historia arqueologia chile

218

Upload: valdemar-ramirez

Post on 04-Jun-2018

228 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    1/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    2/217

    Mario Orellana Rodrguez, es PremioNacional de Historia 1994 , Arquelogo especialista en Prehistoria de Chile y en Historia yTeora de Arqueologa. Igualmente, ha investigado temasrelacionados con el contacto y aculturizacin aborigen-espaol.Entre sus libros destacan: Invtstigaciny Teora rolarqutologa hilena 1982 ;Laronica dt Gtrnimo Bivarylaon-quista deChik 19 8 ; Historia J ntro-pologa deIsladeLaLaja 1992 YPrehis-toria J Etnologa Chik 1994 .Es miembro fundador de la SociedadChilena de Arqueologa 1963 , crea r de la Licenciatura de Arqueologa196 YDirector fundador del Departamento de Antropologa de la Universidad de Chile 1970 .Actualmente e Profesor Titular de Arqueologa y Prehistoria y Decano de Facultad de Ciencias Sociales de laUniversidad de Chile.

    Foto Portada:Excavaci ones en Loa Oe te

    gin ; Norte de Chile

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    3/217

    RIO ORELL N RO RGUEZ

    HISTORIA DE ARQUEOLOGIA EN HIL

    1 2-1990)

    oleccin de iencias ocialesravo y llende Editores

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    4/217

    69 88

    Se proh be cua lquier tipo de reprodu ccin total o parcial. ingu na parte de estelibro pu ede se r reprodu cida transmitida o almacenada sea por procedimientos

    mecnicos. pticos o qumicos incluiclas las fotocopias. editor autorizacitas en revistas diarios o libros siempre que se mencione la fuente .

    Bravo Allende EditoresPrimera Edicin 1996Inscrip cin Q 97.479I.S.8. . 956 7003 34 3

    Se termin de imprimir enIMPRESOS IVERSITARIA S.A.San Francisco 454 Santiago de Chile

    en el mes de se ptiembre de 1996IMPRESO EN CHILE / PRlNTED IN CHILE

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    5/217

    rlogo

    DICE

    7ntro cci n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11

    1. Algunas razones para investigar la Prehistoria de Chile . . . . . . . . . . 112. ecesidad de historiar la Arqueologa . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 153. Perodos de la Arqueologa e n Chile : . . . . . . . . . . . . 174. Los Arquelogos y u co ntexto ideolgico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21

    PW LO 1 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29Primer perodo antes de 1882. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29 PW LO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57egundo perodo 1882 1911 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57

    C Pw LO III 84Tercer pe rodo 1911 1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 841. El Dr. F. Max Uhle . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 89

    Conclusiones so bre la co ntribucin de Uhle al conocimientode la Preh istor ia de Chile . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 113

    2. El Dr. Aure liano Oya rz n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 119u ignificado cie ntfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 124

    Conclusiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1333. El Ing . Ricardo E. Latcharn . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 136El aport e cientfico de Latcharn a la Prehi storia de Chile . . . . . . . . . 144

    PWLO IV . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155Cua rto perodo 1940 1960 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 155

    1. unius Bouton Bird. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1592. Fran cisco Corne ly. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    6/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    7/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    8/217

    Por una parte expusimos los hechos ms relevantes que hicieron posibleconfigurar los perodos de la d isciplina como e l movimiento cultural y literario de1842 que se ex pres entre otras novedades institu cionales en la o rga nizac in dela Universida d de Chile Los aos transcurridos e ntre la dcada de 1840 y fines dela dcada de 1870 permiten conocer un conjunto de informes y libros relacionadoscon descripciones geogrficas de pu ebl os y restos culturales prehispnicos Luegofueron se leccionados por nosotros varios acontecimientos situados entre 1878 y1882 q ue nos hicie ron postular el nacimiento de un pero do q ue se caracterizabapor la fundacin de sociedades cientficas y por la presencia de algunos es tudiososque co locaban el acento e n el pasado ms antiguo de Chile incluyend loshistoriad ores Barros Aran a y Medina Luego a lrededor de 1910 sobre todo conlas actas del 42 Congreso Cie ntfico aparecen import antes trabajos antropo lgicosy arqueolgicos firmados por Max Uhle y Ricardo Larcharn Ellos junt o a AurelianoOyarz n Martn Gusinde Augusto Capdeville y tantos otros fueron los investiga-dores que nuclearon el perodo situado entre 1910 y la dcada de 1940 Nosotrosen e l libro de 1982 llegamos prcticamente hasta esos aos

    Obviam ente que podramos iniciar es ta historia de la Arqueologa Prehistricaen el siglo XVI Ms de alguna ve z hemos sostenido qu e de los cronistas de lossiglos xvt xv y XVIII se podran sacar datos y reflexiones antropolgicas yarqueolgicas As lo han credo tambin va rios es tudiosos como GualterioLosser Sin embargo nosotros insistimos qu e la Preh istori a de Chile slo pudosurgir cua ndo haba un conjunto de probl emas de preguntas y de mtodos quehacan posible la investigacin sistemtica del pasado cultural prehistrico Y estoocurri en el siglo X X

    De todos modos como lo hemos escrito recientemente creemos en lacontinuidad de los temas de los problemas que se ge neraron e n los primeroses tudiosos incluso en los cronistas del siglo XVI y que continan inquietando alos ac tua les cientficosEl mtodo del presente lib ro es por una parte hacer una presentacinsintt ica de cada perodo y luego e jemplificar algunos de los p robl ema investi-gados a travs de la obra de algn cie ntfico relevante

    As e n e l perodo de las dcadas de 1940 y hasta fines de 1950 co locaremosel acento en junius Bird y en Fran cisco Comely

    En cambio desde 1960 e n adelante nos preocuparemos de Gu stavo Le Paigey de Percy Dauelsberg Obviamente que hay otros cientficos qu e tambinrecordaremos: en e l Museo Arqueolgico de La Serena a orgeIribarren en laUniversida d de Chile a Alberto Medina y e n el useoNacional de Historia aturala la Dra Grete Mostny Como es fcil de apreciar estamos dando a conoce r elaporte cientfico de los investigad ores que nos han dejado

    8

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    9/217

    Hay much os otros qu e caracterizan al perodo 1960 1990 qu e siguen traba-jndo y qu e en futuras ediciones de es te libro o de otro se rn recordados.

    Para terminar deseamos ag radecer a los co legas de la Universida d de Chilequ e nos han alentado a saca r un a segunda edicin de es te libro de 1982 q ue seencuentra gotado . Como lo hemos transformado y acrecent do e n forma signifi-cativa le hemos co locado un nuevo ttulo : Hist ia de a A rqueologia en Chile

    Esperamos que l sirva para conocer mejor la importante o ra cientfica qu ehan realizado tantos especialistas ex tranjeros y chilenos en nuestro pas.

    Santiago mayo 1996.

    9

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    10/217

    INTRODUCCIN

    1 lgunas razones para investigar la Prehistoria de hileDesde algunos aos la informaci n acerca de las sociedades y culturas pre hisp-nicas y tambin de las soc iedades aborgenes contemporneas ha crecido enforma considerable El aumento de losco nocimientos so re nues tros ms antiguosantep s dos y nu estros connacionales aborgenes ha sido el producto del des -rrollo de algunas d isciplinas muy es pecficas Gracias a investigaciones arq ueol-gicas y co n la participacin de muchas otras disciplinas afines conocemos hoy enda la gran antigedad de los prim e ros grupos de c z dores y recolectores qu ehabitaron nuestro territorio y las caractersticas es pecficas de muchos otros qu evivieron en el norte en la cos ta o en las alturas desrticas en el ce ntro o en elextremo sur desmem rado y fro de ChileEstos resultados de las investigaciones arq ueolg icas interesan cada vez msa importantes sectores sociales Las excavaciones hech as en algunas ocasioness lo co n el fin de salva r yacimientos prehist ricos y en otras como resultado deproyectos bie n elaorados so n seguid s siempre con gran atencinDiferentes instituciones de carcter estatal o privad as es tn comprometid scon el destino de la ciencia prehi strica y el radio de influe ncia de UniversidadesMuseos y Sociedades aumenta cada da ms alcanzando ltimamente a losdiferentes niveles de la enseanza Comienzan a modificarse los programas deestudio ac recentndose el inters por la historia na cional y por ende po r el msantiguo pasado cultural e l aye r prehistricoBuscando razones para comprender el fenmeno se alado surge inmediata-mente como una primera explicacin el deseo de conocer los orgenes de nuestranacionalidad y en gener l de todo lo que pued ex plicar desde el p s do laactua l realid ad cu ltura l y social de Chile a pes r de las dificultades epistemolgi-cas que presentan es tos es tud iosExiste en algunos y tm in mu y relacionado co n lo anterior la necesid d dedesprenderse del presente recorrer los mltiples caminos del aye r qu e nosmuestran acontecimientos diferentes y desde all retomar a nuestro tiempollenos de informaci n y co n algo de sabiduraLa reconstruccin de los hechos del pas do el conocimie nto de las culturasms antiguas qu e se pierden casi en e l o lvido es por s sola una buena raz n

    11

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    11/217

    para es tud iar ese pas do preh istrico . Si a es to se agrega qu e ese pasado lejanollega hasta nosotros por intermedio de algunos grupos tnicos, de sus culturas , yse incorpor a a nuestra historia de los ltimos siglos, comenz mos a comprende rla fuerza y el valo r qu e tienen estas investigaciones. o s lo interesa lo qu esucedi sino lo que sigue aconteciendo, no s lo importan las soc iedade y culturasdel aye r, sino cmo sigue n actuando e unidades soc iales en los tiempo msrecientes, y, en algunos casos, conternpornea rnente a no otros

    Creemos , sin embargo , que hay tambin otras razo nes qu e explican estecreciente inters por conoce r los tiempos prehi sp nicos de Chile . Aunque puedap recer casi increble hay tambin razones estticas, si as pueden llamarse .Cundo nos sumergimos en e l pas do y comenz mos a recrear sus contecimien-to s ,el historiador, en este cso el prehi storiador , obtiene satisfacciones espiritualesmuy grndes. Recrear los hechos humanos, la form ci n de una cu ltu ra, lao rganizacin de una soc iedad, la adaptacin de una comunidad en un medioambiente natural, es tambin algo bello y produce belleza. aturalmente qu e noes la primera vez qu e se dice qu e historiar es un arte y que el conocimiento delpas do es una actividad muy deli c d que necesita manejar valores estti cos. Quotra cosa es organizar y present r coherentemente la vida hum n en sus mltiplesactividades y matrices? Y si esa vida ya no es tal , y por tanto se encue ntra entiempo ido cmo reconquistarla, cmo darl e un nueva vida si no e con cienciay arte , con conoci miento, respetndo los hechos y configur ndo un re lid d , unatotalidad a partir de algunas piezas aisladas?

    Creemos tambin que la relaci n que surge entre el cientfico que investigalos tiempos prehistricos sos tiempos p s dos es bastante profund .

    Por un parte , la rela cin con e l o jeto que se analiza, conoce y se incorpora ,enr iquece al ser mismo del cientfico. En el investigador, al t rmino de suqu eh cer, existe plenitud ; hay un enriquecimiento interior, producto de laintegracin no s lo de un gran cantidad de dat os sino de la totalidad delconocimiento prendido.

