DANIEL VALVERDE

MANIFESTACIONES

DEMONIACAS

Volumen 1

DISPONIBLE EN AUDIO LIBRO Y EN TU

IDIOMA

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN RELATO 1 RELATO 2 RELATO 3 RELATO 4 RELATO 5 RELATO 6 RELATO 7 RELATO 8 RELATO 9 RELATO 10 RELATO 11

RELATO 12 RELATO 13 EL RITO EL ORFANATO PARÁBOLA SOBRE LOS SERES TURBADOS, “DEMONIOS” SOBRE LOS SERES DE LUZ SOBRE LA RESURRECCIÓN SOBRE LA RELIGIÓN SOBRE LA ORACIÓN EPÍLOGO

Próximamente espera los volúmenes: II, III, IV Y V.

INTRODUCCIÓN

Aquí, encontraremos muchas experiencias reales con las que podríamos sentirnos identificados en algún momento de nuestra vida, pruebas a las que nos enfrentamos y no supimos resolver, y leyendo este libro, sabrás cómo.

Ignoramos la existencia de seres turbados, o de esos espíritus, aquellos que llamamos demonios, que no encontraron la luz de su evolución hacia su morada eterna; desconocemos el poder de su actuar sobre nosotros, y peor aún, ignoramos nuestro gran poder e influencia sobre ellos.

Nos han hecho presa de sus turbaciones, tristezas e infelicidad, que nos hacen obrar de mala manera, envenenando nuestro cuerpo y mente, en la medida en que bajamos fuerzas negativas con nuestros pensamientos y actos que van contra de la voluntad y del amor.

Muchos de nosotros no sabemos dar amor ni a los nuestros, porque realmente no lo sabemos; mucho menos dar amor a estos seres turbados; no sabemos de caridad, sólo sabemos de peleas con el prójimo; estamos peleados con la vida, por su ir y venir y por las carencias

que nos topamos en el camino.

La vida nos pone pruebas para que nos acerquemos al amor y a la preparación para no convertirnos en uno de ellos, pero estamos ciegos de codicia, y nos alejamos de la caridad, de dar ejemplo y amor a los nuestros, de preocuparnos porque este sea el mundo habitable, lleno de felicidad y armonía.

Aquí están narradas trece verdaderas historias de vida, con problemas muy grandes y fuertes que fueron resueltos con esta magia en casa y por nosotros mismos, situaciones con las que muchos de nosotros hemos de estar viviendo y no sabemos cómo resolver o que podremos vivir; aquí, además del ejemplo vivencial, está la magia; les exponemos la clave para solucionar estos males y muchos otros que nos azotan como humanidad entera. O para que cuando nos puedan ocurran, tengamos las armas para deshacernos del mal.

Nos hemos querido pasar por la puerta falsa cuando se trata de dar solución a lo que nos aqueja; por falta de conocimiento y preparación, buscamos otras opciones, como en diferentes prácticas y en diferentes guías, como chamanes, sacerdotes, pastores, ministros, rabis brujos, o psicólogos y psiquiatras, entre otros, y no pasa nada, no hay respuestas, pero lo que sí hay es un verdadero caos.

Sabemos que tenemos hambre de paz y de amor, y es que las cosas son tan simples, pero las hemos hecho tan complicadas.

Por ejemplo, tantos miles y miles de niños con un desarrollo espiritual tan evolucionado que llegan a perder su tranquilidad, y tantos padres que no saben qué hacer con ellos, y es tan fácil; aquí encontraremos la respuesta, la magia para encontrar su tranquilidad.

Y la solución es tan sencilla, que nos llenará de amor, transformando completamente, nuestra vida y la de los que tanto queremos; lo más importante es que obtengamos la enseñanza, que no la tiremos en saco roto; esto existe, esto es verdad.

Esto es nuestro reto para el día de mañana, pero comencemos ahora mismo; no esperemos más para tomar acción con hechos de amor; no guardemos la llave de la felicidad; no neguemos a otros encontrar su tesoro de vivir, y no permanezcamos ciegos a él.

En nuestras manos está cambiar el mundo; hay millones de seres turbados que necesitan tomar la luz, y nosotros podemos dárselas, nosotros podemos ayudar a modificar el mundo en el que vivimos.

Por los espíritus turbados, por su luz, por hacerlos llegar a su morada, por nosotros y nuestra preparación para la luz, por la sanación del mundo entero, reflejémonos en cada una de estas historias de sufrimiento que se convirtieron en historias de paz espiritual y material, por cada uno de los que sufren en el mundo material y en el espiritual, que son una cantidad innumerable.

La paz se ha descompuesto; por ejemplo: los exorcismos son cosa de unos cuantos, y la necesidad prevalece; aquí les diremos cómo hacer uno; ya no es cosa de algunos, ya es asunto de todos, la situación lo amerita; tan sólo en Estados Unidos hay catorce personas calificadas para realizar exorcismos, sólo catorce sacerdotes católicos para trescientos millones de habitantes, aproximadamente, en un país tan grande y poderoso, no es posible.

En este libro encontraremos la magia con una forma bastante sencilla, que con tan sólo cinco minutos al día nos ayudará a resolver nuestros problemas, a realizar de una manera adecuada un exorcismo; tenemos aquí las herramientas para realizarlo, bajando luz celestial; todos tenemos esa gran potestad, ya que no se encierra en unos cuantos, todos tenemos esa facultad.

Si lo realizamos con amor y respeto, estos demonios no nos dañarán, ni nos sucederá nada; al

contrario, traeremos legiones llenas de luz, apartando las tinieblas que oscurecen los sentimientos y actos de nosotros y los que nos rodean.

Desenterraremos el tesoro de vivir que hay para cada uno de nosotros, alimentemos el espíritu para no convertirnos en un demonio, y limpiemos este mundo a partir de lo que leeremos hoy.

RELATO 1

Para cada uno de todos ustedes a los que llegue a sus manos este libro de luz y oración, dedico los relatos contados, pero lo más importante, a ustedes les entrego la médula y raíz del cómo fue que decidí escribir esto para darlo a conocer al mundo y así poder ayudar a sanar vidas como la mía. A continuación dejo ante ustedes el por qué llegué a conocer el maravilloso poder de la oración. Paloma, joven hermosa, de carácter y alma bellos también, al día de hoy con unos cuarenta y dos años de edad quizá, llegó a mi vida hace unos veinte años de distancia ya. Fui con mi hermano a Tlaquepaque, jugando llegamos a un lugar donde imprimían playeras, pedimos dos que dirían “Soltero disponible” con nuestros teléfonos. Yo estaba componiendo mi vida después de un divorcio complicado, y en el afán de estar bien, quizá me apresuré al buscar otra relación. El caso es que la conocimos durante ese fin de semana; compartimos risas y tragos en un bar de Tlaquepaque y, casi al final de la noche, mi hermano preguntó le a ella que si me hablaría por teléfono algún día, siguiendo la broma de la playera, y sin dudarlo, contestó que sí. Su vida no era muy sencilla, era amante de una persona desde hacía mucho tiempo; de esa relación se

convirtió en madre de dos hijos. Cansada ella de la situación, decide irse a Reynosa, su lugar de origen. Fue así como nos comenzamos a tratar hasta llegar a una relación, que cada vez se convertía en algo mucho más fuerte. El enamoramiento se fue dando poco a poco. Ella era justamente el tipo de mujer que a mí siempre me han gustado. La relación se dio de manera natural y muy libre, ella entendía, o parecía entender, que por su situación de madre, no podía comprometerme a algo serio así como así. Yo iba desde Guadalajara a verla cada ocho días en auto, en un trayecto de doce horas. La pasaba increíblemente bien. Como estaba en la frontera de Mc Allen, Texas, íbamos muy seguido de compras ahí también. Los meses fueron pasando. A veces paseábamos llevando también a sus hijos, niños hermosos con los que temía establecer lazos afectivos; creía y creo que esa era una precaución prudente. Uno de esos fines de semana que fui a verla me invitó a cenar a casa de sus padres; tuve una ligera corazonada dentro de mi incredulidad, así que decidí posponerlo para después. Algo de lo que no he hablado es que vengo de una familia en la cual mi padre no se inclinó a creer en nada espiritual, y mi madre era una ferviente creyente,

desde mi niñez, asistía a grupos de oración; claro que en ese tiempo y con esa edad, uno no pone atención alguna a esos temas, y un buen día decidí tomar el camino más sencillo, que era el de no creer. Volviendo al tema de Paloma, ella me decía que yo no ponía la más mínima atención en sus hijos, y bueno, argumenté que no quería involucrar tanto a los niños, por no lastimarlos en caso dado de llegar a separarnos. Si hubiera tenido la mentalidad de hoy día, sé, que aún ahora seguiríamos juntos, o tal vez no, porque un buen día, ella buscó con más esfuerzo formalizar la relación, y aunque al principio no rechacé la idea, al final me ganó el miedo. Ella venía poco a Guadalajara; una vez por acá, recuerdo, hacía algo de frío, así que le presté una chamarra nueva que una de mis hijas me acababa de regalar, y se la llevó. Al poco tiempo de haberse ido insistía en que viviéramos juntos. Visitamos varias opciones de departamentos para rentar e irnos. Dada la enorme responsabilidad que conllevaba, mi no muy reciente divorcio, y la situación que para mí representaba en ese tiempo, lo consideré, y desaparecí. Pasaron unas semanas de mi desaparición, y mi vida comenzó a cambiar radicalmente; económica, física y mentalmente, iba todo en caída libre, y en el fondo había algo que me hacía pensar en que una fuerza diferente

era la que desequilibraba mi entorno. Pensé que, dentro de todo, no era tan incrédulo como yo consideraba. Mi vida era infernal, en cuestión de dinero y negocios, comenzaba a quedarme en la ruina; yo, que tanto había trabajado, que tanto tenía para vivir como quisiera el resto de mis días, a mí que no me faltaba nada, que la riqueza quizá hasta me sobraba, a mí, sí, a mí. No podía comer, no podía dormir, no hacía nada bien, sólo quería morir, ya que mi vida giraba en torno a lo material; sólo eso conocía como felicidad, creía que era lo único que necesitaba para estar bien. Todo era desesperación y agobio constantes. La serie de malas decisiones se fue haciendo infinita, no era fácil estar conmigo; los amigos verdaderos me aconsejaban, y yo no los oía, los falsos, simplemente se apartaron. Para regular mi sueño y mi apetito, probé todo lo que las farmacias recomendaban, sin resultados satisfactorios y, a veces, adversos. De vivir en lo que yo consideraba mi “palacio”, terminé viviendo en casa de un hermano de arrimado; no tenía el valor de quitarme la vida para no dejar problemas a los míos; además que, por más que buscaba una buena opción, nada me convencía. Era tanta mi fuerza material que dominaba; sabía que si tomaba un cuchillo y lo encajaba en cualquier parte de mi cuerpo, no sería lo más adecuado, ya que no me causaría suficiente dolor por la fuerza negativa en mí ser. Pensaba que nada me

haría sufrir lo suficiente como el hecho de quedarme sin nada material. Había sido mi castillo, literalmente, un pent-house con una vista majestuosa a la ciudad desde cualquier punto; tenía elevadores con puertas revestidas de materiales hermosos, cancha de tenis; mi oficina personal, adosada con unas columnas estilo griego por toda la casa; los muebles y decoración en general tenían detalles clásicos y romanos, todo de la talla de un rey. Una enorme terraza con iluminación y jardineras en desniveles que parecían flotar como entre nubes, tenía las mayores dimensiones, las mejores maderas, mármoles, candiles, cristales, bajos y altos relieves, esculturas, y un sinfín de detalles que lo hicieron ser, en el transcurso de dos años que tardé en decorarlo, mi lugar cerca del cielo. Sus ochocientos metros cuadrados no eran suficientes para albergarme a mí, a mi vacío, a mi mal humor y a mi malestar. Uno podría pensar que en un lugar tan bello, tan lujoso, nadie podría estar mal, pero cuando estás mal contigo, no importa dónde estés, siempre estás a tres pasos del infierno. Tal era de bello como vivía, que fácilmente la gente pensaba que era un narcotraficante, podía darme lujos que sólo ellos poseen, siendo la realidad completamente distinta, ya que mis logros fueron en base a un arduo trabajo, pero así de magnifica era mi vida.

Cuando recién empecé a habitar ese lugar, tomaba con una sonrisa los comentarios de admiración de quienes lo veían, e incluso disfrutaba de notarles notas de envidia en la voz. Me relacionaban con la gente más exitosa o más turbia de la vida nacional o internacional, pero todo ese lujo se me fue como arena entre los dedos, y los comentarios que antes me causaban risa, se hicieron más y más hirientes; la gente pensaba que verdaderamente estaba en malos pasos y que me merecía la ruina. Mi tiempo y días eran inciertos, era una terrible desesperación, además, morir era lo mejor que podría hacer, ya que después de eso, pensaba, no habría más vida, ahí terminaría mi sufrir. Si el día era soleado, yo sólo podía ver nubes negras, estaba rodeado de todo lo negativo de la vida, de todos los contrarios existentes, a lo que era la realidad. Verdaderamente, no se sabe lo que es la desesperación hasta que se pierde la capacidad de apreciar las cosas más simples de la vida, cuando se maldice el estar vivo, cuando nada de lo que se tenga significa nada y, además, se va perdiendo todo, con una mezcla de resentimiento, fatiga e indiferencia. Así fue mi vida en ese periodo, que no sólo no le deseo a nadie que viva algo así, sino que ahora estoy en condiciones de evitar que le suceda a otros. Pienso que fueron unos dos años, tal vez, de martirio; estaba poseído, pero era algo que no supe hasta después. Sentado al suelo, un día, pensé, que mis

negocios ahora sí ya no podrían salvarse, mal o bien pagaba a mis empleados su sueldo con mucho esfuerzo, pero eran felices, daba al cincuenta por ciento de la manutención de mi madre, que también era feliz. Había felicidad para todos con algo mínimo que a mí no me hacía feliz. Mis trabajadores eran felices y disfrutaban de la vida, del cielo, las nubes, el aire que respiraban mientras salían a correr con sus hijos al parque, iban al futbol, disfrutaban cada segundo que su austera vida les daba como si fueran más que millonarios, la naturaleza les daba los buenos días cuando iban a trabajar, y todo cuánto les rodeaba completaba su felicidad con poco dinero. Si mantenía a mis negocios y a la gente que trabajaba en ellos, aún con grandes esfuerzos, era por un sentido de orgullo y de responsabilidad que, aún en mis deplorables condiciones, no quería abandonar; aún así, ni eso me daba ni un poco de la felicidad que me faltaba. Y yo, con todo y nada a la vez; mi materialismo desmedido me cegaba, me hacía sufrir el no tener nada físico, y no pensaba en la riqueza espiritual que estaba por obtener y que tanta falta me venía haciendo. Como comentaba, de niño sólo quería jugar mientras mi madre asistía a su grupo de oración. Pero mi incredulidad y sufrir de ese momento me llevó un martes a pedir a mi madre que me llevara a su grupo.

Mi mamá vivía con todas las comodidades posibles que mi hermano y yo podíamos brindarle, pero jamás dejó a Dios, jamás perdió su inquebrantable fe. Solía ir al grupo los jueves y el primer domingo de cada mes, estaba realmente gustosa de que fuera por mi propia iniciativa. La fe que ella tenía siempre, independientemente de lo material, ha sido un ejemplo en mi vida. Yo necesite tocar fondo para tener la humildad de pedir una ayuda que siempre estuvo al alcance de mis manos, que incluso podía sentir que estaba ahí, llamando a mi espíritu, esperando a que la dejara entrar. Llegó el día, y era tal mí necesidad que me parecía eterno esperar a que el jueves llegara para poder estar ahí. Mi espíritu pedía a gritos paz y tranquilidad. Oramos de cuatro a cinco de la tarde. Ahí estaba una señora amiga de mi mamá, que me conocía desde niño, por un accidente que sufrí, del cual me ayudó a salir adelante, fue así como nació nuestra amistad. Ella era quien guiaba el grupo, siempre viví al pendiente de su bienestar, y ahora era nuevamente ella quien me ayudaría a salir adelante otra vez. Había varias personas tocadas por la luz, videntes, clarividentes, espíritus natos que se concentrarían en ver que afectaba mi ser. Resulta que en la vida a veces se dan círculos perfectos; quien me ayudó a sanar en lo físico, fue

también quien me ayudó a sanar en lo espiritual. Las palabras de gratitud me parecen aún ahora insuficientes para referirme a ella, quien nada más de verme, se dio cuenta de la gran tristeza, desesperación y necesidad de paz que yo tenía. Después de la oración, se sentó frente a mí y empezó a verme, a verme más allá del cuerpo, a entender y hacerme entender qué estaba mal en mi espíritu. No sabíamos si en mí habitaba un ser o una legión completa, términos de los que yo ignoraba sus significados, claro está. Comenzó así una oración de desalojo, espiritual, de reflexión; utilizó únicamente sus manos y su voz. Una vidente que se encontraba en ese momento detectó qué me afectaba, así que ella guiaba a mi amiga sobre dónde colocar sus manos. Me encontraba turbado, y escuchaba a la guía decir, si se debía actuar en espalda, cintura o brazos. No sé definir mis sensaciones de ese momento, yo tenía miedo, y el miedo suele convertirse en incredulidad y en ganas de escapar; pero también sentía que algo cambiaba en mí, cómo se me hacía más fácil respirar, mientras que sentía que algo ajeno se removía y se aferraba a mi cuerpo mientras era arrancado. Rechacé mis impulsos de escapar y les permití que hicieran todo lo que debían de hacer, les entregué mi confianza absoluta. En el patio de la casa, cuando terminamos la oración, la vidente tuvo a bien decirnos en una plática personal que estaba poseído por un ser que había sido

mujer cuando tenía vida, y también quién era la persona que había mandado al ser a mi cuerpo. Es a bien decir que mi madre no conoció a Paloma, jamás platiqué de ella, y bueno, sus amigas mucho menos sabían de su existencia. Si alguien me hubiera dicho lo que tenía sin haberlo vivido así, hubiera sido lógico seguir sin creer; pero lo que la vidente dijo, me cambió la vida para siempre. Describió perfectamente a Paloma, sus rasgos, su carácter, su manera de ser, todo, hasta el más mínimo detalle; también me dijo lo que me había hecho. Fue ella quien contrató a un brujo para que me enviara a ese ser maléfico. Recordé la chamarra que jamás me regresó, y supe que con ese objeto mío había puesto en marcha la posesión. Habló de cosas que sólo yo conocía de Paloma, me encontraba realmente sorprendido. Me dijo que no me preocupara, que a las ocho de la noche unificarían una oración y que yo podría seguirla con la mente desde el lugar donde me encontrara, si así lo quería, claro. Sentí algo muy especial que me sorprendió grandemente (al ver mi cara en el espejo, hasta el día de hoy, me sigo sorprendiendo igual); entendí que había cosas que no conocía, y entró en mí la curiosidad, mayormente, para conocer que más había, ya que la manera en que me habían descrito las cosas, cómo habían sucedido, me estaban haciendo creer en ese algo más.

Dormí largamente después de dos años de no poder hacerlo, sin desesperación, con una facilidad y un beneficio instantáneos. Entendí que la salud era algo sencillo, sin costo, como magia. La mayor magia era poder dormir y descansar, plácida y largamente, fue ese el pequeño gran detalle que me llevó a la fe. Desperté con la convicción de que lo espiritual no se vende a ningún precio, y de que nosotros tampoco debemos comprarlo; de que vivimos en una sociedad que danza alrededor del diezmo, la ofrenda y limosnas; de que las prácticas realizadas por brujos, chamanes, hechiceros, entre otros, realizan prácticas que a veces no funcionan, aunque hayan cobrando grandes fortunas son una negociación espiritista para quien no la conoce ni la sabe interpretar, donde la gente no encuentra el alivio buscado, ya que sigue pidiendo e intentando. Yo quise, en base a la experiencia que viví debido a Paloma, salvar vidas y espíritus como el mío, sin lucro alguno; ayudarlos a encontrar sus caminos, para que los demonios pudieran seguir la luz de su evolución y dejaran cuerpos o fincas terrenas. Me di a la tarea de la preparación por convicción; a tener paciencia con gente incrédula, como lo era yo; a leer y entender la Biblia; a comprender que todo evoluciona. Analicé las enseñanzas en el grupo de oración; entendí que los conocimientos van ligados a la práctica. La humanidad vive situaciones difíciles, los demonios son

seres imperfectos que se nos acercan o nos poseen la vida en la medida que tengamos pensamientos negativos. A los seres de luz los atraemos con pensamientos divinos, puros, pensamientos elevados, de acciones por los demás. Entendí que Paloma se vengó de mí por haberla dejado, que padecí sufrimientos terribles, pero que al final me dejó lo mejor de mi vida, que fue haber encontrado el poder de la oración, la vida que llevo hoy, el pensamiento divino de ayudar a los demás, mi capacidad de actuar en pro de la vida, de la vida con Dios, de abrir bien los ojos y permanecer en alerta y aprendizaje continuo. Me guió al camino de la felicidad verdadera y eterna. Lejos de hacerme mal, me regaló el mayor bien. Los seres humanos forjamos nuestro destino en medida de las reencarnaciones que vivimos, y de cómo nos preparamos en vida para seguir un camino de luz cuando dejemos nuestro cuerpo. Le recuerdo, pido por ella y sus hijos, aún al día de hoy.

RELATO 2 La mujer que me hizo saber lo de Paloma, con el tiempo claramente y por mi asistencia al grupo de oración se convierte en amiga y consejera mía. Vidente, con una historia de fe maravillosa que es de mí agrado compartirla con ustedes, y así acercarnos más al conocimiento de la oración, y del fanatismo absurdo en el que caemos por la mala información e interpretación de su gran poder. Ella, pudo desde muy temprana edad, conocer de los maravillosos dones de la videncia, por su pureza o inocencia, el Padre, le concedió esa facultad, aunque ajena a lo que era realmente la oración, pero de familia tradicional, se fue desarrollando, hasta convertirse, en el hermoso espíritu, que es hasta el día de hoy. María originaria de Yahualica Jalisco, vivía con su familia, madre y hermanos en una brecha del camino, su padre los abandonó cuando ella era muy muy pequeña, casi una recién nacida. El lugar donde vivía, era pintoresco, de bellos amaneceres, y de tardes, que eran engalanadas con los hermosos rayos del sol, podría decirse que vivió una infancia, inmensamente feliz rodeada de la naturaleza. Podía jugar, con sus hermanos, disfrutar de los frutos de los árboles, eran tantas las bendiciones que el Padre le proveía, pero ella a tan corta edad no conocía el

por qué de tantas cosas bellas. A pesar de tanta felicidad, no podía ser todo tan maravilloso, pues sentía, que le hacía mucha falta la presencia de su papá, para que todo fuera simplemente perfecto, más el cariño inmenso que recibía de su madre, lo compensaba todo. Su familia, era bastante apegada a la religión, iban todos los domingos a misa, y entre semana asistían al rosario, rezaban antes de cada alimento, al dormir y al despertar. A los cuatro años tiene un sueño en el que la virgen le dice que recibirá una carta de su papá que tenía muchos años desaparecido y sin reportarse, pero le dijo que esa sería la primera y la última que recibirían. Se acercó con su madre al día siguiente y le dijo lo que había soñado, le dijo también que ese mismo día llegaría la carta. Su madre no hizo el menor caso y entonces a la hora de la comida llega un señor montado a caballo con una carta para su madre. Efectivamente era de su papá, no decía mayor cosa, vagamente que los extrañaba, pero lo más importante es que jamás recibieron otra en su vida. En ella decía, que los quería mucho a ella y sus hermanos, que siempre los tenía presentes, pero que estaba en un largo viaje del cual no sabía cuándo regresaría, le pedía, que fuera siempre una niña obediente, trabajadora, que cuidara de su madre y

hermanos. Aunque estaba muy pequeña, ya se había acostumbrado a esa ausencia, pero lo que sí notó, fue, que a partir de ese día, comenzó a soñar mucho, a ver cosas hermosas, que después sucedían, también veía algunas que le causaban dolor, pero también sucedieron. Cuando eran cerca de las 7 de la noche, le gustaba sentarse en un rincón en la sala, y apoyar su cara en las rodillas, y ponerse a soñar despierta, al menos, ella creía estar soñando, pero era un momento en el que podía desprender su espíritu, relajar su mente, y ver miles y miles de cosas. María era una católica fervorosísima, devota a San Martín de Porres antes que cualquier otro santo o virgen, o que el mismo Dios. Lo idolatraba y se encomendaba a él en circunstancias desfavorables. Al menos, esa fue la enseñanza que tuvo de su madre conforme crecía, eso fue lo que aprendió, esa era la manera de vivir, que ella conocía, nadie prácticamente sabía, que las cosas del Padre, iban más allá de ídolos, imágenes, rezos sin nada que sirviera para dar luz. Si pasaba por una pena, rezaba a San Martín, si había fiestas parroquiales en su honor, ayudaba en la organización, y aportaba con un poco de dinero, por la causa de su santo, al menos así le hacían pensar. Le agradecía también por sus alegrías, pensaba

que todas las cosas buenas que tenía en la vida, eran por él, y por Dios, ya que eso le habían inculcado desde siempre. Se casó con un militar que vivía en San Antonio Texas, pero al contraer matrimonio se vienen a Yahualica y se convierte en alcalde del pueblo, ahí lo matan cuando su hijo el más pequeño tenía once meses de edad aproximadamente. Fue un tiempo de mucha estabilidad para ella, se hacía cargo de su casa, de sus hijos y su marido, esa fue otra de las bondades, que le seguía agradeciendo al santo. Pero cuando su marido faltó, todo cambió, de cierto modo, quiso renegar, el por qué le estaba sucediendo eso a ella, además la muerte fue trágica, sentía que su mundo se venía abajo, no sabía que hacer. Al verse sola y desamparada, quiere hacer cobro de la pensión que por derecho le correspondía por el gobierno americano, y hace constar en una fe por el sacerdote del pueblo que la persona Juan Pérez nombre de su marido aquí en México, es en realidad Rodolfo Meza, nombre con el que militó en San Antonio Texas. Lleva a la embajada esta carta y hacen caso omiso. Hizo demasiadas peripecias, para poder reclamar eso que le correspondía, una vez más, se encomienda, pero los trámites, y el papeleo, parecían que jamás terminarían.

Ella utilizó todos los argumentos que tenía para hacer válida su explicación, poco a poco fueron pidiéndole un sin fin de papeles, identificaciones, actas de nacimiento, de matrimonio, y pedía a su san Martín de Porres la dejara hacer uso de ese dinero para sus hijos, le prometió que si le hacía el milagro, el primer cheque íntegro sería llevado por ella hasta su parroquia. Pedía diariamente a San Martín, y llevaba a sus hijos a misa, para reforzar según ella, la causa, le pedía, la sabiduría para poder arreglar la situación, de la mejor manera posible, y lo más rápido que se pudiera, pues, el hambre y las necesidades eran apremiantes, principalmente por los pequeños. Estaba dispuesta, a cumplir, con su promesa, pues sabía que sus rezos serían escuchados, y que no estaría desamparada una vez recibido el dinero, mientras tanto, trataba de ayudarse como podía, ya que además de estar al pendiente de sus hijos y su casa, planchaba ropa ajena, haciendo aún más cansada la espera. Pasó el tiempo y casi daba el asunto por perdido, y una noche tiene un sueño, en el que un señor que vendía imágenes de santos casa por casa llega a la suya a ofrecerlas, le pide que lo acompañe afuera donde las tiene y cuando la acerca a la de una virgen le dice el Padre “lo vivo es vivo y lo muerto es muerto”. Así, después de mucho tiempo, comenzó a tener esos sueños, que de pequeña, le hicieron tantas

revelaciones, buenas y malas todas ellas, y este, en particular, no sabía bien como tomarlo, pero movió fibras muy sensibles dentro de ella. Despertó sin saber interpretar bien su sueño, tenía la prisa de llevar a sus hijos a la escuela, hacerles el desayuno y comenzar con sus tareas de la casa, siempre encomendando su día a San Martín de Porres claro está, es como a media mañana llega el tan esperado cheque de la pensión de su marido. Lo que sí sabía, era, que el sueño, tenía que ver con el dinero que estaba esperando, y cuando lo vio en sus manos, no daba crédito a que eso, fuera algo real, no podía esperar más, pues sentía, la necesidad de entregarlo como había pactado antes. Su madre que había llevado el cheque porque llegó al domicilio de su hermana le preguntó si lo había guardado bien a lo que María contestó que creía que sí pero que no se quería preocupar porque el dinero no era suyo si quiera, ya que lo había prometido a la parroquia de San Martín. La madre de María, pese al fervor y devoción, que siempre había tenido a la iglesia, hizo la pregunta más que nada, porque veía la enorme necesidad de su hija, y ni ella, podía creer, que en esas circunstancias, prefiriera llevarlo a la iglesia. Estaba dispuesta a llevarlo inmediatamente al templo, pero el día fue transcurriendo con sus

actividades que la hizo olvidarse por completo de eso. A las doce del día tuvo la firme intención de ir al escuchar las campanadas, pero recordó que debía pasar por sus hijos a la escuela y bueno se retrasaría en hacerlo. Mientras escuchaba las campanadas una voz muy clara le decía que sus hijos eran los que estaban vivos y que sus santos no. Otra vez, estaba teniendo una revelación más, ella, de pequeña, no sabía a que se debían, y la percepción, que tenía de lo espiritual no era nada cercana, a lo que notó estar sintiendo. Comenzaba, a darse cuenta, de lo que es espiritual realmente, estaba llegando para ella, el momento justo, de entender con toda claridad y precisión, lo que es del Padre directamente, y lo que los hombres dicen que esa verdad sin conocerla ni sentirla plenamente. Así que decide ir a abrir el cheque que estaba firmado por una cantidad más o menos de sesenta mil dólares un equivalente a ciento sesenta mil pesos de ese tiempo hace como cuarenta años. Dinero suficiente, para atender las necesidades de sus hijos, por un tiempo razonable, y también, para reducir sus jornadas de trabajo, para poder criarlos de mejor manera y con más tiempo de calidad, ya que estaban en una etapa que demandaba su atención constante.

Agradeció a Dios la enorme ayuda, estaba por quedarse sin ese valioso dinero para sus hijos que necesitaban ya de ropa, calzado y comida. Por la noche soñó que llevaba a San Martín de Porres el dinero y se le caía antes de entregarlo. En eso comenzó a ver flores y un campo hermoso que le daba mucha paz y alegría. Fue entonces cuando una voz llena de luz se escuchó hablarle a María y decía: “Yo hice al hombre, pero el hombre no puede hacerme a Mí, soy camino, verdad y vida, soy esencia, presencia y potencia”. Sintió como una venda se caía de sus ojos con el sueño, y descubrió que la majestuosidad de la ayuda recibida se debía sólo a Dios mismo, que las imágenes de santos y vírgenes no eran más que un culto vano. Esa, era otra revelación dada, a su espíritu tan sensible, interpretó el sueño rápidamente, esclareció que los santos y las imágenes en nada tienen que ver, con amar al Padre y recibir sus bondades, sólo basta, con que nos acerquemos sentidamente a su presencia, y todo cuanto nos aqueja, será remediado. Las flores, eran la nueva vida de verdad y amor inmensos que estaba entendiendo, pero tuvo que pasar, por varias pruebas a lo largo de su vida para comprender, pues esta verdad, el Padre, se la estaba mostrando directamente desde pequeña, pero aún necesitaba madurar y evolucionar. Fue descubriendo el sendero de lo que es

espiritual, fue atacada por su familia, le decían que estaba siendo parte de otra religión y otras creencias, que iba en contra de la voluntad de Dios. A lo que ella respondió, que desde hacía mucho Dios era quien le iba mostrando el camino, y a Dios tenía sólo que apegarse en espiritualidad. Todos ellos, con costumbres tan arraigadas, con toda una vida de fervor a la iglesia, que no querían darse cuenta de lo que María había vivido y quería vivir, era la verdadera voluntad del Padre, y que el error en que muchos viven, tiene que terminar. Es así, como se da a la tarea, de aprender y conocer, lo que de verdad tiene que ver con el Padre, se dejó de falsos ídolos y de la religión mundana, hecha a conveniencia del hombre. Aprendió, a concentrar muy bien su espíritu, para poder comprender lo que el Padre quería mostrarle en sueños y videncias, encontrando su misión, que es la de ayudar a la humanidad entera, a que conozca al Padre, para que salgan de una vez por todas, del error y el sufrimiento. María encontró en Dios, nada más en Dios, su gran tesoro de vivir, ayudándose a sí y a los demás, en esta nueva vida verdadera, que acababa de descubrir.

RELATO 3 Fernando, un hombre que conocí, lo conocí por cuestiones de trabajo y, después de que nos tuvimos la confianza suficiente, me contó sus experiencias con la oración después de que yo le contara las mías. El tiene una hija que, cuando tenía dos años, me contó que había llorado inconsolable después de haber estado en casa de su hermano. Semanas antes supieron que la mujer del hermano había sido poseída por un demonio; su ex esposa lo había mandado por envidia y celos por medio de un trabajo que un brujo le hizo. La pobre sufría convulsiones, daño físico, heridas y marcas, sufría incansablemente, la familia estaban realmente preocupados por ella, su sufrimiento era dolorosísimo, y fue hasta que le enseñaron el poder de la oración, que sanó por medio de un desalojo que le hicieron. El ser se despegó de su cuñada, y curiosamente estaban ahí el día que eso sucedió, y al demonio podía verlo y sentirlo la pequeña hija de dos años. La pequeña despertó en la madrugada con un sentimiento terrible. Así empezó el suplicio. Por supuesto que, al principio y durante mucho tiempo, no tuvo este hombre idea de qué era lo que ocurría con la pequeña, las convulsiones eran terribles, pero no presentaba los cuadros propios de una epilepsia; las marcas en su cuerpecito no tenían una razón aparente y en más de

una ocasión fueron confundidas con signos de maltrato infantil. Su madre y su padre de repente discutían, y era en uno de esos momentos en que ella despertaba desconsolada, no paraba de llorar, no encontraban manera de calmar el aparente sufrimiento que padecía. La situación de la niña hacía su vida más tensa, y eso hacía que los ataques de la niña fueran más frecuentes; era un círculo vicioso que no veía cómo romper. La niña vivía inquieta, temerosa, perdía el apetito casi por cualquier cosa; comenzó a hacerse demasiado sensitiva. La llevaron al médico, le hicieron estudios, varios estudios, y no tenía nada. Neurólogos, psiquiatras, pediatras, alergólogos, todos ellos desfilaron frente a la niña sin encontrar una respuesta satisfactoria. De tanto ir con especialistas, más de una vez alguna trabajadora social preocupada llegó a sondearlos, temiendo que la niña hubiera sido víctima de algún abuso. Sus noches eran el peor calvario para sus padres, y sobre todo para ella, quien gritaba asustada y se tranquilizaba un poquito sólo cuando su padre la tomaba en sus brazos. Fue debido a lo inexplicable y terrible de la situación que sus padres, aunque no creyentes, buscaron ayuda espiritual, y por fortuna, encontraron al vidente que les explicara la situación de una manera en que pudieran

entenderla y aceptarla. Ellos no eran creyentes del poder de la oración y un vidente les dijo que su nena tenía un desarrollo mayor al de los niños promedio, que eso la hacía ser demasiado sensitiva y perceptiva a cosas que no eran visibles para los demás. Les dijo que tal vez estaba poseída por un ser que la turbaba, que podía que viera sombras en la oscuridad de la noche que le inquietaban. La pobre despertaba bañada en sudor y lágrimas, se orinaba en la cama del miedo tan enorme que sentía, sus ojitos se desorbitaban y su respiración era muy agitada. La nena no quería estar sola en la noche, ni en el día, no jugaba, no tenía más que miedo en su pequeña carita, tenía problemas para obrar, su carácter comenzó a hacerse difícil. El vidente habló con sus padres de que estaba claro que su hija tenía un ser; les explicó que los vicios, las riñas, la negatividad de los padres es claramente sentida por los niños, y que en el caso de la niña, esto podía estar sucediendo de tal manera que el ser tomaba fuerza con estos eventos y no la dejaba tranquila. Su espíritu es tan grande que esa intranquilidad pide también por la luz para sus padres, para la felicidad en el hogar. La pobre hermosa niña de dos años de edad, con ese sufrir, les partía el alma.

