fin de siglo 10
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LAS MALVINAS EN EL HOSPICIOLA CULTURA: ESE VIEJO MALESTAR
ARAFAT/MASTROIANNI/TATO PAVLOSKY/OBISPO HESAYNELA PELICULA DE HAROLDO
ARTA UD/DYLAN THOMAS/VIRGINIA WOOLF/PATTI SMITHWALSH: BAYER/VERBITSKY/PIGLIA
HISTORIAS DE ABORTO/VIDA DE UNA OBRERA TEXTIL
DOSSSIER: PALESTINA
EL IMPERIO AL
La derechapor Ricardo Horvath 2 SUMARIO
El imperio al desnudopor Claudio Uriarte yRodolfo Mattarolb 3
La cultura, ese Viejo malestarpor Asunción Carballoopinan: David Vlñas, EduardoGrúner, Ale jandro Horowicz,Enrique Symns, Oscar Taffetani yDaniel Molina
Las en el hospiciopor Zito Lema
Entrevista apor Abed Escala
La balada de Haroldopor Oscar Taffetani
La colina de los helechosun poema de Dylan Thomas
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ABRIL 1988
con Monseñor Hessaynepor Azucena Racosta
Dossier Palestinaproducción periodística de Carlos
Entrevista con Eduardo Pavlovskypor Susana Silvestre 24
La Cautivaproduccon periodística de MaríaMoreno
Versiones periodísticasLas rosarinas se las traenpor Noemí Chiarrotti
La sangre de las mujerespor Claudia SchvartzPatti, la peor de los Snith
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AznárezLa terra, esa obstinadanecesidadLa victoria contra CaínEntrevista a Yasser Arafat
Habla Spiro, pacifista israelíLa últirm vez que vi a Arafatpor John Le CarréPoesía
Walsh
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45
46
48
escriben: Osvaldo Bayer, HoracioVerbßky, Ricardo Piglia y VicenteZlto Lema 49
I look dd debpoema de Arturo Carrera 53
lh diálogo en el Pentélicotexto inédito de Virginia Woo If 54
Ocupación de tierraspor Jorge Muracciole 57
Al ladrón! Al la&ón!por Enrique Symns 60
John Calepor Alfredo Rosso 64
Taxipor Tom Lupo 67
Reirse de uno mismopor Andrea Rabolini 68
Una noche en San Francisco
Tranwaypor Vera Land 70
Zona Criticaproducción general de Daniel Molina
Mediomundo contra el bapn. Plástica:
Benedi, Suárez, Schugurensky. Todoen ETC. Libros, critican: Chitarroni,
Silvestre y Muschietti. Hernández
va a la feria. 71
Retab: El Balcónpor Eduardo Lus Duhalde 80
La cultura,ese viejo
malestar
Hace cinco años, el ensayista
Eduardo Grúner escribió acerca de las
formas de (mal) estar en la cultura
argentina. Después —decía— de una
década de certezas, duras como piedras,
se descubría que supuestos "fascistas",
como Celine, Pound o Mishima, eran
más interesantes —en sus producciones
intelectuales— que gran parte de los
impolutos ídolos "progresistas". Se
aprendía que los grandes proyectos, las
ilusiones de un mundo feliz, felizmente
fracasaban en el mundo.
Cuando los intelectuales tuvieron que
enfrentarse con su pobreza —material,
social, espiritual—, empezó la
fluctuación. El péndulo osciló entre una
estética del desencanto y una ética del
compromiso. Esa oscilación, por cierto,
no abarca todo el campo, ni todos los
gatos son pardos. Pero la escena
principal se montó en torno a esos
conflictos de campanario.
Para intervenir en el debate, situarlo
en otros ejes, convocamos al citado
Grúner, a David Viñas, a Alejandro
Horowicz, a Enrique Symns, a Oscar
Taffetani y a Daniel Molina. El cuerpo
de la nota está a cargo de Asunción
Carballo. No son las únicas voces
posibles —menos en un campo en el que
todos quieren hablar—. Sin embargo,
ellas permiten encarar la discusión desde
la multiplicidad. Uno de los signos, no
desdeñables, de este tiempo.
"NO TODOS
RECULAN"
por Alejandro Horowicz
Transformar cl retroceso prolurio en •virtud, la
dcsonentación de la intelligenzia en orientación
fragmcntana y la nula fe en el estatuto de un nuevo
conocirruento, constituyen los ejes nodales del pro-
grama postrmderno. De norte a sur arrian los ga.
Ilardctes dc la ievolución con este argumento: las
cosas son lo que son y la Revolución que debía re-
hacer la histona, al no desenvolverse, puso fin a la
historia de la revolución.
Algo presta rrurco para que tan flRdiocres y ar-chivistas razones (más o menos similares a la de los
berstenianos a comienzos de siglo) tengan eco: elrefugio, el desame nwral y político del reformismo
socialista, la derota de las vanguardias revoluciona-
rias y el repliegue de las masas obreras que prcsen-
tando o sin presentar batalla soportan cl demoledor
castigo de la crisis general del sistenu capitalista
En París y en Buerws Aires, en Nueva York y
en Moscú, el desasosiego gana víctimas y exégetas.
Un ideario privatista, liberal, manchesteriano, reco-
m el horizonte. La democracia pierde su contenido
de clase para vestirse de antiautoritarismo soso, e-dulcorado. donde los bienpcnsantes de turno Ic re-
cuerdan a los maestros, por ejemplo, que hay asala-
liados que ganan menos y se las aguantaru Bravo. a.hora los resignados militan en un partido novísimŒel de la desmvilización.
