glave luis miguel - la quintrala e chile. sociedad colonial imaginacion colectiva y mujeres...
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8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
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8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
2/17
REVlsrA
pE
HrsroRlA
ocrAL
y pE
LAs
MENTALTDADEs
o3,
TNVTERNo
999,
pp.
9l
-206.
LA
QUINTRALA
DE
CHILE
SOCIEDAD
COLONIAL,
IMAGINACION
COLECTTVA
Y
MUJERES
EXTRAORDINARIAS
LUISMIGUELGI-AVE
INTRODUCCIóN'
P¡nvÍr¡s¡v¡
TNICIAR
staspíginas
con
un
testimonio
personal,
en
mucho
responsable
e
ellasy
también.de
u argumentación
nterpretariva.
os
viejos
libros
rondaron
mi
curiosidad
durante
muchos
años.
Tal
ue,
fu.ron
los pririre-
rosque
vi
en
una
biblioteca.
astaque
poco
a
poco
esta
e
convirtió
en
a
mía.
Ambos
tenían
dibujada,
de
distinta
manera,
a una
mujer
en Ia
cubierta
de
la
tapay parecíannovelas,de las quemi madreacostumbiaba leercon fiuición
y
conservaba
on
sobrio
cariño.
Hube
de
limpiar
la
biblioteca
cuando
se
fue
haciendo
mía.
No
sin
(ahora
conocidos)
amentables
rrores,
me deshice
de lo
que por
entonces
onsideraba
uperfluo,
de
manera
que
fuera
reemplazado
or
lo
central
y
lo
conecto.
Esos
ibros
de
dibujos
casi
infantiles
en
la
cubierta,
invocando
una
mujer
de
novela,
ntre
mágica,
ruely
de
elegancia
ensual,
eran
seguros
candidatos
a la
eliminación
nquisitorial
de una
arrogante
gno_
rancia
naugural.2
ero
nunca
me pude
deshacer
e
ellos.
Eran
ibros
acerca
e
un
mismo
personaje
e nombre
lamativo
e intrigante.
no de ellos, irmadopor un hombrede apellidogualmente
onoro,
Viiuña
Mackenna,
e quien
un
escolar
imeño
debía
aber
scuchado
lgo
en
alguna
lase
e historia
.rp..to
a la
guerra
con
Chile.
No
los
eché y
los
fui
coiservando
con
mayor
aprecloJ
aunque
unca
os
eía
másallá
de
a
cubierta
alguna
eña
ndicial.
Se troca_
ron
de
candidatos
l
deshecho
n
tesoros
rometidos
ara
alguna
vez...
Este
rabajo
ue
posible
gracias
a
una
beca
concebida
por
la
John
Sirnon
Guggenhein
Y,:T::lll,f^":lll,lll: ayi:-
expresar
iagradecimienton, _.unii,".,upoyo,
m¡s nvesttgacrone\obre istoria
olonirl
andina.
Se
trataba_
e los
de:
Benjamín
Vicuña
Mackenna,
L
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Sociedadcolonial,
imaginarios coleclivos
y
mujeres
Mucho tiempo
después, n mis estudiosacerca
de la historia social,de
la Colonia,
me fui
percatando
del carácter
iterario de muchos de
los
docu-
mentos
que
con esmero
por
años
ui recopilando, omo solemnes
estimonios
de
la verdad
que
me enseñaron
buscar.Más
que
desecharlos
omo
puede
haberhechocon aquellos
ibros de mi madre,mi curiosidad
me llevó
por
de-
roteros
inesperados e
la investigación.
¿Por
qué
no leerloscon la misma se-
riedadcon
la
que
encaramos
os
"datos", pero
con la libertad de saberlos am-
bién
parte de as ficciones an
realescomo los
personajes
ue
os engendraron,
y que
son,
a fin de cuenta,
os
que queremos
onocer?
Así fue como llegué a una
historiade novela.
La de JuanRecio de Le-
ón: militar, aventurero,
uncionario,
procurador
de
indios
y
beneméritode las
conquistasya sólo imaginarias- del siglo xvtl. Era testigode lasdificulta-
des
y
del
proceso
que
se encaró a
propósito
del
poblamiento,el trabajo
y
la
política
ndiana del
primer cuarto de aquel siglo.
Terminó siendoun arbitrista
y,
por
lo tanto, a la vez, un
teórico
y
un
literato del siglo xvll. Su discurso
ite-
rario era entonces
anto documento
de la historia
económica omo
muestrade
las
fantasías las aventuras
e aquéllos
que
vieron un mundo en transforma-
ción.3
Al
poco, cayeron en
mis manos referenciasde
un
personaje
desqui-
ciante,Catalina
de Erauso,
a Monja Alférez.
Mujer
que
"en
hábito de
varón",
recorrió en fantásticas venturasgran partede América. Paraprobar que sin
suscontemporáneos
o supieran,ella
habíasido un
"é1"
más ntrépido,
varonil
y
fuerte
que
los
"ellos", pidió
al
Recio
que
testificaraacerca
de su
participa-
ción en
las hazañas
ue
éstehabíacapitaneado.
onfirmados
susméritos,
eci-
bió un
reconocimiento
por
la
propia corona española.
No estaba,
pues,
ante
ningún
evento, seres
de came
y huesocontaron
cosas
que
con
serenidadno
puedensercalificada
sino de
nverosímiles4
A entender
a relaciónentre
o real
y
lo imaginario,entre
o histórico
y
lo literario,
entre as
formas de
lo cultural
y
sus
proyecciones n los imagina-
rios, decidídedicaralgunosesfuerzos e investigación.Pero,¿porqué a fama
acompañaba
esamujer
transgresora
ue
fue
la Monja alférez?
¿Era
el único
caso emenino
de transgresiónt
Víctor M. Maúrtua, /a¡cio
de límítes
entre Perú
y
Bolivía.
Prueba
peruana,
Barce-
lona,
Imprenta de
Henrich
y
Comp.,l90ó,
tomo vl:
"Gobiemo
de Alvarez
Mal-
donado
y
Laegui
Urquiza".
Las referencias
ue
usamos
son de las
pp.263-271' la
Relaciónde
los serviciosde
Recio
que formó el Consejode
Indias.
Ahora
todo esto se
puede
ener
Ba la mano en
un solo volumenB
en una
pulcra edi-
ción. Ver Rima de Vallbona, Vída i sucesosde la Monja Alférez,
autobiogtafía
atribuida
a doña Catalina
de Arauso,
edición,
ntroducción
y
notasde...,Tempe,
Ari-
zona,Center
or Latin American
Studies,
Arizona State
University,1992,
p
236.
