intervención logopédica en mutismo selectivo

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Page 2: Intervención logopédica en mutismo selectivo

ÍNDICE

Breve descripción del trastorno y manifestaciones clínicas….1

Breve referencia al diagnóstico diferencial respecto de otros

trastornos……………………………………………………………….2

Breve descripción de la etiología: factores causales,

determinantes y agravantes. Modelos explicativos…………….3

Trastornos del lenguaje, habla y comunicación asociados al

mutismo selectivo……………………………………………………..4

Evaluación: instrumentos de diagnóstico y evaluación, proceso

de evaluación y toma de decisiones………………………………..5

Intervención: Técnicas de intervención en alteraciones del

lenguaje, habla y comunicación en el mutismo selectivo.

Proceso de intervención………………………………………………6

Bibliografía……………………………………………………………….7

Page 3: Intervención logopédica en mutismo selectivo

1- Breve descripción del trastorno y manifestaciones clínicas.

Desde el nacimiento, los niños resultan especialmente dependientes de sus

progenitores en todos los aspectos de su vida, cosa que cambia cuando el niño

ingresa en la escuela. Esto supone un cambio drástico ya que empieza a tomar

conciencia de la socialización fuera del ámbito parental y a formar amistades, grupos

con los que él mismo se identifica, a expresar sus deseos, en fin, a conformar su

identidad social.

En el inicio escolar y momento destacado en la detección de ciertos trastornos y

problemas que afectan al desarrollo evolutivo podemos encontrar a niños que se

entablan amistades con cierta facilidad y se comunican de manera eficiente con sus

iguales, y en cambio, otros que, cualquiera sea la causa, parecen tímidos, retraídos,

no son capaces de afiliarse con sus compañeros o únicamente se relacionan con

alguno de ellos en especial. Todo esto acompañado de un lenguaje pobre, tanto en

contenido como en intención comunicativa, teniendo en cuenta que este se encuentra

normal o incluso por encima de lo normal en cuanto a la edad del individuo; y que, en

otros ambientes o situaciones, como por ejemplo el hogar, el niño se comunica de

manera abierta y natural.

A este trastorno lo conocemos como mutismo selectivo.

El mutismo selectivo es un trastorno de tipo conductual, afectivo – emocional, que

hace referencia a una dificultad, inhabilidad o elección por parte del niño a no hablar

en determinadas situaciones o ambientes sociales específicos, aún teniendo un

desarrollo lingüístico normal o por encima respecto a su edad cronológica. Esto se

hace patente cuando el niño se encuentra en casa y es capaz de comunicarse

perfectamente con sus parientes, familiares y hermanos, y en cambio, acude a la

escuela y no se relaciona ni habla con sus compañeros, a veces “escoge” a uno en

concreto, con el que sí lo hace.

Es un trastorno que afecta a los niños de entre 3 y 6 años de edad

predominantemente en el sexo femenino y que suele detectarse al inicio de la edad

escolar, aunque algunos autores discrepan sobre si el trastorno comienza en ese

momento o lo había hecho anteriormente, dándose a conocer cuando las

circunstancias exigían el desarrollo de una capacidad que estaba realmente dañada.

A partir de los 2 o 3 años, la conducta verbal puede volverse selectiva ante

situaciones que no dependen del contexto familiar o más cercano para el sujeto; en

cuyos casos adoptan un estilo de comunicación gestual mediante leves movimientos

de la cabeza o del cuerpo y breves producciones verbales monosilábicas o

interjecciones.

Page 4: Intervención logopédica en mutismo selectivo

Lo más relevante es la ausencia de comunicación intencionada ante diversas

situaciones sociales que no tienen que ver con el ámbito familiar, conocido y

controlado por parte del sujeto, de forma que puede no comunicarse en el colegio,

cuando se encuentra con sus iguales, o en situaciones en las que se precisa de su

opinión y colaboración, y sí hacerlo, por el contrario en su hogar. Generalmente, con

quien el niño entabla una conversación intencionada, fluida y eficaz es en la mayoría

de los casos con la madre, y este factor es muy relevante a la hora de identificar los

posibles orígenes, control y mantenimiento de este mutismo selectivo.

Actualmente sabemos que es un trastorno adquirido, y que existen numerosos

agentes tanto de tipo personal o ambiental que han contribuido a su aparición,

desarrollo y consolidación.

Se trata de un trastorno que aparece normalmente en niños que inician su periodo

educativo más temprano y abandonan temporalmente su estancia en el hogar, para

incorporarse a un entorno en el que comienzan a formarse en todos los ámbitos

vitales, entre ellos uno significativo, que es el social – emocional.

Existe una variabilidad entre el comportamiento “selectivo” que adoptan estos niños

pudiendo pasar de la interacción con los iguales pero de manera silenciosa, al rechazo

absoluto en cualquier interacción y la extrema incomodidad ante tales situaciones. Lo

que sí es genérico en esta población es lo que se refiere a los aspectos e inclinaciones

sociales como la timidez, la mayor o menor ansiedad patente, el contacto ocular

escaso; o a otros que hacen referencia más a un plano cognitivo, como son la

sensibilidad especial, dificultades para expresar los sentimientos y las emociones, la

inteligencia que suele estar dentro de la normalidad e incluso ser destacable, o la gran

capacidad de concentración y curiosidad que demuestran.

Page 5: Intervención logopédica en mutismo selectivo

Las manifestaciones a nivel clínico que nos podemos encontrar son:

1- Escasa representación lingüística o ausencia total de ella en situaciones

sociales específicas, no controladas o “elegidas” por el sujeto. El

comportamiento del niño puede oscilar desde la cooperación en tareas pero de

manera “solitaria” y en silencio, hasta el mutismo total. También es frecuente

encontrar niños que se relacionan, pero únicamente con un miembro del grupo,

con el que sí hablan normalmente y al que utilizan como “transcriptor” de sus

necesidades y producciones verbales y comunicativas.