Era para volverse loco, era tal el llanto y tan poco el descanso que tenían por las noches, que muchas veces llegaron a desesperarse, pero por no poder ayudarla; es sabido que hay situaciones de insomnio en los niños, o de inquietud, en la que los padres llegan a perder la paciencia y lastimarlos, pero en su caso sentían desesperación por no poder sanar a su nenita, por no poder verla dormir tranquila, por no poder quitar las lágrimas que brotaban de sus inocentes ojitos. Es difícil comprender el grado de desesperación de unos padres que sienten que no pueden ayudar a su hija. Aún con dudas en sus corazones, entendieron que la única persona que podía ayudarlos era el vidente que les había hablado de la desarrollada percepción de su hija y del poder de la oración para sanarla; entonces, decidieron dar un paso más en esa dirección. Pasaron noches enteras pensando en cómo podrían ayudarla, ya no querían verla ni escucharla sufrir más. Llamaron al vidente y él les dijo que hicieran oración junto a su hija cada que estuviera inquieta, y que poco a poco vendría la luz a ella. Les costó un poco de trabajo, ya que no creían, pero por su hija estaban dispuestos a todo; esa fue una dura prueba que tuvieron que vivir para reforzar su fe. Así que, llegado el momento en que su hija lloró, fueron hasta su cuna, la tomó él entre sus brazos y comenzaron a orar profunda y sentidamente por el alivio de la pequeña.

La sintieron confortada y tranquila, se quedó profundamente dormida, y él se quedó junto a ella observando la tranquilidad en su cara. Por la mañana trataron no perderla de vista; para ellos era muy importante seguir todas sus actitudes y comportamientos para tener claro el avance de la oración en su problema, para estar alerta a sus necesidades, más que nada. Pasaron dos días, y a la siguiente noche, cuando regresó de un rápido viaje de una tarde, empezó a discutir con su esposa; la niña ya estaba dormida, claro, aunque no levantaban la voz, era claro que el ambiente en casa estaba tenso, sabían perfectamente que la niña no podía escucharlos, y de repente, un alarido interrumpió la discusión. Corrieron desesperados a la recámara de la niña y ahí estaba ella, mojada de sus pantalones de pijama por el susto que había pasado, y tomada de los barrotes de la cuna en una esquina, como si se escondiera de algo, y otra vez, con esos hermosos ojos llorando sin consuelo aparente. De verla en ese estado, una vez más, después de la reciente mejoría, les empezó a quedar claro que lo que el vidente le decía era cierto, que había una relación directa entre el ambiente de la casa y los ataques. Se sintieron profundamente responsables del mal de su hija, pero si bien ellos habían sido responsables de su mal, lo serían también de su sanación. Volvió a tomarla en sus brazos, se sentó en una

silla junto a la ventana, le leyeron un cuento, y oraron mientras acariciaba su carita y su cabello; otra vez, Dios les ayudó a arrullarla, y a alejar el ser turbado que la tenía. El pánico que sufría su hija al no poder dormir, era casi el mismo que experimentaba él cuando iba de viaje, sabiendo que al regresar habría una riña, que sacaría a la pequeña de su tranquilidad. El vidente les dijo que el vicio de la discusión, así como muchos otros, baja seres turbados, ya que los pensamientos negativos alimentan su arraigo, y que todos los niños, por medio de las reencarnaciones, vienen a este mundo con mayor evolución; hoy día gran cantidad de niños tienen visiones de seres turbados, siendo tales dones tan desarrollados en ellos que no sabemos cómo conducirlos, y de ahí vienen estos padecimientos en los pequeños; si no saben tratarlos, conforme pasa el tiempo los dejamos sin el gran beneficio de tenerlos. También les dijo que su niña despertaba inconsolable, porque captaba perfectamente los pensamientos negativos de sus padres al discutir. Por esto los seres causan problemas a los niños, por su vulnerabilidad, y llegado el momento los padres no saben cómo actuar, creyendo que el niño es presa de una enfermedad, como lo pensaron ellos, y llevan a sus hijos al médico, sin llegar al verdadero punto, dejando así que se mantenga el sufrimiento de los niños. A su hija, como a muchos otros niños en su

situación, les sucede que pueden llegar a tener manifestaciones materiales, que hacen crecer su miedo; llegan a tener visiones y a escuchar cosas espantosas de lo que podía llegar a sucederles a sus padres, lo que les provoca aún más miedo. Pueden ver a los demonios, pueden escuchar sus pretensiones, y al acercarse a buscar ayuda, llegan a ser juzgados de locos, lo que los obliga a guardar para sí la dificultad de sobrellevar la situación, además de a no llevar un adecuado tratamiento que los ayude a sanar esas heridas. Es necesario que sepamos que cuando un niño comienza a tener esas manifestaciones materiales, que no le permiten tener ningún tipo de tranquilidad, es necesario que reciban un adecuado tratamiento psicológico que les permita retomar su vida y entender qué es lo que ocurre en ella. No sólo se convierten en presas de un asunto de mal espiritual, sino que al llevar al fondo su perturbación, llegan a tener actitudes inusuales, como tener los focos prendidos de su recámara para poder dormir, porque saben que si apagan la luz, los seres pueden llegar a hacerse presentes. Los padres tienden a caer en uno de dos extremos, o bien el de desestimar las actitudes de sus hijos, considerándolos caprichos, berrinches, maneras de buscar la atención o cosas similares que deben de ignorar o reprimir para disciplinar a sus hijos, o por el

contrario, pensar que la causa de tales conductas tiene un origen y una solución médica y que sólo es necesario una buena combinación de pastillas para acabar con el problema. Debemos estar atentos a cada conducta de nuestros hijos, y tener la claridad para distinguir lo normal de lo anormal, pues no se trata tampoco de sobreprotegerlos o limitar el libre desarrollo de su imaginación y de sus expresiones emocionales; lo importante es reconocer las actitudes que provoquen o manifiesten un daño físico o espiritual, y procurar, con la guía adecuada, darles la paz que hayan perdido y garantizarles un ambiente seguro y amoroso. Muchas veces, cuando los seres quieren poseer a un niño, estos, como pueden verlos de repente, gritan sin controlarse a manera de defensa, como los niños tienen un desarrollo espiritual enorme, pueden ver lo que los adultos no ven, y son los adultos quienes de repente los separan más de la verdadera cura. Pudo pasar tres noches tranquila, pero a la primera discusión de sus padres, volvió a despertar turbada, con un inmenso dolor en su rostro, y sus padres volvieron a orar a su lado. Era tal el poder de la oración que podían notar que el ser se iba, porque su hija podía dormir, bien algunos días después de orar. Iba regularmente al baño, podía comer, se reía, volvía a ser dulce y tierna como antes. Pero sus padres notaron que el ser se había aferrado tanto a la niña que

regresaba, no quería desprenderse. Después de lo de su cuñada quedaron sensibles a la percepción de esas cosas; aún no creían del todo, y supieron en ese momento, que Dios les estaba poniendo una de las pruebas más difíciles de su vida. Es por eso que entendieron que hay quienes reciben un bien y se olvidan de Dios, y muchas veces les vienen después pruebas más fuertes, como les pasaba a ellos. Dios permite situaciones caóticas en su hermosa justicia para poder despertar y saber alimentar a nuestro espíritu, y para ayudar a los demás a hacer lo mismo, llamándonos así al conocimiento, aunque permanezcamos aferrados a la ignorancia. Fueron cinco años los que la pequeña padeció tan terribles cosas; ya estaba en edad de hacer amigos en su escuela, y nada, era retraída, temerosa, y lo peor que podían ver en ella era eso, ya que siempre se preocuparon por su completa felicidad. Para ellos no fue niña problema, para nada, bien sabían que, por su evolución espiritual, tenían que canalizarla en actividades, pero en actividades que ella deseara, en las que ella se sintiera feliz y realizada. Hay tantos niños en estas mismas situaciones, y que sus padres no saben tratarlos como deben, como los padres que son; hay que saber hablarles, abrazarlos, entenderlos, no volverse locos con su llanto, que no es berrinche, sino un sufrimiento no entendido. Se les llega a maltratar de tal forma que los hacen sentir una basura

y los colman de sentimientos negativos que los marcan por toda su vida; incluso llegan hasta los golpes. Sabiendo ya que la oración había sido y era la única manera de sanar a su hija, y más preocupados que nunca, debido a que, por su edad, su hija estaría expuesta a un ambiente fuera del familiar, sin una manera de hacerle frente al mundo si no encontraba la paz y la confianza, el bienestar y la salud y la capacidad de enfrentarse a los malos pensamientos y acciones del mundo sin que éstos le produjeran un malestar físico, tomaron una acción más determinante para, por fin, acabar con el problema. Estando un día en la casa, se desesperaron y mandaron llevar un grupo de videntes que les ayudarían en la oración; pedían a gritos una cura para su hija, y fue así como le realizaron un desalojo. Fue tanto el poder de su fe por la felicidad de la pequeñita, que se sintió como sus labios se pintaban rojos otra vez. Su bella y contagiosa sonrisa se dibujaba nuevamente en ella, y así durmió, y durmió, esa y otras noches más. Seguían orando junto con ella en su cama; a su corta edad entendió lo que era la fe y la oración, ella la sentía más que cualquiera de los presentes, y con tan sólo siete añitos. Con eso les demostró a sus padres su gran evolución de espíritu. Se dieron a la tarea de ir aprendiendo cómo manejar este tipo de situaciones mientras duró la terrible experiencia con su hija, y aprendieron un gran número de

cosas que pusieron en práctica, pero que muchos padres ignoran. Su interés primordial es ayudar a gente que pase por experiencias similares a la suya; los niños son más que de oro, son lo más bello que hay; nuestro legado para mañana, y nuestra misión es ayudarlos a prepararse su propio camino de luz. Hay prácticas que las personas como padres hacen, y que no son las más adecuadas. Muchas veces los pequeños pueden ser tomados como niños problema siendo que su inteligencia supera la del promedio; también les pierden la paciencia, creyendo que lo que necesitan son dos nalgadas, o hasta más, y mandarlos a ver televisión con alimento chatarra con la finalidad que no sigan molestando, sin saber el daño que les hacen, ya que muchas veces no saben ni lo que están viendo y que no hacen más que dañarlos de peor forma. No se detienen en observar su conducta, sus actitudes, su forma de desenvolverse; no paran en notar los cambios que pueda llegar a tener su ánimo y carácter. Deben apoyarlos, alentarlos, enseñarles a orar, a fortalecer la fe, a alejarse de los vicios y de los malos pensamientos como el de discutir; esa si es la función como padres. En la medida en que bajemos a los seres turbados, será la medida en que nuestros pequeños los perciban; debemos hacerlos fuertes, seres de luz que ayuden a los demonios a encontrar su morada; sembrar en nuestros hijos su propio tesoro de vivir.

Hacer la oración en familia en la medida en que sintamos la tranquilidad, nos hará menos propensos a estas situaciones de tanto dolor para nuestros pequeños. Su hija sufrió tanto, y él como padre sufrió tanto, que su mejor regalo, aparte de su cura, es el procurar que lo que les ocurrió no pase más en este mundo; y no piensa callarlo, eso sí sería pecado; su necesidad imperante es exponerlo a otros padres, a otros pequeños, a sanar espíritus indefensos que sólo necesitan una buena y adecuada guía para que dejen de sufrir. Tenemos que permanecer alerta, los cambios en la conducta de nuestros hijos, más que el reflejo de nuestros problemas, pueden ser señal de que, con nuestras discusiones, los estamos haciendo presas de demonios, y si no damos la atención adecuada, podemos llegar a generar daños irreversibles. Los niños deben sentirse protegidos, saber que estás con ellos; no usemos la violencia, sino llenemos de ternura esos corazones. Enseñémosle a orar, a dar luz a los demonios que los atormenten, a ser pacientes, y, como le pasó a Fernando, hay que enseñarnos a creer y superar los obstáculos que nos ponga Dios en el camino para reforzar nuestra fe. Enseñémosles también la importancia de la comunicación, guiémonos como padres a creer siempre en la palabra de nuestro hijo, no debemos juzgarlos, sino enseñarles con todo el amor del mundo a que todo se soluciona, a que vivan sus reencarnaciones con el mayor

aprendizaje posible y a que dejen a un lado los errores que tengan arraigados de vidas pasadas. Podríamos tener en nuestro hogar a uno de los llamados niños prodigio; estos tienen una capacidad intelectual y de comprensión más desarrollada que los niños promedio. La ciencia ha querido darles un nombre o clasificación, por así decirlo, pero la verdad, esto es a causa de la luz, de su evolución. Suelen, hacer cosas que, tanto en casa como en la escuela, no pudieron haber aprendido, sino que las hacen naturalmente; citemos el caso del grande y célebre músico y compositor, Ludwig van Beethoven, que habiendo presentado una incipiente sordera desde los seis años de edad ya componía y, se convirtió, en uno de los más grandes creadores, produciendo obras que han marcado la historia, su aprendizaje, lo fue adquiriendo, prácticamente solo a base de práctica. Se han pensado y creado, a lo largo del tiempo, series de escuelas para niños prodigio, y es bueno hacer énfasis en que estas escuelas deben ser dirigidas hacia los maestros y no hacia los niños, pues ellos son más capaces de enseñar a los adultos, que los adultos a ellos. Si nuestros niños, en su pureza e inocencia, llevan la luz consigo, habrá que tener la humildad de dejarnos guiar por ellos, por más y que parezca extraño que sea el alumno el que enseñe al “maestro”, y que sea un niño el que guíe el camino al adulto, supuestamente más

preparado y sabio. El alumno enseñando al maestro, y es que por todo el mundo, está naciendo una fresca oleada, de niños, con una capacidad espiritual demasiado desarrollada, son perceptivos a cambios de ánimo, son perfectos maestros, los mejores consejeros, con pláticas sumamente sensatas y maduras, tienen una capacidad para comprender cualquier situación en su entorno. Son quienes reformarán este mundo, y necesitan una buena guía, que los acerque más todavía al Padre, muchos de ellos, han aprendido hablar distintos idiomas, sin que nadie, les enseñara, o sin haberlo escuchado antes, y es que a tan corta edad, están dando sólo pequeñas muestras de su gran capacidad. Las escuelas están siendo insuficientes para ellos, llega un momento, en que no se les puede enseñar nada más, debido a su rápido aprendizaje, es cuando los maestros y padres se desesperan, pero la realidad es que el sistema de educación, debe evolucionar. Son buenos en cualquier disciplina, ya sea en los deportes, en la ciencia, el arte, la cocina, todo aprenden de manera sorprendente, irradian una luz, que puede iluminar todo un continente, no los limitemos, hagamos crecer en ellos, cada vez más sus capacidades, aprendamos, a desarrollar, cada vez más toda esa energía que irradian. Las competencias, de cualquier índole, son

abarrotadas por niños, aprenden a hablar, a caminar, a valerse por sí mismos, a muy temprana edad, y algunas veces, frenamos su avance, por falta de preparación, no apaguemos antes de tiempo estas resplandecientes estrellas. Uno de los casos más sorprendentes de todos los tiempos es el de Hellen Keller, una niña que nació, ciega sordo muda, su familia, era incapaz de poder tratarla como ella necesitaba, ya que además de estar muy evolucionada espiritualmente, estaba completamente limitada de manera física, para comprender y hacerse entender. Sus padres accedían a todos sus caprichos, dado a que la sobreprotegían por su situación, es así, como después de mucho batallar con su educación, encuentran a una institutriz, que se comprometió, en hacerla hablar y valerse por sí misma pese a sus limitaciones, a sus tan sólo ocho años de edad. Ann Sullivan, se comprometió en cuerpo y alma, porque Hellen, viviera una vida normal, como cualquier niña de su edad, mediante, tacto, y el sistema Braille, la enseñó a leer y conocer el significado de cosas que ella desconocía completamente, así como también a comunicarse con su entorno. Los padres de Hellen, un militar y su esposa una mujer tradicionalista, sin ver evolución en su hija, intentan despedir a su institutriz, pero Annie, en su gran compromiso con Hellen, pide dos semanas a solas con la

niña, sin la compañía de sus padres, en la casa del granero. En tan sólo dos semanas Hellen con ayuda de su institutriz y con su gran evolución, logro valerse por si misma aprendió a hacerse entender y a satisfacer sus necesidades, sus padres no podrían dar crédito a todo lo que si hija logro en tan poco tiempo, y fue así, como Hellen a muy corta edad y con sus limitaciones, se convirtió en institutriz de niños en su misma situación, además de crear fundaciones por todo el mundo que apoyaban esta causa. Fue la precursora de los sistemas innovadores de educación en los que no hay que presionar a los niños en su aprendizaje, sino dejarlos ser y desenvolverse tal cual su evolución espiritual los va guiando, su trabajo prevalece hasta nuestros días. Como este existen muchos otros casos, en el deporte, medicina artes, ciencia, en nuestro país, hemos sido cuna de muchos grandes genios, actualmente por ejemplo, una chica llamada Natalia Lafourcade de tan solo 26 años actualmente, ha grabado y compuesto gran cantidad de discos siendo que a muy corta edad, aprendió a tocar infinidad de instrumentos y a sus diez años de edad hizo sus primeras composiciones musicales tanto de letra como de melodía. Se ha hecho un gran camino dentro de la música y más de diez años de trayectoria la avalan.

El tesoro de vivir lo tenemos cada uno de nosotros en las manos; no olvidemos enseñar eso a nuestros hijos, alejemos de ellos los malos pensamientos y formemos espíritus fuertes llenos de fe y amor a Dios.

RELATO 4 Escribía sobre temas de oración, era ella, una mujer que, casualmente por el destino, llega conmigo y le propuse hacerlo, publicar un libro sobre la oración. Al poco tiempo, a los pocos días, comenzó a tener situaciones bastante peculiares, dejó de comer, de dormir, comenzó a tener problemas de entumecimiento del lado izquierdo de su cuerpo, no descansaba, estaba muy nerviosa, pasaban cosas extrañas con su cuerpo. Hacía muchos años antes, tuvo experiencias que marcaron su vida, sufrió de abuso sexual durante dos años en su adolescencia, y sólo los pensamientos negativos inundaron su espíritu; comenzó a obsesionarse con su peso, quería ser delgada, agradar a su familia, ser la mejor hija, la mejor estudiante, la mejor y nada más que la mejor, y sabía que lo que le había sucedido la desmeritaba ante los ojos de los demás. En esos años, mucho antes de conocerla yo, caminaba, sin saber a dónde se dirigía, y siempre encontraba miradas que la incomodaban a su paso. Iba enfermando sin darse cuenta, y comenzaba a convertirse en una personita, bastante antisocial y llena de miedos. Efectivamente perdió peso, y con el, casi hasta la vida; se le caía el cabello a puñados, sus uñas no crecían, estaba demacrada y sólo quería morir; pasaba las noches pensando en lo ocurrido y sentía un miedo muy grande de estar sola por la calle.

Comenzó a escribir, sobre el amor y el desamor, que no conocía realmente, pero comenzó a desahogarse y a pensar mucho más claro que antes; sentía alivio, pero no tenía fe, no podía creer que le hubieran sucedido estas cosas y Dios no se apiadara de ella. Después, cuando creía haber encontrado su propia paz, regresaron los problemas; dejó de dormir nuevamente, nada le salía bien, se desesperaba con gran facilidad, sentía que se ahogaba que su pecho iba a estallar, y sobre todo, se sentía muy sola, a pesar de que tenía muchas amigas y personas que la querían, ella estaba muy, muy sola. Si bien no era bonita, se arreglaba siempre y procuraba estar guapa y verse bien, pero en el fondo se sentía la mujer más horrible que existiera; le gustaba leer y estudiar, muchos la consideraban culta, y ella sólo se sentía como tonta. A su aspecto, aunque en el fondo no le preocupaba demasiado, le prestaba atención: procuraba arreglarse, peinarse, cuidar muy bien la elección de su ropa y accesorios, y muchas veces, la gente la tomaba como una persona bastante elegante y sofisticada para su edad, cosa que ella no veía así. Todos los pensamientos negativos hacia ella misma y su vida la atormentaban, pero seguía sin creer y buscar su respuesta en Dios. Continuó escribiendo, y eso se convirtió en su escape. Después de hacer esto

durante mucho tiempo, entró a estudiar literatura, y letras. Su gran terapia se convirtió en su mayor pasión; en el trayecto, volvió a sufrir de depresiones, comenzaba proyectos que no concluía y dejaba en el camino; eso la deprimía, seguía rodeada de gente, pero sola. Era muy enfermiza dado a que no dormía ni comía bien, sin afán de adelgazar, el hambre se iba con el sueño y las ganas de vivir; otra vez su semblante decayó, sus ilusiones se desvanecían lentamente, y las enfermedades afloraron. Fue víctima de una hepatitis que se complicó sin explicación alguna y casi la lleva a la muerte. En el transcurso de seis meses, estuvo presente en accidentes automovilísticos que dejaron su espalda sensible de por vida, dejó de caminar por unos días también, sin razón aparente, las gripes la invadieron cada mes y económicamente le fue muy, muy mal, siendo ella el sostén de su familia. No se explicaba por qué le sucedían a ella esas cosas, se consideraba buena hija, buena estudiante, buena empleada, se sentía sola, vacía, claro, con una mente llena de resentimientos, pero no sabía por qué. No dormía, estaba cada vez más débil, cada vez se llenaba más de deudas y el trabajo le faltaba, las exigencias de su familia por una vida con comodidades la perturbaba de tal manera, que no sabía hacia dónde ir

cuando andaba por la calle. No encontraba por dónde ir, no sabía qué hacer con ella ni cómo manejarlo, sentía que era lo peor, vivía en un cansancio y en una inconformidad hacia ella misma impresionante. Alguien le aconsejó un día ir a terapia de medicina alternativa, y después de un año de asistir, no encontró cambio alguno. Sus manos temblaban por las noches, sus ojos parpadeaban una y otra vez, daba miles de vueltas por la cama, se postraba frente a un espejo siendo de noche, y aún así, podía sentir que su imagen fuera suya, sentía que jamás se plasmaba en el. Los días y meses pasaban de forma indiscriminada y sin ninguna mejoría para ella; decidió tomar terapia psicológica y sólo logró que la canalizaran al psiquíatra para medicarla, lo que la ayudó a poder dormir y a sentirse tranquila, pero aun así no encontraba la calma, nada más sucedió que comenzó a hacerse adicta a los fármacos y a ir en busca de varias terapias psicológicas y psiquiátricas, pero seguía sin encontrar nada. Existen muchas personas que por querer sentirse bien, por su adicción a los fármacos y por indicación del médico, se convierten en fieles seguidores y creyentes de las terapias psiquiátricas y psicológicas; van y vienen de uno a otro por toda su vida y no encuentran la cura jamás, invirtiendo fortunas en el intento.

Las enfermedades iban y venían, las dificultades no la dejaban tranquila, sus relaciones en familia y amistades se resquebrajaban a la más mínima insinuación de que estaba mal su conducta tan agresiva, se peleaba por todo y con todos. El verdadero sentido de su vida era querer creer en ella misma, creerse lo que todos decían que era bueno de ella; su meta, consistía en nunca dejar de ser autosuficiente, independiente, y nunca llegar a necesitar de nadie. No escribía, no quería saber nada de nadie, no quería ir a trabajar, nada le daba satisfacción, todo la cansaba y la acomplejaba, no era feliz, no tenía ningún sentido su vida; pero eso sí, día con día crecía su odio hacia la persona que la había violado en el pasado. Cuando ya no pudo más, un día después de haber discutido fuertemente con su familia, que sólo se preocupaba por ella por el aspecto económico y que le reclamaba cuando no les deba el dinero suficiente para las cosas que querían. Fue después de haber tenido un día de trabajo muy pesado, después de meses enteros de acabarse por entregar unos reportes, y bueno, después de que nada le había salido bien ese día, tomó sus pastillas, para dormir y para relajarse. Las vio en sus manos y sólo pensaba en dar fin a su malhecha vida, ya no quería escuchar a nadie, no quería saber de trabajo, de obligaciones, de amigos, ni de gente a la que tuviera que agradar y darle gusto.

El vacío nunca fue tan grande, el insomnio nunca había durado tantos días, el dolor de cabeza se convirtió en parte fundamental de su vida, hasta que aprendió a vivir con él, porque nada se lo quitaba. Nada era importante para ella, nada tenía sentido, su malestar físico era evidentemente insoportable; no sentía amor por nadie, ni por ella misma, su autoestima estaba por los suelos; no se interesaba por nada, ya estaba harta de sus múltiples obligaciones, y no hacía más que desaprobar las actitudes de los suyos hacía ella. Ingirió todas las cajas de medicamento que se encontró, esperando poder encontrar así la ayuda y alivio que tanto estaba esperando desde hacía años. Comenzó a sentir sueño, el sueño que no sentía desde mucho tiempo atrás; se sentía tranquila de cómo su cuerpo parecía flotar, su mente no pensaba en nada que no fuera dormir, y de repente, quedó fuera de sí y no despertó. En su sueño, ella sólo podía ver como su vida completa pasaba frente a sus ojos y notó cosas que no había visto antes, se dio cuenta de que había tenido momentos de felicidad, y esos eran cuando se encontraba cerca de Dios. Se dio cuenta de que no la había desamparado nunca, de que siempre estuvo junto a ella cuidándola y nunca quiso verlo, pero aun así siempre guió sus pasos para que pudiera sentirse feliz y completa.

Vio el amor que su familia sentía por ella, y el de ella hacia ellos; entendió que tenía muchas razones para vivir, y vivir feliz, pero esa felicidad la tenía sólo cuando pensaba en Dios y hacia oración. Ella, alguna vez, había encontrado su tesoro de vivir, y lo dejó por una vida de resentimientos, infelicidad y tristeza, que sólo le trajo males y enfermedades. Todo lo vio oscuro un día y se olvidó de Dios. Comenzó a orar en su sueño, sentía mucha paz, sentía mucho amor, sentía la necesidad de ver a los suyos y abrazarlos, quería perdonar, quería amar, no quería dejar de orar, se sentía sumergida en esa luz, en esa inundación de cariño inmenso. Supo que necesitaba arreglar su vida, necesitaba ayudar a más personas, acercarse a Dios, seguir al pendiente de su familia, escribir otra vez, orar, nada más necesitaba orar y sentir el amor que Dios siempre le había tenido. Despertó, y al ver a su familia, su espíritu se llenó de alegría y sintió la necesidad de despertar y orar todos juntos; quería levantarse, trabajar, sentía fuerza, alegría por ver la luz del día, por poder respirar, por poder abrazar a los que tanto quería. Encontró su camino, se elevó a la oración, pero cuando me conoció, como les comentaba, comenzó a tener nuevamente esas experiencias, combinadas con

detalles que le ocasionaban problemas al querer escribir sobre la oración. Guiada por mí, entendió que las cosas que le habían sucedido, y que le estaban sucediendo de nueva cuenta, eran obra de seres turbados, que no permitían que la palabra se expandiera y llegara a sanar espíritus por todo el mundo. Había seres turbados que no le permitían hacer su misión, que era hacer un libro de luz que sanara más vidas como la suya, y la de muchos otros que no sabían del gran poder de la oración; estos seres se interponían en su camino y misión. El orar no estaba siendo suficiente, los espíritus se aferraban y no querían tomar la luz, pero con mi ayuda, su disposición, y la manera en la que los encaminamos por a su morada de luz, a base de mucho esfuerzo, pero de la mano de Dios siempre, los espíritus desplegaron su camino hacia la morada de felicidad que les correspondía. Terminó el libro, completó su misión, siguió trabajando en llevar la palabra de Dios, para sanar más espíritus en desgracia, para que la gente del mundo entero que habita alrededor de los cinco continentes se enterara y supiera del gran poder de orar; de que encontraran su camino directo y sin escalas a la felicidad verdadera y duradera; a hacer saber el tesoro de vivir del que todos somos dueños; de enseñar la verdadera forma correcta de orar, de sanar nuestra fe y espíritu, de llevar seres turbados a encontrar también felicidad, de superar los obstáculos que Dios nos da y llevar su palabra.

Recurría, de manera constante a las enseñanzas del Padre, se preparó, leía sobre muchos temas; además de hacer investigación, aprendió a orar de manera sentida, compartía esta oración con los que más quería y comprendió poco, a poco, cuál estaba siendo su camino. Esto no es cuestión de lucro, de enfermedad, de religión, de diezmo, de hechicería, de chamanes o ritos, de situación económica, de creencia, de raza, de comercialización desmedida; no esto es nada más cuestión de fe y de espíritu.

RELATO 5 Después de vivir violencia intrafamiliar, Raquel, vivió otro calvario. Se casó enamorada, a pesar de que tuvo un noviazgo difícil, pero estaba decidida a hacer cambiar a su pareja y tener familia y vida feliz. Sus primeros meses determinaron el rumbo que tomaría su nueva vida: insultos, humillaciones, burlas de todo tipo y frente a toda la gente, entre muchos otros detalles que comenzaron a enmarcar su vida de casada. Decidió alejarse de su vida y su gente para evitar conflictos y malos entendidos en su relación, que aunque no sufría de celos directamente, había algo en los cuestionamientos de su marido que dejaban ver lo contrario, y bueno ella jamás había sido infiel en ningún sentido. Solía hacerle preguntas, como, ¿Adónde vas?, ¿A quién vas a ver? ¿A dónde fuiste, arreglada así?, y hemos de saber, que estas situaciones de celos, ocurren principalmente, en México y Sudamérica, en el que, la cultura machista, está muy arraigada aún, haciendo vivir, a miles de mujeres, un infierno en su propia casa, como el caso de Raquel. Callaba para evitar peleas con él, agachaba la cabeza, pues tenía muy claro que ella no tenía la más mínima oportunidad de opinar algo que fuera inteligente realmente para su marido, si alguna vez tuvo capacidad para algo, esta quedó resarcida a cenizas.

El maquillarse y arreglarse no estaban ya en su lista de prioridades, no era algo que le interesara puesto que para ella podría ser tema de pelea, y bueno, todo lo que fuera pleito era un asunto de huir. Prefería, evitar, escuchar a su marido decirle, que era una cualquiera, sólo por el hecho, de arreglarse como siempre lo hacía. Dejó de comer, dejó de dormir, dejó de vivir, dejó de ser, si es que alguna vez había sido, dejó de creer en sí misma, no hacía más que odiarse por no tener satisfecho a su marido. No quería trabajar para tenerle todo el tiempo del mundo y poderse dedicar a las actividades completas de la casa. Se desvivía porque no le faltara nada, porque estuviera siempre contento y bien, pero a expensas de su felicidad, pues la mayor felicidad que ella podía alcanzar era verlo completo y sin quejas; quería convertirse en la mejor esposa del mundo que él pudiera desear. Arturo, su esposo, se había convertido en su dios falso, tan pronto lo conoció, y es que, su labia, su manera de tratarla, de hablarle, de enseñarle el mundo que aparentemente él conocía, y que era muy distinto al de ella, la fueron haciendo, ferviente y dependiente de él. No había nada que dijera él y no se hiciera, pretendía de ella tener listo todo en el mismo momento

en que se le era pedido. Y muy de repente se le venían flashazos a la mente de aquellos a quienes tanto había querido, que eran su familia y amigos; se acordaba de las tantas pláticas que llegó a tener con sus amigas y las recordaba con nostalgia. No quería ver a nadie que le hiciera pensar a su marido que ella había sido mala; era fácil que él pensara cosas malas de ella si no hacía las cosas tal cual había dicho o si por algo había tenido algún inconveniente mientras las realizaba. Cualquier margen de error era candidato de duda hacia su persona. Jamás mintió a su marido, ni salió a otro lugar que no fuera con él; las llamadas telefónicas también disminuyeron, y bueno, las salidas y visitas también. Ella quería estar de tiempo completo disponible a lo que le pidiera. No se sentía mujer digna, aún sin haber hecho nada indigno; desde su noviazgo sufrió por hacerlo confiar en ella; si se vestía de cierto modo no era porque fuera a ver a alguien, sino porque esa era su esencia, su forma, no cabía ya nada de lo que ella había sido, no tenía como hacerle entender que era de una sola pieza para él. Pero sabía realmente que él era el amor de su vida, en otra circunstancia jamás hubiera permitido que alguien pusiera en tela de juicio su honorabilidad, su palabra, ni su capacidad; no hubiera permitido haberse hecho sentir menos, de no ser por lo tanto lo amaba, él era su mundo,

su todo, su razón de ser y de vivir. Quería hijos, casa, ser la familia que ella no tuvo; vivía desesperada por atender el teléfono si la llamaba mientras estaba en el trabajo, para que no pensara que estaba haciendo otra cosa o que no estaba en su lugar de trabajo o haciendo algo de lo cual no le había informado. Si estaba en una junta, era la muerte esperar salir si ésta se aplazaba sin poder avisarle a su marido que iba a suceder y éste pudiera malinterpretar el asunto. Su amor, era desmedido, hasta cierto punto enfermizo, pues no la dejaba ver con claridad, que más que esposa, era una esclava, una mujer, que habiendo sido exitosa, terminó siendo reducida a humillaciones y maltrato psicológico. Pero mantenía siempre con la firme intención de agradar, de ser siempre la mujer intachable, de ser lo que él no tenía; hasta cierto punto, jamás intentó ser ni más ni menos que él, sólo la persona que lo pudiera hacer feliz siempre, pero en el fondo sentía que no podía ni con su ser completo. Un buen día sintió enloquecer, sus manos temblaban, su voz se quebraba, cualquier cosa que le dijeran era asunto de pleito; dejó de ver a su familia porque el rencor que sentía hacia ellos era enorme, todo era suplicio por no estar bien en su matrimonio. Dejó sus ilusiones, sus pasiones, su sentir, y aun así sentía que le hacía falta mujer a su marido.

Cuando ya no pudo más todo fue un caos, se enojaba por cualquier cosa, sin quererlo, le hacía la vida imposible a su marido, todo era motivo de pelea, y ella seguía sin verlo ni sentirlo feliz, todo eran para ella cuestionamientos y dudas. Tal era su desesperación que lo golpeó, sentía que no podía llegar más abajo del suelo de lo que estaba, lo único que deseaba ya era morir, estar sola y en paz consigo misma, sentía que ya no le iba estorbar a su marido ni a nadie, que ya iba a dejar de sufrir, se resignó, tomó una cantidad de pastillas impresionante. Ya nada tenía sentido. Sentía que no tenía ni marido, ni familia ni nada que la pudiera ayudar; estaba sola, en una situación que no sabía cómo manejar; su mundo se venía abajo hecho trizas, y nada aliviaba la enorme tristeza que en ella había. No tenía confianza, no tenía nada absolutamente nada, lloraba de todo y por todo, se lastimaba esperando encontrar la repuesta a sus equivocaciones, porque ella era mala y merecía el peor de los castigos porque su marido no la quería, no entendía que había visto en ella, él que todo lo tenía y todo lo podía, que pudiera haber tenido a las mujeres más hermosas del mundo, con cultura, porte y preparación, y aun así la había elegido a ella, tan humilde, tonta, con una familia que dejaba mucho que desear, todo lo contrario a lo que había tenido antes y que sólo quería agradarlo.

