investigación subcuenca támbula-picachos
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Investigación Subcuenca Támbula-PicachosTRANSCRIPT
Universidad Autónoma de Querétaro
Facultad de Ciencias Naturales Facultad de Ingeniería Facultad de Psicología Facultad de Filosofía
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales Facultad de Química
Priorización de áreas para recuperar la función
hidrológica de la subcuenca Támbula- Picachos,
Guanajuato
TESIS
Que como parte de los requisitos para obtener el grado de
Maestra en Gestión Integrada de Cuencas
Presenta:
Milagros Córdova Athanasiadis
Dirigida por:
Dr. Raúl Francisco Pineda López
Dra. Helena Cotler Ávalos
Santiago de Querétaro, Qro. Diciembre 2010
I
RESUMEN
Las alteraciones causadas en los ecosistemas de una cuenca,
principalmente debidas a las actividades humanas, tienen implicaciones
importantes para el desarrollo sostenible y cambios negativos en los ciclos
hidrológicos y biogeoquímicos regionales. Esta ha llevado a la urgente necesidad
de identificar áreas críticas de intervención para mantener los servicios
ecosistémicos con el fin de promover su conservación y mantener el
funcionamiento de la cuenca. En este contexto, el propósito de este estudio fue
evaluar la condición hidrológica de la Subcuenca Támbula- Picachos, localizada
en San Miguel de Allende, Guanajuato, y priorizar las áreas importantes para la
infiltración, que además presentan severos problemas de deterioro y que por lo
tanto requieren ser restauradas. Para ello, se hizo un análisis espacio temporal de
cambio de uso de suelo y cobertura vegetal, en el cual se determinó que el
16.84% del área de estudio, ha presentado cambios significativos en los últimos
15 años, siendo la deforestación, expansión e intensificación de la ganadería y
urbanización, los procesos causales de dichos cambios. Asimismo, se hizo una
evaluación de la degradación del suelo por erosión hídrica y compactación. Se
determinó que el 93.4% de la Subcuenca ha sido afectada por algún tipo de
proceso erosivo y que el 53% presenta problemas de compactación de moderados
a muy severos. Mediante un modelo espacialmente distribuido de balance hídrico,
se identificaron los cambios en la respuesta hidrológica de la Subcuenca, así
como las áreas más relevantes para los procesos de infiltración. A partir de estas
evaluaciones parciales de uso del suelo, degradación del suelo y respuesta
hidrológica, y de su integración en un análisis multicriterio espacial, se llevó a cabo
la priorización de áreas. Se determinaron cuatro áreas críticas, las cuales fueron
validadas por actores locales clave, quienes a su vez hicieron una zonificación de
las mismas en función de la tenencia de la tierra. En total estas áreas cubre una
extensión de 4629.5 ha, equivalente al 11.86% de la Subcuenca. De acuerdo a su
importancia hidrológica y estado de deterioro, es necesario implementar acciones
para la restauración y mantenimiento de dichas áreas.
Palabras clave: Priorización áreas, cambio de uso del suelo, erosión
hídrica, compactación, balance hídrico, análisis multicriterio, validación
II
ABSTRACT
The alterations caused on watershed ecosystems mainly due to human
activities, hold major implications to sustainable development and negative
changes on regional hydrology and biogeochemical cycles. This has led to an
urgent need to identify critical areas for providing ecosystem services in order to
promote their conservation and to maintain the function of the watershed. In this
context, the purpose of this study was to assess the hydrological condition of the
Tambula- Picachos Subwatershed, located in San Miguel de Allende, Guanajuato,
and prioritize the important areas for infiltration, which show severe problems of
deterioration and therefore need to be restored. To achieve this, a spatial and
temporal analysis of land-use/land cover change was made, in which it was
determined that 16.84% of study area, has presented significant changes in the
last 15 years, and the deforestation, the expansion and intensification of livestock
areas and urbanization, are the main causal processes of those changes. Also, it
was made an assessment of soil degradation by water erosion and compaction.
The 93.4% of the Subwatershed has been affected by some kind of erosive
process, and 53% present moderate to extremely strong compaction problems.
Using a spatially distributed model of water balance, we identified changes in the
hydrologic response of the Subwatershed, as well as the more important areas for
infiltration processes. From these partial evaluations of land use, soil degradation
and hydrologic response, and its integration on a spatial multicriteria analysis, the
prioritization of areas was carried out. Four critical areas were identified, which
were validated by key local actor, who in turn did the same zoning according to
land tenure. All these areas covers an extension of 4629.5 ha, equivalent to
11.86% of the study area. According to their hydrologic importance and
deterioration state, it is necessary to implement actions on these areas, for their
restoration and maintenance.
Keywords: Prioritizing areas, land-use/land-cover change, water erosion,
compaction, water balance, multicriteria analysis, validation.
III
Dedicatoria
A mis padres, por darme la vida, por todo su amor, comprensión y apoyo incondicional y por enseñarme a salir adelante.
A mi abuela, Amelia, quien a pesar de no estar más a mi lado, siempre será un ejemplo para mí, y un impulso para lograr mis metas
A mi hermano, Jorge por su cariño
A mis amigos y compañeros, por todo su apoyo.
IV
Agradecimientos
Es difícil resumir en dos cuartillas, mi agradecimiento a todas las personas
que me han acompañado en estos años de formación y al fin, en mi vida.
En primer lugar, agradezco a la institución a la cual debo mi formación de
posgrado, la Maestría en Gestión Integrada de Cuencas (MAGIC) de la UAQ; a
mis profesores y a mis compañeros, por haberme brindado una nueva perspectiva
de entender y abordar esta compleja realidad bajo el enfoque de cuencas.
Asimismo, agradezco al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología por la
beca otorgada (#269391/217838) para la realización de mis estudios de maestría.
Mi más sincero agradecimiento al Dr. Raúl Pineda, por la confianza
depositada en mí; por el apoyo incondicional que siempre me ha brindado, desde
mis inicios en el MÁGICo mundo de las cuencas y por su guía en este trabajo.
Gracias Raúl por permitirme trabajar contigo y aprender de ti.
De manera especial a la Dra. Helena Cotler por la dirección de esta tesis; y
a quien agradezco su tiempo, disponibilidad y paciencia, así como todos los
conocimientos y consejos transmitidos. Helena, ha sido un privilegio ser tu tesista.
Al Dr. Alfredo Amador quiero agradecerle su guía, imprescindible para mí,
sobre todo en el campo de la hidrología; y su permanente disposición.
Agradezco a la M. en C. Patricia Roitman su valiosa ayuda, sus consejos y
aportaciones a este trabajo y por enseñarme la "cara social" del trabajo de
cuencas.
Toda mi gratitud al Dr. Valentino Sorani, por los años de formación en su
laboratorio, en donde aprendí las bases para el manejo de herramientas de
percepción remota y sistemas de información geográfica, utilizadas en este
proyecto. Agradezco su asesoría y los comentarios hechos a este trabajo.
Si bien, mucho he aprendido de mis directores y asesores de tesis, también
he de manifestar mi gratitud a mis compañeros "cuenqueros" de la 7ma
generación, sin los cuales esta experiencia no hubiese sido la misma.
V
Camaradas, gracias por el aprendizaje que hemos realizado de manera
conjunta; por todos esos buenos momentos y experiencias durante estos dos
años; por compartir parte de sus vidas conmigo y más que nada agradezco su
amistad.
Muy en particular quiero agradecer a aquellos compañeros con quienes
trabajé de manera integrada, durante la realización de este estudio: el buen
"Fredo" (Alfredo Carranza); “el camarada” Mario (Mario Hernández); “el Inge"
(Alberto Hernández); la "seño" (Ofelia Sotelo); "Silviña" (Silvia Zambrano) y "el
Jochua" (Josué Chichia). Juntos hemos trabajado de manera conjunta, tratando de
entender bajo nuestras diferentes perspectivas, los problemas, situaciones y
dinámicas que acontecen en nuestra unidad de estudio, la cuenca; a fin de
contribuir a un mejor manejo y gestión de la misma.
Finalmente, y mi eterno agradecimiento a mis padres, quienes siempre han
apoyado y soportado mis "locuras" e ideas; y han fomentado en mí el deseo de
superación personal.
Gracias
VI
"El Universo requiere la eternidad... Por eso afirman que
la confirmación de este mundo es la perpetua creación,
y que los verbos conservar y crear, tan enemistados aquí,
son sinónimos en el cielo".
Historia de la eternidad. Jorge Luis Borges (1936).
VII
Índice
Página
RESUMEN I
ABSTRACT II
DEDICATORIA III
AGRADECIMIENTOS IV
ÍNDICE VII
ÍNDICE DE CUADROS XI
ÍNDICE DE FIGURAS XIII
CAPÍTULO I: INTRODUCTORIO 1
I.1Introducción general 1
I.1.1Planteamiento del problema 2
I.2 Objetivos 5
I.2.1. Objetivo general 5
I.2.2. Objetivo específico 5
I.3. Estructura del trabajo 6
I.4. Revisión de literatura 8
I.4.1 Marco conceptual 8
I.4.1.1 El agua y las cuencas hidrográficas 8
I.4.1.2 El manejo y la gestión integrada de cuencas 9
1.4.1.3 El ciclo hidrológico 10
I.4.1.4 Balance hídrico 12
I.4.1.5 El análisis del paisaje como base para el manejo integrado de cuencas 14
I.4.1.6 El suelo, sus procesos hidrológicos y su degradación 15
I.4.1.7 Impactos del uso del suelo en el régimen hidrológico 17
I.4.2. Marco de referencia 23
I.4.2.1 Las Cuencas hidrográficas en México 23
I.4.2.2 Cuenca Lerma- Chapala 25
I.4.2.3 Formación de una línea de base científica para el manejo integrado de la
subcuenca específica Támbula- Picachos en San Miguel de Allende (FLBC-SMA). 26
I.5. Unidad base de estudio 28
I.5.1 Características generales del área de estudio 28
I.5.1.1 Zonas funcionales 30
I.6. Literatura citada 32
VIII
CAPITULO II: ANÁLISIS DE LA DINÁMICA ESPACIO- TEMPORAL DEL CAMBIO DE LA COBERTURA VEGETAL Y USO DEL SUELO EN LA SUBCUENCA TÁMBULA-PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO 39
Resumen 39
II.1 Introducción 39
II.2 Área de estudio 41
II.2.1. Caracterización biofísica 41
II.2.1. Caracterización socioeconómica 41
II.3 Metodología 44
II.3.1 Generación de cartografía de cobertura vegetal y uso del suelo 44
II.3.2 Análisis del cambio de uso del suelo 46
II.3.3 Generación del escenario tendencial 2020 49
II.4 Resultados y discusión 50
II.4.1 Dinámica de cambio de uso de suelo 50
II.4.2 Matriz de transición y tasas de cambio 53
II.4.3 Procesos de cambio de uso del suelo 59
II.4.3.1 Factores socioeconómicos relacionados al cambio de uso del suelo de la
Subcuenca 60
II.4.4 Escenario tendencial 2020 70
II.4.5 Riesgo de deforestación (fragilidad de la vegetación). 73
II.5 Conclusiones 76
II.6 Literatura citada 77
CAPITULO III: EVALUACIÓN DE LA DEGRADACIÓN DEL SUELO DE LA SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO 80
Resumen 80
III.1 Introducción 80
II.2 Área de estudio 83
III.2.1 Fisiografía 83
III.2.2 Geología 83
III.2.3 Edafológica 85
III.3 Metodología 86
III.3.1 Delimitación de unidades de relieve 86
III.3.2 Trabajo de campo 87
III.3.2.1 Indicadores de pérdida de suelo 88
III.3.2.2 Compactación- densidad aparente 91
III.4. Resultados 92
III.4.1 Caracterización y zonificación de las unidades de relieve 92
II.4.2 Evaluación de la degradación del suelo por erosión 96
III.4.3 Densidad aparente: Compactación 110
III.4.4 Factores causales de la degradación del suelo de la Subcuenca 115
III.5 Conclusiones 119
III.6 Literatura citada 121
IX
CAPITULO IV:COMPORTAMIENTO HIDROLÓGICO DE LA SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO 124
Resumen 124
IV.1 Introducción 124
IV.2 Área de estudio 126
IV.2.1 Clima 126
IV.2.2 Hidrología 127
IV.3 Metodología 128
IV.3.1 Balance hídrico 128
IV.3.2 Cálculo de los componentes del balance hídrico 128
IV.3.2.1 Precipitación 128
IV.3.2.2 Evapotranspiración potencial 129
IV.3.2.3 Escurrimiento superficial 130
IV.3.2.4 Contenido de humedad del suelo 132
IV.3.2.3.1 Capacidad de almacenamiento potencial de la humedad del suelo 132
IV.3.2.3.2 Almacenamiento real de la humedad del suelo 134
IV.3.2.5 Evapotranspiración real 134
IV.3.2.6 Infiltración 134
IV.3.3 Balance hídrico anual 136
IV.4 Resultados 137
IV.4.1 Parámetros meteorológicos 137
IV.4.2 Análisis del cambio de los componentes del balance hídrico anual 139
IV.4.2.1 Escurrimiento superficial medio anual 141
IV.4.2.2 Precipitación media anual 142
IV.4.2.3 Evapotranspiración real media anual 143
IV.4.2. Infiltración media anual 144
IV.4.2 Análisis del balance hídrico por formas del relieve 145
IV.5 Conclusiones 149
IV.6 Literatura citada 150
CAPÍTULO V:PRIORIZACIÓN DE ÁREAS PARA RECUPERAR LA FUNCIÓN HIDROLÓGICA DE LA SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO. 152
Resumen 152
V.1. Introducción 152
V.2. Metodología 154
V.2.1 Priorización de áreas 154
V.2.1.1 Criterios de priorización 154
a) Comportamiento hidrológico de la Subcuenca 154
b) Erosión hídrica, encostramiento y su efecto en la infiltración. 155
c) Compactación 156
d) Riesgo de deforestación. 157
V.2.1.2 Análisis multicriterio espacial 157
V.2.2 Validación de las áreas prioritarias 159
X
V.3 Resultados y discusión 161
V.3.1 Priorización de áreas 161
V.3.2 Validación de las áreas 168
V.3.3 Caracterización de las áreas prioritarias para recuperar la función hidrológica
(infiltración) en la Subcuenca 172
V.3.3.1 Área prioritaria Alcocer- Sosnabar 172
V.3.3.2 Área prioritaria Puerto de Nieto 179
V.3.3.3 Área prioritaria San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabras 184
V.3.3.4 Área prioritaria Támbula- Santas Marías 189
V.3.4 Importancia de la validación de las áreas en el contexto de este estudio 193
V.4 Conclusiones y recomendaciones 194
V.5 Literatura citada 198
ANEXOS 202
A.1 Hoja de evaluación de campo de la degradación del suelo 203
A.2. Mapas topográficos de la subcuenca 204
A.3. Resultados del muestreo de suelos 205
A.4 Mapas de precipitación mensual 206
A.5 Mapas de temperatura mensual 207
A.6 Mapas de escurrimiento medio anual 208
A.7 Mapas de precipitación efectiva media anual 209
A.8 Mapas de evapotranspiración media anual 210
A.9 Mapas de infiltración media anual 211
A.10 Formato de entrevista para la validación de áreas prioritarias 212
XI
Índice de cuadros
Cuadro Página
Cuadro 1. Impactos de la degradación de la tierra a escala local y regional 17
Cuadro 2. Efectos de las actividades humanas realizadas en una cuenca
hidrográfica sobre los recursos hídricos. 18
Cuadro 3. Superficie territorial de cada microcuenca 29
Cuadro 4. Dinámica de cambio de uso del suelo y la vegetación en
superficie (ha) y porcentaje (%) para los años 1993,2003 y 2008 52
Cuadro 5. Matriz de transición 1993-2008 para la Subcuenca Támbula- Picachos. 54
Cuadro 6. Tasas de cambio de uso de suelo. Periodo 1993-2003 y 2003- 2008 55
Cuadro 7. Principales transiciones entre tipos de vegetación y usos del suelo entre
1993-2008. 58
Cuadro 8. Clasificación de las pendientes 92
Cuadro 9. Clasificación del grado de afectación del proceso erosivo 96
Cuadro 10. Unidades de relieve, sus características generales y signos de
degradación del suelo. 97
Cuadro 11. Valores de Densidad aparente y grado de compactación de acuerdo
al tipo de textura 110
Cuadro 12. Muestreo de Densidad aparente. 111
Cuadro 13. Tipos climáticos presentes en la Subcuenca Támbula- Picachos 126
Cuadro 14. Clasificación de los suelos de acuerdo a su textura, en grupos
hidrológicos 131
Cuadro 15. Valores de K según cubierta vegetal y textura del suelo 131
Cuadro 16. Capacidad de retención de agua (CRA) en el suelo de acuerdo a la
cobertura y la textura 133
Cuadro 17. Coeficientes de infiltración en función a la pendiente del terreno 135
Cuadro 18. Estaciones meteorológicas consideradas para el análisis de
Balance hídrico distribuido 137
XII
Cuadro 19. Balance hídrico anual de la Subcuenca Támbula Picachos, con
parámetros para los años 1993 y 2008. 140
Cuadro 20. Cambio de la superficie del escurrimiento medio anual en la
subcuenca 141
Cuadro 21. Cambio en la precipitación efectiva 142
Cuadro 22. Cambio en la evapotranspiración real media 143
Cuadro 23. Cambio en la infiltración media 144
Cuadro 24. Superficie en % de la aptitud hídrica de cada geoforma 146
Cuadro 25. Reducción porcentual de la infiltración en suelos con diferente
grado de afectación del proceso erosivo 156
Cuadro 26. Reducción porcentual de la infiltración de acuerdo al grado de
compactación 156
Cuadro 27. Escala de importancias relativas (Saaty, 1980). 158
Cuadro 28. Matriz de comparación pareada para determinar el valor de
importancia de los criterios para proveer el SE de infiltración y
control de la erosión hídrica 158
Cuadro 29. Proceso para determinar los pesos de los criterios 159
Cuadro 30. Priorización de las unidades de paisaje 163
XIII
Índice de figuras
Figura Página
Figura 1. Ciclo del agua y sus fases. 11
Figura 2. Esquematización del deterioro de los recursos naturales
(Adaptado de Ortiz, 1994). 16
Figura 3. Delimitación de la Subcuenca a partir de un modelo de terreno 28
Figura 4. Localización de la subcuenca con respecto a la Cuenca del Río
Laja y al Estado de Guanajuato. 29
Figura 5. Zonas funcionales de la Subcuenca 31
Figura 6. Mapas de uso de suelo y vegetación de la subcuenca Támbula-
Picachos, fechas 1993,2003 y 2008 47
Figura 7. Distribución espacial de los cambios de uso del suelo y la cobertura
vegetal entre el periodo 1993-2008 51
Figura 8. Tasas de cambio para las formaciones que pierden y ganan
superficie. Comparación entre los periodos 1993-2003 y 2003- 2008 56
Figura 9. Representación espacial de los principales procesos de cambio de
uso del suelo y la vegetación en la Subcuenca, 1993-2008 62
Figura 10. Modelo de cambio 63
Figura 11. Mapa de uso del suelo y vegetación de la Subcuenca Támbula-
Picachos, en una proyección al año 2020 71
Figura 12. Cambio de uso del suelo y la vegetación de la Subcuenca Támbula-
Picachos para los años 1993-2003-2008-2020. Los valores representan
el porcentaje superficial de cada categoría. 72
Figura 13. Riesgo de deforestación en la Subcuenca Támbula- Picachos 74
Figura 14. Mapa litológico de la subcuenca (Cartas geológicas COREMI, 2002) 84
Figura 15. Indicadores de tipos de erosión. Elaboración propia. 90
Figura 16. Toma de muestras para determinar la densidad aparente del suelo 91
Figura 17. Unidades de relieve de la Subcuenca Támbula- Picachos 95
Figura 18. Grado de afectación de los procesos erosivos en la Subcuenca
Támbula- Picachos 107
Figura 19. Microrelieve y erosión difusa 108
Figura 20. Pasillos de flujo 108
Figura 21. Suelo desnudo 108
XIV
Figura 22. Terracetas 108
Figura 23. Pedestal 108
Figura 24. Raíces expuestas 109
Figura 25. Surcos 109
Figura 26. Cárcavas 109
Figura 27. Remoción en masa. Izq. De flujo lento. Der.
Deslizamiento reciente. 109
Figura 28. Grado de compactación de acuerdo a valores de densidad
aparente en la Subcuenca Támbula- Picachos 114
Figura 29. Correlación de área: a) Compactación- erosión; b) Erosión-
uso del suelo; c) erosión- deforestación; d) erosión- tenencia 116
Figura 30. Correlación de áreas: a) Compactación- uso del suelo;
b) compactación- deforestación; c) compactación- tenencia 117
Figura 31. Climogramas 138
Figura 32. Distribución de las superficies por clase de escurrimiento 141
Figura 33. Distribución de las superficies por clase de precipitación efectiva 142
Figura 34. Distribución de las superficies por clase de evapotranspiración
real 143
Figura 35. Distribución de las superficies por clase de infiltración 144
Figura 36. Componentes del balance hídrico por unidad de relieve 148
Figura 37. Priorización de áreas de la Subcuenca Támbula- Picachos 165
Figura 38. Áreas prioritarias de la Subcuenca Támbula- Picachos.
1) Alcocer- Sosnabar; 2) Puerto de Nieto; 3) San Marcos
Begoña- Don Juan Xido Cabra; 4) Támbula- Santas Marías 167
Figura 39. Explicación de conceptos y objetivos del proyecto 170
Figura 40. Entrevistas realizadas a algunos actores locales de las áreas
prioritarias de la Subcuenca 171
Figura 41. Porcentajes superficiales de las categorías de uso del suelo y
vegetación del área prioritaria Alcocer Sosnabar. 172
Figura 42. Zonificación del área prioritaria Alcocer- Sosnabar 178
Figura 43. Porcentajes superficiales de las categorías de uso del suelo y
vegetación en el área prioritaria Puerto de Nieto 179
Figura 44. Zonificación del área prioritaria Puerto de Nieto 183
Figura 45. Porcentaje superficial de las categorías de uso del suelo y
vegetación del área prioritaria San Marcos Begoña- Don Juan
Xido Cabras 184
XV
Figura 46. Zonificación del área prioritaria San Marcos Begoña- Don
Juan Xido Cabras 188
Figura 46. Porcentaje superficial de las categorías de uso del suelo y
vegetación del área prioritaria Támbula- Santas Marías 189
Figura 48. Zonificación del área prioritaria Támbula- Santas Marías 192
Figura 46. Hipsometría de la Subcuenca, derivada del modelo digital de
elevación 204
Figura 47. Clasificación de la pendiente (en grados °) 204
Figura 48. Valores interpolados de precipitación mensual en la cuenca 206
Figura 49. Valores interpolados de temperatura mensual en la cuenca 207
Figura 53. Escurrimiento superficial medio anual de la Subcuenca
Támbula- Picachos a)1993 y b) 2008 208
Figura 54. Precipitación efectiva media anual de la subcuenca
Támbula- Picachos a) 1993 y b) 2008 209
Figura 55. Evapotranspiración real media de la Subcuenca Támbula- Picachos
a) 1993 y b)2008 210
Figura 56. Recarga natural media de la Subcuenca Támbula- Picachos
a) 1993 y b) 2008 211
1
CAPÍTULO I
I.1INTRODUCCIÓN GENERAL
El agua es un elemento esencial para la vida y un recurso fundamental para
el desarrollo y el bienestar de las sociedades humanas. (Andrade y Navarrete,
2004).
Actualmente, el recurso hídrico se encuentra bajo presión creciente debido
al aumento de la población, de las actividades económicas y de los estándares de
vida (Toledo, 2006). Los esquemas de utilización del agua, han derivado en una
crisis y en conflictos crecientes: escasez, agotamiento de acuíferos, sequías,
inundaciones, deslaves, erosión hídrica, azolvamiento, salinización, hundimientos
diferenciales, contaminación de suelos y cuerpos de agua, degradación de
hábitats, entre otros; lo que aunado a conflictos sociales, son condiciones que
amenazan la salud humana y de los ecosistemas y que comprometen la
continuidad de la mayor parte de los procesos productivos (Carabias y Landa,
2005).
El agua es un activo natural que debe conservarse para garantizar que los
servicios que provee, se mantengan. Este principio reconoce al recurso hídrico
como un elemento articulador requerido para varios propósitos, funciones y
servicios; por lo tanto, su gestión debe ser holística y debe involucrar en el
proceso la demanda del recurso y las amenazas a las que está expuesto (CEPAL,
1994).
La capacidad articuladora del agua se viabiliza en las cuencas
hidrográficas, que representan la unidad territorial adecuada para la gestión
integrada de los recursos hídricos. Ello es así porque las cuencas son las
principales formas terrestres dentro del ciclo hidrológico, que captan y concentran
la oferta del agua que proviene de las precipitaciones. Pero además el agua
genera un alto grado de interrelación e interdependencia entre los usos y usuarios
de la cuenca, siendo un eje integrador entre los componentes de la misma
(Dourojeanni y Jouralev, 2002). Por ello, es en el ámbito de una cuenca donde
2
esencialmente se puede pensar de manera integrada los problemas que ocurren
en un espacio (la cuenca), en un tiempo dado (Cotler, 2004a).
En México, es en años recientes que se ha considerado dentro de la
política pública nacional, la problemática del agua y la degradación de los
ecosistemas, bajo un enfoque de manejo integrado de cuencas. Este enfoque
consiste en conservar y aprovechar los recursos de una cuenca, en función de las
necesidades y el desarrollo del ser humano; lo cual será sustentable, sólo en la
medida que se actúe de forma armónica con el entorno (Casillas, 2004; Cruz,
2003).
Distintas instituciones del Estado, instituciones académicas y
organizaciones de la sociedad civil, han realizado esfuerzos para evaluar la
condición de las cuencas del país, buscando identificar estrategias de manejo
para mantener el estado de sus recursos naturales, así como los flujos de sus
bienes y servicios y sus procesos ecológicos subyacentes. Ello con la finalidad de
generar instrumentos de gestión y planificación adecuados a fin de fijar metas
sociales y económicas que conlleven a un desarrollo sustentable (Cruz, 2003).
Dentro de este contexto, la Universidad Autónoma de Querétaro, por medio
de la Maestría en Gestión Integrada de Cuencas, participa en distintos proyectos
de manejo y gestión de cuencas, dentro de los que se encuentra la conformación
de una línea de base científica para el manejo integrado de la subcuenca
Támbula- Picachos, en San Miguel de Allende, Guanajuato, del cual formará parte
el presente estudio (UAQ, 2009).
I.1.1PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La larga y compleja historia de ocupación y apropiación de los recursos
naturales, ha conducido a un importante grado de desarrollo en algunas cuencas
del país, pero también ha suscitado un alto costo ambiental y un severo deterioro
de los ecosistemas, pérdida de servicios ambientales, así como el incremento de
la vulnerabilidad de las cuencas (Cotler et al., 2006). Esta es una razón
fundamental para priorizar las metas y principalmente, las áreas de intervención
3
dentro de una cuenca hidrográfica, en donde el objetivo es identificar y ubicar tales
áreas críticas para asegurar el mantenimiento de sus beneficios (EPA,2008).
La alteración de los ecosistemas de las cuencas por la acción del hombre,
ha provocado cambios en la regulación de los flujos hídricos y el almacenamiento
y calidad de agua tanto en la superficie como en los mantos freáticos (Tenhunen
et al., 1999; MEA, 2005). Por ello, la evaluación del impacto de las prácticas del
uso del suelo en el régimen hidrológico de una cuenca, proporciona bases para la
identificación de áreas críticas de intervención para mantener y alcanzar un mejor
manejo de sus recursos (UE, 2000; Mendoza et al., 2002).
En la subcuenca Támbula- Picachos, dada a su localización geográfica en
el Bajío Mexicano, imperan características semiáridas en donde el agua es un
recurso prioritario. La zona presenta una alta vulnerabilidad a sequías por lo que el
agua escasea durante esta época y en temporada de lluvias ocurren descargas
de lodo e inundaciones (Amador,2009).
De acuerdo a los Planes Rectores de Producción y Conservación, que se
efectuaron en las nueve microcuencas que integran la Subcuenca, dentro de las
problemáticas detectadas por los pobladores se manifestó de manera
generalizada la escasez de agua, y la creciente dificultad de disponer del recurso
a través de su extracción de pozos (UAQ, 2009). Ello se debe al aumento del
índice de agotamiento del acuífero San Miguel de Allende (La Independencia), el
cual abastece de agua a la población y a las actividades productivas de las
localidades asentadas en la Subcuenca (ESF,2006). Asimismo, otro problema
identificado fue el alto grado de azolve que presentan las represas y bordos,
derivado de los procesos de erosión y sedimentación que están ocurriendo en la
zona (UAQ, 2009).
En la actualidad existe una fuerte presión sobre los recursos naturales de
las áreas periféricas a la zona urbana de San Miguel de Allende, derivado del
acelerado crecimiento de la ciudad y de las prácticas de manejo utilizadas en las
actividades productivas (UAQ, 2009). Los estudios que se han llevado a cabo, por
la Universidad del Estado de Querétaro, a través de la línea de base científica
4
formada para el manejo integrado de esta Subcuenca, sugieren la influencia que
han tenido las formas de ocupación del territorio y el uso del mismo, en la
alteración de la estructura y función del sistema. Sin embargo, hasta el momento,
no existe ningún estudio que indique las implicaciones hidrológicas directas que ha
tenido el cambio del uso del suelo y la cobertura vegetal en la disponibilidad y
calidad del agua de la Subcuenca. Asimismo, no se han identificado áreas
puntuales que resultan prioritarias para realizar proyectos de intervención, con la
finalidad de mantener la funcionalidad hidrológica del sistema.
Ante esta problemática, el presente estudio espera contribuir en el proceso
de manejo adaptativo que se está llevando en la Subcuenca Támbula- Picachos, a
través de la generación de una propuesta que derive en un instrumento de apoyo
a la toma de decisiones para establecer acciones y estrategias, que permitan
garantizar la conservación de los recursos naturales y del servicio hidrológico de
la Subcuenca, paralelamente con el desarrollo y bienestar de su población.
Para ello se plantea un proceso adaptativo dentro del enfoque de manejo y
gestión integrada de cuencas, considerando los siguientes objetivos.
5
I.2 OBJETIVOS
I.2.1. OBJETIVO GENERAL
Realizar una prospección general del estado hidrológico de la subcuenca
Támbula- Picachos, a fin de identificar las áreas prioritarias para recuperar1 su
función hidrológica.
I.2.2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS
1. Analizar la dinámica espacio- temporal del uso del suelo y la cobertura
vegetal de la Subcuenca, para las fechas 1993,2003 y 2008 y generar una
proyección para el año 2020.
2. Evaluar el estado de degradación del suelo por erosión hídrica y por
compactación.
3. Analizar el comportamiento hidrológico de la Subcuenca, a partir de la
construcción de modelos espacialmente distribuidos de balance hídrico para dos
tiempos (1993, 2008).
4. Generar una priorización de áreas cuya intervención permita recuperar la
función hidrológica de la Subcuenca, particularmente de los servicios
ecosistémicos hídricos de provisión y regulación.
5. Validar las áreas determinadas por los actores locales
1 El término recuperación, en este contexto, hace referencia a la implementación de acciones para mejorar,
en algún grado, el estado degradado de un proceso o sistema de interés (Sarmiento et al., 2000).
6
I.3. ESTRUCTURA DEL TRABAJO
Para su desarrollo, el presente trabajo consta de cinco capítulos. El primer
capítulo es introductorio, y en este se presenta el planteamiento y los objetivos
generales y particulares que persigue el estudio. Así mismo, se incluye un
apartado correspondiente a la revisión de literatura, el cual comprende: un marco
conceptual, en el que se describen aquellos conceptos básicos para el
seguimiento del proyecto; y un marco de referencia, en el que se consideran los
estudios antecedentes que son relevantes para este trabajo. También se presenta
una caracterización general del área de estudio.
El capítulo dos corresponde al análisis de la dinámica espacio-temporal del
uso del suelo y la vegetación en la subcuenca, considerando las fechas 1993,
2003 y 2008. También se presenta un escenario tendencial proyectado al 2020, y
un análisis del riesgo de deforestación en la zona.
En el capítulo tres, se evalúa la degradación del suelo de la Subcuenca por
procesos erosivos y por compactación; determinando el estado actual de estos
procesos y sus posibles causas y efectos. Posteriormente, se presenta el análisis
del comportamiento hidrológico de la Subcuenca, a través de un modelo de
balance hídrico espacialmente distribuido para dos tiempos (1993, 2008), en el
que se consideraron las implicaciones que el cambio de uso del suelo y la
cobertura vegetal en la respuesta hidrológica de la subcuenca; proceso que se
desarrolla en el capítulo cuatro.
En el capítulo cinco, se presenta la propuesta de priorización de áreas para
mantener y/o recuperar la función hidrológica de la subcuenca, generada a partir
de la definición de criterios derivados de los análisis previos a este capítulo, y
finalmente la validación de esta propuesta por los actores locales de la subcuenca.
7
-Generación de la cartografía de uso del suelo y la vegetación
para las fechas 1993,2003 y 2008
- Evaluación multitemporal del cambio de uso de suelo.
- Generación de un mapa tendencial de uso de suelo y vegetación
proyectado para el año 2020.
- Determinación del riesgo de deforestación.
- Determinación de las variables climatológicas a partir de
estaciones (precipitación, temperatura, evaporación).
- Cálculo de los componentes del Balance hídrico para 1993 y
2008. Análisis y comparación de los cambios.
- Análisis de los componentes del balance hídrico a nivel de
unidades morfoedafológicas.
- Caracterización hidrológica de la subcuenca
Estructura del trabajo
C1. Planteamiento
general del estudio
- Planteamiento del problema
- Objetivos: generales y particulares
- Revisión de literatura: marco conceptual y marco de referencia.
- Caracterización biofísica y socioeconómica de la Subcuenca.
- Recopilación de bases de datos, cartografía, imágenes
satelitales y ortofotos.
C2. Análisis de la
dinámica espacio-
temporal del USV
C4. Análisis del
comportamiento
hidrológico
- Generación de cobertura de calidad ecológica.
- Áreas más importantes para infiltración y recarga natural
- Generación del análisis multicriterio.
- Propuesta de áreas prioritarias para mantener y/o recuperar la
función hidrológica de la subcuenca.
- Validación de la propuesta por medio de entrevistas con actores
clave de la Subcuenca.
C5. Propuesta y
validación de áreas
prioritarias
C3. Evaluación de
la degradación del
suelo
- Determinación de unidades morfoedafológicas
- Evaluación del grado de afectación del proceso erosivo.
-Evaluación de la compactación del suelo con base en la
densidad aparente.
- Evaluación de la calidad ambiental de la subcuenca.
8
I.4. REVISIÓN DE LITERATURA
I.4.1 MARCO CONCEPTUAL
I.4.1.1 El agua y las cuencas hidrográficas
El agua es un recurso esencial para el bienestar ambiental y social, y es un
bien básico motriz del crecimiento económico (UNESCO, 2009). La gestión
integrada de los recursos hídricos es viable, sólo si se consideran en el proceso
los intereses y las necesidades de las poblaciones humanas, con las condiciones
y la dinámica propia del entorno donde dichas poblaciones habitan, representado
por las cuencas hidrográficas (Dourojeanni, 1991).
Se define a una cuenca hidrográfica 2 como un espacio geográfico natural
delimitado por los parteaguas de las montañas, y que contiene a los
escurrimientos superficiales de agua, conduciéndolos hacia un punto de
acumulación terminal o de salida (Cruz,2003). La cuenca, es el lugar en donde el
hombre interactúa con el medio ambiente; y es bajo este enfoque, en el que se
pueden entender las interrelaciones entre los componentes físicos y bióticos que
le conforman, así como la identidad cultural y socioeconómica originada por la
forma en que la población accede y se apropia de sus recursos naturales (Cotler,
2004a).
De acuerdo a sus funciones hidrológicas, una cuenca puede dividirse en
tres zonas funcionales, las cuales presentan distintas características estructurales
y un grado de fragilidad diferente (Cotler y Priego, 2004; Sotelo, et al., 2005):
1. La zona de cabecera, o la parte alta de la cuenca; representa una zona
de vital importancia para el funcionamiento de toda la cuenca, pues los procesos y
acciones que se desarrollan en esta parte, invariablemente tendrán repercusiones
en las partes bajas; de aquí que su fragilidad sea elevada. En la zona de cabecera
se garantiza la captación inicial del agua, en donde la cubierta vegetal presente,
actúa como reguladora de la cantidad y temporalidad del flujo del agua,
2 El término "cuenca hidrográfica" se refiere a la superficie terrestre de captación y a sus aguas superficiales,
mientras que el término "cuenca hidrológica" considera la superficie de captación y a las aguas subterráneas.
9
protegiendo a los suelos de la erosión hídrica y consecuentemente de la
sedimentación y degradación de ríos, así como la pérdida de fertilidad de las
laderas.
2. La zona de captación- transporte, o parte media de la cuenca; es la
porción en la que se capta la mayor parte del agua que entra al sistema, así como
se transporta agua, materiales, sedimentos y nutrientes provenientes de la
cabecera. Se caracteriza por ser la zona de amortiguamiento entre la parte alta y
baja de la cuenca, en donde ocurren mayormente las actividades productivas.
3. La zona de emisión o parte baja de la cuenca; es la zona de recepción de
los cursos de agua, que se encuentran en su estado más caudaloso y dado al
relieve, con menor energía. Esta zona recibe todos los impactos de las acciones
realizadas en las otras partes de la cuenca.
La cuenca hidrográfica, es por lo tanto, el marco conceptual y espacial
adecuado para la planeación y la gestión integral de los recursos naturales
(Dourojeanni, 1991).
I.4.1.2 El manejo y la gestión integrada de cuencas
La planeación y la gestión en el contexto de una cuenca, posibilitan una
visión global y sistémica del territorio, en el cual se pueden determinar las
principales acciones dirigidas al control de las externalidades negativas, mediante
la participación organizada e informada de la población (Cotler y Caire, 2009).
Bajo el enfoque de una cuenca hidrográfica, las acciones de manejo
estarán a orientadas al aprovechamiento adecuado de los recursos naturales con
fines productivos, a la conservación de los ecosistemas y al control y prevención
de los procesos de degradación ambiental. El objetivo de este manejo repercutirá
en la integralidad ecológica de la cuenca y en la presencia de ecosistemas
saludables capaces de proveer bienes y servicios ambientales que mejoren la
calidad de vida de los habitantes.
La gestión integrada de cuencas, es el proceso que promueve la gestión y
desarrollo coordinado del agua, la tierra, y los recursos relacionados con éstos y el
10
ambiente, con el fin de maximizar el bienestar social y económico equitativamente
sin comprometer la sustentabilidad de los ecosistemas vitales. Para ello, se
sustenta en un conjunto de principios, políticas, instrumentos, normas,
atribuciones y responsabilidades, en donde los actores sociales involucrados
(tanto internos como externos) buscan coordinarse para promover y lograr un
desarrollo sustentable (Dourojeanni,1991).
La planeación y ejecución de las acciones bajo un manejo integral de
cuencas dependen del tamaño de la cuenca y de su jerarquía en el sistema
hidrográfico (Davenport, 2003). Esto conlleva a ligar los problemas con el nivel
jerárquico de cuenca adecuado, tanto para su planeación como para su gestión.
Es decir, que toda intervención local debe considerarse en el contexto de la
situación general de la cuenca en donde se debe elaborar una metodología que
considere varios niveles: cuenca, subcuenca, microcuenca, y unidad de
escurrimiento (FAO,2007).
El manejo integral de una cuenca tiene como fin último la conservación y/o
restauración del ciclo hidrológico natural de la cuenca, atendiendo durante el
proceso, a objetivos intermedios como al conservación y restauración de otros
recursos naturales, la reconversión productiva y formas más eficientes de
aprovechamiento, y en general, el control de externalidades negativas que
impactan la funcionalidad y el equilibrio ecológico de la cuenca.
1.4.1.3 El ciclo hidrológico
Se denomina ciclo hidrológico al movimiento continuo y cíclico del agua en
el planeta, y que se define como: "la sucesión de etapas que atraviesa el agua al
pasar de la atmósfera a la tierra y viceversa". Las fases del ciclo hidrológico son:
1) evaporación desde el suelo, mar o aguas continentales y la transpiración
vegetal; 2) condensación de nubes; 3) precipitación; 4) acumulación en el suelo o
masas de agua (formación de escurrimientos e infiltración al suelo) y 5)
evapotranspiración (inicio del ciclo)" (Campos- Aranda, 1998).