2- Esta ausencia de comunicación verbal no se produce en respuesta a un

trastorno de origen psicótico, un trastorno generalizado del desarrollo o a

un problema del lenguaje o comunicativo cualquiera sea su origen

(orgánico, sensorial o motor), sino a una disposición por parte del sujeto a no

hablar en determinadas situaciones y contextos definidos. Esto no implica

déficit a nivel de las habilidades intelectuales o cognitivas, por lo que los

valores de capacidad intelectual pueden hallarse ligeramente por debajo de la

media, en torno a la media, o incluso bastante por encima de ella.

3- El niño es capaz de no comunicarse o hacerlo mediante gestos o sistemas

alternativos de comunicación en los contextos sociales “seleccionados”, pero

sí con fluidez destacada y sin ningún tipo de problema ni impedimento en su

entorno familiar, cercano e inmediato.

4- Es habitual que el clínico se halle ante un niño que manifiesta un notable grado

de ansiedad, angustia, retraimiento e incomodidad ante cualquier contacto

que no sea el de su madre o familiares más cercanos.

5- La comunicación que podemos encontrar puede variar, como ya hemos

mencionado, desde sistemas alternativos de comunicación no verbal como

gestos, muecas, movimientos del cuerpo más o menos groseros, a la evitación

absoluta de cualquier emisión de lenguaje, acompañado todo ello por una

notoria dificultad para mantener el contacto visual, que interfiere y limita social

e interpersonalmente al niño en cuanto a su desarrollo normal en estas áreas

básicas y decisivas en cualquier individuo.

6- El niño padece, además de todos los problemas anteriores, sufrimiento

personal, dependencia excesiva, ansiedad, perfeccionismo, y en general,

problemas de adaptación al entorno.

7- En cuanto a aspectos puramente físicos y de rasgos de personalidad,

algunos autores han descrito a estos niños como rígidos, con una marcada

sensibilidad a los detalles tanto de las cosas en general como en aspectos

Page 6: Intervención logopédica en mutismo selectivo

lingüísticos (se dan demasiada cuenta de lo que los demás dicen), inmaduros

en el plano emocional, obstinados, pasivos, desconfiados y con cierto grado de

negativismo y ansiedad. Además otros investigadores manifiestan que

presentan una actividad motora exagerada y que no se adapta a estímulos

externos.

Fuera del ámbito clínico, aunque determinante a la hora de fijar el grado de mutismo

del niño, es necesario diferenciarlo conforme a la manera en que se desenvuelve en

su estancia con los iguales. Distinguimos entre tres tipos, siendo cualquiera de ellos

mutismo selectivo:

- Niños que padecen el problema pero se relacionan con sus iguales de

una manera activa en lo referente al juego, a la cooperación y a la

participación, pero por el contrario, de una forma pasiva en lo que

comprende al lenguaje y a la comunicación, es decir, pueden

permanecer activos durante las actividades escolares pero en silencio,

sin hablar ni comunicarse con los demás. En realidad se divierten y

disfrutan del contacto pero no haciendo uso del lenguaje en términos

verbales.

- Niños que se relacionan pero única y exclusivamente con un “amigo

seleccionado”. Con este en general sí se comunican tanto de manera

verbal como gestual, pero lo más destacable es que le utilizan como

medio de transmisión de sus mensajes o necesidades comunicativas a

los demás. Por ejemplo, si el niño quiere algo que los demás tienen, va

a usar a su “amigo” como medio para conseguirlo, o como persona que

va a hablar por él haciendo de esta manera de “portavoz”.

- Otro tercer grupo lo comprenden los niños diagnosticados de mutismo

selectivo en su variante más grave, que consideran cualquier tipo

interacción y situación social incómoda y por ello, las evitan.

Page 7: Intervención logopédica en mutismo selectivo

2 - Breve referencia al diagnóstico diferencial respecto de otros

trastornos.

Ordenados de mayor a menor según su grado de confusión y mayor comorbilidad con

el mutismo selectivo tenemos la fobia social, trastorno de la personalidad por evitación,

trastorno oposicional, algún tipo de trastorno del lenguaje, y por último, la

esquizofrenia.

* Fobia social

Se asemeja al mutismo selectivo en que la persona evita cualquier tipo de interacción

social fuera del ámbito cercano y familiar, la capacidad para recibir sensorialmente el

lenguaje y para producirlo es buena, y el silencio se debe a una sensación de

incomodidad y reprivación, no a una ineficiente predisposición o falta de educación.

Además, comparten un mismo origen, siendo este la predisposición individual a un tipo

de temperamento u otro (más cuidadoso o sensible ante lo nuevo, o más abierto) y el

comportamiento aprendido de un modelo de conducta determinado, como la

sobreprotección a un niño tímido, que provoca una menor imposibilidad para

acostumbrarse y adaptarse a situaciones nuevas. Esto derivará posteriormente en

fobia social.

También pueden seleccionar a gente específica con la que hablar y desistir de los

demás.

Las capacidades lingüísticas, intelectuales suelen estar normales, ligeramente por

debajo de la media e incluso por encima de ella. Ambas coinciden en que poseen

alteraciones del pensamiento.

Se diferencia del mutismo selectivo en varias cosas como la edad de presentación,

que suele ocurrir durante la edad adolescente o adulta, aunque con menor frecuencia

también es posible que se de en niños. Es frecuente encontrar en la fobia social

situaciones en las que el individuo se desenvuelve mejor que en otras, pero en el

mutismo selectivo se da una inhibición continua y homogénea en las relaciones.

La fobia social se da en cualquier sexo, mientras que el mutismo selectivo ocurre

mayoritariamente en el femenino.

En el mutismo no es posible encontrar respuestas fisiológicas extremas como

taquicardias, sudoración excesiva y huída ante la situación temida, al contrario de la

fobia social, en la que estas respuestas constituyen un ejemplo común.