Ese partido no sólo hegemoniza la actividadcultural. sino el resto de las actividades. Para decir-lo en los términos de Ferdydurke: un nopodcrni-miento imposible de litios no es-criben y si se escriben no se leen y si se leen no irry
portam Las universidades legitiman um ignœaxiaeditada, traducida, por una cohorte de profesoreshambnentos de desmovilziación. Tienen, eso sí, urn
notable violencia capaz de arrasar cualquier síntortu
de crítica radical. La crítica radical, se sabe, atre la
nurcha de las diferencias radicales, las diferenus
conllevan a la militancia. a la lucha, y la lucha
—cómo olvidarlŒ— supcM1e la derrota. la muerte. Y
Mishiadura
y almas muertasgana del Indio, la tribu prolifera y gana las casus.
Regalito del Proceso que, amén de haberse liberado
de algunos cuerpos de pluma fastidiosa, dejó un re-
guero de Estructuralistas, post o pre la-
cancanos o dcleuslanos sc atxxaron durante estos a-
nos a un objeto lavado de tala políuca. Si, corm se-
hala Jorge Warlcy, en los sesenta los críucos litera-
nos dialogaban con cl marxismo o, Intentaban dœ
losas yuntas teóncas, luego se trató de afilar las jer-
gas, cerrar los cotos, ruar suficientemente el nzo
como rura eliminar a los palurdos. El ghcto aisla,
protege, cuida un m«jcsto rrrrcado de elegidos. En
una mesa redonda realizada en el Ricardo Rojas scy
bre la nueva críuca literana. Maolde Sánchez pre-
guntaba al panel la ausencia de polémica, por e-
sos derrocarrucntos de sangre Imagtnanos que en
los sesenta pnvllegtaban la tona de Honda y Via-
monte. En esc debate. Alejandro Kau adjudicó esa
ausencia a la estructura misma de la críuca acadé-
nuca, Ilús Interesada por la legiumldad de las filia-
ciones. por ereglr un "sujeto supuesto de saber" que
por Interrogarse. En térrrunos [Vlíuco sociales Jorge
Warlcy. menos amable, habló de la hipocresía que
hoy campea en el campus donde se reemplaza la
crítica por cl comadreo y se tiñen las relaciones cn-
trc dc un huele conforms-
ia desapanaón de los mucrtos requiere la obcdicn-
cia debida. Semana Sanu y el sacrosanto horror a
que paren la puerta. los canccrbcros del orden al
servicio de Sataná'x Es decir, de las relaciones de
rroducción que el capital financiero constituyó cn
la sœledad argcnuna
Los escritores del miedo
No sólo se dejaron de leer libros que cn otro
tiempo fueron Instgruas la revolución. El conscr-
vaiunsmo es tan grande, la cautela tanta, que no se
Ice ni el Upa Leer es una acuvldad intranquilimdcy
ra Qucn Ice, algo quiere avcnguar. Sc trata dc no
avenguar Entonces, hay que pensar, actuar, cn-
frentar. combatir, levantar las banderas del clerrw•n-
ul y linyoso ú srecho a la Vida
A majo de síntorru se pucdcn realizar cncucn-
tros internacionales sobre algún pensador de iz-
quierda convenienterrrnte expurgado. Eso sí, de
Lenin m palabra. Hablar de Lenin, estudiarlo. es
"petardismo"i La razón, obvia: hace tiempo
Lukacs explicó que la obra de Lemn desenvuelve
un argunrnto único: la innrdiatez de la rev011Eión.
De ese modo Marx leyó a Fcuerbach (no se tru
interpretar el mundo Sino de transformado) y esto
sobresaltos de la críuca literana quizá debería agre-garse, en los aspectos personales, esa domesticación
de la violenoa y culto al bienestar de laspsicológicas y pseudonatunstas, el look Uno mis.
mo.Hay algo que de su peso, si el instrunrnto
crítico hoy es acépuco,no salir de la fratna rrrnosva a favorecer la discusión: "los hermanos sean uni-
dos porque esa es la ley pnrrrra". ¿Dónde quedaron
esas grandes refnegas que pcromzaban histérica-
mente a Scbrelli. o hacían que David Viñas —tradi-
ción oral— descargara una jarra sobre la de
Murena? ¿Ya no hay laicos hinchapclotxs corm Os-
car Massotta o Germán García? Ni hablar de losMartínez Estrada o los Scalabrini Ortiz a quienes
los desgarramientos Cucos daban una prosa des-
hollados Vivos. "¿Sc acabaron esas vidas trágicas,
dcslrchadas, suicidas, renunciadoras? Parece que a-
hora han tnunfado los Intelectuales de Instituto yLengua Básica Común, de MAIclo de Investigación
Controlado y Carrera de Invcsugador de Gabinete
de Asesoría y Comunidad Científica Establecida. Y
que no hay disputas con cl Príncipe. que bien los
acoge y los Ice" cscnbc Horacio González en El
Porteño. Hoy el crítico es un profesor, a quien le
conviene casarse para pagar cl alquiler Un
cobra, recobra, angusuosa realidad. Ante esa reali-
dad huyen despavondos los que no soportan la ten-
Sión que esa lucha impone.
Pues bcn, no todos reculan todo el tiempo en
todas panes. Los maestros, los que tienen todavía
algo quc enseñar, sc mvilizan en defensa de su sa-
lano. Vale decir, se tmvllvan en defensa de la cul-
tura toda. La mviliación cs cultura. Contra la bar-
bane, exigen lo obvio Dcsde el fondo del pozo nos
muestran que la voluntad cuando adquiere suficien-
tc númcro de adherentes no es voluntansnw; la lu-
cha. cuando sc libra con suficiente profundidad, es
sensatez; la estrategia, cuando merece esc nombre
cs inteligencia. Contra esa voluntad. esa lucha y csa
estrategia un jefe se eleva siniestro: Raúl Alfonsíru
Contra la corriente
Está de moda sostcncr: el discurso científico y
el ficcional no son radicalmcntc diferentes. Mc ca-
go en esa moda. Sin hesitar reivindico las certezas
dcl panfleto. Gcncrac:oncs de obreros orientaron
sus luchas con El Manifiesto Comunista En esa di-
rccclón y con csa fuerza dsbcrnos batirnos contra
tanto excremcnto vestido dc relativismo cultural.
