fernando mires - neruda, el poema de la maldad _ polis

7/21/2019 Fernando Mires - Neruda, El Poema de La Maldad _ POLIS

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23/6/2014 Fernando Mires - Neruda, el Poema de la Maldad | POLIS

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28th October 2013

Para nosotros, los humanos, la bsqueda es el encuentro. No podemos aspirar a ms, y eso es ydemasiado

1.

Cuando casi por azar le de nuevo la Oda a Stalin de Pablo Neruda, supe que desde hacmuchsimos aos haba estado postergando escribir lo que ahora escribir.

Confieso que no puedo dejar de pensar que lo que uno escribe est escrito antes de ser escrity que toda escritura no es ms que una trascripcin de pensamientos los que como topoescondidos aguardan su momento para aparecer bajo la luz del sol. Entonces volver

plantearme esa pregunta que tanto me ha perseguido. Cmo pudo ser posible que el (para mms grande poeta de la lengua castellana haya cado tan bajo como para cantar una larga oda ms malvado de los dictadores paridos por la historia? No estoy hablando de Hitler. Estohablando de Stalin, el nico monstruo que ha logrado superar al endemoniado alemn.

Estoy hablando, de acuerdo a los propios registros soviticos, de 1,5 millones de seredirectamente ejecutados. Estoy hablando de 8 millones de muertos en el Gulag. Estoy hablando dentre 6 y 8 millones de muertos a causa de hambrunas provocadas sistemticamente por Stalin ecampos y ciudades con el objetivo de eliminar a la burguesa y a los kulaks. Segn investigador Robert Conquest, las cifras de personas asesinadas oscila entre 20 y treinmillones. Estoy hablando, adems, de comunistas asesinados por orden de Stalin, miles y mileentre ellos toda la vieja guardia bolchevique, hecho que llev a escribir a Fernando Claudin quningn dictador, ni siquiera Hitler, ha superado cuantitativamente a Stalin en el aniquilamientsistemtico de cuadros comunistas. Estoy hablando de las miles de clnicas psiquitricasrepartidas a lo ancho y largo de la URSS, horrendas sentinas donde iban a terminar sus vidaquienes se desviaban de la lnea del Partido, lnea que sola cambiar cada mes. Estoy hablandpor ltimo, del gemelo totalitario de Hitler, ambos criminales en serie, los dos ms grandegenocidas habidos y Dios me oiga- por haber

Cmo Neruda, poeta de l cielo, pudo haber escrito esa Oda a Stalin, hombre del infierno?

No conoca acaso el poeta los innumerables crmenes del dictador? Por supuesto que lo

Fernando Mires - Neruda, el Poema de la Maldad

Nota del autor: Este artculo fue publicado por primera vez el 07.03.2011. Hoy POLIS vuelve a publicarlo
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conoca. Como cientos de comunistas que tenan acceso a las cumbre soviticas, Neruda saba dellos. Las revelaciones de Kruschev en el 20. Congreso del Partido Comunista de la URSS (195fueron solamente un procedimiento pro-forma que hizo pblico un secreto a voces. Por ms quhoy los apologistas quieran disculpar el malfico poema aduciendo que Neruda viva en las nubeNeruda, como sucedi con cientos de intelectuales occidentales, fue un cmplice de la maldad.

Desde luego, Neruda no conoca en detalle la lista casi interminable de seres humanoasesinados por Stalin. Tal vez tampoco conoca la verdadera dimensin de la maldad hacia la qu

l, con grotesco desparpajo, elev la cadencia irresistible de su poesa. Pero no poda ignorarlsobre todo si se tiene en cuenta que muchos escritores soviticos que alguna vez compartierocon l, o fueron asesinados, o arrastraban huesos casi sin piel en los campos de concentracin, eran obligados a pasar al anonimato despus de confesar pblicamente delitos jams cometidoo eran forzados, con sus bocas sin dientes a cantar loas al degenerado dictador. Eran obligadolase. Pero a Neruda nadie lo oblig.

Orden de Partido? Y aunque as hubiera sido. Neruda era quizs el nico comunista chileno qupoda permitirse no acatar alguna orden del Comit Central sin recibir ninguna sancin. Sprestigio era muy grande, y su pertenencia al comunismo chileno era un capital enorme que Partido jams podra despilfarrar. No, eso no cuenta.

Alucinacin ideolgica, una de esas que casi todos hemos padecido en algn momento dnuestras vidas? Quizs eso es vlido para poetas como Rafael Alberti quienes, amn de escribpoesa, intentaron conjugar los verbos de la doctrina marxista-leninista. Sin embargo, todos lotestimonios relativos a la vida de Neruda dejan muy claro que la adhesin del poeta al comunismno era ideolgica. La verdad es que el hombre no slo no era marxista. No slo no tena la mpura idea de marxismo-leninismo. Adems, no le interesaba en absoluto. Su adhesin comunismo era de naturaleza emocional, mstica, romntica si se quiere. Ideolgica, en ningcaso. Poltica, mucho menos.