Page 8: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Trastorno de la personalidad por evitación

Consiste en un problema de causa desconocida en el que la persona siente un temor y

una sensibilidad específica a ser criticada o rechazada por los demás. Esto produce, al

igual que en el mutismo selectivo, una tendencia general a inhibirse en situaciones que

precisen del trato y la interacción con los demás, y a evitarlas. Por ello es un trastorno

que perfectamente se podría confundir con el tipo de mutismo que estamos tratando,

pero hay una diferencia, y ella es que este el mutismo selectivo no se produce por una

autoestima baja o una imagen desvalorizada de uno mismo, cosa que sí padecen

normalmente las personas con trastorno por evitación.

En el mutismo selectivo también puede haber casos que concurran con timidez

aparente, cuya decisión a no hablar también puede deberse a antecedentes familiares

de timidez, pero en el caso del trastorno por evitación, la timidez es un común dado

que representa el miedo por hacer algo que pueda provocar la burla o desaprobación

por parte de los demás.

* Trastorno oposicional

La similitud que presenta con este trastorno es en lo que se refiere a la percepción

que tienen las demás personas de un niño con mutismo selectivo. Es común pensar

que estos niños, como ocurre en el trastorno oposicional, desobedecen activamente

las peticiones de los adultos o tienen un sentimiento de ira y rencor hacia la gente y es

por ello que desisten de cualquier contacto social electivo y mantienen un

comportamiento aversivo. En lo que sí se diferencia es en la actitud que un mutismo

selectivo es pacífico en el colegio y no se limita a oponerse a cualquier intento de

modificación de sus propios hábitos, pero comparten el problema común de que el

niño puede, con mayor o menor frecuencia, tener una actitud de desobediencia y

rechazo en el ambiente familiar.

* Trastorno de desarrollo del lenguaje

En cuanto a esta diferenciación, sabemos que el mutismo selectivo puede, en una

minoría de casos, cursar con un problema de habla sobre todo de tipo articulatorio y

motor, que afectan a la pronunciación. En estos casos, se hace evidente en las

situaciones sociales temidas, no familiares, y por el contrario, el habla es totalmente

fluida, rica en contenido y propósito comunicativo en el hogar.

Cabe destacar que el mutismo no es producido por un problema de lenguaje, pero sí

es cierto el hecho de que un problema de lenguaje pueda dar lugar a un mutismo.

Page 9: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Esquizofrenia

Es el trastorno con el que el mutismo selectivo mantiene menor parecido en cuanto a

sus manifestaciones y los sentimientos que las acompañan. Además, la esquizofrenia

comienza en la niñez a la edad de 5 años como edad muy temprana, normalmente lo

hace durante la adolescencia o al final de la misma, coincidiendo con la adultez.

Es común al mutismo selectivo: el aislamiento social y la dificultad para establecer

relaciones con los iguales.

Se diferencia de él: en la falta de emoción o en su expresión (en el mutismo selectivo

el niño sí expresa emoción, pero con quien él decide hacerlo), en la elaboración de

pensamientos que no corresponden a un orden lógico, creencias estereotipadas

inconcurrentes con la realidad, presencia de alucinaciones, así como en la irritabilidad

y tensión demostrada de forma frecuente.

Page 10: Intervención logopédica en mutismo selectivo

3 - Breve descripción de la etiología: factores causales,

determinantes y agravantes. Modelos explicativos.

Son muchas las causas que pueden llevar a un niño a inhibir el habla ante las más

variadas situaciones y contextos, haciendo especial atención a su cultura,

personalidad individual, así como a otros factores externos que condicionarían de

manera decisiva en su aparición y posterior mantenimiento y consolidación.

En el mutismo selectivo es muy importante a tener en cuenta tanto los factores de tipo

ambiental como los psicológicos.

Todos ellos actúan de manera conjunta pero se deben valorar individualmente,

estableciendo además que peso tiene cada uno en su aportación al mutismo.

Nos encontraremos con una serie de factores causales de varios tipos; unos como

origen del trastorno, otros determinantes en su aparición y desarrollo, y finalmente los

que contribuyen a agravar el mutismo. Veremos como hay una variedad de causas

que pueden afectar pero a la vez estas se van reduciendo posteriormente hasta

establecer los que se encargan de agravar el trastorno ya consolidado, que pueden

ser diferentes a los que anteriormente causaron el problema en sí.

FACTORES CAUSALES

Son de varios tipos, tenemos causas biológicas, ambientales y conductuales.

* Tipo BIOLÓGICO:

Hay algunos autores e investigadores que afirman que el mutismo selectivo se podría

haber producido por alguna anomalía de tipo embrionario u orgánico.

Fundamentalmente por alteraciones cromosómicas, como el Síndrome de X frágil o

alteración en el cromosoma 18. Estas afirmaciones, aunque no están descartadas, no

dan ninguna prueba en cuanto a la relación causa – efecto.

* Tipo AMBIENTAL:

En esta parte encontramos los elementos significativos que contribuyeron a la

aparición del trastorno, a su consolidación y posterior agravamiento. Destaca

principalmente el factor “familia” como modelo de conducta y de riesgo para las

actitudes que va a tomar el niño en sus relaciones sociales fuera de este ambiente

cercano y predecible.

Page 11: Intervención logopédica en mutismo selectivo

En general, cabría esperar que los parientes cercanos del niño jugaran un papel

menos relevante en el mutismo, por lo que esta premisa nos hace tomar conciencia de

la vulnerabilidad e influencia que tiene para el niño la observación directa y cotidiana

de ciertos modelos familiares que irán conformando en él una personalidad conforme a

estos patrones comportamentales.

El mutismo selectivo puede ser causa de:

- Sobreprotección por parte de la familia o algún miembro de ellos. Este exceso

de protección suele ser proporcionado por la madre, con quien el niño con mutismo

selectivo suele demostrar más afiliación. Consiste en una actitud excesivamente

cuidadosa y preventiva ante posibles riesgos que puedan acontecer al sujeto,

adoptando una postura precavida en todas las actitudes que pueda tomar en su vida.