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Luis Míguel
Glave
Mi búsqueda e llevó a
pensar n un modelode
nterpretación. uje-
res
que -para
decirlo
de manerasimplemente
edundante-
"existieron
real-
mente", e
convirtieron n íconos, ímbolos,
e unos maginarios
ue ermina-
ron encanando n
historias acionales.
igurashistóricas evenidas n
perso-
najes
iterarios,cuyos atributos,exagerados
presentados
e
manera
que pare-
cieran istorsiones,
asconvirtieron
n
perversa
dmiradas.s
Al leer tantas afirmaciones
elocuentes
obre la fantásticamaneraen
que
una mujerdesafió
odos os
patrones
e comportamiento
n el siglo xvlr,
recordaba
as
distintas
maneras n
asque el discursomisógino
--de
distintos
grados y formas- traído desdeultramar
y
asumido en América, había
pre-
sentado las mujereq on
poderes cultos,
eligrosas
esviaciones
compro-
badas ncapacidades.
echiceras,
ísticas,
ero
embusteras,as
que
a fin de
cuentas eguían on a manzana emonio, ersiguiendoa "inocencia"mascu-
lina.De ese ipo de afirmaciones
stabalena a literatura olonial,
la
que
a
continuaba.6
na travestiera
una figura todavíamás abierta
y
altisonante.
Co-
mo ella,otrasexhibieron
us
pecados peligros,
on
grany
notorioescándalo
de as
plumasmasculinas
ue
contribuyeron
perpetuarlas
n a memoria.
Teníaen el repertorioigurasdiversas,
ue
siguieron la Monja Alfé-
rez.7Casquivanasomo
nésde Hinojosa n Tunja,endemoniadasomo
Ma-
ría del
Prado
o
Maúa
Centenos
la
minera del
imaginario
popular-
en An-
tioquía,
místicasentre a herejía
y
la santidad omo
Luisa Melgarejo
y
Maria-
na de Jesús. ue entonces uerecordé quellos iejos ibros.La Quintrala a-
bía
pedido,
desde ierrpo,
su legítimo derechoa encabezar n elenco
de tal
envergadura.
Sentadosrentea
un televisor,os miembros e una
amilia
cualquiera
en Chile
veía
a una
mujer cabalgando n una verde
pradera,
asi del color de
En la vasta iteratura
que
la figura de
Catalina
de Erausoha
generado,
n texto tiene
una inter?retación
que
se emparentacon el
programa
que
proponemos;
ver de
Stephanie
Merrim, "Catalinade Erauso:From Ano¡naly o lcon"., en JavierCevallos-
Candau
y
otros
(ed.),
Coded Encou,lrers,
Writítlg,
Cender,
and Etlntíci¡ in
Colonial
ltttín America, Amherst,UniversityofMassachusetts ress,1994,pp. 177-205.
Eni de Mesquita Samara, La mujer en la historiografía
atinoameric¡na
eciente",en
JorgeNúñez Sánchez
ed),
Histortu ¿e a nnjer
t
lu
tunília,
Quito,
Editora Nacional,
1991,
p.
153-169.
Los
primeros
trabajossobre este ema
yl
han sido
publicados.
Luis Miguel
Glave,
Cinco
ntujeres
y
una
llístotía
¡:
cuhLo'a,Lima, Pontificia Universidad
Católica del
Perú,1995,
p.
89-l l5;
"Sociedad
oloni¡1, iscurso
iterario imaginario
olectivo;
Inés
de
Hinojosa las nujeresextraordinarias",n MoisésLemlij
y
Luis Millones
(eds.),
Hístoriu, nenoría
y
Jíc<
titt, Lima, Bibliotec¡ Peruana e Psicoanálisis,
996,
pp.320-335.
La referencia la he tomado de una interesanteesis de maestría
que prepara
Neyla
Casti l loEspitia.
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Sociedadcolonial, inngitnrios colectivos
y
nlujeres
los
ojosde a estrella. erminaba naserie e diez
capítulos edicada la figu-
ra
de
la
Quintrala.
Acaba
de
morir
en
el capítulo inal,
pero
os directores o
terminaron on unaescena repuscular,inocon una íricay evocadora. íc-
tima de su
propio
pacto
demoniaco, nciana,
urgando
n vida sus
pecados,
Catalina de los
Ríos, interpretada
por
la actriz TeresaFricke, terminaba
sus
días arrepentida.
Raquel Argandoñahabíahechoel
personaje
n los añosmo-
zos
y
adultos,
n unjuegode escenasxplicativas
la
Quintrala,
firmando
ue
no era a únicaencomenderaevera on
os ndios,el énfasis n el
criollismo
de la fanrilia)
y
otro de tópicos
que
no se desprendían e una figura f'undada
por a
historiografía
acional hilena el siglo xtx
(ella
echandoa imagen el
Señorde Mayo porqueen su casano habíahombreque a pusieramalacara,
ceremonia
iabólica aciendo
acto
con Belcebú);odo,acompañadoon tra-
masde novel
(romance
pasionado contradictorio
on Juande Moya, nqui-
na con MercedesMechado).
La
versiónde
televisiónde Telmo Meléndez
contócon a asesoría
istórica
e
Armandode Ramón.
Algunosde los televidentes
e a seriedebían abervistoo escuchado
acercade una
película
proyectada
iempo atrás sobreel
personaje.
Según un
cronista, l
público
a adoptó omo suya,
haciendo l
personaje
ás
popular.e
Ya entonces irculaban
ariasnovelas una constante creativa radición
oral, y vendríanmás, unto con obra de teatro.Todas estas ormasde repre-
sentación
uvieronun éxito sólo explicable
n la fuerzasimbólica
popular
del
personaje.
Catalina e
los Ríos
y
Lisperguer,
a
Quintrala
1603-1665),
a sido
una igura siempre
resente
n la tradición,
a historia la literatura hilena.
Su sobrenombre
ienedel diminutivocatrala
que
se daba
as
Catalinas,
e a
recuerda
omo una mujercruel,
poderosa,
orrupta.Casi
por
compasión e a
piensa nferma, nicaexplicación
e su sevicia.
ue acusada e envenenar
su
padre,
sesinar un amante
a muchos
ndiose indias, el ntentode asesi-
natode
un vicarioal
quepersiguió on un cuchillo,de corrupcionesarias, e
pasionesnconfesables,e abusos
on los indios
y
los esclavos,
ero,
sobre
todo, de bruja
y demoníaca.Su
figura enfermizahabría
sido
producto
de un
linaje comupto,
ncuentro
e sangres de
desviacionesíquicas,
onde as
mujeres
epresentaronn
papel
rucial.