O era Pablo Neruda un malvado, un psicpata oculto bajo imgenes y estrofas alucinantes qu

surgan de una mente enferma? Nada ms falso. Todos los testimonios si dejamos de lado pattica envidia de Pablo de Rokha, o la mezquindad abominable del castrista Nicols Guillnincluyendo los de declarados enemigos del Partido Comunista, coinciden en afirmar que Nerudera un ser humano generoso, tico, de recto proceder, muy tolerante y respetuoso frente a lodems.

O -para seguir el hilo de la apologa nerudista contempornea- fue la Oda a Stalinun panflesin importancia, un simple desliz al que no podemos sino disculpar con una leve encogida dhombros? No tienen acaso todos los grandes creadores obras fallidas a las que no cabe sinrestar importancia? Ay, si as hubiera sido yo no estara escribiendo lo que ahora escribo. problema es que la Oda a Stalinno slo no es un poema malo (hasta Neruda tiene algunos), es u

poema grandioso; es extraordinario. Por Dios, no nos hagamos ms los huevones: estamos frena un poema sinfnico, ante estrofas maravillosas; frente a versos csmicos. Cualquiera quentienda algo de literatura no puede sino decir, si es honesto, que la Oda a Stalines una obmagna. Y ah, justo ah, reside el nudo del problema. No se trata de un poemilla de medio pelosino de una de las ms bellas dedicatorias a la maldad escritas por algn ser humano. Cmmanejar tan tremenda contradiccin?

2.

La contradiccin trasciende a Neruda, y tiene que ve r con la pregunta: Puede algo ser malvadoa la vez bello? La pregunta es clave ; en e lla se encierra e l sentido mismo de la existencia human


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Sentido que crea tener resuelto cuando viva en Frankfurt y el tranva pasaba todos los das pola Casa de la pera en cuyo frontis se encuentran escritas las palabras de Goethe: lo bello, verdadero y el bien. Las le tantas veces que, de modo inconsciente, llegu a suponer que estrinidad era parecida a la cristiana, una unidad que comienza y termina en Dios. Slo despus dalgn tiempo, cuando me entromet en la filosofa de Schelling (Friedrich Wilhelm Joseph, 1771854) me di cuenta de que esas tres instancias del ser no slo no eran complementarias sinadems, podan ser diferentes e incluso antagnicas entre s. Eso quiere decir que algo puedser bello y malvado a la vez.

Por lo dems, la narrativa universal est llena de ejemplos de seres humanos perversos y belloque han sido amados por otros con divina devocin. Luego, en clave de tesis podra ser dichtodo lo verdadero y bueno es bello, aunque no todo lo bello es verdadero y bueno. Creo ntener a mano ningn otro ejemplo para demostrar esa tesis que la Oda a Stalinde Pablo NerudEl objeto del bello poema no poda ser ms malvado y la ideologa que l representaba no podser ms falsa.

La pregunta que una vez me hice ante Neruda la he vuelto a hacer muchas veces frente a MartiHeidegger y su complicidad con el nazismo. E inevitablemente, al pensar en Heidegger, hpensado de nuevo en Neruda. Lo cierto es que ambos grandes hombres fueron, durante alguno

momentos de sus vidas, sirvientes del demonio. Pero no en el sentido de que Stalin y Hitlehubieran sido demonios. Porque lo ms terrible de esta historia es que ambos dictadores eradefinitivamente mediocres, radicalmente banales, pero no demonios; apenas, si as se quiere, upar de pobres diablos. Eso no disminuye, al contrario, aumenta la degradacin en que tantocayeron al adorarlos como si hubieran sido dioses, a ellos, precisamente a quienes estaban mlejos que nadie de Dios.

No, Stalin y Hitler no eran demonios. Ambos eran y eso es algo muy diferente- seredemonizados, banales representaciones de la maldad absoluta, de una maldad a la que padescifrar faltan palabras; de una maldad, en fin, impensable.

Fue, reitero, Schelling, quien me llev a pensar en esa impensabilidad del mal total. Pensamienque comenz a perfilarse con plena nitidez cuando estudi el libro de Heidegger dedicado a filosofa de Schelling (Schellings Abhandlung ber das Wesen der menschlichen Freiheit). A travde la redaccin de su ensayo, Heidegger, no me cabe duda, estaba entendindose a s mismo. Y s, porque a travs de Schelling, pero sobre todo, a travs del libro de Heidegger sobre Schellinyo entend la sinrazn del poema de Neruda, o lo que es igual, entend por qu el mal, o la maldapuede ejercer sobre los humanos una atraccin tan, o quizs ms irresistible que el bien. De mest decir que a la vez que entenda por qu Neruda, Heidegger y tantos otros cayeron tan podebajo de ellos mismos, entenda de paso por qu nadie est libre de confundir el bien supremcon el supremo mal.