Como ejemplos de ello podemos citar los siguientes: tomar la madre la iniciativa de la

palabra o responder por el niño cuando ha sido a él al que se le ha hecho la pregunta;

adoptar la madre una actitud conservadora y represiva cuando el niño debe tomar

decisiones relativas al colegio, a sus relaciones con los otros niños o a deseos acordes

con su edad. Todo esto define un patrón de conducta que llevan a cabo muchas

madres en este periodo crítico para sus hijos, provocando así sentimientos de

inferioridad, falta de seguridad en sus actos tanto de tipo personal como en lo relativo

a desenvolverse con los demás, ansiedad; y como consecuencia de todo ello, la

inhibición del habla en las situaciones en las que se espera que el niño adopte una

actitud activa y personal con los demás.

- Algún “trauma” acontecido en un estadio anterior a la escolarización que se

manifestó después con una pérdida del lenguaje.

- Problemas que derivan, en cierto modo, de una ideología común al entorno

familiar como distanciamiento e incomunicación social, suspicaz o recelosa ante los

demás. También es común observar ciertos patrones de ansiedad, timidez, vergüenza,

sobreprotección y desestimación hacia otros miembros, tanto de la propia familia como

de la gente en general. Hay autores que añaden el miedo que sienten algunas

personas y en este caso, la familia del sujeto, a los extraños, así como la creencia de

que el mundo exterior es peligroso y desconcertante para el ser humano y por lo tanto

impredecible y sobre el que no se puede actuar.

Page 12: Intervención logopédica en mutismo selectivo

- Problemas entre ambos miembros parentales que conllevan una

desestabilización familiar y el niño, en respuesta a ello, adopta el mutismo como

forma de afrontar ese stress psicológico que produce.

- Estrecha relación entre la madre y el hijo, relacionado con ese factor de

sobreprotección y como resultado de la insatisfacción por parte de ambos padres. La

madre, por su parte, se alía con el hijo como manera de hacer frente a esa

insatisfacción hacia su pareja; y el hijo, ante situaciones complejas en las que ha sido

reprimido por el padre, recurre a la madre como forma de asegurarse la protección

paterna que le corresponde.

- Modelo conductual a seguir. Puede ser una “copia” de lo que realizan sus padres

tanto en entornos comunicativos como en situaciones de stress.

- Razones de bilingüismo y de inmigración.

* Diagrama con los factores que desencadenan y mantienen la conducta.

- Tipo CONDUCTUAL:

Hay una opinión común a los investigadores de que el mutismo se debe a una

respuesta aprendida, en la que podrían intervenir diversos procesos de

condicionamiento clásico u operante en su adquisición y mantenimiento, y/o

procesos de aprendizaje vicario. Esto explicaría en gran medida la conducta

adoptada y sus reforzadores que contribuyen a mantenerla y agravarla.

Page 13: Intervención logopédica en mutismo selectivo

FACTORES DETERMINANTES

- Edad del sujeto entre los 3 y los 6 años. Normalmente el trastorno aparece a los 3

años, coincidiendo con el inicio de la etapa escolar.

- Excesiva inhibición social, timidez y retraimiento que dificulta las relaciones

interpersonales.

- Existencia de algún trauma o acontecimiento estresante en un periodo anterior del

inicio de la escolarización y durante el desarrollo del lenguaje que ocasionó una

pérdida electiva del lenguaje.

- Sobreprotección del niño por parte de ambos miembros parentales, generalmente la

madre, que implica un impedimento para desarrollarse social, comunicativa y

emocionalmente con sus iguales en diversos ámbitos y situaciones específicas.

- Afiliación excesiva a la madre.

- Existencia de algún problema del habla como dificultades motoras debidas a

alteraciones en el control de los movimientos automáticos articulatorios del habla o

descoordinación motora (en concreto, no hay mucha evidencia de esta afirmación al

respecto).

- Marcada ansiedad producida por cualquiera de los factores descritos o por

predisposición genética, añadiendo la importancia de la escolarización como cambio

en la vida personal, cuya forma de evitarla es manteniéndose en silencio ante los

demás con el fin de no aumentarla.

FACTORES AGRAVANTES

- El uso del propio mutismo como forma de disminuir la ansiedad al evitar las

situaciones sociales específicas y “seleccionadas” por el individuo de exigencia de

habla.

- Reforzamiento por parte del entorno de la conducta que ha adoptado el sujeto

prestando incluso demasiada atención al niño ante los mutismos o mediante la

adivinación de necesidades. En este aspecto suele ser sobre todo la madre, que habla

y responde en su lugar, se adelanta a los hechos, lo que incita más aún a mantener

esa actitud. Es una acomodación del entorno a las dificultades del alumno. Incluye un

aprendizaje por parte del niño de modelos que evitan hablar con personas ajenas al

ámbito íntimo, instrucciones dadas por el entorno (familiares en general) para evitar

hablar con extraños o contar hechos en los que esto ha tenido consecuencias

negativas.

Page 14: Intervención logopédica en mutismo selectivo

- Aceptación por parte de los demás o del propio ambiente escolar de las respuestas

no orales, mediante el empleo por el niño de técnicas de comunicación alternativa,

como gestos más o menos groseros del cuerpo, muecas, asentimiento y respuestas

breves y poco concisas, reforzando las conductas de evitación o escape, o

proporcionando estímulos que negativos al niño cuando intenta hablar con los demás.

- Conducta inapropiada de sobreprotección, que conlleva no exponer al niño las

situaciones que requieren participación, exposición de sus ideas o simplemente el

contacto afectivo.

- Ambiente familiar conflictivo, inseguro e incierto, disputas entre los padres.

MODELOS EXPLICATIVOS

* Modelo psicodinámico

En este tipo de modelo se hacen referencia a las consideraciones que se han tenido

desde los inicios en el estudio del trastorno y sus posibles causas, sobre todo de tipo

ambiental o social – emocional.

Se destaca, sobre todo, la relación entre la madre y el hijo, que se sostiene mediante

la imagen de sobreprotección por parte de la madre y de persona afiliada, dependiente

y solitaria por parte del hijo.

Autores como Ranford manifestaron que “el mutismo selectivo podría ser una forma de

expresar agresividad ante una madre socialmente retraída y tímida y esta receptora de

esos comportamientos que acabarían de una u otra manera atormentándola”, siendo

una demostración en la ambivalencia del comportamiento del niño hacia su madre.

Otro caso más llamativo y aceptado universalmente como origen, es el mutismo como

resultado de un proceso traumático que afecta al niño, por ejemplo el ingreso en la

escuela, que se corresponde con una ansiedad previamente contenida, la ansiedad

social.

A través de estos casos se puede diferir que la mayoría de los autores afirman que el

mutismo selectivo tiene, o bien un síntoma que se refiere a algún problema neurótico

de tipo familiar, o una patología de tipo individual.

Page 15: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Modelo conductual

En este caso, se toman los factores causales como consecuencias directas de

procesos de condicionamiento más o menos complejos, que incluirían métodos de

condicionamiento clásico, operante o vicario en el mantenimiento y agravación de la

conducta.

Se habla del mutismo selectivo como una respuesta aprendida, que se mantiene

gracias a las consecuencias reforzantes que el niño obtiene cuando se niega a hablar

en determinadas situaciones específicas, así como a la atención a estos patrones de

conducta que hacen ver al niño un modo aparentemente correcto de reaccionar ante

las interacciones sociales.

El habla en este caso está sujeta a un fuerte control por parte de los padres que, en el

mayor de los casos, toman la iniciativa de la palabra cuando es al niño al que se le ha

precisado que lo haga.

Reed diferencia dos tipos de niños con mutismo selectivo y declara que es la inhibición

de habla es una conducta aprendida de evitación mediante situaciones de

condicionamiento operante que incluye una multitud de factores precipitantes que

producen ansiedad

- Un tipo lo componen aquellos niños en los que el mutismo está

mantenido por reforzamiento social, siendo estos manipulativos e

inmaduros.

- Otro tipo lo forman los niños que padecen algún problema de ansiedad

o angustia en el que la falta de lenguaje se mantiene precisamente

como manera de calmar esos periodos tensos que se producen al

hablar con los demás.

Lo más relevante de este investigador es que proporciona las bases posteriores que

definirán el origen, desarrollo y mantenimiento de este trastorno.

En el mantenimiento, por tanto, pueden intervenir procesos de condicionamiento,

variables de predisposición individual para condicionar las respuestas de ansiedad, y

otro tipo de condicionantes externos o ambientales que desempeñen de facilitadores

y/o modeladores del mantenimiento de la conducta.

Page 16: Intervención logopédica en mutismo selectivo

4 – Trastornos del lenguaje, habla y comunicación asociados al

trastorno

En general, la mayoría de los niños con mutismo selectivo no presentan afección

alguna en el lenguaje, tanto en lo que se refiere a la forma, al uso y/o al contenido del

lenguaje.

Pese a ello han sido hallados algunos sujetos que sí padecían algún problema en este

aspecto y, por tanto, es conveniente resaltar aquellos que podrían estar alterados,

aunque es cierto que son casos muy puntuales y las alteraciones no afectan a un área

más extensa del lenguaje.

+ Alteraciones en el plano fonológico y lenguaje expresivo: algunos niños, como

consecuencia directa del desarrollo del lenguaje que se está produciendo, manifiestan

algunas alteraciones en la pronunciación de palabras, generalmente al inicio de las

mismas. Esto, en la mayor parte de los sujetos observados, se ha debido a un

ineficiente control de los músculos implicados en el habla o a la excesiva tensión

muscular asociada, sin que haya habido otras dificultades objetivadas.

+ Otros autores, una minoría, indican que existe un trastorno receptivo del lenguaje,

es decir, en la capacidad para recibir sensorialmente, procesar y entender el lenguaje,

postura que no toma demasiado peso cuando observamos la capacidad de lenguaje

que posee el niño en su entorno familiar e inmediato. Se basaría en la dificultad para

entender lo que ha dicho otras personas, seguir instrucciones que se le indican o

problemas para organizar sus pensamientos.

Podíamos decir que el niño “no es que tenga dificultades para recibir y procesar el

lenguaje, o producirlo, sino que él mismo selecciona con quien no hacerlo, en

determinadas situaciones y contextos fijos”.

5 - Evaluación: instrumentos de diagnóstico y evaluación,

proceso de evaluación y toma de decisiones.

Page 17: Intervención logopédica en mutismo selectivo

Antes de sumirnos en el detallado proceso de evaluación, debemos tener en cuenta

una serie de consideraciones a nivel general que nos serán muy útiles para planificar

dicho proceso y para llevar a cabo, posteriormente, la intervención psicológica y

logopédica.

* Evaluación de la personalidad.En primer lugar, hay que tener la importancia de las variables ambientales que

pueden haber motivado, mantenido o consolidado la aparición y el desarrollo del

mutismo. En general, los niños y adolescentes son más dependientes de la influencia

Page 18: Intervención logopédica en mutismo selectivo

del medio social (entre los que incluimos los adultos) que los grupos de mayor edad,

así como de los otros niños con los que se relacionan cotidianamente. Por ello,

debemos evaluar el estado socio-afectivo del niño y adolescente dentro del grupo

de clase, amigos, etc.; también valorar la especificidad del comportamiento de estas

personas, así como la variabilidad que se da entre las diferentes situaciones que da

lugar a la mudez; y evaluar la relevancia de la conducta observable siempre desde la

perspectiva observacional, de manera que el programa de tratamiento tenga un

carácter directivo, específico, individualizado y generalizable a todos los

ambientes. No hay que olvidar la imprescindible colaboración de los adultos con fácil

acceso al niño, que observan y valoran la conducta diferencialmente; y el papel del

medio social como modulador de la conducta.

En segundo lugar, es muy necesaria la colaboración adulta, referida a los miembros

de la unidad familiar del paciente. El terapeuta debe informar en todo momento a los

familiares del niño y solicitar permiso ante cualquier intervención, y mantener una

estrecha colaboración, ya que son los que, en mayor medida, han generado y

mantenido la mayoría de las conductas tanto adaptativas como desadaptativas que

presenta el niño o adolescente. Hay que considerar que los problemas infantiles

suelen asociarse a situaciones estresantes o problemas muy concretos, por lo que se

hace necesaria una detección e intervención temprana para solventar estos conflictos

y que no deriven en problemas mayores. Por esto, los padres y educadores pueden

intervenir en el momento preciso, ya que se consideran y controlan reforzadores muy

potentes y significativos, como son la atención y el afecto.

Después hay que hacer una valoración general, que tendrá los siguientes puntos,

adaptados de manera individualizada a cada paciente en concreto:

- Objetivo de la evaluación: consiste en explorar, diagnosticar, clasificar, valorar,

seleccionar, orientar y establecer relaciones funcionales, así como valorar el efecto de

los tratamientos, etc.

- Naturaleza del problema: específico, generalizado o consolidado.

- Características del niño o del adolescente: desarrollo cognitivo, desarrollo del

lenguaje, determinantes biológicos o heredados, previos o actuales, etc.

- Características de la familia: estado socioeconómico, posición social, estudios

realizados, relaciones sociales de los padres, estado psicológico, y relaciones entre

ellos.

- Contexto en el que se aplicará el programa de intervención: en general, se puede

aplicar al contexto requerido (aula, patio de recreo, etc) pero también es necesario

Page 19: Intervención logopédica en mutismo selectivo

generalizar esos aprendizajes al resto de situaciones con las que se enfrenta

actualmente o lo hará en un futuro próximo.

- Características del terapeuta: experiencia previa, tiempo disponible, predisposición a

colaborar, accesibilidad a la observación de la conducta del niño en condiciones

naturales, etc.

- Características del tratamiento que se aplicará: tipo e intensidad, duración, sesgos

que conlleva, servicios técnicos para su aplicación práctica, etc.

Las prioridades que tenemos que tomar son:

1- Actuar en primer lugar sobre las conductas de niño que puedan resultar peligrosas

para él mismo o sus familiares, en el caso que las hubiera.

2- Elegir las conductas asociadas a las metas que queramos conseguir con nuestra

intervención y que puedan ejercer un efecto positivo (conductas – objetivo).

3- Separar las conductas – objetivo de las desadaptativas, con el fin de extinguirlas, ya

que son las que han contribuido o pueden estar agravando y consolidando el

aislamiento social.

4- Seleccionar conductas prerrequisito para desarrollar repertorios o cadenas de

respuestas conductuales adecuadas para conseguir la adaptación, actuando sobre

ellas.

5- Optar por aquellas respuestas que pueden influir en el sistema de contingencias

para entrar en los llamados “refuerzos naturales” o sociales.

6- Programar aprendizajes de comportamientos claves para el desarrollo del niño,

mediante técnicas de condicionamiento operante, sobre todo.

* Ejemplo de valoración del desarrollo y competencia lingüística.

PROCESO GENERAL DE EVALUACIÓN E INSTRUMENTOS.

En la evaluación, cabe destacar dos momentos: el descriptivo y el explicativo.

Page 20: Intervención logopédica en mutismo selectivo

En el proceso descriptivo se determinan y concretan las conductas que han de ser

objeto de verificación y se formulan las correspondientes hipótesis correlacionales

entre ellas.

En el proceso explicativo, una vez verificadas las conductas como verdaderamente

problemáticas, se infiere de los datos proporcionados por la evaluación realizada hasta

ese momento un modelo causal que se formula en términos de relaciones funcionales

hipotéticas, en las que han de aparecer relacionadas tanto las conductas

problemáticas como las variables que se suponen responsables de su mantenimiento.

En este proceso la contrastación de las hipótesis se realiza a partir de los datos

obtenidos tras aplicar el tratamiento, mediante las correspondientes pruebas

experimentales.

En el primer momento (proceso descriptivo), realizamos la RECOGIDA DE

INFORMACIÓN, para especificar la demanda y concretar el problema, así como para

formular las primeras hipótesis, deducción de enunciados contrastables y la

producción de resultados al respecto.

En el segundo momento (proceso explicativo), realizamos el contraste de

asociaciones funcionales de comportamientos que hemos supuesto; como es la

base para la aplicación del tratamiento debemos formular hipótesis funcionales

válidas, aplicar el tratamiento posteriormente, recoger los datos del mismo, valorarlo, y

realizar el seguimiento del plan, tanto en su desarrollo como después de haber

finalizado.

5.1- Proceso descriptivo.

a) Especificar la demanda y concretar el problema.

Debemos delimitar el problema y recoger información sobre las condiciones

ambientales y personales que pueden estar asociadas al MS del niño o del

adolescente. Incluyen observar y recoger información inicial de los problemas que

presenta el niño, de sus condiciones socioambientales presentes y pasadas, así como

explorar las condiciones personales y biológicas potencialmente relevantes para

nuestro caso. La observación y recogida de información se realiza a través de la

entrevista y la observación sistemática. Así podemos elaborar un listado personal

de conductas objeto de tratamiento. Después debemos analizar:

- Frecuencia, duración e intensidad de las conductas de evitación.

Page 21: Intervención logopédica en mutismo selectivo

- En que situaciones se dan: lugares, personas, edad de las mismas, amigos de la

familia, etc.

- Respuestas motoras, psicofisiológicas y cognitivas asociadas al mutismo.

Posteriormente, debemos indagar sobre la aparición, desarrollo y mantenimiento del

cuadro problemático en sí. Hay que establecer antecedentes y consecuentes

ambientales para plantear hipótesis funcionales sobre el caso, tomadas como

variables potencialmente responsables del mantenimiento de las respuestas en el MS.

Consiste en un análisis retrospectivo (antigüedad, evolución y relación con

acontecimientos externos al niño), determinación de un pronóstico probable, y verificar

que sobre hechos pasados no podremos verificar muchas afirmaciones ni tratar

expresamente.

También debemos recabar información mediante cuestionarios biográficos y sobre

aspectos médicos que se deban tener en cuenta, como posibles hipoacusias o

lesiones cerebrales; así como habilidades sociales, y respuestas cognitivas al

mutismo, como pueden ser las autoverbalizaciones negativas o la elaboración de

estrategias para escapar de las situaciones temidas.

Todo esto, además de ser instrumentos de evaluación propiamente dichos, nos orienta

el diagnóstico tanto del mutismo selectivo, como de otros trastornos, diferencialmente.

* Datos médicos y de escolarización

Page 22: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Guía de entrevista familiar.

Page 23: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Valoración de las actitudes lingüísticas para detección precoz.

* Valoración de otras conductas relativas al lenguaje para la detección precoz.

Page 24: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Valoración de las conductas de evitación

* Valoración básica de conductas comunicativas.

Page 25: Intervención logopédica en mutismo selectivo

b) Formulación de hipótesis y deducción de enunciados.

Consiste en especificar y concretar las respuestas que definen el trastorno,

concretando y controlando las variables ambientales y los exámenes biomédicos.

Esto nos permite formular una “teoría sobre el caso”, de relaciones entre las variables

dependientes e independientes. Verificar la asociación de las respuestas del MS con

las variables definidas, mediante la observación y el registro de los comportamientos

en situaciones naturales. Se pueden dar tres tipos de hipótesis, que son:

- Supuestos cuantitativos: permiten contrastar la medida en la que se da

un determinado evento.

- De semejanza: con las conductas de los demás niños de su misma

edad.

- De asociación predictiva: entre las conductas valoradas de manera

empírica.

Estas hipótesis cuantitativas sobre las respuestas deben ser medidas en cuanto a

frecuencia, duración e intensidad, con diversos instrumentos como autorregistros,

medidas psicofisiológicas, tests situacionales, etc.

Un vez llevado a cabo todo este registro, hemos de programar las estrategias y las

técnicas de evaluación que han de permitirnos comprobar los supuestos que hemos

formulado.

c) Corroborar las primeras hipótesis.

El objetivo es recoger información pertinente a los supuestos formulados, que incluyen

preparar material, acordar citas con la familia y establecer orden de aplicación de las

distintas pruebas ad hoc, las sesiones y los métodos de registro.

Page 26: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Valoración de la familia sobre el problema.

Page 27: Intervención logopédica en mutismo selectivo

d) Resultados obtenidos.

En esta última fase del proceso descriptivo analizaremos los resultados para

confirmar o desmentir las relaciones funcionales planteadas e informaremos de

ello a los familiares, profesores y al logopeda. Si el resultado es un diagnóstico de

Mutismo selectivo, debemos delimitarlo y especificarlo en sus características y

conductas individuales más relevantes, así como afirmar o negar la dirección

adecuada hacia nuestra intervención.

5.2- Proceso explicativo

a) Análisis funcional.

Lo usamos para el análisis de los antecedentes, conductas, consecuencias y

variables condicionantes. Establecer si existe una relación entre la conducta y las

consecuencias que la siguen, así como entre los antecedentes, que han

desencadenado y mantenido la mudez selectiva. Las conductas se deben caracterizar

en cuanto a frecuencia, duración e intensidad. Hay que basarse en el modelo que

propone que: los estímulos que elicitan las respuestas (ambientales o personales),

producen una serie de consecuencias en el ambiente y en sujeto mismo, que están

mantenidas por los principios de condicionamiento clásico, instrumental o

autorrefuerzo.

b) Formular hipótesis funcionales, seleccionar variables dependientes e

independientes.

Consiste en formular hipótesis explicativas contrastables de las conductas

problema y predicciones verificables, así como controlar las variables dependientes

de las que dependen esos comportamientos, para diseñar el plan de tratamiento.

c) Diseño del plan de tratamiento.

Para ello hay que jerarquizar las prioridades:

- Las metas que se fijen han de ser específicas para cada sujeto

- Los datos recogidos para seleccionar las actuaciones más indicadas, aquellas que

conforman el plan de tratamiento.

- El tratamiento debe planificarse contando con elegir un diseño apropiado (relación

causal del tratamiento con las conductas problemáticas) con el fin de verificar su

calidad.

Page 28: Intervención logopédica en mutismo selectivo

d) Aplicar el tratamiento y comprobar a evolución de los resultados.

Durante el tratamiento y, basándonos en la evaluación general, debemos realizar una

evaluación inicial, para, una vez finalizado el mismo, comparar las medidas iniciales

y finales de las conductas, para valorar el éxito alcanzado. Debe objetivarse un cambo

social y experimental.

A partir de esto, se hace un seguimiento del paciente volviendo a hacer una recogida

de datos relacionados con las conductas problema a los 3, 6, 12 y 24 meses

posteriores, para ver los cambios relacionados con la consolidación de los

aprendizajes intervenidos y la generalización de los mismos en los demás contextos.

Page 29: Intervención logopédica en mutismo selectivo

6- Intervención: Técnicas de intervención en alteraciones del

lenguaje, habla y comunicación en el mutismo selectivo.

Proceso de intervención.

El objetivo final de la intervención es que el niño con mutismo selectivo sea capaz de

interactuar verbalmente de forma espontánea con los adultos y niños de la escuela

y de su entorno social y familiar, llevando a cabo peticiones verbales espontáneas y

respondiendo de forma audible a las preguntas que los demás interlocutores le

plantean, ya que el trastorno no se explica mejor por la presencia de un trastorno de

la comunicación y no aparece exclusivamente en el transcurso de trastornos

psicológicos.