Los intclcctuales posmodernos se han prostituído
un jefe de trabajos prácticos con dedicación simple
25 y un adjunto 30 (a este últim en Brasil le paga-
rían 800 dólares).
No mezclarse es achicar el espacio y la críticaliterana acadénuca poœ cara de sentir rrul olor anteel penodlsnv. ¿Cuarenta líneas sobre una reedición
Gide? ¿Ochenta sobre Demda? iQué perversión!Lk este mdo abandona un campo de lucha de re-gistro confŒmándose con otro, en el cual,
los popes como Noé Jitnk, Ana María Barrenechea
o Josefina Ludmer, no alcanzan, con sus obras, laventa de tres mil ejemplares.
En el teatro, arrúl de la denuncia de Cristina
Banegas qtr le adjudica un 80 % de lúmpenes, (la
rruyoría tratando de parecerse a Robert de Niro o
Meril Streep) la academa no tiene nada de real, pe-
ro sigtr siendo academia. "Cuando hicims una
ta sobre estudiantes de teatro —cuenta Warley—,
los pbes decían que lo que nús influía en la de
público era la nula capacidad del teatro actual
generar infracción, sorpresa. Ellos descnbían Si
querés ver payasos vas al Ricardo Rojas, si querees
ver punkies al Parakultural; psicobolchlsrno liberal
en el Teatro de la Campana; vanguardo-dark en Ce-
nrnto; corrección standariada, el San Martín. Lo
es que los detectaban los espacios
tanto que no creen siquera cn la Importanaa de sus
propias afirmaciones.
Tienen razón: no valen nada. Ni ellos, ni sus a-
firnuuoncs. Sus prácticas rerrrdant parodian. otras
practican. Sus Ilusiones, los fósiles de los que carv-
cen de ilusión alguna Su conocimiento. la rmrca de
la derrota en -un cuerpo rcndm La locomotora de
la histona (que no sicmpre es la de la Revolución)'
deshilo su pasión por saber, su deseo de compren-
der las ranncs de la alienación hurru-
na, su volunta.i de transformar un orden que niega
la cultura por negar la humanidad de los vínculos
sociales conueruéndolos en nexo entre cosas.
Más tarde o temprano el n»virriento estu-
dianul barrerá la Universidad de basura como en1918. Con los trabajadores a la cabeza. el movi-rrucnto social P(M1drá fin a los prograrms australes,
a los sourouilles, vnra regritar una vieja y encanta-
dora fórmula de Marx: "No nos presentamos ante el
mundo 0B)méndole doctnnariamcnte un principio
nuevo y diciéndole: 'Esta es la verdad arrodillate'.
Deducimos de los principios mismos del mundo
otros nuevos. No le dcctmos: 'Apártate de tus lu-
chas, que no tienen nosotros te darems la
verdadera consigna de lucha'. Sólo le mostramos
porqu€lucha, ya que la conciencia de esa lucha es
algo dc lo que se tiene que apropiar. quiéra o rn"
culturales corm cotos cerrados, con sus propiasy Nanta público. Sobre ese a-
ctErü) hay posibilidai real de innovación, decí-sirnp•e y des& el varms Eademia".
En la plática prácnarrrnte el rœrcado es unSe ven&n ct»drtx de pntores mœr-
o extranjeros. Las revistas alternativas estanthorœdas pœ el paFl y son estálles pa-
ra encontrar nútodos publicitarios capaces de ha-
œrios quizá en parte por ese resabio
mántico que hace a la izquierda, al underground engeneral. incormdarse con los asuntos del nurke-ting. Sin embargo es difictl qœ no se rrendan a lacoyuntura, al modelo Gente o La Semæta a la hora
de Fnsar una tapa que debe sobresalir en el quiso-
ko coax) el de un papagayo. En eœ gntido
hay recienes que rozan el esåndalo: haœdas el serrunario El Penodista, en uru
interpretación del periodism ficción de Rodolfo
Walsh, ofreció en su contratapa uru historieta dot'E
de supone qiE Olnrdo cayó al vacío mientras se
encontraba buscando "el canuto" oculto en algún
lugar del balcón. La versión rw proviene de runguna
investigaaón policial, xriodísoca o de
dŒ espontáneo. Las pruebas no pasan del "dicen
qué" o "podría ser" con que inicia sus chismes la
Dona Rosa NetstadL Y d estilo no se difaencia
del "canero" con que se interrogaba al testigo (kl
caso Monzón, el señœ Baez, en una de ca-
2. Extraño estilo una izquierda que cuando se
haNa de cocaína pega un respingo rmrallsta, rœE
en la nisrru bolsa a consurrudœes y raficantes y se
pone codo con codo con rmnseðores y generales.
Walsh que produjo sosías qœ se miran, a la
hora de las contranpas y portxias, en el espejo
Gente y que es hormnajeado en donœ
el chantaje político Alarios nugrísirms y
hE1namientos ganaderos! Ni hablar de la izquieru
que se bajó del caballo para soplar .com diría
Horacio Gonúlez— palabras floridas en la oreja
del Príncipe.
El editor Eduardo Luis Duhalde opina que en u-
na sociedad que araviesa Ina crisis orgánica, con
síntomas disolwión nacional sería ilusŒio pen-
sar que una cultura nacional o de izquierda pudiera
tener un gran desarrollo.
Haciendo merrwria. Duhalde dice que Alfonsín
despertó expectativas en la izquierda cultural, gene-
rando dos actitudes 1) los que se acercaron, pero sin
establecer un compromiso ideológico y 2) los que
lo hiaeron a partir de una reelaboraciúi de su pro-
pio pensamiento (los posibilistas, post-nurxistas,
Portantiero, Terragno, etc.). Hoy cree que hay dos
o el nrntaio "desencanto" o la renova-
ción de esas expectativas en torno al peronism
nós ermtiva que racionalnrnte. Opina que estos
virajes son propios los que tienen una concep
ción oportunista del papel del intelectual, subordi-
nan su propo rol en función de la relación que pue-
den esciblecer wn el poder. y suelen œr muy crue-
les su propio pasado, eso sería
va de la lógica del converso. "Alguna vez
—agrega— qœ Giussani sería un crítico ferœ
qœ sao tubía que dade tiempo».
