gimnasio maravillas, historia de una herencia
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RESUMEN
Cuando Alejandro de la Sota recibe el encargo de ampliar el colegio La Salle Maravillas, se encuentra que
la obra está empezada, otro arquitecto había ya hecho y empezado a construir otro proyecto en el mismo
lugar. Las prisas, los costes y el sentido común hacen que no se derribe la obra construida y se aproveche
el máximo, adaptando su proyecto a lo que hay, y lo que hay a su proyecto.
La investigación trata de averiguar qué aspectos tuvo que adaptar Sota, obligado a acomodarse a lo pre-
existente, si él hubiera preferido tener otra formalización no predeterminada y cuál seria. A partir de esos
datos se propone una hipótesis de cómo se podría haber proyectado el edificio en sección de no estar la
construcción ya comenzada, tomando como herramientas de proyecto los valores de la propuesta finalmente
construida de Sota.
palabras clave: sección, estructura, aprovechamiento del espacio, iluminación, ventilación
ABSTRACT
When Alejandro de la Sota recibe the order to extend La Salle Maravillas’s School, he found that the
work was already begun: another architecte had done and started to build another project in the same
place. Due to the rush, costs and common sense, the work is not demolished and he takes advantage of
it, adapting the project to the existing parts, and those parts to his project.
The research try to determine what aspects had to adapt Sota, forced to accommodate the existing one.If
he would rather have another formalization non-default and what it would be. From these data we propo-
se a hypothesis of how it could have designed the building section if construction had not been started,
taking as tools for project proposal the characteristics of the building constructed.
keywords: section, structure, space utilization, lighting, ventilation
Gimnasio Maravillas, historia de una herencia
Maravillas Gym, story of an inheritance
Isaac Mayor Molina
INTRODUCCIÓN Y OBJETIVO
Podríamos decir que el gimnasio
maravillas tiene dos nacimientos: Por
un lado el proyecto de Alfredo Ramón-
Laca, que incluso se llega a empezar a
construir, y por el otro, el que todos
conocemos de Alejandro de la Sota.
En un primer momento, los Hermanos
del colegio La Salle Maravillas, confían
al arquitecto Ramón-Laca la ampliación
del mismo, en un solar limítrofe y con
un fuerte desnivel, incluyendo en el
programa básicamente un gimnasio y
una piscina. Se llega a redactar, visar y
obtener la pertinente licencia de obras
para ese proyecto y en 1959 se inicia
la construcción llegando a realizar
las excavaciones, cimentaciones y
algunos de los muros de contención
planteados. No obstante, y de manera
aparentemente inesperada, Alfredo
Ramón-Laca presenta su renuncia ante
el colegio de arquitectos de Madrid a
seguir con dicho proyecto y obras, al
tiempo que los Hermanos de la Salle
encargan el trabajo a Alejandro de la
Sota, que toma las riendas con evidente
rapidez y eficacia. fig. 2. Proyecto de Alejandro de la Sota
fig. 1. Proyecto de Alfredo Ramón-Laca
01
La nueva propuesta hace uso de alguna
de las características del antiguo
proyecto, como utilizar un volumen
definido por el plano del patio como
cubierta, llegando a intersecar con el
de fachada de la calle Joaquín Costa.
Indudablemente esa era una decisión
acertada de Ramón-Laca, una brillante
estrategia para resolver el complicado
solar que se le proponía, y por ese
motivo Sota la hace valer, además
de resultar de conformidad para el
ayuntamiento, al no modificar el volumen
original. Sin embargo, el nuevo proyecto
sí que cambiará de manera sustancial
en su división de los espacios interiores
y sobre todo en la concepción de la
estructura, infra-dimensionada en la
propuesta anterior para la luz que se
planteaba salvar. El nuevo gimnasio
carece de piscina e incorpora una serie
de aulas y laboratorios complementarios
al uso del propio colegio. [fig. 1 y 2].
Para llevar a cabo el nuevo planteamiento
hubo que trazar unas directrices que
respetaran mayoritariamente la obra
hasta el momento construida, debido al
costoso desmantelamiento de la cantidad
de hormigón ya erigida. El mismo Sota
hace referencia a este hecho años más
tarde, en una conversación con Manuel
Gallego, Pedro Llano y Cesar Portela:
“[...] Yo ya me encontré las
excavaciones y parte de los
muros hechos. Llegas a la obra y
te encuentras con un gran muro
de hormigón. Está en marcha un
gimnasio que ideó otra persona y
mandas parar una obra que ya está
haciéndose.[...]” 1
Teniendo en cuenta ese hecho, el objetivo
de esta investigación es averiguar en
qué medida afecta el proyecto anterior
a la sección transversal del definitivo,
para poder realizar una hipótesis a
posteriori de cómo podría haber sido
esa misma sección de no encontrarse
con la obra ya empezada, siempre
planteando la alteración desde los
propios puntos fuertes o valores más
relevantes del proyecto final de Sota.
METODOLOGIA
Para realizar esta investigación se
plantea estudiar en qué medida afecta
al proyecto definitivo la obra construida
por parte de Ramón-Laca, e indagar si
hay algún indicio de que Alejandro de
la Sota hubiera querido rechazar esas
preexistencias, o si hay alguna que
rechazara. A continuación se elaborará
un análisis de los mecanismos de
proyección de la obra definitiva, con el
fin de comprender de qué manera está
pensada para proponer a continuación
una hipótesis fundamentada y
coherente con la obra final, realizada
con la tecnología y materiales de la
época, que plantee de qué manera se
podría haber solucionado el proyecto
de no haber tenido una construcción
ya iniciada.
fig. 3. Excavación y muros construidos
cuando Sota manda parar la obra
fig. 4. Disposición de los muros escalonados para dividir la carga y poder realizar muros de
menor dimensión
02
RAMÓN-LACA EN ALEJANDRO DE LA
SOTA
Cuando Alejandro de la Sota manda
parar la obra está ya hecha la
excavación, cimentación y buena parte
de los muros de contención. Eso
significa que tiene un sótano excavado
3,5 metros respecto la cota cero (el
definitivo nivel del gimnasio) y un muro
descomunal de hormigón en masa a una
distancia de 24 metros de la línea de
fachada. [fig. 3].
En la sección de la primera propuesta
se puede apreciar cómo la estructura
planteada es de hormigón en su
totalidad, con un forjado de canto más
o menos convencional para salvar una
luz de aproximadamente 15 metros, y
con el agravante de tener un patio
de colegio en la parte superior como
sobrecarga de uso. Sota propone un
cambio de estructura, aligerándola y
utilizando quizás un material más idóneo
para salvar grandes luces: el acero.
La estructura de hormigón que hay en
el gimnasio construido es prácticamente
en su totalidad la aprovechada del
anterior proyecto. Sota solamente
manda derribar 2 metros de la parte
superior del muro para poder adaptar
la nueva estructura metálica a la ya
existente de hormigón, aprovechando
de paso el grueso del muro para
encajar las gradas en la parte alta.
Solamente se construye de nuevo con
ese material la estructura del sótano,
antes reservado para una piscina, que
ahora servirá de pavimento para la
pista.
Para contener las tierras de 12 metros
de altura, Ramón-Laca propone una serie
de muros escalonados, con el objetivo
de minimizar el empuje del terreno y el
elevado momento flector que resultaría
en la parte alta del muro de realizarlo
en un solo plano vertical. Al disponer
el terreno en terrazas se consiguen
dividir los esfuerzos, haciendo que
el terreno se contenga con pequeños
muros de dimensiones moderadas. [fig.
4]. La manera más cómoda de realizar
esta intervención hubiera sido con
un muro pantalla, pero es muy poco
probable que Ramón-Laca conociera esa
nueva técnica.
El muro pantalla propiamente dicho (el
que incorpora la utilización de lodos
expansivos) se descubre en Italia, casi
simultáneamente por los ingenieros
Veder (1952) y Marconi (1953). Ya en la
década de 1950 se utiliza ese sistema
para realizar el metro de la ciudad de
Milán, que posteriormente seria llamado
método del “Metro de Milán”. La nueva
tecnología permitía minimizar el tiempo
de restricciones de transito al evitar
las excavaciones a cielo abierto. [fig.
5].
Aunque el libro de Georges Schneebeli
(el primero sobre el tema editado
en español), Muros Pantalla, no se
publicó en España hasta el 1981, esa
nueva tecnología se usó por primera
vez en nuestro país en el 1962, para
la ampliación del edificio de Antonio
Tenreiro y Peregrín Estellés del Banco
Pastor en La Coruña. Sin embargo,
era una técnica muy novedosa y poco
conocida, muy probablemente ignorada
por Ramón-Laca y por el propio
Alejandro de la Sota.
Por lo tanto tenemos dos elementos
con los que Sota tiene que apechar.
Por un lado el sótano existente con
los cimientos ya conformados y por
el otro unos muros pensados para
soportar el empuje de las tierras de
fig. 5. Esquema de realización del metro de Milán.
1 prezanja, ejecución de los muros pantalla; 2 losa de cobertura, reestablecimiento del
tráfico; 3 ecavación en subterráneo
03
manera escalonada. Se percibe que
no fue del agrado de Sota, ya que el
sótano lo dedicó a un programa casi
residual, restando importancia a esa
parte, que por otro lado dispone de
una estructura discordante respecto
a la del resto de la intervención.2
Respecto a los muros es, si cabe, aún
más claro que fue un compromiso con
el que tuvo que conformarse, aunque
más tarde se demostró que supo darle
la vuelta al problema, convirtiéndolo en
una virtud, colocando las circulaciones
en el estribo entre los muros. Pero no
era una sección escalonada la preferida
por Sota. Es sabida su predilección
por el “cubo que funcione”3. Alejandro
de la Sota prefiere apostar por una
figura compacta, un prisma donde todo
funciona gracias al buen encaje de las
piezas en su interior, a las perfectas
divisiones en sus tres dimensiones, en
vez de construir un edificio mediante
apéndices y añadiduras en la composición
del volumen:
“Hemos pasado ya por aquella fase
de dar forma arquitectónica, hacer
composición de volúmenes con los
que resultaban de volumetrizar las
distintas partes de un mismo programa
de necesidades. Un cubo que funcione
pesa mucho.”4 Otro motivo para
pensar que él en el fondo quería una
sección rectangular, sale de la pura
observación de su croquis en sección
más celebrado, y el que, para muchos
críticos, es la síntesis del proyecto.
En ese croquis a mano alzada, Sota
es consciente de que ya tiene un muro
levantado y unos cimientos ejecutados,
pero esos escalones que deben hacer
los muros se aprietan, reduciéndose
a la mínima expresión, dando una
sensación de verticalidad absoluta en
la parte posterior de la sección. [fig.
6]. Probablemente tuvo que descartar
la opción de realizar el muro de manera
más vertical debido a la pérdida
de demasiada superficie, de forma
que, como hemos dicho, aprovechó el
retranqueo para hacer caber el sistema
de conexiones horizontales en planta.
No obstante hay que añadir, por
posibles malentendidos, que Sota no
olvidó estas preexistencias e intentó
en todo momento sacar el máximo
partido de ellas, haciendo esfuerzos
fig. 6. croquis en sección, síntesis del proyecto
04
por integrarlas en el proyecto.
Por lo tanto queda demostrada,
mediante datos objetivos, la voluntad
de Sota de construir un paralelepípedo
neutro, donde luego las divisiones
resolvieran el espacio interior.
ESTRATEGIA DE PROYECTO. ANÁLISIS
DE LOS MECANISMOS DE PROYECCIÓN
organización
La sección transversal se organiza
en cuatro estratos, tres interiores y
otro, intencionadamente resultante,
el patio del colegio sobre la cubierta
del gimnasio. La estrategia de hacer
coincidir los niveles con las calles
(nivel del patio con calle Guadalquivir
y nivel de la pista con calle Joaquín
Costa) definen un volumen compacto,
que posteriormente se divide en el
interior para resolver el programa. [fig.
7]. Una de las decisiones claves es el
reparto de las alturas, tema que Sota
trabajó mucho, tal y como demuestran
los cálculos en los propios croquis de
la sección, así como marcando siempre
los niveles, aunque no se seccionen los
forjados intermedios. [fig. 8].
estructura
El gran problema de hacer un
polideportivo con una cubierta
transitable es el canto que tienen que
tener las vigas para salvar una luz de
20 metros y soportar la sobrecarga de
uso. Sota, sabedor de que el canto se
aproximaría a la altura de una planta,
desde el principio plantea que el espacio
entre la estructura se pueda utilizar,
albergando partes del programa. No
precisamente nimiedades, las salas de
conferencias. En un primer momento se
trabaja con la posibilidad de soportar la
cubierta mediante la sucesión de vigas
Vierendeel, de manera que el techo del
gimnasio hubiera sido plano, pero se
descarta por la dificultad constructiva
de rigidizar todos sus nudos (ya que no
son vigas trianguladas), además de la
complicación de introducir la luz hasta
la pista del gimnasio. [fig. 8]. La solución
final que plantean Alejandro de la Sota
y el ingeniero industrial Eusebio Rojas
Marcos es trabajar con unas vigas-
puente (tal y como las llamaban ellos).
Alejandro de la Sota ya había utilizado
ese tipo de perfil en su proyecto para
los talleres TABSA (1957) [fig. 9], pero
en este caso se decide girarla, colocando
el cordón superior en la parte inferior,
y haciendo que éste conforme el suelo
de las salas, en pendiente.
Los puentes de Tordera en Gerona
(1939), y el de Posadas en Córdova
(1951), del ingeniero que tanto
fig. 7. Estratos del proyecto
fig. 8. Ejemplo de croquis evidenciando niveles y cálculos
05
admiraba Alejandro de la Sota, Eduardo
Torroja, son una buena muestra de
los antecedentes de colocar las vigas
invertidas, en ese caso aprovechando
la cara plana para hacer pasar el
tráfico rodado. [fig. 10]. En el caso del
gimnasio Maravillas, los beneficios son
múltiples, ya que permiten utilizar el
espacio interior del mejor modo posible
para unas salas de conferencias: en
pendiente. Pero también favorece la
entrada de luz desde la fachada, ya
que su forma curva hace resbalar la
luz hacia el gimnasio, permitiendo una
profunda penetración de la misma.
También simplifica el montaje de la
estructura, ya que su parte horizontal
se coloca hacia arriba, justo donde debe
recoger la estructura que soporta la
cubierta. [fig. 11] .
composición
Casi como consecuencia de la colocación
de las vigas al revés, la sección se
empieza a componer mediante diagonales,
cosa que aprovecha Alejandro de la Sota
y lo hace extensible a todo el proyecto,
componiendo por medio de diagonales
las gradas (del gimnasio y de las aulas),
el escenario escalonado de las aulas, el
jabalcón que soporta la tribuna, etc. Y
no solamente tiene incidencia física la
diagonal, sino que la misma luz entra
oblicua desde los lucernarios, la propia
visión del espectador que se encuentra
en la tribuna conforma otra diagonal
que focaliza su campo de visión a la
pista, e incluso la ventilación responde
a una perfecta diagonal desde la parte
inferior de la fachada hasta la parte
más elevada en el interior.
Esa composición acaba por dar un aire
misterioso e inusual al espacio, que
parece estar invertido y ascender,
al reducirse a un punto allá arriba
la conexión de tan gran techo con la
estructura vertical. El espectador tiene
la sensación de estar en el interior de
una caverna, quedando casi deslumbrado
por la cantidad de luz reflejada en
el suelo de parquet de la pista y no
advertir el lugar donde se encuentra
tan potente fuente luminosa. [fig.12].
Los antecedentes que tiene esta obra
y posibles referentes son evidentes
y muchos ya han sido comentados por
otros autores. Resulta imposible no
pensar en el colegio que propone Hannes
Meyer, que nunca llegó a construir, en
Peterschüle, Basilea, Suiza (1927). Allí se
propone un edificio en altura y se eleva
el patio del colegio sobre una plaza,
aprovechando tanto la cota superior
como la inferior. [fig. 13]. Le Corbusier,
sin duda uno de los grandes para Sota
y para el resto, ya estaba proponiendo
unas interesantes entradas de luz que
resbalaban sobre superficies curvas en
la iglesia de Ronchamp (1950) o en el
Palacio de la Asociación de Hiladores
de Ahmedabad (1954). [fig. 14]. Pero sin
duda, la referencia definitiva para el
gimnasio Maravillas vuelve a venir por
parte de Eduardo Torroja y Secundino
Zuazo. El frontón de Recoletos (1935)
supone una gran innovación técnica y
espacial. Allí se salva una luz de más
de treinta metros, con unos lucernarios
laterales que arrojan una gran cantidad
de iluminación a la pista. [fig. 15].
energía
La iluminación natural, como hemos
fig. 8. Propuesta previa con vigas Vierendeel fig. 10. Puente de Posadas (1951)
fig. 9. Talleres TABSA (1957)
06
visto, es un asunto que preocupaba
especialmente a Alejandro de la Sota.
Ese factor hizo repensar la estructura
de vigas Vierendeel propuesta en un
principio, siendo esta sustituida por la
definitiva de vigas-puente. Sota quería
que todas y cada una de las aulas
tuvieran luz natural. Por supuesto el
gimnasio también. Eso llevó a realizar
estudios, sacando las aulas a fachada y
alternando lucernarios hacia el gimnasio,
pero se fragmentaba demasiado el
volumen interior y la fachada. [fig. 16].
Finalmente se plantea la que sería la
solución definitiva, que es dejar las
aulas retiradas de la fachada, dejando
que reciban la luz desde los grandes
ventanales que afloran a la calle. De
esta manera comparten la luz que entra
por el lucernario el gimnasio y las
aulas de conferencias interiores. Pero
no solamente eso, las salas que no dan
a fachada sí que dan al exterior por
la cota superior, y eso se aprovecha
realizando una serie de lucernarios
en la cubierta (el suelo del patio) que
aportan iluminación tanto a las aulas
como a los pasillos de comunicación
horizontal de la planta. [fig. 17].
Siguiendo la lógica de todo el proyecto
de aprovechar una decisión para varias
cosas, los mismos huecos que se hacen
en la cubierta para que penetre la
luz, se aprovechan para colocar la
instalación de iluminación artificial,
unos fluorescentes que se colocan en
el interior de las ventanas como si
fueran grandes lámparas.
ventilación
La ventilación natural y constante es
otra de las cuestiones importantes del
proyecto. Para garantizarla se recurre
a la simple solución de la diferencia de fig. 11. Croquis del funcionamiento de la estructura
01
02
03
07
presión. Colocando una serie de rejillas
en la parte inferior de la fachada del
gimnasio y otra en la parte superior del
lado opuesto se garantiza la continua
corriente de aire por el interior. Ahora
bien, la sección se sofistica resolviendo
todos los detalles uno a uno, punto por
punto: en primer lugar, para las aulas
interiores, las que no dan a fachada
y por lo tanto no tienen manera de
ventilar directamente al exterior, no
se plantea una ventilación inmediata,
pudiéndose evitar gracias al tamaño de
dichas aulas y por lo tanto a la gran
cantidad de oxigeno que en ellas hay.
Con todo y con eso, para garantizar
un mínimo de renovación de aire se
instalan unas rejillas por la parte del
escenario y la ventilación se debe de
dar por la puerta, que conecta a un
pasillo que consta de un sistema de
rejillas superiores con lo cual se genera
una corriente continua de aire. Para la
aireación del gran volumen del gimnasio,
así como el perteneciente a sótano, se
idea un sistema de rejillas situadas en la
parte inferior de la fachada, separando
el cerramiento del forjado para permitir
que el aire circule hacia el gimnasio y
hacia el sótano, independientemente de
si el forjado se encuentra por encima
o por debajo de la rasante de la calle
Joaquín Costa. [fig. 18]. Por el otro lado
la misma sección ya se va estrechando
hacia arriba, en la dirección del aire,
mediante las gradas y el vientre del
techo, generando un efecto venturi que
favorece la circulación, conduciendo el
aire hacia la única salida superior, que
conecta con la rejilla hacia el patio del
colegio.
04
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08
fig. 12. Imagen del interior del gimnasio
fig. 13. Escuela en Peterschüle, Basiela, Suiza (1927). Hannes Meyer
fig. 14. Capilla en Ronchamp (1950) y palacio de los Hiladores, Ahmedabad (1954). Le Corbusier
fig. 15. Frontón de Recletos, (1935). S. Zuazo y E. Torroja
09
fig. 16. Estudio para la iluminación de las aulas y el gimnasio
fig. 17. Iluminación de las aulas interiores y del gimnasio
fig. 18. Detalle para resolver la ventilación del gimnasio y el sótano independientemente de la cota relativa entre interior-exterior
10
HIPÓTESIS DE PROYECTO CON LA
TECNOLOGÍA DE LA EPOCA
Una vez analizada la sección tenemos
suficientes herramientas, teniendo en
cuenta los parámetros por los que se
rige el proyecto y la tecnología de
la época, para plantear una hipótesis
de como se podría haber solucionado
la sección si Alejandro de la Sota
no se hubiera encontrado la obra ya
empezada. Es importante aclarar que no
se trata de un intento de mejorar un
proyecto mediante una sección, sino de
proponer una sección trabajada desde
los valores más importantes del diseño
de un maestro.
Tal y como apuntábamos anteriormente,
hay básicamente dos aspectos en
los que incide el proyecto anterior
en el definitivo: el sótano y el muro
escalonado. La hipótesis plantea
realizar un muro vertical situado donde
actualmente se encuentra el superior,
el más profundo de todos, a 28,50
metros de la fachada y directamente
eliminar el sótano, por los motivos de
anomalías que se han expuesto en el
primer capítulo, recolocando la parte
de programa que allí se ubicaba en
el volumen que se gana donde antes
estaba el retranqueo del muro. De esta
manera se conseguiría tener una sección
rectangular, un volumen compacto, un
cubo que funcione. [fig. 19].
Como ya se ha dicho, la técnica del
muro pantalla no era muy conocida,
y por lo tanto, para esta hipótesis
se desestimará dicha tecnología. Sin
embargo hay motivos para pensar que
Sota se las hubiera ingeniado para
tener su muro de 12 metros de alto
sin retranqueos. Con el fin de hacer
constructivamente viable esta idea se
fig. 19. Sección sin muro ni sótano
fig. 20. Solución estructural para el muro de contención con la tecnología de la época
11
plantean una serie de contrafuertes
coincidiendo con la estructura de pilares,
cada 6 metros. Estos contrafuertes
tienen la característica, como todos
los elementos que propone Sota, de
solucionar a la vez varios problemas:
por un lado el de contrarrestar los
empujes de las tierras, permitiendo de
esa manera realizar un muro vertical
de toda la altura del gimnasio. Por otro
lado sirven de soporte al graderío, que
se mantendría en el sitio, modificando
ligeramente la distribución debido al
aumento del espacio. Además estas
costillas permiten, de una manera
análoga a las vigas-puente del techo,
utilizar el espacio que queda entre
ellas, pudiéndose cerrar en determinado
momento, o simplemente quedando
abierto como zona de entrenamiento
o calentamiento, complementaria a la
pista. También permite un altillo a modo
de almacenes de material relativo al
gimnasio. [fig. 20].
Esta estructura se plantearía de acero
por la facilidad para acoplarla con la
del resto del gimnasio, relegando en
este caso el hormigón al muro de
contención y a los cimientos solamente,
siendo coherente con la idea de Sota de
proponer una estructura ligera, usando
el hormigón allá donde la estructura
contacta con el terreno. Esas costillas
de acero se anexionan a los pilares
que soportan las vigas-puente y
recogen las cargas que bajan por los
que sostienen el forjado intermedio
del pasillo y parte de la cubierta,
realizando unos refuerzos en esa zona
para garantizar la transmisión hasta el
terreno. [fig. 21]
El problema básico de hacer aparecer
ese espacio bajo la grada es la luz.
Realmente es el punto más alejado
del exterior y por lo tanto casi
imposible que llegue claridad. Siguiendo
la obsesión del proyecto original, se
propone hacer llegar la iluminación del
sol mediante un pozo de luz paralelo al
muro (pintado de blanco para favorecer
la reflexión), que recogería los rayos
de uno de los lucernarios de la cubierta
ya propuestos por Alejandro de la Sota
en el pasillo superior del gimnasio, y los
arrogaría al fondo, otra vez iluminando
fuertemente una parte del gimnasio sin
que se aprecie la fuente de la que
emana tal intensidad lumínica. [fig. 22]
El mismo pozo de luz comparte funciones,
para seguir con la misma lógica, con el
aire, convirtiéndose a su vez en una
auténtica chimenea solar. El tiraje de 12
metros de altura dirige la ventilación
hacia debajo de las gradas, oreando de
esa manera un espacio que de otro modo
estaría condenado al estancamiento
del aire y muy probablemente al
afloramiento de humedades en el muro.
[fig. 23]. Naturalmente, para el resto de
la sección, se mantienen las soluciones
de Alejandro de la Sota, haciendo uso
siempre de rejillas de ventilación, que
gracias a la diferencia de cota entre
la admisión y la extracción, queda
asegurada la renovación permanente.
El techo bajo las gradas se plantea
del mismo material que el del gimnasio,
Viroterm, que garantiza la absorción de
los ruidos y gritos de los niños y niñas
que hacen uso del local, sobretodo
porqué al dejar el muro de hormigón
visto, la reverberación podría llegar a
ser un problema, cuanto menos agudo.
CONCLUSIÓN
De modo que se puede afirmar que de no
haber tenido las obras ya comenzadas,
Alejandro de la Sota hubiera propuesto
una sección rectangular. Además, queda
demostrado que con la tecnología de
principios de los sesenta era posible
conseguir hacer un muro de contención de
casi 12 metros de altura, aprovechando
el espacio interior, utilizando los
mecanismos de Sota y consiguiendo
una sección compacta y coherente, que
funciona gracias a la manera en cómo
se divide en su interior. [fig. 24-25].
fig. 21. Detalle de las costillas a modo de contrafuertes del muro
12
NOTAS
1. Conversación de Alejandro de la
Sota con J. Manuel Gallego, Pedro
Llano, César Portela en Madrid en 1990.
Publicada originalmente en gallego bajo
el título “Unha conversa...” en Grial,
109, 1991 (traducción de Juan Pablo
Naya y Moisés Puente)
2. En la memoria del proyecto
solamente hace referencia al sótano
al definir los niveles del mismo. En la
parte constructiva hace una brevísima
referencia a su estructura, para luego
centrarse en la nueva. En el anexo que
se adjunta para argumentar el cambio
de estructura de hormigón a acero ni
menciona el sótano.
3. Alejandro de la Sota la escribe con
respecto al edifi cio de Correos de
León: “Recuerdo haber oído y ya aquí
dicho que a la vuelta de su primer viaje
a Nueva York, Le Corbusier escribió al
alcalde de aquella ciudad: ‘Si derriba
Ud. N.Y. yo le construyo un cubo que
funcione’. Puede ser cierto el hecho,
puede estar bien o mal recordado pero
lo que sí es evidente es que por lo
menos pudo influir seriamente en la
posición de algún arquitecto frente a
sus planteamientos”. Alejandro de la
Sota. “Edifi cio de Correos de León”.
“Arquitectura española contemporánea.
La década de los 80” Editorial GG,
Barcelona 1990, pág. 159
4. Alejandro de la Sota. “Edifi cio de
Correos, León. 1980-1984”. Primera
Bienal de Arquitectura Española (1991),
pág. 48
BIBLIOGRAFÍA
• Baldellou, Miguel Ángel: Gimnasio Maravillas, Madrid, 1960-1962 - Alejandro de la
Sota. Colegio de Arquitectos de Almería, 1997.
• Llano, Pedro de: Alejandro de la Sota. O nacemento dunha arquitectura. Diputación
privincial de Pontevedra, 1995.
• Olmos, Víctor: Vivencias y divisiones, El gimnasio Maravillas de Alejandro de la Sota.
Tesis Doctoral, Madrid 2010.
• Sota, Alejandro de la: Alejandro de la Sota. Escritos, conversaciones, conferencias.
Gustavo Gili, 2008.
• Boesiger, Willy: le corbusier. Gustavo Gili, 1994.
• Schneebeli, Georges: Muros pantalla, técnicas de realización, métodos de cálculo.
Editores técnicos asociados, 1981.
· Memoria del proyecto: 105. Ayuntamiento de Madrid, Gerencia Municipal de Urbanismo,
Expediente: j/470/961. Reg.: 3606/1636
fig. 22. Entrada de iluminaicón mediante pozo de luz
fig. 23. Ventilación natural mediante tiraje de la chimenea
13