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Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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Fichas de reflexión
sobre el mensaje final
de
la Congregación General 2011
TABLA DE CONTENIDO
CARTA DEL PRIOR GENERAL .............................................................................. 2
1. RELIGIOSOS CONTEMPLATIVOS .................................................................... 4
2. Y PROFETAS DE ESPERANZA ......................................................................... 7
3. EN MEDIO DEL PUEBLO. ................................................................................. 10
MENSAJE FINAL DE LA CONGREGACIÓN GENERAL .................................. 24
Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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CARTA DEL PRIOR GENERAL
Roma, 25 de marzo de 2012
Prot. 63/2012
Del 5 al 16 de septiembre de 2011 tuvo lugar en el Mount Carmel Centre
(nuestra casa de Niagara Falls, Canadá) la Congregación General, la reunión más
importante de la Orden entre un Capítulo General y otro (cfr. art. 285 de las
Constituciones). Como sabéis, el tema central sobre el que versó nuestra reflexión fue
la identidad de la Orden en el marco de la Iglesia actual. Con este tema se pretendía
seguir el proceso de reflexión iniciado en los últimos Capítulos generales, así como en
el Consejo de las Provincias de 2009 que tuvo lugar en San Felice del Benaco, Italia.
Como lema de esta Congregación elegimos una frase de la llamada Rubrica prima,
Qualiter respondendum sit quaerentibus (“De qué modo se deba responder a los que
nos pregunten”), en la que se refleja de algún modo esa preocupación por la identidad
y por la misión de la Orden.
Como ya he señalado en diversos foros, creo que la Congregación General se
desarrolló en un ambiente muy positivo, con un verdadero deseo de seguir sirviendo
generosamente al pueblo de Dios, pero siempre profundizando en nuestra identidad y
siendo fieles de forma creativa a nuestro carisma y espiritualidad. En ese proceso de
reflexión nos ayudaron varios expertos de diversas procedencias. Como fruto de
nuestra reflexión se elaboró un mensaje final que os fue enviado a través de nuestro
servicio Citoc-online (104/2011). El documento subraya los puntos esenciales que
aparecieron a lo largo de la reflexión y que, en cierto modo, marcan las líneas para
nuestro próximo Capítulo General que, Dios mediante, tendrá lugar del 2 al 21 de
septiembre de 2013. Entre ellos, yo destacaría la llamada a desarrollar el ideal
contemplativo de nuestra Orden (del que deberían brotar todos nuestros apostolados),
la llamada insistente que se nos hace desde diversos ámbitos a ser “testigos de
esperanza” y la importancia de la misión en la Orden hoy (nuevas presencias,
inculturación, formación en las zonas emergentes, etc.).
No queremos que esta reflexión termine con la Congregación General, sino que
pretendemos que, en muy diversos niveles (personal, comunitario, provincial), la
misma pueda continuar. Para ello, os mandamos estos materiales en forma de
cuestionarios en los que, tomando como base el documento final de la Congregación,
os invitamos a una reflexión y una profundización en los temas que ahí aparecen. Se
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trata solamente de un instrumento de trabajo que puede utilizarse en vuestras reuniones
comunitarias, en un día de retiro, en una asamblea provincial, etc. No tenéis que
mandar ningunas conclusiones, es solamente una sugerencia para aquellos que, en
sintonía con toda la Orden, quieran reflexionar sobre estas cuestiones tan importantes
para nuestro presente y nuestro futuro. Usadlos como creáis conveniente y a vuestra
discreción. Aunque en principio van dirigidos a los frailes, es posible (incluso
conveniente) que sean utilizados por otros miembros y grupos de la familia
carmelitana que sin duda enriquecerán nuestra reflexión.
Así, de forma humilde y casi “familiar”, nos encaminamos hacia el próximo
Capítulo General, sobre el que hemos comenzado ya a trabajar en nuestro Consejo.
Falta todavía mucho tiempo, pero no estará de más empezar a prepararnos seriamente
para que pueda ser un momento de gracia, de encuentro y de crecimiento para toda la
familia del Carmelo.
Que la Virgen del Carmen, la stella maris, nos guíe y acompañe en esta
travesía. Recibid un fuerte abrazo, con verdadero afecto fraterno.
Fernando Millán Romeral, O.Carm.
Prior General
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1. RELIGIOSOS CONTEMPLATIVOS
Material de reflexión del Mensaje General
“Qualiter respondendum sit quaerentibus” (Niagara Falls, 2011)
El material es sólo orientativo, se puede adaptar según decida la comunidad.
1. Distribución folleto.
2. Lectura personal del Mensaje final de la Congregación General 2011.
REUNIÓN COMUNITARIA
3. Oración: S. Juan de la Cruz, 2 Subida 5, 6-7. “El rayo del sol dando en una
vidriera” (contemplación, transformación, unión y purificación).