Muchos de esos soploœs del prínci1E ya esun
acallando sus entusiasms y se linónn a "apoyos
puntuales"
Shangay, un producto
made en Taiwan
Literatura autorreferencial, a rœnudo jodona
—el significante se usa corm un sonajao—,
populista, antirrealista, golosa de sí rrûsrm. tECha
por un sujeto cuyo cuerpo se encuentra de la
un alquiniapoa) al
sesgo, ya sea a través de la o
intertextual; haNa en un churrete erudito y se
comprŒniso samano pero, con un gesto no
de psicobolchisrm, critica a los
dáveres. ¿Sería algo de esto lo que recorraía la ui-
tología cultural de los ochenta?
Nada de flErmrialistas a la
de violencias sensualistas a la Nailer, o nós
gauchescas prepotentes a la Brianœ o sensmisms
psicodélicos a la Satz- Corm si la desaçnncióa de
ciertos cuerpos en el campo social hubiera
desaparecer el cuerpo del campo de la lieratura
Nada de afirmaciones solemnes, de "posiciones",
Actores argentinos y Politikón Por David ViñasHasta aquí las alternativas de
Quejarse de la situxióa econó-
nica en la Argentita de hoy resulta
una obviedad: lo previo, derrasado
evi&nœ y corro punu)
cualquer conversación trivial. Algo
así cónw larrrntarse del calœ en el
verano porteño. De ahí que lo que
correspon& no incumr en ple-
orwtms es empezar a las
estntegias corw•rea.s pan la
rrusha (o el calœ).
El terna dijo María More
no— es 'Þoletarizxión y
w". Okéi. Y aquel y esta de-
runda Uúculan. algo
mo vetiginosamente, al repasar las
estimulantes declaraciones qtg aca-
ban de hEer varios actores: en El
Periodista, Carlos Carelia, Mina Is-
tael, Mario Pasik y otros y Crisuru
Banegas en Página12. Y la síntås,
alarrmnte, Ener un par
ejes: el snrtrro, la denegación los
de oela
couaana que viven
la franja actŒal: "El por ciento
"estágranio ø —oœ infœrrun—
Se sabe: desde griegos lo
pÆ1erm en circulaciúl el teatro tie-
ne un pvote inamovible. diría. el
transhistórico lo dramatico
rús allá, luego, de las varia.
aones coyunturala de xuerdo a ca-
sitio y a circunstancia
cas a la vez, su cmtim» ra a través
Jel tiempo y lo que podría ser llanu-
da la crisis permanente del teatro.
•ero decir, d fená•rtD0 teatral
condensación de lo
curre en la ciudad: la rœtáfœa que,
undoœ encinu escenario y
diante el cuerpo de los actores en
virtud de un texto ante
un auditorio, sintetin a la comuni-
dad globaL El teatro, si se prefiere,
aleph (o "tango esencial", se-
gón diría Borges) de la colección
completa de tangos que se enuncia en
la sene íntegra de El alma que can-
n O con palabras rrús suntuoAs: te-
atro/ comunidad dos concavidades
enfrentadas y complerTEntarias.
De ahí que aludir a la crisis del
œatro no sólo es redundante resrr.cto
del conflicto sino que la única
nurrra de entenderlos se da a partir
del análisis —cn vaivén— desde lo
drarratúrgio y escémco hasta las ca-
Iles y la plaza. Decir público, por lo
tanto, es designar con una palabra
nú resuingida o traficional a los ha-
titantes de la urbe. En este caso, y
por ah«a, Buenos Aires y sus
res; usted, yo y los demás, De
rrunera correlativa, el hecho de que
esa serie actores a los que aludía
(y qtE, a su vez, no hacen sino ante-
tizar a su grenuo) no se limiten a en-
tonar una palinodia o requiem y a
desgarrarse las vestiduras, resulta
excelente. "Ten points", corm sele
decir una anga que merodea por esa
Inrroquía, en Carelia y su grupo de
rujio tratando de recuperar un espa-
cio (Esdeñado por el vedetismo tra-
dicional o que Mûtha Israel asunu
"el pasar la gorra" en alguna plaza
nós o nrnos anrna,
recen desafíos positivos. "Inéditos,
saludables y hacen punta"
Y sigamos palante: esos actores
"tienen pelos en la lengua": no se
limitan a denunciar el que
va de los 6.500 actores resgstrados a
los 900 que pueden conseguir con-
chabo, gracigrœn. Y en la
cota a las obscenas traducciones qœ
en materia (Naje (y
lo qœ podría significar fualte
trabap el trcho de qœ ese dobla-
je se hiciera aquí).
La no se (Etieœ en la boca
los xtores: derrundan la nn traí-
da y llevada ley de cine, la eventual
ley utro y. a la vez, critican la
ley de racfio-difusi&l,• y no sólo cues-
el rmterial argentino no alcanza ni al
12 por ciento de lo qw se pasa por
los canales, sino que denuncian, ca-
teg&icarrrnte, a los programs estu-
pidizanes que dan la tónica a la tele-
visión de nœstro país.
Y dos frases que pegan en elblanco: la que se refiere a la angus-
tia labora de los actores que "se la
juegan en Mar (kl Hata y, todo
la segunda que suena a emblema:"Hay que desenmascarar el Holly-
wood del subdesarrollo. QIX lo sepa
el pueblo: nosotros no nos compra-
tores famosos vuelven a quedar sin
trabajo",
trabajo y los cuestionamientos de
línea de que va rtús allá
quedarse como congelados en la
mishia o con la boca apoyada en la
lona. Más bien todo lo contrario:
despegarse (conjuratorianEne si
quiere) de la nishia y golpear con
fuerza la Ima; rnS abajo no hay na-
da. "Otro infierno no existe". Y des-
de ahí pegar el salto Incluso, sí da el
cuero. trascetder las par-
ciales y las denuncias fragrœntarias.