Jamás le dijo nada de su austera posición, pero ella en el fondo creía saberlo, al ser tan poca cosa. Casi muere en el intento, y se arrepintió de la oportunidad que Dios le dio sin ponerlo siquiera por delante; nunca lo procuró, nunca le agradeció. Tenía la fe perdida. No pudo más, sus actitudes ya no eran normales para los demás; su familia, en especial, quería internarla en un hospital psiquiátrico, y cuando decidió separarse de su marido y fue a vivir otra vez a casa de sus padres, ellos mismos fueron por ella para llevarla al hospital. Era más tristeza la que sentía ahí, había soledad, malos tratos, gente medicada igual que ella que eran envenenados poco a poco por los mismos médicos y por su falta de conocimiento, que para tenerlos ahí y lucrar con sus sufrimientos, les decían a las familias que era necesaria su estancia hasta que lograran manejar su vida otra vez. Todos ahí eran víctimas del lucro médico, aprovechaban el inmenso dolor que tenían y sin preocuparse realmente por su cura. Los psiquíatras y neurólogos decían haber hecho los estudios necesarios, y aunque todos salían bien, insistían en que el asunto debía ser tratado de esa manera para lograr la cura. Ella veía a todas las personas con las que convivía, y no le parecía que estuvieran locas; al contrario, parecían mejor dicho resignadas, como ella, estaba casi resignándose, a estar así, con gente que había sufrido como ella, y al menos al estar ahí seguían

sufriendo, pero ya no se metían en más problemas con los demás. Ahora sí no había nada ni nadie que le hiciera sentir que su vida había tenido sentido, y peor aún, no llegó a ser la esposa que deseaba para su marido. Ya nada tenía sentido, y por los medicamentos que le daban y el encierro que padecía, ya realmente no le interesaba. Su marido se enteró de lo que había sucedido con su esposa, así que, la buscó. A pesar de los maltratos que le había hecho pasar, él la quería, pero no sabía cómo quererla, su espíritu estaba muy turbado también; él estaba poseído por un demonio, como ella, y ninguno de los dos lo sabía. Fue así como, dispuesto a sacar a su esposa de donde se encontraba, y dispuesto ahora sí a hacerla feliz, dándose cuenta de los grandes errores que había cometido, buscó ayuda. Buscó, en varias religiones, cómo calmar el dolor de tantos años dentro de él, como aliviar, el vacío de amor, que había generado en su esposa, pensaba, que le faltaba, paz espiritual, pero no podía encontrarla. Visitó brujos, que le daban de beber, hierbas que supuestamente, le harían sentirse bien por completo, y fue algo que tampoco sucedió. Después de mucho andar y tocar puertas, al borde de la

desesperación, que llegó a sentir, pues no sabía cómo iba a recuperar a su amada Raquel, encontró finalmente, el gran poder de la oración. Cuando, por fin, aprendió a orar de manera correcta, y de que conoció, muchas de las cosas que el Padre ha dejado como enseñanza, comprendió, el gran mal que se apoderó de él y su mujer, pero, se sintió recompensado, pues la cura era simple. Llegó a su casa un día por la noche dispuesto a desprender su mente de todos los problemas, se dio un baño después de cenar y, en la oscuridad de su cuarto, cerró los ojos, respiró profundo, inhalando por la nariz y exhalando por la boca. Lo hizo en repetidas ocasiones, hasta que sintió tranquilidad, así también, relajó desde su cuello, siguiendo por sus hombros y cuerpo completo, terminando de sentir paz, para finalmente, poner su mente a descansar de pensamientos materiales, logrando comunicarse única, y exclusivamente, con su espíritu. Sólo podía pensar en su esposa, y el gran mal que le había causado; recordó a la mujer de la cual se había enamorado, física y emocionalmente. Ella también era su vida, su mundo su razón de ser, más no sabía, porque nunca la trató como se merecía; recordó lo felices que habían sido, y la vida que le quitó, de cómo la convirtió en esclava de sí misma, de

cómo le robó sus ilusiones y su identidad. Pensó mucho e hizo un recuento de daños, y con fe y arrepentimiento sinceros, comenzó a sentir lentamente una paz. Jamás tuvo derecho de tratarla así, y lo hizo, de hecho desde antes de conocer a su esposa no sentía paz. Vio luz, mucha luz que lo envolvía, el amor inundaba su corazón. Sintió como una gran fuerza, que sólo puede describir como la fuerza de Dios, llenaba su espíritu, que sentía había estado dormido durante mucho tiempo, y que ahora despertaba por hacer feliz a su esposa, por formar una familia y ser ejemplo de amor para ellos. Raquel, en la soledad de su habitación en el psiquiátrico, después de haber tomado sus medicamentos de la noche, sintió la presencia de su marido, y se asustó mucho, porque lo que sentía era el amor que él, meses antes, había hecho sentir en ella y hacía mucho tiempo no percibía en él. Cerró los ojos muy fuerte y su intranquilidad la dejaba lentamente; también veía una luz, cuando todo era oscuro y triste para ella, también recordó cuando conoció a su marido y lo mucho que lo pudo amar desde que lo vio; pensó en que realmente quería formar una familia, en que quería salir de ahí en ese mismo momento, para decirle que lo amaba y lo perdonaba por el mal que le había hecho, y que juntos podrían encontrar una cura para sus males y para ser felices otra vez.

El pensamiento de los dos esposos estaba conectado en amor, esperanza, fe en Dios y en sí mismos, fe de uno al otro; entendieron en una noche de soledad, que no había nada más grande que orar a Dios, que orar por amor y en amor, en la fe y en el perdón, bajando así seres de luz. A la mañana siguiente, él salió a toda prisa a buscarla, ella despertó con otro semblante, se veía entera, completa, parecía como si no hubiera pasado nada, se sentía mejor que nunca y sólo quería salir de ahí. Se sentó en una banca del patio sin que nadie le hiciera caso, pero sí notaron que su actitud y su semblante eran otros, eran los de una mujer que debería estar en cualquier lugar menos ahí, encerrada; de loca no le veían nada, su plática era muy coherente, incluso se acercó a otras compañeras y les dijo que oraran desde el fondo de su corazón, que hablaran con Dios, y que si eran sinceras con Él, las escucharía y no les negaría nada. Les dijo que sentía que ese mismo día saldría a recuperar a su marido y su vida, y nadie le creía, le veían ahí tal como ellas estaban, encerradas. Pero en ese momento escuchó que alguien la llamaba porque habían ido a verla. Volteó al pasillo, y vio a lo lejos a su marido, que sostenía en sus manos un ramo muy grande de flores, cosa que jamás había sucedido, y no pudo sentir más

que la necesidad de correr hacia él, sin saber cómo iba a tratarla después de todo lo que había vivido antes. Se miraron, y él le dijo que había ido por ella, para llevársela a su casa, pero no a la de sus padres, sino que había ido a recuperar a su mujer, a pedirle perdón, y a llevársela para hacerla feliz, como no había hecho antes. Se arrodilló ante su gran amor, suplicando su perdón, implorando con llanto desmedido, que regresara a su lado, que estaba realmente arrepentido. Por un momento, Raquel dudó, que después de tantos años, de vivir así, de un día a otro, su conducta hubiera cambiado, y sobre todo, que fuera sincero. Todo cambió, cuando lo miró a los ojos, era lo único en él, que no mentía, y Raquel, eso lo sabía muy bien. El médico de Raquel, se presentó ante ellos y les dijo que no podía llevársela así como así, que ella era una enferma mental y que necesitaba tratamiento, y medicamento, que de hecho necesitaban pagar una semana más de estancia antes de que la dieran de alta, ya que necesitaba una valoración y estudios clínicos que tenían un costo, y que al estar ella ahí también generaba un gasto. Se negaron a pagar, por lo sentido una noche antes, los dos compartían la opinión de que no sólo ella, sino que muchas más de sus compañeras, no tenían

absolutamente nada que no fuera más que estar alejadas de Dios; que estaban seguros, de que si se les enseñaba el gran poder de orar desde el fondo de su espíritu, podrían dejar el hospital en cualquier momento. Lo que tenían era enfermedad en su espíritu, ya que con los problemas de la vida diaria, los malos pensamientos, la negatividad de ellas y los suyos y la lejanía con Dios, las habían hecho enfermar, pero no del cuerpo, los demonios y seres turbados habían hecho presas a esos cuerpos llenos de negatividad. Lo único que se necesitaba era que oraran, que ayudaran a los seres turbados a tomar su camino, y así ellas encontrarían el suyo. Raquel fue muy clara y precisa al hablar con su médico, quien no daba crédito a lo que escuchaba, él, más que verla recuperada y lúcida, reclamaba que la cuenta pendiente fuera pagada y después verían lo de su alta. Muy en el fondo, el doctor, estaba realmente sorprendido y enajenado, de ver aquella mujer fuerte, decidida, completa, de saber que ella, estaba segura de no tener nada, de verla cómo había renacido de las cenizas, en una noche, que ni con medicamento y tratamiento hubiera logrado, pero su científico y lucrativo orgullo, le impedía reconocerlo abiertamente. El marido de Raquel, no se explicaba como el doctor podía estar tratando de esa manera la salud de su mujer, le dijo que Raquel haría los estudios y pruebas necesarios sin que se les cobrara un solo peso, ya que

estaban demostrándoles de forma clara que no había enfermedad alguna y que nunca la hubo, y que se lo podía demostrar con cualquier otra paciente si él así lo quería; le dijo que estaba lucrando con la salud de los demás, y que eso si era algo grave. En cierto momento Arturo, pensó hasta demandar tanto al médico, como al hospital, pero recordó, las grandes enseñanzas de amor y perdón, así que sólo defendió, su postura y la de su mujer, y habló igualmente, sobre el martirio que deberían estar pasando injustamente, otras mujeres ahí dentro. El médico que no quiso tener más problemas, llevó a Raquel a realizar algunos estudios y pruebas psicológicas que arrojaron resultados tan positivos que el doctor no tuvo más remedio que darla de alta. Él sabía perfectamente, que no había mal alguno, ni en ella, ni en muchas de sus compañeras, pero ¿Por qué tenerlas ahí, como si estuvieran viviendo un secuestro? Los esposos fueron directo a su hogar, platicaron largamente, oraron juntos, y a partir de ese día pudieron encontrar su camino de felicidad verdadera a través de la oración; fue por ella y por Dios que salvaron su matrimonio, la salud de Raquel, el verdadero tesoro de vivir. Como Raquel hay muchos casos de los que están repletos los psiquiátricos, y no son más que personas que no conocen que la solución y la cura a sus males es tan sencilla como cerrar los ojos y elevarse a Dios

sentidamente, para dar luz a los seres turbados, para llenarse de pensamientos positivos y de amor. Hay médicos que sólo lucran con el dolor ajeno, y estas situaciones son la prueba más clara de que esto sí sucede; los males de la humanidad no son cuestión de médicos, religión, creencias o ritos, es cuestión de oración, cuestión de fe, cuestión de Dios. No es posible que una consulta con el psiquíatra o neurólogo tenga un costo mínimo de ochocientos pesos, y claro de ahí en adelante se incrementa el valor, más medicamentos y estudios; de entrada, los medicamentos son adictivos y su costo promedio es de doscientos pesos la caja para un mes de tratamiento, cuando hay casos que se prolongan hasta por más de dos años en su consumo o de por vida; en cuanto a estudios, por mínimo que sea el asunto se envía al paciente a realizarse una tomografía o resonancia magnética, que es aún más cara y que puede superar los dos mil pesos en costo. Entonces, si hablamos de que no es una cuestión de lucro y mostramos casos como éste, además de los costos de los tratamientos, tomemos en cuenta entonces que el salario mínimo actual es de cincuenta y nueve pesos con ochenta y dos centavos al día, que es una verdadera vergüenza. ¿Cuántos días de trabajo necesita una persona de escasos recursos para poder seguir un tratamiento así, en caso de requerirlo?, van a dejar que el mal esté ahí porque no tiene con que cubrir un tratamiento de más de cuatro mil pesos, tomando los

costos más bajos, aquí en México, en este 2011. Ahora bien, ¿no es lucro sabiendo que no es cuestión médica y aun así los médicos hacen que las personas sigan un tratamiento inútil que no les dará la cura? Estamos comprobando que la solución a estos problemas es más sencilla que terminar con la estabilidad económica de una familia completa. ¿Qué cuentas entregarán a Dios cuando lleguen a su presencia aquellos que lucran tan desmedidamente? Es un crimen, lo que se está cometiendo, en este y otros países, es una cuestión universal, la que se vive con los trastornos psicológicos, envuelven a los familiares del paciente, de tal manera, que prefieren pagar, antes de que les generen un estorbo, y muchos viven el resto de sus días abandonados, y sedados, si es que antes, no se quitan la vida, o la pierden por el consumo desmedido, de los medicamentos que les suministran. Los médicos especialistas, en estos casos, se enfocan a lo material, tienen una completa y rotunda negación a lo espiritual, pero, si tras análisis, pruebas de todo tipo y estudios interminables, un “paciente”, arroja en cada una de ellas, resultados satisfactorios, ¿Será entonces cuestión científica o espiritual? Si este paciente, después de un tratamiento clínico, continua igual, y después de orar, tiene una mejoría impresionante, hasta del cien por ciento, ¿Qué esperamos hacer, cómo actuaremos?

Ahí, es cuando podemos razonar, que no actúan con conciencia, además de la situación económica que representan estos casos, no quieren ver lo espiritual en el fondo del asunto. Cuando un médico dice al paciente que no tiene nada, después de una cantidad interminable de estudios, pero el paciente se siente morir, ¿A qué se deberá?, ¿Qué puertas lo puede orillar a tocar? Claramente que las falsas, y muchas veces, pueden llegar a morir, antes de encontrar el camino de felicidad y salud verdaderas. Bien es cierto, que muchas veces se batalla, en el camino de búsqueda a la sanación, no es fácil llegar, se van abriendo puertas falsas a nuestro paso, y con dificultades muy materializadas, y podemos preguntarnos ¿A dónde voy? Sin saber que el camino es tan sencillo, lo volvemos o hay quienes lo vuelven, mucho muy complicado. Si somos personas, sumamente materializadas, no entenderemos fácilmente, necesitando así, muchas veces del sufrimiento, pero, una vez, que entendemos, el gran poder de sanación de la oración, todo es diferente. Es un sumo acto de contrición, en el que analizamos, el daño que hemos hecho, de manera mental, es un pedimento y comunicación, directa y sentida con el Padre, en el que además de pedir por nosotros, pedimos por esos seres turbados, para que nos ayude a darles la luz que necesitan.

Es direccionarnos con el creador, sin necesidad alguna, de rezos, que aunque pueden tener palabras muy lindas, son carentes de profundidad y sentido, es hablarle claro, de nuestras ilusiones, anhelos, miedos, sin intermediarios. En muchas de las ocasiones, hay personas que piensan que están muy cerca de Dios, porque van a misa, porque rezan esas oraciones sin palabras sentidas, pero, es cuando más alejados se encuentran de Él, y un día, después de idolatrar imágenes, estas personas, se cansan y van perdiendo la fe. No saben, que Dios, tiene más que darnos, que nosotros qué pedirle, aunque si son beneficios, nos los concederá, claro, que en el momento que sea necesario, y a veces, nos desesperamos y renegamos de Él. Es de saber que muchos médicos reciben comisiones hasta del cincuenta por ciento de los estudios que mandan realizar a sus pacientes en distintos laboratorios, además de los estudios de seguimiento que les ordenan para su problema. ¿Se enriquecerán o no, dado los costos antes mencionados, y que indiscriminadamente envían gente a realizarlos sin importar si lo pueden pagar o no? Eso sí que es lucro indiscriminado y comercialización médica, que está prohibida por la ley de la Secretaría de Salud, que dice que es indebido derivar o recomendar a tal o cual laboratorio según la NORMA OFICIAL MEXICANA 166-SSA1-1997, precisamente para evitar lucrar de esa

forma. Cuando usted vea esta derivación o abuso, denúncielo a la Secretaría de Salud. Cuando un médico recibe las comisiones a las que cree que tiene derecho, por ser, tal vez, el mejor, y le llevan resultados de un lugar distinto al que recomendó, puede que llegue a decir que los resultados no están bien, o que no sirven; esa es una forma de darnos cuenta si es confiable o no, ahí se puede ver si le gusta el dinero mal habido más que pensar en la salud. ¿Cómo podemos saber si un laboratorio es realmente bueno? Pues bien, un ejemplo es preguntando en el área de imagenología (ecosonogramas, radiografías, etc.), si manejan la alta definición si y tienen tecnología de punta, y en análisis, estos que sean de automatización y sistematización y quien los opera. Hay que cuidar nuestro dinero, y elegir lo que sea de nuestra preferencia. Un médico no puede decidir eso, a veces lo único que quieren es ganar a costa de nuestra economía; si un médico te obliga prácticamente a asistir a un determinado laboratorio con tal de recibir su comisión, puede que sin necesitarlos nos lleguen a enviar a realizar una operación, tal vez innecesaria. Cuando estemos en esta situación podemos equiparar resultados con otro laboratorio que nada tenga que ver con el médico que nos trata, y que además certifique el resultado que nos está entregando. Aunque no todos los médicos lo hacen, esto puede ocurrir. Se trata de prevenir, aquí está la ayuda, eficaz y

oportuna, si en algún momento, nos encontramos en una situación, como esta, sabremos la manera exacta de resolverla. Existen, algunos centros de salud mental, en los que no atienden personas en crisis, si es que no van acompañadas de un familiar, es decir, que si alguna persona, va por la calle, y experimenta una crisis, y va por su propio pie no será atendida si va sola, o bien, una persona que no sea familiar la lleva, tampoco así, será atendida. Existe la atención directa vía telefónica, pero hay instituciones, que sólo por ética y humanidad, deberían reformar sus políticas, ¿Si no van ayudar a la gente, por qué no permiten, que otros lo hagan correctamente? Claro, que es asunto de dinero, y vivimos cegados, qué esfuerzos, se tendrán que hacer para vivir un tratamiento así ¿Dejar de comer?¿Vivir en la calle? ¿Dejar a nuestros hijos sin estudios? Oremos por nuestros médicos para que Dios los ilumine, pues cuando estén en su presencia a la hora de morir, les pedirá cuentas de sus actos, y preguntará ¿Qué hiciste por tu prójimo? ¿Lo ayudaste, o lo hundiste aún más? Los seres turbados, nos quieren hacer presas de su sufrimiento; al no encontrar su camino de luz, hacen que nosotros perdamos el nuestro. No quieren que seamos felices, pero en nosotros está, tratarlos con el

amor que no tuvieron y no conocen, y encaminarlos con respeto y caridad; amar a estos espíritus, amar a nuestro espíritu, amar a los demás y amar a Dios, curará en lo venidero todos los males del mundo. Sanaremos juntos en oración a los cinco continentes. RELATO 6

Estaba desayunando en mi casa y mi teléfono sonó, era una mujer ahogada en llanto la que hablaba, no podía entenderle muy bien, ya que realmente estaba muy alterada. Traté de calmarla para poder comprender qué era lo que la turbaba y darle aliento, además, claro, me puse inmediatamente a sus órdenes. Ya tranquila, me dijo que tenía en sus manos un libro, que por su simple título pensó podría terminar con su padecer, “El Tesoro de Vivir”, gran frase, ya que ella estaba al borde de pensar que no existía ese tesoro, pues la suya sentía que no era vida. La cité en un café, tenía un aspecto demacrado, cansado, se notaba claramente que era una mujer joven de cuarenta años, quizá, y estaba siendo consumida por un sufrimiento tan grande que la estaba haciendo envejecer. Tenía ojeras muy marcadas, frente arrugada, la tez de un muerto en vida, ojos cristalinos de tanto llorar y, sobre todo, con un actuar que dejaba ver miedo en cada palabra que de su boca salía. La tristeza en su voz era contagiosa, iba y venía mientras caminaba, no quería tomar asiento, no quería siquiera verme. Y fue como comenzó a narrarme su desgarradora y sorprendente historia. Para cualquier otra persona, sus palabras podrían haber sido tomadas como una muy mala broma, pero en mi caso, no era la primera vez que me enfrentaba con una realidad así de dura y cruel, pero esta mujer, me

mostró una manera de sufrir inexplicable, cada que hablaba, era un mar de lágrimas saliendo de sus ojos tristes, me niego rotundamente, a permitir que este tipo de sufrimientos continuen, y así, me dedique a escuchar y a convertirme en la guía que tanto ansiaba encontrar. Quiero dejar muy claro, que yo no soy su salvación, pero si soy, por medio de mi misión con el Padre, ese instrumento, que hará llegar por medio de muchas otras personas, sus enseñanzas, así como también, dar a conocer, como se logra la magia, para remediar situaciones como estas. Mayte, casada, con hijos, vida plena y feliz, una noche comenzó a sentir un helado aire sobre sus piernas, como una presencia que subía sobre ella acostada ya en su cama; intentó gritar y sólo sintió presión en su garganta y boca. No había nadie más que su marido, que dormía profundamente. Por debajo de sus sábanas, una espantosa sensación la invadía por la entrepierna, sentía como la tocaba algo que no podía ver, pensó estar soñando, pero no era así, trató de forcejear con la misma sábana sin lograr deshacerse de lo que sentía. Su sueño, fue perturbado, aún más, por las voces que escuchaba, parecía una multitud, y nadie, estaba en la recámara. Las lágrimas inundaron sus ojos, cuando con una tremenda fuerza invadieron la intimidad de su cuerpo y

sintió como una terrible violencia la ultrajaba a su placer. Lastimada, contrariada, herida de cuerpo y mente, imploraba piedad, suplicaba detuvieran tan cruel acto, salido de la nada y ejecutado por la nada. Ese día perdió el sueño, la confianza, la dignidad, se hundió en el peor de los horrores, su mente no paraba de pensar y tratar de explicarse. Se vio en la disyuntiva de comentarle a su marido o no, porque lo que ella vivió por la noche no tiene otro nombre más que violación, pero, ¿por quién?, y ¿por qué? Así comienza el caos y la catástrofe en su vida, ya que periódicamente, era sometida de esta manera una y otra vez. Era una sensación que le hacía sentir asco a ella misma, dolor físico que la torturaba mientras andaba por su casa. Fue obligada a hacer cosas que no quería, por más esfuerzos que realizaba por zafarse, no lograba nada. No podía hablar con nadie, ni con su marido, su familia, amigos o hijos; su sentir era que la juzgarían, de loca, que lo que sufría era demencia, y nadie le creería, nadie haría nada por aliviar su dolor; al contrario, terminarían haciendo mayor su padecimiento encerrándola en un psiquiátrico, donde ni curarían su locura, porque no estaba loca, ni resarcirían los males por los que estaba pasando, sino al contrario, sabía que su tortura la seguiría hasta donde ella estuviera., la hundirían más. Sufría horror por la noche, durante el día suplicaba que

no llegara la obscuridad; además de no poder dormir, no podía estar en un lugar sin luz, se iba a la cama con las luces encendidas, y aun así, llegaba el miedo y el tormento. Era forzada y ultrajada por algo que ella no podía ver, mas por todo su cuerpo lo sentía, lo padecía en carne viva. Ni su llanto, ni suplicas sirvieron de nada durante años. Se sentía desequilibrada, fuera de lugar, no encontraba explicación alguna. Iba por su casa, tratando de hacer sus quehaceres, y de repente, como si fueran susurros, podía escuchar claramente, en la soledad de su hogar, como le decían, con palabras fuertes y obscenas, que era una cualquiera, que no valía nada, que iba a pasar, terribles situaciones, y que si no accedía a ellas, sus hijos y seres queridos, pagarían muy alto las consecuencias, a su vez, escuchaba, como otras voces, trataban de mediar la situación, diciendo al ser que atacaba, que no se metiera más con ella. Experimentaba sentimientos de culpa, auto castigo, vergüenza, repulsión. Padecía de esa violencia sexual en silencio. Sentía dolor y humillación, le era difícil continuar con su rutina habitual, tenía temor de salir a la calle y de estar sola, sufría ansiedad, pérdida de apetito, su memoria era muy mala. Comenzó a tener ciertos problemas con su marido, ya que sentía un temor escalofriante cada que él se acercaba, y no hacía más que tratar de disimular el

susto que esto le generaba, ya que no estaba dispuesta a hablarlo con él. Su marido, la amaba bastante, y la conocía a la perfección, que dentro de él sabía, que algo terrible la atormentaba, pues, estaba dejando de ser, la mujer alegre y cariñosa que conoció un día, pero, se sumía también en una tristeza, al ver que no le pedía su ayuda en esos tan duros e inexplicables momentos. En su trabajo, los compañeros, se daban cuenta de que algo no andaba bien, pues al tomar llamadas, de repente, parecía perder el control de sí misma, y terminaba colgando el teléfono alterada, antes de concluir la llamada, además, de salir corriendo al pasillo, pues daba la impresión de que comenzaba a faltarle el aire. Mientras manejaba, pasaba uno de los peores momentos del día, en una ocasión, fue atacada en pleno tráfico, no pudo soportarlo, y quedó parada, con el carro encendido a media avenida, generando así un infernal caos vial, con miles de agentes, queriendo auxiliarla, y ella, metida bajo su asiento cubriéndose con el volante, fue una de las experiencias, más aterradoras y peligrosas que sufrió, generando en ella una crisis aún mayor. Pensó en quitarse la vida, pero amaba tanto a su marido, a sus hijos, que no quería hacerlos sufrir de esa manera. A veces sentía enloquecer, comenzó a dar de jalones a sus cabellos, a desesperarse, a lastimar su

cuerpo; estaba inundada de ira contra ella y la vida, de tristeza, de dolor; se miraba en el espejo y odiaba el reflejo. Sentía enloquecer, pues cada vez, las voces eran más insistentes con sus insultos, y ya no respetaban que fuera de día, o de noche, de manera indiscriminada, escuchaba estos ataques, mientras iba al supermercado, por sus hijos a la escuela, incluso en el trabajo. Físicamente perdió su luz de felicidad, se convirtió en una sombra que, como vela, se extinguía lentamente. Escuché con atención, y supe inmediatamente que estaba siendo poseída por un demonio que ejercía sobre su cuerpo estas terribles acciones, y podía sentirlo de manera real, ya que algunos de éstos demonios suelen tener facultades materiales, es decir, que pueden llegar a hacer sentir su presencia, evocarnos olores, sabores, sensaciones, situaciones de miedo e inquietud, algunos hasta pueden hacerse visibles. Le dije que, desgraciadamente, por falta de luz y oración, existen hombre y mujeres que son atacados y ultrajados sexualmente por demonios, que los atormentan haciéndoles pasar cosas denigrantes, dolorosas, que terminan por quitarles el sentido de su vida. Y nadie hace nada. Le expliqué que la oración la salvaría de su tormento, que tenía que regresar su fe, que tenía que

aprender a orar de forma sentida, elevada directamente a Dios y su maravilloso poder, que es la fuerza única del alivio de los males de este mundo. Me escuchaba con la mirada perdida, como si estuviera poniendo en duda el tremendo poder que la oración tenía. No hablaba, su actitud tenía destellos de incredulidad, lógicamente, pero fui muy claro en todo lo que le expliqué, hablé de los casos similares al suyo, y de cómo poco a poco, se resarcieron. Lo más importante, era, que recobrara la calma, y así poco a poco, encontraría esa fe, que ahora tenía perdida, que respirara, y viera en su interior, que se comunicara con su espíritu, y lo dejara ser su directo interlocutor con el Padre, así, y sólo así, encontraría una salida. Ya de noche, en su casa, subió a la azotea; su cuerpo temblaba, lloraba a más no poder, sentía que ahora sí ya nada tenía remedio, no temía a la oscuridad, sólo pensaba en saltar al vacío. Parada al filo de la barda, sintió la fuerza del espíritu, no hizo el más mínimo esfuerzo, mas algo dentro de ella, le recordó que aún existía algo que podría ayudarla. Se concentró, abrió su corazón, respiró tranquilamente, y comenzó, con toda su confianza, su amor, y sobre todo, su fe, a orar, a pedir a Dios que iluminara este ser, y lo llevara por su camino de luz, que la ayudara a ayudarlo, que le mitigara ya los sufrimientos.

Sintió compasión por el ser, le hizo saber que entendía su sufrimiento y quería ayudarlo a trascender, pero que también ella necesitaba de su ayuda para poder sanar los dos. Oró largamente, toda la noche, sin notar la oscuridad que la rodeaba, sólo sentía que podía tocar las estrellas que estaban sobre de ella. Estaba conociendo la ruta de su nueva vida, su felicidad vendría nuevamente, disfrutaría de su familia, ya no sentía soledad. Poco a poco, el espíritu comenzó a soltarla, la brisa que despedía su presencia, quietamente, comenzaba a marcharse, y la oración seguía, aferrada a sus palabras, permanecía inmóvil ante la presencia de la luz, que por muchos años no veía. Notaba como el dolor iba desapareciendo, como hojas que lentamente dejan las copas de los árboles; sentía, de verdad lo sentía, que su cuerpo volvía a un estado de paz. Estaba envuelta, sumergida en la felicidad que le proporcionaba el poder tremendo de la oración. Lentamente volvía a ser ella, a sentir amor por su cuerpo, por su vida, por aferrarse a ella, las caras de sus hijos y de su marido se desplegaban ante sus ojos. Así, después Mayte me cuenta el desenlace de su historia; agradece las herramientas que le di para salvarse ella misma. Así cuento a ustedes su historia,

porque como la suya hay tantas que no pueden ser contadas, pues existen tantas personas que llegan a quitarse la vida, porque no conocen, no saben, del poder de la oración; no saben que sí existe el camino para curar su espíritu. Nuestra preparación debe ser básica, para no convertirnos en un ser suspendido entre la vida y la muerte, depende de cómo actuemos, será la medida en que nos llenemos de luz, para al momento de partir, ir directamente a nuestra morada. Debemos comprender, que el sufrir de estos seres, se debe a esta falta de preparación, y a que depende de nosotros, brindarles la luz que ilumine su camino, ellos no saben, que hacer, a dónde ir, ni qué pensar, seamos compasivos, caritativos y cariñosos con ellos. Nuestro tesoro para poder vivir se encierra en la oración, en la fe, en conocer que podemos hacer llegar a su morada a espíritus y legiones que se quedaron suspendidos en el camino de su vida material a su vida espiritual. Dar luz a los que no se prepararon en vida para seguirla. Mayte recuperó orando su tesoro que es la vida plena, la felicidad que sólo podemos encontrar por medio de padecimientos como el suyo y muchos otros; así, y sólo así, es cómo podemos aprender y valorar los regalos que Dios nos da. RELATO 7

De niño, Diego sufrió maltrato por parte de su padre y así fue como creció con un marcado rencor a la vida. Su madre veía intensamente por él, cada que su padre lo castigaba sin motivo, lo insultaba, y claramente lo golpeaba. Tenía dos hermanos más, ellos por alguna razón, mantenían contento a su padre y jamás observo que los maltratara salvo algún regaño simple y rápido. Cuando Diego cumplió quince años y entró a la preparatoria, era un joven serio, de pocos amigos y pocas palabras, eso sí, de cualquier cosa que el sintiera provocación o burla se dejaba ir a los golpes contra quien fuera. Cuando comía, era molestado una y otra vez, por sus hermanos, su papá, no lo dejaba tomar los alimentos con tranquilidad, cuestionando, hasta la manera en la que sostenía los cubiertos. Y si no lo hacía tal cual su padre indicaba, lo levantaba de la mesa, y frente a la familia, daba dos nalgadas y lo castigaba sin comer. Podría decirse que dentro de lo pasivo que solía ser, tenía una agresividad algo escondida que de repente dejaba asomarse. Sus calificaciones eran malas, por no decir pésimas, la relación en casa era fría a excepción de su madre por quien sentía un amor muy muy grande. Sus hermanos lo molestaban de forma frecuente por las constantes peleas con su padre, se burlaban, lo insultaban, le decían que era un bueno para nada, y él sólo sentía como la tristeza se apoderaba de su vida.

Cuando iban al parque, rompían, sus juguetes, para demás de no poder jugar, lo regañaran diciendo, que él mismo los había destrozado. Escondían sus tareas de la escuela, sus libros y notas, eso, dificultaba aún más sus calificaciones. La madre de Diego lo defendía siempre que podía tanto de sus hermanos como de su padre, y sufría cada día enormemente por su hijo, que bien sabía ella era de muy buenos sentimientos. Solía entrar a su recámara, sin que nadie la viera para que no los molestaran, y así, poder platicar un momento con su hijo, sobre las cosas que le aquejaban, y para llenarlo de las caricias y los besos, que él tanto quería. A esa edad el tema novia comenzó a ser el centro de las riñas y pelas entre él y los demás hombres de su casa. A Diego lo último que le pasaba por la mente era pensar en una chica, él vivía pendiente de asistir mal o bien a la escuela, de no estar en casa para evitar las humillaciones, y de estar al pendiente de cualquier pleito que pudiera surgir. Así era como se desahogaba, a golpes, a diario se preguntaba porque la vida era tan difícil. Comenzó a llenarse de pensamientos negativos, renegaba constantemente por todo, sentía que no podría en su vida sufrir más, y obviamente, jamás se tomaba la molestia de buscar a Dios o de hacer cosas para dar

alimento a su espíritu, incluso había días que renegaba de Él, además de que no había sido guiado por nadie a creer en esas cosas. Su padre, no lo tomaba como cosa de hombres, al contrario, lo espiritual, para él, era asunto de señoras desquehaceradas, así que ni su mujer, podía tocar esos temas. A pesar de que era una pareja que se adoraba, y no tenía problemas de violencia, si había algo de machismo, que limitaba tanto a Diego, como a su madre, y a la vez, eran severamente juzgados. El nunca supo de pedir a Dios y darle gracias, por todos los bienes recibidos, mucho menos, el orar de manera correcta, o bendecir las gracias que el Padre nos da, por el simple hecho de despertar, así, que con la vida que llevaba, era algo que a Diego, no le importaba. Una madrugada de abril, en que había llegado temprano después de dar interminables vueltas a un parque por las noches, mientras se cambiaba para poner su pijama, un jalón lo tira en la alfombra del cuarto. No había nadie. Ventanas cerradas, puertas, sus hermanos y padres dormidos, ni una señal de que hubiera alguien más en casa, mucho menos en su recámara que siempre cerraba con llave, además lo jalaron sin ver a nadie. Una intensa y fuerte brisa, le recorría de pies a cabeza, por su nuca, podía percibir una respiración, agitada, y violenta, que le generó un fuerte desconcierto,

que poco a poco, se convertía en temor. Sintió, la bruma invadir su habitación, en la que se podía oler el miedo, sentía perfectamente, la presencia de alguien, abrió el closet, y nada más estaban sus cosas, vio por debajo de la cama, y sólo había un par de zapatos, era algo, sumamente extraño, y se dejó caer otra vez al suelo. Permaneció sentado un momento en la alfombra tratando de encontrar explicación, el ambiente tenía un aroma a humedad, a soledad, a vacío; y eso que siempre su madre se preocupaba porque toda la casa oliera como un jardín lleno de flores, o de repente a frutas. Esa noche no, esa noche era extraña, no era un joven que tuviera miedos, al menos eso creía él, sintió la necesidad de prender la luz, y al hacerlo esta se apagó, intentó hacerlo varias veces más y fueron las mismas veces que la luz se volvía a apagar. Quiso subir a su cama, y algo detenía fuertemente sus pies, como no alcanzó a ponerse su ropa de dormir quedó sólo en interiores. De repente, con una fuerza tremenda, siente como lo tiran y voltean dejándolo tendido boca abajo sobre la alfombra. Apretó la mandíbula, trataba de contener la respiración, pero además hacia unos segundos, comenzaba a faltarle el aire, su barbilla, raspó con la alfombra al igual que su abdomen.

