gimnasio maravillas, historia de una herencia

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RESUMEN Cuando Alejandro de la Sota recibe el encargo de ampliar el colegio La Salle Maravillas, se encuentra que la obra está empezada, otro arquitecto había ya hecho y empezado a construir otro proyecto en el mismo lugar. Las prisas, los costes y el sentido común hacen que no se derribe la obra construida y se aproveche el máximo, adaptando su proyecto a lo que hay, y lo que hay a su proyecto. La investigación trata de averiguar qué aspectos tuvo que adaptar Sota, obligado a acomodarse a lo pre- existente, si él hubiera preferido tener otra formalización no predeterminada y cuál seria. A partir de esos datos se propone una hipótesis de cómo se podría haber proyectado el edificio en sección de no estar la construcción ya comenzada, tomando como herramientas de proyecto los valores de la propuesta finalmente construida de Sota. palabras clave: sección, estructura, aprovechamiento del espacio, iluminación, ventilación ABSTRACT When Alejandro de la Sota recibe the order to extend La Salle Maravillas’s School, he found that the work was already begun: another architecte had done and started to build another project in the same place. Due to the rush, costs and common sense, the work is not demolished and he takes advantage of it, adapting the project to the existing parts, and those parts to his project. The research try to determine what aspects had to adapt Sota, forced to accommodate the existing one.If he would rather have another formalization non-default and what it would be. From these data we propo- se a hypothesis of how it could have designed the building section if construction had not been started, taking as tools for project proposal the characteristics of the building constructed. keywords: section, structure, space utilization, lighting, ventilation Gimnasio Maravillas, historia de una herencia Maravillas Gym, story of an inheritance Isaac Mayor Molina

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RESUMEN

Cuando Alejandro de la Sota recibe el encargo de ampliar el colegio La Salle Maravillas, se encuentra que

la obra está empezada, otro arquitecto había ya hecho y empezado a construir otro proyecto en el mismo

lugar. Las prisas, los costes y el sentido común hacen que no se derribe la obra construida y se aproveche

el máximo, adaptando su proyecto a lo que hay, y lo que hay a su proyecto.

La investigación trata de averiguar qué aspectos tuvo que adaptar Sota, obligado a acomodarse a lo pre-

existente, si él hubiera preferido tener otra formalización no predeterminada y cuál seria. A partir de esos

datos se propone una hipótesis de cómo se podría haber proyectado el edificio en sección de no estar la

construcción ya comenzada, tomando como herramientas de proyecto los valores de la propuesta finalmente

construida de Sota.

palabras clave: sección, estructura, aprovechamiento del espacio, iluminación, ventilación

ABSTRACT

When Alejandro de la Sota recibe the order to extend La Salle Maravillas’s School, he found that the

work was already begun: another architecte had done and started to build another project in the same

place. Due to the rush, costs and common sense, the work is not demolished and he takes advantage of

it, adapting the project to the existing parts, and those parts to his project.

The research try to determine what aspects had to adapt Sota, forced to accommodate the existing one.If

he would rather have another formalization non-default and what it would be. From these data we propo-

se a hypothesis of how it could have designed the building section if construction had not been started,

taking as tools for project proposal the characteristics of the building constructed.

keywords: section, structure, space utilization, lighting, ventilation

Gimnasio Maravillas, historia de una herencia

Maravillas Gym, story of an inheritance

Isaac Mayor Molina

INTRODUCCIÓN Y OBJETIVO

Podríamos decir que el gimnasio

maravillas tiene dos nacimientos: Por

un lado el proyecto de Alfredo Ramón-

Laca, que incluso se llega a empezar a

construir, y por el otro, el que todos

conocemos de Alejandro de la Sota.

