas,

cagadas (risas). Yo vine al mundo para estar marcado.

Arriesgo un poco más:

En cuanto a la relación del neurótico obsesivo con su cuerpo: O no me toca en ningún

momento, evita todo contacto, ni siquiera lo hace por error, mide cada paso, se pone

nervioso alrededor mío.

El síntoma obsesivo no enlaza los cuerpos; más bien, los aísla.

Page 28: Fe de erratas

e 24 E

3.5.1 Conclusión.

Aproximación Diagnóstica

Teniendo en cuenta que el entrevistado:

• Utiliza el mecanismo de la represión. Lo cual nos indicaría la posibilidad de una represión

fundante.

• Su lenguaje está organizado gramaticalmente, por lo tanto es discurso.

• El discurso presenta formaciones del inconsciente: recuerdos encubridores, olvidos,

negación, escansiones.

• Síntoma: engaño-inhibición.

• Hace lazo social: transferencia, relación con docentes, pares y familiares.

Lo antedicho nos lleva a inferir que se trata de un sujeto donde el Edipo ha dejado su

marca. Por lo tanto la aproximación diagnóstica es: neurosis.

Si además, sumamos que:

• Discurso elíptico.

• Las dudas predominan en el contenido discursivo.

• Mantiene una distancia prudente entre los cuerpos.

• Deseo imposible.

• Sujeto de demanda.

Se infiere entonces, la modalidad obsesiva dentro de la neurosis.

Page 29: Fe de erratas

e 25 E

4· Autocrítica.

La parte “autocrítica” de una tesis tiene que ser la más difícil de escribir. Esto no es un

mandato, pero no encuentro una palabra más dolorosa que “tiene que”. La autocrítica nos

obliga a enfrentarnos a eso que no queremos ver.

Aunque nos pasamos escuchando a nuestros profesores decir durante toda la carrera

“Ya lo van a entender”, “esto no es tan fácil” o el famosísimo “ya les va a caer la ficha”.

Cuando llegamos a la instancia de tesis también nos dicen que es “un trámite” y se hace

rápido.

Queridos Catedráticos: ¿por qué eligieron el final de mi carrera para ponerse piadosos y

mentir? La tesis no es fácil. Y la autocrítica nos atraviesa con la barra castradora con el

peso del nunca-se-sabe-nada. Freud dijo: “abordar cada caso como si fuera el primero”.

Muy bien, este podría resultar el primer caso con la diferencia de que el know-how no

existe, tampoco existe la posición del analista, no hay interpretaciones, no hay una

escucha experimentada.

De repente la situación se reduce a un estudiante de psicología que escucha a alguien

que le habla. Y solo eso. Creo que lo más difícil de entender para mí en el proceso de mi

tesis es que era solo eso. Alguien escucha, alguien habla.

Alguien escucha:

La premisa de la Universidad sobre el inicio de las entrevistas en su momento fue un

orientador. Nos aferramos a esas líneas como salvavidas.

Mi nombre es Mara Schmitman y me gustaría mucho que puedas ayudarme con este

trabajo final. Necesitaría que tengamos algunos encuentros donde hablemos de lo que vos

quieras. Este lugar está hecho para que conversemos de lo que a vos se te ocurra. De lo que

vos me digas no voy a comentarlo con nadie de la escuela ni tu familia, si vos lo querés

hacer, no hay problema. ¿Te parece?

Ése es nuestro caballito de batalla al que miramos casi sin entender, pero sabiendo que

hay que usarlo. Somos los indios con la corbata en la mano haciendo esfuerzos

Page 30: Fe de erratas

e 26 E

sorprendentes para no ahorcarnos. Sin embargo en mi caso, yo sentía que algo de esto del

“nudo de la corbata” tenía claro.

Es imposible saltear lo que es de saber popular: mi madre es psicoanalista, yo estaba en

análisis hace un par de años. ¡Algo de todo esto debía servir! Considero uno de mis errores

mas tempranos la elección de un tutor. Mis opciones siempre fueron: mi analista, mi

madre o una amiga de ella; me costó darme cuenta que la endogamia a la hora del

aprendizaje no iba a servir de mucho.

Por suerte encontré una tutora que pude escuchar y que me mostró (pasado el

momento de las entrevistas) que estaba extremadamente perdida y sobre todo me enseñó

a valorar el hecho de perderme. Cuando uno está perdido necesita prestar atención a

muchas cosas… casi como una atención constante (¿flotante?) para poder ver qué surge

entre todo lo que “vemos”, un andar a tientas

Hacer la tesis significa perdernos por completo entre lo que creemos que sabemos.

Cuando empecé la residencia en la Institución donde entrevisté a O, recuerdo haberme

angustiado mucho ante la idea de sólo poder escuchar, sin interpretar, sin entrometerme.

La primera idea que tuve fue tratar de aplicar algo de la Terapia Psicoanalítica de Fiorini:

la estructura de foco; la cual fue descartado por cuestiones de relación tiempo-técnica.

Intentos como ése tuve varios. Todos erróneos. No podía entender que no iba a generar un

cambio en O. La identificación a mis profesores y familia no me dejaba en paz.

Hubo muchos momentos donde no pude escuchar a O, solo me limitaba a escribir todo

lo que decía, todo sonaba importante. Es por ese motivo que desaproveché oportunidades

de identificar los significantes que estaban ante mí. Un ejemplo de ello se ve en la primera

entrevista:

O: -Estoy haciendo el Bachiller ahora. Quedarme ciego fue muy duro, al principio lo

sentía mucho. Vine a la Institución, empezaron a hacerme (¿?). Tengo reacciones violentas,

es un poco… yo me defino un poco vago desde movilizarme, usar cosas. Me cuesta mucho.

Ya no puedo volver el tiempo atrás y ver que significa ese “hacerme”, no puedo

interpretarlo, no puedo señalar ese significante (¿?), el momento pasó y yo solo me

restringí a escribirlo en mi cuaderno de notas. Como éste hay muchos ejemplos, muchos

momentos donde no pude estar a la altura del discurso.

Page 31: Fe de erratas

e 27 E

Por momentos estuve cansada, sin poder seguir el hilo de la conversación y me

encontraba perdida en recuerdos de mi análisis pensando en qué hubiera hecho mi

analista en mi lugar. Tratando de reaccionar como ella, dejando de lado la especificidad

del sujeto frente a mí.

Por miedo a faltar el respeto a la persona delante de mí, exageré el cliché sobre el

analista. Me encontré por momentos poniendo “caras” para ver cómo reaccionaba O. Me

vestía para él, me movía despacio. Al final de ésta tesis (ayudada por los consejos (y risas)

de mi tutora) empecé a ver de qué se trataba esto de la contratransferencia y del deseo del

analista.

Me encontré que no se sobre el tema, pero más importante: nada tiene que ver con lo

que yo pensaba. No puedo decir todavía de qué se trata, pero confío que voy a poder

lograrlo en algún momento.

