homenaje a los que tanto leí
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Homenaje a los que tanto leí
Carlos Calvo
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Homenaje a los que tanto leí
Carlos Calvo
En un día cualquiera, de un año cualquiera y de una época cualquiera los cerebros más brillantes estaban reunidos
en una casona, sentados en cómodos sillones, ya que sus años habían dejado huellas en sus cuerpos y la movilidad
de los mismos había sido reducida. No necesitaban sillas, ni taburetes, ni bancos. Sillones era lo adecuado para
albergar la estructura osea de semejantes personajes
Napoleón que llegaba tarde, con voz firme dijo: “Vístanme despacio que estoy apurado” – Tengo que ir a ver a mis
amigos-.
El tiempo es oro cuando lo necesitamos y no podemos desaprovecharlo.
Dentro de un clima que se respiraba sabiduría, Ray Bradbury dirigiéndose a Albert lo increpó: “Tienes que creer
que hay vida en otros planetas”
Albert Einstein le respondió: “Todo es relativo”
Jorge Luís Borges metiéndose en la conversación opinó diciendo:”Si hay otra vida espero que hablen Inglés”
El gran Julio Verne, sentado en un rincón de la sala, ofreció su “Nautilus” de 20.000 leguas en viaje submarino,
para comprobar si había vida submarina.
Juan Ramón Jiménez, escritor español creador del gran libro “Platero y yo”, abstracto del tema en conversación
acotó: -“A mi pobre burrito no lo ofrezco para que lleve en su lomo a nadie, ya que para mí es una persona”.
La vista azorada de todos se clavaron en sus ojos y no tuvo mejor idea que decir: -“Perdón, creo que mi acotación
estuvo fuera de lugar”.
Isaac Asimov, escritor ruso con ideas parecidas a Ray y poniéndole mucha ciencia ficción acotó: -“Ojala se
compruebe que todos mis escritos fueron convertidos en realidad”. Los robots, que formaron parte de toda su
obra, serían para él, los mucamos del mañana.
Orson Welles escribía sin parar todo lo escuchaba, pues quería llevar al cine el encuentro de los más grandes de
todos los tiempos.
Charles Darwin con cierto nerviosismo les hablaba a todos diciendo:-“No pierdan el tiempo buscando el origen
del hombre. Yo se los puedo contar”.
Mahatma Gandhi envuelto en su túnica y con una voz que transmitía una infinita paz dijo:-“Hagan lo que quieran,
pero que sea sin armas”.
William Shakespeare, escritor británico, dirigiéndose a Orson le dijo con tono imperativo:-“Pon en el guión de tu
película la siguiente frase que se me acaba de ocurrir”. –“Cualquiera puede dominar un sufrimiento, excepto el
que lo siente”.
Galileo Galilei, astrónomo, filósofo, matemático y físico ofreció sus telescopios para ver más allá de la luna.
Stephen King, conocido por sus novelas de terror, acotó: -“Conmigo no cuenten en la búsqueda de otros mundos,
porque no sé pensar de otra manera que no sea terrorífica”.
Miguel de Cervantes, novelista, poeta y dramaturgo español, autor del inmortal Quijote de la mancha pidió ser el
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“Comandante” de la expedición, haciendo gala de las astucias del gran Quijote.
El gran emperador romano Nerón miraba insistentemente por el rabillo de sus ojos, tratando a atisbar a alguna
mujer en el grupo. La única que vió, no fue de su agrado. Agatha Cristhie estaba demasiado vieja para saciar sus
pensamientos. De un salto se paró y casi gritando dijo: -“Prometo no incendiar ningún lugar”.
Edgar Alan Poe, sonreía maléficamente desde un costado. Pensaba quién sería la primera víctima de semejante
proyecto de locura.
Ninguno se había dado cuenta que desde arriba, muy arriba, Jesucristo los miraba atentamente para que no
cometieran ninguna locura.
Los hombres de ciencia, escritores, dramaturgos y poetas estaban todos juntos rompiendo con las leyes del tiempo
y opinando en forma conjunta.
¿Se imaginan si esto fuera realidad? ¿Tener en un mismo lugar a los más grandes pensadores de todos los tiempos?
¡Mi Dios, sería como tener la historia de la humanidad en un solo lugar!
Cada una de las personas que nombré en este relato, me acompañó en algún momento de mi vida, con la gran
diferencia que tuve que leer y no escucharlos.
¡Como me hubiera gustado ser un oyente si ésta idealización fuera realidad!
Este es mi homenaje a todos aquellos hombres, que de tanto leerlos, contribuyeron a fomentar mi imaginación.