En un primer momento, los Hermanos

del colegio La Salle Maravillas, confían

al arquitecto Ramón-Laca la ampliación

del mismo, en un solar limítrofe y con

un fuerte desnivel, incluyendo en el

programa básicamente un gimnasio y

una piscina. Se llega a redactar, visar y

obtener la pertinente licencia de obras

para ese proyecto y en 1959 se inicia

la construcción llegando a realizar

las excavaciones, cimentaciones y

algunos de los muros de contención

planteados. No obstante, y de manera

aparentemente inesperada, Alfredo

Ramón-Laca presenta su renuncia ante

el colegio de arquitectos de Madrid a

seguir con dicho proyecto y obras, al

tiempo que los Hermanos de la Salle

encargan el trabajo a Alejandro de la

Sota, que toma las riendas con evidente

rapidez y eficacia. fig. 2. Proyecto de Alejandro de la Sota

fig. 1. Proyecto de Alfredo Ramón-Laca

01

La nueva propuesta hace uso de alguna

de las características del antiguo

proyecto, como utilizar un volumen

definido por el plano del patio como

cubierta, llegando a intersecar con el

de fachada de la calle Joaquín Costa.

Indudablemente esa era una decisión

acertada de Ramón-Laca, una brillante

estrategia para resolver el complicado

solar que se le proponía, y por ese

motivo Sota la hace valer, además

de resultar de conformidad para el

ayuntamiento, al no modificar el volumen

original. Sin embargo, el nuevo proyecto

sí que cambiará de manera sustancial

en su división de los espacios interiores

y sobre todo en la concepción de la

estructura, infra-dimensionada en la

propuesta anterior para la luz que se

planteaba salvar. El nuevo gimnasio

carece de piscina e incorpora una serie

de aulas y laboratorios complementarios

al uso del propio colegio. [fig. 1 y 2].

Para llevar a cabo el nuevo planteamiento

hubo que trazar unas directrices que

respetaran mayoritariamente la obra

hasta el momento construida, debido al

costoso desmantelamiento de la cantidad

de hormigón ya erigida. El mismo Sota

hace referencia a este hecho años más

tarde, en una conversación con Manuel

Gallego, Pedro Llano y Cesar Portela:

“[...] Yo ya me encontré las

excavaciones y parte de los

muros hechos. Llegas a la obra y

te encuentras con un gran muro

de hormigón. Está en marcha un

gimnasio que ideó otra persona y

mandas parar una obra que ya está

haciéndose.[...]” 1

Teniendo en cuenta ese hecho, el objetivo

de esta investigación es averiguar en

qué medida afecta el proyecto anterior

a la sección transversal del definitivo,

para poder realizar una hipótesis a

posteriori de cómo podría haber sido

esa misma sección de no encontrarse

con la obra ya empezada, siempre

planteando la alteración desde los

propios puntos fuertes o valores más

relevantes del proyecto final de Sota.

METODOLOGIA

Para realizar esta investigación se

plantea estudiar en qué medida afecta

al proyecto definitivo la obra construida

por parte de Ramón-Laca, e indagar si

hay algún indicio de que Alejandro de

la Sota hubiera querido rechazar esas

preexistencias, o si hay alguna que

rechazara. A continuación se elaborará

un análisis de los mecanismos de

proyección de la obra definitiva, con el

fin de comprender de qué manera está

pensada para proponer a continuación

una hipótesis fundamentada y

coherente con la obra final, realizada

con la tecnología y materiales de la

época, que plantee de qué manera se

podría haber solucionado el proyecto

de no haber tenido una construcción

ya iniciada.

fig. 3. Excavación y muros construidos

cuando Sota manda parar la obra

fig. 4. Disposición de los muros escalonados para dividir la carga y poder realizar muros de

menor dimensión

02

RAMÓN-LACA EN ALEJANDRO DE LA

SOTA

Cuando Alejandro de la Sota manda

parar la obra está ya hecha la

excavación, cimentación y buena parte

de los muros de contención. Eso

significa que tiene un sótano excavado

3,5 metros respecto la cota cero (el

definitivo nivel del gimnasio) y un muro

descomunal de hormigón en masa a una

distancia de 24 metros de la línea de

fachada. [fig. 3].