Qu es el mal? Seamos algo simples: el mal es la negacin del bien; luego, el mal es la condicidel bien y no hay que recurrir a Hegel para saber que sin negacin no puede haber afirmaciEse pensamiento simple es, a la vez, el punto de partida de la filosofa teolgica de Schelling de cual vamos a destacar aqu un par de puntos que son claves para Heidegger.

De acuerdo al Schelling de su texto central ber das wesen der menschlichen Freiheit (Sobre esencia de la libertad humana) en e l cosmos reina orden y caos, y ambos son interde pendienteEl cosmos, a su vez, es expresin de un orden superior al que Schelling llama el Ser Total, edecir, el Ser Absoluto e Infinito, es decir, Dios. Ahora, en ese cosmos - punto donde Schellinsigue a Platon- el ser humano es la nica instancia que gracias a su pensamiento se encuentra e


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condiciones de acceder o pre-sentir el espritu del Ser. Mas, a la vez, el ser humano es materia,luego tiene dos opciones: la de hundirse en la oscuridad de la materia o la de buscar la luz dDios. Esa dualidad es, para Schelling, la esencia de la libertad. Pero a la vez, y he aqu el agregadque introduce Schelling a la filosofa platnica, esa no es slo esencia humana, sino una quderiva de la existencia del propio Dios. En otras palabras, si Dios es Dios, lo integra todo, y por tanto, la propia negacin de Dios se e ncuentra en Dios. Eso significa que Dios, al contener en stodos los tiempos, no slo es, adems est siendo, lo que tambin quiere decir, Dios se esthaciendo

Radicalizando la terminologa de Schelling podramos decir: el Demonio no es una personaindependiente a Dios sino consustancial a Dios pues si Dios no integrara en s al Demonio no sertodo y si no fuera todo no sera Dios. Dios, luego, al serlo todo, no slo integra su presencia sintambin su ausencia. Esa ausencia de Dios en Dios y en nosotros es el Mal. Trasponiendo la tesipodemos afirmar que, segn Schelling, Dios es la vida y por eso es tambin la muerte. O tambiDios est en lucha consigo mismo y nosotros, hijos de Dios vivimos en lucha en y con nosotromismos (agona, antagona). Esa lucha entre el Bien y el Mal es universal, csmica y divina a la veEs tambin humana. O para decirlo con Hannah Arendt: es la propia condicin humana.

Ahora, segn Schelling, el universo est sometido a dos principios: el de reclusin del ser en

mismo (hundimiento del ser en la materia no viviente) y el de expansin: salir del s mism(Selbstheit) hacia el ms all. Si asumimos el segundo principio, salimos en bsqueda de Dios. Strata, luego, de una opcin. Una opcin frente a la cual somos libres. Pero, y he aqu donde residese derivado de la libertad de la cual nosotros, y nadie ms que nosotros, somos responsables: no e legimos e l camino de Dios (expansin) traicionamos nuestra libertad de ser.

El ser humano lo dijo Aristteles- es una criatura metafsica, y si renegamos de esa propiedatraicionamos al Ser, luego a Dios, y no por ltimo, a nuestra propia esencia. Esa traicin la llamHeidegger Olvido del Ser. Entonces el lector puede adivinar hacia donde voy. CuandHeidegger adhiri al nazismo, o cuando Neruda cant a Stalin, cometieron siguiendo la idea dSchelling- un deliberado y abierto acto de traicin a la esencia del ser humano. Por una partambos estaban tocados por un espritu que no viene slo de la materia. Ambos elevaron su sbuscando el encuentro con un ms all no material, y ambos creyeron encontrarlo justo ah dondmenos deba ser buscado, en la adoracin al Mal, en la negacin de Dios. La traicin reside, por tanto, en un error. La Oda a Stalin de Neruda es, antes que nada, un poema errtico; equev ocado: ah reside su maldad. Esa es la traicin.

