fredrik barth. grupos Étnicos y sus fronteras

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  • 8/7/2019 Fredrik Barth. Grupos tnicos y sus fronteras

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    ,LOS GRUPOS ETNICOSy SUSFRONTERASCOMPlADORFREDRIK BARTH

    FO'DO DE CLtTLRA ECON\1ICA

    'SUS FRONTERAS

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    LOS GRUPOS ETNICOSy SUS FRONTERAS

    La organizacin social de las diferenciasculturalesCompilador

    FREDRIK BARTH

    FONDO DE CULTURA ECONMICAMXIco

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    INTRODUCCINFREDRIK BARTH

    ESTE conjunto de ensayos se ocupa de los problemas de los grupos tnicos y su persistencia. Aunque poco estudiado, es steun tema de gran impor tanc ia para la antropologa social. Prcticamente, todo el razonamiento antropolgico se f unda en lapremisa de que la variacin cultural es discontinua: existenagregados de individuos, por un lado, que comparten esencialmente una cultura comn y, por otro, diferencias conectadas entre s que distinguen a esta cultura discreta de todas lasdems. Puesto que la cultura no es sino una forma de describirla conducta humana, se podra concluir que existen gruposdiscretos de individuos, es decir, unidades tnicas correspondientes a cada cultura. Tanto las diferencias entre las culturascomo sus lmites y conexiones histricos han recibido atencinsuficiente; por el contrar io , la cons ti tucin de los grupos tn icos y la naturaleza de los lmites entre stos no han sidoinvestigados en la forma correspondiente. Hasta ahora, los antroplogos sociales han evitado estos problemas al utilizar unconcepto demasiado abstracto de "sociedad" para representaraquel sistema social dentro del cua l deben ser analizados unidades y grupos concretos ms pequeos. Por tal motivo, quedan sin examinar las caractersticas y los lmites empricos delos grupos tnicos, as como los importantes problemas tericos que suscita una investigacin semejante.Aunque ya nadie sostiene la hiptesis ingenua segn la cualcada tribu y cada pueblo ha logrado conservar su cultura me

    diante un belicoso desdn de sus vecinos, subsiste todava laopinin simplista que considera al aislamiento geogrfico yal aislamiento social como los factores crticos en la conservacin de la diversidad cultural. Una investigacin emprica delcarcter de los l mites tnicos, como la que se encuentra documentada en los siguientes ensayos, produce dos descubrimientos que, aun cuando no del todo inesperados, demues-

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    10 INTRODUCCIN INTRODUCClN 11tran lo deficiente de tal opinin. Primero, es evidente quelos l mites persisten a pesar del trnsito de personal a travsde ellos. En otras palabras, las distinciones tnicas categoriales no dependen de una ausenc ia de movi lidad , contacto oinformacin; antes bien, implican procesos sociales de exclusin e incorporacin por los cuales son conservadas categorasdiscretas a pesar de los cambios de participacin y afiliacinen el curso de las historias individuales. En segundo lugar,queda demostrado que ciertas relaciones sociales estables, persistentes, y a menudo importantes, se mantienen por encimade tales lmites y, con frecuencia, estn basadas precisamenteen los status tnicos en dicotoma. En otras palabras, las distinciones tnicas no dependen de una ausencia de interacciny aceptacin sociales; por el contrar io , generalmente son e lfundamento mismo sobre e l cua l estn cons truidos los sistemas sociales que las contienen. En un sistema social semejante,la interaccin no conduce a su liquidacin como consecuencia del cambio y la aculturacin; las diferencias culturalespueden persistir a pesar del contacto intertnico y de la interdependencia.PLANTEAMIENTO GENERALEvidentemente, estamos frente a un campo importante que necesita ser nuevamente examinado. Lo que se requiere es unmtodo que combine lo terico y lo emprico: necesitamos investigar detenidamente los hechos empricos de una variedadde casos y adaptar nuestros conceptos a estos datos empricoscon el objeto de aclararlos del modo ms sencillo y adecuadoposible que nos permita, al mismo tiempo, explorar sus implicaciones. En los ensayos siguientes, cada autor ha escogidoun caso con e l cual es t ntimamente familiarizado en su propia investigacin de campo y al que trata de aplicar un conjunto comn de conceptos para su anlisis. La principal divergencia teortica consta de varias partes relacionadas entresi. En primer lugar, hacemos particular hincapi en el hechode que los grupos tnicos son categor as de adscripcin eidentificacin que son utilizadas por los actores mismos y tie-

    nen, por tanto, la caracterstica de organizar interaccin entre los individuos. Intentamos relacionar otras caractersticasde los grupos nicos a este aspecto fundamental . En segundotrmino, todos los ensayos aplican un punto de vista generativo al anlisis; en lugar de trabajar por medio de una tipologa de las formas de los grupos tnicos Y sus relaciones, nosproponemos explorar los diferentes procesos que a l parece rparticipan en la generacin y conservacin de los grupos tnicos. En t erce r y ltimo lugar, para observar estos procesos,desviamos el foco de la investigacin de la constitucin interna y de la historia de los grupos tnicos para centrarlo en loslmites tnicos y su persistencia. Cada uno de estos puntos requier e de cierta elaboracin.DEFINICIN DEL GRUPO TNICOEl trmino grupo tnico es utilizado generalmente en la literatura antropolgica (e/., por ej ., Narroll , 1964) para design ar una comunidad que:1) en gran medida se autoperpeta biolgicamente ,2) comparte valores culturales fundamentales realizados conunidad manifiesta en formas culturales3) integra un campo de comunicacin e interaccin

    4.) cuenta con unos miembros que se ident if ican a s mismos y son identificados por otros y que constituyen una categora distinguible de otras categoras del mismo orden.Es ta def in ic in de t ipo ideal no est muy alejada en contenido de la proposicin tradicional que afirma que una raza= una cultura = un len.guaje, y que una sociedad = una unidad que rechaza o discrimina a otras. No obstante, en formamodificada resulta sufic ientemente adecuada a muchas situaciones empricas etnogrficas, por lo que su significado contina siendo til a los propsitos de muchos antroplogos. Miobjecin no est dirigida fundamentalmente a la sustancia deestas caractersticas, aunque, como habr de demostrar, mu-cho ganar amos con c ie rto cambio de nfasis; mi principalobjecin es que tal formulacin nos impide comprender elfenmeno de los grupos tnicos Y su l ugar en las sociedades

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    12 INTRODUCCIN INTRODUCCINy c . u ~ t u r a s humanas . Y esto se debe a qu e incurre en unapetiCin de todos ~ o ~ r i n c i p i o s , pues cuando se propone aportar un modelo tpiCO Ideal de una forma emprica recurrente,ya est presupomendo una opinin preconcebida de cules sonlos factores significativos en la gnesis, estructura y funcin deestos grupos.A.un n i ~ e l . m s crtico, nos permite suponer que la persist e n ~ I a de. hmltes n es problemtica y que est originada enel aislamiento que ImplIcan las caractersticas antes enumeradas: diferencia racial, diferencia cultural, separatismo social,!>arreras de lenguaje, enemistad organizada o espontnea. DeIgual mcx.I0 se r e ~ u c e . el nmero de factores que utilizamospara explIcar la diversidad cultural: se nos induce a imaginara. cada. g r u ~ o desarrollando su forma social y cul tural en relatiVO ais lamiento y respondiendo, principalmente, a factores

    e c ~ l g i c o s locales, i n s ~ r t o en. el curso de u? a historia de adaptaCIn fundada en l a InVenCIn y la adopcin selectiva. Segnello, esta his toria ha . producido un mundo de pueblos separados con sus respectivas culturas y organizados en una sociedad que, legtimamente, puede ser aislada para su descripcincomo si fuese una isla.Los GRUPOS TNICOS COMO PORTADORES DE CULTURAEn lugar de discuti r lo apropiado de .esta versin de la historia,adecuada quiz slo para las islas pelgicas, examinaremos al .gunas de las fallas de lgica de este punto de vista. De lascaracterstica? e n u m e r a ~ ~ n t e s , al hecho de compartir unacultura comun. le ~ .atrlbUIda generalmente una importanciacentral. En mi OpInin, mucho se ganara si se consideraseeste rasgo tan importante ms bien como una implicacin oun resultad? q,:e como una caracterstica primaria y definitivade la orgamzaCIn del grupo tnico. Si se insiste en consideraral aspecto de portadores de cultura de los grupos tnicos comocaracterstica primaria, nos tendremos que enfrentar a consecuencias de muy amplio alcance. Se propendera a identificary d!s tingui r a los grupos tn icos por las caractersticas morfolgIcas de las culturas de qu e son portadores. Esto implica un ,.

    punto de vis ta prejuiciado de 1) la naturaleza de la continuidad en el tiempo de estas unid ades y 2) del "locus" de losfactores qu e determinan la fo rma de las unidades.1) Hec,ho el hincapi en el aspecto de portadores de cultu ra , la clasificacin de los individuos y los grupos localescomo miembros de un grupo tnico depender del grado enque muestren rasgos particulares de esa cul tu ra . Esto puedejuzgarse objetivilmente en la actitud del investigador etnogrfico que, s iguiendo la t radicin que vincula regin con cultura, no toma en consideracin las categoras y los prejuicios delos actores. Las diferencias entre los grupos se convierten ensimples diferencias en el inventario de rasgos; la atencin seconcentra en el anlisis de las cul turas y no en la organizacintnica. Posteriormente, la relacin dinmica entre los gruposser descrita en estudios de aculturacin de la clase, que cadada despierta menos inters en la antropologa, aunque susdeficiencias tericas jams hayan sido discutidas seriamente.Puesto que la p rocedencia de cada ensamble de rasgos cul tu rales es diferente, este punto de vista da lugar a una "etnohistoria" que hace la crn ica del acrecen tamien to y del cambioculturales e intenta explicar la adopcin de ciertos aspectos.No obstante, cul es la unidad cuya continuidad es descritaen estos estudios? Paradjicamente, deber incluir culturas delpasado que, obviamente, deberan estar excluidas en el presente debido a sus diferencias de forma, diferencias, principalmente, que son diagnsticas para la diferenciacin sincrnicade las unidades tnicas. Ciertamente, la interconexin entre"grupo tnico" y "cultura" no se aclara en modo alguno mediante esta confusin.2) Las formas cul turales manifiestas que pueden ser clasificadas como rasgos culturales exhiben los efectos de la ecologa. Con esto no me r ef iero al hecho de que reflejan unahistoria de adaptac in a l medio; de modo ms inmediato , reflejan tambin las circunstancias externas a las cuales se debieron adaptar los actores mismos. Con toda seguridad, un mismo grupo de individuos, con sus mismas ideas y valores, puestos frente a las diferentes oportunidades ofrecidas por un diferente medio, se veran obligados a adoptar diferentes patro-

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    14 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 15nes de existencia y a insti tucionalizar diferentes formas deconducta. Por lo mismo, no nos deba sorprender que un grupo tnico, diseminado en un territorio con circunstancias ecolgicas variables, muestre variantes regionales de una conducta manifiesta institucionalizada, que no reflejan, sin embargo, diferencias en su orientacin cultural. Entonces, cmopodra ser clasificado si estas manifiestas formas institucionalizadas son diagnsticas? Un caso pertinente es la distribuciny diversidad de los sistemas sociales locales de los pathanes,discutidos ms adelante (pp. 152 ss.). Segn los valores bsicosde los pathanes, para los pathanes del sur, que habitan laszonas montaosas y estn organizados homogneamente segnpatrones de linaje, la conducta de los pathanes de Swat es tandiferente y reprochable segn sus propios valores, que terminan por conside rar a sus he rmanos del norte como "ya nopathanes". En efecto, segn cri terios "objetiy6s", su patrnmanifiesto de organizacin est ms c e r c a n ~ de los punjabs.Pero a m me fue posible, una vez qu' hube explicado lascircunstancias del norte, lograr que los pathanes del sur aceptaran que tambin aqullos eran pathanes y admitieran, aun-que a regaadientes, que en tales circunstancias ellos mismosactuaran de la misma manera . Por tanto, es un error considerar las formas institucionales manifiestas como constitutivasde los rasgos culturales que en un momento dado distinguena un grupo tnico: estas formas manifiestas estn determinadas tanto por la ecologa como po r la cultura trasmitida.Tampoco se puede alegar que cada una de estas diversificaciones en el interior de un grupo representa un primer pasoen direccin de una subdivisin y una multipl icacin de lasunidades. Contamos con casos documentados, demasiado conocidos, de grupos tnicos que, aun cuando tambin se encuentran a un nivel relat ivamente s imple de organizacineconmica y ocupan varios y diferentes nichos ecolgicos, hanpodido conservar, no obstante, una unidad bsica tnica y cultural, durante largos perodos (ef., por ej., los chuckchee delinterior y de la costa (Bogaras, 1904-9); los lapones, tanto lospastores de renos como los que habitan los ros y la costa(Gjessing, 1954).

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    En uno de los s iguientes ensayos (pp. 96 ss.), Blom discuteconvincentemente este punto con re fe renc ia a los granjerosque habitan las montaas de la Noruega central. . < ' \ l l c l ~ : r n 1 ! e s tra cmo su participacin y autoevaluacin segn los valoresgenerales noruegos les asegura continua pertenencia a l g rupotnico mayoritario, a pesar de los patrones de actividad tancaractersticos y peculiares que les impone la ecologa local.Para analizar tales casos necesitamos adoptar un punto de vista que n o confunda los efectos de las circunstancias ecolgicassobre la conducta con los de la tradicin cultural, y asimismo,investigar los componentes sociales y culturales no ecolgicoscreadores de diversidad.Los GRUPOS TNICOS COMO TIPO DE ORGANIZACINSi nos concretamos a lo que es socialmente efectivo, los grupostnicos son considerados como una forma de organizacin so-cial. De acuerdo con esto, el rasgo cr ti co es el punto 4) de lalista de la p. 11, es decir, la caracterstica de autoadscripcin yadscripcin por otros. Una adscripcin categorial es una adscripcin tnica cuando clasifica a una persona de acuerdo consu identidad bsica y ms general, supuestamente determinadapo r su origen y su formacin. En la medida en que los actoresutilizan las identidades tnicas para categorizarse a s mismosy a los otros, con fines de interaccin, forman grupos tnicosen este sentido de organizacin.Aunque las categoras tnicas presuponen diferencias c u l t u ~rales, es preciso reconocer que no podemos suponer una simple relacin de paridad entre las unidades tnicas y las simil itudes y diferencias culturales. Los rasgos que son tomados encuenta no son la suma de diferencias "objetivas", sino solamente aquellas que los actores mismos consideran significativas.Las variaciones ecolgicas no slo sealan y exageran lasdiferencias; algunos rasgos culturales son utilizados por los actores como seales y emblemas de diferencia, otros son pasados po r alto, y en algunas relaciones, diferencias radicales sondesdeadas y negadas. Analticamente, l,?s contenidos cultura-

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    16 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 17les de las dicotomas tnicas parecen ser de dos rdenes: 1) se-ales o signos manifiestos: los rasgos diacrticos que los individuos esperan descubrir y exhiben para indicar identidad y queson, po r lo general, el vestido, el lenguaje, la forma de vivienda o un general modo de vida, y 2) las orientaciones de val o r ~ s bsicos: las ~ o r m a s de moralidad y excelencia po r las que~ J ~ g a la a

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    18para l legar a un entend.imiento 'reciproco, d ~ f e r e n c i a s de cri-.) terio para emitir juicios de valor y de conducta y Ula restriccin de la interaccin posible.Ji sectores que presuponen co-mn acuerdo e inters.Lo anterior nos permite comprender una forma .final del~ t e n i m i n t o de lmites por medio de la cual persisten lasunidades culturales y sus lmites. Implcitas tambin en lacon*ervacin de los limites tnicos se encuentran situacionesde contacto social entre individuos de diferentes culturas: los~ p o s tnicos persisten como unidades significativas slo sivan acompafiados de notorias diferencias en la conducta esdecir, de diferencias culturales persistentes. No obstante, c ~ do interactan personas pertenecientes a culturas diferentes,s de 'esperar que sus diferencias se reduzcan, ya que la inter

    a c c i ~ n requiere y genera una congruencia de cdigos y valores;en otras palabras, una similitud o comunidad de cultura (cf.. Barth. 1956. para mi discusin de este punto) . Por tal motivo,la persistencia de los grupos tnicos en contacto implica no861o, criterios y seales de identificacin, sino tambin estruc~ r de interaccin que permita la persistencia de las diferenCIas culturales. El aspecto organizacional que yo sostendr,debe ser general para todas las relacionesintertnicas, es unoonjunto sistemtico de reglas que regula los encuentros soc i ~ l e s intertnicos. En toda vida social organizada, est presctlto aquello que puede ser pertinente para la interaccin encualquier situacin social particular (Goffman, 1959). Si existe un acuerdo entre las personas respecto a estas prescripciones,el convenio respecto a cdigos y valores no necesita extenm.etsems all de lo que es aplicable a las situaciones soci:a1es especficas en que se interacta. Ls relaciones intert.oieas estables presuponen una estructura de interaccin semejante: por un lado, existe un conjunto de preceptos que regulan las situaciones de contacto y que permiten una articulacin en algunos dominios de la actividad y, por otro. un conjunto de sanciones que prohben la interaccin intertnica enQtros;sectoreS, aislando as ciertos segmentos de la cultura deposibles oonftontaciones o modificaciones.

    INTR.ODUOCINSISTEMAS SOCIALES POuf'NlCOSPor supuesto, es esto lo que Furnival1 (1944) d e s c r l b i ~ tanclaramente en su anlisis de una sociedad plural: una SOCIedadpolitnica integrada en la plaza de l mercado, bajo el controlde un sistema estatal dominado por uno de los grupos, perocon amplias zonas de d i v e r s i ~ cultural en los sectores domsticos y religiosos de la actIv1dad.

    Lo que no ha sido d e b i d a m e n t ~ apreciado por los a n t r ~lagos posteriores es la posible vanedad de .sectores 'de. ~ c u .lacin y separacin 1 la variedad de los s I s t e ~ pohtm.cmque esto implica. Sabemos de algunos de los S I S t ~ ~ ~ e J a n e . .sios de canje de objetos insertos la esfera. pnvtlegiada. dela economa, y sabemos algo tambIn de la etIqueta 'Y los p ~ ceptos que rigen esta situacin de intercambio .1 q u la ~ f S , .lan de las otras actividades. Tenemos informacin de vanossistemas policntricos tradicionales del sureste de Asia. (discutidos ms adelante, Izi,kowitz (pp. 177 ss.) y que e s t n J J ) t ~ ~dos a l r e d ~ d o r de la es{era privilegiada del comercio y de es-tructuras polticas semifeudales. Algunas regiones del sudoes.-te de Asia muestran formas fundadas en una economfa de JIlcrcado msmonetizada, aun cuando su integracin poltia sigasiendo de carcter policntrico. Merecen tambin considera.:cin tanto el cooperativismo ritual y productivo c o ~ o la ,-fI'l.;.tegracin poltica de los sistemas de casta de la IndIa, dondequizs solamente la vida domstica y los vnculos de parentesco an constituyen sectores vedados y origen de diversidadcultural. Nada se gana con agrupar estos variados sistemas conel marbete cada vez ms \lago de sociedad uplural", cuandouna investigacin de estas variedades de estructura p u e d e a ~ l a ..rar suficientemente las formas sociales 1 culturales. 'A lo que podemos rferimos como a r t i ~ c i n y.sepaacinen un macronivel, corresponde un grupo SIstemtico de res-tricciones de funcin en 1Dl micronivel. Es comn a todos.tos sistemas el principio de que la identidad tnica .impli

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    20 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 21acciones.1. En otras palabras, considerada como status la iden-tidad. tn ica est sobrepues ta a la mayor a de los d e ~ s statusy define. las c o n s t ~ l a c i o n e s permisibles de status, es decir, depersonalIdades socIales q ue p uede asu mir un individuo contal identidad. En este respecto, la identidad tnica es s imilaral ~ e : : , o y al rango, en cuanto constrie al sujeto en todas susactIvIdades y no slo en algunas situaciones sociales defini-das.2 Se puede decir tambin que es imperativa, en cuanto nopuede ~ . p ~ s a d a por a ~ t o temporalmente suprimida porotras defimcIOnes de la sItuaCin. Las imposiciones en la con-ducta de una persona originadas en esta identidad tnica tien-den a ser absolutas, y en las sociedades politnicas complejas,totalmente exhaustivas; tanto los componentes morales comolas convenciones sociales se vuelven todava ms resis tentesal cambio al agruprseles en grupos estereotipados como ca-ractersticas de un a identidad especfica.LAs ASOCIACIONES DE IDENTIDADES Y LAS NORMAS DE VALOREl ~ n l i s i s de las ~ a r a c t e . r s t i c a s ~ la interaccin y la organi-z a C I ~ de las relaCIOnes mtertmcas no .ha prestado la deb idaatenCin a los problemas de la conservacin de limites. Posi-blemente esto se debe a que los antroplogos han razonado ap a r ~ i r de la idea engaosa de un prototipo de situacin in ter-tnICa. Se han acostumbrado a pensar en pueblos diferentes,con diferentes historias y culturas, asocindose y adaptndoselos unos a los otros , po r lo general en un medio coloniaL Paravisualizar los requisitos bsicos para la coexistencia de una di-v e r s i d a ~ tnica, yo sugerir que primero nos preguntemos quse reqUIere para que surjan distinciones tnicas en una zona

    1. La categrica negacin ideolgica de la preeminencia de la identi-dad t n i ~ (y del rang?) qu.e caracteriza a las religiones universales quehan surgtdo en el MedIO Onente es comprensible desde esta perspectiva,ya que, prcticamente, todo movimiento de r eforma ti ca o social de lassociedades politnicas en esa regin chocara necesariamente con normasy convenciones de carcter tnico.2 La diferencia. entre grupos tnicos estratos sociales, que puedeparecer problemtIca en esta fase de la discusin, ser tratada ms ade-lante.

    dada. G>bviamente, los requisitos organizacionales son, prime-ro, una categorizacin de los sectores de la poblacin en ca-tegoras de status exclusivas e imperativas y, segundo, una acep-tacin del principio de que las normas apl icadas a una cate-gora pueden ser dife rente s de las aplicadas a otr a. Aunqueesto po r s slo no explica la aparicin de las diferencias cul-turales, s nos permite observar cmo persisten. Po r tanto,cada categora puede asociarse con un conjunto separado denormas de valor. Cuanto mayores sean las diferencias entreestas orientaciones de valor, mayores sern las restricciones enla interaccin intertnica: deben evitarse los status y las s itua-ciones en el sistema social total que envuelven conductas dis-crepantes con las orientaciones de valor de una persona, yaque tal conducta ser negativamente sancionada po r su parte.Ms an, como las identi dades son impuestas a la vez queaceptadas, las nuevas formas de conducta tendern a la dicoto-ma: sera de esperarse que las restricciones sobre la conductaoperaran de tal suerte que las personas se mostraran renuen-tes a actuar en formas nuevas por temor a que tal conductaresultase inapropiada para una persona de su identidad y queal punto clasificaran estas nuevas formas de actividad comoasociadas con uno u otro grupo de caractersticas tnicas. Ascomo las dicotomas de trabajo masculino versus trabajo fe-menino proliferan en algunas sociedades, del mismo modo l aexistencia de categoras tnicas bsicas podra ser un factorque fomentara la proliferacin de diferencias culturales.En tales sistemas, las sanciones que producen adhesin a va-lores especficos de grupo son ejercidas no slo por aquellosque comparten esa ident idad . Otros status imperativos nospermiten trazar un paralelo: as como ambos sexos ridiculizanal varn que acta con femineidad, y como todas las clasescensuran al proletario que se da aires de grandeza, del mis-mo modo pueden actuar los miembros de cualquier grupotnico en una sociedad politnica para mantener las dicoto-mas y las diferencias. Dondequiera que las identidades socia-les estn organizadas y reguladas po r tales principios, existirla tendencia a una canalizacin y estandarizacin de la inter-accin y a la aparicin de aquellos lmites que mantienen.y

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    22 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 25generan la diversidad tnica dentro de los sistemas sociales circundantes ms amplios.LA INTERDEPENDENCIA DE LOS GRUPOS TNICOSEl vnculo posit ivo que conecta varios grupos tnicos en elseno del sistema social circundante depende de la complemen-tariedad de los grupos respecto a algunos de sus rasgos cultura-les caractersticos. Esta complementariedad puede originar unainterdependencia o una simbiosis, y constituir los campos dearticulaci6n a que nos referimos antes; por lo contrario, enaquellos sectores donde no existe complementariedad, no pue-de existir base alguna para una organizaci6n de los aspectostnicos: no existir interacci6n, o existir interacci6n sin refe-rencia a la identidad tnica.En gran parte, los sistemas sociales difieren en el grado enque la identidad tnica, como un status imperativo, restringea l a per sona en la variedad de status y de funciones que puede asumir. Donde los valores dis tin tivos relacionados con laidentidad tnica son pertinentes s610 para ciertos tipos de ac-tividad, la organizaci6n social basada en stos estar limitadade modo similar. Por otro lado, los sistemas politnicos com-plejos implican evidentemente la existencia de diferencias devalor muy importantes, y de mltiples restricciones en las com-binaciones de status y participaci6n social. En estos sistemas,los mecanismos que mantienen los l mites deben ser muyefectivos, por las razones siguientes: 1) la complejidad estbasada en la existencia de diferencias culturales complemen-tar ias e importantes ; 2) po r lo general , estas diferencias de-ben estar estandarizadas dentro del grupo intertnico; es de-cir, el conjunto de status, o la persona social de cada miembrodel grupo debe estar estereotipado en gran medida, de modoque la interacci6n intertnica pueda basarse en identidadestnicas; 3) las caractersticas culturales de cada grupo tnicodeben ser estables, de modo que las diferencias complementa.rias en que se fundan los sistemas puedan persistir aun en casode ntimo contacto intertnico. Donde se dan estas condicio-nes, los grupos tnicos pueden realizar adaptaciones estables

    y simbi6ticas entre ellos: los grupos tnicos en l a regi6n seconvierten en par te del medio natural ; los sectores de art icu-laci6n suministran campos que pueden ser explotados, mien-tras que los otros sectores de actividad de los dems gruposson considerados inoperantes desde el pun to de vista de losmiembros de cualquiera de los grupos.LA PERSPECTIVA ECOLGICAEn parte, tales interdependencias pueden ser analizadas desdela perspectiva de la ecologa cultural, y los sectores de activi-dad donde se art iculan otras comunidades con otras culturaspueden ser considerados como nichos a los cuales debe adap-tarse el grupo. Esta interdependencia ecol6gica puede adop-tar varias y diferentes formas en virtud de las cuales se puedeconstruir una tipologa elemental. Donde existen dos o msgrupos tnicos en contacto, sus adaptaciones pueden adoptarlas siguientes formas:1) Pueden ocupar nichos claramente distintos en el medionatural y hallarse en una competencia mnima respecto a losrecursos naturales. En este caso, su interdependencia ser li-mitada aunque residan en l a misma regi6n, y la articulaci6ntender a concentrarse principalmente en el comercio practi-cado, quizs, en un sector ceremonial y ritual.2) Pueden monopolizar territorios separados, en cuyo casose hallarn en franca competencia po r los recursos y su articu-laci6n provocar pugnas pol ticas a lo largo de sus fronteras,y posiblemente tambin en otros sectores.

    3) Pueden darse bienes y servicios de importancia los unosa los otros, esto es, ocuparn nichos recprocos y, por tanto,diferentes, pero en n tima interdependencia. Si su articula-ci6n no es muy nt ima en el sector polt ico, se crear unasituaci6n simbi6tica clsica, con una variedad de posibles cam-pos de art iculaci6n. Si adems compiten y se adaptan median-te una monopolizaci6n diferencial de los medios de produc.ci6n, se podr establecer una ntima articulacin econ6micay poltica, con posibilidades abiertas para otras formas de interdependencia.

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    24 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 25Estas alternativas se refieren a situaciones estables. Pero esmuy comn encontrar una cuarta fonna principal: cuandodos o ms grupos entremezclados compiten, al menos parcial-mente, d en tro de un mismo nicho. Es de esperar que con eltiempo un grupo desplace al otro, o que se desarrolle unaadaptacin que origine una interdependencia y una comple-

    mentariedad en aumento.Indudablemente, si revisamos la l iteratura antropolgica, aprimera vista pareceran exist ir casos t picos para la mayorade estas situaciones. Pero si examinamos cuidadosamente lamayora de estos casos empricos, nos encontraremos con situa-ciones bastante mezcladas, y slo simplificaciones del todo bur-das podran reducirlas a tipos simples. En otro lugar (Barth,1964) he tratado de i lustrar lo anterior en relacin a una re-gin de Beluchistn, y confo en que sea universalmente v-lido que todo grupo tnico, en los diferentes lmites de sudistribucin y en sus diferentes adaptaciones, muestra algu-nas de estas formas en sus relaciones con otros grupos.LA PERSPECTIVA DEMOGRFICAEstas variables, no obstante, slo son una parte en la descrip-cin de la adaptacin de un grupo. Al expone r la estructuracualitativa (e idealmente cuantitativa) de los nichos ocupa-dos por un grupo, no se pueden pasar por a lto los problemasde nmero y equilibrio en su adaptacin. Siempre que unacomunidad dependa de la explotacin de un nicho naturaldeber existir tambin un lmite mximo respecto a las cifrasque puede alcanzar su poblacin, cifras que debern corres-ponder a la capacidad de ese nicho; toda adaptacin establepresupone un control sobre la densidad de poblacin. Si, porotro lado, dos poblaciones son ecolgicamente interdependien-tes, como lo son dos grupos tnicos en una relacin simbiti-ca, esto significa que cualquier variacin en las dimensionesde una producir efectos importantes en la otra. Por lo tanto,al analizar cualquier sistema pol itnico , sea cual fue re e l pe-riodo de tiempo que nos hayamos asignado, debemos estarcapacitados para explicar los procesos mediante los cuales se

    equilibran las poblaciones de los grupos tnicos en interdepen-dencia. Por tal motivo, los equilibrios demogrficos implcitosson del todo complejos, ya que la adaptacin de un grupo aun nicho en la naturaleza depender de su dimensin absolu-ta, mientras que la adaptacin de un grupo a un nicho consti-tuido por otro grupo tnico depender de su dimensin re-lativa.As pues, los problemas demogrficos en un anlisis de lasrelaciones intertnicas en una regin se centran en las fonnasde reclutamiento del grupo tn ico y en investigar cmo, entodo caso, sus cifras son sensibles a las pres iones en los dife-rentes nichos que explota cada grupo. Los factores son suma-mente crticos para la estabilidad de cualquier sistema poli-tnico , y todo parecer a indicar que cualquier cambio en supoblacin resultara destructivo. Esto no se infiere necesaria-mente , como est demostrado, por ejemplo, en el ensayo deSiverts (pp. 131 ss.), pero en la mayora de las situaciones, lossistemas politnicos que observamos entraan procesos total-mente complejos de movimientos de poblacin y adaptacin.Es evidente que existe una serie de factores, aparte de la fer-t il idad y mortalidad humanas, que afectan el equilibrio desus cifras de poblacin. Desde la perspectiva de un territoriodado, existen los factores del desplazamiento de los individuosy del grupo : la emigracin que alivia la presin, la inmigra-cin, que mantiene en otros si tios a varios grupos corresiden-tes como puestos de avanzada de los mayores depsitos de po-blacin. La emigracin y la conquista desempean un papelintermitente en la redistribucin de las poblaciones y en lastransfonnaciones de sus relaciones. Pero el papel ms intere-sante, ya menudo crtico, lo desempea otro conjunto de pro-cesos que provocan cambios en la identidad de los individuosy los grupos. Despus de todo, el material humano organizadoen determinado grupo tnico no es inmutable, y aunque losmecanismos sociales discutidos hasta ahora suelen mantenerdicotomas y lmites, no imponen una "estasis" al materialhumano que organizan; los lmites pueden subsist ir , a pesarde lo que podemos llamar, en sentido figurado, una "smo-sis" de personal a travs de ellos.

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    26 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 27Esta perspectiva conduce a una aclaracin importante delas condiciones prevalecientes para sistemas politnicos complejos. Aunque l a aparicin y persi stencia de tales sistemasparece depender de una estabilidad relativamente grande enlos rasgos culturales asociados con los grupos tnicos -esto es,un a lto grado de r ig idez en las fronteras de la interaccin-,esto no implica una rigidez similar en los patrones de reclutamiento o adscripcin de los grupos tnicos; po r lo contrar io , las interre lac iones tn icas observadas suponen con frecuencia una variedad de procesos que efectan cambios en laidentidad del grupo o del individuo y modifican los otros procesos demogrficos que se presentan en la situacin. Obviamente, los ejemplos de fronteras tnicas estables y persistentesque son atravesadas por un trnsito personal son mucho mscomunes que lo que la literatura etnogrfica nos llevara acreer. En estos ensayos se dan ejemplos de los diferentes procesos de ta l cruce de fronteras y se demuestra que las condicio

    nes que los originan son varias. Podemos examinar brevemente algunas de ellas.Los FACTORES DEL CAMBIO DE IDENTIDADLos Yao descritos por Kandre (1967b) son una de las muchascomunidades montaesas que viven en el margen meridionaldel territorio chino. Por razones de produccin, los Yao estnorganizados en extensas familias alineadas en clanes y en aldeas. La jefatura familiar es muy notoria, aunque la comunidad y la regin se encuentran, de modo autctono, acfalas yvinculadas en forma diversa a dominios polticos politnicos.La identidad y las distinciones estn expresadas en complejosritos, que incluyen, destacadamente, el culto a los antepasados. Sin embargo, este grupo cuenta con la notable tasa deincorporacin del 10 % de no Yao que en cada generacinse convierten en Yao (Kandre, 1967 a: 594). El cambio de"pertenencia" se realiza individualmente , sobre todo en losnios, cuando se trata de la compra de una persona por unjefe familiar Yao, e implica la adopcin del status de parentesco y una completa asimilacin ritual. Ocasionalmente, el cam-

    bio de afiliacin tambin ocurre en los adultos mediante unmatrimonio matrilocal; los varones chinos son los partidos msindicados en tales arreglos.Obviamente, las condiciones para esta forma de asimilacinson de dos ndoles: primero, la presencia de mecanismos culturales que complementen la incorporacin, incluyendo las ideasde veneracin a los antepasados, la compensacin mediantepago, etc.; y en segundo lugar , el incenti vo de las ventajasevidentes para l a familia asimilante y para su jefe. Estas ventajas estn relacionadas con el papel que desempean las familias como unidades productivas y a las tcnicas agrarias querequieren para su funcionamiento de una cantidad mnimaptima de 6-8 personas, as como al patrn de competencia intracomunitario existente entre los jefes familiares en los renoglones de r iqueza e inf luencia.Los desplazamientos a travs de las fronteras del norte y elsur de la regin pathana (ej. pp. 160 ss.) ilustran otras formasy condiciones totalmente opuestas. Los pathanes del sur se convierten en baluches y no viceversa; esta transformacin puede efectuarse en individuos, pero con mayor faci lidad enfamilias completas y en grupos pequeos de familias; presupone una prdida de posicin en el rgido sistema segmentario, genealgico y territorial de los pathanes y una incorporacin al sistema centralizado y jerrquico de los baluchesmediante un contrato de clientela. La aceptacin por parte delgrupo adoptante est condicionada al oportunismo de los lderes polticos baluches. Por otro l ado, los pathanes del norte, despus de haber sufrido una prdida anloga de posicinen su sistema nativo, han podido establecerse, y con frecuencia, conquistar nuevos terri torios en Kohistn. El resultado,con el t iempo, ha sido una reclasificacin de estas comunidades inmigrantes en medio del cmulo de tribus y grupos localeskohistanos.Probablemente el caso ms sorprendente sea el de Darfur,presentado por Haaland (pp. 75 ss.) y que nos desc ribe e lcambio de identidad de los miembros de los fu r en el Sudn,que siendo agricultores de azada, se incorporan a los rabespastores de ganado. Este proceso est condicionado a una cir-

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    28 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 29cunstancia econmica especfica: la ausencia de oportunidadespara l a inversin de capital en la economa de las aldeas delos fur, en contraste con las posibilidades existentes entre losnmadas. La acumulacin de capital, y las oportunidades parasu administracin e incremento, aportan el incentivo para quelas familias fur abandonen sus campos y poblados, se adaptenal modo de vida de sus vecinos baggaras, y se afilien incidentalmente a alguna de las unidades polt icas baggaras (dispersas, aunque centralizadas nominalmente) si el cambio ha sidosatisfactorio econmicamente.Estos procesos, que provocan un t rns ito de persona l a travs de las fronteras tnicas, afectarn necesariamente el equilibrio demogrfico de los diferentes grupos tnicos. Hasta dnde contribuyen a la estabilidad de este equilibrio es un problema enteramente distinto. Para que as suceda, debern sersensibles a los cambios de presin de los nichos ecolgicos enun patrn retroactivo. Regularmente, ste no parece ser elcaso. La asimilacin de los no Yao parece aumentar los ndicesde crecimiento de los Yao a expensas de otros grupos y puedeser considerada, aunque menor, un factor acelerante del proceso progresivo de sinizacin por medio del cual la diversidad tnica y cultural se ha venido reduciendo constantemente enextensas zonas. La tasa de asimilacin de los pathanes por lastribus baluches es sensible indudablemente a las presiones depoblacin en las zonas pathanes, pero simultneamente produce un desequilibrio que obl iga a las tribus baluches a desplazarse hacia el norte , no obstante las grandes presiones depoblacin existentes en esas regiones. La asimilacin por loskohistanos alivia las presiones de poblacin en la zona pathanay mantiene, al mismo t iempo, una frontera geogrficamenteestable. El nomadismo de los fur reabastece la poblacin delos baggaras, que en otros lugares tienden a volverse sedentarios. No obstante, la proporcin no es correlativa a la presinen las tierras fu r -puesto que el nomadismo est condicionado por la acumulacin de capital-, con toda probabilidadsus ndices disminuirn en tanto aumenten las presiones depoblacin de los furo El caso de los fur tambin demuestra lainestabilidad inherente a algunos de estos procesos y cmo cier-

    tos cambios limitados pueden provocar resultados importantes: con la innovacin agrcola de los huertos en los ltimosdiez aos, se estn creando nuevas oportunidades de inversinque reducirn seguramente en g ran medida e l proceso de nomadizacin y tal vez, al menos por un tiempo, sean capacesde invertirlo.As pues, aunque los procesos que inducen al cambio deidentidad son importantes para la comprensin de la mayorade los casos de interdependencia tnica, no tienen que conduc ir por fuerza a una estabilidad de poblacin. No obstante, engeneral puede afirmarse que siempre que las relaciones tnicaspermanecen estables durante largos perodos y, en particular,cuando la interdependencia es ntima, con toda seguridad habremos de encontrar un relativo equilibrio demogrfico. Elanlisis de los diferentes factores implcitos en este equilibrioes una parte importante del anlisis de las interrelaciones tnicas de la regin.LA PERSISTENCIA DE LOS LMITES CULTURALESEn el anterior estudio de la conservacin de los l mites tnicos y del intercambio de personal , existe un problema muyimportante que he dejado sin t ra tar . Hemos visto algunosejemplos de cmo ciertos individuos y grupos pequeos, debido a circunstancias econmicas y polt icas especficas de susituacin anterior, una vez dentro del grupo asimilante, llegan a cambiar su localidad, su patrn de subsistencia, su fomlay f iliacin polt icas o su per tenenc ia a una familia. No obstante, esto no explica del todo por qu estos cambios conducen a cambios categoriales en l a i dent idad tnica sin que talintercambio de persona l logre afectar los grupos tnicos endicotoma (a excepcin de sus cifras). En el caso de adopcine incorporacin de individuos a familias preestablecidas, ensu mayora inmaduros o, en todo caso, aislados, como sucedeentre los Yao, esa total asimilacin cultural es comprensible:en este caso, la persona llega a asimilarse a un patrn Yao derelaciones y aspiraciones. En los otros ejemplos, no queda deltodo claro por qu se real iza este total cambio de ident idad.

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    INTRODUCCIN INTRODUCCIN 111No se puede alegar que se deriva de una regla universalmente imputable de integracin cultural tal, que la prctica dela poltica de un grupo, o la adopc in de su pat rn de adaptacin ecolgica respecto a subsistencia y economa implicasentambin la adopcin de otras de sus formas o partes. En realidad, el caso de los pathanes (Ferdinand, 1967) contradice esteargumento de modo directo, en cuanto los l mites del grupotnico pathn rebasan las unidades ecolgicas y polticas. Uti-lizando la autoidentificacin como factor crtico de la identidad tnica, sera perfectamente posible para un grupo pequeo de pathanes aceptar los compromisos polticos implcitosen su afiliacin a una tribu baluche, o adoptar las prcticasagrcolas y domsticas de los kohistanos y continuar, no obstante , l lamndose a s mismos pathanes. En la misma medida, lo lgico sera que el nomadismo entre los fu r produjesela aparicin de un sector nmada fur, similar en subsistenciaa los baggaras pero diferente en otros rasgos culturales y conmarbete tnico.Evidentemente, es esto lo que ha sucedido en muchas situadones histricas. En aquellos casos donde esto no sucede, observamos los efectos organizativos y canalizadores de las distindones tnicas. Para explorar los factores responsables de estadiferencia examinemos primeramente las explicaciones especficas de los cambios de identidad que se han expuesto en losejemplos discutidos antes.En el caso de los l mites pathanes , la inf luencia y la seguridad que se pueden obtener en las sociedades segmentadas

    ... y anrquicas de esta regin se derivan de la actuacin de unhombre, mejor dicho, del respeto que merece po r sus actosjuzgados segn normas aceptadas de valracin. Entre los pathanes, los foros principales para most ra r las vir tudes son elconsejo tribal y los sitios indicados para las demostraciones dehospita lidad. Pero un a ldeano de Kohistn tiene un nivelde vida tan bajo que la hospitalidad que puede ofrecer no puedecompetir ni con la de los siervos conquistados de los pathanesvecinos, mientras que a un cliente de un lder baluche ni siquiera se le concede e l uso de la palabra en un consejo tribal.En semejantes situaciones, aferrarse a la identidad pathana,

    declararse competidor segn normas de valores pathanes, equivale a condenarse de antemano al fracaso total en la estimacin del comportamiento propio. Por lo contrario, si se adopta una identidad kohistana o baluche, es posible, por la misma~ c t ~ a c i n , calificar muy alto en la escala que para el caso seamdIcada. As pues, los incentivos para el cambio de identidadson inherentes al cambio de circunstancias.

    Lgicamente, diferentes circunstancias favorecen diferentescomportamientos. Como la identidad tnica est asociada conun conjunto de normas de valor, especficamente culturales,se concluye que existen circunstancias donde esta identidadpuede expresarse con' xito moderado, y lmites cuyo traspasoest vedado. Yo afirmara que las identidades tnicas no pueden conservarse ms all de estos lmites, pues la f idel idad anormas de valor bsicas no podra sostenerse en situacionesdonde, comparativamente, l a p ropi a conducta es totalmenteinadecuada.8 Los componentes de un grado relat ivo de xi toson: primero, la ac tuac in de los otros y, segundo, las al te rnativas abiertas al propio sujeto. Y no estoy invocando la adaptacin ecolgica. La factibilidad ecolgica y la adecuacin enrelacin al medio natural importan slo en la medida en quesealan un lmite en trminos de simple sobrevivencia fsica,lmite rara vez alcanzado por los grupos tnicos. Lo que importa es cmo actan los otros en cuya compaa se interacta y con los cuales se es comparado y qu identidades alternativas y conjuntos de normas estn disponibles para el indioviduo.

    IDENTIDAD TNICA Y BIENES TANGIBLESLos factores conservadores de lmites entre los fur no se aclaran al punto mediante este argumento. Haaland (pp. 75 ss.)examina la valoracin de la vida de los nmadas segn lasnormas de los fur y encuentra que el equilibrio entre venta-8 Me refiero en especial al hecho de no haber podido conservar laidentidad en comunidades donde la mayora de los miembros logra conservarla satisfactoriamente y no a los problemas ms generales de la vital idad cul tu ra l o de la anomia.

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    82 INTRODUCCIN INTRODUCCINjas y desventajas no es concluyente. Para asegurarnos de locomparable de este caso necesitamos observar de modo msgeneral todos los dems factors que afectan la conducta. encuestin. Los materiales se derivan de contextos etnogrficosnotoriamente diferentes y, por lo mismo, ciertos factores revelan variaciones simultneas.La r elacin del i nd ividuo con los medios de produccin

    destaca como el contraste ms significativo entre las dos regiones. En el Medio Oriente, los medios de p roducc in sonconsiderados tradicionalmente como propiedad privada o co-lectiva, definitiva o transferible. Un individuo puede obtenerlos mediante una transaccin restringida y especfica, como lacompra o el arrendamiento; aun en caso de conquista, losderechos obtenidos son derechos plenamente delimitados y es-tandarizados. En Darfur, por lo contrario, como en gran partedel cordn del Sudn, las convenciones que prevalecen sondiferentes. La t ierra de cultivo es asignada, segn necesidad,a los miembros de la comunidad local. La distincin entreterrateniente y cultivador, tan importante en la estructurasocial de la mayora de las comunidades del Medio Oriente,no puede existir, ya que la propiedad no implica bienes yderechos separados, absolutos y transferibles. Por lo mismo, elacceso a los medios de produccin en una aldea de los fur estcondicionado simplemente por la inclusin en la comunidadde la aldea, esto es, por la identidad tnica furo Similarmente,los derechos de pastoreo no estn asignados ni monopolizados.ni siquiera entre las tribus baggaras. Aunque los g rupos y lastribus suelen uti lizar los mismos sit ios y rutas cada ao, y enalgunas ocasiones pretendan, de manera ad hoc, mantener ale-jados a los dems de cierta zona que desean ~ t i 1 i z a r , . n ~ r m a l mente se entremezclan y no tienen prerrogatIvas defInIdas yabsolutas. De este modo, e l acceso a las t ierras de pastoreo esun aspecto automtico que se deriva de la prct ica del pasto-reo y est implcito en el hecho de ser un baggara.As pues, los mecanismos rudimentarios para mantener losl mites en Darfur son completamente simples: una personatiene acceso a los medios cr ticos de produccin por el hechode practicar cierta ocupacin de subsistencia; esto abarca todo

    un estilo de vida y todas estas caracteHsticas estn subordina-das a los marbetes tnicos fur y_ baggara. En el Medio Oriente, por el contrario, los individuos pueden obtener control delos medios de producc in mediante una transaccin que noincluye sus otras actividades; por tal motivo, la identidad t-nica no necesariamente se ve afectada y es posible una diversificacin.En el Medio Oriente, el nmada, el campesino y el hab it an te de la c iudad pueden pertenecer al mismo grupo tnico;ah donde subsisten, los l mites tnicos dependen de mecanismos ms sutiles y especficos, relacionados, principalmen-te, con la imposibilidad de ciertas combinaciones de statusy de conducta.Los GRUPOS TNICOS Y LA ESTRATIFICACI6NDonde un grupo tn ico ejerce el control de los medios deproduccin utilizados por otro grupo se crea una relacinde desigualdad y estratificacin. De acuerdo con esto, los fury los baggaras no integran un sistema estratificado, ya queutilizan diferentes nichos y tienen acceso a stos independien-temente de los otros; por el contrario, en 'algunas partes dela zona pathana existe un a estratificacin basada en el controlde la t ierra: los pathanes son dueos de la tierra que otros gru-pos cultivan como siervos. En trminos ms generales, se puede decir que Jos si&temas politnicos estratificados existendonde los grupos estn caracterizados por un control diferen-cial de los bienes valorados igualmente por todos los grnp.oaen el sistema. Por tal razn, las culturas de los grupos tnicoscomponentes de estos sistemas estn integrados de un modoespecial: comparten ciertas orientaciones generales de valorque les sirven de base para elaborar juicios de jerarqua.Contrariamente, un sistema de estratificacin no presupo-ne la existencia de grupos tnicos. Leach (1967) a fi rma conmucha razn que las clases sociales se distinguen por diferen-tes subculturas que son, en realidad, caractersticas todava msbsiCas que su ordenacin jerrquica. No obstante, en muchossistemas estratificados nos encontramos con estratos que no

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    INTRODUCCINestn vinculados en modo alguno: la estrati fi:cacin est basada simplemente en una nocin de escalas y en el reconocimiento de un nivel egocntrico de "gente que es igual an o s ~ t r o s " , versus aquel la gen te ms selecta o ms vulgar, respectIVamente. En estos sistemas, las diferencias culturales dela ndole 9-ue.sean, s ordenan entre s y jams llega a su'rgiru ~ orgamzacln SOCIal de los grupos tnicos. En segundo trmmo, la mayora de los sistemas estratificados permiten, o mejor dicho, implican una movilizacin basada en la valoracinsegn aquellas escalas que definen la jerarqua. Por lo mismo,un fracaso moderado en el sector "B" de la jerarqua convierte a u?-a persona en un "C", etc. Los grupos tnicos no es~ a ~ : n e r t o s a. esta clase de penetracin: la adscripcin a unaIdentidad tmca est basada en otras normas ms restrictivas.Esto se ve ms claramente en el anlisis de los gal la realizadopor ~ u t s s o n e? el contexto de la sociedad etope (pp. 111 ss.) ,~ n Sistema SOCIal donde grupos tnicos completos estn estratIficados respecto a sus posiciones de privilegio o inferioridaddentro del estado. Sin embargo, e l hecho de obtener un a gu_~ ~ r n a t u r a no c o n ~ i e r t e a un galla en un amhara, ni su expulSlOn de la comumdad como proscrito entraa prdida de suidentidad galla.

    Desde esta perspectiva, el s is tema de castas de la India pa_rece ser un caso especial de sistema politnico estratificado. Lasfronteras entre las castas estn definidas segn normas tnicas: por tal razn, los fracasos individuales en la actuacinconducen a una expulsin de la casta y no a un descenso auna ~ s t a . inferior. El proceso mediante el cua l el sistema jerrqUiCO m ~ o : p o : a nuevos ~ u p o s tnicos est ejemplificadoen ~ sanscnttzactn de las tnbus: la aceptacin de las escalascrtIcas de valores que definen su posicin en l a j er arqu a depureza y contaminacin rituales es el nico cambio de valorespara que una comunidad se convierta en casta hind. Un anlisis de los diferentes procesos de conservacin de limites queintervienen en las diferentes relaciones entre las castas aclarara, creo yo, muchos de los aspectos de este sistema.La discusin precedente ha sacado a relucir un aspecto general un tanto anmalo de la identidad tnica como un status:

    J

    INTRODUCCINIla adscripcin4 no est condicionada a l con trol de b ienes es-pecficos y se funda en normas de origen y compromiso; porlo contrario, en otros sistemas, el comportamiento segn elstatus y el desempeo adecuado de los papeles requerido pararealizar la identidad, s requieren de la posesin de ciertos bienes. En contraste, en una oficina burocrtica se dan al sujeto

    aquellos bienes necesarios para el desempeo de su papel; d emodo similar, las posiciones de parentesco, asignadas sin referencia a los bienes personales, no estn condicionadas a laactuacin: se sigue siendo padre aunque se sea incapaz de alimentar al hijo.En suma, cuando los grupos tnicos estn interrelacionadosen un sistema estratificado, se requiere la presencia de procesos especiales que ejerzan un con trol d iferencial de los bienes. Podemos esquematizar lo anterior de la siguiente manera: una premisa bsica 'de la organizacin del grupo tnico esque todo A puede desempear los papeles 1, 2 Y 3. Si los actores convienen en esto, la premisa se cumple en s misma, amenos que actuar tales papeles presuponga la posesin de ciertos bienes que son distribuidos segn un patrn de discrepancia. Si estos b ienes fueran obten idos o se perdieran en situaciones ajenas al hecho de ser un A, la premisa se vera negada:algunos A estn incapacitados para los papeles indicados. Lamayora de los sistemas estratificados se conservan por la so-lucin de dictaminar que, en tales casos, la persona deja deser un A. En el caso de la ident idad tnica, la solucin serareconocer que ningn A puede ni podr desempear en el futuro los papeles 1 y 2. As pues, la persistencia de los sistemaspolitnicos estratificados supone la presencia de factores quegeneran y conservan una distribucin categricamente diferente de los bienes : el estado cont ro la , como en algunos modernos sistemas pluralistas y racistas; las marcadas diferencias devaloracin canalizan los esfuerzos de los actores en diferentes

    4 Como opues ta a la presunta clasificacin dada en los encuentrossociales casuales; aludo al individuo en su contexto social'normal, donde los o tros cuentan con una informacin considerable sobre su persona,no a las posibilidades ljue se presentan ocasionalmente para deformar lapropia identidad frente a extraos.

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    direcciones, como en los sistemas con ocupaciones contaminantes; o las d iferencias de cultura generan marcadas diferenciastanto en la organizacin polt ica y econmica como en l a capacitacin de los individuos.EL PROBLEMA DE LA VARIACINA pesar de estos procesos, el marbete tnico incluye una seriede caractersticas simultneas que, aunque sin duda puedenser agrupadas estadsticamente, no son interdependientes niestn relacionadas de modo absoluto. Por tal motivo, existirnvariaciones entre los miembros: algu:nos exhibirn muchas caractersticas, otros, slo algunas. En particular, cuando los individuos cambian de identidad se crea una ambigedad, puesla afiliacin tnica es tanto una cuest in de origen o extraccin como de identidad actual. En efecto, Haaland fue conducido a un sitio donde pudo observar los "fur que viven encampamentos nmadas", y yo he escuchado a miembros deciertos sectores tribales de los baluches explicar que ellos son,"en realidad, pathanes". Qu queda entonces de la conservacin de l mites y de la dicotoma categorial cuando las distinciones reales y positivas se borran y confunden de este modo?En lugar de desesperarnos por el fracaso del esquematismotipolgico, podemos afirmar, legtimamente, que l a gente siuti liza marbetes tnicos, y que en muchas par tes del mundoexisten diferencias tan notorias que ciertas formas de conducta se agrupan de tal manera que todos los actores t ienden necesariamente a caer dentro de estas categoras en trminos desu conducta objetiva. Lo sorprendente no es que algunos ac-tores no queden incluidos en estas categoras, ni tampoco queexistan algunas regiones en el mundo donde no se acostumbra catalogar a las personas de este modo; lo sorprendente esel hecho mismo de que las variaciones t iendan a agruparse.Por lo tanto, debemos dedicarnos, no al perfeccionamientode una , tipologa, sino a descubrir los procesos que originantal agrupamiento.Una alternativa en el planteamiento de la antropologa haconsistido en dicotomizar primariamente el material etnogr-

    ll6 INTRODUCCIN

    l'

    lII

    INTRODUCCIN 37Ifico en t rminos de lo ideal versus lo real, o de lo conceptual

    versus lo emprico, y concentrarse luego en la coherencia (la"es tructura") del aspecto ideal o conceptual de los datos, u tili zando alguna nocin vaga de las normas y sus corre la tivasexcepciones para justificar patrones objetivos y estadsticos.Por supuesto, es perfectamente posible distinguir entre el modelo de sistema social de una comunidad y el patrn agregadode su conducta pragmt ica y, en efecto, es estrictamente necesario no confundirlos. Pero los problemas frt iles de la antropologa social estn referidos a la forma en que estn interrelacionados estos dos aspectos y no se puede pretender quela mejor forma de elucidarlos consista en dicotomizarlos y confrontarlos como sistemas totales. En estos ensayos hemos intentado elaborar el anlisis a un nivel inferior de interconexin ent re status y conducta. Yo afi rmo que las categoras delas comunidades han sido creadas para regular la actuaciny que son afectadas significativamente por la interaccin y nopor la contemplacin. Por tal razn, al sealar la conexinentre los marbetes tnicos y el mantenimiento de la diversidad cultural, lo que me interesa primordialmente es mostrarla forma en que, en circunstancias variables, ciertas constelaciones de orientaciones de valor y categorizacin cobran uncarcter autosuficiente, otras se ven negadas por la experiencia y, finalmente, otras no pueden consumarse en la interaccin. A pesar de una variacin objetiva considerable, debidaa los efectos retroactivos de las experiencias de las comunidades sobre las categoras que utilizan, se pueden mantener lasdicotomas tnicas sencillas, y reforzarse las diferencias estereotipadas de conducta. Y esto se debe a que los actores seesfuerzan por conservar definiciones convencionales de la si-tuacin en los encuentros sociales (mediante percepcin, tactoy sanciones select ivas) y tambin a las dif icultades pa ra encontrar otras codificaciones de experiencia ms adecuadas. Larevisin tiene lugar slo donde la categorizacin es totalmente inadecuada, no simplemente porque resul ta verdadera ofalsa en un sentido objetivo, sino porque no es lo suficientemente satisfactoria para ser actuada dentro del dominio dondelos actores la consideran pertinente. Por t al razn, la dicoto-

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    38 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 39ma entre los aldeanos fur y los nmadas baggara es mantenidaa pesar de la evidente presencia de un campamento nmadade los fur en el vecindario: el hecho de que estos nmadashablen el dialecto fur y guarden relaciones de parentesco conlos aldeanos no altera la situacin social dentro de la cual interactan con ellos: s implemente ayuda a que las transacciones normales, como la compra de leche, la e leccin de sitiosp a r ~ a c ~ p a r o la obtencin de abono, que normalmente sereallzanan con ot ros baggaras, cobren mayor fluidez. Pero ladicotoma entre los terratenientes pathanes y los trabajadoresque no son pathanes no puede sostenerse en aquellos sitiosdonde los que no son pathanes obtienen tierra y desconciertana l ~ p ~ t h a n e s al. ~ e g a ~ s e a responder con el respe to al que lesoblIgana su pOSICIn Imputada de siervos.MINORAS, PARIAS Y CARACTERSTICAS ORGANIZATIVASDE LA PERIFERIAEn algunos sistemas sociales, los grupos tnicos residen en lamisma regin sin que haya aspectos importantes de la est ructura basados en las interrelaciones tnicas. Estos sistemas porlo g ~ ~ e r a l son .consi.derados como sociedades con minoras y elanllSls de la situaCin de estas minoras implica una varianteespecial de las relaciones intertnicas. Creo que en la mayorade los casos estas situaciones se han creado como resultado deacontecimientos histricos externos; las diferencias culturalesno han surgido del contexto local de organizacin; ms bien,un contraste cultural preestablecido ha sido colocado en conjuncin con un sistema social tambin preestablecido y hacobrado importancia para la existencia en ese lugar, en todauna variedad de modos. Una forma extrema de la posicinde las minoras, que ilustra algunos, aunque no todos los as-pectos de las minoras, es la de los grupos de par ias. lExi st engrupos activamente rechazados por la comunidad anfitrionaa causa de ciertas conductas o caractersticas que son condenadas de modo positivo, aunque a menudo puedan ser consideradas ti les de algn modo especfico y prctico. Los gruposeuropeos de parias de los siglos recientes (verdugos, trafican-

    tes de pieles y de caballos, recolectores de estircol, gitanos,etctera), ejemplifican la mayora de los aspectos: como transgresores de tabes bsicos han sido rechazados por la sociedadmayoritaria. Su identidad impuso una definicin de las s ituaciones sociales que ofreca un campo muy reducido para lainteraccin con o tras personas de la pob lacin mayor it ar iay simultneamente, en cuanto status imperativo, representabauna desventaja ineludible que les impeda adoptar las posiciones normales dictadas por otras definiciones de la situacinde i nte racc in. A pesar de estas bar re ras formidables, estosgrupos no parecen haber desarrollado la complejidad internanecesaria para ser considerados como grupos tnicos plenamente def in idos y maduros; slo los gitanos,5 ext raos cul tu ra lmente, constituyen un grupo semejante.Los lmites de los grupos parias son conservados de un modomuy estricto po r la poblacin que los recibe, por lo cual seven obl igados a hacer uso de diacrt icos fcilmente reconocibles para anunciar su ident idad (aunque esta identidad confrecuencia es motivo de una existencia bastante insegura, esteexceso de comunicacin puede ser til ocasionalmente a losintereses competitivos del individuo paria). En aquellos lugares donde los parias intentan introducirse en la sociedad mayor, la cultura de la comunidad receptora generalmente es demasiado conocida; por lo mismo, el problema se reduce aescapar de los estigmas de infer io ridad mediante un a desercin de l a comunidad par ia y la usurpac in de o tro origen.Muchas situaciones de las minoras guardan vestigios de esterechazo activo po r la comunidad receptora. Pero e l aspectogeneral de las s ituaciones de las minoras res ide en la organizacin de las act ividades y de la interaccin: dentro del sistema social en con junto, todos los sectores de la actividad estnorganizados por status abier tos a los miembros de l grupo mayoritario; por el con trar io , e l sistema de status de la minora

    5 La condenacin de la conducta que determina la posicin de pariasde los gitanos es compleja, pero se funda sobre todo en sus orgenes, enla vida vagabunda que contrastaba con la esclavitud de los siervos deEuropa; posteriormente, en su flagrante violacin de la tica puritanafundada en la. responsabilidad, el trabajo y la moralidad.

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    40 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 41tiene aplicacin slo para las relaciones dentro de la minor a ,y esto slo en algunos sectores de la act iv idad y s in que ofrezca base alguna para l a accin en otros sectores apreciados porigual en la cultura de la mino ra . De este modo, existe unadisparidad entre los valores y las facil idades de organizacin:las metas ms apreciadas estn fue ra del campo organizadopor l a cul tu ra y categoras de la minora. Aunque semejantesistema contiene varios grupos tnicos, la interaccin entrelos miembros de los d iferentes g rupos per tenecien tes a estaclase no se funda en una complementariedad de las ident idades tnicas; se realiza por entero dentro del marco de los statuse instituciones del grupo mayoritario dominante, donde laidentidad como miembro de una minor a no ofrece bases parala acc in y puede representar, en diversos grados, un a desventaja para asumir los status operantes. El ensayo de Eidheimpresenta un anlisis muy claro de la situacin tal como sepresenta entre los lapones de la costa.

    Pero, de modo diferente, se puede decir que en un sistemapolitnico semejante, las caractersticas culturales contrastantesde los grupos componentes estn localizadas en los sectores noarticulados de la existencia. Para la minora, estos sectoresconstituyen la trastienda donde las caractersticas consideradascomo estigmas, segn la cultura dominante de la mayora,pueden convertirse, secretamente, en objetos de transaccin.La situacin actual de la minora de los lapones ha sidoocasionada por circunstancias externas recientes. Antiguamente, l a s ituacin local era el marco importante de la interaccin, donde dos grupos tnicos, con conocimientos suficientesde l a cul tura del otro, mantenan una relacin limitada, enparte simbitica, fundada en sus respectivas identidades. Conla completa integracin de la sociedad noruega, que ha incorporado l a per ifer ia del nor te a l sistema nacional ms general,la proporcin de cambio cultural ha aumentado verticalmente. La poblacin del nor te de Noruega ha ido aumen tandoprogresivamente su dependencia del sistema institucional dela sociedad mayoritaria, y la vida social en l a Noruega septentrional se ha organizado gradualmente con la f inal idad de ejercer actividades y obtener beneficios en e l seno del sistema to-

    tal. Todava hace poco el sistema no haba tomado en consideracin la identidad tnica en su estructura, y hace unadcada no exista prcticamente lugar en sta donde se pudiese participar eomo lapn. Por otro lado, los lapones, comociudadanos noruegos, tienen toda la l ibertad para participar,aunque s iempre con la dob le desventaja que les impone sulocalizacin perifrica y un dominio insuficiente de la lenguay cultura noruegas. En otras partes, como en las regiones delinterior de Finmarken, la situacin ha provocado la aparicinde los innovadores lapones que promueven un programa poltico basado en el ideal de un pluralismo tnico (e!., Eidheim,1967), aunque no han conseguido adhesin en la zona de lacosta lapona qu e aqu describe Eidheim. Para estos lapones,indudablemente, la aplicabilidad de los status y convencioneslapones ha decrecido en todos los sectores (e!. Eidheim, 1966),mientras que el relat ivo fracaso de la actuacin en el sistemaen general no ha hecho sino originar frustraciones y crisis deidentidad.CONTACTO y CAMBIO CULTURALESEs ste un proceso muy extendido a medida que aumenta ladependencia de los productos y las ins ti tuciones de las socie.dades industrializadas en t odas las par tes del mundo. Lo queimporta es reconocer que una g ran reduccin de las diferencias culturales entre los grupos tnicos no est correlacionadaen forma senci lla con la reduccin de la organizacional de lasident idades tnicas o con el derrumbe de los procesos conservadores de l mites . Esto se confirma en muchos casos del material presentado.Un modo mejor de analizar la interconexin consis te enexaminar los agentes del cambio: cules son las posibles es-trategias que ofrecen mayores ventajas y cules son las consecuencias de organizacin que traeran consigo las diferenteselecciones por su parte? Los agentes , en este caso, son las personas catalogadas, de modo etnocntrico, como las nuevas li-tes: las personas pertenecientes a grupos menos industrializados y que tienen un con tacto y una dependencia mayores

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    la identidad tnica se vuelve aplicable eIl la organizacin de losnuevos sectores en la situacin actual.Primero: los innovadores pueden optar por subrayar algnnivel de identificacin de entre la variedad ofrecida por latradicional organizacin sociaL La t ri bu , la casta, la lenguadel grupo , la reg in o el estado; todos tienen aspectos que lospueden convertir en una adecuada identidad tnica bsicapara l a referencia del grupo; ~ resultado depender de la rapidez o facilidad para inducir a los otros a adoptar estas identidades y de los hechos fcticos definitivos. Por tal razn, aunque el tribalismo cuenta con la mayor adhesin en muchaszonas africanas, los grupos resultantes parecen todava incapacitados para enfrentarse al aparato sancionante de una organizacin estatal relativamente rudimentaria.Segundo: el modo de organizacin del grupo tnico vara,como vara la articulacin intertnica buscada. El hecho deque las formas contemporneas sean eminentemente polticasno las hace menos tnicas en carcter. Estos movimientos pol t icos constituyen nuevas formas de dar aplicabil idad a lasdiferencias culturales de la organizacin (Kleivan, 1967), Yasimismo, nuevas formas de articular los grupos tnicos endicotoma. La proliferacin de ciertos grupos de presin basados tnicamente , de partidos polt icos y de ideales visionariosde un Estado independiente, as como la multitud de asociaciones sub-polticas progresistas (Sommerfelt, 1967), confirmanla importancia de estas nuevas formas. En otras regiones, ciertos movimientos religiosos y ciertas sectas introducidas por losmisioneros estn siendo utilizados para dicotomizar y articularlos grupos de manera dis tin ta . Lo sorprendente es que estosnuevos programas rara vez se preocupan del sector econmicode la actividad, factor tan importante en la situacin de contacto cu lt ural , salvo de las formas de socialismo de Estadoadoptadas por algunas de las nuevas naciones. En contraste,los complejos sistemas politnicos tradicionales se han venidobasando hasta el momento eminentemente en una articulacin de este sector, como es el caso de la diferenciacin ocupacional y de la ar ticul acin en la esfera del comercio enalgunas regiones de Asia y de Mesoamrica, o de un modo

    42 INTRODUCCINrespecto de los bienes y organizaciones de las sociedades industrializadas. En su afn de participacin en sistemas socialesms amplios que les permitan obtener nuevas f o ~ a s d valor tienen a su eleccin las siguientes estrategIas bsIcas:1) ~ u e d e n tratar de int roduci rse e incorporarse a la sociedadindustria l y al grupo cultural preestablecIdos; 2) p ~ e d e n aceptar su status de "minora", conformarse a ste e mtentar reducir sus desventajas como minora por una concentr.acin.detodas sus diferencias culturales en sectores de no articulaCInmientras, por otra parte, participan en l o otros. se:tores deactividad del sistema mayor del grupo mdustnahzado; 3)pueden optar por acentuar su identidad tnica y utiliz.arlapara desarrollar nuevas posiciones y patrones que orgamcenactividades en aquellos sectores que, o no e s t a b ~ ~ presentesanteriormente en su sociedad, o no estaban lo sufICIentementedesarrollados para sus nuevos props itos. Si los innovadoresculturales tienen xito por la primera estrategia, su grupo tnico se ver privado de su fuente de diversificacin, i n ~ e r n a yhabr de subsistir, probablemente, como un grupo etmco malarticulado conservador culturalmente y con un rango muyinferior e el sistema social mayor que l o contiene. Una aceptacin general de la segunda estrategia i ~ p e d i r a e s u r g i ~ i e n to de una organizacin politnica notonamente dIcotomIzaday - e n vista de la diversidad de la sociedad industrial y d laconsecuente variacin y multiplicidad de los campos de artIculacin- conducira, probablemente, a una asimilacin finalde la minora. La t erce ra es trategia genera muchos de losmovimientos interesantes que hoy pueden observarse y quevan desde el nativismo, hasta la creacin de nuevos estados.Me es imposible exponer todas las variables capaces de dedeterminar cul de las estrategias bsicas ser adoptada, quforma concreta puede tomar, qu grado de x ito y qu implicaciones acumulativas se pueden presentar. Estos factores vandesde el nmero de los grupos tnicos en los sistemas, hastalos aspectos del rgimen ecolgico y los detalles de las culturasconstitutivas y estn ejemplificados en la mayora de los anlisis concretos de los ensayos siguientes. Sin embargo, puederesultar interesante mencionar algunas de las formas en que

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    44 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 45ms elaborado, mediante la produccin agrcola en el sur deAsia. En la actualidad, los grupos tnicos en conflicto confrecuencia fundan sus diferencias con relacin al nivel educa-tivo e intentan controlar o monopolizar las instalaciones edu-cativas con tal f inal idad (Sommerfelt, 1967) , no tanto conobjeto de crear una diferenciacin ocupacional, sino debidoa la relacin obvia entre competencia burocrtica y oportuni-dades de avance poltico. Se puede suponer que una articula-cin basada en una compleja diferenciacin de la capacitaciny sancionada por una dependencia de los medios de subsisten-cia lograra una fuerza y estabilidad mayores que la basada enuna afiliacin poltica revocable sancionada por el ejerciciode la fuerza y el fiat polticos, y que estas nuevas formas de lossistemas politnicos son, con toda seguridad, inherentementems turbulentas e inestables que las formas antiguas.Cuando los grupos polticos expresan su oposicin por nor-mas tnicas, tambin se ve afectada la direccin del cambiocultural. Una confrontacin poltica puede realizarse slo sipreviamente se ha hecho a los grupos similares, y por tanto,comparables, y esto producir efectos en cada nuevo sector dela actividad que cobra pertinencia poltica. Po r tal motivo,los partidos en oposicin suelen volverse similares en su estructura, diferenciados slo po r unos cuantos diacrt icos ob-vios. Cuando los grupos tnicos estn organizados en unaconfrontacin poltica semejante, el proceso de oposicin de-ber conducir, por lo tanto, a una reduccin de sus diferen-cias culturales.Po r tal razn, gran par te de la act ividad de los innovadorespolticos est dirigida a la codificacin de modos de expresin:la seleccin de seales de identidad, la asignacin de valorpara estos diacrt icos culturales y la supresin o negacin devigencia a otras diferencias. El problema de seleccionar nue-vas formas culturales que sean compatibles con la identidadtnica aborigen a menudo se ha discutido de modo apasiona-do, aunque generalmente se resuelve en favor de un sincretis-mo, por las razones antes mencionadas. Pero tambin se puedeprestar mucha atencin al resurgimiento de ciertos rasgos cul-turales tradicionales considerados como selectos, as como al

    e ~ t ~ b l e c i m i e n t o de tradiciones histricas que justifiquen y glo-nflquen tanto las caractersticas como la identidad.La interconexin entre los diacrticos seleccionados dan re-lieve, los l mites as definidos y los valores diferenciales quese adoptan, constituyen un fascinante campo de estudio.6 Evi-dentemente, cierto nme ro de factores son aplicables. Losmodos de expresin no son invariablemente apropiados paralos diferentes tipos de unidades. Tampoco son uniformementeadecuados para los f ines del innovador que los u ti li za comomedios para promover adhes in y como soportes en la estra-tegia de confrontacin con otros grupos. Sus implicaciones deestratificacin, dentro y entre los grupos, son importantes: im-plican diferencias en el origen y la dis tr ibucin de influenciadentro del grupo, as como diferentes exigencias de reconoci-miento por parte de los otros grupos relacionadas con la su-presin o glorificacin de las diferentes formas de estigma social. Obviamente, la conexin entre la base ideolgica de unmovimiento y los medios elegidos no es sencilla; no obstante,ambos factores tendrn efecto en la conservacin subsecuentede lmites y en el curso de todo cambio ulterior.VARIACIONES EN LA S ITUACIN DE LAS RELACIONES TNICASEstas variantes modernas para una organizacin politnicasurgen en un mundo de administracin burocrtica, de des-arrollo de las comunicaciones y de urbanizacin progresiva. Enefecto, en diferentes circunstancias radicales, los factores crti-cos en la distinci n o mantenimiento de los l mites tn icossern diferentes. Si nos basamos en datos limitados y contem-porneos, tendremos dificultad para hacer generalizacionessobre los procesos tnicos, ya que ciertas variables fundamen-tales no aparecen en los casos a nuestra disposicin. No cabeduda de que los antroplogos sociales estn acostumbrados aconsiderar la situacin desde la perspectiva muy especial dela paz colonial y la administracin externa, que ha sido el es-

    6 De los que conozco, el ensayo de MitchelI sobre la danza Kalea (Mit-chelI, 1956) es el prime r estudio y hasta la fecha el ms prof undo deltema.

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    46 INTRODUCCIN INTRODUCCIN 47cenar io de la mayora de las monografas que gozan de reputacin, como si sta fuese representa tiva de las condicionesprevalecientes en todo ti empo y lugar. Esto pudo haber prejuiciado la interpretacin, tanto de los sistemas precolonialescomo de los contemporneos, y asimismo, de las formas contemporneas en formacin. As pues, el intento de estos ensayos po r cubrir regionalmente varios y diversos casos no sloes una precaucin adecuada contra tales prejuicios, y los problemas deben ser enfrentados directamente.Los regmenes coloniales son totalmente extremosos po rcuanto la administracin y sus reglas estn divorciadas de lavida social fundada localmente. En un rgimen semejante, losindividuos conservan ciertos derechos a una proteccin uniforme que abarca grandes ncleos de poblacin y extensas regiones. Esto permite una proximidad fsica y oportunidades decontacto entre personas de distintos grupos tnicos no obstante la ausencia de un entendimiento comn entre ellos, y poresta razn, se elimina indudablemente una de las presionesque operan normalmente en las relaciones intertnicas. Enestas situaciones, la interaccin puede incrementarse y proliferar; en realidad, slo aquellas formas de interaccin que soninhibidas por otros factores se vern ausentes y se mantendrncomo sectores de no articulacin. En estas situaciones, los lmites tnicos representan una organizacin positiva de las relaciones sociales, y las diferencias culturales tendern a reducirse con el tiempo hasta alcanzar el mnimo requerido.No obstante, en la mayora de los regmenes polt icos, donde hay una seguridad menor y la gente vive bajo una mayoramenaza de arbitrariedad y violencia fuera de su comunidadprimaria, esta misma inseguridad acta como represin de loscontactos intertnicos. En tales casos, muchas formas de interaccin entre los miembros de diferentes grupos tnicos nopodrn desarrollarse, aun cuando se haya logrado una potencial complementariedad de intereses. Ciertas formas de interaccin se veran bloqueadas por fal ta de confianza o po r faltade oportunidades para consumar transacciones. Ms an, enestas comunidades existen sanciones internas que tienden- aaumentar una conformidad manifiesta en su interior y a acen-

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    tuar las diferencias culturales entre las comunidades. Si unindividuo depende para su seguridad del apoyo voluntario yespontneo de su propia comunidad, la autoidentificacincomo miembro de esta comunidad deber expresarse y confirmarse explcitamente; cualquier conducta que se desviarade la norma sera interpretada como un debilitamiento de suidentidad, y por tanto, de las bases de su seguridad. En estassituaciones, las fortuitas diferencias histricas de cultura entrelas diferentes comunidades tendern a perpetuar se s in queexista una positiva base organizacional; por t al mot ivo, muchas de las diferencias culturales que podemos observar pueden tener, en realidad, una importancia muy limitada en laorganizacin tnica.De este modo, los procesos po r los cuales se conservan lasunidades tnicas se ven evidentemente afectados, aunque noalterados fundamentalmente, por la var iable de seguridad regional. Esto puede confirmarse tambin por una inspeccinde los casos analizados en estos ensayos y que presentan unavariedad que incluye desde situaciones coloniales hasta policntricas, pasando por situaciones relativamente anrquicas.Conviene sealar, sin embargo, que este escenario variablepuede cambiar rpidamente con el tiempo, y en la proyeccinde procesos de larga duracin esto constituye una seria dificultad. Por ejemplo, en el caso de los fur, debido a que observamos una situacin de paz mantenida externamente y unaactividad polt ica local casi nula, en este contexto nos podemos crear una imagen, no slo de los procesos intertnicos,s ino has ta de sus proporc iones y porcentajes. Pero sabemosque en las ltimas generaciones la situacin ha variado considerablemente, desde una confrontacin entre los fu r y losbaggara bajo el domin io de una s u l t ~ m a fur expansionista,hasta una casi total anarqua en los tIempos de los turcos ylos mahdi; de este modo, resulta muy difcil estimar los efectosde estas variaciones en los procesos de nomadizacin y asimilacin y l legar a una proyeccin de largo alcance de las cifrasy tendencias en cuestin.

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    Los GRUPOS TNICOS Y LA EVOLUCIN CULTURALLa perspectiva y los anlisis aqu presentados tienen gran im-portancia para el tema de la evolucin cult ural . Indudab le -mente, la historia humana es una his toria de las formas quesurgen en las cul turas y en las sociedades. Para la antropolo-g a el problema ha sido cmo describir esta historia de la me-jor manera posible y qu clases o tipos de anlisis son losadecuados para descubrir los principios generales que inter-vienen en el curso de estas transformaciones. El anlisis evo-lutivo, en el sentido riguroso que tiene en el campo de labiologa, ha fundado su mtodo en la construccin de lneasfilticas. Este mtodo presupone la existencia de unidades, cu-yos lmites, y los procesos que los mantienen, son posibles dedescubrir, y que permiten, al mismo tiempo, especificar el si-tio de continuidad. Concretamente, las lneas filticas son sig-nificativas pues estos lmites especficos impiden el intercam-bio de mater ia l gentico; de este modo, se puede insistir enque el aislado reproductor es la unidad, y que ha conservadouna identidad inalterada por los cambios en las caractersticasmorfolgicas de la especie.He sostenido que en las unidades tnicas sus l mi tes tam-bin se conservan y que, en consecuencia, es posible especifi-car la naturaleza y continuidad de estas unidades. Estos ensa-yos intentan demostrar que las fronteras tnicas son conserva-das en cada caso po r un conjunto de rasgos culturales. Portanto, la persistencia de la unidad depender de la persisten-cia de estas diferencias culturales y su continuidad puede serespecificada por los cambios en la unidad producidos por cam-bios en las diferencias culturales que definen sus lmites.Sin embargo, gran par te del contenido cultural que en unmomento dado es asociado con una comunidad humana noest restringido por estos lmites; puede variar, puede seraprendido y modificarse sin guardar ninguna relacin crticacon la conservacin de los lmites del grupo tnico. Por estarazn, cuando se traza la historia de un grupo tnico en elcurso del t iempo, no se est trazando, simultneamente y enel mismo sentido , la h is toria de una "cultura"; los elementos

    de la cultura ac tua l de ese grupo tnico no han surgido delconjunto particular de elementos c o n s t i t u ~ i v o s de la ~ u l t u ~ adel grupo en el pasado, ya que el grupo tIene una eXIstencIacontinua organizada dentro de ciertos lmites (normas paraestablecer pertenencia) que, a pesar de las modificaciones, lasealan como una unidad continua.Si no es posible especificar los lmites de las culturas, tam-poco es posible construir lneas filticas en el riguros? .sentidoevolutivo. Pero como hemos demostrado en el anlISIS hastaaqu desarrollado, ciertamente es posible aplicar este mtodoa los grupos tnicos y, en cierto sentido, tambin a aquellosaspectos de la cultura que tienen ese mismo fundamento deorganizacin.

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    CUANDO LA IDENTIDAD TNICAES UN ESTIGMA SOCIAL

    HARALD EIDHEIMMUCHOS antroplogos, en particular de la escuela antropolgica cultural, se han ocupado del problema de del imitar a losgrupos tnicos como unidades culturales contrastantes y dedefinir las fronteras tnicas. Generalmente, las pruebas empricas sobre las cuales han construido sus planteamientos hansido la distr ibucin de los rasgos culturales y de otros rasgos"objetivos". El anlisis de estos datos nos puede ofrecer unaimagen estadst ica y distr ibutiva (si es posible convenir enuna definicin de rasgo) y puede indicarnos la forma e n quese correlaciona la concentracin de rasgos con grupos determinados. No obstante, si los grupos tnicos no coinciden consistemas econmicos contrastantes o con grupos polticos slidos y estables, existir siempre el problema de "zonas de t ransicin", es decir, sectores donde estas normas no nos muestranlmites tnicos claramente definidos. Sin embargo, en muchasde estas regiones la gente al parecer no tiene ninguna dificultad para asignar identidad tnica, es decir, aun cuando podemos encontrar un alto grado de "homogeneidad" (mejor dicho, una distribucin insignificante de rasgos objetivos), anexisten indicios de una diversidad tnica expresada en unateora aborigen que se muestra en la rutina de la conductainterpersonal (ej. S. F. Nadel, 1947; P. L. Garvin, 1958, M.Moerrnan, 1965).Lo anterior plantea el problema general de cmo se conserva y articula socialmente la diversidad tnica.Para analizar la organizacin social de los lmites tnicosnecesitamos de un marco relacional de referencia dentro delcual podamos seleccionar aquellos fenmenos objetivos, llamados con cierta vaguedad "rasgos", por conceptos lgicamentecoherentes en un lenguaje relacional. El axioma bsico paratales anlisis es que los grupos tnicos son categoras socialesque suministran un fundamento para la adscripcin de status

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    CUANDO LA IDENTIDAD TNICA ES UN ESTIGMA SOCIAL 51y, en consecuencia, que las relaciones intertnicas estn organizadas con referencia a estos status. Mi material expone unasituacin donde el status tnico (o la identidad) es, en ciertosentido, ilegtimo, y por lo mismo no es expresado en la conducta intertnica insti tucional. A pesar de esto, esta mismailegitimidad tiene repercusiones definidas en el proceso detoma de posiciones en la interaccin elemental, y por tal razn, da forma a las relaciones intertnicas.Mi caso se refiere a una zona de Noruega tnicamente mezclada: la comunidad lapona de la costa que habita los fiordosy las ensenadas del Finmarken occidental, al nor te de Noruega.1 Aunque en todo el Finmarken occidental hay una notoriaausencia de "rasgos culturales contrastantes" entre lapones ynoruegos, estos marbetes tnicos son de uso diario y se aplican lo mismo a comunidades que a familias o individuos. Eluso continuo, aunque no pblico, de estos marbetes indicaque la identidad tnica es un tema de importancia en las relaciones entre personas con identidades contrastantes o similares. El lenguaje de los smbolos, plagado de alusiones a laescisin tnica, es r ico y sutilmente ambiguo. Slo he podidocomprender y analizar las formas ms obvias de estos smbolosy su significado diferencial. No obstante, es demasiado evidente que muy pocos de estos smbolos pueden ser clasificadoscomo rasgos contrastantes con referencia a la procedencia tnica, siendo quizs la dicotoma de la lengua materna (lapnnoruego) el nico contraste obvio. Por lo tanto, el lenguajede los smbolos deber entenderse dentro del contexto sociallocal; nos enfrentamos a la difcil tarea de comprender elmodo local de valoracin e interpretacin de la conducta ge-neral en trminos tales como por ejemplo, autosuficiencia,