Alguien habla

Si había algo seguro en esas siete entrevistas es que O estaba allí para hablar. Para

hacerse escuchar. Yo, en cambio estaba allí para hacer un diagnóstico diferencial.

En apariencia, hacer un diagnóstico diferencial depende de cuestiones casi

matemáticas. Por ejemplo: si hay fenómenos elementales estamos ante una estructura

psicótica. Pero en el momento donde buscaba la bibliografía recomendada, surgían dudas.

Por momentos me encontré dudando de todo, ya nada de lo que O decía pertenecía a

ninguna estructura y casi como por arte de magia, segundos después era perfectamente

neurótico.

Me dispersé mucho (por motus propio) en la lectura, salí de la bibliografía de las

cátedras y leí libros que (si bien nunca son una pérdida de tiempo) no aportaron nada a

mi tesis.

Temí demasiado hacer alguna intervención y cuando la hice (o lo intenté) no supe

interpretarla, no pude leerla. Todavía no puedo saber a qué se refiería O, solo puedo

sospecharlo:

E: ¿Cómo dirías que es tu familia?

Page 32: Fe de erratas

e 28 E

O: No, muy buena, me brindan todo. Hasta por ahí… yo exagero, abuso. Uno cuando

crece… ¿uno tiene que aceptar el destino?

Tal vez el error de mis padres… no me marcaron.

E: ¿”No me marcaron”?

O: ¿Qué?

E: ¿”No me marcaron”?

O: Aceptar el destino… (…) eh… (…)

E: ¿”No me marcaron”?

O: (…) Eh… (…)

E:”No me marcaron”

O: Aceptar por ejemplo... Esta vida. Porque a mí me toca esto o al otro así… Miro

mucho a mis hermanos, ellos son felices y a mí me cuesta. (…)

E: “No me marcaron”

O: Tomar la vida sin quejas y poniendo excusas. Mis hermanos yo veo que no. (…)

E: (…)

O: (…)

(…)

En el momento pareció apropiado, pero ni siquiera puedo decir que lo hice con

intención de saber exactamente de qué estaba hablando O. Yo estaba enfurecida con O, él

me cansaba, me agotaba.

No soportaba los silencios y cuando traté de hacerlo me incomodaba, en el tiempo en el

que surgieron debí aprovecharlos y no lo hice.

Page 33: Fe de erratas

e 29 E

Tengo que admitir que O me enseñó mucho, y sobre todo me enseño que lo que se

sobre el dispositivo analítico es insignificante. Es por este motivo que creo que lo correcto

en mi tesis fue tratar de hacer un diagnóstico diferencial basado en lo esencial que

encontré de las estructuras y no en todo lo que podría saber sobre ellas.

Alguna puntualizaciones:

“O: Al mes, porque yo no mamé, solo tomaba mamadera. Estuve en incubadora. Recuerdo que

me dolía la cabeza y miraba hacia atrás (…) Después salí adelante, evolucioné, no sé cómo… no me

quedó ninguna secuela. Así fui creciendo después vinieron mis hermanos. Como era el primero me

mimaban. Yo era celoso de mis hermanos. Pero era un celo normal. Mis papás nunca me han tratado

mal, al contrario siempre lucharon por mí. Mi papa siempre me traía juguetes. Mis padres siempre

fueron mi contención. El único error fue la sobreprotección.

Me abstuve demasiado de preguntar, tal vez, sobre esos recuerdos de incubadora, o

sobre los celos “normales”. Me abstuve demasiado en la práctica de las entrevistas en sí y,

creo que el error más importante fue haberme dispersado tanto en la lectura.

Si bien entiendo a estos errores como típicos de los “principiantes”, espero –de algún

modo- poder aprovecharlos para seguir aprendiendo, caso a caso, libro a libro.

Page 34: Fe de erratas

e 30 E

Bibliografía.

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Page 36: Fe de erratas

e 32 E

Anexo.

A nexo.

Page 37: Fe de erratas

e 33 E

Primer Entrevista.

La Psicóloga de la Institución nos lleva a O y a mí a una sala donde podamos estar

cómodos, sin tanto ruido de las demás aulas. Subimos una escalera y entramos al salón.

Nos sentamos, yo elijo la silla próxima a un pupitre y O se sienta azarosamente frente a

mi. La Psicóloga de la Institución, le pregunta a O si estaría dispuesto a ayudarme a

realizar el Trabajo Final Integrador a lo que éste responde “No hay inconveniente”. En ese

momento comienza la primera entrevista:

Entrevistador (E): -Mi nombre es Mara Schmitman y me gustaría mucho que puedas

ayudarme con este trabajo final. Necesitaría que tengamos algunos encuentros donde

hablemos de lo que vos quieras. Este lugar está hecho para que conversemos de lo que a

vos se te ocurra. De lo que vos me digas no voy a comentarlo con nadie de la escuela ni tu

familia, si vos lo querés hacer, no hay problema. ¿Te parece?

O: -No hay inconveniente. (…) Eh… no, eh… no se… ¿de qué tema?

E: -De lo que vos quieras

O: -Estoy haciendo el Bachiller ahora. Quedarme ciego fue muy duro, al principio lo sentía

mucho. Vine a la Institución, empezaron a hacerme (¿?). Tengo reacciones violentas, es un

poco… yo me defino un poco vago desde movilizarme, usar cosas. Me cuesta mucho.

Para mi es difícil, no sé porque… desde que vengo a la escuela… Me cuesta “ponerle el

hombro” y desde que vine acá lo estoy mejorando. Soy un poco lerdo.

E: -¿En qué?

O: - En transmitir, en ordenar las actividades, en realizar. Copio todo, pero me doy cuenta,

(toma mi cuaderno y me muestra en él) un pedazo por aca, otro por allá… no me doy

cuenta.

E:- ¿Porqué pensás que haces eso?

O: - Yo no le encuentro sentido. Duermo hasta tarde, no lo puedo superar. Hay días que

estoy muy enojado. Empecé a los 6 años.

Page 38: Fe de erratas

e 34 E

E: - ¿A qué?

O: - A ir al colegio. A tener responsabilidades. Vivo muy encerrado, no salgo a caminar.

E: - ¿Porque pensás que te pasa eso?

O: - Antes de ser ciego ya me pasaba. Puede ser una rebeldía mía. Puede ser que mis padres no

me marcaban. Yo tuve todo. Tuve meningitis y a raíz de eso me mimaban. Hasta los 6

años.

E: - ¿Y qué pasó a los 6 años?

O: - Empecé la escuela. Yo torcía el lápiz, (lo muestra con mi birome) así... ¿ves? Por eso repetí

primer grado. Era un peso. Era muy pesumbroso, yo extrañaba mucho mi casa. Siempre

tendí a recluirme. Me cuesta encontrar personas, amigos... Para distraerme. Yo no estoy de

novio. Nunca estuve de novio. Yo veo que en los demás es rutinario, fácil, irse de viaje…

casarse. (Piensa) ¿Cómo se dice?

E: - Como te salga…

O: - (piensa) Se me cae la iniciativa, el ego (…) Todo me lleva mas tiempo que a los demás.

