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LUGARES DEL MUNDO
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Conviene también dedicar al menos un día aconocer el Bajo Manhattan, donde se fundó la ciudaden 1626. Allí se concentran grandes rascacielos queconfiguran el "skyline", el viejo puerto hoy convertidoen centro comercial y la zona financiera, donde sepuede tomar un perrito a media mañana codeándosecon los brokers de bolsa y ejecutivos de película.
Es el momento de visitar Wall Street, la famo-sa calle de las finanzas; el Pier 17, en el antiguo puer-to, donde se han abierto museos, restaurantes y tien-das; pasear por Battery Park, al borde del Hudson ypor supuesto, visitar la Estatua de la Libertad, EllisIsland y su Museo de la Emigración.
Pero hay miles de sugerencias más, sobretodo para los aficionados a las compras, que podrándedicar horas en caminar por la Quinta Avenida,Madison Avenue y Broadway, curioseando por lasmejores tiendas de la ciudad y por almacenes míticoscomo Barney's, Bloomingdale, Macy's o Saks.
Del mismo modo que Picadilly Circus es laimagen de Londres, o la Puerta del Sol, de Madrid,Times Square es la representación por excelencia deNueva York. Aunque la capacidad evocadora de estesingular espacio lleva mucho más lejos. Su vertigino-sa línea del horizonte y sus concurridas aceras son elsímbolo de una civilización desquiciada y creativa,desmesurada y sorprendente, y de los tiempos moder-nos que nos han tocado vivir.
Además, es casi imprescindible subir alEmpire State al atardecer para contemplar una vistafantástica de la ciudad; hacer el inolvidable viaje enferry de Manhatan a State Island para obtener lasmejores fotos de la cornisa de la isla por unos pocosdólares o conocer el mundo de las galerías de arte,sobre todo en el Soho, la 57 y la Avenida Madison.
De noche
Quedaría aún por ver Nueva York de noche, una ciu-dad completamente diferente que comienza en cuan-to cierran las oficinas con el «Happy Hour» (de seis aocho de la tarde), cuando las bebidas se ofrecen amitad de precio y con algo de comer, en lugares tandiversos como el Pier 17 del viejo puerto o los piano-bar de los hoteles.
Sigue con una buena cena, que puede irdesde el fast food más genuinamente americanohasta los restaurantes más sofisticados del mundo, decualquier especialidad. Y para seguir la noche, NuevaYork está llena de locales legendarios, de discotecas Texto: Adelina Sarmiento
Fotos: Agencias
de vanguardia, de piano-bares que son una instituciónen Manhattan.
Como sugerencias se puede escoger, porejemplo, entre una sesión de jazz en el Fat Tuesday,uno de sus santuarios; el Michael's Pub, donde sueletocar Woody Allen el clarinete; una velada de teatroen Broadway, la gran meca del arte dramático enhabla inglesa; en las salas llamadas Off-Broadway,donde suelen estrenarse las obras más originales yvanguardistas (las más tradicionales están en elGreenwich Village); una noche en las discotecas máspunteras; una agradable noche en un piano-bar comoel célebre Oak Room del hotel Algonkin :una actua-ción en directo en el célebre Radio City Music Hall ouna noche entre la mejor música negra, como el bluesy el soul del Apolo, el mejor teatro de Harlem.
Cualquier gran ciudad de los Estados Unidos es unbuen lugar para ir de compras, pero sin duda NuevaYork es el sitio ideal. Nueva York es el paraíso de lasrebajas, sobre todo en aparatos eléctricos, libros, dis-cos, artículos de fotografía, perfumes y cosméticos,ropa informal y deportiva y moda de alto diseño. Nohay que perderse sus grandes almacenes y, sobretodo, las tiendas de descuentos (Outlets y DiscountStores), un conjunto de tiendas pequeñas donde losfabricantes venden directamente sus productos.
En la Quinta Avenida, en torno a la 57 yMadison y en los alrededores de la 80 se encuentranlas firmas más exclusivas de joyería, moda y comple-mentos del mundo. En el Soho hay regalos curiosos ydivertidos y son igualmente interesantes las tiendas delos museos y los escaparates más clásicos, aunquesólo sea para mirar, como Tiffany, Bergdorf Goodman,Cartier, Polo Ralph Lauren o Bloomingdale.g
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