jorge luis arcos, raúl hernández novás. la isla infinita

9
Raúl Hernández Novás. Poemas. Nota Los siguientes poemas de Raúl Hernández Novás fueron escogidos de su papelería inédita, de próxima publicación en su Poesía completa, que prepara Casa de las Américas. Los cinco sonetos pertenecieron originalmente a su libro Sonetos a Gelsomina, del cual, para su versión final, el poeta quitó veintitrés, según el propio autor, en carta a quien esto escribe, porque “consideré demasiado infligirle 100 sonetos seguidos al lector. Me ayudó el hecho de que una vez pensé enviar el libro al Premio Juan Ramón Jiménez y como este establece un límite de 1000 versos, tuve que aligerar el libro. Al cabo no lo envié pero el aligeramiento me sirvió para dejarlo en esos 77 sonetos –número simbólico pues es el mismo de los poemas de Trilce, de Vallejo” (J. L. A. “Raúl Hernández Novás: Roto el velo del amnios”. Casa de las Américas. L. H., a. XXXIV, N. 192, jul.-sep., 1993). El titulado “Virginia Cherrill” –del que se conservan dos versiones- pertenece al libro inédito Canciones y figuras decimadas (1981-1985), y, dentro del mismo, a un cuaderno titulado “El ojo y la navaja”, dedicado íntegramente a tópicos inspirados por distintos filmes. El último, sin título en el original manuscrito, es uno de los más de cien poemas que el autor dejó inéditos en su papelería. En esa suerte de testamento poético en que se van convirtiendo las dos cartas que me envió el poeta en 1992, se revelan algunas claves para la comprensión más profunda de estos textos.

Upload: jorgeluisarcos

Post on 05-Sep-2015

214 views

Category:

Documents


0 download

DESCRIPTION

Presentación

TRANSCRIPT

Ral Hernndez Novs

Ral Hernndez Novs. Poemas.

Nota

Los siguientes poemas de Ral Hernndez Novs fueron escogidos de su papelera indita, de prxima publicacin en su Poesa completa, que prepara Casa de las Amricas. Los cinco sonetos pertenecieron originalmente a su libro Sonetos a Gelsomina, del cual, para su versin final, el poeta quit veintitrs, segn el propio autor, en carta a quien esto escribe, porque consider demasiado infligirle 100 sonetos seguidos al lector. Me ayud el hecho de que una vez pens enviar el libro al Premio Juan Ramn Jimnez y como este establece un lmite de 1000 versos, tuve que aligerar el libro. Al cabo no lo envi pero el aligeramiento me sirvi para dejarlo en esos 77 sonetos nmero simblico pues es el mismo de los poemas de Trilce, de Vallejo (J. L. A. Ral Hernndez Novs: Roto el velo del amnios. Casa de las Amricas. L. H., a. XXXIV, N. 192, jul.-sep., 1993). El titulado Virginia Cherrill del que se conservan dos versiones- pertenece al libro indito Canciones y figuras decimadas (1981-1985), y, dentro del mismo, a un cuaderno titulado El ojo y la navaja, dedicado ntegramente a tpicos inspirados por distintos filmes. El ltimo, sin ttulo en el original manuscrito, es uno de los ms de cien poemas que el autor dej inditos en su papelera. En esa suerte de testamento potico en que se van convirtiendo las dos cartas que me envi el poeta en 1992, se revelan algunas claves para la comprensin ms profunda de estos textos. Sin pretender agotar en esta nota un tema que, en verdad, resultara inagotable, permtaseme simplemente transcribir otro pasaje de estas cartas, donde el tema de Virginia Cherrill, en particular, y de Sonetos a Gelsomina, en general, queda expuesto. Dice el poeta:

La Strada ha sido siempre una de mis pelculas preferidas porque en ella, podra decir, se ve a Dios, sin que sea una pelcula religiosa. Es la contrapartida de Luces en la ciudad, de Chaplin. Sus temas son sobre todo los del Sacrificio y la Iluminacin. La Iluminacin est en el final de Luces... y de La Strada. Gelsomina es como un Charlot femenino. (Por cierto, amigos de Vallejo han contado que se extraaban y se rean pues ste consideraba a Charlot como una imagen de Cristo.) Tanto Luces... como La Strada son trgicas, sobre todo esta ltima, desde su ttulo que alude a la intemperie, al errante ser humano. Sus personajes (Gelsomina, Zampan y El Loco, porque La Rosa no aparece, ha muerto al comenzar la pelcula y slo se la nombra) son tambin esencialmente trgicos. Quizs el ms trgico es Zampan, pues los otros dos pueden extro-verterse, l no. Su esencia slo se nos revela al final, a travs del sufrimiento. Zampan es una especie de Dios padre que nos apalea pero nos quiere; y una especie extraa de Cristo que ha absorbido en su ser la fealdad fsica y moral del mundo (pero ya en Isaas, 53, se nos dice que no hay belleza en l, ni buen parecer, le vimos, y no hallamos nada que pudiramos apreciar, despreciado y el ltimo de los hombres, etc. cito de memoria), pero quiere a Gelsomina. Si esta es la imagen del desvalimiento, Zampan sera la imagen del mundo que nos trata a patadas pero no nos rechaza del todo, dejndonos as un resquicio de esperanza.

Jorge Luis Arcos

Eres es m una ausencia

Eres en m una ausencia desvelada

donde labro una blanca estatua yerta:

mejilla de caricias tan desierta,

mar inmueble, en s misma sepultada.

Para la fiel visita inesperada

hace tiempo dej la puerta abierta.

Ya los Magos no pasan por mi puerta.

No espero nada ya, no espero nada.

Quireme t, seor. Por esa puerta

se escapar mi sangre fatigada

para seguirte en la aridez desierta.

Quireme t, seor de marejada.

Aunque me sangre la mejilla abierta

por la herramienta de tu bofetada.

Ves, Gelsomina?

Ves, Gelsomina? T a tu desastrado

esposo sigues, yo al esposo mo.

Las dos por el camino hemos vagado,

por la regin del trnsito baldo.

(Conviene no afincar en ningn lado,

en las moradas que nos dan hasto,

para no echar raz en suelo amado

y no olvidar lo principal che e Do.)Intacta esposa, como t he viajado

de convento en convento, bajo el fro,

y soy como el payaso sin sembro

ni solar, que deambula enharinado...

Ves, Gelsomina? Por el campo ajado

vas de tu esposo en pos. Yo sigo al Mo.

Mi seor, si t eres

...main Leib ist mde

J. S. Bach: Motete n. 5

Mi seor, si t eres, t nos miras

en la acrobacia torpe que escalamos

para arrancar los estrellados ramos

de ese rbol del cielo en que suspiras.

Por qu nos dejas solos, a estos nios,

a estos payasos que en la pista elevan

una torre de muecas y de guios

y de caricias que los vientos llevan?

Ven, ven ahora, ven. Abandonado

no me dejes entre el fragor y el fro

ni demores ms ansias tu visita.

Ven, seor, ven. Mi cuerpo est cansado.

Muriendo estoy bajo el claror sombro

de esos ojos de hielo donde habitas.Y si t fueras

no me tienes que dar porque te quiera

Annimo

Nunca ofend la fe con la esperanza

Conde de Salinas

Ay amar, estar amando

sin santo para la fe!Mirta Aguirre

Y su t fueras, qu merecimiento

habra nunca en m al quererte tanto?

El solo amor es este que ahora siento:

fe que no cree en milagros, ni en un santo.

Amar, amar sin esperar el puerto

de unos cielos que abriguen con su manto.

Amar, saber que en el astro est desierto

de aquella lumbre que nos hiere tanto.

Y el verdadero amor es el que entiendo:

Amar, sin esperar or tu encanto

y lo imposible de tu amor sabiendo.

No encontrar nunca lo que estoy buscando.

Y el buen Amor es este que hoy comprendo:

saber que no eres, y quererte tanto...

Maestro, si t eres

Por Thine is the Kingdom

Maestro, s t eres, t nos ves,

la leccin esmerada repitiendo,

y t, seor, el premio prometiendo

para despus, siempre para despus...

Nuestra manzana est brillando ves?

sobre la mesa de nevado atuendo

donde tu pan deba estar ardiendo.

Por qu despus tu pan, tu sol despus?

Por qu nos dejas solos cual mujeres

viudas, clamando a ti por tantos nombres,

tu voz pidiendo, y t callar prefieres?

Todo me dice, profesor insombre

-perdname, seor-, que t no eres

y que nuestro es el Reino de los hombres.

Virginia Cherrill

(Chaplin: City Lights)

...Mas ahora te han visto mis ojos.

Job, 42, 5

Nunc videmus per speculum,

in aenigmate. Tum autem...

I

No vendr como el rey tallado en oro,

como el magnate ungido y su cohorte.

No como el mercader, velando el norte

de la aguja que apunta hacia el tesoro.

No vendr entre cortejos, con el coro

cuya armona es lluvia de monedas.

No vendr con fulgor para que puedas

verlo pasar triunfando entre la gente.

Y pasars sin verlo: el indigente,

casto mendigo de las alamedas.

II

Nunca sabr tu corazn qu ha hecho

por ti, cmo sus manos han sudado,

cmo el tiempo y la lluvia han herrumbrado

las cadenas hirientes de su pecho,

cmo le hizo la piedra insomne lecho

y el adoqun camino tembloroso,

qu cielos llueven en su tormentoso,

terco vagar por la llanura inculta,

de cardos de las almas. El se oculta,

de su propia riqueza vergonzoso.

III

como un ladrn

Pues no hay belleza en l: cielo sin flores

azules su mirada, y olas muertas

los callos de sus manos, y desiertas

las arcas del poder, sin resplandores

los ojos mudos: hombre de dolores

y solo bajo el alba y desterrado,

vendr en puntillas, plido ignorado,

ladrn que roba la miseria, urgente

verdugo de la niebla evanescente:

ya tu mirada ciega lo ha juzgado.

IV

por espejo

Ahora ests en la sombra y el te mira,

oculto manantial, ojo de agua,

ntima estrella que en su alta fragua

siempre est desnudndose y delira:

ya puedes ver la mano que suspira

ante los ojos del redao abiertos

y desempaa de hlitos inciertos

el turbio espejo que la luz te hiere.

Qu hars ahora que la flor se muere,

blanda cellisca entre tus dedos yertos?

(Sin ttulo)

Mi madre dijo:

Toma este cassette.

No est grabado. Tienes que grabarlo.

(Slo t puedes grabarlo.)

Pero no podrs escuchar

nada en l otra vez.

Pues no hay forma de rebobinarlo.

Adems, est hecho de forma

Que lo nuevo que en l se graba

No borra lo viejo dijo.

Cuando nac sin sol.

Notas

Esta frase se halla en el original mecanografiado de esta versin, traducida al castellano y tachada, a saber: Ahora vemos por espejo, confusamente. Entonces.... En la primera versin aparecen solo las siguientes referencias bblicas: Isaas, 53, 2-3, Juan, 1, 5, I Corintios, 13, 12.

En la presente versin aparece tachada debajo del nmero la cita bblica: mas las tinieblas no la comprendieron.

En la presente versin aparece tachada debajo del nmero la siguiente cita bblica: y por su llaga fuimos curados. Donde dice insomne, deca originalmente en esta versin y en la anterior: extrao. En la primera versin aparece esta estrofa II como III y viceversa. All, donde dice ahora y el adoqun camino tembloroso, deca, primero: camino temeroso, y al lado, manuscrito: calzado presuroso. Y, donde ahora dice llanura, deca pradera.

En la presente versin, deca originalmente, debajo del nmero, en vez de la cita bblica como un ladrn, esta otra, de igual procedencia: despreciado y el ltimo de los hombres.

En la presente versin, deca originalmente, debajo del nmero, en vez de la cita bblica por espejo, esta otra, de igual procedencia: Entonces se les abrieron los ojos. En la primera versin, debajo del nmero, apareca el parlamento final de Luces en la ciudad: -Can you see? / -Yes, I can see now. Y donde ahora, y en aquella versin tambin, dice y deca blanda cellisca, el poeta haba tachado esa frase y escrito de su puo y letra: nieve marchita.

El poeta utiliza una evidente intertextualidad, en el primero y el ltimo verso, aunque invirtiendo el orden de los dos primeros versos de Yugo y estrella, de Jos Mart.