Ahora estoy mejorando. (Silencio) Trabajar también me ha costado, siempre fue

dificultoso. Si hay que hacer algo lo hago, pero me cuesta mucho (silencio). Hay días que

amanezco mal… mal humor. Yo se que el esfuerzo tiene que salir de mi, con esta

discapacidad que tengo. Ahora los miércoles yo vengo solo y me hace bien. Me cuesta

movilizarme, ponerle ganas, iniciativa. Ya viene conmigo. Siempre tuve esa dificultad. No

soy,… me cuesta ser activo.

E: - ¿Vos porque pensás que te cuesta?

O: - Hay un desaliento a vivir, a enfrentar la vida (muestra una actitud vergonzosa y se ríe

disimuladamente)

E: - Podes decirme lo que quieras…

O: - hay días que siento que vine al mundo obligado, que yo no quería venir… siento eso

porque todo me cuesta. Inclusive barrer. Lo único que disfruto es escuchar radio y leer.

Page 39: Fe de erratas

e 35 E

Leo muy bien. Mis hermanas me dicen: “cuando estés solo no se qué vas a hacer”, “vos sos

un vago”. Me cuesta ir al almacén.

E: - Parece que tenés ganas de tener ganas.

O: - Hay veces que sí. Ayer, por ejemplo, no. “Si yo no lo hago, nadie lo va a hacer por mi”,

siempre me dicen eso en mi familia. Salir, buscarme amigos. Entablar amistades. (Silencio)

Mi mamá me dice que me vaya a una iglesia y a mi me cuesta. Fui un par de veces a la

Iglesia Evangélica; pero me cuesta, me cuesta hablar con alguien. Yo no hablo mucho. Me

cuesta entrar en confianza. Me cuesta mucho conectarme con la otra persona. Soy muy

mentiroso (sonrisa seguida de unos segundos de silencio)

E: - ¿Si?

O: - Si, soy muy mentiroso, muy falso. Yo quiero que todos vengan a mi casa, pero yo no voy

a la casa de los demás. Por ahí siento que estoy pagando una culpa, de que a alguien le

hice mal, no estuve cuando me necesitaban. Menos con mi abuela, yo la quise mucho a mi

abuela. Yo iba a su casa. No se si soy malo o hay algo dentro de mí malo. Mi familia me

dice: “vos estás ciego y necesitas de los demás”. Lo mío es desconcertante. (Silencio) Hay

cosas que no resuelvo.

E: - ¿Cuáles?

O: - Casarme, si estuviera casado sería un desastre con los hijos, me cuesta trabajar (risas). No

es que no me gusta, pero es dificultoso; no es como las personas normales. Siempre algo

va a salir mal.

En el colegio también. Me echaron de varios colegios. Ahora ya no estoy en edad de

abandonarlo. Quiero recibirme., quiero usar bastón. Tengo muchos errores. Trato de

reformarme y mejorar.

Todo ha sido mi conducta, tengo una conducta no muy buena. No pienso.

E: - ¿Cómo es eso?

O: - Entre lo bueno y lo malo. Me reta la profesora, siempre me salgo con la mía. No se

porqué. Ahora es mucho más.

Page 40: Fe de erratas

e 36 E

E: - ¿Qué crees que es lo más importante de todo lo que dijiste?

O: - ¿De todo?

E: - Si

O: - Yo rescato el interior mío, que hay cosas negativas y positivas. Yo tengo una batalla

interior entre el bien el mal.

E: - Bueno O, vamos a seguir charlando sobre eso entonces la próxima vez que nos veamos,

¿te parece?

O: - Si, no tengo inconveniente.

Page 41: Fe de erratas

e 37 E

Segunda Entrevista.

La segunda entrevista –al igual que la primera- se llevó a cabo en la Institución a la que O

asiste semanalmente. O parecía muy ansioso, en cuanto escuchó mi saludo se levantó de

su asiento y se alejo de los demás compañeros precipitadamente. Sonriendo se dirigió

hacia mi y esperó a mi lado las indicaciones para movernos. Nos dirigimos a un salón

desocupado.

Antes de comenzar la entrevista le pregunto si podría venir mas de una vez a la semana a lo

que accede gustoso. Pide mi número telefónico para avisarme en caso de que no pueda

asistir al próximo encuentro.

Luego de estas aclaraciones se producen algunos segundos de silencio y O comienza a hablar:

O: Bueno…eeehmmmm… bueno, como te estaba contando… soy muy desorientado, tengo

problemas para orientarme. Me cuesta despegarme, asumir responsabilidades. Tengo

bronca y miedo.

E: ¿Cómo es la bronca y el miedo?

O: Bronca para soltarme. Me dejan solo, es hacia el profesor, hacia todo. Me cuesta luchar

por mí mismo, ir del hecho a la práctica. Para estudiar, antes me costaba mucho. Antes me

iba y nadie me decía que hacer. … Es una carga.

E: ¿Qué es una carga?

O: Realizar lo común de cada ser humano, distraerme, salir a la calle, sensibilizarme, es muy

difícil. Eso me lo recalcan los profesores. Hablar me cuesta.

E: - Conmigo parece que no te cuesta mucho…

O: - Será porque tengo predisposición y quiero descargar. Me subo al colectivo y no lo hablo

al chofer; es como que quiero que otro haga eso.

E: - ¿Cómo sería? ¿Para qué crees que te gusta que lo demás hagan todo por vos?

Page 42: Fe de erratas

e 38 E

O: - No le encuentro un porque. Será que siempre fui muy sobreprotegido. Agarré una mala

maña, por eso sufro. Hoy mi realidad es otra.

E: - ¿Cómo es?

O: - Mis papás no se plantearon que no debo estar sobreprotegido y yo no lo he asimilado, o

no me lo han hecho asimilar. Yo me enojo mucho, me pongo violento o nervioso los

sábados cuando estoy aburrido… se que tengo que hacer yo las cosas, que nadie las va a

hacer por mi.

(Interrupción de una Maestra Especial. Ambos nos mantenemos en silencio hasta que la

Maestra se retira)

O: - …pero, y bueno, eso es lo que a mi me cuesta. Me acostumbré que por ahí me retan.

(Nueva interrupción, debemos cambiarnos de salón. En el nuevo salón O se sienta

rápidamente y automáticamente empieza a hablar)

O: - He sido, siempre fui cerebro duro… no muy inteligente. ¿Será que venimos con eso?

E: - No se… ¿Vos que crees?

O: - Te planteo esto porque tengo dos sobrinos… no los califico de normal o anormal. Uno

llora y es inquieto, lo llevaron al doctor y no tiene nada. Algo de mi tiene.

E: - ¿Qué crees que tiene?

