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  • Obras de Erving Goffman en esta biblioteca

    Internados. Ensayos sobre la situecin socialde los enfermos mentales

    La presentacin de la persona en la vida cotidiana

    EstigmaLa identidad deteriorada

    Erving Goffman

    Amorrortu editoresBuenos Aires - Madrid

  • Biblioteca de sociclogfaStigma. Notes on the Man'agement ofSpoiled Identity, Erving Goffman Prentice-Hall, Inc., 1963Primera edicin en ingls, 1963; segunda edicin, 1968Primera edicin en castellano, 1970; tercera reimpresin, 1986; cuartareimpresin, 1989; quinta relmpreein, 1993; sexta reimpresin~1995;sptima reimpresin, 1998; octava reimpresin, 2001; novena reimpre-

    sin, 2003Traduccin, Leonor Guinsberg

    La reproduccn total o parcial de este libro en forma idntica o modi-ficada por cualquier media mecnico, electrnico o informtico, incluyen-do fotocopia, grabacin, digitaliaacin o cualquier sistema de almacenamiento y recuperacin de informacin, no autorizada por los editores,viola derechos reservados. Cualquier utilizacin debe ser previamente

    solicitada.

    Todos los dercchos de la edlcin cn castellano reservados porAmorrortu editores S. A., Paraguay 1225, 7 piso (1057) Buenos Aires

    www.amorrortueditores.com

    Amorrortu editores Espana SLCNelzquez, 117 - B" izqda. - 28006 Madrid

    Queda hecho el depsito que previcnc la ley n" 11.723Industria argentina. Made in Argentina

    ISBN 950-518-016-0

    cultura Libre

    303 Goffman, ErvingGOF Estigma: la identidad deteriorada> I" ed. 9" reimp.-

    Buenos Aires: Amorrortu, 2003.176 p. ; 20x12 cm.- (Biblioteca de sociologia)

    ISBN 950-518-016-0

    1. Ttulo - 1. Procesos Sociales

    Impreso en los Talleres Grficos Calor Efe, Paso 192, Avellaneda, pro-vincia de Buenos Aires, en diciembre de 2003.

    Tirada de esta edicin: 2.000 ejemplares.

    Prlogo

    Hace ya ms de una dcada que la literatura de psicologiasoeial se ocupa intensamente de! )estigma~ vale deeir, de lasituaein deI individuo inhabilitado para una plena acepta-ein social.' Con e! tiempo se agregaron provechosos estu-dias clnicos," cuyos alcances y aplcaci6n abarcaron catego-ras sempre nuevas de personas,"Mi propsito en este ensayo < es revisar a1gunos trabajossobre e! estigma, en especial de ndole popular, para vercul puede ser su utilidad para la sociologia. Debemos em-prender la tarea de deslindar el material vinculado con e!estigma de otros hechos cercanos a l, mostrar c6mo sepuede describir este material de un modo econmico, den-tro de un nicq esquema conceptual, y clarificar el vnculoexistente entre [el estigma y el problema de la desviacin;Esta tarea me permitir formular y utilizar una serie espe-

    1 Entre los ms importantes se cuentan socilogos como E. Lemert;psiclogos como K. Lewin, F. Heider, T. Dembo, R. Barker y B.Wright. Vase especialmente B. Wright, Pbysical Disability-A Psy-chology Approach (Nueva York: Harper & Row, 1960), que me hafacilitado numerosos prrafos para citar y referencias de gran uti-lidado2 Por ejemplo, F. Macgregor y colab., Facial Deormities and PlasticSurgery, Springfield, Illinois: Charles C. Thornas, 1953.3 Por ejemplo, C. Orbach, M. Bard y A. SutherIand, Fears and De-fensive Adaptations to the Loss of Anal Sphncter Conrrol, en Psy-choanalytical Review, XLIV, 1957, pgs. 121-175.4 Una primera versin resumida se public en The Patient and lheMental Hospital de M. Greenblatt, D. Levinson y R. Williams, Nue-va York: Free Press of Glencoe, 1957, pgs. 507-510. Una versi6nposterior se present en la MacIver Lecture pronunciada en laSouthern Sociologica1 Society, Louisville, Kentucky, el 13 de abril de1962. Para el presente traba]o colaboro el Center for the Study ofLaw and Society (Centro para e! Estudio de! Derechc y Ia Sociedad)Universidad de California, Berkeley, con un subsidio ~'~l President'sCommittee on juvenile Delinquency.

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  • cial de conceptos: aquellos que tienen que ver con la in-formaci6n social, la informaci6n que el individuo trans-mite directamente sobre s mismo.

    B

    Estimada Seorita Corazones Solitarios:

    Tengo decisis anos y estoy desorientada; le agradeceraque me aconsejara. Cuando pequefa estaba acostumbradaa que los chicos que vivan en la cuadra se burlaran de my no era tan terrible, pero Mora me gustaria tener amigoscon quienes salir los sbados a la nocbe como las demschicas, pero ningn muchacho me va a invitar, porque aun-que bailo muy bien, tengo una linda figura y mi padre mecompra lindos vestidos, nac sn nariz.Me siento y me observo todo el dia y 1I0ro. Tengo un granagujero en medio de la cara que asusta a la gente y tambina m,; por eso no puedo culpar a los muchacbos de que noqmeran invitarme a salir con ellos. Mi madre me quierepero se pone a llorar desconsoladamente cuando me mira.eQu hice yo para merecer esta terrible desgracia? Aunquehubiera hecho algo maIo, nada maIo hice antes de cumplirun afio, y sin embargo nac as, Le pregunt a mi pap;me dijo que no saba, pero que tal vez algo hice en el otromundo antes de nacer, o quiz me casrigaron por sus pe-cados. Eso no lo puedo creer porque l es un hombre muybueno. eDebo suicidarme?

    La saluda atentamenteDesesperada

    Tomado de Miss Lonelyhearts, de Nathanae1 West, pgs. 14-15. Co-pyright 1962 por New Directions. Reimpreso con autorizaci6nde New Directions, editores.

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  • 1. Estigma e identidad social

    Los griegos, que aparentemente saban mucho de mediosvisuales, crearon el trmino estigma para referirse a signoscorporales con los cuales se intentaba exhibir algo maio ypoco habitual en el status moral de quien los presentaba.Los signos consistan en cortes o quemaduras en el cuerpo,y advertan que el portador era un eselavo, un criminal oun traidor -una persona corrupta, rirualmente deshonra-da, a quien deba evitarse, especialmente en lugares pbli-cos-o Ms tarde, durante el cristianismo, se agregaron aItrmino dos significados metaf6ricos: e! primero haca alu-si6n a signos corporales de la gracia divina, que tomabanla forma de brotes eruptivos en la pie!; e! segundo, referen-cia mdica ndirecta de esta alusi6n religiosa, a los signoscorporales de perturbacn fsica. En la acrualidad, la pala-bra es ampliamente utilizada con un sentido bastante pare-cido aI original, pero con ella se designa preferentementeal mal en si mismo y no- a sus manfestaciones corporales.Adems, los tipos de males que despiertan preocupaci6nhan cambiado. Los estudiosos, sn embargo, no se han es-forzado demasiado por describir las condiciones estructura-les previas del estigma, ui tampoco por proporcionar unadefnici6n de! concepto en s. Parece necesario, por cons-guiente, tratar de delinear en primer trmino algunos suopuestos y defincones muy generales.

    Concepciones preliminares

    La sociedad establece los medios para categorizar a laspersonas y e! complemento de atributos que se percibencomo corrientes y naturales en los miembros de cada una

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  • historias que resefian los triunfos de los hroes de la asimi-lacin que lograron penetrar en nuevas reas con la acepta-cin de los normales. Se publican antiguos y modernoscuentos de horror que relatan hasta qu extremos puedenIlegar los abusos cometidos por los normales, Bajo la formade biografias y autobiografias se publican historias de moralejemplar, que ilustran el cdigo de conducta que debe ?b-servar un estigmatizado. La publicacin funciona tambincomo un tribunal donde se presentan ciertas opiniones di-vergentes sobre la manera ms adecuada de manejar Ia situa-cin de la persona estigmatizada. Si el defecto del individuorequiere equipos especiales, es aqui donde se los publicita yanaliza. Los lectores de estas publicaeiones constituyen unmercado para libros y foIletos que siguen una Inea similar.Es importante subrayar que, aI menos en Estados Unidos,por muy pequena y maItrecha que sea una categora particu-lar de estigmatizados, eI punto de vista de sus miembrosgozar probablemente de algn tipo de representacin p-blica. Se puede decir entonces que, por incultos que sean,los norteamericanos estigmatizados tienden a vivir en unmundo definido literariamente; si no leen los libros refe-rentes a las personas que se encuentran en su misma situa-cin, por lo menos leen revistas y van aI cine; y, en casode no poder hacerlo, escuchan, entonces, a los miembros delgrupo, voceros dei problema, perteneeientes a su Iocalidad.As la mavora de los estigmatizados tiene acceso a unaver~in jnt~lectlla]mcnte elaborada de sus puntos de vista.Es necesario aqui una explicacin acerca de aquellos queactan como representantes de una categora de estigmatiza-dos. Se trata de personas estigmatizadas que tienen, paraempezar, mayores oportunidades de expresar su parecer, sonun poce ms conocidas o estn ms relacionadas que elresto de sus cornpafieros de infortunio y que, ai cabo deun tiernpo, descubren que el rnovimiento les absorbe eIdia entero y que se han convertido en profesionales. Unapersona con dificultades en la audcin ejemplifica la culmi-nacin de este proceso:

    En 1942 estaba casi todos los dias en la Liga. Los lunescosia con la unidad de la Cruz Roja Los martes trabajabaen la oficina escribiendo a mquina, nevando el archivo y

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    manejando eI conmutador en caso necesario. Los mircolespor la tarde ayudaba aI mdico en la clnica de la Liga parala prevencin de la sordera, que funcionaba eu e! Hospitalde Ojos y Odos de Manhattan, en una tarea que me agra-daba particularmente: se trataba de confeccionar las histo-rias de los ninas que a causa de resfros, otitis, infecciones yenferrnedades infantiles -cuyos efectos posteriores eran po-tencialmente perjudiciales para la audicin- obtenan 01beneficio de los nuevos conocimientos, de las drogas dereciente aparicin y de las modernas tcnicas etolgicas, to-do lo cual probablemenreIes permitiria crecer sin algodonesen los odos. Los jueves por la tarde asista a las clases paraadultos, donde se les ensefiaba a Interpretar el movimientode los labios, y despus tombamos juntos el t y jugba-mos a las cartas. Los viernes me ocupaba dei Boletn. Lossbados preparaba cocoa y sandwiches de ensaIada de hue-vos. Una vez por mes concurra a la reunin de Damas Au-xiliares, un grupo de voluntarias organizado en 1921 porh sefiora Wendell Phillips y otras esposas de otlogos,interesadas en recaudar fondos, aumentar el nmero de sa-cias y representar a la Liga socialmente. Para los chicos deseis afias organizaba la fiesta de Todos los Santos y ayudabaa servir la cena dei dia de Accin de Gracias de los vetera-nos. Para Navidad redactaba el pedido de contribuciones,ayudaba a escribir la direccin en los sobres y a pegar lasestampillas. Colgaba las cortinas nuevas y arreglaba la mesade ping-pong; acompaaba a los jvenes aI baile de SanValentn y me encargaba de un puesto de venta en laFeria de Pascua. 6S

    Se podra agregar que cuando una persona con un estigmaparticular alcanza una posicin ocupacional, poltica o finan-ciera elevada -su importancia depende del grupo estigma-tizado en cuestin- es posible que se le confie una nuevacarrera: la de representar a su categoria. Advierte que esdemasiado importante como para evitar que sus pares lopresenten como ejemplo de todos ellos. (La debilidad de

    53 Warfield, op. cit., pgs. 73-74; vase tambin el capitulo 9. pgs.129-158, donde aparece una especie de confesin relativa a la vidaprofesional. La vida de un profesional amputado est descripta en H.Russell, Yicsory in My Hands, Nueva York: Creative Age Press, 1949.

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  • un estigma puede entonces ser medida por la forma en queun miembro de esta categoria, por ms importante que sea,consiga evitar estas presiones. L.Sobre este tipo de profesionalizacin se suelen formular dosobservaciones. En primer lugar, convertir su estigma en unaprofesin; los lderes nativos estn obligados a tratar conrepresentantes de otras categoras, descubriendo de ese mo-do que rompen con el crculo cerrado de sus iguales. Enlugar de apoyarse en sus muletas, las utilizan para jugar algolf, y dejan de ser, en trminos de participacin social, re-presentativos de las personas que representan.P"En segundo lugar, aque!los que presentan profesionalmenteel punto de vista de su categora pueden introducir ciertasparcialidades sistemticas en su exposicin, por el simplemotivo de que estn demasiado implicados en el problemacomo para escribir sobre l. Aunque cualquier categoriaparticular de estigma puede tener profesionales que adoptenlneas diferentes e, incluso, subvencionar publicaciones queabogan por programas distintos, existe un tcito acuerdouniforme de que la situacin del individuo que posee eseestigma peculiar es digna de atencin. Sea que se ocupe se-riamente deI estigma o que le reste importancia, un escritordeber definirlo como algo sobre lo cual vale la pena escri-bir. Este acuerdo mnimo, aun cuando no haya otros, ayudaa consolidar la creencia en e1 estigma como base para el au-toconocimiento. En este caso, una vez ms, los represen-tantes no son representativos, pues es difcil que la repre-sentacin pueda provenir de quienes no prestan atenci6n asu estigma o son relativamente analfabetos.No pretendo sugerir con este que los profesionales sonel nico recurso que tienen los estigmatizados para lograrque se advierta pblicamente su situacin vital; existenotros. Cada vez que alguien eon un estigma particular al-canza notoriedad J ya sea porque infringe una ley, gana unpremio o llega a ser e1 primero de su categora, es posibleque el hecho !legue a formar parte de la chismografa de

    54 Desde el comienzo, esos lderes pueden ser reclutados entre losmiembros de la categora que aspiran a dejar de vivir como sus paresy que son relativamente capaces de hacerlo, dando lugar a lo queLewin (op. cit., pgs. 195-196) denomina Iiderazgo desde la pe-riferia.

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    una comunidad local; estas acontecimientos pueden, incluso,ser noticia en los medios de comunicaci6n de la sociedadms amplia. Sea como fuere, aque!los que comparten el es-tigma de la persona clebre se vuelven repentinamente ac-cesibles para los normales que los rodean en forma ms in-mediara y sou objeto de una ligera transferencia de crditoo descrdito. De este modo, su situacin los !leva fclmen-te a vivir en un mundo donde se publicita como hroes yvillanos a los que pertenecen a su misma categoria, ya quelas personas que los rodean, tanto normales como estigma-tzadas, son quienes subrayan las relaciones que mantienencon ese mundo, trayndoles la notida de que alguno de suspares lo est pasando bien o mal.He considerado un conjunto de individuos de quienes lapersona estigmatizada puede esperar cierto apoyo: aque!losque comparten su estigma, en virtud de lo cual son defini-dos y se definen a si mismos corno sus iguales. El segundogrupo es -tomando en prstamo un trmino que' algnavez fuera utilizado por los homosexuales-- el de los sa-bios, es decr, personas normales cuya situacin especialIas !leva a estar intimamente informadas acerca de la vidasecreta de los individues estigmatizados y a simpatizar cone!los, y que gozan, ai mismo tempo, de derto grado deaceptacin y de corts pertenencia al dano Las personas sa-bias son los hombres marginales ante quienes el individuoque tiene un defecto no necesita avergonzarse ni ejercerun autocontrol, porque sabe que a pesar de su imperfeccinser considerado como una persona corriente. Se puede ci-tar un ejemplo tomado dei mundo de las prostitutas:

    Aunque se burle despectivamente de la respetabilidad, laprostituta, en espedalla call-girl, es sumamente sensible enla sociedad bien educada y busca refugiarse, en sus horaslibres, en compafia de artistas, escritores, actores y seudo-intelectuales bohemios. AIIi se la acepta como una persona-lidad marginada y no como una curiosidad."

    Antes de adoptar eI punto de vista de quienes tienen unestigma particular, la persona normal que se convertir en

    55 J. Stearn, Sisters of the Night, Nueva York: Popular Lbrary,1961, pg. 181.

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  • sabia deber pasar primero por una experiencia personal dearrepentimiento, de Ia cual existen numerosos testimonios!iterarias." Y despus que el simpatizante normal se pane adisposicin de los estigmatiz~d~s, a me!lUdo debe aguardara que estas legalicen su condicin de miembro aceptado. Lapersona no solo debe ofrecerse: tene, tambin, que seraceptada. A veces, por supuesto, la inici~ti,:a para dar e~ l-timo paso parece tomaria el normal; lo srguiente es un ejem-pio de esta.

    No s si podr o no hacerlo, pera permtarne relatar unincidente. En una oportunidad fui admitido en un grupo demuchachos negros de aproximadamente mi misn~a edad, conquienes sola ir a pescar. Cuando comenc a salir con ellos,en mi presencia utilizaban con cuidado el trmino negro.Gradualmente, a medida que nuestras excursiones se hacanms frecuentes, empezaron a brornear entre ellos en roi pre-sencia, y a lIamarse unos a otros motudo.* EI verdaderocambio residia en el empleo de la palabra motudo cuandobromeaban, palabra que anteriormente no podan mencionarsiquiera.Un dia mientras estbamos nadando, uno de los muchachosme empuj con fingida violencia y entonces le dije: Asitratan los motudos, Bastardo, me contest con una gransonrisa. A partir de ese momento todos podamos usar la

    . palabra motudo, pero las viejas categorias haban cam-biado totalmente. Jams olvidar, mientras viva, Ia sensa-cin que experment en el estmago despus de haberutilizado Ia paIabra motudo sin restriccin alguna."

    56 N. Mailer, The Homosexual Villain, en Advertisements for My-seli, Nueva York: Signet Books, 1960, p~s. 200:205, pr~enta unmodelo de confesi6n detallando el ciclo bs~~ de intolerencia, expe-riencia esclarecedora y, finalmente, retJ;actacl0I,1 deI pre}UlClO a travsde la eceptacin pblica. Vase tam~ln .ta ntroduccin de Angu.sWilson a Carling, op. cit., para una histeria confesionalvde la redefi-nicin de los invlidos segn Wilson. . .* El autor emplea aqu nigger, que, a diferencia de negro, trene uncarcter despreciativo e insultante. (N. del E.)57 Ray Birdwhistell en B. Schaffner, 00., Group Processes,. Transac-tions of the Second (1955) Conference, Nueva York: josiah MacyJr. Foundation, 1956, pg. 171.

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    Un tipo de persona sabia es aquclla cu)'... sabidura provienede sus actividades en un establecimiento, que satisface tantolas necesidades de quienes tienen un estigma particular co-mo Ias medidas que Ia sociedad adapta respeeto de estaspersonas. Por ejemplo, Ias enfermeras y Io~ terape~ta~ pue-den ser sabios: pueden negar a tener mas conocimtentossobre una determinada clase de equipo de prtesis que e!paciente que dehe aprender a usaria para minimizar su de-formacin. Los atentos empleados de Ias tiendas que vendenmanjares delicados son, a menudo, sabios; tambin lo sonlos correctos cantineros de los bares frecuentados por hemo-sexuaIes y Ias mucamas de Ias prostitutas de Mayfair." Elagente de policia, debido a su trato constante con crimina-les, se puede convertir en sbio, tal como lo sugieren IaspaIabras de un profesional: ... en realidad, dejando a unlado a los -otros criminales, los policias son los nicos quelo aceptan a usted tal como es.ri9 .Un segundo tipo de persona sabia es aquella que se relacio-na con un individuo estigmatizado a travs de Ia estructurasocial; esta relaci6n hace que en algunos aspectos e! restode Ia sociedad ms amplia considere a ambos como unasola persona. Por lo tanto, Ia esposa fie! dei enfermo men-tal Ia hija del ex presidiario, eI padre del invlido, e! amigodei ciego, Ia familia de! verdugo," estn ob~gad~s a com-partir parte de! descrdito de Ia persona estigmatizada conIa cuallos une una relacin, Una respuesta a este destino esabrazarIo y vivir dentro de! mundo del familiar o amigoestigmatizado. Debe agregarse que Ias personas que de estemodo adquieren un grado de estigma pueden, a su vez,estar relacionadas con otras que contraen algo de Ia enfer-medad en forma indirecta. Los problemas que enfrentan Iaspersonas estigmatizadas se expanden en oIeadas de intensi-dad decreciente. Veamos aqui un ejempIo:

    Estimada Ann Landers:Soy una nifia de 12 afias a quien se exduye de toda activi-

    58 C. H. Ralph, ed., Women 01 the Streets, Lond-es: Sccker andWarburg, 1955, pgs. 7S-79.59 Parker y Allerton, op. cit., pg. 150.60 J. Atholl, The Reluctant Hangman, Londres: john Long, Ltd.,1956, pg. 61.

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  • dad social porque mi padre es un ex presidiario. Trato deser amable y simptica con todo el mundo, pera es intil.Mis cornpafieras de la escuela me han dicho que sus madresno quieren que se junten conmgo porque eso danaria sureputaci6n. A mi padre los diarios le hlcieron mala fama, y,a pesar de que ha cumplido su condena, eso nadie lo ol-vidar.oQu puedo hacer? Me siento muy triste porque a nadiele gusta esrar sola todo el tiempo. Mi madre trata de que laacornpafie en sus salidas pero yo quiero estar con chicos demi edad. Por favor, dme algn consejo.

    Una proscripta."

    En general, la tendencia dei estigma a difundirse desde elindividuo estigmatizado hacia sus relaciones ms cercanasexplica por qu dichas relaciones tienden a evitarse o encaso de existir, a no perdurar. 'Las personas que tienen un estigma aceptado suministranun modelo de normalizaci6n,62 mostrando hasta d6ndepueden llegar los normales cuando tratan a un individuoestigmatizado como si no lo fuera. (La normalizaci6n esdistinta de Ia normificacin, o sea, e1 esfuerzo que realizael individuo estigmatizado para presentarse a s mismo comouna persona corriente, aunque no oculte necesariamente sudefecto.) Por otra parte, puede aparecer un culto ai estig-matizado cuando la respuesta estigm6fila del sabia contra-ataca la respuesta f6bica dei normal. La persona que tieneun estigma aceptado puede, en realidad, colocar tanto alestigmatizado como aI normal en una situacin incmoda:aI estar siempre dispuestos a cargar un peso que no esrealmente suyo pueden arrostrar a los dems eon unaexcesva moralidad; ai tratar el estigma como una entidadneutral que debe ser considerada de un modo directo v sincumplidos, exponen a si mismos y a los estigmatizados auna interpretacin errnea, ya que los normales pueden vi-vir esa conducta como agreslva."

    61 Berkeley Daily Gazeue, 12 de abril de 1961.62 La idea proviene de C. G. Schwartz, Perspectives en Deviance-Wives' Definitions of Their Husbands' Mental Illness, en Psvcbia-Iry, XX, 1957, pgs. 275-291.63 Para un ejemplo relativo a los ciegoa vase A. Gowman, Blind-

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    L~ ,~elaci6n entre el estigmatizado y su aliado puede serdfcll. La persona que tiene un defecto puede sentir queen cualquier momento es posible un retorno ai estado an-terior, especialmente cuando las defensas disminuyen y la~ependencia aumenta. Lo muestran las palabras de una pros-tItuta:

    Bueno, yo queria ver qu pasaba si me adelantaba a losacontecimientos. 10 expliqu a l que si estbamos casadosy tenamos una pelea me podia abandonar. Me contest queno, pera los hombres son as.""

    Por otr~ parte, el individuo con un estigma aceptado pueded~scubm que debe soportar muchas de las privaciones t-picas dei gru~~ que lo, ad~ite y que, aun as, no puede gozarde la exaltacin de Si mismo, que es Ia defensa corrienteIrenre a dicho tratamiento. Adems, de una manera muysemejante a lo que le oeurre ai estigmatizado eon respectoa l, le resulta dudoso que en ltimo anlisis su grupo deadmisin lo acepte realmente."

    La carrera moral

    Las personas que tienen un estigma particular tienden apasar por .I~~ mismas experiencias de aprendizaje relativasa su. condicir, y por las mismas modificaciones en la con-cepcin del yo -una earrera moral similar que es, a lavez., causa y :fecto dei compromiso eon una secuencia se-mejante de ajustes personales-. (La historia natural deuna categoria de p~rso~as estigmatizadas debe distinguirsecl.ara~ente de la h,storla natural del estigma mismo -Iah,storla de los orgenes, difusi6n y decadencia de la capaci-

    n~s and the Role of the Companion, en Social Problems IV 1956pags. 6875. ' , ,64 Stearn, op. cis., pg. 99.6C5

    El nmero d~ posibilidades fue cuidadosamente explorado por. Brossard, Plaint of a Gentile Intellectual, en Brossard, ed., The

    Scene Before You, Nueva York, Holt, Rinehart & Winston 1955p gs. 8791. ' . ,

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  • dad de un atributo para servir como estigma en una ~ociedad particular-; por ejemplo, el divorcio en la sociedadnorteamericana de dase media alta.) Una fase de este p~oceso de socializacin es aquella en la cual la persona esng-matizada aprende a incorporar eI.punro ~e vista d~ los ?or-males, adquiriendo asi las creencias relativas a ~a identidadpropias dei resto de la sociedad mayor. y ~ma idea generalde lo que significa poseer un estigma partlcul~r. Otra ~asees aquella en la cual aprende que posee un estigma particu-lar y -esta vez en detalle- las consecuencias d~ P?seerlo.La sincronizacin e interjuego de estas dos fases ml~lales dela carrera moral crean pautas import~tes, estableciendo labase dei desarrollo ulterior y proporcionando un media ~ara distinguir entre las carreras morales accesibles a los esng-matizados. Se pueden mencionar cuatrc de dichas pa?tas.Una de las pautas involucra a los que poseen u.n estl.gmainnato y son socializados dentro de s~ desventajosa slt,;a-cin aI mismo tiempo que aprenden e mcorporan los estan-dares ante los cuales fracasan." Por ejemplo, un hurfanoaprende que los umas "tienen, nat.ur~l. y normalmente, pa-dres y a la vez tambien lo que significa no tenerlos. Des-pus de haber'pasado los primeros d~ecisis anos de suvida en Ia institucin, an puede sentir, en un momentoposterior, que l, naturalmente, sabe cmo ser un padrepara su hijo. . .Una segunda pauta deriva de la capacidad de una ~a':tIha, yen menor grado de una comunidad !~cal, de const~tulrse encpsula de su joven miembro. Un nmo ~.on un esngma ~ongnito puede ser CUIdadosamente p~otegIdo ~~ntro de dichacpsula mediante eI control de la mformacIon; !'I.o se per-mite su entrada en eI crculo encantado de deflfi1C10neS quelo disminuyan, mientras que otras concepc?nes sostenidaspor la sociedad mayor tienen un acceso fcil:, sop aquellasque llevan a que el nino encapsulado se vea ~ .51 mismo comoun ser humano corriente enteramente califlcado, con unaidentidad normal en funcin de aspectos tan bsicos comola edad y eI sexo. .EI momento crtico en la vida dei individuo protegido, cuan-

    66 Para un examen de esta pauta vase A. R. Lindesmit~ y A. L.Strauss, Social Psychology, 00. rev., Nueva York: Holt, Rinehart &.Winston, 1956, pgs. 180-183.

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    do el crculo familiar ya no puede seguir cobijndolo, varia-r segn la dase social, eI lugar de residencia y eI tipo deestigma, pera) en cada uno de estas casos, su aparicin darlugar a una experiencia moral. De este modo) a menudo sesefiala eI ingreso a la escuela como la ocasin para eI apren-dizaje deI estigma) experiencia que muchas veces se producemuy precipitadamente eI primer dia de dase y que se ma-nifiesta mediante insultos, burlas, ostracismo y peleas." Esinteresante advertir que) cuanto mayores son Ias desventa-ias deI nifio, mayores son las probabilidades de que seaenviado a una escuela especial para personas de su mismaclase, y de que se enfrente abruptamente con los conceptosque eI pblico en general tiene de l. Le dirn que dentrode su propio mundo se sentir mejor; aprender as quelo que consideraba como su mundo no es tal y que, encambio, lo realmente suyo es ese universo ms pequefio.Debe afiadirse que, coando el estigmatizado desde la infan-cia logra conservar algunas ilusiones a lo largo de los prime-ros afias escolares, 'Ia bsqueda de rrabajo o el comienzo delas relaciones de pareja lo enfrentarn, a menudo, con eImomento de la verdad. En algunos casos entrafar tan soloIa creciente probabilidad de una revelacin incidental.

    Creu que la primera aprehensin verdadera de mi situaciny eI primer dolor profundo que ello me caus6 se produjode manera enteramente casual durante un dia de playa coneI grupo aI que perteneca en mi temprana adolescencia.Estaba acostada en la arena, y creo que los otros pensabanque dormia. Uno de los muchachos dijo: Domnica megusta mucho, pera jams saldria con una chica ciega. Noconozco ningn prejuicio que produzca tanto rechazo.s"

    En otros casos, implica algo parecido a una sistemtica ex-posicin al pelgro, tal como lo sugiere una victima de ,pa-rlisis cerebral:

    67 Un ejemplo tomado de la experiencia de una persona ciega puedeencontrarse en R. Criddle, Love is Not Blind, Nueva Yon-: W. W.Norton & Company, 1953, pg. 21; la experiencia de una personaenana est descripta en H. Viscardi (h.), A Man's Stature, NuevaYork: The John Day Company, 1952, pgs. 13-14.68 Henrich y Kriegel, op. cit., pg. 186.

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  • Salvo una excepcin extremadamente dolorosa, mientras es-tuve bajo el cuidado protector de la vida familiar y de losprogramas de la escueIa superior, y viv sin poner en prcticamis derechos de ciudadano adulto, las fuerzas de la sociedadfueron cordiales y benvolas. Fue despus de haber conclui-do la escuela superior y la escuela de comercio, y de haberrealizado innumerables esfuerzos como trabajador volunta-rio en programas cornunitarios, cuando me sumerg en losprejuicios y supersticiones medievales del mundo .de losnegocios. Buscar trabajo era como pararse ante un pelot6nde fusilamiento. A los patrones les disgustaba que tuvierael descaro de solicitar un empleo.

    Los que en un momento tardio de la vida son vctimas deun estigma, o advierten que han sido siempre personas de-sacreditables --el primer caso no implica una reorganiza-ci6n radical de la visi6n de su pasado; el segundo si-, ejem-plifican una tercera pauta de socializaci6n. Son individuosque han realizado un concienzudo aprendizaje de lo normaly lo estigmatizado mucho tiempo antes de tener que con-siderarse a s mismos como personas deficientes. Es proba-ble que tengan un problema especial en re-dentficarse con-sigo mismos, y una especial facilidad para la autocensura:

    Antes de la colostoma, cada vez que perciba un olor en el6mnibus o en eI subterrneo me sola sentir sumamentemolesto. Pensaba que la gente era horrible, que no se ba-fiaba o que debera ir al bafio antes de viajar. Acostumbrabapensar que los alimentos que ingeran eran los causantes desus olores. Me sentia terriblemente fastidiado; para m eranpersonas inmundas, sucias. Por supuesto, en la primeraoportunidad que se me presentaba cambiaba de asiento, yen caso de no poder hacerlo mostraba la repugnancia quesenda. Por eso creo, naturalmente, que la gente joveo sientecon mis olores lo mismo que yo sentia antes con los de-ms."?

    Aun cuando indudablemente hay muchos individuas quedescubren recin en su vida adulta que pertenecen a un

    69 Ib., pg. 156.70 Orbach y colab., op. cit., pg. 165.

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    grupo tribal de estig~atizados o qu~ sus padres poseen un?efect? moral contagoso, ~ caso mas habitual es el de losImpedimentos fSICOS que irrumpens tardiamente en la vida:

    Pera, d,e pronto, me despe~t una mafana y descubr queno p?dla mantenerme de pie. Tena polia; la poliomielitisera simplemenee eso. Me senta como un nino muy pequenoa quren se arroja a un enorme pozo negro; de lo nico queestaba seguro era de que no iba a poder salir de l sin~yuda. Apar~ntemente, la educaci6n, las clases y las ense-naoz~s. de mrs padres, que recib durante veinticuatro anos,no hiceron de m una persona capaz de ayudarse a si mis-ma. Yo era un ser como cualquier otro -normal, peIeador,alegre, lIeno de proyectos-, y, de golpe, pas6 algo. Pas6 al-g~, y me converr en un extrafio, Un extrafio, ms ante mmls~o que ante los dems. Ni siquiera mis suefios me co-n05lan. No saban lo que podan dejarme hacer -y cuandosonaba que iba a bailes o a fiestas haba sin cesar una ex-trafa condici6n ~ lmltacin, siempre Ia'misma, d~ Ia cualno se hablaba ru se la mencionaba-. Tuve de pronto elenorme contlicto mental y emocional de una mujer quelIe,:a una doble vida. Era algo irreal que me lIenaba de con-fusin, pera no podia dejar de prestarle atencin."!

    En estas cas?", los mdicos son los ms indicados para infor-mar en particular aI enfermo sobre su situaci6n futura.Un~ ?Jarta 'p~~e est representada por aquellas personasSOCializadas ncalmenra en una comunidad alienada ya seadentro o fuera de los lmites geogrficos de la socedad nor-mal, que deben.luego aprender una segunda manera de ser:aque~Ja que quienes Ias rodean sienten como la nica realy vlda.Debemos agregar que cuando un individuo adquiere tardia-~ente un yo nuevo, estigmatizado, las dificultades que expe-nmenta para entablar nuevas relaciones pueden extender-se en forma .Ienta a sus vinculas anteriores. Aquellos conlos que. se vincula despus de adquirir el estigma puedenverlo sunplemente como una persona que tiene. un de-

    71 N. Linduska, My Polto Past, Chicago: Pellegrini and Cudahy,1947, pg. 177.

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  • fecto; quienes lo conocen desde antes estn ligados a unaconcepcin de lo que fue alguna vez, y pueden, por consi-guiente, sentirse incapaces de brindarle, sea un trato narural,sea una total aceptacin familiar:

    Mi tarea [como un escritor ciego que entrevista a futurosclientes de 5U produccin literaria] consista en hacer quelos hombres a qienes iba a ver se sintieran a sus anchas-lo opuesto a la situacin habitual-, Curiosamente, meresultaba ms fcil hacerIo con hombres que no habla co-nocido antes. Eso se deba, tal vez, a que con los extra-fios no haba una cantidad de recuerdos que ocultar antes depasar a los negocias; no se produca, entonces, la dolorosacomparacin con e1 presente.P

    Prescindiendo de la pauta general ilustrada por la carreramoral deI individuo estigmatizado, es especialmente intere-sante abordar la fase de experiencia durante la cual aprendeque es portador de un estigma, porque es probable queen ese momento establezca una nueva relacin con otros es-tigmatizados.Eu algunos casos, el nico contacto que el individuo tienecon sus pares es fugaz, pera 10 suficientemente significativocomo para mostrarle que existen otros iguales a l:

    Cuando Tommy lleg por primera vez a la clnica haba allotros dos muchachitos, a cada uno de los cuales le faltabacongnitamente una areja. AI verlos, Tommy lIev en for-ma lenta la mano derecha hacia su propia areja defectuosay, con los ajas muy abiertos, dirigindose a su padre le dijo:Hay otro chico eon una areja igual a la ma.73

    En e! caso de un individuo cuya desventaja fsica data depoco tiempo atrs, sus compafieros de infortunio, ms ex-pertos que l en e1 manejo de! defecto, sue!en hacer!e unasere especial de visitas para darIe la bienvenida aI club einstruirlo sobre la manera de arreglrse!as fsica y psqui-camente:

    72 Chevigny, op. cir., pg. 136.73 Macgregor y colab., op. cit., pgs. 19-20.

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    En realidad, la primera vez que tom conciencia de laexistencia de mecanismos de adaptacin fue al comparar ados compafieros mos, pacientes tambin de! Hospital deOjos y Odos. Tenan por costumbre visitarme coando yoestaba en la cama, y lIegu a conocerIos bastante bien. Ha-da siete afias que los dos eran ciegos. Tenan aproximada-mente la misma edad -un poco ms de treinta afias- yambos hablan estudado en la universdad.t-

    En los mltiples casos en que la estigmatizacin de! indivi-duo se asocia con su ingreso a una instituci6n de vigilancia,ya sea una crcel, un sanatorio o un asilo para hurfanos,gran parte de lo que aprende acerca de su estigma le sertransmitido a lo largo de estrechos y prolongados contactoscon aquellos que se encuentran en el proceso de transfor-marse en sus compafieros de infortunio.Como ya se sugir, cuando el individuo comprende porprimera vez a quines debe ahora aceptar como sus igualessuele sentir, cuando menos, cierta ambivalencia: esos otrosno solo son portadores manifiestos de un estigma, distintos,par consiguiente, de la persona normal que l cree ser, sinoque tambin pueden tener otros atributos con los que leresulta difcil asociar su caso. Lo que puede terminar comouna masonera, bien puede empezar con un ademn de re-chazo. Una muchacha ciega desde hace poco tiempo, aI dejare! hospital realiza directamente una visita a la Casa de laLuz:

    Mis preguntas relativas a un perro lazarillo fueron corts-mente dejadas de lado. Otro trabajador, que no era cego,se encarg de mostrarme el lugar. Visitamos la bibliotecaBraille, las aulas, los salones deI club donde se reunan losmiembros ciegos de los grupos de msica y teatro; la salade recreacin donde durante las fiestas los ciegos bailabaneon las ciegas; el restaurante donde todos se rcunan paracomer; las canchas de bolos donde jugaban juntos; e! inmen-so taller en el cual ganaban un sueldo para mantenerse, ha-ciendo trapos de piso y escobas, tejiendo alfombras y esteri-llando sillas. A medida que pasbamos de una habitacin a

    74 Chevigny, op, cit., pg. 35.

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