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ASOCIACIÓN ARGENTINA DE HISTORIA ECONÓMICA UNIVERSIDAD NACIONAL DE RÍO CUARTO XXII JORNADAS DE HISTORIA ECONÓMICA Río Cuarto (Córdoba) 21-24 de septiembre de 2010 ISSN 1853-2543 Las politicas ofertistas contra las politicas de demanda Juan Santiago Fraschina 1) INTRODUCCIÓN: En cada crisis que se produce se retoma la discusión histórica en economía: ¿cuáles son las políticas más efectivas para recuperar el sendero del crecimiento y la generación de puestos de trabajo? Por su parte, si la crisis económica es internacional la pregunta entre los economistas argentinos es: ¿cuáles son las mejores políticas para amortiguar los efectos de la crisis en la economía argentina? Esta discusión se volvió a producir tanto a nivel local como internacional al iniciarse la crisis financiera internacional en el 2009 desatada en Estados Unidos. En este sentido, tanto en términos históricos como actuales existen dos posturas bien diferenciadas acerca de las políticas económicas que se deben aplicar ante el estallido de una crisis: a) Algunos economistas sostienen que las políticas más efectivas son aquellas que tienden a incrementar la oferta agregada de la economía, como por ejemplo la reducción del impuesto a las ganancias que permitirían aumentar la inversión de los empresarios. b) En cambio, otros economistas argumentan que las políticas de demanda son las que mejor resultado tienen para sacar a una economía de una crisis económica. Por ejemplo, para estos economistas el aumento del gasto público es fundamental para la expansión de la demanda agregada, lo cual se traduce en un crecimiento de la inversión, el producto y el empleo. En este trabajo se desarrollará el debate histórico entre los defensores de las políticas de demanda y los economistas del lado de la oferta. Es decir, se explicará por un lado el 1

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Las politicas ofertistas contra las politicas de demanda

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Page 1: Fras China

ASOCIACIÓN ARGENTINA DE HISTORIA ECONÓMICAUNIVERSIDAD NACIONAL DE RÍO CUARTO

XXII JORNADAS DE HISTORIA ECONÓMICARío Cuarto (Córdoba)

21-24 de septiembre de 2010

ISSN 1853-2543

Las politicas ofertistas contra las politicas de demanda

Juan Santiago Fraschina

1) INTRODUCCIÓN:

En cada crisis que se produce se retoma la discusión histórica en economía: ¿cuáles

son las políticas más efectivas para recuperar el sendero del crecimiento y la generación de

puestos de trabajo? Por su parte, si la crisis económica es internacional la pregunta entre los

economistas argentinos es: ¿cuáles son las mejores políticas para amortiguar los efectos de la

crisis en la economía argentina?

Esta discusión se volvió a producir tanto a nivel local como internacional al iniciarse

la crisis financiera internacional en el 2009 desatada en Estados Unidos. En este sentido, tanto

en términos históricos como actuales existen dos posturas bien diferenciadas acerca de las

políticas económicas que se deben aplicar ante el estallido de una crisis:

a) Algunos economistas sostienen que las políticas más efectivas son aquellas que

tienden a incrementar la oferta agregada de la economía, como por ejemplo la

reducción del impuesto a las ganancias que permitirían aumentar la inversión de los

empresarios.

b) En cambio, otros economistas argumentan que las políticas de demanda son las que

mejor resultado tienen para sacar a una economía de una crisis económica. Por

ejemplo, para estos economistas el aumento del gasto público es fundamental para la

expansión de la demanda agregada, lo cual se traduce en un crecimiento de la

inversión, el producto y el empleo.

En este trabajo se desarrollará el debate histórico entre los defensores de las políticas

de demanda y los economistas del lado de la oferta. Es decir, se explicará por un lado el

1

Page 2: Fras China

origen de las políticas de demanda a partir de la crisis de 1929 con el surgimiento del

keynesianismo y su discusión con la ley de Say.

Por otro lado, se analizará el resurgimiento de las políticas ofertistas a partir de la

crisis del petróleo en 1973 que se tradujo en un cuestionamiento al Estado keynesiano que

prevaleció durante los “años dorados” del capitalismo.

Posteriormente, se desarrollará dos fenómenos de la historia económica argentina. En

primer lugar, la aplicación y sus resultados de las políticas tendientes a incrementar la oferta

durante el gobierno de la Alianza. En segundo lugar, las políticas de demanda y sus

consecuencias llevadas a cabo por el gobierno nacional durante la crisis de 2009. Por último,

se expondrán las conclusiones finales del trabajo.

Por lo tanto, el objetivo central del trabajo es analizar los resultados divergentes que

tuvieron en la Argentina las políticas de oferta y las políticas de demanda aplicadas por el

gobierno nacional en dos crisis económicas distintas.

2) LAS POLÍTICAS DE DEMANDA Y LAS POLÍTICAS DE OFERTA:

2.1.) La crisis de 1929 y el origen de las políticas de demanda:

El origen de las políticas de demanda se encuentra en la Gran Depresión de 1929,

denominada de esta manera debido a que fue la crisis más profunda del sistema capitalista de

producción. Si bien esta crisis se inició en Estados Unidos, luego se transformó en una

depresión de carácter mundial.

En los países centrales la escuela económica preponderante antes de la crisis de 1929

era la neoclásica, la cual comenzó a tener su apogeo a partir de 1880. Esta escuela se basaba

desde el punto de vista macroeconómico fundamentalmente en la ley de Say y en la teoría del

equilibrio general.

La primera establecía que toda oferta genera su propia demanda, esto es, que ante

cualquier incremento de la oferta de mercancías automáticamente se incrementaría la

demanda de las mismas. En este sentido, para los neoclásico era imposible la existencia de

sobreproducción, es decir, de un exceso de oferta. Por su parte, la teoría del equilibrio general

establecía que los mercados se autorregulan, es decir, ante la existencia de cualquier

desequilibrio el mercado retoma al equilibrio en forma automática.

2

Page 3: Fras China

Sin embargo, la crisis de 1929 se encargaría de desmentir la teoría neoclásica. En

efecto, las causas de la Gran Depresión fue una combinación de sobreproducción y fuerte

especulación, cuyo germen estuvo en el proceso de crecimiento económico experimentado

por la economía norteamericana durante la década del veinte, basada sobre todo en el fuerte

aumento de la producción de automóviles.

En primer lugar, la sobreproducción se debió a que el fuerte aumento de la producción

que se verificó durante los años veinte no estuvo acompañada por un aumento en la misma

dimensión de la demanda, es decir, la causa de la sobreproducción fue la insuficiente

expansión de la demanda de la economía norteamericana durante este período.

Por su parte, el escaso incremento de la demanda se debió fundamentalmente a la

desigual distribución del ingreso que se experimentó durante los años veinte en Estados

Unidos. Pues si bien durante la fase de crecimiento económico los beneficios de los

empresarios crecieron en forma permanente, los salarios de los trabajadores permanecieron

casi constantes durante todo el período, salvo en el caso de los obreros de Henry Ford quien

les aumento sus remuneraciones al vislumbrar las consecuencias nefastas que podía tener el

aumento insuficiente de la demanda.

