gente buena para un mundo mejor - wordpress.com · 2016-06-16 · la amistad, la honestidad, el...
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Gente buena para un
mundo mejor Poniendo en práctica los valores para darle un sentido ético a la
vida.
Introducción
¿Valores para que?
A pesar del innegable progreso material, tecnológico y científico que
caracterizó al pasado siglo, nuestra sociedad todavía tiene asignaturas
pendientes que empañan nuestro futuro común.
Es por ello que, intelectuales y educadores han llegado a la conclusión de
que uno de los más poderosos medios que podemos utilizar para revertir la
desigualdad, la violencia o la justicia, es dándoles un significado moral – es
decir, humano – a las pequeñas acciones de todos los días.
Es ahí donde los valores entran en acción. Utilizando la definición de
Ortega y Gasset, los valores son las cualidades de las acciones o de las
personas que las hacen atractivas.
Así de simple. Y si no todos los valores son universales, porque están inscritos
en el contexto particular de distintas culturas, éstas si lo reconocen como
las guías éticas que – en mayor o menor grado – deberían orientar el
comportamiento social.
Es en este sentido que la educación en valores cobra cada día mayor
importancia en las aulas y, ojalá, en los hogares donde los padres actúan
como facilitadores.
Educando en valores
La formación en valores dirigida a los niños busca hacer que éstos sean
cada vez más personas. Se trata de brindarles una formación crítica para
que puedan encarar los problemas cotidianos desde una perspectiva
ética. Educar en valores no es imponer limitaciones ramplonas ni
convertirse en “policías morales”, sino incentivar en lo humano: en la
imaginación, en los sentimientos y en la libertad.
La educación en valores busca brindarles herramientas a los niños y a las
niñas para que puedan desarrollar su propio criterio para buscar la verdad
y no ser manipulados por otros, para querer el bien por voluntad propia y
no por obligación, para que puedan afrontar las dificultades con
confianza y optimismo, para que crezcan con una buena autoestima, y
con deseos de superarse y mejorar la sociedad en la que viven.
GENTE BUENA PARA UN MUNDO MEJOR
A través de 40 fascículos, esta obra pretende ahondar en una serie de
valores indispensables para la formación individual y para el ejercicio de la
vida en sociedad, es decir, para la convivencia.
En cada fascículo se explica a cada niño de hoy un valor: en qué consiste,
porque es bueno practicarlo, cómo reconocerlo. Igualmente, se hace
referencia a los demás valores o “ingredientes” que lo constituyen, a la
escala de valores y a sus antivalores o contrarios.
Ligado a lo anterior, se ha desarrollado una tira cómica en la que se ilustra
una disyuntiva ética de forma divertida, con la cual los niños pueden
identificarse.
Para comunicar la importancia de cada valor, éstos se han ubicado en
distintos niveles que resulten familiares para los niños: partiendo de la esfera
del yo, se pasa a las esferas familiar, social, nacional y global. De esta
manera, el valor cobra su justa dimensión y su importancia resulta más
evidente para el niño.
Otro recurso importante ha sido la inclusión de un fragmento perteneciente
a diversas obras de la literatura infantil y juvenil contemporánea. El recurso
a la literatura ha comprobado su eficacia a la hora de invitar a los niños a
interrogarse sobre las cuestiones morales y éticas que esta presenta de
forma emocionante y atractiva.
El fragmento literario se acompaña de una serie de preguntas abiertas que
invitan a la reflexión y de una pequeña sinopsis de la obra literaria, con el
fin de darle al niño más pistas y, porqué no, incentivarlo a la lectura.
Una obra interactiva
La última página de cada fascículo de Gente buena para un mundo
mejor, está orienta a motivar la interacción lúdica con los niños. Por un
lado, se sugieren actividades o ejercicios escritos para que el niño explore
sus ideas y sentimientos con relación al valor. Por el otro, se preponen
juegos en el mismo sentido para compartir con sus amigos, familiares y
compañeros.
Un cuaderno muy especial
Para llevar a cabo las actividades que se sugieren al final de cada
fascículo, se propone que los niños cuenten con un cuaderno
específicamente destinado para ello. Será tareas de los papás o de los
maestros ayudar a que los niños se entusiasmen con ese cuaderno y se lo
apropien: incentivarlos a que lo decoren lo pinten y le peguen lo que
deseen. Así, el “cuaderno de valores” se constituirá en un documento
personalísimo del niño, en el cual podrá expresar sus ideas, sentimientos y
reflexiones. Sin lugar a dudas, este cuaderno será un tesoro inapreciable en
la vida futura del pequeño.
Cadena de valores
Amistad
Amor
Aprendizaje
Autoestima
Bondad
Confianza
Consideración
Constancia
Convivir
Creatividad
Diálogo
Entusiasmo
Familia
Felicidad
Generosidad
Honestidad
Humildad
Identidad
Igualdad
Justicia
Lealtad
Libertad
Moderación
Paciencia
Paz
Prudencia
Respeto
Responsabilidad
Sabiduría
Sinceridad
Solidaridad
Tolerancia
Trabajo
Urbanidad
Valentía
Verdad
Ecología en el campo
Ecología en la ciudad
Patrimonio cultural
Ser ciudadano
Somos amigos Un amigo verdadero es un gran tesoro que debemos cuidar.
La amistad es uno de los sentimientos más lindos que nos regala la vida
imagínate la suerte tan grande de estar rodeado de gente y que, entre
tantos niños y niñas con los que convives, resulta que hay alguien con
quien te diviertes y te entiendes muy bien, como si fueran dos piezas de un
rompecabezas que encajan perfectamente.
Lo más bonito de la amistad es que sucede porque si.
No es algo planeado. No salimos y pensamos: “¡Ya se! Hoy voy a conseguir
un amigo”, sino que un buen día nos damos cuenta de que existen dos o
tres personas con las que preferimos pasar el tiempo, inventar juegos y
compartir nuestros secretos. Esa preferencia tiene un nombre: amistad.
Cuando nos hacemos amigos de alguien le entregamos nuestro amor y
confianza, por eso disfrutamos muchísimo cuando todo va bien. Pero, por
esa misma razón, nos duele tanto cuando un amigo nos traiciona, se va a
vivir lejos o deja de considerarnos especiales.
Un amigo verdadero es un gran tesoro que debemos cuidar, dedicarle
tiempo e interés. Hay amigos que duran toda la vida y otros que nos
acompañan sólo durante algún tiempo. Sea como sea, la amistad es un
intercambio de afecto y confianza que hace sentirnos seguros, felices y
¡muy afortunados!.
Momo
El hombre gris y la muñeca perfecta
Y bien – dijo el hombre, mientras expulsaba densas nubes de humo -,
¿comprendes ahora como se debe jugar con una muñeca así?
Si – contestó momo mientras titiritaba de frio.
El hombre gris asintió satisfecho y fumo su cigarro.
¿Te gustaría quedarte con todas estas cosas?
Pues, te las regalo. Recibirás todo esto y mucho, más ¿Cómo te parece?
El hombre gris sonrió esperanzado a Momo, pero como ella no dijo nada y
seguía seria, añadió:
Ya no necesitarás a tus amigos, ¿entiendes? Tienes todas estas cosas
bonitas y recibirás más. Además, tú quieres tener esta fabulosa muñeca,
¿verdad?
Como Momo seguía sin responder, el hombre preguntó:
¡Vaya! ¿Quieres decirme que le falta a esta muñeca perfecta?
Momo miro al suelo y reflexionó. Creo – dijo en voz baja – que no se les
puede querer.
Durante un buen rato el hombre gris calló. Finalmente dijo:
No es eso lo que importa.
Momo lo miró a los ojos. El hombre le daba miedo, sobre todo por el frio
que salía de su mirada. Por curioso que parezca, también le daba pena,
aunque no sabia porque.
Pero a mis amigos – dijo Momo – los quiero.
Pues bien Momo: escúchame bien – comenzó el hombre gris -. Lo único
que importa en la vida es llegar a ser alguien, los demás, recibe lo demás
por añadidura: la amistad, el amor, el honor etc. Tú crees que quieres a tus
amigos. Vamos a analizar eso.
El hombre gris expulsó unos cuantos anillos de humo. Momo escondió sus
pies desnudos debajo de la falda y se arropó en su gran chaquetón.
¿De qué les sirve a tus amigos el que tú existas? –prosiguió al hombre gris -
¿le sirve para algo? No. ¿Les ayuda a hacer carrera, a ganar más dinero a
hacer algo en la vida? Decididamente, no. En ese momento Momo
deseaba que sus dos amigos, Gigi y Beppo, estuvieran a su lado. Nunca se
había sentido tan sola. Pero decidió no dejarse intimidar. Reunió todas sus
fuerzas y le preguntó al hombre gris:
¿Es que a ti no te quiere nadie?
(Adaptación de un fragmento de la novela Momo, de Michael Ende; editorial Alfaguara)
¿De qué se trata este cuento?
Momo es una historia llena de fantasía en la que su autor Michael Ende,
nos invita a reflexionar sobre la época en que vivimos, en la que solo
interesa tener cada vez más cosas y, en esa carrera, olvidamos lo
realmente importante:
La amistad, la honestidad, el tratar de ser felices. En la novela los hombres
grises roban el tiempo de los otros hombres con el pretexto de que hay que
“ahorrarlo” para disfrutarlo en un futuro que nunca llega. Los protagonistas,
Momo, Beppo y Gigi, son los seres encargados de recordarnos que es más
importante “ser” que “tener”.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Cuál es la diferencia entre querer a un juguete y querer a un
amigo?
¿Crees que tener cosas o ser “el mejor” en algo te ayuda a tener
amigos?
El hombre gris le preguntó a Momo que de qué les servía a sus
amigos que ella existiera. ¿De qué crees que les sirve a tus amigos
que tú existas?
¿Crees que alguien como el hombre gris sea feliz? ¿Por qué?
¿Qué es la amistad?
¿Sabes por qué gozas tanto de la amistad? Porque es una forma de amor
y no hay nada más rico que estar con las personas que queremos.
Fíjate que la amistad no es una cosa dada sino que crece, disminuye, pasa
por buenos y malos momentos. Por eso, muchos comparan la amistad con
una planta a la que hay que regar para que crezca sana, fuerte y bonita.
Recuerda: no se trata de “ser amigo” sino de “hacerse amigo”.
¡Mucho ojo! Con lo que NO le gusta a la amistad
La hipocresía…
Porque es igual al engaño.
La mentira…
Porque no puede haber confianza
El abuso…
Porque entre amigos somos iguales.
La indiferencia…
Porque sería igual a ignorar a nuestros amigos.
El egoísmo….
Porque el que quiere de verdad comparte y se preocupa por el otro.
Desinterés…
Es cuando quieres a tu amigo porque sí, porque te cae bien y porque
disfrutas de su compañía. No buscas su amistad por lo que puedas obtener
de él: invitaciones, juguetes o cualquier otro tipo de ventaja.
Ingredientes para la amistad
Comunicación
Va más allá de la simple conversación. Significa compartir nuestros
pensamientos y sentimientos reales, ser sinceros y darle la misma
importancia a hablar que a escuchar.
Generosidad
Estas siendo generoso cuando actúas pensando en el bienestar de tus
amigos, sin esperar nada a cambio. La generosidad va desde lo más
sencillo, hasta lo más profundo, como escuchar, consolar y acompañar a
tu amigo cuando se siente mal.
Confianza
Si tú y tu amigo se cuentan cosas que no comparten con nadie más, si no
se dicen mentiras y son honestos el uno con el otro, es que se tienen
confianza. La confianza debe ser mutua, eso quiere decir que se da “de
aquí para allá y de allá para acá”.
Respeto
Una cosa es que podamos ponerles apodos a nuestros amigos, jugarles
bromas o tomarles del pelo, y otra muy distinta es faltarles al respeto. No se
vale decir o hacer cosas que lastimen y hieran sus sentimientos, nadie
debe sentirse más que el otro y el abuso está fuera de lugar.
Millones de amigos
Decir que no vivimos solos puede parecer tonto pero vale la pena
recordarlo. Si mantenemos una actitud amigable hacia todos los que nos
rodean, pondremos nuestro granito de arena para que la convivencia sea
mejor: ¡desde la familia hasta el país y todo el planeta!
Lo cortés no quita lo… amigo
Entre amigos también debemos aplicar la buena educación: hay que
ceder la palabra, rectificar la opinión, presentar disculpas, pedir permiso,
respetar los compromisos y asumir responsabilidades. ¡Así todo funciona
mejor!
¿Amigos en la casa?
A veces tus hermanos o tus primos pueden resultar un verdadero fastidio.
Cambian los canales, cogen tus cosas sin permiso, gritan cuando quieres
silencio.
¿Qué desesperación, no? Pero ponte a pensar cómo reaccionarías si
alguien los lastimara, si se enferman o si, por el contrario, ganan una
competencia o estuvieran disfrutando de lo lindo de un parque de
diversiones. ¿Te das cuenta? ¡También podemos ser amigos de nuestra
familia!
En casa ajena
Una cosa es que tengamos toda la confianza del mundo con nuestros
amigos y otra muy diferente es abusar. Cuando Luis iba a casa de Pedro,
su mejor amigo del colegio, abría la nevera y sacaba todo lo que
provocaba. Cuando estaban viendo la televisión, cambiaba y cambiaba
de canal; además, le encantaba asustar a la hermanita de su amigo. Si
Pedro le iba ganando en algún juego, se enojaba, hacía berrinche y lo
obligaba a jugar algo distinto. Si en la habitación veía algún libro o juguete
que le gustaba, Luis se lo llevaba sin permiso. ¿Te gustaría tener in amigo así
en tu casa? ¿Por qué?
Viviríamos mejor si…
¿Te das cuenta cómo hablando podemos resolver las diferencias con
nuestros amigos? Expresamos lo que sentimos, llegamos a acuerdos, todo
vuelve a la normalidad y nos sentimos realmente bien. Te imaginas como
seria tu ciudad o tu país si la gente tratara de aplicar los valores de la
amistad aún con aquellos que no son sus amigos: digamos, con el señor de
la esquina, la señora de la tienda o con quien compartimos el asiento en el
bus… seguramente la convivencia sería mejor y todos viviríamos más felices
y tranquilos.
Entre los pueblos
Hace varias décadas se puso de moda la frase “amistad entre los
pueblos”. La historia a enseñado que la mejor manera d preservar la paz es
aplicando el respeto, la comprensión, el diálogo y el rechazo a la
violencia.
Sólo así los países pueden solucionar diferencias, y por qué no, cooperar
para vivir mejor. Una de las mejores formas de fomentar la amistad entre los
países es conociendo su cultura y sus costumbres. Sólo así podemos
conocernos, apreciar las diferencias y las similitudes para ver que,
finalmente, ¡no somos tan distintos!
Si lo oyes… lo olvidas. Si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes
¡Saca tu cuaderno!
Mis mejores amigos…
Consigue fotos de tus mejores amigos, ya sean del colegio, de la cuadra o
de tu edificio. Pégalas en tu cuaderno y escribe, al lado de cada foto, las
características de tu amigo o amiga: qué es lo que más te gusta de él o
ella, qué es lo mejor que han pasado juntos, en qué se parecen y en qué
son distintos.
…Y los que no. Me caen tan bien
No somos amigos de todo el mundo y seguro que hay niños que hasta te
caen mal.
Escribe en tu cuaderno por qué te caen mal las personas que no te gustan
¿Eso es fácil, no? Ahora, escribe las cualidades que tienen: son aplicados,
solidarios, simpáticos, buenos deportistas… Todos tenemos un lado bueno,
¿o no? De pronto, te das cuenta que ¡hasta los que te caen mal pueden
llegar a ser tus amigos!
¡Todos a jugar!
¿A ver quién soy?
En un papelito escriban todos los participantes del juego. Por turnos, cada
quien debe sacar un papelito e interpretar, actuando, a quien le toque: se
trata de imitar la forma de hablar, caminar y comportarse… ¡Se reirán
mucho y verán si se conocen tanto como creen!
¿Qué tanto se conocen?
¡Seguro juras que conoces perfectamente a tus amigos! A ver si es cierto…
uno de ustedes debe vendarse los ojos. El resto se para uno al lado del otro
y el de los ojos vendados debe tocarles la cara, el pelo, las orejas a los
demás y tratar de adivinar de quién se trata. Quien acierte el mayor
número de veces, gana.
“No me gusta que Juan se meta los dedos en la nariz”
“Anita es una mamacita”
“Betty se las sabe todas”
¡No busques un amigo para matar las horas, búscalo para vivir!
Nuestro corazón sonríe
La base del amor es ver al otro como un alma igual a nosotros, con
sentimientos y necesidades…
Es un sentimiento pero también el hilo que conduce a la vida por el mejor
de los caminos. Es la fuerza más grande que podemos experimentar y que,
una vez nos toca, nos rebasa y va cambiando todo lo que encuentra a su
paso. Esa gran fuerza, mágica y poderosa, es el amor.
¿Te has preguntado por qué hay tantas canciones, poemas y novelas que
hablan del amor? ¿Has pensado qué es lo que mueve a hombres comunes
y corrientes a llevar a cabo grandes hazañas o a renunciar a sus
comodidades y dedicar su vida a ayudar a los demás? ¿Alguna vez te has
fijado en esa mirada tan especial que se lanzan los enamorados? ¿Has
sentido, en un abrazo de tu mamá, la calidez de un amor que resulta
enorme, valiente, seguro y alegre?
La base del amor es ver al otro como un alma igual a nosotros, con
sentimientos y necesidades… y ese otro es cualquier ser humano que
habita este mundo. Si el amor logra ser tu verdadera guía interna, estará
presente en todas tus acciones: al tratar a los demás, al trabajar por tu
país, al emprender un proyecto… el amor nos hace mejores personas y las
buenas personas son las que construyen un mundo mejor.
A nuestro planeta le hace falta mucho amor y tú puedes empezar5 a darle
el tuyo.
Mi amigo el pintor
De todo lo que conversaba con mi amigo, dos cosas son las que más
recuerdo. No sé por qué. La primera es una conversación que tuvimos un
domingo. Llovía. Habíamos terminado de jugar. Mi amigo se levantó,
encendió su pipa, se puso a preparar unos colores, y entonces habló del
amor.
Amor de trabajar. De pintar. Amor de hombre y de mujer, de padre, de
madre; amor de ciudad, de país y del mundo donde uno vive; amor de
hijo, de amigo.
Amor como el que tenemos uno por el otro dijo.
Me palpitó el corazón.
Toda la vida quise a un amigo mucho… mucho; pero siempre pensé que el
me quería menos. No sé si porque yo era un niño y él no; o si porque el era
artista y yo no; sólo sé que cuando habló de amor me palpitó el corazón.
¿Sería que en ese momento nos queríamos igual?
Quise ver si era así: ¿Cómo me quieres?
Depende. Hay días que quiero como padre. Ciento que no seas mi hijo;
siento no poder decir: ¡Fui yo quien hizo a este muchacho tan chévere!
Pero otros días no tengo ningún deseo de ser tu padre: sólo quiero ser tu
amigo y punto.
Siguió pintando un poco más. A veces te quiero porque eres mi
compañero de parqués; otras veces porque quisiera ser tú, es decir, ser
otra vez niño. Es así cada día te quiero en otra forma.
Y si junto todas esas formas veo que te quiero mucho, veo que es amor.
Me pareció tan bueno que hablara de cómo me quería que me quedé
inmóvil, sin decir nada, mirándolo pintar.
¿Crees que somos parecidos?
De cara, no; de modo de ser, si. He tenido muchos amigos grandes, pero
ninguno tan parecido a mí como tú.
Si, pero con los amigos grandes puedes conversar cosas que no conversas
con migo.
¿Por ejemplo?
Me moría de ganas de decirle que con migo no conversaba de Clarice, la
mujer de quien estaba enamorado. Solo sacudí los hombros y me quedé
mirando el pincel. Pintaba una mujer.
La sala estaba llena de cuadros que el pintaba y colgaba; muchos con
mujeres. Las miré a cada una. La mujer podía ser gorda, delgada, negra,
blanca; pero siempre tenía el mismo aspecto.
¿Por qué pintas a todas las mujeres del mismo modo? Continúo pintando;
le costó trabajo responder:
Hay una mujer que vive en mi pensamiento, ¿sabes? No veo cuando sale
de mi cabeza y entra en mi pintura.
¿Es Clarice?
Y el respondió inmediatamente:
Sí.
(Adaptación de un fragmento de la novela Mi amigo el pintor, de Lygia Bojunga Nunes; Editorial
Norma)
¿De qué se trata este cuento?
Mi amigo el pintor,
De Lygia Bojunga Nunes. El vecino que vive arriba del apartamento de
Claudio es un pintor que expresa su vida a través de los colores y las
formas. El niño y el artista se hacen grandes amigos, y cada uno de ellos
hará grandes descubrimientos a través del otro. Claudio conoce de cerca
la fuerza del amor: por el arte, por los amigos, por una mujer y por los
deseos del pintor de cambiar a su país. El pintor se enriquece con la
sinceridad y la sensibilidad del niño, quien no deja de interrogarlo y
alegrarle la vida. La autora, Lygia Bojunga Nunes, es una gran escritora
brasileña que ha recibido muchos premios.
Y tú, ¿que piensas?
¿Cuántas formas crees que existen de amar? Piensa en cuales son
éstas.
¿Por qué crees que amar a alguien nos hace felices?
El pintor amaba tanto a Clarice como al niño. ¿En qué crees que se
diferencian estas dos formas de amor?
¿Por qué crees que es importante amar lo que haces?
¿Cómo le expresarías a distintas personas que las amas?
¿Qué es el amor?
Piensa en tus papás, en tus abuelitos o en tus amigos: seguro se te ha
dibujado una sonrisa en la cara porque existe un sentimiento maravilloso
que te une a ellos:
El amor. El amor es una fuerza tan poderosa que explota hacia afuera y
siempre tiende hacia lo bueno. Amar es preocuparte por los demás: sólo
quieres lo mejor para ellos y no quieres que nada malo les pase. El amor
busca la felicidad y el bienestar de todos. ¿Sabes qué es lo más lindo del
amor? Que nos vuelve más humanos.
Al amar a otros, automáticamente nos volvemos mejores personas y
aquellos que sienten nuestro amor se contagian y, a su vez, aman a otros.
El amor crea cadenas de cosas buenas.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta al amor
El odio…
Es el sentimiento más feo que puede existir. Mientras que el amor construye,
el odio destruye.
La mentira…
Porque sólo se ama a quien verdaderamente se conoce.
La soberbia…
Porque es el colmo del egoísmo y es incapaz de dar.
La intolerancia…
Porque desconoce que todos los hombres somos iguales y dignos de ser
amados.
La traición…
Porque lastima al amor y no permite que vuelva a nacer confianza.
Cuidado
Esto significa que estás pendiente de aquellos a quien quieres. Les prestas
atención y eres sensible a sus necesidades y sentimientos. Sólo deseas lo
mejor para ellos, o sea, su bienestar.
Ingredientes para el amor
Honestidad
El amor se apoya en la verdad. Los sentimientos deben ser sinceros y
desinteresados, las relaciones crecerían sobre bases falsas.
Ser honesto también significa ayudar a quienes queremos a superar errores
con amor.
Creatividad
La creatividad es saber utilizar la imaginación para solucionar los
problemas adecuadamente. Es encontrar nuevos caminos para vivir la
vida y desarrollar al máximo tus dones para hacer las cosas a tu manera. Si
el amor no es creativo, deja de evolucionar.
Valor
Es amor debe ser valiente para vencer las dificultades que uno siempre
encuentra a lo largo del camino. Es la fuerza que nos hace seguir
adelante.
Piensa en cómo trabajan los papás para que su familia este lo mejor
posible, o cómo hay gente que expone su vida para ayudar a los demás:
su amor no sólo es grande sino valeroso.
Entusiasmo
Es muy necesario porque es algo así como la gasolina que nos permite
construir relaciones y llevar a cabo proyectos con la fuerza del ánimo y la
alegría. Uno sólo se entusiasma con aquello que quiere, porque está lleno
de espíritu positivo, dedicación y esperanza.
Amor Amor
Hay muchos amores. El natural y “automático”, como el que sienten los
papás por los hijos; el amor que se va formando con el tiempo, como el
que lleva a la amistad; el amor romántico, como el que sienten los
enamorados; o el amor “universal” que es algo así como el resumen de
todas las virtudes que llevan hacia el bien. En todas sus manifestaciones, el
amor debe cuidarse para que sea fuerte y alegre. El amor trae la felicidad.
Aprender a amar
Por más que el amor sea este sentimiento que todo lo cambia, debemos
aprender a amar.
¿Cómo? Mostrando interés por los otros, aún por los desconocidos,
compartiendo, siendo pacientes, generosos y sinceros. Alguien egoísta no
puede amar a los demás porque está demasiado ocupado con él mismo:
sólo tiene ojos para él.
¡Yo me quiero!
¿Te caes bien?, ¿piensas que eres bueno para muchas cosas?, ¿estás
orgulloso de si mismo? ¡Genial! Eso quiere decir que tienes algo muy
importante que se llama “autoestima”. La autoestima es el amor que
sientes por ti mismo: te quieres, sabes lo que vales y que mereces respeto.
Esto no quiere decir que te creas perfecto, pero reconoces cuando
cometes un error y, si fracasas, te perdonas y sigues adelante. El quererse
a sí mismo es el primer paso para querer verdaderamente a los demás.
Mi mamá, ¿me ama?
A ver, a ver… siempre estamos hablando de que no hay amor como el de
los papás, que ellos darían la vida por ti, que eres su máximo tesoro. Si es
así, ¿por qué a veces te regañan, te castigan o no te dejan hacer todo lo
que quieres? Pues porque el amor no es ciego ni mudo. Tus papás te
quieren tanto que prefieren regañarte cuando haces algo malo o
peligroso que dejarlo pasar. Corregir con amor es muy importante en la
vida porque ayuda a marcar el buen camino y a que crezcas siendo feliz.
Cuando llega el amor
Va a llegar un día en que, de repente, vas a comenzar a ver a un niño o
una niña con otros ojos: si antes te caía bien, entonces te caerá mejor; si
antes te parecía guapo o bonita entonces pensarás que es lo más churro
que hay; si antes disfrutabas su compañía en ese momento querrás estar
con él o ella todo el día. Cuando sientas todas estas mariposas que te
revolotean el estómago, sabrás que estás enamorado por primera vez. Y
prepárate, porque iniciarás un viaje por el más maravilloso de los
sentimientos y no sabes cuánto aprenderás sobre ti mismo.
Amor por la humanidad
Si el amor representa todo lo bueno, la guerra es todo lo malo. Pero aún
en ese escenario terrible, el amor puede llevar vida y esperanza. Hace
mucho tiempo se fundó la Cruz Roja para garantizar que los heridos de
todos los bandos recibieran cuidado y atención médica en medio de la
guerra. Los médicos y las enfermeras no sólo dejaron sus casas para ir a
lugares lejanos, sino que arriesgaron sus vidas para salvar otras. Hoy día, la
Cruz Roja Internacional sigue cumpliendo con su labor de amor, ayudando
a todos los hombres, mujeres y niños que sufren, ya sea por guerras,
desastres naturales o hambrunas.
Si lo oyes… lo olvidas. Si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes. ¡Saca tu cuaderno!
Poema de amor
Cuando amamos a una persona guardamos en nuestra memoria algunos
rasgos de su rostro o algunos gestos que nos parecen especialmente
hermosos y que nos gusta recordar sino estamos cerca de ella:
Una sonrisa franca, unas manos cálidas, una nariz graciosa… escribe un
poema a los ojos de una persona que quieras mucho: tu papá, tu mejor
amiga, o a quien tu prefieras. Utiliza alguno de estos versos para iniciar tu
obra: Me caí en tus ojos… tus ojos me encontraron… como dos noches
brillantes…
Amor con plumas, bigotes o manchas
Y también sentimos amor por los animales. Si decidimos tener una mascota,
adquirimos con ella compromisos serios como el cuidado de su salud, la
educación de un espacio seguro y abrigado para que duerma y el respeto
por sus costumbres. Con los animales silvestres ocurre algo similar: podemos
amarlos aunque no los llevemos a nuestra casa. Pega en tu cuaderno la
lámina de un animal salvaje que te guste mucho.
Alrededor de él escribe cómo le expresarías tu admiración y tu afecto.
¡Todos a jugar!
Enredo de amor
El amor y el sentido del humor van de la mano. Cuando Camila está
enamorada, se confunden las palabras. Si quiere decir “mi corazón late
con fuerza”, le salen frases como “mi hígado trina como un pajarillo”.
¿Qué le contestará Camilo? Ella quiere decir además: “En mis oídos
resuena tu nombre, mi alma está de fiesta cuando te miro, las horas pasan
lentas cuando no estás…” pero ¡claro!, termina mezclándolo todo. Con
algunos amigos inventa la loca conversación que pueden tener estos
enamorados.
… y más amor
Encuentra en esta sopa de letras seis componentes fundamentales del
amor.
(Respeto, confianza, lealtad, alegría, desinterés, solidaridad).
R S E A G R O G U I S E Z U T I F E S
T H I S R A S T E N I J O X I T U L E
Q E R T A S D I T U Y E S O L I R A S
C O N F I A N Z A S O F O G I E S A T
G R O S R E T U S D A G L U C E R T I
S U R E G U I E S A F A I J U E B I Z
E F A S E R E T N I S E D E A D U R S
Y U R E L U J F O E T V A L N R E A S
D U L E A L T A D E S F R E S P E T O
F I T U E R I N A K E L I U V O E R T
I K U E H N C S P A T E D I D R T U S
P R E R A V I E J K L E A O P E T R A
J U E N C A N I V O S U D U E T L S U
“Amar no es mirarse el uno al otro; es mirar juntos en la misma dirección.”
Gente buena para un mundo mejor;
Te sugiere juegos y actividades para poner en práctica lo que aquí
describimos.
Consigue un cuaderno para que puedas escribir tus VALORES Y
PENSAMIENTOS sobre las ideas que aquí te proponemos.
Descubro el mundo
Aprendemos en todo momento de los demás, de la naturaleza, de los
libros y de nosotros mismos.
Los seres humanos nacemos con un superequipo. Ni el más avanzado de
los computadores cuenta con algo igual: tenemos ojos que ven, oídos que
escuchan, manos para tocar… nuestros sentidos recogen información todo
el tiempo, la mandan a ese centro de operaciones tan impresionante que
es el cerebro y ahí se procesa para utilizarla a cada momento.
Sin embargo, aprender no es sólo captar información, es observar y
reflexionar. Es descubrir las relaciones entre las cosas, tener en cuenta que
toda acción o causa tiene un efecto, es dejarse sorprender cuando
encontramos algo nuevo.
Aprendemos en todo momento de los demás, de la naturaleza, de los
libros y de nosotros mismos.
Claro que vamos al colegio para que nos enseñen de una forma
ordenada, pero no es el único sitio en donde aprendemos. El mundo es
una gran escuela que siempre nos brinda enseñanzas.
La curiosidad es una de las mejores aliadas del aprendizaje. La curiosidad
surge de preguntas por qué, de asombrarse ante lo común, como que
salga el sol, o ante las respuestas, aprendemos.
En la vida aprendemos con constancia y esfuerzo, con diversión también
porque conocer nuevas cosas nunca es aburrido. Lo mejor de aprender no
es que te conviertas en el mejor, en el súper inteligente ni el más rico… el
conocimiento te permite tomar decisiones, resolver problemas y lo mejor:
te hace libre.
El aprendiz Y la carga de arroz
Cuando honguito le mostró a su amigo grulla la bolsa de arroz que había
conseguido, se sintió muy complacido.
Grulla levantó su muleta en homenaje: ¡Vamos, dime cómo conseguiste
gran fortuna! ¡Seguramente es un relato que valdrá la pena escuchar!
Honguito había estado por el camino, en las rondas que hacía cada
mañana entre las pilas de basura de la aldea. De repente se dio cuenta
de que delante de él iba un hombre que llevaba una pesada carga en un
morral hecho de ramas. Sobre éste había una caja de paja que contenía
arroz.
Con sólo mirar la caja llena de arroz, a honguito se le hizo agua la boca.
El hombre se había detenido en el camino para acomodar su carga.
Mientras honguito lo miraba atónito, el arroz comenzó a escurrirse por un
orificio de la caja. Sin advertirlo, el hombre continuó su camino.
Por un momento, los pensamientos de Honguito lucharon entre sí.
“¡Díselo rápido antes de que pierda demasiado arroz! ¡No! No digas nada...
Podrás recoger el arroz cuando cruce el recodo del camino…”.
Honguito tomó una decisión. Corrió para alcanzar al hombre.
Honorable señor dijo Honguito. Cuando iba detrás de usted advertí que iba
dejando arroz por todo el camino.
El campesino se volvió y vio la estela de arroz. Empujó hacia atrás su
sombrero, se rascó la cabeza y rió arrepentido:
La impaciencia dijo el campesino. Debí tejer esta caja con doble pared;
pero habría tomado más tiempo. Ahorra pago por no aguardar un poco
más.
El hombre metió unas ramas en la caja y al reanudar su camino, gritó sobre
su hombro:
El bien merece el bien, muchacho. El arroz que quedó en el camino es
tuyo. Recógelo.
Honguito se inclinó complacido por su decisión. Había aprendido del
ejemplo de su amigo Grulla. Buscaba en los bosques, recogía los granos
caídos en el otoño. Eran maneras honorables de conseguir comida. Pero
robar y mendigar, decía Grulla, hacían del hombre algo similar a un perro.
El trabajo le da dignidad al hombre; robar se la quita decía a menudo.
(Adaptación de un fragmento de la novela el aprendiz, de Linda Sue Park. Editorial Norma)
¿De qué trata este cuento?
El aprendiz, relata la historia de Honguito, un niño coreano que trabaja
para un maestro ceramista. Adoptado por Grulla un hombre pobre con
quien vive bajo un puente, el niño se enfrenta al dolor de saber que no
ejercerá el arte de modelar la cerámica porque, según la tradición, es una
enseñanza que solo se trasmite de padres a hijos. Sin embargo, con el
tiempo encontrará que las esperanzas de Grulla: el trabajo, la paciencia,
la observación y la confianza, son irremplazables para conquistar el
corazón de Min, el maestro ceramista. Con esta obra, su autora, Linda Sue
Park, ganó la Medalla New Berry en 2002.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Qué le hubiera ocurrido a Honguito si no avisa al hombre lo que
pasaba con su carga?
¿Qué aprendió el campesino que cargaba la caja de arroz?
¿Estás de acuerdo con Grulla en que el trabajo le da dignidad a las
personas? ¿Por qué?
¿Cuáles de los comportamientos aprendidos en tu casa te sirven
para relacionarte con los demás?
¿Qué es
Aprender?
Para aprender debemos mantener la mente abierta y aprovechar cada
pequeña pista que nos da la vida. Conforme aprendemos, vamos
adquiriendo un conjunto de habilidades y conocimientos que nos sirven
para todo: para distinguir lo que es importante de lo que no lo es, para no
tener miedo, para cambiar lo que está mal, para alcanzar nuestras metas y
construir un mundo mejor.
¡MUCHO OJO!
Con lo que NO ayuda a aprender
La terquedad…
Porque quien se aferra a un solo punto de vista no está abierto a cosas
nuevas.
La indiferencia…
Porque el aprendizaje viene de la mano de la curiosidad, el interés y el
asombro.
La pereza…
Porque todo lo que vale la pena es fruto del trabajo, de persistir e insistir
hasta lograr un objetivo.
La mediocridad…
Porque quien se queda quieto no avanza, es demasiado flojo y miedoso
como para emprender nuevas cosas.
El egoísmo…
Porque nunca aprendemos tanto como cuando compartimos lo que
sabemos.
Esfuerzo
Muchas veces quisiéramos que todo nos saliera a la primera y nos damos
por vencidos demasiado rápido. Es necesario tener paciencia y empeño
para dominar algo nuevo: desde armar un avioncito o preparar una torta,
hasta aprender un nuevo idioma.
Ingredientes para aprender
Reflexión
Es pensar muy profundo. Es poner tus experiencias, sentimientos y
conocimientos en una balanza y ver cómo se relacionan. Cuando te
tomas el trabajo de reflexionar antes de actuar o de sacar conclusiones
todo te sale mejor.
Interés
Mostrar interés por todo lo que te rodea es la mejor forma de aprender.
Si eres curioso y te interesa saber cómo funcionan las cosas, cuáles son los
sentimientos de aquellos que te rodean, quién es el autor de un invento o
cuánto mide la tierra… es que tu mente es inquieta y no se conforma con
quedarse como está. Una vez que aprendes algo, quieres aprender más y
más.
Gozo
Cuando te estén enseñando algo, tómalo como diversión, como un
pasatiempo con el cual te estás enriqueciendo. Disfrutar lo que hacemos,
valorarlo y encontrarle el lado divertido, es la mejor forma de aprender.
Experiencia
Todo lo que nos pasa nos deja un aprendizaje. Aprendemos de lo bueno,
pero también de lo malo, de nuestros errores.
Cuando sabemos aprovechar nuestras experiencias y de ellas sacamos
enseñanzas que nos guían para tomar decisiones o enfrentar exitosamente
nuestros problemas, es que hemos aprendido de nosotros mismos.
Un gran Tesoro
La experiencia y el conocimiento son los dos grandes campeones del
aprendizaje. Todos tenemos la capacidad de aprender y basta mirar el
mundo que nos rodea para apreciar cómo nos beneficia.
Los médicos curan enfermedades, los campesinos saben como
aprovechar las lluvias, los arquitectos construyen casas, las mamás saben
como cuidar a sus hijos, los niños aprenden a evitar el peligro. El
conocimiento nos permite vivir mejor.
Aprendemos todo el tiempo
La vida es un libro abierto, al igual que todas las personas que se
encuentran a nuestro alrededor. Si prestas atención, te darás cuenta que
observando a un jardinero podrás aprender acerca de las plantas;
fijándote en cómo una cocinera prepara una sopa, te darás cuenta de lo
importante que es medir y fraccionar; mirando el comportamiento de tu
mascota, aprenderás a distinguir sus estados de ánimo. Uno aprende todo
el tiempo.
¡Grrrrrrrrrrrrrrr!
Natalia es una niña muy bonita y una gran deportista. Siempre consigue lo
que quiere, pero hoy, por primera vez en mucho tiempo, su equipo no
quedó en las finales de fútbol del colegio. Cuando llegó a casa, lloraba y
lloraba. No podía perdonarse el haberse equivocado tantas veces. “es
que soy muy tonta. No me esforcé lo suficiente” decía muy enojada. Su
hermano mayor le dijo algo que fue como el mejor abrazo del mundo:
“Oye, cálmate. Nadie es perfecto y todos tenemos días buenos y días
malos.
Mejor ponte a pensar en qué fallaste y trata de corregirlo para la próxima
vez”. ¡Era cierto! Había perdido, pero antes había ganado muchas veces.
Además, ella sabía que para ser buena no hace falta ser “ser la mejor”.
Recuerdo que…
Ojalá te hayas dado cuenta de que en tu familia hay unos seres muy
sabios de los que puedes aprender cantidades. Esos seres son tus abuelos.
Ellos han vivido mucho y les ha tocado experimentar grandes cambios. No
sabes que rico es sentarse a escucharles historias, que te cuenten como
era la ciudad cuando eran jóvenes, cómo se vestían, que música oían y
hasta como eran tus papás de pequeños. A través de ellos sabes de
donde vienes, porqué tu familia es como es… y aprendes más sobre ti
mismo.
¡Que buen plan!
La oportunidad de aprender siempre está al alcance de tu mano. Invita a
tus papás a conocer un museo, al zoológico, al jardín botánico, a la
biblioteca pública o a recorrer los monumentos de tu ciudad o pueblo.
En todos estos lugares encontrarás cosas bellas, interesantes, curiosas y
divertidas. Aprender juntos es un plan excelente para compartir y
reconocer mejor todo lo que ofrece el lugar donde vives.
Guardianes del conocimiento
Las escuelas, las universidades, las bibliotecas, los teatros y los museos son
muy importantes para los países. En esos lugares se aprende, se enseña, se
investiga, se conserva y se transmiten los conocimientos de la humanidad.
La ciencia, la cultura y las artes se encuentran entre los grandes tesoros
con los que podemos contar. Por eso, los gobiernos deben cuidar y
fomentar la creación de sitios como esos. Recuerda el dicho: cuando
compartes dinero, te queda la mitad; cuando compartes comida, te
queda la mitad; pero cuando compartes conocimientos, te queda el
doble… y es muy cierto.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas…
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Aprender a disfrutar
Todos los días aprendemos algo nuevo. En la calle, en los juegos, durante el
recreo, al conversar con la familia o al ver una buena película.
Expresa a través de un dibujo que significa esta idea. Debajo de él, escribe
qué aprendizaje importante has adquirido en la ultima semana y explica
porqué te ha hecho sentir satisfecho.
Aprender de los propios errores
No somos amigos de todo el mundo y seguro que hay niños que hasta te
caen mal.
Escribe en tu cuaderno por qué te caen mal las personas que no te gustan.
¿Eso es fácil, no? Ahora, escribe las cualidades que tienen: son aplicados,
solidarios, simpáticos, buenos deportistas… todos tenemos un lado bueno,
¿o no? De pronto, te das cuenta de que ¡hasta los que te caen mal
pueden llegar a ser tus amigos!
¡Todos a jugar!
Historias de botella
¿Qué podría aprender un lobo de un asno? ¿O una gallina de un águila?
Siéntate en círculo con algunos de tus amigos. Pongan una botella en el
centro y háganla girar hasta que se detenga. La persona a la que señale el
pico de la botella debe inventar una historia divertida en la que un animal
enseña a otro algo importante para su vida. Traten de escoger animales
que conozcan bien, para que puedan inventar situaciones graciosas y las
historias sean creíbles. Al final, entre todos eligen cuál fue el mejor relato de
aprendizaje.
¡De fiesta!
Seguramente eres muy hábil pintando, tocando la guitarra, jugando a las
cartas o practicando algún deporte. Organiza en tu casa una fiesta en la
que tú y tus amigos intercambien lo que saben hacer mejor. Unos enseñan
a otros. Distribuye la tarde de tal manera que haya un rato para aprender
a preparar un plato delicioso, otro para aprender los pasos de un baile de
moda, otro para descubrir trucos de magia o las mejores estrategias en el
fútbol. Vas a ver cómo todos tienen algo que aprender de cada cual…
“Sabio no es aquel que dedica su vida a aprender, sino a enseñar a los
demás”
¡Soy único! Cada uno de nosotros tiene cualidades que forman nuestra
personalidad
No hay nadie igual que tú, ¿te has fijado? Tus hermanos o tus primos
pueden ser parecidos a ti en la cara, la forma de hablar o hasta en que les
gusta la misma música… pero siempre habrá cualidades que los distingan y
los diferencien. Tú tienes características físicas, sentimientos, opiniones,
habilidades, gustos desafíos y hasta miedos y limitaciones que no son sólo
tuyos. A todo este conjunto de cosas que nos definen y nos hacen únicos
entre todo el mundo, lo llamamos personalidad.
Cada uno de nosotros tiene cualidades que forman nuestra personalidad.
Pero te habrás fijado que no todos tus amigos y amigas tienen las mismas
capacidades. A veces puedes sentirte mal porque alguno de tus
compañeritos juega muy bien al fútbol, mucho mejor que tú. A lo mejor
quisieras ser como esa vecina que siempre organiza los juegos y todos
hacen lo que ella dice a veces. Tu compañero o tu vecina tienen esas
cualidades, pero seguramente ellos no son tan buenos para otras cosas
que tú haces: tal vez pintas muy bien, sobresales en atletismo o cantas
súper bonito. Si sientes que tú haces algunas cosas muy bien, y en otros
eres normal y hasta no muy bueno, y no te causa grandes conflictos,
quiere decir que tienes seguridad en tu personalidad.
Esa valoración que hacemos de nosotros mismos: cómo nos vemos, qué
pensamos o cómo nos sentimos “yo con yo”, se llama “autoestima”, es
decir qué tanto nos estimamos y nos queremos a nosotros mismos.
Una hormiga o una flor…
A pesar de mi amista con H, nunca cuestioné su manera de llamarme. Al
comienzo me parecía cariñoso y original. Me llamo Antonia y todos me
llamaban Toni, pero H había decidido llamarme Ant.
Cuando caí en la cuenta de la patraña, fui hasta su casa y al verlo le grité:
¿Qué es esto? Le pregunté, mientras le enseñaba un diccionario de inglés
español.
Es un diccionario dijo. ¿Sabes lo que encontré en la primera página?
Lee zoquete, dice: Ant: Hormiga. ¿Lo sabías, verdad?
Y te burlabas de mí y yo como una idiota celebraba tu originalidad, sin
saber que me estabas tratando como a un bicho. ¡Te odio!
H se echó a reír, mientras repetía la palabra hormiga.
Bien dijo. No es tan descabellado, eres pequeña, delgada e hiperactiva,
pero creo que, si elegiste ese camino, deberás investigar un poco más.
Salí furiosa de la casa de H y pensé que esa sería la última vez que
hablaríamos. Pero, ¿qué quería decir él con investigar un poco más?
A los pocos días, H dejó en mi casa un diccionario grande diciéndome:
Adentro hay algo para ti.
En la página 52 encontré un palo de helado y una mancha de chocolate
sobre la palabra anticuario.
Revisé detenidamente el listado de palabras que aparecían en esta
página: anticipar, anticuado, anticuerpo, antifaz, antipático, antorcha,
anturio… en fin; pero no comprendí el mensaje.
¿Será que H me quiso decir que soy antipática? ¿se le antoja burlarse de
mí? ¿Le parezco tan fea que le sugiere usar un antifaz? Necesitaba
claridad.
Al día siguiente lo detuve en el parque y le dije:
Lo siento, no encontré en el diccionario lo que había para mí.
H tomó el libro, abrió una de sus páginas y señaló con el índice una
palabra:
¿Sabes qué dice aquí? Me dijo.
Anturio leí en voz alta.
¿Sabes qué es?
No
Es una flor rosada muy bella
Ah… respiré aliviada. ¿Quieres decir que soy como una delicada flor
silvest…?
H tapó mi boca con su mano y me dijo:
La Anturio comienza con ant. Quiere decir que tu nombre puede ser una
hormiga o una flor. Tú eliges. Yo sólo espero que siempre elijas la que sea
mejor.
En casa revisé en mi diccionario todas las palabras que iniciaban con ant,
y luego de pasar muchas páginas pensé que amigo debería escribirse con
H.
(Adaptación de un fragmento de la novela Amigo se escribe con H, de María Fernanda Heredia.
Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento?
Amigo se escribe con H, de María Fernanda Heredia. Esta es una obra que
relata con humor y sensibilidad la amistad de María Antonia y H de 10 y 11
años respectivamente. Entre ellos se construye una relación en la que es
disponible hablar de los sueños y de los miedos. Antonia siente temor de no
gustarle lo suficientemente a H y de parecer ignorante frente a él, que dice
palabras novedosas y raras. Por su lado, cuando H se va de viaje, siente
temor de ser olvidado por su abuela y por su amiga Antonia. A las puertas
de la adolescencia, cada uno se encuentra con el desafío de ser quien es
y como aparece ante los demás. La autora es ecuatoriana. Con esta
novela ganó el Premio Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil
Norma Fundalectura 2003.
¿Y TU QUE PIENSAS?
¿Por qué H llama Ant a su amiga?
Por qué la relación que Antonia tiene con H, ¿crees que ella está
segura de su propia imagen, es decir, que está satisfecha de su físico
y de su manera de ser?
¿Qué lección le da H a Antonia?
¿Piensas que es importante tener un buen concepto de ti mismo(a)
para relacionarte con los demás? ¿Por qué?
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es algo así como un termómetro interior o una balanza
activada por nosotros mismos que nos indica que tanto nos queremos, nos
valoramos y nos aceptamos. Es la capacidad de sentirnos orgullosos
cuando hacemos algo bien, de aceptarnos como somos y de
perdonarnos cuando nos equivocamos. Es la fuerza que nos hace seguir
adelante para adaptarnos a los cambios y enfrentar las pruebas que nos
encontramos a lo largo de nuestra vida.
Cuando nos queremos y nos aceptamos, es mucho más fácil querer y
aceptar a los demás.
¡Mucho ojo!
Con lo que NO le gusta a la autoestima
La culpa…
¡Por que no sirve para nada y es muy pesada! Si la embarraste, presenta
disculpas; si fuiste grosero, trata de no hacerlo más. La culpa solo te llena la
cabeza de pensamientos negativos y no lleva a ninguna parte.
Prepotencia…
Porque aquel que reconoce que vale y que se quiere, no se cree más que
los otros: no usa sus fortalezas para abusar ni humillar a los demás.
Vergüenza…
Porque nos impide estar orgullosos de quiénes somos, cómo nos vemos y
de dónde venimos. La vergüenza impide la seguridad.
Sumisión…
Porque quien es sumiso hace las cosas por miedo, no por convicción. No se
valora ni se respeta a sí mismo.
Confianza
Todos cometemos errores, a veces nos portamos mal y otras fracasamos.
Aunque no nos guste y hasta sintamos feo cuando esto sucede, si
entendemos que es una oportunidad para aprender, estaremos haciendo
buen uso de la experiencia. Tú sabes que puedes y que si hoy te fue mal,
mañana te irá mejor porque crees en ti.
Ingredientes para la autoestima
Respeto por uno mismo
Piensa en ti como un ser único, digno de ser amado y respetado. Si te
respetas, valoras tu cuerpo, tus sentimientos y tú intimidad; no permites que
nadie se “pase” contigo para lastimarte, insultarte u obligarte hacer cosas
que piensas que no están bien o te hacen sentir mal. El respeto por uno
mismo es el principio para cuidarse y quererse mucho.
Aceptación
Para aceptarte debes conocerte: ver dentro de ti y encontrar lo que te
gusta y lo que no, lo que quisieras cambiar, lo que te duele, lo que te hace
feliz. Claro que vas a encontrar todo tipo de cosas allá dentro. Unas
bonitas otras no tanto… y tienes que aceptarlo y decir “sí, este(a) soy yo”.
Aceptarse es el principio para que te sientas mejor contigo mismo y corrijas
lo que no te gusta.
Seguridad
A veces te dicen que eres bobo, malo o inútil pero tú NO debes creerlo.
Que te quede claro que la conducta no es la persona. Una cosa es que a
veces no ayudes, no estudies lo suficientes o que a veces no quieras
compartir tus juguetes, pero esto no te hace un ser malo ni horrible. Tú eres
bueno e inteligente: sólo tienes que corregir esas conductas. Si lo entiendes
así, tendrás la seguridad necesaria para aprovechar tus puntos fuertes,
corregirte en lo que no está bien y ¡seguir adelante!
Brillar con luz propia
Cada ser humano es como el sol, es una estrella que lanza su propia luz. A
veces no dejamos que nuestra luz salga y la tenemos como encerrada
dentro de un cofre secreto. Pero cuando abrimos ese cofrecito y dejamos
salir todo lo bueno que tenemos dentro: ¡brillamos! Brillamos cuando
realmente nos sentimos iguales a cualquier otra persona, aunque
reconozcamos que existen diferencias en talento, capacidad, apariencia y
hasta posición económica. Cuando brillamos salen sonrisas, abrazos y
sentimientos cálidos de nuestro interior que contagian y hacen que otros
abran sus cofres secretos y brillen también con su propia luz.
Me quiero y quiero
Quien se quiere a si mismo es sensible a las necesidades de los otros,
respeta las normas de convivencia y reconoce que no tiene derecho a
abusar o a divertirse a costa de los demás.
Soy importante
Ese día Andrea amaneció súper emocionada, salto de la cama, se lavo la
cara y fue corriendo a la cocina. Allí estaban sus papas y hermanos que,
apenas la vieron, empezaron a cantarle “feliz cumpleaños”. Apago sus
velitas y todos la abrazaron con mucho cariño, ¡Andrea estaba feliz! Y no
es para menos, el del cumpleaños es el día más importante del año,
porque ese día festejamos nuestro “aterrizaje” en el mundo. Es un día en
que nos celebramos a nosotros mismos porque estamos alegres de ser
“yo”. Además, ese día nuestra familia y amigos ponen mucho empeño en
recordarnos que nos quieren y que somos especiales.
La jueza insoportable
Lina es una niña que se cree superior a todo el mundo. Siempre tiene algo
que decirle a los demás, pero no cosas chéveres sino frases como “que
torpe eres”, “eres una gorda inmunda”, “eres un perdedor”, “con esas
gafas pareces un monstruo”, “eres el mas cobarde”, “nadie te quiere”. Lina
hace mal diciendo esas cosas que solo hieren a quien las escucha.
Acuérdate que las palabras son muy poderosas: pueden construir o
destruir. Por eso hay que ser muy cuidadosos al utilizarlas… cuando
decimos cosas como las que dice Lina somos crueles y hacemos daño a
los demás.
Las estrellas de la tele
La televisión es muy divertida, pero, ¡mucho ojo con ella! En la tele salen
unas chicas espectaculares que se visten increíbles, tiene el mejor y se ven
perfectas. Esas niñas te parecen tan “divinas” que quieres vestirte,
peinarte, verte y hasta sentirte como ellas porque crees que son ¡lo
máximo! Pero, cuidado: una cosa es admirar a alguien y otra imitar hasta
el ridículo. Muchas niñas dejan hasta de comer con tal de versen flacas
como las de la tele y se enferman de bulimia o anorexia, que son
desordenes alimenticios muy graves. Recuerda que todos tenemos algo
bello, que somos únicos y que el chiste no esta en imitar, sino en encontrar
lo bueno y lo bonito que todos tenemos.
Un abrazo a mi tierra
Nuestro país no es perfecto –ninguno lo es- y tal como sucede con las
personas, eso es lo que lo vuelve interesante y “querible”. Piensa en lo
bueno que tenemos, en los paisajes, los monumentos y en la gente buena,
que es la mayoría y la que trabaja todos los días por sacarlo adelante.
Ningún país resistiría si los malos y los deshonestos fueran la mayoría. Igual
sucede con el mundo: la humanidad es buena y nada debe matar nuestro
cariño y fe en ella, por más que haya cosas que no funcionan como
deberían.
Querer a nuestro país y a nuestro mundo sin perder la esperanza, hace que
la vida fluya en armonía.
Si lo oyes… si lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Muy estimado X…
A veces escribir es el mejor remedio para apagar nuestros sentimientos,
aclarar enojos y desahogarnos.
Escribe una carta a una persona que te haya tratado mal. En ella resalta
tus cualidades, dele que tú no mereces ese trato y sugiérele en qué forma
te hubiera gustado que te expresara su molestia. ¡Ya verás lo bien que te
sientes después de escribirla!
Inventa un cambio
¿Qué faceta de tu personalidad te disgusta? ¿Eres egoísta, malgeniado,
tímido, inseguro…? Imagina que eres el personaje de un cuento. Te
enfrentas a un gran peligro y para salir de él, debes transformar esa faceta
de. ¿Cómo actuarias? ¿Qué harías? ¿Pedirías ayuda? escribe un cuento
de aventuras sobre este tema. Si quieres, puedes ilustrarlo con dibujos e
iluminarlo.
¡Todos a jugar!
¿Te sientes como te ven?
Algunos pintores retratan a sus amigos para rendirles homenaje.
Reúnete con algunos amigos y por medio del “cara y sello”, decidan quien
hace el retrato de quién. Cada pintor debe resaltar a través de un gesto,
un accesorio o un objeto la característica más importante de la
personalidad de su compañero, aquello por lo cual lo admira. Una vez
terminada la obra, los demás deben adivinar cuál es el detalle resaltado. El
“modelo” debe decir cómo se siente con su retrato.
A los bichos también les toca
“Tan miedoso como una gallina”, “terco como una mula”, “tímida como
una mosquita muerta”. Con expresiones como estas podemos lastimar la
autoestima de otras personas ¿Te imaginas lo que dirían la gallina, la mula,
el cerdo o el loro contra estas palabras injustas? Monta una obra cómica
en la que tú y tus amigos representen la defensa que cada animal hace
de sí mismo. Hagan disfraces con papel, lana, icopor, pinturas o con lo
que sea que tengan a la mano. Recuerda que los diálogos deben ser
chistosos y los animales deben defenderse con muchas ganas. ¡Seguro se
divertirán muchísimo!
“Nunca dejes de creer en ti.
Convéncete de tus capacidades.”
Tan buena gente A los superhéroes no les da vergüenza ser buena gente, es lo que les
da fama y lo que hace que los admiremos.
Los superhéroes, como Batman o Superman, no nos llaman la atención
solamente porque tienen ropa rara, mucha fuerza o vuelan. No nos llaman
la atención porque son ¡buena gente! Siempre están ayudando a las
personas, salvando ciudades o defendiendo a los débiles. Actúan con
rapidez cada vez que los llaman. Los superhéroes son lo contrario a los
villanos, que siempre están destruyendo, mintiendo, estafando…
A los superhéroes no les da vergüenza ser buena gente, no sienten que
pierden prestigio por serlo. Al contrario, ser buena gente les da fama y lo
que hace que los queramos y nos interesemos en sus historias.
En la vida real no existen los superpoderes, pero sí la capacidad de hacer
el bien a otras personas, a los animales y a la naturaleza… a esta
capacidad se le denomina bondad. Cuando saludamos a las personas
que encontramos en el camino, le ayudamos a nuestro compañero que
no entiende el ejercicio de las matemáticas o cuando somos capaces de
reconocer las cosas que otros han hecho bien, estamos practicando la
bondad.
Ojo, ser bondadoso no significa que no nos equivoquemos ni tampoco
que, en ocasiones, no podamos ayudar a los demás. Somos limitados, pero
no por eso vamos a dejar de esforzarnos para ser cada día más buena
gente, ¡vale la pena! Así seremos superhéroes de carne y hueso.
¿De qué se trata este cuento?
Sarah, sencilla y alta, de Patricia Maclachlan, relata la llegada de Sandra a
la granja de Jacob y sus dos hijos. El es viudo y escribe a una agencia
matrimonial para conocer a una mujer. Sarah le responde y viaja a pasar
una temporada con ellos. Fuerte y dulce, enseña a nadar a los chicos,
esquila las ovejas, llena la casa de canciones, aprende las labores del
campo y gracias a su delicadeza, todos vuelven a sentir la presencia de
una compañera y de una madre entrañable. Patricia Maclachlan es
estadounidense. Este libro obtuvo la Medalla Newberry en 1986 y fue
llevado al cine.
Una cálida bienvenida
Ya no había flores amarillas, pero las rosas del verano empezaban a abrirse
en el campo. Ese día, nuestros vecinos, Matt y Maggie, vinieron a ayudar a
mi papá a sembrar maíz y a conocer a Sarah, la futura esposa de mi padre
que recién había llegado desde muy lejos.
Lo primero que hizo Maggie al bajarse de su carreta fue vaciar un saco en
la entrada de la casa: de éste salieron tres pollitos rojos, haciendo “pío, pío,
pío” mientras cada uno corría en diferente dirección.
Son para ti le dijo Maggie a Sarah con una gran sonrisa, para que los críen
y después los coman.
A Sarah le encantaron. Les habló, los cargó y les dio granos para que
comieran. Los pollitos la seguían arañando la tierra con delicadeza… y por
la ternura en la cara de Sarah, supe que quizá esos pollitos no terminarían
en una olla.
Mientras papá y su amigo trabajaban en el campo, yo preparaba masa
para galletas en la cocina. Afuera, cerca de la ventana, Sarah y Maggie
cubrían la mesa con un mantel y colocaban una cesta llena de flores en el
centro… y yo las escuchaba conversar.
¿Sientes añoranza, verdad? Le preguntó Maggie a Sarah con su voz suave.
Por toda respuesta, los ojos de Sarah se llenaron de lágrimas. Maggie la
tomó de la mano y le dijo: también yo, algunas veces echo de menos las
montañas de mi pueblo.
Y yo echo de menos el mar del lugar donde nací, a mi hermano William y
mis tres viejas tías, contestó Sarah.
Siempre hay cosas que se extrañan mucho dijo Maggie en donde quiera
que estés.
Mientras ellas conversaban, sentí que el rabo de Nick, mi perro, me rozaba
las piernas. Me arrodillé y le rasqué las orejas:
Yo te extrañaría a ti, Nick murmuré. Cuando me volví a asomar por la
ventana vi como Maggie sacaba una caja de madera de su carreta, se
la entregaba a Sarah y le decía:
Toma, son plantas para tu jardín.
¿Mi jardín? Preguntó Sarah mientras se inclinaba a tocas las plantas.
Sí. Lindas flores: geranios y caléndulas. ¡En donde quiera que estés siempre
debes tener un jardín!
Sarah le sonrío, no sólo con la boca: también con los ojos.
A lo lejos se amontonaban las nubes en el cielo.
Los hombres volvieron del campo y todos comimos bajo la sombra de un
gran árbol. Antes de terminar, Matt propuso un brindis en honor a Sarah:
¡Nos alegra mucho que estés aquí! ¡Salud por Sarah, nuestra nueva amiga!
Cuando nuestros amigos se marcharon, Sarah me preguntó cómo
llamaríamos a los pollos. Sonreí: ahora realmente me convencí de que
jamás los comeríamos. Papá entró en la casa y le entregó a Sarah un ramo
con las primeras rosas del verano. (Adaptación de un fragmento de la novela Sarah, sencilla y alta, de Patricia Maclachlan. Editorial
Noguer)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Por qué Maggie le lleva a Sarah pollos y flores?
¿Qué otra situación expresa la bondad de los personajes de esta
historia?
¿Crees que la bondad consiste solamente en dar regalos a los
demás? ¿Por qué?
¿Cómo podemos retribuir la generosidad que tienen las personas
con nosotros?
¿Qué es la bondad?
Todos los días tienes la posibilidad de ayudar a las personas, de prestarles
un servicio, de tenderles una mano. Cuando aprovechamos todas las
oportunidades que nos da la vida para ayudar, compartir y llevar alegría,
estamos siendo bondadosos. Pero, ¡atención!, la bondad es, ante todo,
acción. Acción que puede ser sencilla o difícil: saludar, estar contento, dar
un abrazo a una persona triste o preocupada, evitar burlarse de los
defectos de los demás, renunciar al racismo y a la discriminación, cuidar el
salón de clase y los muebles de la casa. A veces las personas bondadosas
son consideradas tontas, pero de la bondad a la tontería hay mucho
trecho…
¡Mucho ojo!
Con lo que NO le gusta a la bondad
La maldad…
Obviamente la maldad se opone a la bondad. La maldad destruye a las
personas y a las comunidades.
La hipocresía…
Los actos de bondad que se hacen para que otros hablen de lo bueno o
buena que eres, no tienen sentido.
La exclusión o discriminación…
El bondadoso no excluye a nadie ni selecciona a las personas para obrar
bien.
Benevolencia
Es cuando ves todo lo bueno que ofrece la vida. Lo bueno que tienen las
personas, lo bueno que tiene tu familia, tu país. Es la disposición
permanente de ayudar a quien lo necesite.
Ingredientes para la bondad
Dulzura
Es la capacidad de decir siempre palabras amables, acompañadas de
una sonrisa sincera y un cálido abrazo…
Aun en los momentos más difíciles.
Afecto
Va de la mano con la dulzura. Muestras afecto cuando acompañas los
actos de bondad, de verdadero cariño a la persona a la que ayudas.
Humanidad
Sólo puedes decir que eres bondadoso cuando diriges actos de bondad a
todas las personas, sin importar su raza, color, religión, o forma de pensar.
La bondad se practica con la humanidad.
Caridad
Puedes ayudar a las personas porque “toca” o porque te lo mandan, pero
si eres capas de hacerlo porque te nace de lo más profundo de tu ser,
aunque te critiquen o aunque te quedes sin plata para las onces, por
ejemplo, estás siendo caritativo. La caridad también es ser bondadoso con
los pobres, con los débiles y con los necesitados.
Clemencia
Una persona bondadosa tiene la capacidad de perdonar aun las ofensas
más grandes. Ojo, esto no significa que no te puedas enojar con quien se
portó mal contigo, pero sí hay que desarrollar la capacidad de perdonar y
olvidar, esto es ser clemente.
La bondad trabaja en dos vías
Cuando somos bondadosos, el mundo deja de ser un lugar solitario para
mucha gente. Una sonrisa, unas cuantas palabras y demostrar interés
genuino por los demás les puede componer el día…
¡Y a ti también!
Qué bueno ser bueno
Practicar la bondad es más fácil de lo que muchos creen. Simplemente
tenemos que estar atentos cuando alguien o algo nos necesitan. A este
tipo de conducta les llamamos sensibilidad, que es una atención profunda
y despierta que va más allá de lo obvio y de las palabras.
Ser bondadoso con uno mismo
A veces somos bondadosos con nosotros mismos. Ante un error nos
tratamos de tontos, de torpes, de brutos. Si perdemos una evaluación,
hasta nos juzgamos de incapaces o de vagos. Aprenderemos a ser
bondadosos con los demás siendo bondadosos con nosotros mismos,
perdonando nuestras fallas y reconociendo todo lo bueno que tenemos.
¡Bobito no!
Mucho cuidado con confundir la bondad con ser el bobo de la clase o del
colegio, el que le hace todo a todo el mundo. Esto es ser bondadoso y
además fomenta el abuso y la vagancia. Tampoco es necesariamente
bondadoso el que nunca protesta, el que deja que lo insulten o lo golpeen
sin resistirse o sin denunciar a los agresores. En una comunidad educativa
como la tuya, la bondad debe ser asunto de todos.
Todoterreno
Has notado que en las familias suele haber una persona a la que le toca
hacer todo. Casi siempre es la mamá: hace la comida, sirve la mesa,
recoge los platos, lava, ayuda con las tareas, etc… ah, y la mayoría de las
veces nadie agradece ni reconoce su trabajo y esfuerzo ¿Crees que es
justo? También la persona todo terreno puede ser el papá o uno de los
hijos o hijas. Pilas, la bondad comienza por casa.
Un hogar para todos
En muchos países del mundo, entre ellos Colombia, existen organizaciones
que se dedican a sensibilizar a la gente para ayudar a quienes más lo
necesitan. Así, existen fundaciones que se comprometen a darles hogar,
educación y amor a niños que, por distintas causas, han perdido a sus
padres. Estas fundaciones internacionales funcionan gracias al trabajo de
miles de de voluntarios que regalan sus conocimientos y su tiempo, y al
dinero que gente común y corriente les hace llegar.
Estas organizaciones, como por ejemplo Aldeas Infantiles SOS, se
encuentran en distintos países, devolviéndoles a muchos niños la
posibilidad de tener una vida feliz y con futuro. Un poquito de tiempo, un
poco de dinero y mucha bondad, son los ingredientes necesarios para
solidarizarse con los demás.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Regalos porque sí
Escribe un mensaje sorpresa para un amigo o familiar a quien desees
expresar tu afecto o agradecimiento, puede ser una invitación a cine, a
jugar o a comer en tu casa. Cuándo el mensaje este listo, pásalo a un
papel bonito y acompáñalo con un regalo elaborado por ti. Piensa en el
carácter y los gustos de cada uno. Por ejemplo:
Si es alguien romántico, cópiale un poema.
Si es una persona a quien le encanta cocinar, regálale una receta
sabrosa.
Si es alguien que ama el arte, grábale un casete con música
preferida o hazle un collage.
Un gesto de bondad
Es maravilloso invitar a los amigos a dormir en nuestra casa; hacerlos sentir
cómodos y acogidos como si fueran de nuestra familia. Escribe cómo te
sientes cuando eres hospitalario con alguien: cuando compartes con él tu
habitación, tu mesa, tus juegos.
¡Todos a jugar!
Mímica de buenazos
Las películas y los cuentos están llenos de personajes bondadosos. Juega
con tus amigos a representar alguno de ellos. Divídanse en dos grupos. Un
grupo elige un jugador del equipo contrario; en secreto le dice el nombre
del personaje bondadoso que debe representar con mímica ante su
propio equipo. Los compañeros deben identificar al personaje y decir su
nombre. Si pierden, quien hizo la representación cumple una penitencia
asignada por el otro equipo. El juego se repite por turnos hasta que todos
los miembros de los dos grupos hayan hecho su representación.
Bondad con la naturaleza
Organiza con tu familia una salida al parque. Recojan piedras, tierra y
troncos; pide a tus papás que compren unas plantas.
Con estos elementos y un recipiente transparente formen un terrario.
También podría conseguir unos peces y unas plantas acuáticas, así
tendrán un acuario. Para conservar el terrario o el acuario, cada miembro
de la familia lo cuidara una semana del mes; lo limpiara, regará o dará de
comer a los peces. ¡Cuidar de los seres vivos es un acto de bondad que
refleja responsabilidad!
“creer en la bondad ajena es un testimonio de la bondad propia”
Me siento seguro La confianza nos da la seguridad y cuando nos sentimos seguros el
miedo se aleja, somos más felices y calientes.
Entre todos los sentimientos, hay uno que resulta ser especial porque es
algo así como un abrazo cálido y reconfortante que nos hace sentir muy,
muy bien. El saber que cuentas con tus papás o alguien en particular de tu
familia, hace que te sientas seguro, cuidado y amado en la vida, es decir,
desconfiado.
La confianza es genial porque nos permite bajar la guardia y sentir que las
cosas pueden ir bien. La confianza nos da seguridad, y cuando nos
sentimos seguros, el miedo se aleja, sentimos que podemos hacer muchas
cosas y ocuparnos de nuestras responsabilidades porque confiamos en
que los demás se ocuparán de las suyas.