El 12 de enero de 2007, el rotativo Washington Post llevó a cabo un curioso
experimento cuya finalidad era calibrar el gusto artístico del ciudadano medio
norteamericano y su percepción de la belleza. Para ello, convencieron a Joshua Bell –
en la actualidad uno de los grandes virtuosos del violín– a que se disfrazase de
mendigo, con unos vaqueros sucios y una gorra de béisbol, y, en una de la estaciones
del metro de Washington (L’Enfant Plaza), interpretase una y otra vez el colosal
concierto que, días antes, había tocado en el Boston Symphony Hall. Se hicieron
famosas sus declaraciones: “Era una sensación extraña… la gente me ignoraba
completamente”. Pero, contó, con cierto sentido del humor, que se había quedado
impresionado. En primer lugar, por los 32 dólares y 17 centavos que había logrado
recaudar aquella mañana, con su Stradivarius valorado en 3,5 millones de dólares; y,
en segundo lugar, porque había aprendido que, a veces, “lo más extraordinario puede
estar aconteciendo a nuestro lado y no darnos cuenta”. El contemplativo es un
centinela que sabe captar la presencia de Dios.
Necesitamos –quizás, hoy más que nunca– poetas, místicos, contemplativos, que
descubran los signos de la presencia de Dios. «Si la unión, en su sentido más profundo,
es la “mirada de Dios al hombre”, la contemplación será la “mirada del hombre a
Dios” y “a toda la obra que ha salido de sus manos” […] La mirada amable de Dios
transforma nuestros ojos y nuestro corazón para poder contemplar su misterio»1, allí,
incluso, donde aparentemente sólo hay ropajes de fealdad: «Un día fueron a bañarse
1 MILLÁN ROMERAL, F., Carta del Prior General a los jóvenes carmelitas reunidos en la JMJ de
Madrid 2011, en http://www.ocarm.org/madrid2011/content/carta-del-general.
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en el mar la Belleza y la Fealdad. Ambas se desnudaron y dejaron sus ropas en la
orilla. La Fealdad fue la primera en salir del agua, y, muy astuta ella, se puso los
vestidos de la Belleza. En cambio, a la Belleza, que fue la última en salir del agua, no
le quedó más remedio que vestirse con los andrajos de la Fealdad. Y, aún hoy es el día
que la Belleza y la Fealdad vagan por el mundo disfrazadas, y sólo unos ojos
contemplativos saben distinguirlas».
La contemplación es una ventana a la belleza, la verdad y la bondad. Hay muchas
cirugías estéticas, barnices de apariencia, que podrían ocultar mucha fealdad, mentira y
maldad (cf. O. Wilde, El retrato de Dorian Gray). Y, viceversa, aparentes fealdades,
sufrimientos y desiertos que podrían ocultar la hermosura del Señor2.
“El Carmelo entiende la vida según los consejos evangélicos como el modo más
apropiado de caminar hacia la plena transformación en Cristo” (RIVC 7, 9, 19c; 25).
Los consejos evangélicos son un camino de transformación que conducen al carmelita
progresivamente desde la esclavitud del “hombre viejo” a la libertad del “hombre
nuevo” (cf. RIVC 16): de la necesidad de “supervivencia” a la esperanza de la
“pobreza”; de la necesidad de “control” a la fe de la “obediencia”; de la necesidad de
“afecto” al amor de “castidad”. En los consejos evangélicos la “sustancia” es el amor
transformante de Dios, que provoca la unión y la purificación en la persona. En la vida
religiosa –recordaba Richard Rohr, O.F.M., durante la Congregación General–, sería
peligroso confundir “contemplación” con “observación”, o con “introversión”. Por un
lado, contemplar no es “observar” a distancia o “curiosear”. En la “observación” Dios
queda reducido a un espécimen que es simplemente analizado en el “laboratorio de la
ideas”. Por otro lado, contemplar tampoco es un sentimiento de introversión, o una
especie de evasión pseudo-espiritual. La consagración religiosa, por lo tanto, nos “une
más estrechamente”, nos “conforma” más al estilo de vida de Jesús de Nazaret (cf. LG
44).
El Río Negro y el Río Solimões son dos afluentes del Amazonas. El Río Negro,
como su nombre indica, debido a una serie de fenómenos físicos, transporta aguas
negras. El Solimões, en cambio, es un río de aguas de color ocre-rojizo. Cuando las
aguas de estos dos afluentes se juntan para formar el Amazonas, durante más de seis
kilómetros se produce un maravilloso espectáculo: las aguas circulan en paralelo por el
mismo cauce, pero no se mezclan, formando una autopista de dos colores. Las aguas
2 RATIZINGER, J., Caminos de Jesucristo (Cristiandad. Madrid) 33. Intenta responder a esta paradoja
(belleza-fealdad) comentando las antífonas que preceden al Sal 44 en la Liturgia de las Horas (Lunes,
Semana II, Cuaresma y Pascua). ¿Cómo podemos conciliar esto? ¿Cómo es que «El más bello de los
hombres» (Sal 44, 1), está «sin figura, sin belleza… su rostro está desfigurado por el dolor» (Is 53, 2)?