Avanzando algo ms -gracias a Heidegger- en la lectura de Schelling, podemos decir que el sehumano est dotado de propiedades que le permiten buscar a Dios, pero que, como resultado dnuestra mortalidad, no nos est permitido encontrarlo. Como mortales no tenemos acceso a inmortalidad pero a la vez podemos buscarla aunque sin encontrarla. La filosofa, la poesa,

msica, las artes en general, y a veces hasta las religiones, son medios que nos permitemerodear alrededor de los territorios de la inmortalidad, que son los de Dios. Lo que quiero decal fin, es que asumiendo el principio de expansin, segn Schelling, encontramos la bsquedpero radical paradoja- no encontramos el encuentro. O expuesto de este modo:para nosotrolos humanos, la bsqueda es el encuentro. No podemos aspirar a ms, y eso ya es demasiado. Plo tanto, si creemos encontrar a Dios en los espacios que nos han sido dados (los de mortalidad, los de la pensabilidad) erramos, y con ello, para decirlo de nuevo con Schellincometemos acto de traicin al Ser.

La traicin de Neruda no reside, por lo tanto, en haber buscado a Dios con su poesa. Su traicireside en creer que lo haba encontrado, y con ello, al menos por un momento, abandon


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bsqueda que es a la vez, la propiedad divina que nos ha sido concedida. O digmoslo de modaltamente simple: Neruda (al igual que Heidegger) encontr el camino pero, como un automovilisenloquecido, parti, y a toda velocidad, en direccin exactamente contraria para terminacantando al ms radical de los males que la mente humana pueda concebir: a Stalin.

Sostengo e n consecuencia que la Oda a Stalinde Neruda es un poema esencialmente religioso. lo voy a demostrar.

3.

Cuando digo que la Oda a Stalines un poema esencialmente re ligioso, estoy diciendo que Nerudcomo comunista, vivi por lo menos durante un tiempo- el comunismo no como poltica sincomo religin. No estoy diciendo cuidado- que el comunismo sea una religin, sino que muchoNeruda entre ellos, lo vivieron como religin. Esa fue su gran maldad la que, como ya hemoadvertido, se trata de un error, es decir, de una equi-vocacin. Y como la palabra lo dice, unequi-vocacin es una falsa vocacin, lo que trae consigo, a la vez, una falsa e-vocacin. En escaso, la evocacin a la divinidad de Stalin.

Leamos, por ejemplo, el comienzo de la Oda a Stalin:

Camarada Stalin, yo estaba junto al mar en Isla Negra/ descansando de luchas y de viajes/ cuando lnoticia de tu muerte lleg como un golpe de ocano/ Fue primero el silencio, el estupor de las cosas,luego lleg del mar una ola grande/ De algas, metales y hombres, piedras, espuma y lgrima estabhecha esta ola/ De historia espacio y tiempo recogi su materia/ y se elev llorando sobre el mundhasta que frente a m vino a golpear la costa/ y derrib a mis puertas su mensaje de luto/ con un grigigante/ como si de repente se quebrara la tierra.

La muerte de Stalin hizo temblar el cosmos frente a la casa de Neruda. Un llanto universal fuderramado sobre la tierra, y la historia, el espacio y el tiempo avanzaron como una ola gigantesc

Qu estamos leyendo? Sin duda, versos grandiosos. No obstante, para cualquiera que hayasistido alguna vez en su vida a alguna clase de Catecismo, esas imgenes son familiares. PueNeruda, tal vez sin darse cuenta que su voz e ra la que transmita su inconsciente cristiano, no hhecho otra cosa que transponer los relatos neo-testamentarios sobre lo que sucedi en la tierinmediatamente despus de la muerte de Jess, el Cristo! Dice por ejemplo el Evangelio de SaMateo

(27-51): Y mirad!, la cortina del santuario se rasg en dos, de arriba a abajo, y tembl la tierra, y lmasas de roca se hundieron.

El Evangelio de San Neruda sobre la vida pasin y muerte de Stalin, comienza con la muerte dStalin, el falso redentor. Luego retrocede hasta el ao 1914, cuando el mundo estaba dominadpor los ricos, quienes se repartan el petrleo, las islas y el cobre. As, nos cuenta Neruda comantes de Stalin los policas ametrallaban al pueblo inerme. Como los gringos bailabafrenticamente sobre la sangre de los hombres; como una lluvia de sangre caa sobre el planetcomo los dueos de burdeles, los propietarios de peridicos, los millonarios se haban apropiadde la Historia hasta que un da, Lenin condujo a los pueblos hacia la Nueva Tierra Prometida: LURSS


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con modesto vestido y gorra obrera/ entr el viento del pueblo/ Era Lenin/ Cambi la tierra, hombre, la vida/ El aire libre revolucionario/ trastorn los papeles/ manchados. Naci una patria/ quno ha dejado de crecer./ Es grande como el mundo, pero cabe/ hasta en el corazn del ms/ pequetrabajador de usina o de oficina,/ de agricultura o barco./ Era la Unin Sovitica.

Desde ese momento, cambio e l curso de la historia.