Esta distribución regresiva del ingreso que generó un escaso incremento de la

demanda condujo a que en 1929 en Estados Unidos la oferta de bienes superará holgadamente

su demanda, provocando una deflación generalizada y por lo tanto una caída de la tasa de

ganancia de los empresarios.

Es importante destacar, sin embargo, que la crisis de 1929 fue de sobreproducción

relativa. Efectivamente, el exceso de oferta no se debió a que la población norteamericana no

deseaba las mercancías que se habían producido, sino más bien que como resultado de los

bajos salarios verificados durante la década del veinte los consumidores no poseían los

ingresos suficientes para adquirir los bienes. En este sentido, el exceso de oferta fue con

respecto a la capacidad de demanda de los consumidores, pero no en relación a las

necesidades reales de la población.

Con respecto al fuerte aumento de la especulación producida durante la década del

veinte se debió al aumento de los precios de las acciones en el mercado de valores como

resultado del crecimiento permanente de los beneficios de los empresarios. De esta forma, un

alto porcentaje de la población norteamericana, que incluía desde los sectores altos de la

población a los pequeños ahorristas, se volcaron masivamente a la especulación en las Bolsas

3

Page 4: Fras China

de Valores. A tal punto que los movimientos de valores que se produjeron en la Bolsa de

Nueva York durante la década del veinte fueron mayores que los resultados de la economía

real en términos de producción, empleo y demanda.

Estos desequilibrios de la economía norteamericana condujeron al colapso que se

desató el 29 de octubre de 1929, donde la crisis de sobreproducción provocó la caída de la

Bolsa de Nueva York. En efecto, como dijimos, el exceso de oferta generó una caída de los

precios de los bienes, lo cual produjo una disminución en la tasa de ganancias de los

empresarios.

Como resultado de esto se desató una baja en los precios de las acciones conduciendo

a un pánico entre los accionistas norteamericanos. De esta forma, millones de accionistas al

mismo tiempo trataron de desprenderse de sus acciones provocando el cierre de la Bolsa de

Valores de Nueva York, conocido como la caída de Wall Street.

La crisis que se tradujo en una fuerte caída de la producción comenzó a generar un

significativo aumento del desempleo, una caída de los salarios de los trabajadores y una crisis

del sistema financiero norteamericano a partir del quiebre de una gran cantidad de bancos que

terminó perjudicando a un enorme número de pequeños y medianos ahorristas.

Pero como habíamos señalado, esta crisis que se inició en Estados Unidos en poco

tiempo se expandió al resto del mundo como resultado de la fuerte interdependencia

económica que existía en ese momento a nivel mundial. La contracción del comercio

norteamericano y la reducción del mercado de capital internacional transformó la crisis en una

depresión mundial.

Esto condujo a que los países desarrollados comenzaran a aplicar medidas

proteccionistas como una de las políticas fundamentales para aminorar los efectos de la crisis

en sus economías. Esta medida tomada por los países centrales repercutieron en forma

negativa en las economías periféricas, como la Argentina. En efecto, el aumento de los

aranceles a las importaciones llevada a cabo por los países desarrollados provocó una caída

del comercio internacional, lo cual generó una reducción de los precios de los bienes

agropecuarios de los cuales dependían las economías subdesarrolladas.

En el caso particular de la economía argentina, la Gran Depresión desató la caída del

modelo agroexportador, el cual consistía en la exportación de productos primarios a los países

centrales, fundamentalmente Gran Bretaña, y con las divisas obtenidas permitía adquirir en

los países centrales los productos manufacturados. Sin embargo, a partir de 1929 y la

4

Page 5: Fras China

generalización del proteccionismo en los países industrializados con la consiguiente caída de

los precios de los productos primarios, el nivel de exportaciones de la economía argentina se

redujo bruscamente, reduciéndose de esta manera el ingreso de divisas; lo cual generó la

incapacidad para la compra de bienes industriales.

Al caerse el modelo agroexportador se inició en la economía argentina un nuevo

modelo económico a partir de 1930 denominado la industrialización por sustitución de

importaciones (I.S.I.), es decir, la producción interna de bienes manufacturados reemplazó lo

que anteriormente se importaban desde los países desarrollados.

En los países centrales, como dijimos, hasta la Gran Depresión, la escuela económica

preponderante eran los neoclásicos. Dicha escuela confiaba en los mecanismos del mercado

para la superación de la crisis debido a que los mercados poseen, según los economistas

neoclásicos, la capacidad de autorregularse, es decir, ante cualquier desequilibrio se retoma en

forma automática a través de la ley de la oferta y la demanda a una situación de equilibrio.

Sin embargo, el libre funcionamiento del mercado en lugar de conducir a la economía

norteamericana a una nueva situación de estabilidad, terminó profundizando la crisis. Los

neoclásicos argumentaban que ante el exceso de oferta se generaría una caída de los precios

que conduciría a un aumento de la demanda, produciéndose de esta manera un nuevo

equilibrio entre la oferta y la demanda sin la necesidad de una intervención estatal.

Pero la realidad señalaba otra cosa. Al generarse el proceso deflacionario debido a que

la oferta era mayor que la demanda, la tasa de ganancia de los empresarios comenzó a

reducirse en forma significativa, lo cual generó que los capitalistas despidieron en forma

masiva a parte de sus trabajadores al mismo tiempo que al resto le reducían los salarios. Por lo

tanto, la estrategia encarada por los empresarios para superar la crisis, generaba una nueva

caída de la demanda que implicaba de esta forma una profundización de la depresión

económica.

Fue Roosevelt que a partir de 1933 como presidentes de los Estados Unidos llevó

adelante ante el fracaso del mercado el denominado New Deal o Nuevo Acuerdo, que

representaba un conjunto de políticas económicas con el objetivo de incrementar la demanda

y de esta manera superar la crisis y retomar un sendero de crecimiento económico y reducción

del desempleo. Por primera vez, el Estado en forma explicita tomaba la responsabilidad en la

aplicación de una serie de políticas macroeconómicas para influir en el funcionamiento de la

economía del país.

5

Page 6: Fras China

En otras palabras, el New Deal fue un programa económico llevado a cabo por el

gobierno norteamericano con el objetivo de incrementar la demanda a través de diferentes

mecanismos y de esta manera poder superar la Gran Depresión. Este conjunto de políticas

macroeconómicas logró revertir en parte la crisis económica en los Estados Unidos,

generando un crecimiento económico y una reducción del desempleo. Sin embargo, es

importante destacar que Estados Unidos logró salir definitivamente de la crisis como

resultado de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), pues a partir del inicio del rearme se

verificó en la economía norteamericana una fuerte reactivación económica.

En este contexto de crisis nace el teórico más destacado de las políticas de demanda:

John Maynard Keynes (1883-1946) con su libro más famoso “Teoría General de la ocupación,

el interés y el dinero” publicado en 1936. Su objetivo fue poder entender las causas que

provocaron la Gran Depresión y la elaboración de una serie de recomendaciones para su

superación. Al mismo tiempo, contribuyó a la explicación de los ciclos económicos y diseñó

un enfoque para controlar dichas fluctuaciones con el objetivo de poder garantizar un sólido

crecimiento económico en el largo plazo a través del manejo de la demanda agregada por

parte del Estado.