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negras discurren por la izquierda y las ocres por la derecha. Cerca de la ciudad de
Manaos, se produce el gran milagro de la unión. Remolinos y pequeñas cascadas
(¡efecto batidora!) acabarán por formar un nuevo río de color chocolate: el Amazonas.
La contemplación no es circular en paralelo a Dios, sin que se produzca nunca el
encuentro real con Él. La contemplación facilita que se produzca el cruce, el encuentro
real con Cristo.
5. Lectura del Mensaje Final, nº 3-4.
6. Diálogo comunitario.
OPCIÓN A
¿Qué es para ti la contemplación? ¿Qué puede aportar nuestro espíritu
contemplativo a la Iglesia y al mundo?
«De aquí que el ejercicio de los consejos evangélicos, “más que una renuncia” o
perfeccionismo moral “es un medio para crecer en el amor y llegar así a la plenitud
de la vida en Dios” (RIVC 25)». Los consejos evangélicos no son sólo un camino de
“divinización”; son también un camino de “humanización”. ¿Los consejos evangélicos
nos hacen más creíbles, más humanos, más alegres, personalmente y como
comunidad? ¿Se promueve en la comunidad y en la Provincia una pobreza que libera,
una obediencia que nos abre a los hermanos y una castidad que llena de compasión y
ternura? ¿Se dan entre nosotros –a nivel personal, comunitario, y Provincial– formas
de pobreza, obediencia y castidad que no son evangélicas?
OPCIÓN B
Leer y comentar comunitariamente la conferencia de Michael Plattig, “Vivit
Dominus Deus Israel in cuius conspectu sto!” (Vulgata, 1 R 17, 1).
7. Padrenuestro.
8. Antífona mariana.
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2. Y PROFETAS DE ESPERANZA
Material de reflexión del Mensaje General
“Qualiter respondendum sit quaerentibus” (Niagara Falls, 2011)
El material es sólo orientativo, se puede adaptar según decida la comunidad.
1. Distribución de este folleto.
2. Lectura personal del Mensaje final de la Congregación General 2011.
REUNIÓN COMUNITARIA
Oración inicial (mosaico de textos bíblicos)
Is 52, 7-10: “Los pies del mensajero”.
Is 26, 1-6: “Los pies de los pobres”.
Jn 13, 3-14: “Los pies de los discípulos”.
Jn 12, 1-3; Lc 24, 36-40: “Los pies de Jesús”.
En la Iglesia de S. Agustín, en Roma, donde está enterrada Sta. Mónica, hay un
cuadro atribuido a Caravaggio (1604-1605), titulado “La Virgen de los peregrinos”.
El santuario de Loreto, desde hacía tiempo, se había convertido en centro de
peregrinaciones. Los agustinos, para honrar a la aldea a la que, según la tradición,
había sido trasladada la casa de la Virgen, encargaron al pintor una imagen de María
Reina, entronizada como un ser celestial. El artista ejecutó el encargo recibido y,
cuando fue a cobrar su trabajo, se encontró con que los frailes ni le querían pagar, ni
querían el cuadro, porque les parecía irreverente que hubiera representado a la Madre
de Dios como a una mujer de pueblo3. El cuadro en cuestión representa a María en la
puerta de su casa llevando a Jesús en brazos. Arrodillados, delante de María, hay dos
peregrinos, con los pies desnudos y sucios por el polvo del camino. [No faltó quien
3 Algunos especialistas de Caravaggio afirman que la polémica se agudizó cuando trascendió entre la jerarquía
eclesiástica que la modelo que posó para el cuadro (Lena Antognetti), amante del pintor, era una conocida
meretriz romana. Otros, en cambio, lo desmienten. Sea como fuere, lo cierto es que la vida del pintor se
desarrolló a caballo entre las iglesias y palacios de los cardenales y los burdeles, guaridas de jugadores y
tabernas de la Roma profunda. El maestro, a través de su pintura, intentó unir estos dos mundos. No fue una
tarea exenta de polémica y de peligros. Pero, lo cierto es que “los pies del peregrino”, finalmente, pasaron el
examen de la ortodoxia, y allí quedaron plasmados “in aeternum”.
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llegó a afirmar que los pies mugrientos de los
mendigos estaban tan bien pintados y eran tan
reales, que ¡hasta parecían oler!]. Tal revuelo
suscitaron “los pies del peregrino”, que un clérigo
tildó al genio de “indecente”, afirmando que este
tipo de detalles deberían ser eliminados del arte,
sobre todo del arte que tiene como misión
despertar “devociones elevadas a Nuestra
Señora”. Caravaggio, en cambio, no cedió, y
afirmó con rotundidad que no puede haber
devoción más elevada que el culto que tributan a
la Madre de Dios los pies cansados y doloridos
de los pobres. El cándido pie de la propia Virgen,
que se tuerce como el de una bailarina, sirve de
contrapunto para realzar el contraste de las
durezas y los callos de “los pies del peregrino”.