11
Figura 1. Ciclo del agua y sus fases.
El ciclo involucra un proceso de transporte recirculatorio e indefinido o
permanente. Este movimiento se debe fundamentalmente a dos causas: 1) el sol,
que proporciona la energía para la evaporación; y 2) la gravedad terrestre, que
hace que el agua condensada descienda (precipitación y escurrimiento) (Maderey
y Jiménez, 2005).
Así, el ciclo del agua es uno de los procesos naturales que condiciona la
existencia de los diferentes ecosistemas y formas de vida, ya que de este
dependen los demás ciclos biogeoquímicos que mantienen el flujo de materia y
energía en el planeta (Daily, 1997).
A pesar de que en la naturaleza existe un determinado equilibrio en el
sistema de transferencias hídricas, en donde la cantidad de agua total sobre la
tierra se ha mantenido prácticamente constante, al menos durante los últimos
tiempos geológicos (Ward y Trimble, 2004); existen diversos factores que influyen
de manera directa o indirecta en el ciclo hidrológico, tales como: la topografía, el
clima, los suelos, la cobertura vegetal, la incidencia solar, entre otros. Estos
factores varían complejamente en tres dimensiones: latitud, longitud y altitud
(Maderey y Jiménez, 2005).
12
Aunado a lo anterior, las actividades humanas pueden intervenir en
cualquiera de las fases del ciclo hidrológico. Por ejemplo, artificialmente el hombre
puede estimular precipitación, reducir la evaporación, provocar cambios en la
cobertura vegetal, en las tasas de infiltración, en el movimiento superficial del
agua, extraer agua subterránea, construir presas y embalses, regular los ríos y
cursos de agua, drenar áreas, irrigar otras, etc. (Jiménez, 1994).
El enfoque de cuencas, permite cuantificar y evaluar los efectos de las
diferentes actividades del hombre sobre los recursos hídricos. Esta evaluación
requiere de una estimación correcta del balance hidrológico, es decir, la
comprensión del ciclo en sus diferentes fases, la forma en la que el agua se recibe
por precipitación y se reparte entre el proceso de evapotranspiración, escorrentía
e infiltración; así como la interrelación entre estos procesos con los componentes
que afectan el sistema de la cuenca (Pladeyra, 2003).
I.4.1.4 Balance hídrico
El balance hidrológico es un planteamiento que indica el equilibrio entre los
recursos hídricos que entran y salen de una cuenca en un intervalo de tiempo
determinado (Chow, et al., 1994).
En general, el principio considera que en una cuenca cerrada, el principal
aporte de agua, proviene de la precipitación (P = Precipitación). Una parte del
agua que entra, vuelve a la atmósfera ya sea por evaporación directa o por
transpiración de la vegetación (ETR = Evapotraspiración); otra parte, escurre por
la superficie (Q= escurrimiento superficial) confluyendo a través de la red de
drenaje hasta alcanzar los cauces principales y finalmente un punto de salida de la
cuenca; y el resto se infiltra en el terreno y parte se incorpora al sistema de aguas
subterráneas o acuífero (R= recarga de acuífero).
El modelo de balance hídrico se basa en los cálculos de balance realizados
por Thorthwaite y Matter (1957), o variantes de los mismos (Palmer, 1965;
Thomas, 1981) y es un método que permite calcular un registro continuo de la
humedad del suelo, la evapotranspiración actual y la infiltración a partir de
13
registros meteorológicos limitados y observaciones de vegetación y suelos (Dunne
y Leopold, 1978).
Estas magnitudes deben cumplir la siguiente ecuación, que se conoce con
el nombre de balance hídrico, la cual obedece a la ley de la conservación de la
masa (Brooks et al., 1992; Chow et al., 1994; Dunne y Leopold, 1978).
I= P-ETR- Q
Infiltración(Recarga natural)= Precipitación- Evapotranspiración-
Escurrimiento superficial
Cada uno de estos parámetros, se encuentra afectado por diversos factores
tanto naturales como antrópicos (Pladeyra, 2003). Así, para la precipitación, el
factor que afecta su cantidad y distribución es el clima; siendo un parámetro
sumamente variable. La evapotranspiración es el proceso mediante el cual el agua
cambia de la fase líquida a gaseosa; lo cual ocurre desde los cuerpos de agua, el
suelo saturado y las plantas. La evapotranspiración depende del clima (radiación
solar), del tipo de suelo (humedad) y de la cubierta vegetal. La recarga del
acuífero es un proceso que depende de la cantidad de agua disponible (derivado
de los procesos anteriores) que se infiltra al suelo o que proviene de los cuerpos
de agua superficiales. Cabe señalar que no toda el agua infiltrada abastece al
acuífero, parte eventualmente regresa a la superficie incorporándose en alguna
corriente o cuerpo de agua, lo que se conoce como flujo base. Finalmente, la
escorrentía superficial se forma cuando el suelo está saturado y el agua escurre
por efecto de la gravedad. Este proceso está ligado a la topografía, el tipo y uso
del suelo, la vegetación, y la cantidad de lluvia (Chow, et al., 1994).
Aunque la ecuación del balance hídrico es una expresión muy simple, la
cuantificación de sus términos es normalmente complicada, principalmente por la
escasez o inexistencia de datos hidro- meteorológicos y por la variación espacial
de la evapotranspiración, de las pérdidas en aguas profundas (en acuíferos) y de
las variaciones del agua almacenada en un cuenca (Llorens, 2003).
Lo anterior motiva la necesidad de aplicar métodos indirectos,
representados por modelos hidrológicos, que permitan obtener estimaciones con
14
relativamente poca información de partida, bajos costos y en corto plazo
(Mendoza, et al., 2002).
Los modelos distribuidos, son herramientas hidrológicas que consideran la
variabilidad espacial, tanto de las variables como de los parámetros implicados. En
estos se divide a la cuenca en pequeñas unidades regulares (que pueden estar
representadas por un píxel o por las denominadas unidades de respuesta
hidrológica, asignando a cada una de ellas sus propias características, y dentro de
las cuales se simulan los procesos. Estas unidades pueden ser delimitadas
tomando un enfoque paisajístico.
Hoy en día, el uso de herramientas de Sistemas de Información Geográfica
y de Percepción remota, facilita el manejo y análisis del gran volumen de
información que requieren los modelos distribuidos (Singh y Frevert, 2006).
I.4.1.5 El análisis del paisaje como base para el manejo integrado de
cuencas
El paisaje puede definirse como un territorio heterogéneo en cuyos límites,
los diferentes componentes tanto en estado natural como los transformados por la
actividad humana, se encuentran en estrecha relación formando un sistema
integrado. (Muñoz, 1998; Mateo y Ortiz, 2001).
En el manejo integrado de cuencas, el enfoque paisajístico es un
acercamiento analítico que permite interpretar de manera integral y homogénea el
espacio geográfico de la cuenca, abordando su complejidad estructuro-funcional a
partir de la identificación de unidades notables llamadas unidades de paisaje
(Cotler, 2004).
Estas unidades morfológicas y estructurales que componen el paisaje,
poseen rasgos comunes de la naturaleza, derivados de la interacción de factores
geológicos, climáticos, geomorfológicos, edáfológicos, biológicos y antrópicos. Por
lo tanto tienen límites naturales y en donde los componentes físico-biológicos son
repetibles en el espacio y en el tiempo, lo que les confiere homogeneidad relativa
siendo de unas dimensiones concretas y cartografiables. (Zonneveld, 1989).
15
Además, las unidades están relacionadas desde el punto de vista funcional,
al producirse entre ellas intercambios de energía, materiales, organismos,
información, etc. Desde el punto de vista hidrológico, las unidades paisajísticas
permiten comprender los procesos críticos en el comportamiento hidrológico y la
forma en la que ocurren los movimientos y flujos de agua en una cuenca, así como
sus interacciones en el espacio y en el tiempo (Van Buuren, 1991).
Evidentemente, los cambios y el dinamismo imperante en la composición
del paisaje tienen su origen en la propia dinámica ecológica y está fuertemente
condicionada por la actividad antrópica. La sociedad es, en muchas ocasiones, la
variable ecológica dominante en la determinación de la configuración de paisaje y
en consecuencia, de las implicaciones funcionales que se generan, tanto en un
momento dado como en su evolución a lo largo del tiempo (García- Romero,
1998).
La cartografía de los paisajes permite obtener una caracterización
adecuada de las zonas funcionales de las cuencas hidrográficas (cabecera,
captación-transporte y emisión) (Cotler y Priego, 2004). Asimismo, las unidades
paisajísticas constituyen una base territorial que permite realizar evaluaciones del
impacto humano en el territorio.
I.4.1.6 El suelo, sus procesos hidrológicos y su degradación
El suelo, es la capa superficial de material mineral no consolidado que
cubre las zonas terrestres, que además de servir como medio de crecimiento para
diversos organismos, mantiene complejas interacciones con la atmósfera y los
estratos que se encuentran por debajo de él, permitiendo el mantenimiento de los
servicios ambientales de los ecosistemas e influyendo en el clima y en el ciclo
hidrológico (Doran, 1996).
Los suelos cumplen funciones hidrológicas muy importantes, al ser uno de
los principales reservorios de agua dulce, transformar las fuentes erráticas de
agua de lluvia en una suplencia continua de agua a las raíces de las plantas, y en
continuas descargas de agua a los mantos freáticos y a los torrentes y ríos. Los
procesos hidrológicos, en especial la infiltración y el flujo del agua, determinan la
16
movilización, transporte y acumulación de materiales solubles en agua y de
contaminantes de origen natural o antropogénico. Por ello, la calidad y
disponibilidad de los recursos hídricos está relacionada con las condiciones del
suelo y su degradación (FAO, 1996).
La degradación del suelo se refiere básicamente a los procesos que
reducen su capacidad actual y potencial para sostener a los ecosistemas naturales
o manejas y producir bienes y servicios (FAO, 1996). Este es un proceso de
alcance mundial que involucra factores ambientales y humanos que se relacionan
en forma sinérgica Figura 2, y en donde el mal manejo de los recursos naturales y
el contexto socio-político y económico del uso de las tierras, es la causa más
importante de su deterioro (Ortiz, 1994).
Figura 2. Esquematización del deterioro de los recursos naturales (Adaptado de Ortiz, 1994).
De manera general, se reconocen dos grandes categorías de procesos de
degradación del suelo: 1) La degradación por desplazamiento del material del
suelo (erosión hídrica y eólica); y 2) la degradación resultante de su deterioro
interno que considera en la actualidad procesos de degradación física y química
Mal manejo y sobreexplotación de
los recursos naturales
Procesos de degradación
Degradación de la tierra Alteración del ciclo
hidrológico
Deterioro del medio
natural/físico, económico
y social
17
(SEMARNAT-COLPOS, 2002). Los factores causativos de cada uno de estos
procesos pueden ser naturales (fenómenos hidrometeorológicos extremos), o
antrópicos, como las actividades agropecuarias y forestales, mineras, industriales
y de servicios que sobreexplotan los recursos terrestres: o bien una combinación
de ambos (Cotler, 2003).
Las consecuencias de estos procesos son múltiples y complejas y pueden
ocurrir a diferentes escalas espaciales:
Cuadro 1. Impactos de la degradación de la tierra a escala local y regional
Escala local Escala regional y global
- Pérdida de rendimientos
-Disminución de infiltración y retención de agua
- Disminución de la calidad del suelo
- Aumento de costos de producción
- Pérdida de materias primas (alimentos, fibras, combustibles).
-Disminución de ingresos familiares
-Abandono de tierras y migración hacia zonas urbanas
- Contaminación y escasez de recursos hídricos
-Deforestación, fragmentación, deterioro y/o secundarización de la vegetación.
- Disminución de la recarga del acuífero
- Pérdida de biodiversidad
-Incremento de sedimentos y azolve de presas, lagos, estuarios, canales de riego
- Incremento del costo de purificación dela gua
- Disminución de la vida de las presas
- Incremento del riesgo de inundaciones
- Contaminación por metales pesados y componentes orgánicos
- Emisiones de gases de efecto invernadero y cambio climático
- Migraciones
- Incremento de pobreza
- Debilitamiento de instituciones
Fuente: Modificado de Cotler et al., 2007.
La magnitud del problema edáfico se agrava en nuestro país, tanto por la
escasez de conocimientos especializados de este recurso ( particularmente los
que se refieren a sus aptitudes y vulnerabilidad) como por las fallas en la
regulación de su uso y manejo (Cotler, 2003).
I.4.1.7 Impactos del uso del suelo en el régimen hidrológico
Particularmente para el régimen hidrológico, las actividades humanas
provocan alteraciones que se reflejan en la disponibilidad y calidad de los recursos
hídricos. En el Cuadro 2 se enlistan algunas los impactos.
18
Cuadro 2. Efectos de las actividades humanas realizadas en una cuenca hidrográfica sobre los recursos hídricos.
Actividad Efecto inmediato Efecto sobre los recursos hídricos
Agricultura - Eliminación de la vegetación natural.
-Erosión del suelo, en cultivos sin medidas de conservación apropiadas de suelo.
-Aplicación de fertilizantes y plaguicidas
-Demanda de agua para riego.
- Dificulta la retención e infiltración al subsuelo. El tiempo de escorrentía de tormenta es alterado por el drenaje del terreno.
-Aumenta la presencia de sólidos suspendidos
-Incrementa la concentración de nutrientes y materia orgánica, lo que acelera los procesos de eutrificación.
-Incrementa la concentración de sustancias tóxicas que contienen los plaguicidas.
-Reduce la disponibilidad de agua para otros usos.
Ganadería -Eliminación de la vegetación natural.
-Compactación del suelo
-Depósito de heces en el suelo.
-Dificulta la retención e infiltración del agua al subsuelo.
-Contribuye a la erosión.
-Aumenta el contenido de materia orgánica y el riesgo de contaminación.
Urbanización -Incremento de las superficies cubiertas por asfalto o cementos.
-Entubamiento de ríos.
-Descarga de aguas residuales.
-Disminuye la infiltración del agua de lluvia; obstruye la recarga de mantos freáticos.
-Mezcla de aguas pluviales (limpias) con aguas residuales municipales e industriales, lo que dificulta el tratamiento y disminuye la disponibilidad y calidad.
-Aumenta la concentración de materia orgánica y contaminantes.
Generación de energía
-Construcción de presas
-Fragmentación de ríos.
-Inundación de cuencas.
-Interrumpe el cauce natural de los ríos.
-Disminuye el caudal y cambia los patrones de flujo natural en las partes bajas de la cuenca.
- Altera la calidad de agua cuenca abajo.
Petroquímica e industria.
-Contaminación por hidrocarburos y otros desechos en el suelo debido a derrames y fugas.
-Crecimiento poblacional local y migración hacia ciudades
-Descarga de aguas residuales industriales.
-Aumenta la concentración de sustancias contaminantes.
-Aumenta la demanda de agua y disminuye la calidad.
-Incrementa la generación de aguas residuales y arrastre de contaminantes.
Alteración de la cobertura vegetal
- Afecta la estructura y la función de la cuenca.
-Erosión
- Pérdida de la biodiversidad local.
- Pérdida del potencial de aprovechamiento.
- Disminuye la capacidad de intercepción e incrementa el escurrimiento superficial afectando la infiltración.
. Incremento de la erosión en laderas.
- Acidificación de suelos.
Fuente: Calder,1993.
19
A) Impactos en la disponibilidad de agua
Los ecosistemas de una cuenca, juegan un papel determinante en la
regulación de los flujos hídricos y el almacenamiento y reserva de aguas tanto en
la superficie como en los mantos freáticos. De forma que cuando estos son
perturbados o transformados por fuerzas naturales o por la acción del hombre,
ocurren modificaciones en la capacidad de infiltración y en la capacidad de
drenaje (Tenhunen et al., 1999; MEA, 2005).
La recarga de acuíferos está influenciada por la evapotranspiración y la
capacidad de infiltración del suelo. El sistema radicular de las plantas otorga
estabilidad al suelo, aumentando su porosidad, rugosidad superficial y la
permeabilidad del terreno, e incrementando su capacidad de recarga (Alcántara,
2003). En términos generales, la preservación de una cubierta vegetal natural,
sobre todo en las zonas de cabeceras de una cuenca, minimiza los efectos
erosivos y los escurrimientos; favoreciendo la recarga de aguas superficiales y
subterráneas (Bonell et al., 1993). Cabe señalar que el grado de protección de la
cobertura vegetal y su influencia en el ciclo hidrológico varía dependiendo del tipo
de vegetación, y que la presencia de vegetación no necesariamente condiciona
la infiltración, ya que este es en sí un proceso complicado donde influyen otros
factores como la precipitación, las propiedades de los materiales y uso del suelo
(Maro et al., 2001). Estudios recientes han demostrado que en el caso de algunas
especies de plantas (sobretodo arbóreas), las tasas de evapotranspiración son
muy altas, incrementándose con los cambios estacionales (sequías), por lo que
generalmente tienen raíces más profundas que en lugar de favorecer la recarga,
tienen el efecto contrario (FAO, 2007; Maro et al., 2001). Esto debe considerarse
cuando se implementan acciones de reforestación en un área (Bonell y Bruijnzeel,
2005). Cuando no existe alteración de cobertura vegetal, se mantiene la
estabilidad ecosistémica y sus procesos asociados (Tenhunen et al., 1999).
El sobrepastoreo es una actividad que puede conducir a una reducción de
la infiltración, debido a que el pisoteo de los animales causa la compactación del
suelo, disminuyendo su porosidad, lo cual influye en la cantidad del agua que
20
penetra en él. Esto tiene efecto en la humedad, temperatura y reciclaje de
nutrientes del suelo, del que dependen las plantas. Cuando las lluvias son
abundantes y hay escasa evapotranspiración, el suelo compactado se satura
rápidamente, formando escurrimientos (Carrillo, 2003). El impacto del ganado
sobre el régimen hidrológico de una cuenca, depende del tipo de ganado, del
coeficiente de agostadero, y de otros factores biofísicos (topografía, pendiente,
vegetación) y procesos (erosión), presentes en la cuenca (FAO,2002).
La construcción de caminos, carreteras y otras obras de infraestructura
(además de presas y embalses), provocan modificaciones en el flujo del agua
superficial y subterránea, que se relacionan con la construcción del cuerpo de la
carretera, la desviación temporal o permanente de caudales y la
impermeabilización de superficies. Esto, incrementa el coeficiente de escorrentía,
la posibilidad de avenidas mayores (riesgo de inundación) y reduce la tasa de
infiltración. La desviación temporal o permanente de caudales produce cambios en
el patrón natural de drenaje y en la organización de las aguas superficiales, lo que
repercute a distintos niveles, como pueden ser los procesos locales de erosión-
sedimentación, en la vegetación riparia, entre otros (Hernández, et al., 2000).
La construcción de presas y embalses tiene impactos significativos. Las
presas fragmentan la conectividad de los ecosistemas fluviales e interrumpen el
flujo y los pulsos que mantienen los hábitats riparios, los cuales renuevan las
planicies, deltas y suelos de la cuenca baja y controlan y regulan las fluctuaciones
hídricas extremas (Cotler,2004b). Los nutrientes del río quedan atrapados en la
obra, modificando las características del agua en el flujo de continuación del
embalse; se modifica el hábitat de organismos adaptados a vivir en ambientes
lóticos, y ocurren cambios microclimáticos. La magnitud de los efectos hidrológicos
varia con el régimen estacional del río y con la forma, propósito y tamaño de la
presa; de cualquier forma se modifica la dinámica del río "aguas abajo". Aunado a
lo anterior, la construcción de nuevas presas suele dar lugar a actividades
humanas a su alrededor que provocan cambios de uso de suelo y que en
consecuencia provocan otro tipo de modificaciones ecosistémicas (Carabias y
Landa, 2005).
21
La presión de los acuíferos se ha incrementado debido a la demanda de
agua; resultado del crecimiento demográfico, la urbanización, el incremento de
actividades comerciales e industriales, y de la expansión de las áreas agrícolas de
riego. Aunado a la extracción excesiva, los volúmenes de infiltración se han visto
reducidos por la pérdida de las zonas de recarga a consecuencia de los cambios
de uso del suelo (CNA,2002).
B) Impactos en la calidad del agua
La calidad del agua es un factor determinante de la salud humana y de los
ecosistemas, que restringe la oferta de agua y su distribución potencial para
diferentes usos (Carabias y Landa, 2005). Las prácticas de uso de la tierra pueden
tener impactos relevantes en la calidad de agua, teniendo efectos sobre los
procesos erosivos y cambios en la carga de sedimentos y en las concentraciones
de sales, metales y productos agroquímicos, agentes patógenos y un cambio en el
régimen térmico (FAO,2002).
En las cuencas forestadas el follaje de las plantas y la hojarasca interceptan
la lluvia, reduciendo la fuerza erosiva de las gotas de agua y su impacto sobre el
suelo (Bonell y Bruijnzeel, 2005). Las raíces y rizomas de la vegetación,
interactúan con el suelo otorgándole mayor estabilidad estructural y promoviendo
el soporte de las capas superiores, reduciendo su susceptibilidad a la erosión. En
laderas con pendientes fuertes, el efecto estabilizador neto de la cubierta vegetal,
puede prevenir la aparición de deslizamientos de tierras (Alcántara,2003). La
pérdida real del suelo, sin embargo, depende en buena medida del uso que se le
da a la tierra después de que la vegetación (principalmente arbórea) ha sido
removida. Un buen manejo de pastizales, sin una carga ganadera excesiva y en
zonas con agricultura de conservación, presentará una tasa de erosión baja,
incluso equivalente a la que tuviera el ecosistema con la vegetación original
(FAO,2007).
Por otra parte, la deforestación puede conducir a altas concentraciones de
nitratos (NO3) en el agua, debidas a la descomposición del material vegetal y a
una reducida absorción de nutrientes por la vegetación (Bonell y Bruijnzeel, 2005).
22
En las actividades agrícolas, puede haber un incremento en el aporte de
nitrógeno, fósforo y otro tipo de sustancias que son contaminantes, a las aguas
superficiales y subterráneas; resultado del uso de fertilizantes, de estiércol
procedente de la producción ganadera, de los lodos procedentes de plantas
tratadoras de aguas residuales y del uso de pesticidas (Bonell et al., 1993). Las
actividades de riego y drenaje, pueden provocar un incremento en la salinidad de
aguas superficiales, como consecuencia del lavado de sales de los suelos. Esto
constituye un especial problema en las zonas áridas, donde el agua del drenaje
subterráneo, generalmente tiene una mayor concentración de sales, mayor dureza
y una mayor tasa de absorción de sodio que el agua suministrada (Bonell y
Bruijnzeel, 2005; CNA,2002).
La producción ganadera, puede ser la fuente principal de fósforo en el agua,
donde los sedimentos cargados de fósforo, proveniente de los desechos
ganaderos, pueden contribuir a la eutrofización de los cuerpos de agua bajo
condiciones anaerobias (Bonell et al., 1993). Aunado a lo anterior, los
asentamientos humanos y las zonas comerciales e industriales, son una fuente de
contaminación de los ríos y cuerpos de agua, aportando basura y descargas de
aguas negras, así como desechos industriales, contribuyendo a la degradación de
los ecosistemas acuáticos y de su capacidad para mantener vida, debido a la
calidad del agua (Tenhunen et al., 1999; MEA, 2005).
C) Escala espacial y temporal de los impactos
Los procesos funcionales que operan en los ecosistemas se dan de manera
simultánea y anidada a diferentes escalas espaciales y temporales (Maass, 2004).
Asimismo, el grado de impacto que el uso del suelo tiene sobre el funcionamiento
hidrológico de una cuenca, también está sujeto a esta variabilidad espacial y
temporal (Hunsaker y Levine, 1995; FAO, 2002). Así por ejemplo, el impacto de la
deforestación en el régimen hidrológico de una cuenca puede observarse en unos
cuantos años, si se trata de una cuenca local (de unas cuentas hectáreas a unos
cientos de km2); pero tardarán mucho más tiempo en manifestarse, tratándose de
una cuenca regional (miles de km2) (Maass,2004).
23
Entender el factor de la escala es de gran importancia cuando se buscan
diseñar e implementar estrategias para el manejo de cuencas (Andrade y
Navarrete, 2004). La identificación de los procesos y componentes de una cuenca,
son relevantes para el control y/o mantenimiento de su integridad estructural y
funcional. Se debe considerar una escala espacial y temporal óptima
(microcuenca, subcuenca) a la cual dichas evaluaciones podrán aportar
herramientas conceptuales y metodológicas para abordar la complejidad del
sistema y sus problemas (Maass,2004).
I.4.2. MARCO DE REFERENCIA
I.4.2.1 Las Cuencas hidrográficas en México
La problemática ambiental mundial causada principalmente por la utilización
inadecuada que ha hecho el ser humano del territorio y de sus recursos naturales,
ha conducido a una crisis que pone de manifiesto la necesidad urgente de
reorientar la interacción hombre - naturaleza, como medio para garantizar su
supervivencia en el planeta (Primack et al., 2001).
Derivado de lo anterior, en México se han realizado durante la última
década una serie de esfuerzos, cuyo objetivo básico ha sido el de generar
herramientas que orienten un proceso de planificación, con alternativas para
mejorar el uso y ocupación del territorio y así estabilizar la situación económica,
social y ambiental del país, en un marco de desarrollo sostenible (Valencia et al.,
2004). A partir del Programa Nacional de Medio Ambiente y Recursos Naturales
2001- 2006 de la SEMANART, se contempló el manejo integral de los recursos
naturales bajo el enfoque de cuenca hidrográfica, como un instrumento para la
gestión ambiental, cuya visión enfatiza los objetivos de sustentabilidad para la
conservación y manejo del capital natural como una base necesaria para alcanzar
los objetivos de desarrollo humano (Casillas, 2004).
Dentro de la problemática que ha conducido la implementación de este
enfoque, se encuentra la definición no consensuada de los límites geográficos de
las cuencas del país. En México, se han realizado distintos trabajos encaminados
a definir la división hidrográfica nacional con objetivos disímiles desde los años 40,
24
por lo que se han generado diferentes productos cartográficos; situación que ha
dificultado la articulación de las estrategias de gestión ambiental realizadas por los
distintos organismos gubernamentales del país (INEGI-INE-CONAGUA, 2007).
En el 2007, el INEGI, el INE y la CONAGUA, unieron esfuerzos para
generar una delimitación de cuencas hidrográficas de manera conjunta,
estableciendo criterios topográficos e hidrográficos comunes y la definición de su
toponimia. Como resultado se distinguieron para una escala 1: 250 000; 1471
cuencas exorreicas, endorreicas y arreicas.. La gran heterogeneidad y diversidad
geográfica del territorio nacional determinó el amplio rango de tamaños de las
cuencas; diferencia que plantea grandes retos y dilemas en cuanto al manejo
integral de cada una (Cotler y Pineda, 2009).
De manera general, se han seguido dos modelos, en función del nivel
jerárquico en el que busca actuar: 1) el enfoque regional, en donde la unidad de
gestión es la cuenca o región hidrográfica; y 2) el enfoque local, en donde la
unidad de intervención es la microcuenca. A nivel nacional, la mayoría de los
esfuerzos en el manejo de cuencas se realizan a nivel de microcuenca (Pineda et
al., 2004). Sin embargo, este enfoque no siempre responde a la problemática de la
cuenca a la cual pertenece, por lo que el efecto de las acciones que se realizan a
nivel local, no siempre tienen repercusiones a nivel regional. Bajo esta lógica, es
necesario articular todos los niveles de planeación e intervención, con la finalidad
de hacer un manejo "incorporado" o en" conjunto" cuyos impactos sean
perceptibles en todos los niveles (FAO, 2007; Cotler y Pineda, 2009).
Hoy en día, existen diversos esfuerzos con respecto al manejo de cuencas
del país, que siguen una jerarquía hidrográfica. Sobresalen los realizados a nivel
de microcuencas, por el Plan Nacional de Microcuencas, del Fideicomiso de
Riesgo Compartido (FIRCO) de SARGARPA y los estudios realizados en por
instituciones gubernamentales, académicas y organismos de la sociedad civil en
grandes cuencas como las del Río Bravo, Río Conchos, Río Grijalva y Lerma-
Chapala (Casillas, 2004).
25
I.4.2.2 Cuenca Lerma- Chapala
La cuenca Lerma- Chapala, separa al altiplano árido del norte, del Eje
Neovolcánico Transversal, en el centro del país. Sus escurrimientos concentrados
en el río Lerma, alimentan el cuerpo de agua más grande de México, el lago
Chapala (Cotler et al., 2006). Políticamente la cuenca Lerma- Chapala abarca
cinco estados de la República (Guanajuato, Michoacán, Jalisco, México y
Querétaro); donde se concentra el 16% de la población nacional, y se produce el
31% del valor agregado censal bruto de la industria (Rodríguez et al., 2003). La
larga y compleja historia de ocupación y apropiación de los recursos naturales de
la cuenca Lerma- Chapala, si bien ha conducido a un importante grado de
"desarrollo", también ha suscitado un alto costo ambiental, con un severo deterioro
de los ecosistemas, pérdida de los servicios ambientales y el incremento de su
vulnerabilidad (Cotler, 2004b).
Desde hace unas décadas, la cuenca Lerma-Chapala vive en permanente
conflicto ambiental, debido a las diferentes formas sociales que definen el uso,
aprovechamiento y explotación del recurso hídrico, ante escenarios de escasez y
fuerte demanda (Leff,1992). La participación del territorio de los cinco estados
contenidos en esta cuenca cerrada, crean naturalmente una relación lógica de
desigualdad en el acceso y disponibilidad del agua entre las partes altas y bajas
(Caire,2004; SEMARNAT,2004).
A pesar de ser una de las cuencas más estudiadas del país, el
conocimiento que se tiene sobre ella permanece fragmentado y sin un enfoque de
manejo integrado de cuencas (Cotler, 2004b). Con la finalidad de recuperar la
sustentabilidad de la Cuenca Lerma- Chapala, los gobiernos de los cinco estados
incluidos en la cuenca, así como un grupo inter-institucional del sector ambiental
federal, en conjunto con instituciones académicas, han realizado esfuerzos para
tratar la problemática ambiental y del agua (SEMARNAT,2004).
Dada la complejidad que caracteriza a esta cuenca, se consideraron a las
subcuencas como la unidades óptimas para el abordaje integrado de sus
problemáticas, y para llevar a cabo los procesos de gestión y planeación;
26
anteponiendo como prerrequisito la necesidad de la acción coordinada, tanto de la
federación, como de los municipios que integran cada subcuenca, los gobiernos
estatales involucrados y los distintos sectores productivos que en ellas se
desarrollan (Cotler,2004a).
I.4.2.3 Formación de una línea de base científica para el manejo
integrado de la subcuenca específica Támbula- Picachos en San Miguel de
Allende (FLBC-SMA).
La subcuenca específica Támbula- Picachos, representa un territorio de
contrastes; resultado de la mezcla heterogénea de intereses que históricamente
han marcado el desarrollo económico, social y cultural de la zona. Por un lado, se
encuentra la Ciudad de San Miguel de Allende, Patrimonio Cultural de la
Humanidad, con un desarrollo urbano y una conformación poblacional muy
diferente a la del resto de la Subcuenca; la cual es una zona eminentemente rural,
en donde el 50% de las localidades que le conforman presentan índices de
marginación alto y muy alto (UAQ, 2009).
La problemática socioeconómica, en conjunto con la fuerte presión que se
ha ejercido sobre los recursos naturales de las áreas periféricas a la zona urbana
de San Miguel de Allende, han derivado en la alteración de los ecosistemas,
propiciando la degradación de los bienes y servicios ambientales y sus procesos
ecológicos subyacentes.
En 2008, un equipo técnico multidisciplinario de la Universidad Autónoma
de Querétaro, en acuerdo con la Dirección de Medio Ambiente y Ecología del
Municipio de San Miguel de Allende, comenzó el proyecto: Formación de una línea
de base científica para el manejo integrado de la subcuenca específica Támbula-
Picachos., el cual tiene como finalidad el establecer las pautas de planeación en
una escala de subcuenca y de atención en la escala de microcuenca, buscando
promover un proceso de desarrollo equitativo entre las áreas urbana y rural del
municipio. Asimismo, tiene objeto de atender las necesidades de conservación,
prevención de riesgos naturales y las posibilidades de esquemas productivos y de
pago de servicios ecosistémicos en la Subcuenca (UAQ,2009). La planeación
refleja un esquema participativo donde los habitantes de la subcuenca han jugado
27
un papel importante para definir sus propios esquemas de desarrollo desde su
ubicación rural y/o urbana.
Hasta la fecha, se ha realizado una caracterización biofísica y
socioeconómica detallada de la Subcuenca, cuya información ha sido
complementada con los Planes Rectores de Producción y Conservación que se
efectuaron en las nueve microcuencas que le conforman. Asimismo, se está
elaborando un diagnóstico integrado basado en las interacciones agua-suelo-biota
y en las condiciones socioeconómicas de los habitantes de la subcuenca,
relacionadas con las zonas funcionales de la misma. Los resultados preliminares
de este diagnóstico, han servido de base para generar un Plan de Desarrollo
Integral de la Subcuenca, mismo que servirá de base para construir las pautas de
manejo y conservación de los recursos naturales, y para diseñar las estrategias de
desarrollo humano y productivo tanto en el ámbito rural como en el urbano (UAQ,
2009).
Debido a su carácter integral, la información derivada este macro- proyecto
realizado en la subcuenca específica Támbula- Picachos, se consideró como
principal marco de referencia en este estudio.
Cabe señalar que paralelamente a este proyecto de investigación, se
realizaron otros que a su vez fueron contemplados como referentes dentro de los
análisis y evaluaciones generados en el presente estudio.
28
I.5. UNIDAD BASE DE ESTUDIO
La unidad base de estudio es la subcuenca específica Támbula- Picachos,
cuya delimitación topográfica fue definida en el proyecto FLBC-SMA (UAQ, 2009)
y determinada a partir del procesamiento de un modelo digital de terreno (MDT) a
escala 1:50 000, que procede de los conjuntos vectoriales de INEGI, las curvas de
nivel con equidistancia de 10m (Figura 3).
Figura 3. Delimitación de la Subcuenca a partir de un modelo de terreno
La línea parteaguas de la cuenca está definida a partir de los cerros de
mayor elevación: Los Picachos (2810 msnm), El Támbula (2720 msnm), La
Margara (2660 msnm) y el Cerro Colorado (2330 msnm). El punto de salida de la
red de drenaje está representado por la Presa Allende. La altitud mínima es de
1800 msnm la cual se alcanza al suroeste en el área de la presa y la altitud
máxima es de 2810 m, representado por la cumbre del Volcán Extinto Los
Picachos.
I.5.1 Características generales del área de estudio
La subcuenca específica Támbula- Picachos, se ubica en el municipio de
San Miguel de Allende y pertenece a la Cuenca Alta del Río Laja, la cual a su vez
forma parte de la Cuenca Lerma- Chapala. Cuenta con un área total de 39,022.18
29
ha o 390.22 Km2, representando el 25.16% del municipio de San Miguel de
Allende. Sus coordenadas extremas en unidades UTM (datum ITRF92) son:
310,146.62 N; 346.377.58 S; 2,318,195.33 E; y 2,300,752.05 O (Figura 4).
Figura 4.Localización de la subcuenca con respecto a la Cuenca del Río Laja y al Estado de Guanajuato.
La Subcuenca se encuentra conformada por nueve microcuencas de
gestión; cada una de las cuales presenta características y problemáticas
particulares que dependen de su ubicación en la Subcuenca y de las diferentes
presiones y dinámicas de sus poblaciones locales.
Cuadro 3. Superficie territorial de cada microcuenca
Microcuenca Superficie (Km2)
Alcocer 37.105
Cerritos 25.054
El Huizachal 60.283
Guadalupe de Támbula 28.840
Puerto de Nieto 51.280
San Marcos Begoña 25.715
San Miguel de Allende 59.866
Santa Teresita de Don Diego 30.605
Sosnabar 71.475
30
La población total del área es de 82,929 habitantes, lo que representa el
59.7% de la población total del municipio. Comprende 116 localidades, de las que
destaca la Ciudad de San Miguel de Allende, la cual concentra a 62,034
habitantes, es decir el 75% del total de la subcuenca. Otros centros de población
de importancia por la cantidad de habitantes son Puerto de Nieto, Alcocer,
Sosnabar, Santas Marías, Bocas, Cerritos y Santa Teresita de Don Diego, con
más de 500 habitantes.
La mayor parte de la subcuenca incluye terrenos de pequeña propiedad,
aunque existen 10 ejidos de diversas extensiones, ubicados principalmente en la
cabecera, y que cubren aproximadamente un tercio (36.6%) de la superficie de la
cuenca.
I.5.1.1 Zonas funcionales
Por sus características estructuro- funcionales, la subcuenca se divide en
tres zonas:
1. La zona alta o cabecera, tienen una superficie de 14,964 ha equivalentes
al 38.4% del total de la superficie de la cuenca. Caracterizada por suelos de tipo
leptosol, de perfil edáfico limitado, y de origen volcánico- sedimentario. La
vegetación dominante es el pastizal, aunque en esta se encuentran manchones
importantes de bosque de encino, selva baja caducifolia y matorral xerófilo
crassicaule, cada uno con distintos estados de perturbación. Esta parte del
sistema es particularmente frágil, debido a su propia constitución biofísica y
aunado a ello las fuertes presiones de actividades pecuarias y de extracción
forestal (leña y tierra) que amenazan con la estabilidad de la zona. La zona
comprende 14 localidades.
2. La zona media comprende 33 localidades, de las cuales 21 presentan
alta y muy alta marginación y carecen de varios servicios públicos. La superficie
que abarca es de 13,700 ha equivalentes al 35.11% de la superficie total. El uso
de suelo predominante es agrícola de temporal (maíz- frijol) y pastizales. Se
presentan relictos de la vegetación original en su mayoría degradados. En la
actualidad esta zona presenta una fuerte presión para el establecimiento de
31
viviendas de tipo residencial principalmente por la demanda del mercado
extranjero.
3. La zona baja alberga 31 comunidades, 15 de estas con alta marginación
y 7 con bajos índices. Tiene una extensión de 10,352 ha que cubre 26.5% de la
cuenca. En esta parte se encuentra ubicada la Ciudad de San Miguel de Allende y
otros poblados de importancia. El uso de suelo predominante, aparte del urbano,
es el agrícola, el cual es tanto de riego como de temporal. Prácticamente no hay
vegetación original. La zona presenta una fuerte presión de crecimiento urbano
sobretodo en la periferia de la Cd. de San Miguel de Allende.
Figura 5. Zonas funcionales de la Subcuenca
32
I.6. LITERATURA CITADA
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CAPITULO II
ANÁLISIS DE LA DINÁMICA ESPACIO- TEMPORAL DEL CAMBIO
DE LA COBERTURA VEGETAL Y USO DEL SUELO EN LA
SUBCUENCA TÁMBULA-PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE,
GUANAJUATO
RESUMEN
En este capítulo, se presenta el análisis de la dinámica espacio- temporal del cambio de
la cobertura vegetal y uso del suelo, en la subcuenca Támbula- Picachos. Se generaron mapas de
uso de suelo y vegetación para las fechas 1993,2003 y 2008, a partir de los cuales se calcularon
los cambios, intercambios y transiciones sistemáticas entre las 18 categorías identificadas. A partir
de este análisis se determinó que el 16.84% de la superficie de la cuenca ha presentado cambios
importantes durante los últimos 15 años, siendo relevante las altas tasas de cambio en los últimos
cinco años (2003-2008); en donde la degradación antrópica y la deforestación son los principales
procesos motores de cambio. Se generó un escenario tendencial al año 2020, y un diagnóstico del
riesgo de deforestación en la zona de estudio, los cuales denotan una importante reducción de la
vegetación primaria (45%) y un notable incremento de la superficie urbana (28%), de la vegetación
secundaria (21%) y de los pastizales (37%).
II.1 INTRODUCCIÓN
Actualmente, las actividades humanas son consideradas como una de las
principales fuerzas que transforman la biósfera (Meyer y Turner II, 1994). La
mayor parte de los cambios ocurridos en los ecosistemas terrestres por la acción
del hombre se deben a: 1) la conversión del uso del suelo, 2) la intensificación del
uso del terreno y 3) los procesos de degradación subsecuentes (Lambin,1997).
El término uso del suelo3, se refiere a las actividades humanas que se
desarrollan en un territorio, resultado de la interrelación entre los factores físicos o
naturales y los factores socioeconómicos y culturales. Se encuentra representado
por las formas de ocupación, las prácticas específicas de manejo, y las fuerzas
sociales, políticas y económicas que determinan el uso del territorio (Mendley et
al., 1995; Rossete et al., 2009).
3 El término uso del suelo (land use) se refiere a las actividades humanas que se desarrollan en un territorio;
mientras que cobertura (land cover) denota todo aquello que cubre la superficie de un territorio (el estado físico del terreno) (Turner y Meyer, 1991).
40
Esta influencia del ser humano en el ambiente, tiene impactos importantes
en prácticamente todas las escalas. Localmente, inducen la pérdida y la
degradación de suelos, cambios en el microclima y la pérdida de la diversidad de
biológica; regionalmente, afectan la estructura y la función de las cuencas
hidrográficas y la alteración de su comportamiento hidrológico. A nivel global,
coadyuvan a las emisiones de gases de efecto invernadero contribuyendo al
cambio climático global (Bocco et al., 2001).
El estudio de la magnitud, dinámica y causalidad de los procesos de cambio
de cobertura y uso del suelo es una tarea prioritaria (Bocco et al., 2001), ya que
permite tener una visión sinóptica y cuantitativa de la condición en la que se
encuentran los recursos naturales y las tendencias de los procesos de
degradación, en los que intervienen factores ecológicos y socioeconómicos
(Velázquez et al., 2002).
Los insumos básicos para realizar esta evaluación, son mapas de uso del
suelo que permiten visualizar, temporal y espacialmente, la dinámica de sus
cambios (Mas et al., 2002). En las últimas décadas, los avances tecnológicos en
Sistemas de Información Geográfica, la utilización de datos provenientes de
sensores remotos, y el desarrollo de modelos de cambio, se han convertido en las
herramientas principales para el análisis de las correlaciones y la causalidad de
los cambios de uso del suelo (Brown et al., 2000).
Los modelos de cambio, a su vez son herramientas útiles para la
generación de escenarios tendenciales y alternativos proyectados al futuro (corto,
mediano o largo plazo); sirviendo de soporte para la toma de decisiones en el
desarrollo de estrategias para orientar y regular los impactos derivados del uso del
suelo, y planificar un manejo más adecuado del territorio y sus recursos naturales
(Verburg y Veldkamp, 2005).
En este capítulo se analiza la dinámica espacio- temporal del cambio de la
cobertura vegetal y uso del suelo, en la subcuenca Támbula- Picachos, con la
finalidad de identificar los principales procesos de cambio en la zona durante un
41
periodo de 15 años (1993-2003-2008), y explorar las posibles tendencias en un
escenario al 2020.
II.2 ÁREA DE ESTUDIO
II.2.1. Caracterización biofísica
Dada su localización en el Bajío Mexicano, en la subcuenca Támbula
Picachos imperan características semiáridas, caracterizándose por un clima
semiseco de tipo BS1kw, en el 67% de su superficie, y un clima templado tipo
Cb(w1)(w)(e) en 33% del área, presentándose este último en la zona de cabecera.
Las elevaciones más importantes y que dieron nombre a la subcuenca, están
representadas por dos estructuras cónicas de origen volcánico: Los Picachos
(2810 msnm) y Támbula (2720msnm). La mayor parte del área es relativamente
plana, caracterizada por lomeríos altos, valles intermontanos y planicies aluviales.
Es una cuenca de drenaje tipo dendrítico, cuyo punto de salida es la Presa
Allende.
La mayor parte de la subcuenca pertenece a la Región Xerofítica Mexicana,
la cual es característica de zonas áridas y semiáridas del país, y se encuentra
representada por matorrales xerófilos y bosques espinosos o mezquitales
(Rzedowski,2006). En la zona se encuentran representados seis tipos de
vegetación: Bosque de encino, selva baja caducifolia, matorral xerófilo crassicaule,
matorral espinoso (mezquital), vegetación riparia y pastizal inducido. Cada uno de
estos presenta distintos tipos de perturbación, lo cual se relaciona con el uso del
suelo y las diversas presiones que ejercen las actividades de las poblaciones
locales.
II.2.1. Caracterización socioeconómica
En la subcuenca habita una población de 82,929 habitantes, lo que
representa el 59.7% de la población total del municipio de Allende. Comprende
116 localidades, entre las que destaca la Cd. de San Miguel de Allende. La zona
presenta el modelo de distribución poblacional típico del país, con una alta
concentración de población en las zonas urbanas y una alta dispersión en
localidades menores de 2500 habitantes (categorizadas como rurales). Bajo este
42
esquema 62,034 habitantes se concentran en la Ciudad, lo que equivale al 75% de
la población total de la subcuenca (INEGI,2005).
De las localidades rurales más del 50% tienen índices de marginación alta y
muy alta; y el 30% índices de marginación media (INEGI,2005). Lo anterior señala
la polarización que hay en la Subcuenca entre el ámbito rural y el urbano, lo que
cual implica formas diferentes de uso y presiones del territorio así como distintas
prácticas de aprovechamiento y manejo de sus recursos naturales.
En los últimos años, las expectativas de desarrollo de la Ciudad, han estado
delineadas por una alta demanda de infraestructura de servicios y vivienda, y un
auge en actividades comerciales y turísticas; lo que ha derivado en una enorme
presión sobre las zonas marginales a la urbe, sobre todo por el sector inmobiliario
(UAQ,2009). En contraste, las localidades rurales presentan una carencia o
deficiencia en los servicios básicos, así como en servicios de salud, educación y
oportunidades de empleo.
Ante esta situación, la migración se observa como un factor demográfico de
enorme relevancia dentro de la dinámica socioeconómica de la subcuenca, siendo
un fenómeno que ha modificado los esquemas sociales, culturales y económicos,
y que también ha causado efectos ambientales, sobre todo por el cambio del uso
del uso del suelo. Por un lado, el incremento de la población inmigrante, tanto
nacional como extranjera (principalmente de origen estadounidense), que han sido
motor de los procesos de urbanización presentes en el área. Por otro, la
emigración presente en las áreas rurales, que comienza a nivel regional hacia San
Miguel de Allende, Celaya y Querétaro (en menor escala al D.F) y finalmente a
hacia Estados Unidos, lo que ha modificado las dinámicas locales, los sistemas de
producción, además de la valoración del territorio y su uso.
En el escenario económico, cerca del 13% de la población de la subcuenca
se dedica a actividades del sector primario; el 18% actividades del sector
secundario y el 69% a actividades del sector terciario (INEGI, 2005), lo cual es
congruente con la dinámica demográfica de la cuenca.
43
Los sistemas de producción son:
1) Agrícola de temporal: producción principal de maíz y frijol principalmente
para autoconsumo, utilizando solamente semillas criollas. En menor medida se
siembran granos de avena, cebada y trigo que se destinan principalmente para la
alimentación del ganado. En general son pequeñas unidades de producción con
menos de diez hectáreas por productos.
2) Agrícola de riego: Se practica en superficies menores de cinco ha. Los
cultivos sembrados son principalmente alfalfa y avena forrajera, destinados casi
exclusivamente para la venta para la alimentación de ganado, y en menor escala
maíz y frijol para autoconsumo y los excedentes se venden en el mercado
regional. Para los cultivos de alfalfa y avena se utilizan semillas mejoradas,
agroquímicos y tracción mecánica. Sistema de producción de tipo de tenencia
ejidal. Riego es por goteo.
3) Pecuario: En el que se distinguen diferentes unidades de producción.
a) Traspatio: Este suele combinarse con sistemas de producción agrícola.
Desempeña un papel importante dentro del consumo familiar, pues se compone
de especies menores: aves, cerdos, ovinos y caprinos. Su propósito es el
autoconsumo o el ahorro. Generalmente las mujeres se hacen responsables del
su mantenimiento. La alimentación del ganado es por rastrojo de maíz y algo de
grano; cuando el hato es mayor se pastorea libremente en los agostaderos,
vigilados por niños, mujeres o ancianos.
b) Pequeñas unidades ganaderas. ganadería extensiva o de pastoreo.
Cada productor tiene entre 20 y 50 cabezas de ganado (equino, vacuno, o su
equivalente en ovinos o caprinos). También pueden presentarse hatos mixtos. El
ganado se alimenta en agostaderos y se complementa en época de sequía con
rastrojo de maíz. El propósito es la venta de crías para carne y la leche como un
subproducto ocasional usado para el consumo.
c) Unidades ganaderas semiestabuladas: Se presenta ganadería de tipo
semiestabulado asociado con agricultura de riego. El hato lechero además de
consumir forrajes toscos, se alimenta de alfalfa achicalada y de excedentes de
44
granos, ambos producidos en las áreas de riego. El propósito de venta de cabezas
de ganado y leche, determinados por la cantidad de producción de forrajes.
d) Grandes unidades ganaderas especializadas: Tienen como propósito la
producción de ganado de lidia , que requiere buenas zonas de agostadero
reforzadas con alimentación con forrajes de corte, como alfalfa, avena, maíz o
sorgo forrajero. Por lo tanto disponen de superficies agrícolas de riego superiores
a 80ha, destinadas exclusivamente a la producción de forraje.
II.3 METODOLOGÍA
El área de estudio fue delimitada a partir de un modelo digital de terreno a
escala 1:50 000, generado a partir de los conjuntos vectoriales de INEGI, curvas
de nivel de 10m de equidistancia. El desarrollo metodológico de este estudio
implicó tres fases: 1) la generación de cartografía de cobertura vegetal y uso del
suelo para las diferentes fechas; 2) el análisis de cambio 3) la generación del
escenario 2020.
II.3.1 Generación de cartografía de cobertura vegetal y uso del suelo
Para cubrir esta parte del análisis se llevaron a cabo los siguientes pasos
secuenciales:
a) Revisión de antecedentes. Como cartografía de base se consideró el uso
del suelo y vegetación de Sanaphre (UAQ,2009) a escala 1:75 000 generado para
la zona de estudio a partir de ortofotos digitales de 1999; y el mapa presentado en
la Actualización del Ordenamiento Ecológico del Territorio del Estado de
Guanajuato (2005), generado de una imagen LANDSAT ETM (2000). A partir de
estas coberturas se obtuvieron las clases preliminares a considerar dentro de la
cartografía de uso del suelo y cobertura vegetal.
b) Trabajo de campo y formulación de leyenda. El trabajo de campo
consistió en recorridos y verificación de 125 puntos, a lo largo del área de estudio.
En cada sitio se obtuvieron las coordenadas con un geoposicionador, se anotó el
tipo del uso del suelo, el tipo de vegetación y su estado (conservado, perturbado,
causas de perturbación), así como se realizaron algunas entrevistas informales
45
con los pobladores para conocer los usos del suelo actual y de años anteriores.
Finalmente se determinaron las clases del uso del suelo y los tipos de vegetación
a considerar para la caracterización del área.
c) Obtención y procesamiento de imágenes. Se buscaron imágenes de
buena resolución (1:20 000) para distintas fechas, siendo las disponibles para la
zona las de fecha 1993, 2003 y 2008. El procedimiento consistió en generar
imágenes compuestos de falso color (obtenidas del sensor LANDSAT TM y
LANDSAT 7 ETM) e imágenes de alta resolución (ortofotos y SPOT).
- Compuesto de falso color. Para generar un mejor monitoreo de los
cambios en la vegetación, se descargaron imágenes LANDSAT TM (para octubre
de 1993), y LANDSAT 7 ETM (noviembre de 2004 y mayo de 2009), las cuales se
obtuvieron del U.S. Geological Survey (2008). De estas imágenes se combinaron
las bandas 4,5,3 siguiendo la metodología propuesta por Sorani y Álvarez (1996),
para generar el compuesto de falso color.
- Imágenes de alta resolución: Para cada fecha, se obtuvieron imágenes de
alta resolución procedentes de diferentes fuentes. Para 1993 se utilizaron las
ortofotos digitales de INEGI 1993, a escala 1:20 000, blanco y negro y 2m de
resolución. Para 2003, también se utilizaron ortofotos digitales de INEGI tomadas
entre 2003- 2004, a escala 1:10 000, blanco y negro y de 1m de resolución. Para
2008 se obtuvo una imagen pancromática SPOT 5 (compuesto real), obtenida de
Google Earth y descargada y corregida mediante el software Stitch Maps 2.6 Plus
version, generando un mosaico final de 2m de resolución. Con la finalidad de tener
imágenes de la misma resolución se hicieron mosaicos de las ortofotos y en el
caso de las 2003-2004, se cambió el tamaño del pixel a 2m.
- Compuesto híbrido. Para obtener una imagen de falso color con alta
resolución, se generó un híbrido entre las imágenes correspondientes a cada
fecha, utilizando el software ERDAS Imagine 8.1.
d) Interpretación y cartografía final. La interpretación de las imágenes se
realizó de manera visual, utilizando el software ArcView 3.2, a través de la
poligonización de las mismas a una escala 1:10 000, diferenciando en el proceso,
46
18 categorías generales de tipo de uso del suelo y tipos de vegetación: 1) mancha
urbana (MUR); 2) agricultura de temporal (AGT); 3) agricultura de riego (AGR); 4)
pastizal inducido (PAS); 5) matorral espinoso y vegetación secundaria (MEVS); 6)
selva baja caducifolia conservada (SBCC); 7) selva baja caducifolia perturbada
(SBCP);8) matorral xerófilo crassicaule conservado (MXCC); 9) matorral xerófilo
crassicaule perturbado (MXCP);10) bosque de encino conservado (BEC); 11)
bosque de encino perturbado; 12) vegetación riparia perturbada (VRP); 13)
Vegetación mixta (bosque de encino- selva baja caducifolia- matorral
xerófilo(VMIX); 14) cuerpo de agua (CAG); 15) cauce (CAUC); 16) zona inundable
(ZIND); 17); Sitio de extracción de materiales (SEMT); 18) zona sin vegetación
aparente (ZSVA).
II.3.2 Análisis del cambio de uso del suelo
Para la generación de este análisis se utilizó el Modelo de Evaluación de
Cambio de Uso de Suelo (LCM: Land Change Modeler for Ecological
Sustainability) integrado dentro del software IDRISI ANDES 1.5. El módulo LCM,
permite realizar una rápida evaluación de las tendencias de cambio que han
ocurrido entre las categorías de uso de suelo, sus "ganancias" y "pérdidas",
correspondientes a sus transiciones específicas. Los usos de suelo a considerar
en el análisis son el 1993 y 2008.
Con el fin de analizar detalladamente la dinámica de cambio, se construyó
una matriz de transición, para entender la dinámica de cambio a nivel de clase.
Esta se describe como una tabla con arreglos simétricos que contiene en uno de
sus ejes las categorías de uso de suelo y vegetación del año base y en el otro eje
las mismas categorías pero del segundo tiempo.
47
Figura 6.Mapas de uso de suelo y vegetación de la subcuenca Támbula- Picachos, fechas 1993,2003 y 2008
48
A partir de la matriz de transición, el módulo genera una matriz de
probabilidad de permanencia para cada una de las clases del usv. Esta matriz
surge de dividir cada una de las celdas de la matriz de transición que representan
la superficie de cada clase de uso del suelo, entre el total de la superficie de la
clase analizada. Su expresión matemática es:
Pij = Sij (S1) / Sj( S2)
En donde:
Sij = Superficie del "ij" de la matriz de transición del uso del suelo en el
periodo inicial (S1- 1993)
Sj= Superficie de la clase de uso del suelo "j" en el periodo final (S2- 2008).
Sumatoria Pij = 1
Para calcular las tasas de cambio de cada categoría de uso de suelo y
vegetación, se utilizó la fórmula planteada por FAO (1996):
t= 1- (1- ((S1 -S2)/S1))1/n
En donde:
S1= Superficie de la fecha inicial (1993)
S2= Superficie de la fecha final (2008)
n= Número de años entre las dos fechas
49
II.3.3 Generación del escenario tendencial 2020
Para generar el escenario tendencial, el LCM utiliza la matriz de transición y
la matriz de permanencia obtenida previamente. Asimismo, el módulo utiliza
variables explicativas que puedan influir al cambio de cada categoría de uso de
suelo. Por ejemplo, para el crecimiento de la mancha urbana, se consideraron
categorías como accesibilidad, distancia de vías de comunicación, tipos de vías y
presión de la mancha urbana, tamaño de población, sobre otras categorías de uso
que se encuentran en su periferia; éstas, como variables explicativas que influyen
en la tendencia al cambio hacia esta categoría en particular.
La idea subyacente es que los cambios observados en un periodo de
tiempo tienen tendencia a repetirse en un periodo posterior (Paegelow et al.,
2003). Sin embargo, el potencial “explicativo” de cambio de cada una de las
variables consideradas para cada categoría, fue puesto a prueba mediante el
coeficiente de correlación de Cramer V, el cual indica la relación entre dos
variables categóricas. Las variables con valores de Cramer V, inferiores a 0.15 no
repercuten al cambio; entre 0.15 a 0.4 tienen una repercusión menor; y las que
presentan valores superiores de 0.4, tienen un fuerte poder explicativo para el
cambio de esa categoría (Pontius et al, 2004).
De esta forma se genera una matriz de transición, donde se toma en cuenta
la dinámica de cambio entre un momento inicial (el usv .1993) y uno siguiente (el
usv. 2008). Posteriormente, para realizar la predicción el programa utiliza
submodelos de decisión multicriterio y multiobjetivos (módulo MOLA de IDRISI) y
de esta forma se establecen cuáles son las mejores áreas para ubicar o para
eliminar la superficie de las clases que se calcularon en la matriz de transición.
Finalmente el programa utiliza un modelo de autómata celulares (basado en el
algoritmo CA _Markov) que a partir de una celda evalúa su entorno inmediato e
incrementa los valores de aptitud de una clase si alrededor existen otras con el
mismo tipo de uso del suelo.
50
II.4 RESULTADOS Y DISCUSIÓN
II.4.1 Dinámica de cambio de uso de suelo
La distribución espacial de los cambios se observa en la Figura 7, en donde
de acuerdo al análisis espacial realizado, durante el periodo estudiado (1993-
2008), el cambio total en la Subcuenca fue equivalente al 16.82% de su superficie,
lo que en términos absolutos se traduce en 6558.77 ha, mientras que el 83.18%
del territorio ha permanecido sin cambio alguno.
Los principales cambios de uso del suelo y vegetación son de origen
antrópico y se han dado principalmente en la cabecera de la cuenca y al oeste de
la misma en la parte media-baja; siendo la mancha urbana y las áreas de pastizal
aquellas categorías que muestran un incremento significativo en cuanto a su
superficie, mientras que las zonas con algún tipo de vegetación natural
manifiestan un notable deterioro. En el Cuadro 4 se resume la dinámica de cambio
entre 1993-2003-2008.
Aunque el cambio total en el área, numéricamente no parece significativo,
hay un detrimento en la superficie neta de la vegetación natural que ha
ocasionado la fragmentación de los ecosistemas naturales y el incremento de
otras coberturas como pastizales y vegetación secundaria, a los que
posteriormente se les da un uso agropecuario, o se intensifica el mismo.
El incremento superficial de categorías como las zonas sin vegetación
aparente y los sitios de extracción de materiales, indica que está ocurriendo una
severa alteración en la estructura de la subcuenca, lo cual se refleja en la cantidad
y calidad de los bienes y servicios que esta provee para las poblaciones que la
habitan y que acentúan los impactos negativos sobre el ambiente y en
consecuencia sobre la sociedad en general.
51
Figura 7. Distribución espacial de los cambios de uso del suelo y la cobertura vegetal entre el periodo 1993-2008
52
Cuadro 4.Dinámica de cambio de uso del suelo y la vegetación en superficie (ha) y porcentaje (%) para los años 1993,2003 y 2008
Superficie en hectáreas (ha) Superficie en %
Categoría de usv Usv1993 Usv2003 Usv2008 Usv1993 Usv2003 Usv2008
1.Mancha urbana 2892.59 3391.32 3712.72 7.41 8.69 9.74
2. Agricultura de temporal 14893.83 13294.81 12985.25 38.17 34.07 33.28
3. Agricultura de riego (incluye agricultura de humedad) 2981.2 2955.55 2920.50 7.64 7.57 7.33
4. Pastizal inducido 5817.09 7598.89 7904.25 14.91 19.47 20.26
5. Matorral espinoso y vegetación secundaria 1892.19 2049.70 3362.02 4.85 5.25 8.62
6. Selva baja caducifolia conservada 390.88 295.21 198.44 1.00 0.76 0.51
7. Selva baja caducifolia perturbada 1285.74 1249.26 1122.72 3.29 3.20 2.88
8. Matorral xerófilo crassicaule conservado 971.25 836.42 421.63 2.49 2.14 1.08
9. Matorral xerófilo crassicaule perturbado 3701.62 3272.32 2004.93 9.49 8.39 5.14
10. Bosque de encino conservado 900.09 789.97 545.17 2.31 2.02 1.40
11. Bosque de encino perturbado 1756.75 1714.35 1756.80 4.50 4.39 4.50
12. Vegetación riparia perturbada 66.42 65.27 40.61 0.17 0.17 0.10
13. Vegetación mixta 303.46 294.48 251.07 0.78 0.75 0.64
14. Cuerpo de agua 275.45 234.97 142.91 0.71 0.60 0.37
15. Cauce 322,27 318.83 315.89 0.83 0.82 0.81
16. Zona inundable 267.25 249.89 247.70 0.68 0.64 0.63
17. Sitio de extracción de materiales 91.47 145.27 150.46 0.23 0.37 0.39
18. Zona sin vegetación aparente 212.88 265.88 909.02 0.55 0.68 2.33
53
II.4.2 Matriz de transición y tasas de cambio
A partir de los resultados anteriores se calcularon las probabilidades de
transición de cambio de uso del suelo, utilizando como años de referencia 1993 y
2008 (Cuadro 5). Cada una de las celdas de la diagonal principal de la matriz,
representa la superficie (en ha) de cada categoría de cobertura vegetal y uso de
suelo, que permaneció en la misma categoría en el periodo de tiempo
considerado, mientras que en el resto de las celdas estiman la superficie de una
determinada cobertura o tipo de uso de suelo que pasó a otra, permitiendo así
entender la dinámica de cambio entre los periodos de estudio (Dirzo y Masera,
1996).
Para comprender a mayor detalle la dinámica de cambio espacio- temporal
de uso del suelo en la subcuenca, se determinaron las tasas de cambio
considerando dos periodos de análisis:1993-2003 (10 años) y 2003- 2008 (5
años). Los resultados se presentan en el Cuadro 6. Las tasas que se disponen por
debajo del cero indican las categorías que están perdiendo superficie, mientras
que las que se disponen hacia arriba las que están ganando superficie (Figura 8).
De acuerdo al análisis para ambos periodos (1993- 2003 y 2003-2008), las
categorías de mancha urbana y pastizales, han presentado una ganancia con
respecto al resto de las formaciones. Asimismo, los sitios de extracción de
materiales y las zonas sin vegetación aparente. Sobresale la pérdida superficial
en la categoría agricultura de temporal, que como se detallará más adelante es el
resultado del abandono o el cambio de estos terrenos agrícolas a otro tipo de uso.
Mientras que todos los tipos de cobertura vegetal presentan una notoria
reducción superficial, siendo relevante el Matorral xerófilo crassicaule el cual en un
periodo de cinco años (2003-2005) perdió más de la mitad de su cobertura
respecto al periodo anterior.
En el caso de los cuerpos de agua, se presentan pérdidas en esta categoría
debido a que varios bordos y presas de la subcuenca, han dejado de ser
funcionales, algunos por el gran azolve que presentan y otros que han sido
eliminados por completo, por problemas de infraestructura y mantenimiento.
54
Cuadro 5. Matriz de transición 1993-2008 para la Subcuenca Támbula- Picachos. MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; AGR= Agricultura de riego; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; SBCC= Selva baja caducifolia conservada; SBCP= Selva baja caducifolia perturbada; MXCC= Matorral xerófilo crassicaule conservado; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule perturbado; BEC= Bosque de encino conservado; BECP= Bosque de encino perturbado: VRP= Vegetación riparia perturbada; VMIX= Vegetación mixta; CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable;
SEMT= Sitio de extracción de materiales; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
USV 1993
USV2008
1.
MU
R
2.
AG
T
3.
AG
R
4.
PA
S
5.
ME
VS
6.
SB
CC
7.
SB
CP
8.
MX
CC
9.
MX
CP
10.
BE
C
11.
BE
P
12.
VR
P
13.
VM
IX
14.
CA
G
15.
CA
UC
16.
ZIN
D
17.S
EM
T
18.
ZS
VA
1. MUR 3682.7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
2. AGT 260.4 11454.7 1.05 1099.7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1.5 167.9
3. AGR 41.5 0 2934.6 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0.04 4.64
4. PAS 206.4 137.2 6.4 7099.7 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 14.2 440.2
5. MEVS 28.7 20.1 3.7 843.3 2341.9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 3.6 120.4
6. SBCC 0 0 0 1.32 6.4 113.6 76.9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0.01 0.09
7. SBCP 8.7 1.3 0.33 47.6 175.2 0 884.2 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0.43 4.8
8. MXCC 0 0 0 7.41 26.9 0 0 210.8 175.9 0 0 0 0 0 0 0 0 0.66
9. MXCP 34.2 8.0 0 159.3 801.0 0 0 0 999.1 0 0 0 0 0 0 0 1.3 1.9
10. BEC 0.29 0.03 0 5.4 0 0 0 0 0 362.4 176.9 0 0 0 0 0 0.03 0.14
11. BEP 2.37 0 0 96.5 154.8 0 0 0 0 0 1484.1 0 0 0 0 0 1.03 17.9
12. VRP 0.72 1.6 1.8 5.8 3.4 0 0 0 0 0 0 27.2 0 0 0 0 0.01 0
13. VMIX 0 0 0 6.8 28.5 0 0 0 0 0 0 0 215.6 0 0 0 0.02 0.08
14. CAG 0.91 33.2 19.4 4.7 1.2 0 0 0 0 0 0 0 0 83.3 0 0 0.02 0
15. CAUC 0.84 1.2 0 2.5 0.47 0 0 0 0 0 0 0 0 0 310.9 0 0 0
16. ZIND 1.5 4.9 0 7.4 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 233 0 0.66
17. SEMT 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 150.5 0
18. ZSVA 215.9 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 194.9 1.0
55
Cuadro 6. Tasas de cambio de uso de suelo. Periodo 1993-2003 y 2003- 2008
Cambio (ha)
Cambio (ha)
Tasa anual de cambio (%)
Tasa anual de cambio (%)
Categoría de USV 1993-2003 2003-2008 1993-2003 2003-2008
1. Mancha urbana 498.73 321.4 1.28 1.05
2.Agricultura de temporal -1599.02 -309.56 -4.1 -0.79
3. Agricultura de riego (incluye agricultura de humedad) -25.65 -35.05 -0.07 -0.24
4.Pastizal inducido 1781.8 305.36 4.56 0.79
5.Matorral espinoso y vegetación secundaria 157.51 1312.32 0.4 3.37
6. Selva baja caducifolia conservada -95.67 -96.77 -0.24 -0.25
7.Selva baja caducifolia perturbada -36.48 -78.9 -0.09 -0.32
8.Matorral xerófilo crassicaule conservado -134.83 -254.69 -0.35 -1.06
9.Matorral xerófilo crassicaule perturbado -429.3 -823.63 -1.1 -3.25
10.Bosque de encino conservado -110.12 -116.18 -0.29 -0.62
11.Bosque de encino perturbado -42.4 42.45 -0.11 0.11
12.Vegetación riparia perturbada -1.15 -4.26 0 -0.07
13.Vegetación mixta -8.98 -13.41 -0.03 -0.11
14.Cuerpo de agua -40.48 -92.06 -0.11 -0.23
15.Cauce -3.44 -2.94 -0.01 -0.01
16.Zona inundable -17.36 -2.19 -0.04 -0.01
17.Sitio de extracción de materiales 53.8 5.19 0.14 0.02
18.Zona sin vegetación aparente 53 143.85 0.13 1.65
56
Figura 8. Tasas de cambio para las formaciones que pierden y ganan superficie. Comparación entre los periodos 1993-2003 y 2003- 2008
Asimismo, se generó una matriz de permanencia, que representan la
probabilidad de cada categoría de permanecer o mantenerse de un tiempo a otro.
Las categorías con mayor probabilidad de permanecer son, en orden
descendente: la mancha urbana (1.0); los sitios de extracción de materiales (0.99);
los cauces y zonas inundables (0.90); los pastizales (0.87); las zonas agrícolas de
riego (0.80); el matorral espinoso con vegetación secundaria (0.78); las zonas
agrícolas de temporal (0.70); los cuerpos de agua (0.69); y la selva baja
caducifolia perturbada (0.60); el resto de las categorías presenta una probabilidad
57
de permanencia equivalente a 0.5, excepto la vegetación riparia, siendo la
categoría que corre más riesgo de desaparecer con una probabilidad de 0.2.
Lo anterior significa que cualquier tipo de cobertura y uso de suelo que se
convierte a la clase mancha urbana, queda permanentemente en esta clase, sin
probabilidad de transformarse en otro tipo (Lambin, 1997). En este caso, la
categoría no sólo permanece con el tiempo, sino que su superficie crece del año
1993 al 2008.
La categoría sitio de extracción de materiales presenta valores de
permanencia altos, pues corresponde a zonas de extracción de grava y arena, en
donde ocurre un proceso de alteración que sólo puede ser reversible o convertirse
a otro tipo de uso, por la acción del hombre, ya que la recuperación natural de
estos sitios se daría a un muy largo plazo.
Las categorías más vulnerables al cambio son las que representan algún
tipo de vegetación natural, siendo también las zonas que presentan mayor
degradación ambiental.
En el Cuadro 7, se presentan las principales transiciones entre tipos de
vegetación y usos del suelo. Para ello se agruparon en categorías más generales
algunas clases:
1. Coberturas antrópicas: Incluye la mancha urbana y los sitios de
extracción de materiales. Las categorías que indican algún tipo de actividad
agropecuaria (zonas agrícolas y pastizales) para este caso fueron consideradas
como clases individuales.
2. Áreas agrícolas de temporal
3. Áreas agrícolas de riego
4. Pastizal inducido
5. Otras coberturas: incluye zonas sin vegetación aparente y sitios de
extracción de materiales
6. Vegetación secundaria: Matorral espinoso y vegetación secundaria.
7. Vegetación natural conservada: Selva baja caducifolia, bosque de encino
y matorral xerófilo crassicaule.
58
8. Vegetación natural perturbada: Selva baja caducifolia, bosque de encino
y matorral xerófilo crassicaule.
9. Cauces y cuerpos de agua.
10. Zona inundable.
Cuadro 7. Principales transiciones entre tipos de vegetación y usos del suelo entre 1993-2008.
1993 2008 ha %
Áreas agrícolas de temporal Coberturas antrópicas 466.51 1.20
Áreas agrícolas de temporal Otras coberturas 1.69 0.009
Áreas agrícolas de temporal Pastizal 212.27 0.54
Áreas agrícolas de riego Coberturas antrópicas 5.87 0.02
Cauce y cuerpos de agua Áreas agrícolas (humedad) 122.08 0.31
Cauce y cuerpos de agua Otras coberturas 336.74 0.86
Pastizal Coberturas antrópicas 201.10 0.52
Pastizal Otras coberturas 398.50 1.02
Pastizal Áreas agrícolas de temporal 121.91 0.31
Pastizal Áreas agrícolas de riego (humedad) 5.81 0.02
Vegetación secundaria Coberturas antrópicas 20.28 0.05
Vegetación secundaria Otras coberturas 85.89 0.22
Vegetación secundaria Pastizal 573.84 1.47
Vegetación secundaria Vegetación natural perturbada 29.24 0.07
Vegetación natural conservada Coberturas antrópicas 2.12 0.01
Vegetación natural conservada Otras coberturas 1.90 0.001
Vegetación natural conservada Pastizal 480.42 1.23
Vegetación natural conservada Vegetación natural perturbada 903.38 2.32
Vegetación natural conservada Vegetación secundaria 138.72 0.36
Vegetación natural perturbada Coberturas antrópicas 91.07 0.23
Vegetación natural perturbada Otras coberturas 53.26 0.14
Vegetación natural perturbada Pastizal 230.15 0.59
Vegetación natural perturbada Vegetación secundaria 2007.96 5.15
Otras coberturas (zona sin
vegetación aparente)
Coberturas antrópicas 55.44 0.14
Zona inundable Coberturas antrópicas 12.62 0.03
Total 6558.77 16.82
Como se puede apreciar, las coberturas que presentaron mayores cambios
(transición) en términos de superficie son: de vegetación natural perturbada a
59
vegetación secundaria (5.15%); de vegetación natural conservada a perturbada
(2.32%); y la vegetación natural conservada a pastizal (1.23%). Estas transiciones
implican un incremento en cuanto a la degradación ambiental por una pérdida
importante de la calidad ecológica de estos ecosistemas.
II.4.3 Procesos de cambio de uso del suelo
Para entender mejor los cambios en la cobertura vegetal y uso de suelo, no
sólo es necesario medir dónde y cuándo ocurren dichos cambios, sino también
comprender los mecanismos detrás de éstos y el contexto social y económico en
el que se desarrollan (Lambin y Ehrlich, 1997).
A partir de los análisis anteriormente presentados y de la revisión de los
Planes Rectores de Producción y Conservación generados para cada una de las
nueve microcuencas que conforman la Subcuenca Támbula- Picachos, así como
de la información obtenida de la revisión de literatura, y de algunas entrevistas
informales realizadas a algunos actores clave de la Subcuenca, se determinaron
cuatro procesos principales implicados en el cambio de uso de suelo y la cobertura
vegetal.
1) Degradación antrópica/ Deforestación: Conversión o alteración de la
vegetación nativa a usos de suelo antrópicos. Proceso que presenta las mayores
tasas de cambio representando el 19.42% de los cambios totales en el uso del
suelo y la vegetación. Los agentes de cambio vinculados a este proceso son la
urbanización y la intensificación de la ganadería extensiva.
2) Revegetación. Conversión de usos del suelo antrópicos a coberturas de
vegetación natural (nativa). En este caso los agentes de cambio están vinculados
con actividades de reforestación o bien de recuperación natural de los
ecosistemas. Menos del 1% del área de la cuenca ha presentado cambios
derivados por este proceso.
3) Permanencia. Condición de no cambio de usos del suelo entre dos
fechas (t1-t2). Relativo a las mismas categorías. 71.15% del área ha estado estable
o sin cambios en sus categorías
60
4) Conversión entre coberturas antrópicas. La conversión de zonas
agrícolas a pastizales, o de alguna de estas categorías a zonas urbanas o sitios
de extracción de materiales. El 8.43% de la superficie de la cuenca ha presenta
cambios por este proceso.
II.4.3.1 Factores socioeconómicos relacionados al cambio de uso del suelo
de la Subcuenca
a) Urbanización
Históricamente, la urbanización de la Subcuenca inicia en el siglo XVI con la
fundación de asentamientos humanos ligados con la explotación minera, siendo el
asentamiento de San Miguel el Grande un importante punto de paso del Antiguo
Camino Real, parte de la ruta de la plata que conducía a Zacatecas. Como parte
de la organización regional del Virreinato en el siglo XVII, se constituyeron un
conjunto de ciudades articuladas con la Cd. de Guanajuato (capital minera de la
Colonia), donde se diversificarían las actividades productivas mineras, agrícolas,
pecuarias e industriales (Wright, 1999).
La crisis minera en el periodo independentista, propició el auge de
haciendas agrícolas en la zona, y con ello la concentración de rancherías de
campesinos ligados a ellas, en donde la Cd. de San Miguel de Allende era el
centro de intercambio comercial y cultural de mayor importancia (Wright, 1999).
Con el impulso de la agricultura durante las décadas de 1940 a 1960,
derivada de la conocida "Revolución Verde", se inició el incremento poblacional en
las familias locales, para incrementar la fuerza de trabajo en actividades del
campo. La Cd. de San Miguel continuaba siendo un centro mercantil, y la
población se encontraba dispersa en las antiguas rancherías que constituyeron
localidades y ejidos. Después de la Segunda Guerra Mundial la zona comenzó a
recibir una importante afluencia de turismo extranjero, los cuales comenzaron a
pasar largas temporadas en la Ciudad (Patterson, com pers).
El mayor crecimiento urbano de la Subcuenca, particularmente de ciudad
de San Miguel de Allende, estuvo vinculado con un importante crecimiento
demográfico ocurrido entre 1980 a 1995, periodo que presentó una tasa de
61
crecimiento anual de 4.2%, muy superior a la registrada en el Estado de
Guanajuato y en el resto del país (del orden de 2.1%) (INEGI, 1981, 1991,1996).
Se promovió la urbanización de la zona de acuerdo a las directrices marcadas por
el modelo de desarrollo económico nacional, en donde se daba prioridad a las
actividades industriales, comerciales y turísticas concentradas en zonas urbanas,
sobre las actividades primarias realizadas en las áreas rurales . Esto, aunado a la
crisis agrícola iniciada en la década de 1980, contribuyó un proceso migratorio de
tipo rural- urbano, y con ello al rápido crecimiento de la Ciudad de San Miguel de
Allende, acompañado de cambios de uso del suelo ante la demanda de mayor
infraestructura para vivienda, industria, servicio y comercio (Ramírez- Velázquez y
Tapia-Blanco, 2000).
Hoy en día, la presión del cambio de uso del suelo por procesos de
urbanización en la Cd. de San Miguel de Allende y su periferia, no sólo se
encuentra relacionada con el crecimiento poblacional, pues se vincula con el
crecimiento del sector inmobiliario, que ha provocado una alta especulación de
propiedades y terrenos dentro de la Ciudad, lo que a su vez ha incrementado la
presión de dicho mercado por la adquisición de terrenos, en sus alrededores. Una
importante fuerza motora de esta demanda es el "turismo residencial" (Hiernaux,
2005); en el que inversionistas tanto nacionales como extranjeros buscan
segundas residencias en San Miguel de Allende (de manera temporal o
permanente), debido a los diversos atractivos que ofrece la zona y las facilidades
que se les otorga, tanto en las políticas de vivienda, como en la apertura al capital
privado, y en el caso de los extranjeros las pocas limitantes para su estancia en el
país (Arias com. pers.).
Por otro lado, los altos precios marcados por el sector inmobiliario han
hecho incosteable el acceso a vivienda a la población de menores ingresos
económicos, que ha optado por buscar propiedades en áreas más accesibles;
provocando el cambio de uso del suelo en zonas en donde anteriormente no
ocurría esta presión urbana. De esta forma se establecen asentamientos
irregulares, muchos en áreas poco aptas y vulnerables, llegando incluso a
constituir colonias ilegales (como San Martín y Pantoja) (Morales com. pers).
62
Figura 9. Representación espacial de los principales procesos de cambio de uso del suelo y la vegetación en la Subcuenca, 1993-2008
Procesos de cambio de uso del suelo y la vegetación
63
Emigración
Demanda de mercado
inmobiliario- Especulación de
precios
Asentamientos
irregulares
Abandono del campo
Ganadería extensiva
Inversión nacional/
extranjera: turismo
residencial
Fragmentación
Tenencia de la tierra
Tierras de uso común
Venta de terrenos
ejidales
Urbanización de zonas
rurales
Vegetación natural conservada
(SBC, MXC, BE, VMIX)
Vegetación natural perturbada
(SBC, MXC, BE, VMIX)
Pastizal inducido
(zonas de agostadero)
Vegetación secundaria
(Matorral espinoso) Áreas agrícolas
(temporal, riego y humedad)
Asentamientos humanos e
infraestructura
Otras coberturas
Incluye zonas sin vegetación
aparente y sitios de extracción
Políticas públicas Degradación antrópica/Deforestación
Revegetación
Permanencia
Conversión entre coberturas antrópicas
Figura 10. Modelo de cambio
64
La penetración de la "zona urbana" en las áreas periurbanas y rurales, ha
tenido profundas implicaciones ambientales, sociales, culturales y económicas.
Esta forma de crecimiento urbano, promueve el desorden territorial y con ello a
que se incrementen los conflictos entre los actores sociales que compiten por el
acceso, apropiación y uso de los recursos y espacios de la Subcuenca.
Ambientalmente, se intensifican problemas como la contaminación, la
degradación del suelo, la disminución en la recarga de acuíferos, así como se
ejerce mayor presión sobre los recursos del territorio, y con ello, se reduce la
capacidad de resiliencia de los ecosistemas de la Subcuenca lo que modifica los
procesos naturales que ocurren dentro de esta.
Socialmente, se promueve un cambio en la dinámica de las comunidades
que anteriormente se encontraban dispersas o alejadas de la mancha urbana, y
que actualmente están destinadas a convertirse en suburbios de la misma (como
el caso de Alcocer o Guadalupe del Canal). Asimismo, se han acentuado las
desigualdades sociales ante falta de equidad de oportunidades en el acceso a
infraestructura (vivienda) y servicios educativos o de salud; a su vez se han
generado otras, ante las nuevas formas de interacción social entre los pobladores
de ámbitos rurales en su vinculación con los ámbitos urbanos (Cebada- Contreras,
2009).
