julio-agosto, 2018 director: carlos ramÍrez segunda … · 2018-08-08 · miento al pri como...

36
DIRECTOR: CARLO S RAMÍREZ SEGUNDA ÉPOCA No. 22 $10,00 JULIO-AGOSTO, 2018 indicadorpolitico.mx La crisis de México …más allá del 2018 Prólogo de José Luis Reyna Proyecto México Contemporáneo 1970 - 2020 Carlos Ramírez Nuevo libro de Carlos Ramírez: La Crisis de México a la venta en librerías: También a la venta en Mercado Libre: https://buff.ly/2KeacRi

Upload: others

Post on 27-May-2020

1 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

Page 1: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

D I R E C TO R : C A R L O S R A M Í R E Z S E G U N DA É P O C A N o . 2 2 $ 1 0 , 0 0J U L I O - A G O S TO , 2 0 1 8indicadorpolitico.mx

La crisisde México

…más allá del 2018

Prólogo de José Luis Reyna

Proyecto México Contemporáneo 1970 - 2020

Carlos Ramírez

Nuevo libro de Carlos Ramírez: La Crisis de México a la venta en librerías:

También a la venta en Mercado Libre: https://buff.ly/2KeacRi

Page 2: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

DirectorioMtro. Carlos Ramírez

Presidente y Director [email protected]

Lic. Armando Reyes ViguerasDirector Gerente

[email protected]

Lic. José Luis RojasCoordinador General Editorial

[email protected]

Mtro. Carlos Loeza ManzaneroCoordinador de Análisis Económico

Mauricio Montes de OcaRelaciones Institucionales y ventas

[email protected]

Dr. Rafael Abascal y MacíasCoordinador de Análisis Político

Wendy Coss y LeónCoordinadora de Relaciones Públicas

Ana Karina SánchezCoordinadora [email protected]

Lic. Alejandra Sánchez AragónDiseño

Raúl UrbinaAsistente de la dirección general

Revista Mexicana La Crisis es una publicación editada por el Centro de Estudios Económicos, Políticos y de Seguridad, S.A. de C.V. Editor responsable:

Carlos Javier Ramírez Hernández. Reserva de derechos de Autor: 04-2016-071312561600-102. Demás registros en trámite. Todos los artículos son de

responsabilidad de sus autores. Oficinas: Durango 223, Col. Roma, Delegación Cuauhtémoc, C. P. 06700, México D.F.

indicadorpolitico.mx

Índice

Mayoría para el retroceso o…Quizá la palabra tsunami que se usa para ilustrar el saldo de las elecciones del 1 de julio no alcance a ilustrar la dimensión

del saldo. Se trató de un atropellamiento en forma: el PRI pasó del 40% del poder a apenas 15% y Morena saltó de 8% a 40%.El análisis de las cifras, hechos y circunstancias sigue sin hacerse. El problema no radica en buscar responsables en el PRI,

sino analizar la dinámica del desarrollo nacional, la nueva correlación del poder y sobre todo el sentido del voto ciudadano para darle de golpe a Morena y a López Obrador la mayoría absoluta después de treinta años de equilibrio de poder.

Una cosa fue el repudio al PRI y otra que el electorado habría decidido desligarse de la política y haya preferido darle a un partido y a un político la mayoría absoluta superior al 51%. Se trataría de un regreso al PRI, al viejo PRI.

De un plumazo, en un día, la sociedad mexicana regresó sobre sus pasos hacia la democracia y regresó al país al sistema de un solo hombre y un partido mayoritario.

Sólo que la sociedad del México del 2018 no es la anterior a las elecciones de 1985 hacia atrás. La pluralidad y el acota-miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos ni se entregan cheques en blanco, como lo prueban las dinámicas de las redes sociales.

Así que no hay confianza y hay que leer bien los mensajes sociales.

Page 3: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

3La CrisisJulio-Agosto, 2018

Por Carlos Ramírez

Morena como PRI: regreso al futuro

2018: ni democracia ni corrupción; la crisis es de

bienestar, igualdad y desarrollo

I

Si se revisan las cifras electorales del primero de julio del 2018, habrá varios datos que dejan la sensación de un regreso al PRI electoral de las mayorías absolutas anteriores a la crisis política de la élite gobernante en 1988. El mandato electoral es clarísi-mo: convertir a Morena en el sucedáneo —placebo— del PRI.

Las elecciones pusieron fin al ciclo neoliberal 1982-2018 y mandataron el regreso al periodo populista del viejo PRI. Y a pesar de que el discurso de campaña y de victoria de López Obrador insistió en las banderas de la corrupción y la “auténtica democracia”, en realidad el voto fue motivado por la demanda de bienestar social perdido por los sacrificios del neoliberalismo 1983-2018.

Después del jalón populista 1970-1982 sobre todo en ma-teria de salarios y programas sociales, la economía entró en un periodo de ajuste neoliberal en 1983; hacia el año de 1990, lue-go del periodo inflacionario 1978-1988 —en 1987 la inflación anual fue de 160%, la más alta en todo el siglo XX—, del ajuste de salarios para controlar la inflación y del periodo 1983-1988 de 0% de promedio anual del PIB —seis años de estancamiento y rezagos acumulables— las cifras de las cinco principales caren-cias —educación, seguridad social, vivienda, salud y alimenta-ción— llegaron a su punto más alto.

El peor indicador del empobrecimiento nacional fue el go-bierno de Miguel de la Madrid 1983-1988 por ser el sexenio del crecimiento cero: a lo largo de esa administración, la demanda de empleo en el sector formal fue de seis millones de mexicanos que por primera vez ingresaron a la economía formal y como tres

millones perdieron sus plazas, pero el PIB fue de 0%, es decir no hubo crecimiento ni oferta de empleo. A partir de 1989 el PIB creció a una tasa promedio anual de 2%, frente al largo perio-do populista de 6% promedio anual del PIB de 1934 a 1982. En términos reales, la economía mexicana debe crecer 6% anual para ofrecer empleo formal a los mexicanos que se incorporan por primera vez al trabajo y para mejorar condiciones a los que tienen empleo, pero sin prestaciones sociales.

Luego de el largo periodo de política económica neoliberal basada en la estabilidad macroeconómica de inflación baja, el saldo social que recogió en votos la candidatura populista de Ló-pez Obrador en 2018 tiene registros tangibles que atender como prioridad populista:

—PIB 2.2% anual en 1983-2018.—60% de la población laboral en condiciones de informalidad.—78% de mexicanos con una a cinco carencias sociales.—Poder adquisitivo del salario de 35%.—Salario mínimo diario de 4 y medio dólares.—Once millones de mexicanos en los Estados Unidos en

busca de bienestar que no encontraron en México.—Caída de 25 puntos porcentuales en la participación na-

cional en las exportaciones, lo que habla de un cierre de cadenas productivas y de pérdida de empleos.

—70% de los mexicanos con el mismo ingreso (38%) que el 10% de los más ricos.

—El 10% de las familias más pobres tiene apenas el 2% del in-greso, en tanto que el 10% de las familias más ricas acapara el 38%.

—Por la devaluación de diciembre de 1994 y el alza en tasas de interés bancarias en 1995, millones de mexicanos perdieron casas y vehículos.

—Los doce empresarios más ricos de México, en la lista de

Page 4: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

4 La Crisis Julio-Agosto, 2018

Forbes, tienen dos características: ocho de ellos —dos tercios— hacen negocios con concesiones del Estado constituyendo la distorsionada figura de paraestatales privadas; y entre los doce suman una fortuna de 135 mil millones de dólares, equiparable con el 52% del presupuesto de egresos de la federación para el 2018 o el 12% del PIB de 2018.

—Sólo la fortuna de Carlos Slim Helú de 67 mil 100 millo-nes de dólares, construida en base a la privatización de Teléfonos de México, representa el 25% del presupuesto de gasto del 2018 y el 6% del PIB del 2018.

En este escenario de treinta y cinco años de neoliberalismo con enormes costos sociales llegó la candidatura de López Obra-dor en el 2018, después de dos intentos —2006 y 2012— en que enfrentó la alianza PRI-PAN. Pero las circunstancias en el 2018 fueron otras: una mayoría de mexicanos padeciendo restriccio-nes sociales crecientes. Ante las promesas de campaña, los votos de los afectados por la crisis y las bases sociales populistas, Ló-pez Obrador enfrenta tres escenarios posibles: atenuar la pobreza con paquetes asistencialistas, revertir la desigual distribución de la riqueza o ir posponiendo soluciones estructurales ante la evidencia de que un sexenio y los 30 millones de votos no le alcanza para la gran revolución económica progresista.

La política de bienestar social había sido el catalizador electoral del PRI desde su fundación. El PNR en 1929 fue creado con dos ob-jetivos centrales: canalizar el reparto pacífico del poder entre los jefes supervivientes de las facciones revolucionarias y construir una política de bienestar social —no asistencialista— como el gran legado de la Revolución Mexicana, algo asentado en la Constitución de 1917.

En 1938 el general Cárdenas reformó al Partido Nacional Re-volucionario, retomó los dos principios fundadores y le agregó un tercero: la estructura corporativas de las clases sociales productivas en el PRM como una forma de consolidar al partido del Estado como el sistema político; esa decisión elevó las tres clases sociales populares determinantes del modo de producción —obreros, cam-

pesinos y profesionales— a la categoría central de la toma de deci-siones del gobierno, convirtiendo a esos sectores en el representantes de sus respectivas clases, independientemente de que estuvieran o no afiliadas a las corporaciones; así, el bienestar social ascendió a la condición de hegemonía y dominio de clases proletarias, a través del partido del Estado, del presidencialismo autoritario y del control de las clases productivas.

La siguiente estación política del modelo de gobierno basado en el bienestar la tomó Miguel Alemán Valdés en tres tiempos: como candidato presidencial, como reformador del PRM para transfor-marlo en el PRI y como el responsable de elevar a categoría consti-tucional suprema la prioridad del bienestar por encima de la demo-cracia. En diciembre de 1946, casi como primer acto de gobierno, Alemán reformó el 3º constitucional para quitar el concepto de educación socialista que habían incluido Elías Calles y Cárdenas y le agregó un inciso clave que ha determinado las prioridades del poder político:

“(el criterio que orientará a la educación) será democrático, considerando la democracia no sólo como una estructura jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.

La propuesta progresiva del PNR-PRM-PRI fue muy precisa: el bienestar fijó metas cuantitativas muy precisas en materia de edu-cación, salud, vivienda, alimentación, ciertos servicios y apoyos a la producción. La democracia, en cambio, nunca ascendió a la catego-ría de bien social.

Así, por mandato constitucional, el bienestar se colocó por en-cima de la democracia, pero en realidad separando una de otra, no interrelacionándolas; una cosa fue la afirmación de Luis Cabrera de que “los problemas políticos no pueden resolverse en forma demo-crática pura mientras subsista nuestra desigualdad social y econó-mica” y que “no puede haber libertad política sin igualdad econó-mica y social, pero tampoco puede haber bienestar económico sin

libertades” y otra cosa priorizar el bienestar a costa de sacrificar la democracia por la con-solidación de la élite revolucionaria en el po-der. Alemán había leído con sentido político la situación social en 1946: el país necesitaba de un modelo de desarrollo formal para ge-nerar el bienestar mayoritario, una vez que el país había sido pacificado por los milita-res. El modelo económico de sustitución de importaciones había estabilizado al sector productivo: 6.1% de PIB y 15.3% de infla-ción en el sexenio de Avila Camacho y 5.8% de PIB y 6.8% de inflación con Alemán. La inflación acumulada provocó la devaluación traumática del Sábado de Gloria de 1954, pero más por su interpretación que por el modesto 44% de variación en el precio del dólar, pasando de 8.50 en 1950 a 12.50 en 1954. Esta devaluación condujo a una nueva definición del modelo de desarrollo: el desa-rrollo estabilizador, basado en el control de la inflación para mantener un tipo de cambio fijo, libre y bajo durante veintidós años, has-ta agosto de 1976.

La estrategia de privilegiar el desarrollo

Page 5: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

5La CrisisJulio-Agosto, 2018

y el bienestar por encima de la inflación produjo gobiernos auto-ritarios: de 1946 a 1957 con la clase política cerrada y de 1958 a 1994 contra movimientos sociales. En 1968 el gobierno reaccionó con nerviosismo ante los primeros enfrentamientos entre pandillas de escuelas privadas y en horas escaló el conflicto contra la UNAM y el Politécnico. Las primeras protestas fueron contra los abusos de fuerza de los granaderos y la aplicación del delito de disolución so-cial establecido en el artículo 145 bis, definido en 1841 para castigar traiciones internas pero que se quedó en el código penal como una forma de contener rebeliones sociales:

ARTÍCULO 145 bis. —Comete el delito de disolución social, el extranjero o nacional mexicano, que en forma hablada ó escrita, o por medio de símbolos o cualquiera otra forma, realice propagan-da política entre extranjeros o entre nacionales mexicanos, difun-diendo ideas, programas o normas de acción, de cualquier gobierno extranjero, que afecten el reposo público o la soberanía del Estado Mexicano.

Se afecta el reposo público, cuando los actos de disolución social definidos en el párrafo anterior, tiendan a producir rebelión, tumul-to, sedición ó (sic) escándalos.

La soberanía nacional se afecta cuando los actos de disolución social, puedan poner en peligro la integridad territorial de Méxi-co, obstaculicen el funcionamiento de sus instituciones legítimas o propaguen el desacato de parte de los nacionales mexicanos a sus deberes cívicos.

El movimiento del 68 fue la primera llamada sobre la confluen-cia, en un punto de ruptura, entre la necesidad de mayores liber-tades públicas y las primeras restricciones en empleo y bienestar, ambas interdependientes. La solución autoritaria el 2 de octubre de 1968 marcó el pasivo priísta en los temas centrales de definición del lema del PRI: democracia y justicia social.

II

El mandato popular electoral de las elecciones del 2018 no deja de preocupar: luego de la represión del 68, la bandera de la democracia se convirtió en la prioritaria, pero no mayoritaria; en cambio, la presión social por temas de desigualdad, pobreza y marginación se transformó en agenda permanente. El sistema político priísta tuvo que administrar la dialéctica democracia-bienestar casi siempre abriendo las compuertas de la democracia, paulatina pero irreversi-blemente, ante la incapacidad de atender los rezagos y sus acumu-laciones anuales. En 1968 comenzaron a notarse los estragos de la desigualdad social, la falta de expectativas de bienestar, el abandono del campo, la proletarización de la clase media y sobre todo la con-tundencia de las cifras de la desigualdad social: el 10% de las familias más pobres tenían el 1.7% del ingreso, en tanto que el 10% de las familias más ricas se comían el 45% del ingreso. El movimiento del 68 encontró una cohesión no tanto en alguna bandera democrática, sino en su protesta anti autoritaria. El 68 rompió la ilusión de lo que se vendía, como propaganda de gobierno, el “milagro mexicano”, el crecimiento alto con baja inflación y una clase media en ascenso.

Y si la protesta estudiantil no generó una reorganización democrá-tica en el Estado y sus instituciones priístas y tampoco logró la con-

figuración de estructuras políticas y sociales participativas, en todo caso, sólo dejó el ejemplo de la protesta callejera como acción directa fuera de los espacios de control social del sistema político priísta. La rebeldía se canalizó a través de las instituciones repudiadas: intelec-tuales, líderes sociales, profesores universitarios y grupos populares aprovecharon la apertura democrática del gobierno de Luis Echeve-rría para ganar espacios en el régimen atacado en las marchas del 68.

Del 68 a las elecciones federales del 2018 se registraron osci-laciones en la dirección política y estratégica del sistema político priísta, pero sin salirse de sus espacios de movilidad institucional. El populismo llegó a la presidencia en diciembre de 1970 y de inme-diato buscó aumentar el gasto social, aunque a la larga cometió el error económico de ampliarlo sin incrementar los ingresos fiscales: de 1953 a 1970 la inflación logró un promedio anual de 3% y un déficit presupuestal de 2%. Los gobiernos de Echeverría y López Portillo aumentaron el gasto y llevaron el déficit a 8% promedio con el primero y 12% con el segundo, con inflaciones promedio anual de 15% con el primero y de 35% con el segundo. Las deva-luaciones de 1976 y 1982 abrieron la puerta a la irrupción de los tecnócratas neoliberales en 1982 y sus decisiones de meterle a la economía un ajuste estabilizador drástico —PIB promedio anual de 2% y pérdida crónica del salario real—, aunque dando a cam-bio aperturas democráticas acumulativas hasta llegar a la alternancia partidista en la presidencia de la república en el 2000.

La tarea de articular democracia y bienestar nunca encontró una propuesta articulada e integral en el PRI, pasando por movimientos pendulares entre progresismo y conservadurismo y oscilando entre gasto social y ajuste fiscal.

En 1987, en la coyuntura de la designación del candidato pre-sidencial del PRI y ante los indicios de que el presidente De la Ma-drid optaría por su jefe económico Carlos Salinas de Gortari para detener el péndulo gubernamental en el lado tecnocrático, Cuau-htémoc Cárdenas y un grupo de priístas progresistas, nacionalistas y con discurso de la Revolución Mexicana quisieron colarse en la XII asamblea nacional del PRI de febrero para obligar a De la Madrid a abrir la candidatura a votación entre la militancia.

El escenario fue interesante: en 1981 los economistas guberna-mentales Carlos Tello y Rolando Cordera publicaron un ensayo que fijó las posiciones en dos proyectos de nación: el proyecto popular del Congreso del Trabajo como clase proletaria y el proyecto neo-liberal de funcionarios delamadridistas y el Consejo Coordinador Empresarial —fundado en 1976 para combatir el populismo eche-verrista— como clase burguesa desarrollaban la disputa por la na-ción, por su rumbo político y social en la conquista de la presidencia de la república y de las principales posiciones de poder. La sucesión presidencial de 1982 a favor de De la Madrid dio la victoria a los neoliberales; en 1987 se dio una segunda batalla: Cárdenas como abanderado del populismo y Salinas de Gortari como estandarte del neoliberalismo. Sin capacidad para operar dentro del sistema, Cárdenas perdió la batalla, salió del PRI, fue candidato de un Frente Democrático plural y consiguió en la contabilidad oficial —no creí-ble, pero la única válida legalmente— el 31% de los votos.

En 1989 el PRD nació sobre la base de las políticas sociales del viejo régimen priísta, aunque en grado de asistencialismo, es decir, direccionadas, restringidas a grupos vulnerables y no convertidas en políticas sociales generales que modificaran el equilibrio de clases en la distribución de la riqueza. A pesar de que uno de los fermen-tos del PRD fue el Partido Comunista Mexicano, al final el nuevo partido nunca definió una propuesta socialista. El PRD, que tuvo el registro legal del PCM como célula fundadora, definió su programa

Page 6: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

6 La Crisis Julio-Agosto, 2018

de gobierno como un neocardenismo populista tardío, basado sólo en la atención a los más pobres y sin ninguna reestructuración polí-tica y de clases de la república.

De 1988 a 2018 se dio la gran batalla entre los populistas del PRD y los neoliberales del PRI. Las elecciones presidenciales de 1988 y 1994 fueron ganadas por el PRI neoliberal y las de 2000 y 2006 beneficiaron al PAN, sólo que con la circunstancia atenuante de que los panistas Vicente Fox Quezada y Felipe Calderón Hi-nojosa no promovieron la redefinición del modelo de desarrollo neoliberal ni su correspondiente política económica y decidieron llamar como secretarios de Hacienda a dos técnicos neoliberales: Francisco Gil Díaz con Fox y Agustín Carstens con Calderón, el primero llegado de la Universidad de Chicago como centro ideoló-gico del neoliberalismo y el segundo directo de la subgerencia ge-neral —segundo en rango— del Fondo Monetario Internacional, el organismo vigilante de las políticas neoliberales. Así, la alternancia partidista en la presidencia quedó nada más como un relevo en las élites, mientras que los candidatos Cárdenas en el 2000 y López Obrador en el 2006 presentaban un radical programa populista con el fin del neoliberalismo.

Las elecciones del 2012 representaron los últimos jalones del neoliberalismo, frente a una nueva embestida del populismo. El dato mayor alistaba luces de emergencia: el promedio electoral de Cárdenas como candidato en 1994 y 2000 fue de 16% - la mitad del 31% logrado en 1988, en tanto que López Obrador alcanzaría como candidato en el 2006 y el 2012 con 32%, recuperando el 1988 cardenista. El salto perredista a un tercio de los votos debió alertar al PRI, pero hubo satisfacción en el 2012 con el 38% de votos para Peña Nieto, 6 puntos más que López Obrador.

La audacia priísta avanzó un poco más en diciembre del 2012 cuando Peña Nieto logró la firma del Pacto por México, la con-fluencia de agendas legislativas entre los tres principales partidos: PRI, PAN y PRD. Las reformas constitucionales prometían no sólo la modernización productiva, sino otros tres avances: salir del hoyo del 2.2% promedio del PIB, relanzar la planta productiva y bajar los precios de bienes y servicios públicos. Las reformas constitucio-nales se aprobaron en 2013 y 2014, pero ninguna de las tres metas se cumplió. Peña Nieto perdió el control político, el secuestro de estudiantes de Ayotzinapa y la denuncia de una casa privada de 8 millones de dólares marcó el principio de la crítica social creciente contra el presidente y la pérdida de aprobación social hasta llegar a 15% el día de las elecciones presidenciales del 2018.

A pesar de los indicios multiplicados de deterioro de la aproba-ción presidencial, Peña Nieto siguió funcionando como si fuera el inicio de su sexenio. López Obrador tomó una decisión audaz: se salió del PRD en 2014 porque denunció a los perredistas como co-laboracionistas de las reformas peñistas y fundó su partido Morena como una confluencia de movimientos sociales y personalidades del sistema en busca del espacio político que les negaban el PAN, el PRI y el PRD. Ni Peña ni López Obrador modificaron sus posiciones políticas; en cambio, la sociedad encontró en las redes sociales el espacio para bombardear sin piedad al presidente de la república y exaltar a López Obrador, al tiempo que éste iba dejando a un lado su lenguaje de agresión y rencillas de callejón. En tanto que Peña perdía posiciones —gubernaturas en 2016 y 2017—, López Obra-dor pluralizaba su movimiento con figuras del institucionalismo del viejo régimen.