La confianza se da en dos direcciones, ambas muy importantes para
poder vivir tranquilos y muy felices. Por un lado está la confianza en ti
mismo, que se da cuando conoces tus capacidades, tu personalidad y
también tus límites. Por el otro lado está la confianza en los demás, que es
cuando pensamos bien en los otros y, al conocernos y tratarlos, sabemos
que van a actuar correctamente o a cumplir con lo que les toca.
Confiar en los demás es algo muy bonito porque nos permite estar más
seguros y poner un poquito de nosotros mismos en otras personas. Confiar
es lo que nos permite hacer amigos, conquistar nuevos retos, trabajar en
equipo y disfrutar de la vida sin miedos ni recelos.
Tras el secreto de los pájaros
El muchacho que llegó al palacio del rey Gracián parecía un vagabundo
de los bosques. Su mirada reflejaba árboles distintos, aguas dormidas,
mares de espigas. Se notaba que había tenido en sus manos muchos
pájaros y que había estado en lugares donde era difícil abrirse paso. A su
espalda llevaba una bola de cuero con catorce flautas con las que
imitaba los trinos y gorjeos de muchas especies de aves.
Cuando el rey le contó que había escuchado hablar a un estornino y un
jilguero que decían conocer un secreto que sólo él escucharía, el joven
comentó:
Son pocos los pájaros que hablan. Ellos y sus antepasados vivieron durante
mucho tiempo en un templo oculto en lo profundo de un bosque. También
yo los busco porque sé de su secreto.
¿Tú podrías llevarme allí? Preguntó el rey con esperanzas.
Sí, señor, pero iríamos solos para no asustar a los pájaros. Tomando el
camino adecuado llegaremos en dos noches y dos días.
A media noche, vestido con ropas de mendigo, el Rey se iba como un
fugitivo; dejaría el trono vacío. “¿Estará muy lejos del templo?”, se
preguntó, mientras pensaba en sus frágiles rodillas.
De haberse parado, se habría devuelto. Pero confiaba en el joven. Sus
maneras misteriosas le daban a entender que sabía lo que hacía.
“si conseguimos llegar a ese lugar, disfrutare de uno de los grandes
momentos de mi vida. Será un descubrimiento, un privilegio”.
Y, aunque no tenía muchas esperanzas de que se cumplieran, recordaba
las promesas que le habían hecho los pájaros. La del estornido, por
ejemplo: “si me dejas escapar, dentro de estos días sabrás algo que nunca
olvidarás”.
El Rey sentía que estaba emprendiendo el viaje más importante de su
vida… siguiendo sin recelo al joven. Ir tras su estela nocturna le hacía sentir
amparado.
Pero al oír un ruido leve sobre su espalda, se sobresaltó:
Tanta soledad da miedo.
En estos bosques viven muchos animales. Algunos hacen ruidos, pero no
van a atacarnos.
¿Y si no son animales?
Tampoco hay ladrones, señor.
Aquellas palabras tranquilizaron a Gracián, el joven le inspiraba
confianza…
(Adaptación de un fragmento de la novela El secreto de los pájaros de Joan Manuel Gisbert.
Editorial SM)
¿De qué se trata este cuento?
En El secreto de los pájaros, de Joan Manuel Gisbert, el viejo Rey Gracián
pasa los días escuchando el canto de los pájaros. Por su debilidad ya no
puede recorrer los bosques en busca de bellos trinos. Pero un día todo
cambia cuando recibe la visita de un joven flautista que necesita techo y
comida. Él le revelará al Rey parte del secreto de los pájaros que hablan.
De su mano, el monarca atravesará la espesura del bosque evadiendo las
intrigas de algunos personajes extraños que los persiguen con intensiones
oscuras.
Joan Manuel Gisbert es un autor español de obras para niños y jóvenes. Sus
libros se han traducido a diversas lenguas. Con esta novela ganó el premio
Barco de Vapor, en el año 2000.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Por qué razones el rey confía en el joven?
¿Cuál crees que es el secreto de los pájaros?
¿Cómo cambiará la vida del rey si los pájaros cumplen su promesa?
¿Piensas que para confiar en alguien es necesario conocerlo
mucho? ¿Por qué?
¿Qué es la confianza?
Confiar es creer. Creer en ti mismo y en los demás. Vivir sin confianza
resultaría muy triste y difícil. Quien no cree en si mismo vive enojado, lleno
de miedos e inseguridades porque siente que no puede con nada.
Igualmente, quien no aprende a confiar en las personas se enfrenta a
sentirse siempre solo, a sospechar en todo momento en las buenas
intenciones de los demás… y así nunca podrá ser feliz porque estará
ocupadísimo pensando en cómo y en qué momento lo van a traicionar.
Sólo la confianza nos deja ver la cara buena de nosotros mismos y de
quienes nos rodean.
¡Mucho ojo!
Con lo que NO le gusta a la confianza
Engaño…
Porque entonces la confianza no tiene una base real y, cuando se
descubre la mentira, la confianza se quiebra.
Abuso…
Porque si alguien confía en ti y tú usas esa información para hacerle daño,
con o sin intención, estás haciendo mal uso de la confianza que tuvieron…
Y eso se siente muy feo.
Miedo…
Hay un miedo razonable, que es el que nos alerta del peligro. Pero hay otra
clase de miedo, la inseguridad, que es esa vocecita que te dice que tú no
eres capaz de hacer las cosas, que no puedes, que vas a fracasar: ¡no la
escuches y atrévete!
Ingredientes para la confianza
Sinceridad
Para que exista la confianza debe permanecer la sinceridad. Cuando nos
mostramos tal y como somos, sin mentiras sin máscaras, nos damos a
conocer verdaderamente. Cuando la gente es sincera, resulta confiable
para si misma y para los demás.
Fe
La fe es algo muy bonito porque es creer porque sí, con mucha fuerza,
como en el caso de quienes creen en dios. Pero los papás también tienen
fe en sus hijos y tú debes tener fe en tus papás. Es la confianza en grado
máximo que está mezclada con el amor, es muy fuerte y debemos
considerarla un gran regalo.
Reconocimiento
Para sentir confianza en nosotros mismos, necesitamos recibir el
reconocimiento de los demás, sobre todo de nuestros padres y amigos,
que nos digan: “!lo hiciste muy bien!”, “!tú puedes!”, “sabia que lo
lograrías”. Y nosotros debemos también hacerlo con los otros… cuando
esto sucede, ayudamos a que confíen y se sientan seguros de sí mismos.
Alegría
Cuando tienes una actitud alegre y positiva ante la vida, es más fácil
confiar. El optimista es el que espera lo mejor de quienes lo rodean y de la
vida misma. Aunque no siempre resulta así, es preferible afrontar las cosas
con alegría, en lugar de siempre estar esperando lo peor.
Honestidad
La honestidad es muy parecida a la sinceridad porque incluye la verdad.
Se es honesto cuando los actos coinciden con las palabras, no se engaña
ni se finge lo uno no es: ni siquiera para agradar ni quedar bien.
Ni muy muy, ni tan tan
Confiar no significa que los demás puedan abusar de ti. Cuando alguien te
engaña, te traiciona o se porta mal contigo una y otra vez, debes
protegerte a ti mismo y retirarle tu confianza.
Creo en mí
Quien confía en sí mismo se siente seguro… sabe lo que puede lograr y se
atreve a intentarlo. ¿Tú confías en ti? ¿Sabes cómo puedes lograrlo?
Aprende a estar seguro de lo que eres y de lo que vales: reconoce que
eres capaz. Convéncete de que eres único: no hay nadie igual a ti porque
tú tienes tus propias cualidades.
Siéntete importante: mereces respeto y puedes hacer muchas cosas
buenas para ti y para los demás. Reconoce que eres afortunado porque
estás acompañado: tienes familia y amigos que te quieren… tienes todos
los ingredientes para confiar en ti… y quien confía en sí mismo puede
confiar en los demás.
Cuidado con los excesos
Hay un aspecto de la confianza en sí mismo que es muy importante. A
Juan le pasó que, como había tomado un pequeño curso de natación, se
sintió excesivamente confiado y, en un paseo, decidió nadar en un rio
hondo y caudaloso. Después de unos minutos se sintió muy cansado y no
podía flotar más. Afortunadamente, su tío se dio cuenta y lo sacó del rio
antes de que algo le pasara. Por más que confiemos en nuestras
habilidades, debemos aplicar la prudencia para no ponernos en peligro
por exceso de confianza.
Abuso de confianza
Mariana fue a visitar a su amiga Carolina. Ella no estaba y su mamá le dijo
que podía esperarla en su cuarto mientras regresaba. Para entretenerse
Mariana se puso a esculcar las cosas de Carolina: abrió sus cajones, se
probó sus collares y pulseras, se comió unos chocolates que estaban sobre
la mesa de noche y hasta se puso el saco favorito de su amiga. Cuando
Carolina llegó, vio a Mariana entretenidísima leyendo su diario. Mariana se
enojó muchísimo y le dijo que lo que estaba haciendo era un abuso.
Carolina respondió que cuál era el problema, ¿acaso no eran amigas?
¿Crees que uno puede hacer lo que quiera con sus amigos?
Nos expresamos libremente
En casa de Nicolás se respira un ambiente de confianza.
¿Cómo funciona eso? Pues todos en la familia se expresan sincera y
libremente; todos dicen, respetuosamente, lo que sienten y lo que piensan;
tampoco hay temas prohibidos. Claro que no siempre están de acuerdo,
pero no hay ningún problema porque las diferencias de opinión
enriquecen a la familia y permiten a todos sus miembros conocerse mejor.
Un ambiente de confianza en el hogar nos trae seguridad y tranquilidad.
La corrupción genera desconfianza
Seguramente, has oído hablar de algo muy feo que se llama corrupción.
La corrupción existe en todos los niveles y en todos los países, pero lo que
más desconcierta a los ciudadanos es que ésta se da en el gobierno.
Cuando nos enteramos de que algunos políticos abusan de su cargo y
roban o hacen fraudes, la gente pierde la confianza de ellos porque
hacen mal uso del poder que se les dio o del dinero de los impuestos que
todos pagamos. Para que los gobiernos sean exitosos, no deben traicionar
la confianza de sus ciudadanos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Entre cómplices
¡Qué alivio sentimos cuando podemos confiar en alguien que nos acoge y
nos comprende! Seguramente te has sentido así más de una vez. Haz una
historieta sobre una situación reconfortante que hayas vivido con una
persona en quien confías plenamente.
Cómo sacar la pata
Quizá te han contado algún secreto que debes guardar.
Pero, ¡uy!... de pronto te da la tentación de revelarlo. Describe, por medio
de un ejemplo, ¿Qué podría ocurrir?, ¿cómo se sentiría la persona que te lo
confió?, ¿qué harías para enmendar el error?
¡Todos a jugar!
¡Este avión no tiene piloto!
Qué bueno es despertar la confianza en los demás.
Y qué satisfactorio es estar seguros de que no los vamos a defraudar.
Invita a unos amigos a poner a prueba la confianza que se tienen entre
todos. Los jugadores se reúnen por parejas; uno de ellos se hace de avión y
el otro de piloto. El que hace de avión debe vendarse los ojos con un
pañuelo. El que hace de piloto conducirá el avión a distancia, desde la
línea de salida hasta llegar a la meta. Cada pareja tendrá un código
secreto, que deberá acordar antes de la salida. Por ejemplo:
Rojo: detenerse, verde: adelante, azul: a la derecha, blanco: a la
izquierda.
Gana el primero que llega a la meta.
Armando palabras
En este juego no se utilizan algunas letras prohibidas. Un jugador dice una
frase sobre la confianza, por ejemplo “una persona discreta es confiable”.
A continuación dice: “sin la letra s”. Los demás jugadores deben construir
una frase con el mismo significado sin utilizar o utilizando al mínimo la letra
elegida por su compañero. Gana quien consigue mantener el sentido de
la frase inicial sin utilizar la letra prohibida.
“la confianza en ti mismo es el primer secreto del éxito”
Todos para todo Una persona considerada es aquella que piensa en los demás
Tomás se enfadó mucho con sus padres porque lo llevaron al circo y justo
ese día, el equilibrista que cruzaba la cuerda floja se cayó en el suelo. Es
necesario precisar que el equilibrista sostenía cuatro cubos de madera en
la cabeza; una varita de aluminio por encima de los cubos y en cuyos
extremos giraban unos aros; iba haciendo malabares con seis pelotas de
colores y, además, ¡estaba montado en un monociclo!
Al llegar a la casa, la mamá le dijo a Tomás que tratara de hacer, al
menos, la mitad de lo que el equilibrista intentaba hacer al tiempo. El niño
lo pensó un buen rato, al cabo del cual su mamá aceptó que tenía razón,
realmente era muy difícil.
Una persona considerada es aquella que piensa en los demás, en el
esfuerzo grande o pequeño que significa para ellos realizar un trabajo o
que respeta los que los otros pueden estar sintiendo ante distintas
situaciones.
Considerado es quien valora los demás y aprecia lo que hacen y sienten.
El criticón no piensa porque una persona actuó de tal o cual forma,
simplemente la juzga; tampoco se pone a pensar si él podría hacer las
cosas de una mejor manera. El criticón no es considerado.
Una persona considerada se pregunta: ¿Qué le pasaría? ¿Por qué habrá
obrado así? ¿Tendrá algún problema? ¿Cómo habría hecho yo eso? ¿Le
puedo ayudar?
Una compañía muy especial
Cuando el ama de llaves llegó del mercado con una gata pequeña a la
casa de su amo, el pintor, este se molestó porque esperaba que ella
apareciera con un pescado ordinario y algo de arroz.
¿Estás loca?, dijo la mujer. Nos estamos muriendo de hambre y se te ocurre
traer un demonio para que comparta con nosotros lo poco que tenemos.
Pero, tal vez somos tan infelices que sería bueno que un demonio nos
llevara por los tejados entre sus fauces.
¡Amo, también hay muchos gatos buenos!, exclamó ella en medio del
llanto. Tal vez se convierta en una grata compañía.
El artista la miró. ¿Por qué habría de enfadarse, si ya antes habría sufrido
hambre?
Bien, bien. Será de buena suerte tener un demonio en casa. A lo mejor se
las arregla para que tengamos comida. Veamos el bicho.
Al abrir la canasta, una gatita blanca saltó sobre las esteras y se quedó
quieta.
¡Oh! Es un gato de tres colores. Traen buena suerte, dijo el hombre.
Apenas la gata lo oyó, se le acercó e inclinó la cabeza como si lo estuviera
saludando.
El artista olvidó el hambre.
Al otro día, cuando el ama de llaves sirvió a su amo un tazón de sopa de
pescado, la gata no se le acercó, a pesar de que los bigotes le templaban
del hambre.
Ha sido bien educada, comentó el artista. Por favor, cuando me traigas el
arroz, trae un tazón para ella. Vamos a alimentarla.
Cuando llegó el tazón, la llamó cortésmente. Pausadamente, la gata vino
a sentarse al lado de su amo. Tuvo cuidado de no comer
apresuradamente y de no ensuciarse. Aunque tenía mucha hambre, la
gata sólo comió la mitad del arroz. Parecía que guardara el resto para el
día siguiente, y deseara molestar lo menos posible.
Y así pasaban los días. La mujer atendiendo a su amo y éste pintando
bellos cuadros que nadie compraba.
La gata se daba cuenta de que no podía ayudar a ninguno de los dos.
Entonces se sentaba al sol en silencio, comía poco y miraba durante horas
la imagen e Buda que reposaba sobre el suelo…
Le está rezando al iluminado, dijo el ama de llaves.
Está atrapando moscas, dijo el artista. Estás dispuesta a creer cualquier
maravilla de tu gata manchada.
Lejos estaba él de imaginar que, efectivamente, el animal traería consigo
un milagro…
(Adaptación de un fragmento de la novela la gata que se fue para el cielo, de Elizabeth
Coatsworth. Editorial Norma)
¿De qué se trata este cuento?
La gata se fue para el cielo, de Elizabeth Coatsworth, un artista japonés
comparte su pobreza con su ama de llaves.
Cuando esta lleva una gata a la casa, el destino del pintor comienza a
cambiar. En medio de la bondad y la compañía que se prodigan los tres
personajes, el pintor ha sido elegido para crear un cuadro de Buda.
Dispuesto a hacer una obra digna, el pintor se dedica a pintar recordando
la vida de Buda. En la pintura van apareciendo diversos animales, excepto
el gato que había sido excluido del paraíso. Cuando el pintor se da
cuenta, siente compasión de su gatita y la representa en el cuadro. Este es
un acto de amor que tendrá una retribución especial. La autora,
norteamericana, ganó la Medalla Newberry en 1931.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Cómo interpretas el gesto del pintor de alimentar a la gata?
¿Qué crees que representan el silencio y la descripción del animal?
¿Crees que para ser considerado necesitas desprenderte de ti
mismo? ¿Por qué?
¿En qué situación de tu vida esperarías que los adultos fueran
considerados contigo?
¿Qué es la
Consideración?
Muchas veces esperamos que nos entiendan, que nos toleren, que nos lo
den todo; pero nosotros mismos no entendemos, no toleramos o no damos
lo suficiente. La consideración implica comprender, valorar y apreciar a los
demás, saber que si obran de una u otra manera tiene una razón y que
ésta tiene validez, al menos para ellos. Sin embargo, la consideración no se
hace sólo con la mente, también implica una acción de nuestra parte.
¡Mucho ojo!
Con lo que NO le gusta a la confianza
Indiferencia…
Porque esto es ignorar a las personas y sus necesidades.
Intolerancia…
Porque te hace creer que eres superior a las demás personas.
Critica destructiva…
Porque no ayuda a mejorar lo que no está funcionando bien.
Reflexión
Reflexionar es lo contrario a precipitarnos para sacar conclusiones. Es
cuando nos esforzamos por hacer un examen atento sobre un hecho o
una persona antes de lanzar un juicio o una crítica.
Aprecio
Si partimos del aprecio hacia todas las personas, podremos obrar de
manera considerada. Cuando no apreciamos ni valoramos a las personas,
aun sus mejores acciones van a ser duramente criticadas y juzgadas.
Ingredientes para la consideración
Cortesía
Una persona considerada siempre trata a los demás de manera amable,
afectuosa y cortés. Quien es cortés trata a los otros como le gusta que lo
traten.
Respeto
Considerar es respetar. Todas las personas merecen respeto, aunque estén
equivocadas, sean mayores o jóvenes, pobres o ricas.
Tener en cuenta
Las personas que nos rodean siempre tienen algo valioso que decir y que
aportar. Un acto de consideración es escuchar y tener en cuenta lo que
las personas dicen. ¿Alguna vez te han ignorado? ¿Cómo te has sentido?
Solidaridad
La consideración solo es real cuando se convierte en acción solidaria.
Ayudar a los demás es el acto de consideración por excelencia.
Creo en mí
Antes de realizar alguna acción o de pintar sobre algo, es necesario
pensar. Imagina que un amigo que quedó de salir al parque contigo, te
llama justo antes de la hora de la cita y te dice que ya no puede salir.
Antes de enfadarte o de pensar que tu amigo es incumplido o
irresponsable, piensa en todas las posibilidades buenas y válidas que tuvo
para hacerlo: por ejemplo, quizá su mamá le pidió un favor, está triste o
enfermo o quiere ayudarle a su hermana a hacer un trabajo. Luego,
pregunta y, finalmente, disculpa a tu amigo de corazón.
Entonces sabrás que eres considerado.
De buen modo
La consideración no te impide hacer una crítica seria y honesta de las
acciones incorrectas de las personas.
Echemos una manita
Si tu papá está atareado con un trabajo que tiene que presentarle a tu
jefe, sería terriblemente desconsiderado de parte tuya poner la televisión o
la música a todo volumen o discutir a grito entero con tus hermanos o con
tu mamá. La consideración y la solidaridad van de la mano y el mejor lugar
para ponerlas en práctica es en la casa.
Los perfectos
En todos los colegios se encuentran niños, niñas y jóvenes que son objeto
de burla. Entre ellos tenemos a los gorditos, los de gafas, los bajitos, los
altos, los tartamudos, los zurdos… pareciera que hay una raza de niños
“perfectos” que tienen licencia para reírse de las características personales
de los demás. Estos “perfectos”, obviamente, no son personas
consideradas. Para ser considerado es necesario reconocer que todos
somos diferentes y que las características originales de todas las personas
son las que le dan vida y alegría a la sociedad.
La Criticadera
Cuando tienes una actitud alegre y positiva de la vida, es más fácil confiar.
El optimista es el que espera lo mejor de quienes los rodean y de la vida
misma.
Aunque no siempre resulta así, es preferible afrontar las cosas con alegría,
en el lugar de siempre estar esperando lo peor.
Ventana al mundo
Explorar al mundo es un camino para volvernos más considerados. Muchos
programas de televisión, libros y enciclopedias traen el mundo a nuestra
casa.
De esta manera podemos conocer la forma como cada cultura enfrenta
sus problemas, celebra sus fiestas, se relaciona con los demás.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Recomendando a otros
A Juan Manuel se le dificulta hablar en público. Hoy, en la clase de
ciencias, no pudo exponer su trabajo sobre los reptiles. Sentía nervios, le
sudaban las manos y sus palabras salían entrecortadas. Mario y Diana se
rieron de él todo el tiempo. Escribe que hubieran podido hacer los
compañeros de Juan Manuel, si hubieran más considerados con él.
Proponles algunas ideas al respecto.
Hay tiempo para todo
Planea con tus padres y hermanos una redistribución de tareas en la casa,
para que todos ayuden a manera bonita y, a la vez, dedicarse hacer lo
que más les gusta.
En un cuadro de labores, escribe lo que decidieron: ¿Quién hará qué y
cuándo?
¡Todos a jugar!
Inventa acrósticos
Escribe en forma vertical el nombre de una persona a la que le quieras
apoyar porque está pasando por un momento difícil.
Piensa palabras amables que hablen de sus cualidades, como indica el
ejemplo. Acompaña el acróstico con un dibujo y entrégaselo a tu amigo
(a). Le caerán muy bien tus palabras.
A dibujar situaciones
Organiza dos equipos de jugadores. Un equipo escoge en secreto dos
personajes de diferentes características: un duende y un anciano; una
jirafa y un astronauta, por ejemplo.
El participante del otro equipo, encargado de dibujar, se acercará al
primer grupo para que le digan al oído los personajes sobre los que debe
dibujar. Al regresar con su equipo, el dibujante representa una escena en
la que uno de los personajes exprese consideración con el otro. Sus
compañeros deben relatar lo que ocurre en la escena. Si la situación se
descifra en un minuto, el grupo se anota un punto y elige otra para que la
adivine el quipo rival. Si no se descifra, el primer equipo repite el turno.
“Deja de reclamar como un derecho lo que puedes pedir como un favor”
Sin prisa pero sin pausa Gracias a la constancia, obtenemos la fuerza y el entusiasmo para
alcanzar lo que soñamos
Imagina que existe un país llamado “Noacabado”. Ahí todo está sin
terminar: una torre que sería la más linda y la más alta del mundo se quedó
solo en el segundo piso, la iglesia simplemente alcanzó a ser una bodega
sin techo, los niños cursan hasta la mitad de primer grado, la comida
nunca acaba de cocinarse, los chistes se cuentan a la mitad, los libros
tienen portada pero no páginas… ¿crees que ese país puede ser
agradable para vivir? ¿Cómo crees que es la gente que lo habita? Que
poco se esfuerzan para que salga bien lo que han comenzado. A estas
personas les hace falta constancia.
Gracias a la constancia, obtenemos la fuerza y el entusiasmo para terminar
lo iniciado, para alcanzar lo que soñamos. El ciclista llega a la meta por
que es constante en el entrenamiento y en la competencia. El estudiante
que alcanza los logros y aprueba el año trabajó con empeño para
conseguirlo, dando lo mejor de si cada día. Sin constancia no son posibles
el éxito ni el progreso.
El sol es un ejemplo de constancia: diariamente madruga, sale, da luz y
calor. Si el día está estupendo, ahí tienes el sol; pero el sigue ahí, constante,
sin falta.
El sol persona constante es la que siempre es aplicada en su tarea:
Constante en el trabajo, en la amistad, en la solidaridad, en la alegría…
Una rueda para las cigüeñas
Te estábamos esperando, dijo Eelka a Lina. ¿Has pensado lo que les pasará
a las cigüeñas con este temporal?
Ya lo sé. ¡Es horroroso!
Si nuestros padres nos ayudaran a subir para colocar una rueda sobre el
tejado de la escuela, cualquier cigüeña podría llegar y anidar en ella
cuando pase la borrasca. Sólo así regresarán para volver a alegrar nuestro
pueblo con sus nidos, y después con sus bebés.
Pero los padres están agotados después de luchar contra el mar toda la
noche. Ahora sólo quieren descansar.
¿Y si insistimos dándoles razones y machacando hasta que accedan?, dijo
Eelka. Gruñirán un poco, se burlarán, pero acabarán haciendo lo que
queremos. ¡Las cigüeñas vienen desde África y necesitan sitios para
descansar y anidar! Si ya no hay árboles ni chimeneas, las ruedas en los
tejados son la única opción para que construyan sus nidos. Además, si no
tienen dónde parar, caerán al mar en medio de la tormenta mientras
encuentran donde hacerlo.
Sin embargo al llegar a la escuela, todos los demás chicos contaron que
sus padres se negaban a prestarles atención.
Vamos, ¿por eso se enfadan?, dijo el maestro. Sus padres son razonables.
Uno no puede desafiar una tempestad… ¡miren que no es posible
atravesar un muro con la cabeza! Sus padres harán lo que les piden
cuando el tiempo lo permita. Es natural que estén impacientes, pero la
rueda puede esperar. Las cigüeñas también esperarán a que pase el
temporal. Seamos tan prudentes como ellas.
Cuando el maestro comenzó la clase, se escucharon murmullos que
venían de afuera.
¡Nuestros papás!, gritó Lina.
Es un disparate iba diciendo uno de ellos primero los chicos, luego las
madres. Todos piensan únicamente en las condenadas cigüeñas y en la
famosa rueda de carro. ¡Para no sufrir más hemos decidido subirla al
tejado!
La clase entera reía de lo lindo. Los hombres bromeaban. Pondrían la
rueda a pesar de la tormenta y lo hacían con gusto. Utilizando todas sus
fuerzas contra el aguacero que se descolgaba en ese momento, los
pescadores se dieron a la tarea de preparar la subida al tejado de la
escuela. Entonces dispusieron escaleras, maderas y cuerdas… Los niños
lograron su objetivo: con buenas razones y mucho tesón, no se dieron por
vencidos hasta convencer a los adultos de que la rueda era importante
para que las cigüeñas regresaran a anidar al pueblo.
(Adaptación de un fragmento de la novela una rueda en el tejado, de Meindert De Jong. Editorial
Noguer)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Qué piensas de la actitud que tomaron los niños para presionar a
sus padres?
¿Por qué los padres deciden ayudarlos con la rueda?
¿Qué razones usaron los niños para convencer a los adultos?
¿Por qué es importante que las cigüeñas tengan dónde anidar?
¿De qué se trata este cuento?
Una rueda en el tejado, de Meindert De Jong. Shora es un pueblo de
pescadores al que nunca volvieron las cigüeñas. Quizá porque hay pocos
árboles, los techos de las casas son puntiagudos o porque la gente ya no
pone ruedas en los tejados para que las aves aniden. A nadie parece
importante, excepto a Lina, quien convence a sus amigos de buscar una
rueda que sirva para atraer a las cigüeñas al tejado de la escuela. Los
chicos enloquecen a los adultos a fuerza de persistencia, hasta lograr su
apoyo para repoblar de aves el lugar. De Jong es un autor holandés
galardonado con el Premio Hans Christian Andersen por el conjunto de su
obra para jóvenes.
¿Qué es la constancia
Muchos admiran a Juan Pablo Montoya por sus triunfos en el
automovilismo. Algunos hasta quieren ser como él. Pero, quizá no saben
que detrás de cada carrera hay largas jornadas de trabajo: madrugadas,
trasnochadas, reuniones con el equipo, planeación de la estrategia….
Constancia. También son constantes los artistas, los inventores o los
científicos. La constancia nos permite ser pacientes y perseverantes.
Gracias a la constancia podemos alcanzar metas cortas o sueños grandes
y ambiciosos.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la constancia
Informalidad…
Porque la constancia implica planeación y organización.
Debilidad…
Porque te lleva a abandonar tus metas ante el primer obstáculo que
encuentres
Pereza…
Porque esta no deja avanzar en nada ¡Con pereza no podemos ni
empezar nuevos proyectos!
Desilusión…
La tristeza o rabia que te causa no lograr lo que te propones no debe ser
un obstáculo para seguir intentando.
Paciencia
Es la capacidad de no rendirnos ante los obstáculos que siempre
encontramos en la vida. No todo es fácil ni lo que nos proponemos se
alcanza al primer intento. Debemos tener paciencia para intentarlo una y
otra vez, entender que todo lo que vale la pena lleva su tiempo.
Ingredientes para la constancia
Tenacidad
Es el esfuerzo constante que debemos realizar para alcanzar nuestras
metas.
La lucha noble y leal es garantía de éxito en lo que nos proponemos. A
veces hay que entrenar mucho para jugar bien al futbol o estudiar horas
extras para dominar un tema… cuando todo nos sale bien, nos damos
cuenta de que vale la pena esforzarse.
Firmeza
Si cambiamos permanentemente de opinión o empezamos muchas cosas
y no terminamos ninguna, difícilmente vamos a alcanzar nuestras metas.
Sin llegar a la terquedad, es necesario ser firme en la forma de pensar y de
obrar para alcanzar los fines que nos hemos propuesto.
Lealtad
La lealtad es la firmeza con la que nos apegamos a lo que creemos,
pensamos, perseguimos o a quienes queremos. Pero recuerda que sólo
vale ser leal a todo aquello que garantice nuestro bienestar y el de las
personas que nos rodean. Muchas personas han sido constantes en destruir
a los demás o en destruir el entorno: ¡a este tipo de constantes no los
necesitamos!
La constancia también nos permite conservar a nuestros amigos, ser
buenos miembros de familia y colaborar en la construcción de nuestra
sociedad.
Llegar a la meta
Cuando eres constante, te sientes poderoso ante si mismo. Piensa en lo
genial que es trabajar para alcanzar una meta que te has propuesto,
aunque te tropieces o te canses. A esa energía que nos impulsa a seguir se
llama voluntad… y en serio, la voluntad mueve montañas. Antes de
abandonar un proyecto, esfuérzate al máximo por alcanzarlo. Alcances o
no la meta, el esfuerzo te dará una gran satisfacción.
¿Constancia o terquedad?
Hemos visto lo importante que es la constancia. Sin embargo, hay que
estar muy atentos para no confundir el deseo de alcanzar nuestras metas
con la terquedad, la inflexibilidad, que es cuando te apegas ciegamente
a algo, y la obsesión, que es cuando no hay espacio en tu vida para nada
más.
Recuerda que todos los extremos son malos.
La niña que guardó sus pinturas
A tita le encantaba dibujar, se pasaba las horas viendo libros con hermosas
pinturas, pero cuando ella intentaba hacer las suyas, no le salían. Así que
se desesperó y no volvió a dibujar. Un día le preguntaron que porque no
dibujaba más y ella dijo que porque ya no le gustaba. ¿Qué lástima, no?
Tita no supo apreciar su talento por compararse injustamente con grandes
artistas ni se esforzó por seguir dibujando hasta obtener mejores resultados.
Abandonó su pasatiempo favorito porque no era fácil.
Proyecto familiar
Estos eran dos hermanos que les pidieron a sus papás ¡un columpio! Al
principio se negaron porque no tenían el dinero para comprarlo. Sin
embargo, se les ocurrió una idea excelente: toda la familia trabajaría los
fines de semana para construir el columpio. Así, la mamá diseñó el
columpio, el papá cortó las tablas, entre todos lo armaron y los niños lo
pintaron de sus colores favoritos. ¡Al cabo de un mes el columpio estaba
listo! Todos trabajaron en equipo y se esforzaron por lograr una meta en
común.
No rendirse
Algunas personas se desaniman porque mientras ellas se esfuerzan
constantemente por obrar bien, por ser amables y honestas, otras
engañan, mienten, abusan o hasta roban. A veces el desanimo lleva a
asumir conductas negativas. Porque desgraciadamente lo negativo se
contagia más fácilmente que lo positivo. En nuestro país hace falta una
gran dosis de constancia para no rendirnos a la hora de obrar bien.
Aunque otros asuman conductas que van en contra de la sociedad, es
necesario ser constantes en la vivencia de valores personales y sociales
tales como la lealtad, la verdad, la solidaridad y el servicio.
La no violencia
Es impresionante todo lo que la constancia puede lograr. Había una vez un
señor flaco y bajito, de apellido Gandhi. Él quería que su tierra, la India,
dejara de ser propiedad de los ingleses para construirse en un país
independiente. Gandhi tomó el mejor y el más difícil de los caminos: el de
la no violencia. Logró convencer a millones de hindúes de llevar a cabo
actos pacíficos como las marchas y grandes huelgas para lograr la
independencia. Ante la violencia inglesa los hindúes resistían pacifica, pero
firmemente.
Por más que muchos intentaban convencer a Ghandi de tomar las armas,
él nunca desistió. Esta forma tan inteligente de luchar y persistir le ganó la
simpatía y el respaldo de muchos países del mundo. El método de Ghandi
resultó muy efectivo: la India declaró su independencia en 1948.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
A inventar un poco
Según un dicho popular, la constancia vence lo que la dicha no alcanza.
Hay otro que dice: Más vale paso que dure y no trote que alcance…
Mmmm… ¿Qué querrá decir todo esto? Representa en una caricatura el
significado de estos mensajes.
A pensar otro tanto
¿Crees que cuando nos fijamos un objetivo necesitamos de una buena
dosis de terquedad para alcanzarlo? ¿La terquedad es lo mismo que la
confianza? Piensa un poco porque vale la pena aclararlo: escribe las
diferencias entre una persona constante y una terca.
¡Todos a jugar!
Con tino y buen gusto
Nada pone tanto a prueba nuestra constancia y nuestro tesón, como una
labor manual.
Diseña un mosaico para decorar un rincón de tu habitación. Necesitarás
una base de madera, piedritas de colores, pequeños trozos de vidrio o
papel cortado en cuadros, pegante, un lápiz, una hoja de papel y unas
pinzas. Haz un dibujo sobre la hoja de papel, recórtalo por el borde y
pégalo en la tabla. Con las pinzas toma una de las piedras, vidrios o
papeles y pégalos sobre las distintas áreas del dibujo, realzando su forma.
Pon una argolla detrás de la tabla y cuelga tu obra. Para que sea más
divertido, hazlo en equipo: pídele a alguno de tus hermanos o un amigo
que te ayude, y luego tú le ayudas a hacer el mosaico para su cuarto.
Uno de piratas
En este juego todos demostraran su persistencia. Toma un puñado de
cartas de naipes, entre las que haya sólo un As.
Utiliza tantas cartas como jugadores. A quien le salga el As, será el pirata y
deberá apoderarse de cada uno de los tesoros, es decir, de sus
compañeros de juego. Para lograrlo, el pirata debe guiñarle el ojo a uno
de los compañeros, pero cuidando de que los otros no lo pillen. El que
recibe el guiño del pirata dice: ¡me robaron! El juego continuo y los demás
deben tratar de identificar al pirata. Si lo descubren, pierde; si no, sigue
robando tesoros.
Gana el pirata que se lleve todos los tesoros sin que lo descubran.
“la constancia es la virtud por la que todas las cosas dan su futuro”
Juntos es mejor
Cuando hemos aprendido a compartir nuestro tiempo, espacio y
talento con los demás, la convivencia se vuelve posible.
Imagina que estudias en un colegio donde no tienes compañeros ni
profesores, sales en la tarde y llegas a tu casa donde no hay nadie. Vas a
jugar al parque solitario del barrio.
Comes solo. Finalmente, vas a la cama sabiendo que no hay
absolutamente nadie en tu casa. A lo mejor al comienzo es divertido, quizá
por unas horas, máximo por un par de días, pero luego, estar solo se hace
insoportable, ¿no te parece? Siempre hacen falta los demás para charlar,
para jugar, para hacer travesuras y hasta pelear. Si no hay otras personas
no hay familia, ni amigos, ni curso, ni colegio, ni fiesta de cumpleaños, ni
bromas…
Estar con otras personas es una dicha, pero también es un arte. El arte
mediante el cual aprendemos a compartir nuestro tiempo, nuestro espacio
y nuestro talento con los demás se llama convivir. Es un arte porque no es
fácil y requiere de mucho ejercicio para aprenderlo y dominarlo. Hay
muchos espacios para convivir, entre ellos tenemos la casa, el colegio, los
grupos y la ciudad.
Gracias a la convivencia podemos alcanzar aun las metas más difíciles.
Ahora vuelve a imaginar tu colegio lleno de niños y de niñas, el regreso a tu
casa con la presencia de tu mamá que te espera con los brazos abiertos,
el parque lleno de niños y de niñas riendo a carcajadas… ¿verdad que es
mejor estar juntos?
Una familia muy particular
Ninguno de los habitantes del barrio había pasado un solo día con los
residentes de la casa número 5. Los Mennyn tenían sus buenas razones
para apartarse de todos. No era que se sintieran superiores. Sencillamente,
no se atrevían a mezclarse con extraños.
No eran humanos, esa es la razón… al menos, no era el sentido más normal
de la palabra. No eran de carne y hueso. Era pura y simplemente una
familia entera de encantadores muñecos de trapo de tamaño natural.
Vivian, caminaban, hablaban y respiraban, pero estaban hechos de tela y
algodón y sonido a sus voces.
Vivían en la casa de su creadora, una modista vieja, había dejado al morir.
Nadie del barrio se quejó de que permaneciera vacía. Viñeta limpiaba los
cristales y lavaba las cortinas. Joshua y los gemelos se encargaban del
jardín. De diversos modos, todos ellos se las arreglaban para ganar dinero
para pagar las facturas y comprar de vez en cuando alguna cosilla. Como
eran de trapo, no necesitaban comer, aunque les hacía bien la
calefacción para estar calientitos y secos.
Pronto se dieron cuenta de que necesitarían una estrategia para sobrevivir
en el mundo. Su primera ley consistió en mantener el mínimo contacto con
los humanos. Cuando salían a la calle iban a toda prisa, escondidos dentro
de las ropas y sombreros con alas o bajo un gran paraguas.
Usaban el teléfono y abrieron una cuenta bancaria sin ir a un banco y
descubrieron un agente al que podían pagar el alquiler.
Todo esto supuso un cierto ejercicio de fingimiento.
A lo largo de los años, se habían convertido en un eficaz grupo familia,
capaz de enfrentarse casi a cualquier cosa. Jugaban a vivir y cada uno
desarrollaba sus propios talentos. Sir Magnus escribía artículos que vendía
por correo a los periódicos. Appleby iba a la oficina de correos a comprar
estampillas o entregar las cartas sin levantar la cabeza. Joshua ganaba un
sueldo pequeño realizando trabajos en los que pasaba inadvertido. Viñeta
aprendió a coser… pero todo este mundo encantado se hallaba en
peligro.
Durante 40 años, habían ido y venido a escondidas por el barrio, sin que
nadie los notara. Pero, como señalara Sir Magnus, uno no puede sentarse
en la misma habitación que un hombre sin darse cuenta de que es de
carne y hueso; mientras que éste, a su vez, vería al otro lado de la mesa
una cara de tela con ojos de botón y se quedaría horrorizado.
(Adaptación de un fragmento de la novela la extraña familia Mennyn, de Sylvia Waugh. Editorial
Alfaguara)
¿De qué se trata este cuento?
En la novela la extraña familia Mennyn, los miembros de una familia de
muñecos de trapo vive y sienten como seres humanos e inventan un
mundo en el que simulan convivir normalmente con la gente del barrio.
Hasta que el anuncio de una visita pone en peligro el secreto que han
guardado por más de 40 años. Al tratar de evadir al visitante, los muñecos
revelan su carácter y se confrontan entre ellos. El Mennyn azul es
respetuoso; Joshua el padre conformista; viñeta, la madre, ordenada;
Magnus el abuelo sabio y cascarrabias; Appley, la adolecente, cuestiona
el habito de simulación de su familia y a través de ella se plantea hasta
que punto la cotidianidad y las relaciones con los otros se alimentan de
mentiras.
Silvia Waugh es inglesa y con esta novela ganó en 1994 el premio The
Guardián.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué evento podría entorpecer la vida
familiar de los Mennym?
¿Crees que ellos son felices sin interactuar
con los demás habitantes de barrio? ¿Por qué?
Qué puede ocurrir a las personas que
conviven con otras simulando una vida de mentiras?
¿Cómo crees que era la convivencia
entre los muñecos? ¿Por qué?
¿Qué es convivir?
Fíjate en la palabra convivir. Si la divides en dos partes, te queda así: con-
vivir; y si le das vuelta te queda: vivir-con… y eso es convivir, es vivir con
otros, pero no de cualquier manera, convivir significa estar en compañía
de otros en armonía. Las personas que conviven, o sea, las que comparten
el tiempo y el espacio, se caracterizan porque se ayudan mutuamente y,
cuando hay conflictos, los solucionan pacíficamente. Puede haber grupos
de personas que están mucho tiempo juntas, pero que no conviven,
porque no tienen la capacidad de compartir ni de estar en armonía.
¡MUCHO OJO!
Con lo que no le gusta a la convivencia
La desconfianza….
No puedes convivir si desconfías de los otros.
El irrespeto…
No puedes convivir si no cumples con las normas mínimas de respeto y
buena educación.
La antipatía…
No puedes convivir si eres creído y arrogante, si te sientes superior a todos.
El egoísmo…
No puedes convivir si lo quieres todo solo para ti, si no tienes la capacidad
de compartir tus cosas y tus dones.
Ingredientes para la convivencia La confianza
Es muy importante porque es lo que nos permite creer en las otras
personas, en sus capacidades y en su buena voluntad. Para vivir en
comunidad debemos confiar en que los otros cumplirán lo que les
corresponde, y así nosotros nos podremos dedicar a lo mismo.
La honradez
Incluye la verdad y la honestidad. Si todos actuáramos honradamente en
la casa y en la sociedad, la vida sería más “transparente”, más sana y
segura. La persona honrada no toma lo que no es suyo ni comete actos
ilícitos que dañen la sociedad.
La paciencia
Para convivir debemos ser muy pacientes, ya que, como nosotros, hay
muchas otras personas que tienen prisa, que quieren que los atiendan o
que tienen necesidades que buscan satisfacer. Debemos mantener la
buena educación y el respeto cuando sentimos que la paciencia nos
abandona.
La consideración
Para ser considerados simplemente debemos “ponernos en los zapatos del
otro”. Si estás cargado de paquetes quisieras que alguien te ayudara; si te
caes, seria bueno que te ayudaran a levantarte; si vienes detrás de
alguien, agradeces que no te tire la puerta en las narices. ¿Ves?, ahora
sólo lo tienes que aplicar desde “el otro lado”
La tolerancia
Esta palabra tan de moda implica dos cosas esenciales para vivir en paz y
armonía: la aceptación y el respeto de absolutamente todas las personas,
sin importar su origen, sus creencias o su situación social y económica. La
tolerancia nos enriquece al aceptar las diferencias.
No vivimos solos
Aprender a convivir es aprender a vivir: aprender a vivir en familia, a vivir
en comunidad y a vivir en armonía con nuestro entorno social y con la
naturaleza. La clave de la convivencia es reconocer que todos tenemos
derechos y obligaciones, ya que son estos los que rigen la vida en
sociedad. Si todos hiciéramos lo que nos provoca sin ton ni son, sería
imposible vivir juntos, en orden y en paz… por eso, el respeto y la
responsabilidad son esenciales para la convivencia.
Odios viejos
¿Alguna vez te contaron la historia de Romeo y Julieta? resulta que fueron
dos jóvenes enamorados que no podían casarse porque se odiaban desde
hacía mucho tiempo, tanto que ya no se acordaban porqué. En muchos
lugares de nuestro país pasa algo parecido: la gente tiene mucha
memoria para recordar lo malo que le hizo un bando, pero poca
imaginación para entender que los conflictos no resueltos generan más
problemas. Sólo cuando aprendemos a resolver pacifica y justamente las
diferencias, podremos vivir en paz. Los conflictos, cuando se aprenden a
resolver por las buenas siempre traen consecuencias positivas.
Me cuido
La apariencia personal dice mucho de ti, si eres desordenado, no cuidas
tus cosas, no tiendes la cama, o andas sucio o mal vestido, es señal de que
no has aprendido a convivir, porque, ¿cómo se va preocupar por los
demás una persona que no se preocupa por si misma? Recuerda que el
cuidado que te dedicas a ti mismo también es un signo de respeto y de
consideración hacia los demás !A nadie le gusta sentarse junto a alguien
que huele mal, mastica con la boca abierta y está todo descuidado!
¿Jugamos?
La mamá llegando de la oficina, el papá viendo las noticias, el abuelo
junto a la ventana recordando viejos tiempos y los niños oyendo música en
su cuarto… en fin, cada loco con su tema. ¡Qué tal si ustedes los niños
invitan a los mayores a jugar! A todos nos encanta divertirnos, reír y pasar
un rato lo más de rico con las personas que queremos. La diversión en la
familia nos aleja del cansancio y la rutina, nos permite compartir y
conocernos mejor. Además, muchas veces los adultos necesitan
contagiarse de nuestra alegría.
El que grita más fuerte
Carlos y pepe fueron a comprar unos dulces en la tienda de la esquina.
Mientras esperaban para pagar, el tendero y un cliente se peleaban a
gritos. “Este queso está dañado”, decía el cliente. “Lo siento, no se lo
puedo cambiar”, contestaba el tendero. Carlos y pepe veían cómo la
conversación iba subiendo de tono: “usted es un ladrón”. “A mi me
respeta”. “Su tienda es una porquería”. “Si no le gusta, lárguese”. Los niños
sorprendidos, caminaron hacia el parque. “Que burros dijo Carlos. Nadie
escuchaba a nadie, sólo gritaban. Seguro no han oído eso de que
“hablando se entiende la gente”, ¿no? Los niños tenían más claro que los
adultos que para convivir se necesita dialogar.
Un caso ejemplar
En Suráfrica existió durante muchos años un sistema político llamado
apartbeid. Un país con 19 millones de negros era gobernado por 4.5
millones de blancos. La mayoría negra no era considerada ciudadana,
vivía separada de los blancos y no podía acceder a los mismos trabajos,
educación ni servicios de salud que éstos: la discriminación racial era
oficial. Sin embargo, en gran líder negro, Nelson Mandela, no desfalleció
en su esfuerzo por terminar con el apartbeid.
Gracias a él, a sus compañeros y a la presión internacional, el régimen
cayó. Después de pasar 29 años en prisión por sus ideas políticas, Mandela
fue presidente de Suráfrica y, hoy, los blancos y negros de ese país
conviven en paz y armonía.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
El barrio, un lugar amable para todos
Parte importante de la convivencia es aprender a organizarnos para
trabajar en equipo y sacar adelante cosas que nos beneficien a todos. Te
invitamos a pensar en un proyecto que pueda hacerle la vida más
agradable a la gente de tu barrio. Escribe propuestas de actividades, tales
como conservar el parque, recoger basura o pintar un mural colectivo en
una pared, que puedas realizar con tus amigos. Pídeles a ellos que hagan
lo mismo, voten para realizar la mejor propuesta y ¡manos a la obra!
¡A investigar un poco!
Seguramente sabes que las hormigas y las abejas son animalitos que
sorprenden a los científicos porque sus sociedades funcionan muy bien.
Estos insectos trabajan en equipo para lograr el bienestar de la
comunidad. Ponte a investigar en los libros o en internet y dibuja una
historieta que refleje esta organización. Te divertirás y aprenderás algo
nuevo.
¡Todos a jugar!
Dialogar y decidir
Necesitas cinco amigos y un poco de imaginación. Ustedes son pasajeros
de un barco que sale en busca de una isla desconocida. Cada pasajero
elige una profesión, justificando, con todos los argumentos posibles, su
utilidad para el viaje. Pueden ser cantantes de rock, médicos, jardineros,
enfermeras, poetas, bomberos, pintores… todo lo que quieran. Dibujen
unos sombreros u objetos que los identifiquen. Al llegar a la isla deben
representar su papel
¡Pero qué ocurrencias!
El sentido del humor ayuda a superar las dificultades en nuestra
convivencia con los demás. Pasa una velada con tus amigos recordando
chistes, ocurrencias y anécdotas simpáticas sobre situaciones difíciles de
convivencia vividas por cada uno.
“Trata a los demás como deseas ser tratado”
¡Atrévete a soñar! La imaginación y la voluntad para darle forma a los sueños son
nuestras mejores aliadas.
Si abrimos bien los ojos y nos damos permiso de asombrarnos, nos daremos
cuenta de que estamos rodeados de cosas maravillosas: estructuras altas y
larguísimas que unen dos montañas, máquinas que transmiten e imprimen
palabras a través de la línea telefónica, pinturas deslumbrantes que
cuelgan de las paredes de los museos, música que salta de los parlantes
de un radio y nos pone a bailar… todas estas fabulosas creaciones: los
puentes, el fax, las obras de arte y la radio, alguna vez fueron tan sólo
proyectos que brincaban en la mente inquieta de sus creadores.
Si al imaginar esos proyectos ellos se hubieran dicho así como: “Nooooo,
estoy como loco…eso es muy difícil”, “es más fácil seguir haciendo las
cosas como siempre se han hecho”, o “la gente se va reír de mi
propuesta”, hoy no gozaríamos de los beneficios, la comodidad y el placer
que sus invenciones nos brindan.
Los inventores, los científicos y los artistas son seres creativos por la
excelencia. Imaginan algo nuevo en su cabeza y buscan la manera de
convertirlo en realidad. Pero te tenemos buenas noticias: no sólo los seres
excepcionales ni los genios son creativos, ¡todos lo somos! Unos más que
otros, es cierto, pero con un poco de confianza, imaginación y voluntad,
podemos arriesgarnos a poner en práctica aquellas cosas que hoy sólo nos
atrevemos a soñar o a imaginar.
Cazador de sueños
Humberto, ese hombre enorme con barba de vikingo y ojos de koala,
había ido a buscarlo esa madrugada para escalar aquella montaña
coronada de nieve.
A bordo del jeep y durante todo el camino, le contó historias y hazañas de
sus viajes, le habló de los héroes de todos los días, los que, decía, se abren
sin miedo a sus propios sentimientos, los que ayudan sin que nadie lo sepa,
los que vuelan alto, alto, dejando el pellejo en el vuelo, los que son
capaces de maravillarse con el mundo de todos los días, los que
emocionan hasta las lágrimas con lo que van descubriendo tras las
máscaras de la vida. “¿Me entiendes Capitán?”, dijo Humberto
revolviéndole los cabellos. Capitán le dijo que si, que le entendía, pero lo
que en realidad quiso decir fue que algún día entendería, que le juraba de
corazón que entendería lo que en esos momentos le había dicho, y
entonces tomó con fuerza esa mano grande y dura.
Durante la noche, el viento del páramo arremetió con fuerza sobre la
tienda de campaña. Capitán se despertó asustado y permaneció ovillado
dentro del bolso de dormir. Ahora había un gran silencio. “¿Oyes?”, dijo
Humberto.
A los lobos les encanta el silencio. Ahora pueden acercarse a merodear, a
olfatearnos de cerca”. Y así fue: unos minutos más tarde escucharon ruidos
cercanos, gruñidos, jadeos, narices olisqueando el aire.
Capitán pudo entonces ver con su imaginación los ojos encendidos de los
lobos, sus narices húmedas, sus colmillos afilados. Entonces la voz de
Humberto lo sobresaltó: “¿Sabes dijo este con voz ronca, hubo un tiempo
en que quise dedicarme a cazar animales, pero no, me di cuenta a tiempo
de algo que cambió para siempre mi vida… lo que en verdad quería,
escúchame bien, era cazar sueños, sueños grandes y pequeños, lentos y
veloces, sueños como el unicornio azul de la canción famosa… ya sé, tú lo
sabes mejor que yo, Capitán, porque también tú eres un cazador de los
buenos… mira, cazar sueños es hacer que hasta los momentos más grises
de tu vida se vuelvan coloridos, hacer que cada segundo de tu vida se
vuelva importante, único… y para eso no hay que estar en el lugar
especial, el que tiene que tener una actitud especial es uno, uno mismo,
¿comprendes?, y es eso lo que tu y yo hacemos, o tratamos de hacer,
Capitán”.
Luego de un breve silencio agregó: “Ahora duerme, duerme tranquilo
cazador de sueños, los lobos no entrarán”.
(Adaptación de un fragmento de la novela Cazadores de sueños, de Edgar Allan García, Colección
Mitad del Mundo, Editorial Libresa)
¿De qué se trata este cuento?
Cazadores de sueños es una novela de aventura en la que acompañamos
a un niño que crece, que va dejando la infancia para iniciarse en el
complejo mundo de los jóvenes y de los adultos. Capitán, el personaje
protagónico, es un niño que crea mundos gracias a la imaginación y a sus
lecturas. En compañía de su buen amigo Humberto, Capitán descubrirá
distintas facetas de la naturaleza, el mundo, las relaciones con los demás y
de si mismo.
Con esta novela, su autor, el ecuatoriano Edgar Allan García, ganó premio
Nacional de Literatura Infantil 1999, convocado por el Municipio de Quito,
Ecuador.
Y tú, ¿qué piensas?
Cuando Humberto habla sobre los héroes,
¿cuál es la característica común que encuentras en su descripción?
¿Tú conoces gente con esas
características? ¿Cómo los describirías?
¿Qué significa ser un “cazador de
sueños”?
¿Cómo harías tú para cazar tus propios
sueños?
¿Qué papel crees que juega la
creatividad para hacer la vida más rica?
¿Qué es la creatividad?
La palabra creatividad se deriva de otra, grande y valiosa, que es la
palabra crear. Y crear es la más humana de las facultades. Los hombres y
las mujeres somos seres que inventamos, imaginamos, soñamos y después
creamos a partir de lo que se nos ha ocurrido.
La creatividad es desafiar la costumbre para no aburrirse a los demás,
aprender a ver las cosas desde muchos puntos de vista y atrevernos a
expresar lo que somos y pensamos.
La creatividad es un don que todos tenemos, pero que necesitamos
desarrollar. Si eres creativo, tu vida será más rica y divertida.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la creatividad
La ociosidad…
Porque es como tener la cabeza apagada. ¡Mejor apaga la TV y sal a
jugar!
La monotonía….
Porque cuando un día es exactamente igual al otro y no rompes tu rutina,
no encuentras nada nuevo que alimente tu espíritu ni tu imaginación.
El autoritarismo…
Porque la creatividad sólo se da en la libertad: libertad para ser, imaginar,
crear y expresarte.
La imitación…
Porque si te acostumbras a imitar a otros, jamás descubrirás cómo se siente
hacer las cosas a tu modo.
Iniciativa
Es pasar del pensamiento a la acción y esforzarnos por hacer realidad lo
que cruza por nuestra mente. Tener iniciativa es entusiasmarnos para
iniciar algo, para salir de la rutina y buscar nuevas opciones y respuestas.
Ingredientes para la creatividad
Inconformidad
No siempre tenemos que estar de acuerdo con ciertas situaciones. La
inconformidad puede llevarnos a encontrar soluciones a los problemas,
romper moldes y crear cosas nuevas. Por ejemplo, si el hombre se hubiera
conformado con no poder volar, no existirían los aviones; si las mujeres se
hubieran conformado con quedarse en sus casas, hoy no podrían votar ni
trabajar.
Flexibilidad
Cuando emprendemos algo, desde entablar una amistad hasta resolver un
problema de matemáticas, necesitamos ser flexibles. Esto significa que
debemos estar abiertos a las dificultades y buscar como superarlas. Ser
flexibles es encontrar varias opciones para llegar a una solución o a un
acuerdo. La terquedad te muestra un solo camino, mientras que la
flexibilidad pone ante ti varias rutas para escoger.
Imaginación
Nos permite construir mundos en la mente e ir lejos porque no tiene límites.
La imaginación fábrica cosas maravillosas que se expresan cuando
tomamos un lápiz, producimos nuevos objetos o inventamos un poema. La
imaginación es la libertad sin límites.
Originalidad
Ser original es ser tú mismo. Una persona original es lo suficientemente
segura para expresarse libremente porque se siente a gusto siendo él o
ella. No le gusta imitar a los otros ni seguir al rebaño. Se cuestiona y se
atreve a ser diferente, tanto en su forma de ser como en sus ideas.
Todo es posible
Para ejercitar la creatividad sólo necesitas cambiar de actitud para
abandonar la pasividad y envolverte en la actividad. Inventa nuevos
proyectos, no importa que tan locos sean: puedes construir un robot, hacer
un disfraz, desarmar y volver a armar un radio viejo, crear tus propias joyas y
accesorios, armar un avión a escala, decorar tu habitación como más te
guste… ¡Pon tu mente a imaginar y tus manos a trabajar!
Libertad y creatividad
Cuando crecemos en un ambiente creativo es más fácil descubrir nuestras
habilidades secretas, afilar los sentidos y liberar nuestra inteligencia. Los
papás y los maestros pueden estimular a los niños para que den rienda
suelta a sus ideas e impulsarlos a encontrar cosas nuevas. El apoyo y el
entusiasmo serán el mayor estímulo para la creatividad.
¡A sacudirse el aburrimiento!
¿Estás en tu habitación sola, aburrida y sin nada que hacer? Pues eso no
debería sucederte. ¡Sacúdete la pereza! Piensa en lo que más te gusta: la
música, la lectura, o ver pinturas. Bueno, ahora trata de hacer alguna de
esas cosas: si te gusta leer, juega a ser escritor e inventa una historia súper
emocionante; si te encanta el arte, ponte a pintar o a dibujar…. Y si estás
loco por la música, intenta tocar algún instrumento. Con un poco de
imaginación puedes salir del aburrimiento y hacer cosas creativas que
resultarán muy divertidas.
De mí para ti
A todos nos encanta recibir regalos, pero hay unos que son más especiales
de todos: los que hacemos con nuestras propias manos. Sería muy lindo
que para el cumpleaños de tus papás, hermanos o amigos les hagas un
regalo hecho por ti, pensando exclusivamente para él o ella. Puedes
escribir un poema o una maceta o inventarte cualquier objeto que se te
ocurra. Papel, tijeras, pegante y mucho cariño, serán más que suficientes.
Contra el sol y la lluvia
La creatividad no sólo se expresa en el arte, sino en todo lo que hacemos
para sobrevivir en nuestro medio ambiente. Fíjate como la gente del
desierto hace sus vestidos con telas que rebotan a la luz del sol y absorben
el sudor, o como quienes viven en la selva lluviosa han aprendido a utilizar
las grandes hojas que ahí crecen para protegerse de la lluvia. Ser creativo
nos permite darle nuevos usos a lo que tenemos a nuestro alrededor.
Un verdadero genio
Seguramente has escuchado hablar de Leonardo da Vinci. Este señor vivió
hace más de quinientos años, en Italia, y aún nos sigue sorprendiendo su
gran creatividad e inventiva. Leonardo no solamente fue un magnifico
pintor: también fue escultor, arquitecto, músico, ingeniero, inventor y hasta
científico. Cuando faltaban muchos siglos para que el hombre pudiera
volar, por ejemplo, Leonardo ya había diseñado helicópteros, paracaídas y
aviones primitivos. También dibujó tajes de buzo, tanques de guerra y
muchas otras cosas que eran inconcebibles para su época. No sabemos si
Leonardo intentó construir sus inventos, pero de todas maneras su
curiosidad no deja de sorprendernos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
De mentira y de verdad
¿Te has fijado como en los anuncios de publicidad te cuentan las
características y bondades de cientos de productos? Pues llegó el turno de
hacer tu propia campaña de publicidad: escribe y dibuja el comercial de
radio, TV o prensa de cualquiera de estos productos: una loción que hace
crecer el pelo morado en los señores calvos; un carro que también se
mueve sobre agua, una gaseosa con sabor a hamburguesa un parque de
diversiones extremas para abuelitos.
¡Qué bárbaros!
¿Cuál es el personaje que más admiras por su creatividad? Puede ser
científico, pintor, director de cine, diseñador o cantante de rock. Escribe
qué es lo que más te gusta de tu trabajo y porque consideras que es
original. ¿Será por su manera de vestirse, porque hizo algo que nadie había
hecho antes o lo hizo totalmente diferente? Acompaña tu texto de un
dibujo que retrate el personaje.
¡Todos a jugar!
Quién cruzará primero
Apuesta con tus amigos a ver quien resuelve primero este acertijo:
Un hombre transitaba por un camino con un lobo, un conejo y unas
zanahorias. Caminando, caminando, llegó hasta un río que no tenía
ningún puente para cruzarlo, únicamente una barquita muy pequeña
donde sólo cabía él y un elemento más, ya sea uno de los animales o las
zanahorias. ¿Cómo haría para cruzar el río?
Si cruzaba con las zanahorias y dejaba los animales solos, el lobo devoraría
al conejo. Si dejaba las zanahorias con el conejo, éste se las comería…
¿Qué solución propondrían?
A crear adivinanzas
Las adivinanzas también esconden nombres de personas. Con tus amigos
resuelve éstas que proponemos:
No confundas moche y día Mi nombre empieza con sí.
Ni mujer con varón. Ay, ay, ¡quien lo diría!
Que si me dices María, Con ele sigue y, al fin,
Yo grito: ¡María, no! Acaba siempre en la vía.
Prepara un concurso con tus amigos para inventar adivinanzas con los
nombres de todos. ¿Quién hará la más ingeniosa?
La creatividad amplía todos los límites
¿Hablamos? Para dialogar no solo es necesario saber hablar, también es
importante saber escuchar
No es raro que los amigos peleen… y con frecuencia ninguno recuerda
exactamente la razón de la pelea. En una ocasión, Margarita se puso
furiosa con su amiga Laura porque alguien le contó que había hablado
mal de ella, así que dejó de hablarle. Laura, por su parte, intentó hablar
con Margarita, pero se cansó debido a los desplantes de ella.
Pasaron dos semanas y la distancia entre las dos amigas era cada vez
mayor. La mamá de Laura, extrañada porque Margarita no había vuelto a
la casa, le preguntó por ella. Laura le contó la situación. “¿Han dialogado
sobre el asunto?”, preguntó la mamá. “No dijo Laura, Margarita no me
quiere ni ver”. “Vuelve a intentarlo, no se si la situación valla a mejorar,
pero por lo menos has un último esfuerzo”, aconsejó la mamá.
Al día siguiente Laura buscó a su amiga y le dijo: “¿Hablamos?”. Margarita
se puso feliz, abrazó a Laura y se sentaron a dialogar y a tratar de
reconstruir lo sucedido. No había ninguna razón valida para haber dejado
de hablarse.
El diálogo es una conversación entre dos o más personas con fin de buscar
acuerdos, de saber más acerca de algún asunto particular, de estrechar
los lazos de amistad o de conocer el punto de vista de los demás y de
presentar los propios.
Para dialogar no sólo es necesario saber hablar, también es importante
saber escuchar. Este binomio, hablar escuchar, sumado a la comprensión y
a la sinceridad, nos dan como resultado un verdadero diálogo.
Muchos problemas a tu alrededor, y aun del mundo, se solucionarían si
ante un conflicto, una situación difícil algo que no se comprende, alguien
pidiera silencio y dijera: “¿hablamos?”.
Un mundo con espacio para todos
Esa tarde mi mamá entró en la casa casi bravísima:
¡Salvajes! ¡Hijos de salvajes!
¿Qué pasó?
Que Tulio y Benito, ese par de bestias, rociaron el clochard con detergente
y luego lo bañaron con la manguera. Acabaron de llamar a la policía para
que se los lleven.
¿El clochard? ¿Qué es eso?
El mendigo, el hombre que estaba en frente.
¿Y porqué se lo van a llevar si no ha hecho nada?
Lo llevarán a un sitio donde pueda secarse y le darán ropa nueva.
¿Seguro, mamá?
Eso espero.
El clochard estaba tendido en el suelo, con las piernas encogidas y la cara
tapada. Me pareció que temblaba de frío. Un policía lo empujó con la
bota pero no se movió. Finalmente, lo alzaron y lo metieron al automóvil.
La mamá de Tulio fue la única que habló:
Bien hecho: ¡Cómo se le ocurre a ese vago venir a instalarse aquí, a un
vecindario de gente decente…!
Esa noche durante la cena, le pregunté a mi mamá que por qué le decía
“clochard” al mendigo. Tuvo que pensar un momento y luego me dijo:
Porque clochard es una palabra más bonita que mendigo y porque ellos,
en realidad, no mendigan. No piden nada. Se han apartado de la gente,
viven en su propio mundo, ¿ves?;
Clochard así los llaman en Francia.
¿Y no tienen familia?
Probablemente no. Y si la tienen, se han alejado de ella.
No aceptan reglas y, a veces, son gente extraña, excéntrica, un poco
loca…
¿Son como el Ché Guevara?
Mi papá se rió y mi hermano Pablo se apretó la barriga, muerto de risa.
¡Qué bobo! ¡Como el Ché Guevara!
No se rían dijo mi papá poniéndose serio. Juan tiene razón, en cierto
sentido, porque el Ché también se alejó de la sociedad y no aceptaba sus
reglas.
Y también era peludo dijo Pablo, todavía riéndose.
Yo me paré de la mesa y me fui a mi cuarto. Mis padres siguieron hablando
de Ché y de las utopías, que son como un sueño muy bonito, pero que no
se puede realizar, dice mi mamá. Y también hablaron de Cristo y del
cristianismo, esas cosas que les gusta mucho discutir a mis papás y a Pablo.
(Adaptación de un fragmento de la novela tres buches de agua salada, de Verónica Uribe. Editorial
Norma)
¿De qué se trata este cuento?
Juan vive con su familia en Caracas.
Un día se encuentra un prendedor con la imagen de Yemayá, diosa
africana de las aguas, gracias a este, Juan conoce el nieto de una
santera. Por él se entera de que una noche en especial, los pescadores
hacen tres buches de agua de mar para pedir tres deseos, porque ese día
el mar esta cargado de cosas buenas. Convencido de ello, Juan hace su
ritual de iniciación y su suerte empieza mejorar. Está cambiando,
creciendo y ganando autoconfianza, también por la actitud de apertura
de sus padres para dialogar con él y sus hermanos.
Verónica Uribe, la autora de Tres buches de agua salada, es chilena y vive
en Venezuela.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Qué cosas importantes aprende Juan al
conversar con su madre?
¿Cuál es la actitud del padre cuando
Pablo interrumpe el diálogo con su risa?
Según el tono en que conversan, ¿cómo
son las relaciones entre los miembros de esta familia?
¿Por qué crees que es saludable hablar
abiertamente con nuestra familia sobre lo que nos pasa?
¿Qué es el diálogo?
El diálogo es la oportunidad que tenemos para saber más de los otros,
sobre el mundo que nos rodea y sobre nosotros mismos.
Sin el diálogo es imposible el amor, la comprensión, el progreso, la amistad
o el conocimiento. El diálogo es también el mejor camino para evitar la
agresión y la violencia, así como para construir relaciones de respeto,
afecto y colaboración. En todo caso, no olvides que cuando quieras
dialogar sobre algún asunto no debes buscar que siempre triunfen tus
ideas. El diálogo implica hablar, escuchar, comprender y hasta poner en
duda el propio punto de vista. A veces los diálogos no terminan en
acuerdos, pero si en un deseo sincero de buscar lo mejor para todos los
participantes.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta al diálogo
La agresividad…
Porque no permite crear un ambiente de confianza que lleve a un dialogo
sincero.
La ironía…
Porque hace daño, hiere y ofende a los demás.
El grito…
Porque genera resistencia en el que escucha y lo afecta tanto como un
golpe físico.
El chisme…
Porque no es una forma legítima de diálogo sino una oportunidad para
destruir a los demás.
Sinceridad
Es la capacidad de obrar sin tener ocultas dobles intenciones.
Dos o más personas no pueden dialogar tranquilamente si existe la
posibilidad de que haya mentiras de por medio. Tampoco nos podemos
pasar la vida dudando de los demás, creyendo que lo que están diciendo
es mentira.
Ingredientes para el diálogo
Confianza
Para que se dé el diálogo necesitas creer en la persona que está en frente
de ti. Seguro que tu crees en ti mismo, confías en ti; ahora facilita el camino
hacia el dialogo confiando en los otros. Cuando se parte de la
desconfianza el diálogo es imposible.
Escuchar
Es más que “parar oreja”: escuchar es la capacidad de recibir, reconocer
y comprender lo que la otra persona te dice. Cuando dos personas están
hablando, es ideal que se miren a la cara, que ambas estén atentas a lo
que se dicen mutuamente, que respondan sus preguntas y que estén
abiertas al intercambio de opiniones.
Sonrisa
No hay nada mejor que una sonrisa acompañada de una actitud gentil
hacia los demás. La expresión agradable de la cara invita a la confianza y
a la sinceridad a la hora de charlar. ¡Qué rico es acercarse a alguien que
sonríe!
Buenas palabras
Al dialogar es muy, pero muy importante usar palabras que construyan y
no aquellas que hieran y ofendan. Seguro que conoces unas cuantas
palabrotas, las has dicho o escuchado y sabes el afecto desagradable
que causan… bueno, pues no las uses. Las palabras pueden construir una
buena amistad o destruirla. Recuerda que las palabras tienen muchísimo
poder.
Diálogo interior
Cada vez que tengas la oportunidad, entra en tu habitación o busca un
lugar solitario e intenta hablar contigo mismo. Pregúntate como estás,
como te sientes con la vida, qué es lo mejor que te ha sucedido, que te da
alegría, qué te entristece, a quién quieres y a quien no, cómo puedes ser
una mejor persona. Pero no olvides que el diálogo implica escucha y
respuesta. Pero no olvides que el diálogo implica escucha y respuesta: una
vez formuladas las preguntas, respóndelas y utiliza estas respuestas para
conocerte y ser una mejor persona.
¡Un multiusos multiefectivo!
Efectivamente, el diálogo sirve para todo: para conocerte a ti mismo y a
los demás, para caer en la cuenta de cosas que no habían pasado por la
cabeza, para resolver conflictos, llegar a acuerdos, alcanzar la justicia y
para evitar la violencia… ¡Uff! El diálogo es la súper herramienta para el
entendimiento.
Pasado de moda
Al parecer ye está un poco pasado de moda reunirse a conversar en
familia. En efecto, todos los miembros de la familia salen muy temprano a
cumplir con sus deberes, llegan muy tarde y cansados, prenden la TV o se
encierran en sus cuartos y ¡adiós a la posibilidad de diálogo!
¿Te has dado cuenta que en las emisoras de radio se han vuelto a poner
de moda las canciones de hace muchos años: canciones de los 60,70 y
80…?
¡Qué tal si ponemos de moda nuevamente el diálogo familiar!
A las trompadas
No es raro que en los colegios los profesores o los mismos estudiantes
tengan que separar a dos o varios chicos que están arreglando sus
diferencias “a las trompadas”. Eso pasa cuando un jugador comete una
falta en un partido, cuando un árbitro pita mal, cuando un chico se hace
novio de la niña que le gusta a otro, cuando se hace una broma de mal
gusto… y en mil ocasiones más. ¿Será que algún día podemos arreglar
nuestros problemas siempre por la vía del diálogo? ¡Es más agradable
ponerse a conversar que salir con un ojo morado!
Mesas de diálogo
Sabemos de sobra que en nuestro país muchos grupos se enfrentan a
diario por diversas razones. No podemos aceptar ningún tipo de violencia,
sobre todo aquella que les hace daño a los inocentes y a los más débiles.
Para erradicar la violencia en Colombia, en varias ocasiones se han
propuesto “mesas de diálogo” que, desafortunadamente, no han dado
mucho resultado.
¿Será que en lugar de “mesas de diálogo” debemos crear sillas y hamacas
de diálogo para estar más cómodos, o mejor, corazones de diálogo
sinceros y confiados?
Ciberdiálogo
Para conversar ya no hace falta ir a la casa del vecino, ni siquiera conocer
a la otra persona. Los chats han creado formas nuevas de conversar, pero
no siempre pueden considerarse diálogo. Porque el calor humano, la
mirada, la sonrisa, la explicación detallada, el café o la gaseosa que
acompañan la charla también son componentes importantísimos del
diálogo… y esto no lo tiene el chat, ¿o sí?
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Ante todo, la calma
Seguramente, más de una vez has discutido con tus hermanos o tus amigos
por alguna diferencia de opinión, ya sea por un juego, la elección de una
película o la distribución de labores dentro de una actividad de grupo.
Ponte a pensar y escribe cómo una discusión acalorada puede convertirse
en un diálogo conciliador.
El tiempo de las palabras
¿Existe algún tema sobre el que hace algún tiempo deseas hablar con tus
padres y no has podido hacerlo, ya sea por temor, timidez o falta de
oportunidad? Diseña una tarjeta para invitarlos a conversar sobre eso que
para ti es tan importante. Dibújala tu mismo, decórala o píntala como
desees. Ponla en un sobre y entrégaselas personalmente o déjala en su
mesa de noche. Proponles ir a un restaurante, al parque o sencillamente a
caminar por el barrio en una tarde soleada… y conversa largo con ellos:
verás cuantas opciones pueden intercambiar.
¡Todos a jugar!
¡Al teléfonooo!
Invita a algunos amigos a armar parejas de novios con los personajes que
aparecen en las dos columnas siguientes. Utilicen un par de dados para
definir por turnos cada pareja.
1. Madonna 1. Batman
2. Gatúbela 2. Indiana Jones
3. Cenicienta 3. Frankenstein
4. Campanita 4. Pelé
5. Shakira 5. Homero Simpson
6. La Monalisa 6. El minotauro
Será o no será
Se trata de descubrir a un personaje conocido por todos: actor, político,
músico, héroe mitológico, compañero de la escuela… un jugador le hace
preguntas a otro para tratar de adivinar quien es el personaje que ha
elegido.
Por ejemplo: ¿Es joven? ¿Sale de una historieta? ¿Es torpe? ¿Usa capa?
¿Tiene pelo rojo? Las respuestas sólo pueden ser sí o no. El que descubre de
quién se trata, debe pensar en un nuevo personaje.
Un virus muy contagioso El entusiasmo nos impulsa, nos llena de optimismo y nos permite
forjarnos sueños posibles de alcanzar.
Hay veces en que sucede algo mágico que surge desde muy dentro de
nosotros mismos; es como un corrientazo de energía que nos impulsa a
seguir y seguir y seguir, a no dejarnos vencer hasta conseguir lo que nos
hemos propuesto. Además, esa fuerza es positiva y alegre, y tiene un
nombre muy bonito: ¡entusiasmo!
La palabra entusiasmo es una palabra que salta, que corre, que se
esfuerza, que disfruta.
Cuando está activa, todo parece más sencillo y hasta lo imposible se
vuelve más cercano. El entusiasmo es el ingrediente secreto que ha hecho
que los hombres las mujeres conquisten grandes sueños que parecían
metas inalcanzables: ¡desde curar enfermedades, crear obras de arte o
hasta llegar a la mismísima luna! Pero el entusiasmo también es necesario
para vivir las pequeñas cosas de todos los días: para ayudar en casa, para
cumplir con tus obligaciones escolares, para terminar lo que empiezas.
El entusiasmo no sólo impulsa a quien lo experimenta, sino que es muy
contagioso. Si tú crees en algo que necesitas defender, tienes un proyecto
que te interesa sacar adelante o estás trabajando para hacer algo que
beneficie a los demás, seguramente encontrarás gente que querrá unirse a
tu empeño. ¡Afortunadamente no hay vacuna para el entusiasmo! Si todos
aprendiéramos a gozarnos cada pequeña cosa que hacemos
cotidianamente, viviríamos más felices y mucho más satisfechos con
nosotros mismos.
¿De qué se trata este cuento?
Lejos como mi querer y otros cuentos reúne veinticuatro relatos en los que
la autora recrea, con argumentos profundos y un lenguaje delicado, los
temas y personajes de las historias de hadas. Princesas y ogros, mendigos y
príncipes, gigantes y emires se debaten entre la soledad, la ilusión, la
tristeza y el odio, dejando en el lector un sabor inquietante sobre el
significado de las emociones humanas.
Marina Colosanti nació en Asmara, Etiopía. Hija de padres Italianos, vive
desde pequeña en Brasil. Ha escrito para grandes y chicos. En ocasiones
ilustra sus propios libros. Con esta obra ganó el Premio Norma –
Fundalectura en 1996.
El material de los sueños
Sin haber deseado nunca una casa, aquel hombre se sorprendió
deseando un palacio. Y el deseo, que había empezado pequeño, creció
rápidamente, ocupando todo su querer con cúpulas y torres, fosos y
mazmorras e inmensas escalinatas cuyos peldaños se perderían en la
sombra, o en el cielo.
Pero, ¿cómo construir un palacio cuando es apenas un hombre, sin bienes
ni riquezas? “Sería bueno si pudiera construir un palacio de agua, fresco y
cantarín”, pensó el hombre mientras caminaba por la orilla del río.
Arrodillándose, hundió las manos en la corriente. Pero el agua siguió su
viaje, sin que sus dedos la retuvieran. El hombre se levantó y prosiguió ¡.
“Sería bueno si pudieras construir un palacio de fuego, luminoso y
danzante”, pensó frente a la hoguera que había encendido para
calentarse. Pero al extender la mano para tocas las llamas se quemó los
dedos. Y advirtió que jamás podría habitar en él.
Tal vez porque el fuego era caliente como el sol, le pareció verse, niño, a la
orilla del mar. Y, con el recuerdo, surgieron ante sus ojos los lindos castillos
de arena que en esos tiempos construía. Ahora, el mar estaba lejos.
Pero el hombre se puso de pie y caminó, caminó…
Es preciso un material más duradero para hacer un palacio. Atravesó la
planicie, escaló una montaña. Se sentó en la cima y, en voz alta, con
pausa, comenzó a describir el palacio que veía en su imaginación.
Salidas de su boca las palabras se aplicaban como ladrillos.
Salones, patios, galerías surgían poco a poco en lo largo de la montaña,
rodeados por los jardines de las frases.
Pero no había allí nadie que pudiese oír. Y cuando el hombre, cansado,
guardó silencio, la arquitectura pareció desdibujarse y poco a poco se
deshizo.
Agotados todos los recursos, no se agotaban sin embargo, el deseo y el
entusiasmo. Entonces el hombre se acostó, se cubrió con su capa, ató
sobre sus ojos el pañuelo que tría al cuello. Y empezó a soñar.
Soñó que unos arquitectos le mostraban sus proyectos, trazados en rollos
de pergamino. Se soñó así mismo estudiando aquellos proyectos. Soñó
luego los pedreros que tallaban piedras en las canteras, los leñadores que
abatían árboles en las florestas, los alfareros que ponían ladrillos a secar.
Soñó el cansancio y los cantos de todos esos hombres. Y soñó las mujeres
que asaban el pan a ellos destinado.
Después soñó las fundaciones y el palacio, llenando el espacio del sueño
con sus cúpulas, sus minaretes y sus cientos de escalones. Soñando, vio aún
que la sombra de su palacio dibujaba otro palacio sobre sus piedras. Y sólo
entonces despertó. Miró la luna, miró a su alrededor.
Continuaba solo, en la cima de la montaña ventosa, sin abrigo. No
habitaba en el palacio. Pero éste, grandioso e imponente, habitaba en él
para siempre. Y tal vez navegara silencioso, noche adentro, rumbo al
sueño de otro hombre.
(Adaptación de “Un palacio noche adentro”, en lejos como mi querer y otros cuentos de Marina
Colosanti. Editorial Norma)
Y tú, ¿qué piensas?
o ¿Estás de acuerdo en que el sueño es un material duradero para
construir un palacio? ¿Por qué?
o ¿Qué representa el palacio que habita en el hombre?
o ¿Qué hubiera ocurrido con el deseo del hombre si él hubiera perdido
el entusiasmo?
o Cuando estás triste y desanimado, ¿a quién buscas para que te
ayude a recuperar el entusiasmo?
¿Qué es el entusiasmo?
Entusiasmo quiere decir “Dios adentro”, y este magnifico significado te
dará una gran fuerza que encierra esta palabra. Vivir con entusiasmo
significa estar lleno de espíritu positivo, de alegría y de ánimo. El
entusiasmo es una actitud: tú eliges vivir aburrido o alegre, encontrar el
lado gris o coloreado de las cosas. Obviamente, a veces hay tareas o
situaciones que no nos despiertan ningún tipo de entusiasmo, pero
puedes buscarle el lado amable o positivo para estimularte y realizarlas
de la mejor manera. A veces el entusiasmo surge espontáneo y otras
nos toca buscarlo.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta al entusiasmo
Monotonía…
Porque si no haces nada por encontrarle el lado divertido e interesante
a tu vida cotidiana, si un día es igual al otro… será muy difícil que algo
te emocione.
Apatía…
Porque si todo te da igual o no te das el tiempo de conocer ni aprender
nuevas cosas, vivirás muy aburrido.
Egoísmo…
Porque si no te importa lo que viven los demás, será muy difícil que te
contagies de su entusiasmo…
Y eso sería una verdadera pérdida de grandes oportunidades para ti
mismo.
Pesimismo…
Porque si eres de aquellos que piensan que “todo lo que va mal puede
ir peor”, estarás construyendo un muro a tu alrededor que te impedirá
ver lo rico de la vida. ¡Hay que ahuyentar al pesimismo!
Alegría
No sólo es un estado de ánimo, también es una actitud ante la vida. Si
enfrentas las labores cotidianas con alegría, te resultarán más fáciles; si
muestras tu cara alegre a los demás, éstos se contagiarán de tu
entusiasmo. Eso de que “al mal tiempo buena cara” es mucho más
efectivo de lo que eres.
Ingredientes para el entusiasmo
Optimismo
Dice un viejo proverbio que “hay quienes ven un vaso medio lleno y
otros lo ven medio vacío”. Es más fácil tener un actitud medio entusiasta
si prefieres ver lo bueno que lo malo, si a una situación difícil le
encuentras una oportunidad que encierra o si prefieres creer en los
demás en lugar de desconfiar. El optimismo nos permite ver la vida
desde su mejor y más positivo ángulo.
Tesón
Para que el entusiasmo dure, es necesario el tesón. Esto es, el esfuerzo
continuo por sacar adelante una amistad, un proyecto o un desafío. Si
el esfuerzo no acompaña al entusiasmo, lo que emprendas será como
esos bonitos juegos artificiales: chispazos maravillosos que duran unos
minutos, se extinguen…. Y luego, no queda nada.
Creatividad
Estas es muy importante para mantener el entusiasmo en aquellas
actividades que no nos gustan mucho, pero que nos toca hacer.
Puedes poner música y bailar mientras ordenas tu cuarto, premiarte con
lo que más te guste si te aprendes una lección, imaginarte lo feliz que se
pondrá tu mamá cuando hayas terminado de lavar la loza.
Emoción
Es el disfrute y el entusiasmo en su máxima expresión. Ponerle emoción a
tu vida es llenarla de cosas buenas, como el amor, la energía positiva y
la pasión. Te pueden emocionar muchas cosas: una canción, una obra
de arte, una hazaña deportiva o una humanitaria, el cariño de tu
mascota, el amor de tus padres o hasta un bello paisaje. Emocionarte
quiere decir que estás verdaderamente vivo.
Llueva, truene o relampaguee…
No podemos pensar que el sol o la lluvia, el calor o el frio, hagan nuestro
día genial o aburrido. Todos los días son buenos para que dejes nacer en ti
el entusiasmo y la esperanza. Todos los días son maravillosos para quienes
encuentran una oportunidad para dejar el egoísmo. Todos los días son
radiantes y alegres para quienes trabajan para construir un mundo más
justo y armónico.
Cada día, tu entusiasmo puede hacer la diferencia no sólo para ti mismo,
sino para quienes tienen la fortuna de cruzarse en tu camino.
Fuerza positiva
Recuerda que la fe en ti mismo genera confianza y te llena de seguridad.
La seguridad y la confianza son la llave que abren la puerta del
entusiasmo… y cuando el entusiasmo llega con toda su fuerza alegre y
positiva, prepárate, porque lo mejor estará por ocurrir.
Cambio de actitud
Ana estaba muy aburrida porque sus papás la mandaron a pasar unas
vacaciones a casa de su abuela.
Ella prefería quedarse en su ciudad, con sus amigas, para charlar por
teléfono, ir al cine y a las fiestas. Así que Ana llegó con su cara larguísima a
casa de la abuela. Ésta la recibió muy bien y la puso a bordar, hornear
galletas y cuidar las flores junto con ella. Poco a poco, Ana abandonó su
mala actitud y fue entusiasmándose con esas nuevas actividades. Después
era ella quien le decía a la abuela: “! Nada de pereza, vamos a arreglar
las flores!”. Al mostrar una buena disposición, Ana no solo aprendió nuevas
cosas, sino que gozó el cariño de su abuela.
Con cajas y papeles
Los niños del barrio querían organizar una fiesta de disfraces. Consiguieron
dinero para la música, las gaseosas y los sándwiches; la mamá de Pipe
hasta prestó la casa. Pero nadie tenía disfraces, así que Lety propuso que
se juntaran durante una semana para hacer ellos mismos los disfraces, ¡Fue
divertidísimo! Buscaron los modelos en libros y revistas… Neto se disfrazó de
caballero medieval, con cajas forradas de papel de aluminio: Juliana se
hizo un vestido de princesa, con la falda de papel de seda; Luis fue un
genial extraterrestre con casco de globos… Nadie en el barrio recuerda
una fiesta tan divertida y distinta.
Del páramo a la selva
Como tú sabes, Colombia se encuentra entre uno de los países que tienen
una mayor riqueza ecológica en el mundo. Aquí existen especies de
animales y plantas, así como ecosistemas, que son parte importantísima
del patrimonio natural, no sólo del país, sino del planeta. Gracias a la labor
de las comunidades, los grupos ecologistas y organizaciones ambientalistas
nacionales y extranjeras, la enorme riqueza del país está bien resguardada.
Hace algunas décadas, la naturaleza era vista como simple paisaje. Hoy,
gracias a la contagiosa pasión de mucha gente comprometida, es vista
como una gran riqueza que hay que cuidar.
Descifrando misterios
Hace más de tres siglos, un joven francés llamado Jean Francois
Champollion vivía fascinado con la civilización del Antiguo Egipto. Para
tratar de penetrar sus secretos y con tan solo 16 años, Champollion
dominaba seis lenguas: copto, hebreo, sirio, caldeo, árabe y etíope. Pero
el sabia que la única manera de conocer realmente la historia de Egipto,
era descifrando su escritura: los misteriosos jeroglíficos. Lleno de entusiasmo
y pasión, Champollion dedicó tres años de su vida para traducir la llamada
piedra de Rosetta, la cual tenía labrado el mismo texto en tres tipos
diferentes de escritura. Su esfuerzo lo llevó a ser el primer hombre en
descifrar los jeroglíficos egipcios. Gracias a su pasión, nació una nueva
ciencia, la egiptología. ¿Ves que tan lejos nos puede llevar el entusiasmo?
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Anímate y disfruta
A veces sentimos que sólo podemos entusiasmarnos por las cosas grandes
o por los planes inalcanzables. Pero también hay pequeñas cosas que nos
llenan de entusiasmo y nos hacen felices. Dibuja una escena de tú película
favorita y un lugar especial en el que quisieras permanecer por largo
tiempo. Escribe porque te entusiasma tanto.
Con un poco de ritmo
Muchos músicos, pintores y poetas han creado obras para celebrar la
alegría que acompaña al entusiasmo. Pon a prueba tu talento musical y
escribe una canción sobre la alegría, utilizando estas palabras: Viento,
Luna, Flauta, Mar, Gentil.
¡Todos a jugar!
¡A toda máquina!
Se hacen dos filas con cinco jugadores cada una. Frente a cada fila se
pone de base una pelota o un pañuelo. El primer jugador de cada equipo
corre hasta la base, la recoge y se la lleva al segundo jugador; éste la
toma, la devuelve a su lugar y regresa para tocar al tercer jugador que
debe ser corriendo en busca de la base para traérsela al cuarto jugador y
así sucesivamente. Gana el primer equipo en el que todos los jugadores
hayan llegado hasta la base… así te darás cuenta que el entusiasmo es
fundamental para conseguir las metas de un equipo.
Duelo de cojines
Levanta ese ánimo jugando con tus hermanos o tus amigos.
Necesitas una tabla, dos ladrillos, cinta de embalar y dos cojines. Hagan
una pasarela con los ladrillos y la tabla. Aseguren los ladrillos con cinta o
amárrenlos con un trozo de tela. Dos jugadores suben a la pasarela
llevando cada uno un cojín en la mano.
Luego tratarán de derribarse “acojinaos”. Cada uno intentará que el
jugador contrario baje de la pasarela. Cuando un jugar pierde el equilibrio,
salta al suelo y pierde el juego.
“Busca todos los días un motivo de entusiasmo”
La vida es bella La familia debe ser un espacio para el amor, el respeto y la alegría
El domingo es el día de la familia en el parque. Niños por todos lados,
padres, abuelos y tíos pendientes de los pequeños. Aquí el orgulloso padre
columpia a su hijo, allá la mamá le soba la rodilla a su hija que se hizo
daño, por otro lado los muchachos juegan a la pelota, los abuelos alientan
a las palomas mientras vigilan a su nietecito que está en el coche…así
pasa la vida familiar los domingos o durante los días de vacaciones. Las
familias suelen aprovechar los días libres para estar juntos y hacer lo que no
es posible hacer entre semana. Entre semana todo es diferente. Mañanas
aceleradas entre la ducha, el desayuno y la hora de salida de unos a
trabajar y otros a estudiar. La tarde y la noche son también de mucha
actividad: los hijos haciendo tareas, los papás ayudándoles, cocinando,
alistando los uniformes, luego todos ven un poco de televisión y finalmente,
a dormir. La familia la componen las personas que más queremos, por
distantes que estén: el papá, la mamá, los hermanos, los tíos, los
primos…algunas familias no tienen sus miembros completos, pero esto no
importa, en todo caso son una familia si se quieren y se ayudan
mutuamente. La parte de la familia compuesta por los padres y los hijos se
llama familia nuclear y si le agregamos todos los otros miembros (abuelos,
tíos, primos, etc.) se llama familia extensa. El lugar donde habita la familia
nuclear se llama hogar. En una casa puede vivir cualquier persona, pero
en el hogar sólo vive la familia.
¿De qué se trata este cuento?
Ma y Pa Drácula cuenta la historia de Jonathan, que con 9 años no
comprende porque sus padres nunca desayunan con él y en ocasiones
aparecen muy pálidos y débiles. Una mañana decide salir de su casa y
encuentra a Tobi, una niña que le cuenta sobre las vacaciones y lo lleva a
conocer la escuela. De regreso en casa, el chico expresa a sus padres el
deseo de ir a la colegio, tener amigos y llevar la vida diurna que todos
parecen vivir. Esta petición hace que sus padres le revelen un gran secreto:
ellos son vampiros, y él un niño adoptado al que aman profundamente.
Confundido al comienzo, pero comprensivo después, Jonathan aprovecha
la situación para hacer la fiesta de brujas en su casa, con los monstruos
anfitriones más condescendientes y reales del mundo: sus padres.
Anne Martin es una autora norteamericana de novelas para niños y
jóvenes.
Familia de noche y de día
Quiero ir a la escuela, dijo Jonathan categóricamente.
Mamá y papá se quedaron boquiabiertos.
Sabíamos que esto sucedería algún día, expresó papá.
Ir a la escuela sería un gran cambio, le dijo mamá a Jonathan. Tendrías
que dormir durante la noche y levantarte por la mañana. Tú papá y yo casi
no nos veríamos.
¿Y por qué no duermen también por la noche?
Mi amiga Tobi dice que eso es lo que todos hacen.
Nosotros no somos todos, pero te permitiremos ir a la escuela, le informó
papá. Supongo que el señor Saginaw ya no será tu tutor, aunque te
ayudará en el día con lo que necesites y te llevará en el carro a la
biblioteca.
¿Y dónde estarán ustedes?, preguntó nerviosos Jonathan.
Bueno, estaremos en casa, pero dormidos, dejo papá. Nosotros seguiremos
durmiendo en el día y… trabajaremos durante la noche.
¿Y por qué?, preguntó Jonathan. No creo que nadie más duerma en el día
y esté despierto en la noche. El chico hizo una pausa. Se sentía confundido
y enojado. ¿Soy adoptado?, preguntó de repente. Soy tan distinto a ti y a
mamá.
Mamá y papá se miraron durante un largo rato.
Papá dijo finalmente: Hijo, es hora de que sepas la verdad.
“Entonces si me adoptaron pensó Jonathan. Lo sabía”.
Mamá suspiró. Está bien, esta es la verdad. Tu padre y yo somos Vampiros
buenos.
Jonathan rió y fue por el libro de monstruos que había traído de la
biblioteca. Lo abrió en el capitulo siete donde decía cómo reconocer a
aun vampiro, y leyó:
“Los vampiros temen al sol, no tienen sombra, no se reflejan en los
espejos… su piel se sonroja con la sangre, y sus ojos se ponen brillantes…”
Jonathan no tuvo que confirmar ninguna de esas señales.
Pero Jonathan estaba desconcertado. Está bien, dijo a sus padres, si
ustedes son vampiros, entonces ¿yo qué soy? ¿De dónde vengo?
Tú mi querido niño, respondió mamá con cariño, eres nuestro hijo. Fuiste
adoptado… teníamos muchas ganas de tener un hijo, pero tenemos siglos
de edad. Nuestra única esperanza era adoptar un niño. Y eso hicimos.
Qué suerte la mía, dijo Jonathan
Y el señor Saginaw es nuestro ayudante, dijo papá. Como tú el es mortal.
Su trabajo consiste en ocuparse de ti.
Jonathan trató de entender todo. Su vida estaba cobrando sentido. Ahora
comprendía por qué siempre vivían lejos en el campo….
Alégrate, dijo mamá, ¿no te hemos dicho que puedes ir a la escuela como
los otros niños? Discúlpenme, dijo Jonathan, pero estoy tratando de
absorber unas noticias insólitas. Y, además, durante nueve años me
alejaron de algunas cosas que yo podría haber disfrutado, como la T.V.
Jonathan intentó tranquilizarse. Pero gracias por dejarme ir a la escuela,
dijo sinceramente.
¡Me muero de ganas de ir a clase de matemáticas!
(Adaptación de un fragmento de la novela Ma y Pa Drácula, de Anne Martin. Editorial Fondo de
Cultura Económica)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Estás de acuerdo con Jonathan en que ser adoptado por vampiros
es una suerte? ¿Por qué?
¿En qué se parece esta familia a la tuya?
¿Cómo crees que puedan convivir en armonía los miembros de una
familia, aunque haya fuertes diferencias entre ellos?
¿Por qué la familia es una parte importante de la sociedad?
¿Qué es la familia?
La familia es el conjunto de personas con las que vivimos, sobre todo,
aquellas que nos han acompañado desde pequeño y nos dan el amor y el
cuidado que necesitamos. Con ellas compartimos nuestra vida, nos
acompañamos y nos brindamos amor por mucho tiempo. La gran mayoría
de las familias están compuestas por los papás, los hijos y los demás
parientes, vivan o no cerca. Pero hay muchos niños que por diversas
razones no conocieron a sus papás, estos niños también tienen una familia.
Así mismo existen otras familias en las cuales los papás no viven juntos. Esto
no quiere decir que no sean familia, ya que los lazos y el cariño existen
verdaderamente.
Mucho ojo
Con lo que no le gusta a la familia
El maltrato…
Porque se daña el amor, hay diversas formas de maltrato, como las malas
palabras, los golpes, los gritos o los insultos. Hay que evitarlos siempre.
El egoísmo…
En la familia no puede existir el individualismo egoísta que lleva a alguno
de los miembros a pensar sólo en sí mismo y nunca, poco a poco, en los
demás.
La mentira…
Porque destruye la confianza. Las buenas relaciones entre los hijos
dependen de la confianza mutua. Si se rompe la confianza y la mentira se
vuelve costumbre, la relación se debilita.
Hogar
Es el espacio en el que se vive la vida familiar. El hogar es más que una
casa, es el espacio del amor, de la confianza y de la solidaridad. El hogar
se va haciendo cada día con la participación de todos los miembros de la
familia.
Ingredientes para la familia
Confianza
Es la seguridad que tienen los hijos en sus padres y los padres en sus hijos. La
base de la confianza es la verdad, por eso es necesario que en la familia
no haya mentiras ni dobles intensiones. Los papás pueden hacer mejor su
labor si sus hijos no mienten y los hijos pueden confiar más en sus padres si
ellos no los engañan ni les ocultan lo que es necesario saber para la vida.
Solidaridad
Es la disposición permanente de ayudar a los demás de manera oportuna.
En la familia, los más pequeños suelen necesitar de los grandes. Pero
¿Quién dijo que ellos pueden solitos? Muchas veces también necesitan de
los pequeños, por eso es importante que los hijos ayuden a los padres con
los oficios de la casa y que le tengan consideración cuando llegan
cansados de su trabajo.
Amor
Es la base de la vida en la familia. Sin amor, los padres y los hijos realmente
sólo son un grupo de personas que viven juntas, pero que no llegan a
formar una familia. Por amor, cada día los padres salen a trabajar, los hijos
estudian para ser mejores; por amor, los papás no duermen cuando su hijo
está enfermo; por amor, los hijos hacen tarjetas del Día de la Madre y del
Padre.
¿Quiénes son tus hermanos?
Los hermanos nos son sólo esos seres molestos que te cogen tus cosas, te
pelean por la televisión, se meten en tus asuntos, o te acusan con tus
papás… aunque a veces te cueste trabajo creerlo, tus hermanos pueden
llegar a ser tus grandes amigos. Tómate el tiempo para conocerlos y
disfrutarlos. Verás que son divertidos, solitarios… y muy parecidos a ti.
Con paciencia y respeto
La familia es una pequeña comunidad en la que debe regir el amor, la
comunicación y el respeto. Sin embargo, hay momento en que no todo
marcha tan perfecto como en una película, el conflicto es parte natural de
la convivencia, no siempre estamos de acuerdo, a veces nos peleamos,
nos disgustamos o hasta dejamos de hablarnos por algún motivo. Cuando
esto suceda en tu familia, recuerda que la comunicación es vital. Habla
con tus papás para defender tus puntos de vista. Escúchalos con atención
cuando ellos te expongan sus razones o sus reglas. Respeta a tus hermanos
aunque haya momentos en que te colmen la paciencia.
Los conflictos familiares se resuelven con comunicación, paciencia, respeto
y mucho amor.
Atención, por favor…
Piensa un momento: si no fuera por tu familia no sabrías amar ni
comprometerte con los demás. No estarías en capacidad de discutir ni de
defender tus propios puntos de vista. No sabrías que hacer cuando alguna
persona te tentara con propuestas sospechosas. No habrías aprendido el
orden y las normas de urbanidad. No tendrías a donde llegar en las noches
frías… la vida sería jartísima y dificilísima, ¿cierto?
Otro tipo de familia
Hace algunos años el divorcio era algo prohibido y las familias que
pasaban por esa situación eran mal vistas. Afortunadamente, la situación
ha cambiado y se ha vuelto más tolerante y respetuosa. Si tus papás están
separados o divorciados, seguro que has pasado momentos tristes y
difíciles. Pero fíjate cómo es mejor que cada quien este en su casa, a vivir
todos los días en medio de un ambiente tenso y difícil. Aunque tus papás
no vivan juntos, ambos te quieren muchísimo y se preocupan por ti. Tu
familia existe aunque el matrimonio de tus padres se haya disuelto.
¡Que vivan las mujeres!
En la mayor parte del mundo, pero principalmente en los países pobres de
América, África y Asia, las mujeres son quienes más trabajan para sostener
a sus hijos y en quienes recae su formación. Las mujeres son a la vez,
madres, maestras, enfermeras, formadoras y trabajadoras…
A veces pareciera que son unas súper heroínas que tienen la capacidad
de dividirse en muchas. En fin, las mujeres son luchadoras incansables que
con esfuerzo y sacrificio sacan a sus hijos adelante y contribuyen a que la
sociedad sea mejor.
¡Bienvenidos!
A las grandes ciudades de nuestro país han llegado centenares de familias
que han tenido que dejar sus tierras y sus pertenencias a causa de la
guerra. Son familias desplazadas que buscan la solidaridad y el cariño de
las personas que estén en mejores condiciones que ellas. Muchas
organizaciones trabajan para que tengan mejores condiciones de vida. A
todos los demás nos corresponde darles buen trato y hacerlas sentir como
en su casa. El hogar del desplazado es aquel que le brinda la oportunidad
de ganarse el pan de cada día.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Otros lugares, otros grupos
Cada cultura tiene sus diferencias. Averigua como son las familias de los
esquimales cuales son sus costumbres, como educan a los niños, cómo
celebran sus fiestas.
Crea la página de un periódico en la que les cuentes a los niños
esquimales cómo son las familias de tu país. Elabora dibujos vistosos y textos
amenos para que tu página sea muy alegre y ellos entiendan lo que
quieres mostrarles.
El árbol del amor
Arma tu árbol genealógico. Consigue fotos de tus papás, hermanos y
abuelos. Dibuja un gran árbol con muchas ramas. El lado derecho es para
la rama materna y el lado izquierdo, para la paterna. De cada lado
pegarás la pareja conformada por tus abuelos. Abajo debes seguir con la
foto de tu papá o tu mamá y después, y después con la tuya y la de tus
hermanos. Al lado de cada foto pon el nombre, la edad, el lugar de
nacimiento y las características más bonitas de cada miembro de tu
familia.
¡Todos a jugar!
Mmm… ¡qué rico!
¿Quién dijo que cocinar no es una actividad súper divertida? Los grandes
cocineros lo consideran un juego delicioso en que el amor tiene mucho
que ver. Expresa el amor que le tienes a tu familia organizando un almuerzo
muy especial para el domingo. Proponle a tus papás y hermanos que
participen: cada uno debe sorprender a los otros con un plato sabroso y
original en su decoración… si pides preparar el postre, será más fácil.
El mastín
Convida a tus hermanos y a tus primos a jugar al mastín en un parque o el
jardín de la casa. Necesitas mínimo 7 jugadores. Un jugador hace de
mastín y se para sobre una línea de tiza que divide el campo en dos. Este
jugador solo puede moverse sobre la raya. Cuando alguien grite “a pasar”,
los otros 6 jugadores tratarán de pasar al otro lado sin dejarse atrapar por
el mastín. Si el mastín atrapa a un jugador deberá hacer que se siente en el
piso. Si lo logra antes de que se escape, el perdedor se convierte en mastín
y se queda en la raya para ayudarle a atrapar a los otros. El juego termina
cuando todos los jugadores se han convertido en mastines.
¡Dibújate una sonrisa! La felicidad no es un golpe de suerte, es un camino optimista y
positivo que construimos nosotros mismos a lo largo de la vida.
Algunos definen como el éxito, otros como el bienestar, algunos más con la
ausencia de tristeza. Sin embargo, la felicidad es mucho, mucho más que
todo eso.
¿Te has fijado como felicidad es una palabra que resplandece? Cuando la
pronunciamos, los labios se alargan en una sonrisa, porque su esencia se
encuentra en la alegría de vivir.
Puede que a veces la pasemos mal, que nos sintamos tristes o que nos esté
yendo muy bien. Pero si mantenemos una actitud positiva, optimista y
agradecida con la vida, es decir, alegre, no dejaremos que la felicidad se
nos escape. En realidad, la mejor noticia es que la felicidad no puede huir
de nosotros porque ésta vive en nuestro interior, la llevamos y nos
acompaña a donde quiera que vayamos.
Todos tenemos la capacidad de ser felices si buscamos el lado bueno de
lo que nos rodea y nos sucede, incluso a los problemas; si mantenemos el
entusiasmo cotidiano, eliminamos los sentimientos negativos, aprendemos
a querer y nos dejamos amar.
Si piensas en lo que te hace feliz verás que existen cosas que parecen
importantes, como los juguetes o las vacaciones que siempre has
deseado, pero si te esfuerzas, te darás cuenta que la felicidad verdadera
no está en las cosas materiales, sino en esas otras cosas que el dinero no
puede comprar, como el amor de tu familia, el cariño que sientes por ti
mismo, el bienestar que te deja un abrazo, la diversión que guía tus juegos
con tus amigos o la satisfacción que sientes cuando estás haciendo algo
tal vez pintar o jugar fútbol que te gusta mucho.
Algo que te hará muy feliz es saber que la felicidad no es un golpe de
suerte, sino un camino que cada uno de nosotros construye.
¿De qué se trata este cuento?
Remedio para melancólicos, de Ray Bradbury, es una colección de 22
relatos en los que el autor demuestra su maestría para dar un grito
fantástico a las situaciones cotidianas. Un traje maravilloso que cambia a
todos los que lo visten, un artista dibujado en las arenas de la playa, un
individuo anónimo que se baja de un tren en un pueblo aún más anónimo,
son algunos de los motivos que el lector puede disfrutar en este libro. Genio
de la ciencia ficción, Bradbury nació en Estados Unidos, en 1920. Entre
novelas, colecciones de cuentos, poemas y obras de teatro, ha publicado
más de 30 libros.
El regalo
Mañana será navidad, y aun mientras viajaban los tres hacia el campo de
cohetes, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo del
niño por el espacio y deseaban que todo estuviese bien, cuando en el
despacho de la aduana los obligaron a dejar el regalo, que excedía el
peso límite y el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les
quitaban la fiesta y el cariño.
El niño los esperaba en el cuarto terminal.
¿Qué haremos?, dijo la madre. ¡Y tanto que deseaba el árbol!
Nada, nada… ¿Qué podemos hacer?
La sirena aulló y la gente se precipitó al cohete de Marte. La madre y el
padre fueron los últimos en entrar, y el niño entre ellos, pálido y silencioso.
Ya se me ocurrirá algo, dijo el padre.
Y el cohete despegó y dejó atrás una estela de fuego, y dejó atrás la tierra,
el 24 de diciembre de 2052, subiendo a un lugar donde no había tiempo.
Cerca de la medianoche, hora terráquea, según sus relojes neoyorkinos, el
niño despertó y dijo:
Quiero mirar por el ojo de buey.
Había un único ojo del buey, una “ventana” bastante amplia, de vidrio
muy grueso en la cubierta superior.
Todavía no, dijo el padre. Te llevaré más tarde.
El padre había estado despierto pensando en el regalo abandonado, el
árbol perdido y las velas blancas. Al fin, creyó haber encontrado un plan. Si
lograba llevarlo a cabo, este viaje sería en verdad feliz y maravilloso.
Hijo, dijo, dentro de media hora, exactamente, será navidad.
El rostro del niño se encendió le temblaron los labios.
Ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron…
Si, todo eso y más, dijo el padre.
Pasó el resto del tiempo arrastrado por el fuego, el silencio y el movimiento
insensible….
¡Navidad! ¡Ya es navidad! ¿Dónde está mi regalo?
El padre tomó al niño y a la madre por el hombro, salieron de la cabina y
subieron por una rampa.
Hemos llegado, dijo el padre.
Se detuvieron frente a la puerta cerrada de una cabina. El padre llamó en
código. La puerta se abrió y se oyó un murmullo de voces.
Entremos, dijo el padre.
Entraron en el cuarto. En verdad era muy oscuro.
Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio de un metro de alto y dos
metros de ancho, por el que podían ver el espacio.
El niño se quedó sin aliento. Detrás de él, sus padres también se quedaron
sin aliento, y entonces en la oscuridad del cuarto, varias personas se
pusieron a cantar.
Feliz Navidad, hijo, dijo el padre.
El niño se avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el vidrio del ojo de
buey. Y allí se quedó por largo rato mirando, mirando simplemente el
espacio, la noche profunda, y el resplandor de cien mil millones de
maravillosas velas blancas….
(Adaptación del cuento “El regalo”, en remedio para melancólicos de Ray Bradbury. Editorial
Minotauro)
Y tú ¿qué piensas?
¿Qué opinas de la solución que encontró el padre para resolver el
problema del regalo de su hijo?
¿Crees que el niño fue feliz?, ¿Por qué?
¿Qué habrías esperado tú, en mitad del espacio, en vez de un
regalo de Navidad?
¿Por qué alcanzamos un poco de felicidad cuando hacemos felices
a los otros?
¿Qué es la felicidad?
La felicidad es el conjunto de todos los momentos felices que hemos vivido,
de los buenos sentimientos que nos guían, del optimismo que nos
acompaña y de la alegría que nos llega a cada momento de nuestra vida.
La felicidad debe ser la meta más importante de cada persona. Por eso, es
muy importante mantener una actitud alegre y aprender a tirar a la basura
aquello que nos hace infelices. ¿Cómo se alcanza la felicidad? Mirando
hacia adentro: la felicidad no puede estar afuera de ti, vive en tu interior.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la felicidad
La amargura…
Existe gente que se especializa en encontrarle el lado malo a todo, incluso
a lo bueno. Son incapaces de ser felices.
La tristeza…
Todos, en algún momento, nos hemos sentido tristes. Sin embargo, no
debemos olvidar que tenemos muchas otras razones para alegrarnos y
dejar ir la tristeza.
La ingratitud…
Para ser felices debemos agradecer cada día de vida, así nos vaya bien o
mal.
Autonomía
La felicidad no es un golpe de suerte: está condicionada por nosotros
mismos, por las actitudes que asumamos, las decisiones que tenemos y el
comportamiento que tengamos. Una persona feliz controla su vida, sabe
adaptarse a los cambios y confía en sí misma: sabe que ella es la
responsable de su propia felicidad.
Ingredientes para la felicidad
Disfrutar
Tenemos que aprender a disfrutar las pequeñas cosas buenas que nos
suceden todos los días: una rica conversación con los amigos, el descanso
después del trabajo bien hecho, la gran belleza de la naturaleza, lo
delicioso que sabe un helado de chocolate. Nunca dejes de gozar lo
bueno, por pequeñito que parezca, de los que estás rodeado.
Altruismo
El altruismo es la actitud bondadosa, generosa y comprensiva que
tenemos hacia las demás personas. Cuando eres altruista aprendes a
comprender a los otros, a tenderles la mano cuando lo necesitan y a
compartir todo lo bueno, material o espiritual, que tú tienes. Dar felicidad
por medio del altruismo tiene efecto de boomerang: se te regresa y te trae
más felicidad.
Amor
El amor es tan grande y tan bueno que es quizá la condición más
importante para la felicidad. Necesitamos sentirnos amados, amar a los
demás y a nosotros mismos para que nuestra vida adquiera todo su
sentido. El amor nos hace fuertes y generosos, nos lleva por el buen camino
y nos aleja del egoísmo. El amor llena nuestros corazones de felicidad.
Optimismo
Es la mejor forma de ver la vida, cuando esperamos que todo lo que
sucede sea para bien y confiamos en que lo bueno prevalece sobre lo
malo. Si tenemos una actitud optimista nos daremos cuenta de que son las
cosas que pasan las que nos hacen felices o desdichados, sino la manera
en que las asumimos.
Un mundo feliz
Entre los sueños recurrentes de la humanidad está el construir un mundo
feliz. Las leyendas de la mitología universal hablan de momentos, perdidos
en el tiempo y la memoria, en que los hombres y mujeres vivían en
armonía, sin guerras, ni hambre. Pero siempre, en todas estas historias, los
mismos hombres fueron responsables de dañar ese mundo paradisíaco.
De esta forma se expresaban las dificultades por las que ha pasado la
humanidad. Si bien es cierto que todavía no hemos llegado a vivir en un
mundo perfecto, podemos trabajar todos los días para que la felicidad sea
posible para todos.
Un granito de arena
Aunque parezca mentira, toda buena acción que hacemos en nuestra
vida cotidiana resulta importante a nivel “macro”, es decir, hace que todo
vaya mejor en nuestra familia, nuestra sociedad, nuestro país y, por
supuesto, hace del mundo un lugar más feliz y positivo. ¿Ves cómo somos
de importantes?
Regalar felicidad
Ese día, Juliana regreso más contenta que nunca del colegio. Su papá le
preguntó que si había llevado su muñeca nueva y ella contestó que sí. “¿Y
qué dijeron? Le preguntó el papá. ¡Te apuesto que les encantó a tus
compañeras?” “Sí dijo Juliana, a quien más le gustó fue a Margarita. Ella
casi no tiene juguetes, la abrazaba y la miraba con unos ojos que… se la
regalé”. ¡“Pero cómo si a ti te gustaba mucho!” “Sí, ¡pero me gustó más ver
lo feliz que se puso Margarita!” dijo Juliana. Cuando haces las cosas de
corazón, la felicidad actúa en doble vía: hacia los demás y hacia ti mismo.
Todos los días son buenos
Ya tenemos claro que el amor hacia nuestra familia forma los lazos más
poderosos que existen. Por eso nos sentimos felices cuando algo bueno le
sucede a cualquiera de sus miembros: los papás son felices cuando sus
hijos se gradúan, la hermana es feliz cuando su hermano gana una
competencia, los abuelos son felices cuando los papás logran un ascenso
en el trabajo. Sin embargo, no es necesario que sucedan cosas fuera de lo
común para sentirnos felices en familia: estar juntos, gozar de buena salud
y saber que contamos los unos con los otros, son razones suficientes.
Una sociedad democrática
La felicidad no sólo está relacionada con la alegría, sino con la paz y la
armonía. Aún con sus imperfecciones y fallas, la democracia es el sistema
de gobierno que permite a sus ciudadanos participar, a través de las
elecciones, en el gobierno de su país.
Para que la democracia funcione, el gobierno debe garantizar un espacio
para las diferentes facciones políticas que representan varios puntos de
vista, aun aquellos que son opuestos a los del gobierno.
En sus marcas, listoooos… ¡fuera!
Los juegos olímpicos son una gran fiesta en la que participan casi todos los
países del mundo. Algo tienen los juegos que transforman a la gente: todos
estamos pendientes de lo que sucede, nos maravillamos ante las hazañas
de los deportistas y somos presas de un entusiasmo muy especial. Los
países sede se realizan, además de las competencias, grandes actos
culturales que acercan a los participantes: hay música, danza, teatro y
exposiciones de arte que muestran las distintas caras de la comunidad
internacional. Lo bonito de las olimpiadas es que son un pretexto para que
todos los países se den cita con lo mejor que tienen: el deporte y la cultura.
Cada cuatro años, feliz de la vida, el mundo se da cita para participar en
la gran fiesta del esfuerzo humano.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
¿Es tan difícil ser feliz?
Un abrazo fuerte de un buen amigo, una tarde de excursión con tu papá o
las travesuras de tu mascota son cosas sencillas que te pueden poner muy
contento. Escribe mensajes diversos sobre las cosas no materiales que te
hacen feliz y acompáñalas de un dibujo. Si quieres, puedes regalarle estos
mensajes a quien creas tú que le gustaría compartirlos contigo.
Astronauta, guitarrista o veterinario……
¿A que te gustaría dedicarte cuando seas grande? Describe cómo te ves
a ti mismo dentro de 15 años, dedicado a un oficio que te traerá
satisfacción y felicidad. Concéntrate sobre todo en porqué ese oficio o
carrera te haría feliz…. Si pensaste que porque crees que te dará plata,
¡piénsalo de nuevo y busca razones que no tengan que ver con el dinero!
“Cuando sea mayor seré un…”
¡Todos a jugar!
Cadáver exquisito
Este método de escritura colectiva fue inventado por un grupo de artistas
muy locuaces llamados “surrealistas”. Aprovechan su método para crear
un poema muy original con tus amigos: reúne cinco jugadores. Plieguen
una hoja de cuaderno en cinco partes. En la parte superior de cada cara
escriban: 1. ¿Quién es feliz?, 2. ¿Cómo?, 3. ¿Dónde?, 4. ¿Cuándo?, 5. ¿Con
quién? El primer jugador escribe la respuesta a la pregunta 1, el segundo a
La 2, y así sucesivamente. Ningún jugador puede ver lo que el anterior
escribió. Al desdoblar la hoja descubrirá un mensaje absurdo y simpático.
Para las rondas siguientes, se vuelve a doblar la hoja y los jugadores
intercambian las preguntas que quieren responder.
Barra de chocolate
Siéntate con cuatro amigos alrededor de una mesa. Sobre ella deben
poner un par de dados, una barra de chocolate, un tenedor y un cuchillo.
El primer jugador se levanta y lanza los dados. Si salen dos números iguales
puede comer chocolate, pero con cuchillo y tenedor. Seguirá comiendo
chocolate hasta que otro jugador pueda ocupar su puesto sacando
números iguales en los dados. Los jugadores probaran su suerte por orden y
lanzando los dados una sola vez. El juego termina cuando la barra de
chocolate se acaba. ¡Este juego es divertido y es una prueba de que el
chocolate es muy cercano a la felicidad!
“El secreto de la felicidad no es hacer lo que se quiere sino querer lo que se
hace”
Todos de fiesta La generosidad significa compartir tu tiempo, tu interés, tus
proyectos y tus cosas… tu corazón.
Para celebrar el día del amor y la amistad, el curso acordó que cada uno,
incluyendo a la profesora, llevara un regalito y algo de comer para
compartir. Así, todos pusieron sus regalos en una bolsa negra que quedó
encima de una mesa, mientras compartían las gaseosas, las papas fritas,
los dulces y los demás alimentos que habían llevado. Como fondo musical
la canción de moda. Todos reían y hacían bromas, pero nadie retiraba su
mirada de la bolsa negra. “¿Qué me irá dar?”, se preguntaban unos; “¿a
quien le irá salir mi regalo?, ¿le irá gustar?”, pensaban otros, llegado el
momento cada uno tomó de la bolsa su regalo, lo destapó y lo mostró a
los demás con una gran sonrisa. Después, todos intentaron adivinar quien
regaló qué. Entre risas se oyó decir “¡tacaño!”, “¡tacaña!”, “¡generoso!”,
“¡generosa!” estas palabras eran una broma y parte del buen humor de la
fiesta, porque todos los compañeros y compañeras del curso y la profesora
fueron generosos. Es decir, mostraron la capacidad de dar lo que cada
uno de nosotros tiene. Los regalos, los alimentos, la risa, la alegría, el interés
de estar juntos, fueron muestras de generosidad.
No hubo ni uno solo amargado, ninguno inventó una excusa para faltar a
la fiesta, ninguno se hizo el loco con el regalo…
Cada uno dio de sí lo mejor para que la sencilla fiesta fue un éxito. Y lo
lograron.
Un bosque de mirtos
Es un pueblecito abrumado por el sol y azotado por el viento salado del
mar, había un alfarero llamado Luigui que se había casado con Gina, una
linda mujer morena. Los dos podrían haber sido muy felices si hubieran
tenido un niño. Ese era su mayor deseo, pero desde el día de la boda,
esperaron en vano.
Una mañana en que Gina meditaba mirando la montaña vio caer a sus
pies una plantica de mirto. Al mirar hacia el cielo apenas divisó un bello
pájaro multicolor que volaba rápidamente. La planta tenía tres tallos
frondosos y todas sus raíces.
Gina plantó el mirto y buscó agua para regarlo.
Luigui, que había venido a mirar, le dijo que en una región como esa no
había posibilidad de que el arbusto creciera; pero la joven se obstinó.
Cada tarde y cada mañana sacaba agua y regaba el mirto que comenzó
a crecer y echar flores.
Un día que el príncipe Enrico se paseaba a caballo, vio el mirto y dijo:
Qué extraordinario que hayan podido hacerlo crecer aquí. Me gustaría
tener este arbusto en mi castillo. ¿Cuánto quieren por él?
Nos gustaría complacerlo, pero nos hemos encariñado con él, dijo Gina.
Reflexionando un poco, el príncipe dijo:
Les propongo que se instalen en mi castillo y trasplantemos allá el mirto. En
mi morada Luigui podrá tornear y cocer sus vasijas.
El día de la mudanza, arrancaron con cuidado el arbusto y luego lo
plantaron delante del castillo.
Allí, cuidado por Gina y por el príncipe, creció con rapidez hasta que un
día se dieron cuenta de que una bella joven habitaba el mirto.
Ya ves, dijo el príncipe a Gina. Ustedes se lamentaban por no tener un hijo,
pero ahora tienen una niña. ¿Cómo quieren llamarla?
La llamaremos Mirta, dijo el alfarero.
Pues bien, dijo el príncipe, si Mirta consiente, yo les pido que me concedan
su mano.
Mirta y sus padres aceptaron y la noticia de la boda se hizo pública.
Como el príncipe era hermoso y rico, todas las jóvenes de la comarca
entraron en cólera porque no podían casarse con él. Aprovechando un
día en que el príncipe se fue de caza, se dirigieron al castillo para atacar a
Mirta.
Ataron a Luigui y a Gina, buscaron por doquier, pero no encontraron a la
muchacha. Entonces, sabiendo que el príncipe amaba al mirto, se
vengaron en él, destrozando sus ramas. Cuando las jóvenes
desaparecieron, Mirta salió del tronco en que se había escondido y fue a
liberar a sus padres.
Al ver el árbol mutilado, Gina se apesadumbró.
No te preocupes mamá, dijo Mirta. Esas furias no se dieron cuenta de que
te estaban dando muchos hijos. Y se dispuso a plantar todas las ramas
dispersas.
Después de seis meses, cuando cuándo se celebró la boda, los invitados se
maravillaron al ver el bosque de mirtos delante del castillo. Cada uno se
llevó una rama para plantarla; y así, desde entonces, la comarca ha
estado siempre florecida.
(Adaptación de un relato de Leyendas de montañas y de bosques, de Bernard Clavel. Editorial
Norma)
¿De qué se trata este cuento?
En leyendas de montañas y de bosques, Bernard Clavel recopila relatos
provenientes de todo el mundo que tratan de las creencias de los pueblos,
algunas de las cuales aún nos permiten comprender quienes y como
somos.
Son historias en las que monstruos y hechiceros, mujeres, hombres y niños
comparten los defectos y virtudes de las personas de hoy. El relato sobre el
mirto está inspirado en la superstición compartida por varios pueblos
(lituanos e italianos) acerca de que las plantas puedan estar habitadas no
solo por los dioses, sino también por los hombres o por el alma de los
muertos.
Bernard Clavel nació en 1923 en Francia. Ha escrito poemas, ensayos,
novelas y cuentos para niños.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Por qué Gina se ocupaba con tanto cariño de la planta?
¿Crees que la joven que vivía en el mirto fue una ofrenda del
arbusto? ¿Por qué?
¿Fuera de Gina, qué otro personaje de esta historia sobresale por su
generosidad?
¿Qué sentimiento crees tú que haya impulsado a las jóvenes que
cortaron el mirto a comportarse así? ¿Por qué?
Mucho ojo Con lo que no le gusta a la generosidad
La avaricia….
Porque encierra a las personas en su egoísmo y no les permite compartir. Es
avaro el que acumula y acumula cosas para él.
La tacañería…
Porque lleva a las personas a entregar lo mínimo, a veces lo que les sobra.
Es tacaño también el que no comparte lo que sabe o el tiempo libre con
su familia o con sus amigos.
El orgullo…
Porque es tan generoso el que da como el que recibe, a veces el orgullo o
la vanidad no dejan que recibamos generosamente lo que otros nos
ofrecen.
¿Qué es la generosidad?
Imagina el mundo así: todos son egoístas, solo piensan en su propio bien y
dedican su vida a acumular y acumular cosas para sí mismos.
¿Crees que así sería posible la felicidad? La generosidad nos impulsa a dar
de lo que tenemos para que otras personas puedan vivir mejor. Pero la
generosidad no es sólo dar, también es generoso todo aquel que tiene
sentimientos nobles, buenos y justos. Un caso muy lindo de generosidad
nació en un buen cirquero, Héctor Fabio Cobo, quien decidió enseñar las
artes del circo a los niños de la calle, en Cali. Las maromas y las risas del
circo les dieron a estos niños una nueva opción de vida. “Circo para todos”
Es el nombre de esta fundación que regala la vida y esperanza.
Alegría
Ser generoso produce mucha alegría. Solo observa la cara de tu amigo
cuando le das un regalo el día de su cumpleaños, o al hermanito menor
cuando le das un poco de helado, o al abuelo cuando le das un beso.
Ingredientes para la generosidad
Conocerse
Porque solamente quien conoce sabe qué puede dar.
Imagina a una persona que no sabe lo que tiene en su casa o en sus
bolsillos o en una mochila; esta persona no conoce lo que puede
compartir con los demás. Pero peor es el caso de una persona que tiene
muchas cualidades escondidas que podría poner al servicio de sus amigos
o de su familia, pero que no lo hace simplemente porque no se conoce.
Discreción
El generoso ayuda a las personas sin revelar su identidad ni lo que hizo por
ellas. El generoso no anda contándole a todo el mundo lo que hizo por
otros. ¿Cómo te sentirías, por ejemplo, si un amigo te presta una chaqueta
para ir a una fiesta y luego, en plena fiesta, le cuenta a todo el mundo que
esa chaqueta es suya?
Altruismo
El generoso no está buscando ningún tipo de recompensa, sino que da lo
mejor de si por el solo placer de servir, de ayudar. Quien busca obtener
ganancias, fama o prestigio al hacer un favor o al regalarle algo a alguien,
deja de ser generoso.
Igualdad
A veces vemos personas que dan limosna en la calle, pero que miran a
quien pide no como una persona necesitada, sino como un animal. ¡Mejor
que no te den nada! Todo el que da a los demás, debe tener claro que
quien pide es una persona, un ser humano con una necesidad.
¡Me interesas!
Sólo puede ser generoso el que siente un genuino interés por los demás. Es
muy fácil pasar de largo cuando vemos a alguien triste o
apesadumbrado…. Pues pensar que no es tu problema, y tal vez es cierto,
pero piensa cuanto bien puedes hacer con solo preguntar: “¿qué te
sucede?”. La generosidad se expresa con palabras de aliento o gestos
cariñosos. También al compartir lo más valioso que tienes, es decir, tu
tiempo y tus buenos sentimientos.
Dar y recibir
La generosidad es dar y compartir. Dar sin esperar ser recompensado ni
exigir una obligación de parte de quien recibe y compartir gustosamente.
Cuando eres generoso pasa algo muy bonito: tocas el corazón de los
demás.
¡Celebremos!
Así como existen los laboratorios de biología o de química, existen los
laboratorios de generosidad, es decir, las fiestas. Cuando alguien de
nuestra familia cumple años, cuando llega la Navidad o el Día del Amor y
la Amistad somos generosos: arreglamos la casa, dibujamos las tarjetas,
damos regalitos, nos esforzamos por hacer menos males, por colaborar y
por estar contentos.
¡Muuuuuuuuuu!
Normalmente, al hablar de vaca nos referimos al animalito manchado de
negro, que muge, que nos da leche y carne…. Pero entre los grupos de
amigos se habla de “hacer vaca”. Es cuando se hace una colecta para
comprar algo que se va a compartir. Por ejemplo, “hacer vaca” para
comprar gaseosa y empanadas para el grupo de amigos que se ha
reunido a hacer una tarea. “Hacer vaca” con los amigos es una forma de
ser generosos.
Gesto de amor
Es un gesto de amor y generosidad inmenso por su país, el artista
Colombiano Fernando Botero donó buena parte de su colección de arte a
las ciudades de Bogotá y Medellín. A Bogotá le regalo cuadros de
maravillosos de grandes artistas, además de muchas obras suyas, que
pueden disfrutarse en el Museo Botero en el Banco de la República. A
Medellín, su ciudad natal, le obsequio también una gran colección de
cuadros y esculturas de su autoría que se exhiben en el Museo de
Antioquia. Las obras que regaló Botero valen millones de dólares, y muchos
coleccionistas y museos del mundo gustosos se las habrían comprado. Pero
el prefirió regalarlas a la gente de su país, para que los niños y niñas
gozaran de cerca las maravillas del arte.
Guitarras y Baterías
No han sido pocas las veces que las grandes estrellas de la música
internacional se han reunido para apoyar grandes causas humanitarias. En
los años 70, el ex Beatle George Harrison organizó el Concierto para
Bangladesh, para crear conciencia y recaudar fondos para aliviar la
hambruna que azotó a ese país. Más tarde en 1985, los mejores
rocanroleros de todos los tiempos se reunieron en dos conciertos
simultáneos de 16 horas de duración que se conocieron como Live Aid.
Juntos lograron reunir más de 100 millones de dólares para crear
programas para combatir la terrible hambruna que sufría Etiopía en
aquella época. Estos conciertos fueron maravillosos y despertaron la
conciencia y la solidaridad de toda una generación. ¡Buen rock & roll para
las buenas causas!
Si lo oyes….. Lo olvidas….. si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces…. Lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Sacúdete el orgullo
A veces, cuando nos sentimos lastimados u ofendidos, nos cuesta mucho
trabajo alejar los sentimientos feos hacia quien nos hizo sentir mal. Pero
piensa: ¿será que el perdón es un acto de generosidad? Narra con dibujos
una fábula en la que expliques tu respuesta a esta pregunta.
Una sonrisa de placer
Cotidianamente tienes la oportunidad de realizar acciones generosas.
Escribe como te has sentido cuando has sido generoso con alguien.
Recuerda con quién fue, en qué situación, cómo te respondió esta
persona. Ahora, haz el ejercicio a la inversa y describe las situaciones en las
que alguien ha sido generoso contigo.
¡Todos a jugar!
Préstame los tenis
Cuando tenemos un amigo o un hermano a quien queremos mucho,
somos generosos con él. Tanto que compartimos con él nuestra música, los
libros, los juegos y hasta la ropa.
Se elige un jugador que será el detective. Éste observa atentamente la
ropa que llevan puesta los otros jugadores y luego se aparta hasta donde
no pueda verlos. Los demás jugadores se intercambian alguna prenda y
llaman al detective para que vuelva. Éste tendrá que descubrir cuál es la
prenda cambiada que lleva cada jugador y también con quién se la ha
intercambiado. Después otro jugador hará de detective. Quienes se
equivoquen deben cumplir juntos una penitencia al final del juego.
¡Oh, qué será, qué será!
Este juego es más valioso cuando se programa fuera de una fecha
especial.
Un día cualquiera en que deseas celebrar la amistad quienes te rodean.
Programa con tus amigos un día de celebración y convídalos a elaborar
un regalo artesanal. El día elegido lleven los obsequios. Y pidan a un
maestro de ceremonias, que no participa del juego, que guarde los
regalos dentro de una bolsa opaca sin que los jugadores lo vean. Los
participantes se sientan en un circulo; por turnos cada uno introduce una
mano en la bolsa, escoge un regalo y sin sacarlo, sólo tocándolo, dice qué
es. A continuación el maestro lo saca de la bolsa para ver si acertado. Si el
jugador acierta, se lleva el regalo. Si no, se deja a un lado. Al final, los
regalos no descubiertos se rifan entre quienes no adivinaron: cada jugador
se lleva de todos modos un regalo.
“la generosidad empieza por casa”
Un tesoro invaluable
La honestidad es una palabra que brilla como el oro, ya que contiene
todas aquellas cualidades que tienden hacia el bien.
Para encontrar este tesoro no necesitas ser el más valiente y aguerrido de
los piratas, aunque seguramente correrás muchas aventuras y enfrentarás
todo tipo de pruebas. Necesitarás, eso sí, un mapa que te ayude a
encontrarlo. El mapa es mágico porque se dibuja a medida que lo
caminas y no te lleva hacia afuera, sino cada vez más hacia adentro.
Ese gran tesoro, valiosísimo pero incomparable, es la honestidad y el
camino que lleva hasta ella se anda paso a paso por la vida, adoquinado
por nuestras acciones buenas y rectas. La honestidad es una palabra que
tiene todos los valores y cualidades que ya conoces, como la bondad, el
amor o la honradez.
Una persona honesta es una persona recta, que guía su vida de acuerdo
con sus principios, que no negocia su integridad ni lo que verdaderamente
cree ni es. Una persona honesta no puede escribir que los marcianos sí
existen cuando no cree en extraterrestres; no recibirá un premio por algo
que hizo alguien más y mucho menos tomaría lo que no es suyo.
¿Por qué? Simplemente porque sabe que eso no está bien y lo mejor de
todo, es que si lo hiciera, se sentiría tan incómodo que le resultaría
imposible seguir comprometiendo su integridad. Alguien así son “virtuosos”,
es decir, labra ¿será porque los virtuosos son cada vez menos? Este mundo
sería un lugar mucho más feliz, armónico y seguro si los hombres nos
preocupáramos por ser más virtuosos, es decir, honestos.
Un blues sin guitarra
¿De qué se trata este cuento?
En el libro de Béisbol en abril y otras historias, Gary Soto nos regala once
cuentos en los que presenta rasgos de situaciones cotidianas de la vida de
algunos muchachos y muchachas entre los 10 y los 13 años de edad. En Un
blues sin guitarra, acompañamos a su protagonista, Fausto, por un viaje al
interior de él mismo al emprender una acción de aparentemente inocente
para conseguir una guitarra, pero con la cual compromete su honestidad.
El autor, Gary Soto, nació en Fresno, California. Ha escrito poemas y relatos
para niños y jóvenes.
En 1985 ganó el premio de la fundación americana Before Columbus.
Es editor de la colección de ensayos Chilhood.
Cuando Fausto vio al grupo los Lobos por televisión supo lo que quería
hacer con su vida: tocar la guitarra. Terminando el programa, salió dela
casa y pensaba como conseguir dinero para comprarse una guitarra. Al
regresar se armó de valor y dijo a su madre:
Mamá, quiero una guitarra en Navidad.
Ella levantó la vista de las tortillas que preparaba.
Cariño, una guitarra cuesta mucho dinero.
Pero ya veremos.
Fausto sabia que su madre tenía razón entonces decidió que iría al norte, a
una sección más bonita de Fresno, con la intensión de buscar trabajo;
barrería las hojas de los jardines… trabajaría en lo que fuera.
Fue de puerta en puerta, pero después de tres horas el único trabajo que
halló fue cuando alguien le pidió que fuera a una tienda por una hogaza
de pan, por lo cual recibió una moneda de veinticinco centavos, sucia y
cubierta de tierra. También le tocó una naranja y mientras se la comía
sentado en una baranda, se le acercó un perro. El muchacho lanzó al
cielo una cáscara de naranja, el perro la atrapó velozmente y la engulló.
Luego miró a Fausto con ojos tristes, como esperando otro bocado.
En ese momento un destello iluminó el espíritu de Fausto. Vio que era un
perro bastante fino, con placa de identificación y un collar reluciente. Este
perro parecía pertenecer a gente rica. El destello se hizo más brillante.
Podría funcionar. Llamó al perro, le dio una palmada en el lomo y se inclinó
para revisar la placa.
Maravilloso, dijo, hay una dirección.
El perro se llamaba Rogelio. Fausto planeaba regresarlo a su hogar y
cobrar una recompensa.
Diría que lo había encontrado junto a la autopista.
Esto aterraría a los dueños, quienes estarían tan contentos que le
ofrecerían una recompensa. Le incomodaba mentir, pero el perro si estaba
suelto.
Al encontrar la casa con la dirección de la placa, tocó suavemente. Un
hombre en bata y pantuflas abrió la puerta y pareció confundido al ver a
su perro y al niño.
Señor, dijo Fausto, encontré a su perro junto a la autopista.
Perro malo y metiche, dijo el hombre agitando su dedo. Elena, gritó luego,
tenemos una visita.
Su esposa entró a la sala. El hombre le relató lo ocurrido. Ella, en
agradecimiento le ofreció un trozo de tarta, mientras Fausto les contaba
donde vivía. Al terminar de comer, el chico se despidió.
Mientras se dirigía a la puerta, el hombre abrió su cartera le sacó un billete.
Esto es para ti, dijo. Rogelio es especial para nosotros, casi como un hijo.
Fausto miro el billete y supo que estaba en un aprieto. No con esas
personas agradables, sino consigo mismo. El perro no estaba perdido. Sólo
estaba dando un alegre paseo sabatino.
No puedo aceptarlo.
Lo mereces, dijo el hombre.
No, no lo merezco.
No seas bobo, dijo la señora. Tomó el billete y lo metió en el bolsillo de la
camisa de Fausto.
Eres encantador. Ven a vernos otra vez, por favor.
Fausto salió y la mujer cerró la puerta….
(Adaptación de un fragmento del cuento “Un blues sin guitarra”, tomado del libro Béisbol en abril y
otras historias, de Gary Soto. Editorial Fondo de Cultura Económica)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Estás de acuerdo con la justificación que encuentra Fausto para
llevar el perro a sus dueños? ¿Por qué?
¿Por qué el niño se siente en aprietos consigo mismo?
¿Qué crees que hará el chico con el dinero que recibió?
¿Piensa que los beneficios obtenidos con engaños empobrecen
nuestra vida? Explica tu respuesta.
¿Qué es la honestidad?
Honestidad significa actuar de acuerdo con lo que se piensa y lo que se
dice.
Quien es honesto es autentico consigo mismo y con los demás, porque
posee un alma propia, sabe en lo que cree y conoce sus límites a la hora
de actuar o tomar decisiones. La honestidad nos lleva a defender lo que
parece correcto, nos lleva a vivir de acuerdo con nuestros valores y nos
hace honrados con nosotros mismos y con los demás. Eres honesto cuando
tus palabras y tus acciones están de acuerdo, por eso haces lo que es
correcto sin que nadie esté viendo.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la honestidad
El fraude….
Porque es una acción tramposa y mentirosa: actúan fraudulentamente
quienes falsifican medicamentos, copian en los exámenes, venden o
compran trabajos del colegio.
La indiferencia….
Porque uno no puede quedarse como si nada cuando es testigo de la
injusticia o del sufrimiento de los demás.
La falsedad…
No sirve ni para agradar: si tú finges ser distinto a lo que realmente eres, la
gente no podrá conocerte verdaderamente.
Rectitud
Una persona recta es aquella que actúa de acuerdo con sus principios y
valores. Debido a ello tienen la conciencia tranquila porque cuando se
vive armónicamente con aquello que es más importante para nosotros,
como puede ser la solidaridad, la honradez o la fidelidad, no se produce
“ruido” interno y nuestra conciencia está contenta.
Ingredientes para la honestidad
Autenticidad
Una persona honesta es auténtica: no usa máscaras, no dice una cosa y
hace otra, no finge lo que no es… en pocas palabras no es falsa. Con una
persona auténtica, sea agradable o desagradable, siempre sabremos a
que atenernos.
Honradez
La honradez no indica el grado de confianza que podemos tener en una
persona.
Quien es honrado no miente, no traiciona, no es hipócrita y nunca haría
mal uso de lo que se le ha confiado, ya sea un secreto, un objeto o hasta
dinero.
Verdad
Para ser honesto hay que hacer una alianza con la verdad. A veces cuesta
trabajo reconocerla en nosotros mismos o actuar conforme a ella, pero la
verdad trae grandes ventajas. Hay que reconocerla a pesar de todo,
admitirla aunque puedas decepcionar a alguien, no comprometerla
mintiendo y no fingirla para impresionar a los demás.
Vivir honestamente
He aquí una lista de todo lo bueno que te trae una vida honesta:
autoestima sana, vida familiar armónica, montones de amigos, (¡y de los
buenos!), el respeto sincero de los demás, éxito en el colegio y,
posteriormente, en tu trabajo… ¿lo mejor de todo? Que estarás feliz
contigo mismo.
¡Prendan la luz!
La honestidad es algo para tomar muy enserio, por eso es importante ser
conscientes de cómo nos afecta la falta de honestidad, por pequeña que
sea… la honestidad es fundamental para conocerse a sí mismo, para
entablar relaciones con los demás y poder vivir en sociedad. Ser
deshonesto es ser falso, injusto…. “de mentiras”. Como es falsa, la
deshonestidad te lleva a vivir en la oscuridad. La honestidad, en cambio,
trae confianza y apertura: te lleva hacia la luz.
¡Sacúdete la peluca!
Laura es la más grande admiradora de Dalila, la más bella, delgada,
exitosa, famosa y millonaria cantante del siglo. Tiene todos los artículos
sobre Dalila, carteles, fotos y hasta la Barbie Dalila. Peor un día la pobre
Laura quedó ¡infartada! Cuando vio un programa en el cual Dalila llegaba
a su camerino y se bajaba de unos tacones de 25 cm, se quitaba los lentes
de contacto verdes, se sacaba la hermosa peluca alborotada y, además
de todo, era superantipática… y tenía una voz feísima. ¡“No puede ser!,
pensaba Laura, ¡ésta NO es mi Dalila… es tan plástica como su Barbie…!”.
¿Quién rompió el florero?
Carlos y Memo estaban jugando futbol en la sala de su casa (realmente,
una muy mala idea). En una de esas, Memo dio la patada hacia donde no
era y ¡crac!.... el florero más bonito de mamá salió volando en mil pedazos.
Los hermanos estaban más pálidos que una hoja de papel y sufrían
pensando en como les iba a ir cuando mamá llegara de la oficina.
Pensaron en culpar al gato o hasta a un pequeño terremoto que sólo se
sintió en su barrio.
Cuando ella llegó no esperaron a que los llamara. Le dijeron la verdad. La
mamá casi se desmaya y, efectivamente, los castigó por jugar futbol en la
casa, pero también los felicitó por ser honestos… y se sintió muy orgullosa
de sus hijos.
¡A mi no me engañas!
Sebastián estaba oyendo música en la radio cuando empezaron a
sucederse los más extraordinarios comerciales: “Nuevo tónico
Maaaaaaaaaaaaaaagicox, el único remedio natural para devolverle el
pelo a los calvos en menos de dos semanas de tratamiento”. “Maneje el
Prestige X42 y conduzca directo al amor y al éxito: poder por kilómetros”.
“Estudie medicina cibernauta en la Universidad Patito y gradúese con
doctorado en dos semestres: trabajo garantizado”. Sebastián se moría de
la risa…. Nunca pensó que la deshonestidad fuera tan tonta. ¿En serio esa
gente pensaba que podía engañar a los demás tan fácilmente?
Yo tengo un sueño…
Con estas palabras inicia uno de los discursos más impactantes de, Martin
Luther King. En él dice que sueña con el día en que blancos y negros
puedan “esculpir una piedra de esperanza a partir de una piedra de
desesperación”. King fue un ministro bautista que creció en el sur de los
Estados Unidos y sufrió en carne propia la discriminación racial, que en esa
región era un cruel sistema de vida. King decidió dedicar su vida a
combatirla a través de la no violencia, así inició la lucha por los Derechos
Civiles.
Fue arrestado trece veces por su participación en actividades a favor de
éstos, su casa fue destruida y sufrió múltiples amenazas. Sin embargo,
nunca abandonó su sueño, pues creía que la igualdad era una condición
fundamental para lograr una sociedad justa. Su dedicación despertó la
conciencia de más y más gente; gracias a él, la segregación fue
declarada constitucionalmente ilegal en su país, En 1964, a los 35 años, fue
galardonado con el premio Nobel de la Paz. Murió asesinado en 1968.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
¿El fin justifica los medios?
Algunas personas piensan que cuando tenemos un objetivo o un sueño por
cumplir, cualquier medio para lograrlo es válido. Como todo en la vida,
existen límites en las acciones que emprendemos, aun para alcanzar los
sueños. Escribe porque debemos elegir con atención los métodos y los
recursos que utilizamos cuando deseamos realizar nuestros deseos.
A toda prueba
¿Qué harías si ves que un amigo tuyo culpa al otro de una falta que no ha
cometido? ¿Lo acusarías, hablarías antes con él, apoyarías al otro? Piensa
bien en las consecuencias que tu decisión tendría para tu amigo, para el
otro y para ti mismo. Escribe tu respuesta.
¡Todos a jugar!
En clave
Inventa tus propias claves para expresar tus ideas y descifra la de tus
compañeros. Cada jugador toma un papel y un lápiz y parte en dos el
papel. Sin que lo vean los demás, escribe una frase sobre la honestidad en
uno de los trozos de papel. Luego la copia en otro trozo de papel,
sustituyendo cada vocal por un número. La “a” por el 1, la “e” por el 3, y así
sucesivamente.
También puedes sustituir otras letras por otros signos, pero nunca más de
cinco letras diferentes. Cuando todos terminan de escribir la frase en clave,
la pasan al compañero de la izquierda. Cada jugador trata de descifrar el
significado de la frase recibida para decirla en voz alta. El primero en
conseguirlo es el ganador.
La verdad o te atreves
Se reúnen seis jugadores y se enumeran del uno al seis. El jugador que inicia
tira un dado. El jugador que tiene el número que sale en el dado debe
responderle al primero esta pregunta: “¿La verdad o se atreve?” si
responde la verdad, debe contestar con honestidad lo que le preguntan
después: ¿De quién estás enamorado? ¿Con quién te gustaría perderte en
una isla desierta?... y demás preguntas comprometedoras y simpáticas. Si
responde “me atrevo”, deben ponerle un “castigo” que decidan entre
todos.
“Que tus acciones y pensamientos coincidan”
Frente al espejo La humildad nos permite reconocer, en primer lugar, lo que somos y
lo que podemos ser y, a la vez, que tenemos limitaciones y que
debemos trabajar duro cada día para ser mejores personas.
Hace pocos años no existían los computadores, ni los celulares, ni el
microondas, mucho menos las transbordadores espaciales o la internet. Sin
embargo, pasó algún tiempo y, de repente, el mundo se lleno de
instrumentos tecnológicos maravillosos. Y mejoro la vida de las personas.
Gracias a la ciencia y la tecnología hoy existen más comodidades, se
remedian fácilmente algunas enfermedades y hay esperanzas de que se
curen otras más graves, como el cáncer o el sida.
Todos los adelantos, avances y descubrimientos que ha experimentado la
humanidad podrían hacernos pensar que lo podemos todo. Pero,
¡cuidado!, no debemos olvidar que nuestra inteligencia y nuestras
capacidades tienen límites. No somos perfectos… aunque hay personas
que creen que lo son. Es muy importante reconocer con claridad nuestras
capacidades reales. Este reconocimiento se llama humildad.
Claro, la humildad nos permite reconocer, en primer lugar, lo que somos y
lo que podemos ser y, a la vez, que tenemos limitaciones y debemos
trabajar duro cada día para ser mejores personas.
Cuando una persona cree que es más que los demás o cree que puede
hacerlo todo y que nunca se equivoca, decimos que es orgullosa o
vanidosa, es decir, que no es humilde. La humildad nos ayuda a ser felices,
porque nos enseña lo que realmente somos y nos abre el panorama de
aquello que podemos llegar a ser. La humildad nos pone frente al espejo
de nosotros mismos, así aprendemos a querernos y a valorarnos.
¿De qué se trata este cuento?
Jonás descubre el secreto para pescar peces cada vez más grandes
cuando decide aplicar el refrán que dice: “El pez grande se come al
chico”
Temiendo que deje el rio Sena sin peces, los pescadores le piden que se
vaya de Paris. En bicicleta primero, luego en su coche rojo y en su biplano,
Jonás recorre el mundo hasta llegar a áfrica. En todos los lugares enseña su
secreto a las gentes humildes que, agradecidas, lo proclaman rey de los
pescadores. Pero en África hace un gran descubrimiento que le obliga
replantearse su vida. Jonás el pescador es una historia de Reiner Zimnik,
escritor alemán nacido en 1930. Ha publicado varios libros de los que es
autor e ilustrador.
El rey De los pescadores y el rey de los peces
Jonás había deseado tanto pescar un gran pez en las aguas del Sena, que
su sueño se hizo realidad. Una mañana en que había puesto de carnada
una sardina, en lugar de una lombriz, un pez muy grande pico el anzuelo.
Orgulloso por esto repitió la estrategia y cada vez fue sacando peces de
mayor tamaño, esto despertó la envidia de los demás pescadores, quienes
lo denunciaron por competir deslealmente, por lo que fue apresado.
Cuando Jonás salió de la cárcel los jueces le recomendaron salir del país:
“Los pescadores están enfadados contigo le dijeron, porque has pescado
peces muy grandes. Quizá fuera mejor para ti irte lejos”.
Entonces, empaquetó sus puros, limpió la luz trasera de su bicicleta y
abandonó la ciudad.
Viajó por muchos lugares hasta llegar a África, que es amarilla grisácea,
verde oscuro y negra. (Lo amarillo es la arena, lo verde oscuro la selva, y lo
negro son sus habitantes). Cuando llegó a los ríos, vio peces más bonitos
que los que había soñado. Fue de safari y vio todos los animales de la
estepa africana: jirafas, cebras y antílopes; y cuando de repente oyó crujir
la hierba, pensó que sería Simba el león.
Un día Jonás oyó cantar a los nativos una canción sobre gollu gollu, el rey
de los peces. Jonás preguntó si lo habían visto, y cuando le dijeron que
vivía en el Nilo, entre las rocas negras y que sus escamas iluminaban como
estrellas verdes, Jonás se puso en camino y marchó por el desierto de
Sahara hacia el Nilo. ¡Él era Jonás el Rey de los pescadores, y tenia que
conseguir capturar al Rey de los peces!
Durante cuatro días pescó peces de los colores más variados, pero entre
ellos no había ninguno que tuviera escamas que resplandecieran.
Entonces, una noche vio un brillo intenso en el fondo del rio y, cuando
lanzó el anzuelo y sintió un tirón fuerte, supo que el Rey de los peces había
picado. Se enrolló el sedal al brazo y se quedó rígido como un roble. Pero
en ese momento sintió un tirón vigoroso y Jonás se cayó de cabeza al rio.
Manoteó desesperadamente intentando librarse, pero cada vez era
arrastrándose mas hacia el fondo del rio y el agua le entraba por la boca y
la nariz. Estaba al límite de sus fuerzas cuando los negros lo sacaron del rio.
Jonás necesitó tres días para recuperarse, pero ahora sabía que incluso el
Rey de los pescadores tiene sus limitaciones y que hay secretos en lo más
hondo de las profundidades que un hombre no puede sacar a la luz, pues
lo tendría que pagar con su propia vida.
Después de esto, Jonás se volvió más reflexivo. Un día, en que grandes
bandadas de pájaros cruzaron el cielo hacia el norte, Jonás pensó:
“Van hacia Europa. En París es primavera. Los pescadores están sentados
en el Sena y pescan. Llegan pañuelos rojos anudados al cuello y el sol les
quema la espalda hasta dejar sus camisas completamente descoloridas.
Tienen lombrices de tierra sujetas a sus sedales y sólo pescan peces
pequeños, pero no se cambiarían por nadie… Estoy enfermo de nostalgia y
me moriré si no vuelvo a París…”
(Adaptación de un fragmento de la novela Jonás el pescador, de Reiner Zimik. Editorial Espasa
Calpe, colección Austral Juvenil)
Y tú, ¿qué piensas?
En tu opinión, ¿el pescador es terco, ambicioso o
pretencioso? ¿Por qué?
¿Por qué Jonás se pone tan pensativo después del
accidente con el Rey de los peces?
¿Qué hará Jonás al regresar a París? ¿Qué les dirá a
sus compañeros?
¿Por qué la humildad nos permite construir relaciones
cordiales y sinceras con las demás personas?
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la humanidad
La vanidad…
Porque haces que te sientas superior a los demás. La vanidad
normalmente encierra un engaño.
La autosuficiencia…
Porque te hace creer que lo puedes todo y que no necesitas nada de
nadie.
La sumisión….
Porque te lleva a obedecer ciegamente a los demás como si fuera más
que tú.
¿Qué es la humildad?
Cuando una persona reconoce sus cualidades y sus defectos, cuando
puede darse cuenta de lo que hace bien, pero también de lo que hace
mal, decimos que esa persona tiene el valor de la humildad.
La humildad es la capacidad que tenemos para vernos en nuestra
verdadera dimensión y que nos permite ser consientes de lo que somos.
Puede pensarse de la humildad nos hace sentir poca cosa, pero, al
contrario, la humildad nos hace grandes.
Deseo de superación
La persona humilde sabe que no ha hecho lo suficiente y siente que no ha
hecho lo suficiente y siente la responsabilidad de hacer más, por lo tanto,
puede superarse.
Ingredientes para la humildad
Sencillez
La persona humilde no se comporta como si todo lo pudiera o todo lo
supiera. Al contrario pide siempre la opinión de los demás, valora esta
opinión y la tiene en cuenta para actuar. Por lo general, las personas
dotadas con muchas cualidades suelen ser realmente humildes, mientras
que algunas esconden sus incapacidades en la vanidad y el orgullo.
Aceptación
La persona humilde desarrolla la capacidad de aceptar sus propias
equivocaciones, sintiendo, en todo caso, que es alguien valioso e
importante. Al conocerse a sí mismo, la crítica se transforma en una
posibilidad de crecimiento.
Comprensión
La persona humilde tiene claro que todos somos imperfectos.
Por lo tanto, no guarda rencor y perdona de verdad a quienes les han
hecho daño. No obstante, corrige de manera amable a quien se equivoca
y lo invita a cambiar.
Calidez
La persona humilde es amable con las personas, les sonríe, les habla con
suavidad y ternura, y cuando está enojada, maneja su mal genio con
decoro, sin insultar ni hacer sentir mal a los demás.
Humildemente
Ser humilde no es dejarse de todos, callar cuando queremos expresarnos ni
esconder nuestras virtudes y cualidades. Ser humilde es reconocer quienes
somos y como somos, sin necesidad de usar máscaras que nos hagan
parecer menos ni aparentar más: ambas máscaras son igualmente falsas y
no las necesitamos. Si eres humilde no temes conseguir ayuda ni prestarla;
si eres humilde no te atormentas por tus errores, los corriges; si eres humilde
no te creas superior, sabes que todas las personas son igualmente valiosas.
Humildemente, el humilde es sabio.
Ser transparentes
La humildad se expresa de muchas formas.
Eres educado al expresar tu opinión o al pedir algo. Ofreces disculpas
cuando actúas de forma incorrecta. Sabes agradecer las atenciones. No
malgastas tu tiempo ni tu energía tratando de impresionar a los demás.
Un poema para ti
Cuando estés solo en tu casa o bajo un árbol, en el parque, lee este
poema de Facundo Cabral y reflexiona: “Aprende del agua porque el
agua es humilde y generosa con cualquiera, aprende del agua que toma
la forma de lo que la abriga: en el mar es ancha, angosta y rápida en el
rio, apretada en la copa, sin embargo, siendo blanda, labra la piedra dura.
Aprende del agua que por graciosa se te escurre entre tus dedos, tan
graciosa como la espiga que se somete a los caprichos del viento y se
dobla hasta tocar con su punta la tierra, pero pasado el tiempo la espiga
recupera su erguida postura, mientras el roble, que por duro no se
doblega, es quebrado por el viento”.
No nos comparen
“Deberías ser tan estudioso como Juan”, “Po qué no eres obediente como
Bety”, “Andrés es más generoso que tú”. ¡Uff… a veces los papás nos
marean con la cantaleta! Es odioso que nos comparen, sobre todo con
nuestros hermanos: para nosotros es más que evidente que somos
diferentes. Mi hermano hace algunas cosas mejor que yo, pero yo hago
algunas mejor que él. Eso es claro, pero cuando nuestros padres nos
comparan acaban generando rivalidad entre nosotros. Cuando esto
suceda, habla con tus papás y exprésales como te sientes: seguro que te
entenderán porque, aunque no lo creas, ¡los papás también pueden
aprender de nosotros!
No confundir
En una comunidad, como en el barrio, por ejemplo, o el colegio, no se
puede confundir la humildad con la cobardía o la sumisión. La humildad
no obliga a las personas a callar cuando se esta cometiendo una injusticia,
ni mucho menos a dejarse maltratar y humillar. La verdadera humildad va
acompañada de la valentía, de la capacidad de hablar, opinar y
participar en todos los asuntos da la vida comunitaria. La humildad es
valiente.
Nuestro planeta, nuestra casa
Efectivamente, la inteligencia humana ha logrado rebasar lo que la
imaginación de muchos hombres del pasado no llego siquiera a soñar.
Hoy, gracias a los impresionantes avances científicos, la humanidad ha
llegado a la luna, descifrado el código genético, perforado el lecho
marino para hacer túneles increíbles o trasplantado órganos para salvar
vidas. Sin embargo, estos triunfos también han hecho que la humanidad
sea cada vez más soberbia, prepotente y ambiciosa… nos olvidamos que
somos de la naturaleza, que debemos cuidar el equilibrio del planeta, que
si sobreviene un desastre ecológico de nada nos van a servir los más
modernos computadores. Debemos recordarles a los líderes mundiales que
necesitamos mucha humildad y esfuerzo para salvaguardar a la
naturaleza.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Entre famosos
Seguramente en los cuentos de hadas, en las novelas o en los cómics que
has leído encontraste personajes muy interesantes. Entre estos, ¿a cuales
recuerdas por su humildad? Descríbelos y relata la situación en la que tus
personajes favoritos demuestran su sencillez.
Aclarando términos
Estamos acostumbrados a llamar humildes a las personas sin recursos y a las
personas a quienes obedecen ciegamente las órdenes de los otros.
Después de lo que hemos visto en este fascículo, ¿crees que es adecuado
referirnos a ellos de este modo? Escribe las diferencias que hay entre ser
pobre, sumiso y humilde.
¡Todos a jugar!
Los koalas
Parte de la diversión de los juegos está en seguir las normas que proponen
y en aceptar la derrota con humildad y buen humor. Forma cinco parejas.
Uno de los participantes de cada pareja hará de mamá koala y el otro se
subirá a su espalda y será el bebé koala. Todas las parejas se situan en la
línea de salida y cuando el director del juego de la señal comienza una
carrera; cuando lleguen a la meta, cambiarán rápidamente los papeles: el
que ha hecho de mamá koala hará ahora de bebé y continuarán la
carrera.
La pareja koala que llegue antes a la línea de salida será la ganadora.
Batalla naval
Forma dos equipos. En cada uno, los participantes se toman cada uno de
los hombres formando una fila india. Todos los jugadores se vendan los ojos,
excepto el último, quien será el que los conduzca desde atrás. Los equipos
son barcos que se sitúan uno frente al otro. El jugador que dirige cada
barco da palmadas en los hombros: una palmada en los dos hombros al
mismo tiempo indica que el barco debe arrancar. Una palmada en un solo
hombro indica que hay que girar a la izquierda o a la derecha. Dos
palmadas seguidas en los dos hombros, indican que hay que lanzar
torpedos. En este caso, el primero de la fila abandona el barco caminando
hacia adelante, en línea recta y con los brazos extendidos, hasta tocas al
otro barco. Cuando el piloto (el último de la fila) da una palmada en los
hombros del jugador que tiene adelante, éste transmite la orden al jugador
siguiente y así sucesivamente hasta que llegue el primero. Gana el equipo
que impacte con más torpedos al contrario.
“El secreto de la sabiduría es la humildad”
Mismo y diferente La identidad crece a partir de la persona: está la individual, la
familiar, la regional y la nacional… soy yo con los demás.
Seguro te has fijado que al cumplir la mayoría de edad las personas deben
sacar una cédula o carné de identidad. Ese documento los identifica
como ciudadanos de un país y ratifica que son las personas que dicen ser.
Pero, ¿acaso una tarjeta de cartón tiene la ultima palabra sobre mi
identidad? ¿Y qué de lo otro que me hace ser yo, como mis sentimientos y
mis pensamientos?
Pues bien, esto se debe a que la identidad es algo que ala vez hace
referencia a lo diferente y a lo mismo.
¿Cómo? ¿A lo diferente y a lo mismo? ¡Pero si esas palabras son contrarias!
Con calma y nos entendemos:
La palabra identidad, cuando se refiere a una persona, encierra todas las
cualidades individuales que la hacer ser quien es: a mi, que soy único. Pero
por otro lado, la palabra identidad también designa lo que es parecido, lo
similar, lo igual y, efectivamente, se refiere a todo lo que nos identifica
como miembros de un grupo, ya sea el de tus amigos, tu familia, tu región
o tu país. Como parte de ese grupo podemos, en el caso de la familia,
compartir lazos de sangre, historias de vida, costumbre y formas de hablar
que nos determinan y nos hacen particulares. La identidad tiene todavía
una escala más alta, que es la identidad nacional. Esta no solo se
establece por el territorio, sino por las tradiciones, el idioma, la historia
compartida, las fiestas, la comida, el carácter, las artes y hasta en el
humor, que te hacen ser quien eres.
Así que el documento de identidad establece, efectivamente, que tú eres
tú, único e irrepetible, pero que también perteneces a un grupo mucho
más amplio que también tiene mucho que ver con la persona que eres.
¿De qué se trata este cuento?
En a Vueltas con mi nombre acompañamos a Abilo, quien detesta su
nombre y trata de averiguar de donde salió la idea de llamarlo así.
Hasta que la vieja prima María Constanza le revela el secreto, Abilo/Luis
empieza a reconocerse con su nombre de pila.
Esta es una bonita novela que ratifica el origen pertenecemos a un linaje
desde el que construimos nuestro futuro; y la identidad tenemos que saber
vivir con la vida y con el nombre que llevamos. Abilo lo comprende justo
antes del viaje que lo llevará del campo a la capital y que coincide con el
viaje de iniciación de su adolescencia.
Su autora, Alice Vieira, es portuguesa, escribe historias para jóvenes, es
periodista y produce programas de televisión.
A vueltas con mi nombre
Ahora que nadie nos oye, puedo asegurar que soy un bello ejemplar de
mi raza. Si no fuera por esa triste historia del nombre de Abilio, se me podría
considerar perfecto. En ocasiones creo que es así, exactamente, como
Luisa me ve: perfecto.
Es llamarme Abilio lo que estropea todo.
Tampoco mi tía había tenido demasiada suerte: Constancita desde la
cuna para diferenciarse un poco de las muchas Constanzas de la familia.
Pero conmigo seria distinto.
Por eso durante la cena, cuando mi padre me dijo: “Abilio, pásame el
pan”, yo quedé quieto, como si nadie hubiese hablado conmigo.
¿No oyes, Abilio? Acércame la cesta de pan.
Continué comiendo el pescado frito.
¿Abilio, estás sordo?, volvió a decir mi madre.
Un trozo de pescado frito más.
Abilio, ¿Qué no oyes a tu madre?, gritó mi padre casi enfurecido.
Entonces deje de comer el pescado, mire a todos, uno por uno, y declare
con el aire más solemne del mundo:
Abilio ha muerto.
Bien se ve que hoy no estas en tus cabales, dijo mi madre, que ya había
alargado el brazo, para llegar a la cesta del pan.
Ya lo he dicho: Abilio ha muerto, repetí, muy serio.
Entonces, si Abilio ha muerto, ¿Quién eres tú, que estás cenando aquí con
nosotros?, preguntó mi abuelo, que tiene un espíritu más práctico que los
demás.
Soy Luis.
Ni siquiera sabía muy bien porque había escogido aquel nombre. Aquél u
otro, con tal de que fuese un nombre normal, que no me avergonzase
ante nadie. Un nombre. Luis, como podría haber sido Pedro, Carlos,
Antonio…
Ricardo Santos, encantado, dijo entonces el abuelo, dándole la mano por
encima de la mesa.
¿Y si se dejan de estupideces?, se enfadó mi madre, que añadió: Padre
parece que tienes menos juicio que él…
No me falta juicio, no, dije yo, con voz menos solemne.
Bonito nombre de Abilio. Y encima, hoy tía Constancita no ha encontrado
nada mejor que llamarme Abilio. ¡Y delante de mis compañeros en el
colegio! Por todo eso se los aviso: a partir de ahora sólo respondo al
nombre de Luis. Abilio murió, emigró, fue raptado, le dio un ataque de
viruelas locas, lo que quieran; pero se acabó y que nadie más me llame
por ese nombre…
¿Qué pasan hoy en la televisión, tú… me dijo el abuelo, interrumpiéndose
sin saber que decir. Miro hacia mi, hacia mi madre y mi padre, hacia mi
abuela, volvió a mirarme, respiró hondo y terminó: Tú Luis?
También yo respiré hondo. Había ganado la batalla. Sonreí y me limite a
responder con el aire más natural del mundo:
Las desgracias de costumbre, abuelo.
(Adaptación de un fragmento de la novela A vueltas con mi nombre de Alice Vieira. Editorial SM)
Y tú, ¿que piensas?
¿Te parece que Abilio es un nombre tan feo como
para querer cambiárselo?
Cuando el chico dice que Abilio ha muerto, ¿quiere
decir que le gustaría ser otra persona diferente?
¿Por qué la madre de Abilio regaña al abuelo?
¿Crees que el nombre de las personas es un
ingrediente fundamental de su identidad? ¿Por qué?
¿Qué piensas de tu nombre? ¿Estás contento con él?
¿Qué es la identidad?
La identidad encierra un conjunto de características personales y sociales
que me hacen ser yo y no alguien más. La identidad tiene muchas esferas:
la identidad individual, social y nacional. Muchos creen que la identidad es
algo muy especial que no debe cambiar (a eso se le llama escencia), pero
la verdad es que la identidad se va construyendo con el tiempo, con la
habilidad individual y colectiva de adaptarse a los cambios y a las
novedades.
Conocer lo propio y apreciarlo o significa defender a ciegas contra lo que
viene de afuera o no se conoce muy bien… tanto la identidad individual
como la nacional están en un proceso permanente de enriquecimiento, al
tiempo de que mantienen su peculiaridad, es decir, aquello que las hace
únicas.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la identidad
Olvido…
Si olvidamos quienes somos y de donde venimos dejaremos de ser lo que
somos. Parece un trabalenguas, pero la memoria es nuestra historia.
Desinterés…
Debemos cuidar lo que es importante para nuestra identidad, como los
objetos de familia y los monumentos históricos.
Exclusión….
A veces los grupos que se creen puros se sienten amenazados: convivir con
quienes son diferentes a nosotros nos hace más ricos.
Memoria
La memoria es importantísima, a través de ella construimos nuestra historia
personal para poder entendernos y saber que sentimos y como
reaccionamos: es lo que nos hace ser como somos. Hay un refrán que
dice: “quien no conoce su historia está condenado a repetirla”, y esto
aplica para las personas y las sociedades.
Ingredientes para la identidad
Flexibilidad
Muchos piensan que la identidad debe protegerse para que no cambie ni
se “contamine”, que existen razas o culturas “puras”. Esto es un error
porque si revisas la historia, lo que hoy somos es el resultado de siglos de
historia en los que ha pasado de todo: migraciones, conquistas, contactos
comerciales…
Que han producido nuevas nacionalidades, idiomas e ideas.
Conocimiento
Jamás sabremos quienes somos si no nos conocemos. Debemos saber
cuales son nuestros orígenes, familiares y nacionales; que valores nos
resultan más importantes o con cuáles nos identificamos más; cómo nos
comportamos y porque lo hacemos de ese modo y no de otro. Una
persona, una comunidad y una nación deben conocerse lo más a fondo
posible para tratar de entender en qué se apoya su identidad.
Símbolos
Los símbolos son imágenes que tienen un significado importante para un
grupo. La bandera, el himno o el escudo son símbolos nacionales. La Cruz,
la Estrella de David o la Media Luna son símbolos religiosos que dicen
mucho a los cristianos, judíos o musulmanes. Cuando tú puedes reconocer
un símbolo y este te conmueve y es importante para ti, es porque te
reconoces como miembro de esa identidad de grupo.
¿Quién soy yo?
Cuando en esta obra hablamos de autoestima, vivimos lo importante que
es ver dentro de ti para realmente conocerte. A través de esa mirada
interior reconoces todo aquello que forma tu personalidad y, poco a poco,
verás cómo esos rasgos se irán modificando con el tiempo, debido a la
edad y las nuevas experiencias que la vida trae consigo. Cuando estés a
punto de entrar en la adolescencia iniciarás un camino que te llevará a
seguir afinando tu identidad, para convertirte en la persona que quieres
ser. ¡Descubrirás en ti mismo la más fascinante de las aventuras!
Iguales, pero diferentes
El termino identidad viene del latín – la lengua hablada por los antiguos
romanos y que es el origen de idiomas como el español y el francés – idem,
que quiere decir “lo mismo”. Piensa en otras palabras relacionadas con
identidad: idéntico, identificar, identificación. ¿Ves cómo todas las
personas dan pistas sobre todo lo que encierra la identidad? Habla de
similitudes que te hacen parte de algo y que, provocan que los demás te
reconozcan en tu diferencia.
Cuéntame
Para tener más claro quien eres y de donde vienes, no hay nada mejor
que observar a tu familia y hablar con sus miembros para que te cuenten
su historia. ¿De dónde son originarios? ¿Cómo celebran las fiestas? ¿Qué
comen durante las ocasiones especiales? ¿Cuales son sus canciones
favoritas? ¿Tienen tradiciones particulares? ¿Es importante la religión para
ustedes? ¿Se identifican con alguna corriente política? Toda esta
información te dará pistas para conocer mejor a tu familia, y por su puesto,
a ti mismo.
La patria chica
Tú sabes que los países se constituyen de regiones que tienen
características culturales muy definidas.
La gente de la costa habla de un modo particular y son muy
conversadores y extrovertidos; les encanta comer pescado frito y bailar
hasta el amanecer. ¿Cómo es la gente de tu región? Son mas serios o les
encantan las fiestas, qué tipo de ropa usan, cómo es el paisaje que los
rodea y cuáles son los alimentos de todos los días. Aun cuando seamos
parte del mismo país, existen diferencias regionales que se reflejan incluso
en las palabras que usamos para designar una misma cosa, en los acentos
y hasta en el carácter.
¡Qué rico sancocho!
Todos los países del mundo son resultado de algo maravilloso que es la
mezcla de razas. En América Latina somos muy afortunados porque somos
un delicioso revuelto de ingredientes indígenas, negros, europeos, y hasta
asiáticos. Esa mezcla de historias y culturas es la materia prima de cada
uno de nuestros países: somos mestizos. Nuestra comida, fiestas, lengua,
manifestaciones religiosas, musicales y artísticas nos recuerdan una y otra
vez nuestra cultura mayoritariamente mestiza. Además, en muchos de
nuestros países también existen otros grupos étnicos que contribuyen a
enriquecer la cultura. En la diferencia y la similitud se construye la
nacionalidad.
Xeno… ¿qué?
A nadie le gusta abandonar su país por que deja un pedazo de su corazón
y de su identidad en él. Sin embargo, a lo largo de la historia, muchos seres
humanos se han visto en la necesidad de emigrar a otros países por
razones económicas o políticas. Cuando llegan grandes oleadas de
extranjeros, algunos de los habitantes de un barrio, región o país se sienten
invadidos o amenazados. No les gustan sus costumbres, su color de piel o
su religión y tienen comportamientos discriminatorios, intolerantes y hasta
violentos.
A esta reacción de rechazo se le llama xenofobia (que quiere decir “odio
al extranjero”). Se la gente se tomara la molestia de conocer y entender a
los otros, los respetarían y les tenderían la mano para que se sintieran
acogidos. Afortunadamente, hay muchas organizaciones que trabajan
para lograrlo y cambiar las actitudes de la gente.
Si lo oyes… Lo olvidas…. Si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Una historia personal
No existe mejor forma de conocerte a ti mismo que escribiendo tu historia.
Al final del día escribe lo que te sucedió, tus sentimientos, los problemas y
los momentos felices que tuviste. Si, efectivamente, te estamos invitando a
llevar un diario. Cada vez que escribas en él, te sentirás mejor y cuando
pasen los años y lo leas, verás cuánto has cambiado y cómo has
evolucionado.
¿De dónde venimos?
Ya vimos que para saber quienes somos, es importante saber cual es
nuestro origen familiar y cultural. Juega al periodista y entrevista a tus
padres sobre la procedencia de tu familia: ¿de dónde eran tus bisabuelos
y abuelos?, ¿cuál es la música y la comida de esos lugares?, ¿cuáles eran
sus costumbres?, ¿en que se diferencia la educación que tus padres
recibieron de la que ellos te dan a ti? Ahora escribe un reportaje sobre tu
origen, enriquécelo con fotos y dibujos.
¡Todos a jugar!
Juego de narices
Materiales: una mandarina, cilantro, perfume, vinagre y pañuelos. El
director del juego toma los pañuelos y venda los ojos de todos los
jugadores. Luego forma parejas; a cada una la hace oler su fragancia y
después se la frota en alguna parte de su cuerpo. A continuación se
mezclan las parejas, y los jugadores, sin hablar, solamente empleando el
olfato, deberán hallar a su compañero de fragancia. Gana la pareja que
se encuentre más rápidamente.
El último en saberlo
Se sientan en círculo cinco o más jugadores. Cada uno pone un papel con
el nombre de un personaje famoso en la frente de un compañero de la
derecha. Todos ven los personajes de los otros menos el propio. Para
reconocer su personaje, cada jugador pregunta una pista a quien le puso
el papel. Si tu compañero le responde que “si”, tiene derecho a hacer otra
pregunta; si les responde que “no”, cede el turno a otro jugador y así
sucesivamente. Pierde el último jugador que se quede sin identificar a su
personaje.
En penitencia, lo debe representar con mímica para todos los demás.
“Conócete a ti mismo”
Iguales pero diferentes Entender que todas las personas tenemos derecho a la igualdad es la
primera piedra para construir la justicia.
Mira a tu alrededor. Hay personas blancas, negras, morenas, altas, bajitas,
gordas, flacas, serias y alegres… hay buenos, malos y regulares deportistas
así como niños y niñas que son buenos, malos o regulares estudiantes…
nadie se viste igual a nadie, aunque tengan el mismo uniforme. Todos
tenemos la voz diferente y huellas dactilares que no se repiten aunque
haya más de seis mil millones de personas en el mundo. En fin, somos
deferentes.
Si, todos somos diferentes, pero también iguales. ¿Y eso? ¡No se puede ser
igual y diferente! Pues en el caso de los seres humanos esto si es posible.
Somos diferentes en muchas cosas, incluso los hermanos gemelos son
diferentes a pesar de su extraordinario parecido.
Pero somos iguales en cuanto a que todos somos seres humanos, tenemos
los mismos derechos y somos dignos de ser respetados y valorados
independientemente de todo lo que nos diferencia.
Por ejemplo, no es más persona alguien de raza blanca que una de raza
negra o indígena. El hecho de que alguien sea pobre no lo hace menos
que un rico.
Un enfermo o moribundo sigue siendo tan persona como alguien que tiene
su salud intacta. El desplazado que está pidiendo limosna en el semáforo
es tan persona como que el que pasa a su lado en un carro lujoso.
Las leyes de todos los países afirman y defienden, o deben defender, la
igualdad de las personas. Sin embargo, vemos que estas son tratadas de
manera diferente dependiendo de su raza, su apariencia física, sus
creencias o sus riquezas. ¿Crees que este tratamiento es justo?
¿De qué se trata este cuento?
La tierra de las papas, de Paloma Bordons, relata el impacto que sufre
María al dejar Madrid e irse a vivir con su padre a la paz, Bolivia. Ahí
descubre la diferencia: Latinoamericana, la pobreza, otras costumbres,
otro tono de piel, el desorden. Todo es extraño y ella se siente muy
diferente, hasta que vence la soledad y decide comunicarse con Casilda.
Entonces conoce su vida y narra la propia. La cercanía con la indígena y
el afecto por ella la harán comprender que a pesar de las diferencias
físicas, sociales y culturales, los sentimientos de dos niñas de casi la misma
edad son los mismos. Con sorpresa y humor, la protagonista descubrirá que
esa otra realidad tiene sus bondades. Paloma Bordons es española, vivió
en Bolivia y actualmente reside en Argentina.
Dos mundos se encuentran
Casilda llamó a nuestra puerta una mañana con timbrazo tímido. Abrí la
puerta y allí estaba: un autentico ejemplar de cholita, pero en pequeño.
Sería un poco mayor que yo: catorce años quizás.
Tenía sus correspondientes y larguísimas trenzas negras y su cara redonda
con los cachetes rojos y brillantes, como las manzanas de las fruterías de
lujo. Tenía su pollera de color rosa vivo y su pequeño sombrero tan ladeado
sobre la cabeza que daban ganas de tirarlo de un soplido.
Se retorcía las manos y clavaba la vista en el suelo, como avergonzada
mientras murmuraba unas palabras que no comprendí.
Creí que se había equivocado de puerta hasta que llegó mi padre a
medio afeitar.
Tú debes ser Casilda, dijo.
Y Casilda bajó aún más los ojos, se puso más colorada y murmuró:
Soy, sí señor.
Desde ese día tuvimos un ratoncito en la casa.
Así la bauticé con bastante mala leche: “El Ratoncito”, y por primera vez
mi padre no me siguió la corriente.
“El Ratoncito” limpiaba, lavaba, hacía compras, cocinaba. Se movía a
trote ligero y cada vez que nos veía mi padre o a mí, huía corriendo a la
cocina.
Claro que yo también daba un respingo cuando aparecía ella. Su
presencia me inquietaba como si fuera de una especie distinta a ella su
presencia me inquietaba como si fuera de una especie distinta que yo.
Como mi padre no se daba cuenta de mi cara larga traspasé mi enfado a
Casilda, y la odié por estar allí y por ser tan sumisa… un día en que nos sirvió
la sopa, expresé mi rabia:
¡Mira! ¡Un pelo! ¡Que asco! Y además nunca se lava las manos con las que
coge nuestra comida.
Desde que llegó todo me sabe y me huele raro. Me huele como a Casilda.
Así como a sudor, a animal, a… no sé ¡Nunca antes había olido algo así!
Ninguno se había dado cuenta de que “El Ratoncito” estaba junto a la
mesa, esperando para retirar los platos. Quedamos petrificados. Yo,
avergonzada; mi padre avergonzado y furioso.
Ya está bien María, dijo cuando Casilda desapareció en la cocina. Y me
lanzó esa mirada fulminante que usa cuando me desprecia mucho. Estás
fuera de tu país y, como es natural, las cosas son distintas. Y como
comprenderás, las cholitas no van a cambiar sus costumbres sólo porque
hayas llegado tú. Más bien eres tú la que debes cambiar para adaptarte
al país.
Más tarde Casilda recordaría lo que sintió e hizo en ese momento: “Yo me
olía y no me sentía nada. Pero pensaba en lo que había dicho la señorita
de mi olor y me ardía la cara. Asín que más luego me fui al baño y me puse
de un frasco para oler como la señorita. El perfume ese me hizo doler la
cabeza todo el día.
“La cosa es que yo soy limpia pues, sólo que mudarme de ropa mucho no
puedo porque no me alcanza. Y de un de repente me entraron ganas de
gastar pantalones como la señorita y dejar de ser cholita de pollera,
porque de enaí viene todo lo malo, que sólo por ser chola hay muchos que
te creen sucia y zonza y te hacen la burla”.
Cholita: así se les llama a las indígenas de la etnia aimará de Bolivia.
Pollera: Falda
Asín: así
Enaí: de ahí
(Adaptación de un fragmento de la novela la tierra de las papas, de Paloma Bordons. Editorial Sm)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Te parece justo que el padre se moleste con los comentarios de su
hija? ¿Por qué?
¿Qué pasa si al llegar a un país diferente del tuyo no te adaptas a
sus costumbres?
¿Qué opinas de lo que piensa Casilda, al final?
¿Qué semejanzas hay entre María, Casilda y las niñas de 14 años que
tú conoces?
¿Qué es la igualdad?
Desde antes de nacer, todas las personas tenemos un primer nombre que
nos hace idénticos a los demás, este nombre es persona humana.
Todos los seres humanos somos personas y eso nos hace iguales.
La igualdad es ante todo un derecho de todos los seres humanos a ser
reconocidos como personas dignas de amor, respeto, atención,
solidaridad. La Igualdad, en este caso se identifica con la justicia.
El hecho de ser iguales en dignidad no nos quita el derecho a ser
diferentes en nuestras creencias, gustos e ideales… y a ser valorados y
respetados aunque pertenezcamos a grupos minoritarios tales como el de
los negros o el de los indígenas.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la igualdad
La vanidad…
Porque te hace pensar que eres mejor que los demás.
La injusticia…
Porque te impide reconocer el verdadero valor de las personas.
El clasismo…
Porque crea distancias entre las personas, sólo en razón de su situación
social o económica.
La indiferencia…
Porque te impide pensar en los demás, sobre todo en los más débiles y
necesitados.
Solidaridad
Para practicar la igualdad necesitamos ponernos en los zapatos de los
demás, acompañarlos en sus problemas y, ayudarlos a encontrar
soluciones para superar las dificultades. Esto es ser solidario: no pasar de
largo cuando una persona o una causa nos necesita.
Ingredientes para la igualdad
Justicia
Para practicar la igualdad es necesario ser justo, es decir, darle a cada
cual lo que le corresponde. La justicia y el respeto van de la mano. Si una
persona tiene una cualidad, la persona justa se la reconoce; lo mismo, si
alguien ha hecho algo bien merece una palabra de felicitación. Algunas
personas tienen mucho, y muchas tienen poco o nada, practicar la justicia
que conduce a la igualdad sería tener la capacidad de compartir nuestros
bienes con los más necesitados. La justicia también implica dejar que
todas las personas hablen, expresen y manifiesten sus ideas y sentimientos.
La justicia defiende este derecho.
Imparcialidad
Para practicar la igualdad es necesario no hacer distinciones entre las
personas, sólo así se llega a la justicia. Por ejemplo, si un amigo se equivoca
o comete un error, se le debe corregir de la misma forma como se corrige
a alguien que no es tan amigo.
Respeto
Para practicar la igualdad piensa un poco en ti. Piensa en cómo te
gustaría que te trataran y cómo no te gustaría que lo hicieran. Luego trata
a los demás como desearías que lo hicieran contigo. Esto es el respeto: la
cualidad humana que consiste en tratar con consideración a las demás
personas. Hay quienes se comportan bien con unas personas, pero mal
con otras. Por ejemplo, hay niños y niñas que son amables con sus amigos,
pero maltratan a su empleada del servicio o a los compañeros de colegio
que tienen algún “defecto”. Esto no es igualdad. El respeto es dar buen
trato a todas las personas por igual, las conocidas y las desconocidas, las
que nos quieren y las que no.
Igualito a….
Cuando nace un niño, se escuchan frases como estas: “se parece a su
mamá”, “tiene los mismos ojos del papá”, “tiene el mentón partido de su
tío”, “es igualito a la abuela”, “es igualito al abuelo”… pero lo mejor es
cuando llega el día en que el niño crece, se mira al espejo y se da cuenta
de que ¡es igualito a sí mismo!
Que viva la diferencia
Habremos entendido el verdadero sentido de la igualdad cuando
podamos defender la causa de la diferencia. Si partimos de que todos los
hombres y las mujeres somos iguales porque somos personas, entonces
tenemos derecho a ser diferentes… e iguales.
El color de la piel, las creencias políticas o las tradiciones crean la
diversidad de la igualdad.
Menores y mayores
En la mayoría de los hogares se practica la igualdad porque se busca que
todos estén bien y reciban lo mismo. Sin embargo, en ocasiones, es en el
hogar donde se inicia la desigualdad: hay diferencia en el trato a los hijos
mayores y a los menores, entre los hombres y las mujeres… la igualdad y la
desigualdad empiezan por casa. Una buena manera de entender la
igualdad es que los niños también ayuden en las labores domésticas y que
las niñas se les impulsen a estudiar para que, cuando sean grandes,
también se desempeñen fuera de casa.
Diferentes
La gordita, el de gafas, el juicioso, el negro, el indio y muchos más son
personas con las que te puedes encontrar en el colegio, y más aún, en
distintas situaciones de la vida cotidiana. Ellos son, en muchas ocasiones,
personas discriminadas, objetos de burla y de rechazo. El colegio debería
ser el sitio donde se entrena a los niños y las niñas a practicas la justicia, la
equidad, la imparcialidad, es decir, todos los componentes de la igualdad.
Nuestra riqueza
Para algunas personas, las mayores riquezas del país son el café, el oro, las
esmeraldas o el hecho de poseer dos océanos, tres cordilleras y una gran
diversidad ecológica. Pero la verdad es que nuestra mayor riqueza es la
variedad de su gente. De norte a sur, de este a oeste encontramos una
gran variedad de razas, acentos, costumbres, religiones, sueños y
esperanzas. Toda esa diversidad se une en una única realidad que nos
hace iguales: nuestra identidad nacional.
Las Naciones Unidas
Con el fin de promover la igualdad entre las naciones, se creó, en octubre
de 1945, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), una asociación
internacional de naciones basada en la igualdad soberana de sus
miembros.
La ONU fue creada para mantener la paz y seguridad internacionales,
desarrollar relaciones de amistad entre las naciones, fomentar la
cooperación internacional en la solución de problemas económicos,
sociales, culturales o humanitarios, así como el respeto por los derechos
humanos y las libertades fundamentales. Aunque últimamente los países
poderosos no han hecho caso de las recomendaciones de la ONU, la
sociedad internacional tiene el reto de fortalecerla para que su labor a
favor del entendimiento y las buenas causas continúe.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes…. ¡Saca tu cuaderno!
Reconocer al otro
Si queremos convivir en armonía con las demás personas es necesario que
las tratemos con gentileza. Al hacerlo reconocemos que son iguales a
nosotros. Escribe algunas de las frases amables que tus padres o amigos
dicen sobre otras personas. ¿Por qué te llamaban la atención?
Hombres y mujeres por igual
Conversa con tu mamá, abuela o tus tías sobre el modo en que las
educaron y sobre las oportunidades que han tenido para desarrollarse
como personas autónomas. ¿Crees que la búsqueda de la igualdad social
por parte de las mujeres ha tenido consecuencias positivas?
Explica tu respuesta. Además, has un cuadro en el que compares las
relaciones de igualdad y desigualdad entre los miembros de tu familia en
el pasado y en el presente.
¡Todos a jugar!
Te pareces a…
En este juego los participantes, por turnos, hacen de espectadores,
mientras un jugador desarrolla la acción. Uno, a uno, a cada jugador se le
vendan los ojos y se le da un lápiz para que dibuje sobre una hoja un
personaje famoso al que, según sus compañeros, se parezca ya sea en lo
físico o en su manera de ser. Este jugador sigue las instrucciones de sus
compañeros. Al final se quita la venda y dice el nombre del personaje con
que se asemeja.
Espejito, espejito
En pequeños papeles, el director del juego escribe diferentes temas para
representar una escena ante un espejo imaginario: por ejemplo, un
cazador que persigue a un león o a un joven que baila mientras limpia el
polvo. Luego guarda los papeles en una bolsa y se retira para ensayar su
escena:
Un jugador simulara mirarse en el espejo, mientras el otro será la imagen
reflejada. A continuación, las parejas representarán su escena. Los demás
deben adivinar de qué escena se trata en cada caso.
“la amistad es una igualdad armoniosa”
El país más justo del mundo La justicia no es dar a todos lo mismo, sino dar a cada cual lo que
merece.
Imagina que el presidente de un lejano país decidió repartir todas las
riquezas del estado. Llamó a todas las personas y a todas les dio la misma
cantidad de dinero. Los niños, los ancianos, los ricos, los pobres, los
enfermos… todos, todos, recibieron exactamente lo mismo. De esta
manera el presidente deseaba crear el país más justo del mundo.
Con el dinero que recibieron, los ricos pudieron tener más ahorros y se
volvieron más ricos. Los pobres pagaron sus deudas y compraron algo de
comida y quedaron nuevamente pobres. Los enfermos compraron
medicinas y pudieron curarse… ¿Crees que este presidente fue justo?
La justicia no significa darle a todo el mundo lo mismo, sino darle a cada
cual lo que se merece o lo que le corresponde. Por eso debemos trabajar
para que todas las personas tengan todo aquello que les permita vivir con
dignidad.
La justicia es para todas las personas y debe regir el comportamiento de
todos los seres humanos. Pero como la justicia se identifica con la
solidaridad, se aplica de manera especial hacia los demás débiles de la
sociedad, con el fin de suprimir las desigualdades que comúnmente se
presentan.
La justicia se manifiesta en cada momento de nuestra vida, por ejemplo,
cuando hablamos bien de los demás, cuando compartimos lo que
tenemos, cuando tratamos a todas las personas con respeto y
consideración, cuando decimos la verdad todos podemos construir la
justicia mediante actos muy sencillos que pueden realizarse día a día.
¿De qué se trata este cuento?
Danny y su padre viven en una casa rodante, detrás de su taller mecánico.
Su vida transcurre normalmente hasta que Danny descubre que su padre
¡es un ladrón! Sin embargo, esta situación hace que el chico cuestione la
justicia oficial tras la cual se revela la verdadera justicia social, la que se
apoya en las relaciones con los otros.
El autor de Danny el campeón del mundo, Roald Dahl, nació en Gales en
1916 y fue piloto durante la segunda Guerra Mundial. Sus obras son
irónicas, divertidas y muestran la infancia en contraposición con las normas
impuestas por los adultos.
Un secreto bien guardado
Una noche vi que mi padre no estaba en su cama. Salí a buscarlo fuera de
la casa rodante en la que vivíamos, pero no lo vi por ningún lado. De
pronto, contra el brillo de la luna, apareció por la carretera. Entonces corrí
a su encuentro.
¡Danny!, gritó el. ¿Qué sucede?
Estaba asustado, pensé que te había ocurrido algo malo, dije.
Me cogió de la mano, me condujo a la casa y me metió en la cama.
Luego me dijo:
He decidido contarte el más oscuro secreto de mi vida. He estado en el
bosque de Hazell.
Pero, que hacías allí?, pregunté.
¿Sabes lo que quiere decir “furtivo”?, me preguntó él.
No, creo que no.
Así se llama la persona que entra en el bosque en la noche y vuelve con
algo para meter en la cazuela. De ese bosque siempre se vuelve con
faisanes.
¿Quieres decir ladrón?, dije, horrorizado.
No, no es lo mismo. Ser furtivo es un arte. Un buen furtivo es un gran artista,
contestó.
Yo estaba horrorizado. ¡Este hombre tan dulce y cariñoso iba a escondidas
al bosque para robar valiosas aves que pertenecían a otro!
Tu abuelo, me contó, era un gran furtivo, él me enseñó, me contagio su
pasión cuando yo tenía 10 años y nunca la he perdido. En aquellos
tiempos casi todos los hombres iban al bosque por las noches. Lo hacían
no solo por deporte sino porque necesitaban comida para sus familias.
Cuando yo era niño, eran malos tiempos en Inglaterra. Había poco trabajo
y muchas familias pasaban hambre. Sin embargo, en los bosques del
hombre rico de esta región, miles de faisanes eran alimentados dos veces
al día como reyes. Así que, ¿podrías reprocharle a mi padre que se metiera
al bosque y trajera un par de aves para dar de comer a su familia?
No, claro que no… supongo. Pero nosotros no pasamos hambre, papá.
¡No has comprendido la cuestión Danny! ¡Ser furtivo es un deporte tan
excitante que, una vez que empiezas, se mete en la sangre y no puedes
dejarlo!
El viernes siguiente mi padre me dijo que volvería a entrar de furtivo en el
bosque de Hazell. Porque hay faisanes, porque no me gusta ni pizca el
señor de Hazell y porque es un placer quitarle sus aves, dijo mi padre.
El señor Hazell era increíblemente rico. Toda la tierra a nuestro alrededor le
pertenecía; era un tipo terriblemente pretencioso que organizaba cacerías
con perros. Duques y marqueses, barones y condes iban con sus
escopetas, durante todo el día los disparos retumbaban en el valle. A mi
padre no le gustaba porque cuando yo tenía 8 años fue nuestra gasolinera
a llenar su tanque y me amenazó con una fusta:
Si dejas una señal de tus sucios dedos en mi Rolls Royee, me bajaré del
coche y te daré una paliza, me dijo.
No, a mi tampoco me gustaba el señor Hazell, pero meterse en el bosque
en el bosque a escondidas como “furtivo”, más, bien, como un ladrón,
tampoco me gustaba en lo mínimo…
(Adaptación de un fragmento de la novela Danny el campeón del mundo, de Roald Dahl. Editorial
Alfaguara)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Por qué el papá decide contar el secreto?
¿Crees que haya circunstancias en las que el robo
puede considerarse una picardía o un deporte?
¿Crees que era justa la razón por la cual robaba
el abuelo de Danny?
¿Qué es la justicia?
En muchas películas vemos cómo un juez, después de escuchar a los
abogados y a los fiscales, determina una pena para la persona que está
siendo juzgada. Esto nos puede hacer pensar que la justicia es solamente
administrar premios y castigos.
Y eso no es la justicia, aunque puede formar parte de ella. La justicia es la
virtud humana mediante la cual las personas contribuyen mutuamente a
que todos tengan las condiciones que les permita vivir dignamente. La
persona justa da a cada cual lo que le corresponde, pero además lucha
para que quienes lo necesitan alcancen mejores condiciones de vida. El
justo respeta y valora a los demás, da igual trato a todas las personas,
hace comentarios positivos sobre los otros… en fin, con su vida muestra
como quiere ser tratado.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la justicia
El clasismo…
Porque crea distancias enormes entre las personas que tienen más y las
que tienen menos o no tienen nada.
El egoísmo…
Porque impide compartir nuestros bienes, nuestro talento o nuestra palabra
con todos aquellos que lo necesitan.
El autoritarismo…
Porque busca dominar y manipular a los demás limitando la libertad.
La envidia….
Porque genera un espíritu competitivo que sólo busca alcanzar el poder y
el dominio sobre los demás.
La rectitud
Es la firme voluntad de obrar siempre bien, es decir, pensando en el bien
propio y el bien común. La persona justa no obra con dobles intensiones, ni
con el fin de obtener sólo el propio beneficio.
Ingredientes para la justicia
La solidaridad
Es la capacidad y la voluntad de compartir los bienes propios con lod
demás. Los bienes no sólo cosas o dinero, también son bienes los talentos
personales, la capacidad para dar un concejo oportuno, para acompañar
al que está solo… en fin, la solidaridad tiene muchas, muchas
manifestaciones que se resumen en ésta: ayudar a quien lo necesita.
El civismo
Es la responsabilidad con la que las personas se comportan en una ciudad,
pensando en sí mismas y en los demás. El civismo es la mejor manifestación
de la justicia en una ciudad. Si no hay justicia no puede ser cívico, y si no
hay civismo no puede ser posible la justicia. El civismo se identifica con el
respeto y el interés, no sólo por las obras de la ciudad, sino, sobre todo, por
las personas.
La valentía
Es la capacidad de obrar rectamente, aunque este comportamiento nos
traiga problemas. La persona justa reconoce los peligros de una acción,
pero decide, en todo caso, realizarla. Por ejemplo, cuando alguien
denuncia a quien ha cometido un crimen.
¿Quieres sabes si eres justo?
Entonces, medita sobre las siguientes frases y piensa si lo haces siempre,
muchas veces, algunas veces, nunca:
Trato bien a todas las personas. Defiendo a las personas inocentes.
Comparto lo que tengo con los demás. Me alegro cuando a los otros les va
bien. Respeto y valoro las opiniones de todas las personas. Qué opinas,
¿eres justo o no?
¿Qué vas a hacer para lograr ser justo?.
Siempre imparcial
¿Sabes cómo se representa la justicia? Seguramente la has visto en los
libros: es una señora que lleva los ojos vendados y sostiene con una mano
una balanza en perfecto equilibrio. La justicia se representa así porque la
venda se refiere a que la justicia es ciega, es decir, que se aplica a todos
por igual: no importa la condición social, el sexo ni la raza. La balanza
significa que la justicia toma en cuenta todas las evidencias a favor y en
contra para brindar un dictamen final que resulte equilibrado, es decir,
justo. Debemos tomar en cuenta esta figura en todas nuestras actitudes
diarias, tratar igual a todo el mundo y ser imparciales, es decir objetivos en
nuestros juicios.
¡Hagan la cola!
Para todo hay que hacer fila: para comprar los boletos del cine, para
pagar en el supermercado, para meter o sacar dinero en el banco, para
comprar en la tienda del colegio. Las colas no son lo más divertido, pero
son la mejor forma de que nos atiendan en igualdad de circunstancias, es
decir, con justicia. Fíjate que hasta en la casa hay que hacer fila, respetar
turnos y tiempos. ¿Quieres un ejemplo? A algunos les da por pegarse al
teléfono durante horas, olvidándose de que los demás también tienen
derecho a usarlo.
Sin peso, pero contento
Un día, Alejandro le prestó su balón a Jaime. Jaime estaba feliz jugando
con el balón, pero en una de esas se distrajo y se dio cuenta de que éste
había desaparecido. El pobre Jaime no podía con la preocupación. Se fue
directo a su casa y le contó a su mamá, quien le dijo que debía disculparse
y reponerle a Jaime el balón con el dinero de su mesada. Jaime se quedó
sin un peso durante meses, pero actuó con justicia: no sólo ofreció
disculpas, sino que reparó su falta aunque no haya obrado de mala
intención al reponerle el balón a su amigo. Ni para qué decir que esa
amistad ha durado por siempre.
Un gran libro
De todos los libros que has leído, ¿cuál es el que más te ha gustado? ¿Por
qué? Seguramente que has leído libros de cuentos, de ciencia ficción, de
aventuras… Pero, ¿has leído libros de justicia? Hay uno muy interesante
que está al alcance de tus manos, se trata de la Constitución Política de tu
país. Este libro te habla de valores como la vida, el respeto, la libertad o la
igualdad. En uno de sus artículos más interesantes, la Constitución nos dice
que todos nacemos libres e iguales ante la ley y que, por tanto, debemos
recibir la misma protección y trato de las autoridades, así como gozar de
los mismos derechos, libertades y oportunidades, sin ninguna discriminación
por razones de sexo, raza, lengua, religión, opinión política o filosófica.
Ciudad de justicia
La Haya, capital de los países bajos, es una ciudad muy importante, no
por su tamaño, sino porque es la sede del Tribunal Internacional de Justicia.
Esta institución nació en 1945, después de la segunda Guerra Mundial, con
el fin de ayudar a resolver los conflictos que pudieran presentarse entre los
países. A lo largo de más de 50 años de existencia, el Tribunal ha
contribuido enormemente a que impere la paz y la justicia en el mundo. Sin
embargo, debido a que las grandes potencias del mundo, tales como
Estados Unidos, Francia y China, se han retirado, el Tribunal ha perdido algo
de su poder y, en muchos casos, sus decisiones no son tenidas en cuenta.
Sin embargo, su existencia nos recuerda la fortaleza moral que debe existir
como condición de la justicia a nivel internacional.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Un matacho serio
La justicia consiste en dar a cada quien lo que le corresponde. Piensa bien
en esta frase. ¿Qué significa dar a cada quien lo que le corresponde?
Dibuja una caricatura sin palabras que represente el significado de esta
idea.
Recuerdos de cine
Las buenas películas muestran emociones profundas, dolorosas o alegres,
que experimentamos los seres humanos. Por eso, algunas veces nos
identificamos con los personajes que presentan. Relatan la escena de una
película que hayas visto, en la que el personaje central recibe un trato
injusto. Explica por qué te impresionó tanto y cómo crees que hubiera sido
lo contrario, es decir, lo justo.
¡Todos a jugar!
Bombones de fresa
Reúnete con tres amigos y elaboren esta rica receta al prepararla verán
que es necesario usar los ingredientes en cantidades justas para que
quede bien y al repartirlo en partes iguales entre todos, ¡estarán
practicando la justicia en forma deliciosa!
Ingredientes: 250 g de fresas y 200 g de chocolate para fundir.
Preparación:
Corten los chocolates en trozos y póngalos en un
recipiente. Coloquen el recipiente en una olla con un poco de
agua (al baño María)
Pongan al fuego para que se derrita el chocolate,
revolviendo para que quede cremoso.
Laven bien las fresas y sujetándolas por las hojas,
sumérjanlas en el chocolate.
Coloquen las fresas sobre el papel de aluminio y
dejen que se sequen.
Repartan equitativamente los bombones y… ¡a
disfrutar!
Pásame la bola
Para disfrutar de cualquier juego es importante que respetemos sus reglas y
normas. ¡Así que a jugar y a ser justos con las reglas! Formen dos equipos y
decidan a cara y sello que equipo comienza. Los ganadores toman la
pelota y se la pasan, contando los pases, mientras se mueven por el
terreno de juego. Éste empieza a contar los pases. En caso de que la
pelota caiga o la recoja el mismo jugador que la lanzó, la cuenta debe
comenzar de cero.
Gana el equipo que logre hacer más pases consecutivos.
“Un mundo de paz y justicia requiere de amor”
Caballería siglo XXI
La verdadera lealtad es un compromiso sincero que sale del alma y se
asume con alegría.
Hace muchos años, la mayoría de los países eran gobernados por reyes
que estaban protegidos por unos personajes llamados caballeros.
Para ser caballero había que jurarle lealtad al rey, lo cual se hacia
mediante una ceremonia en la que el rey ponía la espada sobre cada
hombre del nuevo caballero, la espada era el signo de la lealtad.
El caballero se comprometía a estar de parte del rey, a ayudarlo y a
protegerlo hasta con su vida. Un caballero no podía servir a otro rey, no
debía hablar mal del él ni de su reino muchos menos traicionar a sus
ejércitos. La lealtad consistía en serle enteramente fiel al rey y al reino.
Actualmente ya no existen este tipo de caballeros, pero existen otros, los
caballeros del siglo XXI, que renuevan el valor de la lealtad.
La nueva lealtad es algo así como una parte de nosotros mismos que
busca ser fiel a todo aquello en lo que creemos. Por ejemplo, existe la
lealtad a las propias ideas, a la familia, a los amigos, a las ideologías
políticas o a las creencias religiosas.
Veamos varias circunstancias en las que las personas son leales: el novio
que es fiel a su novia; el hijo que no habla mal de sus padres; la persona
que defiende sus ideas y sus principios; el joven que no sigue las conductas
negativas de sus amigos; las personas que quieren y defienden a su ciudad
y a su país, aun aceptando que tienen defectos.
Pero, ¡cuidado! La lealtad no es complicidad. Cuando sabemos que
alguien ha hecho algo grave o muy malo y lo dejamos pasar, no estamos
siendo leales sino cómplices.
¿De qué se trata este cuento?
Blas es un bribón que apunta de trampas y tretas sale de aprietos, incluso
cuando se enfrenta al bien y al mal, representados por san Pedro y el
diablo.
Al primero pide tres deseos, menos la gloria eterna, pues no piensa morir. Al
segundo le pide ser rico a cambio de su alma, pero de antemano planea
cómo hacerle trampa.
Leal a si mismo y a nadie más, Blas se sale con la suya y al final ni el cielo ni
el infierno lo quieren.
El herrero y los demonios es un relato popular mediterráneo en el que
sobresale la figura del pícaro.
Ha sido adaptado por Teresa Durán, investigadora de Literatura infantil y
juvenil, radicada en Barcelona.
Ni con Dios ni con el diablo
Blas era un herrero que vivía en un pueblito español. Era un pícaro que
recibió algunas visitas extraordinarias en su vida. Una vez dos vagabundos
llegaron a su casa pidiendo algo de comer, Blas los hizo pasar y les regalo
un poco de pan y vino. En agradecimiento por su hospitalidad, los hombres
le dijeron que lo recompensarían con tres deseos.
Blas no dudó:
El primero: si alguien se sienta en un banco, quiero que se quede pegado
al asiento hasta que yo desee. El segundo: si alguien se trepa a mi árbol de
peras, quiero que se enrede entre sus ramas. El tercero: que lo que yo meta
en este costal, no pueda escaparse.
Lo hombres lo miraron aterrados ¡Pero que deseos más absurdos! ¡Mira que
somos San Pedro y Jesucristo y podemos concederte la Gloria Eterna!
Muchas gracias sus mercedes respondió el herrero que yo me preocupo
por lo que me pase aquí en la tierra y allá en el cielo.
Así, los dos visitantes se fueron desconcertados y se despidieron del herrero.
Otro día llego a la herrería un caballero de mirada oscura y penetrante,
lujosamente vestido.
¡Herrero, ponle las herraduras a mi caballo!
No se va a poder. No tengo hierro suficiente para hacer las herraduras.
¿Y eso te preocupa? ¡Bah! Dame una herradura y mira lo que hago. El
caballero tomó la herradura y le ordenó: ¡”Estírate”! apenas habló, el hierro
se alargo hasta alcanzar la medida necesaria.
¡Oh! Dijo el herrero. Si yo pudiera estirar el hierro como vos, me volvería rico.
¿Acaso sois el diablo?
El mismo en persona; mucho gusto. Si deseas, véndeme tu alma… claro
que tendríamos que hacer un contrato. Tú sabes, es por formalizar.
Entonces hicieron un contrato que decía: “Yo, Blas rebollo, prometo mi
alma a maese Satanás con la condición que mientras yo viva podré
alargar el hierro como él lo ha hecho. Dicha promesa será válida mientras
este papel no sea quemado. Firmado y rubricado: Blas Rebollo”. El diablo
guardó el papel en su cartera y partió, dejando una estela de azufre a su
paso.
Paso el tiempo y el herrero se hizo rico. Pero al cabo de 10 años el diablo
tocó a su puerta nuevamente.
¡Herrero, es hora de que vengas con migo!
Si, permítame, pero primero debo llevar dos peras para la sed.
No, lo haré yo para que no me engañes dijo Don Cuernos. Y se subió al
árbol sin pensar que se quedaría allí enredado, gracias al deseo que San
Pedro concedió al herrero.
Al verlo allí enganchado, Blas llamó a los niños del pueblo para que lo
apedrearan.
¡Vete! ¡Fuera de aquí! Gritaban los niños.
Cosa que él hizo rápidamente, con el rabo entre las piernas. Pasaron otros
10 años y el herrero esperaba la nueva visita. Al amanecer, el diablo llego
a la casa, pues era muy quisquilloso con eso de los contratos.
¡Soy Satanás y vengo a reclamar lo que es mío!
Y convirtiéndose en gato entró por una pequeña puerta sin imaginar que
caería en un saco preparado para él. El herrero lo ató y puso el saco sobre
un yunque, llamó a otros hombres y entre todos lo aporrearon con fuerza.
¡Devuélveme el papel que no debí firmar y te dejaré marchar!
Como estaba tan adolorido, el diablo sacó el papel y se lo entregó al
herrero. Al recuperar el contrato, Blas lo quemó y, en ese instante, Satanás
quedó libre y desapareció en medio de una humareda maloliente.
El herrero aún vive campante porque en el infierno nadie quiere saber de
él.
(Adaptación del relato popular español El herrero y los demonios. Versión de Teresa Colomer.
Editorial la Galera)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Cómo agradece San Pedro la ayuda
que Blas le dio en el pasado?
¿Estás de acuerdo con el
comportamiento de Blas frente al contrato que hizo con el diablo?
Explica tu respuesta
¿Qué relación existe entre el compromiso
y la lealtad?
¿Qué es la lealtad?
Con frecuencia esperamos que nuestros amigos y familiares nos apoyen y
respalden en todo, porque, decimos, nos debemos fidelidad unos a otros.
Sin embargo, la fidelidad es un valor muy grande e importante que no está
necesariamente asociado a personas o a ideas políticas, religiosas o
culturales, nadie está obligado a ser fiel a ellas si éstas no respetan la
dignidad de las personas. Es leal aquel que dice la verdad, es recto, justo,
franco y sincero.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la lealtad
La traición…
Porque va en contra de la confianza que han depositado en ti. Es traición
utilizar un secreto que te han confiado para perjudicar a otra persona.
La hipocresía…
Porque daña la sinceridad. El hipócrita aparenta lealtad frente a las
personas, pero habla mal de ellas cuando están ausentes.
La complicidad…
Porque traiciona los principios y los valores sociales al encubrir a quien a
cometido una falta.
El cómplice calla por cobardía o para obtener algún tipo de beneficio,
pero sabe que lo que ha hecho la persona a la que encubre es incorrecto.
Sinceridad
Es leal quien habla y expresa sus ideas, sin disfrazarlas. La persona leal no
les dice a sus amigos algo que no corresponde a la verdad sólo por quedar
bien. Por ejemplo, si alguien copia en un examen o dice una mentira, el
amigo leal le hace caer en cuenta de su error, pero con amabilidad y
cariño.
Ingredientes para la lealtad
Valentía
Puede que algunas personas esperen de ti que calles o que encubras una
falta grave, quizá lleguen a presionarte o a amenazarte. En ese momento
es necesario que seas valiente y que te mantengas leal a tus principios y a
tus valores.
Discernimiento
Discernir es pensar con serenidad para saber con la mayor precisión
posible qué está bien y qué está mal. A veces el discernimiento es fácil,
otras veces no. Por ejemplo, no siempre lo mejor es denunciar ante las
autoridades del colegio a un compañero que ha cometido una falta; en
algunos casos lo mejor es hablar primero en privado con el compañero y
ayudarlo para que no vuelva a cometer dicha falta.
Confianza
Todos cometemos errores, pero no por eso vamos a dejar de confiar en la
gente. Imagina como serian las relaciones con tus compañeros, amigos y
familiares si permanentemente estuvieras pensando que te van a hacer
algo malo o si ellos pensarás que tú les vas a hacer daño. Es imposible ser
leal a alguien si no se le tiene confianza. La persona leal confía en los
demás y cree que tienen buenas intensiones.
Pero, ¡claro!, la persona leal también tiene capacidad de discernimiento.
Siempre leales
La lealtad significa ser fiel a todo aquello que consideramos importante en
nuestra vida: es comprometernos verdaderamente con lo que somos y
deseamos, con quienes queremos y con lo que creemos. Lo bonito de la
lealtad es que surge naturalmente: no podemos ser leales con aquello que
no nos convence sinceramente, ya sean personas, ideas o creencias.
A toda prueba
Cuando somos bondadosos, el mundo deja de ser un lugar solitario para
mucha gente. Una sonrisa, unas cuantas palabras y demostrar interés
genuino por los demás les puede componer el día… ¡y a ti también!.
Ideas personales
No importa la edad que tengas, de dónde provengas o cómo vivas, tus
ideas son importantes y valiosas y pueden ayudar a que tu comunidad sea
mejor.
Vale la pena que seas fiel a tus ideas y que no renuncies a ellas, a no ser
que creas que las ideas de otros son mejores para ti y para tu comunidad.
En todo caso, aunque aparentemente haya mejores ideas que las tuyas,
exprésalas sin miedo, quizás ayuden a tu comunidad a mejorar y hasta
contribuyan a transformar el mundo. Todos los grandes hombres y mujeres
de la humanidad tuvieron la valentía de expresar sus ideas,
aparentemente locas e irrealizables, y sin embargo, cambiaron la historia.
La ropa sucia…
El dicho popular que dice “la ropa sucia se lava en casa”, es una forma
resumida de explicar la lealtad hacia las personas más cercanas, que en tu
caso, es tu familia. Ninguna familia es perfecta, pero para que pueda
mejorar necesita que todo lo negativo que suceda en el interior de la casa
se comente y se resuelva allí mismo. Para limar asperezas, contar con lo
que nos gusta y nos disgusta, aclarar situaciones y compartir todo lo que
nos pasa, el diálogo y discusión hacen mucho bien a nuestras familias.
Sí paga
¿Sabes lo que son los impuestos? ¿Has oído a tus papás quejarse del alto
costo de los impuestos? ¿O que se van a crear estrategias para que nadie
los evada? ¿O que son injustos?
A todos nos preocupan los impuestos y es verdad que algunos son altos,
pero si se pagan es posible mejorar la ciudad y el país. Con el dinero de los
impuestos se construyen hospitales, se hacen carreteras, se crean colegios,
se iluminan las calles y se provee de servicios a muchas personas pobres y
necesitadas.
Aunque no sea lo que más les gusta a los adultos, pagar los impuestos es
una forma de ser leales con el país.
Medio ambiente
Imagina que el planeta tierra pudiera hablar y decir lo que piensa sobre la
forma como los seres humanos hacemos uso de los recursos naturales.
¿Qué crees que diría? Seguramente se quejaría y diría que sus recursos no
son inagotables.
Pensando en esto y con el ánimo de ser leales con el planeta en que
vivimos, se han creado miles de grupos que cuidan el medio ambiente y lo
protege del mal uso que hacemos de él. También se han organizado
importantes reuniones internacionales para proteger la tierra, como la
cumbre de Río que se realizó en el año 1992, en Río de Janeiro (Brasil).
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
De una pieza
Ser leal a ti mismo es tan importante como ser leal a los demás. ¿Cómo
crees que puedes lograr la lealtad contigo mismo? Piensa tres ideas e
ilústralas con algo que simbolice a cada una. Por ejemplo, si consideras
que la confianza es importante, pinta un equilibrista sobre la cuerda floja: si
eliges la valentía, puedes dibujar a un león.
Por un error
Lancelot fue un caballero de la mesa redonda uno de los más leales al Rey
Arturo. Sin embargo cometió un error y lo traicionó. ¿Sabes cual fue su
falta? ¿Cómo reaccionó? Busca la película de Lancelot o mejor aún,
consigue el libro con la leyenda del Rey Arturo. Ve la película o lee el libro y
comenta la historia con tus papás. Después, escribe las opiniones de todos
y dibuja la escena que más te haya impactado de su historia.
¡Todos a jugar!
Un recorderis
En muchos pueblos las personas intercambian objetos especiales como
símbolo de lealtad. Reúnete con tus amigos y hagan unas pulseras de
chaquiras. Cuando termines, regala la pulsera a una persona por quien
sientas gran confianza y a la que te gustaría ofrecer tu fiel amistad.
Necesitarás: chaquiras de colores, hilo de nylon, una aguja de ojal amplio y
un pequeño broche de metal. ¿Cómo se hace? Enhebra el hilo de nylon
en la aguja y haz un nudo en uno de los extremos para sostener las
chaquiras. Ensártalas combinando los colores como más te guste. Cuando
termines, anuda las dos partes del broche en los extremos del hilo. Envuelve
la pulsera en un empaque diseñado por ti y entrégasela a quien hayas
elegido.
Competencia de arroces
Para este juego se necesitan tres parejas de jugadores, granos de arroz,
marcadores y pitillos. Se pintan seis granos de arroz con tres colores
diferentes (dos rojos, dos azules, dos verdes, por ejemplo). Cada pareja
juega con un grano del mismo color y un pitillo. Los jugadores se arrodillan
frente a la línea de salida, por parejas deberán soplar a través del pitillo
para empujar el grano de arroz hasta la meta. Los integrantes de una
pareja pueden ayudarse soplando el grano del otro, pues para ganar
deben llegar a la meta al mismo tiempo.
“La lealtad es fidelidad a toda prueba”
Ilusionistas La libertad no es hacer lo que se nos antoje sino tomar las riendas de
nuestra vida con responsabilidad.
Uno de los trucos favoritos de los ilusionistas que actúan en los circos
consiste en atarse los pies y las manos con gruesas cadenas aseguradas
con candados, para luego introducirse en una bolsa de tela, también
fuertemente amarrada. Posteriormente, meten al ilusionista en un gran
tanque lleno de agua, el cual es tapado y asegurado con más candados.
Para hacer más espectacular el truco, prenden fuego en la parte superior
del tanque… todo nos hace creer que el ilusionista no se podrá liberar
jamás. Entonces, cae del techo una gran tela que cubre todo el armazón
durante pocos segundos y cuando menos lo esperamos, el ilusionista
aparece libre, sin ataduras, levantando sus manos, pidiendo el aplauso del
público. ¿Cómo lo hizo? ¿Quién le ayudó? ¿Por qué nadie se dio cuenta
cómo se liberó? La respuesta a esta pregunta sólo la tiene el ilusionista.
Aunque sea un truco, no parece fácil liberarse de las ataduras que
impiden el movimiento y que, por momentos, nos hacen pensar que va a
perder la vida.
Liberarse nunca ha sido fácil. Los esclavos que vivieron hasta ya bien
avanzado el siglo XX, tuvieron que luchar mucho para conquistar su
libertad.
La libertad es uno de los dones más preciados de los seres humanos, ya
que a través de ella cada persona puede decidir su presente y su futuro,
puede escoger su carrera o su profesión, puede optar por moverse por
distintas partes del mundo, puede elegir a sus amigos… la libertad nos
devuelve la responsabilidad sobre nuestra propia vida.
¿Te imaginas la vida sin libertad? Sería como la del ilusionista, con la
diferencia de que no nos podríamos soltar.
¿De qué se trata este cuento?
El turpial que vivió dos veces, de Salvador Garmendia, narra la vida de un
turpial de la sabana venezolana, cercana a Barquisimeto. El pájaro vivía
encantado con el cielo, la luz y el paisaje; se enamoró y procreó. Un día,
mientras paladeaba una fruta, un niño lo derribó de una pedrada, por lo
cual perdió el conocimiento. Al despertar, se vio dentro de una jaula,
rodeado de cuidados y de rostros curiosos que lo invitaban a cantar. Pero
su dolor y el cautiverio le impedían hacerlo. Los días pasaron tristes hasta
que una mañana el pájaro se lleno de fuerza y canto como celebrando la
vida. Esta reacción hizo que el niño tomara la decisión más importante
sobre el animal: devolverle la libertad. Salvador Garmendia fue uno de los
grandes escritores venezolanos del siglo XX.
El canto aprisionado
Esta vez no tuvo tiempo de ponerse a salvo. El zumbido de una piedra le
cortó la respiración al tiempo que sintió un golpe terrible que hizo que todo
desapareciera en la oscuridad. No supo cuando sus plumas chocaron el
suelo.
El muchacho que disparó su honda corrió a recoger al pájaro, pero
cuando vio que estaba vivo, algo le tocó el corazón y decidió llevarlo a su
casa.
Al verlo, su madre exclamó:
¡Un turpial! ¡Los turpiales cantan muy bonito! Si el pajarito se cura lo
pondremos en una jaula.
Lo atendieron bien y en verdad que el ave agradeció a todos el interés
que mostraban en salvarle la vida. Encerrado en la jaula, se dedicó a
dormir.
Desde el principio había descubierto que el que esta dormido no está
preso.
Al comienzo, el muchacho lo visitaba con frecuencia y le silbaba como
pidiéndole que cantara para él. Pero el turpial no podía cantar.
Se había quedado seco por dentro.
Al muchacho no se le había ocurrido preguntarse porqué quería hacerse el
simpático como si nada hubiera pasado entre los dos. Sin embargo, el
tiempo pasaba y ya no le provocaba acercarse tanto a la jaula para visitar
al prisionero. Además, sentía algo raro en su interior cuando veía un pájaro
cruzar el cielo o cantar sobre la rama de un árbol.
El turpial tampoco la pasó bien. La época de su cautiverio fue la más triste
y gris de toda su vida y hubiera sido la más larga si, una mañana, cuando
el sol salió, no hubiera empezado a cantar.
Fue un impulso repentino. ¡Hacía tiempo que su cuerpo no vibraba de esa
manera! Pronto su temor se convirtió en alegría y el pajarito seguía
cantando desde el fondo de su alma.
Inmediatamente, la gente de la casa se reunió alrededor de la jaula, “ ¡El
turpial está cantando! ¡El turpial está cantando!”, repetían en medio de un
gran alboroto. El muchacho se acercó a la jaula y la abrazó con fuerza. No
podía creerlo. Quería estar allí todo el día, escuchando ese hermoso
canto.
Cuando el pájaro lo vio, dejó de cantar y lo miró fijamente. Los dos tenían
un nudo en la garganta. Entonces, en medio del silencio, el muchacho
abrió la puerta de la jaula y dio un paso atrás.
Vaciló unos segundos y… ¡quien dijo miedo! Salió de la jaula, torció el
rumbo hacia arriba, sus alas se sacudieron con fuerza y casi golpearon la
cara del muchacho, como si le gritara: “ ¡Adiós! ¡Gracias! ¡Te espero en la
sabana!”
Y el muchacho se quedó mirando a las nubes, por encima de los tejados,
cuando ya no hubo más pájaro volando libre por los aires.
(Adaptación de un fragmento de El turpial que vivió dos veces, de Salvador Garmendia. Playco
Editores)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Po qué crees que el chico dejo de
acercarse a la jaula del pájaro?
¿Estás de acuerdo con la decisión que
tomó el muchacho al final? ¿Por qué?
¿Qué piensas del mensaje del pájaro
cuando sus alas rozaron la cara del niño?
¿Crees que las personas que les quitan la
libertad a otras son tolerantes y justas?
¿Qué es la libertad?
Para ir al colegio hay que usar uniforme, para entrar al cine hay que hacer
cola, hay que madrugar entre semana, no se puede pisar el pasto en los
parques…
¿Y así se habla de libertad? ¿Existe? Sí, la libertad es el poder que tenemos
de actuar y de escoger. Libertad es independencia. Es no ser esclavo de
nada ni de nadie.
Pero, ¡atención!, no existe la libertad absoluta. La libertad va de la mano
de la responsabilidad. Siempre que hacemos algo o dejamos de hacerlo,
asumimos una responsabilidad. Por ejemplo, si copias en un examen, estás
haciendo uso de tu libertad, pero debes asumir tu responsabilidad aunque
no te pillen.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la libertad
La ignorancia…
Porque mientras más te conoces a ti mismo y al mundo que te rodea,
menos dependiente eres de los demás y, por tanto, más libre.
La servidumbre…
Una cosa es ayudar a los demás y otra es estar a sus órdenes bajo
amenazas. Algunos se las arreglan para que otros les obedezcan
valiéndose de la violencia y la intimidación. Ten cuidado, ¡no te dejes
dominar por los mandones del colegio o del barrio!
El miedo…
Las personas que tienen miedo terminan sometiéndose a las demás y a las
circunstancias. Hay momentos en los que sentimos miedo, pero es
necesario que este no nos paralice ni nos quite la libertad.
Derechos y deberes…
Algunos creen que ser libre es hacer lo que se les venga en gana. ¡Pues no!
La libertad es respetuosa de los principios, las leyes y las normas. No somos
libres para perjudicar a los demás ni para destruir el medio ambiente.
Mientras más libre es una persona, tiene mayor capacidad de aceptar sus
deberes y defender sus derechos.
Ingredientes para la libertad
Justicia
La libertad es el poder de hacer y el poder de no hacer. Hacer todo
aquello que sea bueno para ti y para los que te rodean y evitar todo
aquello que te haga daño o le haga daño a los demás. Lo dice el
conocidísimo dicho “No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan
a ti”.
Diálogo
No se puede ser libre aisladamente. Siempre somos libres con los demás.
Para construir juntos los caminos que nos conducen a la libertad es
necesario dialogar con todos.
Imagina que tú, haciendo uso de tu libertad, le hicieras daño a otros.
¿Crees así se conquista la libertad? El diálogo con los padres, los profesores
y los amigos es la mejor forma de ir, poco a poco, conquistando la libertad.
Autenticidad
A mucha gente le encantaría que tú fueras de esta manera o de esta otra.
Seguramente te van a comparar con otros o hasta te van a aconsejar que
actúes de una u otra forma. Pero a medida que te vayas conociendo y
que vayas conociendo a quienes te rodean, es importante que seas el
“mejor tú mismo posible”, aunque eso no les guste a los demás.
Yo te nombro
Sobre mis cuadernos escolares
Sobre el pupitre y los arboles
Sobre la arena y sobre la nieve
Escribo tu nombre
Sobre todas las páginas leídas
Sobre todas las páginas en blanco
Piedra, sangre, papel o ceniza
Escribo tu nombre
Sobre las imágenes doradas
Sobre las armas de los belicosos
Sobre la corona de reyes
Escribo tu nombre
Y por el poder de una palabra
Reinicio mi vida
Nací para conocerte
Para nombrarte libertad
Un himno
Cuando los nazis invadieron Francia en los tiempos de la segunda Guerra
Mundial, un poeta llamado Paul Eluard escribió un hermoso poema
llamado Libertad, el cual circuló clandestinamente por todo el país, como
un himno a la libertad y a la resistencia frente a la tiranía. Aun hoy, este
poema continúa siendo válido y sobre todo, necesario. Por eso
compartimos contigo un fragmento.
Tiempo de libertad
El mejor momento para practicar la libertad es, precisamente, el tiempo
libre.
Después del colegio, de las tareas y de ayudar un poco en casa, viene el
tiempo libre. ¿Qué hacer con él? ¿Cómo utilizarlo de la mejor manera
posible? ¿Qué hacer para empezar a ejercer la libertad? Durante el
tiempo libre puedes conocerte, saber qué es lo que más te gusta, que
quieres hacer en el futuro y, además, practicar algo que te guste mucho:
un deporte, es un arte, una afición.
Y, sobre todo, dejar volar la imaginación es un espacio infinito de
posibilidades y de sueños.
¿Esclavas?
La historia nos dice que el último país en erradicar la esclavitud de su suelo
fue Mauritania, en África, EN 1980. Eso fue hace muy poco, ¿verdad? Sin
embargo, en muchas casas se practican formas simuladas de esclavitud.
¿No crees que una forma de esclavitud es someter a las empleadas del
servicio a una jornada de trabajo muy larga o maltratarlas? ¿O recargarle
todo el trabajo de la casa a la mamá o a las hermanas sólo porque son las
“mujeres de la casa”? hay que recordar siempre que la justicia empieza
por casa.
Ecoturismo
Grupos grandes o pequeños de niños, jóvenes o adultos se reúnen en los
fines de semana o en las temporadas de vacaciones para practicar el
ecoturismo, que no es más que aprovechar todos los maravillosos paisajes
de nuestro país para estar en contacto con la naturaleza.
Las selvas, los bosques tropicales, las montañas nevadas y, en general,
todos los parques naturales son escenarios que producen una sensación
única de libertad. Si no puedes salir de vacaciones, recuerda que puedes
inventar una forma de ecoturismo en un parque o en un bosque que
quede cerca de tu ciudad para experimentar ese sentimiento de libertad
que nos produce la naturaleza.
Inmigrantes
En los últimos años, millones de personas se han visto obligadas a dejar sus
pueblos o hasta su país en busca de mejores condiciones de vida. Este
fenómeno se conoce como migración. En muchos casos, los inmigrantes se
ven obligados a asumir trabajos y condiciones de vida muy similares a las
de los esclavos de hace muchos años: jornadas muy largas, mala
alimentación, vivienda inadecuada, salarios injustos y la imposibilidad de
regresar a sus países de origen. Cuando una persona no tiene condiciones
humanas de trabajo, se dice que está siendo explotada… la explotación
es una nueva forma de esclavitud.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
En la jaula
Vuelve a leer el fragmento del cuento del turpial que aparece en este
fascículo. ¿Qué significa la siguiente frase pensada por el pajarito?:
“… el que está dormido no está preso”. Escribe tu interpretación y
acompáñala de un dibujo.
¿Libertad o abuso de libertad?
La responsabilidad es una de las condiciones importantes para obrar
libremente. Crea una historieta cómica en la cual ejemplifiques dos casos:
en uno, la libertad se utiliza con responsabilidad; y en el otro, se hace uso
de ella irresponsablemente. Para plantear la trama de tus historias, piensa
en que toda acción tiene una consecuencia.
¡Todos a jugar!
Un lugar para cada cosa
Los jugadores se organizan en círculo. El director del juego se organiza en
el centro y tira una pelota a uno de los jugadores mientras le nombra un
lugar (escuela, barco, avión, teatro, etc.). El jugador que recibe la pelota
debe decir que la libertad tiene ese lugar, mientras devuelve la pelota al
director. Ala mención de un restaurante, por ejemplo, el jugador puede
decir: tengo libertad de elegir algo sabroso para comer. Así sucesivamente
hasta que pasen todos. Pierde el que se equivoque o piense mucho en
responder.
Yo quiero ser como…
Cierra los ojos por un momento y piensa en la libertad. Luego, piensa en el
animal que te parezca el más libre de todos. Con cartulina, tijeras,
marcadores y una varita de balso, elabora una máscara con el rostro de
ese animal. ¿Cómo se hace? Coloca un pedazo de cartulina sobre tu cara
y señala donde van los ojos. Ahora, dibuja el contorno de la cara del
animal y recórtalo.
Pinta la cara con las características que le corresponden y recorta los ojos.
Pega la máscara a la varita de balso para sostenerla sobre tu rostro. Ahora,
siéntate en círculo con tus amigos, pónganse la máscara y cuenten por
qué les parece que su animal representa mejor la libertad.
“Recuerda que la libertad es responsabilidad”
El perfecto equilibrio Para afrontar la vida alegre y sabiamente, debemos encontrar el
punto medio, esto es, saber recurrir a la moderación.
Seguramente has escuchado hablar de los antiguos griegos. Estos señores,
que vivieron hace muchos siglos, se distinguieron por ser muy inteligentes y
todo parece indicar que, además de las obras de teatro y de los juegos
olímpicos, su pasatiempo favorito era pensar. Quiénes más pensaban eran
los filósofos; pasaban el día y la noche reflexionando sobre todo lo divino y
lo humano, dándole vueltas a las cuestiones como la justicia, el amor, el
espíritu, el alma o el significado de la vida. Por ello, no debe extrañarnos
que la palabra filosofía signifique “amor a la sabiduría”, y verdaderamente,
los filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles eran muy sabios. Pues bien,
todos ellos, después de mucho reflexionar, llegaron a la conclusión de que
la más importante de todas las virtudes, es decir, de los valores que hacen
al hombre, era la moderación.
¿La moderación? Tal vez te suene muy aburrido, sobre todo, porque hay
virtudes que te pueden parecer más bonitas, como el amor; heroicas,
como la valentía; inteligentes, como la justicia; o divertidas, como la
creatividad.
Sin embargo, la moderación es muy importante porque hace referencia a
algo que suena muy fácil y que, en la práctica, no lo es tanto: encontrar el
punto medio. Es decir, “ni tan poco ni demasiado”. Los filósofos pensaban
si un niño recibe poca atención de sus padres, crecerá con poca
autoestima, con miedo y recelo. Por el contrario, si recibe demasiada,
seguramente será caprichoso, inseguro y sobreprotegido. ¿Te das cuenta
lo importante que es la moderación? Es la búsqueda constante del
equilibrio para no pecar por carencia ni por exceso.
¿De qué se trata este cuento?
Catalina adora el mercado y cuando acompaña a su padre se
entusiasma tanto que pretende llevar montones de las cosas que más le
gustan. Un carro con montañas de dulces, galletas o helados no parece
ser suficiente.
¡Y claro! A ella no le preocupa si eso le alimenta o no; lo que le importa es
darse gusto sin atender las recomendaciones de su padre sobre lo que es
conveniente para una buena alimentación. Es apariencia, la chiquilla no
sabe que es moderación; pero cuando ve enfrentados al cajero de la
tienda y a su padre, propone una solución que atenúa el conflicto y le
permite reparar con su padre las molestias causadas por sus caprichos.
El autor de Catalina ¿dónde estas? Es Robert N. Munsch, un narrador
canadiense de amplia trayectoria.
¡A llenar el carrito!
Catalina fu de compras con su papá y sus hermanos. Ella empujaba el
carrito del supermercado. “A veces mi papá no compra nada bueno se
decía Catalina.
Compra huevos, queso, leche, espinacas, pero ¡nunca algo realmente
bueno! ¡Helados, galletas, chocolates!”.
Con disimulo, Catalina se alejo de su padre y tomó otro carrito. Lo llevó
hasta un refrigerador y metió en él hasta cien cajas de helado. Buscó
luego a su papá y le dijo:
¡Mira papá, este sí es un verdadero alimento!
¡No puede ser!, respondió su padre. ¡Son solo golosinas! Dañan tus dientes y
achican tu inteligencia ¡Devuelve todo a su lugar!
La chica devolvió el helado. Pero de regreso, pasó por la dulcería y
amontonó en su carrito trescientas barras de chocolate.
¡Mira papá!
Su padre se volvió y gritó: Pero, ¿Qué es eso?
¡Papá este si es un verdadero alimento!, dijo Catalina.
¡No!, respondió su padre. Eso no son más que golosinas. Voy a devolverlas.
Quédate aquí y ¡no te muevas!
Como ella no quería más problemas, se quedó clavada sin mover una
pestaña.
Una empleada del almacén se le acercó, la examinó de arriba a bajo y le
golpeó suavemente la cabeza con la mano, pero la niña no se movió. La
señora dijo entonces:
Es la muñeca más linda que he visto en mi vida. Y pegó sobre la nariz de
Catalina una etiqueta con el precio de $3.995. Luego la puso en la
estantería junto a las otras muñecas. Una señora se acercó y miró a
Catalina.
Que linda. ¡Me la llevo! Y agarró a Catalina de una oreja.
¡Quieta!, gritó Catalina con todas sus fuerzas.
¡Uy! ¡Pero si está viva!, exclamó la señora. Y coló por el pasillo derribando
una pirámide de naranjas.
Entre tanto, el papá de Catalina la buscaba por todo el almacén:
¡Catalina! ¿Dónde estás?... ¿Pero que hacer sobre ese estante?
Es tu culpa, respondió Catalina. Tú me dijiste que no me moviera, y la
gente quiere comprarme. ¡Buuuaa!
Pero, vamos a ver. Tú sabes muy bien que yo no permitiría que alguien te
comprara. Besó a la niña y le dio un fuerte abrazo. Luego fue a la caja
para pagar sus compras.
El cajero miró a Catalina y dijo:
¡Señor, usted no puede salir con esta niña. Tiene que pagarla! Son $3.995
¡Pero si es mi hija!
Ella tiene un precio pegado en la nariz, dijo el señor. Usted debe pagar.
¡NOOOOO!, gritaron todos, el papá y las otras personas que estaban en la
caja del supermercado.
Papá susurró suavemente Catalina, ¿no crees que yo valgo al menos
$3.995?
Mmmm… bueno… respondió el papá. Sacó su dinero, pagó el cajero y
quitó la etiqueta de la nariz de Catalina. La chica le dio un gran beso.
¡Muaa! Menos mal que por fin compraste algo realmente bueno, le dijo a
su padre.
El papá alzó a Catalina y le dio un abrazo cariñoso.
(Adaptación de un fragmento de Catalina ¿Dónde estás?, de Robert Munsch. Editorial Edilux)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Si Catalina desea comer golosinas es necesario
que ponga tantas en el carrito? ¿Por qué?
¿Qué tiene que ver la buena salud con la
alimentación moderada?
¿Estás de acuerdo con la forma en que el cajero y
el papá tratan de resolver el tema del precio de la niña? ¿Por qué?
¿Por qué es importante mantener un tono
moderado de voz cuando discutimos con alguien?
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la moderación
El exceso…
Porque sobrepasa lo que resulta conveniente y adecuado: recuerda que
el exceso es tan poco como demasiado.
El descontrol…
Hay que contar hasta diez cuando sintamos que perdemos el control de
una situación, es la mejor manera de ejercer la paciencia.
El capricho…
Debemos entender que no siempre podemos tener lo que queremos
cuando lo queremos. No vale la pena obsesionarse tercamente por algo o
alguien.
¿Qué es la moderación?
La moderación no es otra cosa que la búsqueda del equilibrio ¿Has
escuchado decir que todos los extremos son malos? Pues es muy cierto: es
igualmente malo no comer lo suficiente que comer demasiado: en ambos
casos te enfermarías… si entrenas poco para una competencia, lo más
seguro es que te vaya mal, mientras que si te esfuerzas más allá de tus
limites puedes lesionarte o debilitarte. Como puedes ver, las consecuencias
de los excesos, del poco y del demasiado, son siempre negativas. La
moderación debe aparecer cuando sentimos que nos estamos acercando
más de la cuenta a cualquier extremo.
Respeto
Es la moderación entera en juego el respeto por uno mismo y el respeto por
los demás. Respeto por uno mismo cuando sentimos que lo que hacemos
rebasa nuestro sentido del pudor o de la seguridad. Respeto por los demás
cuando hablamos demasiado en lugar de ceder la palabra, respondemos
agresivamente en una discusión o cuando no somos equitativos a la hora
de compartir.
Ingredientes para la moderación
Límites
Para ser moderado debes conocer tus limites. Tú sabes hasta donde
puedes llegar. Si te la pasa jugando la tarde anterior a un examen, sabes
muy bien que te irá mal. Si no nadas bien y te alejas demasiado de la orilla
de la piscina o del río, te pondrás en peligro.
Existen límites impuestos externamente, como los de la velocidad en las
calles de la ciudad o la hora que te ponen tus papás para regresar a
casa. Otros, te los debes poner tú mismo
Autodisciplina
Es la disciplina que nos proponemos a nosotros mismos, aunque a veces
cuesta mucho trabajo hacerlo. La debemos aplicar cuando tenemos que
hacer lo que nos gusta, tal vez ayudar en las tareas de la casa o hacer un
trabajo de la escuela…, pero también en aquello que disfrutamos mucho,
como hablar por teléfono, ver televisión o dormir.
Equilibrio
La moderación surge cuando nos encontramos entre dos extremos y nos
decidimos por un punto medio.
Si alguien te hizo enojar, el equilibrio consiste en expresarle razonablemente
y no con una rabieta o con golpes. Si te encanta el helado, no puedes
comerte seis conos, puedes conformarte con uno o dos.
Ni tan lejos ni tan cerca
Existe un refrán muy simpático que dice “Ni tanto que queme el santo ni
tan poco que no lo alumbre” si acercas mucho la vela a la escultura
puedes quemarla y dañarla, pero si la alejas demasiado, la oscuridad no te
permitirá verla ni apreciarla. ¿Te queda claro lo que es la moderación?
Yo quiero
Chicos y grandes nos movemos por deseos… y lo que más deseamos es lo
que nos hace sentir bien, o sea, lo que nos causa placer. Por eso repetimos
tanto “yo quiero”… por su puesto que es riquísimo satisfacer nuestros
deseos, pero debemos tener en cuenta que esto no siempre sucede ni se
puede. Para evitar la frustración, la rabia o la tristeza debemos aprender a
ser moderados. No siempre podemos obtener lo que deseamos, y si lo
aceptamos, viviremos más tranquilos.
Sentido común
La moderación es muy útil para poder convivir pacífica y armónicamente
en familia… y ello no es tan difícil, sólo falta poner en práctica el sentido
común.
Por ejemplo, a todos nos encanta hablar por teléfono, pero si ves que
alguien más lo necesita, te toca acortar la llamada y colgar, igual con el
baño; por la mañana todos estamos de prisa, por lo que tardamos dos
horas chapoteando seria muy desconsiderado. La moderación es
indispensable para convivir y respetar los derechos de los demás.
Sociedad de consumo
La publicidad nos bombardea todo el tiempo. Por la televisión y la radio
escuchamos mensajes que nos invitan a comprar, comprar y comprar.
¿Crees que para vivir feliz es necesario tener las montañas de las cosas que
anuncian en los medios?
¿Será cierto que utilizar tal cual marca de ropa te hará ver más atractivo
atractiva? Para vivir bien es necesario cubrir las necesidades básicas:
techo, vestido y alimentación. Las que van más allá de esto se llaman
“necesidades creadas”. Como por ejemplo, los perfumes, las joyas o los
videojuegos. Son cosas que se desean, pero, ¿son realmente necesarias?
Las tres “R” y el desarrollo sostenible
¿Sabes lo que es el desarrollo sostenible? La naturaleza nos provee de
recursos naturales renovables y no renovables, pero la sobrepoblación
mundial y la ambición han desgastado esos recursos, poniendo en peligro
el equilibrio de la tierra. Esto ha llevado a la desaparición de especies
animales, plantas y ecosistemas enteros. El desarrollo sostenible invita a
explotar los recursos de manera responsable, con la mirada puesta en el
futuro para evitar su agotamiento. Para contribuir podemos poner en
práctica las tres “R”: reducir, reutilizar y reciclar. Por ejemplo, reducir el
consumo de agua y energía eléctrica, reutilizar en lugar de desechar
envases plásticos, reciclar el vidrio y el papel. Con estas medidas
contribuiremos al desarrollo sostenible del planeta.
Un S.O.S. por la tierra
La Carta de la Tierra es una iniciativa promovida por distintas
organizaciones y fundaciones alrededor del mundo que nos invita, a toda
la familia humana, a unirnos para construir una sociedad fundada en el
respeto a la naturaleza, los derechos humanos universales, la justicia
económica y una cultura de paz.
La Carta enfatiza en que somos ciudadanos de diferentes naciones, pero
de un solo mundo, por lo que todas las cosas positivas que hagamos a
nivel local tendrán importancia a nivel mundial. La Carta de la Tierra no
solo es una invitación a la reflexión, sino a la acción. Si te interesa saber
como puedes ayudar a que nuestra tierra tenga un mejor futuro, visita esta
dirección electrónica: www.cartadelatierra.org.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Paso a paso
Portarse con moderación aplica ser prudente, dejar a un lado los impulsos
para actuar con inteligencia. ¿Consideras que la moderación debe ser
una cualidad de las personas que se dedican a los deportes extremos?
Responde a través de una historieta que ejemplifique una respuesta.
Una buena pinta
La ropa expresa tu personalidad: con ella buscas verte atractivo y llamar la
atención. Sin embargo, algunas de las pintas que te pones disgustan a los
mayores porque les parecen poco moderadas: camisetas enormes,
pantalones con ruedo roto o pelo de colores. Dibújate con la muda que
más te gusta, pero que a tus padres molesta un poco.
¿Qué piensas de lo que ellos opinan?
¡Todos a jugar!
Zancadas y narizotas
La desmesura es antónimo de la moderación, es decir, la exageración. Esa
es, por ejemplo, la clave de las caricaturas, pues exageran los gestos y
comportamientos de los personajes y las situaciones.
Juaga con tus amigos a representar la caricatura de cada uno de ustedes.
Escribe el nombre de cada quien en papelitos guardados en una bolsa y
revuelve. Cada participante saca un papel y prepara una corta
presentación muda de la persona que le salió. Para que sea una
verdadera caricatura debes pensar en los gestos más significativos de tu
amigo, su forma de caminar, sentarse o mover las manos, para exagerarlos
y hacerlos más simpático. En el momento de la representación, los demás
deben adivinar de quien se trata. Gana el jugador que haya despistado
más tiempo a sus compañeros y los haya hecho reír más.
Monstruosa diversión
Muchos monstruos tienen una doble personalidad. De día pueden ser
personas comunes, delicadas y amables… y de noche horribles criaturas
que asustan y se divierten interrumpiendo la tranquilidad de todos. Reúnete
con cuatro compañeros para una sección de pintura y cuentos, cada
jugador pinta en una hoja, con colores y mucho detalle, un monstruo de su
invención y le pone un nombre. Los participantes intercambian sus dibujos.
Luego, cada uno escribe un relato sobre el monstruo que le tocó. Al final,
leen las historias y eligen entre todos la más miedosa.
“Es más fácil reprimir el primer capricho que satisfacer todos los que siguen”
Hasta el último momento Tener paciencia significa saber esperar todo aquello que se lleva su
tiempo, con una actitud tranquila y serena
Cuentan que un muchacho estaba muy enamorado de una linda joven.
Ella le dijo: “Si eres capaz de esperar cien días seguidos con sus noches
frente a mi puerta, me casaré contigo”. El muchacho aceptó el reto y
esperó bajo el sol y la lluvia que pasaran los cien días. Los vecinos, al ver el
gesto de amor del muchacho hacia la joven, se solidarizaron con él y le
llevaron alimentos y bebidas, pasaron diez días, luego veinte… sesenta,
ochenta… noventa, noventa y uno… noventa y nueve… y esa noche, la
noche noventa y nueve, el muchacho se alejó de la puerta de la joven y
regresó a su casa.
¿Qué pasó? ¿Por qué no espero unas horas más para alcanzar su sueño?
Ya había esperado tanto, ¿por qué no esperó un poquito más? La historia
no nos lo cuenta y nunca lo sabremos. Quizá deseó darle una lección a la
joven para que no fuera tan soberbia. Quizá se le agotó la paciencia.
Cuando hay que hacer largas colas para obtener un servicio o cuando
hay que esperar en el aeropuerto o en la terminal de autobuses, mucha
gente se impacienta y se va, incluso quienes están a punto de llegar a la
ventanilla.
Esperar no es fácil. No es fácil tener paciencia.
Las personas pacientes son aquellas que tienen la capacidad de esperar
con tranquilidad todo aquello que se lleva su tiempo. Es una cualidad que
cada vez existe menos, debido a la rapidez con la que se mueve el
mundo. Pero es una virtud importante de adquirir, porque el que no tiene
paciencia se desespera y no vive tranquilamente ni en paz consigo mismo.
¿De qué se trata este cuento?
El pincel mágico, en versión de Han Xing, es un relato de la tradición oral
china. Narra la historia de un niño que, con paciencia y confianza en su
mismo, logra convertirse en artista y es recompensado con un pincel
mágico. Encantado con el regalo, el chico se dedica a crear objetos y
animales que ayudan a la gente en sus labores. Pero, como suele ocurrir, la
ambición de algunos hace que el niño sea apresado varias veces para
obligarlo a pintar múltiples riquezas, aunque siempre logra escapar.
Un pincel maravilloso
Ma Liang era un jovencito que soñaba con aprender a pintar. Como
desde muy niño quedó huérfano, tenia que ganarse la vida vendiendo
atados de leña y heno… tenía tantas necesidades que no había podido
ahorrar para comprarse un pincel. Un día, al pasar cerca de una escuela,
vio al maestro rodeado de alumnos aprendices pintando un cuadro para
un terrateniente. Emocionado, Ma Liang, entró y les dijo: “Quiero aprender
a pitar, ¿podrían prestarme un pincel?” el maestro lo miró con enojó,
mientras una aprendiz se burló: “Un niño humilde con pretensiones de
pintor? ¡Vaya locura!” Ma Liang que tenía un carácter firme, antes de irse
les dijo: “¿Una persona pobre no puede ser pintor? ¡Ya lo veremos!”
Desde entonces cada minuto libre lo dedicaba a la pintura. Cuando iba a
recoger leña a la montaña, con un palito dibujaba en la tierra los pajaritos
que volaban sobre su cabeza. Cuando iba a cortar heno en las orillas del
río, con una raíz humedecida dibujaba pacientemente sobre las piedras
los peces que veía al fondo. A falta de pincel utilizaba carbones para los
ejercicios que hacía en las paredes de su casa. Los años fueron pasando
sin que Ma Liang interrumpiera sus prácticas de dibujo ni un solo día.
Sus figuras eran tan perfectas que parecían tener vida. Un día, dibujo en
una peña un lobo gris tan feroz que las vacas y las ovejas no se atrevían a
acerarse al lugar. Cada vez que hacia un dibujo Ma Liang añoraba con
frenesí, poseer un pincel.
Una noche agotada por una dura jornada de trabajo y estudio, se durmió
profundamente.
En sueños, vio a un anciano de barba blanca que le ofrecía un pincel,
mientras le decía: “has sido perseverante. Toma este pincel y dale, en tu
vida, buen uso”. Ma Liang lo recibió; era de oro macizo, brillante y pesado.
“Gracias, abuelo, muchas gracias…!” atinó a decir. La emoción del sueño
lo despertó. Había sido un sueño, pero se sentía desconcertado porque
tenía un pincel en su mano.
Estrenó el pincel pintando un colibrí. El ave sacudió sus alas y, gorjeando,
alzó vuelo.
Fue así como descubrió que era dueño de un pincel mágico. Su corazón
desbordaba de gozo.
Con su pincel nuevo, Ma Liang pintaba para todos los aldeanos.
Al que no tenía arado, le pintaba un arado. Al que no tenía azadón, le
pintaba uno.
Pero, como siempre, la historia del joven se supo. Al poco tiempo un joven
rico de una aldea vecina mandó a dos lacayos para que lo detuvieran, y
una vez en su casa le ordenó pintar para él. Como Ma Liang se negó, lo
mandó encerrar en una celda. Venciendo el miedo, el chico esperó la
noche y dibujó una estufa y unas galletas. Al abrigo de la estufa, él y sus
compañeros de prisión comieron las galletas. Una vez saciado el apetito,
Ma Liang dibujó una escalera contra el muro del patio para saltar al otro
lado y escapar. Ya libre, dibujó un magnifico corcel y una antorcha, y
partió veloz como el relámpago. Ma Liang cabalgó durante algunos días y
noches. Se detuvo en un pueblo en donde vivió dedicado a pintar búfalos,
pozos, norias que los campesinos utilizaron para cosechar sus tierras…
Adaptación de un fragmento del relato tradicional chino El pincel mágico, de Han Xing. Ed. El delfín
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué cualidades le permiten a Ma Liang perfeccionar su arte?
¿Cuál es la característica sobresaliente de los dibujos del joven?
¿Crees que él comprendió la advertencia del anciano al regalarle el
pincel mágico? ¿Por qué?
¿Estás de acuerdo en que si nos tomamos las cosas con calma
podemos resolverlas mejor?
¿Qué es la paciencia?
La mayor parte del tiempo las personas están impacientes. No importa lo
que tengan que hacer o lo que esperen; quieren que suceda ¡ya! El chico
que va al gimnasio quiere convertirse en un musculoso fortachón y la chica
quiere su cuerpo perfecto…
Ambos desean que todo suceda ¡en una semana! El que estudia quiere
saberlo todo en una noche. El que está en primaria quiere pasar al
bachillerato y el de bachillerato a universidad. ¿Qué agitación, no?
Afortunadamente, existe la paciencia. La paciencia es la capacidad de
esperar con calma lo que viene. Paciencia también significa aceptar
positivamente los defectos o limitaciones propias y de los demás, así como
las situaciones difíciles que se presentan en la vida. Muchas personas no
esperan, se desesperan.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la paciencia
La indiferencia…
Es la falta de interés por las personas, por las cosas o por lo que sucede en
tu sociedad.
La mediocridad…
La incapacidad de hacer correctamente lo que te corresponde,
esperando que otros lo hagan.
La falta de compromiso…
La paciencia es decir si al compromiso y no a la pereza.
Compromiso
La paciencia es activa. No significa dejar todo en manos del destino y
sentarse a esperar a que todo ocurra, sin ningún esfuerzo y sin tomar
decisiones. El que espera que las cosas le caigan solitas del cielo, no tiene
esperanza, sino que es un perezoso.
Evaluar
Frente a una situación difícil, a alguien molesto o alguna cosa que se
demora, la persona paciente evalúa. Si hay solución a cualquiera de estas
situaciones, el paciente no se preocupa, ni se desespera. Si está no tiene
solución, tampoco pierde el tiempo preocupándose. Con razón se ha
dicho “no se preocupe, ocúpese”. Evaluar una situación evita perder la
paciencia.
Tranquilidad
Ahora bien, no vale la pena esperar tranquilo, es mejor esperar con
tranquilidad… si te molesta la actitud de algún amigo, espera
tranquilamente a que se conozcan mejor o para dialogar con confianza.
Una persona paciente, además, es positiva y no está pensando lo peor, lo
cual le permite esperar con tranquilidad y darle tiempo al tiempo.
Ingredientes para la paciencia
Esperar
Después de evaluar, el paciente da tiempo suficiente para resolver la
situación. Por ejemplo, si el problema es que alguien no llega a una cita, lo
mejor es, después de llamar por teléfono y averiguar que sucedió, esperar
un tiempo prudencial… ya sabes, puede haber mucho trafico, quizá no
pasó el transporte, ocurrió un accidente, etc. Hay que esperar, no
desesperar.
¿Demasiada paciencia?
Sabemos que las cosas no se dan automáticamente. Pero, ¿hasta cuando
es prudente ser paciente? Todos tenemos nuestros límites: si un amigo te
miente o abusa de tu confianza una y otra vez, llegará el momento en que
querrás retirarle tu amistad. Si un niño se encapricha con que quiere un
juguete y no entiende razones, sus papás tendrán que pararlo.
La paciencia no es lo mismo que la complacencia.
Despacio que voy de prisa
Para alcanzar nuestras metas debemos tener paciencia y trabajar duro
para conquistarlas. Las flores no crecen en un día ni las frutas adquieren
todo su sabor inmediatamente: tienen que madurar para alcanzar su
plenitud. Si quieres ganar una competencia tienes que entrenar y si deseas
escalar una montaña debes conservar el paso y administrar tus provisiones
para llegar a la cima. Así funciona la vida, dando cada paso con
serenidad y buena cara.
Espera un poco
¿No has pensado, en algún momento, que te gustaría ser mayor para
hacer lo que quieres, sin pedir permiso a tus padres? Muchos niños y niñas
quisieran poder ir a fiestas o salir al cine solos, pero se encuentran con el
obstáculo de los padres o de otras personas mayores que no los autorizan.
Todo es cuestión de paciencia… pero con un gran compromiso frente a ti
mismo. Por ahora, no tengas prisa y… paciencia.
Por turnos
¿Cómo es una mañana en tu casa? Todos apurándose para salir. Unos
para el trabajo, otros para el colegio. Todos corren en varias direcciones.
Los baños se congestionan, el cepillo del pelo se extravía, todos quieren
desayunar primero, el café está demasiado caliente, unos le piden dinero
al papá, otros le piden ayuda a la mamá… a todos se les hace tarde… y
bueno, se pierde un poco la paciencia. ¡Qué tal si se organizan y hacen
todo por turnos! Claro, último de la fila tiene que tener mucha paciencia.
La espera desespera
Muchos de los inventos de los últimos tiempos nos han hecho perder la
capacidad de ser pacientes. Los computadores procesan información a
una velocidad increíble, los cajeros automáticos evitan hacer largas colas
en los bancos, el horno de microondas calienta la comida en segundos. Ya
poca gente soporta esperar y prefiere la atención de las máquinas a la de
las personas. No obstante, es importante saber esperar, a veces las cosas
no ocurren tan rápido como quisiéramos; en otras ocasiones, es mejor que
demoren un poco. ¿Qué pasaría si los padres no pudieran esperar nueve
meses para que nazca el bebé, o si la navidad fuera cada tres meses, o si
el año escolar durara sólo una semana, o si la vida se pasara demasiado
aprisa? Paciencia, paciencia.
Bajo la lupa
Pocas actividades requieren de tanta paciencia y esfuerzo como la
investigación científica. En la actualidad se realizan un sinnúmero de
investigaciones en muchas partes del mundo, con el fin de hacer que
nuestra vida, en todos los aspectos, sea mejor.
En diversos laboratorios de países como Francia, Alemania y Estados
Unidos, principalmente, se trabaja desde hace varios años en el desarrollo
de vacunas o tratamientos eficaces para enfermedades graves como el
cáncer, la enfermedad de Alzheimer o el sida.
Los investigadores trabajan día y noche, muchas veces olvidándose de sí
mismos, con el fin de lograr que la vida de las personas sea más feliz.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Una pajita allí y otra allá
Absolutamente todo en esta vida es resultado de un proceso. Dibuja una
secuencia de imágenes que muestren como las aves construyen su nido.
Ten en cuenta lo siguiente: en donde lo hacen, que materiales usan y
cómo los recogen.
Sin pereza y sin afanes
A partir de su comportamiento y de su forma de vida y organización
comunitaria, los animales siempre nos brindan la oportunidad de
reflexionar sobre distintas cualidades humanas. Escribe por qué las arañas,
los pájaros, los gatos o las hormigas, a pesar de sus diferencias, son un buen
ejemplo de paciencia.
¡Todos a jugar!
Palitos chinos
Convida a tus amigos a probar su paciencia con este juego. Consigue 16
palitos largos, de los que se usan para hacer pinchos. Píntalos de colores
diferentes: cuatro verdes, cuatro rojos, cuatro azules, cuatro blancos.
Asigna un color a cada uno de tus amigos.
Toma todos los palitos por el centro y sujétalos sobre una mesa. Quedarán
en desorden, formando una pequeña montaña. Cada jugador deberá
tratar de sacar en cada turno uno de los palitos de su color, pero sin
derrumbar la montaña que han formado. Si la derrumba, pierde. Gana el
jugador que saque sus cuatro palitos, sin hacer caer los otros.
Como en la pantalla
En algunas escenas cómicas del cine los personajes se tropiezan, se tiran
pasteles a la cara o se enredan en sus ropas para hacer reír a los
espectadores. Estos recursos o efectos se llaman gags. Juega con algunos
de tus amigos a improvisar escenas de cine con gags. Representa refranes
sobre la paciencia como: “Despacio que voy de prisa”, “No por mucho
madrugar amanece más temprano” o “Del afán no queda sino el
cansancio”.
“Sin prisa pero sin pausa”
¡Mucha paz y mucho amor! La paz es mucho más que la ausencia de guerra, es un estado de
armonía y tranquilidad que existe sólo cuando reina la justicia, la
igualdad y la libertad.
De cuando en cuando, a los seres humanos nos da por imaginar lugares
perfectos.
No resultan maravillosos porque tengan grandes palacios o porque sean
particularmente hermosos. Lo son porque en ellos reinan la justicia, la
igualdad y la armonía entre la gente que los habita. Estos lugares se
conocen como utopías; la Atlántida, el país de Jauja o la misma isla de
Utopía son algunos de ellos. Lo bonito es que en estos países no existen las
guerras, la violencia, la pobreza ni el hambre; todos los niños van a la
escuela y todos los adultos tienen un trabajo que les gusta y por el cual
reciben un pago justo… lo malo es que estos sitios solo existen en la
literatura; de hecho, la palabra Utopía, que viene del griego, quiere decir
lugar inexistente. ¡Qué desilusión!, ¿no es cierto? Estos lugares perfectos, en
los que dominan la paz y la armonía tan sólo son producto de la
imaginación de unos cuantos soñadores.
A veces, cuando la realidad se pone oscura o cuando vemos las imágenes
de los noticieros por televisión, podemos llegar a pensar que la paz es,
efectivamente, una utopía, pero mientras sigamos pensando así, ella
estará cada vez más lejos. Paz es una palabra muy grande, pero si la
tratamos de deshojar como si fuera una margarita, la sentiremos más
cercana y posible, la paz tiene armonía, inteligencia, bondad, respeto…
todo aquello de lo que la violencia carece. Aunque cuando pensamos en
lo contrario a la paz lo primero que se nos viene a la mente es la guerra, si
hacemos un esfuerzo veremos que su verdadero contrario es la violencia, y
la guerra es la peor consecuencia de la violencia.
¿De qué se trata este cuento?
Esta historia ejemplifica cómo los perjuicios impiden la violencia entre los
habitantes de una ciudad.
Los representantes de la autoridad se oponen a que los niños de estambre
entren en el colegio, ya que los consideran raros y muy diferentes. Así, los
diferentes no tienen espacio entre la intolerancia de la mayoría, por lo que
se ven obligados a marcharse de la ciudad.
El autor de la abuela tejedora, Uri Orlev, es sobreviviente de los campos de
concentración de la Segunda Guerra Mundial, nació en Polonia y tenía 8
años al estallar la guerra. Actualmente vive en Israel, donde ha escrito
varios libros para niños y jóvenes. Con respecto a su vida, dice: “No se si la
escritura me ayuda a superar el pasado. Sólo sé que yo no puedo hablar,
contar y pensar sobre lo sucedido como un adulto. Cuando me acuerdo
de la Guerra me transformo nuevamente en el niño que fui”. En 1966 ganó
el premio Hans Christian Andersen.
La abuela tejedora
Aquella abuela llegó a la ciudad con su bastón y dos agujas de tejer.
Cansada de tanto caminar se sentó en una piedra y como deseaba
calentarse los pies, se puso a tejer unas pantuflas. Pero como no quería
estropearlas sobre la tierra, tejió un tapete.
¿Y dónde lo extendería? Entonces se puso a la tarea de tejer el piso. ¿Y por
qué no continuar con la casa? Así, suenan y suenan las agujas… tejió una
cama, una almohada, una pared, una ventana, una columna y un techo.
Para hacer la casa más cálida tejió una tetera, tres tazas y un pastel. ¿Para
quiénes las tazas? Suenan, suenan las agujas. Se tejió un nieto y una nieta
con muecas de tristeza, otras de alegría y mucha picardía. Para ello tejió
pasto y flores juguetes y roperos. Entre tanto afuera los dos traviesos
nietecitos destejieron algunas flores, algo de su espalda y unos hilos de su
tobillo. Sin enojo la abuela los reparó.
Con estambre negro tejió un poco de oscuridad, acostó a los niños y los
arropó. Por la mañana tejió un libro para cada uno y los llevó a la escuela.
Los maestros al verlos dijeron:
No aceptamos niños de estambre.
La abuela se enojó. Suenan las agujas. Tejió un auto para ir donde el
alcalde a exigir una disculpa.
El alcalde la escuchó y decidió que en una ciudad decente las escuelas
no aceptan niños con agujeros. Lo mismo ocurrió cuando fue a ver al
presidente y los ministros.
¿Niños de hilo? Fruncieron la nariz y le dijeron:
El alcalde y los maestros no se equivocaron. Aquí no hay lugar para niños
de estambre.
Como la casa de la anciana despertaba la curiosidad de los ciudadanos y
los turistas, el alcalde mandó levantar una cerca para ocultarla.
Pero la abuela enfurecida, en secreto por la noche, destejió toda la casa:
ventanas, flores, tetera, pasto… hasta que las agujas quedaron en silencio.
También destejió a sus nietos y abandonó el lugar para siempre, con la
esperanza de encontrar otro sitio donde volver a tejer su vida.
(Adaptación del relato La abuela tejedora, de Uri Orlev. Editorial Fondo de Cultura Económica)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué piensas de la actitud de los maestros y
el alcalde hacia los niños?
¿Era necesario ocultar la casa de la abuela?
¿Por qué?
¿Estás de acuerdo con la decisión que toma
la anciana al final?
Lee el recuadro “¿De qué se trata?”
tomando en cuenta lo que le tocó vivir al autor, que situación crees
que puede representar estar este relato?
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la paz
La agresión…
Verbal, física o escrita, siempre será el principio de la violencia… y ya vimos
que ésta es la principal enemiga de la paz.
La prepotencia…
Porque si un individuo, un país o una ideología sostiene que es superior a los
otros y los desprecia, la igualdad es posible.
La crueldad…
Porque te aleja de la bondad necesaria para construir una vida en paz y
armonía.
¿Qué es la paz?
Para llegar a definir lo que es la paz, tal vez sea más fácil empezar por lo
que NO es. ¿Qué es lo contrario a la paz? Quizá lo primero que se te venga
a la mente es responder: ¡la guerra! Pero si reflexionamos más
profundamente, veremos que el verdadero contrario de la paz es la
violencia. La guerra es la más cruel, absurda e inútil manifestación de la
violencia. Entonces, si lo que impide la paz es la violencia, ¡tenemos
esperanza! ¿Por qué? Porque si evitamos, cada uno de nosotros, cometer
cualquier tipo de acción o actitud violenta, estamos trabajando por la paz,
construyéndola todos los días.
Libertad
Cuando los ciudadanos tenemos garantizado el derecho a pensar, leer y
expresar aquello que libremente deseamos y sentimos, podemos convivir
en paz. Estas son libertades esenciales que necesitamos para desarrollarnos
libremente, no sólo como ciudadanos de un país, sino como individuos
miembros de un grupo, ya sea familiar, escolar o de cualquier otro tipo. La
libertad es una condición de la paz. El autoritarismo puede pacificar, pero
no lograr la paz verdadera.
Ingredientes para la paz
Tolerancia
La tolerancia respeta y acepta sinceramente a “los otros”. Tolerancia es
que toda religión se practique libremente, que no se niegue el derecho al
trabajo por pertenecer a un determinado grupo social o a otra raza, que
aceptemos a quien piensa distinto. Tolerar es aceptar, respetar y velar por
los derechos de quienes consideramos diferentes a nosotros.
Consideración
La formula para ser considerado es muy sencilla: basta con ponerse en el
lugar de los demás. Sin embargo, parece que a algunos les cuesta
muchísimo trabajo. El asaltante podría pensar en como hará ese señor al
que le robó el sueldo, el delincuente podría pensar en la tristeza del
secuestrado, el que se va a los golpes podría pensar en las consecuencias
del agredido. La verdadera consideración hacia los demás haría imposible
a la violencia.
Justicia
La justicia es una condición importantísima para la paz. Si las leyes no
funcionan, si los padres son crueles con sus hijos, o si quienes abusan de los
otros andan libres y sin castigo, la paz es imposible. Los hombres y las
sociedades pueden reconciliarse después de un conflicto sólo si las
injusticias han sido reparadas.
Si no es así, las heridas continúan abiertas y la paz es una ficción.
Hablando se entiende la gente
En la vida cotidiana siempre surgen conflictos. Hay conflictos sencillos,
como que tú quieras ir, ver una película y tu amigo quera ver otra.
Conflictos medianos, como que un socio quiera vender el negocio y el otro
no… y conflictos muy graves, como los que llevan a un país a la guerra.
Sean grandes o pequeños, para solucionar los conflictos existen dos claves:
dialogar y negociar. Las partes necesitan hablar y una vez que han
expuesto sus puntos de vista, negociar. Esto es, que yo cedo un poco tu
también para yo llegar a un punto en que ambos nos sintamos satisfechos.
El conflicto es normal porque no existen dos personas que piensen igual. Lo
que es anormal es resolver los conflictos a las patadas.
Educarnos en el conflicto
Debemos aprender a valorar el conflicto, es decir, la diferencia de
opiniones, como algo positivo. ¿Cómo solucionar un conflicto?.
Aprendiendo a dialogar, confiando en ti mismo y en los demás,
cooperando activamente para encontrar soluciones, interactuando con
los otros y aplicando la creatividad.
En paz contigo mismo
Seguramente has escuchado varias veces que es muy importante “estar
en paz con uno mismo”. Esto se logra cuando actúas de acuerdo con tus
valores y creencias, cuando no haces nada que vaya en contra de lo que
crees y de lo que sientes. Te sientes en paz contigo mismo cuando te
sientes satisfecho y no tienes ningún asomo de dudas ni de culpa. Esa paz
es la más preciada, pues es la que te hace estar verdaderamente
tranquilo y satisfecho. La persona que ha conquistado esta paz es
naturalmente buena con los demás.
Nunca jamás
Desgraciadamente, existen familias en las que a veces surge la violencia,
lo cual causa un gran daño emocional y hasta físico. El maltrato puede
darse de muchas formas: los gritos, las malas palabras, la humillación y
hasta los golpes hacen parte de la violencia intrafamiliar. Cuando esto
sucede, las familias deben tratar de buscar ayuda para tratar de
solucionar sus problemas y ayudar a las victimas a reponerse del maltrato.
Ningún niño o niña, mamá o papá debe sufrir en la casa por este motivo…
y tienen que recordar que es necesario pedir ayuda a quien más confianza
le tenga.
Construyendo la paz
Nos ha quedado claro que aquello que nos impide vivir en armonía es la
violencia. Sin embargo, la violencia es algo cotidiano en la vida humana y
es precisamente esta cercanía la que nos permitirá reducirla en cualquiera
de sus manifestaciones.
Terminar con ella está al alcance de todos y es una forma concreta y
efectiva de trabajar por la paz. Violencia son gritos en casa, violencia es
cuando dos personas “solucionan” sus diferencias a los golpes, violencia es
discriminar a alguien por su color de piel, violencia es no respetar los
derechos de los demás.
Así que cualquier cosa que hagamos a nivel personal, por pequeñita que
sea, para evitar la agresión, será un esfuerzo hacia la paz.
¡A celebrar!
Cuando los pueblos gozan de paz y felicidad se expresan a través de una
de las manifestaciones más bonitas y alegres que los hombres hemos
inventado: ¡la fiesta!, fiestas, carnavales y ferias son la expresión de lo mejor
que tenemos: nuestra cultura popular. Música, danza, danza, artesanía,
comida típica, disfraces, versos, imágenes… todo expresa el sentir más
autentico de los pueblos en medio de la alegría y la hermandad. La
cultura es patrimonio de la paz, es lo que permite que los pueblos se unan
en sus diferencias, y aprendan a conocerse y respetarse. Cada nota
musical, cada paso de baile, cada libro impreso es un pilar para la paz y el
entendimiento entre los pueblos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
¿Bailamos?
Los tiempos de paz son tiempos festivos. ¿Qué fiesta de un departamento
expresa mejor la armonía y la solidaridad de sus pobladores? Describe en
qué consiste, quienes participan, qué música oyen, donde celebran y
cómo se involucran, tú y tu familia, en la celebración.
Pies en polvorosa…
Entre las mil manera de eludir el peligro, la más inteligente y mejor es salir
corriendo. ¿Estas de acuerdo con esa afirmación?, ¿qué tiene que ver con
la paz? Una vez que hayas pensado en ello, dibuja una tira cómica que
ilustre la situación.
¡Todos a jugar!
Pasar el tesoro
¿Podemos comunicarnos efectivamente sin que nos descubra el otro
equipo y sin generar situaciones agresivas? Este juego puede realizarse en
una cancha de futbol y con la participación de hasta 14 personas. El grupo
se divide en dos equipos y cada uno se sitúa en un extremo del campo. A
uno de los equipo se les da un objeto pequeño que deberá llevar muy bien
escondido uno de sus miembros. Todo el equipo debe ayudar a que el
niño que lleva el objeto llegue hasta el otro extremo de la cancha,
mientras que el otro equipo tratará de evitar su llegada. En la primera
ronda un equipo hará de atacante y otro de defensor, y posteriormente
cambiaran los papeles. Sólo con tocar al niño del equipo contrario ya
estará pillado. No tocaremos al niño más arriba del pecho.
Zapatos en orden
En este juego conocerás las habilidades que tienen tú y tus amigos para
resolver dificultades a través de la colaboración. Necesitan entre 6 y 10
jugadores y un coordinador. Se hacen dos grupos que se sientan muy
separados, uno en frente de otro. Los jugadores de un grupo deben salir
hacia el grupo contrario, quitarles los zapatos y amontonarlos luego en el
centro. El grupo contrario debe ir rápidamente a buscar sus zapatos,
ponérselos y volver al lugar de salida. Luego, cambiaran los papeles. El
coordinador del juego mide el tiempo que invierten los grupos en hacer
cada maniobra. Gana que gaste menos tiempo en quitar los zapatos a los
otros y ponerse los propios.
“Trabajemos por la paz evitando la violencia”
Fríamente calculado… ¿Recuerda que esta es la frase favorita del Chapulín Colorado?
Pues quiere decir que antes de actuar hay que pensar, medir los
riesgos y las consecuencias de nuestros actos.
¿Te imaginarías si en la primera clase de natación los niños y las niñas no
supieran las normas de seguridad mínimas para evitar accidentes? podría
suceder lo peor. Pero hay algo aún peor que ignorar las normas de
seguridad en las piscinas: incumplirlas. Hay personas que por parecer muy
valientes, se echan clavados en la parte bajita de la piscina o que, sin
saber nadar bien, se aventuran en la zona más profunda. Algunos grupos
realizan juegos peligrosos o arrojan al agua a sus amigos que
desprevenidamente se pasean por las orillas. Lo mismo pasa con las
bicicletas, o las motos, o los carros, o cualquier otro deporte agradable y
divertido que, si no se practica con prudencia, puede traer graves
consecuencias.
Los cascos, las rodilleras, las coderas, los guantes, los flotadores y otros
artículos más que encuentras en las tiendas deportivas, te ayudan a
recordar que para vivir es necesario ser prudente, es decir, pensar que
puede pasar cada vez que realizas una acción para no resultar lastimado
o para no lastimar a los demás.
La persona prudente mide la consecuencia de sus actos, de sus decisiones
antes de lanzarse como loca tras algo. Si eres prudente, estarás más seguro
en todos los aspectos y en todo momento: cuando cruces la calle, cuando
presenten un examen, cuando juegues con tus amigos, y sobre todo,
cuando te veas en la necesidad de tomar decisiones importantes en tu
vida.
¿De qué se trata este cuento?
El relato el loro pelado hace parte del libro cuentos de la selva cada uno
de los cuentos de este volumen relata, con humor y drama, las aventuras y
desventuras de los animales que habitan en la selva. Son historias
protagonizadas por la solidaridad, la gratitud, la amistad y el
enfrentamiento con el hombre, en las que la narración realista se combina
con la fantasía, y en las que el detalle y la descripción del paisaje son
esenciales.
Nacido en 1878, Horacio Quiroga es considerado uno de los más
importantes escritores uruguayos y un gran cuentista de la literatura
latinoamericana.
Sin duda alguna, su obra más famosa es Cuentos de amor, locura y
muerte. Murió en Buenos Aires en 1937.
El loro pelado
Había una vez una banda de loros que vivían en el monte. De mañana
comían mazorcas en la charca y por la tarde comían naranjas. Un día un
hombre bajó de un tiro a un loro centinela. El peón lo llevo a la casa, para
los hijos del patrón, que lo curaron rápidamente. El loro se amansó
completamente, aprendió a dar la pata y a tomar té con leche a las cinco
de la tarde. Se llamaba Pedrito. De tanto andar cerca de los niños
aprendió a hablar. Decía “ ¡Buen día lorito!...”, ¡Rica la papa…!”. También
decía, como los chicos malas palabras.
Era un loro feliz que vivía suelto entre los naranjos y los eucaliptos del jardín.
Pero sucedió que una tarde de lluvia salió el sol y Pedrito se puso a volar
gritando, y volaba lejos. Hasta que vio debajo de él el rio Paraná. Y siguió
volando hasta que se paró en un árbol para descansar. Y desde ahí vio
brillar, sobre el suelo, dos luces verdes como enormes bichos de luz.
¿Qué será?, se dijo el loro. Y como era muy curioso, bajó de rama en rama
hasta acercarse. Entonces vio que las luces verdes eran los ojos de un tigre
que lo miraba fijamente.
Pero Pedrito contento con el día de sol, no tuvo ningún miedo.
¡Buen día tigre!, le dijo.
¡Buen día!, respondió con su voz terriblemente ronca.
¡Buen día tigre!, repitió el loro. ¡Rica la papa… rica la papa!...
El loro se había olvidado de que los bichos del monte no toman té con
leche y por eso convidó al tigre.
¡Rico té con leche!, le dijo. ¿Quieres tomar té conmigo, amigo tigre?
Pero el tigre se enfureció porque pensó que el loro se reía de él, y como
tenia hambre se lo quiso comer. Así que le contestó:
¡Bueno! ¡A-cér-ca-te-un po-co que soy sor-do!
El tigre no era sordo. Quería que Pedrito se acercara mucho para agarrarlo
de un zarpazo. Pero el loro sólo pensaba en el gusto de llevar ese
magnifico amigo a su casa a tomar el té. Y voló hasta otra rama más
cercana al suelo.
¡Rico té con leche!
¡A-cér-ca-te más!, respondió el tigre con su voz ronca.
El pobre loro se acercó aun más y en ese momento el tigre dio un terrible
salto, tan alto como una casa, y alcanzó a Pedrito arrancándole las
plumas del lomo y de la cola.
Gritando de miedo y de dolor, el loro se fue volando. Al llegar a la casa se
miró en el espejo de la cocinera: estaba feo, rabón y temblando de frío.
Entonces, lleno de vergüenza, se escondió en un eucalipto.
Y así pasó muchas tardes, mudo y quieto, sin dejarse ver de nadie, pues
sentía pena de verse pelado como un ratón. De noche bajaba a comer y
subía en seguida. De madrugada descendía de nuevo e iba a mirarse en
el espejo de la cocinera, siempre triste porque las plumas tardaban mucho
en crecer. Los chicos pensaron que había muerto y se echaron a llorar…
(Adaptación de un fragmento del cuento El loro pelado, de Horacio Quiroga. Editorial Anaya)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Crees que el loro se acerca al tigre porque es ingenuo,
curioso o imprudente…?
¿Cómo habría podido evitar lo que le ocurrió?
¿Cómo crees que terminará la historia?
¿Por qué es importante que antes de actuar pensemos en
las consecuencias de lo que hacemos?
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la prudencia
La fanfarronería…
Porque pone en peligro la integridad física y hasta la vida de las personas,
no sólo del fanfarrón sino la de quienes te rodean.
La imitación…
Porque no siempre tenemos las mismas cualidades de quien imitamos, por
ejemplo, del súper héroe o del deportista de la televisión… imitar, en
ocasiones, puede poner en peligro nuestra vida.
Las acciones ocultas…
Porque no permiten que otros, principalmente los papás y los profesores,
nos puedan aconsejar sobre la conveniencia o inconveniencia de una
acción.
¿Qué es la prudencia?
Si una persona actúa sin pensar puede equivocarse y echar a perder hasta
sus buenas intenciones o sus mejores esfuerzos. Quien no mide riesgos al
practicar un deporte, o que revela lo que le ha contado su mejor amigo en
calidad de secreto, o que se mete en calles peligrosas sin precaución, está
realizando actos imprudentes. La prudencia es la virtud humana que
permite prever los peligros o las amenazas que resultan de sus propias
acciones. Es prudente, por ejemplo, aquel que sabiendo que hay un
examen en el colegio, estudia con el debido tiempo, o quien al correr no
gasta toda la energía en la primera vuelta… en fin, todas las personas que
piensan antes de actuar.
Reflexión
Antes de realizar cualquier acción, por sencilla que ésta sea, es necesario
reflexionar, es decir, pensar en profundidad para saber qué es lo que se va
hacer, para qué se va hacer y cómo se va hacer.
Ingredientes para la prudencia
Ayuda
Hay algunas acciones o situaciones sobre las que puedes decidir tú mismo,
pero hay otras en que, debido a su gravedad, conviene consultarlas con
otros, principalmente con quienes tienen más experiencia, como los papás
o los profes. Cuando tengas una duda acerca de la conveniencia o no de
realizar tal o cual acción, dialoga.
Consideración
A veces, nuestras acciones les pueden hacer bien o hacer daño a otras
personas. El prudente, antes de actuar, piensa que va a producir su acción
en los demás y, finalmente, obra buscando que nadie salga perjudicado
con lo que hace o lo que deja hacer.
Responsabilidad
Absolutamente todo lo que hacemos, tiene consecuencias. Algunas
consecuencias pueden ser sencillas y positivas, otras complicadas y
negativas. Antes de actuar, el prudente mide las consecuencias de sus
acciones y, cuando las ha llevado a cabo, asume la responsabilidad por
éstas.
Quedar bien
Hay muchas personas, pequeñas y mayores, que hacen hasta las cosas
más tontas y arriesgadas sólo por quedar bien. Romper vidrios o robarse un
examen, en el caso de los pequeños; beber el exceso o manejar a
grandes velocidades, en el caso de los grandes. En ambas situaciones, lo
que reina es la tontería más grande:
La imprudencia.
“Despacio que voy de prisa”
Cuentan que esta era una de las frases favoritas de Napoleón, ese gran
general Francés que conquistó media Europa. Y es que ese señor no daba
paso alguno sin reflexionar antes y planear cuidadosamente sus
estrategias.
Mucha gente piensa que se necesita suerte para tener éxito o “estar de
buenas” en la vida. Pero, más allá de la suerte, son las consecuencias de
nuestras acciones o decisiones las que determinan cómo nos va. Por eso,
siempre recuerda que para alcanzar tus metas hay que actuar con
prudencia.
Muy valiente
Para algunas personas la valentía consiste en medírsele a todo, sin poner
atención a las consecuencias. Por ejemplo, meterse en peleas, realizar
pruebas de alto riesgo, tomar sustancias dañinas o hasta tomar lo que no
les pertenece. Para otras personas, la valentía consiste en considerar las
consecuencias de todo lo que se hace y tomar decisiones acertadas. Por
ejemplo, en determinado momento es mejor huir de situaciones peligrosas
o separarse de un grupo de amigos que hace cosas demasiado locas o
arriesgadas.
¿Tú que opinas? ¿Crees que la prudencia hace al valiente?
No ser inoportuno
Todos necesitan sus espacios: papá y mamá para hablar de un asunto
privado, tu hermano y tu hermana para charlas con sus amigos o
simplemente para estar solos; tú mismo necesitas que respeten tus espacios
para realizar algún asunto que es sólo de tu incumbencia. Ser prudente es
ser también oportuno, respetuoso del tiempo y del espacio de los demás,
en este caso de los miembros de la familia, que, aunque comparten la
misma casa, necesitan de privacidad. La prudencia estrecha los vínculos
familiares.
Con cuidado
Las ciudades son como hormigueros llenos de actividad a todas horas.
Buses, carros, motos, bicicletas, patinetas… ¡las ruedas están por todos
lados! Durante las horas pico parece que hay más pitos que personas. Y si
a los vehículos agregas las prisas y las carreras de cada día… ¡peligro,
peligro! Hay que ser prudentes. Tanto los conductores como los peatones
debemos fijarnos siempre que no somos los únicos que estamos en la vía.
La prudencia salva vidas. Por eso, ten mucho cuidado al cruzar las calles.
Debes estar siempre pendiente de la luz de los semáforos y cuando montes
en bicicleta, nunca lo hagas en las vías para los automóviles.
Relaciones internacionales
Quizá sea el ámbito de las relaciones internacionales donde más debe
practicarse la prudencia.
Una palabra mal dicha, una decisión incorrecta, una información
errónea… pueden desencadenar desde malos entendidos hasta guerras y,
por consiguiente perdida de vidas inocentes. Para manejar las relaciones
internacionales, los estados nombran los embajadores muy bien
preparados y conocedores de muchas culturas. A los embajadores y a sus
colaboradores más cercanos se les llama diplomáticos. Por desgracia, a lo
largo de la historia, muchas veces ha faltado prudencia entre los países, lo
cual ha generados conflictos de graves consecuencias para el mundo. La
prudencia ayuda a construir la paz.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Antes de actuar
Realizar una actividad por el simple hecho de que tus amigos lo hacen,
confiar en un desconocido o participar en deportes de alto riesgo sin tener
la preparación necesaria, son muestras de imprudencia. Planea una
campaña publicitaria, dirigida a tus amigos o compañeros de colegio, a
través de la cual les recomiendes cómo actuar en cada uno de estos
casos.
Son o no son
¿Será que las personas que no se comprometen con un oficio, con el amor
por otro o con sus propias decisiones, son prudentes? ¿Por qué? ¿Cuál será
la diferencia entre prudencia y falta de compromiso? Piénsalo bien e ilustra
con dibujos una situación que ejemplifique la prudencia y otra que
ejemplifique la falta de compromiso.
¡Todos a jugar!
De paseo por la selva
Nuestra prudencia también se pone a prueba al tomar decisiones
importantes para nuestra vida. En este juego los participantes imaginan
que están en la selva. Para cruzarla, dada las dificultades, tienen que elegir
el mejor camino. El animador indica que cada participante tiene que
pasar por una de las cuatro esquinas: la de los tigres, la de las plantas
carnívoras, la del río con pirañas y la de los caníbales. Al cruzar la esquina
correspondiente, el jugador simulará enfrentar los peligros que hay en ella y
el modo de superarlos. Después de cada turno, los demás jugadores
explicarán por qué su compañero tomó la decisión de irse por un camino u
otro. Si aciertan con sus razones, los demás ganan puntos.
Las gafas
Comprender las cosas que afectan a los demás y cómo nuestras palabras
y nuestros gestos los pueden intimidar o molestar, nos permite saber decir lo
que pensamos de ellos de manera delicada y amable. Reúnete con cinco
amigos. Consigue seis monturas de gafas sin cristales o fabrícalas con
alambre o cartulina. El animador dice: “Estas son las gafas de la prudencia.
Cuando uno se las pone puede ver las cualidades y los defectos de los
otros y hablar sobre ello. ¿Quiere alguien ponérselas y decir qué ve a
través de ellas y qué piensa de nosotros?”. Al final, cada uno puede
expresar cómo se ha sentido con lo que sus compañeros han dicho de él o
ella.
Más vale decir “aquí quedó” que “aquí murió”
Sin precio Para practicar el respeto hay que pensar en como nos gustaría que
los demás nos trataran
¿Te has puesto ha pensar cuánto valen el rio que corre entre los árboles y
los animalitos que viven dentro y fuera de él? ¿Cuál será el valor de un
monumento histórico o artístico que cuenta un pedacito de la historia del
país…? ¿Y cuánto crees que valdrá una persona humilde en relación a
otra que es rica y poderosa?
Fíjate que hemos usado la palabra “valer” y no la palabra “costar”.
Cuando hablamos de la naturaleza, del patrimonio cultural y, por su
puesto, de personas, que hablamos de valor, porque éstas poseen
características mucho más importantes que el dinero, como son la
dignidad, la historia, la memoria, el espíritu y hasta la vida misma, en el
caso de los humanos o la naturaleza. Así, cuando somos capaces de
percibir este valor en todo lo que nos rodea, el respeto surge naturalmente.
Cuando le das valor a la dignidad humana, no respetas a alguien por sus
títulos, su dinero o su poder, sino porque, simplemente, es una persona.
Cuando te dejas maravillar por la belleza de un paisaje, por la vida que
surge entre los ecosistemas, nunca se te ocurrirá contaminarlo ni dañarlo
de ninguna manera porque es una forma de vida y la respetas.
Existen otras cosas hacia las que también mostramos respeto porque
hacen parte del bien común, como pueden ser los teléfonos públicos, las
canecas o basureros de las calles, los árboles y plantas de los parques y
hasta los libros y computadores de las bibliotecas. Las apreciamos porque
nos pertenecen a todos y así las cuidamos.
¿De qué se trata este cuento?
Basada en un hecho real, el coraje de Sarah Noble narra un pasaje de la
vida de Sarah quien, a sus 8 años, acompaña a su padre a las tierras de
Connecticut para construir la que sería la casa familiar. En su recorrido se
encuentran con un grupo de indios y entablan con ellos una profunda
amistad basada en respeto y la confianza. Gracias a este encuentro, Sarah
descubre las diferencias que hay entre ellas y los niños nativos y la
posibilidad de enseñar y aprender de los otros.
Alice Dalgliesh nació en Trinidad en 1893 y se nacionalizó estadounidense.
Escribió obras para niños que son consideradas clásicas.
Por sus obras recibió los premios Newberry y Caldecott Honor Bokk.
Sarah y los indios
Sentada en el cobertizo, Sarah abrió la biblia para leer una de sus historias
preferidas. Pasado un rato comenzó a oír ruidos. Eran unos crujidos y el
sonido de unos pasos que sigilosamente, se acercaban más y más… Sarah
se agarró al libro y se arropó con su capa… Crujidos… crujidos… de pronto
vio un ojo brillante que la espiaba a través de una grieta en la valla de
troncos. ¡IN DIOS! Estaban por todas partes; se amontonaban a la entrada
de la empalizada. Pero eran indios pequeños, ninguno mayor que ella. De
todas formas, eran muchos… Sarah se quedó quieta como un conejo en
peligro. Los niños se arrastraron como ratoncitos marrones, hasta que
rodearon a Sarah, mirándola.
Buenos días, dijo ella con educación. Sean bienvenidos a nuestra casa.
Pronto se dio cuenta que el sol de primavera lucia sobre los cuerpos
morenos y de que no llevaban ropa; a menos que se pudieran llamar
“ropa” a aquel trocito de tela. Desde luego, Sarah se sentía muy bien
vestida, y muy segura con su traje y sus enaguas.
Los niños la miraban con insistencia y ella tuvo miedo. Aquí estaba, en
medio de las tierras salvajes, con todos estos indios a su alrededor.
Mi nombre, dijo Sarah, pronunciando con mucha claridad, es Sarah Noble.
Uno de los chicos dijo algo, Sarah no entendió ni una palabra de su
extraño idioma.
Qué tontería, dijo en voz alta. ¿Por qué no hablan en inglés?
Quizás su impaciencia se reflejó en la voz porque los niños, como ciervos,
se levantaron y se fueron.
Vaya, se dijo Sarah. Creo que no he sido muy educada. ¡Me gustaría que
volvieran!
Y pudo cumplir su deseo. Como su padre debía ir a recoger al resto de la
familia para traerlos a vivir al resto de la cabaña, decidió dejarla una
temporada en casa de John el Largo, su amigo indio. La primera noche
fue la más extraña. Sarah había pasado el día jugando con los niños. No
hablan con las mismas palabras; pero acababan por entenderse porque
los amigos tienen formas de hablarse más allá de las palabras.
Cuando llegó la oscuridad Sarah se encontró en la casa de John el Largo.
¡Como echaba de menos a su propia familia! La cena no era como Sarah
estaba acostumbrada. Los indios comían con las manos y no tenían platos.
De todas formas, la carne estaba rica. Cuando llegó la hora de acostarse,
abrió su bolso. Los niños observaban ansiosos.
¿Qué magia sacaría la niña de aquella bolsa? Ninguna. Solo un camisón
de invierno y un peine. Los niños observaron confusos mientras ella se ponía
el camisón. Sus ojos no se apartaban de ella mientras peinaba su largo
cabello, que era como la seda del maíz al final del verano. Los niños se
acercaron y lo tocaron.
Entonces Sarah se arrodilló y rezó. Por su familia y su caballo. Y por los
indios. Los niños oyeron sus nombres y miraron a John el Largo, su padre,
con una pregunta en sus ojos. – habla con su gran espíritu dijo John. Como
nosotros hablamos con nuestro gran espíritu.
Bien, asistieron los niños, que eran como su padre indio en eso de no
malgastar palabras.
(Adaptación de un fragmento del Coraje de Sarah Noble, Alice Dalgliesh. Editorial Nuguer
Barcelona, 1992)
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al respeto
La insolencia…
Porque es la majadería combinada con la soberbia, es la grosería que se
siente feliz de serlo.
El miedo…
Porque el respeto debe surgir sinceramente, no por miedo al maltrato o al
castigo.
La intolerancia…
Porque no permite que nos reconozcamos como seres humanos y nos
valoremos más allá de las diferencias.
¿Qué es el respeto?
El respeto consiste en apreciar el valor que, por mismo hecho de ser
personas tenemos todos los seres humanos sin importar que tan pobres, tan
ricos, mayores o jóvenes seamos…. Sin que nuestro sexo ni raza sean
determinantes. El verdadero respeto acepta la diversidad y la diferencia. El
respeto es una forma de reconocimiento y de aprecio. Por ello, si todos
fuéramos más respetuosos, la convivencia sería más sencilla: existirían
menos conflictos, los bienes públicos estarían más conservados y hasta la
naturaleza se encontraría en mejor estado… para practicar el respeto
debemos tener siempre presente que todos lo que nos rodea son seres
muy, pero muy valiosos.
Tolerancia
La palabra tolerancia tiene dos sentidos. El primero significa “aguantar” lo
que no nos gusta, el segundo se refiere a respetar aquello que nos resulta
ajeno o diferente. El segundo significado es el que tiene que ver con el
verdadero respeto. Tolerante significa admitir que todas las religiones
tienen el mismo derecho de ser practicadas, que los hombres y mujeres de
todas las razas son dignos de respeto. Y que los que no piensan como tu
merecen ser escuchados.
Consideración
Ser considerado es cuidar lo que se dice y se hace para no herir los
sentimientos de alguien. Ser considerado es cederle tu asiento a una
persona mayor o a una embarazada. Ser considerado es ayudar a alguien
que viene cargando muchos paquetes o saludar a los desconocidos con
quienes compartes el ascensor. La consideración y el respeto van de la
mano.
Solidaridad
Ser solidario significa acompañar respetuosamente a los demás cuando
están pasando por momentos o situaciones difíciles. Es brindarle nuestro
afecto, comprensión y ayuda, sin ofenderlos ni hacerles sentir menos y, por
su puesto, sin esperar nada a cambio.
Justicia
La persona respetuosa porque sabe que sus derechos terminan donde
empiezan los de los demás sabe, por ejemplo, que por más temprano que
haya llegado hacer una cola debe respetar el turno de quienes están
delante de él, por más prisa que tenga por irse.
Respeto para todos
Recuerda que nunca debes permitir que nadie abuse de tu confianza, sea
un niño de tu edad o una persona mayor. Si alguien te dice o hace cosas
que te hagan sentir incomodo o avergonzado, debe pararlo
enérgicamente y contárselo a tus padres, profesores o cualquier otra
persona de tu confianza. Recuerda que absolutamente nadie tiene el
derecho de faltarte al respeto ni de hacerle sentir mal.
Un buen principio
Todos tenemos las obligaciones de respetarnos a nosotros mismos, pero a
veces, por el deseo de agradar a los demás o de que nos admitan en un
grupo, podemos hacer las cosas que van en contra de nuestras creencias
y valores. Si tus amigos te presionan para que bebas, fumes te escapas sin
permiso o te vistas de una manera que no va contigo, piensa bien en las
consecuencias de tus actos, no existe nada peor que el remordimiento de
conciencia cuando sientes que te has fallado a ti mismo.
Derecho a la intimidad
La mejor manera de convivir en familia es cuando se logra actuar con un
cálido respeto. Existen aspectos importantes para respetar, como el
derecho que todos tenemos a la intimidad, esto es, a que nadie lea tus
cartas, o tu diario, que chismosee tus conversaciones telefónicas o que
entre en tu cuarto sin tocar la puerta, si nos queremos enterar de algo
sobre la vida de tus papás, hermanos o amigos, lo ideal es preguntárselo
directamente, no espiarlos ni escucharles sus cosas.
Propiedad privada
¿Te imaginas cómo sería la vida si todos hiciéramos lo que se nos antoja?
Podrías llegar a casa de tu amigo e ir directo a la nevera y sacar una
tajada de queso, podrías coger el juguete con el que estaba jugando tu
vecino, también podrías sacar dinero de la billetera de tu papá sin pedirle
permiso ¡todo sería un gran caos en el que nos la pasaríamos reclamando
y peleando! Necesitamos respetar a los demás, su tiempo y sus
propiedades, tal y como nos gusta que nos respeten a nosotros mismos.
Leyes y normas
Para garantizar la vida en sociedad se han escrito las leyes. Las leyes son
las grandes guías que regulan la justicia, el comercio, la convivencia, las
elecciones, la educación… en fin, todas las cosas que son importantes
para que los hombres unidos en colectividades podamos vivir en armonía,
es necesario cumplir las leyes porque éstas no sólo garantizan nuestros
deberes, sino que determinan nuestras obligaciones como ciudadanos. Es
deber de los demás respetar nuestros derechos, y es deber nuestro cumplir
con nuestras obligaciones, que representan los derechos de los demás.
Derechos humanos
La Segunda Guerra Mundial ha sido el peor conflicto bélico en la historia
moderna de la humanidad.
Millones de soldados y civiles murieron, cientos de miles resultaron heridos y
muchas ciudades fueron reducidas a cenizas. Por eso, en 1948, apenas tres
años después de finalizada la guerra, se proclamó la Declaración Universal
de los Derechos Humanos que dice: “Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos, y dotados como están de dignidad y
conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Esto
quiere decir que reconocemos la dignidad humana y es nuestra
obligación respetarnos, incluso en tiempos de guerra.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Con gracia y con cuidado
“Cuatro ojos”, “gordo”, “nerd”, “teto”… son apodos poco simpáticos con
los que los demás se burlan de sus compañeros. Por más que a quienes les
gusta burlarse de los demás les perezca que es muy divertido, las burlas
rebajan la dignidad de las personas, y este trato injusto es una falta de
respeto. Escribe un relato sobre este tema e ilústralo.
Todos tenemos la palabra.
Las diferencias de las ideas y posturas respecto a algún tema o ate la vida
misma nos exigen ser plurales; es decir comprender y respetar a los otros
con sus costumbres, creencias religiosas y convicciones políticas y sociales.
Diseña un anuncio sobre la pluralidad y el respeto a las ideas ajenas.
Incluye un dibujo y un texto narrativos.
¡Todos a jugar!
Entre animales
Con este juego consideramos el respeto que merecen los animales. Todos
los participantes se sientan formando un círculo. Un compañero empieza
cogiendo a quien se encuentra al lado y debe presentarlo como un
animal en vía de extinción. Debe persuadir a los otros compañeros que es
un ejemplar maravilloso, el mejor representante de su especie, resaltando
su importancia dentro de un hábitat y para la vida del hombre. Los
participantes deben valerse de su habilidad para convencer a los otros de
la importancia de preservar cada especie.
Caza abrazos
Puedes disfrutar este juego en un parque o en un jardín grande,
expresando la complicidad y el respeto por tus amigos. Necesitas diez
amigos y dos pañuelos. Los jugadores se distribuyen libremente en el lugar
de juego y a la señal de inicio deben abrazarse por parejas. Cada vez que
el director del juego dice “han de abrazarse a otro compañero o
compañera distinto del anterior. Para dinamizar el juego hay que designar
dos voluntarios que llevan un pañuelo en la mano; Éstos son los caza
abrazos”, que tienen que “cazar” tocar a un compañero mientras este
busca desesperadamente un abrazo. Cuando está abrazado ya no se le
puede cazar. El jugador que sea cazado sale del juego.
La aventura del circo Todos tenemos obligaciones la responsabilidad hace la convivencia
mas fácil porque podemos confiar en los demás
Los circos son maravillosos. Hay animales traídos de lejanos países, magos,
trapecistas, payasos, motociclistas… se vende algodón de dulce, perros
calientes, palomitas de maíz, gaseosas… ¡mmmmm!
Pero, que pasaría si un día no alimentaran a los animales o el encargado
se le olvidaran medias de seguridad tales como enjaular a las panteras o
atar a los elefantes… si el mago no prepara el truco de cortar a una
persona en dos pedazos… si un trapecista no recibiera al otro que ha salto
del trapecio dando un triple salto mortal… si no llegan los vendedores de
golosinas… ¡Seria una tragedia! No solamente porque no habría diversión
sino también porque se pondría en peligro la vida de los artistas del circo y
de los espectadores.
Todas las personas tienen el deber de responder por todo aquello a lo que
se han comprometido. Por ejemplo, un trapecista tiene la responsabilidad
de recibir al otro y no dejarlo caer al vacío; un vago es el responsable de la
vida de persona que le ayuda en la ejecución del truco; los vendedores
del circo tienen la responsabilidad de ofrecer a quienes asisten a la función
los alimentos y las bebidas que les ayudaran a pasar un rato agradable.
En todos los demás momentos de la vida también se teje una red de
responsabilidades sin la cual es imposible vivir. Piensa en las
responsabilidades de las personas que te rodean: tus papás, tus amigos, tus
maestros, los policías… y piensa también en las tuyas…¿Cuáles son? La
vida sería muy diferente y complicada si nadie o si sólo algunas personas
cumplieran con sus deberes.
¿De qué se trata este cuento?
En el ministerio de los hijos de Lúa de fina Casalderrey, David comparte una
gata con su novia Blanca.
Se llama Lúa y la tienen desde pequeña. Se encargan de ella con mucha
dedicación, prodigándole cuidados y cariño. Todo va bien hasta el día en
que Lúa tiene unos gatitos que de repente desaparecen sin dejar rastro.
Entonces los chicos deciden hacer de detectives e investigar el ministerio.
Hay muchos sospechosos en el pueblo, pero a pesar de las pesquisas no
encuentran el culpable. Lúa tiene otra camada y estos pequeños también
desaparecen; la búsqueda continúa y sólo será hasta el tercer parto
cuando el misterio se revele para todos. Fina Casalderrey, española nacida
en 1957, ganó con esta obra el Premio Barco de Vapor en 1994. Además
de recibir obras infantiles ha trabajado como maestra.
Lúa en familia
Papá es listísimo. Sobre todo porque supo convencer a mamá de que Lúa
se quedara con nosotros y así no tuviera que volver al cementerio, porque
allí seguramente le tendría miedo a los muertos. Es que papá sabe hacer
que los gatos pequeños no lloren, eso y muchas cosas más. Él y mi profe
son las personas más listas del mundo. Mamá también pero cuando grita
parece histérica, que también quiere decir loca.
Papá inventó una cosa para que Lúa que entonces aún no se llamaba de
ningún modo no maullase por la noche, que eso es llorar. Envolvió el reloj
despertador de su mesa de noche en una manta pequeña. Era de mi
cuna. Llevó aquel envoltorio al sótano y lo puso en la caja, junto a la gata.
Ella se arrimó allí enseguida y se puso a dormir.
Mamá, ¿por qué quiere dormir con un reloj?, pregunté con curiosidad.
Porque ese tic tac le hace creer que está con su mamá. Ella piensa que
escucha su corazón que late, me explicó mamá.
Y se ría porque aún no sabía que cuando Lúa tuviera sus gatitos, alguien se
los iba a robar.
Aquella noche, haciendo como que me iba a lavar los dientes, baje muy
despacio las escaleras sin ningún miedo y encendí la luz. Me acerqué a la
caja donde Lúa estaba durmiendo con el reloj y me puse a mirarla.
Luego, la saque de allí y la tuve en mis brazos. ¡Qué bonita! ¡Preciosa! Tenía
rallas grises y negras como si fuera un tigre enano o, mejor aun, una cebra
en miniatura…
Al principio estaba quieta sobre mis piernas, pero después empezó a
mover en la cabeza hasta que enganchó un botón de la pijama con la
boca y se puso a mamar de él. Entonces me dio un poco de asco y la dejé
enseguida y me fui a dormir…
Cuando papá compró la cámara de video, grabamos a Lúa de muchas
manera, por ejemplo, un día que las bañamos. Era verano y hacía mucho
calor.
Fue cuando cogimos el champú de papá, que es suave y neutro, para
que la gata no se llenara de ronchas. En un balde pusimos agua tibia con
el champú, y en otro, agua tibia sola.
Quin, mi hermano, empezó a grabar y yo acaricié a Lúa suavecito. Primero
le metí las patas en el agua y no se escapó. Creo que le gustaba. Como
estaba quieta, la lavé por todas partes menos por los ojos para que no se
le irritaran. Después la metí en el agua limpia, y como quería escaparse, la
agarré por el rabo y no pudo. Al poco rato tomé una de las toallas de
playa que tenía mi madre en el tendedero y la sequé muy bien. Se le
pusieron los pelos disparados. Y debió ser por eso por lo que Lúa también
salió disparada en cuanto la soltamos.
Peo enseguida volvió.
Tiramos el agua con champú debajo de una viña.
Parecía chocolate. La del otro balde también la tiramos, pero era café
con leche.
Cuando pusimos en la casa el video de Lúa, mamá me pescó sacándola
con la toalla de playa y nos riñó mucho. Otra vez se puso histérica.
Los gatos se lavan solos. No necesitan de sus valentías.
Pues si somos valientes no sé por qué nos gritó tanto. Y será cierto que la
gata se lava sola, pero el agua quedó… ¡Puag!
La verdad, Lúa siempre se está lamiendo la pata y después se la pasa por
la cara. También se lame el resto del cuerpo. A veces se pone en cada
postura rara… parece que está haciendo yoga, que eso es hacer nudos
con el cuerpo.
(Adaptación de un fragmento del relato el misterio de los hijos de Lúa, de Fina Casalderrey, Editorial
SM)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Cómo definirías al padre del niño que relata la
historia?
¿Qué demuestran los cuidados del niño cuando
baña a Lúa?
¿Piensas que él fue irresponsable al tomar la
toalla de playa para secar a la gata? ¿Por qué?
¿Qué ejemplo de responsabilidad te dan tus
padres?
¿Qué es la responsabilidad?
¿A qué otra palabra se parece la palabra responsabilidad? A responder,
¿cierto? Pues la responsabilidad es eso: responder. La responsabilidad es la
obligación de responder por lo que hacemos y, en ocasiones, por lo que
hacen los demás. Si hemos sido seleccionados para representar al colegio
en un campeonato de futbol, por ejemplo, por ejemplo, tenemos la
capacidad de jugar lo mejor posible para alcanzar un objetivo común, no
se trata sólo de que el mejor futbolista se luzca haciendo golpes, sino que
el equipo entero haga quedar bien a la institución que representa. la
responsabilidad nace de los compromisos que vamos adquiriendo. Somos
responsables frente a las leyes y las normas del colegio, de la ciudad y del
país; frente a la palabra que damos a nuestros amigos o a nuestros padres;
frente a las tareas que nos confían en el colegio o en los grupos a los que
pertenecemos. Resumiendo, somos responsables de nosotros mismos, de
los demás y del entorno en el cual vivimos.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la responsabilidad
Los pretextos…
Muchas personas son expertas en disculparse para no asumir su
responsabilidad. Estaba lloviendo, lo olvide, no me alcanzo el tiempo, me
falta poquito… son todas estas algunas de las típicas disculpas del
irresponsable.
Culpar al otro…
Yo no fui, fue él; no sé quien lo hizo; él me dijo que lo hiciera… el
irresponsable trata siempre de culpar a otro de lo que hizo mal o de lo que
no hizo.
Falta de compromiso…
Más tardecito, cuando deje de llover, cuando haya descansando, si
alguien me ayuda, si tengo todos los materiales… estas son frases propias
del irresponsable para no comprometerse con las tareas que le han
encomendado.
Compromiso
A la persona responsable le interesa verdaderamente lo que ocurre a su
alrededor. Sabe que su amigo, su hermano, sus padres, su ciudad
necesitan su ayuda. Para el responsable no existe la frase “eso a mí no me
importa”.
Ingredientes para la responsabilidad
Acción
La persona responsable no se queda preocupada y sentada e un sillón a
ver quien le resuelve su problema. No, responsabilidad significa acción,
trabajo. Algunas veces tenemos que actuar solos, pero, en la mayoría de
las ocasiones, trabajamos con otros.
La responsabilidad es individual, pero también colectiva. Para el
responsable no existe la frase, “que lo haga otro”.
Conocimiento
Es muy difícil o imposible – responder por lo que no se conoce. Por eso, la
persona responsable conoce los deberes que tiene frente así mismo. Estos
deberes están en las norma de la casa, en el manual de convivencia del
colegio, en la constitución del país, en los acuerdos que hacemos con los
amigos y, sobre todo, en la conciencia de cada persona. Pero, ¡atención!,
ignorar las responsabilidades no significa que no estemos obligados a
cumplirlas. Para el responsable no existe la frase “es que yo no sabia”.
Confianza
La confianza en uno mismo es muy importante a la hora de aceptar
responsabilidades. A veces no estamos seguros si vamos a salir bien o mal
librados de algo, pero al intentarlo y afrontar las consecuencias estaremos
avanzando hacia la madurez. Aunque parezca mentira, la responsabilidad
nos hace personas más libres.
¡Sales ganando!
Cuando eres una persona responsable, los demás confían en ti. Saben lo
que pueden esperar y eso genera seguridad en ellos, y claro, en ti mismo.
Si respetas tu palabra, si terminas lo que empiezas, si te ofreces a brindar tu
ayuda y cumples con ello, eres digno de confianza.
A toda acción…
Una reacción
Tal vez ya hayas estudiado, o vayas a estudiar en física, la tercera Ley de
Newton. Ésta dice así: “A toda acción le corresponde una reacción con
toda intensidad y en sentido contrario”. Bueno, esto es cierto no sólo en el
mundo en el mundo de la física cuando, por ejemplo, queremos saltar y
“empujamos” el suelo para impulsarnos… la fuerza opuesta por el suelo
más la fuerza del impulso hacia arriba es lo que nos hace saltar. Pues bien,
en nuestra vida cotidiana su cede exactamente igual: toda acción que
emprendamos y toda decisión que tomemos tendrá una consecuencia,
buena o mala.
Y al hacerlo libremente, tenemos que aceptar la responsabilidad por sus
resultados. ¿Ves? ¡Por eso debemos pensar muy bien antes de actuar!
Aceptar la responsabilidad de nuestras acciones es ejemplo de fortaleza y
madurez.
Laboratorios de responsabilidad
La responsabilidad no es cosa del futuro. Quien no es responsable hoy, lo
más probable es que tampoco sea mañana. Para entrenarte en la
responsabilidad, podrías hacer un plan de trabajo diario que incluya tus
deberes principales, pero también los momentos para la diversión y para el
encuentro con los amigos.
Otro buen ejercicio para desarrollar la responsabilidad es adoptar una
mascota y cuidarla. Cuando tienes a tu cargo a otro ser vivo, verás lo
importante que es que cumplas con tus obligaciones hacia él, que
depende totalmente de ti.
El hermanito menor
¿Tienes un hermanito menor? ¿Y te gusta quedarte cuidándolo cuando
salen tu papá y tu mamá a hacer alguna diligencia? ¿O acompañarlo al
baño? ¿O llevarlo al jardín…? Bueno, pues a algunos hermanos mayores les
molesta mucho tener que cuidar a sus hermanos menores. Los pequeñitos,
en estas circunstancias, se sienten, muy, pero muy, pero muy mal. El caso
del hermanito menor nos sirve para recordar que en una familia todos son
responsables de todos, como decían los tres mosqueteros: “Todos para uno
y uno para todos”.
Taller de reparaciones
Para nada sirve un radio que no suena o un televisor que no sintonice los
canales. Lo que se daña en la casa hay que repararlo para que
nuevamente se integre a todo el funcionamiento del hogar. Cuando en el
colegio, en la casa de algún amigo o familiar, o en cualquier otro espacio
de nuestra comunidad cometemos faltas o hacemos un daño, es
necesario hacer la reparación respectiva. No basta con reconocer la falta.
Por ejemplo, si al jugar futbol la ventana de la vecina se rompe de un
balonazo, todos los del equipo tendrían que pagarlo. Si durante el recreo
alguien se burla de un compañero en público, también debería
disculparse con él en público.
Derecho del consumo
Los almacenes de los centros comerciales están llenos de artículos
importados: ropa, electrodomésticos, juegos, alimentos… ¿De dónde viene
todo esto? ¿Quién lo hace? ¿Lo hacen bien? Podríamos correr muchos
peligros comprando los productos que vienen de diferentes lugares del
mundo si no existiera el derecho del consumo. El derecho del consumo es
el conjunto de normas que protegen y defienden a las personas que
compran productos en el comercio. Los productos que se venden en el
mundo entero deben cumplir muchos requisitos relacionados con la
publicidad, la seguridad y la sabiduría. Gracias al derecho del consumo
que existe en el mundo entero, podemos estar tranquilos al comprar y
consumir los productos que venden en los almacenes.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves…. Lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Como un amigazo
Escribe cuales son nuestras responsabilidades al momento de llevar un
nuevo integrante a la familia, no importa si es cuadrúpedo, se alimenta
con semillas, repta o vuela. Si llegara a tu familia un nuevo hermanito,
¿Cuál crees que seria tus responsabilidades hacia él o ella?
Con formas y texturas
Expresa con un collage la siguiente idea: cada ser humano es como una
estrella que contiene su pequeño mundo. Cada estrella a de observar su
propio mundo y cuidar del equilibrio de sus derechos y responsabilidades.
Recorta, pega, pinta y dibuja para expresar lo que has entendido de la
frase anterior.
¡Todos a jugar!
Duelo de jardineros
Planea con algunos amigos una visita al mercado y compren semillas de
algunas plantas que puedan cultivarse en macetas. Distribuidos en parejas,
elijan una de las plantas y siémbrenla. Esta debe permanecer en la casa
de uno de los miembros de cada pareja. Día a día le regarán, cuidarán
que tenga el aire y la luz suficientes, y limpiaran la tierra y las hojas cuando
crezcan. Al cabo de un mes organicen un encuentro con las demás
parejas de jardineros para presentar sus plantas en sociedad. Observen
qué características tienen, cometen como las han cuidado y elijan la más
bonita de todas.
Buenos muchachos
Relaciona las siguientes columnas sobre los cuentos en donde aparecen
personajes que actúan responsablemente. Puedes unirlas con una línea.
a. Este pequeño niño guía a sus
hermanos en medio del bosque
oscuro.
1. Los cisnes salvajes
b. En este cuento sólo uno de los tres
hermanos construye una casa
fuerte contra el hambriento
..enemigo
2. El rey rana
“Libertad es sinónimo de responsabilidad”
La más grande hazaña Sabio no es el que sabe mucho de muchas cosas o tiene muchos títulos
universitarios… sabio es quien distingue y practica el bien.
En muchos cuentos y leyendas muy antiguas, pertenecientes a distintas
culturas del mundo, siempre aparecen un personaje y una situación que
en el fondo son siempre las mismas, por más que el nombre y los detalles
varíen…
Fíjate bien y te sonará familiar: el personaje empieza siendo un muchacho
común y corriente que, por azares del destino, tiene que cumplir una tarea
que le ha impuesto un rey o un dios. Esta tarea es generalmente larga,
c. Gracias a este felino su amo
alcanzó fama y fortuna.
d. El padre de la princesa la obligó a
cumplir la promesa que hizo a la
rana del estanque.
e. Esta princesa calla mientras teje las
camisas de ortiga que salvarán a
sus hermanos convertidos en aves.
3. Los tres cerditos
4. El gato con botas
5. Pulgarcito
peligrosa y llena de obstáculos. Para salir triunfante, el muchacho no
solamente tendrá que realizar proezas físicas, sino que la mayoría de las
veces tendrá que hacer uso de su sentido común, de su inteligencia y de
su poder de discernimiento. Así, el joven aventurero no sólo le falta luchar
contra dragones y lobos salvajes, sino que tendrá que resolver acertijos,
misterios y problemas de ingenio de cuya resolución dependerá no sólo de
su vida, sino el éxito de su tarea. Al final del cuento, el muchacho logra su
objetivo y, con el triunfo, deja de ser un niño para convertirse en un héroe.
A través de estos cuentos y leyendas, las culturas antiguas quisieron
ejemplificar el largo camino de la vida: empezamos dando traspiés y,
poco a poco, mediante la experiencia y las lesiones de vida, vamos
adquiriendo las herramientas (los valores y el conocimiento)que nos
permiten seguir el camino recto… todos los pasos, las curvas y las subidas
de ese camino son lo que llamamos sabiduría.
En realidad, sabiduría es una palabra complicada y difícil de definir. El
sabio no es aquel que se ha leído todos los libros, es muy inteligente o ha
estudiado veinte carreras. Un sabio es una persona que sabe usar el
sentido común, que distingue entre el bien y el mal y que guía su vida de a
cuerdo con sus valores. Por eso, el camino de la vida debe ser dirigido por
la aspiración de que, algún día, nos acerquemos un poquito a la sabiduría.
El cocuyo y la mora
¿De qué se trata este cuento?
El cocuyo y la mora, leyenda perteneciente a la tradición oral de los
indígenas pemón, que habitan en la región de Guyana al sur de
Venezuela, explica la forma en que estos pequeños insectos adquirieron su
luz. Con gracia y sencillez, el relato muestra la modestia y sabiduría de la
mora, en contraste con la soberbia y la imprudencia del cocuyo que no
previó las consecuencias de desairar tan groseramente a la planta y de
acercarse demasiado al fuego, todo por vanidad. La tribu pemón es un
pueblo de cazadores y pescadores que viven en malokas construidas con
madera y barro. Tienen una gran variedad de cuentos y leyendas que
constituyen su rica tradición oral.
Cuentan los indios que un día un gran cocuyo salió de viaje a visitar unos
tíos que vivían al otro lado de la sabana. Voló y voló hasta que al
atardecer llegó a un cerro donde vivía una planta de mora. Como se
sentía cansado y soñoliento, decidió quedarse allí a pasar la noche.
La mora era ya una planta vieja, deshojada y encorvada de cuyas ramas
asomaban unas espinas amenazadoras. El cocuyo se acerco buscando un
sitio para dormir. La mora estaba encantada con la gracia de su vuelo, el
zumbido de sus alas y sus ojos deslumbrantes. Entonces deseó enamorarlo.
Comenzó por ofrecerle comida y algunos néctares para beber. Luego, con
esmero y delicadeza, le colgó de su hamaca y le relató historias para
entretenerlo. Y así estuvo a su lado hasta muy entrada la noche.
¿Cocuyo quieres casarte conmigo?, se atrevió a preguntarle la mora.
Pero el cocuyo fingió estar dormido y no le respondió. La mora lo rozó con
sus hojas secas y volvió a preguntarle:
¿Cocuyo quieres casarte conmigo?
El cocuyo abrió los ojos y contestó muy enfadado:
Mora, yo no te quiero. Estás vieja has perdido tus hojas y en cualquier
momento tu tallo se puede romper. Eres fea. No me casaré contigo.
Al llegar la mañana, el cocuyo siguió su camino y después de recorrer una
gran distancia llegó a la casa de sus parientes. Allí se quedó varias lunas
conversando y bailando. Al cabo de un tiempo decidió regresar y tomó el
mismo camino por donde había venido. Una tarde calurosa llegó al mismo
cerro donde había encontrado a la mora. ¡Y casi se va para atrás con lo
que vio! La mora se había transformado completamente. Ahora era una
planta joven, vestida con hojas nuevas engalanada con flores blancas.
¡Que hermosa estás, mora!, exclamó el cocuyo.
Me encanta verte llena de flores. ¿Te gustaría casarte conmigo?
Pero la mora no le contestó.
Mora, pequeña mora, cásate conmigo, imploró el cocuyo.
No insecto, dijo la mora. Ahora yo no quiero casarme contigo.
Y aunque el insistió, ella no cedió.
Entonces, dime: ¿Cómo lograste ponerte tan bonita? Y ella le respondió.
Fueron unos jóvenes que me prendieron fuego y gracias a él me volví joven
y bella de nuevo.
¿Y yo podré volverme joven como tú?, dijo el cocuyo esperanzado
Hazlo pero sé cauto.
Entonces el cocuyo se acercó al fuego que habían prendido unos
cazadores. Pero cuando las llamas tocaron sus alas, voló rápidamente de
allí, se sacudió y se refrescó en la hierba. Se miró y vio que había quedado
chamuscado. Sólo su cola conservaba una chispa que no podía apagar,
aunque volara y batiera sus alas. Muy triste y avergonzado, el cocuyo se
alejó de la mora y regresó a su casa. Desde entonces los cocuyos son
negros y tienen una luz en la cola; también rondan las moras cuando están
en flor, pues guardan la esperanza de conquistarlas.
Adaptación del relato de tradición oral El cocuyo y la mora, la de la tribu pemón. Editorial Ekaré.
Y tú ¿Qué piensas?
¿Qué piensas de las palabras que el cocuyo le dijo a la mora
cuando ella pidió casarse con él?
¿Por qué ella guardó silencio cuando él la maltrató?
¿En tu opinión, cuál fue el mayor error que cometió el cocuyo? ¿Por
qué?.
Si hubiera sido sabio, ¿Cómo hubiera podido el cocuyo conquistar a
la mora?
¿Te parece que una persona cauta es sabia?
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta ala sabiduría
El orgullo…
Porque es contrario a la humildad y la moderación que caracterizan a la
sabiduría.
Al indiferencia…
Entendida como la falta de curiosidad y sentido de admiración hacia
todos los aspectos de la vida.
La vanidad…
Porque no permite ver más allá de la nariz del pobre vanidoso.
¿Qué es la sabiduría?
Ya vimos que la sabiduría no es saber muchísimas cosas, ni resolver todos
los problemas de matemáticas, ni haber leído todos los libros del mundo…
Aquel que sabe y ha hecho todo esto es muy inteligente, culto o erudito,
pero no propiamente sabio. Sabiduría es el conocimiento profundo de uno
mismo, en el esfuerzo constante por reflexionar sobre el sentido de la vida y
la existencia, es utilizar la prudencia y el sentido común para elegir los
valores que deben guiar la existencia por el camino recto.
La sabiduría es la más preciosa de todas las cualidades que un hombre o
una mujer pueden llegar a tener. La gente que tiene destellos de sabiduría
es generalmente ya mayor, porque la sabiduría es resultado de la
observación, la reflexión y la comprensión de esto tan complejo y
fascinante que es la vida… la sabiduría es el resultado de la experiencia.
Discernimiento
Discernir es saber diferenciar lo que es bueno de lo que es malo, lo
conveniente de lo inconveniente, lo seguro de lo peligroso, lo justo de lo
injusto…
La sabiduría pone todo en una balanza, se acerca a las cosas con lupa de
aumento para no perder detalle antes de tomar una decisión. La persona
sabia tiene la capacidad de elegir y tomar decisiones que la llevan hacia
su felicidad y a la de los otros.
Ingredientes para la sabiduría
Humildad
La sabiduría nunca es prepotente ni soberbia, porque sabe que la
sabiduría absoluta es inconquistable…
Nos podemos acercar a ella pero nunca alcanzarla. En cambio, el
conocimiento, el arte o la tecnología si pueden pecar de soberbios. Hay
que recordar siempre que el verdadero sabio es humilde en su corazón y
en sus acciones.
Reflexión
La sabiduría se constituye con la base en la reflexión, esto es, en pensar las
cosas profundamente, en observar la naturaleza, los actos de los hombres
y preguntarnos porqué son como son. El sabio aprende a reflexionar sobre
las pequeñas cosas de todos los días: desde el recorrido que hace el sol
del amanecer al atardecer, de cómo las nubes se oscurecen antes de
llover, hasta del comportamiento de una comunidad de hormigas…
siempre observando y reflexionando.
Moderación
Ni tan poco ni demasiado… la sabiduría reconoce que la felicidad, la
salud y la cordura se encuentran en el punto medio. Ni tanto estudio ni tan
poco, ni comer en exceso ni pasarla sin probar bocado. El sabio sabe que
el equilibrio es necesario para vivir una vida feliz, tranquila y justa. La
moderación, y su pariente cercana, la prudencia, son básicas en el
camino de la sabiduría.
Discernir para valorar
Vale la pena insistir sobre la importancia de aprender a discernir para
acercarnos, aunque sea un poquito, a la sabiduría. Discernir es,
probablemente, una palabra que no has escuchado antes… tal vez nunca
la hayas usado en una frase, pero eso sí, seguramente la has puesto en
práctica más veces de las tú crees. Discernir es distinguir, diferenciar,
reconocer lo bueno y lo malo, para elegir el camino que te lleva a uno u
otro extremo.
La bella Sofía
¿Sabías que en griego antiguo Sofía quiere decir “sabiduría”? ¿Y que
filosofía quiere decir “amor a la sabiduría”? los antiguos griegos pensaban
que el hombre y la sociedad podrían ser felices y vivir en armonía
mediante la búsqueda constante de la sabiduría. La sabiduría se relaciona
con el conocimiento de uno mismo, buscaba responder preguntas como
estas: ¿de dónde venimos, quiénes somos, hacia dónde vamos…? La
sabiduría es la búsqueda del conocimiento interior que nos lleva a
conocernos a nosotros mismos, a los demás y a nuestro entorno, de
manera muy profunda y penetrante.
Saber elegir
La sabiduría suena muy seria y quizás, hasta un poquito inalcanzable. Pero
fíjate como la aplicas todos los días en su forma más sencilla que es la del
sentido común…
Antes de atravesar una calle te esperas a que el semáforo cambie a la luz
verde. Si ves a unas personas sospechosas caminando hacia ti, corres sin
pensarlo dos veces. Si tu hermanito pequeño se acerca al fuego de la
estufa, corres a alejarlo. Si no sabes nadar bien, evitas hacerlo en la parte
honda de la piscina… ¿Ves? Todos tenemos nuestros destellos de sabiduría.
El saber de los mayores
En muchas culturas indígenas de la actualidad, tal y como el pasado, las
decisiones importantes que atañen a la comunidad son tomadas por un
consejo de ancianos.
Debido a su larga vida, a la acumulación de experiencias y de saberes, los
viejos son venerados como sabios por la comunidad, por eso se les respeta
y se les brinda la responsabilidad de guiar al grupo. ¡Qué diferencia con
nuestras modernas sociedades que tienden a aislar a los viejos! Debemos
recordar que las personas mayores son una fuente inagotable de sabiduría
y experiencia.
Sabiduría popular
Nuestro idioma se ha enriquecido con dichos y refranes anónimos que
reflejan el transcurso de miles de años, la acumulación de experiencias y la
presencia del sentido común. Estos dichos son certeros y divertidos, y
encierran grandes verdades. ¡Te invitamos a reflexionar sobre su
significado! He aquí algunos de ellos: “No pongas todos los huevos en la
misma canasta”, “más vale pájaro en mano que cien volando”, “el que no
arriesga no gana”, “Dime con quien andas y te diré quien eres”, “A
palabras necias oídos sordos”.
Muchas voces, voces antiguas
Las mitologías y las religiones del mundo se nutren de la sabiduría particular
de las diversas civilizaciones que las han producido. Cada civilización,
antigua o presente, ha producido su propia sabiduría, es decir, un sistema
de pensamiento que produce una forma única de entender el origen del
hombre y del mundo, de relacionarse con sus dioses y con la naturaleza,
de entender el sentido de la vida, de pensar la creación y hasta de
entender la muerte… las culturas judía, cristiana, musulmana, budista,
taoísta o hinduista; las de los actuales grupos indígenas de América y Asia,
así como las culturas de otras civilizaciones ya desaparecidas, forman un
gran tesoro de sabiduría que hace parte del patrimonio cultural de la
humanidad.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
A guardar la calma
¿Cómo te sientes cuando estás en medio de un problema? ¿has llegado a
considerar que no podrás resolverlo o por momentos guardas la esperanza
de que encontrarás la manera de salir del atolladero? Se dice que las
personas sabias esperan siempre lo mejor frente a la adversidad. Escribe tu
opinión al respecto.
Palabras que van y vienen
Recoge entre tus amigos y familiares algunos refranes y dichos populares
sobre la sabiduría y escríbelos. Recuerda que no siempre tienen la palabra
“sabiduría” incluida, sino que es el contenido el que lleva a la sabiduría de
forma implícita. Cuando encuentres los refranes (tus papás y abuelos te
pueden ayudar), ilústralos con dibujos; ¡verás que resultan cosas muy
divertidas!
¡Todos a jugar!
Tu tan sabio…
Completa el cuadrado mágico de tal manera que la suma del cuadrado
central sea la misma que la suma de las columnas, las líneas horizontales y
las diagonales: 34. Los números que se deben colocar van del 1 al 16. En la
parte inferior central figura el año en que Alberto Durero, el pintor alemán,
creó el cuadrado.
16 13
6
15 14 1
Sopa Sabia
¿Qué valores crees tú que reúne la sabiduría? En esta sopa de letras
descubrirás como es un hombre sabio.
C U M P L I D O Z V
L O R A T A S E O R
M I E C U A N I M E
H U M I L D E S J C
J A C E M O L O U T
U H O N R A D O S O
S I E T L O G E T I
G E N E R O S O E J
P R U D E N T E N E
“Sabio es aquel que reconoce su ignorancia”
FUERA MÁSCARAS LA SINCERIDAD ES LA EXPRESIÓN DE LO QUE SENTIMOS Y PENSAMOS
VERDADERAMENTE, ES LA AUSENCIA DE MENTIRAS….. Y MÁSCARAS.
Desde hace muchos siglos las personas han utilizado máscaras
confeccionadas con madera, paja, corteza de arboles, hojas de maíz,
tela, piel, cráneos, cartón y otros materiales. Las máscaras forman parte de
los disfraces y pueden cubrir la cara, la cabeza unas producen risa y hay
otras que hasta asustan…
Cuando una máscara es buena, la persona que está detrás de ella no
puede ser reconocida.
Las fiestas de disfraces, por ejemplo, son muy divertidas porque al principio
no se sabe quién es quién y sólo a medida que transcurre la fiesta cada
enmascarado va revelando su verdadera identidad.
El 31 de octubre, en muchos países del mundo, los niños salen a pedir
dulces de casa en casa, disfrazados y utilizando máscaras, algunas de ellas
aterradoras. En las películas (también en la vida real, pero de eso ni
hablemos), los criminales suelen llevar máscaras o disfraces que les permite
cometer sus fechorías sin ser reconocidos.
Ya ves que las máscaras divierten, asustan y tienen diversos usos. Por
fortuna, el tiempo de la máscara y el disfraz es corto. En la vida cotidiana
no tenemos máscaras. Estamos tal y como somos frente a nuestros
familiares y a nuestros amigos. Una persona que no finge, que no obra
doblemente, que se relaciona con los demás sin hacer uso de máscaras ni
disfraces, es una persona sincera.
Una sorpresa entre las coles
Durante la comida, mi hermano Chris preguntó:
¿De dónde vienen los bebés, papá?
Papá se puso rojo no se esperaba eso.
Bueno dijo, este, si, bueno… vienen de… este… es así, ¿sabes Chris?, bueno
vienen del huerto de las coles. ¡Sí, de ahí!
Mamá me lanzó una mirada rara. No le gustaba que papá le dijera la
verdad a Chris. Todos menos Chris, sabíamos que aquello no era cierto. Él
parecía muy interesado.
¿Y como llegan ahí? Preguntó.
Crecen entre las coles durante la noche dijo papá con voz débil.
¡Imagínate! Respondió Chris. Esta noche podría llegar un niño nuevo,
¿verdad?
Todos miramos a papá con ojos de puñalada, pero él sólo dijo:
No se sabe… podríamos tener esa mala suerte…
Esa noche, descubrí a mi hermano Chris en el fondo del jardín, tenia
encendida la linterna sobre la hortaliza y hurgaba entre las coles.
¿Qué es lo que estás haciendo? Le pregunte en la oscuridad.
Estoy buscando bebés dijo. Papá dijo que esta noche podría brotar uno.
No podemos dejarlo fuera hasta la mañana.
Podría resfriarse y morir.
¡Ay, no! Le dije. ¿No me digas que te creíste ese cuento chino? Los bebés
no crecen en los huertos de coles: crecen dentro de su mamá. Una
expresión una expresión de incredulidad se extendió por su cara.
¿Dónde? Preguntó. ¿En que parte de su mamá? Aquí le dije sobándome la
panza. Por aquí adentro.
No me digas dijo. ¡Mejor cuéntame una de vaqueros! Ahí es donde van las
papas y las salchichas y la salsa y el pastel. No se puede tener a un bebé
revuelto con todo eso. ¡Aj! No tienes por qué ocultarme la verdad, ya sé
que en realidad crecen en el huerto de coles.
Ya no me quiso escuchar. Siguió buscando debajo de las coles.
Decidí seguirle la corriente e hice como si buscara a un bebé entre las
plantas. Al cabo de un rato le oí decir:
¡Encontré un bebé!
¡Genial! Le dije, fingiendo que le creía.
Ciertamente el muchacho mucha imaginación.
Sigue buscando me ordenó. Podría haber otro. Pueden ser gemelos.
Yo me reía en voz baja pero pronto deje de hacerlo. Oí algo que me puso
los pelos de punta…
Era el llanto de un bebé.
Corrí hasta donde Chris iluminaba algo, en el suelo, entre dos coles. Yo no
podía creerlo. Chris tenía razón. Había un bebé, pero era la cosa más rara
que había visto en mi vida… era verde y tenía una barbilla larga y
puntiaguda. Estaba desnudo y lloraba. Estaba ahí tirado sobre la tierra fría
y dura…
(Adaptación de un fragmento de la obra El embuste de las coles, de Paul Jennings. Editorial Fondo
de Cultura Económica)
¿De qué se trata este cuento?
Cuando el padre del pequeño Chris le cuenta que los niños crecen entre
las coles, el investiga en el huerto y efectivamente halla un bebé verde a
quien cuidará por una larga temporada
Entusiasmado al comienzo Chris mima al pequeño, lo lleva a la escuela, lo
presenta a sus amigos, hasta que desesperado por el tiempo que le quita
para jugar, lo devuelve a su lugar de origen.
Allí se encontrará una curiosa sorpresa. Entre tanto, su madre reprende al
padre por no haber respondido con sinceridad… muy resuelto a enfrentar
la pregunta, éste saldrá con otra mentira…
Paul Jennings es un autor australiano que se dedica a las historias para
niños.
Y a la producción de guiones de televisión.
Y tú, ¿Qué piensas?
o Por qué el padre de Chris no le dice la verdad sobre el origen de los
bebés?
o ¿El bebé de las coles es real o sale de la imaginación del niño?
o ¿Qué habría ocurrido si a Chris le dicen que los bebés vienen
enlatados como el atún?
o Cuando nos ocultan la verdad sobre un hecho importante nos
quitan un derecho fundamental. ¿Cuál es?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la sinceridad
La hipocresía…
Porque lleva a las personas a hablar y obrar con el fin de satisfacer
intereses personales. La hipocresía es una forma permanente de traición.
La crueldad…
Porque le hace daño a las personas, quienes por lo general, saben cuales
son sus limitaciones y defectos y luchan silenciosamente por superarlos.
La arrogancia…
Porque pone al mal llamado “sincero” en una posición de superioridad
frente a los demás. El arrogante cree que sólo lo que él piensa es verdad y
que sólo lo que él hace es correcto.
¿Qué es la sinceridad?
La sinceridad es la capacidad de hablar y de obrar sin dobleces, sin
disfrazar aquello que decimos o hacemos. Ser sincero no es sólo reconocer
los defectos o los errores propios o de las otras personas, es también
reconocer nuestros propios logros y que los demás puedan hacer las cosas
bien, aun mejor que nosotros mismos. Hay gente que es muy
desconsiderada y hasta grosera con los demás, y pone como pretexto que
es “muy sincera”. Debemos tomar en cuenta que la sinceridad no es
crueldad ni prudencia… no se puede escudar en la sinceridad para herir a
las personas.
Prudencia
La persona prudente sabe perfectamente el momento oportuno y la mejor
forma para expresarse, sea para hacer una denuncia, o un reclamo o
hasta para pedir una explicación. Ser sincero no significa ser grosero o
agresivo. Es necesario saber cuando hablar, cuándo callar, cuándo
expresar algo en público y cuándo hacerlo en privado.
Generosidad
Junto con la prudencia, la sinceridad necesita la generosidad hacia los
demás. Algunas personas creen que son sinceras si les dicen a sus amigos o
compañeros que tienen algún defecto físico o que son pobres o que no les
agrada su compañía. La generosidad nos impulsa a la amabilidad y la
solidaridad con las personas menos favorecidas y con todas aquellas que
necesitan de nuestra ayuda.
Ingredientes para la sinceridad
Sencillez
Probablemente no haya nada más desagradable que una persona que
cree que todo lo sabe, que es perfecta y que puede juzgar y criticar a
todo el mundo. Una persona así no es reconocida como sincera. Las
personas ganan credibilidad si son sencillas, si expresan sus opiniones o si
defienden lo que consideran cierto de manera tranquila, sin pretender que
tienen la verdad absoluta.
Buenas intenciones
La sinceridad va acompañada de buenas intensiones para con los demás.
Nadie puede pretender ser sincero cuando, aun diciendo la verdad, busca
hacerle daño a los demás o quiere obtener un beneficio personal.
Hora de la autoevaluación
¿Te han dicho alguna vez que algo te quedó bien, pero tú crees que no es
cierto? ¿O te han dicho que un trabajo te quedó mal, cuando tú lo ves
muy bien o casi perfecto?... en estos casos, ¿Quién tiene la verdad, tú o
quién evalúa lo que has hecho? En verdad es difícil saberlo con exactitud.
Cada persona sabe cuánto esfuerzo y dedicación supuso la realización de
su trabajo, cuanto tiempo invirtió y cuánto amor le puso a la obra. Cuando
dudes si te evaluaron bien o mal, piensa en esto y sabrás realmente que
calificación merece lo que has hecho. En todo caso, no vale la pena
alegrarnos cuando nos felicitan por algo que sabemos que está mal hecho
ni que nos entristezcamos cuando nos reprendan por algo que sabemos
que está bien.
¡Auch!
Lo más feo de la falta de sinceridad es que duele. Cuando nos damos
cuenta que hemos sido engañados nos sentimos mal, nos da rabia y
dolor… y dejamos de creer en quien nos engañó o abusó de nuestra
confianza. Entonces nos volvemos más cautos y prevenidos, a veces
incluso demasiado. Recordemos que una vez que la confianza se rompe es
muy difícil volver a ganarla.
¡Pregunta!
No es raro ver al papá o la mamá tristes, preocupados o excesivamente
cansados.
También puedes ver a tus hermanos silenciosos, melancólicos o apurados…
¿Qué pasa con ellos? ¿Qué tienen? ¿Cómo ayudarles? Todo esto lo
puedes saber fácilmente: ¡pregúntales! Preguntar abre los caminos hacia
la sinceridad, con la sinceridad vienen el apoyo, la solidaridad y la
compañía. Seguramente también te gusta que en ciertos momentos te
hagan preguntas, ¿o no?
La entrega de calificaciones
Uno de los momentos clave durante la vida del colegio es el de la entrega
de los boletines de notas. Si te va bien, estás feliz y deseas que tus papás
vayan a recogerlos; si no te fue tan bien o te fue muy mal, preferirías que
no fueran y que nadie se diera cuenta del desastre. Sin descartar que a
veces se cometen injusticias, en general, el boletín es un buen instrumento
de sinceridad contigo mismo. ¿Cómo te fue? ¿En qué tienes que mejorar?
¿Cuáles son tus fortalezas? Como ves, el boletín es muy importante, porque
ayuda a que tato tú como tu comunidad vayan mejorando día a día.
¡Extra, extra!
Casi siempre nos enteramos de lo que ocurre en nuestro país y en el
mundo a través de los noticieros… pero, ¿podemos confiar en ellos?
¿Dicen siempre la verdad? Cuando escuchamos los noticieros tenemos
que ser críticos y reflexivos, porque las noticias no siempre reflejan la
totalidad de los hechos, sino sólo una parte de ellos; vistos a través de los
ojos de los reporteros y de los medios, los cuales narran los hechos de una
forma comercial. Aunque algunos medios de comunicación realizan
investigaciones serias antes de presentar las noticias, también en ocasiones
la prisa les hace dar noticias que no corresponden exactamente a la
verdad o que siendo muy importantes se presentan de manera muy
superficial. Por eso, hay que tener ojo crítico y consultar otros medios, como
el periódico o las revistas.
Comisión de la verdad
Confirmar que alguien está siendo sincero y dice la verdad no es fácil,
sobre todo en situaciones graves y delicadas, como en el caso de los
crímenes contra la humanidad o la violación de los derechos humanos.
Para poder llegar a la verdad en casos como estos, en muchos países y en
diferentes momentos de la historia, se han creado comisiones de la verdad,
es decir, grupos de personas reconocidas por su rectitud que deben llegar
a la verdad de los hechos, mediante procesos muy delicados de
investigación. La más famosa de estas comisiones fue la Comisión de la
Verdad y la Reconciliación, creada en abril de 1996, para desvelar los
crímenes cometidos durante la aplicación de la política de segregación
racial en Sudáfrica.
Aunque duela, la verdad lleva a la reconciliación de la sociedad porque
es el primer paso para la justicia.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
De una sola cara
La sinceridad es un valor que debemos tener para tener amigos y para ser
dignos de confianza. Mostrarnos como somos en la realidad nos permite
actuar espontáneamente. Cuando deseas hacerte amigo (a) de una
persona especial, ¿Qué cualidades tuyas le muestras?, ¿Por qué?
¿También le muestras algunas de tus limitaciones? Piensa y escribe como
es que te comportas en esos casos.
Al pan, pan y al vino, vino
Si tienes que decirle a un amigazo algo que puede incomodarlo, pero que
lo ayudará a mejorar, ¿Qué estrategia utilizarías? Por ejemplo, ¿Cómo
decirle a alguien que debe cambiar su conducta porque maltrata a otros
o mejorar su lenguaje? Escribe una lista de frases amables y sinceras que
puedas utilizar para estos casos. También puedes dibujar una historieta
para ilustrar la situación.
¡Todos a jugar!
A contar mentiras
Reúnete con algunos amigos a contar mentiras en verso. Alguien inicia la
ronda y los demás, uno a uno, la continúan, cantando un rap mentiroso.
Pueden partir de esta idea.
Ahora que vamos despacio
Vamos a contar mentiras
Por el mar corren las liebres
Por el monte las sardinas
Yo Salí de un campamento
Con hambre de tres semanas
Me encontré con un ciruelo
Cargadito de manzanas.
El mensaje oculto
Necesitas un parque y nueve amigos. Los participantes forman dos
equipos, uno de espías y otro de agentes secretos. Los agentes escriben en
un papel un mensaje sobre la sinceridad, lo cortan y lo dividen entre sus
compañeros.
Cada agente debe llevar al menos una palabra y esconderla entre su
ropa el mensaje que lleva. Pasado el tiempo fijado para el juego se reúnen
todos. Si los espías adivinan el mensaje a partir de los trozos de papel
recogidos, ganan. De lo contrario, vencen los agentes. El juego se repite
cambiando los roles de los equipos.
“un amigo sincero es un gran tesoro”
Todos con los mismos zapatos Para ser solidarios debemos “ponernos en los zapatos del otro” y
una vez que nos hayamos puesto el par, ¡a pasar a la acción!
Existen cosas que, nos gusten o no, hacemos por obligación, porque nos
“toca”. Pero hay otras que nos nacen desde el fondo del corazón:
Ayudarle a una viejecita a cargar unos paquetes pesados, responderle
amablemente a un desconocido cuando nos pregunta una dirección,
darle unas monedas a quien nos pide colaborar con alguna causa en la
calle… no conocemos a ninguna de estas personas, no esperamos
recompensa alguna, no “ganamos” nada con nuestra actitud, entonces,
¿Por qué lo hacemos? No es simplemente educación, sino una situación
que, ojalá y se accionara más seguido, nos lleva a “ponernos en los
zapatos del otro”.
Lo que nos lleva a ponernos en los zapatos del otro es un sentimiento de
afinidad, simpatía o comprensión con lo que esas personas están
viviendo… o padeciendo. Es sentir como propios sus problemas y
sufrimientos. Cuando la identificación nos lleva a la acción, estamos
practicando la solidaridad.
La solidaridad nos recuerda aquel dicho que tanto decían las abuelas:
“Todos somos hermanos”. Solidaridad es poner en práctica las acciones
que brotan de ese sentimiento de hermandad o fraternidad que nos une
con otros seres humanos. Podemos ser solidarios con la gente que
conocemos y con las causas cercanas, como apoyar a un miembro de la
familia que pasa por n problema, prestarle dinero a un amigo para
completar el precio del boleto del cine o hasta para colaborar con un
grupo de vecinos que se une para renovar el parque del barrio. Pero la
solidaridad también debe surgir con las personas que no conocemos,
vivan en nuestro país o en algún otro.
Tal vez podamos colaborar con campañas para recolectar medicinas
para las victimas de un terremoto en Turquía, para eliminar las minas
antipersonales o para protestar por la pena de muerte en Estados Unidos.
¿Ves? La solidaridad no sólo se da hacia personas, sino también con
causas como la defensa de la ecología, los derechos humanos o la
igualdad de las minorías raciales. Existen miles de causas a las que nos
podemos adherir solidariamente.
El príncipe tonto y el lobo
Un rey tenía tres hijos, los dos mayores eran inteligentes, pero el menor era
un tonto. Un día el rey les dijo a los príncipes:
Váyanse y busquen su destino. Pueden escoger los caballos que quieran.
Los dos hijos mayores escogieron los mejores caballos, y el tercero, el peor.
Aquellos llevaron comida, ropa y sirvientes. El menor dijo que no
necesitaba nada. Salieron del palacio y se fueron los tres por el mismo
camino. Al cabo de unas horas llegaron a un cruce de caminos y ahí se
encontraron con una columna de la cual colgaba un letrero que decía:
“El que siga por la derecha comerá bien, pero su caballo pasará hambre.
El que siga por la izquierda, pasará hambre, pero su caballo comerá bien.
Al que siga derecho, un lobo le comerá el caballo”.
Apenas leyeron la inscripción, los dos hermanos inteligentes escogieron el
sendero de la izquierda y el de la derecha. Al menor le quedó el camino
del centro… y por allí se fue. Unos pasos más adelante un lobo salió en su
encuentro y le dijo:
¡Bájate de tu caballo que me lo voy a comer!
“¡Que le vamos hacer!” se dijo el tonto. Se bajó del caballo y siguió a pie. A
los pocos pasos el lobo lo alcanzó y le dijo:
Siéntate en mi lomo, yo te serviré de caballo ¿A dónde quieres que te
lleve?
Llévame donde quieras… la verdad es que no sé a dónde ir.
El lobo corrió veloz y al llegar al bosque vieron una luz que provenía de un
pájaro de fuego. El joven quiso tomar el ave, pero de pronto fue rodeado
por unos guardias que lo amenazaron.
Te dejaremos el pájaro si nos traes el caballo mitad oro mitad plata.
El príncipe le contó al lobo lo sucedido y ambos echaron a correr. En
medio de otro bosque hallaron una cueva en la que se encontraba el
caballo. Al tomarlo por la crin, aparecieron otros guardias que
amenazaron al joven.
Si quieres el caballo debes traernos en tres días la muchacha más hermosa
del mundo.
Salió el príncipe de la cueva, se sentó sobre el lobo y corrieron veloces. Al
llegar a una montaña cubierta de árboles, vieron la muchacha que
paseaba bajo del sol. Por consejo del lobo, el joven se tendió en el suelo y
empezó a gemir pidiendo ayuda. Al verlo, la joven se le acercó
compadecida. En un segundo, él se incorporó, la echó al hombro y salió
corriendo. Los dos se sentaron sobre el lobo y escaparon más rápido que el
viento. Antes de llegar a la cueva del caballo de oro y plata el lobo les
dijo:
Yo me convertiré en la joven y tú, príncipe, entrégame a los guardias. Tú
preciosa, escóndete. Después sigan a donde esta el pájaro de fuego.
Y así lo hicieron. Los guardias complacidos, mimaron al impostor que huyó
al menor descuido, tomó su forma verdadera y corrió tras el príncipe y su
compañera. Al llegar a donde estaba el pájaro de fuego, les dijo:
Ahora me convertiré en el caballo de oro y plata y tú, príncipe, me
entregarás a los guardias. Cuando recibas el pájaro siéntate en el caballo
real, huye con la muchacha y espérame en el cruce de caminos.
Y así lo hicieron. Los guardias ataron al impostor, fueron a buscarle agua
pero, en un segundo, éste tomó su verdadera forma y huyó.
Cuando el príncipe llegó al lugar acordado, se quedó dormido.
En ese momento llegaban sus hermanos mayores con las manos vacías. Al
ver al tonto al lado de una hermosa niña, un caballo de oro y plata y un
pájaro de fuego, decidieron matarlo y repartirse los tesoros. Entonces lo
tiraron a un abismo. Al llegar y ver al joven malherido, el lobo recogió agua
muerta y agua viva para regar su cuerpo. Las heridas se cerraron y el
príncipe revivió. Rápidamente el lobo lo llevo ante el rey, que escuchó
toda la verdad de la historia. Allí mismo se organizó la boda y el lobo fue el
padrino. Los hermanos mayores se fueron muy lejos, tanto que nadie volvió
a saber de ellos.
(Adaptación del relato popular ucraniano El príncipe tonto y el lobo. Editorial Ráduga)
¿De qué se trata este cuento?
El príncipe tonto y el lobo es un relato popular de Ucrania que, como
muchos otros a lo largo del mundo, recrea las relaciones amistosas entre un
animal y un humano.
Poseedor de algunos poderes mágicos, el lobo de esta historia encarna las
sorpresas que se ocultan en medio del bosque para salir al paso de los
caminantes desorientados y débiles. Gracias a él, un príncipe sin destino
descubre el camino a la felicidad. Este cuento simboliza esos encuentros
inesperados, pero inspiradores, con personas que nos brindan su guía y
apoyo.
Y tú ¿Qué piensas?
¿Qué motivos llevan al lobo a ayudar al príncipe?
¿Cómo agradecerá el joven la solidaridad del lobo?
¿Qué opinas del comportamiento de los hijos mayores del rey?
¿Estás de acuerdo en que la solidaridad empieza por casa? ¿Por
qué?
¿Qué es la solidaridad?
La solidaridad es el sentimiento que surge cuando la indiferencia, el
desinterés y el egoísmo se convierten en interés y acompañamiento
verdaderos. Esto quiere decir que, al identificarnos sinceramente con una
causa o situación (porque nos indigna, nos conmueve, nos convence o nos
entusiasma) sentimos la “obligación moral” de hacer algo para enfrentarla:
apoyándola con nuestros conocimientos, con trabajo voluntario o con
ayuda monetaria.
Para que la solidaridad sea verdadera debe trascender el sentimiento
para convertirse en acción… los buenos deseos y los buenos sentimientos
están muy bien, pero lo que necesitamos para cambiar el mundo es
¡actuar!... y cuanto, antes mejor.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la solidaridad
Egoísmo…
Porque ser solidario significa pensar siempre en un “nosotros”.
“Yo” no soy el centro del universo y debo interesarme por los problemas de
los demás y del mundo.
Indiferencia…
No podemos pasar por la vida sin que nada nos importe más allá de
nosotros mismos. Debemos darnos la oportunidad de informarnos para
interesarnos.
Envidia…
Porque es imposible que aquel que no está dispuesto a compartir su
tiempo, sus conocimientos o sus atenciones, sea solidario.
Compasión
La compasión no es lastima sino consideración por lo que viven las
personas desafortunadas. La compasión debe estar acompañada del
respeto y el interés verdadero por prestar una ayuda o un servicio. Cuando
alguien está muy mal o solo, debemos acercarnos y ver de que, manera
podemos ayudarle a salir adelante.
Ingredientes para la solidaridad
Filantropía
Esta palabra tan rara quiere decir “amor por la humanidad”. Y sí, para ser
solidario hay que tener un gran amor por todos los seres humanos, sin
importar la raza, la posición social, la religión, la nacionalidad o el sexo. Los
verdaderos filántropos abandonan todo por ayudar donde más se les
necesita: en la mitad de la selva, en los campos de batalla, en las zonas
más pobres y peligrosas de una ciudad. Los filántropos son personas que
deciden dedicar su vida, con todo amor, a los demás.
Empatía
Es encontrar algo en común con los demás para podernos entender. La
forma más sencilla y efectiva de entender al otro es, como ya lo vimos,
poniéndonos “sus zapatos”.
Para empatizar con los desplazados o los refugiados basta imaginarnos lo
terrible que debe ser quedarse sin hogar y tener que abandonarlo todo a
causa de la violencia. Si hiciéramos este ejercicio más seguido,
seguramente seriamos personas muchísimo más solidarias.
Iniciativa
Hay que pasar de la reflexión a la acción. ¿Quieres evitar la deforestación?
Únete a una organización que luche por evitarla. ¿No estás de acuerdo
con que un compañero haya sido expulsado del colegio? Organízate para
probar que fue una injusticia. Ser solidario puede no ser tan fácil, pero vale
la pena intentarlo.
Por gusto
La solidaridad verdadera es voluntaria. Ser solidario es una cuestión de
elección, es un acto que nace de la libre voluntad de cada persona. Sin
embargo, podemos aprender a ser solidarios, todo empieza con pequeñas
acciones como prestar una ayuda o algún pequeño servicio. La
satisfacción de servir de algo hará que poco a poco nos involucremos en
cosas más grandes.
Todos para uno y uno para todos
Como en muchas otras cosas y situaciones en la vida, cuando se trata de
solidaridad no existe duda alguna: ¡la unión hace la fuerza! Cuando
estamos solos, mediante el esfuerzo y el trabajo individual, podemos
alcanzar importantes metas particulares, pero cuando nos unimos con
otras personas para conquistar un gran objetivo común, el entusiasmo y el
compromiso de todos los participantes se convierte en una fuerza
imparable de buena energía. Recuerda que juntos somos más poderosos,
más inteligentes, más creativos y más valientes. La solidaridad se forma de
los eslabones que constituimos cada uno de nosotros.
El centro del universo
Todos somos importantes, pero cuando el individualismo nos ahoga, nos
volvemos egoístas e insoportables. ¿Qué es el individualismo? Es cuando
nos volvemos excesivamente centrados en nosotros mismos: sólo me
importan mis sentimientos, mis intereses, mis necesidades, mis opiniones, mis
creencias, mis, mis, mis… ¡Ya no más! Que podrás imaginar que, ante este
panorama, el individualista es incapaz de pensar en los demás ni en algo
que rebase el “hermoso espacio” de su ser. Esta gente incapaz de ser
solidaria… ¡es insoportable!
¡Viva la tribu!
A veces las familias somos como unas tribus en las que todos tenemos que
ver con todos. En ocasiones es un poco fastidioso, sobre todo cuando la tía
fulana opina sobre tu corte de pelo, mientras que el tío perengano critica
tu manera de vestir. Sin embargo, este sentido de tribu también es positivo.
Cuando el papá de María se quedo sin trabajo, los tíos se pusieron de
acuerdo y pagaron el colegio de la niña hasta que volvió a emplearse.
Cuando la abuelita Ana cayó enferma, sus hijos se turnaron para ir a
cuidarla día y noche al hospital. Cuando Juan iba a presentar el examen
de admisión a la universidad, su primo pepe se apareció para ayudarle
con matemáticas.
En familia debe ser innecesario pedir ayuda y la solidaridad, estar a la
orden del día.
Ondas solidarias
Están por todas partes y son contagiosas. Eres parte de la onda solidaria
cuando cuidas los parques de tu ciudad, el transporte público o el
inmobiliario urbano; cuando eres testigo de una injusticia o no permites
que pase inadvertida; cuando nadie te pide ayuda y ¡de repente!, te
descubres empujando un carro que se varó, junto con otros desconocidos;
cuando te enteras de que un compañero perdió el dinero para un pago y
le colaboras con lo que puedes. Eres parte de la onda solidaria cuando
tienes el corazón abierto hacia otros.
Organizaciones no Gubernamentales
Seguramente las has escuchado nombrar por sus siglas: ONG. Las ONG son
organizaciones fundadas y estructuradas por grupos de ciudadanos
independientes que se unen con el fin de alcanzar varios objetivos
principales: dar a conocer un problema, concientizar a la gente sobre su
importancia y luchar para encontrarle una solución efectiva. Existen ONG
en todos los países del mundo. Algunas defienden los derechos de los
animales, otros los derechos humanos, aquellas más buscan prevenir
desastres ecológicos.
Detrás de cada organización no gubernamental hay un problema
importante que necesita atención y solución… cada recluso inocente que
logra ser liberado, cada especie animal que se salva de la extinción, cada
pedazo de tierra que se recupera ecológicamente, cada niño de escasos
recursos que recibe útiles escolares, es símbolo del éxito de las acciones de
las ONG y sus solidarios voluntarios.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Su problema es su problema
Después de todo lo que hemos leído y reflexionado sobre la solidaridad, te
invitamos a que recuerdes un acto solidario que hayas liderado en el
barrio, en tu casa o en el colegio, y lo escribas en tu cuaderno ¿Qué te
motivó a organizarlo? ¿Cómo te sentiste después de llevarlo a cabo?
Cerca, muy cerca de aquí
En nuestro país, muchos niños del campo y de la ciudad pasan momentos
difíciles como consecuencia de la guerra, el abandono de los padres, la
falta de educación y la carencia de servicios de salud adecuados, entre
otros. ¿En qué situación viven los niños del chocó? ¿De qué forma crees tú,
tus amigos y familiares podrían ayudarlos?
¡Todos a jugar!
De nariz a nariz
Desde áfrica, un juego sobre dar y recibir. Invita a todos los jugadores que
quieras y siéntense en círculo en el suelo.
Uno de ustedes tomara la funda de una caja de fósforos entre el labio
superior y la nariz.
Sin soltarla, deberá pasarla al jugador de al lado quien también la recibirá
entre su labio y su nariz. Esta operación se repite hasta que el círculo quede
completo. Ni el que entrega ni el que recibe puede utilizar las manos. El
jugador que deje caer la funda al recibirla o entregarla, queda eliminado.
Balompié indio
Y de México, un juego de origen indígena para poner a prueba el apoyo
entre compañeros. Necesitas dos pelotas de futbol y cinco amigos. Formen
dos equipos, cada uno con una pelota. Marquen una línea de salida y otra
de llegada. Entre ambas debe haber un kilometro y medio o dos de
distancia. Los equipos se sitúan a pocos metros detrás de la salida,
alrededor de sus respectivas pelotas. Un jugador patea con el pie derecho
la pelota de su equipo, en dirección a la meta. El equipo echa a correr
detrás de la pelota.
Ésta recibirá otro puntapié de otro de los jugadores, y así sucesivamente
hasta llegar a la meta. Gana el equipo que llegue primero.
“Juntos, todo resulta más fácil”
El planeta de lo mismo
Las diferencias entre las personas y las comunidades han hecho
posible que el mundo sea tan diverso, maravilloso… ¡y divertido!
Imagina un planeta en el que todos sus habitantes todos, todos: hombre,
mujeres, niños, niñas, jóvenes, adultos piensan igual, hacen lo mismo, dicen
lo mismo, sueñan lo mismo y hasta desean lo mismo. Además, ese planeta
está dominado por un cerebro todo poderoso que controla que las cosas
continúen así por los siglos de los siglos. ¿Cómo crees que sería la vida en
este planeta? ¿Te gustaría vivir allí?
Pues bien, en este planeta, llamémoslo el planeta de lo mismo, apareció
de repente una persona a la que le dio por pensar diferente, por hacer
cosas creativas, por tener nuevos sueños, por hablar distinto… no sabemos
qué le habrá sucedido a este personaje, cómo lo habrán tratado ni cuál
habrá sido la reacción del cerebro todo poderoso ante semejante rareza…
¿Qué crees tú que habrá pasado?
Bueno, de regreso al mundo de la realidad, ¿te parece que el planeta
tierra tiene algún parecido con el planeta de lo mismo? O, para no ir tan
lejos, ¿Se parece el planeta de lo mismo a tu comunidad, a tu colegio o a
los grupos a los que perteneces?
Hay quienes esperan que los demás sean como ellos y hasta que crean en
lo que ellos creen. Estas personas parecen proceder del planeta de lo
mismo.
Pero en la tierra todos somos diferentes. Las diferencias entre las personas y
las comunidades han hecho posible que el mundo sea tan diverso y
maravilloso.
Ahora bien, para que el mundo sea tan diverso no basta con que nos
demos cuenta de que somos diferentes, hacen falta pasos aún más
importantes: aceptar la diversidad, respetarla y luchar por conservarla.
Quien acepta positivamente la diferencia que hay entre las personas,
respeta esta diferencia y lucha porque los demás la valoren y la respeten,
es una persona tolerante.
Los refugiados
Cuando su madre, su abuela, y su hermano de 18 meses entraron al
apartamento de Matías, el austriaco que les ofreció su vivienda mientras se
organizaba en Viena, Asmir pensó que este era el tercer sitio en el que
viviría desde aquella mañana de pesadilla en que salieron de Sarajevo,
hacía tres meses. Asmir ahuyentó los malos recuerdos. Menos el de su
padre. ¿Seguiría en su casa de Sarajevo?
El apartamento de Matías era acogedor, con alfombras y cortinas de
terciopelo. Y tenía montones de juguetes. Asmir se alegró de que Matías
tuviera sólo hijas, porque así no habría pistolas.
Había también un televisor, y esa noche Asmir quiso ver las noticias junto a
su madre. A lo mejor veían a su padre. Salieron imágenes de cohetes que
explotaban, incendiando los edificios. Y más amontonados pasando todo
tipo de penurias, Asmir sintió un gran agradecimiento hacia Matías.
¿Dónde iremos cuando nos tengamos que ir de aquí?, preguntó.
Nadie le respondió.
¿Iremos a un campamento como esos?
Su tía lo abrazó.
No, no iremos a un campamento de refugiados. Encontraremos algo aquí
en Viena.
¿Dónde mi padre nos pueda encontrar?
Naturalmente…
Asmir miró a su madre y vio que ella también hacía esfuerzos para
creérselo.
Esa noche, mientras intentaba dormir, observó que su hermanito dormía
como un tronco en la cuna, cerca de él. Asmir casi lo envidió. Para él todo
estaba bien. No veía la televisión en las noches y no veía las imágenes ni
oía los sonidos que traían recuerdos y removían miedos que Asmir no
quería nunca poner en palabras.
El pequeño todavía pensaba que todo el mundo era amigo suyo.
Por eso estaba feliz.
Asmir se estiró y se enroscó. Era la primera vez que dormía en una cama
para él solo desde que salieron de Saravejo. Estaba satisfecho. Pero de
pronto se sintió triste, muy triste. Se hizo un ovillo, recordando la última
noche que había dormido en los brazos de su padre.
¡Papá!, sollozó. Y las lágrimas que durante tanto tiempo había contenido
salieron todas de golpe, a borbotones; como salía el agua de una tubería
bombardeada en medio de un combate, que aquella noche había visto
en la televisión.
A la semana siguiente su madre y sus tíos empezaron a ir a clases de
alemán.
¿Puedo ir con vosotros?, suplicó Asmir
Veremos que dice la profesora.
A Asmir, le cayó muy bien. Era una maestra alegre. Y era muy bonito
aprender los nombres de las cosas usadas y veías todos los días, y descubrir
cosas que antes no sabías.
Was ist das?, aprendió a decir. Y le gustó.
“¿Qué es esto?”
Al final de la clase, la profesora le dijo que podía asistir siempre que
quisiera.
Was ist das?, fue diciendo por todo el camino hasta la casa…
Adaptación de un fragmento de la novela Asmir no quiere pistolas, de Christobel Mattingley.
Editorial Alfaguara.
¿De qué se trata este cuento?
En Asmir no quiere pistolas, de Christobel Mattingley, se nos narra la historia
de un niño bosnio de 7 años que huye con su familia de la guerra de
Sarajevo. Sólo su padre permanece allá, en espera de mejores condiciones
para viajar con seguridad. La familia llega hasta Belgrado y de ahí pasa a
Viena donde un australiano y un austriaco les ofrecen refugio.
Con su afecto y el de la familia, el niño comienza a adaptarse a su nueva
vida, peleando contra la tristeza que le producen las imágenes de guerra
que pasan los noticieros y la nostalgia por su padre ausente.
Aprende alemán, va al colegio, conoce el Danubio y comienza a pensar
con seriedad que nunca será soldado. La autora de la obra es australiana
y ha escrito varias historias para niños, algunas de las cuales han sido
premiadas en su país.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Por qué Asmir no quiere poner sus miedos en las
palabras?
¿Qué razones llevan a Matías a ayudar a Asmir y su
familia?
¿Qué opinas del entusiasmo con que Asmir aprende
una nueva lengua?
¿Crees que la guerra y la huída harán de Asmir un
hombre tolerante cuando crezca? ¿Por qué?
¿Qué es la tolerancia?
Mira tú alrededor, ¿ves a alguna persona que sea igual a ti? ¿verdad que
no?... ni siquiera tus hermanos lo son: los rasgos físicos son distintos, la forma
de pensar y de hacer las cosas. Muy cerca de ti hay personas que
practican una religión diferente a la tuya, que tienen ideas políticas
diferentes a las tuyas o a las de tu familia, que se comportan diferente, que
comen diferente… pero todos compartimos los mismos espacios, vamos al
mismo supermercado, caminamos por las mismas calles, nos cubre el
mismo cielo… en fin, vivimos en el mismo planeta. Y solo es posible vivir en
el mismo planeta si tenemos la capacidad de vivir el valor de la tolerancia.
La tolerancia es el respeto y la consideración hacia las formas de pensar,
de hacer y de sentir de los demás, aunque éstas sean diferentes a las
nuestras. Tolerar es dejar que cada uno practique sus creencias.
Es tolerante, además de respetar la diferencia, lucha para que esta sea
conservada y definida por otros. Sin embargo, hay que prestar atención a
que tolerar no significa permitirle a los demás comportamientos que
atenten contra las personas o contra el bien común.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la tolerancia
La arrogancia…
Porque lleva a unas personas a considerarse mejor que las otras.
El rechazo….
Porque hace a un lado a las personas que piensan diferente a nosotros, a
las que padecen malformaciones o enfermedades, a las que tienen un
color diferente, a las que profesan una religión o unas ideas políticas
distintas a las nuestras…
Respetar las diferencias
Algunos rechazan, se burlan o hasta atacan a las personas que, por
opción, condición social u origen son diferentes. Al tolerante le
corresponde hacer respetar y valer estas diferencias. Este es el último y el
mayor paso para llegar a ser tolerante.
Autoconocimiento
El camino de la tolerancia comienza por conocernos a nosotros mismos,
darnos cuenta de que no somos perfectos, de que tenemos defectos,
virtudes y características que nos diferencian de los demás. Podemos
pensar que los diferentes son los demás, pero, has pensado que para los
demás el diferente eres tú, ¿Cómo esperas que te traten?
Ingredientes para la tolerancia
Valorar la diferencia
De nada serviría conocer y aceptar las diferencias sino damos el siguiente
paso hacia la tolerancia, que es darle un valor importante a la diferencia.
¿Qué seria de nuestro país, por ejemplo sin la diversidad cultural o racial?
¿Cómo seria el mundo sin su variedad de religiones, culturas, ideas,
pensamientos, formas de ser y de actuar.
Apertura hacia los otros
El segundo paso para llegar a ser tolerante es preocuparnos por conocer a
los demás: qué piensan, que hacen, cómo se divierten, qué les molesta…
veremos que en cada persona y en cada grupo o cultura se encierra un
maravilloso mundo por descubrir. Claro, a veces descubriremos formas de
pensar y de actuar que no nos gustan… por ejemplo, hay culturas donde
es costumbre comer perros o insectos o hay familias donde todos van a la
cama a las siete de la noche. Cuando una forma de ser o de actuar, que
no hace daño a las personas o al bien común, no nos gusta, es la mejor
oportunidad de poner en practica la tolerancia.
Sin miedo
En muchos casos y en muchas personas, la tolerancia es una reacción de
rechazo motivada por el miedo, la incomodidad o desconfianza que
provoca aquel que es diferente a nosotros. Para sentirse nuevamente
seguro, el intolerante trata de apartar al “otro”, alejarlo para que no lo
“contamine”. Le resulta más fácil rechazar, dividir o expulsar, que hacer el
esfuerzo por conocer, aceptar y respetar… cuando los seres humanos
aprendemos a ver más allá del color de la piel, de la orientación política o
de la religión, nuestras sociedades serán ejemplo de diversidad y riqueza.
El término
El término tolerar tiene dos sentidos. Tradicionalmente tolerar quería decir
“soportar” y se refería a hacer un esfuerzo por “aguantar” lo que no nos
gusta del todo, lo que apenas pasamos. Actualmente, tolerar a adquirido
esta otra dimensión de reconocimiento de la diversidad y del pluralismo,
de aceptar la diferencia enriquecedora y benéfica.
Mirar al reloj
¿Qué cosas te hacen enojar? ¿En cuanto tiempo te enfadas? Algunas
personas se enfadan poco o casi nunca lo hacen; otras, por el contrario, se
molestan por cualquier cosa. Enfadarse por todo es una forma de
intolerancia. Podrás darte cuenta de que estás siendo más tolerante si
entre un enfado y otro transcurre mucho tiempo, o si cuando ocurre algo
que no te gusta no reaccionas de forma violenta o agresiva.
Visita sorpresa
¿Por qué a veces resultan tan desagradables algunas visitas? Unos se
esconden y dejan sonar el timbre por horas, otros reciben a la visita pero
inventan una salida urgente, a veces hasta hay malas caras o palabras
desagradables dirigidas a las visitas. Es frecuente que a la mamá no le
gusten los amigos de los hijos, que a los hijos no les guste las amigas de la
mamá y que al papá no le guste ninguno. ¿Por qué? ¿Será que nos toca
hacer ejercicios de tolerancia en la familia?.
El mejor de los álbumes
Aquí te mostramos una colección de actitudes tolerantes que deberían ser
cosas de todos los días en una sociedad abierta y pluralista (o sea, una en
la cual todos, absolutamente todos, caben): las mujeres tienen los mismos
derechos que los hombres. La gente tiene derecho de expresar sus
opiniones, todas las religiones son respetadas, se admiten las más diversas
manifestaciones artísticas, los matrimonios mixtos son bienvenidos, en los
colegios se admiten a todo tipo de niños y, por su puesto, los conflictos se
solucionan de forma práctica.
Mundial
El mundial de futbol es un evento que se realiza cada cuatro años y es,
quizás, el principal espectáculo deportivo en el mundo y el más popular: se
calcula que el número de televidentes, que, a partir de 1994, ha seguido
las transmisiones del mundial es superior a los mil millones… ¡eso si que es
mucha gente! Además de su significado deportivo, el campeonato
mundial de futbol hace un gran aporte a la integración mundial, ya que
convoca multitud de países, sin discriminar su condición racial, económica,
la oportunidad de conocer la cultura y las características particulares del
país anfitrión… como decía un antiguo eslogan: “el mundo se une por un
balón”
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Conocer, comprender y convivir
La diversidad cultural es lo que enriquece nuestra identidad nacional y
hasta nuestra pertenencia al género humano. Entre mejor nos conozcamos
entre culturas, mayor será nuestra capacidad de convivir felices y
pacíficamente.
Dibuja una pareja de personas cuyo traje típico tenga elementos de los
trajes típicos de varios países o diseña un menú con los platos típicos de
diversas naciones.
Abre la mente
Ponte a pensar en estas dos cuestiones: ¿Qué clase de personas son las
más interesadas en que exista una sociedad en la que la tolerancia sea un
valor fundamental y su puesto, ¿Qué clase de personas son la más
interesadas en las que una sociedad sea intolerante? Describe a las
personas que para ti encarnan mejor estas dos actitudes.
¡Todos a jugar!
Un abrazo musical
Búscate unos amigos que sean buenos para el baile y selecciona con ellos
los discos que usaran para el juego. Los jugadores se distribuyen en la sala
de baile o en cualquier área despejada.
Un voluntario externo se encarga de poner y quitar la música cada cierto
tiempo. Al sonar la primera canción todos bailan sueltos, desplazándose
por todo el lugar. Cuando la música para, cada persona se abraza a otra.
La música continua y los participantes vuelven a bailar (si lo desean con el
compañero que abrazaron). La siguiente vez que se apaga la música se
abrazan tres personas… y así sucesivamente, hasta que el abrazo se va
agrandando y todos unidos en el mismo baile.
Ni blanco, ni negro….
Siéntate en el suelo con tus compañeros de juego. Uno de ustedes se para
al frente, como en un escenario, y será el primero en afrontar la prueba. El
director del juego le hace preguntas relacionadas con la tolerancia:
emigración, integración, multiculturalismo, derecho, diferencia, respeto,
comprensión… el jugador debe responder con rapidez sin decir en ningún
momento: “sin, no, blanco, negro, indio”. Si se equivoca queda eliminado.
Si después de un tiempo establecido, no se equivoca, queda de
semifinalista y participa otro jugador
“tolerancia no es soportar sino, respetar”
Millones de manos
Todos los seres humanos gozan de infinidad de servicios que son
fruto del esfuerzo de muchas personas que trabajan para que el
mundo sea mejor
Si un día todo el mundo decidiera dejar de trabajar, ¿Qué pasaría? No
habría alimentos, ni servicio de transporte, ni clase, ni agua, ni luz, ni
teléfono, ni internet… los cines no abrirían sus puertas, los parques de
atracción no funcionarían, los hospitales no atenderían a los enfermos, los
centros comerciales y supermercados estarían cerrados, los soldados y los
policías no nos protegerían, no habría forma de conseguir combustible
para los carros. ¿Crees que seria divertido? ¿Cuánto tiempo podríamos
sobrevivir en esta situación?.
Como te puedes dar cuenta, dependemos del trabajo de todas las
personas para obtener lo que necesitamos para vivir. Pero, además, seria
muy aburrida la vida si no realizáramos alguna acción ¿Cuánto tiempo
crees que resista una persona sin hacer absolutamente nada?.
Trabajar en la casa, en la oficina, en el colegio, en el taller o en cualquier
otro lugar es importante para los seres humanos. Mediante el trabajo las
personas ganan el dinero que les sirve para vivir. Pero no solo se trabaja por
dinero, hay muchas otras actividades que se consideran trabajo y que son
muy importante para el desarrollo de las personas, de las ciudades y del
mundo: estudiar, colaborar en los oficios de la casa, ayudar con las obras
del barrio o de la ciudad…
Todo lo que te rodea y todos los servicios de los que hoy gozas son fruto de
esfuerzo de muchas personas que trabajan para que el mundo sea mejor,
más amable y más cómodo. Tener un libro para leer, tener correo
electrónico, tomar los alimentos o montar en bicicleta es solo una muestra
de las miles de actividades que son posibles gracias a las manos y al
talento de los trabajadores.
¿De qué se trata este cuento?
Los niños que habitan en un baño situado en el cerro de una gran ciudad
no tienen dónde jugar. Las calles son estrechas, la basura y la intolerancia
de los vecinos no permiten correr, gritar ni saltar con libertad.
Los niños proponen hacer un parque en un terreno baldo, buscan el apoyo
del consejo municipal, pero no les resuelve nada.
Entonces acuden a sus padres y abuelos, quienes deciden construir el
parque por cuenta propia. La calle es libre, de Kurusa, esta basada en un
hecho real ocurrido en el barrio san José de la Urbina, cerca de Caracas.
Con un lenguaje fresco, su autora muestra como los personajes se
fortalecen y organizan para trabajar por un objetivo que los beneficiara a
todos.
Kurusa es una antropóloga y editora venezolana que creó esta historia
basándose en las experiencias y discusiones de los niños que asisten a la
biblioteca de San José de la Urbina en Caracas.
La calle es libre
Esta vez parecía que Camila tenía razón. Pasó el tiempo y los señores del
concejo, los que prometieron hacer un parque en el barrio, no volvieron.
El terreno se fue llenando de basura otra vez y poco a poco los vecinos se
fueron olvidando de él. Poro los niños no.
¿Qué pasó con nuestro parque?, preguntaron.
Los adultos tenían una sola explicación:
El gobierno no cumple.
Siempre prometen y después no hacen nada.
Carlitos, Camila y Cheo no se conformaron.
Desde lo alto, miraban el terreno vacio y pensaban.
Una tarde Carlitos dijo:
¿Y no podemos hacer el parque nosotros mismos?
¿Estás loco?, eso es muy difícil.
Pero si todos ayudan tal vez…
Era una idea loca, pero de todas maneras los niños se las contaron a sus
amigos, a sus hermanos mayores y a sus padres.
Y un día, el tío de Carlitos que estaba tomando unos refrescos con sus
amigos, dio un golpe en la mesa y dijo:
Bueno, ¿Y por qué todo tiene que hacerlo el gobierno? Si el terreno es
nuestro, nosotros podemos hacerles el parque a los muchachos.
Los amigos se quedaron sorprendidos y la mayoría no estuvo de acuerdo.
¡Qué va! Aquí nadie colabora. Ni para limpiar una vereda. Qué van a estar
haciendo un parque.
¡Nooo, chico! Si aquí la gente es muy cómoda…
¡Olvídate! Aquí no hay unión… lo acabarás haciendo tú solo.
Solo no, yo lo ayudo.
Y yo también.
Con el tiempo más y más gente hablaba del asunto. Unos estaban de
acuerdo, otros no, algunos no se decidían… Por fin una madre sugirió
hacer una asamblea de vecinos para tomar una decisión. El sábado
siguiente se reunieron cincuenta personas y discutieron durante cuatro
horas. No había manera de ponerse de acuerdo. Después de los gritos
hubo un silencio. Parecía que la cosa se iba a quedar así, cuando una
madre recordó que tenía unas tablas que le sobraban, un padre comentó
que era carpintero y una niña dijo tímidamente:
En mi casa hay unas sogas para hacer columpios.
La gente se fue entusiasmando y de repente todos querían colaborar.
Pues yo, aunque sea traigo unos clavos insistió una abuela.
Y entre todos empezaron a construir el parque.
Consiguieron cemento, plantas, ladrillos, baldes, palas y tablones.
Clavaron, pegaron, escarbaron en sus horas libres…
En la vieja cerca los niños colocaron una pancarta pintada por ellos
mismos que decía:
“EL PARQUE ES LIBRE, PASEN TODOS MUY FELICES”
(Adaptación de un fragmento del relato la Calle es Libre, de Kurusa. Editorial Banco del Libro)
Y tú, ¿Qué piensas?
Qué piensas de la iniciativa de los niños y de la
madre que propuso la asamblea.
¿Qué cualidades demostraron los vecinos al construir
el parque?
¿Consideras que el trabajo en grupo genera
conflictos o fortalece la unidad de quienes participan en él? ¿por
qué?
¿Hay algunas diferencias entre el trabajo que
hacemos para ganar un salario y el que hacemos para divertirnos,
ayudar a los demás o realizar un deseo? ¿Cuál es?
¡Mucho ojo! con lo que no le gusta al trabajo
La vagancia…
Algunas personas no hacen nada, esperan que todo lo hagan los demás.
No se esfuerzan.
La pereza…
Unos dejan todo para lo último, hacen todo con lentitud, desean tener
menos horas de clases, menos horas de trabajo, más horas de sueño,
siesta… son los perezosos.
El individualismo…
Otros solo piensan en sí mismos. No están dispuestos a ayudar y
desconocen la solidaridad.
¿Qué es el trabajo?
Trabajo es toda actividad humana que implica algún tipo de esfuerzo y
que sirve para que las personas y las comunidades progresen. Pegar un
botón, hacer la comida, fabricar un computador, hacer una tarea,
atender una oficina o gobernar un país, son trabajos porque exigen a las
personas hacer uso de su tiempo, de sus capacidades y de sus energías y
porque, a la vez, son acciones que ayudan a los demás. Existen muchos
tipos de trabajos, desde los más humildes hasta los de más impacto en la
comunidad, pero todos ellos son importantes y merecen de nuestra parte
respeto y reconocimiento.
La planeación
Antes de realizar un trabajo es necesario planearlo, sólo así podrás estar
seguro de que saldrá bien. Imagina a un ingeniero que hace un edificio sin
diseñar antes los planos, o a un médico que opera sin tener listos los
instrumentos, ¿crees que le saldría bien el trabajo?
Ingredientes para el trabajo
Consecución de recursos
Después de planear un trabajo, es necesario tener a mano todo lo que se
necesita para hacerlo. ¿Qué ocurre cuando un estudiante se sienta a
hacer una tarea sin materiales?... seguro que tarda más mientras se
levanta cada minuto a traer un material o mientras sale a comprarlo.
Evaluación de los resultados
Después de haber realizado el trabajo, es bueno revisar cómo quedó, qué
falló o que sobró. Si se evalúa el trabajo, quedan lecciones aprendidas
para algún momento en el que se haga necesario realizar un trabajo igual
o similar. Nada produce más satisfacción que un trabajo bien hecho.
Aplicación a la tarea
Hecha la planeación, conseguidos los materiales, el trabajador debe
aplicarse a su tarea, es decir, debe hacerla realidad. De nada sirve haber
pensado la tarea minuciosamente si al final no se hace. No es raro que
alguien tenga todo listo para realizar su trabajo, pero que se deje tentar
por un buen programa que empezó en la tele y, al final, no haga nada.
Trabajar para progresar
Muchos dicen, no sabemos si en broma o en serio, que el trabajo es tan feo
que Dios lo inventó para castigar a Adán y a Eva por desobedecerle. Esto
nos da mucho que pensar porque mientras haya gente que piense así. El
progreso no será posible. Necesitamos trabajar no solamente para ganar
dinero y vivir mejor, sino porque el trabajo nos dignifica como seres
humanos, nos hace capaces y útiles, no solo para nuestros fines personales,
sino para nuestra familia y la sociedad en general. Trabajo es alimentación,
ciencia, arte, educación y cultura. El ocio sólo debe ser bienvenido
cuando nos lo hemos ganado. ¿Cómo? Trabajando.
Tu trabajo
A veces se piensa que trabajo solo son las actividades que generan dinero.
Esto no es cierto. Como ejemplo tenemos el caso del estudio.
Los niños y los jóvenes deben de invertir la mayor parte de su tiempo
estudiando. Esto es trabajo, ¡y duro! Es trabajo porque implica esfuerzo,
disciplina, dedicación; pero, además, te prepara para que en el futuro
puedas realizar otros tipos de trabajos que te ayudaran a crecer como
persona y que contribuirán a que el mundo sea mejor.
A llenar al marranito
El dinero es el medio que nos sirve para obtener los objetos materiales de
los que disfrutamos. Los materiales de estudio, la comida, la ropa y los
muebles son comprados con el dinero que ganan las personas que
trabajan.
En las familias el dinero suele ser limitado, por eso un compromiso familiar
debe ser el ahorro. Ahorrando, todos podemos contribuir con la economía
familiar, ya que normalmente son sólo papá y mamá quienes aportan
dinero para los gastos familiares. ¿Estás contribuyendo al ahorro en tu
casa?
Ni raja ni presta el hacha
Existen personas que se quejan tanto que parece que su profesión fuera la
de “quejumbrosos profesionales”. No les gusta lo que pasa en el país, no les
gusta el estado del parque del barrio, les disgusta la política del
gobernador… se quejan, se quejan y no hacen nada. Los ciudadanos
podemos trabajar en equipo para cambiar, aunque sea poquito a poco y
con pasos pequeñitos, lo que nos disgusta de nuestra comunidad o
sociedad en general. Se necesita una causa, pensar en soluciones, reunirse
con gente entusiasta y poner manos a la obra. ¡El trabajo en equipo hace
milagros!
Desempleo
Uno de los más grandes dramas de nuestro país es el de las personas que
no tienen empleo. Aproximadamente cada 100 personas que podrían
trabajar, 19 no tienen trabajo remunerado. Hay otras personas, muchas,
que no tienen un empleo fijo, sino que se dedican a rebuscarse la vida
recogiendo desechos de las canecas, vendiendo en los buses o en las
calles, o haciendo otros oficios con los que ganan un poco de dinero para
su sustento.
1 de Mayo
Todos los años, el 1 de Mayo, en casi todo el mundo se celebra el Día del
trabajo, para recordar cuáles son los derechos y los deberes de los
trabajadores. La primera vez que se celebró el día del trabajo fue en el
año 1889. La celebración se hizo para honrar la memoria de todas las
personas que lucharon para que la jornada laboral fuera de ocho horas.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Un plano, un ladrillo…
Los trabajos son tantos como las personas que los realizan: algunos
requieren años de estudios, otros no; algunos de mucha fuerza física, otros
de una gran capacidad intelectual. ¿En tu opinión, que trabajo es más
valioso para la sociedad: el de un arquitecto o el de un albañil? ¿Cuál
merece más respeto?
Mutuo beneficio
Investiga si en tu familia alguien ha realizado algún trabajo voluntario.
Averigua de qué se trató y porque esa persona quiso hacerlo. Escribe un
reportaje sobre la labor desempeñada y si cambió en algo a quien la
realizó.
¡Todos a jugar!
El oficio de inventar
Muchas personas viven de inventar cuentos, pinturas, obras musicales,
ideas que permiten cambiar el mundo en que vives. Convida a 8 ó 10
compañeros, primos, amigos…
Elijan un tema para crear una historia. Puede ser de miedo, ciencia ficción,
aventuras, amor. Uno del grupo comienza el relato y los demás, de forma
consecutiva, lo continúan. Debe hacerse lo más rápido posible; cada
intervención no debe durar más de un minuto.
La telaraña
Este juego es para divertirse con los demás y no en contra de los demás.
Cada participante confía en su compañero. Cada participante trata con
cuidado a su compañero. Búscate unos 8 compañeros de juego. Necesitas
hilo y dos postes o dos árboles. Se trata de construir una telaraña entre los
árboles, dejando espacios de varios tamaños entre ellos. Luego, cada
jugador debe pasar por los “agujeros” de la telaraña sin tocar el hilo. Los
compañeros pueden ayudarlo, levantándolo con cuidado para que
atraviese la “telaraña”.
La idea principal es que todos los jugadores se ayuden y trabajen en
conjunto, en vez de que se dividan en vencedores y vencidos.
“El trabajo dignifica al hombre”
¿Dónde quedaron tus modales?
Las costumbres y los modales cambian, no sólo con el tiempo, sino de
una cultura a otra. Lo que no cambia es la importancia de la cortesía
y la buena educación
Hace muchos, muchísimos años, las costumbres eran muy diferentes a las
actuales. Si hubieras recibido una invitación para comer en la cueva de
unos cavernícolas, por ejemplo, habrías tenido que comer con las manos,
sentado en el suelo y en el mismo lugar donde el grupo dormía; quizá
habrías escuchado eructos o visto que unos le arrebataban a comida a
otros, mientras comían y gritaban con la boca llena… probablemente, al
final de la comida nadie se habría despedido de ti, o tal vez te habrían
echado bruscamente…
Pero esa época ya pasó y ahora se come de manera diferente: sentados a
la mesa, con platos y cubiertos, disfrutando de cada preparación, mientras
se sostiene una conversación pausada y agradable. Las costumbres
también tienen su historia. Para no ir más lejos, pregúntales a tus papás,
ellos te contaran como han cambiado desde que ellos eran jóvenes hasta
hoy.
Hace muchos años se consideraba que la urbanidad era la forma propia
de comportarse de los habitantes de las ciudades, que se suponía era más
fina y refinada que la de los habitantes del campo. Actualmente, se
entiende por urbanidad a la cortesía, los buenos modales y la buena
educación de las personas.
Las costumbres y los modales también son diferentes de un lugar a otro y
de una cultura a otra, pero siempre hay algunas normas básicas que son
bien vistas en todas partes, como por ejemplo saludar, despedirse, tratar
con respeto a los mayores o cuidar los hábitos de higiene. La urbanidad
forma parte de las acciones humanas que permiten la convivencia.
¿De qué se trata este cuento?
La familia Holgelman nunca imagino que un pepino llegaría a su casa a
cambiar el orden y la tranquilidad de su vida. Kumi – Ori, rey de los pepinos
del sótano, sale de su reino y solicita asilo político entre los humanos.
La familia decide ayudarlo sin sospechar la cantidad de dificultades que
tendrá que enfrentar: el pepino es autoritario, grosero y traidor. Con sus
actitudes transformará las relaciones y la unidad familiar. La autora de Me
importa un comino el rey pepino, Christine Nostlinger, es austriaca.
Ha escrito numerosas obras en las cuales trata asuntos complejos del
ámbito social, pedagógico y familiar que rodea a los niños y a los jóvenes.
En 1984 ganó el Premio Hans Christian Andersen.
Una gran sorpresa
La aritmética nunca fue mi fuerte, ni siquiera en la escuela primaria. El año
pasado tuvimos al profesor Bauer, que siempre me explicaba una y otra
vez las cosas que no había comprendido.
Hasta que no entendía, pero a Haslinger no puedo preguntarle cuando no
he comprendido algo. Entre Haslinger y yo todo está mal. Él no me tiene
una rabia normal de profesor, sino que desde hace tres años me tiene una
rabia absolutamente particular. Este es el primer curso que esta en nuestro
colegio, pero yo lo conozco desde que nos vinimos a vivir a esta casa, vive
cerca de nosotros, a la vuelta de la esquina. Los niños de nuestra calle le
llaman “eminencia gris” porque en él todo es gris. El pelo, los ojos, la piel, el
traje y el sombrero. Solo sus dientes son amarillos. Yo no sabia que era
profesor de matemáticas y, menos aún, que llegaría a ser mi profesor. Los
otros chicos decían que era ropavejero.
Cuando Haslinger, de quien yo entonces no sabia el nombre, pasaba por
nuestra calle tan gris y tan estirado, era como si me provocara. Y a los otros
chicos también. Le tirábamos frutas caídas de los árboles y huesos de
cerezas. También nos poníamos a caminar detrás de él dando voces.
Una vez le disparé al sombrero gris con una honda. Pero no le di en el
sombrero sino en la oreja izquierda. A veces empujábamos a la “eminencia
gris” al pasar a su lado. Hacíamos como que nos peleábamos. Uno de
nosotros le daba un empujón a otro y este se dejaba caer sobre la
“inminencia gris”. Entonces le decía “Oh, perdone” y echábamos a correr
aguantándonos la risa.
Un día antes de comenzar las clases de este curso, arrojé sobre él una
bolsa de plástico llena de agua, por encima de la cerca del jardín. La
bolsa aterrizó en uno de sus hombros y reventó. Quedó con la mitad del
cuerpo empapada.
Cuando al día siguiente, el primero del curso, vino el director a nuestra
clase con Haslinger tras él, me quedé aterrorizado. Pero seguí sin
comprender la completa y terrible verdad. Creí que se le había acabado
la paciencia y quería protestar por lo de la bolsa de agua. Estaba
pensando en si debía negarlo o admitirlo cuando el director dijo:
Mis queridos niños. El profesor Bauer se jubila este año. Aquí les traigo el
querido profesor Haslinger, que será desde ahora el profesor encargado
de su clase. Confío en que se llevarán bien con él.
¡Creí que me iba a dar un ataque!
El director se marchó. Haslinger fue leyendo nuestros nombres y nosotros
nos poníamos de pie para que nos conociera. Cuando dijo “Hogelmann”
no me quedó más remedio que levantarme lentamente.
Haslinger me miró y dijo:
¡Vaya, vaya, con que este es Hogelmann!
No dijo nada más. Pero la forma en que me había mirado era suficiente.
He llegado a tener una rabia enorme al destino, porque no puedo
comprender por qué siempre a mí a quien le tienen que pasar estas
cosas…
(Adaptación de un fragmento de la novela Me importa un comino el rey pepino, de Christine
Nostlinger. Editorial Salvat- Alfaguara)
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Crees que arrojar objetos a las personas que
transitan en la calle es una diversión inocente? ¿Por qué?
¿Si la “eminencia gris” es un hombre educado, cómo
crees que tratará al chico después de reconocerlo?
¿Qué actitud debemos tomar con las personas que
no nos caen bien? ¿Burlarnos?, ¿agredirlas? ¿ignorarlas?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la urbanidad
La indiferencia….
Porque el indiferente obra como si no existieran los demás y como si no
fuera necesario cuidar, valorar y respetar el entorno.
La grosería…
Porque el grosero utiliza expresiones y acciones que ofenden alas demás
personas.
La burla….
Porque quien se burla de las costumbres de un grupo humano, no valora
las diferentes forma de ser y de actuar de las personas.
¿Qué es la urbanidad?
Saludar, despedirse, sonreír, ser aseados, respetar a los demás y usar un
vocabulario apropiado son algunos de los muchos elementos necesarios
para poder vivir en comunidad. Los buenos modales son necesarios para
poder vivir en familia, socializar con la gente del barrio y con tus
compañeros del colegio, tratar a tus profesores y a los papás de tus
amigos. Para vivir en comunidad, entonces, es necesaria la urbanidad. La
urbanidad es el conjunto de normas, usos y costumbres propias de los
grupos humanos que manifiestan cortesía, buena educación, cultura y
buenos modales. La urbanidad es una forma pública de expresar respeto
por las demás personas y por el entorno en el que vivimos.
Escuchar
Los padres, las abuelas, los profesores, en fin, los adultos con los que
compartimos nuestra vida cuando somos niños y jóvenes son los mejores
manuales de urbanidad. Ellos, gracias a su experiencia de la vida, pueden
mostrarnos los caminos más adecuados para vivir en sociedad. Escuchar
los consejos y sugerencias de los adultos nos permitirá poner en práctica las
normas de urbanidad, con las cuales se desarrolla la vida social.
Ingredientes para la urbanidad
Reflexión
Las normas, en ocasiones, pueden resultar odiosas y aburridas; a veces no
se les ve el sentido. Por esto es necesario reflexionar sobre este para que dé
una norma y su validez en un determinado grupo humano. Cuando no
comprendemos el verdadero sentido de urbanidad o de una costumbre
social, es necesario investigar y comprender cómo surgió y con que
finalidad. Cuando conocemos el sentido de una norma o costumbre es
más fácil llevarla a la práctica.
Acción
No basta con conocer y comprender una determinada norma o
costumbre, es necesario ponerla por obra y ayudar a que otras personas
también la vivan. Las diferentes formas de comportamiento unen a las
familias a los grupos de amigos o a los habitantes de una determinada
sociedad. Imagina lo que ocurrirá si en los grupos humanos cada cual se
comportara de cualquier manera sin tener en cuenta a los demás.
¿Educado o hipócrita?
Muchas personas se creen muy “autenticas” o “sinceras” no sienten
ninguna necesidad de saludar a quienes no conocen, de ser amables con
las personas que les prestan algún servicio, o de moderar sus reacciones
cuando algo no les parece. Dicen que no lo hacen porque no son
hipócritas ¿Eso quiere decir que la gente educada es hipócrita? De
ninguna manera. Para saludar, agradecer o despedirse no necesitamos ser
los mejores amigos, es simplemente un formulismo, una forma mínima de
convivencia. Nada nos cuesta ser amables, contener nuestros impulsos de
hacer lo que se nos dé la gana cuando se nos dé la gana y tratar de poner
en práctica la consideración y la cortesía.
¿Cuánto es demasiado?
Una cosa es ser educado y otra ser afectado, es decir, aquella persona
que por querer aparentar un gran refinamiento cae en lo artificial, lo falso y
hasta en lo ridículo. Esta persona no es más que un mal actor.
Podemos ser muy educados y mostrar excelentes modales sin dejar de ser
nosotros mismos ¿Quién dijo que una persona natural y espontánea no es
encantadora?
La tele
Ver la tele es fantástico, a través de ella podemos conocer paisajes
diversos, gente de todo el mundo, situaciones que causan risa, sorpresa o
miedo… sin embargo, también puede mostrarnos comportamientos y
actitudes que resultan negativos o hasta agresivos ya que atentan contra
los valores más esenciales. Al ver la tele debemos ser críticos y reflexivos, de
tal forma que no nos comamos el cuento entero. Aparentemente puede
resultar muy divertido ver a un señor comiendo arañas por dinero, a otro
gritándole a su compañero o a otro más faltándole al respeto a una
muchacha… aquí es cuando debemos preguntarnos si lo que estamos
viendo es correcto y digno de imitarse.
¡No te oigooooooooooo!
Nuestra casa es un espacio para relajarnos y mostrarnos tal como somos.
En la casa podemos bajar la guardia y dejar de ser tan formales como tal
vez seamos cuando estamos de visita en otro sitio. Andamos sin zaparos,
comemos en el sillón frente al televisor y tal vez ni nos pasamos el cepillo
por el pelo… dejar los formalismos de lado está muy bien, pero nunca
debemos olvidar tratarnos con respeto y consideración: no hay que subir el
volumen de tu equipo a todo lo que da, arrebatar el control de la tele y
cambiar el programa que está viendo alguien más, escuchar las
conversaciones ajenas por teléfono y menos aún esculcar las cosas
privadas de tus hermanos o tus padres.
¡Podemos olvidar los formalismos, pero nunca el respeto!
¡Vamos progresando!
En las principales ciudades de nuestro país se ha puesto de moda mejorar
la calidad del transporte masivo.
Medellín tiene Metro, Bogotá Transmilenio y en otras ciudades del país se
busca alternativas para que la gente se pueda transportar rápida y
cómodamente. Pero más allá de lo bonito de los buses o de las vías, se han
ido mejorando los modales de los pasajeros: hay más orden al subir o al
bajar del transporte, no faltan las personas amables que les sedan el
puesto a las señoras embarazadas o a los ancianos, hay asientos
especiales para los minusválidos… ¡vamos progresando!
Un mundo diverso
Las costumbres se repiten siglos tras siglos y pueden resultar muy curiosas.
Cada cultura tiene diferentes formas de expresar lo que considera que es
lo correcto. Así, lo que para una es excelente, para otra es rarísimo o hasta
mal gusto. En india y algunos países árabes, eructar en público después de
cada comida significa que la comida estuvo deliciosa y es un gran alago
para el anfitrión, los hombres acostumbran a andar cogidos de las manos
por las calles y las mujeres prefieren salir con la cabeza cubierta con
bonitos velos y pañoletas… todo eso nos parece rarísimo a los
occidentales. Pero a ellos, las minifaldas, los besos en los programas de tele
o en el cine, o hasta consumir carne de vaca o de cerno les parece muy
pero muy extraño y hasta desagradable ¿Quién está bien y quien está
mal? Nadie, simplemente costumbres distintas.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Modales discretos
La buena educación no es algo que los mayores se inventaron como
pretexto para molestarte: es un conjunto de comportamientos que reflejan
tu sensibilidad hacia los demás. Elabora una historieta en la ilustres las
normas de comportamiento que debemos practicar en distintas
situaciones: cuando visites a alguien en el hospital, al asistir a la iglesia,
durante una función de teatro, en una fiesta o en un estadio de futbol.
Identidad y buen gusto
Cuando nos invitan a reuniones nos preguntamos que llevar puesto para
no desentonar: no se trata de ir igual a todos, pero si de vestirse acorde a
la ocasión. Diséñale con papel silueta o crepe dos vestuarios diferentes:
uno para llevar a la boda de su hermano y otro para ir a la fiesta de
cumpleaños de su amigo.
¡Todos a jugar!
Estatuas de yeso
Reúne siete jugadores. Uno hace de vendedor y otro de cliente. Los demás
cantan y se mueven hasta que el vendedor dice: ¡“quietos”!. Los jugadores
quedan paralizados en la posición en la que estaban, entonces el
vendedor muestra una de las estatuas al cliente. Si no se aguantaban la
risa será rechazada por un cliente y permanecerá inmóvil el resto del
juego. Si permanece seria y quieta, el cliente reconoce que es buena y
entonces el jugador podrá abandonar su papel de estatua y se unirá al
cliente y al vendedor para examinar el resto de las estatuas.
Chocolate para dar y convidar
Los juegos nos permiten romper los modales por un rato… ¡y qué bien la
pasamos así! Pruébalo tu también. Para jugar necesitas una tasa de
chocolate derretido, ponqués o pastelitos, vendas para los ojos y
delantales. Se juega por parejas mientras el resto observa. Cada pareja se
sienta frente a frente, vendada y con los delantales puestos. Entre los dos
se pone la tasa con el chocolate y se le da un ponqué o pastelito a cada
uno. Cada jugador unta el ponqué con el chocolate e intenta dar de
comer al compañero.
El juego finaliza cuando alguien logra terminarse el bizcocho. Quedarán
muy untados de crema, pero, eso sí, ¡se divertirán mucho!
“Un saludo y una sonrisa mejoran el día”
UNA REUNION DE VALIENTES
UN DIA SE REUNIERON UN POLICIA, UN JUEZ, UN TRAPECISTA, UN SOCORRISTA,
UNA MAMÁ Y UN NIÑO PARA DECIDIR, ENTRE TODOS, QUIÉN DE ELLOS ERA EL
MÁS VALIENTE
El policía fue el primero que habló. Dijo: “Yo soy el más valiente, ya que me
dedico a patrullar las calles día y noche… y arriesgo mi vida porque tengo
que enfrentar a los malhechores de la ciudad”.
Posteriormente, el juez dijo: “Yo creo ser más valiente porque tengo que
aplicar justicia a algunas personas que podrían tomar venganza contra
mi”.
Más tarde el trapecista intervino diciendo: “Yo arriesgo mi vida en cada
función del circo, vuelo a grandes alturas sabiendo que, en cualquier
descuido, puedo caer y perder mi vida.
Eso me hace ser más valiente”.
Cuando llegó su turno, el socorrista afirmó: “¿No les parece que yo soy el
más valiente? En todas las tragedias y catástrofes pongo en peligro mi vida
para salvar la de otros. Cruzo ríos, me interno en las selvas, me lanzo al
océano, entro a oscuros túneles, hago lo que sea con tal de que nadie
muera”.
Luego habló la mamá: “No hay nadie más valiente que una madre, ya
que lleva en su vientre la vida de una criatura indefensa y hace lo que sea
por ella”.
Finalmente, el niño dijo: “Yo soy el más valiente, porque digo siempre la
verdad a mis padres y a mis maestros y asumo las consecuencias”.
Una vez que todos expusieron sus puntos de vista, hicieron un momento de
silencio, luego discutieron y llegaron a la conclusión que todos eran
valientes, porque la valentía consiste en defender todo lo valioso que hay
en la vida. Y tú, ¿crees que eres valiente? ¿Por qué?
La gatona y el gran gato de las
tormentas
Entonces llegó un invierno terrible. Hasta el mar verdeazul se volvió gris y
negro.
El Gran Gato de las Tormentas pensó Gatona mirando por la ventana se
está despertando.
El viento silbaba salvajemente entorno a los peñascos. Cuando ocurría lo
mejor era quedarse en casa al amor de la lumbre.
Pero se acabaron las hortalizas, las sardinas en salmuera, la sopa de
merluza; los gatos y su gente pasaban mucha hambre. Los pescadores,
para no arriesgar sus vidas, no podían salir a pescar.
Una tarde, el viejo Tom, con quien la gata compartía su vida, dijo en medio
de un suspiro:
Preciosa mía, estamos en navidad y alguien tiene que ir a pescar para
celebrar las fiestas con ricas viandas. Ningún hombre puede esperar la
navidad viendo cómo los niños se mueren de hambre. Saldré mañana y
volveré con peces para todos.
Gatona ronroneó más fuerte para decirle que iría con él. Porque él sólo era
un hombre y los hombres eran como ratones entre las garras del Gran Garo
de las Tormentas. Además, no podía arriesgarse a perderlo porque sin él la
vida carecía de sentido.
A la mañana siguiente partieron muy temprano. En cuanto la barca cruzó
el puerto, la voz del Gran Gato se alzó como un gigantesco maullido.
Al oírlo, Gatona pensó que solo debía sentirse cazando sin parar hombres-
ratón en lo profundo de las tinieblas y sin disfrutar nunca el sonrosado
resplandor de un fogón en el hogar. Y su tierno corazón la impulsó a
consolarlo. Irguió la cabeza y cantó como una sirena, uniendo uniendo su
llamada al lamento del Gran Gato de las Tormentas. Y así, mientras la
diminuta barquita navegaba hacia la libertad, él abandonó la guardia.
Amansado por la serenata de Gatona el Gran Gato dejó de acechar y
retiró su gigantesca zarpa. Rápidamente, la barquita pasó a mar abierto.
Entonces el Gran Garo de las Tormentas jugó con ellos como juega un
gato y un ratón. Los dejaba en paz un momento mientras ellos avanzaban
hacia la zona de pesca. Luego dejaba caer otra vez su zarpa en medio de
un remolino de agua y espuma. Pero no quería hundirlos aún, para no
poner fin a su divertido juego.
Cuando llegaron a la zona de pesca, el mar estaba tan embravecido que
resultaba difícil tender las redes.
Creo que deberás volver a cantar, Gatona dijo Tom, porque tu voz parece
amansar el mar.
Gatona cantó de nuevo, y una vez más, el Gran Gato de las Tormentas
hizo una pausa en su juego y cantó con ella hasta que las redes estuvieron
tendidas. Pescaron todo el día en el mar agitado.
Las hojas eran tan altas y las nubes tan bajas que en seguida perdieron de
vista la costa. Al oscurecer retiraron las redes. La barca se llenó de peces
de todas clases, en cantidad suficiente para hacer un gran caldero de
sopa de merluza y medio centenar de pasteles de mero.
Gatona, preciosa mía dijo el viejo Tom, si logramos llegar a puerto con
dodo esto, nos habremos salvado todos.
Pero la Gata sabía que el Gran Gato de las Tormentas los atacaría en
cuanto viera que corrían a refugiarse en el puerto. Al pensar en la olla de
sopa y en el pastel de pescado, Gatona comenzó a ronronear. Y, como un
himno al hogar, su Gran Gato de las Tormentas que, al comienzo guardó
silencio, pero después se puso a ronronear con Gatona.
Cayó la noche y la barca regresó a través del mar tranquilo.
Cuando divisaron su hogar, una extraña visión les sorprendió. El pueblo
resplandecía de luz y brillaban linternas a lo largo de los rompeolas.
(Adaptación de un fragmento del relato La Gata Gatona, de Antonia Barber y Nicola Bayley,
Editorial Lumen)
¿De qué se trata este cuento?
La Gata Gatona de Antonia Barber y Nicola Bayley, está inspirado en una
hermosa leyenda de Conwall, Inglaterra.
Un terrible invierno se descarga sobre un pueblo de pescadores llamado
“la ratonera”, en el que paradójicamente, no hay ratones y si muchos
gatos. Entre ellos está Gatona, tiene una sensibilidad especial para
enfrentar los fenómenos naturales.
Ella vive con el viejo Tom y con él saldrá al mar en busca de peces para
alimentar la gente del pueblo cuando el invierno ha arruinado los cultivos,
sin imaginar que deberán sortear la furia del Gran Gato de las Tormentas.
Pese a la incertidumbre y al temor, ella sale adelante en su lucha.
Tal y como Gatona, a veces nos vemos ante situaciones difíciles que
debemos sortear de una u otra manera.
Y tú, ¿Qué piensas?
Si Tom hubiera ido solo de pesca, ¿habría vencido la
tormenta? ¿Por qué?
¿En que se expresa la valentía de Gatona?
¿Además de ser valeroso, qué otras cualidades tiene
Tom?
¿Qué es la valentía?
La valentía es mucho más que defender la vida propia, la de los demás y
la de la naturaleza. Es el valor que debemos mostrar cada vez que están
en peligro nuestros principios y nuestras creencias. Es el coraje que
sacamos desde dentro para seguir adelante y afrontar tanto nuestros
errores como los nuevos retos que la vida pone ante nosotros. Es la
seriedad con la que asumimos, cada día, nuestros deberes y
responsabilidades.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la valentía
La agresividad…
El agresivo o el violento no son valientes porque se valen de la fuerza para
imponer sus ideas y opiniones.
La impertinencia….
Algunas personas creen que proclamar a los cuatro vientos los defectos o
las fallas de los demás los hace valientes y esto no es cierto. Serian valientes
si tuvieran el coraje de hablar en privado con los demás.
La cobardía…
Porque te hace cómplice de quienes hacen daño a otros o a la
naturaleza.
Diálogo
No hay quizás, acto humano más valiente que el diálogo. Dialogar consiste
en mirar frente a frente a la otra persona, decirle lo que pensamos y
escuchar su punto de vista. Muchas relaciones se pierden por el miedo a
hablar. ¿No te a ocurrido que prefieres esconderte o escabullirte antes que
hablar con tus amigos o con tus padres cuando has traicionado su
confianza? Dialogar y evitar la confrontación violenta es un gran acto de
valentía.
Ingredientes para la valentía
Reflexión
Antes de asumir valientemente la defensa de algún valor o derecho tuyo o
de los demás, detente un momento y reflexiona. Piensa si aquello que vas
a defender corresponde a la verdad y a la justicia. Muchas personas
defienden causas que saben que no corresponden a la verdad. Por
ejemplo, no seria correcto defender a un amigo que ha cometido algo
indebido, como robar o hacer trampa.
Serenidad
Ser valiente no es ser imprudente, es decir, “aventarse”, hacer las cosas
tontas y locas, sin medir las consecuencias o si ponerse a pensar si este es
el momento correcto de hacer las cosas, ya sea lanzarse en patineta,
animarse a tomar un bus solo por primera vez, o revelarse contra el “malo”
del colegio… el valiente es sereno y actúa una vez que tiene cabeza fría y
el corazón claro.
Confianza
Para ser valiente no hace falta poderes mágicos, músculos de acero,
toneladas de dinero ni armas milagrosas… lo que se necesita
verdaderamente es confianza en uno mismo. Confianza para vencer el
miedo y la inseguridad, para atreverte a trabajar para alcanzar tu sueño y
para trazarte metas. La seguridad en ti mismo es una fuente inagotable de
valentía.
Corazón valiente
La valentía es muchas cosas…y no es algo que solo poseen los
superhéroes. La valentía sufre del corazón de cada uno de nosotros, es la
fuerza que nos impulsa a hacer lo que, hasta intentarlo, creíamos
imposible. Muchas veces la valentía no tiene nada que ver con hacer
grandes hazañas como capturar a los malos y respetar a los buenos de sus
garras sino con superar nuestros propios miedos, por pequeños o grandes
que estos sean. Somos valientes cuando hacemos lo que debemos,
cuando tomamos impulso para intentar algo nuevo, cuando le ponemos la
cara a los cambios, cuando nos esforzamos y hasta cuando reconocemos
que, por ahora, no somos capaces de hacer algo.
¡Qué personajes!
Algunos personajes de los libros pueden enseñarte a ser valiente. ¿Has
leído, por ejemplo, el Cóndor en Montecristo, Huckleberry Finn o el
principito. Estos personajes y otros, aparentemente lejanos o escondidos, te
llevan a mundos lejanos donde todo es posible. Y sobre todo, te indican
como alcanzar grandes ideas ¿Qué tal si te poner a leer para ser más
valiente?.
¡Uy, que susto!
Todos tenemos miedos, unos grandes y otros pequeños, unos infundados y
otros reales. A sentimos miedo ante cosas “extrañas”, como a los monstruos
en el armario, cuando éramos chiquitos. Otros, ante un soñador de
aspecto extraño que vemos en la calle y nos inspira desconfianza. O otras
más, a perder a nuestra familia en algún accidente o por una
circunstancia trágica. ¿Y sabes que? Está bien sentir miedo, porque es un
mecanismo que nos avisa cosas: nos advierte del peligro, de los riesgos
que no valen la pena tomar y hasta nos recuerda nuestros verdaderos
sentimientos, como en el caso del amor por la familia, que a veces damos
por hecho. Esta bien sentir miedo, lo que no debemos permitir es que nos
dominen.
Todos juntos
Ya mencionamos que los grandes miedos que a veces nos atrapan están
el perder a nuestra familia… y cuando los papás se separan o se divorcian
sentimos como que el mundo se nos hunde y nunca más volveremos a ser
felices. Cuando enfrentamos una situación como esta debemos ser
valientes. ¿Cómo? Con la fuerza del amor. Saber que tus papás te quieren
más que a nada en el mundo te inyecta valentía. Saber que, aunque
vayan a vivir en casas separadas nunca te hará falta un hogar, te da
valentía. La valentía que proviene del amor es la que te permitirá afrontar
el cambio, aceptarlo y aprender a vivir tu nueva vida.
Universitarios en todas partes
En muchos países de América Latina los estudiantes universitarios se
desplazan a lo más recónditos lugares para realizar su servicio social. En la
selva, en el campo, en la montaña, en el desierto, entre los indígenas o
entre los más necesitados, los jóvenes de los últimos años de universidad
deben aportar algo para que su país sea mejor y para que las personas
que habitan los lugares más remotos de su geografía puedan beneficiarse
de todo lo que poseemos en las ciudades. De esta manera, con valentía y
entrega, se promueven la justicia y la igualdad.
¡A marchar!
En el mundo entero han impuesto las marchas para hacer denuncias.
Muchos grupos minoritarios, por ejemplo, marchan por las principales
ciudades del mundo para hacer valer sus derechos. En ocasiones, quienes
marchan son las mayorías para demostrarles a los violentos o a otro tipo de
delincuentes que sus acciones no son aprobadas por millones y millones de
personas que las padecen. Son famosas en la actualidad las marchas
solidarias que se realizan en España cada vez que ocurre un acto terrorista:
hay que ser valiente para dejar la comodidad de nuestro hogar y salir a la
calle a denunciar lo que está mal.
SI LO OYES…. LO OLVIDAS… SI LO VES… LO RECUERDAS
SI LO HACES… LO APRENDES ¡Saca tu cuaderno!
Mirada Critica
En muchas ocasiones valentía significa afrontar las consecuencias de
nuestros actos, ¿Por qué es valiente quien admite sus faltas? Escribe a
través de una experiencia que hayas vivido de error y reconocimiento.
Yo, tú, él, nosotros…
Cuando observamos un hecho injusto o el atropello a un derecho y
defendemos a las personas afectadas, damos muestra de nuestra
conciencia y valentía. Reflexiona sobre los derechos de los niños que se
violentan en nuestro país. ¿Cómo crees que puedes defenderlos? ¿Ante
quienes te gustaría expresar tus ideas? ¿Qué les dirías? Organiza una
campaña para defender los derechos de los niños: dibuja pancartas y
carteles para defender a la gente.
¡Todos a jugar!
Drácula
Un juego para valientes que sepan aguantar la risa.
Un niño, “Drácula”, tratará de chuparles el cuello y hacer reír al resto de los
participantes, mientras canta esta canción.
Drácula soy
Medio loco estoy
Todas las mañanas
De excursión me voy
Sapos y culebras
Para comer
Y un litro de sangre
Para beber.
Mi casa es un cementerio
Mi cama un ataúd
Quien se ría
Será como yo,
¡juuuuuu, juuuuuuu,juuu!
Si lo logra, la “victima” se irá con Drácula y cantará con él para hacer reír a
los demás. Gana quien aguante más tiempo sin reírse.
Prisioneros
Necesitas 10 participantes para formar 2 equipos y un campo de juego
grande dividido en cuatro zonas. Cada equipo se sitúa en la zona central y
manda a un jugador a la zona de prisioneros al empezar el juego. Cada
equipo tratará de rescatar a sus prisioneros cruzando el campo sin ser
tocado.
Quienes lo logren, regresan a su zona con el rescatado. Si los tocan, se
convierten en prisioneros.
“Valiente no es quien no teme a nada, sino el que reconoce sus miedos”
Detectives privados
Para ser detective es necesario tener la capacidad de observar,
encontrar evidencias, correr riesgos, analizar pruebas… y sobre
todo, querer llegar a la verdad.
Un detective es un señor con gabardina y cachucha a cuadros, con una
eterna pipa entre los labios y una lupa en sus manos, que dice a su
ayudante: “…. Elemental, mi querido Watson”. Seguro que lo has
adivinado, se trata de Sherlock Holmes, el detective más famoso del
mundo. Para resolver los diferentes misterios de los que se enfrenta,
Sherlock Holmes observa, analiza cada dato, sospecha de todo y de
todos, hace uso de sus conocimientos de química y medicina forense…
cualquier dato le es útil. Robos, chantajes, asesinatos o desapariciones
forman parte de la ayuda cotidiana de nuestro detective. Pero digamos la
verdad: Sherlock Holmes realmente no existió, es un personaje inventado
por un escritor llamado Arthur Conan Doyle. Para ser detective es
necesario tener la capacidad, de observar, encontrar evidencias, correr
riesgos, analizar pruebas… y sobre todo, querer llegar a la verdad. Pero,
¿crees que en la vida cotidiana haga falta tener una relación con la
verdad como la del detective? No es que las personas comunes y
corrientes tengamos que vivir obsesionadas con “encontrar” la verdad
como si esta viviera escondida bajo alguna roca o un lugar muy lejano,
más bien tenemos que preocuparnos por vivir de acuerdo con la verdad.
Fes decir, llevar una vida en la que las mentiras y la falsedad no tengan
cabida, actuar siempre de tal manera que nuestras palabras y nuestros
actos concuerden, vivir distinguiendo la realidad de la fantasía… no hace
falta ser un gran detective para encontrar la verdad, ya que, en principio,
ésta vive dentro de cada uno de nosotros.
El mono traicionero
Cierto día en que el mono disfrutaba de un delicioso caqui, se encontró
con un cangrejo que, antojado, expresó su gusto por esta fruta. Al darse
cuenta de ello, el mono le propuso cambiar el caqui por un puñado de
arroz que el cangrejo llevaba para la cena. Intercambiaba sus manjares y
el cangrejo saboreó la rica fruta. Al terminarla, sembró la semilla que, al
cabo de las estaciones, se convirtió en un hermoso árbol que le brindó
apetitosos frutos. Después de un largo tiempo, el mono recordó al cangrejo
y fue a visitarlo.
Cuando llegó a su casa quedó maravillado al ver el frondoso árbol.
Con cortesía, el cangrejo le dijo:
¿Te acuerdas del caqui que me diste a cambio de aquel poquito de arroz?
Pues de su semilla ha nacido este árbol y te lo debo a ti.
¡Ah! Exclamó el mono. Siendo así, supongo que no me negaras el placer
de saborear unos pocos. Los ojos del mono relucían al contemplar los
lustrosos frutos.
No, claro que no asintió amablemente el cangrejo.
Si traes una canasta yo arrojaré los frutos más maduros para que los vaya
recogiendo. Luego los compartiremos repuso el mono.
El cangrejo se apresuró a traer una canasta de juncos que tenia en su
casa. Mientras tanto, el mono había trepada ágilmente hasta la copa del
árbol, que se mecía con brisa otoñal. En silencio empezó a devorar los más
blandos y apetitosos caquis. Como el cangrejo veía que el mono no le
ofrecía ninguno de los frutos, le recordó no despacharse solo toda la
cosecha.
No te apures, podrás llenar la cesta a tu placer con los frutos que
seleccionaré. Y diciendo esto, cogió uno de los caquis más hinchados, que
estaba aún del todo verde, y lo arrojó al suelo con violencia, deseando
aplastar a su confiado amigo. Éste vio chocar el fruto a escasa distancia
de sus estremecidas patas.
¡Cuidado! ¿Qué te propones?
¡Oh! Mi intención es ayudarte a escoger tus caquis contestó el mono con
fingida cortesía. Pero en seguida arrojó contra el cangrejo una verdadera
lluvia de caquis. El pobre retrocedió de nuevo y corrió a protegerse en su
casa.
Luego, el mono, entre grandes risotadas, acabó con los buenos frutos que
quedaban y en dos saltos estuvo en el suelo y escapó. Al salir de su casa el
cangrejo se echó a llorar.
¡Maldito mono! Exclamó pero la culpa ha sido mía por haber creído que
me decía la verdad.
Al oírlo, las castañas, las abejas y el mortero para el arroz, que eran vecinos
del cangrejo, se apresuraron a consolarlo.
¡Hay que darle a ese pícaro mentiroso su merecido! Exclamaron las abejas
con un zumbido de enojo.
Tras una breve discusión convinieron al fin la manera de expulsar al traidor.
Esperaron a que el mono desapareciera. Y así fue. Al poco tiempo el pillo
llegó muerto de hambre y de frio a buscar raíces para alimentarse. De
pronto vio una lumbre en medio del jardín del cangrejo y se acercó para
calentarse, sin sospechar que eran las castañas que, al verlo lo
suficientemente cerca, se lanzaron contra su cuello para chamuscarlo.
Cuando el mono comenzaba a correr rumbo al rio para refrescar sus
quemaduras, el mortero barrigón se desplomó sobre él y lo derribó. Creyó
que iba a morir. Con los ojos suplicantes trató de levantarse mientras el
mortero le presentaba excusas.
De pronto se oyó un extraño rumor que procedía de un seto cubierto de
nieve. Sobre los blancos troncos apareció una nube de abejas, negra,
borrascosa.
El mono volvió la cabeza y entonces se le echaron encima, hincándole su
aguijón. Quedo tan maltrecho que solo pudo levantarse al cabo de varias
horas. Al volver en sí se escurrió hacia los bosques. Iba cojeando, con el
cuerpo hinchado y adolorido.
(Adaptación del relato de japonés EL Mono y el cangrejo. Versión de María Manent, Editorial
Juventud)
¿De qué se trata este cuento?
El Mono y el cangrejo, en versión de María Menent, hace parte de un
volumen que recoge cinco cuentos de la tradición japonesa que reflejan
la sensibilidad de esa cultura. Algunos de ellos muestran personajes y
situaciones a las de los relatos de picaros que conocemos en Occidente.
La fábula El Mono y el cangrejo pone de manifiesto el daño que pueden
causar los seres que sobreviven a punta de engaños, y al mismo tiempo
recrea la lección que tarde o temprano reciben quienes se aprovechan
de la confianza de los otros, para obtener sin esfuerzo sus bondades.
María Manent fue un poeta y traductor español que dedicó parte de su
trabajo a hacer versiones de relatos y poemas orientales. En 1985 ganó el
Premio de Honor de las Letras Catalanas.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Por qué el cangrejo cree sin mayor dificultad en las
buenas intenciones del mono?
¿Crees que el mono necesitaba recurrir a la mentira
para disfrutar de los caquis del árbol de su amigo?
Ahora que el cangrejo sabe como es el mono,
¿deseará conservar su amistad? ¿Por qué?
Algunos ocultan la verdad por debilidad y otros por
ignorancia.
¿En cuál de los dos casos el error es más grave?
¿Qué es la verdad?
La verdad es el conocimiento real, cierto, exacto e indiscutible sobre un
hecho o una acción, es también el significado real de una palabra o la
interpretación correcta de lo que ocurre alrededor de nosotros. No es fácil
llegar a la verdad es la que ellas perciben, sin tener en cuenta lo que
piensan o perciben los demás. Para llegar a conocer la verdad es
necesario investigar mucho, y sobre todo, dialogar mucho con todas las
personas con las que convivimos a diario.
¡Mucho ojo!
Con lo que no le gusta a la verdad
La difamación…
Porque divulgan datos falsos que desacreditan o menosprecian a una
persona.
La manipulación…
Porque transforma hechos o palabras de tal manera que adquieren un
significado totalmente diferente a lo que la persona originalmente quiso
decir.
El chantaje…
Porque utiliza información, ya sea falsa o verdadera, para sacar provecho
de una persona.
Buscar
No puede haber verdad sin búsqueda, es decir, investigación. Si deseas
saber, por ejemplo, cómo es el movimiento de los astros o como se
reproducen los seres vivos, necesitas leer, consultar con especialistas o ver
algunos videos. Igualmente, si quieres si quieres conocer a tus amigos,
debes dialogar con ellos, visitarlos en su casa o salir a tomar una gaseosa
con ellos.
Precisión
No hay verdad sin precisión. Por eso la investigación superficial no basta, es
necesario profundizar en aquello que se desea conocer. Imagina que un
detective se conforma con la primera evidencia y acusa a un supuesto
criminal, el cual es condenado a cadena perpetua. Con el tiempo, se
sabe la verdad y resulta que el criminal era otro. Este detective actuó con
irresponsabilidad, porque no fue preciso en el uso de la evidencia y porque
no dialogó más para llegar a la verdad.
Ingredientes para la verdad
Prudencia
¿Cuándo decir la verdad? ¿Cómo decirla? No todos los momentos ni
todos los lugares son adecuados para decir la verdad, sobre todo si
alguien puede resultar lastimado. Si te enteraste, por ejemplo, de que un
compañero tuyo hizo algo incorrecto, tal vez lo más indicado no sea
contarlo a todo el curso, sino hablar primero con él y en privado.
Sinceridad
La verdad debe buscarse para el bien común, no para hacerles daño a las
personas. Muchas veces los periódicos o los programas de televisión andan
a la caza de supuestas verdades que lo único que hacen es daño. Los
mismo pasa con algunas personas cuyo pasatiempo favorito es descubrir
los defectos físicos o los problemas de los demás para hacerlos públicos.
En concordancia.
Decir la verdad significa no decir mentiras. Vivir de acuerdo con la verdad
significa mostrarnos al mundo como somos, de tal forma que nuestras
acciones, palabras y pensamientos coincidan. Entonces, cuando somos
personas verdaderas somos autenticas porque no recurrimos a la mentira
en ninguna de sus manifestaciones.
Cuando alguien es auténtico es muy fácil tratar con él o ella, porque es
una persona transparente que no nos generará confusiones ni conflictos.
Pase lo que pase
Muchas veces nos vemos en situaciones que resultan penosas o dolorosas
y por eso quisiéramos que nadie las supiera… en otra tenemos que decir
algo que no va a gustar, pero que no podemos callar. La verdad viene de
la mano de la responsabilidad. Por eso, un buen propósito en la vida es
decir la verdad y asumir con responsabilidad lo que resulte de ello.
Como pinocho
Cuando nos acostumbramos a decir mentiras o a actuar en forma
hipócrita, se nos convierte en algo tan normal que nuestra personalidad se
pierde entre tanta falsedad. Las consecuencias son pésimas porque la
gente se cansa de no saber como reaccionaremos o de soportar nuestras
mentiras y entonces, poco a poco, se aleja porque se cansa de tanta
confusión y abuso. Esto es una tristeza porque lo que sigue, entonces, es la
soledad… y a nadie le gusta estar solo, ni siquiera a los mentirosos…
Vivir en la verdad
En casi todas las familias existen tiempos de “vacas gordas” y de “vacas
flacas”, es decir, temporadas de abundancia y escasez. En tiempos de
escasez es importante que la familia viva en la verdad, o sea, que no se
empeñe en guardar las apariencias, buscando créditos o pidiendo
prestamos para cubrir gastos superfluos. Los hijos, al conocer la verdadera
situación de la familia, pueden colaborar con sus padres no imponiéndoles
cargas muy pesadas ni exigiéndoles que les compren objetos lujosos o de
moda que pueden ser reemplazados por otros más modestos y
económicos y que cumplen las mismas funciones.
Teléfono roto
Seguramente has escuchado muchas veces cosas como éstas: “dicen que
mañana subirá la gasolina”, “dicen que el próximo año volveremos a
padecer un terremoto”, “dicen que fulanita engaña a su novio”, “dicen
que el señor ese señor es un ladrón”, “dicen que la carne de ese
restaurante está hecha con gusanos”… ¡El mundo del rumor es tan amplio
como absurdo! Generalmente el rumor contiene muy poquito de verdad y
muchísimo de mentiras. Nadie sabe dónde se origina, pero vuela como el
viento.
Cuando nos llega un rumor es importante pararlo, es decir, no transmitirlo
para que deje de circular.
Y sin embargo se mueve…
Galileo Galilei (1564-1642) se encentran entre los grandes científicos de la
historia. Matemático físico, Galileo revolucionó el conocimiento de su
tiempo: descubrió las leyes del péndulo, necesarias, para medir el tiempo
con precisión; utilizó las matemáticas para comprobar los experimentos de
Arquímedes y las teorías de Aristóteles; construyó telescopios, termómetros,
brújulas y hasta fortificadores militares; descubrió cuatro de las lunas de
Júpiter y que la Vía Láctea consta de millones de estrellas… pero la razón
por la que más lo recordamos es porque descubrió que los planetas del
Sistema Solar se mueven alrededor del sol. Esta teoría contradecía la
carencia de creencia de la iglesia católica de que el Sol es el centro del
universo. Por eso, Galileo fue juzgado por la Inquisición y obligado a
retractarse y decir que sus teorías eran una gran falsedad. Pero dicen que,
cuando Galileo salía del tribunal, dijo: “Y sin embargo, se mueve…”
refiriéndose a que la Tierra, efectivamente, se mueve alrededor del Sol. La
iglesia reconoció la verdad de las teorías de Galileo sólo hasta finales del
siglo XX.
SI LO OYES… LO OLVIDAS… SI LOS VES… LO RECUERDAS
SI LO HACES… LO APRENDES ¡Saca tu cuaderno!
El rollo de mentir
La mentira crea confusión y lleva a cometer injusticias. Conversa con tus
padres sobre esta idea y recuerden juntos un pasaje histórico o un
personaje literario que la ejemplifique. Luego, escribe las conclusiones a las
que lleguen.
La verdad duele
Decir a las personas lo que pensamos de ellas, con absoluta verdad,
facilita nuestras relaciones y nos hace sentir confiados. Sin embargo, es
necesario hacerlo con respeto y cortesía, sobre todo cuando nos referimos
de sus defectos o errores. Escribe una carta afectuosa para un amigo o
pariente que te haya decepcionado por su actitud descortés, por una
agresión, por una promesa incumplida o por cualquier otra razón.
Aprovecha la carta para decirle con toda franqueza lo que sientes.
¡Todos a jugar!
Descubrá – monos
Organiza una sección de dibujo para desenmascarar las cosas graciosas
de tus amigos. Cada uno de los jugadores elige a otro como “modelo”,
pero ni este ni los otros deben saber de quien se trata.
Con base en lo que conoce de su modelo, cada jugador dibuja un
personaje fantástico que lo represente. Cuando todas las obras estén
terminadas, se ponen boca abajo en la mesa, uno de los participantes las
baraja y las va mostrando de una en una. Los demás deben interpretar el
personaje y descubrir quien se oculta detrás de él.
A decir la verdad…
Invita a unos buenos amigos dispuestos a mostrar quienes son. Necesitan
una pelota y una gran dosis de franqueza. Los jugadores se sientan
formando un círculo. Uno de ellos toma la pelota y dice: descubre una
alegría… luego le lanza la pelota a otro jugador que, al recibirla, debe
decir rápidamente que es lo que le causa mayor regocijo. Al terminar, éste
lanza de nuevo la pelota, mientras dice, por ejemplo: descubre un temor
grande… y así sucesivamente. Pueden hablar de sentimientos, actitudes,
gustos por la comida, la ropa, afectos, cosas que les molestan, sueños y
deseos escondidos. El jugador que no conteste rápidamente o con
sinceridad, queda descalificado.
“La mentira cae por su propio peso”
Una señora llamada Gaia
La tierra es la única casa que tenemos, y la conservación de la
naturaleza es el camino para garantizar la continuidad de la vida
sobre nuestro planeta.
Hace veinticinco años, un científico ingles llamado James Lovelock causó
un gran revuelo entre la comunidad científica al exponer una polémica
hipótesis sobre nuestro planeta. Según él la tierra en su conjunto – las
montañas, las cuevas, los árboles, las hormigas, las ballenas, los ríos, los
gatos, y hasta tú y yo constituye un único organismo vivo cuyas partes se
encuentran tan relacionadas y tan independientes como las mismas
células de nuestro cuerpo. Es decir, la Tierra es un sistema vivo que puede
regularse así mismo para mantenerse adecuadamente. Para Lovelock,
este “súper ser colectivo” merecía ser rebautizado. Así, propuso llamarlo
Gaia, como la diosa griega que creó la Tierra a partir del caos.
Hoy día, la hipótesis de Lovelock continua siendo polémica, ya que la
mayor parte de los científicos no considera que la Tierra sea un “mega ser
vivo”. Sin embargo, la hipótesis de Gaia sí nos permite reflexionar sobre la
compleja red de dependencias y relaciones que existen entre todos los
seres vivos que habitamos en el planeta y los recursos y escenarios
naturales. Humanos, animales, microorganismos, plantas, recursos
acuáticos y terrestres, hábitats y ecosistemas particulares, no podemos
sobrevivir si no conseguimos mantener el equilibrio de la biosfera (es decir,
la parte de la corteza terrestre en la cual se desarrolla la vida: desde el
fondo de los océanos hasta 50 km. Arriba de nuestras cabezas).
La tierra tiene una antigüedad de 4.600 millones de años y tenemos la gran
responsabilidad hacia ella, nuestra casa “mayor”, de comprometernos
para poner fin a todas aquellas acciones que la dañen e impulsar aquellas
que trabajen por su conservación. Debemos recordar que todo lo que
hagamos hoy tendrá una consecuencia mañana.
DRIOPE Y EL LOTO
En tiempos muy antiguos, los griegos promulgaron leyes muy rigurosas sobre
la protección de la naturaleza. Estas leyes prohibían la destrucción de
plantas y árboles de todas las variedades. Pero como suele ocurrir en cada
época y en todos los países, en Grecia también existían personas que
desatendían las leyes, se burlaban de ellas y además, lograban escapar
de la justicia. Sin embargo, llegó el día en que la severidad de la justicia
divina intervino en el problema.
Driope, hija del rey Driops, asumiendo que podía hacer lo que quisiera,
cortó un día los tallos de un magnifico loto en flor par trenzar unas
guirnaldas con las que adornaría su cabello. La verdad es que esta no era
la primera vez que ella actuaba así, pero esa mañana quedó aterrada
cuando vio que de los tallos cortados no brotaba savia sino sangre.
A medida que el agua del estanque donde vivía la planta se tenia de rojo,
la muchacha, que decidió escapar, comenzó a oír quejas. Las quejas se
hcieron más precisas, y una voz femenina dijo con dulzura:
Driope, me has herido, ya no podrás irte.
¿Y quien eres tú? Preguntó Driope cada vez más asustada.
Soy la ninfa Lotis y era una de las mas bellas entre las que viven al borde
del agua.
He oído hablar de ti; pero algunos dicen que un fauno te raptó.
No replicó Lotis, no me raptó. Precisamente para escapar de él me sumergí
en este estanque, en donde me transformé en Loto… y ahora tú me hieres
cortándome los tallos.
Perdóname suplicó Driope no sabia…
¡Ah! Pero sí sabes que está prohibido torturar a las plantas… y pese a ello lo
haces con la disculpa de que jamás se quejan. Pero sabes que sufren.
Driope intentó alejarse, pero tenía los pies como enraizados. Gritó, se
debatió, se acostó en el suelo y se levantó, pero nada pudo hacer para
arrancar los pies de la tierra.
Poco a poco sintió como si sus tobillos, sus pantorrillas, rodillas y luego
muslos se paralizaban. Miró y vio como la corteza subía a su alrededor,
lentamente, con el ritmo lento con que crece un árbol. Paralizada de
miedo comenzó a gemir.
Su hermana Lote y su sobrino Aufissos, quienes la escucharon corrieron
pensando que había caído al agua, pero cuando la vieron ya
transformada en árbol hasta la cintura comprendieron lo que había
pasado y adivinaron que ya nada se podía hacer para sacarla de este
mal paso.
¡Pido perdón a los árboles y a las plantas de la tierra! Imploraba ¡También
pidió perdón a los dioses del bosque. Me comprometo a no volver a cortar
ni una rama ni una flor, pero por favor permítame regresar a mi hogar y
reanudar mi vida de mujer!
Entonces llegó su padre y dijo:
¿Cómo, si tu eres la hija del soberano que hace las leyes, te burlas de ellas?
Los dioses del bosque decidieron castigarte y nadie podrá hacer nada por
ti. Si sigues gritando y retorciendo serás un árbol torcido. Alza los brazos al
cielo y enderézate.
Así serás un árbol bello en el que anidarán todos los pájaros.
Ella obedeció y la corteza continúo subiendo lentamente…
(Adaptación de la leyenda griega Driope, en Leyendas de montañas y bosques, de Bernard Clavel.
Editorial Norma)
¿De que se trata este cuento?
Las leyendas son una maravillosa expresión del universo imaginario de
culturas lejanas que nos descubren situaciones y personajes semejantes a
los de nuestras propias historias ancestrales. A su vez, las leyendas permiten
reconocer imágenes y experiencias de nuestro entorno inmediato y de
nosotros mismos. En este caso, la leyenda de Driope encarna
simbólicamente un llamado de atención sobre nuestra responsabilidad
frente a la protección y renovación de los recursos del campo, los bosques,
mares y montañas. Bernard Clavel, autor francés, ha escrito poemas,
novelas y relatos para niños.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿A que se refiere Lotis cuando habla del sufrimiento
de las plantas?
¿Qué te parece la reacción que tuvo el rey cuando
vio a su hija convertida en planta?
¿Por qué, a pesar del arrepentimiento de la joven, los
dioses no la perdonaron?
¿Por qué crees que la gente se toma a la ligera las
leyes sobre la preservación de la naturaleza?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la biodiversidad
La indiferencia…
Porque es la gran enemiga de la conservación del medio ambiente.
Debemos aprender que cada problema, por pequeño que parezca, tiene
consecuencias que pueden rebasar nuestra imaginación.
La ambición…
Porque no debemos anteponer los intereses particulares a los intereses
colectivos. Esto es algo que las grandes empresas no tienen que olvidar.
El egoísmo…
Porque debemos preguntarnos si nuestra comodidad y beneficio personal
no están dañando, de alguna manera, al medio ambiente.
¿Qué es la biodiversidad?
Cuando contaminamos las aguas, el aire o la tierra, talamos los árboles o
amenazamos la existencia de alguna especie animal o vegetal, atentamos
contra nosotros mismos. La biodiversidad es, simplemente, la variedad de
la vida, la impresionante diversidad de seres vivos que habitan nuestro
planeta y las diferentes relaciones que se dan entre ellos.
Para que te des una idea, en la Tierra existen cerca de un millón de
especies. Gracias a ellas nuestras necesidades principales se encuentran
cubiertas: comida, medicina, vestido, combustible y hasta habitación… a
lo largo de su existencia, en la Tierra han aparecido nuevas especies y
otras se han extinguido, pero nunca habían desaparecido tantas y tan
rápido como en los últimos tres siglos. Por eso debemos conservar los
hábitats que, como el bosque húmedo, son el gran almacén de la
biodiversidad…
Nuestra garantía de vida.
Conciencia
La naturaleza es mucho más que un lindo paisaje: es la condición de
nuestra existencia. Por eso debemos ser conscientes de que nuestras
acciones tiene consecuencias. Los gases contaminantes de un carro se
elevan a la atmósfera, se mezclan con las nubes y caen sobre los campos
en forma de lluvia ácida. ¿Y qué sucede? Que los alimentos se
contaminan, el suelo se daña y nuestra salud resulta perjudicada.
Respeto
Cuando salimos de paseo al bosque o ala selva, encontramos maravillosos
seres vivos de gran belleza. Son tan bonitos que nos dan ganas de cortar
las flores, arrancar el musgo o cazar mariposas para llevarlos a casa. ¡Alto!
Hay que respetarlos porque hacen parte del equilibrio del ecosistema,
único y particular, al que pertenecen. También las grandes empresas
deben respetar el medio ambiente al no desechar materiales tóxicos en
ríos, lagos o campos.
Ingredientes para la biodiversidad
Previsión
La naturaleza provee recursos renovables y no renovables que debemos
explotar racionalmente. Tanto los recursos no renovables, como el petróleo
o el agua, como los renovables, como la madera o la pesca, deben ser
cuidados para que nunca falten. Así, se deben sembrar más árboles de los
que se talan, no pescar ni cazar crías ni animales en edad reproductiva.
Racionalizar los recursos es in sabia manera de prever para el futuro.
Compromiso
Para iniciarte como ambientalista escoge una causa que te resulte
cercana o una actividad fácil de cumplir. Puedes comprometerte con no
comprar productos que tengan envases contaminantes, con denunciar a
las tiendas de mascotas que vengan animales prohibidos con algún
programa de reforestación de tu ciudad. ¡Las causas sobran y el
compromiso escasea!
Hoy y mañana
Ante el deterioro del medio ambiente, las amenazas que sufre la
biodiversidad y los graves problemas ecológicos que enfrentamos, un
grupo de gente muy “pilosa” ha propuesto que la única manera de salvar
al planeta y a quienes habitamos en él, es poner en práctica el desarrollo
sostenible. Esta es una filosofía activa que busca armonizar la
conservación de la naturaleza y del medio ambiente con el bienestar y la
supervivencia del ser humano. Se trata de lograr el desarrollo de los
pueblos y de satisfacer sus necesidades, pero sin dañar al medio ambiente.
Lo más importante del desarrollo sostenible es que se parte de la
conciencia de actuar en el presente para asegurar el futuro de la
humanidad.
La cumbre del Río
El concepto de desarrollo sostenible surgió por primera vez durante la
cumbre de la Tierra o de Río, que se llevo a cabo en Brasil, en 1992.
Esa reunión fue muy importante porque fue la primera vez que un gran
número de países se comprometió a establecer políticas reales para
defender la naturaleza y preservar el medio ambiente.
¡Yo colaboro!
Si vives en un entorno urbano, ya sea una gran ciudad un pequeño
pueblo, seguro que te encanta ir de excursión al campo, ¡no hay nada
más rico que Salir a rodearse de verde y respirar aire puro! Sin embargo, es
importante recordar que tenemos responsabilidades como paseantes: no
dejes basura inorgánica (plástico y vidrio) tirada, recoléctala y llévala
contigo de regreso a la ciudad; no cortes las plantas de raíz ni captures
animalitos y ¡nunca, nunca jamás! Dejes descuidada una fogata y antes
de irte asegúrate que el fuego este completamente extinguido y que
ningún carbón haya quedado medio prendido. Así el campo se
conservará para que regreses una y otra vez.
Una comunidad real
¿Te has fijado como en la vida natural las cosas se equilibran por sí mismas?
Durante millones de años todo se mantuvo en orden… hasta la aparición
del hombre. En la naturaleza se establecen relaciones de supervivencia
muy complejas entre los seres vivos y el medio. Un ecosistema puede
sobrevivir solamente si esas relaciones se mantienen equilibradas.
A veces el equilibrio depende del paso de un río, del insecto que poliniza
determinada flor del despertador que mantiene a raya a la población de
algún animal. ¿Qué crees que los humanos podemos aprender de este
equilibrio natural?
Los conquistadores – depredadores
El ser humano es conquistador por naturaleza: le encanta expandirse y
colonizar las tierras desocupadas para habitarlas o cultivarlas, construye
muelles para poder salir a pescar, tala árboles para conseguir madera y
papel… ¡se siente el amo y señor del planeta! Sin embargo, muchas de
esas acciones destruyen los hábitats, es decir, el ambiente especifico en el
que determinada especie puede desarrollarse a plenitud. Y esto es muy
grave porque la destrucción de los hábitats es la causa principal de la
extinción de especies animales y vegetales. Para evitar este peligro existen
los “estudios de impacto ambiental” que son unos exámenes muy
detallados que se hacen para ver como el paso de una carrera (por
ejemplo) puede afectar el equilibrio natural y hasta la supervivencia de la
zona.
Un hueco en la atmósfera
Arriba, bien arriba, entre 20 y 40 km. Por encima de tu cabeza, se
encuentra una estrecha franja construida por ozono. Pues bien, la capa de
ozono es importantísima para preservar la vida en nuestro planeta, ya que
ese gas filtra los peligrosísimos rayos ultravioleta. Si estos llegaran
directamente a la superficie de la Tierra acabarían con el fitoplancton, que
es la base de la alimentación marina, y nos provocarían graves problemas
en la vista y en el sistema inmunológico, alteraciones genéticas y cáncer
en la piel. Un grupo de científicos descubrió que existe un gran hueco en la
capa de ozono provocado por el uso de unas sustancias muy utilizadas por
la industria llamada CFC (clorofluorcarbonos).
Así, los países desarrollados, principales responsables del uso de estas
sustancias, se comprometieron a reducir sus emisiones hasta en 50 por
ciento.
Falta ver si cumplen su compromiso con la tierra.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Muy peludo
En la antigüedad los hombres dependían de la caza para satisfacer sus
necesidades de alimentación y vestido. Hoy día las cosas han cambiado y
la sociedad moderna rechaza la caza de animales para conseguir pieles
de lujo. Dibuja un comic de dos páginas sobre un grupo de animales que
se enfrentan a unos negociantes de pieles. También incluye como
personajes a las personas que gustan de usar costosos abrigos de pieles y a
los almacenes que los venden.
Antes y después
¿Cómo influye la expansión de las ciudades en la vida de la gente y en la
ecología? ¿Cómo cambian los pueblos y las ciudades? Busca fotografías
viejas del lugar donde vives, ya sea en tu casa o en las revistas. Pide a tus
papás y abuelos que te cuenten cómo ha cambiado tu entorno. Pega
juntas las fotos del pasado y del presente y describe estos cambios y si
crees que han sido positivos o negativos.
¡Todos a jugar!
Hojas de verdad y de mentira
Organiza con tus amigos o parientes una excursión al campo. Objetivo:
recolectar hojas de diversos árboles, arbustos y plantas. Dividanse en
parejas y junten las hojas recogidas. Cada pareja debe inventar por
separado la ficha científica de las hojas: nombre, características y la
utilidad para el hombre. Se trata de crear un pequeño herbario
disparatado, gracioso o poético. Al final, todos comparten sus fichas y
eligen las tres mejores.
Las compras del mercado
En este juego los participantes deben elaborar tarjetas con dibujos de
productos del campo, animales y vegetales, y las entregarán luego al
director del mismo. Éste entrará solo a la sala del juego y distribuirá allí las
tarjetas: sobre una mesa, una repisa, bajo un mueble, etc. Luego invitara a
entrar a los participantes que se colocarán en círculo. Cuando él lo
indique, los jugadores preguntarán en coro: “Qué has traído del
mercado?”
Él responderá dando el nombre de uno de los productos que hay en las
tarjetas. Todos los jugadores deben ubicar la tarjeta correspondiente, ir por
ella y regresar con rapidez a su lugar para la siguiente pregunta. Las
preguntas y respuestas deben sucederse sin que medie mucho tiempo
para darle agilidad y diversión al juego.
“la Tierra es nuestra casa mayor, ¡cuidémosla!
Pregúntale a las estatuas
Mejorar el medio ambiente, cuidar los recursos, rescatar y
conservar las zonas verdes de las ciudades, es compromiso de todos
los que las habitamos.
Si pudieran hablar de estatuas de tu ciudad, ¿Te imaginas lo que dirían?
Quizá se quejarían porque casi nadie conoce su nombre ni su obra, pero
sobre todo, porque las maltratan y las ensucian, porque muchas personas
escriben sobre sus pedestales, porque están sucias por el humo de los
carros y pocas veces las limpian…
Ahora piensa que dirían los jardines, los parques, los arboles y los pocos
pájaros que viven en la ciudad; las fuentes y las avenidas, los humedales y
los lagos que aún quedan… seguro que tendrían muchas razones para
quejarse. Aunque la actitud de las personas hacia el entorno ha cambiado
en los últimos tiempos, aún hay muchas que destruyen el medio ambiente
o son diferentes ante su suerte. Algunas por otra parte, hablan mucho
sobre el cuidado, la conservación y recuperación ecológica de las
ciudades, pero no pasan el bla, bla, bla: mucho se dice, poco se hace. Las
ciudades, al igual que el campo, los mares y los ríos necesitan ser
cuidadas. Una ciudad limpia con parques para la recreación, con tráfico
controlado, con la industria responsable y una ciudadanía comprometida
con el mejoramiento del medio ambiente, puede convertirse en un hábitat
adecuado para que las personas puedan vivir felices y sanas.
Pero una ciudad así solo es posible con el compromiso y el trabajo de estas
mismas personas. La ciudad es la extensión de nuestra casa, por eso debe
ser responsabilidad de todos los que habitamos.
Caperucita en Manhattan
En la ciudad de Nueva York siempre aparece muy confusa en los atlas
geográficos y al llegar uno se forma un poco de lío. Esta compuesta por
diversos distritos, señalados en el mapa callejero con colores diferentes,
pero el más conocido de todos es Manhattan, el que impone su ley a los
demás y los empequeñece y los deslumbra. Le suele corresponder el color
amarillo. Sale en las guías turísticas y en el cine y en las novelas. Es sin duda
una parte especial de Nueva York.
Se trata de una isla en forma de jamón con un pastel de espinacas en el
centro que se llama Central Park. Es un gran parque alargado por donde
resulta excitante caminar de noche, escondiéndose de vez en cuando
detrás de los árboles por miedo a los ladrones que andan por todas partes
y sacando un poquito la cabeza para ver brillar los anuncios y de los
rascacielos que flanquean el pastel de espinacas, como un ejercito de
velas encendidas para celebrar el cumpleaños de un rey milenario. Pero a
las personas mayores no se les ve alegría en la cara cuando cruzan el
parque velozmente en taxis amarillos o coches grandes de charol,
pensando en sus negocios…
Manhattan es una isla entre ríos. Las calles quedan a la derecha del
Central Park y corren en sentido horizontal terminan en un río que se llama
East River tiene varios puentes misteriosos que unen la isla con otros barrios
de al ciudad, uno de los cuales se llama Brooklyn, como el puente.
Este tiene mucho tráfico y está adornado con hilos de luces formando un
festón que desde lejos parecen farolitos de verbena. Se encienden
cuando el cielo se empieza a poner malva y ya todos los niños han vuelto
del colegio a encerrarse en sus casas.
Vigilando Manhattan hay una islita con una estatua enorme de metal
verdoso que lleva una antorcha en su brazo levantado y a la que vienen a
visitar todos los turistas del mundo. Es la Estatua de la Libertad, vive allí
como en un santo en su santuario, y por las noches, aburrida de que la
hayan retratado tantas veces durante el día, se duerme sin que nadie lo
note. Y entonces empiezan a pasar cosas raras.
No todo los niños que viven en Brooklyn se duermen por la noche. Piensan
en Manhattan como en lo más cercano y al mismo tiempo, lo más exótico
del mundo, y su barrio les parece un pueblo perdido donde nunca pasa
nada. Sueñan con cruzar de puntillas el puente que une a Brooklyn con la
isla que brilla al otro lado y donde imaginan que toda la gente está
despierte bailando en locales tapizados de espejo, escapándose en
coches de oro y viviendo aventuras misteriosas. Y es que cuando la estatua
de la libertad cierra los ojos, les pasa a los niños sin sueño de Brooklyn la
antorcha de su vigilia. Pero esto no lo sabe nadie. Es un secreto…
(Adaptación de un fragmento de la novela Caperucita en Manhattan, de Carmen Martín Gaite.
Editorial Siruela)
¿De qué se trata este cuento?
Caperucita en Manhattan, de Carmen Martin Gaite, recrea el encuentro
entre Sara Allen con miss Lunatic. Sara vive en Brooklyn y sueña con ir a
Manhattan para llevarle a su abuela una tarta de fresa. Miss Lunatic es una
mujer mayor, vagabunda y dulce, que vive en la a Estatua de la Libertad y
sale en las noches a recorrer las calles de la ciudad con la misión de llevar
alegría, optimismo y una lección de vida a los neoyorquinos. En medio del
encuentro aparece mister Wollf, un pastelero ambicioso que habita en
Central Park y seduce a niños y adultos con los deliciosos pasteles que
vende en sus almacenes, llamados El Dulce Lobo.
¿Qué le depara a Sara estos curiosos personajes? Quizás un destino
semejante al e Caperucita Roja.
Carmen Martin Gaite es una autora española que ha relatos para niños y
adultos.
Ha ganado premios por sus obras literarias y de ensayo.
Y tú, ¿Qué piensas?
.
o ¿Qué aire le da Manhattan el paisaje de Central
Park?
o ¿A qué se parecen los puentes de las ciudades? ¿Te
parece que las embellecen?
o ¿Qué harán los niños de Brooklyn con la antorcha de
la Estatua de la Libertad?
o ¿Por qué hay que hacer campañas sobre el cuidado
de la ciudad?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la ecología en la ciudad
La apatía…
A muchos no les importa lo que le ocurre a la ciudad, creen que
problemas como la contaminación o la destrucción del ambiente no es
asunto suyo.
La ignorancia…
Algunas personas no saben lo que tienen en sus ciudades o si lo saben no
lo aprovechan. De igual forma, suelen desconocerse las normas que
podían hacer que la vida en las ciudades fuera más sana y verde.
El descuido…
Nunca hay que tirar basura en la calle, verter sustancias peligrosas en el
sifón de la casa ni quemar objetos que produzcan humos tóxicos.
¿Qué es la ecología en la ciudad?
Cuando hablamos de ecología en la ciudad nos referimos al cuidado, la
protección, la defensa y la recuperación del medio ambiente que debe
darse en las urbes. Debido a la gran cantidad de personas que las habitan
y a la multitud de actividades que se realizan en ellas, las ciudades sufren
diversos tipos de males, tales como la contaminación, la suciedad, los
desechos descontrolados y la destrucción de sus reservas naturales… la
ecología aplicada a la problemática de las ciudades pretende
salvaguardar el medio para favorecer la vida humana y la de las diferentes
especies animales y vegetales que conviven con edificios, avenidas, buses,
taxis y fabricas, para lograr un sistema de vida más sano y responsable con
el medio ambiente.
Observación
Si no sabes cuales son los principales problemas ecológicos de tu ciudad
difícilmente podrás hacer algo por ella. Por eso, antes de iniciar tu labor
como ecólogo, debes darte una vuelta por la ciudad e informarte de todo
lo que está ocurriendo. Para conocer la ciudad también es importante y
útil leer los periódicos y las revistas.
Trabajo
En las ciudades hay grupos de personas que se dedican a proteger
distintos escenarios del medio ambiente urbano. Unos grupos se dedican a
la protección de los parques, otros reforestar la ciudad sembrando árboles,
otros a proteger la fauna urbana y otros más a hacer conciencia sobre la
importancia de reutilizar los desechos… como la unión hace la fuerza, lo
mejor es que te ingreses a uno de estos grupos para que tu acción a favor
de la ciudad sea más eficaz. ¡No existe nada más provechoso que el
trabajo en equipo!
Ingredientes para la ecología en la
ciudad
Colaboración
Es necesario conocer cuales son las normas y las leyes ambientales que
regulan las diversas actividades industriales, comerciales y cotidianas de tu
ciudad para que puedas adheriste a ellas y colaborar activamente.
De igual manera, tú también puedes proponer acciones positivas para
mejorar tu entorno inmediato. Muchas personas aparentemente se
preocupan por la ciudad, pero generalmente no pasan de la palabra a la
acción: recuerda que el verdadero ecologista no sólo habla y denuncia,
sino que colabora y se compromete.
Detectives ecológicos
Todos podemos contribuir a disminuir la contaminación en las ciudades.
¿Cómo? Informándonos como se realizan ciertas actividades y fabrican
objetos cotidianos y como funciona su ciclo de vida. El análisis del ciclo de
vida es una herramienta que evalúa los efectos ambientales de un
proceso o un producto determinado: desde el momento de la extracción
de sus materias primas, pasando por la totalidad de su proceso de
fabricación, hasta que es devuelto a la naturaleza en forma de residuos,
desechos o emisiones. Este análisis da como resultado el impacto
ambiental del producto o proceso que utilizamos o actividad que
realicemos, y nos permite tomar las decisiones o realizar ajustes pertinentes
para no afectar al medio ambiente.
Más sobre el ciclo de la vida
Te sorprenderás de todo lo que te vas a enterar cuando investigues los
ciclos dela vida de ciertos productos y actividades cotidianos. Averigua
por el ciclo de vida de: una lata de aluminio, un ladrillo, una pelota de
plástico, el reciclaje del papel o la producción de energía solar.
Tu aporte
Contribuir al cuidado de la ciudad es realmente fácil. Lo primero es tener el
y el deseo de ayudar a que la ciudad mejore; a partir de esta actitud hay
muchas formas de colaborar. Por ejemplo, puedes fijarte bien en lo que
compras. Cuando vayas al supermercado asegúrate de que el producto
no este empacado en material contaminante, sino que éste sea
reciclable. Insiste en tu casa para utilicen detergentes y lavalozas
biodegradables. Y recuerda que mientras menos compremos, menos
tendremos que botar y menos vamos a contaminar.
Ni tan frescos con el agua…
A pesar de que tres cuartas partes de nuestro planeta están constituidos
por agua, sólo 1 por ciento de ésta es dulce; 99 por ciento restante
corresponde al agua salada del mar. Tú sabes que, en algunos casos,
llevar el agua a las ciudades exige grandes costos y esfuerzos. Por eso,
cuidarla es nuestra obligación. Tú puedes colaborar con la humanidad de
forma muy fácil: revisa que no haya fugas de agua en los baños de tu
casa; cierra la llave mientras te cepillas los dientes: si no lo haces se
pueden desperdiciar hasta ¡19 litros de agua…! Haz lo mismo al lavar los
platos: ahorrarás hasta 100 litros. Recuerda tomar duchas rápidas y cerrar
la regadera mientras te enjabonas.
Botan y rebotan
Las ciudades botan residuos que se convierten en un problema de gran
magnitud.
Estos no están constituidos únicamente por la basura y los desechos, sino
también por las emisiones de gases, por el consumo de energía, la quema
de combustibles, las radiaciones y hasta por las ondas
electromagnéticas.es responsabilidad de los gobiernos y las grandes
empresas disminuir al máximo la producción de residuos, y de los
particulares, aplicar las tres “R” del desarrollo sostenible: reducir los
desechos, reutilizar todo lo que se pueda, reciclar los materiales. Estas
acciones son muy importantes para llevar a cabo a nivel individual, sobre
todo si tomas en cuenta que, por ejemplo, un europeo produce 1,8 kg. De
basura diarios.
Efecto invernadero
Un invernadero es un edificio de vidrio en el que crecen plantas y flores; es
sol traspasa el vidrio y el calor queda atrapado en el invernadero. La
atmósfera está formada por varias capas de gases invisibles, entre ellos el
dióxido de carbono (CO), que actúan tal y como el techo del invernadero
y no dejan que el calor se escape, posibilitando la vida en la Tierra. Sin
embargo, los gases emitidos por los carros, buses, fabricas, calefacciones,
etc. Han incrementado el CO2, que se queda atrapado en la atmósfera
en forma de calor. Así, hemos hecho que la temperatura del planeta
aumente artificialmente y de seguir así, la humanidad enfrentará graves
consecuencias: tormentas más intensas, exceso y falta de lluvia,
inundaciones, desertificación… es decir, un cambio climático drástico
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
Corazón verde
Los parques son los pulmones de una ciudad. Ponte a pensar que es
necesario para conservar un parque en buen estado y construye cinco
letreros con recomendaciones para el uso y el cuidado de estos espacios.
Hacerlos en cartulina y luego pegarlos en un palo o tabla que se pueda
clavar en la tierra.
Lugar de todos
Dibuja el lugar de tu ciudad que mas te gusta visitar y describe por qué lo
prefieres y cómo te sientes cuando estás allí. El texto y el dibujo deberán
funcionar como un afiche turístico para promocionar tu ciudad en el
extranjero y convencer a los turistas para que la visiten.
¡Todos a jugar!
Todo un caos
La contaminación de las ciudades también tiene que ver con el ruido
excesivo, experimenta con este juego la vida caótica de una calle
céntrica en un día normal. Cada participante debe hallar a su pareja en
medio de los gritos de los jugadores. Quien guía el juego dice al oído de
cada cual el nombre de un personaje u objeto de la ciudad y el sonido
que produce, por ejemplo, “bus viejo - ¡trrrrr-rrrrrrr!” o “vendedor de frutas –
eeeeeelmanngobichelapitaaaaayalafresaaaaamil!”, ¡moto – ññññ!”.
Luego, todos los participantes se vendan los ojos y, a la señal del guía,
empiezan a gritar el sonido de su personaje u objeto lo más alto posible. En
medio de la algarabía cada jugador debe reconocer a su pareja por el
grito que comparten; al encontrarse, cada pareja se retira del juego. Éste
finaliza cuando todos han hallado a su pareja.
Descubre la imagen
En este juego todos los participantes dibujan, en una hoja tamaño carta,
una imagen sobre un problema ecológico del barrio en que viven. No
deben dejar ver su dibujo. Luego recortan una hoja en cuadros para cubrir
con ellos el dibujo. A cada cuadrado se le dobla una punta para poder
levantarlo con facilidad. Cuando todos hayan cubierto sus dibujos, se
organizan por turnos. Cada dibujante debe dejar que los otros
participantes, uno a uno, levanten un cuadro de su obra para descubrir lo
que representa. Estos deben ser prudentes a la hora de adivinar pues sólo
tienen una oportunidad.
Frente a cada dibujo, gana el que primero adivine el tema.
“La ciudad es tu hábitat, ¡protégelo!”
Nuestra mayor riqueza
…no está constituida por otro ni por millones de dólares, sino por
todas las lenguas que se hablan en la tierra, el que expresa ideas y
sentimientos, la poesía y la música… o sea, por las creaciones del
espíritu humano, patrimonio de todos los tiempos.
Hermosas obras de arte, grandes monumentos arquitectónicos construidos
por culturas milenarias, carnavales que explotan entre la algarabía de la
gente, cantos y música que se pierden en el tiempo, sabrosos platos que
alimentan no solo el cuerpo sino también el espíritu…. Todas estas cosas, y
muchísimas otras más constituyen parte de una gran y maravillosa
herencia universal de la que todos los hombres y mujeres del mundo
convertimos en dueños y guardianes desde el momento en que nacemos:
nuestro patrimonio cultural.
La palabra patrimonio se refiere tanto a lo que “uno ha heredado de sus
ascendientes”, es decir, de sus mayores, como a la “acumulación de
bienes o efectivo que constituye la riqueza de un individuo”. Cuando
hablamos de patrimonio cultural, en su forma tangible e intangible, que
heredamos de las generaciones anteriores y que constituye una riqueza
invaluable para todos los individuos y todos los pueblos.
El patrimonio cultural tiene muchas manifestaciones: se vive desde el seno
de la familia y la comunidad a través de la tradición, se manifiesta en la
identidad nacional y se acomoda dentro del gran patrimonio que todas
las culturas del mundo hemos construido para formar el conjunto del
patrimonio de la humanidad. Es obligación de todos los habitantes del
planeta conocer, preservar y conservar el patrimonio cultural de nuestras
comunidades y países. Sólo así, el gran tesoro de la herencia humana
podrá ser recibido por las nuevas generaciones.
¿De qué se trata este cuento?
La nieve de Chelm, de Isaac Bashevis Singer, hace parte de un volumen de
historias sobre personajes judíos, la mayoría de ellos tontos, como los que
también aparecen el los cuentos de otras tradiciones: ¿recuerdas a Simón
el bobito? Pues con el ánimo de entretener a sus lectores, pero también de
recordarles con humor algunas costumbres de su país, el autor narra
pequeñas aventuras cotidianas en las que novios, animales, viejos y hasta
el mismo diablo, resuelven sus problemas a punta de torpeza y terquedad.
Isaac Bashevis es judío polaco y emigró a Estados Unidos en 1935, en
medio de la expansión del nazismo. Allí escribe en yiddish, la lengua de los
judíos del centro de Europa. En 1978 recibió el Premio Novel de Literatura.
Una aldea de tontos
Chelm era una aldea de tontos jóvenes y viejos. Una noche alguien vio
que la luna se reflejaba en un barril de agua. Los pobladores imaginaron
que se había caído allí y sellaron el barril para que la luna no se escapara.
Cuando a la mañana siguiente abrieron el barril y la luna no estaba allí, los
aldeanos decidieron que había sido robada. Llamaron a la policía, y
cuando vieron que el ladrón no aparecía, los tontos de Chelm lloraron y
gimieron.
De todos los tontos de Chelm, los más famosos eran siete ancianos. Como
eran los más viejos y los mayores tontos, gobernaban en Chelm. Tenían
barbas blancas y frentes muy anchas por pensar demasiado.
Una vez, durante una noche de Hannukkah, la nieve cayó continuamente.
Cubrió toda Chelm como un mantel de plata. La luna brilló, las estrellas
titilaron y la nieve relució como perlas y diamantes.
Esa noche los siete ancianos estaban reflexionando mientras arrugaban sus
frentes. La aldea necesitaba dinero y no sabían de donde obtenerlo.
Repentinamente el más anciano de ellos, Gronam, el Gran Tonto, exclamó:
¡La nieve es plata! ¡Veo perlas y diamantes en ella!
Para los ancianos era claro que había caído un tesoro del cielo.
Pero pronto comenzaron a preocuparse porque la gente de Chelm le
gustaba caminar y seguramente terminarían por pisotear el tesoro. ¿Qué
se podría hacer? El tonto Tundras sugirió:
Enviemos un mensajero que golpee en todas las ventanas y diga a todos
que deben permanecer en casa hasta que se hayan recogido la plata, las
perlas y los diamantes.
Por un rato hubo satisfacción con la propuesta. Pero Gronam hizo notar
con pesadumbre que el mensajero mismo pisotearía el tesoro.
¡Ya está! El mensajero no debe ir a pie. Debe ser transportado sobre una
mesa para que sus pies no toquen la preciosa nieve dijo Shmerel.
Todos quedaron encantados con la propuesta y los ancianos, batiendo
palmas, admiraron su propia sabiduría.
Entonces mandaron buscar el chico de los recados y lo pusieron sobre una
mesa. ¿y quien transportaría la mesa? Pues el cocinero, el pelador de
patatas, el mezclador de ensaladas y el pastor de la comunidad. Se les
ordenó a los cuatro que llevaran la mesa en la que el recadero estaba en
pie. Cada uno sostuvo una pata. Salieron. En cada ventana el chico
golpeaba y decía: nadie debe dejar su casa esta noche. Ha caído un
tesoro del cielo y está prohibido pisarlo…
La gente obedeció a los ancianos y permaneció en su casa. Entre tanto los
viejos trabajan de imaginar cómo harían mejor uso del tesoro cuando lo
recogieran. Tudras propuso comprar una gansa que diera huevos de oro
para que la comunidad tuviera un ingreso fijo. Shmerel propuso comprar
gafas que hicieran parecer más grandes todas las cosas a los habitantes
de Chelm. Si la aldea parecía más grande, entonces seria más grande. Ya
no seria una aldea sino una gran ciudad.
Pero mientras los ancianos sopesaban sus planes llegó la mañana y brilló el
sol. Miraron por la ventana y, ¡oh sorpresa!, vieron que la nieve había sido
pisoteada. Las botas de los porteadores de la mesa habían destruido el
tesoro. Los ancianos admitieron habían cometido un error, ¿Quizás otras
cuatro personas deberían de haber llevado a los cuatro hombres que
llevaban la mesa en la que estaba el recadero? Entonces decidieron que,
el año próximo, eso era lo que harían.
Aunque los aldeanos se quedaron sin tesoro, estaban esperanzados para
el año siguiente y felicitaron a los ancianos, quienes siempre tenían una
solución, por muy difícil que fuera el problema.
(Adaptación a un fragmento del cuento La nieve de Chelm, de Isaac Bashevis Singer, en Cuentos
Judíos de la aldea de Chelm. Editorial Lumen)
Y tú, ¿qué piensas?
¿Qué les hizo pensar a los ancianos que en la nieve
había un tesoro?
¿Cuál de las dos inversiones que proponen los viejos
te parece más atractiva? ¿La de la gansa o la de las gafas? ¿Por
qué?
Si hubieran atrapado la luna, ¿Qué crees que el
pueblo habría hecho con ella?
¿Cuál es el valor de este tipo de relatos dentro de
una comunidad?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta al patrimonio cultural
La indiferencia…
Nuestro patrimonio tangible e intangible, nacional y universal, no nos
puede ser indiferentes ya que su conservación es vital para las
generaciones presentes y futuras.
El saqueo…
Porque si permitimos que aquellas obras de arte que nos pertenecen a
todos se vayan del país, nos iremos quedando sin belleza, sin identidad ni
memoria.
La ignorancia…
Porque si desconocemos las riquezas artísticas y culturales de nuestra
ciudad o país, nuestra identidad será pobre y débil.
¿Qué es el patrimonio cultural?
Es el conjunto de creaciones que constituyen la identidad, la tradición, la
historia, el arte y la cultura de los pueblos. Se divide en patrimonio tangible
e intangible. Al tangible lo forman obras artísticas, monumentos, zonas
arqueológicas, lugares y ciudades que, por su importancia artística,
histórica o científica, han sido modelos culturales que tuvieron gran
influencia en algún momento de la historia y que siguen siendo fuente de
conocimiento. El patrimonio intangible (el que no se puede tocar), es la
cultura popular: tradición oral, danza, música, rituales, teatro tradicional y
hasta la gastronomía.
El patrimonio es nacional o universal y debemos conservarlo para el futuro.
Investigación
Cada país debe ser responsable de designar una buena cantidad de
recursos para investigar todo aquello que constituye su patrimonio cultural.
Sólo así podemos saber qué tenemos, en dónde se encuentra, en qué
condiciones está y qué podemos hacer para conservarlo
Divulgación
Debemos dar a conocer lo que tenemos. Solo así seremos conscientes de
la importancia y el valor de nuestro patrimonio. A veces no sabemos por
qué una pequeña iglesia colonial, unas ruinas prehispánicas o una vieja
casa son importantes. Pero si nos cuentan su historia, nos enseñan a
descubrir su belleza y nos explican su valor, nos sentiremos orgullosos, las
apreciaremos como nuestro patrimonio y contagiaremos a otros con
nuestro entusiasmo.
Ingredientes para el patrimonio
cultural
Protección
El patrimonio debe ser protegido del tiempo, de los ladrones, del
vandalismo, de las influencias externas y hasta de la globalización misma.
Cada ciudadano debería ser guardián del patrimonio, porque al hacerlo,
estaría protegiendo si propia identidad. Además, los estados deben emitir
Leyes que busquen proteger su herencia prohibiendo la demolición de
edificios de interés histórico y cultural, sancionando severamente el saqueo
de obras de arte y su exportación a otros países, financiando la realización
de eventos relacionados con la cultura popular y protegiendo las
expresiones culturales de las minorías.
Conservación
Como herencia, el patrimonio cultural ha sobrevivido cientos y hasta miles
de años. Sin embargo, también es cierto que se ha visto amenazado no
sólo por el tiempo, sino por la acción destructora del hombre. Los
gobiernos y los ciudadanos deben comprometerse a proteger su herencia
cultural para evitar que se deteriore, en el caso de los bienes tangibles, o
se pierda, en el caso de los intangibles.
En ambos casos, debemos ser conscientes de que el patrimonio puede
desaparecer para siempre… lo cual sería realmente irreparable.
¡Es de todos!
Desde los años 70, la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la
educación, la Ciencia y la Cultura) decidió poner en acción para proteger
el Patrimonio Cultural de la Humanidad. Así, se creó una comisión que, año
tras año, determina qué lugares, ciudades y obras artísticas del mundo
pasan a formar parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad. Esto
constituye no sólo una distinción sino un compromiso de los gobiernos y sus
ciudadanos para preservar el patrimonio para las generaciones futuras de
todo el mundo. A su vez, la Unesco se compromete a colaborar con
asistencia técnica, científica y educativa para su conservación.
¡Qué vergüenza!
El hombre tiene un gran poder destructor. No sólo la negligencia y el olvido
destruyen el patrimonio, también las guerras. En 2001 los talibanes
destrozaron las estatuas gigantes de Buda en Bamiyan, que tenían 1.500
años de antigüedad.
Las bombas estadounidenses dañaron severamente el Museo
Arqueológico de Bagdad y muchas piezas con más de 20 siglos de
antigüedad fueron robadas o destruidas. Durante la guerra de Yugoslavia,
ciudades históricas como Dubrovnik también fueron severamente
dañadas.
De memoria
Observa bien a tu familia y fíjate en aquellos detalles que la definen y la
hacen particular. ¿De qué regio vienen, que palabras usan para hablar,
qué comen en las ocasiones especiales, cómo es su acento, qué
canciones cantan en las festividades, qué cuentos acostumbra narrar, qué
costumbres tienen que los diferencien de las otras familias, cómo es su
historia? La respuesta a cada una de estas preguntas irá formando las
piezas del rompecabezas que constituyen la identidad y el patrimonio
cultural de tu familia.
Sin todos estos rasgos, tú no serias quien eres: aunque tuvieras la misma
cara y la misma sangre, con otra cultura serias otra persona.
Patrimonio ambulante
¿Te has puesto a pensar que cada individuo se porta en si mismo el
patrimonio cultural de su país? Tú constituyes tu comunidad y tu nación.
Mas allá de los símbolos como el himno nacional o la bandera, tu herencia
y tu identidad son todavía más profundas… hablas el español con cierto
acento, comes alimentos que no se preparan así en ninguna otra parte del
mundo, bailas y cantas como no se hace en otros países, hay símbolos que
reconoces como tuyos: el sombrero vueltiao en Colombia, el sombrero de
charro en México o el de gaucho en Argentina ¡Cuántas cosas puede
decir un sombrero! Cada vez que repites que cantas tus canciones típicas,
que hablas o que cocinas, estás revitalizando tu patrimonio: le estas dando
vida.
¿Qué? What? Was?
En el mundo existen unas 4.000 lenguas y se cree que 2.000 se encuentran
en peligro de extinción.
Una lengua desaparece cuando ya no hay nadie que hable y esto sucede
al avance de idiomas que resultan más fuertes debido a la cantidad de
gente que los habla. Las lenguas amenazadas son habladas por pequeñas
comunidades. Para que te des una idea, el ainú de las islas Hokkaido sólo
es hablado por 150 personas; el cucapa del sur de E.U. y norte de México,
por 500 y el baida, de Canadá, por 178. Estas lenguas son amenazadas por
el japonés y el ruso, el inglés y el español, respectivamente. ¿Qué pasa
cuando se pierde una lengua? Desaparece la fuente de sabiduría, una
forma de entender al universo, de nombrar la realidad y de relacionarse
con el mundo. Es una gran desgracia para el patrimonio cultural universal.
¿A dónde crees que vas?
Hasta hace relativamente pocos años, cualquier aventurero, explorador o
individuo del común en un sitio arqueológico, se sentía en la libertad de
excavar y llevarse los objetos que encontrara, ya fuera para venderlos o
coleccionarlos. Hoy día esto tiene un nombre: saqueo, y constituye a un
delito: trafico ilegal del patrimonio. Cada vez que un guaquero excava en
una tumba prehispánica para ver que encuentra, destruye evidencias que
nos podrían decir mucho sobre como Vivian nuestros antepasados; cada
vez que una escultura antigua deja su país de origen, somos culturalmente
más pobres. El patrimonio cultural nos pertenece a todos y tiene un hogar
natural: los museos.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
El pasado en presente
Visita con tus amigos uno de los museos de tu ciudad, ya sea de arte, de
culturas indígenas, de ciencia o de historia. Detente en cada objeto y
obsérvalo con atención. ¿Cuál obra o pieza te gustó más? ¿Por qué?... y lo
más importante, ¿Crees haber descubierto algo sobre ti mismo (a) a partir
de ella?
Historias de siempre
La literatura oral hace parte del patrimonio cultural de los pueblos. Son
historias y leyendas que se transmiten de boca a boca, de los abuelos a sus
hijos y de éstos a sus hijos y así sucesivamente. Asé se conservan por
muchísimos años y se van enriqueciendo con los añadidos de cada relator.
Seguramente habrás escuchado algún cuento que pertenezca a la
tradición oral de tu departamento. Te invitamos a escribirlo, así se
conservara y permanecerá para siempre.
¡Todos a jugar!
Tarde de coplas
Las coplas son un recurso poético para hablar con música y humor de los
personajes y costumbres de nuestros pueblos. Apréndete con tus amigos
algunas coplas. Luego organiza con ellos, por parejas, una competencia
de copleros con versos improvisados. Gana el coplero más rápido e
ingenioso.
Cada lugar, una identidad
Los jugadores forman dos equipos de cuatro. Uno dibuja y el otro propone
el nombre de un país, ciudad o pueblo del mundo. El grupo encargado de
dibujar elige a uno de los miembros para que pinte el nombre del lugar
que le diga el otro grupo. Debe dibujar un edificio representativo, un
personaje, un traje representativo, un personaje, un traje o comida típica.
Cuando haya terminado regresará a su equipo para que adivinen el
nombre del sitio. El dibujante no puede hablar, hacer mímica ni dar alguna
pista. Si el lugar es adivinado en un minuto, el equipo se gana un punto y
elige otro lugar para que lo adivine el grupo rival. Si no lo adivinan el primer
equipo gana el punto.
“Tu herencia cultural es tu mayor tesoro”
Dos posibilidades
No podemos saber a ciencia cierta como serán los países en el futuro,
pero lo más seguro es que serán como nosotros decidamos que sean
La profesora de sociales les pregunto a sus alumnos que como creían que
serian los países del futuro. Hubo muchas y variadas respuestas, pero las
que más llamaron la atención fueron las de unos hermanos gemelos que
estaban en el mismo curso. Uno de ellos respondió: “tendrán edificios muy,
muy altos, pero no habrá necesidad de ascensores, porque se podrá llegar
a las oficinas o los apartamentos en taxis voladores, la gente será más del
aire que del suelo. Todo será más rápido y más fácil. La gente se
teletransportará a grandes distancias en poco tiempo. Ya se habrá
encontrado cura para las enfermedades graves. La vida será cómoda y
las personas lo tendrán todo a la mano.” Cuando le llegó el turno a sus
hermano, esta fue su respuesta: “No quisiera vivir en un país del futuro, creo
que todo estará sucio, no creo que habrá espacio para las personas entre
tanta basura. El aire, el suelo y el agua estarán contaminados. Habrá más
enfermedades, más tragedias, más guerras. La gente estará muy sola
cuidando de sus cosas o pegada a la televisión o a quien sabe que
aparato que se hayan inventado”.
Ante estas dos respuestas tan opuestas, el curso se dividió en dos.
Un grupo estaba de acuerdo con el gemelo que creía que en el futuro los
países estarían muy cómodos y modernos, el otro grupo estaba de parte
del que creía que los países serian terribles.
La discusión se prolongó por varios minutos, hasta que opinó: “Nosotros no
podemos saber ahora como serán los países en el futuro pero yo creo que
serán como nosotros decidamos que sean”. Su intervención tuvo mucho
respaldo de parte de sus compañeros y con esta sentencia prácticamente
terminó la discusión.
Y tú, ¿Cómo quieres que sea tu país en el futuro?
Dos amigos muy decentes
Sputnik y David crecieron juntos. Su familia educaba a David y David
educaba a Sputnik que era un caimán. David aprendió a comer con
cuchara, a multiplicar y a escribir. Sputnik también aprendió a beber
refresco de manzana y a jugar futbol. Había crecido bastante. Él y David se
acompañaban y paseaban juntos.
En ese pueblo tropical donde Vivian, la gente salía en los anocheceres del
domingo a dar vueltas por el parque. Antes de ponerse el sol, las palomas
de la iglesia revoloteaban mucho y daban vueltas encima de la gente.
Como no eran pulcras, lanzaban feas plastas de caca sobre los pelos de
las señoras mejor peinadas o sobre las guayaberas bordadas. David y
Sputnik se reían mucho de esto, tanto y con grandes bocas que en una
carcajada Sputnik se tragó cinco palomas distraídas. Quedó con el
enorme filo de sus fauces lleno de plumitas, y por eso la gente se dio
cuenta y se molestó. Hubo pros y contras.
¡Sputnik se está tragado las palomas!
Me alegro, por sucias que se las acabe.
¡Pero son la tradición de esta plaza, salen en las tarjetas postales!
Mejor que salga Sputnik.
Sus partidarios le tomaron fotos frente a la estatua de Benito Juárez, a ver si
el municipio lo editaba en postal, como gloria del pueblo. David estaba
satisfecho (esa petición no prosperó: al municipio no le parecieron cívicos
los caimanes).
Su familia había prohibido a David que fuera con Sputnik a la escuela. “No
que me eduque”, pensaba el caimán. Pero un día el maestro de zoología
les pidió que llevaran un animalito vivo para luego disecarlo. David
entendió que disecar era lo que él hacia salid de la ducha. Explico que el
maestro exigía la presencia de Sputnik y los acompaño hasta la escuela.
Entraron los dos al salón, se sentaron; los compañeros habían traído grillos,
ranas, pollitos y mariposas.
El maestro explicó mejor y David entendió por fin algo horrible: disecar no
tenia que ver con toallas sino con navajas, y era despellejar y abrir la
panza de los animalitos. ¡Claro que él no le haría eso a su caimán! Cuando
el maestro vio a Sputnik se subió al escritorio y lleno de miedo propuso a
David y a sus compañeros que les pondría diez en el examen final si se
llevaban a sus animales cuanto antes.
De esa ocasión y de las cosas muy cultas que discutieron sobre su nombre,
le quedó a Sputnik una noción notable: se enteró de que los soviéticos
habían lanzado al espacio una luna artificial bautizada con su nombre.
Claro, la imaginó como un gran caimán, veloz en el espacio, compitiendo
con las estrellas, muy ocupado con transmitir saludos a la luna, cada vez
que su gran silueta sauria se recortaba contra esa rueda encendida de
pantalla cinematográfica… pero a pesar de ello y de la educación, era un
caimán que conservaba su aire salvaje y sin duda no podía seguir viviendo
en el pueblo.
Todos, excepto David y algunos de sus amigos se sentían totalmente a
gusto con él.
Por eso, después de atacar el gallinero de la casa, llegó el juicio final para
Sputnik. Lo llevarían al zoológico y David podría visitarlo…
¿De qué se trata este cuento?
En la historia de Sputnik, de Emilio Carballido, un caimán y un niño entablan
una amistad que solo toleran los padres del chico, sus amigos y uno que
otro habitante del pueblo. A pesar de los esfuerzos de David por integrar al
reptil a la vida del lugar y de la voluntad del caimán por educarse, es
indiscutible que no puedan compartir la vida juntos.
David debe ceder sus intereses en función del bienestar de los demás y
acepta llevar a Sputnik al zoológico. Allí el animal llevará la vida que le
corresponde y de vez en cuando recibirá la visita de quien fuera su amigo
humano.
Emilio Carballido es un gran dramaturgo mexicano; también se ha
dedicado a escribir novelas para adultos y libros para niños.
Y tú, ¿Qué piensas?
¿Qué significa ser cívico?
¿Por qué los caimanes no pueden serlo?
¿Crees que David es un ciudadano responsable y
considerado? ¿Por qué?
¿Estás de acuerdo con la solución que encontraron
los padres de David?
¿Qué relación tiene la ciudadanía con el bien
común?
¡Mucho ojo! Con lo que no le gusta a la vida ciudadana
Los criticones…
Porque sus criticas no ayudan a que vivamos mejor. Los criticones
consideran malo aquello que ellos mismos no pueden hacer mejor.
Los indiferentes…
Porque no les interesa la suerte de su país, les da lo mismo que esté bien o
mal. Lo indiferentes no tienen la capacidad de comprometerse con que es
suyo. No lo olvides: tu país, tu ciudad, tu barrio, son tuyos, son de los demás,
son de todos.
Los destructores…
Porque no respetan ni valoran los bienes que son propiedad y patrimonio
de todos los ciudadanos.
¿Qué significa ser ciudadano?
Aparentemente el término de ciudadano no se refiere a las personas que
viven en ciudades. Pero no es así, un ciudadano es aquel que, por el solo
hecho de nacer en un país determinado, tiene todos los derechos y las
obligaciones que se encuentran en las leyes que recoge la Constitución
Nacional. En la mayoría de los países democráticos la ciudadanía se
obtiene al alcanzar la mayoría de edad, que es cuando se puede ejercer
el máximo derecho ciudadano: el del voto.
Sin embargo, toda persona, sea menor o mayor de edad, que vela por el
buen estado de su país, que participa y colabora para que cada vez sea
mejor y más humano, merece realmente el nombre de ciudadano.
Conocimiento
No es posible ser un buen ciudadano si no se conoce el país, su historia, su
cultura y sus leyes. Claro, no se trata de tener que hacer un tour por el país
o de aprenderse de memoria la constitución, pero si por interesarse de
conocer cada día un poco mas de nuestra realidad y de tener los ojos y los
oídos abiertos a todo lo que podamos saber sobre él.
Pertenencia
Un ciudadano sabe que pertenece a su país y se siente orgullosos de ello.
Pertenecer significa participar. Cuando un ciudadano vota, cuando
reclama, cuando denuncia, cuando colabora, cuando trabaja, cuando
paga sus impuestos o cuando es solidario, está ayudando a que su país
sea mejor. El país esta lleno de oportunidades para engrandecerlo y
hacerlo cada vez mejor.
Ingredientes para ser ciudadano
Solidaridad
La vida ciudadana implica la ayuda desinteresada a todas las personas,
especialmente a los más débiles y necesitados. No todas las personas
tienen las mismas oportunidades; hay gente que tiene riqueza, como
también hay gente muy pobre, pero todos son ciudadanos con los mismos
derechos y obligaciones. La solidaridad llama a los que más tienen a que
ayuden a los que menos tienen a llevar una vida digna y humana.
Con derechos y obligaciones
Antes del estallido de la Revolución Francesa no existían ciudadanos, sino
súbditos. Es decir, los habitantes de un país gobernado por una monarquía
no tenían ningún derecho, solo obligaciones. La gran herencia de la
Revolución Francesa es la ciudadanía. Al eliminar al monarca, todos los
hombres se convierten en ciudadanos. Es decir, en sujetos iguales ante la
ley, que no solo tienen deberes hacia el estado sino también derechos.
¿Qué es un derecho? La facultad que tenemos de exigir lo que la ley
establece a nuestro favor y nos protege de la injusticia.
Todos somos iguales
Aunque las democracias modernas otorgaron la ciudadanía, esta no era
para todos: las mujeres estaban excluidas. Se pensaban que no eran aptas
para participar del gobierno y menos para ocupar cargos públicos. Nueva
Zelanda, en 1893, fue el primer país en reconocer a sus mejores como
ciudadanas al otorgarles el derecho al voto.
Para relajarte
Dicen los que saben que para relajarse no hay nada mejor que la
naturaleza: percibir sus colores, sus olores, sus sonidos… pero no siempre es
posible estar en contacto con los paisajes maravillosos de nuestra
geografía. Por lo menos no directamente. Por eso, cada vez que necesites
alejarte, por ejemplo, antes de un examen, acuéstate en tu cama e
imagina un paisaje de tu país, con mar o montaña, o selva o desierto…
siente su brisa suave, su calor (o su frio, si lo prefieres), el silencio
interrumpido por el movimiento de las hojas o del trinar de los pájaros…
piensa que esta allí aunque nunca lo hayas visitado y solo lo conozcas a
través de tu libro de geografía, o de postales, o de programas de
televisión. Ya ves, ser ciudadano de este maravilloso país tiene muchas
ventajas.
Laboratorio de ciudadanía
En la casa y con la familia es donde aprendemos a ser ciudadanos. Un
hogar es bastante parecido a un país, obviamente en una dimensión
pequeña. Existen autoridades, normas, leyes, bienes; existen una economía
y una administración, y hay forma de cuidar y proteger tanto a los
miembros de la familia como a sus bienes. Los cuidados del hogar, es decir,
los padres y los hijos, tienen el deber de trabajar que sea un lugar habitable
y digno.
Para no olvidarnos
En los colegios y escuelas se suele celebrar una asamblea de estudiantes o
una ceremonia solemne en la cual se iza la bandera, se cantan los himnos
nacional y local, se recuerdan algunos momentos de nuestra historia, se
honra la memoria de algún personaje importante o se muestran signos
clave de nuestra identidad, como la danza o la música.
Esta asamblea sirve a toda la comunidad educativa como una especial
memoria, para que no olvidemos cómo fuimos conformando nuestra
historia y cuáles son los símbolos que nos la recuerdan
El pasaporte
El viajero que sale de su país necesita un documento de nacionalidad y de
identidad muy importante que recibe el nombre de pasaporte.
Este documento es otorgado a los ciudadanos para su identificación y
protección en el extranjero. También es un permiso oficial que autoriza al
poseedor a salir y a regresar a su país.
Normalmente el pasaporte es examinado y aprobado por funcionarios del
país extranjero para permitir la entrada de su titular.
Los pasaportes existen porque los países tienen el derecho a permitir o a
prohibir a los extranjeros el ingreso a su territorio.
Si lo oyes… lo olvidas… si lo ves… lo recuerdas
Si lo haces… lo aprendes ¡Saca tu cuaderno!
A cada quién con lo suyo
¿Sabes cuales son los derechos que tiene un ciudadano de tu edad, en la
calle, la escuela y en el hogar? Escribe cinco de ellos e ilústralos con
dibujos, fotografías o collages.
Yo, ciudadano
Ponte a pensar y reflexiona sobre tus acciones o actitudes diarias. Ahora,
completa las siguientes ideas:
Me considero un ciudadano integral porque….
Sin embargo aún debo cambiar en….
Creo que el derecho que debo defender es…..
Siento que la obligación con la que debo cumplir sin pretexto es………
¡Todos a jugar!
¿Serás tú?
El grupo elige a un compañero, pero uno de los jugadores deberá
ignorarlo y adivinar quién es. Para saber quien es la persona elegida, el
jugador debe hacer preguntas comparando al personaje oculto con
diferentes elementos que le sirva para destacar sus características como
ciudadano. Por ejemplo: “si fuera una animal, ¿cuál sería?”. El grupo le
responderá teniendo en cuenta la responsabilidad y valores humanos del
compañero. El adivinador puede hacer todas las preguntas que quiera,
pero sólo tiene una oportunidad de decir el nombre de quien se habla.
Ahorcado
Ahora, un juego tradicional, aplicado a los valores ciudadanos que
contribuyen a formar una sociedad democrática. Puedes jugar utilizando
un cuaderno o un tablero.
Un jugador piensa en un valor ciudadano y lo escribe poniendo solamente
la última letra y reemplazando cada una de las otras por una raya.
Por ejemplo: votar
---- ----- ----- R
Por turno, los demás jugadores dicen las letras que crecen que van. Si son
acertadas, el jugador las escribe en su lugar. Si no, comienza el dibujo de
un ahorcado marcando una raya por una letra equivocada. La horca se
dibuja con cinco rayas y el ahorcado con seis. Se pierde el juego si se
termina el dibujo del ahorcado sin que haya adivinado la palabra.
“Participar es gobernar”