galicia - el camino de santiago

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el Camino de Santiago www. turgalicia.es Cubertas: Barro Salgado Santana [Grupo Revisión Deseño] Dirección Xeral de Turismo "Tu dices: Galicia es muy pequeña. Yo te digo: Galicia es un mundo. Cada tierra es como si fuera el mundo entero. Podrás recorrerla en poco tiempo de norte a sur y de este a oeste; podrás volver a recorrerla una y otra vez; no conseguirás andarla del todo. Y cada vez que la recorras, encontrarás cosas nuevas. [...] Puede ser ella pequeña en extensión; pero en hondura, en entidad, es tan grande como quieras." VICENTE RISCO

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Page 1: Galicia - El Camino de Santiago

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Dirección Xeral de Turismo

"Tu dices: Galicia es muy pequeña. Yo te digo: Galicia es un mundo. Cada tierra es como si fuera el mundo entero. Podrás recorrerla en poco tiempo de norte a sur y de este a oeste; podrás volver a recorrerla una y otra vez; no conseguirás andarladel todo. Y cada vez que la recorras, encontrarás cosas nuevas. [...] Puede ser ella pequeña en extensión; pero en hondura, en entidad, es tan grande como quieras." VICENTE RISCO

Page 2: Galicia - El Camino de Santiago

ÍNDICE

El Camino de Santiago

3En Marcha

4Hacia Santiago

5El Camino Francés

6El Camino del Norte

14La Ruta de la Plata

16El Camino Portugués

18Las Rutas Marinas

20Llegada

22Fisterra

28

ROMA

ATENAS

VIENA

LUXEMBURGOPARIS

MADRIDLISBOA

BERLIN

AMSTERDAN

BRUSELAS

LONDRES

DUBLIN

ESTOCOLMO

HELSINKI

GALICIA

COPENHAGUE

Autopista, Autovía

Carretera Nacional

Ferrocarril

Aeropuerto

525

550

PONTEVEDRA

LUGO

120

120

120

532

525

525

540

525

640

640

640

634

547

541

550

A-9

634

642

634

N-VI

550

651

FERROL

A CORUÑA

SANTIAGO

VIGO

OURENSE

A-52

N-VI

A-6

A-6

ALBERGUES DEL CAMINO FRANCÉSSITUACIÓN AYUNTAMIENTOO CEBREIRO PEDRAFITA DO CEBREIROHOSPITAL PEDRAFITA DO CEBREIROTRIACASTELA TRIACASTELACALVOR SARRIASARRIA SARRIABARBADELO SARRIAFERREIROS PARADELAPORTOMARÍN PORTOMARÍNGONZAR PORTOMARÍNVENDAS DE NARÓN PORTOMARÍNLIGONDE MONTERROSOPALAS DE REI PALAS DE REIO MATO (Casanova) PALAS DE REIMELIDE MELIDERIBADISO ARZÚAARZÚA ARZÚASANTA IRENE O PINOARCA O PINOMONTE DO GOZO SANTIAGO DE COMPOSTELA

ALBERGUES DEL CAMINO DEL NORTE SITUACIÓN AYUNTAMIENTORIBADEO RIBADEOLOURENZÁ LOURENZÁMONDOÑEDO MONDOÑEDOVILALBA VILALBABAAMONDE BEGONTESOBRADO DOS MONXES SOBRADO

ALBERGUES DEL CAMINO PRIMITIVO (CAMINO DE A FONSAGRADA)SITUACIÓN AYUNTAMIENTOO CÁDAVO BALEIRALUGO LUGO

ALBERGUES DE LA VÍA DE LA PLATASITUACIÓN AYUNTAMIENTOA GUDIÑA A GUDIÑAVERÍN (Casa del asistente) VERÍNMONTERREI (Hospital de Peregrinos) MONTERREILAZA LAZASANDIÁS SANDIÁSVILAR DE BARRIO VILAR DE BARRIOXUNQUEIRA DE AMBÍA XUNQUEIRA DE AMBÍAOURENSE OURENSECEA CEABENDOIRO LALÍNCAMPING MEDELO SILLEDA

ALBERGUES DEL CAMINO PORTUGUÉSSITUACIÓN AYUNTAMIENTOTUI TUIO PORRIÑO O PORRIÑOREDONDELA REDONDELAPONTEVEDRA PONTEVEDRAPADRÓN PADRÓNTEO TEO

ALBERGUES DEL CAMINO INGLÉSSITUACIÓN AYUNTAMIENTOBRUMA MESÍAMIÑO MIÑONEDA NEDA

ALBERGUES DEL CAMINO DE FISTERRA-MUXÍASITUACIÓN AYUNTAMIENTONEGREIRA NEGREIRADUMBRÍA DUMBRÍAFISTERRA FISTERRA

INFORMACIÓN TEL.: 981 57 20 04

Diseño y realización: Ferramulín Ediciones y ProduccionesTextos: José Luis Laredo Verdejo

Fotografías: Carlos Rodríguez - Víctor Cameselle - Carlos Rodríguez “Junior”Ilustraciones: Chencho Pardo

Impreso en España - D. L.: PO-387/02

Carretera Santiago-Noia, Km 3 (A Barcia)15896 Santiago de Compostela

A CORUÑA (España)Tel.: 981 54 25 00

http://www.turgalicia.ese-mail: [email protected]

Page 3: Galicia - El Camino de Santiago

El Camino de Santiagoha sido, y sigue siendo, sinduda, la ruta más antigua,más concurrida y más cele-brada del viejo continente.Jerusalén y Roma fuerondurante siglos los dos polosde atracción para los pere-grinos y viajeros europeos,pero no hicieron camino.Santiago también ha com-partido con ellos la atrac-ción de los caminantes yandadores de todos lostiempos pero, además, hacreado una ruta, ha hechoun Camino. A Santiago y aGalicia se puede llegar demuchas maneras. Pero lamejor forma de venir espor el CAMINO DESANTIAGO.

Los primeros peregri-nos, en el siglo XI, acudíansólo desde el interior de losreinos de Galicia y Astu-rias. Pero, con una rapi-dez sorprendente, empiezaCompostela a atraer viaje-ros y peregrinos de otrosreinos cristianos, incluso demás allá de nuestras fronteras. El primero, cuyo nombreconocemos, es francés, Godescalc, obispo de Puy, que lle-gó a Compostela en el año 951. La afluencia de peregrinoscomienza ya a ser grande y, antes de terminar ese siglo, esnecesario organizar el hospedaje, que empieza a hacerse enlos monasterios: San Martín de Albelda, San Millán de laCogolla, San Juan de la Peña, Samos, Sobrado...

Son muchas las causas y los motivos que aducen loshistoriadores para explicar la fiebre de los francos por atra-vesar los Pirineos. Para algunos son motivos políticos. Elpapado y Cluny estaban decididos, por razones de propiaseguridad, a ayudar a los reinos del norte de España, ha-ciendo así más remota la posibilidad de una invasión mu-sulmana. Motivos de curiosidad y afán de aventuras.Muchas veces son interesescomerciales o intercambiosculturales. Algunas veces,también, afán de rapiña yexplotación de los desam-parados caminantes. Perono cabe duda de que, en

casi todos los casos, subyaceel motivo religioso. La pe-regrinación era en la EdadMedia un símbolo de la vi-da del cristiano, un cami-nar inseguro hacia la mora-da eterna.

Los caballeros del sigloXV venían para participaren torneos y conocer otrastierras, aunque siempre ha-ciendo gala de piedad. Y noson sólo los francos.Italianos como Giordanode Ribalta, que se jactabade haber estado tres vecesen Roma y cuatro enSantiago. Jean van Eyck, elpintor holandés que repre-sentó en su Anunciación elinterior de la catedral. JohnGoodyear el inglés, que do-nó un precioso alabastro altesoro compostelano, oaquellos cuatro barcos dealemanes que partieron delpuerto de Hamburgo porun insólito Camino deSantiago marino. Todosellos antes de terminar elsiglo XV. Todos para vene-

rar los restos del discípulo de Cristo y dar el ritual abrazoal Apóstol.

Uno de los más famosos y conocidos peregrinos me-dievales de Compostela es el francés Aymeric Picaud,monje de la localidad francesa de Poitou. Su fama le vienepor haber escrito una crónica de su viaje, hacia el año1130, minuciosa y detallada, con un sinfín de consejos yrecomendaciones para los caminantes. Esta crónica, con eltítulo de Guía del Peregrino de Santiago de Compostela,está recogida en uno de los más preciosos documentos quese conservan en la biblioteca de la catedral compostelana:El Códice Calixtino. A esta Guía del Peregrino, es obliga-do hacer continua referencia siempre que se habla del an-tiguo Camino Francés.

El Camino de Santiago

3

Códice Calixtino

Monastero di Samos Monastero di Sobrado dos Monxes

San Millán de la Cogolla Monasterio de San Juan de la Peña

2

Page 4: Galicia - El Camino de Santiago

54

El viajero moderno que recorre las carreteras del norteespañol desde los Pirineos a Galicia, encuentra con fre-cuencia el letrero de: Camino de Santiago, acompañadodel número de kilómetros que le separan de Santiago deCompostela. Las indicaciones están pensadas para los queviajan en turismo y están colocadas en las rutas más próxi-mas al primitivo camino. Las sucesivas modernizaciones dela red viaria, desde los antiguos caminos reales a las carre-teras nacionales o autopistas modernas, han borrado enmuchos trechos el camino que hollaron durante siglos losperegrinos. Pero algunas veces las actuales carreteras nosiguen exactamente el Camino medieval. Es entoncescuando los practicantes del “turismo lento”, a pie, a caba-llo o en bicicleta, pueden rastrear el primitivo trazado. Estetrazado original conserva en muchos trayectos el empedra-do, los hitos del camino, los antiguos hospitales, las ermi-tas-refugio, las fuentes, las cruces, los antiguos puentes...

La Guía del Caminode Santiago, de AymericPicaud, lo dice con claridadfrancesa: “Hay cuatro rutasque llevan a Santiago y sereúnen en una sola enPuente la Reina, en territo-rio español; [...] a partir deallí un solo camino condu-ce a Santiago”. De Arles,cerca de Marsella, partía laprimera, la única que atra-vesaba los Pirineos porSomport. De París, Vézélayy Le Puy partían las otrastres, que entraban enNavarra por Roncesvalles.Es-tos eran los clásicos ca-minos por los que discurrí-an intermitentemente losperegrinos de Compostela.

Buen calzado, ropa cor-ta y esclavina. Bastón paraapoyo y defensa. Calabazapara el agua o el vino. Unpequeño saco y un sombre-ro de ala ancha. Todo elloconfigura la típica estampadel peregrino desde la Edad Media. La concha de “vieira”,que ya aparece en los caminantes de la mitología pagana,es el principal recuerdo que traen los peregrinos de Galicia,en cuyas costas abunda este molusco. Luego se cose alsombrero, al saco y a la esclavina, hasta convertirse en elemblema y en salvoconducto del peregrino. En Santiagoexistía el barrio de los Concheiros, que aún conserva estenombre. Era donde se vendían las conchas de vieira, o sus

imitaciones en metal, conun monopolio otorgadopor el Arzobispo y ratifica-do por los papas.

El peregrino o el viajan-te moderno, (no motoriza-do) que recorre el camino,no suele portar el atuendoclásico, pero algo le distin-gue del simple caminantecuando baja el puerto dePoio, por Triacastela, oatraviesa la montaña deArzúa y Melide.

Antes era por cumpli-miento de un voto, paralibrarse de una penitencia,para cumplir el deseo de undifunto, incluso por imposi-ción judicial. Hoy es másfrecuente hacerlo para revivirnuestro pasado, descubrirnuestra cultura y nuestra his-toria, admirar la armonía delrománico o, simplemente,para recrearse en la contem-plación de los paisajes de laTierra de Santiago.

En tiempos pasados, al regresar de Compostela, se ofre-cía el vestido, con todo el equipo de viaje, a algún santua-rio o se reservaba para asistir a las procesiones vestido conél. Ahora del Camino de Santiago se guardan álbumes defotos, una concha de vieira, un botafumeiro de plata y,sobre todo, un recuerdo inolvidable de todo lo que se vioy se vivió.

En Marcha Hacia SantiagoCruceiro del inicio del Camino de Santiago en Roncesvalles

Peregrino

Peregrinos Botafumeiro

Indicadores del Camino

Peregrinos

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Sea cual sea el motivode nuestro viaje a Galicia,si lo queremos hacer si-guiendo el Camino deSantiago, entraremos entierras gallegas por la N-VI,subiendo el puerto dePedrafita. También lo po-demos hacer recorriendo elantiguo trazado, de granbelleza paisajística, porVega de Valcarce y Herre-rías. Los peregrinos medie-vales lo hacían por uncamino que atravesaba lasmíticas aldeas de A Faba ya Lagoa de Castilla, hastaver, poco antes de llegar alCebreiro, el mojón ilustra-do que marca el límite deGalicia, a 152 Km de Santiago por el camino peatonal.

En O Cebreiro, la “más abrupta de las montañas delCamino francés”, como dice Aymeric Picaud, fundó elsanto conde Giraldo de Aurillac, poco antes de terminarseel siglo IX, un hospital para atender a los peregrinos, sobretodo a los franceses. Se convirtió luego en monasterio be-nedictino y no fue abandonado por estos monjes hasta elsiglo XIX. La iglesia, prerrománica, es el templo más anti-guo de la ruta jacobea conservado en su integridad. En elhospital, hoy Mesón de San Xiraldo de Aurillac, es posible

O Cebreiro

Os Ancares

Santuario de O Cebreiro Cruceiro

Santo Grial Pallozas O Courel

hospedarse, haciendo lareserva con suficiente an-telación. En el santua-rio se expone el SantoGrial, símbolo heráldicode Galicia, cuyas leyendasinspiraron el argumentoliterario del Parsifal deWagner. En el poblado deO Cebreiro se conserva

un interesante conjunto de “pallozas”, viviendas prerroma-nas habitadas hasta no hace mucho tiempo. Una de ellasestá convertida en Museo Etnográfico y otras acomodadaspara atender a los peregrinos.

Los doce kilómetros que siguen discurren entre las sie-rras de Os Ancares y O Courel, con magníficos paisajes demontaña, formando el tramo de carretera más alto deGalicia. Pueblos casi abandonados como Liñar do Rei, hoyLiñares. Veiga de Forcas, cuna de los caballeros de laOrden de Santiago. Hospital, recuerdo del que fundó la

El Camino Francés

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condesa Exilo. Fonfría, famosa por una fuente que brota ala orilla del Camino y un hospital desaparecido, que ofre-cía gratuitamente al caminante fuego, sal, agua y una ca-ma con dos mantas.

Sobrepasado el puerto de Poio, el paisaje se va hacien-do más suave y risueño. Aparece la alta torre de la iglesiade Triacastela, fin de la undécima etapa, la más corta (47kilómetros) pero la más dura desde los Pirineos. Tres casti-llos, tres castros o tres caminos hacia Castilla. No hayacuerdo en la etimología. El Camino pasaba por delantedel templo, con ábside románico, y atravesaba el poblado,donde se conserva el portalón del antiguo hospital.Triacastela fue la primera villa que levantó un monumen-to al peregrino.

No pasaba por Samos el Camino Francés, pero eranmuchos los peregrinos que hacían una pequeña desviaciónde cuatro kilómetros para conocer uno de los más antiguos

monasterios gallegos, fundado por San Martín Dumienseen el siglo VI. La actual carretera sí pasa por Samos, lo quenos obligará, con sumo gusto, a conocer este interesantecenobio benedictino y la humilde capilla prerrománica delCiprés. Las nuevas edificaciones son de los siglos XVII yXVIII, y la escalinata de la fachada sirvió de ensayo al ar-quitecto gallego Fernando de Casas para la construcción dela del Obradoiro de Santiago.

La marcha se va haciendo más cómoda y agradable. Elvalle se abre y empieza a desplegarse la fértil y extensavega de Sarria. La villa creció sobre un altozano dondetenían su fortaleza los poderosos condes de Lemos y mar-queses de Sarria. Sólo una singular torre medieval recuerdasu pasada grandeza. Frente a ella, la iglesia románica delSalvador y, muy cerca, el antiguo hospital de la Magdalena,también resisten el paso del tiempo.

Puente Medieval. Sarria Iglesia de Triacastela

Iglesia de San Salvador. Sarria

Fortaleza de Sarria Convento de la Magdalena. Sarria

Monasterio de Samos

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1110

La cercanía de Santiago comienza a sentirse por laabundancia de iglesias de estilo románico compostelano,que empiezan a jalonar el Camino. Nos desplazaremos unpoco para conocer el magnífico ejemplar románico deSantiago de Barbadelo, o las sencillas iglesias rurales, tam-bién románicas, de Biville, Belante, Mirallos o Paradela.Con el embalse de Belesar, en el río Miño, quedó anegadala antigua villa de Portomarín. Piedra a piedra fueron sal-vados sus principales monumentos: la iglesia románicade San Pedro y la monumental iglesia fortaleza de SanNicolás, uno de los más bellos templos románicos delCamino. También algunos de los antiguos palacios medie-vales se trasladaron al nuevo emplazamiento y se colocaronen la plaza principal. El puente medieval, sobre el Miño,quedó bajo las aguas. Sólo se conservó, como muestra, a laentrada del nuevo puente, el arranque y uno de sus arcos.Al llegar a Portomarín, encontramos las primeras viñas ga-llegas, que producen aquí ese exquisito licor que celebratodos los años la villa de Portomarín en la Festa daAugardente.

El río Miño es un tajo en la meseta lucense. Dejado

atrás Portomarín, la ruta vuelve a recobrar altura para dis-currir por tierras que en Galicia se llaman de “montaña”,por contraposición a las de “ribeira”. Antes de terminar lasubida se pasa al lado de la humilde iglesia románica deCastromaior, que recibe el nombre de un castro o pobladocelta prehistórico próximo. Otra aldea, de nombreHospital, recuerda el Hospital de la Cruz, ya desaparecido.

Ligonde es hoy una pequeña aldea con algunos restosde edificios antiguos. Sin embargo, todos los itinerariosantiguos de peregrinos citan su hospital como uno de losmás importantes. En él pernoctaron, entre otros persona-jes, Carlos V y Felipe II. En el atrio de la cercana iglesia ro-mánica de Tarrío, se han colocado las cruces de granito deun antiguo cementerio de peregrinos pobres. Las tumbasde los nobles, de los Caballeros de la Orden Militar deSantiago, que recorrían el Camino limpiándolo de saltea-dores y bandoleros, rodean el templo de Vilar de Donas.Las “donas” fueron dos señoras de la nobleza medieval quecostearon la construcción del monasterio y de la iglesia ro-mánica. Sus figuras aparecen en las pinturas murales delsiglo XIV que adornan el ábside central.

Iglesia de Santiago de Barbadelo

Iglesia de Paradela

Iglesia de Biville Iglesia de Belante

Iglesia de Mirallos

Iglesia fortaleza de San Nicolás. Portomarín

Iglesia de San Pedro. Portomarín

Templo de Vilar de Donas

Pinturas murales del siglo XIV. Vilar de Donas

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Estamos ya en la comarca de la Ulloa, la de los pazosque inmortalizó la escritora Pardo Bazán, la del señero cas-tillo de Pambre, la que se precia de no tener ni una parro-quia sin su templo románico: Esporiz de Monterroso,Novelúa, Leborei, Vilareda, Marzá, Fontecuberta, Ferreira,Palas de Rei... por citar sólo algunas. Palas de Rei era el lu-gar donde se reintegraban al Camino los que en Pedrafitahabían optado por seguir la ruta de Lugo. El rey AlfonsoIX de Galicia y León favoreció particularmente a esta villa,que de él recibió el nombre, aunque una tradición popu-lar se lo atribuye al rey godo Witiza, que aquí tendría supalacio. Desde el punto de vista monumental sólo conser-va una portada románica en su iglesia de San Tirso. Palasde Rei era fin de la duodécima etapa y comienzo de la úl-tima.

La última etapa recorre, sin dificultades, las onduladastierras de Melide y Arzúa. El peregrino o el turista cultopodrá atravesar aldeas que conservan admirablemente suaspecto medieval, como Leboreiro, con las adecuadas res-tauraciones de casas y calles alrededor de una preciosa igle-sia románica. Otro lugar notable es Furelos, con uno de losmás hermosos puentes góticos de todo el Camino, en unentorno admirable.

Melide, en el centro geográfico de Galicia, era la villaa la que acudía el cabildo de Santiago a recibir al nuevoarzobispo, cuando llegaba de Roma. Tiene dos notablespiezas románicas: la portada de la antigua iglesia de

San Pedro, a la orilla de la ruta, y el templo de SantaMaría, cada una con su típico cruceiro. El de la de SanPedro está considerado como el cruceiro más antiguo deGalicia.

El último poblado importante del Camino Francés esArzúa, que apenas conserva, dedicada a otros usos, la capi-lla del convento de Agustinas con su correspondienteHospital. Lavacolla era la última parada antes de entrar enCompostela. Entre su iglesia barroca con amplio atrio yhermoso cruceiro y la ermita de San Roque discurre elpequeño riachuelo de Lavacolla. En sus cristalinas aguasrealizaban los peregrinos el baño ritual y lavaban todo elcuerpo para presentarse dignamente en Compostela.Comenzaba desde allí una marcha rápida y gozosa haciaMonxoi, el Monte do Gozo, desde donde se contemplanpor primera vez las torres de la basílica compostelana. Elprimero que las divisaba era coronado rey del grupo.

La entrada en Santiago se hacía por el barrio de losConcheiros, donde estaban los vendedores de las conchas,símbolo de la peregrinación. El primer monumento quecontempla el peregrino es el convento de San Domingosde Bonaval, sede del Museo do Pobo Galego y Panteón deGalegos Ilustres. Delante se abre la Porta do Camiño oPuerta Francígena, donde se le entregaban las llaves de laciudad a los nuevos arzobispos. Desde ella, por las calles delas Casas Reais y de la Acibechería, con paso alegre y feliz,llegaban los peregrinos a la meta de su viaje.

Castillo de Pambre

Camino. Leboreiro

Iglesia románica. Leboreiro

Puente Gótico. Furelos

Cruceiro de San Pedro. Melide

Iglesia de San Pedro. Melide

Iglesia de Santa María. Melide

Convento de San Domingos de Bonaval

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Aunque el CaminoFrancés se lleva la palma delas rutas jacobeas, los pere-grinos llegaron a Compos-tela desde otros muchospuntos y siguiendo distin-tos caminos, algunos comoeste del Norte, más antiguoaún que el clásico francés.Efectivamente, las primerasperegrinaciones llegaron deAsturias, antes del siglo X,fomentadas durante la mo-narquía asturiana. La rutacomenzaba en el PaísVasco, recorría la cornisacantábrica, pasando porOviedo, y se dividía alentrar en Galicia. La víadel interior atravesaba elpuerto del Acevo para pisartierra gallega en A Fonsa-grada. Desde allí, despuésde descansar en el míticoHospital de Montouto, ba-jaban los peregrinos con-templando la torre delcastillo de Castroverde has-ta traspasar dichosos lasmurallas romanas de Lugo.Hoy se puede hacer este recorrido por una carretera demontaña que en un interminable descenso nos ofrece, ade-más, la contemplación de los restos históricos de Pobra deBourón, pazos como los de Abraira, Cellán do Mosteiro oPiñeiro, el castro de Viladonga, y las siempre presentesiglesitas románicas rurales gallegas, sin olvidar los reposan-tes espacios naturales como el de los Lagos de Teixeiro.

Pero esta ruta del Norte, Ruta Cantábrica o CaminoAlto, como también se la llamaba, tenía otras variantes. Laprincipal era la que entraba en Galicia por Vegadeo. Másapacible y cómoda, llegaba enseguida a la monumental

ciudad de Mondoñedo,con su casco antiguo ro-deando la catedral, síntesisde todos los estilos, romá-nico, gótico, renacentista,barroco, que alberga unode los museos de ArteSacro más importantes deEspaña. De la primitiva se-de mindoniense aún seconserva el templo de SanMartiño de Mondoñedo deFoz, con un retablo pétreo,el único que existe de es-tilo románico, dentro deuna singular nave del mis-mo estilo. Luego atraviesala Terra Chá, famosa porla calidad de su ganade-ría, quesos y capóns, y lasconcurridas ferias que seconvocan en Vilalba a lasombra de la torre de loscondes de Andrade.

Las últimas etapas deeste camino discurrían portierras más risueñas, porBaamonde y Guitiriz, paratomarse un descanso enSobrado dos Monxes, mo-

numental monasterio barroco, perfectamente restaurado,y visitar el hermoso templo románico de Santa María deMezonzo, dedicado al autor de la Salve y abad del monas-terio que, siendo obispo de Santiago, salvó los restos deApóstol de las huestes de Almanzor. Luego, a través de losmontes del Bocelo y haciendo una pequeña parada en elprerrománico de San Antolín de Toques, nos incorpora-mos al Camino Francés en Melide, para seguir juntoshacia Compostela.

El Camino del Norte

Paisaje camino de A Fonsagrada

Lagos de Teixeiro

Catedral de Lugo

Vilanova de Lourenzá

Torre de los Andrade. Vilalba

Iglesia de Santa María de Mezonzo

Monasterio de Sobrado dos Monxes

Catedral de Mondoñedo

Page 10: Galicia - El Camino de Santiago

1716

La Ruta de la Plata, ca-mino natural de comunica-ción entre el sur y elnoroeste peninsular, al principio fue sólo una ruta de ex-pansión de los reinos cristianos hacia el Al-Andalus y unavía de transmigración mozárabe hacia el norte. Luego uncamino para llevar a Santiago los dineros, la “plata” que,procedente de América, ofrecían los obispados anda-luces y extremeños a la sede compostelana. Finalmentequedó reducida a un Camino de Santiago difícil, pero muysugerente y atractivo, para los peregrinos procedentes deaquellas partes.

Desde Córdoba y Sevilla, por Badajoz, Cáceres ySalamanca, llegan los peregrinos a Galicia. Un ramal,buscando evitar los grandes puertos, entra en Portugalpor Quintanilha y Bragança, pero todos coinciden enVerín, donde se asombran ante la monumental fortaleza

de Monterrei, para pasara Xinzo de Limia, entreLaza, famosa por sus carna-

vales, y el parque natural de Invernadeiro. Sigue la rutaentre Xunqueira de Ambía, con su iglesia románica deaspecto catedralicio y Allariz, la villa histórica y monu-mental predilecta de Alfonso X. En Ourense, el Pórtico delParaíso de su grandiosa catedral evoca el de la Gloria delMaestro Mateo.

Atravesado el Miño por el puente romano de más luzentre los que se conservan del Imperio, disfrutamos de unvariado paisaje sembrado de iglesias románicas, pazos ypuentes medievales, destacando el monasterio de Oseira,síntesis de todos los estilos, el pazo de Oca con sus jardi-nes y, por fin, el mítico Pico Sagro, desde el que ya sedivisan las torres de la basílica compostelana.

La Ruta de la Plata

Puente romano. Allariz

Castillo de Monterrei

O Invernadeiro

Iglesia de Santiago.Allariz

Iglesia de Xunqueira de Ambía

Monasterio de Oseira

Catedral de Ourense Pazo de Oca

Fuente de Peregrinos

Page 11: Galicia - El Camino de Santiago

1918

Los portugueses se sien-ten muy orgullosos de ser,desde los orígenes, el pue-blo más ligado a la culturadel Camino de Santiago yde poseer una gran varie-dad de rutas para enca-minarse hacia el Apóstol.Su Camino del Noroestesalía de Oporto y apenasse separaba de la costa,por Viana do Casteloy Camiña, entrando enGalicia por Tui. Tambiénsalían de Oporto elCamino del Lima y el delNorte, que, siguiendo dis-tintas vías, se unían todosen Tui, donde la ciudadfortaleza se olvidaba de lasrencillas fronterizas paraacoger a los peregrinos y,en la barca que atravesabael Miño, dejarlos “passarsem dinheiros”, por un pri-vilegio de la reina Teresade Portugal del año 1123.También había varios ca-minos desde Braga, queentraban por A Cañiza,Celanova o Verín, y seincorporaban a la Ruta dela Plata.

Desde Tui todos siguen la misma ruta. Se atraviesa OPorriño entre las colosales canteras de granito y las húme-das Gándaras de Budiño. Redondela, famosa por sus fol-clóricas fiestas del Corpus y de la Coca, dedica a Santiagosu iglesia parroquial, lo mismo que Arcade, a la sombra delcastillo de Soutomaior, perfectamente restaurado.Pontevedra dedicó su templo más emblemático a la VirgenPeregrina, de original planta en forma de concha de vieira,

porque según la tradiciónencaminaba a los peregri-nos descarriados haciaCompostela. De Ponte-vedra a Caldas de Reises un paseo tranquilo y su-gerente. Desde el atriode la iglesia barroca dePerdecanai se domina elvalle, donde se pierde elrománico de Agudelo, lospazos de Curuxal y CasalNovo, y resuenan roncasen el alto campanario deArcos da Condesa las cam-panas que se funden en la“casa dos campaneiros” deBadoucos.

De la mansión romanaa la villa gótica, Caldas deReis –el “Rex” pudo serAlfonso VII– ofrece restosimportantes, el balnearioy uno de los mejores roble-dales urbanos a orillas delUmia. Luego contempla-mos los ábsides románicosde Santa María de Vemil,la portada de este mismoestilo en Xanza, e inclusopodemos acercarnos a verlos grabados rupestres deCampo Redondo que sin

tener relación con Santiago, sugieren con sus ciervos y cír-culos, un caminar sagrado hacia occidente. Poco despuésentramos en Pontecesures, donde desemboca el Ulla, ofre-ciendo lo más exquisito de la gastronomía fluvial: reo,lamprea, trucha, salmón. El río se atraviesa por un largopuente medieval, sobre fundamentos romanos, en el quehizo reformas el Maestro Mateo. Enseguida Padrón nosmete de lleno en la ruta jacobea.

El Camino Portugués

Tui

Catedral de Tui Iglesia de San Telmo. Tui Castillo de Suotomaior

Iglesia Virgen Peregrina Ayuntamiento de Porriño

Casa dos Campaneiros. Bedoucos

Río Ulla Pontecesures

Iglesia de Pedercanai Ábside de Santa María de Vemil

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2120

Siempre hubo peregri-nos que se acercaban aGalicia desde los puertosdel norte de Europa pormar. Dos eran las rutasescogidas que empiezan atraer romeros desde el sigloXIV a los puertos de Ferroly A Coruña, o a Vilagarcíade Arousa. Hasta 3.000peregrinos ingleses se regis-tran en el puerto coruñés elaño 1434, que acabaría porabsorber casi la totalidad deestos peregrinos marítimos.Pero también desembarca-ban en Ferrol, desde dondeiniciaban su marcha a pie.El monasterio de O Couto,con su preciosa iglesia ro-mánica de San Martiño de Xubia, reflejándose en la ría deFerrol, era la primera parada. El de Caaveiro quizás la se-gunda, pero con toda certeza atravesaban los puentes me-dievales que construyeron los Andrade: Pontedeume,

Lambre, Betanzos y O Burgo, donde se unían a la rutacoruñesa, después de atravesar “una de las comarcas máshermosas y variadas de Europa” como leemos en la“Crónica General de España” de 1865, con monumen-tos medievales inolvidables, como los castillos dePontedeume, el románico de Breamo, Tiobre, Santa Maríade Cambre y la monumental ciudad de Betanzos.

En Santiago de Sigrás se unían las dos rutas. Los quevenían de A Coruña se habían encomendado al Apóstolen el templo románico de Santiago o en su hermano elde Santa María, que agrupan el conjunto histórico y mo-

numental de la “CiudadVieja”. Salían de la ciudadpor Eirís, contemplandolos históricos campos deElviña, dominados por elcastro. A partir de Sigrás,una ondulada ruta, entrete-nida y apacible, sube hastael Mesón do Vento en laque dejaron su recuerdoFelipe II (en las casas bla-sonadas de Sarandóns yPoulo) y la reina Marianade Neoburgo (en el pazo deMarzoa). Atravesando elpuente románico y góticode Sigüeiro, se acelera elpaso para ver alzarse, desdeBoisaca, las torres de laCatedral Compostelana.

La otra ruta marítima llegaba desde el puerto deVilagarcía, penetrando por la Ría de Arousa, la más ampliade las Rías Baixas y la más pesquera. Desde Aguiño yRibeira a Rianxo por la orilla norte, desde O Grove a

Carril por la ribera meridional, velas y remos –hoy tam-bién motores– recorren la ría para ofrecernos los mejoresmariscos y pescados. A partir de la isla Cortegada, unaserie de cruceiros colocados en islotes o a orillas del estua-rio del Ulla marcan el Camino, atravesando las míticasTorres de Catoria y los espacios naturales de las Brañas deLaíño, hasta llegar a Padrón. Esta ruta marítima también

era seguida por los portu-gueses, que la celebraban,precisamente, como la mis-ma que siguieron los discí-pulos trayendo las reliquiasde Santiago.

Las Rutas Marinas

A Coruña

Iglesia de San Miguel de Breamo.

Pontedeume

Ría de Ferrol Ría de Arousa

Torre dos Andrade. Pontedeume Pontedeume Rianxo Torres del Oeste. Catoira.

Convento de San Francisco. Betanzos Iglesia de Santa María de Cambre

Fachada de Santa María de Cambre

Monasterio de Caaveiro Iglesia de Santa María. Betanzos Iglesia de Santiago de Sigrás

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Hoy, cuando el viajero,peregrino o turista, llega aCompostela y alza la vistadelante de la fachada del Obradoiro, sólo puede decir: “Havalido la pena”. Nunca una frase tan sencilla puede decirtanto. La ciudad de Santiago ofrece un conjunto monu-mental inigualable. Sus monasterios, templos, palacios,calles antiguas y construcciones populares típicas, unidos asu significado espiritual y cultural, le han merecido su in-clusión dentro del Patrimonio de la Humanidad.

La historia de Santiago comienza el 25 de julio del año813, cuando el obispo de Iria, Teodomiro, comprueba eldescubrimiento del sepulcro del Apóstol Santiago en unaaldea, San Fiz de Solovio, que acabaría tranformándose enla ciudad de Compostela. La noticia del descubrimiento seextiende rápidamente por toda la cristiandad, amenazadapor el peligro de las invasiones islámicas. Sobre el sepulcrodel Apóstol se construye una gran basílica y un conti-nuo flujo y reflujo de viajeros y peregrinos se establece en-tre Santiago y el resto de Europa. Circula la fe, la cultura,

el comercio y la política.Santiago de Compostela ysu Camino se convierten

en la “Raíz y el Fundamento de Europa”. Cuatro magníficas plazas se abren delante de las cua-

tro puertas de la basílica. La principal recibió el nombre deObradoiro por haber tenido durante casi diez años, de1738 a 1747, el “obradoiro” (taller) donde se labraron laspiedras de la fachada barroca, que levantó el arquitectogallego Fernando de Casas e Novoa en sustitución de laprimitiva románica. Las torres alcanzan una altura de 74metros. A su costado se conserva el Palacio de Gelmírez,construido en el siglo XII, al mismo tiempo que la primi-tiva catedral románica. La residencia de los canónigos, enel lado opuesto, alberga en la actualidad el MuseoCatedralicio.

LlegadaVista general de Santiago de Compostela

Altar Mayor

Capilla de las reliquias. CatedralPlaza Praterías

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Otros tres edificios, de diversas épocas y estilos, cierranla plaza. El Colegio de San Xéróme, fundado por el obispoFonseca, con una portada románico-ojival. El palacio deRaxoi, de estilo neoclásico del XVIII, se construyó paraseminario de confesores, residencia de niños de coro de lacatedral y casa consistorial de la ciudad. Y el HospitalReal, mandado construir por los Reyes Católicos para aco-ger a peregrinos y enfermos es un hermoso ejemplar de es-tilo plateresco, poco frecuente en Galicia, actualmenteconvertido en Parador de Turismo.

La plaza de la Acibechería es la primera que encuentrael viajero al entrar en Santiago por el Camino Francés. Eraconocida como Puerta del Paraíso, pero en el siglo XVIIIfue sustituida por la actual, de estilo neoclásico, y recibióel nombre de Acibechería. El arte de la azabachería, estre-chamente ligado a la Peregrinación, floreció en Santiagodesde el siglo XV. En esta plaza estaban los talleres y lospuestos de venta.

En el lado opuesto, la puerta del brazo meridional delcrucero conserva toda la rica iconografía románica de laépoca gloriosa de Compostela. Es la puerta de lasPraterías. A su costado se alza la Torre del Reloj, o la“Berenguela”, de estilo barroco, como los demás edificiosque rodean esta plaza. Detrás de la catedral se extiende laamplia plaza de la Quintana. La Puerta Santa, que da aesta plaza, sólo se abre el Año Santo Compostelano, cuan-do la fiesta del Apóstol, 25 de julio, coincide en domingo.

Puerta Santa. Catedral de Santiago

San Martín Pinario

Hostal de losReyes Católicos

Portada del colegiode San Xéróme

Fachada delObradoiro.Catedral deSantiago

Convento de San Francisco

Pazo Raxoi

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Los edificios, torres y fachadas, que se fueron añadiendoa lo largo de los siglos, ocultan la gran catedral románica,comenzada a construir el año 1075 por disposición delobispo Diego Peláez. El Pórtico de la Gloria, con sus dos-cientas figuras maravillosamente talladas, constituye unade las más valiosas obras del arte románico universal. Lanave principal es un modelo de armonía, sobriedad y gran-diosidad. En la del crucero, contemplamos un espectáculoinsólito: un gigantesco incensario, el “Botafumeiro”, demetro y medio de altura y cincuenta kilos de peso, oscilade extremo a extremo de la nave transversal en las grandessolemnidades. La ceremonia es tan antigua como la mismacatedral y está descrita en la Guía del Peregrino de AymericPicaud del siglo XII. En la cabecera, con hermosa girola en

la que se abren diez capillas absidales, un abigarrado altarbarroco rodea la imagen románica del Apóstol, al que se dael ritual abrazo. Bajo el altar se halla la cripta con el arca,donde se conservan los restos mortales de Santiago.

Antes de recorrer el entrañable y sugerente entramadodel núcleo urbano que rodea la catedral, con sus monu-mentos religiosos y civiles, recogeremos la “Compostela”,documento que certifica la peregrinación. Sólo se concedea los que documentalmente prueban su venida a Santiago apie o a caballo desde más de 100 kilómetros de distancia,más de 150 en bicicleta, con espíritu de piedad o inquietudespiritual. Se entrega en la Casa do Deán, n.º 1 de la Rúado Vilar, edificio barroco que es también lugar de acogidade peregrinos.

Pórtico de la Gloria y detalles

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Si la ruta de Santiagoa Fisterra se hace por lacosta, el viajero encontra-rá en Noia una pequeñaCompostela. Fue precisa-mente un arzobispo fran-cés, Berenguel de Landoire,el que, mal recibido por lossantiagueses, estableció allísu residencia habitual,construyendo iglesias y pa-lacios. En la boca de la ríase agrupa el caserío de lavilla marinera de Muros, yen seguida la costa abiertahacia Fisterra. Una costacon amplios arenales abier-tos al océano y elevadosmontes a la espalda. El másimpresionante por sus altosy misteriosos peñascos degranito rosado es el MontePindo, el Olimpo Celta delos gallegos. Y, por fin, lavilla de Fisterra, alrededorde su plaza del Ara Solis,nostálgico recuerdo del al-tar levantado por los roma-nos para adorar la puestadel sol.

El camino que lleva alextremo del cabo arranca

junto a la iglesia románica de Santa María das Areas, don-de se conserva la imagen del Santo Cristo da BarbaDourada, de incontables leyendas. En la parte más alta delmonte, había una ermita y unas piedras talladas que dabanal lugar un carácter sagrado. Ahora un faro orienta el in-cesante desfilar de navíos por uno de los lugares de másintenso tráfico marítimo del mundo. Hoy ya no estamosen el fin de la tierra, pero sí en el fin del Camino deSantiago. Sólo falta regresar. Regresar de Santiago conten-tos y satisfechos. El haber hecho el Camino de Santiagoes una condecoración que se puede ostentar siempre conorgullo. Si se ha llegado hasta Fisterra, con más razón.

El viaje a Santiago deCompostela, como peregri-no o turista, se completacon la visita de Padrón yFisterra, lugares estrecha-mente ligados a la peregri-nación. A Padrón se llegaatravesando la comarca deAmaía “toda Galicia engrandiosa síntesis”, dondepodemos ver la casa deOrtoño donde pasó su in-fancia Rosalía de Castro,aunque es en Padrón don-de veremos la que habitólos últimos años de su vida,convertida en museo.

Padrón es una villa mo-derna crecida en el lugardonde, según la tradición,atracó la barca que traía deJerusalén los restos delApóstol Santiago. La barcafue atada a una piedra, “opedrón”, en realidad un araromana que se puede verbajo el altar de la iglesia deSantiago. Padrón, con elnombre de Iria Flavia, fueuna de las grandes metró-polis romanas de Galicia.Encontraremos también re-cuerdos de Santiago en la Fuente de Santiago y enSantiaguiño do Monte, donde una ermita y unos conjun-tos megalíticos recuerdan la primera predicación delApóstol.

La condición de “fin de la tierra” es también un alicien-te para emprender el Camino de Santiago, pues todo viaje-ro desea llegar siempre más allá, hasta el final del camino. Yael historiador romano Lucius Florus cuenta como los legio-narios de Roma contemplaron con temor sagrado la puestade sol sobre el océano, cuando alcanzaron el Finis Terrae, enel siglo II a. C. El Finis Terrae, Finisterre o Fisterra, como sedenomina en Galicia, se convirtió desde entonces en unlugar obligado para todo el que hizo ya la Ruta Jacobea.

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Fisterra

Casa-Museo Rosalía de Castro. Padrón Colegiata de Iria Flavia Ermita de Santiaguiño do Monte. Padrón

Costa da Morte

Santuario Virxe da Barca. Muxia

Iglesia de Santa Comba. Carnota Iglesia de San Martiño. Noia

Iglesia de Santa María a Nova. Noia

Fisterra

Iglesia de Santa María das Areas.

Fisterra