Culturalmente, ocurre un cambio en la identidad cultural, al ocurrir una
mutación de sus costumbres y formas de vida, además de cambios en el sentido
de pertenencia, apropiación y valoración del territorio. Un ejemplo de ello son las
percepciones de los habitantes sobre sus tierras y las tendencias de lotificación y
venta que de terrenos ejidales (INEGI, 2007).
Económicamente, la tendencia del cambio de uso de suelo a marcado
cambios de las actividades productivas primarias, hacia el sector secundario y
terciario. En términos territoriales, estos demandan formas diferentes de explotar
los recursos naturales, lo que implica también cambios en cuanto a la distribución
de las actividades en el territorio.
65
b) Ruralidad sin agricultura: Emigración y abandono del campo
El contexto proteccionista en el cual se desarrolló la agricultura mexicana se
modifica de manera sustancial con la crisis de la deuda de 1982, y la consecuente
instrumentación de un modelo económico neoliberal cuyo pilar fundamental es la
modernización con base en la apertura comercial y el retiro de la intervención del
Estado en la economía (Fritscher, 2004)
En el sector rural, lo anterior se interpretó como la reducción del papel del
Estado en el crédito, comercialización y otro tipo de servicios de apoyo a la
agricultura (Téllez, 1994). Luego de décadas de depender por completo del
Estado, los campesinos se enfrentaron con la necesidad de convertirse en
productores viables y competitivos en condiciones por demás desventajosas y en
un entorno adverso, caracterizado por la importación creciente de alimentos
baratos muy subsidiados de Estados Unidos, y el dominio de los cultivos de
exportación; al tiempo que los apoyos públicos destinados al desarrollo rural
disminuyen significativamente y se fortalecen los programas de corte
asistencialista orientados más a contener la pobreza que a estimular la
producción nacional (Rubio, 2006).
Ante este escenario, el campo ha dejado de ser una actividad rentable, por
lo que la migración se vislumbra como la única alternativa de subsistencia,
particularmente para aquellos que no son ejidatarios o que no cuentan con títulos
de propiedad, lo que ha conllevado al abandono de tierras de cultivo. En la
Subcuenca, en un periodo de 15 años, aproximadamente 1625 hectáreas de
tierras agrícolas (tanto de riego como de temporal) han cambiado su uso; de éstas
cerca de 500 ha. se han integrado a otras coberturas antrópicas (principalmente
viviendas); y las 1125 restantes se pueden considerar como "tierras en abandono".
La falta de interés de la población joven por el trabajo en labores del campo,
también ha sido influenciada por las tendencias migratorias, pues en general a
partir de los 15 años de edad, los jóvenes (principalmente varones) buscan salir de
sus comunidades para incorporarse al mercado laboral, ya sea de las ciudades de
San Miguel de Allende, Querétaro, Celaya, D.F. o bien de E.U.A (UAQ, 2009).
66
Las transformaciones de la vida rural y la subsecuente migración, han traído
consigo cambios en relación con la tierra, la forma de apropiación, acceso y uso
de los recursos.
En los espacios rurales está ocurriendo una "urbanización", promovida por
las presiones del mercado inmobiliario y también por los procesos migratorios. El
aumento de la superficie de los asentamientos humanos en estas localidades, se
debe en parte a algunos de los migrantes buscan comprar o construir una casa,
para tener un lugar al cual llegar cuando regresan a sus localidades de origen,
aunque sea de manera temporal; aunque por éstas puedan permanecer mucho
tiempo deshabitadas o en completo abandono.
La construcción de viviendas, también va acompañada de la apertura de
nuevos caminos y la pavimentación de los existentes; a su vez porque los
migrantes traen consigo vehículos que generalmente dejan en su comunidad. Al
respecto cabe mencionar el fuerte impacto que han tenido los cauces naturales
cercanos o inmersos dentro de los asentamientos humanos; pues algunos han
sido modificados para ser utilizados como calles o caminos, (incluso se
encuentran parcialmente pavimentados) y alrededor de estos se han construido
viviendas. Otros cauces son utilizados como depósito de basura o de aguas
residuales provenientes de las tuberías y drenajes de las casas que no cuentan
con fosas sépticas (cabe resaltar que muchas viviendas carecen de baños o
letrinas y se produce fecalismo al aire libre). La modificación de los cauces, no
sólo tiene impactos en el flujo natural del agua, sino también en un incremento en
la vulnerabilidad y riesgos por inundación en la cuenca, además de la pérdida del
valor ecológico que estos representan (corredores naturales).
Finalmente, desde el punto de vista económico, las remesas de los
emigrantes constituyen el principal aporte económico para muchas familias de las
comunidades, lo que significa que la realización de actividades productivas sea
sólo para el autoconsumo o aprovechamiento local. Ante esta racionalidad existen
dos escenarios: 1) en algunas comunidades se ha minimizado el impacto sobre
ciertos recursos, al verse reducidas la labores del campo (Estancia del Canal,
67
Fajardo de Bocas- Fajardo de Támbula, El Tigre) 2) El deterioro de los recursos
naturales es escasamente percibido y por ende no valorado por los productores
locales, pues el mantenimiento de los recursos y su buen estado queda disminuido
frente a otros factores que afectan su toma de decisión, en este caso la migración
como medio de subsistencia (Appendini y Torres- Mazuera, 2008).
c) Ganadería extensiva
La conversión de terrenos hacia usos agropecuarios es una de las causas
más importantes de deforestación a nivel mundial (FA0,2000). En la subcuenca
Támbula- Picachos, las actividades pecuarias de tipo extensivo son responsables
de la fragmentación, perturbación y cambio de uso de suelo que ocurre en la
mayor parte de los ecosistemas naturales de la cuenca. La extensión de pastizales
inducidos incrementó en 2088 hectáreas de 1993 a 2008, siendo las áreas con
algún tipo de cobertura vegetal natural (conservada o perturbada) las más
afectadas. Aunado a lo anterior, la introducción de ganado en zonas de vegetación
natural contribuye a la perturbación y degradación de las mismas, dando cabida a
especies secundarias y algunas parásitas, que en general son de poco interés
alimenticio para el ganado (Carranza com. pers).
Cabe señalar que el principal sistema de producción corresponde a
pequeñas unidades ganaderas, en donde la actividad permanece articulada a la
estrategia de supervivencia o ahorro de las familias locales. De esta forma el
mantenimiento de algunos animales o de pequeños hatos, manejados de forma
extensiva, es un activo económico que se utiliza en situaciones inesperadas, como
pueden ser enfermedades o para adquirir ropa, educación o realizar festejos. Así
la inversión del trabajo para el manejo del ganado es mínima, por lo que el libre
pastoreo continúa extendiéndose de manera no ordenada, lo cual impacta
significativamente los recursos naturales de la cuenca e incentiva el cambio de
uso del suelo.
68
d) Tenencia de la tierra
Aunque a partir de este estudio no se tiene puede precisar el efecto directo
que han tenido las políticas públicas y los programas gubernamentales sobre el
cambio de uso de suelo de la cuenca, se considera relevante mencionar la
importancia que han tenido las reformas estructurales como agentes causales que
dictaminan las formas de ocupación y uso del territorio, en particular las vinculadas
con la tenencia de la tierra.
A partir de las políticas de fomento al desarrollo rural, emprendidas en el
país a partir de la Reforma Agraria, se configuró un sistema de tenencia de la
tierra, que reconoce dos tipos de propiedad: la propiedad social de los ejidos y
comunidades agrarias; y la pequeña propiedad. En la subcuenca Támbula-
Picachos el 35% de la superficie son terrenos de tipo ejidal, el 60% de tipo
privado y 5% propiedad federal.
El ejido, es una forma de tenencia de la tierra en la ocurre un mecanismo
dual de derechos: las parcelas individuales en las cuales un ejidatario tiene la
posibilidad de usufructuarlas de la manera que más le convenga; y las tierras de
uso común, a las cuales todo el ejido puede tener acceso a usufructo de acuerdo a
las reglas de establecidas por la asamblea ejidal (en caso de que existan).
Muchos estudios han argumentado que debido a sus características
prácticas de no exclusividad y rivalidad, las tierras de uso común son las que han
sido sometidas a mayores presiones (Braña y Martínez, 2005), como resultado de
una "tragedia de los comunes" (Ostrom, 1986). Al predominar la indefinición de
derechos (individuales) de propiedad de la tierra de uso común, la carrera por la
apropiación prevalece a través de una relación de control físico sobre el recurso.
Esta situación se traduce en invasiones, asentamientos irregulares y desmontes
en señal de posesión Asimismo, la inseguridad de la tenencia, es un desincentivo
para invertir en actividades de protección, y por ende la degradación de las áreas
comunes (Linck, 1999; De Janvry et al., 2001).
Sin embargo, la teoría de la tragedia de los comunes no puede
generalizarse a todas las comunidades agrarias y ejidos del país. De hecho,
69
algunos autores señalan que en algunos casos las tierras comunales están
vinculadas con un sentido de comunidad y unión entre los miembros de los ejidos
y comunidades, los cuales han logrado un manejo colectivo y sustentable de los
recursos comunes, logrando beneficios sociales, económicos y ambientales
(Madrid et al, 2009). Esto se encuentra articulado a procesos de organización
internos, en los que puedan llevarse a cabo mecanismos de planificación, decisión
y ejecución de manera colectiva (Toledo, 1997; Chonchol, 2006).
Lamentablemente, en general en los ejidos y comunidades de la
Subcuenca, existe una falta de organización y una ausencia de procedimientos
tranparentes y bien definidos de administración, lo que ha propiciado una
distribución desigual de los beneficios (entre los ejidatarios, posesionarios y
comuneros), así como fricción social (UAQ, 2009; Lagarrivel com pers). Esta falta
de integración y desigualdad no es reciente, y está articulada con la historia del
campesino en la región que se remonta a los tiempos de las haciendas agrícolas
establecidas en el área y la relación entre los peones y hacendados.
Aunado a lo anterior, los ejidos y comunidades se enfrentan a las
externalidades derivadas de la actual dinámica económica de la zona, la liberación
del comercio (TLC) y la eliminación del control de los precios, que junto con las
crisis económicas recurrentes, conllevan a cambios en su estructura interna
acompañados de modificaciones en el uso del territorio. Esto ha provocado la
venta de terrenos ejidales (parcelas individuales), así como mayor presión sobre
las áreas de uso común, ante el avance individual y el incentivo de apropiación por
parte de ejidatarios y posesionarios, lo que ha conllevado al parcelamiento
económico.
Por otro lado, la privatización del territorio de la Subcuenca, implica
cambios en el proceso de toma de decisiones, ya que ante heterogeneidad de
racionalidades, donde prevalecen los intereses individuales por sobre los
comunes, se plantean diferentes formas para la organización, producción y uso del
territorio. Si a esto se suman las diferencias culturales derivadas de la dinámica
poblacional y cultural que ocurre en la zona, esto representa escenarios distintos
70
para el aprovechamiento y manejo de los recursos naturales y en general la
planeación territorial de la Subcuenca.
II.4.4 Escenario tendencial 2020
Utilizando este marco conceptual, es posible proyectar lo que sucedería de
mantenerse los esquemas de transición y las tasas actuales de cambio. Utilizando
el módulo Land Change Modeler for Ecological Sustainability, se hizo una rápida
evaluación de las tendencias de cambio generando un uso de suelo proyectado al
año 2020 (Figura 11).
De acuerdo a este escenario, de continuar las tendencias actuales de
crecimiento urbano, y tomando en consideración los estimados de crecimiento
demográfico contemplados por CONAPO para el 2020 (una población de 139,000
habitantes), la mancha urbana presentará un crecimiento del 55.38% con respecto
a 1993 y de un 28% con respecto al escenario actual.
Las predicciones también prevén un detrimento en la superficie neta de
vegetación natural (con reducciones de hasta el 48% de la superficie), un
incremento de la superficie de vegetación secundaria y un mayor aislamiento entre
los fragmentos de vegetación. Esta reducción de la cobertura vegetal también se
observa en un incremento en la superficie de pastizales (37%), así como de áreas
que presentan problemas de erosión por cárcavas.
Las áreas agrícolas, tanto de riego- humedad y temporal, también
presentarán una disminución en superficie (24%), lo cual se explica principalmente
por el fenómeno migratorio que se vive en la región y en el abandono de las
actividades del campo (Figura 12).
71
Figura 11. Mapa de uso del suelo y vegetación de la Subcuenca Támbula- Picachos, en una proyección al año 2020
72
Figura 12. Cambio de uso del suelo y la vegetación de la Subcuenca Támbula- Picachos para los años 1993-2003-2008-2020. Los valores representan el porcentaje superficial de cada categoría.
MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; AGR= Agricultura de riego; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; SBCC= Selva baja caducifolia conservada; SBCP= Selva baja caducifolia perturbada; MXCC= Matorral xerófilo crassicaule conservado; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule perturbado; BEC= Bosque de encino conservado; BECP= Bosque de encino perturbado: VRP= Vegetación riparia perturbada; VMIX= Vegetación mixta; CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable;
SEMT= Sitio de extracción de materiales; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
1993
2003
2008
2020
MU
RB
AG
T
AG
R
PA
S
MEV
S
SBC
C
SBC
P
MX
CC
MX
CP
BEC
BEP
VR
P
CA
G
CA
UC
ZIN
D
SEM
T
ZSV
A
VM
IX
MURB AGT AGR PAS MEVS SBCC SBCP MXCC MXCP BEC BEP VRP CAG CAUC ZIND SEMT ZSVA VMIX
1993 7.41 38.17 7.64 14.91 4.85 1.00 3.29 2.49 9.49 2.31 4.50 0.17 0.71 0.83 0.68 0.23 0.55 0.78
2003 8.69 34.07 7.57 19.47 5.25 0.76 3.20 2.14 8.39 2.02 4.39 0.17 0.60 0.82 0.64 0.37 0.68 0.75
2008 9.44 33.28 7.64 20.26 8.62 0.51 2.88 1.08 5.14 1.40 4.50 0.10 0.37 0.81 0.63 0.39 2.33 0.64
2020 11.51 30.17 7.50 25.23 9.54 0.29 2.47 0.54 3.00 0.93 4.29 0.01 0.36 0.81 0.61 0.39 1.82 0.54
Cambio de uso de suelo y vegetación
73
II.4.5 Riesgo de deforestación (fragilidad de la vegetación).
De acuerdo a García-Coll et al., (2004), el riesgo de deforestación es la
situación en la cual los ecosistemas están expuestos ante uno o más factores de
perturbación, capaces de cambiar la estructura y composición de la vegetación
debido a que existen condiciones ambientales favorables para ello, mismas que
estimulan el cambio en el uso del suelo.
Este concepto está relacionado con la fragilidad ecológica de los
ecosistemas, y la capacidad de los mismos para evitar cambios cuando se ven
sujetos a algún tipo de presión externa, lo que se conoce como resistencia; o en el
caso de que sufran cambios, de la velocidad con la que el ecosistema es capaz de
regresar a sus condiciones originales, es decir su resilencia.
Para obtener un diagnóstico de riesgo de deforestación en la subcuenca, se
utilizó el modelo tendencial previamente generado con el módulo Land Change
Modeler para identificar las presiones del medio circundante (los usos del suelo)
sobre los parches de vegetación natural. Posteriormente, siguiendo el método
propuesto por Mas et al (1996), se estableció una regresión entre el modelo
tendencial con un mapa de pendientes generado a partir del Modelo digital de
elevación y un mapa de accesibilidad generado a partir de la cercanía a vialidades
(pavimentadas y terracerías).
Bajo este esquema se plantea que existe mayor riesgo de deforestación en
aquellos lugares donde la pendiente es baja, la zona es más accesible y la presión
del uso circundante es alta. Finalmente los resultado de este indicador fueron
clasificados en cinco clases de muy baja a muy alta. Los resultados se presentan
en la siguiente figura .
74
Figura 13. Riesgo de deforestación en la Subcuenca Támbula- Picachos
75
De acuerdo al análisis, al hacer la sumatoria de las superficies de todos los
tipos de vegetación natural, en sus distintos estados de conservación (conservado
y perturbado), en 1993 habían 9309.79 hectáreas de vegetación natural y en 2008
se redujo a 6528.31 hectáreas, lo cual quiere decir que aproximadamente 3051.48
ha., es decir el 32% de la vegetación de 1993, fueron deforestadas y convertidas a
otro tipo de uso de suelo. A pesar de que durante ese periodo han ocurrido
reforestaciones en la zona, la superficie de estas es inferior al 1% del área de la
subcuenca, por lo que no se considera representativa.
En el escenario de riesgo, el matorral xerófilo crassicaule es el tipo de
vegetación con mayor presión por deforestación, pues al ser el más ampliamente
distribuido en la zona, ocupando principalmente zonas de pendientes bajas y
medias, es también el más accesible. Tan solo de 1993 a 2008 este tipo de
vegetación perdió casi el 50% de su cobertura original (con respecto a 1993) y de
acuerdo a la prospección perderá el 50% de su cobertura actual. Los tipos de
vegetación que siguen en cuanto a grado de riesgo por deforestación son la selva
baja caducifolia, con reducciones del 21.2% de su cobertura actual; la vegetación
mixta (17.3%), el bosque de encino (15%) y la vegetación riparia (4.3%). De
manera general el escenario considera que el 45% de la cobertura vegetal actual
se perderá de no mitigarse los impactos negativos y las presiones sobre los
ecosistemas de la Subcuenca.
76
II.5 CONCLUSIONES
Derivado de los análisis presentados, se puede concluir que la subcuenca
Támbula- Picachos se encuentra bajo un proceso acelerado de transformación de
la cubierta del terreno. Si bien, el cambio total en el área, no parece
numéricamente significativo (casi el 17%); las altas tasas de cambio entre
periodos tan cortos de tiempo 1993-2003 (10 años) y 2003-2008 (5 años), indican
que los procesos de cambio se están acelerando de manera alarmante; siendo
relevante el detrimento de la superficie neta de vegetación natural, y el incremento
de las zonas urbanas, la vegetación secundaria y los pastizales, así como áreas
sin vegetación aparente, lo que implica procesos de degradación del suelo.
Se determinaron cuatro procesos implicados en el cambio de uso del suelo
y la cobertura vegetal, siendo la degradación antrópica y la deforestación los más
importantes, cuyos principales agentes de cambio son el crecimiento urbano, la
emigración, la ganadería extensiva y los cambios en la tenencia de la tierra.
De acuerdo al escenario tendencial a mediano plazo (2020), el panorama
para la subcuenca no es alentador, puesto que su estructura original se verá
fuertemente afectada de no mitigarse los impactos negativos sobre los
ecosistemas naturales, que presentan fuertes presiones por deforestación y
cambio de uso del suelo; por lo cual urge el desarrollo y aplicación de programas
sustentables enfocados al manejo integral de la subcuenca, para asegurar su
integridad funcional en el corto, mediano y largo plazo.
Importancia en el contexto de este estudio. Como se ha descrito
anteriormente, el conocer las formas de ocupación y uso del territorio permite
tener una perspectiva de las diversas presiones ejercidas sobre el mismo, además
de que permite evaluar los efectos que los cambios de uso del suelo tienen en la
respuesta hidrológica en la Subcuenca y su relación con los procesos de
degradación que ocurren en la misma.
77
II.6 LITERATURA CITADA
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80
CAPITULO III
EVALUACIÓN DE LA DEGRADACIÓN DEL SUELO DE LA
SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE,
GUANAJUATO
RESUMEN
En este capítulo se presenta la evaluación sobre la condición del suelo y su degradación
por procesos de erosión hídrica y compactación, en la subcuenca Támbula- Picachos. Con base en
la delimitación de unidades homogéneas del paisaje, (unidades morfoedafológicas), se hicieron
recorridos en el área de estudio, identificando, localizando y evaluando para cada unidad, los
indicadores de campo de pérdida del suelo y su grado de afectación. Asimismo, se tomaron
muestras de suelo mediante el uso de cilindros de acero de volumen conocido, con la finalidad de
estimar la densidad aparente, porosidad y grado de compactación. De acuerdo a los resultados, el
93.4% de la Subcuenca presenta algún tipo de proceso erosivo, y el 53% del área presenta
problemas de compactación de moderadamente altos a muy altos, localizándose los problemas de
degradación principalmente en la zona media de la cuenca. El sobrepastoreo, la deforestación y la
tenencia de la tierra, en particular las áreas de uso común, fueron identificados como los
principales factores causales de los procesos de deterioro del suelo. Estos resultados sirven de
base para identificar áreas críticas para implementar estrategias de restauración y conservación del
suelo y su potencial productivo.
III.1 INTRODUCCIÓN
La degradación de la tierra4 se define generalmente como una reducción
temporal o permanente en la capacidad actual y potencial de la tierra para producir
bienes y servicios (FAO,1980). Esta condición de la tierra, está gobernada por
procesos dinámicos que ocurren a diferentes escalas espaciales y temporales;
siendo esta interacción entre escalas la responsable de los efectos retardados
entre la intervención en un sistema y las respuestas observadas (Maas et al.,
2007).
4 Se define Tierra, como un el sistema bioproductivo terrestre que comprende el suelo, la vegetación, otros
componentes de la biota y los procesos ecológicos e hidrológicos que se desarrollan dentro del sistema.
81
Como soporte de todos los ecosistemas terrestres, se considera al suelo5 y
su calidad como uno de los mejores indicadores de la degradación de la tierra
(Cotler et al., 2007). La vida sobre la tierra depende de las funciones del suelo,
como soporte la productividad vegetal (natural y cultivada) y animal; como
reservorio de nutrientes, carbono y biodiversidad; como regulador de los ciclos
biogeoquímicos; y como sostén de la salud humana (Stocking y Murnaghan, 2001;
Lal et al., 1997).
De manera general, se reconocen dos grandes procesos de degradación
del suelo: 1) por desplazamiento del material del suelo (erosión hídrica y eólica); y
2) la resultante de su deterioro interno que considera procesos de degradación
física y química (SEMARNAT-COLPOS, 2002).
Los factores causativos pueden ser naturales o antrópicos, o bien una
combinación de ambos. Entre las principales actividades humanas que causan
mayor impacto en los suelos se encuentran las actividades agropecuarias,
incluyendo la deforestación, el manejo inadecuado de los recursos forestales, el
sobrepastoreo y los sistemas de producción agrícola (Cotler et al., 2007).
El estudio de la magnitud, dinámica y causalidad de estos procesos,
permite sentar las directrices para la implementación de programas de
restauración y conservación de suelos, de reforestación, manejo de cuencas
hidrográficas y combate a la desertificación (Lal et al., 1997; Cotler et al., 2007).
En México, los estudios de degradación de los suelos del país han estado
enfocados en conocer las pérdidas del suelo por erosión. Sin embargo, el
conocimiento sobre el estado actual de este fenómeno es aún incipiente, y la
literatura sobre el tema sigue siendo escasa, dispersa y en ocasiones confusa o
contradictoria, lo que refleja la poca importancia que se le ha dado al problema
(Obregón et al., 1999; Cotler et al., 2007 ).
5 El suelo, es la capa superficial de material mineral no consolidado que cubre las zonas terrestres, el cual
está determinado por las variaciones del paisaje y las condiciones del clima, la geomorfología, el drenaje y el uso de la tierra (Hernández, et al., 2006).
82
Aunado a lo anterior, pocos estudios en esta materia se han desarrollado
con una evaluación directa en campo y menos bajo los mismos lineamientos
(SEMARNAT- COLPOS, 2002). La mayoría de los estudios actuales están
basados en el uso de modelos matemáticos como la Ecuación Universal de
Pérdida del Suelo, la cual permite tener una estimación de la pérdida promedio del
suelo, más presenta diversas limitaciones sobre el conocimiento del proceso
erosivo en concreto (Ponzi, 1993).
Por ello, las evaluaciones directas in situ, permiten tener una visión más
integral y específica de los procesos degenerativos que ocurren en un territorio
(sobre todo en áreas pequeñas), además de servir de guía para verificar los
resultados obtenidos a través de la interpretación de datos por medio de
teledetección o los producidos por métodos indirectos de simulación (Van Linden y
Oldeman, 1997).
En este sentido, el análisis del paisaje es una herramienta útil pues ofrece
una visión integradora de la complejidad estructuro- funcional de la superficie
terrestre, constituyendo una base territorial adecuada para realizar evaluaciones
sobre la condición de los recursos naturales, sus procesos de degradación y
modificaciones antrópicas (Priego et al., 2004).
En este capítulo, se describe la evaluación directa de la degradación del
suelo realizada en la subcuenca Támbula- Picachos, en la cual se determinó el
estado actual de los procesos de deterioro del suelo en la zona, y se generó un
diagnóstico sobre sus causas y efectos (particularmente en el comportamiento
hidrológico).
83
II.2 ÁREA DE ESTUDIO
III.2.1 Fisiografía
Fisiográficamente la subcuenca Támbula- Picachos pertenece a dos
provincias: 1) la provincia fisiográfica IX Mesa Central o Mesa del Centro,
subprovincia 44, Sierras y Llanuras del Norte de Guanajuato; y 2) la provincia
fisiográfica X Eje Neovolcánico, subprovincia 52, Llanuras y Sierras de Querétaro
(COREMI, 2002).
La porción sur de la cuenca forma parte del Campo Volcánico San Miguel
de Allende (CVSMA), el cual contiene los estratovolcanes miocénicos más
septentrionales del Eje Neovolcánico. Dos de estos estratovolcanes han formado
el parteaguas de la subcuenca: El Cerro Picacho, formado por el complejo
volcánico Palo Huérfano (comprendido por el volcán Palo Huérfano y los domos
Cerro Colorado, el Pilón y Elvira) y el Cerro Támbula, que se originó del
estratovolcán La Joya (Pérez et al., 1996).
La provincia de la Mesa Central, se caracteriza por planicies de 1900 a
2200 msnm, con algunas elevaciones aisladas como el Cerro de La Márgara,
ubicado en el límite oriental de la subcuenca, con una elevación de 2610 m.s.n.m.
III.2.2 Geología
En cuanto a las provincias geológicas, la subcuenca se encuentra dentro de
la denominada "Faja Ignimbrítica Mexicana" en su límite con la provincia de la
"Faja Volcánica Transmexicana" (Ortega, 1991).
La subcuenca presenta varios tipos de roca, derivados de las estructuras
geológicas que tuvieron orígenes diferentes (Figura 14). Al sur de la cuenca, las
rocas son de origen volcánico acumulativo reciente, derivado de lavas muy
viscosas de tipo tubular (andesitas y basaltos) que corresponden a la edad del
volcán Palo Huérfano, datado en el mioceno tardío. (Alanis- Álvarez et al., 2001).
Dentro de este mismo período se inicia el relleno de las depresiones de San
Miguel de Allende, con sedimentos continentales, areniscas y conglomerados,
84
depositados en ambientes lacustres (COREMI, 2002). Estos depósitos de relleno
son sumamente importantes, pues es donde se ha almacenado el agua
subterránea, formando el acuífero que abastece de agua a la subcuenca (Aguirre,
2006).
Al noreste de la cuenca, en la zona ocupada por el Cerro de la Márgara, se
exponen rocas sedimentarias de origen marino (generalmente calizas y lutitas) y
rocas plutónicas y metamórficas de más de 100 años. Estas rocas sometidas a
esfuerzos compresivos, se levantaron y formaron montañas plegadas y colinas de
pendientes medias (Aguirre, 2006).
Figura 14. Mapa litológico de la subcuenca (Cartas geológicas COREMI, 2002)
85
III.2.3 Edafológica
De acuerdo a las cartas edafológicas de INEGI F14c54 y f14c55, a escala
1:50 000, actualizadas de acuerdo a la Base Mundial de Referencia de suelos
(FAO,2006); la subcuenca presenta tres tipos de suelo: phaeozem, leptosol y
vertisol.
El tipo de suelo de mayor distribución es el Phaeozem, ocupando una
superficie de 21932.22 ha, equivalentes al 56.2% del territorio de la cuenca. Este
suelo es el resultado de procesos de humificación que regula las propiedades del
suelo. Se localizan tanto en las partes planas, como en las pendientes ligeras de
las laderas de montañas. Presentan un horizonte superficial oscuro, rico en
materia orgánica y en nutrientes.
Los leptosoles son suelos que se encuentran en el 22% del área de estudio,
ubicándose principalmente en la cabecera de la cuenca, en laderas de montañas
con pendientes abruptas a suaves, pero también pueden encontrarse en menor
proporción en lomeríos y algunos terrenos planos. Se caracterizan por su perfil
edáfico limitado (profundidad menor a 20cm hasta la roca, tepetate o caliche duro).
Son muy variables en función del material que los forma. Por su naturaleza y su
distribución, son susceptibles a los procesos erosivos.
Los vertisoles se encuentran en 20% de la superficie de la cuenca.
Presentan perfiles más profundos, resultado de los procesos erosivos de arrastre y
acumulación de sedimentos. Se localizan principalmente en la zona de planicie
aluvial, así como en menor extensión en pidedomontes. Son suelos oscuros
(negros o grises), muy arcillosos y se caracterizan por las grietas anchas y
profundas que aparecen en ellos en la época de sequía. Su utilización agrícola es
muy extensa, variada y productiva. Son casi siempre fértiles, aunque presentan
ciertos problemas para su manejo, debido a su dureza, lo que dificulta su labranza.
86
III.3 METODOLOGÍA
III.3.1 Delimitación de unidades de relieve
Se realizó un levantamiento fisiográfico que consiste la estratificación
básica de unidades a partir de las formas del relieve; ya que cada unidad presenta
distintos tipos de procesos de modelamiento por efecto de las condiciones
climáticas, controladas por el tipo de roca, suelos y cobertura. En consecuencia,
cada unidad tiene una función ecológica distribuida en el espacio y por ello éstas
constituyen los componentes mesoestructurales más estables del paisaje (Cotler y
Priego, 2004; Mendoza y Bocco, 1998).
Para la delimitación de las formas de relieve se utilizaron las curvas de nivel
de 10m de equidistancia para la zona, y un modelo digital de elevación derivado
de estas. La interpretación se realizó básicamente siguiendo modelos
morfográficos. Las características que distinguen a las geoformas, utilizadas en su
delimitación y que forman parte de la leyenda, fueron:
-Litología: Las rocas en las cuales se desarrolla el relieve, están
íntimamente relacionadas al origen de las formas y los procesos que en la
actualidad los modelan (Bocco et al., 1999). La litología de la zona de estudio se
obtuvo de las hojas geológicas del Consejo de Recursos Minerales (COREMI,
2002).
- Pendiente: La inclinación del relieve permite distinguir diferentes formas de
modelado y los procesos que en él se desarrollan. La información de pendientes
se obtuvo a partir de la generación del Modelo digital de terreno.
-Tipos de suelo: La génesis de los suelos está íntimamente relacionada con
la forma del relieve en que se desarrollan, debido a que la roca o sedimento que
constituye el sustrato, conocido como roca madre, se transforma por procesos
exógenos (intemperismo), las diferentes pendientes determinan los procesos
pedogénicos (Priego et al., 2004). Los tipos de suelo fueron consultados en la
cartografía temática de INEGI, las cartas edafológicas F14C54 y F14C55 escala
87
1:50 000 elaboradas por INEGI (1973). Los suelos sirvieron para caracterizar las
unidades morfoedafológicas.
- Uso de suelo y vegetación. La presencia de la vegetación y los usos del
terreno, siempre indican, de alguna manera, las cualidades o características del
área donde se ubican. Se utilizó la cartografía de uso de suelo y vegetación
generada en el presente estudio y presentada en el capítulo II. El uso de suelo y
la vegetación fue utilizado para caracterizar las geoformas.
La información cartográfica se integró, procesó y editó en el software
ArcGIS 9.2. (ESRI, 2006).
III.3.2 Trabajo de campo
Se hicieron recorridos de campo en el área de estudio, mediante transectos
para abarcar las unidades representativas de la subcuenca (montaña, lomerío,
abanico aluvial, piedomonte, planicie y barranco) tratando de verificar y validar la
heterogeneidad de las formas determinadas. Se utilizaron estas unidades como
base para la evaluación directa de la degradación del suelo en la zona de estudio.
Para cada unidad se hicieron observaciones, que fueron registradas en
fichas de control (Anexo 1), en las cuales se anotaron características generales
del sitio como: geoforma, uso del suelo, pendiente, signos de degradación del
suelo en función de: 1) degradación de la cobertura vegetal; 2) erosión hídrica y 3)
signos de compactación y encostramiento.
Asimismo, se llevaron a cabo algunas evaluaciones in situ del horizonte
superficial del suelo, para registrar datos de textura, estructura, cobertura de
pastos y pedregosidad, siguiendo las especificaciones del Manual para la
descripción y evaluación ecológica de suelos en el campo (Siebe et al., 1996).
88
III.3.2.1 Indicadores de pérdida de suelo
La erosión es la pérdida de la capa superficial del suelo causada por la
ruptura de los agregados y el transporte de las partículas resultantes a otros sitios
(Pierson, 2000). Las actividades humanas pueden acelerar en gran medida los
procesos de erosión, al exponer el suelo al impacto del agua o del viento,
derivado de las formas de uso del suelo y su manejo (Kirkby, 1994).
Para evaluar la degradación del suelo por erosión en la Subcuenca, se
tomaron en cuenta los indicadores de campo propuestos en el Manual para la
evaluación de campo de la degradación de la tierra (Stocking y Murnaghan, 2001)
y por Cotler (comp. pers):
1) Microrelieve: Morfología específica del sitio en el que se puede distinguir
un relieve caracterizado por microsurcos o pequeñas crestas entrecruzadas
(conocido como erosión difusa).
2) Erosión laminar: Es el arrastre más o menor uniforme y poco perceptible
de delgadas capas de suelo superficial, por la acción del agua.
3) Pasillos de flujo. Lavado superficial marcado por la escorrentía que lleva
a superficies suavizadas en dirección del flujo.
4) Capa acorazada: Es la concentración de las partículas más gruesas del
suelo que, en condiciones normales, estarían aleatoriamente distribuidas en la
parte superior del suelo. Tal concentración de material grueso indica,
generalmente, que las partículas más finas han sido extraídas selectivamente por
erosión.
5) Pedestales: Columna de suelo que queda en pie a partir de la superficie
erosionada circundante, protegida en su parte superior por una capa de material
resistente (tal como una piedra, raíz o planta) (Figura 15)
6) Formación surcos: Depresión lineal poco profunda (menos de 20cm), o
canal en el suelo, que transporta agua después de lluvias recientes (Figura 15).
89
Los surcos se alinean perpendicular a la pendiente y se presentan en series de
líneas paralelas.
7) Exposición de raíces de plantas/árboles: Raíces expuestas, describe una
situación donde la base del tronco del árbol o las raíces laterales están
pacialmente expuestos por encima de la superficie actual del suelo (Figura 15).
8) Montículos a pie de árbol: Describe la situación donde el suelo bajo la
copa del árbol, está a un nivel mayor de altura que el suelo del área circundante.
Un montículo a pie de árbol tiene aproximadamente las misma forma y diámetro
que la copa del árbol que sobresale por encima(Figura 15).
9) Acumulación contra tronco de árbol/tallo de planta: Acumulación de suelo
sobre la cara de la parte alta de la pendiente, de un tronco de árbol o un tallo de
planta.
10) Palada o cascada de agua: Describe una depresión u hoyo establecido,
inmediatamente junto a la planta u otra obstrucción en la cara descendiente de la
pendiente (Figura 15).
11) Terracetas: Tipo de erosión causada por el ganado cuando camina en
terrenos de ladera. El paso continuo del ganado sumado a su peso ejercido en el
área de desplazamiento por las pezuñas, produce una compactación y la
formación de pequeñas terracetas que pueden degenerar posteriormente en
formas erosivas de surcos y cárcavas (Figura 15).
12) Cárcavas: Ocurre cuando en alguna parte del terreno hay una mayor
concentración del escurrimiento y la topografía del terreno permite la formación de
surcos con depresiones profundas, formándose zanjas o barrancos de grandes
dimensiones (Figura 15). Cuando la erosión hace retroceder las entalladuras de
los surcos y cárcavas en desarrollo, trae como consecuencia un aumento
regresivo de su tamaño y longitud, lo que se conoce como erosión remontante.
13) Remoción en masa o deslizamiento: Se debe, en términos generales, a
la acción del agua que se infiltra en un suelo arcilloso, y al desequilibrio del mismo
90
ante dicha acción y al efecto de la gravedad. El movimiento de las masas del suelo
puede ser de flujo lento o de flujo rápido.
Figura 15. Indicadores de tipos de erosión. Elaboración propia.
REMOCIÓN EN
MASA
CÁRCAVA
TERRACETAS
91
III.3.2.2 Compactación- densidad aparente
La densidad aparente es la relación entre el volumen del suelo (su estado
en el terreno) y su peso seco. Está relacionada con la textura y se expresa en
g/cm3. La densidad aparente aumenta al compactarse el suelo, por ello se
considera como un parámetro edáfico que permite calcular la porosidad del suelo,
y el deterioro de sus propiedades físicas por procesos de compactación
(USDA,1999).
Para medir la densidad aparente, se siguió el método del cilindro, que
esencialmente consiste en tomar una muestra de suelo con un cilindro de volumen
conocido. La técnica consistió en el uso de anillos de diámetro de 5.08 cm y una
altura de 3.13 cm (vol. de 50cm3), los cuales se introdujeron en el suelo con
golpes suaves de martillo sobre una base de madera. Posteriormente, con la
ayuda de una espátula los anillos fueron cuidadosamente removidos del suelo,
con lo cual se obtuvieron muestras inalteradas que fueron etiquetadas, envueltas
en papel aluminio y almacenadas en bolsas de plástico. Posteriormente en el
laboratorio se pesaron y se pusieron a secar en una estufa a 105°C por 24 horas.
Secas, las muestras se volvieron a pesar.
Figura 16. Toma de muestras para determinar la densidad aparente del suelo
Para determinar la densidad aparente se aplicó la siguiente fórmula:
Densidad aparente del suelo (g/cm3)= Peso del suelo (seco)
Volumen
92
III.4. RESULTADOS
De acuerdo a la cartografía morfométrica (pendiente, aspecto y modelo de
terreno) la cuenca es en general una unidad hidrológica de baja amplitud de
relieve ya que se desarrolla desde los 1840 hasta los 2810 m.s.n.m; localizándose
el 80% del área, por debajo de los 2150 m.s.n.m (Anexo 2).
Los principales pisos hipsométricos, están representados al sur de la
Subcuenca por el complejo volcánico de Los Picachos (2810m) y Támbula
(2720m) y al noreste por el Cerro de la Márgara (2610m) y las inmediaciones del
Cerro Alto (2780m).
En relación a las pendientes, éstas varían principalmente entre los 0 a los
40° ,aunque existen algunas áreas de pendientes más abruptas mayores de 45°
localizadas principalmente en Los Picachos (Anexo 2). Para la caracterización de
las unidades geomorfológicas las pendientes fueron clasificadas considerando los
siguientes intervalos:
Cuadro 8. Clasificación de las pendientes
Intervalo Tipo de pendiente
0- 3° Plano
3- 5° Pendiente muy suave
5- 15° Pendiente suave
15 - 35° Pendiente intermedia
35- 45° Pendiente empinada
>45° Pendiente abrupta
III.4.1 Caracterización y zonificación de las unidades de relieve
La zonificación geomorfológica de la Subcuenca Támbula- Picachos,
comprende 23 unidades, que corresponden a relieves de montaña, lomerío,
transición (abanicos aluviales y piedemontes), planicie y barranco, los cuales se
describen a continuación.
93
A) Montaña
Relieve caracterizado por elevaciones
orográficas que van de los 2120 a 2810
m.s.n.m, de altura relativa superior a los
300m. Representan el 35.22% de la
superficie territorial de la subcuenca. Se
ubican al sur de la misma en el CVSMA (campo volcánico San Miguel de Allende)
y al noroeste en el Cerro de la Márgara. De acuerdo a su origen (litológico) e
inclinación, estas han sido subdivididas (Cuadro 10).
B) Lomerío
Elevaciones suaves con pendientes de 3 a
los 15°, y de altura relativa inferior a 300m.
Representan el 14.87% de la subcuenca;
distribuidos a lo largo del área de estudio,
principalmente en zonas cercanas a las
laderas volcánicas de Los Picachos y el Cerro Palo Colorado. Son unidades de
acumulación de material fino y medio, a partir de procesos de rodamiento y
arrastre de suelos derivados de las laderas montañosas cercanas. Esta categoría
ha sido subdividida de acuerdo a su litología y pendiente (Cuadro 10)
C) Zona de Transición
C.1. Abanico aluvial
Acumulación de materiales
sedimentarios- aluviales, formados
donde los cursos de agua con mayor
gradiente de inclinación, detienen su
velocidad abruptamente al fluir sobre un declive de ligera inclinación; estas
acumulaciones forman generalmente un abanico abierto o un segmento de un
cono. Los abanicos aluviales han sido diferenciados de acuerdo a su pendiente,
94
en Abanico superior (pendientes de 5-10°) y abanico inferior (Pendiente menor de
5°). Estos representan el 12.54% de la superficie de la subcuenca (Cuadro 10).
C.2. Piedemonte
Unidades transicionales entre un relieve
positivo (de mayor pendiente) y la planicie.
Presenta pendientes muy suaves de (3 a
5°), la amplitud de relieve puede variar
considerablemente de decenas a cientos
de metros. Representan el 10.15% de la superficie de la subcuenca (Cuadro 10).
D) Planicie
Paisajes planos, o de muy baja pendiente
(menor de 3°), cuya génesis es variable,
producto de los depósitos de material
sedimentario y aluvial de textura media a
fina. La planicie ocupa un área de
25.12% en la subcuenca, siendo una de
las unidades de mayor distribución en la zona de estudio (Cuadro 10).
E) Barrancos
Unidades estrechas de pendientes y
paredes abruptas, donde se encuentran los
cauces que quedan entre las unidades
montañosas y algunas pendientes. Algunos
han sido incrustados en terrenos rocosos
por efectos de fracturamiento (como el
Charco del Ingenio). Representan el 2.08% de la superficie del área de
estudio(Cuadro 10).
95
Figura 17. Unidades de relieve de la Subcuenca Támbula- Picachos
96
II.4.2 Evaluación de la degradación del suelo por erosión
La evaluación se realizó a través de recorridos de campo en el área de
estudio, usando como unidad cartográfica las unidades de relieve definidas
anteriormente. Para fines de la evaluación, algunas formas de relieve fueron
subdivididas de acuerdo a su localización. Para cada unidad se hicieron
observaciones y se identificaron, los tipos de degradación y los indicadores de
pérdida del suelo. Los resultados por unidad se presentan en el Cuadro 10.
El grado de afectación de los procesos erosivos fue clasificado de acuerdo
a la metodología ASSOD para la Evaluación de la Degradación del Suelo Causada
por el Hombre (Van Lyden y Oldeman, 1997) de acuerdo a su intensidad:
Cuadro 9. Clasificación del grado de afectación del proceso erosivo
Grado de afectación Procesos que ocurren
0. Sin erosión
No se aprecia pérdida del suelo por arrastre superficial
Estabilidad de terrenos por condiciones naturales o antrópicas.
2. Ligera
La capa arable, cuando existe, se adelgaza uniformemente ; la erosión laminar es apenas perceptible
Erosión difusa
Indicios de microrelieve
4. Moderada
La capa arable ha perdido espesor; se aprecian surquillos. Ocurre en más del 75% del área.
Erosión difusa
Microrelieve
6. Moderadamente fuerte: Pérdida del 40-50% del horizonte orgánico. Ocurre en más del 75% del área. Requiere prácticas de conservación.
Erosión combinada(difusa, surcos, terracetas, pedestales).
8. Fuerte: Pérdida casi total del horizonte orgánico; se presentan surcos frecuentes y cárcavas aisladas. Ocurre en más del 75% del área. Requiere de prácticas mecánicas para la restauración y conservación del suelo.
Erosión combinada
Cárcavas
Deslizamientos y derrumbes
10. Extrema. Pérdida total. Cárcavas en una densa red y paisajes sin vegetación.
Cárcavas
Remoción de masas.
Asimismo se llevó a cabo, un muestreo del horizonte superficial (0-10cm
de profundidad), obteniendo un total de 36 muestras, de las que se obtuvieron in
situ datos sobre la textura, y pedregosidad. Cada punto de muestreo fue
georreferenciado con un GPS y los datos fueron cartografiados y extrapolados a
las unidades de estudio.
97
Cuadro 10. Unidades de relieve, sus características generales y signos de degradación del suelo.
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Muestra
1. M
ON
TA
ÑA
1.1
. M
on
tañ
a s
ob
re b
asalt
o
a)
Cerr
o P
ica
ch
os
Ladera abrupta (Pend > 45°)
L- Hh/Hl BEP (50.8%), BEC (21.7%), MEVS (17.9%); PAS (9.6%), otros usos (9.7%)
Vegetación natural perturbada (BE y VMIX) con presencia de especies secundarias como Dodonea viscosa e Ipomea murocoides. Algunas zonas abiertas con pastizales para agostadero.
- Erosión difusa, por arrastre de material ladera abajo. En 20% del área.
2 0.06 -
Ladera empinada (Pend 35-45°)
L- Hh/Hl Veg. perturbada (BE- MXC y VMIX) (41.4%); Veg. cons (BE- MXC y VMIX) (21.5%); MEVS (20.1%); PAS (14%); otros usos (2.8%)
Vegetación natural perturbada debido a la deforestación para apertura de áreas de agostadero y también por ganado. Cobertura de pasto 30%; arbustos (20%), árboles (30%). Zona pedregosa
- Pasillos de flujo evidentes en 20% del área.
- Erosión difusa en 50% del área.
- Pedestales en 5% del área de 2cm de altura (considerando tres cuadrantes de 5 x 5m). Pedestales en rocas.
- Remoción en masa de flujo lento de más de 15 años (perceptible en las ortofotos 1993, 2003, spot 2008) cerca de la localidad de Alcocer. Este tiene un amplitud de 13m, de 40 a 130 cm de altura y una longitud aprox de 100m ladera abajo.
- Remoción en masa de flujo rápido. Deslizamiento reciente, no mayor de 10 años, de aprox. 120m de longitud x 15 de amplitud.
4-8 2.30 27
Ladera intermedia. (Pend 15- 35°)
L- Hh/Hl PAS (29.9); Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (29.7%); MEVS (20.2%); Veg. cons (BE- MXC, SBC y VMIX) (10.2%); otros usos (9,2%); otros usos (9.2%)
Vegetación natural perturbada (MXC y VMIX) con presencia de especies secundarias. Pastizal inducido. Cobertura de pasto del 50%. Arbustos 25%. Suelo rocoso,
- Erosión difusa en 40% del área.
- Terracetas del 15-20% del área, con un prom.de 2-4 cm de altura y de 5-9 cm de ancho.
--Pedestales en piedras principalmente, en 10% del área, y con una altura de 4-5cm. (3 cuadrantes de 5 x 5).
- Capa de encostramiento de 1mm
6-10 6.98 41
98
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Muestra
1. M
ON
TA
ÑA
1.1
. M
on
tañ
a s
ob
re b
asalt
o
a)
Cerr
o P
ica
ch
os
Ladera suave (Pend 5- 15°)
L- Hh/Hl PAS (42.6%); MEVS (15.8%); AGT (15.6%); Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (12.6%); otros usos (12.5%)
Vegetación natural perturbada. En algunas localidades como Cabras de Begoña y Doña Juana, prácticamente removida con relictos de arbustos espinosos y vegetación secundaria. Cobertura de pastos del 40-50%.
No hay vegetación riparia en los cauces naturales.
- Microrelieve muy marcado 70% del área (muestra de 3 cuadrantes de 10m).
- Erosión difusa
- Pedestales en 10% del área de 2-5cm de altura. En Doña Juana, pedestales en vegetación de hasta 8cm.
- Terracetas en 30% de la superficie de 3-5 cm de altura y hasta 10cm de ancho. Para el caso particular de Sosnabar- Doña Juana, hay terracetas en el 45% de la zona y de tamaños variables de 5 a 20cm de altura y de 40cm a 3m de ancho.
-Suelo desnudo (sin protección de vegetación, ni piedras) 10-15%
- Cárcavas: En Doña Juana, hay cárcavas (4) de 1-2m de altura por 5-8 m de ancho, que son de tipo dendrítico que han seguido el curso de un drenaje natural, al cual han contribuido a su socavación. Se calcula que la longitud de las cárcavas es de casi 2Km.
6-10 6.14 7, 32
b)
Cerr
o T
ám
bu
la
Ladera empinada (Pend 35-45°)
L- Hh/Hl Veg. perturbada (BE- MXC y VMIX) (41.4%); Veg. cons (BE- MXC y VMIX) (21.5%); MEVS (20.1%); PAS (14%); otros usos (2.8%)
La veg, natural prácticamente removida, con matorral espinoso y vegetación secundaria especialmente Dodonea viscosa. La cobertura vegetal (aunque con veg secundaria) es del 60%.
- Erosión difusa
- Pasillos de flujo evidentes en un 20% del área.
- Terracetas de 2cm de altura y 4-5 de ancho, en 5% del área
- Pedestales esporádicos en piedras de 5cm de altura.
2-4 1.16 21
99
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Muestra
1. M
ON
TA
ÑA
1.1
. M
on
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a s
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re b
asalt
o
b)
Cerr
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ám
bu
la
Ladera intermedia. (Pend 15- 35°)
L- Hh/Hl PAS (29.9); Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (29.7%); MEVS (20.2%); Veg. cons (BE- MXC, SBC y VMIX) (10.2%); otros usos (9,2%); otros usos (9.2%)
Deterioro de la vegetación por el pastoreo y zona de paso del ganado. La vegetación original se encuentra muy perturbada con relictos de algunas especies nativas. Alta densidad de Dodonea viscosa. Cob. de pastos del 60% y arbustos 40%.
-Erosión difusa
- Microrelieve en 30% del área (muestra 3 cuadrantes de 10m).
- Pasillos de flujo evidentes en 10% del área.
4-6 4.07 25
Ladera suave (Pend 5- 15°)
L- Hh/Hl PAS (42.6%); MEVS (15.8%); AGT (15.6%); Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (12.6%); otros usos (12.5%)
Deterioro de la vegetación por el ganado y por las áreas agrícolas de temporal.
Cobertura de pastos es del 40-50%.
-Erosión difusa
-Microrelieve en un 30% del área
- Terracetas en un 5% del área, de 2cm de altura y 4 de ancho (3 cuadrantes de 5x5)
4-6 2.62 19
1. 2 M
on
tañ
a s
ob
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ne
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c)
Cerr
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Ladera empinada (Pend 35-45°)
Hh-L Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (39.8%); Veg. cons (BE- MXC, SBC y VMIX) (27.4%); PAS (17%); otros usos (15.7%)
En el encinar, que es la vegetación más dominante, no se observa una regeneración vegetativa con plátulas o ejemplares jóvenes, y la mayoría de los encinos son grandes y viejos (más de 40 años). Alta densidad de cactáceas. Cobertura de pasto del 40%. Zona muy pedregosa.
- Microrelieve poco marcado en un 10% del área.
- Pasillos de flujo evidentes en 10% del área.
- Terracetas esporádicamente distribuidas (<2% del área)
4 0.81 18
100
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
1. M
ON
TA
ÑA
1.2
. M
on
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a s
ob
re í
gn
ea á
cid
a
c)
Cerr
o L
a M
árg
ara
- C
añ
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Ladera intermedia. (Pend 15- 35°)
Hh-L Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (43.3%);PAS (17.3%); Veg. cons (BE- MXC, SBC y VMIX) (16.4%); MEVS (12.4%); otros usos (10.8%); AGT (14.4%); MEVS (12.6%); otros usos (10.8%)
Vegetación perturabada por zonas que han sido abiertas para el pastoreo y paso de animales.
Es una zona de ecotono entre distintos tipos de vegetación, principalmente Bosque de encino y Selva Baja caducifolia, observándose relictos importantes de estos, algunos en buen estado de conservación.
Cobertura de pastos del 50%
- Microrelieve en 30% de la superficie.
- Terracetas en 5% de la superficie (cuadrante de 5 X5) de prom 4cm de altura y 8 de ancho.
- Pedestales de <2cm en piedras, en 2% del área.
4-6 2.18 17
Ladera suave (Pend 5- 15°)
Hh-L PAS (40.4%); Veg. perturbada (BE- MXC, SBC y VMIX) (23.2%); AGT (14.4%); MEVS (12.6%); otros usos (9.3%)
Zona de agostadero. Hay manchones de vegetación natural pero perturbada por el ganado. Asimismo hay algunos cultivos de maíz de temporal. Cobertura de pastos 50-70%
- Microrelieve en 40% del área
- Terracetas en 10% del área de 2cm a 5cm de alto
- Montículos debajo del árbol (cubriendo la amplitud de la copa del mismo), en algunos encinares.
- Pedestales esporádicos.
4-8 3.30 16
1.3
M. so
bre
esq
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c)
Cerr
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Ladera empinada (Pend 35-45°)
L Veg perturbada (BE, MXC, VMIX) (54.3%); Veg cons. (BE, MXC) (39.8%); otros usos (6.0%)
La vegetación es perturbada principalmente para la extracción de leña, sin embargo hay relictos muy conservados de vegetación natural en el área. La pendiente de la zona dificulta el acceso a la misma.
- Erosión difusa por efecto de la pendiente.
- No se observan otros indicadores de erosión
2 0.06 -
101
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
1. M
ON
TA
ÑA
1.3
. M
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c)
Cerr
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árg
ara
Ladera intermedia. (Pend 15- 35°)
L Veg perturbada (BE, MXC, VMIX) (54.6%); PAS (27.3%); otros usos (18.1%)
Perturbación por ganado (equino principalmente) y por extracción de materiales, piedra y tierra.
- Erosión difusa
- Suelo desnudo. Existen áreas extensas (de más de 4ha) de suelo desnudo, en donde se extrae piedra (principalmente).
2-8 1.87 -
Ladera suave (Pend 5- 15°)
L Veg perturbada (BE, MXC, VMIX) (46.9%);PAS (28.5%); (MEVS (11.8%); otros usos (9.2%)
Perturbación por ganado (equino principalmente) y por extracción de leña y piedra.
- Erosión difusa
-Pasillos de flujo en 20%.
- Roca expuesta
4-6 1.65 22
1.4
. M
on
tañ
a s
ob
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aliza
d)
Cerr
o A
lto
Ladera empinada (Pend 35-45°)
Hh- L Veg. cons (MXC- SBC, VMIX) (52.8%); Veg. perturabda (BE, MXC, SBC, VMIX) (41.7%); otros usos (5.6%)
Buena cobertura vegetal (en 90% de la zona).
-No se observan signos de erosión 0 0.17 -
Ladera intermedia. (Pend 15- 35°)
Hh- L Veg. perturabda (BE, MXC, SBC, VMIX) (53.7%);PAS (22.7%); Veg. cons (14.5%); otros usos (9.2%)
Perturbación por ganado y extracción de materiales.
- Erosión difusa
- Microrelieve en 30% del área
-Surcos en 5% del área. de 10cm de altura y amplitud de 20-30cm, longitud de 20m. Paralelos a la pendiente.
6 0.83 -
Ladera suave (Pend 5- 15°)
Hh- L Veg. perturabda (BE, MXC, SBC, VMIX) (38.6%);Veg cons (24.2%); MEVS (21.4%); PAS (14.9%); otros usos (0.8%)
Perturbación por ganado. Zona de agostadero. Extracción extensiva de materiales (piedras y caliche).
- Microrelieve en 50% del área
- Pequeños montículos de acumulación en algunos arbustos - La extracción de algunas piedras y rocas de gran tamaño dejó pequeñas depresiones que al no tener cobertura vegetal quedaron expuestas formando una cárcava de 10m de longitud x 1 de altura y 1de amplitud.
6-8 0.20 15
102
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
2. L
OM
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2.1
. L
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ob
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asalt
o
Ladera suave (5- 15°)
Hl PAS (36.1%); AGT (23.2%); MEVS (17.2%); Veg. perturbada (MXC) (10.1%); otros usos (10.7%).
Perturbación por ganado, ocupados como zonas de agostadero, y como áreas de cultivo de temporal. En algunos también hay asentamientos humanos.
- Microrelieve en 30% del área.
- Erosión difusa
- Terracetas (10%) del área (se consideró 1 lomerío y se hicieron 3 cuadrantes de 5X5). Terracetas de 3-4cm de altura y de 5-10cm de amplitud.
6 4.38 4
Ladera muy suave (3-5°)
V/ Hl AGT (39.2%); PAS (24.8%); Veg. perturbada (MXC- SBC) (14.8%); MEVS (14.4%); otros usos (6.8%)
- Zonas agrícolas de temporal (cultivo de maíz y frijol) y perturbación por ganado. Algunos asentamientos humanos.
- Erosión difusa
- Acumulación de montículos de tierra en un 10% del área. Los montículos se acumulan en la cara superior (en el sentido de la pendiente) de la vegetación, formando una capa de aproximadamente 5-10cm (diferencia con la cobertura superficial del suelo)
4 1.10 -
2.2
Lo
me
río
so
bre
ro
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cid
a-
inte
rmed
ia
Ladera suave (5-15°).
L- Hl PAS (35.5%); AGT (30.6%); URB (12.9%); MEVS (11.4%); otros usos (11.2%)
Lomerío del Charco del Ingenio. MXC pert (40%), PAS (45%), otros usos (15%).
Vegetación muy perturbada por el ganado, las áreas de cultivo y los asentamientos humanos. Prácticamente no hay vegetación original y quedando relictos de arbustos espinosos con vegetación secundaria.
Sobresale una pequeña sección de lomerío ubicada dentro de la Zona de Reserva Ecológica El Charco del Ingenio, en donde ha habido un proceso de recuperación de la vegetación en un área anteriormente fuertemente presionada por el ganado.
- Erosión difusa
- Microrelieve en 30% del área.
- Terracetas de 2-5cm de altura y de 20cm de ancho, cubren el 20% del área
Microrelieve apenas perceptible.
Buena cobertura de pastos
4-6
2
4.21 44
11
103
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
2. L
OM
ER
ÍO
2.3
Lo
me
río
so
bre
caliza
Ladera suave (5-15°).
Hc URB (36.7%); PAS (26.8%); Veg. perturbada (12.1%); otros usos (19.0%)
Gran parte del lomerío se encuentra ocupado por asentamientos humanos y zonas comerciales de la mancha urbana de San Miguel de Allende, quedando algunos relictos de vegetación original (algunos arbustos).
- No hay signos de erosión evidentes por que la mayor parte del área está ocupada por la mancha urbana
0 0.12 -
2.4
Lo
me
río
so
bre
sed
imen
tari
a
Ladera suave (5-15°).
Hl URB (37.1%); AGT (27.3%); PAS (14.2%); otros usos (19.0%)
La vegetación natural ha sido removida casi en su totalidad para la apertura de zonas de cultivo de temporal, establecimiento de asentamientos humanos y áreas de agostadero. Algunas áreas se han utilizado para plantación de Pino
- No hay signos de erosión 0 5.82 -
3. T
RA
NS
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N
3.1
Pie
dem
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Cerr
o P
ica
ch
os
Piedemonte no
diferenciado de
pendientes muy suaves a suaves (3-
10°)
Hh/Hl- V URB (8.3%); AGT (32.4%); PAS (43.6); MEVS (9.1); MXCP (3.3%); otros usos (3.3%)
La vegetación natural ha sido severamente perturbada, quedando relictos de matorral xerófilo. La utilización de la zona como agostadero es lo que más a deteriorado la cobertura vegetal.
- Microrelieve en 70% del área
- Erosión difusa
- Terracetas en 40% del área, van de 5-15cm de altura x 10-40cm de amplitud.
- Surcos de diversos tamaños y longitudes que llegan a cubrir el 10% del área.
- Cárcavas que van de 70cm a 1.5 m de altura x 5-8m de alto. La longitud varía de 30 a 120m. Algunas de estas cárcavas se han formado en drenajes naturales que son inundables
8-10 6.25% 33, 35
b)
Cerr
o T
ám
bu
la Piedemonte
no diferenciado con Pend. muy suave a suave (3- 10°)
Hh/Hl URB (21.3%); AGT (38.2%); PAS (31.5%); otros usos (9%)
La vegetación natural ha sido perturbada para la apertura de áreas agrícolas y pastizales así como el establecimiento de asentamientos humanos.
- Microrelieve 30% del área
- Erosión difusa
- Pasillos de flujo evidentes en 20% del área.
4-8 2.88 26
104
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
3. T
RA
NS
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N
3.1
Pie
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c)
Cerr
o L
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Piedemonte no diferenciado con Pend. muy suave- suave (3°-7°)
Hh/Hl- V AGT (22.2%); PAS (70.6%); otros usos (7.2%)
Unidad cuya vegetación ha sido fuertemente perturbada por el cambio del uso del suelo para el desarrollo de actividades agropecuarias.
- Microrelieve 40% del área
- Erosión difusa
- Terracetas. en un 15% del área. Promedio de 3-5cm de altura y 4cm de ancho.
6-10 1.09 24
3.2
Ab
an
ico
alu
via
l
Abanico superior. Pend. suaves (5-15°)
Hh/Hl- V AGT (71.9%); URB (9.9%); otros usos (27.5%)
Cambio de uso del suelo a áreas agrícolas de temporal y zonas de agostadero. Así como asentamientos humanos. Cobertura de pasto del 30-40%, presencia de arbustos como acacias, jarillas y opuntas.
- Microrelieve en 20% del área.
- Erosión difusa
- Terracetas de 2cm de altura en el 5% del área.
- Lámina de encostramiento de 1mm.
En la zona cercana a la localidad de Guanajuatito:
- Surcos- cárcavas en 20% del área (ocupada para pastoreo), de 1.5m de altura y de 3-5m de ancho y longitud de 20 a 90m de largo.
Las cárcavas presentan un tipo de crecimiento a lo ancho.
En las zonas de cultivo recientemente aradas no se hay signos de erosión perceptibles.
- Abanico cercano a zonas de cauces y barrancos, se llega a observar la socavación de los mismos
4-8 4.34 9,14
Abanico inferior. Pend < 3°
Hl- V AGT (62.4%); URB (10.3%); PAS (9.9%); AGR (9.7%); otros usos (14.1%)
Cambio de uso del suelo a áreas agrícolas tanto de temporal como de riego, así como zonas de agostadero. Establecimiento de asentamientos humanos. Cobertura de pastos del 30%.
- Microrelieve en 20% del área
-Erosión difusa
- Lamina de encostramiento de 1mm
4
8.21 2,6
105
* Uso de suelo y vegetación.URB= Urbano; AGT= Agricultura de temporal; AGR= Agricultura de riego; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; SBCC= Selva baja caducifolia conservada; SBCP= Selva baja caducifolia perturbada; MXCC= Matorral xerófilo crassicaule conservado; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule
perturbado; BEC= Bosque de encino conservado; BECP= Bosque de encino perturbado: VRP= Vegetación riparia perturbada; VMIX= Vegetación mixta; CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable; SEMT= Sitio de extracción de materiales; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
Sistema morfogenético
Geoforma Tipo de suelo
Uso de suelo y vegetación*
Deterioro de la cobertura vegetal
Indicadores de pérdida del suelo Grado de afectación
Superficie (%)
Sitio de muestra
4. P
LA
NIC
IE
a)
Pla
nic
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on
a
cen
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Planicie aluvial. Pend <2°
V-Hl AGT (46.6%); AGR (24.6%); URB (13.8%); otros usos (14.0%)
Unidad cuya vegetación natural ha sido removida casi en su totalidad por el cambio del uso del suelo a áreas agrícolas de temporal y riego y el establecimiento de asentamientos humanos.
- Capa compactada, con la acumulación de partículas más gruesas producto del impacto de las gotas de agua y el movimiento de suelo. Se observa en el 40% del área (zonas no aradas).
- Erosión difusa. Movimiento de partículas del suelo debido al riego.
- Microrelieve apenas perceptible (< 2% del área)
- En algunas áreas los signos de erosión no son evidentes
4 20.53 29,31,37 4. P
LA
NIC
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res
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llen
de
Planicie aluvial. Pend <2°
V-Hl AGT (62.6%); URB (15.3%);
PAS (13.6%); otros usos (1.5%)
Cambio del uso de suelo a terrenos agrícolas y zonas de agostadero, así como el establecimiento de asentamientos humanos. Cobertura de pasto en agostaderos del 40-60%.
- Microrelieve en 30 %del área.
-Erosión difusa
- Algunas partes del suelo desnudo.
- Capa de encostramiento de 1mm prácticamente toda el área.
- Cárcavas de 1-3m de altura y 2--8 m de ancho. Longitud de 30m. Algunas productos de sitios de extracción de materiales
6 3.94 45, 46,39
5. B
AR
RA
NC
O
Barranco Hl/Hh- V Cauce (70.4%); veg. perturbada (BE, SBC, MXC, VMIX, VRIP) (6.5%); otros usos (23.1%)
La mayoría de los cauces y barrancos carecen de vegetación riparia, y algunos se encuentran incluso modificados, alterando la sinuosidad de los mismos.
Sobresale el cañón del Charco del Ingenio, que al encontrarse dentro de la zona de reserva aún presenta vegetación nativa.
- Socavamiento del cauce y paredes, dejando raíces expuestas.
- Cárcavas, algunas se han formado sobre los drenajes naturales alterándolos (como en Doña Juana),
2-6 2.08 -
106
A partir de la evaluación anterior se pudo determinar que el 93.24% de la
superficie de la Subcuenca se encuentra afectada en algún grado por procesos
erosivos. Sólo el 6.76% del área, equivalente a 2,639.44 ha, corresponde a zonas
que presentan cierta estabilidad del paisaje, aunque siguen expuestas a las
fuerzas naturales que modelan el mismo (Figura 18). De esta forma, el 25.32% de
la superficie presenta un grado de afectación ligero; 31.04% moderado; 27.51%
moderadamente fuerte; 8.31% fuerte y 1.06% extremo.
Las unidades de relieve más afectadas son las correspondientes a
Montaña sobre basalto, localizadas en el Cerro Picachos, siendo las laderas con
pendientes suaves e intermedias las más afectadas con grado de moderadamente
fuerte a extremo en casi el 90% de la superficie de las geoformas.
Asimismo sobresale la unidad correspondiente a Montaña sobre ígnea
ácida del Cerro La Márgara, en particular las laderas con pendientes suaves, que
también se encuentran afectadas en cerca del 80% de su superficie en grado de
moderadamente fuerte a extremo. Los Piedemontes también son unidades que
presentaron alto porcentaje de afectación, pues al igual que los anteriores más del
70% de su superficie presenta deterioro por procesos erosivos muy fuertes.
Por el contrario, la planicie es la geoforma que presenta grados de
afectación más bajos, con aproximadamente el 95% de su superficie con procesos
erosivos de grado ligero, y el porcentaje restante sin erosión. Cabe señalar que en
esta unidad es donde se ubican la mayoría de los asentamientos humanos de la
Subcuenca, así como las vialidades y otras obras de infraestructura (granjas,
inmuebles), a los cuales se les asignó un valor de 0 (sin erosión) puesto que la
superficie del suelo se encuentra alterada y en algunos casos pavimentada, por lo
cual no se puede evaluar el proceso erosivo en estas áreas. Asimismo es en la
planicie en donde se ubican la mayor parte de las áreas agrícolas (de temporal y
riego), y la gran mayoría se encontraban aradas al momento de hacer la
evaluación, por lo cual no se pudieron determinar los procesos erosivos que
inciden en estas mediante los indicadores utilizados en este análisis.
107
Figura 18. Grado de afectación de los procesos erosivos en la Subcuenca Támbula- Picachos
Grado de afectación del proceso erosivo
108
Figura 19. Microrelieve y erosión difusa
Figura 20. Pasillos de flujo Figura 21. Suelo desnudo
Figura 22. Terracetas Figura 23. Pedestal
109
Figura 24. Raíces expuestas Figura 25. Surcos
Figura 26. Cárcavas
Figura 27. Remoción en masa. Izq. De flujo lento. Der. Deslizamiento reciente.
110
III.4.3 Densidad aparente: Compactación
La compactación es un proceso por el cual se comprime la masa de suelo
como consecuencia de la aplicación de cargas o presiones. En términos físicos, es
una disminución del volumen de poros, modificando la estructura porosa y
aumentando la densidad aparente. El conocer el grado de compactación de un
área es importante para comprender las implicaciones del uso actual del suelo y
planificar acciones adecuadas para su manejo y/o restauración.
Los parámetros edáficos que se miden con más frecuencia para conocer
el grado de compactación de un terreno son la densidad aparente, la resistencia a
la penetración y la porosidad, siendo el primero un parámetro muy sencillo de
obtener.
Para el presente estudio se obtuvieron un total de 28 muestras en campo
mediante el método de cilindro de volumen conocido. Cada muestra fue pesada
en húmedo y en seco, y para cada una se obtuvieron los valores de densidad
aparente. Los mismos fueron clasificados de acuerdo a los rangos por textura
sugeridos por el Diagnostico diferencial integrado de los suelos de México:
Cuadro 11. Valores de Densidad aparente y grado de compactación de acuerdo al tipo de textura
Grado de compactación
Textura
Arcilla Limo Arena
Muy baja <0.80 <1.00 < 1.20
Baja 0.80-0.90 1.0- 1.10 1.20-1.30
Moderada 0.91- 1.20 1.11-1.30 1.31-1.50
Moderadamente alta 1.21-1.30 1.31-1.40 1.51-1.60
Alta 1.31-1.40 1.41- 1.50 1.61-1.70
Muy alta >1.40 >1.50 >1.70
En el cuadro a continuación, se presentan los pesos y valores obtenidos
de densidad aparente obtenidos para cada muestra. Los valores han sido
arreglados en base a las unidades de relieve.
111
Cuadro 12. Muestreo de Densidad aparente. Tipos de textura. C= Franco; CA= Franco arenosa; CL= Franco limosa; CLg = Franco limosa gruesa; CR= Franco arcillosa;
CRA= Franco arcillo arenosa; CRL= Franco arcillo limosa
Sistema morfogenético
Geoforma Muestra Textura DA (g/cm3)
Porosidad del suelo (%)
Grado de compactación
1.
Mo
nta
ña
1.1
Mo
nta
ña
so
bre
basa
lto
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Ladera con pend. empinada
27 CR 1.62 38.11 Alta
Ladera con pend. intermedia
41 CR 1.8 32.07 Alta
Ladera con pend. suave
7 C- CR 1.64 38.11 Alta
Ladera con pend. suave (Doña Juana)
32 CR 2.08 21.50 Muy alta
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la
Ladera con pend. empinada
21 CL 1.16 56.22 Muy baja
Ladera con pend. intermedia
25 CL 1.56 41.13 Moderadamente alta
Ladera con pend. suave
19 CRL 1.5 43.39 Moderadamente alta
1.2
Mo
nañ
a s
ob
re í
gne
a á
cid
a
c)
Ce
rro
La
Má
rga
ra
Ladera con pend. empinada
18 C- CRL 1.76 33.58 Alta
Ladera con pend. intermedia
17 CR 1.84 30.56 Muy alta
Ladera con pend. suave
16 CRL 1.92 27.54 Muy alta
1.3
Mo
nta
ña
so
bre
caliz
a
d)
Ce
rro
Alto
Ladera con pend. suave
15 CRA 2.18 17.7 Muy alta
112
Sistema morfogenético
Geoforma Muestra Textura DA (g/cm3)
Porosidad del suelo (%)
Grado de compactación
1.
Mo
nta
ña
1.4 Montaña sobre esquisto
Ladera con pend. suave
22 CL 1.2 54.71 Baja
2.
Lo
me
río
2.1 Lomerío sobre basalto
Ladera con pend. suave
4 CRA 1.52 42.64 Moderadamente alta
2.2 Lomerío sobre ígnea ácida
Ladera con pend. suave
44 CRA 1.68 36.60 Alta
3.
Tra
nsic
ión
3.1
Pie
dem
on
te
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Piedemonte (Xido Cabras)
33 CLg 1.76 33.58 Alta
Piedemonte (Doña Juana)
35 CRL 1.92 27.54 Muy alta
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la Piedemonte 26 CRL 1.84 30.56 Alta
c)
Ce
rro
Má
rga
ra
Piedemonte 24 CR 2.04 23.01 Muy alta
3.2
Ab
an
ico
alu
via
l
a)
Ce
rro
Pic
ach
os Abanico
superior 9 C-CL 1.36 48.67 Moderada
c)
Ce
rro
la
Má
rga
ra
Abanico superior
14 CRA 1.58 40.37 Moderadamente alta
a)
Ce
rro
Pic
ach
os Abanico inferior
2 CRL 1.44 45.66 Moderada
c)
Ce
rro
la
Má
rga
ra
Abanico inferior
6 CR 1.2 54.71 Baja
113
Sistema morfogenético
Geoforma Muestra Textura DA (g/cm3)
Porosidad del suelo (%)
Grado de compactación
4.
Pla
nic
ie
a)
Pla
nic
ie
de
la z
on
a
ce
ntr
al
Planicie 29 CL 1.2 54.71 Baja
Planicie 31 CL 1.16 56.22 Muy baja
Planicie 37 CA 1.4 47.16 Moderada
b)
Pla
nic
ie
ce
rca
na
a la
Pre
sa
Alle
nd
e Planicie 45 CA 1.9 28.30 Muy alta
Planicie 46 CR 1.64 38.11 Alta
Planicie 39 CLg 1.44 45.66 Moderada
Tomando como base la información de los puntos de muestreo, se realizó
una extrapolación de datos para cubrir el total del área de estudio, considerando
para ello los valores por geoforma (Figura 28). De esta forma se determinó que el
58.13% de la superficie de la Subcuenca presenta valores de densidad aparente
(D.A) de moderadamente altos a muy altos: el 7.34% muy alta, 22.2% alta y
28.57% moderadamente alta. Sobresale el Cerro Picachos por ser la zona con
valores más altos, en donde casi el 90% del Cerro presenta problemas de
compactación. La unidad de relieve más afectada fue el Piedemonte, seguida por
montañas con laderas de pendientes suaves e intermedias.
Los resultados son alarmantes, pues indican que está ocurriendo una
fuerte presión sobre el suelo al existir valores tan elevados de densidad aparente.
Si bien, algunos de estos valores pueden correlacionarse con el alto contenido de
arcilla que presentan algunos suelos (> 35%); las D.A. por arriba de 1.8 g/cm3
indican que el problema está más relacionado con el manejo del suelo (Arshad et
al., 1996).
Como se ha expuesto anteriormente, las alteraciones estructurales del
suelo relacionadas a su compactación, promueven la pérdida de su productividad,
derivado de la reducción de su porosidad y el aumento de la resistencia a la
penetración y desarrollo de las raíces. Asimismo se ve afectada la movilización del
aire, agua y nutrientes, lo cual tiene fuertes implicaciones funcionales en la
Subcuenca, en particular en el comportamiento hidrológico al verse incrementado
el escurrimiento superficial y reducirse la infiltración y la recarga de acuíferos.
114
Figura 28. Grado de compactación de acuerdo a valores de densidad aparente en la Subcuenca Támbula- Picachos
Grado de compactación de acuerdo a la densidad aparente
115
III.4.4 Factores causales de la degradación del suelo de la Subcuenca
La degradación de los suelos ocurre como respuesta a múltiples factores
ambientales y socioeconómicos. Desde el punto de vista biofísico, algunos
paisajes son más susceptibles a ser erosionados; los procesos climáticos y sus
cambios también ocasionan modificaciones en los patrones de precipitación que
afectan la condición del suelo, en especial su humedad y escorrentía. Sin
embargo, son las actividades humanas las principales responsables del deterioro
del suelo y su calidad; pues en general los diferentes usos de la tierra son los que
causan alteraciones en la estructura del suelo y su estabilidad, acelerando su
deterioro (Cotler et al., 2003).
En base a los resultados obtenidos anteriormente y de acuerdo a las
observaciones realizadas en campo, se consideraron principalmente tres factores
causales de los procesos de degradación contemplados en este estudio (erosión
hídrica y compactación): 1) el sobrepastoreo; 2) la deforestación y 3) la tenencia
de la tierra. Otros factores como la urbanización o las actividades agrícolas,
también tienen contribución, pero no se consideró significativa, en términos de su
impacto sobre las áreas con mayor afectación.
Sin embargo, para poder establecer una mejor relación entre los factores
causales considerados con los procesos de degradación, se hicieron correlaciones
de áreas, entre las coberturas de grado de afectación del proceso erosivo y grado
de compactación de acuerdo a valores de D.A con la cartografía de uso de suelo y
vegetación; la capa de degradación ambiental y el de tenencia a de la tierra Los
resultados se presentan en las siguientes gráficas.
116
Figura 29. Correlación de área: a) Compactación- erosión; b) Erosión- uso del suelo; c) erosión- deforestación; d) erosión- tenencia
117
Figura 30. Correlación de áreas: a) Compactación- uso del suelo; b) compactación- deforestación; c) compactación- tenencia
118
En base a las correlaciones anteriores, se determinó que las áreas
agrícolas y las zonas de pastizal inducido son las que se encuentran vinculados a
procesos degenerativos más severos, siendo las zonas de piedemonte, y
montañas con laderas de pendientes suaves e intermedias las formas de relieve
que presentan mayor distribución de estas actividades; así como también son las
más afectadas tanto por procesos erosivos como por compactación (Anexo 3).
En relación con el proceso de compactación, se puede decir que el
sobrepastoreo es el principal factor causal, pues el pisoteo del ganado contribuye
a reducir la porosidad, incrementando la densidad aparente y el grado de
compactación del suelo. Aunado a esto, el sobrepastoreo reduce la cobertura
vegetal de pastos y arbustos, que son el tipo de vegetación que más retiene el
suelo, y con ello lo deja más expuesto y vulnerable a los procesos erosivos.
Muy ligado a la ganadería extensiva, se encuentra el proceso de
deforestación, pues es la necesidad de agostaderos lo que ha propiciado el
cambio de uso del suelo en ciertas áreas de la cuenca, siendo los ecosistemas
naturales los primeros en ser perturbados.
En los gráficos se muestra que existe gran correlación entre la erosión con
la deforestación (r=0.73), pues a medida que se degradan las áreas con
vegetación natural se aceleran los procesos erosivos y su severidad. La
correlación entre la compactación con la deforestación al igual es alta (r=86) ,
pues las áreas más afectadas suelen ser aquellas en donde la cobertura vegetal
ha sido ya perturbada.
Finalmente fue relevante que la mayoría de las áreas que presentaron
mayor grado de afectación por procesos erosivos y por compactación, se
encuentran en los terrenos ejidales, en particular en sus tierras de uso común, lo
cual quiere decir que dentro de las estrategias para el manejo y recuperación de la
Subcuenca, deben trabajarse los procesos de organización local para tratar
encontrar que los mecanismos de intervención sean viables.
119
III.5 CONCLUSIONES
Derivado de la evaluación realizada se puede concluir que la Subcuenca
Támbula Picachos presenta en gran parte de su extensión, una intensa
degradación del suelo, derivado del manejo que se le ha dado al mismo por parte
de las actividades humanas desarrolladas en el área, principalmente la ganadería.
El 93.4% de la superficie de la subcuenca presenta algún problema de
erosión, mientras que el 58.13% presenta valores de densidad aparente de
moderadamente altos a muy altos, lo cual indica severos problemas de
compactación.
Las unidades de relieve que presentaron mayor grado de degradación del
suelo fueron las montañas (sobre basalto e ígnea ácida) con laderas de
pendientes suaves e intermedias y los piedemontes. Estas unidades presentan un
uso del suelo predominantemente agropecuario, lo que significa que están
ocurriendo problemas con la forma de manejo de las actividades que está
conllevando al deterioro del suelo. En particular sobresale la ganadería extensiva
como la actividad que mayor presión ejerce sobre la cuenca.
Los análisis generados señalan que existe una gran correlación entre las
áreas degradadas con las áreas de uso común ejidal, lo cual indica la necesidad
de fortalecer los procesos de organización interna de las comunidades y ejidos
con la finalidad de que los procesos de intervención dentro de la cuenca sean
viables y sostenibles.
En este estudio sólo se llevó la evaluación del horizonte superficial del
suelo, y si bien es cierto es necesario realizar un análisis más completo del perfil
para conocer la totalidad de procesos de degradación y calidad del suelo, cabe
señalar que es en el horizonte superficial en donde los ciclos biogeoquímicos
favorecen la concentración de materia orgánica, nutrientes y una alta y diversa
presencia de microorganismos; además que determina parte del comportamiento
hidrológico de la cuenca, al regular el escurrimiento superficial y favorecer la
infiltración.
120
La información sobre degradación de suelos aquí presentada, muestra un
panorama rápido y cualitativo del deterioro actual de la Subcuenca, lo que
proporciona una visión integral de la situación y las bases necesarias para
determinar áreas prioritarias para la implementación de estrategias orientadas a
restaurar y conservar los suelos y su potencial productivo.
Importancia de la degradación del suelo en el contexto de este
estudio
En términos del comportamiento hidrológico de la Subcuenca, el estado de
degradación del suelo es de suma importancia en relación a los procesos de
infiltración y escorrentía. Al ocurrir una alteración en las propiedades físicas y
estructura del suelo, esto tiene repercusiones directas en las respuesta hidrológica
de la cuenca. La relación suelo- su uso y el agua, permite sentar las bases para
identificar aquellas zonas en las cuales los procesos de deterioro son más
importantes y que desde el punto de vista funcional son más relevantes para
implementar acciones de restauración.
121
III.6 LITERATURA CITADA
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124
CAPITULO IV
COMPORTAMIENTO HIDROLÓGICO DE LA SUBCUENCA
TÁMBULA- PICACHOS, SAN MIGUEL DE ALLENDE,
GUANAJUATO
RESUMEN
En este capítulo, se presentan los modelos de balance hídrico espacialmente distribuido
generados para la Subcuenca Támbula- Picachos considerando dos tiempos, 1993 y 2008, para
los cuales se modificó el uso del suelo y la vegetación con la finalidad de evaluar las implicaciones
que ha tenido el cambio de esta variable en el comportamiento hidrológico de la cuenca. A pesar
de que el análisis de los componentes del balance hídrico a nivel regional indican que no ha
ocurrido una modificación significativa en la respuesta hidrológica de la cuenca, la evaluación de
dichos componentes a partir de las unidades de relieve permitió identificar las áreas en donde han
ocurrido cambios, siendo los piedemontes, la planicie y los abanicos aluviales las geoformas más
afectadas por incremento del escurrimiento superficial. Asimismo, se hizo una caracterización
hidrológica de la cuenca asignando a cada unidad de relieve una "aptitud hídrica", en función del
porcentaje superficial que cada unidad presentó para cada componente del balance hídrico. El
método aplicado es una útil herramienta para entender de manera general el cambio en la
distribución y cantidad de agua disponible en cuencas poco aforadas.
IV.1 INTRODUCCIÓN
El ciclo del agua es un concepto fundamental que describe la circulación y
almacenamiento del agua en el planeta (Dunne y Leopold, 1978). Cada uno de
sus componentes presenta variaciones espaciales y temporales y juega un papel
crítico en diversos procesos físicos, químicos y biológicos que regulan a los
sistemas terrestres (Elkaduwa y Sakthivadivel, 1998).
Actualmente, se reconoce que las transformaciones humanas del paisaje,
tienen una profunda influencia en los procesos hidrológicos (FAO,2002). La
deforestación, la urbanización la expansión de las fronteras agropecuarias, la
contaminación de los suelos, la erosión y la intensificación de los usos del suelo,
son procesos que ocasionan impactos en el ciclo hidrológico a diferentes escalas
(UNESCO, 2003; Tenhunen et al., 1999).
125
Las cuencas hidrográficas como expresiones naturales del paisaje, son el
marco conceptual y espacial adecuado para elaborar e implementar estrategias de
manejo y conservación de los recursos hídricos, basadas en el entendimiento de
los procesos e interacciones que ocurren en el interior de dicho espacio y que son
necesarios para asegurar la integridad funcional de la cuenca (Dourojeanni-1991).
Bajo este enfoque es posible evaluar los impactos que las actividades del hombre
tienen sobre los ecosistemas y sus procesos (Calder,1993).
Las acciones de manejo de cuencas tienen como propósito contrarrestar los
efectos ambientales negativos y favorecer los positivos, por lo que es necesario
tener diagnósticos rápidos que permitan conocer la condición de los recursos
(Dourojeanni, 1991). La principal limitante al respecto es la falta de información y
disponibilidad de datos, situación común en la mayoría de las cuencas del país
que se encuentran pobremente aforadas (Mendoza et al., 2002). Los métodos
indirectos, aunque sujetos a márgenes de error, permiten generar una perspectiva
general de las condiciones de un sistema e inferir su comportamiento ante ciertos
cambios; lo que ante la escasez de datos se convierten en herramientas útiles
para la planeación y el manejo de cuencas (Croke, et al., 2004).
El Balance Hídrico es el método que permite la comprensión del ciclo
hidrológico y cada una de sus fases; en esencia, la forma en que el agua se recibe
por precipitación y se reparte entre el proceso de evapotranspiración, escorrentía
e infiltración (Dunne y Leopold, 1978).
Este análisis puede realizarse a diferentes escalas espaciales, siendo
posible realizar el balance hídrico individualizado de distintas partes de un
sistema; lo que permite evaluar la disponibilidad y distribución del agua en
cuencas poco aforadas. Este tipo de conocimiento es la base para la generación
de planes de manejo y conservación de cuencas, así como para identificar áreas
prioritarias que requieran rehabilitación (Mendoza et al., 2002)
En este capítulo, se analiza el comportamiento hidrológico de la Subcuenca
Támbula- Picachos, a través del cálculo del balance hídrico medio anual, y sus
126
modificaciones derivadas del cambio de uso del suelo y la cobertura vegetal
considerando dos tiempos (1993 y 2008).
IV.2 ÁREA DE ESTUDIO
IV.2.1 Clima
La caracterización climática llevada a cabo por Amador (UAQ,2009),
señala que en la subcuenca predominan dos tipos climáticos: el clima seco o "B",
el cual se encuentra en un 67% del área de estudio; mientras que el 37% restante
corresponde a climas de tipo templado o "C", en la porción sur y suroeste del área
Cuadro 13. Tipos climáticos presentes en la Subcuenca Támbula- Picachos
Clave Descripción Porcentaje
superficial
BS1kw(w)(e) Clima seco, del tipo semiseco, con un cociente P/T mayor a 22.9, temperatura media anual menor de 18°C, con lluvias en verano; marcha de temperatura "muy extremosa" y una oscilación térmica mayor de 14°C. Precipitación anual no acumulada de 500mm.
35%
BS1k"w(e)g Clima seco, del tipo semiseco, con un cociente P/T mayor a 22.9; con régimen de lluvias en verano; con una oscilación anual de las temperaturas extremosa, ya que fluctúa de 7 a 14°C. El mes más cálido se presenta antes de junio.
25%
BS1kw(i´)g Clima seco, del tipo semiseco, con un cociente P/T mayor a 22.9; con régimen de lluvias en verano; con poca oscilación térmica entre 5 y 7°C. El mes más cálido se presenta antes de junio.
7%
Cb(w1)(w)(e) Clima templado, con verano fresco largo, temperatura anual entre 12°C y 18°C; temperatura del mes más frío entre -3°C y 18°C; temperatura del mes más cálido entre 6.5° y 22°C. Con régimen de lluvia en verano, menos de 5% de lluvia en invierno.
24%
Cb(w1)(w)(e)w" Clima templado, con verano fresco largo, temperatura anual entre 12°C y 18°C; temperatura del mes más frío entre -3°C y 18°C; temperatura del mes más cálido entre 6.5° y 22°C. Con régimen de lluvia en verano, menos de 5% de lluvia en invierno y marcha muy extremosa de temperatura.
9%
Fuente: Informe final. FLBC-UAQ, 2009
127
IV.2.2 Hidrología
La subcuenca pertenece a la Región Hidrológico Administrativa XII , Lerma-
Santiago; a la cuenca del Río Laja y a la subcuenca b657- Presa Ignacio Allende.
Por su Coeficiente de compacidad (0.35), el área de estudio es una cuenca
irregular, oblonga, por lo que los escurrimientos recorren cauces secundarios
antes de llegar al cauce principal. Todas las corrientes son intermitentes y la
mayoría de régimen torrencial. (UAQ,2009).
Como parte de su hidrología superficial la subcuenca cuenta con 191
cuerpos de agua, que incluyen a las Presas: Ignacio Allende, La Cantera, El
Carrizal y Las Colinas; así como varios bordos (70) y manantiales (18) (UAQ,
2009).
En cuanto a su hidrología subterránea, de acuerdo a los estudios
generados por la UNAM (2000), la Subcuenca se encuentra comprendida en el
acuífero denominado La Independencia, el cual abarca un área de 6849 Km2 y
que comprende nueve municipios del estado de Guanajuato. Sin embargo, por
razones administrativas, la Comisión Estatal del Agua y Saneamiento de
Guanajuato (CEAG), divide a este acuífero en seis, de los cuales la subcuenca
queda comprendida en cuatro: Acuífero Cuenca Alta del Río Laja (20.5%
superficie de la cuenca); Acuífero Doctor Mora- San José de Iturbide (4.44%);
Acuífero San Miguel de Allende o la Independencia (74.4%) y Acuífero Valle de
Celaya (0.63%) (CEAG, 2007).
La zona cuenta con 161 pozos, cuyos niveles de agua bajan un promedio
anual de 2 a 5 m/ año (CNA, 2002). El volumen de recarga del acuífero es
equivalente a 16.5 hectómetros cúbicos por año, mientras que tiene un volumen
de extracción de 29.4 hectómetros cúbicos por año, lo que implica una mayor
extracción que recarga, por lo que actualmente se está extrayendo agua "fósil"
(CEAG,2007). La mayor parte del agua extraída es para riego agrícola, seguido
por el abastecimiento del servicio público y la industria y en menor medida para
uso doméstico (UNAM, 2000).
128
IV.3 METODOLOGÍA
IV.3.1 Balance hídrico
El balance hidrológico es un planteamiento que indica el equilibrio entre los
recursos hídricos que entran y salen de una cuenca en un intervalo de tiempo
determinado (Chow, et al., 1994).
De manera general el principio establece que de la lluvia incidente en un
área, una fracción importante regresa a la atmósfera ya sea por evaporación
directa (cuerpos de agua) o por transpiración de la vegetación
(Evapotranspiración); otra parte escurre por la superficie; otra se almacena como
humedad en el suelo y otra se infiltra contribuyendo a la recarga natural. Estas
magnitudes deben cumplir con la siguiente ecuación:
∆G = P - ET - Qsup - Ssuelo
Donde
∆G = Infiltración/ recarga natural (mm)
P= Precipitación (mm)
ET= Evapotranspiración (mm)
Qsup= Escurrimiento superficial (mm)
Ssuelo= Almacenamiento de humedad del suelo (mm)
IV.3.2 Cálculo de los componentes del balance hídrico
IV.3.2.1 Precipitación
La precipitación es considerada como la entrada principal en el balance de
agua. La medición de la lluvia se realiza en las estaciones climáticas, siendo de
los datos necesarios para el balance que con mayor frecuencia se encuentran
disponibles, si bien puede variar la periodicidad y confiabilidad de éstos,
dependiendo del método de medición y de la permanencia de las estaciones
climáticas a través del tiempo.
En este estudio se generaron mapas de precipitación media anual, a partir a
partir de técnicas de interpolación lineal, utilizando el inverso de la distancia (IDW),
129
que consiste en asignar mayor peso a los puntos que están más cerca al píxel del
mapa con valor (punto de la estación). Para ello se utilizaron los datos de las
estaciones hidrometeorológicas obtenidos de sistema Extractor Rápido de
Información Climática ERICIII, y se generaron mapas de precipitación para cada
mes.
IV.3.2.2 Evapotranspiración potencial
La evapotranspiración es la cantidad de agua que retorna a la atmósfera,
tanto por transpiración de la vegetación como por evaporación del suelo. Su
magnitud depende del agua realmente disponible, es decir la que el suelo ha
logrado retener para el consumo de la vegetación, así como la que ha sido
interceptada por ésta.
Se trata de un parámetro de difícil cuantificación, sobre todo por la ausencia
de estaciones que midan estos parámetros en campo, por lo que primero resulta
necesario deducir el valor de la evapotranspiración potencial (ETP) mediante
fórmulas empíricas.
Para este estudio se utilizó el método propuesto por Thornthwaite y Mather
(1957), que expresa: "la cantidad de agua que perderá una superficie
completamente cubierta de vegetación en crecimiento activo, si en todo momento
existe en el suelo humedad suficiente para su uso máximo por las plantas".
Primero se generaron mapas de temperatura media mensual a partir de los
valores mensuales de temperatura extraídos del ERIC III. Para determinar la
Evapotranspiración potencial (ETP) se aplica la siguiente ecuación.
ETPsin corregir = 16 ( 10 T / I) a
I = índice de calor anual
T =Temperatura mensual en °C
a= función del índice de calor anual (I)= 675 *10-9
*I3-771*10
-7*I
2+1792*10
-5*I +0.49234
El Índice de calor anual (I), resulta de la suma de los índices de calor
mensual (i). Este último se obtiene a partir de los valores interpolados de
temperatura media mensual (t):
130
i = (t / 5)1.514
Para la corrección de la ETP se considera el número máximo de horas sol
dependiendo del mes y de la latitud:
ETP = ETPsin corregir * (N /12) * (d / 30)
N = número de días de horas sol, dependiendo del mes y de la latitud que se obtiene de
tablas provistas por FAO (1976)
d= número de días del mes
IV.3.2.3 Escurrimiento superficial
Es la porción de la precipitación que no se infiltra ni se acumula en la
superficie del suelo, sino que fluye aguas abajo como flujo laminar o concentrado
(Chow et al., 1994). Existen diversos métodos empíricos para estimarlo. En este
estudio se utilizará el método propuesto por UNESCO (2006) y los valores de
coeficiente de escurrimiento de la NOM-011-CNA-2000, que establece las
especificaciones y el criterio para determinar la disponibilidad media anual de las
aguas nacionales.
Q = Ce * P
Pm= Precipitación (mensual)
Ce= Coeficiente de escurrimiento
Para determinar el coeficiente de escurrimiento se consideran las
características de permeabilidad del suelo y la capacidad de intercepción de la
lluvia por parte de la vegetación, lo que se incluye en el parámetro "K".
Aunque la permeabilidad del suelo es un elemento complejo que depende
de diversos factores, se hace la simplificación al considerar la textura como una
medida de este factor. Para ello se consideraron las cartas edafológicas f14c54 y
f14c55 de INEGI (CETENAL, 1976). Los suelos fueron clasificados en grupos
hidrológicos de acuerdo a sus características.
131
Cuadro 14. Clasificación de los suelos de acuerdo a su textura, en grupos hidrológicos
Grupo Características Textura
A Suelos con capacidad de infiltración rápida y bajo escurrimiento, arenas profundas y agregados de limos
Gruesa
B Suelos con capacidad de infiltración moderada, de textura moderadamente fina , tales como limos-arcillosos, arcillas arenosos poco profundas
Media
C Suelos con capacidad de infiltración muy lenta, se expanden significativamente cuando se mojan arcillas altamente plásticas y algunos suelos salinos
Final
Los mapas de uso del suelo y la vegetación de fecha 1993 y 2008
generados en este estudio, se reclasificaron en categorías generales. La relación
de los tipos de vegetación y el tipo de textura del suelo para la obtención de K se
observa en el siguiente cuadro.
Cuadro 15. Valores de K según cubierta vegetal y textura del suelo
VALORES DE K
Uso de suelo o cubierta vegetal Textura de suelo
A B C
Agricultura de temporal 0.24 0.27 0.30
Agricultura de riego 0.24 0.27 0.30
Pastizal inducido y vegetación secundaria 0.20 0.24 0.30
Pastizal inducido con pastoreo intensivo 0.24 0.28 0.30
Vegetación natural conservada (incluye bosque de encino, matorral xerófilo crassicaule y selva baja caducifolia)
0.07 0.16 0.24
Vegetación natural perturbada (incluye bosque de encino, matorral xerófilo crassicaule, selva baja caducifolia, vegetación riparia y vegetación mixta).
0.17 0.26 0.28
Barbecho, áreas sin cultivo o desnudas 0.26 0.26 0.30
Cascos y zonas con edificaciones 0.26 0.29 0.32
Caminos (incluyendo derecho de vía) 0.27 0.30 0.33
Cuerpos de agua y cauces 0 0 0
Finalmente se multiplicó el coeficiente de escurrimiento por cada mapa de
precipitación media mensual, para obtener mapas mensuales de escurrimiento
medio (en mm). Al multiplicarlo por el área de la cuenca o de las unidades de
relieve se puede obtener el volumen medio de escurrimiento superficial.
132
Cabe señalar que para este estudio se consideró el método de la NOM-011-
CNA-2000 para el cálculo del escurrimiento medio anual, ya que de acuerdo a los
resultados obtenidos por Hernández (com. pers) para la zona, dicho método es el
que se ajusta mejor al comportamiento de la cuenca, al calibrar los resultados con
una cuenca con aforos de escurrimiento cercana a la zona de estudio (Estación
11011 Cinco Señores).
Obtenido el escurrimiento medio es posible determinar la precipitación
efectiva que se refiere a la cantidad de agua disponible y que puede infiltrarse en
el suelo para ser utilizada por las plantas o bien para infiltrar profundamente y
contribuir a la recarga del acuífero.
Precipitación efectiva = Precipitación- escurrimiento superficial.
IV.3.2.4 Contenido de humedad del suelo
El suelo tiene una capacidad de retención de humedad en función de sus
características físicas, lo que representa el aporte de agua para el crecimiento de
las plantas. Este parámetro es de mucha importancia pues a partir de este se
pueden determinar otros procesos del balance hídrico como la evapotranspiración
real o la infiltración profunda (Ortiz y Ortiz, 1990).
IV.3.2.3.1 Capacidad de almacenamiento potencial de la humedad del suelo
Es determinada por la capacidad de retención máxima de agua de cada tipo
de suelo en la zona de actividad de las raíces (Thornthwaite y Mather, 1957).
Diferentes autores han estudiado la propuesta de Thornthwaite- Mather
para determinar de manera indirecta la capacidad de retención de agua mediante
la relación de la textura y la vegetación (Jasso, 1988; Raws y Brakensiek, 1988;
Ortiz y Ortiz, 1990; Rivas et al., 1990; Hernández, 1998; Sánchez, 2001). El
método propone atribuir un dato de profundidad de raíces a cada tipo de
vegetación presente en la cuenca. En este estudio se utilizaron los datos
propuestos por Thornthwaite- Mather, (1957); Canadell et al. (1996) y por Campos
2002 para algunas coberturas en el país. Asimismo, se relacionan valores de
capacidad de campo a cada tipo de textura del suelo. Para ello, se utilizaron los
133
datos propuestos por Thornthwaite- Mather (1957) y modificados por Ortiz y Ortiz
(1990) y Hernández (1998). Se consideraron los mapas de uso de suelo y
edafología y se relacionaron ambos parámetros con los valores de capacidad de
retención de agua en el suelo.
Cuadro 16. Capacidad de retención de agua (CRA) en el suelo de acuerdo a la cobertura y la textura
Uso de suelo y cobertura vegetal Clase textural CRA (en mm)
0. Incluye asentamientos humanos, infraestructura vial, sitios de extracción de materiales, zonas sin vegetación aparente
Media (35% arcilla y menos 65% de arena)
5 (no hay suelo y solo se retiene en depresiones)
Fina ( más del 35% de arcilla)
5 (no hay suelo y solo se retiene en depresiones)
1. Cultivos de riego. Incluye zonas inundables.
Fina ( más del 35% de arcilla)
100
No especificado 50 corresponde al embalse
2. Cultivos de temporal Media (35% arcilla y menos 65% de arena)
200
Fina ( más del 35% de arcilla)
150
No especificado 50 corresponde al embalse
3. Pastizales y matorrales (secundarios) Media (35% arcilla y menos 65% de arena)
250
Fina ( más del 35% de arcilla)
200
No especificado 75
4. Vegetación natural perturbada (matorral xerófilo crassicaule, selva baja caducifolia, bosque de encino y vegetación riparia).
Media (35% arcilla y menos 65% de arena)
300
Fina ( más del 35% de arcilla)
250
5. Vegetación natural conservada (selva baja caducifolia, matorral xerófilo crassicaule, bosque de encino y vegetación mixta). Incluye cauces
Media (35% arcilla y menos 65% de arena)
350
Fina ( más del 35% de arcilla)
300
6. Cuerpo de agua No especificado 60
* En aproximadamente 10mm/m
134
IV.3.2.3.2 Almacenamiento real de la humedad del suelo
Este varía con el tiempo, y para ello es necesario conocer la saturación del
suelo en dependencia del comportamiento de la precipitación y la
evapotranspiración potencial a través de los meses, lo que permite identificar el
potencial acumulado de pérdida de humedad. A partir de esto se puede calcular el
almacenamiento real de humedad del suelo a través de la siguiente ecuación:
SM = SW * e APWL/ SW
SM= Humedad del suelo (mensual)
e= 2.7182
APWL= Potencial acumulado de pérdida de humedad (mensual)
SW= Capacidad de retención de humedad del suelo
* Se considera la Precipitación efectiva (Pe)
IV.3.2.5 Evapotranspiración real
Representa la evapotranspiración que ocurre en un sitio conforme a lo que
llueve y lo que demanda la humedad del suelo. Una vez calculada la ETP y
tomando en consideración las características de la cubierta vegetal, las
peculiaridades climáticas y las posibles variaciones de reserva de agua en el
suelo, es posible estimar el valor de la ET real o actual, , mediante el método
propuesto por Thornthwaite- Mather (1957) y adaptado por Mehta (2006). El
método indica que la evapotranspiración real (ETR) será igual a la potencial, si la
precipitación (P) es mayor o igual a la evapotranspiración potencial (ETP). Por otra
parte, si la diferencia de P y ETP es menor a cero, entonces la ETR será igual a la
precipitación y la diferencia de humedad en el suelo (DSM). Para los meses
lluviosos cuando Pe > ETP entonces la ETP = ETR. El agua se almacenará hasta
la capacidad máxima del almacenamiento.
IV.3.2.6 Infiltración
La infiltración es el proceso por el cual el agua penetra en el suelo a través
de la superficie de la tierra. Parte del recurso hídrico suele quedar retenido por el
suelo (humedad del suelo) y otra parte percola y parte alcanza la zona saturada
135
del sistema acuífero. Esta última se le conoce como infiltración profunda o recarga
natural. (Custodio, 1998 IMTA).
La recarga natural se lleva a cabo si la cantidad de agua que infiltra es
suficiente para llevar al suelo a su máxima capacidad de retención de humedad y
además satisfacer la evapotranspiración. El agua sobrante, es la recarga natural.
∆G = [(P- Q - ETR) + SM ]- SW
∆G = Infiltración ó Recarga natural (mm)
P= Precipitación efectiva (Precipitación- Escurrimiento superficial)
ETR= Evapotranspiración (mm)
SM= Humedad del suelo
SW= Máxima capacidad de retención o almacenamiento potencial de humedad.
*En el caso del cálculo mensual, se debe considerar la SM del mes anterior.
De acuerdo con el manual para la elaboración del balance hídrico integrado
por cuencas hidrográficas de UNESCO (2006), para determinar la recarga natural
se debe de considerar la permeabilidad del sustrato rocoso y la pendiente. A partir
del mapa geológico (COREMI, 2002), a cada tipo de roca se la asigna un valor de
porosidad eficaz. Se consideraron los valores propuestos por el Manual de
UNESCO (2006). Asimismo, se considera un coeficiente de infiltración propuesto
por Schosinsky y Losilla, 2000, en función de la pendiente del terreno.
Cuadro 17. Coeficientes de infiltración en función a la pendiente del terreno
Pendiente (grados) Coeficiente de infiltración Potencial para la recarga natural
<2 0.30 Muy alta
2 a 4 0.20 Alta
4 a 8 0.15 Moderadamente alta
8 a 12 0.10 Moderada
12 a 15 0.05 Moderada
15 a 20 0.03 Baja
>20 0.01 Muy baja
Fuente: Schosinsky y Losilla, 2000
136
IV.3.3 Balance hídrico anual
Cada uno de los mapas de los componentes del balance hídrico medio
mensuales de cada año fueron sumados a fin de generar mapas de componentes
medios mensuales de 1993 y 2008. Asimismo, se considera el cambio a nivel de
unidad de relieve, con la finalidad de evaluar las posibles modificaciones en el
comportamiento hidrológico de la cuenca. Estos mapas fueron reclasificados,
asignando rangos denominadas Muy Alto, Alto, Moderado, Bajo y Muy bajo.
137
IV.4 RESULTADOS
IV.4.1 Parámetros meteorológicos
Se extrajeron datos de precipitación, temperatura y evaporación de cinco
estaciones meteorológicas tomadas del ERIC III, considerando aquellas
estaciones ubicadas dentro o en los alrededores de la subcuenca. Los datos
fueron filtrados por criterios de antigüedad y continuidad de registros.
Cuadro 18, Estaciones meteorológicas consideradas para el análisis de Balance hídrico distribuido
Clave Nombre Coordenadas X Coordenadas Y Altitud (m.s.n.m)
11033 La Begoña, San Miguel. 309596.5691 2306629.3822 1850
11093 San Miguel de Allende 318006.6160 2314286.4762 1852
11122 Presa Jalpa, San Miguel de Allende
331361.8188 2297538.8388 2040
11144 El Charape, San José Iturbide
300124.4033 2297881.1554 2200
11155 Corral de Piedras 335744.0944 2319638.1211 2050
Se buscó distribuir la variación de los parámetros mediante el método de
corrección por altitud; sin embargo ninguno de los parámetros mostró un
coeficiente de regresión R2 superior a 0.5, en ninguno de los meses, de manera
que se utilizó el método de interpolación del Inverso de la distancia, y los
promedios ponderados de los valores de precipitación, temperatura y evaporación
con los que se generaron mapas mensuales correspondientes a cada parámetro
(Anexo 4). A partir de los registros promedios mensuales de cada estación se
elaboraron climogramas para cada una.
138
Figura 31. Climogramas
139
Como se puede observar en las gráficas anteriores, la marcha de
temperatura para la Subcuenca denota una predominancia de ocho meses (de
marzo a octubre) de temperaturas mensuales promedio superiores a 12°C.
Asimismo se observa una magnitud de entre 90 y 120 mm de precipitación solo en
cuatro meses (de junio a septiembre). En términos del balance hídrico, es en estos
cuadro meses en donde se producirá un exceso de agua y podrán ocurrir
procesos de infiltración profunda y escorrentía superficial. Mientras que de los
meses restantes ocurrirá un déficit de agua, siendo los meses de marzo y abril en
los que se presentará mayor estrés hídrico (para las plantas).
IV.4.2 Análisis del cambio de los componentes del balance hídrico anual
El análisis del cambio en el balance hídrico se realizó por cada componente
y para cada año (1993 y 2008). En primera instancia se analizó el comportamiento
general para toda la cuenca y posteriormente se analizó el cambio por unidad de
relieve. La variable modificada para cada año en el cálculo del balance hídrico fue
el uso del suelo y la cobertura vegetal.
Con el objeto de tener una primera aproximación del cambio en el
comportamiento hidrológico se calcularon las estadísticas de los mapas de los
valores de escurrimiento medio anual (Q), precipitación efectiva (Pef),
evapotranspiración real media anual (ETr) y la infiltración (I) considerando que
esta incluye la diferencia de humedad del suelo y la infiltración que se considera
como un excedente.
Los resultados se presentan en el siguiente cuadro. Se podrá observar un
ligero incremento en el escurrimiento superficial en el año 2008, así como un
incremento en la evapotranspiración real. Mientras que en los procesos de
infiltración y precipitación efectiva, hay un cambio negativo.
140
Cuadro 19. Balance hídrico anual de la Subcuenca Támbula Picachos, con parámetros para los años 1993 y 2008.
Parámetro/año
Parámetros
Media Mínimo Máximo Desviación estándar
Q Escurrimiento superficial
1993 75.22 0 197.3 46.5
2008 81.09 0 203.1 52.3
Pef Precipitación efectiva
1993 485.2 374.1 707.6 201.3
2008 479.4 367.8 696.1 199.4
ETR
Evapotranspiración
real
1993 413 135 671 188
2008 415 132 663 126
I Infiltración/Recarga natural
1993 190.32 0 257.24 102.18
2008 148.30 0 206.11 98.32
* Valores son mm/año
Cabe señalar que los resultados presentados, provienen de un método
indirecto de estimación y por lo tanto no pueden considerarse como valores
precisos. El objetivo es conocer de manera general como está ocurriendo la
distribución de agua en la subcuenca y ver sus alteraciones ante los cambios de
uso del suelo y la vegetación.
Aunque los cambios no parecen significativos, el incremento en el
escurrimiento superficial en 2008 y la disminución de la infiltración indica que ha
ocurrido una alteración en las zonas de captación de la cuenca. Sin embargo para
poder concluir esto, es necesario entender el comportamiento de cada
componente del balance a nivel superficial. Para ello, cada componente fue
reclasificado a valores generales que van de muy alto a muy bajo, considerando
los criterios estadísticos de cada uno para cada par de años; de esta forma se
puede hacer una mejor comparación entre el balance hídrico de ambos periodos,
la cual se presenta a continuación. Los mapas resultantes se presentan en el
(Anexo 5).
141
IV.4.2.1 Escurrimiento superficial medio anual
A nivel espacial, los cambios
en el escurrimiento superficial se
presentan en la parte media y baja
de la cuenca, principalmente en las
áreas cercanas a la Cd. de San
Miguel de Allende y al poblado de
Alcocer, que son los que han
presentado mayores cambios en
cuando a la pavimentación de la
zona por construcción de vialidades
y asentamientos humanos. En el
Cuadro 20 y en la , se puede
observar los cambios del
escurrimiento en ambos periodos.
Cuadro 20. Cambio de la superficie del escurrimiento medio anual en la subcuenca
Es importante mencionar que no todo el año se presenta escurrimiento
superficial, pues este ocurre siempre que exista un exceso de humedad en el
suelo. De acuerdo al análisis de la precipitación, se considera que el primer mes
posterior a la temporada de lluvias marca el inicio del año hidrológico para el
balance hídrico, que para la Subcuenca Támbula- Picachos corresponde al mes
de octubre. Esto quiere decir que de junio a septiembre es donde se presentará el
exceso de agua y por lo tanto el escurrimiento superficial. Sin embargo, los
Clases de escurrimiento
Superficie en Ha (1993)
Superficie en Ha (2008)
Cambio en Ha
Muy bajo
(<25 mm/año)
4247.50 2973.99 1273.51
Bajo
(25-50 mm/año)
4629.91 2125.36 2304.55
Moderado
(50-200 mm/año)
29731.81 33820.61 -4288.80
Alto
(> 200 mm/año)
531.76 220 311.33
Figura 32. Distribución de las superficies por clase de escurrimiento
0.00
10.00
20.00
30.00
40.00
50.00
60.00
70.00
80.00
Muy bajo Bajo Moderado Alto
Escurrimiento superficial
1993 2008
142
resultados indican que aún de octubre a noviembre ocurre cierta escorrentía
aunque en menor proporción a los meses anteriores. A partir de diciembre se
presentan láminas menores a 1mm hasta que finalmente es 0 a partir de marzo.
IV.4.2.2 Precipitación media anual
La mayor parte de la cuenca de estudio se encuentra en una zona
semiárida en donde la precipitación
suele ser inferior a los 500mm/año; lo
que se considera un porcentaje de
lluvia bajo. Aunado a ello si se
considera la cantidad de agua
evaporada y transpirada y la que
puede escurrir, la cantidad de agua
disponible es aún menor. En el
siguiente cuadro se observan los
rangos y los cambios superficiales en
la subcuenca para los periodos de
estudio.
Cuadro 21.Cambio en la precipitación efectiva
Clases de precipitación
Superficie en Ha (1993)
Superficie en Ha (2008)
Cambio en Ha
Muy bajo
(< 300 mm/año)
514.77 932.06 -417.29
Bajo
(300- 500 mm/año)
33726.27 34083.26 -357.09
Moderado
(500- 600 mm/año)
4769.15 4025.26 743.89
Alto
( > 600 mm/año)
130.80 100.31 30.49
0.00
10.00
20.00
30.00
40.00
50.00
60.00
70.00
80.00
90.00
Muy baja Baja Moderada Alta
Precipitación efectiva
1993 2008
Figura 33. Distribución de las superficies por clase de precipitación
efectiva
143
IV.4.2.3 Evapotranspiración real media anual
Este componente representa la evapotranspiración real que ocurre en un
sitio conforme a lo que llueve y
lo que demanda de humedad
del suelo. Para los meses
lluviosos (junio a septiembre) la
ETR= ETP (evapotranspiración
potencial). Para el periodo
seco, el agua que se evapora
será el agua de precipitación
más la que se extrae del suelo
o la variación de la reserva.
Cuadro 22. Cambio en la evapotranspiración real media
Las variaciones en la evapotranspiración se explican de acuerdo a los
cambios que ha tenido la cobertura vegetal de la cuenca en un periodo de 15
años. La reducción de fragmentos de vegetación natural son la consecuencia del
decremento de la evapotranspiración en las categorías alta y muy alta. Mientras
que los ligeros aumentos en las categorías baja y muy baja se pueden explicar
Clases de evapotranspiración
Superficie en Ha (1993)
Superficie en Ha (2008)
Cambio en Ha
Muy bajo
(< 100 mm/año)
3192.60 5400.46 +2207.86
Bajo
(100- 250 mm/año)
7819.33 10031.10 +2211.77
Moderado
(250-400mm/año)
6944.01 5357.47 -1586.53
Alto
( 400-600 mm/año)
15955.19 13762.97 -2192.23
Muy alta
(>600 mm/año)
5169.90 4529.04 -640.86
0.00
5.00
10.00
15.00
20.00
25.00
30.00
35.00
40.00
45.00
Muy baja Baja Moderada Alta Muy alta
Evapotranspiración real
1993 2008
Figura 34.Distribución de las superficies por clase de evapotranspiración real
144
debido al incremento de vegetación secundaria y matorrales perturbados en el
área. Los cambios en la evapotranspiración real influyen en los otros componentes
del balance, como la infiltración y el escurrimiento superficial.
IV.4.2. Infiltración media anual
Derivado del balance hídrico y considerando los factores de permeabilidad
de la roca y grado de pendiente, se calculó la infiltración media anual en la
cuenca. Cabe señalar que este proceso no estima la recarga del acuífero, sino la
recarga natural vertical derivada del
excedente que ocurre en los meses
lluviosos y en donde es superada la
capacidad de almacenamiento
máximo del suelo y la
evapotranspiración real. Por
balance se resta del mismo el
equivalente al escurrimiento
superficial. En el Cuadro 23 se
muestran las categorías y su
superficie.
Cuadro 23.Cambio en la infiltración media
Clases de evapotranspiración
Superficie en Ha (1993)
Superficie en Ha (2008)
Cambio en Ha
Muy bajo
(< 100 mm/año)
14566.37 23183.46 8617.08
Bajo
(100- 200 mm/año)
15715.12 9841.50 -5873.61
Moderado
(200-400mm/año)
4505.10 4284.46 -220.63
Alto
( > 400 mm/año)
4227.68 1763.46 -2464.22
0.00
10.00
20.00
30.00
40.00
50.00
60.00
Muy baja Baja Moderada Alta
Infiltración
1993 2008
Figura 35.Distribución de las superficies por clase de infiltración
145
IV.4.2 Análisis del balance hídrico por formas del relieve
A partir de los mapas anuales para cada componente del balance hídrico,
se hizo un análisis considerando las formas de relieve delimitadas previamente en
este estudio. Se obtuvieron los valores promedios de cada categoría (muy alto,
alto, moderado, bajo y muy bajo) por cada componente del balance, y para cada
geoforma (Anexo 6).
Derivado de este análisis se determinó que las unidades más afectadas por
un incremento en la superficie de escurrimiento de clase muy bajo y bajo a
moderado, fueron la Planicie, los piedemontes y los abanicos aluviales. Los
cambios superficiales entre las dos fechas para cada geoforma respectivamente
fueron 6.24%; 1.11% y 8.47%. Sobresale que estas formas presentaron valores
de moderados a altos para la infiltración, siendo particularmente relevante la
unidad de abanicos aluviales (superior e inferior) de la zona de La Márgara, como
las formas en las que se presentaron mayores valores de infiltración para ambas
fechas (de 250 a 400mm).
Las Montañas sobre basalto y rocas ígneas ácidas de laderas con
pendientes intermedias y empinadas y en menor medida suaves, son las áreas
que presentaron mayores valores de evapotranspiración real. Los cambios
superficiales fueron de 2.2% para las laderas de pendientes intermedias y
empinadas y de 4.47% para laderas de pendientes suaves. Estas unidades de
relieve son las que presentan fragmentos importantes de vegetación natural en
diferentes estados de conservación.
Finalmente, con los promedios ponderados por clase y componente del
balance hídrico se pudo determinar la "aptitud hídrica" de cada unidad de relieve
de acuerdo a sus valores del balance. Se consideraron cuatro categorías
principales: 1) Zonas de escurrimiento superficial; 2) zonas de mayor
evapotranspiración real; 3) zonas de infiltración y 4) zonas que presentaron
valores altos para procesos de infiltración y escurrimiento superficial.
146
Cuadro 24. Superficie en % de la aptitud hídrica de cada geoforma
Sistema morfogenético
Geoforma 1. Zonas de escurrimiento
superficial (%)
2. Zonas de mayor ETR
(%)
3. Zonas de infiltración/recarga natural
(%)
4. Zonas de importancia
para Q e I
"Aptitud hídrica"
1.
Mo
nta
ña
1.
Mo
nta
ña
1.1
Mo
nta
ña
so
bre
basa
lto
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Ladera con pendiente abrupta
39.14 60.86 - - 2
Ladera con pend. empinada
45.64 54.36 - - 2
Ladera con pend. intermedia
64.64 35.36 - - 1
Ladera con pend. suave
35.87 47.36 - 16.77 2
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la
Ladera con pend. empinada
7.48 91.77 - 0.75 2
Ladera con pend. intermedia
64.39 35.61 - - 1
Ladera con pend. suave
59.08 29.67 - 11.25 1
1.2
Mo
nañ
a s
ob
re
ígn
ea
ácid
a
c)
Ce
rro
La
Má
rga
ra
Ladera con pend. empinada
7.02 69.77 - 23.21 2
Ladera con pend. intermedia
10.13 88.27 - 1.60 2
Ladera con pend. suave
89.28 10.42 - 0.30 1
1.3
Mo
nta
ña
so
bre
ca
liza
d)
Ce
rro
Alto
Ladera con pend. empinada
8.19 32 - 59.81 4
Ladera con pend. intermedia
9.74 90.26 - - 2
Ladera con pend. suave
2.01 93.20 - 4.79 2
1.4
Mo
nta
ña
so
bre
esq
uis
to
Ladera con pend. empinada
48.81 7.53 - 43.66 1
Ladera con pend. intermedia
34.90 59.64 - 5.46 2
Ladera con pend. suave
16.39 83.54 - 0.07 2
147
Sistema morfogenético
Geoforma 1. Zonas de escurrimiento
superficial (%)
2. Zonas de mayor ETR
(%)
3. Zonas de infiltración/
recarga natural (%)
4. Zonas de importancia
para Q e I
"Aptitud hídrica"
2.
Lo
me
río
2.1 Lomerío sobre basalto
Ladera con pend. suave
81.06 13.01 - 5.63 1
2.2 Lomerío sobre ígnea ácida
Ladera con pend. suave
93.38 - 1.30 5.31 1
Ladera con pend. muy suave
97.18 2.82 - - 1
2.3 Lomerío sobre caliza
Ladera con pend. suave
99.01 0.09 - - 1
3.
Tra
nsic
ión
3.1
Pie
dem
on
te
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Piedemonte 13.21 - 39.15 48.43 4
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la Piedemonte 25.18 - 54.82 20.20 3
c)
Ce
rro
Má
rga
ra Piedemonte 47.3 18.56 34.15 1
3.2
Ab
an
ico
alu
via
l a)
Ce
rro
Pic
ach
os Abanico
aluvial 5.25 - 74.30 21.4 3
c)
Ce
rro
la
Má
rga
ra
Abanico superior
2.43 - 94.22 3.35 3
Abanico inferior
10.18 72.32 17.50 3
4.
Pla
nic
ie
a)
Pla
nic
ie
de
la z
on
a
ce
ntr
al
Planicie 8.35 - 11.20 81.15 4
b)
Pla
nic
ie
ce
rca
na
a
la P
resa
Alle
nde
Planicie 89.12 - - 10.88 1
5. Barranco - - - - 1
148
Figura 36. Componentes del balance hídrico por unidad de relieve
Componentes del balance hídrico por unidad de relieve
149
IV.5 CONCLUSIONES
Se realizó el análisis del balance hídrico medio anual para la Subcuenca
Támbula- Picachos, considerando dos años 1993 y 2008, modificando para cada
uno el uso del suelo y la cobertura vegetal con la finalidad de evaluar el efecto del
cambio de esta variable en el comportamiento hidrológico de la cuenca.
De acuerdo a los resultados, a nivel regional (subcuenca) no existen
cambios significativos en cuanto a los componentes del balance hídrico anual. Sin
embargo, el análisis individualizado de cada componente indica que a pesar de las
leves modificaciones, han ocurrido cambios en las variables de cada uno,
incrementándose en el caso del escurrimiento superficial (de bajo a moderado) y
disminuyendo en el proceso de infiltración (de alta a moderada o baja).
El análisis a nivel de unidades de relieve, permitió caracterizar el
comportamiento hidrológico que actual y tendencialmente ha tenido la cuenca; con
la finalidad de identificar las áreas en donde ocurre mayor escorrentía superficial,
las zonas de mayor evapotranspiración real, las zonas donde hay mayor
infiltración (por recarga natural) y las áreas en donde ocurren diferentes procesos.
A partir de esto se determinó que los abanicos aluviales y los piedemontes de la
subcuenca, son áreas de importancia para la recarga natural; mientras que las
zonas de planicies y laderas de montañas, presentan mayor coeficiente de
escurrimiento, el cual se intensifica dependiendo del grado de cobertura del suelo
(vegetación), pendiente, y las condiciones edáficas.
A pesar de las limitantes a las cuales están sujetos los modelos indirectos
como el método empleado en este estudio, estos constituyen una herramienta útil
para evaluar de manera general el efecto que pueden tener las modificaciones del
paisaje derivadas del cambio del uso del suelo y la alteración de la vegetación en
la respuesta hidrológica de una cuenca, lo que permite tener un panorama de su
condición para poder implementar estrategias más adecuadas para su manejo.
150
IV.6 LITERATURA CITADA
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152
CAPÍTULO V
PRIORIZACIÓN DE ÁREAS PARA RECUPERAR LA FUNCIÓN
HIDROLÓGICA DE LA SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS, SAN
MIGUEL DE ALLENDE, GUANAJUATO.
RESUMEN
En este capítulo, se presenta el proceso de priorización de áreas para recuperar la función
hidrológica de la Subcuenca Támbula- Picachos, enfatizando en el servicio ecosistémico de
provisión (infiltración). Para ello se llevó a cabo la integración de las evaluaciones previamente
realizadas en este estudio, como son los procesos de degradación por cambio del uso del suelo y
la vegetación; la degradación del suelo por compactación y erosión; y la aptitud hidrológica de las
unidades de paisaje, determinada a partir del análisis de balance hídrico, con la finalidad de
evaluar el estado hidrológico de la cuenca. Se aplicó un modelo de análisis multicriterio espacial
para la identificación y jerarquización de áreas, determinando cuatro áreas críticas, las cuales por
su localización fueron denominadas 1) Alcocer- Sosnabar, 2) Puerto de Nieto, 3) San Marcos
Begoña- Don Juan Xido Cabras y 4) Guadalupe Támbula- Santas Marías. Las unidades de paisaje
determinadas como prioritarias, comprendidas dentro de estas áreas, corresponden principalmente
a zonas de transición, abanicos aluviales, piedemontes y montaña sobre basalto con laderas de
suaves pendientes. Se llevó a cabo la validación de las áreas críticas por actores locales clave,
quienes a su vez hicieron una zonificación de las mismas según la tenencia de la tierra, derivado
que 80% de las zonas prioritarias se encuentran en terrenos ejidales. Estas áreas pueden
considerarse como unidades de gestión en las cuales deberán implementarse diferentes acciones
encaminadas a su restauración.
V.1. INTRODUCCIÓN
La transformación que sufren los ecosistemas naturales, para dar
satisfacción a las necesidades humanas, afecta la capacidad de éstos para
proveer bienes y servicios que son elementales para el mantenimiento de la vida y
la calidad del medioambiente (De Groot et al., 2002).
El concepto de servicios ambientales o ecosistémicos, surge de la
necesidad de enfatizar la estrecha relación entre los ecosistemas y el bienestar de
las poblaciones humanas (Balvanera y Cotler, 2007); y se define como la gama de
condiciones y procesos a través de los cuales los ecosistemas confieren
beneficios a la humanidad (Millenium Ecosystem Assessment, 2005).
153
Estos servicios tienen un valor holista en el desarrollo y la gestión local y
deben ser internalizados de una manera integral a fin de hacer sostenible la
provisión de sus beneficios (Bursnstein, 2002).
Para asegurar el mantenimiento y/o restauración de dichos servicios
ecosistémicos dentro de una cuenca, es necesario llevar a cabo estrategias de
manejo y gestión, lo que implica la inversión de recursos rara vez ilimitados; por lo
que es necesario priorizar las metas y las áreas de intervención dentro de la
cuenca hidrográfica, con la finalidad de garantizar los impactos socioambientales
esperados, y eficientizar el destino de los recursos económicos, humanos y el
tiempo de esfuerzo invertido (Retamal,2006). Para esto, los tomadores de decisión
deben disponer de elementos de juicio que les permitan jerarquizar las cuencas y
seleccionar las unidades hidrológicas prioritarias (Maas et al., 2007).
Una jerarquización corresponde a un ordenamiento de unidades
hidrológicas de acuerdo a una cualidad que todas ellas posean en un grado
variable. La cualidad seleccionada está estrechamente ligada a los objetivos de
manejo (Iroume y Gayoso,1990).
Dentro de los principales servicios ambientales de soporte, necesarios para
el funcionamiento de los ecosistemas y la adecuada producción de otros servicios,
se encuentran aquellos de corte hidrológico, que aseguran el abastecimiento y la
calidad del agua; siendo la cuenca hidrográfica la unidad territorial adecuada para
su estudio y conservación (De Groot et al., 2002).
En este contexto, el presente estudio tiene por objeto priorizar las áreas
para recuperar la función hidrológica de la Subcuenca Támbula- Picachos,
enfatizando en el proceso de infiltración. Para lo cual, en este capítulo se integra
la información de las evaluaciones realizadas previamente en este estudio, con
relación al uso del suelo y la vegetación; la degradación del suelo por procesos de
erosión hídrica y compactación; y el comportamiento hidrológico del sistema, a fin
de establecer una prospección general sobre su calidad y estado hidrológico.
A partir de ello, se identificaron aquellas áreas que por su estado de
degradación y por su relevancia para el servicio hidrológico de infiltración, son
154
prioritarias para implementar acciones que conlleven a recuperar estas funciones
hidrológicas de la Subcuenca.
Finalmente, en este apartado también se presenta la validación de las áreas
críticas propuestas, a partir de una consulta realizada con los actores locales clave
de la Subcuenca.
V.2. METODOLOGIA
V.2.1 Priorización de áreas
Un área crítica corresponde a un sitio determinado el cual demanda una
atención o tratamiento especial de forma eventual o permanente, debido a su
importancia relativa dentro del funcionamiento de un sistema, siendo por lo tanto
prioritaria su restauración o conservación (FAO, 1996). El estado de alteración
que presenten dichas áreas prioritarias, tiene repercusiones significativas en el
desarrollo social, económico y ambiental del área de estudio en cuestión.
La identificación de áreas críticas en una cuenca, presupone un proceso de
jerarquización de las mismas, de acuerdo a criterios que permitan expresar de
manera general, el estado de deterioro en el que se encuentran, así como su
importancia funcional.
En este estudio, la priorización de áreas tiene por objeto la recuperación de
la función hidrológica de la Subcuenca Támbula- Picachos, particularmente del
servicio ecosistémico hídrico (SEH) de provisión (infiltración), para lo cual se
consideraron los siguientes criterios para llevar a cabo la jerarquización:
V.2.1.1 Criterios de priorización
a) Comportamiento hidrológico de la Subcuenca
En el análisis generado en el capítulo IV, se hizo una reclasificación de las
unidades de relieve en función a su respuesta hidrológica y los cambios en la
misma, en donde se consideraron las implicaciones que tiene el cambio de uso del
suelo y la cobertura vegetal; esto con el objeto de determinar la "aptitud hídrica" de
cada unidad. Para los fines de este estudio se consideraron relevantes aquellas
155
unidades en donde prevalece el proceso de infiltración, lo que permitió realizar una
primera priorización de la Subcuenca.
b) Erosión hídrica, encostramiento y su efecto en la infiltración.
Existen diversas explicaciones teóricas que señalan que los procesos
erosivos tienen un impacto directo en la función hidrológica de infiltración (Harrold,
1972; Lal. 1982; Meyer y Mannering, 1967; Roth, 1992). Dentro de los factores
primarios de la erosión se encuentran el encostramiento, formado cuando la
energía imprimida por las gotas de lluvia ante el impacto sobre un suelo desnudo,
desagrega el suelo en partículas muy pequeñas que obstruyen los poros,
provocando una selladura superficial, la cual incluso siendo muy delgada (de unos
cuantos milímetros de espesor), afecta las propiedades hidráulicas del suelo,
reduciendo la infiltración. Diferentes estudios en parcelas experimentales analizan
el efecto de la erosión y el encostramiento sobre el proceso de infiltración
(McIntyre, 1958; Valentin y Casenave, 1992; Thrurow et al., 1988; Morin et al.,
1989; Roth, 1992; Pikul y Zuzel, 1994; Fox et al., 1998; Canton et al., 2001;
Warren., 2003; Le Bissonnais et al., 2005; Chamizo et al., 2008). Si bien, existen
variaciones en la infiltración dependiendo de las características físicas y químicas
del suelo, los diferentes grados de afectación del proceso erosivo y los diferentes
tipos de costra, de manera general de acuerdo a Cantón et al.,(2001); Bouma e
Imeson (2000), y Roth (1992); la infiltración en suelos con erosión laminar, con
costra y sin cobertura presentan una reducción de hasta un 20%, incluso en
suelos arenosos; mientras que sitios con pérdidas considerables de suelo que
presentan formación de cárcavas, la infiltración puede reducirse de un 30-70%.
Debido a que en este estudio no se hicieron mediciones directas de la infiltración
en suelos con diferentes grados de erosión y encostramiento, se consideraron las
estimaciones reportadas en la literatura revisada para asignar porcentajes de
reducción de la infiltración según el grado de afectación del proceso erosivo, a
partir de la reclasificación del mapa generado en el capítulo III y sus categorías:
156
Cuadro 25. Reducción porcentual de la infiltración en suelos con diferente grado de afectación del proceso erosivo
Grado de afectación del
proceso erosivo
Porcentaje de reducción
de la infiltración
Sin erosión aparente 0%
Ligera 2.5%
Moderada 5%
Moderadamente fuerte 10%
Fuerte 20%
Extrema 40%
c) Compactación
Los cambios de las propiedades físicas del suelo derivadas de la
compactación del suelo, tienen una implicación directa en la infiltración. Existen
diversos estudios que demuestran que puede haber una reducción del 10- 40%
de la infiltración en suelos compactados, dependiendo del tipo de textura del
suelo, su cobertura y los cambios en las propiedades físicas como son el
incremento en la densidad aparente (Benson et al., 1994 y 1999; Gifford y
Hawkins, 1978; Gamougoun et al., 1984; Putz et al., 1996; Castellano y Valone,
2007). Se hizo una reclasificación del mapa de compactación por densidad
aparente, asignando un porcentaje de reducción en la infiltración dependiendo del
grado de compactación que presente la zona.
Cuadro 26. Reducción porcentual de la infiltración de acuerdo al grado de compactación
Grado de compactación por
densidad aparente
Porcentaje de reducción
de la infiltración
Sin compactación 0%
Muy baja 2.5%
Baja 5%
Moderada 10%
Moderadamente alta 20%
Alta 30%
Extrema 40%
157
d) Riesgo de deforestación.
La vegetación es un componente elemental que amortigua el proceso
erosivo y favorece la infiltración. La cobertura de riesgo de deforestación generada
en este estudio, permite evaluar aquellas áreas con vegetación dentro de la
Subcuenca que debido a que se encuentran expuestas a uno o más factores de
perturbación, son más susceptibles a ser deforestadas, y por lo tanto representan
áreas de importancia que deben de ser contempladas dentro del análisis
planteado.
V.2.1.2 Análisis multicriterio espacial
Se aplicó un análisis multicriterio espacial, apoyado en un SIG, para llevar a
cabo la combinación de los criterios y poder generar la priorización de áreas. Para
ello se utilizó el método denominado Sumatoria Lineal Ponderada (Eastman,
2002), y se emplearon las unidades de paisaje como base para la jerarquización
de áreas.
En donde:
SE= Capacidad de provisión del servicio ecosistémico
wj= peso asignado al criterio j que refleja su importancia con relación a
otros criterios
Xij= el valor de unidad i, en el criterio j
Para determinar el factor de ponderación de cada criterio, se utilizó el
Análisis Jerárquico propuesto por Saaty (1980), el cual está basado en
comparaciones binarias de los criterios, a partir de una matriz cuadrada e
inversamente simétrica, en la cual el número de filas y columnas está definido por
el número de criterios a ponderar.
El proceso consiste en asignar un valor de importancia relativa por pareja
de criterios. Para ello, se consideró la escala propuesta por Saaty, calificando a
cada criterio de acuerdo a su relevancia para la provisión del servicios
158
ecosistémico de infiltración y regulación de la erosión, y su grado de afectación al
proceso (Cuadro 27).
Cuadro 27. Escala de importancias relativas (Saaty, 1980).
Valor de importancia
1/9 1/8 1/7 1/6 1/5 1/4 1/3 1/2 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Menor importancia Mayor importancia
Considerando estos valores de importancia es posible generar una matriz
de comparación que presente la reciprocidad entre los elementos por arriba y
abajo de la diagonal principal. En el Cuadro 28 se muestra la matriz de
comparación entre los criterios. En este sentido el criterio A tiene gran importancia
para la provisión del SE, con respecto al criterio B, lo que significa que el criterio A
será 2 veces más preferido que el criterio B, y por lo tanto el criterio B recibe una
ponderación de 1/2 de importancia cuando es comparada contra el criterio A.
Cuadro 28. Matriz de comparación pareada para determinar el valor de importancia de los criterios para proveer el SE de infiltración y control de la erosión hídrica
Criterio A B C D
A 1 2 3 4
B 1/2 1 2 3
C 1/3 1/2 1 2
D 1/4 1/3 1/2 1
La manera de establecer las ponderaciones de los criterios con base en el
método propuesto por Malczewski (1999) es obteniendo los valores normalizados
de cada criterio, dividiendo cada elemento de la matriz por el total de su columna.
Posteriormente, se calcula el peso de cada criterio, al sumar los valores
normalizados de cada fila y dividirlos entre el número de criterios. La sumatoria
total debe ser igual a la unidad.
159
Cuadro 29. Proceso para determinar los pesos de los criterios
Matriz pareada
Valores normalizados
Cálculo de pesos
Peso del criterio
Criterio A B C D A B C D
A 1 2 3 4 0.48 0.52 0.46 0.40 (0.48+0.52+0.46+0.4)/4 0.47
B 1/2 1 2 3 0.24 0.26 0.31 0.30 (0.24+0.26+0.31+0.3)/4 0.28
C 1/3 1/2 1 2 0.16 0.13 0.15 0.20 (0.16+0.13+0.15+0.20)/4 0.16
D 1/4 1/3 1/2 1 0.12 0.09 0.08 0.10 (0.12+0.09+0.08+0.1)/4 0.10
Se aplicó un índice de consistencia para evaluar si las comparaciones son
consistentes o no. Este se calcula a partir del Índice de inconsistencia aleatorio
(IR) y una razón de consistencia (C) para lo cual dicha razón debe tener un valor
de ≤ 0.10; cualquier valor superior a éste, indica juicios inconsistentes en la matriz
de comparaciones.
CI = (λmax - n) (n-1)
A partir de este análisis se determinaron las áreas prioritarias para
implementar acciones de recuperación de la función hidrológica en la Subcuenca.
V.2.2 Validación de las áreas prioritarias
El proceso de validación, si bien incluye una evaluación técnica del estudio,
es esencialmente la última prueba de una práctica bajo condiciones reales y bajo
el criterio de los actores locales (Prins, 2005).
En el presente estudio para hacer la validación de las áreas críticas se
incorporó el conocimiento y experiencia de los actores locales. A partir de las
zonas prioritarias determinadas en el análisis multicriterio, se determinaron las
comunidades y ejidos que comprenden dichas áreas, sobre los cuales se
identificaron los informantes clave.
Los informantes clave son personas que pueden brindar información
precisa o detallada de su comunidad y territorio, basada en su experiencia o
160
conocimiento sobre temas específicos. Algunos informantes clave fueron
identificados a partir de su participación y colaboración en eventos o estudios
realizados previamente en la Subcuenca, como fueron la elaboración de los
Planes Rectores de Producción y Conservación. Otros informantes fueron
seleccionados por ser representantes de las comunidades o ejidos, o bien por ser
propietarios con parcelas dentro de las zonas determinadas.
Para llevar a cabo el proceso de validación en este estudio, se consideró la
entrevista cualitativa como un método privilegiado para la recolección de
información. Se plantearon entrevistas semiestructuradas (Anexo 11), que
tuvieron como objeto entender las perspectivas de los entrevistados sobre la zona
de estudio (las áreas prioritarias), su percepción sobre el deterioro de las mismas,
e importancia para la infiltración.
Para poder llevar a cabo el proceso de validación, primero se explicaron
algunos conceptos y elementos básicos relativos al tema, con la finalidad de que
los informantes entendieran el objetivo e importancia del estudio y las acciones
que se buscan promover derivadas del mismo.
Se utilizaron mapas impresos de la Subcuenca, con rasgos geográficos de
relevancia, como el límite municipal, la delimitación de los ejidos y localidades
para que los actores identificaran las zonas que ellos consideran importantes o
prioritarias para la infiltración.
161
V.3 RESULTADOS Y DISCUSIÓN
V.3.1 Priorización de áreas
La determinación de áreas críticas dentro de una cuenca, consiste en
identificar aquellas zonas de mayor sensibilidad ecológica en donde las
actividades humanas han causado la degradación estructural y funcional de la
cuenca, y por lo tanto es prioritario concentrar acciones para lograr la recuperación
y restablecimiento del equilibrio ecológico en sus recursos básicos suelo, agua y
vegetación.
Para la identificación y posterior priorización de las áreas críticas
relacionadas con la oferta del servicio ecosistémico hídrico (SEH) de provisión, se
consideraron criterios de jerarquización que en base a la información disponible
de la Subcuenca Támbula- Picachos, permitieran realizar una prospección de su
estado hidrológico, sus grado de deterioro y su fragilidad.
La selección de estos criterios, fue resultado de la revisión de estudios
relativos en donde se han propuesto criterios e índices para la determinar áreas
críticas para la provisión y recuperación de SEH en cuencas (Retamal,2006; FAO,
1996; FAO, 2003; MEA, 2005; Pagiola et al ., 2003; Tognetti et al, 2003; Cotler et
al., 2004., Osri y Geneletti, 2010). Asimismo la pertinencia de los criterios fue
sujeta a consulta al juicio de expertos.
Mediante un enfoque paisajístico, se utilizaron las unidades de
morfoedafológicas delimitadas previamente en este estudio, como base para la
priorización de áreas, puesto que cada unidad tiene un potencial, función y
vulnerabilidad distinta (Cuadro 30).
Los valores de cada criterio fueron normalizados en rangos de 0- 10. En la
aptitud hídrica de cada unidad de paisaje, se asignó 0 a las áreas ocupadas por
asentamientos humanos, o zonas pavimentadas; 2 a las áreas que por su
respuesta hidrológica no son relevantes para este estudio (áreas de
evapotranspiración o zonas en donde hay un "equilibrio" entre procesos de
infiltración y escorrentía); 5 aquellas en donde el cambio en el balance hídrico
162
indica un incremento en el escurrimiento superficial; 10 aquellas que por su
respuesta hidrológica son relevantes para el proceso de infiltración.
Finalmente, mediante un análisis multicriterio espacial se integraron las
evaluaciones de cada unidad, por cada criterio a su vez ponderado, y con ello se
llevó a cabo la jerarquización de las áreas. De este se hizo una reclasificación,
asignando valores de cero a diez, de acuerdo a las siguientes características que
califican a las unidades como áreas críticas que requieren procesos de
intervención.
10- Unidades prioritarias para recuperar el SEH de provisión. Aquellas
unidades que son importantes para el proceso de infiltración y que presentan
valores altos de afectación por procesos erosivos y compactación, así como un
alto riesgo de deforestación. Se consideraron dentro de este rango a las áreas con
valores de multicriterio mayores de 6.
5-Aquellas unidades que son importantes para la infiltración, cuyo grado de
afectación por procesos erosivos y por compactación es medio-bajo y el riesgo de
deforestación es bajo. Se consideran de segunda prioridad. Se consideraron a las
unidades con valores multicriterio entre 2-6
0- Aquellas unidades que su importancia funcional no es relevante en el
contexto de este estudio, por lo que no se consideran como zonas críticas para
realizar estrategias de intervención encaminadas a la recuperación del SEH. Se
consideraron a las áreas con valores multicriterio de 0-2
163
Cuadro 30. Priorización de las unidades de paisaje
Sistema morfogenético
Geoforma Criterio A
Unidad funciona: Aptitud hídrica
Criterio B
Erosión hídrica
Criterio C
Compactación
Criterio D
Riesgo de deforesta-
ción
Valor de multicriterio
Priorización
1.
Mo
nta
ña
1.
Mo
nta
ña
1.1
Mo
nta
ña
so
bre
basa
lto
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Ladera con pendiente abrupta
5 2 6 2 4.1 5
Ladera con pend. empinada
5 6 8 4 5.7 5
Ladera con pend. intermedia
5 6 8 6 5.9 5
Ladera con pend. suave
5 8 10 10 7.2 10
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la Ladera con
pend. empinada 5 2 2 4 2 0
Ladera con pend. intermedia
5 4 6 6 4.2 5
Ladera con pend. suave
5 4 6 8 4.4 5
1.2
Mo
nta
ña
so
bre
ígn
ea
ácid
a
c)
Ce
rro
La
Má
rga
ra
Ladera con pend. empinada
5 4 6 2 3.8 5
Ladera con pend. intermedia
5 4 10 8 5 5
Ladera con pend. suave
5 8 10 10 7.9 10
1.3
Mo
nta
ña
so
bre
caliz
a
d)
Ce
rro
Alto
Ladera con pend. empinada
0 0 0 2 0.2 0
Ladera con pend. intermedia
5 6 2 4 4.7 5
Ladera con pend. suave
5 6 6 6 5.5 5
1.4
Mo
nta
ña
so
bre
esq
uis
to
Ladera con pend. empinada
0 2 2 2 0.5 0
Ladera con pend. intermedia
0 4 2 4 0.7 0
Ladera con pend. suave
0 4 4 6 2.4 0
164
Sistema morfogenético
Geoforma Criterio A
Unidades funcionales: Aptitud
hídrica
Criterio B
Erosión hídrica
Criterio C
Compactación
Valor multicriterio
Priorización
2.
Lo
me
río
2.1 Lomerío sobre basalto
Ladera con pend. suave
5 6 6 6 5.6 5
2.2 Lomerío sobre ígnea ácida
Ladera con pend. suave
5 2 8 6 4.8 5
Ladera con pend. muy suave
0 4 4 6 2.4 0
2.3 Lomerío sobre caliza
Ladera con pend. suave
0 0 0 6 0.6 0
3.
Tra
nsic
ión
3.1
Pie
dem
on
te
a)
Ce
rro
Pic
ach
os
Piedemonte 10 10 10 10 10 10
b)
Ce
rro
Tá
mbu
la Piedemonte 10 6 8 8 8.5 10
c)
Ce
rro
Má
rga
ra Piedemonte 10 8 10 10 9.5 10
3.2
Ab
an
ico
alu
via
l a)
Ce
rro
Pic
ach
os Abanico aluvial 10 0 4 6 5.9 5
c)
Ce
rro
la
Má
rga
ra
Abanico superior
10 8 6 10 8.9 10
Abanico inferior 5 4 4 6 4.7 5
4.
Pla
nic
ie
a)
Pla
nic
ie
de
la z
on
a
ce
ntr
al
Planicie 0 4 2 6 2 0
b)
Pla
nic
ie
ce
rca
na
a
la P
resa
Alle
nde
Planicie 0 6 0 4 2 0
5. Barranco 0 6 0 2 1.9 5
165
Figura 37. Priorización de áreas de la Subcuenca Támbula- Picachos
166
A partir de este análisis se determinó que aproximadamente 2920.7 ha,
equivalentes al 12.4 % de la superficie de la Subcuenca, son prioritarias para
implementar acciones de recuperación de los SEH de provisión; las cuales se
ubican en cuatro zonas críticas, las cuales han sido denominadas de acuerdo a su
localización en el área de estudio:
1) Alcocer- Sosnabar: Ubicada al sur de la Subcuenca, sobre unidades de
montaña sobre basalto con ladera de suave pendiente (5-15%), y piedemonte;
ambas en el Cerro Picacho. La zona tiene una extensión de 2031 ha, equivalentes
a 5.2% de la Subcuenca. Presenta gran afectación por procesos erosivos de tipo
moderadamente fuerte a extremo.
2) Puerto de Nieto. Ubicada al noreste de la Subcuenca, en las unidades de
Piedemonte del Cerro de La Márgara y el abanico aluvial superior. De acuerdo a
estudios previos realizados en esta zona, esta se identifica como una de las
principales áreas de recarga natural para la Subcuenca (Urbán, 2009; COREMI,
2002); sin embargo el uso y manejo agropecuario de la zona ha derivado en
problemas de degradación del suelo.
3) San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabras: Zona prioritaria que tiene
una superficie de 868 ha, equivalentes al 1.2% del área total de estudio. Se
encuentra en unidades de Montaña sobre basalto con laderas de pendientes
suaves y en Piedemonte del Cerro Picachos, pero de la región suroeste del
mismo. La zona se distingue por que en la actualidad tiene una fuerte presión por
parte del mercado inmobiliario, y en los últimos cinco años ha ocurrido un
crecimiento de asentamientos humanos.
4) Guadalupe Támbula- Santas Marías. Es la zona que presenta menor
degradación en comparación con las anteriores, sin embargo su importancia para
el SE de Infiltración, la hace prioritaria para el mantenimiento y recuperación del
servicio. Tiene un área de 700 ha, equivalente al 0.9% de la superficie de la
Subcuenca. Se ubica en las unidades de Piedemonte y Laderas de suaves
pendientes del Cerro Támbula. Su deterioro se debe principalmente a la
degradación de la cobertura vegetal.
167
Figura 38. Áreas prioritarias de la Subcuenca Támbula- Picachos. 1) Alcocer- Sosnabar; 2) Puerto de Nieto; 3) San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabra; 4) Támbula- Santas Marías
1 2 3 4
168
V.3.2 Validación de las áreas
Debido a que una de las metas finales de este estudio es generar un
instrumento de apoyo a la toma de decisiones para poder llevar a cabo acciones
encaminadas a las recuperación de la estructura y la función de la Subcuenca
Támbula- Picachos; se llevó a cabo un proceso de validación con los actores
locales, a fin de de generar con ellos una delimitación final de las zonas prioritarias
de intervención.
Como método de recolección de información, se hicieron entrevistas
semiestructuradas a 18 informantes clave; de los cuales siete fueron miembros del
comisariado ejidal; cinco ejidatarios; tres pequeños propietarios, un técnico local y
dos funcionarios municipales. La razón por la que los informantes clave fueron
principalmente ejidatarios, es porque el 80% de la superficie de las áreas
prioritarias se ubica en 10 ejidos.
El objetivo de la validación fue que los pobladores de las áreas prioritarias
previamente identificadas, conocieran y se familiarizaran con conceptos y
elementos básicos que les permitan identificar las zonas potenciales de infiltración
y que de acuerdo a sus conocimientos y experiencia, pudieran evaluar si las áreas
propuestas tienen prioridad para mantener y/o recuperar la función hidrológica de
la Subcuenca.
El primer acercamiento con los informantes clave, consistió en explicarles
los objetivos y conceptos relativos al tema, para lograr un entendimiento mutuo
con ellos. Para ello se utilizaron como apoyo fotografías y esquemas que
ejemplificaran mejor los conceptos de infiltración, erosión y compactación, así
como los impactos derivados de la degradación del suelo y la reducción en la
infiltración en sus actividades productivas y en su vida cotidiana. Cuando fue
posible, se hizo una explicación en el campo, de cómo ocurre el proceso de
infiltración, la degradación del suelo.
169
Esta primera aproximación permitió precisar el interés y conocimiento de los
informantes respecto al tema, lo que a su vez permitió hacer la siguiente
“caracterización”:
- Informantes con experiencia previa en proyectos de conservación de
agua y suelo, familiarizados con algunos conceptos y términos y con
interés y disposición en participar en diversos proyectos.
- Informantes sin experiencia en proyectos de conservación de agua y
suelo pero con interés y disposición en participar en diversos proyectos.
- Informantes sin experiencia en proyectos de conservación de agua y
suelo y que manifestaron poco interés en la participación de los mismos
(de lo que se pudo apreciar en el proceso de validación).
Esta caracterización es importante, porque marcó la forma de abordar el
tema con cada informante, de manera en que se pudiera enriquecer su
participación y aporte al proceso de validación.
Se prestó especial importancia a la forma en la que los informantes
perciben su entorno y los cambios asociados al mismo, por lo que se grabaron las
conversaciones para tener registro de todos los conceptos, frases expresadas y la
información aportada por los entrevistados.
Es relevante señalar que las entrevistas y parte del análisis realizado en
este estudio, se hizo de manera conjunta con compañeros de la Maestría en
Gestión Integrada de Cuencas, que forman parte del equipo multidisciplinario de la
Línea de Base Científica para el estudio de la Subcuenca Támbula- Picachos, lo
que permitió generar un instrumento de validación más integral, puesto que se
incorporaron dentro del mismo, los trabajos realizados por los compañeros y las
perspectivas de cada uno desde las diferentes disciplinas de formación;
La Biól. Silvia Zambrano; quien ha trabajado en la zona con una propuesta
de ordenamiento de las obras de conservación de suelo en la microcuenca
Alcocer-Sosnabar.
170
La Biól. Ofelia Sotelo, cuyo trabajo consiste en la caracterización de los
encinares de la Subcuenca Támbula- Picachos y la determinación de áreas de
restauración.
El M.V.Z. Alfredo Carranza, quien ha generado una propuesta de manejo
del agostadero del Ejido Puerto de Nieto, Sección Támbula.
El Ing. Mario Alberto Hernández, quien ha generado propuestas de manejo
hídrico conjunto a partir de escenarios derivados de los usos y disponibilidad del
agua en la Subcuenca Támbula- Picachos.
El. Sociól. Mario Arturo Hernández, quien ha estudiado los mecanismos de
representatividad, gestión ambiental y gobernanza local en la microcuenca
Guadalupe- Támbula, como medio para la generación de alternativas de gestión
integrada de cuencas.
Figura 39. Explicación de conceptos y objetivos del proyecto
171
Las respuestas de las entrevistas fueron sistematizadas en una matriz para
facilitar su análisis posterior. Esta matriz también fue generada de manera
conjunta con los compañeros de la Maestría, a fin de tratar de incorporar en la
misma toda la información posible y de relevancia para los respectivos temas.
Los informantes identificaron en mapas impresos las áreas donde ocurre
infiltración y aquellas en las que es importante realizar proyectos de intervención.
Dado a que la mayoría de los entrevistados fueron ejidatarios, la delimitación de
las áreas estuvo relacionada a la propiedad de la tierra, la zonificación de áreas de
uso común, parcelas ejidales y terrenos de pequeña propiedad.
Como resultado, se hizo una delimitación más precisa y detallada de las
zonas prioritarias, sustentada en el conocimiento local, además de una
caracterización más completa de las áreas. En total las zonas cubren una
superficie de 4629.5 ha equivalentes al 11.86% del territorio de la Subcuenca.
Figura 40. Entrevistas realizadas a algunos actores locales de las áreas prioritarias de la Subcuenca
172
V.3.3 Caracterización de las áreas prioritarias para recuperar la función hidrológica (infiltración) en la Subcuenca
V.3.3.1 Área prioritaria Alcocer- Sosnabar
Tiene una superficie de 1577 ha equivalentes al 4.25% de la Subcuenca,
por lo que es la zona de mayor extensión y también la de mayor prioridad debido
al estado de degradación que presenta su estructura y por ende su función.
El 72.8% del área se encuentra comprendida en tres ejidos: Doña Juana
con 394.7 ha (25.02% del área prioritaria); Alcocer con 384.66 ha (24.4% del
área); y Llano Blanco con 338.2 ha (21.4% del área). El 25.3% restante de la zona
son terrenos de pequeña propiedad, principalmente utilizados para la agricultura
de temporal.
El principal uso del suelo es pastizal inducido, que corresponde a las áreas
de uso común de los tres ejidos. El 31% de la zona prioritaria presenta vegetación
en su mayoría perturbada, siendo el matorral espinoso el tipo de vegetación que
presenta mayor cobertura (12.57%), seguido por el bosque de encino (8.45%).
Figura 41. Porcentajes superficiales de las categorías de uso del suelo y vegetación del área prioritaria Alcocer Sosnabar.
MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; AGR= Agricultura de riego; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; SBCP= Selva baja caducifolia perturbada; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule
perturbado; BEC= Bosque de encino conservado; BECP= Bosque de encino perturbado: VMIX= Vegetación mixta; CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
AGR, 0.08%
CAG, 0.76%
ZIND, 0.8%BEC, 1.2%
CAUC, 1.9%
VMIX, 2.7%
MUR, 2.8%
MXCP, 3.5%
SBCP, 4.2%
BEP7.3%
ZSVA12.2%
MEVS12.6%
AGT18.8%
PAS31.2%
173
El grado de afectación por el proceso erosivo en la zona es de 9.81% con
erosión extrema y pérdidas de suelo de más de 50cm; 19.89% erosión muy fuerte;
40.92% erosión fuerte; 28.34% moderada y 1.03% moderadamente baja. En
cuanto a la compactación, el 36.44% con valores muy altos; 47.23% alta y 16.02%
moderada.
Zonificación del área prioritaria
Derivado del proceso de validación, se pudo hacer una zonificación del área
prioritaria de acuerdo a la tenencia de la tierra, considerando dos zona en
particular: 1) Las parcelas de los ejidatarios y terrenos privados (pequeña
propiedad); y 2) las áreas de uso común que corresponden a los agostaderos de
los ejidos ubicados dentro de la zona prioritaria.
1) Terrenos ejidales y de pequeña propiedad: Incluyen las parcelas que
tienen los ejidatarios y otros pequeños propietarios. Estas áreas a su vez se
dividen en dos zonas:
a) Terrenos de pequeña propiedad cercanos a Guadalupe del Canal.
Representa el 14.12% del área prioritaria, con 222.8 ha. Se encuentra en el
abanico aluvial ubicado entre las localidades de Alcocer y Guadalupe del Canal,
constituido por materiales altamente permeables que actualmente presentan uso
agrícola, pero que tienen una fuerte presión urbana de ambas localidades. Se
encuentra conformada por parcelas de aproximadamente 15 propietarios, algunos
ejidatarios del antiguo predio de La Providencia. Las estrategias de intervención
en la zona deberán estar orientadas a las prácticas agrícolas y la regulación del
cambio de uso del suelo. Debido a que durante el proceso de validación no se
pudo establecer contacto con alguno de los propietarios, se desconoce el interés
de participación de los mismos.
b) Pequeña propiedad de ejidatarios de Doña Juana. Con una superficie de
175.69ha, representa el 11.14% de la zona prioritaria. Ubicada sobre piedemonte,
presentan una alta infiltración de los escurrimientos procedentes de unidades
174
superiores. Se encuentra altamente deforestada debido a su uso agropecuario, lo
que ha contribuido a agravar el proceso erosivo y la compactación.
De acuerdo al proceso de validación, hay percepción respecto a la pérdida
del suelo, y se ha manifestado que ha habido un incremento del problema en los
últimos años:" Antes esta tierra era muy buena, muy productiva, pero ahora con
las lluvias se suelta mucho, y se forman arroyitos que se traen la tierra. Antes no
pasaba eso..." (Salvador Rayas, Delegado de Doña Juana y ejidatario). El
problema erosivo en la zona se ha incrementado debido a la fuerte deforestación
que hay en los alrededores, lo que ha incrementado el escurrimiento superficial.
Los muestreos de campo señalan que en esta zona hay una costra de casi 2mm
de espesor, lo que también ha determinado la reducción de la infiltración.
Las estrategias de intervención en esta zona deberán enfocarse a la
capacitación de los propietarios de las parcelas, pues existe interés de parte de los
mismos en mejorar las condiciones de sus milpas y controlar la pérdida de suelo.
En este sentido es necesario consultar el trabajo de Zambrano (2010) realizado
sobre la zona, en donde se hacen recomendaciones más precisas sobre el
ordenamiento de obras de conservación del suelo que deberían implementarse en
el área.
2) Zona de uso común. Estas fueron identificadas por los actores
entrevistados como áreas en donde ocurre buena infiltración; tienen en general un
uso como agostadero, y se dividieron de acuerdo al Ejido al que pertenecen:
a) Agostadero Ejido Alcocer. Tiene una superficie de 384.7 ha, que
representan el 24.4% de la zona prioritaria. Ubicado en laderas sobre basalto de
pendientes suaves y parte del piedemonte, están constituidos por los materiales
permeables de tipo volcanosedimentario y de acuerdo a Urban (2009) en algunas
áreas hay alta infiltración por fracturamiento del material. El uso del agostadero
está limitado a los ejidatarios, y no existe ningún tipo de manejo del mismo.
Presenta una alta deforestación y extracción de tierra de hoja, así como una muy
fuerte presión por ganado.
175
Es una zona de fuerte conflicto social entre los Ejidatarios de Alcocer y los
habitantes de la localidad La Campana, quienes de acuerdo a las entrevistas,
entran clandestinamente y aprovechan los recursos del agostadero. Existe muy
poca organización del Ejido y prácticamente es nula la participación del mismo y
de la comunidad de Alcocer en programas de reforestación o conservación, lo que
es evidente a nivel municipal, pues poco se incluye la zona en este tipo de
proyectos: "Está difícil, la gente no quiere cooperar y por más que quiera no puedo
hacer todo yo..."(Salvador Mejía Sigala, Presidente del Comisariado ejidal de
Alcocer).
Debido al fracaso en las estrategias de intervención que han querido
establecerse en la zona, es evidente la necesidad conocer y entender la dinámica
social del Ejido y la comunidad de Alcocer, a fin de poder determinar aquellas
relaciones a su interior que pueden ser detonantes para el fortalecimiento de la
estructura social ya existente, y de las cuales se pueda derivar un proceso de
participación más incluyente, a fin de garantizar la efectividad los procesos de
intervención. Se debe tomar como referencia el estudio llevado a cabo por
Hernández (2010) en la Microcuenca Guadalupe-Támbula, sobre los mecanismos
de representatividad y gobernanza local y su importancia en la gestión integrada
de cuencas.
b) Agostadero del Ejido Doña Juana. Con 394.8 ha., representa el 25.02%
de la zona prioritaria. Ubicado en las unidades de laderas sobre basalto de
pendientes suaves e intermedias y en piedemonte, es identificada por los actores
entrevistados como la zona de mayor prioridad para la infiltración: "Pues las zonas
que quedan más verdes y donde hay más humedad es por donde llevamos al
ganado, en el agostadero; más arriba hay mucha piedra y pues abajo ya están los
cultivos" (Isaac Rayas, miembro del Comisariado ejidal de Doña Juana).
El agostadero es utilizado tanto por ejidatarios (40 ejidatarios) y avecinados,
y no existe manejo del mismo. Se han realizado en el área construcción de
presas filtrantes y obras para retención de suelo, por parte de autoridades
176
municipales, que únicamente han acudido a la población para solicitar el acceso a
la zona, más no han dado capacitación a los pobladores. El grado de afectación
de proceso erosivo es muy alto (70% del área) habiendo zonas con erosión
extrema (10%).
De acuerdo al proceso de validación se puede concluir que existe poca
percepción local sobre la degradación del suelo en el agostadero; los pobladores
están conscientes de que hay alteraciones que han derivado en el azolve de
bordos y el incremento de la escorrentía superficial causando afectación en las
zonas más bajas en donde hay cultivos; sin embargo no asocian esto con la
deforestación o la forma del manejo del ganado. Existe poca organización en el
ejido, y el hecho que el agostadero sea utilizado por avecinados, también se
visualiza como un problema, al momento de implementar acciones para su
manejo.
También se ha manifestado desconfianza ante los procesos de
intervención: " Aquí la gente ya no confía; luego vienen grupos como ustedes de la
universidad, que nos piden hacer reuniones y todo, y después ya no regresan..."
(Isaac Rayas). Lo cual indica la importancia de dar seguimiento a los proyectos
que se lleven a cabo en la zona, y promover procesos más incluyentes, con
enfoques de investigación- acción participativa, en donde los actores locales
puedan incidir en la planificación y en la toma de decisiones. La intervención debe
comenzar con el fortalecimiento de la organización interna y el entendimiento del
tejido social. En el caso de Doña Juana, puede verse como fortaleza el interés por
parte de algunos ejidatarios en participar en proyectos de restauración y manejo
del agostadero.
c) Agostadero Ejido Llano Blanco. Tiene 338.17 ha, que representan el
21.44% de la zona prioritaria. Se ubica en unidades de laderas de pendientes
suaves y piedemonte, constituidos por derrames de fisura andesítico- basáltico, de
muy buena permeabilidad y en donde también hay infiltración por fracturamiento
(Urban, 2009). El agostadero es utilizado tanto por ejidatarios (115) como por
177
avecinados, sin ningún tipo de manejo. Existe una alta deforestación y de acuerdo
a las entrevistas se ha intensificado del uso de la zona para el pastoreo de
animales, lo que ha contribuido a la aceleración del arrastre de materiales y
pérdidas considerables del suelo, así como la compactación del mismo. Se
presenta erosión remontante en arroyos y el incremento del escurrimiento
superficial, lo que ha afectado severamente las zonas más bajas del piedemonte.
Existe el antecedente de obras CONSA en la zona, y la capacitación de
algunos ejidatarios por parte de FAI (Fundación de Apoyo Infantil de Guanajuato),
principalmente para reforestación y labranza de conservación. El municipio y
CONAFOR también han llevado a cabo obras en la zona, como la construcción de
presas filtrantes y terrazas; sin embargo la mayoría de estas se han aplicado para
estabilizar el arroyo, más no para dar un mejor manejo del agostadero. Algunos
ejidatarios continúan utilizando técnicas de labranza de conservación (surcos en
contorno, barreras vivas, presas filtrantes) en sus parcelas, sin embargo
manifiestan la necesidad de capacitación para implementar otro tipo de obras, y
para incentivar la participación de otros ejidatarios.
A pesar del interés de algunos, la zona presenta una fuerte degradación de
la vegetación y del suelo, y esto porque las obras en el ejido no se aplican en el
agostadero, que es donde se presentan los valores más altos de compactación de
la Subcuenca., con erosión de muy fuerte a extrema en el 45% del área, y con
problemas de encostramiento.
Se debe considerar como una fortaleza, la experiencia e interés de
participar por parte de algunos actores, que manifiestan los beneficios que han
tenido de las prácticas CONSA: "Necesitamos capacitación, porque a veces uno
quiere hacer cosas, pero no sabemos cómo hacerlas" (José del Pilar Pichardo,
ejidatario de Llano Blanco). Aún así es necesario promover, mediante
metodologías participativas, la integración del Ejido, de la comunidad y los grupos
organizados, para que todos se vean involucrados dentro de los procesos de
intervención y exista la apropiación de los proyectos, de manera que se puedan
178
alcanzar mayores beneficios tanto en el mejoramiento de las condiciones
ambientales como la calidad de vida de los habitantes del área.
Figura 42. Zonificación del área prioritaria Alcocer- Sosnabar
179
V.3.3.2 Área prioritaria Puerto de Nieto
Tiene una superficie de 1095.73 ha., equivalentes al 2.81% de la
Subcuenca. El 60% se encuentra comprendida en tres ejidos: 30.5% en el Ejido
Puerto de Nieto; 20.32% en Moral de Puerto de Nieto y 9.13% en Santas Marías la
Petaca. El 40% restante de la zona son terrenos de pequeña propiedad,
principalmente utilizados para la agricultura de temporal.
El principal uso del suelo es agricultura de temporal con 77.21% del área,
seguido por pastizal inducido en un 7.49%. Sólo hay relictos de vegetación
natural en su mayoría matorral espinoso con vegetación secundaria, que cubren
menos del 3% del área.
Figura 43. Porcentajes superficiales de las categorías de uso del suelo y vegetación en el área prioritaria Puerto de Nieto
MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; AGR= Agricultura de riego; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule perturbado; VRIP= Vegetación riparia perturbada
CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
AGT77.21%
PAS, 7.5%
MUR, 5.4%
AGR, 4.7%
MEVS, 2.33%
VRIP, 0.97%
ZSVA, 0.92%CAUC, 0.6%
MXCP, 0.2%
ZIND, 0.15%
CAG, 0.06%
180
El 26.2% del área presenta erosión muy fuerte; el 32.7% fuerte y el 41.14%
moderada. En cuanto a compactación, 7.14% muy alta; 19.3% alta; y 73.3%
moderada.
Zonificación del área prioritaria
Derivado del proceso de validación, se pudo hacer una zonificación del área
prioritaria de acuerdo a la tenencia de la tierra, considerando tres subdivisiones: 1)
Los terrenos privados (pequeña propiedad); 2) Las parcelas ejidales y 3) las áreas
de uso común.
1. Terrenos pequeña propiedad. Tiene una superficie de 414.4 ha,
equivalentes al 37.82% de la zona prioritaria. Corresponden a parcelas agrícolas
principalmente de temporal, y también a granjas avícolas, que se ubican en la
zona del abanico aluvial. El 63% del área es propiedad de tres personas.
Presentan compactación moderadamente alta, derivado de la utilización de
tractores para el arado y valores de erosión de moderados a fuertes en el 40% del
área.
De acuerdo a la entrevista realizada a un propietario privado, en la zona
hay buena infiltración aunque manifiesta que han habido problemas en los últimos
años: " La tierra de acá es muy noble, solo hay que saber sembrar para que todo
se dé bien. El problema es que luego hay temporales muy malos y siempre se
necesita un poco de agua..." (Sr. Gutiérrez). El proceso de intervención quizá
tenga que ser "individual" con cada uno de los pequeños propietarios, pues no hay
coordinación entre ellos, y existe una diversidad de intereses entre los mismos.
Asimismo, es necesaria la coordinación con las autoridades municipales, para
regular el cambio de uso del suelo en la zona.
2. Terrenos ejidales. Estos corresponden a parcelas de ejidatarios, de las
cuales 268.8 ha (24.53%) son del ejido Puerto de Nieto; 158.03 ha (14.42%) son
del ejido Marías Santas La Petaca; y 70.97ha (6.5%) son del ejido Moral de Puerto
de Nieto. Ocupan el abanico aluvial superior, con materiales altamente
181
permeables por lo que tienen buena infiltración. Presentan un uso agrícola de
temporal, con compactación alta (en 34% del área) y muy alta (12%) y erosión
moderadamente alta en prácticamente toda la zona, con formación de costra de
1mm de espesor aproximadamente. Se siguen prácticas convencionales de
labranza, y prácticamente no hay cobertura vegetal. Algunas parcelas son
rentadas por los ejidatarios a avecinados, lo que dificulta el proceso de
intervención dado a la poca valoración de las mismas. Es necesario implementar
prácticas de labranza de conservación por los procesos de erosión laminar que se
presentan, así como promover el incremento de la cobertura vegetal (siembra de
mezquites, para retención de suelo).
2. Zonas de uso común. Dentro de estas se encuentran parte de las áreas
de uso común de los ejidos Moral de Puerto de Nieto y Puerto de Nieto.
a) Zona común del ejido Moral de Puerto de Nieto. Tiene una extensión de
152.58 ha correspondiente al 13.92% del área prioritaria. Se ubica entre el
piedemonte y el abanico aluvial superior, y presenta valores de compactación muy
altos (9.8% del área) y altos (36%), y erosión fuerte- extrema en más del 60% de
la zona, con la formación de cárcavas de diversas dimensiones. No existe ningún
tipo de manejo en la zona, y se le da un uso como agostadero, como
estacionamiento de maquinaria pesada (del banco de materiales ubicado cerca del
poblado de Guanajuatito), y también como basurero al aire libre. Es utilizada tanto
por ejidatarios como por avecinados y pobladores de Guanajuatito y Puerto de
Nieto.
El principal problema para la intervención son los conflictos sociales,
empezando por los límites ejidales (entre Puerto de Nieto y Moral de Puerto de
Nieto); suceso que se remonta a la época de formación del ejido de Puerto de
Nieto en 1930, en donde se reclama esta zona como parte del Ejido, aunque
oficialmente está considerado como Ejido Moral de Puerto de Nieto. También hay
conflicto entre ejidatarios y avecinados, existiendo una falta de valoración del área
y muy poco interés por lograr un manejo de la misma: "Aquí la gente es muy canija
182
y la verdad está difícil ponerse de acuerdo, cada quien hace lo que quiere en esa
parte..." (María de Jesús Ríos Valdez, Presidente del Comisariado ejidal de Moral
de Puerto de Nieto). Para poder atender las necesidades de restauración de la
zona, primero debe realizarse una interacción con la gente que hace uso de la
misma, y hacer especial énfasis en atender los conflictos de tenencia de la tierra
(revisión de PROCEDE).
b) Zona común del ejido Puerto de Nieto. Sólo 31 ha del área común del
ejido se consideran dentro de la zona prioritaria, equivalentes al 2.8% de la misma.
Se ubica en el abanico aluvial superior, y al igual que la zona anterior presenta
severos problemas de degradación del suelo y pérdida casi total de la cobertura
vegetal. Los conflictos sociales son los que principalmente impiden la intervención.
183
Figura 44. Zonificación del área prioritaria Puerto de Nieto
184
V.3.3.3 Área prioritaria San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabras
Tiene una superficie de 1040 ha equivalentes al 2.68% de la Subcuenca. El
86.3% se encuentra comprendida en tres ejidos: 33.31.5% en el Ejido San Marcos;
32.56% en Don Juan Xido Cabras y 20.43 % en el ejido de Calderón. El 13.7%
restante son terrenos de pequeña propiedad.
El principal uso del suelo corresponde a pastizal inducido con 48.59% del
área. El 32.2% de la zona presenta vegetación natural con distintos estados de
perturbación, siendo el matorral espinoso con vegetación secundaria, el tipo de
vegetación con mayor distribución (19.14% de la zona) seguido por el matorral
xerófilo crassicaule (9.6%) y relictos de encinares (3.44%).
Figura 45. Porcentaje superficial de las categorías de uso del suelo y vegetación del área prioritaria San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabras
MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; MXCC= Matorral xerófilo crassicaule conservado; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule perturbado; BEC= Bosque de encino conservado; BEP= Bosque de encino perturbado; CAG= Cuerpo de agua; CAUC= Cauce; ZIND= Zona inundable; ZSVA=
Zona sin vegetación aparente
PAS48.59%
MEVS19.14%
AGT14.58%
MXCC8.86%
BEP, 3.34%
ZSVA, 2.28%
MUR, 1.41% MXCP, 0.76%
CAUC, 0.50%
CAG, 0.29%
ZIND, 0.13%
BEC, 0.10%
185
El 88.2% de la zona, se encuentra afectada erosión de grado fuerte-
extremo; siendo 50.7% fuerte, 28.74% muy fuerte y el 8.79% extremo.
Prácticamente toda el área presenta algún grado de compactación, con valores
muy altos de densidad aparente en el 57.7% de su superficie y altos en el 38.09%.
Zonificación del área prioritaria
Derivado del proceso de validación, se pudo hacer una zonificación del área
prioritaria de acuerdo a la tenencia de la tierra, considerando dos zona en
particular: 1) Las parcelas de los ejidatarios y terrenos privados (pequeña
propiedad); y 2) las áreas de uso común que corresponden a los agostaderos de
los ejidos ubicados dentro de la zona prioritaria.
1. Terrenos ejidales y pequeña propiedad: Con una superficie de
160.41ha, representan el 15.42% de la zona prioritaria. Corresponden a parcelas
agrícolas principalmente de temporal, pertenecientes a ejidatarios y pequeños
propietarios. Se ubica en la zona de transición de piedemonte, con sustrato mixto
(rocoso- arenoso). El grado de afectación del proceso erosivo es de
moderadamente fuerte a fuerte en 45% del área y los valores de compactación
son altos a muy altos en 40% del área. Prácticamente no hay cobertura vegetal y
no se lleva a cabo ningún tipo de labranza de conservación.
Actualmente esta zona tiene gran presión por el sector inmobiliario, y se
han realizado ventas de terrenos. La estrategia de intervención deberá estar
encaminada al trabajo con los ejidatarios dueños de dichas parcelas, y determinar
la dinámica social que ha impulsado a la venta de terrenos ejidales. Asimismo es
necesaria la regularización del cambio de uso del suelo, por parte de autoridades
locales.
2. Zonas de uso común. Se ubican en laderas sobre basalto de
pendientes suaves y piedemontes, con alta permeabilidad por estratos alternados
de caliza, arenisca, pero también en algunas partes con suelo rocoso con alto
186
fracturamiento (Urban, 2009). Corresponden a las áreas de agostadero de los tres
ejidos, las cuales se describen a continuación.
a) Agostadero del Ejido Don Juan Xido Cabras. Con una extensión de
375.4ha, equivalentes al 36.1% de la zona prioritaria. El agostadero es utilizado
por 32 ejidatarios, y algunos avecinados que pagan cuotas para su uso. La zona
presenta fuertes problemas de erosión, con la presencia de grandes cárcavas y
deslizamientos por la inestabilidad de la ladera derivado de la fuerte deforestación
que hubo hace 20 años: "Hubo un tiempo que se taló mucho por acá, porque se
pensaba hacer una fábrica de Carbón, pero como nunca se hizo, la gente dejó de
cortar árboles, ahora sólo se usan los troncos secos para la leña." (Fortino
Salazar, Presidente del Comisariado Ejidal de Don Juan Xido Cabras).
En los últimos años se ha intentado la reforestación, con proyectos de
CONAFOR y del municipio, pero han fracasado por falta de interés de la gente y
por la poca capacitación a los participantes: "Nos daban unos arbolitos muy
chiquitos, poquito después del temporal. Ni uno se dio. Pero en algunas partes
solito ha ido recuperándose, porque la gente ya no entra, ni el ganado". Hay
antecedentes de obras de conservación de suelo, como la construcción de
terrazas y presas filtrantes que actualmente permanecen, sin ningún tipo de
mantenimiento. Estas fueron parte de un programa de empleo temporal, en el que
el grupo de mujeres participaron en la construcción de las terrazas.
No hay organización entre los ejidatarios, y debido a que existe el
antecedente de fracasos en diferentes proyectos trabajados colectivamente, la
gente ha perdido interés en participar de manera colectiva, y se avocan a sus
parcelas, por lo que el área de uso común presenta poca atención y valoración. Es
necesario fortalecer las organizaciones existentes (como el grupo de mujeres) que
permiten entrelazar el tejido social y que pueden conducir los procesos de
intervención en la zona. Asimismo fortalecer la organización interna del ejido, para
poder lograr un consenso en la toma de decisiones sobre el manejo del
agostadero.
187
b) Agostadero del Ejido de San Marcos Begoña. Tiene un área de 248.56
ha, equivalentes al 23.9% de la zona prioritaria. El agostadero es utilizado
únicamente por ejidatarios, y no existe manejo del mismo, aunque un hecho
relevante es que en los últimos años se ha ido dando la parcelación del área de
uso común por disputas entre grupos de ejidatarios: "Lo peor es que sin
regulación, en unos cuantos años toda esta zona quedará parcelada, y con ello el
cambio de uso del suelo" (Saenz, técnico local).
El grado de afectación del proceso erosivo es moderadamente fuerte (30%
del área) a muy fuerte (24%), y la compactación es muy alta, debido a la fuerte
carga animal que hay en la zona. Hace algunos años un par de ejidatarios
consiguió apoyo para adquirir cientos de cabezas de ganado caprino, por lo que
intensificó el uso del agostadero, y se promovió la deforestación de la zona.
Derivado de ello, se incrementó la pérdida de suelo y se hicieron algunos trabajos
con terrazas para tratar de retenerlo. Esto entre otras cosas, fue lo que causó los
problemas entre los ejidatarios, y la creación de grupos, que a su vez se
encuentran desorganizados y que responden sólo a algunos intereses. "Esta es
una zona de mucha importancia para San Miguel, porque aquí se da la recarga de
la zona, pero a la gente como que no le importa mucho eso, y sólo velan por sus
propios intereses " (Saenz, com. pers).
Aunado a lo anterior existe una fuerte presión por los fraccionadores en el
área, por lo que se requiere de la aplicación y seguimiento de instrumentos de
planeación , que regulen el cambio de uso del suelo. La fragilidad del Ejido,
conlleva a que se analicen muy bien los procesos de intervención en el mismo.
c) Agostadero Ejido Calderón. Tiene 255.5 ha., equivalentes al 24.6% de la
zona prioritaria. El 33.2% de la zona presente erosión moderadamente fuerte y
18.5% fuerte. Se observan trabajos de reforestación en el área con Eucalipto, así
como vestigios de algunas terrazas. En el proceso de validación, no fue posible
contactar a actores del Ejido, por lo que no se puedo generar una evaluación más
completa de la zona.
188
Figura 46. Zonificación del área prioritaria San Marcos Begoña- Don Juan Xido Cabras
189
V.3.3.4 Área prioritaria Támbula- Santas Marías
Tiene una superficie de 827 ha equivalentes al 2.12% de la Subcuenca. El
91% se encuentra comprendida en dos ejidos: 72.2% en el Ejido Puerto de Nieto
Fracción Támbula; 18.76% en el ejido de Santas Marías. El 9% restante son
terrenos de pequeña propiedad
El 42.94% de la zona presenta vegetación natural con distintos estados de
perturbación, siendo el matorral espinoso con vegetación secundaria, el tipo de
vegetación con mayor distribución (21.62% de la zona) seguido por el matorral
xerófilo crassicaule con distintos estados de perturbación (15.03%) y relictos de
selva baja caducifolia (6.25%).
Figura 47. Porcentaje superficial de las categorías de uso del suelo y vegetación del área prioritaria Támbula- Santas Marías
MUR= Mancha urbana; AGT= Agricultura de temporal; PAS= Pastizal; MEVS= Matorral espinoso y vegetación secundaria; MXCC= Matorral xerófilo crassicaule conservado; MXCP= Matorral xerófilo crassicaule perturbado; SBCP= Selva baja caducifolia perturbada; BEP= Bosque de encino perturbado; VMIX= Vegetación mixta; CAG= Cuerpo de agua; CAUC=
Cauce; ZIND= Zona inundable; ZSVA= Zona sin vegetación aparente
AGT18.94% MEVS
21.62%
PAS 34.16%
MXCP13.63%
SBCP, 6.25%
MCCC, 1.40%
MUR, 1.39% CAUC, 1.39%
ZSVA, 0.46%CAG, 0.43%
ZIND, 0.30%
BEP, 0.04%
VMIZ, 0.01%
190
El 53.73% de la zona, se encuentra afectada erosión de grado fuerte-muy
fuerte; siendo 41.52% fuerte y 12.21% muy fuerte. El 46.27% de la superficie
restante presenta erosión ligera y moderada. Prácticamente toda el área presenta
algún grado de compactación, con valores altos de densidad aparente en el 29.7%
y moderadamente alta en el 68.38% de la zona.
Zonificación del área prioritaria
Derivado del proceso de validación, se pudo hacer una zonificación del área
prioritaria de acuerdo a la tenencia de la tierra: 1) Los terrenos de propiedad
privada (pequeña propiedad); 2) Las parcelas de los ejidatarios; y 3) las áreas de
uso común.
1. Terrenos de propiedad privada. Tiene una superficie de 72.4 ha,
equivalentes al 9% de la zona prioritaria. Pertenece a cinco propietarios, siendo
cuales el 45% de estos terrenos propiedad de un sólo dueño. Tienen usos
diversos. pues se realiza el pastoreo de ovinos, y hay terrenos agrícolas de
temporal, aunque algunos parecen en parcial abandono (de un par de años). En
algunos predios se observan lozas y algunos ya cuentan con agua entubada.
Debido a su cercanía con la población de Santas Marías, es probable que
se haga el cambio de uso de suelo a zona de asentamientos humanos. Es
necesario establecer contacto con cada uno de los propietarios, y conocer los
intereses y planes de cada uno respecto al uso de sus predios. Asimismo la
intervención de autoridades locales para regular el cambio de uso del suelo.
2. Terrenos ejidales. Estos corresponden a parcelas de ejidatarios, de las
cuales 173.89 ha (21.03%) son del ejido Puerto de Nieto Fracción Támbula y
155.17 ha (18.76%) son del ejido Santas Marías Santas. Se localizan en el
piedemonte, y son identificadas como áreas de buena infiltración: " En esta parte
la tierra, es más fértil y retiene más humedad; en otros lados con el agua se vuelve
todo muy chicloso " (Antonio Galván, ejidatario de Puerto de Nieto. Fracc. Támbula
191
com. pers). Presenta uso agrícola de temporal con compactación alta (28.3% del
área) y erosión moderadamente fuerte (32.5%).
Al igual que en otras localidades, algunos de los ejidatarios recibieron
capacitación de FAI sobre técnicas de labranza de conservación, y aún se pueden
ver algunas prácticas en algunas parcelas. "El problema es que muchos rentan
sus tierras, y no las trabajan ellos, así que no están interesados en aprender este
tipo de prácticas. Otros no las usan por desconocimiento " (Angel Perales.
Ejidatario de Puerto de Nieto Fracción. Támbula).
Para la intervención es necesario considerar el trabajo de Hernández (2010)
al interior de la Microcuenca Guadalupe Támbula; en el cual, derivado de un
ejercicio de investigación- acción participativa, analiza las potencialidades y
conflictos de la dinámica social en la comunidad de Guadalupe de Támbula y el
ejido Puerto de Nieto, y busca generar un proceso de gobernanza local, en el que
se incorporen las diferentes perspectivas de los actores locales en la toma de
decisiones. Asimismo, al igual que en las zonas anteriores, se hace hincapié en
dar seguimiento a todos los proyectos llevados a cabo en la zona.
3. Zona de uso común. Localizado entre la zona de transición de
piedemonte y laderas sobre basalto de pendientes suaves a intermedias,
corresponde a parte del agostadero del ejido Puerto de Nieto en su fracción
Támbula. tiene un área de 423.48 ha, equivalente al 51.21% de la zona prioritaria.
El agostadero es utilizado únicamente por ejidatarios, el cual hasta el momento no
había tenido ningún tipo de manejo.
En particular para esta zona se debe considerar el trabajo de Carranza
(2010) quien ha generado una propuesta para el manejo de la ganadería extensiva
y del agostadero, basada en un estudio detallado del coeficiente de agostadero, su
capacidad de carga animal y disponibilidad de forraje. En el ejercicio ha
involucrado a los ejidatarios de la zona quienes ya firmaron un acuerdo con la
SDA Guanajuato y la Agencia de Desarrollo Sierra Gorda A.C. para implementar
accesiones para el manejo del agostadero.
192
Figura 48. Zonificación del área prioritaria Támbula- Santas Marías
193
V.3.4 Importancia de la validación de las áreas en el contexto de este estudio
La validación es un proceso que no solo permitió “aprobar” que las áreas
críticas determinadas por el esquema metodológico planteado en este estudio, son
aquellas de relevancia para la infiltración desde el punto de vista de los actores
locales entrevistados; sino también permitió incorporar dentro de la propuesta de
priorización, la perspectiva de los mismos actores, generando así un instrumento
importante de apoyo a la gestión que se lleve a cabo en la zona.
Si bien, es necesario realizar más entrevistas que contemplen una mayor
diversidad de los actores locales, desde la perspectiva de género, edad y
actividad productiva, para generar un instrumento mucho más enriquecedor; el
ejercicio llevado a cabo en este estudio permitió identificar algunas de las bases
para la intervención local en cada área prioritaria, dependiendo de la propiedad de
la tierra y el interés de algunos grupos organizados.
Cierto es que este proceso no involucró un esquema de investigación-
acción-participativa, mas se recalca la importancia de abordar este tipo de
metodologías dentro de los procesos de intervención que se lleven a cabo en la
zona, a fin de garantizar la apropiación, efectividad y continuación de todas las
estrategias planteadas.
194
V.4 CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
La planeación y la gestión en el contexto de Subcuenca, posibilitan una
visión global y sistémica del territorio, en la cual se puede evaluar la condición en
la que se encuentran sus recursos y se pueden determinar las principales
externalidades6, sus intensidades e impactos en la estructura y función del
sistema. A partir de esto se pueden priorizar zonas de trabajo, para implementar
acciones que conlleven a mantener y/o recuperar los servicios ecosistémicos en la
cuenca y a su vez promover un mayor bienestar para sus habitantes.
Los análisis llevados a cabo en este estudio, tuvieron como objetivo la
priorización de áreas para recuperar la función hidrológica, en la Subcuenca
Támbula- Picachos. Para ello, se generó una propuesta metodológica que
consistió en primer lugar en conocer las condiciones hidrológicas en las que se
encuentra el sistema, y que influyen en la prestación del servicio hidrológico de
infiltración. A partir de ello, y empleando un enfoque paisajístico, se hizo una
jerarquización y asignación de prioridades a las unidades de paisaje, lo que
permitió identificar cuatro áreas críticas, ubicadas en la zona de transición de la
Subcuenca: los abanicos aluviales, los piedemontes y montaña sobre basalto de
laderas de suaves pendientes. Estas áreas fueron sometidas a validación por
informantes locales clave, quienes contribuyeron a generar una zonificación más
detallada de las mismas.
Estas áreas prioritarias, pueden ser consideradas como unidades directas
de intervención; en donde es necesario eficientar el destino de recursos humanos
y económicos, y realizar intervenciones incluyentes, en las que se considere la
participación de los diferentes actores locales en la toma de decisiones. La
intervención local debe considerarse en el contexto de la situación general de la
Subcuenca, a fin de alcanzar la repercusión ambiental y social esperada para un
mejor manejo de la misma.
6 La externalidad puede ser entendida como el impacto negativo o positivo de una acción en cierta zona
(Cotler y Caire, 2009).
195
Al respecto, las estrategias de intervención serán diferentes, dependiendo
del contexto social en el que apliquen y como se determinó en los análisis llevados
a cabo en este estudio, de la propiedad de la tierra.
Las racionalidad con la que los actores locales acceden y se apropian de
los recursos, su transformación, la percepción de deterioro, y la valoración de los
mismos, o el interés respecto a alguna forma de manejo, depende de la
certidumbre referente a la propiedad. Así, las áreas de uso común son las más
degradadas, sujetas a mayores presiones de aprovechamiento, y generalmente
con carencia de manejo; en donde la inseguridad de la tenencia es un
desincentivo para invertir en actividades de protección. Por lo tanto, la
intervención en estas zonas será diferente a la llevada a cabo en las parcelas
individuales de los ejidatarios, o bien en terrenos de pequeña propiedad.
Aunado a lo anterior, también se debe considerar que cada Ejido presenta
una historia social distinta y con distintos antecedentes de intervención; en donde
el manejo colectivo y la administración de los recursos, también es diferente, pues
depende de la dinámica social interna y de la integración y organización del
mismo.
Derivado de este enfoque y del proceso de validación, la zonificación de las
áreas prioritarias por los informantes clave estuvo ligada a la tenencia de la tierra.
Si bien el Ejido es la unidad de intervención directa dentro de las áreas críticas
propuestas, es necesario retomar el enfoque de microcuenca como el ámbito
adecuado para una gestión local mucho más integral y representativa, bajo el cual
es posible contemplar a todos los actores (ejidatarios y no ejidatarios) que inciden
en dichas áreas, y en donde se puede definir una visión compartida así como
establecer relaciones de cooperación y coordinación entre todos los involucrados.
196
Ciertamente, mientras mejor se conozca la estructura y funcionamiento del
sistema socio-ecológico (La Subcuenca), más fácil será diseñar e implementar
exitosamente estrategias para su manejo y gestión. Si bien en la zona de estudio
existe una línea base científica, que ha sido punto de referencia para conocer la
situación de la Subcuenca, es inevitable reconocer que el entendimiento sobre la
dinámica funcional de la misma es aún limitado; lo cual no sólo obedece a la gran
complejidad que representa abordar su problemática desde una perspectiva
interdisciplinaria y transescalar, sino además porque los sistemas tanto sociales
como ecológicos que le conforman responden a fenómenos igualmente complejos
e inciertos.
El propósito de este estudio fue generar información que se integre dentro
de esta línea base, que si bien presenta un amplio grado de incertidumbre, puede
contribuir al manejo adaptativo llevado a cabo en la Subcuenca; en el que se
"adapten" o "sintonicen" las decisiones de manejo, conforme se mejora nuestro
entendimiento sobre el sistema y a la forma como éste responde a las acciones
implementadas.
Cabe señalar que como parte de este proceso adaptativo, este trabajo se
encuentra articulado con los estudios realizados por compañeros de la Maestría
en Gestión Integrada de Cuencas (MAGIC), llevados a cabo en diferentes áreas
de la Subcuenca; y con quienes se trabajó de manera conjunta, para tratar
entender desde una perspectiva interdisciplinaria la complejidad de los problemas
socioambientales abordados en los respectivos proyectos de investigación, a fin
de buscar coordinadamente estrategias que conlleven a alternativas para un
manejo más adecuado de la Subcuenca.
Dado que el manejo adaptativo está fundamentado en información científica
sólida, en este sentido, se debe dar seguimiento a algunos de los objetivos
planteados en este estudio y abordar con mayor detalle la compleja relación
vegetación-suelo-agua, a fin continuar generando información de apoyo para la
toma de decisiones y el diseño de instrumentos de gestión en el área. Se
197
recomienda retomar el análisis geomorfo-edafológico, como el enfoque mediante
el cual se puede evaluar de manera integrada la dinámica entre los diferentes
componentes socioambientales que incurren en la Subcuenca y sus efectos en el
funcionamiento de la misma.
Finalmente, se espera que los análisis presentados en este estudio, y la
propuesta de priorización generada, sirvan de apoyo a la toma de decisiones, que
conlleven a la recuperación de las áreas prioritarias y sus funciones hidrológicas y
en general a un manejo sustentable de la Subcuenca por parte de sus habitantes.
198
V.5 LITERATURA CITADA
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202
ANEXOS
203
A.1 HOJA DE EVALUCIÓN DE CAMPO DE LA DEGRADACIÓN DEL SUELO
Fecha: Foto #:_______________________________________
Descripción del sitio. ____________________Sitio #:___________ GPS: ________________________________________
Geoforma:____________(Pend°):______
Uso de la tierra:
Signos de deterioro de la cobertura vegetal:
Signos de erosión:
Pasillos de flujo_____________________________________________________
Pedestales:(alt. prom)_______________________________________________
Terracetas (alt y ancho prom):_________________________________________
Microrelieve:_______________________________________________________
Cárcavas (longitud/ancho):____________________________________________
Signos de compactación- encostramiento (pres. lámina):
Muestra #:_______________
Descripción del sitio de muestra:________________________________________________________________________
Textura: Muestra de textura______________________ Tipo de
Textura:___________________________________________________________________
Pedregosidad: Gravillas (%)__________________Piedras (%):________________________ Rocas (%):______________________________
Raíces(%):_________________________ Cobertura de pastos (%):___________Cobertura de
herbáceas(%):__________________________Densidad aparente # de anillo:_________________________
Características del sitio de
muestra:_____________________________________________________________________________________________________________
Descripción de la degradación del suelo:
204
A.2. MAPAS TOPOGRÁFICOS DE LA SUBCUENCA
Figura 49. Hipsometría de la Subcuenca, derivada del modelo digital de elevación
Figura 50. Clasificación de la pendiente (en grados °)
205
A.3. RESULTADOS MUESTREO DE SUELOS
Sitio No.
Anillo
Peso húmedo
(g)
Peso en
seco (g)
Peso del
anillo (g)
Peso del suelo
(húmedo)- peso del
anillo
Peso del suelo
(seco)- peso del
anillo
Volúmen del suelo
(cm3)
Cálculo de la DA (g/cm3)
Contenido de agua del suelo
(g)
Contenido de agua en
volumen (g/cm3)
porosidad del suelo
(%) Textura
1 1 224 222 140 84 82 50 1.64 0.024390244 0.04 38.1132075 CR Alta
2 2 220 216 144 76 72 50 1.44 0.055555556 0.08 45.6603774 CRL Mediana
4 3 230 226 150 80 76 50 1.52 0.052631579 0.08 42.6415094 CRA Medianamente alta
5 4 242 240 142 100 98 50 1.96 0.020408163 0.04 26.0377358 CRA Muy alta
6 5 208 204 144 64 60 50 1.2 0.066666667 0.08 54.7169811 CR Baja
7 6 232 230 148 84 82 50 1.64 0.024390244 0.04 38.1132075 C- CR Alta
9 7 218 212 144 74 68 50 1.36 0.088235294 0.12 48.6792453 C- CL Mediana
14 3 233 229 150 83 79 50 1.58 0.050632911 0.08 40.3773585 CRA Medianamente alta
15 1 256 249 140 116 109 50 2.18 0.064220183 0.14 17.7358491 CA Muy alta
16 4 244 238 142 102 96 50 1.92 0.0625 0.12 27.5471698 CRL Muy alta
17 5 242 236 144 98 92 50 1.84 0.065217391 0.12 30.5660377 CR Muy alta
18 2 236 232 144 92 88 50 1.76 0.045454545 0.08 33.5849057 C/CRL Alta
19 7 222 219 144 78 75 50 1.5 0.04 0.06 43.3962264 CRL Medianamente alta
21 3 208 204 146 62 58 50 1.16 0.068965517 0.08 56.2264151 CL Muy baja
22 1 220 210 150 70 60 50 1.2 0.166666667 0.2 54.7169811 CR Baja
23 5 228 220 144 84 76 50 1.52 0.105263158 0.16 42.6415094 CRL Medianamente alta
24 30 258 244 142 116 102 50 2.04 0.137254902 0.28 23.0188679 CA Muy alta
25 4 226 220 142 84 78 50 1.56 0.076923077 0.12 41.1320755 CR Medianamente alta
26 7 240 236 144 96 92 50 1.84 0.043478261 0.08 30.5660377 CR Alta
27 13 228 226 144 84 82 50 1.64 0.024390244 0.04 38.1132075 CLf Alta
28 8 220 212 144 76 68 50 1.36 0.117647059 0.16 48.6792453 CRL Mediana
29 15 228 220 160 68 60 50 1.2 0.133333333 0.16 54.7169811 CL Baja
30 17 233 229 150 83 79 50 1.58 0.050632911 0.08 40.3773585 CR Medianamente alta
31 16 222 218 160 62 58 50 1.16 0.068965517 0.08 56.2264151 CL Muy baja
32 6 256 252 148 108 104 50 2.08 0.038461538 0.08 21.509434 CL Muy alta
33 12 248 242 154 94 88 50 1.76 0.068181818 0.12 33.5849057 CLg Alta
34 18 232 228 152 80 76 50 1.52 0.052631579 0.08 42.6415094 CL Medianamente alta
35 19 258 256 160 98 96 50 1.92 0.020833333 0.04 27.5471698 CL Muy alta
37 11 250 232 162 88 70 50 1.4 0.257142857 0.36 47.1698113 CA Mediana
38 21 222 220 140 82 80 50 1.6 0.025 0.04 39.6226415 CRL Alta
39 14 220 216 144 76 72 50 1.44 0.055555556 0.08 45.6603774 CR Mediana
41 22 244 240 150 94 90 50 1.8 0.044444444 0.08 32.0754717 CR Alta
42 23 248 246 152 96 94 50 1.88 0.021276596 0.04 29.0566038 CR Muy alta
44 9 246 244 160 86 84 50 1.68 0.023809524 0.04 36.6037736 CRA Alta
45 10 280 255 160 120 95 50 1.9 0.263157895 0.5 28.3018868 CA Muy alta
46 29 232 226 144 88 82 50 1.64 0.073170732 0.12 38.1132075 CLg Alta
206
A.4 MAPAS DE PRECIPITACIÓN MENSUAL
Figura 51. Valores interpolados de precipitación mensual en la cuenca
207
A.5 MAPAS DE TEMPERATURA MENSUAL
Figura 52. Valores interpolados de temperatura mensual en la cuenca
208
A.6 MAPAS DE ESCURRIMIENTO SUPERFICIAL MEDIO ANUAL
Figura 53. Escurrimiento superficial medio anual de la Subcuenca Támbula- Picachos a)1993 y b) 2008
1993
2008
209
A.7 MAPAS DE PRECIPITACIÓN EFECTIVA MEDIA ANUAL
Figura 54. Precipitación efectiva media anual de la subcuenca Támbula- Picachos a) 1993 y b) 2008
1993
2008
210
A.8 MAPAS DE EVAPOTRANSPIRACIÓN MEDIA ANUAL
Figura 55. Evapotranspiración real media de la Subcuenca Támbula- Picachos a) 1993 y b)2008
1993
2008
211
A.9 MAPAS DE INFILTRACIÓN MEDIA ANUAL
Figura 56. Recarga natural media de la Subcuenca Támbula- Picachos a) 1993 y b) 2008
1993
2008
212
A.10 FORMATO DE ENTREVISTA PARA LA VALIDACIÓN DE ÁREAS
PRIORITARIAS POR ACTORES LOCALES CLAVE DE LA SUBCUENCA
VALIDACIÓN DE ÁREAS PRIORITARIAS PARA RECUPERAR EL SERVICIO HIDROLÓGICO DE
INFILTRACIÓN EN LA SUBCUENCA TÁMBULA- PICACHOS
Caracterización general del área
Nombre:__________________________________________________________________
Edad:_________ Sexo: F ( ) M( ) Localidad:_____________________________________
Ejido:_______________________________Fracción:______________________________
Datos de ejido/propiedad
¿ Qué extensión tiene el ejido/ fracción?________________________________________
¿Cuántos ejidatarios lo integran?______________________________________________
¿Qué extensión cubren las áreas de uso común/ ubicación?________________________
¿Cómo se organiza el ejido? __________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿Qué tipo de actividades se llevan a cabo en el ejido?
a) Agrícolas: Riego (superficie)_______ Temporal (sup):_________ Ambas (sup):_______
Tipo de cultivos:____________________________________________________________
Sistema de siembra:_________________________________________________________
Uso de fertilizantes:_________________________________________________________
¡Ha implementado algún tipo de práctica de labranza de conservación?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Ubicación del área de cultivo (mapa):___________________________________________
b) Ganadería: Tipo de ganado:______________________ No. cabezas aprox___________
213
Alimentación:______________________________________________________________
¿ En dónde se encuentran las áreas de agostadero? (ubicación en el mapa):____________
_________________________________________________________________________
¿Cómo se organizan para el pastoreo del ganado?________________________________
_________________________________________________________________________
¿ Existen reglas o algún tipo de manejo de los agostaderos?_________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿Respecto al uso de las áreas de uso común?____________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿ Ha habido cambios en las actividades que se realizaban en el ejido (abandono de tierras,
venta de terrenos para construcción de viviendas, etc)? ¿ A qué se debe?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Percepción respecto a cambios/deterioro de las condiciones del área
¿En los años que lleva en el ejido, ha notado cambios en la vegetación (cobertura) y
cambios en el suelo (erosión, presencia de surcos, cárcavas, pérdida de la fertilidad)?¿En
dónde? (Se debe explicar a qué se refiere el proceso de erosión hídrica y compactación,
para lo cual se utilizaran algunos diagramas y fotos para ejemplificar los tipos de procesos
erosivos, para que la persona los
identifique).______________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿ Cambios en el agua? (contaminación, escasez-disponibilidad, extracción de pozos)
________________________________________________________________________
214
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
¿A qué cree que se deban esos cambios?_______________________________________
________________________________________________________________________
Validación de las áreas
¿Sabe que es una cuenca?____________________________________________________
_________________________________________________________________________
Se explicará brevemente qué es una cuenca y su importancia para el ciclo hidrológico; en
particular se explicará cómo ocurre el proceso de infiltración y su relación con el tipo de
suelo, la roca y la vegetación (se utilizarán diagramas, mapas).
Finalmente, se pedirá que en el mapa del área prioritaria , se identifiquen aquellas áreas
en dónde de acuerdo al conocimiento del entrevistado, puedan ocurrir procesos de
infiltración, o aquellas en dónde hayan notado cambios o problemas.
¿En qué áreas puede identificar que ocurra infiltración, o donde el suelo presenta mayor
humedad? (Identificación en el mapa).
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
Intervención
¿Qué estaría dispuesto a hacer para mejorar las condiciones del agua, el suelo y la
vegetación?
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
¿Considera que es posible que la gente del ejido/localidad esté dispuesta a participar en
algún tipo de actividad o programa para mejorar la calidad y disponibilidad del agua?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
________________________________________________________________________
215
¿Quiénes participarían?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿Alguna vez han recibido capacitación o asesoría por parte del municipio, CONAFOR,
SAGARPA, o alguna otra institución u organización?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
¿Ha participado en programas de reforestación, labranza de conservación u prácticas de
conservación de agua y suelo?
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________