En el
impacto
permanente,
ue
en sucesivas
eneraciones
e chilenos
ha tenido, a
figura iteraria iene
un origenhistórico.
Desde a h istoriografía,
la fuentebásica
e las acusaciones
iguesiendo
un conjunto e cartas
ue
es-
Joaquín
EdrvardsBello, Ia
Quüttrttlct,
Po¡tale¡
\
algo
arás,Santiago,Editorial Uni-
versitrria. 969,
. 125.
t94
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Luis Miguel Glavc
cribiera
n Obispo,Francisco e
Salcedo algúnsucesor.lo l recopilador,
n
presbítero,
ncluyó
nteresantes
resúmenes"
e las cartas.En ellos,
Catalina
de los RíosLisperguer, lias a Quintrala, parece omo"ferozencomendera"
actriz de
"espeluznantes
arraciones".En una nota,
añade,
por
ejemplo:
"Este
hechovienea confirmarme
másen la idea
que
as
crueldadese la
Quintrala
eranefectode unaenf'ermedad,
n
que
el torrnento, casionado or
ella a sus
semejantes,e
producía
na ntimacomplacencia,rincipahnente
n los
c¿rsos
en
que
oshechos
enían lguna azón e mpúd icos".
El obispoacusador,
n español n ticriollo,a
denunció n 1633,
esta-
c¿rndoa conupción einante
el nepotismo e las
autoridadesel reino.El
conflictose nició con el nombramiento
el Dr. PedroMachado
omo iscalde
la Real Audiencia.Como muchosotros uncionarios e estaépoca,entabló
rclaciones on los vecinos
más
poderosos,
travésdel
parentesco:
u red se
tejió casando dos
sobrinas uyascon GasparTornás
Calderón con
Juan
Ludolfo
Lisperguer,
rimo
hermano
de Catalinade los Ríos
Lisperguer,a
Quintrala.
n mayode 1633,
l Obispodenunció
r-re
a
Quintrala
su marido,
Alonso
de Carbajal,llmandaronmatar
en susestancias"al
parecer
in cau-
sa"- al vicariode a localidad.
a zonaeraLa
Ligua, erritorio ominado or'
la
lamilia de Catalina
por
ella en su momento,
omo un feudomedieval.
l
ejecutordel intentode homicidio
ue un cura agustino,
mparentado
on la
Quintrala, n compañía e un negro,un indio y un mestizo.Denunciado l
casono
plocedió, or
el
poder
de Catalina.Nótese
l elenco
que
Salcedo
re-
senta n la
escena: n frailecriollo
de una ordenacusada
e
vínculos
on los
criollos
poderosos,
treshombres
e asrazasmarginales
subordinadas,os
fantusmas
e
un ogrdo hapetón.
En agosto el mismo
año,el
Obispoemprendeerozcrítica
al
poder
de
los oidores
criollos,
aconchavadoson los
poderosos
ocales.
Su discurso e
remitíahasta
a
guerra
e Arauco,
naherida
abierta
ue
sangrabaa
economía
local: os gobemadores
o contaban on recursos, asta uese creóel "situa-
do"
-fondos
de a Real
Hacienda ue
seenviaban
ara
socorrer los guerre-
ros-
solucionandoas
angustias conómicas.
ero,
reada a RealAudiencia,
los
oidores ranabusivos
excesivos
ara
o
pequeño
e la sociedad.
e en-
grandecían
on casos
e
poca
montaque
no
ustificaban
ussalarios.
ompe-
t0
Estiin recopilarlas
n Elías Liza¡¡a M.,
Cclerción
dc ck¡cuntantr¡sistórícrts.
Recolti
lodos
dcl Ar
-
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Sociedad 'oloniul, inLtgitnrios culect¡vos ntujeres
tían entre los oidores
y
el
presidente
e la Audiencia, ormabanalianza
para
garantizar
el nepotismo.
No
levabana los mestizos
y
"vagamundos"
para
la
guerra-{omo antes con los gobernadores- sino que amparaban ombres
perversos racias
a los fondos eales.Mientrasellos
procedían
así,
sus
mujeres
se adornaban on vestidos
y
joyas
finísimas, a sensualidad ortesana istraía
los recursosde los vecinos,
que
así terminabanendeudados. os andamiosde
la
sociedad
riolla
puesta
a crítica.
En un momento, el obispo Salcedose extrema
y
acusaa los frailes
criollos de esconder raficantes
ue
evadían mpuestos
---
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Luís
Miguel Glave
posteriormente.
n caso
que
estremeció
a
sociedad antiaguina. u estela
hubode
proyectarse
astaa actualidad,argada e significados.
noscuantos
folios de estas artas,
ista
de
procesos,
omo antísimos trosno
explotados,
permitierona Benjamín Vicuña Mackenn¿r,ran historiadornovecentista,
construirun discurso
historiográfico,
argado e tintesnovelescos. n largo
camino,de un temamuy complejo,
ue
se enc¿lrnan un solo personaje:
na
mujer ransgresora.
HISTORIA Y CREACIONDE IMAGINARIOS LOCALES
Santiago la nuevasociedad hilena el siglo xvtt fireron
el territorio
del confín
y
de la
guena,
antoen a historia omo en a representaciónitera-
ria quede ella se ue tejiendo. a historia e su tundación o podía enerotro
signo.
Todavía
esperanzadon conquistar lgo maravilloso
ue
o resirrciera
de
la
envidia
que e
causabaa
posición
e su socioPizarro,Almagro
partió
desdeel Cusco
para
Chile en 1535.Lo acompañoCristóbalPablo
(Paullo)
Inca,
para
dotarlo
de
guen'eros
paraneuttalizar
a
posible
esistenciae los
naturales el sur.En 1536 ngresó or
Copiapó,
uego
de atravesala cordillera
de os Andes.En la costa, ncontró n navío
que
e había
ido enviado esde
el Callao,apurando
el
caminodel Inca" hastaPuangue Melipilla, para
r
haciael Mapocho.La desventura el viaje 'uegrande.No halló nadasin re-
sistencia desde ntonces e ormóunr nueva
uerra
ivil en os Andes.