Sentía sus manos sujetas a su nuca, y una presión espantosa que no le permitía gritar, y, entonces sentía como algo penetraba en él, lastimando y desgarrando con la peor fiereza, su recto. No se limitó a pensar que era un sueño, estaba perfectamente consciente de qué estaba pasando, y que no había nadie, absolutamente nadie en su recámara, al menos, nadie que pudiera ver, pero si sentir. El dolor físico, no era nada comparado, con el desconcierto que sintió, y por primera vez en su vida, pensó en Dios, y le reclamó, le gritó, y lloró, pues su todavía inocencia, no alcanzaba a comprender, qué fue lo que entró en su recámara, se sentó en la orilla de la cama, se tapó con una cobija, como si fuera gabán, y permaneció despierto el resto de la noche. Al amanecer estaba realmente perturbado, tenía la vista perdida al fondo de su cuarto, no quería salir de ahí, no tenía la más mínima intención de ir a la escuela, sólo en su mente se repetía una y otra vez ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí? Cuando vio a su madre se dejó caer en sus brazos y lloró amargamente sin decir palabra. La pobre mujer creció en sufrimiento por no saber que aquejaba a su hijo pero tampoco quiso preguntar. La molestia de su padre y hermanos ya no le parecía de importancia, es más, la prefería con tal de no volver a pasar jamás lo de la noche anterior.

Así es como se convierte en un joven problema, se rodeó de malas compañías, comenzó a consumir drogas, a beber, a fumar, a robar, dejó la escuela. Y todo esto para poder soportar lo que llegaba por las noches, ese fue el mal camino que decidió tomar como cura a su mal. Noche tras noche, se repetía la misma historia, muchas veces el abuso duraba horas, dolor, pena, rabia, humillaciones, sensaciones infernales y muchísima amargura vestida de tristeza. Sentía que nadie iba a comprender su terrible sufrir, ni su madre que tanto lo amaba, permanecía el silencio, la soledad aumentaba, y las ganas de vivir se desvanecían como espuma en el mar. Claramente no comía, de dormir ni pensarlo, la idea de quitarse la vida era lo que le dominaba. Después de otra tormentosa noche, va hacia el baño de su cuarto, rompe un rastrillo y con la navaja comenzó a hacer marcas a su cuerpo, llevado por la desesperación de la brutal violación vivida ese día, sentía como una y otra vez, lo penetraban por todas las partes posibles en su cuerpo, lo rasguñaban, hacían sangrar, y así con un odio impresionante dejaba pasar una y otra vez la navaja por todo su cuerpo. El brilloso filo, le daba la sensación, de que estaba emanando destellos de luz, esa luz, que estaba buscando, para que le diera paz y tranquilidad, y lo

ayudara a entrar en un eterno sueño, en el que no volvería a sufrir esos ataques nunca más. Era tanta la tristeza y desesperación que sentía, que disfrutaba la sensación de rasgar su cuerpo, de verlo sangrar, de ver el lugar exacto en que iba haciendo cada corte, y calculando, el tiempo en que terminaría de desangrarse, antes de que alguien pudiera encontrarlo, y antes de sufrir otra agresión. Uno de sus hermanos, fue a su cuarto, al ver que se hacía tarde para la escuela, tocó, y como no respondió ni abrió, se fue con indiferencia, creyendo que no insistir y dejarlo, sería una más de sus maldades hacia él. A mediodía que regresaron, se sentaron a la mesa a comer, y como Diego, procuraba no hacerlo con ellos, para evitar disgustos, prefería comer solo, así que nadie, se dio cuenta de su ausencia, ya que era algo normal a esa hora, pero su madre, estaba algo inquieta. Ana, que tenía duplicado de la llave decide entrar al percatarse que al ser ya las cinco de la tarde no había rastro de su hijo. Al entrar lo encontró tirado sobre una gran mancha de sangre, y llamó una ambulancia. Las heridas no eran muy profundas pero si bastantes como para haberlo hecho perder una cantidad de sangre considerable y además en el estado de shock que se encontraba era necesario que permaneciera al menos un día en el hospital.

Cuando volvió en sí, estaba casi por anochecer, estaba en una cama de hospital, conectado a varios aparatos y canalizado con un suero casi lleno. Mientras dormía su madre fue a la capilla un momento para pedir por la salud de su hijo y para encontrar el modo de ayudarlo en su sufrimiento. Al salir vio en una banquita del hospital un pequeño libro, lo tomó y lo llevó al cuarto de su hijo para leerlo mientras él dormía. Conforme leía supo que sí podría haber alguna cosa posible por hacer. Fue, algo que realmente, marcó su vida, desde el comienzo de su lectura, pues, sintió como una venda caía de sus ojos, aceptó, que el modo de su marido para tratar a su hijo, era algo, en lo que ella hubiera podido poner un freno a tiempo. De cierto modo, se sentía culpable, de lo que su hijo había intentado hacer, sentía que lo que Diego tenía, era falta de cariño, de apoyo, y que ella, a pesar de brindárselo siempre, no hizo nada por mejorar la relación con su padre. Pero, se dio cuenta también, de que el espíritu de su hijo, así como el de todos en su familia, estaba padeciendo un mal, y que era posible curarlo, entendió, que Diego, debía leer eso. Esa noche Diego la pasó solo en el hospital ya que su madre tenía que regresar a casa a atender a su padre y hermanos, le dijo que leyera el libro si sentía

aburrimiento. Así lo hizo, hoja tras hoja, le daban un alivio tal que al ver que había teléfonos de contacto pensó en pedir a su madre que llamara ahí. Página, tras página, fue comprendiendo, que su mal tenía remedio, incluso, se fueron aclarando, ciertos resentimientos que sentía hacia su padre y hermanos, dándose cuenta, de que ellos, tampoco eran felices, y que podían estar pasando por algo similar y que ellos mismos no se habían percatado A la mañana siguiente, cuando llega su madre a verlo, se da cuenta de que lo han cambiado de habitación, las enfermeras le dijeron que por la noche su hijo había sufrido un ataque de ansiedad que lo había hecho arrancarse el suero y querer escaparse del hospital, le dijeron que le habían cambiado de habitación por las condiciones en que había dejado la anterior. Ana su madre entró a verlo, estaba sedado, herido, demacrado, y con el libro entre sus manos. En esa fría cama de hospital, fuera del calor de su hogar, canalizado con un suero, pálido, la boca seca, los ojos hundidos, y no pudo evitar, que de sus ojos salieran unas lágrimas, era su hijo, el que estaba sufriendo. Cuando abrió los ojos le pidió a su madre comunicarse al teléfono que venía al final, y que cuando le diera tono se lo comunicara. Yo me encontraba manejando cuando tomé una llamada con el alta voz, era un chico que me decía que

se encontraba hospitalizado, pero que tenía interés en hablar conmigo, bueno más que petición lo sentí como una súplica llena de dolor, así que pedí la dirección y me dirigí inmediatamente. Pregunté por él en recepción y al entrar a la habitación me recibió Ana diciéndome que no sabía por qué pero su hijo quería conocerme y platicar conmigo un momento a solas, que ella estaría en la sala de espera y regresaría en un momento. Me acerqué a Diego y me presenté preguntando que le había sucedido y si en algo creía él que podría ayudarlo. En seguida rompió en llanto, y comenzó a relatarme las penurias que venía sufriendo hacía un año ya. Le hable de la fe, de la oración, le expliqué que en esta vida existen seres turbados que se quedan suspendidos en esta vida material aun cuando no les corresponde, y bueno, que necesitábamos enviar al ser o a los seres que lo poseía a tomar su propia luz. Se sorprendió muchísimo de saber que estaba poseído, que sus rencores familiares tal vez habían hecho vulnerable su espíritu para ser poseído por este demonio, y que los pensamientos incorrectos que tenía, su desconocimiento de la oración, y de que hay un Padre que es Dios que lo ama inmensamente, pudieron hacer de él la persona física que este demonio quiso tomar. Cuando regresó su madre, platicamos con ella los

dos, estaba dispuesta a hacer lo que fuera por su hijo, le creyó inmediatamente, lo abrazó fuertemente, sufrió con él, y me pidió que hiciéramos el desalojo ahí, en ese momento. Diego estuvo de acuerdo. De manera que los preparé, su recepción a mis palabras e indicaciones era la mayor muestra de su fe para decidir hacerlo ahí, estaban realmente convencidos de una fe, de un poder, no dudaron ni un momento en mis palabras y explicaciones. Les dije, que tenían que respirar tranquilamente, oxigenar sus pulmones, cerrar los ojos, y sentir como su sangre, corría por todo su cuerpo, a su espíritu cómo quería hablar al Padre, que pensaran en las cosas que querían hacerle saber y pedirle también. Que en la medida en que fueran sinceros y sacaran todo aquello que los perturbaba, todo sería concedido, también les dije, que el Padre es bondad en todo aquello que sea espiritual y que no olvidaran, pedirle por los seres turbados, pedirle con fervor, cariño y respeto. Nos concentramos, yo llevé la oración en voz alta, y ellos la siguieron en la mente, era tal el poder de sus espíritus que parecía haber muchas personas más ahí reunidas, Diego resplandecía con una luz que irradiaba amor, era tanto lo que había sufrido que intentaba sentir que el sufrimiento del ser era similar al suyo, con el mayor de los respetos y con gran devoción me ayudaron a darle luz al ser, a encaminarlo

dulcemente a su morada. Les enseñé la oración que dice a nosotros y a los demonios que Dios es esencia, presencia y potencia, y que estaba en la luz del Universo completo. Diego me dijo que el sólo pensaba en la presencia de Dios como lo representan las imágenes de vírgenes y santos, pero no en esa escala de magnificencia desmedida. Le dije también que el desconocimiento de la oración ha llevado a muchas personas a perder su tiempo y dinero porque son mal orientadas, que el llevar seres a la luz no era asunto de dinero y había quienes cobran por hacerlo, aprendieron que la oración les ayudaría a ser su propio doctor. También entendieron que con prácticas como la brujería entre otras se podía llegar a la muerte porque se juega con los demonios y la vida del poseído sin muchas veces saberlo. Las inadecuadas prácticas, llegan a confundir tanto a estos seres, ya que lo que buscan principalmente, es su lugar, y al no tenerlo, desesperan y hacen estragos, no hay nada, como aprender a orar, encontrar las palabras exactas, para el diálogo que tendremos con el Padre. Su madre estaba como extasiada parecía estar pidiendo en su oración por la unidad y respeto en su familia, para reforzar la cura de su tan amado hijo, y Diego parecía hacer lo mismo. Esa noche salió del hospital, ya en su casa, su

padre y hermanos lo recibieron con una cena, regalos, juegos, con convivencia real, con disculpas y sobre todo con abrazos y amor. No es necesario, más que el amor, al Padre, a la vida, a la familia, a uno mismo, a no quedarse callado, y recurrir siempre a la enseñanza, ya que los mayores logros se dan, por medio de la sencillez de las cosas, y es que orar es tan sencillo, que unió en amor a una familia completa, de una noche a otra. Su madre los contemplaba con lágrimas en los ojos desde la cocina, Diego les platicó lo que había pasado, todos lloraron juntos. Y antes de ir a dormir se unieron en una misma oración. Durmió satisfecho de ese día, sentía que lo que había sufrido además de la cura a lo físico, su sufrimiento familiar se había ido también con ese ser. Dio gracias a Dios, a los suyos, y a la vida. Desde entonces todos ellos encontraron su tesoro de vivir en la oración. RELATO 8

De rasgos interesantes, una dulzura y belleza que terminaba de delinear su amplia cultura que no dejaba de hacer por menos interesante su posición económica; llegó a mi puerta, guiada por uno de esos libros que edité y el cual llega a sus manos. Después de haber leído decide hacerme una visita tomando en cuenta mis datos que plasmo al final del índice, la finalidad de esto era guiar a mis lectores a encontrar referencias de ayuda al querer interpretar mi escrito y conocer más de la oración y su gran poder. Pasaron varias llamadas antes del primer encuentro, durante ese tiempo pude conocer sus motivos para no tener fe, había agotado su fe en cualquier religión, creencia, ritos y cultos, llegó a los límites de la ciencia y medicina en busca de encontrar una cura, un remedio, un camino que aliviara su clavario. De la noche a la mañana, la vida de trabajo y éxitos, cambió por completo, manejaba, hacía sus quehaceres de casa, tenía citas de trabajo todo el día, su agenda, parecía reventar, en fin, era sorprendente, la manera que manejaba su vida, pero, sumamente material. Deseaba poder dormir tranquilamente, vivir sin esa ahogada desesperación que la hacía enloquecer, revolcarse, aunque no diariamente pero de manera constante, ese sonido infernal en su oído le hacía perder el equilibrio no solamente físico sino también mental. Sus noches se volvieron infernales, no podía disfrutar de su

vida de forma normal, sentía que iba a reventar desde el oído hasta la cabeza. Eran dolores y sonidos destructivos, no podía caminar muchas veces, se tiraba al piso mientras se bañaba de lo insoportable que era aquello. Invirtió en estudios médicos, análisis clínicos, visitó varios especialistas incluso viajando por varias partes del mundo. Se acercó a distintas religiones, chamanes, limpias, brujos e infinidad de cosas que mediante investigación o recomendaciones creía que iban a curarla. Cosa que no sucedió. Muchas de éstas prácticas le generaban mayor dolor espiritual. Diariamente gustaba de salir a correr y había dejado de hacerlo, no quería vivir, no quería saber ya de nada, su vista iba y venía, revisaba paredes de su casa, ventanas, se metía bajo las sábanas de su cama, no tenía la más mínima distracción que no fuera dolor. Comía, cenaba y desayunaba, padecimientos, no había alimento alguno, que quisiera probar, el agua, al beberla, cuando pasaba por su garganta, le quemaba, y el oído parecía reventar al tragarla. Para ella ni Dios, ni ciencia, ni las vueltas dadas alrededor de todo el mundo hasta dejarla casi en la ruina le dieron la tan ansiada cura. Estaba dispuesta a gastar todo su dinero con el fin de parar de sufrir. Y lo único que encontró a su paso fueron personas que lucraban con su salud y su calidad de vida donde la iban despojando día con día de sus pertenencias que fue ahorrando con tanto

esfuerzo. Nadie le dijo que lo suyo era un asunto de fe y oración, porque pocos saben realmente de ese gran poder. Al llegar a mí y saber todas estas cosas le dije que tenía todo para no creer por tanta confusión y engaño que existe en la religiones y congregaciones que manejan más aspectos materiales que espirituales, para sentir la necesidad de llegar hasta querer quitarse la vida, para no estar tranquila, pero que efectivamente, yo podía ayudarla. Le indiqué que debía acercarse a la magia de la oración, que yo le daría una en particular pero que para su efecto necesitaba recobrar la fe en su sanación. Que debía, respirar profundamente, y encontrarse en un lugar que le proporcionara tranquilidad, que olvidara pensamientos materiales, que olvidara su malestar, y poco a poco, con los ojos cerrados y concentrada, relajara todo su cuerpo, entonces, logrando eso, su espíritu comenzaría a hablar de manera directa y sincera al Padre. Tras cinco horas de plática que se hicieron nada al pasar de forma rápida, recomendé orar y leer libros de reflexión como el tesoro de vivir en sus diferentes volúmenes, que reuniera a los suyos que además de ayudar a su cura esta oración de amor universal también los sanaría a ellos en cualquier aspecto de su vida. Entre más voces y espíritus entregados se unieran a la

causa mayor sería el efecto, sugerí que sólo uno llevara la oración en voz alta y los demás reunidos le siguieran en la mente. También le dije que podrían hacerla las veces que fueran necesarias durante el día o semanas. Lo que más necesitaban era tratar con amor, respeto y caridad al ser que la poseía. Bajar espíritus de luz, alejar cualquier pensamiento negativo que la invadiera. Al salir tan sólo le pedí una cosa, que me llamara al tener cualquier tipo de resultado. Yo, la notaba ya muy cansada, harta y tal vez incrédula, pues la búsqueda para su cura, había sido sumamente intensa y desgastante, además del desgaste físico que le generaba el malestar, el hecho de ir y venir, la acabó aún más. Parecía, en momentos, que no estaba del todo convencida, y que pensaba que esto era como todo lo que había probado antes, y que tal vez se desgastaría, pero en el fondo, como no tuvo que invertir nada, que no fuera tiempo, quiso ponerlo a prueba, pues quedó realmente sorprendida, de que por primera vez, no se estaba lucrando con su situación. Pasados cuatro días sonó mi teléfono con su nombre en la pantalla, lo que escuché fue que el padecimiento sufrido por ella durante quince años, por obra de la oración había desaparecido al cien por ciento como magia después de su larga y dolorosa búsqueda. Me platicó lo que sintió mientras oraban en conjunto, pudo concentrarse y sentir que una paz la recorría completa,

sintió luz en ella. Se reunió con los suyos en la sala de su casa, había sufrido tanto, y tanto era también lo que la querían, que inmediatamente el efecto comenzó a hacerse presente, oraron con tanta fe, lo hicieron tal como le preparé, así preparó también a los que asistirían, pidieron por ella, por el ser o los seres, por ellos mismos, que continuaron reuniéndose en lo posterior. Todos pudieron sentir y disfrutar de las bondades de la oración. Sus seres queridos, entraron en comunicación con el Padre, sentidamente, y no faltó, quien con mucha fe, también pidió por bienes personales, además de la causa de ella, y claramente, que esa fe, incrementó desde ese día. La sencillez de orar sentidamente, en cuestión de minutos la liberó de un malestar de años, mientras sus días se hacían eternos, la solución era simple, quince años de una vida que los pasó como si hubieran sido días eternos, quizá en su sufrir sentía que fueron siglos. Sólo podía decirme que no sabía el por qué no me había conocido antes, que no entendía porque ella había sufrido así, y le respondí: “Dios prueba nuestra incredulidad, si dejamos de cuidar y alimentar al espíritu, los padecimientos regresarán posiblemente de forma más severa.” Tenemos que sufrir para poder disfrutar, sufrir para conocer la verdadera fe, para comprender el enorme amor de Dios por nosotros.

Escuché un “gracias”, después colgó, y no volví a saber de ella jamás. Es de saber que el poder de su curación se da por el hecho mismo de conjuntar y proclamar una oración sentida, nacida desde lo más profundo del espíritu, con el corazón como interlocutor con Dios, ésta no debe ser programada ni con una intención equivocada. Uno unos seres la tenía poseída, le daba intranquilidad, la misma que tenía este demonio por no encontrar su morada de luz, la oración y la guía que le dieron al ser para seguir su verdadero camino ayudaron a que los dos tuvieran tranquilidad. Necesitamos, despertar, de ese sueño profundo, en el que nos hunde el materialismo, dejar de ver lo espiritual, en cosas como imágenes, o querer ver a Dios en una escultura, y en rezos inútiles durante horas. Limitamos al Padre, a ser sólo un objeto, que no vale nada, con brujería o algunos otros medios, sentenciamos al Creador a ser un amuleto o un rito, que no va nada apegado a la realidad de su Palabra y enseñanzas, esto es sólo superstición e ignorancia. Estas prácticas, traen como consecuencias, grandes fatalidades, la primera de ellas, es traer de un lado a otro a estos seres turbados, que de antemano, ya han ido por tantos lugares esperando encontrar el que les corresponde, y encima, hacemos mayor su padecer con esto.

Es como jugar al ping pon con ellos, no saben qué pensar o a dónde ir realmente, y les generamos pensamientos de rencor, esa mala guía, además de darles mucho más sufrimientos, los hace aferrarse y hacer caos mayores. El verdadero poder de la oración es mental, en la medida de la raciedad de un espíritu son mayores las pruebas que debemos enfrentar, muchas veces teniendo la solución y el resultado nos alejamos del camino, abandonamos y es cuando vienen mayores pruebas, ya sea espirituales o materiales, y vendrán en la medida que queramos aprender realmente. Hay que prepararse antes de orar, es el proceso de exaltar su poder y su potencia, la enseñanza a ella es la semilla que del fruto esperado de sanación física y espiritual, nos nutrirá y enriquecerá si es sinceramente aprendida y ejecutada, ese es el verdadero camino a encontrar “el tesoro de vivir”. RELATO 9

Alicia, vivió su juventud en un pequeñísimo pueblo de Jalisco llamado Atotonilco el Bajo, su población eran mujeres en su mayoría, ya que los hombres se iban desde muy temprana edad a trabajar a los estados unidos, o a estudiar en la universidad fuera del estado. De familia sumamente conservadora pero de las mejor acomodadas del pueblo, ella y sus hermanas tenían los favores de sus vecinos que su posición les daba. Se enamora a los quince años de Jaime, un pobre agricultor que jamás dejó el pueblo para cuidar de su madre y hermanas en ausencia de su padre. La familia de Alicia estaba completamente en contra de la relación ya que ella sólo tenía dieciséis años de edad, además de que su hermana menor gustaba de Jaime en secreto. María su hermana hacía de todo para que su madre la regañara o la localizara cuando ésta quedaba de verse en la plaza con Jaime. Como es de suponer la gran parte de los habitantes del pueblo eran fervorosos creyentes de la religión, y bueno cualquier persona que se saliera de sus límites y reglas de lo creían era su moral, pues era muy mal visto y significaba deshonra a la familia en cuestión. La madre de Alicia convencida de que su relación no sería, la manda a estudiar la preparatoria a Guadalajara Jalisco México a casa de unos parientes. En

el cuarto que le asignan pone una imagen de la Virgen de Guadalupe a la que en casa eran realmente devotos y les gustaba realizar mandas en agradecimiento a los favores recibidos. Este asunto era más que nada cosa de costumbres y tradición ya que Alicia no entendía ni el por qué ni el cómo pero así creció, y así pedía a la Virgen le conservara a su gran amor. En su nueva casa el ambiente aunque más relajado de costumbres y modernizado claro, era algo hostil, nadie se hacía caso, se sentía una casa con gente pero llena de soledad. Comenzó a hacer pocas amistades y un día conoció una persona que le habló de unos ritos que hacían para recobrar amores perdidos, y para retenerlos de por vida, en fin llenó a la chica de cosas que jamás había escuchado y muchísimo menos había intentado realizar. Su madre las llamaba cosas del diablo. Pero en el fondo tenía curiosidad por saber algo más del tema, al sentirse invadida de esos pensamientos prefirió rezar a su virgencita como de hacía años venía haciendo. Su mente comenzaba a gustar de cosas que no conocía, salir al cine, ir de compras a esas grandes plazas llenas de adornos y cosas modernas, ir a comer, pasear en auto o hasta el transporte público la maravillaba. Con toda esta nueva vida ella daba siempre gracias a la virgen antes de ir a dormir.

Agradecida con su nueva vida material, iba olvidándose cada vez más de Jaime, y su hermana secretamente tenía cada vez más oportunidades con él. Jaime enferma, y Alicia recibe el permiso de su madre para ir al pueblo a visitarle, al llegar ve a su hermana María que lo atendía con sumos cuidados. Enfurecida, sale de la casa blasfemando, regresa a Guadalajara y busca a su amiga para que la llevara con una de esas brujas que le había dicho, quería por todos los medios que su hermana y Jaime recibieran un castigo por estarse burlando así de ella. La amiga, le mostró alguna vez, varios anuncios en periódicos y en televisión, de personas que hacían trabajos oscuros, para recobrar el amor, tener más dinero, para que alguien tuviera mala suerte, y en fin, un sin número de cosas totalmente contrarias a lo que Alicia conocía y a la voluntad del Padre. Le pidió, que fueran, ya que estaba dispuesta, a que a su hermana y a Jaime, les fuera muy, muy mal y que sufrieran como estaba sufriendo. Llegaron con una bruja que le indicó hacer varias cosas, como llevarle objetos de los dos, rezar oraciones que ella jamás había escuchado, invocando a seres que jamás hubiera esperado invocar. Le dijo que tendrían un buen escarmiento y que podría cerciorarse en poco tiempo.

Comenzó a realizar conjuros, hablaba de manera muy extraña, tenía imágenes diabólicas y muchas hierbas, y cartas extrañas, Alicia no podía comprender nada. Estas prácticas ella no comprendía que no eran naturales, pues no se puede realizar nada que vaya en contra de la voluntad y decisión de una persona, que hay quienes por unas cuantas monedas realizan este tipo de trabajos. No tienen idea del enorme mal que causan, del gran sufrimiento que están generando, creen que con anuncios sensacionalistas y materialistas, la gente pagará lo que pidan, con tal de los supuestos resultados que obtendrán. Si ellos realmente conocieran las graves consecuencias de sus actos, no lo harían, además de traer seres turbados, de un lado a otro, turbándolos aún más, atraen legiones completas de demonios, que generan, mal, caos y destrucción, llegando a afectar gravemente la vida y salud de las personas que los buscan. Tarde o temprano, llegará para ellos un sufrimiento, que naturalmente se dará por lo que están quitando a los demás, con su falsa y equivocada publicidad. Dada a la mala atención médica que tuvo Jaime, después de varias semanas su neumonía se complicó y

murió, y su hermana se quebró las piernas al caerle un caballo encima mientras lo montaba, Alicia no podía dar crédito a las cosas que sucedían, continuó yendo con la bruja. La imagen de la virgen que tan celosamente había llevado hasta Guadalajara, fue quedándose poco a poco en un rincón. Continuó apegada a esas creencias completamente alejadas de la fe de la oración. Era aparentemente feliz con su vida llena de diversiones y banalidades. Como ya no tuvo más que pedir un día no tuvo a más que ir con la brujo, y a él también dejó de visitarlo, ya no veía a su madre, no viajaba al pueblo, no atendía a sus tíos, sólo salía con chicos, recibía el dinero que le mandaban desde casa para poder vivir como le gustaba. La bruja quedó muy resentida con ella, y así comienza a invocar demonios que la atacasen lentamente. Una mañana al despertar, había demasiado cabello en su almohada se había caído más de lo normal, se vio en el espejo y su piel era áspera. De un día a otro se encontró tan delgada que su ropa quedaba muy grande, comía y el sabor de todo lo que tragaba era de un amargo impresionante, ya nadie la invitaba a salir, comenzó a quedarse sin amigos y a estar triste. De la nada su depresión la lleva a enfermarse continuamente de gripes, infecciones estomacales,

fiebres, tos, y un sin fin de padecimientos que mermaban su salud. Aunque la mayor tristeza de Alicia no era esa si no su vida social que lentamente se iba. Su madre va a visitarla y le pregunta por la imagen de la virgen a lo que secamente le contesta que no sabe. La busca entre sus cosas y la pone a su lado para que rezara, ella se niega. Esa noche su fiebre fue muy alta estaban en vísperas de diciembre y comenzaba a sentirse algo de frío, su madre se encontraba desesperada pues con nada podía controlarla. Después de dos días Alicia cobra conciencia y su madre le dice que es por los rezos a la virgen, que la escucho y le estaba devolviendo la salud. Alicia quiso creer que nuevamente su devoción en ella regresaba y dejó la imagen en su buró, por si las dudas. Su madre prometió que si la salud de su hija se veía restablecida en pocos días iría a visitarla a la basílica en México. Así es como su madre asiste a la peregrinación, y entre miles de personas llegó de rodillas para agradecer los bienes concedidos a su hija. Al regresar Alicia tomó la imagen entre sus manos y de esta brotaron lágrimas de sangre. Sorprendidos pensaron todos que era un milagro y que Alicia estaba siendo tocada directamente por la virgen. Pasaban cosas extrañas en ella, decía cosas sin sentido, tenía ataques de pánico y ansiedad, blasfemaba,

y no entendían por qué. Retorcía su cuerpo por la cama, no tenía control de sus facultades al cien por ciento, había ocasiones que parecía estar consciente pero en realidad no lo estaba. Pasaban días y días de sufrimiento, el cuerpo de Alicia parecía ir carcomiéndose por el tiempo, estaba realmente enferma y ni doctores, ni sacerdotes, ni nadie podía decirles claramente qué pasaba. La tía de Alicia tenía una amiga vidente que fue a visitarla un día, y fue ella quien le dijo que lo que sucedía con Alicia no era cosa de Dios si no que se encontraba poseída por una legión de demonios que habitaban su cuerpo. Les explicó que los demonios pueden dar efectos materiales a imágenes que nada tienen que ver con Dios, que ella podía ver la cantidad de seres turbados que había en el cuerpo de Alicia y que por ignorancia e idolatría podían manifestarse de tal manera que les generara una confusión muy grande a los miles de seguidores que tiene la religión en este caso. Le dijeron que eso no era posible que la virgen había aliviado ya a Alicia en un momento y que era ella quien siempre les concedía los favores que pedían. La mujer no dijo más y les dejó un libro llamado “El Tesoro de Vivir”, que ahí podían encontrar la solución. La situación empeoró con Alicia, y ya era considerada como candidata al psiquiátrico, sus arranques eran

incontrolables, hablaba de manera extraña, agredía e insultaba a todos los que estaban a su paso. Su madre se contactó conmigo y fui inmediatamente a ver qué pasaba con la chica, le expliqué lo que la vidente en su momento le comentó también, le dije que las vírgenes que lloran, o aparecen o las manifestaciones que existen a través de las imágenes que idolatran, no son cosas de luz, no son cosas de Dios, ya que lo que menos quiere Él es manejar imágenes forjadas por las manos del hombre para que se le de culto. Que los efectos materiales los forjaba el demonio para generar adeptos, seguidores y fanatismo, programa la ignorancia y adoración a cosas imperfectas, así es como inconscientemente estamos invocándolo a nosotros, que fue lo que sucedió con Alicia, comenzó a llenar su alma de sentimientos como la venganza que se convirtió en presa fácil para ser atacada. También les dije que Dios es quien concede los favores debido a la gran fe con que nos acercamos a estas imágenes, es Él quien con su amor infinito nos regala las bondades que le pedimos a expensas de que adoremos imágenes que no tienen nada que ver con lo creado por Él. Millones de personas en el mundo viven en un engaño absoluto de grandes dimensiones, que los lleva a realizar sacrificios, peregrinaciones, ir y venir flagelando y lastimando su cuerpo. La única manera de bajar

fuerzas celestiales y atraer la luz es guiar a los demonios con una correcta preparación que se basa únicamente en la oración sentida y profunda que se eleva a Dios. Por los simbolismos acarreamos legiones enteras de demonios a poseer cuerpos y fincas materiales, éstas son mayores al número de personas en la tierra así que ellos se aprovechan atacando de varios de ellos un sólo cuerpo. Dios y los seres celestiales sufren con gran tristeza cuando ven nuestra ignorancia adorando e idolatrando falsos ídolos. Pero bien, la familia con todo esto decide tomar el verdadero camino de la recuperación, aprendieron a orar conmigo, y fue como en el transcurso de una tarde Alicia, comenzó a florecer otra vez, era como si volviera a nacer, retiraron las imágenes que tenía en su buró, la bañaron y siguieron orando. La oración tiene su mayor poder en medida de la elevación que le demos en nuestra mente, es mayor su poder sintiéndola y no hablándola, Alicia no comprendía lo que le había sucedido durante días pero si pasaron por su mente los caminos que tomó para llegar hasta donde estaba. Sin haber escuchado ella todo lo que expliqué a su familia sobre su situación y el poder de orar, ella sola comenzó a caer en oración y en servicio de amar a Dios disfrutando de las simplezas que da la vida misma y no la

materialidad en que dejamos caer muchas veces al espíritu por ignorancia. Una de las cosas, que me dediqué hacer, era visitar hospitales, orfanatos, asilos, y una ocasión, visité un hospital, y en una cama, al fondo del pasillo de enfermos terminales, pude ver, una mujer de edad avanzada, con un estado de salud increíblemente deteriorado. Me acerqué a ella, para poder platicar, pues imaginé lo mucho que debía estar sufriendo y tal vez podría ayudarla a encontrar un poco de alivio hablándole de la oración, además, que al preguntar a una enfermera por ella, me dijo que estaba sola, que esa mujer, en fase terminal, jamás había sido acompañada por nadie, que prácticamente había ido convirtiéndose en un trapo, ella sola desde que llegó. Una anciana, delgada, pálida, con los ojos hundidos en sus enormes ojeras, entubada a un respirador, pues no podía hablar, el cáncer en los huesos, la había dejado inmóvil en esa cama de hospital, y los dolores tan fuertes que sufría, no podían ser apaciguados con la morfina que le suministraban. Tenía, a un lado de su mal oliente cama, un cuaderno y una pluma, ya que así, podía comunicarse con el médico o la enfermera, pese a la artritis, ella insistía en tratar de escribir de repente, pues le servía como único medio de comunicación.

Era para partir el alma de cualquiera esa triste y desafortunada situación, sólo pensé en la tristeza, de vivir una situación así en soledad y en un hospital. Escribió, que además de sufrir físicamente, estaba destrozada de manera emocional, que se encontraba arrepentida de su pasado, me hizo saber, que ella, había sido una persona que se dedicaba a realizar prácticas oscuras. Que se hizo muy rica, sabiendo que además de estafar a la gente, les causaba males, que fue muy vengativa, y se aprovechaba de la brujería, para hacer el mal a los demás, que ahora se arrepentía y lloraba amargamente. Fue como una especie de carta, en la que ella, describía su vida, me dijo, que se quedó sola, que su familia, la había abandonado, por las cosas tan terribles que hacía, y que no le importó, pues tenía dinero y una vida estable. Perdió su casa, víctima de un fraude, que nunca pudo explicarse, día con día, su salud, se deterioraba, y los medicamentos y hospitales, le fueron consumiendo su dinero, hasta quedar en ese hospital sin un solo centavo. Prácticamente había llegado ahí, arrastrándose, desaseada, descuidada, parecía una indigente, que se retorcía en las banquetas, del dolor tan grande que le daba su enfermedad.

Daba lástima, pena, uno podía sentir su dolor, después de leer y conmoverme, le hablé de la oración, y de todas las cosas que el Padre quiere y da, que efectivamente, por sus prácticas, y su modo de vida, estaba pidiendo cuentas ahora, sobre lo que ella había hecho de bueno con sus prójimos. Escribió después de eso, que ella, en sus sueños, pudo ver a toda esa gente que en su momento se acercó a ella, y que vio, sintió y casi vivió, los sufrimientos tan grandes que les hizo padecer, que fue, ahí cuando entendió, lo que estaba sucediendo. Vio a muchos de ellos, perder la vida, en la enorme desesperación que les causó, que todo el dinero que pudo haber ganado, no valió de nada la pena, y que de haber sabido, las cosas que sucedían, jamás lo hubiera hecho, también pudo ver en estos sueños, que ella, iba a terminar formando parte de estas legiones de oscuridad. Escribió también, que todo comenzó a ir mal, después del último trabajo que hizo, que era una inocente joven, arrebatada por su edad, que lo que ella necesitaba realmente, era un consejo de alguien, con experiencia, que la orientaran, con sabiduría, y que ella sólo se había aprovechado de su vulnerabilidad. Que había podido ver en sus sueños a esa chica, y el gran sufrimiento que le hizo pasar, a ella y su familia, y lo que más le conmovió, fue la inocencia que tenía.

A partir de ahí todo empeoró con la mujer, que bien sabía que iba a morir tarde o temprano, y tal vez, en peores condiciones de las que ya se encontraba, pero que quería pedirme un favor. Le pregunté cuál era, y escribió, “por favor, busque a esta chica, dígale que estoy arrepentida, y ayúdela en mi nombre a librarse de su padecer, pues yo no podré hacerlo jamás” Respondí que sí, pero que necesitaba saber, aunque fuera, el nombre de la chica, como mínimo dato, que así, podría buscarla en hospitales, dado a lo que ella escribió que había visto en sueños, la chica podría estar enferma. Le di el cuaderno, parecía no tener más fuerza ya, escribió con más dificultad que antes, y leí, “Alicia”, me sorprendí, enormemente, y no me detuve, en hacerle saber, que ya había estado con ella, y que se encontraba recuperada. Cuán grande es el Padre, que nos puso en el mismo camino, para poder ayudar a las dos, y dar aunque fuera sólo un poquito de tranquilidad, a esta mujer, que estaba viviendo sus últimos días de vida, enferma, acabada, pero arrepentida y gustosa de cumplir en lo que pudiera, la voluntad del Padre. Alicia sufrió, y aprendió, y oró, y guardó muy bien junto a su buró su propio “Tesoro de Vivir”.

Como en el caso de Alicia, el amor no se da por la fuerza este debe de brotar espontánea y naturalmente, quien forza el amor no sabe de la sentencia que se está labrando. El amor que se busca obtener por la fuerza, con trabajos de brujería, con hechizos y prácticas oscuras, no debe hacerse, pueden tenerse resultados momentáneos, pero con el tiempo, de manera natural, sólo obtendremos maleficios, caos, todo, como pago natural de nuestros malos actos. No hay nada mejor y más fuerte y poderoso, que la magia enorme de la oración. RELATO 10

En uno de mis viajes de negocios que hacía a lo largo de seis estados de la República Mexicana, me di a la tarea de realizar una estadística con mis clientes. Esta consistía en preguntar a cada uno de ellos si habían tenido alguna manifestación espiritual diavólica. Fue en Irapuato Guanajuato donde un cliente me comentó que un amigo de él sí las tenía y que le gustaría verme. Le dije que sí, yo iba una vez al mes por ahí, mi cliente Ángel, tenía un restaurante y su amigo llegó ahí sin saber qué día exacto iría. Llegué con la sorpresa de que tenía ya ocho días ansiando mi llegada. El viaje era cansado, dado el tiempo que tenía que manejar por carretera de un lado a otro, pero esa ocasión en especial, me interesaba llegar lo más rápido posible. Ellos eran amigos y Ángel me comentó que su amigo tenía siete años padeciendo detalles extraños. El señor Juan me narra su problema, él compró una casa a crédito con un banco, ya era usada, de remate quizá. Lleva a su familia a vivir ahí, pero había un espíritu que causaba problemas a cada uno de los habitantes de esa casa. Supieron que era un ser, ya que una de sus hijas escuchaba las amenazas y el lenguaje obsceno que utilizaba, les pedía que se fueran, situación que cansaba más a la chica que a cualquier otro. Le hablaba de manera clara, cuando estaba en la

escuela podía escucharlo, además de obscenidades, le decía, que a su familia le iría realmente mal, que ya jamás en su vida volverían a dormir o a estar tranquilos, y que ella sobre todo, iba a sufrir mucho. La joven, no daba crédito a lo que escuchaba, todo el día, era igual, no podía concentrarse en nada, pues inmediatamente era interrumpida con esta voz. El resto de la familia, también, era perturbado de esta manera, a su hermano, cuando salía a la escuela, sentía como lo aventaban contra los postes y las banquetas, prácticamente el camino, lo pasaba a empujones. A su mamá, además de tenerla aterrada, con sus amenazas, no la dejaba tranquila en casa, cuando se encontraba trapeando, le volteaba la cubeta con agua, y le ensuciaba todo, cuando lavaba ropa, la encontraba tirada sobre tierra, las camas las volteaban, en fin, hizo imposible su vida. Por las noches, se escuchaba que se rompían vasos y platos, los pasos apresurados corriendo por los pasillos los despertaban y todos estaban en sus cuartos. Eso no era vida, era una situación insoportable, ya nadie podía más, Juan, pues tenía con las cosas que sucedían al anochecer, ya que era la hora en que estaba en casa, y pues a él le pasó que comenzó a perder mucho dinero en su negocio.

Todo les salía mal, y hartos en tratar de encontrar una solución buscaron sacerdotes, chamanes, buscaron entre varias religiones el alivio, se acercaron a eruditos en la materia, y no había solución. Los hacía realizar prácticas y rituales extraños, cada consulta que hacían era cobrada, y por persona, es decir que el costo era de acuerdo al número de personas a quienes el ser molestaba. Había manifestaciones por toda la casa, nadie podía dormir, se escuchaban ruidos, la familia completa padecía intranquilidad, no querían salir a la calle, sus hijos no querían asistir a la escuela, llegaba la noche y todas las luces tenían que encenderlas. La situación, se hacía insoportable día a día, todos comenzaban a desesperarse cada vez más, no podían, mirarse, sin que hubiera una discusión, nada les parecía bien. Vivían en el temor constante, peleaban por todo, él y su esposa, él y sus hijos, todos contra todos, aquello se convertía en un caos poco a poco. El espíritu quería acabar con su paz, su armonía, su tranquilidad. Y casi lo logra por completo, pues esa familia estaba a punto de desmoronarse, y con su ir y venir, a diferentes y equivocadas opciones, los colapsaba aún más, no tenían idea de cómo y cuándo terminaría su situación.

Nadie le orientó para alimentar al espíritu, sólo le decían que lo mejor sería realizar un exorcismo en su casa e irse a vivir a otro lado. Después de mucho pensarlo, busca un sacerdote. Realizan un exorcismo, antes de dejar la casa. Creyendo que el ser se había ido, con todo el pesar de su corazón decide regresar la casa el banco, fue tal su sufrir durante tantos años que no le importó que en ella se fueran todos sus ahorros, el patrimonio de su familia, todo el fruto de una vida de trabajo y sacrificio. El sacerdote, recorrió toda la casa, los hizo rezar varios rosarios, y le ordenó al ser que se fuera de ahí, que no molestara más, en el nombre del Padre, del hijo y del espíritu santo, mientras arrojaba agua bendita en toda la casa, y hacía la señal de la cruz con su crucifijo en mano. La familia, aunque era creyente, sentía, como un poco inadecuada la práctica que se hizo en su casa, pues no les dio confianza ni tranquilidad, así que proponen irse de ahí. Siguió y la familia se cambia se aferró, lo alteraron situación caótica. Decide perder todo bien material a cambio de una vida tranquila, sería un comenzar desde cero para todos en su familia, pero el precio lo valía, saldrían a la calle, volverían a dormir, dejarían de sentir miedo, tendrían claro que adaptarse a trabajar un poco más y tener un poco menos.

Dejaban tras de sí, lujos comodidades, alberca, su zona residencial, amistades, Juan, realmente se preocupó desde siempre por dar a los suyos lo mejor, y ahora tenía que dejar todo su esfuerzo, lo difícil que fue reunir el dinero, para esa casa, esa que era su tan anhelado hogar, todos los sacrificios eran insignificantes cuando lo más importante es tener tranquilidad. Así pues con todos sus sueños rotos, y sin un solo peso de respaldo, él y su familia se van a otra casa pero esta vez, tuvieron que rentar. Todos estuvieron de acuerdo en trabajar, todo con el fin de cambiar de vida, de tener tranquilidad, no dudaron un segundo en tener que dejar la alberca, y el descanso, con tal de poder dormir, y dejar de escuchar las barbaridades que les decía el ser. Una vez instalados en su nueva vida, creyendo que todo había terminado ya, con toda resignación fueron tomando uno a uno sus recámaras para dormir, y de repente, las puertas se abrieron fuertemente y todas las ventanas abrían y cerraban como si un ventarrón las moviera. Se encendían y apagaban las luces, las llaves de los lavamanos estaban abiertas todas y sólo escuchaban al ser como les pedía que se fueran de ahí, el miedo los había seguido otra vez. Juan estaba sorprendido de ver y vivir esto nuevamente, ahora sentía al ser con más fuerza. Otra vez, se respiraba miedo e intranquilidad,

todos quisieron salir corriendo, y llorar al mismo tiempo de la impotencia que sintieron al experimentar eso nuevamente. Cuando Juan se lo contó a su amigo, este no daba crédito a que estuviera pasando nuevamente por esa situación y quiso ayudarlo. Ángel pensó en acercarlo a mí una vez que se dieron cuenta que el ser los había seguido a su nuevo hogar, dando por hecho que nada, absolutamente nada, había surtido efecto. Le expliqué a Juan que lo sucedido fue que el agua bendita que roció el sacerdote que fue a su casa invocando en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo (que es lo único que saben hacer y no es lo adecuado), cada gota que cae en el ser es un latigazo y también lo desconocen los sacerdotes, y esto, hacía aferrarse más todavía a su presencia, le dije también que se le había tratado mal, y que nuestra misión es guiarlos con respeto y amor hacia la luz y su morada. Y que la fuerza que ahora presentaba era aún mayor porque el exorcismo que se hizo no fue de la manera adecuada con eso certifica que de verdad se alteró el ser por la fuerza que adquirió con ese exorcismo mal realizado. Sorprendido por la información que le ofrecí, reunió a su familia y amigos, ya que entre más congregación haya mayor es la fuerza y el resultado que se obtenga. Le dije que volvería en un mes. Le dije también que el trabajo más importante que tenían él y su

familia era tener fe, y una oración limpia, pura, sentida. Les hice saber que estos seres turbados necesitan la luz que los guíe, mientras no los tratemos con amor, respeto y caridad, ellos seguirán arraigados causando penas y sufrimientos a los espíritus que aún tienen vida material, ya que ellos no pueden encontrar su camino de luz. Se reunieron en el patio de la casa nueva, con familiares y amigos convencidos todos de ayudar a ese demonio a retirarse a su morada y ayudar a esta familia a tener paz y tranquilidad. Con la fe por delante, la pureza y sinceridad que se requiere comenzaron todos su oración. La luz del sol se posaba sobre cada uno mientras la oración avanzaba. Todos se sentaron en el patio, Juan, los guió en oración tal como le indiqué, respiraron profundamente varias veces, dejaron caer su cuerpo en suma relajación, cerraron los ojos, y comenzaron a ver luz, a pensar en cosas hermosas, y dialogaron con el Padre en ese momento. Las ventanas estaban cerradas y cristalinas como nunca, la sombra que se veía entre las paredes recién pintadas desapareció, cada rincón de la casa comenzaba a iluminarse tenuemente por la luz del día. Cada uno recuperaba poco a poco un semblante saludable y tranquilo. Fue sorprendente más para ellos que para mí

claro, descubrir que el ser se había ido, y nuevamente escuché frases tales como, “¿Por qué no lo conocí antes?”. Me dijo que estaba dispuesto a pagarme el precio de lo que había hecho por su familia. Todos pudieron ver mientras oraban, cómo unas nubes grises salían de la casa y se esparcían por el camino de luz que había sobre ella, era impresionante, ver a esos seres, porque inmediatamente se dieron cuenta que eran varios seres, los que iban directo a la luz. Nadie daba crédito a que eso fuera real, mucho menos que estuvieran tomando la luz, gracias a todos los reunidos, fue ahí, cuando los presentes, lloraron de felicidad, al ser testigos del gran amor del Padre, hacia todos y cada uno de nosotros. Hablé claramente, diciéndole que tal vez eso le había ayudado a encontrar su misión, tal como me pasó a mí en su momento, si es que realmente quería cooperar, a lo largo del camino andado podría hacer lo mismo que yo, ayudar gente sin comercializar lo espiritual. Los seres que se quedan arraigados en la tierra o vagando por el espacio, y no van a la morada que les corresponde según su evolución por falta de su preparación, pueden llegar a manifestarse en algún lugar determinado. El asunto de Juan no fue de brujería como el mío y muchos otros más.

Cuando alguien es asesinado, o se suicida, su espíritu se queda en el lugar de los hechos y después de un tiempo se manifiesta. Lo hace al querer recrear olores, al hacer lo que solía en vida, de forma visible para algunos, esto porque no entienden que ya murieron y tienen que evolucionar, y así tratan de llevar una vida normal. Tanta fue su influencia material en vida que cuando mueren dejan impregnado al espíritu de su materialismo, y aunque realmente ya nos les pertenece esta vida material y sí la espiritual, no pueden vivir en la material ni en la espiritual. Necesitan hacer su transición a otro nivel de vida no comprenden que el cuerpo es sólo pasajero. Algunos de estos no hacen el menor daño, tienen una influencia que dejó materialmente como si tuvieran una vida corporal. Ellos necesitan de la oración que consta de bajar las fuentes celestiales y la conducción para poder tomar la luz, nuestro deber es hacerles entender que ya no les corresponde esta vida. Un espíritu necesita amor, respeto y caridad de esta forma jamás nos harán daño alguno. Para terminar este relato, me gustaría comentar algo a ustedes mis lectores. Un brujo, chaman, o persona que realice prácticas espiritistas, al realizar una limpia hacen que el ser o legión regrese de donde se les envió, más no les dan la luz para su evolución, los sacan de un lugar más

no liberan al cuerpo atacado ni al espíritu que ataca, en la mayoría de los casos, además de que regresan y persisten en hacer más estragos. No se irán si se sienten atacados, podemos con esto hacer que se manifiesten o incluso no lleguen retirarse. Hay grupos en diferentes religiones que hacen retiros “exorcismos” espirituales, la gran mayoría desconocen la práctica adecuada de la oración. En estos encuentros muchas veces llegan a juagar con demonios sin saber que lo están haciendo, y de esta manera, son poseídos, creyendo que lo que realmente está sucediendo es una manifestación de que Dios los está eligiendo, cuando la realidad es otra, profanan en todo momento y por todos los ángulos y los demonios se dan cuenta de ello. Su manera de profanar, es no hacer la voluntad real de Dios, hacen estragos creyendo que es el bien y al querer hacer un desalojo envían órdenes equivocadas. No saben dar amor ni respeto, mucho menos enseñar a hacerlo, no saben ver lo que el Padre quiere, van contra toda voluntad suya, creyendo que son cosas que él desea que sean. Las prácticas inadecuadas, mal informan y dejan a miles de personas en un gran error, nosotros queremos demostrar con hechos la sencillez que existe para liberar al mundo de todo esto que le aqueja, para tener salud, felicidad, armonía en nuestra vida.

Existe una gran necesidad de que nos entreguemos realmente a lo espiritual y aceptemos nuestro camino al morir y no convertirnos así en un demonio que no encuentre su morada y vague quizá eternamente. Lo que puedas vivir lector, es por algo una enseñanza, el tesoro de vivir para tu vida espiritual. La sabiduría es importante y sencilla, es como la anécdota de la Familia González que circulaba en su carro por la ciudad de México, era un carro antiguo de esos que tienen la llanta unida al tambor de freno, se poncha esta y al querer cambiarla, tenían que retirar la pieza completa para poder sacarla y bueno después de muchos esfuerzos, de estar horas bajo el rayo del sol, los niños desesperados con hambre y sed, el padre de familia lo que hacía era pegar al metal pensando que aflojaría y la llanta saldría, pero dado al golpeteo de la herramienta y el rayo del sol, el metal se expandía. Al no tener ningún resultado, comenzaron a desesperarse, fue cuando un sencillo señor que pasaba en su bicicleta por ahí gritó únicamente “aviéntenle agua”. Recolectaron agua en un recipiente y la aventaron sobre el tambor, sin el más mínimo esfuerzo, la llanta salió. La sabiduría pura, fue pues la aplicada en ese momento, como alguien que sin ser físico, y tal vez ni mecánico, les enseñó a contraer el metal. Con la esencia pura y la sencillez que corresponde, y con la fe y la entrega, se encontró la verdadera solución al problema. Cada enseñanza diaria se convierte en nuestro tesoro de

vivir. RELATO 11

Héctor, iba un día camino a la universidad y se encontró a una hermosa chica, iba vestida con un ajustado vestido negro que delineaba perfectamente su bien torneada figura. Todo el trayecto la estuvo pensando en ella, le hubiera gustado acercarse y poder decirle algo, no sé, un buenos días o pedirle su teléfono tal vez. Había algo en ese rostro, que lo hacía soñar despierto, una dulzura hipnotizante en su sonrisa, que parecía iluminar el más nublado de los días. Por la noche la idea de que alguien más pudiera acercarse a esa chica como él no había podido lo enfurecía, pero, no sabía por qué. Él tenía pocas amigas de hecho no era de salir casi con nadie su prioridad eran sus estudios y conseguir un trabajo que le ayudara a salir adelante junto a su familia. Pero por su pensamiento, sólo pasaba esa bella imagen, como una diosa, que pasó frente a él, para que pudiera admirar su escultural y angelical belleza, como si hubiera ido a hacerle una invitación directa, para hablar con ella. Desde ese día el pensamiento era el mismo, y las cosas comenzaron a cambiar de manera inesperada, comienza a reprobar todas las clases, su trabajo se tambaleaba, y en su casa la vida era más que insoportable. La soñaba, la deseaba, en cada uno de sus

movimientos la veía reflejada en otras, cada vez eso era más y más fuerte que sus propias fuerzas. Quería volver a encontrarla y poseerla a como diera lugar. Día y noche la idea le taladraba la cabeza y en cada chica que se aparecía durante su camino reflejaba el enorme deseo reprimido. Rondaban ideas malévolas en su cabeza para el día que pudiera encontrar a esa belleza que le capturó el pensamiento. Hubo ocasiones, en que pensó haber soñado tan encantador encuentro, pero sabía, que eso fue completamente real, tenía que encontrarla. No dormía, no comía, no hacía otra cosa que no fuera pensar en verla y poseerla, estaba perdiendo sus rasgos normales, su cara parecía haberse transformado en algo malvado, tenía una actitud reprimida pero violenta, su vista era desencajada, podía dar miedo hasta cierto punto. Su actitud era de desesperación, como si fuera una persona con demasiados problemas, y no supiera como resolverlos, como si algo le aquejara de manera inquietante. Ya no era el chico amable con los demás, cariñoso y dedicado, había una sombra de oscuridad a su paso y la gente comenzaba a notarlo, su familia le preguntaba si tenía algún problema y evadía la respuesta de forma violenta encerrándose en su cuarto. Se volvió, serio, más retraído que antes, no era en

nada educado y atento con los demás, aventaba las cosas, contestaba de mala gana cuando se le hablaba o preguntaba algo. No soportaba estar en casa, le parecía que perdía el tiempo ahí, pues necesitaba estar en la calle para poder ubicar a la chica, pues encerrado en casa no lograría su cometido. Una tarde salió a caminar para calmar su mente que parecía gritar más que nunca, sentía voces que lo alentaban a buscar a la chica, y sentía verla en la cara y gestos de otras, estaba completamente turbado, algo invadía su cuerpo de pies a cabeza, y al cruzar una calle, se topó con una joven, la tomó del brazo fuerte y agresivamente y la llevó a un rincón al final de la calle. Mientras la joven se retorcía para zafarse de él, más fuerte era aún el deseo de hacerla suya, delante de él sentía que estaba la joven que lo turbó desde hacía ya varios meses, sentía que habían pasado años, y que al fin estaba por cumplir su sueño. La violentó, le desgarró su ropa, la atacó ferozmente, la hizo sufrir sin querer hacerlo realmente, la golpeó, y después del suplicio, volteó a verla, y soltó a correr mientras lloraba, no entendía como había llegado hasta ese punto ni por qué. Otra vez pasó la noche sin dormir, tenía algo de culpa pero, cuanto comenzó a sentirla, la imagen de la mujer que lo perseguía volvió a hacerse presente en su

mente, y nuevamente la deseaba para sí. No recordaba el dolor que le había provocado esa tarde a la chica que violentó, no, ese recuerdo para él ya era algo pasajero, algo insignificante, sentía que debía salir a buscar otra vez, que no debía parar hasta encontrarla, hasta hacer suyo ese aroma que lo invadía, que lo intranquilizaba. Era una mente, que no hacía más que maquinar, qué haría con esa deidad, la tomaría suavemente en sus brazos, y la haría enamorarse perdidamente de él, así como lo estaba de ella. Pero esos turbios pensamientos, nublaron su corazón y mente, dejó de pensar en algo bello, y sólo se llenó de una lujuria, que necesitaba saciar de una forma o de otra. Su tarea se había convertido en la caza de la mujer, y sin saber cómo, se convirtió en un ser despreciable, que parecía en el fondo ser dominado por una fuerza superior a sus mismos instintos, mas no quería reconocerlo. Atacó de la misma forma a más de diez mujeres, y siempre pasaba lo mismo, veía en ellas el cuerpo y rostro que soñaba desde hacía un año ya, y al final terminaba por darse cuenta que realizaba algo que estaba contra sus principios pero que sin embargo le causaba demasiado placer. Su mente estaba dedicada a encontrarla como diera lugar, a que fuera suya y no dejarla jamás, pero, un

día, mientras hacía su recorrido habitual de búsqueda, se topó sin darse cuenta con una mujer a quien había atacado dos meses atrás. De manera valiente la joven sin hacerse notar, le habló a un policía y le dijo que ese era el hombre que la había violado. Sin más, lo detienen, y siguen un proceso de investigación para determinar, si Héctor realmente era culpable de tan crueles actos. Sin tardar, cinco mujeres más se hacen presentes a denunciarlo por el mismo delito, y es trasladado a prisión. Su familia, no estaba muy enterada ya que dejó su casa para ir a vivir solo, pero sufrieron demasiado al ver como lo encerraban tras las rejas. La peor pesadilla de cualquier violador comienza en la cárcel, los peores tormentos se dejan caer sobre ellos sin la más mínima piedad. Lo golpearon, lo violaron y humillaron de todas las formas posibles, le hicieron temer por su vida. Se turnaban los presos, para hacer que los celadores lo castigaran, haciéndolo caer en provocaciones y riñas, desgarraban sus cobijas, le hacían los peores insultos, a la hora de la comida, tiraban su charola, lo arrastraban por el piso, desnudo y hacían pública la humillación. Los primeros días no quería ni sentir, su mente tenía la imagen sola de la mujer que nunca pudo tener, y fue ahí cuando sus ojos se llenaron de lágrimas y

comenzó a comprender que su obsesión era algo que tenía que resolver, ya que lo llevó hasta la cárcel, en circunstancias que jamás hubiera imaginado. De cierta manera, no alcanzaba a conectar su mente con la realidad, le parecía, seguir sumergido en el sueño que le había provocado la mujer desde el primer día, estaba turbado, poseído por una legión completa de demonios, que estaban arruinando su vida. Nunca se sintió capaz de llegar a algo así en ningún momento de su vida, y la que ahora tenía realmente ya no era vida. Comenzó a sufrir, un martirio, se dio cuenta que vivía en un infierno desde hacía mucho tiempo y él no quería darse cuenta. No sabía cómo vivir, es más no quería vivir ya. La desesperación se apoderaba de él, como cuando estaba en casa, esperando salir al encuentro de su chica, se estrellaba contra las paredes, daba de golpes a ellas, pedía a gritos un alivio, y renegaba hasta de haber nacido, llegó un momento en el que hasta quería no salir de ahí jamás. Compartía celda con un hombre de cincuenta años de edad, había sido sentenciado por robar casas habitación, y en el último robo cegado por el odio y ambición, mató a una familia completa. Comenzó a platicarle a Héctor las cosas que había vivido antes de llegar a la prisión, y de cómo su vida fue cambiando dentro de ella.

Le contó que al llegar ahí estaba turbado al igual que él, que quería ayudarlo a que comprendiera, qué lo había llevado hasta ahí y fue cuando Héctor comienza a contarle su historia. Alberto, así se llamaba su compañero le dijo que antes de que él llegara había compartido celda por cuatro años con un señor, que le había enseñado a orar cuando llegó, le enseñó a buscar en su interior, y así encontró los motivos y la cura de su mal. El señor murió en una riña ahí dentro pero, le enseñó lo que Héctor estaba por aprender también. Alberto, sufría grandemente al llegar ahí, pero no quería darse cuenta de eso, creía que ya nada le importaba, ni su familia, ni buscar un trabajo, se fue por un camino fácil. El odio a sus semejantes aumentaba día con día, y en muchas ocasiones, actuaba por instinto, meramente mecanizado, ya ni obtener ganancias de sus robos le importaba. Su compañero de celda, al caer en el reclusorio, le enseñó, que existen seres turbados, que en busca de su morada, pueden llegar a hacer presa de su tristeza a personas con espíritu vulnerable como el suyo. Que los hacen experimentar, sensaciones y sentimientos turbios, que van en contra de la voluntad de Dios, que en la mayoría de los casos, son presa fácil, que buscan para hacerse notar, esperando, que

entiendan de su padecer y los ayuden a ir a su morada, pero no sabiendo como hacerlo correctamente, terminan dañando a las personas. Es por esto, que tenemos la obligación, de ser amorosos y caritativos con ellos, ya que desconociendo la forma de ir a la luz, intentan apoyarse en nosotros para que seamos esa guía que tanto anhelan encontrar. La forma correcta de bajar luz, es con la oración sentida, la directa comunicación de nuestro espíritu con el Padre. Así, fue como logró, encontrar esa paz que tanto buscaba, y sabía, que al estar ahí dentro, tenía la obligación de hacer saber a sus compañeros, cuál era la cura de sus sufrimientos, y que juntos podían hacer más llevadera su estancia en prisión. Le dijo que su mayor tesoro estaba en la oración, en orar desde el interior, sincera y sentidamente con Dios, que los mayores males del mundo se dan por demonios y legiones de estos mismos que habitan en el hombre para su misma destrucción. Que hay que llevarlos por un camino de luz hacia su morada espiritual, y que al mismo tiempo nuestro espíritu se nutriría y llenaría para llegar a la luz a la hora de dejar la vida material. Orando encontraron que Héctor había sido presa de una legión de estos demonios que lo llevaron a

cometer delitos muy graves, y se unieron los dos en la celda, se concentraron y lograron elevar su espíritu, llevando así a esta legión a su morada. La mente de Héctor comenzó a despejarse, después de un año, ya no pensaba en lo más mínimo en aquélla mujer, que había sido solo un engaño de estos demonios para apoderarse de sus actos. Cerró los ojos, descansó el cuerpo en el piso, y sintió como se aligeraba, tuvo ese diálogo con el Padre, en el que primeramente le pedía perdón por lo que había hecho, le pidió tranquilidad para él y los seres que lo poseían, les pidió a ellos que tomaran su camino, y a los ángeles, arcángeles, serafines, querubines y todas las fuentes celestiales de luz, que le ayudaran a encaminar a esta legión. Y como magia, Alberto vio, como del cuerpo de Héctor se desprendían, estos seres, que de emanar tristeza, poco a poco, irradiaban luz, y ascendían. Descansó, sabía que tenía una condena que cumplir, pero su nueva vida de obediencia a Dios, de amor, de perdón a sí mismo y a los demás, lo llevó a reducir su pena por buena conducta. Hizo trabajo de carpintería ahí dentro, se convirtió en un hombre de bien, comprometido a ayudar a gente como él, increíblemente, hizo amigos, y formaron entre algunos, un grupo hermoso de oración. Cosa que es muy difícil de realizar en la cárcel.

Entre muchos que sufrían de estos males, se ayudaron, sobrevivieron, gracias a la oración y su gran poder, se dedicaron acercar a más como ellos. Y así es cómo Héctor vive día a día hasta salir el tesoro diario de vivir. RELATO 12

Alberto, cobijó a Héctor, a su llegada al reclusorio, y juntos formaron un grupo de oración, como sus historias, hay algunas otras que nos dejan ver el gran poder de la oración. Muchas veces no sabemos lo que nuestros vicios y pensamientos pueden arrastrarnos y la gran realidad es que la maldad en el mundo no es más que producto de los actos que los seres turbados o demonios realizan a través de nosotros. Julián, chico de veinte años, llega a la celda adjunta a la de Alberto, y, su historia comienza desde los tres años de edad, cuando comienza a recibir maltrato por parte de sus padres. Su padre adicto a las drogas y su madre al alcohol, por su facilidad para despertar creció entre pleitos. Lo hacían sufrir enormemente esas peleas de sus padres, él sólo quería verlos felices, que le dieran un poquito de cariño y atención, tan sólo una sonrisa, eso lo vivió conforme fue creciendo, y fue algo a lo que no se pudo acostumbrar jamás. Los padres no soportaban el llorar de Julián, lo golpeaban, no tenían paciencia alguna, no le daban alimento ni atención, vivía en el descuido total, entre la suciedad, la miseria, la violencia entre sus mismos padres y la sufrida por él por parte de ellos. Se desesperaban tanto, al escucharlo, era un sonido estridente en su cabeza, que los taladraba, sus oídos los sentían reventar, además que atenderlo,

significaba perder tiempo que requerían para sus vicios, para pelear, la vida, les iba y venía sin importarles nada más, lo suyo no eran las obligaciones. Lo hacen crecer junto a los vicios, a la delincuencia, a nada productivo. Había días que pedía otra vida, no fue a la escuela, se salvó de ir muchas veces al orfanato, por las denuncias que los vecinos hacían de sus padres, no tenía nada en el mundo, no trabajaba, se dedicaba a robar para obtener lo que deseaba y medio sobrevivir. Pasaba hambriento por las tiendas, y en el descuido de los empleados, robaba cualquier cosa que pudiera, para comer, tomaba agua de las llaves de la calle, y se bañaba en ellas, pasaba por las tiendas de telas, y jalaba algún retazo de las canastillas, que le servía para cubrir el frío, cuando no regresaba a casa. Formó parte de una pandilla desde los diez años, se reunían en grupos para drogarse con solventes, fumaban marihuana, y después, se iban a robar para conseguir más droga. No comían, peleaban entre pandillas, llegaban hasta matarse o herirse de muerte, y cada vez le importaba menos. Se golpeaban a matar, todos ellos, eran niños, sin una familia que estuviera pendiente, muchos, jamás habían asistido a la escuela, o habían terminado por correrlos de alguna. Julián, casi no estaba en casa y sus padres ni lo

notaban, su mayor preocupación era seguir peleando de día y de noche. Estaban realmente ausentes de la vida de su hijo y él de la de ellos. Sus vicios lo estaban arrastrando a un profundo abismo, donde a los quince años de edad ya no era suficiente el robar bolsas o carteras en los camiones, ya hacía falta más adrenalina y más dinero claramente. Ese dinero, lo utilizaba en droga, en pagar deudas, en alcohol, de vez en cuando en comer, pudo, en algún momento, pensar en su madre, como muchos de los otros de la pandilla, que a pesar de no ser bien atendidos, de repente pensaban en ayudar un poquito a su mamá, pero Julián, no podía hacerlo. Lo ayudaron a conseguir una pistola, y fue haciéndose de mañas para usarla, robaba autos a diestra y siniestra, asaltaba mujeres en la mayoría de los casos, y fue así convirtiéndose en casi un deporte para él, lo disfrutaba, le gustaba ver la cara de horror en las personas, le gustaba infundir miedo en ellos. Sentía como una sensación corría por todas sus venas, le daba saciedad el fumar de manera desmedida, de repente un loco destello de luz en su interior le hacía pensar en su madre, en el fondo sentía algo por ella mucho más fuerte de lo que imaginaba. Al pasar por las escuelas, surgía repentinamente la necesidad de querer estar ahí, se preguntaba por qué nunca había asistido, por qué los muchachos de su edad vivían distinto y sobre todo por qué sus padres los

llevaban hasta la puerta y les daban besos y abrazos de despedida. Pensaba, que así podría llegar a conseguir un trabajo, reunir el dinero suficiente, y comenzar una vida lejos de todo eso, comenzar de nuevo, donde nadie lo conociera, y sobre todo, para borrar su doloroso pasado. Sentía soledad, empezó a experimentar cosas que no eran precisamente la satisfacción que daba el robar, y un día después de no haber dormido ni un minuto de la noche, salió a la calle a realizar un asalto, nada más porque se le ocurrió, y fue entonces cuando al empuñar la pistola, las imágenes de los chicos en la escuela, las familias, y todo lo que no tenía, se vinieron a su mente hasta hacerlo dudar de qué era lo que estaba haciendo y sin quererlo realmente, jaló el gatillo contra una pobre mujer que al instante cayó al suelo sin vida. Se fue de ahí sin el menor remordimiento, se sentó en un banqueta y prendió otro cigarro, frustrado por no haber quitado nada de valor al cadáver. Se levantó y dirigió a la tienda, compró unas cervezas y se fue a encerrar a su cuarto. Repentinamente, una imagen de la señora, aterrada, cayendo y haciendo una alberca de sangre bajo de ella, le vino a la mente, pudo pensar de manera rápida, que esa mujer tal vez, era sola en el mundo, o que iba a casa a cuidar de sus hijos después del trabajo, y eso, le quitó instantáneamente, el remordimiento que comenzó a sentir.

Ahí dentro transpiraba la soledad, la tristeza, la hostilidad, él no sabía lo que era estar en contacto con Dios, es más nunca había escuchado hablar de su existencia. Creció solo y a la mala, arrastrando por su camino la negatividad de los padres y la que en él iba surgiendo día con día. Sentía coraje con la vida, lo único que lo había acompañado por siempre era el alcohol, las drogas, los golpes, el odio, los malos actos. Y fue con pistola en mano a ver quién se cruzaba por su camino. Detonó la pistola tres veces en ese día en diferentes puntos de su colonia y algunas colonias vecinas. Y se fue a dormir otra vez. Dormir en sentido figurado ya que no podía conciliar el sueño, no tenía descanso, veía sombras en las paredes de su cuarto, las ventanas se abrían constantemente sin el aire suficiente, todo era helado y afuera vivían la más calurosa primavera. Podía escuchar voces, que le decían, que el camino por el que iba, era correcto, que no necesitaba de nadie, que podría sobrevivir como lo venía haciendo, que la escuela y los amigos no sirven de nada, y el cariño de los padres es una cosa pasajera y sin importancia. Un día mientras estaba sentado en el parque, no pudo más con la tristeza que lo invadía mientras fumaba, al ver a las familias paseando y jugando, y la vida que tenían parecía ser de lo más perfecta ante sus ojos, más

la de él no se acercaba en ningún punto, ni en lo más mínimo. Se levantó lleno de furia y disparó contra los que veía frente a él, una patrulla llega a la escena, Julián se encontraba más que fuera de sí, estaba indomable, fuera de control. Lo esposaron y lo llevaron detenido. Siete vidas, siete, las que Julián tomó ese día en la tranquilidad de una tarde de mayo, encarcelado por homicidio, a tan sólo veinte años. Disparo, tras disparo, era alentado, por estas voces, que le decían, hazlo otra vez, vas bien, se lo merecen, no saben lo que cuesta la vida, demuéstrales por primera vez quién eres, y quién manda. El llegar a la cárcel fue el mayor alivio que pudo experimentar, sabía que de cierta forma los que ahí se encontraban pensaban y la pasaban igual que él afuera. Sabía y sentía que había sufrido mucho pero no entendía el sentido de muchas cosas. Veía, a todos ahí dentro, con una mirada de indiferencia, sentía que sería él quien iba a mandar y a poner reglas, después de todo, no había nada peor que crecer en las calles, y tratar de sobrevivir a como diera lugar. Hostilidad, malas caras, y un tono de voz nada agradable, fue lo que caracterizó sus actitudes, los primeros días de encierro. Los demás, ya comenzaban a

hartarse del niñito, y pensaban en darle una buena golpiza, para que bajara un poco su Ahora estaba en la cárcel, podía sanar su espíritu, pero le iba a costar el sufrimiento de no tener su libertad. Día a día se iba convenciendo de que realmente quería cambiar, quería y necesitaba otra vida, no convertirse en lo que sus padres eran. Realmente deseaba ir a la escuela, aprender, trabajar, disfrutar en familia de una tarde en el parque. Alberto le ayudó a encontrar todas esas cosas mediante la oración, Julián seguía fervorosamente los pasos a seguir, sentía paz, sentía un amor desmedido en la medida de su oración, la desesperación se iba de repente, estaba decidido a cambiar ahí mismo. Le dijo, que primeramente, debía, orar, que su primer enseñanza ahí dentro, debía ser esa, que tenía compañeros que le ayudarían en el proceso de aceptación, y que él, estaría muy cerca para apoyarlo, pero que debía poner de su parte, y todos los males que sentía y padecía, iban a terminar. Quería al salir no arrastrar con él sus vicios, dejó el cigarro, practicó deportes, aprendió varios oficios, dejó de pelear, muchas veces fue reprendido y golpeado, y con agrado aceptaba la voluntad de Dios, su espíritu lleno de juventud sanaba desde lo más profundo. Todas las tardes se sentaban a orar todos juntos, hasta que Julián, aprendió a realizarlo a la perfección,

relajaba su cuerpo, y se concentraba, de tal manera, que comenzó a tener videncias, de cosas muy hermosas, y bellas, así como también de situaciones difíciles, pero su espíritu, logró tal desarrollo, que pudo dominarlas a la perfección. Los demonios ya no estaban, vivían entre las paredes de la prisión, pero no en las del espíritu de Julián y sus nuevos hermanos del grupo de oración. Ellos le dieron ahí adentro la familia que siempre soñó, y le dieron las herramientas para forjarse su gran tesoro de vivir. Que al salir de ahí le ayudaría a no volver a caer en malos pensamientos ni en malas acciones, ni vicios que atrajeran a los demonios a su ser. Julián ama a Dios sobre todas las cosas, como Dios lo ama a él, salió del reclusorio, vivió apegado a su oración y buenas obras, y jamás dejó de ver y visitar a sus hermanos en la cárcel. Descubrió que la verdadera cárcel la hacemos nosotros mismos al hacernos presas de los vicios y los malos pensamientos. Cuando nos alejamos de lo espiritual en medida que crece nuestra ambición material. Él no fue uno de tantos que recibió un bien y después olvidó a Dios haciéndolo a un lado, pero hay muchos que sí y tienen que vivir pruebas mucho más difíciles, tanto físicas como espirituales, para que despertemos y alimentemos el espíritu. Los sufrimientos son para que enderecemos nuestro camino como Julián lo hizo mediante un sin fin de experiencias para corregir

lo que era necesario. El espíritu de Julián, logró entablar una relación hermosa de verdad con el Padre, y él en cambio, le dio la oportunidad de vivir la experiencia, de con sus videncias, pudiera ayudar a muchísima gente en sufrimiento. Para que ahí dentro, los seres turbados, tomaran su camino de luz, y disfrutaran de la felicidad de su morada, pues Julián sentía, que había muerto, y renacía, en este nuevo amanecer, con el amor del Padre siendo su único estandarte.