La tercera oportunidad electoral de López Obrador en 2018 se sustentó en tres espacios fundamentales: un movimiento plural-institucional, el deterioro de la aprobación del PRI y del presidente

Peña Nieto y sobre todo una mayoría de mexicanos en situaciones de pobreza, marginación y carencias sociales ejerciendo su derecho al voto como protesta. Y a ello se agregó una cuarta realidad inde-finible: las bases priístas dejaron de satanizar a López Obrador para enfocar sus críticas al PRI y a Peña Nieto. Estas cuatro circunstan-cias eliminaron parte de las objeciones a López Obrador.

El problema de la elección presidencial radicó en la intención de López Obrador de privilegiar su propuesta asistencialista para beneficiar a los marginados y de abandonar cualquier propuesta de-mocratizadora; es decir, el candidato de Morena supo capitalizar la cultura político-electoral de los mexicanos: votar por pragmatismo, no por ideas, En 1964 el politólogo Gabriel Almond publicó una encuesta sobre cultura cívica a en cinco países y en México encontró dos valores ideológicos: la Revolución Mexicana y el presidente de la república. Estas conclusiones fortalecieron la percepción en 1976 del ensayista marxista José Revueltas de que el Estado mexicano era un “estado ideológico total y totalizador” que operaba sobre el valor autoritario de la ideología histórica como pensamiento dominante en las masas; el PRI y sus funcionarios representaban los valores históricos oficiales que se inculcaban a los niños a través de los li-bros de texto gratuito y la educación como un aparato ideológico (Althusser) del Estado priísta.

El neoliberalismo, por cierto, fue cambiando esta percepción educativa. En 1987, el año de la nominación de Salinas de Gortari como candidato priísta de la continuidad neoliberal, una Comisión Binacional de intelectuales e historiadores de México y los Estados Unidos concluyó que había que cambiar el enfoque histórico de los libros de texto mexicanos para terminar con la percepción de que “los gringos nos robaron la mitad del territorio”; el informe de esta Comisión, titulado El desafío de la interdependencia, fue aplicado por Salinas ya en la negociación del tratado de comercio libre con los Estados Unidos para verlos como socios y no como ladrones de territorios. Pero al diluir la carga histórica del pasado, los libros fue-ron desideologizando la educación y el PRI fue arrasado en esa fase.

La crisis de la ideología progresista que provocó el neoliberalis-mo, los pobres llegando a la mayoría de ciudadanos, los sexenios tecnocráticos priístas basados en el eficientismo de las estadísticas de inflación, los dos sexenios panistas sin ideología, el sexenio peñista de pérdida de consenso de la institución presidencial y el papel re-vulsivo de las redes sociales en el deterioro de la figura presidencial de Peña —víctima de la crueldad de los memes como dazibaos de la revolución cultural china: frases revolucionarias desestabilizado-ras— fueron el escenario idóneo para que López Obrador se coloca-ra, de punta a punta, en el primer lugar de las tendencias electorales en las encuestas.

Sin ideología priísta revolucionaria, sin política social de gobier-nos priístas y sus aliados panistas, con cifras de profundización de la pobreza estructural y con evidencias de que las políticas económicas neoliberales habían consolidado una plutocracia poderosa, el PRI asistió a las elecciones presidenciales del 2018 confiados en la pa-ciencia ciudadana.

III

Las elecciones presidenciales del 2018 ofertaron tres candidatu-ras: la del PRI con la continuidad seis años más del neoliberalis-

Page 7: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

7La CrisisJulio-Agosto, 2018

mo 1983-2018 y sus crecientes empobrecimientos sociales, la de la novedosa alianza PAN-PRD basada en la propuesta de cambio de régimen y sin ninguna agenda de bienestar y la de Morena-López Obrador insistiendo por tercera ocasión en luchar por un gobierno que resolviera los problemas de deterioro de pobreza del 78% de los mexicanos a partir de un neocardenismo asistencialista limitado. En los hechos, las últimas elecciones presidenciales han reprodu-cido el mismo esquema de neoliberalismo-populismo: 1981-1982 con la disputa por la nación entre el proyecto popular y el proyecto neoliberal, 1988 con el neocardenismo y el salinismo, 1994 con el alzamiento zapatista potenciado la polarización riqueza-pobreza, 2000 con los compromisos neoliberales de Zedillo y la bandera del cambio político anticorrupción de Fox, de 2006 con el PAN como el dique de contención al avance perredista-lopezobradorista y 2012 con las reformas estructurales de Peña Nieto ofertando un mayor bienestar, modernización y baja de la carestía de la vida.

Las cifras económicas y sociales de 1983-2018 sólo revelan las consecuencias de una causa mayor: el agotamiento final del pro-yecto de nación de la Revolución Mexicana. El PRI nació para esa agenda, pero se convirtió más en sistema político autónomo y caja estabilizadora que en espacio para detonar políticas que cumplieran con la meta social de la Revolución.

En términos históricos, el proyecto Revolución Mexicana-PRI tuvo varias crisis específicas: 1958 con la represión obrera, 1968 con la represión estudiantil, 1976 con la devaluación provocada por inflación y ésta impulsada por gasto social, 1979 con la llegada al poder de decisión del modelo económico de los neoliberales y 1992 con la exclusión del concepto de Revolución Mexicana de los docu-mentos del PRI. El alzamiento zapatista en 1994, el posicionamien-to del PRD en 1997, la conquista panista de la presidencia en 2000 y 2006, la victoria neoliberal de Peña Nieto en 2012 y la brutal de-rrota del PRI y su tercer sitio electoral con 15% de votos en el 2018 fueron secuelas de las causas originales: el PRI ya no representaba el proyecto de nación que delineó, con contradicciones, limitaciones y pasiones, la Revolución Mexicana 1910-1917 y su marco referencial centenario de la Constitución de 1917.

El PRI como propuesta histórica quedó tocado en 1987 con la ruptura provocada por la salida del partido de Cuauhtémoc Cár-denas Solórzano, hijo del general Lázaro Cárdenas como jefe revo-lucionario, expropiador del petróleo y reformador del PNR para convertirlo en PRM. En 1987 ocurrió un golpe elitista en el PRI: el fin de los presidentes políticos y el inicio del ciclo de los presiden-tes tecnócratas y por tanto un relevo en los enfoques del desarrollo nacional. Por tanto, el ciclo neoliberal debiera registrar su inicio en mayo de 1979 con el arribo a la Secretaría de Programación y Presupuesto de la generación de funcionarios neoliberales, aunque su entronización total ocurrió en diciembre de 1982 con la toma de posesión de Miguel de la Madrid Hurtado como presidente de la república.

De 1979 a 2018 —treinta y nueve años— el modelo ideoló-gico-económico-social neoliberal diseñó la estructura de gobierno, el sistema productivo y el esquema de distribución de la riqueza nacional. Y su principal saldo fue 2.2% de crecimiento económico promedio anual en esas casi cuatro décadas. Y si la principal mo-tivación ideológica, política e histórica del PRI en el gobierno era la búsqueda del bienestar mayoritario, a lo largo de casi cuarenta años se privilegió la estabilidad macroeconómica inflacionaria como esencia de la acción pública y no, como señala la Constitución, “el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.

El eje del fracaso económico, político y social de los gobiernos

revolucionarios y del PRI fue, pues, el promedio de 2.2% de PIB en el periodo 1983-2018. Por el tamaño de la población y la cifra de alrededor de un millón de mexicanos que se incorporan cada año al trabajo formal por primera vez, la economía debiera crecer 6%, tal y como lo hizo en el largo periodo 1934-1982. Al crecer sólo 2.2%, la economía apenas le daba empleo formal a un tercio de los nuevos trabajadores, acumulando a lo largo de siete lustros rezagos de em-pleo y sus derivaciones en bienestar. Esos mexicanos sin bienestar se fueron convirtiendo en votos latentes contra el PRI a la espera de alguna opción diferente al PRI. El primero de julio del 2018 el 78% de los mexicanos vivía con una a cinco carencias sociales, el 80% se repartía el 40% del ingreso y la plutocracia beneficiada del modelo neoliberal económico había acumulado una fortuna del 12% del PIB.

El agotamiento del proyecto social de la Revolución Mexicana ya había sido señalada en varias ocasiones: el 1931 el carrancista Luis Cabrera había denunciado la traición a la Revolución Mexi-cana, en 1947 el abogado Daniel Cosío Villegas dijo que la crisis de México era consecuencia del incumplimiento de las metas de la Revolución y, entre muchos otros, en 1949 el economista Jesús Silva Herzog escribió que los objetivos sociales de la Revolución estaban incumplidos. En este contexto nació el PRI ya no como el partido de rebeldes, agitadores y revolucionarios, sino como el instrumento de formalización del modelo de desarrollo para la igualdad social: en enero 1946 Alemán puso en el centro de la gestión pública el bien-estar, el desarrollo estabilizador 1954-1970 creó políticas sociales y construyó una clase media multiplicadora del bienestar y de 1970 a 1976 los gobiernos aumentaron el gasto para ampliar programas sociales.

Los gobernantes revolucionarios, los presidentes con visión de Estado, los gobernantes populistas y los técnicos neoliberales apro-vecharon el PRI como el aparato ideológico del Estado en su obje-tivo de gobernar para el bienestar, aunque pocos hubieran avanza-do pasos reales. Los presidentes del ciclo neoliberal —PRI, PAN, PRI— tuvieron que hacer esfuerzos adicionales para definir como sociales sus políticas de ajuste macroeconómico que aumentaban la pobreza y la marginación: bajas en el nivel de vida, pero propaganda a favor de Pronasol y otros programas sociales posteriores.

El agotamiento del proyecto nacional de la Revolución Mexica-na ocurrió, como fecha fija, en marzo de 1992 cuando el presidente Salinas de Gortari acudió al PRI, último bastión del proyecto de gobierno del siglo XX, a anunciar el fin histórico de la Revolución Mexicana. De 1992 a 2018, el PRI tuvo que soportar una política económica neoliberal con un discurso vacío de bienestar social. Las bases priístas y la sociedad que dependía de las políticas públicas de bienestar aguantaron candidaturas presidenciales del PRI ajenas a las tradiciones históricas, pero indispensables ante opciones oposi-toras. La oportunidad planteada por la candidatura de Cárdenas en 1988 no fue entendida por la sociedad, aunque le dio al ex priísta el 30% de los votos y dejó al PRI, desde entonces, con votaciones menores a la mayoría absoluta de 51%.

La elección de 1994 fue tensada por la aparición de un movi-miento guerrillero revolucionario que despertó temores en los elec-tores, pero en la del 2000 y 2006 vieron a un PAN como alternancia viable. La del 2000, inclusive, de pronto se localizó en el escenario de una transición de México a la democracia y la del 2006 despertó miedos en la sociedad por la candidatura radical y rupturista de Ló-pez Obrador. En el 2012, Peña Nieto pudo definir una propuesta de modernización económica que recordaba las viejas promesas priístas de bienestar, pero sus reformas aumentaron el empobrecimiento sa-

Page 8: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

8 La Crisis Julio-Agosto, 2018

larial de los mexicanos. El candidato López Obrador no preocupó en el 2000 cuando compitió por el gobierno del Distrito Federal, pero Fox y Calderón introdujeron miedos en el 2006 y el 2012. Sin embargo, el candidato López Obrador del 2018 fue esencialmente el mismo, quizá sólo menos rijoso y rupturista.

Lo que cambio en la sociedad fue la percepción. Luego de seis gobiernos del PRI y del PAN, la situación social seguía empeoran-do. El dato mayor radicó en el hecho de que en el 2018 la mayoría de los mexicanos estaba en el lado de la sociedad empobrecida, con una clase media bajando en la escala social. Hacia el 2013 el Insti-tuto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) hizo una contabilidad de las clases sociales: baja: 59.1%, media; 39.2% y alta 1.7%, con una clase media con más mexicanos en condiciones de restricciones, una clase media, pues, más baja que alta. La mayo-ría de los mexicanos, hacia las elecciones de 2018, estaba en la clase baja y media-baja.

El otro dato concluyente surge por sí mismo: sin un PRI que representara un lastre ideológico-histórico, una élite priísta dirigen-te alejada de las masas y de la realidad nacional, una corrupción abusiva en las altas esferas y gobiernos sin sensibilidad social, los electores comenzaron a mirar con otros ojos a López Obrador. Ante este cambio de enfoque social, López Obrador contribuyó con un cambio en su discurso agresivo, con un partido propio y sobre todo con la estrategia de puertas abiertas a panistas, priístas, perredistas y mexicanos sin partido. Dos avisos no fueron procesados por el PRI: el avance electoral de Morena-López Obrador en Veracruz y el Estado de México y la pérdida de ocho gubernaturas priístas en 2016 y 2017.

Las candidaturas presidenciales del PRI, PAN y PRD para el 2018 fueron producto de la incapacidad para interpretar los men-sajes de los electores. El PRI decidió en función de los intereses del grupo político del presidente Peña Nieto, el PAN y el PRD constru-yeron una alianza que tenía potenciales posibilidades de convencer al electorado, pero al final agotaron sus posibilidades en el mecanis-mo panista para apropiarse de la candidatura y en el PRD no proce-saron para sus militantes el significado político de una coalición oxí-moron y de su propuesta de cambio de régimen. Las nominaciones de José Antonio Meade Kuribreña por el PRI y de Ricardo Anaya Cortés por el PAN no sólo fueron cupulares, sino que carecieron de un discurso hacia las masas y tampoco se preocuparon por promo-ver el hecho de que López Obrador representaba al viejo régimen.

López Obrador ganó, entre otros hechos, por pocos muy precisos:—Las mayorías marginadas votaron contra el neoliberalismo.—El PRI dejó de representar un proyecto histórico y dejó que la

imagen de la corrupción ocupara el imaginario colectivo.—Anaya nunca pudo elaborar un discurso propositivo de re-

construcción nacional y el PRD en la realidad abandonó la coali-ción mientras era desfondado por Morena.

—Millones de militantes panistas, priístas y funcionarios ade-lantaron en las encuestas su voto a favor de López Obrador.

El López Obrador del 2018 es el mismo López Obrador de 1988, de las marchas callejeras, de las protestas en las calles, del cierre de accesos a pozos petroleros, del plantón del 2006, de las protestas del 2012. Lo que cambio, en todo caso, fue la perspectiva de la sociedad: preferir a un político así que mantuvo su lucha con-tra la élite del poder, a un Meade representando al Peña repudiado en 85% por la sociedad o a un Anaya sin ton ni son.

Lo que quedan, en todo caso, es la permanencia de la crisis. López Obrador enarboló prioritariamente las banderas de la corrupción y la democracia, cuando los problemas del país son de modelo de desarro-

llo neoliberal que permite el crecimiento bajo a costa de aumentar el empobrecimiento social, la inseguridad producto de la complicidad del Estado con las bandas del crimen organizado y la pobreza estruc-tural por los mecanismos de concentración de la riqueza en pocas ma-nos. Depurado de demagogia, la propuesta de López Obrador nada tiene de reorganización del proyecto nacional —menos la intención arrogante de diseñar uno nuevo— y se agota en el eficientismo del modelo actual: es decir, sólo que funcione, no que se cambie. Por eso el candidato presidencial de Morena abrió las puertas de par en par a todos los tránsfugas del régimen priísta en descomposición que andaban en busca de empleos, beneficios y privilegios.

El desafío de López Obrador —con todo y sus 30 millones de votos y el 53% de bono electoral— no será el PRI ni la corrupción, sino, primero, definir el rumbo ideológico de su gobierno en fun-ción de las tres opciones viables:

Neoliberalismo de mercado.Populismo estatista.Socialdemocracia liberal.

Y a partir de ahí tendría que encarar las cuatro grandes refor-mas interrelacionadas que pudieran —ahí sí— redefinir el proyecto nacional mexicano:

Modelo de desarrollo/política económica/bienestar social.Sistema político/régimen de gobierno/Estado constitucional.Rectoría del Estado/economía mixta/distribución de la riqueza.Educación científica y técnica/reforma agropecuaria/planta

industrial.

Más que la corrupción, la democracia e inclusive la inseguridad, la gran crisis de México es de desarrollo. Por tanto, las metas de López Obrador debieran ser muy precisas:

PIB de 5%, contra el 2.2% actual.Inflación de 3%, ahora oscilante ante variables constantes y ata-

da al control salarial, PIB bajo y recortes de gasto social.Empleo formal de 80%, contra 40% en la actualidad.Creación de 1.5 millones anuales de puestos de trabajo en el

sector formal, contra 500 mil en la actualidad.80% de población sin carencias sociales, contra el 18% en la

actualidad.Poder de compra al 100%, contra el 35% en la actualidad.Aumento de 35% a 75% el componente nacional de productos

exportados.Salario mínimo diario de mil pesos, contra 87 pesos en la ac-

tualidad.

Los rezagos sociales no son pocos. Se trata del empobrecimiento real y de expectativas de dos tercios de mexicanos que han sido mar-ginados del ritmo de crecimiento promedio anual de 2.2%. Y ahí se localiza el reto de construir un modelo de desarrollo que llegue a una tasa promedio anual de 6% para que todos los mexicanos tengan posibilidad de salir de la zona de la marginación y las insa-tisfacciones cotidianas. No se ha estudiado el efecto de largo plazo del gobierno de De la Madrid con su tasa promedio anual de 0%: sacrificó el bienestar a costa de estabilizar la economía, hoy la eco-nomía está más o menos estable y sostenida con alfileres, pero nadie, ni siquiera el PRI, ha hecho algún compromiso para saldar la deuda social con los dos tercios de mexicanos que han sido marginados

Page 9: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

9La CrisisJulio-Agosto, 2018

año con año a lo largo de treinta y siete años. Esa marginación votó por López Obrador.

El modelo de desarrollo actual que hasta ahora López Obrador no ha criticado y menos ha buscado ofrecer una alternativa es el culpable de la pobreza, la marginación, la corrupción, la inseguri-dad y la democracia autoritaria y sólo electoral. Si en realidad López Obrador quiere una alternancia de expectativas, debe comenzar con la propuesta de un pensamiento económico de desarrollo con distri-bución de la riqueza, y no estabilizador y concentrador del ingreso. El rediseño del modelo de desarrollo requiere también de un gran pacto social con los factores de la producción. Y ahí encontrará su primer obstáculo: en tanto que hay una “minoría rapaz” —categoría fijada por el propio López Obrador— que produce para concentrar la riqueza —la plutocracia del Consejo Mexicano de Negocios es el prototipo—, no existe una clase obrera organizada no sólo para la producción sino para la lucha social dentro del modo de produc-ción; esta falta de clase obrera explica el encono verbal de López Obrador contra los empresarios. Pero más allá de los exabruptos se percibe que López Obrador no podrá controlar a las grandes ri-quezas empresariales con discursos e inclusive con políticas fiscales autoritarias, sin una clase obrera activa y militante —la usaron Cár-denas, Echeverría y López Portillo— para obligar a los ricos a ese pacto social por la producción y distribución: el único espacio que puede redefinir el modelo de desarrollo es el del modo de produc-ción y las relaciones entre las clases productivas por la riqueza pro-ducida; pero mientras los empresarios sientan varias veces a López Obrador, la clase obrera carece de organismo, la CTM es inexistente y los políticos no la toman en cuenta.

Los primeros pasos de López Obrador después de las elecciones del primero de julio se dieron hacia la consolidación del poder, pero al viejo estilo priísta: el reparto de posiciones. Su discurso de victoria se basa en el eficientismo del modelo actual de desarrollo. E inclusive, en ese pronunciamiento perfiló el principal error de su razonamiento sobre el problema de la desigualdad: “la corrupción es la causa princi-pal de la desigualdad social y económica”. En realidad, la desigualdad es producto de las estructuras parciales de distribución de la riqueza vía salarios controlados, políticas sociales restringidas, servicios de se-guridad social sin presupuesto, utilidades crecientes y, sobre todo, el modelo capitalista de producción-reparto-apropiación de la riqueza producida socialmente. Combatir la corrupción le daría, en el mejor de los casos, mayores recursos de gasto al gobierno para orientarlos a ciertas prioridades sociales, pero sin modificar la estructura de distri-bución/apropiación de la riqueza.

En todo caso, el primer instrumento redistribuidor de la riqueza en aras de la igualdad está en el salario, pero con la condición de que los empresarios no los reabsorban vía precios. La esencia de la lucha de clases como lucha por la igualdad social se da justamente en la relación salarios-inflación. La realidad económica revela que la inflación es la esencia, en modelo micro, de la lucha de clases por la riqueza y el bienestar; los obreros vía salarios crecientes y los empresarios a través de precios al alza. El aumento de circulante vía salarios es asimilado por la clase patronal vía precios y no con mayor oferta de bienes y servicios. La vía rápida es recortar el be-neficio salarial en la adquisición de bienes y servicios con alzas de precios. Por tanto, toda política salarial justa debe obligar a precios no acaparadores y mayor oferta de productos. En el modelo del ca-pitalismo de mercado, los aumentos salariales son una reasignación de utilidades privadas.

Hasta la primera semana después de las elecciones, López Obra-dor nada dijo sobre las cinco reformas necesarias para redefinir el

proyecto de nación, salvo su discurso de victoria que anuncio que las cosas iban a funcionar. Es posible que un eficaz funcionamiento del aparato público ayude a recuperar recursos para programas de emergencia. Sin embargo, el problema de fondo es mayor: cómo re-hacer el modelo de desarrollo y la planta productiva para lograr dis-minuir las cifras de desigualdad social más allá de salarios-subsidios. Sin un acuerdo gobierno-empresarios-trabajadores para rehacer el modelo de desarrollo y un Estado con autoridad para mediar en la distribución de la riqueza, el sexenio lopezobradorista se irá desdi-bujando en pasitos cortos hacia ninguna parte en especial.

IV

El desafío de López Obrador se puede resumir en pocas palabras: un nuevo modelo de desarrollo productivo para revertir las tasas altas de desigualdad social y de bienestar disminuido. Pero hasta el día de la victoria electoral, la propuesta de López Obrador fue asis-tencialista limitada a los más pobres, sin incidir en la reformulación del modelo productivo cuya estructura de apropiación de la riqueza explica los niveles de desigualdad social entre pobres y ricos.

La propuesta de López Obrador se basa en la restauración del viejo régimen priísta, basado en el modelo Cárdenas-Echeverría: un Estado asistencialista controlado por una élite gobernante y admi-nistrando el apoyo de las masas marginadas con programas asisten-cialistas como cuota electoral. La meta debiera ser otra: un Estado promotor del desarrollo capitalista con instrumentos inmediatos de distribución de la riqueza basados en la igualdad social. Aquí, en esta dinámica política, se dibuja la nueva fase de la disputa por la nación: el neoliberalismo con reasignación de riquezas al capital con un Estado garante de la riqueza empresarial o un modelo de desarrollo con distribución de la riqueza a través de un Estado no intervencionista con instrumentos para evitar la polarización rique-za-pobreza.

