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REGINALD GARRIGOU-LAGRANGE, O.P. Marie Réginald Garrigou-Lagrange, el famoso Filósofo y Teólogo Francés, nació el 21 de febrero de 1877 en Auch, Francia. El era sobrino del Padre Lagrange, el famoso Biblista dominico. Reginald creció en su ciudad natal, en donde realizó sus primeros estudios. Más adelante, después de estudiar Humanidades en Roche-sur-Yon, Vendée, Nantes y Tarbes, eligió la carrera de Medicina y decide estudiarla en la Universidad de Bordeaux.

Aun siendo estudiante de medicina (llevaba dos años), en Burdeos en 1897, llega a sus manos y lee la obra L'Homme, de E. Hello; Ese libro habla de cómo dar un estímulo para llegar a realizar la existencia humana, a un nivel superior a la mediocridad. Esta lectura le provoca una serie de reflexiones y cuestionamientos, que al final le llevan a la decisión, que se convertirá en algo fundamental para su

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vida, a tal grado que esto le provoca también, repensar su vocación, y al final decide vivir el estado religioso. Y después de conocer y más de cerca, porque su tío ya había formado parte de esta comunidad, decide ingresar a la Orden de los Predicadores (dominicos). Es así como a nuestro ahora fraile Dominico, le encontramos por estos años como Novicio en Amiens. Por su personalidad y su decisión forja su espíritu en las virtudes y en el estudio. Para su fortuna lo hace con el fraile A. Gardeil, quien fue un Fraile dominico y teólogo, a quien se le considera como uno de los artífices intelectuales de la nueva teología fundamental que se desarrollará en el siglo XX.

Este fraile descubre pronto en este joven novicio sus valores, y lo orienta al trato familiar y apasionado con santo Tomás y los grandes Comentaristas del Tomismo; y para perfeccionar su formación intelectual, lo envía a la Sorbona de Paris, en donde estudió filosofía. En esos años era bastante inusual para los dominicos, seguir sus estudios de filosofía en una Universidad secular. Pero esta posibilidad le permitió a Garrigou, participar en las clases de notables filósofos franceses de ese tiempo, como es el caso de Henri Bergson.

Es de comentar, que así como han existido Dominicos que se identifican con el modernismo, Garrigou Lagrange es más partidario de lo ortodoxo. Y desafortunadamente para él, en la Sorbona reina el modernismo. Así que a Garrigou-Lagrange, esto que no iba mucho con su idea, no le agradó, de tal forma que solicita y obtiene licencia para abandonar París y viajar a Viena. Ahí frecuenta por algunos meses la Universidad de Friburgo, donde conoce a Norberto del Prado, teólogo que le impresionó profundamente. Y en 1905 entra a formar parte del equipo de profesores de “Le Saulchoir”.

Posteriormente, bajo la dirección de Ambroise Gardeil, quien se encontraba explorando la psicología del misticismo, se dedicó a la Teología en la Orden de Predicadores, específicamente en la escuela de Le Saulchoir, También estudió con Emmanuel-Louis (Antonin) Lemmonyer (fallecido en 1932), quien fue fundador, junto con A.M. Jacquin, de la Revista des sciences philosophiques et théologiques (1907), y con M. Barge de la Revista de la Jeunesse para los jóvenes (1909).

El padre Lemmonyer, era muy preparado también, de tal forma que fue el sucesor de Gardeil como regente de Le Saulchoir, y sirvió como asistente del maestro Gillet.

Trabajó especialmente contra la separación de la teología moral de la teología mística y ascética. Reginald conoció personalmente a Bergson, a Levy-Bruhl y a Maritain.

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En 1909, al abrirse el Angelicum, Ateneo Pontificio, hoy Universidad Pontificia de Santo Tomás de Aquino, Garrigou compartió con Jesús G. Arintero la cátedra de Teología Fundamental, explicando el tratado De revelatione. Pasó más tarde a la cátedra de teología dogmática, y dio cursos sobre la Metafísica de Aristóteles, y sobre todo escribió muchos libros. Consagró 50 años de su vida (entre 1909 a 1960) a impartir clases y generar muchas publicaciones, alternando los trabajos profesionales al servicio de la Santa Sede, en calidad de teólogo estimadísimo y con el ministerio pastoral, que amaba entrañablemente.