    Por otra, la relacin entre pas do y presente es tan fuerte , tan slida, qu e alconjugarse en nosotros el tiempo se h ce uno so lo en nuestro ser. Esta unid dentre aye r y hoy permite, adems , repl nte r la posicin de la prehistoria comociencia y e l objetivo ltimo de ella.

    1 esotros empre ndimos hace aos algunas lneas de investigacin relacionadas con la antropo-loga de las creencias, descubri endo cmo antiguas tradiciones , va lores y creencias i ncluso preh sp -nicas) se conservan actualmente y se manifiestan en la religiosidad popular y, so re tod o. campesinas .CLas Creencias religiosas campesinas: una aproximacin a la antropologa de las creencias en Historiay Misi n , ponencias, aportes y experiencias del Encuentro de Religiosidad Popular. Stgo ., 197 .)

    12

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    12/217

    En primer lugar, tod o pasado fue presente ; as el estudio de las culturaspasd s y de ciertos momentos histricos es simplemente anlisis de presentes.Ciertamente , p resentes idos , pero al fin y al cabo presentes. La historia y laprehistoria como disciplinas cientficas se co nvierten as en ciencias del presente .

    Pero la relacin ex istente entre el pasado y el presente es tan poderosa comola de presente y futuro. Acaso no estamos constanteme nte dise nd o el futu ro,pensando en l?

    El presente podr a tambin, fuera de otras ace pciones , definirse como eltiempo que programa las acciones por venir. Si es to e as , e l es tudio del pasadoqu e e , por defin icin nuestra e l anlisis de l presente , se co nvertira en la cienciaqu e qui ere conocer cmo se program el futuro . La Prehi storia es no s lo unaciencia del presente ido , sino tambin la ciencia que conoce el futuro gracias a laco hesin ontolg ica de los tres tiempos, pasado, presente y futur o- .

    Pe ro ms que una nueva definicin de nuestra ciencia, lo que nos importa esace ntuar el co nocimiento cientfico del pasad o y su relacin ntima con los otrostiempos.

    Las ex pe rienc ias hum n s qu e intent mos conoce r no pertenecen s lo alpasado ; so n nuestras, so n actuales , porque fueron presente y nunca dejaron deserlo . Y si alguna vez la e rosin del tiempo nos hizo cree r lo contrario, nuestrasherramientas arqueolgicas han vue lto a dejar las cosas en su verd adero lugar.

    A prop sito de es ta relacin entre Pasad o y Presente , qu e hemos enfatizado,y desde otra perspectiva, el arquelogo norteamericano Lewis Binford , en su libro In pursuit of the Past (traducido al es paol en 1988 En bu sca de l pasado ) hainsistido que aunque los yac imientos co nse rvan e lementos del pasado , el registroarqueolgico es un fenmeno contemporneo y las afirmac iones que hacen loses tudiosos sobre l no so n afirmac iones histricas. Si se intenta investiga r larelacin ex istente en tre los vestigios materiale del pasado qu e conocemos en elpresente , co n las activid des humanas del pasado, causa ntes de estos vestigiosarqueolgicos , nos enfrentamos a un gran desafo intelectual. Si recon ocemos queel registro arqueo lgico tmb in se compone de smbolos, ade ms de los ves tigiosmateriale , la dificultad del co nocimiento es ms grnd e .

    El co noci miento del pasad o se obtiene de los restos arqueolgicos, co ntextualizados, a partir de inferenc ias qu e se co nstruye n en el presente . Pero cmohacer inferencias cientficas? Tod o e l libro de Binford es su intento de desarrollarmtodos p ra hacer inferencias qu e sea n fiables, mucho ms qu e otras realizadasant eriormente . Uno de los caminos recomend do por el rqu elogo nortearneri-

    2Sob r esta temtica vase: nuestro trabajo: El aporte de Teilhard de Chardin a la investigacinde los hechos futuros , en Estudios Sociales, N 8, 1976, c. 1 .U., Stgo ., Chile, bv iament que estasideas estn inspiradas en an Agustn (Las Confesiones) .

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    13/217

    cano, ya en la dcada de 1970, es la investigacin etnoarqueolgica. Como esteautor ha influidoen muchos arquelogos chilenos es interesante conocer algunasde sus ideas sobre este tema. Nos recomienda que investiguemos de qu maneralos restos del pasado paleoitico, que son estticos ,pueden pensarse desde lamovilidad de actuales grupos de cazadores y recolectores,del uso que hacen desu espacio fsico, de su adaptacin al medio ambiente climtico y social, de lafabricacin de artefactos y de sus mltiples usos, de la estructura de sus lugaresde trabajo, de vivienda, de celebraciones, etc. Analizando la conducta viva degrupos de aborgenes, aspira a trazar algunas lneas interpretativas que ayuden alos estudiosos del pasado a construir modelos explicativos para conocer lo queocurri en el pasado.

    Podemos preguntamos hasta dnde estos modelos establecidospara conocersituacionesdel pasado humano, a partir del registro arqueolgico, dan a conocersucesos relevantes o significativos.Siguiendo,por ahora, los conceptos de Binford,las relaciones que hacemos entre las consecuencias estticas (restos de unyacimiento arqueolgico) y las causas dinmicas, propias del comportamientosocial del pasado, podremoscontrastarlas empricamente?Parece poco probableque se considere suficiente estudiar los comportamientos de pueblos aborgenesactuales para sacar conclusiones tiles -modelos de conducta- que permitan elconocimiento del pasado. Si se responde afirmativamente estamos frente a unacreencia: que hay un conjunto de rasgos que subyacen permanentemente y queson caractersticos,por ejemplo, de la organizacin espacial interna de la vida deun yacimiento de cazadores, no importando su situacin en el tiempo (cazadoresmusterienses de hace 50.000 o ms aos y cazadores actuales Nunamiut).

    Por cierto que la Etnoarqueologa, como la Arqueologa Experimental, laArqueologa Espacial, la Zooarqueologa, etc., son disciplinas necesarias para labsqueda de mtodos que nos ayuden a leer correctamente el texto propio delos contextos arqueolgicos .Pero como el propio Binford lo ha escrito, no esposible hacer analogas entre grupos actuales y grupos paleolticos. Esta es unaantigua conclusin que a veces se olvida. De todos modos los anlisis inteligenteshechos por Binford -aunque incompletos sirven para exigirles a los arquelogosuna metodologa digna de los desafos que presentan sus yacimientos y suscontextos arqueolgicos.

    Estos temas, estas preguntas, han estado presentes en los ltimos aos en laarqueologa chilena. As, a lo largo de estas pginas veremos cambiar las teoras,las explicaciones,las inferencias, los mtodos usados por los arquelogos. Es unhecho, puesto a prueba muchas veces, que cada perodo del desarrollo arqueo-lgico chileno, se caracteriza por mtodos y explicaciones propios de los ambien-tes cientficos europeos y norteamericanos. Diferentes teoras han estado presen-tes en los artculos, informes y libros escritos por los arquelogos desde fines del

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    14/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    15/217

    los estudios prehi stricos o muy prox mos a ellos. La madurez que la cie nciaprehistrica ha alcanzado en Chile es una buena razn para no co nfundir camposde conocimiento. As, nuestra indagacin en Chile comenzar en e l siglo XIX, sigloque , por lo dems, vio en Europa el nacimiento de la Prehistoria como ciencia.Sin emba rgo , lo ante rior no significa que las ob e rvaciones y descripcione dadasa conoce r por cronistas e historiadores, desde el siglo XVI en ade lante, no seanincorporadas a nuestro relato . Sobre todo si e llas nos sirven para pesquisar rasgosde los pueblos americano s en el perodo de aculturizaci n aborigen -espaol.

    Muchos aos de enseanza de la Preh istoria nos permitieron introducirnos enel d ifcil campo del historiador de la disciplina prehistrica. ubo que revisardocument os y revistas del siglo XIX, difciles de obtener actua lmente ; hubo quese leccionar an ms. Detrs de nuestra investigacin hay un diseo y un modeloque no deseamos ocu ltar. Manejamos hiptesis y explicamos los hechos deacue rdo , sobre todo, a la informacin cientfica qu e tenemos. in embargo ,poseemos claridad para darnos cuenta de que los hechos no hablan so los y que ,por lo tant o, se hace necesario interpretarlos. aturalmente qu e nuestra visin delorigen de la Prehistoria de Chile discrepar de otra s que se han es r to Nomanejamos un nico marco interpretati vo y, por tanto , confiamos en se r m justoscon nuestros primeros preh istoriadores .

    o es tarea fcil explicar cmo se investiga el orige n de una disciplina.oso tros partimos de algunos hechos, tales como el comienzo de las investigaciones sobre los aborgenes de Chile en la segunda mitad del siglo XIX. Este hecho esco incide nte con otros producidos en Europa , como el desarrollo de la Prehistoriacomo ciencia en los decenios 1850 y 1860 .

    Luego de saber cu ndo comenzaron los primeros es tudios del pasado culturalprehi spn ico , investigamos qui nes fueron los estudiosos que demostraron interspor escribir y publicar. Era fundamental saber a qu reas del conocimientopertenecan , a la hist rica> a las ciencias naturales?, o e ran meros coleccionistasde antigedades?El co noc imiento de las disciplinas a qu e pertenecan los fundadores de loses tudios arqueolgicos nos permiti cons tru ir una hiptesis. Ella explicara laapa ricin de la nueva ciencia como un resultado de la amalgama de intereses decientficos qu e , perten ecientes a diferentes disciplinas (naturales e histricas), sevieron enfrentados a un conjunto nuevo de objetos que no formaban part e de sus

    Vase. por e jemplo, a ju l io Monran : Apuntes para un anlisis de la Arqueologa Chilena , revistaRehue, NQ4, 1972, en donde , aunque el autor no lo haya deseado , se deslizaron algunas pginas decarcte r panfletario y, so bre lodo, una posicin muy exageradamente un deol gica (materialistahist rica ). Por lo dems, el tratam iento que hace de Latcharn. yarz n y otros, es de un suhjetivismoexa gerado en un hombre de ciencia

    16

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    16/217

    campos d e investigacin . La necesid d de es tudiarlos los llev a escri b ir informesfundar sociedades revistas hacer sntesis q ue no podran se r situad s e n losca mpos d e sus cie ncias co noc idas y bien d efinidas . atura lmcnte qu e e n Ch ile lasituaci n no fue la mism a qu e e n Inglaterra y e n Francia. All se inve nt laPreh i toria e n Chile se la adopt aunque e n forma cas i coet nea co n Euro pa .

    La construcci n d e los es tudios ar queo lg icos e n hile tuvo algunosespeciales de ido a la pre sencia imp ortante d e las e tnias aborgenes .

    Es casi inn ece a rio se alar q ue hay un co njunto de materias y d e ac tividadesco mune - e nt re la rqu e ol og a ame ricana y e uro pea

    in e mba rgo es imp ortante recalcar que la interrupci n vio lenta de b vidaaorigen ame ricana ca us ada por la co nq uista y co lonizacin e uro pea le d io un ae pecial singula rida d a la Arqu eolog a ame ricana y chilena . De algun a manera un ode nu estros temas m s pr esentes y reit era do es el de b transfonuuci n de lasculturas aorge nes de la mu erte de mu ch as cu ltu ras prehisp nicas y d e lacre ac i n de nu evas formas de vid a social y cultural. La murt y b resurreccinla d estru ccin y la vida so n o b jetos de investigacin y de meditaci n profundae ntre los especialistas am eri can os . Perodos de la rqu eolog en ChileDe ac ue rdo a nu estra inform ci n, e l desarroll o de la rqu ologa pu ed e historiarse segn cie rtos hitos fundam entales qu e e n algunos casos co rres po nde n a lapresencia de un o o m s cientficos qu e influ yeron notabl em ent e e n determ inad operod o a la a pa rici n d e algunas publicaciones imp ortantes y, por ltimo . a laorga nizaci n d e instituciones uni e rsitarias o de o tro carcter. d e reunionescientficas relevant es o de programas de investigacin d e g ran a liento . :1aparicinde nu e vos investigadore s publicacion es e instituciones especializad s de e serco nsiderada tambin co mo producto d e un desarrollo social de un proceso demdur ci n cultural q ue prepara po co a poco un a nu e va re alidad intelectual. As.cua ndo la situacin sociocu ltura l madura e incluso e closiona so n posibles lasco njuncio nes d e va rias figuras y la formacin d e un a nu e va realidad cie ntfica. Pores ta raz n e n cada perodo so b re tod o al fina l se dan lo s ele mentos q ue a nuncianel siguiente. s las fec has nunca so n ex ctas y de e co nsidc r rsclas co moso lamente proximd s .

    Aunque es difcil periodifi car una cie ncia de ido e ntre o tras razones a qu emu chos investigadores so b re pasa n los lmites d e un e tapa y pertenecen tambina la siguiente reconocemos cinco per od o s e ntre medi dos del siglo pasdo ynu estro presente .Elprimerperiodo IR42-1882 abarca e n lnea s mu y g enerales, los a os a nterior sa la form cin de la o ied d Arqu eolgica de Santiago IR78 , a la publicacin

    17

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    17/217

    de l nmero nico de la Revista de la Socieda d Arqu eolgica 1880) y so bretodo, a la aparicin del libro Los orgenes de Chile, de j a s Toribio Medina1882) .

    Estos tres aco ntecimientos mencionados s lo pueden explicarse si investigamos los ntecedentes de ellos en el siglo XIX. Por esta raz n este perodo no tien eun comienzo exacto desde el punto de vista cronolgico, excepto el que da suubicacin en el siglo pasado. Pod ramos postular que un inters prximo alcientfico, unque sin prever a n la exis tencia de la nueva ciencia, surge en Chiledesde el movimiento intelectual de 1842. Desde aqu en adela nte se hacen ennuestro pas muchos estudios y publicaciones que se van ace rcando poco a pocoa los obje tivos y fines de las ciencias antropolgicas y, en especial, de laarqueologa . El libro de Medina es un resultado, una consecuencia de muchasexpediciones e informes efectuados entre 1842 y 1882 pero, a la vez, el inicio dealgo nuevo, una nueva etapa de los estud ios arqueolgicos y en general ntropolgicos en Chile.El segundo perodo 1882-1 911) es , tal vez, uno de los ms ricos desde un puntode vista intelectual y cientfico; se da en un pas que viene saliendo de una guerra ,pero que cada da enriquece ms sus conoc imientos, tant o en su realidad comoen su mundo exterior. Es el perodo qu e ve surgir las sociedades cientficas,fran cesa y alemana, que ve desplegarse un sinnmero de actividades literarias yculturales y que conoce el nacimiento de varias disciplin as Lingstica, ntropologa fsica, folklore) . Lo hacemos terminar con la llegada de Max Uhle a Chile19 11); y, naturalmente, la presencia del sabio alemn implica el comienzo de unnuevo perodo, el Tercero que alcanza ra hasta la dc da de 1940. Esta terceraetapa es de una riqueza notable ; en ella despliegan su enorme actividad cientficaun conjunto de especialistas en las ciencias del hom re: Latcharn, yarz nGusinde, Guevara, Cpdeville , Schneide r, Strube, Looser , adems de Uhle.

    Muertos Capdeville, Guevara, Latcham , y con bastante edad Oyarz n, comenz en los primeros aos del 40 un nuevo perodo , el uarto que ve surgirlentamen te algunas figuras aisladas, tales como Francisco Comely, Grete Mostnyy jorge Iribarren, qu e cerca de 1950, enriquecen los estudios rqueolgicos deChile. Estos os son contradictorios; por un lado , investigadores nacion les,algunos de los cuales caso de Looser) provienen del perodo anterior, trabajanprcticamente solos y con limitaciones tericas y metodolgicas; por otra , lapresen cia de investigadores extranjeros, especialmente la de junius Bird, queaportan nuevas tcnicas de excavaciones y nuevos marcos tericos.

    El inves tigador norteamericano Bird, es sin lugar a dud s, uno de loscientficos ms relevantes de la Arqueologa americana y tambin chilena. Suspublicaciones, especialmente en la dcada de 1940, son ejemplos metodolgicos

    18

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    18/217

    y tericos que rindieron sus mejores frutos en la dcada de 1960. Sus excavaciones , especialmente en el Norte de Chile, permitie ron confeccio nar un cuadro desucesivas culturas precolombinas , haciendo uso de criterios estratigrficos , ergolgicos y geogrficos, qu e se apart de los cuadros de Uhle y Latcharn, apoyadosen criterios tnicos y en los datos obtenidos en excavaciones de cementerios.El cuadro crono lgico de Bird fue fruto de excavaciones de basurales yconchales, en donde se controlaron rigurosamente todos los hallazgos medianteel mtodo estratigrfico.

    Como se concluye de la lectura de diferent es arquelogos de las dcadas de l40 y 50, la arqueologa chilena manej ind istintamente dos sec uencias culturalesy crono lgicas sin poder ponerlas de acue rdo o, por lo ~ sin definir cu l deellas era la ms prxima a los hechos cientficos.

    De esta manera, la arqueologa que surgir en la dcada de 1960 deberresolver esta situac in de aparente contradiccin, dndole la razn a Bird enmuchas ocasiones , sobre todo en lo qu e se relaciona con las arqueologas de lnorte de Chile.

    La otra figura que surge a med iados de la dcada de 1950 es la de l sacerdoteGustavo Le Paige , S.]. Su obra significativa en la regin de San Ped ro de Atacarnape rtenece al Quinto perodo de la Arqueologa Chilena ; ella es fund ament al paraexplicar una se rie de lneas de desarrollo de investigaciones que surgen en lasdcadas de l 60 y 70. Adems el sacerdote Le Paige constituye un puente entreantiguos mtodos y teoras ant ropolgicas y nuevas investigaciones. A l de bemosla permanencia de conce ptos propios de la arqueologa del Tercer perodo09 11-1940), como tambin la aparicin de un nuevo campo de estudios: elprece rmico de San Pedro de Atacama. Sus centenares de excavaciones decementerios enriquecieron los contextos arqueolgicos de la cultura San PedroAtacamea perm itien do que ella sea mejor conocida hoy en da.

    En este Cua rto perodo destacan tambin los libros de Francisco Come ly,Director del Museo de La Serena , Cultura Diaguita Chilena y Cultura de El Molle56) y de Grete Mostny, Culturas Precolombinas de Chile 954 , por susesfuerzos de sntesis al presentar las caractersticas generales de la culturas de lNorte Chico y las Culturas prehi sp nicas a lo largo de Chile. En la investigacinmonogrfica y regional so n importantes los trabajos de Jorge lribarren , por tantosaos director del Museo Arqueolgico de La Serena, y la publicacin de StigRyden , en 1944, sobre la arqueologa de la regin del ro Loa.

    En la dcada del 50, se comienza n a organizar centros de inves tigac inuni versitaria Centro de Estud ios Antropo lgicos de la Universidad de Chile) , asistematizar las investigaciones, y se vue lve a contar con la presencia de profesoresextranjeros, como R. Schaedel, W. Mulloy, o Menghin y otros, que ayudan a lamejor formacin de la nueva gene racin qu e principia a figurar desde 1955. Sin

    19

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    19/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    20/217

    LosArquelogosy su contexto ideolgicoCualquier intento para ex plicar. en Chile las tendencias tericas actuales de laPrehistoria nos co nduce hacia la b squeda de los paradigmas ideolgicos de lasociedad chilena y tambin hacia los valores cree ncias y co nce ptos intelectualesde los espec ialistas .Las ideas matrices los conce ptos pr incipales de las ciencias incluso lasideolog as y cree ncias qu e se m nejan en nuestra soc iedad. en diferentes nive lesy crculos de ella ex p lican los camb ios de enfoque terico de la disciplinaprehi trica.

    La exposicin histrica de los estudios prehi stricos en Chile muestra sinlugar a du das de qu m nera las tendencias generales del pensamiento culto ypopu lar los co ncep tos propios de los cie ntficos y la atmsfera ideolgicaintervienen en la orientac in de la disciplina. As por ejemplo hace 25 aos ennuestro pas una de las ac usaciones ms graves dirigidas a un estudioso de laPreh istoria era motejarlo de se r un descrip tor de artefactos . un arquegrafo . Cone to se pretend a denunciar la ause nc ia de lagos de visin de teor a en loses tudios prehistricos. Qu haba detrs de estas denuncias? Las caractersticasideolgicas de la sociedad nacional de esos aos llevaban a muchos es tudiosos yaficionados a ex presa r un parad igma ideo lg ico materialista por lo tanto. lateora la visin qu e explicaba los hechos del pasado era e l Materialismo Histrico.Toda otra ex plicacin tod o otro es fue rzo inte lectual por comprende r la realidadsociocultura l era conde n d co n diferente eptetos . La profunda ideologizacinde nuestra sociedad a fines de la dcada de 1960 y comienzos de 1970. hab aalcanzado a los hombres de ciencia es pec ialmente de las ciencias sociales y seex presa ba en la teora arqueo lgica y antropolg ica de la mayora de loses tudiosos.

    Tambin en otros pases se viva esta ideologizacin en donde las teorasmaterialistas oc upaban un lugar important e; en general se acus a las ciencias delhombre de se r hijas de las polticas imperi alistas y a sus representantes de se ragen tes del Imperialismo Capitalista. Tod la biografa especializada pru eba qu edesde 1968 se inici un intensa discu sin entre la Antropo loga liberal y lall m da por Gunde r Fr nk Antropologa de la liberacin .

    Sin embargo si qu eremos buscar los antecede ntes de es ta situ cin no nospodemos quedar s lo co n los aspectos ms llamati vos de tipo ideolgico poltico.Detrs de la polmica poltica se encue ntra un a discu sin epistemo lgica deprofundo significado .

    Debemos co locar nuestra ate ncin en los primeros decenios del siglo 20cua ndo se produca por influencia de muchos filsofos tod o un cues tionamientode la organizacin del co nocimiento cientfico qu e influy poderosamente en lasciencias sociales . La conce pcin imper nte en la actua lidad de qu e la Arqueologa

    21

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    21/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    22/217

    Ricardo E. Latcham, haba pro testado y rechazado tal co nclusin, debido a que notena apoyo emprico . Recordamos que en la dcada de 1950, cuando estudibamos Historia de Chile en la Universidad, se nos ense qu e nuestro pas , conexcepc in de algunos grupos de indgenas, e ra racialmente homogneo. Ya en1875 Diego Barros Arana haba escrito: De es ta circunstancia result que al pasoque la raza primi tiva queda confinada a una estrecha porcin de territorio, lapoblacin que consta ahora de ms de 2.000.000 de habitantes, es compues ta dedescendientes europeos , de sangre pura, esto es , blancos como los individ uos dela raza caucsica, o de la descendencia que ha resultado de l mezcla de loseuropeos y de los indgenas , descendencia compues ta de hombres ms o menosblancos, pe ro qu e poseen todos los caracte res fsicos y morales de la raza blanca.

    Cuando en 1908 Latcharn present su estudio sobre Antropologa Chilena al42 Congreso Cientfico , pregunt por qu se defenda la teora de la Homogeneidad Racial, co ntes tando que los cronistas e historiadores co lonia les habaninsistido en la exis tencia de una lengua comn qu e se hablaba a lo largo de Chiledesde Aconcagua a Valdivia): es to habra llevado a la conclusin de la presenciade un so lo pu eblo a la llegada de los espaoles en el siglo xvi Dicho de otramanera , Barros Arana , apoyado en otros es tudios , haba sobrevalorzado e l criterioling stico en de trime nto del antropolgico . Obviamente qu e Latcharn tiene razn ,pero su explicacin es insuficiente . La razn de qu e una teora perdure tant os aosy tenga , as , x ito social, se debe tambin a qu e s ta satisfaca aspiraciones ,valores, creenc ias populares. El positivismo de Barros Arana no lo libr de laatmsfera sociocultural de fines del siglo pasado y qu e continu en parte del sigloxx. El orgullo nacional de tener vinculaciones estrechas con Europa , de sentirse,inclu so , los representantes de Europa en Amrica; el predominio en los gruposms intelectua les de la cultura francesa; la cree ncia en la relacin raza blanca-progreso intelectual-progreso econmico; el sentimie nto triunfalista despus de lauerr a del Pacfico , la pacificacin de la Araucana, etc. , hacan de los ch ilenosuna nacin que exiga un a unidad sociocultural, que por esos aos se expresabaen el concepto de unidad y de homogeneidad racial.Probablemente el xito soc ia l de la teora de Barros Arana pu ede ex plicarsetambin con otros datos, tales como la importancia intelectual de su expos itor,gran historiador , gran acadmico, e inclu so figura internaciona l. Pero lo realmentesign ificativo, desde nuestra perspectiva, fue , sin lugar a dudas, la relacin exis tenteentre la teora y la ideologa y los valores aceptados por grupos soc ialesimportantes ; por lo dems , la influencia de una concepcin racista en historiadoreschilenos penetra hasta mediados del siglo xx con la obra de Encina ; y, por otrapa rte , el desprecio del aporte indgena al proceso de de sarrollo de la historia deChile se muestra en historiadores como aime Eyzaguirre, qu e enfatiza el va lor delo europeo y en espec ial de lo espaol en la formacin de la cultura nacional.

    23

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    23/217

    Sin lugar a dud s, e l Evolucionismo darwiniano emp p ideolgicamente amuchos estudiosos chilenos; por ejemplo a Diego Barros Arana. A consecuenciade la im gen que presenta Barros Arana del grado de cultura de los indgen s delextremo sur de Chile, qu e se apoya en las descripciones que hace el joven Darwinen 1835, surgi en Chile a comienzos del siglo xx un posicin ideolgicaantagnica que hizo uso de los conceptos de la teora histrico-cultural ,profundamente antievolucionista, y que se expres en los artculos y libros delsacerdote y etn logo Martn Gusinde . Entre estos dos extremos explicativos sesita n otros investigadores tan important es como Ric rdo E. Latcham , quien seaparta de los darwinistas y de los creac ionistas para declararse partidario de loshechos y mostrar as su posicin empirista inglesa. En 1911, en la Introduccin asu extenso estudio Antropologa Chilena esc ribi: Hasta aho ra no haba hechoms que anotar todos los hechos que se me present n , y que versaban sobrela antropo loga de Chile, su arqueologa y prehi storia ... en algunos casos no hehecho ms que de jar constancia de los hechos; y si en algunas partes he indicadolo que me ha p recido un opinin razonada, no por eso he querido establecerfinalidad, sino simplemente indicar la direccin que la evidencia existente tiendea sealar, dejando al porvenir pro r o de s pro r las hiptesis avanzadas .

    Ahora bien , cuando nos enfrentamos a estudiosos como Max Uhle, tanimportante para la formacin de nuestra disciplina, pueden descubrirse matices yor ientaciones ideolgicas que permiten situarlo en una u otra escuela. As paraGusinde , Uhle era un especialista qu e trabajaba con las catego rias de la EscuelaHistrico-Cultu ral; para otros , en cambio, era s lo un cientfico que expre aba lastendencias del desarrollo histrico, e incluso del particularismo histrico. Suscronologas , sus cuadros histricos, es decir sus periodificaciones, lo muestranpreocupado de encontrar los antecedentes de la civilizacin precolom in y deorde na r en e l espacio y en el tiempo las culturas aborgenes y su desarrollocultural.

    osotros hemos visualizado una peri odificacin de los diferentes desarrollosde la disciplina prehistrica, en donde se oservan algunas tendencias predominantes de acue rdo a las teoras gene rales de las ciencias soc iales e incluso de otrasciencias. Pe ro afinando cada vez ms esta investigacin , nos podemos pregunt rhasta dnde los trabajos arqueolgicos efectuados en las primeras dcd s denuestro siglo tuvieron o no una tendencia descriptiva . Tras la p rente descripciny anotacin objetiva de los rasgos culturales, no haba una explicacin o no seexpresaba veladamente una tendencia teorizante? Es posible que la descripcin yas lo creemos) haya predomin do en estudiosos como Barros Arana , Medina yotros; pero no hay que olvida r que en las dc d s de 1870 y 1880 c mpe elda rwinismo y por oposicin se organizaban otras explicaciones culturales. Inclusola bandera del cientificismo , levntada por e l Positivismo , no era una filosofa que

    24

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    24/217

    rebasaba ampliament e el estudio de los fenmen os y hech os? Y el declaradofactualismo de Latcham no estaba apoyado en las trad icion es empi ristas inglesas?

    La sntesis entre observacin y conclusin, entre descripcin y explicacin seha dado de diferentes maneras en los perodos de la Ciencia Preh istr ica. uncase ha dejado de describir y de explicar; s lo cuando se ha perdido el eq uilibrioent re descripcin y teora se producen situac iones de crisis, que ms de una vezse han vivido en nuestro pas. Incluso , en nuestro presente, tenemos a veces laoportunid d de leer es tudios en donde enco ntramos un recargo de explicacionesy ausencia de informacin emp rica. As se llega epistemolgicamente a unextremo opuesto de lo ocurrido hace 60 o ms aos atrs.

    Aparentem ente lo investigado hasta aho ra muestra un crecimiento de lostrabajos de campo a lo largo de ms d 100 aos transcurridos desde lapublicacin de Los aborgenes de Chile de Jos Toribio Medina, qu e se organiz,especialmente, con la inform acin obtenida de viejos pergaminos, de antiguasrelacion es y de los cronistas de la co lonia. Sin embargo, de nuevo , las tendenciasno se presentan claras; hay aos de intensa actividad de campo o de estudios demuseos y hay otros caracterizados por muy pocas investigaciones de terreno . Laexplicacin de estos altiba jos en las excavaciones y, en general , en los trabajos deterren o, no se encuentra s lo en la mayor o menor cap cidad econmica de losinvestigadores y de las instituciones que los patrocinan , ni tmpoco en la mayoro menor ges tin de las estructuras administrativas y acadmicas , sino que hay quebusca rla en las tendenc ias tericas pred ominantes e incluso en las opinionesocia les que exis tan so re el valor de las ciencias y de las inves tigac ionesrelacionadas con ellas.

    Esta situacin pa rtidista que no s lo se explica por razones de polticapresupuestaria sino tambin por conce pcio nes filosficas y polticas, puedeejemplificar e me jor con lo ocurrido en el pe rodo de 1960 y 1990 QuintoPerodo). Sin lugar a dudas estas dcadas mostraron cambios polticos e ideolgi-cos qu e influyeron poderosamente en el des rrollo de la Arqueologa Chilena.

    Como lo hemos expresado ms arriba las posiciones filosficas materialistashistricas y cultura les, sociad s con movimientos de camb io poltico en Amricay en nuestro pas, se hicieron fue rtes en grupos de especialistas dedicados a laAntropologa y Arqueologa . A fines de la dcada de 1960 y los prime ros aos dela dcd de 1970 se produj o en todas las ciencias soc iales una fuerte ideologiza-cin inspirada en las respuestas del Materialismo Dialctico e Histrico. Pero nos lo fue esto sino qu e se aspir a cambiar la realidad de las estructuras yorganizaciones soc iales del pas , en bu sca de tran sformaciones profund as, revo-lucionarias. Desde las ciencias soc iales se intent aplicar las teoras en boga, elconocimiento de la prctica para provocar los cambios.

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    25/217

    Aque llos que no hicimos nuestra la filosofa materialista , incluso sin se rantimateria listas, fuimos criticados dur mente , no faltando las tergiversacion es denuestro pensamiento pluralista y democrtico.

    La reaccin que se produj o en el pas, en 1973, a estas actitudes dogmticasy uniideolgicas, provoc por stas y ot ras razones el golpe militar , otraexpresin de fundamentalismo ideolgico, qu e no s lo apl ast a las cienciassociales sino que en especial a la Universidad de Chile.

    Entre septiembre de 1973 y fines de la dcada de 1980 las universidadeschilenas, especialmente aque llas qu e defenda n la libertad de las ideas y el respetode las teoras, cualquiera qu e e llas fuesen , sufrieron un completa intervencin- sistema de los rectores de legados- que repercuti en el pensamiento filosfico ,arts tico , histrico, antropolgico y en general humanstico y social del pas .Habamos pasado de un extremo a otro . En este contex to tan poco cientfico y c dmico se desenvolvieron las investigacion es y la docencia de las cienciassocia les y en especial de la Arqueo loga. Como lo hemos recordado ms de unavez , fue el contexto c dmico de la niversidad de Chile el qu e sufri la mayores conmociones . Segn la visin del gobierno militar el peligro es taba enesta Universidad y no en otras instituciones que saban adaptarse a los nuevostiempos.

    Entre 1973 y 1989 se conjug ron entonces modelos econmicos y polticospa ra transformar e l pas y, obviame nte, para cambiar las directrices del desarrollosocial y cultural del pas . Algunos arquelogos fueron obligados a abandon r elpas o fueron expulsados de sus un iversidades, especialmente en la dcada de1970. La mayora de ellos, estn de vuelta en Chile y en sus instituciones, s lounos pocos no han regresado .

    Pas , en resumen, algo paradoja], nadie neg el valor de estos cientficos,nadie dej de reconocer su importancia, pero debieron b ndon r el pas o suslugares de trabajo acadmico; es to mismo ocurri con Max hle y Martn Gusindeen las dc d s de 1910 y 1920; volvi a ocurrir en la dcada de 1970 y 1980. Slopara ejemplificar, varios rquelogos fueron detenidos, expulsados de la n v r-sid d , vue ltos a contratar y vue ltos a expulsar. Las razones? polticas, ideolgicase incluso - lo que es muy triste person ales. Otros, felizmente , pudie ron so rteares tas situaciones tan desagradables.

    Se entender entonces, qu e nadi e pu ede juzgar el de senvolvimiento de ladisc iplina rqueolgica chilena sin deja r de conside rar las situaciones contextualesy la pa rticipacin de las person as involucradas, y los resultados de la intera ccinproducida entre es te co ntex to poltico, los individuos y las tradiciones mspermanentes de la nacin chilena y de su Educacin y Ciencia Superior.

    As, un vez ms, volvemos a encontra rnos con la influencia preferente deideologas y teoras en los estudios cie ntficos de un u otra manera de spus de

    26

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    26/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    27/217

    Artefactos arqueolgicos de la prouincia de Atacama bacba de cobrede Chile central, publicados en 1

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    28/217

    PTU O

    PRIMER P RO O ANTES DE 18825A comienzos del siglo xx en 1906 Carlos Porter public un estudio sobre laliteratura antropolgica y etno lgica de Chile en donde inform de la ex istenciade 72 artculos publicados en peridi cos y revistas desde el ao 1843 relacionadoscon estas nuevas disciplinas. Pocos aos rn tarde en 1911 el mismo Porterpresent en su Biblioteca Chilena de Antropo loga y Etnologa un nm erosuperior a las 200 publicaciones. Esta investigacin bibliogrfica del Director delMuseo de Historia atura l de Valparaso fue en parte posible gracias a la ayudaqu e le prestaron Ramn Laval de la Biblioteca acional Alejandro CaasPinochet qu e pu so en sus manos Libros y artculos raros y Ricardo Latcharn uningls que comenzaba a destacar en las d isciplinas ant rop olgicas. El propioLatcham buen amigo de Porter le escribi el Prlogo en donde se qu ejaba de lopoco qu e se conoc a de la literatura antropolgica y etnolgica . Segn Porter otrotanto pued e decirse de la arqueologa y de la prehistoria del pas. Salvo poralgunos prrafos aislados en las obras de diversos autores y uno qu e otro tratadosobre un punto especial cas i nada se sabe de estas cosas. As la arqueologa y laprehistoria esa rica fuente que tanta luz nos dara sobre los orgenes de lasantiguas razas del pas se enco ntraba n muy descuidadas; la situac in le parecalastimosa y cas i inverosmil en un pas culto.

    Sin embargo en el siglo XIX se haba publicado un importante nmero deartculos so bre temas qu e ahora invo lucramos en los conceptos de etno loga y deprehistoria adems de varios informes y estudios sobre ling stica y exploracionesde regiones desconocidas qu e tambin daban noticias sobre los aborgenes dediferentes partes del territorio nacional. Pe ro esto no era tod o. Un joven investi-gador conocido ms all de las fronteras public a la edad de 30 aos unvoluminoso libro sobre los aborgenes del pas . Esto ocurri en 1882 y su autorfue Jos Toribio Medina. Por lo dems la publicacin de Medina no fue por esosaos el nico hecho importante . Entre 1878 y 1882 se concentraron variosacontecimientos que vamos a recordar por orden cronolgico.

    5Este captulo se apoya en un trabajo nuestro publicado en 1975 Comienzos de la CienciaPrehistrica de Chile incluido en e l libro 7 Estudios Homena je de la Facultad de Ciencias Humanasa Euge nio Pereira Salas Stgo . Chile. Hay sepa rata .

    29

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    29/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    30/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    31/217

    Estudiar las antigedades americanas en sus diversas fases y ramos;Procurar la publi cacin de ob ras qu e se relacionen con los objetosanteriores;Publicar una lista de sus trabajos;Hacer adquisiciones i canjes de objetos i obras que se relacionan con suinstituci n para forma r un museo i una biblioteca .

    El 12 de enero de 1880, la Sociedad Arqueolgica de Santiago, luego dedisipadas por fin las zozob ras naturales de los primeros aos de guerra, pudoentregar el primer y nico ejemplar de su revista. Su lectura nos entrega unacantidad impresion nte de datos, algunos relacion dos con las person s queparticipaban en las labores cientficas de la Sociedad, otros referentes a losyacimientos y co lecciones de antigedades que comenzaban a ser estudiados.En primer lugar, llama la atenci n un co rto artculo en la seccin Bibliografaen donde se recogen algunos comentarios hechos al catlogo Coleccin deAntigedades americanas , dolos, armas, utensilios domsticos, etc., exhibidas porla Sociedad Arqueolgica, Santiago; imprenta de la librera del Mercurio, 1878.En este comentario se recuerda qu e la'ex hibicin que tuvo lugar en los altos delpalacio del Congreso, en uno de los sa lones destinados a la Biblioteca acional,la hicimos para contribuir a las fiestas patriticas de eptiembre, fue verdade ra-mente improvisada. Su catlogo espendido al pbli co como un simple gua,aunque incompleto lleno de errores tipogrficos por las pocas horas en que fueimpreso, ha merecido sin embargo e l honor de ser incluido en la BibliotecaBoliviana de do n Gabriel Ren Moreno . A continuacin, los redactores de larevista copian un comentario del Sr. Moreno: Sorprendi al pbli co la undantecosecha de objetos indgen as obtenida en los pocos meses que la Sociedad llevabade labor. Sealadamente , la parte chilena sobrepuj a la po re idea que antes setena en cuanto a poder formar con ella una co leccin qu e brindase margen aestudios preh istricos. Los estantes 3 i 4 contienen objetos incsicos preciosos,trados del Per y de Bolvia .

    Al finalizar estos breves comentarios los redactores de la revista sealaron conlegtimo orgullo: Nuestro catlogo, breve i modesto, como es, tiene el mrito deser la primera pu licacin de su gnero hecha en Chile .

    La revista de la Sociedad se iniciaba con un Prospecto firmado por LuiMontt, en donde se expresaba el deseo de impulsar un gnero de estudios pococultivado en los pases americanos, i a estrechar los lazos que siempre de en unira la gran familia americana.

    Revista de la ocied d Arqueolgica, oh cit pg . 18

    32

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    32/217

    A continuacin, venan varios artculos que daban noticias especialmente dealgunos artefactos arqueolgicos tanto de Chile como de otros pases. As, icolsAcosta, de La Paz, miemb ro co rrespondiente de la Sociedad, firmaba un artculotitulado Antigedades Bolivianas, qu e estaba acompaado de 2 lminas O-H).Luis Montt era e l autor del artculo Antigedades Chilenas, tambin con doslminas (III-IV), en donde se daban dat os relacionados con excavaciones efectuadas por don Niceto Varas en Chellepin; en Salamanca, Illapel y en Punta deTeatinos, al norte de Coquimbo, hechas por Prudencia Valde rrarna Cuen ta donLuis Montt que durante el invie rno de 1875, don Pruden cia Valderrama descubrialgunos antiguos tmulos de indios pescadores en la punta de Teatinos al a rtedel puerto de Coq uimbo , en el departamento de este nombre . Estos tmulosformados como cas i todos los que se hallan en el resto de Chile, de tierras ipied ras, cuando no han sido desgastados por la lluvia o el arado, tienen la formade un cono, i su altura , dos metros a lo ms, co rresponda prob ablement e a lacalida d de la persona a que se destinaban . evado por esta idea, el seo rValde rrarna ab ri los ms altos, i sus esperanzas no salieron fallidas, porqueencontr en ellos multitud de objetos, tales como dolos de greda; cuentas depiedra para co llares ; aguja s de cobre i de hueso; puntas de flechas; pitos de piedra;cucha ras de hueso ; cntaros i pequeos librillos i platos de greda pint ados;anzue los de cobre; fragmentos de remos petrificados, i muchos otros objetos deuso desconocido .

    El ter cer artculo de carcter arqueolgico descriptivo estaba firmado porPhilippi y se denominaba Antigedades Ecuatorianas. El autor comentaba quese trataba de una co leccin que posee el Museo acional gracias al fraile BenjamnRencoret , qui en la obsequi, y al farmac utico Sr. icol s Fuentes, qui en vendi. Siguiendo el diseo de los anteriores artculos se describan los materialesarqueolgicos que aparecan en las lminas (V y VI).Al dar vuelta las siguientes pginas de la Revista, nos encontramos con dosartculos que no tienen firma de autores: El araucano antiguo i el araucanomoderno y La jeografa antigua de Chile , qu e es un listado de nombresindgenas de localidades, pueblos, valles, ros, etc., de Chilo. Comenta el autordesconocido IR de la geografa antigua de Chile que en la generalidad de los casos,los hemos tomado del apreciable Diccionario eogrfico de Chile del seorAstaburuaga, de los mapas de Pissis; de antiguos historiadores, de ttulos deencomiendas; i de espedientes entre partes o esc rituras p blcas'l' .

    La Revista termina con el resumen de las primeras ses iones de Sociedad ,co n la publicacin de sus Estatutos, con la transcripcin de algunas cartas dirig idas

    Revista de la Sociedad Arqueolgica, ob cit pgs. 5, 6.18Algunos bibli grafos atribuyen este art cu lo a Jos Toribio Medin a.19Revista de la Sociedad Arqueolgica, ob cit pg. 12.

    33

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    33/217

    Don Jos Toribio Medina autor de Los aborgenes de Chile J852- 1930

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    34/217

    al secre tario por distinguidas person alidades que ace ptaban se r miembros denme ro correspondientes (ca rtas de Domingo Santa Mara, Benjamn VicuaMackenna, Daniel Barros, Barto lom Mitre , etc.), con la lista de soc ios, qu eincluye , adems de los ya anteriormente citados , al historiador Diego BarrosArana.En la ltima pgina de la Revista (la 18) hay dos artculos de carcterbibliogrfico: uno qu e se refiere al catlogo de antigedades , ya comentado pornosotros , y el otro firmado por Philippi e intitulado Antigedades Nortea rne ricanas .El tercer aco ntec imiento de los aos 1878-1882 es la publicacin del libro deos Torib io Medina Los Aborgenes de Chile, e n 1882. Este libro ha sidoabundantemente elogiado y es conoc ido de muchas pe rsonas - , Sin embargo, esnecesario insistir en algunos aspectos metodolgico-tericos que han sido pocotratados.Recordemos , en primer lugar , siguiendo a Looser, qu e e l volumen de Medinaes un trabajo de largo aliento, fruto de lecturas dilatadas, de viajes y del estudiode co lecc iones importantes. En sus cuatrocientas y tantas pginas, recopil conacierto lo prin cipal que se saba entonces sob re nuestros ind ios : . Insistiendo encmo obtuvo informacin , Looser recuerd a que reco rri los desiertos de Tarapac en bu sca de datos arqueo lgicos, y mientras se desarrollaban en la Araucanalos ltimos acontec imientos de la pel igrosa y larga lucha de su conquista ypacificacin por las armas de la Repblica, parti a la tierra de los indios paraes tudiar en el terreno mismo sus cos tumbres, la organizacin social y suscree ncias. Recorri a caba llo leguas de leguas, yendo de un a reduccin a otra,desafiando los peligros de los ataq ues de los indios sublevados < .

    Medina tiene conciencia de es tar esc ribiendo un libro que por primera veztrata de los mltiples probl emas e incgnitas relacionados con el pasado de losaborge nes de Chile. E l libro que hoy damos al pblico con verdade ra desconfianza, pero no con menos vo luntad de auxiliar e l descubrimiento de este gnerode es tudios de tan to inters como importancia, adolece , como es natural, e lacarencia absoluta de precedentes en es te o rde n, vindose as el que recorre es te

    2000n Ricardo Latcharn, en 192.3, en la Revista Chilena de Histor ia y Geografa ( 2 5 1. tomo XLVII,ao XII) se refiri as al libro de edina: En resumen, no podemos sino repetir que despus de loslargos aos que hamos dedicado a estos estudios, en nuestro concepto, Los Aborgenes de Chile, esc ritopor don Jos To ribio Medina y publicado en 188 2, es e l libro que ocupa el primer lugar entre los quetratan de estos temas; que su valor cientfico es tan real hoy como en el da en que se dio a luz; y quepo r muc ho que se escriba posteriormente, jams perder su mri to p g. .307).

    G . ooser: Los Aborgenes de Chile de don Jos Toribio edina extracto de la Rev. Chilenade Histori a a tural , pg . 29, ao xxxv 09 3 1).

    G . Looser , Los Aborgenes de Chile , de do n Jos Torihio Medina, ohcitpg . 29.

    35

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    35/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    36/217

    afinidades . As, co n tod os es tos antecede ntes, tendremos de esta maneradiseado el programa a qu e ajustaremos nuestros procedimientos, prefiriendo entodo caso antepone r a nuestras prop ias deducciones las de los hombres eminentesque con tant o criterio y perspi cacia se han dedicado en estos ltimos aos a taninteresa ntes estud os < .El libro de Med ina pu ede se r dividid o es tructuralme nte en tres partes; delcaptu lo 1 al V se analizan todos los datos e informes cientficos qu e pued enorientarnos sobre los primeros po bladores de Chile y de Amrica, sus cos tumbresy tradiciones, incluyendo el an lisis del nombre de nuestro pas . Del captulo VIal X se encuentra un ex haustivo an lisis de la cultura arauca na, haciendo uso delmximo de informaci n cientfica e histrica (e tnohistoria, antropolog a fsica,estudios de antigedades, ling stica, e tc.), finalmen te , los dos ltimos captulosse refieren a la co nquista incs ica y en ge neral a la edad de Bronce . Tod o ellib ro est apoyando no s lo en una completa bibliografa sino en un gran nmerode lminas, por lo dems excelentes , que enriquecen en gran manera el valorarqueolgico de la obra de Medina .Independientemente de que ex istan captulos de Medina que es tn superadospor la investigacin , uno no deja de so rprende rse ante la calidad y magnitud dela publicacin de es te es tudioso . Cmo ex plicarse la apa ricin de es ta obra? Ess lo el producto de una personalidad ge nial o se apoya en otras investigacion es?Lo ex puesto so bre la Sociedad Arqueolgica de Santiago y la publicacin de laRevista de la Sociedad pu eden mostrar que Medina no es nicamente un precursorde la Arqueologa chilena, sino que es e l hombre producto de un inters crecientepor los es tudios de los abo rgenes ; es te inters es asistemtico y vacilante; y pormucho tiempo sigui ten iendo estas ca ractersticas, incluso despus de Medina;pero p rm t cada vez ms, o rgan izar investigaciones se rias y mostrar a lo largode los aos , ya en el siglo xx, la exis tencia, en Chile, de una segura o rientacinen los es tudios prehi stricos y antro polgicos.

    Buscando ms atrs de los aos claves 8 8-1882), y al revisar algunasrevistas tales como Anales de la Universidad de Chile, el Anuario Hidrogrficode la Mar ina de Chile y la Revista Chilena , aparecen algunos artculos y noticiasinteresantes que ayudan a completar el cuadro de los antecede ntes , mostrando alos verdaderos precursores de los es tudios qu e historiamos. Casi milagrosamentesurge n los informes sobre nuevas regiones exploradas y sobre sus habitantes ,so bre los changos, los ataca rnas, los arauca nos, los fueguinos y tambin sobreaspectos culturales de la Isla de Pascua.

    Antes de 1880, el autor qu e destaca por el nmero de publicacion es es el Dr.Rodulfo A Philippi naturalista de nacion alidad alemana qu e lleg a Chile en 1851.

    2;]. Toribio Los Abo rgenes de Chile oh cit pg. 7.

    37

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    37/217

    rRodulfo Amando Philippi 0808 /904

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    38/217

    El Dr. Philippi haba nacido en Charlottenburgo , ce rca de Berln el 14 deeptiembre de 1808. Estudi medicina en la Universidad de Berl n y se titul en1830. Sin embargo , nunca e jerci la profesin de mdico. Ya en 1830 haba viajadoa Italia, efectuando estudios, en poles y Sicilia, de f una marina y de geologade las zonas vo lcnicas . En 1836 public su primera obra cientfica que trata sobrelos moluscos de Sicilia.

    Desde 1848 ade lante participa en labores polticas, siendo nombrado consejero de la Municipalidad de Casse l. Esta misma participacin poltica lo llev atener probl emas cuando se produjo un cambio de gobierno . Aconsejado por suherm no Bern rdo , volvi su mirada a Chile. Ya en Chile, e 7 de oc tubre de 1853fue nombrad o profesor de Zoologa y Botnica de la Universidad de Chile y pocosdas ms tarde , e l 20 de oc tubre , e l gobierno , con ejado por And rs Bello , lodesign Director de l Museo ac onal. Este cientfico, cuyas publicaciones alca nzana 450, tambin se preocup por una buena cantidad de temas relacion ados co nla arqueologa americana y ch lena-. Incluso , su inter s se mani fiesta por losobjetos etnogrficos de los indios del sur de Chile. Recuerd el n turalistaBernardo Gotchlich qu e Philippi se trasladab a en las vacaciones al fundo San ansituado al sur de Ro Buen o. Con sus hijos co lec taba plantas, e jemplareszoolgicos y objetos e tnogrficos perten ecientes a los indios cuneos, que vivanvec inos a las tierra de los Philippi .

    En su libro Viaje al desierto de Atacama publicado en 1860, man ifiestainters por las cos tumbres de los changos y los aracarn s como tambin mencionatodos aque llos restos arqueolgicos qu e le p recen importantes, como las ruinasde Quit r, ce rca de San Ped ro de Atacama, o los petroglifos de Machuca .

    Desde que tom la di reccin de l Museo ac onal, co ntinuando la labor se erade Claudi Gay , e nriqueci las co lecciones arqueolgicas y e tnogrficas , searecolect ndo per onalrnente , recomendan do el envo al Museo de Sant iago detodo tipo de antg ed de , o comprando co lecciones proced entes de Chile o delos pases veci nos.Antes de 1876, ao de su traslado al palacio de la Exposicin Intern cional,e Museo aciona l o de Santiago, como tambin se le llamaba, es taba situado ene l eg undo piso del local de la Bibliot eca ac ional. Se trat ba de un ed ificio de dobe , co n dos pisos, cuyo frente ten a unos 35 metros, situ do en la ca lle Catedralesquina de Bandera. Este ed ificio haba sido construido a partir de l gobierno delGe ne ral Bulnes, ex presame nte destinados los bajos p ra la Biblioteca y las oficin sde la Universidad y los altos p ra el Museo ac onal. Recuerda don Ramn

    26[) e acuerdo a nuestr s investigaciones . las publicaciones de Philippi, en estas materias. alcan zana ms de 20 distribuidas ent re 1860 r 1904.

    39

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    39/217

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    40/217

    Don Claudio Gay 1800- 1873

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    41/217

    El aporte del sabio Philippi no termin en 1878; ya hemos record do sus estudiosque p re cieron en el primer nmero de la Revista de la Sociedad. Continu pormuchos aos y volveremos a recordarlo cu ndo estudiemos e l segundo pe rodode la historia de la investigacin prehistrica 88 -1911 .

    Junto al gran estmulo que significaba para los primeros es tudiosos lapresencia de los bo rgenes , no debe dejar de tomarse en cuenta que desde elprimer momento la investigacin de las antigedades es taba profundamenterelacionada con las ciencias naturales. El resto arqueolgico se recolectaba t omoel resto mineral o los ejemplares de la flora; haba que clasificarlo, organizar tipos.Los mtodos emple dos eran los que usaban los naturalistas,

    Antes de la presencia de Philippi , otros sabios europeos haban tambinmostrado inters por los restos etnog rficos y las antigedades. Ellos son ClaudiaGay e Ignacio Domeyko.Claudio Ca que lleg a Chile en 1828 y que fue comision do po r el MinistroPortales en 1830 pa ra hacer un exploracin de l territorio nac ional, poco a pocose dent r en los estud ios de la historia natu ral, de la geografa y de la historiapoltica de Chile. No pudo dejar de preocup rse, tambin , de las antigedadeschilenas, y as fue como public, en 1854 dos lminas sobre ellas en su Atlasde la Historia Fsica y Poltica de Chile .

    Adems de estas lminas public otras seis , bastante conocidas, con escenasde la vida de los araucanos . Tambin en una lmina en donde p r ece una vistadel puerto de Huasca se pueden ver dos ba lsas de odres de cuero de lobo infladas.

    Las lminas de y son un o ms ant iguas que las que aparecieron en lapublicacin de la Expedicin Astronmica naval de los Estados Unidos alHemisferio Sur. La publicacin norteamericana es de 1855 y, aunque est esc ritaen ingls , fue bas tante importante, incluso porque fue conocida en Chile. Elpropio Philippi la cita en 1875 en lo que se refiere a los restos arqueolgicos deChile y Per 31.

    El otro naturalista que merece recordarse es Ignacio Domeyho Domeyko ,gelogo y mineralogista , gradu do en Ciencias Fsicas y Matemticas en Poloniay en la Escue la Superior de Minas de Pars, profesor de la Universidad de Chile ,primer dec no de la Facu ltad de Ciencias Fsicas y Matemticas y Rector de ella

    j lEsta expedicin vino a Chile con el propsito de determinar la distancia de la tierra al sol y deobservar desde el hemisferio Sur a los planetas Venus y Marte. aturalrnente que provech ron parahacer otros estudios, incluyendo los arqueolgicos y etnogrficos. La expedicin norteame ricana fuedirigida por e l teniente J. M. Gillis. En el l. II de la publicacin apa recieron varios apndices sobreMinerales. Pjaros, Mamferos, Peces, Conchas , Fsiles y Antigedades. El utor de este informe con3 lminas en colores) fue Thornas Ewba nk pgs. 111-150), Washington , A.O.P. icholson, Printer,1855.

    42

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    42/217

    O gnacio omeyko 7802-1889

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    43/217

    en 1867, public en 1845 un libro sobre la Araucana y sus habitantes, qu e hoyda adquiere gran importancia para conocer algunas costumbres de los araucanosde esos a os- .

    En esta publicacin Domeyko hace especial men cin , de acue rdo a supersonal experiencia , de la dualidad del comportamiento de los araucanos. Entiempos de paz, son justos, cuerdos, hospitalarios, fiel en los tratos, reconocidoa los be neficios, ce loso del propio honor. Su geni o y sus maneras so n ms suavesy casi dir ms cultas, en cuanto a lo exterior, que las de la plebe en muchas partesde Europa.

    El pacfico r uc no es agricultor , tiene su casa bien hecha; son alfareros ,plateros, tejedores. Sus caciques que viven en los llanos poseen , algunos , hasta400 y ms caballos y can tidad considerable de ganado. En la cos ta, con menosriqueza , la pesca, el luche, los mariscos y el be neficio de la sal les suministranotros tantos medios de subsistencia de que carecen los de los llanos.

    Pero cu ndo se encuentran en una situacin b lica, en la hora del desenfrenode sus pasiones son de ms de valientes , crue les y destructores de todo lo quese les enfrenta. Un ejemplo de la injusticia y del desborde irracional de loshombres es la triste condicin a que se halla reducida la infortunada mujer .

    Luego de describir a la mujer arauca na que conoci dice basta entrar unaso la vez en casa de un indio para reconocer en sus esposas la im gen de laverdadera esclavitud, de la degradacin de su be lla naturaleza y del noble destinode la mujer.

    Tambin omeyko escribi en varias pginas las cos tumbres mortu orias delos araucanos ; los prep rativos para el entierro ; el ajuar femenino qu e se colocaen una canoa junto a la cano en donde se encuentra el difunto . Al sacar lafatal canoa de l hogar domstico, no se descuidan los apasionados hijos enobservar las supe rsticiosas prcticas, cuyo objeto es el impedir que la extraviadaalma vue lva a la antigua morada de su casa . Luego, puesto los restos en el fosolos riegan y emp p n bie n con la bebida y meten de ntro de la tumba todo lo quehaba sido de l gusto del difu nto durante su vida ... Tal es el entierro de un brbaro,verd dero smbolo de las creencias araucanas acerca de la inmortalidad del almay de la vida futura del hombre.

    La opinin de omeyko ace rca del pueblo arauca no se ace rca a la delhistoriador del siglo XVIII, Malina Historia natural y civil de Chile) qui en al ver unamezcla de tanta imperfeccin y de indicios de una civilizacin muy ava nzada la

    Araucana y sus habitantes , Stgo. 1845. Adems de es te lib ro etnog rfico, Dorneyko se interespor algunos estudios paleontolgicos, As, por ejemplo, en los Anales de la Universidad, en 1868. T.XXXI, 22 semestre, pgs, 369374 pu l c un articulo titulado: Algunas palabras sob re el terreno en quese hallan huesos de mastodont es en Chile,

    44

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    44/217

    tom por un residuo de algn gran pueblo ilustrado qu e debi cae r por algunade aquellas revoluciones fsicas y morales a que est tambi n sujeto nuestro glob o.En 1862 Domeyko public un artculo con W. Daz en los Anales de laUniversidad de Chile, acerca de un excursin geolgica a las co rd ille ras de SanFernando, hecha en el mes de febrero de 186133, en donde men ciona el hallazgode un alero o abrigo rocoso denominado Casa Pintada que contena pinturas decarcter geomtrico que nuestros es tudiosos estiman se r figuras muy imperfectasde los ind ios , n poco ms de un siglo despus nos preocuparemos de es taspinturas a propsito de la hiptesis de Berry Fell, de la Universidad de Harvard- ,Por los mismos aos qu e publicaba Philippi , en el Anuario Hid rogrfico de laMarina de Chile , entre 1875 y 1881, aparecieron numerosos informes de expediciones a las regiones del Sur y extremo Sur y sobre la Isla de Pascua, en donde seexponan, a veces muy brevemente , algunas costumbres de los abo rgenes quehabitaban es tas regiones. Entre es tos artculos so n dignos de mencin los de Carlosjuliet , de Enriqu e Ibar Sierra, de Francisco Vidal Gonnaz, de Toms Rogers, deEnrique Srns n>Antes qu e el cap itn de fragata Fran cisco Vidal Gormaz fund ase el Anuari oHidrogrfico, era la Revista de la Universidad de Chile la que principalmente dabaa conocer este tipo de informes, ade ms de otros correspondientes a los camposcientficos y literarios. As, por ejemplo, en 1863, Guillermo E. Cook public su Viaje a las regiones septentrionales de la Patagonia en donde describi lascos tumbres de los pehuenches, tehuelches y otros grupos de abo rge nes de laregin .As, en la ms antigua de nuestras revistas cientficas y universitarias sepe squisan artculos de carcter arqueolgico o de alguna disciplina afn . Pore jemplo, en 1860, en el mismo ao de la publicacin de Philippi sobre el desiertode Atacama, Adolfo Fabry pu blic una revisin sobre los ltimos trabajos relativosa las antigedades arnercanas v .

    Anales de la U. de Chile ; torno xx, Semes tre 1; pgs. 22-42. de Preh istoria de Chile; NS7 Y8; pgs 155-168; 1974.35Carlos j uliet: Informe del ayudante de la Comisin explorado ra de Chilo y Llanquihue.Anuario Hidrogrfico de Chile. 1873. oms Rogers: Exp loracin de las aguas Skyvng , AnuarioHidrogrfico de Chile. 1879. se describe a los Patagones y sus tolderas. -E nrique Simpson: Exploraciones hechas por la corbeta Chacabuco en los archipilagos de Guaitecas , Chonos y Taitao . Anua rioHidrogrfico de Chile, 1879. olicias sobre los Payas, Chonos y Cuncos. - Francisco Vidal Gormaz : Losdescubrimientos del est recho de Magallanes . Anuario Hidrogrfico de Chile, 1879. Geografa nuticade la Repblica de Chile, 1881. Da noticias abundantes so bre Isla de Pascua, sus habitantes,cos tumbres, etc. - Enrique Ibar Sierra: Estudios de la parle austral de la Patagonia. AnuarioHidrogrfico de Chile. 1879. Hay noticias sobre antropo loga fsica y etnografa de los patagones.36Adolfo Fabry: Antigedades americanas . ltimos trabajos a ellas relativos. Anales de laUniversidad de Chile. omo)(\11, 11, pgs. 957, 970. 1860.

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    45/217

    Tambin dos investigadores europeos deben recordarse por el significado qu ehoy tienen para la prehistoria de Chile, aunque tratan de la arqueologa de Arica,que en esos aos no perteneca al territorio nacional. En primer lugar tenemos almarin o ingls WilIiam Bollaert qu e se radic en Arica en 1854. Como producto desus trabajos etnolgicos en varios pases de Amrica , public en 1860 un librosob re antigedades y temas etno lgicos incluyendo a Chile- . El segundo estudioso es Ernest W. Middendo rf 0 830-1909) qu e tambin vivi en Arica entre 1855 y1862, haciendo algunos trabaj os en es ta regin .Como pu ede aprecia rse , poco a poco van emergiendo los principales hitosque nos dan a conocer los antecedentes del crec iente inters por los temasantro po lg icos e n Chile . Naturalmente e ra Santiago el lugar en donde aparecand iarios y revistas e n nmeros importantes, se escriban artculos y se dictabanco nferencias sob re es tas materias. Adems de los Anales de la niversidad,fundados en 184338 y del Anua rio Hidrogrfico fundado en 1875 , estn la RevistaCatlica , fundad a tambin en 1843, El Museo , revista cientfica y literaria creadapor D. Barros Arana en 1853, qu e tuvo una duracin de 2 aos con 28 nmeros,la Revista de Santiago'v, fundad a en 1855 por Fran cisco de Paula Malta y susherman os Guillermo y Manuel Antonio, la Revista de Ciencias y Letras, qu eapareci po r pr imera vez en 1857, dirigida por Antonio Varas, y en dondeco laboraron entre otros : Domeyko , Courcelle Seneuil, Philippi, Astaburuaga , Pissisy Bar ros Arana .Cuenta Encina , en su Historia de Chile'o, qu e hacia 1860 los Anales de laUniversida d no s lo haban aumentad o y dispuesto me jor el material , sin o quetambin haban subido su tiraje a 800 ejemplares .Algunos aos ms tarde se funda una nu eva revista , cuyos creadores sonMiguel Luis muntegui y iego Barros Arana . Se trata de la Revista Chilena, yacitada por nosot ro s y cuyo primer nme ro aparece en 1875 .La mencin de iego a rros r n debe se r ampliada en este trabajo no sloporqu e es un investigador de primer o rden en materias histricas, fundador dediarios y revistas , mente crtica, sino porque en ciertas ocasiones excursiona porrea s del conocimiento qu e se rela cionan con nuestras ciencias. As, adems delas pginas escritas en 1884, en su primer tomo de Historia de Chile , qu e

    3 Antiquarian, ethnological and other researches in ew Granada , Equador , Per and Chile withobservations on the pre incasal , incasial and other rnonuments of peru vi an nation s, London , rberand Co. t 860 .

    t

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    46/217

    es tudia remos ms adel nte ex iste un trabajo de 1875 dedic do a los conocimientos e tnog rficos de Chile y que fue pu blicad o por los Ana les de la Unive rsida d 1.En es te trb ajo se expone n por primera vez algunas idea s de Brr os Arana qu eposteriormente van a se r discutidas y qu e se rela cionan co n la homogeneid d tnica de Chile .

    La jeog r a etnogrfica del territorio que hoi forma la Repblica de Chile noofrece las ingul ridades que los ntur alistas h n podido observ r en las otrasrejiones del nu evo mundo . Los co nquis t dores europeos no halla ron en l lamultitud de razas i de famili as marcadas por caracte res distint os i habl nd oidiomas diferentes qu e encontraba n en casi todos los pases ame ricanos . Aspu es en la extremidd austral de la Am rica. i mientras en la rejin oriental delos Andes. form d por la Patagon ia i las pampas arje ntiruis habitb an mu ch snacione de indios ocho a lo menos. que h bl b n diversas lengu as i semnt en n a islad s entre s. la angosta pero larga faja de tierras que se ex tiendea l occidente de la co rdillera lo e ra poblada po r un a so la raza se alada porcaracteres an logos i por signos e teriores que hacen presumir la identidad de suorigen. Esta raza habitb no slo la rejin contine ntal sino tmbi n los numeroso sa rchipilagos qu e se a lzan del seno de l oc no a poca distan cia de la costa hastala isla gra nde conocida con el nombre de Tierra del Fuego .

    Este p rimer enunc i do de Brr os Arana . relacionado con la ex istenc ia de un anica raza e ra enriquecido sin emba rgo cuando se postulb a la presencia de dosramas. desde e l desierto de Atacarna hasta ms all del Archipil go de Chilo es to es hasta la latitud del 442 vivan los indi os chilenos propi mente dichos todoslos cuales tenan costumbres ms o menos anlogas [hab laban un mismo idiomel chileno o arauca no . Ms a l su r todava desd e e l grado 44 hasta las ltimas islasque rode n la extremidad austral del contine nte viven diversas tribus de indi osque por sus costumbres su idioma i sus ap riencias forma n un a sola ram a...... Estaram a e ra la fueguina .

    En es te mismo artculo adems de describir brevemente a los fueguinos yr uc n os Barros Arana escribe lgun as lneas sobre los h ng os a quienesidentifica como nacin de indi os de la misma raza que los peru nos pero qu ehbl b an un idioma distinto . Ahor bien si no podemos es tar aho ra de acue rdocon su teora de la homogeneidd racial no podemos menos de admirarnos porla ex cta aunque b reve c r cterizacin de los cha ngos : Los cha ngos habitb anla costa del desierto de Atacarna i vivan ocupados de la pesca para la cua l usb anbal sas de cue ro de lobos marinos tal como se ve en la lmin XVI pgin 109 dela relacin del viaje de Frezier. Estos indi os que no pre cen h ber sido nunca

    41-Jeografa Etnogrfica. Apuntes sobre etnografa de Chile l. Xl I pgs . 5-12; 1875

    47

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    47/217

    muy numerosos, i que vrvian diseminados en el litoral bajo tiendas miserablesformadas por algunos palos i cubiertas de cueros y de algas marinas, eranintrpidos navengantes y recorran la cos ta de Chile hasta la latitud de 362 , i anparece que se es tab lecieron en algunos puntos... .Termina el artculo con algunos datos demogrficos: la rama pech ere ofueg uina, tendra unos cuatro mil individuos; la raza moluche o araucana se ran50.000 individuos .La ltima conclusin de Barros Arana es: La raza ch ilena ha desaparecido; ila lengua de los antiguos pobladores de Chile es absolutame nte desconocida enel resto del territorio... As pues , haciendo abstraccin de los cua tro mil fueguinos

    que habitaban las islas del sur i de los cuarenta o cincuenta mil arauca nos , queviven encerrados en una porcin red ucida de l territorio , i que cada da se hacems estrecha, todo Chile es poblado por una so la raza en que predomina elelemento europeo ms o menos pu ro , i en que no se habla ms que un so loidioma , e l espaol .En 1879, en la Revista Chilena , que l co fundara, escrib i un articulo[-relacionado con las ltimas ex ploraciones geogrficas en Amrica, en donde serecuerda en especia l e l aporte de M. Wiener en lo s conoc imientos de la geografay la arqueo loga peruana . En es te artculo, que es en la prctica una ca rta enviadaa Benjamn Vicua ackenna, se man ifiesta su gran inte rs por los es tudiosarqueolgicos y por todos aq ue llos que perm itan echar los cimientos de lahistoria antecolombina de esa edad llamada prehistrica porque acerca de ella notenemos documentos escritos para fundar la historia .En Barros Arana, historiador por excelencia, se ap recia tambin un gra nrespeto por el valor y la objetividad de los es tudios prehistri cos. Escribe BarrosArana : Alguien ha observado que es ta mism a circunstancia, la falta de documen-tos trazados muchas veces por la pasin o por la lisonja qu e de ordinario, a lome nos por lo que toca de los tiempos antiguos , s lo consignan groseras supers-ticiones y leyendas disparatadas , que esa circunstancia, repetimos, permite recons-truir la historia de los tiempos ms remotos sin nombres de hroes i de ba tallasms o menos fabulosas, pero con un conoc imie nto ms exacto de la vida de loshombres i de las sociedades que desaparecieron. Cua ndo se examinan de cercalos grandes trabajos de la arqueologa moderna, se encuentra que no es unaparadoja desprovista de todo fundamento la opinin de los que sos tienen que lahistoria de los tiempos prehistricos es la nica que no miente , porque es t basada

    420 . Barros Arana, ltimas ex ploracio nes geogrficas en Amrica . Revista Chilena , t. XlII, pgs.465 481 1879

    48

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    48/217

    en documentos que pueden o no se r completos , pero que no tienen inters nimedios de altera r la verdad ,El concepto de objetividad propio de una disciplina que obtiene su conoc i

    miento princip almente de los restos materiales, no dejados intencionalmente porantiguas culturas , o de inferencias apoyadas en las obse rvac iones geogrficas,geolgicas , paleontolgicas y antropolgicas , ha sido bien sealado por prehistoriadores y arquelogos de nuestro siglo . Lo curioso y que lleva a admiracin esque un historiador , en 1879 y en Chile, bastante alejado del mundo euro peo , tengaclaridad en el valor de la inferencia arqueolgica y respete profund amente losrestos materiales del pasado.

    Son muchas ms las menciones de revistas, conferencias, artculos y publicaciones de libros que deberamos hacer. Unas y otros prueba n qu e en Chile, en losdecenios de Montt y Prez, y en los quinquenios de Errzuriz y Pinto, es decirentre 1851 y 1881 existe, con todas las limitacion es imaginables , un interscrec iente por los informes cie ntficos relacio nados con las ciencias naturales,histricas y geogrficas. La cantidad de region es no ex ploradas a n, las riquezasnaturales (botnicas y zoo lgicas) y etnog rficas , y un fuerte deseo de conoce r e lpasado de Chile llevaba a los es tudiosos chilenos a investigar y dar a conoce r susresultados y concl usiones. Todo lo anterior se un a a los grandes descubrimientose investigaciones que se hacan en Europa y que llegaban a Chile por med io delibros, revistas y diarios. Las discusiones cientficas y filosficas relacion adas conlos problemas de la descendencia de l hombre e ran, por e jemplo, seguidas conapas ionamiento por los crculos ms cultos de Chile. Los cientficos que vivan enChile no s lo lean , comentaban , sino que tambin esc ribieron y tomaron partid o.As, por ejemplo, Rodulfo Amando Philippi en 1876 en la Revista Chilena escribiun artculo sob re los problemas que interesab an en ese momento: la descendenciadel hombre y la teora darwinista, Es un artculo co rto pero lleno de interesantesobservaciones y realm ente abierto al futuro de l da rwinismo .

    Philippi expone la teora de la descendencia del hombre y la discutecrticamente. Se apoya en las investigaciones de Virchow, que rest valor paleon-tolgico al crneo de ea nder, para se alar: E n todos estos puntos, lo repito , loshombres ms antiguos no ofrecen ninguna transicin a los monos. A ms de eso ,Virchow ha establecido como mu i probable, que e l crneo de la gruta de ea nde rdeba su formaci n anmala a una enfermedad de los huesos, qu e se observa aunen la actualidad de vez en cua ndo .

    Los darwinistas han ten ido pu es qu e modifi car su teora ; ya no hablan msde la descendencia del hombre de uno de los tres monos antropoides, e l gorila,

    43Barros Arana : ltimas exploraciones geogrficas en Amrica , oh itR.A. Philippi, La Descendencia del Hombre, Revista Chilena , l VI, pgs. 214-218. 1876.

    49

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    49/217

    chimpanc i o rangutn, i buscan el abuelo de nuestra especie en un antropoidehipottico no existente ya en la creacin, i cuyos restos se hallarn , segn ellos ,algn da en alguna parte .La posicin critica de Philippi es clara, pero lo interesante es su afirmac in deque tan luego como se haya hecho este descubrimiento de un se r realmenteintermedio entre los monos i e l hombre me har yo tambin darwinista . Hastaentonces hace suya la posicin crtica de Van Bar, famoso descubridor del huevode los mamferos y fisilogo de fama mundial , quie n rechazaba la teora de laseleccin darwinia na.Sus comentarios finales so n realmente objetivos y justos con la teora de ladescendencia: aunque yo no so i partidario de la teora de la descendencia talcomo se ha formulado, no qui ero por eso rebajar e l gran mrito que tiene. Cadateora nueva hace dar a la ciencia un gran paso adelante, aun en el caso de quesea abandonada o modificada esencialmente .Otros artculos aparecidos en la Revista Chilena en los aos 1877 y 1878 sobretemas relacionados con la teora de la evolucin fueron escritos por AlejandroGonzlez y T. Rold rr . El mismo Philippi tradujo libremente un estudio deFederico Afafk titulado Edad de la tierra y del gnero humano r ,Junto a los estudios relacionados con la teora evolucionista, y cuyos estmulosprovenan del Viejo Mundo, hab a otros qu e encontraban su centro de inters enrealidades sociales y culturales ms prximas a Chile. As, por ejemplo, la isla dePascua, incorporada al territorio nacional s lo en 1888. Hemos ya citad o dosartculos de Philippi, y a ellos se agrega en 1875 una traduccin de un estudiosobre los jeroglficos de la isla de Pascua, hecha por el erudito Francisco SolanoAstabu ruaga. El seo r Solano Astaburuaga e ra muy conocido por su Diccionario eogrfico de la Repblica de Chile, qu e haba editado en 1868 en la ciudad deNueva York. Su traduccin del trabaj o del seor Park Harrison fue leda en laAcademia de Bellas Artes de Santiago en junio de 18 5. La Academia de BellasArtes, antecesora del Museo de Bellas Artes, haba sido creada en 1849, du rantee l decenio de Bulnes, fecundo por su desarrollo cultural.Tambin en otras ciuda des de Chile , adems de Santiago , se conocieron librosque daban informaciones y a veces es tud iaban a los indios de Chile . As, porejemplo. e l Dr.Juan Serapio Lois, public en Los ngeles en 1868, un libro sobrelos araucanos y sus cos rurnbres .

    Alejand ro Gonzlez: Reflexiones sobre la edad del g nero humano . Revista Chilena , l. \11. pgs.2 0-280. 18 7. T . Roldan: -El Hombre es o no primate . Revista chilena. l. VIII pgs. 607-627. 1846R.A. Philippi, Revista Chilena . l. IX. 1878.47 Los araucanos y sus costumbres . Imprenta del Meteoro. Los ngeles . 1868 .

    50

  • 8/13/2019 Historia Arqueologia Chile

    50/217

    En Valparaso , en 1877, se dio a la publicidad por primera vez la Historia delpadre Diego de Rosales. La ob ra del padre Rosales, titulada Historia Ge neral delReino de Chile . Flandes Indiano , haba sido trada de Espaa por el historiadorBenjamn Vicua Mack enna . quien la edit en el pu erto con una biografa delaut or y nota e .pecializadas :

    Este tipo de publ icacion es co rres po nd a a una lnea de investigacion es qu eexista en Ch ile por lo menos desde mediados del siglo XIX. Hay qu e recordar qu een 1861 don J Pablo Urza y Arancibia, fundador del diario El Ferrocarril.comenz la publicacin de la Coleccin de Historiadores y Documentos relativosa la historia nacional. Esta labor de conservar y dar a conocer las crnicas y losdocumentos ms important es haba sido iniciada por Claudia Gay y. en parte, lasprimeras publicaciones de la Coleccin de Historiadores y Documentos co rre ponda a documentos y textos co nocidos y utilizados por el erudito francs.

    El primer volumen co ntena las cinco cartas de Valdivia al empe rado r.publicadas por Gay, y e l primer libro de las Actas del Cabildo de Santiago .

    La publicacin de la Coleccin de Historiadores prosigui hasta 1865. Fuereanudada por Luis Montt , en 1874, qui en public hasta el tomo XI. De 1887adelante la prosigui Jos Toribi o Medina.

    Las publicaciones qu e es tamos rescatando del pasado y que directa oindirectamente se relacionan co n los es tud ios de las antigedades chilenas o delos habitantes ms antiguos de nuestro pas, e ran las que en su gran mayorahaban sido publicadas en Chile. Pero en esos aos e l inters por los indios deChile e manifiesta tambin por muchas publicaciones hech as en Europa .Publi caciones hech