La intervención se debe realizar de forma paralela en los ámbitos familiar-sociales y

escolar; y girará en torno a dos objetivos básicos, uno general que pretende mejorar

las condiciones personales y sociales del alumno/a y otro más específico que

incide directamente en la interacción verbal.

Para la estimulación del habla se debe:

* Modelar y enseñar al niño formas adecuadas de iniciar y mantener interacciones

verbales con otros (cómo saludar, cómo pedir jugar, cómo acercarse…).

* Reforzar las aproximaciones verbales y no verbales del niño hacia otras personas

tanto iguales como adultos, mediante las técnicas de modificación de conducta,

condicionamiento operante y autorrefuerzo, partiendo, en primer lugar, de lo que el

niño sabe realizar, para proporcionarle un feedback positivo y autoestimulante.

* Comentar con él el agrado y las ventajas de jugar con otros, de tener amigos, invitar

a amigos a casa…).

* Fomentar la interacción social (y verbal) con iguales y con adultos:

- Adaptando el procedimiento de los juegos a las necesidades del niño: p.e. juegos de

mesa habituales tales como el parchís, la oca, el dominó, juegos de cartas… que

exigirán realizar producciones verbales cortas (indicar el número del dado, pedir una

carta, responder sí o no, cantar la coletilla para poder avanzar…).

- Realizando la labor de mediador. Acercarse con el niño al grupo y jugar un rato con

ellos, ir retirándose progresivamente una vez que el niño se ha integrado en el grupo.

Page 30: Intervención logopédica en mutismo selectivo

- Planificando situaciones que faciliten la comunicación verbal con otros: invitar a

niños a casa, ir a hacer recados, compras, acudir al parque o a la plaza, acudir a

cumpleaños…

* Reforzar el círculo de amigos que tiene el niño y ampliarlo progresivamente. Una

vez haya empezado a hablar con algún niño o niña, se intentará repetir la misma

situación el mayor número de veces posible. Este aspecto es muy importante ya que

algunos niños con mutismo selectivo tienden a aferrarse a mantener relación con un

solo compañero, al que utilizan como mediador comunicativo entre él mismo y los

demás.

* Cuando el niño esté bien integrado en el grupo, se irá introduciendo poco a poco

otros niños.

Esto se puede realizar mediante diversos métodos y actividades propuestas,

como:

* Diseñar y planificar actividades y juegos de producción de sonidos y

comunicación corporal:

- Juegos de movimiento corporal (imitación de gestos, adivinar objetos o acciones

mediante mímica, dirigir a un compañero con los ojos vendados…).

- Juegos de producción de sonidos corporales (palmadas, soplidos, golpes con pies,

silbidos, chasquidos…).

- Juegos con sonidos inarticulados y articulados (encadenamiento de sonidos,

gradación de sonido, asociación de sonidos a movimientos…).

* Realizar actividades y juegos de habla enmascarada, en las que al niño/a no se le

ve la cara mientras habla (títeres, marionetas, hablar por teléfono dentro de una casita,

máscaras, juegos de hablar al oído…).

* Planificar las actividades en las que se requiere al alumno/a una emisión fonética o

verbal, teniendo en cuenta tres ejes fundamentales: las personas implicadas en la

situación comunicativa, la longitud de la emisión, y la intensidad de la emisión verbal.

* Planificar y diseñar momentos diarios y frecuentes en los que el profesor/a haga

una pregunta sencilla al alumno (inicialmente con respuesta de una sola palabra,

progresivamente con respuestas de mayor longitud).

Page 31: Intervención logopédica en mutismo selectivo

* Plantear juegos de pareja que requieran emisiones verbales sencillas en cuanto a

contenido y breves en cuanto a longitud (lotos, memoris, el mensaje secreto, adivinar

oficios,…)

* Organizar en torno a los rincones del aula pequeños grupos de trabajo y/o de

juego en los que se le facilite al niño el intercambio verbal con compañeros. Es

importante que los agrupamientos sean establecidos previamente por el profesor

cuidando especialmente la composición de los grupos (inicialmente con los niños con

los que tiene una mayor relación).

* Reforzar la respuesta verbal del niño.

* Utilizar, según casos, técnicas como el desvanecimiento estimular. Esta técnica

consiste en diseñar situaciones en las que estén presentes personas con las que el

niño habla habitualmente y personas con las que no lo hace, hasta conseguir que

hable con todas ellas (por ejemplo, padres y profesor en el aula). Cuando esto ocurre,

se van retirando progresivamente los primeros. Este desvanecimiento debe

realizarse muy progresivamente.

* La gran tendencia a la acomodación del niño (y de los adultos del entorno escolar y

familiar) en el nivel de emisión verbal alcanzado por éste, sugiere la necesidad de ir

aumentando la exigencia de emisión verbal y las situaciones de intercambio

comunicativo.

* En general, cuando se tenga que realizar la planificación y diseño de actividades,

habrá que partir siempre de lo que el niño es capaz de hacer en cada momento,

planificando y llevando a cabo, siempre de forma progresiva, actividades de mayor

complejidad.

* Las estrategias no deben prolongarse más de dos semanas si no han sido

efectivas, se debe probar con otras nuevas.

Page 32: Intervención logopédica en mutismo selectivo

Lo más importante es que el niño utilice sus habilidades de comunicación, en la

mayoría de los casos preservadas o en un nivel superior a la media, para relacionarse

con sus iguales en todas las situaciones y contextos posibles, así como para mantener

una correcta relación con los adultos y los miembros de su familia, reconociendo y

diferenciando así una jerarquía de relaciones sociales que se debe dar en la vida de

cualquier niño en desarrollo.

Page 33: Intervención logopédica en mutismo selectivo

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