El populismo es una fuga lateral hacia ningún lado, con contra-dicciones, conflictos y pasivos sociales acrecentados por los limitados alcances de las medidas populistas. Si acaso, la baja en la corrupción y el discurso social pudieran atenuar —aunque no desaparecer— los resentimientos sociales de quienes votaron por Morena-López Obra-dor con la esperanza de que el regreso al viejo populismo cardenista-priísta-echeverrista sea la solución a sus problemas.

En este sentido, la luna de miel del bono electoral será corta: si en seis meses no hay resultados tangibles en bienestar, corrupción y seguridad y López Obrador y su equipo —como dice la lógica sisté-mica priísta— se enzarzan en la lucha adelantada por la candidatura presidencial de 2024, comenzará el regreso al infierno de la crítica en redes y aparecerán, como en casos similares, calcomanías con el mensaje de “yo no voté por él”.

El dilema de López Obrador se ve claro: apelar al consenso po-pulista o reconstruir la república; lo primero se le da en forma natu-ral; lo segundo lo ignora.

[email protected]

@carlosramirezh

Page 10: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

10 La Crisis Julio-Agosto, 2018

México y el cambio político

Por Samuel Aguilar Solís

El pasado 1º de julio los ciudadanos mexicanos con su decisión en las urnas han provocado un verdadero tsunami político, que ni las encuestas más acertadas

predijeron en su dimensión, hoy como dijera Marx a mitad del siglo XIX, “todo lo sólido se desvanece en el aire”; por-que en efecto, el cambio que habrá de producirse en el siste-ma político mexicano será y está siendo de una magnitud tan profunda que sin duda una nueva arquitectura política habrá de surgir en el corto plazo.

Page 11: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

11La CrisisJulio-Agosto, 2018

El mandato popular fue de consolidar el presidencialismo y como en otrora darle mayoría en las Cámaras del Congreso Fe-deral, pero también en la mayoría de los Congresos Locales, lo cual supone una posibilidad de que si se busca reformar la Cons-titución se podrá realizar; pero además al existir una mayoría de Congresos Locales afines al próximo presidente, la relación política entre este y los gobernadores tendrán también una nueva connotación, no solo hay por supuesto ahora gobiernos dividi-dos en las entidades federativas, sino también la posibilidad de redireccionar el gasto en los estados, al ser los Congresos los res-ponsables de la aprobación de los presupuestos locales. Hoy la nueva distribución del poder local abona a un cambio profundo y de raíz en el sistema político.

Si, Andrés Manuel López Obrador es el Presidente con más po-der en la historia contemporánea del México democrático con más de 30.1 millones de votos (cerca del 53.2%) con una participación del 62.42% del total de la lista nominal tendrá lo que no se presen-taba desde 1997, y la pregunta que nos hacemos es ¿En dónde esta-rán entonces los contrapesos? ¿El México actual y sus instituciones pueden consentir el regreso del superpresidencialismo?

Si bien aún no se define el número de partidos políticos que quedarán en la actualidad y la conformación exacta de las Cáma-ras, la clara mayoría de Morena y la reducida presencia de la opo-sición en el Congreso, debemos recordar al italiano Gianfranco Pasquino que dice: “el papel de la oposición es que el gobierno mal gobierne”, y éste precisamente será el rol de la oposición como contrapeso necesario que va más a la de la cantidad, y debe ir en torno a la calidad.

Aunado a éste contrapeso, aquella mitad de ciudadanos (con las cifras del abstencionismo) que no votaron por Andrés Ma-nuel López Obrador están presentes en las redes sociales y la sociedad civil también juega un papel relevante así como los me-dios de comunicación.

En este sentido, es de llamar la atención el posicionamien-to que el EZLN que afirma que nada cambiará afirmando “no importa qué equipo gane, el dueño del balón nunca pierde”. Recordemos a María de Jesús Patricio Martínez “Marichuy” , candidata independiente en este proceso que no recabó las firmas necesarias quizá por el grave accidente que sufrió en el proceso de recabarlas.

Debemos afirmar que en ninguna democracia el gobierno puede dictar o limitar cómo debe de ser la oposición, la cual nunca debe renunciar a ser intransigente, crítica e incluso des-tructiva cuando vea cancelada la posibilidad de la alternancia.

Por supuesto el sistema de partidos ha volado por los aires y no sólo por la reconfiguración, sino también por la pelea y ajuste de cuentas que en los maltrechos y casi extintos partidos políti-cos perdedores se ha iniciado por encontrar los responsables no en un afán civilizado y democráticos que busque las causas de la derrota, sino al más primitivo método de buscar “chivos expiato-rios” y encontrar culpables sin buscar los orígenes estructurales de la derrota. Además, los que sobrevivan, si quieren ubicarse en el nuevo contexto de partidos deberán leer lo que está pa-sando en el mundo: una transformación cualitativa de la forma partido tradicional, deberán transitar a una nueva organización acercándose a los de movimiento social, con propuestas más diversas, plurales, trasversales, una estructura orgánica menos rígida, más programática y ejecutiva, etc. y paradójicamente el partido-movimiento ganador Morena, caminar a una forma ins-

titucional y de estructura para ser en verdad eficiente un partido político-movimiento social en el gobierno.

Muchas leyendas políticas como la fuerza del “voto duro” , “las estructuras de los partidos”, “el corporativismo”, etc. han quedado borradas del léxico político y han evidenciado el “nego-cio” que durante muchos años estas estructuras y sus beneficia-rios había hecho de la política.

El comportamiento político de la clase dirigente, así como el uso del marketing político también ha sido evidenciado y han pesado mucho, pero mucho más los verdaderos problemas que la gente siente y rechaza: la corrupción y la impunidad; la pobreza y la desigualdad; la violencia y la inseguridad; el bajo crecimien-to económico y el desempleo entre las más importantes, y no la vestimenta, las formas, la imagen, etc.

De este proceso electoral y del triunfo de Morena, su coali-ción y sus candidatos, hemos podido observar también el grado de intolerancia que existe en la sociedad y hasta de discrimi-nación y en no pocos ejemplos, pero es parte de nuestra baja cultura política y así hay que entenderlo para ir desarraigando ojalá con el avance de la sociedad éste tipo de comportamientos.

Sin duda en este proceso electoral histórico no sólo por los más de 18 mil cargos en disputa trajo claros vencedores y vencidos.

Del lado ganador podemos ver claramente a los irritados con el establishment vs quienes pugnaban por mantener el status quo, y esperan resultar ganadores del cambio los ciudadanos que muchas veces y muchos años fueron los “invisibles” del siste-ma y cuya demanda se convirtió en movimientos de causas que la actual situación económica, de inseguridad y violencia; o de reconocimiento de libertades y derechos de nuevos actores en-contraron que encontró en MORENA el espacio para expresarle o para tener un espacio en las candidaturas de representación política vs campañas promoviendo el miedo que resultaron ser grandes perdedoras del proceso.

También pudimos observar como ganadoras las casas en-cuestadoras y encuestas que se afianzaron como instrumentos de medición confiables y técnicamente sólidas, vs las encuestas a “modo” que evidenciaron su falta de profesionalismo.

Resultaron también perdedores la élite política y de la admi-nistración pública actual y su visión económica y social y algu-nos centros académicos y del pensamiento único, neoliberal vs quienes supieron leer el momento histórico, mas allá de los datos cuantitativos se leyó sociológicamente el momento de la socie-dad mexicana. Se capitalizó el humor social en torno a Morena y su candidato presidencial.

Y por ultimo los grandes perdedores, el presidente Enrique Peña Nieto y los partidos políticos “tradicionales”, saldos des-pués de la derrota en cuanto a liderazgo, ideología, política de alianzas, estrategia de tierra y voto duro (lealtad) unidad y di-visiones internas, entre otros, así como los candidatos indepen-dientes.

Así, un punto sustancial que habremos de observar es el cam-bio de la política económica, del papel del Estado en el fortale-cimiento del mercado interno y de una nueva articulación con el mercado global, este proceso no será ni sencillo ni en el corto plazo por el grado de profundidad y por el enraizamiento que ha alcanzado el modelo neoliberal y de globalización económica. En fin, muchos cambios habremos de vivir en el país iniciando el primero de julio.

@aguilarsoliss

Page 12: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

12 La Crisis Julio-Agosto, 2018

La transición política mexicana 2018 – 2024

L as sucesiones presidenciales de la etapa moderna de nuestro país, a partir de la Revolución de 1910 han sido pendulares: del centro a la derecha; de la derecha al centro; del centro a la

izquierda; con algún grado de repeticiones o excepciones; la actual su-cesión presidencial responde a ese esquema pendular, que va del cen-tro a la izquierda, cuando había venido de la derecha (PAN) al centro.

Cuando en el año 2000, el PRI dio paso a Vicente Fox, se ini-ció “el gobierno de los empresarios”, según declaraciones del mis-mo Fox y lo que ocurrió después; en el esquema del sucesor, Felipe Calderón, prosiguió el gobierno empresarial; el PRI, con Enrique Peña Nieto, movió al gobierno hacia el centro tecnocrático, gober-nando para todos, prácticamente sin ideologías, como lo demostró el llamado “Pacto por México”, en el que cupieron los partidos de izquierda, derecha y del centro.

Ahora, con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador (MO-RENA), el gobierno se orientará hacia la izquierda: un gobierno proletario: “Primero los Pobres”, es el lema de López Obrador.

Aquí, lo notable, es que el gobierno de los proletarios no se ha-bía dado en muchísimo tiempo; realmente nunca, salvo los breves periodos de la Independencia con Miguel Hidalgo y el cura More-los, y algunos momentos de la Revolución Mexicana, cuando sur-gieron movimientos proletarios y anarquistas: “Salud y Revolución Social”, era la divisa de la Casa del Obrero Mundial.

Después del triunfo de Francisco I. Madero y su sacrificio pro-ditorio, se produjo una lucha por el poder en la que triunfo el Pri-mer Jefe del Ejército Constitucionalista, Don Venustiano Carranza, quien expidió la Constitución Política de 1917, votada por el Con-greso, en Querétaro, que nos ha regido hasta hoy, con sus modifica-ciones sucesivas; pero a partir de entonces el país se ha desenvuelto, dentro de la institucionalidad, sin desconocer el propio sacrificio de Carranza, y el del General Álvaro Obregón.

El General Plutarco Elías Calles, Presidente de México, fundó el Partido Nacional Revolucionario, agrupando a todos los pequeños partidos estales y regionales, con la finalidad de unificar a la nación, sobre todo ante el extranjero, Estados Unidos de América que había realizado dos invasiones a territorio nacional, uno en 1914 y en 1917, bajó diversos pretextos.

Después de Calles, que podríamos clasificar de centro – derecha, vinieron tres presidentes liberales: Portes Gil, Orozco y Abelardo L. Rodríguez, de paso muy breve por el Palacio Nacional, y dieron paso al General Lázaro Cárdenas del Río, socialista y de carácter popular, que nacionalizó los ferrocarriles, el petróleo y realizó la Re-forma Agraria, creando millares de ejidos en el país.

Ese régimen de izquierda regresó hacia el centro con el General Manuel Ávila Camacho, quien se declaró creyente y fue nombrado

el “Presidente Caballero”; sin embargo, a él tocó declarar la guerra al Eje Nazifacista Alemania-Italia-Japón, y unirse a los Aliados: Es-tados Unidos, Canadá, Francia, Inglaterra; a este gobierno le tocó expedir la Ley de Disolución Social, artículo 145 y 145 bis del Có-digo Penal, que prohibió las huelgas y las reuniones ciudadanas, por considerarlas subversivas.

Bajo el Presidente Miguel Alemán Valdés, de derecha, hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, le tocó iniciar la industriali-zación del país y su incorporación de economía de Occidente; ha-bían quedado importantes reservas monetarias por las exportaciones agrícolas e industriales durante la Guerra, que elevaron el consumo de la población, y su agotamiento provocó la primera devaluación del peso en 1952, cuando tomaba posesión Don Adolfo Ruíz Cor-tines, de centro, quien estacionó al país bajo el lema de: “Al trabajo fecundo de creador”.

Llegó el Presidente Adolfo López Mateos, joven abogado de pensamiento social y de izquierda, que lo enfrentó al sector privado, cuando dijo que él era un Presidente “de izquierda dentro de la Cons-titución”; el líder patronal Juan Sánchez Navarro, le preguntó enton-ces a toda plana, en los periódicos: “¿Hacia dónde señor Presidente?”

Así se reflejaba entonces la lucha política y social en nuestro país; sin embargo, hubo muchos acontecimientos sociales y políticos que revelaban las grandes luchas sociales: la Guerra de los Cristeros en tiempos de Calles; la Rebelión Cedillista, en San Luis Potosí, en tiempos de los sucesores de Calles; la Resistencia Patronal contra el General Lázaro Cárdenas, que tuvo que viajar a Monterrey para des-activar un “Lock-out”; la lucha del General Juan Andrew Almazán, contra la sucesión de Ávila Camacho; la lucha de Ezequiel Padilla contra la elección de Miguel Alemán; la lucha política del General Enríquez Guzmán contra Casas Alemán y Ruíz Cortines; el movi-miento petrolero, ferrocarrilero y magisterial contra Ruíz Cortines y López Mateos; el movimiento médico contra Díaz Ordaz y luego el Movimiento Estudiantil de 1968, contra el mismo Presidente Gus-tavo Díaz Ordaz, considerado político de derecha.

La Toma de Posesión del Presidente Luis Echeverría Álvarez, el 1 de diciembre de 1970, después del Movimiento del 68, y la zaga del 10 de junio de 1971; el reparto de tierras de latifundios que ha-bían sobrevivido; la creación del INFONAVIT y del FOVISSSTE, para dar habitación a los empleados tanto del sector privado como del sector público; y la apertura hacia China, la Unión Soviética, Cuba y el Vaticano, considerándose al Presidente como político de izquierda; y la declaratoria del Mar Patrimonial de 200 millas, con-siderándose un Presidente de izquierda.

El regreso hacia el centro con José López Portillo, quien desarro-lló la industria petrolera y petroquímica.

*El autor es director general de la Revista Macroeconomía.

Por Mauro Jiménez Lazcano*

Page 13: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

13La CrisisJulio-Agosto, 2018

La vuelta a la derecha con Miguel De la Madrid y el regreso al centro con Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo, para dar paso a Vicente Fox y Felipe Calderón, del sector empresarial y de derecha.

La vuelta al centro, con Enrique Peña Nieto (“Pacto por Mé-xico”) y ahora, la nueva etapa hacia la izquierda social y populista: “Primero los pobres” y “No hay que tenerle miedo al pueblo”.

Será el de Andrés Manuel López Obrador un gobierno de iz-quierda, nacionalista y populista.

Las características del nuevo gobierno, hasta donde se puede de-tectar serán:

• Nacionalismo• Gobierno de Consultas Populares (se consultará la viabilidad al nuevo Aeropuerto NAICM)• Distribución equitativa de la riqueza• Preferencia a la autarquía• Reformas legales profundas• Descentralización de la Administración Pública• Creación de una nueva clase social burocrática• Transformación de las Fuerzas Armadas y creación de una Guar-dia Nacional• Establecimiento de un Representante Federal en cada Estado, con poderes económicos• Nuevo trato con los Estados Unidos de América• Nuevo trato con países de América Latina: Cuba, Venezuela, Ni-caragua, Ecuador, Bolivia • Basificación ideológica en la Historia Nacional: Juárez, Cárdenas• Trabajo político con panorama amplio, transexenal • Creación de una Nueva Clase Política• Creación de Nuevos Grupos Económicos poderosos• Fortalecimiento del Partido dominante• Fin de la Partidocracia • Fortalecimiento de un Líder Político, el Presidente, siempre por encima de su partido• Fortalecimiento del Ejecutivo Federal• Disminución del Poder del Congreso y del Poder Judicial, espe-cialmente la Suprema Corte• Importantes cambios constitucionales y legales• Se abre Nueva Etapa para el país: La Cuarta Transformación

¿Qué es la cuarta transformación?El Virtual Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, tiene que definir con precisión, para conocimiento de la nación, qué es y en qué consiste la Cuarta Transformación.

Según el Virtual Presidente Electo ha habido Tres Transforma-ciones del país antes:

1.- La Independencia de 18102.- La Guerra de Reforma 18573.- La Revolución Mexicana de 1910¿Y la Cuarta Transformación de 2018 a?Eso es lo que nos tiene que definir el próximo Presidente de

México.

Contexto internacionalEl nuevo Gobierno mexicano popular o populista de Andrés Manuel López Obrador se dará en un contexto de nacientes populismos en potencias económicas mundiales como Estados Unidos e Inglaterra.

La votación de sacar fuera de la Unidad Europea a Inglaterra fue una decisión evidentemente populista, de consecuencias importantes para la economía británica y conflictos con Escocia y con Irlanda.

Y, lo más importante, el Gobierno de Donald J. Trump es evi-dentemente populista; su base está en la raza blanca y “no educada” de los Estados Unidos de América, que le representan más del 40 por ciento de los votantes posibles; los sociólogos y estudiosos de la política norteamericana justifican todas las decisiones políticas y económicas de Trump como tendientes a agradar o beneficiar a esa clase social blanca no estudiada de los americanos; por ejemplo, todos los ataques contra la raza mexicana, son aplaudidos por esas clases sociales.

La economía planteada por Trump tiende a la autarquía, es de-cir, al autoabastecimiento del mercado y del consumo de los Estados Unidos, con productos industriales y agrícolas norteamericanos; tal es el caso de la producción de automóviles, que la quiere llevar to-talmente al interior de los Estados Unidos, a pesar de que no es una medida racional económica; y la tendencia a emplear la fuerza de trabajo norteamericana, desplazando a los trabajadores migratorios, a pesar de que estos resulten más baratos y/o eficientes.

El populismo mundialEl populismo mundial no es un fenómeno nuevo; se ha produci-do en el mundo en diversas épocas, pero más concretamente en Europa, previamente a la Segunda Guerra Mundial; y en América, a mediados del Siglo XX se produjeron casos de populismo con el General Juan Domingo Perón, en Argentina; Getulio Vargas en Brasil, que fue cuatro veces Presidente de la República, a partir del 31 de enero 1951 y Víctor Raúl Haya de la Torre en Perú, fundador de la Alianza Popular Americana, Candidato Presidencial en 1931.

Lázaro Cárdenas del Río, Presidente en 1934 a 1940; amplío el periodo presidencial de cuatro a seis años, estableciéndose el Sexe-nio Presidencial Mexicano.

El Presidente de Chile, doctor Salvador Allende, también per-tenece a esta categoría de gobiernos populistas del 3 de noviembre de 1970 al 11 de septiembre de 1973, en que falleció por un golpe militar.

En Venezuela se estableció un gobierno populista de 1999 a la fecha, con Hugo Chávez y con Nicolás Maduro.

En Cuba, el Gobierno de Fidel Castro, se inició con socialistas-populistas el primero de enero de 1959.

Otros gobiernos populistas en América Latina son categorizados con Luiz Lula Da Silva, del 1° de enero de 2013 al 1° de enero de 2011, y luego su continuación Dilma Rousseff, del 1° de enero de 2011 al 31 de agosto de 2016.

Gobierno de Evo Morales, en Bolivia, que cumple ya doce años de Presidente.

Gobierno de Alberto Fujimori en Perú.Gobierno de Educador de Rafael Correa; y otros más innumerables.El populismo surge la mayor de las veces como una necesidad

política y económica, impulsados por las crisis políticas y sociales de los diferentes países, como se ve actualmente en los Estados Unidos de América, con Donald Trump; y su característica la existencia de un Jefe o Líder político fuerte de poder prácticamente absoluto, con congresos y poderes judiciales débiles o sometidos.

En la mayor parte de los casos, se trata de regresar al país a sus tiempos mejores de gloria y progreso, como es el caso concreto de Donald Trump en los Estados Unidos; o como se propuso el Gene-ral Perón en Argentina.

En los regímenes populistas, los partidos políticos resultan débi-les e inconvenientes para el avance del país, que tiene un solo líder político.

Page 14: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

14 La Crisis Julio-Agosto, 2018

AMLO y el proceso de transición política

democrática en México

Por Rafael Abascal y Macias *

• La alternancia en el poder en el 2000 y 2006 por el PAN, hizo pen-sar que se consolidaría el proceso democrático, pero sólo significo un cambio de membrete; en el 2012 regresó al poder el tricolor• Prácticamente en 18 años de poder del blanquiazul y del PRI el régi-men no cambio ni la economía neoliberal, en cambio se fue agudizan-do la crisis de credibilidad y confianza por parte de la ciudadanía sobre los partidos, los políticos y las instituciones• AMLO monopolizó el sentimiento popular anti partidos y sistema, lo que le dio un triunfo arrollador, ganó la presidencia con más de 30 millones de votos y 30 entidades, así como mayoría en las Cámaras de Senadores y Diputados; vendrá un cambio de régimen y la forma de hacer política

* Analista político, Coordinador de política en el periódico y la revista Indi-cador Político; que por cierto la columna está cumpliendo 28 años de existencia.

Felicidades al Maestro y Periodista Carlos Ramírez.

Page 15: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

15La CrisisJulio-Agosto, 2018

Podemos afirmar que después de las elecciones federales y es-tatales del pasado 1º de julio del 2018, la ciudadanía sufragó de manera mayoritaria por un cambio profundo e incluso radical, que implica un cambio de régimen, sustentado más en la voluntad po-pular; se expresó el rechazo a los partidos tradicionales y modificó de manera significativa la geografía del poder, que ahora reside en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) bajo el fuerte liderazgo del hoy en día presidente electo Andrés Manuel López Obrador (AMLO).

El debate público sobre la transición democrática en nuestro país había caído en punto muerto y de enorme confusión que no explicaba con precisión qué es lo que está sucediendo con ese fenó-meno político. El movimiento estudiantil de 1968 con la represión autoritaria gubernamental, para muchos es el inicio de un largo y sinuoso camino de la transición política hacia la democracia; para otros, incluido el que escribe, se inicia en 1988 con las elecciones presidenciales más controvertidos y fraudulentas de la historia comi-cial del país; marcando el agotamiento del modelo PRI-Gobierno, que optaba nuevamente por decisiones autoritarias para mantenerse en el poder.

La vorágine de acontecimientos de fines del sexenio de Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) con el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato presidencial del tricolor y luego el de Mario Ruiz Massieu, que iba a ser el coordinador de la bancada priista en la Cámara de diputados, así como la crisis económica más profunda de que se tenga memoria, conocida como “los errores de diciembre” con la caída de casi 7% del PIB; hizo pensar a muchos que el térmi-no del largo proceso de transición de un régimen autoritario a uno democrático era inminente.

