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February 2021
VOL XXIX, Issue 2, Number 334
Editor: Klaus J. Gerken
European Editor: Mois Benarroch
Contributing Editor: Jack R. Wesdorp
Previous Associate Editors: Igal Koshevoy; Evan Light; Pedro Sena; Oswald Le Winter; Heather Ferguson;
Patrick White
ISSN 1480-6401
Partha Sarkar
Hanna Abi Akl
Jorge Etcheverry Arcaya
kjg
Partha Sarkar
I should have known…..
The earth is round
And it is a dry well
And I should have known it .
But I was over-smart
And I overlooked it
And the pit kissed me .
From then on,
I have been its companion
And dig the soil on .
How deep is the grave ?
The death bell yells…..
The echo of the love deafens birth .
Hanna Abi Akl
barricades
some people think it's hard showing
your true self in a crowd;
but it's when you're by yourself
that you're most afraid of being
what you want to be.
some nights i sit
lonely in my chair
in my small paris home.
some nights the quiet is too much
and i beg the neighbor across the hall
to play his piano keys.
you don't even have to play,
i mumble,
just touch them,
tap them ever so lightly
to break the soundness of silence
between you and me.
between me and this room.
some nights i wake up with sweat marks
from a dream i can't recall to recount
sometimes it's a dream of dying ⸻
most times it's a dream of death.
at times i look across my dining table
and remember my girlfriend left;
had she stayed i would be glancing at her
between the pages of a book i'm reading.
now i occasionally dust them out and put them
back on the shelf.
what sort of sick melancholy is
toying with my fate? i feel like
a puppet on a string being played
by a puppeteer. except i'm at this
point where i no longer care
about performing.
new age
make this feeble heart
fly ⸻ take it away
now
that it is a nameless thing
like so many others
i've harbored and lost
over the years
today it is reduced
to nothing
stripped of its essence
and love itself
that heavy chest secretly sleeping for so long
now opened, tarnished, worthless
makes all else look so ordinary.
where are we going
alone
and is it still worth getting there?
the day the world began
fear inhabits us all
and somewhere on the evolutionary
line more traits
have started to show
on our faces
what was once thought to be
overcome
reveals itself
like the sun behind a pair of blinds
we have reverted
to our primal selves
we have allowed fears like
loneliness
abandonment
and low self-esteem
to claim our lives
and those fears like torches
are enough to drive some of us
out of houses, gardens
deep into the woods of the world
probing like fearful wanderers
demanding only to be felt and
understood
or at least compensated
while leaving others in a standstill
engulfed, consumed
until almost finally accepting
and relinquishing themselves.
i am of the latter kind:
i haven't moved
since the day the world began
for me.
a plausible death
woke up to the
smell of death
and rot
in my coffee cup.
i feel the world
slipping between my fingers
through frosted lenses
and hollow eyes
my muse is absent
and my days are already
condemned
before they begin;
i walk through
endless revolving doors
spinning perpetually
between a life
that is here
and somewhere else:
if i could take it
all back
and begin again;
send the fish back
to the deep end
reset the motion
of the earth
the tides and currents
strip the human evolutionary
chain
maybe rebirth is
the only answer for
failure
maybe bringing back
yesterday
will force the muse
out of her hiding
into my arms
the arms
of tomorrow.