La segunda ez
que
entraronos españolesue
con Pedrode Valdivia,
quien
salióen enerode 1540 ambién
desde
l
Cusco,
pero
viajando
por
los
despobladosel sur del Perúhasta
Copiapó.
a travesía,esistida
enazmente
por
os naturales,uróun añohasta l Mapocho.Así,
en un apsode cienaños,
el None Chico
y
la regióncentralde
Chile,
ecibieron
uatro nvasiones,
os
incas
y
dos castellanas.
a
población
ue variasveces rasladada,
iendoasí
que
as educcionesispanas
enían n antecedentenca.
Valdivia supuso ue Manco nca Habíacomunicado
los indios
que
resistieran,
araque
os españolese egresaran
omoocurió con el
desdicha-
do Almagro.Luego
de negociaciones,in embargo,os mismos
ndiosayuda-
ron a la fundación
e Santiago n 1541. a fundación
stuvo eguida e
cinco
a ocho añosde
precariedad:
onspirlciones,
justiciamientos,taque
de los
indios
que
destruyeron ariasveces
odo lo hecho,hambruna,
ostigamiento
permanente,
emor.Los indios
se
replegaron, rimero,
dejando
de
producir,
después, ifundían umores
amparados
en el caos
que
causara
l asesinato
de Pizarro- que
sedesparramabanesde tacama
asta l Mapocho.
En 1544 eciénseconsolidan siempre ólo por la
ayuda
que
Ilegaba
191
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Socíedatl olonial,
imaginarios colectivos
y
mujeres
por
mar,
vía Valparaíso.
Pero todavía en
1554 se
produjo una
gran
rebelión
general e los ndios
del sur,
que se epitióen 1598.
A los ndios
ebeldes e
sumabaa furia de la natur¿ileza:nundaciones tenemotos.En oleadassuce-
sivas,
esta sociedadse
mantuvo
en alerta
permanente,ormando una
fuerte
identidad
egional en donde
a ciudadde
Santiago erminaba
siendoel refugio
de
los
perseguidos
olonizadorss,
entro del
poder
y
de la defensacontra
as
acciones
ndias,
porque,
en
la otra cara, sra
una
"ciudad
de
paz",
apacible
y
reglada,admirada
querida
por
esta
pujante
y
fuertesociedad
egional.r2
El
primer
orden económico
estuvo
dado
por las encomiendas el oro.
En oro fundido,
por
ejemplo,
en una década
156'7-1511)
e
produjo
más de
mediomillón
de
pesos, ara o
que
era
necesario ovilizar
manode obra
por
el servicio
personalquese estableció e f'actopara as encomiendas. ambién
por la
producción
de
granosy vid,
junto
a la ayuda
externadesde
Lima
por
la
importancia
de la zona.
Por
ser ciudad de
confín
y
región
guerrera,era lugar donde
legaban
soldados
sueltos,
gente muchas
veces
perdida,que
generabaprácticasdelin-
cuenciales
n a villa.
También, celerando
a
prostitución.
Mestizaje
muy
pronunciado,ona
pasajera,
lterada,
ecibía ndiosde
diversas
partes,movía
población,
que nacíamestiza.Gente,
a la vez,
muy mó-
vil, que se sentía ibre en las zonas urales,ésaera la población mayoritaria,
junto
con a
india, a
pasajera
,
sólo
muy lentamente,
a criolla,
que
surgióde
algunas
amiliasespañolas
fincadas
muy
prolíferas. n 1570
había166so-
lares repartidos
en Santiago.
Vásquezde Espinoza
da: 306
hombrescasados,
230 solteros, 02
railes
monjas,
odosde origen
español.
n esamisma
épo-
ca,
por
1610,
tra uente
alcula
1.717 spañoles
criollos.
Más 8.600 ndios
y
trescientos
egros.Un cálculo
aproximado
da
mil habitantes
españoles
n la
época
heroica,
asando dos mil a
inicio del
siglo xvttt'
Los
indioserande
diversas
partes,
por
entonces
en su
mayoría estaban
acriollados
o eran
"del
lugar", perooriginariosde Arauco o del noroeste rgentino.
Bernand
avalléha
levadoadelante,
n os
Andes, n
programa
e
n-
vestigación
ara
descubrir
a coniente
criolla en
la escritura
el siglo xvtt.
Fruto de sus
estudios,
oncluye
brillantemente
n
a manifestación
e un
géne-
ro, también
andino, en
las letras
ocales,
el elogio
de las ciudades
capitales
dentro
de un
esquema
enacentista
einterpretado
or las
plumascriollas. Lima
se
convierte
en una ciudad
maginada
omo
escenario
e un
mesianismo rio-
llo,
una afirmación
de
identidad,
que
figurativamente
adquiere
a forma de
estrella.Una revisión literaria de los escritosdel siglo, en una suertede mor-
Amando de
Ramón,Sarrrrcgo
e Chíle
(
51l -1991)
Historio
de una sQcieda¿l
rbct'
¡a.
M¡clrid.Ed.
Mapfre, olección
e Ciudades
c
beroamérica'
992, 342
t2
198
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
10/17
LuísMiguel
Glute
fología imbólica
rbana, os
arrojaese esultado stelar.l3
En
Santiago, mediados
el siglo, ambién,
l
esuita
chileno
Alonso
de
Ovalle se encarga
e crearun espacio
rbanode afirmación,
u crónica,
Históricct ektcióndel Reino de Chile.seconvierteen un venerode "Imágenes
para
un mito".14
La primera
audiencia
e Ia NuevaToledo
secreóen 1563
en
Concep-
ción,
pero
uego
de su extinción
diez añosdespués,
ólo fue en 1606que
se
restableció
n Santiago. or
entonces,os
problemas
ara
subordinar
los ma-
puches
mpulsaban
crear nstituciones
'uertes reducir
a servidumbre
los
indiosde
guerra
aunque
a la vez
se
promulgaban
as
normas
enerales
on-
tra os servicios ersonales
e os ndios.
En ese
escenario e
guerra
s donde
nació a figura
de nuestro
ersonaje.
a Audiencia
ra un
paso
a tirvorde los
intereseshilenos y tenenodeconflictos epoder ocal)y a ella legóun pre-
sidente
ue
había
sido Capitán
General, uis Merlo
de la Fuente.
Su figura
retrata
el ambiente:hombre
de leyes ue,
sin embargo,un
soldado eroz
contra
los indios.
mpugnó as normas ue prevenían
os abusos
ontra os indios
y
llevó adelante
edidas unitivas
ontra o
que
consideraba
ctos riminales
e
los naturales.ls
Conviene ncluir,
entonces,
n
la
formación e
un imaginario
ultural:
la vertiente
ndia representada
n la Iiteratura
riolla.El guenero
ndomable
conel
que
se uchaba que
uera educido
n unanueva
ultura
a través e un
mestizaje
iológico cultural,másporapropiación uepor concesión.untoa
ese maginario
ndio rebelde, os
cliollos crearon
u sentir
nacional ambién
inspirado
n su situación e confín.
Ovalle
culminaba u
"retrato
de vigoroso
l3
En el siglo
XVII,cuando
pol
lin
ternrinó constr-r¡cción
e la murtlla
que
Ia
ccrcó
hrsta
el siglo xlx, la ciudad
adc¡uirióu ii)rmanrimeliz¿rda
on a ir¡agcn
de una es-
trella
que
el cronista rancisco e Echrvey
AssuBcaballcro
le
Santialo cor.r.egidor.
del
Cercado e LimaB
usóen la delinición
de su
patriotisnro
irncño
en: kt es¡relLu
de
Line
colvct tíde
e soL obra sus res
coronasel b¿utt¡
Toribit Allittso
illrryrotero
su
vgwrlo Arzobis¡¡o,
mbe¡es, 688.
Crandezn e Li¡ra.
"nri
patrir"
como a l)a-
rnürí¡ el místicopadreJuan de Alloza en otra obru de caDtocriollo, Cido (str¿ludo
tlc
trtil
y
tevÍe
y
dos excntpkts
de Muríu, Mttl¡itl.
1655: olra
crónicir 'vocando
as
cstrellusclentiñcadasor
osastrólogos,
oncle través
e ll imagen
marirna,
eala-
lrab¡ h
ciudad nataldel
autor.
Berni¡rrl Lavallé,
Las
prontesa.s
nbiguas, criollistnt¡
olonial
c los A¡ules.
Lit¡it,
Ptmtilicia
U¡rivcrsidad
atólica
el
Perú,
1993. 24 pp.
Tienc
un capítulo
edicado
Orallc.
¡rp.
143-1,1-5,
ue
esel
que
nos nteresa ara
sla
ubicacitin
el discurso
r¡o,
l [ ¡
cn Chi lc.
\1¡nLrcl lorevrr y
Paz Solilín,
Estu¿ios ¡stóri@s.
ima,
Pontif lcia
Universidad
Clttil ie¡
r lelPcr'ú. 994. .546,
(rno
."Biografírs
e Oiclores
el siglo
XVrr. ot.os
e\rudi():
]
I-Lris
ctkr de a
Fuente.
idorde Lim¿,Gobernador
Caoitín
General
Jr Chi le .
l5
199
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
11/17
Sociedadcolonial.
imaginarios
colectivr.ts
mujeres
carácterde sus compatriotas"con expresiones el tipo:
"Si
quieren
levarlos
por
mal, muerden a manta
y
lo hacen
peor...".Pensemos
ntonces n la
perti-
naz del carácterguenero y firme de Catalinade los Ríos,¿noes la expresión
del alma chilena retratadadesdeesa
literatura
auroral?Un
"alma
nacional"
afincadaen una fuerza a
prueba
de batallas,un
país
de
gueneros
dondeno es
dable siquiera
pensar
en
a
derrota.
Esto sería
suficiente
undamento
par
apoyar a
posibilidad
de
que
a fi-
gura
de la
Quintrala
fuera
parte
de esacreaciónde
"imágenes
para
un mito",
en cuanto
que
contextohistórico,momentocultural en el
que
fluyen las repre-
sentacionesmaginarias
que
se
plasman
en tradiciones
persistentes.
ero Ova-
lle nos ofrece más todavía, en la lisonja de sus
paisanos,
señalacómo son
"naturalmentemás inclinados a la guerra que otros... en sonando a caja o
trompetase nquietende manera
que
no
paranhasta
asentar
plaza
de soldados
porque
es
agrada
más a libefad de la milicia
que
a sujeción
y
disciplina
de
las escuelas.
on
notablementenclinados andara caballo ..".16 n recipro-
cidad de las condicionesdel reino de Chile
por
entonces, seera un resultado
casi natural.Además,era, segúnLavallé una manerade reclamara los limeños
o
pen¡anos
u escasa alentía.Finalmente, ecordemos
la
Quintrala
montada
a caballo como diestraamazona. a seriede televisión erminabacon
la
jineta
recorriendopor variosminutosunapradera.
TRAMANDO LA HISTORIA
Otras fueron las
motivaciones
de
los escritores hilenosdel siglo xlx
(Amunátegui,
Barros Arana, Vicuña
Mackenna),en la era de la fundaciónde
sus discursos
nacionales,
para
entronizara la
Quintrala
en el reino del siglo
xvII. Francisco
Encina,en 1938,
pensaba ue por
odio a
lo
español
su
afir-
mación nacional rente al tiempo
que
había
que
releer añadiúamos- o
"falta
de tino", erigieron a Catalina como "símbolo del siglo xvl". Afirmaba, en
cambio,el
historiadormencionado,
ue
el de la
Quintrala
no fue
sino un caso
patológico,que
nteresaba
la historia
por
la curiosidadde su figura. Mientras
que
a sociedad hilena
que
la incubó
habría
sido,
más bien,
"la
más moral de
la América española".
r
Pero la imagen era muy fuerte como
para
ser detenida
por
la
piadosa
miradade Encina.EduardoSolarCorrea
1891-1935)
o
pudo
dejarde men-
cionar a
"figura
siniestra"de Catalina
quien, por
suscrímenes sádicosamo-
Alonso de Ovalle,citado en Lavallé,
zs
promesas...,
p. cit.,
p.
157.
F¡ancisco A. Encir
,
Hístoria de
Chíle,
desde a
prehistoria
hasta 189.1,40
edición,
Santiago,
Editorial Nascimento,1955,
p.
717, tomo
IV.
l6
t7
zoo
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
12/17
res, ue la figura
representativae una época
sensual,
evota,suntuosas
bárbara".r8
Benjamín Vicuña Mackenna
ue el legítimo
padre
del
personaje
su
discursodentro de un nuevo maginarionacional.Su reconocida abilidad
expositiva,
ue
hacía
dudaral lector
especto la naturaleza e lo escrito, i
ficcióno
historia, o llevó a un
lugardestacadon la
fabricación
e
imágenes
históricas. us
historias enían
--{omo todas- muchas
icciones.
in
embar-
go,
su
arteha de ser econocido
omode
os mejores: n ejemplode historiar.
El libro sobre os Lisperguer
ra una ntento
pol'retratar na época, briendo
las
puertas
e un tiempo
a través e las
ntimidades e unos
personajes.
n el
Perúhuboun ibro
quepretendió
o mismo, obre
a mismaépoca, l
que
Jorge
Basadre edicó al
conde de Lemos.
Vicuña Mackenna etratóa todos
os
miembrosde la familia Lisperguer,ncluidos os sucesorese la Quintrala
(una
de ellas, andidata
santa, ivió en Lima). Se
basóen abundante aterial
documental.
ue
su
obra acerca e
la
Quintrala
na de las
que
más éxito
ha
tenido.re uego
de su edición, l
historiador
ublicó
un artículo n
1884
itula-
do:
"El
último de oscuarenta
sesinatose
doñaCatalina e os Ríos".Aque-
llos cuarentacrímenes
ueron
a n.rejor magen ograda
por Vicuña Mackenna
rgspecto una trama
olletinesca
que
entonces
odavía e estilaba
or
entre-
gas)
de la historia.
Por esesonoroapéndice,
or
lo llamativode la figura
e-
menina ransgresora,
ue
ue hábilmente olocada
n el centrode su discurso,
h lectura de
su l ibro cobró una
vida independiente.sa
lectura, echo
por
alumnos,
ucesores émulos,
a sido
parte
de
la construcción e un discurso
histórico
ue
iende
la leyenda,levandontrínseca
nasentencia.
Tantocomo
os
discursos
e a historia,
osde a iteratura,ncluida
por
el
fundador e un
género, RicardoPalma, uvieron
un
papel
mportante n la
f'undación e a figura
de Catalina. asado n
os
clásicos
e a historiografía,
sobre odo Barros
Arana,
pelo proclamando u carácter e
"tradicionalista",
AurelioDíaz Meza,
puntualiza
ue
en la Colonia uerondos
mujeresos sím-
bolosde una
época:Catalina e
os Ríosy nadamenos
ue
CatalinaErauso,
a
Monja Alférez.
BamosArana ue
ustanrente
no de
os másdevotos
ergeña-
doresde mproperios¿r la vezquede encendida dmiración- para a Erau-
so. levando a tradición
e la Monja Alférez
a
Chile.
Juntoa la mujervestida
dc
hombre.
scandalizaba
los
historiadores motivaba l tradicionalista,a
cnlernriza cruel Catalina
e
los Ríos,sirbolo de una épocn
que
había
que
I:clu¡rcioSolar Con
e¡. Lus tres tt¡lo¡titts. Ensutt¡ lc íttter¡tretcrt:irit
¡is/¿í¡ir:r¡.r¡enos
\rrcs. Ecl.Francisco e
Aguirle. 1970,
p.
139. 43-,15, 2. La
primera
dicióndata
J¡ lt)13.
. . . . r ' l r r i rekennrt .t 'sLt . t l , t ' r tutr . . , ' l ' . i t .
201
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
13/17
Sc¡ciedad olonial, itnaginarios colectivos
y
mujeres
superar, uentede aventuras autivantes
ara
devotos
y
numerososectores.20
Ins amores del
gobernador
don Alonso de
Ribera,
de
Aurelio Díaz
Meza, se refiere al caso del intento de asesinato el Gobernadorpor partede
María
y
Catalina
Flores Lisperguer,
unto
a su madre Agueda Flores, a des-
cendientede los caciques
de Talagante. o
que
acuna a idea de una sucesión
de
brujas desde
a era
precolonial.
Ello viene reafirmado en otra tradición,
"Los
brujos de Talagante".No falta una tradición sobre
"La
Quintrala
y
el
Señorde Mayo"
y
otrascomo
"La
tiranade la
Ligua".En cambio,Valdiviay
el amancebamiento
ue
tuvo con
la que fuera
abuela
de la
Quintrala,
casada
para
ocultarlo con un adicto del conquistador,Gonzalo
de los Ríos el
primero,
pudiendo
ser tema de otra sabrosa
ieza
iteraria,es un dato referido en libros
en¡ditosde historiografía.
Las historiasmás
generales
modemas
no han
dejadode
incluir
en su
repertorio el asombro
por
el caso de
la
Quintrala.
Así,
por
ejemplo,
Jaime
Eyzaguirre
(discípulo
de
Vicuña Mackenna
y
"amplificador"
de su discurso)
escribe:
y
aunqueno
pueda
exhibirse
como exponente ípico del tiempo,
por
ser un simple caso
patológiconacido
de
la
obscura
confluenciade tarashere-
ditarias,hay
que
recordar
aquí
por
su acciónen la épocaa Catalinade los Ríos
Lisperguer a
Quintrala,
que
deja una estela úgubre de asesinatos actosde
sadismo".Menciona, entonces, l enfrentamiento on el obispo Franciscode
Salcedo
i625-1634)
y
el cohecho
ue
uvo con os funcionarios
or
su
posi-
ción de
poder.2r
Una
temática gualmente escandalosa limentó
también la literatura
historiográfica.Un caso,
relacionado ntimamentecon el de
la
Quintrala
da
una deaal
respecto.
principios
el sigloxvtt un
funcionarioicencioso
aba
que
hablar
en
la capital del norte.
En
Quito,
el
fiscal Blas de Tones Altamira-
no llevaba ilícitos amorescon una
mujer
casada,
que
eran
vigilados
por
sus
enemigos,el Obispoy el presidente e la Audiencia.Tanto se difundió la es-
pecie
de
esteentuertoamoroso
que,
con
anuenciadel
propio
Viney, el
presi-
dente barra destenó
a la mujer de
la ciudad.Pero al
poco,
ausente l Obispo
y
fallecido el
Virrey, la adúltera etomó
y
continuaron
as relaciones on desen-
voltura,
que llevó a enfrentamientos allejeros
del segundomarido de la doña
con el amante.
El Presidenteapresóa Torres
y
éste
ue sentenciado ejando
Quito
al
poco
tiempo.
Mucho
poder
enía,
por lo que
debió
suscitar os recelos
Aurelio Díaz Meza, cyentlas
y
episodios /rllenos,Santiago,Soc.
mp.
y
Lit. Univer-
so, 1930,
p.
317,
vol. vl: "En
plena
olonia".
La
obra
leva
prólogo
de JoséToribio
Medina. Sobre a Monja Al férez,
véase nfra.
Jaime
Eyzaguirre,Historia de Cft¡le,Santiago,
Ed. Zig-Zag, 1964,691
pp.
168, 192,
222. Eyzaguine fue editor
de una de las
ve¡siones
el original
libro
de
BenjamínVi-
cuña
Mackenna.
20
2l
202
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
14/17
Luis Miguel Glave
de lbara,
pero
ambién,
uando
l
poco
iempo
ue nombrado
iscalen
Lima.
Era una
época
{omo muchas-
donde
os
pecados
rivados,más
que
suce-
sos
de la
puerta
para
dentro,
se convertían
n acontecimientos
úblicosque
revelaban ás a tramadelpoderque ospliegues el alma.
El
comportamiento
icencioso
el
poderoso iscal
vienea cuento,
no
sólo
por su similitud
en el escándalo
ino
por
el entronque
ue
su biografía
tuvo
con la de
nuestro
personaje.
las
de Torres
Altamirano
se casó con
AguedaMauricia
de
los Ríos Lisperguer,
ija
de Gonzalode
los Ríos Encío
(el
Mozo)
y
Catalina
loresLisperguer,
hermana ntera e Catalina.
uestra
Quintrala.
Por el
casorio,Blas
obtuvouna
dote abulosa:
50.000
e
los c¡ue
30.000
ecibióen ef'ectivo
el
restoen un¿l
¿lrgamento
e charque, ordoba-
nes
y
sebos. a
pomposa oda
no le acarreó
l marido
mayores onlplicacio-
nes,pues ehizopor poder, n casa e a abuela l I 6 de octubre e l6 I 6. ante
el
propio
Obispo,
on
otro mitrado
de
padrino, n oidor
de representante
el
novio
y
todo
o imaginable e
Santiago
eunido, alvo
Blas...
Así siguió
a vida de
Torres, ntre
escándalos,
onflictos
cargos
pú-
blicos
del más
altonivel,
hasta idorde
a Audiencia
Metropolitana.22
ueuno
de
os firmes
apoyos e
os ntereses
e su cuñada,
ctriz
de escándalosomo
Iosdel
ejano
pariente
olítico,mientras lla
alimentó
a imaginación
la lite-
ratura, l apenas
djetiva
a erudición
e algún
historiador.
Las
referencias
intentos e
ficciones
itelarias n
la
Quintrala
ienen
desde l siglopasado. ero ue con el libro de Magdalena etit
y
los de
Raúl
Montenegro
illo,
Mercedes
aldivieso otros,
que
el tema
seha hecho
rác-
ticamente
n
género,
xpresando
na
polifonía.23n esediscurso,
l
personaje
se
ha do explícitarnente
ndependizando;
asta e
a censura ubliminal,
e ha
abicrto
asounavoz
emenina e autoafirmación.
LA MUJER
REINSTALADA
EN EL DISCURSO
Dejaremos
e
lado
por
ahora
a novelit
dc Raúl Montenegro,
ue
no
lbandonael tono
histórico
mdntiene
a conclent
ue
naugurara
a histo¡io-
Manuel
Moreyra
y
Paz Soldírn,
Ettdios ltisltirico.t,
intl. Ponti l iciaUniversidad
C¡tólicadel Perú,
1994,
p. 107-136,onro l:
Il iogritfí¡s e Oidt¡r'eslcl
iglox\'l l ,
y
dros estudios",
na iterrtL¡r'a
istótici l c cuno
nt¡ydil¡lcnteül
dc l¿isrldiciones e
Díaz
Meza.
Dc la l i teralura
eleridaa Catrl inr
de los Ríos.
no hc
podido
consultar n¡
novcla
rcciente.
anadora
le un
premio
atinoamericrno
e l iteraturlt:
-¡utafoYltnkits.)r¡ñ¿t
Cut. üút. Ll
rcino
poru
lct
Quintr¿lrt..
antiago.
rbe.1972;Miria¡r B¿rlbo¡
chcve-
t¡í.t.Doñ| Cutclina,
ob"ade
teahocn dos act
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
15/17
Sociedad
coloniaL, maginarios
colectívos
mujeres
grafía:
"Catalina...
culminación
del crimen
y
del honor, síntesis
de cuanto
ya
habíanhecho
sus antepasados,
us fechorías
ueron
tal exponente
e crueldad
y espanto omo no seconocenadaparecidoen a historia.2a
Dos noveles
sobre
el
personaje
an
sido escritaspor
mujeres.
Magda-
lenaPetit
1903-1968),
utora
de kt
Quüttrala
en 1930, a primera
hecha or
unamujer, ogra
ndependizar
Catalina el
discurso istoriográfico.
a
otra,
Mercedes
Valdivieso
(1926-1993),
da una
perspectiva
eminista
a su novela
Maldita
yo
entre as mujeres
de l99l.2s
En
un estudio rítico
se analizan stas
ovelas.26
u autor, . Massone,
destaca
en su
presentación
el
personaje
as
características
e
"india
ingober-
nable"
a la vez
que "encomendera
espiadada",
esafiando
l ser humano
y
el
celestial, rigendel entusiasmoovelescoelpersonaje.
El episodio
el Señor
e Mayo o
Cristode a Agoníano
tienesustento
his¡órico -señala
Massone-; parece
que
'ue difícil que
la imagen
estuviera
en casa
de Catalina,
pero
a sentencia ue
supuestamenteronunciara:no
quiero
en mi
casa ningún hombre que
me ponga
mala cara",
ha
pasado
a la
historia,
n manifiesto
iscurso
emenino esafiante,
o sólo a
"insumisión
e
su carácter",
que ya
era
parte
del
atractivo
"nacional"
de su figura.
Pero la
condición
emenina
e
a
Quintrala
incentivó
namayor
censura
or
parte
de
los iempos".
El
aspecto ísico
es mportante
para
definir a Catalina:
susojos verdes,
su cabellera
lara,un
aspecto mbrujador, deal para
una
bruja.27 la tradición
de
sucesivasrujas,
e sumaunasirvienta ue
a introduce
n la demonología
(parte
centralde la
seriede televisión).
Por eso es
que
JoaquínEdwards
Bello,
cronista uepor
más
de cincuenta ños
escribierareando
na
visión
de
Chile,
se detiene
en su fisonomía,
en lo
que
la hacía
atractiva.Afirmaba que
no fue
"bonita",
pero
representa
la
chilena.Fijabasu atención
n una
película
que
fue adoptadapor la imaginaciónpopular y que la hizo una creación popular
chilena.28
o
que,
añadiríamos,
e reafirma
en
la
estética e la
presentación
el
personaje
n a más ograda
seriede televisión.
La
Quintrala
----continua
a
crítica de Massone-
representa
na
"si-
multaneidad"
de tradiciones
u
"repertorios
de culturasque pugnaban
por
im-
25
26
27
28
Montenegfo, a
Quintala,
op.
cít.,p,8,
MagdalenaPetit, a
Suintrala,
Santiago,Zig-Zag,
1994,
p.
159,
(10
edición 1932);
MercedesValdivieso,Maldíta
yo
ente las rri4eres,
Santiago,Planeta, 991, 143 pp.
JuanAntonio
Massone, La
Quintrala,
protagonista
igilada",
en Revistade Humani-
dades,2,Santiago,
niversidad acional ndÉs Bello,
994,
pp.
115-131.
Balboa,
op. cit, recalca
que
fue M. Petit
quien
retrató ísicamente
la
Quintrala
con
ojos
verdesy
cabellera oja
brillante.
EdwardsBello, lz
Quítltt'q|a...,
p. cít.
204
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
16/17
ponerse sobrevivir
n el
claroscuro
olonial
en tanto
diseñábase
na
ndecisa
iisonomía
riolla",
como
hemos
venidoseñalando.
ero
había
más,otra
cara
de esa
sociedad
ue
el
comportamiento
e Catalina
etrata
Los enredos
e
alcoba los escándalosstuvieron resentesn esa ramade búsquedae bo-
tines
sociales
económicos,
omo
hemos
visto.La
mejor
partede este exto
habladel
mundo
social
estrecho
jerárquico
onde
as
transgresiones
ueron
permanentes
arabuscar
satisfacciones
n
lo sexual,
o económico
la res-
petabilidad
ocial
que
escabullesen
ormas
controles,
l tiempo
que comba-
iieran
el
tedio
pueblerino
la inseguridad
¡ue
imanaba
e
Ia
guerra e
Arau-
co".
Ést"
es
la
partecomplementaria
n el siglo
xvtt
al surgimiento
el
crio-
llisrno.
Sobre
a novela
le
Petit,
b¿sada,
odavía,
n
asobras
e
os historiado-
les: VicuñaMackenna infaltable básico),Maturana,Medinay Arnunátegui
logra ndependizar
l
personaje e
os documentos
hacerlo
ibre. iterario.
A
ella se
debe
el desarrollo
e la
relación
strecha
ue
tuvo
la
Quintrala
on el
agustino
iay
Pedro
Figueroa.
sta rama
está
asociada
su
usode a
hechice-
ría
paraatraerlo,
la
vez
quecon situaciones
ímite
como
cuanclo
eentera
e
la aventura
romance
ue
el
fiaile
habría
enido on
su
madre'
Como
señala
M.
Balboa,
a
Petithabía
ogrado
onerjuntoa las
cruel-
dades
e
la
Quintrala,
n aura
de belleza
'atal
ue seducía;
unque
sa
seduc-
ción
seguía
tada
la
hechicería.
assone
ostiene,
demhs,
ue' al entrar
en
la nanación ovelesca, . Petit etrata l almadecatalina, as uchasnternas
que vivió,
las
posibiliclades
edentoras
ue
enía.
No
se
quedóen
la censura
"l
.tprntu
queacompañaron
as
plumas
masculinas
esde
a del
propioobispo
Salceclo,
asancio
or Vicuña
Mackenna
asta
ossucesores
is recientes'
Pioponienclo
na
visión
lel
personaje
esde
a rnarginalidad
emenina,
Valdivreso
olrece.
pol fin. una
nueva
mirada
para un
personaje
ue hacía
tiempo
era
parte
ic
la
cullLrra
opular'. atalin¿l,
onsciente
e su
papel de
afirmación
emenilt¡
r
dc':u
linltje.es
malclita
orquesólo
a travésdel
mal
logrará
rascentler
'
:cr reco¡tladlt.
e ese
discurso
iterario,
e vocación
cmi-
nista,se abrepasoull¡ c()rrillltcqLl ' cstittlvcal personaje, la mujer,en el
texto
,
por
anto,
n
¿Li \1 l . ) r1 ' r .
Una
obra
de teltrt¡.
qLr: lcr.r
tlnil
illtroducci(in
rluy
interesante'
e
J.r t t r r
on
la
Quintrala
L) l l l \
'L : .1 ' : r
' ' ' thr jr- i rL¡
le
r inlaginación
olonial" '
l ) : ' lnanora
onsciente.
Ier t
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este exto
de tcaü-o
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lo:
-
8/16/2019 Glave Luis Miguel - La Quintrala e Chile. Sociedad Colonial Imaginacion Colectiva y Mujeres Extraordinarias
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Sociedadcolonial, imaginarios t'olectivos
y
mujeres
primeras
novelas
y
obrasde representación,
as
que
crearon
un
personaje
ite-
rario de una evocación
histórica. Lo crearon
y
lo condenaroncomo mujer
transgresora. ero, a la vez, lo dotaron de una capacidadcontestariaque le
vino desde a fuerzade
a verdadhistóricamisma.desde
a
existencia amal de
Catalina
de los Ríos, mujer de sociedad
riolla de un nuevo reino andino mar-
ginal.
Mientras las representaciones
rimeras
no
postularon
su vocación de
"inventar",
las últimas
no
ocultan
su vocaciónde conferir al
personaje
epre-
sentado
una
voz
no endemoniada ino siemprevacilanteentre signo cruel
y
llamaradade alegúa,
reflejando un existir más allá de su
realidad,
entre las
callesde Santiago
y
su
propia
fantasía, ejiendohistorias
y
crueldades bsesi-
vasy siempredeseando, iempreoscilandoentre a muertey la historia como
su
propiopueblo...".30
La autorabusca
eponer a voz de la mujer, oculta en el discursode
la
historia
que la
sanciona,
en manifiesto riunfo del
"deseo
de lo imaginario"
frente
a
lo real
(combate
de todos los discursos
historiográficossegún H.
White).
Sus
pecados
eran
pecados
sociales,asesinos
ran los encomenderos
varones,
ero
de ellos no salieronnovelaselectrizantes.
Todavía hoy,
y
seguramente
n el siglo xxt, Catalinaseguirá iendo
y
cabalgando n la
pradera
de
la memoria,de la identidad
y
los mecanismos e
las relaciones egéneroen supueblo.
cuandonadie
as oye". Señalaal empezar
u trabajo.Miriam
Balboa Echeverría,Do-
ña Cat.tlína...
op. cít.
Op. c¡t., x-x.0