Qué. Recuperar
esa dinmsión inherente a lo catral:
la glúlidad de la urbe. Delo cil.Aa-
dano. O si se es Ilús ambiciow
país Tratando de descifrar ecua•
ci&l que sí a los acures los &sgzra
no se resuelve únicarrrnte en lo ac•
toral. En lo corporativo o gremial,
quí no estoy de melonar
la gente o de solicitarle la lititta d'
enrolarriento. Más bien. ya que
dirms de paso—al œigen del
entre los griegœ.• uno de dlœ e-
nunció algo muy concreto: "d
es un anirml político". Pero i
la borra o mutila lo g
queda en "anirml".
Subraya que tengo el
miento de que glúlimr la
del teatro y de loa ineludi-
Nerrrnte pasarms a lo Nftico.
na a mraleja Y, la p
la nuta: ni NidS*
nús bien una irritante ironía, una risa perpetua (co-
mo si la producción de humor tuviera que verFreud— con la sublimEión de un ge-
nocidio). Nada que ver con los mitos del sesentxDe esa década Ricardo Piglia alguna vez dijo "noson una élx»ca smo una posición. La circulación de
los estilos —agregaba— el combate, la ytmapœi-ción, las vanantes, cambiar de género y de tmos,manejar colocaciones núltiples. Las estrategi8 delas citas y de las consignas. Un ejemplo que diceclarísirm de ese espíritu es Oscar Massotta otros
pueden los libros de Manuel Puig. También
dolfo Walsh, Zafarse de los lugares fijos, mezclar el
penodismo y la ficción, el y la novela, lahistoneta cm Roberto Arlt, la política con el arte.Frente a la uniformidad liberal de la voz rropia, laproliferEión, el cambio.„ Yo reconozco en esaefervescencia que hoy sólo se enctrntra en ciertos
marginalest
Que un eche a rujar con solo ponerle unnombre supore que estaba hxierdo falta Una noua Ole página por El Peruast'4 unaluma en Págma' 12. hablú de Shangay. un grupo
de izquierda" entre los cuales se enccn-Martín Caparrós. Jœge Dorio, Daniel GIE-
Luis Chitarom, Alan Pauls, Ricardo Ibarll£ía.
es un in —ja-ranea Jorge DŒio—. Este reloj puede parecer unCamer y hEe suvxner que su dueño tiene un Ci-
del ano '38, gns Fila, pero en cuesta20 dólares. políucos en ate país son bastanteigrorantes de 18 cienaas puru las matenún-cas Si no sorros de izquierda es vcums en
postn»dcrnos o dandys de izqueru.Io cual es un oxírmron impacucable Se nos acusade no corworriso, una inqstenœ referetEiación
cultural. Pero esto se puede pensar corm unanugmficación del campo cultural, sino con» unareducción trúsrm. Las especificaciones de los
flE Io que provocó el agluunarruento de las
a los segnta. alredórde esu frag de Don Pío Buoja: "En literatura lasarve sólo sirve paa mrcillu". cual rws
ha cada uno de nosotros tenga undiferente con la militancia. el 90rte,
el amr o lo que carajo sa sin andar nrzclando los
unos. Vivir a cœullas de ese "convroniso" es la
gran esufa la que sigt* viviendo la generxtónabos unta"
"Al referencia, al haca chistes, bah al escribir
—«rea Caparrós—, g funama del lado la cul-
tura. pao se tiene qtr grasar qué hay qiE hacer
pan evitar un nuevo golpe nilitar DO se hxe en ér-
nums sim firrru.rdo numfiesws. u-
liendo a la calle, rrruérøog en los miios."
Shangay recibió acusaciones de frivolidad,
eleando por las expensas"No vivirnos cn el culo del mundo, numos cn
las herrmoides". Síntortu Una geografía dc lágri-
mas, un (kstino de carnElitas descalzas. Gran par-te los tratnjadŒes intelectuales —está de moda
sindicalizar la soledad— sc en barOs.En uno dc ellos, están los que con un juego de pala-
bras tapar el agujero. Las Inlabras: hipo-cresía, traici&t, cdíbrœü)nism (Eusacioro. Elhueco, lo que no dice es la P(hreza No es que nose la nEnte (todos los días surge una catarata dellanto rodean(k) su rx)rntxe), sino que se la
parece deshonroso preocuparse p« la propia situa-ción económica cuando hay tantos en la miserianús indigna Mitologías del cornlnmiso.
No hace mucho cuando se escamea-ron los cuerpos y se a las ilusi01Es, se tratóel cuerpo de la única ilusión concreta: el dinero.Gran pane los qw se dedican a la "cultura" está
en la lona Hasta lo dicen en los rrrdios de comuni-
cación rmsiva Hay frustración, da pena.
otros, los pocos que tienen un padre. unamadre. un tío o tna beca qiE les arrinó un departa-mento (un ambiente con kitchirrtte alcanza), sonrí-en. Si logran. aderrú. equcio la radio —nihablar rmstarse por TV—. se convierten en au-
zados del pœibilisrm Un discum de señora gorda
que darwinism social —sólo los rxjoressobreviven— con un cultivado desprecio por losque quedarü) en el los que se adap-tan a los nuevos tiempœ, los qœ saben aprove-char las oportunidades. El realism ya
glaðo —con justicia— en el ute. se cuela la i.deología Son. con nulalcs a)rtegs y sutiles ironí-as, la otra cara de la mateú lukacsiana
Si se las interrœdiaciones del dirrro no
se puede entender qué pasa en ese lugar que la scy
ciología prefiere enunciar como "campo cultural".
