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GILBERTO ACEVES NAVARRO La intuición primitiva Por Sea/ti e/ A/atriste ñ'ñ.;¡ñ30 0 ñ ññfiñ •• ñ8añ. El siguiente texto está tomado de una plática que sos- tuve con Gilbert o Aceves Navar ro . en su estudi o. cuando daba los últimos toques a su serie Bañistas, alumbradas. que en estos dias se pre senta en el Museo de Arte Moderno. Senan unos diez o doce dibujos, Gilberto Aceves Navarro los hizo para la edición de El Amor Condenado, el libro sobre escritores del Siglo de Oro Español, de Sergio Fem ández, Cada dibujo acompaña un capítulo, que trata, siempre, sobre los estilos del amor, del amor como lo comprendían los barrocos. En conjunto resultan brutales, una mezcla de deseo, erotismo, pasión, ternura, inacabado placer. El protagonista (que no el narrador, pues a no dudarlo, más que representación en la serie se encarna una vivencia) es un ser que se nutre tanto de su condición de amante, como de las líneas de tinta -alborotadas, furiosas, violentas- que le dan vida. Yo intenté que los personajes que dibujé no fueran una ilustración, sino más bien personajes vivos dentro del libro, es decir. mi intención fue que. retrataran la trama, no que la narraran , que funcionaran como una imagen plástica. En parte yo los siento como autorretratos, fue algo que nació desde el principio, desde que Sergio me dio el manuscrito, porque siempre he andado enredado con el amor ,y por eso, leerlo fue la constatación de una especie de biografia personal; al ponerme a dibujar lo hice más que nada bajo la impresión del contenido de los textos y no tratando de ilustrarlos, sent í tan profundamente algunos de los dibujos que pensé en una especie de signo de mí rmsrno. Para mí el amor es una explosión que empieza con un deslumbramiento; yo no me enamoro preparándome del enamoramiento. sino que de repente Foto: Roge/ioCuellBr lo veo ahí como rodéandome , deslumbrándome y entonces siento que estoy perdido. En la plástica me pasa algo semejante: pinto obedeciendo a ese acto de deslumbramiento, y una vez que me penetra , que consigo interiorizarme en esa luz, ya no puedo regirla, simplemente me voy con ella; entonces, los excesos más inauditos se pueden dar en mí no como sensaciones o sentimientos sencillos, suaves, sino como una emoción violenta. Ahora bien, la realización de los dibujos de El Amor Condenado no tuvo anuncio previo, ni bocetos, ni nada , lo que fue bastante raro en mí; simplemente llegaba yo a la exaltación en un momento dado de la lectura, en una especie de apareamiento con la trama y empezaba a dibujar; por eso resultaron, en términos de estilo, dibujos un tanto cuanto dispares, pues no usé una sola manera de ilustrar. En algunos de ellos creo que la exaltación propia del tema me hizo llegar a extremos expresivos que, a mí en lo part icul ar , me parecen una de las fuentes menos probadas del arte plástico mexicano de estos momentos; me parece que hemos estado preocupados durante mu chos años y generaciones con lo que es la técnica, y a mí no me importa tanto cómo se resuelve el problema plástico , desde una atalaya, lIamémosle intelectual o ligada a los conceptos históricos, sino que me preocupa encontrar una respuesta definitiva, totalmente vital, con lo patentemente inmediato. El hecho de pintar , de hacer arte, es una tarea de amor, y como buena tarea de amor, tiene que ser l enta; las obras de amor rápidas no sirven. Para mí es fundamental que mis dibuj os, mi pintura , se vaya gestando desde el fondo mismo de las cosas, ha sta hacer explosi ón . Por lo demás, en este asunto no hay palabras; por lo menos, las palabras que se podrían hallar son mu y escasas, mu y simples ; tal 28 _

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GILBERTO ACEVES NAVARRO

La intuición primitivaPor Sea/tie/ A/atristeñ'ñ.;¡ñ30 0 ñ ñ ñ f i ñ •• ñ8añ.

El siguiente texto está tomado de una plática que sos­tuve con Gilbert o Aceves Navar ro . en su estudi o.cuando daba los últimos toques a su serie Bañistas,alumbradas. que en estos dias se pre senta en el Museode Arte Moderno.