Slo falt a Neruda e scribir que Stalin se encuentra en el cielo sentado a la diestra de Lenin. Y

no lo hizo fue porque a la izquierda de Lenin habra estado Trotzki, y Trotzki -eso lo saba Nerudmejor que nadie- haba sido asesinado por obra y gracia de la bondad infinita de Stalin.

Hay, adems, en el largo poema un momento en que su trasfondo religioso traspasa los umbraledel inconsciente nerudiano emergiendo en forma conciente hacia la superficie. Ese momento srefiere al legado de Stalin: el Hombre Nuevo: El Comunista. Leamos:

Ser hombres! Es sta/ la ley staliniana!/ Ser comunista es difcil./ Hay que aprender a serlo./ Shombres comunistas/ es an ms difcil,/ y hay que aprender de Stalin/

Llegar a ser un verdadero comunista es difcil, dice Pablo Neruda parodiando a San Pablo par

quien ser un verdadero cristiano era algo muy difcil cuando no nos contemplamos en Jess. Poeso la historia envi a Stalin a la tierra. Para que los comunistas, seres elegidos por la Historisiguieran su ejemplo y lo imitaran.

Lo mismo ocurri con los nazis, a quienes les hicieron creer que pertenecan a una raza superioOcurre todava con los miembros de las sectas religiosas, quienes en su locura colectiva imaginahaber sido elegidos por Dios para propagar su mensaje. El hombre estalinista, segn Neruda, halcanzado tambin una superioridad con respecto a los dems mortales. Y la figura de Stalin ersegn Neruda, ejemplo seero

Este manicomio que es e l mundo en que vivimos est lleno de elegidos y autoelegidos. Son poco

los que piensan en que si hay un Dios, es de todos. Que si hay un Dios, El no eligi a nadie o noeligi a todos. Y que si hay un Dios, nos eligi para que eligiramos. Para que eligiramos entre lbello y lo horrible; entre lo justo y lo injusto; entre lo falso y lo verdadero; entre lo bueno y lo mal

Sin embargo, Neruda, en su poema no slo eligi al Mal y a la Maldad. Adems, los confundi coel Bien y la Bondad. Su pecado o su error, en este caso es lo mismo- no pudo ser ms grande.

Hay que reiterar, adems, que el Stalin de Neruda evoca de modo blasfemo la pasin de Jeshasta en sus ms leves detalles. Y al igual como ocurri con el Nazareno, el mensaje de Stalin nfue entendido primero por los escribas, ni por los sabios, ni por los intelectuales, pero s por lobuenos de corazn, por los misericordiosos y por los desventurados, los humildes de la tierra, lopobres de espritu, que de ellos ser el reino de la tierra. No deja de ser interesante analizar loprrafos finales del poema.

Vino un muchacho y me estrech la mano/ Ms tarde el pescador de erizos, el viejo buzo/y poetaGonzalito, se acerc a acompaarme bajo la bandera./ Era ms sabio que todos los hombres juntos

me dijo/ mirando el mar con sus viejos ojos, con los viejos ojos del pueblo./Y luego por largo rato ndijimos nada./Una ola/ estremeci las piedras de la orilla/ Pero Malenkov ahora continuar su obra

prosigui/ levantndose el pobre pescador de chaqueta rada./ Yo lo mir sorprendido pensandCmo, cmo lo sabe?/ De dnde, en esta costa solitaria?/ Y comprend que el mar se lo habenseado


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Ha de perdonarme el lector, pero cuando le la profeca de Gonzalito, el viejo pescador amigo dNeruda, no pude evitar, en medio del estupor, una risa. Ocurri al rememorar el nombre dMalenkov. Evidentemente Neruda no estaba todava muy bien informado acerca de quien eMalenkov cuando escribi su ominosa Oda a Stalin. Porque Malenkov era el hombre ms tontogris de todo el Comit Central. Como oscuro funcionario, Malenkov fungi de perro faldero dStalin a la vez que serv a de contacto entre Stalin y el otro gran asesino, Bejria, jefe de todos loaparatos secretos del rgimen.

Como ocurre con todos los dictadores, Stalin se rodeaba de un crculo formado por los mincapaces, los menos inteligentes, los ms serviles y Malenkov reuna todas esas dudosacualidades de modo superlativo. Adems, Stalin no tena hijos en condiciones de sucederlo, tampoco un hermano a quien legar su dictadura, como hacen todava los strapas de nuestrtiempo. En fin, Malenkov fue elegido por el resto del Comit Central como el nico que podcontinuar el breve periodo del estalinismo sin Stalin a cuya sombra se formaban las fraccionesse tejan las intrigas destinadas a asegurar la continuidad del poder. Como es sabido, cuando astuto Nikita Kruschev ascendi al sagrado puesto de Secretario General, el primero edesaparecer de la escena fue el desdichado Malenkov. Se equivoc Gonzalito. Pero Neruda sequivoc mucho, mucho ms que Gonzalito.