O: - Carácter podrido. Amén de que a veces tiene gases y llora. Siempre esta muy tenso, yo a

veces también. Como que el no se ambienta. Es como si… es difícil explicarlo…

E: - Tratá…

O: - Siento que yo fui así, en el interior, que me costó adaptarme en este mundo. Mi hermana

dice que “esta ojeadito” y a mi también me pasó. Algunos venimos a este mundo… sin

querer venir. El otro sobrino es tranquilo. Pero yo soy igual al otro. Creo que mis padres al

ver esto me sobreprotegían y yo me aproveché de eso. Hay algo que no me gusta de este

mundo. Esta siesta mi hermana estaba tratando de calmarlo y yo me río por dentro

porque se que no va a poder.

Page 43: Fe de erratas

e 39 E

E: - ¿Qué es lo que no te gusta de este mundo?

O: -Yo soy igual a él, el otro chiquito es lo contrario pero normal. Yo era así… por ejemplo: yo

ya debería andar bien, las profes me dicen: “ya no te digo mas nada” y ahí yo me siento

como ese bebé. Todo me cuesta, pero a veces es posible encontrarle la solución. Me cuesta

aceptar los cambios.

E: -¿Cuáles son esos cambios?

O: - Que tengo que tener otra etapa de mi vida, integrarme, caminar solo, crecer un poco. Yo

me culpo de que no crezco mentalmente…

E: - ¿Cómo es crecer mentalmente?

O: - O sea… yo repito siempre lo mismo o hago lo mínimo… hay días de atraso…

E: - ¿Cómo son esos días?

O: - Cuando me cuesta moverme. No doy la importancia que debo darle. Pienso en lo

negativo, no en positivo… no aplico.

E: - ¿Mh? (Interjección)

O: - ehmm… lo enseñado, asimilo pero no las aplico,… y eso va en mi contra. Más ahora con

la discapacidad. Aunque ahora estoy mejor, me estoy afianzando mas a los cambios; pero a

mi siempre me ha costado realizar algo por si mismo… soy inseguro.

E: - ¿Tu familia nota esto que me decís?

O: - Si…si… … (Duda)… Si. Pero también… pasa que… todos tienen sus problemas. Me lo han

dicho miles de veces y han tratado de ayudarme y yo no lo he asimilado. Parte de mi padre

y hermanas está en mí. Ellos me pueden ayudar, pero no lo hago yo ellos no pueden

buscarme una solución. Me dicen: “Esta es tu vida, es lo que vos querés”…

E: - En la vez anterior que hablamos a mi me quedó una duda… vos me hablabas sobre una

lucha interna…

Page 44: Fe de erratas

e 40 E

O: - Si. Entre lo bueno y lo malo, es parte de lo que te contaba… como el bebé. Ese bebé lucha

contra su carácter. Yo tengo algo como eso… que no me gusta como son las cosas de esta

vida, pensar en positivo. Tengo días malos.

E: - ¿Como sabés cuando es un día malo?

O: - Desde el comienzo… cuando me levanto con predisposición de nada. Vienen hasta mi

sobrino y yo lo ignoro. Lo vivo interiormente. Es mi sangre, es pariente. Pero sí, tengo esa

lucha interna y me asombra que a este bebé le pase lo mismo. Esta 25, 30 minutos

calmado y después le vuelve. (…) Escuché en la radio, que la felicidad es en los momentos.

Tengo la idea, a veces, de que todo es bueno… o todo es malo y en realidad es el interior de

uno.

E: - Bueno O,… (Me interrumpe abruptamente)

O: - Ahora en estos tiempo, me estoy alimentando mas la voluntad en el día a día.

E: - Vamos a vernos el viernes…. (Vuelve a interrumpir)

O: - Antes yo no iba a venir. Yo podía estar charlando con vos, haciendo otra cosa, pero ahora

trato de vencer mis errores.

E: - ¿Qué crees que es lo mas importante de lo que dijiste hoy?

O: - Lo último. Se que vengo y me retan, pero me retan bien. Ahora tengo que ir solo a la

escuela. Tengo que tener una fuerza única de voluntad.

E: - Bueno O. Nos vemos el viernes entonces…

O: - Bueno.

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e 41 E

Tercer Entrevista.

Llego a la Institución a la hora pactada con O, él ya estaba allí hacía 15 minutos

esperando sentado. Oye mis pasos y se para. Lo saludo, me saluda. Pido un salón

desocupado a la secretaria y ésta me asigna el gabinete psicopedagógico. Entramos.

O: - Hace calor, ¿no?

E: - Un poco. ¿Tuviste problemas para que te traigan una hora antes?

O: - No, pero a mi papá se le pinchó la moto y me trajo en bici. Yo quería venir solo en

colectivo, “te vas a matar” me dice mi papá. Él trabaja en el cementerio. Se le pincho la

moto y me tuvo que traer en bici. “Depende de vos” me dicen. Me cuesta, me choca. Vivo

desconcentrado… por ejemplo: el lunes me fui a la escuela (saca una carpeta de su mochila,

la abre). Yo se que pongo bien la hoja… escribí del otro lado, ves? Le traje hoy para que el

lunes no le de el ataque a la profe. Yo siento que lo hago inconsciente, yo vivo acelerado,

eso lo noté ahora.

E: - ¿Mas o menos desde cuándo?

O: - Desde que me quedé ciego, desde que vine a C.

E: - Que grande tu carpeta!

O: - Si, yo voy a la 26 (me da indicaciones exactas y correctas del lugar donde está situada la

Escuela Nº 26). Antes de perder la vista iba, en el 91… y después dejé y ahora retomé. Yo

pienso, ¿por qué a mí?... ¿Porque a mí me pasa esto? (pregunta dirigida)

E: - ¿Vos que crees?

O: - Yo calculo por mi aceleración, cometo errores… Me concentro en una sola cosa. No me

aseguro. Por ejemplo: esto de mirar si esta bien la hoja… No se si es un poco… cierta…

rebeldía interior mía, hay una parte que no acepta lo bueno… el esfuerzo. Yo antes no era

de esforzarme en estudiar.

E: - ¿Antes? ¿Cuándo?

Page 46: Fe de erratas

e 42 E

O: - Cuando veía. Me costaba. Me cuesta estar concentrado.

E: -¿Cómo es eso de que te cuesta estar concentrado?

O: - Soy muy ansioso, quiero hacer todo muy perfecto, si me sale mal me pongo nervioso y

violento. Lo único que he mejorado es en esto (señala la carpeta). Leo y escribo muy bien.

Hay errores que para mi están bien y para la profesora están mal. Dice que debo mejorar la

caligrafía. Pero yo entiendo mi escritura. También tuve mis fallas. Era feo.

E: - ¿Qué era feo?

O: - Aprender esto. Yo me fui a aun Instituto en T. Era aislado. No manejaba bien el bastón.

Ahora mejor… y ahora leo y escribo para mi… sobresalí. Me siento superado. La profesora

tal vez no entiende lo que yo escribo. (…) Ahora noté con esta profesora que me bloqueo

cuando me grita.

E: - ¿Las profesoras de acá o de la escuela?