El pintor intentó convencer a los agustinos
de que María ejercía su realeza desde la cercanía e intimidad de la mujer que se sabe
hermana y compañera de fatigas. Caravaggio se dio cuenta de que la humanidad de
María empezaba a estar coronada por los pies4. Lutero, en uno de los comentarios más
bonitos que jamás se hayan escrito del Magníficat, retrató la humanidad de María, al
decir de ella: “Ninguna acción, ningún honor, ninguna fama se atribuye a sí misma
[…]. No reclama honor alguno, se marcha y se dedica a las tareas caseras como
antes, sigue ordeñando vacas, cocinando, fregando la vajilla, barriendo. Se comporta
lo mismo que una criada o un ama de casa entregada a quehaceres insignificantes5
[…] María se abaja hacia la humanidad. Abajarse es un rasgo profético, materno y
fraterno al mismo tiempo. Las madres se agachan en busca de los hijos, y sus espaldas
dan pronto señales de ello. Comenta Primo Mazzolari: “Aquella curvatura en su
cuerpo es el documento de su amor, el inconfundible signo de la maternidad que se
abaja y condesciende”.
4 MILLÁN ROMERAL, F., “Et humiles victoria ornat (Sal 149,4)”, en Fonte 2 (2005) 112. Es significativa la teología que se
esconde detrás de la coronación de la Virgen: “Se puede pensar, en una primera lectura superficial, que se corona a la Virgen
en una especie de divinización que la aparta de nosotros y la aleja de la condición humana […] Realmente, se trata de todo lo
contrario: en María coronamos a la humanidad redimida, reconocemos en Ella lo que la humanidad puede llegar a ser y está
llamada a ser”.
5 LUTERO, M., Obras [Ed. T. Egido López, OCD] (Sígueme; Salamanca 20064) 193.
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El verdadero profeta de la Iglesia del futuro será aquel que venga del “desierto”
como Moisés, Elías, Juan el Bautista, Pablo y, sobre todo, Jesús, cargado de mística y
con ese brillo especial que sólo tienen los hombres y mujeres que están acostumbrados
a hablar con Dios cara a cara.
4. Lectura del Mensaje Final, nº 5-6.
5. Diálogo comunitario.
Juan XXIII, en su discurso de apertura al “Concilio Ecuménico” Vaticano II (11
de octubre de 1962), afirmó: “En el cotidiano ejercicio de nuestro ministerio pastoral,
llegan, a veces, a nuestros oídos, hiriéndolos, ciertas insinuaciones de almas que,
aunque con celo ardiente, carecen del sentido de la discreción y de la medida. Tales
son quienes en los tiempos modernos no ven otra cosa que prevaricación y ruina…
Mas nos parece necesario decir que disentimos de esos “profetas de calamidades”
que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los
tiempos…”. ¿Qué significa para ti, personalmente, que un carmelita es un “profeta de
esperanza” en nuestro mundo?
“El auténtico contemplativo es portador de la luz de Cristo resucitado en medio
de las noches de la humanidad” (nº 6). ¿Qué desiertos concretos afectan a nuestra
sociedad y a las personas a las que servimos en nuestros ministerios? ¿Qué hace tu
comunidad para ser “luz” en esas noches oscuras? ¿Qué más podría hacer?
Benedicto XVI, en el diálogo que mantuvo con el Prior General, P. Fernando
Millán Romeral, en agosto de 2010, durante la Peregrinación de la Esperanza, en
Castelgandolfo, nos recordaba: “Los carmelitas sois los que nos enseñáis a rezar…”.
¿Cómo relacionas esta afirmación del Papa con nuestra dimensión profética eliana?
¿Qué significa para ti esta afirmación?
7. Padrenuestro.
8. Antífona mariana.
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3. EN MEDIO DEL PUEBLO.
Material de reflexión del Mensaje General
“Qualiter respondendum sit quaerentibus” (Niagara Falls, 2011)
El material es sólo orientativo, se puede adaptar según decida la comunidad.
1. Distribución de este folleto.
2. Lectura personal del Mensaje final de la Congregación General 2011.
3. Lectura personal, previa a la reunión comunitaria, de la charla de Michael
Plattig, Ejemplos prácticos del significado de la espiritualidad carmelita en la Iglesia
(Niágara 2011). La podéis descargar de la web site de la Orden. Las preguntas y temas
que el autor plantea en esta reflexión podrían servir para orientar el diálogo de la
reunión comunitaria.
REUNIÓN COMUNITARIA
4.- Oración inicial. 1 Re 17, 1-16
(Vg.). “Vive el Señor en cuya presencia
estoy”.