Hay excepciones —y no son pero gran
parte del detnte se redujo a por d pago de
las expensas. Por ahora. peleas de consorcio No es
para nmos, hay muchas facturas
Entonces, tanto los que no logran sobrevivir de
sus núserables salarios en el trújo intelectual, co-
los que se gastan los dós enjabonando escale-
ras para la rmdesta gloria de salir en la foto, ¿porqué se emperran en seguir? Qua urR de las razo-nes sea que "ser significa una gratifica-
ción que no tiene pecio y se paga muy cara. De esa
mezcla de narcisism de segundamano y pobrezamaterial surge una IT0dtrción berreta.
Hay cosas obvias fuera de Argentina, pero que
acá hay que explicarlas. Sin los dólaresque consigtió Bertolucci no puede filnur El úl-timo emperaåy. Es cierto que no alcanza sólo con
el dinero. Antin o Puenzo, con esa misrración, hubieran hecho cualquier engendro. Por elcontrario, Solanas filnó los hijos de Fierro, contres rmngos y sin llorar. En ese ejemplo, tal vez,esté ora clave: no un voluntaristll) idealista. sino u-
na capaci(hd y unu ganu allá de todo presu-puesto. Y sin caer en el aburcb de pedir gr solven-
tado para pensar en contra Y sin ener que afavor para cmseguir um Biblicidad la Secretaríade Cultura No hay, ax el ford), necesidad dc ven-derse un baran Al baran
¿Es una opinión parcial? Sí, com todas. ¿Esdura? Quiú Peto, com escribió Qtrvedo: garroJarla vale, que el espejo no hay por qué".
La mafia de los intelectuales
A los 17 anœ lo tenía muy claro. Corm Lijoauéntico pendeyo yo era un lumpen y sentá un odiocompulsivo a todos los intelectuales que en aquel
el de sino del pensanuen-to y la espiritualidad en este país
Satía que no me rqzesentaban, que ccnpartíanun código de un juego desconocido que a vecesinvitaban a compartir, com un gurú que le proponeal adepto los secretœ su enseñanza. Por eso uno(y com sacaba la cateta afuera para a.rrur y delirar con los seres reales que en cualquierpart hablatun de nosotros. Trunun Capote, HenryMiller, Charles Bukowsky. Jean Luc Godard, Fran-cis C0M»ola y tantos otros, que desde cualquier pun-
to del globo nos lo que nos pasaba a noso-tros allí donde cstuvtéramos
Uno anuba a Arlt, a Quiroga y casi todo lo de.nús cra basura
Hoy (que por uno de esos desatinos la vidaque tanto me divierten he cmvertido en alguienque puede firmar una columna como ésta) siento
las wsas han ernpcoruk) y que lo que ayer qui-ú fue injusto fanatism, ahora es refererwia real
El banquete apesta Una banda de mediocrescon titulo de periodista (muchos dc elliödos en las úlumas que sangraron esta tie-
Por Enrique Symns
qœ le llarrun a ese que ar-maron su propia cmveniencia. Empleadillosque son obreros la ctnndo se trata debrar el sueldo y rrúrtires de las ideas cuando tradc recoger el lauro; serán los pirreros en tomarseun avión en cuanto ladre un sargento primero yambién los prinrros en vender sus palabras a unpecio convenienc que les nrjorar la cali-
de la anestesia con que duerrrrn sus vidas,
Escritores que escriben libros que son cartasque se escriben entre ellos; críticcs que sdazanhablando en austrobelga sobre cosas que, su ta-nrnte, nos a todos, psicoanalistas saosque todo lo convierten en objeto de susnes interpretativas; expertillos todo tipo que serepancn el mundo de las convirtiéndose en te-rratenientes de ntrstro
Este arte y esœ persamiento del que hatian noexise. Nada de esto rK)S conmueve.
Pero fuera de esa nufia, en el mundo en serio—formado por barrios, por barras, pœ vagabuOs
que atujan sinoetxio—, existe una connyción y ora clase de intelectuales sm esos tiposvergcmzaios que parasitan la crisis. Y de los que yohablo. los que están sufriendo en prirtEra fila losefectcs de esta simestra conspraci&l que se cierne
9
Una receta contra el malestar
Duranœ un etEuentro de esaitores latinoanrri-
canos realizado Guayaquil, en 1975, los invita-
dos extranjeros tuviaon la de
tarse y saluiar al ectntoriano. Uno dijo:
"Gabriel García Márquez, de Colomtia". Otro dijo:
Vargas Llosa, del Perú". Un tercero, muy
serio, extendió la mano y dijo: "Haroldo pêdro
Cmti, de
Aquel Haroldo de 1975, que conocía Buenos
Aires, vivía allí y hatía escrito sobre la ciudad; a-
quel Harto qi.r había recorrido minuciosanrnte
el Iklta y la atlántica uruguaya, y qœ tarrybién había sobre eso. no podía prescindir de
una referencia a su pueNo. Dijo "Chacabuco", pero
podría haber dicho, con nuyor precisión, "vengo
del álam caoliru, del álam qx esú en la chacrita
de Maruca".
Las explicaciones las había dado algunos años
anœs: "Buenœ captal de la
Argentina pero ésu otra abstrEción.
Btmos Aires es en realidad otro luís. El pús de la
soledaŒ Yo qœ vivo alú, é que entre sus seis
Taller
ESCRITURASa cago de
DANIEL MOLINA
curso integral de iniciación yperfeccionamiento en base alas teorías de la modernidad yla posmodernidad.prácticas de las vanguardias.estética de laexperimentación, cuerpo,sensibilidad y escritura.parodia del poder.
grupos reducidos
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(Lezca 4199, 29) de lunes a
viernes, de 11 a 15 0 por Tel. al981-3446
llones de tubitantes hayo tipo que llana Jorge
Luis Bœges, pero jarrás lo visto.." (Cßa de
Artúricas, 1971). Y algo que hace al Lena
de nota "No es importante vivir corro escritor,
sino escribir corm tal..." (Charla a estudiantes de
periodism 1968).¿Qué era para Haroldo el suplerœnto literario
de La Naciúl, las mniones sociales la haute
liuératve y hasta aquella intelligents¼ de
orne" y núcleos? Amtitos extraños, descono-
cidœ, recelados. ¿Se podía vivir sin ellos? Si y no.