O: - Pero no la culpo… yo soy el que me bloqueo. Tuve un retroceso. No sé si me hace bien. A

(profesora) no me grita, solo me dice cosas. Yo me bloqueo… a la noche voy a inglés y

escribo bien, rápido… tal vez tiene que ver con las personas. Yo con la profe de inglés me

siento bien, ella es joven (risas) y cariñosa. Yo no sé si me bloqueo o qué. Como yo era muy

mimado, tuve meningitis, no fui al jardín, era el primer hijo. Yo primer grado repetí

porque torcía el lápiz y la maestra me forzaba la mano y yo lloraba. (…) Lo que tengo es

miedo, no tengo “autoconfianza”.

E: - ¿Confianza?

O: - En mí. El miércoles estaba ansioso porque no me fui a una semana a la escuela. Cuando

uno es grande, uno ya no está contento. A mí me gusta aprender, me da ansiedad volver a

estudiar, es desbordante.

E: - ¿Desbordante?

O: - De alegría. Me gusta. Aparte me cuesta la coordinación, caminar derecho… ¿Tiene que

ver con lo emocional? (…)

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e 43 E

E: - Y… las emociones son parte nuestra…

O: - ¡Y si! Y uno debe relajarse también. Y salir a caminar no me gusta. Mi mamá quiere que

salgamos pero a mí me cuesta. El otro día noté que salir solo a mí me cuesta. ¿Será que me

pegué mucho a mis padres o profes? (…)

E: - No se…

O: - Yo creo que sí. Hasta ahora, si no me marcan algo soy muy inseguro… me mando

macanas, cagadas (risas). Yo vine al mundo para estar marcado.

E: - ¿Marcado?

O: - Si. ¿No estaré haciendo algo mal? (…)

E: - (…)

O: - Me siento bien cuando alguien me está marcando las dificultades… no sé si soy medio

masoquista o tengo tendencia a eso (risas)

E: - Hablemos un poco mas sobre el tema del movimiento…

O: - Esa dificultad… porque yo fui al Instituto en T… Tal vez fue un error de ellos… yo estaba

toda la tarde encerrado. Aca ya es culpa mía. Es cierta inseguridad. No se si

acostumbramiento a que me lleven, a estar del brazo del otro…

E: - No entendí… ¿te gusta o no estar del brazo de otro?

O: - Si, me gusta. Solo me bloqueo.

E: - Y eso de bloquearse…

O: - Me cuesta concentrarme, me cuesta caminar mas de dos cuadras, voy totalmente

desconcentrado. Me olvido que tengo oído. Si yo me concentrado no tendría esta

dificultad. Salvo cuando vine con M (Prof. De Educación Física)… una vez me perdí, no me

dijo nada… perdí la senda y después la encontré. En esta zona ando bien, lo que me cuesta

es la entrada a mi casa.

Page 48: Fe de erratas

e 44 E

E: - ¿Cómo es la entrada de tu casa?

O: - La vereda está bien, hay un pasillo y un hall, siempre me pierdo en ese hall. Yo ir derecho

me cuesta… no coordino. No se si es desconcentración… ¿es?

E: - No lo sé…

O: - Pero de lapsos chiquitos, no largos… como me pasa con la hoja. Hoy mejoré con cruzar la

calle, antes yo me largaba nomás. Después de alejarme de mi referencia, será porque me

pongo nervioso. Cuando me pierdo me alboroto. Hay una escuela acá cerca y siempre me

meto ahí sin querer. Cuando subo al colectivo también, no saludo. Me cuesta.

E: - Bueno O. Vamos a dejar aquí por hoy y nos vemos el Miércoles.

O: - ¿Tengo que asumir lo bueno y lo malo? ¿Hay algo en mí malo?

E: - Vamos a dejar esas preguntas suspendidas hasta que nos veamos… el miércoles vamos a

charlar sobre eso… ¿si?

O: - Bueno.

Page 49: Fe de erratas

e 45 E

Cuarta Entrevista.

La cuarta entrevista se realiza en un salón de la planta alta. Entramos, encendemos las

luces:

O: Tuve insomnio. Cuando me pasa me levanto mal. Me cuesta levantarme. Me despierto de

mal humor. Igual algo pude dormir. (…)

E: Sería interesante saber un poco sobre tu familia. ¿Por donde te gustaría comenzar?

O: Por mis padres. Se casaron hace 45… 46 años. A ver… yo tengo 38…

E: Me habías dicho 36…

O: No, yo tengo 38… jajaja (…)

E: Te escucho

O: No, bueno… se casaron y me tuvieron a me a los 17 año mi mamá y a los 20 mi papá. Mi

papá es gasista… lo aprendió de joven. No hizo estudios secundarios. Hizo solo hasta 6to

grado. Ellos eran muy pobres, vivían en Tirol y se vinieron al Chaco. (…) Tengo calor… ¿el

ventilador se puede prender?

E: Si. (Enciendo el ventilador). Voy a cerrar la ventana, hay mucho ruido. (Cierro la ventana)

O: Me gusta escuchar música. Grabo Cds. En mi casa se quejan de que estoy siempre

haciendo eso. Además estudio y leo mucho. Me viene ese aceleramiento, esa ansiedad.

Pero me cuesta a veces… (…) ¿???

E: Hablábamos de tu familia.

O: Mi abuelo era municipal y cuando murió mi papá quedó solo con mi mamá y terminó la

primaria. (…)

E: ¿No era que hizo hasta 6to grado?

O: (…) No, hasta 7mo, creo. Después se encontró con un señor que reparaba

electrodomésticos. El aprendió mirando. Después conoció a mi mamá y se casaron.

Page 50: Fe de erratas

e 46 E

Tuvieron que buscar una casa y le hablaron de una zona cerca del Río N. ahí me

empezaron a criar. En el ’81 había un tío que cuidaba el cementerio y le dijo que vaya y

que lleve sus papeles. También trabajó en obras… en empresas de construcción… y gas. Era

muy sacrificado, tuvo esa suerte de quedarse en el cementerio. Hasta que quedó efectivo.

Hace de todo… (…) después vinieron mis 6 hermanos: Primero yo, después M (varón), S

(mujer), A (mujer), M (mujer) y C (mujer)… Fueron naciendo todos de a uno. Nos criamos

todos en esa casa. No hubo mellizos. Yo tuve meningitis. Estaba ojeado, miraba para atrás.

Mi sobrino es ojeado, pero no tiene meningitis. Fue leve porque me agarraron a tiempo.

E: ¿A que edad?

O: Al mes, porque yo no mamé, solo tomaba mamadera. Estuve en incubadora. Recuerdo que

me dolía la cabeza y miraba hacia atrás (…) Después salí adelante, evolucioné, no sé como…

no me quedó ninguna secuela. Así fui creciendo después vinieron mis hermanos. Como

era el primero me mimaban. Yo era celoso de mis hermanos. Pero era un celo normal. Mis

papás nunca me han tratado mal, al contrario siempre lucharon por mí. Mi papa siempre

me traía juguetes. Mis padres siempre fueron mi contención. El único error fue la

sobreprotección.

E: ¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando hablas de eso?