“La Orden ha considerado siempre
la contemplación como el corazón de
nuestra llamada o vocación”6. De hecho,
“seremos fieles a nuestro carisma si
confrontamos las diferentes situaciones y
culturas con un sentido profético y una
actitud de fe, para descubrir al Dios que
vive y habla en la historia. Cada opción
por el servicio de nuestro prójimo debe
proceder y referirse a esta actitud
contemplativa”7. Para el contemplativo,
el cual se experimenta todo él de Dios,
nuestro servicio en medio del pueblo no
es un añadido circunstancial al carisma;
es una consecuencia lógica de la
contemplación. Según nuestra historia y
6 CHALMERS, J., El Dios de nuestra contemplación (Roma 2003) nº 7.
7 THUIS, F.J., In wonder at the Mystery of God (Rome 1983) 40.
Grabado de Elías en el torrente Kerit
de Jonas Umbach, 1645-1700
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tradición espiritual, cualquier apostolado nace de la relación personal con Dios (cf. 1
Re 17, 1; Institutio I, 2). Nuestra misión profética, el trabajo apostólico, no podemos
dejarlo a la improvisación, a la espontaneidad y a la dispersión. Nuestra RIVC, de
hecho, insiste en que la formación al servicio, elemento también esencial del carisma,
se ha de entender con la misma dedicación con que se forma para la contemplación,
para la oración y para la fraternidad (cf. RIVC 45).
¿Qué esperan los laicos de nosotros? La profesora M.ª Dolores López Guzmán,
en su reflexión“La esperanza de la vida religiosa, desde la mirada de una laica”,
presentada en la Congregación General (Niagara Falls 2011), apuntaba algunos
desafíos que un laico espera de un religioso: «¿Qué le pido a un religioso…? Después
de todo el recorrido realizado, resulta más “fácil” pedir. Porque sólo se debería
hacer desde el conocimiento del corazón. Por eso, la mayoría de las observaciones
que voy a hacer sólo se pueden situar correctamente desde la reflexión anterior8. Así
pues, de forma breve, señalaré los aspectos que, a mi parecer, sería bueno revisar
para acrecentar la esperanza en un futuro mejor para todos:
Que seáis lo que estáis llamados a ser, que os ilusione vuestra vocación, que
creáis en ella y la miméis. Resulta chocante y nada alentador encontrarse con
personas religiosas continuamente cabizbajas y malhumoradas.
Que creáis profundamente en Dios. No es tan fácil encontrar “hombres y
mujeres de fe”, y el mundo los necesita.
Que os guste hablar de las “cosas de Dios”. Ser personas de conversación
espiritual. “De hablar de Dios u oír de Él casi nunca me cansaba” (V 8, 12), decía
santa Teresa. Las personas necesitamos palabras distintas a las que el mundo nos
propone. Y el Señor ofrece un lenguaje distinto que nos abre a una comprensión nueva
de la realidad. Es esencial ayudar a la gente a “tratar de amistad” con Dios, pero
para ello tiene que haber gente avezada en los movimientos de la interioridad y en el
discernimiento espiritual.
Que toméis conciencia de que sois un “lugar de referencia” que genera
tranquilidad en la gente. En la película “De dioses y hombres” [Xavier Beavois
2010], sobre los mártires de Tibhirine, resulta conmovedor escuchar a la gente del
8 Quien lo desee puede descargar también de la página web de la Orden y leer la
reflexión “La esperanza de la vida religiosa, desde la mirada de una laica”, que la
profesora M.ª Dolores López Guzmán presentó en la Congregación General (Niagara
Falls 2011).
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pueblo decir que “para ellos los monjes eran las ramas del árbol donde podían
descansar”. Este hecho genera responsabilidad porque en parte os “obliga” a ser
ejemplares. Pero Jesús lo dijo con claridad: Porque “os he dado ejemplo, para que
también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros” (Jn 13,15).
Que seáis disponibles a los signos de los tiempos. Para ello resulta
imprescindible no apegarse al dinero, ni a las personas, ni a las obras… y mantener
así esa mirada universal que os caracteriza.
Que viváis con sencillez, pues, entre los tres votos, el de la pobreza es el que
tiene mayor visibilidad y el primero que la gente detecta si no está bien encajado. Un
estilo de vida pobre conduce al agradecimiento, pues para quien no tiene nada todo le
parece mucho.
Que en la misión compartida cultivéis un estilo que contribuya a incrementar la
confianza recíproca (laicos-religiosos), que sepa valorar la profesionalidad (y no se le
exija al laico un espíritu de voluntariado, y 24 horas de servicio), y que no olvide
potenciar la vocación laical».
4. Lectura del Mensaje Final, nº 7-8.
5. Diálogo comunitario.
¿En nuestras predicaciones hay respeto y presuponemos la madurez de los fieles?
¿Sólo les decimos lo que tienen o no tienen que hacer?
¿Brota el trabajo por la Justicia y la Paz verdaderamente de nuestra dimensión
contemplativa? ¿Somos políticos o profetas y hombres de Dios?
¿Cómo son nuestras eucaristías? ¿Son sólo un precepto, un lugar para instruir a la
gente? ¿Son un servicio que le hacemos a Dios, o es más bien un servicio que Dios
hace a su pueblo?