Senan unos diez o doce dibujos,Gilberto Aceves Navarro los hizo parala edición de El Amor Condenado, ellibro sobre escritores del Siglo de OroEspañol, de Sergio Fem ández, Cadadibujo acompaña un capítulo, que trata,siempre, sobre los estilos del amor, delamor como lo comprendían los barrocos.En conjunto resultan brutales, unamezcla de deseo, erotismo, pasión,ternura, inacabado placer. Elprotagonista (que no el narrador, pues ano dudarlo, más que representación enla serie se encarna una vivencia) es unser que se nutre tanto de su condiciónde amante, como de las líneas de tinta-alborotadas, furiosas, violentas- que ledan vida.

Yo intenté que los personajes quedibujé no fueran una ilustración, sinomás bien personajes vivos dentro dellibro, es decir. mi intención fue que .retrataran la trama, no que la narraran ,que funcionaran como una imagenplástica. En parte yo los siento comoautorretratos, fue algo que nació desdeel principio, desde que Sergio me dio elmanuscrito, porque siempre he andadoenredado con el amor, y por eso, leerlofue la constatación de una especie debiografia personal; al ponerme adibujar lo hice más que nada bajo laimpresión del contenido de los textos yno tratando de ilustrarlos, sentí tanprofundamente algunos de los dibujosque pensé en una especie de signo de mírmsrno.

Para mí el amor es una explosión queempieza con un deslumbramiento; yo nome enamoro preparándome delenamoramiento. sino que de repente

Foto: Roge/ioCuellBr

lo veo ahí como rodéandome,deslumbrándome y entonces siento queestoy perdido. En la plástica me pasa algosemejante: pinto obedeciendo a ese actode deslumbramiento, y una vez que mepenetra, que consigo interiorizarme enesa luz, ya no puedo regirla,simplemente me voy con ella; entonces,los excesos más inauditos se puedendar en mí no como sensaciones osentimientos sencillos, suaves, sino comouna emoción violenta. Ahora bien, larealización de los dibujos de El AmorCondenado no tuvo anuncio previo, nibocetos, ni nada , lo que fue bastante raroen mí; simplemente llegaba yo a laexaltación en un momento dado de lalectura, en una especie de apareamientocon la trama y empezaba a dibujar;por eso resultaron, en términos deestilo, dibujos un tanto cuanto dispares,pues no usé una sola manera deilustrar. En algunos de ellos creoque la exaltación propia del tema me

hizo llegar a extremos expresivos que, amí en lo particular, me parecen una delas fuentes menos probadas del arteplástico mexicano de estos momentos; meparece que hemos estadopreocupados durante muchos años ygeneraciones con lo que es la técnica,y a mí no me importa tanto cómo seresuelve el problema plástico , desde unaatalaya, lIamémosle intelectual o ligada alos conceptos históri cos, sino que mepreocupa encontrar una respuestadefinitiva, totalmente vital, con lopatentemente inmediato.El hecho de pintar, de hacer arte , es unatarea de amor, y como buena tarea deamor, tiene qu e ser lenta ; las obras deamor rápidas no sirven. Para mí esfundamental que mis dibuj os, mi pintura,se vaya gestando desde el fondo mismode las cosas, ha sta hacer explosión . Por lodem ás, en este asunto no hay palabras;por lo menos, las palabras que se podríanhallar son mu y escasas, mu y simples ; tal

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vez muy intensas pero muy sencillas; nohay rebuscamientos de ninguna especie;en mi contacto con este fenómeno,llámese amoroso o artístico, pretendo un-ocontacto directo, inmediato, sin nada quelo enturbie, y sí que lo intensifique, quelo haga más que nada un acto natural.

.Aunque, tengo que decirlo, no creo queni el amor ni el arte en sí tengan laobligación de ser bellos; en ocasionespueden ser espantosos, terribles, yentonces es cua ndo se tornan en unsufrimiento profundo; me parece que elsimple he cho de enamora rme, el simplehecho de pintar, es un sufrimientoporque trastoca totalmente mi ser y micondición vital; tras toca todos los órdenesque yo tengo de la existencia; metransformo, pero no como el camaleón,sino de una manera mucho más int ensa,más profunda; es decir, no cambio decolores, cambio íntegramente. Paradecirlo de otra manera, yo no pinto dememoria ni pinto mis memorias; no amolo que sé; amo el momento exacto,preciso, y pinto el momento vita l, el queme conecta y explica la vida. Mi pinturaes siempre la explicación de un vínculopersonal con la vida; si yo no pintara noesta ría vivo, y digo pintar como términogenérico; si no hiciera arte, aunquepodría sonar chocant e, no existiría, nome importaría siq uiera; digamos quepermanecería en estado lar vario; nohabría manera o posibilidad derescatarme. De esta man era yo descubrolos temas que pint o, y, en realidad, sonlos mismos que vivo.

Los cuadros, las líneas, los personajes, el.tema mism o de la pintura de Aceves .Navarro está siempre dominado por elmovimiento, por una especie dedesasosiego que no da tregua ni al colorni a la mirada del espectador. Unotenderla a pensar en los pasteles de losaños sesenta por ejemplo, que descubrenlas figuras que están como escondidasen la marea cromática; que ahí, atrás,hay seres que se mueven; pero al mismotiempo uno se siente llamado aengaño. ¿Es acaso un puente entre elfigurativismo y lo abstracto? ¿Qué pasa,en realidad, dentro del cuadro?¿Dónde se crean, por decirlo así, losecos con que los colores dan a luzfiguras dubitativas, ajenas, esquivas,temerosas, inaprehensibles?

Vu elvo a lo mismo, lo mío es un actovital, pinto tratando de establecer undiálogo con lo que pinto; entonces el

Bañistas en una playa muy al norte

color es el más inm ediato, el que tengo ala man o, con el qu e provoco a l vacío, quees la tela en blan co; de ahí viene lanecesidad de reequilibrarla odesequilibrarla defin iti vamente; sie m prees un proceso en el cual inter rogo yrecibo respue stas; y si se logra establecerel diálogo, se convierte en un actoabsoluta mente ver tig inoso , de una grancele rida d ; por esta ra zón, la pintura m eva diciendo qu é hacer, muchas veces sesale de mi dominio , y el cuadro me llevade la ma no hasta qu e lo termino. Esta esla razón por la cua l ge neralmentepre paro co n mu cha antelación mis obras,en términos de eleme ntos plásticos; m epaso d ibujando muchísimo, durante untiempo largo , para no tropezarme co nproblemas de forma o de dibujo; parapod er, po steriormente , establecer undiálogo libre; ya no se trata d e resol veruna man o o un pie o un a cabeza , pues yalas tengo resue ltas, ya las tengoasimiladas, son como las pal abras, unlenguaj e prop io qu e sé qu é quiere d ecir,pero no lo busco , ahí es tá; entonces,surge lo otro, el amor, la viole ncia, elart e. Este len guaj e, por lla marlo d ealgún modo , tiene como base un aespecie de int uición, una intuiciónprimit iva si se quiere , por lo brutal , porlo desnudo de la forma en q ue se merevela. Me parece qu e, un a vez quetengo los elementos plásticos necesa r ios,

todo tiene que ver con el ritmo; porello, también, me co nsidero un pintorsufí , lo cual me parece ex traord ina r io,por aquello de la geome tr ía y dem ás dela arquitectura sufí , a la cua l le atribuyouna cercanía importante con el ritmo,funda mentalmente co n el ritmo, o coneso qu e yo llamo intuición primitiva.Aho ra , ¿cómo se gestan las intuiciones,éstas mías? No lo sé , descubrí querer serartista con una intuición formidable .Estaba yo en Secundaria y tuve la fortunade ser alumno de Ca rlos Pellice r , y él nosllevó a Acolma n y a las Pirámides; en un ade las naves, en un a d e las grandes crujíasde celdas de Acol man, co n esasventanitas pequeñas po r fuera yaboc inadas por dentro, donde la luz varebotanto por las paredes, la ví, la percibíy me deslumbró; es ta luz me llam ó laatención tanto, tan profundamente , quedije yo la tengo que agarrar, me tengo queasir de ella de alguna manera ; y saliend ode ahí le dije a un compañero ya sé quéquiero ser en la vida; hasta ese mom entohabía dado tu mbos de vocación o dega nas de hacer esto o lo otro , pero en esemom en to supe que qu ería ser pintor ;¡pintor? -me dijo mi compañero pero si túeres un mamarracho, no sabes ni siquieradibuja r; no me importó , ya estab adeslumbrado con mi intuición y meempecé a desarrollar así, sin más ni más,abandoné prácticamente todo y me puse

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Foto: Roge/io Cue/lar

a dibujar y a hacer esculturas co mo loco.Pellicer, en cuanto vió lo qu e estabahaciendo, me dijo qu e yo era un tigre, nosé por qu é razón , pe ro me lo dij o , sientoque en ese mom ento se de sató unvendava l en mi vida y que ésta semodificó absolutamente. Desde entoncesahí ando con mi viento a cuestas .

De ser impertinentes, pensariamos enprocesos cercanos a la creación del mito¿Si la figura parece un cisne, por qué nopensar que es una representación de Zeusacechando a Leda? ¿Seria en un oráculosemejante a estos cuadros, donde el ciegoTiresias descubria las verdadesescondidas en toda realidad? La duda, enningún sentido baladí, se refiere a que lapintura de Aceves Navarro raya en larevelación , parece estar al borde dedescubrir un cataclismo , de desnudar unamentira, o, a veces, de arropar unaverdad deslumbradora. Su procesoestético es el de violentar, por losextremos, los contenidos; el de enloqueceral color apareando significados opuestos,creando una especie de oximorónpictórico. En su última serie,Bañistas y alumbradas, la ciudadentera , sus mitos, sus luces, aquello conlo que se exhibe el progreso, aparecerepresentado como si se tratara dedibujos rupestres en una cavernaolvidada.

En la medida en qu e e! mito tien ecolinda nc ias con el misteri o , es eso, unmito ; pero vaya, no pint o mitos , no meinteresa, no soy primitivo en ese sent ido,soy de otro tipo, soy e! primit ivo que setrata de explicar e! por qu é de las cosas;mi primitivismo se da en ese sentido, nolo convie r to en un objeto de vene ración,de culto , o lo que sea, sino, como dije , enemoción directa , pura. Para decirlo deotra forma, no hay en mi pintura unarepresentación de! mito sino unabúsqued a mítica. Pretendo, espero , tengola esperanza de que quien vea mis cosas

pueble con sus propios mitos lo qu e hago,los entrelace, los entretej a; quiero queese diálogo que yo establecí'se recree enel espectado r; por eso no creo qu e miscuadros estén cerrados, creo qu e estánabiertos, qu e todavía podrían ten er unproceso má s, y que ese pro ceso será, en

par te, realizado por el espec tador. Yono pinto para mí solo, lo cual no quieredecir qu e piense realmen te en elespectador al pintar; no , pienso qu eel diálogo debe sercompletado, que e! centro de la pinturaes el diálogo. Si este d iálogo necesita

aves, está n ahí, aparecen gallos,pavorreales, loros, etc. De repente ,insisto en el diálogo qu e voy

,estableciendo con la pin tura, se plantea lanecesidad de una presen cia y sin que yosepa cómo, aparece ; no la veo antes, no latengo en mi interior, pero se me presentaen este juego que establezco ; es decir, noplant eo un esquema a unque estoydibuj ando todo el tiempo y digo esto va aser así o asado -como me pa,a ahora conla serie que he llamad o ib a ñistas .Yalumbradas -, va y a met erme con loshéroes nacionales, van a ir Beni toJuár ez y Las Bañi stas, o las Bañistas y el

Ejército Trigarante, y tod o este tipo dere lajo qu e pu cd c establece rse ; ¿cómosurgió la re lación>, nu nca lo supe , derepente apa reció el Benem érit o. estabaahí, impone nte , serio y negro, devestido oscuro, de alma blanca; ¿pa raqu é?, eso lo tien e que decire! espectador.En e! fondo no existe ningún propósitode ser diferente, no tiene ningunaimportancia; lo qu e sí me inte resa es loque intuyo, lo que yo siento; que no mede tengan en e l quehacer de missoluciones las consideraciones ajenas alo que es e! ar te, como si soy exitoso ono; o si voy a instituirme en un guía; enfin , esto es secundario para mí; algunasveces les he dicho a mis alumnos: mira,quítate de cuen tos, no se trata de tanto,se trata simple y sencillamente de quedescubras el misterio de un color; paramí es eso , el misterio de una palabra,el misterio de unapersonalidad . Si esto es un mito, tampocome importa. Pienso que más bien se

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Foto: R~io CuellM

porque me hizo concebir la luz de otromod o; primero por la constatación deque no soy un ser ete rno, de que mi idea,

mi límit e de compro miso. que dije que es

inaudito, requiere de vida paracum plirlo; eso me espantó y lógicamenteanhelé , y anhe lo , vivir más intensamentey más dedicado a la pintura también;segundo . porque el so l, ent onces, meimportó m ucho , me importó mucho laclarida d, ésta re sonan cia qu e para mí esun ta nt o co lorida : el color resonante; elcolor co n sonido; el color con eco ; el .color co n todos los adj eti vos posibles.Falta agregar un element o más : a raíz delaccidente estoy empezando a usarnuevamente. a la manera de los barrocos,la sombra; no se nota todavía muchoporque es el intento un tanto inmediato,hace poco surgió, pero es unaconsecu encia lógica de la luz; es decir, lasombra se reflej a , cae sobre algo siempre,y. genera lmente, lo hace sobre la tierra.Eso me provoca sentirme más pegado a lomateria l, a la fuerza primaria; me obligaa ten er un a connotación terrena; es unanuncio más, un hecho más en mipintura; as í, el espacio ha dejado de seruna cuestión abstrac ta y se ha convertidoen a lgo palp abl e, y este algo, totalmenteclaro a veces. o cabalmente sombreado,lUVO qu e tener una resonancia en elcolor; es decir, tuvo que llenarse de ecos}'de razones, pero más que nada se harevelad o como una íntima necesidad deser más colorido y de ligarme más a lopuramente físico. Dijéramos que con elaccide nt e se me apareció el sol, perotambi én la sombra y la tierra.En esta nueva serie de Bañistas yalumbradas hay una cuestión con la luzIllU Y importante, parece una luzhambrienta, qu e no da vida a lospersonajes , sino que los quiere devorar;corno si se untara más a ellos, o sehubi era vuelto algo más embarrado, quese pega a los objeto s; por eso. esta luzno rebota . se queda ahí, no pretendoque se refleje. Todo empezó con unaserie de dibujitos que hice. estaba yo'sentado y de rep ente dije ¿qué pasó conla lu z? ¿qué pasó con el sol? ¿qué pasó con'las estrellas? por ahí los tengo, son unosdibujitos hechos rápidamente. con unasfiguritas muy curiosas; y se diócompleto el fenómeno. Yo creo qu e porsituaciones corno éstas es por lo qu e seconserva uno en la cuestión de seguir a

" la pintura; yo me metí con una granintuición y he persev erado en ella, heseguido persiguiendo ese primermisterio: la intuición qu e me la reveló.

trataría de explicar por qué estoy tanvinculado con el misterio. pero no puedo.no tengo explicación alguna . porque memaravilla lo que suced e a mi alrededorcuando trabajo. sien to cuando obtengo larevelación. pero cuando pinto y nopuedo resolver el misterio. que no puedocontestarme. me an gustio. sufro. aunquetampoco pueda explicarlo; sé cuándopenetro en el misterio . pe ro no sé cómolo hago. no sé más del asunto ; y cuando[10acierto. lo sé ta mbién de inmediato. yentonces me quedo profunda yterriblemente derrotado. vacío . y meduelo. sufro muchísimo; por fortuna

, llevo una vida bastante burguesa en elotro sentido. bu rguesa en cuanto al tenerhogar, llevarme bie n con la familia ytodas estas cosas. es mi punto de

. equilibrio. es mi far iro al que me agarro,si no, no sé qu é h..brí a pasado conmigo.Creo, por otro lado . que un mal pintorsufre igualrneru e qu e un buen pintorporque la bon dad . en ese sentido , notiene que ver co n 1;1 in tenci ón : cuando yoera joven y van idoso . como todos losjóvenes, me co mparnba con mis maestrosy me decía ¡qui IJarbaridad! por qui siguenpintando si son la n mediocres: no me lopodía responder: lile lo contesté tiempo-después , en cua nto tu ve también la dudade si yo servía o no servía; de si era buenoo no; me dij e. sulJongamos que soy malo,

¡dejarla, renuncia rla a pintar' : deinmediato me c()n lt~s l é que no, que no .importaba. q ue de todas maneras sería

. pintor. Lo qu e en rea lidad importa es sersensible, porq \ll~ en este asunto de serbueno o malo inte rvienen varias cosas, y"hay, en mu chas ocasiones, como fórmulaspara acceder a cier to grado de calidad, ysi las sigue uno. lo logra; pero en el fondo¿a quién le impon a? es como en laacademia ¿no?: aprende uno el modelo y.: i

está seguro, absoluta mente seguro decómo va a ser juzgado; pero yo creo quese mete uno en este argüende de lapintura no para estar seguro, sino todo locontrario, para tener las dudas, las másterribles y las más profundas; cuandoéstas están resueltas, ya no tienenninguna importancia; uno debe tener unmanantial de dudas para que no seagoten. No sé. para mí es eso, y si acaso,lo pienso ahora. esa es la cercanía con elmito, con lo mítico, porque repito, elmito siempre es misterio. duda. ¿No esasí? Pongamos la luz. es un misterio, esun mito; pues hace poco tuve un ;(accidente -bastante fuerte, por otrolado- que me desquició no sólo la salud, 'sino también en términos artísticos,

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mi manera de funcionar , manejado poresta intuición que he tenido. Muchasveces siento que he perdido muchosdiscursos, muchas cosas importantes quedecir, o maneras de deci r , que no mehe detenido a analizar; tengo seriescompletas que están trabajadasintensamente, inclusive como una especiede parábolas bíblicas, todo un génesis delmundo a través de pinturas, dibujos ymás dibujos; historias formidables,completas, escritas como guiones de estoo lo otro, que se quedaron en nada, nosalieron, se acabaron en el camino, o sinacabarse, apareció algo más fuerte , másintenso que desalojó esa preocupaciónanterior.Siempre hay una novedad. siempre hayun interés renovado, siem pre hay unmisterio que es fresco, que no mepermite detenerme; tal vez este procesoha sembrado un sentimiento de nostalgia,de desencanto. Aunque esta nostalgiatiene que ver, sin duda, con la situaciónpolítica de México, de la ciudad deMéxico. Nací en una época en quepensábamos que México era de otramanera, a mis estudiantes les digo quepareciera que hablamos idiomasdiferentes, porque no nos entendemos,porque nacimos en lugares disímbolos.Para ser plástico hay que palpar y losjóvenes le tienen miedo al cont acto; nomeditan, son como clínicas donde no caeuna gota de polvo. El hecho simple detocar, de sentirse tocado, es una manera

Bañistas y asoleadas frente al Mar Negro

por la que he sufrido muchí simo; tengouna enorme desventaj a en ese sentido,me cuesta trabajo entender quien soy opor qué soy así, y pienso que ya no lo voya poder superar , a lo mejor yendo con unamansalocos me compondría, pero no locreo , ya no es tiempo, y además, tengouna pri sa enorme por concluir mimensaje . Otra de mis carencias radi ca en

La destrucción lo abarca casi todo; esnotorio el interés por revertirse, pormetamorfosear la visión estética previa.Se ha pasado de las tonalidades opacas,pobladas de ocres, un poco al estilo deBraque; de los colores pastel semejantes alos de Bacon, a series cromáticas fuertes,intensas, que bien podrían recordar aBonnard; pero, paradójicamente, en estecambio no hay alegria, hay desazón,injusticia, soledad. Hay, sobre todo, porla vía de los colores planos, unencuentro seco con la tristeza, con unaespecie de agonía que Aceves Navarroha ido recreando poco a poco, que haido elaborando a partir de temas delfolklore urbano: los luchadores , losnahuales, los poetas, las bañistas. Encada tema, en cada serie, se haagregado un punto más al rencor, a lanostalgia , al desencanto; y por otrolado, se ha dado una vuelta de tuerca ala explosión de los colores.

Tengo una enorme nostalgia, tal vez deahí venga la tr agedia que aparece en miscosas. Cuando me burlo de mí y digo quesoy hijo expósito, no es exactamente demi familia, sino de otras cosas, es unaimagen para decir que tengo unanostalgia profunda de algo intuido ,presentid o, como si fuera huérfano demuchas gentes. Esta orfandad, que espatrimonio de casi todos los hombres, enmí se da de una manera mu y específica ,

Alumbrada a mano y por sorpresa

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diferida de ver; el problema es ver, estees el problema central de mi formación ,no sólo plástica, sino vital, y e llos no loentienden. La vida que han llevado. losintereses y los ideales que maneja n,cualquiera que éstos sean, no estánmotivados por las mismas fuerzas qu e losnuestros , los de la gente de migeneración. A nosotros la naturaleza senos daba , estábamos más próximos a ella ,la tocábamos y la sentíamos, pe ro ademásaprendimos algo fundamental :obediencia; aprendíamos a obedecer, yuna de las cosas para ser realm ente uncazador de formas, es obedecer losdictados , los caminos , y las rutas de laforma ; no imponerse, no imponerle unaidea a este hecho de atra par la forma , deaprehenderla. Siempre he dicho que elproblema plástico es la posibilidad dedefinir no la form a, sino la visión de laforma , la visión interior que ten emos deella; esto no lo ent ienden los j óven es, nolo saben , su mund o es otro; me heconvencido de que son incapaces deobedecer , de tocar, de cent ra rse. Yo hesido una gent e que ha tra tado, desde sucentro. de capturar toda forma, decapturar el color; me detengosensualm ente en detalles nimios ypequeñísimos de lo qu e es la natu raleza ;para mí el paisaje de la ciudad era muyotro, y éste, el de ahora , es el paisaje deldesencant o; el de mi infancia me lodestruyeron, me lo hicieron añicos, me loconvirtieron en algo espantoso, no puedovoltear para ninguna parte qu e no tengael mensaj e escrito de cualquiercomerciant e; ésta no es mi ciudad. la mía

era diferent e; a ésta le tengo aversión ,miedo; le tengo pánico a las bocas delaverno qu e son las salidas y entradas delMetro; me aterra esta barca de Caronte.Jugué muchas veces en el Río de la

Piedad siendo niño , me comí mazorcasmaravillosas a unos cuantos pasos de .aquí , me llené las bolsas de ranas yviboritas que le llevaba como regalos auna prima de la que estabaenloquecidamente enamorado; antes,todo estaba a distancia, todo era tocable,todo era discernible , no solamente porlos ojos , sino por los pies: la ciudad eracaminable. Vuelvo a la imagen quedejamos pendi ente de la boca delinfierno que es el Metro, a la gran cuevaesa no entro aunque me paguen, aunqueme linchen; me resisto no porque pienseen el infierno y en las almas dolientes,pues aquí en este infierno no hay almasdolientes, hay gentes brutalizadas'alextremo, terriblemente egoístas,

espanto samente feas; no me gustan. Porotro lado, pienso que el arte plásticomexicano no ha hecho un retrato de estagente, la de ahora, como lo hizo Posadacon la de su tiempo; todavía no llegamosa eso , es decir, nos hemos perdido, noshemos desubicado, nos hemosdescentrado; no nos tomamos comomodelo; estamos, en ese sentido, siendoun poco como los académicos queque rían ser griegos; nosotros no sé quéqueremos ser, pero no hemos arriesgadonada para retratarnos tal como somos.Como se puede ver , esta profundanostalgia que tengo, que me impulsa, quegenera este trasfondo trágico de miscosas, viene de toda una serie de hechosreales, personales, y de cosas de las quemuchas veces no guardo memoria, peroque de repente afloran, me llegan y meent ristecen profundamente; soy expósitode este olvido, de esta pérdida, de estanostalgia que tengo del cuerno de laabundancia que siempre me enseñaronque era mi país ; que me llenó, no parasatisfacción plena y propia, sinosimplement e por la conciencia de ser algoesplendoroso y limpio y bueno y capaz yfuerte: no para abrigar aspiracionesfalsas, sino conscientes; con la granconciencia de ser capaz de refutarse tal ycomo se es . Como que nos escamotearonel país, y me duele muchísimo. En el 68decíamos que nos robaron el futuro ,ahora pareciera ser que ya nos llegó elfuturo y que lo que nos quitaron fue elpresente. Yo sé que todo esto se vareflejando en lo que hago. Estoy

inmerso en la ciudad y sus espectáculos:las vedettes, los luchadores, fueron unintento de irme metiendo en la ciudad,de tantear esto que me apremia tanto. Através de ver cómo se divierte la gente enMéxico yo iba encontrando respuestas ala inquietud de retratarnos, de sabercómo somos, de decir plásticamente aqué nos figuramos. Empecé por ahí y depronto surgieron las máscaras, losanteojos negros, los peinados en la cara,este disfraz que se maneja y que , además,es un disfraz de clase; estas caras depre stigio que manejamos todos los días ,las transformé en las máscaras de losluchadores, o en los rostros anteojados delas bañistas; tal vez se me asociaron yaparecieron, porque, insisto , todavía nopuedo retratar las caretas de la gente detodos los días . La máscara con queescondemos nuestra brutalidad y torpeza,nuestra falta de sitio y.demás, es, enrealidad, el nuevo tema de mipintura.o

Foto: RogttIio Cuel/lJr

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