O: (…) Eh… comodidad. (…) Eh…hacerle esquivo a la responsabilidad. No, eh… el apego a la

crianza mía… por ahí también egoísmo.

E: ¿Cómo dirías que es tu familia?

O: No, muy buena, me brindan todo. Hasta por ahí… yo exagero, abuso. Uno cuando crece…

¿uno tiene que aceptar el destino? Tal vez el error de mis padres… no me marcaron.

E: ¿”No me marcaron”?

O: ¿Qué?

E: ¿”No me marcaron”?

O: Aceptar el destino… (…) eh… (…)

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e 47 E

E: ¿”No me marcaron”?

O: (…) Eh… (…)

E:”No me marcaron”

O: Aceptar por ejemplo... Esta vida. Porque a mí me toca esto o al otro así… Miro mucho a

mis hermanos, ellos son felices y a mi me cuesta. (…)

E: “No me marcaron”

O: Tomar la vida sin quejas y poniendo excusas. Mis hermanos yo veo que no. (…)

E: (…)

O: (…)

E: ¿Cómo te quedaste ciego?

O: (…) Yo de chico era rebelde y caprichoso. Era tremendo y tenía mucha libertad. No me

gustaba lo normal. Mi mamá me pegaba porque era muy bravo. Yo hoy la entiendo. (…)

E: ¿Y entonces?

O: En la escuela también. (…)

E: ¿Cómo te quedaste ciego?

O: A los 10 años… 11… me acercaba mucho al pizarrón. Mis padres han luchado eso también.

Ha sido una guerra por no comunicarme. Los maestros veían que me acercaba mucho. Y

ahí me diagnosticaron miopía. Ahí me comenzaron a hacer estudios. Yo no decía si veía

bien o no. Desde ese momento empecé a usar anteojos. Fui a muchos oftalmólogos. Me

decían que estaba bien. Había uno que me mandaba gotas y gotas. A los 19 se me cayó el

glóbulo ocular, por la miopía. Yo era rebelde, no me ponía las gotas. Iba a veces y otro

tiempo no. Este fue el primero que se me cayó. (…)

E: ¿Y ahí dejaste de ver?

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e 48 E

O: Si. De ese ojo. Cuando fui al ejército me dieron de baja porque no veía bien y yo no

entendía porque. Nunca entendí.

E: ¿Y el otro ojo?

O: Fue a los 19…

E: ¿También?

O: No, a los 28. Durante un año me trataron de reconstruir. (…) (Silencio muy prolongado).

Tuve un golpe. (…)

E: ¿Cómo fue?

O: me fui al corso y me tiraron nieve en el ojo y alguien me golpeó y yo no dije nada. A la

semana me comenzó a doler y después se me desprendió. Trataron de reconstruirme, veía

muy poco y después… bueno… perdí el ojo. A los 7 años ya notaba, pero no decía nada.

Veía más oscuro… no veía normal.

E: (interjección) ¿?

O: por bronca y rebeldía. (…)… hacia mi persona. Tal vez si decía era todo un problema en mi

casa, llevarme al médico… tiempo y todo eso. Era muy retobado. Trato de revertirlo. (…)

E: Bueno O, en esto dejamos hoy. Nos vemos el Viernes?

O: Bueno

Page 53: Fe de erratas

e 49 E

Quinta Entrevista.

La quinta entrevista debía llevarse a cabo un día viernes. Concurro a la Institución el

día pactado, espero a O durante 30 minutos y me retiro. El miércoles siguiente concurro

nuevamente a la Institución, cumpliendo con lo estipulado. O se encuentra sentado en el

patio, esperando. Cuando oye mis pasos se levanta de la silla y sonríe. Me dirijo a la

Secretaría a dar aviso de mi llegada. Luego me acerco a O y saludo:

E: Hola O.

O: (Sonriendo) Hola

E: Vamos al la sala pedagógica hoy.

O: Bueno… calor, no?

E: Esta un poco pesado, si. Sentate nomas.

O: Bueno.

(…)

E: Que te pasó el viernes?

O: ¿El viernes?

E: Si. Teníamos que vernos acá a las tres.

O: (serio) No me acuerdo. No era hoy?

E: Si. Hoy también.

O: Me olvidé.

E: ¿Cómo anduviste?

O: Mejor

E: ¡Qué bueno!

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e 50 E

O: (sonríe) Si. Mejoré bastante: salí a caminar. Estoy mas tranquilo. Salvo hoy que estoy torpe

con las manos. Mejoré bastante.

E: ¡Qué bueno!

O: Vienen los exámenes, fin de año. No me gusta mucho pero cuando voy a finalizar algo me

gusta. Quiero premiarlas a las profes.

E: Es más un premio para vos, me parece.

O: Si… si. Seguro. Por ejemplo en inglés, me va bien. Tengo dos opciones: quiero aprender

pero hay algo que me dice que no aprenda. Me costó al comienzo. Pero ahora pongo más

de mí. Estoy venciendo las fallas. Tengo fallas.

E: Como todos.

O: Ahora asumo las fallas. Ahora me dejo guiar para vencer este obstáculo. Siempre fui

rebelde. Era muy rebelde, hacía lo que quería, hoy los maestros se cansan. Este mundo

moderno me cuesta y concentrarme también. Estar 100% concentrado en algo.

E: ¿Qué te parece si me decís lo primero que se te viene a la cabeza cuando hablamos del

“mundo moderno”? No importa si te parece ridículo o raro.

O: Y… hoy estaba pensando… en las vacaciones. En desconectarme, estar mas tranquilo. Leo

mucho. No camino, no salgo a caminar. Debo hacerlo. Quiero hacerlo.

E: ¿Debés o querés? O… debes y querés…

O: ehm…. Quiero.

E: Suena mas lindo

O: también buscarle un sentido a mi vida… en el ámbito amoroso. Me gustaría llegar a una

persona: amigos, pareja. No se porque me cuesta tanto. Mi madre me dice: “vos tenés que

encontrar una mujer, ir a la iglesia”. No es que no me guste. No se como lo haría. Tal vez

es un capricho. Eso no se. No me inquieta. Veo mis hermanos, tienen una familia. Pero

hay algo que yo estoy haciendo mal… o estoy desvirtuando algo, o no se da. Tener afinidad

con gente me cuesta. No soy muy afín a lo de afuera. Tiendo a la soledad. Aunque no estoy

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e 51 E

tan solo. Hay parte de mi que quiere estar con alguien y partes que no. Es una lucha. Creo

que también es de uno. (…) Encontrarle sentido. Ahora por ejemplo, esta bien… lo del

secundario, o con el braile, me gusta aprender. Yo veo ciegos que son reacios a aprender. A

mi me gusta… Lo de la pareja… me cuesta dar amor. Ser cariñoso. Tal vez tengo miedo al

rechazo, con los amigos también.

E: ¿Qué puede pasar si te rechazan?