¿En el acompañamiento espiritual conducimos a las personas al perfeccionismo
moral o a la libertad espiritual?
6. Padrenuestro.
7. Antífona mariana.
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MENSAJE FINAL DE LA CONGREGACIÓN
GENERAL
“Qualiter respondendum sit quaerentibus”
¿Qué responderemos a los que nospregunten?
A todos los miembros de la familia carmelita: Paz y bien en el Señor.
“Vivid, pues, según Cristo Jesús, el Señor, tal como lo habéis recibido;
enraizados y edificados en él; apoyados en la fe, tal como se os enseñó, rebosando en
acción de gracias” (Col 2, 6-7). Con estas palabras del apóstol S. Pablo, proclamadas
en la eucaristía del primer día, y pidiendo a Dios la sabiduría de su Espíritu Santo , el
Prior General, P. Fernando Millán Romeral, O.Carm., inauguró la Congregación
General de 2011.
1. Los días 5 al 15 de septiembre de 2011 se celebró en el Centro Espiritual
Monte Carmelo la Congregación General, bajo el lema “Qualiter respondendum sit
quaerentibus” (¿Qué responderemos a los que nos pregunten?) . Son las palabras de
apertura de la llamada Rubrica prima, que se encuentran en las Constituciones de
1281, las más antiguas que conservamos. Sin embargo, este documento puede
remontarse, en cierto modo, a 1247, cuando la Orden en su migración a Europa adaptó
un estilo de vida mendicante. La Norma de Vida y nuestra Regla presentaban ya una
eclesiología implícita. La Rubrica Prima, nuevamente, desde el punto de vista
eclesiológico, fue la respuesta oficial a quienes nos preguntaban sobre el origen de
nuestra Orden. La pregunta actual, por supuesto, no intenta responder a cómo nacimos
y cómo fueron nuestros orígenes, pero sigue desafiándonos al cuestionarnos: ¿quiénes
somos? ¿qué hacemos aquí? (cf. 1 Re 19, 10) y ¿por qué hacemos lo que hacemos en
la Iglesia?
2. Siguiendo las orientaciones del Consejo General hemos abordado la segunda
parte de la reflexión iniciada ya en el Capítulo General de 2007: In Obsequio Iesu
Christi. Comunidades orantes y proféticas en un mundo que cambia. La primera parte
“Comunidades orantes y proféticas ” se trató en el Consejo de las Provincias (S. Felice
del Benaco 2009) y durante estos días, con un criterio fundamentalmente
eclesiológico, hemos abordado la segunda parte “en un mundo que cambia”. Para ello,
tres expertos, desde diferentes perspectivas, nos han ayudado a profundizar en nuestra
identidad carmelita. El P. Richard Rohr OFM, como religioso franciscano, presentó
Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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algunas pistas de lo que la vida religiosa puede ofrecer a la Iglesia y al mundo; la
Profesora Mª Dolores López Guzmán, desde el punto de vista de una mujer laica
comprometida en la Iglesia, nos describió la esperanza de la vida religiosa en diálogo
con los otros estados de vida, y el P. Michael Plättig, O.Carm., expuso algunas
cuestiones y ejemplos prácticos de lo que nuestra espiritualidad carmelita puede
brindar a la Iglesia.
3. Hemos recordado estos días cómo a la largo de nuestra historia, y con el aval
de nuestra tradición espiritual, la contemplación no sólo es el corazón del carisma
carmelita, sino el mejor regalo, el tesoro escondido, la perla preciosa (cf. Mt 13, 44-
46) que podemos ofrecer al mundo y a la Iglesia. Se es contemplativo allí donde el
amor se hace activo. La contemplación es un proceso de transformación gradual del
falso yo (hombre viejo) al yo verdadero (hombre nuevo), escondido en Cristo ( cf. Col
3, 3), y realizado en nosotros por el Espíritu Santo, hasta alcanzar la unión con Dios en
el amor (cf. RIVC 1 ). Es el amor el que transforma nuestras obras, pensamientos y
sentimientos (cf. Const. 17; RIVC 23): el amor que procede de Dios y el amor con el
que servimos a la humanidad. Es el amor el que purifica nuestros pensamientos, sana
nuestras heridas, nos une a los hermanos/as, nos alivia en el sufrimiento, denuncia la
injusticia, abre caminos de reconciliación... En definitiva, es el amor el que cambia y
transforma nuestro mundo. No lo olvidéis, recordarán nuestros místicos, es el amor el
que da valor a todas las obras, pues “Dios no mira sino el amor con que hacéis lo que
hacéis ” (Sta. Teresa de Jesús, Exc. 5). El amor es la vocación del contemplativo:
“amarte y hacerte amar” (Sta. Teresita de Lisieux , Cta 119).
