i antología de mundopoesía. poesía clásica (1)

Upload: luisdelamar

Post on 12-Oct-2015

78 views

Category:

Documents


2 download

TRANSCRIPT

  • 1

    *

    * Mundopoesia@2014 Reservados todos los derechos. Publicacin destinada a la descarga gratuita (a travs del portal Mundopoesia.com o en el muro de Facebook y/o Twitter del Portal Literario de Mundopoesa). No se permite reproducir, almacenar, en sistemas de recuperacin de la informacin, ni transmitir o enajenar o realizar negocio alguno lucrativo o no lucrativo de esta publicacin cualquiera que sea el medio empleado, sin el permiso de los titulares de la propiedad intelectual. Tampoco se permite copiar, publicar, difundir ni versionar los poemas que componen esta Antologa sin el permiso de sus autores, titulares de los derechos de autor. Imagen de portada de Francisco Lechuga Meja para Mundopoesia.com.

  • 2

    Presenta: Antologas de Mundopoesa I POESA CLSICA Con este primer libro digital iniciamos lo que ser la Coleccin de Antologas de Poemas y prosas de Mundopoesia.com., de descargas gratuitas, como todo lo que ofrecemos en el portal. Hace casi diez aos iniciamos este proyecto literario sin ms pretensin que ofrecer al mundo un pequeo portal donde cada cual pudiera encontrar su lugar: ya sea para aprender de otros el arte de la potica; ya sea para transmitir a los dems, en verso o prosa, sus sentimientos, sus pensamientos o sus vivencias; ya sea para que encontraran un refugio donde pudieran sentirse a gusto y en armona, donde pudieran evadirse de la cotidianeidad dejndose llevar por la imaginacin en un espacio de interaccin, ntimo y personal, en el que las emociones, plasmadas en letras, fueran el instrumento de conexin con el resto del mundo, el lazo de unin que les permitiera extraer de s mismos el dolor, el llanto, la alegra, el amor, el humor, la melancola, y pudieran as conectar con los dems, en un universo donde confluyeran las emociones y se difuminaran las diferencias. Hoy, Mundopoesa, es una gran casa en la que conviven miles de usuarios, una gran comunidad de interaccin donde las letras han dejado de ser nuestro objetivo principal para convertirse en un instrumento de unin, en la excusa perfecta para romper las fronteras que separan y distancian a los seres humanos. La presente Antologa, y las que sucedern a esta, constituyen un homenaje a todos los usuarios que han hecho posible este Mundo de Letras, esta casa nuestra y de todas aquellas personas de buena voluntad que se acercan a nosotros con el corazn, como nica bandera, y con la palabra, como instrumento de respeto, de armona y de paz. De forma muy especial queremos dedicar este primer libro a aquellos usuarios que marcharon para siempre dejndonos sus letras pero que siguen y seguirn formando parte de la esencia de Mundopoesia Peter A. Rosado y Julia Olivera

  • 3

    Agradecimientos A todos los usuarios de Mundopoesa, por hacer posible este mundo mgico nuestro. A Mamen, por el diseo de este nuestro primer libro de Antologas, por su imponderable ayuda en su elaboracin y por su paciencia. Y a Francisco Lechuga Meja, por prestarnos una de sus bellas fotografas para la portada. A Francisco Redondo Benito y a Edelabarra, por los aos que llevan como moderadores enseantes de Mundopoesa, dedicando su tiempo y su conocimiento a la enseanza de la Potica Clsica, guiando a los usuarios en este bello arte de la potica, analizando y corrigiendo sus poemas o atendiendo consultas, tanto de usuarios como de la propia administracin; ambos constituyen pilares fundamentales de esta casa nuestra de letras y su altruista labor enriquece e ilumina a Mundopoesa. A todos los autores de este libro, que han autorizado que sus poemas, premiados en el Foro de Clsica Competitiva, compongan esta Antologa. A todos, gracias. Mundopoesa.com

  • 4

    ndice de Autores Pg. 6 .. Agustn Snchez Pg. 11 Alex_ Courant Signoret Pg. 14 Alex Garca (lex Garca Pizarro) Pg. 15. Alfredo Ajo Gonzlez Pg. 17 Ana Mara Giordano Pg. 18 Andrs Amendizbal Pg. 20. Antonio (Antonio Nieto Bruna) Pg. 26. Azulalfilrojo (Jos Mara Bermdez Alczar) Pg. 29 Benignorod (Benigno Rodrguez) Pg. 32. Buke (David Vila Diguez) Pg. 38 Byron49 (Miguel ngel Fernndez Lumbreras) Pg. 39 Capasa (Carmen Pacheco Snchez) Pg. 40. Csarfco.cd (Jorge de Crdoba) Pg. 43. Clara Schoenborn Pg. 44 Danie (Danie Dadourian) Pg. 45 Daniel Rodrguez Pg. 46 Danimar (Daniel Martorelli) Pg. 49 Dardo Gatti Pg. 50 Dark King Pg. 51 Destinos Pg. 52. Durruti Pg. 58. Edelabarra (Eduardo Len de la Barra) Pg. 61. Eduardo Carpio Pg. 65. Efran Cauro. Pg. 66 Elba Nery Garca Pg. 67 Esteban "Makt" Gonzlez Bolaos Pg. 70 Fabiana Piceda (Princesa) Pg. 72. Felipe de Jess Legorreta (Lacandoni) Pg. 76 Francisco Redondo Benito Pg. 81 Guadalupe Cisneros- Villa. Pg. 83 Gustavo Mistral Pg. 86 JFelipe (Juan Felipe Garca Espada) Pg. 89 Jmacgar. Pg. 90 Juno (Eva Madrona Garca) Pg. 94. Kalkbadan (Andreas) Pg. 98 Legendario (Tito Muoz)

  • 5

    Pg. 102 Ligia Caldern Romero Pg. 103 Luis Delamar (Jos Luis Gelfo Mora) Pg. 107 Luis Miguel Rubio Domingo. Pg. 109 Lluvia de enero (Sandra Edith Herrera) Pg. 110 Lobo111 (Javier Mora). Pg. 111.Lore1 (Lourdes Lorea Martnez) Pg. 112 Luviam (Claudia Beatriz Maldonado). Pg. 113 ...Maramin (Marcos Andrs Minguell) Pg. 116 ...Mariluz Reyes. Pg. 119 ...Marta Marqus Pg. 120 .. Mauro Alexis Pg. 121 .. Miguegarza (Eduardo Miguel Garza de la Huerta) Pg. 124 Navasdel (Santiago Serrano Bravo) Pg. 125 .. Osmara Cantero. Pg. 126 .. Pilar (Pilar Gorricho del Castillo) Pg. 128 .. Piteira (Xos Casar) Pg. 130 .. Princesmain (Mara Ins Arrabal) Pg. 133 .. Rafael Llamas Jimnez Pg. 135 .. Ral Rouco Pg. 137 .. Ricardo Linares Pg. 140 .. Ricardo R. Ruiz Pg. 143 .. Rosae Pg. 144 .. Salern (Manuel Sal Menndez) Pg. 148 .. Sigifredo Silva Pg. 151 .. Sorgalim (Milagros Hernndez Chiliberti) Pg. 153 .. Supersoulazul (Martn Glvez) Pg. 155 .. Tomaldo (Toms Garca Martos) Pg. 156 .. Valen_tina (Estrella Vela Agea) Pg. 157 .. Vicente Moret Bonillo Pg. 160 .. Xavier Luna T.

  • 6

    Agustn Snchez

    La caja de costura

    Te he encontrado sentada en la camilla mientras que rebuscabas sin premura

    un dedal en tu caja de costura y he dejado mi beso en tu mejilla.

    Cmo ests? me preguntas de inmediato

    respondiendo a mi beso con el tuyo- Estoy bien -te contesto en un murmullo-

    disfrut de un paseo largo y grato

    Y me siento contigo. No preciso ms palabras, nos vemos sin mirarnos, pues nos basta estar juntos para darnos

    la existencia feliz de un Paraso.

    En la tele se escucha un comentario de banales noticias como fondo

    Cundo vas a cenar?, No s respondo- cuando acabe de ver el telediario.

    Y el reloj va marcando en sus saetas los minutos de un tiempo de sosiego en la clida paz, donde arde el fuego del hogar y las horas ms completas.

    Mucho tiempo, sin duda, ha transcurrido

    desde aquella maana ilusionada en que Amor nos junt y nunca nada

    quebrant nuestra unin con el olvido.

    Pues tu pelo, ya blanco, me enamora tus mejillas tan suaves, me seducen y tus ojos profundos me producen

    la emocin de una luz cautivadora.

  • 7

    No te importen los aos, las arrugas que en tu cuerpo dej tal vez la vida; has de estar bien segura, convencida de que siendo cual eres me subyugas.

    Sin palabras te estoy diciendo esto

    que el amor que me inspiras te dedica: Un amor que en ternura se edifica

    y que a darte mi vida est dispuesto.

    Y me siento feliz por la ventura de poderte tener eternamente

    Son ideas que rondan por mi mente mientras usas tu caja de costura!

  • 8

    Cmo era mama?

    Hblame de mam me solicita con acentos de miel, su voz de seda,

    y mi mano su rubio pelo enreda mientras presa en dolor mi alma palpita.

    Era guapa, verdad? Por qu no quieres

    mencionarla jams. Cmo era ella? Y mi mente recuerda a la ms bella, la ms dulce y cordial de las mujeres.

    No podr contestar pues me lo impide

    el sangrante rescoldo de mi herida, un amor de verdad nunca se olvida mas lo debo de hacer si l me lo pide.

    Y le cuento que mucho lo quera, que con l prodigaba su ternura

    y en su vida, tan plena de ventura, un cario mayor nunca cabra.

    Le aseguro, mirando su retrato,

    que su boca, tan roja y tan ardiente, disfrutaba dejndole en la frente

    el mejor de sus besos, el ms grato.

    Procurando mi voz que no se altere le argumento que Dios con l la quiso

    y hasta all la llev, al paraso, donde guarda un lugar a quien ms quiere.

    Pues es malo ese Dios, que me la quita me responde, llorosa su protesta; su mirada me deja sin respuesta, es tan nio, mi pena es infinita.

  • 9

    Con esfuerzo de vsceras rasgadas en mi rostro compongo una sonrisa,

    vamos! ponte a jugar, que tengo prisa, y rehuyo, cobarde, sus miradas.

    S que debo luchar pues mi deseo

    es que olvide, que viva su inocencia. Yo no habr de lograrlo. En su presencia,

    en su pelo, en sus ojos, verla creo.

    Y all dentro de m su voz me grita que a los hijos se quiere tras la muerte.

    Ella vela por l, su amor se advierte porque un ngel guardin no necesita.

  • 10

    Alzheimer

    Con cautela, con tacto me han hablado aunque yo, la verdad, lo presenta,

    pues s bien que hay recuerdos cada da que en mi enfermo cerebro se han borrado.

    Es por eso, juzgando que ha llegado el momento, pues pienso todava, quiero hablarte, decirte vida ma el adis de mi pecho acongojado.

    T me has hecho feliz, contigo he sido

    venturoso cual nunca ha sido un hombre, y no dudo que hars si te lo pido,

    un deseo que espero no te asombre. No permitas, en sombras sumergido,

    que mis labios se olviden de tu nombre.

  • 11

    Alex_courant Signoret

    Si quieres corazn saltar

    Si quieres corazn saltar del pecho

    y asfixiarte en la mar de un simple vaso, o extraviarte en la sombra del ocaso, o quebrarte cual trigo en el barbecho.

    Anda, ve, ests en todo tu derecho! Nadie detiene tu armonioso paso,

    alza tus alas, csmico Pegaso, sintete libre y acomete arrecho.

    Maana, cuando vuelvas a la Tierra,

    sacdete la pena, los despojos, no te vuelvas arisco, un vil canalla.

    Recuerda que el amor es una guerra.

    Ah, buen soldado, entorna bien los ojos Vencers en la prxima batalla!

  • 12

    Hay das

    Hay das en que somos tan pequeos...

    Das en los que el cuerpo siente fro, en los que sin razn se seca un ro,

    en los que escapan vidos los sueos.

    Hay das, turbios das de desgreos en los que todo es pramo baldo, en los que el corazn est vaco

    y ni de nuestros pasos somos dueos.

    Das en los que un cuervo nos devora, en los que nos asfixia un mar interno

    y un machete nos corta la cabeza.

    Das en los que el mundo se desdora, en los que el alma es un severo invierno

    y una sombra amante es la tristeza.

  • 13

    Lunares

    Me los s de memoria, beso a beso,

    caricia tras caricia, los reclamo, al recorrer tu cuerpo, tramo a tramo,

    como una ida y vuelta de regreso.

    Son gotitas de vino, de embeleso, amulatadas rosas en un ramo, ergenos ovillos de un recamo,

    aqu y all los signos de un impreso.

    Ah, tu cuerpo es un cielo, un pentagrama, lo abrillantan sus astros circulares, lo engalanan sus notas en tropel!

    Amor mo, recustate en la cama y djame que cuente los lunares en la tersa blancura de tu piel.

  • 14

    Alex Garca (lex Garca Pizarro)

    Qu es el amor? Qu es el amor? -dijo el ciego- Una luz que te encamina por la ruta do termina la cordura y el sosiego? Es acaso al andariego el castigo de las rosas, que al tomarlas presurosas dan perfumes, dan espinas y sus pas inquilinas van girando entre las cosas? No es as -declar el loco- Amor es una camisa, una fuerza que sumisa te posee poco a poco. A ti amigo yo te invoco que depongas tu postura que quien ama con locura va exprimiendo el sentimiento y en las cimas del momento nunca crece la amargura. Mi opinin -dijo el asceta- El amor da en sus races el color de los matices que en el fruto se concreta. Es... hilo de la cometa que se eleva contra el viento. No es ni rosa, ni argumento. Es la gracia de los dones que se diera a corazones como al prdigo el talento!

  • 15

    Alfredo Ajo Gonzlez

    Escribiendo con dolor Hoy el dolor como reflejo ciego que anega este poema en mi hora mala, he de escupirlo todo, que me cala las entraas y el alma. Peno y ruego. Mas a quien ruego si no creo? Ego te absolvo , (del descanso la antesala). Pero no es este el caso que me avala, contino con mi desasosiego, desembocando en versos que me lleven , cargando con la cruz de discernirlos, todo sobre mis sienes plateadas. Hoy quisiera creer en Dios, que deben sosegarse los cantos de los mirlos, descansar en el nido de sus hadas.

  • 16

    Soneto para una ola El agua es ola, viento que repica, blanca la espuma por su boca canta, trota, quiere volar y se agiganta, el agua hoy monte, flor que se abanica. Pero esta agua de sal que me salpica, presa en su inmensidad se desgarganta, huir de la mar... sueo es que solivianta, mientras el soplo duro la fornica. En ira desesperas, torpe, corre. Surgirs cuando el sol quiera y te ame. No escuchas, vuela en la mentira infame. Los truenos sin calor falsa la torre que coronas cayendo ya en derrame. Espera al rayo que mejor te aclame.

  • 17

    Ana Mara Giordano

    El c ielo que nos cubre

    Soy un rbol con ramas que anhela la ternura de tus gotas que caen, calando mi corteza Bame de roco, descubre con presteza

    mis lgrimas de gozo, sentires sin mesura!

    Ptalos suaves, trozos del alma que perdura y acopian lo bendito, los sueos, la belleza por mgicos senderos encuentran entereza

    Otoos sin inviernos, primavera que apura!

    Del ro de la vida yo tomo mis nutrientes vertiendo mi poesa, amando con mis cosas mis hijos los tesoros que llevo con orgullo

    son hojas de mi cuento, mi carne, mis simientes,

    y amores que me diste, lo nveo de las rosas... Tu cielo mi cobijo... tus brazos el arrullo.

  • 18

    Andrs Amendizbal

    Setenta veces s iete

    Excusatio non petita, accusatio manifesta Malditos nimios!, prfugos del bien, cantores permanentes que de un canto traidor, no han hecho ms sino un amianto humano envenenndoles la sien. Cobardes que al no hallar el falso Edn tomaron de incoercible su quebranto llevndoles all despus del llanto lo estpido a su muerte en el desdn. Que queden ya sin carne sus pedazos, que sean devorados por la tierra y nadie les recuerde alguna gloria. Malditos quien los lleve en su memoria sintindose pueriles por la guerra de aqul que decidi bajar sus brazos.

  • 19

    Rojo de Mara Mara, vino tinto a tus plazuelas, los besos que transportan mil rubes, dientes que se desnudan mientras res, boca, aliento que es vida cuando vuelas. Carmes de tu blusa y me desvelas, piernas finas y dedos colibres; ltigos de arrebol si me sonres, csmicos gritos donde me flagelas. Tiempo de tus palabras, parques, trinos; las naves naturales, mariposas; rubor de las mejillas, alhajero. Adelfa de sexuales y genuinos, bermelln de tus senos a las rosas, que van sobre el reblande al firme acero.

  • 20

    Antonio (Antonio Nieto Bruna)

    Encuentro inolvidable

    Aquella tarde de un otoo fro estabas muy radiante y luminosa,

    brillabas como estrella esplendorosa all por el oscuro cielo umbro.

    Tus rayos fueron todo un desafo

    y de una forma un tanto misteriosa prendi la llama en mi alma cautelosa

    quedando ardiente aquel lugar sombro.

    Recuerdos llegan hasta nuestros das, nostalgia de un momento memorable de aromas dulces llenos de ambrosas.

    Amor es causa y don irrenunciable que lega como aval de garantas,

    las dichas de ese encuentro inolvidable.

  • 21

    La ventana

    Desde la ventana en su apartamento observa una dama el vaco incierto, con la vista ausente y leve lamento

    busca y solo encuentra el futuro yerto.

    Desilusionada y sin un anhelo mantiene una llama que viva en el tiempo,

    con ese recuerdo y clamando al cielo piensa que pas su tren a destiempo.

    Fue una juventud muy corta y temprana; cuando aquel pequeo su leche mamaba

    vestidos de amor con ropas de lana, otra muequita con hambre lloraba.

    Temerosa espera ya casi abnegada

    a su carcelero de zurra diaria, frustrada, cansada y ya resignada

    hace a Santa gueda su ardiente plegaria.

    Se ampara en el rezo; le hace posible en ser consentida y siempre obediente,

    porque la ensearon a ser impasible hacer sus deberes callada y fielmente.

    Pronto cumplir solo diecinueve

    se hizo mayor a los diecisiete, Cmo pasa el tiempo tan eterno y breve!

    Haciendo el amor siempre la somete.

    En su ingenuidad esa presa fcil, un atardecer en un automvil

    termin en los brazos del Adonis grcil, con severidad dejndola inmvil.

    A los nueve meses nace un hijo frgil

    lo tiene en sus manos como zafio intil, al progenitor -su mente no es gil-

    un vaso de alcohol le hace verse til.

  • 22

    El rostro del padre alter el rictus al comunicarle pasada una hora

    que su primognito tuvo un breve ictus. Culpando a la madre quejndose llora.

    Era la actitud siempre acusadora

    de quien al sentirse en su ego frustrado, de una forma chula algo transgresora, a la infeliz madre da trato amargado.

    Fue una juventud muy corta y temprana.

    Mientras un pequeo envuelto en cochambre a una criaturita, le canta una nana y la triste nia sosiega su hambre.

    Abre la ventana inhalando el aire, siente el corazn que se le dispara el vrtigo asoma en cada desaire, el espacio es como si la ahogara.

    Una luz de pronto aclar su mente

    falta de autoestima ultrajada y dbil, urdiendo el destino har diferente, sus hijos vern todo menos flbil.

    Una noche oscura con alevosa

    esper paciente que de ella abusara, que se emborrachara, en su compaa,

    un cuchillo esconde, su muerte prepara.

    Desilusionada y sin un anhelo apag el fuego, lo borr del tiempo

    ya sin su recuerdo, sin clamar al cielo, piensa que par el tren a destiempo.

    Desde la ventana en su apartamento

    observa la dama el vaco oscuro, con la vista ausente y sin un lamento

    se arroja y encuentra truncado el futuro.

  • 23

    La codicia

    La codicia triste mal

    corruptora del humano, quien ayer te llam hermano

    tal vez hoy te niegue sal. La usura que es amoral

    engaando a la esperanza especula con la fianza

    para alcanzar la riqueza, abusa de la pobreza

    y as se engorda la panza.

    La vileza encuentra alianza con escrupuloso engao

    no importando causar dao para alcanzar su bonanza.

    Otorgando la confianza mostraran buenos modales embaucando los caudales

    a quien quiere enriquecerse, aun a costa de perderse en embrollos ilegales.

    Los que no fueron leales a las causas de los pobres buscarn entre los sobres

    exculpaciones legales. El dinero hace rivales

    entre hermanos y entre amigos, entre ricos y mendigos,

    entre el noble o el plebeyo, convierte lo feo en bello e injuriosos en testigos.

    Los humanos enemigos

    del mundo que les rodean alcanzan lo que desean,

    maltratando con castigos. Y al mirarse sus ombligos solo ven que la decencia es ajena a su conciencia

  • 24

    si no afecta a sus bolsillos, entre tanto los caudillos otorgan su providencia.

    La justicia con frecuencia

    amparar al que ms tiene y aunque a veces le condene

    le dar soez clemencia. Pues tan solo la indulgencia

    se compra con la cartera y aunque no es prueba certera

    el ladrn de guante blanco guarda el dinero en el banco y el desahuciado en la era.

    El que no tiene, quisiera obtener buena fortuna

    y si ha de pasar hambruna aguarda iluso la espera. La codicia es altanera

    alberga en nuestra conciencia la traicin y la demencia la usura y la egolatra,

    la razn se perdera con su malvola influencia.

    Quien con fe pide clemencia

    con el rezo cada da, es que en su interior oira

    que el orar da la indulgencia. Entonces la penitencia

    que perdona los pecados deja a los desamparados

    a merced de un ser divino, justificando as el sino de seres desheredados.

    Cuando vemos desalmados que expolian todo lo ajeno

    en nuestro interior obsceno quedan los ojos cerrados.

    Mientras tanto los parados buscarn con sus temores

    todos aquellos valores que dignifiquen sus frentes,

    los dems indiferentes escondemos los rubores.

  • 25

    Si se buscan los hedores que estn entre la basura

    en la miseria supuran los sueos de perdedores.

    Algunos legisladores tienen sus conciencias mudas sus almas quedan desnudas

    por la msera codicia, amparada en la malicia

    sus honores le hizo Judas.

    Para que no queden dudas de tantas divagaciones

    lo que parece aversiones son reflexiones agudas.

    Las verdades si son crudas tocan siempre lo moral

    pues buscando en lo esencial encontramos las miserias envueltas entre materias

    de ese codicioso mal.

  • 26

    Azulalf i lrojo (Jos Mara Bermdez Alczar)

    . . .y le l laman "nio loco"!

    Vctima de una suerte incomprensible que arranc de su vida el porvenir; sobrelleva desgracia tan terrible viviendo sin saber lo que es vivir. Por qu fue la criatura ms sensible privada del derecho a sonrer?... Qu clase de justicia incompasible se jacta de poderlo consentir?... Por nacer especial y diferente, contempla da y noche el mismo cielo colgado al sambenito del demente. Y entre batas de blanco reluciente y el sabor de un extrao caramelo, su infancia se marchita lentamente.

  • 27

    Pasa la tuna

    De negro las vestiduras, la capa prendida al hombro, causa admiracin y asombro con su elegancia y hechuras. Las jvenes, las maduras, todas se quitan la amarra y al comps de una guitarra, de bandurrias y lades, engalanan sus virtudes persiguiendo la tunarra. Cada cinta un corazn y cada copla un cortejo mientras frunce el entrecejo el marido bravucn. Y suena el acorden y brincan las panderetas por las calles y placetas, con un jolgorio infernal que seguir sin final mientras brillen las pesetas.

  • 28

    El poeta

    Se inspira en la belleza de una flor, en la hoja mecida por el viento, en el dulce y amargo sentimiento que dejan la tristeza y el amor. Dibuja con palabras el color y las formas que tiene el pensamiento y riega cada verso con su aliento en intensos momentos de furor. Del tintero es la sangre derramada, su campo de batalla el pergamino: guerrero de plumn y no de espada que espera en los recodos del camino, cuando los sueos rayan la alborada, la musa que a su vida sobrevino.

  • 29

    Benignorod (Benigno Rodrguez)

    Glosa de amor

    Si e l amor toca tu puerta con emocin y razn,

    por s iempre djala abierta al latir tu corazn.

    Miramos de da el mar

    y en las noches las estrellas, te adornan las flores bellas

    ya no se puede ocultar. Tu deseo al desmayar en una playa desierta

    refleja una luz muy cierta, vibra tu cuerpo al fervor no sientas ningn temor,

    s i e l amor toca tu puerta.

    Entre sueos te sent emanando sensaciones, sublevadas emociones

    ya no puedo estar sin ti. Al momento present

    amor con mucha pasin en una hermosa fusin,

    relacin que va formando su espacio va respetando, con emocin y razn.

  • 30

    Con expresiones semnticas tolerancia su misin, ayuda la comprensin

    inspiraciones Cervnticas. Con soluciones romnticas el amor siempre despierta en los sueos se reinserta,

    la esperanza en tu ventana con la confianza que emana,

    por s iempre djala abierta.

    Vibra la mano y la palma entre tmidas hazaas,

    en tus hermosas montaas dejando huella en el alma.

    Viviendo en completa calma fuente eres de inspiracin al despertar la emocin,

    amor esencia divina sentimiento que domina, al latir tu corazn.

  • 31

    Definicin Sin confundirse en el sueo, busca naturalidad pensando con humildad con la sencillez y empeo, en el camino es el dueo con principios y valores los jvenes y mayores, los simples caen pesados los sencillos apreciados, siempre sern los mejores. Inmerso en realidad, en la duda razonable lo flexible es muy loable fluye con toda humildad, lo rgido es necedad volando en contra del viento se define el pensamiento, muy rgido, muy somtico se pierde por lo dogmtico, lo flexible es crecimiento. No son dotes de grandeza, el pensamiento flexible la sencillez es medible con la armona y belleza, en un acto de firmeza descarta la rigidez la simpleza, estupidez, desafiando oscuridad florece la claridad, actuando con lucidez.

  • 32

    Buke (David Vila Diguez)

    Romance de la Feira

    Corta que corta que corta

    dale que ya estn cortando dos ancianitas gallardas, polbo, crollo y churrasco.

    Salen de cada tijera miles de ritmos ternarios, pandereteiras pulpeiras, cofia, mantelo y refaixo.

    Potas de bronce que humean desde Vern a Carballo alzan murallas de feira

    frente a famlicos brazos mientras atentos castrexos sobre los troncos sentados lanzan miradas sedientas

    y alzan sus cuncas de caldo. Pan de centeo ou de barra? Cantos vasos precisamos?

    Queren que lles traia vio? Queren salsa pro churrasco?

    Rpido recios palillos se alzan cual fieros romanos

    para que el pueblo gallego se los devore a bocados.

    Traga que traga que traga dale que ya estn tragando

    veinte raciones de pulpo sin tenedores ni platos.

    Dulce, picante, sal gorda, polbo, cachelos y caldo

    carne o caldeiro, empanada roscas, filloa, almendrados, todo est listo en las mesas, cuando comienzan los saltos

    libre como un ro, libre, corre el aceite hacia abajo!

  • 33

    Cortan, entonces algunos, barras de pan en pedazos, dndonos cua por barba todos en grupo calzando, para evitar la desgracia,

    dndonos prisa y cuidado, antes de que alguien se manche,

    platos de pino engrasados. Quedan, los ms, sin problema,

    quedan algunos manchados, pero sin ms importancia sigue la fiesta su encanto. De pronto un frigio sonido

    surge de pasos lejanos con su feliz pasodoble

    van los gitanos llegando! Toca y toca que te toca con su ritmo castellano, se les oye muy cerquita, se les oye muy cercanos.

    Viene, entonces, el ms cro triste, sucio y algo flaco con sus ojos bermellones

    y un dramtico quebranto, acercndonos su lata

    rebozada en roa y barro, extendindonos el brazo mendigando castigado.

    Mas ninguno en esta feira se preocupa ni hace caso sirve y sirve que te sirve venga sirve ya otro vaso!

    Y es por ello que se marchan, con la msica a otro lado, dando as paso al preludio

    de un gaiteiro alaricano que al comps de las tijeras

    vuelve al tres y deja el cuatro. Todo el mercado lo sigue

    marca su ritmo endiablado, un dos tres, un dos tres, un, suenan alegres los cantos. Se oye de todas las mesas cientos de voces gritando

    y al rematar como siempre aila lelo y aila lalo!

    Fuera de toda esta fiesta

  • 34

    desaparecen, sin rastro, no queda nadie en las tiendas,

    todos los puestos cerraron. Con sus ganancias se marchan

    yndose a un pueblo lejano donde la feira es maana

    y se repite este cuadro. Pitas, pitas, pitas, pitas,

    van en las jaulas cargando, gallos, conejos y pollos

    vanse despacio llevando. Y el regimiento castrexo vase tambin retirando hacia los asentamientos de un recoveco cercano. Viene la tarde muriendo

    pronto, de noche y cansados, mientras sus ojos se cierran

    con el placer ya logrado por alcanzar su objetivo de disfrutar, exaltados,

    de esta jornada de fiesta clida, muy animados,

    vanse restando las horas, ya viene menos quedando,

    para que vuelvan pulpeiras, gaitas, pandeiros, gitanos y se levanten las tiendas

    de estos enxebres mercados que desde tiempos remotos tiene este pueblo galaico.

  • 35

    Romance do galego

    Es tu verbo cantarn

    patria, tierra y estandarte es la voz de una nacin

    eres t mi padre y madre. Eres polvo, hierba, ro

    campo, arena, grelo y sangre, una dulce meloda

    un poema viejo y grande. Son tus padres Roma y Celtia,

    sempiterno y fiel romance, cuntos bardos te besaron

    de Brigantia hasta el Algarve! Ya de nio te admiraban fuiste del amor lenguaje, desde amigos a seoras

    y hasta a la virgen cantaste. Luego fuiste desterrado de los cantos celestiales y quedaste varios siglos

    moribundo en los zarzales. Subastaron tus cantigas en castillos medievales y alejaron tus acentos

    los ms ricos criminales. En dos reinos dividido,

    en dos lenguas te tornaste separaron dos fronteras

    hijas de una misma madre. Y busc el tiempo tu olvido,

    con discursos arrogantes tu extincin busc el destino,

    hasta el rey quiso callarte. Mas la inmensa Rosala con sus follas y cantares te sac de las tinieblas

    y con fuerza regresaste. No tardaron, sin embargo,

    con la espada, en silenciarte, limitando tu existencia

  • 36

    de cocinas a corrales. Y as casi medio siglo, entre rejas y chantajes estuviste amordazada, por fascistas criminales que quisieron destruirte

    junto al resto de los cantes que sonaban extranjeros a su tmpano ignorante.

    Casi muerta, moribunda, cuatro dcadas pasaste

    y as fue que te impregnaron de ese estigma irrevocable.

    Mucha gente hoy se avergenza por hablar su lengua madre,

    esa lengua de aldeanos, esa lengua de salvajes.

    Lingua, dicen proletaria, do meu pobo, de mis padres! la ms pobre de las lenguas

    la que ha de pasar ms hambre. Qu hay de malo en que a tus hijos

    como con tus padres hables? Qu hay de malo? vamos, dime,

    qu podra, pues, pasarles? Han de ser, quiz, ms tontos? Menos listos? ms vulgares?

    Han de ser ms respetados porque en espaol te llamen? Quien se olvida de su historia

    de su vida nada sabe quien se olvida de su origen

    ha perdido sus pilares. Y es por eso que hoy te pido,

    noble lengua de juglares, hazte or entre las gentes hazte or en todas partes.

    Quiero orte por los pueblos y en ciudades, por las calles,

    quiero ver cmo resuenas en las tiendas y en los bares.

    Es orgullo, no vergenza no es atraso sino avance

    quiero ver cmo me llamas cuando por tu lado pase.

    Quiero orte entre las risas de los nios que en los parques

  • 37

    se divierten sin complejos en gallego con sus padres.

    En los montes, en las plazas en aldeas y en ciudades, ros, bosques y mercados

    por los barrios y arrabales. No me importa, nada cambia

    donde vivas, donde acabes solo quiero que en tu tierra

    por favor, gallego me hables. Canta, bebe, re, llora

    suea, piensa, todo vale salta, corre, baila, grita

    antes de que se haga tarde. Y que vivas muchos aos no te rindas, no te canses

    nunca dejes que te escondan que tu luz ya nadie apague.

    Que te incrustes para siempre muy, muy dentro de estos valles

    y que as cuando te escuchen no te odien, no se extraen.

  • 38

    Byron49 (Miguel ngel Fernndez Lumbreras)

    El s i lencio

    Hay silencios que expresan el lenguaje

    y palabras que mueren en el lodo. Me susurran en clido oleaje

    y en los astros encuentran acomodo.

    Hay silencios que adornan el paisaje que podran hablar, contarlo todo

    que pronuncian su nombre con coraje y que estallan ocultos al recodo.

    Las palabras carecen de importancia.

    Se dira que son un artificio, una fuente profunda de ignorancia.

    Solamente el silencio tiene oficio.

    No lo rompas que es parte del encanto y la voz que fascina con su canto.

  • 39

    Capasa (Carmen Pacheco Snchez)

    Amor Amor que dulcemente me encadenas borrando de mi mente toda historia; Sobre m prevalece tu victoria y a morir en tus brazos me condenas. Con tu gran fuerza, aturdes, y me llenas la razn pierdo, a veces la memoria. Vencida me hallo y vuelo haca tu gloria, y todos mis esquemas desordenas Por qu esta esclavitud trae belleza, dejando de pisar la firme tierra? Por qu a mi pecho vivo, fuego inflamas? Debatindome a muerte en mi flaqueza siento la dulce paz en esta guerra y quiero ser las brasas de tus llamas.

  • 40

    Csarfco.cd (Jorge de Crdoba)

    El luto Soando luces de colores pegan recuerdos tuyos, mos. Quiero borrar los viejos fros catando todos tus olores. Quisiera verte con las flores negras de luto y paz de estos. Ver tus caudales, mares, ros tomando parte en mis amores. De tanto andar en las quimeras olvid tu pena y castigo: se mueren pinos y palmeras con cerrar tu vida conmigo. Las canciones suenan someras al saberme solo tu amigo.

  • 41

    Somos un segundo Somos un segundo, pasajero en barro. Acaso constancia dentro del amonio, vil intolerancia, resto en testimonio que pega en el mundo de dolor y sarro. Somos el instante. Duro giro en duda, acaso cado desde nuestro anhelo yace corrodo como viejo pelo que fue la constante de una vida cruda. Somos resultado de ajena matanza que de lejos llega montada en bridones. La historia me pega desde los rincones: Me hiere al costado, rompe la balanza. Somos solo parte de la pincelada al mezclar colores en manera loca. Se unen los sabores por tu ansia y mi boca con todo nuestro arte de la noche helada.

  • 42

    Falso, c ierto, muerto

    Haciendo todo falso, cierto, muerto al ver mis hijos yertos sobre el pao, ahora y siempre duele con el dao que llega al muelle ajando tabla y puerto. Maldije al cielo eterno en furia plena negando el hambre y miedo al cruel castigo. Por qu ser que Dios se fue contigo dejando todo fro, seco, en pena? Mi sangre clama vil y fuerte gesta lanzando fuego negro al fondo eterno; pidiendo el fin de tregua vana, averno, que deje en paz la daga, siempre presta.

  • 43

    Clara Schoenborn

    Mujer y grito Deambulas hoy mujer como si nada y nadie nota el grito en tu interior, nadie sabe la herida y su dolor ni la forma en que fuiste maltratada. Para el mundo eres una flor callada pero vengo a que muestres tu color, a que hables, que develes el horror, y as salves tu esencia tan vejada. Persistira el orbe en sus desgracias, sin valientes que rompan el mutismo, sin mujeres con pulpa de guerreras. Alguien debe arrasar esas falacias, levantar el futuro, el humanismo, y obviarle a las que vienen ms esperas.

  • 44

    Danie (Danie Dadourian)

    Plaidos en la noche

    Las sombras y su cfiro enconoso me cubren con sus fuertes alaridos, me oculto en sus retratos abatidos marcados por un mbito penoso.

    La noche y su destino tenebroso

    es donde se resguardan mis latidos, en donde el ramalazo y sus bullidos

    me espan con fulgor indecoroso.

    Te fuiste y mi universo se ennegrece, con pena mi resuello se congoja

    y el cuerpo con dolencia se enloquece.

    La alegre e ilustre vida se despoja del manto terrenal y as fenece, marchita la vidorria se deshoja.

  • 45

    Daniel Rodrguez

    La negrita!

    La negrita, la negrita!

    La negrita tan bonita!, con su mejilla rusiente y escotadura sonriente.

    La negrita, la negrita

    venturosa y siempre hita!, con oro y falda volante, con aureola fragante.

    La negrita, la negrita!

    La negrita tan bonita!,

    retoza y lustra una trenza, juega y re como enza.

    La negrita, la negrita

    pizpireta y muy bichita!, se colma toda de gozo:

    rosa y gata tras un mozo.

    La negrita, la negrita! Oh, negrita, qu bonita!

  • 46

    Danimar (Daniel Martorel l i)

    La cruz sobre tu piel Sufrs en soledad y se te nota, grabada est la cruz sobre tu piel; la carga para vos ha sido cruel y el peso por momentos te derrota. Huiste del amor y lo denota tu miedo a ser feliz, amante fiel; qued el sabor amargo de la hiel que en cruel adis verti su ltima gota. Cargs la cruz de frente, con dolor, la vida para vos ha sido ingrata; ahogs en el alcohol todo el rencor que a tu alma de gorrin de a poco mata en noches de vaco, sin amor. Ven baj soy yo el que te rescata

  • 47

    Ya casi son las doce Afuera las bengalas, las luces, los festejos anuncian que se acerca la hora de brindar; bullicio de una noche que trae recuerdos viejos, los aos han pasado y no pude olvidar. La hora est llegando y t, que ests tan lejos los ojos que se empaan, hay niebla al recordar; imgenes, reflejos, como en juego de espejos afuera ya la gente comienza a festejar. Hoy ya no ests conmigo, ser otro quien te abrace; los fuegos de artificio ocultan la verdad. Intil es negarlo, por ms que me disfrace con risas y deseos de amor, felicidad an hoy te recuerdo y duele el desenlace. Ya casi son las doce, ya casi es Navidad

  • 48

    Guiapos y oropel

    Tenaz peregrinaje por la senda deshecha. Senderos irreales, lejanas cercanas desandando este viaje de ayeres y maanas, que es de inciertos finales y que nadie sospecha. Pesado es el bagaje y magra la cosecha. Ni preciosos metales ni abundancias mundanas, tan solo un equipaje de quimeras lejanas, algn bien, muchos males y la suerte maltrecha. Guiapos y oropel, es todo cuanto tengo. Un estante vaco, un dolor escondido me aferro al anaquel y apenas me sostengo. Acuado en troquel va mi nimo herido. Desafo al hasto, no s si voy o vengo, buscando el sueo aquel, el sueo que he perdido.

  • 49

    Dardo Gatti

    Tiempo de musas Merece importancia acaso un carsimo diamante regalado en el instante en que se inicia el ocaso, pues dando el ltimo paso, del principio tan distante, ya no amars cual amante intentarlo es tu fracaso. Guarda la joya, el poema, Olvdate de caricias! No tendrs ya ms franquicias. Ten conducta! Ten tu lema! Si acaso el carro se quema perdidas son las delicias. Con argucias subrepticias no se navega se rema. Por ello lo que regales lo hars mejor al inicio, no al borde del precipicio pues ya cayendo no vales. Est escrito en los anales de amores y desamores, la vejez traer dolores por ltimos de los males. Brinda tu alma sin excusas al iniciar el camino. Tiempos de rosas y vino, tiempos de hadas y de musas.

  • 50

    Dark King

    Un col ibr entre las f lores del jardn

    Un colibr observo en el jardn, que con precioso vuelo va de flor en flor como danzando sin temor

    cual el ms excelente bailarn.

    Envolvente su trino cantarn al odo deleita con dulzor,

    adems, su plumaje es un primor convirtindolo en todo un figurn.

    Del colibr me encanta la belleza,

    de las flores me embriaga la fragancia, y del jardn me arroba la frescura.

    El colibr con qu delicadeza

    extrae de las flores la sustancia, que en el jardn absorbe con dulzura!

  • 51

    Destinos

    Todo tiene sentido

    Pasan las horas deprisa, me miro desde la luz de tus ojos de cielo,

    siento que nace mi calma y respiro hondo buscando palpar el anhelo.

    Miras mis ojos brillando, sonres

    llena de magia. Suspiras, me gusta! Beso tus labios de luna, te res,

    sientes la prisa que tengo... te asusta.

    Rojas se ven tus mejillas. Hermosa, como ninguna, te veo. Te toco

    lento, buscando calmar lo nerviosa, solo consigo volverme tan loco.

    Siento marchar mis latidos deprisa,

    todo mantiene sentido en tu risa.

  • 52

    Durruti

    Romance de las rosas y c laveles Un imborrable recuerdo guardo de hombres y mujeres. Nunca conoc sus nombres, pero su lucha me enciende, porque perdieron la vida en un pas de dos frentes, por su derecho a ser libres entre Repblica o Muerte. La Espaa de la victoria, con caudillos mequetrefes y pistoleros fascistas vertiendo sangre inocente, barri de golpe las huellas de las rosas y claveles, cuyos huesos an penan en fosas, zanjas y arcenes. Solo reclaman justicia ante el olvido indecente. Exigen su nombre a gritos y ya un reposo perenne.

  • 53

    Alegora del paroxismo

    Cuntos golpes y ms golpes! Cuntos hachazos violentos! Son parsitos que quieren robarnos hasta el aliento, que intentan talar el rbol que nos sirve de sustento, plantado por mano obrera con sudor, mimo y esfuerzo; regado con vida y sangre para que creciera recto. Mucho ramaje arrancado, de flores y frutos lleno, ha dejado nuestros nidos esparcidos por el suelo; quieren talarnos el rbol, porque nos ven indefensos. Piensan que somos pichones... S, lo somos... con arrestos! construyendo barricadas con largos picos de fierro, por los que tambin se escapan nuestros graznidos guerreros que atacan, hieren y horadan los acerados cimientos del bnker en el que viven vampiros, hienas y cuervos.

  • 54

    El parque Un abandonado parque, rodeado de cemento, es el urbano pulmn de una ciudad sin recuerdos. Ya nadie sabe que existe -ms bien no quieren saberlo-, apenas se acuerdan de l, solamente algunos viejos que, cuando calienta el sol, se pasean con sus perros mientras se fuman cigarros y rumian sus pensamientos. El parque se cuida solo desde que existe un misterio, pues cada da del ao su estado siempre es perfecto. Las dbiles mentes dicen que est poblado de espectros, porque cuando cae la noche ocurren raros sucesos, como or voces extraas o sentir cantar al viento, experiencia que han sufrido despistados lugareos que en la calle an estaban cuando ocurrieron los hechos muchsimo tiempo ha, porque el parque es muy longevo. Se supone que hace siglos un poeta alegre y suelto comenz una pantomima, un autntico esperpento... dando pbulo a una logia de poetas jardineros... Envoltorio de leyenda donde todo es puro cuento? Mas si la historia es verdad no hay crnicas del suceso y lo que ahora se narra es producto del invento: Un poeta borrachn,

  • 55

    malhablado y pendenciero, muy mala fama tena entre las gentes del pueblo, pues contaba haber vendido el alma a Pepe Botero, dueo y seor de las llamas, amo de todo el infierno. La reaccin en cadena del boca a boca corriendo provoc supersticiones, vade retro y mucho miedo. El poeta y sus amigos, con total asombro, vieron que la gente se alejaba al sentirse cerca de ellos, no fuera que les robaran el alma y cayeran muertos sin confesar sus pecados y acabar en el averno. Sintironse poderosos con tanto crdulo y lerdo. La alegra fue tan grande que corri el vino sin freno La juerga dur tres das hasta el puro agotamiento. Fue poco tiempo despus cuando el poeta altanero congregando a sus compadres les cont su plan perfecto: hacerse con el control del parque sito en el centro. Bajo el suelo de la villa -lgico en aquel momento corran muchas historias que hablaban de cementerios, de tesoros escondidos, de pasadizos secretos... Quizs se hallara en el parque una entrada a estos misterios... Nadie nunca investig si los bulos eran ciertos. El poeta inteligente, muy culto, pero travieso, con su pandilla una noche puso en marcha su gran juego de luces, ruidos y voces que provocaron mal sueo.

  • 56

    A la maana siguiente nadie se explicaba el hecho. Alguacil, autoridad y el cura y su padrenuestro adentrronse en el parque temblorosos, pero enteros; tras ellos, a pocos pasos, un asustadizo pueblo. Cul sera su sorpresa al vislumbrar lo que vieron, pues colgaban de las ramas de un rbol muy alto y recio, como frutos infernales, huesos, vsceras y cuernos que aterr a la comitiva, sacrilegio, vade retro!, huyendo despavorida y esparciendo por el suelo calzas, bastones, la vida, nios, zapatos, sombreros... Una vez todos a salvo de espectculo tremendo, unnimemente optaron cerrar jardn tan siniestro. Lleg la segunda noche con luna llena en el cielo. Todo el mundo, con insomnio, esperaba ya muy tenso la llegada sin demora de algn acontecimiento; pero las horas pasaban sin que ningn sortilegio dejara su hedor maldito a sulfuro del averno. El pueblo cay rendido a los pies del dios Morfeo... Reinando la calma chicha rompila un terrible estruendo que levant de su tumba a los mismsimos muertos y a ranas, sapos y calvos erizles el cabello. Una enorme llamarada ilumin el cielo entero; la noche se troc en da y la gente en puro nervio con el baile de San Vito

  • 57

    y el corazn por los suelos. Nadie se atrevi a salir, nadie que no fuera perro y ladrara sin parar a misteriosos espectros que, con sus danzas y cantos alrededor de un cerezo, a los pobres animales provocaban desconcierto. A la maana siguiente no se coment el suceso ni al transcurrir unos meses ni al pasar aos enteros. Sobre el parque endemoniado capas de olvido cayeron. Nadie ha dejado escritas crnicas sobre estos hechos. Lo que ahora se conoce del parque y de sus misterios son solo algunas leyendas, cuentos chinos, nada cierto... sobre logias, pasadizos y poetas jardineros. En esta curiosa historia solo un hecho es verdadero: el parque se cuida solo, su estado siempre es perfecto. Solitario lleva siglos de interrogantes envuelto; es el urbano pulmn de una ciudad sin recuerdos.

  • 58

    Edelabarra (Eduardo Len de la Barra)

    Rubores y pudores Me rodea una gama de colores, que va desde la sombra hasta el carmn, y me llega el perfume del jazmn, entre rosas, orqudeas y otras flores. Solo pienso en caricias y rubores, que van desde tus labios hasta el fin, de tu cuerpo con forma de violn y apropiarme de todos tus pudores. No son estos, afanes de conquista, tampoco son carnales apetitos, son tan solo, lo juro por mi vista, una parte de dulces requisitos, que perdidos en una larga lista, a causa de mi amor, los tengo escritos.

  • 59

    Durmiendo

    En cndida armona mi mano pace laxa, en tibieza de ailes tu buclica entrega reposo a mi cansancio, ofreces tibio nido en tu abrigo senciente de tierra sementera. Dos en uno el descanso, regazo compartido, tu sueo con el mo en caricia soada, el uno con el otro, calmada travesa, es tu piel y la ma un puerto de llegada. Encierras la promesa de tardes de colores, en invisible lazo te envuelve la confianza, lo incierto del futuro de tu mano no importa, el plcido abandono, confa en el maana.

  • 60

    La confianza

    Muy dentro mo sigo una promesa que intenta nunca defraudar a un nio, quien gran confianza en mi decir, profesa. A veces sin decirle, basta un guio de compromiso y ya no habr sorpresa, porque puede confiar en mi cario. Hay algo en ese vnculo, secreto, que marca el cumplimiento de mis pasos, mis ratos libres, los que son escasos a visitarlo, sin dudar, prometo. Es muy difcil porque es tan inquieto que a veces dudo entienda mis retrasos, pero son fuertes, de confiar, los lazos, por eso s que va a esperar, mi nieto.

  • 61

    Eduardo Carpio

    En tu nombre no hay olvido

    Era oscura, muy oscura, tarde noche del invierno; alguien me trajo una nota

    de mano a mano en silencio.

    Me citaban con premura letras vacas de afecto,

    como si el alma del mundo estuviera entristeciendo.

    Apenas luz de farolas

    brillaba charcos el suelo; all estabas en el sitio

    presencia de cuerpo entero.

    Por qu me llamas con prisa si maana nos veremos? No, me dijiste rotunda,

    me voy temprano del pueblo.

    Marcho para no asfixiarme con la cera del lamento;

    si grito porque estoy loca, si callo me tienen miedo.

    Tantas veces lo soaste en estos grises terrenos;

    queras verlos azules como las nubes del cielo.

    Tan solo supe abrazarla y juntos estremecernos. Ambos sabamos cunta

    ternura cabe en un pecho.

  • 62

    En tu nombre no hay olvido, tal vez sombra del recuerdo; sers nudo en la memoria, vasta y suma de lo eterno.

  • 63

    El c ielo en sus alas

    Los huecos con luces de aquellas ventanas,

    henchidos colores, sus ojos buscaban; ni vanos, ni grietas

    vean; giraldas en das pasmados de brisas esclavas,

    bochorno en arrugas de piel que agotada asoma los huesos

    y en trnsito el alma refleja en el lecho, la desesperanza.

    Qu tristeza lnguida desvaa el alba!

    Aqu repararon,

    que el bulto en la cama, ya no se mova,

    ni queja, ni traza bajo el algodn

    de la propia sbana; la quietud del aire,

    el muerto y mortaja, como ajenos lirios

    en cuencas extraas, lustran epitafios.

    Fue pao del agua

    - hoy vuelto sudario - en mrmol y plata,

    orla del bautizo que inicia la danza: girar con el mundo,

    correr por las playas, llenando las venas

    de sangre encantada, de sol las pupilas

    y al tiempo, mudanza, germinarn suelos.

  • 64

    Taern campanas, y unos maldiciendo vern llamaradas y otros con alivio oirn sosegadas; mortales al fin,

    a l vuelven rasas las telas y carnes,

    ya tierra en las cajas, ya nuestras cenizas.

    Se sabe macabra,

    penetra los sueos, tristeza cercana, maldita destruye la vida arraigada;

    y siempre es innoble si viene temprana, pero es de justicia or su campaa: idntico trato a todos iguala!

    Donde las estrellas,

    Dios, que no desmaya, le pone al suspiro

    el cielo en sus alas.

  • 65

    Efran Cauro

    Nostalgia

    Cual viento que arrebatas y aligeras, te llevas la pasin y el sentimiento, cubiertos solo en ser y pensamiento, me dejas solitario en las laderas. Amores profesados en hogueras, tu ausencia que si mata a mi sustento, y con muchos recuerdos, muero y siento, y exhalo los perfumes cuando eras. Cantar del ave triste y aoranza, silencio del olvido y sin alegro, distancia que se dio por un descuido. En arrepentimiento y esperanza, nostalgia en estrellado cielo negro, recuerdos que atormentan el latido.

  • 66

    Elba Nery Garca

    Cielo cerrado

    Un ciclo se ha terminado hoy tu andar lo haces pausado, atrs dejaste los aos de un correr apresurado. Las maanas sin color ya no encuentran la sonrisa de aquellos nios hambrientos de tu enseanza precisa. Quizs la nostalgia llegue por la ausencia del bullicio de sus voces cantarinas y su proceder sin juicio. Quizs aores la audacia de la juventud sin freno pero al contemplar tus huellas te resignars sereno; porque entregaste tus aos a la ms noble labor de formar generaciones con dedicacin y amor. Y quedaste para siempre tatuado en el corazn de aquellos que transformaste ganando su admiracin. Hoy las aulas te jubilan, viajars por otra senda llevando dentro al Maestro En servicio como ofrenda!

  • 67

    Esteban "Makt" Gonzlez Bolaos

    Amante ms al l de lo prohibido Amante sin tapujos ni vestido te acercas vivamente enamorada; tu cuerpo pone sed a mi alborada brindndole al Amor todo el sentido. Mi pecho se deshace a tu latido y el alma se ennoblece engalanada dejndome la piel arrebolada y ardiente por el sol a ti debido. La Vida se hace tan, tan perceptible que al soco de tu beso su andadura se vuelve recorrido apetecible... Alzado por tus alas gano altura llegndome carnal y bonancible al cielo que atesora tu cintura.

  • 68

    All donde el amor es meta y va Detecto en mi interior donde lo mo- un tiempo angelical, divino y plata, secreto es su saln y de hojalata el cierre del arcn del desvaro. All donde el Amor agota el fro y el tajo de la Muerte nada mata; detecto en mi interior no se recata- el alma y su sutil escalofro. El tono de su voz me llega y cedo sonando entremezclado con el da, sanndome del todo, libre quedo. Serena habita donde la alegra, espanta la maldad, ataja el miedo, all donde el Amor es meta y va.

  • 69

    Detrs de todo aquello que perdura Detrs de todo aquello que perdura pervive lo que a besos se ha sembrado, perdura el corazn que ha perdonado las penas del amor y su amargura. Debajo de la ms torpe estatura existe un hombre bueno y desatado que habita donde late mi costado... debajo de esta estpida armadura. Oculta tras un verso persistente trabaja la pasin a igual medida colmndome de rimas alma y frente. Detrs de tanta muerte est la Vida subiendo angelical por la pendiente que lleva del infierno a la salida.

  • 70

    Fabiana Piceda (Princesa)

    El Alfa y el Omega

    Yo quiero ser el Alfa y el Omega, principio y fin de toda tu ternura. El fro y el calor de tu aventura, la musa inspiradora de tu siega.

    Sequa y lluvia tenue, la que riega tu ser, en donde mora la dulzura, ser tambin remedio que te cura de todo desamor que te doblega.

    De da vestir de sol radiante,

    si es noche emular la luna hermosa y dejar en tu pecho un beso ardiente.

    Repetir te quiero, rozagante y empapar tu boca silenciosa

    con lgrimas de jbilo ferviente.

  • 71

    Infancia

    Anhelo aquellos das de infancia venturosa.

    Mi pueblo con sus calles colmadas de mil flores, sus rboles tan altos brindando sus colores, en sueos yo quisiera volver a ser dichosa.

    La nia de aquel tiempo qued cual mariposa

    en un jardn florido, borrando sinsabores de llantos y de risas, anduve sin temores

    y al mundo y a la vida me abr como la rosa.

    Mi madre y sus consejos regaron mi camino. Las dos en la gran casa vivamos en paz,

    un cielo limpio y claro cubra nuestro sino.

    Cmo olvidar instantes de plcido solaz, el templo tan querido, la fe, el amor divino, conservo en la memoria su recuerdo fugaz.

  • 72

    Fel ipe de Jess Legorreta (Lacandoni)

    No eres viejo

    Ve corre y dile al sol que eres ya viejo, lo hars morir, llorando a carcajadas,

    di que tienes arrugas ya formadas, ensea a las estrellas, tu pellejo.

    Ve bien, el firmamento es un festejo,

    de titilar sonriente ah colgadas, millones de aos, cuentan las malvadas,

    solo podrs decir Soy pues aejo.

    Tu vida solo cuenta por decenas, que para ellas... apenas has nacido,

    no cuentas por millones, ni centenas,

    tu joven corazn tiene un latido, fresco, alegre, quitado de las penas, que no puedes, decirte envejecido.

    Sabrs mirando al cielo cada da,

    que la juventud solo se ha perdido, si se tiene perdida la alegra.

  • 73

    A la ori l la del mar

    Se ven tan mojadas baadas de brisa, tus alas muy blancas de canto y de prosa, belleza de efigie te miras hermosa, que canto al amor entrega tu risa. Las olas que juegan lamiendo tu piel, provocan mi envidia tambin mi recelo, as cual gaviotas levantan su vuelo, y llevan al viento que bebe tu miel. Millones de gotas se elevan al cielo, te cubren del agua de mar de esmeralda, que quiere gozarte besando tu espalda, la espuma te cubre salvando mi celo, mas esta graciosa muy lento desliza, dejando tu cuerpo expuesto al deseo, las aves al viento con dulce aleteo, admiran y gozan tu piel que se eriza. Mi vida, qu hermosa te ves en la playa! Tu cuerpo candente me cimbra de gozo, quisiera tomarte muy tierno amoroso, mi gran sentimiento ni el cielo lo calla, ceida ya ests te tengo en mi vida, no escapes de m fundamos el hielo, que t eres mi afn mi ms grande anhelo, te anhela mi ser... criatura querida. Aqu en el mar ser nuestro duelo, amor refulgente ser ya sin tacha, que ardientes estamos los dos ya de racha, bien dndonos siempre ardor sin desvelo. Arenas candentes me cubren y van fundiendo mi piel, muy pronto contigo, la playa ser de nuevo el testigo, que cuerpos ansiosos amndose estn.

  • 74

    Ven vida a mis brazos que tiemblan abiertos entrgate pronto tendr tu confianza, ser duradero har nuestra alianza, cayendo de amor, por l Todos yertos!

  • 75

    No pienses en la muerte

    Ese bache en el camino se presenta a quien no espera

    como una cosa agorera rico, pobre o campesino.

    Es su fin... !Es su destino! Para qu pensar en... Cundo?

    Para qu vivir penando? !Goza amigo de la vida! No anticipes la partida

    !Es mejor seguir andando!

    Con la frente siempre en alto, con sonrisas de los hijos sin pensar en acertijos

    de ese negro sobresalto. !Ve!... !Qu lejos va el asfalto!

    Cunta luz en su sendero un milagro verdadero qu belleza es el mirar el sentir y el respirar;

    del amor ser compaero.

    Y sonriente canta al cielo comunica tu alegra

    que tan solo en este da vivirs sin ms desvelo.

    Que hacer del da un modelo porque hoy que te ves consciente

    servir cual aliciente recordndolo feliz servir de directriz

    para ver solo el presente.

  • 76

    Francisco Redondo Benito

    Misticismo ateo

    Yo nac para Ti; T me reduces

    a la incierta pasin de no creerte; me diste la razn para no verte,

    escondido en tu bosque, atroz, de cruces.

    Te busqu sin descanso a medias luces y me di a trompicones con tu muerte,

    con tu ausencia palmaria, con la fuerte necesidad de Ti que me produces.

    Te odi por no tenerte, por faltarme, por plantar en mi mente la demencia del trascender, que me desasosiega.

    Y no te tengo ni para matarme,

    para exigirte a gritos la clemencia de arrancarme esta luz que te me niega.

  • 77

    Tras de poetas suburbanos

    Acobijado quedo tras la esteva de ese arado profundo que remueve las races del alma; alucinado marcho tras la estela de esa senda de luz entre tinieblas apenas profanada, de ese arpn de dolor hincado en los adentros, carcomiendo, royendo, y evacuando torrentes de palabras. Acobijado, alucinado, lcido por ellas, engastado en el puo del poeta que cruje entre la ira y el silencio como a diario el pan de asco y estrpito que me da la ciudad, y marginal me arrastro. Que todo siga as; y que a la tarde, al caer de la noche (o de la vida), de m y de mis poetas solo reste una lgrima venida poco a poco al fulgor diminuto de una (mnima) estrella

  • 78

    Los sueos de Wanda

    Nunca pudieron ser, nunca incendiaron sus ardientes delirios las almohadas; nunca el carmn fluyente de la herida se derram en el blanco de las sbanas. Nunca pudieron ser ms que suspiros, torbellinos de anhelos que pugnaban por encarnarse en crculos de vida, por ser vida carnal, realizada. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda. Nunca pudieron ser. Donde el susurro de un sincero amador puertas franqueara, la arenga fiera, acerba, desmedida, del fosco pretendiente, atroz demanda, alarido altanero que en combate huella una flor en tierra conquistada, alarma en corazn que amor quera suscit por salvar la tierra patria. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda. Nunca rehn de lesa patria fuera, nunca de un invasor la barragana; nunca su blanca mano excusa impa fuera de una Polonia esclavizada. Duro es buscar la muerte una doncella, llena de sueos que no habrn maana; triste es pedir amparo al padre Vstula y disolver los sueos en sus aguas. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda.

  • 79

    Pero los sueos no murieron nunca: en las hebras del agua entrelazada, entre cisnes de luna y percas de oro, escondieron los sueos su esperanza: Mil vidas en amor que nunca fueron, mil sendas por andar que trunc el agua, mil historias posibles, mil desmayos en plenitud de gozo que aguardaran. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda. Amor tranquilo, pleno de armonas, como estanque de linfa sosegada, amor guerrero, turbulento y fuerte cual caudal despeado de agua brava; amor oculto, intenso, contenido como una vena hundida, subterrnea; amor superficial y jardinero que beben las races de las plantas. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda. Amor poeta, apasionado y alto, agua de geiser al azul lanzada; amor contemplativo, agua de pozo, con su luna cautiva, desposada; amor romntico, amor aventurero, del agua fugitiva no encauzada; amor, por fin, amor; amor y sueos, amor de fuente, surtidor y agua. Nunca pudieron ser ms que suspiros los dulces sueos de la reina Wanda. An rondan por el agua los destinos que la reina doncella declinara, an quedan sueos por realizarse de los que el Vstula en su caudal llevara.

  • 80

    Y, quiz, tomen cuerpo, carne, vida, por milagro del agua renovada, en el eterno renacer de sueos que a las bodas se llevan las polacas. Quiz si puedan ser ms que suspiros, al f in, los sueos de la reina Wanda.

  • 81

    Guadalupe Cisneros-Vil la

    La noche est triste

    Cargada se resbala la noche, sin aliento,

    descalza, con heridas modorras y angustiosas, lamenta, doloridas, las penas silenciosas,

    la multa que se escala le nubla el sentimiento.

    Quebrada est tu ala, soportas desaliento congojas detenidas, tristezas cadenciosas, horas empobrecidas, la calma ya no gozas,

    no vistes con la gala, te arropa abatimiento.

    Los nombres que aparecen tatuados en tu rastro, legados de pasiones, escritos por los vates

    apodos que se atecen en surcos de tu astro.

    Padeces abrasiones, suspiras tus dislates en letras que se mecen guardadas en canastro. Te acosan aflicciones, valiente las combates.

  • 82

    Volvi tu recuerdo como siempre regresa

    Tu sombra por las noches me estremece el sonido del viento te murmura se pasean fantasmas sin mesura en el lecho la ausencia se establece. No saber si tu amor me pertenece remonta de nostalgias mi ternura: en las sienes se fija la amargura, en el alma la pena permanece. Es la constante marca del destino: la solemne tristeza que artimaa los despojos que deja el desatino. En las horas oscuras de la hazaa apareces en huellas del camino sin querer tu recuerdo me acompaa.

  • 83

    Gustavo Mistral

    Amor dormido Perdona si te escribo estas lneas sombras que pueden parecerlo, pero que no son mas son de algn soador que hace mucho se ha muerto porque la vida quiso que vuelva a estar despierto. Qu triste estar despierto en un mundo de nada con las manos vacas y el llanto en la mirada por ese beso tuyo que tanto me provoca y que, cobardemente, se posa en otra boca. Pero t te mereces un corazn completo que no est bipartido por un amor secreto, y por eso prefiero la realidad severa donde t no me miras ni dejas que te quiera. Mi corazn hoy llora porque est fragmentado, entre el amor de aqulla y el tuyo que es pecado, pero t no lo sabes y por eso me ignoras, y sin embargo, a veces, sin querer me enamoras cuando tomas mi mano, cuando juegas conmigo a que soy algo ms que tu entraable amigo. Quiz yo no comprenda que t eres solo un sueo, un amor imposible porque ya tienes dueo, solamente un recuerdo de algn momento a solas, un vaivn de emociones, como del mar las olas.

  • 84

    Maana si a tu lado parezco indiferente tal vez t no lo notes, ni lo note la gente y en ese abrazo fro que entonces nos daremos te dejar mi vida y al fin, t y yo seremos algo ms que el instante del beso que no ha sido, y despierte en nosotros aquel amor dormido.

  • 85

    La abandonada Un dolor en el pecho la despierta y con terror umbro mira al lado el espacio vaco de su amado, y abandonando el lecho va a la puerta. Presiente que el despecho se le inserta como el pual ms fro y acerado; un mensaje sombro le ha dejado el corazn desecho, el alma yerta. El llanto se contiene en su garganta, al recordar al nene que amamanta y que despertar con su lamento. Y piensa en el dolor y la agona de un mundo sin su amor; piensa en el da que al nio contar de este tormento.

  • 86

    JFel ipe (Juan Fel ipe Garca Espada)

    Vida

    Vida, cruz de mi ser, maestra ma que muestras los engaos muy cercanos y rompes mis apegos ms arcanos, cribando en esta entraa tan balda. Disculpa la ignorante felona yo quise moldearte con mis manos y todos los esfuerzos fueron vanos pues t no eres arcilla, sino gua. Por fin la libertad ser cimiento atrs qued el dolor y las quimeras, el juego de las formas miro atento. Me entrego por completo y sin barreras aparto de mi mente el desaliento Feliz ir contigo donde quieras!

  • 87

    Lloras por tu boca

    Lloras por tu boca, dices que mi todo ya no es nada y descargas tu balada con dolor y sin matices. Si el pesar ech races y el adis colm el lamento quiero yo llevar aliento donde tu vigor flaquea, para mantener la tea que calienta el sentimiento. Bien es cierto que a menudo somos presos del destino mas si se despista el sino a tu lado siempre acudo. Yazco junto a ti desnudo, soy tu lecho, fiel regazo, piel caliente, dulce abrazo y mirndote a los ojos en tus tibios labios rojos un "te quiero" tierno trazo. Porque el plazo viste ausencia piensas que el ardor fenece, pero acaso no te mece y te arropa mi "presencia"? No sientes con vehemencia como el pecho se desboca? es quizs idea loca que aunque el trecho tanto ensae mi espritu te acompae si tu mente a l lo invoca? Esas dudas son feroces vano duelo que sin fuste es capaz que te disguste, tiempo negro, fras hoces... Dale fin a tales voces!

  • 88

    La virtud de amar si es pura siempre en el alma perdura. Suelta el miedo al porvenir! No me queda ms decir... Que te adoro con locura!

  • 89

    Jmacgar

    Atehafalaya (Pantanos de Luisiana)

    Por qu siento atraccin por los pantanos

    de Louisiana? Ser quizs que un ro caudaloso lleg, perdi su bro,

    y remansadamente en esos llanos

    de una vegetacin de rboles planos, reposado se estanca y se hace un lo

    de mltiples meandros, desafo para quien quiera entrar en sus arcanos.

    OH lagunas del Sur, del Sur profundo, con su inmensa belleza de aguas verdes

    y esa vegetacin en que te pierdes por sus espesas frondas, su submundo!,

    quizs tenga el hechizo de su niebla

    que me invadi por dentro y mi alma puebla.

  • 90

    Juno (Eva Madrona Garca)

    Solo para tus ojos

    Solo para tus ojos congel mi sonrisa en glaciares de tiempo y engast mi latido

    con la tinta de un verso rescatado al olvido, en los pliegues del alba hice un nudo a la brisa con rescoldos de sueos y sin pausa y sin prisa

    repint tu recuerdo en mi lienzo de bruma. Y al vaivn de las horas, del tictac que me arruma, soy consciente que existo porque a veces me piensas

    cuando muere la tarde y al presente dispensas de esa calma tediosa que al nombrarme se esfuma.

    Solo para mis ojos fuiste el sol sostenido

    en la escala del cielo al comps de un te quiero, capitn de mi barca, timonel y remero

    que a mi rumbo le diste horizonte y sentido. Y aunque a ratos te pierda, s que juega al descuido

    tu alma con mi nostalgia y al girar la mirada siempre encuentro a mi sombra a tu sombra abrazada.

    En mi espalda se enlazan, y amalgaman su piel al solaz desvaro de este mar de papel

    donde todo es posible si lo enmarco en balada.

  • 91

    Blanca partitura

    Siguiendo de tus pasos el murmullo

    desbrozo la tristeza en tu espesura... Al fin los dioses, legan su cordura y puedo sin ambages, sin orgullo

    ni miedos, confesarte que eres vida, amanecida

    entre el bardal que tan brutal

    hizo de m, negro alham

    de ptreas teselas que entre tanto bordaban el camino con su llanto.

    Mas hoy, libero lastre y desencanto,

    y entierro los crespones que luc trocndolos por rosa carmes

    con ptalos de seda que abrillanto al roce del latir en tu cordal,

    terso sedal el que me embrida sin mal ni herida,

    plcido arrullo donde confluyo

    pues soy amor, la blanca partitura que ansa de tus versos la cesura.

  • 92

    Enrejado

    Oigo el viento a travs del enrejado

    cmo afina en las cuerdas de su pelo, un nocturno que pone en solfa al cielo

    desnudando de nubes su techado.

    Miro el ancho brocal adoquinado con esquirlas de estrellas y desvelo

    del insomne responso el gris seuelo que sald mi reclamo a tanto alzado.

    Poco valgo, mi ensueo apenas nada!,

    salvo el triste cantar en este altillo que saluda de nuevo a la alborada

    con zalemas, cual frvido herrerillo,

    emplazando en lo azul de su plumada, el amor que a su vuelo ech el pestillo.

    El amor que a su vuelo ech el pestillo,

    es la jaula de alumbre en luz vaca que en su pecho de azufre le envolva

    la esperanza en un rojo farolillo.

    Busca el grana del pulso al estribillo y lo anuda con celo a la almada

    que naufraga en los tiempos... Alma ma! muda el trino, apocado pajarillo!

    que en el clamo portas la quimera como Eneas llev consigo a Roma...

    Arde Troya!, que antao fue bandera,

    lbaro de odiseas. Hoy desploma su abatido galope en la madera, renaciendo con fe de la carcoma.

    Renaciendo con fe de la carcoma,

    la semilla cimbrea los trigales y se espiga en victorias diagonales,

    encauzando el roco en diestra doma.

  • 93

    Columbrada la flor, al fin asoma

    su flabelo de gualdos cenitales que revisten de abriles los bancales

    y al invierno sepultan con su aroma.

    Ora entiendo que el arpa de la luna, pronto toca la copla, pronto el fado, basta el sesgo al envs de mi fortuna

    que en saudade descosa algn costado

    y en el sordo momento en que me acuna oiga el viento, a travs del enrejado.

  • 94

    Kalkbadan (Andreas)

    Homenaje a la vida

    Nac entre abetos un glido invierno,

    libaban tus ojos la vida soada. Volviste a tu Espaa con alma enflorada;

    nervioso aguardaba tu amor eviterno.

    Gustaba con celo un Celtas fraterno, rogaba al cristal, ansiaba tu entrada.

    Alzaste la mano del nio turbada mistando: te quiero, mi ngel eterno.

    Mi hermana lleg brotando las flores

    con cresta de punki, con pinta de duende. Su amiga la estrella, le ayuda y le esplende;

    le riega de vida, de jugos y ardores.

    Tan rpido, padres, volaron los aos... Trocaron la chispa de vuestros luceros

    por suaves candiles tras largos senderos; amor compaero de mil travesaos.

    Recuerdo el fulgor de aquella baranda;

    el cielo que tie el mar rosmarino... Recuerdo a mi padre con tono ambarino

    cerrando los ojos cantando Yolanda.

    Postrado el esto, mi padre quebr. El fro silente rumor del adis

    ancl su mirada, fundi su trasds. Indmitas olas... tu mar te enterr.

    Arcano horizonte, por qu esa cornada?!

    Las noches vacas, atroz pentagrama, tallaron con lgrimas el triste epigrama:

    apenas si somos el aire, la nada.

  • 95

    Transida mi madre flot sin arropo, surcaba las olas su triste lamento.

    De pronto el azar prendi el firmamento... Testigo del beso el trmulo chopo.

    Un beso y un trato: volar explorando lugares y aromas, tibiando el helor

    que escarcha la vida, con lmpido amor. Vestiros de gala: os quiero bailando!

    El marzo pasado mi amor encenda

    mi propia existencia: mi nio, mi nova. El prximo invierno, sonando la trova, alumbra de nuevo la pura ambrosa!

  • 96

    Sextina a mi hi jo

    Recuerdo aquel destello de mi faro,

    a mitad de periplo por el ro. El grito primigenio de la vida

    y el golpeo profundo de tu pulso, enflor mi vereda, alz mi sombra,

    me regal vigor... y el miedo al tiempo.

    Por tu mirada en paz no pasa el tiempo; calma como la luz azul del faro,

    lmpida, sin la ms pequea sombra, pura como la fuente alta del ro,

    llama que baila al ritmo de tu pulso, barca botada al lago de la vida.

    Soy vapor vulnerable por tu vida y por ello le pido suerte al tiempo,

    y a la suerte un maana con tu pulso; que el temporal no apague el joven faro

    cuando el caudal desborde por el ro y tu barca se escore hacia la sombra.

    Te llegar el amor, su luz sin sombra,

    libars los panales de esta vida y en las noches de aljfar junto al ro

    morders la manzana: jaque al tiempo!. Los besos teirn de rojo el faro

    pintando de arrebol tu recio pulso.

    Cuando el amor palpite ya sin pulso clamars mil respuestas a tu sombra

    entre la nebulosa gris del faro. Mas siempre llega el verde abril, mi vida;

    recala en un remanso, date tiempo, mira al frente y disfruta de tu ro.

    Evita ser un canto que aja el ro!

    suea!, y toma el camino de tu pulso. Cuando me embista jaque mate el tiempo descorcha un vino y cntame en la sombra

    esos versos de Gracias a la Vida, y aprovecha el aceite de mi faro...

  • 97

    Hijo, eres mi faro en este ro,

    no malrotes la vida y echa un pulso de alma y luz a la sombra de tu tiempo.

  • 98

    Legendario (Tito Muoz)

    Soneto el corazn roto

    Pendiendo de una hilacha en su despecho,

    un corazn contrito se encontraba en busca del amor; y solo hallaba, criptas de pedernal en cada pecho.

    En trance peregrino dej el lecho donde tranquilo ayer l habitaba, y en la hilacha fatal se descolgaba

    descompuesto en burbujas de desecho.

    No mueras corazn, seca tu llanto; abate en los arcanos tus lamentos

    y emerge de las sombras con tu encanto.

    Y si a pedazos caen los tormentos, sacdete la escoria del quebranto

    y acopla nuevamente tus fragmentos.

  • 99

    Hait (Un nuevo Cristo)

    Quin traz sobre ti la travesa

    de todos los siniestros que en la historia han rodado en el tiempo como noria,

    anegndote en cruel melancola?

    Quin abus de ti manso cordero lanzndote tan cruento maleficio y te ofreci en horrendo sacrificio,

    en el abismo de un desfiladero?

    Quin te crucific Cristo viviente y sangr sin piedad ese costado

    para lavar la costra que el pecado, dej con sus espinas en tu frente?

    Quin te sustrajo del edn glorioso en donde te instal el omnipotente y en pavorosa vocacin demente,

    te sembr en el Caribe, caprichoso?

    All, sobre el reverberar de mares, en donde un nuevo Glgota sacude

    a un tranquilo cordero que no elude, del destino sus recios avatares.

    Donde la inicua humanidad colona vestida de arrogancia y de malicia exprimi todo el zumo en avaricia, para adornar con perlas su corona.

    Y al prpura color de aquel linaje

    plantado sin pudor y sin clemencia, robaron inflexibles la conciencia y heredronle el ttrico paraje.

    Cuando el ocaso funesto se avizora tras la crucifixin, nubes mugrosas

    enmascaran cegueras maliciosas con paos de agua tibia; nueva aurora.

  • 100

    Das de Poemas

    Este es un da de aquellos en que se escriben poemas, cuando la pluma se entinta

    para graficar las letras; el corazn se destapa

    abriendo todas las puertas, y echa a volar en el viento

    sus alegras y penas. Este es un da de aquellos

    en que se escriben poemas.

    El da pide una trova, y las horas pasan yertas fisgando en el corazn

    a travs de aquellas puertas, a ver si hallan las grafas para componer poemas, que sincrnicas entonen

    las alegras y penas; el da pide una trova,

    y las horas pasan yertas.

    Me detuve en un minuto a cavilar las ideas,

    a buscar en un resquicio del corazn, las arengas;

    y all inscrito se lea que el corazn nunca piensa, que esas cosas las hallamos

    de seguro en la cabeza; me detuve en un minuto

    a cavilar las ideas.

    Y escrib cunto la quise, como jams nadie espera, sin edades en el tiempo, sin lmites ni banderas; al confn de los confines

    porque es pequea la tierra, porque ella jams ha muerto

  • 101

    muy dentro de mi mollera; y escrib cunto la quise,

    como jams nadie espera.

  • 102

    Ligia Caldern Romero

    Eropoema Leda y el Cisne I

    Floridos muslos de rub temprano,

    extasiada mirada de aceituna, abre sus alas la perlada luna

    con los arpegios del celeste piano.

    Copioso grial de nctar soberano su gloria derramada cual laguna;

    libdine criatura de fortuna el cisne entre sus piernas y la mano.

    Entre sus labios la sonrisa aflora, ensortijados besos de alborada,

    soberbia desnudez muy tentadora

    que provoca palpar su piel dorada. Sensual amante con tu voz sonora cntale a Leda, grcil tu tonada.

  • 103

    Luis Delamar (Jos Luis Gelfo Mora)

    Romance sureo

    Que el Sur es el Sur y punto! No necesita ms letras!

    El sur de Espaa, de Europa, el sur de la gran Amrica!

    Que no le enquisten el aire ni le engrilleten cadenas,

    que no destripen sus mares ni esterilicen sus tierras.

    Que no le vistan mortajas, ni le cincelen esquelas,

    que no le clamen justicia los que a sorbos la envenenan.

    Que no le vendan discursos comediantes sinvergenzas,

    que para trovarle sueos pare de sobra poetas.

    Que no repartan su mapa, que no le alquilen clemencias,

    que no ejecuten su pueblo a disparos de miseria.

    Que no abaraten su lgrima ni sonrojen sus banderas,

    que no encorseten su vuelo ni abotonen sus fronteras.

    Vive Dios, que no palpita!... Vive Dios, que no resuella!... Vive Dios!, que languidece cual durmiente Cenicienta.

    El sur de Espaa, de Europa, el sur de la gran Amrica!

  • 104

    Tu postigo

    Hoy recort la yedra que impetuosa cegaba el tragaluz de tu postigo.

    Ya est de vuelta marzo y no consigo obviar tu boca fresca en cada rosa,

    tu aroma en el jardn siempre presente. Frecuentemente, tu voz me clama desde la trama de mi locura,

    y tu figura etrea, delicada, cristalina

    al llanto de mi voz, se difumina.

    En brazos de los versos de Daro, sucumbo en la quebrada mecedora ansiando que el reloj dicte la hora

    en que el sopor me calme el desvaro. La luna se ha prendido en mi ventana

    Hasta maana, mi amiga errante, perdida amante.

    Celeste el da retornara,

    si te viese otra vez tras la vidriera del postigo que ahog la enredadera.

  • 105

    Hoy prendi el alba

    Se extraviaron las estrellas en laberintos de ocasos,

    quise seguir tras tus pasos y el viento borr tus huellas.

    Elhi Delsue.

    Cavando en mis calendarios pude exhumar tu presencia.

    Tornaron a mi demencia cual perdidos relicarios: dos apndices lunarios,

    dos pupilas, dos centellas; la noche jug con ellas,

    las verti en el firmamento y acharadas del evento

    se extraviaron las estrel las.

    Abandon mi cordura en aquel divn de arena. Te avist la mar serena ventando mi calentura, deshilando la costura

    que hilvanaba mis retazos. Desabotonando abrazos constat que te perda

    mientras se ausentaba el da en laberintos de ocasos.

    Que el suspiro me acompaa debe hacer mil primaveras; que acaudalo borracheras

    y copulo a la guadaa, que la luna es una extraa que atestigua mil fracasos,

    mil besos huecos, mil vasos mil lapsos de pesadilla,

    mil aos que en una orilla quise seguir tras tus pasos.

  • 106

    Hoy prendi el alba en mi cama

    sus esplendorosas crines y han retoado jazmines al tronco de la retama.

    Hoy se atemper la flama de las candelas aquellas;

    radian, de la luz plebeyas, las rimas que os mi canto, pues dom el reloj al llanto

    y el viento borr tus huellas.

  • 107

    Luis Miguel Rubio Domingo

    Emociones

    El rostro se convierte en una mscara, el pecho es un enfermo anestesiado, sin gusto ni nariz, inanimado, el fruto que dej solo la cscara. Buscamos en el sitio equivocado la msica que habita lo sensible. El canto verdadero es invisible, hermoso de encontrar si tropezado. En donde presentamos posible la muerte nos encuentra siempre muertos. Para certificar nuestros asertos se lleva el envoltorio corruptible del ser amortajado e inservible que pone a su merced tras una vida. La sensibilidad qued perdida en algn punto oscuro de la historia y es hora de trazar la trayectoria, la lumbre que dejamos encendida. Es para el moribundo una victoria volver a la ciudad donde las piedras se ocultan bajo el velo de las hiedras que crecen en el tren de la memoria. Son tantas las imgenes que empiedras con citas inventadas, con errores de clculo, medidas posteriores que aades sin razn y luego arredras. Resurgen los recuerdos, vencedores en medio de guirnaldas y postales tursticas, idlicas, retales de aquellos irredentos esplendores prendidos en la hiel de tus sabores. La iglesia de San Juan, cerca del rastro reviste las ojivas de alabastro

  • 108

    dejando que la luz, en la penumbra penetre hasta la cruz, la piedra alumbra la nave y el cimborrio como un astro. Por qu esta perfeccin te apesadumbra, qu tiene la belleza que ensombrece el rostro demudado que estremece el agua que tus lgrimas relumbra? Ya s que el sentimiento se entumece, cerrando las cortinas, los balcones, presenta nuestras capitulaciones contra las contingencias que padece. Vivimos solamente de emociones, los bienes que nos libran de los males se obtienen con fatigas animales que menguan la bondad, sin excepciones. Leemos el cadalso entre renglones, parece que sentir nos extermina partiendo el corazn con guillotina. La parca solo firma y ejecuta aquella habilidad que se le imputa, si bien ya estamos muertos cuando atina.

  • 109

    Lluvia de enero (Sandra Edith Herrera)

    Condenado

    Arrumbado en un lgubre recinto, muerto en vida y de sueos despojado, olvidado del cielo despejado, respirando tan solo por instinto. Exiliando su msera existencia de miradas y voces displicentes que ignorantes lo acusan, inclementes por su vida signada de indigencia. Qu sabrn si no palpan la pobreza que es vivir solamente de amargura! Siempre es fcil juzgar con ligereza. Mas no es fcil pensar humanamente que ese ser ha logrado en su locura, evadir la crueldad de mucha gente.

  • 110

    Lobo111 (Javier Mora)

    T

    Voy a enmarcar los rayos de tus ojos los guardar en un frasco azul turquesa Ay tu mirada, cunto me embelesa! Qu bien saben tus dulces labios rojos! Me da electricidad y hasta sonrojos tu apasionada boca cuando besa, tu lengua es de sabor salvaje y fresa tu cintura y tu pelo huele a hinojos. Es tu forma de andar cautivadora tu voz es clara como la maana suenan tus risas canto del jilguero. Si toda tu presencia me enamora, tomar tu mano cura y engalana as te digo, cunto yo te quiero.

  • 111

    Lore1 (Lourdes Lorea Martnez)

    Fugaces perlas Si recoger pudiera entre mis dedos el mgico cristal de la pureza vertido en blancas alas de pobreza delicadas corolas, albos ruedos, tan grande mi esperanza en nuevos credos. Si fuera toda ma esa belleza! De hinojos caera ante su alteza, hilando mi oracin de verbos quedos. Fundindose en la luz de mis retinas, no podra caber tanta hermosura: voltiles nereidas columbinas. Mas, cunto durara esa frescura? huiran como plumas danzarinas al prender la solana en su bravura.

  • 112

    Luviam (Claudia Beatriz Maldonado)

    Tiempo Sabio andar el del tiempo que nunca apura el paso ni detiene su estancia para tornarse eterno cuando al fulgor del alba lo disipa el ocaso, cuando al sol del verano lo congela otro invierno. Dnde qued estancada la primavera aquella cuando la intensa lluvia rebosaba la fuente? La noche era tan poca para atar tanta estrella y al mpetu del ro creca la corriente! Solo queda el recuerdo del florecer temprano, de rosas que se abrieron al pie de tu poesa, y la clida huella en mi labio lozano que apenas guarda el beso de tu boca sombra. Cuando vuelvas conmigo retoar aquel brezo, renacern los nardos sobre la hierba mustia, mientras borde mis horas soando tu regreso y sustente gaviotas sobre el mar de mi angustia.

  • 113

    Maramin (Marcos Andrs Minguel l)

    Terciopelo

    Yo sent el terciopelo de tus labios embriagando los mos de dulzura, inyectando una dosis de ternura

    que acab por limar viejos resabios.

    Y sent contumaz la calentura invadir mis ms ntimos rincones, destruir lo sensato en mis razones, abocarme a un abismo de locura.

    Cules son, del amor, las condiciones

    que llevan a cegueras absolutas? Y qu ardides y maas tan astutas

    idea, soslayando sinrazones? Basta que labios rojos emociones

    despierten en el alma y caes rendido, ese dulce sabor te ha sorprendido

    y cautivo te quedas en prisin, tras las rejas sujeto el corazn

    pues Amor en sus redes te ha prendido.

  • 114

    Elega a un poeta

    Ya te fuiste, poeta, alzaste el vuelo

    en tu viaje final, escapatoria hacia un mundo mejor, este es escoria donde reina el horror y desconsuelo.

    Ya te fuiste, poeta, hacia tu cielo, nos dejaste el vaco y tu memoria.

    Tu presencia en la tierra ya es historia... en tus versos hallamos el consuelo.

    Te fuiste sin aviso, por sorpresa,

    sin sospecha del fin de tu camino. Fue la ltima broma del destino!

    Tu cuaderno qued sobre la mesa con suspiros en letra temblorosa

    donde dejo, en recuerdo, negra rosa.

  • 115

    Homenaje a la U y V

    HOMENAJE A LA " U "

    Encntame el sonido de la U ululando en la noche fantasmal, uyuyy de las brujas, bacanal, el reloj de la abuela y su cuc.

    Quitarle a la mozuela el canes

    a la orilla del ro en carnaval, esconderse en frondoso carrascal

    acechando al indmito ceb.

    Exacerba la u imaginaciones en cuentos infantiles con el lobo,

    tres cerditos, caperucita roja.

    A los nios conquistan con arrobos, en sus sueos susurran emociones

    y yo siento nostlgica congoja.

    HOMENAJE A LA " V "

    Verstil eres uve cual veleta versus viento voluble y caprichoso,

    sealas con tu signo victorioso al cielo con los versos del poeta.

    Buscas el buen vivir, visible meta de una vida con bienestar gozoso,

    con la b te confunde algn gracioso que en su voz similar se parapeta.

    Sabes ser vengativa ante los seres vergonzosos, de turbias vanidades,

    venreos poseedores de poderes.

    Veneras las virtudes y verdades, vistes, con tu glamur, a las mujeres

    visible seleccin de variedades.

  • 116

    Mari luz Reyes

    No quiero perder el equil ibrio

    Perder el equilibrio no quisiera en el puente colgante tan complejo

    por donde a diario voy con mi ceguera.

    Ya del sarro en mis ojos no me quejo, si me dice el bastn que otras pupilas

    no llegan a tocar la edad de viejo.

    Se pierde el hito al ir en muchas filas que tapan la visin de un paraso de amapolas, ajenjos, pulsatilas

    Se pierde la moral de un compromiso:

    caminar con las manos enlazadas y sembrar el ansiado cipariso.

    Lastima que se pierdan las entradas a un mundo de cipreses saludables y las almas de amores cultivadas.

    Lastima que se pierda el diestro sable

    del indio que sin ciencia ni cultura consigui que el granero fuera estable.

    Se pierde en el paisaje la verdura de la menta, romero y el jengibre

    que curan el pulmn por su dulzura.

    Ser que algn volcn de gran calibre a la Tierra la cubre con su barro

    ha