O: Sentirme mal. Esto es tonto: cuando veo a los demás con pareja o amigos, veo que me

siento inferior. Me supera. Dirás que estoy loco… jaja… como que esa meta no la voy a

alcanzar… en mi casa también me porto mal. Genero mal ambiente. Algo debo tener.(…)

E: “Algo debo tener”?

O: Ja… que no guste de mi. Jaja… no se. No tuve muchos amigos. No soy de comprometerme,

de brindar todo.

E: ¿Qué pasa con eso de comprometerse?

O: No… puede ser como te digo… mucha gente me dice “eso es lo malo en vos”. Pero no lo

hago a propósito. Es que me cuesta. En el internado al principio me costó… pero después

lo tuve que hacer. Invitar a salir a alguien… como cuando no vine el viernes… jajaja…

(Parece sonrojarse). Trato de escaparme de la psicología como de las chicas. Jajaja

Es como que yo vivía dentro de una película… y cuando me dijeron que salga no quise. Ahora

tengo que salir y es todo diferente. (…) Lo que a mi me mata es que todos organizan una

vida, se casa, todo y los amigos lo mismo… tal vez huí cuando tuve esa posibilidad. Dios

me la dio y yo no la elegí o no accedí… y veo que hoy me cuesta mas encontrar eso. Vivo en

una realidad, ni buena ni mala. Siento que perdí el sentido social. A veces pienso… “Para

que voy a salir a caminar solo… ya estoy grande… para qué si nadie me va a esperar por

ahí”… (…) ¿Qué ibas a preguntar?

E: Nada… te estoy escuchando.

O: Ah… Para mi nace todo de la voluntad. Desde chico. No culpo a mis padres.

E: ¿Es necesario encontrar algún culpable?

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e 52 E

O: Yo intento buscar… se que no lo hay, se que soy yo y nadie mas que yo. Todo es lo mismo.

Ahora un poco menos. Trato de estudiar, es todo lo mismo… En mi cumpleaños salí. (…)

E: ¿Cuándo fue?

O: El lunes pasado.

E: Feliz cumpleaños.

O: Gracias. Salí y no me gusta sociabilizar. Saludar al colectivero, hablar con alguien. No lo

hago de malo… es que me cuesta y sociabilizarme… mucho mas.

E: ¿No lo haces?¿Para qué?

O: No se… sentirme aislado. Tal vez no vivir en la realidad, buena o mala, mi realidad. Bueno,

lo que me pasa, mis defectos. No se. Mi hermana me marcaba hoy y no me gustaba. Me

apuraba.

(O muestra agarrándose la mano como le marcaba su hermana para indicarle donde estaba el

objeto que buscaba)

E: ¿Cómo era antes y como es ahora?

O: Es que tiene cosas buenas y malas… (…)

E: ¿Cómo es marcar bien y marcar mal?

O: Ehmmm… Por ejemplo: cuando me cuesta poner la mano para buscar algo. Cuando me

obliga no me gusta. O me siento culpable porque me vienen enseñando hace mucho. Es la

forma. En mi casa estoy mas malhumorado que acá. Es porque en mi casa nunca asumo

mi rol de hombre.

E: ¿Cómo es ese rol?

O: Como era discapacitado agarraba mi bici y me iba. Era el pícaro. Ahora no. Si tengo que

limpiar, limpio. No tengo problemas, tengo caprichos y rebeldía.

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(…)

E: Hoy vamos a dejar acá… Nos vemos el próximo miércoles.

O: Bueno.

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e 54 E

Sexta Entrevista.

Llego a la Institución a la hora pactada, O me espera junto a los maestros especiales.

Pasamos a la sala asignada:

E: Te escucho.

O: Ando mejor, estoy mas tranquilo (…) eh… ¿Que era?

E: Lo que vos quieras.

O: hoy estoy mejor, mas tranquilo. Mas calmado. Los otros días andaba acelerado.

E: ¿Acelerado?

O: Si, un poco enojado conmigo mismo.

E: ¿Qué pasó?

O: es un poco sentirme solo. Ahora vino mi hermana a mi casa y estuve mejor y por

momentos acompañado. Por ahí me sentía bien y por ahí me sentía mal.

E: Como le pasa a todo el mundo.

O: Si. Es como parte de uno (…) a veces no se que quiero. No estoy convencido. Y eso me

desorienta, me enoja. (…) ah… eh… y bueno, eso también. No esta claro en mí.

E: ¿Cómo sería para que esté claro?

O: Yo por ahí quiero una cosa u otra y me enojo. O por ejemplo… tener que hacer algo,

caminar, barrer. Ahora me cuesta menos caminar. Hay días que si. Creo que es un poco

por la ceguera (…) no es fácil asumir. Cuando uno pierde algo, de su cuerpo… de su parte

humana, es muy duro. Es fácil para quien lo ve desde el exterior, que no lo pasa. Yo me

siento así. Yo se que debo encontrarle el sentido.

E: “Encontrarle el sentido”

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O: Si. Superar, como dicen todos. Son tiempos, momentos, que uno puede estar bien. El

propio interior lo facilita. Son aptitudes… por ahí siento que me vence. La imposibilidad o

excusa de no ver. También se que está dentro de uno. Uno lo tiene que resolver. No se

puede estar rezongando toda la vida. Soy un poco testarudo, pero lo estoy trabajando. Me

resuelvo cambiar… esa parte.

E: ¿Cuál?

O: La movilidad, tomar un rumbo en mi vida.

E: ¿Qué sería “tomar un rumbo”?

O: O sea… que quiero ser. O sea… tener decisión… de caminar, tomar un colectivo. Eso por

ahí se me hace un poco... bah… no me lo propongo. Me busco yo la imposibilidad. (…) y…

(…) ah… (…). Ver los resultados.

E: ¿Ver los resultados?

O: O sea… de lo que hago. Si quiero mejorar o no. Quiero mejorar. Pero hay una rebeldía en

mí… que si, no, si, no. siento que canso a las personas que me enseñan. Que no tengo

logros.

E: ¿Logros?

O: Bueno, ahora acá, en esta Institución… si. Me exigen más y más y más…y… (…)

E: ¿Y?

O: Y yo se que está dentro de mí, si no quiero no lo voy a hacer, aunque sé que lo hacen para

mi bien y eso me da un poco de presión. Sé que soy una persona adulta y es mi vida. Todo

el tiempo me están diciendo que es lo que tengo que hacer. (…) y... eso me choca. (…) noto

que soy un poco lento en tomar las enseñanzas y aplicarlas. Aunque yo quiera, noto que

me cuesta. (…).. Eh… (…) Mmm… Trato de mejorar sobretodo, ponerle voluntad. Me cuesta

adquirirla.

E: ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando hablas de “voluntad”?

(O piensa mucho antes de responder)

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O: Eh… mmm… Conducir. O sea… tomar las riendas de algo.

E: ¿Y entonces?

O: Bueno, ehmm… la confianza, que por ahí no pongo voluntad en nada. Salvo ahora, que

estoy con mi sobrino… lo cuido. Ahí me siento bien, siento que recobro la voluntad.

