Ya era diciembre y empezaba la víspera de Navidad la nieve empezaba a caer.

Todos estaban emocionados por esto pero verdaderamente no conocían el significado

de la navidad.

Una mañana el profesor les pregunto a sus alumnos si

conocían la historia del nacimiento de nuestro

salvador.

Muchos levantaron la mano, sin embargo, todos hablaban de cosas egoístas sobre regalos que esperaban recibir o el mito de Papa Noel.

El maestro frustrado porque nadie conocía la verdadera celebración de la navidad les pidió silencio a todos y empezó a contar según las escrituras bíblicas como es que se dio la encarnación.

En Nazaret, una pequeña ciudad de Galilea, vivía una joven virgen y pura llamada María. Esta doncella estaba prometida a José.

Un día, cuando ella se encontraba sola rezando sus

oraciones, el ángel Gabriel apareció y le dijo: -¡Alégrate María! ¡Eres la elegida del Señor!

La joven asustada, procuraba comprender las palabrasdel ángel.

-No tengas miedo, María, porque Dios te ha bendecido.

Tendrás un niño a quien llamarás Jesús. Él será el hijo del

Altísimo y reinara para siempre.

¡Pero yo no me he casado todavía!¿Cómo es posible? –exclamo María.-Por obra y gracia del Espíritu Santo,

concebirás un hijo que será llamado “El hijo de Dios”. –Señor, he aquí a tu

sierva, cúmplase en mí la voluntad de Dios.

Por esos días, María partió apresuradamente a una ciudad ubicada en los cerros de Judá. Entro a la casa de Zacarías y saludo a Isabel. Al oír su saludo, el niño dio saltos en su

vientre. Isabel se lleno del Espíritu Santo y exclamo en alta voz: ¡Bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Cómo he merecido yo que venga a mi la madre de mi Señor? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de alegría en mis entrañar. ¡Dichosa por haber creído que de cualquier manera se cumplirán las promesas del Señor!

Algún tiempo después, el emperador César Augusto decreto un censo. De acuerdo con sus órdenes, cada persona debía registrarse en el lugar donde habían nacido. José y María que eran de Belén partieron para allá realizando un viaje largo y penoso pues María estaba encinta.

Al llegar a Belén, trataron de hospedarse en una posada, pero no encontraron lugar y tuvieron que alojarse en un establo, junto con los animales. Allí nació el niño y su madre lo envolvió en un lienzo y lo puso a

dormir en el pesebre.

Esa noche en el campo, los pastores vigilaban sus rebaños. De repente, el ángel del Señor apareció y los pastores se asustaron, pero el ángel les dijo:-No tengan miedo. He venido para anunciarles una gran alegría. Hoy, en Belén, ha nacido el Salvador en un pesebre y ahora duerme envuelto en un lienzo. Él es Jesús, nuestro Señor.

Cuando el ángel se marchó, los pastores fueron hasta Belén. Allí encontraron a María, a José y al niño acostado en un pesebre. Después de haberlo visto, contaron las cosas que los ángeles habían dicho sobre el niño sobre el niño Jesús y las personas que oyeron la historia se asombraron.

Tres magos que vivían en oriente vieron en el cielo una estrella de

gran esplendor. Era el aviso que esperaban desde hacia mucho

tiempo: el Salvador había nacido.Siguiendo la dirección de la estrella, salieron de

sus tierras hacia Jerusalén.

Autora: Cecilia Pardavé Ueda 3° G