Sí porqœ Haroldo en Buenos Aires de
diversas y no porque en algun nunen-
to detió, sin duda. relacionarse en el plano "cultu-
ral". Ahora bien, cuarü) lo hizo, wtó. Le dijo no a
la Fundación Guggenheim, que le había otorgado u-
na jugosa beca en dólares y le dijo sí a la gente de
"Contorno" (David Viñas) y a la Casa las Arréri-
cas, que en el '70 era todo un símbolo.
Hoy, han cambiado un poco las cosas. En la Ar-
gentina de 1988. según sostiene Cl estructurado yo
colectivo, el que no acepta una beca Guggenheim es
un boludo, porque la reversión de las consignas,
yoritarios para crear una campaña contra el oesen-
"La izquierda ha reaccionado como una\novia
abandonada —agrega Dorio-—. El naturalism veía
los fen&ncnos de la naturaleza de una manera di-
recta y a la forrru en que habían fun-cionado hasta entonces las ciencias del hombre.Cuando se veía a una nudre aligatœ poniéndose loships en la boca se suponía que se comía los hijos.
La etología cambió esta visión. Si se ve un poquitorrrjor, se comprueba que les está enseÏando a na-dar. Bien, rws(ms, corm bajo la lulli del naturalis-
ta, saberrx»s que caja cosa que hagamos será inter-pretada exactarTEme al revés".
por Oscar Taffetani
porqtE el nuevo balance de la hegemnfa
las cosas.
o
El pœqt*
granala guita. Han cambiado un poco
Deseo de la gercración argentina de los '60 del
interiœ y de Buenos Aires— fue reprimido y cohi-
bido (nás que e inhibido). Freud es.
cribi6 en El mzlestv„. que el hombre contrarresta
la desgracia con la diversiúl, la sustitución —des.
plazamiento de la libido— y la intoxicEión allf
que el malestar en la cultura pœde entenderse
la indigestión en la cultura). El hombre también
contrarresta su diciendo algurK)S no, unos
cuantos no —cŒTW HaroldŒ—; sublimando (qué
tro remedio le queda) tratX1jando para cambiar el
adverso las cosas.
Como rmdesto aporte de un nacido y en
Bahía Blanca y súeviviente —hoy pcr hoy— en
Buenos Aires, propongo decir no, en este mnrnto
a un reavivarriento de la antinona Interior-Buenos
Aires y si a proyectos nás sdidos y ccncre-
tos, como la del cultivo la cultura—
del álarm carolina.
Destellos.
Dicen que los formalistas rusos arrojaban laspáginas del libro que estaban leyendo al fuego conque se protegían del frío. Hemingway usaba suhambre para vigorizar su llosa La mishiadura y eldesánim no evitan la elabœación de nuevas esn-tegias para seguir produciendo cultura y no siemprefracasan. Ahí está la editorial Contrapunto, con sus40 títulos publicados a lo largo de dos anos y su in-tención de difundir, según Eduardo Luis Duhalde,los trabajos de aquellos que se nunifiesten cultralos valores del sistema dentro del campo nacional ypop.llar o de izquierda Contra el escepticismo ge-neral, lleva vendidos I I ediciones de Ezeiza y 7 deLa noche de los lápices. "La tarea ideológica esfundarrrnnl —dice Duhalde— teniendo como hŒi•zonte uru futura recomposiciúl del
El síndrome de Montecristo por Eduardo Grúner
predica la renuncia mun-
do y el rechazo del compromiso:
cosas que se encuentran en mi
navaleza Pero œurre que hay en
mí gn &seo irresistible de contra-
decir mi naturaleza
Quizá acierte Gramsci cuando
sugiere que el superhombr nietzche-
ano no es tanto Zaratustra como el
conde de Montecristo: un personaje
folletinesco, ridículo, cuya única
grau}eza saber espaar. ¿Ese per-
somje sa el Indectual
uno boy? Y en ese caso• ¿qué es
lo qœ espera? Tal vez DO sin
desesperar, lo único esperable en su
Fesente estado de decadencix que
el (algún) Po&r le su "rol".
Lo ctnl no ni ni bien: dc-
pende eg equilibrio cn-
tre la la convicción y la ética
de la resvmsabilidad que rEuroåza-
a Max Weber. ¿Dijin»s.
rœnte, "decadencia"? ¿Pero desde
dónde, des& cuándo? T. bblnu si-
uñ esa decaœncia en
d Ret*irniento. rrús ex-
peditivo, la fecha.„ en Platón. Lo
que tietE su lógica: después
la cm.saua una mutua im-
entre Saber y Poder. Para
qué se ese rruri(hje, es harin de
muy difícil de definir. Sí se
sabe, en camo, qtt la nrra andi-
dón de intelectual no es garantía de
anwr a las causas justas. Se puede
recurrir a ejemplos extrcms: si espí-
ntus exquisitos como Célire, Pound
o Heidegger (o Dannunzio, Jünger,
Mariœtti, Latnz) cel&ar,por distintas razone el fascismo; si
ex-izquierdistas de genio comoBeminsky o Bell puien
soru exacciones rugan&rica; sianisas de la alla Siqœiros o Ne-
ruda pEdea nuquillar coa ditiram-
bos ided6gia» su el
asainan de Trotski,
argentinos DO tenerms boy —por
suerte— muchas de
incurrir en rrxùu.