Porque cuando yo era chico… o ahora… yo tal vez me sienta devolviendo algo de lo que

hicieron por mi. Mi hermana. Viendo lo que es el amor, teniendo cariño hacia los demás.

Estoy tratando de hacer eso ahora, tratar de relacionarme, de dar cariño. Acá es el primer

lugar en años que estoy mas tranquilo, tengo fallas, pero ahora las escucho y analizo.

Trato de cumplir con lo que me dicen… trato de mejorar. Eso también es valioso. (…)

E: Bueno. Se nos acabó el tiempo. ¿Nos vemos el miércoles?

O: Si.

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Septima Entrevista.

Me presento en la Institución a la hora entablada la semana anterior. Cuando llego,

noto que Omar está en la misma situación, unos pasos adelante. Unos metros al costado

lo veo al Profesor de Educación Física que camina a la par de O. Antes de entrar a la

Institución, el Profesor me para y me cuenta que estaba sumamente asombrado porque O

decidió por sí mismo manejarse ese día en colectivo y que, además bajó en el

supermercado de la esquina a comprar un yogurt. Me transmite su placidez.

Una vez que ingreso a la Institución, O estaba esperando en un sillón en la sala común de los

alumnos. Lo saludo y nos dirigimos al salón asignado:

O: Vine solo en colectivo. Entré a comprar al supermercado. Me cuesta un poco doblar en la

esquina. Hablo con el colectivero, es muy amable. Le pedí al chico del supermercado un

yogurt. (Lo noto un poco exaltado, pero muy contento)

E: ¿Vos decidiste venir solo?

O: Si, y un poco de presión de la profesora. Me hace falta soltarme. Me hace bien, por ahí me

pierdo un poco en la esquina y en las paradas pero con el tiempo voy a ir mejorando. Hoy

fui al médico con mi hermana. Me enseñaba por si ella no estaba o no hay nadie. Porque

por ahí me duele y no digo. Pero ahora dije. Me asusté un poco. Pero a veces me cuesta

seguir el tratamiento. Yo tengo gastritis. No cuido mi persona. Eso me cuesta.

E: Ahá.

O: Pero estoy intentando. Ahora me voy porque me duele. Espero que cuando este sano no

me pase de nuevo. ¿Cómo hago para que no me pase eso?

E: ¿Cómo es que tenés gastritis?

O: Yo por nervios. Por mi madre. Que no exteriorizo lo que me pasa (…)

E: Te cortaste el cabello también…

O: Si. De paso que ayer estaba tan mal. Caminé, me fui a la peluquería. Al médico (…). Tengo

que tener cuidado con eso también.

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E: ¿Con qué?

O: Con las comidas. No quiero comer hervido de por vida. Jajaja.

E: Bueno… si te cuidas…

O: Claro. Quiero comer “chizitos” y gaseosas. No tomo agua. Ahora voy a tratar de hacer más

actividad. Agarrar mi bastón y empezar a caminar. Si no… es terrible, hasta ahora me duele

un poco. Estuvo bueno. (…)

E: ¿Qué cosa?

O: Venir en colectivo. Esta mañana también. Fui a pagar las cuentas, a la verdulería. Me

tienen que enseñar como hacerlo para cuando estoy solo. Cuando hay mucha gente me

pongo nervioso, torpe. Nerviosismo. De no andar por ahí, de no ambientarme. Tengo que

aprender como hice hoy… que compré yogurt. Me ayuda a socializar y a aprender de mis

errores. Me cuesta igual. Hoy me desesperé porque no encontré el camino, hay mucho

escombro en la esquina, tierra, hay muchos obstáculos. Es todo un tema para mi

adecuarme a eso, a los obstáculos, es muy difícil. Yo me desespero y me asusto. Pero

bueno… voy a ir mejorando. Tendré que adaptarme a todo. Yo nunca había tenido esta

enfermedad. Uno piensa que la vida es fácil. Desde el primer momento… no me doy

cuenta…

E: ¿Mh?

O: cuando voy al médico… y me dice que tengo una enfermedad, no le hago caso hasta que

estoy muy mal. Tenía que ir al médico y seguía comiendo. Ahora tengo que hacerlo, por

ahí, aunque no me guste. O como lo que quiero o no. Ahora voy a tratar de cuidarme,

siempre tuve esa mala costumbre: Aunque me adviertan, no le hago caso… jajaja… Eso lo

llevo adentro mío., se que voy para mal y no lo evito. Mi hermana me reta, pero me dice

bien: “¿porqué sos tan descuidado?”. El dentista también dijo lo mismo…

E: ¿Te fuiste al dentista también?

O: Jaja… No, le dijo a mi hermana. Pero me molesta estar esperando en la sala de espera del

médico. (…)

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E: ¿Pensaste en llevar algo para leer?

O: No… pero es buena idea. Ahora la médica me dijo que tengo que hacer un tratamiento

largo y cuidarme. Pero voy a mejorar. Es práctica. Creo que esto es ponerse las pilas y

andar. Por ahí me caigo o tropiezo y me desanimo. Me cuesta levantarme. Pero es mi

salud. No puedo esperar que vengan los otros a ayudarme. Porque cuando uno está mal, sí

o sí hay que ir urgente al médico y no esperar. Yo por ahí hago eso, espero hasta lo último.

No me voy. Y me aguanto.

E: ¿Qué cosa?

O: Los dolores y la enfermedad. Yo creí que se me iba a pasar y cuando no podía “ir de

cuerpo”, bueno, me asusté. Uno debe poder comprometerse mas con su persona. Eso voy a

intentar hacer ahora.

E: Bueno, empezaste…

O: Pasa que mi mamá es un poco nerviosa. Discute con mi papá porque no me quiere llevar

al médico. Eso me pone mal. Y por eso no debo depender de nadie y solucionarlo yo. Es

todo un tema con los remedios también. Cuesta comprarlos… pero es mejor andar bien

que mal… (…) Pero… creo que voy a mejorar.

E: Bueno O. Como te vine diciendo, esta es nuestra última entrevista… así que nos vemos el

miércoles que viene y vamos a charlar un ratito sobre esta experiencia por la que pasamos,

¿si?

O: Bueno.

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Devolución final.

En la devolución final se le sugirió a O que salga del entorno de la Institución y busque

continuar su tratamiento en algún lugar externo. Él acepto gustoso, aunque según me

dijeron sus profesores, nunca hizo.

La posición adoptada por O en esta devolución fue bastante mas relajada, mucho menos

rígida, seductora; daba la sensación de que O no quería terminar con nuestros encuentros;

no puedo asegurar que es lo que lo motivaba, pero siempre algo de la transferencia se

pone en juego allí.

O indicó que se sintió cómodo y que le gustaba hablar durante las entrevistas, me dijo que

“entendió” que “era hora de hacer un cambio”.

Nos despedimos luego de poco minutos, con su promesa de llamarme si necesitaba algo.

Otro de sus profesores, varios meses después, me comentó que O volvió a tener dificultades

para con su cuerpo y que no mucho había cambiado