RELATO 13 María, con su espiritualidad, ha tenido la fortuna de vivir de cerca muchos casos de sufrimiento, y de darles solución con sus consejos y palabras de sabiduría. En sus sueños ella ha podido ver muchas de las catástrofes que hemos vivido de manera vaga pero muy clara en lo esencial. La capacidad de María, para ver estos acontecimientos, es un gran don concedido por el Padre, y en un momento, todos podemos llegar a tener, este tipo de videncias, conforme nos instruyamos en lo que es realmente espiritual. Con estas, quiere compartirnos, parte de las experiencias que ha tenido a lo largo de su vida, y de cómo se da cuenta día con día, de que lo apremiante en ella, es llevar la palabra del Padre, y ayudar a todos cuanto pueda, a encontrarla. Aquí, rápidamente, nos relata, algunas situaciones muy específicas, en que logró ayudar a quienes se acercaron a ella, con una preocupación sumamente grande, y en su desesperación, no encontraban la ayuda indicada. Vio en un sueño una hoja de calendario que se desprendía dejando ver la fecha diecinueve de septiembre del año mil novecientos ochenta y cinco y vio a su vez muertos muchos muertos entre la tierra.

Esa visión, es alusiva, al terrible terremoto que sacudió a la ciudad de México en septiembre de 1985, ella pudo verla antes, y es que ha sido uno de los episodios más tristes del país, miles y miles de personas, se unieron para hacer las labores de rescate, se cayeron edificios completos, la tierra se levantó por todos lados. Una nube de polvo y oscuridad cubrió la ciudad entera, miles de familias perecieron, otras tantas, quedaron incompletas, muchas personas mutiladas, con daños de por vida, el agua y equipos de rescate escaseaban, todos salieron a las calles, a solidarizarse a la causa, así como también, países hermanos, mostraron su fiel ayuda. Este desastre, que vive en la memoria de un país completo, fue visto en un sueño, antes de suceder por María, que aunque no lo tenía claro del todo, inmediatamente, supo que el Padre, estaba dando aviso de lo que sucedería. Las cifras de ese suceso, ascienden a, el día 19 de septiembre de 1985, en la ciudad de México, a las 7:19 a.m. con una intensidad de 8.5 grados en escala de Richter, despertó, al país entero, dejando a su paso, cerca de diez mil muertos, más de cuatro mil personas rescatadas de los escombros, treinta mil estructuras destruidas en su totalidad, y sesenta y ocho mil con daños parciales. Tuvieron que ser demolidos más de 152 edificios

dadas las condiciones en que quedaron, se recogieron dos millones trescientos ochenta y ocho mil ciento cuarenta y cuatro metros cúbicos de toneladas de escombro, tan sólo para despejar ciento tres vías de acceso consideradas como de importancia. (consulta más detalles de este acontecimiento en http://es.wikipedia.org/wiki/Terremoto_de_M%C3%A9xico_de_1985). Todo esto, el Padre, lo puso a sus ojos de manera sutil, para que comprendiera la situación, al momento que sucediera, que enorme y amoroso es, que la puso para ser ayuda de quienes sufrían, y así les pudiera explicar cómo es que suceden estas tragedias. Otro hecho que pudo soñar vagamente, antes de suceder, fueron las explosiones en la ciudad de Guadalajara Jalisco México, que marcaron también al país. En ese sueño vio, como la tierra se abría y caían carros del cielo, y efectivamente, así sucedió. Las cifras arrojadas con este acontecimiento, son las siguientes, era el año de 1992, el día 22 de abril, y un estruendo, estremeció, a miles de personas, una fuga de gas en los ductos subterráneos, hizo volar, una parte considerable de la ciudad. Poco después de la tarde, volaron un poco más de 14 kilómetros de calles, matando 209 personas, con más de 500 heridos y más de 15,000 se quedaron sin hogar, con daños económicos estimados entre 700 y 1,000 millones de dólares. (fuente

http://es.wikipedia.org/wiki/Explosiones_de_Guadalajara_de_1992) Encontró destrucción, nada de fechas ciertas o detalles conclusos pero si la tristeza de la gente, la desgracia. Ella pedía a Dios el amor para la gente, la oración es su mejor aliada. Entró en oración, en esas ocasiones y en muchas más, para el consuelo de esos espíritus que aún no conocen al Padre, tal cual es, claro, que todos los días pide por el mismo fin. Uno de esos días pidió a Dios ver a su padre aunque fuera una vez, y así después de mucho tiempo su padre decide ya enfermo ir a buscar a su familia después de treinta años de ausencia, de no saber nada de sus hijos, de su esposa, de sus padres y hermanos, va a pedir perdón. Toma un camión directo a su pueblo y en el asiento de un lado venían sentadas una señora y su nieta. Comenzaron a hacer plática y por los nombres y apellidos que se dijeron se dio cuenta de que era una hermana suya y la niña su sobrina nieta, las abrazó lloró largamente, y en lo que quedó de trayecto se enteró que sus padres habían muerto, que sus hijos ya habían hecho vida. María con verlo una sola vez más se sintió satisfecha, ella sabe que las cosas que le suceden tanto a ella como a muchas otras personas más no son cosas

de religión, es sólo comunicación directa con Dios, es la vida verdadera, así las cosas se van dando y concediendo por añadidura, y así es como piensa ella de la intuición, gran regalo de Dios. Pese, a que su papá le hizo demasiada falta en un momento, ahora, sólo lo veía, además de viejo y arrepentido, como una persona más, que quería dejar de sufrir, pero pensaba, en la travesía que había hecho, en las cosas que pudo haber pensado, antes de tomar una decisión así, después de tantos años. Y no le quedó, más que vivir agradecida, por algo que casi en secreto había deseado toda la vida, se olvidó, de los motivos que pudiera haber tenido su papá para irse y no volver jamás, recordó el sueño en el que veía que llegaba la carta cuando era niña, y supo, que esa carta no había sido suficiente, tenía que verlo. Otra experiencia que tuvo ella fue que en una visita hecha a México con una amiga vidente, encontró en un centro de oración a un joven desesperado, decía estar enfermo y buscaba ahí la cura, ya que le habían dicho por algún lado que podrían ayudarlo. María lo vio serenamente y vio que él no tenía ninguna enfermedad, le dijo que lo suyo no necesitaba cura material si no espiritual, que era un asunto de fe. Ella pudo ver la silueta de una mujer apoyada en su hombro, cabe decir que el joven llegó solo, pero ese es un don de la videncia de María.

El chico se sorprendió mucho, ella siguió hablando, y le dijo que si su hermana estaba perdida y él lo que quería era encontrarla, pues no necesitaba más que tener fe y orar sentidamente a Dios. Vio seres rodeando al joven, pero no tenía muy claro, si eran turbados o de luz, ya que, ciertas ocasiones los demonios pueden llegar a confundirnos, pero ahí, vio, que el espíritu de su hermana estaba, muy triste pues, necesitaba ser encontrada, y que oraran por dar luz a los seres turbados que impedían regresara a su hogar. El hermano, presentía ese malestar, pero no sabía como interpretarlo, fue, como con el consejo de María, y mucha oración, logró por fin, unir a su familia, tal como el Padre, le fue indicando en el camino. Le dijo que tenía que encender su fe, que no estaba enfermo, que Dios lo guiaría. El joven preguntó que como sabía todo eso si ni lo conocía, y ella sólo pudo explicarle que algunas veces escucha voces internas que hablan por medio suyo para ayudar a la gente a encontrar su camino de fe y oración, pero que algunas veces hasta no recordaba muchas de las cosas habladas. Eso es un don muy preciado, con el cual no lucra. Pasado un tiempo, el joven encontró a su hermana y su tesoro de vivir se encaminó con su fe misma, y su pura oración directa del espíritu. Para María estas son las satisfacciones que Dios

le da, y que a la vez puede compartir con la gente a la que ayuda a ayudarse, y con la misma gente que pueda estar leyendo esto. Otra experiencia más empieza un día que estando en un consultorio esperando entrar con el médico, frente a ella estaba un muchacho con la mirada caída. Parecía enfermo, se quejaba, parecía dolerle algo, volteó a verlo y le dijo que algo le habían dado de comer que estaba malo, e inmediatamente asintió con la cabeza, ella sólo le comentó que debía tener cuidado, porque podía que alguien estuviera tratando de hacerle daño. Claramente María vio de quien se trataba pero como su misión es ayudar a la gente a sanar orando no puede hacer que en ellos se genere el sentimiento negativo de la venganza, de hacerlo así, haría que la gente atrajera más seres turbados de los que pudieran tener ya, y no ayudarlos a tomar su camino de luz. Vio, como una persona poseída, cercana a él, quería dañarlo, y en la comida, tenía días ya, poniendo pequeñas cantidades de veneno, que lentamente lo matarían. Ella no pudo, notar exactamente, cuáles eran los motivos para hacerlo, pero se sintió, con la obligación, de advertir al hombre, de una manera sutil, que las cosas podían no andar bien con lo que comía, para que así, pusiera más atención en esas cosas.

El señor preguntó quién había hecho eso y María sólo le dijo que no sabía más pero que orara a Dios por él y por la persona que estuviera haciéndole daño, también le recomendó guiar a los demonios que podían estarlo poseyendo a seguir su morada, con amor, respeto y bondad. Sólo le dijo que estuviera prevenido, que tratara de encontrar su cura, que no tomara venganza de la situación, pero así como hay gente que cree en su curación de espíritu, hay quienes no, y este señor, lo único que hizo fue salir muy enojado del consultorio. Esos son los detalles, que María tiene que resistir, pues para ella, es muy doloroso, tener que ver ciertas situaciones, y no poder advertir a la gente, muchas veces, cómo es que están sucediendo verdaderamente. Ya que al enterarse, de ciertas realidades, las personas, pueden tener reacciones inadecuadas, siendo las más comunes la venganza, y eso va contra cualquier designio del Padre. La misión de María en estos casos, es guiar a la gente en oración, decirles, que debemos orar sentidamente, por todos y cada uno de los que habitamos esta vida material, y sobre todo por nuestros hermanos, que no encuentran la luz para ir a su morada. María vive día a día con la firme convicción de ayudar a todos los seres turbados a encontrar su morada a través de la luz, a que la gente fanática e ignorante de

las cosas divinas encuentre como ella el verdadero camino de la felicidad. Orar con Dios y saberlo el medio de nuestra felicidad, es el mejor tesoro de vivir. EL RITO

Hemos puesto en este libro varios ejemplos reales, historias de personas que sufrieron y conocieron el gran poder de la oración, hay que aprender a hacerlo con potencia y espiritualidad. Existe en el mundo algo llamado lucro, económico, moral, psicológico que es lo que más se ve, se conoce y se ejerce, a fin de cuentas el lucro se resume a algo que te cuesta para proporcionarte un beneficio y finalmente no te ayuda absolutamente en nada. Se estrenó en cine una película basada en hechos reales, sobre un exorcismo y sobre los sacerdotes que lo realizaron, estas prácticas no pueden tomarse a la ligera, no se necesita ser sacerdote para hacerlo y hacerlo bien. Se supone que en sus manos está la tarea de llevar la palabra, y de predicar con el ejemplo, son los encargados de las cosas de Dios es lo que ellos dicen, no sólo para oficiar una misa y dar una bendición, son quienes tienen que ver las cosas espirituales porque así se han postulado. Y aun así no están preparados, la película habla sobre un estudiante a sacerdote, un chico norteamericano que se ve en la situación de problemas de fe, va a estudiar al vaticano sobre exorcismos, en la búsqueda de su fe, se encuentra con un sacerdote de alta jerarquía religiosa que realiza exorcismos en Italia, tenía toda su vida tratando con posesiones demoniacas y aparentemente sabía manejar el asunto.

En un desalojo al que ellos llaman exorcismo, mal hecho, el joven presencia cosas que jamás habría pensado, primeramente, utilizan artículos materiales, crucifijos y agua bendita que son hechas por manos del hombre y nada tienen que ver con lo espiritual, los seres turbados lo que necesitan es la luz, ir a su morada, pero para hacerlo, necesitamos darles amor, respeto y caridad. Son atacados al ser rociados de agua bendita, cada gota simboliza un latigazo hacia ellos, al frotar con un crucifijo en cualquier parte del cuerpo de la persona afectada tampoco es una práctica adecuada. Podemos tranquilizar a nuestro cuerpo más no al espíritu, y no lo desterramos por completo con estas prácticas, a fin de cuentas en la película vemos este ejemplo, y de cómo practicando mal un desalojo en una chica, el sacerdote que dice tener experiencia en el asunto, es poseído por ese mismo demonio. El sacerdote comienza a tener conductas agresivas y extrañas con la gente, se da cuenta de que lo que ha hecho lo hizo mal, y ahora es víctima de su equivocación. El joven, incrédulo, pasa por varias pruebas de fe, su padre muere, comienza a ver cosas extrañas, se comienza a interesar puesto que presenció eventos que comenzaban a marcar la línea entre creer o no.

Es él quien ayuda al sacerdote, buscó la manera más adecuada de desalojarlo, de ayudarlo, y finalmente lo logra, con un gran y arduo esfuerzo, cuando esto pudo haber sido tan sencillo, teniendo los conocimientos adecuados. Aquí más que nada vemos la inadecuada práctica, sabemos que los males del mundo son por seres turbados que no encuentran la luz, si la humanidad nos preparamos en oración, tendríamos el enorme poder de bajar la luz a estos seres para retirarlos y elevarlos, pocos muy pocos que se pueden contar con los dedos, que tristeza! son los que saben realmente que esto es asunto de oración y de fe, asunto de vida, que no compete sólo a sacerdotes y artículos religiosos materiales. Vemos en la película datos de interés como el de que en la unión americana existen sólo catorce sacerdotes preparados aparentemente en estos casos ellos dicen, catorce únicamente para trescientos millones de habitantes aproximadamente sólo en los Estados Unidos. Las altas jerarquías religiosas dicen que no todos tienen la preparación para realizarlos, que sólo unos pocos pueden hacerlo y lo dicen ellos que se dicen ser los encargados de las cosas de Dios y ¿Qué pasaría si no lo fueran? Necesitamos cubrir las necesidades de todo el mundo, es apremiante que nos sincronicemos en lo espiritual, que podamos unificar la fe en la oración, que nos entreguemos a lo espiritual, que no hagamos

prácticas a la ligera, que nos preparemos de manera sincera y por un fin que es el amor y la paz. Necesitamos de una preparación correcta, en la oración y en lo espiritual, no sabemos orar, no sabemos pedir, hay una guerra interminable entre religiones tirándose unos contra otros diciendo que la suya es la verdadera llenando más de confusión, cuando la batalla más importante que tenemos que librar es contra los seres turbados que es responsabilidad de todos los seres humanos sin mencionar religiones ya que no tienen que ver. Multiplicamos las palabras cuando escrito está que esa no es la manera de orar, adoramos imágenes, vírgenes y santos, nada más porque la tradición lo dice, son cargas pesadas que llevamos sobre nosotros, hay mucha gente apegada a estas prácticas porque no conocen y no saben el camino, nadie se los ha dicho, desobedecen la Ley de Dios. Por eso vemos a las grandes multitudes y con chamanes, brujos, haciéndose limpias, ya que siente esa gran necesidad y busca alternativas aunque no sean las adecuadas que están prohibidas por las religiones, buscando salvación y no la hay, su espíritu pide y no se le da nada. Por lo general, hay quienes se confiesan con el sacerdote, pero ¿Quiénes son ellos para perdonar lo espiritual, cuando también son hombres y son terrenos también pecadores?, la confesión se hace en lo espiritual, en la adecuada forma de orar, cuando nos elevamos a Dios que es únicamente quien nos puede

perdonar y platicamos sinceramente con Él. El pecado máximo que se puede cometer es confundir el contenido de Las Sagradas Escrituras, si seguimos viendo superficialmente no encontraremos nada, Dios no necesita nada todo lo tiene, todo lo sabe, todo lo posee, nosotros necesitamos de Él pues de todo carecemos y es más desde antes de pedirle sabe qué es lo que necesitamos. Y lo que más necesitamos es la oración, en el mundo ocurren a cada momento casos como el de la película, aunque basado en un hecho real, no sabemos cuántas cosas no puede plasmar la pantalla del cine, ni las cosas que no sabemos, que no queremos ver, pero que existen y son la causa de nuestro dolor, han sido sólo pequeños reflejos pues poca gente hace estas pequeñas observaciones como sucede en la película. EL ORFANATO

Otro ejemplo de los casos reales que son llevados al cine, para mera diversión pero que son más que eso es la película El Orfanato, muchas veces la difusión de estas películas ayuda a que la gente vea cosas que las crean reales o no, al menos la duda les queda. Es la historia de una familia que compra una casa con el fin de hacerla albergue para niños sin hogar. En el pasado Laura la señora de la casa, creció en ese mismo orfanato, ella y su esposo tienen un hijo que suele tener amigos imaginarios como él lo dice, pero en una fiesta del nuevo orfanato, ven entre los niños a un pequeño con una bolsa en la cabeza, que parece llevar puesto un uniforme bastante viejo. El niño lo sigue, sus padres se preocupan demasiado por él ya que es mucho lo que juega con sus amigos invisibles, pero no se percatan en que juega con los niños que alguna vez habitaron el orfanato con su madre. Un día madre e hijo discuten, y este se pierde en la casa que era muy grande y tenía varias trampas, sus padres no prestan atención en esas cosas y llaman a la policía, que por muchos esfuerzos que realiza para encontrarlo jamás lo logran. Tras este suceso su madre se da a la tarea de dar con su hijo, y comienza a recrear escenas de su niñez vivida ahí, y como flashazos comienza a encontrar lo que ella cree que pueden ser las pistas para recuperar a su

hijo. Después de muchos detalles que ocurrían en la casa, recurre a un grupo de espiritistas, los cuales pueden ver que hay presencias no visibles en su casa, tienen una sesión de espiritismo, y se dan cuenta de lo que realmente sucedió. Años atrás murió un niño compañero suyo del cual no se acordaba, murió en la casa en condiciones extrañas, de hecho su vida junto a sus compañeros fue extraña, lo escondían en una bolsa que tapaba su cara ya que tenía malformaciones. El espíritu del niño vagó por esa casa durante años, hasta que llegaron ellos a habitarla y pudo hacerse presente a su hijo, lo que el espíritu del niño necesitaba era descansar en paz y seguir la luz a su morada. Los videntes le hicieron entender esto a la mujer que se preparó para guiar a ese pobre niño que tanto había sufrido en vida y seguía sufriendo en espíritu, la casa queda en tranquilidad completa, pero le cuesta su vida. La prueba más grande que tuvo que pasar fue, que por no haber buscado en su misma casa durante días, fue que encontró a su hijo que había caído de cabeza por uno de esos rincones donde no buscó y finalmente lo encuentra muerto por no haberlo atendido oportunamente.

Es la simpleza de la ficción de la película quizá, pero no, la realidad es que existen esos casos, y esas manifestaciones, que si no son atendidas a tiempo y como debe de ser, pueden acarrear consecuencias irreversibles. La oración tiene una magia impresionante, nos da nuestro tesoro de vivir día con día, con enseñanzas como esta, y muchos otros casos que ni por la pantalla nos enteramos que suceden. No es brujería es la falta de fe y preparación espiritual, tenemos que prepararnos en oración para poder enfrentar las pruebas que nos tocan en la vida, está escrito en la Biblia, la manera de orar ahí está escrita. “Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres, de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis.”

Mateo 6, 5-8

No necesitamos, la repetición de las palabras de una oración, ni de cosas materiales, urge que

aprendamos a orar sentidamente, con el espíritu elevado a Dios, guiando seres turbados a su morada eterna, bajar luz, para la humanidad entera, para nosotros mismos, para los nuestros, para traer amor y paz a reinar el mundo en que vivimos, está escrito. La mejor enseñanza, que podemos tener, es sobre los seres turbados, esta historia, nos ayuda a comprender mejor, cómo es que un espíritu turbado, se queda suspendido en la vida material, haciendo estragos, ya que no encuentra su luz, ni tranquilidad. Estos niños, que fueron envenenados en el orfanato, no encontraban la luz, no los prepararon, además de haber sido asesinados, no comprendía su espíritu que tenía que evolucionar, así que permanecieron en la casa mucho tiempo. El otro chico, se ahogó en una gruta, a la que el mar subía con la marea, y su madre con el resentimiento que tenía, no lo dejaba morir en paz, le mandó demasiada negatividad a su espíritu, pues por venganza mató a sus compañeritos. Simón, el hijo de Laura, tenía una evolución espiritual exagerada, además de padecer una enfermedad terminal como el SIDA, él podía, ver a estos niños en la casa, ya que su espíritu, fue a donde decidió aferrarse. Nadie les daba luz, ni pedía por ellos, sólo podían recordar el sufrimiento que padecieron de pequeños, y

vieron en Simón, el vínculo, con Laura, su amiga de la infancia, quien no fue envenenada, pues la adoptaron días antes, vieron en ella, la guía que necesitaban, y por medio de su hijo, le pedían ayuda. Ella en su desesperación de madre, fue en busca de estos videntes, que pudieron ayudarle a comprender qué era lo que pasaba realmente, pero aún falta de preparación, decide suicidarse, aunque en su agonía, es cuando logra ver el sufrimiento espiritual de esos pequeños y el de su hijo. Es así, como antes de morir, pide por ellos, y por la luz de su evolución, para que llegaran a su morada eterna, y pudieran tener la tranquilidad que tanto deseaban, además de que ella, encontró la suya.

PARABOLA

Escuchen: “Se encontraban en una sinagoga dos hombres orando, uno de ellos vestía lujosas galas, el otro iba casi desnudo. El primero daba gracias al Creador, porque todo lo que poseía, creía tenerlo por sus propios méritos y juzgaba que aquel que a su lado se encontraba pobre y hambriento, era porque así recogía la cosecha de lo que con su pecado había sembrado. El pobre se sentía indigno de estar ante la presencia de su Señor y pedía perdón y fuerzas para cumplir con su expiación. El poderoso daba gracias, porque juzgaba que si su cuerpo estaba engalanado, más debería estarlo su espíritu. Pasó el tiempo y la muerte sorprendió a ambos. El rico era llorado por los suyos, su entierro fue solemne y tuvo una rica sepultura; su espíritu se desprendió de la materia y al penetrar en el valle espiritual se turbó, porque su materialismo le impedía elevarse, por donde daba un paso tropezaba y todo le parecía estar en tinieblas a su alrededor. Mientras el pobre, que era un caminante, sintiéndose cansado, se sentó bajo un árbol y dando un suspiro dejó esta vida. Nadie lo lloró, nadie lo acompañó en aquella hora; él no tuvo sepultura porque su cuerpo fue pasto de las aves de rapiña. Su espíritu fue también al más allá con la fe que vivió en el mundo, fe puesta en el futuro. Penetró en el valle de los espíritus sin que nadie le impidiera la entrada. Caminó tras una luz y al llegar a ella, se sintió vestido y engalanado y

aquellas vestiduras tenían reflejos luminosos. Quiso aquel espíritu descansar de su larga jornada, cuando contempló delante de él a su Padre, que con amor le entregaba el galardón que había conquistado con sus obras de fe y resignación. El que había sido poderoso, se debatía en su confusión, por momentos olvidaba quien era, y por instantes lloraba preguntando en dónde estaba, dónde se encontraba su cuerpo y dónde había dejado sus tesoros. Luego recordaba a su Señor para decirle: Yo soy aquel que me presentaba en el templo para mostrar mis galas y mi poder, y decirte que estaba conforme con que me hubieras dado tanto. ¿Por qué ahora me desconoces y no me llamas? Entonces escuchó una voz que le dijo: En la tierra solamente forjaste una gloria para tus vanidades humanas, fuiste altivo, humillaste al pobre y tuviste horror del leproso; nada de lo que acumulaste en el mundo podría servirte para ayudarte en esta vida, es por eso que ahora eres el más menesteroso entre los menesterosos. Aquel espíritu, lejos de aceptar y reconocer la justicia divina iniciando con humildad su expiación, blasfemó en contra de su Señor, llamándolo injusto y alejándose de Él; cada vez más turbado por la ira, encontró a su paso una legión de seres que se dirigían a la tierra a causar daños a la humanidad; se alió a ellos, sembrando a su paso vanidades, materialismo, egoísmo y soberbia; mas llegó a sentir hastío y cansancio de causar tanto mal y por un instante se detuvo a meditar. Habían pasado siglos, había causado muchas víctimas,

porque a todos los que inspiró, los condujo al abismo. Se sintió solo, más en su soledad escuchaba una voz que le hablaba desde el interior de su ser, era su conciencia, que al fin lograba ser escuchada; se juzgó a sí mismo y vio que era muy pequeño ante la creación, entonces con humildad, doblegado ya su orgullo, buscó a su Señor y en su oración le habló pidiéndole perdón para sus faltas y la voz del Padre le dijo: Yo te perdono, mas ve en busca de aquel hambriento a quien juzgaste en la sinagoga. Cuando estaba dispuesto a cumplir con aquel mandato, elevó su mirada y vio aquel a quien había contemplado miserable en el mundo, se encontraba cubierto de blanquísima vestidura, dedicado a servir a su Señor, haciendo luz en el sendero de los espíritus perdidos. Entonces él, que fue soberbio, pero que ya se había arrepentido dijo a su hermano: Ayúdame a cumplir mi restitución espiritual. El otro, lleno de compasión y amor, sin sentir repulsión por las impurezas que éste llevaba en el espíritu, le ayudó en su purificación”. Por medio de esta parábola, se simplifica lo que podremos encontrar más allá de nuestra vida humana, para que presintamos las pruebas que pueden presentarse, a todos los que no preparemos con obras de amor nuestra entrada en el valle espiritual. En esta parábola, podemos comprender, de manera sencilla, cómo es que el Padre quiere, que vallamos a El, además de que nuestra vida, la iremos labrando con amor y humildad a los demás, en entrega a Dios, olvidando todo lo material.

SOBRE LOS SERES TURBADOS “DEMONIOS”

Existen seres invisibles que vagan en el espacio y que a veces se acercan al hombre, y creyendo que pueden ser espíritus que sufren trata de hacer algo por ellos. Pero no sabe la manera de darles luz. Cree que con ceremonias y ofrendas materiales, el hombre queda tranquilo pero los espíritus de eso nada han recibido pues del mundo nada les pertenece. Esos seres necesitan caridad espiritual, consuelo, amor y comprensión. Para hacer un bien y librarse de las malas influencias, se necesita orar por ellos, en una oración sentida, plena de piedad, y con pensamientos elevados. Si se hacen presentes de alguna forma material debemos darles ejemplo con buenas obras para que tomen la luz. Que nos dejemos ver ante ellos, perdonando, sanando, teniendo buenas ideas en mente y buenas palabras emanando de nuestros labios. Puede el hombre ser tocado por ellos, en pensamiento, voluntad, volviéndose en sirvientes suyos, siendo instrumento y víctima. Existen manifestaciones espirituales por todos lados y aún seguimos sin quererlas ver. Hay fuerzas invisibles al hombre y a la ciencia, pero ahí están, las hay buenas y malas, de luz y oscuridad, hombres y pueblos se han dejado guiar por ellas generando enfermedades raras que son producidas por el odio, y la perversidad, por espíritus que alcanzan al hombre infundiéndole malos pensamientos que los

inducen a realizar malas obras. Estos seres no son demonios, son seres imperfectos, turbados, confundidos, cegados por el dolor, la envidia o el rencor. Tienen la misma naturaleza de nuestro espíritu y la misma que tienen los ángeles. Son ciegos a otro mundo han descuidado el conocimiento de lo espiritual dejando de percibir así lo sutil, puro y elevado. No han bajado luz que los guíe en un camino de amor, y nos apartan del buen andar, su motivo aunque no es el de hacer un mal, si no el de darnos el mensaje de que su vida ha sido de dolor, sin paz, y oscura. No tienen luz para su morada espiritual. La causa que genera su presencia entre nosotros son los malos pensamientos, las malas obras, las malas palabras, pasiones bajas, vicios, envidias, malos sentimientos, odios, que se convierten en fuerza de atracción, y por no haber encontrado pureza, buscan moradas donde poder habitar. No tienen cuerpo pero buscan hacerse presentes en cuerpos ajenos para manifestar su turbación, logrando perturbar la paz, nublar pensamientos y generar enfermedades a quienes se acercan. No saben ni lo que es vida ni lo que es muerte, Dios se preocupa constantemente por cada uno de ellos, así como por cada uno de nosotros, y quiere que le ayudemos en la encomienda de hacerles sentir paz,

aunque no sean visibles de forma material para la mayoría, pero los videntes y clarividentes que tienen desarrollados esos dones sí pueden verlos con claridad, podemos percibirlos si nos preparamos correctamente. Son mayormente numerosos que la humanidad y la única manera de enfrentarlos es orando, con fe y firmeza, liberándolos a ellos y a nosotros mismos. Dios nos dice que este es el tiempo en que tenemos mayor evolución espiritual y es por eso que nos da las armas exactas para combatirlos, aumentando las vibraciones del bien, deshaciéndonos de mitos y cultos antiguamente creídos. Existe sobre la humanidad una batalla invisible, que brota de pensamientos, en palabras y actos, veamos niños matando multitudes porque están siendo tomados por uno o más seres y eso lo vemos cada vez más constante, con ambiciones, injusticias, fanatismo e idolatría, necesidades y falsedad, se han compenetrado entre otras cosas para formar una fuerza contra Dios, pero sólo es una fuerza contra los mismos hombres. Es de suma necesidad despejar las tinieblas, para que al faltar la luz en los hombres, se puedan elevar en una oración misma contra las fuerzas que los dominan. Un solo hombre que viva en el pecado es capaz de arrastrar a su paso una legión completa de seres turbados que constituyan maldad dejando caer más rápido al mundo en guerras y destrucción por todos lados. La humanidad hoy día es pequeña en comparación al número de seres espirituales que existe, y a veces no lo

perciben y no sienten ni escuchan la precipitación de su mismo mundo. El día en que estemos preparados para quitar las tinieblas sentiremos una paz y libertad jamás sentidas. Oremos para no ser víctimas de estas malas influencias, para que las tinieblas se conviertan en luz. El hombre va camino a su destrucción, y está rodeado de seres que le inspiran paz, justicia y armonía, y de otros que les inspiran odio, a las guerras, revelan a los hombres de ciencia los medios de la destrucción, que el mismo cerebro humano no hubiera sido capaz de descubrir. Somos los emisarios del amor de Dios, debemos unirnos a las legiones de luz y paz. Hemos estado ante manifestaciones de seres turbados que viven en tinieblas. Necesitamos hacerles saber que viven después de su muerte para que adquieran experiencia, ya que cumplen de cierto modo con la misión de dar testimonio materializado a los hombres incrédulos de que el espíritu sobrevive a la materia. Dios es la luz que brilla delante de nosotros y de las legiones de espíritus, viene a salvar a unos y otros del dolor, y la muerte. La humanidad necesita conocer la verdad que le rodea, para defenderse y liberarse de las malas influencias. Necesitamos aprender a orar con el espíritu y saber de los dones con que cuenta su ser para que sean

utilizados como armas en esta batalla de luz contra tinieblas y de espiritualidad contra materialismo. Si no podemos hacer nada en beneficio de los necesitados seremos enfermos perpetuos que sigamos contagiando males. La luz de Dios triunfara no hay bruma que resista su luminosidad. Por todos lados existen seres que día con día nublan nuestra mente y corazón, hemos acumulado en nuestro corazón discordias, confusiones, y dolor, por falta de oración y espiritualidad, hemos atraído seres impuros y turbados. A los que viven en espíritu apegados al mundo material Dios dice que se alejen de lo que no les pertenece y nosotros mismos podemos alejarlos por medio de la oración, porque si la Tierra no es morada eterna para el hombre mismo mucho menos para el espíritu. Le augura que más allá en el valle espiritual, tendrán una vida llena de luz a la que llegarán poco a poco por el camino del bien. A los seres que dejaron su cuerpo en la Tierra se les iluminará, y serán conducidos a la vida verdadera. Comprendan que no están muertos pues el espíritu tiene vida eterna, Dios es vida y viene a ofrecer pan de vida eterna, y nos ve hambrientos porque no comprenden que la esencia está al fondo de su palabra y mirando superficialmente no podrán alimentarse. A quienes hayamos vencido no serán los espíritus

si no el mal, las tinieblas, los pecados y las imperfecciones, Dios triunfará en la salvación de todos los espíritus arraigados en las tiniebla y en el mal. Los malos tientan a los buenos, pero las tentaciones se puedes evadir porque tenemos armas para defendernos, estas son la conciencia, la moral, la fe, la razón y la oración, y arrastrando la buena virtud en obras que contrarresten el mal. Quienes en su vida se han topado con estos seres imperfectos, deben saber que el Padre a través de ellos suele llevar a cabo sus designios, pero muchos de esos mismos seres hacen mal uso de los dones dados para la encomienda. Se acercan buscando caridad y muchas veces se les cierran las puertas de nuestro corazón, dejan su influencia de inquietud y dolor en nosotros. Convirtamos a los seres de tinieblas con nuestra oración, apartémoslos con la potestad que Dios nos dio, oremos por las malas influencias que merman la salud de nuestros semejantes. Oremos por los que están en tiniebla, las armas que Dios nos da, no dañan, no arrancan vidas, no ciegan, no derraman sangre, no causan dolor, no dejan viudas ni huérfanos. Son las armas del amor, la caridad, el perdón para que apoyados de ellas luchemos por cambiar las malas influencias por luz verdadera. A quienes crean que pertenecen a este mundo y

vivan turbados y de confusión de espíritu, ayudémoslos con amor a dejar su error, sin violencia, con ternura y compasión. A quienes estén poseídos de mente y cuerpo también curémoslos, estamos al servicio de librarlos. Dios mismo abrió la puerta a otros mundos y moradas, apartó la turbación de los espíritus que poseían otros cuerpos, y le hizo sentir que dormían en muerte dándoles la luz de la vida, y para que el hombre pudiera tener fe y dar testimonio permitió que se hicieran visibles. Preparémonos para no ser uno de ellos ni formar parte de las grandes legiones de maldad.

Evitemos a toda costa participar como oyentes o locutores, de cualquier conversación, o discusión, en que se difundan, chismes, rumores o “noticias” relacionados, con secuestros, robos, asesinatos, extorsiones, o cualquier manifestación de violencia, producto de seres turbados. Este tipo de discusiones o foros, en nada nos ayudarán a vivir mejor, por el contrario, sólo incrementarán el grado de estrés social e individual así como la negatividad. No conversemos de estos temas en familia, y menos ante la presencia de los más vulnerables, niños y ancianos, pues con estas pláticas, lo único que hacemos es traer negatividad y con ella, a seres turbados, haciéndolos parte de nuestro hogar, lo mejor, es orar por solucionar, estas lamentables situaciones.

No trasmitamos por ningún medio verbal, escrito, electrónico, o cualquier otro, rumores y chismes, de historias macabras y muy tristes, en dónde personas ajenas a nuestro círculo, han perdido la vida o su patrimonio, no logramos nada bueno, formando parte de estas “historias reales”, sólo contribuimos a crear un ambiente, como en el que vivimos, los seres turbados son atraídos, por estas pláticas, pensamientos, y lecturas, lo mejor es orar, por las personas que sufren, así les daremos luz. En verdad sólo estamos ayudando a que las cosas para nosotros y los demás sean más complicadas, estos seres turbados, necesitan solamente de oración y de luz. Si pensamos y actuamos negativamente, seguramente sucederá, el pensamiento negativo, al igual que el positivo, sin darnos cuenta, se traduce en acciones y conductas impulsadas por el subconsciente, que hacen que lo malo y lo bueno suceda, ya sea por los seres turbados, o por los seres de luz. No pretendamos tener riqueza cuando no es así, es mejor trabajar por obtenerla, así como al tenerla no ser ostentosos, es mejor vivirla de manera modesta, ayudando con ella a los demás, aparte, que la vida materializada, nos aleja del Padre y su enseñanza. Amemos a nuestro país, como a la familia, seamos más amables, tratemos a todos con más cortesía de la acostumbrada, siendo generosos, mientras

más gestos como estos tengamos en el día, más personas se contagiarán de esto y harán lo mismo, es un ejercicio exponencial, con resultados positivos, todo esto es luz. El poder de una sonrisa y gesto amable repetido por millones, abrirá el camino, para lograr una oración igualmente sentida en cada rincón del mundo, es una necesidad apremiante, que hará un mejor lugar para habitar. La corrupción, es un ejercicio de ida y vuelta, no participemos en ella, así no esperemos vivir mejor, al contrario, siendo participes, turbamos más espíritus incluyendo el nuestro. No participemos de ninguna manera, en la cadena económica, donde se ve involucrado el dinero mal habido, rechacémoslo. El gobierno y los gobernados, deben bajar, luz, muchas de las cosas que suceden en el mundo, se dan, debido a que los gobiernos están totalmente dominados por estos seres turbados, y no los dejan ver con claridad, llevándolos por un camino de materialismo desmedido. No leamos ni veamos la nota roja, y menos la difundamos, si conocemos personalmente una historia de crimen, no la comentemos, a menos que estemos dispuestos a denunciarla, de otra manera nos convertiremos en cómplices por omisión. Alejémonos del escándalo, ya todos conocemos historias de crimen, mejor, oremos por que sean

solucionadas, porque dejen de suceder, nada aportamos a nuestros amigos y familiares, más que negatividad, a menos que logremos dar un consejo útil, basado en estas historias. Incrementemos nuestra fe, pensemos en Dios, no importa cómo lo concibamos, lo importante es estar en oración, el ejemplo es la mejor enseñanza. La bondad y la oración son virtudes que crecen y se multiplican, sólo si las practicamos todos los días. Nuestro mundo vibra, vive y crece muy rápido en esa dinámica, estamos expuestos a que lo bueno y también lo malo, se multiplique, de nosotros depende lo que suceda. La tranquilidad deseada llegará, esta crisis pasará más rápido, sólo si estamos dispuestos a eso, oremos para que los seres turbados, encuentren su morada, y la bruma deje paso libre a la luz, depende de nosotros.

SOBRE LOS SERES DE LUZ

Para aumentar la fe, de la existencia espiritual más allá de la vida material, se concedieron algunas manifestaciones enviadas por el Padre, al que dimos el nombre de ángeles. Algunos hombres le adjudican su procedencia al más allá o al mundo invisible, dada la pequeñez humana que les hace sentir distantes y extraños del mundo que hay dentro de su corazón. Estamos cerca del mundo de los espíritus que vienen en nuestra ayuda, si pedimos con fe y respeto se nos concederá, todos han sido preparados por Dios, y todos han venido en ayuda de la humanidad, unámonos a ellos invocándolos en progreso y cómo ejemplo nuestro. Han sido enviados para ayudarnos en la misión de dar luz cuando el camino se llene de seres turbados que nos hagan tropezar, ellos nos indicarán la manera de dar luz que nos ilumine y libre a estos seres de su turbación. Contra las tinieblas tenemos un mundo de luz, y para vencer tenemos un ángel de la paz, contra enfermedades, muertes, guerras, tenemos su caridad inmensa, y su consuelo, no estamos solos Dios camina junto a nosotros pero por si fuera poco junto a cada uno de nosotros hay un ser de luz para que vele nuestro camino, nos haga presentir peligros, son nuestros acompañantes en soledad, y apoyo, son los ángeles custodios, de la guarda o protectores aquél al que llamamos ángel de nuestra guarda.

Tienen el poder de hacer luz en el entendimiento del hombre, ayudan oportunamente, son humildes en cualquier necesidad. Debemos aportar fe, obediencia, confianza, sensibilidad, disposición a orar para contemplar las maravillas en el camino de la vida. Se puede pensar que hay quienes nunca han habitado la tierra, y los que lo han hecho y se han equivocado han tenido mucho dolor y les parece injusto que quienes no lo han padecido gocen cerca del Padre, pero aun sin venir a la tierra ayudan con su amor a sus hermanos. Entre ellos existe armonía absoluta, brillan en la luz de la sabiduría y el amor, tienen como misión entregar caridad al hombre, y su mayor felicidad es conducir a sus hermanos hasta la cima de la espiritualidad. En amor a Dios nunca toman lo que no les corresponde, no violan la Ley del Padre, ni desarmonizan de ningún modo los elementos de la Creación. Dios ha contemplado que muchos de sus hijos han renunciado a los placeres del mundo siguiendo su Ley para dejar huella en los hombres, ellos sólo vinieron a traer un mensaje de amor y de paz, ellos al dejar la tierra hoy gozan de paz verdadera. La voz del mundo espiritual es el testimonio de la actividad del espíritu en reparar faltas, purificándose, haciendo misiones, acercándose al Padre. Hay que sentir la presencia de estos enviados de Dios, viven para

alumbrar nuestro camino que hemos perdido, nos levantan cuando caemos, nos fortalecen para que en amor nos entreguemos a las pruebas que nos enmendarán. Al igual que nosotros ellos tuvieron el don del libre albedrío, la libertad de actuar que es la gran prueba de amor del Creador hacia todos sus hijos. Se purificaron y arrepintieron por las faltas anteriores, en experiencia y elevación de su espíritu, encontró el Señor los dones para enviarlos a que se manifestaran. Están limpios y perfectos, buscan armonía con sus hermanos, con todos y cada uno de ellos, saben que fueron creados para la actividad y el amor, saben también que el estar inactivo no es de un hijo de Dios. Aún no logramos identificarlos en este mundo, ni podemos armonizar con ellos, por la falta de espiritualidad que no nos deja percibir tales llamados e inspiraciones, de quienes quieren guiarnos por nuestro camino en la tierra. Somos de confundir las prácticas espirituales con lo material que sin acercarnos a ellos nos alejan más, creemos estar invocándolos en el nombre de alguien o en oraciones y cirios, pero ellos no necesitan de eso, acuden a nuestros llamados e interpretan nuestros deseos, porque su misión se inspira en la caridad. Mientras más limpios sean nuestros pensamientos percibiremos de mejor manera su presencia y su

influencia en el mundo espiritual dentro de nuestra vida. Algunos de ellos también supieron de caídas, desobediencias, pero reconsideraron sus actos purificándose en el bien, el amor, la caridad, y la restitución. De su presencia se percatarán los que estén orando y se hayan espiritualizado, preparados para recibirlos cuando se acerquen, hablen o realicen alguna obra sobrehumana, ellos tienen mayor evolución a nosotros, vienen a cumplir un destino de amor, su misión es sembrar caridad. Los seres turbados, tienen la misión de probar la fe del hombre y al ser vencidos por la fortaleza y perseverancia en el bien de quien tentaron reciben luz y renacen a la vida y al amor. Existe realmente la lucha del bien contra el mal en nuestro mundo y en el valle espiritual, su influencia llega hasta nosotros convirtiéndolas en guerras, no debemos permitir que el mundo espiritual que nos protege sea remplazado por la falta de luz. Las luchas provienen de la diferencia de evolución entre unos y otros. Los seres de luz luchan por un ideal que es el amor, la armonía, la paz, el perfeccionamiento, revelando todo lo que sea para nuestro bien, los seres que viven materializados son los que siembran confusión, ofuscan mentes, ciegan corazones y esclavizan voluntades, se sirven de los hombres como instrumento de sus planes como cuerpos propios.

Dios viene a fortalecer nuestra fe en lo espiritual, abriendo nuestros ojos a lo eterno y que podamos ver más allá de la materia y sepamos que no todo se envuelve en luz, existen tinieblas que es necesario alejar e imperfecciones que debemos transformar en espiritualidad. Cuando logremos atraer la luz en nuestra vida será porque aprendimos ya a orar con fe y perseverancia en el bien. Nuestros actos, también son oración, en la medida que obremos y pensemos en el bien, será la intensidad, en la que la luz, llegará, los seres de luz, nos darán su mano y cobijo, en los momentos que más lo necesitemos. El Padre, los tiene cuidando de nosotros, siendo nuestra guía, en momentos de necesidad, cuando oramos, nos ayudan a traer luz, a aquellos seres turbados que tanto la necesitan, en fin, son los causantes junto con el Padre, de que las cosas buenas sucedan, y de que las malas, se aminoren o desaparezcan. Son los mensajeros de Dios, y viven irradiando y contagiando luz a quienes la necesitan, son inspiradores a realizar una buena oración, nos facilitan las palabras que buscamos al momento, de comunicarnos con el Padre. Son felicidad y pureza, nuestro ejemplo, para vivir el día a día, carguémonos de esta luz, seamos junto con ellos, los que hagamos un cambio en este mundo.

SOBRE LA RESURRECCION “REENCARNACION” El mundo sabrá de la reencarnación de la carne que es la reencarnación del espíritu, es volver al mundo para nacer de nuevo, surgir el espíritu en un cuerpo humano nuevo. Es la verdad de la resurrección de la carne que nos han hablado y de la cual se han dado torcidas y absurdas interpretaciones. Es el don que Dios dio a nuestro espíritu para que no se limitara a las pequeñeces de la materia, a su pequeño paso por la tierra, a sus debilidades, sino que siendo de una naturaleza superior tome cuantas materias le sean necesarias. Pero el mundo va a combatir contra esta revelación, dando doctrina falsa para hacer dudar a los hombres de fe. Para unos es el misterio que encierra el presente, el pasado, y el futuro de cada espíritu. Puede ser, teoría, posibilidad, la intuición es lo que conservamos los hombres, otros lo niegan rotundamente. Pero nos encontramos pensativos a la posibilidad. Hay misterios, leyendas y fantasías, porque el espíritu y sus evoluciones alcanzan a revelar esta materia y misterio como le llamamos. Es una de las grandes verdades de la humanidad, hay quienes presienten, intuyen, aceptan o creen en ello, como algo que no puede faltar en la justicia divina hacia la humanidad, pero habrá muchos que nos llamen

blasfemos y mentirosos. Desde el principio de la humanidad existió la reencarnación del espíritu como amor y justicia, y una forma en que el Padre demuestra su clemencia. Es de todos los tiempos y está plasmado en las escrituras divinas en el antiguo y nuevo testamento en más de trescientos versículos en diferentes capítulos, no piensen que hasta ahora se revela el misterio. Es la oportunidad que Dios en su armonía nos da y ofrece al espíritu, es su manera de decirnos que debemos evolucionar para así tomar la luz en el momento que nos corresponda, que tenemos otras vidas para enmendar lo que no hicimos en esta y poder reconfortar nuestro espíritu, es lo más importante de la reencarnación las oportunidades que Dios nos da para mejorar como personas y espíritus que busquen su tesoro de vivir. Esto no es sólo de este tiempo, lo es desde todos los tiempos, y no es ahora cuando ha sido revelada. Desde los primeros tiempos el hombre tuvo la intuición de la reencarnación del espíritu, pero dejándose llevar por la ciencia material y riquezas del mundo, se dejó dominar por las pasiones materiales dejando a un lado lo espiritual, quedando ciegos y sordos a todo lo que con esto tuviera relación. Tenemos que reconocer que la sensibilidad y la intuición espiritual están atrofiadas en el hombre, por eso la mayoría de las veces que intenta buscar la verdad de

Dios, se encuentra con interpretaciones equivocadas. Tenemos la luz frente a nuestros ojos, pero no penetran en el fondo de la enseñanza sino que se limitan a las simples letras, a la forma exterior, confundiéndose así. Más el Padre ya está aquí para dar luz a los misterios y tinieblas, para librarnos de confusiones y errores. Mas también nos dice que quien se encuentre en un grado de materialismo extremo o de ciego fanatismo, podría rechazar la luz sin que su espíritu llegara a conmoverse. Cada corazón humano es una prueba viviente de justicia y sabiduría del Padre, algunas veces en el corazón de un miserable se oculta el espíritu del que en otro tiempo llevó la corona sobre su cabeza, o en un presidiario se esconde el que en otra vida pudo privar de su libertad a todo un pueblo. A veces corresponde habitar en un ser que encierra rebeldía en su corazón y le parece difícil manifestar su luz. Ese corazón será su prueba en la vida y si le somete y persuade de que al estar en armonía, materia y espíritu se puede encontrar la paz, triunfará su prueba y podrá aspirar a un mundo más elevado. La reencarnación es la oportunidad que Dios, en su amor y justicia, ofrece al espíritu para recobrar pureza que lo ayude a retornar en su camino, así puede aprovechar la experiencia en su andar. La humanidad a través de los tiempos ha tenido

esta intuición y el mismo espíritu le ha ido revelando este misterio a la carne. Hoy está latente como nunca en la humanidad el presentimiento y certeza de estas manifestaciones, aunque no todos los admiten, por miedo al mundo mismo, pero el Padre ha venido a confirmarlo y a decirnos que en la reencarnación del espíritu se manifiesta su Ley Perfecta de amor. Nos dice que pocos han tenido tan sólo una vez en la tierra han venido a encarnar y muchas oportunidades ha brindado a los espíritus en distintas materias en el mundo, para restaurar, pero nuestra materia es un velo espeso que nos impide descubrir estas enseñanzas. No sabemos cuántas etapas nos falten vivir en la tierra, pero si encuentra justo que reencarnemos, tendremos que venir en nueva materia, pero con mucha mayor evolución de espíritu. Así sabremos que una sola existencia en la tierra, por ser breve comparándola con la vida espiritual, no es decisiva sobre la eternidad del espíritu, es decir que no será suficiente para que alguno de nosotros alcance dentro de la misma la perfección, al igual que los errores de una vida en la tierra no podrán determinar que un espíritu se pierda en las tinieblas o el dolor por la eternidad. No sabemos cuántas veces fuimos en este mundo a través de distintas materias y aun cuando la carne se busca a sí misma y pregunta al espíritu, no alcanza a ver

su pasado y sus vidas anteriores, porque el Padre, ha velado estos conocimientos, evita que nuestro espíritu a través de la vida humana descubra sus vidas anteriores. Si no nos lo ha concedido, es porque todavía encuentra fragilidad en nosotros más en la materia y sabe que nos acobardaremos si vemos nuestro pasado. Quien falta y ofende al Padre, no tendrá fuerza para soportar el arrepentimiento y reclamo de su conciencia, y quien fue grande se colmaría de vanidad, el que fue pequeño sentiría humillación y en el corazón incubaría las ansias de vengarse, por eso el Padre que es sabiduría perfecta, no quiere revelar por el momento a través de la materia el pasado de nuestro espíritu. Cuando encarna el espíritu, lleva todos sus dones, su destino ya está escrito y por consecuencia nada tiene que recibir del mundo. Trae un mensaje o restitución. Algunas veces viene a recoger lo cosechado y otras a saldar deudas, pero siempre a recibir en esta vida una lección del Padre. El hombre llegará a entender que su reino tampoco es de este mundo, que su cuerpo humano sólo es instrumento a través de sus sentidos se asoma el espíritu a este mundo de pruebas y restitución. Terminará por saber que la vida es tan sólo una maravillosa y gran lección con grandes formas e imágenes, para que así llegue a entender las lecciones que la vida le da, y si sabe valorizarlas, llegar la evolución de su espíritu y entenderán la finalidad de la lucha que los forja, el dolor que los pula, el trabajo que ennoblece, el saber que

ilumina y el amor que eleva. Todos los espíritus han sido sometidos a la Ley de evolución. De cierto es que se nos envía a la tierra para que hagamos una mansión de lucha en ella, de perfeccionamiento espiritual, no un valle de guerra y dolor. Por eso nos envía una vez más diciéndonos, que nos limpiemos, busquemos lo que hayamos perdido y labremos así nuestra elevación. Con conocimiento de causa viene el espíritu a la tierra, sabe que es aliento al Padre y conoce el encargo que de Él tiene. Si nuestros hermanos que nos combaten, la muerte le sorprendiera y el Padre les preguntara al morir en pecado, qué prefieren, si el fuego eterno en el que ellos creen o en la oportunidad de salvarse en una nueva vida, es de cierto que manifestarán que toman la segunda solución, cuando aún la hubieran combatido en su vida, siendo cegados por el fanatismo. Comparemos esta forma de restitución con el castigo eterno, en el fuego del infierno, que es la forma de la que se vale el hombre para atemorizar al espíritu de la humanidad. Digan al Padre cuál de estas dos formas o da la idea de una justicia divina, perfecta y misericordiosa. Una da crueldad, rencor sin límite, venganza, la otra, sólo tiene perdón, caridad, esperanza de llegar a la vida eterna.

Es muy grande la deformación que han sufrido mis enseñanzas por las malas interpretaciones. El Padre envía a los espíritus en encarnar de acuerdo a su Ley de evolución, y no serán las influencias de este mundo las que hagan variar sus planes divinos, porque sobre toda ambición se hará su voluntad. El hombre engendrará hijos de su carne, más el Padre distribuye los espíritus en las familias, en los pueblos, en las naciones, en los mundos, y en su justicia impenetrable a los hombres se manifiesta su amor. Sólo el Padre sabe juzgarnos, pues cada destino es incomprensible para el hombre, de esta manera nadie es descubierto ante los demás. Muy poco es lo que se nos ha permitido conocer sobre lo que hemos sido a través de los tiempos, ya que no quiere que en materia, antes de alcanzar la real preparación espiritual, entremos en el santuario, en la intimidad de sus altos juicios, no desea que hagamos de las enseñanzas de vida espiritual nuevas ciencias que nos lleven a la curiosidad, a la búsqueda minuciosa y a la pérdida de tiempo. Así iremos despertando los hombres en nuestra evolución y llegaremos a comprender que no basta una vida humana, para conocer su eterna lección. Hoy no sabemos en qué plano nos encontramos, pero cuando dejemos nuestra envoltura encontraremos nuestro grado de evolución. No nos detengamos porque seríamos un obstáculo para los que vienen detrás de nosotros. El misterio de la resurrección de la carne, se ha

esclarecido con la revelación de la reencarnación del espíritu. Hoy sabemos que la finalidad de esta Ley de amor y justicia, es la de que el espíritu se perfeccione, que no se pierda nunca, porque siempre encontrará puerta abierta como oportunidad que da el Padre a su salvación. La carne llega a la tierra a confundirse con ella, ahí se purifica, se transforma y surge de nuevo a la vida, mientras el espíritu sigue elevándose, sigue el camino de la perfección y cuando regresa a la tierra, es una resurrección a la vida humana y es también para su nueva envoltura de una resurrección a contacto del espíritu. Pero lo material no tiene naturaleza eterna y en cambio lo espiritual sí, por lo que nuevamente nos dice que es a nuestro espíritu al que busca, al que enseña y al que quiere llevar Consigo. La carne es de este mundo y en él no queda nada, pero el espíritu se levanta libre y regresa a la vida donde surgió. “Lo que es nacido de la carne, carne es; lo que es nacido del espíritu, espíritu es” (Juan 3 1-7). La resurrección de la carne es la reencarnación del espíritu y si unos creen que es una teoría humana y otros que es una nueva revelación, es cierto que esta revelación comenzó a darla el Padre desde el principio de la humanidad; prueba de esto se encuentra en las Escrituras que son testimonio de sus obras.

Aquí están muchos que en otros tiempos fueron doctores de la Ley o científicos; ahora con su mente despierta para lo espiritual, convencidos que en el limitado saber humano no encontrarán la Suprema Verdad. Muchos de nosotros ya no tendremos una nueva oportunidad de venir a la tierra, a reparar nuestras faltas, no poseeremos ese instrumento que hoy llevamos y que es nuestro cuerpo, en el que nos apoyamos. Es a bien que comprendamos que el venir al mundo es un privilegio para el espíritu, que nunca será un castigo, y por tanto debemos aprovechar tal gracia. Si esta fuera nuestra única existencia el Padre dice en verdad que hace mucho tiempo habría quitado de ella el dolor, pues no sería justo que sólo hubiéramos venido al mundo a beber del cáliz de la amargura, pero los que hoy sufren y lloran, es porque en el pasado se deleitaron en excesos, pero el dolor los purificará y los hará dignos de elevarse a gozar de la manera más pura en la morada del Señor. La caridad del Padre ha venido siempre a frenar nuestra insensatez, pero nunca hemos querido escucharlo. Sodoma y Gomorra fueron amonestados para que entraran en temor y arrepentimiento para evitar su destrucción, pero no quisieron escuchar su voz y perecieron. ¿Veis cómo es verdad que siempre sois los mismos, porque no habéis querido dejar vuestra infancia

espiritual para crecer y elevaros por el camino de la sabiduría que hay en mi palabra? (1ª Corintios 3: 1-2) (1ª Corintios 13:11) (Hebreos 5:11-14) Hemos tenido una oportunidad tras otra y en ellas podemos comprender su infinito amor por nosotros, porque donó y concedió a nuestro ser la oportunidad de reparar errores, purificar y perfeccionar nuestro espíritu, en lugar de castigarnos o condenarnos eternamente como pensábamos. Por eso instituyó como una de sus leyes de amor y justicia, la reencarnación del espíritu, para darle un camino más extenso, que brinde todas las oportunidades necesarias para que logre su perfeccionamiento. Cada existencia es una lección porque de otro modo sería pequeña la oportunidad de un hombre para abarcar en ella el cumplimiento de toda la Ley del Padre. Pero es necesario que conozcamos el verdadero sentido de esta vida, para que tomemos de ella su esencia y alcanzar su armonía, que es base de perfección humana, para que pasemos a un plano superior hasta alcanzar una vida espiritual, donde tiene para nosotros tantas lecciones que enseñarnos y tantas revelaciones por hacernos. Este escrito es la promesa de Jesús en los evangelios de Juan 14: 25-29, Juan 15: 26-27, Juan 16: 1-28 Lucas 12: 10

“Les dejo mi paz, mi paz les doy, no la doy como la da el mundo. No se turbe su corazón ni se acobarde.”

Juan 14: 27

¿Estamos conscientes de lo imperfecto que hemos hecho a Dios con nuestros pensamientos? Por ejemplo un niño que reprueba tiene las oportunidades necesarias de pasar su año, un preso tiene que cumplir una condena que puede reducirse por buena conducta. ¿Es posible que seamos tan perfectos para perdonar y dar oportunidades y que Dios siendo Dios no lo haga? Con estos hechos lo estamos señalando como imperfecto y poca cosa, al no creer en su amor y misericordia, en que nos dará oportunidades de regresar a resarcir nuestros errores, ¿Cómo lo hemos estado viendo desde hace tanto tiempo? (por las malas interpretaciones de unos cuantos) ¿Cómo es posible que nos hayamos dejado influenciar por lo imperfecto?

Lo más importante de la reencarnación, es vivir y ver en ella, el profundo amor que el Padre, tiene por nosotros, es la oportunidad, que tenemos de corregir lo que está mal. Ser mejores personas, descubrir qué quiere el Padre de nosotros, y perfeccionar nuestra vida con oración, y actos de amor y caridad con el prójimo, es un hecho irrefutable, y se vive, de manera distinta cada que sucede, así es como nos llegamos a encontrar en un punto de evolución espiritual avanzado. El hombre no puede inventarse respuestas, a lo

que no puede entender, es así como por medio de las reencarnaciones, iremos comprendiendo un poco de esas cosas que nos generan duda. En la medida, que vivamos en oración, llevando la palabra del Padre, tengamos actos y pensamientos correctos, seamos caritativos y generosos con nuestro prójimo, llegará el momento, en que la reencarnación no sea necesaria ya. Es para resarcir esos errores, que arrastramos cada que venimos al mundo material, que algunas veces, nos influencia de más, y no podemos cumplir nuestra misión, y comprender el aprendizaje. El amor del Padre, va más allá de lo que podemos razonar y comprender, es infinitamente bueno y misericordioso, es bondad, es perfección, es completamente sabio y benevolente, y nos hizo a su imagen y semejanza.

SOBRE LA ORACION El mayor motivo para orar es el enriquecimiento del espíritu, y sus incalculables vicios terrenales y eliminar los grandes errores que se tiene al hacerlo. Al orar correctamente elevamos el espíritu a Dios, para abrir nuestro corazón y dejar al descubierto nuestras necesidades ante su presencia. Lo que menos importa al hacerla es que tratemos de explicar los motivos de nuestras equivocaciones, si no que la sintamos realmente nos desprendamos y elevemos a Dios y que nos despejemos por completo a comprender que estamos por recibir la gracia del entendimiento. Tenemos que aprender a pedirle por este medio. Dios quiere que oremos en todo momento y no solamente cuando tengamos alguna necesidad o problema, también desea que aprendamos a pedir por los demás y no solamente por nosotros mismos. Cuando disfrutemos y estemos pasándola bien, también demos gracias por hacernos pasar tan satisfactoriamente, ahí se nos olvida Dios, y hay que agradecerle. Que pidamos por la paz del mundo, las enfermedades, guerras, violencia, muertes y demás catástrofes que lo azotan por nuestros gobernantes, la sabiduría de los pueblos, para exponer nuestras necesidades. Quiere que nos acerquemos con confianza y armonía del espíritu, que oremos para en el momento que nos acerquemos por completo a Él, veamos la luz, la

fuerza, la paz y la bendición que le pedimos tan sentidamente. No hay lugar específico ni ideal para hacerlo, puede ser en cualquier sitio y momento, no quiere que nos limitemos a lugares o imágenes para que nos acerquemos a Él, nos ayudará a encontrar una paz ilimitada y a iluminarnos de su amor y enseñanza. Porque Él es luz que está en todo el universo y dentro de nosotros. Que nos da paz, sabiduría, salud, beneficios, y todas las cosas buenas que disfrutamos día a día de la vida. Es momento de comunicación con el espíritu, en el que se aclaran todos nuestros sentidos, en la que encontramos explicación a todo lo que nos turba y aqueja, quienes aprendan a orar verdaderamente de esta manera tendrán las armas para enfrentar los males del mundo. Quiere que sepamos que si estamos unidos en espíritu y oración, bastaría tan sólo el que oráramos al unísono para terminar con todo el sufrimiento del hombre. Todos estamos ante estas pruebas aterradoras de fe, con enfermedades, muertes, guerras, destrucción, desastres, violencia por todos lados. El orar no es engalanar con frases y estrofas de alabanza aprendida para Dios, no quiere cosas monótonamente aprendidas, maquinadas y estudiadas para llegar a Él y que no estamos sintiendo, basta sólo con entregarnos en espíritu y mente amando a nuestros

semejantes y de forma sentida. Debe ser para nosotros lo más grande y poderoso, nada sirve algo que no nos da esa elevación espiritual, que sea la satisfacción de poder hablar con Dios sin testigos ni intermediarios, ni mediadores, que nos colme de bendiciones y sabiduría, que nos enseñe el sentido verdadero del perdón y el amor a los demás, a que perdonemos el dolor, y les ayudemos con nuestros pensamientos de luz, paz y amor, a que eliminemos los vicios que nos alejan cada vez más de su voluntad. Quiere que preparemos nuestro camino hacia la luz, ya que nos mandará llamar y nos pedirá cuentas de los pensamientos negativos que en su momento hayamos enviado y de todo lo positivo que hayamos hecho por nosotros mismos, por el mundo y los demás ¿Nos hemos preguntado si estamos preparados para llegar a su presencia? Y la mayoría contestaríamos que no, entonces ¿Cuándo será esto?

Desea que pidamos especialmente por los seres turbados que son los que causan estas catástrofes por medio del hombre que no se da cuenta de lo que hace. Estos desatan guerras y destrucción, en la medida en la que oramos bajamos luz a estos seres turbados lo cual los hace elevarse, esa es la gran magia de la oración. La oración es la parte medular de lo espiritual, es luz, salud, sabiduría, existen tantos seguidores y fanáticos a vírgenes y santos, por la fe, porque la gente les pide y Dios en su enorme benevolencia al ver nuestra

ignorancia y adoración a falsos ídolos lo concede por amor a nosotros, deja que adjudiquemos esos milagros y bondades a imágenes que no tienen nada que ver con lo espiritual. Dios quiere que aprendamos a pedir, y que lo hagamos no sólo por los que nos han hecho un bien si no por toda la humanidad, y será más meritorio hacerlo por quienes nos hicieron un mal, por todos los seres turbados que no encuentran su luz. Él es infinito, y quiere que nos unifiquemos en pensamientos espirituales, que aprendamos a elevarnos y bajar luz en la oración. Cuando oramos quien es débil adquiere fortaleza, el cobarde se reviste de valor, el que ignora adquiere sabiduría, el torpe se despeja. Quiere que dejemos la envidia y la avaricia, el odio y la ambición. La importancia de saber orar correctamente es primordial, de tener el ambiente personal propicio para hacerlo, es decir, saber concentrarnos y poner nuestro espíritu en directa comunicación con el Padre. Relajémonos, tengamos completa tranquilidad, respiremos profundamente varias veces, hasta que podamos sentir la sangre que corre por nuestro cuerpo, cerremos los ojos, y sostengamos esa amena plática en silencio, en la que no es necesario hacer uso, de palabras repetitivas y carentes de orden y sentido.

ORACIONES Existen oraciones que a lo largo de los años se han vuelto parte de una forma de vivir que han adoptado muchísimas personas, que creen estar en contacto directo con Dios, estas oraciones las utilizan para pedir favores, y las ejecutan de manera repetida sin saber qué es lo que realmente están diciendo ni cómo lo están haciendo. Más que hacer una oración sentida y con causa repiten frases materializadas y mecanizadas que nada tienen que ver con lo espiritual. Hemos vivido en una confusión constante, durante años, el orar se volvió un asunto de rezos prefabricados a conveniencia de la religión, para crear más adeptos y fanatismo a la misma, pero, no entendemos que lo que verdaderamente el Padre quiere, es que, nos acerquemos a él de corazón y de espíritu a espíritu, con la manera concreta y directa. Lo que le sirve en realidad, es que dialoguemos con su infinita bondad y con amor. El sabe de nuestras necesidades antes de que nosotros le digamos cuáles son, y si es tan importante este momento nuestro con Dios, lo más importante, es hacerlo correctamente. Al analizar de manera profunda y objetiva, el contenido de los rezos nos daremos cuenta, que no tienen que ver con la espiritualidad y sencillez del Padre, que la repetición de tantas palabras, no nos está acercando a dialogar como Padre e Hijo.

Son un cúmulo de palabrería, que contiene cuestiones materiales, en referencia a algo completamente espiritual, además de que nos hunden en errores graves, al momento de interpretar lo que rezamos mecánicamente. Tal es el caso del rosario, la manera de rezarlo es cien por ciento repetitiva, consta de 5 Padres Nuestros y 50 Ave María, además de la letanía que contiene 52 frases a las que son seguida un “ruega por nosotros”, es decir que esta misma frase la repetimos cincuenta y dos veces, básicamente esa es su composición. Durante un aproximado de una hora, rezamos en voz alta, las mismas palabras, una y otra vez, con esto, lo que logramos es perder sólo el tiempo, no dialogamos con el Padre, ni pedimos un bien, ni para nosotros y tampoco para los demás, cuando sólo basta con cinco minutos para orar de manera correcta. No compartimos lo que nos alegra, o lo que nos entristece, no compartimos un momento de íntima reflexión, no oramos adecuadamente, sólo, a manera de robot, hablamos y hablamos, sin saber, lo que realmente estamos diciendo. El analizar frase por frase, nos ayudará, a comprender mejor, qué es lo que hemos venido haciendo, desde hace tanto tiempo y por generaciones, dado a que no nos han enseñado a orar correctamente, hemos seguido la tradición y la costumbre, pero sin ver el fondo y esencia real de todo esto.

AVE MARIA

Dios te salve María, llena eres de gracia ¿Cómo o de qué la tiene que salvar Dios si es espiritual? Es la parte materna del Padre y no necesita salvación alguna, porque no es imperfecta. Fue la madre terrena de Dios, fue la elegida, para serlo, por lo tanto es ilógico e incongruente, pedir, por alguien que no existe ya físicamente en primer lugar y en segundo, por quien fuera elegida por el Padre, para ser la Madre de su Hijo aquí en la Tierra. El Señor es contigo Bendita eres entre las mujeres Y bendito el fruto de tu vientre Jesús El vientre formó parte de ella en lo humano hace mucho tiempo, cuando vivió, se reza y se le está pidiendo a algo material a una parte del cuerpo humano de María, cuando ella es espíritu ya, cuando ella ya no existe en lo material. No debemos pedir a cosas materiales, además no existentes ya, fue una elegida en su vida material, si fue bendita entre las mujeres, no está más ya en la tierra como materia, lo espiritual, en esta frase del rosario no aparece en ningún aspecto. Además, también el fruto de su vientre en materia, que fue Jesús, igualmente ya no existe y se pide por eso, cuando ni rastro quedó de su cuerpo, Él, se encargó de desaparecer todo cuanto fuera material, para evitar precisamente, el fanatismo desmedido en cosas materiales.

Santa María madre de Dios Ruega por nosotros los pecadores Se le está pidiendo que ruegue por nosotros cuando al inicio de la oración se pide salvarla a ella, ahora bien efectivamente ella es intercesora, sí, pero si pedimos que Dios la salve y después que nos salve ella, cuando por su situación de perfecta espiritualidad no tenemos que pedir salvación alguna por ella, la contradicción en la que caemos y más de forma tan repetida y perdiendo el tiempo es muy seria. El pedir que Dios la salve, es un error muy grande, pero la contradicción en que caemos, al pedir que sea ella la que interceda por nosotros, nos puede hacer dudar en un momento dado, pero como claramente, esto son cosas que han venido enseñando los de sotana desde tantos años atrás, que nos han hecho creer que es lo correcto, no quieren que aprendamos lo del Padre, y han manejado su Palabra a conveniencia y esclavizando. Ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén. Fue hecha de extractos bíblicos más no como una oración en sí misma, su naturaleza se da en base a la materialidad del hombre mas no para convertirse en la oración que es, pedimos en ella por incongruencias y cosas materiales, no pedimos por lo espiritual, ni por las necesidades del mundo, no hay razón ni congruencia, es contradicción, en esta oración pedimos que la salven pero le pedimos que nos salve, ¿Cuándo la salvada tiene que ser ella?, le pedimos a Dios que salve a María, nos dice que no está salva siendo su madre, sabemos

nosotros que fue y es perfecta en espíritu pero en la oración se nos ha enseñado que no lo es. Ponen en duda la espiritualidad de María que a resumidas cuentas cuando vivió su misión fue engendrar al hijo del Padre y ahora es hija de Él como espíritu que es, de nada cabe y de nada sirve redundar en una oración tan compleja y difícil de entender como esta, que finalmente nada nos deja, no da luz, no da paz, no da nada a Dios cuando Él no ocupa nada porque todo lo tiene, ni a nosotros. Podría ser complejo tratar de comprender y cambiar, lo que por tantos años hemos hecho de manera natural, más sin embargo, debemos dejar de ver la palabra del Padre de modo superficial. Siendo ella dueña del universo entero no debemos pedir por ella, cuando nada la falta.

PADRE NUESTRO Padre Nuestro que estás en el cielo Es infinito y no se limita a un área determinada que es el cielo, además, la palabra cielo de forma espiritual es la perfección completa de un todo, que abarca el Padre en su totalidad. Santificado sea tu nombre Venga a nosotros tu reino Hágase tu voluntad en la Tierra como en el Cielo No podemos decirle que se haga su voluntad cuando no la aceptamos, vivimos inconformes si estamos mal en lo

económico no lo sabemos aceptar, si no hay salud renegamos de Él, si manda llamar a un familiar en la forma que haya sido a dejar su vida material vivimos inconformes y renegando. en contra suya, nos ama y no sabemos ni queremos enfrentar esas grandes pruebas que nos pone en el camino, al contrario, dudamos de su infinito amor. No santificamos el nombre de Dios, con nuestros actos, no somos caritativos ni humanos con nuestros semejantes en la mayoría de los casos. Tantas personas que hay en este mundo, asistiendo a misa todos los días, y diciéndose ser apegados a Dios, y cuando nos enfrenta con una dura prueba de vida, como la pérdida de un ser querido, no sabemos aceptar el hecho de no verle nunca más de forma material. Renegamos del Padre, y ponemos en entredicho su infinito amor, con frases como, “No que eres tan bueno, y me haces esto a mi”, ó, ¿Por qué tuviste que llevarte a esta persona que tanto quiero? Es como aquel padre de familia, que tuvo a sus hijos, y los formó y costeó sus estudios, hasta que se convirtieron en médicos, y un día, en un accidente, mueren todos sus hijos, y reniega de Dios diciendo, “Por qué si apenas los preparé te los llevaste”, vivió inconforme sin aceptar una voluntad que no hay, perdemos el tiempo repitiendo algo que no hacemos. Danos hoy nuestro pan de cada día Perdona nuestras ofensas Como nosotros perdonamos a los que nos ofenden ¿Cómo si no sabemos perdonar? Se reza algo que no se ejecuta, decimos que haremos algo que en realidad nunca llevamos a la práctica, si nos ofenden guardamos

rencor y ofendemos también. No tenemos que pedir por el pan de cada día, cuando el mismo Padre, sabe de nuestras necesidades, antes de que las digamos, pero además de eso, dice que si cumplimos su Ley de amor todo recibiremos por añadidura. Debemos encerrarnos en la verdadera Ley del Padre, Amar y Perdonar, el no perdonar nos genera grandes cargas, no hemos aprendido a vivir el perdón, vivimos en amargura y en rencor, renegando de todas las bondades del Padre, cuando decimos estar entregados. No nos dejes caer en tentación Si vivimos sumidos en tentación porque nosotros mismos la buscamos Él no es quien nos lleva, los seres turbados nos tientan para que vayamos en contra de Dios y nosotros somos quienes con nuestra voluntad caemos en esas tentaciones, Dios nada tiene que ver. Pero hay también un detalle no por menos importante, es más, es el de mayor importancia en todo esto, la falta de oración, el orar de manera incorrecta y repitiendo frases sin sentido, nos lleva a caer en tentaciones, no sabemos vivir en gracia, quien dice que es perfección, pierde el tiempo sin esa humildad y sin esa entrega al prójimo, cuantas personas hay en el mundo que viven entregadas a su palabra, y cuantas más han estado toda su vida creyendo que lo están y cada vez, están más y más lejos. Sin oración, estamos desprotegidos, por repetir cosas como el rosario, vamos perdiendo la protección tan grande, que nos da orar de manera correcta. Y líbranos del mal. Igualmente no quiere nuestro mal, nosotros somos los

ingratos que le adjudicamos el resultado de nuestras malas obras, nos ama, pero hemos caído en un fanatismo que no hace más que guiarnos a un abismo, a estar ciegos del Padre, y vivir en esa inconformidad, que nos hace acarrear males al por mayor. Amén. Esta es la oración más perfecta que hay, es el legado que nos dejó Jesús en la Tierra, es perfecta, es de reflexión, nos habla sobre el perdón, la resignación, el amor, de aceptar su voluntad a cada día, pero no es necesario hacerla para pedir favores, ya que es repetitiva, a Él no le interesan las repeticiones. Nos la dio para analizar cómo debemos hacer nuestra oración más no para repetirla y de cómo vivir su Ley. muchos viven creyendo que están siguiendo a Dios, sin mirar que van en sentido contrario, desvirtuando toda enseñanza correcta del Padre, la mayoría viven amargados, muchos no sabemos aceptar esa gran parte del cielo, y hay quienes en ese error, dejan de creer y tener fe, renegando de la voluntad del Padre, y con inconformidad, culpándolo por los dolores pasados, sin aprender de ellos, a tener una vida que sea impulsada por ese amor infinito con Dios y nuestros semejantes. Finalmente, lo que debemos tener en claro, es que el Padre, vino a salvar espíritus y no cuerpos, se le pide, porque las guerras terminen, pero, el mismo hombre las ha generado y no Él, así, que el hombre, en espiritual entendimiento, irá encontrando el camino para terminar con ellas, y el Padre en bondad compensará esa oración.

LA LETANIA Consta de cincuenta y dos alabanzas o frases que a lo largo de los años la gente las ha ido sumando a este rosario en señal de fanatismo, y cada una de ellas es seguida de la frase “ruega por nosotros”, en el ave María, pedimos a María que nos salve y pedimos que sea salvada y aquí que ruegue por nosotros, no hay ilación o congruencia alguna en estos rezos, además de que en la letanía, pedimos a cosas materiales, algunas de ellas son: Espejo de justicia, Trono de la sabiduría, Vaso espiritual, Torre de marfil, Casa de oro, Arca de la Alianza Estas frases encierran bastantes aspectos materiales que no tienen que ver con Dios, ni con un fin espiritual, le pedimos a un espejo, un trono, un vaso, torre y casa que rueguen por nosotros siendo cosas materiales, ahora además de eso hablamos de oro y marfil que son riquezas materiales, ostentosas, son artículos de valor monetario, y Dios lo que menos quiere es que adoremos cosas materiales, o pidamos a cosas materiales. También habla del Arca de la Alianza que además de ser material

nadie la ha visto y nadie sabe dónde está, en el primer testamento nos dice que resguardaban las tablas de la Ley (que son los Diez Mandamientos dados a Moisés) en el Arca de la Alianza. Son incongruencias enormes repetidas por millones de personas en el mundo, no piden por fines comunes como, la paz, las necesidades, no sabemos orar, y los que dicen ser guías de la religión no saben enseñarnos lo que es correcto, dejan el error latente. No obtenemos beneficio alguno con estas oraciones, debemos orar por las necesidades reales, madres golpeadas, niños con hambre, secuestrados, violados, catástrofes naturales, violencia, por los seres turbados más que nada, no bajamos luz con estas oraciones, los seres turbados son los que nos llevan al sufrimiento. Estamos entregados a la ignorancia del fanatismo, creemos más en supersticiones que en lo real, nada tiene efecto en lo espiritual si no lo respaldamos con hechos. Es de primera necesidad, es urgente que aprendamos a orar, en la medida que las naciones se vayan uniendo en oración, pero en oración real, espiritual alejada del materialismo y la repetición inútil e incongruente, en esa justa medida, se irán erradicando todos los males del mundo que habitamos. Conforme vayamos comprendiendo, que la espiritualidad, no tiene que ver con la religión, y que el Padre, ha dejado en su Palabra, la fórmula correcta de

hacer oración y estar en contacto Él, encontraremos el camino de felicidad verdadera y duradera. Lo material, nos dará sufrimientos a la larga, falta de comprensión en las cosas del Padre, y seremos infelices, en nosotros está, el tomar el camino indicado, ese que está iluminado con amor y caridad, para que al paso, vayamos dejando la estela, que ilumine el camino de otros, y los lleve a ese sendero, hermoso, que el Padre nos ha dado.

ORACION UNIVERSAL

En esta oración la repetición no es lo adecuado, pero en medida que aprendamos a orar como es debido esto ira dejando de hacerse de manera repetida. Lo primordial es que nos unifiquemos al hacerla para elevar seres turbados, así es como los conduciremos a su morada, en medida que se eleven irán desapareciendo los males que nos aquejan en lo personal así como en el mundo. En medida que oremos bajaremos la luz, esa gran luz que no resistirá la turbación, con este método podremos realizar un exorcismo, esto en medida del amor que brindemos con esta oración a los seres turbados no nos dañaran. Entre más gente la realice mayor será su poder, se concentrara una gran potencia, de hacerlo en lo individual nos puede costar un poco más de trabajo dar esa luz, puede que los seres se aferren, pero se lograra un buen resultado en la medida que la realicemos y la intención pura que tengamos. Esta oración baja a las fuerzas celestiales, conforme va adquiriendo fuerza la luz se intensifica, es cuando los seres turbados no la soportan y se elevan. Situémonos en un estado de tranquilidad espiritual, respiremos profundamente, inhalando y exhalando,

acerquémonos poco a poco al Padre, hablémosle como a nuestro mejor amigo, pensemos en los seres turbados y su evolución espiritual. Cuando estemos en perfecta calma, pronunciemos esta oración, más que pedir favores, y entablar un diálogo con el Padre, esta oración nos servirá para sanar espíritus como el nuestro, para sanar nuestro hogar, el mundo, la vida misma. Si en nuestro entorno, en casa, con amigos o conocidos, suceden cosas extrañas, cuando no haya tranquilidad y las cosas buenas comiencen a reducirse. Si lo podemos hacer con todas las personas con las que convivimos en nuestro hogar, oficina, negocio, etc. Simultáneamente nos dará mejor resultado. Porque habrá mayor fuerza y pronto obtendrá los resultados esperados.

“O R A C I O N”

Padre nuestro, padre celestial, padre amorosísimo, tu que eres presencia, esencia y potencia tu que eres luz te

pedimos nos escuches, Tú que estás en todo el Universo; Madre celestial tu que eres también luz, hermanos espirituales de luz, ángeles, arcángeles,

serafines, querubines, custodios de la paz, la salud, y de la bien andanza, derramen su luz infinita en este lugar y

en esos hermanos necesitados de luz.

Padre, por la potestad que me has concedido, descorro la venda de oscuridad que cubre la pupila de mis

hermanos espirituales, y materiales. Luz y fuerza les entrego en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu

Santo.

Espíritus que dejaron sus cuerpos en la tierra. Ilumínense los he recibido. Confíen en mí y serán conducidos a la

verdadera vida. No han muerto, porque el espíritu posee vida eterna. Los invito a la verdadera paz y a la justicia.

Porque yo soy la vida y vengo a ofrecerles el pan de vida eterna; pero los contemplo hambrientos, y es que no han

comprendido que la esencia está en el fondo de mi palabra; si la miran superficialmente no podrán

alimentarse. En ella se encierra mi amor. Esa esencia divina que es vida, alegría y paz para el espíritu.

Y es que no han aceptado su evolución espiritual, porque mientras estuvieron en vida material no hicieron nada por alimentar su espíritu, no hicieron nada por amar y ayudar

a su prójimo, no quisieron ver ni entender mi palabra,

caminaron por los excesos y renegaron de mí, les di amor y una vida plena y aun así renegaron de mí.

Hermanos espirituales, ustedes mismos se forjaron los sufrimientos y por eso quieren engañar al hombre

haciendo presa su cuerpo y mente, manejando sus actos en contra mía, mas yo en mi amor infinito no los

desamparo y a los hermanos materiales encomiendo les den luz, acéptenla pues y caminen a su morada

Quiero que contemplen al rey de los ejércitos; como un

padre victorioso sobre su maldad, y a ustedes como soldados llenos de dignidad espiritual, llenos de

satisfacción y paz. Entonces se escuchará el himno de la armonía universal en la mayor de las victorias de ese triunfo que ha de venir pero en el cuál ni su padre, ni

ustedes se enfadaran de tener vencidos bajo su amor. Los vencidos no serán los espíritus, será el mal, todas las tinieblas, pecados e imperfecciones. El triunfo del

Padre, estará en la salvación de todos los espíritus que se quedaron arraigados en las tinieblas y en el mal. Están en un error si piensan que alguno se perderá

dejaría de ser Dios, sin un sólo espíritu no encontrara salvación. Todos aquéllos que ustedes llaman demonios, ellos también son espíritus que han brotado de Dios y si

hoy se encuentran confundidos, ellos encontrarán la salvación.

Cuando ustedes unidos a las legiones espirituales de luz,

combatan su ignorancia y su pecado.

Les daremos luz, y guiaremos a su morada, con amor, respeto y caridad, ayudemos en su evolución, en la

nuestra y la de nuestros hermanos, que nos ayudes en el aprendizaje de evolución espiritual, de hermandad y de

paz,

Con nuestra oración y nuestras obras de amor y caridad. La paz de Dios sea con todos nosotros.

Así sea, así se haga y así será

LA ORACION Hay que resaltar, detalles importantes al hacer nuestra oración, primeramente, entender su finalidad, que es bajar luz para los seres turbados, es necesario comprender, que lo que hacemos en ella, es invocar o llamar esta luz. Y pese a cualquier circunstancia, los elementos que jamás deben faltar en ella, son: Hacerla en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, así mismo, invocar a La Madre Celestial y a las fuentes celestiales de luz, ángeles, arcángeles, serafines, querubines, potestades, custodios, entre otros, ya que son la mayores fuentes de luz, que son un gran ejército invisible a nuestra mirada humana, donde los videntes o clarividentes, sí podrán verlo. Estos espíritus, están al acto para hacer luz y, conducir seres turbados por medio de nosotros, pues es lo que estamos pidiendo, ya que al ser esta tan fuerte, no la soportan y tienen que tomar su camino hacia ella, desaparecen, al sentir la fuerza de este llamado, debemos conducirlos para que se eleven, al hacer esto, estamos dando esa orden, pero siempre debe ser, con amor, respeto y caridad, esto, es una gran potestad que el Padre a todos nos da y no sólo a unos cuantos. La intensidad de esta luz, es como la de un reflector de 3000wats, si nos alumbraran con el, directamente a la cara, no lo soportaríamos, y nos iríamos a otro lado dejándonos ciegos, lo mismo pasa con la luz tan fuerte que le brindamos a los seres turbados, no la resisten y es cuando toman camino a su

morada eterna. La potestad y facultad para hacer y dar luz, es muy especial, debemos, aprender a darla de manera correcta, con nuestra oración, la manera en que los conduzcamos, será en la que ellos puedan ver amor y tomar su camino, sin llegarnos a dañar en ninguna circunstancia, pues el ejército de luz que tenemos no permite tal daño. Son como un grupo en una excursión, que nos van indicando y dando guía, de cómo y a dónde debemos ir, y qué hacer para subsistir en el camino. Hay muchas maneras de dar luz además de la oración, que es la más adecuada, pero también los seres turbados, se dan cuenta de todo lo que hacemos, es decir, que si ven en nosotros actos de amor, bondad y perdonando a quien nos ofendió, si mostramos siempre buenos sentimientos y buenas intenciones, si somos impecables con nuestras palabras y pensamientos, si todo es luz en nuestra vida, esa misma luz, también es percibida por ellos. Así, con pensamientos y actos negativos, haciendo el mal, guardando rencores, dejando de hacer caridad con el prójimo, generando guerras y odio, los atraemos haciendo que se aferren, aún más. En la medida de estos pensamientos los retenemos, y nos ayudan a ser más negativos y destructivos. Los seres turbados todo retienen, y es nuestro deber, con amor, respeto y caridad, por medio de nuestra oración y actos, iluminar en ellos esos rencores para que

los dejen ser felices, por ejemplo, cuando una persona es asesinada, puede convertirse en un ser turbado, por no comprender ni aceptar que ya terminó su vida material, así, nosotros debemos hacerle comprender que no debe guardar odio ni rencor, como sentimientos de venganza, ya que esto es lo que los materializa, de igual manera, una persona que se quita la vida, vivirá turbado su espíritu, al no poder comprender lo que sucedió, por haber obrado en contra de la voluntad del Padre, habiéndose quitado una gran oportunidad, que fue su vida para cumplir y resarcir sus deudas, cuando piensa que terminó su sufrimiento, es cuando apenas comienza por el sufrir de su conciencia, que le quemará como el fuego de su arrepentimiento. En cualquier parte del mundo y en cualquier lugar, podemos hacer oración, nosotros, sólo tratamos de explicar y hacer saber la manera correcta de realizarla, pero, existen también, muchas formas que pueden salir directamente de nosotros, para dar amor, sin ser necesariamente lo que aquí ponemos como ejemplo. Es decir, si en alaguna persona, nacen frases distintas, pero que están cargadas de luz, amor y conducción, sin dudar, puede hacer uso de ellas. La idea principal, es comprender los fines de orar correctamente, y de dar luz, a estos seres, ya que no saben qué hacer, a dónde ir, ni qué pensar, invocando las fuentes celestiales de luz y conduciéndolos correctamente, podemos utilizar las frases que nosotros deseemos para darles amor y conducción.

La forma de hacerles entender que esta vida ya nos les corresponde, y de retirar las tinieblas que los cubren, puede ser como nosotros lo creamos conveniente, además de que lo que aquí les mostramos, es sólo una guía o un ejemplo, recordemos que las oraciones, mecanizadas y repetitivas, de nada sirven al Padre, a nosotros, ni a los seres, deben ser sentidas primordialmente. Eso sí, no olvidemos invocar en el Nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, a la Madre Celestial y a los seres de luz involucrados en el acto, para bajar esta luz, y tampoco, que debemos ordenarles dejar esta vida material para guiarlos con esta luz a su morada eterna, con amor, respeto y caridad, con estos elementos, lo demás, lo podemos hacer de la manera en que lo sintamos, es como el amor, cada uno de nosotros, tiene su manera de expresarlo, y cada una es distinta. El Padre quiere que vivamos en amor y luz, nos está dando a conocer las herramientas necesarias para hacer de este, el mundo ideal que Él creó para nosotros, quiere que veamos a través de la oración lo hermoso que tenemos. Quiere que con la oración encontremos nuestro tesoro de vivir, y ayudemos a nuestros semejantes a encontrar el suyo, a nuestros hermanos en tinieblas y oscuridad les demos la luz de la felicidad eterna. Aprendamos a orar como es debido, tomemos nuestro corazón de portavoz con el Padre, elevemos el espíritu,

acariciemos la brisa del inmenso poder de Dios en nosotros, el mundo entero es nuestro, aprovechemos la oportunidad de enmendar el camino y ser felices.

EPILOGO

Saber es orar, es mucho más que pronunciar un rezo con palabras repetidas, durante un sin número de ocasiones, dirigida a santos vírgenes o imágenes, o bien a cosas materiales. Es muchísimo más que la repetición de frases que ni siquiera entendemos o no queremos entender.

Es más que estar de pie en una iglesia o plaza pública arrepintiéndonos de nuestros pecados de manera aparente y delante de alguien terreno como nosotros mismos.

Dios está mucho más allá de esas complicaciones, es el sutil momento de un amor que no buscamos, de una paz que no tenemos, de una espiritualidad a la que no comprendemos todavía la mayoría cómo llegar.

Vivimos en un mundo agitado, desviado de la moral y la fe de Dios, idolatramos falsos ídolos, esperamos milagros inesperados que vengan a resarcir el aparente mal que hace el hombre, pero nunca nos hemos puesto a reflexionar en el origen de los males que sumen al mundo entero.

En México nada más existen registradas en la SEGOB (Secretaría de Gobernación) 7 mil 553 asociaciones religiosas. Sin contar las que no se registraron que sería un número mucho mayor de las que sí, sorprendente ¿verdad?, las creencias en brujería, satanismo, chamanes, limpias, las creencias autóctonas, pero a fin de cuentas todas adoran falsos ídolos, imágenes, ninguna se acerca a Dios tal como Él lo

quiere.

Hay quienes diariamente le piden ganar una guerra a Dios cuando todos somos hijos suyos. Dios no nos obliga a creer, pero ¿Por qué siendo una sola Ley existen tantas religiones que se han ido fragmentando en segmentos cada vez más pequeños por tener poder y comercializar desmedidamente la religión y alegan tener la verdad absoluta y verdadera, como si existiera una Ley y un Dios para cada religión? La única Ley del Padre se resume en AMAR Y PERDONAR.

Vamos impregnando odio al paso de los años, ¿Cómo es posible que existan familias peleadas por generaciones queriendo vengar muertes de hasta tres generaciones atrás? Y así se llaman creyentes y viven pidiendo a Dios que les cumpla sus peticiones en el odio al prójimo. Solemos decir “Esto lo dejo a Dios, Él me hará justicia”

Nos hemos preguntado en la mayoría de los casos ¿Qué hacemos por los demás cuando no hacemos nada ni por los nuestros? Si usted es trabajadora social o psicóloga, sabe el enorme trabajo humanitario que hacer, ¿Sabe que en México existen miles de niños violados? ¿Cuántos se tratan? ¿Cuántos denuncian? ¿Cuántos son candidatos a convertirse en agresores potenciales por el mismo delito?

Por ejemplo en la profesión de Trabajadoras Sociales y Psicólogas, existen miles de egresadas en busca de trabajo, y no encuentran, pero, ¿Hemos volteado a ver el panorama de nuestro país? La violencia que lo inunda, las interminables mujeres maltratadas,

niños y niñas en situación de calle y hambre, mujeres y niños abusados sexualmente, secuestrados, asaltados, ¿Cuántos de ellos no necesitan terapia y un guía de vida? Una persona que los ayude a sobrellevar su situación con los conocimientos y herramientas necesarios para manejar una situación como esa.

Decimos ¿Por qué a mí o a los míos nos sucedió esto? Y la respuesta es muy sencilla, porque eso es lo que estamos dejando en este mundo para los nuestros, es natural cuando se convierte en la herencia que dejamos.

Si son muchas desempleadas y a la vez hacen falta para cubrir las enormes necesidades de este país por citar nada más México, pero esta problemática es mundial, el mundo entero padece de estos sufrimientos. Es tarea de todos hacer algo, ¿Por qué no un empresario abre estos departamentos en sus oficinas?

O por qué no estas mismas mujeres, se comprometen a crear iniciativas directas con los empresarios, se pueden formar campos de acción afuera, trabajar activamente en colonias marginadas, o con gente en situación de calle que puede llegar a ser productiva, pero no hay suficientes personas que les brinden estas oportunidades.

Hacen falta, más fundaciones, que trabajen activamente por estas causas, que el dinero no sea su motor principal de acción, y den así trabajo y cobijo a quienes más lo necesitan.

Existen opciones que nos pueden ayudar a comenzar a hacer algo que realmente sea de ayuda para dejar algo limpio y bueno en el mundo, se puede comenzar por interesarse más por los trabajadores, por saber cómo viven, cuáles son sus carencias, su entorno, su medio, su situación, no sabemos si entre nuestras filas de empleados esté un secuestrador o violador en potencia, alguien con problemas económicos que fácilmente caiga en la envidia por falta de dinero. Y lo más importante, hacer algo para que mejoren, porque una persona completa en su vida personal lo es en el trabajo también.

Se pueden crear comedores y guarderías para los hijos de los trabajadores de empresas privadas, existen iniciativas públicas que lo hacen pero no basta, no es suficiente, existen personas en posibilidad de invertir en esto. Así madres o padres podrían estar más cerca de sus hijos descuidarlos menos horas, ya que muchas veces los trayectos de traslado al regresar a casa después del trabajo son muy largos, en México, muchas personas recorren distancias de dos horas para llegar a su trabajo y otras dos más para regresar a su hogar, no hay tiempo de calidad. Es tiempo que se pierde para la convivencia familiar y laboral, las empresas contratan sin saber si quiera si estas personas pueden rendir o no.

Se agotan, las jornadas son esclavizantes, hay muchos que llevan trabajo a su casa después de haber extendido su jornada laboral de ocho horas a doce,

llevan trabajo a casa, descuidando aún más a los suyos, y descuidándose ellos mismos, la falta de horas en el sueño atrofia la mente y los reflejos, es cuando sobre tratamos al cuerpo y dejamos de rendir en nuestros empleos.

Igualmente los espacios de recreación infantil en el que los padres puedan disponer de tiempo para compartir con ellos sin necesidad de dejar a los niños en manos de terceros son muy importantes. Hacer escuelas para padres que realmente sirvan educar en amor y conciencia, en oración se cambia el mundo entero, moveremos montañas realmente.

Cuántas personas hay en el mundo que viven con una holgada economía que están almacenando, ¿Para qué? ¿Por qué no ayudar? No basta con nuestros impuestos para decir que aportamos a la sociedad algo más que no sean quejas, queremos dejar todo en manos de los gobiernos de nuestros países, cuando al final Dios nos preguntará qué fue lo que hicimos de bueno con los demás con todas las cosas buenas que nos dio para ayudar y ser felices.

Nos hemos preguntado ¿Qué hacemos por nuestros gobernantes? Sólo los descalificamos, como queremos que actúen adecuadamente si no les damos luz, les enviamos sólo negatividad, los gobiernos a nivel mundial acarrean legiones completas de demonios debido a los pensamientos negativos que les enviamos.

Al juzgarlos, no estamos haciendo un bien al cambio de ellos, al contrario, les enviamos tiniebla y no luz, ahora bien, esperamos que los recursos del gobierno no sean

en mal uso del beneficio de la humanidad, porque de nada habrá servido el gran esfuerzo.

El impuesto que se paga al gobierno por ejemplo entre muchos otros el de Carlos Slim empresario mexicano el hombre más rico del mundo, sus empresas en total pagan cinco mil millones de dólares, dan empleo directo a doscientas mil personas y aporta casi la mitad del PIB (Producto Interno Bruto) de México que suma un promedio de seis mil millones de dólares que representan el 43% de la bolsa Mexicana de Valores (fuente, entrevista hecha a Carlos Slim por el sitio web para empresarios www.voltairenet.org/article123316.html) Aún con este impuesto hace falta muchísimo por aportar no se puede dejar sólo al gobierno, no basta con un impuesto para que pretendamos que el problema está resuelto.

El mayor suceso de los últimos meses fue la suscitada boda real del príncipe de Inglaterra, es de impactar la cantidad de dinero invertido y el protocolo a seguir de este acontecimiento, con tan sólo dos mil doscientos invitados, los gastos de la boda fueron tomados, de un fondo que contaba con 11.600.000 de dólares, un equivalente a $127,600,000 de pesos mexicanos. (www.elespectador.com)

Además se tomaron a bien declararlo ellos mismos día nacional, haciendo perder millones de dólares a las empresas que pararon actividades laborales por dicho evento, cerraron todas las calles, y se perdio alrededor de $9,923,703,261,425 casi diez billones de dólares equivalentes a $11,51,243,850,628

casi doce billones de pesos (http://yahoo.com.mx)

¿Cuántos niños y niñas sin hogar tendrían casa y comida? ¿Cuántos trabajos no se podrían generar?, y son los reyes católicos los anfitriones de este evento, además de que la actividad económica y laboral de cualquier tipo quedará suspendida en uno de los países más poderosos del mundo.

Que burla social se está cometiendo, y la crisis actual que vivimos crece día a día con mayor intensidad, esos son los gobiernos de hoy día, ah y sin contar las miles de fiestas y eventos que realiza gente que no está ante los reflectores, nos rige la ley de lo material, y de la Ley del Padre, ni quien se acuerde.

En Somalia, por ejemplo, este país de Africa está muriendo de hambre y sed, debido a las guerras, desde el mes de julio al de agosto de este 2011, han huido hacia albergues y refugios más de 400 mil personas, de las cuales, niños y ancianos, han muerto en el traslado de su hogar hacia Mogadiscio.

El hambre y la sed, son apremiantes, la ayuda, no puede llegar a su destino, debido a que la mayoría de la zona de guerra, es dominada por el grupo Al Qaeda, pero en el mes de junio, debido a las 30 mil muertes de niños menores de 5 años que se registraron, dejaron abrir paso a la ayuda.

Hablando de los enormes gastos de la boda real, este país británico, no había puesto un pie en Somalia, desde hace más de dieciocho años, ahora, enviando un representante, mandó ayuda de 40 millones de dólares

destinados al Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y 7 millones de dólares para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). (Fuente http://www.larepublica.pe/17-08-2011/cerca-de-400-mil-ninos-de-somalia-corren-el-riesgo-de-morir-de-hambre)

Todo es guerra, muerte, hambre y destrucción, la humanidad, además tiene hambre también, del Padre, de orar, porque todas estas catástrofes dejen de suceder, porque estas legiones de seres turbados, que se encuentran causando estragos, evolucionen a su morada.

Necesitamos comprender que esta es una problemática que urge resolver, todos estamos necesitados de esa paz, y de esa preparación de espíritu, que nos lleve a nuestra morada eterna, no sabemos comunicarnos con el Padre, ni pedirle por nuestros hermanos.

Debemos brindar, mucho amor, bajar luz y a sus fuentes celestiales que nos la proporcionen, pues la maldad crece y las necesidades también, el mundo muere rápidamente y los gobiernos no hacen nada, si leímos bien párrafos atrás, nos pudimos dar cuenta de algo significativo.

El gobierno británico no se había hecho presente en ese país, desde hace dieciocho años, y sus donativos, aunque significativos, no se comparan al enorme derroche que vivió con su boda real, ¿Habrá congruencia

y preocupación por el mundo entre gobiernos? Algunos sí, están comprometidos con su causa, pero ¿La Mayoría?

El Padre, vive esperando, a que queramos acercarnos a El y a que llevemos la enseñanza, sabe perfectamente, de nuestras necesidades, pero sabe también que las pruebas que debemos superar, aún están en el camino, y debemos obtener, la mayor ganancia de ello, que es encaminar espíritus y preparar el nuestro.

Así y sólo así, habrá paz en el mundo entero, los males cesarán, el agua llegará, y la naturaleza florecerá nuevamente, y nos proveerá de todo aquello que necesitemos en el momento, pero paremos ya la destrucción.

También podemos ayudar en lo material, no sólo en lo espiritual, ayuda, poniéndote en contacto con la UNICEF, ya sea en dinero o en especie, llama.

Unicef: 0182-2370-40-0208517159

Todos podemos ayudar en algo, es increíble la violencia física y psicológica que sufren nuestros niños y niñas, y más que nada en lo que los estamos convirtiendo, qué es lo que estamos dejando en el mundo. Se les viola en casa, sus mismos padres y familiares, amistades, sacerdotes, maestros ¿Sabe cuántos niños y niñas están siendo violados por un sacerdote en estos momentos?

En los últimos diez años la iglesia católica ha perdido millones de seguidores dado a los escándalos en que se han visto envueltos un sin número de sacerdotes

alrededor del país, además de estar hartos de palabras y filosofía, les hacen falta hechos que reafirmen la fe que están perdiendo.

Sacerdotes que matan, sacerdotes que violan, sacerdotes que estafan, sacerdotes que han ido perdiendo credibilidad, padres de familia que encomiendan la educación y vida de sus hijos en manos de estas personas

¿Sabían que son capaces de matar jóvenes alumnos por ejemplo? Para quienes tengan acceso a internet les compartimos una página llena de estos delitos cometidos por tan angelicales personajes http://crimenesdelvaticano.blogspot.com

Por favor, lean de principio a fin, lean y crean, está escrito en la Biblia el error en el que hemos vivido, Dios, lo dejó escrito y sólo hemos leído superficialmente su palabra y le damos la interpretación material cuando es un libro espiritual de ahí que no la entendamos, no se trata de ver para creer si no de creer para ver. Dios no nos obliga a creer en Él.

“Vosotros adoráis lo que no conocéis nosotros adoramos lo que conocemos porque la salvación viene de los judíos pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad porque así quiere el Padre que sean los que le adoren.

Dios es espíritu, y los que adoran deben adorar en espíritu y verdad.”

Juan 4, 22-24.

Es primordial que tomemos y demos luz, que conozcamos la palabra del Padre, y veamos que el mal y su solución están en nuestras manos. La juventud, niñez, los adultos, ancianitos, enfermos, naturaleza, condiciones de vida, la pobreza, la guerra, la muerte, y todas las nubes que oscurecen a este mundo, todo será disperso si nos unimos en una misma oración de reflexión, de paz, de amor, elevémonos todos en un mismo espíritu y lleguemos al Padre.

Leamos, y difundamos este libro de luz y amor, hecho sin finalidad de lucro, hecho para el mundo entero y para encaminarlo a la salvación.

Gracias, lector, ilumínate y si en algo crees que este libro pueda servir a otros, si sientes que debe difundirse para ayudar, hazlo si así es tu deseo, pero por favor reproduce parcial o totalmente sin lucro alguno y sin alterar el escrito

PROLOGO

“Manifestaciones Demoniacas”, nos llevará página tras página, a un mundo en el que las preguntas que siempre has tenido tendrán una respuesta y además la manera en que podrás solucionarlas, a lo largo del libro, nos iremos sumergiendo en el fondo de trece historias de vida totalmente reales y de cómo las mismas personas involucradas en ellas le dieron solución gracias a todo lo que encontraremos en este libro. ¿Por qué no tomar y dar luz a tus problemas, miedos e intranquilidades? Con este libro encontrarás todas esas soluciones para lo que preocupa a ti y a los tuyos, no tienes idea del poder tan grande que la magia que aquí enseñamos tiene, estamos siendo presas de situaciones terribles, siendo que en Estados Unidos solamente hay catorce personas calificadas, expertas para hacer un exorcismo, tan pocas reconocidas por el vaticano, para trescientos millones de habitantes aproximadamente, y aquí encontrarás la llave para que tú mismo puedas eliminar la oscuridad que nubla tu vida y la de tus seres queridos ¿Sabes realmente hacia dónde vas y hacia dónde te diriges? ¿Sabes qué es lo que te hace falta y cómo conseguirlo? Hay demonios que nos dan intranquilidad, hay enfermedades de cuerpo, de espíritu y posesiones que son causa suya, hay miles de males que te aquejan, por ejemplo niños con una evolución espiritual demasiado grande, que muchas veces sus padres no saben qué hacer con ellos, aquí, encontrarás esas y otras respuestas. Y no estamos tranquilos, porque hemos perdido nuestra propia paz, hemos hecho la guerra con nuestros pensamientos negativos y así traemos a nosotros demonios. ¿Queremos respuestas? ¿Queremos una vida tranquila? ¿Qué estamos dispuestos a hacer por ello? Encontremos con esta magia, el gran tesoro de vivir.

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“EL GRAN SECUESTRO FAMILIAR”

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