4. ¿Qué es específico de la vida religiosa carmelita? La vida religiosa en sí misma
ya es un referente que habla de la bondad del Señor, y, visiblemente, ofrece al mundo
un mensaje claro: “sólo Dios basta” (Sta. Teresa de Jesús, Poesía). No hay que hacer
nada especial para que así sea, simplemente ser, pues “la dignidad de la vocación
religiosa tiene un valor intrínseco en el seno de la Iglesia, más allá de su vínculo con
cualquier ministerio o servicio” (cf. RIVC 112). El mejor icono de la vida religiosa es
la presencia misma de la persona consagrada . La vida consagrada, como apunta la LG
44, nos invita a los carmelitas a vivir nuestra actitud contemplativa, imitando “más de
cerca (pressius) aquella forma de vida que el Hijo de hombre escogió al venir al
mundo...” El comparativo pressius, traducido en nuestras lenguas vernáculas como
“más de cerca”, pierde la intensidad del término latino. Pressius procede del verbo
presso, que significa más bien “prensar”, “apretar”, “unir muy estrechamente”.
Llevados por esta imagen, nuestra consagración nos “conforma” más al estilo de vida
de Jesús de Nazaret. Sabemos mejor quiénes somos cuando entramos en diálogo
Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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permanente con el resto de estados eclesiales, pues ninguna vocación en la Iglesia
agota la hondura del misterio de Cristo. “El Carmelo entiende la vida según los
consejos evangélicos como el modo más apropiado de caminar hacia la plena
transformación en Cristo” (RIVC 7, 9, 19c; 25) y hacia la “libertad” (RIVC 16). De
aquí que el ejercicio de los consejos evangélicos, “más que una renuncia” o
perfeccionismo moral “es un medio para crecer en el amor y llegar así a la plenitud
de la vida en Dios” (RIVC 25). Nos convertimos en un don para Dios (“in obsequio
Jesu Christi vivere debeat”, Reg. 1) y para todos, haciendo de la vida una entrega.
5. La pregunta que estos días hemos planteado no es tanto ¿qué esperamos
nosotros? cuanto ¿qué espera Dios de nosotros? Nuestra esperanza, nuestra alegría, se
fundamenta en Jesucristo, principio y fin de toda realidad. El presente, aunque esté
lleno de fatigas, se puede vivir con entusiasmo si lleva hacia un fin y si esa meta es tan
grande que justifique el esfuerzo del camino (cf. Spes Salvi 1). La esperanza cristiana
es teologal. El apóstol san Pablo recuerda que la comunidad de Éfeso estaba sin
esperanza porque vivían en este mundo como “sin Dios” (cf. Ef 2,12). Llegar a
conocer a Dios, al Dios verdadero (cf. 1 Re 18), al Crucificado que ha Resucitado (cf.
Lc 24, 5-6), ahí radica nuestra esperanza. Entre las cosas esperables, aunque de entrada
nos produzca rechazo, está también la cruz del Señor. Sólo siendo amigos de la cruz
del Señor (cf. Flp 3, 18-19), viviremos felices y podremos ser esperanza para los
débiles. La causa principal de no avanzar en la vida espiritual, recordarán nuestros
santos, es que, a veces, somos enemigos de la cruz del Señor: “habrá muchos que
comenzaron y nunca acaban de acabar. Y creo es gran parte este no abrazar la cruz
desde el principio” (Sta. Teresa de Jesús, V 11, 15). Curiosamente, nuestro lema,
“Zelo zelatus sum, pro Domino Deo exercituum”, no es un grito triunfal del profeta
Elías, sino más bien el comienzo de una “oración de lamentación”, en la que el profeta
reconoce su impotencia y expresa su crisis y sus dudas, teniendo como interlocutor
directo a Dios. Nuestras pobrezas, nuestras limitaciones no deberían ser consideradas
una desgracia ni una resignación, sino una auténtica escuela de transformación y
contemplación. Es más, reconocer
nuestra debilidad es imprescindible para conocer quién es Dios y para dejarnos salvar
por Él (cf. 2 Cor 12,9). El Dios de la revelación, que se ha manifestado potente en la
creación, ha querido manifestarse como débil y pequeño en la redención. Y sólo así es
nuestro Redentor y nuestra Esperanza.
6. La experiencia de Dios vivida en fraternidad nos impulsa a hacer nuestra “la
misión de Cristo”: ser profetas de esperanza. El auténtico contemplativo es portador de
la luz de Cristo resucitado en medio de las noches de la humanidad. Hay muchas
Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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formas de desiertos en medio de la noche: el desierto de la pobreza y del abandono, el
de la soledad y del amor quebrantado. Existe también el desierto de la oscuridad de
Dios, el del olvido de la dignidad del hombre. Los desiertos exteriores se multiplican
en el mundo, porque se han extendido las noches de los desiertos interiores. Nuestra
misión no consiste en esperar pasivamente, sino en acelerar la venida del Reino de
Dios (cf. 2 Pe 3,12). Todo lo que hemos recibido en nuestro carisma carmelita,
historia, espiritualidad, por la misma lógica del don, no nos pertenece, lo hemos
recibido “para darlo”, y “darlo del mismo modo como a nosotros nos lo dieron” (cf. S.