Jorge Etcheverry Arcaja
POEMAS
Confesión gótica
Mina
después de todos estos años
de recorrer calles
de pueblos chicos de vastas ciudades
en países remotos
o bañados en una pátina de historia
luego de hollar infinitos caminos
te puedo decir
que solo hay un vampiro
que aparece en los espejos
Misa de once
Aprieta tu muslo
—suspira—
contra el mío
Busca en el sexo anímico
de tu sexo somático
de tu sexo aún adolescente
La inquietud
Busca en tu centro
Incrementa tu deseo
—hipócrita—
Porque estás en la banca medieval
—en una iglesia—
Que me roce tu cadera
Que me toque tu mano blanca
—hipócrita—
—adiós rubia hipócrita—
—miedosa e hipócrita—
Y mea culpa digo
pues no quiero sucumbir
entre vírgenes morenas que palpitan
Cursi caballero
medieval conquistador
Que prefiere la mirada clara de la rubia
al vértigo del coito con morena
Esa señora
No me puede ver ni en pintura
Si me ve en ocasiones sociales
se llega a poner pálida
Que yo sepa nunca le he hecho nada
pero en una de éstas
A lo mejor un día en la calle
no la saludé
Me dicen que soy medio cara de palo
Lo que pasa es que soy muy distraído
los que me conocen saben
que de roto no tengo nada
Pero me consuela pensar
que Kafka hizo un cuentazo
con una situación como esta
Te miro
Desde los aledaños
Te miro a ti te entreveo
desde tus afueras
Con mi pluma torpe
con mi compás y sextantes mal ajustados
mis antenas de precario insecto
embotadas
Mis ojos facetados
repetitivos
quizás no perspicaces
Te miro desvestirte en tu ventana
después de una cita
con algún elegido
entre tus innumerables admiradores
mientras fumo
El joven Werther en el café
Te veo casi todos los días
Estoy en un rincón
inadvertido
o en una mesa vecina
tratando de leer un libro
Pero tomé una foto
con mi celular nuevo
que recién estoy aprendiendo a manejar
después busqué tu cara en la Internet
no te encontré
Pero te veo
todos los días
no sabes quién soy
Yo si sé quién eres
tal vez demasiado
y leo ese libro
cuyo título no vale la pena mencionar
y te miro
Nunca tendré el valor para hablarte
Ahora parece que tu mano se detiene
por un segundo
y subes lentamente
la taza de café de Colombia
hasta tus labios
atenta a tu pantalla
En mi rincón
vuelvo a las páginas del libro
Cuando llegue a la casa
te voy a buscar
en el Instagram
para ver si te encuentro
Monólogo del poeta viejo
No me hueveeen
Chiquillas compañeras
A ustedes les estoy hablando
Historia y Poesía
tentadoras pero inalcanzables
—aunque coquetas—
no solo para mí
Yo soy un chancho viejo
mijitas
no me tienten
ya no doy manteca
a lo mejor
cuando era joven
En unos años más me voy a morir
-“Cuéntate una nueva”
—Dijo El Otro—
“No te hagas la víctima”.
De poetas y Rosas
Huidobro se reencarna
Se relee se reescribe
“Poetas
no le cantéis a la Rosa
hacedla que haga un estriptís
en el poema
Qua la poesía sea
un antipasto mixto
de variados quesos y cecinas
Y de postre flan
alfajores macedonia
No más esta ensalada
de miel y de cebolla
El grito
El grito de Munch
se universalizó
se extendió
perdió la consistencia
de la imagen única
singular
se reprodujo no tan solo
en la historia
en incontables cotidianidades
sino en sus reflejos
virtuales o lo que sea
Hay que recuperarlo
en todas sus concretas
encarnaciones
Revistas y revistas
No era una revista literaria
no dejaba de ser una revista literaria
Aspiraba a ser como esas revistas literarias
claras y limpitas
que se muestran en los escaparates
de las librerías importantes
de las ciudades
Pero quedamos en que era
de alguna manera una revista literaria
Desde sus portadas y p[aginas sus hacedores
hambrientos de ser
de identidad
le hacían un guiño a sus hermanas
más establecidas
Como queriéndoles decir
“¿Ven? Dénnos un espacio
un ladito
un lugarcito
queremos estar ahí
nuestras temáticas siguen la línea
de lo que realmente cuenta
en las librerías las notas literarias
de los diarios importantes
la hora pico o punta de la tele”
El ansia de existir conducía esos afanes
Que eran como una angustia
señorita
Que saliera como desde dentro
señorita
para llenar un vacío
señorita
Mientras
desde el otro lado de la calle
las otras revistas
desordenadas, brillantes,
la melena al viento
se desbocaban por el mundo virtual
como amazonas
quiméricas y azarosas
llenas de esquinas desconocidas
de faroles y astros
construyéndose un perfil
Más acorde con sus inclinaciones
Mitad alborada
Mitad apocalipsis
Promesa
No sé si en sueños
en una terraza amplia
llena de mesitas
O aquí en la otra cuadra
en el Starbucks
No creo que eras Mari
la DiosaVasca
Los zapatos unas tiritas
no calzaban garras de rapiña
No sé si dijiste algo
o bastaron tus ojos
A buen entendedor…
Pero quizás
otra vez a lo mejor en sueños
te prometí
“Mira
Voy a ir y te voy a traer unos dragones
del juego de tronos
para que puedas dominar el mundo”
interpelación a la noche, su respuesta
que no, noche, no me digas más
“mira lo que estás
haciendo, no es posible a qué
extremos estás llegando, mira
el mundo, como se despliega su
abanico de sufrimiento, cómo la
naturaleza nos azota, la azotamos
cómo es que puedes y pueden y
podemos dormir tranquilos, tranquilas
eso que antes se llamaba el Sueño de los Justos
es por eso que no te dejo dormir,
te voy a pellizcar el cerebro Jorge
el interior de los párpados
ya vas a dormir bastante y a pata tendida
en un ratito más y para siempre
entonces bienvenida sea yo la noche
la de ahora no el íncubo incandescente y suave
de tus décadas juveniles
Soy más bien una madre postiza
que te viene a hablar de noche
para salvarte el alma
que dices que no tienes”
Macropódromo
Cuatro jinetes galopan por todos los continentes—despliegan las herramientas de su oficio, alzan
sus figuras tridimensionales desde libros sagrados mitos y consejas—cada golpe lento de sus
pezuñas le da tiempo al tiempo—se agazapan miríadas de soles rojos en los pliegues y adornos
de sus capas carcomidas que hace ondear un viento vacío
Entrevista al poeta por WI FI
En su dilatada producción poética
que abarca ya varias décadas
y diversos registros
¿Habría algo así como un faro señero
que orienta en última instancia
su producción literaria?
¿Habría una visión trascendente
del hombre la naturaleza el cosmos
que subyace a su poesía?
--Sí, tendría que responder afirmativamente
Pese a todo
de lo que pasa a nuestro alrededor
de lo que nos rodea cotidianamente
a diario
en cada momento
y que vemos en las noticias
día tras día
creo en el avance
la evolución
el adelanto de la humanidad
que curiosamente
y de manera inexplicable para mí
a veces pareciera identificarse
con la difusión de mis textos—
Último minuto
la Organización Mundial de la Salud
viene de confirmar
la lista de síntomas
de una nueva variante del Coronavirus
recientemente detectada
Algunos de ellos
se pueden dar en forma separada
o en conjunción con otros
y su intensidad dependerá de circunstancias diversas
como por ejemplo la edad
las condiciones preexistentes
el nivel general de salud
y sobre todo el tipo sanguíneo
El o la afectada sentirá molestias
al exponerse a la luz del sol
que pueden ir de un malestar general
a un serio sarpullido
Habrá sopor diurno, insomnio
que sufrirán un incremento paulatino
a medida que avanza la infección
Algunos pacientes muestran avidez
por líquidos salados
confiesan tener sueños
en que beben sangre
Persecutoria
Me he cambiado de ropa y de ciudad y ya no camino por la calle a las mismas horas ni duermo
todas las noches. Alteré desde mis hábitos alimenticios hasta el diámetro de mi cintura. Ya no
persigo ningún tipo de pájaro fantástico con los ojos enrojecidos, el cerebro achicharrándoseme
adentro del cráneo (grueso) mientras la fiebre cubre mi frente de un agua caliente y salada.
Enhorabuena, enhorabuena. Esas son las voces de los más sensatos que sin necesidad de
comunicarse, de recibir ningún mensaje, ahora salen a la puerta de sus casas modestas pero bien
cuidadas a saludar mi paso de réprobo arrepentido.
En algún lugar de estas vastedades, unos batracios, al menos eso parecen en medio de las
sombras que los cobijan aún de día, ya que evitan el comercio con la luz y hurtan la cara, aún
deciden entregarse a veces a urdir y desurdir negros ovillos de lana sucia. Tienen la vana esperanza de que sus
maquinaciones inmundas, de dedos sarmentosas y narices chorreantes, que tosen todas las toses, tengan el
poder de volar hasta mí con sus blandas alas pesadas, purulentas.
Hemos de esperar su aniquilamiento súbito, quizás cuanto todo el globo perezca consumido por el fuego,
aunque sea mental. Cuando la vieja cáscara se separe del limpio y liso hueso, que brillará entonces como de
mármol incandescente anunciando a los nuevos hijos de los hombres el nacimiento de una al fin
definitiva pureza.
Una solución así de extrema sería la única que podría aventarlos de la tierra pero mientras cavémonos más
blandas y seguras cavernas en la Madre Tierra para evitar sus ojos
O si nó perdámonos en el laberinto de las modernas megápolis, contribuyamos a su complicación (por
ejemplo con estas palabras)
Vistámonos como los demás y salgamos a sus horas
Así no sabrán a quien seguir
Sólo sus turbios pensamientos nos inquietarán levemente cuanto nos entregamos a buenos sueños, poblados
de jóvenes mujeres desnudas, de cielos abiertos y animales dóciles.
Una ciudad, la otra
Varado como una ballena desde hace décadas, no nos quejamos cuando nos dejamos llevar por
nuestro paso todavía ágil a pesar de los pícaros años, no tan pícaros, pero que no perdonan,
nuestra lengua todavía trabada por el comercio de un idioma tan absolutamente (no tanto, éste es
un decir) opuesto al nuestro, pero no nos quejamos, ahí en las latitudes y longitudes de donde
venimos, donde nos originamos, no nos hubiera sido posible encaramarnos a estas venerables
edades, por la polución ambiental que crece mano a mano con el desarrollo de esa vasta
metrópoli sin embargo apretada en un valle rodeado por cordilleras, que crece día a día, como las
formas de una niña antañona, del tiempo de los abuelos se torturaba con las barbas del corsé. La
locomoción particular y pública es ya una aventura en esos parajes todavía vistosos pese al (casi)
absoluto desprecio por el Medio Ambiente, las dietas que o bien se componen básicamente de
pan o son extremadamente abundantes en colesterólicos, engrosadores de vasos sanguíneos,
higadoliquidadores, pancreatoexplosivos, todo el mundo fuma es difícil sustraerse, uno que ha
sido marino y el vino puede ser menos que regalado. Pero esa diferencia lingüística y cultural no
es tan así nomás, nos repetimos cuando caminamos adrenalínicos por esas calles casi vacías del
domingo en la mañana por esta ciudad pequeña, (a medias) impoluta, bastante imperial si se
toma el conjunto de los edificios del barrio cívico a orillas de un río, encaramados en una colina
y una arquitectura intencionadamente vetusta y medioeval.
Preciosauria
Ella se desplaza enorme y grácil—ondean los helechos altos—el sol grande y joven seca
instantáneamente la pátina húmeda de la selva interminable— las dinoplantas, helechos,
araucarias, cipreses y pinos, magnolios—se despliegan ansiosas de luz y radiación mientras sus
raíces absorben los minerales de la arcilla rojiza, del cieno verde—la constante evaporación, el
brote de flores de pétalos gruesos enloquecen a bandadas de megainsectos que sorben sus zumos
o caen presos en trampas multicolores y viscosas.
Ella, la más ágil de su especie, desplaza a su paso ramas rotas, se hunden sus patas en diversos
tipos de cieno. Diminuto seres volátiles entre aves y reptiles consumen sus parásitos, mantienen
limpias sus escamas iridiscentes que brillan húmedas bajo un sol caliente. Inclina el largo cuello,
ingiere flores y ramas, que bajan a medio masticar hacia el vasto estómago para que sus
gastrolitos, pequeñas ´piedras que alguna vez tragó, completen su desmenuzamiento, su
particularización
Sus huevos determinarán el futuro de su especie y de otras por venir—su cerebro sueña mientras
intermitente duerme atravesando miasmas y manglares—viendo en su mente un sol más frío un
año más corto—una tierra pelada por la que discurren manadas frenéticas—pequeños bípedos
que en el ocaso del planeta se lo comen todo bregan entre ellos—desaparecen y dejan una capa
tenue de energía que vibra y rodea el planeta como una segunda atmósfera
La Yoli
La Yolanda Pizarro Nómez, la Yoli, debía haberse llamado Nehme sino fuera por el funcionario
que le escribió el nombre a su abuelo cuando llegó a Chile del Líbano—les decían turcos porque
en esos tiempos del imperio otomano etc. y no vamos a entrar en esos acápites históricos—los
lectores se van a tener que quedar pillos en esto
S e mete al MIR por ahí a comienzos de los 70 y después del golpe anda como pantalla con los
líderes y por otro lado se las arregla para seducir a un milico oficial secretario de la junta, me
pasa los teléfonos de los Cuatro Generales y yo a mi vez se los doy a una niña de la resistencia
socialista en un traque falso en el Parque Forestal
La Yoli ocupa el lugar que le habían dado a su papá en la Vicaría para salir del país—él le dijo
que se iba a para seguir resistiendo—estas cosas son privadas, claro, pero ella se murió en Chile
y yo estoy afuera
Estuvo unos años en Irlanda trabajó con otros exilados chilenos en una fábrica pero no los
dejaban tranquilos ni a sol ni a sombra, no querían que se fueran a meter con la Irish Republican
Army, pero ni a misa, había también algunos troskos exilados y no les gustaba para nada esa cosa
confesional católica que tenía la IRA
Entonces se vino a Canadá
Muy en borrador perdonen esos datos, pero me acuerdo que a fines de los sesenta o comienzos
de los setenta tradujimos en el departamento de la Yoli en Nataniel con otro cumpa de la Escuela
de Santiago unos textos cortos de Beckett para un número de la revista Orfeo que nunca se
publicó
Mala onda llegó el golpe el exilio y esas cosas que se quedaron en el tintero, pero dada la
situación en general, global, como se dice es mejor ahora que paremos aquí.
Estado de cosas
No ya de aeroplanos en bandada que incendian cultivos como carpetas de variados matices
difuminan ríos en vapor cambian el perfil de las ciudades
Ni de ejércitos que como enjambres de hormigas atraviesan fronteras siegan hombres y jóvenes
violan mujeres
Eso era antes—dijo—ya no habrá más masacres saqueos incendios alteración de bordes
envenenamiento de cultivos incendio de selvas
Las ciudades podrán alzar sus rascacielos sin asco cristalizar sus centros desparramar sus
periferias y medrar de los ríos mares de gente que llegan a sus puertas se agrupan en sus bordes
Las naciones podrán adorar a sus dioses multiplicarse en vastas armadas que nos darás sus
órganos su fuerza de trabajo su poder adquisitivo—si lo tienen.
Esto es lo nuevo lo que viene. Dijo esa voz en sueños
Y
Uno podría decir que parece que el surrealismo tiene de todo— se suelta la melena despliega su
capa y se desplaza a lo largo y ancho de las bibliotecas, historias literarias, academias y recibe
las unciones máximas mundiales de la institución literaria, la historia cultural—y ya no tan solo
en el Occidente
lo que pasa es que el indiscutible y diversamente cartografiado mapa del inconsciente permitió
que se desplegara a la luz pública desde fines del siglo XIX y todo el XX esa entidad oculta pero
determinante, esa suerte de Ctulhu de la mente humana individual y colectiva y quizás no solo de
ella
se paseó y se pasea revestido ya sea del ropaje del pansexualismo, del poder o se hace manifiesto
en el elenco arquetípico de actores que parece que dirigieran a la postre toda nuestra historia,
nuestros avatares personales—que en tanto encarnaciones o concretizaciones suyas le dan a
nuestros actos, nuestra existencia individual una mayor grandeza y trascendencia
qué país o nación o tribu que escribe sus historia o la transmite en forma oral, o se escudriña a sí
mismo, no encontrará si se lo propone a estos mismos arquetipos que en este mismo momento
están moldeando su mitología, la erección de sus efigies y murales, la trayectoria que inscriben
en su memoria y mente colectiva sus líderes pasados presentes—y quién te dice futuros
los avatares de sus guerras, sus derrotas y esclavitudes, sus culminaciones imperiales si las
hubiera
esas figuras apenas entrevistas esbozan sus actuaciones y semblanzas en cada caso personal a
nivel macro agregativo de miles de millones de seres humanos
eso sin desmerecer esas otras dos esferas de la actividad, concepción y creatividad/destructividad
humanas y que entran de la mano de Freud y Adler y que en la tarde salen a darse una vuelta
festoneando a Jung por esas calles crepusculares
“Bueno, mi amigo, parece que se me está alejando un poco del tema. Por otro lado hay otras
cosas y no se trata solo de esa pura mecánica que se trasparenta o brota del inconsciente, o la
mente in toto. También tienen un gran papel respecto a este tema que nos preocupa el azar, la
juxtaposición, el encuentro casual ese de la máquina de coser y el paraguas en una mesa de
disección. Además que, mira, está toda esa disposición a abrirse a lo posible o probable, pero
también lo ignoto, lo casual, cosa que cualquiera puede notar con un poquito de atención
No se limita a sumergirse en mares profundos, cazar monstruos ignotos en las lavas de los
volcanes de la mente. Más fructífera que toda cosa programática o de manifiestos, que por otro
lado no están nada de mal, es esa conjunción de elementos lejanos e improbables, todo eso es a la
postre tan valioso como ese estado de fluidez, esa expectativa de la mutación súbita a que
acostumbra al ojo el surrealismo”
justificamos la expresión del vate americano, más precisamente chileno, cuando llevado y quizás
de alguna manera transformado por la tormenta surreal que cruza el océano y llega un poco
distorsionada y quizás atenuada al otro continente
hace equivaler en un poema el asustar a un notario con un lirio cortado o matar a una monja con
un golpe de oreja
tomémoslo como ejemplo de este movimiento que como vemos, obviamente abstrae o incluso
elimina la distancia que separa y opone a las distintas categorías ónticas y axiológicas
ese es el privilegio del poeta—no de ahora, parece—no de todos, pero posible en el territorio
alternativo de la poesía
que se agranda ensancha y profundiza desde el surrealismo y se puebla de todo tipo de creaturas
anfibológicas mixtas
o de carácter y apariencia incierta
pájaros innominados que se despliegan sobre vastas ciudades
sirenas que cantan pero que no se dejan ver
astros de variadas formas y luminosidad diversa
que hacen madurar en extrañas habitaciones la fauna de la Carrington
y literalizan en el lienzo daliano un chest of drawers.
Sueño con mujeres volando
Para variar vuelvo a soñar otra vez con pájaros con niñas volando—la repetición la ven como
una tremenda y frecuente trampa casi todos sabios y gurúes—allá ellos
es más una rueda que reitera momentos estaciones matices y geometrías—que sin embargo actúa
como un ancla como el hilo del volantín chupete—como la pita que ata al puño esa ave frenética
que si dejamos que vuele va a llegar quién sabe donde
ahora otra vez mujeres que vuelan y que no son brujas—los mitos hacen de la mujer tierra mar la
firmeza y solidez que ataja contiene mesura al hombre
que anda por allá arriba—mentira
las mujeres cuando ocupan el espacio cultural ancestral masculino y se echan a volar
encienden hogueras en el cielo
Mar cela
Detrás de las playas de deshechos no biodegradables que costean en menor o mayor medida
todas las masas térreas, de continentes a islas mayores, las más pequeñas ya han sido
absorbidas o reconstituidas como parte de esa nueva geografía—a una profundidad
imprecisable las amargas sirenas de la mar que cuidan sus profundidades menstrúan la
marea roja que alejará aún más a los primates de las playas—“su descuido casual de
centurias será su pasaporte a la extinción”—dice una entidad marina pero pensante,
originada quién sabe cuándo. A una considerable profundidad de aguas oceánicas
superficiales polutas y calientes, toda una ecología traslúcida y multidimensional espera el
momento de la mar. Desde el plaktón al Kraken, mientras los primates se siguen
deshidratando tierra adentro.
La niña de la ventana
La niña de la ventana no sabe que existo que a veces me pongo a fumar en la noche bajo el
farol—otro flaco ensombrerado salido de un tango—la niña de la ventana se desviste
pausadamente frente al espejo—ahora la miro desde la ventana de mi buhardilla del frente casi
pero un poco lejos porque la calle es muy ancha—pasan autos—en el día la ventana no refleja la
luz el sol
Después de muchos días o unos pocos que se multiplican por la repetición y el hastío cruzo la
calle para leer por fin una nota que puso alguien en la puerta de la casa donde vive en el tercer
piso la niña de la ventana cuya silueta creo entrever aunque sea de día y no de noche desde mi
propia ventana
Que es cuando la niña de la ventana deja que su silueta se recorte contra un rectángulo de luz
celeste mientras me niego a corroborar el paso de las horas y desleo en mi memoria el aviso de
venta de esa casa tapiada para espacio comercial y condominios
Con múltiples brillantes ventanas
Al pasar sobre París
A mí me encantó cuando fui, nunca con mucha plata. Medio conozco varios barrios, en general
fui a eventos, a leer poemas. Una sola vez solito y por la libre, viví un par de semanas en un
cuartucho de hotel sobre un restaurante de tercera por ahí por la Gare du Nord. Hice torpe
interpretación a turistas gringos o ibéricos medio borrachos .Hay gente que dice que la ciudad es
incómoda—gente de afuera— poluta. Que hay un olor—leve—a alcantarilla, vulgo mierda—
omnipresente, que lo permea todo. Comida árabe y étnica barata, aunque baste y sobre una
baguette con paté. Se pueden comer una excelente salchicha portuguesa, aunque alguien diga
para qué ir a París a comer salchicha portuguesa —un cuscús mejor que en África del Norte. De
Saints Denis, calle del sexo a renta— vulgo la calle de las putas— se sale a la monstruosidad
moderna del Georges Pompidou, que es un museo. Si te alcanza el tiempo date una vuelta por
el Père Lachaise—en cuyas tumbas descansa o no mucha gente famosa
Transcriptor
Con débil cenestesia
Con sordo zumbido de cabeza
Un tictac maquinal y repulsivo
en una pieza claroscura
Inclinado sobre mesa de madera
transcribiendo
Humores de pasados años
Perplejeando
Esos yoes superiores y curiosos
en las páginas
Esos yoes que pasaron y cambiaron
Esos yoes que pasaron y se fueron
Life
i was an apple
i fell to the ground
somebody ate me
and shat me back down
kjg 27 jan 2021
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YGDRASIL: A Journal of the Poetic Arts - Copyright (c) 1993 - 2021 by Klaus J. Gerken.
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