El desempleo y la inequidad que vuelven a las juventudes más propensas a ser cooptadas por el crimen organizado y vincularse con actividades ilícitas.

Deserción escolar debido a un sistema educativo desvinculado de las necesidades de las juventudes, además de la brecha digital que perjudica a estratos vulnerables.

Violencia familiar, por razón de género y ciberdelitos exacerbados por el confinamiento.

Factores psico-emocionales como poco sentido de pertenencia, impulsividad, problemas de salud mental y ausencia de habilidades emocionales que incentivan el acercamiento con grupos criminales, la violencia y delincuencia entre las juventudes.

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FACTORES DE RIESGO de violencia y delincuencia juvenilque se han incrementado por el COVID-19 son:

Limitadas respuestas del Estado, falta de información estadística y políticas homogéneas que no consideran las diferencias entre los grupos juveniles.

Transformación de las interacciones familiares y los espacios públicos, lo que propicia que las juventudes se concentren en ciertas redes de amistad y excluyan a otros grupos, estratos o clases.

Aumento en el acceso y consumo de drogas como el alcohol, inhalables y sustancias psicoactivas.

Problemas en las interacciones entre las autoridades policiales y la juventud que en muchos casos no se judicalizan ni se canalizan adecuadamente, lo cual violenta sus derechos.

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delincuenciay COVID-19

JUVENTUD,