Sin embargo, el voto del miedo llevo a Ernesto Zedillo del PRI1 a mantener la Presidencia de la República, quien tomo “una sana distancia” del partido que lo llevo al poder; a la mitad de su sexenio el tricolor por primera vez en la historia moderna de la democracia, no alcanzo mayoría en la Cámara de diputados, generando impac-tos en la ley que gobernaba San Lázaro y cambios en la Reforma Electoral. Fenómenos políticos que mostraban la crisis interna, di-visiones y desgaste del partido en el Gobierno, que perdía credibili-dad y confianza entre sus militantes y simpatizantes, así como entre la población en general.

Transición democrática vía alternancia en el poder

Por lo que en las elecciones del año 2000 llega el PAN con Vicente Fox2 a Los Pinos y se pensó que, con la alternancia en el poder presidencial, se resolvería la transición política hacia estadios supe-riores de democracia; pero no cambio nada en la forma de gobierno ni en la estructura económica neoliberal; con marcados signos de corrupción.

Fenómenos que continuaron con la llegada de Felipe Calderón3

1 Para este momento eran inminentes los serios problemas de corrupción del sistema PRI-Gobierno del salinismo, con fuerte desgaste en sus estructuras y fuertes divisio-nes internas; sin confianza y credibilidad ciudadana, que buscaba un cambio2 Fox representaba una nueva corriente dentro del blanquiazul, que se conocía como Neo-panismo, que en términos reales de esta manera tomo el poder del PAN, ya que los “Amigos de Fox” eran más que los militantes inscritos en el partido.3 Calderón representaba a las corrientes tradicionales del panismo, conocidas como “los Doctrinarios” y “Yunquistas”, que lograron recuperar los órganos del partido de los Neo panistas.

en 2006 a la presidencia de la Republica, representando al blanquia-zul, desarrollando un gobierno inercial, sin cambios significativos en las formas de ejercer el poder, ni en la economía de carácter neo-liberal; que acentuó los signos de desgaste del PAN tras 12 años en el poder y asociados a signos de corrupción.

Tras este entorno de deterioro del blanquiazul, en las elecciones del 2012 regresa el PRI4 a Los Pinos, con Enrique Peña Nieto, en elecciones limpias y sin mucha polémica; dándose una nueva alter-nancia en el poder presidencial y nuevas expectativas de cambios en la transición política hacia la democracia; un cambio significativo fue la propuesta del “Pacto por México” para impulsar las reformas estructurales, en este caso, apoyadas por la mayoría de los partidos políticos, como la educativa, energética, en telecomunicaciones, en-tre las más relevantes.

Hechos que despertaron grandes expectativas entre la población de la administración de Peña Nieto, que esperaban grandes cambios y los frutos ofrecidos de recursos y mejoras para apoyar a las clases más necesitadas; sabiendo que no habría resultados en el corto plazo y se evidenciaron problemas de instrumentación, así como de falta de transparencia, por lo que las expectativas se revirtieron en contra de la figura presidencial y su gobierno.

En ese contexto, Enrique Peña Nieto y su equipo cercano, Luis Videgaray, titular de la SHCP y Miguel Angel Osorio Chong se vieron envueltos en fenómenos de corrupción, que no son aclarados de manera convincente para la ciudadanía, se empiezan a cuestionar proyectos, funcionarios y gobernadores; que deterioran aún más la imagen del PRI-Gobierno y especialmente, la institución presiden-cial, que se reflejan en calificaciones bajísimas de su gestión5, como ningún otro titular del Ejecutivo Federal.

El pésimo manejo de gobierno de Peña Nieto y de la PGR, le endosan el caso Ayotzinapa que se dan con un gobernador y alcalde del PRD, que al final de cuentas marcan negativamente a su admi-nistración, se evidencian serios problemas de instrumentación de las Reformas Educativa y Energética, se suma la violencia que se torna imparable, asociada al fenómeno del narcotráfico, el crimen organi-zado y la impunidad; donde la percepción general a escala social, es de un gobernante ausente, insensible, ineficiente e incapaz de poner freno a la corrupción.

Para las elecciones estatales del 2016 de 12 gubernaturas en juego, el PRI perdió siete, entre ellas cuatro que había gobernado durante 86 años, como: Veracruz, Quintana Roo, Tamaulipas y Du-rango, así como Aguascalientes, Chihuahua y Puebla; este enorme descalabro del tricolor, presagiaba lo que ocurriría en el 2018; el tricolor enfrentaba la peor crisis partidaria en el arranque del Siglo XXI, ya que ocho de cada 10 ciudadanos entrevistados aseguraba que no tenía confianza ni credibilidad.

Alternancia sin cambios y la transición mexicana perdida

La alternancia partidaria >12 años del PAN y estos seis últimos del

4 Reagrupando y fortaleciendo a sus sectores, sumando a muchos simpatizantes, donde decían que había que sacar al PAN de Los Pinos, por ser ineficientes en el gobierno y signos de corrupción, así como la guerra que habían declarado al narco-tráfico y crimen organizado 5 A la mitad del sexenio de EPN tenía entre 3 y 4 puntos (sobre 10) de calificación de su gestión y hacia las elecciones pasadas de julio de 2018, eran alrededor de 2 a 2.7 puntos. Con mucho, el nivel más bajo que haya registrado un Presidente de la República.

Page 16: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

16 La Crisis Julio-Agosto, 2018

PRI< en la presidencia de la República no trajeron cambios en la forma de gobernar, ni de régimen y mucho menos en las estrategias económicas – financieras, donde no frenaron el crecimiento de la pobreza, se agudizó la polarización social y fueron 18 años de cre-cimiento magros, de alrededor de poco más de 2% anual; los tres partidos políticos más importantes: PRI, PAN y PRD enfrentaban la peor crisis de credibilidad, donde ocho de cada diez ciudadanos encuestados afirman que no tienen confianza en los partidos, los políticos y las instituciones.

Es en ese entorno que llegamos a los procesos electorales 2018, federales >presidencia, Cámara de Senadores y Diputados< y >30< estatales, los más grandes y complejos en la historia del país, donde se pusieron en juego más de 18 mil 300 puestos de elección popular, el mayor Padrón Electoral en la historia, de más de 89 millones 100 ciudadanos, más de 26 mil candidatos, nueve partidos políticos, agrupados en tres coaliciones para la presidencial: Ricardo Anaya >PAN,PRD y MC< José Antonio Meade >PRI, PVEM y Panal< y Andrés Manuel López Obrador6 >Morena, PT y PES<.

En general, los proyectos ante la ciudadanía de Anaya y Mea-de representaban la continuidad de los modelos de desarrollo, con ligeras variantes desde el 2000 >los tiempos de la alternancia< en cambio, López Obrador monopolizó la propuesta antisistema, con-tra los partidos políticos tradicionales y la corrupción, ofreciendo un cambio de régimen y la forma de hacer política; propuestas que significaban avanzar en la transición política hacia la democracia.

Por lo que vale la pena, hacer un recuento y examinar los con-ceptos de alternancia, así como la transición a la democracia.

Confusiones sobre el uso de transición democrática:

1.- El uso indiscriminado del concepto sin saber a ciencia cierta cuál es su verdadera definición y hasta donde llegan sus límites en términos empíricos.

2.- El empeño por asociar el fin de la transición con la derrota del régimen priista y el significado del regreso al poder después de 12 años de regímenes panistas.

3.- La creencia errónea de que la democratización de un sistema político sigue necesariamente una línea recta, es decir, que el proce-so transicional es un evento continúo que habrá desembocar tarde o temprano en la democracia.

4).- Que frecuentemente el proceso democratizador mexicano se ha tratado de explicar >e incluso darle una salida similar< a través de casos particulares como el de España, cuando en realidad es un caso muy sui generis no obstante las similitudes que pudiera tener con ese país europeo y con otros de Latinoamérica.

El efecto más evidente de toda esta confusión se observa en la polarización y la fatiga de los actores políticos y sociales de las que se ve distorsionado por la falta de una estrategia clara a seguir. In-cluso podría afirmarse que bajo estas circunstancias el problema se complica aún más al no encontrar puntos de coincidencias funda-mentales para impulsar el cambio. Para complicar más aun las cosas, hoy día hay una fuerte percepción en contra los partidos, la política, sus representantes y el gobierno (de alrededor del 76% de los ciuda-danos), destacando la baja popularidad del presidente Enrique Peña Nieto (de entre 2 y 2.5 puntos sobre 10).

6 Quien ya había participado como candidato a la Presidencia de la República por el PRD, en los procesos electorales de 2006

Queda claro, que 18 años de alternancia en el poder presidencial no ha generado cambios significativos en la forma de gobernar, a desgastando el sistema y deslegitimando socialmente a los partidos políticos; todo esto agravado por la corrupción y en crecimiento desmedido de la inseguridad; donde ninguna fórmula de continui-dad representa una solución aceptable para la ciudadanía.

I.- La transición a la democracia vía la alternancia en el poder

Para los politólogos ortodoxos, la transición mexicana concluyó el 2 de julio del 2000, con la distribución democrática del poder, que llevó a Vicente Fox a Los Pinos al frente de la Alianza para el Cambio (PAN-PVEM), terminando con siete décadas de regímenes priistas de carácter autoritario sustentado en un sistema presiden-cialista. De esta manera, con el presidente Zedillo terminan los re-gímenes autoritarios, ya que ha sido el único líder máximo del PRI que en los pasados 71 años no pudo nombrar su sucesor. Hay que recordar que la clave del funcionamiento del sistema político mexi-cano, estaba >precisamente< en la capacidad del presidente saliente de designar al siguiente Presidente de la República, todo esto, bajo ciertas formalidades que iban desde elecciones sumamente in equi-tativas hasta abiertamente fraudulentas.

Hoy día persiste un amplio debate público en el entorno social, político y académico sobre la transición mexicana, sin que se haya llegado a una conclusión de las siguientes posibilidades: concluyó, apenas comienza o está en curso. Pero en nuestro caso, el concepto de transición se acuñó en la ciencia política y se trasladó del entorno académico al ambiente político. Entonces la discusión que hay lo que en realidad hace es omitir las premisas a partir de las cuales se construye el concepto.

En el 2006 llega Felipe Calderón Hinojosa a la presidencia de la República, representando otros seis años de regímenes panistas, sin que se dieran signos de avances en el proceso democrático y los pro-blemas de equidad electoral detectados desde el 2000; por ejemplo: de recursos económicos ilegales en las campañas electorales, no se re-solvió; aún más persisten en el 2012 y las intermedias del 2015, con todo y las Reformas electorales y cambios institucionales >del Insti-tuto Federal Electoral (IFE) al Instituto Nacional Electoral (INE).

II.- Concepción teórica

Los políticos teóricos sostienen en principio que la transición es el intervalo que se extiende entre un régimen y otro, y que está delimi-tada por el inicio del proceso de disolución del régimen autoritario y por el establecimiento de alguna forma de democracia, el retorno de algún régimen autoritario o el surgimiento de una alternativa revolucionaria.

Afirman asimismo que una de las características principales de esa etapa es que las reglas del juego político no están definidas y por lo tanto son objeto de una ardua contienda, pues a la larga son éstas las que definirán la correlación de fuerzas; en otras palabras, quiénes son los ganadores y quiénes los perdedores.

La señal más común de que se ha iniciado una transición es cuando los gobernantes autoritarios deciden modificar sus propias reglas para dar paso o garantizar los derechos de otros individuos o grupos. Por otra parte, la teoría dice que el periodo transicional termina cuando se produce al menos alguno de los siguientes tres

Page 17: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

17La CrisisJulio-Agosto, 2018

sucesos: 1. Un pacto explícito e incluyente entre los distintos actores políticos, el cual define una agenda de cambio democrático y compromete a los involucrados a cumplirlo2. Se realizan elecciones libres, equitativas y transparentes y no manipuladas desde la cúpula3. Se aprueba una nueva Constitución con la participación equi-tativa y equilibrada de todas las fuerzas políticas.

III.- Transición democrática atorada

La llegada de Fox a la presidencia de la República se dio en eleccio-nes trasparentes, creíbles y por el voto de los electores, así como con altas expectativas ciudadanas por el cambio prometido, la transición política democrática; mismas que rápidamente se diluyeron al no desmontar la estructura de poder y corrupción tejida por los regí-menes priistas a lo largo de más de medio siglo.

Fox montó su proyecto de gobierno sobre la vieja estructura del tricolor y fue incapaz de aglutinar a las fuerzas nacionales para apo-yar sus reformas de cambio; inclusive al PVEM que fue su aliado para llegar a Los Pinos, no le dio espacios de poder, tampoco le preocupo unir al PAN, en cambio ahondo las diferencias entre neo panistas y doctrinarios.

III.1.- La instauración democráticaDespués de esta etapa, viene otra que, si bien no pertenece estricta-mente a la de transición, sí determina el rumbo de su desenlace: la instauración democrática, en la cual convergen a su vez dos procesos interrelacionados:

1.- La puesta en práctica de la nueva institucionalidad democrática2.- El desmantelamiento de las prácticas e inercias pre democrá-

ticas o autoritarias que permeaban a las instituciones y estructuras de autoridad en el pasado, para adecuarlas a la nueva normatividad.

Una vez hecho este ordenamiento teórico, cabe preguntar-se ahora en qué punto se encuentra México y que características particulares presenta el fenómeno transicional. Solventada estas interrogantes, podríamos esbozar algunos escenarios que nos den elementos para saber cuáles son las salidas posibles al proceso de-mocratizador, tomando en cuenta ahora la variable de la sucesión presidencial adelantada hacia el 2006, que presenta rasgos inéditos. La continuidad del régimen panista con Calderón en Los Pinos, no resolvió de manera efectiva los problemas estructurales de la demo-cracia que denuncio desde su campaña electoral, que tienen que ver con la equidad, con el sistema de representación y partidos políti-cos, para que realmente respondan a la ciudadanía.

III.2.- Ambigüedad del proceso democratizadorIndependientemente de lo que plantea la teoría política de la transi-ción a la democracia, esta no se logra únicamente por la vía de elec-ciones trasparentes y creíbles, sin pasar por los cambios institucio-nales y un pacto de la mayoría de las fuerzas; los riesgos del retorno autoritario. La mayoría de los politólogos y expertos consideraban que la transición desde el punto de vista de la ciencia política >es-trictamente hablando<, tiene que ver con los procedimientos que se dan en un país para la distribución del poder político, por medios claramente democráticos.

Por lo que hay grupos que continúan afirmando, que con las elecciones del 2 de julio del 2000 concluyó la transición política

mexicana, al darse la alternancia en el poder presidencial, con la fuerza de los votos y comicios trasparentes, así como con resultados creíbles, que reflejaban la decisión de la sociedad.

De acuerdo con lo establecido anteriormente, se podría afirmar entonces que México ya había culminado su transición democráti-ca sí damos por hecho que los comicios federales de 1997 fueron libres, equitativos y no manipulados desde las más altas esferas del régimen; donde por primera vez en México el PRI no tuvo mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y no existía un andamiaje legal para integrar los poderes en San Lázaro.

Se han realizado elecciones federales creíbles en el 2000, 2003, 2006, 2009, 2012 y 2015 organizadas por el IFE e INE plenamente ciudadanizado, donde los electores optaron por la alternancia en el poder presidencial y han reafirmado su decisión de contar con un gobierno dividido, con un Congreso donde ningún partido cuenta con mayoría.

Sin embargo, no existe la plena certidumbre de que estemos inmersos en un proceso de instauración en el que se haya puesto en marcha una nueva institucionalidad democrática ni que se esté llevando a cabo el desmantelamiento sistemático del régimen auto-ritario. No vemos, por ejemplo, que haya una agenda definida para restarle peso al poder presidencial, para perfeccionar la ley electoral o para desactivar los enclaves autoritarios enquistados en buena par-te de las entidades federativas.

Tampoco podríamos afirmar con certeza que estamos experi-mentando un proceso de restauración o mutación autoritaria con el cambio del PAN a Los Pinos o el regreso del PRI, así como en virtud de que existen elementos que nos indican lo contrario, como el he-cho de la pluralidad en el Congreso y en los estados de la República.

III.3.- La transición mexicana perdidaAnte estas evidencias contradictorias o paradójicas, se podría argu-mentar con razón que nuestra transición aún continúa. Si así fuera, entonces ¿dónde estamos ubicados ahora? ¿Cuál es el o los eventos que nos indicarán que estamos cerca de alcanzar la otra orilla o bien que vamos a una transición fallida?

El especialista César Cansino explica esta ambigüedad como un fenómeno provocado por las propias características de la transición mexicana. Es decir, que los comicios del 2000, 2006 y 2012 si bien pueden considerarse como correctos no necesariamente significan el término de nuestra transición, sino que son una táctica del nuevo régimen panista, para continuar la larga estrategia de liberalización política utilizada recurrentemente para prolongar su estadía en el poder y no arriesgarse a impulsar los cambios ofrecidos.

Bajo estas consideraciones, lo que se plantea es que debe haber mayores indicios para poder afirmar que nuestra transición ha con-cluido, y en este sentido se muestra que las elecciones presidenciales del año 2000 al 2012, no fueron suficientes para determinar el fin de este proceso; pero si se probó que por la vía electoral se cedió por la vía pacífica la institución emblemática del poder en México sobre la cual se ha sostenido durante décadas el sistema autoritario.

La transición atorada con Fox y las expectativas de cambio con Calderón han generado enormes espacios de ambigüedad sobre el rumbo de ella, y la pérdida de autoridad y legitimidad de los regí-menes panistas, así como la debilidad de sus gobiernos hacen prever signos de que se pudiera dar una regresión autoritaria, ya que lo que ahora prevalece es la lucha por el poder mismo.

El regreso del PRI a Los Pinos en el 2012 con Enrique Peña Nieto con elecciones libres, equitativas y transparentes y generando

Page 18: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

18 La Crisis Julio-Agosto, 2018

una nueva alternancia en el poder presidencial, tras significativas re-formas electorales, que llevaron al cambio de la institución respon-sable de organizar los comicios, con más funciones e intervención a escala nacional. Se mantuvo la tendencia de desgaste del partido en el gobierno y creció la falta de confianza ciudadana en el Sistema, partidos, políticos y sus instituciones.

No se avanzó en el proceso de transición a la democracia, los fenómenos de corrupción e impunidad, así como de incremento de la violencia, nublaron los logros de la administración de EPN, sin cambios en la forma de gobierno, prevaleciendo la continuidad y la inercia; lo que generó una creciente percepción negativa social ante el PRI-Gobierno y la figura presidencial.

III.4.- Los escenarios del cambio político: entre la involución y el gatopardismo

A partir de 2000 politólogos e historiadores han tratado de cons-truir los posibles escenarios de la transición mexicana a partir de las nuevas tendencias electorales y de la combinación de otros factores directamente relacionados con la evolución del sistema político7.

En este sentido, se ha tratado de medir el cambio a través del análisis de las instituciones partidarias, el Legislativo, la sociedad civil, los grupos de poder, al igual que actores como la guerrilla y el narcotráfico.

Sin embargo, por la vertiginosa dinámica de los acontecimientos y en buena medida por lo impredecible de las conductas políticas de los protagonistas, los desenlaces planteados no siempre se susten-tan por mucho tiempo o bien resultan rebasados por la compleja realidad.

Aun así, estos ejercicios resultan de utilidad en la medida en que nos dan un panorama general de hacia dónde pueden derivar los fe-nómenos políticos. En el caso de la transición democrática los análisis realizados en los últimos 18 años por académicos y especialistas han visualizado >sin coincidir necesariamente< los siguientes escenarios:

1.- Fortalecimiento de los sectores duros. Frente a la falta de un liderazgo nacional efectivo, los grupos de poder tradicionales del viejo y nuevos regímenes hacen prevalecer sus intereses cerrándose a las expectativas de cambio dentro y fuera del partido en el gobierno. Bajo estas circunstancias, las irregularidades seguirían permeando las elecciones como mecanismos para impedir el triunfo de la opo-sición. Esto a su vez traería como consecuencia particular la radica-lización del PRD y el sorprendente crecimiento de las fuerzas de iz-quierda, como el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) mientras que, en lo general, el proceso transicional entraría en un impasse. Quienes encabezarían esta tendencia serían los miembros de la Conago.

En este sentido, la viabilidad del escenario depende de cómo ese grupo logren posicionarse de aquí al año 2018 y sobre todo en la etapa en que los partidos habrán de designar a su candidato presi-dencial; recordando la crisis de credibilidad y confianza ciudadana sobre los partidos, los políticos y sistema, que los pone en desventaja y desgaste; frente alternativas como Morena.

7 Aunque las tendencias globales muestran cambios en los sistemas políticos y las elecciones, creciendo las posiciones de ultraderecha, autoritarias y nacionalistas; los partidos políticos tradicionales tienen fracasos en las urnas; están ejemplos como: El Brexit, en el Reino Unido, el triunfo de Donald Trump en los Estados Unidos de Norteamérica, quien se apodero del Partido Republicano y creo su propio movi-miento, así como el triunfo de Emanuel Macron en Francia, impulsado por el Movi-miento E’ Marche, entre muchos otros como España, Alemania, Italia, Hungría, etc.

2.- Involución política y restauración. Los sectores duros del ré-gimen, amenazados con perder la Presidencia de la República, deci-den desconocer los resultados que favorecen a la oposición, provo-cando graves problemas de ingobernabilidad y trataran a partir del poder presidencial darle continuidad al proyecto panista, con Fox y Calderón, así como el priista de Peña Nieto. Si bien resulta poco probable un golpe de Estado en el cual participen segmentos de las fuerzas armadas, sería muy factible ver hechos desestabilizadores: asesinatos, secuestros, brotes armados, enfrentamientos con el Ejér-cito, que obligaría al gobierno a declarar una situación de excepción o endurecer sus posiciones.

En este caso y suponiendo que la correlación de fuerzas se in-cline del lado de dichos grupos antidemocráticos, la involución po-lítica es prácticamente insalvable, en virtud de que el proceso de cambio se vería seriamente obstaculizado al cancelarse los espacios institucionales de debate y participación. En teoría, a partir de este punto la restauración del régimen autoritario sería más viable, aun-que ello dependería de la capacidad de los sectores moderados para revertir la tendencia y de la presión que probablemente ejercerían las naciones democráticas y organismos internacionales.

3.- La narcocracia. Este escenario se sustenta en el hecho de que el fenómeno denominado como colombianización se profundice en nuestro país. Es decir, que los poderes informales penetren las es-tructuras más importantes del Estado y tengan una gran influencia en la toma de decisiones. En este caso estaríamos viendo un proceso en el cual la futura vida política e institucional de México se regiría a través de mecanismos aceptablemente democráticos, pero quien en verdad detente el poder sea el crimen organizado, especialmente el narcotráfico.

Para quienes creen que la narcocracia puede apoderarse del régimen, existen muchos elementos que apuntan en ese sentido. Por ejemplo, los indicios de dinero sucio en campañas políticas, la asociación delictuosa de capós y autoridades de altos niveles como algunos gobernadores y la amplia red de corrupción y complicida-des dentro de las instituciones policíacas. Este fenómeno pernicioso además de provocar inestabilidad, obstruye y pervierte el proceso democrático pues alienta a los sectores políticos duros y provoca que los centros de poder se desplacen fuera de las instituciones le-galmente constituidas.

En este caso, hay que revisar cuidadosamente el ejemplo del Estado de Michoacán, que fue donde el presidente Calderón ini-cio la “guerra” contra el narcotráfico, que no resolvió las cosas y agudizó las contradicciones o complejidades del fenómeno; lo que llevó a la administración de Peña Nieto a tomar la entidad bajo la figura de un “Comisionado” para estabilizar a los grupos en conflicto y desmontar la fuerza de los grupos del narcotrá-fico, especialmente “La familia Michoacana” y “Los caballeros templarios.”

En la administración de Peña Nieto se ha generalizado a es-cala nacional la acción del narcotráfico y el crimen organizado, ampliando sus acciones a más regiones del país; aumentando la violencia, llegando a niveles históricos, sin que quede claro, cua-les son las estrategias que está siguiendo, con base a la partici-pación combinada de las fuerzas armadas, las policías federales, estatales y municipales; los problemas de falta de coordinación y liderazgo son más que claros.

En el proceso electoral del 2018, hay signos muy preocupantes

Page 19: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

19La CrisisJulio-Agosto, 2018

sobre la posibilidad de este escenario, ya que se dieron 47 asesinatos de candidatos a puestos de elección popular y 140 asesinatos de po-líticos, especialmente en los espacios municipales, que muestran las luchas de estos grupos por dominar las instancias gubernamentales y/o políticas.

4.- La ambigüedad institucional. Este escenario es considerado como la continuación de la lógica que han seguido los regímenes en el poder desde hace varias décadas, sin importar el signo que los detente. Es decir, supone la permanencia de una estrategia de libe-ralización política que le permita sostenerse en el poder durante más tiempo sin llegar a una verdadera democratización.

El politólogo Cansino resume la ambigüedad institucional de la siguiente manera: “al tiempo que tenemos avances indudables en materia electoral, siguen existiendo enclaves autoritarios; al tiempo que la oposición conquista posiciones en todo el país, también se intensifica la militarización; al tiempo que las autoridades muestran un mayor compromiso con la democracia, afloran cada día los ne-xos entre altas figuras de la clase política y el narcotráfico...”.

Esta idea coincide en cierta forma con el concepto de fatiga tran-sicional utilizado por Lorenzo Meyer, quien la define como una situa-ción que se produce cuando el tiempo transcurrido entre el inicio del cambio en la naturaleza del sistema político y el presente es tan largo que el viejo orden tiene la posibilidad de transformar su estructura interna sin cambiar su naturaleza general. Dicha fatiga se produciría en los sectores que sistemáticamente han luchado por la democrati-zación, lo cual significa un reflujo en la energía social que alienta y potencializa las transformaciones fundamentales de un país.

5.- Normalidad democrática. Considerada como él deber ser de la transición, la normalidad democrática se plantea como el escenario ideal en el que se llegue a encauzar el cambio político por la vía pa-cífica y del consenso. Para ello tendrían que prevalecer condiciones institucionales de tolerancia y equidad similares a las adoptadas por los gobiernos en las elecciones del 2000 al 2015.

Los resultados del proceso electoral del 2018, por la vía demo-crática, muestran que Andrés Manuel López Obrador (Morena-PT-PES) obtuvo un triunfo avasallador donde no sólo gano la Presiden-cia de la República, sino la mayoría en las Cámaras de Senadores y Diputados, así como triunfo en 31 estados. El acuerdo podría seguir dos rutas:

1.-Morena y sus aliados en el Congreso están en posibili-dades reales de introducir modificaciones trascendentales en la Constitución en materia institucional y en cambios de régimen, así como crear una fuerte estructura federalista, que permita a AMLO controlar no sólo la Federación sino los estados de la República.

2.-Un pacto ínter partidista que involucre a todas las fuerzas políticas opositoras >muy disminuidas< y el poder Judicial, in-cluido el compromiso democrático de las autoridades; con pro-cesos de auto regulación de una presidencia fuerte, con tintes caudillistas y dejos autoritarios.

IV.- AMLO: un cambio de régimen y transformación de la política

El fenómeno de Andrés Manuel López Obrador y Morena8 a alcan-

zado niveles extraordinarios que ningún analista previo cabalmen-te, ya que su triunfo ha modificado la geografía política del país al ganar en 31 estados de la Republica y el 80.7% de los municipios del país; la presidencia y mayoría en ambas Cámaras >Senadores y Diputados<, cuenta Morena con mayoría en 19 Congresos locales, así como cinco gubernaturas: La CDMX, Chiapas, Morelos, Tabas-co y Veracruz.

Ningún Presidente de República >AMLO< y su partido >Mo-rena< en los tiempos modernos, había detentado tanto poder, por la vía democrática e institucionales, con elecciones limpias y parti-cipativas >63%< que le da la posibilidad y factibilidad de cumplir sus promesas de cambio profundo, de trasformar al régimen y la forma de hacer política; abriendo la posibilidad real de avanzar en la transición hacia la democracia.

1.- Presidencia de la República

• El triunfo de Morena-PT-PES fue contundente y sin prece-dentes: AMLO obtuvo más de 30 millones de votos, que re-presentan el 53.19% del poder; sacando una ventaja de su más cercano competidor, de alrededor de 31%.• Seguido de Ricardo Anaya abanderado del PAN-PRD-MC que alcanzó 12 millones 610 mil sufragios, con el 22.27% del total.• En una lejana tercera posición quedó José Antonio Meade del PRI-PVEM-Nueva Alianza con 9 millones 300 mil votos y 16.40% del poder.• Como candidato Independiente Jaime Rodríguez “El Bron-co” obtuvo 2 millones 962 mil sufragios, con el 5.25% del total.La participación ciudadana en las urnas fue de 63.4% con 55

millones 039 mil votos válidos y 1 millón 571 mil votos nulos.La presidencia de López Obrador tiene un amplio nivel de legi-

timidad y de gobernabilidad, como ningún mandatario en los tiem-pos de la democracia moderna; con una muy limitada oposición y fragmentada.

2.- Cámara de Senadores

Partidos CurulesMorena-PT-PES 70

PAN 22PRI 14PRD 9MC 7PVEM 5Total 128

• La Coalición Juntos Haremos Historia cuenta con la mayoría en la Cámara Alta, al contar alrededor del 55% del poder

3.- Cámara de DiputadosPartidos CurulesMorena 193PAN 79PT 61PES 58PRI 42MC 26

8 Hay que recordar que el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) tiene escasos tres años de formada

Page 20: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

20 La Crisis Julio-Agosto, 2018

PRD 23PVEM 17Panal 1Total 500

• En San Lázaro, Morena y sus aliados el PT-PES tienen 312 curules, es decir cuenta con el 62% del poder.

4.- Estados• López Obrador ganó en 31 estados de la República• Morena ganó en cinco gubernaturas: CDMX, Chiapas, Mo-relos, Tabasco y Veracruz• Tuvo triunfos en 23 capitales estatales• Cuenta con mayoría en 19 Congresos Locales• Es gobierno en el 80.7% de los municipios del paísEl país se tiño de guinda, el Movimiento de Regeneración Na-

cional se convirtió a partir del 1 de julio en el partido hegemónico por excelencia, por la vía del voto y la transparencia democrática, su origen de movimiento y no haber ejercido el poder, le dio la for-taleza necesaria para captar el enojo ciudadano contra los partidos, los políticos y sus instituciones; Morena9 no tiene estructura como tal y la participación de grupos diversos en planteamientos progra-máticos e ideologías.

El PAN y especialmente el PRI quedaron no solamente muy reducidos y menguados en su fuerza, sino también fracturados, di-vididos, así con el síndrome de la derrota, el derroche de recursos en la campaña y sin liderazgos; el PRD prácticamente desaparece del mapa electoral, al perder: la CDMX, Morelos y Tabasco; como partidos chicos quedan, el PVEM, el PT y Movimiento Ciudadano; pierden su registro por no alcanzar el 3% de la votación nacional10, en las elecciones de presidente, Senadores y Diputados:

Partido Nueva Alianza (PNA)Partido Encuentro Social (PES)El triunfo de AMLO se sustentó en su campaña anti sistémica

y representa un cambio radical, no será un cambio de siglas >2000-2018 PAN y PRI< es ahora un cambio radical; fue a tal grado su triunfo, que muestra que cuenta con una legitimidad incuestiona-ble, de esta manera pretende poner fin al modelo de gobierno que prevalecía por lo menos desde 1988. Afirmando López Obrador:

“El nuevo proyecto de nación buscará una auténtica democracia y no una dictadura abierta ni encubierta. Los cambios serán profun-dos, pero con apego al orden legal”.

La llegada de López Obrador a la presidencia de la República desencadenará un profundo cambio en la correlación de fuerzas de los grupos de poder, lo que habrá que ver, si es un triunfo para México o sólo una muestra adicional de alternancia democrática.

Hay quienes sostienen que por primera vez llega al Ejecuti-vo Federal una persona de izquierda, aunque otros no lo ven así, ante la diversidad de planteamientos realizados por AMLO y lo heterogéneo de la composición de Morena y sus aliados, en espe-cial por el PES. El general Lázaro Cárdenas (1934-1940) fue un presidente que se consideró de izquierda quien decretó la Reforma Agraria en beneficio de los campesinos y la expropiación petrolera para la Nación.

9 Recuerda en mucho a lo que era el Abuelo del PRI en su etapa formación con base en partidos y grupos regionales de muy diversa ideología, donde la fuerza del partido residía en el poder presidencial, de ahí su naturaleza hegemónica. 10 Estos dos partidos sólo alcanzaron el 2.3% de la votación, es decir, alrededor 1 millón 300 mil votos cada uno.

El presidente Cárdenas sostenía que sus políticas eran “revolu-cionarias” al estar inspiradas en la Revolución Mexicana; pero sus sucesores también se dijeron revolucionarios, pero aplicaron políti-cas “conservadoras”. También las acciones y políticas de gobierno del Presidente Luis Echeverría (1970-1976) fueron consideradas por muchos de izquierda, impulsó acercamientos diplomáticos con sistemas comunistas como, por ejemplo: China; pero nunca se defi-nió como de izquierda.

Queda claro, que los resultados electorales en favor del político tabasqueño, fueron impulsados por el fuerte enojo social con un gobierno que los defraudó y fracaso, ante la falta de confianza y credibilidad ciudadana ante los partidos, los políticos y sus institu-ciones. Por lo que esta elección de julio del 2018 se abre la oportu-nidad de darle una salida institucional a las crisis acumuladas que enfrentamos en México.

El nuevo gobierno de López Obrador entra con legitimidad social inmensa, debe de aprovecharla para hacer los cambios ne-cesarios y corregir los errores de los gobiernos anteriores, puede hacer un cambio de régimen y de la forma de hacer la política, con una mayor participación ciudadana, en la toma de decisiones, así como en las contralorías sociales. AMLO tiene el mandato presi-dencial con poderes meta constitucionales, mayoría en el Congre-so y en los estatales para realizar los cambios por la vía legal; debe construir instituciones civiles eficientes y autónomas que sirvan a la ciudadanía.

La democracia hablo tal y como la diseñamos, se votó por el cambio, pero por la vía de las instituciones, razones y libertades; aunque también sabemos que el nuevo gobierno tiene la fuerza democrática para las venganzas, frivolidades y pobrezas de espíri-tu, que están asociadas a las tentaciones autoritarias, de liderazgos unipersonales y visiones aisladas ancladas en las décadas de los 60as y 70as del siglo XX, que probadamente no funcionaran.

Es abrumador las acciones y propuestas de gobierno que ha realizado López Obrador en los primeros 20 días después de su triunfo electoral, muchas han dado certidumbre y tranquilizado a los mercados, despertado la simpatía internacional, incluso la de EU; pero otras parecen ideas, procesos que van en diferentes sentidos, hasta las temerarias o a todas luces fuera del marco legal; desearíamos menos declaraciones diarias y contar con propuestas integrales orientadas a proponer un programa nacional de cam-bios democráticos, ordenados y factibles de realizarse.

Entendemos que AMLO viene con la dinámica vertiginosa e intensa de muchos años de campaña, de fuerte retórica de oposi-ción, pero ya ganó la elección, terminaron los tiempos y las pala-bras del candidato, ahora son los tiempos de la reflexión y mesura del virtual presidente electo; donde sus actos y pronunciamientos pesan mucho, a escala nacional e internacional, hay que mesurar las expectativas, estimar con calma las conveniencias o el costo – beneficio de determinada propuesta.

Todos deseamos lo mejor para su gobierno por el bien de Méxi-co, pero requerimos articulación programática, una visión integral y justificaciones o razones, para entender lo que significan en recursos y beneficios.

[email protected] @rafabascal

Page 21: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

21La CrisisJulio-Agosto, 2018

Redes sociales, la nueva disputa

por el voto

Por Armando Reyes Vigueras

En este escenario, las redes sociales tomaron parte de la activi-dades propagandísticas desde las precampañas en apoyo de ciertos aspirantes a una candidatura, hasta la confrontación con los parti-darios de los partidos rivales.

No se trató de un tema que se diera al inicio del proceso elec-toral que está por concluir, sino que se viene cultivando desde, al menos, la campaña presidencial de 2006, con la visión por parte de varios estrategas de que se debía dar tiempo a la consolidación de una plataforma que ayudará a impulsar a una candidatura, con posibilidades de contribuir a la victoria. La revisión de este tema, de cara al futuro, es también una asignatura pendiente para los estudiosos de la comunicación.

El nacimiento de la ola

En 2006, México tenía 20.2 millones de usuarios de Internet. Ese año se caracterizó por la polarización de los electores con rela-

Entre las lecciones que los comicios de este año nos de-jan, la relativa al papel de las redes sociales como are-na de debate público y herramienta propagandística

es algo que debe ser estudiado a la brevedad, pues su actuar se dio en el proceso electoral más complejo que ha vivido el país, gracias a las reformas electorales que permitieron que tuviéramos votaciones concurrentes en todo el país, lo cual representó elegir al presidente de la república, a la totalidad del Congreso de la Unión, 9 gubernaturas, más de mil 600 presidencias municipales y casi mil diputaciones locales.

ción a las dos candidaturas principales que se presentaron y que disputaron la presidencia de la república: la de Felipe Calderón Hinojosa por el PAN y la de Andrés Manuel López Obrador por la alianza PRD-PT-MC.

El resultado de dichos comicios fue polémico, una diferencia menor al 1% de los votos a favor del abanderado panista, quien basó su campaña en un lema que calificaba a su adversario como “un peligro para México”.

López Obrador, por su parte, aprendería la lección y —por lo que se pudo ver luego de la campaña de 2006—, organizaría su equipo de apoyo para la siguiente competencia.

Lo sucedido durante el sexenio 2006-2012 en materia de redes sociales, demostraría que la plataforma que López Obrador nece-sitaba para ganar se estaba construyendo lenta y pacientemente.

Una de las primeras decisiones de Calderón —que iban en contra de su principal promesa de campaña de ser “el presidente del empleo”—, fue la de movilizar al ejército en contra de los cár-teles del narcotráfico que tenían bajo su control distintas zonas en

Page 22: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

22 La Crisis Julio-Agosto, 2018

varias entidades del país.En redes sociales, con motivo de los abusos que empezaron

a surgir con relación a la actuación militar en la lucha contra el narcotráfico, surgió un movimiento de protesta que ayudó a fi-jar dos ideas en el imaginario colectivo: la primera, que era una guerra contra el narco, apoyado esto en una desafortunada decla-ración del propio mandatario; y la segunda, una demanda para #No+Sangre o #NoMasSangre, que exigía el fin de la violencia y las muertes asociadas a este tipo de acciones.

Diversos activistas y cuentas surgieron al amparo de esta de-manda, incluso se organizaron protestas en distintas ciudades del país, en tanto que periodistas y caricaturistas ocupaban sus espa-cios en apoyo a este movimiento.

Fue un primer aviso que los activistas estaban ocupando cada vez mayores espacios en las redes sociales para favorecer una causa.

Otros eventos que también se combinaron para la mitad del sexenio de Calderón —en 2009 la cifra de usuarios de Internet en México había llegado a 30.9 millones—, fueron el incendio de la Guardería ABC, desgracia en la que se buscó involucrar a la esposa del mandatario, Margarita Zavala, en virtud de que una prima suya apareció como parte de los dueños de la misma, además de los rumores del alcoholismo del presidente, algo que generó no sólo protestas incluso en el Congreso, sino los primeros memes que circularon en redes para caricaturizar al presidente de México.

Las elecciones de ese año dejaron una sonora derrota para el PAN, partido que vio cómo se reducían los diputados federales que tenía, provocando la renuncia de su dirigente nacional y ex-miembro del gabinete calderonista, Germán Martínez Cázares.

Dos personajes se hicieron presentes en este sexenio, tanto pre-sencialmente como en redes sociales, para aprovechar el clima de enojo social por la crisis que se empezaba a percibir en materia de seguridad pública: Epigmenio Ibarra y Gerardo Fernández Noroña.

El primero ha mantenido en ascenso el número de seguidores en su cuenta de Twitter, impulsando causas como “no más san-gre”, la búsqueda de justicia en el caso de la Guardería ABC y, más recientemente, la desaparición de estudiantes de la normal de Ayotzinapa en Guerrero.

En cuanto al segundo, fue el encargado de alzar una manta en la que aludía al supuesto alcoholismo de Calderón en plena sesión de la Cámara de Diputados, además de utilizar sus redes sociales para difundir el tema.

En dicho contexto, Carmen Aristegui cuestionó en su noticia-rio radiofónico en MVS Radio —uno de los de más alta audiencia en el Valle de México—, la razón porque no se aclaraba si era cier-to o no la versión del alcoholismo del mandatario, lo que provocó una reacción equivocada del concesionario y del gobierno federal y que finalmente concluyeron en el despido de la periodista, quien se refugió en Internet para continuar con su labor.

Para 2012, año en el cual el país contaba con 45.2 millones de usuarios de Internet, la campaña presidencial se centró en la pelea entre los candidatos de la alianza PRI-PVEM y de la alianza PRD-PT-MC.

Enrique Peña Nieto, exgobernador del Estado de México, y Andrés Manuel López Obrador, por segunda ocasión candidato presidencial, se enfrascaron en la disputa por los votos ante el de-rrumbe de la abanderada panista Josefina Vázquez Mota.

Si bien Peña Nieto ganó sin enfrentar, como Calderón, protes-tas en su toma de posesión en el interior del Congreso, si tuvo que superar un par de episodios que empezaban a mostrar el poder que

estaban alcanzando las redes sociales.El más importante fue durante la campaña al acudir a la Uni-

versidad Iberoamericana, centro de estudios en el que tuvo que sortear un alumnado hostil y que provocó que se tuviera que reti-rar anticipadamente, pero con tal mal tino que acabó en un baño y de ahí surgió la versión de que intentó esconderse. Posteriormen-te, voceros priístas señalaron que se trataba de una protesta de sólo 132 estudiantes, lo que generó la creación de un movimiento en redes sociales llamado #YoSoy132 que aprovechó esta plataforma tecnológica para poner en jaque la candidatura del mexiquense.

Los priistas se quedaron fríos al ver como un movimiento, en apariencia espontáneo, en contra de su candidato, arrasaba en redes y no podía ser contrarrestado por la organización de ciber-nautas tricolores.

Claro está que los memes por dicha ocasión no se hicieron esperar y empezaron a circular entre los usuarios.

Y llama la atención el poco cuidado que los estrategas de cam-paña del mexiquense tuvieron respecto a las redes sociales, pues un primer aviso lo habían recibido en diciembre del 2011 con motivo de la visita que el, en ese momento, precandidato tricolor realizó a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en donde no atinó a responder los títulos de tres obras que hubieran marcado su vida.

Las redes sociales se llenaron de memes y comentarios nega-tivos en contra de Peña Nieto, considerando que ese año México tenía 40.6 millones de usuarios de Internet.

Ya en la presidencia, logró uno de sus mayores aciertos —aun-que para sus críticos fue un error— al firmar el Pacto por México con el concurso del PAN, del PRD, del PVEM y del PRI, impul-sando una serie de reformas llamadas estructurales, que recogían algunas de las propuestas de los partidos involucrados en el acuerdo.

Pero luego de dicha firma y de la aprobación de las distintas refor-mas que conformaban la agenda presidencial, todo se vino abajo gra-cias a la labor de periodistas que habían sido afectados por el Poder.

Para 2013, México ya contaba con 51.2 millones de usuarios de Internet, y las reformas de Peña Nieto le daban una buena ima-gen, incluso entre la prensa internacional, que lo llevó a salir en la portada de revistas como Time, con comentarios que lo perfilaban como el mandatario que necesitaba el país.

Pero todo se derrumbó en 2014 cuando se dio a conocer que el era dueño de una mansión valuada en 7 millones de dólares en la residencial zona de clase alta de Las Lomas en la Ciudad de México. La primicia la dio a conocer el equipo de Carmen Aris-tegui y dio la vuelta al mundo. La respuesta generó más malestar, pues lanzaron a Angélica Rivera, esposa de Peña Nieto, a tratar de aclarar las cosas y atribuirse la propiedad gracias a los ingresos de su trabajo como actriz de telenovelas, algo que no fue aceptado por la sociedad.

Para ese año, el número de usuarios de Internet en la república se había elevado a 53.9 millones de personas, la mayoría de las cuales conocieron el material producido por un portal de la Web sobre la Casa Blanca.

La evaluación presidencial, que se mide mediante encuestas desde el sexenio de Ernesto Zedillo, empezó a acusar una baja en la calificación de Peña Nieto a partir de 2014. En noviembre de 2013 se dio el cruce, pues en ese mes la aprobación y la desa-probación se encontraban al parejo, 50-50, pero a partir de dicha fecha las opiniones positivas respecto a la labor de Peña Nieto comenzaron a descender.

Del 54% con que arrancó su gestión, pasó a 50% en noviem-

Page 23: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

23La CrisisJulio-Agosto, 2018

bre de 2013, a 41% en noviembre de 2014, a 33% en noviembre de 2015, a 24% en noviembre de 2016 hasta llegar al 21% que reportó Consulta Mitofsky en febrero de este año.

Acontecimientos como la desaparición de estudiantes de la normal de Ayotzinapa en Iguala, la casa de Malinalco atribuida a Luis Videgaray, Odebrecht, la continuación de la crisis en segu-ridad pública y la desatinada invitación al candidato republicano Donald Trump para que visitara México, entre otros temas que abonaron a esta historia, contribuyeron a generar un clima que fue descrito por especialistas como de enojo social, algo que pocos adelantaron tendría efectos en las urnas en 2018.

En tanto, los usuarios de Internet en México crecían a tasas de dos dígitos: en 2015 se llegó a 65.8 millones de usuarios, que crecieron en 2016 a 70 millones y a 79.1 millones en 2017, considerando que la población del país es de poco más de 120 millones de habitantes.

En el estudio correspondiente a abril de 2018, la Asociación Mexicana de Internet señala que el 66% de los internautas mexi-canos “utilizan la herramienta al menos, desde hace 8 años”, dedi-cando un promedio de 8 horas diarias a la red, siendo los teléfonos inteligentes o smartphones los dispositivos preferidos, 89%, para conectarse a Internet y las redes sociales, también con 89%, la actividad preferida de los usuarios de esta tecnología.

Las redes sociales más utilizadas son Facebook (98%), Whats-app (91%), YouTube (82%), Instagram (57%) y Twitter (49%).

Votos y redes 2018

Considerando que de 2016 a 2017 el número de usuarios de In-ternet en México creció 12%, es factible suponer que para finales de 2018 el total de internautas se eleve a 86 millones considerando un 10% de incremento en su cantidad. Para las elecciones de este año, se puede calcular el número de usuarios en 80 millones con base en las cifras que ofrece el estudio antes citado.

En contraste, en estos comicios acudieron a las urnas el 62.6% del padrón que está compuesto por 89.1 millones de mexicanos, es decir, 56.6 millones de mexicanos, de acuerdo a las cifras finales que dio a conocer el INE luego de los cómputos distritales.

En la elección del año 2000, acudieron a votar 37.6 millones de ciudadanos; para 2006 lo hicieron 41.7 millones, en tanto que en 2012 acudieron a las casillas electorales 50.1 millones de electores.

La siguiente tabla nos muestra cómo se han dado las cifras de vo-tantes y usuarios de Internet en las últimas 4 elecciones presidenciales:

Fuente: INE y Asociación de Internet.*Datos estimados.

Lo anterior significa que la de 2018 fue la primera elección en la cual el número de internautas supera al de votantes.

Una de las conclusiones del estudio de la Asociación de In-ternet respecto al 2017, es que “los usuarios pasan el 40% de su tiempo conectados en internet en alguna red social”, además de que en promedio el mexicano tiene 7.1 años navegando en la red, de lo que se desprende que estas herramientas de comunicación tuvieron impacto en la decisión del votante, en especial por la in-teracción que se dio y por la cantidad de mensajes que circularon en la red.

De acuerdo a Twitter, entre el 30 de marzo y el 20 de junio de este año se registraron 28.3 millones de tuits en el país, de hecho el número total de mensajes en la red del pajarito azul en el pro-ceso electoral 2017-2018 fue de 37 millones; tan sólo los días 1 y 2 de julio, el número de tuits en este espacio fue de 6 millones de intercambios. En contraste, los spots que estuvieron a disposición de todos los candidatos presidenciales sumaron 22.9 millones en medios electrónicos.

Lo anterior va aparejado a un dispositivo que se convirtió en el motor de los cibernautas mexicanos: los teléfonos celulares.

En el año 2000, había 14 líneas de telefonía móvil por cada 100 habitantes, para pasar en 2008 a 68 líneas por cada 100 per-sonas, 79 en 2010 y 93 líneas por cada 100 habitantes en 2018, de acuerdo a datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT).

En marzo de 2018, previo al inicio de las campañas electora-les, México contaba con 115 millones de líneas de telefonía móvil, de las cuales 82 millones eran usuarias de Banda Ancha Móvil (BAM) para tener acceso a Internet.

La Asociación Mexicana de Internet nos recuerda que el ci-bernauta nacional prefiere en un 89% al celular para conectarse a la red, a lo cual —en promedio— dedica poco más de 8 horas en contra de 3 de la televisión y una hora con 45 minutos para la radio.

Ya conectado, insistimos, el mexicano dedicó el 89% de dicho tiempo al acceso a las redes sociales, actividad que es seguida por el envío y recepción de correos electrónicos, mensajería instantánea, búsqueda en la red, entre otras actividades.

Así, es fácil intuir que las redes sociales tuvieron un impacto en las preferencias electorales de los ciudadanos, pues a diferencia de otros procesos, en el de este año el número de votantes fue menor al de cibernautas.

Pero no es sólo cuestión de números, pues una cosa es contar con los receptores para un mensaje y otra tener algo que decir que pueda hacer que un elector decida por quién depositar su sufragio en los siguientes comicios, algo en lo que la propaganda tiene mucho que ver.

La fuerza de la repetición

Jean Marie Domenach en su obra clásica sobre la propaganda de-finía a esta actividad como una actividad que busca influir “en la actitud fundamental del ser humano. En este sentido puede comparársela con la educación; pero las técnicas que emplea habi-tualmente y, sobre todo, su designio de convencer y subyugar, sin formar, la hacen su antítesis”.

El investigador reconocía que esta tarea se basaba en ciertas

Page 24: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

24 La Crisis Julio-Agosto, 2018

técnicas que, usadas habilmente, podrían alcanzar con facilidad su objetivo. Es así que entre las técnicas que describió, algunas de ellas las podemos apreciar en la reciente campaña electoral que finalizó con el triunfo del candidato de Morena.

La primera es la del enemigo único, algo que el tabasqueño tradujo como la “mafia en el poder”, el “PRIAN”, por mencionar algunos conceptos que utilizó reiteradamente en sus discursos.

Sus seguidores en redes sociales repetían eso, de acuerdo a la regla de la orquestación, acerca de lo cual Domenach recordó en su obra una frase del maestro de la propaganda nazi, Joseph Goeb-bels: “la Iglesia católica se mantiene porque repite lo mismo desde hace dos mil años. El Estado nacionalsocialista debe actuar de la misma manera”.

Esto iba aparejado con una constante repetición de algunas pocas ideas que ayudaron a la campaña, como cuando se afirmaba que el “cambio verdadero” estaba con López Obrador o que se iba a acabar con la corrupción.

Sobre esto último, la corrupción se convirtió en uno de los motores más importantes para impulsar el voto a favor de López Obrador. El PRI arrastraba, y a su candidato con él, de un des-prestigio por este tema, en tanto que el candidato de la alianza PAN-PRD-MC era acusado de lavado de dinero —el cual no lo-gró aclarar—, algo que se tradujo de inmediato, y a ojos de mu-chos ciudadanos, en sinónimo de corrupción.

En redes sociales, partidarios del candidato de Morena pre-sumían que se trataba del candidato más investigado por distin-tas administraciones federales sin que le encontraran algo de qué acusarlo.

Esto también entra en la regla de transfusión que Domenach detalló en su texto: “por regla general, la propaganda opera siem-pre sobre un sustrato preexistente, se trate de una mitología nacio-nal (la Revolución francesa, los mitos germánicos, etc.), o de un simple complejo de odios y de prejuicios”, lo cual se reflejó en la baja aprobación de Enrique Peña Nieto como presidente o la ima-gen del PRI como el partido de la corrupción, además del rechazo y descrédito que la clase política tenía entre la sociedad mexicana, siendo la institución que menos confianza despertaba entre los mexicanos de acuerdo a distintas encuestas.

Finalmente, la regla de la unanimidad y del contagio también fue puesta en práctica con una gran cantidad de cuestas en redes sociales que defendía de distintas maneras al candidato de la alian-za Morena-PT-PES.

Buscando dar la impresión de que se trataba de ciudadanos que se habían contagiado del entusiasmo por el tabasqueño, en su tercera candidatura presidencial, estos usuarios lograron influir en otras personas al presentarles un frente unido que impulsaba a un abanderado que era la respuesta a los problemas que tenemos como país.

Revelaciones del investigador en redes sociales Leo García (@leogarciamx) dan cuenta de la manera en que se organizó el apoyo a la candidatura de López Obrador. Como ejemplo de esto, Gar-cía señaló a través de su cuenta de Twitter el pasado 22 de julio: “queda constancia que la estrategia de redes sociales de Morena es avasalladora. Y tienen línea. No, no es espontáneo y hay evidencia que NO es ORGÁNICO. Ergo.... amplificación digital artificial: bots”.

Ese mismo día, también apuntó algo que nos ayuda a cerrar este apartado: “Twitter y Facebook, las nuevas plazas publicas donde se tunde a la gente, se golpea mediáticamente a las institu-

ciones, y se hace política”.Conclusiones

Las redes sociales son un espejo de nuestra sociedad. Las prefe-rencias, creencias, enconos y percepciones que reproducimos en las pláticas con amigos o familiares, se trasladan a los espacios virtuales.

Esto no sería sino una anécdota más, a no ser porque gracias a Internet las redes sociales han pasado a formar parte de nues-tras vidas. Las utilizamos no sólo para comunicarnos con nuestros amigos, sino para formar círculos de amistades —-o supuestamen-te de personas conocidas— cada vez más grandes, con los cuales intercambiamos una gran cantidad de mensajes diariamente.

Así, damos a conocer nuestro estado de ánimos, aficiones, pre-ocupaciones, relaciones sentimentales, preferencias deportivas, fi-lias y fobias, todo esto acompañado de fotografías y otros recursos visuales que nos ayudan a comunicar lo que queramos.

No sería tan llamativo este tema a no ser por el hecho de que en 2018, por primera vez en la historia de México, hay más ciber-nautas conectados a las redes sociales que ciudadanos que acudie-ron a votar el pasado 1 de julio.

Si a eso le agregamos la plataforma digital que impulsó una candidatura, aprovechando los errores tanto del gobierno federal como de los partidos competidores, y que con constancia e insis-tencia desde el 2006 sembró el terreno para cosechar un triunfo que medido en cuanto el número de votos recibidos, se le puede calificar simplemente como impresionante.

Si alguna candidatura busca trascender el espacio de lo tes-timonial, deberá recurrir necesariamente a las redes sociales. La experiencia de Jaime Rodriguez Calderon en 2015, cuando ganó la gubernatura de Nuevo León como independiente y apoyado en Facebook, nos muestra que se trata de una plataforma necesaria para la actividad proselitista.

Al igual que muchos medios de comunicación impresos, que se vieron sorprendidos por la irrupción de portales web informa-tivos, sucumbiendo muchos de ellos a la vertiginosa velocidad que esta tecnología imprimía al periodismo, los partidos políticos y los políticos tradicionales ahora se enfrentan al reto de adaptarse a este nuevo entorno a riesgo de verse, una vez más, rebasados por los candidatos y los movimientos que sí sepan cómo usar estas herramientas.

El triunfo en 2018 de Andrés Manuel López Obrador de la mano de lo que él calificó como “benditas redes sociales”, sólo de-muestra que estamos ante la confirmación de que la plaza pública tiene ahora una nueva denominación.

En 2021 veremos si los derrotados se reponen de la sorpresa y si aprenden a usar las redes sociales desde este mismo año o perecen al igual que la rana que no supo entender un entorno que cambiaba rápidamente al ser colocada en una olla con agua al calor de una parrilla, pues no advirtió el peligro que el cambio de temperatura representaba.

Para 2024 podría ser demasiado tarde para comenzar a prepa-rar una candidatura digital.

@AReyesVigueras

Page 25: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

25La CrisisJulio-Agosto, 2018

Introito

Los mexicanos no podemos olvidarnos de cómo hemos llegado a 2018 en el plano político. Eso es importante para entender mejor porqué el país ha dado un viraje a la izquierda, cortando casi de tajo al PRI, el gran perdedor de estas elecciones y como nunca antes le sucedió.

Hacerlo implica tener presente que el PRI gobernó por 71 años hasta el año 2000 y no siempre ganó las elecciones por la mejor vía, como para prolongarse tanto tiempo. Que costó mucho crear conciencia y una oposición –ya fuera de izquierda o de derecha, con aspiraciones de centro o no– complicada en su articulación y finan-ciamiento. Que el país tuvo una doble quiebra en 1982: económica

y política. La segunda supuso un relevo generacional. Los cachorros de la Revolución priistas, que la usufructuaron excluyentes y que no la hicieron pero la disfrutaron, dejaron el lugar a unos tecnócratas llamados a remontar la crisis que causaron, que fueron echando a esos causantes, generando su consolidación como grupo tecnócrata –tenedor de la única verdad posible, según ellos– y la consiguiente ruptura de los pactos de movilidad de grupos al interior del PRI con acceso al poder y la fractura del partido por esa jugarreta, la que devino en la salida de Cuauhtémoc Cárdenas y una corriente que se marchó a fundar el PRD, de la mano de una incipiente izquier-da, que veía de ser perseguida y encarcelada. Y se sumaron muchos grupos más.

Por eso es una gran mentira sostener que en Morena solo hay

Elecciones generales 2018: cambio de paradigmas y élites

Por Marcos Marín Amezcua

Page 26: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

26 La Crisis Julio-Agosto, 2018

expriistas.Pues bien, ese PRD sería la sombra del salinismo y constru-

yó una compleja oposición que reunía a los más reclamantes ha-cia el PRI, que lo eran desde distintos escenarios y causas. En esa gestación opositora capaz de retar al PRI, también surgirá por un lado, un panismo fortalecido y más combativo, que trabajando de la mano de un cerebro como Carlos Castillo Peraza, asaltó el partido en 1991 con sus consecuentes fracturas y finalmente, en 9 años y gracias a la debacle y la incapacidad priistas, las mismas de 2018, –salvo con la catastrófica devaluación de 1994– lograron derrotar al priismo de Zedillo y de Salinas, ese grupo tecnócrata que se hizo con el poder en 1982.

Sí, entonces el PAN administró el poder y no consiguió cons-truir un nuevo modelo. Pero sí barrió estamentos priistas y arrinco-nó 12 años al PRI, incapaz de recrearse como  oposición responsa-ble. Al grado que acuñó la frase: “si le va mal a México, le irá bien al PRI”. Y en ello trabajó la oposición priista frenando el todo panista. Conviene recordarlo. Logró el PAN al menos, que ya no fueran los mismos beneficiarios del poder,  de siempre y eso, eso era no solo significativo, sino hartante para el PRI.

La otra corriente opositora la encabezó Cárdenas, primero y Ló-pez Obrador, después. Recogerán los agravios a priistas, a muchos otros sectores, defenderán una estatización frente a un neoliberalis-mo irresponsable que no cumple los mejores estándares del mode-lo que propone y, finalmente, será una oposición política de élites frente a otra élite. Como en 1910. Sancochada con la participación popular, pero sin dejar su sabor elitista. Es previsible que ese relevo lo desprecia la élite saliente, no solo priista. Lo normal.

Pero los electores han decidido, desde sectores amplios que re-basan al movimiento de López Obrador. Y su decisión es acertada porque el error de 2012 de devolverle al PRI la presidencia, le ha costado lo indecible a México. Reconocerlo es imposible en el PRI.

La izquierda ascendente

En ese contexto López Obrador fue 3 veces candidato (2006, 2012, 2018) y en la tercera obtendrá un triunfo contundente, después de uno dudoso y otro no objetable, porque el PRI efectuó una ingenie-ría electoral sofisticada que le otorgó el triunfo a un candidato gris como Peña Nieto, que no consiguió retener la presidencia para su partido y casi asiste a la defunción del PRI en 2018.

Más en 2018 sería petulante hablar del inicio de una nueva era per se o suponer que el PRI ha muerto, después de esta estrepitosa derrota, si desconocemos el futuro. Pero sí es posible augurar que puede tratarse de un cambio de paradigmas el resultado de la elec-ción de 2018 –la más nutrida en cargos en juego, número de elec-tores y emisión de votos finales– que sumando al viraje de México hacia la izquierda, que se plantea como un hecho inédito tratándose de la presidencia de la República –el eje político del país– implica consideraciones importantes.

Lo que no es admisible para iniciar un análisis sobre lo ocurrido es suponer a partir del resultado, que se votó por odio contra el PRI o erróneamente. Lo primero no, porque hay razones para echar al PRI. Sostener que fue por odio es evadir olímpicamente las respon-sabilidades de una pésima gestión priista conocida por todos.

No se pierde en los 300 distritos electorales la presidencial o se alcanza apenas un tercer sitio en las preferencias, mientras el contrin-cante vencedor sí obtiene más de 30 millones de votos provenientes de muy amplios sectores –53% del voto efectivo– y va construyendo

por años los apoyos diversos, como para suponer de manera simplo-na y subjetivamente desinformada, amén de irresponsable, que solo hubo odio. Eso significaría tratar como incapaces a los electores, cosa inaceptable por no serlo. No hay error. Podrá no agradar el resultado del 1 de julio, pero ese es otro boleto.

Por otra parte, ligado con las líneas precedentes, no menos cierto es que el candidato a la presidencia vencedor y su partido, llevan   años capitalizando un descontento causado por la pésima gestión con malos desempeños, de sello PRI y PAN, y en campaña fue tal, per se, que encauza anhelos y encamina votos. Los otros ya gobernaron. Hora de rectificar.

No es tema de mesías, porque caeríamos otra vez en un pseu-doanálisis. Es cosa de reconocer una pésima gestión PRI-PAN y abocarnos a identificar que el hartazgo encontró eco y de momento, se ha manifestado por la opción Morena. Y al mismo tiempo cabe entender que se construyó una campaña que forjaba alianzas y esta-blecía compromisos con amplios sectores. Moderó lenguaje donde cupo y atrajo apoyos externos a su base. Lo demás es la estrategia de campaña en sus meses efectivos.

Y por ello no, no necesariamente hay error en los electores que defenestraron al PRI como opción; sí hay hartazgo, reclamo valede-ro, esperanza perfectamente explicables. Y sí, además y desde luego que hay y se evidenció un legítimo voto de castigo, legal, permitido y, por supuesto muy efectivo en los resultados. Casi o más que lo previsto. Nunca se proyectó un batacazo al PRI como el recibido. El PRI queda en su peor resultado histórico y lo es en tres vertientes que el analista debe considerar.

Primero: No es un viraje ni ocurrente ni menor. Supone una apuesta de la Nación. Sí, a la izquierda que no ha detentado la Pre-sidencia y el erario federal que la supone. No podemos olvidarnos de que las bases priistas están menguadas, su desprestigio como partido, existe, y va evidenciado; y desde luego, aún no sabemos cuántos priistas no apoyaban a Meade. Y fueron capaces de dejarlo caer votando por López Obrador o cualquier otra opción. Porque en esto ha habido cruce de votos y por supuesto, aún falta ver las venganzas por tales.

Segundo: Las campañas se construyen y López Obrador lo hizo. Sumó muchos apoyos de muy diversos sectores. Por la razón que fuera. Algo y mucho no hicieron bien sus contrincantes. Y eso que para ser su tercera campaña, el morenista cometió muchos errores de principiante. 

No bajó la guardia y siguió construyendo alianzas y consiguien-do apoyos hasta el final. Podía notarse claramente como de uno en uno, casi como labor de hormigas, se iban sumando personas y sec-tores externos, cuando los electores hallaran atractivo su proyecto.

Otros votaron por él para echar al PRI y muchos otros tapán-dose la nariz, pero entendiendo la inviabilidad de la continuidad priista. No lo olvidemos. El PRI ya no era opción juzgando sus desastrosos resultados.

Tercero: Y por ello no, no necesariamente hay error; sí en cam-bio hay hartazgo, reclamo, esperanza perfectamente explicables. Y sí, además desde luego que hay y se evidenció un legítimo voto de castigo, legal, permitido, y por supuesto muy efectivo en los resul-tados. Casi o más que lo previsto. Nunca se proyectó un batacazo al PRI como el recibido. El PRI queda en su peor resultado histórico y lo es en tres vertientes que el analista debe considerar.

El PRI ante los resultados del 1 de julio

Page 27: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

27La CrisisJulio-Agosto, 2018

La primera consideración es valorar que el PRI se hundió. No fue, no era opción porque ni daba resultados y solo ofrecía una muy precaria continuidad. Muy poco atractiva si juzgamos el corrupto sexenio priista de Peña Nieto. Una evidenciada  carencia de proyecto de país, como no fuera embolsarse el erario a manos llenas, como es lo evidente.

Ello versa sobre los graves problemas nacionales no resuel-tos, que no ameritaban que repitiera. Se podrá decir que lo elegido no es sinónimo de atención a ellos. Mas no olvidemos que la con-tinuidad tampoco era lo idóneo, por eso es importante decirlo y remarcarlo. Tampoco era un “ya le toca”. Era un “no se puede seguir más, así”, que no es lo mismo y remacha la responsabilidad priista. Y no sabemos si de verdad López Obrador cumplirá lo prometido, medianamente, como no hay manera de saberlo por nadie.

E implica ser una vergüenza para el PRI esta derrota, por-que siendo el partido gobernante más grande, no supo articular ni una candidatura presidencial propia,  al carecer de un candidato priista presentable, ni mucho menos de otros cargos en disputa. Cuando uno observa los nombres priistas que se quedaron fuera de tales cargos, se observa el poco deseo de cambio y las muchas ganas de perpetuar a una casta inoperante. Nada de renovación, nada de propuesta. Terrible si consideramos que supuestamente era el partido más numeroso y con más –que no mejor– experiencia de gobierno.

En segundo término, el PRI llega ahora perdiendo cualquier cantidad de cargos, muchos más que en 2000. Se fue al garete su proyecto de perpetuarse por encima de la voluntad popular, y como ya no cuenta con los cargos que pierde, tornándose en vergonzante minoría como nunca antes y por si faltara, le significa perder el acceso a ingentes cantidades de presupuesto que ya no recibirá ni por asignaciones partidistas ni por acceder más a las arcas, diciendo esto sin tapujos, de las que ya no retiene para disponer de ellas para la compra de votos y voluntades. Eso dificultará su reconstrucción y sus analistas no deben de minimizar el hecho. No hay deseo de cambio, quién sabe si haya vocación e interés por levantar al partido caído.

Las condiciones del PRI son muy precarias en 2018. Será una minoría con pocas opciones de crecer si no dispone de recursos económicos –erario y asignaciones del INE– y de cara a 2024 si Morena actúa razonablemente bien y eso, si no construye liderazgos fuertes frente a débiles priistas, que es justo el talón de Aquiles mo-renista por carecer de ellos. Tienen todos 6 años para construirlos y plantear al sucesor de López Obrador. Es viable descartar que ante una mala gestión morenista per se, la gente vote de nuevo PRI. se requerirá más que eso.

Morena: de la izquierda fracturada a mayoría nacional

No puede olvidarse del deambular de este movimiento venido de menos a más. Proviene de una izquierda fracturada que prometía no crecer, sino solamente dividir a esa corriente ideológica. Ha su-perado todas las expectativas. Sí, el electorado liquidó al remanente de la izquierda no morenista, pero fortaleció a Morena, la ganadora de nuevos espacios. Si muchos perredistas pasan a Morena, de cual-quier forma será un movimiento que ha crecido con apoyo no solo de la izquierda.

¿Cómo explicarlo? el hartazgo al PRI es un móvil poderoso, pero igual la capacidad de sumar voluntades, de negociar espacios

y de ofrecer alternativas, la esperanza del votante, la mala gestión gobernante y de buscar la posibilidad de encausar proyectos. Solo así puede entenderse que triunfara de manera tan apabullante López Obrador en todos los niveles sociales, y su partido en la inmensa mayoría de las candidaturas y en 31 entidades en la presidencial.

Porque deja un panorama peculiar a nivel nacional. Se lleva gu-bernaturas, diputaciones senadurías, alcaldías. No es ni puede expli-carse solo por odio al PRI o por la posibilidad de articular una gran propuesta que muchas veces nos deja severas dudas. Los jóvenes han impulsado tal y si López Obrador era el acicate, nótese que los jala un hombre de 63 años.

Morena es un fenómeno que canaliza hartazgo y desesperanza. No sabemos si rendirá verdaderos frutos.  Y conviene proyectarlo sobre su supuesto venezolanismo.

El factor internacional no es el mismo de 2006 o de 2012. Par-tamos de un temor que quizás es muy temprano para dilucidar. López Obrador es un Hugo Chávez. Que lo es porque intenta reele-girse. Demasiada propaganda sin sustento. De momento, al menos.  

No puede ser solo con dinero para conseguirlo. Porque el pro-blema es que no hay dinero. No hay venta de petróleo en precios al alza y hay cosas más apremiantes que solo perpetuarse a lo Hugo Chávez, y dígase, México no está entusiasmado con perpetuar. Quiere soluciones.

Un vistazo a la situación internacional permite, nos ayuda, a comprender que López Obrador difícilmente será Chávez y desde luego, por fortuna, ni aquel vive ni Maduro lo es. Ese alcahuete de gobiernos de izquierda ya muerto acalló liderazgos en Sudamérica con chequera y petróleo. Maduro ni de lejos es Chávez y el desbara-juste en que volvió a Venezuela, lo demuestra. 

En segundo lugar si López Obrador buscara reelegirse como algunos temen, hoy no tiene los apoyos legales –mañana no sabe-mos– y lo haría con mecanismos mexicanos, no con la influencia extranjera y al menos, no la de Caracas. No como pasó a otros países de la región con su injerencia.

En tercer lugar, no hay un bloque de izquierda regional, si es que de verdad lo hubo y hubiera la intención de contrarrestar a EE.UU., que no son los de Obama, sino los de Trump. Ergo, se an-toja difícil que Morena presente un país que se una a un selecto club de izquierdas o desde aquel inexistente, se impulse la permanen-cia ad infinitum de López. Y hoy no hay dólares venezolanos. Y hay gobiernos de izquierda en minoría en la región y hoy no hay líderes

regionales que orquesten nada. Y menos en ese sentido. La últi-ma vez que el gobierno venezolano intentó algo de manera abierta en México, México expulsó a su embajador (2005).

 Conclusiones

Estamos asistiendo a un cambio de élites. Pero esta vez el advenimiento de Morena registra el barrido estrepitoso del PRI. Por mejorar la propuesta o por la razón que fuere y porque finalmente, los ciudadanos cumplieron un paradigma: dar un viraje total, más profundo que en 2000 y esta vez para ver si la izquierda logra enderezar el rumbo. De no conseguirlo, ya sabe el camino de salida, como el que le propinaron los ciudadanos al PRI el 1 de julio de 2018.

@marcosmarindice

Page 28: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

28 La Crisis Julio-Agosto, 2018

Si a nivel nacional AMLO acumuló el 53.1 por ciento de los votos ciudadanos, Oaxaca le aportó el 48 por ciento, colocándo-se así como la sexta entidad que mas votos aportó al candidato presidencial de Juntos Haremos Historia.

De los estados del sur-sureste en donde además de di-putados locales y presidentes municipales se eligieron gobernadores,Morena, PT y PES triunfaron en Veracruz, Chiapas y Tabasco; y en donde solamente se renovaron los con-gresos, el caso de Oaxaca resultó altamente significativo, pues pese a que en esta entidad ya se había experimentado un fallido gobierno de alternancia en el 2010 y el PRI aún mantenía un considerable voto cautivo y el control de la gubernatura y el con-greso local, el partido que por sí solo se constituyó en fracción

En el triunfo arrollador de Andrés Manuel López Obrador en las elecciones concurrentes del primero de julio del 2018 los estados del sur-sureste de México, entre éstos Oaxa-

ca, jugaron un papel importante no solamente por el enorme caudal de votos aportados al candidato presidencial y a los otros cargos de elección popular en disputa a nivel federal y local, sino porque con estos triunfos se abrió la puerta para iniciar o rei-niciar procesos de transformación que a mediano plazo sienten las bases legales e institucionales para reconfigurar totalmente su geografía política todavía bajo un sistema regional de dominio autoritario y caciquil.

mayoritaria fue Morena, con 20 legisladores, que sumados con los registrados por el PT y el PES acumularon 33 de un total de 42 diputados, asegurando así el control casi absoluto de la próxima legislatura .

En un estado con 570 municipios, de los cuales 153 que se rigen por el sistema de partidos políticos ( los otros 417 son de usos y costumbres, legalmente denominados sistemas normati-vos indígenas), Morena y sus aliados ganaron en 47 municipios ,entre éstos la ciudad capital de Oaxaca.Lo anterior significó no solamente una doble derrota para el PRI al perder el Congreso y ser desplazado de la mayoría de las principales cabeceras mu-nicipales , junto con el PAN y el PRD , sino la consolidación de un proyecto partidista que en menos de cuatro años pasó de

Oaxaca 2018: elecciones y

reconfiguración política

Por Isidoro Yescas

Page 29: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

29La CrisisJulio-Agosto, 2018

tercera a primera fuerza electoral. Luego de su creación en el 2014, la primera elección de Mo-

rena en Oaxaca fue la de diputados federales en el 2015, en don-de con 136 mil 286 votos se colocó como tercera fuerza electoral, en tanto que el PRI conservó su primera posición.Sin embargo, en este año los candidatos de Morena no ganaron ninguna elec-ción en los once distritos electorales federales .

Un año después, en las elecciones de gobernador, diputados locales y presidentes municipales, Morena incrementó su vota-ción a 374 mil 824, con lo cual pudo por vez primera conquistar 12 municipios, 8 diputaciones locales y desplazar al PRD de la segunda posición en el mapa electoral de Oaxaca.

Aún cuando con su tendencia ascendente era previsible que para las elecciones concurrentes del 2018 crecería exponencial-mente su votación, lo que finalmente le permitió ganar por am-plio margen y derrotar a los candidatos de las dos coaliciones encabezadas por el PRI y el PAN fue el liderazgo y la fuerte presencia que desde el 2006 mantenía Andrés López Obrador en el estado de Oaxaca. De esta manera, los candidatos de Juntos Haremos Historia ganaron las dos senadurías de mayoría, diez diputaciones federales y 24 de 25 diputaciones locales de ma-yoría relativa. Dividido por partido político, Morena obtuvo 12 diputaciones, el PT 6 y el PES otros 6.

El factor AMLO también tuvo su impacto en las elecciones municipales, sin embargo en estas contiendas, en mayor o me-nor medida, la trayectoria y liderazgo de quienes encabezaron las planillas municipales, su conocimiento de los problemas lo-cales, sus ofertas electorales, su política de alianzas con grupos sociales y de poder locales , la cobertura financiera y mediática de sus campañas y la debilidad de sus adversarios, se constitu-yeron en factores que conjugados y potenciados por el efecto arrasador de la campaña y liderazgo del candidato presidencial le permitieron a Morena adjudicarse la mayoría de los 47 mu-nicipios ganados por la coalición Juntos Haremos Historia. Y entre éstos municipios destacan la ciudad de Oaxaca, Tlacolula y Santa Lucía del Camino, en la región de Valles Centrales; Ju-chitán, Salina Cruz, Tehuantepec y Matías Romero, en la región del Istmo; Tlaxiaco y Huajuapam de León, en la Mixteca , y San Pedro Pochutla, en la región de la Costa.

Una vez que el Consejo General del Instituto Estatal Elec-toral y de Participación Ciudadana ( IEEPCO) acordara la dis-tribución de las diputaciones de representación proporcional la composición de la LXIV Legislatura quedó integrada de la si-guiente manera: Morena 20, PT 7, PES 6, PRI 5 , y solamente un diputado para el PAN, PRD y PVEM y PANAL. De los tres partidos locales, dos perdieron el registro, el Partido de Mujeres Revolucionarias (PMR) y el Partido Socialdemócrata (PSD), y aún cuando el Partido Unido Popular conservó su registro el IEEPCO no le otorgó ninguna diputación de RP.

Es claro entonces que , al igual que a nivel nacional, en Oaxaca el triunfo de la oposición lopezobradorista reconfiguró radicalmente el mapa político electoral en donde el gran per-dedor fue el PRI y el gobierno de Alejandro Murat Hinojosa que apenas en el 2016 había recuperado la gubernatura tras un fallido sexenio de transición impulsado por el PAN y el PRD.

Previo a estos cambios, la entidad había sido escenario de he-chos de violencia vinculados directa o indirectamente al proceso electoral, como fue el caso del atentado perpetrado en contra del dirigente estatal del PRD y candidato a la presidencia del municipio costeño de Pochutla, Raymundo Carmona Laredo, y

el asesinato de la candidata del PRI a concejal en el municipio de Juchitán, Pamela Therán, así como del candidato a diputado local por Morena , Emigdio López Avendaño.

No obstante, finalmente la jornada electoral pudo desarro-llarse sin mayores contratiempos y pese a los problemas orga-nizativas del INE y del IEEPCO, derivados sobre todo por el retraso en la instalación de casillas, la participación ciudadana rebasó la media nacional al colocarse sobre un 68 por ciento.

Con sus triunfos, Morena renovó las expectativas de los oaxaqueños para trazar una ruta política y legal que genere las condiciones para que, en alianza con el PT y el PES, en la si-guiente legislatura se impulse y apruebe un nuevo andamiaje ju-rídico-institucional que acote los abusos de poder del triunvirato muratista, revierta el manejo patrimonial y opaco del presu-puesto público y haga realidad la división de poderes.

Sobre esto último, por ahora se advierten dos escenarios: pri-mero, de consolidación del proyecto lopezobradorista por la vía de afianzar la estructura territorial y los liderazgos emergentes de Morena y, paralelamente, convertir la próxima legislatura en un verdadero contrapeso al poder ejecutivo ; y, segundo, un proceso de recomposición del sistema de partidos que podría expresarse, por un lado, en la reorganización parcial o total del PRI y del PAN y, por el otro, en la desaparición de facto del PRD por la vía de una nueva ola migratoria de su militancia hacia Morena, o para que algunas de sus corrientes se constituyan en partido local.

Solo como corolario habría que agregar dos comentarios, a propósito del presente y futuro de Morena en una entidad que para el nuevo gobierno federal será un factor estratégico para im-pulsar el desarrollo regional del sur-sureste del país: su enorme capital político-electoral ganado en las pasadas elecciones corre el riesgo de dilapidarse si las corrientes y liderazgos provenien-tes fundamentalmente del perredismo insisten, fuera de los pro-cedimientos estatutarios, en capturar sus órganos de gobierno agudizando así las inconformidades que ya son inocultables en la militancia morenista ; pero de igual forma no debe perderse de vista que, aún con la derrota a cuestas, y el contrapeso que significará para el PRI-gobierno el nuevo poder presidencial, el recurso de la división y la cooptación estará presente en el que-hacer legislativo, ya para desalentar los cambios institucionales , ya para intentar convertir a los dirigentes de Morena y sus legisladores en oposición leal.

El tiempo jugará a favor o en contra de estos dos grandes bloques de poder ahora claramente delimitados en el escenario político de Oaxaca: el PRI-gobierno y los poderes fácticos con los que ha caminado del 2016 a la fecha, y un partido emergente como Morena, apuntalado por un variopinto conjunto de par-tidos satélites y organizaciones sociales, sindicales e indígenas, que antes de aterrizar al proceso electoral del 2022 primero de-berá asegurar su unidad y consolidación interna para así trazar una ruta de consensos en el corto y mediano plazo.

Twiiter:@YescasIsidoro.Correo:[email protected].

El autor es sociólogo y analista político. Colabora semanalmente en el periódico Noticias, Voz e

Imagen de Oaxaca.

Page 30: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

30 La Crisis Julio-Agosto, 2018

A propósito de las propuestas del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, resalta la creación de la Secretaría de Seguridad Pública que viene a desconcentrar la acumu-

lación de funciones que en este momento posee la Secretaría de Go-bernación, a raíz de la reforma a la administración pública federal de esta administración.

Esta nueva Secretaría además que debe asumir las funciones de seguridad en el país, de tal forma, debe tener capacidad organiza-cional y operativa para atender a la seguridad nacional, la seguridad interior y la seguridad pública, que poseen diferencias estructurales, que van desde su diseño, su formación y su implementación.

La seguridad nacional es una función de Estado cuyas “acciones están destinadas a mantener la integridad, estabilidad y permanencia del Estado mexicano”. Su nivel de análisis es estratégico, se funda-menta y subsiste -como objetivos nacionales permanentes-, en la parte dogmática y la parte orgánica de la Constitución, y -como objetivos coyunturales-, en el Plan Nacional de Desarrollo, en el que su preservación le corresponde al titular del Poder Ejecutivo Fede-ral. Es posible que en este nuevo esquema se inserte la desaparición del CISEN y la creación de una nueva agencia civil de inteligencia.

Para su aplicación, se recurre al criterio de amenazas (fenómenos intencionales señalados en la Ley) y riesgos (condiciones internas o ex-ternas señalas en la Agenda Nacional de Riesgos) en las que es posible que cualquier asunto de las carteras de gobierno, se convierta en asunto de seguridad nacional. Por su alcance, se auxilia de los campos del poder (político, económico, social y seguridad). Por ejemplo, el desabasto de agua en los Estados de la Cuenca Lerma Chapala o el Fobaproa.

Por su parte, la función de seguridad interior también está a cargo del Ejecutivo Federal. En derecho no existe un concepto, pero el Pro-grama de Seguridad Nacional 2014-2018 lo define, como “la condi-ción que proporciona el Estado mexicano para salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos y el desarrollo nacional, mediante el mantenimiento del Estado de Derecho y la gobernabilidad democrática en todo el terri-torio nacional”. Este concepto fue tomado del Programa Sectorial de Defensa Nacional 2013 - 2018, lo que podía suponer una violación a la jerarquía de leyes, ya que se supone que el concepto debió haberse generado en la Constitución, es decir, de lo general a lo particular, no de lo particular como es en un programa de una Secretaría de Estado a lo general, que podría ser la norma secundaria.

Esta condición es un nivel de bienestar en el que las personas encuentran un techo mínimo de garantías que les permita llevar a cabo actividades laborales, económicas, escolares que, en su conjun-to, contribuyen a un bienestar en la sociedad.

Su nivel de análisis es táctico, se fundamenta y subsiste en la legislación federal y local que garantiza la gobernabilidad y el estado de derecho, que lleven como fin el bienestar de la ciudadanía. Por ejemplo, la protesta de maestros en Oaxaca o las temperaturas frías en el norte del país. Por eso, el General Cienfuegos señalaba a la SEGOB para que se responsabilizara de esta función de gobierno.

Por último, pero no menos importante, la función de seguridad pública es una función a cargo de la Federación, los Estados y los Muni-

cipios. Su nivel de análisis es operativo, subsiste en su parte dogmática por leyes (Federales o Locales) y reglamentos (Municipales) y en su parte orgánica, -de manera coordinada-, por la Ley General del Sistema Nacional de Seguridad Pública. Se auxilia de protocolos y manuales para el uso de la fuerza, que tengan por objeto prevenir la comisión de delitos, así como su investigación y persecución. Por ejemplo, la insegu-ridad en Quintana Roo, Guerrero, Michoacán o en Jalisco.

Por su objeto, la seguridad nacional es estratégica y persigue ob-jetivos de Estado, la seguridad interior es táctica tiene objetivos de bienestar ciudadano y la seguridad pública es operativa y tiene por objeto la preservación del estado de derecho y la paz pública. Este razonamiento debería quedar muy claro, en quienes pretenden diri-gir la seguridad el país a partir del 1 de diciembre próximo, porque se trata de la comprensión del alcance de las seguridades del país.

Por su competencia, la seguridad nacional es una función de competencia federal, la seguridad interior es de competencia local y federal, y la seguridad pública es una función de competencia federal, estatal y municipal.

Por su marco jurídico, la seguridad nacional es federal, la segu-ridad interior es federal y general y la seguridad pública es general.

Por estas razones es, que en el rediseño dogmático, conceptual e institucional debería ser modificado el texto del artículo 21 cons-titucional para, elevar a la seguridad -como función de Estado- de la que se desprenda la seguridad nacional, la seguridad interior y la seguridad pública, como funciones de gobierno. A partir de ello, se debe modificar las normas secundarias para ajustar el concepto de seguridad de Estado, el de seguridad nacional y el de seguridad pública, para armonizar esta institucionalización.

No solo este cambio, sino que la nueva Secretaría de Seguridad Pública debe elaborar protocolos de actuación para las policías de los estados y los municipios, en donde contemple todos aquellos casos que involucre su ámbito de acción, los de las autoridades fe-derales, como la Policía Federal, y por último, la participación en última instancia de las Fuerzas Armadas, a efecto de normar un criterio de intervención policial de los estados, los municipios y la federación, y coordinar los esfuerzos de la materia.

Estos protocolos junto con estos cambios dogmáticos, concep-tuales y legales que parten del texto del artículo 21 constitucional y su actualización en las normas secundaria, son con el objeto de formalizar y dar seriedad a la función de seguridad del Estado mexi-cano y sus funciones de gobierno. Este mismo esquema funciona a la perfección en la función de Estado de hacienda pública, que se auxilia de la presupuestación, tributación y recaudación, como fun-ciones de gobierno, por tal motivo, no hay discrepancias entre estas funciones de gobierno en los órdenes de gobierno, de tal forma que la federación, los estados y municipios saben lo que deben recaudar y lo que deben distribuir a los órdenes.

El rediseño institucional de la seguridad

Por Rodolfo Aceves Jiménez

El autor es Maestro en Seguridad Nacional por la Armada de MéxicoCorreo electrónico: [email protected]

Twitter: @racevesj

Page 31: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

31La CrisisJulio-Agosto, 2018

E n los debates presidenciales de los candidatos presidenciales no se presentó por ninguno de ellos propuestas a los ciuda-danos sobre las principales problemáticas que se registran en

el país, lo que resulta preocupante porque alguno de ellos tendrá el honor de conducirlo durante los próximos seis años.

Entre esas problemáticas es conveniente destacar las que eviden-temente generan la mayor inquietud y que todas las mexicanas y mexicanos estamos a la espera para hacerles frente.

Entre ellas de manera prioritaria se tiene que hacer referencia a las que denomino –con altas y bajas– los pecados capitales y son los siguientes: Salud, Educación, Seguridad Pública, Pobreza, Au-sencia Crediticia a micro y pequeñas empresas, Empleo, Insu-ficiencia de ingresos para financiar el gasto, Problemáticas del Campo, Debilidad de Ingresos Públicos y Gasto Insuficiente.

Por ejemplo, en materia de Salud, la principal enfermedad que aqueja a los mexicanos es la diabetes y los recursos para atenderla son raquíticos; además poco más de 50 millones de habitantes no son derechohabientes ni de IMSS ni del ISSSTE y la Secretaría de Salud está rebasada para a tender la enfermedad, su presupuesto es insuficiente para ofrecer los medicamentos requeridos.

Por citar un ejemplo, el presupuesto anual de esta Secretaría, significa el equivalente de disponer 2.95 pesos para atender a más de 120 millones de mexicanos.

Considerando que cerca de 70 millones tienen accesos a IMSS, ISSSTE e inclusive servicios médicos de las Fuerzas Armadas, el gasto per cápita disponible para atender la salud de los mexicanos será alrededor de 5.8 pesos per cápita y por citar un comparativo, el precio de una jeringa es prácticamente del doble.

En materia de Seguridad Pública, también el escenario es dra-mático, pues el gasto per cápita de acuerdo al presupuesto federal es de alrededor de 27 centavos per cápita, en fin, una barbaridad.

En términos crediticios para micros y pequeñas empresas estos en general no son sujetos del crédito bancario y precisamente el lema de la Reforma Financiera con altas y bajas fue MÁS CRÉDI-TO Y MÁS BARATO y ninguna de esas propuestas se cumplió.

Y para citar otro ejemplo, la insuficiencia de ingresos Públicos con altas y bajas, impide financiar un mayor nivel de gasto, que evidentemente se requiere para atender las necesidades nacionales.

La debilidad de estos ingresos se manifiesta por ejemplo en el in-dicador conocido como Carga Fiscal, con altas y bajas, que se refiere a la recaudación tributaria como proporción del PIB.

Por citar otro ejemplo la carga fiscal en México es del orden del 12% cuando en países con nivel de desarrollo similar, como Brasil, Chile, Argentina, la carga fiscal es alrededor del 22%.

Y eso mismo podría señalarse para el gasto realizado en el sector agrícola, que se refleja por ejemplo en que el país importa de manera

anual alrededor de 9 millones de toneladas de maíz, que es nuestro principal alimento.