TEOLOGIA ASCETICA Y MISTICA

En 1917, esta Universidad crea para él una cátedra especial en la Teología ascética y mística, la primera de su tipo en todo el mundo. Su gran logro fue la síntesis de los escritos altamente abstractos de Santo Tomás de Aquino con los escritos experienciales de San Juan de la Cruz, en donde demuestra cómo están en perfecta armonía unos con otros. (Algo interesante de leer)

TEOLOGIA ESPIRITUAL Garrigou es mejor conocido por su teología espiritual. Su obra magna en el campo es: “Las tres edades de la vida interior”, en donde propuso la tesis de que la infusión de la contemplación y la resultante vida mística, están en la línea formal de la santidad cristiana en búsqueda de la perfección. Definitivamente esto es algo que influyó de alguna forma importante en Concilio Vaticano II, especialmente en la parte del capítulo "Capítulo V: La llamada universal a la santidad en la Iglesia" (Concilio Vaticano II, Constitución 's dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium ).

El P. Garrigou-Lagrange es el principal defensor de la "Estricta observancia Tomista", También se dice que fue el redactor o "escritor fantasma" del Papa Pío XII y de la encíclica Humani Generis, subtitulado "Sobre algunas opiniones falsas que amenazan con socavar los cimientos de la doctrina católica".

El fue profesor de muchos notables intelectuales católicos del siglo XX, entre otros de M.-D. Chenu, O.P., y de Karol Wojtyla, futuro Juan Pablo II, de quienes fue consultor y supervisor de tesis. Sólo abandonó el Angelicum durante sus vacaciones, que aprovechaba para predicar en Italia, Francia, Inglaterra, Holanda, Canadá y América del Sur. Y durante un año, fue miembro de la Academia Pontificia Romana de Santo Tomás de Aquino, cuarta generación.

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Se comenta que la encíclica Fides et Ratio de Juan Pablo II, es el fruto maduro de lo que Carol Woytila aprendió con en el, en el Angelicum.

Fue un escritor muy prolífico en temas filosóficos, teológicos y espirituales. Su bibliografía completa una lista de más de 770 textos, entre libros, artículos y correcciones.

Se hizo notorio con sus primeras obras, en las que atacó la tesis del Modernismo. Fue consultor del Santo

Oficio y de otras congregaciones romanas. Estas tareas le ganaron fama de inflexible. Como comentamos algunos párrafos antes, como comentamos en algún párrafo anterior, muchos le adjudican la paternidad de la Encíclica Humani Generis en la que Pío XII condenó la Nouvelle Theologie y lo que considero las extravagancias del padre Jesuita Pierre Teilhard de Chardin.

Filosóficamente se afilió al Tomismo más tradicional, defendiendo las famosas 24 tesis de Santo Tomas (Interesante el leerlas), cabe aclarar que éstas son escritas en un documento del Papa Pio X, en donde esas 24 tesis se consideran fundamento y guía de todo aquel que estudie sobre la esencia de la Filosofía en el marco Católico.

ENTRE ESENCIA Y EXISTENCIA

Garrigou, también incursionó sobre la distinción real entre esencia y existencia. Para algunos, se piensa que se le puede considerar ser el mejor Tomista del siglo XX. El realmente estudió, especialmente a los representantes de la tradición tomista: como el cardenal Cayetano, Domingo Bañez y Juan de Santo Tomás, cuyos trabajos comentó. Por esta visión doctrinal, el no se encontraba a gusto entre los estudiosos que se limitaban a un análisis puramente histórico y exegético de Santo Tomás, sino que buscaba la aplicación del tomismo a los problemas del siglo XX.

Durante un tiempo fue director espiritual de Jacques y Raissa Maritain. Jacques fue un Filosofo Francés protestante, que junto con su esposa se convirtieron al catolicismo, quienes se dedicaron muchos años a la divulgación y el estudio de la escolástica Tomista. Garigou Lagrange se opuso a algunas tesis, especialmente en temas de filosofía práctica. Notable fue el intercambio de correspondencia entre ambos durante la Guerra Civil española.

En Teología se distinguió por sus estudios de espiritualidad, entre ellos: “Las Tres Edades de la Vida Interior.” Este Trabajo (como mencionábamos) es una de las obras maestras de espiritualidad de nuestra época. Es un compendio preciso y profundo, y además accesible, de las principales fases que las almas suelen atravesar en su relación con Dios.

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En lo que a Doctrina se refiere, Garrigou siempre fue algo estricto, pero también siempre fue un religioso profundo, protector de los pobres y director espiritual de muchos. Por su piedad y erudición, durante toda su vida fue renombrado.

Después del Concilio Vaticano II sufrió fuertes críticas, e incluso, el desprecio de muchos, por sus argumentos en contra de algunas innovaciones teológicas de mediados del siglo XX, sin embargo en muchos aspectos fue realmente también, un innovador.

El legado literario de Garrigou-Lagrange es cuantioso y variado. Sus lecciones eran famosas por la pasión, la claridad y la solidez con que las expresaba, y que fructificaban además, en artículos y libros, universalizando así su magisterio. La mayor parte de su producción escrita es fruto de la enseñanza académica, y por tanto, refleja los rasgos típicos de su pedagogía escolar.

El éxito de sus obras fue enorme. Fueron escritas originalmente en latín y en francés, se obtienen traducciones al alemán, español, inglés, italiano y polaco. Aun dentro de la unidad interna de su contenido ideológico, su obra escrita abarca cuatro extensos ramos: Apologética, Filosofía, Teología dogmática y Espiritualidad.

Autor de muchos libros y artículos, como ya se dijo, entre ellos se destacan: Le Sens Commun (1909), Dieu: Son Existence et sa Nature (París, 1923, 2 vols.), La Synthèse Thomiste (1946), Dieu (1950), Le Réalisme du principe de finalité, Vida Eterna, La Madre del Salvador y Nuestra Vida Interior, Nuestro Salvador y Su Amor por Nosotros, Predestination, Providence, Las Virtudes Teologales I: Sobre la Fe, Tres Vías de la Vida Espiritual, Perfección Cristiana y Contemplación.

A esto hay que agregar su comentario a la Summa consistente de siete volúmenes excelentes. Fue colaborador en la Revue de Science Philosophie et Théologie y en la Revue Thomiste.

En 1909 publica en París el libro Le sens commun, la philosophie de l'être et les formules dogmatiques (El sentido común, la filosofía del ser y las fórmulas dogmáticas.

Garrigou-Lagrange es ante todo, un fraile de temperamento metafísico, un defensor del ser, frente al fenómeno. «El verbo ser, su profundo sentido y su alcance». Claramente en el sentido del misterio y el claroscuro intelectual, Le sens du mystére et le clair-obscur inteleectuel, Paris, 1934; el sentido común es puerta de acceso al ser.

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Éste, encontrado en su realidad extra mental, descubre sus estratos a través de su estructura profunda (Ontología); y el proceso termina en Dios, el Ser por antonomasia, esta es la meta de toda la filosofía de Garrigou-Lagrange. Sus libros “Dieu, son existente et sa nature”, (Dios, su existencia y su naturaleza) Paris, 1914; y Dios al alcance de todos (Barcelona, 1942); Dios. La naturaleza de Dios. Solución de las antinomias agnósticas (Buenos Aires, 1950) son hitos de su legado filosófico (cfr. A. Lobato, Itinerario filosófico de Garrigou-Lagrange, «Angelicum», 1965).

APOLOGETICA

En Apologética, su obra máxima es De Revelatione, en 2 vol., manual clásico, que vio la luz en 1918 (4 ed. Roma, 1945). Situado en una zona neutra entre dos mundos, el de la

razón y el de la fe (cfr. S. Giuliani, Garrigou-Lagrange Apologeta, «Angelicum» 42, 1965, 117-136), Garrigou-Lagrange expone los motivos de credibilidad de las verdades reveladas; la estructura de la obra comprende dos partes: la 1ª sobre la necesidad y cognoscibilidad de la Revelación; la 2ª sobre su existencia. El recurso incesante a los grandes principios de la metafísica no obsta para que el autor niegue autonomía a la Apologética y la incluya en la Teología, exigiéndole un método rigurosamente objetivo.

FILOSOFIA

En Filosofía Garrigou-Lagrange, pertenece a la Neoescolástica instaurada por la encíclica Aeterni Patris (1879) de León XIII. Ya desde joven descubre cuál va a ser su itinerario filosófico: desvelar y develar los riesgos del inmanentismo modernista de Bergson y Le Roy, apoyándose en el realismo de la crítica y ontología tomistas como base de una teología natural del ser que se proyecta a la demostración de la existencia y naturaleza de Dios. Su primer escrito, de 1904, es una nota sobre la prueba de la existencia de Dios por los grados del ser; en 1907 insiste en un ensayo sobre el panteísmo de la «nueva filosofía» y las pruebas de la trascendencia de Dios.

TEOLOGIA DOGMATICA

Como profesor y escritor de Teología dogmática, Garrigou-Lagrange sigue la Summa Theologiae, que es «su» libro; seis tomos de comentarios, de corte clásico, ayudándose en Cayetano y Juan de Santo Tomás; una serie innumerable

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de artículos y algunas «obras mayores», son índice de su fidelidad al neotomismo, al mismo tiempo que revelan las cualidades peculiares del autor: defensa y exposición de la doctrina del «Doctor Común», descubrimiento y flagelación del inmanentismo modernista. Para Garrigou-Lagrange, el modernismo es un enemigo que no muere. Basta recordar su sonoro grito de alarma en 1946: La nouvelle théologie, oú va-t-elle? («Angelicum», 23, 1946, pp. 126-145). La encíclica Humani generis (1950) de Pío XII, que ratificó muchas de las tesis por las que Garrigou-Lagrange había luchado en sus clases y en sus libros. Otro tema que cultivó con especial atención fue el de la gracia y la predestinación. También en este campo se muestra inflexible con el «neomolinismo» y la teoría de Marín-Sola, poniendo de relieve, por una parte, su garra polémica y, por otra su entronque con el Tomismo español del s. XVI.

ESPIRITUALIDAD

Con todo, donde Garrigou-Lagrange destacó más, fue en el campo de la Espiritualidad. En 1909 leyó La evolución mística de Arintero. Esta obra ejerció en él un gran influjo al parejo de el libro L'Homme. El proselitismo del genial restaurador de la mística ganó en Garrigou-Lagrange, a su más valioso discípulo. Garrigou-Lagrange lo declara: «Tuvo en mí gran influencia y me aclaró importantes puntos, que traté de exponer en seguida según la doctrina de Santo Tomás» (Evolución mística, Madrid 1952, L-LI). En 1917 abre una cátedra de Ascética y Mística, la primera de esta disciplina en una Facultad eclesiástica y la última que abandonara, vencido por los años, en 1960.

En 1919 alienta la fundación de la revista «La vie spirituelle» y el se convierte en el principal redactor; en 1923 reúne sus lecciones y artículos en Perfection Chrétienne et contemplation selon S. Thomas d'Aquin et S. Jean de la Croix (Sannt-Maximin, 2 vol.), obra representativa, polémica a grandes trozos, en la que trata de armonizar la Teología ontológica de la gracia con las descripciones psicológicas de S. Juan de la Cruz y de proseguir, desde el ángulo tomista, la ruta abierta por Arintero en la Teología Espiritual.

Garrigou-Lagrange luchó por las ideas de unidad de la vida cristiana, por el concepto de mística como desarrollo normal de la vida cristiana, por la vocación de todos los cristianos a la perfección, etc. Tesis Arinterianas, que había que remozar a fuerza de esclarecer principios «tradicionales» olvidados y enturbiados en los últimos siglos.

El prosiguió por ese camino al ritmo de sus cursos magistrales, y fueron apareciendo nuevas obras, culminando con Les trois áges de la vie intérieure, 2 vol. Paris, 1938 (traducción. española. Las tres edades de la vida interior, 2 vol.

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1945), en la que, limando al máximo las aristas polémicas, expone los principios comúnmente admitidos.

Como en su itinerario filosófico, también aquí apunta a Dios, pues la vida interior es «un preludio» de la vida del cielo. Dentro del arco de este grupo de escritos de Garrigou-Lagrange hay que mencionar: L'amour de Dieu et la Croix de Iésus, Juvisy 1929; La providente et la confiance en Dieu, París 1932; La Madre del Salvador y nuestra vida interior (París 1941, Buenos Aires 1947); los dos

preciosos tratados, procedentes también de la cantera escolar, La santificación del sacerdote (Madrid 1953; primera ed. en latín, Roma, 1946) y La unión del sacerdote con Cristo (Madrid, 1955; primera ed. en latín, Roma, 1948). Tenía Imagen de recio e inflexible, hay una narración que habla del Papa Juan Pablo II y que nos da una visión indirecta de nuestro Hermano Dominico Garrigou que dice así: “En sus años de cura joven aprendió a mezclar la severidad granítica de su fe con su carácter paternalista a la hora de cuidar su rebaño. Una mezcla que le acompañó toda su vida. Tras estudiar en Roma con el dominico francés Garrigou Lagrange, uno de los teólogos más rígidos y conservadores, regresó a Polonia y, más tarde, fue consagrado obispo auxiliar de Cracovia, comenzando una carrera meteórica.”

LAS TRES SABIDURIAS: METAFISICA, TEOLOGIA, MISTICA

Garrigou-Lagrange dedicó su vida entera a lo que él llamaba las «tres sabidurías» o ciencias de las cosas por su causa suprema: la Metafísica, la Teología y la Mística. Poco a poco, en escala armónica y ascendente, se va inclinando por la última. Su figura descuella entre los pensadores católicos de la primera mitad del s. XX; irradió de forma importante con su doctrina a varias generaciones, incluso en países lejanos para él, como Argentina y Polonia, especialmente a través de la cátedra y los libros.

Se puede concentrar de forma central, que para Garrigou Lagrange, después de haber tratado la parte de Dios y de la Providencia, desde un punto de vista puramente especulativo, el reanuda la consideración de estas grandes cuestiones en su relación con la vida espiritual. Subraya que el objeto principal de la contemplación es, de hecho, el propio Dios y sus perfecciones infinitas, especialmente su bondad, su sabiduría y su providencia. Nuestra actividad y nuestro progreso hacia la eternidad, deben ser dirigidas desde el plano superior de esta contemplación

Garrigou Lagrange se jubiló en 1960, y en 1964 debido a su decadente salud se retiró al convento de Santa Sabina en Roma, en donde murió el día 15 de febrero

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de 1964. Produjo alrededor de 28 libros y cientos de artículos. Entre las obras más famosas están:

a) Los Comentarios a la Summa Teológica de Sto Tomas de Aquino b) Obras teológicas

La perfección cristiana y la contemplación de acuerdo con Santo Tomás de Aquino y san Juan de la Cruz (1923)

Dios, su existencia y la naturaleza: una solución tomista de las falacias Agnósticas (1914)

Vida eterna

Vida Eterna y la inmensidad del alma (1947)

El amor de Dios y la Cruz de Jesús (1929)

Predestinación (1936)

El sacerdote en unión con Cristo (1948)

Providencia (1932)

Las tres edades de la vida interior : Preludio de la vida eterna (1938), la síntesis de la perfección cristiana y la contemplación y el amor de Dios y la Cruz de (1938)

Esencia y actualidad del Tomismo (1945) Obras Marianas

La Madre del Salvador y nuestra vida interior (1948)

Obras filosóficas

Realidad: Una síntesis del pensamiento tomista.

Principios de Apologética Católica, traducido y se han reorganizado por Thomas Joseph Walshe del Padre.

Reginald Garrigou-Lagrange's La Revelacion.

Las obras en latín (los originales)

De la revelación para el propósito de la Iglesia Católica

Teología Fundamental de la doctrina de Santo Tomas (Volumen I y II) Obras en español (traducido)

Dios: Su existencia solución tomista de las antinomias agnósticas Volumen I y II

El realismo del Principio de finalidad

El Salvador y su amor por nosotros

El sentido común

El sentido del misterio

La madre del Salvador y nuestra vida interior

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La predestinación de los Santos y la Gracia

La providencia y la confianza en Dios

La Santificación del sacerdote

La síntesis Tomista

Las tres edades de la vida interior

La unión del sacerdote con Cristo

La vida eterna y la profundidad del alma

En el encontraremos, mas allá de acuerdos o no, un verdadero trabajo serio, y una

fundamentacion que da fortaleza y seguridad al estudio Teológico.