Sigue siendo cierto. por supuesto,
qiE a la pregunta: ¿a van lœ
sao le ube anapœsta: la indusria cultural
(empúecida), el cortEEio de las
(árrélko) o, el
der (difuso) se lo indiquen. Claro
que, cm los a-
niba aludidœ, se trata "agacha.
das" uno ser
ecooónûco
tinacional. semiólogo en alguna a-
gencia de publicidad, algu-
ru algu-
na fundación científica, escribiente
Jgún o catedráóco u-
niversitario en huelgx Algunas de
lx cudes prácticas el firnunte
ta nou confiesa haber conttido: de
algo tiene que vivir, se entiende.
ya siettlre queda el recurso a
la armrgmalidad". a la nitificación
del intelectual
girup cortK) paradigma del intelec-
tual tout-court, "mrginados" que
ejemNifican, exageración
criolla, archiccmcida paradoja del
es tanto su terror a ser traga-
dos el "sisterm", que Erminan
por no abrir su bou en ningún lugar
audiE Que es, preasanrnœ, lo que
rrús le conviene al "sisean. Bo sin
ntxioaz que d "sisterru» es, en la
hoy, um parodia patéti-
a. Qœ uu gran pane
nes Poder y Saber son yu rmr-
gimies, bajo la fignposumiernísi-
de la "ecormú infoaml". Por
cierw; el muchos
inelectules (y úeros, y estudian-
es. y en general) los
coújo a hogtrrx Esb no Bjede
ser Pero mucho antes (y
rrús) ser que
por ser intelectuales. De todos
dos, el —esta vez en
un gatido pscoarul.ítico, no sartrea-
attre la sunsión culpaNc y la
nurginalidad inoperante partce en-
comrse boy alrededor de
revistas. fœos y/o clubes que permi-
tan rondar, aconsejar, cosrϜzar y
unbién cuestionar,
a los poderes actuales o poenciales
sin eso perder uru por definición
autorx)rníx
No es el lugx para especu-
lar S(Ye la histŒia hace síntcžlu
en los rmlcstzes de la cultura
tina enurrr.rados hasta el cansancio
ouas voces y en otros ámbitœ•.
anaesia del espíritu aítico. irmpa-
cidad para una auténtica polémica,
metafotización alegre de la política
por la ficción (con el consecuente
efecto de trivialiar una y otra), ex-
trenisrm antiutopista con dosis va-
riables de "realism o adaptativo. Et
caetera.
Pero este superávit en el ba-
lu)ce.• hoy sabetms que nunca sup-
ms qü es, exactarœnte, un inteWnnl. cuál su "diferencia espedfi.
el rtEro desgarra-
dudas nrtafisias
contra. fuaa, enre o bajo el "iste-
sdvo que, casualrœntc, es-
cribe (pirga/ filnu/ invesd-
ga), Fro siempt sin responder a la
ya canónica pregunta de Sartre:
-¿Por precisamente escribir?".
Pero, justatœne•. es saber
cpé, lo debería &.sper-
el es el &seo ncm
pœe Imsrm Pasdini de cm-tradecir lá naturaleza. lo que
tan apagoaanœ, *tT1'lo, el
esteticism aumtario de Lugones
corro la barbarie liberal Sumien-
to. aaro quemo cœstión de unaética nrdiocre del "quiübrio justo".
Ni de resigurse a la espera
del pobre Montecrim Pero sí,
vez, de buscar el sitio que
venga al estilo de duda singular de
cada cual. y de empezar inrœdiata•
nrnte a Ficar contra ese si-
tio. de corm (fría el i-
nefable Ernst Bloch, lo bueno que
tienen las Iglesias es que inevitabk-
rrrnœ producen trrejes.
revauciomrio en el país Para eso es el varse. tonos, líneu de reflexión. Mientra tanto los ine-resaœ pernunente de la rrrrrma histórica, resta-
los prntes rotos de ésta con la lústoria inrrr-
diata. El análisis histórico hoy está casi ausente,qusiera trabajar en esta tra-
urdo de sœtear peligros qœ suela) enfernur a
la izquerda —d dogrrunsrrx) y el sectansm". Du-
halde editará muy pronto una tnstona de la literatu-
ra argennru en vaios y cuya direcciúl está a
cago de David Viñas.
Mialtras se sigœ X)bre la crisis
del y la gtEuaaón del en
peqœnas parcelas corx»ceúxes, se atre oro cs-
pacto para la ópera bufa, la la trunca
el uncing y la expennrntación plástia. Se llanu
Mediomundo Varieté y su dœåos confœman una
coq»erativa úigida pœ Dalila y los Conrta Brass
(va de Zona Crítica).
La elevisiúl tambén vieœ con de
Según Jorge Dorio, este aho el de Ba-
día pegó un uraje lucia lo periodístico cultural, in-
corporando a personajes de cierta marginalidaddentro de la cultura masiva com Alan Pauls. Tarrh
bén integrará al público: de interrogarlo
des& 114ar que evite los lugues corrumes,
venienœs de esa pregnanaa del discurso de IŒ nr-
dios qœ b«nbardea la caben la gente
Un feminismo tímido, avivado por el caso
Monzón. algunos recursos soft en el de
Peraava.le y de Grxiela Jœges deliœan un œles-
pectad(X qœ ya digiae no los bichos de Sofo-
vich ni el trenrndtsmo naive de nuevediuio.
En el campo específicamente cultural Jorge
Warlc rescata la continuidad de las revistas como
espacios de debate, creación y disputx Toda una
cultura viva úe puo con escasínrms nrdios y
a través de entrecrunrnientos salvaje
lectuales se praetanzan, pero no sin violencia
año hubo hitlga de docenta universinrios,
era la pnrrrra vez en la de la UBA que elgremialism llegaba al claum en foam rmsiva.Ahœa lœ riEstros (por qué &cir las
ya que sm nuyoría). Um sostenida
ta ha radicalizado hasta aquellas sar-genmas, rœzcla de ingentns y rexcionzias. quesin saber nú de llenzon nuesncia de tinta roja y afonsrms Ni en
ni desencanto rmsivo, sm Fqtøos despla-amientos, reajustes. Brillos no, pero sí desœllœ.La cultura debería tener hoy con» lena una fraseque dijo Héctœ Schmuckla duranœ ladel libro de Tonús Abraham Pensadores bajos—todavía queun editonaks que corm Caálogosse juegan a la filosofia—: pasión no es un
yecto futuro".