1º primaria

GUÍAguíadelVIRTUD: AUTODOMINIO

NOVIEMBRE

Antes deLA MISIÓN

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NuestroOBJETIVO

Descubrir que Dios actúa en nuestro interior y nos da la fuerza para crecer en el amor y en la voluntad para hacer

grandes cosas.

Cómo loHAREMOS

En esta misión realizaremos dos actividades:

• Parábola de la semilla de mostaza.• El Bautismo.

REFLEXIONA sobre los conceptos clave que se presentan en el espacio:

“Conceptos para reflexionar en el café de guías”, ya que te servirán como una base

para guiar la reflexión y aprendizajes de los niños durante la misión.

RECUERDA hacer oración para que el Espíritu Santo guíe las mentes y

corazones que van a estar reunidos. Recuerda que a través de tus palabras,

pero sobre todo de tus actitudes, el niño conoce a Dios. Tu cercanía, empatía,

sonrisa, son fundamentales.

PREPARA el material necesario.

PARA ACTIVIDAD “Parábola de la semilla de mostaza”

- Biblia (Mt 13, 31-32). · Libro “Amigos de Jesús” p. 27-29

PARA ACTIVIDAD“El Bautismo”

· Libro “Amigos de Jesús”, p. 30 a 33; recortables de gestos del Bautismo, p. 39

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QuéPREPARAR

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Conceptos para reflexionarEN EL CAFÉ DE GUÍAS

“El permanecer recíproco entre la vid

y los sarmientos”.MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO

El Señor vuelve sobre el “permanecer en Él”, y nos dice: “La vida cristiana es permanecer en mí”. Permanecer. Y utiliza aquí la imagen de la vid y de los sarmientos que permanecen en la vid (cf. Jn 15,1-8). Y este permanecer no es un permanecer pasivo, un adormecimiento en el Señor: esto sería quizás un “sueño beatífico”, pero no es eso. Este permanecer es un permanecer activo, y también es un permanecer recíproco. ¿Por qué? Porque Él dice: «Permaneced en mí, como yo en vosotros» (v. 4). Él también permanece en nosotros, no sólo nosotros en Él. Es una permanencia recíproca. En otra parte dice: Yo y el Padre «vendremos a él y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es un misterio, pero un misterio de vida, un hermoso misterio. Esta permanencia recíproca. También con el ejemplo de los sarmientos: es cierto, los sarmientos sin la vid no pueden hacer nada porque la savia no circula, necesitan la savia para crecer y dar fruto; pero también el árbol, la vid necesita sarmientos, porque los frutos no están unidos al árbol, a la vid. Es una necesidad recíproca, es una permanencia recíproca para dar fruto.

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Y esta es la vida cristiana. Es verdad, la vida cristiana es cumplir los mandamientos (cf. Ex 20,1-11), y esto debe hacerse. La vida cristiana es ir por el camino de las bienaventuranzas (cf. Mt 5,1-13), y esto debe hacerse. La vida cristiana es llevar a cabo las obras de misericordia, como el Señor nos enseña en el Evangelio (cf. Mt 25,35-36), y esto debe hacerse. Pero es también más: es esta permanencia recíproca. Sin Jesús no podemos hacer nada, como los sarmientos sin la vid. Y Él —me permita el Señor decirlo— sin nosotros parece que no puede hacer nada, porque el fruto lo da el sarmiento, no el árbol, la vid. En esta comunidad, en esta intimidad del “permanecer” que es fecunda, el Padre y Jesús permanecen en mí y yo permanezco en Ellos.

¿Y cuál es —se me ocurre decir— la “necesidad” que tiene el árbol de la vid de los sarmientos? Es dar frutos. ¿Qué “necesidad” —por así decir, con un poco de audacia—, qué “necesidad” tiene Jesús de nosotros? El testimonio. Cuando en el Evangelio dice que nosotros somos luz, dice: “Brille vuestra luz, para que los hombres «vean vuestras buenas obras y alaben a vuestro Padre» (Mt 5,16)”. Es decir, el testimonio es la necesidad que tiene Jesús de nosotros. Dar testimonio de su nombre, porque la fe, el Evangelio crece por el testimonio. Esto es un modo misterioso: después de haber pasado la Pasión, Jesús glorificado en el cielo necesita nuestro testimonio para hacer crecer, para anunciar, para que la Iglesia crezca. Y este es el misterio recíproco del “permanecer”. Él, el Padre y el Espíritu permanecen en nosotros, y nosotros permanecemos en Jesús.

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Nos hará bien pensar y reflexionar sobre esto: permanecer en Jesús; y Jesús permanece en nosotros. Permanecer en Jesús para tener la savia, la fuerza, para tener la justificación, la gratuidad, para tener la fecundidad. Y Él permanece en nosotros para darnos la fuerza de [dar] fruto (cf. Jn 5,15), para darnos la fuerza del testimonio con el que la Iglesia crece.

Me hago una pregunta: ¿cómo es la relación entre Jesús que permanece en mí y yo que permanezco en Él? Es una relación de intimidad, una relación mística, una relación sin palabras. “¡Pero padre, esto es para los místicos!”. No: esto es para todos nosotros. Con pequeños pensamientos: “Señor, sé que estás conmigo: dame la fuerza y haré lo que me digas”. Ese diálogo de intimidad con el Señor. El Señor está presente, el Señor está presente en nosotros, el Padre está presente en nosotros, el Espíritu está presente en nosotros; permanecen en nosotros. Pero yo debo permanecer en Ellos...Que el Señor nos ayude a comprender, a sentir esta mística del permanecer en la que Jesús insiste tanto, tanto, tanto. Muchas veces, cuando hablamos de la vid y los sarmientos, nos detenemos en la figura, en el oficio del agricultor, del Padre: que lo [el sarmiento] que da fruto lo corta, es decir, lo poda, y lo que no da fruto lo arranca y lo tira (cf. Jn 15, 1-2). Es cierto que hace esto, pero eso no es todo, no. Hay más. Esta es la ayuda: las pruebas, las dificultades de la vida, incluso las correcciones que el Señor nos hace. Pero no nos detengamos aquí. Entre la vid y los sarmientos se da este permanecer íntimo. Los sarmientos, nosotros, necesitamos la savia, y la vid necesita los frutos, el testimonio.

Fuente: Homilía del Papa Francisco, miércoles 13 de mayo de 2020.http://www.vatican.va/content/francesco/es/cotidie/2020/documents/papa-francesco-cotidie_20200513_come-itralci-e-lavite.html

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DuranteLA MISIÓNReúnanse para llevar a cabo esta misión, pónganse la camiseta del club para fortalecer el sentido de pertenencia y disfruten esta oportunidad de estar juntos, no solo conectados tecnológicamente, sino conectadas las almas y corazones para vivir un momento especial.

Salúdense mencionando los nombres de cada uno, procurando acercarse suficientemente a la pantalla para propiciar el sentirse acompañados. Favorezcan un ambiente de confianza y tranquilidad, junten sus manos y expresen juntos la oración NET.

DuranteLA MISIÓN

Jesús, amigo mío, habla a mi corazón.

Te agradezco por darme todo tu amor, por tus dones, tu gracia y comprensión.

Ayúdame a ser misionero de la Nueva Evangelización para que muchos niños te conozcan, te amen y formemos una gran

cadena de esperanza junto al Papa.

Virgen María, mi dulce Madre Santísima, cuídame y protégeme de todo mal.

Tú que eres mi guía, enséñame a hacer lo que a Jesús le agrada, para estar con

Él y contigo en el cielo para siempre.

Amén.

OraciónNET

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ActividadPARÁBOLA DE LA SEMILLA DE MOSTAZA.

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MensajeCLAVE

Al crearnos a su imagen y semejanza, Dios ha sembrado

en nuestro interior la semilla del amor y del bien. A nosotros

nos toca alimentar esa semilla estando cerca de Dios, a través de la oración, de frecuentar los

sacramentos, de seguir sus enseñanzas, para vivir en unidad con Él y así dejarlo

actuar fortaleciendo nuestra alma y conduciendo nuestra

vida hacia el bien y la felicidad eterna.

QuePREPARAR

· Biblia (Mt 13, 31-32).· Libro “Amigos de Jesús”

p. 27-29

OBJETIVODescubrir que Dios

actúa en nuestro interior y nos da la fuerza para

crecer en el amor y en la voluntad para hacer

grandes cosas.

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El propósito de esta actividad es guiar a los niños a descubrir que Dios actúa en nuestro interior y nos da la fuerza para crecer en el amor y en la voluntad para hacer grandes cosas.

Comenta a los niños que Jesús, al conversar con la gente, en muchas ocasiones les hablaba del Reino de Dios y lo hacía en forma de parábolas. Explícales que las parábolas son relatos sencillos de situaciones cotidianas que nos ayudan a comprender verdades muy profundas. Jesús las usaba mucho para facilitar a las personas entender sus mensajes.

Coméntales que hoy vamos a conocer una parábola muy bella que nos habla de una semilla muy común en la tierra de Israel, donde vivía Jesús.

Abre tu Biblia, y recuérdales que en ella se encuentra la Palabra de Dios, los mensajes de amor de Dios para nosotros, por lo que vamos a escuchar con mucho respeto y atención, considerando que es Jesús quien está hablando.

Lee pausadamente la cita de Mateo 13, 31-32, que se refiere a la parábola de la semilla de mostaza.

Observen las imágenes del libro “Amigos de Jesús”, p. 28, recuerden lo que dice la parábola y REFLEXIONEN JUNTOS,

CON PREGUNTAS COMO LAS SIGUIENTES:

- ¿Qué les llamó más la atención de esta parábola?- ¿A quién dice Jesús que se parece el reino de los cielos?

- ¿De qué tamaño dice que es la semilla de mostaza? Pide a los niños que con su lápiz dibujen un punto en una hoja, y lo

observen. Ese es aproximadamente el tamaño de esa semilla que se da en la tierra de Israel. Es muy muy pequeña.

- ¿En qué dice la lectura que se convertirá esa pequeña semilla?

- ¿Qué tan grande será aquello en lo que se convertirá?- ¿Cómo logra crecer esa semilla?, ¿quién le dará lo necesario

para crecer?

Desarrollo deLA ACTIVIDAD

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Pregunta a los niños qué piensan de todo esto, qué les llama la atención de esa fuerza silenciosa de Dios que

puede convertir algo pequeño y débil en algo grande y fuerte. Qué sienten al pensar que Dios actúa en su

interior y puede darles la fuerza para hacer grandes cosas y hacer mucho bien en su vida y en la de los

demás. Invítalos a reflejar lo que sienten y piensan sobre esto, realizando el ejercicio de la página 29 de su libro “Amigos de Jesús”, donde realizarán un dibujo para

representar la fuerza que Dios les da para crecer en el amor, superar las dificultades y hacer el bien.

El sembrador siembra la semilla, y la cuida, y con esos cuidados va creciendo hasta convertirse en un gran arbusto, tan grande, que hasta los pájaros anidan en él. ¡Esto es algo maravilloso!

Pregúntales, ¿ustedes creen que la semilla podría crecer por sí misma?… ¿qué tiene que le permite crecer tanto? Pareciera que la semilla tiene una fuerza dentro de sí. ¿Quién le dará esa fuerza?, ¿quién actúa en cada ser vivo para que en cierto momento nazca y crezca?, ¿podemos ver esa fuerza? Pareciera que es silenciosa, no la vemos, pero sabemos que es grande.

Dios, el creador de todo lo que existe, es quien da esa fuerza para nacer, crecer, vivir, dar fruto. En nosotros, los seres humanos, al crearnos a su imagen y semejanza, Dios ha sembrado en nuestro interior la semilla del amor y del bien. Es una fuerza interior que nos ayuda a crecer en el amor, y así, como la semilla de mostaza, este amor puede ir creciendo hasta llegar a ser algo muy grande, que, así como el arbusto de la mostaza, da casa a los pájaros, nuestra capacidad de amar acrecentada por Dios se puede convertir en muchas obras buenas que hagan bien a muchas personas. Como humanos, cuando queremos hacer el bien y encontramos una dificultad, tambaleamos y queremos desistir… en esos momentos, podemos pedir a Dios esa fortaleza que nos mueva a continuar haciendo el bien y convertirlo en algo muy grande. GUÍAguíadel

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ActividadEL BAUTISMO

MensajeCLAVE

El sacramento del Bautismo deja un “sello” imborrable en

los hijos de Dios. A través de él, Dios nos fortalece para que la semilla del amor que sembró

en nosotros crezca. Esta fuerza nos permite crecer en la Gracia y Amistad de Dios, para vencer el mal y hacer el bien, que por

nuestras propias fuerzas no podríamos lograr.

QuePREPARAR

· Libro “Amigos de Jesús”, p. 30 a 33; recortables de gestos del Bautismo, p. 39 (llévalos ya

recortados a la sesión).

OBJETIVOReconocer en el sacramento del

Bautismo la fuerza de Jesús que nos ayuda a vencer el mal y crecer

en el amor.

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En esta actividad se busca ayudar al niño a reconocer en el sacramento del Bautismo la fuerza de Jesús que nos ayuda a vencer el mal y crecer en el amor.

Recuerden juntos la parábola de la semilla de mostaza, en que el sembrador siembra y cuida la semilla y ésta crece hasta formar un arbusto muy grande. Recuerden cómo las semillas necesitan ser regadas y alimentadas para poder crecer y dar fruto.

Dios ha sembrado en nosotros la semilla del bien ¿y cómo podemos cuidar y alimentar esa semilla para que crezca? Con la oración, las buenas obras, los sacramentos.

Platica a los niños que Dios nos ama tanto que nos regala los sacramentos para que esa semilla del bien que sembró en nuestro interior pueda crecer, y dar como fruto muchas buenas obras, que a la vez que nos hacen sentirnos felices, hacemos felices a los demás.

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Desarrollo deLA ACTIVIDAD

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EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO es el primer riego de la semilla que Dios sembró en nosotros, en él recibimos la fuerza de Jesús, aquella con la cual Él venció al mal para siempre. Esta fuerza nos permite lograr hacer cosas que por nosotros mismos no lograríamos.

En el Bautismo recibimos la presencia especial del Espíritu Santo a través de la imposición de las manos del sacerdote. En este sacramento, el Buen Pastor nos llama por primera vez a través de las palabras del sacerdote (puedes pedir a los niños que observen la ilustración de la p. 31 en su libro “Amigos de Jesús”).

Así Dios nos llama por nuestro nombre y formamos parte de su familia la Iglesia, como hijos de Dios. El Bautismo deja en nuestra alma un “sello” imborrable, que nos distingue y define como sus hijos, como ovejas amadas y protegidas por Dios, por nuestro Buen Pastor y pasamos a formar parte de su “rebaño”.

“Yo te bautizo a ti________(en este momento dice tu nombre)________ en el nombre del Padre,

del Hijo y del Espíritu Santo”.

Sabemos que en los sacramentos Dios actúa derramando gracias especiales en nuestra alma, pero como esa acción es invisible, al impartir los sacramentos, los sacerdotes hacen uso de gestos que podemos ver, es decir signos materiales que expresan la acción de Dios entre nosotros.

Apoyándote en las páginas 32 y 33 del libro “Amigos de Jesús” y utilizando los recortables de la página 39, explica uno a uno los gestos del Bautismo. Después pide a los niños realizar el ejercicio que se encuentra en dichas páginas, utilizando los recortables de la página 39 de su libro.Al final, puedes hacer una dinámica donde digas el nombre de algún niño, muestres la lámina de algún gesto y el tendrá que decir qué gesto es, o algo referente a él.

Den gracias por la bendición tan grande de poder ser llamados hijos de Dios, de ser parte de su familia, y contar con ese sello imborrable que nos identifica como sus hijos. Pidan a Dios su ayuda para abrir el corazón y alimentarse de la oración y los sacramentos para recibir las Gracias necesarias para que la semilla del bien que sembró en nuestro interior, pueda dar mucho fruto traducido en obras buenas para colaborar en la construcción del Reino de Dios.

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Reflexionen y comenten utilizando el “dado cierre de sesión” del material de “Vida de club”. La guía puede tirar el dado y mostrar a los niños en la pantalla la cara que quedó hacia arriba e indicarles la pregunta a contestar entre todos.

PREGUNTAS DEL DADO: · Doy gracias por…

· Ejemplo de cómo practicar lo que conocí…

· Me siento…· Algo bueno que descubrí…

·Algo positivo de mí…· Abrazo grupal…

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Reflexión deCIERRE

¡Gracias!GUÍAguíadel

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