Juan de la Cruz, Llama 3,78). Y a nosotros nos lo dieron gratis, sin tasa, de forma
remecida, abundante... (cf. Lc 6, 38). Benedicto XVI, en el diálogo que mantuvo con el
Prior General, P. Fernando Millán Romeral, en agosto de 2010, durante la Peregrinación
de la Esperanza en Castel gandolfo, nos recordaba: “los carmelitas sois los que nos
enseñáis a rezar”. Cualquier apostolado y misión carmelita nos tiene que enseñar no a
acumular oraciones, haciendo de las devociones pura superstición y magia, o mero
coleccionismo, sino a rezar, es decir, a crear una relación madura con Dios y con lo
demás. Las expresiones con que los místicos hablan de la relación con Dios son de una
gran frescura y simplicidad, y, precisamente por eso conectan poderosamente
con el corazón de Dios y con las cosas esenciales de la vida.
7. Estos días hemos recordado cómo la práctica de vivir en la presencia de Dios
(cf. 1 Re 17, 1), el misterio de dejar a Dios que sea Dios, el redescubrimiento de la
espiritualidad de la celda, el equilibrio entre el silencio y la palabra, la soledad, el
“vacare Deo”, la “noche oscura” y nuestro estilo de vida mendicante, son levadura que
fecunda a la Iglesia y a nuestro mundo y nos ofrecen pistas de reflexión para nuestra
vida pastoral. Nos damos cuenta de que somos ricos en tradición y modelos teológicos,
pero, quizás necesitemos revitalizar itinerarios mistagógicos que, en la práctica, sirvan
para transmitir a otros la riqueza del Carmelo y la belleza de haber visto al Señor. El
carmelita en medio del mundo está al servicio del cultivo del jardín de Dios, el
Carmelo, creando lugares sagrados, espacios místicos donde Dios brille. Nuestra
pastoral nos debe llevar a replantearnos una serie de preguntas:
a) ¿En nuestras predicaciones hay respeto y presuponemos la madurez de los
fieles? ¿Sólo les decimos lo que tienen o no tienen que hacer?
b) ¿Brota el trabajo por la Justicia y Paz verdaderamente de nuestra dimensión
contemplativa? ¿Somos políticos o profetas y hombres de Dios?
c) ¿Cómo son nuestras eucaristías? ¿Son sólo un precepto, un lugar para instruir
a la gente? ¿Son un servicio que le hacemos a Dios, o es más bien un servicio que Dios
hace a su pueblo?
Fichas de reflexión sobre el mensaje final de la Congregación General 2011
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d) ¿En el acompañamiento espiritual conducimos a las personas al
perfeccionismo moral o a la libertad espiritual?
El carmelita trabaja sin apropiarse del resultado de sus obras. Mengua para que
Dios crezca (cf. Jn 3, 30). Ilumina sin eclipsar la acción de Dios, consciente de que si
en la misión empequeñecemos a Dios, nos empequeñecemos a nosotros mismos. No
anunciamos al mundo una espiritualidad de la eficacia, del éxito y de la productividad,
sino una espiritualidad del empequeñecimiento, donde nuestra confianza está siempre
puesta en Dios.
8. El Bto. Tito Brandsma, desde este mismo lugar, el año 1935, durante su
periplo en América del Norte (Washington, Chicago, Nueva York, Allentown, etc.),
quedó sorprendido por el espectáculo de las cataratas en Niagara Falls y escribía en su
diario: “Estoy contemplando las impresionantes cataratas del Niágara. Desde la parte
más alta del cauce las veo discurrir... Lo que más me sorprende es la compleja y
maravillosa combinación de las aguas... Veo a Dios en la obra de sus manos y las
huellas de su amor en todo lo visible. Me siento invadido por un alegría desbordante
que está por encima de cualquier alegría”. Sin embargo, el P. Tito no redujo la
contemplación a mera autocomplacencia privada y narcisista, sino que se sintió
solidario con los hombres y mujeres de su tiempo. De hecho, en su famoso Discurso
con ocasión de la investidura como Rector Magnífico de la Universidad Católica de
Nimega, el 17 de octubre de 1932 se preguntaba: “¿Por qué la imagen de Dios se ha
oscurecido hasta tal punto que a muchos ya no les dice nada... Entre las muchas
preguntas que me planteo ninguna me preocupa más que el enigma de por qué tantas
personas cultas, orgullosas y henchidas con el progreso, se alejan de Dios”. También
nosotros compartimos las dudas y preocupaciones de los hombres y mujeres de nuestro
tiempo.
9. Los carmelitas saludamos a María, la Madre de Dios, como “Estrella del mar”.
La vida es como un viaje por el mar de la historia, en la que María nos indica la ruta.
Santa María, Madre de la Esperanza, enséñanos a creer, esperar y amar. Ave Maris
Stella, ilumínanos y guíanos en nuestro camino.
Dado en Niagara Falls (Canadá)
el 15 de septiembre de 2011
Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores