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ISSN 2346-8637

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ISSN 2346-8637

ESCENARIOS COTIDIANOS y CALIDAD DE VIDA DE NIÑAS,

NIÑOS y JOVENES EN AMERICA LATINA

Anales de la IX Conferencia Internacional de la Red Latinoamericana y del Caribe de Childwatch International Research Network 2013

Graciela Tonon(compiladora)

FaculTad de ciencias sociales - universidad nacional de lomas de Zamora

coleccion uni-comFaculTad de ciencias sociales

universidad nacional de lomas de Zamora

año 2. número 4sepTiembre 2014

Directora: Dra. Graciela Tonon de Toscano

La Colección UNI-COM de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora es una publicación semestral que contiene: documentos de trabajo, actas de congresos y jornadas científicas, reseñas bibliográficas, reseñas de libros, informes de proyectos de investigación, informes de estancias post-doctorales, informes de becas de investigación, informes de estancias de investigación y otros productos científicos.Su Comité de Referato lo componen Doctores graduados en distintas disciplinas, con amplia trayectoria en sus campos temáticos que trabajan en instituciones académicas y científicas de diferentes países del mundo:

Dr. Javier Iguiñiz. Departamento de Economía. Pontificia Universidad Católica del Perú.Dra. Rocio Canudas Gonzalez INDES-BID y Centro de estudios políticos, UNAM, MéxicoDr. Isidro Maya Jariego. Laboratorio de Redes Personales y Comunidades. Universidad de Sevilla Dra. Alicia Gonzalez Saibene. Doctorado en Trabajo Social. Universidad Nacional de RosarioDr. Flavio Comim. Centre of Development Studies. Cambridge University, Gran Bretaña y UFRGS, BrasilDra. Andrea VigorittoInstituto de Economía, Universidad de la República, UruguayDra. Graciela Castro Maestría en Sociedad e Instituciones, UNSL, Argentina.Dr. Norberto MéndezFacultad de Ciencias Sociales. UBA, Argentina.

Editor. Santiago D. Aragón. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Lomas de Zamora. Camino de Cintura y Juan XXIII. Lomas de Zamora Pcia. de Buenos Aires. Argentina. CP 1836. http://www.sociales.unlz.edu.ar/unicom/ColecionUniCom/A2N4-Escenario.pdf

ISSN 2346-8637

ÍNDICE

PARTE I JUVENTUD

Capítulo 1 ------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Calidad de vida comunitaria de las y los jóvenes.

Graciela Tonon

UNI-COM, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de

Lomas de Zamora, Argentina.

Capítulo 2 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Ciudadanía y participación. Los nuevos nichos de acción de los jóvenes

mexicanos.

Norma del Río Lugo.

Programa Infancia. Universidad Autónoma Metropolitana, Xochimilco,

México.

Capítulo 3 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Entre la piel y los espacios juveniles. El cuerpo como arena política (o,

el acoso de las apariencias).

Ricardo Fletes Corona y J. Igor Gonzales Aguirre.

Universidad de Guadalajara, México.

Capítulo 4 ---------------------------------------------------------------------------------------------------------

Vida cotidiana, calidad de vida y juventudes.

Graciela Castro

Universidad Nacional de San Luis, Argentina.

Capítulo 5 --------------------------------------------------------------------------------------------------------- Desigualdades horizontales, juventud y religión: un estudio exploratorio en el

Conurbano Bonaerense, Argentina.

Lía Rodriguez de la Vega

UNI-COM, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad Nacional de

Lomas de Zamora, Argentina.

Capítulo 6 ---------------------------------------------------------------------------------------------------- -----

Construcción social de “calidad de vida” y “proyecto de vida”

en jóvenes rurales de la alta montaña andina colombiana.

Antonio José López López

CINDE-Universidad de Manizales, Colombia

Capítulo 7 --------------------------------------------------------------------------------------------------------

Despliegue de la subjetividad política de los y las jóvenes en el

contexto del modelo de Naciones Unidas

Ofelia Roldán Vargas, Alejandra María Castaño Palacio y

Diana Marcela Duque Zapata

CINDE, Medellín, Colombia

Capítulo 8--------------------------------------------------------------------------------------------------------

Opiniones de jóvenes estudiantes de Educación Física acerca del

rol docente y el rol entrenador

Walter Toscano y Virginia Aguirre

Universidad Nacional de La Matanza, Argentina

PARTE II NIÑEZ

Capítulo 9 ------------------------------------------------------------------------------------------------------

Vulnerabilidad en niños, niñas y adolescentes. Identificando

factores de riesgo.

Gloria López y Yuherqui Guaimaro.

CENDIF, Universidad Metropolitana, Caracas, Venezuela.

Capítulo 10 -------------------------------------------------------------------------------------------- --------

Población infantil de calle: cambio y continuidad. Evidencias desde

Brasil y México

Danielle Strikland, Ricardo Fletes e Irene Rizzini.

CODENI y Universidad Pedagógica Nacional, Guadalajara, México;

Universidad de Guadalajara, México; CIESPI- PUC Río de Janeiro,

Brasil.

Capítulo 11 -----------------------------------------------------------------------------------------------------

Prácticas discursivas sobre violencias y derechos de niños, niñas y

jóvenes en contextos de vulnerabilidad de Caldas, Colombia.

Myriam Salazar Henao y Ligia López Moreno

CINDE- Universidad de Manizales, Colombia

PARTE II

NIÑEZ

Capítulo 11

PRÁCTICAS DISCURSIVAS SOBRE VIOLENCIAS Y DERECHOS

DE NIÑOS, NIÑAS Y JÓVENES EN CONTEXTOS DE VULNERABILIDAD

DE CALDAS COLOMBIA

Myriam Salazar Henao71

Ligia López Moreno72

CINDE- Universidad de Manizales, Colombia

Introducción

En este capítulo, se busca dar a conocer los avances de la investigación

titulada Prácticas discursivas de niños, niñas, jóvenes en contextos de

vulnerabilidad, y de agentes familiares e institucionales frente a la violencia, los

derechos y política de Haz Paz, en el Eje Cafetero, Antioquia y Valle del Cauca73.

Este trabajo investigativo se pregunta por las prácticas, tensiones, rupturas y

regularidades que se expresan en las narrativas de niños, niñas, agentes

familiares e institucionales sobre los derechos y la violencia desde las condiciones

y circunstancias de las culturas que habitan, sus contextos generacionales y de

vulnerabilidad e implicaciones en la convivencia, la construcción de la paz y la

democracia desde el trabajo de los Observatorios de Infancia y Familia de Caldas.

71 Dra. en Ciencias Sociales Niñez y Juventud Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud alianza CINDE-Universidad de Manizales. [email protected] 72 Dra. en Ciencias Sociales Niñez y Juventud Centro de Estudios Avanzados en Niñez y Juventud alianza CINDE-Universidad de Manizales. Directora de la Maestría en Educación y Desarrollo Humano CINDE-Universidad de Manizales. [email protected] 73 Este proyecto se adscribe al programa de investigación Sentidos y Prácticas Políticas de Niños, Niñas y Jóvenes en Contextos de Vulnerabilidad en el Eje Cafetero, Antioquia y Bogotá: un camino posible de consolidación de la democracia, la paz y la reconciliación mediante procesos de formación ciudadana. Grupo Perspectivas Políticas, Éticas y Morales de la Niñez y la Juventud. Convocatoria 543 de COLCIENCIAS- 2011 Tema "Consolidación de la Democracia, la Paz y la Reconciliación”

Para lograr el objetivo de la investigación, se desarrolla un proceso de

carácter cualitativo, sustentado en la hermenéutica, mediante el diálogo entre

diferentes narrativas.

Metodológicamente incluye tres momentos: descripción, profundización, y

comprensión de las narrativas sobre las percepciones, vivencias y emergencias

relacionadas con la política, los contextos de vulnerabilidad, la calidad de vida y

las posibilidades de transformación de las condiciones objetivas y disposiciones

subjetivas de niños, niñas, familias e instituciones en los contextos socioculturales

de procedencia del Eje Cafetero, Antioquia y Valle del Cauca74, mediante la

interpretación y a partir de la comprensión de los acontecimientos, tramas,

sentimientos, metáforas, tradiciones, situaciones históricas, productos materiales e

instituciones que aparecen en el contexto de la narrativa como constitución de la

experiencia interhumana.

A partir de lo anterior, se argumentan las comprensiones sobre las pautas

institucionalizadas, las que permiten señalar los desplazamientos teóricos sobre

las tensiones acerca de los derechos, mediante la triangulación entre las

narrativas de la política y las vivencias de niños, niñas, jóvenes y agentes

institucionales y familias. También mostrar las regularidades y rupturas que se

identifican en las vivencias de niños y niñas en sus contextos, en las diferentes

74 El primer momento centrado en la constitución y delimitación de las fuentes primarias: población de niños-niñas, jóvenes del ámbito urbano y rural, padres de familia, agentes institucionales y decisores de políticas públicas. Fuentes secundarias: consulta directa de procesos de judicialización y protección de niños, niñas, jóvenes y sus familias archivados en las regionales del ICBF en el Eje Cafetero, seleccionadas con base a la calidad de información que arrojen de acuerdo con las categorías de la investigación. Así mismo, se incluirá el registro de noticias que circulan en los diarios oficiales desde el 2006 a 2010 acerca de los derechos de niños y niñas en el Eje Cafetero. En el segundo momento, se llevarán a cabo la composición de relatos, discursos y testimonios de niños, niñas, jóvenes, familias y agentes institucionales, se trabajarán las narrativas mediante diferentes técnicas en el trabajo de campo. Durante este segundo momento se realizaran 3 talleres focales con agentes familiares; así mismo, se desarrollarán entrevistas semi-estructuradas con agentes institucionales por cada una de las regionales del Eje Cafetero, las narrativas intergeneracionales con niños, niñas, jóvenes y cuidadores o responsables de ellos y ellas; y un encuentro con agentes de instituciones operadoras de la política. El tercer momento de interpretación de la información pretende llegar a una descripción, relación- diferenciación y constitución de sentido sobre las percepciones, prácticas discursivas sobre violencias, paz, derechos y política, a desarrollarse en un contexto participativo frente a la política de Haz Paz. Los textos seleccionados responden a las distinciones que se quieren señalar en los diferentes intérpretes del proceso y su posición con respecto a las condiciones materiales y simbólicas mundo vitales, para reconocer las regularidades y rupturas en los discursos tácitos y los contra-discursos desde los diferentes ángulos de comprensión de la realidad por parte del Estado, los agentes institucionales de protección y las comunidades que construyen la política.

prácticas institucionales y aplicaciones normativas en el cumplimiento de los

derechos y calidad de vida.

Posteriormente, se avanza en una discusión teórica sobre los condiciones

subjetivas y objetivas que se constituyen en contextos de vulnerabilidad, en la que

se integran categorías emergentes que dialogan entre las propuestas teóricas y su

confrontación con las vivencias sobre los derechos narradas por niños y niñas y

las formas en que ellos y ellas son narrados, sustentando el discurso tácito que

se localiza entre el discurso universal sobre los derechos y el discurso culturalista

sobre la niñez y la juventud, lo que implica reconocer las tensiones en las

prácticas discursivas sobre la niñez, la juventud y los derechos. Estos relatos

tácitos de la política, señalan también discursos y contra-discursos en un contexto

de tecnificación e instrumentalización de la niñez, la juventud y sus derechos.

Estos relatos tácitos de la política, señalan también discursos y contra-discursos

en un contexto de tecnificación e instrumentalización de la niñez, la juventud y sus

derechos.

Se resalta la importancia que tiene en este proceso investigativo, el potencial

de las tensiones y contradicciones en los lenguajes como signos de vitalidad y

como oportunidades para la creación y la expansividad, frente al discurso o

lenguaje del déficit en la lectura de problemáticas sociales e ideológicas, que

conllevan a prácticas opresivas y de distanciamiento de las opciones para el

desarrollo de niños, niñas y jóvenes.

Antecedentes

El lenguaje sobre vulnerabilidad, se encuentra asociado a un discurso del

déficit, relacionado con una manera de identificar la estratificación que la sociedad

occidental hace en la jerarquía socioeconómica de las personas con serias

dificultades económicas. Sin embargo, por razones metodológicas, se mantendrá

este denominador, para identificar a una población de niños, niñas y jóvenes, que

particularmente en Colombia, son sujetos susceptibles de ser lastimados y se

encuentran en la frontera de la exclusión social. La pertinencia del concepto de

vulnerabilidad para esta investigación, está referido a los contextos, más que a los

sujetos implicados. El uso de este lenguaje, lleva a reconocer permanentemente

las capacidades de los niños, las niñas y los jóvenes en su condición negativa y

de déficit, por lo que requiere ser leída en relación con unas políticas, desde

donde se establecen prácticas y dispositivos de poder, para la atención

consecuente de esta población.

En la investigación de López y Alvarado (2011), se analiza como Foucault

advertía sobre las relaciones de poder, cuando aclaraba que cualquier sociedad

se caracterizaba y estaba atravesada por relaciones de poder múltiples, pero que

éstas no pueden establecerse ni funcionar sin una acumulación, circulación y

funcionamiento de un discurso, de un saber. Para Foucault (1992, p.137), el

poder, en este contexto, requiere producir verdad, ésta hace ley y elabora un

discurso verdadero, que al menos transmite y produce efectos de poder. El

análisis de poder realizado desde la extremidad, la marginalidad, proporcionó

instrumentos de intervención material muy importantes en las historias narradas.

La bibliografía consultada permite vislumbrar situaciones derivadas de la

violencia, tal como el desplazamiento forzado, como el éxodo obligado de

pobladores dentro de las fronteras de un mismo país (López, 1999), situación que

pone en evidencia la coexistencia de una sociedad de clase con una sociedad del

riesgo “Mientras los ricos aportan dinero para la guerra, los pobres aportan los

hijos” y se advirtió la afectación de la dignidad humana al resquebrajar todos y

cada uno de los derechos humanos promovidos desde la revolución francesa: “es

que ahora no somos pobres sino miserables...salvamos la vida pero perdimos la

dignidad”.

El reconocimiento de la complejidad de las violencias, puede evidenciarse en

los estudios sobre el conflicto armado y la guerra en Colombia realizados por

Pecaut (1997), García (1996), Palacio, Sánchez y Valencia (2002).

El estado del arte sobre la relación conflicto armado y niñez resalta los

trabajos de Álvarez y Aguirre (2002); Ardila y Castro (1999), ante a los cuales se

resaltan las conclusiones de Bello y Ruiz (2002) quienes afirman que los niños y

las niñas colombianos y colombianas, han nacido y crecido en medio de un

conflicto intenso y degradado, algunos viven la guerra directamente, porque están

en medio del fuego, porque deben empuñar las armas, observar al enemigo,

recoger información y participar en el conflicto, otros son espectadores de las

“últimas noticias” y primicias de los medios de comunicación, espectadores de

imágenes que invaden sus espacios y relaciones y amenazan con arrebatar las

figuras y los lugares que les proveen afecto y seguridad” (Bello & Ruiz citados en

Palacio, 2005, p. 95).

A partir de los antecedentes mencionados, se puede dar cuenta de los

procesos de producción de sentidos, de lógicas de guerra y violencia de los niños

y niñas que han participado directamente en estos escenarios con el objeto de

encontrar conectores intergeneracionales que permitan sustentar algunos matices

de la reproducción del orden de las violencias. Como aproximaciones

conceptuales se resalta que la guerra irregular que se sostiene en y desde los

cuerpos de los niños y las niñas, evidencia la continuidad de una tragedia

humana y el desastre social que responde a la formación de una lógica que ha

naturalizado la violencia, como un dispositivo de sobrevivencia y convivencia, que

enlaza a las generaciones en la conservación del orden dentro del desorden y se

ha instituido en la sociedad colombiana.

La experiencia de los niños, niñas y jóvenes en los escenarios de guerra y

violencia, entra a constituirse en referencia socializante para la niñez y la juventud,

tanto o más importante que las familias; se llega a una normalización de las

relaciones deshumanizantes para dar cuenta de una militarización social de la

cotidianidad. Pero esto no sólo ocurre con los niños y las niñas vinculados

directamente a los escenarios de guerra, dado que todos los espacios sociales se

ven afectados en su cotidianidad.

La familiarización con los contextos de guerra y de violencia en los que se

desenvuelve la infancia, se encuentra recreada y materializada en los juegos

infantiles y en las expresiones juveniles, por cuanto, esta experiencia les ha

reportado una posibilidad de interiorizar y problematizar unos roles por medio de

los cuales han resignificado los estereotipos dados por el contexto cotidiano; así

mismo, las vivencias de un ritual de iniciación e inserción en un marco del

escenario simbólico de socialización frente a la guerra con aprendizaje de normas,

valores y sanciones que comienzan a experimentar a través de la disciplina, el

orden y la autoridad, han contribuido a la identificación de dichos contextos.

Las violencias van aparejadas de sistemas de dominación según Hirigoyen,

(1999), el dominio es una acción de apropiación mediante el desposeimiento del

otro; una acción que mantiene al otro en un estado de sumisión y dependencia,

de tal forma, que es necesario romper con las cadenas de reproducción y

autoproducción de violencias con sistemas que logren deconstruir la impunidad, la

corrupción y las pobrezas para que integren los patrones de valor cultural de auto-

reproducción de violencias como avance en los procesos de legitimidad,

construcción de oportunidades para la desjerarquización social sin pretender

homogeneidad en los programas o en las expresiones familiares.

Las expresiones violentas en los escenarios familiares se expresan como el

padecimiento de las consecuencias de las injusticias postergadas en los contextos

de corrupción, banalización de lo público, negación o invisibilización o

desconocimiento de minorías que en términos de Montero (2006), son mayorías

sociales en las cuales la carga de sostenimiento de la vida física y afectiva, asume

cualquier costo para su supervivencia.

Así, mismo plantea que las violencias irrumpen con relación bidireccional

perpetradora a la víctima, que articulan diversos personajes (actores,

espectadores pasivos y activos) en la relación violencias, relaciones familiares,

sociales y contextos. Las investigaciones que se han venido realizando en

Caldas75, reflexionan la realidad de niños, niñas, jóvenes y familias en contextos

específicos, con circunstancias vitales particulares, evidenciando los modos de

interpretación social sobre nociones abstractas como la niñez, la juventud, la

justicia, el maltrato, la pobreza, la protección, los derechos humanos, las políticas

públicas, y las consecuencias que ello tiene frente a los programas que se

agencian, lo que permite avanzar en la comprensión de los matices, tensiones y

desplazamientos que dichas nociones adquieren en prácticas discursivas

puntuales, en contextos particulares y en épocas específicas, que se reconocen

como nociones que no son invariantes, sino que se modifican de acuerdo con las

circunstancias que acaecen.

Frente a los discursos y prácticas institucionales como camino de la inserción

en la vida social legal, este trabajo permite comprender que la racionalidad de las

instituciones ve igualmente al “menor desvinculado” como “víctima y sujeto de

riesgo” a quien es necesario “re-socializar”. Sin embargo, el proceso de

institucionalización requiere poseer unas bases tan sólidas y centradas en las

condiciones y necesidades de los niños y niñas, que posibiliten una asimilación

subjetiva de un nuevo orden de acción en el mundo.

75 A partir del proceso investigativo con los Observatorios de los Municipios de la Dorada, Manzanares, Neira, Salamina, Chinchiná, Villamaría, y Manizales (Comuna San José, Ciudadela Bosques del Norte y La Fuente) en el que se reconoce que la construcción de sujeto individual y colectivo aparece como un imperativo lógico implícito en los estilos de vida democrática, en la descripción del conflicto social en Colombia, el “individualismo” aparece como una de las características dominantes de los ciudadanos colombianos75. En nuestro contexto, la colectividad permanece como un ideal o se queda en el vacío, especialmente en la posibilidad de adquirir conciencia por el otro.

Por otro lado, las políticas culturales retoman diferentes ámbitos de

actuación: el nivel micro institucional o escenarios de actuación de los actores y

espectadores sociales, el mundo de la vida cotidiano en el cual se tejen las

decisiones del día a día, así mismo, el nivel macro institucional (en escenarios de

formulación y ejecución de la política pública/ instancias públicas y privadas de

control y regulación social que van desde el mundo formalizado de la política en

los Estados Nacionales y transnacionales, hasta el mercado como institución

reguladora) y el nivel meso institucional (mundo institucional formal/informal/no

formal en el cual se construyen las reglas de juego y se materializan las formas de

vida de los habitantes de contextos concretos, en este nivel aparecen las

instituciones tradicionales como la escuela, la familia, las iglesias, los medios

masivos de comunicación, como las instituciones encargadas de tramitar los

derechos de la gente: instituciones de Salud, de cultura, ONG, OG, instituciones

del sector productivo de la mediana y pequeña empresa).

El énfasis de estudios sobre políticas culturales76 inspirados en los trabajos

de desarrollo y post-desarrollo de Escobar (2005), cobran un norte de discusión

sobre problemáticas contemporáneas como la antiglobalización, los nuevas redes

de acción colectiva, la reconfiguración de pactos sociales, el nacimiento de los

procesos de auto organización, la ruptura de jerarquías en las asociaciones

espontáneas, temáticas que se mueven en la tensión entre las políticas de

pluralidad e igualdad, la universalidad y la focalización, la globalidad y la localidad,

lo nacional y la transnacional.

Romper con las cadenas del maltrato, el abuso, la indiferencia, el miedo, la

subordinación, implica recuperar el carácter público visible y audible de las

injusticias, indignidades que se repiten de una generación a otra y de una época a

otra. Las narrativas intergeneracionales permitieron romper con el discurso a-

76 Algunas temáticas y líneas de pensamiento propuestas por esta perspectiva son: Territories of Difference: “In The World Social Forum. Postructuralist Political Ecology, Place, Economy and Culture in a Postdevelopment Era, ¿globalización o postdesarrollo? (Botero, 2009).

histórico de prácticas discursivas tanto en los imaginarios de los sujetos actores,

espectadores, defensores, profesionales, como de los agentes que deciden desde

un carácter naturalizado y fatalista de las condiciones de vida de los sujetos

denunciados, asumiendo que los asuntos de juicio son tan estructurales,

enmarañados y funcionales que impiden afectar el tránsito en que se presentan.

Afectar socio política, cultural, económica y psicológicamente las circunstancias de

un caso implica afectar inter-generacionalmente las condiciones de historia en que

dichos casos acaecen.

Frente a voces ahogadas agenciadas por la circulación de los imaginarios

como niño/a, incapaz, menor, inferior o mentiroso; joven peligroso y familia

ignorante, es necesario entonces, desinstalar tanto los patrones de valor cultural

que median dichos imaginarios y representaciones y equipar de herramientas

hacia la afectación de las circunstancias ofreciendo en términos de Sen (2000)

oportunidades y condiciones materiales y simbólicas para alcanzar las libertades y

las capacidades. Además y de manera enfática, es necesario reconocer las voces,

saberes de niños, niñas, jóvenes e integrantes familiares como interlocutores que

desde sus saberes permitirán la co-agencia de un contexto local, regional y

nacional oferente y agente de un mundo alternativo, no sólo en su visión de lo que

podría ser mañana, sino de lo que está siendo hoy, como bien lo reafirman Botero,

Salazar y Torres (2010).

Lo anterior implica una mirada que descentre las explicaciones jurídicas y

profesionales como problemas atribuidos solamente a la negligencia y omisión

intrafamiliar, para reconocer las negligencias institucionales en que familias han

padecido un sistema perfecto cumplidor de normas para el mantenimiento de

problemas estructurales de familias en contextos de violencias, crímenes y

descuidos.

En tiempos de circulación de saberes, de la emergencia de nuevos agentes

de socialización, de desjerarquización de relaciones: la autoridad se gana por

reconocimiento, no por temor; la ley se construye, no se reproduce; y la acción

política se sitúa o agencia en contexto, no en abstracción. Apostar al ejercicio del

juicio crítico, especialmente, por parte de agentes institucionales, y al

fortalecimiento del capital político, por parte de familias y actores sociales, es un

reto para que el ejercicio de los mínimos normativos estén a favor de la infancia, la

juventud y la familia y no en su contra (Botero & Alvarado, 2006).

El tránsito hacia una política con perspectiva intergeneracional, invita a un

tiempo, a relacionar los archivos de judicialización de familias que en

circunstancias similares, develan regularidades frente: a la situación de migración,

abandono y búsqueda de oportunidades por parte de la madre de origen, remisión

del niño/a por problemas de comportamiento, dificultad de establecimiento de

límites por parte de abuela o adulto responsable quien presenta dificultad para

asumir y legitimar su autoridad frente a los/las niños, niñas y jóvenes (Botero,

Salazar & Torres; 2010). Lo anterior lleva a señalar la necesidad de implementar

una perspectiva intergeneracional en las políticas públicas frente a los nichos y

contextos de violencias que habitan niños y niñas y en general otros integrantes

de la familia. Así mismo, se señala una tendencia emergente de implementación

de políticas que afecten las condiciones de precarización de las comunidades y

contextos locales con el fin de afectar los procesos de democratización en las

familias, expresada por las mismas autoras para el Eje Cafetero.

La noción de familias en contextos de violencias devela que ésta no es un

conjunto homogéneo e invariante sino que cambia según la diversidad de

condiciones y oportunidades de los contextos, las experiencias y posición frente a

las violencias socio-históricas y políticas. Asumir las violencias familiares sólo

desde el ángulo de las conductas indeseadas como abusos, explotaciones,

maltratos, es necesario pero insuficiente. Las violencias familiares se cruzan por

las condiciones de época que las atraviesan, en las cuales, hoy en día re-

significan los medios, mediadores o agentes de socialización que se integran,

complementan y compiten con ella. De allí, que para esta investigación, resulte

importante el marco de referencia aquí relacionado para encontrar tendencias

teóricas que den respuestas a la pregunta de la investigación, en torno a las

posibilidades que los actores mencionados tienen, al dar cuenta de las relaciones,

tensiones, rupturas, regularidades y acontecimientos frente a la Política de paz y

convivencia familiar (Haz Paz.)

Una comprensión teórica

Las narrativas se remiten a relatos con principio, fin, desenlaces y azares,

dichas narrativas en términos Bajtiniano, aparecen en diferentes géneros

discursivos tales como: panfletos, manifiestos, veredictos, tratados, artículos,

lecciones, habla cotidiana, relatos, cartas, órdenes militares, todas estas

configuran textos que señalan un lugar de comprensión de la realidad. Así mismo,

estas narrativas configuran una obra. Los siguientes conceptos, corresponden a

las principales categorías trabajadas en esta investigación. Se desarrollarán

conceptualmente, para fundamentar el proceso.

Niñez, juventud y emergencias sobre la noción de vulnerabilidad

Los discursos de saber poder aparecen como juegos de verdad que median

las disposiciones legales, ilegales y científicas en la configuración de la niñez y la

juventud como campo de conocimiento (Foucault, 1973). La noción de

vulnerabilidad -At Risk- , aparece entre los años 1995-2003 con los estudios de la

Comisión Económica para América Latina (CEPAL), traducido como vulnerabilidad

en los entornos social, político y económico. Dicha noción señala que la vida y la

subsistencia de alguien quedan en riesgo por un evento distinto e identificable de

la naturaleza o de la sociedad (Blaikie, Cannon, Ian & Ben; 1996). Por otro lado,

ha sido asimilada por diferentes focos de análisis en la cual se resalta la debilidad

en un sistema permitiendo a un atacante violar los sectores sociales más

deprivados. Es importante notar que las teorías que agencian dicha noción

provienen del discurso económico y sociológico, en el cual se realiza una

conceptualización y clasificación de la pobreza a partir de instrumentos como los

Indicadores Sociales que miden variables tales como: nivel de educación, salud,

transición demográfica, distribución del ingreso, etc.

Siguiendo el estudio de Filgueria (2001), la "vulnerabilidad social" se basa en

la "estructura de oportunidades" y los "activos de los hogares”; la posesión, control

o movilización de recursos materiales y simbólicos conlleva a la clasificación de

diferentes tipos de capitales como condición inicial de los individuos y sus

trayectorias en el sistema socio-económico, tales como el capital financiero, el

capital humano, la experiencia laboral y el nivel educativo.

Desde una perspectiva histórica los términos de vulnerabilidad, inclusión y

exclusión evocan las nociones de marginalidad, pobreza, igualdad, desigualdad y

justicia en este sentido, Botero (2000/2005), rastrea dichas nociones, destacando

que:

La marginalidad remite a grupos sociales cuyo modo de vida ha estado marcado por el vagabundeo, la mendicidad, la criminalidad y los trabajos socialmente mal vistos...pillos, malabaristas, comediantes, rameras y prostitutas pueblan estos territorios mal demarcados pero que sin embargo han ocupado un amplio lugar en el espacio social (Castel, 1998, p. 123).

Los estudios realizados acerca de las violencias en Colombia, los niños, las

niñas y jóvenes aparecen como protagonistas en la historia. De este modo, estos

testimonios invitan a transitar de una política focalizada en grupos etarios y

poblacionales, aislados de los contextos productores de violencias, hacia la lectura

de colectivos intergeneracionales que han vivido en medio de la corrupción, el

destierro y la muerte; situación que interpela por la ampliación de los sentidos de

comprensión y la configuración de una perspectiva histórica o generacional en la

política en la emergencia de la noción de vulnerabilidad. Así mismo, para Castel

(1998), la vulnerabilidad se concibe como la precarización de grupos que antes

estaban integrados como emergencia de nuevas desigualdades.

Inmersos en un mundo complejo y socialmente injusto, los niños y las niñas,

como uno de los colectivos que se ha desconocido socialmente, evidencian, como

lo plantea Gentile (2001), una invisibilidad como su marca más visible, en la cual,

la exclusión perece haber perdido poder para producir espanto e indignación en

una buena parte de la sociedad. “La exclusión se normaliza y, así, se naturaliza.

Desaparece como ‘problema’ y se vuelve sólo un dato” (Gentile, 2001, p.25).

Al respecto estamos aprendiendo que el problema del desarrollo no es

tecnocrático, no se soluciona con simples recetas instrumentales, que suelen tener

acogida porque son cómodas, dado que no exigen tocar los privilegios, las

relaciones de poder ni la organización de la sociedad, pues al decir de Boaventura

de Sousa:

Hay que mantener la capacidad de espanto o sorpresa en una sociedad cuando la novedad se transforma en rutina. Hay que mantener la capacidad de indignación cuando la brutalidad y la violencia están trivializadas. Hay que preservar la capacidad del inconformismo cuando la posibilidad de fracaso es tan alta. Cuando emprendo un proyecto tengo presente que a veces las iniciativas fracasan en sí mismas dejando semillas completamente caóticas; pienso que debemos aplicar la teoría del caos que precisamente no hemos sabido cómo aplicar. Las cosas pueden tener efectos perversos pero también positivos en otras dimensiones de la vida. Normalmente nosotros antropologizamos la historia. Queremos éxitos en nuestra vida y nuestra vida es muy limitada; en nuestra dimensión, el largo plazo no encuentra un lugar en nuestras teorías, porque trabajamos y queremos ver cambios a corto plazo. Esto es absolutamente normal, pero la paciencia de la transformación histórica es mucho más grande que nosotros. ¿Cómo

articular nuestras experiencias dentro de un estudio que parte desde nuestra propia identidad como entes humanos, que tenga una dimensión temporal más amplia? ¿Cómo hacer esto sin entrar en el juego de la razón cínica? (Boaventura citado en Lepri, 2003, p.1)77 Las narrativas que emergen sobre las nociones de vulnerabilidad y niñez

expresan diversidad de matices de cómo un grupo se representa su propia

existencia desde las experiencias pasadas, las nuevas formas de percibir el

presente y los relatos de las visiones e imágenes que se construyen en torno al

futuro. De esta manera, Bourdieu (2000), sostiene que los agentes aplican a las

estructuras objetivas del mundo social estructuras de percepción, no obstante,

este fenómeno no pasa por alto cuestiones que tienen que ver con el poder

material, pues la pobreza, y la opresión no son cuestiones sólo del lenguaje sino

cuestiones históricas, políticas y económicas.

Coexiste la visión de niño y niña débil y sujeto de protección en

contraposición con la de promotores de la realización de la democracia. Estas

expresiones retan a las sociedades a enfrentar el modelo tradicional de infancia

para pensar de otras maneras las posibilidades de realización del mundo de la

niñez, teniendo en cuenta las motivaciones, experiencias, habilidades y

conocimientos que van elaborando, para trascender la mirada deficitaria de la

infancia.

La vulnerabilidad social del latín Vulnus (herida, golpe, corte) evoca la idea

de fragilidad, indefensión, lenguaje que se constituye en un factor poderoso que

naturaliza, invisibiliza y establece supuestos que transfieren y adelgazan el

contenido potencial de un concepto. Al transferir y el significado del verbo vulnerar:

herir, transgredir, dañar, para usar en su lugar la forma nominalizada

77 Entrevista realizada por el equipo periodístico Unimedios de la Universidad Nacional de Colombia. Publicada por U. N. Periódico, marzo de 2005. En el Encuentro con los investigadores del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales (Iepri) de la Universidad Nacional. Esta entrevista indaga acerca de su posición frente a temas actuales como el desarrollo de la globalización y el papel que juegan los países en vías de desarrollo en el marco del nuevo orden internacional. Disponible en http://comminit.com/en/node/67092/348

vulnerabilidad-vulnerable se petrifica la acción, convirtiéndola en un estado, en un

atributo pasivo de quien lo sufre, y se oculta la agencia y el sujeto de quien lo

produce, el sujeto de la acción de vulnerar. De esta forma, las noticias y los relatos

que circulan sobre la vulnerabilidad agencian un discurso implícito acerca de la

niñez que se sintetizan en discursos tácitos reiterativos: Entre el lenguaje literal y

la comprensión de las circunstancias vitales, la voz de niños y niñas requiere más

que una decodificación literal de sus palabras, una comprensión contextual; es

necesario poner en contexto el significado de lo dicho o darle sentido desde el

mundo de la vida cotidiana de estos actores como interlocutores.

En la narrativa siguiente, se evidencia una práctica discursiva que conlleva a

la “satanización” de la conducta indeseada, situación que impide ampliar la

comprensión contextual de la problemática, por lo que las intervenciones no logran

afectar las circunstancias de los actores en condiciones de marginación y pobreza.

El menor se hace presente en las instalaciones de la SIJIN para acogerse a lo contemplado en la ley 418 de 1997 y al decreto 1385 de 1994 entregándose voluntariamente por haber pertenecido al frente Bolchevique del ELN. Niño: Me fui para la guerrilla hace 15 meses por el sector de letras. Yo trabajaba en una finca y un día se me acabó el trabajo y empezaron ellos a convidarme y a convidarme. Un día me dijeron que iban a pagarme y me fui. Los muchachos compañeros guerrilleros que me invitaron fueron, voy a decir los nombres que nos colocan allá, no sé los nombres ni los apellidos reales: Hair, Gomelo, Miguelito y otro. Me dijeron que me iban a pagar 250.000 mensuales por estar allá, [así que] llegué el año pasado en mayo de 2004, el día de las madres…me recibió un comandante y me empezaron a dar instrucciones sobre el manejo del fusil. Antes yo no había tenido ni había accionado armas. Me enseñaron a manipular el fusil, armar y desarmar. …A los tres meses me metieron de tropero, mero asalto como profesional, combates, encuentros con otros guerrilleros, nosotros llegábamos y los atacábamos, eso era a biliar plomo, no sé cuantos llegué a matar porque uno en medio de la plomacera uno no se da cuenta, en medio del intercambio de disparos usted no sabe cuántos maté. Estuve como en cuatro asaltos, y en el primer asalto hubieron (sic) 7 muertos, en el

segundo 3, en el tercero 5 y en el cuarto 4. A mí nunca me hirieron, solamente esquirliao. Me sancionaban porque a veces decía que me iba para la casa, entonces me daban una noche de guardia o me ponían de ranchero. Mamá: Cuando el niño llegó a la Galería y me dio mucha alegría, me dijo que las cosas no eran como decían. Que si se había ido era porque veía la situación económica mía, que le habían dicho que le pagaban pero no fue así, que había estado con ELN, que lo habían mandado para Medellín con unos compañeros y se les voló, que habían estado trabajando en una finca y que cogió un bus y se vino. Le tocó aguantar hambre y comer maíz crudo. Yo no busco nada ni plata, solo un hogar de protección. Que en la ciudad habían visto unos compañeros del grupo y que tenía como miedo de que lo mataran y nos hicieran daño. Me mandaban a sacar una caleta por el perrillo Antioquia, me mandaban a pedir plata no se para quien, aguanté mucha hambre, iba a donde los campesinos para pedir la comida así pagaban la vacuna… Papá: El 13 de Diciembre le dije que se entregara, que fuéramos a la policía, bajó la policía nos llevaron a la SIJIN y allá nos dijeron como lo iban a tener, lo dejaron 14 días allá y después lo entregaban a bienestar, luego lo llevaron al juzgado de Menores y lo trasladaron para la linda. Se me dio muy duro, casi no me lo dejan ver y lo tenían como en un encierro. El juez me solucionó el problema. Los del Gaula se los llevaron hasta el páramo, hasta de Bogotá vinieron a interrogarlo y le dijeron que le daban plata, por todo lo que él dijo cogieron como a seis… (Archivo 17b000-2006. Infracción: Rebelión)78

La anterior narrativa da cuenta de la existencia de políticas de atención a la

niñez, que como políticas sociales básicas y de protección para esta población,

están vinculadas a políticas correccionales y a los derechos judiciales. Así vemos

que con ellas, se criminaliza a niños que viven en situación de pobreza y se elude

la responsabilidad central del estado en proveerles las condiciones mínimas para

una vida digna.

La naturaleza íntima de una sociedad se relaciona con la manera en la que

trata a sus niños y niñas, como un indicador fundante de los valores que prioriza.

El pensamiento moderno se ha ido, a su vez, dotando de instrumentos frente a la

78 Narrativa extraída de los archivos de las investigadoras, 2013

marginalidad social y la conducta inadaptada, que se traduce en procesos de

institucionalización que en muchas ocasiones fragiliza las posibles acciones de las

políticas.

La tecnificación de los modelos de desarrollo y progreso inventaron una

realidad del subdesarrollo en la cual las minorías vieron su destino planificado,

intervenido y encasillado en etiquetas, tales como “analfabetas”, subdesarrollados,

vulnerables etc. Conceptualizaciones que reducen la vida de una persona a un

aspecto singular y convirtiéndola en un "caso" que debe ser tratado o reformado

(Escobar, A., 1999), consecuentemente, dicha planificación hace olvidar a la gente

los orígenes de sus mediaciones históricas.

Específicamente, en el campo de la niñez, el estudio de Garbi, Grasso y

Moure (2004/2007); y Botero (2000/2005) aparecen nociones como niñez

institucionalizada y juridización de la niñez, en las cuales se resaltan los juegos de

verdad en la construcción de la visión de la infancia.

Este trabajo evidencia como se van construyendo ciertos discursos en el

entrecruzamiento de lo jurídico y lo psicológico a partir de una mirada

normalizadora: “menores víctimas de abuso sexual o de violencia familiar”, “chicos

que están acá porque justamente son abandonados o no los quieren tener, o

(cuyos padres) están detenidos, o están en neuropsiquiatricos”, “niños diferentes a

mis hijos…con una marca…con una necesidad de afecto que lo pueden expresar

directamente o llegar a agredirte, enfrentarte, romper cosas”. De esta forma, este

trabajo corrobora los hallazgos de García (1995), quien anuncia un tipo de

esquizofrenia jurídica en la cual coexisten dos leyes: por un lado, los derechos de

los niños y las niñas, y por el otro, las formas de control institucional en resonancia

con lo que Foucault (2004) llama los dispositivos de seguridad, civiles y sociales o

biopolíticos que unen el orden del conocimiento penal con el de la salud en el

contexto de una sociedad liberal.

El cuestionamiento a las practicas institucionales se remite a los estudios de

Goffman (1963/2003 y 1984/2001) los cuales evidencian las formas de

estigmatización y los trabajos de Foucault (2001) en torno a las prácticas de

control sobre los cuerpos y las subjetividades como verdades instaladas acerca de

la niñez.

Desde el punto de vista de los estudios sobre normalidad y niñez, Huertas,

(2005) retoma las fuentes de Foucault sobre la relación entre crimen y locura de

tal forma que el tratamiento moral y su práctica en el espacio del manicomio

quedan confinadas a “La irracionalidad, la incompetencia, la desviación, el error, el

sinsentido…sobre estas bases, las personas y las prácticas son valoradas o

estigmatizadas, premiadas o castigadas, rechazadas o revestidas de autoridad o

de poder” (p.270). El hospital, la escuela, la prisión, la institución sanitaria y el

método de enseñanza son espacios privilegiados de la normalización y la

psiquiatrización de la infancia. Foucault (2001), aventura en la figura del “niño

loco”, la hipótesis de que dicha psiquiatrización del niño pasó no por una relación

constitutiva entre locura e infancia. Las implicaciones del presente estudio ponen

de manifiesto la necesidad de estar alertas frente a los procedimientos que siguen

agenciando la naturalización del terror y la legitimación de las injusticias. Niños,

niñas, jóvenes y otros integrantes familiares en contextos de guerra, abusados

sexualmente, hijos de la inequidad a quienes parece que se les atribuyera

culpabilidad por conductas delictivas, participación en el conflicto o en el círculo de

las violencias contextuales que habitan en la doble situación de ser

víctimas/verdugos, elemento que indica una expresión de conflicto como

bumerang (Botero, Torres & Alvarado; 2008) que va más allá de los personajes o

actores directos del conflicto, e implica reconocer la responsabilidad colectiva

frente a aquél.

Romper con las cadenas del maltrato, el abuso, la indiferencia, el miedo, la

subordinación, implica recuperar el carácter público visible y audible de las

injusticias, indignidades que se repiten de una generación a otra y de una época a

otra. Las narrativas intergeneracionales permitieron, pues, romper con el discurso

a-histórico de prácticas discursivas tanto en los imaginarios de los sujetos actores,

espectadores, defensores, profesionales, como de los agentes que deciden desde

un carácter naturalizado y fatalista de las condiciones de vida de los sujetos

denunciados, asumiendo que los asuntos de juicio son tan estructurales,

enmarañados y funcionales que impiden afectar el tránsito en que se presentan.

Afectar socio política, cultural, económica y psicológicamente las circunstancias de

un caso, implica afectar inter-generacionalmente las condiciones de historia en

que dichos casos acaecen.

Frente a voces ahogadas agenciadas por la circulación de los imaginarios

como niño/a, incapaz, menor, inferior o mentiroso, joven peligroso y familia

ignorante, es necesario entonces, desinstalar tanto los patrones de valor cultural

que median dichos imaginarios y representaciones, equiparar de herramientas

hacia la afectación de las circunstancias ofreciendo en términos de Sen (2001),

oportunidades y condiciones materiales y simbólicas para alcanzar las libertades y

las capacidades. Además, y de manera enfática, es necesario reconocer las

voces, los saberes de niños, niñas, jóvenes e integrantes familiares como

interlocutores que desde sus saberes permitirán la co-agencia de un contexto

local, regional y nacional oferente y agente de un mundo alternativo no sólo en su

visión de lo que podría ser mañana, sino de lo que está siendo hoy.

Dicho cambio de paradigma implica desmitificar prácticas y patrones de valor

cultural que agencian un falso respeto encubierto por el miedo, el castigo como

expresión de aprendizaje y la obediencia como sinónimo de rectitud. Existen

metáforas y discursos que permean regulaciones culturales transversalmente en

los agentes representantes de los ámbitos macro, meso y micro, tales como la

formación por medio del castigo como medida pedagógica, evidenciado en

refranes populares como: “palo que crece torcido no hay quien lo enderece”, “hay

que dar con palo para que crezcan derechos”, “Cría cuervos y te sacarán los

ojos”, “reprender, si no, nos comerá vivos”, “Muerto el perro se acaba la rabia”.

Aquellos que agencian la indiferencia frente a las injusticias socio familiares “El

pez muere por la boca”. “El diablo sabe más por viejo que por diablo” “En boca

cerrada no entran moscas”, “Agua que no has de beber déjala correr”; y

finalmente, discursos que naturalizan los hechos y como tales, los deja intactos

como situación del destino o a la situación personal aislada de tiempo y contexto:

“De tal palo tal astilla”, “El que a hierro mata a hierro muere”, “Al mal tiempo buena

cara” “Del dicho al hecho hay mucho trecho”, “No hay mal que por bien no venga”,

“No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista”.

En consecuencia, es necesaria una mirada que descentre las explicaciones

jurídicas y profesionales como problemas atribuidos a la negligencia y omisión

intrafamiliar a reconocer y comprender los descuidos institucionales en virtud de

los cuales las familias han padecido un sistema perfecto cumplidor de normas

para el mantenimiento de problemas estructurales de familias en contextos de

violencias crímenes y descuidos.

Afectar las circunstancias de las familias en situaciones de violencias implica

acudir a una perspectiva de políticas ya no sólo con enfoque de género y de

derechos, sino, especialmente con perspectiva intergeneracional de tal manera

que pueda impactarse el inmediatismo de la sobrevivencia, la ausencia de

futuro(s), y la imposibilidad de ver más allá de las propias circunstancias. Así, las

clasificaciones de disfuncionalidad conyugal, los delitos sexuales, el maltrato

infantil, y la violencia entre familiares requieren una comprensión en su carácter

histórico contextual y cultural.

En tiempos de circulación de saberes, de la emergencia de nuevos agentes

de socialización de desjerarquización de relaciones, la autoridad se gana por

reconocimiento, no por temor; la ley se construye, no se reproduce y se agencia la

acción política desde casos particulares, porque sólo desde éstos existe una

posibilidad de cambio. No aplaza para mañana el bienestar, sino que ve, en las

actuaciones cotidianas, las formas de imaginar y re-imaginar el cohabitar

mundos/biografías que se dignifican en el ser siendo como posibilidad.

En este sentido, una política con perspectiva generacional retoma la noción

de generación que en términos Martín (1998) quien referencia un tipo de clase

instalada en el espacio social como la posición que se ocupa en ésta, un

aprendizaje que incorpora o se hace cuerpo, no sólo en el plano de la consciencia

individual, sino en los referentes del espíritu de una época, con su historia y

circunstancias particulares en las que acontecen los hechos sociales.

A manera de conclusión

Desde el punto de vista de las narrativas que se hacen sobre la niñez, la

juventud y los relatos propuestos por agentes institucionales, las evaluaciones y

los formatos de cumplimiento de indicadores se constituyen en una de las

prácticas más activas, en las cuales, se presenta un fenómeno de manipulación de

las esperanzas de la pretendida reducción de la pobreza. Dichos relatos tácitos

implican la necesidad de trascender un enfoque centrado en indicadores

deductivos a una perspectiva que reconozca las potencialidades de las luchas y

embates que niños, niñas y familias construyen en sus vidas cotidianas.

De esta manera, tanto el enfoque carencial o antipobreza como el de los

derechos humanos como abstracciones deductivas posibles de medir y planificar

pierden su contenido vital y la historicidad de las luchas y embates que

comunidades han realizado en la ampliación del significado de la vida política. De

esta forma, ante esta perspectiva de formulación de diagnósticos y tecnificación de

discursos cada vez más sofisticados, es necesario reconocer la producción de

conocimiento que formula las preguntas desde Latinoamérica misma, rompiendo

con el modelo civilización-barbarie que ha negado sistemáticamente las historias

de pluralidad.

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