Keynes desarticuló la concepción económica neoclásica otorgándole un concepto

positivo al papel del Estado en la economía. Con Keynes surgen las denominadas políticas de

demanda, es decir, la aplicación de ciertos instrumentos de política por parte del Estado para

modificar la realidad económica de sus países; como por ejemplo, las políticas monetarias y

fiscales.

En este sentido, según Keynes en la crisis de 1929 a través de las políticas económicas

implementadas por el Estado se debía incrementar la demanda para poder superar el exceso de

oferta y de esta manera salir de la crisis económica y social que aquejaba al mundo. Las

recomendaciones keynesianas iban desde la realización de obras públicas a la orientación del

crédito y la reducción de la tasa de interés con el objetivo de incrementar la inversión privada.

En una perspectiva de más largo plazo el Estado debía ser el encargado de suavizar los

ciclos económicos manejando la demanda agregada por medio de distintas políticas

económicas dependiendo la situación en la cual se encuentre la economía. Por lo tanto, con

Keynes la concepción del libre funcionamiento del mercado como solución de los problemas

macroeconómicos fue abandonada por la idea de una economía capitalista regulada por el

Estado fundamentalmente a partir del manejo de la demanda de la economía.

6

Page 7: Fras China

2.2.) La crisis del petróleo y el retorno de los economistas ofertistas:

En la crisis de mediados de la década del setenta se produjo un retorno de los

economistas del lado de la oferta. Según estos economistas, la salida de la crisis dependía de

la aplicación de políticas fiscales del lado de la oferta, esto es, políticas del Estado tendientes

a aumentar la oferta agregada para alcanzar un crecimiento de la producción, el pleno empleo

y una reducción de la inflación1.

Las políticas ofertistas se aplicaron en Estados Unidos en 1980 durante el gobierno de

Ronald Reagan, con el objetivo de poder superar el problema de estanflación por el cual

estaba atravesando la economía norteamericana.

Los defensores de las políticas del lado de la oferta argumentaban que como a

diferencia de la crisis de 1929 donde la recesión estaba unida a un proceso deflacionario, en la

crisis del setenta la estanflación implicaba caída del producto y proceso inflacionario. Por lo

tanto, todo aumento de la demanda profundizaría los problemas económicos al incentivar el

aumento en el nivel general de precios.

En este sentido, según estos economistas, la alternativa más racional para lograr

superar la crisis era estimular la oferta agregada de la economía norteamericana. Para la teoría

del lado de la oferta, las políticas ofertistas generarían junto al incremento de la producción y

del empleo, una reducción en la inflación.

De esta forma, los economistas ofertistas recomendaban implementar políticas

económicas que permitieran rebajar los precios de los insumos, estimular los avances

tecnológicos, subsidiar a los empresarios, reducción de impuestos a los productores y

desregulación de los mercados.

Uno de los economistas del lado de la oferta más destacado que asesoró al presidente

Reagan fue Arthur Laffer. Según este economista los impuestos influyen en la motivación de

los individuos para trabajar, ahorrar, invertir y producir al mismo tiempo que repercute por lo

tanto en el ingreso fiscal.

Según Laffer, a medida que los impuestos aumentan se produce una reducción en los

incentivos a producir, lo cual genera una disminución en la recaudación impositiva. Con esta

1 Tucker, Irvin (2002).

7

Page 8: Fras China

idea general desarrolló una curva, la cual se conoce actualmente como la curva de Laffer,

donde se describe la relación entre las tasas tributarias y los ingresos fiscales totales.

Si el Estado fija una tasa impositiva en cero, los individuos tienen el mayor de los

incentivos para trabajar y producir, pero la recaudación impositiva es nula. En el caso

opuesto, si el Estado establece una tasa impositiva del 100%, la gente no tendrá motivación

alguna para trabajar, producir y generar ingresos, por lo cual también la recaudación

impositiva será nula.

De esta manera, según Laffer, en toda economía existe una tasa impositiva optima

entre 0 y el 100% que permita el mayor de los ingresos fiscales para el Estado al generar los

incentivos necesarios para producir y trabajar.

Según este economistas, el problema de la economía norteamericana durante la década

del ochenta era que la tasa impositiva era mayor a la tasa optima provocando una reducción al

estimulo a trabajar y producir generando una reducción en los ingresos fiscales, lo cual se

traducía en un déficit fiscal para el Estado norteamericano.

Por lo tanto, la recomendación de Laffer para superar la crisis de Estados Unidos era la

reducción de la tasa impositiva que permitiera un mayor incentivo a la inversión, el trabajo y

la producción generando a su vez un incremento de la recaudación tributaria y una

disminución del déficit fiscal. Laffer hacia hincapié sobre todo en la reducción del impuesto a

las ganancias.

Durante el gobierno de Reagan se aplicaron distintas políticas ofertistas, la cual la más

importante fue la disminución del impuesto a la renta en 1981. También se aplicaron

estímulos fiscales que subsidiaban las inversiones de los empresarios como por ejemplo

créditos fiscales para nuevos equipos y plantas y para investigación y desarrollo con el

objetivo de alentar los avances tecnológicos buscando incrementar la capacidad productiva de

la economía norteamericana a través de aumentar la cantidad y calidad del capital.

De esta forma, se esperaba aumentar la motivación de los empresarios

norteamericanos a invertir y producir para lograr un crecimiento económico e incrementar la

generación de puestos de trabajo provocando así mismo un aumento de la recaudación

impositiva y una disminución de los desequilibrios fiscales.

Sin embargo, el resultado de las políticas ofertistas aplicadas por Reagan fue la

profundización de la crisis económica, un aumento del déficit fiscal y una concentración del

ingreso. En efecto, pese a la disminución del impuesto a la renta, como la demanda

8

Page 9: Fras China

norteamericana no aumentaba, los empresarios en lugar de invertir y aumentar la producción

incrementaron su capacidad de ahorro.

En otras palabras, las políticas ofertistas aplicadas en la década del ochenta en Estados

Unidos durante el gobierno de Reagan únicamente fueron funcionales a los intereses de los

grandes empresarios, pero lejos estuvieron de permitir sacar a Estados Unidos de la crisis

económica.

3 ) LAS POLÍTICAS OFERTISTAS Y DE DEMANDA EN LA ARGENTINA:

3.1.) Las políticas ofertistas del gobierno de la Alianza y sus consecuencias:

3.1.1.) Las políticas ofertistas aplicadas durante la crisis final del modelo de

Convertibilidad:

En 1998 se inició la crisis final del modelo de Convertibilidad a partir de una serie de

shocks externos comenzados con la devaluación en Asia, el default ruso en 1998 y la

devaluación de Brasil en enero de 1999; generando la interrupción del ingreso de capitales

necesarios para sostener el régimen de Convertibilidad.

En este sentido, la Alianza asumió el gobierno en medio de una crisis económica que

se había iniciado a mediados de 1998 durante el gobierno de Menem. Sin embargo, el

objetivo central del gobierno era sostener el régimen convertible instaurado a principios de la

década del noventa, pese a los grandes problemas económicos y sociales que esto provocaba.

En este contexto, el primer ministro de Economía del gobierno de la Alianza, José

Luis Machinea, se propuso conseguir un incremento de la competitividad de la economía

argentina, sin tener que devaluar la moneda nacional, para lograr incrementar las

exportaciones y retomar un sendero de crecimiento económico. Para esto se buscaba reducir

los precios internos a través de un aumento de la productividad y una reducción de los costos.

Junto con esto se tendió a conseguir un equilibrio fiscal disminuyendo el déficit del

sector público. Este objetivo estaba íntimamente relacionado al aumento en el peso de los

servicios de la deuda pública relacionado con el fuerte crecimiento del endeudamiento del

sector público en los años anteriores.

9

Page 10: Fras China

Por lo tanto, se esperaba que la reducción del déficit fiscal y la consecuente

disminución de la demanda de crédito conduciría a una reducción de la tasa de interés que

generaría una expansión de la inversión productiva y al crecimiento de la economía.

En síntesis, Machinea centralizó su programa económico en un contexto de crisis

económica en el aumento de las ventas externa vía deflación para mejorar la balanza

comercial al mismo tiempo que conseguir un reactivación económica y reducción del déficit

fiscal a través de la disminución del gasto público y el aumento de la recaudación, con el

objetivo central de estimular la oferta agregada.

Además, el incremento de las exportaciones y el aumento de las inversiones, junto con

el equilibrio externo y fiscal conducirían a una disminución del riesgo país, lo cual generaría

una expansión de la inversión extranjera directa.

Por otro lado, estos objetivos eran compartidos por los organismos internacionales,

sobre todo el Fondo Monetario Internacional, que aportaban las divisas necesarias para

sostener el régimen convertible.

Con estos objetivos el gobierno de la Alianza comenzó a tomar medidas con el fin de

reducir el desequilibrio fiscal2. En un primer momento se intentó aumentar la recaudación

tributaria a través de una recategorización hacia arriba de los distintos tramos del impuestos a

las ganancias, disminuyendo progresivamente las deducciones y aplicando un tributo

extraordinario a las personas con ingresos mayores de 10.000 pesos mensuales.

Sin embargo, ante el fracaso para eliminar el déficit fiscal se encaró una reducción del

gasto público disminuyendo el 13% de las remuneraciones de los empleados públicos que

ganaban por encima de los 1.000 pesos mensuales y de las jubilaciones mayores de 500 pesos.

Además, se produjo una reducción del 30% de los contratos del sector público.

Los objetivos de estas medidas eran no sólo reducir el gasto público para equilibrar las

cuentas públicas, sino también promover una disminución de los salarios privados y del

consumo para profundizar la deflación y mejorar la competitividad con el fin de expandir las

exportaciones de la economía argentina.

Por otro lado, el ministro Machinea inició una profundización de la flexibilización

laboral encarada en la década del noventa para reducir el costo laboral con el fin de

incrementar la competitividad de la economía argentina y estimular por otro lado la inversión

productiva.

2 Rapoport, Mario (2005).

10

Page 11: Fras China

La nueva reforma laboral promulgada el 29 de mayo del 2000 incluía entre otras cosas

la descentralización de las negociaciones laborales, la creación de servicios de mediación y

arbitraje, la autorización para modificar acuerdos de trabajo cuando la estabilidad económica

de la empresa estuviera en riesgo y la extensión del período de prueba.

Asimismo, el gobierno de la Alianza encaró un conjunto de medidas para estimular la

inversión privada que incluía por ejemplo la disminución de los gravámenes al

endeudamiento de los empresarios y a la renta presunta, el establecimiento de ciertas

facilidades para los créditos hipotecarios y el establecimiento de diferentes incentivos

sectoriales3.

Luego, ante la fragilidad del modelo de Convertibilidad, el Fondo Monetario

Internacional junto con otras instituciones y países otorgaron un blindaje financiero de

aproximadamente 40.000 millones de dólares al gobierno argentino para tratar de incrementar

la confianza de los acreedores externos y evitar de esta forma el derrumbe del régimen

cambiario instaurado en la década del noventa.

Sin embargo, ante el fracaso de las políticas económicas se produjo la renuncia de

Machinea, asumiendo como ministro de Economía el 4 de marzo de 2001 Ricardo López

Murphy.

El nuevo ministro, centrándose también en la idea de estimular la oferta agregada de la

economía argentina, tenía como objetivo central conseguir el equilibrio fiscal que el anterior

ministro de economía no pudo conseguir, para lo cual presentó un conjunto de medidas para

la reducción del gasto público en 2.000 millones de pesos a través de la disminución en las

transferencias a las provincias, la eliminación de los subsidios a la producción de tabaco y al

consumo de combustible, la disminución en el presupuesto educativo y el despido de 100.000

empleados públicos4.

Pero el estallido social generado por la política de ajuste propuesta por López Murphy

desencadenó la renuncia del ministro de economía a menos de dos semanas de su designación.

Luego del breve interinato de López Murphy en marzo de 2001 asumió como ministro de

Economía Domingo Cavallo.

En un primer momento, el nuevo ministro de Economía encaró una política ofertista

con el objetivo de lograr una recuperación de la actividad económica al mismo tiempo que

3 Rapoport, Mario (2005).4 Rapoport, Mario (2005).

11

Page 12: Fras China

trató de diferenciarse de los anteriores ministros de Economía que se focalizaron en la

aplicación de políticas de ajuste.

En este sentido, se lanzaron los denominados “planes de competitividad” a diferentes

sectores productivos, como por ejemplo la industria metalmecánica, textil y de indumentaria y

calzado; que incluían reducciones en los aportes patronales a la seguridad social, disminución

en los aranceles a la importación de bienes de capital, exenciones impositivas y un aumento

en el proteccionismo de bienes de consumo importados5.

En otras palabras, el ministro Cavallo buscaba reducir los costos de las empresas de

distintos sectores económicos para que de esta forma aumentará la inversión y se iniciará un

nuevo sendero de crecimiento económico.

Por otro lado, se dispuso la “convertibilidad ampliada”, incorporando al euro junto con

el dólar como respaldo del peso; lo cual implicaba, al ser la cotización del euro menor al del

dólar, una devaluación encubierta.

Con respecto al desequilibrio fiscal Cavallo estableció un nuevo “impuestazo” al

implementar un tributo a las transacciones bancarias y la eliminación de las exenciones del

Impuesto al Valor Agregado.

Asimismo, debido a los compromisos con los acreedores externos que debía afrontar

el gobierno de la Alianza, Cavallo llevó a cabo el denominado megacanje. Este plan consistía

en el canje de parte de la deuda pública a través de un conjunto de bancos extranjeros. El

megacanje se concretó en junio de 2001 e implicaba la transferencia de deuda de corto plazo

por deuda de largo plazo, transfiriendo los vencimientos hacia delante generando de esta

forma un alivio en el corto plazo.

Sin embargo, ante el nuevo fracaso de las distintas políticas encaradas, el ministro

Cavallo retomó las políticas de ajuste para recuperar la oferta de la economía. En este sentido,

se instauró el programa de déficit cero que consistía en que los únicos dos gastos públicos que

el Estado argentino se comprometía a pagar era la deuda pública y las transferencias a las

provincias que se habían acordado con anterioridad. Por lo tanto, el resto del gasto público,

como por ejemplo el pago de las remuneraciones a los empleados públicos, dependían del

excedente que quedaba de los ingresos del Estado6.

En síntesis, ante la crisis económica heredada por el gobierno de Menem y más allá de

algunas medidas económicas llevada a cabo durante este período, el gobierno de la Alianza se

5 Rapoport, Mario (2005).6 Rapoport, Mario (2005).

12

Page 13: Fras China

caracterizó por la aplicación de políticas de ajuste con el objetivo principal de reducir el

déficit fiscal para incrementar la confianza y de esta forma lograr expandir las inversiones y

poder retomar el crecimiento económico. Es decir, el gobierno de la Alianza se caracterizó

por las políticas ofertistas para poder salir de la crisis de fines de la década del noventa.

3.1.2.) Las consecuencias de las políticas ofertistas:

Las políticas ofertitas aplicadas por el gobierno de la Alianza fueron un rotundo

fracaso. En lugar de reactivar la economía argentina, condujeron a una profundización de la

crisis económica que se venía arrastrando desde mediados de 1998.

La reducción del gasto público y el incremento de los impuestos para lograr eliminar

los desequilibrios fiscales en lugar de incrementar la inversión a partir de un aumento en la

confianza de los distintos sectores económicos, generó una reducción del consumo en

particular y de la demanda en general que provocaba una disminución de la inversión y una

profundización de la recesión. De esta manera, mientras que el consumo privado se redujo un

0,7% en el 2000 y un 5,7% en el 2001, la inversión disminuyó un 6,8% en el 2000 y un 15,7%

en el 2001.

Cuadro N° 1: Evolución de la oferta y demanda global valores trimestrales a precios de

1993, 2000-2001 (variación porcentual respecto a igual periodo del año anterior)Año PBI a

precio de

mercado

Consumo

de las

familias

Consumo

público

Inversión Exportac. Importac.

2000

I

II

III

IV

-0,8

-0,2

-0,4

-0,6

-1,9

-0,7

0,5

-0,1

-0,2

-2,7

0,6

1,0

0,3

1,6

-0,5

-6,8

-5,1

-7,6

-6,9

-7,5

2,7

3,5

3,0

1,5

2,9

-0,2

1,1

3,7

-2,2

-2,72001

I

II

III

IV

-4,4

-2,0

-0,2

-4,9

-10,5

-5,7

-1,8

-2,1

-6,6

-12,3

-2,1

0,5

0,4

-2,1

-6,5

-15,7

-9,5

-6,2

-17,2

-28,6

2,7

0,7

4,6

5,7

-0,4

-13,9

0,8

-4,2

-17,9

-33,7

13

Page 14: Fras China

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Indec.

Con respecto al sector externo si bien se verificó un leve crecimiento de las

exportaciones, el superávit comercial que se consiguió durante el gobierno de la Alianza se

debió al derrumbe de las importaciones, las cuales se desplomaron como consecuencia de la

fuerte crisis económica.

Por lo tanto, esta evolución de los distintos componentes de la demanda agregada

provocaron que el Producto Bruto Interno cayera un 0,8% en el 2000 y un 4,4% en el 2001.

Pero el gobierno de la Alianza no sólo no pudo reactivar la economía, sino que además

no logro equilibrar las cuentas públicas que era uno de sus objetivos centrales. Pues, si bien

durante este período se verificó un superávit primario, conseguido fundamentalmente por la

disminución del gasto público, se mantuvo el déficit financiero.

Por lo tanto, el desequilibrio fiscal era resultado de un exceso del gasto del sector

público pero debido exclusivamente al aumento permanente de los servicios de la deuda

pública como consecuencia del crecimiento constante del endeudamiento del Estado en los

años anteriores.

Cuadro N° 2: Evolución del sector público, 2000-2001 (millones de pesos). Concepto I Semestre de

2000

II Semestre de

2000

I Semestre de

2001

II Semestre de

2001Ingresos

corrientes (I)

28.314,4 26.897,3 27.457,6 22.808,5

Gastos

corrientes (II)

29.431,6 30.069,9 31.235,9 25.294,1

Resultado

económico(I– II)

-1.117,2 -3.172,6 -3.778,3 -2.485,6

Recursos de

capital (IV)

197,7 203,6 76,6 111,9

Gastos de capital

(V)

1.414,0 1.489,1 1.502,7 1.141,2

Ingresos totales

(I+IV)

28.512,1 27.100,9 27.534,2 22.920,4

Gastos totales

(II+V)

30.845,6 31.559,0 32.738,6 26.435,3

Resultado 2.432,1 290,4 1.258,0 137,1

14

Page 15: Fras China

primarioResultado

financiero

-2.334,2 -4.599,3 -5.210,2 -3.569,3

Fuente: Rapoport, Mario (2005).

De esta manera, durante la crisis final del régimen convertible se estableció una

política de ajuste, la cual generaba una caída de la demanda que profundizaba la crisis

económica. Esta recesión al mismo tiempo que conducía a una caída de los recursos del

Estado, obligaba a una nueva disminución del gasto público.

En este sentido, durante el gobierno de Fernando de la Rua como consecuencia de las

políticas del lado de la oferta se consolidó un circulo vicioso que implicaba que el ajuste fiscal

profundizaba la recesión económica y que requería, por la caída de los recursos del sector

estatal, una posterior disminución del gasto público para lograr equilibrar las cuentas del

Estado que provocaba una caída de la demanda.

Pero además, este esfuerzo del Estado no produjo los resultados esperados por el

gobierno de la Alianza, pues el desequilibrio fiscal perduró a lo largo de toda la crisis final del

Plan convertible debido, como dijimos, al aumento en el gasto público en concepto de

servicios de la deuda.

Por lo tanto, la reducción del gasto en educación, salud e infraestructura era más que

compensado por el aumento del gasto público por el pago de la deuda del Estado, lo cual

generaba un déficit permanente en el resultado financiero del sector público.

Por otro lado, la profundización de la crisis debido a las políticas ofertistas aumentó la

crisis social. En primer lugar, con respecto al mercado de trabajo se verificó un aumento de la

desocupación del 13,8% al 18,3% entre 1999 y el 2001.

Al mismo tiempo, se produjo un crecimiento de la subocupación del 14,3% al 16,3%

durante el mismo período, siendo la subocupación demandante la que más aumento pasando

del 9,1% al 10,7% entre 1999 y el 2001.

Asimismo, se experimentó un crecimiento del trabajo no registrado que pasó del

37,4% al 37,8% entre 1999 y el 2001 para el Gran Buenos Aires. Esta evolución del mercado

laboral condujo a una disminución del salario de los trabajadores verificado en la caída del

salario promedio de 586,1 pesos en 1999 a 571,0 pesos en el 2001.

15

Page 16: Fras China

Cuadro N° 3: Evolución de la desocupación, subocupación, trabajo no registrado, salario

promedio, pobreza e indigencia; 1999-2001 (porcentaje y pesos). 1999 2000 2001

Desocupación 13,8 14,7 18,3Subocupación

Demandante

No demandante

14,3

9,1

5,2

14,6

9,3

5,3

16,3

10,7

5,6Trabajo no registrado

(Bs. AS.)

37,4 37,5 37,8

Salario promedio 586,1 582,8 571,0Pobreza

Hogares

Personas

18,9

26,7

20,8

28,9

25,5

35,4Indigencia

Hogares

Personas

4,8

6,7

5,6

7,7

8,3

12,2Fuente: Elaboración propia en base a datos del Indec y Lindenboim, Javier y González,

Mariana (2004).

A su vez, se produjo un aumento de la pobreza y la indigencia. Mientras que la

pobreza en los hogares aumentó del 18,9% al 25,5% entre 1999 y el 2001, en las personas se

incrementó del 26,7% al 35,4% durante el mismo período.

Por su parte, mientras que la indigencia de los hogares se incrementó del 4,8% al 8,3%

entre 1999 y el 2001, las personas indigentes aumentaron de 6,7% al 12,2% durante el mismo

período.

En este contexto se generó un estrangulamiento externo en la economía argentina que

condujo a la salida del modelo de Convertibilidad. En primer lugar, la estrategia del aumento

de la competitividad de la economía argentina a través de la reducción de los precios internos

por medio de la disminución de los costos que se intentó no condujo a un crecimiento

importante de las exportaciones.

Las exportaciones se expandieron levemente durante este período pasando de 30.449 a

32.129 millones de dólares entre 1999 y el 2001. De esta forma, el superávit comercial que se

verificó se debió a una abrupta caída de las importaciones como consecuencia de la fuerte

crisis económica, las cuales se redujeron de 34.521 a 29.659 millones de dólares entre 1999 y

el 2001.

16

Page 17: Fras China

Cuadro N° 4: Evolución del sector externo, 1999-2001 (millones de dólares)Concepto 1999 2000 2001

Exportaciones 30.449 31.272 32.129Importaciones 34.521 34.466 29.659Saldo de la cuenta

corriente

-11.910 -8.955 -3.780

Deuda externa pública 84.750 84.851 88.259Deuda externa privada 60.539 61.724 51.984Stock de capitales en el

extranjero

124.455 131.892 137.805

Inversión extranjera

directa

23.988 10.418 2.166

Utilidades y

dividendos de la IED

2.213 2.588 893

Intereses pagados por

la deuda externa

11.329 12.352 12.162

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Indec; Basualdo, Eduardo (2003) y

Rapoport, Mario (2005).

Por su parte, si bien la inversión extranjera directa fue sumamente elevada en 1999

debido a la transferencia Repsol – YPF, a partir de este año se redujo drásticamente llegando a

los 2.166 millones de dólares en el 2001.

Además, al mismo tiempo que la inversión extranjera directa dejaba de proveer

divisas, se profundizaba la remisión de utilidades por parte de las firmas extranjeras. Salvo el

año 2001 debido a la profunda crisis económico que generó la reducción de las ganancias de

los empresarios en general y de las firmas extranjeras en particular, las utilidades y dividendos

remitidos al extranjero superaban los 2.000 millones de dólares en todos los años de la crisis

final del régimen convertible.

Por otro lado, el comportamiento de los grandes grupos económicos durante la crisis

final del régimen convertible fue fundamental para la conformación del estrangulamiento

externo. Efectivamente, mientras se intensificaba la fuga de capitales al extranjero pasando el

stock de capitales en el exterior de 124.455 a 137.805 millones de dólares entre 1999 y el

2001, se reducía el endeudamiento externo privado de 60.539 a 51.984 millones de dólares

durante el mismo período.

17

Page 18: Fras China

Esta estrategia del capital concentrado local se debió al aumento de la fragilidad del

régimen convertible y el aumento de la posibilidad de la devaluación de la moneda nacional.

De esta forma, los grandes grupos económicos absorbían divisas en la economía argentina

para transferirlas al extranjero con el objetivo de cancelar deuda externa o para depositarlo en

el sistema financiero internacional.

Ante esta situación, la deuda externa pública se transformó en el rubro central para la

entrada de divisas y el sostenimiento de la Convertibilidad. Por tal motivo, la deuda externa

pública aumentó de 84.750 a 88.259 millones de dólares entre 1999 y el 2001.

Pero al mismo tiempo, el Estado necesitaba endeudarse para cubrir el déficit fiscal que

generaba el crecimiento de los intereses pagados por la deuda pública que fueron de 11.329

millones de dólares en 1999, 12.352 en el 2000 y de 12.162 millones de dólares en el 2001.

De esta forma, se consolidó un circulo vicioso que consistía en la necesidad de divisas

que dependía fundamentalmente de la deuda externa pública. Por otro lado, el pago en

concepto de servicios de la deuda pública generaba un déficit que obligaba al incremento de la

deuda del Estado como mecanismo de financiamiento del desequilibrio fiscal.

Es decir, durante el gobierno de la Alianza la economía argentina experimentaba

desequilibrios macroeconómicos que presagiaban la caída del régimen convertible. Por un

lado, un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos que generaba la necesidad

permanente de ingresos de capitales y que eran abastecidos a través del aumento sostenido de

la deuda externa pública. Por otro lado, se producía un incremento del déficit fiscal y de la

deuda pública total que implicaba una necesidad cada vez mayor de financiamiento para el

sector estatal. Los déficit gemelos fueron profundizados por las políticas ofertistas del

gobierno de la Alianza.

Estos desequilibrios condujo a una dinámica en la cual se generaba una mayor deuda

pública provocando un incremento del riesgo país y por lo tanto de los intereses que el Estado

pagaba por la deuda contraída7. Esto provocó que los acreedores externos comenzaran a

reducir el financiamiento, generando la interrupción del ingreso de capitales que permitía

sostener el régimen convertible

Cuadro N° 5: Evolución de los depósitos y de la reservas del Banco Central (millones de

dólares y porcentaje del PBI)Año Depósitos totales en Depósitos totales en Variación de la

7 Damill, Mario; Frenkel, Roberto y Juvenal, Luciana (2004)

18

Page 19: Fras China

millones de dólares porcentaje del PBI reservas1999 78.788 27,8 1.2012000 87.700 30,8 -4392001 66.500 24,5 -12.083

Fuente: Elaboración propia en base a datos de Carrera, Jorge (2004) y Rapoport, Mario

(2005).

La desconfianza creciente en la sostenibilidad del modelo de Convertibilidad se

tradujo en una “corrida bancaria” a fines de 2001. En efecto, si bien los ahorristas en un

primer momento transformaron los depósitos de pesos a dólares, luego comenzaron a retirar

directamente los depósitos de los bancos.

El sistema bancario a fines de 2001 perdía depósitos a un ritmo promedio de 500

millones de dólares diarios8. De esta forma, los depósito totales se redujeron de 87.700 a

66.500 millones de dólares entre el 2000 y el 2001. Dicho en otras palabras, lo depósitos

totales disminuyeron del 30,8% del Producto Bruto Interno al 24,5% entre el 2000 y el 2001.

Por su parte, esto generaba una caída de las reservas del Banco Central, las cuales se

redujeron de 26.000 a 13.5000 millones de dólares entre 1999 y el 20019.

En medio de la crisis, el Banco Central de la República Argentina implementó una

serie de medidas con el objetivo de compensar la retirada de depósitos del sistema bancario

argentino. Una de las más importante fue, dentro de los limites que implicaba el modelo de

Convertibilidad, entregar un monto elevado de prestamos a los bancos, siendo los bancos

públicos los mayores beneficiarios de esta medida. Sin embargo, es importante destacar que

también otorgó financiamiento a los bancos privados, y en particular a las entidades

financieras extranjeras.

Pero estas medidas resultaron insuficientes. La retirada de depósitos continuó,

generando un agotamiento de las reservas del sistema bancario. Debido a este drenaje de

depósitos se produjo el denominado “corralito”. El gobierno de la Alianza estableció a partir

del 3 de diciembre de 2001 la restricción al retiro de fondos del sistema bancario en 250 pesos

semanales para las cuentas corrientes y las cajas de ahorro, al mismo tiempo que imponía un

tope de 1.000 dólares para las transferencias al exterior10.

Si bien con el “corralito” se evitó el quiebre generalizado del sistema bancario

argentino, la restricción al retiro de dinero por parte del público implicaba la salida del

8 Carrera, Jorge (2004). 9 Carrera, Jorge (2004).10 Rapoport, Mario (2005).

19

Page 20: Fras China

modelo de Convertibilidad. Fenómeno que quedó explicitado cuando el Fondo Monetario

Internacional se negó a concretar un desembolso que se había acordado con anticipación.

En resumen, las políticas aplicadas durante el gobierno de la Alianza con el objetivo

central de incrementar la oferta agregada generaron una caída mayor del producto, un

aumento del déficit fiscal, un incremento de la exclusión social y la crisis final del modelo de

Convertibilidad que implicó una profundización de la crisis económica y social.

3.2.) La crisis de 2009 y el retorno de las políticas de demanda en la Argentina:

3.2.1.) El aumento del gasto público:

En medio de la crisis de 2009, el gobierno nacional optó por la aplicación de políticas

de demanda, la cual una de las más importante fue el aumento del gasto público. El gasto

público total del sector público nacional (incluyendo el gasto corriente primario y el gasto de

capital) ascendió en el 2009 a 242.883,4 millones de pesos experimentando un incremento del

30,2% respecto al 2008.

Particularmente, la inversión pública de la administración nacional verificó un fuerte

crecimiento durante el 2009 alcanzando los 28.205 millones de pesos, es decir, un 26,5%

mayor a la de 200811.

Cuadro N° 6: Sector Público de la administración nacional base caja, 2008-2009 (millones

de pesos). Rubro 2008 2009 variación

Gasto Corriente 180.903,2 231.349,8 27,9%Renta de la

Propiedad (pago de los

servicios de la deuda)

17.896,9 24.461,9 36,7%

Gasto Corriente

primario (Gasto

corriente – renta de la

propiedad)

163.006,3 206.887,9 26,9%

Gasto de Capital 23.576,4 35.995,5 52,7%Gasto Total (gasto

primario + de capital,

186.582,7 242.883,4 30,2%

11 Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

20

Page 21: Fras China

excluyendo la renta de

propiedad)

Superávit Primario

Total

32.528,7 17.285,6 -46,9%

Resultado Financiero 14.654,8 -7.131,1 -148,7Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de economía y finanzas públicas

Este sensible aumento de las erogaciones del Estado nacional se vio reflejado en la

reducción del superávit fiscal. Con respecto al superávit primario, es decir, antes del pago de

los servicios de la deuda pública, se produjo una reducción del 46,9% pasando de 32.528,7 a

17.285,6 millones de pesos entre el 2008 y el 2009.

Esta caída fue más significativa con respecto al resultado financiero, esto es, luego del

pago de los servicios de la deuda del Estado. En efecto, el resultado financiero pasó de un

superávit de 14.654,8 millones de pesos en el 2008 a un déficit de 7.131,1 millones de pesos

en el 2009.

El desequilibrio financiero del Estado nacional se debió a un doble proceso. Por un

lado, a la reducción del superávit primario como resultado del aumento del gasto público con

el objetivo de incrementar la demanda.

Por otro lado, al aumento de los servicios de la deuda pública que se incrementaron de

17.896,9 a 24.461,9 millones de pesos entre el 2008 y el 2009, es decir, que verificaron un

aumento del 36,7%.

Es decir, que el gobierno nacional en el 2009 al mismo tiempo que incrementaba el

gasto público para sostener la actividad y el empleo aumentaba las erogaciones en concepto

de deuda pública contraída en años anteriores. El resultado de este doble proceso fue el

deterioro del resultado financiero del Estado nacional.

3.2.2.) Las consecuencias del aumento del gasto público:

En primer lugar, en medio de la crisis internacional la Argentina verificó en el 2009 un

leve crecimiento económico del 0,9%, sustentado en el aumento del consumo público y en

menor medida del consumo privado.

Cuadro N° 7: Evolución de los componentes de la demanda agregada, 2008-2009 (millones

de pesos, a precio de 1993)

21

Page 22: Fras China

Componentes 2008 2009 VariaciónPBI a precios de

mercado

383.444 386.704 0,9

Importaciones 54.406 44.055 -19,0Consumo privado 250.629 251.763 0,5Consumo público 45.261 48.535 7,2Inversión Interna

Bruta Fija

88.553 79.527 -10,2

Exportaciones 51.030 47.761 -6,4Fuente: Indec

Por otro lado, a pesar de la crisis mundial se experimentó un fortalecimiento del

sistema financiero argentina. Mientras que las Reservas del Banco Central crecieron de

46.386 a 47.967 millones de dólares entre diciembre de 2008 y diciembre de 2009, los

depósitos y prestamos del sistema bancario aumentaron durante el mismo período de 234.567

a 269.517 y de 130.482 a 143.150 millones de pesos, respectivamente.

Cuadro N° 8: Evolución de las reservas internacionales, depósitos y prestamos, 2008-2009

(millones de dólares y pesos). Año Reservas

internacionales del

Banco Central

(millones de dólares)

Depósitos en

efectivo en las

entidades

financieras

(millones de pesos)

Prestamos de las

entidades

financieras al sector

privado (millones de

pesos)31/12/2008 46.386 234.567 130.48231/12/2009 47.967 269.517 143.150

Fuente: Indec

Por su parte, se produjo un leve deterioro en el mercado de trabajo. En primer lugar, la

desocupación aumento del 7,3% al 8,4 % entre el cuarto trimestre de 2008 y el cuarto

trimestre de 2009.

Cuadro N° 9: Evolución de la desocupación y la subocupación, cuarto trimestre de 2008-

cuarto trimestre de 2009 (porcentajes)Período Desocupación Subocupación

Demandante No demandante TotalCuarto trimestre 7,3 6,0 3,1 9,1

22

Page 23: Fras China

2008Cuarto trimestre

2009

8,4 6,9 3,4 10,3

Fuente: Elaboración propia en base a datos del Indec

Asimismo, mientras que la subocupación total aumentó del 9,1% al 10,3% entre el

cuarto trimestre de 2008 y el cuarto trimestre de 2009, la subocupación demandante pasó del

6,0% al 6,9% y la no demandante del 3,1 al 3,4% durante el mismo período.

Por lo tanto, tanto el desempleo como la subocupación demandante se mantuvieron

durante la crisis de 2009 en un digito.

Cuadro N° 10: Evolución del índice de salarios, valores al último día de cada mes. Base

cuarto trimestre 2001=100Periodo Sector privado Sector

Público

Nivel GeneralRegistrado No

Registrado

Índice Variación

mensual (%)2008

Diciembre 321,61 269,54 226,33 282,73 0,982009

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

Junio

Julio

Agosto

Septiembre

Octubre

Noviembre

Diciembre

324,38

325,85

327,78

332,04

336,75

343,27

351,20

357,13

362,38

369,23

372,27

377,22

277,90

289,01

291,35

299,95

298,71

301,59

304,57

308,33

318,52

314,84

323,43

327,56

226,86

226,86

227,76

228,12

229,56

231,63

238,60

241,35

244,22

252,23

252,23

252,23

285,95

288,90

290,60

294,56

297,11

301,57

308,23

312,77

318,30

323,40

326,63

329,94

1,14

1,03

0,59

1,36

0,86

1,50

2,21

1,48

1,77

1,60

1,00

1,01Fuente: Elaboración propia en base a datos del Indec

23

Page 24: Fras China

Además, en medio de la crisis financiera internacional se produjo un aumento de los

salarios de los trabajadores, lo cual también contribuyó junto con el aumento del gasto

público al aumento de la demanda agregada y el sostenimiento de la actividad y del empleo.

El nivel general de los salarios aumentó un 15,55% durante el 2009, siendo los salarios

privados tanto registrados como los no registrados los que más se expandieron.

4 .) CONCLUSIONES:

El caso Argentina es un claro ejemplo de la debilidad teórica y empírica de las

políticas de oferta. En contraposición, las políticas aplicadas por el gobierno nacional en la

crisis de 2009 son un ejemplo evidente de la necesidad de incrementar la demanda, sobre todo

a través del aumento del gasto público, ante una crisis económica.

El mismo fenómeno se observa en la discusión sobre el tema de la inversión pública y

sus consecuencias sobre la inversión de los empresarios. En efecto, para los economistas

ofertistas la inversión pública es considerada como contraproducentes para la evolución de la

economía en general y de la inversión privada en particular. Según estos economistas, el

aumento de la inversión realizada por el Estado Nacional desalientan la expansión del

producto y la inversión de los empresarios transformándose en un freno para el desarrollo

económico y social.

Con respecto a la inversión pública, según los economistas del lado de la oferta,

genera un desplazamiento de la inversión privada básicamente por dos vías:

- Si se financia por medio del endeudamiento provocará un incremento de la tasa de

interés, lo cual se traduce en una reducción de la inversión del sector privado como

resultado del encarecimiento del crédito.

- Pero si se financia con recursos propios, los impuestos cobrados al sector privado

necesarios para financiar la inversión pública también desalienta a la inversión de los

empresarios.

Por lo tanto, para los economistas ofertistas, todo crecimiento de la inversión pública

que genera indefectiblemente una necesidad de financiamiento conducirá a una disminución

progresiva de la inversión privada como resultado del aumento en los costos de los

empresarios: financieros vía aumento de la tasa de interés y/o impositivos debido al

incremento de los impuestos.

24

Page 25: Fras China

En este sentido, la recomendación permanente de los economistas del lado de la oferta

es la reducción constante del gasto pública en general y de la inversión del Estado en

particular para conseguir un crecimiento económico sostenido en base al aumento de la

inversión privada.

A partir de 2003 se observa en la economía argentina un aumento constante de la

inversión del Estado. En efecto, la inversión pública se incrementó de 3.020 a 16.047 millones

de pesos entre el 2003 y el 2007, pasando del 8,2% al 19,8% de la inversión total y del 1,10%

al 2,90% del Producto Bruto Interno. Visto de otra forma, la inversión del Estado Nacional

entre el 2003 y el 2007 experimentó un crecimiento del 431,4%12.

Ahora bien, siguiendo la teoría ortodoxa de los economistas del lado de la oferta, a

partir del 2003 se tendría que haber verificado entonces una caída estrepitosa de la inversión

privada y de la inversión total.

Es decir, para estos economistas a partir de 2003 y como consecuencia del fuerte

crecimiento de la inversión del Estado se tendría que haber experimentado una reducción de

la inversión de los empresarios mayor al aumento de la inversión pública, lo cual se tendría

que haber traducido en una disminución de la inversión total.

Sin embargo, los resultados fueron diametralmente opuestos. Con respecto a la

inversión privada pasó de 33.639 a 65.140 millones de pesos entre el 2003 y el 2007, esto es,

la inversión de los empresarios aumentó un 93,6% durante este período.

Por su parte, la inversión total creció de 36.659 a 81.187 millones de pesos entre el

2003 y el 2007, es decir, experimentó un aumento de 121,55 durante este período. Dicho de

otra forma, la inversión total se expandió del 14,3% al 22,6% del producto13.

Por lo tanto, y a diferencia de los expresado por los economistas ofertistas, a partir de

2003 se observa un aumento constante y paralelo de la inversión pública, privada y total. De

esta manera, en lugar de actuar la inversión pública como un obstáculo para la inversión

privada, terminó funcionando como un estimulante y multiplicador de la inversión de los

empresarios.

La inversión pública es fundamental para el desarrollo económico y social.

Efectivamente, la inversión realizada por el Sector Público permite la construcción de la

infraestructura básica como por ejemplo vialidad, sistemas de agua y saneamiento, salud,

educación, transporte y energía.

12 Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. 13 Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.

25

Page 26: Fras China

Pero además, en términos económicos, la inversión estatal es imprescindible para el

crecimiento de la demanda. En este punto es donde la visión de los economistas del lado de la

oferta falla al pronosticar la caída de la inversión privada ante un aumento de la inversión

pública.

Pues la inversión de los empresarios sólo crece en un contexto de aumento constante

de la demanda. El crecimiento del consumo y la demanda que genera un incremento de las

ventas es el mejor estimulo para la expansión de la inversión por parte del sector privado.

En este sentido, el gasto público en general y la inversión del Estado en particular son

fundamentales. Efectivamente, al crecer las erogaciones realizadas por el sector público

aumenta la demanda. Y al aumentar la demanda se expanden las ventas del sector privado y

por consiguiente la inversión de los empresarios.

De esta forma, la inversión llevada a cabo por el Estado en lugar de actuar como un

obstáculo para la inversión privada actúa como un multiplicador de la misma por dos

fenómenos. Por un lado, al crear la infraestructura que el empresario necesita para desarrollar

su respectivo negocio, como por ejemplo, la construcción de las rutas, puentes, puertos, la

salud y educación para tener una mano de obra calificada y sana. Por otro lado, al aumentar la

demanda global de la economía generando un incremento de las ventas y las ganancias de los

empresarios.

Bibliografía:

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