De este modo, como si hubiera sido un castigo, la Oda a Stalin, iniciadacomo un poema csmictermin como la misma historia del comunismo: como farsa, o quizs peor: como grotesctragicomedia.

4.

Si la maldad tiene un sentido este no es otro que, al reconocerla como tal, podemos reaccionar esu contra.

En su breve y decidor ensayo, Die Kehre(cuya traduccin literal significa, conversin en 180) ciHeidegger un verso de Hlderlin. Dice ms o menos as: Pero ah donde est el peligro, crectambin la salvacin.Significa: ah donde crece el mal, nace la posibilidad del bien. Ah, cuand

vemos el abismo, nace la posibilidad de retroceder. Ah, donde e st el error, surge la posibilidade la verdad (Nietzsche) Ah, donde aparece la amenaza de la muerte , pensamos en e l sentido dla vida. Ah, slo ah, en los campos de concentracin alemanes, o a travs de las alambradas dGulag sovitico, entendemos hasta donde puede llegar el ser humano cuando haciendo uso de libertad que Dios le dio, le v uelve las espaldas, e intenta sustituir su majestad por esos dolos quvienen del infierno.

Despus de Stalin, Neruda volvi a sus ocanos, continu hundiendo sus manos en la tierrescribi a las piedras, a las flores, al ajo, al tomate, a la cebolla y al amor. Nunca ms idolatr nadie, y sus ve rsos lo llevan los vientos, haciendo e l bien con su be lleza, y todos los que amamo

tanto a la vida, se lo agradecemos con todo el corazn.

Ver adems:

Fernando Mires: La Maldad Totalitaria[http://polisfmires.blogspot.com/2011/03/fernando-mires-la-malda

totalitaria_31.html]

Tres Poemas del Mal
http://polisfmires.blogspot.com/2011/03/fernando-mires-la-maldad-totalitaria_31.html


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PABLO NERUDA - Oda a Stalin

Camarada Stalin, yo estaba junto al mar en la Isla Negra,descansando de luchas y de viajes,cuando la noticia de tu muerte lleg como un golpe de ocano.Fue primero el silencio, el estupor de las cosas, y luego lleg del mar unaola grande.

De algas, metales y hombres, piedras, espuma y lgrimas estaba hecha estaola.De historia, espacio y tiempo recogi su materiay se elev llorando sobre el mundohasta que frente a m vino a golpear la costay derrib a mis puertas su mensaje de lutocon un grito gigantecomo si de repente se quebrara la tierra.Era en 1914.En las fbricas se acumulaban basuras y dolores.

Los ricos del nuevo siglose repartan a dentelladas el petrleo y las islas, el cobre y los canales.Ni una sola bandera levant sus coloressin las salpicaduras de la sangre.Desde Hong Kong a Chicago la policabuscaba documentos y ensayabalas ametralladoras en la carne del pueblo.Las marchas militares desde el albamandaban soldaditos a morir.Frentico era el baile de los gringos

en las botes de Pars llenas de humo.Se desangraba el hombre.Una lluvia de sangrecaa del planeta,manchaba las estrellas.La muerte estren entonces armaduras de acero.El hambreen los caminos de Europafue como un viento helado aventando hojas secas y quebrantando huesos.El otoo soplaba los harapos.

La guerra haba erizado los caminos.Olor a invierno y sangreemanaba de Europacomo de un matadero abandonado.Mientras tanto los dueosdel carbn,del hierro,del acero,del humo,de los bancos,


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del gas,del oro,de la harina,del salitre,del diario El Mercurio,los dueos de burdeles,los senadores norteamericanos,los filibusteros

cargados de oro y sangrede todos los pases,eran tambin los dueosde la Historia.All estaban sentadosde frac, ocupadsimosen dispensar condecoraciones,en regalarse cheques a la entraday robrselos a la salida,en regalarse acciones de la carnicera

y repartirse a dentelladastrozos de pueblo y de geografa.Entonces con modestovestido y gorra obrera,entr el viento,entr el viento del pueblo.Era Lenin.Cambi la tierra, el hombre, la vida.El aire libre revolucionariotrastorn los papeles

manchados. Naci una patriaque no ha dejado de crecer.Es grande como el mundo, pero cabehasta en el corazn del mspequeotrabajador de usina o de oficina,de agricultura o barco.Era la Unin Sovitica.Junto a LeninStalin avanzaba

y as, con blusa blanca,con gorra gris de obrero,Stalin,con su paso tranquilo,entr en la Historia acompaadode Lenin y del viento.Stalin desde entoncesfue construyendo. Todohaca falta. Lenin recibi de los zarestelaraas y harapos.


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Lenin dej una herenciade patria libre y ancha.Stalin la poblcon escuelas y harina,imprentas y manzanas.Stalin desde el Volgahasta la nievedel Norte inaccesible

puso su mano y en su mano un hombrecomenz a construir.Las ciudades nacieron.Los desiertos cantaronpor primera vez con la voz del agua.Los mineralesacudieron,salieronde sus sueos oscuros,se levantaron,

se hicieron rieles, ruedas,locomotoras, hilosque llevaron las slabas elctricaspor toda la extensin y la distancia.Stalinconstrua.Nacieronde sus manoscereales,tractores,

enseanzas,caminos,y l all,sencillo como t y como yo,si t y yo consiguiramosser sencillos como l.Pero lo aprenderemos.Su sencillez y su sabidura,su estructurade bondadoso pan y de acero inflexible

nos ayuda a ser hombres cada da,cada da nos ayuda a ser hombres.Ser hombres! Es stala ley staliniana!Ser comunista es difcil.Hay que aprender a serlo.Ser hombres comunistases an ms difcil,y hay que aprender de Stalinsu intensidad serena,


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su claridad concreta,su desprecioal oropel vaco,a la hueca abstraccin editorial.l fue directamentedesentraando el nudoy mostrando la rectaclaridad de la lnea,

entrando en los problemassin las frases que ocultanel vaco,derecho al centro dbilque en nuestra lucha rectificaremospodando los follajesy mostrando el designio de los frutos.Stalin es el medioda,la madurez del hombre y de los pueblos.En la guerra lo vieron

las ciudades quebradasextraer del escombrola esperanza,refundirla de nuevo,hacerla acero,y atacar con sus rayosdestruyendola fortificacin de las tinieblas.Pero tambin ayud a los manzanosde Siberia

a dar sus frutas bajo la tormenta.Ense a todosa crecer, a crecer,a plantas y metales,a criaturas y rosles ense a crecer,a dar frutos y fuego.Les ense la Pazy as detuvocon su pecho extendido

los lobos de la guerra.Frente al mar de la Isla Negra, en la maana,ic a media asta la bandera de Chile.Estaba solitaria la costa y una niebla de platase mezclaba a la espuma solemne del ocano.A mitad de su mstil, en el campo de azul,la estrella solitaria de mi patriapareca una lgrima entre el cielo y la tierra.Pas un hombre del pueblo, salud comprendiendo,y se sac el sombrero.


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Vino un muchacho y me estrech la mano.Ms tarde el pescador de erizos, el viejo buzoy poeta,Gonzalito, se acerc a acompaarme bajo la bandera.Era ms sabio que todos los hombres juntos, me dijomirando el mar con sus viejos ojos, con los viejosojos del pueblo.Y luego por largo rato no dijimos nada.

Una olaestremeci las piedras de la orilla.Pero Malenkov ahora continuar su obra, prosiguilevantndose el pobre pescador de chaqueta rada.Yo lo mir sorprendido pensando: Cmo, cmo lo sabe?De dnde, en esta costa solitaria?Y comprend que el mar se lo haba enseado.Y all velamos juntos, un poeta,un pescador y el maral Capitn lejano que al entrar en la muerte

dej a todos los pueblos, como herencia, su vida.

Stalin, Capitn,

a quien Chang proteja y a quien resguarde OchunA tu lado, cantando, los hombres libres van:

el chino, que respira con pulmn de volcn,

el negro, de ojos blancos y barbas de betn,

el blanco, de ojos verdes y barbas de azafrn.

Stalin, Capitn.

Tiembla Europa en su mapa de piedra y de cartn.

Mil siglos se desploman rodando sin contn.

Candel Austro al Septentrin.

Cabezas y cabezas cortadas a cercn.

El mar arde lo mismo que un charco de alquitrn.

Bocas que ayer cantaban a la Verdad y el Bien

Hoy bajo cuatro metros de amargo sueo estn...

Stalin, Capitn.

Pero el futuro afinca, levanta su ilusin

Nicols Guilln - Stalin Capitn


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all en tu roja tierra donde es feliz el pan,

y altos pechos armados de una misma cancin

las plumas de los buitres detienen, detendrn,

all en tu helado cielo de llama y explosin,

Stalin, Capitn.

El jarro de magnolias, el floreal corazn

de Buda, despereza su exttico ademn;

gravita un continente sobre el Mar del Japn:

rudo bloque de sangre de Siberia a Ceyln

y de Esmirna a Cantn...

Stalin, Capitn.

Tambores africanos con resonante son

sobre selva y desierto su vivo alerta dan,

ms fiero que el metal con que ruge el len;

y alzando hasta el Pichincha la tormentosa sienAmrica convoca su puma y su caimn,

pero adems engrasa su motor y su tren.

Odio por dondequiera ver el ciego alemn

la paloma, el avin,

el pico del tucn,

el zoolgico ro de vasta indignacin,

las flechas venenosas que en pleno blanco dan,

y aun el viento, impulsando sus ruedas de cicln...

Stalin, Capitn, a quien Chang proteja y a quien resguarde Ochn...

A tu lado, cantando, los hombres libres van:

el chino, que respira con pulmn de volcn,

el negro, de ojos blancos y barbas de betn,

el blanco, de ojos verdes y barbas de azafrn...

Stalin, Capitn,

los pueblos que despierten junto a ti marcharn!

Rafael Alberti - Redoble lento por la muerte de Stalin

I

Por encima del mar, sobre las cordilleras,


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a travs de los valles, los bosques y los ros,

por sobre los oasis y arenales desrticos,

por sobre los callados horizontes sin lmites

y las deshabitadas regiones de las nieves

va pasando la voz, nos va llegando

tristemente la voz que nos lo anuncia.

Jos Stalin ha muerto.

A t ravs de las calles y las plazas de los

grandes poblados,

por los anchos caminos generales y

perdidos senderos,

por sobre las atnitas aldeas, asombradas campias,

planicies solitarias, subterrneos

corredores mineros, olvidadas

islas y golpeados litorales desnudos

va pasando la voz, nos va llegando

tristemente la voz que nos lo anuncia.


Va cruzando las horas oscuras de la

noche,

la madrugada, el da, los extensos

crepsculos,

todo lo austral y nrdico que

comprende la tierra,

y no hay razas, no hay pueblos, no hay rincones,no hay partculas mnimas del mundo

en donde no penetre la voz que va llegando,

la voz que tristemente nos lo anuncia.


II

(A dos voces)

1. Padre y maestro y camarada:quiero llorar, quiero cantar.

Que el agua clara me ilumine,

que tu alma clara me ilumine

en esta noche en que te vas.

2. Se ha detenido un corazn.

Se ha detenido un pensamiento.

Un rbol grande se ha doblado.

Un rbol grande se ha callado.


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Mas ya se escucha en el silencio.

1. Padre y maestro y camarada:

solo parece que est el mar.

Pero las olas se levantan,

pero en las olas te levantas

y riges ya en la inmensidad.

2. Cerr los ojos la firmeza,

la hoja ms limpia del acero.

Sobre su tierra se ha dormido.

Sobre la Tierra se ha dormido.

Mas ya se yergue en el silencio.


vuela en lo oscuro un gaviln.

Pero en tu barca una paloma,

pero en tu mano una paloma

se abre a los cielos de la paz.

2. Callan los yunques y martillos.

El campo calla y calla el viento.

Mudo su pueblo le da vela.

Mudos sus pueblos le dan vela.

Mas ya camina en el siencio.


fuertes nos dejas, Mariscal.

Como en las puntas de la estrella,como en las puntas de tu estrella

arde en nosotros la unidad.

2. Vence el amor en este da.

El odio ladra prisionero.

La oscuridad cierra los brazos.

La eternidad abre los brazos.

Y escribe un nombre en el silencio.

III

No ha muerto Stalin. No has muerto.

Que cada lgrima cante

tu recuerdo.

Que cada gemido cante

tu recuerdo.

Tu pueblo tiene tu forma,

su voz tu viril acento.


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No has muerto.

Hablan por ti sus talleres,

el hombre y la mujer nuevos.

No has muerto.

Sus piedras llevan tu nombre,

sus construcciones tu sueo.

No has muerto.

No hay mares donde no habites,

ros donde no ests dentro.

No has muerto.

Campos en donde tus manos

abiertas no se hayan puesto.

No has muerto.

Cielos por donde no cruce

como un sol tu pensamiento.No has muerto.

No hay ciudad que no recuerde

tu nombre cuando era fuego.

No has muerto.

Laureles de Stalingrado

siempre dirn que no has muerto.

No has muerto.

Los nios en sus canciones

te cantarn que no has muerto.

Los nios pobres del mundo,

que no has muerto.

Y en las crceles de Espaa

y en sus ms perdidos pueblos

dirn que no has muerto.

Y los esclavos hundidos,los amarillos, los negros,

los ms olvidados tristes,

los ms rotos sin consuelo,

dirn que no has muerto.

La Tierra toda girando,

que no has muerto.

Lenin, junto a ti dormido,

tambin dir que no has muerto.


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fernando mires - neruda, el poema de la maldad _ polis

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