En la sección de la primera propuesta

se puede apreciar cómo la estructura

planteada es de hormigón en su

totalidad, con un forjado de canto más

o menos convencional para salvar una

luz de aproximadamente 15 metros, y

con el agravante de tener un patio

de colegio en la parte superior como

sobrecarga de uso. Sota propone un

cambio de estructura, aligerándola y

utilizando quizás un material más idóneo

para salvar grandes luces: el acero.

La estructura de hormigón que hay en

el gimnasio construido es prácticamente

en su totalidad la aprovechada del

anterior proyecto. Sota solamente

manda derribar 2 metros de la parte

superior del muro para poder adaptar

la nueva estructura metálica a la ya

existente de hormigón, aprovechando

de paso el grueso del muro para

encajar las gradas en la parte alta.

Solamente se construye de nuevo con

ese material la estructura del sótano,

antes reservado para una piscina, que

ahora servirá de pavimento para la

pista.

Para contener las tierras de 12 metros

de altura, Ramón-Laca propone una serie

de muros escalonados, con el objetivo

de minimizar el empuje del terreno y el

elevado momento flector que resultaría

en la parte alta del muro de realizarlo

en un solo plano vertical. Al disponer

el terreno en terrazas se consiguen

dividir los esfuerzos, haciendo que

el terreno se contenga con pequeños

muros de dimensiones moderadas. [fig.

4]. La manera más cómoda de realizar

esta intervención hubiera sido con

un muro pantalla, pero es muy poco

probable que Ramón-Laca conociera esa

nueva técnica.

El muro pantalla propiamente dicho (el

que incorpora la utilización de lodos

expansivos) se descubre en Italia, casi

simultáneamente por los ingenieros

Veder (1952) y Marconi (1953). Ya en la

década de 1950 se utiliza ese sistema

para realizar el metro de la ciudad de

Milán, que posteriormente seria llamado

método del “Metro de Milán”. La nueva

tecnología permitía minimizar el tiempo

de restricciones de transito al evitar

las excavaciones a cielo abierto. [fig.

5].

Aunque el libro de Georges Schneebeli

(el primero sobre el tema editado

en español), Muros Pantalla, no se

publicó en España hasta el 1981, esa

nueva tecnología se usó por primera

vez en nuestro país en el 1962, para

la ampliación del edificio de Antonio

Tenreiro y Peregrín Estellés del Banco

Pastor en La Coruña. Sin embargo,

era una técnica muy novedosa y poco

conocida, muy probablemente ignorada

por Ramón-Laca y por el propio

Alejandro de la Sota.

Por lo tanto tenemos dos elementos

con los que Sota tiene que apechar.

Por un lado el sótano existente con

los cimientos ya conformados y por

el otro unos muros pensados para

soportar el empuje de las tierras de

fig. 5. Esquema de realización del metro de Milán.

1 prezanja, ejecución de los muros pantalla; 2 losa de cobertura, reestablecimiento del

tráfico; 3 ecavación en subterráneo

03

manera escalonada. Se percibe que

no fue del agrado de Sota, ya que el

sótano lo dedicó a un programa casi

residual, restando importancia a esa

parte, que por otro lado dispone de

una estructura discordante respecto

a la del resto de la intervención.2

Respecto a los muros es, si cabe, aún

más claro que fue un compromiso con

el que tuvo que conformarse, aunque

más tarde se demostró que supo darle

la vuelta al problema, convirtiéndolo en

una virtud, colocando las circulaciones

en el estribo entre los muros. Pero no

era una sección escalonada la preferida

por Sota. Es sabida su predilección

por el “cubo que funcione”3. Alejandro

de la Sota prefiere apostar por una

figura compacta, un prisma donde todo

funciona gracias al buen encaje de las

piezas en su interior, a las perfectas

divisiones en sus tres dimensiones, en

vez de construir un edificio mediante

apéndices y añadiduras en la composición

del volumen:

“Hemos pasado ya por aquella fase

de dar forma arquitectónica, hacer

composición de volúmenes con los

que resultaban de volumetrizar las

distintas partes de un mismo programa

de necesidades. Un cubo que funcione

pesa mucho.”4 Otro motivo para

pensar que él en el fondo quería una

sección rectangular, sale de la pura

observación de su croquis en sección

más celebrado, y el que, para muchos

críticos, es la síntesis del proyecto.

En ese croquis a mano alzada, Sota

es consciente de que ya tiene un muro

levantado y unos cimientos ejecutados,

pero esos escalones que deben hacer

los muros se aprietan, reduciéndose

a la mínima expresión, dando una

sensación de verticalidad absoluta en

la parte posterior de la sección. [fig.

6]. Probablemente tuvo que descartar

la opción de realizar el muro de manera

más vertical debido a la pérdida

de demasiada superficie, de forma

que, como hemos dicho, aprovechó el

retranqueo para hacer caber el sistema

de conexiones horizontales en planta.

No obstante hay que añadir, por

posibles malentendidos, que Sota no

olvidó estas preexistencias e intentó

en todo momento sacar el máximo

partido de ellas, haciendo esfuerzos

fig. 6. croquis en sección, síntesis del proyecto

04

por integrarlas en el proyecto.

Por lo tanto queda demostrada,

mediante datos objetivos, la voluntad

de Sota de construir un paralelepípedo

neutro, donde luego las divisiones

resolvieran el espacio interior.

ESTRATEGIA DE PROYECTO. ANÁLISIS

DE LOS MECANISMOS DE PROYECCIÓN

organización

La sección transversal se organiza

en cuatro estratos, tres interiores y

otro, intencionadamente resultante,

el patio del colegio sobre la cubierta

del gimnasio. La estrategia de hacer

coincidir los niveles con las calles

(nivel del patio con calle Guadalquivir

y nivel de la pista con calle Joaquín

Costa) definen un volumen compacto,

que posteriormente se divide en el

interior para resolver el programa. [fig.

7]. Una de las decisiones claves es el

reparto de las alturas, tema que Sota

trabajó mucho, tal y como demuestran

los cálculos en los propios croquis de

la sección, así como marcando siempre

los niveles, aunque no se seccionen los

forjados intermedios. [fig. 8].

estructura

El gran problema de hacer un

polideportivo con una cubierta

transitable es el canto que tienen que

tener las vigas para salvar una luz de

20 metros y soportar la sobrecarga de

uso. Sota, sabedor de que el canto se

aproximaría a la altura de una planta,

desde el principio plantea que el espacio

entre la estructura se pueda utilizar,

albergando partes del programa. No

precisamente nimiedades, las salas de

conferencias. En un primer momento se

trabaja con la posibilidad de soportar la

cubierta mediante la sucesión de vigas

Vierendeel, de manera que el techo del

gimnasio hubiera sido plano, pero se

descarta por la dificultad constructiva

de rigidizar todos sus nudos (ya que no

son vigas trianguladas), además de la

complicación de introducir la luz hasta

la pista del gimnasio. [fig. 8]. La solución

final que plantean Alejandro de la Sota

y el ingeniero industrial Eusebio Rojas

Marcos es trabajar con unas vigas-

puente (tal y como las llamaban ellos).

Alejandro de la Sota ya había utilizado

ese tipo de perfil en su proyecto para

los talleres TABSA (1957) [fig. 9], pero

en este caso se decide girarla, colocando

el cordón superior en la parte inferior,

y haciendo que éste conforme el suelo

de las salas, en pendiente.

Los puentes de Tordera en Gerona

(1939), y el de Posadas en Córdova

(1951), del ingeniero que tanto

fig. 7. Estratos del proyecto

fig. 8. Ejemplo de croquis evidenciando niveles y cálculos

05

admiraba Alejandro de la Sota, Eduardo

Torroja, son una buena muestra de

los antecedentes de colocar las vigas

invertidas, en ese caso aprovechando

la cara plana para hacer pasar el

tráfico rodado. [fig. 10]. En el caso del

gimnasio Maravillas, los beneficios son

múltiples, ya que permiten utilizar el

espacio interior del mejor modo posible

para unas salas de conferencias: en

pendiente. Pero también favorece la

entrada de luz desde la fachada, ya

que su forma curva hace resbalar la

luz hacia el gimnasio, permitiendo una

profunda penetración de la misma.

También simplifica el montaje de la

estructura, ya que su parte horizontal

se coloca hacia arriba, justo donde debe

recoger la estructura que soporta la

cubierta. [fig. 11] .

composición

Casi como consecuencia de la colocación

de las vigas al revés, la sección se

empieza a componer mediante diagonales,

cosa que aprovecha Alejandro de la Sota

y lo hace extensible a todo el proyecto,

componiendo por medio de diagonales

las gradas (del gimnasio y de las aulas),

el escenario escalonado de las aulas, el

jabalcón que soporta la tribuna, etc. Y

no solamente tiene incidencia física la

diagonal, sino que la misma luz entra

oblicua desde los lucernarios, la propia

visión del espectador que se encuentra

en la tribuna conforma otra diagonal

que focaliza su campo de visión a la

pista, e incluso la ventilación responde

a una perfecta diagonal desde la parte

inferior de la fachada hasta la parte

más elevada en el interior.

Esa composición acaba por dar un aire

misterioso e inusual al espacio, que

parece estar invertido y ascender,

al reducirse a un punto allá arriba

la conexión de tan gran techo con la

estructura vertical. El espectador tiene

la sensación de estar en el interior de

una caverna, quedando casi deslumbrado

por la cantidad de luz reflejada en

el suelo de parquet de la pista y no

advertir el lugar donde se encuentra

tan potente fuente luminosa. [fig.12].

Los antecedentes que tiene esta obra

y posibles referentes son evidentes

y muchos ya han sido comentados por

otros autores. Resulta imposible no

pensar en el colegio que propone Hannes

Meyer, que nunca llegó a construir, en

Peterschüle, Basilea, Suiza (1927). Allí se

propone un edificio en altura y se eleva

el patio del colegio sobre una plaza,

aprovechando tanto la cota superior

como la inferior. [fig. 13]. Le Corbusier,

sin duda uno de los grandes para Sota

y para el resto, ya estaba proponiendo

unas interesantes entradas de luz que

resbalaban sobre superficies curvas en

la iglesia de Ronchamp (1950) o en el

Palacio de la Asociación de Hiladores

de Ahmedabad (1954). [fig. 14]. Pero sin

duda, la referencia definitiva para el

gimnasio Maravillas vuelve a venir por

parte de Eduardo Torroja y Secundino

Zuazo. El frontón de Recoletos (1935)

supone una gran innovación técnica y

espacial. Allí se salva una luz de más

de treinta metros, con unos lucernarios

laterales que arrojan una gran cantidad

de iluminación a la pista. [fig. 15].

energía

La iluminación natural, como hemos

fig. 8. Propuesta previa con vigas Vierendeel fig. 10. Puente de Posadas (1951)

fig. 9. Talleres TABSA (1957)

06

visto, es un asunto que preocupaba

especialmente a Alejandro de la Sota.

Ese factor hizo repensar la estructura

de vigas Vierendeel propuesta en un

principio, siendo esta sustituida por la

definitiva de vigas-puente. Sota quería

que todas y cada una de las aulas

tuvieran luz natural. Por supuesto el

gimnasio también. Eso llevó a realizar

estudios, sacando las aulas a fachada y

alternando lucernarios hacia el gimnasio,

pero se fragmentaba demasiado el

volumen interior y la fachada. [fig. 16].

Finalmente se plantea la que sería la

solución definitiva, que es dejar las

aulas retiradas de la fachada, dejando

que reciban la luz desde los grandes

ventanales que afloran a la calle. De

esta manera comparten la luz que entra

por el lucernario el gimnasio y las

aulas de conferencias interiores. Pero

no solamente eso, las salas que no dan

a fachada sí que dan al exterior por

la cota superior, y eso se aprovecha

realizando una serie de lucernarios

en la cubierta (el suelo del patio) que

aportan iluminación tanto a las aulas

como a los pasillos de comunicación

horizontal de la planta. [fig. 17].

Siguiendo la lógica de todo el proyecto

de aprovechar una decisión para varias

cosas, los mismos huecos que se hacen

en la cubierta para que penetre la

luz, se aprovechan para colocar la

instalación de iluminación artificial,

unos fluorescentes que se colocan en

el interior de las ventanas como si

fueran grandes lámparas.

ventilación

La ventilación natural y constante es

otra de las cuestiones importantes del

proyecto. Para garantizarla se recurre

a la simple solución de la diferencia de fig. 11. Croquis del funcionamiento de la estructura

01

02

03

07

presión. Colocando una serie de rejillas

en la parte inferior de la fachada del

gimnasio y otra en la parte superior del

lado opuesto se garantiza la continua

corriente de aire por el interior. Ahora

bien, la sección se sofistica resolviendo

todos los detalles uno a uno, punto por

punto: en primer lugar, para las aulas

interiores, las que no dan a fachada

y por lo tanto no tienen manera de

ventilar directamente al exterior, no

se plantea una ventilación inmediata,

pudiéndose evitar gracias al tamaño de

dichas aulas y por lo tanto a la gran

cantidad de oxigeno que en ellas hay.

Con todo y con eso, para garantizar

un mínimo de renovación de aire se

instalan unas rejillas por la parte del

escenario y la ventilación se debe de

dar por la puerta, que conecta a un

pasillo que consta de un sistema de

rejillas superiores con lo cual se genera

una corriente continua de aire. Para la

aireación del gran volumen del gimnasio,

así como el perteneciente a sótano, se

idea un sistema de rejillas situadas en la

parte inferior de la fachada, separando

el cerramiento del forjado para permitir

que el aire circule hacia el gimnasio y

hacia el sótano, independientemente de

si el forjado se encuentra por encima

o por debajo de la rasante de la calle

Joaquín Costa. [fig. 18]. Por el otro lado

la misma sección ya se va estrechando

hacia arriba, en la dirección del aire,

mediante las gradas y el vientre del

techo, generando un efecto venturi que

favorece la circulación, conduciendo el

aire hacia la única salida superior, que

conecta con la rejilla hacia el patio del

colegio.

04

05

06

08

fig. 12. Imagen del interior del gimnasio

fig. 13. Escuela en Peterschüle, Basiela, Suiza (1927). Hannes Meyer

fig. 14. Capilla en Ronchamp (1950) y palacio de los Hiladores, Ahmedabad (1954). Le Corbusier

fig. 15. Frontón de Recletos, (1935). S. Zuazo y E. Torroja

09

fig. 16. Estudio para la iluminación de las aulas y el gimnasio

fig. 17. Iluminación de las aulas interiores y del gimnasio

fig. 18. Detalle para resolver la ventilación del gimnasio y el sótano independientemente de la cota relativa entre interior-exterior

10

HIPÓTESIS DE PROYECTO CON LA

TECNOLOGÍA DE LA EPOCA

Una vez analizada la sección tenemos

suficientes herramientas, teniendo en

cuenta los parámetros por los que se

rige el proyecto y la tecnología de

la época, para plantear una hipótesis

de como se podría haber solucionado

la sección si Alejandro de la Sota

no se hubiera encontrado la obra ya

empezada. Es importante aclarar que no

se trata de un intento de mejorar un

proyecto mediante una sección, sino de

proponer una sección trabajada desde

los valores más importantes del diseño

de un maestro.

Tal y como apuntábamos anteriormente,

hay básicamente dos aspectos en

los que incide el proyecto anterior

en el definitivo: el sótano y el muro

escalonado. La hipótesis plantea

realizar un muro vertical situado donde

actualmente se encuentra el superior,

el más profundo de todos, a 28,50

metros de la fachada y directamente

eliminar el sótano, por los motivos de

anomalías que se han expuesto en el

primer capítulo, recolocando la parte

de programa que allí se ubicaba en

el volumen que se gana donde antes

estaba el retranqueo del muro. De esta

manera se conseguiría tener una sección

rectangular, un volumen compacto, un

cubo que funcione. [fig. 19].

Como ya se ha dicho, la técnica del

muro pantalla no era muy conocida,

y por lo tanto, para esta hipótesis

se desestimará dicha tecnología. Sin

embargo hay motivos para pensar que

Sota se las hubiera ingeniado para

tener su muro de 12 metros de alto

sin retranqueos. Con el fin de hacer

constructivamente viable esta idea se

fig. 19. Sección sin muro ni sótano

fig. 20. Solución estructural para el muro de contención con la tecnología de la época

11

plantean una serie de contrafuertes

coincidiendo con la estructura de pilares,

cada 6 metros. Estos contrafuertes

tienen la característica, como todos

los elementos que propone Sota, de

solucionar a la vez varios problemas:

por un lado el de contrarrestar los

empujes de las tierras, permitiendo de

esa manera realizar un muro vertical

de toda la altura del gimnasio. Por otro

lado sirven de soporte al graderío, que

se mantendría en el sitio, modificando

ligeramente la distribución debido al

aumento del espacio. Además estas

costillas permiten, de una manera

análoga a las vigas-puente del techo,

utilizar el espacio que queda entre

ellas, pudiéndose cerrar en determinado

momento, o simplemente quedando

abierto como zona de entrenamiento

o calentamiento, complementaria a la

pista. También permite un altillo a modo

de almacenes de material relativo al

gimnasio. [fig. 20].

Esta estructura se plantearía de acero

por la facilidad para acoplarla con la

del resto del gimnasio, relegando en

este caso el hormigón al muro de

contención y a los cimientos solamente,

siendo coherente con la idea de Sota de

proponer una estructura ligera, usando

el hormigón allá donde la estructura

contacta con el terreno. Esas costillas

de acero se anexionan a los pilares

que soportan las vigas-puente y

recogen las cargas que bajan por los

que sostienen el forjado intermedio

del pasillo y parte de la cubierta,

realizando unos refuerzos en esa zona

para garantizar la transmisión hasta el

terreno. [fig. 21]

El problema básico de hacer aparecer

ese espacio bajo la grada es la luz.

Realmente es el punto más alejado

del exterior y por lo tanto casi

imposible que llegue claridad. Siguiendo

la obsesión del proyecto original, se

propone hacer llegar la iluminación del

sol mediante un pozo de luz paralelo al

muro (pintado de blanco para favorecer

la reflexión), que recogería los rayos

de uno de los lucernarios de la cubierta

ya propuestos por Alejandro de la Sota

en el pasillo superior del gimnasio, y los

arrogaría al fondo, otra vez iluminando

fuertemente una parte del gimnasio sin

que se aprecie la fuente de la que

emana tal intensidad lumínica. [fig. 22]

El mismo pozo de luz comparte funciones,

para seguir con la misma lógica, con el

aire, convirtiéndose a su vez en una

auténtica chimenea solar. El tiraje de 12

metros de altura dirige la ventilación

hacia debajo de las gradas, oreando de

esa manera un espacio que de otro modo

estaría condenado al estancamiento

del aire y muy probablemente al

afloramiento de humedades en el muro.

[fig. 23]. Naturalmente, para el resto de

la sección, se mantienen las soluciones

de Alejandro de la Sota, haciendo uso

siempre de rejillas de ventilación, que

gracias a la diferencia de cota entre

la admisión y la extracción, queda

asegurada la renovación permanente.

El techo bajo las gradas se plantea

del mismo material que el del gimnasio,

Viroterm, que garantiza la absorción de

los ruidos y gritos de los niños y niñas

que hacen uso del local, sobretodo

porqué al dejar el muro de hormigón

visto, la reverberación podría llegar a

ser un problema, cuanto menos agudo.

CONCLUSIÓN

De modo que se puede afirmar que de no

haber tenido las obras ya comenzadas,

Alejandro de la Sota hubiera propuesto

una sección rectangular. Además, queda

demostrado que con la tecnología de

principios de los sesenta era posible

conseguir hacer un muro de contención de

casi 12 metros de altura, aprovechando

el espacio interior, utilizando los

mecanismos de Sota y consiguiendo

una sección compacta y coherente, que

funciona gracias a la manera en cómo

se divide en su interior. [fig. 24-25].

fig. 21. Detalle de las costillas a modo de contrafuertes del muro

12

NOTAS

1. Conversación de Alejandro de la

Sota con J. Manuel Gallego, Pedro

Llano, César Portela en Madrid en 1990.

Publicada originalmente en gallego bajo

el título “Unha conversa...” en Grial,

109, 1991 (traducción de Juan Pablo

Naya y Moisés Puente)

2. En la memoria del proyecto

solamente hace referencia al sótano

al definir los niveles del mismo. En la

parte constructiva hace una brevísima

referencia a su estructura, para luego

centrarse en la nueva. En el anexo que

se adjunta para argumentar el cambio

de estructura de hormigón a acero ni

menciona el sótano.

3. Alejandro de la Sota la escribe con

respecto al edifi cio de Correos de

León: “Recuerdo haber oído y ya aquí

dicho que a la vuelta de su primer viaje

a Nueva York, Le Corbusier escribió al

alcalde de aquella ciudad: ‘Si derriba

Ud. N.Y. yo le construyo un cubo que

funcione’. Puede ser cierto el hecho,

puede estar bien o mal recordado pero

lo que sí es evidente es que por lo

menos pudo influir seriamente en la

posición de algún arquitecto frente a

sus planteamientos”. Alejandro de la

Sota. “Edifi cio de Correos de León”.

“Arquitectura española contemporánea.

La década de los 80” Editorial GG,

Barcelona 1990, pág. 159

4. Alejandro de la Sota. “Edifi cio de

Correos, León. 1980-1984”. Primera

Bienal de Arquitectura Española (1991),

pág. 48

BIBLIOGRAFÍA

• Baldellou, Miguel Ángel: Gimnasio Maravillas, Madrid, 1960-1962 - Alejandro de la

Sota. Colegio de Arquitectos de Almería, 1997.

• Llano, Pedro de: Alejandro de la Sota. O nacemento dunha arquitectura. Diputación

privincial de Pontevedra, 1995.

• Olmos, Víctor: Vivencias y divisiones, El gimnasio Maravillas de Alejandro de la Sota.

Tesis Doctoral, Madrid 2010.

• Sota, Alejandro de la: Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias.

Gustavo Gili, 2008.

• Boesiger, Willy: le corbusier. Gustavo Gili, 1994.

• Schneebeli, Georges: Muros pantalla, técnicas de realización, métodos de cálculo.

Editores técnicos asociados, 1981.

· Memoria del proyecto: 105. Ayuntamiento de Madrid, Gerencia Municipal de Urbanismo,

Expediente: j/470/961. Reg.: 3606/1636

fig. 22. Entrada de iluminaicón mediante pozo de luz

fig. 23. Ventilación natural mediante tiraje de la chimenea

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fig. 24. Sección definitiva de la hipótesis

fig. 25. Vista del interior de la hipótesis

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