Y en ese sentido se podría seguir abordando nuestra realidad, por ejemplo en materia de pobreza, que en términos oficiales se reconocen a más de 50 millones de habitantes.

Y así podríamos continuar señalando las lamentables cifras que se registran en la realidad mexicana y que resulta imperativo ha-cerles frente y los mexicanos en general estamos pendientes de las propuestas de quienes aspiran a concluir nuestros destinos en los próximos años.

Insisto, uno de los pecados capitales que se registran en el país es la pobreza y precisamente es el adjetivo que tenemos que utilizar para calificar el segundo debate de candidatos presidenciales.

Una aguda pobreza en materia de propuestas sobre las princi-pales problemáticas del país. Desde este espacio exhorto a que en el próximo debate se presenten propuestas por respeto a los mexicanos y por transmitir que por lo menos conocen los problemas y que el ganador estará a la altura de lo que mexicanas y mexicanos espera-mos de su gestión para los próximos años.

2.- Disciplina financieraPero la gran interrogante sigue siendo propuesta sobre que tópicos y sin duda se tiene que identificar los de la mayor prioridad para las mexicanas y mexicanos. Hablemos en principios de los siete peca-dos capitales: Salud, Educación, Seguridad Pública, Crecimiento Económico, Empleo, Pequeños empresarios y Política Social.

Es evidente que cualquier intento de mejorar la disponibilidad de ingresos llevará cierto plazo y en todo caso el equipo económico responsable, seguramente que ya tiene los escenarios definidos para arrancar de inmediato a partir de 2 de julio.

Dentro de ese contexto no perder de vista que durante esta Administración dentro de los asuntos relevantes que se pudieron concretar, sin duda uno de ellos es el relativo a la denominada Ley de Disciplina Financiera; y esto que tiene una dedicatoria particu-larmente para Estados y Municipios, es porque evidentemente son de lo más indisciplinados.

En el caso de gobiernos estatales basta revisar el número de ellos que incluso han iniciado ya defensa de juicios que los tienen identificados como evidencias de corrupción, como pueden ser por ejemplo el caso Veracruz, Chihuahua, Tamaulipas, por citar algu-nos. Pero en materia municipal el número es sensiblemente mayor.

porque además es una realidad que las haciendas públicas muni-cipales tienen como característica genérica, desfalcos, corrupción y además en varios casos incluso desconocimiento de ingresos que de manera legítima podrían tener acceso a ellos y finalmente no ocurre.

No cabe duda que se registran casos de Secretarios de Finan-

1.- Diez pecados capitales de la economíaPor Carlos M. Loeza Manzanero

Page 32: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

32 La Crisis Julio-Agosto, 2018

zas y también de Tesoreros con un amplio nivel de conocimientos pero finalmente son los menos, y prevalecen que los responsables de las finanzas municipales no registran los mejores niveles de conoci-miento y de operación en la materia.

Es real que la Ley de Disciplina Financiera propiamente signifi-ca una respuesta de la autoridad para tener causes de mayor control y queda claro que se inició el proceso con la aparición de la Ley en 2015, pero los resultados se irán registrando de manera gradual, pero lo relevante es que ha dado inicio ese proceso.

Y hablar de disciplina financiera tiene como punto de partida el capítulo de los ingresos, donde en la mayoría de los casos, los in-gresos derivados de transferencias federales, son los fundamentales y se realiza poco esfuerzo para incrementar esos montos; un ejemplo es el caso del impuesto predial que es de gran relevancia para los municipios, peor los resultados en materia de recaudación son ex-tremadamente pobres.

El potencial de recaudación equivale a cuatro puntos del PIB, pero a la fecha se registran niveles del orden del 0.2 %, y esa pobreza de ingresos se refleja a su vez en el ejercicio del gasto que resulta extremadamente limitado respecto de las necesidades. Claro está el concepto de la deuda que en términos teóricos y también reales debería de ser un complemento temporal de ingreso y no sustitutos de estos.

Pero la realidad es diferente, el comportamiento de la deuda municipal así lo demuestra y no cabe duda que resulta imposter-gable tomar medidas en ese sentido; este planteamiento se viene haciendo desde hace varios años en los diferentes textos que tengo la oportunidad de escribir, o en su caso, en platicas y conferencias y finalmente los resultados no se alcanzan.

Pero en esta ocasión vale la pena señalar que los resultados del próximo 1 de julio no significarán un resultado más como en oca-siones anteriores sino que se tiene la certeza que se estará correspon-diendo de una nueva etapa en la evolución política del país y ello no por tomar partido de alguna preferencia electoral, sino simplemente reconocer que la población mexicana ha evolucionado ya que su voto estará significando una exigencia a modificar el rumbo.

No cabe duda que en realidad los partidos están en crisis y que la figura que está predominando es la de Coaliciones y Frentes, pero finalmente los resultados es previsible que reflejen el mayor número de votantes en la historia política del país. En ese sentido la Disci-plina Financiera que ahora es un mandato de Ley tendrá que ser modelo de comportamiento para cualquiera que resulte ganador.

La eficacia en el ejercicio de los recursos tendrá que ser la nueva realidad que debemos consolidar, quien no lo entienda así estaría significando que simplemente no le entiende a la realidad de nues-tro país.

3.- Prioridades económicas de López ObradorComo comentamos en el espacio anterior, la agenda económica para quien resultó vencedor del proceso electoral del domingo 1 de julio es amplia, pero sin duda de la máxima prioridad para todos los mexicanos.

Esa agenda contempla las diez grandes tareas que se tienen que atender de inmediato, en el entendido que será un proceso que lo que propiamente habrá que tomar medidas, inicialmente en materia de planeación, pero a la brevedad dar inicio a las medidas para defi-nir los programas y políticas públicas para hacerle frente.

Sin duda que se trata de los 10 Mandamientos de que todos los mexicanos estaremos pendientes de su resolución, comprendiendo que formarán parte del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2024 y

si bien será iluso pensar que en ese periodo se pudieran resolver, lo que es real es que definir las estrategias forman parte de las grandes tareas que deberán comenzar a formularse a partir del 2 de julio.

Esos 10 Mandamientos se pueden describir de la siguiente for-ma: Salud, educación, seguridad pública, apoyo a pequeñas em-presas, empleo, combate a la pobreza, incremento de la recau-dación tributaria, fortalecimiento de nuevos mercados, apoyos reales al sector primario y apoyos coordinados para la mejora y creación de infraestructura.

El orden en que se enfrenten formará parte de la estrategia mis-ma, pero no cabe duda que resulta fundamental que el próximo equipo gobernante lo tenga claro y comprometido desde sus pri-meros momentos.

Para cada uno de esos tópicos prioritarios será necesario contar con los mejores especialistas y no cabe duda que el país cuenta con ellos, en todo caso lo fundamental será la estrategia a instrumentar; en el periodo sexenal que concluye se tomaron medidas relevantes y el caso de las denominas Reformas Estructurales es una de ellas, pero lo que quedó al descubierto es que se careció de la estrategia adecuada que permitiera la instrumentación requerida.

Podríamos estar o no de acuerdo con las medidas tomadas por lo que resulta inaceptable es que la ausencia de una estrate-gia diera lugar a que en esta primera etapa el desorden ha sido la característica.

Un ejemplo de ello es el caso de la denominada Reforma Ener-gética, donde los recursos que llegaron fueron sensiblemente meno-res a lo previsto pero aun así no se tomaron las medidas necesarias para que los nuevos participantes, es decir el sector empresarial, to-mara el control en materia petrolera, sin exigir por ejemplo un plan de acción con periodos definidos de cuando se tomaran las medidas relativas por ejemplo para aguas profundas.

Se tiene la expectativa de que esto ocurra a partir del 2019, pero si pasa el próximo año y no sucede no se contarán con los elementos que permitan sancionar o simplemente acelerar el proceso; ejemplos en materia de telecomunicaciones también podrían citarse, pero lo que es real es la falta de concreción de la instrumentación, o por lo menos el programa calendarizado de compromisos que permitirían una planeación sobre tales asuntos.

No cabe duda que el próximo equipo económico deberá darle forma, exigir lo que hasta ahora no ha ocurrido pero así mismo la vinculación de que cada una de las acciones con el plan central que sería el Nacional de Desarrollo para los siguientes 6 años.

Resulta lamentable que asunto tan importante para la nación no formara parte de los debates de los candidatos, pero lo que sí es real es que quien resulte vencedor tendrá la oportunidad histórica de transformar la economía de este país.

Sería conveniente que los diferentes gremios iniciaran el análisis correspondiente en función de su especialidad y se diera lugar a una serie de propuestas, que podrían ser de apoyo importante para las acciones señaladas en términos del próximo Plan Nacional de Desarrollo.

Pero quedamos pendiente de que el vencedor del próximo do-mingo tenga a bien en sus primeros planteamientos a la nación que haga señalamientos en relación a las propuestas de como trazar el rumbo para la meta más importante de quien tenga el honor de con-ducir el país durante los próximos 6 años y es el caso de conseguir una mejora en el bienestar de los mexicanos. Quedamos pendientes.

[email protected]

Page 33: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

33La CrisisJulio-Agosto, 2018

Ciudad de México, 3 de julio de 2018A LOS MILITANTES Y SIMPATIZANTES DEL PRI PRESENTES:

La victoria de Andrés Manuel López Obrador es apabullante e in-discutible. El apoyo mayoritario del pueblo decidió que él dirija los destinos de México desde la

Presidencia durante los próximos seis años. Finalmente, una larga cadena de desaciertos en la conducción

del Partido por parte de quienes lo secuestraron en los últimos años, lo llevaron a la derrota; a un penoso tercer lugar.

¿Qué fue lo que pasó con nuestra organización política? Entre otros aspectos, como todos los partidos, olvidamos que el

modelo político del país es la democracia y dejamos de practicarla al interior, privilegiando las decisiones cupulares en la definición de liderazgos y candidaturas, basadas en intereses políticos de grupo, apoyadas por el poder económico, las ambiciones personales y el desprecio por la militancia.

Privilegiar la postulación de jóvenes a gobernadores no es un asunto negativo por definición, pero confundir madurez política con amiguismo sí lo es y así se dio entrada a la generación de la vergüenza. Gobernadores que dilapidaron el apoyo de sus goberna-dos en aras del enriquecimiento personal, familiar y de sus grupos cercanos fue el inicio de la debacle.

La percepción desde la sociedad de un gobierno corrupto, au-mentó el desgaste del partido que había apenas recuperado la pre-sidencia; el incremento en la inseguridad y la pobreza y reformas estructurales cuyos beneficios no sintió la gente, socavaron aún más el apoyo popular al PRI y a su gobierno.

Al interior del Partido, la confusión de la cúpula entre la hoja de vida académica y la experiencia política, llevó a funcionarios con altos grados académicos pero sin el menor conocimiento no sólo del PRI, sino de las cuestiones políticas, a la dirigencia y luego a mu-chas de las candidaturas que de haber sido bien seleccionadas hu-bieran apoyado la candidatura presidencial con lo único necesario para ganar: con los votos. Después de la decisión cupular del can-didato presidencial, prevalecieron las imposiciones, el amiguismo, el compadrazgo, los caprichos de una clase gobernante insensible y prepotente. No hubo ejercicio político que privilegiara candidaturas fuertes, sólidas. En cambio, hijos, amigos, funcionarios sin carrera, ocuparon los espacios en las boletas.

Los dirigentes estatales también sufrieron el embate de las im-posiciones desde el Comité Ejecutivo Nacional que los abandonó a su suerte y desanimó a la militancia en muchas entidades. No es posible olvidar y desdeñar el peso de los liderazgos locales y preten-der hacer una campaña desde el centro del país. El reclamo desde los estados por la falta de apoyo de CEN es abrumador.

Luego, una estrategia de campaña a todas luces fallida, buscando al parecer un hipotético segundo lugar al dedicar más recursos en

atacar al candidato Azul que a alcanzar el primer lugar en las pre-ferencias del electorado, nos llevó al histórico tercer lugar que hoy sufrimos.

Lo señalamos en repetidas ocasiones, era indispensable abande-rar las demandas de la sociedad y proponerle un cambio decidido en las políticas fallidas de desarrollo social, de combate a la inseguridad y a la corrupción. No era posible insistir en una continuidad que repudió la ciudadanía y que representaron el C.E.N. de Ochoa y la “coordinación de campaña” de Nuño. El rechazo al Gobierno de la República del 80% se trasladó como rechazo al Partido.

Y luego la simulación y el engaño de una campaña que se de-cía sustentada en una estructura de “ocho millones de activistas” supuestamente apoyados económicamente que, de existir, hubiera resultado suficiente para ganar esta elección. La simulación y la farsa llevaron al PRI a la derrota más penosa en su historia, aún mayor a la que sufrió después de Zedillo.

Ocho millones es un poco más que la militancia priista regis-trada ante el INE. Y, entonces, ¿dónde se reflejó el trabajo de los sectores? ¿Dónde el voto obrero, el voto rural, el voto ciudadano? ¿En que se reflejó el trabajo de los coordinadores de las campañas a senadores y a diputados federales? La respuesta es evidente, en el tercer lugar de nuestro candidato.

Desde 2016, cuando llegó Ochoa Reza al CEN del PRI adver-timos que su imposición tendría un costo elevado para el Partido. A partir de entonces, Democracia Interna señaló una y otra vez lo que consideramos que se estaba haciendo mal, que a la luz de los resultados nos da la razón y sugerimos caminos distintos para llevar esta campaña, pero no fuimos escuchados. `

Sin embargo, a pesar del ninguneo a la militancia y el abando-no a los comités directivos estatales, nueve millones de ciudadanos demostraron su confianza, su lealtad, su compromiso con el PRI y se manifestaron en las urnas. Nuestro reconocimiento y nuestra gratitud a todos ellos.

Pero reza el refrán que “no hay mal que por bien no venga” y esta derrota nos otorga la posibilidad de recuperarnos, de resurgir, de reconstruirnos. En un país que se dice democrático, nadie gana para siempre y nadie pierde para siempre. Son los resultados de los gobier-nos los que obtienen la confianza de la población o ganan su rechazo.

Un partido político se conforma de personas que comparten ideas, metas, sueños y a partir de esa comunión realizan trabajo en la comunidad para lograr su respaldo. Esto pasa por reconocer las demandas sociales e imaginar caminos para darles respuesta.

Los liderazgos se obtienen del trabajo diario, constante, consis-tente al interior de ese partido que está obligado a reconocer a quie-nes más luchan con los cargos de dirigencia y las candidaturas. Un partido político no es un negocio donde cualquiera con un buen currículum académico puede llegar a ser gerente. No, en un partido se privilegia la militancia. Si no se hace así, sucede lo que vivimos

Refundar el PRIPor Carlos M. Loeza Manzanero

Ulises Ruiz Ortiz, coordinadorFirman el documento 416 priístas militantes

DEMOCRACIA INTERNA

Page 34: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

34 La Crisis Julio-Agosto, 2018

en esta elección. Por elemental congruencia, el Comité Ejecutivo Nacional, los

dirigentes de sectores y organizaciones deben poner sobre la mesas sus renuncias. Es el momento de actuar con dignidad y ayudar a construir, entre todos, una nueva dirigencia electa por los militantes y simpatizantes, los nueve millones de electores que creyeron aún en nosotros. Quienes tuvieron la oportunidad de conducir este proceso entregaron malas cuentas: el resultado de su gestión es la derrota más dolorosa en la historia del Partido.

Nunca en la historia del PRI la soberbia de una dirigencia inepta influenciada por el grupo en el poder había ocasionado tanto daño, habían ofendido tanto al priismo. Ahí están los resultados que no permiten lugar a la duda. Convocamos a la clase política a actuar con dignidad, con firmeza; para impulsar la vuelta del Partido a los militantes. No debemos permitir que un grupo, por influyente que sea en este momento, lo secuestre y pretenda utilizarlo, como ha sucedido, para satisfacer intereses personales.

Ya comienzan a escucharse mensajes de gobernadores y dirigentes que no ocultan sus intenciones de adueñarse del CEN del PRI con una urgencia que descubre su desesperación convertirse en interlocu-tores con el nuevo gobierno a través de su supuesta representación de esos nueve millones de militantes y simpatizantes. No se equivoquen, si no se abre la convocatoria a la elección de una nueva dirigencia por consulta directa, no representarán más que a sus propios intereses.

Los gobernadores deben revisar el resultado en sus estados. A la espera de las cifras oficiales, es evidente la derrota del PRI a lo largo y ancho del país. De cualquier forma, si quieren que el Partido siga siendo un actor en la vida política de sus entidades, dejen que los priistas se expresen con libertad y elijan en su momento, democráti-camente, a sus dirigencias y en lo nacional no pretendan convertirse en esa especie de consejo de notables que en otros tiempos se ha constituido para decidir el destino del CEN del PRI.

El Presidente Peña y sus funcionarios de primer nivel en el Go-bierno, principalmente quienes han estado encargados del combate a la inseguridad, a la pobreza y quienes cometieron actos de corrup-ción o quienes se debieron dedicar a erradicarla, son responsables en gran medida del resultado electoral. Exigimos que así lo asuman para que no pretendan influir en la reconstrucción del Partido, en-tienda que no tienen cabida en la reconstrucción del PRI. Ocúpense mejor de entregar ordenadamente el gobierno y las dependencias y entidades que están a su cargo.

Reiteramos: Peña y su gabinete son los principales responsables de esta debacle, como responsables son de abrir el Partido a candi-datos externos y de cerrar los espacios a la militancia; de imponer decisiones y candidaturas a placer, de promover cambios a los do-cumentos del Partido que atentaron contra las posibilidades demo-cráticas con el pretexto de hacer más fácil la toma de decisiones, con frivolidad, con prepotencia, auxiliados por una clase política que se prestó a esa humillación a los priistas de todo el país; con la complicidad de gobernadores, dirigentes de sectores y organiza-ciones y los mismos de siempre, esos iluminados cuyas acciones se convirtieron en una gran traición. No, no podemos permitir que sigan haciéndole daño a nuestra organización, que la aniquilen. En la reconstrucción debe decidir la militancia y nadie más que la mi-litancia, por eso convocamos a la clase política del país participe en esta reconstrucción de un verdadero partido político al servicio de México y de los militantes priistas.

Hay que esperar a que los ánimos se serenen para que el proceso de reconstrucción se dé en condiciones de equidad e inclusión. Hoy los órganos del Partido, la Comisión Política Permanente y el Consejo

Político Nacional están diseñados a modo del “primer priista” y de su grupo. Así no sirven, a menos que se comprometan con la democra-cia que debió imperar siempre en nuestra organización.

Primero debe elaborarse una convocatoria que establezca requisi-tos, tiempos para el registro de candidatos a la dirigencia del CEN, periodos de campaña, de ser necesario con la participación del INE para garantizar la legalidad y dar transparencia al proceso. Que no nos gane una supuesta urgencia que tiene que ver con las necesidades del grupo todavía en el poder y no con la reconstrucción del Partido, tan necesaria como el dar tiempo para que se dé en forma ordenada.

Llegó la hora de volver a ser un verdadero partido político, de militantes y simpatizantes, en el que sean ellos, y sólo ellos, quie-nes decidan en adelante, mediante elección directa, dirigencias y candidaturas en todos los niveles, un Partido que se comprometa con la sociedad abanderando sus demandas más sentidas y propo-niendo respuestas viables a esas demandas, un PRI que promueva la democracia y que ponga ejemplo a la ciudadanía ejerciéndola plenamente a su interior, vigilante y crítico siempre del actuar de los gobernantes, de los servidores públicos y de los legisladores, tanto los surgidos del propio partido como los emanados de otras fuerzas.

Proponemos a la militancia que el PRI defina como la única vía para la elección de dirigentes y candidatos en todos los niveles, la consulta directa y que revisemos las prioridades del Partido para dejar plasmada una posición ideológica de centroizquierda, que dibuje su proyecto de nación a través del combate frontal e inteligente a la inse-guridad, de la lucha sin descanso por acabar con el peor de los males que es la pobreza, que combata a fondo la corrupción proponiendo leyes más severas y al interior del Partido tolerancia cero en caso de que sean militantes de nuestra organización. Vamos por un cambio de fondo en el enfoque de la economía que en los últimos 35 años no han dado resultado empobreciendo más a los mexicanos, por una nueva política económica que ponga en el centro el bienestar de las familias y por una nueva política de desarrollo social que impulse el desarrollo de capacidades y promueva eficazmente el empleo.

El reto del PRI es su reconstrucción y los priistas tenemos ca-pacidad y fortaleza para lograrla; pero sólo será posible mediante el rescate del orgullo de pertenecer a una organización que represente a su militancia y le permita participar libre y democráticamente en sus definiciones. Perder el gobierno de México es, otra vez, la opor-tunidad de renovarnos y de presentar un rostro distinto a la socie-dad que en este proceso ningún partido mostró: el de la democracia que surge del interior y se proyecta hacia el futuro.

No dejemos que ocurra lo mismo de siempre y que este Partido, que a pesar de todas las circunstancias adversas que enfrentó en este proceso electoral, fue capaz de obtener el respaldo de nueve millones de mexicanos, regrese a las prácticas que lo llevaron al tercer lugar del apo-yo ciudadano y a una muy reducida presencia en las cámaras y a perder las nueve gubernaturas en juego, a ser minoría en los congresos locales y a perder la mayor parte de los municipios con mayor población.

Es la hora del cambio, de derribar mitos, de reencontrarnos en la discusión abierta de nuestra realidad y de modificarla para volver a ser un actor importante en la construcción del México del Siglo XXI. Es la hora de la militancia priista.

Convocamos a todos quienes creen como creemos en Democra-cia Interna, que el PRI debe seguir contribuyendo a forjar la gran-deza de México, a la reconciliación de todas las corrientes, de todos los grupos, pero a hacerlo sin prejuicios, sin acuerdos en torno a tal o cual figura. Si queremos un PRI fuerte, dejemos que las mayorías decidan el futuro de nuestra organización política. Devolvamos el partido a sus verdaderos dueños, sus militantes.

Page 35: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

35La CrisisJulio-Agosto, 2018

Page 36: JULIO-AGOSTO, 2018 DIRECTOR: CARLOS RAMÍREZ SEGUNDA … · 2018-08-08 · miento al PRI como partido absoluto había sido un avance democrático… y hoy ya no se aceptan iluminismos

La crisisde México

…más allá del 2018

Prólogo de José Luis Reyna

Proyecto México Contemporáneo 1970 - 2020

Carlos Ramírez

También a la venta en Mercado Libre: https://bu�.ly/2KeacRi

Nuevo libro de Carlos Ramírez: La Crisis de México a la venta en librerías: